Primera Misa de Daniel (Mnicioneso)
Primera Misa de Daniel (Mnicioneso)
Primera Misa de Daniel (Mnicioneso)
Monición de entrada:
Fray Daniel, nació el día 6 de diciembre de 1993 en el Caserío “Los Rivas,” Sus padres,
don Juan Manuel Antonio González Guevara, y doña Felipa del Socorro Cabrera Magaña,
es el cuarto de siete hijos. Ingresó al Prenoviciado Carmelita en Ciudad Delgado en enero
del 2015, donde estuvo dos años. Entró al Noviciado en Lurín, Lima, Perú, el 10 de enero
del 2017. Realizó su primera profesión el día 30 de diciembre de 2017 en San Salvador.
Estudió filosofía e en la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, UCA donde
también hizo sus estudios de la Licenciatura en Teología. Del 2018 al 2019 estuvo de
Internado en la Parroquia “Santa Teresita del Niño Jesús” en New Jersey, Estados Unidos.
Después regresó a El Salvador a culminar sus estudios de la Licenciatura en Teología en la
UCA, viviendo en la Comunidad de la Orden del Carmen, en la Casa “San Alberto de
Jerusalén” en Huizúcar, La Libertad. Actualmente trabaja como director de la Asociación
Nuestra Señora del Carmen de la Orden del Carmen en El Salvador. Realizó su Profesión
Solemne el 28 de enero de 2022 y ordenado diácono el 29 de enero de 2022 también en San
Salvador. Realizó su ministerio diaconal en la Parroquia “Nuestra Señora de Lourdes”, en
Ciudad Delgado de febrero a noviembre de 2022.
MONICIÓN:
OREMOS
Dios todopoderoso, que nos das en abundancia toda clase de beneficios, te pedimos que,
por la virtud del Espíritu Santo, te dignes ben + decir, santificar y consagrar esta estola y
casulla preparadas para el servicio del culto divino, y concede a fray Daniel, la gracia de
celebrar santamente tus sagrados misterios, para que siempre esté sin mancha alguna en tu
presencia, y obtenga el auxilio de tu misericordia. Por Cristo nuestro Señor. R. Amén.
Oración Colecta
Padre santo, Tú que quisiste ponerme al frente de esta familia tuya, no por
méritos míos sino por gracia tuya, y me has llamado a participar del eterno
sacerdocio de Cristo en el servicio de tu Iglesia, concédeme anunciar tu
Evangelio con bondad y valentía y administrar con fidelidad tus sacramentos.
Por nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Monición de Primera Lectura:
La primera lectura nos presenta una de las bendiciones más pronunciadas y conocidas,
registradas en la Biblia, es la que Dios encomendó a Aarón para que bendijera al pueblo de
Israel. Esta oración se conoce como la bendición sacerdotal, por ser Aarón sacerdote de
Dios. Escushemos y recibamos esta hermosa oración en este día de júbilo.
Oración Universal
3. Por todos los pueblos del mundo: para que disfruten de paz y
aumenten los lazos de unión y concordia. Roguemos al Señor.
4. Por los más pobres y más necesitados: para que descubran que
la Buena Nueva de Cristo va dirigida especialmente a ellos, y
la acepten con alegría de corazón. Roguemos al Señor.
Sacerdote: Señor Jesús, que viviste siempre cercano a los pobres, enfermos y necesitados y
que, antes de instituir la Eucaristía, nos dijiste «este ejemplo les he dado para que hagan
ustedes lo mismo»; mueve nuestros corazones a la generosidad y al desprendimiento. Por
Jesucristo, Nuestro Señor. Amén
Monición al Ofertorio:Ahora presentamos al Padre, las primicias de la tierra, los dones del
pan y del vino para que Cristo se haga presente por medio de ellos, como Pan de vida y
Bebida de salvación.
Señor, Tú has llamado a Fray Daniel al ministerio sacerdotal, en este momento de la
historia, en el que, -como en los primeros tiempos apostólicos- quieres que todos los
cristianos, seamos testigos de las maravillas de Dios y de la fuerza de tu Espíritu en un
mundo tan descreído.
Haz que Daniel sea testigo fiel de la dignidad de la vida humana, de la grandeza del amor
de Dios y del poder del ministerio recibido:
y siempre por amor, sólo por amor, y por un amor cada día más grande.
sea la afirmación gozosa de un sí alegre y comprometido, que nace de la entrega total a Ti,
y de la dedicación completa a los demás, al servicio de tu Iglesia, donde la Iglesia quiera
ser servida.
Madre, sencilla doncella de Nazaret, que diste el sí más grande y maravilloso
de todos los tiempos: que Daniel sepa convertir su vida de cada día en fuente de
generosidad y entrega y, junto a Ti, a los pies de las grandes cruces del mundo,
sepa también asociarse al dolor redentor de la muerte de tu Hijo para gozar, con Él y
contigo, del triunfo de la resurrección. Amén.