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Este documento define y describe las funciones ejecutivas desde una perspectiva neuropsicológica. Explica que las funciones ejecutivas son habilidades cognitivas dirigidas al logro de metas y orientadas al futuro que permiten responder a nuevas situaciones. Incluye los componentes clave de las funciones ejecutivas como la inhibición, flexibilidad, planificación y memoria de trabajo. También discute cómo se pueden medir y evaluar las funciones ejecutivas a través de pruebas neuropsicológicas.
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Este documento define y describe las funciones ejecutivas desde una perspectiva neuropsicológica. Explica que las funciones ejecutivas son habilidades cognitivas dirigidas al logro de metas y orientadas al futuro que permiten responder a nuevas situaciones. Incluye los componentes clave de las funciones ejecutivas como la inhibición, flexibilidad, planificación y memoria de trabajo. También discute cómo se pueden medir y evaluar las funciones ejecutivas a través de pruebas neuropsicológicas.
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Nombre

Altagracia Monero Soriano

Matricula
19-SPSS-1-091

Materia
Neuropsicología

Docente
Isis Deyanira Vargas Arias
INTRODUCION

Función ejecutiva es un concepto propio del campo de la neuropsicología que engloba


un amplio abanico de habilidades cognitivas dirigidas al logro de una meta y orientadas
al futuro.

Dentro de las funciones ejecutivas existen diferentes procesos que convergen en su


concepto general, entre ellas podemos encontrar las básicas como la inhibición de la
respuesta, la flexibilidad cognitiva y la memoria de trabajo, y las que derivan de ellas,
como la planificación y la organización.

Las funciones ejecutivas permiten responder a nuevas situaciones y son la base para
controlar otros procesos cognoscitivos, emocionales y comporta-mentales. Son muy
importantes para la ejecución de la mayor parte de las actividades diarias del ser,
principalmente las que involucran la creación de planes, la toma de decisiones, la
solución de problemas, el auto-control y la regulación.
Concepto de Fe
El concepto de FE define a un conjunto de habilidades cognitivas que permiten la
anticipación y el establecimiento de metas, la formación de planes y programas, el
inicio de las actividades y operaciones mentales, la autorregulación de las tareas y la
habilidad de llevarlas a cabo eficientemente. Este concepto define la actividad de un
conjunto de procesos cognitivos vinculada al funcionamiento de los lóbulos frontales
cerebrales del ser humano.

La FE se refiere a una serie de factores organizadores y ordenadores subyacentes a


todas las demás actividades cognitivas y pueden permanecer intactas, pudiendo una
persona sufrir pérdidas cognitivas considerables y continuar siendo independiente,
constructivamente autosuficiente y productiva.

En los últimos años se ha intentado delimitar las capacidades que componen el


constructo de las FE y se han especificado varios componentes: memoria de trabajo,
planificación, flexibilidad, monitorización e inhibición de conductas. En este sentido
Elkhonon Goldberg, discípulo de Luria, en su libro "El cerebro ejecutivo" utiliza la
metáfora del "director de orquesta". Según esta metáfora los lóbulos frontales como
sustrato anatómico principal de las funciones ejecutivas serían los encargados de recibir
información del resto de estructuras cerebrales coordinándolas entre sí para realizar
conductas proposicionales o dirigidas a un fin.

La estimulación de las funciones ejecutivas (asociadas a la corteza prefrontal) es


realizada por el neuropsicólogo clínico. Cabe destacar que cuanto antes se realice dicha
rehabilitación, mayor será la recuperación funcional del paciente, si bien habrán de
tenerse en cuenta otros factores relativos a la propia plasticidad neural (edad del
paciente, historia previa, etc.). Sin lugar a dudas, la rehabilitación de estos pacientes
frontales cobra una vital importancia ante las manifestaciones conductuales relativas a
dicho daño cerebral y la forma que estas afectan a la vida diaria y al entorno del
paciente.

Tradicionalmente se han estudiado los déficits en las FE en sujetos con daño cerebral
frontal. Más recientemente también se han estudiado en sujetos con daño cerebral en
otras regiones tales como el cerebelo o las áreas subcorticales; así como en las
diferentes enfermedades neurodegenerativas. También se han comprobado déficits en
las funciones ejecutivas en trastornos tan variados como el TDAH (trastorno por déficit
de atención con hiperactividad) o los trastornos psiquiátricos clásicos. Estos déficits
ejecutivos apoyan las teorías del origen biológico de estos trastornos.
Los componentes esenciales de las Funciones Ejecutivas son:

 Actualización: capacidad para adquirir, insertar y manipular nuevas informaciones


útiles en la resolución de problemas novedosos y complejos.
 Fluencia: capacidad de proceso de información y emisión de respuestas de forma
eficaz empleando el menor tiempo posible.
 Flexibilidad: capacidad para emitir las respuestas adecuadas y pertinentes en cada
nueva situación, inhibiendo aquellas respuestas que no resultan adecuadas y
facilitando, por tanto, la alternancia eficaz entre nuevas tareas.
 Inhibición: es la capacidad para suprimir la información no relevante o las repuestas
automáticas que no son apropiadas a la hora de realizar una tarea de forma eficaz.
 Programación o planificación: es la capacidad para determinar, seleccionar y
organizar de forma eficaz los pasos y tareas necesarias para conseguir el objetivo
propuesto.
 Toma de decisiones: es la capacidad de elegir la opción más eficaz de entre las varias
alternativas disponibles.
 Memoria de trabajo: es la capacidad de manipulación activa de información mientras
realizamos una actividad cognitiva.
¿Cómo medir y evaluar las funciones ejecutivas?
Las funciones ejecutivas nos permite realizar correcta y eficientemente muchas de
nuestras actividades del día a día. Así, evaluar las funciones ejecutivas puede ser de
gran ayuda en diferentes ámbitos de la vida: en ámbitos académicos (saber si el alumno
va a controlar bien su conducta durante las clases o si va a organizar bien su estudio), en
ámbitos clínicos (saber si un paciente va a presentar dificultades para adaptar sus
impulsos o sus estados emocionales a la situación) o en ámbitos profesionales (saber si
un los trabajadores van a poder resolver los imprevistos que se presenten y tomar las
decisiones pertinentes de manera adecuada).
Mediante una completa evaluación neuropsicológica podemos medir de una manera
eficaz y fiable las diferentes habilidades cognitivas, como las funciones ejecutivas.
CogniFit dispone de un conjunto de test que evalúan algunas de las habilidades
cognitivas que componen las funciones ejecutivas, como: la inhibición, la planificación,
la flexibilidad cognitiva, la monitorización y la memoria de trabajo.

Definición actual

En la actualidad, el desarrollo de técnicas de exploración funcional y baterías

neuropsicológicas computarizadas han permitido refinar el concepto; siendo las

funciones ejecutivas definidas como un conjunto de habilidades cognoscitivas que

permiten el diseño de planes y programas, la monitorización de tareas, la anticipación y

establecimiento de metas la selección precisa de los comportamientos y las conductas y

la flexibilidad en el trabajo cognoscitivo y su organización en el tiempo y en el espacio

para obtener resultados eficaces en la resolución de problema.

Sin embargo, dicha definición, no es más que un definición de pormenorizada de un

conjunto de procesos cognitivos vinculados al funcionamiento de los lóbulos frontales

[5]. En cosecuencia, dicha redefinición ha llevado, en los últimos años, a intentar acortar

las habilidades o capacidades que componen dicho concepto. En esta línea, Golberg

(1946- ), seguidor de Luria; equipara dicha función cognitiva al director de orquesta en

su libro “El cerebro ejecutivo”.


De lo anterior, se puede concluir que, Goldberg utiliza dicha metáfora para describir el

papel que desempeñan los lóbulos frontales en el control ejecutivo. En este sentido,

el lóbulo frontal, estructura principal que sustenta esta función, sería el encargado de

recibir información procedente de otras áreas cerebrales con el objetivo de combinarla

para realizar la conducta objetivo. En concreto, entre las numerosas definiciones

aportadas desde la Neuropsicología en los últimos años destacamos el planteamiento

integrador de Tirapu y colaboradores. Dicho autores definen el concepto como la

capacidad de hallar soluciones para un problema novedoso, llevando a cabo predicciones

de las consecuencias a las que nos puede llevar cada una de las soluciones imaginadas.

Problemas conceptuales (Javier Tirapu,2002)

 Falta de consenso en la definición.

 Problemas en relación a a la estructura cerebral relacionada con la función.

 Falta de un marcador cerebral inespecífico.

 Problemas en la evaluación.

 Problemas de neuroimagen.

Localización de las funciones ejecutivas

La teoría más compleja sobre el funcionamiento del lóbulo frontal no aparece hasta la

publicación de los trabajos de A.R Luria (1973,1974,1977,1980). Es precisamente a este

autor al que se le debe la concepción de la zona prefrontal de ese lóbulo como la llave de

la programación de la actividad mental, con actividades específicas directamente

relacionadas con esa parte del córtex como son la planificación de actividad, la

regulación de las mismas o el cambio en ellas. Los lóbulos frontales se hallan implicados

en una amplia miríada de funciones, tales como el lenguaje, el control motor o ciertas

funciones perceptuales de alto nivel.


En las dos últimas décadas, se ha profundizado en el papel que estas regiones cerebrales

desempeñan en la conducta humana y en el control de los procesos cognitivos. Así, un

sólido cuerpo de conocimiento científico demuestra que los lóbulos frontales se hallan

implicados en la ejecución de operaciones cognitivas específicas, tales como

memorización, metacognición, aprendizaje, razonamiento y resolución de problemas .

Los lóbulos frontales, y más concretamente las regiones prefrontales, permiten el control,

la organización y la coordinación de diversas funciones cognitivas, respuestas

emocionales y comportamientos, mediante un amplio conjunto de funciones de

autorregulación denominadas funciones ejecutivas . El córtex prefrontal es la base

anatómica de estas funciones de control, siendo necesario cuando se está aprendiendo

una actividad nueva y se requiere de un control activo .

Premisas relacionadas con las Funciones Ejecutivas (Javier Tirapu)

 Anatómicamente, las funciones ejecutivas dependen de un sistema neuronal

distribuido

 El córtex prefrontal desempeña un papel destacado en dicho funcionamiento.

 Distintas regiones del córtex prefrontal se relacionan con diferentes aspectos

del funcionamiento ejecutivo.

 No disponemos de un modelo único que nos permita explicar cómo procesos

cognitivos específicos se controlan y coordinan durante la ejecución de

actividades cognitivas complejas.

 Existe cierto consenso en aceptar que el constructo funciones ejecutivas no

constituye un concepto unitario, sino la combinación de diversos procesos

cognitivos que se combinan de múltiples maneras para operar en diferentes

situaciones.
Lesiones del córtex prefrontal

Los estudios sobre el funcionamiento ejecutivo toman como punto de partida las

alteraciones cognitivas y conductuales observadas en pacientes con lesiones frontales, así

como los trabajos que tratan de identificar las regiones cerebrales implicadas en la

realización de tareas ‘ejecutivas’ en pacientes sanos. La lesión del córtex prefrontal

(CPF) puede ocasionar los siguientes déficit cognitivos:

 Dificultades en la planificación,

 Razonamiento abstracto

 Resolución de problemas

 Formación de conceptos

 Ordenamiento temporal de los estímulos

 Atención

 Aprendizaje asociativo

 Proceso de búsqueda en la memoria

 Mantenimiento de la información en la memoria de trabajo

 Habilidades motoras,

 Generación de imágenes,

 Manipulación de las propiedades espaciales de un estímulo,

 Metacognición

 Cognición social.

Evaluación del funcionamiento ejecutivo

Existen múltiples instrumentos, cuyo fin último es evaluar de forma cuantitativa el

rendimiento en tareas en las que se encuentra implicada este dominio cognitivo. Entre

ellos:
Wisconsin Card Sorting Test

 Autor: Berg (1948).

 Objetivo: este test puede ser considerado como una medida de las funciones

ejecutivas, ya que para su resolución requiere de las habilidades para

desarrollar y mantener las estrategias de resolución de problemas que resultan

adecuadas para conseguir un objetivo.Asimismo, puede ser una medida

objetiva de la flexibilidad cognitiva, ya que requiere de dicha capacidad del

sujeto para generar diferentes estrategias que le permitan resolver el problema.

 Edad de aplicación: a partir de los 16 años.

 Instrucciones: este test es poco usual porque no le voy a dar mucha

información sobre lo que hay que hacer. La tarjeta consiste en emparejar

tarjetas, con estas cuatro que he colocado aquí y sirven de clave.Hay que

tomar siempre una tarjeta de este bloque, la de arriba, y colocarla debajo de la

tarjeta clave con la que se crea que hace pareja. Yo no puedo decirle cómo se

deben emparejar, pero cada vez que coloque una le diré si lo ha hecho

correctamente o no.

 Tiempo: no es una prueba con tiempo limitado. Aunque el tiempo empleado

en las aplicaciones realizadas es bastante variable, la mayoría de las veces es

completado en 20-30 minutos.

Torre de Londres

 Autor: Shallice (1982)

 Objetivo. Este test puede ser considerado como una medida de las funciones

ejecutivas, ya que para su resolución requiere de las habilidades de

planificación para lograr el objetivo propuesto por el evaluador.


 Edad de aplicación. Creada inicialmente para adultos. Posteriormente, se creó

una versión para niños.

 Instrucciones.En esta prueba al paciente se le suministran unas varillas y unas

estructuras circulares donde pueden ensamblarse según las instrucciones del

evaluador.

 Tiempo. 10 minutos aproximadamente.

Behavioral assessment of dysecutive syndrome (BADS)

 Autor: Wilson, Alderman, Burgess, Emslie y Evans (1996)

 Objetivo: Este test puede ser considerado como una medida de las funciones

ejecutivas, ya que para su resolución requiere de las habilidades para

desarrollar y mantener las estrategias de resolución de problemas que resultan

adecuadas para conseguir un objetivo.

 Edad de aplicación: puede ser aplicado desde los 16 a los 87 años.

 Subtest. Test del zoo

 Instrucciones versión 1. Imagina que vamos al zoo. Tu tarea es planificar una

ruta alrededor del zoo para visitar todos los lugares que aparecen en las

instrucciones.

 Instrucciones versión 2. Al día siguiente regresas al zoo para otra visita, pero

esta vez las instrucciones han cambiado.

 Tiempo: 10 minutos aproximadamente.

Behavior Rating Inventory of Executive Function (BRIEF-2)

 Autor: G. A. Gioia, P. K. Isquith, S. C. Guy y L. Kenworthy (2015)

 Objetivo: Permite evaluar los aspectos más cotidianos y conductuales de las

funciones ejecutivas con una satisfactoria validez ecológica.


 Formas de aplicación: Dispone de dos formas del cuadernillo (familia,

escuela)

 Edad de aplicación: 5 – 18 años.

 Indices: Indice global de función ejecutiva, indice de regulación conductual,

indice de regulación emocional, indice de regulación cognitiva, inhibición,

flexibilidad, control emocional, iniciativa, memoria de trabajo, planificación,

supervisión de sí mismo y supervisión de su tarea.

 Tiempo: 10 minutos aproximadamente.

Pruebas de laberinto

Este tipo de pruebas se han venido utilizando para obtener datos sobre los niveles más

altos del funcionamiento cerebral que requiere planificación y previsión.


Conclusiones

Para la evaluación de estas funciones ejecutivas se han propuesto varias pruebas, como el

test de clasificación de cartas de Wisconsin, la torre de Hanoi, etc. Sin embargo, la

ejecución de los mismos se lleva a cabo de forma sistematiza, fruto de la falta de un

modelo previo. En resumen, cuando observamos errores en la resolución de los mismos

de forma cuasi-automática concluimos que el paciente presenta un déficit disejecutivo,

sin especificar que procesos de dicho dominio se encuentran afectados. En consecuencia,

surge la necesidad de elaborar un modelo conceptual previo de las funciones ejecutivas

para lograr una correcta evaluacion neuropsicologica de los pacientes . De esta forma, los

resultados e interpretación derivados de la misma nos permitirán crear un tratamiento

individualizado y adaptado a cada paciente que nos permitará disminuir los déficits

subyacentes, logrando una mejor calidad de vida de los mismos.

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