La Muerte y El Arte Abyecto
La Muerte y El Arte Abyecto
La Muerte y El Arte Abyecto
Desde el punto de vista médico presenta una nueva perspectiva. La muerte pasó
de convertirse de un “acontecimiento natural” a ser una mutación, un
acontecimiento “inoportuno” cuando llega a quienes están sanos. La muerte se ha
desvanecido hasta convertirse en una figura metafórica y las enfermedades
mortíferas han ocupado su lugar.
La muerte deja de ser un problema del hogar, que se dirige a un hospital… en la
soledad ; antes teníamos una buena muerte, hoy tenemos una muerte dulce;
antes la muerte era compartida en la intimidad familiar, los amigos y los niños
participaban del rito. El moribundo tenía conciencia de la muerte y podía disponer
de sus creencias como última esperanza.
Así, el cadáver constituye el objeto perturbador por excelencia del arte actual:
aquello en que terror y abyección, repulsión y atracción, se aproximan y se
confunden en la experiencia ambivalente e incierta de lo desagradable. Mientras la
angustia se localiza en el sujeto, que se encuentra en una situación de peligro y
amenaza y experimenta una necesidad de seguridad y protección, el disgusto se
orienta con más claridad hacia el exterior: por esta razón tiene un carácter
"intencional" (en el sentido fenomenológico) mayor que la angustia, permitiendo
por ello un mayor conocimiento del objeto que lo provoca.
Hal Foster (2001) define al arte de la segunda mitad del siglo XX como “realismo
traumático”. Perniola (2002) habla de “realismo psicótico”. El arte pos vanguardista
o neo vanguardista retoma a la vanguardia estética como modelo, a la vez que
incorpora temáticas que tienen que ver con lo abyecto (cadáveres, accidentes,
mutilaciones, torturas, vejaciones, excrementos, fluidos corporales, desperdicios).
Lo que plantean estos autores es que el arte actual -retomando una premisa
vanguardista- desprecia lo bello y se interroga por lo opuesto, por lo repugnante,
por lo que desafía el concepto de belleza.
Desde una postura psicoanalítica Lacaniana, tanto Foster (2001) como Perniola
(2002) plantean que el arte actual sólo puede mostrar lo real, o sea, aquello que
todavía no puede ser simbolizado luego de traspasar la pantalla tamiz (o lo
imaginario). Lo corporal es lo que primitiva y primariamente somos: órganos,
huesos, fluidos, carne. El proceso de constitución de la subjetividad se da a través
de la captación imaginaria del propio cuerpo
La realidad creada por los seres humanos enajena a los sujetos de sus propias
creaciones en tanto en conjunto superan la capacidad de comprensión e
interpretación del sujeto. Esa imposibilidad de simbolización es lo que genera un
trauma.
Frente a la dificultad para comprender a la realidad actual, el arte de fines del siglo
XX muestra lo que es lo más real para el propio ser humano: la muerte. El cuerpo
con vida es lo opuesto a la muerte. Nos mantenemos con vida… para no morir.
Como dice Perniola (2002): “es algo que nos resulta extremadamente próximo
porque representa el único destino absolutamente cierto de nuestro destino”. La
muerte es lo que más tememos y el cadáver es lo horroroso por excelencia. Citando
a Kolnai, Perniola (2002) explica que lo repugnante es todo aquello que ya no
pertenece al cuerpo: fluidos, excrementos, etcétera. Las heridas y todas las
deformidades humanas también son asquerosas porque muestran el cuerpo herido
que puede morir o que se sale de la norma de lo sano (lo vital). El arte abyecto,
entonces, es aquel arte que habla de lo que más nos angustia: la muerte que es la
nada y que es, en un sentido Lacaniano, “lo real”.
Serrano.
Con un lenguaje igualmente lacónico y efectivo llevó a cabo “The Morgue”, primeros
planos de partes corporales de víctimas de muertes violentas (suicidio, asesinato,
enfermedad).
The Morgue (Death by Drowning II) 1992 The Morgue, (Hacked to Death II), 1992.
The Morgue (Jane Doe Killed by Police) 1992 The Morgue (Child Abuse), 1992.
Teresa Margolles.
Witkin.
Aborda desde el principio de su carrera el tema del otro, centrándose en los otros
que llevamos dentro; los que no somos pero que podíamos haber sido (enanos,
gente deforme) y los otros que podemos ser en potencia, a través de
metamorfosis de nuestro cuerpo deseadas o no (transexuales, tullidos), o que
vamos a ser tarde o temprano (cadáveres). Sin embargo Witkin busca la belleza
en todo ello, lo grotesco se trata con compasión y respeto, y nos obliga a
enfrentarnos a la dura realidad, lo efímero de nuestro ser y lo fortuito de nuestra
existencia y nuestro bienestar.
"la muerte es una parte de la vida, es la gran puerta por la que todos nosotros
entraremos algún día y creo que no debe ser evitada en ningún tipo de expresión
o diálogo expresivo. Mis fotografías de restos humanos se han hecho con todos
los permisos, con el conocimiento de que hay implicaciones médicas y morales, y
nunca fotografiaré a nadie sin permiso, porque mi propósito es positivo, no oscuro,
lo que hago se hace siempre de la forma más humilde, reverente y siguiendo fines
elevados."
Es un artista que primero imagina con detalle y hasta dibuja lo que quiere mostrar
y luego busca hasta encontrar el modelo adecuado y el decorado ideal. Visita las
morgues en busca del cadáver que más se ajuste a su nueva idea o de restos de
cuerpos que le sirvan para montar y crear escenas macabras como si de un
moderno Frankenstein.
Hacer primeros planos de aquello que nunca vemos y que nos provoca
desagrado y rechazo. Sus imágenes golpean sin que la belleza formal lo remedie.
Corpus medius El Beso
Sin duda , el arte; que se inscribe en esta estética donde el cuerpo grotesco
dimensiona problemáticas donde el sujeto se enfrenta a su disolución; donde la
recuperación de la vida en el horizonte de la muerte como descomposición
inscribe una lírica de lo abyecto donde irrumpe el morbo como articulador vital del
arte.
La idea misma de la vida del cadáver es el punto tangencial donde la vida sigue su
proceso, de ahí su coincidencia con Artaud, al tiempo que esta materia de trabajo
aparece como idea a la hora de entrar en juego con la textualidad que la significa:
la noción misma de morgue y las derivas enunciativas que se desprenden de este
campo semántico. Se trata de un juego de ambigüedades donde opera la
oposición no dialéctica de apolíneo y lo dionisiaco tal y como lo entiende
Nietzsche.
Ariès Philippe ¨El hombre ante La muerte¨ editorial: Adriana hidalgo editora s.a.
Nietzsche, Friedrich. “Lo que significa vivir”, La Gaya ciencia. Editorial SARPE,
España 1984.
Nietzsche, Fredrich así hablaba Zaratustra Panamericana Editorial Ltda, Quinta
impresión, agosto 2002. Discurso de la Muerte Soberana.