La Sensación Es Nuestra Capacidad para Detectar Sentidos Como El Tacto

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La sensación es nuestra capacidad para detectar sentidos como el tacto,

el dolor, la visión o el movimiento y posicionamiento de nuestro cuerpo.


La percepción es la forma en que el cerebro procesa y comunica estos
sentidos al resto del cuerpo.

La sensación y Percepción
Los procesos de sensación y percepción en el individuo son claramente
distintos e involucran tanto elementos a nivel fisiológico como a nivel
cognitivo.

La sensación implica el funcionamiento óptimo de órganos sensoriales y


del sistema nervioso, y en condiciones normales, resulta en que seamos
capaces de ver el rojo cuando es rojo y el verde cuando es verde.

Sin embargo, la percepción es un fenómeno mucho más complejo en el


que intervienen factores como la cultura, las experiencias, los valores y
las expectativas personales, una suma totalitaria que bien podría
respaldar la conocida frase de El Talmud de Babilonia: “No vemos las
cosas como son. Vemos las cosas como somos”. 

El proceso sensitivo se da a través de los órganos de los sentidos


siguiendo una cadena de eventos que inician con un estímulo externo, el
cual debe ser lo suficientemente fuerte para ser captado por las células
receptoras que se encuentran en cada órgano sensitivo.

Estas células receptoras se especializan en convertir un tipo particular de


energía en una señal nerviosa que llega al encéfalo por un canal
determinado, según el órgano sensitivo que haya registrado el estímulo;
es por esto que los espectros de luz captados a través del sentido de la
vista son decodificados (en condiciones normales) en formato de
imágenes y no de sonidos, por ejemplo.

El término umbral  juega un rol determinante en el proceso, y se


subdivide en umbral de percepción y umbral diferencial, o diferencia
apenas perceptible.

El umbral de percepción viene a ser el grado de sensibilidad que


determina el nivel mínimo de energía que los sistemas sensitivos son
capaces de registrar. En este punto, es interesante cómo puede variar
este umbral según dos factores:
 El tipo de sentido (visión, olfato, tacto…) 
 El individuo

La audición, por ejemplo, es mucho más sensible que el resto de los


sentidos y, por ende, posee un umbral de percepción más bajo. 

El umbral diferencial o diferencia apenas perceptible  es el grado de


alteración en la disposición de energía registrada por un órgano
sensitivo cuya magnitud es suficiente para que el individuo note el
cambio, como un bolso de mano que en un principio contenía dos libros
y ahora contiene diez.

En el caso del umbral diferencial, vemos que se requiere un aumento


considerable en la energía del estímulo para que el cambio no pase
desapercibido, lo cual se explica en función de la capacidad que tiene el
sistema nervioso para adaptar al individuo a las condiciones de un
estímulo regular, adaptación que se da sin importar el sistema sensorial
en cuestión.

De una forma u otra, el cerebro humano está programado para


facilitarnos las cosas de manera que cualquier estímulo externo sea
decodificado sistemáticamente para adquirir un orden o coherencia
como proceso mental. Así, somos capaces de adaptarnos al exceso de
sal o la falta de iluminación. 

Esta capacidad de adaptación representa la complejidad y funcionalidad


del cuerpo humano y es esencial para la supervivencia. Sin ella,
permaneceríamos de forma asincrónica con las condiciones
ambientales. 

El Proceso de Percepción
La percepción varía de un individuo a otro y se
ve considerablemente influenciada por factores
de tipo sociocultural e individual, tales como:
La motivación (la necesidad inmediata puede
impulsar una percepción distorsionada de la
realidad)
Los valores (el conjunto de ideas, creencias o
convicciones que también puede llamarse
código moral influye en la percepción del
individuo, que tiende a “acomodar” lo que
percibe de modo que no le resulta contra
indicativo)
Las expectativas (ideas preconcebidas del
cómo deberían ser las cosas)
El estilo cognoscitivo (o la manera en que
interpretamos el entorno, desarrollada a lo
largo de nuestras vidas y que tiende a ser una
visión “igualadora” o “exagerada” de la realidad
percibida)
La experiencia y cultura (formación empírica de
un grupo con base en sus costumbres y
tradiciones)
La personalidad (conjunto de características
relativamente estables que pronostican el
comportamiento).
Todos estos factores inciden en que una obra
de arte pueda ser apreciada desde una
perspectiva estéticamente positiva o tachada
bajo una acepción moralmente negativa
(percepción), aun cuando, desde la sensación,
se trata solo de una pintura.

Pasos para el proceso de percepción

Selección

La percepción inicia con la selección de


contenido o de estímulos externos.

Desde luego, vivimos acosados por una


vorágine de estímulos y es evidente que la
decisión de seleccionar un conjunto de entre
tantos cientos de miles no ocurre al azar, sino
por predisposición consciente o inconsciente.

Cuando al finalizar una conversación y dar


nuestro punto de vista la contraparte señala
que hemos escuchado “sólo lo que queríamos
escuchar”, es muy probable que eso sea
justamente lo que hemos hecho.

Nuestros sentidos tal vez hayan registrado


todo, pero nuestra predisposición a capturar
una frase o un detalle concreto es lo que,
finalmente, determina hacia dónde apuntará
nuestra interpretación de los hechos.

Organización

El segundo paso del proceso de percepción es


la organización de los estímulos. En esta fase,
los impulsos nerviosos enviados desde los
receptores sensoriales son conducidos al
cerebro, donde construimos una representación
mental de ellos: un concepto.

Cuando un estímulo resulta confuso, puede dar


lugar a conceptos múltiples, todos al mismo
tiempo, lo cual explica por qué las discusiones
son un evento rutinario cuando asumimos en
lugar de indagar.

Interpretación

Por último, cuando nuestro cerebro ha recibido


y decodificado la información y nuestro
esquema cognitivo ha otorgado significado a
los estímulos con base en nuestras
experiencias, creencias, personalidad y
contexto sociocultural, el resultado es una
interpretación de la realidad, que no siempre es
fiel a ella ni conveniente para nosotros.

De hecho, una interpretación fundamentada en


prejuicios o experiencias negativas del pasado
es la base que refuerza las creencias
irracionales y fomenta estructuras cognitivas
perjudiciales para nuestra estabilidad mental y
la de quienes nos rodean.

Por supuesto, resulta útil ser consciente en


todo momento de que nuestro juicio, sea
relativista o absolutista, es únicamente uno de
los tantos matices posibles que conforman la
realidad, y que no es necesariamente un reflejo
de ella, sino de nosotros.

La sensación les corresponde a los órganos de los


sentidos, que captan los estímulos físicos “puros”,
convirtiéndolos en impulsos nerviosos y
enviándolos al cerebro en donde se realizará la
percepción, es decir, la interpretación de tales
estímulos y la asociación con información previa,
conocimientos, emociones.
 La palabra sensación alude al efecto e impresión que las
cosas o elementos en específico, producen por medio de
los sentidos. O sea, es la percepción que reciben los
sentidos por causa de algo, ya que es la contestación
inmediata que producen los órganos sensoriales ante
recibimiento de un estímulo.

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