Portafolio Final Nuevo
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(2)
Em =Ep+Ec
h es la altura (m)
v la velocidad (m/s)
Propiedades de la energía
Transferencia de energía
Combustibles fósiles
La energía eólica se obtiene a partir del viento. Es uno de los recursos más
antiguos que la humanidad ha usado. Mediante la energía eólica conseguimos
convertir la energía que producen las palas de los aerogeneradores gracias a la
fuerza del viento en energía eléctrica, los aerogeneradores transforman la
energía cinética del viento en energía mecánica. Se trata de una fuente
inagotable, que no contamina y que contribuye al desarrollo sostenible.
Visiona los siguientes videos para conocer más sobre este tema sumamente
importante para el ser humano y la sobrevivencia de nuestro planeta:
https://www.youtube.com/watch?v=Og6C1HyeaBs
https://www.youtube.com/watch?v=JW8uyjhMFgk
https://www.youtube.com/watch?v=VM95zVmAAYM
Investiga los diferentes tipos de
energías renovables y presenta
un breve informe comparativo
entre las energías renovables y
las no renovables. (Práctica 02)
La historia del hombre ha estado siempre vinculada a la historia del agua. Las
primeras civilizaciones surgieron desde el 4º milenio A.C. en torno a grandes
ríos: el Tigres y el Éufrates, el Nilo y el Indo. La civilización mesopotámica y la
egipcia utilizaban dichos ríos para regar las tierras y desarrollar la agricultura,
mediante complejos sistemas de diques, canales y presas. También vertían en
ellos los desechos domésticos a través de sistemas de evacuación de las
aguas residuales.
Los griegos fueron los primeros en construir tuberías en largas distancias para
conducir el agua hasta la ciudad y los romanos hicieron lo mismo trayendo el
agua mediante una red de acueductos de una longitud total de 500 km.
En el siglo XX, el paso de una agricultura tradicional a una industrial, que utiliza
masivamente productos tóxicos, añadida al no-tratamiento de los desechos do-
mésticos e industriales, conllevó a la contaminación de la mayoría de los ríos y
capas freáticas, donde el agua ha llegado a ser inutilizable.
A principios del siglo XXI, la agricultura intensiva representa más del 60% del
consumo mundial de agua, las actividades industriales más del 20% y el
consumo doméstico el 10%. A estos usos se añade el de la navegación y la
producción de energía hidroeléctrica. Entre estos diferentes usos, los conflictos
son siempre más severos, a medida que la cantidad de agua disponible por
habitante disminuye.
De todos los conflictos por el uso del agua, el más importante es el conflicto
campo-ciudad.
Es poco usual que los Estados den la prioridad a satisfacer las necesidades
primarias de las personas más vulnerables cuando toman decisiones sobre los
diferentes usos del agua. Estas necesidades básicas engloban el acceso al
agua potable, al saneamiento y al agua que se necesita para la agricultura de
subsistencia. En caso de conflicto, los Estados, en general, dan la prioridad a
los intereses económicos e industriales, cuyos representantes tienen mucha
más influencia. Así pues, en casi todos los países, la parte de presupuesto
nacional destinada a las políticas encaminadas a mejorar el acceso al agua y al
saneamiento de los más vulnerables es poco significativa, al igual que sucede
con la ayuda al desarrollo.
La repartición del agua entre los diferentes usos es, por lo tanto, resultado de
decisiones y de relaciones de poder políticas y económicas. Como lo ha escrito
el PNUD: “la crisis del agua tiene su origen en la pobreza, la desigualdad y
relaciones de poder desiguales, así como en las políticas de gestión del
agua inadecuadas que agravan la escasez de la misma”.
Para tratar de aportar una solución a los conflictos entre los diferentes usos del
agua, los Estados adoptaron en 1997 la Convención de las Naciones Unidas
sobre el derecho de los usos de los cursos de agua internacionales para fines
distintos de la navegación. Esta convención es interesante, en particular,
porque otorga la prioridad al uso de las aguas transfronterizas para satisfacer
las necesidades humanas básicas, incluyendo el abastecimiento de agua
potable y del agua para la agricultura de subsistencia. Desgraciadamente, esta
convención no ha entrado en vigor ya que no se alcanzaron las 35
ratificaciones necesarias.
TIERRAS Y ALIMENTOS
La superficie cultivada en el mundo ha crecido un 12 por ciento en los últimos
50 años. La superficie regada mundial se ha duplicado durante el mismo
período, lo cual representa la mayor parte del incremento neto en las tierras
cultivadas. En el entretanto, la producción agrícola ha crecido entre 2,5 y 3
veces, gracias a un aumento significativo en el rendimiento de los cultivos
principales.
La conjunción de la aplicación de
las leyes de Mendel por hibridación
sexual a la mejora de las plantas
cultivadas y de prácticas agrícolas
basadas en la agroquímica y en la
mecanización, lograron en los años
60 y 70 de este siglo un aumento
espectacular de la productividad agrícola en numerosas zonas del mundo,
principalmente de Asia y de Latinoamérica.
La mejora del maíz había comenzado antes, en los años 20 y 30, por la
empresa Pioneer Hi-Bred (EE.UU.), al facilitar la obtención de maíces
híbridos (dotados del fenómeno de vigor híbrido debido a la heterosis). Los
híbridos dobles (procedentes del cruce de dos híbridos sencillos) y la
esterilidad masculina (que eliminó el engorro de cortar a mano la flor para
evitar la polinización autógama) facilitaron la obtención y abarataron los
costes. Las variedades híbridas son de alto rendimiento, pero tienen la
desventaja de que el agricultor no puede aprovechar los granos de las
sucesivas generaciones, porque el vigor híbrido (y por lo tanto los
rendimientos) se pierde, por lo que hay que comprar granos híbridos en cada
estación de siembra. La estrategia del enanismo no funciona con el maíz,
pero el aumento de productividad vino principalmente de plantas que podían
plantarse de modo más denso.
Hay que reconocer que la Revolución Verde ha sido un factor esencial en evitar
hambre en el mundo. Se considera que el aporte energético mínimo por
persona es de 2200 kcal/día. Según la FAO, en los años 60 el 56% de la
población mundial vivía en países con menos de esa cifra, mientras que a
mediados de los 90 ese porcentaje había caído a sólo 10%, y eso a pesar del
aumento demográfico y de los conflictos bélicos en muchos de esos países.
Pero aun así, hoy día la malnutrición afecta a 2000 millones de personas, y hay
800 millones que pasan realmente hambre. Aún quedan amplias zonas,
especialmente en África, en las que el hambre es endémica. Y como hemos
visto, necesitamos enfoques novedosos y políticas renovadas para evitar que la
producción de alimentos no quede a la zaga del aumento demográfico, sin
comprometer más los recursos naturales (biodiversidad) de los que
dependemos.
En islas de Indonesia.
En 2025 podrían ser 3000 millones de personas las que carecieran de agua
para usos esenciales, por lo que es iluso pensar que se puedan seguir
ampliando indefinidamente los regadíos. Además, ya se está utilizando casi
todo el terreno cultivable sometido a régimen de lluvias. La irrigación ha
causado daños ambientales, principalmente por acumulación de sales
tóxicas en terrenos mal drenados. Los futuros proyectos de irrigación serán
cada vez más caros, hasta que sean económicamente inviables, incluso
con financiación pública. Para 2025 casi 40 países (incluyendo India
oriental, Norte de China y casi toda África) tendrán serios problemas de
aprovisionamiento de agua, con el riesgo de que intenten cultivar terrenos
marginales que serán dañados a corto plazo. Algunas innovaciones
técnicas podrían venir en ayuda: mayor uso del riego por goteo, nuevos
dispositivos de liberación controlada de agua, etc. Pero no serán
seguramente suficientes, porque para 2025 habría que duplicar el
rendimiento del uso del agua.
Por consiguiente, hay que pasar a una nueva cultura en el uso del agua,
aumentando la racionalidad de los objetivos y la eficiencia en su empleo, y
abandonando políticas de demanda ilimitada. Esto significa introducir
técnicas mejores y elección adecuada de los productos alimenticios más
eficientes respecto del agua, así como políticas de precios del agua que
espoleen a los agricultores a un uso más racional y a la introducción de
técnicas ahorradoras pertinentes.
Además, los países en desarrollo tuvieron que depender cada vez más de
productos agroquímicos producidos por multinacionales. Por otro lado, se
gasta cada vez más energía, procedente mayoritariamente de los
combustibles fósiles.
Así pues, la Revolución Verde, tal como la conocemos, está dando síntomas de
haber llegado al final de su ciclo. Dando por supuesto que no se puede (ni es
conveniente) ampliar la superficie cultivada, dado el problema de la escasez
cada vez mayor de agua, y dado que las variedades de esta revolución están
llegando al límite de su productividad, tendremos que hacer un esfuerzo
sobrehumano para seguir aumentando productividades por otros medios, y
salvaguardando la viabilidad ecológica de los ecosistemas agrarios y silvestres.
La innovación tecnológica será clave en esta tarea, y dentro de ella habría que
lograr una nueva revolución verde, entendiendo por tales nuevas maneras de
aprovechar el potencial de los genomas vegetales (y de otros organismos) para
aumentar la producción de alimentos sin dañar el ambiente:
El problema es cómo lograr estos objetivos sin afectar más a los equilibrios
ecológicos. La agricultura del futuro debe ser compatible con los ideales de la
agricultura ecológicamente sostenible, pero con la idea de que para el año
2030 habrá que alimentar a más de 7000 millones de personas.
Para algunos, habría que ir hacia una agricultura sostenible, distinta a la que
mayoritariamente se practica ahora, y que se basaría en: mayor uso de la
rotación de cosechas, mejora genética tradicional o por Ingeniería Genética,
que permitiera mayor control de plagas y enfermedades, mínimo laboreo y
dejar residuos en el campo una vez realizada la cosecha, mezcla de campos
agrícolas con bosquetes, setos y prados.
Plantas transgénicas: sí, hay un lugar para las denostadas (por ciertos
ecologistas) plantas transgénicas, una vez se aclaren las cuestiones de
bioseguridad y disminuya la demagogia de algunos. El que muchos cultivos
transgénicos actuales se hayan producido por multinacionales y se hayan
centrado en buena parte en introducir genes de resistencia a herbicidas de
las propias empresas no significa que no se puedan realizar manipulaciones
ecológicamente más seguras y que redunden en menores pérdidas de
cosechas, mejora de cualidades nutricionales, etc.
Recuérdese que el reciente aislamiento de los genes responsables del
enanismo de los cereales de la revolución verde abre en principio la
perspectiva de crear en numerosas especies variedades "enanas" de alto
rendimiento.
Una central nuclear es una central termoeléctrica, es decir, una instalación que
aprovecha una fuente de calor para convertir en vapor a alta temperatura un
líquido que circula por un conjunto de conductos; y que utiliza dicho vapor para
accionar un grupo turbina-alternador, produciendo así energía eléctrica.
La principal diferencia entre las centrales termoeléctricas convencionales y las
centrales termoeléctricas nucleares es la reacción que libera la energía
necesaria para conseguir la fuente de calor para la producción del vapor. En el
caso de las centrales convencionales, se trata de la reacción de combustión del
carbono (carbón, gas o fuelóleo), en el segundo de la reacción nuclear de
fisión de núcleos de uranio. En este último caso, la energía liberada por
reacción es del orden de millones de veces superior a la del caso primero, lo
que explica el menor consumo de combustible y producción de residuos, éstos
de naturaleza distinta, en una central nuclear en comparación con una central
convencional, a igualdad de potencias de producción.
Las reacciones de fisión fueron descubiertas por Otto Hahn y Fritz Strassman
en 1939, y el artífice encargado de la puesta en práctica de la idea de
desarrollar la reacción en cadena fue Enrico Fermi, que reunía la doble
condición de ser un magnífico teórico y un hábil experimentador. El 2 de
diciembre de 1942 consiguió, con su equipo, la reacción de fisión en cadena
autosostenida en la famosa Chicago Pile 1, construida en una pista de squash
bajo las gradas del estadio de fútbol de la Universidad de Chicago. Se trataba
de un apilamiento de aproximadamente 7m × 7m constituido por bloques de
grafito (moderador de neutrones), atravesado de lado a lado por barras de
uranio natural (combustible nuclear) de una pulgada de diámetro.
Centrales Nucleares
Este edificio tiene que estar diseñado para cargas normales y para cargas
debidas a potenciales accidentes, tanto
internos como externos, así como las
cargas de servicio (de construcción, de
ensayo, terremoto básico de diseño,
etc.).
Edificio de combustible. En él se
almacenan tanto los elementos de
combustible nuevo como los ya utilizados. Estos últimos se mantienen en una
piscina llena de agua de donde sólo se extraerán llegado el momento de su
gestión final, o para ser almacenados en un ATI (Almacén Temporal
Independiente) como el construido en las centrales de Trillo o Zorita.
Edificio eléctrico. Donde están localizados los sistemas eléctricos, los centros
de control de motores, las cabinas de potencia y la Sala de Control, que es
desde donde se controlan todos los sistemas de la central.
PARTES DE UN REACTOR
El torio es más
abundante que el
uranio, pero al ser el
Th-232 el único
isótopo disponible en
forma natural, su
empleo en reactores
nucleares es muy
limitado, ya que no es directamente fisionable.
El papel del moderador es, por tanto, disminuir la energía cinética del neutrón,
mediante choques elásticos con un átomo de un material adecuado (núcleos de
átomos ligeros). Entre los moderadores más utilizados se pueden citar, entre
otros, el agua natural, también llamada ligera, el agua pesada y el carbono
(grafito).
Para que un fluido sea buen refrigerante debe no ser corrosivo para las vainas
de los elementos combustibles ni para otras partes del reactor con las que esté
en contacto; tener gran capacidad calorífica; y, tener una sección de captura
neutrónica relativamente baja.
Los materiales más utilizados como refrigerantes son el agua ligera, el agua
pesada y el anhídrido carbónico.
Blindaje: Cuando un reactor nuclear está en operación producen todas las
formas de radiación atómica. Los rayos a y b emitidos tienen relativamente
poco poder de penetración y no son causa de grandes problemas. Sin
embargo, los rayos g y los neutrones tienen un poder grande de penetración, y
por esto no es posible trabajar en las proximidades del reactor sin tener
protección adecuada para evitar el riesgo a las radiaciones. Por ello es
necesario el blindaje.
3. Es planificable La producción de
energía eléctrica es continua. Una central
nuclear genera energía eléctrica durante
prácticamente un 90% de las horas del
año. Es decir, no depende de aspectos
naturales. Esta continuidad favorece a la
planificación eléctrica. A nivel de coste también es planificable. El uranio no
sufre la volatilidad en los precios que sufren otros combustibles.
7. Armas nucleares La
tecnología nuclear también puede
crear armas nucleares.
Las bombas atómicas lanzadas
en Japón hicieron desaparecer
las ciudades de Hiroshima y
Nagasaki en pocos segundos. Después de la Segunda Guerra Mundial, varios
países firmaron el Tratado de No Proliferación Nuclear. Sin embargo,
las armas nucleares siguen existiendo. Por lo tanto, el riesgo de un futuro
ataque nuclear es real.
Por ejemplo, hoy en día algunos contaminantes, como por ejemplo los
compuestos orgánicos persistentes (policlorobifenilos, DDT,
hexaclorobenzeno), están extendidos por todos los rincones de la Tierra.
Nosotros mismos, los humanos, también llevamos en nuestro cuerpo una carga
de ellos, y muchos se encuentran presentes en todas las etapas del
crecimiento, desde que nos formamos en el vientre materno hasta que
morimos. Por otro lado, estamos cambiando aspectos básicos del planeta,
como la cantidad de gases de efecto invernadero de la atmósfera, con lo que
estamos introduciendo un cambio en la evolución climática. La naturaleza, que
para los antiguos era un medio hostil, ahora se ha convertido en algo
manejable, una especie de jardín grande que tenemos que preservar porque de
él depende nuestra existencia y bienestar.
Tal como hemos visto, los retos que tiene nuestra civilización son únicos.
Nunca antes los humanos habíamos dispuesto de unas condiciones de vida tan
excelentes ni de una capacidad tecnológica tan avanzada. Hemos pasado de
estar sometidos a la naturaleza a ser los reyes de la misma. Y ello se lo
debemos a la ciencia y la tecnología. Sin embargo, el conocimiento científico
también nos advierte de que estamos explotando el planeta por encima de sus
posibilidades. Ojo que no nos pase como a don Quijote, cuyas andanzas, a
pesar de sus buenas intenciones, fueron de fracaso en fracaso porque sus
fantasías, autosuficiencia y vanidad le hacían incapaz de adaptarse a la
realidad que lo rodeaba.
Ser los reyes de la naturaleza, aunque suena bien, no quiere decir nada si no
somos capaces de alcanzar un desarrollo sostenible. En nuestro planeta se ha
dado un número incontable de casos de reyes destronados.