Ensayo Critic Sobre El Si de Las Niñas 123

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Ensayo crítico sobre “El sí de las niñas”

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Análisis del Primer acto

índice
Análisis del Primer acto

El sí de las niñas es una obra de teatro escrita por el poeta y dramaturgo Leandro
Fernández de Moratín (1760-1828) en el año 1806. La obra está escrita en prosa y se divide
en tres actos.

La comedia El sí de las niñas de Leandro Fernández de Moratín se imprimió por


primera vez en 1805 en la imprenta madrileña de Villalpando, poco antes del estreno
de la obra en la misma ciudad. Una edición revisada salió del taller de Villalpando en
1806 a raíz de las primeras representaciones, y el texto supuestamente definitivo fue
publicado en París por el impresor Augusto Bobée en 1825; un ejemplar de esta
edición, perteneciente al autor, recibió los retoques finales de Moratín poco antes de
morir (Deacon, 2015)

Esta obra tuvo un éxito instantáneo, representándose por primera vez en el teatro de la
Cruz el día 24 de enero de 1806. Fue la obra más popular y aclamada de Leandro Fernandez
de Moratín y una de las obras teatrales más importantes de la época y del teatro español. Fue
representada en Madrid veintiséis días consecutivos desde el estreno hasta la llegada de la
cuaresma, cuando los teatros cerraron como era costumbre. Fue tan grande su éxito en
Madrid, que las compañías de teatro de las provincias españolas empezaron a representarla en
cuanto pudieron. En Madrid se llegaron a hacer cuatro ediciones de esta obra solo en 1806, ya
que el público no se casaba de ella y seguía acudiendo a verla como en su primera edición. 1
(Cervantes, s. f.)

La obra debe su popularidad a que trata varios temas que eran muy relevantes en el
siglo XVIII y principios del XIX, cuando se empieza a representar. Estos temas, como la
obediencia casi absoluta a los familiares mayores, los deberes que tenía un hombre o los
matrimonios concertados, es necesario ponerlos en su contexto histórico, ya que aunque hoy
en día puedan parecer extraños, constituían la realidad en la que se vivía hace apenas dos
siglos y medio.

Yo me voy a centrar especialmente en el tema del matrimonio y del papel que cumplía
en la sociedad de la época.

1
(Cervantes, s. f.)
Análisis del Primer acto

El primer acto se compone de nueve escenas en las que se nos irán presentando a seis
de los siete personajes que actúan en esta obra y mencionando al séptimo, aunque no llega a
aparecer todavía. Estos personajes son Don Diego, Doña Francisca, Doña Irene, Simon,
Calamocha y Rita.

Este acto es usado para exponernos el evento principal de la obra. Esto ocurre desde la
primera escena en la que Don Diego, un hombre de buena familia y adinerado, aunque ya
mayor al tener cincuenta y nueve años, le cuenta a Simón, su criado, que ha estado hablando
con Doña Irene para concertar una boda con su hija Doña Francisca.

Don Diego admite que hasta el momento en el que van a recoger a estas dos mujeres
de Guadalajara, donde se situaba el convento en el que residía Doña Francisca, para llevarlas
a Madrid no había visto ni había hablado directamente con Doña Francisca. Explica que todo
lo hablado había sido con su madre o por cartas escritas por Doña Francisca que le dejaron
para que leyese y descubrir así su personalidad.

“Ya lo sé. Por eso quiero fiarme de ti. Yo, la verdad, nunca había visto a la tal Doña
Paquita. Pero, mediante la amistad con su madre, he tenido frecuentes noticias de ella;
he leído muchas de las cartas que escribía; he visto algunas de su tía la monja, con
quien ha vivido en Guadalajara; en suma, he tenido cuantos informes pudiera desear
acerca de sus inclinaciones y su conducta.” 2
(Cervantes, s. f.,Acto 1 Escena 1)

Así se explica que la boda ya está casi acordada antes incluso de que las dos partes
hayan hablado y se hayan llegado a conocer en persona. La boda ha sido organizada por los
dos cabezas de familia siendo Don Diego la de la suya y Doña Irene, la madre de Francisca, la
otra puesto que el padre está muerto.

2
(Cervantes, s. f.,Acto 1 Escena 1)
Análisis del Primer acto

Esta boda tiene por supuesto unas funciones para las dos familias. Don Diego quiere
casarse pero, debido a su situación y la reputación de su familia, no podría hacerlo con una
mujer cualquiera. Don Diego deja claro en este acto que busca a alguien con quien pasar
tiempo, que le respete y le cuide sus últimos años: «Tendré quien me asista con amor y
fidelidad», llegando a aludir que no busca una pareja sexual sino puramente sentimental,
llegando a decir que vivirían como santos.3

Doña Irene ve en este hombre una posibilidad ya que, después de dilapidar su


patrimonio tras la muerte de su marido, se ve en necesidad de conseguir dinero. Para
conseguir dinero de manera rápida se le ocurre casar a su hija con este hombre adinerado y así
solucionar sus problemas. Es por este motivo que se empieza a plantear la posibilidad de la
boda sin tener en cuenta en ningún momento los sentimientos o las ideas de Doña Francisca,
su hija.

Esta forma de planear y prepara los matrimonios era muy común en el antiguo
régimen. Las familias no eran solo un grupo o espacio de personas relacionadas por lazos de
sangre, sino que constituían un espacio económico y social liderado por un pater familias.

Este dirigismo o liderato de la familia era aceptado y era la práctica común en la época.

“Conviene que desarrolle aquí lo que actualmente entendemos por práctica del
consentimiento, actuación sobre el patrimonio, y la cuestión del dirigismo familiar.
Porque para conectar consentimiento, patrimonio, y dirección del poder familiar, es
preciso aceptar como hipótesis central las ideas de dominación y de sometimiento,
teniendo muy claro que la dominación se impone, y el sometimiento se acepta”.
(Sanchez, s. f.)

Esta dominación afecta todos los aspectos de la vida de los dominados, como le pasa
en este caso a Doña Francisca. Aun así, el matrimonio es un caso especial, ya que, por mucho
que se pueda planear, los dos participantes tienen que aceptarlo de manera voluntaria para que
sea valido legalmente.

3
Análisis del Primer acto

Esto queda muy claro en las leyes sobre el matrimonio de 1776 y 1803, que explican a
los familiares que no pueden forzar o imponer un matrimonio. Los matrimonios han de ser de
libre consentimiento y se deberían limitar a sugerencias las intervenciones de la familia.

(Deacon, 2015)

[...] es justo precaver al mismo tiempo el abuso y exceso en que puedan incurrir los
padres y parientes, en agravio y perjuicio del arbitrio y libertad que tienen los hijos
para la elección del estado a que su vocación los llama y, en caso de ser el de
matrimonio, para que no se les obligue ni precise a casarse con persona determinada
contra su voluntad4

Teniendo esto en cuenta, vemos que la situación es complicada, ya que Doña Irene es
muy insistente y ejerce mucha presión sobre Doña Francisca, pero esta tiene la última palabra.
Doña Irene piensa que es necesario que una joven como su hija se case con un hombre
maduro, que le enseñe y cuide como hizo ella de joven. Aquí se pueden volver a ver las ideas
de mantener las costumbres y de ver el amor, como lo entendemos hoy, como una razón
secundaria de una boda, siendo el objetivo principal el cumplir un deber hacia la familia
casándose por posición o para prepararse para un futuro.

Esta presión por parte de Doña Irene, aunque no ilegal, puesto que no fuerza, sino que
se limita a organizar el matrimonio confiando en que su hija se sienta obligada sin tener que
mandarle hacerlo, entra en el limite de la legalidad. Es por este motivo que Don Diego,
cuando Doña Irene le asegura que su hija esta a favor de la boda, le hace saber que le gustaría
oírlo directamente de Doña Francisca.

Esta es la situación que se mantiene a lo largo del primer acto hasta que llegamos a las
dos últimas escenas del mismo. En la octava escena, observamos una conversación entre Rita,
la sirvienta de Doña Francisca, y Calamocha, el sirviente de Don Felix. En la conversación
descubrimos que este tal Don Felix y Rita están enamorados y este se ha presentado en
Madrid para impedir la boda y recuperar a la mujer que ama.

La novena escena, que comparten Doña Francisca y Rita, empieza cuando la sirvienta
entra en el cuarto de su señora y la ve llorando. Doña Francisca está desconsolada y dividida.

4
Novísima recopilación de las leyes de España, Madrid, Imprenta de Sancha, 1805, Libro viii, título ii, ley ix, pp.
12-13.
Análisis del Primer acto

No cree poder querer a Don Diego porque ya esta enamorada de Don Felix, pero no quiere
defraudar a su madre que sigue convencida en que la unión es lo mejor para su vida.

Al verla así, Rita le dice que Don Felix ha llegado a Madrid para verla y Doña
Francisca se emociona al darse cuenta de que este le quiere igual que ella a él.

En el segundo acto es uno de confrontaciones y reencuentros. Habrá tres importantes


discusiones y reencuentros que cambian la historia a los ojos del espectador complicándola
aun más.

La primera gran discusión la protagonizan Don Diego, Doña Irene y Doña Francisca.
Don Diego, cansado de escuchar solo a Doña Irene, le pide a Doña Francisca que se
pronuncie sobre su posible unión interrumpiendo a Doña Irene cuando esta intenta intervenir.

Calle usted, por Dios, Doña Irene, y no me diga usted a mí lo que es natural. Lo que es
natural es que la chica esté llena de miedo y no se atreva a decir una palabra que se
oponga a lo que su madre quiere que diga5

Ante esta interrupción, doña Francisca deja claro que hará lo que mande su madre
poniendo en evidencia a doña Irene ya que, por mucho que pueda aconsejar y que doña
Francisca tenga que pedir permiso para casarse a su madre al ser menor de veintidós años, no
puede obligarle a casarse con nadie.

Don Diego se da cuenta de esto y deja claro que no se le puede obligar a casar y que
esa decisión tiene que ser propia y libre . Esto lo dice de manera tan rotunda y dura que lleva a
una confrontación con Doña Irene que ve su autoridad y sus métodos cuestionados.

Todo esto lleva a la gran pregunta: ¿está a gusto Doña Frnacisca con la boda y entra en
ella libremente? Doña Francisca responde que si y se acaba la escena en la que ocurren estos
hechos.

Esta escena es muy importante ya que demuestra que anu cuando se le pregunta
directamente si esta feliz con la posibilidad de casarse con un hombre que no quiere, Doña
Francisca ve el deber hacia su madre y familia superior y mas importante ante sus propios
sentimientos.

5
(Cervantes, s. f.)
Análisis del Primer acto

El segundo gran encuentro de este segundo acto viene en la octava escena. Este es el
reencuentro entre Doña Francisca y Don Felix

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