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Ensayo Final

El documento resume cómo la conquista española transformó a los pueblos indígenas de América y cómo los españoles eventualmente se convirtieron en parte del continente americano. Específicamente, discute (1) el cruce de culturas entre los españoles monoteístas y los pueblos indígenas politeístas, (2) el mestizaje y la formación de nuevas razas, y (3) la conversión forzada de los indígenas al cristianismo impuesto por los conquistadores españoles.
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Ensayo Final

El documento resume cómo la conquista española transformó a los pueblos indígenas de América y cómo los españoles eventualmente se convirtieron en parte del continente americano. Específicamente, discute (1) el cruce de culturas entre los españoles monoteístas y los pueblos indígenas politeístas, (2) el mestizaje y la formación de nuevas razas, y (3) la conversión forzada de los indígenas al cristianismo impuesto por los conquistadores españoles.
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Ensayo final.

Eloina Cosme Nava.


Pérez Aparicio Ik.
La rebelión de las masas y cómo esto convirtió al español en parte del americano.
Todo comenzó cuando Cortés descubrió las Indias en 1492, lo cual abrió la brecha
para que comenzará toda la historia del continente americano, más
específicamente para que comenzará aquella metamorfosis del indígena al
mestizo, al español. Y para poder hablar de esto hay toda una historia, un proceso
de cambio, de rechazo, de desconocimiento. Posterior a todo esto, el americano
se volvió tan patriótico como los europeos que terminaron por defender lo que es
de ellos y se rebelaron ante los españoles, cuidando así su territorio y todo lo que
este les proveía, incluyendo los recursos y los medios.

Por un lado, tenemos a historiadores como León Portilla, que se encargó de


recopilar la información de los pueblos náhuatl y los tradujo al castellano, parte
sumamente importante en el proceso del descubrimiento de la cultura. También,
en éste ámbito existe Jhon Kenneth Turner, quien fue un hombre entregado al
periodismo, a tal punto que se atrevió a descubrir la crueldad que se vivía en
México en pleno siglo XX, en la presidencia de Díaz. Y serán estos dos autores los
que ocuparé para hacer el presente trabajo.

Como bien mencioné al comienzo, todo comenzó al arribo de Hernán a América.


Aquel hombre que era navegante y que según textos de Sahagún “fue enviado por
la divinidad para convertir a aquellos hombres creyentes de demonios, en
hombres provistos por lo bueno, lo sano, lo pio”. Cortés se encontraba atrapado en
la belleza del pueblo americano; en sus paisajes, en su gente, en su comida, en
sus tradiciones, en todo aquello que observaba, él quedaba impactado. Aquel
navegante enviado por Carlos I, amaba estas tierras, las buscaba prevalecer. Sin
embargo, su rey, Carlos I, le obligó volver a España y éste envió a Sahagún para
“evangelizar” a aquel pueblo. Sahagún, quien era un fraile franciscano, quien
conoció a los indígenas en dos formas: la física y la sobrenatural. Por un lado, la
primera, es la apreciación del hombre en su plena convivencia, sus costumbres,
su comportamiento día con día; y, por otro lado, es el rito, la creencia, la religión,
la fuerza que movía a aquellas personas, y estas últimas las encontró
demoníacas. Clavijero fue uno de los que respalda esta idea de Sahagún, a tal
punto que menciona que hubiera sido mejor acabar con todos y haber colonizado
el territorio como lo hicieron los ingleses con el norte de América. Al matar a los
indios que ahí vivían o volverlos una minoría. Aquello último me recuerda a lo que
menciona Ortega y Gasset en el texto La rebelión de las masas, en donde nos
habla acerca de aquel grupo de personas que se sienten igualmente identificadas
y que tienen un propósito con ellas mismas, el cual puede ser una idea
concretizada, es decir, hecha, en la cual todos participen por igual.

Al momento en que los españoles pisaron América fue instante en el cual todo
cobraba sentido, como lo fueron los indígenas en este caso, pues tenemos a
aquellos hombre y mujeres fuera de la vista de Dios, de la Historia del hombre; y
fueron aquellos conquistadores quienes le dieron la pauta a América de ser
reconocida. Y a todo esto, ¿Qué hubiera sido de aquellos no reconocidos que
habitaban lejos del conocimiento del Occidental? Para Sahagún, hubieran
perecido en el pecado y nefanda situación de vida, para Hernán, nunca se hubiera
conocido cultura tan asombrosa como esta.

¿Y cuál fue el impacto que tuvo España en el continente americano?

La primera consecuencia apareció en el cruce de las culturas. Por un lado, los


monoteístas, que eran los españoles, por el otro, los politeístas, que eran los
americanos. El segundo cambio fue el mestizaje, aquel cruce de razas que derivó
en razas nuevas, y aquí quien decidía y aparecía en la mayoría de las castas era
el español mismo. La tercera fue la “evangelización” que estos, los españoles,
dieron a los americanos logrando convertir al indígena en un creyente devoto al
cristianismo. La cuarta, la transformación completa del americano, donde negaba
sus tradiciones, sus formas de vivir, sus rituales; negando todo.

Y estas castas que en un principio era para delimitar los privilegios de cada uno de
los habitantes de la Nueva España, ahora se ha convertido en un caldo
homogéneo, donde los únicos que tienen poder sobre los demás son aquellos que
se derivan de la raza española y la indígena; el mestizo o criollo. Sujeto que se
apropia tanto del rol de un español que ha perdido su parte indígena, en el sentido
de la religión, lo politeísta. Pero queda aquella característica importante, como es
el fervor por amar su tierra, su raza, y termina por volver al americano demasiado
patriótico, como lo son los europeos. Más específicamente como los españoles y
como los ingleses. Un punto importante como éste lo toca Turner en su texto
“México Bárbaro”, donde se nos habla acerca de que ya en tiempo de Díaz,
aproximadamente siglo XIX-XX, seguía existiendo la venta de seres humanos;
¡Seres humanos comprados y vendidos como reses, ganado, material de obra!
Ahora, ya que el criollo siente el territorio como propio, comienza a buscar el
medio por el cual se reconocerá para esta labor, la labor de que alguien inferior a
él vea, aprecié y desee su superioridad, poder y fuerza. Tiempo posterior a esto, lo
que son los españoles, y parte de Europa, busca ser como el americano: tener
ritos tan hermosos, bailes que representen parte de su cultura, la comida, la
vegetación, el noble clima que permite que casi cualquier fruto o planta pueda
darse. El europeo por dentro está vacío, no tiene historia que contar igual de bella
que la de México, o la de Nueva España.

A todo esto, el indígena, dicen, nunca ha tenido un sentido de propiedad, en el


ámbito de religión, porque los griegos tenían esa misma religión que ellos: la de a
cada elemento de la naturaleza dotarle de un peso divino: politeísta. Por otro lado,
que gracias al español pudo ser reconocido por quien era y así mismo lo llevo a la
metamorfosis de la negación, de ver que la ausencia de aquellos que están cerca
de Dios, les impedía conocer la gracia que todo aquello les ofrecía. Y hubieran
seguido en su plano desconocido, donde nadie les hubiera hablado, lejos de todo
progreso, de toda Historia. Porque el punto relevante aquí es que la Historia nace
a partir del Occidente, y fue el Occidente mismo quien otorgó un lugar al indígena
en la existencia del ser humano.

El español se ha vuelto americano, y lo ha hecho no por convencimiento ni por


conocimiento, sino porque se sentía parte de. Sentía que la tierra que habitaba le
daba tanto riqueza en lo material, como sentido de propiedad: le daba una nueva
forma de ver las cosas.
Bibliografía:
José Ortega y Gasset. (1966). La rebelión de las masas. España: Austral.
León Portilla. (1966). Los grandes momentos del indigenismo en México.
Ciudad de México, México.
Jhon Kenneth Turnner (1909). México Bárbaro. Estados Unidos.

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