Ireri San Vicente Flores (2007) - Alternativas de Integración para Nuestra América La Alternativa Bolivariana para Las Américas

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XXVI Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología.

Asociación
Latinoamericana de Sociología, Guadalajara, 2007.

Alternativas de integración
para Nuestra América: la
Alternativa Bolivariana para
las Américas.

Ireri San Vicente Flores.

Cita:
Ireri San Vicente Flores (2007). Alternativas de integración para Nuestra
América: la Alternativa Bolivariana para las Américas. XXVI Congreso de
la Asociación Latinoamericana de Sociología. Asociación
Latinoamericana de Sociología, Guadalajara.

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ÍNDICE

Alternativas de integración para Nuestra América:


La Alternativa Bolivariana para las Américas

Apartados Página

I. A manera de introducción …………………………………………………… 2


II. Algunos caminos por la integración .…………………………………….….. 3
III. Alternativas de integración:
La Alternativa Bolivariana para las Américas…………………………………. 6
IV. A manera de conclusión: La integración como un camino viable y
necesario para el desarrollo autónomo de Nuestra América. ..…………….. 11
V. Bibliografía…………………………………………………………………….. 12

1
Alternativas de integración para Nuestra América:
La Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).
Por Ireri Sanvicente Flores
I.- Introducción
La idea de integración es un elemento esencial en la historia de Nuestra América,
reflexionar sobre su vigencia es fundamental para la construcción de propuestas que nos
permitan no sólo comprender los nuevos procesos políticos, económicos, sociales e incluso
culturales por los cuales transita nuestra región, sino también, para construir mecanismos
que se orienten hacia el desarrollo autónomo de nuestros países y los pueblos de Nuestra
América.
Desde los primeros años del siglo XIX la integración latinoamericana es vista, por
algunos autores y revolucionarios de la época, como un instrumento ideal de consolidación
regional, con ello me refiero no sólo a la consolidación de las independencias, sino
también, a la consolidación económica, política y social, así como cultural. La concepción,
los métodos y los objetivos planteados por los primeros pensadores de la integración
latinoamericana son diversos y en el transcurso del tiempo fueron transformándose, sin
embargo, lo que permanece vigente de su pensamiento, hasta nuestros días, es la necesidad
de encontrar caminos hacia el desarrollo autónomo de nuestra región.
Para la segunda mitad del siglo XIX y durante buena parte del XX, la necesidad por
conformar una América Latina unida y de establecer formas de integración para fortalecer
a la región tenía el propósito, en principio, de frenar los intereses de las grandes potencias
mundiales y disminuir la brecha económica y tecnológica que se abría entre éstas y nuestra
región. En el siglo XIX, por ejemplo, personajes como Francisco de Miranda, Juan de
Egaña, Bernardo de Monteagudo, José Cecilio del Valle, José Bonifacio Andrade e Silva,
Juan Bautista Alberdi, Justo Arosemena, Bernardo O’ Higgins y por supuesto Simón
Bolívar y José Martí, entre muchos otros, propugnaban por la integración como un
mecanismo fundamental para el desarrollo de las naciones y los pueblos, de su historia, de
su cultura, de sus recursos humanos, naturales y materiales, pero también como una forma
de protección a estos elementos.1
En este trabajo pretendo demostrar que la integración latinoamericana es un camino
viable y necesario para el desarrollo autónomo de nuestra región y que el modelo de

1
Sobre la historia de los procesos de integración en América Latina véase Guerra Vilaboy, Sergio Los
laberintos de la integración latinoamericana. Historia, mito y realidad de una utopía Facultad de Historia.
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo 2002.

2
integración llevado a cabo por la Alternativa Bolivariana para las Américas2 (ALBA)
constituye un acuerdo novedoso y alternativo para nuestra región, a la que José Martí
denominó: Nuestra América.

II.- Algunos caminos por la integración


Los intereses y los objetivos de fondo de los acuerdos de integración tienen
diversas vertientes y ello depende de diversos factores internos y externos: que permitan —
o no— el desarrollo nacional y regional, de la novedad de sus mecanismos, así como de la
relación que éstos tengan con las necesidades de la población. Los intereses políticos,
económicos, industriales y sociales juegan un papel central en el avance o estancamiento
de los acuerdos de integración.
La necesidad de contrarrestar la dinámica de dominación aplicada a nuestra región,
se ha convertido en una necesidad primordial para el desarrollo de los pueblos
latinoamericanos. Por ello se han formulado diversas propuestas, de las cuales la
conformación de acuerdos de integración ha sido una de las más importantes. Desde el
siglo XIX, y durante casi todo el XX, los acuerdos de integración en Latinoamérica han
tenido diversas vertientes. Nos encontramos, por un lado, acuerdos de integración que se
convierten en portavoces y sostén de los intereses de Estados Unidos y de las grandes
corporaciones y monopolios transnacionales. En el siglo XIX el panamericanismo y, en el
siglo XX, el Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA), o su “nueva versión”
de tratados bilaterales, todos promovidos desde Estados Unidos, son ejemplo inmejorables.
La formación de un mercado único continental bajo los mecanismos creados desde el
sistema imperialista estadounidense, que se han hecho de manera unilateral y con los
enormes desequilibrios económicos y tecnológicos para la producción y el intercambio
comercial, incluso, de la enorme desigualdad militar entre este país y nuestra región,
implica limitar, aún más, la posibilidad de desarrollo autónomo de los países
latinoamericanos.
Se han creado otros mecanismos de integración que han sido acordados con la
finalidad de contrarrestar la dependencia hacia las grandes potencias y buscando, entre
otros objetivos, disminuir la salida de recursos al extranjero. Dentro de este tipo de

2
Utilizo el nombre de Alternativa Bolivariana para las Américas con base en el primer documento firmado
el 14 de diciembre de 2004 entre la República Bolivariana de Venezuela y la República de Cuba para la
aplicación de este acuerdo. Cabe hacer está aclaración debido a que en posteriores acuerdos, como el
suscrito con Bolivia en abril de 2006, al ALBA se le denomina Alternativa Bolivariana para los pueblos de
Nuestra América.

3
acuerdos, existen los que sólo se centran en establecer mecanismos de intercambio
comercial, mientras que, otros contemplan fines mucho más complejos, es decir, además
de incorporar el tema de la apertura de mercados con la disminución o eliminación de
aranceles para el tránsito de mercancías, se plantean mecanismos de apoyo para la
industrialización y creación de infraestructura entre los países participantes, a demás,
apoyo político, social (salud, educación, vivienda, etcétera) e intercambios y promoción
cultural.
En el siglo XX se crearon diversos acuerdos de integración latinoamericana, tales
como la Comunidad Económica del Caribe (CARICOM), en 1973, al cual le ha seguido,
en 1994, la Asociación de Estados del Caribe (AEC); en 1960, el Mercado Común
Centroamericano (MCCA), la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC)
en 1962, el Tratado de Cooperación Amazónica (Pacto Amazónico) en 1978, el Acuerdo
entre el denominado Grupo Andino en 1969; en 1991 se constituye el Mercado Común del
Sur (MERCOSUR), por mencionar tan sólo algunos. Dos de estos casos son ejemplos
interesantes a considerar para ejemplificar los caminos que han tomando algunos acuerdos
de integración en nuestra región.
El CARICOM, por ejemplo, tiene su origen en 1966 con la creación de la
Caribbean Free Trade Assocition el cual es la base para la conformación del CARICOM,
que se constituye finalmente en 1973. En este acuerdo se comprometen los integrantes a
liberar sus mercados con excepción de ciertos productos incluidos en una lista de reserva,
esto implicaba la liberación de cerca del 91% del comercio intrarregional. Las dificultades
surgidas en este acuerdo de integración — sobre todo durante los últimos años de la década
de 1970— muestran un elemento de sumo interés para reflexionar sobre otros procesos
integracionistas en América Latina. Los países con mayor desarrollo —Jamaica y
Guyana— establecieron restricciones comerciales debido a la desigualdad en la balanza de
pagos entre éstos y el resto naciones integrantes. La aportación otorgada por Jamaica y
Guyana, como consecuencia de su mayor desarrollo, no pudo sostenerse debido a los
grupos políticos e industriales internos. Lo propuesto por los acuerdos de integración y los
intereses económicos o comerciales, tanto nacionales como externos, no son forzosamente
compartidos, por el contrario, existen múltiples casos donde los acuerdos de integración se
convierten en freno para la formación y/o fortalecimiento de los sectores industriales, o
viceversa, en donde éstos mismos grupos, incluidos los políticos, se convierten en un

4
obstáculo para fortalecer y cumplir los términos acordados en los proyectos de
integración.3
El segundo caso a considerar es el Pacto Andino creado el 25 de mayo de 1969 en
Cartagena, integrado por Bolivia, Ecuador, Perú, Venezuela y posteriormente Colombia.
Este acuerdo buscó una integración más allá de los aspectos meramente comerciales.
Retomando las ideas de la CEPAL, se consideró que el desarrollo industrial debe ir de la
mano no sólo con la transformación de las economías andinas sino, junto con ellas, el
desarrollo social que se ve menguado ante la falta de regulación estatal. El Pacto Andino
veía que el discurso sobre la libertad para regular la economía y a la sociedad por la mano
invisible sólo era aplicable para las grandes potencias mundiales, por ello era necesario el
fortalecimiento del Estado y armonizar las políticas industriales, económicas y sociales de
los países integrantes. A pesar de que es una de las propuestas de integración más
progresistas, en los hechos tan sólo se aprobaron 3 programas en cuestión industrial. En el
ámbito político, el pacto se limitó a pocos acuerdos de apoyo social. En fin, nos
encontramos con un instrumento que avanzó más que los procesos políticos. A esto,
tenemos que agregar el interés de Estados Unidos por intervenir en este proyecto, con la
finalidad de irlo limitando, impidiendo su avance y endureciendo los acuerdos comerciales
firmados con anterioridad con algunos países integrantes del Pacto Andino. De hecho,
desde cada uno de los países que integraron dicho acuerdo poco a poco fueron
abandonando la idea del desarrollo a través del adelanto industrial y del fortalecimiento del
Estado como un elemento importante para el progreso económico e incluso social de la
región, siendo éste un aspecto central en el Pacto.4
Estos dos casos constituyen tan sólo una mínima parte de un largo camino sobre el
que se han planteado diversas modalidades de integración latinoamericana, algunas
encaminadas a su franca desintegración y dependencia hacia las potencias, algunos más
que ven en la integración el elemento clave para el desarrollo de la región, una idea que
desde luego ha sido fuertemente atacada, principalmente, por Estados Unidos a través de
diversos mecanismos.
En América Latina, al igual que en el resto de las regiones subdesarrolladas, las
condiciones económicas, políticas y sociales en el que se han desarrollado estas propuestas
de integración han sido y se mantienen hoy en día en un estado drástico. La construcción

3
Sobre este proceso véase Guerra-Borges, Alfredo La integración de América Latina y el Caribe. La
práctica de la teoría. IIE UNAM. 1991. Sobre la historia de los procesos de integración en América Latina:
Guerra Vilaboy op.cit.
4
Véase Guerra op.cit.

5
de propuestas que puedan contrarrestar la situación actual en la que se encuentran los
pueblos y su entorno se convierten en una necesidad imperante, de no hacerlo se está
condenando a su permanencia y peor aún, a su agudización. Dichas propuestas deben
contemplar tanto las condiciones actuales —en las que predomina un sistema político-
económico impulsado desde los países desarrollados y junto con ellos las organizaciones
internacionales auspiciadas por éstos mismos, convirtiéndose en aval de sus formas de
poder, control, dominación y explotación—, así también como los antecedentes históricos,
culturales y desde luego políticos que dan características propias a cada una de los países.
Ante las circunstancias actuales las políticas aplicadas desde los Estados se convierte en un
eje fundamental para la transformación de la realidad latinoamericana, las cuales dependen
de la concepción que los actores políticos tengan del propio Estado, no sólo de su
organización y función, también bajo qué principios debe operar. El análisis e incluso la
crítica constante al papel que han tenido los Estados en América Latina, actual e
históricamente, debe ser un ejercicio constante pues de ello dependerá la construcción de
nuevas propuestas para ejercer el poder, pero sobre todo, que éstas puedan contribuir de
manera efectiva para la construcción de una discusión profunda sobre el estado actual de la
sociedad y, que esto a su vez, sirva para encontrar caminos que nos lleven a encontrar
soluciones a los graves problemas que envuelven a Nuestra América.

III.- Alternativas de integración: La Alternativa Bolivariana para las Américas


El proyecto del ALBA fue formulado por primera vez por el presidente venezolano,
Hugo Chávez Frías, durante la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la
Asociación de Estados del Caribe en diciembre del 2001 en Venezuela. Es en el año del
2004 cuando el presidente de la República Bolivariana de Venezuela y Fidel Castro,
presidente de Cuba, firman el acuerdo de la Alternativa Bolivariana para las Américas,
ampliando con ello el Convenio Integral de Cooperación entre Cuba y Venezuela firmado
en el 2000. En abril del 2006 se integra Bolivia, con la iniciativa Tratados de Comercio
entre los Pueblos. Casi un año después, en enero de 2007 se integra Nicaragua y está en
negociación la integración de Ecuador.
Uno de los primeros objetivos de la ALBA, es combatir el proyecto del Área de
Libre Comercio para las Américas (ALCA) impulsado por Estados Unidos por
considerarlo un “mecanismo de dominación económica y política”.5En nuestros días, este

5
Acta constitutiva de Alternativa Bolivariana para América Latina y El Caribe en Portal Alternativa
Bolivariana para América Latina y El Caribe. www.alba.gob.ve (mayo 2007)

6
primer objetivo es, en algunos sentidos, más complejo debido al “nuevo camino” del
ALCA, es decir, la dominación a través de la negociación de acuerdos bilaterales.
En el ALBA se plantean diversos mecanismos para la integración6 tales como:
1.- Fondos compensatorios.
2.- Intercambio de bienes y servicios.
3.- Planes estratégicos para ahorro de recursos –humanos y materiales— y ampliación del
empleo útil.
4.-Apertura de mercados bajo el principio de mutuo beneficio.
5.- Intercambio de paquetes económicos bajo el principio de mutuo beneficio.
6.- Programas sociales —entre los países integrantes y a terceros—, tales como:
alfabetización, salud, vivienda, entre otros.
7.- Inversiones de interés mutuo a través de formas de empresas mixtas, cooperativas, y de
administración conjunta.
8.- Comercio compensado.
9.- Promoción turística.
10.- Divulgación de la cultura y construcción de proyectos culturales.
Algunos aspectos interesantes planteados en el ALBA son aquellos que consideran
a éste como un mecanismo de integración que permitiría ir sumando a más países
latinoamericanos y del Caribe, además de nuevas formas de crecimiento económico ante
“agotamiento del modelo de sustitución de importaciones como instrumento para el
desarrollo industrial y social”7. Además, un elemento interesante es la vinculación con
movimientos sociales, tal como ocurrió durante la V Cumbre ALBA-TCP en abril de este
año. La participación de movimientos sociales permitió no sólo la vinculación entre estos,
sino también la construcción de propuestas encaminadas al fortalecimiento de la
integración no sólo desde el ámbito gubernamental sino también desde los movimientos
sociales, desde los pueblos. Algunas propuestas sobresalientes es el llamado a establecer
vínculos más estrechos con los gobiernos locales —estados y/o municipios— que deberán
constituirse en un puente con los gobiernos nacionales, que son integrantes del ALBA.
Para el caso de los países que a nivel de gobierno nacional no están integrados a este
acuerdo se propone buscar mecanismos que permitan la incorporación de gobiernos
locales.

6
Ibid.
7
Ibid

7
Las áreas estratégicas con las que cuenta cada nación integrante como en lo
referente a energéticos, infraestructura, recursos humanos, recursos naturales, entre otros,
así como el ambiente social y político que se desarrolle en cada una de ellas se convierten
en un elemento esencial para el desarrollo pleno del ALBA. Además, la relación política y
de intercambio entre los países integrantes se convierte en un punto nodal para el
fortalecimiento nacional —en lo social, en lo político y en lo económico—, así como
también regional y de apoyo frente a las relaciones exteriores, con el resto de los países
latinoamericanos pero sobre todo fuera de América Latina.

III.- A más de 3 años del primer acuerdo en el marco del ALBA: los avances.
A más de 3 años de la firma del primer acuerdo en el marco del ALBA entre la
República Bolivariana de Venezuela y Cuba ¿cuáles son los avances reales de este acuerdo
de integración?
En abril de 2005, Venezuela y Cuba firmaron, en el marco del ALBA, el acuerdo
denominado Plan estratégico con el que se concretaba la construcción en Venezuela de
600 Centros de Diagnóstico Integral, 600 salas de rehabilitación y fisioterapia y 35 Centros
de Alta Tecnología. Todas estas instalaciones enfocadas para el área de salud ofrecen
servicios totalmente gratuitos para toda la población.8 También se acordó la formación en
Venezuela de 40 mil médicos y 5 mil especialistas en Tecnología de la Salud, la formación
en Cuba de 10 mil estudiantes en carreras de Enfermería y Medicina. Intervención
quirúrgica —tan sólo en 2005— de 100 mil venezolanos por diversas enfermedades de la
vista9; estas operaciones se han realizado bajo el esquema del programa denominado
Operación Milagro, creado en 2004, en el cual grupos de especialistas cubanos realizan
operaciones gratuitas de diversas enfermedades relacionadas con la vista a la población con
bajos recursos, cabe señalar que este proyecto se ha extendido no sólo dentro de los países
integrantes del ALBA, sino a 28 países de América Latina y El Caribe, entre los cuales se
encuentra México. Para abril del presente año se calcula que casi medio millón de personas
han sido operadas y han recuperado la vista, sin pagar un solo peso.10
También en 2005, bajo el marco del ALBA, se inaugura una oficina de Petróleos de
Venezuela S.A en la Habana —PDVSA-Cuba—, que tiene como fin la exploración,
refinación, importación, almacenamiento y la comercialización de hidrocarburos y sus

8
Prensa latina www.prensalatina.cu ( abril 2005)
9
Portal ALBA www.alternativabolivarina.org (abril 2005)
10
Ibid

8
derivados. Junto con la apertura de la oficina PDVSA-Cuba, también se inauguró una filial
del Banco Industrial de Venezuela en la Habana, mientras que en Caracas se abrió una
filial del Banco Exterior de Cuba. Se acordó preferencias arancelarias para los productos
cubanos, mientras que en Cuba se exime de pago de los derechos de aduana a las
importaciones provenientes de Venezuela, además la eliminación del pago de impuestos
sobre utilidades a las empresas propietarias de barcos venezolanos.
En Bolivia, a un año de la firma del ALBA-Tratado de Comercio de los Pueblos
(TCP), se han realizado 673 proyectos productivos, los cuales han sido apoyados con
recursos económicos y técnicos. Los créditos otorgados por el ALBA- TCP tienen un tope
de 15 mil dólares y hasta diez años de plazo para pagarlos. Dentro de estos proyectos se
encuentra la construcción de hospitales, escuelas, cooperativas y empresas mixtas.11
Para 2007, los acuerdos entre Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua se han
ampliado de manera importante, en abril de este año, por ejemplo, durante la V Cumbre del
ALBA en Barquisimeto, Venezuela, se anunció la apertura de dos empresas mixtas en
Cuba para la producción de acero inoxidable y ferroníquel, una fábrica en Nicaragua de
aluminio y para la extracción de hierro, en Bolivia la instalación de una acería y dos
fábricas para la producción de cemento. Además, se acordó dar continuidad a la
conformación de un fondo de países del ALBA que tendría como finalidad apoyar
proyectos sociales en agricultura, producción de alimentos y la formación de un mayor
número de pequeñas y medianas empresas.12
Igualmente, durante esta Cumbre se firmaron acuerdos en materia energética:
Venezuela-Haití y Venezuela-Nicaragua, que se suman a los ya firmados entre Venezuela
con Cuba y Bolivia. Con estos acuerdos, los países integrantes contarán con mejores
precios para la importación de petróleo proveniente de Venezuela y se permitirá la
instalación de refinerías y empresas para la exploración de recursos energéticos. Venezuela
no sólo ofrece precios preferenciales sino también procura reducir al mínimo el costo de la
transportación. Este proceso es también llevado a cabo por Petrocaribe, donde han sido
beneficiados diversos países de la zona del Caribe. De hecho, en febrero de este año se
comprometieron a seguir el modelo de integración llevado a cabo por la ALBA tres países
integrantes del CARICOM — La Mancomunidad de Dominica, la isla de San Vicente y las
Granadinas y Antigua y Barbuda.

11
Portal ALBA op.cit (mayo de 2007)
12
Ibid

9
En este tema, en enero del presente año Venezuela y Cuba iniciaron la búsqueda de
petróleo en aguas profundas de la isla, en la zona adyacente al Caribe mexicano, tanto
PDVSA como Cuba petróleo —Cupet.13
A los acuerdos en materia energética se suman acuerdos ALBA-Haití y ALBA-
Nicaragua, donde se promoverá el desarrollo de las áreas de educación y salud, para lo cual
Cuba se compromete a otorgar apoyo en dichos rubros. A la creación de programas para la
alfabetización y el mejoramiento de los programas de salud se une el proyecto de la
formación social para el trabajo productivo. A esto debemos añadir la integración de
Bolivia al Banco del Sur, recientemente creado por Argentina y Venezuela, el cual tiene
como primer proyecto la financiación para la construcción de una carretera que uniría a
Bolivia con otros estados del continente.
Los avances del ALBA a más de 3 años de la firma del primer acuerdo han sido
sumamente importantes, sobre todo en las áreas de educación y salud, desde luego la
aportación de Venezuela para ofrecer petróleo a bajos costos ha sido de los avances más
significativos. Desde luego, la apertura de cooperativas y empresas mixtas están tomando
fuerza, lo que permite ir construyendo una red de empresas productivas no sólo con un fin
meramente comercial sino, y quizá de mayor trascendencia, social. En los párrafos
anteriores, y por cuestiones de tiempo, sólo mencioné algunos de los acuerdos más
sobresalientes, pero que ejemplifican de manera importante los avances del ALBA.
El modelo de integración llevado a cabo por la ALBA constituye en nuestros días
un elemento fundamental para lograr una de principales demandas de los pueblos
latinoamericanos: encontrar caminos que permitan el desarrollo autónomo de nuestra
región. Algunos elementos que parecen ser esenciales para diferenciar a la ALBA de
anteriores acuerdos de integración, no es sólo el momento político y social por el cual
transita nuestra región con la llegada de algunos gobiernos progresistas, sino que se plantea
una necesidad constante de hacer llegar este modelo de integración a los pueblos y ser
parte crucial para el desarrollo no sólo nacional sino regional en su conjunto, que de no ser
posible establecer dicho acuerdo a nivel de gobiernos nacionales, se trata de encontrar
mecanismos que permitan vincular gobiernos locales —estados y municipios. El desarrollo
social es un factor importante de vinculación de la región, a esto debemos agregar el
fomento al turismo y al acercamiento cultural, por ello la creación de las denominadas
Casas ALBA, las cuales surgen auspiciadas por el Fondo Cultural de la Alternativa

13
Ibid

10
Bolivariana para las Américas, que se ubican en Madrid, Buenos Aires, Quito, La Paz y
Managua, con planes de abrirse dos más, una en Caracas y otra más en la Habana. Es decir,
que el proyecto integracionista del ALBA va más allá de los aspectos meramente
comerciales y se extiende incluso sobre lo cultural, siendo éste un elemento clave de la
integración latinoamericana, de Nuestra América.

IV.- A manera de conclusión: La integración como un camino viable y necesario para


el desarrollo autónomo de Nuestra América.
Desde 1791, Francisco de Miranda en su Carta a los Americanos hablaba de
“formar de la América una grande familia de hermanos”14 y la convocatoria al Congreso
Anfictiónico de Panamá de 1826 realizada por Simón Bolívar, la integración es vista como
un elemento fundamental para la consolidación de las independencias y de la región como
nuevo actor internacional. La posibilidad y la necesidad de crear la Unión Americana son
defendidas por Justo Arosemena, Alberdi, Francisco Bilbao, Eugenio María de Hostos y
José María Samper, entre otros. Sin embargo, la idea de integración se ha visto afectada
por diversos frentes, por una parte, los intereses de países como Estados Unidos e
Inglaterra que utilizaron diversos métodos para boicotear a cualquier costo cualquier
intento de integración, tal como quedó demostrado en su participación en el Congreso de
Panamá de 1826, pues son precisamente los representantes de Estados Unidos —invitados
por Santander— los que se opondrán a la creación de una entidad anfictiónica, mientras
que para Inglaterra, su asistencia se limitaría a mantener una férrea defensa de sus intereses
comerciales y en limitar la influencia de Estados Unidos. Por otro lado, dentro de la región,
existieron diversos factores que impidieron la realización del ideal bolivariano. El papel de
las oligarquías debe ser consideradas, pues estas estuvieron fuertemente vinculadas al
mercado exterior y a las cuales poco les interesó fortalecer los mercados internos y mucho
menos la relación entre mercados intrarregionales, los excedentes no fueron utilizados para
el fortalecimiento económico interno sino, en un porcentaje importante, a la adquisición de
artículos suntuarios. El modelo de producción encaminado hacia la especialización en
América Latina, estableció la dinámica de productor de materias primas para nuestra
región mientras que Europa y Estados Unidos serían productores de manufacturas y de
bienes de capital, este camino llevo a concentrar la producción y significó una mínima

14
Beluche, Olmedo Unidad latinoamericana: ¿utopía bolivariana o posibilidad real? Ministerio de
comunicación e información, Venezuela, 2006 p. 6

11
diversificación de la economía, pero además, permitió establecer una dinámica de
dominación y subordinación.
La integración, no sólo dentro del ámbito económico —disminución o eliminación
de aranceles—, sino en el ámbito político, social e incluso cultural es una herramienta
necesaria para abrir caminos hacia el desarrollo autónomo. Nuestra región cuenta con
recursos humanos y naturales que de ser utilizados de manera racional e incluyente
permitirían un avance importante no sólo en el ámbito económico, sino social, político y
cultural, de su economía y de su población. Cuba, por ejemplo, siendo una economía
mucho menor a la mexicana, ha ejercido desde el triunfo de su revolución en 1959 una
política de solidaridad con los pueblos latinoamericanos, lo que significa que, para la
realización de un proyecto integracionista no sólo es necesario recursos económicos, sino
interés político, y es justo en este espacio donde los pueblos de Nuestra América tienen un
papel fundamental. La integración no debe ser pensada sólo desde el ámbito de los
gobiernos, o académicos, también debe ser pensada desde los movimientos sociales o
desde cualquier espacio político y social.
La integración es un camino viable para el desarrollo autónomo, no es casual que
Estados Unidos —principalmente— haya buscado desde el siglo XIX frenar cualquier
intento de integración latinoamericana autónoma. La unión de nuestras naciones es un
camino, no sólo viable sino también necesario. La Alternativa Bolivariana para las
Américas es un acuerdo novedoso y ha dado avances importantes que deben ser
considerados, por ello, es necesario que acuerdos de integración como éste sean
difundidos, conocidos y estudiados. La vinculación entre los pueblos es esencial para la
construcción de una posibilidad real de la integración de Nuestra América. El ideal
bolivariano es hoy necesario y posible.

V.- Bibliografía
Beluche, Olmedo Unidad latinoamericana: ¿utopía bolivariana o posibilidad real?
Ministerio de comunicación e información, Venezuela, 2006

Congreso Boliviano de los Pueblos Construyendo el ALBA desde los pueblos: una
propuesta de unidad para los pueblos de nuestra América Ed. Emancipación. 2005.

Guerra-Borges, Alfredo La integración de América Latina y el Caribe. La práctica de la


teoría. IIE UNAM. 1991.

12
Guerra Vilaboy, Sergio Los laberintos de la integración latinoamericana. Historia, mito y
realidad de una utopía, Facultad de Historia, Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo, 2002

Secretaría de organización del Congreso Bolivariano de los Pueblos Construyendo el


ALBA desde los pueblos. Una propuesta de unidad para los pueblos de Nuestra América,
Ediciones emancipación, Venezuela 2004

Veliz, Claudio “La mesa de tres patas” en Desarrollo Económico Vol. III n. 1-2, Santiago
de Chile, 1963

Internet
Portal Alternativa Bolivariana para América Latina y El Caribe. www.alba.gob.ve (mayo
2007)
Prensa latina www.prensalatina.cu (mayo 2007)

13

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