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PRINCIPIOS DE OPERACIÓN, VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE CADA TIPO DE LAMPARA

Lámpara incandescente convencional

Una bombilla de incandescencia o bombilla incandescente es un dispositivo que


produce luz mediante el calentamiento por efecto Joule de un filamento metálico, en concreto
de wolframio, hasta ponerlo al rojo blanco, mediante el paso de corriente eléctrica. Con la tecnología
existente, actualmente se considera poco eficiente, ya que el 85 % de la electricidad que consume la
transforma en calor y solo el 15 % restante en luz.

Partes de la bombilla:

1. Envoltura, ampolla de vidrio o bulbo.


2. Gas inerte.
3. Filamento de wolframio.
4. Hilo de contacto (va al pie, al extremo del casquillo).
5. Hilo de contacto (va a la rosca del casquillo).
6. Alambre(s) de sujeción y disipación de calor del filamento.
7. Conducto de refrigeración y soporte interno del filamento.
8. Base de contacto.
9. Casquillo metálico.
10. Aislamiento eléctrico.
11. Pie de contacto eléctrico.

Funcionamiento:
Consta de un filamento de wolframio muy fino, encerrado en una ampolla de vidrio en la que se ha
hecho el vacío, o se ha rellenado con un gas inerte, para evitar que el filamento se volatilice por las
altas temperaturas que alcanza. Se completa con un casquillo metálico, en el que se ubican las
conexiones eléctricas.
La ampolla varía de tamaño proporcionalmente a la potencia de la bombilla, puesto que la temperatura
del filamento es muy alta y, al aumentar la potencia y el desprendimiento de calor, es necesario
aumentar la superficie de disipación de calor.
Inicialmente en el interior de la ampolla se hacía el vacío. Actualmente la ampolla está rellena de
algún gas noble (normalmente kriptón) que impide la combustión del filamento.
El casquillo sirve para fijar la bombilla en una lámpara por medio de una rosca (llamada rosca Edison)
o un casquillo de bayoneta. En la mayor parte del mundo, los casquillos de rosca para bombillas de
potencias medias se designan con el código de roscas Edison E-27, representando este número el
diámetro en milímetros de su rosca. Es también muy frecuente una talla menor de rosca, la llamada
E-14 para potencias menores, o rosca Mignon, y la llamada Goliath, E-40, reservada para bombillas
de gran potencia.
Por último, en lo que respecta a la rosca Edison, hay que decir todavía que existen otros dos pasos
de este tipo de casquillo, que son el E-10 y el E-5, siendo sus diámetros de 10 y 5 mm respectivamente.
El primero se utiliza para lámparas miniatura y de pequeña potencia, generalmente funcionando a
tensiones muy bajas, tales como las empleadas en linternas, faros de bicicleta, pilotos o indicadores
para señalización, diales de receptores radiofónicos, etc. A su vez, el casquillo E-5 se usa para
lamparitas sub-miniatura, generalmente del tipo empleado en algunos sistemas de exigua potencia
alimentados mediante células solares fotovoltaicas, en guirnaldas decorativas, e incluso también para
señalización, si bien en muchos de estos usos están siendo sustituidas por los diodos LED.
Hay muchos otros tipos de encasquillado para lámparas incandescentes y de descarga, sobre todo en
lo relativo a aplicaciones especiales, si bien los tipos de rosca Edison o bayoneta Swan, en sus
distintos formatos, son los más populares para usos normales.

Propiedades:
La bombilla incandescente es la de más bajo rendimiento luminoso de las bombillas utilizadas: de 12
a 18 lm/W (lúmenes por vatio de potencia) y la que menor vida útil o durabilidad tiene: unas 1000
horas, pero es la más difundida, por su bajo precio y el color cálido de su luz. Esto es normal, por ser
la primera, y ocurre en todos los casos; los modelos sucesivos no habrían visto la luz de no ser
mejores. Si bien hubo patentes en Estados Unidos de bombillas de luz de hasta 200.000 horas nunca
se fabricaron por ser económicamente inviables. En 1924 el cártel Phoebus, que agrupaba a los
principales fabricantes de Europa y Estados Unidos, pactó limitar la vida útil de las bombillas eléctricas
a 1000 horas. Oficialmente este cártel nunca existió.
No ofrece muy buena reproducción de los colores, ya que no emite en la zona del espectro de colores
fríos, pero al tener un espectro de emisiones continuo logra contener todas las longitudes de onda en
la parte que emite del espectro.
Su eficiencia es muy baja, ya que sólo convierte en luz visible alrededor del 15 % de la energía
consumida. Otro 25 % se transforma en energía calorífica y el 60 % restante en radiación no
perceptible, luz ultravioleta y luz infrarroja, que acaban convirtiéndose en calor.
Sin embargo el concepto de eficiencia es relativo, y puede considerarse bajo sólo en el caso de que
se contemple la conversión de energía eléctrica en luz. Justamente debido a sus supuestas
limitaciones, su uso durante el invierno convierte a la lámpara incandescente en un objeto que
transforma la energía eléctrica en luz y calor de manera perfectamente eficiente (por ejemplo en una
lámpara de mesa), especialmente en espacios donde a su vez se requiere calefacción, ya que el calor
que desprende se encuentra en el sitio más cercano y necesario. Además, en la comparación por
ejemplo con las lámparas de bajo consumo, debe considerarse el proceso de fabricación, su contenido
de mercurio y la radiación electromagnética. Durante el verano o en épocas de calor sí sería válida la
idea de ineficiencia por desperdicio de energía (en calor).
Lámpara incandescente de halógeno

La lámpara halógena es una evolución de la lámpara incandescente con un filamento


de tungsteno dentro de un gas inerte y una pequeña cantidad de halógeno (como yodo o bromo).
El filamento y los gases se encuentran en equilibrio químico, mejorando el rendimiento del filamento y
aumentando su vida útil. El vidrio se sustituye por un compuesto de cuarzo, que soporta mucho mejor
el calor (lo que permite lámparas de tamaño mucho menor, para potencias altas). Algunas de estas
lámparas funcionan a baja tensión (por ejemplo 12 voltios), por lo que requieren de
un transformador para su funcionamiento.
La lámpara halógena tiene un rendimiento un poco mejor que la incandescente (18,22 lm/W) y su vida
útil se aumenta hasta las 2000 y 4000 horas de funcionamiento.

Funcionamiento:

Al tener el filamento de tungsteno contenido en un gas inerte y una pequeña cantidad de


un halógeno (normalmente yodo o bromo) el tungsteno evaporado durante el funcionamiento normal
de la lámpara a elevadas temperaturas reacciona con los halógenos formando halogenuros de
tungsteno en estado gaseoso. Así se impide que se deposite el tungsteno evaporado en la superficie
interior de la ampolla transparente que aloja el filamento y los gases, lo que supondría una disminución
de la transparencia de la ampolla, y por lo tanto una merma de su eficiencia y su durabilidad. La
reacción de formación de los halogenuros de tungsteno es reversible de forma que éstos, al entrar en
contacto con las partes más calientes del filamento (las más delgadas, porque han perdido parte del
material), depositan el tungsteno del halogenuro sobre dicho filamento y liberan de nuevo el halógeno
en estado gaseoso, que queda disponible para recombinarse de nuevo, estableciéndose así un
proceso cíclico denominado ciclo halógeno. De esta forma, aumenta la vida útil del filamento y se evita
el oscurecimiento de la bombilla ya que vuelve a depositar el tungsteno sobre el filamento en el interior
de la bombilla. Debido a esto, una lámpara halógena puede funcionar a una temperatura superior a
una lámpara llena de gas de similar potencia y vida útil. Al tener una temperatura de trabajo más
elevada da luz de una más alta temperatura de color. Esto, por otra parte, le da una mayor eficacia
luminosa (10-30 lm / W).
Como la temperatura de funcionamiento es mayor, se utiliza un vidrio de cuarzo, que resiste mejor la
temperatura que el vidrio corriente, por lo que pueden hacerse más pequeñas (con menor superficie
de disipación de calor). Actualmente se fabrican también lámparas denominadas de bajo consumo
(respecto a las incandescentes), suelen tener una lámpara halógena dentro de una ampolla de la
misma forma que la de las incandescentes (con superficie de disipación de calor suficiente), con
casquillo de rosca E27 (la rosca habitual). Este tipo de bombilla se ha hecho popular en comercios de
la Unión Europea desde que en 2009, una Directiva estableció un plazo (2009-2012) para que en los
estados miembros dejaran de fabricar y comercializar lámparas incandescentes.

Espectro de la luz:

Como todas las lámparas incandescentes, una lámpara halógena produce un espectro continuo de la
luz, desde el infrarrojo profundo (que se alcanza con temperaturas bajas) hasta los colores fríos,
llegando en este caso hasta el violeta. Dado que el filamento de lámpara puede operar en una
temperatura más alta que una lámpara no-halógena, el espectro se torna hacia azul, produciendo luz
con una temperatura de color altamente efectiva.

Precauciones:

La elevada temperatura que alcanzan obliga a tomar precauciones para evitar quemaduras si se
manipulan encendidas. Asimismo, debe evitarse tocar la ampolla de la lámpara con los dedos, ya que
la grasa presente en la piel, al calentarse puede dañar (desvitrificar) el cuarzo hasta el punto incluso
de destruir la lámpara. Por esta razón, numerosas lámparas halógenas llevan otra ampolla de cristal
sobre la primera, para permitir su manipulación directa.
Lámparas fluorescentes lineales

Se conoce por luminaria fluorescente, al conjunto que forman una lámpara, denominada tubo
fluorescente, y una armadura, que contiene los accesorios necesarios para el funcionamiento. En
ciertos lugares se conoce como luminaria solamente a la lámpara. La lámpara es de descarga de
vapor de mercurio a baja presión y se utiliza normalmente para la iluminación doméstica o industrial.
Su ventaja frente a otro tipo de lámparas, como las incandescentes, es su eficiencia energética.
La lámpara consiste en un tubo de vidrio fino revestido interiormente con diversas sustancias químicas
compuestas llamadas fósforos, aunque generalmente no contienen el elemento químico fósforo y no
deben confundirse con él. Esos compuestos químicos emiten luz visible al recibir una
radiación ultravioleta. El tubo contiene además una pequeña cantidad de vapor de mercurio y un gas
inerte, habitualmente argón o neón, a una presión más baja que la presión atmosférica. En cada
extremo del tubo se encuentra un filamento hecho de tungsteno, que al calentarse al rojo contribuye
a la ionización de los gases.

Funcionamiento con cebador y reactancia


Es un sistema de funcionamiento que va cayendo en desuso desde la aparición de dispositivos
electrónicos que hacen la misma función de mejor manera y con menor consumo de energía. Se
describe, de todos modos, porque todavía existen muchas luminarias de este tipo y seguirán existiendo
durante bastante tiempo, aunque ahora raramente se instalan nuevas. La Unión Europea,
promoviendo el ahorro energético, exige que los balastos de estas luminarias sean cada día más
eficientes, y eso solo se puede lograr con balastos electrónicos. El Reglamento (CE) N°245/2009 de
la comisión del 18 de marzo de 2009 preveía la prohibición total de este tipo de balastos, e incluso de
alguno electrónico de los menos eficientes, a partir de 2017, pero en el reglamento 347/2010 ha
limitado dicha previsión a la prohibición de los modelos menos eficientes.

El cebador, partidor o arrancador está formado por una pequeña ampolla de cristal que contiene gases
a baja presión (neón, argón y gas de mercurio) y en cuyo interior se halla un contacto formado por
una lámina bimetálica doblada en "U". En paralelo con este contacto hay un condensador destinado
al doble efecto de actuar de amortiguador de chispa o apaga chispas, y de absorber la radiación de
radiofrecuencias que pudiesen interferir con receptores de radio, TV o comunicaciones. La presencia
de este condensador no es imprescindible para el funcionamiento del tubo fluorescente, pero ayuda
bastante a aumentar la vida útil del contacto del par bimetálico cuando se le somete a trabajar con
altas corrientes y altas tensiones. Tanto el cebador como la luminaria acortan su vida útil cuantas más
veces se la enciende, por esta razón se recomienda usar la iluminación fluorescente en regímenes
continuos y no como iluminación intermitente.
El elemento que provee reactancia inductiva se llama balasto o balastro, aunque en algunos países
se lo denomina incorrectamente reactancia, que en realidad es el nombre de la magnitud eléctrica que
provee, no del elemento. Técnicamente es un reactor que está constituido por una bobina de alambre
de cobre esmaltado, enrollada sobre un núcleo de chapas de hierro o de acero eléctrico. El
término balasto no debe ser confundido con su homónimo, el material usado en la construcción de
vías de ferrocarril.
Al aplicar la tensión de alimentación, los gases contenidos en la ampolla del cebador se ionizan, con
lo que aumenta su temperatura lo suficiente para que la lámina bimetálica se deforme, haga contacto
cerrando el circuito, lo que hará que los filamentos de los extremos del tubo se calienten al rojo vivo,
y esto comienza la ionización de los gases en la proximidad de los filamentos. Al cerrarse el contacto
el cebador se apaga y sus gases vuelven a enfriarse, por lo que un par de segundos después el
contacto se abre nuevamente. Esta apertura trae como consecuencia que el campo magnético creado
en la reactancia inductiva desaparezca bruscamente, lo que trae como consecuencia, de acuerdo con
la ley de inducción de Faraday, la generación de un pico de alta tensión (autoinducción) que termina
de ionizar los gases. Se forma plasma conductor dentro de todo el tubo fluorescente y, por lo tanto, lo
atraviesa una corriente de electrones que interactúa con los átomos de Hg, Ar y Ne, excitándolos, los
que emitirán luz al desexcitarse, principalmente en la región del ultravioleta (UV).
La diferencia de potencial aplicada a los filamentos y al tubo es pulsante, porque la tensión eléctrica
que alimenta el circuito es corriente alterna de 50 Hz (en Europa,...) o de 60 Hz (en USA, Japón,...).
Los filamentos poseen inercia térmica, pero el plasma no, lo que produce un veloz parpadeo en la luz
emitida, que puede molestar a algunas personas, producir dolor de cabeza y hasta convulsiones a
quienes sufren de epilepsia. Este fenómeno se minimiza al disponer los tubos en grupos, alimentados
cada tubo desde fases distintas y con rejillas de dispersión estroboscópica. Este efecto se elimina con
los modernos balastos electrónicos.
Los filamentos, al calentarse, desprenden electrones que, junto con el pico de autoinducción, ionizan
los gases que llenan el tubo; se forma así un plasma que conduce la electricidad. Este plasma excita
los átomos del vapor de mercurio que, al desexcitarse, emiten luz visible y ultravioleta. Estos
filamentos están recubiertos por una especie de polvo llamado triplecarbonato, este se utiliza para
promover el salto de electrones entre el cátodo y el ánodo y cada vez que se energiza el tubo
fluorescente se desprende una pequeña cantidad del filamento, que va formando la mancha negra
que se aprecia en los fluorescentes cuando están cerca de cumplir su vida útil, una vez que se ha
agotado el triplecarbonato en los filamentos, no hay forma de que se dé el salto de electrones y por
tanto el tubo fluorescente deja de funcionar, a pesar de que todas las demás partes del tubo estén en
perfecto estado. Por eso no se recomienda el uso de esta tecnología en lugares donde se enciende y
apagan constantemente.
El revestimiento interior de la lámpara tiene la función de filtrar y convertir la luz ultravioleta en visible.
La coloración de la luz emitida por la lámpara depende del material de ese recubrimiento interno. El
material del tubo, vidrio común, contribuye a reducir la luz UV que pudiera escapar fuera de la
luminaria.
Las lámparas fluorescentes son dispositivos con pendiente negativa de su resistencia eléctrica,
respecto de la tensión eléctrica. Esto significa que cuanto mayor sea la corriente que las atraviesa,
mayor es el grado de ionización del gas y, por tanto, menor la resistencia que opone al paso de dicha
corriente. Así, si se conecta directamente la lámpara a una fuente de tensión prácticamente constante,
como la suministrada por la red eléctrica, la intensidad tenderá a valores muy elevados, y la lámpara
se destruirá en pocos segundos. Para evitar esto, siempre se la conecta a través de un elemento
limitador de corriente para mantenerla dentro de sus límites de trabajo. Este elemento imitador, en el
caso de la instalación de la Figura 1, es el balasto que provee reluctancia inductiva, la que absorberá
la diferencia entre la tensión de alimentación y la tensión de trabajo del tubo.
Finalmente, la disminución de la resistencia interna del tubo una vez encendido, hace que la tensión
entre los terminales del cebador sea insuficiente para ionizar el gas contenido en su ampolla y por
tanto el contacto metálico queda inactivo cuando el tubo está encendido.
Compensación en lámparas fluorescentes:

Dónde:

• C = es la capacitancia del condensador.


• P = es la potencia activa absorbida por el conjunto.
• fi = es el ángulo cuyo coseno es el factor de potencia inicial, antes de la compensación.
• ff = es el ángulo cuyo coseno es el factor de potencia final, después de la compensación.
• V = es la tensión de entrada.
• f = es la frecuencia en hercios de la tensión de entrada.
Propiedades:

• Luminosidad: las lámparas fluorescentes tienen un rendimiento luminoso que puede estimarse
entre 50 y 90 lúmenes por vatio (lm/W). La luminosidad de la lámpara depende no solamente del
revestimiento luminiscente, sino de la superficie emisora, de modo que al variar la potencia varía
el tamaño, por ejemplo, la de 18 W mide unos 60 cm, la de 36 W, 1,20 m y la de 54 W 1,80 m.

• Vida útil: es también mucho mayor que la de las lámparas de incandescencia, pudiendo variar con
facilidad entre 5000 h y más de 75 000 h (entre 5 y 75 veces más que una bombilla), lo que
depende de diversos factores, tales como el tipo de lámpara fluorescente o el equipo de la
luminaria que se utilice con ella.

• Color: hay en el mercado distintos modelos con diferentes temperaturas de color. Esta está
comprendida generalmente entre los 3000 K y los 6500 K (del blanco frío a luz día cálido). Sin
embargo, en la actualidad se pueden conseguir tubos con una amplia gama de temperatura de
color, lo que permite encontrar con relativa facilidad modelos que van desde los 2700 K hasta los
10 000 K, recomendándose la elección en función del uso y de la iluminancia que vaya a
instalarse. Las lámparas de temperatura de color alta (p.e. el color blanco 5000K) se recomiendan
cuando se necesite una buena reproducción del color o con iluminancias altas; por el contrario,
con iluminancias bajas o cuando se busquen coloraciones cálidas, se elegirá una temperatura de
color baja.

Ventajas:

CONSUMO DE ENERGÍA:
La gran ventaja de este tipo de lámparas es su, relativamente, reducido consumo de energía, pues
tienen un rendimiento entre 50 y 80 lúmenes por vatio de potencia (lm/W), frente a las lámparas
tradicionales de incandescencia (entre 10 y 15 lm/W), que su consumo es mayor e, incluso, frente a
otros tipos de lámpara, excepto los más recientes. Eso ha llevado a un uso muy extenso,
especialmente en edificios de uso público y oficinas, pero en el consumo interviene no solo la propia
lámpara, sino también la luminaria y el sistema de encendido.

PARPADEO:
Las lámparas fluorescentes, con el sistema de encendido de reactancia y cebador, no dan una luz
continua, sino que muestran un parpadeo que depende de la frecuencia de la corriente
alterna aplicada (por ejemplo: en España, 50 Hz). Esto no se nota mucho a simple vista, pero una
exposición continua a esta luz puede dar dolor de cabeza. El efecto es el mismo que si se configura
un monitor de ordenador a 52 Hz.
Este parpadeo puede causar el efecto estroboscópico, de forma que un objeto que gire a cierta
velocidad podría verse estático bajo una luz fluorescente. Por tanto, en algunos lugares (como talleres
con maquinaria) podría no ser recomendable esta luz.
El parpadeo, aunque poco perceptible, puede afectar notablemente la salud de algunas personas con
algunos tipos migrañas, epilepsia y, en algunos casos, su efecto es tan devastador para la salud que
hay quienes quedan excluidos completamente de algunos ámbitos públicos (bibliotecas, trabajo,
deportes, etc.) en los que suelen utilizarse este tipo de iluminación.
El parpadeo también causa problemas con las cámaras de vídeo, ya que la frecuencia a la que lee la
imagen del sensor puede coincidir con las fluctuaciones (oscilaciones) en intensidad de la lámpara
fluorescente.
No obstante, con un balasto electrónico no existe tal problema, pues este dispositivo convierte la
frecuencia de la corriente de 50 o 60 Hz a 20 KHz y no se nota el parpadeo más que en una lámpara
incandescente normal.
DESVENTAJAS:
Se debe tener en cuenta que este tipo de lámparas (fluorescentes) son consideradas residuos
peligrosos debido a su contenido de vapor de mercurio que produce envenenamiento por mercurio,
por lo cual se deben desechar adecuadamente para evitar efectos ambientales negativos.
Normalmente, en Europa, hay puntos de recogida en la mayoría de los supermercados, y es muy
importante depositarlas sin romperlas, porque lo más peligroso es su contenido de vapor de mercurio.
El vapor induce envenenamiento por mercurio cuando se inhala.
Lámparas fluorescentes compactas (LFC)

La lámpara fluorescente compacta o lámpara fluocompacta (LFC) es un tipo de lámpara que


aprovecha la tecnología de los tradicionales tubos fluorescentes para hacer lámparas de menor
tamaño que puedan sustituir a las lámparas incandescentes con pocos cambios en la armadura de
instalación y con menor consumo.

La luminosidad emitida por un fluorescente depende de la superficie emisora, por lo que este tipo de
lámparas aumentan su superficie doblando o enrollando el tubo de diferentes maneras. Otras mejoras
en la tecnología fluorescente han permitido asimismo aumentar el rendimiento luminoso máximo
desde los 40-50 lm/W hasta los alcanzar 80 lm/W, aunque su eficacia media actual en el mercado es
de en torno a los 58 lm/W, que ha sido superado ampliamente por muchas lámparas tipo LED.
También la sustitución de los antiguos electromagnéticos por balastros electrónicos ha permitido
reducir el peso y el característico parpadeo de los fluorescentes tradicionales.
En comparación con las lámparas incandescentes, las LFC tienen una vida útil más larga y consumen
menos energía eléctrica para producir la misma cantidad de luz. Como desventajas, su reproducción
de los colores, aunque actualmente es buena (IRC>80), no alcanza el espectro continuo de las
incandescentes o halógenas (IRC=100), normalmente no alcanzan su máximo brillo de forma
inmediata y es más problemático deshacerse de las viejas, pues hay que llevarlas a lugares
específicos, ya que contienen residuos tóxicos. Además no es adecuado su uso en lugares cerrados
pequeños o con temperatura alta, ya que se reduce drásticamente la duración por el rápido deterioro
de la electrónica pudiendo llegar a explotar por sí solas bajo condiciones muy extremas.

Funcionamiento:
El funcionamiento de una lámpara fluorescente compacta es el mismo que el de un tubo
fluorescente común, excepto que es mucho más pequeña y manejable.
Cuando se enrosca la LFC en un portalámparas (tipo Edison E27 o E14, igual al que utilizan la mayoría
de las lámparas de incandescencia), al accionar el interruptor de encendido, la corriente eléctrica
alterna pasa por el balasto electrónico, donde un rectificador diodo de onda completa la convierte
en corriente continua. A continuación un circuito oscilador, compuesto fundamentalmente por
un circuito transistorizado que funciona como amplificador de corriente,
una bobina o transformador (reactancia inductiva) y un condensador (reactancia capacitiva), se
encargan de originar una corriente alterna con una frecuencia de entre 20 y 60 kHz.
El objetivo de esa alta frecuencia es disminuir el parpadeo que provoca el arco eléctrico que se crea
dentro de las lámparas fluorescentes cuando se encuentran encendidas. De esa forma se anula
el efecto estroboscópico que normalmente se crea en las antiguas lámparas fluorescentes de tubo
recto cuando funcionaban con balastos electromagnéticos (no electrónicos). En las lámparas
fluorescentes antiguas el arco que se origina tiene una frecuencia de tan sólo 50 ó 60 Hz, que es la
de la red eléctrica a la que están conectadas.
Cuando los filamentos de una LFC se calientan por el paso de la corriente, el aumento de la
temperatura ioniza el gas inerte habitualmente argón o neón, que contiene el tubo en su interior,
creándose un puente de plasma entre los dos filamentos. A través de ese puente se origina un flujo
de electrones que aporta las condiciones necesarias para que el balasto electrónico genere una chispa
y se inicie un arco eléctrico entre los dos filamentos. En este punto del proceso los filamentos se
apagan (cesa su incandescencia) y su misión es actuar como electrodos para mantener el arco
eléctrico durante todo el tiempo que permanezca encendida la lámpara. El arco eléctrico no produce
directamente la luz en estas lámparas, pero su existencia es fundamental para que se produzca ese
fenómeno.
Una vez que los filamentos de la lámpara se han apagado, la única misión del arco eléctrico será
continuar y mantener el proceso de ionización del gas inerte. De esa forma, los iones desprendidos
del gas inerte al chocar contra los átomos del vapor de mercurio contenido dentro del tubo dan lugar
a que los átomos de mercurio se exciten y comiencen a emitir fotones de luz ultravioleta en la
desexcitación subsiguiente. La luz ultravioleta no es visible para el ojo humano, pero al ser absorbidos
por la capa de sustancia fluorescente que recubre la pared interna del tubo, hace que los átomos de
flúor se exciten y que emitan fotones de luz visible al desexcitarse. El resultado final es que la lámpara
emite luz visible hacia el exterior.

Comparación de consumos:

Colores de la luz de las lámparas compactas:

Las lámparas de colores "blanco cálido" (2700 K a 3000 K) proporcionan un color similar al de las
lámparas incandescentes, algo amarillento en apariencia. Las lámparas "blanca", "blanca neutra" o
"blanco medio" (3500 K a 4400 K) producen una luz blanca pura, más blanca que la de una lámpara
incandescente. Las lámparas blanco frío, llamadas también "luz día" (hasta 6500 K) emiten un blanco
con tendencia notable al azulado.
Vapor de sodio de alta presión (H pressure)

Lámpara de vapor de sodio de alta presión

Son una de las fuentes de iluminación más eficientes, ya que proporcionan gran cantidad de lúmenes
por vatio. El color de la luz que producen es amarillo brillante. Este tipo de lámparas tienen muchos
usos posibles tanto en iluminación de interiores como de exteriores. Algunos ejemplos son en
iluminación de naves industriales, alumbrado público o iluminación decorativa.

Las lámparas de sodio fueron producidas comercialmente por primera vez por Philips en Holanda en
1932. Hay dos tipos de lámparas de sodio de baja presión: (LPS) y alta presión (HPS). Es una de las
lámparas más eficientes del mundo, ya que utiliza toda la corriente que llega para crear la luz en el
color más sensible (frecuencia) para el ojo humano. Una lámpara incandescente en contraste crea la
luz en todas las frecuencias de infrarrojos (no visible) a los rayos UV en el otro extremo del espectro.
La energía utilizada para hacer que la luz no visible es una pérdida de energía, ya que no ayuda a
hacer el trabajo principio de una luz eléctrica. La lámpara de LPS también se llama una lámpara SOX
(SO de sodio)

Las lámparas de vapor de sodio de alta presión son las más avanzadas. Las radiaciones emitidas por
estas lámparas representa un espectro de emisión con bandas más anchas. Se mejoran las
características de las lámparas, pero la eficacia luminosa y la reproducción cromática siguen siendo
el punto débil de estas lámparas. El tubo de descarga llega a alcanzar temperaturas de 1000ºC.

Partes de la lámpara:

Tubo de descarga: es de menor tamaño y cilíndrico. El material es cerámico, a base de óxido de


aluminio sinterizado, translúcido y con un pequeño contenido de óxido de magnesio que reduce el
tamaño del cristal de aluminio. A pesar de ser translúcido, la transmisión de la radiación visible llega a
alcanzar el 90%. En los dos extremos tiene dos discos de aluminio o niobio que cierran el tubo. Igual
que las lámparas de baja presión tiene dos electrodos de una aleación de tungsteno y titanio
recubiertos por una sustancia que favorece la emisión de electrones.
El interior del tubo está relleno de sodio, una mezcla de gas xenón para facilitar el arranque y vapor
de mercurio que protege a los electrodos amortiguando la movilidad de los electrones.
La mezcla de todos estos gases reduce la longitud necesaria del arco, por lo que disminuye el tamaño
de la lámpara.

Ampolla exterior: es de vidrio y en el interior tiene hecho el vacío o contiene un gas inerte para reducir
las pérdidas de calor del tubo y prevenir los ataques químicos. Su forma es ovoide o tubular.
Casquillo: normalmente es de rosca Edison, aunque también puede ser de tipo Bayoneta. Ver
apartado Casquillos.

Funcionamiento

La luz se obtiene por la emisión generada en el choque de los electrones libres con los átomos del
gas del tubo de descarga. Los choques excitan a los electrones que pasan a órbitas de más energia.
Cuando regresan a su órbita se produce la emisión de los fotones, es decir la radiación de luz.

Equipos auxiliares

Las lámparas de vapor de sodio a alta presión necesitan una tensión muy elevada para su arranque.
El equipo auxiliar lo forman un balasto y un arrancador que puede ser externo o incorporado y
conectado en serie o semi-paralelo. Para corregir el factor de potencia se conecta un condensador en
paralelo.

Cuando se conecta la lámpara a través de la reactancia, se produce la descarga inicial en el interior


del tubo y empieza el calentamiento de la lámpara que funde y evapora el sodio metálico y empieza a
emitir luz.

Efectos de las variaciones de la tensión de red

Las variaciones de la tensión de red sobre la lámpara afectan a la corriente, el flujo luminoso y la
potencia en la lámpara. La variación de tensión afecta negativamente a este tipo de lámparas, hasta
el punto de ser necesaria la instalación de un equipo estabilizador de tensión para corregir las posibles
alteraciones de tensión.
Un aumento de la tensión repercute en una disminución de la reproducción cromática y reducción de
la vida de la lámpara.

Donde:

• la tensión del arco de la lámpara(VL)


• la intensidad (IL)
• la potencia (WL)
• el flujo luminoso (Φ)

Características Principales

OPERATIVAS

• Casquillos

• Posición de funcionamiento: universal


• Tiempo de encendido y reencendido(s): 300 -600 respectivamente
• Tamaño: grande
• Posibilidad de regulación: sí
ELÉCTRICAS

• Potencia(W): 50 – 10.000
• Flujo luminoso(lm): 3.500 – 130.000

LUMÍNICAS

• Espectro de emisión: discontinuó

• Intervalos de eficacia(lm/W): 100


• Color de la luz: amarillo dorado
• IRC: 25
• Temperatura de color(K): 2.300

OTRAS

• Vida útil(h): 15.000

VENTAJAS E INCONVENIENTES

Ventajas:

– Muy eficiente.

– Lámpara de gran alcance para el uso de grandes áreas

– A pesar de un tiempo de calentamiento de 5-10 minutos se reinicia inmediatamente si hay una caída
de tensión.

– Flujo luminoso no desciende con la edad (como en LED o las incandescentes)


Desventajas:

– Gran tamaño.

– El sodio es un material peligroso que puede quemar cuando se expone al aire (por ejemplo, si la
bombilla se rompe en la basura)
Lámparas de vapor de sodio a baja presión (L pressure)
Las lámparas de vapor de sodio se pueden asimilar en cuanto funcionamiento y forma a las lámparas
de vapor de mercurio. Las diferencias se encuentran en los componentes del tubo de descarga como
se verá más adelante.
Este tipo de lámparas produce un rendimiento lumínico muy elevado gracias a que las radiaciones
producidas se concentran en la zona del espectro visible donde la percepción visual es máxima. Como
se vio, esta zona pertenece al color amarillo, color característico de las lámparas de sodio. Por lo tanto
son lámparas que se utilizan para aprovechar la agudeza visual, pero por contra la reproducción
cromática es muy baja.
La lámpara de vapor de sodio a baja presión fue la primera lámpara de este tipo.
Partes de la lámpara y su funcionamiento

Tubo de descarga: tiene forma de U, es de vidrio duro y está recubierto por una capa de bórax que
protege al vidrio del sodio.
A lo largo del tubo existen unas hendiduras cuya función es que una vez el sodio se ha enfriado, se
concentre en dichas hendiduras a lo largo de todo el tubo para facilitar el siguiente arranque. Está
relleno de sodio y un gas noble, normalmente neón. Tiene dos electrodos de tungsteno situados en
los extremos del tubo entre los que se producirá la descarga. Su temperatura óptima de
funcionamiento es de 280ºC.
Ampolla exterior: es de vidrio recubierto interiormente por una capa de óxido de indio. Su función es
mantener el tubo de descarga aislado térmicamente para mantener la temperatura de trabajo (280ºC)
y reducir las pérdidas de calor. Interiormente tiene hecha el vacío.

Funcionamiento
Cuando se cierra el interruptor empieza la descarga entre los electrodos del tubo de descarga, a través
del gas de neón. A medida que va aumentando la temperatura, el sodio empieza a vaporizarse hasta
que se inicia la descarga a través del vapor de sodio. La lámpara empieza a ponerse de color amarillo,
color característico del sodio, hasta que llega a su punto más intenso cuando se estabiliza la descarga.
En este momento la lámpara proporciona el máximo flujo luminoso.

Equipos auxiliares
Este tipo de lámparas requieren un equipo auxiliar que puede ser un balasto o un transformador con
ignitor separado.
El balasto se conecta en serie con la lámpara y un arrancador en paralelo. Un condensador en paralelo
también es necesario para corregir el factor de potencia.
El transformador son ignitor separado consiste en un balasto, un ignitor electrónico y un
condensadores en serie para corregir el factor de potencia.

Efectos de las variaciones de la tensión de red


Las variaciones de la tensión de red sobre la lámpara afectan a la corriente, el flujo luminoso y la
potencia en la lámpara.

Dónde:
▪ la tensión del arco (VL)
▪ la intensidad (IL)
▪ la potencia (WL)
▪ el flujo luminoso (Φ)

Características Principales
OPERATIVAS
▪ Casquillos
▪ Posición de funcionamiento: universal
▪ Tiempo de encendido y reencendido(s): 300-600
▪ Tamaño: grande
▪ Posibilidad de regulación: sí
ELÉCTRICAS
▪ Potencia(W): 18 - 180
▪ Flujo luminoso(lm): 1.800 - 32.000
LUMÍNICAS
▪ Espectro de emisión: discontinuo

▪ Intervalos de eficacia(lm/W): 180


▪ Color de la luz: amarillo anaranjado
▪ IRC: 0
▪ Temperatura de color(K): 2.000
OTRAS
▪ Vida útil(h): 15.000
VENTAJAS E INCONVENIENTES
Eficacia muy elevada
▪ No necesita arrancador
▪ Vida media elevada
▪ Necesita equipo auxiliar
▪ IRC bajo
▪ Tiempo encendido y reencendido
▪ Volumen elevado
APLICACIONES
Este tipo de lámparas se utilizan para alumbrado exterior, siempre y cuando no sea necesario tener
un rendimiento cromático elevado.

Lámparas aditivos metálicos


Las Lámparas Aditivos Metálicos están construidas de un bulbo exterior con un tubo de arco interior
hecho de cuarzo, el tubo de arco opera a alta presión a muy altas temperaturas (aproximadamente
1,100°C). Las Lámparas Aditivos Metálicos dependen de la luz emitida por un vapor gaseoso al
circular la electricidad a través de él. Su uso es recomendado en lugares en donde sea de extrema
importancia la calidad de la luz y la definición de los colores ya que tiene el Índice de rendimiento de
color más alto (65%-70% CRI y arriba en las CMH) de todas las Lámparas de Intensidad de Descarga
(HID).

Las Lámparas Aditivos Metálicos son lámparas de descarga y requieren de tiempo para un encendido
así re-encendido para alcanzar su máxima luminosidad después de una falla en el suministro eléctrico.
Para obtener el consumo eléctrico total (watts) agregue el consumo del balastro electromagnético. En
operación la variación en la temperatura de color de la lámpara es una característica propia del tipo
de lámpara, sin embargo puede ser influenciada por variaciones en las condiciones de operación; esto
no significa que el sistema o la lámpara fallen, es normal que con el tiempo de operación la lámpara
cambie gradualmente su color a uno más cálido.

La última generación son las Lámparas Aditivos Metálicos Cerámicos (CMH) los cuales tienen alto
nivel de uniformidad de la luz de una lámpara a otra durante toda la duración de la misma. Esto las
hace ideales para las áreas en donde la definición del color juega un papel importante.

Características:
• Excelente índice de rendimiento de color arriba de 65% (CRI)
• Duración hasta 15,000 horas.
• Color cálido y vivo que añade atractivo a los productos a iluminar y mobiliario.
• Temperaturas de color variadas para combinar con otros sistemas de iluminación como lámparas
fluorescentes T5, lámparas incandescentes y lámparas halógenas.

Usos y aplicaciones:

Son de uso industrial tanto como de uso doméstico. Generalmente se le suele usar en estaciones de
combustible, plazas y alumbrado público. También se le suele usar en la iluminación de acuarios. Por
su amplio espectro de colores, se le suele usar en lugares donde se requiere una buena reproducción
de colores, como estudios de televisión y campos deportivos.

Funcionamiento:

Como las otras lámparas eléctricas de descarga de gas, por ejemplo las lámparas de vapor de
mercurio (muy similares a la de haluro metálico), la luz se genera pasando un arco eléctrico a través
de una mezcla de gases. En una lámpara de haluro metálico, el tubo compacto donde se forma el arco
contiene una mezcla de argón, mercurio y una variedad de haluros metálicos. Las mezclas de haluros
metálicos afecta la naturaleza de la luz producida, variando correlacionadamente la temperatura del
color y su intensidad (por ejemplo, que la luz producida sea azulada o rojiza). El gas argón se ioniza
fácilmente, facultando el paso del arco voltaico pulsante a través de dos electrodos, cuando se le
aplica un cierto voltaje a la lámpara. El calor generado por el arco eléctrico vaporiza el mercurio y los
haluros metálicos, produciendo luz a medida que la temperatura y la presión aumentan. Como las
otras lámparas de descarga eléctrica, las lámparas de haluro metálico requieren un equipo auxiliar
para proporcionar el voltaje apropiado para comenzar el encendido y regular el flujo de electricidad
para mantener la lámpara encendida. La lámpara de haluro metálico de 150W, tiene como
característica especial que funciona mejor en sitios abiertos

Componentes:

Los principales componentes de la lámpara de haluro metálico son los siguientes. Tienen una base
metálica (a veces una en cada extremo), que permita la conexión eléctrica. La lámpara es recubierta
con un cristal protector externo (llamado bulbo) que protege los componentes internos de la lámpara
(a veces también es dotado de un filtro de radiación ultravioleta, provocada por el vapor de mercurio).
Dentro de la cubierta de cristal, se encuentran una serie de soportes y alambres conductores que
sostienen el tubo de cuarzo (donde se forma el arco voltaico y la luz), y a su vez este se encaja en los
electrodos de tungsteno. Dentro del tubo de cuarzo, además del mercurio,
contiene yoduros, bromuros de diferentes metales y un gas noble. La composición de los metales
usados define el color y la temperatura de la luz producida por la lámpara.
Otros tipos tienen el tubo donde se forma el arco de alúmina en vez de cuarzo, como las lámparas de
vapor de sodio. Usualmente estos son llamados haluro metálico de cerámica o CMH (del
inglés Ceramic Metal Halide).
Algunas lámparas son recubiertas internamente con fósforo para difundir la luz.
Balastros:

Las lámparas de haluro metálico requieren balastos para regular el flujo continuo del arco y
proporcionar el voltaje apropiado a la lámpara. Algunas lámparas grandes contienen un electrodo
especial de encendido para generar el arco cuando la lámpara es encendida, generando un parpadeo
leve al momento del encendido. Las lámparas más pequeñas no requieren un electrodo de encendido,
y en lugar de este utilizan un circuito especial de encendido, que se encuentra dentro del balasto,
generando un pulso de alto voltaje entre los electrodos de funcionamiento.
En el caso de los balastos electrónicos, algunos están disponibles para las lámparas de haluro
metálico. La ventaja de estos balastos es que tienen un control más preciso y exacto de la potencia,
proporcionando un color más consistente y una vida más larga de la lámpara. En algunos casos se
dice que los balastos electrónicos incrementan la eficiencia de la lámpara, reduciendo el consumo
eléctrico, pero hay excepciones, por ejemplo las lámparas de alta frecuencia (High Output) o muy alta
frecuencia (Very High Output) donde el rendimiento no aumenta con el uso de balastos electrónicos.
El tiempo de vida de estas lámparas va desde las 20.000 a 22.000 h
Lámparas LED:
Una lámpara de led, también conocida como lámpara de tecnología led o más simplemente lámpara
led (con led como la sigla de la tecnología de diodo emisor de luz, light emitting diode, en este caso
idealmente en mayúsculas), es una lámpara de estado sólido que usa ledes (light-emitting diode,
diodos emisores de luz) como fuente lumínica. Debido a que la luz capaz de emitir un led no es muy
intensa, para alcanzar la intensidad luminosa similar a las otras lámparas existentes como las
incandescentes o las fluorescentes compactas las lámparas led están compuestas por agrupaciones
de ledes, en mayor o menor número, según la intensidad luminosa deseada.
Actualmente las lámparas de led se pueden usar para cualquier aplicación comercial, desde el
alumbrado decorativo hasta el de viales y jardines, presentado ciertas ventajas, entre las que destacan
su considerable ahorro energético, arranque instantáneo, aguante a los encendidos y apagados
continuos y su mayor vida útil, pero también con ciertos inconvenientes como su elevado costo inicial.
Los diodos funcionan con energía eléctrica de corriente continua (CC), de modo que las lámparas de
led deben incluir circuitos internos para operar desde la corriente alterna normal. Los ledes se dañan
a altas temperaturas, por lo que las lámparas de led tienen elementos de gestión del calor, tales
como disipadores y aletas de refrigeración. Las lámparas de led tienen una vida útil larga y una gran
eficiencia energética, pero los costos iniciales son más altos que los de las lámparas fluorescentes.

Tecnología LED:

La iluminación para usos normales necesita luz blanca. Los ledes emiten luz en una banda de
longitudes de onda muy estrecha, fuertemente coloreada. El color es característico de la banda
prohibida de energía del material semiconductor usado para fabricar cada led. Para emitir luz blanca
es preciso combinar ledes de luz roja, verde y azul, o usar fósforo para convertir parte de la luz a otros
colores.
El primer método (ledes RGB), usa múltiples ledes, cada uno emitiendo una longitud de onda diferente
en las proximidades, para formar el amplio espectro de luz blanca. La ventaja de este método es que
la intensidad de cada led puede ser ajustada para "afinar" el carácter de la luz emitida. La mayor
desventaja es su alto costo de producción.
El segundo método, led de fósforo convertido (pcLED), usa un led de corta longitud de onda
(usualmente azul o ultravioleta) en combinación con el fósforo que absorbe una porción de la luz azul
y emite un espectro más amplio de luz blanca (el mecanismo es similar a la forma de una lámpara
fluorescente que emite luz blanca de un sistema de iluminación UV de fósforo). La mayor ventaja aquí
es el costo de producción bajo, alto IRC (índice de reproducción cromática), mientras la desventaja es
la incapacidad para cambiar dinámicamente el carácter de la luz y el hecho de que la conversión de
fósforo reduce la eficiencia del dispositivo. El bajo costo y el desempeño adecuado lo hacen la
tecnología más utilizada para la iluminación general hoy en día.
Un solo led es un dispositivo de estado sólido de baja tensión (voltaje) y no puede funcionar
directamente en la corriente alterna normal sin algún tipo de circuito para controlar el voltaje aplicado
y el flujo de corriente a través de la lámpara. Se pueden usar una serie
de diodos y resistores (resistencias) para controlar la polaridad de la corriente y limitar la intensidad,
más esto sería ineficiente, ya que la mayor parte de la tensión aplicada se desperdicia en forma de
calor en la resistencia. Una cadena única de ledes en serie podría minimizar la pérdida de la caída de
tensión, pero el fallo de un solo led podría apagar toda la cadena. El uso de cadenas en
paralelo redundantes incrementa la fiabilidad, usándose comúnmente tres o más cadenas. Pueden
ser útiles para la iluminación del hogar o en espacios de trabajo, debe colocarse un número de ledes
juntos en una lámpara para combinar sus efectos de iluminación. Esto es porque cada led emite
solamente una fracción de la luz de las fuentes de luz tradicionales.
Cuando se utiliza el método de la mezcla de colores, puede ser difícil lograr una distribución de color
uniforme, mientras que la adaptación de ledes blancos no es crítica para el equilibrio de color. Además,
la degradación de ledes diferentes en varios momentos en una lámpara de colores combinados puede
producir errores en la uniformidad de la salida de color. Las lámparas de ledes usualmente consisten
en grupos de ledes en una cubierta con dispositivos electrónicos, un disipador y óptica.
No se han descrito las temperaturas óptimas ambientales de funcionamiento, sin embargo, se ha
demostrado que pueden trabajar entre –40º y +50º.
Las lámparas led sacan ventaja del hecho de que se deban colocar muchos ledes para lograr una
iluminación uniforme al conectarlos en serie, el número de ledes que se pueden conectar depende de
la tensión de la red eléctrica. Por ejemplo, con 120 voltios de entrada y considerando que cada led
funciona con aproximadamente 3 voltios, se pueden conectar hasta 40 ledes y dado que la conexión
es en serie la lámpara entera consumirá la misma corriente que si se conecta un solo led a una fuente
de 3 voltios.
Si el voltaje es mayor, por ejemplo 240 voltios, entonces se podrían conectar hasta 80 ledes en serie
y seguiría circulando la misma corriente, sin embargo el consumo total de la lámpara seria del doble,
pues la misma intensidad de corriente multiplicada por el doble de tensión igual al doble de potencia.
Cabe mencionar que cualquiera que sea la tensión total y el número de ledes siempre es necesario
conectar una (o varias) resistencia(s) en serie con los ledes para limitar la cantidad de corriente que
circule por ellos y evitar que se quemen o desgasten prematuramente por exceso de corriente.

Iluminación de color:

El campo en que las lámparas led ofrecen mejores prestaciones es en el de la iluminación de color,
como es el caso de los semáforos o de los pilotos de los vehículos automóviles. Hasta ahora el color
se conseguía mediante un filtro que solamente dejaba pasar la luz del color deseado (rojo, verde,
ámbar,...) reteniendo el resto del espectro de emisión de la lámpara, por lo que era obligado poner
una lámpara más potente para conseguir el flujo luminoso necesario, lo que reducía mucho el
rendimiento y aumentaba el consumo de energía. Pero como el color es característico de la banda
prohibida de energía del material semiconductor usado para fabricar cada led, utilizando directamente
una lámpara led del color adecuado, no es necesario el filtro, de modo que se aprovecha íntegramente
el flujo luminoso de la lámpara. Si se suma el mayor rendimiento de las lámparas led, tratado más
arriba, respecto a las antiguas lámparas de incandescencia, son razones suficientes para que se use
cada vez más en estos dispositivos que requieren luz coloreada.
Lámparas de Inducción Magnética:
Las lámparas de inducción magnética son un producto de alta tecnología y ahorro de energía basadas
en el principio de inducción electromagnética, que emplea una corriente de alta frecuencia que incide
en el gas inerte de la lámpara, sin el uso de electrodos. La iluminación en las lámparas de inducción
electromagnéticas se basa en los principios bien conocidos de la inducción y generación de luz a
través del gas contenido en el interior de la bombilla.
La inducción es el transporte de energía atreves del magnetismo. Una corriente de alta frecuencia
actúa a través de una bobina primaria induciendo un campo magnético alternativo en el núcleo de la
ferrita. El campo magnético alternativo, a su vez induce una corriente secundaria en la bobina
secundaria o anillo, que excita los átomos sobre el recubrimiento interior de fosforo generando la luz
visible.

A las lámparas de inducción magnética lambien se les conoce como “lámparas sin electrodos”. La
rotura del filamento o el desgaste del electrodo son las principales causas de fallo de las lámparas
comunes, sin electrodos, el ciclo vital de lámpara de inducción magnética no se limita, por tanto, la
vida útil puede prolongarse de manera continua.

¿Cómo funciona la inducción magnética?

Gracias a su capa de trifosforo, la lámpara de inducción magnética tiene un bajísimo nivel de radiación
ultra vilote de 0.4% y de rayos infrarrojos de 0.2%. esto la transforma en una alternativa inocua tanto
para el medio ambiente, como para los seres vivos.

1-Generador de alta frecuencia

El generador de lata frecuencia produce una corriente alterna de 236 kh que es suministrada a la
alterna. Contiene un oscilador, que se ajusta a las características de la bobina primaria.

2-Bobina de inducción sin electrodos


La bobina descarga la energía producida por el generador de alta frecuencia a una ampolla de cristal,
utilizando para esto una antena conformada por una bobina primaria de inducción y un núcleo de
ferrita. Este equipo consta además de un soporte para la antena, un cable coaxial y anillos magnéticos
termoconductores.

3-Electrones: la plasma y el gas inerte

El choque de gas argón con las moléculas controladas de mercurio en estado gaseoso, transforma la
energía en radiación ultravioleta 0.2%.

4-Capa de trifosforo

La capa de trifosforo convierte la radiación ultravioleta producida 0.4% en luz visible.

Las ventajas que tienen estas luminarias de inducción magnética son:

• Duración de 60,000 a 100,000 hrs. (aproximadamente 20 años) de vida útil contra 10,000 hrs.
en las más durable.
• Proporciona un ahorro de energía del 50 al 60% comparado con las lámparas convencionales.
• Emiten una luz blanca y natural que no distorsiona los colores.
• Mantenimiento mínimo ya que no hay cambio de bombillas ni balastros.
• Variación de voltaje entre 80 a 270 volts, evitando que se dañen las bombillas.
• Encendido instantáneo después de cualquier fallo de corriente.
• El flujo de luz es constante sin parpadeos.
• Peso bajo y temperatura de operación no llega a 70 grados centígrados.
• Ventajas técnicas y ecológicas por tener elementos que no usan electrodos para su operación.
• Ideales para cultivos de interior por su alta luminosidad y su preciso aporte de luz ultravioleta,
imprescindible para la floración.
EQUIPO AUXILIAR

Balastros de lámparas fluorescentes

Magnéticos o electrónicos:

Los balastros magnéticos consisten básicamente en núcleos de láminas de acero rodeadas por
bobinas de cobre o aluminio. Este arreglo transforma potencia eléctrica en una forma apropiada para
arrancar y regular la corriente en lámparas fluorescentes.

El tercer componente principal de la mayoría de los balastros magnéticos es el capacitor. El capacitor


en dichos balastros corrige el factor de potencia, de tal forma que puede utilizar la energía de manera
más eficiente. Los balastros magnéticos que están equipados con el capacitor se les considera de alto
factor de potencia.

El balastro electrónico por otra parte ha sido beneficiado por el avance de la electrónica, su
construcción es totalmente diferente al magnético. Enciende y regula las lámparas fluorescentes en
altas frecuencias, generalmente mayores a 20 kHz usando lógicamente componentes electrónicos de
estado sólido en vez del arreglo magnético.

Usar este tipo de componentes ha traído beneficios sobre todo para la iluminación fluorescente, uno
de ellos es que ha sido posible eliminar el efecto visible del parpadeo de la lámpara en el encendido;
otro es la eliminación del ruido en el balastro que se producía debido a los efectos magnéticos y como
gran plus la posibilidad de un rango mayor de atenuación cuando se adicionan controles de iluminación
al sistema.

Si bien los balastros magnéticos siguen siendo muy usados en distintas partes debido a su simplicidad
de fabricación y bajo costo, son de dimensiones mayores y peso considerable para un bajo
rendimiento, en comparación con los electrónicos que al operar en alta frecuencia permiten un mayor
rendimiento, control de potencia de salida, mayor vida útil de la lámpara y reducido volumen; estas
características se reflejan también en un mayor precio.

OPERACIÓN DE LOS BALASTROS

Estos cumplen con tres funciones:


1. Proveer la tensión adecuada para establecer un arco entre los dos electrodos que encienden la
lámpara.
2. Regular la corriente eléctrica que fluye a través de la lámpara para estabilizar la brillantez.
3. Proveer la tensión adecuada para la corriente de operación de la lámpara; también pueden
compensar variaciones en la tensión de suministro.
Los balastros electrónicos se integran por grupos de componentes electrónicos que convierten tensión
alterna a directa, pasando por un convertidor de AC-DC, el cual funciona como etapa de corrección
de factor de potencia. La salida se conecta entonces a un inversor para obtener nuevamente tensión
a corriente alterna pero con una alta frecuencia que alimentará a la lámpara.
BALASTROS DE LAMPARA HID

Las lámparas de lata intensidad de descarga (HID), requieren de un dispositivo regulador de corriente,
ya que una vez encendidas, la corriente se incrementaría sin control hasta dañarlas, por lo tanto es
necesario conectar un aparato llamado balastro, el cual tiene las siguientes funciones:

• Regular la corriente de la lámpara.


• Suministrar la corriente de calentamiento.
• Suministrar el voltaje requerido para el encendido (OCV: voltaje de circuito
abierto).

El balasto proporciona suficiente tensión para el encendido de la lámpara y limita las variaciones de
corrientes frente a las variaciones de la tensión de alimentación.

En todos los casos, hace que la lámpara funciones a un voltaje adecuado independientemente del de
la red de alimentación, para lo cual requiere que haya suficiente tensión de alimentación o utilizar
balastos de tipo autotransformador de dispersión para elevarla o reducirla al valor preciso y a la vez
regular la corriente de la lámpara.

Según su forma constructiva y características de funcionamiento, los tipos más utilizados son:

Balastro tipo Reactor Abierto de alto factor de potencia (BRA)

Cuando la tensión de la red es suficiente para arrancar y mantener el arco en la lámpara, se suelen
utilizar los reactores serie, o “chokes”, formados por una bobina simple con un núcleo magnético y que
conectados eléctricamente en serie con la lámpara, limitan y regulan la corriente en la misma.

Balastro Capacitivo (Autorregulado)

Su circuito eléctrico está formado por la conexión en serie


de un reactor y un capacitor, ambos en serie con la
lámpara. Es un conjunto balasto capacitor, de especial
aplicación en aquellas zonas con tensión de red inestable, ya que funciona con tensiones de
alimentación de hasta 140 volt. En este balasto se logra una mejor regulación de la potencia en
lámpara. Para + 10% de variación en la tensión de línea, se obtiene + 10% de variación en la potencia
de lámpara.

El capacitor debe ser el adecuado para soportar la tensión que se desarrolla en funcionamiento. En
este caso se deben utilizar capacitores para 400V. ó 600V. (Según la lámpara).
Balastro Autotransformador de Alta Reactancia de Dispersión.

Cuando la tensión de red es insuficiente para lograr el arranque de la lámpara, se hace necesaria la
utilización de balastos autotransformadores (o autotransformador dispersión) los cuales elevan la
tensión al valor preciso para arrancar y mantener el arco de la lámpara. Este tipo de balasto, al igual
que los de serie, tiene baja regulación de potencia en lámpara. La corrección del factor de potencia
será siempre en paralelo y se utilizarán capacitores de gran capacidad para ello.

DRIVERS LAMPARAS LEDS

El funcionamiento y la duración de una luminaria LED dependen en gran medida del driver que
estabiliza la corriente y proporciona protección térmica. Después de la gestión térmica de las
luminarias, quizá el siguiente punto en importancia en el funcionamiento de los LED, son las fuentes
de alimentación o drivers. En la iluminación LED, al contrario que pasa con la iluminación fluorescente
o incandescente, las luminarias no se conectan directamente a la corriente eléctrica, sino que lo hacen
a través de un driver que se ocupa de transformar la tensión adaptándola a las necesidades de la
luminaria. Los LEDs trabajan con corriente continua (CC), por lo tanto, si queremos que funcione en
una instalación de corriente alterna (CA) la que tenemos en casa y en la mayoría de instalaciones
requieren de un controlador (driver) que convierta la Corriente Alterna en Corriente Continua y que a
su vez disminuya el voltaje.

Funciones de un driver en la iluminación LED

Básicamente los driver LED cumplen dos funciones

• Transforman la corriente. De alterna (CA) a continua (CC)


• Adaptan el voltaje de salida a las necesidades del LED. Los LED debido a su bajo
consumo, funcionan con tensiones muy bajas, por lo que una tensión elevada no sólo no
funcionaría sino que los quemaría. Cuidado con esto ya que los drivers tienen un rango
de trabajo determinado y no todos los drivers sirven para todo tipo de luminarias.

La corriente de salida de una instalación eléctrica supera con creces la mili amperios (mA) que necesita
un LED para emitir luz. El driver es el encargado de rebajarla sin desperdiciar energía, manteniendo
la corriente constante y atenuando la generación de calor. No sería necesario un driver en LEDs
instalados en linternas a pilas, ya que la corriente de salida de una pila es muy baja en comparación
con la red eléctrica.
Otro dato muy a tener en cuenta es la sensibilidad que muestran los LED a las alteraciones de
corriente. El driver es vital para establecer constante la tensión eléctrica, lo que hace mantener estable
el flujo lumínico (intensidad y color) y la temperatura de la luminaria. El calor que genera la luminaria
LED es un dato a tener en cuenta, ya que su correcta gestión optimizar la vida útil de la lámpara LED.
Del driver depende en gran medida el aprovechamiento de la energía eléctrica consumida por la
lámpara LED.
EQUIPO AUXILIAR PARA LAMPARA DE INDUCCION

La lámpara de inducción es una mezcla entre lámpara de mercurio y fluorescente. Su principal


característica es que no necesita electrodos para originar la ionización. En cambio utiliza una antena
interna, cuya potencia proviene de un generador externo de alta frecuencia para crear un campo
electromagnético dentro del recipiente de descarga, y esto es lo que induce la corriente eléctrica en el
gas a originar su ionización. La ventaja principal que ofrece este avance es el enorme aumento en la
vida útil de la lámpara. Las lámparas de inducción están compuestas por un circuito primario, formado
por una bobina inductora con núcleo de ferrita que se alimenta por una corriente de alta frecuencia
proporcionada por un generador electrónico externo de alta frecuencia y un transmisor de potencia.
La corriente genera un campo electromagnético que influye sobre el secundario, que en estas
lámparas, es la atmósfera de vapor de mercurio del interior de la ampolla. La inducción en el
secundario crea una descarga que produce la ionización de los electrones del gas de relleno que se
encargan de excitar los átomos de vapor de mercurio. Como consecuencia se crea una radiación
ultravioleta que se transforma en luz visible gracias a la sustancia fluorescente que recubre la ampolla
por el interior.
Lámpara de inducción magnética:

Las lámparas de inducción magnética requieren un emparejado correcto con el equipo auxiliar
electrónico para su buen funcionamiento. El balasto tiene una entrada de corriente alterna que se
rectifica a corriente continua. Los circuitos de estado sólido, posteriormente, la oscilan y convierten
esta corriente continua en corriente alterna de alta frecuencia de alrededor de 250 kHz, dependiendo
del diseño de la lámpara. La corriente de alta frecuencia alimenta la bobina de inducción que envuelve
el núcleo de ferrite del inductor. La alta frecuencia crea un fuerte campo magnético en el inductor, que
acopla la energía a través del vidrio a los átomos de mercurio que se hallan dentro del tubo o la
lámpara.

CLASIFICACION DE LUMINARIAS

Por grado de protección eléctrica:

Según el grado de protección eléctrica que ofrezcan las luminarias se dividen en cuatro clases (0, I, II,
III).

Por condiciones operativas:

El sistema IP (International Protección – Protección Internacional) fijado por la UNE-EN 60598 clasifica
las luminarias de acuerdo con el grado de protección que poseen contra el ingreso de cuerpos
extraños, polvo y humedad. El término cuerpos extraños incluye aquellos elementos herramientas y
dedos que entran en contacto con las partes que llevan energía. La designación para indicar los grados
de protección consiste en las letras características de IP seguidas por dos números (tres números en
Francia) que indican el cumplimiento de las condiciones establecidas en las tablas 1., 2. y 3. El primero
de estos números es una indicación de la protección contra el ingreso de cuerpos extraños y polvo, el
segundo número indica el grado de sellado para evitar el ingreso de agua, mientras que el tercer
número en el sistema francés indica el grado de resistencia a los impactos.

Tercera cifra del código Esta cifra hace referencia a ensayos mecánicos a choque. En la siguiente
tabla se indican las cifras características con una breve descripción.

En lugar de esta tercera cifra, también es de aplicación la Norma EN-50102 sobre “Grados de
Protección proporcionados por las envolventes de materiales eléctricos contra impactos mecánicos
externos (código IK)”. En dicha Norma, el grado de protección proporcionado por una envolvente
contra los impactos se indica mediante el código IK de la siguiente forma: - Letras del código
(protección mecánica internacional): IK - Grupo de cifras características: De 00 a 10 Cada grupo de
cifras características representa un valor de la energía de impacto, cuya correspondencia se presenta
en la Tabla 4.

Generalmente, el grado de protección se aplica a la envolvente en su totalidad. Si algunas partes de


esta envolvente tienen grados de protección diferentes, éstos deben indicarse por separado.

Por su condición de servicio:

Por sus condiciones de servicio, las luminarias se pueden clasificar en los siguientes tipos:

• Luminarias para instalaciones de iluminación interior

Entendemos que dentro de este grupo están las luminarias destinadas a la iluminación de locales y
naves dedicadas a centros comerciales, industrias, oficinas, edificios docentes, instalaciones
deportivas cubiertas, etc. Por lo tanto, este tipo de alumbrado trata de dotar de la iluminación adecuada
a aquellos lugares donde se desarrolla una actividad laboral o docente. Las luminarias para la
iluminación general de interiores se encuentran clasificadas por la C.I.E. de acuerdo con el porcentaje
de flujo luminoso total distribuido por encima y por debajo del plano horizontal.

A su vez, con respecto a la simetría del flujo emitido, se puede hacer una clasificación en dos grupos:
1) Luminarias de distribución simétrica: Aquellas en las que el flujo luminoso se reparte de forma
simétrica respecto al eje de simetría y la distribución espacial de las intensidades luminosas se puede
representar en una sola curva fotométrica.

2) Luminarias de distribución asimétrica: Son aquellas en las que el flujo luminoso se distribuye de
forma no simétrica respecto al eje de simetría y la distribución espacial de las intensidades luminosas
se expresa mediante un sólido fotométrico o, parcialmente, con una curva plana de dicho sólido según
diversos planos característicos.

Información fotométrica que acompaña a las luminarias para iluminación interior

Curvas de distribución polar

Estas curvas generalmente se suelen representar para el sistema de coordenadas C y. Como existen
infinitos planos, se dan en general tres planos C representados, que son:

El plano C = 0°.

El plano C = 45°.

El plano C = 90°.

Las curvas de distribución polar están en las unidades de cd por 1.000 lúmenes de flujo emitido por
lámpara y se representa por cd/1.000 lm o cd/Klm.

• Luminarias para instalaciones de iluminación pública

Dentro de este tipo grupo tenemos luminarias de parques y jardines así como las de iluminación
pública viaria. Para las primeras, son instalaciones típicas, como su nombre indica, parques, jardines,
zonas residenciales, etc. En el segundo tipo tenemos vías urbanas, autopistas, túneles, etc. La C.I.E.
ha introducido un nuevo sistema para la clasificación de las luminarias para iluminación de viales y así
sustituir al sistema que introdujo en el año 1965, en el que se hacía la clasificación cut-off, semi-cut-
off y non-cut-off. No obstante, el antiguo sistema sigue siendo utilizado en ciertas recomendaciones
nacionales para la iluminación de viales. En la Tabla 7 mostramos el sistema antiguo.
La nueva clasificación de luminarias de la C.I.E. que reemplaza a la anterior se basa en tres
propiedades básicas de las luminarias: 1. La extensión a la cual la luz de la luminaria se distribuye a
lo largo de un camino: El “alcance” de la luminaria. 2. La cantidad de diseminación lateral de la luz, a
lo ancho de un camino: La “apertura”. 3. El alcance de la instalación para controlar el deslumbramiento
producido por la luminaria: El “control” de la luminaria. El alcance está definido por el ángulo γmax que
forma el eje del haz con la vertical que va hacia abajo. El eje del haz está definido por la dirección de
la bisectriz del ángulo formado por las dos direcciones de 90% Ιmax en el plano vertical de intensidad
máxima.

• Luminarias para instalaciones de iluminación por proyección

Dentro de este tipo podemos encuadrar las destinadas a instalaciones deportivas cubiertas y al aire
libre, fachadas, áreas de trabajo, áreas de vigilancia, etc. Un proyector es una luminaria que concentra
la luz en un ángulo sólido determinado por un sistema óptico (espejos o lentes), para conseguir una
intensidad luminosa elevada. Las lámparas utilizadas para la iluminación con proyectores van desde
lámparas con reflectores de vidrio prensado y lámparas halógenas hasta lámparas de mercurio de alta
presión, lámparas de halogenuros metálicos y lámparas de sodio de alta y baja presión. Todas vienen
en varios voltajes y cada una proporciona un tipo y cantidad especial de luz, efectos de color y
eficiencia. El montaje, cambio de lámparas y limpieza generalmente deben ser realizados a una altura
considerable sobre el nivel del suelo, por lo tanto es necesario un diseño ergonómico de la luminaria
para que estas operaciones resulten lo más fáciles posibles. Desde el punto de vista de la distribución
de luz, los proyectores se agrupan en tres grupos básicos: con simetría, de rotación simétrica y
asimétrica. Los proyectores también se clasifican de acuerdo con la apertura de su haz, como se
observa en la Tabla 9. La apertura del haz de un proyector (o ángulo de haz) se define como el ángulo,
en un plano que contiene al eje del haz, sobre el cual la intensidad luminosa disminuye hasta un
porcentaje determinado (generalmente 50% o 10%) de su valor pico (Fig. 16)

Para un proyector con distribución de la intensidad de la luz rotacionalmente simétrica (es decir, una
distribución que permanece sin cambios independientemente del plano que contiene al eje del haz
que se considere) se puede establecer una cifra para la apertura del haz, por ejemplo 28° a ambos
lados del eje del haz. En los casos de distribución asimétrica, como la proporcionada por los
proyectores rectangulares, se dan dos cifras: por ejemplo 6°/24°, ya que el haz se disemina en los
dos planos mutuamente perpendiculares de simetría (vertical y horizontal respectivamente). En
ocasiones, la distribución en el plano vertical de dichos proyectores es asimétrica con relación al eje
del haz. En ese caso, se dan dos cifras para la apertura del haz en este plano: por ejemplo 5º - 8º/24º,
esto es 5º por encima y 8º por debajo del eje del haz y en el plano horizontal 12º a la izquierda y 12º
a la derecha del haz.

Por grado de inflamabilidad de superficie de montaje:

Las luminarias no pueden ser montadas sobre cualquier superficie conveniente. La inflamabilidad de
esa superficie y la temperatura del cuerpo de la luminaria imponen ciertas restricciones al respecto.
Naturalmente, si la superficie es no-combustible, no existe ningún problema. A los fines de la
clasificación, la EN-60598 define a las superficies inflamables como normalmente inflamables o
fácilmente inflamables. La clasificación normalmente inflamable hace referencia a aquellos materiales
cuya temperatura de ignición es de al menos 200 ºC y que no se debilitan ni deforman a esa
temperatura. La clasificación fácilmente inflamable hace referencia a aquellos materiales que no
pueden ser clasificados como normalmente inflamables o no-combustibles. Los materiales de esta
categoría no pueden ser utilizados como superficie de montaje para luminarias. El montaje suspendido
es la única alternativa en estos casos. En la Tabla 5 se puede observar la clasificación de montaje que
se ha hecho sobre la base de estos requerimientos.
Por simetría de flujo:

Una primera manera de clasificar las luminarias es según el porcentaje del flujo luminoso emitido por
encima y por debajo del plano horizontal que atraviesa la lámpara. Es decir, dependiendo de la
cantidad de luz que ilumine hacia el techo o al suelo. Según esta clasificación se distinguen seis clases.

Otra clasificación posible es atendiendo al número de planos de simetría que tenga el sólido
fotométrico. Así, podemos tener luminarias con simetría de revolución que tienen infinitos planos de
simetría y por tanto nos basta con uno de ellos para conocer lo que pasa en el resto de planos (por
ejemplo un proyector o una lámpara tipo globo), con dos planos de simetría (transversal y longitudinal)
como los fluorescentes y con un plano de simetría (el longitudinal) como ocurre en las luminarias de
alumbrado viario.

CURVAS FOTOMETRICAS
Diagrama polar o curvas de distribución luminosa

En estos gráficos la intensidad luminosa se representa mediante un sistema de tres coordenadas (I,C,
). La primera de ellas I representa el valor numérico de la intensidad luminosa en candelas e indica
la longitud del vector mientras las otras señalan la dirección. El ángulo C nos dice en qué plano vertical
estamos y mide la inclinación respecto al eje vertical de la luminaria. En este último, 0º señala la
vertical hacia abajo, 90º la horizontal y 180º la vertical hacia arriba. Los valores de C utilizados en las
gráficas no se suelen indicar salvo para el alumbrado público. En este caso, los ángulos entre 0º y
180º quedan en el lado de la calzada y los comprendidos entre 180º y 360º en la acera; 90º y 270º son
perpendiculares al bordillo y caen respectivamente en la calzada y en la acera.

Con un sistema de tres coordenadas es fácil pensar que más que una representación plana
tendríamos una tridimensional. De hecho, esto es así y si representamos en el espacio todos los
vectores de la intensidad luminosa en sus respectivas direcciones y uniéramos después sus extremos,
obtendríamos un cuerpo llamado sólido fotométrico. Pero como trabajar en tres dimensiones es muy
incómodo, se corta el sólido con planos verticales para diferentes valores de C (suelen ser uno, dos,
tres o más dependiendo de las simetrías de la figura) y se reduce a la representación plana de las
curvas más características.

En la curva de distribución luminosa, los radios representan el ángulo y las circunferencias


concéntricas el valor de la intensidad en candelas. De todos los planos verticales posibles identificados
por el ángulo C, solo se suelen representar los planos verticales correspondientes a los planos de
simetría y los transversales a estos (C = 0º y C = 90º) y aquel en que la lámpara tiene su máximo de
intensidad. Para evitar tener que hacer un gráfico para cada lámpara cuando solo varía la potencia de
esta, los gráficos se normalizan para una lámpara de referencia de 1000 lm. Para conocer los valores
reales de las intensidades bastará con multiplicar el flujo luminoso real de la lámpara por la lectura en
el gráfico y dividirlo por 1000 lm.

Curvas isolux

Las curvas vistas en los apartados


anteriores
(diagramas polares e isocandelas) se obtienen a partir de
características de la fuente luminosa, flujo o intensidad
luminosa, y dan información sobre la forma y magnitud de la emisión luminosa de esta. Por contra, las
curvas isolux hacen referencia a las iluminancias, flujo luminoso recibido por una superficie, datos que
se obtienen experimentalmente o por cálculo a partir de la matriz de intensidades usando la fórmula:

Estos gráficos son muy útiles porque dan información sobre la cantidad de luz recibida en cada punto
de la superficie de trabajo y son utilizadas especialmente en el alumbrado público donde de un vistazo
nos podemos hacer una idea de cómo iluminan las farolas la calle.

Lo más habitual es expresar las curvas isolux en valores absolutos definidas para una lámpara de
1000 lm y una altura de montaje de 1 m.

Los valores reales se obtienen a partir de las curvas usando la expresión:

También puede expresarse en valores relativos a la iluminancia máxima (100%) para cada altura de
montaje. Los valores reales de la iluminancia se calculan entonces como:

Ereal = Ecurva · E máx

Con:

Siendo a un parámetro suministrado con las gráficas.

Diagrama de deslumbramiento Soellner

El ábaco de Soellner es útil para caracterizar el deslumbramiento directo de una instalación.

Uso del Ábaco:


La parte superior del diagrama indica la clasificación según las CIE y las DIN a partir de las cuales
seleccionar el grado de deslumbramiento admitido para la instalación; desde la tabla de las
iluminancias medias de la instalación se selecciona el valor medio deseado desde donde se baja en
el diagrama localizando la línea límite de luminancia.

El diagrama indica también la curva de luminancia de la luminaria: si ésta está completamente a la


izquierda de la curva límite la luminaria corresponde al tipo de deslumbramiento solicitado; la luminaria
es, en cambio, deslumbrante si se intersecan o si está completamente a la derecha.

El diagrama indica las curvas de las luminancias en sentido longitudinal y transversal; los valores de
luminancia en función de los ángulos de observación se indican en la tabla debajo del diagrama.

Los Tipos de Calidad de Deslumbramiento

A > Muy difícil

B > Con resultados visivos altos

C > Con resultados visivos normales

D > Con resultados visivos limitados

E > A considerarse para zonas de trabajo en las cuales se efectúan trabajos con escasos resultados
visivos.

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