Gualicho

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Gualicho

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Para la canción de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, véase «Gualicho
(canción)». Para el género de dinosaurios, véase «Gualicho shinyae».
El Gualicho (en mapudungun, "alrededor de la gente", véase Erize) también conocido
como Gualichú, Walichú, Hualicho o Gualitxo; es un tipo de espíritu o ser dañino
presente originalmente en las mitologías originarias del Sur Americano; en las
etnias Ranquel,1 Pampa, Mapuche, y principalmente en la cultura Tehuelche.

Índice
1 La leyenda de gualicho
1.1 El concepto de "gualicho" entre la población no originaria
1.2 Origen de su leyenda
2 Leyenda
2.1 Protección
3 El árbol del Gualicho
4 Véase también
5 Notas y referencias
La leyenda de gualicho
Es un ser que representa la personificación de todas las causas que producen los
males y las desgracias que sufren estos pueblos; es decir la representación de la
causa maléfica universal. Debido a esta característica, al Gualicho se le suele
asociar o asimilar impropiamente con el Wekufe o ("uecuvu"); que aunque también
tiene esta característica similar, realmente no son sinónimos. Una característica
que distingue al Gualicho es su pertenencia indisoluble con las modalidades
localizadas del "daño". Se cree de ese ser, que está ligado a rasgos sobresalientes
del entorno natural; se asignan moradas distintivas para el espíritu perverso:
árboles solitarios intrigantes y añosos, grandes piedras, cuevas, sendas
angustiosas..

Posteriormente a la llegada de los españoles a América, al igual que con el Wekufe,


los misioneros asociarían incorrectamente al Gualicho con el diablo, o a una fuerza
del mal o diabólica; razón por la cual el diablo recibe también este nombre.

En la actualidad la palabra gualicho también ha adquirido el significado de un


embrujo o hechizo realizado a través la magia negra o similar.

El concepto de "gualicho" entre la población no originaria


En el Cono Sur se encuentra muy difundida la palabra "gualicho" fuera de las etnias
originarias, entre la población en general, aunque en tal caso, y con nuevo
contexto, "gualicho" pierde su significado mítico y pasa de ser considerado como
una especie de personalidad, a ser considerado como un hecho o acto prácticamente
equiparable al de la palabra maleficio; acción que se denomina "hacer un gualicho"
o "engualichar". Sufriendo esta palabra un proceso de resemantización semejante al
que sufre la palabra de origen guaraní "payé", de modo que entre gran parte de los
actuales habitantes de la región las palabras gualicho, payé e incluso ( más
recientemente ) "macumba" pasan a ser casi sinónimas con el significado de
"embrujo", maleficio. Por ello también se utiliza esta palabra en lenguaje popular
para nombrar ciertos pócimas o hierbas que suelen usarse para enamorar.

Origen de su leyenda
Por fuera de un conocimiento científico, las sensaciones y sentimientos en la
mentalidad indígena de otrora, ante un fenómeno dañoso, estaban íntimamente ligadas
a una personalidad sobrenatural que las causaba; ínsito e inseparable del hecho o
lugar "maligno" se encontraba su agente escatológico.2

Se postula que al parecer, el Gualicho habría sido introducido a la cultura


tehuelche por el contacto con Pampas y Mapuches, de donde se cree que proviene su
denominación; esto ya que la palabra Gualicho evidentemente no es propia de los
Tehuelches, sino que es de origen Mapuche. Sin embargo igualmente se dice que
tendría algunos elementos propios de las creencias Tehuelches, por lo cual su
origen podría provenir de este pueblo, o bien como una contrapartida de la cultura
Tehuelche que habría dejado su impronta en los mapuche que influyeron
(araucanización) en la región austral del continente sudamericano; siendo una
creación que podría haber surgido a partir de un dios de los Tehuelches
septentrionales, que pasó a convertirse de una deidad equidistante “castigadora” y
posteriormente con una característica “infernal” producto de la influencia de la
religión cristiana.

Actualmente la leyenda del Gualicho está vigente en los habitantes de la región sur
del territorio austral, principalmente la zona argentina que sufrió el proceso de
araucanización.

Leyenda
Según cuenta la leyenda, el Gualicho sería un espíritu maligno que se caracteriza
por provocar daños, secuestrar mujeres, y causar enfermedades. Los viejos
tehuelches septentrionales ( los guenakenk ) decían que el Gualicho habría nacido
en las tierras de Tandil. Desde este lugar el Gualicho habría extendido su dominio
por la Patagonia, habitando en las cuevas existentes en el accidentado terreno que
le sirviese de morada.

Se dice que es un espíritu fuerte, y nada escapa a su aguda vigilancia ni a su gran


poder; presentando una malignidad que tiene matices que van de la más cruel maldad
destructora, o hasta solo la traviesa picardía, utilizando los sentimientos de las
personas. Por ello el Gualicho podría presentarse bajo distintos aspectos, ya sea
en forma agresiva, engañosa o a través del amor. Agresiva, por ejemplo, cuando se
produce una disputa violenta en lo mejor de una fiesta, sin motivo aparente,
generalmente impulsada por efectos del alcohol o al recordar de pronto alguna vieja
y al parecer olvidada rencilla que ya se creía superada. Engañosa, cuando se cae en
una trampa natural: una barranca, un río, un pantano, una herida provocada por
descuido, una espina que se encona, etc., pero el más difícil de superar es el
engualichamiento del amor y este mal es provocado casi siempre a pedido de alguien.

Protección
Si uno no quiere sufrir el poder del Gualicho se dice que se le deben rendir
tributos para aplacar su espíritu. Ejemplo de ello es que los caminos donde
dominaría el Gualicho, deben ser transitados con respeto y silencio; y al borde de
la senda, en el "árbol del Gualicho", han de hacerse ofrendas: trapitos y bolsitas
con llancas (piedras pequeñas) que se obtienen rasgando los propios vestidos,
matras y ponchos. Igualmente se le debe mantener respeto al Gualicho mediante
acciones tales como no cantar durante la noche, no usar sombrero dentro del rancho
etc.

Las ofrendas y reverencias llegaban a rituales y sacrificios: danzas de sanación,


neutralización de toda confrontación entre bandas adversarias, matanza ceremonial
de algunos animales; todo ello dentro del área de la maligna influencia. Y observar
un respetuoso silencio al transitar por esas cercanías.3

También se dice que para ahuyentar o mantener alejado a este espíritu, se debe
montar a caballo y con todos los pertrechos, arremetiendo contra el espíritu
invisible; realizando gritos y movimientos amenazantes, hasta que el jinete sienta
que ha borrado sus flaquezas y ha vencido al espíritu maligno. Otra forma de
mantenerlo alejado sería llevando como protección algún amuleto fabricado por las
machis.
El árbol del Gualicho
En cuanto al "Árbol del Gualicho" se conocen en realidad varios, por lo general se
trata de ejemplares corpulentos y aislados en medio de las travesías, pampas y
estepas; Charles Darwin hace mención de uno que se hallaba en una loma situada en
la orilla sur del río Negro, tal árbol aparece señalado en el atlas de Argentina
realizado por Mariano Paz Soldán y editado en 1888 siendo sus coordenadas
aproximadas: 40°30′S 63°45′O, se hace mención de otro de estos árboles al norte de
Bahía Blanca en las proximidades de Napostá.
Es por ello que en la provincia argentina de Río Negro, a poca distancia al sur del
primero de los recién mencionados árboles del Gualicho, se encuentra ese topónimo
para una extensa depresión bajo el nivel del océano llamada Gran Bajo del Gualicho,
y el fondo de esta extremadamente árida región está ocupado por la gran Salina del
Gualicho que posee su centro hacia las coordenadas: 40°23′S 65°16′O.

Véase también
Wekufe
Curspi
Creencia
Notas y referencias
Leyenda: El Walichú. Programa Panamericano de Defensa y Desarrollo de la Diversidad
biológica, cultural y social, asociación civil I.G.J. res. 000834.
Erize, Esteban; Diccionario Comentado Mapuche-Español; Buenos Aires (Argentina);
Ed. Peuser; 1960.
«Experiencia narrada por Lucio V. Mansilla, en la obra referida, como aconteciendo
en el área noroeste de la actual Prov. de La Pampa.» |url= incorrecta con
autorreferencia (ayuda). Una excursión a los Indios Ranqueles.
James George Frazer: La Rama Dorada; FCE, México, 1980.
«"Gualichu tree", en volumen "Succes", de Roberto Cunninghame Graham» (en inglés).
Consultado el 3 de octubre de 2013.

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