Jajá, Tu Madre Está Muerta!

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 6

Jajá, Tu madre está muerta!

Por

Tefare
Recién ahora, a un mes de que haya concluido, esta historia me
esta empezando a hacer ruido por lo increíble que puede resultar.
La anécdota que pienso explicar, se gestó durante los dos últimos
años, pero como ya aclaré, me acaba de caer la ficha.
Ésto pasó en verdad, pero es mi visión tal cual me voy acordando
de los hecho. Al principio, cuando mas lejanos me quedan los
sucesos, no podré ser muy preciso. Mas nos acerquemos al final,
ahí si seré mas cauto con los detalles.
Las condiciones en las que se dieron son muy específicas y aunque
quisiera, no creo que ningún experimentador social logre
replicarlas.

¿Y de qué se trata?
Bueno, eso se ira viendo a medida que vayamos avanzando,
porque no quiero pasarme por alto ningún detalle.
Para ir adelantándoles algo, y dejándolos con ganas de saber como
se dio, le vos a contar como con unas escenas en particular, a lo
largo de casi tres años, yo junto a otros compañeros del liceo,
logramos que otros compañeros se rían de mi por tener a mi madre
muerta.

¿Donde?
Considero que el lugar donde tomaron lugar estos sucesos es
importante, porque forma parte de esas características únicas para
que haya sucedido. Esto paso en el Liceo Militar de Uruguay y la
característica que mas afectó fue la de tener un régimen interno,
es decir, que muchos de los estudiantes del liceo, también viven
allí en el predio. Este régimen esta pensado para los alumnos que
son del interior del país(todos los departamentos menos
Montevideo) por lo que los “internos” eramos un grupo con
representantes de todo el país.
Ese rejunte de jóvenes de distintos acentos, clases sociales,
personalidades en un ambiente reducido formaban un caldo para que
sucediera de todo. Lo de reducido lo digo enserio porque dormíamos
en una especie de pasillo en el cual estaba lleno de cuchetas a lo
largo, y mas o menos, seríamos cerca de sesenta gurises viviendo
como sardinas.
El ambiente del alojamiento era idóneo y sucedían todo el tiempo
cualquier tipo de broma o cargada a algún compañero. Burlarse del
aspecto físico de uno, joderlo con una ex-novia que le puso las
guampas, burlarse del acento de los “bayanos” (fronterizos con
Brasil) era el pan de cada día.

¿Quienes?
En cierto momento en un lugar así, como en muchos, a las
personas le da curiosidad por conocer a los compañeros con los que
convive. Ahí es donde entro yo; su narrador, y un compañero, al
que le voy a inventar un nombre para comodidad del relato. Se
llama Leromas.
Yo no soy en absoluto una persona para nada sociable y amistosa.
Soy muy reservado, introvertido es una palabra que se usa bastante
últimamente, y también, un poco raro. Hoy es domingo y en vez de
salir con unos amigos, que pocos tengo, me pongo a escribir una
anécdota de dudosa calidad literaria.

En mis tres años en este liceo, los compañeros que durmieron a mis
alrededores nunca me llegaron a conocer en realidad. La mayoría
casi nada. Solo un buen amigo, la mejor amistad que tuve allí,
pero no era porque me conociera mucho, sino porque yo a el sí y
nos apoyábamos mutuamente. Pero no es Leromas de quien hablo.

Este compañero, Leromas, para definirlo de forma muy superficial,


sería como el bravucón del grupo. Era… digo, es. Supongo que esta
vivo aún… en fin.
Un muchacho completamente opuesto a mí, un tipo pedante,
extrovertido, con capacidades físicas admirables y con una gran
nariz. Eso último no tiene nada que ver pero me hace gracia ahora
recordándolo.
Leromas, todo lo que pensaba lo decía sin ningún filtro. Su
conducta, para los instructores y profesores rozaba lo
inaceptable, lo que le costaba tener que quedarse los fines de
semana sancionado. Y lo que le costo irse expulsado de el liceo,
que creo que fue por robar.
Una vez, esto si que me acuerdo, llevo al alojamiento Marihuana
(sumamente prohibida) pero tuvo suerte porque fue luego cuando
mandaron perros rastreadores del Ejército.
En un día, estábamos unos pocos en una mesa, con Leromas y otros
malandros mas. Yo para tratar de figurar y hacer que me vieran
como uno de ellos, nos pusimos a hablar. ¿Y de que hablan un
grupo de adolescentes? Y aunque sea hasta cliché, hablan de
fiestas y las cosas que hicieron, o sea, de cuanto fernet tomaron,
si se drogaron, si se cogieron a alguna gurisa en contra de su
voluntad, etcétera.
Eso a mi me quedaba lejísimo. Pero estaba tratando de figurar. Si
a ese momento era virgen, nunca me había drogado y hacía como
medio año que no tomaba alcohol. En mi vida dije tantas mentiras
como en esa tertulia.
Conociéndonos, en un momento salto el tema padres. Y me
preguntaron sobre mis padres. Primero hable de mi padre, y lo
habré decidido así porque con el vivía.
-Y tu madre?- ese fue Leromas quien pregunto.
No tengo ni idea de porque le dije lo que le dije.
La relación con mi madre desde hacia tres años no era la mejor.
Cuando decidí irme a vivir con mi padre, a ella no le gustó para
nada y me puso varias piedras para que no lo hiciera. Denunció a
mi Padre varias veces, me insultó cuando me mudaba. Y muchas otras
cosas que no quiero recordar.
A pesar de esto, siempre traté de no perder mi relación con ella,
nunca la odié. Cuando podía la visitaba a tomar mates. Íbamos
juntos a alguna reunión con otros familiares. Traté de olvidar
algunas de las cosas que me hicieron daño.

Pero al momento de responder la pregunta de Leromas, no se porque


dije:
- Está muerta- y sonreí.
¿Para vos, como sería la cara de alguien al que le acabas de decir
que tu madre esta muerta, y ademas te reís?
A medida que tu edad es mayor, es mas posible que los padres estén
fallecidos. Pero a los 16, no tanto. Después de un silencio donde
se miraron entre ellos surgió el: -en serio?-
-No, es joda.- y sonreí.
Con esa reunión en concreto creo que me gane su confianza, porque
pocos son capaces de bromear con la muerte de su madre. Primer
paso completado.

Hay algo que me salté de Leromas; sus bromas estaban cargadas de


un humor ácido y sumamente negro. Su constancia de burlarse de
mujeres, por ser mujeres, le valió alguna que otra discusión con
alguna muchacha con poco tolerancia a ese tipo de humor.
También nos contaba que tenía un vecino, en su ciudad natal, que
tenía Síndrome de Down, y que el le cinchaba las orejas para
escuchar el ruido que hacía. Con este tipo de bromas, sumado a su
personalidad y a la forma tan convencida en que relataba esto, me
dejaba la duda si le hacia eso a su vecino. Como también sembraba
la duda si era machista, racista y autoritario.
Lo que no dejaba duda era de su homofobia: decía que a los putos
había que cogerlos, matarlos y tirarlos en una fosa común como en
el holocausto. Por cierto, también hacia chistes de judíos y
nazis.

Yo, tratando de imaginar lo que pensó para comenzar a desparramar


la broma de mi madre, imagino que habrá pensado: “si este gurí
bromea con que su madre está muerta, yo podría hacer lo mismo y
burlarme de que su madre está muerta”. Y así lo hizo, empezó a
burlarse de mí y de mi madre muerta.

A muchos otros compañeros del liceo empezó a hacerles el chiste, a


veces, como un comentario traído de la nada. A los demás los
dejaba como atónitos, porque como ya dije, él tenia una manera de
expresarse muy convincente. Incluso, hacía la broma estando yo
presente, entonces yo me reía en complicidad con él. Los demás no
sabían que hacer, no se creían que yo y el nos riéramos de eso.
Muchos de ellos, pasado el chiste, se me acercaban a mi para
quitarse la duda, y cuando les decía que era una joda, sonreían
aliviados.

Lo que nunca me imagine fue que Leromas repetiría el chiste tantas


veces durante los dos años que curso en el liceo. Por lo que dejo
un legado en otros compañeros, un poco mas cercanos a mi y que
sabían que eso era mentira, que siguieron con esa broma,
haciéndosela a nuevas generaciones que ingresaban al instituto.
Hasta se inventaron una versión de una canción:

La madre de Tefare quería fumar,


trataba, trataba y no podía fumar,
el padre de Tefare la quiso ayudar,
y en un solo día; tres cajas de cigarros le hizo fumar.
Cáncer!
A la madre le dio cáncer!

Mas que seguir bromeando con eso, nada mas interesante paso. Pero
estaba sembrada la semilla que, un tiempo después, iba a germinar.

Algunas partes que quiero aclarar primero. Ahora nos


trasladamos a mi ultimo ano en el liceo, y las escenas culminantes
sucedieron el día antes al egreso de mi generación.
Este ano se sumaron a nuestro curso otros alumnos provenientes de
el anexo del liceo en Tacuarembó. Nos trajeron mas alumnos de el
interior profundo, porque hacía falta un poco mas de diversidad se
ve.
Del anexo, entre otros, vino un gurí que era brasilero, pero que
hacía tres años que se había mudado a Uruguay, y el desgraciado
tenía varios problemas con el español. Nosotros, para hacerlo
sentir mejor, nos burlábamos de él porque no sabia pronunciar la
“erre”.
Al momento de el ultimo día, con los de “Tacuarembó”, no nos
conocíamos mucho porque con la llegada de la pandemia(año 2020),
no hubo clases presenciales por medio año. Pero igualmente le
hacíamos alguna joda a alguno de Tacuarembó.

El día antes del deseado egreso, nos pusimos por la tarde a


conversar varios. Eramos seis conocidos y cuatro de Tacuarembó.(y
había uno de que venia de Tacuarembó pero pegó mas onda con
nosotros, los de Montevideo)
Para adaptarlos al grupo, le preguntábamos por las cosas que
vivieron en el anexo. Ellos tenían miles, contaron varias, y hasta
la misma historia contada como la vivió cada uno de ellos. Después
nosotros les contamos alguna nuestra, que también teníamos un
lote.
Mi amigo mas cercano, rememoro la broma de “y la madre de Tefare
está muerta”, todos los de Montevideo nos reímos pero los de
Tacuarembó no. Se quedaron con las caras quietas y se miraban
entre ellos. Cuando pararon nuestras risas ellos obviamente
preguntaron si era cierto y mi amigo les dijo que si, y nos
seguimos riendo. Me preguntaron a mi, y yo continué con el chiste,
les dije que era verdad. Los de Montevideo estábamos tentados, no
parábamos de reírnos, ellos se creían que era por mi madre,
nosotros sabíamos que era por la cara que pusieron ellos, que ya
no sabían donde meterse de la incomodidad que tenían.
Ellos, tratando de asimilar el chiste, me preguntaron que le había
pasado. De la galera me inventé una historia donde mi madre fue
durante toda su vida muy fumadora, y al tener yo cinco años, ella
se había muerto de cáncer de pulmón.
Al terminar esa inventada historia, varios estallamos de risa y la
risa entre los de Montevideo se contagió.
Entonces los de Tacuarembó también empezaron a reírse.
-¿Ahora se ríen?- le dijo mi Amigo.
A lo cual uno de ellos, Maxi, riéndose respondió:
-y si hasta él se ríe de su madre, nosotros también!-
Ahora ya integrados a nuestro grupo, riéndose de una broma. A uno
de ellos se ve que no le pareció suficiente con reírse de ella,
que sino empezó a difundirla a otras personas mas. El muy sorete
me acuerdo que dijo: “Me están dando ganas pasar mas tiempo con mi
madre, le voy a mandar un mensaje. Y vos Tefare, querés saludar a
tu madre? Porque tengo una cuerda y si querés la usas, y así vas a
saludarla. O sino, nos ponemos a jugar a la ouija y le decimos
algo”. Cuando dijo eso, lo único que se escucharon en el
alojamiento fueron carcajadas.

Llegando al final de esta rara anécdota, como en ese momento


llegaba al final de mi etapa como estudiante del liceo. A la noche
de ese penúltimo día, todos los que nos pasamos la tarde
conversando, nos organizamos y nos encargamos unas pizzas. Así
despedíamos el año y nos despedíamos entre nosotros porque era
probable que muchos de nosotros no volviéramos a coincidir.

Muy relajados comiendo y charlando, uno de los de Tacuarembó, que


al parecer no se trago mucho la historia de mi Madre, me pregunto
si eso era verdad. -no, es una joda.- Le tuve que decir.
Pareció como le volvió el alma al cuerpo y les dijo a los demás de
Tacuarembó la verdad.
-Gurises, lo de la madre de Tefare es mentira!
De los otros tres de Tacuarembó, Maxi, que se había cansado de
reírse de eso, preguntó:
-Enserio?-
-Obvio pajero, te pensás que nos vamos a burlar de un gurí porque
su madre este muerta.- Ese fue mi Amigo el que le respondió.
Nadie se podía creer lo que dijo Maxi después:
-Yo enserio pensaba que estaba muerta!-

También podría gustarte