Lectura
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Gracias a la tecnología, puedes estar en contacto con más personas y de manera más fácil
que nunca antes. Aun así, quizás esas amistades sean algo superficiales. Un joven de 24
años dijo: “Siento que mis amistades pueden esfumarse en cualquier momento. En cambio,
mi padre conserva a sus amigos de toda la vida”. Posiblemente la tecnología no esté
contribuyendo como creen los usuarios. Los mensajes de texto y las redes sociales nos han
hecho creer que es posible mantener las amistades, aunque no veamos a nuestros amigos.
Los mensajes instantáneos han reemplazado a las conversaciones profundas. El
libro Artificial Maturity sostiene: “People are having fewer face-to-face interactions.
Students spend more time in front of a screen and less time with each other”. A veces, la
tecnología puede hacer que las amistades parezcan más cercanas de lo que realmente son.
Por ejemplo, Adrián, un joven de 22 años, dice:
“Me di cuenta de que siempre era yo el que enviaba mensajes de texto a mis amigos. Así
que dejé de hacerlo para ver cuántos me escribían a mí. Para mi sorpresa, fueron muy
pocos. Al parecer, algunos no eran tan buenos amigos como yo creía”.
Es cierto que la tecnología nos ayuda a mantenernos en contacto con amigos y estrechar
nuestra amistad; sobre todo si, además, nos relacionamos con ellos en persona. El problema
de los social media es que te ayudan a construir puentes para estar en contacto con otras
personas, pero no te acercan a ellas. Es necesario recordar que los buenos amigos están más
unidos que los hermanos; probablemente se tenga gustos en común con los amigos de las
redes sociales, por ejemplo, un pasatiempo; pero, más importante que tener los mismos
intereses es tener los mismo valores morales. Además, no hay nada mejor que hablar cara a
cara; así, ambas personas pueden percibir el tono de voz y los gestos.
LA MELANCOLÍA
Romano Guardini, en su estudio del diario de Soren Kierkegaard, enuncia las siguientes
palabras: “La melancolía es cosa demasiado dolorosa, ella se hunde tan profundamente
hasta las raíces de la existencia humana como para que nos sea permitido abandonarla a
las manos de los psiquiatras”. A lo que podría agregarse, con más justicia, que no debe
dejarse en manos de los psicólogos conductistas, psicoanalistas ortodoxos o
disidentes. Guardini es un teólogo, y su análisis corresponde a la penetración de un
psicólogo existencial. Así, la melancolía no debe ser vista desde una perspectiva
psicopatológica ni meramente biológica, como es el caso de la depresión endógena. Allí
donde hay melancolía, su dulce tristeza puede ser interpretada como una anunciación
gloriosa. Allí donde está la melancolía, puede crecer la salvación, el paraíso.
El poeta inglés John Keats (1795-1821), en el centro de la vida y la producción literarias
inglesas del siglo xix, dijo con dolorosa delicadeza: “The world is too brutal for me”. Es
una confidencia de indefensión. Y también una queja delicada de un hombre excelente: es
el sufrimiento por la vulgaridad y la tosquedad de un mundo construido por hombres
mediocres, ambiciosos y violentos.
Un hombre que siente el mundo como brutal para él se encuentra predestinado a lo que
están predestinados los hombres más nobles de espíritu, los diferenciados, los distinguidos:
la melancolía. El mismo Keats escribió: “A thing of beauty is a joy for ever”. Un gozo
ciertamente indestructible es tener la sensibilidad de los elegidos, la sensibilidad aguda y
dolorosa para lo ordinario y la sensibilidad sutil y gozosa para lo extraordinario. Esta
también es la experiencia de la melancolía, aquella en la que la belleza es un esplendor, una
dulzura, una joya que se guarda y se atesora como salvación en un mundo miserable, un
mundo hecho por los otros, los extraños. En ese contraste, está la raíz de la melancolía.
EL FUTBOL
AUTOR A
El fútbol es un deporte que mueve multitudes en todo el mundo, y guarda una relación
directa con un género especifico, vale decir, el masculino. Podemos entender como este
deporte tiene un marcado aroma a testosterona, desde su creación hasta los tiempos
actuales, donde vemos como un campeonato mundial paraliza el mundo, nos deleitamos
con un espectáculo lleno de jugadas de ensueño.
El fútbol femenino es un mero remedo de esto último, donde la mujer no encaja bajo
ningún aspecto en este contexto: no es su medio natural, físicamente no está capacitada
para este deporte, donde también priman la fortaleza, el golpe, los rasguños y hacerla parte
de este mundo es solo una idea forzada, entendida así por la gran mayoría de aficionados,
ya que en los campeonatos mundiales femeninos, se puede notar claramente poca asistencia
a dichos eventos, no hay entonces un claro reconocimiento a esta idea desvirtuada
del “deporte rey”. El fútbol tiene un manto propio e independiente, ha evolucionado a lo
largo del tiempo, pero dentro de parámetros establecidos, donde existen criterios inherentes
e invariables, donde la acción y óptica femenina no trasciende bajo ningún aspecto.
AUTOR B
En abril del 2008, el entonces volante de la Universidad de San Martin, Mario Leguizamón,
incurrió en una andanada de declaraciones sexistas en contra de la jueza Silvia Reyes. Esta
lo había expulsado (aparentemente sin razón) del partido que su equipo jugaba ante Alianza
Atlético de Sullana. El futbolista, hoy anclado en la Universidad César Vallejo, insinuó que
una presunta insatisfacción en la vida sexual de Reyes hizo que esta lo sacara del terreno de
juego, y afirmó que este no era un campo para las mujer: “No sé cómo pueden poner a una
juez a impartir justicia. Estas cosas solo pasan en Perú”, indicó el uruguayo camino a
vestuarios, además la directiva castigó a Leguizamón con un mes sin pago por sus
servicios, esto condujo al futbolista a disculparse públicamente con la jueza de dicho
encuentro. Para Reyes, lo del futbolista no fue más que un acto de cinismo y arguyó que
quizás quiso desquitarse con ella “alguna frustración con las mujeres”. La jueza no acepto
las disculpas del jugador.
LA EUTANASIA
La música se define como el arte de combinar los sonidos de la voz humana o de los
instrumentos, o de unos y otros a la vez, de modo que produzcan deleite y conmueven la
sensibilidad. La música es sonido, pero no todos los instrumentos musicales se basan en
algo que vibra. Todo lo que vibra suena porque provoca una oscilación de presión en el
aire que se propaga como una onda hasta alcanzar, quizá un tímpano que la recoge y la
lleva hasta un cerebro que pueda oírla en forma de sonido.
Desde, hace varios años se viene realizando investigaciones sobre los efectos de la música
en los seres humanos. Se cree que determinados tipos de música, sobre todo algunas piezas
compuestas por Mozart, contribuyen a curar el cuerpo, ayudan al crecimiento del fecto y
favorecen el desarrollo del niño recién nacido mejorando su capacidad intelectual y física y
despertando su creatividad. Los científicos creen que los acordes de un violín o las
composiciones para piano creadas por Mozart producen resultados sorprendentes en el
fortalecimiento del sistema inmune, además de una sensación de bienestar.
VIDA MARINA