Los Resellos Chinos en Los Reales de A Ocho Historia de Un Encuentro Entre Culturas - Crónica Numismática
Los Resellos Chinos en Los Reales de A Ocho Historia de Un Encuentro Entre Culturas - Crónica Numismática
Los Resellos Chinos en Los Reales de A Ocho Historia de Un Encuentro Entre Culturas - Crónica Numismática
El real de a ocho de plata, conocido fuera de nuestras fronteras como piece of eight o
Spanish dollar, tuvo el honor de ser la divisa de referencia internacional durante la era de
la Ilustración y las grandes revoluciones que cambiarían para siempre el desarrollo
político y económico de los pueblos. Una primacía que le permitió entre otras cosas
conquistar el mercado más inmenso y a la vez hermético de la época: la China de la
dinastía Qing.
Durante más de dos milenios y de forma continuada la política monetaria china se había
basado enteramente en el cobre (v. artículo Más de dos milenios de moneda china:
introducción a las cash). El valor intrínseco de la moneda siempre había sido
relativamente bajo y con un alto componente �duciario, lo que requería de enormes
cantidades de piezas para las grandes transacciones. En este sentido, y como el estado no
siempre podía disponer de la cantidad de cobre necesaria, se recurrieron a modos de
pago alternativos para facilitar los intercambios comerciales. Uno de ellos consistió en el
uso extensivo de la plata. Los comerciantes chinos la habían usado seguramente desde la
Antigüedad para sus intercambios con otros comerciantes de Asia (como indios y persas,
cuyas economías sí se basaban en la circulación de plata) pero no sería hasta la época de
las dinastías Song (960-1279) y Ming (1368-1644) en que los lingotes de plata no
acuñada se convertirían en símbolo de riqueza, seguridad y estabilidad para banqueros
y comerciantes.
Lingote de plata tipo sycee de 844,70 g. (F. Thierry, Les monnaies de la Chine ancienne)
El real de a ocho se empezó a emitir durante la época de los Reyes Católicos a partir de
1497 como parte de una reforma monetaria general destinada a relanzar el maltrecho
circulante castellano. El real de plata se �jaba en un peso de 1/67 de marca de plata (3,49
g.), estableciéndose el peso del real de a ocho en 550,209 granos españoles (27,468 g.
según el sistema métrico decimal) y su pureza en 930 milésimas. Dos acontecimientos
decisivos durante el siglo XVI contribuyeron a que esta pieza española se convirtiera en
mundial.
A su llegada a Filipinas, la plata era intercambiada con los comerciantes chinos por
productos altamente demandados en occidente como sedas o porcelana. Estos
comerciantes no tardaron en descubrir las ventajas que ofrecían las monedas de plata
traídas de América: homogeneidad, una pureza ajustada a sus expectativas y unas
medidas ideales para la circulación. Hacia �nales de la dinastía Ming, en 1644, las piezas
de plata españolas circulaban ampliamente por las ciudades portuarias de Macao y
Guang Zhou (Cantón) en las que los comerciantes europeos se habían instalado durante
las décadas anteriores. En los dos siglos siguientes, esta circulación se generalizaría por
todo el país. Los reales de a ocho que más circularon en China fueron los célebres
columnarios (seguramente una de las monedas más bellas jamás creadas) y los tipo
“carolus”, es decir, los emitidos bajo los reinados de Carlos III y Carlos IV, así como los de
Fernando VII. Todas estas piezas fueron sometidas, en mayor o menor medida, al
contramarcado privado mediante punzón.
Los motivos para resellar moneda, como decíamos al principio de este artículo, pueden
ser muy variados. El caso de hoy obedece principalmente a dos: registro de movimiento
comercial y autenticación de la validez de la plata. El proceso, básicamente, era el
siguiente: el primer banquero o comerciante que utilizaba la moneda la resellaba con
punzón con un pequeño carácter que servía de garantía de valor al banquero o
comerciante al que la entregaba. Esta operación se podía repetir en cada intercambio, de
tal forma que en muchos casos las monedas eran tan contramarcadas que quedaban
irreconocibles o incluso rotas, pero podían seguir circulando al peso.
Poder realizar una clasi�cación rigurosa de estas contramarcas se torna en una tarea
poco menos que imposible, ya que al ser de naturaleza privada y por tanto no o�cial
muchas veces el punzonado obedecía no solo a motivaciones económicas sino también
culturales, personales o subjetivas. A esto debemos añadir las particularidades del
idioma chino, cuyos caracteres (pictogramas e ideogramas básicamente) no
representan letras o fonemas sino conceptos, que pueden variar dependiendo de otros
caracteres a los que acompañen. Conocer el signi�cado de los caracteres y clasi�carlo es
lo que presenta más di�cultades, y todo un reto para los estudiosos. En su magní�co
trabajo sobre monedas españolas reselladas en el mundo, Juan Montaner clasi�ca de
forma genérica estos caracteres punzonados en:
Comerciales: normalmente de mayor tamaño y que hacen referencia exclusiva al registro
de transacciones.
El real de a ocho de 1803 que se muestra en las imágenes contiene unos pocos de estos
caracteres culturales:
En el anverso, se pueden distinguir de arriba abajo ⼭ (san, montaña), ⼆ (èr, dos), ⽅ (fang,
lugar, cuadrado) y 六 (liù, seis)
En el reverso, podemos ver (de arriba abajo) ⼯ (gong, trabajo), ⼤ (dà, grande), 元(yuán,
origen, primero o apellido) y九 (jiû, nueve). Aparecen también una serie de perforaciones,
seguramente comprobaciones de calidad.
Resellos en el anverso
Resellos en el reverso
No es posible concluir un estudio de estos resellos sin mencionar el impacto cultural que
las monedas españolas (y las europeas en general) dejaron entre la población china. La
tradición numismática del lejano oriente se diferenció de la occidental en la utilización
casi exclusiva de caracteres, muy lejos de cualquier representación de imágenes o
retratos. No es de extrañar que, pese a su extensivo uso, los reales de a ocho fueran
vistos como un objeto exótico para los chinos, poco acostumbrados a ver diseños tan
elaborados o la e�gie de los reyes en el circulante. De esta forma, los reales de a ocho
conocieron diferentes apodos.
Uno muy común fue denominar a los reales tipo carolus como “tres trabajos” o “cuatro
trabajos” dependiendo de si se trataba de Carlos III o Carlos IV. La razón se debe a que el
numeral romano I es muy similar al carácter 工 (gong), que signi�ca “trabajo”. Si la leyenda
de Carlos IV, en lugar de presentar el numeral IIII lo presentaba como IV, se denominaría
“medio trabajo”, dado que “mitad” en chino es 半 (bàn), similar a una V.
Las e�gies sonrientes de las caras de los reales tipo “carolus” no pasarían desapercibidas,
conociéndose también como “cabeza de Buda” por parte de la población. Los
columnarios, con su representación de los dos hemisferios entre las columnas de
Hércules, no pasaron desapercibidos tampoco, siendo apodados shuang zhù yàng (双柱
洋), o “moneda de doble columna”.
Estudiar los resellos chinos en las monedas de plata españolas no debe ser únicamente
una cuestión numismática. Representa la historia misma de España, como prueba
tangible de su hegemonía monetaria y su presencia en Asia Oriental, mantenida hasta
�nales del siglo XIX. Representan además el encuentro entre dos culturas muy
diferentes, alejadas histórica y geográ�camente pero unidas gracias a la necesidad
humana de intercambiar bienes y servicios en bene�cio mutuo. Es un estudio sin duda
arduo y complejo dada la naturaleza de las contramarcas y las di�cultades que entrañan
los caracteres a ojos de un occidental pero es absolutamente necesario y, como todo lo
relacionado con la numismática, fascinante.
Bibliografía
http://www.numismaticodigital.com/noticia/10065/rumbo-a-lo-desconocido/la-
moneda-china-de-la-dinastia-ming.html
Early World Coins & Early Weight Standards, by Robert Tye, published by Early World
Coins, York 2009
Dinero Chino – Monedas y Billetes, Blas Sierra de la Calle, Cuadernos del Museo
Oriental nº 7, Valladolid 2000
Gullberg, C.J. Historia de las monedas con resellos chinos. Las monedas de plata usadas
en China desde 1600 a 1935. iAsure Group JEAN Publications, 2017