Los Gastos Extraordinarios Del Beneficiario Alimentario

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Los gastos extraordinarios del beneficiario alimentario

Rama del Derecho: Derecho de Familia. Descriptor: Pensión alimentaria.


Palabras Clave: Prestación alimentaria, Gastos extraordinarios, Gastos escolares, Gastos de
maternidad.
Fuentes: Normativa y Jurisprudencia. Fecha de elaboración: 23/04/2014.

El presente documento contiene jurisprudencia sobre los gastos extraordinarios del


beneficiario alimentario, se consideran los supuestos del artículo 37 del Código de la niñez
y Adolescencia, siendo que éste artículo enumera estos gastos, las sentencias citadas hacen
referencia a los gastos extra por la entrada a clases y los gastos de maternidad.

Contenido
NORMATIVA ........................................................................................................................................................... 2
Artículo 37°- Derecho a la prestación alimentaria. ............................................................................ 2
JURISPRUDENCIA ................................................................................................................................................. 2
1. Suma a cubrir por gastos de entrada a clases es adicional al monto mensual de
pensión alimentaria ........................................................................................................................................ 2
2. Pensión alimentaria: Fijación de gastos adicionales por concepto de educación ............ 3
3. Pensión alimentaria: Cobro de gastos escolares extraordinarios ........................................... 4
4. Alimentos pasados y gastos de maternidad: Análisis sobre el marco normativo que
establece la obligación de pagar alimentos como responsabilidad compartida entre
ambos progenitores ........................................................................................................................................ 6

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NORMATIVA

Artículo 37°- Derecho a la prestación alimentaria.

[Código de la Niñez y la Adolescencia]i

El derecho a percibir alimentos se garantiza en los términos previstos en el Código de


Familia y las leyes conexas. Extraordinariamente, la prestación alimentaria comprenderá,
además, el pago de lo siguiente:
a) Gastos extraordinarios por concepto de educación, derivados directamente del
estudio o la instrucción del beneficiario.
b) Gastos médicos extraordinarios, de necesidad notoria y urgente.
c) Sepelio del beneficiario.
d) Cobro del subsidio prenatal y de lactancia.
e) Gastos por terapia o atención especializada, en casos de abuso sexual o violencia
doméstica.

JURISPRUDENCIA

1. Suma a cubrir por gastos de entrada a clases es adicional al monto mensual de


pensión alimentaria

[Tribunal de Familia]ii

Voto de mayoría:

“III. Establecida como acertadamente lo hace la señora jueza aquo, la naturaleza jurídica
de los gastos de entrada a clases, como gastos de orden ordinario y parte de la pensión
alimentaria, a tenor de lo que preceptúa el ordinal 37 del Código de Niñez y Adolescencia
en concordancia con reiterada jurisprudencia de la Sala Constitucional (votos números
1943-03 de las quince horas nueve minutos del once de mayo del dos mil tres, 1166-00 de
las nueve horas del cuatro de febrero del dos mil y 1499-02 de las ocho horas treinta
minutos del quince de febrero del dos mil dos). Tales gastos deben definirse con base en
una serie de situaciones a considerar. Determinados, ya como gastos ordinarios, en tanto
resultan totalmente previsibles, para todo padre, que envía año a año hijos a estudiar, y
que sabe que debe incurrir en ellos, a fin de no vulnerar un derecho de los niños, de rango
constitucional, cual es el derecho a estudiar y así descartarse la posición otrora de
carácter jurisprudencial de que los cubre, solamente los asalariados del sector público, que
cuentan con el salario escolar a efecto de hacer efectivo el pago de tales gastos. En la
especie quedó plenamente acreditado que el recurrente no es asalariado público y que en
consecuencia no cuenta con salario escolar establecido mediante decreto ejecutivo y que

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consecuentemente no cuenta con ese plus, o ingreso extra o especial para hacer frente a
los gastos por entrada a clases. Ahora bien, retomando el carácter de gasto ordinario de
tales erogaciones y como tal previsibles, sendos progenitores están obligados a proveer de
algún modo los mismos. Resulta poco prudente pretender que los cubre la pensión
alimentaria; y que en ese mes de entrada a clases la misma se tome solo para cubrir esa
parte de la prestación; pero la madre, al igual que el padre puede prepararse mes a mes; a
fin de tener al momento de efectuar los gastos, el dinero para hacerles frente. En la
especie, el padre, no puede sustraerse en el pretendido pago. Pero no puede obviarse que
de acuerdo a su ingreso mensual acreditado en autos y a que no cuenta con un ingreso
extraordinario específico, para hacerse cargo de tales erogaciones, la suma pretendida
resulta extraordinariamente alta y no guarda ninguna relación alguna, ni siquiera con la
pensión alimentaria que le corresponde pagar mensualmente al demandado. Por ello en
consideración, a que la suma que se cobra (que ha sido acreditada) no guarda relación
incluso con lo que se maneja con margen de inflación dentro del marco de la economía
costarricense, en el año al cobro, es que se procede modificando la suma otorgada por el
órgano aquo, la cual se establece en trescientos cuarenta mil colones, suma que
corresponde cubrir por concepto de gastos de entrada a clases al apelante, señor Posla
Fuentes.”

2. Pensión alimentaria: Fijación de gastos adicionales por concepto de educación

[Tribunal de Familia]iii

Voto de mayoría

“II.- El materia alimentaria se establece la posibilidad del cobro de gastos adicionales por
concepto de educación, derivados directamente del estudio o instrucción del o de los
beneficiarios. Esto viene a ser una ayuda adicional que da el obligado a los beneficiarios en
razón de su estudio y los gastos que este conlleva. Es clara entonces la posibilidad de
cobrar este tipo de gastos en vía judicial independiente y adicionalmente a la cuota
ordinaria que se recibe, y para tal efecto existen dos vías concretas. Una de estas vías es la
posibilidad de cobrar salario escolar, pero esto depende de que el obligado alimentario sea
funcionario público y reciba dicha retribución, la otra vía es la posibilidad de cobrarlo
como gastos extraordinarios de educación, fundamentados en el Código de la Niñez y la
Adolescencia, concretamente el inciso a del artículo 37 de ese cuerpo legal. En el caso que
nos ocupa […] cobro de salario escolar […] deben de confluir dos presupuestos esenciales
para hacer dicha fijación, por un lado, que el obligado reciba dicha prestación, sea el
salario escolar, y por otro lado que el beneficiario sea estudiante […] Sin embargo, el
salario escolar, a diferencia de los gastos extraordinarios de educación sobre los que si
procede liquidación, debe corresponder a una cuota igual a la cuota ordinaria que se está
cancelando en ese momento […]”

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3. Pensión alimentaria: Cobro de gastos escolares extraordinarios

[Tribunal de Familia]iv

Voto de mayoría

"[...] II.- El señor Posla Fuentes, según escrito de folios 33 y 34 de la sumaria, recurre de
esa resolución agraviando que lo resuelto afecta sus intereses y derechos; que se opone a
ese pago en vista de que ya él se encuentra obligado al pago de una cuota mensual de
alimentos a favor de los menores de edad y que la ley de alimentos establece que dentro
de los rubros de ese deber están los de tipo educacional, que es una erogación que debe
ser satisfecha con el monto mensual que se paga y no existe norma que obligue al deudor
alimentario a pagar otras cantidades extras sobre la cuota fijada, con la sola excepción de
pago de aguinaldo previsto en la Ley de Pensiones Alimentarias; dice que el rubro de
educación ya está contemplado en el rubro mensual fijado en sentencia, pues cuando se
estableció ese monto se consideró la condición de estudiantes de los hijos, monto total de
alimentos que asciende a la suma de medio millón de colones, suma que es suficiente para
la satisfacción plena de todas las necesidades de los hijos comunes; dice que no se
contempló el hecho de que la Escuela en la que estudian los meses de diciembre y enero
no se cobra las mensualidades ni ningún otro gasto atinente a la educación de los menores
de edad, sin embargo – aduce él – la señora Madriz recibe completo la cuota de alimentos
establecida judicialmente, entendiéndose que tiene ese ahorro en esos meses, pudiendo
hacer pago de los gastos que reclama como extraordinaria con esos dineros, sabiendo que
él no recibe bono escolar.-

III.- No lleva razón el apelante en su discurso de oposición a la resolución dictada por el


Juzgado de Primera Instancia. Es cierto que cuando el Código de Familia, en su artículo
164, define el contenido de la prestación alimentaria ordinaria, contempla dentro de ella
todo lo referente a la educación de los hijos menores de edad o de los que, habiendo ya
adquirido la mayoriedad, se mantienen estudiando de acuerdo a los parámetros que la
propia ley define; pero es que es de lógica jurídica entender que, como la prestación
alimentaria tiene una característica de sucesividad o periodicidad, lo definido allí por el
juez de los alimentos se refiere a todos aquellos gastos en que se incurren de esa forma,
sea periódicamente para satisfacer las necesidades; en el ámbito de estudio se hace
referencia a los pagos que por mes o otra variable temporal tengan los menores de edad
como lo son los pagos mensuales de colegiatura, los pagos mensuales también de
transporte a la institución y cualquier otro pago requerido; pero siempre existirán una
serie de pagos y gastos que los estudiantes llevan a cabo en forma extraordinaria,
generalmente en la educación preescolar, primera y secundaria una vez al año; sea el pago
de una cuota única de matricula, pago de cuotas anuales de materiales; la compra de los
uniformes que se requieren, los útiles escolares, calzado y otros que, en dependencia con
el status social que se tenga, se adquieren para una mayor comodidad y desarrollo de los
estudiantes.-

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Son estos los gastos que no es posible que se incluyan en una pensión alimentaria mensual
o periódica precisamente por esa única ocasión de pago dentro de un año o un ciclo
lectivo.-

El artículo 37 del Código de la Niñez y la Adolescencia, promulgado y vigente a partir del


mes de febrero de 1998; establece, regula y da base legislativa a este instituto de los gastos
extraordinarios, que no solo se tienen en materia de educación de los alimentarios, sino
que también se incluye cualquier otro gasto que ellos puedan tener, como los de tipo
médico, todo en dependencia con las variables de posibilidad del deudor. Dice ese numeral
que en forma extraordinaria, la prestación alimentaria comprenderá “a) Gastos
extraordinarios por concepto de educación, derivados directamente del estudio o la
instrucción del beneficiario. b) Gastos médicos extraordinarios, de necesidad notoria y
urgente. c) Sepelio del beneficiario. d) Cobro del subsidio prenatal y de lactancia. e) Gastos
por terapia o atención especializada en caso de abuso sexual o violencia doméstica”. Se
desprende – entonces - que el legislador ha querido otorgar la posibilidad, aquí sustancial
y en las normas de procedimiento respectivas, de poder hacer cobro de ese tipo de gastos
que no se presupuestan en forma periódica, sino que se tienen en ocasiones especiales y
que no están contemplados estrictamente en esa fijación de la prestación alimentaria que
hace el juez; pero que si pueden las partes, en un eventual arreglo o conciliación intro o
extraprocesal de alimentos, pactar de una u otra forma, en la forma en que el aquí
recurrente pretende establecer con los meses en que, a su dicho, no se pagan las
colegiaturas, o que el juez, vocación especial que tiene para ello, supla la voluntad de ellos
y lo establezca de esa forma al momento de fijar las cuotas sucesivas.-

Ya la jurisprudencia constitucional y la familiar han analizado el problema de los gastos de


educación en la prestación alimentaria, ha revisado el concepto del llamado “Bono
Escolar” que algunos trabajadores de este país reciben como complemento de su salario
en los primeros meses del año para, es de adecuar y suponer, aliviar esos gastos que se
tienen con motivo del ingreso a los curso lectivos de los hijos o de los propios
trabajadores.-

Es por ello que el lineamiento actual en los despachos que tramitan la materia alimentaria
es que los gastos de educación únicos al inicio del período de lecciones se ven cubiertos
con la cuota que ya se ha venido moldeando como pago de salario escolar para aquellos
casos en los cuales el deudor alimentario recibe ese plus salarial, que en verdad es un tipo
de ahorro que se viene generando a partir de un momento dado en el cual no se llevó a
cabo un alza salarial completa, y que se va encaminando para, como dice un voto de la Sala
Constitucional (voto 4355-02 de las 15:45 horas del 14 de mayo de 2002), ver la
posibilidad de que dentro del campo alimentario se discuta la existencia o no de una cuota
escolar de igual forma en que, primero por vía jurisprudencia y luego vía legal a partir de
la promulgación de la Ley de Pensiones Alimentarias que nos rige, se cobra la llamada
Cuota de Aguinaldo.-

Para aquellos casos en los cuales el deudor no sea beneficiario de este plus salarial
mencionado se ha considerado, en los juzgados de la materia y por directrices de la propia
Corte Suprema de Justicia, la vía de petición de gastos extraordinarios que legaliza el ya
citado 37 del Código de la Niñez y Adolescencia. Así entonces, no lleva razón el recurrente

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al mencionar que no existe norma legal que ampare el cobro de estos gastos, tampoco la
lleva en cuanto a que esos gastos están incluidos dentro de los montos mensuales
ordinarios de la prestación alimentaria, sino que es precisamente esta vía de cobro
extraordinaria la apropiada para aquellos casos, como el presente, en que deban ser
cubiertos todos los gastos que los menores de edad tienen con motivos del ingreso anual a
sus actividades educativas. Así las, en lo que fue agraviado, deben confirmarse lo
recurrido.-"

4. Alimentos pasados y gastos de maternidad: Análisis sobre el marco normativo


que establece la obligación de pagar alimentos como responsabilidad compartida
entre ambos progenitores

Aplicación de la teoría del enriquecimiento sin causa como fundamento para proceder al cobro
retroactivo cuando solo uno de los padres ha asumido la totalidad de la obligación

[Sala Segunda de la Corte]v

Voto de mayoría

"III.- EN CUANTO A LA PRETENSIÓN DE LA ACTORA: La inconformidad del recurrente


en el sentido de que si para la época en que el menor K.E., nació, en fecha 19 de marzo de
1995 (folio 7), aún no se encontraba vigente la Ley de Paternidad Responsable, y el texto
del numeral 96 del Código de Familia, no extendía la responsabilidad más allá de tres
meses del nacimiento del menor, no resulta atendible. Esto porque la pretensión de la
actora Esperanza Jaén Barboza, no es el cobro de alimentos en la relación padre-hijo, sino
que es distinta, es el reembolso de los alimentos que ella debió pagar por el
incumplimiento del demandado, quien no asumió la obligación hasta que le fue impuesta
judicialmente una cuota alimentaria. Así se desprende del aparte A) de la petitoria, en la
que ella solicita se declare: “... Que el demandado es en deberme el plazo por alimentos
atrasados de nuestro hijo por espacio de cinco años y cuatro meses, la suma de dos millones
quinientos sesenta mil colones, ya que esa suma se le ha fijado de alimentos en la actualidad
y está cobrándose ...” (folio 9). Esta pretensión tiene fundamento en lo dispuesto en el
artículo 53, párrafo 2° de la Constitución Política, según el cual, “Los padres tienen con sus
hijos habidos fuera del matrimonio las mismas obligaciones que con los nacidos en él.”
También, en el artículo 169 inciso 2º del Código de Familia, que establece que tanto el
padre como la madre están en la obligación de proveer alimentos a sus hijos menores e
incapaces, que comprende sustento, habitación, vestido, asistencia médica, educación,
transporte y otros. Por su parte, el numeral 29 del Código de la Niñez y la Adolescencia,
Ley Nº 7739, del 6 de enero de 1998, publicado en La Gaceta Nº 26, del 6 de febrero
siguiente, establece el derecho del niño y de la niña a gozar de un desarrollo integral, al
disponer lo siguiente: “El padre, la madre o la persona encargada están obligados a velar
por el desarrollo físico, intelectual, moral, espiritual y social de sus hijos menores de
dieciocho años.” El artículo 37 de esa normativa, remite al Código de Familia y a las leyes
conexas –Ley de Pensiones Alimentarias-, en cuanto a la materia alimentaria, y amplía lo

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que comprende este concepto, al señalar: “Artículo 37°-Derecho a la prestación
alimentaria. El derecho a percibir alimentos se garantiza en los términos previstos en el
Código de Familia y las leyes conexas. Extraordinariamente, la prestación alimentaria
comprenderá, además, el pago de lo siguiente: a) Gastos extraordinarios por concepto de
educación, derivados directamente del estudio o la instrucción del beneficiario. b) Gastos
médicos extraordinarios, de necesidad notoria y urgente. c) Sepelio del beneficiario. d) Cobro
del subsidio prenatal y de lactancia. e) Gastos por terapia o atención especializada, en casos
de abuso sexual o violencia doméstica. De lo expuesto se colige que la obligación de los
progenitores de brindar alimentos a sus hijos e hijas, es una obligación compartida, tal y
como lo establece el numeral 169 inciso 2° del Código de Familia.

IV.- SOBRE LA TEORÍA DEL ENRIQUECIMIENTO SIN CAUSA: La educación de los hijos
supone gastos, que deben asumir conjuntamente los padres, los que sin duda son
insignificantes, en comparación a los cuidados que requieren los menores. En el caso en
estudio, si el demandado no cumplió con su obligación de dar alimentos a su hijo, y
solamente lo hizo la señora Esperanza Jaén Barboza, debe abonar a ésta la parte de la
obligación, que ella durante largo tiempo tuvo que asumir, originada en su
incumplimiento, pues no fue hasta que judicialmente se declaró la paternidad, y que luego
se le impuso una cuota por alimentos, que lo hizo. Esto con fundamento en lo dispuesto en
los artículos 1043 y 1044 del Código Civil. Así lo ha resuelto la Sala, en Voto Nº 574, de las
9:30 horas del 14 de julio de 2004: “ ... VI.- ... Así, la Sala estima procedente la aplicación de
los artículos 1.043 y 1.044 del Código Civil, que conforman el Capítulo V, “De los
cuasicontratos”, del Título I (Contratos y Cuasicontratos), del Libro IV de dicho cuerpo
normativo. La primera norma citada establece: “Los hechos lícitos y voluntarios producen
también, sin necesidad de convención, derechos y obligaciones civiles, en cuanto aprovechan
o perjudican a terceras personas.” El numeral 1.044 citado indica: “A esta clase de
obligaciones pertenecen, entre otras, la gestión de negocios, la administración de una cosa en
común, la tutela voluntaria y el pago indebido.”(La negrita y el subrayado son del redactor).
Como se ve, esta última norma no excluye la aplicación de otras figuras jurídicas,
consideradas como cuasicontratos. La doctrina, por su parte, incluye dentro de este
ámbito al enriquecimiento sin causa. Respecto de esta teoría, Messineo explica lo
siguiente: “ Otro caso de obligación legal está constituido por el enriquecimiento sin causa ...
Se comprenden en la figura del enriquecimiento sin causa ..., los casos en que alguien
convierta en beneficio propio un bien ajeno, o se beneficie de alguna actividad ajena (la
denominada versión útil o in rem versio) con daño ajeno, sin que exista una razón que
justifique el provecho o el beneficio: en otras palabras, sin que exista una relación jurídica, ya
constituída, que haga de causa que legitime el provecho, o el beneficio, del enriquecido... /En
dicha fórmula, ... entran, también, los casos de enriquecimiento sin la voluntad de otra
persona (empobrecido), la falta de voluntad del empobrecido se resuelve en una figura de
falta de causa./ La acción de enriquecimiento sin causa, tiende a restablecer el equilibrio
entre los dos patrimonios, o sea, a eliminar el indebido enriquecimiento, mediante la
demanda de una indemnización./Varios son los presupuestos de la acción de que tratamos.
Hace falta: a) ... el enriquecimiento efectivo de un sujeto, o sea, que el patrimonio de él reciba
incremento ..., y se considera enriquecimiento también el ahorro de un gasto, o el haber
evitado, con propio sacrificio patrimonial, a otro, una pérdida... b) que, a tal incremento para
el enriquecido, corresponda una disminución en el patrimonio de otro sujeto (empobrecido)...
c) ... una relación de correspondencia entre el enriquecimiento y el empobrecimiento; y,

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además, un nexo de causalidad entre la disminución patrimonial, sufrida por un sujeto, y la
ventaja patrimonial del otro; ... d) es necesario que el enriquecimiento-empobrecimiento
ocurra sin causa... Ausencia de causa significa que no existe una relación patrimonial ... que
justifique el enriquecimiento-empobrecimiento.../ El efecto del enriquecimiento sin causa es
el nacimiento de la obligación de indemnización; por parte del enriquecido, a favor del
empobrecido... Finalmente, debe observarse que la indemnización ha de ajustarse a la
entidad del enriquecimiento y no puede sobrepasarla...” (MESSINEO, Francesco. Manual de
Derecho Civil y Comercial, Tomo VI, Buenos Aires, Ediciones Jurídicas Europa-América,
1.955, pp. 465-466). (Sobre el tema, también pueden consultarse BONNECASE, Julien,
Tratado Elemental de Derecho Civil, México D.F., Editorial Mexicana, 1.997, pp. 808-818 y
PLANIOL, Marcel y RIPERT, Georges, Derecho Civil, México D.F., Editorial Mexicana, 1.997,
pp. 812-813) ...”

V.- Resolver en sentido contrario a estos postulados, sería consentir el enriquecimiento sin
causa que se ha generado a favor del accionado, quien asumió la obligación hasta que
judicialmente fue declarada su paternidad y posteriormente se le fijó una cuota
alimentaria. En perjuicio de la actora, quien tuvo que satisfacer las necesidades de su hijo
desde la concepción y posterior nacimiento. Al respecto, el tratadista Manuel Albaladejo,
señala lo siguiente: “hay ciertos hechos que, aun no siendo actos ilícitos, pueden provocar el
enriquecimiento injusto de una persona a costa de otra. Entonces nace a cargo de la primera
la obligación de, dentro de los límites en que se enriqueció, reparar el perjuicio ocasionado a
la segunda. En ese sentido se habla de que es fuente de obligaciones el enriquecimiento
injusto o sin causa ... pero, sin duda, es un principio de los que inspira nuestro
Ordenamiento el de que el enriquecido injustamente a costa de otro quede obligado a
resarcirle. Así lo han reconocido insistentemente la jurisprudencia y la doctrina ... Se
requiere: 1.° Un incremento patrimonial de cualquier clase (lo mismo consistente en
obtención de lucro que en evitación de gasto o daño) experimentado por una persona. Que no
es necesariamente preciso que haya obrado de mala fe ni observado conducta ilícita alguna
..., ya que en el caso del enriquecimiento injusto lo que importa es éste, y no siempre, además,
la conducta del enriquecido; 2.° Que tal incremento carezca de razón jurídica que lo
fundamente (lo que se expresa diciendo que sea injusto o sin causa); 3.° Que provoque un
correlativo empobrecimiento de otro (es decir, que se obtenga a costa de éste) ...”. En cuanto
a los efectos, agrega: “A cargo del enriquecido injustamente, y a favor de quien se
empobreció, surge –hasta el límite en que haya habido realmente enriquecimiento a costa de
empobrecer a aquél- la obligación de, en principio, si es posible, y no hay otras razones que lo
excluyan, restituir lo mismo o lo que haya recibido en su lugar; y, en último término, resarcir
por el valor del enriquecimiento ... El valor, para que haya verdadero resarcimiento, debe ser
actualizado a la fecha en que se resarza ...” (Derecho Civil, Volumen segundo, Derecho de
Obligaciones, Los contratos en particular y las obligaciones no contractuales, novena edición,
José María Bosch Editor, S.A., Barcelona, 1993, páginas 449 a 452). Conforme a lo expuesto,
no existe la infracción a los numerales 595 incisos 1º y 3° del Código Procesal Civil en
relación al 96 y 172 del Código de Familia y 34 de la Constitución Política, que se invoca,
pues la pretensión de la actora es que el demandado le resarza el valor de los alimentos no
cumplidos por él a su hijo, y que debió cubrir ella, por lo que su pretensión no se agota en
estas normas, sino que trasciende las disposiciones contenidas en los artículos 96 y 172
del Código de Familia, y encuentran fundamento, entre otros, en los numerales 1043 y
1044 del Código Civil, la doctrina que los fundamenta, y en el enriquecimiento injusto.

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Tampoco existe violación de los artículos 3, 4 y 5 del Código Procesal Civil, en cuanto a los
límites de la interpretación, integración y objetividad de los juzgadores, imparcialidad y
trato obligatorio, pues el numeral 3° ibidem, dispone que al interpretar la norma procesal,
el juez deberá tomar en cuenta que la finalidad de aquella es dar aplicación a las normas
de fondo, y en caso de duda, podrá acudir a los principios generales del Derecho Procesal;
y el 4° citado, establece que los casos no previstos en este Código serán regulados con las
normas establecidas, ya sea para casos análogos o en sentido contrario; de no ser posible
por esos medios, la integración se hará con los principios constitucionales y los generales
del Derecho Procesal.

VI.- SOBRE LA PRESCRIPCIÓN. El recurrente se muestra inconforme porque se le obligó a


pagar alimentos del período comprendido del 6 de abril de 1998 al 20 de junio de 2000, en
la suma de un millón quinientos ochenta y ocho mil colones, pues estima que con
fundamento en lo dispuesto en el artículo 172 del Código de Familia, no podían cobrarle
alimentos pasados más allá de los doce meses anteriores a la demanda. Sin embargo, debe
tener presente el casacionista, como se dijo en líneas precedentes, que la actora no cobra
alimentos para su hijo, sino que lo que pretende es el reembolso de los que tuvo que
asumir durante el tiempo que él no cumplió con esa obligación. Por ello, es que en el caso
en estudio, el tema de la responsabilidad en el cumplimiento de los deberes de familia, no
puede agotarse con los numerales 96 y 172 del Código de Familia, sino que debe
resolverse conforme a una integración del ordenamiento jurídico, de los principios que lo
informan y de la jurisprudencia. También, debe responder a los principios de la
responsabilidad civil y el enriquecimiento sin causa. Supuestos en que el plazo de
prescripción aplicable no es el de doce meses ni el de tres meses, como se alega. En todo
caso interesa indicar, que esta Sala en el Voto citado, Nº 2004-00574, en lo relativo a la
prescripción, consideró lo siguiente: “... VIII.- SOBRE LA PRESCRIPCÓN: La parte
demandada opuso la excepción de prescripción. Sin lugar a dudas, se está en presencia de
la figura de la prescripción negativa; y, en ese sentido, el artículo 865 del Código Civil,
señala que “Por la prescripción negativa se pierde un derecho. Para ello basta el transcurso
del tiempo.” Al caso concreto, se estima que debe aplicársele la disposición del artículo 868
del Código Civil, que prevé un plazo de diez años; pues la situación no enmarca en alguno
de los supuestos de prescripción especial que se prevén en las normas siguientes ...” Sin
embargo, como el único apelante es el demandado, y no puede existir reforma en perjuicio,
lo resuelto en cuanto a prescripción debe mantenerse.

VII.- EN CUANTO AL MONTO DE LA CONDENATORIA: En la sentencia que se recurre, se


obliga al accionado a pagar a la señora Jaén Barboza, una indemnización por la
manutención del niño Kevin Enrique Vargas Jaén, por el período comprendido del seis de
abril de mil novecientos noventa y ocho al veinte de junio de dos mil (fecha en que se
cobró la pensión alimentaria en el trámite regular), en la suma de un millón quinientos
ochenta y ocho mil colones, que se indica es el resultado de multiplicar sesenta mil colones
por veintiséis meses, lo que objeta el casacionista, al estimar que las realidades suyas y las
del menor al momento de fijar la cuota mensual, no eran las mismas, por lo que el
parámetro que se utilizó violenta la realidad histórica y económica de las partes. Estima la
Sala, que en este particular lleva razón el recurrente, pues debe dejarse la fijación del
monto para la etapa de ejecución de sentencia, en la que se valoren las necesidades
alimentarias del menor y las posibilidades del demandado, en el período que interese.

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VIII.- En consecuencia, se anula la sentencia recurrida en cuanto establece el monto de la
indemnización en un millón quinientos ochenta y ocho mil colones, el que se deja para
cuantificar en la etapa de ejecución de sentencia. En todo lo demás, se declara sin lugar el
recurso."

iAsamblea Legislativa. Ley número 7739 del 06/01/1998. Código de la Niñez y la Adolescencia.
Fecha de vigencia desde 06/02/1998. Versión de la norma: 12 de 12 del 31/10/2011. Gaceta
número 26 del 06/02/1998.

Sentencia: 00209 Expediente: 02-000228-0165-FA


ii Fecha: 31/01/2008 Hora: 8:40:00 AM
Emitido por: Tribunal de Familia.

Sentencia: 00547 Expediente: 06-000072-0186-FA


iii Fecha: 19/04/2007 Hora: 10:00:00 AM
Emitido por: Tribunal de Familia.

ivSentencia: 01236 Expediente: 02-000228-0165-FA Fecha: 16/08/2006 Hora: 8:10:00 AM


Emitido por: Tribunal de Familia.

vSentencia: 00837 Expediente: 00-001494-0185-FA Fecha: 01/10/2004 Hora: 10:10:00 AM


Emitido por: Sala Segunda de la Corte.

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