Ecob, 217-220

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Reseñas Estudios y Ensayos

En el capítulo 1, “Translation and Gender: Travelling Concepts” se presentan los con-


ceptos clave del libro, desde un enfoque teórico y general, y se ofrece una visión panorámi-
ca de la relación entre traducción y género, destacando las cuestiones principales que son
actualmente objeto de debate, y propone la noción de traducción como un “travelling con-
cept”. Tanto es así, que el concepto de traducción ha “viajado” entre numerosos campos de
estudio, como los estudios literarios, la filosofía, los estudios culturales, la lingüística, los
estudios post-coloniales y los estudios de género. Así, Eleonora Federici trata la visibilidad
de la mujer en la traducción, “The Visibility of the Woman Translator”, mientras que José
Santaemilia aborda la cuestión feminista en “Feminists Translating: On Women, Theory and
Practice”.
En el capítulo 2, “Translating Gender and Language” se recogen los trabajos que versan
sobre la relación entre género y lenguaje, y es un capítulo por tanto de orientación lingüísti-
ca. El capítulo se centra en el debate sobre el género y la lengua, así como en el estudio de
las presiones ideológicas que son visibles a través de las marcas culturales de género rela-
cionadas con la representación de lo “femenino” y lo “masculino”. Algunos de los trabajos
de este capítulo estudian los diminutivos, como en el artículo de Anna De Marco “Gender
and Politeness: an Investigation on Diminutives”, o la traducción del género en la publici-
dad, en el trabajo de Valeria Nardi “The Translation of Gender Stereotypes in Advertising”.
El capítulo 3, por otro lado, titulado “Translatresses and Practices of Translation” exa-
mina algunos ejemplos de mujeres traductoras a través de un análisis diacrónico desde el
siglo XVII hasta hoy. En este apartado encontramos estudios como el que presenta la figura
y las traducciones de Barbarina Dacre, “Altering our words to serve our purpose”, ofrecido
por Michael D. Cronin, o el estudio de Claudia Capancioni, “Travelling and Translation:
Joyce Lussu as a Feminist Cultural Mediator”.
El capítulo 4, “Crossing/Performing Gender”, analiza obras literarias y cinematográficas
y a través de ellas, examina distintos temas, como la figura del traductor como mediador cul-
tural, la complejidad y dificultades a la hora de traducir personajes “transgenéricos” en obras
de ficción del inglés al italiano, y la representación de los roles de género en las adaptacio-
nes cinematográficas de algunas novelas; así los trabajos de Mirko Casagranda “Trans/Gen-
dering Translations? Crossing Gender in Translation” o el artículo de Oriana Palusci “He
was a woman. Translating Gender in Virginia Woolf’s Orlando”. Esta sección incluye tam-
bién la reflexión sobre cuestiones prácticas de traducción a la hora de convertir obras litera-
rias en películas. La técnica del subtitulado se presenta a través de un doblador profesional
que examina un caso práctico.
En suma, el libro tiene gran interés en el tema que aborda y la línea de investigación
interdisciplinar, entre estudios de género y traducción, que puede inspirar otros trabajos, al
tiempo que trata con bastante riqueza y variedad de ejemplos literarios y lingüísticos la rela-
ción entre género y traducción, si bien la procedencia de los autores concentra el análisis en
la traducción entre inglés e italiano, y se siente la ausencia de análisis de autores u obras de
otras lenguas.

Raquel HIDALGO DOWINING

RUBIO TOVAR, Joaquín: Literatura, historia y traducción. Ediciones de La Discreta: Madrid


2013. 688 pp.

En el prólogo de este ensayo se apuntan unas premisas que vale la pena tener en cuenta
para su lectura. En primer lugar, se nos recuerda que este trabajo es fruto de la docencia, una

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actividad que ha sido y debería ser axial en las humanidades. En estos tiempos tan evanes-
centes, tan virtuales, la tarea de impartir clase nos sitúa en un hic et nunc. En la incesante
transmisión de conocimientos, el profesor fija su quehacer docente y también investigador
en el referente de un otro. La presencialidad [sic] no es una opción en el aprendizaje, debe-
ría constituirse en razón de ser del profesor de humanidades. Como ha sido también la
docencia punto de partida de la mayor parte de la investigación que a lo largo de nuestra his-
toria se ha realizado en esta área de conocimiento. Este ensayo nos remite a su origen en unas
clases, en la dialéctica con los estudiantes, en el seguimiento del proceso de aprendizaje. La
desconfianza permanente en el alumnado o la voluntad –tantas veces expresada lamentable-
mente por algunos docentes–, de refugiarse en programas, becas o cualquier otro instrumen-
to administrativo para no exponerse a dar clase, son síntomas evidentes de una crisis, de una
ruptura en la tradición humanística.
La reivindicación de la historia es algo a lo que Rubio Tovar nos tiene acostumbrados.
Quizás porque, como dijo Schlegel, el fin de la filología es la historia. Tal y como defendió
en otro ensayo, La vieja diosa (2004), en la historia descubrimos la ambigüedad del ser
humano, lo ambivalente y flexible de toda creación cultural, frente a lo esencialmente subs-
tantivo (y rígido) de la teoría. Porque la historia, también la historia de la traducción, no
puede ser de otro modo que verbal.
Rubio Tovar entiende la traducción como una actividad centrípeta y centrífuga. El texto
sale de sí mismo y se transforma en otra lengua, en otro tiempo y en otra situación. Pero,
también, es una experiencia hacia dentro, un trabajo interno, en el texto, para transformarlo.
En este sentido, creo que el autor suscribiría unas palabras de Carles Riba, quien, en el pro-
emio a su traducción de la Odisea, escribía: “[…] traducir, así visto, ¿no será sino leer ensa-
yando una forma a la personal interpretación? Y aquel que buenamente lee, si lee bien, ¿es
que acaso no hace otra cosa sino traducir para él, más provisionalmente todavía?”. El vín-
culo insoslayable entre la pragmática de la lectura y la traducción es advertido desde el ini-
cio del ensayo y mantenido a lo largo de sus páginas.
De manera meridiana, el autor afirma que “la traducción es uno de los medios por los
que se ha difundido y transformado la literatura, es decir, uno de los medios gracias a los
cuales ha sobrevivido” (p. 16). No cabe duda, pues, que el humanista debe transitar por este
camino tan complejo como es el de la traducción porque en él reside la transformación, adap-
tación y, en definitiva, el avance de todo proceso cultural. Tal vez la especialización extre-
ma haya podido hacer pensar en su estudio autónomo. El ensayo, por el contrario, defiende
constantemente la vinculación de temas y conocimientos que podían parecer separados. ¿O
no es la cultura la reunión de aquello que está disperso? Rubio Tovar apuesta por trazar puen-
tes entre períodos y conocimientos muchas veces encerrados en compartimientos estancos;
por un generalismo bien entendido o, dicho de otra manera, por el humanismo. La traduc-
ción no debería estar cautiva por los traductólogos. El exceso de especialización, como
advirtió Zumthor y nos insiste Rubio Tovar, puede convertirse en una relectura actualizada
de la maldición de la Torre de Babel. Cualquier disciplina así, separada del resto, corre el
riesgo de convertirse en una subcultura.
Quizás para los más enfebrecidos estetas, la traducción siempre arrastra consigo un aire
de sucedáneo; es una concesión misericordiosa para el vulgo que no puede acceder al origi-
nal. Éste y otros apriorismos han pesado (y mucho) también en las poéticas del siglo XX,
algunas obsesionadas por la búsqueda de lo inefable. Como en su día se preguntó Oswald de
Andrade, el poeta vanguardista de cabecera para los concretistas brasileños, ¿cómo que
inefable? ¿cómo que incomunicable? La poesía (y añadiría toda la literatura) está aquí, en
las palabras, y a través de ellas se comunica. Rubio Tovar entiende la historia de la traduc-
ción como la historia de la elección de opciones, de la negociación con el texto y con los

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posibles lectores; la historia de una inacabable (y babélica) comunicación. E insiste en las


reflexiones finales de este ensayo cuando afirma que la traducción es la lengua de los hom-
bres. Es en este punto cuando el entendimiento de la traducción alcanza lo antropológico, en
la medida que supone un concepto esencial en la organización y desarrollo de cualquier
sociedad.
En esta negociación constante con el texto, en el valor de la variabilidad, se ponen bajo
sospecha algunos conceptos que tradicionalmente regían una traducción. La, en otro tiempo,
tan reclamada y rígida fidelidad, tampoco está exonerada de historia. De hecho, el ensayo
nos recuerda frecuentemente que indagar sobre lo que se ha entendido por fidelidad a lo
largo de la historia debería ser uno de los propósitos para cualquier estudioso que se aproxi-
mara a la traducción.
En la construcción de los diversos relatos sobre las literaturas nacionales se ha privile-
giado el texto original y, por el contrario, se ha solido desdeñar el texto traducido. Rubio
Tovar insiste y pone en valor con diversos ejemplos entresacados de la literatura española
tardo-medieval y renacentista cómo una traducción nos puede decir más y mejor de una
época que un texto original, porque, ¿acaso no constituyen todos los textos –originales y tra-
ducidos– la tradición? Han sido los traductores los que han configurado el fenómeno cono-
cido como la literatura universal. Gracias a estos esforzados y no siempre visibles elemen-
tos de la institución literaria, se ha convertido la literatura extranjera en nacional. Si bien,
como advierte nuestro autor en las conclusiones finales, deberíamos valorar qué significa
texto “extranjero” desde el momento en que tenemos acceso a su lectura. Está fuera de dudas
que un lector inglés no leerá del mismo modo una novela de Dickens que un lector que acuda
a una traducción. Pero esta “experiencia para dentro” a la que antes aludíamos, nos debe
hacer replantear lo arbitrario que supone tildar de ajeno un texto traducido que se incorpora
a nuestro bagaje lector, el personal y el de nuestra comunidad de lectores. Rubio Tovar apun-
ta que, como han señalado ilustres filólogos, han sido los traductores los que, en períodos
preliminares, han intervenido de manera decisiva en el origen de las lenguas nacionales. No
tanto los poetas, sino los traductores se erigen, en el momento fundacional, como factores
imprescindibles en la constitución de una lengua literaria.
Rubio Tovar tiene la osadía de adentrarse en aspectos tan vidriosos como es la relación
entre música y literatura. No menos difícil de tratar son los casos de transmutaciones, en que,
por ejemplo, una novela toma forma de película o la contemplación de un lienzo trata de
plasmarse en un poema. En un sentido vago, se ha equiparado el lenguaje con la música,
pero, sin duda, como advierte Rubio Tovar, no puede hablarse nunca de traducción. Desta-
caría, porque dispone de un espacio considerable, el ensayo titulado, modestamente, “notas
sobre el lied romántico” y que trata de la influencia que ejerció la canción tradicional ibéri-
ca en la música alemana del siglo XIX. Sin entrar en pormenorizar el desarrollo de este capí-
tulo, me parece oportuno resaltar que el autor demuestra que ni un estudio tematológico
sobre lo español en el lied alemán romántico, ni un estudio musicológico o ni cualquier otra
perspectiva parcelada, acaba por dar una explicación razonable a este fenómeno. Más bien
se trataría de la suma de todas estas vías. Es necesario, entonces, asumir la complejidad del
fenómeno cuyo abordaje requiere un seguimiento que atienda a la historia y a la diversidad
de disciplinas artísticas y sistemas que reúne. Rubio Tovar nos advierte, pues, de las falsas
seguridades de los especialistas en la materia. Si bien el acceso es complicado y abrupto,
sólo aquel que afronte la complejidad de las materias podrá alcanzar un entendimiento, siem-
pre provisional y limitado, y, por ello, más cercano a lo real.
Por último, me gustaría destacar un aspecto que cualquier lector que haya seguido la obra
de Rubio Tovar ha tenido la ocasión de percibir: su curiosidad intelectual no tiene límites.
Umberto Eco tildó a Athanasius Kircher de bulímico intelectual, y, no les quepa duda, algo

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de esta patología es compartida por Rubio Tovar. Atención, pues, lectores, porque es irrefre-
nablemente contagiosa.

Jordi CERDÀ SUBIRACHS

SÁEZ, Daniel et al.: Últimas tendencias en traducción e interpretación. Madrid / Frankfurt:


Iberoamericana / Vervuert 2012. 270 pp.

Esta obra reúne diferentes trabajos de actualidad en el campo de la traducción y la interpre-


tación, entre los que se incluyen el concepto de «español neutro», la enseñanza de español como
lengua extranjera, la traducción de los marcadores del discurso, la teoría de los polisistemas, la
traducción para teatro o la utilidad de ontologías para la traducción. Por otra parte, la obra se
completa con varios trabajos que exponen experiencias profesionales en campos como la tra-
ducción literaria del éxito editorial Millenium, la interpretación de lengua de signos, la asesoría
lingüística o la traducción e interpretación en situaciones de conflicto y diferentes instituciones.
En el primer capítulo, que lleva por título «Imaginar lo imposible: algunas reflexiones sobre
el denominado español neutro», el objetivo de José Luis Ramírez Luengo es llevar a cabo unas
reflexiones sobre el concepto de «español neutro», y establecer «la relación entre esta variedad
y las otras que componen el diasistema de la lengua» (p. 17). Para analizar su utilidad, el autor
aprovecha la distinción de norma normativa y norma normal (que preferimos denominar norma
prescriptiva, como reglas restrictivas que impone la academia, y norma consuetudinaria, como
salto teórico entre lengua y habla diseñado por Coseriu). Como conclusión, Ramírez Luengo
sostiene que la variedad neutra constituye un lujo innecesario ya que los problemas de interco-
municación entre usuarios de diferentes variedades diatópicas son subsanables.
En la introducción del segundo capítulo («Qué español enseñar: el español y sus varieda-
des en los manuales de Español como Lengua Extranjera») Aurora Martín de Santa Olalla Sán-
chez establece la relación del llamado español neutro con las variedades lingüísticas del espa-
ñol y su finalidad instrumental y objetivo comunicativo como cuestión que afecta a activida-
des empresariales relacionadas con la lengua. Para estudiar esta relación, la autora analiza los
manuales de español como lengua extranjera de la editorial Santillana y sus contenidos. Des-
taca la multitud de mercados de la enseñanza de español y los diversos factores que condicio-
nan este mismo mercado, entre los que se incluyen el modelo de lengua que se enseña y el
método de enseñanza de acuerdo con unos objetivos y unas competencias concretos.
En el tercer capítulo («El español “neutro” y la oralidad») María Teresa Pajares Gimé-
nez señala que la selección del modelo de español depende del destinatario, ya que consti-
tuye un criterio de comprensión y sostiene que el modelo de español que configura la norma
y hace posible la intercomprensión entre hispanohablantes de diversas procedencias se esta-
blece de acuerdo con las características compartidas de las diferentes variedades de español,
más aún en la variedad escrita. Como conclusión, la autora señala que el español neutro tiene
como objetivo un uso científico y tecnológico, que «permite asegurar la uniformidad de las
traducciones que hablan de productos y procesos industriales» (p. 53). No obstante, encon-
tramos ciertos límites, ya que existen numerosas patentes que hacen uso de terminología pro-
pia de una variedad de español1.

1
ARAGONÉS LUMERAS, M., «Taller de traducción de patentes» en el IV Congreso Internacional de Tra-
ducción e Interpretación: La traducción de la(s) cultura(s): retos teóricos y aplicaciones prácticas. Eugene A.
Nida in memoriam, celebrado en Málaga del 13 al 15 de diciembre de 2012.

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