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EL MISTERIO DE

LAS DIMENSIONES
Miércoles, 12 de noviembre de 1997
San Pablo, Brasil
NOTA AL LECTOR
Es nuestra intención hacer una transcripción fiel y
exacta de este Mensaje, tal como fue predicado; por lo
tanto, cualquier error en este escrito es estrictamente
error de audición, transcripción e impresión, y no debe
interpretarse como errores del Mensaje.
El texto contenido en esta conferencia puede ser
verificado con las grabaciones del audio o del video.
Este folleto debe ser usado solamente para
propósitos personales de estudio hasta que sea publicado
formalmente.
EL MISTERIO DE LAS DIMENSIONES

Dr. William Soto Santiago


Miércoles, 12 de noviembre de 1997
San Pablo, Brasil

M uy buenas noches, amados hermanos y amigos


presentes, radioyentes y televidentes. Que las
bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre
todos ustedes y sobre mí también. En el Nombre Eterno
del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta
ocasión, para compartir unos momentos de compañerismo
alrededor del Programa Divino y ver nuestro tema: “EL
MISTERIO DE LAS DIMENSIONES”.
Antes, oremos dedicando este lugar:
Dios Eterno, Señor del Cielo y de la Tierra, dedicamos
a Ti este lugar para Tu gloria y Tu honra, y para que Tu
Palabra esté en este lugar para todos Tus hijos que Tú
tengas en este territorio; y aquí se puedan reunir para recibir
Tu Palabra siendo hablada en folletos, en videos; y así
alimentar sus almas en este Día Postrero, y ser preparados
para ser transformados y raptados e ir a la Cena de las
Bodas del Cordero. Usa este lugar, Señor, para que así
muchas personas sean bendecidas por Ti; y Tus escogidos
4 Dr. William Soto Santiago
sean llamados y juntados y preparados para ser llevados
a la Cena de las Bodas del Cordero. En el Nombre Eterno
del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Vamos a leer inmediatamente en Primera de Corintios,
capítulo 15, verso 40 en adelante, donde nos dice:
“Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales;
pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los
terrenales.
Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra
la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de
otra en gloria.
Así también es la resurrección de los muertos. Se
siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.
Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se
siembra en debilidad, resucitará en poder.
Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo
espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.
Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre
Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.
Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego
lo espiritual.
El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo
hombre, que es el Señor, es del cielo.
Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el
celestial, tales también los celestiales.
Y así como hemos traído la imagen del terrenal,
traeremos también la imagen del celestial.
Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no
pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda
la incorrupción.
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos;
pero todos seremos transformados,
El misterio de las dimensiones 5
en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final
trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos
serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos
transformados.
Porque es necesario que esto corruptible se vista de
incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
Y cuando esto corruptible se haya vestido de
incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad,
entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida
es la muerte en victoria”.
Para esta ocasión nuestro tema es: “EL MISTERIO
DE LAS DIMENSIONES”.
Para poder comprender este misterio del cual San Pablo
nos habla aquí, necesitamos comprender el misterio de las
dimensiones y así comprender que hay otras dimensiones.
Encontramos que hay diferentes dimensiones:
• Tenemos la primera dimensión, que es la dimensión
de la luz.
• Tenemos la segunda dimensión, que es la dimensión
del tiempo.
• Tenemos la tercera dimensión, que es la dimensión
de la materia.
• Tenemos la cuarta dimensión, que es la dimensión de
las ondas, donde trabaja la radio y la televisión.
En este lugar, en la dimensión de las ondas, hay
muchas voces y hay muchas imágenes; pero ustedes no
las pueden ver ni pueden escuchar las voces, a menos
que tengan un televisor y lo sintonicen en el canal de
televisión que está enviando esas imágenes y esas voces
por ese canal.
Y si ustedes quieren escuchar lo que están enviando
por otro canal, otro canal de televisión, usted sintoniza el
6 Dr. William Soto Santiago
otro canal, y aparece en la pantalla de su televisor lo que
ellos están transmitiendo: está siendo transmitido en otra
dimensión, en la dimensión de las ondas.
Así trabaja la radio y la televisión de los sistemas de
comunicaciones que existen, que envían desde la Tierra
a los satélites sus mensajes, sus programas de televisión;
y otros programas que ellos envían, o sea, programas de
diferentes clases, no solamente para la televisión, para el
público, sino las diferentes naciones usan esos medios de
comunicación por satélites; y así por el estilo.
Todo eso está moviéndose y usted no ve nada. Se
necesita el equipo necesario para captar lo que está siendo
transmitido.
Pero este planeta Tierra está lleno de imágenes y de
voces, y eso permanece ahí.
Habían pensado en un equipo que pudiera usarse para
ir a través del tiempo, al pasado, y grabar el ministerio de
Jesucristo allá predicando: tomar película y tomar el audio
también; pero no se preocupen, que si la ciencia no logra
alcanzar esa meta de ir al pasado y grabar lo que se llevó a
cabo en el pasado, en el Reino Milenial todos nosotros lo
vamos a ver.
¿Y esto por qué? Porque en el glorioso Reino Milenial
será la Tierra llena del conocimiento de la gloria de Dios,
de la gloria de Jehová, o sea, del conocimiento de la
Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de
Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra
de Reclamo.
Habacuc, capítulo 2, verso 14, e Isaías, capítulo 11,
verso 9, nos dicen que:
“… la tierra será llena del conocimiento de la gloria
de Jehová, como las aguas cubren el mar”.
El misterio de las dimensiones 7
Ahora podemos ver que en el glorioso Reino Milenial
de Cristo habrá conocimiento de Dios; ese será el
conocimiento principal en el Reino de Jesucristo.
Y cada hijo e hija de Dios escrito en el Cielo, en el
Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación
del mundo, será a imagen y semejanza de nuestro amado
Señor Jesucristo.
En la lectura que tuvimos, dijo San Pablo que seremos
iguales a Jesucristo: “Como hemos traído la imagen del
terrenal (o sea, de Adán), traeremos la imagen del celestial
(o sea, de Jesucristo)”.
Ahora podemos ver la bendición tan grande que hay
para los hijos e hijas de Dios en el glorioso Reino Milenial
de Cristo.
Ahora, las personas que serán transformadas en el
Día Postrero estando vivos, lo cual será a la Trompeta
Final…: “Porque se tocará la Trompeta (dice San Pablo),
y los muertos en Cristo resucitarán primero (¿cómo?)
incorruptibles”, o sea, en un cuerpo inmortal.
No sería el mismo cuerpo que tenían cuando vivieron
aquí en la Tierra; porque si resucitan en el mismo cuerpo,
¿qué les pasaría? Luego morirían de nuevo.
¿Cristo no resucitó a Lázaro?1 Y después, ¿qué pasó
con Lázaro? Vivió una cantidad de años aquí en la Tierra
y luego murió.
Para resucitar y nunca más morir se requiere resucitar
en un cuerpo eterno, y ser a imagen y semejanza de
Jesucristo, y así obtener la inmortalidad.
Y nosotros los que vivimos, cuando eso ocurra con los
santos que ya han partido durante las edades pasadas y algunos
de los nuestros que han partido también, nosotros los que
1  San Juan 11:43-44
8 Dr. William Soto Santiago
vivimos, cuando los muertos en Cristo resuciten, los veremos
y nosotros seremos transformados; y así obtendremos un
cuerpo eterno también: seremos vestidos de inmortalidad.
Este cuerpo mortal, en sus átomos, será cambiado,
será transformado; y así estaremos a imagen y semejanza
de Jesucristo nuestro amado Salvador. Así tendremos un
cuerpo celestial, un cuerpo interdimensional, un cuerpo
como el de nuestro amado Señor Jesucristo.
Cuando Cristo resucitó Sus discípulos estaban
encerrados por miedo a los judíos, y Cristo entró donde
ellos estaban sin que le abrieran la puerta2; porque con ese
cuerpo no hay necesidad de que le abran la puerta a uno.
Cristo entró con las puertas cerradas, y luego se fue sin
que le abrieran la puerta para irse también.
En diferentes ocasiones sucedió eso en medio de los
discípulos de Jesucristo: les aparecía y luego desaparecía.
Es que hay otras dimensiones, y lo que hacía era que
pasaba de una dimensión a otra.
Y ahora, miren ustedes, Jesucristo también caminaba
sobre el mar; los discípulos pensaban que era un fantasma3,
pero no era un fantasma: era nuestro Señor Jesucristo.
Multiplicó los panes y los peces en dos ocasiones4.
Ahora podemos ver las cosas maravillosas que son
hechas por una persona que está en un cuerpo eterno.
Ahora, ¿cómo será cuando millones de personas
creyentes en Cristo que han partido resuciten en el cuerpo
eterno, y los que estamos vivos seamos transformados?
Todos seremos como nuestro Señor Jesucristo.

2 San Juan 20:19, San Lucas 24:36-37


3 Mt. 14:22-27, Mr. 6:47-50, Jn. 6:16-20
4 Alimentación de los cinco mil: Mt. 14:13-21, Mr. 6:30-44, Lc. 9:10-17,
Jn. 6:1-13 / Alimentación de los cuatro mil: Mt. 15:32-38, Mr. 8:1-9
El misterio de las dimensiones 9
Y si con uno tenemos una historia tan hermosa, bajo
el ministerio de Jesús de tres años y medio, ¿cómo será
el momento en que todos los muertos en Cristo estarán
en la Tierra de nuevo en cuerpos eternos, y nosotros
seremos transformados y estaremos también en cuerpos
eternos?
Estaremos aquí de 30 a 40 días con el nuevo cuerpo.
Como nuestro Señor Jesucristo cuando resucitó estuvo
en la Tierra apareciendo a Sus discípulos y luego
desapareciendo, estuvo ¿por cuántos días? Por 40 días5;
por lo tanto, los santos en Cristo cuando resuciten no se
van a ir de aquí en seguida, van a permanecer aquí de 30 a
40 días también.
Y así como Jesucristo comió cuando resucitó6, también
los santos que resucitarán en cuerpos eternos comerán con
nosotros; porque no hay ningún problema para comer
estando en el nuevo cuerpo.
Ahora, nuestro cuerpo terrenal pertenece a la dimensión
terrenal. Tenemos un cuerpo que es materia, es tangible y
visible, por lo tanto, está sujeto a esta tercera dimensión:
de materia; y está sujeto al tiempo también: vive un tiempo
y después se muere.
Y está sujeto a la luz también, y tiene unos rayos de
luz; y a medida que pasan los años se van agotando uno a
uno, hasta que a lo último le queda el último rayo de luz.
Y por eso las personas cuando ya están ancianas caminan
como los juguetitos de los niños, que tienen las pilas bien
agotadas, y por las mañanas a algunos no les da deseos de
levantarse: es que ya no tienen todos los rayos de luz que
tenían cuando nacieron.
5  Hechos 1:1-3
6  San Lucas 24:39-43
10 Dr. William Soto Santiago
Ahora podemos ver estos misterios de las dimensiones.
Encontramos que nuestro cuerpo terrenal es temporal,
es corruptible y es mortal, porque lo hemos obtenido en
medio de una raza ya caída. De Adán hacia acá, luego de
la caída, el ser humano no ha podido obtener un cuerpo
eterno.
Antes de la caída Adán obtuvo un cuerpo en el cual
podía vivir por toda la eternidad si no desobedecía la Voz
de Dios; pero desobedeció y se hizo mortal.
Luego el segundo hombre que apareció en este planeta
Tierra como un inmortal en la parte física también, se hizo
mortal tomando nuestros pecados: y ese fue nuestro Señor
Jesucristo.
Y esto es así porque la paga del pecado es muerte7. Y
Cristo, para redimir a todos los hijos de Dios, tomó nuestros
pecados y se hizo mortal; de otra forma no podía morir.
Cristo dijo: “Nadie me quita la vida, yo la pongo por
mí mismo para volverla a tomar”8. “Si el Grano de Trigo
no cae en tierra y muere, Él solo queda”9; o sea, sigue
viviendo por toda la eternidad, pero solito aquí en la Tierra.
Podía ir al territorio que hoy le llaman Israel y ahí no
iba a encontrar a ninguna persona; podía ir al territorio
que hoy le llaman Europa y ahí no iba a encontrar a
ningún ser humano; podía ir al territorio de Norteamérica
y no iba a encontrar a ninguna persona; podía venir a la
América Latina y el Caribe y no iba a encontrar a ninguna
persona. Y en ningún lugar del planeta Tierra encontraría
una persona; porque Él solamente podía seguir viviendo,
porque no tenía pecado.
7  Romanos 6:23
8  San Juan 10:17-18
9  San Juan 12:24
El misterio de las dimensiones 11
Y todos los seres humanos tenían que morir por causa
del pecado; pero Él, al tomar nuestros pecados, recibió
todo el juicio divino que tenía que caer en aquel día sobre
la raza humana. Y solamente murió un hombre que tomó
todos nuestros pecados para que nosotros no tengamos
que morir.
Y por cuanto Él no tenía pecado de Sí mismo, Él,
cuando murió Su cuerpo físico, fue en Espíritu al infierno;
porque ahí tenía que ir todo ser humano por causa del
pecado.
Pero miren ustedes, Cristo por nuestros pecados fue al
infierno, y allí en el infierno predicó también. ¿Que Cristo
predicó en el infierno? Claro que sí. Primera de Pedro,
capítulo 3, verso 18 en adelante, dice así:
“Porque también Cristo padeció una sola vez por los
pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios,
siendo a la verdad muerto en la carne…”.
¿Cómo murió Cristo? En la carne, pero Su Espíritu y
Su alma no murió. Sigue diciendo:
“… pero vivificado en (el) espíritu;
en el cual también fue y predicó a los espíritus
encarcelados…”.
“En el cual también”, o sea, en el Espíritu fue y predicó
a las almas encarceladas.
¿Qué es el Espíritu? Un cuerpo de otra dimensión; un
cuerpo parecido a este cuerpo que tenemos nosotros aquí
en la Tierra, pero de otra dimensión. Dice:
“… en el cual también fue y predicó a los espíritus
encarcelados…”.
Y vamos a ver los espíritus de qué personas eran estos:
“… los que en otro tiempo desobedecieron, cuando
una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé,
12 Dr. William Soto Santiago
mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas,
es decir, ocho, fueron salvadas por agua”.
Vean cómo Cristo fue al infierno y predicó a esas
personas que fueron desobedientes en el tiempo de Noé,
o sea, que no creyeron el Mensaje de Noé. Y aquella
generación antediluviana, que era de millones de seres
humanos, al no creer a Noé y su Mensaje perecieron en el
juicio del diluvio que vino sobre la raza humana.
¿Y saben ustedes una cosa? Cristo hablando de la
Venida del Hijo del Hombre dijo que será como en los
días de Noé10, que no conocieron, ¿qué no conocieron? El
Programa de Dios para aquel tiempo.
No conocieron que aquella generación había llegado
a su final y que aquella Dispensación de la Conciencia
había llegado a su final, y una nueva dispensación se
estaba entrelazando: la Dispensación del Gobierno
Humano; y no conocieron que Dios tenía en la Tierra
un profeta dispensacional, el cual tenía la revelación
divina de todas las cosas que iban a suceder en ese
tiempo.
Y toda persona que quisiera saber las cosas que iban
a suceder en aquel tiempo tenía que ir a Noé, escuchar el
Mensaje de Noé y creerlo con toda su alma. No había otra
forma para escapar del juicio divino.
Cuando vino el diluvio, vean ustedes, solamente ocho
personas (contando a Noé) estaban en el Programa de
Dios creyendo el Mensaje de Noé, y estaban al tanto del
juicio divino que vendría sobre la raza humana.
En aquel tiempo, como en nuestro tiempo, hubo
religiones y grandes líderes religiosos también; pero
solamente el profeta Noé era el profeta de Dios para ese
10  San Mateo 24:37-39
El misterio de las dimensiones 13
momento. Él era el profeta de la dispensación tercera: la
Dispensación del Gobierno Humano.
Y Dios no hace nada sin que antes revele Sus secretos
a Sus siervos los profetas11; y allí estaba un profeta, el cual
tenía la revelación de todo lo que Dios iba a realizar en ese
tiempo.
Y toda persona que quisiera saber el Programa de Dios
para aquel tiempo, lo podía conocer por medio del profeta
Noé; nadie más tenía el conocimiento de las cosas que
iban a suceder.
Podían tener opiniones, opiniones religiosas, como las
tuvieron en todos los tiempos; como las tuvieron también
en el tiempo de Jesús con relación a la Venida del Mesías.
Pero la Venida del Mesías estaba en medio del pueblo
hebreo; y no podían creer que en aquel joven carpintero
de Nazaret: Jesús, se estaba cumpliendo la Venida del
Mesías. Vean lo sencillo que era todo. Allí estaba presente
un profeta dispensacional: Jesús de Nazaret, en el cual se
estaba cumpliendo la Primera Venida del Mesías como
Cordero de Dios.
Siempre hay un profeta en la Tierra al cual Dios se
revela, porque es enviado a la Tierra para ese propósito.
Sin profeta el pueblo perece12, porque camina cada
uno basado en su propia opinión o en la opinión de otras
personas, pero sin tener la revelación del Cielo para ese
tiempo; pero cuando Dios envía un profeta, la revelación
del Cielo viene al pueblo de Dios y el pueblo de Dios
conoce el Programa de Dios.
Ahora, Cristo dijo que como fue en los días de Noé
será la Venida del Hijo del Hombre; y estamos viviendo en
11  Amós 3:7
12  Proverbios 29:18
14 Dr. William Soto Santiago
el tiempo final, en un tiempo paralelo al tiempo de Noé, en
donde no conocieron lo que tenían que conocer.
Tenían muchos conocimientos en las ciencias, la
política, la cultura y todas esas cosas; pero en lo que
tenían que tener conocimiento correcto —en el Programa
de Dios y Su Palabra— no lo tenían, porque rechazaron al
hombre de Dios a través del cual venía ese conocimiento;
y prefirieron tener sus propias religiones y sus propios
líderes religiosos, y tener una religión de acuerdo a como
ellos les enseñaban y no a como Noé estaba enseñando.
Pero Noé tenía el sacrificio por el pecado, que era tipo
y figura del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario;
y ese misterio no lo entendían bien las personas de aquel
tiempo: de cómo un hombre como Noé era el mensajero
de Dios para aquel tiempo, y ofrecía a Dios ese sacrificio
y sus pecados eran cubiertos.
El resto de la gente, al no tener la revelación correcta
que Noé tenía, tenía sus pecados descubiertos delante de
Dios; y la paga del pecado es muerte; y la muerte vino
sobre la raza humana en aquel tiempo, porque no creyeron
a Noé y su Mensaje. Si hubieran creído se hubieran
salvado.
Ahora, vean ustedes, Cristo fue y les predicó a esas
personas; no les predicó salvación sino condenación: les
condenó por incrédulos.
Ahora, ¿dónde estaban ellos? Ellos estaban en la quinta
dimensión.
• La quinta dimensión es conocida comúnmente como
el infierno; el infierno preparado para el diablo, dice
Jesucristo. Y todas las personas que viven conforme a la
voluntad del diablo, van a estar donde está el diablo: en la
quinta dimensión; un lugar que nadie quiere ir.
El misterio de las dimensiones 15
Miren ustedes en la parábola aquí de Jesucristo, del
capítulo 25 de San Mateo, verso 31 en adelante, dice
Jesucristo:
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y
todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su
trono de gloria,
y serán reunidas delante de él todas las naciones; y
apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las
ovejas de los cabritos.
Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su
izquierda.
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid,
benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para
vosotros desde la fundación del mundo.
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed,
y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;
estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me
visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.
Entonces los justos le responderán diciendo: Señor,
¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento,
y te dimos de beber?
¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o
desnudo, y te cubrimos?
¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos
a ti?
Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que
en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más
pequeños, a mí lo hicisteis”.
Aquí hay dos clases de personas: estas personas que
entrarán a la vida eterna, entrarán al Reino de Dios, y
también están los pequeñitos a los cuales les hicieron
favores.
16 Dr. William Soto Santiago
Los pequeñitos son los miembros del Cuerpo Místico
de Cristo, los primogénitos de Dios, los que han creído en
Cristo como nuestro Salvador, han lavado sus pecados en
la Sangre de Cristo y han recibido Su Espíritu Santo; y por
consiguiente han nacido de nuevo, han nacido en el Reino
de Dios; y son los miembros del Cuerpo Místico de Cristo,
forman la Iglesia de Jesucristo.
Esos son los pequeñitos a los cuales estas otras
personas les ayudaron cuando ellos necesitaban, les
hicieron favores en diferentes ocasiones.
Y Cristo dijo en una ocasión: “Cualquiera que diera
un vaso de agua fría a uno de estos Mis pequeñitos, no
perderá su recompensa”13; y la recompensa es vida eterna
para todos los que ayudan a los hijos e hijas de Dios, a los
primogénitos de Dios que están escritos en el Cielo, en el
Libro de la Vida del Cordero.
El Libro de la Vida del Cordero tiene dos secciones
muy importantes, o sea, el Libro de la Vida: tiene la sección
del Libro de la Vida del Cordero, donde están escritos los
nombres de los escogidos de Dios, de los miembros del
Cuerpo Místico de Cristo, están escritos desde antes de
la fundación del mundo; y hay otra sección, la cual se le
llama el Libro de la Vida, en donde están escritos nombres
de personas.
De esa sección del Libro de la Vida pueden ser
borradas algunas personas; pero si permanecen sirviendo
a Dios y ayudando a los hijos e hijas de Dios, sus nombres
permanecerán ahí escritos en el Libro de la Vida.
Y esas personas están aquí en este grupo de las ovejas
que Cristo colocó a Su derecha. Vean ustedes, entran al
Reino preparado por Dios desde antes de la fundación
13  San Mateo 10:42, San Marcos 9:41
El misterio de las dimensiones 17
del mundo, porque ayudaron a los pequeñitos, a los
hijos e hijas de Dios, a los miembros de la Iglesia de
Jesucristo.
Y ahora, veamos lo que Cristo dice a los de Su
izquierda, representados en los cabritos:
“Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos
de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo
y sus ángeles”.
Donde serán echados en el lugar que Dios ha preparado
para el diablo y los ángeles del diablo, ahí serán echados
todos aquellos que no han ayudado a la Iglesia del Señor
Jesucristo durante el peregrinaje de la Iglesia del Señor
Jesucristo: durante el tiempo allá de los apóstoles en la
tierra de Israel, y también durante las siete edades de la
Iglesia gentil, y también en este tiempo final, en la Edad
de la Piedra Angular.
Ahora podemos ver que hay un lugar preparado para el
diablo y sus ángeles; y a ese lugar irán también los que no
han ayudado a la Iglesia del Señor Jesucristo, cuando han
necesitado (los hijos de Dios) que les ayuden.
Ahora vemos que ese lugar preparado para el diablo y
sus ángeles es la quinta dimensión, es el infierno.
• Luego, la sexta dimensión es el Paraíso.
El Paraíso es el lugar donde van los creyentes en Cristo
cuando mueren sus cuerpos físicos; ellos van a vivir a la
sexta dimensión, llamado el Paraíso, una dimensión que es
parecida en muchas cosas a esta dimensión terrenal: hay
árboles, hay grama, hay pajaritos también, hay animales y
hay personas allí.
Están viviendo allí en cuerpos, pero es un cuerpo de
esa sexta dimensión, parecido a nuestro cuerpo pero de
otra dimensión.
18 Dr. William Soto Santiago
En ese cuerpo de la sexta dimensión no tienen las
necesidades que nosotros tenemos acá: allí ni trabajan
como trabajamos nosotros acá (en este planeta Tierra
trabajamos como esclavos); luego allí ni se cansan,
aquí en la Tierra nosotros nos cansamos. Allí ni comen,
no tienen necesidad de comer; por lo tanto, no tienen la
preocupación de que hay que ir al supermercado para
hacer la compra para la familia. Allí también no duermen,
no se cansan, no duermen; allí todo el tiempo ellos están
despiertos; allí no hay noche.
Allí no hay problemas de guerras como aquí. No hay
problemas económicos: allí no se pierde el valor de la
moneda de los que están allí, porque allí no hay monedas
para comprar y vender.
Allí están muy felices; pero ellos tienen la promesa de
regresar acá en un cuerpo eterno en donde no van a tener
los problemas que tenemos en este cuerpo mortal.
Ahora, el cuerpo en el cual ellos se encuentran se
llama el cuerpo de la teofanía o cuerpo teofánico: es el
espíritu teofánico que han recibido cuando creyeron en
Cristo como su Salvador, y lavaron sus pecados en la
Sangre de Cristo, y recibieron el Espíritu de Cristo; ese
espíritu teofánico de la sexta dimensión, que es eterno, y
que proviene del Espíritu de Dios.
Así como humanamente, cada uno de ustedes y yo
también, hemos venido de nuestros padres terrenales; así
también el nuevo nacimiento proviene de Dios, de nuestro
Padre celestial: por medio de creer en Cristo como nuestro
Salvador, y lavar nuestros pecados en la Sangre de Cristo,
y recibir Su Espíritu; y así nacer en otra dimensión: nacer
en la sexta dimensión, nacer nuestro cuerpo teofánico en
y de la sexta dimensión, para así entrar a vida eterna.
El misterio de las dimensiones 19
Ahí entramos a vida eterna, hemos pasado de muerte a
Vida, como dijo Cristo en San Juan, capítulo 5, verso 24:
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra,
y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a
condenación, mas ha pasado de muerte a vida”.
¿Ven la forma de pasar de muerte a Vida? Es por medio
de Cristo. Él dijo: “Yo soy el camino, la verdad, y la Vida;
y nadie viene al Padre, si no es por Mí”14. No hay otra
forma: es por medio de Cristo.
Y para todas estas personas que en tiempos pasados
y en nuestro tiempo hemos creído en Cristo, si nuestros
cuerpos mortales han muerto, no hay ningún problema.
Miren lo que Cristo dice en San Juan, capítulo 6, verso 39
al 40:
“Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que
de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo
resucite en el día postrero”.
La promesa es resurrección en el Día Postrero para
todos los que han creído en Jesucristo; esos son los que el
Padre le ha dado.
Y han venido a Cristo, lo han recibido como Salvador,
han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo y han
recibido Su Espíritu, y tienen vida eterna; aunque sus
cuerpos físicos sean mortales, ya tienen vida eterna; y
tienen un cuerpo teofánico o un espíritu teofánico de la
sexta dimensión, un espíritu teofánico eterno, un cuerpo
teofánico de la sexta dimensión eterno; y solamente les
falta un cuerpo físico eterno también, el cual recibiremos
en el Día Postrero.
Dice Cristo aquí: “Y yo le resucitaré…”.
“… sino que lo resucite (¿cuándo?) en el día postrero”.
14  San Juan 14:6
20 Dr. William Soto Santiago
Vamos a seguir leyendo:
“Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que
todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna;
y yo le resucitaré en el día postrero”.
¿Para quién está prometida la resurrección en cuerpos
eternos? Para los creyentes en nuestro amado Señor
Jesucristo, que han lavado sus pecados en la Sangre de
Cristo y han recibido Su Espíritu Santo; si sus cuerpos
físicos han muerto serán resucitados en el Día Postrero, o
sea, en el Día del Señor, que es el séptimo milenio.
Ahora podemos ver la bendición tan grande que hay
para los creyentes en Cristo de las edades pasadas y también
de este tiempo en el cual vivimos: es que obtendremos la
inmortalidad.
Los muertos en Cristo obtendrán el cuerpo eterno y así
obtendrán la inmortalidad, y vivirán en un cuerpo visible,
un cuerpo glorificado, y serán a imagen y semejanza
de nuestro amado Señor Jesucristo; y nosotros los que
vivimos seremos transformados y también tendremos
un cuerpo eterno, un cuerpo glorificado, y así seremos a
imagen y semejanza de Jesucristo.
Ahora podemos ver el Programa Divino para cada uno
de los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la
Vida del Cordero.
Hemos visto lo que es la sexta dimensión.
En esa sexta dimensión es que Jesucristo estaba antes
de venir en el cuerpo de carne que nació de la virgen
María.
Aquel Ángel de Jehová que le apareció al profeta
Moisés en diferentes ocasiones, y que le dijo: “Yo soy
el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”15, es nada
15  Éxodo 3:6
El misterio de las dimensiones 21
menos que nuestro amado Señor Jesucristo en Su cuerpo
teofánico.
¿Recuerdan ustedes cuando Jesús dijo en una ocasión:
“Antes que Abraham fuera, Yo soy”? Él dijo: “Abraham
deseó ver Mi día; lo vio, y se gozó”. Está en el capítulo 8
de San Juan, verso 56 al 59:
“Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver
mi día; y lo vio, y se gozó”.
¿Cuándo fue eso? Cuando Dios fue a destruir a Sodoma
y Gomorra, el día antes de la destrucción de Sodoma y
Gomorra, le apareció Elohim con dos Arcángeles, los
cuales son Gabriel y Miguel; le apareció a Abraham en
forma visible. Abraham le ofreció un becerro tierno y
panes también, o sea, le ofreció una comida, lo invitó
a una comida; y Elohim con Sus Arcángeles aceptó la
invitación, y comió con Abraham16.
Y luego se fueron a Sodoma y Gomorra. Y ya llegaron
a Sodoma y Gomorra dos Arcángeles (Gabriel y Miguel),
y Lot los vio, los llevó a su casa y también comieron
con Lot17; pero Elohim estaba con Abraham todavía, y
después que terminó de hablar con Abraham descendió a
Sodoma18.
Y durante la mañana Sodoma fue destruida con fuego
y azufre que descendió del cielo19.
Para que tengan un cuadro claro de lo que fue esa
destrucción: eso fue una destrucción —diríamos—
atómica, en donde estaban los Comandantes de las huestes
celestiales, de los Ejércitos celestiales, y Dios estaba allí

16  Génesis 18:1-8


17  Génesis 19:1-3
18  Génesis 18:16-33
19  Génesis 19:24-28
22 Dr. William Soto Santiago
con ellos; y estaban los Arcángeles Gabriel y Miguel. O
sea que fue una destrucción que vino de otra dimensión,
de la dimensión donde están los ángeles; y vino y se
materializó sobre Sodoma y Gomorra, como también fue
durante el diluvio.
Los Arcángeles de Dios han estado a cargo tanto de las
bendiciones de Dios para los seres humanos como de los
juicios divinos.
Miren ustedes, Dios enviando a Sus Arcángeles Gabriel
o Miguel en diferentes ocasiones a diferentes profetas, y
dándoles a conocer las cosas que han de suceder.
Miren al profeta Moisés, fue acompañado por
Arcángeles de Dios, vean ustedes cómo fue libertado el
pueblo hebreo. Y luego ustedes encuentran en la Biblia
que dice que la Ley para el pueblo hebreo, fue dada al
pueblo hebreo y a Moisés, por comisión de ángeles20.
Ahora podemos ver la intervención de otras
dimensiones entre los seres humanos. Hay intervención
directa de dimensiones que el ser humano no comprende.
Encontramos, por ejemplo, la dimensión del diablo,
donde está el diablo y sus ángeles, que es la quinta
dimensión, que interviene en medio de la raza humana; y
encontramos que obliga a los seres humanos a desobedecer
a Dios y Su Palabra.
Encontramos también que hay personas, como en
el tiempo de Jesús, en tiempos anteriores también y
en nuestro tiempo, poseídos por espíritus de la quinta
dimensión, de la dimensión del diablo. Jesús los echaba
fuera de las personas.
Y ahora podemos ver la intervención de otras
dimensiones.
20  Hechos 7:53, Gálatas 3:19
El misterio de las dimensiones 23
Podemos ver la intervención de la sexta dimensión,
cómo inspira a los seres humanos a servir a Dios, y los
ilumina para poder comprender el Programa de Dios
correspondiente al tiempo en que las personas viven.
Cuando Dios envía un profeta a la Tierra está enviando
un espíritu de la sexta dimensión manifestado en un cuerpo
de carne de esta dimensión terrenal. Envía ese espíritu
de profeta de la sexta dimensión a los seres humanos
para traerle la revelación del Cielo, la Palabra de Dios,
y guiarlos en el Programa de Dios correspondiente a ese
tiempo.
El apóstol San Pablo, siendo un conocedor de estos
ángeles enviados por Dios, dice en el capítulo 1, verso 14
de su carta a los Hebreos, pregunta:
“¿No son todos espíritus ministradores, enviados
para servicio a favor de los que serán herederos de la
salvación?”.
Espíritus ministradores que ministran la Palabra de
Dios por medio de carne humana, por medio del cuerpo de
carne en el cual vienen manifestados a esta Tierra en medio
de los seres humanos; y esos espíritus ministradores son
los espíritus de los profetas de Dios, de los enviados de
Dios, de edad en edad y de dispensación en dispensación.
Encontramos que Jesucristo cuando estaba en la sexta
dimensión, antes de venir a esta dimensión terrenal en
un cuerpo de carne, le apareció a Abraham en diferentes
ocasiones: le apareció como Elohim, y le apareció también
como Melquisedec21.
Él es el Ángel de Jehová del Antiguo Testamento,
Jesucristo es el Jehová del Antiguo Testamento vestido
de un cuerpo de carne. Por eso podía decir: “Antes que
21  Génesis 14:18-20, Hebreos 7:1-6
24 Dr. William Soto Santiago
Abraham fuera, Yo soy. Abraham deseó ver Mi día; lo vio,
y se gozó”.
Ahora, miren cómo le dicen a Jesús cuando Él habla
estas cosas, quizás pensaban que estaba loco y que era un
mentiroso; dicen… Vamos a leerlo aquí de nuevo: capítulo
8, verso 56 al 59:
“Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver
mi día; y lo vio, y se gozó.
(Capítulo 8, verso 56 en adelante de San Juan).
Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta
años, ¿y has visto a Abraham?”.
O sea: “Tú no estás diciendo la verdad, Tú estás
mintiendo. No tienes cincuenta años, y dices que has visto
a Abraham”.
“Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que
Abraham fuese, yo soy”.
Cuando Juan el Bautista predicó, habló acerca de
Jesús, o sea, habló acerca de Aquel al cual él le estaba
preparando el camino; y dijo… En el capítulo 1 de San
Juan, verso 29 en adelante, dice:
“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y
dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del
mundo.
Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un
varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo”.
Y mire, viene después de [Juan] y era primero que
[Juan]; y nació después Juan y era primero que Juan. Y
vino en el ministerio ¿quién primero? Vino Juan. Juan vino
primero y después vino Jesús; o sea, vino Jesús después de
Juan, y Juan dice: “¡Es primero que yo!”.
¿Cómo se puede entender eso? Eso es fácil de entender,
tenemos que entenderlo por la Palabra de Dios.
El misterio de las dimensiones 25
En el capítulo 1 de San Juan, verso 1 al 18, dice:
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios,
y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de
lo que ha sido hecho, fue hecho”.
¿Quién es el Creador de todas las cosas, de todo el
universo? El Verbo que era con Dios y era Dios.
Y ahora, dice también que el Verbo es la Luz, la Luz de
la Vida. Dice:
“En él estaba la vida, y la vida era la luz de los
hombres”.
Ahora, ¿dónde estaba la Vida? Estaba en el Verbo, que
era con Dios y era Dios, y también era la Luz de todos los
hombres.
En el verso 9 y 10 de este mismo capítulo 1 de San Juan
dice así… Si quieren leer un poquito más, comenzamos en
el verso… o continuamos la lectura para que tengan el
cuadro claro, dice:
“La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no
prevalecieron contra ella.
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba
Juan.
Este vino por testimonio, para que diese testimonio de
la luz, a fin de que todos creyesen por él.
No era él la luz, sino para que diese testimonio de la
luz”.
Para dar testimonio ¿de qué Luz? Para dar testimonio
del Verbo que era con Dios y era Dios, y creó todas las
cosas; y es la Luz de todo hombre, para dar testimonio de
la Luz de todo hombre; para dar testimonio de Dios, que
es Luz. Ahora:
26 Dr. William Soto Santiago
“Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre,
venía a este mundo”.
Ahora, ¿cómo iba a venir la Luz a este mundo? Lo
vamos a ver:
“En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho;
pero el mundo no le conoció.
A lo suyo vino (o sea, al pueblo hebreo), y los suyos no
le recibieron.
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en
su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
los cuales no son engendrados de sangre, ni de
voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.
Esto es por medio de creer en Cristo como nuestro
Salvador, lavar nuestros pecados en la Sangre de Cristo y
recibir Su Espíritu; así es como nacemos de Dios. Sigue
diciendo:
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre
nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del
Padre), lleno de gracia y de verdad”.
Ahora, miren ustedes:
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre
nosotros”.
Cuando el Verbo que era con Dios y era Dios y creó
todas las cosas, cuando se hizo carne fue conocido con el
nombre de Jesús. Por eso podía hablarle a la Creación y la
Creación le obedecía.
Podía hablarle al mar y a los vientos, los cuales
estaban bravos, estaban en una tempestad, y la barca
de los discípulos estaba en peligro. Jesucristo dijo al
mar y a los vientos: “¡Enmudece!”22, y se quedaron
tranquilitos.
22  San Marcos 4:36-41
El misterio de las dimensiones 27
Los discípulos de Jesucristo dijeron: “¿Y quién es
este hombre, que aun le habla al mar y a los vientos y
le obedecen? ¿Quién es este hombre?”. El Creador de
todas las cosas, el Verbo que era con Dios y era Dios
y creó todas las cosas; y luego se hizo hombre, se hizo
carne, se vistió de un cuerpo de carne, pero seguía
siendo el mismo Dios, seguía siendo el mismo Verbo,
y por lo tanto tenía el poder y autoridad sobre toda la
Creación.
Multiplicó los panes y los peces, caminó sobre el mar;
y así por el estilo ustedes pueden ver todas las cosas que
Jesús hizo.
¿Por qué? Porque era Emanuel; como dijo el profeta
Isaías, en el capítulo 7 y verso 14: “Porque he aquí, el
mismo Señor os dará señal: La virgen concebirá, y dará
a luz un Hijo, y se llamará Su nombre Emanuel (que
traducido es: Dios con nosotros)23”. Dios entre los seres
humanos en carne humana, vestido de un cuerpo de carne
llamado Jesús.
Aquel joven carpintero de Nazaret, Jesús de Nazaret,
era nada menos que el instrumento de Dios, el velo de
carne donde estaba Dios manifestado en toda Su plenitud
en medio del pueblo hebreo. Y el mundo no lo conoció, y
el pueblo hebreo no lo recibió.
En una ocasión Felipe dice: “Muéstranos al Padre, y
nos basta”. Jesús dice: “¿Tanto tiempo que hace que estoy
con vosotros, Felipe, y todavía no me has conocido? ¿No
sabes que el Padre está en mí, y yo estoy en el Padre
(o viceversa)? Y el que me ha visto a mí, ha visto al
Padre”24.
23  San Mateo 1:23
24  San Juan 14:8-10
28 Dr. William Soto Santiago
Porque el Verbo que era con Dios y era Dios, y que
creó todas las cosas, ahora se había creado un cuerpo de
carne en el vientre de María: había creado una célula de
vida, la cual se multiplicó y formó el cuerpo de Jesús, que
nació en Belén de Judea; y ese es el cuerpo de carne de
Dios.
Nunca Dios se había creado para Sí mismo un cuerpo
de carne; Él se creó ese cuerpo de carne y habitó entre los
seres humanos. Era el Verbo que era con Dios.
Cuando se dice “el Verbo que era con Dios”, se está
hablando de Dios en Su cuerpo teofánico, en Su cuerpo de
la sexta dimensión, ese cuerpo teofánico; y estando en ese
cuerpo teofánico Dios creó todas las cosas.
Ese cuerpo teofánico de Dios es un cuerpo parecido
al cuerpo nuestro de esta dimensión, pero es de otra
dimensión: de la sexta dimensión. Y estando Dios en ese
cuerpo parecido a nuestro cuerpo, pero de otra dimensión,
Dios desde ahí creó todas las cosas.
En palabras más claras: el Creador de todo el universo
fue un hombre de la sexta dimensión, el cual luego se creó
un cuerpo de carne llamado Jesús. ¿Ven quién es nuestro
Señor Jesucristo?
Con razón dijo: “Antes que Abraham fuera, Yo soy”.
Y Juan dijo: “Es antes que yo”. Y fue antes que Abraham,
fue antes que Moisés también, fue antes que Noé, fue
antes que Enoc también, fue antes que Adán también. ¿Por
qué? Porque Él es el Verbo, que después se hizo carne y lo
conocimos por el nombre de Jesús.
Pero antes de hacerse carne era conocido en medio
del pueblo hebreo como el Ángel del Pacto o Ángel de
Jehová, y apareció a muchos profetas y personas del
pueblo hebreo en la forma de un Varón, de un hombre,
El misterio de las dimensiones 29
pero de otra dimensión: de la sexta dimensión; o
sea que apareció en un cuerpo de Ángel de la sexta
dimensión.
Por eso es que cuando Jacob luchó con el Ángel de
Jehová y no lo soltaba, y el Ángel le dijo25:
—“Suéltame, que ya está rayando el alba y me tengo
que ir”.
Jacob le dijo:
—“Yo no te soltaré, hasta que me bendigas”.
Y el Ángel le dice:
—“¿Cuál es tu nombre?”.
Jacob le dice:
—“Jacob”.
El Ángel le dice:
—“No se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel;
porque has luchado, has peleado con Dios y con los
hombres, y has vencido”.
Había luchado con los hombres: luchó con Esaú26;
luchó con su padre Isaac, no una lucha de pelea sino una
lucha por obtener la Bendición de la Primogenitura27;
luchó con su suegro allá en Aram28. Y en todo momento
ustedes pueden ver que obtuvo la victoria; y ahora obtiene
la victoria con el Ángel de Jehová.
Y el Ángel de Jehová es el mismo Dios de Abraham,
de Isaac y de Jacob; porque cuando le apareció a Moisés,
el Ángel de Jehová le dijo: “Yo soy el Dios de tu padre (o
sea, el Dios del padre de Moisés), y Dios de Abraham, de
Isaac y de Jacob”.

25  Génesis 32:24-28


26  Génesis 25:29-34
27  Génesis 27:1-29
28  Génesis 30:25-43
30 Dr. William Soto Santiago
Moisés quiso saber el Nombre del Dios de Abraham,
de Isaac y de Jacob; porque el Nombre de Dios está en el
Ángel de Jehová. ¿Dónde está eso escrito? En el capítulo
23 del Éxodo, verso 20 en adelante, dice:
“He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te
guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he
preparado.
Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas
rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque
mi nombre está en él.
Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que
yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los
que te afligieren.
Porque mi Ángel irá delante de ti, y te llevará a la
tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del
heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir”.
Ahora, podemos ver el Ángel de Jehová como el
portador del Nombre Eterno de Dios.
Moisés quiso saber el Nombre del Ángel de Jehová; y
en el capítulo 3, verso 13 en adelante, dice:
“Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos
de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha
enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su
nombre?, ¿qué les responderé?
(Capítulo 3, verso 13 en adelante del Éxodo).
Y respondió Dios a Moisés: Yo soy el que soy. Y
dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo soy me envió a
vosotros”.
Cuando le fue dado este nombre a Moisés, fueron
dadas cuatro letras, cuatro consonantes, que son: YHWH.
Esas fueron las letras que le fueron dadas a Moisés como
el Nombre del Ángel de Jehová.
El misterio de las dimensiones 31
Y ahora, encontramos que todo ser humano ha deseado
conocer ese Nombre y cómo se pronuncia ese Nombre.
Jacob cuando luchó con el Ángel de Jehová, en el
capítulo 32 del Génesis, vean lo que dice, el verso 29 dice:
“Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora
tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas
por mi nombre? Y lo bendijo allí (pero no le reveló Su
Nombre)”.
Ese es el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, es Dios
en Su cuerpo teofánico, y ahí está el Nombre Eterno de
Dios.
Dios dijo: “He aquí yo envío mi Ángel delante de
vosotros…”. Y dice:
“… no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra
rebelión, porque mi nombre está en él”.
Ahora podemos ver cómo el Nombre Eterno de
Dios pasó a Su cuerpo teofánico, Su cuerpo de la sexta
dimensión; y podemos ver cómo les aparecía a diferentes
personas en ese cuerpo teofánico.
En muchas ocasiones lo encontramos apareciendo en
la forma de una luz, y desde esa luz le hablaba tanto a
Moisés como a otras personas en diferentes ocasiones;
pero también lo encontramos haciéndose visible —a estas
personas de Dios, a estos profetas—, haciéndose visible en
la forma de un hombre, de un Varón de otra dimensión, o
sea, de la sexta dimensión, de la dimensión de la teofanía,
que es la dimensión conocida como el Paraíso.
Todo ser humano para poder tener vida eterna, primero
tiene que tener un cuerpo de esa sexta dimensión; y por
eso es que Cristo dijo a Nicodemo que era necesario nacer
de nuevo29.
29  San Juan 3:1-6
32 Dr. William Soto Santiago
Cuando se nace de nuevo la persona obtiene un cuerpo
de esta sexta dimensión, llamado el Ángel de Jehová que
acampa en derredor de los que le temen, y los defiende30.
Ese es el cuerpo teofánico que obtiene cada persona; es
un cuerpo para toda la eternidad, parecido al cuerpo físico
pero de otra dimensión, de la sexta dimensión.
Y el primero que estuvo en un cuerpo así fue nuestro
Señor Jesucristo, llamado (en San Juan, capítulo 1, verso
1 al 14) el Verbo de Dios, el Verbo que era con Dios y era
Dios.
Ahora podemos ver cómo Dios se creó ese cuerpo
teofánico. Salió de Dios ese cuerpo teofánico, y vino a
ser el cuerpo de Dios de la sexta dimensión, llamado el
Ángel de Jehová o Ángel del Pacto que libertó al pueblo
hebreo por medio del profeta Moisés; y luego apareció en
medio del pueblo hebreo en forma de un profeta llamado
Jesús.
El cuerpo de carne es llamado Jesús, en donde estaba
el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová; que es el mismo
Jehová con Su cuerpo teofánico, el cual habitó dentro de
aquel cuerpo de carne llamado Jesús.
A Ese Juan le estaba preparando el camino. Juan fue el
precursor de la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de
Jehová en carne humana.
En Malaquías, capítulo 3, verso 1 en adelante, dice:
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el
camino delante de mí…”.
Ese mensajero fue Juan el Bautista. El profeta Isaías,
en el capítulo 40, dice que es la Voz de uno que clama en
el desierto, aparejando el camino. Y después de él ¿quién
vendrá? Aquí dice:
30  Salmos 34:7
El misterio de las dimensiones 33
“… y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien
vosotros buscáis (el Señor, Dios de Abraham, de Isaac y
de Jacob, vendrá a Su Templo), y el ángel del pacto, a
quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de
los ejércitos”.
¿Quién vendría? El Señor, el Dios de Abraham, de
Isaac y de Jacob, el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto,
ese es el que vendría en carne humana después de Juan
el Bautista; y fue conocido por el nombre de Jesús de
Nazaret.
Miren el personaje tan grande que es nuestro amado
Salvador Jesucristo: es el Dios de Abraham, de Isaac y de
Jacob manifestado en carne humana.
“¡Grande es este misterio: Dios ha sido manifestado en
carne!”, dice San Pablo en Primera de Timoteo, capítulo 3,
verso 16. Es grande este misterio, y ya ha sido manifestado
dos mil años atrás; y en este tiempo nosotros estamos
llamados a entender este misterio como lo entendieron los
apóstoles del Señor Jesucristo.
Ahora podemos ver quién es nuestro amado Señor
Jesucristo, y lo que significaban las Palabras de Jesús:
“Antes que Abraham fuera, Yo soy”.
Él era, en esa sexta dimensión, en Su cuerpo
teofánico, antes que Abraham y antes que Adán; y antes
que todos los planetas, antes que todos los sistemas
solares, antes que todo el universo, Jesucristo era en Su
cuerpo teofánico.
Porque ese cuerpo teofánico es el principio de la
Creación de Dios31, es lo primero que Dios creó; y ahí
estaba condensado todo lo que sería creado, porque de Él
vendría a existencia toda la Creación.
31  Apocalipsis 3:14
34 Dr. William Soto Santiago
Miren el origen de la Creación: está en el cuerpo
teofánico del Señor Jesucristo, que es el cuerpo teofánico
de Dios. Y el cuerpo teofánico de Dios, que es el cuerpo
teofánico de Jesucristo, ¿de dónde viene? Pues de Dios,
procede de Dios.
Ahora podemos ver el cuerpo teofánico y todo cuerpo
teofánico de todos los hijos e hijas de Dios, podemos ver
que pertenecen a la sexta dimensión.
• Y hay otra dimensión más: La séptima dimensión;
esa es la dimensión de Dios, y de ahí es que viene la
sexta dimensión. De ahí, de la séptima dimensión, salió
el cuerpo teofánico de Dios; salió ese cuerpo teofánico
de la sexta dimensión, salió de Dios, de la séptima
dimensión.
Y ahora podemos ver cómo Dios ha bajado de la
séptima dimensión a la sexta dimensión, donde se vistió
de un cuerpo teofánico; y después bajó a esta dimensión
terrenal; y aun bajó también a la quinta dimensión cuando
murió Su cuerpo en la Cruz del Calvario, y fue y les
predicó a las almas encarceladas allá en el infierno; y
después resucitó Su cuerpo físico; y después ascendió al
Cielo.
Con Él resucitaron los santos del Antiguo Testamento
y aparecieron a muchas personas en la ciudad de Jerusalén.
¿Y está escrito eso? Vamos a ver si está escrito o no está
escrito: San Mateo, capítulo 27, verso 51 al 52 dice:
“Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de
arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron;
y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de
santos que habían dormido, se levantaron;
y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección
de él (¿Cuándo salieron de los sepulcros? Después de
El misterio de las dimensiones 35
la resurrección de Cristo), vinieron a la santa ciudad, y
aparecieron a muchos”.
Como también Jesucristo con Su cuerpo resucitado les
apareció a muchas personas: les apareció a Sus discípulos;
no solamente a los apóstoles sino a muchas personas que
lo habían seguido.
Y luego cuando Jesucristo ascendió al Cielo, después de
cuarenta días de haber resucitado (porque estuvo durante
cuarenta días apareciéndole a Sus discípulos en diferentes
ocasiones), con Cristo estaban allí como quinientas
personas, dice el apóstol San Pablo32; y ascendió al Cielo,
y lo vieron ascender al Cielo: una nube lo quitó de en
medio de ellos33.
O sea que pasó a otra dimensión y fue al Cielo; y pasó
a la séptima dimensión, al Trono de Dios, y se sentó a la
diestra de Dios en el Cielo, y recibió un nuevo nombre.
¿Que Jesucristo recibió un nuevo nombre? ¿Que
Jesucristo tiene un nuevo nombre? Para muchas personas
esa es una noticia nueva, porque parece que hay personas
que no han leído la Biblia, o por lo menos no han leído
bien el libro del Apocalipsis.
En Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, dice así:
“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de
mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él
el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi
Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de
mi Dios, y mi nombre nuevo”.
¿Tiene o no tiene un nombre nuevo Jesucristo? Ese
fue el que recibió cuando ascendió al Cielo victorioso y se
sentó a la diestra de Dios.
32  1 Corintios 15:6
33  Hechos 1:9
36 Dr. William Soto Santiago
Él es la Piedra que los edificadores desecharon34; y la
Piedra que los edificadores desecharon dos mil años atrás
vino a la Tierra en carne humana y fue conocido por el
nombre de Jesús. Él fue la Piedra no cortada de manos35,
la Piedra en la cual tropezaron los edificadores religiosos,
los líderes religiosos de la religión hebrea.
Y ahora, en el capítulo 2, verso 17 de Apocalipsis, nos
dice:
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido,
y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito
un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que
lo recibe”.
Ahí tenemos el Nombre Nuevo de la Piedra no cortada
de manos, de la Piedra Angular, que es Jesucristo; ese es
el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, ese es el Nombre
Eterno de Dios, el Nombre de nuestro Dios que Él revelará
a Su pueblo conforme a Sus promesas.
En diferentes lugares de la Escritura nos habla del
Nombre de Dios.
Si ustedes buscan en el capítulo 14 del libro del
Apocalipsis, ustedes encontrarán que los 144.000 hebreos
tendrán el conocimiento de ese Nombre Eterno de Dios,
dice así:
“Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie
sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro
mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en
la frente”.
Esos son los 144.000 hebreos que en el Día Postrero
son llamados y juntados por el Ángel que viene con el
34  Mt. 21:42, Sal. 118:22, Hch. 4:11
35  Daniel 2:34
El misterio de las dimensiones 37
Espíritu de Dios, con el Sello del Dios vivo, en Apocalipsis,
capítulo 7, verso 2.
En Apocalipsis, capítulo 22, verso 4 dice:
“… y verán su rostro, y su nombre estará en sus
frentes”.
Estará el Nombre Eterno de Dios en el conocimiento
de todos los hijos e hijas de Dios, y estarán viviendo en el
Milenio y por toda la eternidad.
Ahora podemos ver que este es un misterio del Reino
de Dios.
Y este Nombre Eterno de Dios, de la séptima
dimensión, el cual luego fue colocado en la sexta
dimensión en Su cuerpo teofánico, en el Día Postrero
será revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo; y ese
es el Nombre que Jesucristo en Su Segunda Venida
estará usando como Rey de reyes y Señor de señores.
Ese es el Nombre que Jesucristo usará para reinar en
el glorioso Reino Milenial, ese es el Nombre Eterno
de Dios.
Ahora podemos ver este misterio de las dimensiones,
y cómo hay diferentes dimensiones (siete dimensiones),
y cómo influyen en medio de la raza humana; y cómo las
bendiciones divinas para los hijos e hijas de Dios vienen
de otras dimensiones: vienen de la séptima dimensión,
pasando por la sexta dimensión y siendo materializadas
en esta dimensión terrenal.
Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con
ustedes en esta noche, dándoles testimonio de: “EL
MISTERIO DE LAS DIMENSIONES”.
Para este Día Postrero, de la séptima dimensión será
enviado, por la sexta dimensión a esta dimensión terrenal,
un espíritu teofánico de la sexta dimensión.
38 Dr. William Soto Santiago
Apocalipsis, capítulo 22, verso 6 dice:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el
Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado
su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben
suceder pronto”.
Ese es un espíritu teofánico de profeta de la sexta
dimensión, que para el Día Postrero estará en medio de
la Iglesia de Jesucristo en carne humana; es llamado el
Ángel del Señor Jesucristo.
Por eso Jesús dice en Apocalipsis 22, verso 16:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio
de estas cosas en las iglesias”.
Hemos visto el misterio del Ángel del Señor Jesucristo.
Es que ese espíritu teofánico de profeta vendrá de
la sexta dimensión a esta dimensión en carne humana
manifestado, y estará trayendo la revelación divina de
todas estas cosas que deben suceder pronto, en este planeta
Tierra; y así estará dándole a conocer a la Iglesia del Señor
Jesucristo todo el Programa de Dios correspondiente a
este tiempo.
Y así serán llamados y juntados todos los escogidos
de Dios con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, que
es el Mensaje del Evangelio del Reino, por medio de
este Ángel del Señor Jesucristo; que viene su espíritu de
la sexta dimensión y su alma pues viene de la séptima
dimensión, y estará manifestado en un cuerpo de esta
dimensión terrenal, y más adelante estará manifestado
en un cuerpo eterno que recibirá en la transformación de
nosotros los que vivimos y resurrección de los muertos en
Cristo.
Ahora, no se sorprendan del misterio del Ángel
del Señor Jesucristo; cada uno de ustedes viene de la
El misterio de las dimensiones 39
séptima dimensión también: sus almas vienen de la
séptima dimensión. Y sus cuerpos teofánicos que han
recibido cuando han creído en Cristo, y han lavado
sus pecados en la Sangre de Cristo, y han recibido Su
Espíritu Santo: han recibido un espíritu de la sexta
dimensión; ustedes también tienen un espíritu de la
sexta dimensión.
Y aunque estamos en estos cuerpos mortales, pronto
tendremos un cuerpo eterno, todos nosotros, juntamente
con los escogidos que partieron en las edades pasadas.
Cuando ellos resuciten, resucitarán en un cuerpo eterno,
y nosotros seremos transformados y tendremos también el
cuerpo eterno.
Ahora hemos visto: “EL MISTERIO DE LAS
DIMENSIONES”.
Dios está obrando desde la séptima dimensión y
desde la sexta dimensión, a través de esas dimensiones
manifestadas aquí en esta dimensión nuestra, para
bendecirnos a todos nosotros.
Su Palabra viene de la sexta dimensión, al recibirla
estamos recibiendo el alimento espiritual de la sexta
dimensión; porque “no solamente de pan vivirá el hombre,
sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”36. Esa
Palabra viene de otra dimensión: de la sexta dimensión, y
es traída a esta dimensión a todos los escogidos de Dios.
Hemos visto: “EL MISTERIO DE LAS
DIMENSIONES”.
El tiempo nos falta para continuar viendo todo lo
relacionado a la Obra de Dios en esta dimensión terrenal,
con el respaldo de la séptima dimensión y de la sexta
dimensión.
36  Deuteronomio 8:3, San Mateo 4:4
40 Dr. William Soto Santiago
Que las bendiciones de Jesucristo, de la sexta
dimensión y de la séptima dimensión, se materialicen en
cada uno de nosotros en este Día Postrero; y pronto todos
seamos transformados y vayamos a la Cena de las Bodas
del Cordero. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo.
Amén y amén.
Que Dios les bendiga.
Y muchas gracias por vuestra amable atención, pasen
buenas noches todos.
Hasta mañana, Dios mediante, para los que estarán en
la próxima actividad, en el lugar que Gian les dirá y a la
hora que él también les dirá.
Así que Dios les bendiga, y buenas noches.
“EL MISTERIO DE LAS DIMENSIONES”.
Notas
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