Muy Historia España - Data - N33 2021 26601
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P R E G U N TA S , R E S P U E S TA S
Y CURIOSIDADES
LOS DIOSES
DEL OLIMPO
¿EN QUÉ CREÍAN
LOS VIKINGOS?
TARTESSOS Y OTRAS
INCÓGNITAS HISPANAS
LA AMÉRICA
PRECOLOMBINA
FIGURAS
LEGENDARIAS
GRANDES MITOS
de TODAS LAS CULTURAS
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LOS orígenes del MUNDO
Los MITOS
Una explicación a las
INCÓGNITAS de la vida
¿QUÉ ES UN MITO?
S
egún Carlos García Gual, los ra los cristianos coptos del Egipto del Diluvio, que aparece ya en las
mitos surgen como respues- del siglo IV, quienes lo adoptaron civilizaciones mesopotámicas, los
ta a la necesidad humana de como propio, siendo símbolo de que sobreviven al desastre agrade-
comprender la realidad y justifi- la promesa de Cristo de una vida cen al Ser Supremo el haberles per-
car nuestra existencia. “Explican el eterna. donado la vida. Cuando las aguas
mundo a su manera, porque hablan Y es que el dios del Antiguo y Nue- bajan, la barca conduce al elegido a
de los grandes temas: la creación, vo Testamento surge como un ente las faldas de una gran montaña. Si
el más allá o el sentido de la vida”, viviente que vela por nosotros. En en la Biblia el afortunado es Noé y
afirma este catedrático de Filología el mensaje de Cristo a sus apóstoles el monte es el Ararat, en la mitolo-
griega y escritor que ocupa el sillón aparece la misma idea: “Yo vivo, y gía griega el protagonista es Deuca-
J de la Real Academia Española. vosotros viviréis en mí”. En el mito lión y el monte es el Parnaso.
Podría decirse que religión y mi-
tología son la misma cosa o, al
menos, tratan de dar sentido a las
mismas cuestiones. Entre ellas, una
explicación de la muerte y de su
consecuencia inmediata, la vida en
el más allá, dos aspectos que siem-
pre han suscitado una profunda
inquietud en todas las culturas. En-
tonces, ¿el miedo a lo desconocido
es el origen de lo sagrado? La ne-
cesidad del ser humano de creer en
un dios creador está directamente
relacionada con la de comprender
su propia existencia y con el temor
que siente a perder la vida, la salud,
las cosechas o la caza. En casi todas
las religiones resuena la misma ple-
garia temerosa: “Señor, protégenos
de todo mal. Señor, danos la vida”.
Y esta petición se hace porque se
considera que la divinidad tiene
poder sobre la vida y la muerte.
Por ejemplo, los dioses del Antiguo
Egipto exhiben en sus manos el anj
o ankh, la llave de la vida. Este sím-
bolo que data del período dinástico
Arcaico (c. 3150- 2613 a.C.) repre-
senta su poder sobre la muerte. Los
egipcios creían que la vida terrenal
Representación de
SHUTTERSTOCK
E
l antropólogo estadouni- impresionante
dense Marvin Harris, crea- ejército de 8.000
dor del materialismo cul- guerreros y
caballos de
tural (corriente que explica las
terracota a tamaño
diferencias y similitudes socio- real. En la imagen,
culturales dando prioridad a las una de las figuras
condiciones materiales de la expuestas en el
existencia), afirma: “La apari- Museo de los
ción de las sociedades-Estado Guerreros de
dio lugar a nuevas creencias Terracota, en Xian.
religiosas e instituciones ecle-
siásticas controladas por sa-
cerdotes, que eran los que in-
terpretaban la voluntad de los
dioses y los que se encargaban
de oficiar los rituales”. Fue en-
tonces cuando los monarcas
se vincularon a las divinidades,
convirtiéndose en sus repre-
sentantes en la Tierra.
Los restos momificados de
reyes y faraones fueron ente-
rrados en lujosas sepulturas
junto a joyas, carros, cerámica
y objetos de lujo que les se-
rían de utilidad en la otra vida.
Mientras sus almas subían al
firmamento para reunirse con
los dioses, sus restos momifi-
cados permanecían ocultos
en este mundo. Ejemplos
emblemáticos de estas
prácticas son las tumbas
egipcias del Valle de los
Reyes o el sepulcro de Qin
Shi Huang, primer empera-
dor chino de la dinastía Qin
(210-209 a.C.), que fue en-
terrado en Xian con un im-
presionante ejército de gue-
rreros de terracota.
SHUTTERSTOCK
EL PODER CONVERTIDO
EN DIVINIDAD
Y
SHUTTERSTOCK
a en el mundo antiguo, la connivencia de di- a los dioses con la esencia espiritual de los anima-
rigentes políticos y dioses hizo que los más les sacrificados en su honor, lo que facilitaba que la
perspicaces dijeran que la religión había sido carne pudiera ser repartida entre el pueblo. Pero a
inventada por el poder para lograr la sumisión de un medida que creció el poder de las clases dirigentes, las
pueblo supersticioso y temeroso de las fuerzas divi- ofrendas se convirtieron en donaciones obligatorias
nas. Esa vinculación de la realeza con las fuerzas ce- de animales y otros tributos que fueron a parar a pa-
lestiales queda plasmada, por ejemplo, en la famosa lacios y santuarios, enriqueciendo a reyes, cortesanos
Estela de Hammurabi, en la que los dioses entregan y sacerdotes y empobreciendo al pueblo.
al monarca las insignias reales. Los sacrificios eran rituales religiosos que concedían
En la Grecia clásica, Alejandro Magno no tuvo nin- un papel estelar al derramamiento público de sangre,
gún reparo en decir que había sido engendrado por tanto de animales como de seres humanos. A fina-
el mismo Zeus, lo que demostraría que los dioses del les del siglo XIX, el arquitecto y arqueólogo alemán
Olimpo lo habían ungido para que él los representa- Robert Koldewey sacó a la luz los restos de la ciudad
ra en la Tierra. Por su parte, el historiador romano de Babilonia y de la Torre de Babel bíblica, que fue
Polibio ofrece una explicación muy práctica sobre construida durante el reinado de Nabopolasar (626-
la importancia de la religión y de los ritos sagrados: 605 a.C.). En lo alto de aquel enorme zigurat, que
“Son imprescindibles para mantener unida a la Re- tenía siete plantas y 90 metros de altura, los sacerdo-
pública y asegurar el orden social en Roma”. tes oficiaban rituales de sangre al dios Marduk para
En los tiempos remotos, los creyentes alimentaban bendecir a su pueblo en la guerra.
E
s uno de los grandes misterios de la humanidad y cada vez estamos cultos bebían de viejos mi-
más cerca de desvelarlo. De hecho, en 2001 un equipo internacional tos mesopotámicos, como
de astrónomos del Observatorio Europeo Austral (ESO), dirigido por el de Ishtar, que descendió
Roger Cayrel, calculó que el universo tal y como lo conocemos tiene, al a los infiernos para después
menos, una edad de 12.500 millones de años. La medición fue realizada regresar de nuevo a la vida,
mediante el análisis de la luz emitida por una estrella, la denominada CS o de mitos egipcios, como el
31082-001, que se encuentra en la Vía Láctea. Para ello se utilizó el ura- de Osiris, que fue despeda-
nio 238, en un sistema de medición astronómica que equivale al de la zado por Seth y resucitado
datación del Carbono 14 que se utiliza habitualmente en paleontología y por Isis y Horus.
arqueología. Fue la primera vez que se logró realizar esta clase de me-
diciones fuera de nuestro Sistema Solar.
EL DIOS
CREADOR DE
LOS AZTECAS
D
urante años, los aztecas
adoptaron los mitos y las
creencias de los pueblos a los
que fueron sometiendo. En su pan-
teón figuraban Otontecuhtli, dios
del fuego de los otomíes, Tlazol-
téotl, diosa del amor de los huas-
tecos, y Tzapotlatena, diosa de las
medicinas de los zapotecos, en-
tre otras muchas deidades. Pero la
principal de todas era Quetzalcóatl,
la Serpiente Emplumada, dios crea-
dor del mundo y de la vida, la divini-
dad primordial para los aztecas que
también lo fue para los teotihuaca-
nos, mayas y olmecas. Quetzalcóatl
representaba la dualidad del ser hu-
La Pirámide de
mano, siendo la serpiente el cuerpo
Quetzalcóatl, en
físico y las plumas su espiritualidad. Teotihuacán
Los aztecas también tomaron pres- (México), está
tada de sus antecesores la ingesta decorada con
de hongos alucinógenos que con- cabezas de
tenían psilocibina, como el peyote, serpiente
el olioluqui o el teonanacatl. La tra- emplumada (en la
ducción de este último es “carne de imagen), una de las
dios”, dado el efecto que tiene so- deidades más
bre la piel. Los chamanes de prác- antiguas e
ticamente todas las culturas me- importantes de los
SHUTTERSTOCK
pueblos
soamericanas los utilizaban en sus
mesoamericanos.
rituales religiosos y mágicos.
Estatua de
mármol del
dios griego Zeus
con cornucopia
en las manos.
shutterstock
ASC
fuertes que nosotros, y
Posada celestial
viven eternamente sin en-
vejecer, pero no son más
que nosotros y, a veces,
E
incluso su inmortalidad es l poeta Hesíodo nos dice también que de Caos surgieron espontánea-
una carga. Las deidades mente, sin intervención de nadie, dos criaturas tenebrosas: Nýx (la no-
griegas, en definitiva, no che) y Érebo (las tinieblas subterráneas), dos hermanos sombríos car-
son opresoras ni exigen a gados de misterios. Érebo vive debajo de Gea, en cada grieta, en cada
los mortales un compor- caverna; Nýx vive en el extremo Occidente, más allá de la tierra de Atlas,
tamiento imperiosamente donde los rayos del Sol perecen cada día.
correcto; no hablan a los De estos seres primigenios comenzó a surgir una primera generación de
hombres a través de las dioses que la mitología conoce como hijos de la diosa de la noche. En
páginas de una Biblia o un efecto, Nýx alumbró, después de ser fecundada por su hermano Érebo, a
Corán, ni se sirven de un dos hermosas criaturas, Hemera (Día) y Éter, en todo distintas a sus pa-
clero encargado de velar dres. La gemela, Hemera, es la personificación de la luz, una divinidad fe-
por una ortodoxia más o menina nacida para repartirse el tiempo con su madre y procurarle, así,
menos intransigente. No descanso. Una maldición para madre e hija, pues ambas están condena-
son abstracciones impla- das a no encontrarse más que en el fugaz instante del amanecer y del oca-
cables ni quimeras con so. Éter, divinidad masculina y hermano gemelo de Día, es el cielo superior,
rasgos imposibles. el lugar en que la luz se genera, pura, infinita e inmensa. Un lugar que los
mortales, deslumbrados, apenas pueden percibir.
ASC
Así pues, Urano, el dios cruel engendrado por ella misma, es el
amante fecundo de Gea y de ellos nace la primera generación Ara Pacis (altar de la paz) romano que
de dioses propiamente dichos, especialmente los titanes y las representa a la diosa Tierra (la griega Gea)
con dos niños, como madre nutricia.
titánides, como Crono y Rea, cuya unión significa efectivamente
el comienzo de la religión griega como tal.
getty
Psique es recibida en el
Olimpo, de Rafael (1517).
mitología griega
C
onsumido por los celos y por el temor de que griega Afrodita–. Paolo Veronese (1570).
alguno de sus hijos llegara a ser más poderoso
que él, Urano los mantuvo ocultos en el seno
de su madre, Gea. Esta decidió enfrentarse a él y
forjó una hoz. Solo el más joven de sus hijos va-
rones, Crono, fue capaz de llevar adelante el plan
de su madre, pues no sentía la más mínima piedad
por su abominable padre. Cuando apareció Ura-
no y abrazó violentamente a Gea, Crono salió de
su escondite blandiendo en la mano la enorme y
perfecta hoz de oro. Aturdido por el deseo de po-
seer una vez más a Gea, el enorme dios no acertó
a comprender lo que sucedía. De repente sintió un
un dolor agudo y la hoz de oro segó sus órganos
genitales limpiamente. Estos cayeron al mar y co-
menzaron un viaje a merced del viento y las co-
rrientes. Cuando llegaron a la costa de Chipre, her-
vían a borbotones y de la blanca espuma que los
rodeaba nació una hermosa doncella que habría
de convertirse en la más hermosa de las diosas,
Afrodita. Tras ser castrado, Urano fue encerrado en
el Tártaro, el inframundo, y su hijo ocupó su lugar,
desatándose esa naturaleza colérica herencia de
SHUTTERSTOCK
su progenitor. Así la segunda generación está com-
puesta por los hijos de Crono.
pARRICIDIO MÍTICO
A
l principio solo existía el Caos, hecho de vacío y oscu-
ridad, hasta que Gea y Urano se unen y comienzan a
procrear. De su unión nacieron los doce Titanes –Crono,
Océano, Ceo, Crío, Hiperión y Jápeto (seis Titanes) y Febe,
Mnemosine, Rea, Temis, Tetis y Tea (seis Titánides)–; los Cí-
clopes (gigantes de un solo ojo en la frente) –Brontes, Esté-
ropes y Arges–; los Hecatonquires (tenían cien brazos y cin-
cuenta cabezas) –Giges, Coto y Briareo–; las Musas mayores
–Aedea, Meletea y Mnemea–, los gigantes con armadura, las
Erinias o Furias y las Melias (ninfas de los fresnos).
Así pues, de Urano y Gea nace la primera generación de dio-
ses propiamente dichos, especialmente los titanes y las titá-
nides a quienes Crono dejó prisioneros en el Tártaro.
Mientras, él, decidido a llenar la Tierra con sus hijos, tomó a
su hermana Rea como esposa. Pero su afán reproductor se
enfrió cuando Gea, su madre, le anunció que uno de sus hi-
jos le arrebataría el poder. Furioso, pensó en arrojarlos al Tár-
taro, pero no lo hizo porque con la ayuda de sus poderosos
tíos la profecía se cumpliría inexorablemente. Entonces de-
cidió devorarlos uno a uno, según fueran naciendo. Eso hizo
con Hestia, Deméter, Hera, Hades y Poseidón. Pero al aveci-
narse un nuevo parto, Rea pidió ayuda a su madre, Gea, que
la refugió en la remota Arcadia. Allí nació Zeus, lejos de todo;
Museo Nacional del Prado
ASC
CULTOS MISTÉRICOS ¿Quiénes viven
J
unto a los cultos olímpicos, que fueron transfor-
mados políticamente en lo que podríamos definir
como cultos oficiales, en la Antigua Grecia se de- en el Olimpo?
E
sarrollaron otros rituales menos conocidos pero más l número de dioses que la tradición re-
cercanos a la gente común. Estos ritos son conocidos conoce como olímpicos varía según las
por la literatura científica como ‘cultos mistéricos’. épocas y los autores, aunque parece
Mistérico tiene un sentido en nuestra lengua que no haber cierto acuerdo general en que fueron
tenía en la Antigüedad, de manera que convendría de- doce deidades las que habitaban en la cima
nominar mejor a esos ritos populares como ‘de inicia- del Monte Olimpo decidiendo desde allí la
ción’, tal y como los llamaban los romanos, que tradu- vida de los mortales. De hecho, los griegos
cían el término griego por initiatio. denominaban el dodecatheron (doce dioses)
En Grecia fueron dos dioses, Deméter y Dioniso, los a esas divinidades olímpicas principales so-
que propiciaron estos ritos que eran una forma de bre las que reinaba el poderoso Zeus.
religión personal y votiva, que favorecía una expe- De la primera generación –los hermanos
riencia de lo sagrado diferente a la propuesta por la hijos de Crono– están Zeus, Hera, Posei-
fe olímpica oficial. Tras ellos se ocultaba un deseo de dón y Deméter. Entre ellos no se encuen-
curación y un anhelo de felicidad tras la muerte. tran Hades, porque no vive en el Olimpo,
Este afán de bienaventuranza de cara al futuro es lo ni Hestia, porque Zeus da su puesto a Dio-
que favorecía Deméter en su santuario de Eleusis (lo- niso por inventar el vino. Otros aparecen o
calidad cercana a Atenas). Dioniso no poseía un san- no según el autor que los cite (Eros, Persé-
tuario concreto y sus ritos, vinculados al vino y a los fone, Heracles, Asclepio...) o represente.
elementos irracionales del comportamiento humano, La segunda generación de dioses la for-
se celebraban al aire libre, en plena naturaleza. Su re- man los hijos de Zeus con diferentes mu-
ligión perseguía una especie de camino hacia la felici- jeres (diosas y mortales), y de ellos habitan
dad eterna. el Olimpo Atenea, Afrodita, Apolo, Artemis,
Hermes, Dioniso, Hefestos y Ares.
MITAD
dioses
A
pesar de ser inmor-
tales, los dioses grie-
gos poseían en oca-
siones comportamientos
muy humanos, algunos
de los cuales les llevaban
a descender del monte
Olimpo para yacer con al-
guna mujer u hombre. De
estos encuentros sexua-
les nacían los héroes.
Más valientes que nadie,
luchaban con tremendos
Júpiter y Juno (Zeus y monstruos, hacían viajes
Hera) en el monte Ida épicos, lograban grandes
(1790), obra del pintor victorias o ejecutaban ta-
irlandés James Barry. reas imposibles para los
demás. Eran lo más cer-
Zeus y sus mujeres cano a la perfección de
los dioses que podían es-
L
a deidad suprema del panteón griego fue auxiliada constantemente por las tar los hombres. El más
mujeres, desde su madre (cómplice en el destronamiento de su padre) has- fuerte y más famoso de
ta diferentes esposas e hijas que se revelan como instrumentos indispen- todos los héroes helenos
sabIes para el ejercicio de su poder. Además, utilizó su promiscuidad como fue Heracles (el Hércules
una verdadera arma demográfica y llevó a algunos de sus hijos a la cumbre romano), hijo de Zeus y
del Olimpo. Zeus se procuró muchísimas amantes, tanto diosas –Leto, Demé- Alcmena, pero también
ter, Dione, Maya o Némesis, con la que tuvo a Helena de Troya– como morta- cabe recordar a Aquiles,
les –Sémele, Alcmena (madre de Hércules), Ío, Europa, Leda...–. Pero solo se Perseo de Argos, Odisea
casó con las titánides Métis, de la que nació Atenea, y Temis, con la que tuvo de Ítaca, Jasón de Tesa-
a las Horas y a las Moiras o Parcas; con la guapa oceánide Eurinome, con la lia, Teseo de Atenas o He-
que engendra a las tres Chórites o Gracias, extremadamente bellas, y con su racles de Tebas.
hermana Hera, su tercera y última esposa, con la que compartió el trono en el
Olimpo y tuvo a Ares, Hebe, Ilitia y Hefesto.
¿GRIEGOS O ROMANOS?
E
l panteón griego fue absorbido por los romanos modificando
solo los nombres. Así, Zeus pasó a ser Júpiter, padre de los
dioses y de los hombres y principal dios del Olimpo; su pa-
dre, el titán Crono, fue Saturno, dios del tiempo, y su esposa He-
ra se convirtió en la Juno romana, reina de los dioses. La corre-
lación en los hijos de Zeus-Júpiter fue la siguiente: Hefesto-Vul-
cano, hacía los rayos que su padre arrojaba a los mortales; Ares-
Marte, dios de la guerra; Apolo-Febo, dios del Sol, la música y
la profecía; Artemisa-Diana, diosa de la caza; Palas Ateneas-Mi-
nerva, nació de la cabeza de Zeus; Hermes-Mercurio, mensajero
y dios de los comerciantes. En cuanto a sus hermanos, tenemos
a Poseidón-Neptuno, señor de los océanos, y a Hades-Plutón,
señor del reino de los muertos. Por otro lado, Afrodita, diosa de
la belleza y el amor nacida de la espuma del mar, pasó a ser
Venus, y su hijo, Eros, el dios del amor, Cupido.
ASC
Éter Hémera
(Cielo Superior) (El Día)
Jápeto Hiperión
(Antecesor de la (Fuego Astral)
humanidad)
Tía Mnemosine
(Vista) (Memoria)
Las Musas
Metis Asia
(Ciencia y artes)
Deucalión Pirra
(Los dos únicos supervivientes del Diluvio Universal)
LOS HOMBRES
dioses de andar
por casa E
l general romano Craso es-
taba a punto de embarcar-
se en una batalla contra los
partos cuando escuchó vocear
a un frutero: “¡Cauneas!”, o sea,
“¡Higos de Cauno!”, palabra que
suena exactamente igual que la
expresión: “Caue ne eas!”, que
significa: “¡Ten cuidado, no va-
yas!”. Craso pensó que era un
simple vendedor de fruta ofre-
ciendo su mercancía y se fue
a la guerra. Craso error (de él
viene la frase), porque en Ca-
rras, además de la derrota, en-
contró la muerte. Este es uno
de los más conocidos omen o
presagios que se contaban los
antiguos romanos, convencidos
de que los dioses convivían con
las personas y les avisaban de lo
que iba a suceder.
“Hay que persuadir a los ciu-
dadanos de que los dioses son
amos y reguladores de todo –
decía Cicerón– y que se com-
portan muy bien con la raza de
los hombres: ellos vigilan los
hechos y la responsabilidad de
cada persona, sus propósitos y
su piedad en el cumplimiento
de los deberes religiosos”.
El consejo de los
dioses, detalle central
del fresco mitológico
Logia de Cupido
y Psique (1518), obra
de la escuela de
Rafael que se
encuentra en Villa
GETTY
Farnesina, Roma.
TÚ ME DAS,
YO TE DOY
A
unque en la larga historia de Ro-
ma hubo grandes cambios –el
más importante, el paso de la
monarquía a la república y de esta al im-
perio–, lo cierto es que la relación con
los dioses y la religión no varió demasia-
do en su idea básica. Para lograr los fa-
vores de los dioses, los humanos tenían
que hacer su parte del trato: realizar ce-
remonias, ritos y sacrificios que fueran
de su agrado. “Yo te doy una cosa a ti,
tú me das una cosa a mí” es lo que fun-
cionaba, y en cierto modo sigue funcio-
nando. Ni siquiera las divinidades hacen
favores si antes o después no reciben
algo a cambio. Como dice Pierre Gri-
mal en La civilización romana: “Los dio-
ses romanos no ordenan a los hombres
conducirse de tal o cual manera; no les
exigen otra cosa que el cumplimiento de
los ritos tradicionales (...). A este precio,
prometen mantener su acción benefac-
tora. Pero, sobre todo, esta acción divi-
na se revelará eficaz para apartar los mil
peligros que amenazan a cada instante
las actividades humanas”.
La religión lo
impregna todo
L
os historiadores modernos reprochan
a los romanos haber reducido la vida
religiosa al cumplimiento, sobre todo
formal, de un contrato entre el hombre y las
... PERO TAMBIÉN DE
divinidades”: así lo afirma Pierre Grimal en
La civilización romana. Pero los romanos
OTRAS PROCEDENCIAS
L
no eran fríos en el aspecto religioso; por a deidad egipcia Isis llegó a tener templo en el
el contrario, la vida estaba impregnada de Campo de Marte romano. Cada noviembre su
religión. Los habitantes del Olimpo influían esposo y hermano Osiris moría e Isis lo resu-
en todos los actos públicos y privados, así citaba de nuevo con gran alegría de los fieles en la
que tenían tantas ocupaciones que tuvieron llamada Invención de Osiris. A Atárgatis, mitad mu-
que especializarse. De ahí vino el concepto jer mitad pez, se le llamó Dea Syria porque procedía
de numen (deseo o voluntad de un dios), una de aquel país. A Cibeles, de origen frigio, pero ado-
fuerza de origen sobrenatural que preside rada desde época neolítica como diosa de las cose-
una actividad determinada o una realidad chas, la muerte y el renacimiento, se la honraba con
concreta de la vida. El numen divino estaba un culto especial: el taurobolio. Como se describe
en todo. En las labores del campo, por en el libro Un día en la Antigua Roma: “Un sacer-
ejemplo, Sator se ocupaba de la siembra; dote o iniciado se tumbaba en una zanja excavada
Occator, de la rastrillada; Sterculinus, del en el suelo que se cubría con una tabla de madera
abono; Veruactor, del barbecho, etc. agujereada. Encima se sacrificaba al toro, de modo
que la sangre chorreaba sobre el fiel”.
ASC
tades de la griega Afrodita y de la etrusca Apra, ampliando
sus poderes hacia la belleza y el amor. Apolo, que era griego
y romano, también tomó facultades del Esculapio griego. El
OJO CON BACO Y NADA
héroe Hércules, hijo de dios (Júpiter) y mortal (Alcmena), DE CRISTIANOS
L
fue una adopción casi literal del griego Heracles, mientras os romanos no tuvieron reparo en aceptar
que Diana, la virgen de la caza, romanísima en su origen, te- divinidades, aunque hubo dos excepciones:
nía puntos en común con la griega Artemisa. Vulcano, hijo el dios del vino, Baco (en la imagen, pintado
de Júpiter y Juno y marido de Venus, se correspondía con el por Caravaggio) –el Dioniso griego–, y Jesucristo.
Hefesto griego, pero también con el etrusco Sethlas. El dios Los seguidores del primero fueron objeto de una
del comercio Mercurio era análogo no solo del griego Her- importante represión y en 186 a.C. las bacanales
mes sino del etrusco Turms. Incluso hubo algunos sincretis- o fiestas mistéricas en su honor fueron prohibidas
mos, como es el caso de Júpiter Amón, una fusión del padre
SHUTTERSTOCK
Obligaciones rituales,
¡claro que las había!
L
os profesores de la Universidad de Barcelona Xavier Espluga y
Mónica Miró explican en Vida religiosa en la Antigua Roma: “En
el acto ritual quedaba rigurosamente establecido qué había que
hacer; dónde, cómo y cuándo se tenía que llevar a cabo y quiénes
eran el ejecutor y el destinatario”. Los actos en cuestión eran la
plegaria, el himno, el voto, el sacrificio, las técnicas adivinatorias y los
banquetes sagrados. Había que hacer una invocación a la divinidad
con una fórmula determinada y después se decía varias veces la
petición concreta, mencionando por qué se había elegido a ese
dios precisamente y por qué se era merecedor de lo solicitado. La
plegaria no admitía errores, y si se pronunciaba un himno tenía que
ser solemne y poético. Algo como: “Somos fieles a Diana, / jóvenes
y doncellas vírgenes. / Hija de Latona, poderosa / descendencia del
omnipotente Júpiter, / a quien tu madre alumbró / cerca del olivo
delio / para que fueras la señora de los montes, / de los bosques
verdeantes, / de los recónditos sotos / y de los ríos sonoros”.
OFRENDAS Y
ASC
SACRIFICIOS
T
ras la invocación al
dios en cuestión había
que hacer una prome-
sa o voto y luego una ofren-
SHUTTERSTOCK
E
adornaba, se trasladaba al
l culto al emperador tuvo la
templo y se inmolaba con
facultad de servir de nexo de
plegarias y advocaciones.
unión de todos los ciudada-
Los templos eran el princi-
nos, fuera cual fuese su proceden-
pal espacio sagrado, pues
cia. Por eso, saltárselo, como ha-
allí estaba la estatua del
cían los cristianos (porque solo ha-
dios al que se dedicaban las ofrendas, pero no eran el único (por
bía un dios y no era precisamente el
eso los restos de los templos no dan la medida total de la riquísima
emperador), era un auténtico desa-
vida espiritual ciudadana).
fío. Excepto para los seguidores de
Las sibilas eran las comunicadoras de los oráculos, pues se consi-
Jesús, para el resto de los ciudada-
deraba que poseían poderes adivinatorios. Su papel en la civiliza-
nos era obvio que Julio César (en la
ción griega fue de importancia capital –la más famosa fue la Sibila
imagen) había realizado una misión
de Delfos (en la imagen, en uno de los frescos de la Capilla Six-
divina, y su traumática muerte no
tina pintados por Miguel Ángel)–, pero también en Roma estas
hizo más que facilitar su camino a
profetisas, inspiradas en ocasiones por Apolo, eran requeridas para
los cielos. Augusto, su sucesor, hijo
conocer el futuro. Una vez interpretadas las señales adivinatorias
adoptivo y primer emperador, con-
halladas en el cuerpo de la víctima propiciatoria, se la descuartiza-
sagró un templo a su figura y, cuan-
ba y comía ritualmente. Estos banquetes eran tan importantes que
do murió, fue él mismo instalado en
tenían sus propios sacerdotes: los espulones.
los altares con un rito de gran pom-
pa, la Consecratio in forma deorum.
E
n el hogar romano, en
el que el pater fami-
lias era el jefe religioso,
lo primero que se adoraba
era a los antepasados más
antiguos, a quienes se re-
cordaba con un altar en la
puerta (más o menos osten-
toso dependiendo del poder
económico).
En la mitología romana, los
manes eran los dioses fa-
miliares y domésticos, los
espíritus de los difuntos de
la casa que, por lo general,
estaban asociados a otros
llamados lares que prote-
gían las habitaciones (aun-
que también había lares es-
pecializados en caminos, en
cruces, etc.). Los penates
o dioses de la despensa se
ocupaban de los alimen-
tos; Giano, de los
jardines y patios, y
Genius, de la pro-
creación. Pero tam-
bién existía el ‘lado
oscuro’, con sus
lemures o espíritus
de la muerte (espec-
tros de difuntos ma-
lignos vagando sin
esperanza), con las
maniae, divinidades
que personificaban
la locura y la de- Epígrafe funerario hallado en Mérida que reza:
mencia, o con La- “Consagrado a los dioses manes. Mario Droso de 70
ASC
verna, diosa pro- años está sepultado aquí; que la tierra te sea leve.
tectora de ladro- Mario Tyquio lo hizo para su padre queridísimo”.
ASC
nes e impostores.
¿Cómo
honraban a
los muertos?
T
ambién los ritos formaban
parte de la muerte en Roma.
Al difunto se le sometía pri-
mero a una serie de pruebas para
asegurarse de su fallecimiento. Fi-
nalmente, los parientes le llama-
ban por su nombre mirándole a los
ojos y si no respondía se le exponía
durante unos días para, posterior-
mente, ser conducido a la pira fu-
neraria, donde era incinerado. Aquí
se apreciaban las diferencias de
clase, pues las comitivas pobres
eran más silenciosas, mientras que
las de las clases pudientes eran
una exhibición con plañideras pro-
fesionales, músicos y retratos de
todos los antepasados de alcurnia.
La rivalidad era tanta, que se pro-
mulgaron leyes antisuntuarias para
evitar agravios comparativos entre
los muertos.
Las cenizas del difunto se metían
en una urna con un trozo de dedo
que se le cortaba antes. Según el
dinero disponible, esta se coloca-
ba en el suelo o en un mausoleo.
El pater familias tenía que espantar
a los espíritus maléficos lanzando
habas por el suelo del hogar y repi-
VESTALES, tiendo una imprecación.
ASC
ASC
Los hígados
UNA VIDA LLENA DE FIESTAS hablan
L
a vida pública romana estaba fueron las Saturnalia, festejos de in-
Y
tan repleta de ritos y fiestas re- vierno; las calendas de marzo y las a existía en Mesopo-
ligiosas (que también se consa- celebraciones del solsticio de verano. tamia y Grecia, pero la
graban a los dioses) que en el calen- En un solo mes, pongamos abril, eran práctica de la hepatos-
dario reformado por Julio César en festivos los días 1 (fiesta de Venus), 4 copia –consultar las entrañas
el año 47 a.C. casi dos de cada tres al 10 (de Cibeles), 12 al 19 (de Ceres), de los animales para adivinar
días eran festivos. 15 (Fordicidio, por las 30 curias de el porvenir– la tomaron los ro-
La vida agrícola estaba marcada por Roma), 21 (de Pales), 23 (de Júpiter), manos de los etruscos y fue
las Parilia (fiestas de los pastores), 25 (de Robigus, que protege a los ce- aceptada oficialmente por el
las Lupercalia (para proteger a los re- reales) y 28 al 30 (juegos en honor de Senado en el siglo II a.C.
baños del ataque de los lobos) y las la diosa de la primavera). Lo primero era elegir un ani-
fiestas del Dea Dia, a finales de mayo, La vida material y la espiritual eran mal para el sacrificio, prefe-
que se hacían en honor de la diosa parte de la misma realidad para los rentemente un gallo o un ca-
que regía el buen tiempo. Las Com- romanos; la omnipresencia de la divi- brito. Posidonio explicaba que
pitalia, Faunalia, Cerialia, Lucaria o nidad en todos los sectores de la vi- el poder divino “guiaba en la
Volcanalia se desarrollaban a lo lar- da pública y privada y lo muy variada elección de la víctima, mien-
go del año dedicadas a la primavera, que fue su religión resultó ser un as- tras la naturaleza podía inter-
los bosques, la naturaleza, las lluvias, pecto unificador y en gran parte res- venir produciendo cambios en
las fuentes o las viñas. Destacables ponsable del auge de Roma. las vísceras de los animales”.
Después, los arúspices (de
ara, altar, e inspiciare, exami-
nar) observaban los órganos
internos del animal recién sa-
crificado. Se centraban en el
hígado, observaban su color,
aspecto y posición, y lo divi-
dían en dos mitades. En ge-
neral, las señales que se veían
en el lado izquierdo eran de
mal augurio y las del derecho,
buenas, pero no existía una
correspondencia clara. De he-
cho, Cicerón se preguntaba si
“los arúspices habían contras-
tado entre sí sus observacio-
nes para establecer la parte de
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HESTIA / VESTA DEMÉTER / CERES TIQUE / FORTUNA GEA / TELLUS DIONISIO / BACO
Diosa del Fuego Sagrado Diosa de la Agricultura Diosa del Destino Diosa de la Tierra Dios del Vino
CREENCIAS DEL
LUCHA ENTRE
ASES Y VANES
L
os escandinavos coinciden
con los griegos en una idea
básica: los dioses no fueron
divinidades desde el principio,
sino que tuvieron que guerrear
contra sus enemigos para obte- Los Æsir alrededor
ner el dominio del mundo. Las del cadáver de
deidades griegas vencieron a Baldr, del danés
los poderosos titanes; las nórdi- Christoffer Wilhelm
Eckersberg.
cas, los ases (Æsir), a los vanes
ASC
(Vanir). Pero mientras los titanes
acabaron prisioneros en el Tár-
taro, donde los confinó el victo- Una herencia religiosa
rioso Zeus, los vanes se reconci-
liaron con sus dioses enemigos, compartida
A
los ases, y se incorporaron a su
pesar de la enorme diversidad de cultos identificada en los
grupo. De ahí la peculiar orga-
yacimientos más antiguos, muchos expertos defienden la
nización de los dioses vikingos
idea de una religión raíz entre los indoeuropeos, idea basada
en dos clanes: los vanes y los
en la historia posterior de estos pueblos, en la evidencia lingüística
ases. En el universo vikingo, am-
común y en las religiones comparadas. La existencia de similitudes
bos clanes, de dos generaciones
entre sus dioses y sus prácticas religiosas sugiere que en cualquiera
distintas, conviven en una inte-
de las poblaciones que formaran tenían una forma de religión poli-
resante armonía después de la
teísta y la creencia de que hay algo después de la muerte. Además,
guerra. No obstante, se diferen-
los idiomas del norte, sueco, noruego y danés, pertenecen con se-
ciaban por su carácter. Los ases,
guridad a la misma familia original que los del sur, la indoeuropea.
de temperamento belicoso, eran
Las semejanzas que encontramos entre las creencias podrían obe-
dioses de la guerra; los vanes,
decer a esa raíz común de la cultura indoeuropea que detectamos
pacíficos, eran dioses dadores
también en las lenguas, aunque la religión primitiva fuera luego de-
de riqueza, fecundidad, placer
sarrollada por separado y reelaborada poéticamente por cada grupo
y paz, y protegían al mundo de
cultural. El analista francés Georges Dumezil afirmaba que la primera
cualquier mal.
naturaleza de los diversos dioses que adoraban los diferentes pue-
blos indoeuropeos probablemente fuera de carácter celestial o as-
trológico (vivían en los cielos y desde allí se manifestaban).
parte, los pacíficos Vanir vivían en Vanaheim, presididos por los gemelos
Frey (dios de las cosechas, la lluvia, el calor del Sol y la prosperidad) y Freyja (diosa del amor y los matrimonios).
También estaban Njörd, dios del Mar, su esposa Skadi, señora del invierno y cazadora de las montañas, Nerthus,
la Madre Tierra, y el sabio Heimdall, el guardián de la puerta de Asgard. Y contra todos, tanto los Æsir como los
Vanir, está Loki, el dios del mal y del Caos. Su hija, Hel, es la diosa del Niflheim o Infierno de hielo.
ASC
Camino al
THOR, EL PROTECTOR Valhalla
A A
pesar de ser enorme y fortísimo, el hijo de Odín tenía
unque su carácter era
un carácter protector e íntimo y era el dios al que se
furibundo y desmesura-
invocaba para demandar favores (lo llamaban fulltrui,
do, es verdad que Odín
es decir, ‘en el que se confía totalmente’). En él descansa-
poseyó atributos como el de la
ban los principios de estabilidad y justicia y su culto estaba
sabiduría y desempeñó tareas
más extendido que ningún otro porque su carácter protec-
semejantes a las del Mercurio
tor y conservador encajaba bien con la mentalidad de los
latino y el Hermes griego. Co-
colonos vikingos, que necesitaban estabilidad. Thor se en-
mo estos últimos, Odín es el
cargaba también de mantener el orden celeste (el por aquel
encargado de conducir a los
entonces misterio de los días y las noches, las estaciones y
muertos al otro mundo. Aun-
los años). Es posible que su atributo más señero, el mjollnir
que no a todos los difuntos,
o martillo, no fuera en sus orígenes un arma sino una he-
sino tan solo a los bienaven-
rramienta con la que ajustaba la cúpula del firmamento
turados guerreros que pere-
produciendo un sonido aterrador: el trueno. Thor
cen valerosamente en la bata-
lucha contra los gigantes que intentan des-
lla. Para ello se ayuda de las
equilibrar el cosmos, pero también mantie-
valquirias, bellísimas jóvenes
ne a raya a Jörmundgander (imágen), la
que conducen a los caídos en
temible serpiente celestial que termina-
combate hasta el Valhalla.
ALAMY
T
la batalla, bebiendo hidromiel
ambién llamado Wotan o Woden,
y disfrutando de la compañía
Odín es la divinidad principal nór-
de las valquirias, en espera de
dica y uno de los dioses más com-
poder ayudar a los dioses en
plejos del panteón universal. Vive en el
el combate del Fin del Mundo,
Asgard (en el cielo), en el palacio Valas-
el Ragnarök.
kjálf, y desde su trono, el hliðskjálf, ob-
Todo esto se parece mucho a
serva con su único ojo (sacrificó el otro
la idea musulmana de que los
para obtener el conocimiento) cuanto
héroes muertos en comba-
ocurre en los nueve mundos. La des-
te son recompensados con el
mesura y el arrebato forman parte de su
traslado a la yanna o paraíso,
carácter –su nombre significa ‘furor’– y,
donde les esperan las huríes,
como dios de la guerra y la victoria, ha-
esas doncellas maravillosas y
SHUTTERSTOCK
SIN TEMPLOS
A
todos esos dioses, que esta-
ban muy presentes en su vi-
da cotidiana, los vikingos los
veneraban en santuarios consagra-
dos por la tradición y enclavados
en bosques o en lugares señalados
por algún motivo, como la presen-
cia de manantiales. Tácito asegura
que los germanos despreciaban
las estatuas de dioses, afirmando
que nadie podía conocer su as-
pecto ni su naturaleza. En Islandia,
sin embargo, sí se construyeron
edificios para el culto donde se ce-
lebraban ceremonias en las que se
sacrificaban caballos (las vísceras
se ofrecían a los dioses, mientras
que el resto era consumido por la
voraz asamblea). Quizá por ello, el
papa Gregorio III calificó de crimen
inmundo y execrable el hecho de
comer carne de caballo. También
se practicaban sacrificios huma-
nos en honor de Odín. Sobre todo,
de prisioneros de guerra, que a ve-
ces eran ahorcados sin ceremonia.
Una actitud que los hacía aún más
temibles para sus enemigos.
ADIVINAR EL
FUTURO
S
abemos poco de los ritos sa-
grados de los vikingos, pero
ASC
es seguro que practicaban
E
lo), estas adivinas de vida itinerante n Roma, el domingo era el día del Sol y, aunque la Iglesia ca-
y apartada eran llamadas en mo- tólica lo cambió por el día del Señor (dominus), sigue siendo
mentos de crisis para conocer el fu- así, sunday, para germanos, escandinavos y anglosajones.
turo. Practicaban la magia seid, en- El lunes, día de la Luna en Roma, fue monday; el martes, día de
tonaban unos misteriosos cánticos Marte, tuesday por el dios Tyr; el miércoles, día de Mercurio, wed-
y adivinaban el futuro por la sangre, nesday por el Wotan u Odín vikingo; el jueves (de Jove, Júpiter)
las runas, el vuelo de las aves o la fue thursday por Thor; y el sábado, día de Saturno, se conservó
interpretación de lo sueños. El he- en el Norte como saturday. En cuanto al viernes, día de Venus pa-
cho de que el propio Odín visitase ra los romanos, dio lugar al friday al ser dedicado por los vikingos
a una de ellas para saber si podía a Freyja, esposa de Odín. Su nombre es similar a Frigg, otra diosa
cambiar el curso del Ragnarök in- nórdica, y al de su hermano gemelo Freyr, lo que hace pensar que
dica su importancia. Pero eran tan se trataba de la misma divinidad. Diosa bellísima, en todo caso,
respetadas como temidas, pues era patrona y protectora del amor y el sexo (era tradicional casar-
también podían maldecir, dañar y se en su día) y, como la Venus romana, fue infiel a su divino mari-
hasta provocar la muerte. do. Además, ayudaba en los partos y en el cuidado de los hijos.
D
e las extrañas analogías que se recono- animista del mundo, por lo que, al margen
cen entre la religión nórdica y la medite- de los grandes dioses (ases y vanes), te-
rránea destacan las figuras de las hace- nían otras divinidades menores muy apegadas
doras del destino, aquellas que hilan la vida de a la naturaleza. Los elfos y elfinas, por ejemplo,
los seres humanos. Tanto para los escandinavos eran deidades jóvenes, de gran belleza, que
como para los griegos, esa labor recaía en tres vivían en bosques, cuevas o fuentes. Se los
mujeres a las que los primeros llamaban nornas, consideraba seres de larga vida o inmortales y
los segundos moiras y los romanos parcas. Las con poderes mágicos. Eran benéficos y podían
nornas escandinavas habitaban en las raíces llegar a unirse sexualmente con los humanos.
del Árbol del Mundo, que regaban con un líqui- Los enanos (los dvergar escandinavos y los ni-
do especial, y al igual que las moiras griegas belungos germanos) eran herreros hábiles de-
hilaban el cordón de oro de la vida humana. La dicados a producir armas para las batallas de
metáfora de la vida como un hilo que se termi- los dioses. Más oscuros eran los jotun (jotnar),
na cortando era análoga en el norte y en el sur gigantes de fuerza sobrehumana que vivían
del continente, lo que también se acredita con en Jötunheim, uno de los nueve mundos, se-
los nombres que recibe el destino en las len- parados de los hombres por altas montañas y
guas germánicas (wurd) y escandinavas (urdh), densos bosques. Se les consideraba enemigos
claramente relacionados con el verbo latino que de los dioses, aunque se mezclaban o incluso
expresa la noción de girar, vertere, como hace se casaban con ellos. Grandes constructores,
la rueca. se les atribuye la edificación de los dólmenes.
Continuando con las asociaciones, el antiguo Grandes eran también los trols (troll), salvajes
término noruego audhna, ‘destino’, se entiende de horrible aspecto que vivían en cuevas ba-
como ‘tejer’ en el lituano audmi. Esto, que no jo las montañas y pueden colarse en cualquier
deja de ser sorprendente, se explica a través del hogar, adoptando el aspecto de animales do-
viejo parentesco entre las lenguas indoeuropeas mésticos, para secuestrar y robar niños. En los
y parece resultado, no ya de la conservación de ríos y los lagos prosperaban unos seres llama-
una palabra, sino de una metáfora compartida, dos nixos, y, en el mar, la malvada Ran.
que debió nacer de un fundamento común pro-
cedente de los primitivos indoeuropeos.
ASC
BYLEIST HELBLINDI
(Hermano de Loki) (Hermano mayor de Loki)
UTGARD-LOKI
(Señor del Castillo BURI
Útgarðir) (Primer Dios)
SVADILFARI
(Engendra al
ANGRBODA caballo de ocho
SIGYN LOKI (Madre de los patas Sleipnir
BOLTHORN FJÖRGYNN
(Mujer de Loki) (”Origen de todo fraude”) hijos de Loki) con Loki) (Padre de Frigg)
(Gigante de Hielo)
BESTLA BORR
(Madre de Odín) (Padre de Odín)
GERD OD
(Hermosa giganta) (Esposo de Freya)
FJÖLNIR HNOSS
(Diosa del Deseo) BRAGI IDUNN FORSETI HERMOD
(Rey legendario) (Dios de la Poesía) (Diosa de la Juventud) (Dios de la Justicia) (Mensajero de los dioses)
REYES DE SUECIA
Y NORUEGA
CARLOS AGUILERA
AEGIR RÁN
(Dios del Mar) (Diosa del Mar)
SOL MANI
(El Sol cazado (La Luna cazada
por lobos) por lobos)
9 HERMANAS TYR
(Las olas del Mar) (Dios de la Guerra)
AESIR Y VANIR
HEIMDALL En la mitología nórdica, los dioses están divididos en
(Guardián de las
puertas de Asgard)
dos categorías: los Aesir y los Vanir. Los primeros
eran los grandes dioses, vivían en Asgard, estaban
ligados al mundo celestial y eran los dioses de la
guerra, el coraje, los elementos naturales… Los
Vanir por su parte vivían en el reino de Vanaheim,
se asociaban al mundo terrenal y eran los dioses de
JORD la cosecha, la fertilidad o los mares. Unos eran
(Personificación
de la Tierra) adorados por la aristocracia guerrera y los jarls,
FULLA mientras que los otros solían estar presentes en las
(Criada de Frigg)
oraciones de los agricultores y campesinos.
MEILI
(Hermano de Thor) THOR SIF
(Esposa de Thor)
(Dios del Trueno)
REYES DE DINAMARCA
Horus
Atenea
Quetzalcóatl Gilgamesh
Odín
Osiris
Viracocha
Visnú
Isis
El rey Arturo
El Emperador
Amarillo
PERSONAJES
GILGAMESH,
EL PRIMERO
DE TODOS LOS
HÉROES
P
roviene de Sumeria, la cuna
de la civilización en las tierras
de Mesopotamia, y es el pri-
mero de los grandes mitos univer-
sales del que tenemos constancia
histórica. El Poema de Gilgamesh
fue escrito muy probablemente ha-
cia la primera mitad del segundo
milenio antes de Cristo, pero su his-
toria ya circulaba mucho antes en
las leyendas orales mesopotámi-
cas, haciendo referencia a un míti-
co rey que habría vivido hacia 2500
a.C. Por esta difusión tan temprana,
los estudiosos han visto su influen-
cia tanto sobre episodios de la mis-
mísima Biblia como sobre la Odisea
de Homero. Estamos, por tanto, an-
te un mito de una gran trascenden-
cia para nuestra cultura.
S
egun la mitología egipcia, el enseñándoles a respetar a los dio- el amor de Isis quien, ayudada por el
dios de la tierra, Geb, y la dio- ses. Para extender este esfuerzo ci- guardián Anubis, rescató los trozos,
sa del cielo, Nut, engendra- vilizador por la Tierra, emprendió un recompuso a su amado y con su po-
ron cuatro hijos. Osiris era el mayor, largo viaje que lo alejó de Egipto. Su derosa magia –se la conocía como
Seth, un dios irascible e incapaz de esposa Isis quedó a cargo del rei- ‘la gran maga’– devolvió a la vida a
controlar sus pasiones, el segundo, no, lo que hizo aumentar el odio de Osiris, aunque ya como dios de los
e Isis, futura esposa de Osiris, la ter- Seth, que aspiraba al trono. muertos, y le otorgó el vigor sexual
cera. Los tres formarían un triángulo para poder concebir juntos un hijo.
de amor y odio que forjaría un mito. A la vuelta de Osiris, Seth intentó Así nació Horus, que se enfrentó en
acabar con él de varias maneras. La dos mortales combates a Seth. Aun-
Osiris apartó a los egipcios de la vi- más cruel fue despedazarlo en ca- que los otros dioses le impidieron
da salvaje haciéndoles conocer los torce trozos que dispersó por todos que matase a Seth, Horus fue reco-
frutos de la tierra, dándoles leyes y lados. Pero su maldad no pudo con nocido como legítimo rey de Egipto.
ASC
Y
a era una divinidad adorada germinal de la tierra (serpiente) y el Los aztecas integraron muchas de
por los pueblos predecesores poder fecundador del cielo (pájaro) a las tradiciones religiosas y mitológi-
de los aztecas en el territorio través de la lluvia. cas de los toltecas, incluída la pro-
mesoamericano y su devoción se fecía de Quetzalcóatl, cuyo punto
puede rastrear hasta en las cuevas Los toltecas, la siguiente gran civili- clave era que el dios regresaría con
rupestres de la región. Los olmecas zación mesoamericana, engrande- el aspecto de un hombre blanco y
expresaron gráficamente un ser má- cerían el culto a Quetzalcóatl al pre- con barba y acompañado por sus hi-
gico con aspecto de serpiente y plu- sentarlo como el sabio rey fundador jos para dominar a ese desobediente
mas verdes, tal y como aparece en de su dinastía. Su reinado sería una pueblo. Fatídicamente, esto allanó el
las grutas de Juxtlahuaca, que datan época dorada aunque, finalmente, camino de la conquista a los espa-
de 1200 a.C. Más adelante abunda- hostigado por los dioses oscuros y ñoles. Para sorpresa de Hernán Cor-
rían las pinturas del ‘dragón olmeca’, harto de que el pueblo no obede- tés, el emperador azteca Moctezuma
también con aspecto de serpiente y ciese sus enseñanzas y normas mo- estaba convencido de que quien se
plumaje de pájaro, que condensa los rales, Quetzalcóatl se marchó por presentaba ante él era nada menos
poderes del mundo natural: la fuerza Oriente, prometiendo volver. que el mismísimo dios Quetzalcóatl.
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ODÍN, EL GRANDE
E
l historiador romano Tácito re- su cuerpo al abismo y de él crearon Aun siendo un dios guerrero (más
lataba que a los pueblos ger- los diferentes elementos de nues- adelante libraría una épica batalla fa-
mánicos les parecía una des- tro mundo: de la carne, la tierra; de miliar entre los Aesir, su tribu de dio-
honra “adquirir con sudor lo que se la sangre, los mares y los lagos; de ses, y los Vanir, el otro gran clan de
puede lograr a costa de la sangre”. los huesos, las piedras; del pelo, los inmortales), Odín también era sabio,
Así que no resulta extraño que en la árboles, y del cráneo, la bóveda ce- un dios chamánico, un gran mago
cúspide del panteón mitológico nór- lestial. El mundo así creado tomó el capaz de prever los acontecimientos
dico esté un ser tan belicoso como nombre de Midgard, ‘la Tierra Media’ futuros. Esto era sí porque acudió al
Odín, dios de la guerra y la muerte. que J.R.R. Tolkien popularizó en El manantial de la sabiduría custodiado
señor de los anillos. Pero había que por Mimir, su tío materno, quien para
Fue el creador del mundo junto con crear más cosas –el Sol, la Luna, los dejarle beber le exigió un sacrificio:
sus dos hermanos Vili y Ve. Com- astros– y ello implicaba seguir lu- perder uno de sus ojos. Odín acce-
batieron y mataron a Ymir, fundador chando en lugares más elevados, ha- dió y en el mismo manantial aban-
de la raza de los gigantes, llevaron bitados por gigantes. donó uno de ellos como tributo.
E
l gran mito de la creación del gen de la cultura inca, pero la tarea Manco Cápac, el primer rey de los
mundo y el de los propios orí- de la creación del mundo conocido, incas, hijo del dios Sol y la diosa
genes del pueblo inca se unen para los pueblos andinos, llevó a Vi- Luna, recibió de su padre el báculo
en la leyenda del dios-héroe Viraco- racocha y a sus dos hijos lejos de sagrado que había abandonado Vi-
cha, del que se dice que habría sur- Tiahuanaco, del norte a occidente y racocha. Este le debía indicar el ca-
gido del gran lago Titicaca. de Cuzco a la línea equinoccial en el mino a seguir en un peregrinaje que
Ecuador. Allí avisó a sus gentes de le llevó a la búsqueda de una tierra
Este dios creador talló en piedra las que con el tiempo llegaría quien se fértil donde establecer a su pueblo.
figuras de los primeros hombres y identificaría como Viracocha y que Allí donde el báculo se enterrase se-
mujeres, a los que situó en los lu- no debían creerle. Tras este aviso, ría el lugar señalado para su asen-
gares donde luego vivirían. Con la desaparecieron para siempre en las tamiento, su tierra prometida. Y ese
colaboración de dos hijos, que creó aguas (esta profecía sería tomada li- lugar fue el valle del Cuzco, que en
antes, empezó a darles vida. Todo lo teralmente por los incas cuando vie- lengua inca significaba ‘el ombligo
hizo desde Tiahuanaco, ciudad ori- ron a los españoles). del mundo’.
HORUS,
DIOS DEL CIELO
R
epresentado como un halcón
o un hombre con cabeza de
halcón, con la típica ‘corona
doble’, Hor –Horus es su nombre he-
lenizado– es considerado como el
iniciador de la civilización egipcia.
Conocido ya en el período predinás-
tico, la mitología egipcia lo conside-
ra dios de la realeza en el cielo y de
la guerra. Parte troncal de la Gran
Enéada, forma la tríada osiriaca junto
a sus padres, Isis y Osiris, dios de la
resurrección.
lar a Atenea).
península mexicana
de Yucatán).
GRANDES MITOS
PRECOLOMBINOS
S
e desconoce gran parte de la historia indígena de América
antes de la conquista española, porque esta se conservaba
principalmente en la memoria colectiva (era transmitida
oralmente) y el choque cultural supuso su olvido. Pero lo que sí
sabemos es que, como en todas las grandes civilizaciones anti-
guas, la religión, el arte, la historia y la geografía se entremezclan
en las leyendas anteriores a la llegada de los españoles.
En los mitos y leyendas presentes comúnmente en las culturas ma-
ya, azteca e inca conviven deidades y hombres, demonios y duen-
des, realidad y ficción. Abundan los capítulos relacionados con el
Sol, la divinidad más poderosa y más venerada por la civilizacio-
nes precolombinas, así como las leyendas de los Hijos del Sol. Pero
también encontramos los mitos de la creación del mundo y de los
primeros hombres: según la tradición maya (relatos sacados de sus
libros sagrados, Chilam Balam y Popol Vuh) o la incaica (cómo
Manco Capac llegó a Cuzco, civilizó a los hombres y creó la dinas-
tía de los Incas). Incluso el imaginario de estos pueblos originarios
explicaría por qué los conquistadores españoles buscaron en vano
y durante años un reino lleno de riquezas fabulosas que no existía.
leyendas indígenas
LA ‘BIBLIA MAYA’
M
uchos de los mitos de la civilización maya –que abarcaba
gran parte del actual sur de México, Belice y Guatemala–
están recogidos en una recopilación de narraciones de tra-
dición oral llamada Popol Vuh y considerada la ‘Biblia maya’. Fue
el dominico Francisco Ximénez quien recibió la primera versión
del libro en maya quiché con versos en latín y lo tradujo, aunque
incompleto, al castellano. Como lo conocemos hoy, se divide en
tres partes. La primera describe la creación del mundo y del hom-
bre. La segunda se centra en las aventuras de los gemelos Huna-
hpú e Ixbalanqué, hijos de Ixquic (‘la sangre’). Estos jóvenes dio-
ses derrotan a las fuerzas malignas con pruebas como el juego de
pelota y se convierten en el Sol y la Luna. La tercera parte narra el
origen de los pueblos indígenas de Guatemala, sus migraciones, su
expansión territorial, sus guerras. El Popol Vuh muestra divinidades
mayas poderosas, pero no omnipotentes, pues igual que los humanos
tenían limitaciones físicas (sed, hambre...) que solo podían satisfacer por
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El inframundo
de Xibalbá
En el nutrido panteón maya, destacan los
tres principales dioses creadores: Kukulcán,
la ‘Serpiente emplumada’ (en la imagen),
dios de las tempestades; Huracán, ‘el de
una sola pierna’, dios del viento, y Tepeu,
dios del cielo. Ocupan asimismo un lugar de
honor los doce dioses del inframundo, que
habitaban un lugar subterráneo llamado Xi-
balbá (que significa ‘lugar de terror’) adonde
querían llegar todas las almas para disfrutar
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L
mexicanos, con Guillermo os antiguos mayas basaban sus
de Anda al frente, creyó creencias en tres grandes planos
descubrir en 2008, en el centro de existencia, relacionados entre
del estado de Yucatán, esa di- sí: cielo, tierra e inframundo. Además
fícil ruta por el inframundo que de dioses, en ellos vivían los duendes
suponía el Xibalbá y que, según o aluxes, pequeños seres representa-
la tradición maya, los muertos dos por figuras de barro. Se cree que
debían recorrer en su tránsito eran más antiguos que los propios ma-
hacia la otra vida. yas y, según estos, fueron los hombres
Hallaron catorce cuevas y depó- primigenios que construyeron las gran-
sitos de agua de manantial don- des ciudades. Trabajaban en la oscuri-
de había fragmentos de cerámi- dad y cuando salía el sol se volvían de
ca, elementos rituales y restos piedra. Cuidaban de las personas y de
óseos humanos. Esta red subte- sus campos. Fieles a sus amos (que
rránea de cuevas debió ser una les daban de comer), se mostraban
recreación de la entrada al infra- traviesos con los desconocidos. En el
mundo. Allí acababa la vida, pe- Yucatán, donde siguen estando muy
ro también empezaba. presentes, se han hallado aluxes origi-
nales en cenotes como el de Samulá,
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LA PROFECÍA
dEL FIN DEL Parque Nacional deTikal (Guatemala).
MUNDO
E
n el yacimiento de Tortu-
guero, en el estado mexi-
cano de Tabasco, se en-
contró un trozo de piedra con
inscripciones conocida como
la Estela 6. En ella se ve escri-
ta la fecha 13.0.0.0.0 4 Ajaw
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3 Kank’in que corresponde al
21 de diciembre de 2012. Mu-
chos quisieron ver en ello una
profecía del fin del mundo,
pero según aclaró el Institu- LAS RUINAS DE TIKAL
M
to Nacional de Antropología e isteriosamente, en el siglo IX, Tikal y otras grandes ciudades
Historia de México esta fecha mayas quedaron vacías de repente. Murieron millones de
corresponde al fin de una era personas, algunas de ellas asesinadas brutalmente, y los po-
de 5.125 años y de un ciclo cos supervivientes volvieron a la vida tribal. De este modo, el mundo
de 400 –conocido como 13 maya que hallaron los españoles era apenas una sombra de lo que
b’aak’tuunes– que daría pa- había sido. Los arqueólogos han buscado una explicación: guerra,
so a un nuevo período. En la invasión, migración, enfermedades, sobreexplotación... Entre las mu-
ciudad maya de Chichén Itzá chas teorías está la de Jared Diamond y Franz J. Broswimmer, auto-
creían que al finalizar ese tiem- res de Colapso, para quienes se debió a una combinación de varios
po la población debía mudar- factores. Aparte de las guerras o problemas políticos, habría sido
se a otro lugar, nada más. Lo clave la enorme fuerza de trabajo dedicada a la construcción de ciu-
que los mayas pronosticaron dades monumentales, que causó la deforestación y la disminución
en dicha fecha fue un cambio de tierras de cultivo. Otra controvertida hipótesis es la de Dick Gill,
de ciclo. No fue una profecía quien asegura que los mayas murieron de hambre y sed a causa de
fallida porque nunca existió. una serie de devastadoras sequías durante los siglos IX y X.
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VIRACOCHA, EL CREADOR
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A
l igual que la Pachamama, Viracocha o Huiracocha,
el dios Creador, enseñó a los habitantes de las tie-
rras andinas el respeto por la naturaleza y por valo-
res éticos como la solidaridad y la generosidad. Su origen
es incierto, pero una versión de este mito afirma que surgió
del lago Titicaca (entre Perú y Bolivia) rodeado de viento
y espuma (según el cronista español Pedro Sarmiento de
Gamboa, Viracocha significa ‘espuma de mar’). Venerado
como dios supremo, era considerado también un héroe mí-
tico que peregrinó de un lugar a otro, con su báculo sagra-
Pachamama
do en la mano, hasta crear todo el Imperio inca.
F
ue, junto a Viracocha, el gran perso-
naje mitológico del poderoso Impe-
rio inca. Era la joven, bella, maternal
Sacrificios humanos
C
y protectora Madre Tierra y represen- uando los españoles arribaron al actual México, escribie-
taba la fertilidad y la vida. Se casó con ron que los aztecas (o mexicas) estaban llevando a cabo
Pachacamac, dios del cielo, y vivieron sacrificios sangrientos en una cantidad nunca vista –tan-
una historia de creación y respeto por to, que en una ocasión superaron los 80.000 muertos en solo
la naturaleza. Se la consideraba frágil y cuatro días– y que a veces se comían a las víctimas. Algunos
poderosa a la vez (su mito está lleno de expertos, como la antropóloga Yolotl González Torres, autora
dolor, muerte y venganza) y se la vene- de El sacrificio humano entre los mexicas, defienden que se ha
raba de tal modo que los conquistado- exagerado el número de víctimas; una exageración surgida en-
res la compararon con la Virgen María. tre los enemigos de los aztecas, que aumentando dicha cifra
Pachamama es hoy símbolo de protec- demostraban su superioridad al enfrentarse a tan temibles ene-
ción del planeta y referente de los mo- migos. Según esta experta, hay otra cuestión que suele obviar-
vimientos ecologistas, que recogen el se al hablar de esto, y es que este tipo de sacrificios rituales se
mito de que es la defensora de la natu- daban en numerosas culturas de todo el mundo: Egipto, India,
raleza y los seres vivos. China, Japón, Roma, Grecia y Mesopotamia.
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a la humanidad y triunfó donde Y es que el emperador azteca discursos que ofreció Moctezu-
ellos habían fracasado. Sin em- Moctezuma creyó que Hernán ma al ‘entregar’ su imperio.
fundación de
Inti Raymi, la fiesta del sol
Tenochtitlán
E
l legado incaico llega hasta nuestros días con la celebración
M
itológica es también la histo- de la fiesta del Inti, en quechua Inti Raymi, que tiene su ori-
ria que cuenta la fundación de gen en la Wawa Inti Raymi o ‘fiesta del niño sol’ precolom-
Tenochtitlán, capital del Im- bina. Cada 24 de junio, una explosión de colores, música, danza
perio mexica, que tiene como pro- y tradiciones invade las ruinas de Sacsayhuamán, a dos kilóme-
tagonistas a un águila y un nopal. tros de Cuzco, en Perú. Se conmemora esa gran ceremonia re-
Se dice que, 130 años después de ligiosa inca y andina que rendía culto al astro rey (Inti) y marcaba
la creación del quinto Sol (siglo XII), el solsticio de invierno y el Año Nuevo en los Andes. La celebra-
los aztecas dejaron Aztlán en busca ción arranca en el Templo del Sol y prosigue en la plaza de Armas,
de una nueva tierra prometida que, donde el Inti se dirige a su pueblo. Participan más de 800 actores
según el dios Huitzilopochtli, encon- que encarnan a personajes mitológicos (el más importante es el
trarían en una zona pantanosa con Aya Uma, líder espiritual y protector de la naturaleza que espanta
un nopal (cactus) sobre una roca y a los demonios que amenazan las cosechas). Uno de los momen-
un águila devorando a una serpien- tos más importantes es la masiva ‘toma’ de la plaza principal, a la
te. Fue en un islote del valle de Mé- que sigue una ‘pelea ritual’. Y todo termina en una gran fiesta con
xico donde, tras detectar dicha se- música, baile, fuegos artificiales, comida y bebida.
ñal, construyeron en 1345 la ciudad
de Tenochtitlán. La capital desde la
La maldición de El Dorado
que se levantó un Imperio fue tam-
bién protagonista de su final, al caer
en manos de los españoles el 13 de
S
agosto de 1521. Pero la leyenda no in duda, los tesoros hallados (y enviados en parte a España)
ha muerto, pues hoy el águila, la por conquistadores, así como los escritos de los cronistas
serpiente y el nopal aparecen en el mencionando joyas y objetos dorados que iban encontrando,
escudo de México. atrajeron a aventureros y exploradores a América, ansiosos por ha-
llar riqueza, y alimentaron una leyenda que ha perdurado durante si-
glos, la de El Dorado, el mayor tesoro imaginado por el hombre.
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AZTECAS MAYAS
En la imagen, el
Árbol de Gernika,
todo un símbolo no
solo de Bizkaia, sino
del conjunto de la
sociedad vasca.
Este roble representa
las libertades
tradicionales del
Territorio Histórico
de Bizkaia y de sus
ciudadanos.
TARTESSOS
los ojos.
Y OTROS
ENIGMAS
HISPANOS
Como en el resto de Europa, las culturas
primitivas que habitaron la península
sucumbieron al empuje sucesivo de Roma
y del cristianismo. Aun así, muchas de sus
huellas pervivieron como mitos.
E
vieja Iberia. Están, por un lado,
n Iberia, región misteriosa y remotísima, ubicaban las cultu-
los que podríamos llamar ex-
ras antiguas sus lugares paradisíacos: los griegos, los Cam- teriores –o sea, los que forjaron los
pos Elíseos y las islas de los Bienaventurados; los semitas, de pueblos mediterráneos sobre noso-
acuerdo con el Libro de los Jubileos esenio, el Jardín del Edén. Y tros–, y por otro los interiores, los mi-
ámbitos maravillosos y ubérrimos como el Jardín de las Hespéri- tos propios de los pueblos ibéricos.
des, cuyos árboles producían frutos de oro, las islas Cassitérides, Desde fuera, las culturas pujantes
con sus inagotables minas de estaño, o el reino de Tartessos con su del otro lado del mar nos veían como
soberano Argantonio, el rey de la plata. Y también el río del Olvi- las tierras del fin del mundo, lindan-
do y el país de los Sueños, así como la mítica batalla entre dioses y tes con el océano. El hecho de que
titanes y los tres últimos trabajos de Hércules. el Sol se oculte por Occidente situa-
Los fenicios, por su parte, coincidían con los griegos en la no- ba aquí la noche y el otro mundo.
ción de la riqueza inconcebible de esta tierra, pues aquí situaron Los egipcios llamaban a sus difuntos
su Tarschisch, equivalente al Tartessos de los griegos, de la que ‘los occidentales’, y los enterraban
afirmaban que los pastores daban de comer a las bestias en pese- en la orilla oeste del Nilo. Por su par-
bres de plata maciza y que sus naves cargaban de allí tanta plata, te, los etruscos ponían a sus dioses
que incluso sustituían sus anclas por otras hechas de plata para del Más Allá en Occidente.
aprovechar el peso. Y también situaron en el remoto Occidente las
hazañas de su héroe análogo a Hércules: Melkart.
Tradiciones latentes
L
a llegada del cristianismo supuso el golpe de Pirineos). Es un lapso de tiempo enorme, ¡más de
gracia tanto para los dioses romanos como pa- 24 generaciones!, pero incluso así todavía queda-
ra los restos del mundo espiritual anterior que ron restos de las viejas creencias. De hecho, los
habían sobrevivido a Júpiter y Marte en Hispania. primeros concilios cristianos españoles, que arran-
Las viejas creencias se enquistaron en los medios caron a comienzos del siglo IV, prevenían sobre
rurales, lejos de los grandes centros de poder, y allí algunos ritos y hábitos condenables que sin duda
permanecieron latentes. formaban parte de las tradiciones autóctonas pre-
En España, la presencia del mundo romano se pro- cristianas, como la adoración de ciertas piedras,
longó cerca de siete siglos, entre el II a.C. y el siglo las suertes adivinatorias o las fogatas en las encru-
V (que fue cuando asomaron los visigodos por los cijadas de los caminos.
Muchas tribus
muy parecidas
E
strabón afirma que, en su tiempo,
se sucedían los nombres de tribus
desde Galicia hasta los Pirineos (de
los kallaikoi, ástoures y kantabroi has-
ta los ouaskones y los habitantes del
Pyrene), pero que esas diferencias de
nombre no eran importantes, ya que
todas esas gentes vivían de la misma
manera. Dice también que los kallaikoi
–los clanes celtas del noroeste penin-
sular– eran ateos y que el resto de las
tribus veneraban a un dios sin nombre
en cuyo honor bailaban a la puerta de
su casa en las noches de plenilunio.
No cabe duda de que la música y el
Maqueta a escala del recinto canto fueron extremadamente impor-
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arqueológico de Cancho Roano, en
tantes para nuestros antepasados pre-
Zalamea de la Serena (Badajoz).
rromanos. Los autores antiguos son
unánimes a este respecto, ya hablen
Cerveza y
matriarcado
N
o sabemos gran cosa sobre su estructura so-
cial, pero nos consta por los autores romanos
que los íberos se parecían a los germanos en
dos cosas: ambos bebían cerveza y, tanto en Germa-
nia como en Hispania, las mujeres eran escuchadas
en las asambleas políticas, donde se les concedía el
uso de la palabra (lo que era mucho más insólito en-
tonces). En realidad, aquellos antepasados debieron
vivir en un medio fuertemente matriarcal, como ma-
triarcales han sido en gran medida las sociedades que
los han sucedido más tarde. Sobre todo, en la cordi-
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E
l hecho de que entre los pueblos íberos predomi- rían las sorginak, en el caso de la Mari vasca, o las
naran las hechiceras sobre los brujos puede tener meigas celtas, cuyo cometido es megar o enmeigar, es
su explicación en la condición matriarcal de las decir, hacer el bien y deshacer los conjuros maléficos y
sociedades antiguas, que a su vez habría enlazado con el mal de ojo de las brujas. Y es que la bruja –término
la condición femenina de la Gran Diosa, arraigada posiblemente prerromano, del mismo origen que el
desde el comienzo de la civilización: aquella antiquí- portugués y gallego bruxa y el catalán bruixa– tendría
sima Diosa Madre, de la que hay muestras evidentes un carácter negativo. De hecho, en Roma serían lla-
en los primeros grupos de cultura occidentales. Por madas maleficae (maléficas).
ejemplo, en el origen del euskera no hay un dios, Diosas y hechiceras estaban asociadas a los dólme-
sino una Diosa Madre que se habría convertido nes; no en vano a la época megalítica se asocian
en la Mari, el personaje más reconocido de la toda clase de leyendas arcaicas en la península.
mitología y las leyendas vascas. Todo lo relacio- Los megalitos vascos, por ejemplo, tienen nom-
nado con maternidad, familia, fertilidad, cos- bres como Mairubaratza o Jentilbaratza –Huerta
tumbres y formas de vida iba dirigido hacia de los Mairus o de los Gentiles–, aunque ocupan
esa ‘madre’ que tenía más importancia que terrenos que nunca pudieron haber sido huer-
cualquier otra cosa y sin la que no se puede tas. Parecen creencias traídas de épocas muy
comprender el matriarcado vasco. antiguas, conservadas en el seno de sociedades
Las sacerdotisas de esa Diosa Madre se- muy endogámicas y resistentes al cambio.
En Vuelo de brujas
(1798), Francisco de
Goya denuncia la
ignorancia
(simbolizada por el
burro), las
supersticiones y el
oscurantismo que le
tocó vivir en su
época.
mitos IBÉRICOS
En la Piazza della
Signoria de Florencia
Los mitos andaluces
E
n el sur, en el Estrecho de Gibraltar o Columnas de
se encuentra este
Hércules y el centauro Hércules, que fue la primera tierra ibérica que co-
Neso (1550), del nocieron los griegos, florecieron otros mitos que
escultor flamenco la presencia romana y después la mahometana –que
Jean Boulogne o duró tanto como la romana– contribuyeron a eliminar.
Giambologna. Los últimos restos de las creencias nativas serían ba-
rridos finalmente por la repoblación cristiana.
De los viejos mitos andaluces solo tenemos noticia
a través de los historiadores griegos y romanos, que
transmiten informes curiosos como por ejemplo que,
según Plinio, los andaluces (los túrdulos) tenían más
dientes en la boca que el resto de los mortales. De
esta extravagante información no se conoce el ori-
gen ni el fundamento, de manera que se ha llegado a
interpretar como una simple metáfora.
Otros informes griegos aseguran que el Sol parece
cuatro veces mayor al ponerse en Cádiz que en
cualquier otra parte del mundo. Esta noción pu-
do haber estado ligada al hecho de que no se
conocían tierras más allá del océano y a que el
astro, en su caída por Occidente, se aproxi-
maba más a la Tierra y por lo tanto se veía
mayor. También se decía que desde las Co-
lumnas de Hércules podían verse con to-
da claridad las montañas de la Luna, y
probablemente por la misma razón.
Como la Iberia era el confín del
mundo (el confín del Mediterrá-
neo), tenía sentido que estu-
viera más cerca de los astros
en su declinar diario.
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Fascinante Tartessos
ASC
L
a leyenda ibérica más completa que los siglos nos han blo a labrar la tierra con animales de tiro.
transmitido llega de la pluma de un escritor galorro- Mucho se ha especulado sobre el sentido de esta leyen-
mano del siglo I a.C. llamado Pompeyo Trogo. Aun- da, que parece aludir a épocas remotísimas en las que
que su obra se perdió, quedaron largos fragmentos recogi- se dio el paso de la ganadería a la agricultura; o sea, al
dos en el siglo III por el historiador romano Justino en los Neolítico. Sus analistas, en particular Julio Caro Baroja,
que cuenta la historia de los primitivos reyes de Tartessos, lo interpretan como un mito fundacional semejante al
los famosos Gárgoris y Habis. de Rómulo y Remo, también protegidos y salvados por
De acuerdo a esta leyenda, la hija del rey Gárgoris, que una bestia salvaje, en su caso la loba capitolina. Pero
había enseñado a sus semejantes la recolección y el uso además recuerda a la historia de Moisés, abandonado en
de la miel, tuvo un hijo ilegítimo que el soberano repudió. las aguas del Nilo al poco de nacer. El hecho de que esta
Ordenó abandonar al niño en el monte, pero las fieras sal- leyenda se relacione con los descendientes de los tarte-
vajes lo amamantaron y el niño siguió vivo. Luego ordenó sios parece vincularlo con otra noticia que proporciona
depositarlo en un paso de ganado para que los animales lo Estrabón: que los andaluces (turdetanos o túrdulos) eran
pisotearan, arrojarlo a los perros hambrientos y tirarlo al los más cultos de todos los pueblos ibéricos y que dispo-
mar. Nada terminó con él y vivió entre los animales hasta nían de crónicas históricas y leyes versificadas con una
que cayó en la trampa de un cazador y fue conducido ante antigüedad increíble, que ellos mismos fechaban en seis
Gárgoris, el cual, maravillado por lo ocurrido, lo nombró mil años. Si algún día se logra encontrar y descifrar esos
su heredero. Y con gran acierto, porque Habis se mostró escritos constituirá el mayor tesoro cultural que pueda
como un excelente gobernante. Estructuró la sociedad en soñarse, pues nos aproximarían a la infancia olvidada
siete grupos o castas, promulgó leyes adecuadas para la de nuestra civilización, ampliando el conocimiento que
convivencia y desarrolló la agricultura y enseñó a su pue- tenemos de nosotros mismos. Para eso sirve la historia.
MITOS COMPARTIDOS
P
or otra parte, muchos de los mitos y creencias Parece que hubo cultos locales relativos a deter-
del norte eran compartidos por varios pueblos minados territorios. Se han encontrado numerosos
hispanos y se explican a partir de la mitología altares dedicados a deidades cuyo nombre coinci-
celta, como los duendes de todas clases con las for- de en muchos casos con el de los lugares junto a
mas más curiosas, las ninfas acuáticas (lamias, xa- los que han aparecido. Debieron de ser entidades
nas, etc.) o los hombres salvajes de la montaña (el y creencias de índole animista por las que se reco-
basajaun u ojancu vasco y el ojancanu cántabro). nocía una condición sagrada a algunos espacios en
Tampoco faltan los cíclopes en esa nómina de seres concreto, genios locales a los que se atribuían cier-
mitológicos, como el vasco Tartalo, un ser enorme y tos beneficios o dádivas y cuya protección se reque-
cruel con un solo ojo en medio de la frente. ría erigiendo esos altares.
nos
MUY HISTORIA DATA 71
CON NOMBRE DE MUJER
ASC
no las consideraban símbolos de cambia la cola por piernas para
perdición.
Su imagen cristiana se dulcificó
durante el Renacimiento; pasaron
conquistar a su príncipe, pero él
se casa con otra y ella se lanza al
mar. Su amor la salva y se con-
LAS
de ser las causantes de los naut- vierte en sílfide (espíritu del aire).
NEREIDAS,
Grabado NIETAS
DEL DIOS
(procedente de
un antiguo
boceto
OCÉANO
dibujado a
mano) de una
arpía, animal
mitológico
mitad mujer,
mitad ave
Pérfidas arpías
A
pesar de su aspecto similar y de su carácter malvado, no
hay que confundir a las primitivas sirenas aladas de los
griegos con las arpías, también griegas y también aves.
Aquellas sirenas encarnaban la tentación, eran criaturas per-
versas porque usaban su mejor arma, el canto libidinoso, para
reducir a los hombres, pero no maléficas. En ocasiones se las
describe como antropófagas, mantis religiosas que, tras hechi-
zar a su víctima, la engullen. Por su parte, las arpías –seres vin-
culados al aire con rostro de mujer, cuerpo de ave de rapiña y
afiladas garras– sí son de inequívoca naturaleza maléfica. Aun-
que en su orígen mitológico su cometido principal era solo
hacer cumplir el castigo impuesto por Zeus a Fineo (roba-
ban continuamente su comida antes de que pudiera to-
marla), en tradiciones posteriores fueron transformadas
en genios maléficos que llevaban consigo tem-
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M
con el agua dulce, como las oceánides lo estaban con el agua sala- ientras las mari-mor-
da y las nereidas específicamente con el Mediterráneo. Así pues, las gans de Bretaña y las
ondinas habitaban en fuentes, pozos, manantiales, arroyos, lagos, ríos nixes de las aguas
y estanques. El término ondina (deriva de la palabra latina unda, ‘onda’) estancadas germánicas
fue utilizado por primera vez por el médico y alquimista medieval Para- y nórdicas arrastran a los
celso, quien creía que había “homólogos espirítuales e invisibles de la mortales hasta el fondo del
Naturaleza visible”, espíritus elementales de cuatro clases que moraban agua para capturarlos, en
en los cuatro elementos: silfos, en el aire; gnomos, en las profundidades el caso de las mujeres-foca
de la tierra; salamandras, en el fuego, y ondinas, en el agua. Los autores de las islas escocesas, sel-
alemanes del siglo XIX y XX embellecieron a la ondina convirtiéndola en kies o roanes, la historia es
una bella ninfa acuática que podía andar y respirar fuera del agua y lau- a la inversa. Si un pescador
reada con la inmortalidad (don que perdía al tener un hijo con un mortal). la descubre y roba la piel
Aunque tenían a Paracelso como fuente, encontraron inspiración tam- de foca con la que se cu-
bién en la literatura clásica, particularmente la Metamorfosis de Ovidio, bre, la selkie debe quedar-
dada la transformación de muchas de las ondinas en manantiales. se en tierra y ejercer de es-
posa hasta que encuentra
su piel y vuelve al agua.
L
as ninfas acuáticas, ya sean del mar o de
aguas dulces, no se limitan a la mitología ja de los reyes de Troya, le ofreció dicho don si se
occidental. Las apsaras, por ejemplo, son entregaba a él. Casandra aceptó, pero después no
ninfas acuáticas que animan el cielo hindú con cumplió su parte. Enfadado, Apolo escupió en su bo-
canciones y danzas; los antiguos habitantes de ca y así le retiró el don de la persuasión, por lo que
China y Japón creían que reinas dragonas habi- aunque dijera la verdad, nadie la creería. De hecho,
taban en las profundidades marinas; y la amal- cuando anunció que Paris traería la ruina a Troya y la
gama de elementos paganos y cristianos del inminente caída de la ciudad, nadie dio crédito a sus
vudú se unen en la historia de la diosa del mar vaticinios: pensaban que estaba loca. Terminó como
Sirène, que se fusionó con santa Filomena. esclava y amante de Agamenón, rey de Micenas, y
predijo su muerte a manos de la esposa de este.
El británico Solomon
LORELEY Y MELUSINA, Joseph Solomon
plasmó en Áyax y
MAL DE AMORES Casandra (1886) el
momento
L
os mitos germánicos y galos nos descu- en que un caudillo
bren a otras dos mujeres mitológicas, Lo- aqueo rapta del
reley y Melusina, protagonistas de dos templo a Casandra
tristes historias que tienen como origen un para violarla.
corazón roto o traicionado.
La primera leyenda, la alemana, habla de una
muchacha de piel blanca y dorada cabellera
que vivía junto al Rin: Loreley. Al ser traicio-
nada por el hombre al que amaba, la joven
decidió apartarse del mundo y adoptó forma
de sirena. Desde entonces, alimentada por el
rencor, se dedicó a conducir a los navegantes
a la muerte. Esta leyenda de la sirena del Rin
ha sido una fructífera fuente de inspiración;
entre otros, para el poeta Heinrich Heine, que
le dedicó románticos versos.
Y de la literatura medieval francesa nos lle-
ga Melusina, amalgama de tres seres maldi-
tos para la Iglesia: mujer, serpiente y hada. La
versión más conocida de su historia nació en
1392 en un relato de Jean d’Arras: Mélusine.
Este autor, que recopiló cuentos y narracio-
nes populares ambientados en la corte del
rey Arturo, narra la vida de un hada escocesa,
Melusina, que vivía en Avalon y fue condena-
da por su propia madre a ser hada «hasta el
día del juicio», salvo que un hombre se casara
con ella y no la viese nunca los sábados. Para
dificultar la búsqueda de marido, el sortilegio
contenía una segunda condena: se transfor-
maría en serpiente de cintura para abajo to-
dos los sábados, hasta que un hombre qui-
siera casarse con ella y aceptara no verla ese
día de la semana. Melusina encuentra a ese
hombre y tienen diez hijos, pero este acaba
faltando a su palabra y, al verse descubierta,
ella abandona el hogar y a su marido.
ASC
S
on las hadas y hechi- frutar con el baile. De naturaleza bondadosa, ayudan al
ceras Viviana y Mor- que se lo merece y castigan al que actúa por puro interés.
gana, nacidas en las Aun así, también hay hadas maléficas, muy poco agra-
leyendas artúricas. Mien- ciadas. Las lamias, con pies de pato o pezuñas de cabra,
tras la primera seduce y pululan por Aragón (lainas), Navarra y País Vasco, donde
embruja a Merlín (este le poseen un camino propio: el Sendero de las Lamias, en
construye un palacio en el Mundaka. Y las lavanderas son ancianas que actúan con
fondo de un lago y le ense- nocturnidad y alevosía; si alguien las ve mientras lavan la
ña su magia), la segunda ropa, lo pagará con su vida. La mayoría de hadas viven en
(hermanastra de Arturo) es palacios en cuevas, como las dones d’aigua catalanas.
primero discípula y des- Otras se instalan en castillos, como las moiras, o habitan
pués rival del brujo. Vivia- en el bosque, como las anjanas cántabras.
na, como dama del lago, Ciertas leyendas atribuyen el nacimiento de un linaje a la
saca de las aguas la espa- unión de un hada y un humano. Y es que, sin ser habitual,
da Excalibur que entrega hay hadas con descendencia, como las xanas asturianas
al rey Arturo y Morgana le (sus vástagos se distinguen por estar cubiertos de pelusa).
pone los obstáculos que Las sirenas recorren todo el litoral peninsular y ambos
le permiten convertirse en archipiélagos. Incluso las hay tierra adentro. En Extre-
el mejor caballero. Merlín madura, sin ir más lejos, las llaman serenas. Y es famosa
acabó encerrado por Vi- la ogresa extremeña, la Serrana de la Vega, que dio títu-
viana en el encantamien- lo a una comedia de Lope de Vega. Y no podía faltar la
to que él mismo le enseñó principal deidad vasca: Mari. Considerada hacedora de
para atrapar a un hombre. tormentas, los campesinos la invocan para salvaguardar
ASC
sus cosechas.
Madres creadoras
L
as figuras de la madre protectora de las yemas, el Sol; y de las claras,
–símbolo de la fertilidad– existen la Luna. Luego concibió océanos y
desde el Paleolítico: las orondas continentes. En los Andes, aún se
Venus. De estas figurillas halladas garantizan las cosechas venerando
por toda Europa –la más conocida a la Pachamama, de origen inca.
es la de Willendorf, en Austria (en la Para los nativos del sudoeste de Es-
imagen)– dependía la supervivencia tados Unidos la creadora es la Mu-
de las primeras comunidades agrí- jer Araña, con ciertas variantes. La
colas. Después, muchos pueblos de los navajos, por ejemplo, tejió la
tuvieron como ser supremo origina- escalera por la que las personas su-
rio a una figura femenina encargada bieron al mundo, y la de los keres,
de crear la Tierra. Grecia cuenta con los hilos del universo. En cambio,
Gea, que dio a luz a la primera raza los séneca, habitantes de la actual
de seres vivos, los titanes; y Cibeles, Nueva York, llaman Eagentci (ancia-
la Gran Madre. En Roma, compiten na) a su Primera Madre. Su esposo,
Juno, diosa del parto, y la Bona Dea, el Portador de la Tierra, la tiró por
rodeada de misterio. Las matres cel- un agujero, y mientras caía iba reco-
tas suelen mostrar un pecho o llevar giendo semillas que soltó sobre un
algún bebé, mientras que la primera caparazón de tortuga. Por eso, las
diosa finlandesa es Luonnotar. Un tribus americanas de iroqueses y al-
ave puso huevos en sus rodillas: de gonquinos se referían a Norteaméri-
las cáscaras surgieron cielo y tierra; ca como la “isla de la Tortuga”.
ASC
ASC
Mitos fineses
U
na de las áreas más cercanas a nosotros con gran riqueza
mitológica, aunque bastante desconocida, es Finlandia. Con
una historia que se remonta a 5000 a.C., los diversos pueblos
que componían el actual país crearon sus propias versiones y le-
yendas sobre el origen del mundo y la raza humana. Una de ellas
es la leyenda de Vainamonen, el eterno cantor, explicación mito-
lógica del origen del mundo y la raza humana.
En 1835, el filólogo y lexicólogo finlandés Elias Lönnrot publi-
có una gran cantidad de mitos, canciones y poemas recogidos
durante siete años en un periplo que lo llevó a viajar por todo el
país. Lo que Lönnrot quería no era solo rescatar del olvido las
leyendas autóctonas, sino unificarlas añadiendo contribuciones
suyas, de modo que la tradición se conjugara con sus aporta-
ciones dando nueva vida a la mitología antigua. Deseaba crear
un poema heroico semejante a la Ilíada de Homero que pudiera
ser cantado por sucesivas generaciones de finlandeses y el re-
sultado fue el Kalevala, cuyo héroe protagonista era Väinämöi-
nen, descrito como un hombre anciano y sabio con una voz
portentosa y mágica.
Compuesto por 23.000 versos, la primera parte del Kaleva-
la relata la creación de la Tierra por Väinämöinen a partir del
caos primigenio y las siguientes relatan sus proezas, centrán-
dose en la lucha entre dos pueblos: los pohjola, del norte de
Finlandia, y los haleva del sur.
CONTADORES AFRICANOS
T
an necesario era un sistema de transmitir oralmente tales historias, presente.
memorización efectivo para ya fuese en el interior de las casas o Uno de los relatos míticos africanos
mantener viva la información a toda la comunidad en alguna cele- más conocidos procede del pueblo
relevante del pasado que en ciertas bración especial. Esta tarea les otor- abaluyia de Kenia, para el que Wele es
culturas, incluso, se creó la figura del gaba un papel crucial en la formación la deidad suprema, creadora del uni-
contador de relatos mitológicos, que de los jóvenes, que se entretenían a verso y también del día y de la noche.
se entrenaba en el arte de la memori- la vez que aprendían la historia de su Según se relata, cuando Wele puso
zación literal. Esta tradición del conta- pueblo y comprendían cómo había al Sol y a la Luna en el cielo, observó
dor de historias tuvo gran arraigo en sucedido la creación del universo y cómo el Sol empujaba a la Luna para
África, donde las lenguas escritas no del mundo que les rodeaba. Y es que alejarla y, en respuesta, esta le abatía.
aparecieron hasta los siglos VIII y IX los relatos fabulosos recogidos en el Como la situación no tenía visos de
gracias a la extensión del islam hacia el continente africano hablan, sobre arreglarse, Wele decretó que el Sol
interior del continente. Ya lo dijo Pli- todo, de la historia y el origen de las saldría de día y que la Luna lo haría
nio el Viejo: “Siempre hay algo nuevo diversas etnias, que siempre han uti- durante la noche, de tal modo que
en África”. lizado a los ancestros como vehículo ninguno de los dos astros coincidiera
Los mayores eran los encargados de perfecto para unir el pasado con el en el mismo tiempo y espacio nunca.
bosquimanos en lo que se
conoce como el ‘Museo vivo
de Grashoek’, en Namibia.
Allí realizan actividades
ancestrales como bailar,
cantar, contar historias o
simular la caza.
Brumoso atardecer en Ambot,
monte situado en el País Vasco
(principalmente en Bizkaia con
parte en Araba). En él la
mitología vasca fija la morada
de la Dama de Amboto, Mari,
lo que lo convierte en un monte
casi sagrado.
LUGARES DE
LEYENDA
L
as penalidades de este mundo incendiaron, desde la noche de los tiempos, la
imaginación de pobres y ricos, que fabularon con la utopía de otro mundo,
de un paraíso terrenal mítico por su abundancia imposible y por su felicidad
sin fin. Podía ser una recompensa espiritual, ese paraíso al que llegaba el alma tras
el sufrimiento terrenal, pero en muchas ocasiones era tan real como para tener
coordenadas geográficas concretas. Y es que el ser humano proyectó ese ideal,
esa entelequia impracticable en la realidad, hacia tierras remotas e inalcanzables.
En un tiempo fueron las islas Afortunadas como la Atlántida, las Canarias o Tule;
en otros momentos, ricos reinos como el de Saba o el de Preste Juan; también se
buscaron ciudades perdidas construidas en oro o mundos subterráneos inexpug-
nables que recorrían las entrañas de la Tierra. El hombre necesitaba creer y aún lo
necesita; si no, ¿cómo se explica que mitos como el de la Atlántida se sigan buscan-
do en pleno siglo XXI utilizando moderna y costosa tecnología?
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EL JARDÍN
DE LAS
DELICIAS
D
esde la Grecia de la Edad de Oro, los
Campos Elíseos y las Islas Afortuna-
das, el mito del Paraíso fue cuajando en
el inconsciente colectivo de sucesivas civili-
El río Aqueronte está situado zaciones. Pero dejó de ser un rincón del más
en el noroeste de Grecia. Nace allá destinado a las almas afortunadas para
cerca de Zotiko y desemboca
convertirse en un sueño con difusa ubica-
en el mar Jónico formando el
delta de Ammoudiá. ción en el mapa, en un remoto paraje del le-
jano Oriente, en el que los hombres vivían en
ASC
G
riegos y romanos proyectaron sus anhelos de una de la tradición judeocristiana (en la imagen,
existencia paradisíaca hacia el pasado forjando el
imaginado por El Bosco), que comparte ras-
mito de la Edad de Oro, un tiempo en el que, a sal-
gos con el Edén del Génesis sumerio y me-
vo de las preocupaciones y los desvelos del presente, los
sopotámico y variantes primas-hermanas en
hombres vivían permanente ociosos, sin temor a la muerte,
espoleados por la tranquilidad que les daba saberse po-
otras culturas: el Monte Meru y el Monte Ka-
seedores del elixir de la eterna juventud. Esta entelequia liash del budismo y el hinduísmo o las mon-
del mundo feliz cuajó en el mito de los Campos Elíseos y su tañas del Kunlun de los taoístas. El Paraíso
más célebre variante, las Islas Afortunadas. Este paraíso pa- Terrenal de la tradición bíblica figuraba en
ra las almas afortunadas se ubicaba en algún lugar más allá los mapas medievales en esa nebulosa geo-
del río Aqueronte y para acceder a él era preciso atravesar gráfica que era entonces la India: un mundo
el inframundo, con el beneplácito de los dioses. Era el bar- perfecto reservado a los rectos y virtuosos
quero del Hades, Caronte, el que cruzaba a los difuntos que encontró a partir del siglo X una répli-
de un lado a otro del Aqueronte. ca popular, ese paraíso más accesible que la
gente del vulgo necesitaba.
ASC
T
anto o más perdurable fue este mito, de cuya existen- imaginado
cia dio cuenta por vez primera el explorador griego por Rubens
Piteas allá por el siglo VI a.C. Oyó hablar de la isla de en Bóreas
Tule en su periplo por el Atlántico Norte y la definió como rapta a Oritía
el país más septentrional al norte de las islas Británicas. El (1620).
mito se fusionó con los precarios conocimientos geográ-
ficos de la época, y Eratóstenes y Estrabón dieron pábulo
a la leyenda describiéndola como una isla de hielo y fuego
donde nunca anochecía. Tule cobró forma como una de las
posibles ubicaciones de la Atlántida de Platón, que es, sin
duda, la entelequia paradisíaca que más ha perdurado en
el tiempo. Como posible Atlántida, Tule se consolidó como
espejo de civilización y sociedad perfecta y opulenta. Ha-
bría estado constituida por una confederación de reinos rí-
gidamente sometida al imperio de la ley, y gobernada por
una realeza justa y ejemplar –extraordinariamente sabia y
modélica–. Pero Tule también fue identificada como el lugar
en el que existió la mítica Hiperbórea, habitada por Bóreas,
dios de los vientos, y por hombres inmortales. Tule e Hiper-
bórea fueron difusamente ubicadas en el Medievo en algún
rincón insular de Escandinavia. El mito de Tule perduró has-
ta el siglo XX, cuando los nazis se afanaron en moldearla
como la cuna misma de la raza aria.
ASC
EL PAÍS DE JAUJA
F
ue otro edén de placeres interminables, una
tierra de abundancia mucho más mundana
que el Paraíso bíblico, que no emerge desde
la literatura mística de la élite sino desde las nece-
sidades poco trascendentes del pueblo. Los más
desfavorecidos fueron los que forjaron esta leyen-
da de un paraíso alternativo que acabaría siendo
una parodia del Edén ‘oficial’ judeocristiano.
P
or definición, el paraíso es un paraje remoto en un de Cucaña o de la Cucaña. En ella no era nece-
horizonte lejano e inaccesible, una entelequia que sario trabajar, el alimento era abundante y todos
no sería tal sin una geografía imposible, sin la inac- los deseos eran instantáneamente gratificados.
cesibilidad que frustra cualquier empeño de darle forma. Fue tras 1533 cuando tuvo como sinónimo País
Por eso, el ancho océano ha sido y es tierra abonada de Jauja. Y es que, durante la conquista del Ta-
para el mito y pocas metáforas paradisíacas ha habido huantinsuyo, Pizarro y sus tropas descansaron en
tan sugerentes como las islas. Estar en medio del mar la ciudad de Jauja, sede de enormes tampu (de-
y más allá de las fronteras del mundo conocido conver- pósitos) de riquezas, ropas, alimentos y bienes
tía cualquier isla en un enclave ideal para la mitificación. diversos acumulados por los incas que fueron re-
Así, el mito de las Islas Afortunadas en algún ignoto lu- quisados por los conquistadores españoles.
gar del Atlántico –con el tiempo, los geógrafos lo ubica- Los mitos de ambos lados del Atlántico se fusio-
ron en las Canarias– cobró forma de diversas maneras. naron con la conquista y los europeos descubrie-
Mucho antes de que el archipiélago fuera colocado por ron que el anhelo de una vida ajena a las preocu-
los primeros cartógrafos en un mapa, ya se oían rumo- paciones y miserias del día a día también existía
res de que más allá de las Columnas de Hércules (estre- en los habitantes de las Indias. Por ejemplo, Azt-
cho de Gibraltar) existían unas islas míticas que podrían lán, la tierra de los ancestros de los aztecas, tam-
bién era un paraíso cuyos habitantes gozaban del
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C
incompatible con la utopía del
élebre en la Edad Media y Mo-
gobierno perfecto, el mito del pa-
derna, el mito del reino del
raíso se ‘politiza’ y se proyecta ese
Preste Juan ubicaba más allá
ideal, impracticable en el mundo
de las fronteras del mundo islámico
real, hacia tierras remotas e inalcan-
un vasto país de seres monstruosos y
zables donde proliferan sistemas de
prodigiosos palacios, gobernado por
gobierno e ingeniería social que son
un rey de sabiduría inagotable, el pia-
la cristalización, en el ámbito de la
doso Presbyter Johannes. Durante si-
ensoñación (o la idealización), de rei-
glos algunos soñaron, incluso, con la
nos y sociedades modélicas, espejo
reunificación de la iglesia de Occiden-
en el que mirarse y variante de la en-
te y Oriente tomando como cabeza
telequia paradisíaca. El más célebre
visible a este singular monarca, cuyo
de ellos es, sin duda, la Atlántida,
reino de fábula bien puede tener una
pero no es ni mucho menos el único.
raíz histórica en el eco de las comuni-
El reino de Saba, gobernado por la
dades nestorianas de Asia.
reina Makeda, que enamoró a Salo-
món, se convierte en la Antigüedad
en un icono de la prosperidad y la
abundancia, en el que proliferan es-
pecias, metales preciosos, jardines y El sueño de El Dorado
E
palacios majestuosos. Pero Saba es, l mito del Paraíso terre- en la jungla de Nueva Grana-
quizá, un mito construido sobre una nal, con su opulencia in- da (la actual Colombia). Era una
realidad histórica tangible. Durante agotable y el privilegio de deformación de los relatos míti-
siglos se creyó que se trataba de po- la vida eterna, viajó a América, cos precolombinos de los indios
co más que una fábula geográfica de donde se fundió con el relato de muiscas.
tantas, pero en la actualidad algunos los aterrorizados indígenas, dis- Pero no todos buscaban oro.
arqueólogos defienden su existencia puestos a fabricar los mitos que Ponce de León, por ejemplo,
e historicidad ubicándolo en algún los invasores quisieran escuchar. buscó pruebas de la vigencia de
lugar de Yemen o, más probable- Así, alimentaron su sed de oro los mitos bíblicos y navegó por
mente, Etiopía. con el rumor, cada vez más dis- las costas de América, desde
torsionado, de grandiosas ciu- 1512, en busca de la Fuente de
Encuentro de la dades ubicadas en el corazón la Eterna Juventud.
reina de Saba y el de la selva en las que el oro co-
rey Salomón, rría como el agua en los ríos.
fresco de Piero El éxito de las expediciones
della Francesca. de Cortés y Pizarro no hizo si-
no engordar el asunto. Las no-
ticias que llegaban a España
desde las Indias sobre grandes
riquezas encontradas por los
conquistadores, y los barcos
que mandaban cargados con el
quinto real en oro y plata, des-
pertaron la avaricia de más de
uno que se embarcó hacia el
Nuevo Mundo en busca de ri-
getty
EL MITO DE AGARTHA
A
medida que se iba descubrien- en las entrañas mismas de la Tierra. malaya, las montañas más altas del
do el mundo, los paraísos geo- Así nace el mito de Agartha, gracias mundo, y gobernado por el Rey del
gráficos dejaron de ser creíbles a la imaginación y las falacias de un Mundo, otro monarca sabio y justo
porque se acabó el misterio, lo que novelista francés, Louis Jacolliot, que que hizo posible un mundo feliz ba-
no significa que el hombre no siguie- vivió varios años en la India y otras jo el suelo. A pesar de que no haya
ra teniendo la necesidad de creer en zonas de Asia y que decía citar textos ninguna evidencia de su existencia,
ellos. Explorada la práctica totalidad sánscritos secretos. Agartha era un la tradición budista adoptó este mito
de la superficie del globo, no queda- reino formado por una intrincada red y aún hoy se habla en el Himalaya de
ba más alternativa para los soñadores de prósperas ciudades subterráneas un reino subterráneo donde reinaría
del siglo XIX que buscar el Paraíso construidas bajo la cordillera del Hi- el conocido como “rey del mundo”.
Himalaya desde un
monasterio budista.
¿Existió el basilisco?
ASC
Retrato de
Alfonso X
C
de Castilla, uentan que los viajeros de la Antigüedad llevaban siempre con-
llamado
sigo un gallo para mantenerse a salvo de un ser maligno que era
‘el Sabio’,
pintado por capaz de matar con la mirada. Solo dos cosas podían acabar con
Eduardo él: el olor de la comadreja y el canto del gallo. Plinio El Viejo habló de
Gimeno y esa maléfica criatura describiéndola como una serpiente con cresta que
Canencia había nacido de un huevo sin yema puesto por una gallina vieja e incu-
en 1857. bado por una serpiente. Aclaró que su nombre, basilisco, procedía del
griego basilískos –diminutivo de rey–, por lo que era considerado el mo-
narca de las serpientes. Y no solo tenía el poder de asesinar dirigiendo
únicamente la mirada hacia su víctima. También era capaz de marchitar
lo sembrado y resquebrajar piedras con su aliento fétido, lo que servía
para explicar años desgraciados de malas cosechas en el campo o de-
rrumbes que habían acabado con la vida de seres queridos.
Las nereidas
(1902), del pintor
simbolista francés
Gaston Bussière.
¿QUIÉN ERA
CRUNIA?
F
ue la primera mujer habitan-
te de la ciudad de A Coruña,
de la que se enamoró perdi-
damente Hércules, considerado
el fundador de la urbe. Alfonso ¿Cuál es el origen de la
expresión “estás
X el Sabio fue el que alimentó la
leyenda en su obra Estoria de
Espanna. Allí cuenta como el hé-
roe griego llegó a la península en
busca del gigante que reinaba como una sílfide”?
ASC
C
entre el Duero y el Tajo. Lo en- uando escuchamos esta frase dirigida a alguien, entendemos
contró, se enfrentó a él y lo ven- que a esa persona se le está diciendo que está muy delga-
ció. Enterró su cabeza junto al da. Y es que ‘estar como una sílfide’ es estar como una ágil,
mar y en ese lugar construyó la liviana, delicada y alargada nereida del aire. En la mitología antigua
Torre de Hércules. Como home- las sílfides eran nereidas, seres femeninos que habitaban en el aire y
naje a su amada, el griego dió a controlaban los vientos (los relatos nórdicos cuentan que fueron ellas
esa tierra el nombre de Crunia. las encargadas de formar las nubes y las lluvias). Para poder mover-
Sin embargo, la ciudad herculina se con soltura por el aire, estos seres míticos tenían muy poco peso y
cuenta con otro relato fundacio- una figura alargada, que las ayudaba en su ágil vuelo y en su preciada
nal protagonizado por el héroe capacidad innata de levitar. Por eso, las sílfides suelen representarse
celta Breogán. con formas muy menudas y cuerpos flacos y semietéreos.
¿Qué era la
hidra de lerna?
U
n despiadado monstruo acuático
con apariencia de serpiente y alien-
to venenoso que habitaba en una
ciénaga en una entrada al inframundo, y a
la que Hércules (el Heracles griego) mató
en el segundo de sus doce trabajos. Sus Hércules lucha
cabezas –cuyo número va de tres, cinco u con la hidra de
ocho hasta cien, e incluso diez mil, según Lerna (1634),
uno de los
la fuente– se regeneraban aunque las cor-
diez lienzos
taran una y otra vez. Pero Hércules conta- sobre los
ba con la ayuda de su sobrino Yolao, que trabajos de
iba quemando con un trapo ardiendo los Hércules que
cuellos de las cabezas que su tío cortaba, realizó el
de forma que el monstruo murió al per- pintor español
derlas todas. Después, el héroe mojó las Francisco de
puntas de sus flechas en la sangre de la Zurbarán.
hidra para que el potente veneno pudiera
acabar con sus enemigos.
ASC
L
as mitologías de los pueblos iroqueses y algon- cuando se mueve provoca un terremoto”.
quinos del noroeste de Estados Unidos com- El caparazón de la tortuga, asociado al mito de la
parten muchos relatos legendarios. Sobre to- Creación, tiene un papel muy destacado en los ri-
dos ellos destaca el mito de la Creación de su uni- tuales de los pueblos nativos americanos. Los iro-
verso, el que le dio a Norteamérica el nombre por el queses crearon sonajeros con toda la coraza, en los
que muchos nativos americanos la conocen, la isla que el mango representaba la cabeza y el cuello de
de la Tortuga. Incluso existe documentación de va- la tortuga. Los curanderos los empleaban para eli-
rios testimonios en referencia a esta creencia, como minar enfermedades. Y en los pueblos de las Gran-
el de un nativo de las naciones wyandot de Kan- des Llanuras los usaban para hacer los tambores
sas: “Vivimos sobre el caparazón de la Tortuga, que que tocaban en sus ceremoniosos ritos.
¿Un trasgo es
bueno o malo?
U
n trasgo es un duende propio de la mi-
tología clásica del norte de España y,
aunque no es malo (de hecho, es un
duende familiar que habita en el hogar), sí es
bastante travieso y disfruta haciendo bromas
como cambiar las cosas de lugar. De pequeño
tamaño, a veces es totalmente invisible. Tam-
bién existe en la cultura germana, en la que,
además de como trasgos, son conocidos co-
mo kobold o gremlin y también por los simila-
res silfo, goblin o gnomo. En algunas leyendas
ASC
L
os misteriosos bosques también están llenos de características orejas largas y puntiagudas, los elfos
seres mágicos. Allí habitan los gnomos, muy po- tienen poderes sobrenaturales y pueden llegar a vivir
pulares en la mitología nórdica y centroeuropea cientos de años en los bosques, fuentes o cuevas.
desde hace siglos. Paracelso los describía en el siglo Muy parecidos físicamente a ellos son los duendes,
XVI como seres fantásticos que podían desplazarse que comparten con los elfos la característica forma de
por el interior de la tierra y eran buenos conocedores sus orejas. Aunque se les asocia con frecuencia a las
de sus secretos, siendo los guardianes del oro y la pla- casas (de hecho se cree que están relacionados con
ta. Tanto por su aspecto como por su labor, son muy los dioses domésticos menores del Imperio romano,
distintos de los elfos de la mitología germánica y es- los genium loci cuya misión era proteger el hogar), su
candinava. De aspecto más fino y estilizado y con unas principal labor es cuidar de la naturaleza y del bosque.
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EDICIÓN
EDICIÓN
COLECCIONISTA
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ORIGEN
De la República
al Imperio
EL IMPERIO ROMANO
TERRITORIO
Una Roma,
mil provincias
EL IMPERIO ROMANO
historia y vida cotidiana
Nº 2
¡YA A LA VENTA!
data
P R E G U N TA S , R E S P U E S TA S
Y CURIOSIDADES
grandes mitos
de todas las
culturas