Etica.4, Ev.1

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4º ESO

Valores éticos. Primera evaluación.

1. Comportamiento animal y humano.

Observando los animales, observamos que su comportamiento es fijo,


invariable, parece que llevaran un conjunto de órdenes para cualquier
situación. Su comportamiento está programado por un conjunto de instintos,
cerrado y con unas variaciones muy lentas, a veces de cientos de miles de
años, que explica la teoría de la evolución.

Sin embargo, el ser humano sorprende por lo imprevisible, somos pacíficos y, al tiempo,
violentos, solidarios y solitarios, carnívoros y herbívoros…Con un problema añadido: que
no estamos programados para actuar de una u otra forma, el ser humano debe aprenderlo
todo, incluso lo más animal. De que podemos aprenderlo todo se sigue que podemos
evolucionar, no estamos acabados, podemos mejorar. Por eso somos los únicos animales
responsables, porque somos libres, nacemos a medio hacer y hemos de decidir cómo
comportarnos. Tenemos una estructura de comportamiento abierta, apenas escrita. Por
eso la ética, ciencia que estudia el comportamiento humano en los términos de bueno y
malo.

2. Algunos conceptos.

Moral: comportamiento práctico, diario, bueno o malo. Cada uno tiene una moral, una
forma específica de actuar en la vida. Otra cosa muy distinta es que la sepamos, y
sepamos cómo actuaremos en un futuro. Viene del latín, significa casa y costumbre (la
casa es el lugar en el que acostumbramos a ir)

Ética: reflexión acerca de la moral. Moral teórica. El curso se llama ética, no moral, no se
estudia el propio comportamiento, sino si un comportamiento, en abstracto, es valioso o
no. Estimable o no. Proviene del griego. Significa casa y costumbre. Por eso son tan
parecidos los dos términos.

Amoral: fuera de la moral, pero no como una negación. Los niños pequeños y los
animales son amorales. Ni el tigre es malo ni el ciervo bueno. Los niños pueden ser muy
crueles, o muy inocentes. En realidad, no son ni una cosa ni la otra. Desde el momento en
que no tienen asimilado todavía en su justa medida lo bueno y lo malo, los justo y lo
injusto, lo recto o lo pervertido, no son todavía sujetos morales.

Inmoral: contra la moral, no fuera, como lo amoral, sino contra la moral vigente en una
sociedad, familia, ciudad o cultura. Según como sea su enfrentamiento con el sistema,
tendrá este sistema una respuesta más o menos agresiva. En sociedades cerradas, los
comportamientos están muy marcados y es muy fácil ser inmoral, en sociedades abiertas,
la tolerancia es más permisiva con comportamientos dispares.

Deontología. Ética de una profesión u oficio. Cada trabajo tiene aparejada un conjunto de
comportamientos obligatorios, recomendados o prohibidos. Algunas deontologías son
muy simples: trabaja, calla y obedece. Otras son muy complejas: la deontología médica.
Algunas están escritas, otras no. Todo trabajados debe saber qué debe hacer y que se
espera que haga. Otra cosa es que se esté de acuerdo. No se habla de este punto. Si el
alumno le interesa, el profesor les puede enseñar un manual de deontología médica.
3.. Persona y personalidad. Neotenia y proyectos.

Esta indefinición anteriormente descrita en el primer punto, se muestra en la forma en que


nacemos…, la biología entiende que el ser humano tiene un nacimiento inmaduro,
nacemos a medio hacer, como si nuestro auténtico nacimiento tuviera que hacerse en una
sociedad concreta, en una cultura concreta. A ese nacimiento inmaduro se le llama
neotenia. Así nuestra vida no está hecha, sino que tenemos ante nosotros un proyecto,
debemos decidir qué hacer con nuestra vida…como decía Ortega: “cada uno es el escritor
de su propia novela”. Por no estar hecha no solo nos ocupamos de nuestra vida, también
nos pre-ocupamos.

Pero no sólo en el lado biológico, esa indefinición anterior la observamos en el término


persona viene del latín (prosopón o personare) que eran las diversas caretas o máscaras
que los actores se ponían a lo largo de la obra, de la misma manera nosotros, a lo largo
de nuestra vida no ponemos caretas según la situación, interpretamos distintos
personajes, distintos roles, pero la voz que salía de esas caretas, a pesar de ser
cambiadas, era la misma, así como nuestra personalidad indica el modo estable que tiene
un individuo de pensar, sentir y comportarse.

3 niveles de personalidad:

a) Personalidad recibida, es lo que llamamos temperamento, es el nivel determinado


genéticamente.
b) Personalidad aprendida. Es como nos vamos construyendo, es el carácter o
conjunto de rasgos aprendidos. El temperamento se modifica en el carácter. Los niños
nerviosos aprenden a tranquilizarse y los tímidos a ser sociables.
c) Personalidad elegida: el es proyecto, los objetivos que nos marcamos y los
principios que nos van a guiar.
d) La suma de carácter y temperamento sería el talante, forma de estar en el mundo,
como te posicionas ante la realidad

4. Hechos, Hábitos, carácter, y talento.

Pero el carácter, la parte construida, no se realiza así de pronto, sino por hechos, por se
construye por acciones, no irritamos, mentimos, o no mentimos, somos leales, o traidores,
veraces o mentirosos. Son las mínimas unidades morales, los ladrillos morales.
Pero lo hechos por sí mismos, apenas dicen algo, nadie se convierte en un
mentiroso por haber mentido una vez. Exceptuamos algún hecho especialmente grave
como el asesinato que ya basta casi para definir a la persona.
Estos hechos se agrupan en hábitos o costumbres: predisposición estable para
obrar de una manera…, vamos cogiendo hábitos, buenos y malos, si son buenos, si nos
dan alegría, si con ellos nos construimos, los llamamos virtudes, si nos quitan alegría, si
nos destruyen de alguna forma, los llamaremos vicios. El conjunto de vicios y virtudes,
forman el carácter.
Cuando en esta construcción logramos sacar lo mejor de nosotros mismos,
hablamos de talento, que es la inteligencia en acción, capacidad de elegir bien y saber
gestionar las emociones.
4. Autonomía y heteronomía moral. Dignidad.

En esta construcción del carácter se pueden tomar dos caminos:

a) Autonomía (auto: a sí mismo; nomía: normas): es el individuo que es capaz de


darse normas y leyes a sí mismo. No el que hace lo que le da la gana, pues en
ese caso manda la gana y la gana suele pedir no hacer nada y que le dejen
tranquilo. Tampoco el que dice no a todo lo que se le indica, como algunos
niños de 10 años que con ello se creen mayores. Autonomía significa que tú
eres el que manda y tú el que obedeces, por eso eres señor de tus actos, por
eso eres libre. Pero ser libre significa ser responsable, por eso algunos esa
autonomía les viene grande. Un autor del siglo pasado, Erich Fromm, escribió
un libro llamado “El miedo a la libertad”. Esta postura es la alcanzada por la
edad adulta, aunque no todos los adultos consiguen alcanzarla.

b) heteronomía (hetero: otro, fuera; nomía: norma): es el individuo que la vara, el


palo, el castigo está fuera: lo hago porque lo dice mi madre, el jefe de la pandilla, para que
no se rían en clase de mí, mi jefe. Algunos no roban por miedo a la cárcel, pero si les
aseguran que no serán pillados, el resultado será otro. Es típica de los niños y los adultos
inmaduros. El individuo obedece, pero el amo está fuera de ti. Aquellos que temen la
murmuración o hacen todo por dinero están en el mismo caso.
Dónde va Vicente….donde va la gente.

*Cuando un individuo llega a la autonomía, despierta un sentimiento que no lo despiertan


ni las cosas ni los animales: se vuelve digno. Es cuando el sujeto declara que no es un
pelele, que manda él, aunque las consecuencias sean negativas. Es decir, vale.

5. Autoestima, asertividad y empatía.

Para lograr la autonomía moral se necesita algo: el autoconcepto, la idea que tienes de ti
mismo, este autoconcepto va a surgir de la conciencia que tiene de permanencia, la
identidad personal. Pues bien, este concepto conlleva una valoración, positiva o negativa,
es la autoestima, la capacidad de reconocerse como alguien valioso, la capacidad para
comprenderse, apreciarse en lo que se tiene de bueno, perdonar a los demás es
importante, pero es más importante perdonarse, perdonarse y perdonar significar dar otra
oportunidad. También confianza.

Analizando el comportamiento de muchas personas te das cuenta que algunas hacen


todo para que las castiguen, son individuos que, en el fondo y en la superficie, no se
quieren, y como no se quieren, inconscientemente, piensan que merecen el castigo. La
reflexión no es del profesor, pueden leerla en “Ética para Amador”, de Fernando Savater.

Para lograr la autoestima se necesita asertividad, de aserto: afirmación. Es la


capacidad de autoafirmarse, de reivindicarse…Cuando os mandé el trabajo de “¿por qué
soy único” (en otros años) iba en esa dirección. Huyendo de dos posturas: la sumisa y la
agresiva, que no soluciona problemas. El asertivo sabe decir que no, sabe expresar su
punto de vista y sabe defender sus derechos. No es egoísmo, es afirmación
Pero no puede reivindicarte sin tener en cuenta a los demás, eso sería caer en la
agresividad o el egoísmo. Por eso la asertividad conlleva otra postura: la empatía: ponerte
en la piel de otro, difícilmente vamos a defendernos si no somos capaces de salir de
nuestra concha.
6.. Aparición de la ética. Sócrates.

De pronto en la antigua Grecia, en el siglo V. a.c, el ser humano se volvió


interesante. Existió un cierto cansancio de tantas respuestas acerca de cómo es el
universo. Y en Atenas circulaban alguno de los grandes genios de la humanidad. Es lo
que se llama giro antropológico. Además había aparecido la democracia, y en la
democracia existe latente un problema:¿Quién tiene que mandar? Ya no existen los
antiguos reyes, no tienen descendencia masculina o han muerto, y la nobleza está
perdiendo su poder. En la democracia no está claro quién tiene que mandar.
Respuestas:... que manden los mejores. ¿Y quiénes son los mejores? Aquellos que
hacen lo mejor, el bien. Aquellos que son sobresalientes. ¿Y qué es el bien?...
Además en Atenas se había impuesto una democracia con dos normas, entre
otras: todos los votos son iguales (isonomía), y todos tienen derechos a hablar (isegoria).
¿Cómo que somos iguales…la experiencia dice que somos muy diferentes. Pero el
pensamiento griego sabía que, en los fundamental, los humanos somos muy parecidos.
Es la conciencia de la identidad del ser humano en las profundidades. Pues si somos muy
parecidos…., vamos a encontrar a esos que valen. Eso es lo que hacía Sócrates
preguntado a unos y a otros. Y eso es lo que le hacía tan peligroso.

6. 1 Sócrates. Los inicios.

Tiene muy claro cuál es el objetivo del ser humano: el cuidado del alma (psiqué),
concepto que no podemos entender en un sentido religioso exclusivamente. Ni las
riquezas, el honor, el poder, la belleza física producen un hombre virtuoso, sino el cuidado
de lo más íntimo, el alma. Es decir, la misión de la persona es la autoperfección.
Pero para encontrar esa verdad que está dentro de nosotros hay que ayudar, no
enseñar. Eso es la Mayéutica, o arte de la partera, proceso de preguntas y respuestas
con la misión de encontrar la auténtica sabiduría, el auténtico conocimiento. De tal forma
que quién obra bajo la luz de su conciencia, obra correctamente. Aquí tenemos otro rasgo
característico de su Ética de Sócrates. “Saber”, coincide con “ser” bueno (intelectualismo
socrático), acuñando la primera tesis optimista respecto al hombre: no hay hombres
malos, sino simplemente ignorantes.
¿Y cómo se consigue esa sabiduría? Muy bien, por preguntas y respuestas. Pero
necesitamos algo más. El proceso es la inducción, es decir, partir de lo particular y
concreto y llegar a lo general y universal. Llegar a la esencia de las cosas. Es decir, no
busca Sócrates lo bueno, justo, noble, recto, etc, para mí o para ti. Más bien indaga en lo
bueno universal, lo justo general, lo noble común. El decir, la ley y el concepto.

7. ARISTÓTELES o la felicidad.

Parte también Aristóteles de la inducción: todos los seres, humanos o no, desean
ser felices. La felicidad, en griego eudaimonía, se constituye como objetivo de su ética.
Ahora bien, piensa, si la felicidad es el máximo bien, lo mejor, está claro que:
a) No puede ser un medio, como el dinero, pues a este lo estimamos como puente
para obtener otras cosas.
b) Tampoco puede ser una parte como la fama o la gloria, pues sí es lo máximo,
tendrá que ser un todo, una totalidad.
c) Tendrá que consistir en algún tipo de actividad, en un hacer o realizar algo.
Significa esto que la felicidad no reside en la suerte, en el destino o en un regalo.

d) Se requiere que sea una felicidad adecuada al ser del que hablamos. Está claro
que la felicidad que ansía un gorrión o un cerdo no puede satisfacernos, buscamos, por
tanto, una felicidad humana.

¿Cómo la obtenemos? Obtenemos observando aquello en lo que somos


peculiares, sólo así encontramos nuestra felicidad. Se impone un estudio del ser humano
como paso previo para encontrar la felicidad. Se observa que somos peculiares sólo en
una cosa: en la actividad racional. La felicidad deberá consistir, pues, en actividad
teóretica, intelectual. La felicidad deberá consistir en algún tipo de actividad
contemplativa, racional. En eso reside la virtud o excelencia. El grado de felicidad
dependerá del grado de virtud o sabiduría que se posea
.
Ahora bien, reconoce Aristóteles como buen realista que la felicidad así
entendida es algo irrealizable para la mayoría de las personas, debemos contentarnos
con una felicidad limitada. Por ello exige la presencia de ciertos bienes, ya sean
internos (salud, paz familiar, etc) o externos (medios económicos, etc). Exige, además,
la existencia de ciertos bienes morales, es decir, virtudes.
Entre esos bienes morales, virtudes, distingue entre virtudes intelectuales, que
perfeccionan el conocimiento, y virtudes morales en sentido estricto, que perfeccionan
el carácter. Entre las primeras, dará importancia a la prudencia, máxima virtud
intelectual. Entre las segundas, cita como principal al justo medio es una virtud moral
¿Qué es? No hacer siempre la mitad, sino huir de los extremos, así la generosidad será el
justo medio entre el derroche y la tacañería.

8. EPICURO o el placer.

Epicuro de Samos no estaba de acuerdo con Aristóteles, los hombres no se


mueven por la felicidad, sino por el placer, de ahí la palabra epicúreo o hedonista. Pero
inmediatamente se da cuenta de una cosa: existen placeres que a la larga producen más
dolor que placer, luego la cosa no es tan sencilla como aparenta. También se percata que
no todos los placeres son iguales: que existe cierta jerarquía. Por último, percibe que la
ausencia de dolor ya es un placer. El tema no es sencillo. Ten cuidado con lo que deseas
y lo que sueñas, puede ser una pesadilla. Por eso distingue:
-Placeres. necesarios y naturales. Comida cuando se tiene hambre, sueño
cuando se está cansado.
-Placeres. Innecesarios pero naturales. Comilonas, dormir en exceso.
-Placeres. Innecesarios y no naturales. El lujo, la fama, etc.
Su análisis es claro, analizándolos, entiende que debemos quedarnos con los
primeros, son los únicos que garantizan una vida sin dolor. Ahora bien, reconoce Epicuro,
es inútil ese análisis si antes no eliminamos los miedos del ser humano. Los grandes
miedos necesitan grandes medicinas. Tetrafarmacón (4 remedios o medicinas).
-Miedo a los dioses, inútil, los dioses existen, pero no se ocupan de nosotros,
disfrutan en su Olimpo y no debemos temer venganzas o represalias (ateismo práctico).
-Miedo al destino, inútil, el hombre es libre, siempre lo ha sido, igualmente
estúpidos son los miedos a encantamientos o mal de ojo….
-Miedo a la enfermedad, si es débil, se soporta perfectamente; si es grave,
desemboca en la muerte, y…
-Miedo a la muerte: inútil, cuando uno está, ella no está, y cuando ella está,
nosotros no estamos. Además, critica el miedo a la muerte como un sufrimiento físico.
Aquí me he extendido en clase más de lo que expongo en estas notas.
Con ello, Epicuro quiere conducir a los hombres a la indiferencia, aphateia, y la
ataraxia en griego, proponiéndoles una vida serena, sin preocupaciones, una vida, en fin,
en donde el hombre alcance la paz y la felicidad.
Posteriormente su mensaje fue desvirtuado por libertinos y erotómanos. Aparte de
que el materialismo implícito en Epicuro también fue desdeñado por la corrientes
espiritualista que vendrían siglos después.

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