Sentencia Unificacion Rol 138207-2020

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Santiago, seis de mayo de dos mil veintiuno.

Vistos:
En autos RIT O-125-2020, RUC 2040251520-2, del Juzgado de Letras del
Trabajo de Chillán, por sentencia de siete de septiembre de dos mil veinte, se
acogió la demanda de despido injustificado y cobro de prestaciones, deducida por
don Carlos Arzola Montero en contra de la empresa Ecobio S.A., condenando a la
demandada al pago del recargo legal del 30 por ciento contemplado en el artículo
168 letra a) del Código del Trabajo, otras prestaciones que indica y, en lo que
interesa, a la restitución de la suma descontadas por concepto del aporte
efectuado por el empleador a la cuenta de seguro de cesantía del actor,
ascendente a $3.881.901.
En contra de ese fallo la demandada interpuso recurso de nulidad,
invocando la causal establecida en el artículo 477 del Código del Trabajo, en
relación con los artículos 13 y 52 de la Ley N° 19.728; y la Corte de Apelaciones
de Chillán, por decisión de veintitrés de octubre de dos mil veinte, lo rechazó.
Respecto de este último pronunciamiento, la parte demandada dedujo
recurso de unificación de jurisprudencia, solicitando se lo acoja y se dicte la
sentencia de reemplazo que describe.
Se ordenó traer estos autos en relación.
Considerando:
Primero: Que de conformidad con lo dispuesto en los artículos 483 y 483 A
del Código del Trabajo, el recurso de unificación de jurisprudencia procede cuando
respecto de la materia de derecho objeto del juicio existen distintas
interpretaciones sostenidas en uno o más fallos firmes emanados de tribunales
superiores de justicia. La presentación en cuestión debe ser fundada, incluir una
relación precisa y circunstanciada de las distintas interpretaciones recaídas en el
asunto de que se trate sostenidas en las mencionadas resoluciones y que haya
sido objeto de la sentencia contra la que se recurre y, por último, se debe
acompañar copia fidedigna del o de los fallos que se invocan como fundamento.
Segundo: Que la materia de derecho que el recurrente solicita unificar
consiste en determinar la correcta interpretación y aplicación de los artículos 13,
52 y 54 de la Ley N°19.728, respecto de la procedencia de efectuar el descuento
por parte del empleador del aporte al seguro de cesantía realizado a la cuenta
individual del trabajador, al ser invocada la causal de despido del artículo 161,

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inciso primero, del Código del Trabajo, con indiferencia de si el despido es
finalmente declarado justificado.
En síntesis, reprocha que no se haya aplicado la doctrina sostenida en las
decisiones que apareja para efectos de su cotejo, conforme a la cual debió
concluirse que aun cuando el despido fuera declarado injustificado era procedente
efectuar el referido descuento, porque así se desprende de la historia de la Ley
N°19.728 y de lo previsto en sus artículos 52 y 54, de manera que la única
consecuencia de dicha declaración es la aplicación del incremento sobre la
indemnización por años de servicio establecido en el artículo 168 letra a) del
código del ramo, sin que tenga incidencia alguna en la posibilidad de efectuar la
imputación que la legislación admite para el caso de invocar la causal de despido
esgrimida en el caso.
Tercero: Que la sentencia impugnada rechazó el recurso de nulidad que
dedujo la parte demandada, quien invocó la causal establecida en el artículo 477
del Código del Trabajo, acusando, en lo que interesa, la infracción de los artículos
13 y 52 de la Ley N°19.728, fundado en que de su tenor se desprende que su
operatividad exige que el contrato de trabajo haya terminado por las causales
previstas en el artículo 161 del Código del Trabajo, lo que lleva a preguntarse si la
condición se satisface cuando la invocación de las necesidades de la empresa es
considerada injustificado por la judicatura laboral, concluyendo que la correcta
interpretación es que si la sentencia emite tal declaración priva de base al inciso
segundo del artículo 13 de la Ley N°19.728; añadiendo que si la causal fue
empleada de manera injustificada, debe aplicarse el aforismo que determina que
lo accesorio sigue la suerte de lo principal, por lo que mal podría validarse la
imputación a la indemnización cuando lo que sustenta ese efecto ha sido
declarado injustificado, transcribiendo parte de las argumentaciones de un fallo de
esta Corte, dictado en autos Rol N° 2.778-2015, en el mismo sentido.
Cuarto: Que, a fin de acreditar la existencia de distintas interpretaciones
respecto de la materia de derecho objeto propuesta para su unificación, la
recurrente acompañó los pronunciamientos emitidos por esta Corte, en los
antecedentes N°23.348-2018 y N° 11.905-2019, que acogieron los recursos de
unificación de jurisprudencia deducidos por la parte demandada, por estimar que
si el contrato de trabajo termina por las causales previstas en el artículo 161 del
Código del Trabajo, el trabajador tiene derecho a la indemnización por años de
servicios prevista en el inciso segundo del artículo 163 del citado código, calculada

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sobre la última remuneración mensual que define el artículo 172 del mismo, con
un límite máximo de trescientos treinta días de remuneración, a menos que se
haya pactado, individual o colectivamente, una superior, caso en el cual se
aplicará esta última; prestación a la que se debe imputar la parte del saldo de la
Cuenta Individual por Cesantía constituida por las cotizaciones que efectuó el
empleador, más su rentabilidad, deducidos los costos de administración que
correspondan, con cargo a las cuales el asegurado pueda hacer retiros en la
forma que señala el artículo 15 de la misma ley; no pudiendo, en ningún caso,
tomarse en cuenta el monto constituido por los aportes del trabajador. Añadiendo,
que el inciso penúltimo del artículo 168 del Código del Trabajo dispone que si el
juez establece que no se acreditó la aplicación de una o más de las causales de
terminación del contrato consagradas en los artículos 159 y 160, se debe entender
que su término se produjo por alguna de aquellas señaladas en el artículo 161, en
la fecha en que se invocó la causal, surgiendo el derecho a los incrementos
legales pertinentes en conformidad a lo que disponen los incisos anteriores, esto
es, de 30%, 50% o 80%, según sea el caso. Lo anterior, condujo a concluir que si
el despido se fundó en la causal de necesidades de la empresa, sea que fue la
primitivamente esgrimida o es aquella que por ley deba entenderse como de
término de la relación laboral, el empleador debe pagar la indemnización legal
pertinente, pero aumentada en un 30%, por lo que la calificación judicial que se
haga del despido tiene como efecto económico el incremento legal respectivo sin
incidir a los fines de la imputación de que se trata; razón por la que se debe colegir
que si el contrato de trabajo terminó por esa causal, según lo prescribe la primera
disposición mencionada, procede aplicar lo que señalan los artículos 13 y 52 de la
Ley N°19.728, sin que la declaración judicial que se efectúe del despido constituya
un obstáculo para efectuar la imputación que se reclama.
Quinto: Que, en consecuencia, el cotejo de lo previamente resuelto por
esta Corte permite establecer la existencia de interpretaciones diversas en
relación a una cuestión jurídica proveniente de tribunales superiores de justicia,
razón por la que corresponde determinar cuál postura debe prevalecer y ser
considera correcta.
Sexto: Que para resolver en qué sentido debe unificarse la jurisprudencia
respecto de la interpretación del artículo 13 de la Ley N° 19.728, debe
considerarse lo que preceptúa esta norma: “Si el contrato terminare por las
causales previstas en el artículo 161 del Código del Trabajo, el afiliado tendrá

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derecho a la indemnización por años de servicios…” Y el inciso segundo indica
que “se imputará a esta prestación la parte del saldo de la Cuenta Individual por
Cesantía…”.
Séptimo: Que, dicho lo anterior, no cabe sino reiterar el criterio
desarrollado en los fallos ofrecidos a efectos de cotejo, conforme al cual, debe
tenerse presente que el seguro obligatorio que consagra la Ley N°19.728 persigue
atenuar los efectos de la cesantía y de la inestabilidad en el empleo, estableciendo
un sistema de ahorro obligatorio sobre la base de la instauración de cuentas
individuales por cesantía -conformado por cotizaciones mensuales del empleador
y del trabajador-, y la creación de un fondo de cesantía solidario que opera como
uno de reparto, complementario al referido sistema de cuentas, que se financia
con una fracción que aporta el empleador y otra que es de origen estatal.
Corrobora lo señalado el Mensaje que dio origen a dicha ley, en la medida que
indica: “…Mediante el establecimiento del presente sistema, el trabajador logrará
una mayor certeza en la percepción de los beneficios por cesantía, en el caso de
las contingencias referidas. A su vez, el empleador verá transformada su actual
responsabilidad única de indemnización, por otra en que se combina el pago de
las cotizaciones previas con el pago directo de una prestación. De este modo, por
una parte, se otorga al trabajador una mejor protección, por el mayor grado de
certeza de los beneficios que percibirá y, por otra, facilita al empleador su
obligación de pagar las indemnizaciones que corresponda, lo cual tiene particular
trascendencia en el ámbito de la micro, pequeña y mediana empresa…”;
En consecuencia, tratándose de las causales de término de contrato de
trabajo que no dan derecho a indemnización por años de servicios, dicho seguro
actúa como una suerte de resarcimiento a todo evento, puesto que el trabajador
con la sola presentación de los antecedentes que den cuenta de la desvinculación,
tiene derecho a efectuar giros mensuales con cargo al fondo formado con las
cotizaciones aportadas y su rentabilidad, según lo disponen los artículos 14, 15 y
51 de la Ley N° 19.728; sin embargo, conforme lo prescribe el artículo 13 de la
citada ley, si el contrato de trabajo termina por las causales previstas en el artículo
161 del Código del Trabajo, el afiliado tiene derecho a la indemnización por años
de servicios prevista en el inciso 2° del artículo 163 del citado código, calculada
sobre la última remuneración mensual que define el artículo 172 del mismo, con
un límite máximo de trescientos treinta días de remuneración, a menos que se
haya pactado, individual o colectivamente, una superior, caso en el cual se

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aplicará esta última; prestación a la que se debe imputar la parte del saldo de la
Cuenta Individual por Cesantía constituida por las cotizaciones que efectuó el
empleador, más su rentabilidad, deducidos los costos de administración que
correspondan, con cargo a las cuales el asegurado pueda hacer retiros en la
forma que señala el artículo 15 de la misma ley; no pudiendo, en ningún caso,
tomarse en cuenta el monto constituido por los aportes del trabajador. Por lo tanto,
lo que el empleador está obligado a solucionar, en definitiva, es la diferencia que
se produce entre el monto acumulado como resultado de su aporte en la citada
cuenta y el equivalente a treinta días de la última remuneración mensual
devengada por cada año de servicio y fracción superior a seis meses;
Además, el inciso penúltimo del artículo 168 del Código del Trabajo dispone
que si el juez establece que no se acreditó la aplicación de una o más de las
causales de terminación del contrato consagradas en los artículos 159 y 160, se
debe entender que su término se produjo por alguna de aquellas señaladas en el
artículo 161, en la fecha en que se invocó la causal, surgiendo el derecho a los
incrementos legales pertinentes en conformidad a lo que disponen los incisos
anteriores, esto es, de 30%, 50% o 80%, según sea el caso. Entonces, si el
despido se fundó en la causal de necesidades de la empresa, sea que fue la
primitivamente esgrimida o aquella que por ley deba entenderse como de término
de la relación laboral, el empleador debe pagar la indemnización legal pertinente,
pero aumentada en un 30%; por lo mismo, la calificación judicial que se haga del
despido tiene como efecto económico el incremento legal respectivo sin incidir a
los fines de la imputación de que se trata; razón por la que se debe colegir que si
el contrato de trabajo terminó por esa causal según lo prescribe la primera
disposición mencionada, procede aplicar lo que señalan los artículos 13 y 52 de la
Ley N° 19.728, ergo, la declaración judicial que se efectúe del despido no
constituye un obstáculo para efectuar la imputación que se reclama.
Octavo: Que, en tal circunstancia, yerra la judicatura de la Corte de
Apelaciones de Chillán cuando al fallar el recurso de nulidad interpuesto por la
demandada resuelve que la sentencia del grado no incurrió en error de derecho al
rechazar la compensación en un caso en que se estableció que el empleador
fundó la separación de la trabajadora en la causal establecida en el artículo 161
del Código del Trabajo, independiente de la calificación que la judicatura haya
efectuado a posteriori de tal decisión. En efecto, sobre la premisa de lo que se ha
venido razonando, el recurso de nulidad planteado, fundado en la causal del

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artículo 477 del Código del Trabajo, debió ser acogido, puesto que se hizo una
incorrecta aplicación de la normativa aplicable al caso de autos.
Noveno: Que, por las consideraciones antes dichas, no cabe sino acoger el
presente recurso de unificación de jurisprudencia, invalidando el fallo impugnado y
procediendo a dictar, acto seguido y en forma separada, la correspondiente
sentencia de reemplazo.
Por lo reflexionado, disposiciones legales citadas y lo preceptuado en los
artículos 483 y siguientes del Código del Trabajo, se acoge el recurso de
unificación de jurisprudencia deducido por la parte demandada respecto de la
sentencia de veintitrés de octubre de dos mil diecinueve, dictada por la Corte de
Apelaciones de Chillán, que rechazó el recurso de nulidad interpuesto en contra
de la pronunciada el siete de septiembre de dos mil veinte, por el Juzgado de
Letras del Trabajo de Chillán, en autos RIT O-125-2020, RUC 2040251520-2, y,
en su lugar, se declara que dicha sentencia es nula parcialmente, debiendo
dictarse acto seguido y sin nueva vista, pero separadamente, la respectiva de
reemplazo.
Acordada con el voto en contra del Ministro Sr. Blanco y la Ministra Sra.
Muñoz, quienes estuvieron por desestimar el recurso de unificación de
jurisprudencia intentado, sobre la base de los siguientes fundamentos:
1°.- Que a juicio de los disidentes, para los fines de asentar la recta
exégesis en la materia, debe tenerse presente que esta Corte, de manera
sostenida (Desde el Rol N° 27.867-17, siguiendo con los N° 23.348-2018, N°
4.503-19, N° 19.198-19, N° 16.086-19, N° 6.187-19, N° 12.179-19 y últimamente
en el Rol N° 19.607-19, entre otros) ha establecido que una condición sine qua
non para que opere el descuento materia de autos, es que el contrato de trabajo
haya terminado efectivamente por las causales previstas en el artículo 161 del
Código del Trabajo, de manera que si la sentencia declara injustificado el despido
priva de base a la aplicación del inciso segundo del artículo 13 de la Ley N°
19.728, pues tanto la indemnización por años de servicio como la imputación de la
parte del saldo de la cuenta individual por cesantía, constituyen un efecto que
emana de la exoneración prevista en el artículo 161 del Código del Trabajo.
En consecuencia, si el término del contrato por necesidades de la empresa
fue considerado injustificado por el juez laboral, simplemente no se satisface la
condición, en la medida que el despido no tuvo por fundamento una de las
causales que prevé el artículo 13 de la Ley N° 19.728.

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2°.- Que, en estas condiciones, no yerra la judicatura al concluir que es
improcedente descontar de la indemnización por años de servicio que
corresponde al trabajador, el monto aportado por el empleador a la cuenta
individual de cesantía cuando el despido es declarado injustificado, pues, como ya
se dijo, tal descuento sólo procede cuando se configuran los presupuestos del
artículo 161 del Código del Trabajo.
Regístrese, notifíquese, comuníquese.
N° 138.207-2020.-
Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros
señor Ricardo Blanco H., señoras Gloria Ana Chevesich R., Andrea Muñoz S., y
los Abogados Integrantes señores Pedro Águila Y., y Gonzalo Ruz L. No firma el
abogado integrante señor Águila, no obstante haber concurrido a la vista y al
acuerdo de la causa, por estar ausente. Santiago, seis de mayo de dos mil
veintiuno.

RICARDO LUIS HERNAN BLANCO GLORIA ANA CHEVESICH RUIZ


HERRERA MINISTRA
MINISTRO Fecha: 06/05/2021 14:59:00
Fecha: 06/05/2021 14:43:29

ANDREA MARIA MERCEDES MUÑOZ GONZALO ENRIQUE RUZ LARTIGA


SANCHEZ ABOGADO INTEGRANTE
MINISTRA Fecha: 06/05/2021 14:43:29
Fecha: 06/05/2021 14:10:51

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En Santiago, a seis de mayo de dos mil veintiuno, se incluyó en el Estado
Diario la resolución precedente.

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la causa.
En aquellos documentos en que se visualiza la hora, esta
corresponde al horario establecido para Chile Continental. BMGSXLXKXQ

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