Spyware
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El spyware es parecido a una zona gris, ya que realmente no existe una definición de manual. Sin
embargo, como su nombre sugiere, el spyware se define vagamente como un software diseñado
para recopilar datos de un ordenador u otro dispositivo y reenviarlos a un tercero sin el
conocimiento o consentimiento del usuario. Esto a menudo incluye la recopilación de datos
confidenciales (como contraseñas, números PIN y números de tarjetas de crédito), la supervisión
de las pulsaciones de teclas, el rastreo de los hábitos de navegación y la recopilación de
direcciones de correo electrónico. Además de todo esto, estas actividades también afectan el
rendimiento de la red, al ralentizar el sistema y afectar a todo el proceso empresarial.
Generalmente se clasifican en cuatro categorías principales: troyanos, adware, cookies de rastreo
y supervisores de sistema.
Adware que también actúa como spyware para supervisar ordenadores y dispositivos.
Archivos de cookies de rastreo en discos duros que rastrean a un usuario en Internet si un sitio es
consciente de las cookies de rastreo y está diseñado para utilizarlas.
El spyware puede causar dos problemas principales. En primer lugar, y quizás lo más importante,
puede robar información personal que se puede utilizar para el robo de identidades. Si el software
malintencionado tiene acceso a cada fragmento de información de tu ordenador, incluidos el
historial de navegación, las cuentas de correo electrónico, las contraseñas guardadas utilizadas
para operaciones bancarias y compras online, además de para las redes sociales, se puede
recopilar información más que necesaria para crear un perfil que imite tu identidad. Además, si
has visitado sitios de banca online, el spyware puede sustraer la información de tu cuenta bancaria
o de tus tarjetas de crédito y venderla a terceros o usarla directamente.
El segundo problema, y el más común, es que el daño que el spyware puede hacer a tu ordenador.
El spyware puede consumir una gran cantidad de recursos del ordenador, lo que provoca que se
ejecute lentamente, retrasos entre aplicaciones o mientras está online, fallos o bloqueos
frecuentes del sistema e incluso una sobrecarga del ordenador que causa daños permanentes.
También puede manipular los resultados del motor de búsqueda y entregar sitios web no
deseados en su navegador, lo que puede llevar a sitios web potencialmente peligrosos o
fraudulentos. También puede hacer que tu página de inicio cambie e incluso puede modificar la
configuración del ordenador.