CARMEN de La Peza - Significacion REPRESENTACION
CARMEN de La Peza - Significacion REPRESENTACION
CARMEN de La Peza - Significacion REPRESENTACION
DE LA REPRESENTACIÓN
A LA SIGNIFICACIÓN: LA CONSTRUCCIÓN
SOCIAL DEL SENTIDO
FROM REPRESENTATION TO
MEANING: THE SOCIAL CONSTRUCTION OF MEANING
RESUMEN
PALABRAS CLAVE En este texto me propongo reflexionar en torno la importancia política de pensar y hacer teoría desde
y sobre América Latina en nuestras propias lenguas y sobre los aportes de la filosofía del lenguaje y
las teorías de la significación para pensar la colonialidad del poder. Para alcanzar estos objetivos
Lenguaje organice el texto en dos partes. En la primera parte hago una reflexión en torno al lugar de la teoría
en los Estudios Culturales y Poscoloniales Latinoamericanos y la importancia de hacer teoría sobre y
Cultura desde América Latina para comprender los fenómenos políticos y socioculturales del y desde el sur
Colonialismo global. En la segunda sección, parto de la crítica al texto “El trabajo de la representación” de
Stuart Hall para pensar la especificidad de los lenguajes como lugar de construcción social del sentido
Poder y de agencia de los sujetos. El poder colonizador no sólo se materializa en las estructuras
Subversión institucionales, la producción cultural y simbólica: la ciencia, el arte, las instituciones escolares y
laborales, la familia y los distintos ámbitos de interacción discursiva cotidiana, también son lugares
privilegiados en los que, a la vez que se ejerce el poder se pone en juego y puede ser resistido,
negociado, contestado o subvertido.
ABSTRACT
KEYWORDS In this text I intend to argue on the political importance of making theories from and about Latin
America in our own languages and on the contributions of the philosophy of language and the
theories of meaning to think about the coloniality of power. To achieve these objectives, I organize
Language the text in two parts. In the first part I argue on the place of theory in Latin American Cultural
and Postcolonial Studies and the importance of doing theory about and from Latin America to
Culture understand the political and sociocultural phenomena from the global south. In the second section, I
start from the critique of the text “The work of representation” by Stuart Hall to think about the
Colonialism
specificity of languages as a place of social construction of meaning and the agency of the subjects.
Power Colonial power is not only materialized in institutional structures, cultural and symbolic
production. It is also materialized on the discourses of science, art, school and work institutions, the
Subversion family, and the different spheres of daily discursive interaction. Those are also privileged places in
which, power can be resisted, negotiated, contested, or subverted.
El poder está presente en los más finos mecanismos del intercambio social: no
sólo en el Estado, las clases, los grupos, sino también en las modas, las opiniones
corrientes, los espectáculos, los juegos, los deportes, las informaciones, las
relaciones familiares y privadas y hasta en los accesos liberadores que tratan de
impugnarlo (Barthes, 1982: 117-118).
Introducción
Hace unos meses Mario Rufer me invitó a participar en el dossier sobre
“Representación (de) colonial: lenguajes de los saberes en América Latina”
de la revista de Estudios Literarios Latinoamericanos de la Universidad
Nacional Tres de Febrero. En la convocatoria del número lxs
coordinadxres plantean como preocupación que, a diferencia de la crítica
poscolonial que “mostró una atención privilegiada al universo de las
mediaciones, las textualidades y las formas”, en América Latina el “giro
decolonial” –que se desarrolló en el campo de la sociología crítica,
marxista– “acentúa el alejamiento de las preocupaciones por el mundo de la
representación: de los objetos textuales, de las producciones simbólicas, de
las construcciones disciplinarias en tanto modalidades de lenguajes
específicos” así como la necesidad de pensar el colonialismo occidental en
los distintos campos disciplinarios. En la primera parte de este texto
argumento sobre la importancia política de hacer teoría para y desde el sur
global y de escribir en nuestra propia lengua y, en una segunda parte,
argumento sobre la importancia, para los estudios culturales, poscoloniales
y decoloniales latinoamericanos, de considerar a los lenguajes –orales,
escritos y audiovisuales– en su especificidad para una mejor comprensión
de la colonialidad del poder y su posible subversión.
1Hablando de este trabajo con Mónica Cejas, me hizo una pregunta que me hizo pensar sobre mi lugar
de enunciación: ¿Por qué el tema de la construcción social del sentido es importante para mí? ¿Por qué
me ha interesado la problemática del lenguaje, tema sobre el que trabajo desde hace ya más de 40 años?
sur global –en ese orden de importancia–; fenómeno del que es necesario
tomar conciencia, hacerlo visible y, sobre todo, remontarlo2.
Escribo desde un lugar singular de enunciación, como mujer,
mexicana, con más de cuarenta años de trabajo en la universidad. Mi
interés por el estudio de los lenguajes a lo largo de mi trayectoria
académica estuvo motivado por la necesidad de comprender por qué las
personas pensamos como pensamos y actuamos en consecuencia, a veces
más allá de lo que nos indica el sentido común basado en la experiencia.
Esta pregunta del sentido común se ha ido transformando y volviendo
cada vez más compleja, gracias a mi trabajo de investigación empírica, el
diálogo con y la reflexión crítica sobre distintas teorías3 de la
comunicación, la cultura, el lenguaje y el poder.4 Desde entonces me he
interesado particularmente en los lenguajes como lugar de ejercicio y
subversión de los poderes establecidos a través de prácticas culturales que
implican el ejercicio de la palabra, oral, escrita y de otros lenguajes
audiovisuales. Mi trabajo de investigación5 sobre la relación entre
comunicación, cultura, lenguaje y poder me ha llevado a preguntarme cuál
es el lugar de la teoría en el trabajo de investigación: ¿qué significa hacer
teoría desde el sur global?6 ¿Cuál es el lugar de la lengua en las distintas
prácticas culturales: la ciencia, el arte y las distintas formas de la
comunicación discursiva?
2 Este texto, reconozco, no es la excepción, yo misma tengo que explorar el trabajo teórico hecho por
mujeres desde y para el sur global.
3 Un trabajo que fue enriquecido por el diálogo con Sarah Corona, Margarita Zires, Carolina Terán y
Raymundo Mier, Ma. Inés García Canal, Frida Gorbach, Mónica Cejas, Mario Rufer, Yissel Arce y
Guiomar Rovira quienes alimentaron mi trabajo desde sus respectivos campos disciplinarios como la
comunicación, la antropología, la lingüística, la filosofía del lenguaje, la historia, las teorías feministas y
de género, los estudios culturales y la crítica poscolonial, perspectivas que enriquecieron e interpelaron
mi trabajo de investigación.
4 Partí de la crítica a las teorías funcionalistas sobre los procesos de socialización y la formación de
impartición de cursos y seminarios sobre metodología de investigación cualitativa, una terea que me ha
llevado a cuestionar, con mis alumnxs, las formas de uso y aplicación de teorías desarrolladas por
hombres principalmente de otras latitudes (generalmente el norte global) en nuestros trabajos de
investigación, y sobre la necesidad de hacer teoría a partir del diálogo horizontal no sólo con
investigadorxs del sur global y de otras latitudes sino –muy especialmente– con lxs sujetxs de
investigación, para comprender la realidad mexicana y latinoamericana en su especificidad.
6 Lxs investigadorxs latinoamericanxs –las mujeres en particular– hacemos teoría cuando
reflexionamos críticamente sobre los problemas concretos que enfrentamos, para comprender el
mundo que habitamos, con nuestras miradas particulares desde el sur global, confrontadas con las
miradas también particulares del norte global.
"En mayor o menor grado, cada lengua ofrece su propia lectura de la vida, moverse
entre lenguas, traducir, aun cuando no sea posible pasear sin restricciones por la totalidad
equivale a sentir la propensión casi desconcertante del espíritu humano hacia la libertad"
(Steiner, 1995: 482)
¿Existe algo así como una lengua propia? ¿Cuál es nuestra lengua? El
colonialismo en América Latina empieza por la imposición del español o el
portugués como lenguas nacionales.7 Si bien es cierto que hablamos una
7 En el caso de los Estados coloniales como los Estados latinoamericanos, y particularmente México, la
colonización significó la castellanización creciente, que culminó con el proyecto de alfabetización
universal en español o en portugués, que aún no se ha logrado plenamente. La colonización como
proyecto civilizatorio significó la reducción de las lenguas al uno, la imposición del monolingüismo del
amo, del conquistador y, como resultado concomitante, el genocidio lingüístico de más de mil
doscientas lenguas existentes en Mesoamérica en el momento de la conquista. Sin embargo, hoy
todavía, al menos diez millones de mexicanas y mexicanos, hablan alguna de las sesenta y siete lenguas
originarias. A pesar de que la ley reconoce todas esas lenguas como lenguas nacionales desde el año
2001, no tienen estatuto de legitimidad en el espacio público, ni en las instituciones de educación (de la
Peza y Rodríguez Torres, 2017). La violencia colonizadora se sigue perpetuando en el sistema escolar:
en México, para acreditar los distintos niveles de educación, primaria, secundaria y preparatoria, se
requiere el dominio del español. A pesar de ello, al menos el cincuenta por ciento de la población en
México carece de las competencias de lecto-escritura mínimas necesarias para desempeñarse con
fluidez en el español escrito. Escasamente un diez por ciento de los estudiantes que ingresan a la
universidad dominan la escritura en español (de la Peza et. Al, 2014).
Hoy más que nunca, frente a las violencias de raza, clase, género y
generación –que se expresa en su forma más extrema en el contexto de
guerra civil que se vive en México, y que ha significado altos índices de
feminicidios, homicidios y desapariciones forzadas– es indispensable
detenernos a pensar para comprender. La teoría es el ejercicio de reflexión
crítica sobre la realidad y sólo tiene sentido si nos ayuda a comprender el
mundo en que vivimos tal como es, en sus complejidades y múltiples
contradicciones. Como señala Hannah Arendt:
8 Para al menos diez millones de mexicanas y mexicanos la lengua materna es una lengua originaria.
Solo la imaginación permite ver las cosas en perspectiva adecuada; nos hace
suficientemente fuertes para poner cierta distancia de lo que se halla
demasiado próximo, de modo que podamos verlo y comprenderlo no
sesgada ni prejuiciosamente; nos hace suficientemente generosos para
tender puentes sobre los abismos de lo remoto […] Este distanciamiento de
ciertas cosas y este tender puentes hacia otras es parte del diálogo de
comprensión, para cuyos propósitos la experiencia directa establece un
contacto demasiado próximo y el mero conocimiento, levanta barreras
artificiales […] sin este tipo de imaginación […] nunca conseguiríamos
orientarnos en el mundo (Arendt, 2005: 393).
algunos cortes marcados por dos líneas diagonales al principio y puntos suspensivos al final. A
diferencia de otros capítulos incluidos en la compilación, en el capítulo veinte al que aquí me refiero,
no existe referencia alguna al lugar y fecha de su publicación. Ese hecho y la forma misma del texto
permiten inferir que se trata de una especie de apuntes, un texto inédito, no de un trabajo acabado y
publicado formalmente por el autor.
12 Las cursivas son mías
Sin embargo, la crítica a dicho texto resulta útil para abrir la discusión en
torno a los procesos de construcción social del sentido y de acción política.
en las que hemos sido (de)formadxs son tributarias de dicha episteme, que opera, de acuerdo con
Spivack, como una “silenciosa función programadora” (Spivack, 2011: 39) que sirve “como perfecto
ejemplo de la justificación del imperialismo en su papel de misión civilizatoria” (Spivack, 2011: 101).
Como menciono en un texto anterior “En la modernidad occidental la imposición de la racionalidad
científica fue el instrumento privilegiado de la geopolítica del conocimiento. Imposición que requirió
de la expansión de la alfabetización y del sistema educativo y universitario a nivel global” (De la Peza,
2020: 154).
15 De acuerdo con Derrida, en la teoría cartesiana del conocimiento “la idealidad y la sustancialidad se
relacionan consigo mismas, dentro del elemento de la res cogitans, por un movimiento de pura auto
afección” (Derrida, 1984: 129-130). En el acto mismo de conocer, la representación de la realidad se
constituye en “evidencia clara y distinta” como “la presencia misma de la idea para el alma” y el signo
se vuelve accesorio, suplementario, “abandonado a la región de lo sensible y de la imaginación”
(Derrida, 1984: 130). El sujeto, así, se constituye en el origen del sentido y el lenguaje, y en particular el
signo –en su materialidad auto evidente en la escritura– no sólo es considerado accesorio, sino
también un obstáculo para el conocimiento claro y distinto de la realidad. (De la Peza, 2020: 157).
16 De acuerdo con Derrida (1989), no existe un vínculo estable y definitivo entre la palabra (el
17 “Toda la episteme moderna –la que se formó hacia fines del siglo XVIII y sirve aún de suelo
positivo a nuestro saber, la que constituyó el modo de ser singular del hombre y la posibilidad de
conocerlo empíricamente– estaba ligada a la desaparición del Discurso y de su monótono reinado, al
deslizamiento del lenguaje hacia el lado de la objetividad y a su reaparición múltiple. Si ahora este
mismo lenguaje surge con una insistencia cada vez mayor en una unidad que debemos pero aún no
podemos pensar, ¿no es esto el signo de que toda configuración va oscilar ahora y que el hombre está
en peligro de perecer a medida que brilla más fuertemente el lenguaje en nuestro horizonte?”
(Foucault, 1981: 374).
18 Como señala Arendt “la nueva corriente de lógica en filosofía […] tiene una temible afinidad con la
transformación totalitaria […] en un logicismo que corta amarras con la realidad y con la experiencia en
su conjunto […] la lógica y toda auto-evidencia de la que procede el razonamiento lógico puede
pretender una fiabilidad independiente por completo del mundo y de la existencia de otras personas”
(Arendt, 2005: 385).
19 La utopía de la época clásica era la creación de una lengua universal –el esperanto– “una lengua que
sería susceptible de dar a cada representación el signo que pudiera marcarlos de una manera
inequívoca” (Foucault, 1981: 89). Orwell, en su novela 1984 (1949), destaca tres prácticas que
caracterizan a los sistemas totalitarios: la vigilancia permanente de la población en la figura del Gran
Hermano y su mirada omnipresente (como la mirada del ojo de Dios en la religión cristiana), la re-
escritura de la historia que borra la emergencia del acontecimiento singular y su potencia
Benjamin, “la lógica profunda de este ensayo lleva a cabo una interpretación del lenguaje –del origen y
de la experiencia del lenguaje– según la cual el mal, es decir la potencia letal, le viene al lenguaje por la
vía, precisamente, de la representación, es decir, por medio de la dimensión re-presentativa, mediadora,
y en consecuencia, técnica, utilitaria, semiótica, informativa, otras tantas potencias que arrancan al
lenguaje y lo hacen caer e ir a parar lejos o fuera de su destino original que fue la apelación, la
nominación, la donación o la llamada de la presencia, en el nombre” (Derrida,1997: 71). En ese sentido
el lenguaje es la facultad propiamente humana de nombrar, de crear, de darle sentido al mundo; y el ser
humano el sujeto de la enunciación y de la acción, como sujeto político.
dirigido a alguien más, incluso el diálogo interno que tiene una/o con una/o
misma/o es palabra interiorizada, de ahí su carácter social.21
Por otra parte, el objetivismo abstracto –cuyo máximo representante
es Ferdinand de Saussure– considera a la lengua como un sistema cerrado
de signos que se articulan mediante un conjunto de reglas sintácticas y
gramaticales, que se imponen a los sujetos como leyes objetivas,
inamovibles e incuestionables. Las palabras tienen un sentido lato, objetivo,
sin valoración ideológica. En contra del formalismo abstracto, Volóshinov
considera que las lenguas (en plural) sólo existen en acto, habladas por
comunidades concretas de hablantes, de modo que la lengua como sistema
–plasmada en gramáticas y diccionarios– es sólo una abstracción de la
lengua viva que se encuentra en movimiento y variación permanente del
sentido. El aprendizaje de las lenguas está siempre situado socio-
históricamente y, en ese sentido, no existe un sentido en sí, literal, objetivo,
de las palabras. De acuerdo con Volóshinov, la palabra siempre nace
valorada por los sujetos inscritos en una comunidad de hablantes. Esos
valores se expresan en términos de preferencias, “preferir algo a algo […] es
poner algo por encima de algo, en ese sentido toda preferencia implica una
operación jerarquizante […] una estructura fundamental por la cual las
propias significaciones de una comunidad histórica revisten una función
ideológica […] construida en lenguaje” (Ricoeur, 1990: 88). Los sistemas de
valores no son independientes y anteriores a la lengua que sólo existe en
acto, como enunciados pronunciados por alguien y dirigidos a alguien más.
Finalmente, en la tercera y última parte del libro, Voloshinov analiza el
problema del discurso del otro en dos lenguas en particular: el ruso y el
francés. El discurso referido adopta la forma concreta de la cita directa,
indirecta e indirecta libre, como la presencia del discurso ajeno en el
discurso propio. La voz del otro en el discurso del sujeto hablante es la
forma en que se materializan las relaciones sociales en la sintaxis de las
lenguas mencionadas, y que comparten todas las lenguas con sus
modalidades particulares. La condición dialógica del lenguaje se materializa
en la estructura sintáctica de las lenguas.
21 Como señala Arendt, cuando pensamos no estamos solas, establecemos un diálogo interior con
nosotras mismas “El pensar hablando desde el punto de vista existencial, es una empresa solitaria, pero
no aislada: la solitud […] es aquella situación humana en la que uno se hace compañía a uno mismo
[…] Esta dualidad del yo con uno mismo hace del pensamiento una actividad auténtica, en la que soy
yo quien pregunta como quien responde […] esta dualidad original explica por qué es vana la búsqueda
de la identidad tan en boga” (Arendt, 2002: 207-209).
22 En los términos de Nietzsche, todo el lenguaje se reúne en aquel que detenta la palabra, es decir, en
aquel que detenta el poder de decidir qué es lo bueno y qué es lo malo, no lo que son el bien y el mal
en sí (Foucault, 1981). Por su parte, Pierre Bourdieu en su texto ¿Qué significa hablar? (2008) hace una
crítica a las perspectivas puramente lingüísticas de la lengua e introduce un análisis de las relaciones de
poder que se expresan en la imposición de la lengua de las clases dominantes como lengua nacional a
través de las distintas instituciones del Estado (el gobierno, la iglesia y de forma privilegiada el aparato
escolar).
Consideraciones finales
Bibliografía
ARENDT, HANNAH. La vida del espíritu. Buenos Aires: Paidós 2002.
---. “Comprensión y política (las dificultades de la comprensión)”, Ensayos de
comprensión 1930-1954. Madrid: Caparrós Editores, 2005.
BARTHES, ROLAND. El placer del texto y Lección inaugural. México: Siglo XXI, 1982.
BENVENISTE, EMILE. Problemas de lingüística general. México: Siglo XXI, 1975.
BUTLER, JUDITH. Lenguaje, poder e identidad. Madrid: Síntesis, 2004.
---. Cuerpos que importan, Sobre los limites materiales y discursivos del sexo. Buenos Aires:
Paidós, 2012
BOURDIEU, PIERRE. ¿Qué significa hablar? Economía de los intercambios lingüísticos. Madrid:
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DE LA PEZA, MA. DEL CARMEN. “Interpelaciones de las metodologías horizontales para
pensar las condiciones de posibilidad de una ciencia mexicana” en Cornejo, Inés
y Mario Rufer (eds.). Horizontalidad. Hacia una crítica de la metodología. México:
CALAS/CLACSO, 2020.