Cómo Rezar El Via Lucis

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 15

Cómo rezar el Via Lucis

Para realizar el Via Lucis, en que compartimos con Jesús la alegría de


su Resurrección, proponemos el siguiente esquema.
1. Enunciado de la estación;
2. Presentación o monición que encuadra la escena;
3. Texto evangélico correspondiente, con la cita de los lugares
paralelos (en las dos últimas estaciones hemos tomado el texto
de los Hechos de los Apóstoles);
4. Oración que con tono de Limpieza
5. Después del enunciado de cada una de las estaciones, se puede
decir:

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.


R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.

Disposición inicial:

Jesús con su Resurrección triunfa sobre el pecado y sobre la muerte.


Y, resucitado, dedicará cuarenta días en devolver la fe y la esperanza
a los suyos. Después los dejará diez días de reflexión - a modo de
jornadas de retiro y oración - en torno a María para que reciban la
fuerza del Espíritu que les capacite para cumplir la misión que Él les
ha confiado.

En los encuentros de Jesús con sus discípulos, llenos de intimidad y


de esperanza, el Señor parece jugar con ellos: aparece de improviso,
donde y como menos se esperan, les llena de alegría y fe, y
desaparece dejándoles de nuevo esperando. Pero después de su
presencia viene la confianza firme, la paz que ya nadie podrá
arrebatarles. Todo se ilumina de una luz nueva.

El Via Lucis es el camino de la luz, del gozo y la alegría vividos con


Cristo y gracias a Cristo resucitado. Vamos a vivir con los discípulos su
alegría desbordante que sabe contagiar a todos. Vamos a dejarnos
iluminar con la presencia y acción de Cristo resucitado que vive ya
para siempre entre nosotros.

Oración Preparatoria

Señor Jesús, con tu Resurrección triunfaste sobre la muerte y vives


para siempre comunicándonos la vida, la alegría, la esperanza firme.
Tú que fortaleciste la fe de los apóstoles,
de las mujeres y de tus discípulos enseñándolos a amar con obras,
fortalece también nuestro espíritu, para que nos entreguemos de lleno
a Ti.
Queremos compartir contigo y con tu Madre Santísima la alegría de tu
Resurrección gloriosa.

PRIMERA ESTACIÓN.
¡CRISTO VIVE!: ¡HA RESUCITADO!

En la ciudad santa, Jerusalén, la noche va dejando paso al Primer Día


de la semana. Es un amanecer glorioso, de alegría desbordante,
porque Cristo ha vencido definitivamente a la muerte. ¡Cristo vive!
¡Aleluya!
Del Evangelio según San Mateo 28, 1-7. (cf. Mc 16, 1-8; Lc, 24, 1-9; Jn
20, 1-2).

Comentario

En los sepulcros suele poner "aquí yace", en cambio en el de Jesús el


epitafio no estaba escrito, sino que lo dijeron los ángeles: "¿Por qué
buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha
resucitado" (Lc 24, 5-6).

Oración

Señor Jesús, ahora queremos vivir contigo la verdadera alegría, la


alegría que brota de un corazón enamorado y entregado, la alegría de
la resurrección.

SEGUNDA ESTACIÓN.
EL ENCUENTRO CON MARÍA MAGDALENA.

María Magdalena, va al frente de las mujeres que se dirigen al


sepulcro para terminar de embalsamar el cuerpo de Jesús. Llora su
ausencia porque ama, pero Jesús no se deja ganar en generosidad y
sale a su encuentro.

Comentario

La Magdalena ama a Jesús, con un amor limpio y grande. Su amor


está hecho de fortaleza y eficacia, como el de tantas mujeres que
saben hacer de él entrega. María ha buscado al Maestro y la
respuesta no se ha hecho esperar: el Señor reconoce su cariño sin
fisuras, y pronuncia su nombre. Cristo nos llama por nuestros
nombres, personalmente, porque nos ama a cada uno.

María Magdalena, una mujer, se va a convertir en la primera


mensajera de la Resurrección: recibe el dulce encargo de anunciar a
los apóstoles que Cristo ha resucitado.

Oración

Queremos pedirte amado Maestro que, como María Magdalena,


seamos testigos y mensajeros de tu Resurrección.

TERCERA ESTACIÓN.
JESÚS SE APARECE A LAS MUJERES

Las mujeres se ven desbordadas por los hechos: el sepulcro está


vacío y un ángel les anuncia que Cristo vive. Y les hace un encargo:
anunciadlo a los apóstoles. Pero la mayor alegría es ver a Jesús, que
sale a su encuentro.

Comentario

Las mujeres son las primeras en reaccionar ante la muerte de Jesús. Y


obran con diligencia: su cariño es tan auténtico que no repara en
respetos humanos, en el qué dirán. Cuando embalsamaron el cuerpo
de Jesús lo tuvieron que hacer tan rápidamente que no pudieron
terminar ese piadoso servicio al Maestro. Por eso, como han
aprendido a querer, a hacer las cosas hasta el final, van a acabar su
trabajo. Son valientes y generosas, porque aman con obras. Han
echado fuera el sueño y la pereza y, antes de despuntar el día, ya se
encaminan hacia el sepulcro. Hay dificultades: los soldados, la pesada
piedra que cubre la estancia donde está colocado el Señor. Pero ellas
no se asustan porque saben poner todo en manos de Dios.

Oración

Señor Jesús, danos la valentía de aquellas mujeres, su fortaleza


interior para hacer frente a cualquier obstáculo.

CUARTA ESTACIÓN.
LOS SOLDADOS CUSTODIAN EL SEPULCRO DE CRISTO

Para ratificar la resurrección de Cristo, Dios permitió que hubiera unos


testigos especiales: los soldados puestos por los príncipes de los
sacerdotes, precisamente para evitar que hubiera un engaño.

Comentario

Los enemigos de Cristo quisieron cerciorarse de que su cuerpo no


pudiera ser robado por sus discípulos y, para ello, aseguraron el
sepulcro, sellando la piedra y montando la guardia. Y son
precisamente ellos quienes contaron lo ocurrido.
Oración

Señor Jesús, danos la limpieza de corazón y la claridad de mente para


reconocer la verdad. Que nunca negociemos con ella para ocultar
nuestras flaquezas. Que te reconozcamos, Señor, como la Verdad de
nuestra vida.

QUINTA ESTACIÓN.
PEDRO Y JUAN CONTEMPLAN EL SEPULCRO VACÍO

Los apóstoles han recibido con desconfianza la noticia que les han
dado las mujeres. Están confusos, pero el amor puede más. Por eso
Pedro y Juan se acercan al sepulcro con la rapidez de su esperanza.

Comentario

Pedro y Juan son los primeros apóstoles en ir al sepulcro. Han llegado


corriendo, con el alma esperanzada y el corazón latiendo fuerte. Y
comprueban que todo es como les han dicho las mujeres. Hasta los
más pequeños detalles de cómo estaba el sudario quedan grabados
en su interior.
Cristo ha vencido a la muerte, y no es una vana ilusión: es un hecho
que va a cambiar la historia, el Señor saldría al encuentro de Pedro,
como expresión de la delicadeza de su amor; y así, el que llegaría a
ser Cabeza de los Apóstoles, y tendría que confirmarlos en la fe,
recibió una visita personal de Jesús.
Oración

Señor Jesús, también nosotros como Pedro y Juan, necesitamos


encaminarnos hacia Ti, sin dejarlo para después. Por eso te pedimos
ese impulso interior para responder con prontitud a lo que puedas
querer de nosotros. Que sepamos escuchar a los que nos hablan en tu
nombre para que corramos con esperanza a buscarte.

SEXTA ESTACIÓN.
JESÚS EN EL CENÁCULO MUESTRA SUS LLAGAS A LOS
APÓSTOLES

Los discípulos están en el Cenáculo, el lugar donde fue la Última


Cena. Temerosos, comentan los sucesos ocurridos. Es entonces
cuando Jesús se presenta en medio de ellos, y el miedo da paso a la
paz.

Comentario

Cristo resucitado es el mismo Jesús que nació en Belén y trabajó


durante años en Nazaret, el mismo que recorrió los caminos de
Palestina predicando y haciendo milagros, el mismo que lavó los pies
a sus discípulos.
Es entonces cuando se presenta en medio de ellos, y les muestra sus
llagas como trofeo, la señal de su victoria sobre la muerte y el pecado.
Oración

Señor Jesús, danos la fe y la confianza para descubrirte en todo


momento, incluso cuando no te esperamos.
Que tú, vivo y presente entre nosotros, ilumines nuestro camino en
esta vida y, después, transformes nuestro cuerpo en cuerpo glorioso
como el tuyo.

SÉPTIMA ESTACIÓN.
EN EL CAMINO DE EMAÚS

Esa misma tarde dos discípulos vuelven desilusionados a sus casas.


Pero un caminante les devuelve esperanza. Sus corazones vibran de
gozo con su compañía, sin embargo, sólo se les abren los ojos al verlo
partir el pan.

Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día a una aldea
llamada Emaús (...). Mientras conversaban y discutían, Jesús en
persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no
eran capaces de reconocerlo (...) Y comenzando por Moisés y
siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a Él en toda la
Escritura.
Ya cerca de la aldea donde iban, Él les hizo ademán de seguir
adelante; pero ellos le apremiaron diciendo: "Quédate con nosotros
porque atardece y el día va de caída". Y entró para quedarse con
ellos.

Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo


partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron.
Pero Él desapareció. Ellos comentaron: "¿No ardía nuestro corazón
mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?"

Comentario
Cristo "se viste de caminante" para iluminar sus pasos decepcionados,
para recuperar su esperanza. Y mientras les explica las Escrituras, su
corazón, sin terminar de entender, se llena de luz, "arde" de fe, alegría
y amor. Hasta que, puestos a la mesa, Jesús parte el pan y se les
abren la mente y el corazón. Y descubren que era el Señor. Nosotros
comprendemos con ellos que Jesús nos va acompañando en nuestro
camino diario.

Oración

Ayúdanos a descubrirte en el camino de la vida y en la lectura de tu


Palabra, donde te ofreces a nosotros como alimento cotidiano. Que
siempre nos lleve a Ti, Señor, un deseo ardiente de encontrarte
también en los hermanos.

OCTAVA ESTACIÓN.
JESÚS DA A LOS APÓSTOLES EL PODER DE PERDONAR LOS
PECADOS.

Jesús se presenta ante sus discípulos. Y el temor de un primer


momento da paso a la alegría. Va a ser entonces cuando el Señor les
dará el poder de perdonar los pecados, de ofrecer a los hombres la
misericordia de Dios.

Comentario

Los apóstoles no han terminado de entender lo que ha ocurrido en


estos días, pero eso no importa ahora, porque Cristo está otra vez
junto a ellos. Vuelven a vivir la intimidad del amor, la cercanía del
Maestro. Las puertas están cerradas por el miedo, y Él les va a ayudar
a abrir de par en par su corazón para acoger a todo hombre.

Oración

Ayúdanos a sentir la alegría profunda de tu misericordia en el


sacramento de la confesión. Porque la confesión limpia el alma,
devolviéndonos tu amistad, nos reconcilia con la Iglesia y nos ofrece la
paz y serenidad de conciencia para reemprender con fuerza el
combate cristiano.

NOVENA ESTACIÓN.
JESÚS FORTALECE LA FE DE TOMÁS.

Tomás no estaba con los demás apóstoles en el primer encuentro con


Jesús resucitado. Ellos le han contado su experiencia gozosa, pero no
se ha dejado convencer. Por eso el Señor, ahora se dirige a él para
confirmar su fe.

Comentario

Tomás no se deja convencer por las palabras, por el testimonio de los


demás apóstoles, y busca los hechos: ver y tocar. Jesús, que conoce
tan íntimamente nuestro corazón, busca recuperar esa confianza que
parece perdida.
Oración

Señor Jesús, auméntanos la fe, la esperanza y el amor. Danos una fe


fuerte y firme, llena de confianza.

DÉCIMA ESTACIÓN.
JESÚS RESUCITADO EN EL LAGO DE GALILEA

Los apóstoles han vuelto a su trabajo: a la pesca. Durante toda la


noche se han esforzado, sin conseguir nada. Desde la orilla Jesús les
invita a empezar de nuevo.

Comentario

En los momentos de incertidumbre, los apóstoles se unen en el trabajo


con Pedro. La barca de Pedro, el pescador de Galilea, es imagen de la
Iglesia, cuyos miembros, a lo largo de la historia están llamados a
poner por obra el mandato del Señor: "seréis pescadores de hombres".

Oración

Señor Jesús, haz que nos sintamos orgullosos de estar subidos en la


barca de Pedro, enséñanos, Señor, a apoyarnos no sólo en nosotros
mismos y en nuestra actividad, sino sobre todo en Ti.

UNDÉCIMA ESTACIÓN.
JESÚS CONFIRMA A PEDRO EN EL AMOR
Jesús ha cogido aparte a Pedro porque quiere preguntarle por su
amor. Quiere ponerlo al frente de la naciente Iglesia. Pedro, pescador
de Galilea, va a convertirse en el Pastor de los que siguen al Señor.

Comentario

Pedro, el impulsivo, queda a solas con el Señor. Y se siente


avergonzado porque le ha fallado cuando más lo necesitaba.
Pero Jesús no le reprocha: su amor es más grande.
Le lleva por el camino de renovar el amor, de recomenzar, porque
nunca hay nada perdido.

Oración

Señor Jesús, que volvamos a Ti respondiendo al amor con amor.

DUODÉCIMA ESTACIÓN.
LA DESPEDIDA: JESÚS ENCARGA SU MISIÓN A LOS APÓSTOLES

Antes de dejar a sus discípulos el Señor les hace el encargo


apostólico: la tarea de extender el Reino de Dios por todo el mundo,
de hacer llegar a todos los rincones la Buena Noticia.

Comentario

Los últimos días de Jesús en la tierra junto a sus discípulos debieron


quedar muy grabados en sus mentes y en sus corazones.
La intimidad de la amistad se ha ido concretando con la cercanía del
resucitado, que les ha ayudado a saborear estos últimos instantes con
Él. Pero el Señor pone en su horizonte toda la tarea que tienen por
delante: "Id al mundo entero...".
Ese es su testamento: hay que ponerse en camino para llevar a todos
el mensaje que han visto y oído.

Oración

Señor Jesús, que llenaste de esperanza a los apóstoles con el dulce


mandato de predicar la Buena Nueva, dilata nuestro corazón para que
crezca en nosotros el deseo de llevar al mundo, tus divinas promesas
de salud, riqueza y prosperidad.

DÉCIMOTERCERA ESTACIÓN
JESÚS ASCIENDE AL CIELO

Cumplida su misión entre los hombres, Jesús asciende al cielo. Ha


salido del Padre, ahora vuelve al Padre y está sentado a su derecha.
Cristo glorioso está en el cielo, y desde allí habrá de venir como Juez
de vivos y muertos.

Comentario

Todos se han reunido para la despedida del Maestro. El Señor les ha


llenado de esperanza. Una esperanza firme: "Yo estaré con vosotros
todos los días hasta el fin del mundo".
Jesucristo ha querido ir por delante de nosotros, para que vivamos con
la ardiente esperanza de acompañarlo un día en su Reino.
Oración

Señor Jesús, tu ascensión al cielo nos anuncia la gloria futura que has
destinado para los que te aman. Haz, Señor, que la esperanza del
cielo nos ayude a trabajar sin descanso aquí en la tierra.

DÉCIMOCUARTA ESTACIÓN
LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO EN PENTECOSTÉS

La promesa firme que Jesús ha hecho a sus discípulos es la de


enviarles un Consolador. Cincuenta días después de la Resurrección,
el Espíritu Santo se derrama sobre la Iglesia naciente para fortalecerla,
confirmarla, santificarla.

Comentario

Jesús, el Hijo de Dios, está ya en el cielo, pero ha prometido a sus


amigos que no quedarán solos. Y fiel a la promesa, envía al Espíritu
Santo.
Él es el que llena de luz la mente y de fuego el corazón de los
discípulos para darles la fuerza y el impulso para predicar el Reino de
Dios.
Oración

Espíritu Santo, Dulce Huésped del alma, Santificador nuestro, inflama


nuestro corazón, llena de luz nuestra mente para que te tratemos cada
vez más y te conozcamos mejor.
ORACIÓN FINAL

Señor Jesús Señor nuestro,


fuente de alegría y de esperanza,
hemos vivido con Tigo los acontecimientos de tu Resurrección y
Ascensión hasta la venida del Espíritu Santo;
haz que la contemplación de estos misterios nos llene de tu gracia y
nos capacite para dar testimonio de ti en medio del mundo. Amén

También podría gustarte