La Poesía Desde El Modernismo A Las Vanguardias
La Poesía Desde El Modernismo A Las Vanguardias
La Poesía Desde El Modernismo A Las Vanguardias
A finales del siglo XIX, los gustos estéticos se ven modificados debido a un cambio de mentalidad
artística, que recupera principios del Romanticismo como la originalidad o la libertad creadora. La
situación de crisis en la cultura occidental a finales del siglo XIX, agravada en el caso español por
el desastre del 98, provocó un cambio en el rumbo artístico. El movimiento literario correspondiente
este periodo es conocido como Modernismo.
LÍRICA NOVENTAYOCHISTA
Por otra parte, se reservó el término de Generación del 98 para los autores que, si bien estaban
dentro del mismo clima de fin de siglo al que hemos llamado Modernismo, adoptaron una actitud de
reflexión y de crítica ante la situación política, social y económica de España; pretendían con sus
obras calar en la conciencia de sus conciudadanos e influir en la realidad social española. Se trata,
pues, de un movimiento exclusivamente español que reacciona ante la crisis del 98 reivindicando la
necesidad de una regeneración nacional.
Los temas del 98 son el tema de España y las preocupaciones existenciales: el primero se observa
en cómo recorren y describen España (especialmente el paisaje castellano) y la historia de España,
sobre todo lo que Unamuno llamó la "intrahistoria", y ven en Castilla, antimercantil, austera y
espiritual, el alma de España; con respecto al segundo, son constantes sus reflexiones sobre el
sentido de la existencia humana, el paso del tiempo, la muerte.
Su etapa modernista, con Soledades, galerías y otros poemas, está dentro del Modernismo
intimista (expresión de sus emociones). Le interesa expresar el amor, el paso del tiempo, la
conciencia de la muerte, Dios... Es una poesía simbolista: la tarde, el camino, el rio, un árbol son
símbolos de realidades profundas, de estados de ánimo o de obsesiones íntimas. Su etapa
noventayochista, con Campos de Castilla, es una reflexión sobre la realidad de España, sus tierras
y sus gentes. Hay una actitud crítica que da testimonio del atraso y la pobreza, de las desigualdades
e injusticias. Una última etapa de inquietud filosófica está representada por Nuevas canciones
(1924) y sus últimos poemas, que aparecen agrupados en diversos conjuntos poéticos: Los
complementarios, y el Cancionero apócrifo de Abel Martín y de Juan de Mairena. En estos poemas
y otros textos en prosa se funden el subjetivismo y el objetivismo.
LÍRICA NOVECENTISTA VANGUARDISTA
Sus rasgos estéticos más importantes son: el racionalismo, pues se concede gran importancia al
rigor intelectual y a la claridad expositiva; el antirromanticismo, se rechaza lo sentimental y lo
pasional y se prefiere lo clásico y las actitudes equilibradas y serenas; defensa del "arte puro", es
decir, se considera que el arte solo debe proporcionar placer estético, sin ser vehículo de
preocupaciones religiosas o políticas; aristocratismo intelectual, al considerar el arte y, en
consecuencia, la literatura concebidos para minorías selectas (para la "inmensa minoría", en
expresión de Juan Ramón Jiménez).
Una etapa sensitiva (hasta 1916) marcada por la influencia de Bécquer, el Simbolismo y el
Modernismo. Se trata de una poesía emotiva y sentimental: Arias tristes, Jardines lejanos, Platero y
yo (prosa poética, 1914) y Estío, entre otros. Una época intelectual (1916-1936), expresión de la
experiencia sin ropajes retóricos. Esta etapa viene marcada por la publicación en 1916 de Diario de
un poeta recién casado, que rompe definitivamente con el Modernismo y abre la poesía española a
las innovaciones vanguardistas. La etapa última o verdadera (1937-1958) que agrupa todo lo
escrito durante su exilio americano. Juan Ramón continúa replegado en sí mismo en busca de la
belleza y la perfección. Su ansia por la trascendencia lo lleva a identificarse con Dios, como deja
patente en Animal de fondo, En el otro costado y Dios deseado y deseante.
Paralelamente, el Vanguardismo nace como un movimiento efímero que tendrá en torno a 1920 sus
primeras manifestaciones y cuyo máximo representante y creador es Ramón Gómez de la Serna
(traductor del manifiesto futurista del italiano Marinetti y creador de sus famosas greguerías,
pequeñas composiciones que consistían en la unión de la metáfora y el humor, en palabras del
propio autor). Las vanguardias son la respuesta a una crisis histórica, al mismo tiempo social y
cultural. Por otra parte, hay que reseñar la importancia que desempeñó para el vanguardismo
español la obra teórica de Ortega y Gasset, con libros como La deshumanización del arte (1925) y
la creación de la Revista de Occidente (1923).