El Árbol de La Ciencia - Estudio
El Árbol de La Ciencia - Estudio
El Árbol de La Ciencia - Estudio
EL AUTOR
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A) SU VIDA Y PERSONALIDAD.
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Baroja lleva al extremo la tendencia antirretórica de los noventayochistas. El
resultado es una prosa rápida, nerviosa, vivísima. Aspectos concretos de su orientación
estilística son sus preferencias por la frase corta y el párrafo breve. Este estilo cobra
especial relieve en sus descripciones: son pinturas rápidas, que nos producen una
impresión de realidad, puede hablarse en relación a ellas de técnica impresionista. La
naturalidad barojiana alcanza manifestaciones eminentes en la autenticidad
conversacional de los diálogos, en los que el autor se muestra como maestro insuperable.
C) OBRAS
EL ÁRBOL DE LA CIENCIA
La trilogía «La raza» apareció con esta ordenación: La dama errante, 1908; La
ciudad de la niebla, 1909; El árbol de la ciencia, 1911. Lo que en ellas se cuenta no sigue
este orden, ya que el contenido de El árbol de la ciencia es anterior, cronológicamente,
al de aquéllas.
El árbol de la ciencia responde a lo que la crítica alemana llama una “novela de
formación” de un personaje. Desarrolla la vida de Andrés Hurtado, un personaje perdido
en un mundo absurdo y en medio de circunstancias adversas que constituirán una sucesión
de desengaños.
Esta obra es quizás – según Eduardo de Nora- la más representativa de las novelas
barojianas. A su vez, es sumamente representativa de la época: el profesor Valbuena la
considera “la novela más típica de la generación del 98”.
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A) AUTOBIOGRAFÍA.
El lector que quiera profundizar y analizar los personajes de la novela tendrá por
fuerza que leer e segundo tomo de sus memorias (Familia, infancia y juventud).
Basándonos en estos años de la vida del autor como estudiante de medicina es fácil
comprender cómo y por qué escribió El árbol de la ciencia. Lo primero que debió pensar
al componer la figura de Andrés Hurtado fue en sí mismo, en las sensaciones e
impresiones que tuvo al encontrarse con ese mundo, siendo como era un joven sensible
(esta sensibilidad se extrema en el caso de Andrés) e ilusionado ante el porvenir de la
ciencia y la inquietud filosófica que lo dominaba.
Luisito, el niño de la familia, irá entrelazado en el desarrollo de la acción con la
imagen del hermano mayor del novelista, Darío, que muere en Valencia tuberculoso. Esta
muerte en plena juventud (Darío tenía 23 años al morir) se le quedará tan marcada que a
lo largo de sus novelas, la incluye varias veces (muerte de Juan, de Aurora Roja y de
Jaime Thierry de Las noches del Buen Retiro: ambos personajes mueren a la misma edad
que su hermano Juan y ambos tuberculosos). Con respecto a su hermana Margarita,
conserva parte del recuerdo de su propia hermana, Carmen Baroja, de niña. En cuanto al
padre, que en la novela es egoísta y déspota en casa, dista mucho de don Serafín Baroja,
hombre «alegre y bondadoso, muy preocupado de la opinión de sus antiguos amigos y
bastante despreocupado de las cosas propias». En la novela, la madre de Andrés,
Fermina Iturrioz, ha fallecido. Con ello Baroja soslayó cualquier referencia a la suya,
doña Carmen Nessi, a la que veneraba.
Otro de los pasajes autobiográficos de la novela es el que corresponde a su empleo
como médico en Alcolea y el ambiente que allí encuentra. También el enfrentamiento que
tiene con el médico titular: Pío Baroja sufrió un enfrentamiento parecido al ir a Cestona
y encontrarse con el médico viejo que trata de hacerle la vida imposible y cuyas relaciones
son muy semejantes a las que describe en la novela. Este paralelismo se acentúa aún más
en los casos concretos que describe en la novela y que son recreación de algunos casos
reales que el autor vivió como médico, como la punción abdominal de la chica, o la muerte
de la vieja, que en el caso de la novela se desarrolla con aspectos más dramáticos y
literarios. También habría que señalar como una luz en su camino, un recuerdo amoroso
y poético que encuentran Andrés y Baroja: la aparición de la mujer. La bella Dorotea, con
la que Andrés convive, en la que encuentra un refugio y con la que mantiene una relación
sexual durante una noche parece corresponderse con la chiquita vascongada que viaje en
el mismo vagón que el joven Baroja, médico, camino de Cestona.
En relación con lo anterior, se ha hablado de una supuesta misoginia del autor, pero –
según Pío Caro Baroja, en su introducción a la novela en Cátedra- hemos de considerar
el gran respeto con que Baroja abordó siempre el tema sexual y la delicadeza con que
trató a las mujeres (la hermana de Andrés, Margarita; Lilí, al borde de la catástrofe, pero
que logra salvarse; Dorotea;… y sobre todo Lulú).
B) EL TÍTULO
Procede del Génesis (2, 9 y 17): «yavé Dios, después de crear al hombre, lo
coloca en el Edén, donde hay toda clase de árboles hermosos y entre ellos el de la vida
(que daba la inmortalidad) y el de la ciencia del bien y del mal (que proporcionaba la
ciencia práctica de la vida y la felicidad terrenas), con la advertencia de que "el día que
de él comieres, ciertamente morirás".»
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El árbol de la ciencia, insiste en lo intelectual, en el conocimiento de la verdad;
todo acaba aplastado por el árbol de la vida, pero algún día la ciencia podrá ser útil, como
parecen indicar las palabras finales:”había en él algo de precursor”, referidas al suicida.
C) ARGUMENTO
Primera parte
Once capítulos. Transcurre en Madrid. Se nos presenta a Andrés Hurtado, su familia, sus
amistades (J. Aracil, Montaner...), la soledad en que vive (se refugia en la lectura), la
decepción que le producen los profesores de la Facultad y el comienzo de la enfermedad
de Luisito, su hermano menor. En el Hospital de San Juan de Dios comprueba la
impotencia de la medicina para remediar el sufrimiento humano y advierte la inmoralidad
que existe en aquel centro (administradores, médicos, religiosos). Estos
condicionamientos conforman el carácter del joven: solitario, reflexivo y pesimista.
Segunda parte
Nueve capítulos. Acompaña a J. Aracil en busca de diversiones. Esto le pone en contacto
con una serie de tipos (comadrona que practica abortos, prostitutas, borrachos, chulos,
mendigos, usureros, bohemios...) y conoce a Lulú, una joven de carácter noble e
independiente. Hurtado considera, con Schopenhauer, que «la vida es una lucha
constante, una cacería cruel en que nos vamos devorando los unos a los otros». Planteada
esta cuestión a su tío Iturrioz, éste opina que solo existen dos soluciones para el hombre
sereno: la abstención y contemplación indiferente de todo, o la acción, pero limitándola
a un círculo pequeño, porque resulta absurdo y quijotesco tomarla como regla general de
conducta. Ante esto, A. Hurtado, perplejo, se preguntará: «¿Qué hacer? ¿Qué dirección
daré a la vida?»
Tercera parte
Cinco capítulos. La familia de Andrés se traslada a Valencia. Luisito parece mejorar.
Andrés concluye el doctorado y marcha a un pueblo de la provincia de Burgos para
sustituir temporalmente al médico. Allí se encuentra a gusto, pero al mes y medio recibe
una carta de su padre comunicándole el fallecimiento de Luisito. La noticia le llega ocho
días después de haber ocurrido. Es un mazazo. El dolor, ahora, le afecta personalmente;
a pesar de ello, constata con estupor que no siente ninguna desesperación.
Cuarta parte
Cinco capítulos. Conecta con la conversación de Andrés e Iturrioz del final de la segunda
parte. Aquí se hace mención expresa de los versículos del Génesis a los que antes nos
hemos referido. Andrés elogia a Kant y a Schopenhauer, destructores de la influencia que
el semitismo ha ejercido en el pensamiento de nuestra sociedad, y confía en los progresos
de la ciencia para modificarla y liberarla de falsedades. Pero Iturrioz opone que el
intelectualismo es estéril porque lleva a una destrucción sistemática de cuanto ha sido la
base de la sociedad y, en cambio, no lo ve capaz de construir un mundo mejor que el
existente; la claridad del pensamiento científico conduce a una vida completamente
vulgar, y afirma: «Hay que vivir con las locuras que uno tenga, porque es necesario una
fe para hacer algo útil». Andrés no lo acepta; no admite otra fe que la de las propias
fuerzas; la otra hay que destruirla. La inteligencia ha de prevalecer sobre lo demás. Solo
con ella se puede comprender el mundo, la vida y explicar las cosas.
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Quinta parte
Diez capítulos. Esta parte se titula «La experiencia en el pueblo». Significativamente, en
las dos restantes también se recurre a aquel sustantivo «La experiencia en Madrid» y «La
experiencia del hijo», respectivamente).
Andrés ejerce en Alcolea del Campo, pueblo manchego. Profesionalmente podría sentirse
contento; pero el ambiente que le rodea le repugna. Alcolea es una síntesis de los vicios
y defectos que existen en muchos pueblos españoles: envidia, estupidez, caciquismo,
crueldad, orgullo, vanidad, rivalidades... Andrés se refugia en la lectura, «porque no podía
vivir», y por último decide dejar la plaza. Allí todo es absurdo, como lo es que la noche
de su partida, aprovechando que están solos en la casa, duerma con Dorotea, su patrona.
Sexta parte
Nueve capítulos. Regresa a Madrid. Asiste al espectáculo de la inconsciencia colectiva
ante el desastre de la guerra de Cuba; reencuentra a amigos y condiscípulos (Aracil,
Montaner, Lamela, Ibarra...) cuyas vidas, en realidad, no son más que un fracaso. Ocupa
una plaza de médico de Higiene y, por ello, ve de cerca las miserias del mundo de la
prostitución. No hay en su vida nada sonriente; se siente «como un hombre desnudo entre
zarzas». Pero encuentra a Lulú, se ven con frecuencia y, aunque cree que el amor en el
fondo «es un engaño, como la vida misma», confiesa que la quiere.
Séptima parte
Cuatro capítulos. Andrés y Lulú se casan. Él gana lo suficiente como traductor para una
revista médica. Se aísla un tanto del mundo y le satisface la vida ordenada que lleva. Lulú
y él se admiran mutuamente. Pero Lulú queda embarazada y su carácter cambia; de
burlona y alegre se vuelve triste y sentimental. Esto y la preocupación por haber
engendrado un hijo para, con él, contribuir a perpetuar el dolor en el mundo desasosiegan
a Andrés. El parto no es normal y el niño nace muerto. Tres días después fallece Lulú.
Andrés, sin fuerzas para vivir, se suicida.
D) ESTRUCTURA DE LA NOVELA
El protagonista da unidad al relato. Pero, su trayectoria va hilvanando multitud de
elementos, con esa libertad tan característica de la novela barojiana. A pesar de ello, la
novela tiene una estructura muy precisa.
El árbol de la ciencia se compone de siete partes que suman 53 capítulos de
extensión generalmente breve. El número de capítulos que integran cada una de las partes
es variable. Cabría dividir la obra en dos ciclos o etapas de la vida de Andrés, separadas
por un intermedio reflexivo ( la parte IV). En torno a este intermedio, las dos etapas
(integradas cada una por tres partes) presentan entre ellas una clara simetría:
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I FAMILIA Y ESTUDIOS
II EL MUNDO EN TORNO (aparece LULÚ) PRIMERAS
III EXPERIENCIA DECISIVA: muerte EXPERIENCIAS
Luisito>profunda desorientación de Andrés. (“Formación”)
IV: INTERMEDIO REFLEXIVO
V EN EL CAMPO
VI EN LA CIUDAD (reaparece LULÚ) NUEVAS
VII NUEVA EXPERIENCA DECISIVA: EXPERIENCIAS
matrimonio, muerte de su hijo>suicidio de (“Búsqueda de una
Andrés. solución vital”)
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F) TEMAS:
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La ida al Mediterráneo en busca del sol, el calor, … se repite en varias novelas de
Baroja (en Camino de perfección, Osorio busca también la felicidad en sus orillas) y
quizás sea producto de su recuerdo nostálgico de su estancia en Valencia. Puede decirse
que Baroja es un higienista en el sentido amplio de la palabra, porque sus principios de
limpieza, asepsia traspasan muchas veces las simples concepciones materialistas o
biológicas y las lleva al terreno moral, como una forma de conducta, de dignidad humana.
SENTIDO EXISTENCIAL
De sus páginas se desprenden incesantemente unas ideas sobre el hombre y la vida
que se inscriben a la perfección en el pesimismo existencial y el escepticismo.
Para Baroja el mundo carece de sentido, la vida le resulta absurda y no alberga
ninguna confianza en el hombre. Ideas como estas justifican el hastío vital de muchos de
sus personajes. La raíz de esta concepción puede hallarse en Shopenhauer, el filósofo más
leído y admirado por Baroja. Shopenhauer definía la vida como “una cosa oscura y ciega,
potente y vigorosa, sin justicia, sin fin: una fuerza movida por una corriente x, la voluntad.
En vano se buscará un sentido a la vida: ciega, insensata, cruel es la vida…”
De ahí que sus personajes favoritos sean los inconformistas, el hombre de acción
(influencia de Nietzsche) que, con su vitalismo, se alza contra la sociedad, aunque rara
vez con éxito, pero también el abúlico, el pesimista (Shopenhauer) cuyo impulso vital ha
quedado paralizado por la falta de fe en el mundo. Tal es la doble cara del héroe barojiano.
Los conflictos existenciales constituyen el centro de la obra. El tío de Andrés,
Iturrioz, intenta hacerle comprender la relatividad de la vida y de sus verdades (influencia
de Kant), pero éste no halla ningún asidero intelectual. Busca encontrar el sentido de la
existencia en la religión, la filosofía, la ciencia,… pero éstas no le proporcionan
respuestas; al contrario, la inteligencia y la ciencia no hacen sino agudizar el dolor de
vivir, del que el personaje solo logra escapar en algunos momentos de su vida en los que
logra la ATARAXIA (Se denomina ataraxia, del griego ἀταραξία, «ausencia de
turbación», a la disposición del ánimo propuesta por los epicúreos y escépticos, gracias a
la cual un sujeto, mediante la disminución de la intensidad de sus pasiones y deseos, y la
fortaleza frente a la adversidad, alcanza el equilibrio y finalmente la felicidad, que es el
fin de estas corrientes filosóficas. La ataraxia es, por tanto, tranquilidad, serenidad e
imperturbabilidad en relación con el alma, la razón y los sentimientos). La vida humana
queda sin explicación, sin sentido (nihilismo). Las lecturas filosóficas de Andrés, las
mismas que las de Baroja, lo confirman. De Shopenhauer proceden, a veces casi
textualmente, algunas definiciones de la vida que encontramos en la novela.
Con ello se combina la idea de “la lucha por la vida” de Darwin, que da título a
una de sus trilogías más famosas. En El árbol de la ciencia se dice: “La vida es una lucha
constante, una cacería cruel en que nos vamos devorando unos a otros”. La vida es una
lucha cruel en la que los más instintivos y primitivos devoran y derrotan a los débiles y
sensibles. El tema de la crueldad está muy presente en esta obra: maltrato a los cadáveres
en la facultad; doña Virginia explota y vende a mujeres; el médico de San Juan de Dios
maltrata a los enfermos,…
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La vida en sí misma es cruel: cuando Andrés parece encontrar un estímulo en su vida (el
amor), junto a Lulú y su hijo, éstos mueren. Hurtado no puede sobreponerse a este golpe
de la vida y huye de ella, se suicida. Alguien apuntó en cierta ocasión que Baroja sólo
concedía la muerte a sus personajes más queridos, pero según Pío Caro Baroja, habría
que añadir que les concedía la muerte porque tenía por fuerza que concederles ese don,
ya que en ese momento el personaje completaba su ciclo de acción y pensamiento.
ANTISEMITISMO
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