Perez Etal Ed Prevencion y Otras Histori
Perez Etal Ed Prevencion y Otras Histori
Perez Etal Ed Prevencion y Otras Histori
otras historias
De la Prevención y
otras historias
Historia y evolución de la prevención del consumo de
alcohol y drogas en América Latina y en Europa
Editores:
Editores:
Augusto Pérez Gómez Augusto Pérez Gómez
Juliana Mejía Trujillo
Elisardo Becoña Iglesias Juliana Mejía Trujillo
Elisardo Becoña Iglesias
[1]
[2] De la Prevención y otras historias
Editores
[3]
[4] De la Prevención y otras historias
Autores
ARGENTINA
ALBERTO CALABRESE: Sociólogo, especialista en adicciones. Director de
la Carrera de Especialización en Drogodependencias de la Universidad Nacio-
nal de Tucumán (UNT), miembro de la Cátedra Libre sobre Adicciones de la
Facultad de Medicina y miembro del Consejo Directivo del Programa de Ex-
tensión Universitaria para la Prevención de Adicciones de la UNT; Director
de la Maestría Interdisciplinaria sobre Uso Indebido de Drogas de la Facultad
de Psicología de la Universidad de Buenos Aires; y profesor invitado de diver-
sas universidades argentinas y extranjeras. Actualmente también es Director
de Adicciones de la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones del Mi-
nisterio de Salud de la Nación. Correo electrónico: [email protected]
Juan Carlos Mansilla. Psicólogo. A cargo de la Secretaría de Prevención de
Adicciones del Gobierno de Córdoba. Director del “Centro de Estudios en
Fenómeno de las Drogas y Problemáticas Asociadas” de la Universidad del Mu-
seo Social Argentino. Ex Director del “Centro de Estudios y Estrategias en
Adicciones” de la Universidad Nacional de Córdoba. Fundador y Director de
la Asociación “Programa Cambio”, ONG especializada en Adicciones de la
Rep. Argentina. Coordinador y Autor de diversos Manuales, Documentos, e
Investigaciones referidos a la Prevención y Atención Primaria en Consumo de
Drogas. Web: www.juancarlosmansilla.com
Lucrecia Esteve De Lorenzi: Psicóloga de la Universidad Nacional de Cór-
doba. Directora de Prevención Institucional y Comunitaria de la Secretaría
de Coordinación en Prevención y asistencia de las adicciones del Gobierno
de la Provincia de Córdoba. Ex Coordinadora de Proyectos en Prevención en
ONGs “Programa Cambio” y “Prosalud”. Coautora de materiales didácticos
en Prevención: La Brújula (Programa Cambio 2009); Pasala bien (gobier-
no de Córdoba 2011); Guía de intervención escolar (gobierno de Córdoba
2011); “Quiero ser” (SEDRONAR 2012); Pone me Gusta (2014 Gobierno
de Córdoba), Sindicatos en acción (2015 Gobierno de Córdoba). Docen-
te Universitaria en cursos de post-grado referidos a temas de Prevención de
Adicciones. Correo electrónico: [email protected]
[5]
BRASIL
Sheila Giardini Murta: es docente del Departamento de Psicología Clínica
y orientadora en el Programa de Posgrado de Psicología Clínica y Cultura
de la Universidad de Brasilia (UnB). Investiga el desarrollo, la evaluación, la
difusión y la adaptación cultural de programas de promoción de salud mental
y prevención de riesgos de trastornos mentales para personas en diferentes
fases del ciclo de vida. Coordinadora del Grupo de Estudios en Prevención y
Promoción de la Salud en el Ciclo de Vida (GEPPSVida-UnB). Correo elec-
trónico: [email protected]
Maria Inês Gandolfo Conceicâo: es Profesora Asociada del Departamento de
Psicología Clínica y del Programa de Posgrado de Psicología Clínica y Cultura
de la Universidad de Brasilia (UnB). Editora jefe de la revista Psicologia: Teo-
ria e Pesquisa, con post-doctorado de la Universidad Federal Fluminense y de
la Universidad de Toronto. Coordinadora General del Curso de Prevención
del Uso de Drogas para Educadores de Escuelas Públicas (2013 – 2014) y
Primera Tesorera de la Asociación Brasilera Multidisciplinar de Estudios so-
bre Drogas – ABRAMD (2013 – 2015). Correo electrónico: inesgandolfo@
gmail.com
Samia Abreu: tiene una Maestría del Programa de Posgrado de Psicología
Clínica y Cultura de la Universidad de Brasilia (UnB) y es psicóloga de la
Universidad Federal de Juiz de Fora. Actúa como supervisora nacional de
los programas preventivos del Ministerio de Salud, siendo responsable de la
adaptación, adopción y diseminación de las intervenciones preventivas y es
socia de FLUME Consultoria. Miembro del Grupo de Estudios en Preven-
ción y Promoción de la Salud en el Ciclo de Vida (GEPPSVida-UnB). Co-
rreo electrónico: [email protected]
Ana Aparecida Vilela Miranda es graduada en Psicología de la Universidad de
Brasilia (UnB). Actualmente cursa la Maestría de Psicología Clínica y Cul-
tura de la Universidad del Departamento de Psicología Clínica de la Univer-
sidad de Brasilia (UnB) y es miembro del Grupo de Estudios en Prevención
y Promoción de la Salud en el Ciclo de Vida (GEPPSVida-UnB). Email:
[email protected]
Arthur Oliveira Corrêa es Psicólogo con Maestría en Psicología Clínica y
Cultura del Departamento de Psicología Clínica de la Universidad de Brasilia
(UnB) y es miembro del Grupo de Estudios en Prevención y Promoción de la
CHILE
Felipe Leyton Frauenberg: Psicólogo de la Pontiicia Universidad Católica,
Máster en Psicodiagnóstico de la Universidad de Barcelona, especialista en
evaluación de proyectos y programas sociales (Flacso- Universidad de Chile).
Actual jefe de área de prevención del consumo abusivo de alcohol de SENDA,
se ha desempeñado en distintos ámbitos del servicio público y ha trabajado
en áreas de Salud, Infancia, Gobiernos Locales y Drogas. Correo electrónico:
[email protected]
Amanda Arratia Beniscelli: Profesora de Educación General Básica de la
Pontiicia Universidad Católica de Chile y Magíster en Sociología de la Mo-
dernización de la Universidad de Chile. Se desempeña como asesora de la
Unidad de Educación del Área de Prevención del SENDA. Ha desempeñado
funciones de investigación en instituciones públicas, privadas y universidades
y ha participado en investigaciones e intervenciones en distintos programas
y proyectos del sistema escolar chileno. Correo electrónico: amanda.ab@
gmail.com
COLOMBIA
Augusto Pérez Gómez y Juliana Mejía Trujillo: ver Editores
COSTA RICA
Vera Violeta Barahona Hidalgo: Magíster Scientae en Drogodependencia, de
la Universidad de Costa Rica. Labora como Directora Técnica de la instancia
encargada a nivel nacional de la prevención y tratamiento del Instituto sobre
Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), Institución gubernamental del
sector salud, adscrito al Ministerio de Salud Pública de la República de Costa
[7]
Rica. Ex Directora General del IAFA. Es profesora universitaria en cursos
de Drogodependencia de las Universidades de Costa Rica y de la Estatal a
Distancia (UNED, así como de la Maestría Iberoamericana on line en Dro-
godependencia (Gobierno de España y CICAD-OEA). Correo electrónico:
[email protected]
Julio Bejarano: Psicólogo-Investigador del Instituto sobre Alcoholismo y Far-
macodependencia de Costa Rica. Posgraduado en drogodependencias, cuen-
ta con más de un centenar de publicaciones en revistas y libros nacionales e
internacionales. Ha fungido como consultor de diversos organismos interna-
cionales de América y de Europa y coordinador clínico de proyectos de in-
vestigación genética de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
Profesor universitario desde 1978 en la Universidad Estatal a Distancia y la
Universidad de Costa Rica. Ha obtenido diferentes premios por su actividad
investigativa, tanto local como internacionalmente y es Profesor Distinguido
de la Universidad Estatal a Distancia. Es el representante por su país ante
REDLA, la red de investigadores latinoamericanos sobre alcohol y drogas
apoyada por la CICAD. Correo electrónico: [email protected]
EL SALVADOR
Cristina Juárez de Amaya: Doctora en Medicina, Máster en Educación, Es-
pecialización en investigación sobre drogas del Programa Internacional de
Posgrado de la Organización de Estados Americanos (OEA/CICAD) en con-
junto con el Centro de Adicciones y Salud Mental (CAMH) de la Univer-
sidad de Toronto, Canadá; egresada del Doctorado en Ciencias Sociales de
la Universidad del Zulia, Venezuela; formación en Bioética Clínica y Social;
experiencia docente en las áreas de Bioética y Ética Profesional; miembro del
Comité Editorial de la Revista Cientíica CREACIENCIA y de la Red Na-
cional de Información sobre Drogas de la Comisión Nacional sobre Drogas
(CNA). Actualmente en el cargo de Vicerrectora Académica de la Universidad
Evangélica de El Salvador e Investigadora de la Línea de Drogas del Centro
de Investigación Salud y Sociedad, CISS-UEES. Correo electrónico: cristina.
[email protected].
[9]
Jorge Llanes: Es psicólogo social, egresado de la Universidad Nacional Au-
tónoma de México y graduado de la Asociación Mexicana de Psicoterapia
Psicoanalítica como psicoterapeuta y psicoanalista didacta. Es socio fundador
y presidente de la Junta Directiva del Instituto de Educación preventiva y
atención de riesgos AC. Ha diseñado metodologías para la acción preventiva
y coordinación de los vínculos interinstitucionales. Su experiencia profesional
abarca, además de la práctica clínica, la planeación estratégica, la académica
y la participación comunitaria. Es autor de varios ensayos técnicos y coautor
de los materiales preventivos Chimalli, además de tener amplia experiencia
en asuntos editoriales. Ha participado en numerosos congresos, seminarios
y conferencias en las materias de su especialidad. Contacto: Jorge.llanes@
inepar.edu.mx
Jorge Ameth Villatoro Velázquez: Psicólogo egresado de la UNAM. Ha sido
asesor de diferentes proyectos de investigación inanciados por diferentes mi-
nisterios e instituciones de México. Ha impartido más de 100 cursos y talleres
sobre metodología, análisis de datos y diagnóstico de las adicciones, en ins-
tituciones educativas nacionales e internacionales. Además ha sido profesor
de la UNAM y de varias universidades privadas. También ha participado en
diversos proyectos con la OMS, la OPS, la Fundación Fogarty, entre otras.
Es revisor de varias revistas nacionales e internacionales y forma parte del co-
mité editorial de tres revistas, así como de la Red Internacional Cientíica de
la UNODC y de la Red Latinoamericana en Adicciones (REDLA). Tiene a
su cargo estudios y encuestas nacionales de adicciones, en el Instituto Nacio-
nal de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz. Muchas de sus publicaciones
pueden conseguirse en www.irefrea.org. Correo electrónico: ameth@imp.
edu.mx
PERÚ
William Cabanillas Rojas: Psicólogo de la Universidad Particular Ricardo
Palma, con estudios de postgrado en Farmacodependencia (Universidad
Peruana Cayetano Heredia) y Ciencias Políticas (Pontiicia Universidad
Católica del Perú). Cuenta con 17 años de experiencia en labores asociadas
a la reducción de la demanda de drogas. Desde el año 2002 se desempeña
como especialista de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida
sin Drogas (DEVIDA). Ha sido coordinador de la Revista Peruana de
URUGUAY
ESPAÑA
Elisardo Becoña Iglesias: ver Editores
Amador Calafat Far: Psiquiatra y psicólogo. Es el presidente del Instituto
Europeo de Estudios en Prevención (Irefrea). Ha sido el editor durante 26
años de la revista Adicciones. Ha sido uno de los fundadores de la European
Society for Prevention Research (EUSPR) y es actualmente miembro de la
junta. Durante los últimos años ha coordinado, con el Proferor Elisardo Be-
coña, la plataforma www.prevencionbasadaenlaevidencia.net, que ha servido
para hacer una valoración de todos los programas españoles en prevención
en adicciones. Es uno de los autores del programa de prevención escolar “Tú
decides”. Uno de los temas de investigación preferentes ha sido las conductas
[11]
de riesgo de los jóvenes cuando salen a divertirse. También se ha centrado en
la prevención familiar habiendo desarrollado recientemente el programa de
empoderamiento familiar FERYA (Familias En Red y Activas). Correo elec-
trónico: [email protected]
Autores ..........................................................................................................................................................................5
Introducción ............................................................................................................................................................. 15
[13]
La prevención del consumo de drogas en México.
María Elena Medina Mora, Nancy Amador Buenabad,
Ma. Elena Castro Sariñana, Jorge Llanes y Jorge Ameth Villatoro Velázquez
1
Romano, J. & Israelavshili, M. (eds.)(en prensa). Cambridge Handbook of International
Prevention Science. Cambridge, MA: Cambridge University Press.
[15]
La historia de la prevención del consumo de drogas y alcohol se inició
en América Latina hace cerca de 40 años, siguiendo los pasos de lo que se
hacía en los Estados Unidos (Pérez-Gómez y Mejía-Trujillo, 2015 a). Como
podrán ver los lectores, esa es una historia que no se desarrolla en línea recta:
en la mayor parte de los países se presenta una fuerte discontinuidad en las
políticas y en las acciones, una notable dependencia de los gobiernos de tur-
no, que a veces se interesan y otras no por este asunto; la fragilidad es tanto
más grande en la medida en que la prevención no hace parte, casi en ningún
país de políticas de estado.
2
Para una deinición de estos conceptos, ver Pérez-Gómez & Mejía-Trujillo, 2015 b en capítulo
sobre Colombia.
[17]
tarse hacia el futuro, mirando lo que se necesita hacer, lo que hay que dejar de
hacer, lo que tenemos que inventar y desarrollar.
Y en nombre de los editores, les doy las gracias a todos los lectores del
continente por apoyar este esfuerzo de la Corporación Nuevos Rumbos.
I. Introducción
[19]
Por último, cada provincia ha desarrollado distintas áreas técnico-po-
líticas con diferentes jerarquías administrativas según sea la provincia: Secre-
tarías, Sub-secretarías, o Direcciones en su mayoría. Estas áreas de gobierno
que comenzaron a aparecer en la década del 90 son las que llevan adelante
acciones de prevención en su mayoría, no siempre en articulación con los
organismos nacionales.
ARGENTINA [21]
estupefacientes y psicotrópicos, especialmente en sectores jóvenes de la
población hace necesario su atención especíica y enérgica”.
ARGENTINA [23]
Al año 2001 había en Argentina solo 47 ONGs que incluían en los
objetivos que señalan sus estatutos a la prevención. Sin embargo, como bien
señala Goti (2004), dicha cifra es engañosa ya que los estatutos se hacían
con base en modelos repetidos por las ONGs que se fundaban, las cuales en
realidad dirigían su esfuerzo hacia los tratamientos. Este sesgo hizo que la pre-
vención fuera comprendida como una subsidiaria de la asistencia, perdiendo
así identidad propia, y sobre todo haciendo que su foco estuviera puesto en
los factores de riesgo, en el error de vida que lleva a un tratamiento, y no en
factores protectores, o menos aún en la promoción de la salud.
En Córdoba, a partir del año 2009 se crea una Secretaría que trabajaba
en prevención y también incluía lucha contra el narcotráico. Ya a comienzos
ARGENTINA [25]
del 2000 hubo experiencias parecidas pero que mostraron serias diicultades al
confundir discursos preventivos con represivos. En el 2010 nace la Secretaría
de Prevención y Asistencia (hoy Subsecretaría) y se elabora material didáctico
para escuelas, comunidad, área laboral, y municipios. Si bien hoy este orga-
nismo está en el área de Desarrollo Social, trabaja fuertemente en vínculo
con Educación, Trabajo, y Salud. También invierte continuos esfuerzos en
acompañar a municipios y comunas de Córdoba para que desarrollen planes
locales de prevención. Ha logrado un apoyo político continuo para sus accio-
nes avanzando en la instalación de una política que tiende a lograr estabilidad
y sostenibilidad.
A partir del año 2008, se reinició a nivel nacional una estrategia de prevención
al conformar el Programa Nacional de Prevención frente al consumo excesivo
de alcohol. A ines de 2008, con representantes de cada provincia y entre otros
temas, se inició el debate sobre cómo abordar la problemática.
ARGENTINA [27]
Aunque hay muy bajo control sobre esto, siendo cada Municipio el
responsable de cumplirlo, con escasa calidad al respecto.
a. La Pampa
ARGENTINA [29]
Desde el año 2008 cuando se puso en marcha hasta la fecha, se capaci-
tó a 2.470 docentes; alcanzó a 29.069 estudiantes. Se cubrió el 85% de Nivel
EGB 3, Polimodal y Escuelas secundarias
ARGENTINA [31]
Evaluación cuantitativa:
Evaluación cualitativa
Relaciones fortalecidas:
I. Relación docente/alumno
Aprendizajes realizados:
2. Manejo de emociones
3. Pensamiento crítico
b. Buenos Aires:
ARGENTINA [33]
Espacios para padres.
Capacitaciones Docentes.
ARGENTINA [35]
Más de 700 personas trabajan y se capacitan de manera conjunta en
prevención y asistencia de las adicciones en todos los municipios de la provin-
cia de Buenos Aires. Los objetivos propuestos apuntan a: Formar referentes
en la problemática de las adicciones, por medio de curso de capacitación, con
actualización sostenida. Brindar herramientas para la prevención, orientación
y derivación frente al uso problemático de sustancias. Articular con diferentes
instituciones, y por medio de ellas con la comunidad en general, proyectos y
actividades vinculadas a la salud mental comunitaria y a la prevención y abor-
daje del fenómeno de las adicciones. Promover Mesas de Gestión Comunita-
ria, para el monitoreo, diagnóstico, realización y sostenimiento de proyectos
locales.
Evaluación:
ARGENTINA [37]
procurando la contención, el acompañamiento y estrategias que fortalezcan
su estima; que reparen y brinden oportunidades.
c. Córdoba.
ARGENTINA [39]
Actualmente es un programa trasversal que forma parte de las capaci-
taciones que se desarrollan con docentes, grupos comunitarios, iglesias, mu-
nicipios, etc. Cuenta con un material didáctico de fácil acceso y que facilita
organizar las intervenciones a partir de sesiones a trabajar con grupos de pa-
dres: http://juanenlinea.blogspot.com.ar/2011/05/escuela-de-padres-pasar-
al-frente.html
ARGENTINA [41]
realizaron modiicaciones que facilitaron la sustentabilidad de las estrategias
en 19 barrios ciudad. Se capacitaron 40 adultos referentes, 40 jóvenes y 10
coordinadores deportivos, los cuales recibían una beca para la realización de
las actividades propuestas. Los vecinos guía (adultos referentes) facilitan la
visualización de las necesidades barriales y realizan enlaces con diferentes áreas
del Ministerio de Desarrollo Social y la comunidad, abordando los determi-
nantes sociales de la salud barriales. Los jóvenes guías, junto a los coordinado-
res deportivos, tienen la función de organizar actividades recreativas barriales
acordes a las demandas comunitarias.
Más del 90% evaluó como excelente y muy bueno la manera en que se
había sentido al aplicar las actividades con los estudiantes. Este dato resulta de
total utilidad, sobre todo porque permite pensar que las actividades fueron im-
plementadas con entusiasmo, empuje y compromiso por parte de los mismos.
ARGENTINA [43]
A cinco años de la implementación del Programa, se logró un cubri-
miento de 80% de la población de la provincia de Córdoba, y se pusieron
en marcha sobre todo programas de Escuela de Padres, Atención Primaria
en Salud, Mesas de Coordinación Intermunicipales sobre el tema Alcohol, el
Programa Poné Me Gusta, y Programas propios desarrollados por cada mu-
nicipio. Por otra parte la calidad de involucración técnico-política que se
deinía entre Baja, Regular, Satisfactoria y Alta, fue identiicada como prepon-
derantemente Satisfactoria.
a. Chubut:
[45]
Programas Nacionales de Prevención del Alcoholismo.
[47]
Por último, es de destacar que en la descripción de acciones men-
cionadas anteriormente no hubo referencias al trabajo de las ONGs que se
dedican al tema de la prevención. En realidad, en Argentina las instituciones
no gubernamentales han tenido históricamente un mayor desempeño en el
campo de la asistencia, y muy poco en prevención. Salvo excepciones como
Fundación Convivir de Buenos Aires, y Asociación Programa Cambio de
Córdoba (Mansilla, 2015).
Esto ha sido así entre otras cosas porque los presupuestos estatales
destinados al apoyo de ONGs se orientaron más que nada a inanciar estrate-
gias de rehabilitación en adicciones, destinando muy poco o nada a inanciar
programas de Prevención llevados adelante por ONGs.
[49]
Sin embargo no existen todavía marcos de diálogo establecidos y ma-
duros entre la academia y los ámbitos de la Política Pública que permitan el
desarrollo de experiencias de transferencia tecnológica que nutran los espacios
de toma de decisión política en materia de prevención.
El Estado también debería avanzar con una mirada que permita una
mejor y mayor integración de las ONGs que trabajan en prevención. Muchos
profesionales con alta capacitación se desempeñan en estos organismos. Sin
embargo históricamente existe una carencia de respaldo por parte de estado
a tales emprendimientos. Se debería trabajar para que dicha situación se
revierta.
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[61]
[62] De la Prevención y otras historias
2. BRASIL
Prevención del abuso de alcohol y drogas entre adolescentes del Brasil3
I. Introducción
[63]
en el estudio del 2004 y del 15.7% en 2010. A su vez, hubo una disminución
en el uso de último año de drogas entre los estudiantes, en comparación con la
encuesta realizada en 2004. Esa disminución (de 19,6% a 9,9%, excluyendo
el alcohol y el tabaco) invierte una tendencia de aumento creciente que venía
siendo observada en todas las encuestas realizadas desde la década de 1990.
Con excepción de la cocaína, cuyo consumo aumentó (1,7% en 2004 y 1,9%
en 2010) aunque su uso todavía es discreto si se compara con otras drogas
como el alcohol, el tabaco, los inhalables y la marihuana. En el caso del crack
también hubo una disminución (de 0,7% en 2004 para 0.4% en 2010), aun
cuando el número de estudiantes consumidores fue tan bajo que no permite
hacer airmaciones consistentes.
Los factores de riesgo pueden ser deinidos como las condiciones aso-
ciadas a una mayor probabilidad de surgimiento de comportamientos que
comprometen la salud y el bienestar, generando resultados negativos e inde-
seados en el desarrollo (Jessor, Van Den Bos, Vanderryn, Costa, & Turbin,
1995); en cuanto a los factores de protección, son recursos y potencialidades
que pueden eliminar o minimizar los efectos de los factores de riesgo y de
las vulnerabilidades (Walsh, citado en Souza y Oliveira, 2011). Estos fac-
tores han sido considerados como objetivos que deben ser priorizados en la
planeación e implementación de intervenciones preventivas (Arthur, Haw-
kins, Pollard, Catalano, & Baglioni Jr., 2002; Hawkins, Catalano, & Arthur,
2002; Hawkins et al., 1992). El desarrollo de las acciones preventivas y de las
intervenciones focalizadas en los riesgos y en las protecciones, han mostra-
do resultados signiicativos, incluso en la reducción del involucramiento con
drogas, la violencia y la delincuencia (Briney, Brown, Hawkins, & Arthur,
2012; Hawkins et al., 2002).
[65]
negativas sobre el desarrollo, o funcionar como protección, impactando de
manera positiva (Libório, Coêlho, & Castro, 2011; Paludo & Koller, 2005).
En ese sentido, riesgo y protección serían categorías mutables y elásticas
(Polleto y Coller, 2008). Poletto y Coller (2008) señalan que el impacto de los
eventos estresantes está determinado por la forma como son percibidos por
el individuo, lo que a su vez está asociado a especiicidades del ambiente tales
como los sitios frecuentados por los jóvenes y su red de apoyo y a características
individuales tales como experiencias y procesos psicológicos.
[67]
familiares (padres dependientes del alcohol y otras drogas); y falta de oportu-
nidades para la distracción o el trabajo. Ahora, los factores de protección se
relacionan con el desarrollo de la promoción del protagonismo juvenil; bue-
nas relaciones familiares (relaciones con amor y límites); grupos de amigos; y
práctica de deportes.
4
De acuerdo con CTC, son cuatro dominios de prevención, pues pares/amigos e individual son
uno solo. Pero no les faltan razones a los autores brasileños para separarlos. Nota de los editores.
[69]
Figura 2: Factores protectores para el involucramiento de jóvenes y adoles-
centes con drogas, violencia y delincuencia
[71]
proceso de pensar la salud (Amarante, 1994). La lucha por el cambio de los
modelos de atención y la defensa de los derechos de los usuarios de los servicios
de salud mental, se constituyeron en el principal elemento de la Reforma
Psiquiátrica Brasilera. El momento actual está marcado por la consolidación
de las políticas públicas en torno al modelo de atención psicosocial de base
comunitaria, por oposición al modelo clásico de psiquiatría que ve en el
hospital y en el aislamiento de los usuarios, la principal estrategia de cuidado
en el campo de la salud mental (Assis, Barreiros, & Conceição, 2013).
Uno de los registros más antiguos en las leyes brasileras sobre drogas se
remonta al año 1830 y se origina en la Cámara Municipal de Rio de Janeiro,
en el cual consta que se aplicaban penalidades a los “negros vagos que se hacen
detener fumando marihuana” (Santos & Oliveira, 2012, p. 85). Entre tanto,
de acuerdo con las mismas autoras, la primera mención de la prohibición de
sustancias consideradas como “venenosas” en el país, se dio en 1890 y consta
en el artículo 159 del Código Penal Republicano. En 1924 los decretos 4.294
y 14.969 fueron incluidos en el Código Penal Brasilero. El primero proponía
penas de prisión para aquellos que vendiesen opio o sus derivados, y cocaína;
y el segundo creó el “sanatorio para toxicómanos” (Alves, 2009; Santos &
Oliveira, 2012).
[73]
de una sociedad protegida del uso abusivo de sustancias lícitas e ilícitas y se
encuentra alineada con la perspectiva de reducción de daños, que domina la
relexión internacional sobre el abordaje del uso abusivo de drogas, prevista
en el artículo 196 de nuestra Constitución. El PNAD tiene como supuestos
fundamentales: (a) una clara distinción entre las diferentes categorías de usua-
rios, por una parte y, por otra, los traicantes; (b) la prioridad de la prevención
sobre la represión; (c) la realización de acciones coordinadas e integradas entre
los diferentes órganos y sectores de la sociedad, el desarrollo de estrategias de
afrontamiento y superación de los problemas sociales derivados del tráico y
de consumo de drogas ilícitas; (d) el desarrollo de una base de datos académi-
co-cientíica que aglutine los resultados ya alcanzados por la experiencia bra-
silera e internacional; las acciones orientadas a la prevención y el acompaña-
miento y represión del uso abusivo de drogas. Las directrices son: prevención,
tratamiento, recuperación y reinserción social; reducción de daños; reducción
de la oferta; y estudios, investigaciones y evaluaciones (Conceição & Oliveira,
2008; Santoucy, Conceição, & Sudbrack, 2010).
[75]
III. Acciones de prevención del uso de drogas enfocadas en la escuela y en
la familia
a. Formación de profesores
[77]
Tabla 1.
Cobertura esimada
Grupo Nombre del Tipo de
demográico Población Porcentaje de programa población
objeivo cobertura
Curso de Prevención
Enseñanza básica: del Uso de Drogas
12.791.751 11% Universal
11 - 14 años para Educadores de
Escuelas Públicas
Curso de Prevención
Enseñanza media: del Uso de Drogas
7.297.807 21% Universal
15 - 17 años para Educadores de
Escuelas Públicas
5
Es una expresión informal y común en el mundo virtual. La traducción es algo entre “estamos
juntos” y “puedes contar conmigo”. Nota de los autores.
[79]
técnica es abordado en diferentes clases con diferente profundidad. Para ello
se pone a disposición del profesor un manual con los procedimientos de las
actividades descritos detalladamente, con una introducción sobre el conteni-
do, lista de materiales, claves para la ejecución de las actividades, propuesta de
actividad de apertura, descripción de las actividades principales y sugerencia
de la actividad de cierre. Todas las clases presentan la misma estructura y
al inal del manual se presentan materiales de apoyo con indicaciones sobre
cómo conducir los juegos de roles, los “energizadores” que son técnicas lúdi-
cas de división de grupos y fortalecimiento de vínculos entre los educandos,
información sobre drogas para el profesor y sugerencias de Referencias para
profundización. Los educandos reciben un cuaderno de actividades en colores
con personajes para que acompañe las actividades y las usen como material de
apoyo.
Además de las doce clases con los estudiantes se realizan tres talleres
con responsables (acudientes o apoderados) y padres. Los talleres son planea-
dos, conducidos y evaluados por profesionales de la educación y de la salud, y
en ellos participan las escuelas y los equipos de salud del territorio donde está
la escuela, tales como Unidades Básicas de Salud (UBS), Núcleos de Apoyo a
la Salud de Familia (NASF) y Centros de Atención Psicosocial (CAPS). La in-
clusión del área de salud en el proceso de implementación en compañía de la
de educación es el resultado de la adaptación cultural, pues en otros países los
talleres son realizados por especialistas en prevención y adolescencia, contra-
tados por la escuela (Pedroso, Abreu, & Kinoshita, 2015). Los talleres se or-
ganizan en tres encuentros de alrededor de dos horas; se realizan en la escuela
o en espacios de la comunidad y se trabajan temas relativos a la adolescencia,
estilos parentales y habilidades sociales de los padres en la educación de sus
hijos. Así como se dispone de una guía para el profesor, los profesionales que
conducen los talleres reciben una guía del Taller de Padres y Responsables,
con una descripción sistematizada de las actividades que se llevarán a cabo, y
de materiales de apoyo.
[81]
del primer uso de sustancias y prevención de la transición de uso eventual a uso
frecuente (Faggiano, Galanti, Bohrn, Burkhart, Vigna-Taglianti, et al, 2008;
Faggiano, Vigna-Taglianti, Burkhart, Bohrn, Cuomo, et al, 2010). Además
de los siete países mencionados, el programa fue implementado en un total
de 25 países alrededor del mundo, entre ellos países del continente africano y
asiático, siendo Brasil la primera experiencia en el continente americano.
[83]
los estudiantes pasan a participar de un ambiente colaborativo y con claridad
sobre los comportamientos que se esperan en los diferentes momentos y con-
textos. (Ford, Keegan, Poduska, Kellam, & Littman, 2013).
[85]
En el contexto brasilero, los investigadores de UNIFESP y de UFSC
estudiaron los resultados del proceso de implementación del programa en
2013 (Brasil, 2014). Se realizaron entrevistas semiestructuradas en profun-
didad y cuestionarios auto-aplicados con profesionales de seis escuelas. El
análisis de los datos indicó la viabilidad de la ejecución de Jogo Elos (Juego
Eslabones) en las escuelas públicas brasileras. Profesores, gestores escolares y
multiplicadores, mostraron una percepción bastante favorable con relación al
programa, sugiriendo el mantenimiento del juego en los siguientes años. El
juego fue considerado como fácil de implementar, de ser incluido en el día a
día de las salas de clase y de combinar con el estilo de enseñanza de los pro-
fesores. Así, en 2013, 824 estudiantes participaron en el programa en cuatro
ciudades brasileras; en el año 2014, el programa fue implementado en ocho
ciudades para 1.875 estudiantes en 21 escuelas (Brasil, 2015).
[87]
cuidadores son: educar con amor y límites, cómo establecer las reglas de la
casa, cómo incentivar el buen comportamiento y establecer consecuencias
para comportamiento inadecuado, cómo construir relaciones de apoyo y pro-
mover los sueños de los jóvenes, cómo proteger contra el abuso de sustancias,
cómo manejar el estrés, cómo decir que no está de acuerdo y comprender las
necesidades especiales de sus familias. Los temas guía de las sesiones con los
adolescentes, comprenden: conocer sus metas y sueños, desarrollar admira-
ción por sus padres/cuidadores, cómo manejar el estrés, aprender a cumplir
las reglas, cómo manejar la presión de los amigos y distinguir entre buenos
y malos amigos, y cómo ayudar a otros. Finalmente, los temas abordados
en las sesiones conjuntas (padres y adolescentes), incluyen: cómo apoyar los
sueños y metas, cómo desarrollar admiración por los miembros de la familia,
cómo usar las reuniones familiares y trabajar por privilegios y consecuencias;
comprender los valores familiares, cómo fortalecer la comunicación familiar,
cómo ayudar a los hijos a manejar la presión de los amigos y una síntesis de
los contenidos trabajados.
[89]
efectividad por medio de un ensayo clínico aleatorio y con un seguimiento
de 6 a 12 meses. De este modo, la identiicación de los efectos reales del
programa sobre la prevención de consumo de alcohol y uso de drogas todavía
está por veriicarse.
[91]
nuevamente contactados por teléfono para ser evaluados por medio de cues-
tionarios. Los resultados mostraron que luego de seis meses hubo un aumento
en la prevalencia de consumo de alcohol y de otras drogas, además de otros
comportamientos de riesgo, entre los adolescentes del grupo CONUM. En
el grupo NUM-OP, aun cuando también hubo aumento en la prevalencia
de consumo de alcohol y otras drogas, esta fue signiicativamente menor en
frecuencia e intensidad en comparación con el grupo CONUM. En el grupo
UM-IB hubo una reducción signiicativa de la proporción del uso de sustan-
cias además de una reducción de comportamientos de riesgo.
[93]
Pero hubo diicultades de articulación con la red y con el trabajo intersecto-
rial. También se encontraron diicultades en relación con los recursos de la
Estrategia de Salud de la Familia (Programa de Salud Pública Brasilero con
Foco en la Atención Básica de Salud), visión de la población en cuanto a las
políticas públicas, pocos profesionales en los equipos de salud, infraestructura
poco adecuada y ausencia de movilización y participación de la población.
También hubo diicultades para modiicar creencias, actitudes y comporta-
mientos con relación a una visión más amplia sobre las drogas. Los hallazgos
de Da Costa et al. (2013) indican que la disponibilidad de la comunidad y de
los servicios locales debe ser considerada como condición para la implemen-
tación de los programas de prevención del uso de alcohol y drogas.
[95]
y al respeto de la cultura y de las necesidades locales. Este es, por lo tanto,
uno de los dos objetivos de trabajo para la agenda en esta área. Es igualmen-
te relevante la inversión en estudios de desarrollo, evaluación y difusión en
programas preventivos para el abuso de drogas fundamentados teóricamente
y que se distancien del modelo de “lucha contra las drogas” y se distingan
por el fortalecimiento de los factores protectores de la salud (Casela et al.,
2014). Sería deseable que tales avances en la investigación tuviesen impacto
para la formación profesional y la formación superior con el in de mejorar las
prácticas de prevención de abuso de drogas vigentes y construir gradualmente
nuevas prácticas culturales que tendrían por meta la valorización de medidas
que se anticipen a los problemas (en vez de dar énfasis al tratamiento) y a la
promoción de la salud de las personas y las colectividades.
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I. Introducción
[105]
orientada a formalizar las acciones del CONACE. La política estaba orien-
tada, principalmente, a promover el desarrollo de iniciativas en prevención,
evaluación de prevalencias y control de drogas en el país, y tuvo una vigencia
de nueve años, siendo renovada en el año 2003.
[107]
año 2013 el presupuesto disponible fue de nueve millones de dólares, aproxi-
madamente. En términos generales, el SENDA ha aumentado su presupuesto
de 20 millones de dólares6 en el año 2000, a 90 millones en el año 2013, es
decir, en 13 años ha habido un aumento de 400% (DIPRES, 2013).
[109]
Es importante mencionar que, aun cuando la oferta de programas se
consolidó y abarcó un gran número de beneiciarios en diferentes ámbitos
preventivos, no se desarrollaron estrategias de evaluación formales que fueran
adecuadas y permitieran retroalimentar tanto los diseños como los procesos
de implementación. Por ello, en la actualidad, no se cuenta con informa-
ción disponible sobre la modiicación de los factores de riesgo y factores de
protección (aumento y/o disminución) que permitan determinar el logro del
propósito de los programas (DIPRES, 2001).
[111]
transformaciones necesarias para la generación de estilos de vida saludables. El
desarrollo de competencias personales e interpersonales para el mejoramiento
de la calidad de vida es, en sí mismo, una estrategia de prevención del
consumo de drogas en la medida en que permite el desarrollo de capacidades
de problematización y generación de soluciones alternativas.
Acciones preventivas
(SENDA, 2013)
[113]
El foco de la intervención está puesto en distintos roles de los indivi-
duos, según el ámbito o escenario en el cual se desenvuelvan. Se identiican
tres ámbitos a partir de los cuales se pueden llevar a cabo las actividades con
el in de fortalecer factores protectores del consumo de drogas y alcohol en
la organización y sus trabajadores: la organización, el individuo y su entorno
familiar.
Prevención Universal:
(SENDA, 2013)
(SENDA, 2012c)
Propone una visión sistémica e integral del fenómeno del alcohol y las
drogas y de las consecuencias sociales del consumo en estudiantes y su comu-
nidad. Considera diversas realidades que abren la relexión y discusión sobre
el quehacer preventivo, reforzando aspectos relevantes como el autocuidado,
el desarrollo de competencias, la calidad de vida y la formación ciudadana.
Esta discusión ya no se lleva a cabo solamente en horas de clases, sino que es
una conversación que interpela a muchos actores distintos, que construyen
nuevas formas de prevenir, con sus propias experiencias y recursos.
[115]
El esquema contempla que en la medida en que el establecimiento
avanza en acciones de inserción curricular, gestión escolar, involucramiento
escolar o integración con el medio, es certiicado en Nivel Inicial o Avanzado
por el SENDA. Este aliciente simbólico es valorado por las escuelas ya que
permite manifestar a los padres la preocupación del establecimiento por cui-
dar a sus alumnos del consumo de drogas y alcohol.
[117]
saludable individual y colectiva. Su objetivo es desarrollar competencias
preventivas en estudiantes, sus familias y profesionales de la educación.
Prevención selectiva:
a. A Tiempo
(SENDA, 2012a)
b. Te Acompaño
[119]
c. SENDA previene
En cuanto a las actividades que desarrolla SENDA Previene, una de las más
relevantes tiene relación con establecer vínculos directos con los principales
actores y organizaciones de la comunidad local. También es el encargado de
implementar las diferentes iniciativas, tanto en establecimientos educativos
como en algunos espacios laborales, “articulando y desarrollando directamen-
te diversas actividades que buscan generar condiciones adecuadas para la pre-
vención del consumo de drogas en el territorio comunal, abarcando el ámbito
comunitario, de salud, familiar, educativo, laboral, juvenil, y las condiciones
particulares de riesgo social” (SENDA, 2015).
Si bien es un programa que abarca casi la totalidad del territorio nacional, los
cambios de enfoque sin previa evaluación, la reducción de presupuestos y la
deiciencia en torno a su reinvención como modelo comunitario, han signii-
cado que los resultados que presenta el día de hoy sean dispares entre sí.
14
Cifras en dólares, basadas en el presupuesto aproximado del año 2013.
[122]
Establecimientos 800
Ceriicación de E.E. educaivos municipales
SENDA 2011 – 2014 $156.000 establecimientos
Prevenivos y pariculares con apoyo
educaivos
del Estado
Estudiantes,
equipos direcivos,
Estrategias de
docentes y padres 500
pares, parentales
SENDA 2011 -2014 $62.500 de establecimientos establecimientos
y debates
educaivos municipales educaivos
estudianiles
y pariculares con apoyo
del Estado.
Estudiantes de
Educación parvularia
(preescolar),
enseñanza básica y
9.000 jardines
De la Prevención y otras historias
Estudiantes de
establecimientos
educaivos municipales 500
2012 -
Te Acompaño Adaptación $70.000 y pariculares con
2015 estudiantes
apoyo del Estado, que
presentan mayores
factores de riesgo.
Durante los procesos de puesta en marcha de las iniciativas preventivas descritas anteriormente, fue posible realizar
Principales resultados de la implementación de las iniciativas preventivas
Por otra parte, se realizó por primera vez en SENDA una evaluación
de impacto para el programa Chile Previene en la Escuela (CHPE), la cual
consideró las encuestas aplicadas a los estudiantes (de 5° a 8° año de enseñan-
za básica) una vez al año. Los análisis realizados fueron pruebas estadísticas de
comparación de medias entre el grupo de tratamiento y el de control.
[125]
podría indicar que hay procesos de sinergia o compromiso institucional con
las distintas iniciativas de prevención del consumo de drogas y alcohol.
IV. Investigación
[127]
Figura 1: Evaluación de la prevalencia de consumo de marihuana durante el
último año, según sexo, edad y nivel socioeconómico, Chile 2012 - 2014
[129]
Figura 3: Evolución prevalencias de consumo de tabaco y alcohol, Chile
1994 – 2014
Fuente: Décimo Estudio Nacional de Drogas en Población General de Chile,
SENDA 2012
[131]
V. Conclusiones y proyecciones
El año 2010 Chile sufrió rápidos cambios, y con ello la rotación (lue-
go de 10 años) de los conglomerados de gobierno. Esto implicó un cambio
drástico en los organismos de la administración del estado y con ello se some-
tieron a cuestionamiento la totalidad de las políticas vigentes.
Dado que los ciclos de gobierno en el país son de cuatro años, las
autoridades entrantes no cuentan con los tiempos suicientes para realizar
evaluaciones óptimas de los programas.
[133]
dar cuenta a través de indicadores concretos. Por ello, en los últimos años, se
han realizado algunas evaluaciones de proceso y resultado intermedio a los
programas e iniciativas preventivas, las cuales han permitido conocer puntos
ciegos y fortalezas necesarias de atender y mejorar. Adicionalmente, los pro-
gramas han sido diseñados con mejores herramientas metodológicas y basa-
dos en evidencia, lo que, sin duda, ha relejado un avance en el desarrollo de
las políticas públicas de prevención del país.
Esperamos ser parte de las políticas que resta por desarrollar y, de esta
manera entregar un pequeño aporte a las mismas.
[135]
[136] De la Prevención y otras historias
Referencias
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[137]
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cionales/CHILE%20ESTRATEGIAdefinitiva-pdf.pdf Santiago, Chi-
le.
[139]
[140] De la Prevención y otras historias
4. COLOMBIA
La prevención del consumo de drogas y alcohol en Colombia
I. Introducción
A inales de los años 60 del siglo XX, la difusión del hipismo, los cambios
culturales asociados a las inluencias estadounidenses a través del cine y la televi-
sión, llevaron a que se incrementara el consumo de marihuana y a que se iniciara
la historia del narcotráico, que logró su máximo auge al inal del siglo. La frase
“Colombia pasó de ser un país productor a ser un país consumidor de drogas”,
tan en boga actualmente, es perfectamente banal: Colombia es y ha sido un país
consumidor desde el momento mismo en que se empezaron a producir mari-
huana y cocaína, y poco a poco ha ido añadiendo todas las otras sustancias que
se consumen en el continente. Este fenómeno no es propio nuestro: en realidad,
todos los países “productores” se convierten rápidamente en “consumidores”, tal
como ocurrió en Pakistán y Afganistán; una de las pocas excepciones fue Turquía,
durante un corto período gran productor de amapola. La realidad colombiana fue
ocultada deliberadamente durante mucho tiempo por razones políticas que no
viene al caso discutir aquí15.
15
Desde la “guerra de la marihuana” de inales de los 70 hasta 1998, los países “productores”
decían que el problema eran los “vicios” de los países ricos, y estos decían que los productores
“envenenaban” a su juventud. Culpas y reproches que nunca produjeron nada positivo.
[141]
A pesar de que Colombia es, junto con España y Tailandia, uno de los
primeros países del mundo en tener un plan nacional de prevención (desde
1985), la verdad es que en estos 30 años la prevención del consumo de drogas
no ha recibido un apoyo especial, salvo en el gobierno de Andrés Pastrana
(1998-2002). La mayor parte del tiempo se han implementado actividades
puntuales, de campañas o de iniciativas un tanto miopes y de corto alcance,
que presentan una muy baja probabilidad de haber alcanzado algún efecto;
las políticas han sido ambiguas, en ocasiones erráticas y desconectadas de la
realidad. Aun cuando la situación ha mejorado un poco en los últimos años,
trataremos de mostrar a lo largo del capítulo las diicultades que deben en-
frentar quienes trabajan en este campo que, en más del 90% de los casos, son
organizaciones privadas sin ánimo de lucro.
- Ley 118 de 1928, que incluyó el término “uso indebido” de drogas pero no
imponía sanciones a los infractores;
- El artículo 210 del Código Penal de 1936 (vigente hasta 1980) sancionó
la elaboración, distribución y tráico de narcóticos o estupefacientes; no
incluye marihuana ni cocaína, ni sanciona el uso de los estupefacientes;
[143]
- La Ley 34 de 1948 reglamentó el consumo y producción de chicha;
[145]
este grupo produjo un documento llamado Plan Nacional de Reducción
del Consumo de Drogas 2009-2010, todavía vigente (Comisión Nacional
de Reducción de la Demanda de Drogas, 2008). La política cuenta con
cuatro ejes operativos: el primero es el de Prevención, cuyo propósito es
prevenir el inicio y uso indebido de SPA en cualquier momento de la vida;
el segundo y tercer eje son Mitigación y Superación, que buscan ofrecer
atención a quienes ya están involucrados en consumo; el cuarto eje es
construir capacidad de respuesta, este busca movilizar esfuerzos para lograr
los objetivos. Hasta el momento de escribir este documento (julio de
2015) la política planteada hace seis años, muy ambiciosa y poco realista,
es solo una propuesta en la que se han realizado inversiones mínimas; los
avances son insigniicantes, y es altamente probable que la situación no se
modiique en el corto plazo.
- Aprobación de la Ley 1566 de 2012, por medio de la cual “se dictan normas
para garantizar la atención integral a personas que consumen sustancias
psicoactivas” (Congreso de la República de Colombia, 2012). Declara que
los adictos puedan tener tratamiento de rehabilitación pagado por el Estado,
si así lo desean, ya que se considera la adicción como una enfermedad y un
- Nuevo Estatuto Nacional de Drogas: desde hace más de diez años, se han
venido haciendo esfuerzos por modiicar o sustituir el llamado Estatuto de
Estupefacientes (Congreso de la República de Colombia, 1986), plagado
de imprecisiones y bastante inadecuado con respecto a las realidades actua-
les. El proyecto está terminado, pero tiene muchos opositores en el Con-
greso (ver Ministerio de Justicia, 2013), por lo que sus autores han evitado
presentarlo hasta que se presenten condiciones de mayor ecuanimidad.
b. Diagnóstico
[147]
2008), la realidad es que el impacto de esas políticas ha sido mínimo porque,
ni a nivel central ni a nivel municipal ha habido asignación de recursos
para convertirlo en acciones concretas. La impresión que se desprende
consistentemente de las acciones de los sucesivos gobiernos es que el consumo
de drogas no es considerado como un asunto al que deba dársele algún grado
de prioridad, a pesar de que se reconoce que afecta a un gran número de
personas (480.000 necesitarían tratamiento, según el último estudio nacional
de 2013), especialmente menores de edad. En lo referente a inversiones, el
98% de los recursos van a control de la oferta, y menos del 2% a reducción
de la demanda.
4. No existe estabilidad en las estructuras del Estado que garantice una con-
tinuidad en las acciones.
Las estructuras del Estado a las que nos referimos incluyen cuatro compo-
nentes: las normas y leyes; las instituciones; la caliicación de las personas
involucradas; y los recursos asignados. Ya se vio cuál es la situación de la
normatividad, llena de elementos dispares y carentes de un hilo conductor, en
muchos casos, o inaplicables por la ingente cantidad de recursos que requiere
su implementación. En lo referente a las instituciones, el núcleo de atención
del problema del consumo de drogas se encuentra ubicado en el Ministerio
de Salud y Protección Social, pero es una pequeña oicina que tiene asignadas
otras funciones y sufre de una constante rotación de personal. En cuanto a
la caliicación profesional en las instituciones responsables, con demasiada
frecuencia no se cuenta con el personal caliicado para asumir estas funciones.
Y, inalmente, los recursos asignados a nivel central no son pertinentes ni su-
icientes para responder a las demandas básicas de la población.
a. Consumo en Colombia
[149]
aparecen Ecuador y Bolivia (Pérez Gómez, 2013; UNODC & CICAD,
2009). Aun aceptando que los estudios de hogares (metodología utilizada
comúnmente en los estudios de población general entre los 12 y los 65 años y
que exige verse frente a frente y conocer la dirección de la persona), producen
un alto subregistro (a diferencia de los estudios con escolares, que son
totalmente anónimos), las tendencias se mantienen y dan un rango razonable
de certeza a esta ubicación de los países en “escalas” de consumo.
3. Refuerzo del sistema familiar (ICBF), refuerzo del sistema judicial (Minis-
terio de Justicia), sustitución de cultivos (Ministerio de Agricultura) y de-
sarrollo de campañas publicitarias (Ministerio de Comunicaciones) (Pérez
Gómez, 1994, p. 113-114).
17
Deseamos agradecer a Luis Ángel Parra Garcés sus minuciosas observaciones y comentarios a
la sección sobre el PNPD, del cual él fue un protagonista notable. Por motivos de espacio solo
incluimos aquí algunas de sus notas.
[151]
pesar de esto, se logró constituir el Comité Técnico Nacional que dio origen,
en 1986, a un documento que Colombia presentó como insumo para la reali-
zación de la Asamblea Extraordinaria de la Organización de Estados America-
nos en Río de Janeiro, donde se aprobó la creación de la CICAD, cuya prime-
ra reunión se realizó en Montevideo en 1988. En todo este período Colombia
ejerce un indiscutible liderazgo en la región por sus propuestas, argumentos e
interpretaciones frente al fenómeno cultural de las drogas, hasta el punto que
varios países realizaron pasantías para conocer estas experiencias o invitaron a
profesionales colombianos como asesores temporales a sus países.
[153]
Aparte de esta iniciativa gubernamental, debe decirse que la gran ma-
yoría de las acciones en prevención en Colombia han sido desarrolladas, en
estos 30 años, por entidades no gubernamentales; algunos de los principales
ejemplos son el programa La Casa de la Universidad de los Andes, en Bogotá;
Caminos, en Cali; Surgir, en Medellín; y la Universidad del Norte, en Barran-
quilla; todas estas instituciones trataron de trabajar con la comunidad educa-
tiva y algunas con la comunidad en general. Pero al perder el soporte de las
entidades gubernamentales, y en algunos casos de entidades internacionales,
sus acciones fueron desapareciendo.
TIPICAS
CEMA-PEMA
[155]
de SPA y problemas conexos, cuya principal estrategia es organizar a la co-
munidad, con el in de reducir la demanda y el uso de drogas legales e ilegales
(Mentor International, 2012).
ConSentidos
SanaMente
Anímate
[157]
Retomemos
[159]
Lo que hace de CTC un sistema es la articulación de tres grandes
elementos: un proceso de empoderamiento en donde la comunidad aprende a
identiicar y utilizar sus propios recursos para diseñar e implementar un plan
de acción guiado por datos empíricos. En segundo lugar, aprenden a elaborar
un perfil comunitario sobre la base de un instrumento llamado “Encuesta para
jóvenes”; en América Latina el instrumento ha sido aplicado en Colombia a
más de 40.000 jóvenes de 9 municipios21, y ya se concluyó el proceso de vali-
dación de los ítems y se calcularon puntos de corte para el país22. En Chile y
Brasil se están llevando a cabo procedimientos para validarlo.
21
En Colombia se está llevando a cabo un trabajo comparativo en los factores protectores y
de riesgo de adolescentes de los Estados Unidos y de Colombia a través de un contrato con
la Universidad de Washington, bajo un proyecto inanciado por NIDA (# R01 DA031175-
01A1)
22
Este procedimiento se ha llevado a cabo conjuntamente con la Universidad de Washing-
ton; en octubre de 2015 está en proceso la elaboración de un artículo con los resultados.
[161]
(un joven con apariencia de menor de edad trata de comprar alcohol); la más
importante fue creada por Nuevos Rumbos y se llama IBEM, Intervención
Breve basada en Entrevista Motivacional, que a la fecha ha sido utilizada con
más de 6.000 jóvenes.
23
Aun cuando se han observado diferencias altamente signiicativas en las evaluaciones pre-post
(p< 0,0001), se utilizará un diseño cuasi- experimental (con grupos control pero sin distribu-
ción al azar) para conirmar o refutar estos resultados.
[163]
la propuesta pero luego ese interés puede esfumarse. Es entonces importante
utilizar el instrumento desarrollado por Nuevos Rumbos para determinar esta
condición.
[165]
IV. Publicaciones e investigaciones
Si en los años setenta y ochenta del siglo pasado los estudios sobre drogas
eran virtualmente inexistentes, durante la década de los 90 se produjo un
incremento importante en el número de trabajos sobre esta problemática,
y tal tendencia se acentúa en la primera década del siglo XXI. Sin embargo,
existen pocos estudios especíicamente sobre prevención, y la mayoría de ellos
hacen parte de la llamada “literatura gris”, que eventualmente puede tener
una gran riqueza pero que reposa (tal vez eternamente) en los anaqueles de
las universidades. Desafortunadamente, como se vio en epígrafe anterior, las
investigaciones evaluativas suelen utilizar diseños débiles (“antes-después” sin
grupo de control). Por todos estos motivos, y con el propósito de dar una idea
global sobre la investigación en drogas en Colombia, se presentan a continua-
ción algunos de los trabajos publicados más relevantes en esta área.
Entre 1996 y 2008 hay un gran vacío de estudios sobre población general.
Probablemente el estudio epidemiológico más importante de esa época fue el
estudio de consumo de sustancias entre jóvenes de 12 a 24 años, realizado por
el Programa Presidencial Rumbos entre 2001 y 2002, que mostró con mucha
precisión (la muestra tenía más de 200.000 personas) lo que ocurría en cada
ciudad capital de Colombia (RUMBOS, 2002).
[167]
- Fracciones atribuibles drogas/criminalidad en adultos (Pérez-Gómez, Va-
lencia & Rodríguez, 2006). Es el primer estudio de este tipo en América
Latina, en el que se logró demostrar un elevado riesgo relativo en la aso-
ciación entre consumo de drogas y comisión de delitos, y unas fracciones
atribuibles moderadas entre consumo de alcohol, cocaína y marihuana y
delitos como lesiones personales, homicidio y delitos contra la propiedad.
[169]
ilustra la relación existente entre consumo y comportamiento delincuen-
cial, relación casi con certeza de circularidad: el consumo problemático
(juzgado a partir de consumo de último mes) es entre 7 y 20 veces superior
en la población infractora; y la asociación simple (riesgo relativo) muestra
que los infractores han consumido sustancias con una frecuencia superior
a los no infractores en proporciones que varían entre 10 y 35 veces más.
- Para terminar, vale la pena mencionar dos libros que abordan el tema de la
prevención del consumo de sustancia desde diferentes perspectivas: el de
Martínez (2006), que hace un análisis detallado de los múltiples conceptos
y propuestas vigentes hasta esa fecha relacionados con la prevención; en su
libro, Martínez resalta el valor de los conceptos de percepción de riesgo y
de factores protectores; adicionalmente, el autor dice cómo hacer preven-
ción en Colombia, lo cual es muy poco usual. El otro libro es de Pérez-
Gómez (2013), y está conformado por una colección de artículos en los
que examina diversas temáticas útiles para abordar el trabajo preventivo: la
relación del consumo de drogas con los medios masivos de comunicación,
con los estilos de vida, con la vulnerabilidad y los determinantes sociales
del consumo de drogas.
V. Conclusiones y recomendaciones
[171]
de la manera como determinados legisladores imaginan el problema; a veces
son arbitrarias y contraproducentes, y en ciertos casos pueden empeorar la si-
tuación; algunos ejemplos de esto último son el acto legislativo 002 de 2009,
que buscó reformar la constitución para hacer ilegales el consumo y la dosis
personal; o la ley 1566, llena de buenas intenciones pero desconectada de la
realidad; o la Resolución 1441 del Ministerio de Salud de mayo de 2013, que
obligaría a todos los centros de tratamiento a ser dirigidos por psiquiatras, a
seguir un modelo médico-farmacológico de tratamiento que no existe en nin-
guna otra parte del mundo (por la sencilla razón de que no sirve) y que habría
podido generar un caos indescriptible si se tiene en cuenta que en el país el
95% de los centros de tratamiento no siguen ese modelo ni están dispuestos
a seguirlo, y que muchos de ellos aseguraron que preferían cerrar a someterse
a esas exigencias.
[173]
[174] De la Prevención y otras historias
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I. Introducción
[183]
hecho tuvo origen en la Ley No. 5412 del 8 de noviembre de 1973. A partir
de esa fecha el Instituto quedó adscrito al Despacho del Ministro de Salud,
asumiendo tareas de investigación, prevención y tratamiento, así como la
coordinación de programas públicos y privados orientados a ese mismo in.
En 1974 se promulgó la Ley No. 5489 conocida como “Ley de Regulación y
Control de Publicidad de Bebidas Alcohólicas”; con esta Ley, se le asignó al
Instituto la responsabilidad de regular y controlar la publicidad relacionada
con el consumo de bebidas alcohólicas. Unos años más tarde, el 12 de marzo
de 1986, con la promulgación de la Ley No. 7035, se creó el Instituto So-
bre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), sucesor del INSA y actual
ente rector en el tema de drogas en Costa Rica; se le asignaron funciones
de prevención, investigación, tratamiento y rehabilitación del alcoholismo y
farmacodependencia, además de la coordinación de los programas públicos
y privados orientados al tratamiento de pacientes con problemas de alcohol
y otras drogas. El IAFA ha asumido la tarea de desarrollar estrategias que
promuevan la participación de los diferentes actores sociales, para que juntos
interactúen en el desarrollo de planes, programas y proyectos en pro de estilos
de vida saludables y el desarrollo de comportamientos sociales proactivos.
Marco Normativo
[185]
personas menores de edad. Establece los principios fundamentales tanto de
la participación social o comunitaria como de los procesos administrativos y
judiciales que involucren los derechos y las obligaciones de esta población. El
artículo 44, inciso h, hace referencia a las obligaciones del Ministerio de Salud
en relación al tema de drogas, “instancia que debe promover, por los medios
más adecuados, políticas preventivas permanentes contra el consumo de dro-
gas y crear centros especializados para atender y tratar a las personas menores
de edad con consumo de drogas y a las que padezcan trastornos emocionales”
La Ley Penal Juvenil (7576), aplica para aquellas personas con edades
comprendidas entre los 12 y 18 años de edad; de acuerdo con el artículo 7 el
principio rector de esta ley es la protección integral del menor de edad, su in-
terés superior, el respeto a sus derechos, su formación integral y la reinserción
en su familia y la sociedad. El Estado, en asocio con las organizaciones no gu-
bernamentales y las comunidades, promoverá tanto los programas orientados
a esos ines como la protección de los derechos e intereses de las víctimas de
los hechos.
[187]
El programa está basado en el enfoque de habilidades para la vida
propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización
Panamericana de la Salud (OPS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF) (OMS/OPS, 2001) y pretende brindar herramientas a
los niños y las niñas para afrontar las diicultades que se presentan en su vida
cotidiana, por medio de aprendizajes signiicativos que fortalezcan factores
de protección, en especial aquellos que los empoderen contra el consumo
de drogas, relejándose en el retardo de la edad de inicio y la reducción de la
prevalencia e incidencia en el consumo de drogas.
5. Educar a los individuos para que sean capaces de mantener una relación
madura y responsable con las drogas.
Hay tres motivos fundamentales por los que se tiene y debe prevenir
el consumo de drogas, especialmente tabaco, alcohol y cannabis, en niños y
[189]
adolescentes. El primero, el más evidente y conocido, es que si conseguimos
que los niños y adolescentes no fumen cigarrillos o cannabis, ni beban
abusivamente alcohol, evitaremos que de adultos se conviertan en adictos o
abusadores.
[191]
Este programa preventivo tiene más de una década de ejecución 4 en escuelas
del país, en la población estudiantil de primer y segundo ciclo de la escuela
primaria pública, desde preescolar hasta sexto grado de la Educación General
Básica.
Escolares
Regiones
2010 2011 2012 2013 2014 *
Central 156.738 154.752 147.613 138.027 162.111
Huetar Norte 43.273 41.797 41.580 39.857 48.757
Pacíico Central 18.265 18.113 17.735 17.917 22.336
Chorotega 30.994 31.915 32.166 32.147 38.748
Huetar Caribe 33.288 33.348 32.239 32.163 37.212
Brunca 25.864 25.636 23.748 25.286 27.869
TOTAL 308.422 305.561 295.081 285.397 337.033
Nota (*): Incluye niños y niñas del 1° grado de escuela.
En cuanto al con-
sumo de bebidas alcohó-
licas en el último año, en
población de estudiantes
de educación secunda-
ria del país, pasó de un
39.9% en el año 2009
a un 36.5% en el año
2012, mientras que el
consumo de activo o de último mes pasó de 21.7% a 20.1%, para los años
2009 y 2012, respectivamente.
24
Ver Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Población de Educación Secundaria.
Costa Rica, 2006, 2009 y 2012.
[193]
Con respecto al
consumo de tabaco se
presenta una situación
similar en la población
de estudiantes de educa-
ción secundaria del país.
Se observa una reducción
importante en la preva-
lencia de consumo de úl-
timo año y en la de últi-
mo mes.
La implementa-
ción de la Ley N° 9028,
Ley General de Control
del Tabaco y sus Efectos
Nocivos en la Salud, ha
contribuido a que estos re-
sultados sean positivos
Con respecto a la
edad de inicio en el consu-
mo de alcohol y tabaco, se evidencia que dicha población está empezando a
consumir más tardíamente, ubicándose en los 13.3 años.
Objetivo General
1. Contribuir a la mejora de la salud de la población menor edad, me-
diante la práctica de las habilidades para la vida, promocionando actitudes
positivas y estilos de vida saludables que reduzcan el consumo de drogas.
Objetivos Específicos
1.1. Desarrollar en los niños y niñas del segundo ciclo de la escuela prima-
ria pública las habilidades sociales, cognitivas y de control de emociones que
reduzcan la propensión a consumir drogas.
1.2. Proporcionar a los docentes las herramientas y el conocimiento nece-
sario para el desarrollo y dinamización de las habilidades para la vida con los
niños y niñas del segundo ciclo de la educación primaria pública.
1.3. Evaluar la relación costo-beneicio.
Evaluación del Programa
Durante el año 2005 se trabajó en el tercer año de ejecución del pilo-
taje y se realizó una evaluación cuali- cuantitativa del proyecto piloto, en un
proceso que se inició con el nivel de cuarto grado y concluyó en ese año con
sexto grado.
En el año 2011 el IAFA contrató una evaluación (de proceso) sobre la
implementación del programa “Aprendo a Valerme por Mí Mismo”, la cual
fue realizada por el Centro de Investigaciones Psicológicas Avanzadas (CIPA)
de la Universidad Católica de Costa Rica.
Para este año 2015, el IAFA se encuentra elaborando una propues-
ta de metodología de evaluación para deinir e implementar un modelo de
evaluación del programa Aprendo a Valerme por Mí Mismo, que le permita
monitorear el cumplimiento de los objetivos y metas.
25
Tomado de: IAFA. (2015). Aprendo a Valerme por Mi Mismo. Descripción de la Intervención.
San José Costa Rica.
[195]
IV. La investigación en el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodepen-
dencia de Costa Rica
[197]
presentaba elementos novedosos desde el punto de vista epidemiológico.
El desarrollo de investigaciones en estos grupos contó con el impulso de la
CICAD/OEA al punto que, a partir del 2006, el proyecto de investigación
en poblaciones escolarizadas adquirió un carácter permanente y, como en
las encuestas de hogares, se desarrolla de manera sistemática, esta vez cada
tres años. Tres rondas de estudios han permitido establecer la evolución del
fenómeno de la demanda de drogas en estos sectores, constituyéndose en un
importante ámbito para las intervenciones preventivas (Bejarano, y Fonseca,
2007; Bejarano, Cortés, Chacón, et al 2011; Fonseca, Cortés, Chacón, et al,
(2013).
Durante los primeros diez años del siglo XXI y hasta el momento
actual, se replicaron los estudios nacionales realizados en períodos anteriores
(Bejarano, y Ugalde, 2003; Bejarano, Fonseca, y Sánchez, 2009; Bejarano,
Fonseca, Cortés, et al, 2010) y continuó la participación en estudios multi-
nacionales, tanto en la temática del tabaquismo (Fonseca, Méndez y Bejara-
no, 2014) como del consumo de alcohol (Bejarano, 2005), principalmente.
En época más reciente se ha incursionado en la temática del consumo en
personas en edad escolar junto con exploraciones acerca del fenómeno de la
intimidación y la utilización de tecnologías de información, además de nue-
vas exploraciones en torno al fenómeno de la resiliencia, tanto en población
escolarizada como en aquella que no lo está. En adolescentes se han explora-
do también las percepciones de riesgo ante el consumo de drogas (Bejarano,
Ahumada, Sánchez, et al, 2011) y la información obtenida ha sido utilizada
en programas de prevención vigentes, como en otros por ser implementados.
Para el quinquenio 2015-2020 se espera continuar con el desarrollo de las
encuestas nacionales en hogares y en estudiantes, tanto de primaria como de
secundaria y universitarios, como el que inició con la exploración del taba-
quismo en estudiantes de profesiones de la salud (Fonseca, 2007) así como
los estudios sobre costos sociales de las drogas en Costa Rica (Salas, 2014). Se
espera que otros proyectos permanentes continúen siendo de utilidad para la
V. Conclusiones y proyección
[199]
las estrategias multi-componentes, orientadas al desarrollo de dos o más pro-
gramas simultáneamente (el existente en población escolar junto con acciones
de prevención para padres, en vías de ejecución) en vez de uno solo. A esto
se suma la puesta en práctica de estrategias tendientes a evaluar el programa,
buscando no solo determinar las características procesuales sino el impacto
relativo alcanzado. La evaluación del programa preventivo reseñado en este
trabajo ha tenido importancia, prácticamente desde sus inicios, pese a las di-
versas limitaciones imperantes, muchas de ellas relacionadas con las diiculta-
des inherentes a la ausencia de una política clara de evaluación.
[201]
[202] De la Prevención y otras historias
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[209]
[210] De la Prevención y otras historias
6. EL SALVADOR
Evolución de la prevención en El Salvador
I. Introducción
[211]
II. Evolución de las políticas públicas
[213]
Productos Farmacéuticos Oiciales, el Reglamento de Especialidades Farma-
céuticas, el Reglamento de Estupefacientes y en las demás leyes y reglamentos
relativos a la materia.
Dentro del PNAD se identiicaron como principales áreas de acción las si-
guientes:
7. Formación y capacitación
8. Financiamiento y cooperación
[215]
Política y el Plan de Acción sobre Cooperación Internacional en favor de una
Estrategia Integral y Equilibrada para contrarrestar el Problema Mundial de
las Drogas”, aprobada durante el 52° período de sesiones de la Comisión de
Estupefacientes celebrada en marzo de 2009, entre otros.
[217]
El Salvador tampoco dispone de reportes oiciales sobre la cantidad de
programas de prevención del consumo de SPA que se implementan; ni hay
informes sobre los resultados de los procesos de evaluación y monitoreo de
tales programas.
[219]
• Año 2006: Participación de las universidades en el taller “El fenómeno
de las drogas desde la perspectiva de la salud internacional”, realizado en
Cartagena de Indias, Colombia. En dicha reunión se compartieron ex-
periencias en la aplicación de la perspectiva de la salud internacional en
materia de drogas y se exploraron formas para aumentar la cooperación y
la investigación entre las diferentes disciplinas académicas.
[221]
-El Salvador: Universidad Evangélica de el Salvador (UEES); Universidad
de El Salvador (UES).
[223]
incrementa con la edad, siendo el rango de 23 a 24 años el que mostró el
mayor porcentaje y en menor escala en el grupo de 18 años o menos. Se en-
contró que el promedio de inicio del consumo fue de 17 años para hombres
y mujeres. El consumo de tabaco mostró la misma tendencia que el alcohol,
pero con la diferencia que en los hombres el consumo fue siempre el doble
que en las mujeres para la prevalencia de vida, año y mes, observándose la
misma situación para la incidencia por año y mes. En cuanto a los tranquili-
zantes, el Informe internacional de iscalización de estupefacientes 2012 de las
Naciones Unidas, hace énfasis en que el abuso de preparados farmacéuticos,
incluidos los que contienen tranquilizantes, sedantes y estimulantes, sigue
siendo grave motivo de preocupación en América Central, en particular en
lo que respecta a las mujeres (CNA, 2013). En este estudio, se identiicó que
de los estudiantes universitarios, el 1.8% de ellos utilizaron por primera vez
tranquilizantes sin prescripción médica en el último año. En cuanto a los
estimulantes, la Ritalina es el de mayor consumo alguna vez en la vida, con
predominio del sexo masculino.
[225]
problemático y dependencia de sustancias psicoactivas (SPA) está relacionada
con las drogas lícitas y no con las drogas ilícitas, considerando la variación en
las características sociodemográicas, en los patrones de consumo de la pobla-
ción y la necesidad de los usuarios de obtener respuestas satisfactorias en los
servicios de atención (Juárez, 2013).
Ministerio de Educación -
Programa de prevención Población a la que está dirigida
MINED
Gesión integral Estudiantes de tercer ciclo y
ciudadana bachillerato
Educación para la vida y Jóvenes que estudian en
el trabajo modalidades lexibles
Educación en derechos Estudiantes de primer ciclo,
humanos, valores y segundo ciclo, tercer ciclo y
Centros escolares ciudadanía bachillerato.
Estudiantes de primer ciclo,
públicos y privados Arte, cultura, recreación
segundo ciclo, tercer ciclo y
y deporte
bachillerato.
[227]
estudiantes de centros escolares desde primer ciclo hasta bachillerato.
Población adolescente y
Programa familias fuertes
Unidades de Salud padres de familia
(SEPAPS)
Población adolescente,
Programa de salud mental
población general.
Prevención secundaria
Pacientes con conductas
y terciaria: Abordaje
adicivas a SPA.
psicoterapéuico
Programa de niños replicadores Estudiantes de centros
Hospitales “Red salvando vidas del tabaco escolares, desde primer ciclo
y el alcohol” hasta bachillerato
Población adolescente,
Programa de sensibilización del
personal del hospital,
ambientes libres de humo
población general.
FUENTE: Juárez, 2013.
Los resultados del estudio realizado por Juárez (2013), permiten iden-
tiicar que en El Salvador no se aplican programas de prevención selectiva, la
cual debe estar dirigida a un subgrupo de adolescentes que tienen un riesgo de
ser consumidor mayor que el promedio de los adolescentes. El estudio realiza-
do en cinco universidades de El Salvador en el año 2010, dejó al descubierto
que la edad promedio del inicio para el consumo general fue de 15.1 años y
para el poli-consumo fue 16.9 años, es decir, que el inicio del consumo de
SPA se da desde muy temprana edad en la escuela secundaria, antes de ingre-
sar a la universidad (CNA, 2013); este es un claro ejemplo de un grupo en el
que se podría aplicar un programa de prevención selectiva.
[229]
a. Estudios realizados con la Metodología del Sistema Interamericano de
Datos Uniformes sobre el Consumo de Drogas-SIDUC
Presenta el fenómeno de las drogas en El Salvador así como una guía com-
pleta para toda la familia en cuanto a prevención de drogas.
[231]
− El alcoholismo, San Salvador, Julio 2002.
Este estudio señala los efectos psicológicos, isiológicos y riesgos que con-
lleva el consumo de alcohol, tomando en cuenta que esta es la droga más
consumida en El Salvador, de la que más se abusa y la que más problemas
sociales y sanitarios causa.
[233]
− Inluencia familiar y comunitaria en la inducción al inicio de consu-
mo de drogas lícitas e ilícitas en población estudiantil de la Universidad de El
Salvador, febrero a abril 2010 (Ortega, et al., 2010).
[235]
de proyectos de investigación en la temática de “Evaluación de los Programas
de Prevención” y aportar de manera signiicativa al país, demostrando con la
evidencia cientíica, cuáles son los programas que previenen eicazmente el
consumo de drogas en El Salvador, considerando mecanismos de evaluación
de resultados, de eicacia y efectividad.
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[241]
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I. INTRODUCCIÓN
[243]
representaciones sociales, el incremento de la resiliencia a través del desarrollo
de habilidades para la vida, de la disminución de los estresores psicosociales,
o de la reducción de daño a través de medidas de protección para los consu-
midores. Varios modelos han iniciado el camino de la instrumentación a nivel
estatal o nacional, algunos con historias de éxito y otros menos afortunados
que debido a situaciones inancieras y políticas no han permanecido. Como
parte de las políticas públicas del actual gobierno, se está iniciando el camino
para implementar las intervenciones más jóvenes que han mostrado resulta-
dos positivos en la comunidad.
[245]
edad de inicio de consumo de tabaco fue 14.1 años, similar para ambos sexos
(Reynales-Shigematsu et al., 2012).
[247]
De manera especial, en su reporte de usuarios que asisten a centros
de tratamiento no gubernamentales durante el 2012, 1.658 centros propor-
cionaron información de 48.378 personas. La mayoría de los entrevistados
tenía 35 años o más (32.2%) seguido del grupo de 15 a 19 años (23.3%). El
84.5% fueron hombres y 15.5% mujeres. En promedio, la edad de inicio del
consumo de drogas fue de 14.5 años.
Del total de los encuestados, 18.6% cometieron delito bajo los efectos
de alguna sustancia; el 93.5% pertenecen al grupo de 15 a 18 años de edad. Al
momento de cometer el delito, las personas reportaron estar bajo los efectos
del alcohol con mayor frecuencia (43.3%), seguido por la marihuana (23.7%)
y los inhalables (22.2%).
[249]
Otro elemento importante en las acciones que ha hecho México, es
que se está trabajando fuertemente para descriminalizar el consumo personal.
Actualmente se están implementando y extendiendo las cortes de drogas y se
trabaja en tener clara su deinición para canalizar a los usuarios al tratamiento
correspondiente.
La información que durante más de cuatro décadas ha sido recabada por las
distintas fuentes señaladas en el panorama epidemiológico; el aprendizaje
acumulado, tanto de experiencias exitosas como de otras menos afortunadas,
y el acceso cada vez mayor a información de estudios internacionales, ha
[251]
En los últimos 15 años de la historia de la prevención en México,
se han documentado las ventajas de diferenciar entre modelo, programa y
material, lo cual ha permitido la participación conjunta de los saberes de los
investigadores en el campo de la prevención y los administradores públicos
encargados de operar los programas preventivos de acuerdo con las políticas
públicas oiciales y la comunidad misma que vive la problemática.
[253]
culturalmente y probados (Modelos 3, 5, 6, 12 y 13). Esto ya supone un
avance importante en cuanto al desarrollo de las estrategias. El gran reto de
estos modelos ha sido evaluar la idelidad de su aplicación y la sustentabilidad
después del momento de su instrumentación.
[255]
Tabla1. Información general de los programas
[256]
Nivel de
prevención
Fecha Contexto de
Modelo/Insitución Insitución Desarrollo Univ. Selec. Indic. Financiamiento
inicio Aplicación
Familiar
Escolar
1. Modelo y Programa Prevenivo Para vivir sin X X X Comunitario
Pública 1970 Original Salud Federal
adicciones. Centros de Integración Juvenil (CIJ)
Laboral
2. Modelo Prevenivo de riesgos psicosociales
Escolar Federal y
Chimalli. Insituto de Educación Preveniva y Civil 1989 Original X
Comunitario Privado
Atención de Riesgos (INEPAR)
3. Meta-modelo ECO2. Centro Cáritas
de Formación para la Atención de las Comunitario
Civil 1995 Adaptado X Privado
Farmacodependencias y Situaciones Críicas Escolar
Asociadas (CAFAC)
4. Yo quiero, Yo puedo. Insituto Mexicano de Escolar Federal y
Civil 1995 Original X X
Invesigación de Familia y Población (IMIFAP) Comunitario Privado
De la Prevención y otras historias
26
https://www.dropbox.com/l/XQCKlqKcYQCINQPkuCeYTm?text=1
[259]
insuiciente y requiere de mayor impulso para tener una cobertura más amplia
en la población.
[261]
y adultez, como uso y abuso de drogas, alcohol y tabaco, así como conductas
de riesgo en edad adulta, y se acompañan de consecuencias graves como son
el fracaso y bajo rendimiento académico, problemas en las relaciones íntimas
en la edad adulta y desempeño laboral, delitos, actos violentos, trastornos de
ansiedad y depresión, o conductas suicidas (Ayala et al., 2001; Webster-
Stratton et al., 2012).
[263]
temas de intervención en foco verde (bajo riesgo, protección) foco amarillo
(alerta, mediano riesgo) y foco rojo (alto riesgo). Sus materiales y su enfoque
se basan en la teoría de la resiliencia. Se trata de incrementar los factores de
protección con habilidades para la vida, facilitar un cambio de paradigmas
hacia las actitudes proactivas en la comunidad, interviniendo con técnicas
anti-estrés y prácticas cuerpo/mente/espíritu (Castro M.E. Formulario 2015).
[265]
desarrollo de competencias. Dicho proceso favorece el cambio de conductas
en la medida en que se desarrollan las habilidades para la vida, se incorporan
nuevos conocimientos y se reducen barreras psicosociales (pena, miedo, cul-
pa, etc.)”. (Pick S, Formulario 2015)
27
Este programa es inanciado por la Fundación de Investigaciones Sociales, sostenida por com-
pañías alcoholeras.
[267]
para que puedan asumir acciones colectivas eicaces hacia el mejoramiento de
sus condiciones de vida. De Derechos: es un marco de referencia conceptual
fundamentado normativamente en estándares internacionales de Derechos
Humanos (Convención de los Derechos de los Niños, Convenio 169 y 189
de la OIT, entre otros) y dirigido a la promoción y defensa de estos. Desde
este enfoque, se trata de fortalecer las capacidades de los actores clave en los
procesos de cambio, los “titulares de derechos” para que puedan ver garanti-
zados sus derechos, y los “titulares de deberes” que puedan cumplir con sus
deberes. De Género, conforme al cual se desarrolla un proceso de evaluación
de las consecuencias para las mujeres y los hombres de cualquier actividad
planiicada, inclusive las leyes, políticas o programas, en todos los sectores
y a todos los niveles. El objetivo inal es lograr la igualdad [sustantiva] entre
los géneros”. Intercultural en la atención a la salud, con el cual se busca el
proceso de comunicación en relaciones de convivencia de dos o más grupos
culturales que maniiestan características y posiciones diversas, así como pro-
mover condiciones de inclusión y horizontalidad, con respeto, con escucha,
comprensión mutua y sinergia.
[269]
la fase de evaluación a mayor escala, ya que se instrumentará a nivel estatal,
cerca de la frontera con los Estados unidos y con ello se podrán obtener
resultados aún más concluyentes.
[271]
La inquietud por las poblaciones de alto riesgo, sea por su alto nivel de
consumo o por su edad de desarrollo, como es el caso de los preadolescentes y
adolescentes tempranos, hacen de la prevención selectiva comunitaria y de la
prevención indicada, el principal tipo de prevención en nuestro país, es decir
se va dejando atrás la prevención universal basada solo en contenidos infor-
mativos.
b. Evolución
[273]
centro de salud. Apoyo que ahora resulta indispensable, junto con la adecuada
capacitación y la transferencia de la tecnología, en los escenarios y poblaciones
referidas, para que los facilitadores o el personal de salud de la propia comuni-
dad empleen las técnicas y lleven el beneicio a su comunidad proximal, tanto
en escuelas y empresas, como en comités de vecinos y poblaciones especiicas
en riesgo.
V. Publicaciones e investigaciones
Esto quiere decir que, a pesar de que hemos evolucionado hacia una
prevención cientíica y comunitaria, este tipo de investigación todavía no tie-
ne el lugar que se merece en nuestro país. La producción en parte es relejo de
lo reducido del presupuesto y de las pocas revistas cientíicas disponibles para
difundir resultados. Una excepción son las instituciones públicas dedicadas a
la investigación, como el Instituto Nacional de Psiquiatría y la Universidad
Nacional Autónoma de México que cuentan con sus propias revistas cien-
tíicas, y en estas el tema se trata más ampliamente . Por ello, debe lograrse
también que estas revistas cuenten con secciones especíicas de prevención,
como la tuvo en su momento la revista Libberaddictus; o bien, lograr tener
revistas de habla hispana con alto nivel de impacto, que sean especíicas sobre
el desarrollo y prueba cientíica de intervenciones de esta naturaleza.
Conclusiones
[275]
alentar a las instituciones y a los profesionales que se dedican al diseño y prueba
de estas acciones para avanzar cada día más en las intervenciones de prevención
que el país requiere. Algo imperativo en cuanto a la política de prevención y
su relación con la evidencia cientíica, es la promoción y desarrollo de estudios
de seguimiento longitudinal cuya carencia es evidente en el país. Es necesario
poner más énfasis en que todos los programas, independientemente de sus
componentes y marcos conceptuales, evalúen el efecto de las intervenciones en
los comportamientos de consumo de sustancias tóxicas.
Cada vez es más evidente que la prevención del uso y abuso de sustancias
y la prevención de otros comportamientos violentos, tienen muchos elementos en
común, por lo cual no es conveniente hacer una división tajante entre estos dos
conceptos. En consecuencia, las prácticas de prevención que se dirijan a diversos
componentes de la problemática social, resultan una opción relevante a la que se
deben dirigir los esfuerzos de la política pública y de investigación del país.
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[281]
[282] De la Prevención y otras historias
8. PERÚ
Hacia una ciencia de la prevención del consumo de drogas en el Perú:
Avances recientes y retos desde la gestión de políticas públicas
William Cabanillas Rojas
I. Introducción
29
Aprobada mediante el Decreto Supremo 033-2012-PCM.
[283]
A partir del año 2007, el Estado peruano emprendió la implementa-
ción de un enfoque por resultados para la elaboración del presupuesto. A tra-
vés del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) se impulsa el “Presupuesto
por Resultados” (PpR) que consiste en la aplicación de principios y técnicas
para el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación del presupuesto con una
articulación entre bienes, servicios (productos) y cambios para el bienestar
ciudadano (resultados). Este enfoque tiene como marco de referencia la “Ges-
tión para Resultados”30 (GpR), que a su vez se sustenta en la “Nueva Gestión
Pública”31.
[285]
consumo a través del desarrollo de capacidades en padres e hijos, y mejorando
las relaciones familiares (Spoth, Kavanagh, y Dishion, 2002; Spoth, Randall,
Shin y Redmond, 2005). De igual modo, en el ámbito comunitario se presenta
consistente evidencia sobre el impacto favorable que cumple la capacitación y
entrenamiento a la comunidad sobre aspectos conceptuales y metodológicos
sobre prevención, creación de redes institucionales, etc. Todo esto en un
marco orientado a la estructuración de sistemas preventivos (Fagan, Hanson,
Hawkins y Arthur, 2009; Fagan, Arthur, Hanson, Briney y Hawkins, 2011;
Hawkins, Oesterle, Brown, Abbott, y Catalano, 2014).
[289]
No obstante, el presupuesto estatal en esta materia era bastante limitado. En
términos de la planiicación, las intervenciones preventivas (en gran medida
proyectos) se organizaban sobre la base del uso del “marco lógico” sustentado
a su vez en un “árbol de problemas y alternativas” construidos participativa-
mente por representantes de la comunidad o instituciones a través de criterios
personales. Las evaluaciones se expresaban en sistematizaciones de experien-
cias preventivas con estimaciones sobre el cumplimiento de indicadores de
proceso (ej. número de participantes, número de talleres realizados).
34
Un programa presupuestal es un instrumento del Presupuesto por Resultados y se deine
como una unidad de programación de las acciones de las entidades públicas, las que integradas
y articuladas se orientan a proveer productos (bienes y servicios), para lograr un Resultado
Especíico a favor de la población y así contribuir al logro de un Resultado Final asociado a un
objetivo de política pública.
Esta primera etapa del diseño del PTCD guardó correspondencia tem-
poral con la formulación de la ENLCD 2012-2016. Para los temas asociados
a la reducción de la demanda de drogas, la ENLCD considera un objetivo
estratégico y cinco objetivos especíicos:
[291]
b. Se encuentren articuladas en el marco de las competencias y funciones de
las entidades públicas de nivel nacional, regional y municipal, en acción
coordinada con la sociedad civil.
35
Es un cambio en las condiciones, cualidades y características inherentes a una población
identiicada en el entorno en el que se desenvuelve o en las organizaciones que la sirven, tanto
en el sector público como privado.
36
Es el cambio que se buscar alcanzar para solucionar un problema identiicado sobre una po-
blación objetivo, y que a su vez, contribuye al logro de un resultado inal.
[293]
El producto denominado “Población desarrolla competencias para la
prevención del consumo de drogas” comprende cinco actividades:
38
Es un servicio de información, orientación y consejería especializada gestionado por DE-
VIDA. “Habla Franco” aplica metodología interactiva mediante las Tecnologías de la Co-
municación e Información (TIC). Se realizan actividades informativas con padres de familia
y docentes. También dispone de un servicio presencial de intervención breve contando con
programas estructurados.
39
Esta actividad, también gestionada por DEVIDA, articula el fortalecimiento de capacidades
técnicas para la prevención y tratamiento del consumo de drogas, campañas de difusión de
contenidos preventivos, y talleres e intercambios de experiencias.
40
Esta actividad implica el fortalecimiento y conformación de una red comunitaria generan-
do mecanismos de articulación con otras entidades locales para el desarrollo de acciones de
prevención a través de la participación activa de los líderes, adolescentes y jóvenes de la co-
munidad, propiciando el desarrollo de espacios de sensibilización, formación, recreación, in-
tegración socio laboral, entre otros. Las municipalidades son las entidades ejecutoras de esta
actividad en el marco de la suscripción de convenios Interinstitucionales con DEVIDA.
[295]
La experiencia peruana de adopción, diseminación y sostenibilidad
del Programa “Familias Fuertes” durante el periodo 2008 – 2012 ha sido sis-
tematizada, presentando las siguientes conclusiones (PRADICAN, 2013):
[297]
Tabla 2. Estrategias del PPCDAE
Prevención universal
• Marco curricular
• Tutoría (grupal, individual)
• Trabajo con madres y padres de familia
• Orientación entre pares
• Brigadas de auto protección escolar
• Redes de soporte social
Prevención seleciva
• Estrategias de prevención seleciva
a) Talleres socioeducaivos.
b) Tutoría individual: moivación y reforzamiento.
c) Acciones con los padres de familia.
[299]
La protocolización del PPCDAE se expresa a través de seis módu-
los donde se detallan aspectos conceptuales y metodológicos. Cada módulo
guarda relación con los componentes del programa: fortalecimiento de capa-
cidades para la prevención, desarrollo de la tutoría, fortalecimiento de líderes
estudiantiles, detección y atención de estudiantes en riesgo y orientación a
familias.
[301]
Gobiernos Regio- Selección de insituciones educaivas Maniene una relación técnica nor-
nales – Direcciones de acuerdo a criterios de selección. maiva con el Ministerio de Educa-
Regionales de ción. Por lo tanto, las DRE dan cum-
Educación plimiento a la normaividad nacional.
Ejecución del programa de
prevención del consumo de drogas Ley No 27867 – Ley Orgánica de Go-
en el ámbito educaivo. biernos Regionales.
43
Según Directiva General SNIP, Art. 3º: “Un Proyecto de Inversión Pública constituye una
intervención limitada en el tiempo que utiliza total o parcialmente recursos públicos, con el
in de crear, ampliar, mejorar o recuperar la capacidad productora o de provisión de bienes o
servicios de una Entidad; cuyos beneicios se generen durante la vida útil del proyecto y éstos
sean independientes de los de otros proyectos.
44
El SNIP es un sistema administrativo del Estado que mediante el establecimiento de princi-
pios, procesos, metodologías y normas técnicas busca optimizar la eiciencia en el uso de los
recursos públicos destinados a la inversión, garantizando la sostenibilidad de los proyectos y
los servicios públicos de calidad para el bienestar de la población. actúa como un sistema de
certiicación de calidad de los proyectos de inversión pública. Asimismo, el SNIP es un siste-
ma administrativo descentralizado, por tanto, las decisiones sobre la ejecución de un PIP se
adoptan en las entidades del nivel nacional, regional o local, de acuerdo con las competencias
de cada una.
[303]
Esta coyuntura favorable abre diversas posibilidades de gestión. Por
ejemplo, se podría contemplar la elaboración y difusión de manuales o guías
para la formulación de PIP preventivos, junto a procesos de asistencia técni-
ca. Estos documentos técnicos podrían incorporar contenidos de la CP para
orientar los proyectos hacía la mejora de la intervención, sustentadas en bases
teóricas y metodológicas más sólidas.
[305]
En torno a los factores de riesgo y protección se han formulado teorías
y modelos explicativos del consumo de drogas que son de necesaria referencia
para el diseño, implementación y evaluación de programas preventivos. Guar-
dando correspondencia con las características multifactoriales del consumo
de drogas, los programas preventivos deberían asumir formulaciones teóricas
integrativas y comprensivas45 (ej. Bandura, 1999; Catalano y Hawkins, 1996;
Jessor, 1998; Kandel, 2002; Oetting y Donnemeyer, 1998). Bajo esta pers-
pectiva, el PTCD adopta un modelo conceptual basado en factores de ries-
go y protección. En términos generales, la multifactorialidad como modelo
conceptual para el consumo de drogas ha sido adoptada hace varios años en
diversos países, sustentando políticas y acciones preventivas. Los “conceptual
framework” de estos países (ej. SAMHSA/CSAP, 2001; Drug Policy Expert
Commitee, 2000) acogen la idea de articular diversos dominios donde se
agrupan los distintos factores de riesgo y protección en concordancia con las
propuestas de Jessor (1991), Hawkins y Catalano (1996) y otros.
La adhesión a un modelo explicativo o teoría no asegura por sí misma re-
sultados positivos: Articulemos teoría y práctica.
Si bien es cierto existen teorías y modelos explicativos, no debe darse
por hecho que su mera adopción asegurará el éxito o impacto preventivo fa-
vorable. Así por ejemplo, se podría poner en marcha un programa preventivo
sustentado en la teoría cognitiva social, teniendo como uno de sus objetivos
de intervención el desarrollo de la autoeicacia de resistencia. Sin embargo, en
la práctica, se observa que las sesiones se orientan a “sensibilizar” o informar
a los participantes sobre la importancia de la autoeicacia para enfrentar exi-
tosamente situaciones de invitación o instigación para el consumo de alcohol
u otras drogas. He aquí un problema de falta de correspondencia entre la
adopción de una base teórica y su aplicación en una intervención concreta
en el “mundo real”. Una corrección a la falta de correspondencia anterior,
45
Estas teorías se orientan a explicar el comportamiento de consumo de drogas a través de la
integración de diversos componentes o formulaciones teóricas.
[307]
resultado: los mediadores46 (Donaldson, 2001; MacKinnon, Fairchild y Fritz,
2007). En ese sentido, los programas preventivos debiesen lograr cambios
en las variables mediadoras que se consideran relacionadas con el consumo
de drogas. Por supuesto, es necesario asumir una base teórica o explicativa
para una identiicación adecuada de estas variables. En el caso peruano, la
identiicación de mediadores en el PPCDAE y PFF resultará muy relevante
en el marco de futuras evaluaciones. Para ello será necesario analizar o
reconceptualizar la estructura temática de contenidos preventivos, además de
ubicar los mediadores clave según cada programa de intervención (recordar
que el PPCDAE contiene un programa de intervención para cada grado
escolar). A nivel latinoamericano el PFF tiene disponible una identiicación
de mediadores (Orpinas et al., 2014) que puede servir de referencia para
próximas evaluaciones en el Perú.
Asumir una perspectiva de análisis evolutivo de la problemática del consu-
mo de drogas y su prevención.
[309]
debe implicar también la identiicación de factores de riesgo/protección
propios de cada ciclo evolutivo y formular programas que impacten de forma
especíica sobre ellos.
[311]
religiosos y otros con objetivos prosociales (Carlo et al., 2011; Eccles et al.,
2003) puede convertirse en actividad oportuna para generar espacios preven-
tivos. Aunque la experiencia reciente de implantación curricular de progra-
mas preventivos en el Perú se identiica como una reforma capital, es necesa-
rio reforzar también las actuaciones extracurriculares e institucionalizarlas en
acción conjunta con los diversos agentes de la comunidad, organizaciones no
gubernamentales y gobiernos locales.
Sensibilidad al género
[313]
preventivos en el Perú. Esto cobra importancia considerando la información
epidemiológica (DEVIDA, 2013), en donde se muestra las notorias cercanías
en el consumo de drogas entre los y las adolescentes (principalmente alcohol,
inhalantes y éxtasis). Lograr que los programas preventivos sean sensibles al
género implicará diversas acciones. Será oportuno profundizar el análisis de
las encuestas nacionales u otros estudios, hacia la identiicación de diferencias
de género en los factores de riesgo y protección. Tomando como base estos re-
sultados, se requerirá realizar la inclusión de contenidos especíicos y reformas
en la metodología de implantación en los protocolos de intervención.
[315]
La prevención del consumo de drogas NO es solamente del consumo de
drogas
48
La idelidad suele referirse a la adherencia, integridad y calidad de la implementación. Implica
la aplicación de una intervención (en este caso un programa preventivo del consumo de dro-
gas) según un protocolo o modelo.
[317]
Fortalecimiento permanente de las capacidades técnicas en los ejecutores
de programas preventivos.
[319]
de servicios, proyectos y programas preventivos de tipo universal, selectivo e
indicado, así como actuaciones que cubran la mayor parte del ciclo vital del
individuo. En estas políticas tendría que contemplarse también la realización
de intervenciones tanto en contextos urbanos como rurales.
[321]
amplíen la diseminación de información cientíica sobre prevención, su
eicacia, y el ahorro que genera a los Estados (Kuklinski, Briney, Hawkins y
Catalano, 2012, Miller y Hendrie, 2008).
51
El modelo incrementalista entiende a la formulación de políticas como un proceso de peque-
ños ajustes en las políticas ya existentes.
52
El modelo racional parte de un problema público identiicado. Posteriormente se sigue una
serie de pasos que se traducen en una solución óptima: deinir con precisión el problema,
identiicación de causas, desarrollar o identiicar opciones, análisis de opciones, selección de la
intervención, implementación y evaluación.
Esto nos remite a la idea de que una cuestión clave es determinar qué
factores de riesgo y protección son realmente cambiados por una intervención
preventiva. Asimismo, ya pensando en el interés de diversas poblaciones, es
necesario analizar si las políticas públicas en las que se enmarcan son enun-
ciadas, planiicadas, ejecutadas y evaluadas conforme a la evidencia cientíica.
Este es un reto que enfrenta el PTCD, considerando los limitados recursos e
incipiente investigación. Creemos, además, que el análisis presentado ofrece
pautas para su evolución.
[323]
[324] De la Prevención y otras historias
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rijuana. Journal of Drug Education, 42(4), 469-485.
Gabriela Olivera53
Introducción
[335]
El abordaje de la Prevención del consumo de drogas en Uruguay,
orienta sus acciones con base en los principios de equidad, democracia, in-
tegralidad, cooperación y participación, privilegiando sus intervenciones con
base en el conocimiento y la evidencia cientíica, con enfoque de derechos
humanos, género y ciudadanía.
[337]
Hasta las primeras convenciones internacionales -que establecieron la
prohibición del uso de determinadas sustancias psicotrópicas- poco se cues-
tionaba públicamente al respecto del uso de drogas, ya que existía aún el
control social sobre los consumos de sustancias psicoactivas y se trataba solo
de usos por parte de grupos constituidos por escaso número de integrantes.
sociales y situaciones de conlicto con la ley. En particular, para la población menor de 18 años,
nuestro país cuenta con un Protocolo de atención para los adolescentes y jóvenes que ingresen
a la emergencia a centros de salud por intoxicación debido al consumo de alcohol. Igualmente,
es pertinente señalar que en Uruguay está prohibida la venta de drogas a menores de 18 años.
[339]
El Decreto 463/1988, señala en su artículo 1º. “Créase la Junta Nacio-
nal de Drogas, la que se individualizará con la sigla JND”. En el año 1994, la
Ley 16.579, aprueba la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráico
Ilícito de Drogas (Naciones Unidas, 1988). Más tarde el Decreto 346/1999
cambia efectivamente el nombre por Junta Nacional de Drogas, y crea la Se-
cretaría Nacional de Drogas.
Acciones en Prevención
[341]
las problemáticas sanitarias relacionadas con los hábitos sociales y los compor-
tamientos asociados al estilo de vida de las personas. (Programas Prioritarios
de Salud, 1994).
[343]
- Guía “Drogas, más información menos riesgos”: Colaboración técnica con
esta guía elaborada por la JND y de distribución gratuita a nivel nacional.
• www.d-lamente.org
[345]
incluir a los diferentes actores vinculados al acto educativo: docentes,
funcionarios, direcciones, padres y alumnos, adecuando los contenidos y la
metodología según los destinatarios de la actividad y según los objetivos de la
misma. Anualmente se trabaja con aproximadamente 1500 estudiantes, 800
padres y 300 docentes.
[347]
Desarrollo de Proyecto Piloto durante el 2002 y principios de 2003
por el Instituto de Investigación y Desarrollo Social (IDES) junto al Pro-
grama Nacional de SIDA (PNS) y el Departamento de Laboratorios de Sa-
lud Pública (DLSP) pertenecientes al Ministerio de Salud Pública (MSP).
El mismo contó con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud
/ Organización Mundial de la Salud y la Agencia Española de Cooperación
Internacional. La investigación formó parte de un estudio comparativo entre
la población usuaria de cocaína no inyectable en Montevideo y área metropo-
litana, y la población usuaria de Buenos Aires y su cono urbano. Su objetivo
fue determinar la prevalencia de las infecciones por VIH, VHB, VHC y T.
Pallidum en poblaciones de usuarios de cocaína no inyectable, permitiendo
obtener, también, un diagnóstico acerca de las prácticas de riesgo sexual y de
consumo que exponen a este grupo a una situación de mayor vulnerabilidad
social y en salud.
[349]
Para el ámbito educativo es relevante el trabajo con la educación no
formal en el ámbito comunitario. El territorio ha permitido trabajar con los
actores de la educación formal en espacios de articulación como los nodos de
familia y mesas de convivencia, entre otras organizaciones representantes de
distintos colectivos, por medio de estrategias lúdicas de intervención comu-
nitaria donde todos los actores se apropian del juego y la recreación, como
factores de protección en los grupos humanos.
Investigaciones
[351]
El Observatorio Uruguayo de Drogas de la Secretaría Nacional de
Drogas, depende de la Junta Nacional de Drogas de la Presidencia de la Repú-
blica. Se trata de un Sistema de Información e Investigación sobre el consumo
y oferta de drogas, que permite generar datos para el análisis de las tendencias
en sus patrones de uso y tráico, con el in de contribuir a la efectividad de
las políticas y programas contemplados en la Estrategia Nacional de Drogas y
cumplir con los requerimientos de información de la comunidad nacional e
internacional con estadísticas inequívocas, uniformes y comparables.
• VIEncuestaNacionalenHogaressobreconsumodedrogas–2014
• VEncuestaNacionalenHogaressobreconsumodedrogas–2011
• IVEncuestaNacionalenHogaressobreconsumodedrogas–2006
• IIIEncuestaNacionalenHogaressobreconsumodedrogas–2001
• IIEncuestaNacionalenHogaressobreconsumodedrogas–1998(Se
realiza con anterioridad a la creación del OUD)
• IEncuestaNacionalenHogaressobreconsumodedrogas–1994(Se
realiza con anterioridad a la creación del OUD)
• VIEncuestaNacionaldeConsumoenEstudiantesdeEnseñanzaMedia
– 2011
• IVEncuestaNacionaldeConsumoenEstudiantesdeEnseñanzaMedia
– 2007
• IIIEncuestaNacionaldeConsumoenEstudiantesdeEnseñanzaMedia
– 2005
• IIEncuestaNacionaldeConsumoenEstudiantesdeEnseñanzaMedia
– 2003
• IEncuestaNacionaldeConsumoenEstudiantesdeEnseñanzaMedia
– 2001
• IIEncuestaMundialdeSaludAdolescente–2012
• IIEncuestaMundialdeJóvenesyTabaco–2014
• IEncuestaMundialdeSaludAdolescente–2007
• IIEncuestaMundialdeJóvenesyTabaco–2007
• IIEncuestaMundialdeJóvenesyTabaco–2002
• CensoNacionaldeusuariosenTratamientodeCentrosEspecializados.
• RegistropermanentedeusuariosdedrogasenAtenciónyTratamiento
– Programa “Tratamiento Registra”.
[353]
• Ochodiagnósticoslocalessobrelaproblemáticadelconsumodedrogas
en Montevideo y zona metropolitana. 2013.
• Diagnósticoslocalessobrelaproblemáticadelconsumodedrogasen
tres barrios de Montevideo (Goes-Aguada, Manga, Centro-Ciudad Vie-
ja) 2015.
En suma:
[355]
Al respecto del marco jurídico, paulatinamente se construye un marco
legal a través de distintas leyes, decretos y reglamentaciones que permiten
establecer medidas aplicadas en materia de producción, comercialización y
consumo de drogas. El Ministerio de Salud Pública organiza distintas divisio-
nes y comisiones especíicas para intervenir sobre el tema de drogas, así como
desde la presidencia del país se crea la Junta Nacional de Drogas, que es el
órgano rector en materia de políticas de drogas del país. Uruguay es el primer
“país libre de humo de tabaco” en Latinoamérica y el primero en el mundo en
establecer una nueva regulación del mercado de cannabis.
http://encare.org.uy/
http://www.ine.gub.uy/biblioteca/pobreza/Pobreza%202014/Informe%20
Pobreza%202014.pdf
[357]
Junta Nacional de Drogas – Departamento de Prevención. Objetivos genera-
les y lineamientos estratégicos. Disponible en: http://www.infodro-
gas.gub.uy/index.php?option=com_content&view=category&layou
t=blog&id=26&Itemid=51
[359]
industrial. Disponible en: http://www.infodrogas.gub.uy/index.
php?option=com_content&view=article&layout=info&id=17&Ite
mid=12
[361]
[362] De la Prevención y otras historias
1O. EUROPA
La prevención en Europa
I. Introducción
[363]
todo los que partían de un nivel más bajo. Todos los países de la UE tienen una
política de drogas. Un gran valor de la política de drogas en la UE es que toda la
información está monitorizada por el Observatorio Europeo de Drogas y Toxi-
comanías (OEDT), cuya sede está en Lisboa (Portugal). Esto permite conocer
el problema, lo que hoy se hace y lo que se puede mejorar. Por eso se habla del
“modelo de la Unión Europea” en drogas (Culley et al., 2012).
[365]
que existen en Estados Unidos y en otros países de Latinoamérica. Existe,
no obstante, una variedad de situaciones desde aquellos países con políticas
más tradicionales en donde el énfasis está puesto en el control, hasta aquellos
en los que el énfasis está en la reducción del daño, aunque existe un movi-
miento en muchos Estados a dar más peso a esto último (OEDT, 2015).
Aunque prevención y reducción de daños no son paradigmas opuestos sino
complementarios, es un hecho que el desarrollo de políticas de reducción de
daños se hace a veces en detrimento de los programas típicamente preventi-
vos. En Europa es importante el control de los movimientos de capitales para
evitar el blanqueo de dinero procedente del tráico de drogas. También hay
una importante coordinación para el control de precursores y “euro-órdenes
policiales” para el control de la delincuencia resultado del tráico de drogas.
Estas se cursan para todos los países europeos e implican mayor cooperación
transfronteriza entre países para perseguir estos delitos, etc. Existe también
una gran preocupación por la aparición de nuevas drogas cada año y los ‘legal
highs’ en Europa, como veremos más adelante, así como los nuevos sistemas
de venta y distribución de estas sustancias por internet (OEDT, 2014, 2015;
EMCDDA, 2015).
[367]
país de entrada de esta droga desde Marruecos a Europa. Para darnos una idea
comparativa, la heroína incautada en Europa en 2012 fue de 5 toneladas, y 71
toneladas de cocaína.
[369]
El informe sobre la situación del consumo de drogas en Europa con-
cluye que “la situación global se mantiene en general estable, con signos po-
sitivos en algunos ámbitos, pero siguen apareciendo nuevos retos. La vieja
dicotomía entre un número relativamente pequeño de consumidores de dro-
gas, a menudo por vía parenteral, muy problemáticos, y un número mayor de
consumidores recreativos y experimentales se está rompiendo y se ve sustitui-
da por una situación más gradual y compleja. En el campo de la drogodepen-
dencia en Europa, la heroína desempeña hoy un papel menos relevante que en
el pasado, mientras que adquieren cada vez más importancia los estimulantes,
las drogas sintéticas, el cannabis y los medicamentos” (OEDT, 2014, p. 11).
Debemos tener en cuenta que las políticas sobre drogas son básica-
mente una materia que depende de la voluntad de cada país. Uno de los
ejemplos paradigmáticos es el del tabaco, con respecto al cual algunos países
tienen actuaciones claras, mientras que para otros sigue siendo un asunto que
depende de la responsabilidad individual. En el caso del alcohol, los países es-
candinavos tienen toda una historia de movimientos de templanza que vienen
del siglo XIX y que han supuesto un acceso limitado al alcohol (a través de
monopolios estatales) y elevados impuestos. Estas políticas han sido limitadas
por la entrada de dichos países a la Unión Europea donde existen leyes anti-
monopolio.
[371]
son las habituales. Se trata de promover el acceso y la aplicación de programas
basados en la evidencia, promover la implementación de estándares en pre-
vención y reducción del daño, etc. Se hace especial énfasis en los nuevos retos
como es el de los consumidores que usan, al mismo tiempo, diversas drogas
(muchas veces también legales e ilegales), el uso ilegal de fármacos, también el
uso de nuevas sustancias psicoactivas y ventas por internet.
Existen otros organismos europeos que tienen que ver con las políticas
y las acciones en relación con las drogas ilegales como son EUROPOL (or-
ganismo que coordina a nivel europeo las actuaciones policiales) y el Grupo
Horizontal sobre Drogas, que es un grupo de representantes de los países
miembros que se reúnen con frecuencia para hacer un seguimiento de la si-
tuación.
[373]
(Villalbí, Bosque-Prous, Gili-Miner, Espelt y Brugal, 2014). En el Reino Uni-
do se intentó imponer que hubiese un precio mínimo para el alcohol, para
que este no fuese utilizado promocionalmente pero, tras mucho debate, se
retiró la iniciativa legislativa. El Parlamento de Escocia, en el Reino Unido,
aprobó en 2012 una ley que introducía un precio mínimo para el alcohol
cuando se vendiese al por menor (http://www.eurocare.org/library/updates/
scotland_responds_to_ec_opposition_to_minimum_pricing). Sin embargo,
la Comisión Europea vetó esta iniciativa argumentando que solo con las tasas
era posible conseguir los mismos resultados, mientras que de la otra forma se
introducía un problema sobre el libre comercio.
Todos los estados (con excepción de Austria que, en lugar de una es-
trategia nacional, cuenta con planes regionales) existe una estrategia sobre las
drogas ilegales. Pero mientras que, en una serie de estados (concretamente 7)
existe una estrategia conjunta para las drogas legales e ilegales (lo cual coincide
con el hecho de que en la práctica dichos consumos van muy ligados), otros
mantienen estrategias separadas. Recientemente, diversos estados europeos
[375]
las decisiones de intervención en las áreas de la prevención, el tratamiento y la
reducción de daños en el consumo de drogas (Ferri y Bo, 2013).
[377]
programa como el cuestionario ha sido el mismo en los distintos países, con
sus traducciones respectivas.
Los resultados indicaron a los tres meses de seguimiento que este pro-
grama era más eicaz que el grupo de control, en prevenir el consumo de
tabaco y cannabis, así como en reducir la frecuencia de embriaguez (ej., 3.9%
de embriaguez en el grupo de control y 2.5% en el grupo experimental) (Fa-
ggiano et al., 2008, 2010; Giannotta et al., 2014).
En otro estudio con este mismo programa para conocer los factores
que median en la eicacia del programa, se encuentran tres: las actitudes, las
habilidades de rechazo y la percepción de la prevención del consumo de dro-
gas entre los iguales (Giannotta et al., 2014).
[379]
Existen dos evaluaciones experimentales con grupo control, una reali-
zada por el propio equipo (Calafat et al., 1989) y la otra por un equipo de la
Universidad de Barcelona (1989-92). Los resultados muestran cómo aparecen
menos bebedores y con consumos más bajos a los dos años dentro del grupo
experimental respecto al control, y también hay menos gente que se inicia en
el tabaco. Existen varias evaluaciones cualitativas o sobre aspectos parciales de
la metodología utilizada (Kornblit, 1990; Macià, 1993).
[381]
- www.prevencionbasadaenlaevidencia.net.
- www.gruene-liste-praevention.de/nano.cms/datenbank/information
[383]
buena coordinación con varias acciones del Observatorio Europeo de Drogas
y Toxicomanías de Lisboa y demás asociaciones cientíicas del campo de la
prevención de otros países europeos y de Estados Unidos.
Vamos a ilustrar lo anterior con dos ejemplos, con una red dedicada
especíicamente a la prevención en toda Europea (Irefrea) y otra red centrada
más en la investigación y la docencia (el proyecto europeo SPAN).
[385]
redes como EuroCare, la European Society for Prevention Research, el Foro
Europeo de la Sociedad Civil sobre las Drogas y la iniciativa Club-Health. Ha
realizado un buen número de publicaciones, que se pueden ver en su página
web (www.irefrea.org y www.irefrea.eu).
El proyecto SPAN
En este caso, como en otros, a pesar de que se orienta a todos los as-
pectos de la prevención, en la práctica se centra de modo predominante en el
campo de la prevención de drogas, tanto en las personas que lo componen,
como en lo que luego analiza en el campo, porque es en la prevención de dro-
gas el lugar en donde más personas trabajan a nivel preventivo en cada país.
[387]
documentos, publicación de manuales, intercambio de técnicos, realización
de reuniones sistemáticas para temas diversos, etc. Y todo ello siempre entre
varios países, varios profesionales, con la idea común de mejorar el trabajo
que cada uno hace. Esto claramente favorece la capacitación profesional de
los responsables de desarrollar y poner en práctica las políticas; de los pro-
fesionales que deben poner en práctica las distintas medidas de prevención,
tratamiento e incorporación social. El objetivo inal es llegar, mediante el
consenso, a la evidencia para lograr toda una serie de estándares de calidad
para la planiicación, gestión, implementación y evaluación de programas.
- Pregnancy, childcare and the family: Key issue for Europe´s response to
drugs (2012).
[389]
- Bases cientíicas de la prevención de las drogodependencias (2002)
Conclusiones y proyecciones
[391]
3. Las actividades promovidas por los países desarrollados para reducir
el cultivo de plantas productoras de drogas en países pobres no han
disminuido la provisión global de drogas ni el uso en los mercados y
probablemente nunca lo harán.
4. Una vez que se han ilegalizado las drogas, hay un punto más allá del
cual una aplicación más estricta de la ley y el encarcelamiento produ-
cen muy poco beneicio adicional.
[393]
psiquiátricos biologicistas con lo que denominan “la patología dual” (en
muchos casos la patología dual es el resultado del consumo, desapareciendo
cuando se suspende el consumo), reconvirtiendo a casi todos los adictos en
un “enfermo mental” por la comorbilidad asociada que tienen con frecuencia.
Pero no todos los consumidores son adictos. Y el campo preventivo se resiente
si lo que se transmite es que estamos ante una “enfermedad”, no ante una
conducta que se puede evitar y, sobre todo, que se puede prevenir de modo
efectivo. Al tiempo, el dinero dedicado a la prevención ha disminuido en
distintos países debido a la crisis económica que se vive en muchos países
europeos. También han surgido voces críticas e interesadas sobre la eicacia
de la prevención. Esto suele ocurrir como un buen sistema de ataque cuando
queremos hundir algo concreto, desprestigiar o crear dudas. Estas críticas han
surgido desde algunos sectores del tratamiento biologicista, y de otros sectores
de los consumidores y de asociaciones activas pro-legalización del consumo
de drogas, sobre todo del cannabis. Esto crea un caldo de cultivo en donde
la confusión puede llevar a la duda y a decidir no hacer nada. Disponemos
de programas preventivos eicaces, de técnicos competentes, de adecuada
tecnología preventiva. Pero no siempre se pone esto en práctica, no siempre se
aplica en el nivel de intensidad necesario o, al contrario, se ponen cortapisas
de distinto tipo. Pero lo cierto es que una sociedad no puede renunciar a
la prevención. La prevención es parte de cualquier sistema social humano.
Nuestra previsión para el futuro de la prevención en Europa se concreta en los
siguientes aspectos:
[395]
- Relacionado con todo lo anterior, cada vez se asume más la necesidad
de lo que conocemos como “prevención basada en la evidencia”. En los próxi-
mos años esto cobrará todavía más relevancia en los distintos países europeos.
Saber qué funciona, en qué condiciones funciona y para quién funciona es
central en nuestro campo (Faggiano et al., 2014).
Babor, T., Caulkins, J., Edwards, G., Fischer, B., Foxcroft, D., Huamphreys,
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[397]
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[399]
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European school programme against substance abuse. Drug: Educa-
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[401]
to substance misuse and abuse prevention in school (pp. 67-82). San
Francisco, CA: Jossey-Bass.
[403]
esto se puede decir que es una función intervencionista por parte del Estado
y devenida del acuerdo entre su legislativo y ejecutivo, hoy cabría preguntarse
cómo le habría ido al mundo si realmente se hubiera mantenido dentro de
esos parámetros. Hasta podríamos decir que si estuviésemos en esa instancia
las incidencias actuales, sobre todo en las “luchas contra” y las enormes se-
cuelas de todo lo que viene sucediendo desde entonces, o sea el negocio, la
represión y la corrupción (Ramírez Monargas et al., 1987), probablemente no
se hubieran dado de la misma forma. Sobre todo esta última, la corrupción, la
que origina verdaderos desgastes en los actores institucionales que intervienen
de una u otra manera en la constitución de lo que supuestamente es el con-
trol del tráico ilícito. También cabe otra pregunta, cuánto de estos recursos
que se han usado en la represión del tráico ilícito, si se hubieran volcado a la
promoción, el desarrollo, la inscripción cultural y el trabajo productivo, no
hubieran dado otros resultados.
[405]
Esta cuestión viene bien para externalizar y concretar el peligro en
un hecho o sucesión de los mismos, que se utilizan para aplacar relexiones
e incrementar la concentración de todas las tensiones sociales y sirven para
exculpar o exponer a un grupo o persona para resumir todos los males que
sobrenadan en el cuerpo social, para concentrar el daño con la característica
de hacerlo tangible. Entonces, a partir de un hecho que el colectivo registra
como mayúsculo -pero que ignora a todas luces cuáles son sus verdaderas
dimensiones- lo que muchas veces se trasmuta en la concentración del daño
que, al no poder acceder a quienes lo producen, se suele corporizar en el últi-
mo y más débil actuario de la cadena de consumo y distribución.
[407]
cual suele redundar en estigmatización y que se persista, en muchos casos, en
perseguir y condenar al mero consumidor. Deberemos recordar que, aún en
instancias mayores que no tengan que ver con la penalización o castigo di-
recto al consumidor mínimo, al hacerse un estándar de la “lucha contra”, ob-
viamente los protagonistas más visibles de toda esta historia son los consumi-
dores elementales, lo que incluye particularmente a los de menores recursos.
Esto resume una suerte de mirada totalizadora, sin ningún tipo de respaldo
académico o cientíico que lo sustente. Esto lleva a pensar ingenuamente, que
de no ser por las sustancias prohibidas, no habría situaciones conlictivas seve-
ras, e incluso lleva a colocar a las SPA como promotoras de todas las actitudes
negativas de cualquier miembro de la sociedad, siempre y cuando el mismo,
esté pre-asignado para cumplir el rol del “malo” que se le quiere adjudicar. No
existe proporción sustantiva para la dimensión que se le asigna tanto a nivel
noticias como al de los ámbitos dedicados a la prevención o atención, respecto
de otras temáticas de mayor relevancia que, aun estando concatenadas o que
se presentan de manera asociada, terminan siendo relegadas por la impor-
tancia asignada mundialmente a este por sobre otros muchos problemas hu-
manos. Tal vez, sopesado adecuadamente en su verdadera dimensión, podría
reasignársele un papel más sustantivo si siempre nos sirviera para ver todas las
temáticas emergentes y subyacentes.
Demás está decir, que así como existen “bebedores sociales” en el caso
que su bebida sea cara y buena; siendo, en cambio, un mero “borracho”,
“chispeado” (o la denominación propia de cada país para el bebedor que se
encuentra en malas condiciones sociales) si su consumo pasa por una bebida
de mala calidad. Lo mismo sucede con otras sustancias prohibidas. Quien
consume éxtasis en un local bailable de jerarquía o en una iesta electróni-
ca reconocida socialmente, poca o ninguna actitud de rechazo recibe. Caso
contrario, un consumidor de “paco” (pasta base de cocaína, generalmente
adulterada y no apta para el consumo humano) a la salida de un local bailable
popular, puede ser objeto de detención o demora, apertura de expedientes,
[409]
(Ramírez Monargas et al., 1987) o denominaciones tales como, “destructores
sociales, familiares”, etc., son también, según este criterio, actores con vida
propia que “atrapan” a las personas, ejercen “efectos contagiosos”, desatan
“caídas”. Por lo tanto, reciben aplaudidas respuestas vistas como preventivas,
tal como dar testimonio “contra” las mismas, lo que a su vez promueve un
ejercicio de altos objetivos morales, como el abstencionismo total o la cura
en supuestos tratamientos, a través de encierros forzosos en el marco de una
conducta absolutamente reglamentada.
[411]
Queda dicho que, de acuerdo con el imaginario que se vive acerca de
la prevención -en este caso del uso indebido de sustancias psicoactivas prohi-
bidas- se instala la idea por la cual se busca una “hiper-especialización” sobre
la adicción a las mismas. Esto se hace desde una perspectiva positivista y en
muchos casos cercana a los parámetros de las ciencias “duras” y por lo tanto lo
más exacto posible respecto de la coniabilidad de su acción basada en datos
de relevancia.
Para completar la idea podríamos airmar que una vez “aparecidas” las
SPA en el mundo –tomada entonces la decisión de poner alguna de ellas en
el index de lo restringido, incluso llegando a la prohibición absoluta– lo que
provoca a su vez una identiicación por parte de quienes se sienten ajenos al
estado de cosas vigente y, por lo tanto, asumen el rol de contestatarios al sis-
tema que por otra parte ya tenían. A esta etapa se sigue, con crecientes identi-
dades asumidas de estos particulares consumos y la sustantiva habilitación de
otras sustancias que, al revés de la primera etapa, va dejando su consumo el rol
de contestatario para asumirse la natural percepción del fenómeno creciente.
Esto es natural con los nuevos consumos en la sociedad de este tipo en prác-
ticamente todos los órdenes. Lo que está naturalizado tiende a convertirse en
habitual y poco se lo asocia a conductas peligrosas y, cuanto menos, reproba-
bles. Esto resulta en la desdramatización de los consumos. Demás está decir,
que ese, tal vez, es el desafío menor para quienes creemos en los mecanismos
idóneos de la prevención; constituir núcleos idóneos de actividad preventiva
que no se limiten a algo tan especíico, que haga olvidar porqué y qué pre-
tenden sostener esos consumos enmarcados en las SPA. Descubrir en ellos las
actividades constitutivas que puedan dar respuestas a los actuales malestares
culturales y desde allí construir sentido y adherir a proyectos sustantivos, es el
desafío y el potencial de la actividad preventiva.
[413]
Concretamente, en el campo de SPA, se suele ignorar a los sectores
que no tienen alguna suerte de exclusión previa, investigaciones exhaustivas y
más en el discurso oicializado. Salvo en los trabajos hechos para determina-
dos sectores de poder adquisitivo alto y generalmente acotados a ámbitos es-
colares, en general se pretende ignorar que en los ámbitos de diversión de esas
personas jóvenes y de buen poder adquisitivo, se consumen muchas SPA sin
que por ello merezcan atención por parte de especialistas o lo que cada tanto
se alternan y alteran, en sus denuncias sobre los amplios usos de las sustancias,
comparándolas con un huracán que sacude al mundo.
De manera que es en ese contexto donde tenemos que situar los pro-
blemas relacionados con las SPA como diversos usos y abusos permitidos y
prohibidos, que requieren poca o ninguna atención, aunque arrojen similitu-
des o incluso tengan mayor impacto socio-sanitario. Por ejemplo, el caso del
tabaco y el alcohol. Naturalmente, desde el imaginario social se necesita sus-
tentar su inseguridad en certezas, que aun cuando no sean tales, están favore-
cidas por sus creencias y se las retroalimenta a partir del condicionamiento de
los medios masivos de comunicación. Son pocos los que tratan de esclarecer,
aunque sea mínimamente la situación, eligiendo en cambio notas sensaciona-
listas, distorsionadas o directamente inductoras de actitudes y conductas.
De manera que esto nos obligaría a pensar en varias cuestiones que ha-
cen al hecho de la propia vida como una constante consolidación de sentidos,
para poder proyectarse y desde una perspectiva más abarcadora incorporar la
prevención a algo tan especíico como las SPA, en un contexto donde el hecho
de no consumir algo en particular, no sea la única situación constitutiva de
una instancia vital.
[415]
¿Cuál es o sería el atractivo extra que tiene la sustancia? La “droga” misma
puede ser denominada como “objeto de los objetos” o “el objeto” (Calabrese,
1999a). Esto, en tanto y en cuanto representa todos los imaginarios posibles
que el usuario pone en ella, independientemente de los efectos biológicos que
le cause. Esta situación paradojal es constituyente. Le da sentido y pertenencia
a una actividad que, si no, sería una mera rutina angustiante. En las primeras
etapas, su búsqueda y consumo siempre va a ser un estímulo para mayor
placer y ya en las situaciones abusivas o dependientes, cuando conigurase la
sustitución subjetiva del objeto hacia el propio protagonista, es cuando se va
a convertir en absorbente y probablemente dolorosa.
[417]
en su situación económica para alcanzar propuestas que de otra manera son
imposibles de obtener. Esta es, sin duda, la razón de la incorporación al
sistema del tráico ilícito de miles de jóvenes que encuentran una alternativa
de incorporarse a una instancia de economía subterránea en su estrato socio-
económico, con la aspiración de llegar a lugares o jerarquías mayores en la
estructura delictiva, incluso despreciando su propia vida. De este modo:
“poco y bueno, mejor que demasiado e inalcanzable”. De esto pueden dar
cuenta cuestiones tan disímiles, pero que tienen alguna base en común, como
los narcocorridos de México (Malacari, 2012), a las bandas de motoqueros
en la Península escandinava, con simbología propia y logros tales como un
“reconocimiento” monetario obtenido de las instancias gubernamentales para
no actuar violentamente en las calles.
[419]
2011). De manera que, sin investigación previa, siquiera mínima, tendremos
una estimación supericial acerca de lo que signiica el fenómeno en ese ám-
bito en particular; sin previa escucha, la prevención se convertirá en un acto
fútil, que tendrá más que ver con un acto del “deber ser” de una comunidad,
un ámbito institucional o un grupo familiar o de afectos inmediatos. Y tal vez
deberíamos trabajar mucho más sobre lo falsamente arraigado, en función de
un discurso oicial que insiste en conformar un externalizable al sistema, en
función de algo que se sacraliza como demoníaco.
[421]
Deberíamos añadir que por práctica extendida todavía rige la asocia-
ción sintetizada en la igura de quien consume las sustancias prohibidas como
una suerte de intocable y un factor coadyuvante de posibilidad de contagio,
considerándolo como vector del mismo, o sea, recibe un agente exógeno/pa-
tógeno “droga”, que lo convierte en transmisor de esa enfermedad (drogadic-
ción). Lamentablemente, los viejos parámetros todavía tienen vigencia, y ya
sea por miedo en algunos casos, prisión por mini tráico, desconsideración o
desprecio público en comunidades más cerradas, o criminalización y, en otros
casos (porque no ocurre así en todos los países) se dan tratamientos obliga-
torios con características de aislamiento severo y maltrato. Esto conigura un
cuadro que no ayuda a la adecuada incorporación de las personas, que debe-
rían ser sujetos de correcta acción preventiva.
[423]
ser tratado a gran distancia o en otro país. Existe un ejemplo claro y altamente
difundido en el acontecer cotidiano: el incremento de los abusos, particu-
larmente el del alcohol, terminan siendo naturalizados y adoptados como la
actitud que se debe tener (SENAD, 2013).
[425]
atractivos visuales de poder y representación, pero en última instancia es lo
que toma. Ese es el logro publicitario.
Por último tendríamos que señalar detallando los diversos actores ins-
titucionales y personales que han llevado adelante programas más o menos
En cada lugar adonde nos sirva este como gran pretexto de interven-
ción en la comunidad que suele ser particularmente receptiva a la posibilidad
de una situación consumista de sustancias psicoactivas prohibidas, amén de
las permitidas, la prevención es una herramienta de transformación.
[427]
“fatalidad”o del momento predeterminado. O sea que la única mirada repro-
batoria e inscripta en el miedo, es la que se hace sobre las drogas, viéndola más
como un efecto de su venta y no como una necesidad demandada. Este es el
primer escalón de la actividad preventiva: tratar de develar el malestar de una
cultura, entendernos a nosotros mismos.
De ahí a la teoría del desvío hay un solo paso y, por ende, en la me-
dida en que la misma no se sostenga porque ha cambiado y se han extendido
los parámetros de consumo, va a caer fatídicamente en los clichés muy bien
descriptos en el trabajo (Pérez-Gómez & Mejía-Trujillo, 2015) que en ese
sentido es amplio y suicientemente detallista en cuanto a la cantidad y espe-
ciicidad de cada corriente que ha trabajado en lo que hemos dado en llamar
prevención.
[429]
personas que por su situación social e instrucción en ocasiones guardan un
prejuicio importante sobre la población seleccionada para los alcances de la
actividad preventiva, se establece una situación de supuesta autoridad en la
cual se resigna un verdadero signiicado para la acción preventiva en función
de alcanzar el lugar que inconscientemente el sujeto preventor le asigna.
Más allá de que esto debería implicar una selección de lo más cuida-
dosa y no simplemente de voluntarismo insustanciado, un factor particular-
mente caliicador es aquel que le brinde al sujeto al cual va dirigida la acción,
desde el comienzo, un lugar protagónico. Y esto tiene implicancias éticas fun-
damentales y necesarias respecto del posicionamiento y del modelo que se
adopte a la hora de la intervención.
Tal vez esta sea una de las cuestiones que en, nuestra experiencia, ha
conllevado a mejores resultados y a habilitar la pertinencia de la prevención.
Porque se ha estudiado convenientemente el ámbito donde se debe actuar, se
[431]
Ahora bien, para aquellos que tienen la opción de elegir cómo trabajar
un acto preventivo y el destino protector que le atribuyen a la población a la
cual quieren resguardar, sin la elección adecuada de cómo y por qué actuar y
con qué instrumentos, carece de signiicado. Conviene establecer el sentido
de la prevención y la necesidad de la misma, para considerar la eicacia de tal
o cual sistema.
[433]
pura) y b) en términos generales va a crear las condiciones de interés por esos
productos. Todo esto sustentado en el deseo de consumir o de participar de
ese mercado del consumo. Esto no es solamente un tema de sustancias sino de
características generales del momento actual, lo que se hace más agudo, toda
vez que estamos hablando de una sociedad globalizada.
A modo de cierre
[435]
situación, se han producido, entre muertos y desaparecidos, cerca de 200
mil víctimas y por el contrario según datos de la Secretaria de Salud, -en
ese mismo período- las muertes por sobredosis no superan las 730 personas.
Cabe preguntarse para qué el ejército está hoy en la calle, o la Marina, amén
de todas las policías del país, si las disparidades numéricas resultan ser esas.
Del país que estamos hablando es México. De nuevo ¿qué es lo que se quiere
controlar? En ese caso se naturaliza la violencia; se la acepta como cotidiana
e inevitable. Tal vez más lamentable son las comunicaciones que se hacen
al respecto, donde con ese tenor de violencia institucional y pública, parece
normal acumular cadáveres. Entonces, en este caso ¿de qué nos prevenimos?
Y qué curiosa relación guarda con las sustancias. La población entera, incluso
aquellos que tienen formación en el campo, tienen instalado este dogma,
porque lo tienen incorporado, el de la “droga” como problema mayúsculo
del país y, en cambio, muy poco la relación o la posibilidad del acto relexivo
acerca de cómo se relaciona una cosa con otra. Hasta que caen en la cuenta
y se pueden revelar contra este estado de cosas inaceptables. En parte esto es
también responsabilidad de quienes, en muchos casos, so pretexto de hacer
prevención o instruir sobre los alcances del fenómeno no lo contextualizan
adecuadamente. Esto es, objetos endiosados por una cultura que instituye una
mixtura de prohibición y consumo.
Arizaga, C., Quiña, G., Pistani, M. R., & Ruiz, V. (2007). La medicalización
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trópicos en adultos. Observatorio Argentino de Drogas: Buenos Aires.
[437]
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la Argentina entre dos bicentenarios. Ministerio de Cultura de la
Nación/Foros por una Nueva Independencia. Obtenido de: http://
www.cultura.gob.ar/cuadernos-por-una-nueva-independencia/
[439]
[440] De la Prevención y otras historias
CONCLUSIONES Y RECOMEDACIONES
Conclusiones
Aun cuando todos los países cuentan con normas y leyes que progresi-
vamente han sacado el problema del consumo de drogas del ámbito criminal
en el que surgió originalmente en muchos de ellos, ninguno (con las posibles
excepciones de Costa Rica y México) posee políticas estatales suicientemente
fuertes como para superar el problema del interés o la falta de interés de los
gobiernos de turno en estos asuntos. Probablemente el caso más extremo es
Colombia, en donde se pasa de considerar lo referente a la prevención del
consumo de drogas y alcohol una prioridad presidencial, a ocho años en los
que no se hace nada ni se invierten recursos del estado en prevención, para
luego (en 2013) emitir una ley que convierte el problema en uno de salud pú-
blica y que ofrece tratamiento gratuito a quien lo solicite, pero sin desarrollar
infraestructuras, ni capacitar profesionales, ni asignar recursos especíicos para
que todo esto sea una realidad. Pero otros países, como Chile y Argentina,
también se ven sacudidos por los cambios de gobierno: en Chile se pasó de
una política de trabajo comunitario a una de enfoque exclusivamente escolar,
sin muchos argumentos de fondo; en Argentina se desmanteló Sedronar ,
[441]
provocando durante un tiempo un cierto caos en las acciones y en la imple-
mentación de las políticas .
[443]
lograr aumentar el número de publicaciones sobre el tema de alto valor cientí-
ico. La experiencia de México en este campo es muy valiosa y sin duda puede
tener un impacto positivo en otros países del continente.
Recomendaciones
2 Casi todos los países del continente parecen inclinarse por la adopción de
un enfoque de salud pública con respecto al consumo de sustancias. Para
ser coherentes con ese enfoque, será indispensable que la prevención reciba
prioridad tanto desde el punto de vista político como de cubrimiento y de
inversión social. Eso no es, maniiestamente, lo que ocurre en la actuali-
dad. Con contadas excepciones, la prevención es vista como un conjunto
de actividades puntuales a las que no se les presta mayor atención, y los re-
cursos se suelen asignar a represión del tráico y producción, a tratamiento,
o (siguiendo una moda europea) a la reducción de daño. Pero en esos casos
se está perdiendo de vista que la obligación primera del estado es proteger
a los menores, y en muchos de nuestros países una proporción muy im-
portante de quienes consumen alcohol y otras drogas empezaron a hacerlo
siendo menores de edad. También se olvida que cuando se hace prevención
correctamente, ésta es altamente rentable: se ahorran alrededor de 10 dóla-
res en tratamiento, fracaso escolar, ausentismo laboral o judicializaciones,
por cada dólar invertido (Kuklinsky, Briney, Hawkins & Catalano, 2011).
En la actualidad, y luego de 40 años de estudios, se sabe qué funciona y
qué no; cuáles son los principales factores de riesgo y de protección; cuáles
son los riesgos de consumir sustancias; y que la prevención debe estar ba-
sada en la comunidad (Sloboda & Bukoski, 2006; Sloboda, Cottler, Haw-
kins, & Pent, 2009; Sloboda, Glantz & Tarter, 2012).
[445]
ya está disponible en español para cualquier país y será muy fácil adaptarla
al portugués (Pérez-Gómez & Scoppeta DíazGranados, 2011)
6 Las estrategias preventivas con las que se trabaje deberán estar fundamen-
tadas en los principios que se han ido construyendo con la colaboración
de múltiples instituciones internacionales especializadas (por ejemplo,
el Instituto Nacional para el Abuso de Drogas de los Estados Unidos
(NIDA); el Observatorio de Drogas de la Unión Europea (EMCDDA);
o los lineamientos desarrollados por la Organización Panamericana de la
Salud (2010). Dada la conluencia de los resultados de estos principios, se
les puede considerar razonablemente universales, lo cual no signiica que
deban aplicarse exactamente de la misma manera en todas partes.
[447]
[448] De la Prevención y otras historias
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[449]
[450] De la Prevención y otras historias
[451]
[452] De la Prevención y otras historias