Trabajo Final Integrador - Gestion de Riesgos en Incendios Forestales de Interfase
Trabajo Final Integrador - Gestion de Riesgos en Incendios Forestales de Interfase
Trabajo Final Integrador - Gestion de Riesgos en Incendios Forestales de Interfase
Título de la Tesina:
-AÑO 2021-
INDICE
TITULO PAGINA
1. RESUMEN…………………………………………………………………………. 2
2. MARCO TEORICO……………………………………………………………….. 3
3. MARCO JURIDICO…..…………………………………………………………… 5
4. ESTADISTICA….………………………………………………………………….. 7
6. GESTION DE RIESGOS…………………………………………………………. 27
7. CONCLUSION……………………………………………………………………… 45
8. BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………. 48
1
1. RESUMEN
2
áreas y componentes previas a ésta, sean consideración exclusiva de las
instituciones que intervienen en la mencionada respuesta.
El presente trabajo está orientado a la consideración de todas las áreas y
componentes de la gestión de siniestros ante este evento adverso, definiendo
también los elementos propios de los incendios forestales, instituciones y
organismos intervinientes, observando también la objetivación de dichos
incendios como objeto para una eficiente gestión de siniestros.
2. MARCO TEORICO
En el presente acápite se establecerán las distintas definiciones para un mayor
entendimiento del tema en cuestión, tanto técnico desde el punto de vista de la
seguridad y del riesgo forestal específico, como aquellos orientados a la
gestión de siniestros, especificando las tareas realizadas en cada una de las
etapas que la componen, desde la identificación de amenazas y
vulnerabilidades hasta la recuperación de la zona afectada.
4
involucrada y que pueden ser atendidos eficazmente con los recursos
propios de los organismos de atención primaria o de emergencia de la
localidad”. (Gestión de Riesgos y Protección Ciudadana I, núcleo
temático 2, Lic. Nievas, 2017)
3. MARCO JURIDICO
El marco legal vigente que rige la gestión integral del riesgo de desastres es la
Ley N° 27.287, sancionada en octubre del año 2016, a través del decreto
reglamentario N° 383/2017 donde se crea el Sistema Nacional para la Gestión
Integral del Riesgo (SINAGIR), el mismo está integrado por el Consejo
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Nacional para la Gestión Integral del Riesgo y la Protección Civil, el Consejo
Federal de Gestión Integral del Riesgo y la Protección Civil y la Secretaría
Ejecutiva. Tiene como objetivo integrar acciones y articular el funcionamiento
de los organismos del Gobierno nacional, los Gobiernos provinciales, de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipales, las organizaciones no
gubernamentales y la sociedad civil, para fortalecer y optimizar las acciones
destinadas a la reducción de riesgos, el manejo de la crisis y la recuperación.
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Esta normativa, se corresponde con la normativa nacional referente a la gestión
de riesgos en su espíritu preventivo, aunque su ampliación resulta a todas
luces necesaria en el contexto del presente trabajo.
Niveles de actuación
De acuerdo con la ley 26.815, promulgada el 10 de enero de 2013, el combate
de incendios forestales, se estructura en tres niveles operativos:
• Nivel 1. Actuación jurisdiccional. Frente a la fase de ataque inicial de
todo incendio, es la autoridad jurisdiccional la responsable de llevar a
cabo las tareas de control del fuego.
• Nivel 2. Actuación regional. Si la autoridad jurisdiccional considera que
su capacidad de respuesta se encuentra comprometida o agotada,
puede solicitar apoyo regional, eso significa movilizar personal,
materiales y equipos provenientes de las demás jurisdicciones que
integran la región.
• Nivel 3. Actuación extrarregional. Cuando la magnitud del incendio
supera el apoyo regional, se pide ayuda a la Central Nacional para
afectar recursos de otras regiones. Los recursos pueden ser brigadistas,
aviones hidrantes, helicópteros, camionetas y otros vehículos.
A ellos se suma el apoyo al combate, de naturaleza meteorológica, a través de
pronósticos, reportes y otros informes especialmente elaborados para
incendios activos.
4. ESTADISTICA
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oficialmente sobre el tema de marras. Para ello se puede dividir al país en
regiones como: - Árida/semiárida – Mesopotámica - Andino-patagónica, -
Parque chaqueño.
Región Árida-semiárida
La Pampa: El fuego es una herramienta frecuente en el manejo de la
vegetación natural de esta provincia. Aproximadamente el 5% de los pastizales
naturales (de Stipa tenuis la mayoría) se quema anualmente. El 25% de los
pastizales seminaturales de Eragrostis curvula se quema anualmente, por lo
general en pastizales mal manejados y que por descontrol de la carga animal
se acumuló mucha materia orgánica al final de la temporada. Con quemas
controladas espaciadas 2-3 años se renueva el pastizal sin afectar la
productividad (de aprox. 7000 kg m. s./ha)
San Luis: Entre 60-200.000 ha de pastizales (de Stipa brachychaeta,
Pappophorum spp., Boutelowa spp., etc.) y de bosques nativos (Prosopis
caldenia, Geoffroea decorticans, Cercidium praecox subsp. praecox) se
queman anualmente. Gran incidencia sobre los escurrimientos superficiales (e
inundaciones) en la llanura bonaerense tienen las quemas en las serranías,
particularmente en la cuenca del Río V.
La Rioja: En esta provincia los incendios, esporádicos, en general cada 3-4
años y accidentales, ocurren en el sector E en la región de Los Llanos.
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Mendoza: La provincia presenta dos situaciones climáticas: al sur con
influencia Pacífica y con mayor número de tormentas eléctricas y el resto con
influencia Atlántica (sin tormentas eléctricas de importancia). En el sur la
quema intencional y por causas desconocidas alcanza al 60% de los hechos, el
40% restante se atribuye a rayos. En 1993- 94 760.000 ha de matorrales se
quemaron en un solo incendio. Al norte de la provincia los incendios ocurren
mayoritariamente en el piedemonte de la Precordillera, aquí las causas son
intencionales (por criadores de cabras) más del 80% y accidentales el resto.
Región Mesopotámica
Corrientes: Es sin dudas la provincia con mayor incidencia de los incendios. Es
normal su empleo. Se estima que anualmente se queman aproximadamente
1.800.000 ha. Es común la quema en parches de grandes extensiones,
próximos a aguadas. Suelen quemarse pastizales de Andropogon lateris,
Sorgastrum pellitum, Sorgastrum agrostioides, etc., quemas mal manejadas y
que alcanzan siempre a los bosques nativos y cultivados.
Entre Ríos: La quema anual se restringe a rastrojos de Lino y Trigo.
Buenos Aires: idem a la anterior, se quema aproximadamente el 3% de los
pastizales seminaturales.
Visión general por región: De la información disponible para el período 1985-92
(Irigoin, 93), y teniendo en cuenta superficie quemada, número de focos
registrados, época de ocurrencia y superficie por foco, se obtiene:
Andino-patagónica
Durante la sequía 1986-87 los incendios afectaron los bosques de Nothofagus
de Río Negro, Neuquén y Chubut (aproximadamente 25.000 ha). En general
predominan focos en superficies reducidas de hasta 5 ha, propio del
parcelamiento del área. Asimismo, las mayores incidencias son primavero-
estival, coincidentes con la mayor afluencia turística.
Mesopotámica
En general los incendios ocurren en superficies pequeñas, parcelas de hasta
50 ha, producto de la intensa actividad agrícola-forestal, afectando por ello
principalmente bosques cultivados. Las quemas se concentran en verano.
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Árida-semiárida
Es el área más afectada por incendios de la Argentina debido al empleo
generalizado del fuego en el manejo de la vegetación natural. El combustible
fino propio de esta unidad de vegetación favorece la rápida propagación del
fuego.
Parque chaqueño
Las quemas se centran en el sector occidental más seco, con vegetación
xerófila y donde se ubica la frontera agropecuaria del país.
Efecto sobre la dinámica de los NO3
Se trabajó en dos zonas -abierta bajo Stipa tenuis y -cubierta bajo Prosopis
caldenia, en dos áreas: testigo y quemado, en idéntica posición topográfica:
ladera media, se obtuvieron muestras en 3/4 horizontes entre 0-85 cm. Los
mayores valores de nitratos se corresponden con mayor humedad en el suelo,
bajo cubierta arbustiva en primavera y en horizontes superficiales bajo cubierta
herbácea en verano, ambos en el sector quemado (Rosell y Lázzari, 1974)
Efecto sobre la erosión del suelo en áreas pedemontanas
Se evaluó durante un año la incidencia de la quema del matorral natural sobre
la erosión el suelo, se trabajó en laderas y fondos de depresión. Pare ello se
armaron parcelas de 16 m2 con estacas de altura inicial conocida que se
relevaron cada 30 días (en áreas testigo y quemadas), juntamente con la
evaluación de la recuperación de la cobertura vegetal. Resultó un incremento
de la remoción del suelo entre testigo y quemado de planicie: 1,5 veces que
significan 141,5 t/ha/año y ladera: 1,98 veces que significan 154 t/ha/año de
material removido (Martínez C, 1983).
Efecto sobre la calidad nutritiva del sistema natural
Entre 1984-86 ocurrieron repetidas quemas en el matorral pedemontano de
Larrea divaricata, que derivaron en pastizales secundarios de Stipa
eriostachya. El objetivo de estas quemas repetidas es modificar el matorral y
llevarlo a un pastizal con fines de pastoreo caprino. De esta modificación
resulta una pérdida importante de especies, cambio en la estructura y
composición florística de la comunidad y en la capacidad de sustento del
sistema natural. El matorral original ofrecía sólo a través de sus especies más
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conspicuas 38,92 gr%gr de N mientras que el pastizal derivado sólo 12,92
gr%gr de N (Martínez C., 1987).
Efectos sobre las comunidades vegetales
Aquí se mencionarán sólo algunos ejemplos para la región Andino-patagónica,
Árida-semiárida y Mesopotámica. Frangi et al. (1980) estudió la incidencia de
un incendio en el pajonal de Stipa caudata en Sa. de la Ventana (Bs.As.)
ocurrido en enero de 1976. Florísticamente se incrementan las dicotiledóneas y
decrecen las monocotiledóneas perennes, principalmente por invasión desde
campos agrícolas vecinos; por otra parte las heladas tienen mayor incidencia
sobre las áreas quemadas donde las plantas más sensibles, como Salpichroa
origanifolia, quedan expuestas. La biomasa verde pico fue prácticamente el
doble en 1976 (postquema) a la de 1975 (prequema), con un incremento del
33,6%, del material verde total, de las hierbas de hoja ancha, La productividad
primaria anual neta se incrementó 6,2 veces en el período estudiado.
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ellas (Eligmodontia) la incrementa significativamente. Esta especie prefiere
habitats abiertos (normalmente ocupa los parches más abiertos del matorral)
por lo que su frecuencia de capturas varió de 1-4 individuos en área no
quemadas a 7-12 en áreas quemadas.
Respecto de las aves Marone (1990) estudió en la misma reserva la incidencia
de las quemas sobre la diversidad local y regional de aves. Estableció seis
gremios de aves:
-granívoras terrícolas,
- herbívoras terrícolas,
-herbívoras arborícolas,
-insectívoras arborícolas,
-insectívoras terrícolas,
-insectívoras aéreas,
-aves de presa. Las insectívoras terrícolas fueron significativamente más
abundantes en las áreas no quemadas, lo mismo que las insectívoras y
herbívoras arborícolas (el abandono del área quemada se debió a la
disminución del estrato arbóreo y arbustivo leñoso -0,4% en quemado y 11,5%
en no quemado- donde ocurrió el 80% de los registros); las granívoras
terrícolas no muestran preferencias por un ambiente en particular, y las
insectívoras aéreas siempre fueron significativamente más abundantes en el
área quemadas (por aumento en la visibilidad y la disponibilidad de atalayas de
observación).
La diversidad local por lo tanto disminuyó por las quemas (los gremios más
ricos en especies las evitaron); pero al considerar las combinaciones sitios
quemados-no quemados la diversidad regional aumento por la presencia de
especies de otros gremios que entraron, no reemplazando, a las áreas
quemadas.
Particularmente en el caso de los incendios forestales de interfase en el ejido
de la Ciudad de General Roca, Provincia de Rio Negro, hay diversos factores
que intervienen. La fuente más fidedigna para la consideración de estos
factores, está dada por el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria)
organismo autónomo y autárquico dependiente del Ministerio de Agricultura,
encargado de realizar y centralizar investigaciones en materia de tecnología
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agropecuaria y desarrollo rural, y desenvolver la extensión rural en todo el
territorio nacional. Al respecto, dicho organismo ha emitido alertas como las
siguiente:
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Alto Valle
Como referencia histórica se tomaron los valores medios de lluvias de la
estación meteorológica de INTA (serie 1970-2019). El valor medio es de 18,1
mm para el mes de septiembre. Durante esta temporada el mes de septiembre
fue seco. Alerta de Incendios 2020-2021 para el Alto Valle Centro y Este
rionegrino
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Figura 2. Distribución regional de lluvias en el mes de octubre.
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Figura 4. Distribución de lluvias acumuladas del trimestre primaveral
Temperaturas
Las temperaturas durante los tres meses de primavera fueron normales. Se
registró una mínima disminución en el mes de octubre con respecto al valor
medio histórico.
Con respecto a la frecuencia de temperaturas máximas superiores a 29º C, que
es un indicador de riesgo climático de incendio, se registró un total de 19 días.
Es el dato más bajo en todo el territorio analizado.”
(Alerta de Incendios 2020-2021 para el Alto Valle Centro y Este rionegrino
04/12/2020 – Paginas 2 a 5 -Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria)
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de latitud, ya que las altas presiones sobre el continente conectan los centros
de alta presión del Atlántico y del Pacífico aproximadamente a la misma latitud
y con intensidades similares. En verano el centro del anticiclón del Pacífico está
más al Sur que en invierno y cercano a la costa de Sudamérica, mientras que
el centro de la celda del Atlántico está más alejado de la costa, por lo que el
gradiente de presión y el viento son más pronunciados sobre el sector Oeste de
la Patagonia. En invierno se presenta una circulación uniforme del Oeste,
mientras que en verano se verifica una débil componente zonal superpuesta al
gradiente meridional de presión que genera vientos del sector Oeste sudoeste -
Sudoeste. Si se considera el gradiente medio anual entre los 40° y 60°S a
75°W, el viento medio geostrófico calculado es 7 m/s
Figura 4: Ubicación geográfica de las estaciones y rosa de los vientos en cada punto.
La Figura 4 muestra la zona estudiada, que incluye desde la localidad de
Centenario (38° 49' 44'' S 68° 09' 04'' O) al NW, Plottier (38° 58' 43'' S 68° 13'
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57'' O) y Colonia Valentina ( 38° 58' 27'' S 68° 07' 51'' O) al SO, hasta Villa
Regina ( 39° 05'27'' S 67° 05' 14'' O) al Este.
La región presenta dos valles: el valle del río Neuquén y el del río Limay que se
unen en un punto cercano a la ubicación de la ciudad de Neuquén. Este punto
se denomina Confluencia, a partir del cual el nuevo cauce se llama Río Negro.
Este nuevo valle está dispuesto latitudinalmente y es conocido como Alto Valle
del Río Negro. Los valles presentan una diferencia de altura media de
aproximadamente 35 m por debajo del nivel de la Meseta Patagónica Norte.
En este trabajo se utilizaron los datos de intensidad y dirección del viento
recopilados en las estadísticas climatológicas elaboradas por el Servicio
Meteorológico Nacional para el período comprendido entre 1961 y 1990. Para
el período considerado se cuenta con datos en cuatro estaciones
meteorológicas ubicadas en la región del Alto Valle del Río Negro: Neuquén
Aero, Alto Valle, y Cipolletti I y II, mientras que la información disponible en Villa
Regina, abarca sólo el período 1961-1970.
Figura 5. Intensidad media mensual del viento en el período 1990-2019 en las estaciones
Neuquén, Cipolletti, Alto Valle y Villa Regina.
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Figura 6. Frecuencias relativas porcentuales de dirección (líneas) y velocidad media del
viento (m/s) (rótulos) en a) Neuquén, (calmas 18%); b) Cipolletti, (calmas 19.5%); c) Alto
Valle, (calmas 30%) para el período 1961-1990 y d) Villa Regina (sin información acerca
de calmas) para el período 1961-1970.
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sector Sudoeste-Oeste, en Alto Valle las frecuencias del viento proveniente de
los sectores Norte y Sur muestran valores mucho menores debido a la
presencia de los bordes de la meseta que actúan como paredes, insinuando
efectos de conducción del flujo dentro del valle, en Cipolletti, ubicada cerca de
la confluencia de los dos valles, el viento presenta una dirección preferencial de
los sectores Oeste y Sudoeste, siguiendo el valle del río Limay, lo que
verificaría la acción de los bordes del valle del río Neuquén, disminuyendo la
componente de viento perpendicular al mismo. La intensidad media del viento
para el período considerado es 3.8 m/s y 2.9 m/s en Neuquén y Alto Valle y 2.8
m/s y 3.3 m/s en Cipolletti y Villa Regina, respectivamente. Los mayores
valores medios se presentan en los meses de Octubre a Febrero y son
mayores a 4.0 m/s.
Según los países de que se trate, existen varias maneras de definir a los
incendios y ellas dependen en buena parte de las políticas agrícolas y
forestales que se apliquen. No obstante, casi todas concluyen en que se trata
de fuegos no programados o no controlados, que afectan de diversas formas a
los terrenos forestales como recurso económico, protector o recreativo. Desde
hace varios años en nuestro país se recurre a las siguientes definiciones:
Incendio forestal es un fuego que se propaga libremente por la vegetación con
efectos no deseados para la misma O bien: Es un fuego que se propaga sin
estar sujeto a control humano, con efectos no deseados para la vegetación.
Nótese que ninguna de las dos definiciones guarda relación ni está referida al
estado, dimensión o tipo de incendio. Sin embargo, es un error muy común
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asignarles distintas denominaciones según su tamaño y estado, que no son
usuales en la jerga forestal. Por ejemplo: foco, conato, fuego declarado,
principio, etc.
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5.3. FORMAS DE PROPAGACION
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• Por conducción: El calor se transmite a través de las moléculas de los
cuerpos sin que éstas se desplacen. A diferencia de lo que ocurre con
los metales, las maderas son malas conductoras del calor, por lo que en
incendios forestales para que produzca este tipo de transmisión debe
haber contacto físico entre los combustibles.
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Al considerar estos elementos, se infiere que los daños que un incendio
ocasiona en la interfase, dependen fundamentalmente de cuán vulnerable son
las construcciones cuando están expuestas a los efectos del calor por radiación
y las chispas.
6. GESTION DE RIESGOS
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• COMPONENTE PREVENCION: Este componente ha ido creciendo en
función del tiempo, dado que tanto las autoridades y organismos
intervinientes, han logrado tener una mirada proactiva en función de las
consecuencias de la acción de los incendios forestales de interfase. Al
respecto se han propiciado algunas campañas desde los medios de
comunicación, pero que han constituido esfuerzos individuales sin
permanencia en el tiempo. El componente prevención debería ser
reforzado desde la acción estatal, dado que no ha logrado su objetivo de
eliminar concluyentemente la amenaza.
• Se propone la implementación de un plan de capacitación consistente en
charlas comunitarias para la población en general y en particular aquella
que reside en zonas propensas a incendios forestales de interfase. El
mismo estaría integrado por cuatro módulos básicos: 1) Conceptos
generales sobre los incendios forestales, 2) Incendios forestales de
interfase, 3) Gestión de riesgos 4) sistemas de autoprotección. Dicha
capacitación estaría dirigida por organismos públicos con injerencia en el
tema (INTA, Protección Civil, Bomberos Voluntarios, Policía provincial) y
estaría también acompañada de un sistema de monitoreo tipo censo
para la su valoración ulterior.
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• COMPONENTE MITIGACIÓN: Los organismos nacionales y locales,
tales como SPLIF (Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios
Forestales de Río Negro), Bomberos Voluntarios de General Roca y de
las ciudades que conformar el Alto Valle y otros, han cumplido su
objetivo de reducir los efectos de la acción. Es importante en este caso
considerar los riesgos existentes desde la acción operativa.
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altos índices de incendios forestales de interfase, como Canadá, España
y Chile. Su costo es mínimo y su aplicación es considerablemente
sencilla en zonas de peligro de incendios forestales de interfase. Se trata
de un sensor el cual funcionara con una pila de 9VCD recargable
permitiendo emitir una alarma sonora por medio cableado o inalámbrico,
activando una sirena audible. El sistema está basado en dispositivos
electrónicos que permitirán detectar humo y temperatura.
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Es de hacer notar, que este método al igual que los otros, poseen ciertas
ventajas y desventajas, las cuales han sido consignadas a lo largo del
tiempo en el trabajo sobre los distintos teatros de operaciones. Estas, entre
otras, son:
-Ventajas del ataque directo:
-Si se dispone de agua, es el método más efectivo.
-Permite reducir los daños del fuego a un mínimo de superficie.
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-Ventajas del ataque indirecto:
-Trabajo más seguro para los combatientes.
-Condiciones de trabajo más confortables.
-Menor exposición al calor y al humo.
-Mayor control de los combatientes.
-Desventajas del ataque indirecto:
-Se sacrifica vegetación intermedia que puede ser valiosa.
-Si no se calcula bien el trabajo realizado, puede ser inútil.
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espumas convencionales de ataque el fuego dado que las mismas contienen
agentes químicos con efectos adversos al medioambiente. En este
aspecto, el Departamento de Bomberos de la ciudad de Kitakyushu (Japón)
desarrolló una nueva espuma con jabón trabajando en colaboración con un
fabricante local de jabones. Todos los ingredientes naturales son absorbidos
por la tierra y no causan daño al medioambiente. La espuma ha sido utilizada
con éxito en el sudeste de Asia donde los incendios forestales y de turba son
un grave problema. Japón ha desarrollado la primera espuma contra incendios
la cual has sido comparada con las espumas convencionales y ha demostrado
ser perfectamente biodegradable, amigable y favorable al medio ambiente.
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Organización de las variables de evaluación y codificación resultante
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adecuar los mismos localmente, como así también las formas de trabajo con
los pobladores afectados. Los componentes inicialmente identificados son:
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conveniente abordar de manera planificada las actividades para asegurar la
adecuada provisión de semillas y producción de plantines.
Componente de plantación
De acuerdo a Urretavizcaya et al. (en prensa), la densidad y el diseño de la
plantación dependen principalmente del objetivo de la misma, así como de las
características de la vegetación del sitio. Si el objetivo es la producción, la
densidad no debería ser inferior a 600 plantas por ha, siendo recomendable
densidades aún mayores (por ejemplo, la Ley 25.080 requiere 825 plantas por
hectárea en la modalidad de plantación en secano). Si el objetivo es de
conservación, pueden realizarse plantaciones menos densas, siendo
recomendables densidades de 400 a 600 pl/ha. Si bien la Ley 25.080 requiere
un mínimo de 200 pl/ha en la modalidad de enriquecimiento, este valor sería
insuficiente para lograr una buena cobertura de suelo durante la etapa inicial.
Para este plan, se realizaron los cálculos con una densidad de plantación
intermedia de 500 plantas por hectárea. En los bosques quemados afectados
por fuegos recientes se pueden realizar plantaciones regulares, tanto en líneas
como en bosquetes, dado que el estrato arbustivo no se ha desarrollado
completamente aún. La plantación en núcleos o bosquetes se realiza
estableciendo los plantines en grupos a altas densidades, definiendo el número
de núcleos en función de la densidad final planificada. Estos últimos presentan
la ventaja de imitar el modo natural de establecimiento de la regeneración de
las principales especies nativas. En los sitios afectados por fuego el dosel
superior constituido por los árboles quemados protege significativamente a los
plantines contra la radiación y el viento, efecto que no se registra en las áreas
donde se extraen todos los árboles quemados (Urretavizcaya et al. 2014). Un
aspecto a tener en cuenta es que con el tiempo los árboles comienzan a caer y
pueden dañar las plantas establecidas debajo, o descalzarlas si se encuentran
cerca de la base de un árbol grande. En las situaciones en las cuales es
necesario extraer la madera, es aconsejable dejar cierta cantidad de árboles en
pie y también en el suelo. En estos casos, una posibilidad es extraer los
árboles quemados en fajas, dejando interfajas donde se puede plantar
43
inmediatamente. Para plantar ciprés de la cordillera en las zonas quemadas
donde se extrajeron los árboles y se realizó limpieza, es recomendable esperar
a que se recupere y establezca la vegetación arbustiva, que pueda brindar
protección a los plantines, o bien utilizar algún tipo de protector individual para
la radiación.
Los recaudos a tener en cuenta durante el proceso de acondicionamiento de
las plantas, embalado, transporte desde el vivero hasta el sitio de plantación y
mantenimiento hasta el momento de plantación, son fundamentales para
disminuir el estrés que produce la plantación y lograr un buen prendimiento
inicial.
La época de plantación se extiende desde mediados de otoño y hasta
principios o mediados de invierno, y comienza cuando las lluvias invernales han
humedecido el suelo luego de la sequía estival. Plantando en esta época se
evita o disminuye el estrés de plantación que ocurre en primavera, y se
previene el efecto negativo de una primavera seca y cálida. En general, las
plantaciones realizadas en otoño tienen como ventaja que el suelo, por inercia
térmica, tiene aún temperaturas adecuadas para el crecimiento radical. En el
caso de plantaciones de lenga, que se realizan a mayor altitud, este efecto se
observó hasta comienzos de mayo, dado que con posterioridad la temperatura
disminuyó marcadamente. La herbivoría de las plantas causada por ganado
doméstico y animales silvestres es un tema clave en la forestación con árboles
nativos. Los plantines resultan particularmente atractivos a vacas, ovejas,
liebres, ciervos y otros vertebrados herbívoros. Lo cierto es que la incidencia de
este problema puede ser muy grande, y es esencial tenerlo en cuenta. El
ganado doméstico debe ser excluido con alambrados perimetrales. En el caso
de las liebres puede optarse por cercos de alambrado romboidal, hexagonal o
mallas plásticas para cierre de núcleos, así como protectores individuales. Será
la densidad de la plantación y su diseño lo que defina una u otra práctica, por
ejemplo, con baja densidad es preferible el uso de protectores individuales. Un
ataque severo de liebres puede diezmar una forestación completa en su
primera semana de implantación.
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Fuentes de financiamiento
El Estado Provincial, debe prever la posibilidad de afrontar parte de los gastos
que demanden las actividades de restauración (y prevención) con fondos
provenientes de rentas generales de la provincia, plasmar ello en un programa
dentro del presupuesto, brindaría un marco de previsibilidad importante para la
implementación del plan.
Finalmente, se podría explorar fuentes externas de financiamiento alternativas,
como son los proyectos de Reducción de Emisiones por Deforestación Evitada
(REDD) que se desarrollan en el marco de las Naciones Unidas Para el
Desarrollo, u otras. En tal sentido, el Ministerio de Ambiente y Control del
Desarrollo Sustentable en conjunto con la Subsecretaría de Bosques mantiene
una serie de intercambios con distintas embajadas de países que estarían
dispuestos a colaborar con la problemática. Sin embargo, hasta el momento los
ofrecimientos se centran en la asistencia técnica y no en la ayuda económica.
7. CONCLUSION
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Llegado a esta instancia, creo oportuno mencionar que se deberán dirigir la
mayor cantidad de recursos a la prevención y mitigación de este tipo de
emergencias, ya que el impacto social que genera la ocurrencia de un evento
adverso en la cual se vea involucrado algún tipo de riesgo forestal resulta ser
de considerables aristas.
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comunidad es imperativo, y que contribuirá aún más a la reducción de las
probabilidades del evento adverso de marras.
47
BIBLIOGRAFIA
48
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49