Coloquio 2014 18
Coloquio 2014 18
Coloquio 2014 18
INTRODUCCIÓN
Luis Seoane es una de las figuras claves del renacimiento cultural gallego,
tras la guerra civil. Toda su capacidad personal y su talento artístico, como pintor,
como poeta, estuvieron siempre orientados a recuperar el patrimonio cultural y
reanimar el panorama artístico de Galicia. Primero desde Buenos Aires y después
desde su propia tierra, luchó infatigablemente por promover la cultura gallega, a
través de la radio, la prensa y la edición de libros. Contribuyó de forma decisiva
en la fundación de bibliotecas, en la creación de organismos culturales y proyectos
industriales como el laboratorio de formas de Galicia; el Museo de Carlos Maside,
o en el renacer de la cerámica de Sargadelos. Su obra hay que entenderla como un
constante homenaje a Galicia y a sus hombres.
Como artista, Seoane se declara antes que nada pintor. Sus cuadros, grabados
y tapices son buena prueba de ello. Este es su verdadero oficio. Su producción li-
teraria es sólo, como él mismo dice, resultado de las horas de descanso del pintor.
Me ocuparé únicamente de la obra poética de Luis Seoane, aun sabiendo que
muchas de las claves de su poesía habría que buscarlas en su pintura. Como poeta,
nos atreveríamos a situar a Luis Seoane dentro de la historia literaria de Galicia,
como una figura intermedia entre Rosalía de Castro, Emilio Condal, y Curros En-
ríquez de un lado, y de Celso Emilio Ferreiro, Xosé Luis Méndez Ferrín y Manuel
María del otro.
Seoane es un poeta fundamentalmente comprometido con su tiempo, compro-
miso éste más humano que artístico. Reniega del arte concebido como un lujo y
ve en él un poderoso instrumento de cambio. Para Seoane, el artista debe poseer
una clara conciencia social y política frente al mundo; debe tomar partido ante la
realidad. Su preocupación por el futuro del hombre, su conciencia del tiempo, su
búsqueda incansable de una última realidad explicadora del presente desgraciado
y del porvenir problemático de su país, nos lo acerca en muchos momentos al grito
174 María doLores Madrid gutiérrez
OBRA POÉTICA
Mantiene una temática inalterable a lo largo de sus obras: Galicia como pueblo
y como historia; la desintegración de un mundo, de un país, y, sobre todo, expo-
nente de un drama colectivo: la emigración. Es decir, una poesía dominada por una
mayor preocupación por los valores éticos que por los estéticos. Poesía para leer en
voz alta o ser cantada al modo de los romances de ciego.
La obra poética de Luis Seoane puede analizarse desde dos posibilidades de
aproximación:
1) Como una averiguación lírica de la emigración gallega vista desde la pers-
pectiva del emigrado.
2) Como una visión mágica de la historia de Galicia, como lección para el
presente.
Mientras la poesía gallega vivía en Galicia el largo silencio de los años azaro-
sos de posguerra, o cuando tímidamente intentaba reanudar la continuidad perdida
por el camino del marginalismo y la recreación medievalista, la poesía gallega de
América manifestaba una decidida voluntad testimonial, y aludía directamente a
una temática política que, por dificultades obvias, no podía hallar eco adecuado en
Galicia. Emilio Pista, Lorenzo Varela, y sobre todo, Luis Seine, son los poetas más
destacados del exilio y la emigración. En la Política (incluída en el volumen IV de
la Escolena de lírica gallega), declara Luis Seoane:
Quisiera hacer una obra –pienso no tanto en lo que escribo como en lo que pinto- que no
sólo tuviese que ver con los elementos de la naturaleza, sino que fuese al mismo tiempo
un alegato por el hombre; por el hombre gallego, que es la manera de que sea por el hom-
bre universal, y por Galicia, como hicieron Pondal, Rosalía, Curros y cuantos pueden ser
clasificados como precursores independientemente de la técnica que hayan empleado y
de la belleza formal de su obra. Un poema fue siempre un testimonio del hombre y de
su época. Aunque esto ya se dijo, conviene repetirlo para quienes lo olvidan y se mecen
en una actitud permanente de juglares, entreteniéndose en el puro juego, o para aquellos
que tratan de olvidar la realidad procurando la complicidad de un arte absolutamente
deshumanizado. Un poema no puede ser sólo un prisma de colores, una manera de pintar
palabras hermosas y producir sonidos; es el grito de un hombre, el impacto que producen
en su espíritu los hechos del pasado transformándose en eternidad, en mito … Estamos
La poesía de Luis seoane 175
yor espontaneidad expresiva, sin arcaísmos; una fluencia sintáctica más viva; un
predominio del verso corto. Abundarán los procesos de intensificación más que el
desarrollo del hecho narrativo y cobrará gran importancia la ironía, el sarcasmo del
poeta. Sin embargo, los problemas de inadaptación y de explotación del emigrante
van a ser, básicamente, los mismos. Nos detendremos sobre el poema de mayor
relevancia: Home que marcha. El pintor culto que es Seoane, aparece varias veces
en este poema: La primera es al principio de todo. Es una alusión a Goya y a sus
caprichos. Seoane escoge los caprichos porque son visiones tétricas de la miseria,
de los harapos, y, por la relación que tienen con la propia interpretación de Galicia.
Las repeticiones dan la impresión de algo irreversible: milleiros e milleiros, cara
a todas partes, evocando la realidad histórica de la emigración galleg hacia todos
los rincones del mundo.
Cuando el poeta dice: Etodos son un, alude al parecido de todos los emigrantes
entre sí, y también a su comunidad de sentimientos y dificultades: dejar la familia,
ir a otra tierra desconocida, traducidas por los verbos: emigra, marcha. Hace del
emigrante un héroe. El héroe de la civilización industrial, héroe moderno, que en
realidad es más un mártir: barba guerreira, coarteles heráldicos, el tono es irónico.
Los remiendos del traje del emigrante son su signo distintivo, comparado con los
signos heráldicos de los nobles. Los emigrantes que van a Europa, saben a lo que
van, y van sin ilusiones; no construyen castillos en el aire, como hacían sus ante-
pasados emigrados a América. No harán fortuna pero sí conseguirán lo suficiente
para vivir un poco más desahogados en su tierra de origen.
En algunos aspectos hay un paralelismo entre el emigrante que va a América
(Fardel D’Eisiliado) con el emigrante del libro A maior abondamento. La soledad
y la hostilidad del entorno son comunes y están presentes en ambos emigrantes. Si
el paisaje de la Pampa era hostil, para el emigrante de América, también lo es la
ciudad para el que se dirige a Europa. El poeta subraya elocuentemente esta situa-
ción de aislamiento: O home soio / verde y verdes de futuro aludiendo al simbolis-
mo del color, tradicionalmente el color de la esperanza, y también el color verde
de Galicia. Los emigrantes amontonados como ganado en la estación agradan na
estación detendo sua marcha / a que alguien, / autoridad, comerciante, industrial,
cónsul / de España, o que sexa, / os recrame. / Ou a policías os expulse.
A su miseria se opone irónicamente la invitación a los grandes lugares del
turismo internacional y rico, y del despilfarro. La invitación está en las grandes
fotografías y los grandes carteles que se ven en todas las estaciones del mundo.
Toda la riqueza material del emigrante se reduce al billete del tren, un poco de
pan y el pasaporte; en cuanto a su riqueza espiritual, está contenida en las fotos de
los familiares: apego a la familia, a la tradición, a la tierra. Asimilando su poesía a
La poesía de Luis seoane 179
la escultura, Seoane da una imagen en relieve, e insiste en los rasgos esenciales del
emigrante: O home soio músculos que marcha de Rodín.
Todos estos hombres y mujeres, descritos con sus problemas, sus angustias,
sus esperanzas, representan a todos los gallegos que se encuentran fuera de la tie-
rra y llegan a ser el rasgo esencial de Galicia: Galicia é o home que marcha / que
emigra.
En una gran recapitulación final, tenemos los oficios esenciales que desem-
peñan los gallegos: nas cociñas dos restaurantes dos cidades, / dos hoteles, / nos
sótanos onde traballan os peós / [...] / os que soñan / nos obradoiros / nos sótanos
/ nas cociñas, / -desto non escriben os corresponsales.
En este último verso alude a la información falseada que se da en Espa-
ña sobre la emigración. Destaca aquí el compromiso político de Luis Seoa-
ne. Su causa es la de los desheredados de la tierra, y, desde su condición de
poeta, combate la dictadura y todo poder opresivo basado en la explotación
de los hombres y en el desprecio de la vida humana.
LA HISTORIA DE GALICIA
Dos libros reunimos bajo este segundo aspecto de la obra poética de Seoane:
Na bretema, Sant-Iago (1956) y As Cicatrices (1959). En ellos, Seoane se recrea
en una visión de la Galicia del pasado. Su visión del mundo medieval gallego es
propia de un muralista. En ocasiones, este mundo bello y mágico, recreado por la
saudade y la lejanía, es rasgado por la voz airada del poeta político, como ocurre
de forma rotunda en el ya célebre poema Desterrados.
Luis Seoane siente una profunda atracción por la Edad Media. Es fácil enten-
der por qué es la época más brillante de Galicia todavía políticamente independien-
te y es allí donde tiene lugar la primera gran eclosión artística y literaria de la pe-
nínsula, en lengua gallega. Además, como él mismo dice, es una edad misteriosa,
brutal, llena de un encanto fabuloso.
En Na brétema Sant-Iago, Seoane trazará un magnífico friso de esta viva, libre
y contradictoria Galicia medieval. A ello le ayudarían su perfecto conocimiento de
las crónicas y su sensibilidad de pintor.
Comentaremos el poema que abre el libro O miniador. En los tres primeros
versos nos describe el lugar y la postura de una figura: No scriptorium senlleiro,
lonxe do roído, / trabilla, arrodeado de cornos con tintas / alombado no pupitre.
Este personaje es el miniador, es decir, el miniaturista, que está ilustrando los li-
bros de los copistas de acerddrás fórmulas litúrgicas. El ritmo, deliberadamente
pensado y lento, comunica la tranquilidad y soledad creadoras del miniaturista; su
aplicación amorosa al trabajo. En una primera lectura, podría pensarse que el poe-
ma no es más una brillante e ingenua estampa medieval. Sin embargo, leyendo con
180 María doLores Madrid gutiérrez
El campesino es el tipo ideal del gallego por cuanto se opone siempre a los se-
ñoritos, a la represión. Raras veces se encuentra una evocación directa del campe-
sino, pero se le descubre a ratos como figura antitética de todo lo que Luis Seoane
critica.
182 María doLores Madrid gutiérrez
CONCLUSIÓN
La poesía gallega asentada, desde siempre en la gracia expresiva, en la ca-
dencia, en la magia verbal, más que en el contenido conceptual estricto, tiene en
Seoane un raro poeta inusitado y revelador. Son las certeras palabras de Basilio
Losada, en el prólogo a la obra poética de L. Seoane.
Esta es la gran aportación del autor a la poesía gallega; descubrir una nueva
expresión para los contenidos de siempre; sacar de su estancamiento a la poesía
gallega y abrirle nuevos caminos. Seoane ha sido un pionero y aunque censurado
y perseguido, muchos otros siguieron sus huellas, incorporando a la poesía gallega
las corrientes poéticas europeas.
Como hemos ido viendo a lo largo del presente trabajo, la realidad para Seoa-
ne es única. Las palabras tienen por misión revelarle en su sentido cabal, sin con-
notaciones secretas. Es una poesía razonante, discursiva, que nos describe los as-
pectos cambiantes de la realidad, porque ésta tiene para el autor un papel concreto,
una fuerza que no tiene nada de mágica y sí de ética. Resulta ser, pues, una poesía
unánime. No pretende distraer al lector con halagos, sino que lo lleva a la esencia-
lidad de la aventura humana, con voz densa y gravedad difícilmente serena, inten-
sificada en las repeticiones, en la andadura larga del verso, sostenida en la ausencia
de metáfora. Jamás hay sorpresa en sus versos, las palabras se ciñen a una semán-
tica precisa. Esta especial sobriedad, fundamento de su originalidad poética es al
mismo tiempo, desgraciadamente, razón de su monotonía. En muchos momentos
Seoane nos parece un poeta de pobres recursos, de técnica insegura, de exagerada
violencia imprecatoria, pero siempre capaz de emoción, lleno de pasión y ternura.
L. Seoane no solo evoca las dificultades seculares con las que se ha enfrentado
Galicia, para su plena realización histórica, sino que ha creado un mensaje libera-
dor, crítico y progresista, que convoca al pueblo gallego a su emancipación.
Esta clara y transparente intención política de sus versos, supone frecuente-
mente una servidumbre al tema por encima de cualquier limitación formal. Sin em-
bargo, esta finalidad testimonial y documental del conjunto de su obra, aparte de su
necesidad y oportunidad en el momento de su aparición para la poesía gallega, no
desmerece para nada su calidad literaria, pues de ella resulta su gran fuerza lírica.
BIBLIOGRAFÍA
González Cruces, M., Poesía Gallega de posguerra. (1939-1975), vol. I., La
Coruña: Ediciones del Castro, 1976.
González Martín, J., Ensayo sobre la poesía gallega contemporánea, La Coruña:
Ediciones del Castro, 1976.
La poesía de Luis seoane 183