Valor HONESTIDAD

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¿Cuál es el significado de la honestidad?

Para entender el poder que tiene la honestidad, tenemos que empezar por definirla. La
honestidad es el valor que nos permite vivir una vida congruente, es decir, que lo que
pensamos, sentimos y hacemos está en sincronía. Una persona honesta sabe diferenciar
entre lo que está bien y mal y actúa con base en valores inclinados al bien común.

¿Cómo podemos ser honestos?


Una persona honesta siempre apoyará la verdad, justicia y amabilidad; actuará en dirección
a ellas. Desde su vida privada hasta la pública, ya que una persona honesta actúa con
rectitud aunque nadie esté viendo. Ahí se encuentra su valor: es un acto que no busca
gloria, ni aplausos de los demás, sino que anhela el bien de la comunidad.

¿Cómo ser honesto en familia?


Nuestra casa es el hogar de la honestidad, es donde nace, crece y se esparce. Si desde el
espacio que nos toca no solo practicamos la honestidad, sino que la vivimos y la
contagiamos a los demás, crearemos una familia honesta. Al vivir bajo el valor de la
honestidad nuestros hijos replicarán nuestras actitudes: los niños aprenden con el ejemplo.

Es importante enseñarles a nuestros hijos que un comportamiento honesto genera buenas


amistades. Ser una persona honesta es esforzarse por hacer algo útil en beneficio de los
demás, sin esperar nada a cambio. Busca tiempos en los puedas escuchar a tus hijos con
completa atención. Tener estos espacios fomenta una relación más linda y cercana con
ellos.

Al vivir la honestidad en familia llenaremos de luz el rinconcito de México que nos toca.
Además, inspiraremos confianza a los demás en las diferentes áreas de nuestra vida, ya sea
con nuestros seres cercanos o en el trabajo. Mejoraremos nuestros lazos y relaciones y
nuestros hijos aprenderán que actuar con honradez es la mejor forma de llevar su vida.

¿Qué es la honestidad? ¿Cómo podemos enseñar a los niños a que sean honestos? La honestidad
es uno de los valores más importantes en la formación de la personalidad y el carácter de los
niños. Es la base de sus relaciones con los demás. Una persona honesta atrae la confianza y el
respeto de los demás. ¿Qué podemos hacer para conseguir que nuestros hijos sean honestos con
nosotros, con demás familiares y amigos?

La honestidad es un valor que una vez aprendido y asimilado, se convierte en una actitud
que siembra confianza en uno mismo y en aquellos que están en contacto con esta persona.
Ser honesto hace con que los niños actúen siempre con base en la verdad y en la justicia.
Para ofrecer una educación en la honestidad a los hijos, tanto los padres como los
educadores tienen en manos una gran misión. Sigue algunos consejos para que el
despertar de la honestidad en los niños sea una realidad:

1- La honestidad atrae honestidad. Así que lo primero que deben hacer los padres y
educadores es predicar este valor con el ejemplo. Es hacer lo que se puede y no lo que no se
puede, por ejemplo. Es hacer lo que se dice y no decir y prometer para luego no cumplir.

2- Para desarrollar la honestidad en un niño es necesario formar nociones, conocimientos,


habilidades, sentimientos y emociones, vivencias y experiencias que lo lleven a ser honesto.

3- Lo primero, enseñar a los niños a que sean honestos consigo mismos. Llevarles a
conocer sus limitaciones, sus virtudes y defectos, y su conducta.

4- Es importante hacer conocer a los niños que un comportamiento honesto genera buenos
amigos y un reconocimiento moral positivo en los demás.

5- Ser honesto es esforzarse por hacer algo útil en beneficio de los demás, sin esperar nada
a cambio.

6- Ser honesto es respetar a los demás, es no apropiarse de lo ajeno, es ser sincero en la


relación con el otro, es no mentir y siempre decir la verdad, por más dura que sea.

7- En la escuela, los profesores pueden invitar a los niños a hacer dibujos o a pintarlos y
colorearlos en que se destaque la ayuda a otras personas.

8- Los niños pueden interiorizar ejemplos de honestidad a través de la conversación, la


observación y del juego con sus padres, hermanos y educadores.

9- Por cada conducta honesta que desarrollen los niños, habría que saber premiarlas a su
tiempo. El premio puede reforzar esta conducta en los niños.

10- Hablar a los niños sobre las consecuencias de la deshonestidad. Una persona
deshonesta puede sufrir de soledad, de ansiedad, de ser tachado de mentiroso, de no tener
amigos ni la confianza de los demás.

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