Global
Global
Por supuesto que será un análisis argumentado, objetivo, pero desde una posición teórica y
pedagógica clara: la crisis generalizada de las condiciones de vida de la mayoría de la población,
fruto de la acumulación desmedida de la riqueza en unos pocos, a costa del empobrecimiento de
las mayorías, para lo cual se construye un modelo cultural de consumo y un sistema institucional
injusto.
En este esfuerzo por desentrañar las raíces de la actual crisis social, enfocaremos nuestro análisis
en algunos tópicos relevantes, que no son excluyentes de otros temas que cada uno y cada una de
ustedes pueda señalar como acuciantes en sus contextos locales y profesionales. Las temáticas
propuestas son:
La desigualdad e injusticia social existente, el deterioro del medio ambiente, la pérdida de valores
éticos y morales y el uso irresponsable del conocimiento científico y tecnológico, nos obligan a
repensar sobre el tipo de educación que estamos ofreciendo en las universidades, puesto que son
estas las instituciones a quienes la sociedad les ha encomendado la misión de formar a los
individuos responsables de transformar el mundo que habitamos por uno más humano y
sostenible. Este compromiso, de cara al siglo XXI, es necesario asumirlo desde una mirada social
no solo para cumplir con el acometido de la UNESCO que declaró el decenio del 2005-2014 como
la década para la educación del desarrollo sostenible, sino, por la necesidad inaplazable de formar
ciudadanos y ciudadanas capaces de responder con sentido crítico y compromiso ético a los
cambios económicos, sociales, culturales, políticos y ambientales originadas por la globalización y
la sociedad del conocimiento. Se requiere, por parte de las universidades, un nuevo compromiso
desde sus funciones misionales en especial el reto de transformar sus prácticas educativas
centradas en la transmisión del conocimiento de manera memorística y descontextualizada de la
realidad, por prácticas educativas que hagan de ella una universidad socialmente responsable.
Se puede decir que la importancia de la Responsabilidad Social radica en el hecho de que al actuar
con responsabilidad social, en el caso de las organizaciones, estas son conscientes que su accionar
tiene repercusiones en el entorno, y según el principio de la Ecología de la Acción de Edgar Morin,
tienen una visión sistémica de sus inter-retro-acciones, de las cuales toman conciencia, así como
de sus propias acciones inmediatas. Es decir, que las organizaciones que no solo se ocupan de las
buenas intenciones sino que investigan permanentemente la influencia de sus acciones sobre el
entorno en el que producen y venden, así como el efecto de sus decisiones sobre los dueños, los
empleados, los clientes, los acreedores, los proveedores, el Estado, tienen muchas más
posibilidades de éxito que aquellas que no lo hacen. En la actualidad es muy difícil tener
sostenibilidad en el mercado si las organizaciones consideran sólo los aspectos financieros; es una
exigencia que incluyan indicadores ambientales, sociales y gubernamentales, en los modelos de
gestión. En relación con la necesidad de la Responsabilidad Social, se intuye que al obrar bajo este
precepto la organización obtendrá un mayor valor, que se traduce en mayor competitividad,
mayor productividad, mejor atención a clientes y proveedores y consecuentemente la ganancia de
una mayor participación en el mercado. Veamos el siguiente video para entender lo anterior:
En el año 2000, la Cumbre de Lisboa establece como objetivo convertir a Europa en una economía
competitiva capaz de lograr un crecimiento económico sostenible con una mayor cohesión social.
Con el fin de cumplir este objetivo, se acuerda iniciar un proceso de diálogo entre todas las partes
interesadas y se publica en julio de 2001 el llamado “Libro Verde”, que plasma las líneas de la
política gubernamental europea en RSC.
Ha resultado ser el marco europeo para promover la calidad y la coherencia de las prácticas de
responsabilidad social, y el verdadero inicio del debate sobre cómo la Unión Europea podría
fomentar la responsabilidad social de las empresas a nivel europeo e internacional. Propone
fomentar prácticas correctas de las empresas; velar por la coherencia entre las políticas nacionales
y los estándares internacionales; fomentar el partenariado entre empresa e interlocutores
sociales; promover instrumentos de evaluación; animar a las empresas a adoptar un enfoque
proactivo en relación al desarrollo sostenible; crear foros multistakeholders e incorporar prácticas
de responsabilidad social en la gestión de gobierno.
Asimismo, según el Libro Verde, las políticas nacionales deben guardar relación con las políticas
comunitarias y con los estándares y códigos internacionales. Es decir, el enfoque europeo de la
RSC debe estar integrado en el contexto más amplio en el que se asientan otras iniciativas
internacionales como la Declaración tripartita de la OIT sobre las empresas multinacionales y la
política social (1977/2000); las directrices de la OCDE para las empresas multinacionales (2000);
las Normas de Derechos Humanos de la ONU para empresas; o el Pacto Mundial de las Naciones
Unidas.
El Libro Verde, la primera Comunicación de la Comisión, abrió un gran debate y sirvió para
someter a discusión unos conceptos básicos y unas características de la Responsabilidad Social
Corporativa o de las Empresas.
Esta evolución refleja las mayores expectativas que despierta en los ciudadanos europeos y en
todos los interesados la transformación del papel de las empresas en la nueva sociedad cambiante
de hoy en día. Esto está en consonancia con el mensaje básico de la estrategia de desarrollo
sostenible para Europa acordada en el Consejo Europeo de Gotemburgo de junio de 2001; a saber,
que a largo plazo, el crecimiento económico, la cohesión social y la protección medioambiental
avancen en paralelo.
A medida que las propias empresas se enfrentan a los retos de un entorno en mutación en el
contexto de la mundialización y, en particular, del mercado interior, aumenta su convencimiento
de que la responsabilidad social puede tener un valor económico directo. Aunque la
responsabilidad principal de las empresas consiste en generar beneficios, pueden contribuir al
mismo tiempo al logro de objetivos sociales y medioambientales, integrando la responsabilidad
social como inversión estratégica en el núcleo de su estrategia empresarial, sus instrumentos de
gestión y sus actividades. Cuando la responsabilidad social de la empresa constituye un proceso de
gestión de sus relaciones con diversos interlocutores que pueden influir realmente en su libertad
de funcionamiento, los argumentos comerciales son evidentes. Por tanto, la responsabilidad social
debe considerarse una inversión y no un gasto, al igual que la gestión de la calidad. Así, pueden
adoptar un enfoque financiero, comercial y social integrado, que desemboque en una estrategia a
largo plazo que minimice los riesgos relacionados con la incertidumbre. Las empresas deben
asumir su responsabilidad social a nivel internacional y europeo a lo largo de toda su cadena de
producción. 1.4. Equidad y participación social
La desigualdad continua siendo uno de los principales retos de los países de las Américas, y el
debate sobre sus raíces y consecuencias ha permeado todos los ámbitos de la política pública,
incluyendo el ámbito de la política. Puede argumentarse incluso que es un debate esencialmente
político, ilustrado por la tendencia reciente de introducir el tema social en el centro de la agenda
política en las Américas, región democratizada que se ubica comparativamente en posiciones
ejemplares en los índices que miden el nivel democrático (Wehr 2006) pero que aún registra
niveles preocupantes de pobreza y desigualdad. Lo cierto es que los avances en materia de
derechos civiles y políticos no se han correspondido con avances en materia de derechos
económicos, sociales y culturales. Esta relación, por muchos descuidada, recobra fuerza
recientemente en la discusión política y se perfila como el centro de la agenda de trabajo para la
región en los próximos años principalmente debido a la interdependencia que existe entre todas
las esferas de los derechos. En efecto, en un contexto de desigualdad y exclusión social es claro
que las contradicciones entre desigualdades en la esfera política y la existencia de inequidad
socioeconómica tienen un impacto perjudicial para la estabilidad de las democracias y en los
niveles de desconfianza que los ciudadanos tienen en las instituciones políticas, generando la
imposibilidad de que los ciudadanos puedan ejercer sus derechos plenamente.
No está de más repetirlo: el continente americano no es el continente más pobre pero sin duda es
el más desigual. A fin de diseñar políticas públicas que reviertan esa desigualdad, es vital definir
cómo conceptualizarla y cómo medirla. Los esfuerzos por definirla y medirla se han movido desde
un enfoque estrictamente relacionado con el ingreso (específicamente el coeficiente gini) hacia
una visión más amplia y multifacética de la desigualdad. Aun así, el reto sigue siendo ampliar la
definición de desigualdad tradicionalmente asociada al ingreso para incluir otros tipos de barreras
que pueden derivar en la negación de derechos. Desde los 90’s, el enfoque sobre la necesidad de
crecimiento económico y la pobreza como definición de la cuestión social que había orientado las
políticas públicas ha ido incorporando cada vez con mayor vigor el de “desigualdad” priorizándose
también un enfoque en cohesión social. En efecto, la igualdad como término suele usarse como
sustituto de cohesión social, a pesar de tratarse de conceptos relacionados pero diferentes. En
este marco, la cohesión social se refiere a las percepciones de solidaridad y confiabilidad. Una
“sociedad cohesiva” procura el bienestar de sus miembros, combate la exclusión y la marginación,
crea un sentido de pertenencia y promueve la confianza ofreciendo oportunidades de movilidad
social.
El Banco Mundial (2011) define la desigualdad como el estado en el cual existe una “dispersión de
una distribución en el ingreso, consumo, o en algún otro indicador relacionado con el bienestar”.
Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) se refiere a la
equidad como “un principio ético y de justicia” (Banco Mundial, 2011). Según la CEPAL, la equidad
“defiende las mismas condiciones y oportunidades para todas las personas sin distinción, solo
adaptándose en casos particulares, a los que plantean objetivos para avanzar hacia una sociedad
más justa”. La misma fuente define a la igualdad como la situación social según la cual las personas
tienen las mismas oportunidades y derechos en una sociedad. Es decir, la igualdad social se refiere
a los mismos derechos y obligaciones para todos los sectores sociales.
El bien común
La vida en comunidad distingue a la persona del resto de los seres vivos, no es uniforme sino
multiexpresiva, hay pluralismo social y de éste depende el bien común. Hay grupos como la familia
que son parte de la naturaleza del hombre, pero cada persona tiene libertad de unirse y asociarse
a otros grupos para conseguir diversos fines: sociales, económicos, culturales, profesionales,
políticos y otros dentro de su comunidad, ciudad, región, nación e incluso a nivel mundial, que de
otro modo serían imposibles de lograr para la capacidad individual.
Bien común es “el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y
a cada uno de sus miembros el logro más pleno y fácil de la propia perfección” (Compendio de la
Doctrina Social de la Iglesia, en adelante CDSI, §164).
La sociabilidad de la persona no reside solamente en tener vida social sino buscar y practicar el
bien para ella y los demás, así como promover y respetar sus derechos fundamentales. Es
necesario el compromiso por la paz, cuidar el ambiente, la prestación de servicios básicos para
todos, que haya alimentación suficiente, habitación, salud, educación, trabajo, transporte, acceso
a la libre información y cultura y respeto a la libertad religiosa.
Lo mencionado arriba son deberes de todos los integrantes de la sociedad de acuerdo con su
capacidad, todos debemos colaborar.
En ello se incluye al Estado porque la búsqueda del bien común, garantizando la cohesión,
organización y unidad de la sociedad civil y armonizar los diferentes intereses sectoriales
conciliando justamente, es la razón de que exista la autoridad política para apoyar en que todas
las personas tengan acceso a los bienes tanto materiales y culturales como morales y espirituales
para que se goce de una vida verdaderamente humana.
Los bienes han sido creados para toda la humanidad por lo que debiera haber equidad y justicia en
su reparto sin exclusiones ni privilegios, esto es lo llamado principio del destino universal de los
bienes.
Sobre este principio se fundamenta el derecho universal al uso de los bienes. (CDSI, §172). Se
considera un derecho natural, no sólo derecho positivo ─conjunto de normas jurídicas en vigor en
un Estado o Comunidad concretos, en un momento dado, con independencia de la fuente de que
procedan─.
Ese derecho natural tiene primacía sobre cualquier orden jurídico o socio- económico, por lo que
éstos deben facilitar el acceso a tales bienes, es un deber social.
Cabe mencionar que no se está haciendo referencia a que los bienes están a disposición de cada
uno o de todos ni que la misma cosa sirva o pertenezca a todos porque para que se ejerza este
destino y uso universal de los bienes deberán existir normas de orden y justicia que lo amparen,
resultado de pactos nacionales e internacionales (CDSI, §173).
Para que todas las personas y pueblos obtengan las condiciones básicas para desarrollarse
integralmente, debe realizarse un esfuerzo común donde nadie sea un obstáculo para otros y se
contribuya a un mundo más humano y no haya cabida para la servidumbre o esclavitud.
Como puedes ver, el bien común es algo que todas las empresas tienen que asegurar para la
convivencia armónica. Para que comprendas como se aplican estos conceptos revisa el siguiente
video:
Pero ¿qué es la interdisciplinariedad? No cabe duda de que hay multitud de sinónimos y sentidos
muy diferentes. Desde luego se puede encontrar una enorme diversidad en la interpretación y
definición de lo que es esta palabra. En primer lugar, es una tarea. Y además, un proyecto
intelectual, una opción epistemológica.
De las muchas definiciones de este concepto, consideramos que la definición más cercana a los
objetivos de ASINJA y que forma parte del consenso del grupo es la que se trasluce de este texto
del filósofo empirista lógico y epistemólogo Carl Gustav Hempel (1905-1997):
“Tal vez la palabra clave sea la de “integración”: diversos saberes, epistemológicamente distintos,
se pueden integrar sistémicamente en una unidad superior de conocimiento que supone mayor
unidad. Progresivamente, el esfuerzo de muchos investigadores se dirige hacia la construcción de
puentes conceptuales, metodológicos y epistemológicos que sitúan determinados aspectos del
conocimiento de la realidad en niveles superiores del saber.La sistematización científica requiere
el conocimiento de diversas conexiones, mediante leyes o principios teóricos, entre diferentes
aspectos del mundo empírico que se caracterizan mediante conceptos científicos. Así los
conceptos de la ciencia son nudos en una red de interrelaciones sistemáticas en la que las leyes y
los principios teoréticos constituyen los hilos… Cuantos más hilos converjan o partan de un nudo
conceptual, tanto más importante será su papel sistematizado o su alcance sistemático” (Carl
Hempel, Philosophy of natural science, Prentice-Hall, 1966).
Repasemos los objetivos o Propósitos Básicos de la Interdisciplinariedad:
El siglo XX se caracterizó por sus constantes convulsiones políticas y sociales: se desataron dos
guerras mundiales y sucedieron diversos episodios de genocidios y guerras civiles. Esto contrasta
con los enormes avances de la ciencia y con las mejoras en las condiciones de vida de la población.
No obstante, en esta vuelta de siglo, como llamó Bolívar Echeverría (2006) al momento histórico
actual, tales logros no se viven con gran celebración, sino con preocupación sobre el futuro de la
humanidad debido a la creciente desigualdad socioeconómica y al deterioro del medio ambiente,
producto del modelo modernizador adoptado en el sistema capitalista de producción.
Durante el tiempo en que hubo escasez de los medios de subsistencia, ésta retiraba el derecho a la
vida de las capas más bajas de la población mundial, y las clases dominantes lograban apropiarse
del excedente productivo de la fuerza de trabajo haciéndoles creer a las personas que su
obediencia y dedicación al trabajo eran necesarias para mantener un pacto mágico con un "Dios
salvador". Pero como plantea Echeverría (2006), con la Revolución Industrial dicha escasez fue
superada y lo que se vive ahora es una escasez artificial. El control social se logra ahora mediante
un discurso fundamentalista sobre los principios del libre mercado, que supuestamente rigen lo
económico y lo social; se hace creer a la inmensa mayoría de las personas que "la mano invisible"
del mercado lo controla todo, su vida y su destino.
Los gobiernos y las élites mantienen una defensa a ultranza de la modernidad "realmente
existente", banalizan lo político y limitan los márgenes de acción de los trabajadores. Esto ha
permitido mantener a grandes contingentes de población en condiciones paupérrimas, al tiempo
que la riqueza social se concentra en pocas manos. "La escasez (artificial) no es la consecuencia de
un fracaso del capitalismo, sino todo lo contrario, el resultado de su triunfo", nos dice Bolívar
Echeverría (2006: 41).
"como el trabajo vivo es el único creador de valor (y de plusvalía: P), a medida que la producción
se mecaniza, se automatiza, cada trabajador estará dotado de más y mejores medios de
producción (trabajo muerto), para lo cual el capitalista tiene que invertir cada vez más una mayor
proporción del capital en dichos medios (capital constante:C) y una menor en trabajo vivo (capital
variable: V), haciendo que aumente la proporción del capital constante en el total [C / (C + V) ], a la
que Marx llama la composición orgánica del capital (O) [...] La tasa de ganancia [G' = P / (C + V)]
crece con el aumento de la tasa de plusvalía (P' = P / V) y disminuye con el aumento de O, por lo
cual, dada la tendencia de O a aumentar, se desprende la ley citada."
Al respecto, John Strachey (1939) planteó que si bien la tendencia decreciente de la G' es un hecho
observado y aceptado por los economistas convencionales, sólo Marx pudo explicar que el
propósito de la producción capitalista es el aumento del monto absoluto de la ganancia, el cual
puede seguir creciendo a pesar de la baja de la tasa de ganancia, G. Esto es posible por la
existencia del ejército industrial de reserva que, como planteó Marx, presiona los salarios a la baja,
lo que permite aumentar P' y compensar la tendencia de O a crecer. Además, al crecer la fuerza de
trabajo contratada, crece P. En periodos de crisis el ejército industrial de reserva toma la forma de
desempleo, el cual coexiste al lado del capital ocioso. Strachey considera que la búsqueda para
maximizar el volumen y la tasa de ganancia ha llevado a economistas como Robbins y Hayek a
proponer la disminución de los salarios en las crisis; receta que continúa siendo aplicada en la
actualidad.
Las crisis son también generadas debido a que los capitales acrecentados por la plusvalía terminan
manteniéndose ociosos al ser atesorados en los bancos, lo que produce una sobreproducción de
capital (Boltvinik, 2010: 152). Cuando las crisis inician, surgen disputas entre los capitales
nacionales y los internacionales en su búsqueda de las mejores oportunidades: se gestan guerras
(que conllevan la destrucción física del capital), se desvaloriza la fuerza de trabajo por el
desempleo y caen las acciones; con ello se crean nuevas condiciones para que aumente G'.
Crisis social
Desde otra perspectiva, podemos decir que a escala global el grado de concentración del ingreso
es muy elevado si consideramos que a finales del siglo pasado las personas que vivían en los
hogares más pobres del mundo (los pobres de los países pobres) y que representaban 43% de la
población total, sólo concentraban el 1.1% del ingreso mundial, mientras que las que habitaban en
los países más ricos y que constituían tan sólo 16% de la población, concentraban 80.5% del
ingreso global. De igual forma tenemos que el consumo per cápita era 80 veces mayor en
Occidente que el que se tenía en África Subsahariana, y se estimaba que aproximadamente un
cuarto de la población del mundo consumía tres cuartas partes de la energía primaria global Doyal
y Gough, 1991). Ahora bien desde estos temas podemos ubicar que al hablar de responsabilidad
social cobra importancia en los estudios y discursos en el ámbito empresarial. La preocupación por
la RSE surgió del reconocimiento de que el Estado no puede resolverlo todo y por tanto las
empresas deben retribuir de alguna manera las facilidades que la sociedad les dispensó para que
ellas nacieran y se desarrollaran y sumar sus esfuerzos con agentes económicos y el Estado. La
razón de ser de la RSE no se limita sólo al desempeño social de las empresas, cumple también con
metas empresariales individuales. El desempeño socialmente responsable de las empresas
promueve un mayor sentido de identidad de cada trabajador con su empresa; mejora la
percepción que el público tiene de ella y su posicionamiento en las preferencias de los
consumidores.
Por lo que en esta sesión examinarás de manera muy general algunos conceptos relacionados con
la responsabilidad social y la forma en la que incide en el ser humano y en la sociedad, así como
sus beneficios y limitaciones. ¡Vamos a comenzar!
¿Sabes para qué sirve la responsabilidad social? La responsabilidad social empresarial es un tema
muy común en las empresas y negocios actuales que data de tiempo atrás, el cual tiene la finalidad
de proteger a la sociedad y hacer cumplir los requerimientos productivos, empresariales y las leyes
que conlleva una empresa. Para dejar más claro cuál es su papel en la sociedad te invitamos a
revisar el siguiente video:
Ahora que has identificado cual es el papel de la responsabilidad social dentro de las empresas,
podemos ampliar el ejercicio reflexivo del tema con la lectura del texto "Los principios de la
responsabilidad social empresarial" de Flor Brown Grossman (UNAM) el cual puedes encontrar en
el siguiente enlace:
http://www.economia.unam.mx/publicaciones/econinforma/pdfs/363/06florbrown.pdf y a partir
de esta información podrás poner en punto de comparación los elementos implicados en el
ejercicio de la responsabilidad social.
Por otro lado según Aristóteles, el hombre por naturaleza es un hombre social, ya que necesita de
otro hombre para poder vivir y a esta unión con otras personas se le llama comunidad. Pero una
comunidad no se forma de la noche a la mañana, las comunidades comenzaron a integrarse desde
la prehistoria con la unificación de pequeños pueblos y aldeas que poco a poco se hicieron más
grandes y formaron las primeras culturas como Egipto, Mesopotamia, la india y China. La sociedad
comenzó a darse cuenta de que no sólo se necesitaba del hombre para sobrevivir sino también de
la naturaleza.
El ser humano siempre ha intervenido sobre la naturaleza, sin embargo, durante mucho tiempo
respeto lo que la naturaleza le ofrecía. Esto fue cambiando a medida que avanzaba la ciencia y la
técnica, y el ser humano iba adquiriendo más poder de dominio. “Por eso el ser humano y las
cosas han dejado de tenderse amigablemente la mano para pasar a estar enfrentados.” (Francisco,
2015)
El hombre necesita de todo lo que hay en este planeta para sobrevivir, además de otras acciones y
valores como la cooperación, la responsabilidad, la solidaridad, que al final hacen que vivamos en
una comunidad ordenada que sigue leyes para su control y supervivencia. No puede vivir sin
recursos naturales ni tampoco totalmente aislado y sin interacción con otros seres humanos, por
ello es importante que el hombre no sólo se considere de manera independiente, sino como una
sociedad.
¿Por qué nos reunimos en sociedad? La respuesta es simple, para ocupar, organizar y repartir los
recursos de un lugar; por ejemplo, para hacer una lata de frijoles no sólo se necesita de una
máquina, se necesita de personal que la empaque, evalúe su calidad, la organice, la transporte
hasta un centro comercial, etc. Como puedes ver, necesitamos de otros para sobrevivir.
Dicho lo anterior, es necesario mencionar qué es la responsabilidad social. Dicho concepto hace
referencia a la forma en la que una empresa y su forma de hacer negocios, su gestión y
organización son llevadas a cabo de manera responsable cuidando al medio ambiente, a la
sociedad y favoreciendo un consumo responsable.
Una ESR (Empresa Socialmente Responsable) cumple con las siguientes características:
Empleo digno.
Solidaridad.
Subsidiariedad.
Corresponsabilidad.
Confianza.
Transparencia.
Honestidad y legalidad.
Justicia y equidad.
Empresarialidad.
Desarrollo social.
Calidad de Vida.
La finalidad de una empresa socialmente responsable siempre será la toma de decisiones de forma
positiva y que beneficie a todos, poner firmes sus compromisos y velar por el bienestar de las
personas y del medio ambiente.
La política educativa aspira a construir equidad tanto en el acceso, permanencia y logro educativo,
sin embargo, todavía en la actualidad dista mucho entre propósitos y la realidad escolar cotidiana,
demanda de una mayor profundidad en el conocimiento de la cotidianidad, analizada desde el
punto de vista de la equidad.
Es importante primero que sepas qué es la economía y los negocios para poder comprender su
relación con la sociedad. La economía es el proceso por el cual las personas consumen, gastan,
ahorran, invierten, se endeudan, pagan impuestos, así como todos los movimientos que tienen
como finalidad la estabilidad del dinero.
Este concepto está relacionado con los negocios, los cuales se caracterizan por la toma de
decisiones que beneficien a una empresa, con la finalidad de crecer y desarrollarse en forma
positiva para todos sus trabajadores.
Gracias a estos movimientos, las personas pueden comprar cosas, comer, beber, vestirse y
recrearse.
La economía y los negocios, actualmente forman parte de nuestra vida diaria y son una de las
acciones profesionales más demandadas del mercado, debido al sistema y la organización política
actual que revisaste en sesiones anteriores.
Del mismo modo hay que identificar el concepto de ley en el sector empresarial y económico y
cómo afecta en los negocios:
Este concepto no sólo hace referencia a hacer un fraude, si no a las mismas políticas de la empresa
comprometidas por el bienestar de todos, las personas y el medio ambiente, la honestidad con la
que trabajan, la responsabilidad en sus decisiones, los valores que promueven y cómo es que
resuelven un problema cuando se encuentran en situaciones difíciles.
Las leyes no son simplemente reglas que hay que seguir, se establecen para poder convivir de
manera plena en una sociedad donde exista diferencia entre lo correcto y lo incorrecto. Estas
leyes, además de que deben seguirse a la norma, nos hablan de las consecuencias de una mala
decisión, de alguna mala acción, pero también de los derechos y obligaciones que tenemos como
empresarios.
Como pudiste ver, existe una gran cantidad de cosas que influyen en las decisiones de una
empresa. Ahora te toca poner en práctica lo aprendido, revisa el siguiente video titulado ¿Cómo
realizar un plan de RS? donde podrás conocer cómo se aplica la responsabilidad social en una
empresa:
¡Muy bien! Ahora que has finalizado la sesión puedes identificar al hombre como un ser social y
cuál es el papel de las empresas en la sociedad. 2.4. Raíces históricas y marcos teóricos de la
responsabilidad social
Con estos temas examinarás la historia y los antecedentes de la responsabilidad social para que
puedas determinar sus influencias en la vida actual. Del mismo modo, reconocerás las leyes,
tratados y convenios que hacen que la responsabilidad social se lleve a cabo para el bien de la
comunidad. Comencemos.
Para dar inicio es importante mencionar que las relaciones empresa-sociedad han ocupado un
lugar central en la teoría y justificación de la empresa desde los comienzos del capitalismo. Y ello,
tanto en el debate público como en la reflexión teórica y académica. El carácter social de las
organizaciones productivas es reconocido por las teorías económicas más antiguas. (García
Perdiguero 2003; Lizcano y Moneva 2003). Por lo que la idea del futuro y de las generaciones
siguientes está presente en el enfoque de RSC: Las acciones de la empresa son responsables
socialmente cuando al ser juzgadas por la sociedad del futuro se consideran que han sido de
máxima ayuda porque han proveído a la sociedad de los bienes y servicios que deseaba y en las
cantidades requeridas, con el mínimo coste financiero y social, y éste ha sido distribuido
equitativamente. (Farmer y Hogue 1985, p.4).
¿Sabes qué es un tratado internacional?, ¿Sabes para qué sirven? Un acuerdo o tratado
internacional es un documento en forma de “pacto” en el que los países o estados se
comprometen a cumplir algo, teniendo claro que habrá consecuencias si no lo hacen como tal.
Para dejar más claro su papel en la responsabilidad social, revisa el video:
2.3. Raíces históricas y marcos teóricos de la responsabilidad social
Pero no sólo los seres humanos vivían estas consecuencias, si no el medio ambiente y los
animales. Hay que destacar también que el concepto como tal de la responsabilidad social no se
conocía ya que sólo se trataba de atender las necesidades inmediatas de la población. Poco a poco
a principios del siglo XX, las empresas privadas y organizaciones no gubernamentales comenzaron
a preocuparse por los problemas sociales de la época; comenzaron a surgir los inicios de la
Responsabilidad Social al crearse asociaciones que se preocuparon por contribuir de manera
voluntaria para el bienestar de la sociedad y del medio ambiente.
Las empresas privadas también comienzan a preocuparse y con ayuda de la sociedad, comienzan a
presionar al estado para que aplique leyes y normas a aquellos que no protegían los recursos
naturales, sociales y a los animales. Se puede decir que para esta época ya existía una
preocupación por la responsabilidad social y el bienestar del ser humano y la naturaleza. Por ello,
la responsabilidad social comenzó a entenderse como una forma de contribuir al bienestar de la
población y el medio ambiente.
Al finalizar la segunda guerra mundial y con la guerra fría, las empresas privadas comienzan a
tener más poder, comienzan los primeros signos del neoliberalismo en donde las empresas
privadas comienzan a influir y solucionar los problemas de la sociedad. En este caso, el estado
comenzó a sentirse presionado para proteger los intereses de la sociedad y los recursos naturales.
A partir de la década de los 60´s comienzan a regularse normas sociales, penales y económicas
para quienes abusaran de la gente, los consumidores, los trabajadores y el ambiente; comienza a
lucharse contra la corrupción, se comienza a regular el mercado y las empresas nacionales y
privadas.
En este sentido, es cuando comienza una alianza de las empresas y los gobiernos para atender
estas problemáticas, y, además, comienzan los primeros estudios sobre el calentamiento global y
la preocupación por los recursos naturales.
Para complementar lo anterior te sugerimos revisar el siguiente video que ejemplificará un estudio
de caso sobre un modelo de responsabilidad social corporativa empleada en la empresa Microsoft,
una vez que lo veas analiza y compara con algunos otros casos de empresas que conozcas:
2.4. Tratados y convenios internacionales como un contexto de normatividad internacional de la
responsabilidad social
Ahora bien, con el paso de los años se han creado diversas organizaciones que tienen como
finalidad salvaguardar y proteger el medio ambiente y al hombre, a continuación, se mencionan
algunas de ellas.
PACTO MUNDIAL ONU. En 1999 la ONU junto a varios países participaron en la creación de este
documento para contribuir a una mejor sociedad. Los países que firmaron este tratado están
comprometidos a trabajar en favor del medio ambiente y el bienestar social de todos.
Junto con la ONU, también se involucran la Organización Internacional del trabajo, el Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Cada uno cuenta con actividades
específicas y objetivos a cumplir. Cabe mencionar que la ONU no participa ni crea los programas,
los encargados de eso son los gobiernos de cada país y ellos son los responsables de supervisar
que todo se lleve de acuerdo al marco establecido.
La GLOBAL REPORTING INITIATIVE (GRI). Esta iniciativa pública indicadores para valorar de qué
manera y cuánto están comprometidas las empresas con el medio ambiente, además de las
acciones y resultados que presentan. Esta iniciativa no sólo está dirigida al medio ambiente, sino
también a la protección de la sociedad.
Por último, está la norma ISO26000 que hace referencia a la orientación y los principios de
responsabilidad social por parte de organizaciones, grupos de interés con la finalidad de
implementar mejores prácticas que permitan integrar un comportamiento socialmente
responsable en los países.
En México, los organismos encargados de proteger y llevar normas para el medio ambiente son los
siguientes:
Como puedes ver, existen leyes que están al tanto de que las empresas cumplan y se preocupen
por el medio ambiente. Por ello debes tener en cuenta cómo se aplican y cuáles son las leyes que
las regulan. Tú como profesional debes ser capaz de establecer y analizar dichas normas para
llevarlas a cabo, no sólo como requisito institucional, sino para una mejor convivencia entre las
empresas, la sociedad, el medio ambiente y en beneficio de todos.
El término desarrollo, como muchos de los conceptos de nuestro tiempo fueron extraídos del
herramentaje de la economía, concibiéndolo como crecimiento económico y unido a él, el de
progreso económico, explicándolo con índices estadísticos de ingreso per capita, producto interno
bruto (PIB), balanza de pagos y balanza comercial. Parecía que si íbamos bien en estos renglones
los países iban bien, tenían resultados, estaban desarrrollándose.
Sin embargo, hace 36 años aproximadamente se publicó en nuestro país el libro de Pablo González
Casanova La democracia en México, donde en una explicación amplia, con datos y reflexiones
demostró que crecimiento económico no era lo mismo que desarrollo.1 Por esas mismas fechas la
CEPAL también se sumó a la clarificación y precisión del concepto. Desarrollo para ellos no sólo era
crecimiento, sino sobre todo bienestar económico-social, que se demostraba en más y mejores
empleos, mayor acceso a bienes materiales, a servicios como la salud y la educación, entre otros.
En esa rectificación desarrollo se identificaba con progreso económico, no sólo con índices
globales del país, sino por los alcances que éste traería para la población. En ese contexto
conceptual calidad de vida se entendía como progreso material.
En torno a esas polémicas y concepciones, al sujeto humano se le vía como un homo economicus,
como creatura y no como creador, como un ser que recibía y no un ser que construía, parecía que
lo determinante, el sujeto que hacía la historia, era el Estado o las instituciones con siglas
rimbombantes, FMI, OCDE, BM, HDA, SEP, cuya existencia es jurídica en lo que se denomina
persona moral, donde no existen personas con mayúsculas, sino funcionarios, administradores,
ejecutores e implementadores de órdenes y planes; el ejemplo más palpable es la Sociedad
Anónima, figura que esconde apellidos, nombres, intereses y ganancias.
Tenía por lo tanto que buscarse una nueva significación de desarrollo humano y de calidad de vida,
máxime en un mundo tan materializado, tan consumidor, tan económico como el nuestro.
El concepto de desarrollo humano es mucho más amplio que el dimanado de las teorías
convencionales del desarrollo económico. Los modelos de crecimiento económico se refieren al
aumento de PNB, en lugar del mejoramiento de la calidad humana. Al considerar el desarrollo de
los recursos humanos, se trata a los seres humanos como un insumo en el proceso de producción:
un medio antes que un fin. En los enfoques del bienestar social se considera a los seres humanos
como beneficiarios y no como agentes de cambio en el proceso de desarrollo. El enfoque de
necesidades básicas se centra en proporcionar bienes y servicios materiales a grupos de población
que padecen privaciones, en lugar de ampliar las opciones en todas las esferas.
Y continúa:
Definiéndolo:
E insiste:
Pero el desarrollo humano no termina allí. Otras opciones, sumamente preciadas por muchos, van
desde la libertad política, económica y social hasta las oportunidades de ser creativos y
productivos y de disfrutar del autorrespeto personal y de derechos humanos garantizados.
Ahora hagamos una pregunta fundamental en este sentido: ¿Es realmente calidad de vida igual a
bienestar humano?
El interés por la calidad de vida ha existido desde tiempos inmemorables. Sin embargo la aparición
del concepto es relativamente reciente. La idea comienza a popularizarse en la década del 60 del
pasado siglo XX hasta convertirse hoy en un concepto utilizado en ámbitos muy diversos. En un
primer momento la expresión “calidad de vida” apareció en los debates públicos en torno al medio
ambiente y al deterioro de las condiciones de vida urbana. Durante los años 50 y comienzos del 60
el creciente interés por conocer el bienestar humano y la preocupación por las consecuencias de la
industrialización de la sociedad hacen surgir las necesidades de medir esta realidad a través de
datos objetivos y desde las ciencias sociales, se inicia el desarrollo de los indicadores sociales y
estadísticos que permiten medir datos y hechos vinculados al bienestar social de una población.
La calidad de vida como concepto es de definición imprecisa y la mayoría de los investigadores que
han trabajado en él están de acuerdo en que no existe una teoría única que defina y explique el
fenómeno. Existe diversidad de criterios relacionados con la calidad de vida dentro de ellos
podemos citar el que emitiera Gildenberger: “Es la capacidad que posee el grupo social ocupante
de satisfacer sus necesidades con los recursos disponibles en un espacio natural dado. Abarca los
elementos necesarios para alcanzar una vida humana decente”. El alto nivel de vida y de
desarrollo, no siempre se traducen en iguales índices de calidad de vida y bienestar humano, pues
puede verse frustrado por el aumento de las diferencias sociales, de la misma manera que no
implican un sistema más democrático y participativo, aspectos de fundamentales en el análisis de
la calidad de vida. Es un esfuerzo de toda acción política tanto a nivel nacional como a nivel
internacional para lograr dignidad en la vida humana.
El bienestar humano ha sido también cuestionado por las distintas disciplinas y ha asumido
distintos enfoques, los economistas han identificado el bienestar de las personas con la felicidad y
la satisfacción de los deseos y han establecido la posesión de bienes como el medio principal para
alcanzar la felicidad. Dentro de los componentes del bienestar humano tiene fundamental
importancia la satisfacción personal con la vida. Dicha satisfacción tiene lugar cuando hay una
conjugación entre el hombre y el entorno y la sociedad, donde se incluye las condiciones objetivas
y subjetivas que le permiten al ser humano ciertas oportunidades para su realización profesional.
Cuando nos referimos a calidad de vida. ¿Qué entendemos por esto, que nos hace pensar…?
Calidad de vida no es más que la satisfacción de las necesidades básica humanas. Lo que nos
determina la calidad de vida humana depende de las posibilidades que tienen las personas para
satisfacer las
La podemos definir como el bienestar, felicidad y satisfacción del ser humano, que le otorga a éste
cierta capacidad de actuar de forma positiva en su vida. Según la Organización Mundial de la Salud
(OMS), la calidad de vida es: “la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en
el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos,
sus expectativas, sus normas, sus inquietudes. Se trata de un concepto muy amplio que está
influido de modo complejo por la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de
independencia, sus relaciones sociales, así como su relación con los elementos esenciales de su
entorno”. El término nos lleva a una propuesta de bienestar humano, no sólo a partir de
indicadores económicos sino hay que considerar también la distribución de las riquezas, del
ingreso y la evaluación de diferentes áreas de la vida humana para determinar que tan bien viven
las personas. No sólo es necesario saber que tengo sino cómo vivo con lo que tengo, que tan capaz
soy de concebir y conducir mi vida, conocer acerca de las posibilidades y opiniones de trabajo,
deberes y derechos legales o políticos, saber que libertades tengo, cómo se estructuran las
relaciones familiares y entre géneros, etc.
Cuando ya transcurre el siglo XXI y han pasado varios años aún existe una falta de consenso sobre
la definición y evaluación de la calidad de vida. Borthwick-Duffy en el año 1992 definió varios
aspectos conceptuales de calidad de vida y en 1995, Felce y Perry ampliaron dichas concepciones
propuestas, según éstas ha sido definida como la calidad de las condiciones de vida de una
persona (a), como la satisfacción experimentada por la persona con dichas condiciones vitales (b),
como la combinación de componentes objetivos y subjetivos, es decir, calidad de vida definida
como la calidad de las condiciones de vida de una persona junto a la satisfacción que ésta
experimenta (c) y, por último, como la combinación de las condiciones de vida y la satisfacción
personal ponderadas por la escala de valores, aspiraciones y expectativas personales (d). Revisa la
figura que viene a continuación que ejemplifica esto:
Toda calidad de vida tiene una identidad nacional regional y local. Es un concepto relativo que
depende de cada grupo social y de lo éste defina como su situación ideal de bienestar, por su
acceso a un conjunto de bienes y servicios, así como el ejercicio de su derechos y al respeto de sus
valores. Es así que cada grupo social identifica las tendencias en materia de bienestar por ello se
hace preciso diferenciar los diferentes modos de vida, aspiraciones e ideales de los conjuntos
sociales para distinguir los diferentes eslabones pudiendo así dimensionar mejor las variaciones
entre unos y otros sectores de la comunidad. El concepto, es considerado como subjetivo y que a
través de todo el mundo la misma varía según la cultura en la cual se enmarque en el espacio y en
el tiempo.
A lo largo del tiempo calidad de vida ha sido definida como la calidad de las condiciones de vida de
una persona, como la satisfacción experimentada por la persona con dichas condiciones vitales,
como la combinación de componentes objetivos y subjetivos, es decir, calidad de vida definido
como la calidad de las condiciones de vida de una persona junto a la satisfacción que ésta
experimenta. La misma remite a una evaluación de las experiencias que de su propia vida tienen
los sujetos. Lo que mejor designa la calidad de vida es la calidad de la vivencia que de la vida
tienen los sujetos. Analizar la calidad de vida de una sociedad significa analizar las experiencias
subjetivas de los individuos que la integran y que tienen de su existencia en la mencionada
sociedad. Exige conocer cómo viven las sujetos, sus condiciones objetivas de existencia y que
expectativas de transformación de éstas condiciones desean y evaluar el grado de satisfacción que
se consigue.
El desarrollo económico se puede definir como la capacidad que tienen los países o regiones de
producir y obtener riqueza. El desarrollo está ligado al sustento y la expansión económica de modo
tal que garantice el bienestar, se mantenga la prosperidad y satisfaga las necesidades personales o
sociales de las personas.
El desarrollo económico surge con el advenimiento del modo de producción capitalista, que
implica un aumento en las tasas de ganancia que permiten la acumulación del capital. Estos saltos
de acumulación cuantitativa son causados por varios factores que se pueden combinar: la
reducción de costos, incorporación de técnicas o maquinas más productivas, sobre explotación de
las fuerzas de trabajo, entre otros.
Aumento del PBI per cápita. Los países desarrollados poseen un producto bruto interno alto
debido a la producción y comercialización de bienes y servicios. El PBI per cápita es uno de los
índices que se tiene en cuenta para el análisis del desarrollo de un país. Este índice mide el total de
los ingresos de un país en relación al número de habitantes.
Necesidades básicas cubiertas. Los países desarrollados distribuyen la renta de manera que todos
los habitantes posean las necesidades básicas cubiertas. En estos países, las tasas de desempleo
suelen ser bajas. Existe un acceso a los servicios como agua, luz y gas casi total.
Desarrollo de la capacidad productiva. Los países desarrollados utilizan los recursos y sacan
provecho de ellos. Muchos de estos países ponen el foco en la industrialización y en el sector de
los servicios.
Respeto por los derechos humanos y el orden social. Las sociedades que conforman países
desarrollados suelen estar formadas por individuos satisfechos con su calidad de vida. Existe el
respeto por la democracia y las instituciones.
Uso de nuevas tecnologías. Los países con un mayor desarrollo económico introducen las nuevas
tecnologías para fomentar la producción rápida y eficiente.
Desarrollo de inversión. El desarrollo económico genera el clima propicio para la toma de créditos
e inversiones.
Desarrollo de instituciones sólidas. El desarrollo sostenido de una nación genera respeto por la
democracia y un bajo índice de corrupción en las esferas políticas y sociales.
Existe una serie de factores que se tienen en cuenta a la hora de medir el desarrollo económico de
un determinado país o región.
Por un lado, es importante tener en cuenta que el desarrollo económico no implica solamente el
crecimiento económico, sino que se basa en indicadores como: la esperanza de vida, el acceso a la
educación y factores que contribuyen al desarrollo humano y social de los individuos.
Factores de producción. Son aquellos elementos que conforman el aspecto económico. La tierra,
el capital, el trabajo y la gestión empresarial son algunos de los factores que forman parte de las
cadenas productivas. A partir de estos factores se mide el crecimiento económico.
Factores tecnológicos. Son aquellas tecnologías y técnicas que resultan clave en el desarrollo de
las economías. En las últimas décadas, la tecnología ha permitido la optimización y agilización de
los procesos.
Factores que contribuyen al desarrollo humano. Son aquellos elementos que permiten diferenciar
el crecimiento económico del desarrollo. El progreso social y económico de un país depende, en
buena medida, de la situación de sus habitantes. El crecimiento económico no garantiza una
distribución equitativa de la renta. La tasa de empleo, el acceso a la educación y a la salud, el
salario mínimo, son algunos de los factores que determinan el desarrollo de un país.
Factores políticos y sociales. Son aquellas instituciones políticas, sociales y religiosas que juegan un
rol clave dentro de la vida política, social y económica de una nación. La forma en que ejerzan el
poder este tipo de instituciones y su grado de transparencia y conciencia social son clave en el
desarrollo económico de un país
El crecimiento económico es una condición necesaria para que un país o región experimente un
desarrollo económico, pero no es el único factor que se debe tener en cuenta.
El crecimiento debe estar acompañado de mejoras y avances en el estilo y la calidad de vida de los
habitantes. Deben existir cambios en materia social, política y económica para que este
crecimiento económico se vea traducido en el desarrollo económico del país.
El acceso a los servicios, a la salud y a la educación, es decir, la garantía de las necesidades básicas
cubiertas es clave a la hora de entender el desarrollo. El desarrollo económico debe buscar el
crecimiento económico sostenido en el tiempo para mejorar la calidad de vida de la población.
El análisis de estos factores en determinados países es llevado a cabo por las Naciones Unidas a
través de la confección del Índice de Desarrollo Humano. Allí se miden el producto bruto interno
per cápita, la esperanza de vida y la tasa de alfabetización, entre otros factores.
Para finalizar revisa la siguiente página de la Organización Internacional del Trabajo el cual plantea
un interesante articulo sobre el desarrollo económico y social:
https://ilo.org/global/topics/economic-and-social-development/lang--es/index.htm
Comencemos por aclarar un punto importante: no hay conceptos de la llamada ciencia política
que no hayan sufrido cambios con el correr de los tiempos. Lo que hoy conocemos con el nombre
de democracia se parece muy poco a lo que significaba en épocas anteriores. Y lo mismo ha
ocurrido con otras ideas de igual relevancia para el tema que nos ocupa: ciudadanos, elecciones;
soberanía, legitimidad, etcétera. Todas las palabras que usamos para explicar nuestra convivencia
política han servido para nombrar realidades muy diferentes, según la época en que se hayan
empleado. Y no siempre han sido vistas con el mismo entusiasmo. Por el contrario, hubo un
tiempo muy largo en que la democracia se consideró como una forma lamentable de gobierno.
Con frecuencia se recuerda que Aristóteles, por ejemplo, pensaba que se trataba de una mala
desviación del régimen republicano: una desviación demagógica, puesta al lado de la oligarquía y
de la tiranía como formas perversas de gobernar las ciudades. Pero se olvida que después de los
clásicos griegos - pues en ese punto, con matices, coincidían casi todos -, la opinión general sobre
ese concepto no mejoró mucho. "Los decretos del pueblo - escribió Aristóteles - son como los
mandatos del tirano", porque pasan siempre por encima de las leyes válidas para todos los
ciudadanos. Eso es culpa de los demagogos, agregaba, que resuelven los asuntos públicos con el
apoyo de "una multitud que les obedece".3 Pero mucho tiempo después, en 1795, Kant repitió
casi exactamente las mismas palabras: "la democracia - escribió - es necesariamente un
despotismo", porque las multitudes no están calificadas para gobernar con la razón sino con sus
impulsos. Y todavía en el primer tercio de nuestro siglo, Ortega y Gasset se seguía quejando de la
"rebelión de las masas" como un mal signo para el futuro.
Durante muchísimo tiempo, contado en miles de años, la palabra clave no fue democracia, sino
república. No era que los filósofos prefirieran siempre que el pueblo se mantuviera al margen de
los asuntos de la política, sino que veían con temor que las leyes pasaran inadvertidas para una
confusa asamblea de multitudes beligerantes. No veían con buenos ojos la participación. No era lo
mismo entregar el poder al pueblo, para que éste lo ejerciera a través de deliberaciones
multitudinarias controladas por unos cuantos, que convertir al gobierno en una república: en
asunto de todos. Había entre ambos conceptos una diferencia de matiz que tampoco debería
pasar inadvertida para nosotros: tanto los antiguos como la gran mayoría de los pensadores
modernos creían que la participación de los ciudadanos tenía que someterse a ciertas reglas de
comportamiento para evitar que las asambleas condujeran al caos. Y es que la palabra democracia
significaba para ellos lo que nosotros calificaríamos hoy como asambleísmo. En cambio, lo que
ellos entendían como gobierno republicano estaba mucho más cerca de nuestra concepción
democrática actual. Mucho más cerca, pero todavía lejos de lo que hoy entendemos al invocar la
idea de la democracia.
La idea de que los procesos electorales forman el núcleo básico del régimen democrático, en
efecto, atravesó por la formación de partidos políticos y por una larga mudanza de las ideas
paralelas de soberanía y legitimidad, que costaron no pocos conflictos a la humanidad. Procesos
todos que tuvieron lugar en distintos puntos del orbe durante el siglo pasado y que estuvieron
ligados, finalmente, a la evolución del Estado y de las formas de gobierno, como los últimos
recipientes de las tensiones y de los acuerdos entre los seres humanos. Es una historia muy larga y
compleja como para tratar de contarla en la brevedad de estas líneas. Pero lo que sí interesa
subrayar es que la relación actual entre representación política y participación ciudadana es
relativamente reciente, y que todavía hay cabos sueltos que tienden a confundir ambos procesos
en la solución cotidiana de los conflictos políticos.
El más frecuente y el más riesgoso es la tendencia recurrente a plantear ambos términos como
ideas antagónicas. Hubo un tiempo muy largo en que esto no ocurría así: de hecho, la
representación política significaba, en todo caso, la forma más acabada de participación de los
ciudadanos. Hasta antes de las revoluciones de independencia de los Estados Unidos y de las ideas
surgidas de la Revolución francesa, no existía la representación democrática en el sentido que
ahora le damos a esa palabra, sino otra de carácter orgánico: se representaban los grupos
organizados a través de su oficio, de sus actividades profesionales, frente al poder estatuido. En el
largo periodo de la Edad Media, la representación no estaba fundida a la idea de participar en la
toma de decisiones comunes - como en las antiguas ciudades griegas -, sino sometida a la voluntad
final de los reyes y de los monarcas que poseían la soberanía del Estado. En consecuencia, la
representación tampoco estaba asociada a las tareas de gobierno: lo que se representaba, en todo
caso, era la voluntad de ciertos grupos estamentales para obtener los favores del príncipe
soberano. De modo que la sociedad no formaba parte de las decisiones, sino que acaso intentaba
influir en ellas a través de sus muy variados representantes. Para decirlo en términos llanos, la
representación estaba confundida con lo que ahora entenderíamos como participación: era una
forma de sustituir la presencia de los intereses aislados ante la soberanía del rey, pero nunca de
formar parte en las decisiones finales tomadas por el gobierno. ¿Por qué? Porque la soberanía del
gobernante no provenía del pueblo, sino de la herencia. No era la voluntad popular la que había
llevado a la formación del gobierno sino los ancestros del poderoso y, en última instancia, la
voluntad de Dios.
En cambio, "la representación moderna refleja - como nos dice Giovanni Sartori - una
transformación histórica fundamental": no sólo porque el concepto de soberanía se trasladó de las
casas reales hacia la voluntad popular, sino porque los gobernantes y los estamentos dejaron de
representarse a sí mismos para comenzar a representar los intereses mucho más amplios de una
nación. Y es en este punto donde comienza a plantearse la separación y, al mismo tiempo, la
convivencia entre las ideas de representación política y participación ciudadana. Si para las
antiguas ciudades griegas participar y representarse eran una y la misma cosa, y para el largo
periodo medieval sólo cabía la representación de Dios a través de los reyes y su voluntad personal
de escuchar a veces a ciertos representantes del pueblo, para nosotros ya no cabe la idea de la
representación más que ligada al gobierno: nuestros representantes son nuestros gobernantes, y
sólo pueden ser nuestros gobernantes si efectivamente nos representan. Se trata de la primera
idea cabalmente democrática que acuñó la humanidad y hasta la fecha sigue siendo la más
importante de todas: arrebatarle el mando político, la soberanía, a un pequeño grupo de
gobernantes para trasladarlo al conjunto del pueblo. De ahí la importancia de aquellas
revoluciones americana y francesa de finales del siglo XVIII: nunca, antes de ellas, se había gestado
un movimiento político de igual trascendencia para darle el poder al pueblo.
Quienes aportan esta definición sugieren, también, que en general pueden ser reconocidas cuatro
formas de participación política de los ciudadanos: desde luego, la que supone el ejercicio del
voto; en segundo lugar, las actividades que realizan los ciudadanos en las campañas políticas
emprendidas por los partidos o en favor de algún candidato en particular; una tercera forma de
participar reside en la práctica de actividades comunitarias o de acciones colectivas dirigidas a
alcanzar un fin específico; y finalmente, las que se derivan de algún conflicto en particular. ¿En
dónde está la diferencia de fondo entre esas cuatro formas de participación ciudadana? Está en la
doble dirección que ya anotábamos antes: no es lo mismo participar para hacerse presente en la
integración de los órganos de gobierno que hacerlo para influir en las decisiones tomadas por
éstos, para tratar de orientar el sentido de sus acciones. Aunque la participación ciudadana en
general siempre "se refiere a la intervención de los particulares en actividades públicas, en tanto
que portadores de determinados intereses sociales", nunca será lo mismo votar que dirigir una
organización para la defensa de los derechos humanos, o asistir a las asambleas convocadas por
un gobierno local que aceptar una candidatura por alguno de los partidos políticos. Pero en todos
los casos, a pesar de las obvias diferencias de grado que saltan a la vista, el rasgo común es el
ejercicio de una previa condición ciudadana asentada claramente en el Estado de derecho. Sin ese
rasgo, la participación ciudadana deja de serlo para convertirse en una forma de rebeldía "desde
abajo", o de movilización "desde arriba".
Para finalizar la idea anterior, puedes revisar a profundidad otros conceptos vinculados en la
siguiente liga:
https://portalanterior.ine.mx/documentos/DECEYEC/la_participacion_ciudadana_en_la.htm
En la década de los 80 se produjo un giro discursivo que incorporó a la cultura en los debates
sobre desarrollo ampliando los desafíos de las políticas culturales que hasta entonces estaban
restringidas a las artes y los patrimonios. Un antecedente central y que marcó un antes y un
después en esa concepción fue la conferencia mundial de cultura organizada por la UNESCO,
efectuada en Ciudad de México en los años 80. Se formuló entonces, un verdadero hito en la
relación cultura, desarrollo y sostenibilidad, porque toda la sociedad sería responsable de sus
imaginarios y valores compartidos. "Es la cultura, la que hace de nosotros seres específicamente
humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los
valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí
mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones,
busca incansablemente nuevas significaciones y crea obras que lo trascienden" (Declaración de
México).
Este giro discursivo era contracorriente porque se produjo en un contexto de Guerra Fría en el que
los países periféricos sufríamos combates de descolonización y, en el caso de América Latina,
de resistencia y liberación de las dictaduras cívico-militares que habían impuesto la doctrina de
seguridad interior del Estado para crear las condiciones de instalación del modelo de desarrollo
neoliberal, hegemónico hasta la actualidad. Desde la Cumbre de México, la cultura dejó de ser
marginal para los debates sobre el desarrollo al interior de los organismos internacionales primero
y, como consecuencia, en los estados nacionales después. Era el inicio de la década de los años 80
y para entonces las industrias culturales se habían expandido y habían ampliado el acceso de la
población al alfabeto de lo simbólico y lo sensible, pero también habían restringido la oferta de
contenidos al monopolio de las grandes empresas poseedoras de los derechos de reproducción
masivos.
Ahora bien a lo largo de muchos años de prácticas, experiencias a nivel mundial podemos
mantener que el verdadero desarrollo humano; aquel desarrollo que llega a las personas y
comunidades, se da principalmente en el ámbito local, en la proximidad, en las ciudades. También
sabemos que hay otros desarrollos a nivel global, economía transnacional, mercados financieros,
etc…
A pesar de estas evidencias, que todos conocemos y nos convoca en este encuentro, no estamos
satisfechos con los resultados obtenidos (a pesar de los avances) y observamos varios problemas y
dificultades (internas e externas) en estos procesos, resultados e impactos para un desarrollo
sostenible centrado en la mejora de las condiciones de las personas, grupos y sociedades locales.
Puede parecer retórico manifestar que no hay verdadero desarrollo sostenible en las ciudades sino
existe un contexto favorable. Es decir sino existen pre-condiciones para el desarrollo.
Dentro de muchas posibilidades para definirlas, podemos seleccionar tres variables a nivel de
ejemplo:
Dentro de las oportunidades las capacidades para un desarrollo sostenible han de contemplarse
en su complejidad que han de incluir:
– Pero no podemos olvidar las capacidades institucionales. Imprescindibles para garantizar los
derechos humanos y culturales que puede establecer un sistema de convivencia y libertad cultural
para que la ciudadanía pueda participar en la vida cultural local.
Cuando hablamos de capacidades entendemos que han de considerarse las capacidades básicas y
las capacidades culturales que se relacionan y complementan en un entorno que sinergia en pro a
los objetivos del desarrollo. De la misma forma hemos de manifestar la debilidad en la formulación
y concreción de las capacidades culturales para el desarrollo.
Estos planteamientos no son nuevos, pero ante un plan de acción de la Agenda 21 de la Cultura
hemos de proponer orientaciones, las cuales no pueden evitar que existen serios problema y
dificultades para estos objetivos.
Existen muchas amenazas en el ámbito local para conseguir un contexto favorable al desarrollo
sostenible y el respeto a los derechos culturales. Me atrevo a relacionar algunos:
– Poca consideración de las políticas nacionales a las políticas locales. Muchas veces los procesos
locales se encuentran huérfanos de los apoyos deseables a nivel de los estados y de la
multilateralidad que aún se construye sobre los esquemas clásicos de los estados nación.
– Los mecanismos de gobernanza cultural local han de avanzar en mejorar su transparencia, lucha
contra la corrupción, exceso de localismos y clientelismos, etc.. Nos referimos a conseguir un
respeto y reconocimiento de las autoridades locales por medio de sistemas abiertos y accesibles.
La generación de capacidades para el desarrollo y la cultura han de actuar como una forma de
innovación pero también como una contra tendencia a estas dificultades y problemas.
Para que las ciudades puedan convertir las dificultades en oportunidades han de apostar
principalmente por las personas como eje fundamental de la generación de capacidades para el
desarrollo:
– En primer lugar hablar de sostenibilidad es apostar por la infancia y la juventud como segmento
fundamental (grupo objetivo) del futuro y de la sostenibilidad. (Familia, escuela, barrio, educación
no formal e informal, etc..)
– Nuevas capacidades para los responsables políticos electos para que acepten con modestia que
su legitimidad no siempre va acompañado de conocimiento especializado en cultura.
– Capacidades para aumentar la calidad de los procesos de información y comunicación local que
faciliten la accesibilidad de la población. Especialmente en sistemas de transparencia y fomento de
nuevos sistemas de participación ciudadana y cultural
– Estimular nuevas capacidades entre los agentes culturales clásicos y a los actores emergentes,
entre ellos a los jóvenes, para una adecuación a la contemporaneidad y sobretodo en la
prospectiva de futuro.
En el análisis de las capacidades para el desarrollo esto es muy importante. Nuevas capacidades
culturales para nuevos tiempos. Nuevas capacidades para un futuro sostenible. Para todo ello será
necesario identificar el capital humano, social y cultural que una ciudad dispone. Identificar
debilidades, dificultades, desventajas, etc…, para conseguir estos objetivos. La respuesta es
reorientar la acción. Nuevos planes y actividades concretas (como ayer se presentaron en las
mesas). Pero con enfoque concreto en las capacidades necesarias para los aportes de la cultura al
desarrollo sostenible. Este es el reto; una acción definida y con una concreción operativa.
3.4. Desarrollo tecnocientífico sostenible, protección del medio ambiente
Nadie, en su sano juicio, podría poner en duda que tanto la ciencia como la tecnología constituyen
dos de las más grandes conquistas de la especie humana. Las revoluciones industriales que
tuvieron lugar entre los siglos XVIII y XIX y la Revolución Científico Tecnológica de la segunda mitad
del siglo XX han transformado, radicalmente, no sólo las condiciones de vida y la actividad práctica
de los seres humanos sino también la manera y el modo de entender el mundo con toda su
riqueza y complejidad y la manera y el modo de entendernos a nosotros mismos, en un continúo
proceso de interacción y transformación creciente de toda la realidad en la que estamos inmersos.
No existe campo o esfera de la vida humana en que no sean evidentes los múltiples beneficios que
el desarrollo de la ciencia y la tecnología han traído consigo. Saltan a la vista los grandes logros
alcanzados en las comunicaciones, la medicina, la construcción, la economía, la educación, por
solo citar algunos, los cuales, indudablemente, redundan de modo inmediato y eficaz en una
mayor y mejor calidad de vida de una buena parte de los seres que habitamos este planeta. Sin
embargo, desde hace ya algunas décadas, importantes personalidades del mundo de la política, la
ciencia, la educación, la filosofía y otras ramas del saber, vienen alertando sobre los peligros reales
y potenciales que un mal uso de los logros de la ciencia y la tecnología acarrean y pueden acarrear
sobre el medioambiente. Basta recordar el uso de la energía nuclear en la construcción y
detonación de las dos bombas atómicas que arrasaron en 1945 con las ciudades de Hiroshima y
Nagasaki, provocando una espantosa secuela de muerte y destrucción cuyos efectos aún llegan
hasta nuestros días o la utilización de las investigaciones médicas, por parte del régimen nazi,
sobre los prisioneros de los llamados campos de concentración a lo largo de la segunda guerra
mundial, por sólo citar dos ejemplos entre otros muchos que pudieran citarse.
Por otro lado, la explotación desmedida e irracional de los recursos naturales, por parte,
fundamentalmente, de las grandes empresas y transnacionales de los países capitalistas más
desarrollados, haciendo un uso eficaz de los avances tecnológicos, y en cuya base se encuentra la
filosofía del consumismo y la maximización de la ganancia a toda costa sin importar daños y
prejuicios de ninguna índole al medioambiente, ha provocado un profundo desequilibrio y
deterioro de los múltiples ecosistemas y del ecosistema global del planeta tierra que amenaza,
seriamente, la propia supervivencia de la especie humana y de las demás especies que habitan
esta “Casa Común”. Al respecto vale la pena recordar las palabras del Comandante Fidel Castro
durante su intervención en la llamada Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en el año
1992, donde expresó. “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la
rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre”. Así en pocas
palabras, quedó expresada la amenaza que sufre el planeta desde el punto de vista ecológico, al
extremo de hacer peligrar la propia existencia del hombre sobre la Tierra.
Existe la idea, en muchas personas y entre ellas algunas con un determinado nivel de preparación
y educación superior, que medioambiente es “todo aquello que se refiere a la naturaleza, a lo que
está fuera de nosotros”, limitando y empobreciendo grandemente, de esta manera, el verdadero
concepto y la esencia de lo que este vocablo implica.
Desde hace varios años numerosos investigadores provenientes de diferentes ramas del saber
científico y organizaciones e instituciones políticas y educativas han ido, progresivamente,
perfilando los diferentes aspectos y dimensiones que conforman el concepto de medioambiente.
Así podemos mencionar, entre los numerosos conceptos que se han elaborado sobre
medioambiente, uno que, a nuestro juicio, integra de modo amplio, abarcador y profundo, las
diferentes dimensiones y aspectos de este vocablo. Se trata del concepto dado por la actual
Viceministra de Educación de nuestro país, Dra. Margarita McPherson Sayú, en su tesis doctoral en
el año 2005: “Podemos entender por medioambiente un sistema complejo y continuo, donde se
manifiestan interrelaciones dinámicas entre lo biótico, abiótico y lo sociocultural, en el que se
centra la visión de un mundo interconectado en una compleja trama de relaciones, que van desde
la propia existencia del hombre hasta su cultura y relaciones sociales”.
En esta definición se puede ver que cuando nos referimos a medioambiente estamos hablando
de una realidad extensiva, compleja e inclusiva que abarca no solo lo físico o material del mundo
inanimado sino todo tipo de vida en cualquiera de los planos en que esta se manifiesta llegando
hasta la misma sociedad y las creaciones culturales de toda índole generadas por el ser humano.
En cuanto a ciencia y tecnología igualmente han sido abordadas desde diferentes enfoques y
perspectivas, que van desde concepciones con marcado acento positivista hasta visiones que
tienen un carácter más crítico y menos cientificista, lo cual, como acertadamente señala el
destacado investigador y profesor Núñez Jover (2007) “…resulta difícil ofrecer una caracterización
breve y precisa de lo que entendemos por ciencia. Se le puede analizar como sistema de
conocimientos que modifica nuestra visión del mundo real y enriquece nuestra imaginación y
nuestra cultura; se le puede comprender como proceso de investigación que permite obtener
nuevos conocimientos, los que a su vez ofrecen mayores posibilidades de manipulación de los
fenómenos; es posible atender a sus impactos prácticos y productivos, caracterizándola como
fuerza productiva que propicia la transformación del mundo y es fuente de riqueza; la ciencia
también se nos presenta como una profesión debidamente institucionalizada portadora de su
propia cultura y con funciones sociales bien identificadas” y concluye “La razón por la cual es
posible apreciar tantas facetas diferentes de la ciencia es porque ella constituye un fenómeno
complejo cuyas expresiones históricas han variado considerablemente. Por eso las definiciones de
ciencia resultan escurridizas y a veces inalcanzables”.
Hasta los años cincuenta del pasado siglo fue dominante, en la comunidad científica, un enfoque
lógico-positivista de la ciencia, el cual, como bien expresa el profesor Núñez Jover (2007) “…centra
su atención en el sistema de conocimientos formado, se interesa por la verdad y la búsqueda de la
coherencia lógica del lenguaje científico; este lenguaje se considera sólo si se refiere a hechos
comprobables. De esta opción- empirista, fenomenalista y descripitivista- se deriva un campo de
análisis filosófico reducido: estudio del procedimiento de comprobación de los fenómenos,
formalización de las teorías científicas mediante la lógica matemática y delimitación del lenguaje
científico de otras expresiones lingüísticas.”
Sin lugar a dudas ésta resulta ser una definición reduccionista y empobrecedora de lo que es la
ciencia pues como, acertadamente, expresara el profesor Mario Otero, esta postura realiza una
“operación ideológica de ocultamiento que presenta a la ciencia como autónoma, universal,
extrahistórica”. (Núñez Jover, 2007)
Es a partir de los años 60 del pasado siglo que comienza a abrirse paso un enfoque más social de
la ciencia, el cual concibe a la misma como un proceso social estrechamente interrelacionado con
la economía, la política, la educación, la cultura, etc., donde el científico no es un ente encerrado
en sí mismo y aislado de lo social sino un individuo con una determinada posición ideológica y
crítica respecto a los diferentes objetos, fenómenos y procesos que le circundan y situado en un
amplio universo axiológico que le permite emitir determinados juicios de valor sobre las múltiples
realidades en las que está inmerso y de las cuales forma parte.
Respecto al concepto de tecnología igualmente han surgido enfoques y perspectivas que tienden a
oscurecer y crear confusión en torno a su verdadera naturaleza. El profesor Núñez Jover (20074)
plantea que “Hay por lo menos un par de imágenes de la tecnología que limitan su comprensión:
la imagen intelectualista y la imagen artefactual.
“Mientras tanto la imagen artefactual o instrumentalista aprecia las tecnologías como simples
herramientas o artefactos. Como tales están a disposición de todos, y serán sus usos y no ellas
mismas susceptibles de un debate social o ético, pero resulta obvio que esta imagen reduce
considerablemente el ámbito de la evaluación de tecnologías. En el caso más extremo nos priva de
la capacidad de discutir los fines sociales y humanos que deben modelar el desarrollo tecnológico,
impidiendo su análisis crítico e ignorando los intereses sociales, económicos y políticos de aquellos
que diseñan, desarrollan, financian y controlan la tecnología”.
Actualmente el término Tecnociencia se utiliza para designar este vínculo. Este término es
precisamente un recurso del lenguaje para denotar la íntima conexión entre ciencia y tecnología y
el desdibujamiento de sus límites. Como señala el profesor Núñez Jover (2007): “Esta
denominación no necesariamente conduce a cancelar las identidades de la ciencia y la tecnología,
pero sí nos alerta que la investigación sobre ellas y las políticas prácticas que respecto a las
mismas implementemos tienen que partir del tipo de conexión que el vocablo tecnociencia desea
subrayar. Se trata de tomar conciencia de la naturaleza tecnocientífica de la actividad científica y
tecnológica contemporánea. La biotecnología, la Farmacología, la Química sintética serían algunos
ejemplos, entre muchos, que ilustran la naturaleza de la Tecnociencia”.
Continua con la lectura del siguiente artículo y amplia tu reflexión sobre el tema y la ciencia de la
sostenibilidad:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-893X2013000200004
y para concluir revisa el siguiente video que te ayudará a ubicar la necesidad de la empresa o
institución. 4.1. La acción del hombre y la crisis con el medio ambiente
El creciente impacto de las actividades humanas sobre la atmósfera, los océanos y las masas
terrestres han derivado en la actual crisis medioambiental que enfrenta el planeta. Esas
actividades, que ya superan en magnitud a algunas de las grandes fuerzas naturales, han
producido un estado sin precedentes en la dinámica y el funcionamiento del Sistema Tierra.
“Estas desdichas que arrancan de las entrañas de la tierra, hay que verlas desde lo alto de los
cielos.
“De allí los terremotos con todo su espantable arreo de dolores humanos, no son más que el
ajuste del suelo visible sobre sus entrañas encogidas, indispensable para el equilibrio de la
creación: ¡con toda la majestad de sus pesares, con todo el empuje de olas de su juicio, con todo
ese universo de alas que le golpea de adentro el cráneo, no es el hombre más que una de esas
burbujas resplandecientes que danzan a tumbos ciegos en un rayo de sol!: ¡pobre guerrero del
aire, recamado de oro, siempre lanzado a tierra por un enemigo que no ve, siempre levantándose
aturdido del golpe, pronto a la nueva pelea, sin que sus manos le basten nunca a apartar los
torrentes de la propia sangre que le cubren los ojos!
“¡Pero siente que sube, como la burbuja por el rayo de sol!: ¡pero siente en su seno todos los
goces y luces, y todas las tempestades y padecimientos, de la naturaleza que ayuda a levantar!”
Martí nos ofrece aquí un punto de partida indispensable para colaborar con el resto de nuestra
especie en la tarea de subir como la burbuja por el rayo de sol, y ayudar a levantarnos a una
relación armónica con una naturaleza que de momento parece enloquecida por los abusos a que
la sometemos. Para hacerlo, debemos recurrir a todas las capacidades de nuestro conocer y
nuestro razonar.
Así, por ejemplo, podemos empezar por reconocer que las ciencias naturales están sin duda en la
capacidad de demostrar, más allá de toda duda, que esa crisis ambiental existe, y aun de prever
sus tendencias generales de evolución futura. Sin embargo, como nos lo advirtiera años atrás el
historiador norteamericano Donald Worster, las ciencias naturales no pueden explicar por sí
mismas por qué existe esa crisis, y cómo hemos venido a desembocar en ella.
Esa tarea corresponde a una nueva manera de comprender el vínculo entre sociedad y naturaleza,
que nos permita trascender la estructura fundamental de organización del conocer creada a
mediados del siglo XIX, con su (aparentemente) nítida distinción entre las ciencias naturales, las
sociales y las humanidades.
El punto de partida en la comprensión de ese vínculo procede, sin duda, de la primera gran
ruptura en el consenso positivista del XIX, aportada por la filosofía de la praxis. Esa ruptura,
producto de una constante actividad política, cultural y científica cuyos orígenes se remontan a la
década de 1840, se expresa con singular claridad en 1876, en la crítica que hace Federico Engels a
las formas más ingenuas y acríticas de exaltación del dominio de la especie humana -el hombre, en
el lenguaje de la época- sobre el mundo natural. “Así, a cada paso” decía Engels:
“[…] los hechos nos recuerdan que nuestro dominio sobre la naturaleza no se parece en nada al
dominio de un conquistador sobre el pueblo conquistado, que no es el dominio de alguien situado
fuera de la naturaleza, sino que nosotros, por nuestra carne, nuestra sangre y nuestro cerebro,
pertenecemos a la naturaleza, nos encontramos en su seno, y todo nuestro dominio sobre ella
consiste en que, a diferencia de los demás seres, somos capaces de conocer sus leyes y de
aplicarlas adecuadamente.”
Y, desde el vínculo así planteado se tornaba de súbito sencillo el complejo problema de conocer –y
comprender– esa relación en su desarrollo:
“En la naturaleza nada ocurre en forma aislada. Cada fenómeno afecta a otro y es, a su vez,
influenciado por éste; y es generalmente el olvido de este movimiento y de ésta interacción
universal lo que impide a nuestros naturalistas percibir con claridad las cosas más simples.”
Esa interdependencia universal de los fenómenos del mundo natural –incluyendo los generados
por nuestra especie– subyace hoy en el debate sobre el Antropoceno, entendido como una etapa
en la historia de nuestro planeta definida por el creciente impacto de las actividades humanas
sobre la atmósfera, los océanos y las masas terrestres, y en las formas en que esos subsistemas del
Sistema Tierra interactúan entre sí.
Hoy, por ejemplo, dichas actividades se aproximan o superan ya en magnitud a algunas de las
grandes fuerzas naturales; operan a un ritmo muy superior al de las tasas de variabilidad natural y
han producido ya un estado sin precedentes en la dinámica y el funcionamiento del Sistema Tierra,
debido a su amplitud, magnitud, ritmo y simultaneidad.
Para Vernadsky, la biósfera estaba constituida por el segmento de la esfera terrestre en la que la
materia viviente crea las condiciones para la existencia de la vida, a partir de la transformación de
la energía solar en energía química por las comunidades vegetales. La vida así se constituye en una
fuerza geológica que ha venido operando sobre el planeta desde hace al menos 3 mil 500 millones
de años, incidiendo en la formación y las transformaciones de la atmósfera, las aguas y las masas
terrestres.
La noosfera, por su parte, constituye “un fenómeno geológico nuevo en nuestro planeta”, en curso
desde hace entre 1.5 millones y 200 mil años, a lo largo del cual “el hombre deviene una fuerza
geológica a gran escala. Puede y debe reconstruir la esfera de su vida mediante su trabajo y
pensamiento, reconstruirla de forma radical en comparación con el pasado.”
Sin embargo, no hace lo mismo con el concepto de noosfera, pues carece de una perspectiva
histórica integrada que solo podría ofrecerle la historia ambiental, que se ocupa de las
interacciones entre los sistemas sociales y naturales a lo largo del tiempo, y de las consecuencias
de esas interacciones para ambos.
“Conocemos sólo una ciencia, la ciencia de la historia. Se puede enfocar la historia desde dos
ángulos, se puede dividirla en historia de la naturaleza e historia de los hombres. Sin embargo, las
dos son inseparable: mientras existan los hombres, la historia de la naturaleza y la historia de los
hombres se condicionan mutuamente.”
En esa perspectiva, se hace evidente que toda ciencia es natural, en la medida en que su objeto de
estudio existe dentro de la naturaleza, sea el ciclo biogeoquímico del carbono, sea la cultura de la
naturaleza creada por una u otra civilización. Del mismo modo, toda ciencia es a fin de cuentas
social, en cuanto su necesidad, sus fundamentos y sus métodos son creaciones sociales. Y esto, a
su vez, permite entender mucho mejor el hecho de que las ciencias no estudian “cosas” ni hechos
aislados, sino objetos que resultan de relaciones entre estructuras y procesos interdependientes
entre sí.
En lo que hace al antropoceno, ese enfoque integrado tiene, además, un elemento vinculante: el
trabajo, como rasgo natural característico de la especie humana. Así, por ejemplo, observa
Federico Engels que el trabajo
“[…] es la fuente de toda riqueza […] a la par que la naturaleza, proveedora de los materiales que
él convierte en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo más que eso. Es la condición básica y
fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir
que el trabajo ha creado al propio hombre.”
Desde esta perspectiva, podemos entender que el ambiente es el resultado de las intervenciones
humanas en la naturaleza, mediante procesos de trabajo socialmente organizados. La organización
de esos procesos, naturalmente, responde a los intereses dominantes en cada formación social. En
este sentido, lo que cabe resaltar aquí es que el Antropoceno –sea que se remita su origen a la
Revolución Industrial hacia mediados del siglo XVIII, o a la llamada Gran Aceleración en el
desarrollo de las fuerzas productivas, la extracción de recursos naturales y la transferencia de los
desechos así generados al entorno natural, de la década de 1950 en adelante– expresa las
consecuencias de una modalidad social de organización del trabajo a escala planetaria destinada a
generar un crecimiento económico sostenido para una acumulación infinita de capital.
Esas consecuencias incluyen, ya, alteraciones en el funcionamiento del Sistema Tierra en lo que
respecta a los ciclos biogeoquímicos, el ciclo hidrológico y el clima, creando una situación que ya
plantea la necesidad de que nuestra especie encare la tarea de gestionar ese Sistema de manera
distinta. La humanidad, dice el Resumen Ejecutivo del informe Global Change and the Earth
System, está gestionando de hecho el planeta, pero lo hace:
“[…]de una manera inconexa y azarosa, orientada en última instancia por necesidades y deseos
individuales y grupales. Como resultado de las innumerables actividades que alteran y
transforman el ambiente global, el Sistema Tierra está siendo llevado más allá de su terreno
natural de funcionamiento.
“En estas circunstancias, agrega, los desafíos que plantea alcanzar un desarrollo sostenible
carecen de precedentes, y demandan “una gestión adaptativa” entendida como “un proceso
creativo de aprendizaje a partir de lo que se hace, y de quehacer a partir de lo aprendido.”
Vista la situación desde la filosofía de la praxis, resulta evidente que, si deseamos un ambiente
distinto, tendremos que crear una sociedad diferente, que recupere el control sobre su propia
actividad productiva poniéndola finalmente al servicio del desarrollo humano. Esto demandará,
entre otras cosas, formas innovadoras de organización de la actividad científica a escala planetaria
para identificar esa diferencia, y las maneras de llevarla a la práctica. Tal es, con toda evidencia, el
gran desafío que el Antropoceno plantea a la ciencia de la historia en nuestro tiempo.
En esta tarea, la historia de la cultura de la naturaleza tendrá sin duda un papel destacado. Ella nos
remite una y otra vez al deseo -presente en todas las sociedades de nuestro tiempo- de recuperar
aquello que Donald Worster llamó alguna vez “la naturaleza que hemos perdido”, tanto en lo que
se refiere a la restauración de los ecosistemas que hemos devastado como a nuestra relación
espiritual con el milagro siempre renovado de la vida que crea las condiciones para la vida.
Debemos, en otros tiempos, recuperar nuestra capacidad para orientar el desarrollo de la
noosfera como lo entendiera Vladimir Vernadsky en 1943, desde la terrible devastación provocada
por la agresión de la Alemania nazi contra su tierra natal:
Además, se pueden definir las políticas ambientales como las estrategias que se realizan desde las
diferentes instituciones, tanto nacionales como internacionales, que a través de la elaboración y
aplicación de diferentes normativas ambientales, buscan hacer frente a los problemas ambientales
existentes.
A nivel mundial, nos encontramos con que la ONU cuenta con un organismo especializado, cuya
misión principal es la de fomentar la cooperación internacional en los asuntos relacionados con el
medio ambiente, así como evaluar las condiciones ambientales a nivel mundial, regional y
nacional, elaborando para ello estrategias nacionales e internacionales, este organismo es el
PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), cuya importancia es
indiscutible, el cual contribuye a la aplicación del derecho ambiental elaborando normativas y
fortaleciendo las instituciones para la gestión racional del medio ambiente, actuando a su vez,
como organismo coordinador en materia de medio ambiente dentro de las Naciones Unidas.
A modo de resumen, los principios de las políticas ambientales para un desarrollo sostenible para
lograr un crecimiento económico limpio y ecológico son:
El que contamina paga en los casos que no se puede prevenir el daño ambiental.
El principio de la coherencia que requiere la coordinación de las políticas ambientales con otros
departamentos y la integración de objetivos ambientales.
Principio de la cooperación en grupos sociales que trabajen con objetivos de mejora ambiental y
su realización es indispensable.
Las políticas ambientales deben basarse siempre en los resultados de investigaciones científicas.
Cuando se habla de principios generales, estamos ante las "ideas" principales que van a servir de
base para la elaboración de las diferentes normativas ambientales. En definitiva, son la base
estructural sobre la que se van a sostener las diferentes estrategias relacionadas con la protección
ambiental. Estos son los dos principales en las políticas ambientales:
Se centran en la finalidad principal de gestionar el riesgo, ello significa que, en los casos en que
exista una sospecha de efectos negativos para la salud humana o el medio ambiente derivados de
unas políticas o acciones determinadas, en estos casos y tras una previa evaluación científica
objetiva, si no se puede asegurar que no se van a producir dichos efectos negativos siempre se
optará por no seguir con dichas políticas o acciones. Un ejemplo de la aplicación de este principio,
lo tenemos en los casos en que surja una duda sobre los posibles efectos nocivos de un
determinado producto, si tras la correspondiente evaluación científica, esas dudas persisten,
siempre se deberá optar por la retirada de dicho producto del mercado.
La política ambiental es un modelo de administración adoptado por una entidad o empresa para
relacionarse con el medio ambiente y los recursos naturales. Esta debe empezar por un
compromiso ambiental, un documento que deberá regir toda actividad en la empresa y que debe
reflejar los puntos básicos de la política medioambiental.
Algunos de los puntos que deben incluirse en este compromiso ambiental que guiará la política de
la empresa son:
Periódicamente se realizarán auditorias ambientales para asegurarse que se cumplen los puntos
establecidos.
La ISO 14001 2015 es la norma en la que se estipulan los contenidos que deben estar presentes en
la política de calidad de una empresa en materia medioambiental. Marca los puntos que la
dirección debe implantar, mantener y hacer cumplir en torno a la política medioambiental en su
empresa. Entre las cosas que impone la norma es que:
Se deben establecer el contexto de las operaciones de la empresa y los impactos ambientales que
se pueden derivar de su actividad.
Se debe poner el marco de referencia para que se establezcan los objetivos a nivel ambiental.
Mantenerse documentadas.
Con base en el ejemplo anterior revisa con mayor profundidad esta política ambiental la cual
encontrarás en el siguiente enlace:
https://www.nueva-iso-14001.com/pdfs/FDIS-14001.pdf
A fin de abordar la problemática del medio ambiente y el desarrollo, los Estados han decidido
establecer una nueva asociación mundial. En el marco de esa asociación todos los Estados se
comprometen a mantener un diálogo continuo y constructivo basado en la necesidad de lograr
que la economía mundial sea más eficiente y justa, teniendo presentes la creciente
interdependencia de la comunidad de naciones y el hecho de que el desarrollo sostenible debería
pasar a ser un tema prioritario del programa de la comunidad internacional. Se reconoce que para
que esta nueva asociación tenga éxito es importante superar los enfrentamientos y propiciar un
clima de cooperación y solidaridad auténticas. Es igualmente importante fortalecer las políticas
nacionales e internacionales y la cooperación multinacional para adaptarse a las nuevas
circunstancias.
Las políticas económicas de los países y las relaciones económicas internacionales son en gran
medida pertinentes al desarrollo sostenible. La reactivación y la aceleración del desarrollo
requieren un ambiente económico internacional dinámico y propicio, así como políticas decididas
a nivel nacional. La ausencia de cualquiera de esos requisitos frustrará el proceso de desarrollo. Un
ambiente económico externo propicio será decisivo. El proceso de desarrollo no cobrará impulso si
la economía mundial carece de dinamismo y estabilidad y se caracteriza por la incertidumbre.
Tampoco cobrará impulso si los países en desarrollo arrastran el lastre del endeudamiento
externo, si la financiación para el desarrollo es insuficiente, si existen barreras que limiten el
acceso a los mercados y si los precios de los productos básicos siguen siendo bajos y las relaciones
de intercambio de los países en desarrollo siguen siendo desfavorables. El decenio de 1980
presenta con respecto a cada una de estas cuestiones un historial esencialmente negativo que es
necesario invertir. Por consiguiente, son fundamentales las políticas y medidas encaminadas a
crear un ambiente internacional que apoye firmemente los esfuerzos nacionales de desarrollo. La
cooperación internacional en esta esfera debe concebirse para complementar y apoyar, y no para
disminuir o subsumir, unas políticas económicas nacionales apropiadas, tanto en los países
desarrollados como en los países en desarrollo, para que el mundo avance hacia el desarrollo
sostenible.
La economía internacional debería ofrecer un clima internacional propicio para lograr los objetivos
en la esfera del medio ambiente y el desarrollo, en las formas siguientes:
a) Fomentando el desarrollo sostenible mediante la liberalización del comercio;
Los gobiernos reconocen que se están desplegando nuevos esfuerzos a nivel nacional e
internacional para relacionar los elementos del sistema económico internacional y la necesidad
que tiene la humanidad de gozar de un medio natural seguro y estable. Por consiguiente, los
gobiernos tienen la intención de mantener el proceso de búsqueda de consenso en los puntos en
los que coinciden el medio ambiente, el comercio y el desarrollo, tanto en los foros
internacionales existentes como en las políticas nacionales de cada país.
La experiencia ha demostrado que el desarrollo sostenible exige el compromiso con una gestión y
unas políticas económicas racionales, una administración pública eficaz y previsible, la integración
de las cuestiones ambientales en el proceso de adopción de decisiones y el avance hacia un
gobierno democrático, a la luz de las condiciones concretas de cada país, que permitan una plena
participación de todas las partes interesadas. Estos atributos son esenciales para el cumplimiento
de las orientaciones y los objetivos de política que figuran más adelante.
Ahora te invito a revisar el siguiente texto de la OCDE en el que queda más claro el manejo de la
cooperación internacional para el crecimiento verde:
https://www.oecd.org/greengrowth/Rio-brochure-Spanish-part-2.pdf
Para finalizar analiza los logros obtenidos en este campo, desde la Comisión para la cooperación
ambiental:
La educación ambiental resulta clave para comprender las relaciones existentes entre los sistemas
naturales y sociales, así como para conseguir una percepción más clara de la importancia de los
factores socioculturales en el génesis de los problemas ambientales. En esta línea, se debe
impulsar la adquisición de la conciencia, los valores y los comportamientos que favorezcan la
participación efectiva de la población en el proceso de toma de decisiones. La educación
ambiental así entendida puede y debe ser un factor estratégico que incida en el modelo de
desarrollo establecido para reorientarlo hacia la sostenibilidad y la equidad.
El desarrollo de programas de educación y capacitación ambiental en América del Norte es una
prioridad para la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) y viene siendo una parte
importante de su objetivo global de propiciar la cooperación regional y la participación pública
para contribuir a la conservación y protección ambiental en América del Norte.
La conferencia de Tbilisi apuntó que todos los miembros de la comunidad humana deberían tener
acceso a la educación ambiental y que estos programas debieran incentivar al público en general a
que se involucre tanto en la comprensión como en la solución de los problemas ambientales.
Asimismo, es necesario que los programas sobre educación ambiental sirvan también a los
profesionales (ingenieros, planificadores urbanos, arquitectos, médicos, docentes,
administradores industriales, etcétera), investigadores y especialistas en materia ambiental, cuyas
actividades tengan un impacto directo sobre el medio ambiente.
Además, las empresas necesitan contar con recursos que permitan la adopción de nuevos
conceptos y que, a su vez, propicien equilibrio entre la producción y la protección ambiental.
Desde esta posición, la educación y la capacitación ambiental aportan la llave que puede permitir
el desarrollo sustentable en México.
Finaliza este tema con la revisión del siguiente estudio sobre la demanda de capacitación y
educación ambiental en nuestro país:
http://www3.cec.org/islandora/es/item/1707-demand-environmental-education-and-training-in-
mexico-es.pdf
La diversidad biológica abarca a todas las especies que viven en un espacio determinado, a su
variabilidad genética, a los ecosistemas de los cuales forman parte estas especies, y a los paisajes o
regiones en donde se ubican los ecosistemas. La diversidad biológica ofrece servicios de
importancia económica y social, como la polinización en cultivos, la protección de cuencas hídricas
o la fertilidad de los suelos, siendo necesaria para el bienestar y el equilibrio en la biosfera, y por
ende, de la calidad ambiental para el desarrollo humano.
Para la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, el informe es una advertencia: “Después
de la adopción de este informe histórico, nadie podrá decir que no lo sabía. No podemos seguir
destruyendo la diversidad de los seres vivos. Es nuestra responsabilidad para con las generaciones
futuras”, declaró. “Este informe nos recuerda la urgente necesidad de actuar en favor de la
biodiversidad, nuestro patrimonio ambiental mundial. Es urgente y todavía posible que nos
movilicemos todos para salvar nuestro planeta y, por lo tanto, a la humanidad. La protección de la
biodiversidad es tan vital como la lucha contra el cambio climático”, afirmó. Para ver la entrevista
completa así como las aportaciones de UNESCO puedes revisar en este enlace:
https://es.unesco.org/news/proteccion-biodiversidad-es-tan-vital-como-lucha-cambio-climatico-
afirma-directora-general
Recuerda que la diversidad biológica es la variedad de la vida y comprende las especies de plantas,
animales, hongos y microorganismos que viven en un espacio determinado, a su variabilidad
genética, a los ecosistemas de los cuales forman parte estas especies y a los paisajes o regiones en
donde se ubican los ecosistemas. También incluye los procesos ecológicos y evolutivos que se dan
a nivel de genes, especies, ecosistemas y paisajes.
No extraigas plantas de las áreas naturales, pues será muy difícil que logren sobrevivir fuera de su
ambiente natural. Además, estarás contribuyendo a alterar el equilibrio ecológico de esos
espacios.
Nunca liberes animales domésticos en áreas silvestres, así como tampoco plantes árboles ajenos a
sus áreas de origen. Las posibilidades de morir son altas, y si llegasen a prospepar, se
comportanrían como especies exóticas que pudieran desplazar a las autótonas de estas
áreas.Cuando vayas a un áreas natural, respeta la paz y tranquilidad de esos ambientes. Evita
generar ruidos, extraer materiales vivos o muertos, o contaminar esos espacios.
No toques los nidos de las aves, tortugas, cocodrilos u otros animales, ni tampoco sus crías.
Podrían ser abandonados por sus padres y morirán.
Al manejar en carreteras en áreas naturales, hazlo con cuidado para no atropellar a algún animal
que pueda usar la vía como corredor natural.
Evita hacer fogatas en ambientes naturales. No solo estarás contribuyendo con el cambio
climático, sino que pudiera perderse control del fuego, ocasionando incendios que destruyen los
ecosistemas naturales.
Al visitar zoológicos o acuarios, asegúrate que los animales estén bien cuidados, y que tengan todo
lo que necesitan para vivir. Usualmente un buen zoológico o acuario posee animales libres y
desarrollan programas para garantizar su supervivencia, incluyendo programas de reproducción,
reintroducción en sus ambientes naturales y educación ambiental especializada.
Al visitar jardines botánicos, asegúrate que las colecciones de plantas estén bien cuidadas, con
planes y programas que garanticen su reproducción y reintroducción cuando fuese necesario.
Asimismo, un buen jardín botánico incluye herbarios debidamente organizados y catalogados,
para la consulta especializada.
No utilices semillas de especies exóticas en tu casa o jardín, pues sin querer, estarás promoviendo
su dispersión y, por tanto, haciendo crecer especies no autóctonas que pueden convertirse en
invasoras, afectando a las especies locales.
Si encuentras animales enfermos o atropellados, avisa a las autoridades locales, para que actúen a
la mayor brevedad.
Prefiere productos orgánicos, producidos con bajo uso de plaguicidas y fertilizantes. En esta sesión
examinarás cómo una empresa puede invertir, obtener ganancias y productos y al mismo tiempo
ser responsable con el medio ambiente, la sociedad y sus trabajadores. Por lo que es importante
recordar que la responsabilidad social empresaria (RSE) surgió ante la demanda de los distintos
sectores de la sociedad que exigen a las empresas que se involucren en el cuidado del entorno en
el que desarrollan sus actividades, la sociedad ahora demanda no sólo satisfacción a través de un
buen producto o servicio, sino que exige un compromiso con el cuidado del medio ambiente, de
los trabajadores, y comunidad. Esta situación obliga a las empresas a considerar la RSE como un
factor importante si se quiere ser exitoso sin perder la reputación de la marca en el mercado. Ante
la relevancia que ha adquirido la RSE muchas empresas están desarrollando programas
encaminados a mejorar sus relaciones con los clientes, trabajadores, comunidad y en general con
todos aquellos con los que la empresa se relaciona (stakeholders). ¿Pero estas acciones cumplen
con el objetivo previsto? ¿Ha logrado incrementar la fidelidad del cliente? ¿Han aumentado las
ventas de la empresa? ¿Los trabajadores están más satisfechos con su trabajo? Preguntas como
estás buscamos resolver en el desarrollo del eje temático. Comencemos.
¿Sabes por qué se forman las empresas? Como ya se revisó anteriormente, las empresas tienen la
finalidad de satisfacer las necesidades de la gente, sin embargo, lo tiene que hacer mediante
metas, objetivos y valores correspondientes. Para dejar más claro su papel en la responsabilidad
social, revisa el siguiente video:
Como ahora sabes, una empresa debe estar comprometida con la sociedad y con las necesidades
de la comunidad. En este sentido es importante reconocer que una empresa debe cumplir dichas
necesidades a través de objetivos y metas a corto, mediano y largo plazo. Además de ello, debe
cumplir con una filosofía que respalde cómo se va a comprometer con los ciudadanos y una serie
de valores que debe promover.
La misión, visión y valores de una Empresa Socialmente Responsable hablarán de manera indirecta
de los fines que promueve para ella y para la comunidad, con la finalidad de lograr el bien común.
También nos habla de la forma de hacer negocios, cómo se hace responsable y transparente en
sus decisiones y acciones. A continuación, se mencionarán y se detallarán.
Misión
La misión, se refiere al mensaje que la empresa comunica, es decir su filosofía y objetivos. Esta
misión es lo que la distingue de otras empresas y hace referencia a la situación en particular que
tiene con la sociedad. La misión, por ir dirigida a objetivos, genera un compromiso, es decir, es el
medio por el que la empresa se comprometerá con la sociedad. Es la razón de ser de una empresa.
La misión de la empresa cuenta con los siguientes elementos y características:
Los recursos con los que cuenta y realiza para lograr sus objetivos.
Visión
La visión, son las metas a largo plazo que la empresa quiere y desea conseguir a través de su
filosofía y conjunto de valores, por ejemplo, el trabajo en equipo, la equidad, la responsabilidad,
etc. Es la forma en que la empresa se visualiza en un futuro, a dónde y qué alcances quiere tener
para ella y para la sociedad considerando siempre a los trabajadores y la sociedad. La visión de una
empresa cuenta con los siguientes elementos.
Valores y principios
Para que una empresa cumpla lo anterior, debe regirse por valores. Dichos valores deben permitir
que la empresa sea productiva, genere bienes para ella, los trabajadores y la comunidad, y se
desarrolle en libertad, honestidad, respeto, seguridad y dignidad. Lo importante de ello es cómo
se implementa en los trabajadores y cómo se les capacita para que cumplan dichos valores. Estos
valores y principios se mencionan a continuación.
Empleo digno con las prestaciones laborales correspondientes, esto incluye los horarios y el
espacio de trabajo.
Desarrollar y hacer crecer las condiciones y oportunidades de los trabajadores para una mejor
calidad de vida.
Confianza y respeto.
Ética profesional.
Justicia y equidad.
Revisa el siguiente artículo en el enlace del Blog que se anexa para complementar la información
revisada hasta el momento sobre el tema: https://www.ceupe.com/blog/valores-y-principios-de-
la-empresa-responsable-y-sostenible.html y el siguiente video que ejemplifica los valores de una
empresa:
¿Sabes cómo detectar que una empresa contamina mucho?, ¿Sabes qué hacer para bajar los
niveles de contaminación sin bajar la calidad de tus productos o servicios? La responsabilidad
social no implica un sacrificio para las empresas en cuanto a su ganancia, inversión y calidad, ya
que existen planeaciones para llevar a cabo una buena inversión. Revisa el siguiente video:
Como ya revisaste en sesiones anteriores, una empresa debe estar comprometida con el medio
ambiente y la sociedad, este compromiso no sólo implica hacer un bien a todos, sino también que
las ganancias y la calidad de la empresa no baje. En todo momento tenemos que ser éticos y saber
detectar cuando algo no está funcionando o está funcionando mal y está dañando a terceros ya
que como revisaste, en los últimos años se han fortalecido las políticas relacionadas a la no
contaminación y al respeto por la sociedad.
A una empresa que sabe cómo llevar a cabo prácticas innovadoras y llevar a cabo buenos
proyectos de inversión, no le afectarán dichas políticas sociales y ambientales, al contrario, le
favorecerán a su imagen y del mismo modo la calidad con la que trabaja. Por ello, es necesario que
identifiques a qué nos referimos con una inversión responsable.
Una inversión responsable ocurre cuando la gestión, organización, políticas y trabajadores de una
empresa se unen con el medio ambiente y la sociedad para tomar decisiones que apoyen a todos,
procurando la estabilidad del medio ambiente, generando productos y servicios de calidad y al
mismo tiempo más trabajo y mejores políticas empresariales y ambientales. Todos los objetivos de
una empresa si bien deben ir dirigidos a la sociedad, también deben estar dirigidos a la
preservación y cuidado del medio ambiente.
Una empresa que posee prácticas innovadoras y tecnológicas puede adaptarse de manera más
fácil a las condiciones que se requieren en el mundo actual. Las prácticas innovadoras incluyen uso
de la tecnología para mejorar algo, con el debido cuidado a la sociedad y al medio ambiente. Pero
también recuerda que no todas las prácticas ni toda la tecnología es buena, todo depende de
cómo se use quiénes y para qué la usen, recuerda que siempre tiene que ser para el bien de todos.
Pero, ¿cómo sé que mi producto está dañando a la sociedad o al medio ambiente? Para llevar a
cabo esta inversión responsable es necesario considerar los siguientes puntos:
Alejarse y no relacionarse con empresas que están dañando el medio ambiente, ya que esto
repercutirá también en la imagen de la empresa y por otro lado hacer negocios con empresas que
si lleven a cabo buenas prácticas.
Es importante contar con información fiable, por ello el encargado de la administración y negocios
tiene que ser una persona leal y con decisiones firmes para saber hacer un negocio con alguien.
Cumplir en tiempo y en orden con dichas iniciativas, ser éticos y evitar el soborno que puede
afectar a futuro a la empresa
Ponerse como ejemplo para otras empresas, ya que en países desarrollados estas iniciativas son
difíciles de cumplir, pero es necesario que todo el mundo lo haga para el bien de todos como
sociedad y empresa.
Del mismo modo, se distinguen 6 principios que debe tener una empresa para que sea
socialmente responsable en una inversión:
Analizar e incorporar empresas con buen comportamiento ambiental y descartar a las que no lo
son.
Ser activos con las empresas que invierten y participen en el cumplimiento de normas y leyes
ambientales.
Procurar que las empresas en las que se invierte sean transparentes y publiquen sus resultados de
manera ética
Promover y llevar a cabo las ideas responsables de otras empresas para invertirlas en la nuestra.
Promover la cooperación, de esta manera será más fácil atender las dificultades de la empresa.
Publicar las cosas buenas y malas que han salido de las prácticas a implementar, para que otras
empresas puedan conocer lo que se está haciendo.
Lo anterior se vincula estrechamente con el siguiente texto, revísalo y reflexiona con mayor
profundidad estos conceptos:
https://www.ramonmillan.com/documentos/bibliografia/InversionSocialmenteResponsable&Desa
rrolloRSC.pdf
5.3. Gestión del capital humano, motivación y retención de empleados
En toda organización, sin importar si es mediana, pequeña o gran empresa debe conocer los
recursos con los que cuenta, es decir no solamente bienes materiales, sino el propio personal y
oportunidades de crecer para saber enfrentar el futuro con responsabilidad y las oportunidades.
Esto de alguna manera también se refiere a los objetivos que se deben de cumplir y el material
con el que cuenta la empresa para poder llegar a ellos.
Como podrás ver, el capital humano tiene que ver con la organización de una empresa, y esta
organización depende de todos los integrantes y de la forma en que resuelven los problemas.
Por último, es importante que identifiques la motivación en el trabajo y cómo de ella depende que
una empresa se desarrolle positivamente, se hable bien de ella y los empleados estén a gusto y
trabajen de manera adecuada.
La motivación es un proceso psíquico que nos impulsa a trabajar por lo que queremos, es decir
una necesidad. Por ejemplo, lo que nos motiva a trabajar a las personas es la sobrevivencia no sólo
alimenticia, sino también la de vestir, el hogar, los hijos, etc., que de alguna forma hacen que
todos los días nos levantemos a luchar por aquello que queremos.
Sin embargo, cuando no existen condiciones laborales suficientes, la motivación baja y es más una
“responsabilidad” que un gusto hacerlo. Algunas de las empresas han implementado técnicas para
motivar y hacer que sus trabajadores permanezcan, algunas de ellas son las siguientes:
Buen ambiente de trabajo, considerando éste como buenas relaciones interpersonales con los
otros trabajadores, el jefe y allegados.
Que la carga de trabajo esté equilibrada para el sueldo y la hora en que se realizan.
Confianza y libertad de expresar lo que piensan, lo que sienten, así como lo que también no les
parece.
Como puedes ver, las empresas se rigen por objetivos, metas y que las comprometen a estar al
pendiente de sus trabajadores y de la sociedad. Para que comprendas cómo se aplican estos
conceptos revisa el siguiente video en el que encontrarás un caso en donde podrás observar los
conceptos de esta sesión y la motivación en una situación laboral:
Como puedes observar una empresa comprometida tiene mejores oportunidades de crecimiento
que una que no lo es. Por ello, es indispensable que todas las empresas tengan un área dedicada a
la calidad, promoción de ideas e iniciativas para que se lleven a cabo en tiempo y forma. Del
mismo modo, la responsabilidad está comprometida a:
Factores económicos: La empresa debe ganar, pero es una relación ganancia-ganancia con la
comunidad.
El medio ambiente: Que las decisiones y acciones estén consideradas en las políticas de la
empresa y que toda decisión correcta o incorrecta tendrá repercusiones.
Como pudiste darte cuenta, todos tenemos un compromiso con las empresas, la naturaleza y la
sociedad y depende de todos que las políticas y recursos se usen de la mejor forma. Ahora,
identifica cómo funcionan estas inversiones en una empresa. Revisa el video siguiente:
Acciones positivas y negativas en una empresa
¡Muy bien! Ahora puedes finalizar la sesión con la siguiente lectura para identificar y valorar las
acciones de una empresa y cómo éstas deben considerar al medio ambiente y la sociedad:
https://prohumana.cl/las-empresas-y-el-buen-servicio-al-cliente-2/
¿Sabes cómo transmitir una buena imagen empresarial? Así como a las personas y su imagen y
presentación, las empresas también necesitan una imagen que depende de sus empleados, lugar e
interacción con los clientes.
Para dejar más claro cómo está involucrada la imagen de la empresa en la responsabilidad social,
revisa el video:
Como ya revisaste en sesiones anteriores, una empresa que hace el bien para la sociedad será
recompensada en sus ventas y negocios. La sociedad es la que determina si algo es agradable o no
para sus fines mismos y además de la calidad del producto se fija en la imagen y el mensaje que la
empresa quiere transmitir con la sociedad y el medio ambiente.
Pero, ¿Qué es la imagen socialmente responsable de una empresa? Una imagen es el mensaje,
sentimientos, y acciones que queremos transmitir mediante algo gráfico y que sea visual y
relacionándolo con la empresa, es el mensaje que se desea transmitir en relación a las buenas
acciones responsables que tiene una empresa con la comunidad y el medio ambiente.
La imagen no se refiere solamente a un cartel, un espectacular o un comercial, si no en la misma
calidad de sus productos, la organización de su personal, la actitud y el buen servicio que tiene con
la gente y la forma en que se relaciona y hace negocios con otras empresas, por ello, cuando algo
falla en la imagen de una empresa, será muy probable que esta mala imagen afecte a otras áreas o
sectores, aunque no sea así.
Organización informal: Son empresas que tienen actividades varias o trabajan mediante proyectos
no definidos, no tienen un personal fijo, pero cuentan con metas y objetivos a cumplir en un
tiempo determinado.
Del mismo modo, existe otro tipo de organización que es por jerarquía:
Organización jerárquica: se establecen por funciones, productos, mercados o incluso pueden ser
mixtos combinándose los tres juntos.
Organización no jerárquica: En esta, la empresa suma esfuerzos de todos para que se cumplan los
objetivos esperados.
Además de ello, sin importar la organización que sea todos siguen un proceso mediante fases, las
cuales se mencionan a continuación:
Como pudiste observar todas las empresas funcionan de diferente forma, pero hay algo que las
caracteriza, lo cual es la gestión responsable. A continuación, se mencionan algunas
recomendaciones para el logro de una buena gestión.
Contribuir al desarrollo empresarial y social.
Organismos internacionales
¿Cómo definimos las organizaciones internacionales? Como aquellas organizaciones que están
fundadas y constituidas por estados, están sujetas al derecho internacional público, disponen de
órganos propios, independientes y permanentes que realizan funciones específicas y pretenden
adoptar decisiones jurídicas diferentes a las que sus estados miembros adoptan de forma
particular.
ONU (Organización de Naciones Unidas). Fundada en 1945, a raíz de la Segunda Guerra Mundial,
con el objetivo de mantener la paz y la seguridad internacionales, fomentar las relaciones de
amistad entre las naciones y promover el progreso social, la mejora del nivel de vida y los
Derechos humanos.
OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). Alianza militar y política que constituye un
sistema de defensa colectiva.
OEA (Organización de los Estados Americanos). Organización fundada con el objetivo de obtener
un orden de paz, seguridad y desarrollo entre sus estados miembros.
UA (Unión Africana). Organización creada para acelerar el proceso de integración del continente
africano, hacer frente a los problemas sociales, económicos y políticos y promover la cooperación
para el desarrollo entre los estados miembros y en el marco de Naciones Unidas.
Tienen una estructura orgánica y unas responsabilidades legales predeterminadas por la ley y se
ajustan a un marco legal que varía en función del estado.
Sin fines lucrativos, procuran mejorar algunos aspectos de las comunidades ya sean locales,
nacionales o internacionales.
Pueden adoptar diferentes personalidades jurídicas. Nos podemos encontrar con fundaciones,
asociaciones, cooperativas,…
Según algunos autores, la definición de ONG también debería incorporar la característica de estas
entidades de articular un discurso alternativo al gubernamental y trabajar en el cambio social, en
la transformación social.
El panorama que conforman las ONGs es complejo y heterogéneo. Algunas de las más conocidas
son Amnistía Internacional, Cruz Roja, Save the Children, Cáritas, Greenpeace, Ayuda en Acción,
Global Humanitaria, Manos Unidas o Médicos Sin Fronteras. Pero existen multitud de ONGs de
pequeñas dimensiones, que nacen en un barrio o distrito y que despliegan multitud de proyectos
de temáticas diferentes en espacios geográficos diversos.
También las áreas de acción de las ONGs son muy diversas, y pueden ir desde la ayuda
humanitaria, pasando por apoyar la mejora de la educación en países periféricos o la situación de
personas en riesgo de exclusión social en los países de origen (Cuarto Mundo), hasta el apoyo en
temas de tipo sanitario, de derechos humanos, sindical, medioambiental,…
En los últimos años, las estrategias de las ONGs también se han internacionalizado y están
haciendo una acción de incidencia en las organizaciones internacionales. Como muestra unos
ejemplos:
Visualización de la sociedad civil. Es habitual que en las conferencias internacionales y reuniones
de alto nivel de organizaciones internacionales como el Banco Mundial o el FMI se realicen foros
de la sociedad civil en los que la presencia de las ONGs y otras entidades hace hincapié en el
contrapunto al poder oficial-gubernamental.
Colaboración internacional entre ONGs para incidir en temáticas, legislaciones,… Aunque sigue
siendo uno de los retos de las ONGs, se han emprendido campañas internacionales en materias
tan sensibles como el comercio de armas o el trabajo infantil, que han contado con la colaboración
de ONGs internacionales, locales,…; que han tenido un fuerte efecto mediático, y que han
conseguido poner en la agenda de las organizaciones internacionales estas temáticas con el
resultado de protocolos de acción. En el caso del comercio de armas, la aprobación del Tratado
por el control de armas en abril de 2013 ha sido la culminación de diferentes esfuerzos; entre
ellos, los realizados por la campaña contra el comercio de armas encabezada por ONGs de defensa
de los derechos humanos.
Las ONG son organizaciones independientes y sin ánimo de lucro que surgen a raíz de iniciativas
civiles y populares y que por lo general están vinculadas a proyectos sociales, culturales, de
desarrollo u otros que generen cambios estructurales en determinados espacios, comunidades,
regiones o países.
Hoy día es casi común hablar de ellas cuando se abordan valores como la cooperación, la
solidaridad, la ayuda desinteresada y el altruismo. También solemos asociarlas a las labores de
voluntariado o ayuda humanitaria en cualquier sector o área de intervención.
Sin embargo, no todas las organizaciones independientes pueden ser catalogadas como ONG. Para
que reciban tal denominación, deben reunir una serie de características como las que
mencionamos a continuación:
Prestan servicios de utilidad pública. Aunque son organizaciones que no dependen de los Estados
ni de ningún ente público o privado, sus labores están orientadas a lo público, es decir, suscitan un
interés y unos beneficios que involucran a los distintos miembros de una comunidad o grupo.
No intentan suplantar la labor de los Estados. Eso sí, su rol nunca debe ser el de reemplazar a los
Estados en aquellas áreas o sectores donde estos no tengan presencia.
Persiguen el beneficio o la utilidad común. Al no buscar el lucro propio, todos los beneficios son
para las propias comunidades en las que se llevan a cabo los proyectos de transformación.
Para ahondar aún más en lo que es una ONG, es esencial hablar de la función que estas
organizaciones cumplen en nuestra sociedad. Dicha función se puede ver en el enfoque que cada
una proporciona a sus proyectos.
De hecho, no todas las ONG son iguales ni desempeñan su labor en los mismos ámbitos de la
sociedad. Los principales enfoques de este sector son:
a) Asistencial
b) Prestación de servicios
A este grupo pertenecen todas aquellas organizaciones que establecen vínculos estrechos con los
Gobiernos y las instituciones oficiales para prestar servicios de carácter fundamental. Por ejemplo,
son las que complementan las políticas públicas en sectores como la salud, la educación y el
empleo, entre otros.
c) Desarrollo social
El núcleo del enfoque de desarrollo social lo componen proyectos cuyo objetivo es combatir
problemas como la pobreza, la exclusión, la inequidad, la desigualdad y otros de índole
estructural. Sin embargo, estas ONG no entienden el desarrollo desde la dependencia y la ayuda
incondicional; más bien se trata de una fórmula encaminada a aumentar la autogestión y el
compromiso de los beneficiarios.
Cuando la función social de las ONG se cumple de forma plena, los proyectos sociales son una
herramienta directa para contribuir al fortalecimiento de la sociedad civil y de los valores de la
democracia y la participación ciudadana. También desempeñan un papel esencial en situaciones
de emergencia humanitaria y para ayudar a refugiados.
Las ONG son organizaciones que responden al cumplimiento de una misión. Aunque toda
organización, sea del tipo que sea, tiene una misión determinada (de hecho toda organización es,
por definición, una agrupación estructurada de personas que coordinan sus esfuerzos para
alcanzar una misión específica por medio de los recursos de que disponen), sin embargo la única
razón de ser de las ONG, que permite distinguirlas del resto de las entidades lucrativas y que las
legitima socialmente, es justamente el desarrollo de la misma; ésta, en efecto, determina el
propósito, el motivo de su existencia, que en el caso tratado no sería otro que el de combatir la
pobreza y el sufrimiento. Los objetivos que se plantean han de ser compatibles con aquélla y han
de facilitar su cumplimiento. En otras palabras, a partir de la definición de su misión debería ser
posible responder a la pregunta de cuáles son sus objetivos finales y, por consiguiente, establecer
su estrategia y planificar las actuaciones (Vernis et al., 1997: 67).
Martínez Sánchez (1998: 110) aclara que el concepto de misión actúa como ‘fuerza conductora’. El
compromiso que adoptan determina su configuración jurídica, económica y organizativa (como se
ha indicado, la propia estructura organizativa -personal, medios, recursos...- se pone al servicio
aquélla), es decir, su identidad e idiosincracia. Ella posibilita que un conjunto de personas
(colaboradores, profesionales, voluntarios y donantes) se reúnan entorno a una ONG y puedan
reconocerse en ésta.
Los valores forman la base de la cultura corporativa de las ONG (en general son establecidos por
los fundadores y compartidos por el resto de los miembros) y proporcionan una explicación a los
comportamientos. Aunque resulten de difícil definición, son la guía ideológica, las creencias
morales que imprimen carácter a la misión y al resto de las actuaciones que se llevan a cabo.
Cualquier organización posee sus propios valores y los que caracterizan a las ONG son específicos,
si no necesariamente en su naturaleza, al menos en su uso (la particularidad de dichos valores se
demuestra en el hecho de que éstos intervienen de
Establecer los objetivos obliga a identificar previamente las carencias y demandas de los colectivos
susceptibles de ser beneficiarios de las futuras actuaciones que la misión justifica y exige, así como
a analizar la propia capacidad de influencia en función de los medios y recursos con que se cuenta.
La estrategia a seguir, estos es, las decisiones y acciones que se emprendan (en definitiva, el modo
como la organización se relaciona con el entorno), dependerán de los resultados del diagnóstico
interno y externo que se efectúe.
6.1.3. Desarrollo social
Las personas son la razón de ser de los proyectos solidarios de algunas ONG, como es el caso de
Oxfam Intermón. La misión es cambiar su situación y permitir que sean dueñas de sus vidas.
La conciencia colectiva ayuda a construir una sociedad donde prima el beneficio común sobre el
individual: algo que forma parte de la naturaleza de las organizaciones sin ánimo de lucro y de las
personas que la integran.
Ese conjunto de valores, creencias, ideales, principios o sentimientos que unen a las personas que
conforman la sociedad y crean lazos entre ellas.
Es ella la que asienta los valores de tipo moral, precisando lo que es bueno o malo, honesto o
injusto, correcto o equivocado… de modo que interviene en gran medida sobre las acciones de
cada persona.
Cuanto más poderosa sea la unión comunitaria, menos importantes serán las diferencias
particulares de cada persona y mayores los lazos sociales que les guiarán a cooperar y colaborar.
¿Quieres colaborar con una ONG? Conoce qué aptitudes son necesarias y anímate a dar el paso.
Compromiso
A las ONG acuden personas dinámicas, proactivas y con una visión práctica de las situaciones. Son
personas que hacen cosas todo el tiempo y que buscan ser eficaces en todo lo que hacen. Están en
el terreno, se comprometen de lleno y no se dan por satisfechas hasta que no han alcanzado los
objetivos previstos.
Altruismo
Más allá de si la actividad que vas a realizar es remunerada o no, lo importante de vincularte a una
ONG es que comprendas el valor del altruismo, es decir, aquella cualidad humana que nos permite
realizar determinadas cosas sin esperar nada a cambio. Eso es el altruismo: solidaridad en estado
puro.
Capacidad de contribución
Sin embargo, no solo basta con hacer cosas todo el rato. Lo esencial de vincularte a una ONG es
que contribuyas de alguna forma al entorno en el que te desempeñas.
Empatía y sensibilidad
No puede faltar la capacidad de ponerse en el lugar de los demás, de entender sus motivaciones y
razones. Tienes que ser sensible ante la realidad que aprecias y, a la vez, saber plantear soluciones
originales, eficaces y sostenibles.
Formación
Por último, es importante que cuentes con formación o experiencia en el tercer sector, es decir, el
terreno exclusivo de las ONG. Cuanta más formación tengas, más opciones tendrás de desarrollar
proyectos sociales con éxito.
Acabas de leer qué cualidades te hacen una persona idónea para unirte a una entidad solidaria y
qué ONG están mejor valoradas por las personas voluntarias. Si quieres trabajar en una ONG o
hacer un voluntariado has llegado hasta el punto exacto del post donde podrás resolver todas tus
dudas. ¿A qué esperas? ¡Atrévete a dar el paso!
Entiende lo que es, lo que no es y lo que define a una organización sin ánimo de lucro. A veces se
tiene una percepción equivocada sobre su función, no son misiones ni agencias de vacaciones.
Ten en cuenta cómo trabajan las ONG. No todas lo hacen sobre el terreno. Algunas pueden ofrecer
solo puestos de oficina o labores a desempeñar in situ o ambas. Indaga sobre ellas, averigua, por
ejemplo, las áreas de trabajo de las ONG internacionales.
Comprende los principios que guían a las personas cooperantes. Si quieres ser una de las personas
que ejecutan los proyectos de las entidades, debes entender que eres un nexo entre la ONG y las
comunidades locales, y tu función es capacitarlas.
Busca ONG que precisen contratar personal cualificado. Puedes consultar el portal de referencia
del tercer sector, Haces falta, o los sitios web de las propias ONG.
Empieza realizando nuestro test sobre voluntariado y descubre cuál es el más idóneo según tu
disponibilidad o preferencias. Lo encontrarás en la sección de material complementario.
Conoce tus derechos y deberes como persona voluntaria. ¿Sabías que existen?
Piensa en todos los requisitos que te pedirán y en si eres una persona dispuesta a asumir en todo
momento tus responsabilidades. Recuerda que el voluntariado no es un juego.
Plantéate qué tipo de voluntariado quieres hacer. ¿Quieres formar parte de un proyecto de
voluntariado en el extranjero? ¿Quieres realizar un voluntariado en Sevilla o en Madrid? ¿Sabes
qué puedes hacer un voluntariado corporativo?
Si lo tienes todo claro, encuentra la ONG con la que realizar tu voluntariado. De nuevo te
animamos a visitar la web Hacesfalta y los portales de las ONG.
Multidisciplina
En este primer tipo de colaboración disciplinaria, entran también las ciencias empíricas y las
sociales. Por ejemplo, encontramos la colaboración entre la arqueología y la historia, lo que
permite establecer teorías e hipótesis acerca de las épocas anteriores al descubrimiento de la
escritura, es decir, de la prehistoria. Esta colaboración disciplinaria ha parecido necesaria para
entender algo fundamental: la naturaleza y condiciones de la vida humana. En esto han
colaborado disciplinas como la física, la química, la biología, la antropología, la arqueología, la
genética, la lingüística, la zoología, la ciencia política, la sociología, la economía, por mencionar
algunas.
Los problemas más complejos como pueden ser el funciona-miento del cerebro que implica una
serie de procesos químicos, fisiológicos y biológicos combinados; o en otro ámbito, la operación de
las megaciudades que requieren de conocimientos matemáticos, administrativos, sociológicos,
económicos, políticos, jurídicos, psicológicos, comunicacionales y varios más; o el cambio climático
que exige conocimientos de física, biología, química y otras, requieren la participación y
cooperación de personas conocedoras de esas disciplinas y de procedimientos para su aplicación,
a fin de lograr un buen diagnóstico y recomendaciones que hay que hacer para que funcionen
mejor, o bien para que dejen de generarse acciones (como las emisiones de gases en las industrias
y los automóviles), para que no se dañe la naturaleza. Los que conocen y practican las disciplinas
mencionadas tienen que sumar esfuerzos, entender de la misma manera esos complicados
fenómenos o sistemas.
Muchos temas o asignaturas, como las llamamos en el ámbito de la educación formal, tienen un
contenido multidisciplinario. Por ejemplo, el estudio del Estado que normalmente se ve en
carreras de Derecho, Ciencias Políticas, Antropología, Economía o Sociología, requiere de
conocimientos de varias disciplinas. Todas ellas estudian el fenómeno del poder organizado de la
sociedad. Concurren a explicar al Estado, elementos filosóficos que establecen sus fines;
económicos con los que se financian sus órganos (contribuciones o impuestos); históricos, para ver
la formación de sus órganos y aparatos; derecho para entender su estructuración o armazón
jurídica. Sin la concurrencia de esas disciplinas no se puede presentar y me-nos explicar el
funcionamiento del Estado.
Interdisciplina
Frecuentemente, se utilizan los términos multidisciplina e interdisciplina como equivalentes e
intercambiables. Y eso me parece un error. Hay que distinguir los conceptos de una y otra. Es
cierto que las dos son formas de colaboración disciplinaria, pero son distintas. La inter-disciplina es
algo más complejo que la multidisciplina, porque no es la yuxtaposición de disciplinas para
estudiar algo, sino que exige una integración de la teoría o elementos de la teoría científica de
varias disciplinas. Esa integración, requiere a su vez el diseño de una me-todología, que utilizan de
común acuerdo y con la misma estrategia, investigadores formados en disciplinas distintas.
Es decir, la interdisciplina exige abandonar una visión simple, vista desde diversas ventanas que
son las disciplinas, requiere diseñar y construir una visión compleja, mirar desde una sola
plataforma teórica compartida y analizarla con una sola metodología. La interdisciplina exige un
nivel de integración conceptual. Esta forma de colaboración disciplinaria se desarrolla en grupos
de investigación, que son los que han venido haciendo avanzar la ciencia, muy claramente a partir
del siglo XX. Los grandes éxitos de la ciencia requirieron notables esfuerzos multi e
interdisciplinarios. Frecuentemente los grupos de investigación se inician como multidisciplinarios
y -me-nos frecuentemente- pueden terminar como interdisciplinarios, si alcanzan a formular una
teoría y una metodología comunes.
Transdisciplina
Es una estrategia de investigación que corresponde al tipo de sociedades “líquidas” en las que
estamos viviendo, cada vez con mayor inseguridad, angustia y temor. Es una estrategia para la
búsqueda del conocimiento de una nueva manera, en la que tiene una gran in-fluencia la filosofía
de la deconstrucción. También integra a las disciplinas, aunque de una manera especial distinta de
la interdisciplina.
Esta estrategia consiste en recorrer a través de varias disciplinas un campo de conocimiento, como
éste que se ha establecido desde hace décadas: el campo se conoce como “Ciencia, Tecnología y
Sociedad”. Otro ejemplo de ese ámbito de conocimiento es la identificación de un ecosistema, de
la combinación de elementos que lo forman y de su importancia para sostener la vida en general,
con especial atención a la vida humana individual y social, orgánica y anímicamente sanas.
Se reconoce como punto de partida que el objeto de conocimiento es algo complejo, como
también lo hace la interdisciplina, pero es necesario construir campos de conocimiento de manera
clara y ex-presa. Se pone en duda el criterio de que sólo es válido el conocimiento empírico. Y ese
proceso y los retos de las sociedades que cambian aceleradamente, creando inestabilidad y
pérdida de referentes de identidad en las personas y los grupos sociales, exige la formación de un
nuevo cuerpo teórico disciplinario, con objeto de estudio y metodología propios.
La idea de la transdisciplinariedad implica que los expertos conozcan los límites de sus propias
disciplinas y que superen la auto-contención que representan cada una de ellas. Sólo se puede
avanzar en el conocimiento usando nuevas visiones que se construyen a partir de los vínculos que
se van descubriendo de una disciplina con otras.
La transdisciplina hay que verla no sólo como una mejor posibilidad del conocimiento, sino sobre
todo como una opción ética, que se propone combatir las tendencias destructivas en el ser
humano. Recordemos las cartas que cruzan Einsten y Freud, para combatir la guerra y la carrera
armamentista. Es necesario conducir el desarrollo hacia una condición sustentable de la vida y en
especial de la vida humana. La paz sólo se logrará con el desarrollo humano. Para ello hay que
comprender los contextos económicos, psicológicos, socia-les y culturales y no sólo los físicos,
biológicos y químicos.
Investigación
Clasificación
a. Investigación básica: “la que tiene por fin ampliar el conocimiento científico, sin perseguir -en
principio- ninguna aplicación práctica”.
Consideraciones
b. La investigación busca desarrollar el conocimiento en las distintas áreas del saber, fortaleciendo
la labor docente y la proyección social de la Institución.
Proyección Social
Primero debemos recordar que proyección es una noción con diferentes acepciones: puede
tratarse del impulso de algo, de una planificación o de la acción que se lleva a cabo para que la
figura de un objeto sea visible sobre la figura de otro. Social, por su parte, es un adjetivo que se
refiere a la sociedad (la comunidad de seres humanos que interactúan entre sí y tienen una cultura
en común).
La idea de proyección social, por lo tanto, hace mención a aquellos servicios y actividades que se
llevan a cabo para lograr una mejora en la vida de la gente. El uso más habitual de la noción se
vincula a la educación que se presta para que las personas tengan las herramientas necesarias
para progresar socialmente y para que los conocimientos impartidos sean útiles para la
comunidad.
Puede entenderse, en este sentido, que la proyección social forma parte de la responsabilidad que
tiene una institución educativa con su entorno. Los responsables educativos deben comprender y
juzgar el impacto que los conocimientos que transmiten tienen sobre la sociedad.
Suele asociarse la proyección social a la responsabilidad social de una casa de estudios. Las
escuelas y las universidades deben manejarse con criterios transparentes y claros ya que su
accionar repercute de manera directa en la configuración de la realidad.
* promover el respeto por el ser humano y las demás especies, con un especial enfoque en el
desarrollo y la evolución de su accionar en los diferentes planos que componen su vida, desde la
filosofía hasta la política. Es importante resaltar que el respeto es la base de todo esfuerzo dirigido
al crecimiento de la sociedad, ya que está ligado a la compasión y la empatía;
* trabajar en la formación de individuos que destaquen por sus cualidades humanísticas, por su
sentido de la responsabilidad y su fuerza para emprender proyectos basados en la ética que
busquen solucionar las problemáticas más preocupantes de su comunidad, aprovechando las
herramientas que surgen de la labor de investigación científica;
*fomentar la educación entendiendo al ser humano como una perfecta combinación de ser social,
físico, espiritual y emocional. La proyección social no es un negocio, sino que surge de la
aceptación de nuestra naturaleza y por esa razón implica la comprensión de todos los planos que
nos componen para aprovechar nuestras capacidades a la hora de ponernos al servicio de nuestro
entorno;
* conocer las dinámicas sociales reales y vigentes, los estilos de vida que conviven en la
comunidad, sus necesidades e inquietudes, las diferentes culturas que la sostienen, las iniciativas
que emprenden por su cuenta. Para lograr un cambio es fundamental acercarse a la sociedad,
preguntarle qué necesita, cuáles son sus prioridades y sus expectativas, pero también conocer sus
fortalezas para hacerla partícipe del proceso y pueda mantener el bienestar que alcance al final
del proceso.
Los proyectos pueden crear oportunidades y beneficios para la población, pero al mismo tiempo
también pueden tener efectos perjudiciales. En general, nunca son uniformemente buenos o
malos, sino que existe una distribución diferencial de costos y beneficios en las comunidades
aledañas. Es muy simplista decir que hay ganadores y perdedores, porque las personas se pueden
beneficiar y perjudicar al mismo tiempo. Es necesario llevar a cabo una buena gestión que
garantice que los beneficios de los proyectos se maximicen y que se eviten, o minimicen, los
impactos negativos de manera constante durante el ciclo del proyecto. La evaluación de impacto
social es un proceso que puede contribuir enormemente a garantizar el logro de beneficios y la
prevención del daño.
Dado que involucra a los procesos de gestión de los impactos sociales del proyecto y contribuye al
valor compartido mediante la mejora de los resultados para las comunidades locales así como
para el autor (empresa o gobierno) del proyecto, la EIS debería ser elaborada en el marco del
proyecto, sea un requisito legal o no. El esfuerzo invertido en una evaluación de impacto social
para identificar apropiadamente y gestionar los impactos sociales debería ser proporcional a los
impactos y riesgos probables del proyecto. Las actividades para determinación del alcance
deberían permitir al especialista en EIS identificar la escala relativa de esfuerzo que posiblemente
se requiera.
Sería más apropiado elaborar, en lugar de la Declaración de Impactos Sociales convencional –que
en cierto modo es similar a una Declaración de Impacto Ambiental–, el Plan de Gestión de Impacto
Social (PGIS, o SIMP, por sus siglas en inglés) y otros documentos relacionados, por ejemplo: plan
de seguridad y salud comunitarias, plan de acción de reasentamiento, plan de participación de
actores y plan de adquisiciones locales, lo que en conjunto constituye una serie integral de
medidas y procedimientos para gestionar los problemas sociales que el proyecto genere. Un Plan
de Gestión de Impacto Social (PGIS) describe las estrategias que hay que tomar durante cada una
de las fases del proyecto (incluida la posterior al cierre) para monitorear, rendir informes, evaluar,
revisar y responder proactivamente
Los Principios internacionales de la evaluación del impacto social consideran que los impactos
sociales incluyen todos los aspectos asociados con una intervención planeada (esto es, un
proyecto) que afectan o involucran a las personas, ya sea directa o indirectamente.
Específicamente, un impacto social es algo que se experimenta o se siente, en el sentido
perceptual (cognitivo) o corporal (físico) a todos los niveles, por ejemplo, a nivel de la persona
como individuo, de unidad económica (familia/hogar), de grupo social (círculo de amigos), de lugar
de trabajo (una empresa o entidad de gobierno), o más generalmente de comunidad/sociedad.
Estos diferentes niveles se ven afectados de diferentes maneras por un impacto o por una acción
que causa impacto.
Como se concibe al “impacto social” como todo lo que se vincula a un proyecto que afecta o
involucra a cualquier grupo de actores, casi cualquier cosa puede potencialmente ser un impacto
social siempre y cuando se lo valore o sea importante para un grupo específico de personas. Los
impactos ambientales, por ejemplo, también pueden ser impactos sociales ya que las personas
dependen del medio ambiente para su subsistencia y porque pueden tener apego a los lugares en
los que se localizan los proyectos. Los impactos sobre la salud y el bienestar de las personas son
impactos sociales. La pérdida de patrimonio cultural, de hábitats importantes o de biodiversidad
también pueden ser impactos sociales porque son valorados por las personas. Por eso la EIS debe
abordar todo lo que sea relevante para las personas y sus formas de vida. Esto significa que no
puede partir de una lista de control de impactos sociales potenciales, sino que debe identificarlos
a partir de una concientización del proyecto y un entendimiento de cómo el proyecto afectará lo
que es importante para sus actores.
Si bien se describe a veces la evaluación de impacto social como una forma social de la evaluación
de impacto ambiental, existen muchas diferencias entre ambas. A saber: los impactos ambientales
tienden a ocurrir a partir de que se mueve la primera piedra, mientras que los impactos sociales
pueden ocurrir en cuanto comienza a correr el rumor de que algo puede llegar a ocurrir. El rumor
lleva a la especulación y al comportamiento especulativo. En algunas situaciones, como en el caso
de una fábrica socialmente no deseada u otro uso del suelo localmente no deseado, el rumor, ya
sea fundado o no, también puede circular y amplificar los temores y ansiedades de la población,
más allá de que el proyecto se concrete o no. Temor y ansiedad, como todos los impactos
percibidos, son impactos sociales reales que la población experimenta y no se los debe descartar,
sino por el contrario deben gestionarse de manera efectiva.
Los impactos sociales también pueden ser causados por proyectos que crean falsas expectativas
en una comunidad, ya sea que el personal del proyecto promete intencionalmente y de manera
inapropiada cosas que no ocurrirán, o inadvertidamente mediante una gestión pobre de las
expectativas y permitiendo que los rumores aumenten las expectativas. Por ejemplo, es
importante que quienes lleven adelante el proyecto sean realistas en cuanto a la cantidad y tipo
de empleos que probablemente estén disponibles para la población local. Las comunidades se
pueden sentir “despojadas” cuando los beneficios que han anticipado que recibirían de un
proyecto no se concretan. Esta situación contribuye a crear falta de confianza en la empresa y a la
pérdida de la licencia social