Leyenda Urbana Del Ecuador

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LEYENDA URBANA DEL ECUADOR

EL TREN INFERNAL - LEYENDA DE COTOPAXI


En la provincia de Cotopaxi, existe una encantadora laguna que llama la atención de los
visitantes, tanto por su belleza como por su misterio. La leyenda del Tren Infernal, se desarrolla
en la laguna de Yambo en la provincia de Cotopaxi, entre las ciudades andinas de Ambato y
Latacunga.  
Hace muchos años, la gente tenía pocas maneras de transportarse y el tiempo que debían invertir
en los viajes era extenso. La llegada del tren, construido hace más de un siglo, gracias a la
visión del general Eloy Alfaro, fue un gran avance que permitió facilidad y rapidez en los
traslados. Una de las rutas más frecuentadas era la que cubría el camino Quito – Riobamba. Las
líneas férreas se ubicaban al costado oriental de la carretera Panamericana, bordeando en un
tramo, la laguna de Yambo.
Cierta ocasión, un Viernes Santo, el ferrocarril llegó a las tierras cotopaxenses y tuvo que
detenerse, debido a que la fuerte lluvia hizo que el terreno se volviera lodoso y un deslizamiento
de tierra interrumpió la circulación del tren. Gracias a la ayuda oportuna de los pasajeros y de
los bondadosos pobladores de la región, consiguieron retirar el material de la vía y después de
un tiempo, continuaron su camino. Sin embargo, hubiera sido mejor que el tren no se moviera
de ese lugar para que los pasajeros no se dirigieran hacia un destino fatal.
EL tren infernal se despidió en Salcedo
A las 11 de la noche los pobladores de Salcedo escucharon que pasaba el tren y extrañamente
hizo sonar su silbato, muchos pensaron que los saludaban, pero en realidad sería una despedida.
Una hora más tarde, cuando la máquina se encontraba en el punto más cercano a la laguna, la
cantidad de lodo que se acumuló en las vías, hizo imposible que el tren pudieran continuar pero
tampoco pudo detenerse así que se volcó aparatosamente con dirección a las gélidas aguas de
Yambo.
Los pasajeros, desesperados lanzaban gritos desgarradores, tratando de huir, pero los vagones
formaron una prisión de la que no podían escarpar y en el que  llegaron hasta el fondo de la
laguna. Según los vecinos, nadie se salvó, todos quedaron atrapados en el fondo de las aguas y
ni su cuerpo ni su alma pudieron ser rescatados.
La leyenda del tren infernal cuenta que desde aquella vez, cada año en viernes Santo a la media
noche, se escucha con total claridad el estrépito de la locomotora descarrilándose, el silbato del
vapor y los aterradores gritos de desesperación de la gente que iba en el tren.  Aquellos que han
podido escuchar el tren infernal, cuentan que sienten un terror que los paraliza, congela su
corazón y los sentimientos de desesperanza de aquellos infortunados que murieron en el
accidente, se aloja directamente en su alma. Es una experiencia que no pueden olvidar.

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