LITWIN
LITWIN
Configuración didáctica es la manera particular que despliega el docente para favorecer los
procesos de construcción del conocimiento. Esto implica una construcción elaborada en la que se
pueden reconocer los modos como el docente aborda múltiples temas de su campo disciplinar y
que se expresa en el tratamiento de los contenidos, su particular recorte, los supuestos que
maneja respecto del aprendizaje, la utilización tácticas metacognitivas, los vínculos qué establece
en la clase con las prácticas profesionales involucradas en el campo de la disciplina de qué se trata,
el estilo de negociación significados que genera, las relaciones entre la práctica y la teoría que
incluye lo metódico y la particular relación. Entre el saber y el ignorar. Todo ello evidencia una
clara intención de enseñar, de favorecer la comprensión de los alumnos generar procesos de
construcción de conocimiento, con lo cual se distinguen claramente de aquellas configuraciones
no didácticas, que implican sólo la exposición de ideas o temas, sin tomar en cuenta los procesos
del aprender del alumno.
La configuración didáctica, tanto en lo que respecta al dominio del contenido como a la manera en
que el docente implementa la práctica, constituye la expresión de la experticia del docente, a
través de una propuesta que no constituye un modelo para ser trasladado con un esquema para la
enseñanza de uno u otro contenido.
Estas justificaciones que optan por simplificar el abordaje de los contenidos aduciendo su
complejidad generan problemas en la comprensión. Existirían estos casos desde la propuesta
didáctica, un intento de reducir la complejidad del objeto de estudio, simplificándolo.
Deberían contemplarse los tiempos que llevan los procesos que la mayoría de las veces son
difíciles de prever. Darle tiempo al pensamiento y preocuparse por generar un pensamiento rico
no son problemas de las ciencias sociales y humanas solamente o de algún nivel del sistema
educativo, sino que son cuestiones qué es posible extender tanto a las diferentes áreas como a
todos los niveles.
La preocupación por enseñar recupera el lugar jerarquizado del contenido académico en las aulas
de la universidad, que pareciera haberse desdibujado a partir de algunas corrientes que se han
ocupado de las estrategias y las metodologías como si fuera posible separarlas de su relación con
los contenidos. La búsqueda trivial es una metáfora para referirse a una enseñanza entendida
como conocimiento de hechos y rutinas qué se refieren a concepciones ingenuas tanto de los
alumnos como de muchos docentes respecto de las creencias acerca de que el caudal de
información almacenada es sinónimo de conocimiento. El supuesto de que aprender está más
asociado a la capacidad que a la buena enseñanza tampoco favorece la persistencia en actividades
que inviten a procesos del pensar.
Se intenta construir un puente entre la comprensión experta del docente y la comprensión inicial
del estudiante. Los docentes previamente tuvieron que profundizar, comprender y ponderar las
ideas claves, los hechos, los conceptos y las interpretaciones de su disciplina.
Otro de los problemas que distinguimos con frecuencia es el carácter auténtico del discurso
pedagógico. La ficción Se observa en dos aspectos. Por una parte, en que las preguntas que
fórmula el profesor no son tales (en tanto sólo las plantea porque conoce las respuestas) y en que
los problemas por resolver que plantea pueden considerarse como problemas de juguete. Esta
última analogía se refiere al perfil de los problemas, que, si bien en apariencia guardan relación de
semejanza con problemas reales, no representan ni la complejidad y el juego de variables o
determinaciones que pertenecen al mundo de la vida real.
Por otra parte, las propuestas del sistema tradicional desvalorizan el error o lo castigan, pero en
ningún caso lo consideran, buscar o proponen como paso previo para la construcción del
conocimiento, con lo que se impide la búsqueda de procesos de desconstrucción y el señalamiento
del error.
Consideramos que un modo adecuado entender estos y también otros problemas del discurso
pedagógico sería inscribirlos en el marco de una teoría de la acción comunicativa que analice
críticamente la función lingüística en el aula. El discurso educacional se constituye en un
articulador de los Marcos personales y los materiales, y contiene una profunda potencialidad para
compartir y negociar significado con el objeto de que los alumnos construyan el conocimiento.
Compartir y negociar significados entre los profesores y los alumnos tienen un sentido
complementario y asimétrico. La asimetría se da fundamentalmente cuando los profesores
suspenden sus conocimientos en aras de la comprensión de los alumnos. No se generan procesos
de negociación cuando el docente no acepta la interpretación o la reflexión del alumno, por
considerarla errónea. Las posibilidades de generar procesos más asimétricos, esto es de mayor
suspensión del conocimiento construido socialmente, están fuertemente asociadas a un mayor
conocimiento de la disciplina y del oficio por parte del docente. En el pensamiento cotidiano del
docente parece existir la creencia de que Cuanto más sabe de un tema, menos posibilidades de
negociar se le plantearon, y cuando menos sabe es probable que negociará mas. Desde nuestra
perspectiva las posibilidades son inversas. Cuanto más se saben un tema las posibilidades de
negociación son mayores, cuanto menos se sabe son menores. Para que se produzcan los procesos
de negociación el docente tendrá que reconocer varias situaciones: Por que el alumno plantea lo
que plantea, cuál es el origen de su afirmación, hacia dónde se dirige su pensamiento, etcétera. Si
no se produce este proceso de aprendizaje por parte del docente, no puede generar una
negociación con sentido pedagógico. En este marco comunicacional le encontramos sentido a la
pregunta del docente, en tanto abre un nuevo interrogante, refiere a la epistemología de la
disciplina, permite reconstruir conceptos o genera contradicciones tratando de recuperar las
concepciones erróneas sobre un concepto con el objeto de deconstruirlas. Lamentablemente, los
escasos niveles de intervención de los alumnos en las clases universitarias observadas dificultan el
análisis de esta dimensión. Por otra parte, reconocemos que los docentes no visualizan las
preguntas como estrategias que favorecen el desarrollo de procesos reflexivos en los estudiantes.
Desde estás perspectivas de análisis, si bien no categorizamos las preguntas, hemos encontrado en
las clases observadas ciertos estilos que se repiten en los diferentes campos de la enseñanza de las
ciencias sociales:
A) preguntas que se proponen evaluar los conocimientos aprendidos por los alumnos
B) preguntas cuyas respuestas dan pie a continuar la explicación del docente y lógica a su discurso
D) preguntas para indagar creencias previas de los alumnos sobre el tema de la clase
E) preguntas que utiliza el docente para ayudar los procesos de comprensión del alumno. Se trata
de pistas para conseguir profundizaciones que los alumnos por sí solos no serían capaces de hacer
Al analizar las preguntas de los alumnos en las clases observadas nos encontramos con algunas
notas de interés. La mayoría de las intervenciones que llevan a cabo los alumnos son para
demandar más información. En algunos casos las preguntas interfieren en el discurso del profesor
que al no negociar la estructura de la clase cierra el espacio de participación. Los alumnos también
plantean relaciones analógicas o comparativas y formulan preguntas para que el docente
establezca el valor o el acierto de estas relaciones. Sin embargo, en ningún caso solicitan al
docente que establezca las relaciones. Parece que las buenas preguntas, las que apelan a
relaciones o argumentaciones, aparecen cuando el docente deja de pautar la estructura de
participación, la pregunta rompe la estructura de la clase elaborada por el docente. En muchos
casos los otros alumnos escuchan con atención esas respuestas y aumentan el nivel de
participación.
En todas las configuraciones que planteamos como inscritas en la buena enseñanza, la práctica
trasciende el mismo campo Porque da cuenta de una construcción social en un Aquí y ahora, en un
docente preocupado porque todos los procesos comprensivos que genera se marquen en una
práctica social democrática.