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_GOD"OFRE-oo G.

LEIBNIZ
DISCURSO DE . METAFÍSICA..
-.C...
SISTEMA DE LA NATURALEZA.
NUEVOTflb-TADO SOBRE."
EL ENTENDIMIENTO HUMANO.
MONADOLOGÍA.
PRINCIPIOS SOBRE tA NATURALEZA ..
Y LAGMCIA

T
ESTIIDIO JNRODUCTIVO Y
ANÁLISIS DE LAS OBRAS
POR

FRANCISCO LARROYO

L!BRERIA k\!ERICA
Calle 51 Nº 49-58
,. ..•
. . · .. T�!s: 2��1. 2g 78 ·
.; . · . :Z5136 52·
. . _1�p;nt.jr..r,:rr1

EDITORIAL PORRlJA, S. A.
AV. RE_PlJBLICA ARS,-ENTINA, 15
MllXICO, 1977 .
PRELIMINAR

· LEIBNIZ Y LA FILOSOFlA PERENNE


I ,

DISCURSO PE. METAFlSICA. ·SISTEMA. DE LA


NATURALEZA .. NUEVO TRATADO SOBRE EL
ENTENDIMIENTO HUMANO. MONADOLOGÍA.
PRINCIPIOS. SOBRE LA� NATURALEZA
.._ Y LAi GRACIA
f

GODOFREDü GUILLERMO LEIBNIZ

[-
, .....

<
Primeras· ediciones: Discí1rso_ de. Metafísica, Madrid, 1877; Nuevo
sistema de· la .. naturaleza, Madrid. 1919; La Monadología, Madrid�
' 1877; Nuevo tratado sobre el entend(miento humano, Madrid, 1878;
··Principios de la - naturaleza y · de la gracia fundados en .la razón,
Madrid, , 1877 - •

Primera edición en la Cole�ción "Sepan Cuantos .. _.", 1977

TÍTULOS ORIGINALES:

Discburs de rnétaphysique, 1686; Systeme nouveau de la nature et


-de la comm'unication des substances ... , 1695; Nouveaux essais sur:
l'ent(Jndemeut humain, 1704; Monaaologie, 1714; · Príncipes de la
11ature et de la gréice fondés en raison, 1714

' :. '�

Derechos res·ervados

El estudio introductivo, análisis de las obras y demás características


de esta edición son propiedad de .la
EDITORIAL PORRúA, S. A.
Av. República Argenti_na, 15, México 1, D. F.

Copyright © 1977

Queda hecho el depósito que marca la ley

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IMPRESO EN MÉXICO
PRINTED IN MEXICO

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Leibniz, como filósofo, concentra en su sistema toda la filosofía pre­
cedente y, al hacerlo, merced a su talento inventivo, perfila en mucha
parte los trazos de la filosofía posterior. Polígrafo de nota, transita el
globo intelectual del saber descubriendo afinidades en los diferentes
campos · merced a una concepción universalista; Su filosofar es, en .
efecto, inseparable de su concepción científica. Tras .un conocimiento ·
adquirido, ve la manera de ubicarlo dentro de una totalidad. Si la
filosofía es concepción totalizadora del saber, la de Leibniz constituye
uno de sus clásicos paradigmas en la historia de las ideas.
La ciericia crece en profundidad y extensión, conforme al princi­
pio de la continuidad: progresa, avanza, a veces a pasos lentos, .a
veces a pasos acelerados. También el saber filosófico sigue una esca­
lon_ada marcha ascendente, o debe seguirla, según Leibniz. "En todo
tiempo, dice en las postrimerías de su vida, 1714, me ocupé de qes­
cubrir la verdad que se halla soterrada y dispersa en lás diferentes
sectas filosóficas y _de juntarla consigo misma." Qe esta guisa, trata
de elevarse· por encima de tiempos y doctrinas y captar cuanto per­
dura a través de las circunstancias. Esta es la filosofía perenne, que
conlleva, como la ciencia, un propósito perfectible a manera de ley.
Por ello, precio y tributo de la filosofía perenne es la búsqueda
de una conciliación de las divergencias, con frecuencia más verbales
que objetivas. El camino de la filosofía perenne es penetrar en el
· aparente _caos de los filosofemas para rescatar lo firme y sólido que
ellos · contengan, articulándolos en . consecuente sucesión: el hilo de
Ariadna que ayuda a salir del apasion�do laberinto de las opiniones
en pugna.
Ahora bien, la firmeza del saber reposa en principios, en ideas
básicas, nucleares. Para Ortega y Gasset la doctrina de Leibniz es
una. doctrina principalista. Trata, sin duda, de configurarse sobre el
mayor número . de principios. 1!l mismo ha dado nombre a algunos
,.,,.
(principio de lo mejor, principio de las formas múltiples ... ) o in-
ventado otros (principio de razón suficiente, principio de . los indis­
cernibles, principio de continuidad ...) .
Con todo, la personalidad de Leibniz, tan compleja, tan intensa,
. tan influ¡ente, ha sido interpretada -y precisamente por ésta su fe.
cunda versatilidad intelectual- de distinta manera. •Destacados pen-
sadores, en efecto, con la mira de encontrar un punto de vista para
IX
.,,,,
.

X ESTUDIO INTRODUCTIVO

unificar su saber múltiple, han volcado, por así decirlo, su reco�ocido>


rebosante y probado enciclopedismo sobre ;uno de sus ·aspectos; aquel
que les pareció el más decisivo. ·•
Dentro de esta manera de interpretar su pensamiento, algunos sub­
rayan la vertiente lógica de su filosofía (L. Couturat, B. Russell ... ) >·
otros, destacan o su rendhniento metafísico (H. Hoffding, J. Hirsch-
berger ... ) o su vocación religiosa y teológica (J. Bazuri, G. Cor-
lotti ... ) . Se recuerda su frase: "Yo comienzo como filósofo, pero
'- termino como teólogo". Inclusive hay quienes con·sideran que precisa
interpretarlo como historiógrafo e historicista (L. . Davillé, F. 01-
.

, . ....
g1ate )
Más comprensiva, en cambio, es la valoración que se hace de
Leibniz reputándolo un filósofo universal, polifacético (K. Fisher, G.
Windelband, A. Weber, E. Cassirer, H. Heimsoeth ... ) . De Fischer
son estas palabras: "Leibniz ha recogido todas las voces de su tiem­
po. En su vida y en su pensamiento trató de conciliar todo lo opuesto>
aspiró a unir todo lo diverso, a recoger la armonía de las cosas. Con
. este espíritu ideó una filosofía universal, un cristianismo conforme a
la razón, una Iglesia que respondiera a tal cristianismo; promovió la
cultura mundial, organizó el imperio de las ciencias, revolvió biblio­
t�cas, fundó academias, promovió el descubrimiento de una lengua
y una característica universal."
La visión totalizadora de 1a· realidad es presupuesto del concepto
de la philosophia perennis, a condición de ponderar, primero, y ligar­
orgánicamente, después, los filosofemas sucesivos en uri conjtmto de
verdades !;!Cerca del ser y valor de la existencia. El sistema.de Leibniz·
es, en tal sentido, uri sólido eslabón en el curso de la historia de la ·
filosofía, de la filosofía perenne. Su postracionalismo es culminación
de Déscartes y de sus inmediatos discípulos y, a la vez,· como hombre
de la Epoca de las luces, preludio de Kant. En su concepción filosó­
fica concurren todos los temas fundamentales, todos con igual dere­
cho. Hay más: ellos se implican recíprocamente, por principio. En
a
. ésta su unidad temática alienta su metodologí: racionalista. Inclusive
1
se inclina al teísmo en nombre de la razón. Leibniz es lógico y · mate­
mático, ético y jurista, metafísico y físico, teólogo y apologista, psicó­
logo e historiador, estético y lingüista.

----
¡.
1 ESTUDIO INTRODUCTIVO

LA FILOSOFIA DE LEIBNIZ
'.
1
I

LA FILOSOFlA · EN LAS POSTRIMER1AS DEL SIGLO XVII


Y PRINCIPIOS DEL XVIII

Con los grandes si�temas metafísicos del siglo xvn, de impronta ra­
cionalista (Port-Royal,. Geulincx, Malebranche, Pascal, Spinoia), fina­
liza propiamente la filosófía del Renacimiento. Enseguida, desde las
postrimerías del mismo siglo, se inaugura una nueva etapa, la de la
f:poca de las Luces, que se prolongará casi todo el siglo xvm. Leibniz.
(t 1716) pertenece a este período. Es n:iás: constituye, si no la ma­
yor, una de las figuras señeras de la época. (Para. calar en su petisa-
. miento es ineludible conocer y ponderar el marco intelectual de su
tiempo, tanto más cuanto que su filosofar, por método, es concilia­
dor; lo que le impulsa de continuo, tras enjuiciamientos penetrantys,
a tomar posición respecto de otros pensadores.

1. CARACTERES DE LA FILOSOFÍA DEL ILUMINISMO

Filosofía del Iluminismo, de la Ilustración o de la �poca de las Luces,


son· Ías designaciones dadas a la etapa de la his.toria de las ideas en
el siglo xvm. El nombre proviene de que la reflexión filosófica quiere
. aclarar o ilustrar por la vía de la razón los fundamentos del conoci­
miento, las costumbres y leyes de la convivencia 'humana y los dogmas -
de la religión. Es una filosofía optimista, ·como quiera que cree en el
poder de la razón para organizar la vida y sociedad humanas en be­
neficio de todos los hombres. Asume asimismo una actitud crítica, ya
que supone que hacia este siglo la huínani4ad cobra. conciencia· de su
poder y limitaciones y está en aptitud de enjuiciar el pasado y pro-
1' yectar el porvenir.
. La Filosofía del Huminismo nace en Inglaterra, donde, dentro del
ambiente de paz que tiene lugar una vez terminado el período revo-
. lucionario, un poderoso auge de la vida literaria ari'a�tra consig�i a
la filosoija en �eneficio de la cultura. general.· De Inglaterra pasa este
movimiento a Francia: pero aquí repercute la oposición de los ideales

l.______,�
que traía consigo, en la realidad y· política social, de tal manera, que
-XIII

--- --·- _______::J


XIV ESTUDIO INTRODUCTIVO

,l
¡ no sólo la expresión d�. los pensamientos fue más yiolenta y mordaz
desde un principio, sino que tambié� se agudizaron los propios pen­

1 samientos más aceradamente, lanzándose con ímpetu· �ontra lo esta- ·


tuido por Estado e Iglesia. Después de Francia, bien que por directo
influjo de Inglaterra, acoge Alemania las ideas ilumh'lista�, para las
que ya se· hallaba preparada; y aquí se profundizan, y ennoblecen, y
purifican, · gracias a su consorcio con la poesía alemana, con la cual
se integra el renacimiento del humanismo clásicc,.
_En tres grandes vertientes, que se condicionan en puntos múltiples,
pueden visualizarse las doctrinas del Il_uminismo. Es la primera una
corriente en que se da la clásica fórmula del empirismo (Locke, Hume)
y la del sensualismo (Condillac). A decir verdad, es, en su aspecto
polémico, la revancha contra Descartes y los grandes sistemas meta- ··
físicos del siglo xvn.
. La segunda se singulariza por la crític¡1 social,· política y religiosa.
Se desarrolla el deísmo, nacido en Inglaterra; se extiende la idea de
tolerancia; ofreciendo nuevas armas,. y, al examinar las tradiciones en
los diversos campos de la cultura, cobra vuelo la crítica· histórica y
filosófica. (Bayle, Montesquieu, Voltaire).
Pero la simie�te racionalista había ya fecundado con creces en el
humus filosófico ·de Europa. Así se comprende que, a contragolpe, se
la mantenga muy_ viva, bien que ahora torne en cuenta la crítica em­
pirista y sensualista gestándose (tercera vertiente). un consecuente po�t­
racionalismo (Leibniz) . En tan denodada lucha, asimismo, tuvo lugar
otro .hecho de señalada importancia, a saber, los orígenes de la filo­
sofía del ·sentimiento (Vico, Rousseau) .•

. 2. JOHN LOCKE

· Empirismo y método psicológico

John Locke es el caudillo de la filosofía del Iluminismo. Nace en


_, · Wrington (Bristol) el año de 1632. Se educa en Oxford;. convive ·
mucho tiempo la suerte cambiante del hombre de estado Lord Shaf­
¡ tesbtiry; retorna a su patria en compañía de Guillermo de Orange, del

'I �
exilio holandés, hacia 1688. Aquí ejerce, bajo el nuevo gobierno, en
1
pro del cual tomó la pluma en muchas ocasiones, varios cargos pú­
blicos. Muere el año 1704 en ociosidad _campestre.

• Cfr. mi libro Introducción a la filoso/ía de la cultura. Colab. de E. Es0


cobár.


ESTUDIO INTRODUCTIVO XV

Fácil intelección y claridad son prestancias de su naturaleza inte­


lectual; pero a ellas se asocia también cierta oscuridad de pensamien­
to y, a veces, cierta superficialidad en la reflexión filosófica propia- .
mente dicha. No obstante, su peculiar estilo lo convirtió en un ·filó-
sofo popular. Sus obras principales son: Ensayo sobre el entendimien-
. to humano (1690), .Cartas sobre la tolerancia (1689-1705), Tratado
//
i, sobre el gobierno civil · (1690), Pensamiento sobre educación (1693).
Locke· es el fundador ·del método psicológico. Método tal consis-·
tente en expUcar y comprender IaddeasfiÍosóficas recurriendo al ori­
gen y génesis de éstas en la conciencia humana. Para Locke, por ejem­
plo, queda explicado el concepto de sustancia en cuanto se descubre
el proceso psíquico a través del cual el hombre llega a la noción de
un objeto, tomado como ejemplo de tal categoría.
. Locke se plantea con rigor el problema del conocimiento; trata -de
establecer . el origen, alcance y certeza del conocimiento humano. De­
\ muestra, en contra de Descartes, que el hombre no posee ideas in.na­
\ tas. El alma viene al mundo como un papel en blanco. ¿Por qué me­
canismo . se forman en nosotros las ideas? Aplicando el método intros-
pectivo descubre Locke .dos vías diferentes:. la experiencia externa y
la experiencia interna. La externa proviene de la sensación, que es - la
. modificaci9n · que experimenta el alma cuando los sentidos la excitan
directamente. La interna es el camino. de la reflexión, que. es la
. auto-
. percepción del ahna de su propio acontecer.
El alcance del conocimiento plantéase clasificando las ideas en
simples y. complejas. Las primeras tienen su origen en uno o más sen-
. tidos o en la combinapión�de ellos con la reflexión, como la idea de
la extensión. Las segundas se integran por la combinación de varias
ideas simples, como la noción de sustancia. La idea de sustancia sólo
incluye el conjunto de cualidades observables de un objeto._
En las percepciones de las cosas que la experiencia externa revela,
se descubren ciertas cualidades que no siempre correspond�n a dichas
cosas, y otras que sí le pertenecen. Aquellas cualidades verdaderamen­
te objetivas, q�e nos llegan por más de un sentido, como el movía
miento, la extensión, las llama Locke cualidades primarias; las cuali­
dades subjetivas, suministradas por un solo sentido, como el color y
el sabor, son designadas cualidades secundarias..
En cuanto a la certeza del conocimiento, Locke estima que, dado
que --todo coñocimiento proviene de la experiencia, es ésta ··1a única
füent� ·g11e puede garantizar la verdad · de aquél. En tal empirismo lo
verdadero se funda en la concordancia interior de las ideas obtenidas
en' la propia experiencia.
fJ?<
XVI
,i
ESTUDIO INTRODUCTIVO

Otra idea muy importante de la filosofía de Locke y, en general,


r
lj
de todo el empirismo inglés, es el concepto de asociación. ta psique
humana se explica, conforme. a este concepto, por ·un enlace regular y
pérmanente de las representaciones.
Locke acepta· la doctrina del Estado liberal, fundado en la sobe­
ranía ·del pueblo. Entre las formas de· gobierno, este filósofo-se inclina
a la monarquía constitucional, habida cuenta de que el· sujeto de · la
soberanía no es el rey, sino el pueblo. · ·
Para Locke, en fin, la moral tiene un radio de_ acción independien­
te de la religión. Estadó y poder eclesiástico tienen objetivos diversos .
y, por ende, deben marchar sin obstaculizarse, pero por sepa.ado. !I

3. JORGE BERKELEY .

El sub;etivismo inmaterialista

Llevando a. sus extremas posibilidades el empirismo, Jorge B�rke­


ley formula una concepción inmaterialista y un idealismo subietivo, o

·1
psicológico. Berkeley es oriundo de Irlanda; nace en 1685. Estuvo en .
· América como clérigo en la común tarea de fundar un establecimiento
., misional. Llegó a ser · obispo de Cl_oyne. · Muere en 1753. Escribió,
entre otras, las siguientes obras: Nuevos ensayos de una teoría de la
visión ( 1708), Tres Diálogos entre Hylas y Philonous ( 1712), Tratado
sobre los principios del conocimientó humano (1710).
Locke había negado la realidad de las cualidades secundarias. Ber­

keley va más lejos: las cualidades primarias, como la extensión, tam­
bién son meros contenidos de conciencia. La figura de los cuerpos, .11
por ejemplo, no es más que el límite de la sensación del color o de
las representaciones táctiles. La materia no existe. Todas las cualida­
des de los cuerpos son tan sólo ideas (representaciones) en la mente
hum ana (esse est percipi: ser es ser percibido).
Pero al lado de est� inmaterialismo e idealismo subjetivo, postula
Berkeley un realismo teológico. El hombre tiene un conocimiento in­
mediato de su yo. Además, es preciso admitir una causa originaria
de _todas las representaciones. Tal causa es Dios. Las ideas son pues­
tas en la menté del hombre por Dios (Malebranche). La regularidad
y conexión que observamos en ellas están fundadas en la voluntad
inmutable de la divinidad. Las leyes de la naturaleza no ·son otra· cosa
que esta regularidad y conexión de las ideas puestas en nosotros por ·¡
la Divinidad. ;I
'\
1,

u
l

1:
ESTUDIO INTRODUCTIVO XVII

Dado que, además de la realidad de Dios, admite Berkeley la exis­


tencia de conciencias finitas, bien que creadas por Aquél, suele lla­
marse también pluralismo espiritualista a su doctrina. Este pluralismo
metafísico bien recuerda la monadología de· Leibniz.
Esta concepción .teológica de la filosofía de Berkeley no menoscaba
el valor de_ algunos de sus pensamientos, particularmente en ·el campo
de la psicología.

4. HERBERT DE CHERBURY, TOLANO, COLLIN, ·


SHAFTESBURY, 'MANDEVILLE

El deísmo y· su crítica
La concepc1on teísta de Berkeley era en . el fondo una réplica al
deísmo inglés, cuyo fundador hay que verlo en Herbert de Cherbury
(1583-1648). El deísmo enseña que Dios existe, que ha creado el mun­
do, pero que no interviene en éste a manera de .providencia divina.
Fundada en la razón, esta concepción religiosa excluye de sí los mila­
gros. Los cinco postulados de ta� religión natural, o deísmo, son:
l '! Hay un Ser Supremo.· 2'? Debemos orar a -e1. 3'? La parte m�s im­
portante de esta veneración la constituye la virtud unida a la piedad.
4'! El hombre debe arrepentirse de sus pecados y librarse de ellos. 5'? El
bien y el mal son premiados y castigados en ésta y en la otra vida.
Lo. que excede a est_os cinco artículos es invención humana. Véase su
obra De la verdad· en cuanto se distingue de la revelación, de lo ve-
rosímil, de lo posible--y, d.e lo falso.
El más importante de los deístas ingleses, por su influencia litera­
ria, es John Toland (1670-1722), quien hace ver en su obra El Gris:
tianismo sin misterios, que en la doctrina de-Jesús de Nazareth no hay
nada contrario o superior a la razón. "Los misterios son usos tomados
de judíos, que luego fijaron como sacramento los padres de la Iglesia.''.
Anthony Collin (1676�1729) es, acaso, más radical. Funda la doc­
trina del libre pensamiento: En su· obra ·que lleva el título Tratado
sobre el libre pensamiento, defiende la idea de que el pensamiento
libre es un derecho inalienable de la razón por sobre la Biblia y toda

c�
creencia religiosa.
Tratando de conciliar la creencia con una concepción del mundo,
en la que tienen sus partes tanto la razón como el sentinúento, aparecé
Lord Shaitesbury (1671-1713). Ei punto central de su filosofía es el
, entusiasmo por lo. verdadero, lo bueno y lo hermoso. La _ética, la reli-
estética se fundan sobre el sentimiento. El sentimiento moral
XVIII ESTUDIO INTRODUCTIVO

(moral sense) es independiente del religioso, pero halla en él su com­


oJemento. No nace del catecismo ni tampoco de la experic¡pcia sola­
mente, sino que se origina de la naturaleza humana., (V�ase su obra
Cartas sobre el Entusiasmo.)
La filosofía de Shaftesbury culmina en un optimismo. Contra esta
actitud se levanta la opinión, un tanto cínica, de B. de Mandeville
(1670-1733). En su folleto La fábula de las abejas, o vicios privados,
beneficio para los hombres, dice que el poder y florecimiento de una
sociedad no dependen, de la virtud de · sus individuos, sino de sus
malas inclinaciones (vanidad, egoísmo, hipocresía, mentira, vicio).
Cuando en la vida en sociedad de su fábula se introduce la honradez,
la paz, la virtud, desaparece el poder, el brillo y la felicidad. Querer
unir la grandeza y la rectitud es un sueño vano.

5. BAYLE, MONTESQUIEU, VOLTAIRE

El Iluminismo en Francia y la critica social


Característica del Iluminismo francés es su contacto con la situa­
ción política y social reinante . en Francia. Precursor de esta filosofía.
en este país, es Pedro Bayle (1647-1706). En las notas críticas redac­
tadas en su obra· capital, el voluminoso Dictionnaire historique et cri-
tique, campea una censura implacable de la filosofía tradicional. Para
Bayle no son compatibles revelación (dogma religioso) y razón (cien­
cia). Considera que los hombres pueden llevar.una vida honesta aun­
que carezcan de ciertas convicciones religiosas. Defendió la. separación
. de la . Iglesia y el Estado y la idea de tolerancia absoluta.
Bayle ha .suministrado enseñanzas para una filosofía de la historia,·
libre de prejuicios. Fue célebre -su divergencia con Spinoza en temas
teológicos y su clara oposición a la tesis · de Leibniz de la armónía pre­ l�J !
establecida. Cáustico y sentencioso, recuerda ·el estilo de Montaigne.
-La crítica social alcanza resonantes éxitos en las obras de Mon­
tesquieu ( 1689-1755). Primero en sus Cartas Persas, en donde ima­
gina el autor a dos viajeros persas, quienes censuran la situación
social de Francia desde el punto de vista de la tibertad · política y re­
ligiosa. Más tarde, en sus Consideraciones sobre las causas de la gran­
·deza y decadencia de los romanos,· trata de hacer ver que el auge de.
las .naciones se funda .en la libertad política. Pero, de seguro, la ob.ra
filosófica más importante de Montesquieu .es El espiritu de las leyes,
que en menos . de dos años fue impresa más de dieciocho veces. En·
este libro -muestra que el espíritu de las leyes nace del espíritu de cada
·,
• -1. ESTUDIO INTRODUCTIVO XIX

. pueblo, es decir, de sus circunstancias históricas y geográficas, como


son el clima, la hidrografía, la fauna y la flora, la� costumbres, la
religión...
Más importante en la historia de la filosofía que los dos anterio­
res pensadores, es Voltaire (1694-1778). Locke y· Newton influyen
poderosamente en su concepción filosófica. "Voltaire- no es ningún
pensador independiente y agudo¡ pero por su personalidad entéra,
que_ más que ninguna otra proclama el derecho del talento frente al.·
· . del nacimiento, por su incesante lucha en favor de la libertad de con­
ciencia, de palabra y de prensa, por su valiente defensa de las vícti­
mas de la justicia asesina civil y eclesiástica, por la sátira mefistofélica
con que despoja. de su santidad intangible los fundamentos de toda.
autoridad tradicional, por _todo esto, llega a ser Voltaire una potencia
espiritual decisiva de su época y de su país. En su modo de ser curio­
samente múltiple y cambiante se encuentra en el límite de dos épocas"
(Von Aster).
Tres ideas fundamentales conforman la doctrina social de Voltaire,
quien ha sido el primero en emplear el término "filosofía de la his-
. toria". Estas ideas son: la del despotismo ilustrado, confonrte a fa
cual ha de conducirse el pueblo bajo una -especie de dictadura, bien
que constituida por funcionarios ilustrados y movidos por un resuelto
_ afán de impartir la justicia· social; la _del fomento de las ciencias y·
'1 de Íos conoc;imientos humanos para comprender la naturaleza y apro­
vechar las verdades obtenidas en beneficio del hombre, y la de un
deísmo condensado en estos postulados: existencia de Dios, libertad
e iruuortalidad dei alma. "Si Dios no existiera, habría que inventarlo."
Aunque en su filosofía de la historia sigue las huellas de• Montes­
quieu, da más importancia a las causas sociales que a las geográficas
y físicas. ' ·
. Las obras filosóficas más importantes· que dio a la estampa Vol­
taire fueron: · Cartas sobre los )ngleses o Cartas filosóficas ( 1733),
Cándido (1759), Tratado sobre la tolerancia (1163), y Diccionario
filosófico (1764) .

�AMUEL PUFFENDORF Y CRISTIAN TOMASIUS

La filosofía ilumi'nista del derecho

El lhuni!lismo tiene un triple carácter, a saber: a) que la filosofía


se funda en la razóri; b) que ha de justificar el bienestar terreno, ·y,
e) que concierne a todo el género humano. Se diferencia de la teolo�
XX ESTUDIO INTRODUCTIVO

il
gía qt,te se funda en la revelación y que ve por el bienestar celestial
· de los hombres. Los juristas encuadran sus doctrinas dentr• de tales
ideas.
• Samuel Puffendorf (1632-1694) es jurista eminente. Los orígenes
del _derecho natural y moral están en Dios,. pero el conocimiento de la
filosofía jurídica y de la filosofía moral es independiente de la reve­
/,
lación. "Someter la filosofía al criterio de esta última no es filosofar, ·
sino hacer teología. El derecho natural debe tener.para los indios y los ¡j
-turcos, la misma validez que para_ los cristianos."
En su obra De iure naturae et gentium libri octo (1672) afirma
que el derecho natural nace por el amor propio, que lleva � fos indi­
viduos a su conservación y bienestar, dado el estado de indigencia en .
que éstos se encuentran. Si el hombre' es un ser racional, la respuesta
a su vida de relación es el jusnaturalismo, cuyo principio dice: "Cada .
cual en cuanto dependa de sí, debe mantener ·con. sus semejantes un
,. _ estado pacífico 'de sociabilidad conforme, en general, a la índole y
finalidad del género humano."
·
Tomasius (1655-1728), en su libro Fundamenta juris naturae et
gentium ex sensú communi deducta, ve los fundamentos de la vida
moral y social en la misma naturaleza humana, y, precisamente, en
sus tres tendencias fundamentales: la de vivir lo más y lo más feliz•
mente posible; la de evitar el dolor y la muerte, y la tendencia' a la
· propiedad y al dominio. Sobre estas tres tendencias se fundan respec­
tivamente el derecho, la política y la ética. "El derecho, fundado en
la primera tendencia, mira a la conservación de un orden pacífico
entre los hombres. La política, fundada en la segunda tendencia, pro­
cúra promover este. orden pacífico por medio de acciones encamina­
das a tal fin: La ética, fundada .en la tercera tendencia, intenta la �
adquisición de la paz interior de los- individuos." �l

De esta manera Puffendorf y Tomasius ·configuran la filosofía del . ,\il


1
· derecho dando al jusnaturalismo una fórmula iluminista. *

* Cfr: A. Plebe� Che cosa é !'Iluminismo. Roma, 1969.

¡J
· \

j.

II

GODOFREDO .GUILLERMO LEIBNIZ

Con Descartes, los ocasionalistas y Spinoza, de un lado, y Bacon,


Hobbes · y Locke, de otro, se transfiere en la Epoca de las Luces una
( ruda contienda. Los primeros, en efecto, toman como principio supre­
mo de ver�ad la evidencia racional; los otros, la experiencia sensible.
Aunque aguda, esta oposición.no es. absoluta. En el fondo, son dos.
maneras de ver los problemas que tenían mucho en común: un pro-.
fundo interés por la ciencia, una gran confianza en las capacidades
de la inteligencia humana, y una r�suelta voluntad de mejorar la con­
dición del hombre.
Las cabezas más penetrantes de la Epoca de las Luces c¿mprenden
de inmediato estos caracteres de la modernidad y en su peculiar len­
1
guaje los ponderan con firmeza. Hay ·más: tratan· de difundirlos y
lograr con ellos, gracias al diálogo filosófico, socorrido estilo· literas
ria a la sazón, suavizar las diferencias de' doctrina; lo que se traduce
en conceder recíprocamente al adversario parte de la verdad. En efec­
to, en Leibniz y Berkeley se observa una notable atenuación de los
motivos de divergencia, ya que ambos· tienen en cuenta las exigencias
1
1
1
legítimas de la. posición opuesta; Por el contrario, en Wolff y Hume
¡ la oposición se vuelve más agtida.
La atenuación de la concepción racionalista vino a dar a ésta un
1,
toque conciliador de tal importancia, que puede ser considerado como
' una post-formación de la doctrina. Este· post-racionalismo se preocupó
.por evitar los dos excesos de la. doctrina racionalista. radical: el mo­
nismo . absoluto y la explicación geométrica de la real!dad.

l. PERSONALIDAD

El filósofo más polifacético de la l!poca de las, Luces y el fundador


al - propio tiempo.· dé la filosofía alemana, es Godofredo · Guillermo
Leibniz. Nace en Leipzig (1646); estudia allí y en Jena; se gradúa
eri Altdorf. Merced a su amistad con Boyneburg, entra al servicio de
la· diplomacia. dél · principado . de Maguncia, en donde, teniendo a la
XXI

- ----------'
XXII , ESTUDIO INTRODUCTIVO

,, vista planes políticos a la vez que cie�tíficos, lleva a cabo•un vmJe


diplomático a París y Londres; más tarde, es nombrado bibliotecario
e ·historiador . de la corte al servicio de la casa de Hannover y Bruns­
wick. En todos estos cargos actuó con un espíritu nacional alemán Y­
en pro de la paz confesional. Después vivió en la corte de la primera
reina de Prusia, Sofía Carlota, en Charlottenburg y Berlín, donde fue
fundada, bajo su presidencia, la Academia de Ciencias. Todavía hizo
un largo viaje a Viena. .Aquí, como en Petersburgo, promovió la fun­
dación de nuevas'academias. Muere el año de 1716, en Hannover:
Leibniz es uno de los más grandes sabios que han existido; no
hay territorio de las ciencias en el que no haya participado e influido
ac�ivamente. Doquier hace valer este universalismo, en forma conci­
liadora, a modo de un intento por acoplar oposiciones éxistentes. Pero
también. participa en la política y en los conflictos religiosos. Tal di­
versidad y dispersión de su vida se revela asimismo en que sus con­
vicciones. científicas se consignan en artículos fragmentarios y en una
correspondencia increíblemente grande.
Polígrafo en toda la; fuerza del vocablo,. su herencia intelectual. es
innegable: en matemáticas descubre el cálculo infinitesimal; en física
formuia la ley de la conservación de la energía; es uno de los fundado­
res de lá logística y uno de los precursores de la psicología del incons­
ciente. Como teólogo se. le reputan los más 'altos elogios por propios
especialistas, y como jurista tiene su nombre en la historia del ·derecho.
Su universalismo lo lleva desde joven al campq de la filosofía,
donde, a lo largo de una vida infatigable, obtiene logros que le con­
vierten en el creador de un nuevo racionalismo. De Descartes no sólo
le separaron tesis fundamentales. Incluso lo alejó la forma de filoso­
far. Descartes inició el estilo personal de ejercer la filosofía. Leibniz
subraya el ·rendimiento conjunto del saber, que lo llevará como de la
mano al concepto de filosofía perenne. Un hombre solo no es capa�
de todo. "Cuando pienso en cuanto hizo Descartes, decía en 1675,
. me sorprende más de lo obtenido, que de lo mucho que dejó del hacer."
\. l
_2 •. LA PRÍMERA ETAPA. ÜBRAS CARACTERÍSTICAS

La evolución intelectual, en particular matemática y filosófica, ofrece


en Leibniz un consecuente proceso y, por ello, una suerte 'de continui­
dad, fácil de percibir. Ya fue dicho que Leibniz- era un polígrafo;
más: un hombre úniversal. El desarrollo de su pensamiento, siempre
en marcha, es, por decirlo así, recíproco y simultáneo: su saber cien­
tífico afecta su saber filosófico; la etapa filosófica que recorre influye
ESTUDIO INTRODU.CTIVO XXIII

en su formación científica. Con todo, hay un hito en su evolución filo­


sófica: el año de 1686, fecha en que da los últimos toques a su Dis-,
curso de ,rietafísica inaugurándose su segunda etapa, sistemática. Así
lo declara él 1nismo en carta a Thomas Bumet, años después. Dice
allí (en 1697): "He cambiado y vuelto a cambiar de nuevas luces,
•Y no fue sino doce años atrás que me sentí satisfecho, y que obtuve
demostraciones en temas_ que parecía difícil encontrar."
En su primera etapa de evolución destacan sus estudios sobre ló�
gica, originados en contacto íntimq con su quehacer matemático, que
pronto lo llevará a vislumbrar eJ cálculo diferencial. En 1663 expresa
clara oposición al panteísmo naturalista de Spinoza, en su Dissertatio
de principio individui, trabajo, por cierto, de orientación nominalista.·
En 1666 redacta su Dissertatio de arte combinatoria, en la · cual se
advierten dos ideas dominantes: el propósito de conferir a la lógica
la seguridad propia de los métodos de la matemática, y la convicción
de que la lógica tradicional es utilizable en este empeño renovador.
La Dissertatio de arte combinatoria trae consigo ideas de- resonan­
cia ontológica en ·general. Leibniz· propone un análisis de conceptos,
encaminado a indagar las nociones más simples, piezas de construc­
ción de los conocimientos generales. Encontrados diéhos eleme1J,tos y
.l caracterizados con signos particulares '(alfabeto de los conocimientos
humanos), se puede llegar a nuevos conocimientos mediante una ade­
\ cuada combinación de ellos, llevada a caoo mediante método matemáti­
co. Tal método, por cierto, involucra la noción de serie, que cabe apli-
. car, nada menos, que a la sucesión, orden y secuencia del universo. ·
. Hacia 1668 escribe dos pequeñas obras de carácter teológico: Con­
. essio
f 1J,aturae contra . Atheistas y Defensio trinitatis per nova reperta
logica. En el primero de estos e_scritos intenta inferir la prueba de
la existencia de Dios, del conc�pto mismo del cuerpo criticando de
paso a los atomistas. "Con el concepto del cuerpo están ligados el
de espacio y·el de hallarse en el espacio. Tamaño y figura del cuerpo
se explican naturalmente -por el espacio que el cuerpo llena. Lo que
· no se explica es por ·qué el cuerpo ocupa· este espacio, y este -espacio
tal coip.o está hecho, y. por qué tiene precis�mente esta figura determi­
nada_.º Lo mismo ocurre con el concepto del movimiento del . cuerpo.
En una pabtbra:. para explicar la especüicidad de 1a cosa, su indivi­
1
dualidad, hace falta un principio incorpóreo."
También aquí yá se manifiesta su vocación religiosa. Trata, nada
menos, dit conciliar todas las confesiones cristianas. Por encargo de
Boyneburg reedita en 1670 la obra de Mario Nizolio Antibarbarus phi­
· 1osophicus, sive Philosophia Scholasticórum impugnata (que data de
XXIV ESTUDIO INTRODUCTIVO

1553), pero la hace preceder de una Dissertatio dé stylo philosophico


Nizolii, en _que muestra que el autor no distingue entre la d9Ctrina de
Santo Tomás y la de los escolásticos de la decadencia.'
· Más tarde retoma los problemas lógicos y se· adentra en los físicos.
En sus opúsculos: Theoria motus concreti (Hypothesis physica nova)
y Theoria motus abstracti, ambas de 1671, desenvuelve el principio
de razón suficiente. En la segunda de ellas declara: "Si Euclides pue­
de contentarse -con el· axioma 'el todo es mayor que la .parte', la: teo-
. ría del mov4Diento exige un principio más elevado." Y en el pequeño
· Ensayo sobre la omnipotencia y la ominisciencia de Dios y sobre la
libertad del hombre, designa a Dios la razón en virtud· · de ia cual existe
alguna cosa con preferencia a nada.
En 1673 redacta Confessio philosophi (La confesión de fe del
filósofo). Allí aparecen pensamientos, bien que de manera incipiente,
acerca del· origen y . destino del mal, de la libertad hum ana conio ca­
rácter esencial, de la finalidad del universo, de la predestinación, ya
en sentido cristiano, y, por ello, optimista. Finalmente se pedila el
principio de razón, suficient� como doctrina ontológica de una filo- ·
sofía de lo posible.
E� 1676, da Leibniz otro paso importante hacia su sistema: des­
cubre el cálculo diferencial (Cfr. Carta de Leibniz a Oldenburg, 13 de
junio). Esta invención no se hace con independencia de su filosofía;\
Al contrario: conforme a sus propias· manifestaciones, son precisa­
mente motivos lógicos de su sistema filosófico los que le llevaron a
ella. "A su vez, la profundizada comprensión matemática hubo inme•
diatamente de modificar, obrando por reacción, los supuestos lógicos
/ y metafísicos del sistema. Al encontrar Leibniz en el método infinite­
simal el instrumento con cuyo auxilio le era dable a la ciencia engen­
drar figura y- tamaño, partiendo de su origen, se le abrió también el
camino para una inteligencia del concepto de substancia, más exacta
y fecunda. Y he aquí cómo la ley fundamental de la filosofía de Leib­
niz, la ley de continuidad, se confirma también en su propia evolu­
_ción espiritual. El concepto de conato, el concepto de tendencia al
movimiento se profundiza y convierte · en el concepto originario de
fuerza.. El movimiento, lo mismo que la extensión, no podía en ade­
lante entenderse como algo dado actualmente, como un quantum ya
existente, el nuevo análisis de lo infinito daba la posibilidad de des­
cubrir _matemáticamente su origen y de entenderlo más bien como
fuerza."*

• W. Kinkel, Leíbni'i,' pág; 205.


\
.ESTUDIO INTROOUCTIVO . XXV

Hacia 1676 termina propiamente su época de aprendizaje. En el


. lapso 1677-1685 tiene lugar un retiro ·en que se dedica. a madurar
su . pensamiento. Escribe entonces · Specirrien calculi universalis, De.
· Syntesi et Analysi universali, seu Arte inveniendi et iudicandi, Medita-
. ciones de Cognitione, veritate et ideis (1684), en que aclara su posi­
ción respecto de Descartes. En Nova Methodus pro maximis et mini­
mis (1684)., que publica en Acta Eruditorum, da decisivos toqúes a
su descubrimiento del cálculo infinitesimal, ,En 1685, a sus cuarenta
años, creyó finalmente haber llegado a su propia doctrina. Así se
inicia su segundi ·etapa, definitiva y sistemática.
La definitiva separación' de . Descartes coincide con los principios
de su sistema. Si en 1669 en la Epístola ad Jacobum Thomasium ve
Leibniz la manera de conciliar la doctrina ontológica de Aristóteles con
· 1a de Descartes, ahora en sus Meditationes, de 1684, tras una .revi­
sión de las nociones de ideas claras y distintas (tema fundamental del
tratado), se lanza a la crítica del mecanicismo, reafirmando contra
Descartes el dinamismo y la existencia .de causas finales.

·3, LA ETAPA SISTEMÁTICA. ÜBRAS REPRESENTATIVAS

Ya quedó dicho que la etapa sistemática se inicia con el opúsculo Dis­


cours de Metaphysique, terminado en 1686. Desde 'entonces se con­
servan los rasgos fundamentales de su doctrina, . la cual se enriquece
a veces con una más expresiva: terminología. Tras el Discours, los tra­
bajos se suceden· con prontitud. Alternan los ·opúsculos y la siempre
importante correspondencia epistolar.
He· aquí los principales escritos: Correspondencia con Arnauld,_
1686-1690; De Vero Méthodo Philosophiae et Theologiae, 1690; Si la
esencia del cuerpo consiste en ·la extensión, 1691; Animadversiones in
partem generalem Principiorum Cartesianorum, 1692; De• notionibus
Juris et /ustitae, 1693; De Primae Philosophiae Emendatione et de
Notione-Substantiae, 1694; Nuevo Sistema de la Naturaleza_ y de la
comunicación de las substancias, 1695; Escritos a Gabrie(Wagner acer­
ca de la u.tilidad del arte de razonar o L6gica, 1696; De rerum origi-.
natione radicali, 1691; De. ipsa natura, sive ·de vi insita Actionibasque
Creaturarum, 1698; Consideraciones sobre el espíritu universal único,
1702; Nuevo tratado sobre el ente,:idimiento humano, 1704; Conside­
raciones IJJbre los principios de la vida y sobre las naturalezas plásti0
· cas, 1705; Ad rev. Patrem Des Bosses Epistolae; 1_706; Anim_q�ver­
sfones ad /oh. G. Wachteri Librum �braerum philoso-

15 7 8 8 ,ARANGO BEIUtto
PBRO: DAVID
'---'----�- ___ _ __ __ s�A.Rl� ��o_R_______,
XXVI ESTUDIO INTRODUCTIVO

phia (que incluye la refutación de Spinoza) ,. 1708; Commentatio de


Anima Brutorum, 1710; Ensayo de Teodic(!a. sobre la bondflld de Dios,
la libertad del hombre y el origen del mal, 1110; De la_ felicidad; 1710;
La Monadología, 1714; Principios de la Naturaleza y de la· gracia,
1714; Correspondencia·con Nicholas Remond, 1715-16; Corresponden­
cia con Bourguet, _1709-16; Correspondencia con Clarke, 1715-16.
Respecto a las obras de Leibniz, hay que añadir que fueron pocos
los trabajos publicados d1:,1rante su vida. Lo confirma él mismo cuando
advierte que qu_ien le conoce por sus escritos publicados, no le conoce
( qui me ab editis novit, non novit) . . La mayor parte de sus manus­
critos se ha ido exhumando de los anaqueles de la biblioteca de Hanno­
ver, c�ntro de su actividad literaria, y no pocos de ellos aún son
inéditos. La Academia de Ciencias de Berlín h� emprendido des4e 1923
para remed_iar estO, una edición completa de sus trabajos:· G. W. Leib­
niz, ·saintliche Schriften und Briefe. · Ji
..,La idea de orden es forma y contenido de su filosofar. De ahí par­
ten las líneas que configuran su sistema. Leibniz. trata de ajustar equi­
libradamente las diferencias de doctrina, buscando puntos de vista
conc;:iliadores. Propiamente no es un ecléctico. El eclecticismo trata de
ensamblar jdeas en un canevá, mant�niéndolas en su reiterado signi­
ficado. Leibniz, por sobre esta tarea compilatoria, bien que selectiva,
se eleva a un criterio superior capaz de allanar y reducir a su justo
término los diferentes pensamientos, a veces en pugna, rectificándo-
- los, postformándolos, integrándolos.
El método leibniziano ve de concertar ,y unir las diferencias. De
éstas quiere obtener, por asimilación recíproca,- nuevas concepciones,
de parecida manera como en el cálculo infinitesimal, de infinitas dife­
renciales se obtiene una integral, Así se esfuerza por avenir la ima­
gen teológico-finalista· del mundo con. la físico-mepánica. ¡Excepcio­
nal, intrincado y_ exórbitante empeño metafísico! Es la de Leibniz una ·
filosofía integrativa, cuyo sistema ofrece siete grandes líneas. 1. Racio­
nalidad del universo, idóneo y susceptible de un conocimiento lógico, d
basado en la posibilidad (virtualismo), 2. Autonomía e independen- ·
da metafísica de lo individual (pluralismo monadológico). 3. Noción
inexcepcional de orden, explícita en una armonía de todos. los· seres.
4. Cuantitativa y cualitativa infinitud del universo. 5. Mecánica expli­
cación de la naturaleza, cadena de causas y efectos, sostenida, empero,
en un. punto metafísico. 6. Providencialismo y optimismo (El mejor
de lo_i¡ mundos posibles). 7. Naturaleza y gracia, reinos que progre­
sivamente se pen�tran haciendo posible la ciudad de Dios en la _historia. 1I•

: ·1

r, ;-;\
.·· � .-' •• �¡ """ f?-
i�: 1.

ESTUDIO- INTR0DúCTIVO. XXVII

Leibniz fue un hombre de nutrida lectura; At1n joven, está ente­


rado de la filosofía antigua, • dentro de la cual menciona de preferen­
cía a Demócrito y Aristóteles. De est� último conoce ·in _extenso· SttS
trabajos lógicos y psicológicos. En punto a metafísica, empero, su
lectura .se sol�za en Platón y Plotino, más con el primero que con el ·
segundo. Habla con. admiración · de San Agustín, quien lo llevará al
tema del mal� entre otras ideas importantes. Bieri que no con la misma
profundidad, se hace eco de Santo Tomás y de Guillermo de Occarri.
De Ramón Lulio obtiene las raíces de su logística ..
Los filósofos y hombres de ciencia del Renacimiento son · signifi­
cativos en su formación. En su idea del universo infinito están · pre-­
sentes Bruno, Campanella, Kepler, Galileo, Pascal ... ·Pero es, sin
duda, el racionalismo de Descartes quien lo orienta y conduce por el
camino de la filosofía. Leibniz recoge la concepción racionalista de Des­
cartes a beneficio· de inventario. Es cierto; pero la impronta que deja
en él, es tal que• su sistema llevará eLnombre de post-racionalismo.
De Spinoza, quien constituye otra _de sus fuentes, se apartaccada
. ( vez más. Apenas publicado; leyó el Tratado Teológico-Político del pen­
sador judío; en 1678, su Etica demostrada según el orden geomJtrico.
A poco, manifiesta una reacción vigorosa al monismo· determinista spi-
. noziano, oponiendo un concepto pluralista, creación de un Dios per­
sonal, libre, sabio y providente; rechaza la necesidad de los posibles
y de las cosas y opone a la necesidad absoluta una secuencia moral o
hipotética. Leibniz conoció personalmente a Malebranche en París, du­
rante su estancia en 1674-75_, justo cuando apareció la Recherche de
. la vérité. "Desde entonces mantuvo con él .una co-piosa -corresponden­
¡ .·
ci�. Le alaba por haber restablecido las causas finales y manifiesta su
conformidad con dos tesis malebranchianas: que_ los cuerpos no obran
1 \ propiamente sobre nosotros y que vemos todas las cosas en Dios.'' Con
todo, hay que subrayar decisivas diferencias. Malebranche identifica
la materia con la extensión y rechaza la forma como una quimera.
Leibniz, por el contrario, acept� las formas. sustanciales, aunque dán­
doles un sentido dinamista. Malebranche llegó a la visión de las· cosas
.p
en Dios y al ocasionalismo, mientras que Leibniz propone la _ armonía
preestablecida y la vislón de las cosas por intermedio de Dios; lo que
es diferen?e."'

• Cfr. G. Fraile, op. cit.


l

. 1
XXVIII ' ESTUDIO INTRODUCTIVO

5. ÜRDEN Y RACIONALIDAD •

La filosofía de Leibniz es una filosofía del orden; lo que se com­


pagina, por principio, con una concepción racionalista. Si la razón de
algo . es la concatenación de las verdades, y éstas se refieren a ·los
1

objetos por conocer, orden y racionalidad son inseparables en la me­


ditación filosófica. El orden, por otra parte, no-ha de culminar ·en un
¡)
determinismo o explicarse more geometrico (como en Spinoza). La
realidad es compleja. En ella existe una ordenación o concierto varia­
ble de posibilidades; contiene sucesos o hechos libres, dispuestos, por
cierto, dentro de una sucesión conforme a ciertas reglas de la existen­
cia universal.
En su Discurso de meta/ísica expresa esta idea medular: "Lo que
pasa por extraordinario lo es sólo con refere'ncia a algún orden par­
ticular parecido entre· las criaturas, ya que, en cuanto al orden uni­
versal; todo es perfectamente armonioso. Ello es tan verdadero que
no sólo sucede en el mundo nada que se halle absolutamente'fuera de
la regla, sino que no se podría ni siquiera imaginar algo que sea tal.
Supongamos, en efecto, que alguien señale una cantidad · de puntos en
el pa·pel ele una manera cualquiera, yo digo que es posible encontrar
una línea geométrica _cuya noción sea constante y uniforme. conforme
a una determinada regla, de tal manera que pase por todos estos ·
puntos precisamente en el orden con el cual "la mano los ha trazado.
· Y si alguno traza alguna línea continua; ya sea recta, curva o· de otra
naturaleza, es posible encontrar una noción o regla común a todos los
puntos de esta línea, en virtud de la cual los cambios mismos de la
línea se explican. Así,· por ejemplo, no hay rostro al guno· cuyo: con-_"
torno no forme J;>arte de una línea geométrica y que no pueda ser tra­
zado de un solo trazo por medio de un 9eterminado movimiento re­
gulado. Pero cuando una regla · es muy compleja lo que le pertenece
pasa por irregular. Así, se puede d�cir que de cualquier modo que
Dios. hubiera creado al mu�do, el mundo habría sido siempre regular
•Y con un ritmo general."-•
El concepto de orden en Leibniz incluye la libertad, ello es, la
elección entre variadas posibilidades. La elección, además, no signifi­
ca decisión arbitraria. En el mundo de la libertad hay leyes como las
· hay en el mundo de la naturaleza. En éste priva la necesidad; en
aquél, el principio de lo mejor. Pero loi¡ hechos causales, necesarios,

• Cfr. N. Abbagnano, op. _cit.


ESTUDIO INTROD.UCTIVO XXIX

lo han· sido, porque fueron. posibles. El prin?ipio fundamental para


Leibniz es, por ello, el principio de la posibilidad. · Su optimismo de-
clara qtie Tiios ha creado el mejor de los mundos posible�
"'t"":·sido.·
El mundo en que vivimos es,.. en efecto, real, pero pudo habe�-
otro. Dentro de tal realidad, ocu�n, hechos que pudieron ser de
otra manera, ello es contingente. Nació Descartes un - día de 1596,
pero pudo haber nacido después, o no haber nacido nunca. Sin em­
bargo, así fue, y es_ que hubo una razón suficiente para serlo; en tal
caso una causa determinante; causa, a su turno, que fue efecto de
otra causa anterior y así hasta el infinito. La filosofía de lo posible
implica la idea de racionalidad del mundo. Los. hechos contingentes
tienen explicación racional. Precisa examinar el principio de razón
suficiente; pero· ello cae dentro del territorio de la lógica.

6. VERDADES DE RAZÓN Y VERDADES . DE HECHO._ IDENTIDAD,


c°ONTRADICCIÓN Y RAZÓN SUFICIENTE. IDEA DE CONTINUIDAD

Los conocimientos humanos son de dos clases: verdades de razón ,


y verdades de hecho. Las primeras son necesarias; las segundas, con­
tingentes. Las primeras son conocimientos matemáticos y lógicos; las
segundas, de la experiencia física· y de la historia.
Los términos cartesianos "innato" y "adquirido" son llamados a
priori y a posteriori. Un · conocimiento a posteriori es el conocimiento
recibido por la experiencia (que es la manera de ·constituirse las ver­

'1
1'
¡
dades de hechos). Con la denominación de a priori designa lo que
esta virtualmente en el e�píritu, y es susceptible de desarrollarse en la
conciencia.
Lo a priori es, por lo tanto, lo que es independiente de la expe­

,1
riencia. Leibniz ·une al principio que el empirismo mantenía: Nihil
est in · intellectu, quod non prius fuerit in· sensu (nada hay. en el in­
telecto que primero no haya estado en los sentidos), la idea: nisi in-
tellectus .ipse (excepto el intelecto mismo).

l . Las verda_des de hecho son contingentes;. tienen que ver con la·
realidad efectiva; constituyen, dentro de lo posible, el grupo mucho
más restringido de los hechos reales. Estas verdades no están funda- ·
,.e das en los principios de identidad y de contradicción; lo cual quiere
decir que su contrario es posible. Sé fundan en el' principio de rai6n
· suficiente. �ste principio significa que "nada se verifica sin una razón
suficiente, esto es, sin que sea posible al que conozca suficientemente
las cosas, dar üna razón que basty pará determinar por qué es así y.
:-
XXX ESTUDIO_ INTRODUCTIVO

no de otro modo". La razón suficiente no es una causa necesaria: es


un principio de orden, de concatenación, por medio del �al las cosas
se suceden unas· a otras sin formar, sin embargo, una cadena nece-
. saria: es_ un principio que garantiza la libertad y contingencia de
las cosas reales: el principió de aquel orden que Leibniz se esfuerza
por encontrar en todos los aspectos del Universo: un orden que im­
plique y haga posible la libertad de la elección.
Otro carácter de este principio es· que también involucra fa causa
final. Aquí Leibniz se aparta de Descartes y de Spinoza para adherirse
a la metafísica aristotelicoescolástica. Si Dios ha creado el Mundo por­
que es el mejor, ha obrado por un fin, y este fin es la verdadera causa
,,
de su elección. Y si el orden del Universo es un orden contingente y
libre, debe fundarse en las finalidades que las acciones contingentes y
opcionales realizan. ·
Entre los conceptos no existe una oposición radical. Reposo y mo­
vimiento, por ejemplo, pueden ser �venidos, gracias ·al concepto· de
velocidad._ El reposo puede ser considerado como un movimiento de
velocidad infinitamente pequeño, por ende, diverso de éste sólo de .1,1
manera relativa. En otros términos, el concepto de continuidad hace
posible la relación lógica de las ideas; continuidad; por otra parte,
que- también·- se produce en la naturaleza. -"La naturaleza no procede
por saltos, sino poi: grados. insensibles". Partiendo de estas ideas llega
Leibniz a inventar� nada menos,· que el cálculo infinitesimal.

7. EL VIRTUALISMO. SENSIBILIDAD Y ENTENDIMIENTO

Por lo que concierne a la oposición epistemológica entre experiencia


· . y razón, Leibniz crea�, doctrina racionalista del virtualismo. Otro
testimonio de su mente conciliadora.
En la conciencia humana se dan grados d; conocimiento. El alma
a veces tiene percepciones oscuras; otras, clara� y· distintas. A las pri­
meras, que suelen ser inconscientes, las llama _Leibniz petites percep­
tions. Entiende por apercepción el proceso mediante el cual percep­
ciones oscuras y- confusas se convierten en representaciones claras y
distintas. En dicho proceso, el alma reconoce tales representaciones
como suyas, elevándose a la ·autoconciencia. La vida mental consiste
en la transformación de percepciones inconscientes en representacio­
nes conscie�tes, en captar percepciones con claridad y distinción.
Sensibilidad y entendimiento, cuya diferencia reside para Leibniz
en el diverso grado de 1a· claridad y distinción, tienen por tanto, idén-
ESTUDIO INTR0DUCTIVO XXXI

tico contenido, sólo que en la primera (en la sensibilidad) es repre­


sentado de manera oscura y confusa lo que en el segundo (el enten-
-dimiento) llega a ser claro y distinto. Al alma no viene nada de afue­
ra; lo que ella se. representa de manera consciente, se halla contenido
ipconscientemente en ella de . antemano; y, por otra parte, el alma
no puede añadir nada en sus-· representaciones conscientes que no esté
de antemano en ella: Por tanto, con ello declara Leibniz que, en cierto
sentido, bien que inconscientemente, todas las rep�{sentaciones son
innatas, y que en otro sentido, a saber, conscientemente, no se da nin­
gtina idea innata en el alma humana. Llama a tal relación innata exis-
··
tencia virtual de las ideas.
Se. trata aquí de un tránsito de lo posible a lo real; consecuente­
mente, de verdades de hechq, las cuales tienen por fundamento el prin­
cipio de razón suficiente. Ahora bien, como ya se dijo, Leibniz no
considera el principio de razón suficiente como ley necesaria, inelu­
dible, puesto que la necesidad es propia sólo de las verdades de ra­
zón. Ya se dijo: la razón. suficiente inclin_a sin necesidad, es .un .
principio de orden, _susceptible de
. un desarrollo
.
libre. / En efecto, im-
plica una elección: como las posibilidades son múltiples, tiene que
haber un acto de voluntad, libre y contingente, que determiné la rea-
. lidad según. una sola de sus posibilidades. De esta guisa, el principio
de razón suficiente da la clave a Leibniz para crear· una metafísica de
Iá libertad.*

'
8 .. LA ,MONADOLOGÍA. EL PLURALISMO METAFÍSICO·

La doctri�a cos�ológica de Desc�rtes era una doctrina estática. Para


. el .filósofo francés, fa esencia de los cuerpos era la_ éxtensión. Leibniz
se pronuncia en. favor de una teoría dinámica del universo. Las sus­
tancias son, en · esencia, · fuerza. Por tanto, no existen' dos sústancias
como en Descártes (dualismo), ni una éomo en Spinoza (monismo).
El número de las sustancias es infinito (pluralismo metafisico) . La.
estructura metafísica de cada una de las. sustancias es una mónada.
Este término (del griego mon�s) significa unidad. Las .mó�adas son
' los elem�ntos indivisibles de las cosas. Un acto de creación las pro­
duce. La mónada no está. · sujeta a ninguna acción exterior; ni obra
ella misma sobre nada exterior. . . .
Hay u¡a jerarquía de las mónadas, establecida conforme al grado

,,.-* Cfr. N. Abbagnano, op. cit.

-------·-----------'-----'
_J
xxxir ESTUDIO INTRODUCTIVO

de conciencia, con que cada una se representa el i:nundo: desde la


· mó�ada perfecta e infinita, que es Dios, hasta las mónad� que cons­
tituyen · 1os cuerpos naturales. No hay dos mónadas iguales· (principio
.de los indiscernibles). La corporeidad · está constituida por mónadas
de imperfecta fuerza representativa, de percepción en el mínimo grado
de claridad. Hay mónadas que, además de conciencia, tienen memoria
(mónadas animales); en fin, las que, a más de percepción y memoria,
tienen apercepción. Esta es la mónada que constituye el alma humana.
Las mónadas sbn centros de fuerza inmaterial, centros cuya acti­
vidad es la de representar y dado que se excluye toda acción recíproca
de ellas, se deduce que cada mónada alberga en sí, en la s_implicidad.
de su centro de fuerza, la representación de· todo el universo. Las mó­
nadas, como "no tienen ventanas" no pueden asomarse hacia afuera,
hacia el mundo; a cada una no le es dado mirar sino dentro de sí,
y. encontrar concentrado en la simplicidad de' su ser todo el universo.
No es solamente el hombre, a ·tenor de la imagen tan difundida en
, el Renacimiento, .un microcosmos; lo es todo ser . .'Toda mónada es un
"espejo del univ�rso"; aún más, agrega Leibniz, un. "espejo viviente
del universo", en cuanto no refleja imágenes que vienen de afuera,
sino que proyecta, por así decir, en virtud de su fuerza intrínseca,
los fenónienos cuya surgente es él mismo. "Así como Pitágoras argu­
mentó lá corpulencia de Hércules basándose en la .medida de la horma
de su pie, así como un zoólogo podría reconstruir, a partir· de una
vértebra, un organismo entero, así y con mayor razón, un intelecto
perfecto podría ver en cada parte del univei;so al universo entero; po­
dría leer, en cada cosa, lo que ocurre por doquiera, y antes que nada
lo que ha ocurrido o lo que ocurrirá, advirtiendo en lo presente lo que
se halla lejano, tanto en el tiempo como en el espacio."
Cada mónada refleja el. universo desde su particular punto de vis­
ta .. Dice Leibniz: "Así como una misma ciudad, vista desde qiferentes
puntos parece diferente y · se halla como multiplicada en perspectiva,
análogamente ocurre que por la multiplicidad infinita de naturalezas
o mónadas, existen como otros tantos universos diferentes, los que no
son por lo demás, sino las perspectivas de un solo universo, según los
c;liferentes puntos de vista de cada niqnada". No es que el universo se
encuentre fuera de la m,ónada que lo refleja desde su particular punto
de vista, como es la ciudad respecto de los varios observadores. El r.¡
mundo está constituido por una infinidad de mónadas; cada mónada
es visi6n interior o reflejo viviente del mundo; por lo tanto, el mundo
reflejado no . es ,más que un complejo infinito de reflejos, y no sub�
siste sino ·en la interioridad de cada mónada en la que se �ncentra.
ESTUDIO INTRODUCTIVO XXXIII

r
Cada mónada vive en sí su propia vida, y tiene en sí toda la realidad
viviente de ese determinado modo que la distingue inconfundiblemente
del modo en que cada una de las otras mónadas vive en sf ese mismo
mundo.*

.
-1
9. EL HOMBRE, DIOS EN PEQUEÑO. MATERIA PRIMA
Y. MATERIA SEGUNDA
11
Cada una de las mónadas refleja en su perspectiva el Universo. En
'I•
· algunas, la representación de éste es más clara que en otras. Ello se .
debe a que. su núcleo de ideas claras y distintas, que constituye su
. individualidad, es mayor que el de otras. En efecto, el núcleo de las
mónadas finitas está circundado por una zona de percepciones obscu­
ras y confusas, que limita proporcionalmente · 1a imagen diáfana · del
universo. El módulo del ser es, así, racionalidad.
Dentro de este cuadro . de ideas encaja la noción. de materia en
Leibniz, que concibe justamente como inercia y resistencia en el. acto
de la representación. La materia es, en efecto, el límite de la activi-
,\ . dad perceptiva de las -mónadas. No posee existencia en sí; sólo cons­
tituye una modalidad cambiante de la propia mónada. Claridad y obs­
curidad perceptivas son caracteres inseparables de toda mónada, bien
que -en diversa proporción, de acuerdo, primero, con su capacid¡1d '­
innata y, . segundo, con. la circunstancia por la cual atraviesa en un
momento dado. Al transformarse lo obscuro y confuso en claro y <lis- .
tinto la materia se reduce en obsequio del núcleo luminoso.
1: Corporeidad y extensión son resultados (o fenómenos, en lenguaje
leibniziano) de procesos que tienen lugar en las mónadas. Merced al
tiempo y espacio, que son principios de ordenación de los. objetos, se .
·explica la relación de· las mónadas y su recíproca dependencia, que
hace posible que múltiples mónadas formen complejos y constelaclo­
nes, en los que las más imperfectas se- subordinan espontáneamente a
otra mónada más perfecta, la mónada central o· dominante del sistemá .
. La constelación · de mónadas así constituida, forma el organismo vi­
viente, del cual la mónada central es el alma o entelequia, y las otra�
mónadas agrupadas en tomo a ella, el cuerpo. Hay incontables cria-
turas vivientes en cada mínima parte de la realidad. "Cada porción
,u. de materia puede concebirse como un jardín lleno de· plantas :o como•
un estanque lleno ele peces; pero cada rama de planta, cada miembro
de animal,4tada gota de sus humores representa un jardín semejante,'

• Cfr. E. P. Lamanna, op. cit.

L._____:___ , __
r
XXXIV ESTUDIO INTRODUCTIVO

. un estanque análogo. . . En �el universo nada hay inculto, estéril,


muerto." •

J
Leibniz llama materia prima a la parte 0:,scura y confusa, que ¡'
constituye la resistencia o esfuerzo de inercia de-la mónada; y materia
segunda al conjunto o constelación de las partes obscuras de aquellas
mónadas congregadas en seres complejos, dentro de los cuales el nú­
cleo luminoso, el alma, dirige y coordina la acción. Materia prima y
· materia segunda son partes subordinadas e imperfectas, pero suscep­
tibles de cambio eri un mundo dinámico. )
Una materia segunda es el cuerpo del hombre, cuyo agregado, de
mónadas está unido a una mónada superior, el alma (m61).ada domi­
nante), en donde la apercepción adquiere la profundidad de auto­
conciencia, participando, siquiera sea de ínfima manera, de atributos
de la Divinidad. El hombre, para Leibniz, es un Dios en pequeño.*
C_apáz de elevarse a la autoconciencia, es ciudadano del reinó de l�s
espíritus, donde la mónada increada, la única exenta de materia, Dios,
gobierna el universo.

.10. LA .ARMONÍA PREESTABLECIDA. Los AUTÓMATAS

La · persona humana está constituida por una constelación de mó­


nadas, �a de las cuales es el alma: las otras, el cuerpo. Si en las
mónadas, que carecen · de ventanas, no existe acción mutua directa,.
¿cómo se explica el vínculo innegable entre la mónada-alma y las
mónadas-cuerpo? Hay más: Ya en el mundo de las propias mónadas­
alma, ¿de qué manera puede pensarse la comunicación entre ellas?.
¿ Como su evidente sociabilidad?
He aquí el tema de las relaciones entre el alma y el cuerpo, que
había ocupado lugar destacado en todo el siglo XVII. Dos representati­
vas soluciones se dieron al respecto: el ocasionalismo (Delaforge, Geu­
lincx, Clauberg, Malebranche) y el paralelismo spinoziano. La primera
enseña que la causa de todos los sucesos, así en el orden material
como en el espiritual, es Dios, quien interviene en cada ocasión reque­
rida. La segunda, de Spinoza, fundándose en su concepción naturalista,
hace notar que si bien el mundo de las ideas y el de los cuerpos son
dos órdenes cerrados, incomunicables entre sí, constituyen dos . series 1
paralelas procedentes de los dos atributos divinos conocidos, y a tra­
vés de los cuales se realiza la causalidad de la substancia divina, que

• Cfr. F. Lartoyo, La antropología concreta. Parte histórica. Ed. Porrúa.


ESTUDIO INTRODUCTIVO

J
I

es la naturaleza . (Deus sive natura). Para· Spinoza, no existe,· en �fec-


to, Dios personal.
Leibniz, en cambio, al aceptar la existencia de un . Dios personal
y providente, inventa la doctrina de la armonía preestablecida. Dios
ha creado a todas las mónadas de tal manera que a cada representa­
ción de cada mónada concuerde cada representación de todas Jas de­
más. De aquí la apariencia de una interacción, que, en realidad, no
existe. Ya que el · alma es una mónada y el. cuerpo un complejo de
mónadas, la acción aparente del cuerpo sobre el alma y de ésta sobre
aquél, sólo es un caso 'particular del orden divino que priva en e_l
universo.·
Dios ha establ�cido ab aeterno este concierto universal de los se­
res. "Imaginad, dice, los relojes que· concuerdan _de manera perfecta.
Ello puede ocurrir de tres maneras diferentes: o por influencia· recí­
proca de un reloj sobre otro (que es la concepción común de las :
reláciones entre las_ cosas, y entre el alma y el cuerpo), o por la vigi­
lancia continua de un relojero que los ponga en hora a cada momento
(que es la concepción ocasionalista), o bien en virtud de .su intrínseca
1
exactitud preestablecida por Dios, la mónada increada, y creadora.."
1 l. Otro símil: "El caso de varias bandas de música, que ejecutan separa-.
1.
<lamente sus partes, y que están dispuestas de tal manera que no se ven
entre ellas, más aún, que no se escuchen entre si. No obstante, todas
ellas pueden· concordar perfectamente siguiendo solamente sus propias
notas, y cada una las suyas, de manera que quien fas escucha en con­
junto encuentra una maravillosa armonía, mucho más sorprendente que
·si existiera una influencia entre ellas."
La armonía preestablecida conduce a un innatismo · radical. Cada
mónada ·a11:>erga en su &er las posibilidades todas de su futuro. En ella
.están contenidas virtualmente tanto las verdades de razón como las de
hecho. Por ello, agrega Leibniz, que el cuerpo orgánico (de los ani­
males o del hombre) es una especie de máquina divina o de autómata, .
ya� que obra por sí mismo; bien que en concordancia con los otros
seres. Al golpearse a un pego, experimenta dolor su alma. Pero ésta, .
a su vez;· posee autodesarrollo interior. El- alma, es así,' una suerte de
autómata inmaterial.

11. LA TEODICEA. Sus PROBLEMAS. ESENCIA DE D10s



De consecuentes aspect9s ·cosmológicos, el tema de la armonía preesta- •
blecida conduce al centro de la teología, de la teología racional. Leib-
XXXVI ESTUDIO INTRODUCTlVO

, niz acomete el estudio de esta disciplina metafísica bajo el nombre de


Teodicea (de Theos, Dios, y diké, justicia, justificación) . .;De qué hay
.que justificar a Dios? Leibniz subraya: hay que hacer compatible la
. omnisapiencia y omnipotencia divinas con la presencia del mal en el
mundo. Pero el discurso teológico implica una problemática que se ha
venido integrijndo desde la filosofía griega. Leibniz la recoge, y or­
dena en su clásica obra. Estos son los temas medulares: ·a) Esencia y
existencia de Dios;- b) Dios y mundo; e) Dio� y hombre; d) El mal;
e) Predeterminación y libertad; f) El destino y la gracia.
Bajo la influencia leibni.ziana el vocablo teodicea ha terminado �por
identificarse con la propia teología natura( ello es, • con aquella parte
de la teología fundada en principios racionales _ y datos de la expe­
riencia, prescindiendo de la revelación, cuyo. estudio compete a la teo-
logía revelada. )
En la doctrina de Leibniz, como en toda la corriente racionalista,
Dios ocupa un sitio central. La tradición cristiana, en general, influye
substancialmente en su pensamiento, bien qµe en esta rama de la me­
tafísica, predomina la corriente intelectualista de la Escuela (Suárez,
por ej.),. en particular. ,
La Teodicea es un claro ejemplo de teología afirmativa, vale de­
cir, la que asegura por razones epistemológicas y metafísicas que es
dable caracterizar a_ Dios y de11,1ostrar su existencia. De esta suerte,
Leibniz se aparta (aprovechando siempre lo aprovechable) de la lla­
mada teología negativa, agnóstica, que considera -imposible el asignar
a Dios determinados atributos, so pena de caer en un agudo antropo•
logismo.
Dios .es un ser personal, dotado de la máxima inteligencia, libre,
creador y conservador; que obra por causas finales y ejerce una pro-_"
videncia paternal· sobre todas sus criaturas. Es, también, centro, causa
y razón del orden y la armonía universal. . Su bondad infinita explica
que Dios produzca todo el bien posible y, por ello, todo lo posible
· tiende a existir. Dios, poder, bondad y sabiduría suprema e infinita,
obra siempre de la maner_a más perfecta, no sólo en sentido metafí­
�ico; también en sentido moral. Esta es la causa de que e:idsta lo ·
mejor. En un aforismo de la Monadología resume este último pensa­
miento: "la sabiduría de Dios conoce todo, su bondad lo elige y su
poder lo produce".
En términos leibnizianos, Dios es la Mónada increada, el centro
· supremo del dinamismo universal. Sus atributos metafísicos son: uni­
dad, simplicidad, eternidad, infinitud. Sus atributos morales: persona-

�-------�-- - ----

ESTUDIO INTRODUCTIVO XXXVII

lidad, inteligencia, bondad, sapiencia, omnipotencia, libertad, provi­


dencia y permanente apercepción.

12. PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS

La respuesta a la esencia de Dios ve· de conciliar en lo posible las


iglesias cristianas. Pareja vía metodológica explicaría y confirmaría
al propio tiempo el ideal leibniziano de unir a los hombres de · dife­

-1 rentes religiones confesionales, cuyas discrepancias aún provocaba vio­


lencia· y desazón en Europa. En el tema teológico de la existencia de
Dios, procede el filósofo con parecida actitud.
Acepta Leibniz a manera de la teología de la Escuela, que se dan
varios caminos, todos congruentes, para- demostrar que Dios existe ..
Declara en Nuevo ensayo sobre el entendimiento humano:- "Creó· que
los medios empleados para probar la existencia de Dios, son buenos,
bien que podrían perfeccio�arse."
Desde luego, retoma el argumento ontológico, originario de San An­
selmo y, entre otros, de· Descartes. Dado que se tiene la idea de un
1 ser perfecto (Dios) como la pérfección absoluta, para ser tal no pue­
de faltar- la existencia. Por tanto, tal ser perfel.�O existe. Esta demos­
1. tración, dice Leibniz, es meritoria; sólo carece de una deficiencia..
No. basta que se tenga la idea de un ser absolutamente perfecto; hay
que agregar _que tal ser es posible. He aquí el argumento · perfecció­
naQo: "Si Dio� (Ser perfecto) es posible, existe por necesidaµ, en vir­
tud de su perfección." O, como argumenta (en Meditationes de cog­
nitione, veritate et ideis),. rectificando algunas ideas de Descartes:
"Sólo Dios, o ei ser necesario, posee el privilegio de que basta que
. sea posible para que tenga que existir. Y como nada puede oponers�
a la posibilidad _de lo que no tiene límites, ni negación, ni,. por con­
siguiente, contradicción, esto_ es, suficiente - para que conozcamos a
priori-la_ existencia éle· Dios.'' Dicho en otro giro: "Si el ser por sí es
imposible, también lo. son todos los seres por otro; porque ellos no
son ·sihopor el set .por sí, y, por consiguiente, no existiría nada." Si
no hay ser necesario, tampoco hay ser posible: el · ser perfecto e infi­
nito es posible, pues no hay nipgún argumento -para probar que su
posibilidad implica contradicción. Ahora bien: "si es posible, existe
necesariamente, porque de otra suerte no sería perfectísimo, ni infini� · .
·•
to, ya que .le faltaría la perfección
.
de la existencia".
El siguiente argumento de la existencia de Dios :reconsidera el d�
la idea de que la perfección del efecto supone la perfección de la

'---..__ ______- ,. - -- - - -- -------------'


XXXVIII ESTUDIO INTRODUCTIVO

causa. Lo desarrolla en la Monadología. El hombre, ser limitado, no


. puede producir efectos perfectos. Existen verdades eternas y 'necesa-
rias. "La verdad de las- proposiciones matemáticas es necetaria y eter­
_na en cuanto que no dependen de la existencia de ningún ser contin­
gente. Son verdades reales, y no· ficciones. Por consiguiente, es pre­
ciso que exista. un Ser absolutamente necesario, que sea el sujeto de
esas verdades. Luego Dios existe."
La prueba de que lo contingente supone lo necesario, como vía
para demostrar la existencia de Dios ha de ·ser perfeccionado me­
diante el principio lógico de la razón suficiente.. Figura en el opúsculo
Principios de la naturaleza y de la gracia. "¿Por qué existe algo, más
bien que nada? Pu�s nada es más simple y fácil que algo. Además,
supuesto que algunas cosas deben existir así y no de otro modo. Ahora
bien, esa razón suficiente de la existencia del universo no podría en-
. contrarse en la serie de las· cosas contingen�es, es decir, de los cuer­
pos y de sus representaciones en las almas: porque, siendo. la materia
indiferente en sí misma al movimiento y al -reposo y a -éste o aquel
movimiento, no se podría encontrar en ella la razón del movimiento.
Y aunque el movimiento presente, que está en la materia procede del
anterior, y éste, a su vez, de otro anterior, no· se progresa con �sto,
aun cuando se vaya t"n lejos como se quiera, pues subsiste siempre la
misma cuestión. Así, pues, es necesario que. la razón suficiente, que
no necesita de otra razón, esté fuera de esa serie de las· CC?sas contin­
geI1tes y. se encuentre en una substancia, que sea la causa de la serie
o que sea un sernecesarip, que lleve e� sí mismo-la razón de su exis­
tencia; de otro modo, no se tendría aún una razón suficiente dónde
poder detenerse. Y esa última razón de· las cosas se llama Dios."
·En fin, una y otra vez,, demuestra Leibniz la existencia de Dios,
:recurriendo a la idea de la armonía preestablecida, que es una nueva
versión de la prueba de que un ordenador crea por causas finales.
Del hecho de la perfecta concordancia de las mónadas todas que ca­
recen de relación dir�cta entre sí, se deriva el testimonio de que
existe por necesidad un Ser infinito que produce y mantiene todo.
Tal Ser es Dios.

13. Ei.. PROBLEMA DEL MAL

El problema de la pr�sencia del mal eñ el mundo se perfila de ma­


nera consecuente y perentoria en relación con las ideas, aceptadas por
, Leibniz, de la existencia de un Dios omnipotente, omnibondadoso, om­
niscio y providencial, y de .un mundo óptimo, el mejor de los mundos

-------------------��
ESTUDIO INTRODUCTIVO XXXIX

posibles _creado por El. Si Dios existe ¿de dónde proviene el mal?
Si no existe ¿de dónde proviene lo bueno? Si Deus est, unde inalum?
Si non est, unde bonum?
La teodicea se genera circunstancialmente como una justüicación · o
· defensa d� Dios (Theou dikaia) contra quienes niegan la realidad de
un Dios personal, misericordioso y perfecto por el hecho del mal. ¿No
sería mejor· un mundo en donde no existiera el dolor, la enfermedad,
el error y el pecado? Leibniz encata la cuestión desde su raíz. Estudia
la naturaleza del mal en sus manifestaciones.
Habla de tres especies de mal: metafísico, físico y moral. El ma­
lum methaphisicum es inseparable de la esencia· misma dé la criatura.
Esta, por principio, es limitada y, por tanto, imperfecta. Como tal, la
mónada creada no' puede contener las perfecciones todas de Dios. Ca�
rece de integridad ontológica. Está privada de las excelencias divinas.
En una palabra, el mal metafísico es un carácter de deficiencia. Dios
no puede crear seres tan perfectos como El. "O Dios no crea nada, o
tiene que crear seres limitados."
El mal físico (malum phisicum) reside en el dolor. Existe, .f;:s cier­
to, bien que por obvias razones. Dios. no lo quiere de incóndicionada
manera. Lo acepta muchas veces como un castigo que reclama la san­
ción de una culpa, y muchas veces también como un medio adecuado
para. un determinado fin, por ejemplo, . para impedir mayores males o
para obtener mayores biénes. La pena sirve, también, para la corree-
. ción y para la ejemplaridad y escarmiento, y · el mal sirve muchas
· veces para ponderar mejor él bien. En fin, suele contribuir a una per­
1 , fección mayor en aquel que sufre, "como el grano que se siembra­
está sujeto a una especié 'de corrupción para germinar; bella compara:-
ción que utilizó el Inismo Jesucristo". ·
l.
El t;nal moral (malum morale) es el pecado. Tal identificación
confirma el concepto 'leibniziano de una moral teológica; lo que se
justifica habida cuental de su metafísica. Si Dios es..centro providencial
del universo, todo ma moral es transgresión del orden divino. El _mal -
moral es egoísmo: alejamiento de Dios.
Y--; de'° hecho, el mal moral existe. Si Dios es á la ve.z causa final
y causa eficiente del universo ¿por qué se realiza el mal? La resoues­
ta, aunque parezca paradójica, es· cons�cuente. La posibilidad def mal
lleva ·aparejada .la creciente posibilidad del bien. El mal (o el pecado) .
· sólo es perinitido por Dios como donditio sine qup non del bien, pero
no en virtu¡ del principio de lo necesario, sino de la ley de lo mejor.
Dios esta'obligado a la elección de lo mejor; por ello crea al hombre
libre, de lo contrario no podría_ realizar el bien moral; tiene, pues, que

L
XL ESTUDIO INTRODUCTIVO

permitir el . mal, por decirlo así, como precio de la libertad. Por eso
Dios no es culpable del mal, sino quien lo elige, quien abusa de la
libertad recibida para realizar el bien. · •
Esta solución lleva consigo otra idea igualmente· importante, que
\ viene a constituir · como otro argumento en favor de la teodicea. El
mundo creado por Dios, es sólo el mejor de los· mundos posibles, no
un mundo ya acabado; perfecto. únicamente Dios es perfecto, sólo en
él ya no es· dable progreso alguno. El mundo creado es sólo. perfecti­
ble, y lo es, merced al dinamismo que opera' en él a manera de resul­
tado de la acción inseparable de las mónadas creadas, principios de
fuerza viva.

14. PREDESTINACIÓN Y LIBERTAD. NATURALEZA Y GRACIA

t
La libertad humana tiene un alto precio en la doctrina de Leibniz:
la posibilidad del pecado, que Dios permite, mas del cual no es res­
ponsab_le. Pero ¿no conoce Dios de antemano (presciencia) el curso
1
1
de. los acontecimientos todos de la existencia? ¿No los predetermina,
i y, por ello, la libertad humana, como decía Spinoza, es· sólo aparente
¡. y subjetiva? Dentro de su doctrina, rechaza Leibniz así el determi­
¡_ nismo (ya de Hobbes, materialista; ya de Spinoza, racionalista) como
el indiferentismo de Descartes, quien subraya la contingencia e indife­
rencia de muchos acontecimientos respecto de la voluntad divina.
La tesis leibniziana, ya esbozada, ve de c9nciliar la doctrina tra­
dicional con la parte de verdad del determinismo. No obstante el or­
den del universo (idea que acepta la concepción determinista como
vínculo de causas y efectos), se da la contingencia y la libertad.
¿Cómo? Merced al principio lógico de la razón suficiente y al principio

·1
:lb.oral del criterio de lo mejor. Hay leyes matemáticas, metafísicas y
lógicas, de necesidad rigurosa, pero junto a ellas se dan conocimientos
·acerca de lo contingente, cuya verdad se determina, cuando se averi­
guan sus antecedentes, a saber, las hipótesis (en el lenguaje de Leibniz)
que lo producen. Saber ex· hypotesi. La predeterminación divina, en la
medida en que procede conforme al principio de lo mejor, no es nece­
sitante; sólo inclina, dando al hombre un margen de libertad para
actuar, de acuerdo con su inteligencia y capacida� de opción.
. La doctrina de la presciencia divina tiene que . ver con el tema
del destino humano. Si Dios anticipadamente predetermina todo, cabe
preguntar si el hombre está predestinado. Leibniz .da una respues­
ta negativ�. Dios ha creado de tal manera cada mónadá que en ella
ESTUDIO INTRODUCTIVO :XLI

resida la razón suficiente de todo su futuro (y,"por tanto, su destino),


pero esto, ág�ega el filósofo, no .ha de llevar a - la idea de predestina­
ción, ya que la libertad es elemento de la razón suficiente.
En el fondo, la propia dificultad se da en el tema de la gracia, a
título de don gratuito, que Dios hace al hombre con referencia a la
salvación o a determinadas condiciones inseparables de ésta, indepen­
dientemente de los méritos del hombre mismo. Dos soluciones se han
dado a esta cuestión . en la historia de las ideas: _ o pios concede la
gracia sin requisito· alguno por parte del hombre (gracia determinan-
. te). o Dios la concede exigiendo del hombre su concurso piadoso (gra­
cia condicionada) . En el prime_r ca�o. el proporcionarla a unos 'f ne­
garla a otros, determina las disposiciones .Y hábitos edificantes que
conducirán al agraciado a salvarse·; en el ,segundo,· se requiere una·
acción libre del hombre para obtener el decisivo beneficio de ella. •
Leibniz toma el partido de la gracia condicionada, y, a decir ver­
dad, dentro de la tesis y terminología del· jesuita Luis de Mqlina
(muerto en 1600). "Esta gracia de Dios, sea ordinaria o extraordina-
ria, tiene sus grados y sus medidas, es siempre _eficaz en sí misma para
producir un efecto proporcionado y, además, es siempre suficiente, no
sólo para librarnos del pecado, sino también para producir. la salva­
ción, suponiendo que el hombre coopere a ella por su parte; pero no
es siempre suficiente_ para superar las · inclinaciones del hombre, pu�s
de otro modo no tendería a. nada, y· esto está reservado a la úµica
gracia absolutamente �ficaz, • que: es siempre victoriosa, bien por sí
misma o bien por la congruencia de las circunstancias" (Discursoae_.
.' metafisicti, 30).
El' tema de la gracia� empero, toca una. idea límite. No hay e�pli­
caci\Sn directa de ella; pero en la medida en que se · admite la perfec-
. ción divina, es prudente creer en que las cosas están hechas de la
mejor manera. Naturaleza y gracia constituyen dos instancias diferen�
tes., dos reinos, bien que .. unidos metafísicamente. Los espíritus, ciu� _
dadanqs de la Ciudad de Dios, actúan por fines y apeticiones; los
cuerpos, por causas eficientes, pero ambos reinos_. son armónicos; m�s
aún: se·condicionan en virtud de la armonía preestablecida ab aeterno
entre el reino de la naturaleza y el reino de lá gracia; de· suerte que
· "la - naturaleza conduce a la gracia y. la gracia perfecciona la natura­
leza''.. Oios arquitecto,-.DiC>s monarca.
.,.
XLII ESTUDIO INTRODUCTIVO

15. EL PRINCIPIO DE LO MEJOR. EL OPTIMISWO.


MECANICISMO Y FINALI.SMO .

En Dios mismo reside la razón de su existencia, pero también la


razón de la existencia del mundo. Ahora bien, este murido existente
es, como ya quedó dicho., uno de los infinitos mundos posibles. Y
ello, en virtud de que la posibilidad como categoría lógica sólo es con- ·
dición de existir, no efectiva existencia. He aquí un mundo real con
todos sus caracteres tangibles, pero pudo no haber existido en su con­
junto; pudo no haber existido esta o aquella cosa. . ·
Un mundo p9sible implica, por tanto, un conjunto de condiciones
susceptibles de hacer real una totalidad de cosas y sucesos. El hombre
es incapaz . de conocer las infinitas posibilidades de la realidad. Sólo
un espíritu infinito es omnisapiente. El principio de la no contradic­
ción es la ley suprema de la posibilidad. Hay más: no todas las posi­
bilidades pueden realizarse simultáneamente, no todas, como dice Leib­
niz, son ca-posibles. Hay infinitas combinaciones lógicamente posibles,
pero sólo hay una por . la que el máximo de realidad se realíia en el
máximo orden concebible. Entonces el mayor _resultado se obtiene con
'los mínimos medios, y la máxima variedad se alcanza en la triáxima
unidad.. (Principi9 del máximo efecto o de las formas óptimas.) Dios,
ser. perfecto, eUge, entre· todas las infinitas ·combinaciones posibles, la
que más responde a su voli,mtad de perfección. Fuera de eso no podría
·darse razón acerca de por qué ·1as cosas han sido así y nó de otra
manera. La ·voluntad divina sigue el principio de lo mejor como razón
suficiente de su creación: . . .
De esta guisa, la creación resulta ser para Dios un problema de
máximos y de mínimos. Gracias a un arte divinó se realiza el m.ejor.
-de los mundos posibles. "Dum Deus_ calculat, fit mundus". El mundo
es una construcción matemática perfecta. Los puntos lógicos del mun­
do posible destinados a la realidad se transforman en centros de ener-
gía o "puntos"· metafísicos, como por vía de "continuas fulguraciones
de la divinidad de· momento a· momento".
Según Leibniz, por tanto,. la. obra divina de la · formación del muh- .
do no es producto de un arbitrio de elección. (como sostenía Descar­
tes), ni por la necesidad lógica o geométrica según la cual es impo-
. sible lo contrario de lo que es (a la manera _de Spinoza) . La creación
del mundo tiene una raíz moral, que se expresa en el principio de la
conveniencia, con la exclusión de los otros mundos que no eran im­
posibles,. pero �o convenientes. Una vez elegido el mundo mejor, em-
,.
ESTUDIQ INTRODUCTIVO . XLIII

pero, no se sustrae a esa necesidad lógica a la que está sujeto cada


mundo posible. He aquí la parte de verdad de la doctrina de Spinoza,
ello es, de su naturalismo determinista.
La. ley · de la conveniencia divina. en la .elección revela una finali­
dad, que es pr·�ciso admitir si se quiere comprender las mismas leyes
del movimiento. a que está sometida la naturaleza. Estas podrían haber
sido diferentes, puesto que, si bien son las mejor.es, no son las únicas
lógicamente posibles. "Todos los hechos de la naturaleza pueden ex­
plicarse mecánicamente; pero, en lo que respecta a los particulares,
su explicación debe encontrarse en · una causa eficiente. Pero esta ex­
plicación ·mecánica queda en la superficie de la realidad. En lo más
profundo de ésta se encuentrar1 fuerzas inmateriales, las cuales actúan
• teleológicamente. Por ,lo demás, basta observar la admirable estruc­
tura de los organismos animales, para descubrir en. ella la prueba de
la sabiduría del Autor de las cosas; nosotros vemos, es cierto, porque
tenemos ojos para ello; pero es igualmente cierto, -y de verdad más
profunda- que los ojos han sido hechos para ver."
El fruto del saber divino. es, así, el mejor de los mundos posibles.
Claramente el optimismo deriva de la perfección de Dios, quien pone
en práctica el_ principio de lo mejor (la !ex .melioris). Entre los in­
finitos mundos posibles, Dios elige y realiza el mejor. Su voluntad
actúa conforme a una jerarquía de valores, y se decide por lo mejor,
'"pues si no, no habría tenido razón suficiente para crear un mundo"
(Theodicea, III, 416).

16. DERECHO Y MORAL. LA HISTORIA

. Leibniz fue un ·:jurista eminente. Dentro de su racionalismo se . opo­


ne a Hobbes, en punto a filosofía del derecho. :Éste, recordando la·
dpctrina de Transímaco en la República, de Platón, sostiene que es
justo lo .que cuadra al poseedor del poder. El filósofo alemán replica
que no ha de confundirse el derecho · cort las leyes positivas; lo que
sería identificllr de�ho y fuerza. Las leyes pueden ser injustas, pero·
no el derecho. "Derecho es cuestión de validez ideal, no depende de
, ia experiencia más de lo que dependen de ella las relaciones de los
números. El derecho no parte del mundo de los sentidos, sino que se
ocupa de 'terdades eternas del orden de las ideas platónicas. Se puede
decir que todo cuanto Dios quiere es justo. Mas no hay que interpre­
tar esta proposición en el ·sentido de un positivismo moral teológico,

L�- -· ·----- -- . -
1 -,
XLIV ESTUDIO INTRODUCTIVO

como si sólo por querérlo Dios fuei;-a justo y bueno; sino �1 revés,
-e
po r s�r bueno y justo por eso lo quiere Dios." "' •
La ética· y filosofía del derecho en Leibniz tienen base racionalista
y culminan en la concepción cristiana del amor. "La bondad, dice,
ve de lograr el mayor. bien posible; ma s para conocer esto se requiere
de la sabiduría, que �o es otra cosa · que el conocimiento del bien,
¡
l,

así como la bondad no es otra cosa que la inclinación · a proporcionar


a todos el bien y evitarles el mal, siempre que el mal no sea necesario
para un bien m ayor o para alejar un mayor inal. Así que la sabiduría
tiene su a�iento en el entendimiento, y 1� bond ad �n la vo luntad, y ,la
justicia consiguientemente en ambos. El poder es algo completamente
distinto. Si se quisiera hacer depender la justicia· exclusiva mente �el
. poder de Dios, se h aría de Dios un tirano que pro cede según el lema :
stat pro rat�o��olunt�s. No te�d�a entonces se�tido el alabar a Dios
_
por su JUsticta, pues esta no anad1ría nada al simple .concepto de la
acción divina, ya que en tal _hipótesis, como quiera que actúe Oios y
suceda . la cosa, será siempre justo, por la única razón de · que así
ha sucedido. Más aúri, no h abría ;ya ninguna diferencia entre Dios y
el diablo; pues de ser éste el señor del mundo, habría que ·rendirle
adoración, aunque rigiere al mundo diabólicamente, porque tendría
el- poder divino, supuest a norma única d� lo bueno ."
· La -armonía de todos Ios seres explica,• en definitiva, - bond ad y de­
recho, y justific a la vinculación amorosa de los seres racionales. El
egoísmo, en cambio, trata de romper este orden de amor. El mejor
de l�s mundos posibles lleva en su entraña el anhelo de perfección.
La historia humana lo confirma. El saber, base de la vida, crece sin
cesar. Y es que existe una comunidad de lo s espíritus creada y pre-·
.sidida por Dios. Es la Ciudad de Dios, que se va realizando y eo ipso
·pot enciando l a felicidad huma na en esta Tierra.
La voz de· San · Agustín resuena en esta doctrina de la historia .
El �or a Dios hace que las persona s s�bi as y virtuosas laboren en
todo . cuanto parece conforme a la volunt ad divina, presunta o ante-·
cedente, conformándose, sin embargo, con- lo . que Dios ordena que
suceda efectivamente, por su voluntad secreta, consiguiente y decisiva;
reconociendo que, si pudiéramo s entender bien· el orden del universo ,
hallaríamos que sobrepuja los más ·sabios. anhelos y que es imposible
tornarlo mejor de lo que es, no sólo para el t odo en general, sino
aun para nosotro s-mismos en p articular, si nos adherimos, como es
· · debLdo, al Autor de todo, no sólo como arquitecto y. _causa !;)ficiente
.
• Cfr. J. Hirschberger, op. cit..

JI!
ESTUDIO INTRODUCTIVO r XLV

de nuestro ser, sino también· como maestro y causa final, que debe· '.
constituir el objeto entero de nuestra voluntad y sólo puede cimentar
nuestra felicidad" (Monadología, 90).

17. TRADICIÓN E INCREMENTO DE LA FILOSOFÍA.· MATHESIS


UNIVERSALIS. CONSAGRACIÓN DE LA FILOSOFÍA PERENNE

La idea de continuidad, según Leibniz, es principio fundamental en


la historia del saber. Los nuevos ·conocimientos se alcanzan apoyán­
dose en elementos preexistentes. Sólo Dios tiene el poder de crear
ex nihlo, de crear dé la nada. El análisis lógico pone al descubierto el
desarrollo progresivo del saber mediante el concepto de virtualismo.
''Toda la aritmética y toda la geometría,· reitera ·en el· Nuevo ensayo
sobre el entendimiento humano, son· innato� y están en nosotros de
manera virtual."
· Hay un cordón _umbilical entre tradición y renovación. Las con­
quistas del saber ya logradas son etapas de nuevos avances. Las cien­
cias son agregados crecientes de conocimientos que han pasado la ·cri­
ba de la demostración. Esta prúeba objetiva, puntualmente hace del
saber un bi�n común de la humanidad; y lo es porque constituye una
línea de desarrollo continuado asequible a cada cual. \
Leibniz lleva este pensamiento al campo de la filosofía y acuña'-e.ti
molde racionalista el término · perennis . philosophia. El antecedente
. del vocablo es _el título del libro de · Augustinus· Steuco De perenne
philosophia, de 1540. Conocido por Leibniz, escribe en caria a Fou­
cher (quien le había sugerido la lectura del libro), que Steuco trató
de conciliar allí la dogmática cristiana con la filosofía; pero que es
dable y oportuno extender más el significado del término.
En 1714, en Carta a Rémond, hace de la filosofía perenne su cre­
do intelectual, vertebrado en las ideas de conciliación y continuidad.
La vercJad, dice, está más difundida de lo que se pien:sa, pero muy · 1
a menudo disfrazada y también muy a menudo envuelta, y aun debi­
litada,_ mutilada, corrompida por adiciones que la echan a perder o
la hacen menos útil. Al señalar esas huellas de la verdad en los
antiguos (Ó, para hablar con más generalidad, en los anteriores) se
sacaría el oro del barro, el diamante de su mina y la luz de las tinie­
blas, y esto ·sería, en efecto, perennis quaedam philosophia." *
Leibniz había laborado durante su vida bajo el signo de la con­
quista d• un saber univers_al. Ya en su juventud acarició el proyecto
0
Lettre a Rémond, 1714, en la edición de Gerhardt, 111, 624-625.

L...______-.:________
'1

_____:_i
XLVI ESTUDIO INTRODUCTIVO

de un alfabeto de todos · 1os' conocimientos humanos, unido . a una


formulación matemática (De arte combinatoria), cuyo resultado fuera
una ciencia integral (mathesis universalis). Ahora, en411 sus postreros
años, consagra el término de philosophia perennis.

18. INFLUENCIA

_ Es muy explicable que el pensador por excelencia de la filosofía p�­


renne haya tenido hasta ahora una influencia extraordinaria. ·Quien,
como Leibniz,. en efecto, reconoce puntos de verdad en los más de
los _sistemas filosóficos, encuentra por dondequiera inclinaciones y
simpatías intelectuales de todo tipo. Por otra parte, quien, como Leib­
niz, gracias a su propia doctrina, desbordó ei campo de la filosofía,
·suele dejar huellas que, con ·el tiempo, se han multiplicado.
No obstan.te que obras importantes de Leibniz fueron editadas des­
pués de su muerte, como el Nuevo tratado del entendimiento, que vio
la luz pública en 1765, ya tuvo discípulos inmediatos. Cristiana .Wolff
(1679-1754) vale, como el iniciaÍ discípulo, y quizá quien, merced a
su vasta obra (escrita a veces ya en lengua alemana), determinó en
mucha parte la difusión de la doctrina leibniziana, ante todo con su
Philosophia prima (1?29). También seguidor inmediato fue Alejan­
dro G. Baumgarten (1714-1762) , el fundador de la estética como rama
independiente -dentro de la ·filosofía. A él mismo ·en su libro Aesthetica
(1750) se debe fa aplicaci6n del término estético en este sentido.
La señalada influencia de Wolff perinitió hablar ya a mediados
del siglo XVIII, de una doctrina Leibniz-Wolff. Reflejo de ella (pues
Wolff, se apartó del maestro en significativas ideas, por ejemplo, de .
la armonía_ preestablecida y de la finalidad cósmica) lo constituye
el movimiento conocido de la filosofía.popular (M. Mendelson, J. En­
gel, T. Abbt, J. J. Sulzer . .. ) , así. llamada por el empeño de llevar
el saber filosófico a un público más extenso, desembarazándolo de la
terminología especializada y de la clásica exposición escolástica.
Kant (1724-1804) , primero como discípulo, más tarde como crí­
tico, abreva en la doctrina '9el racionalismo leibniziano. Poniendo a
ésta frente a frente del sistema empirista de Hume (1711-1776)., logra
al fin, ·hacia 1780, elevarse a la filosofía trascendental, o idealismo crí­
tico, que se convertirá en el movimiento filosófico del futw;o. Con
Kant, en efecto, se inaugura y. desarrolla una nueva etapa de la filo­
sofía, la del idealismo alemán .. En su época de creación supera el. ra­
cionali�mo, pero com¡erva, afinándolo, el concepto de espontaneidad

--- - --------------�
-
1-
. •.

1 ESTUDIO INTRODUCTIVO XLVII

dinámica que, a su turno, Leibniz había heredado de,l Cardenal de


Cusa y Giordano Bruno.
En la evolución del idealismo -kantiano (Fichte, Schelling, Scheier­
macher, Hegel) la noción de espontaneidad adquiere caracteres radi­
cales, al _ grado de convertirse _en centro y periferia de la existencia. A
ello contribuyó la concepción romántica de "la vida iniciada con el
poderoso movimiento del Sturin und Drang. A decir verdad, tal-actitud
difiere en mucho de la mente metafísica y teológica . de Leibniz, que
siempre se mantuvo de�tro de un irinatismo de las· esencias.· Lessing,
Herder, Hamann y Lavater, se hallan mucho más dentro del espíritu
de Leibniz.
No puede omitirse aquí la influencia de Leibniz sobre otros impor­
tantes pensadores del siglo ·x1x: /. F. Herbart (1776-1841), fundador
del realismo crítico (Cfr. su Metafisica general, 1828) recuerda en su
doctrina de los reales, la pluralidad de entes metafísicos de la monado­
logía leibniziana; Bernardo Bolzano (1781-1848) e n su Doctrina de la
.ciencia, el cual reafirma la objetividad invariante de las esencias, y, so­
bre todo, R. H. Lotze (1817-1881) quien imagina a la realidad como
constituida por centros de energía dotados de actividad espiritual, los
cuales, aunque a diferencia de las mónadas de Leibniz, están ligados
recíprocamente, son manifestaciones de una substancia única e infini­
ta, promotora· del concierto y armonía en el universo y la historia
(Cfr. Microcosmos, ideas acerca de la naturaleza .y de la historia de
la humanidad, 1856). Los eclécticos espiritualistas franceses (V. Cou­
sin, De lo verdadero, d<1 lo bueno y de lo bello, 1842) tampoco esca­
pan del influjo leibniziano.
En el siglo xx, subsiste la impronta de Leibniz. Las investigacio­
nes sobre. sus trabajos aún inéditos a la vuelta de la centuria, favo­
rece tal hecho.· Los partidarios c,Ie la logística contemporánea, como
· ' Peano, Couturat, Russell, _Whitehead, Morris, etc., ven en Leibniz
uno de sus precursores. En el tema metafísico de la valoración la doc­
trina de Leibniz tiene resonancias, para bien o para mal, entre otros,
' sobre Arturo Schopenhauer (1788-1860) y Eduardo von f!:artmahn
(1842�i906). Frente a la concepción optimista del mejor de los inun­
das posibles, S�hopenhauer declara que es tan negativo este mundo
que lo mejor fuera no haber nacido, y Von Hartmann, atenuando tal
pesimismo, cree que sólo es el menos malo de los mundos posibles.
Mucho 'inás fecunda es la tradición leibniziana en el tema d� ia
teoría de\, objeto. En la trayectoria histórica de la ontología de las
esencias y de su conocimiento, que hereda de la filosofía anterior
(Platón, Aristóteles, San Agustín, Santo Tomás, Occam. ; . ) Leibniz
XLVIII ESTUDIO INTRODUCTIVO .

inéide en la doctrina kantiana. "Nada hay en el· intelecto que no haya


pasado por los sentidos, excepto el intelecto mismo", cancebido como
posibilidad virtual de conocimientos. De aquí a la noción de lo a priori
en Kant y los neokantianos, hay un evidente tránsito evolutivo. Tam­
bién Husserl, bien que a través de la doctrina neokantiana, es tributa­
rio en parte· de la nocióp. leibniziana de esencias.
El pluralismo monadológico de Leibniz vino a rescatar el. concepto
de la individualidad personal, perdido en dualismo y monismo de la
doctrina racionalista precedente. Las doctrinas perspectivistas (Ortega
y G�sset, por ej.) y personalistas (Ch. Renouvier, E. Mounier .. ; ) ,
tienen antecedentes en esta revaloración de la persona humana, a la
cual el propio Leibniz asignó el carácter substancial de la autocon­
ciencia. Para Ch. Renouvier (en su obra El personalismo, 1906) la: rea- ·
lidad efectiva es un conjunto de centros de vida distintos entre sí por
su misma autoconciencia, y para Mounier (en su Manifiesto al servicio
clel personalismo, 1936), la personalización es el sentido. fundamental
de la existencia.
CRONOLOGlA COMPARADA

1646. Nace Leibniz, en Leipzig, 1� de julio.


1648. Tratado ele La Haya.
1649. Gassendi: Syntagma philosophiae Epicuri.
1651. Descartes: Las pasiones del alma.
Hobbes: · Leviatan.
1655. Se inicia el pontificado de A•lejandro VII.
Hobbes: De corpore (Sectio I de los Elementa philosophiae).
1656. Pascal: Las Provinciales. ·
Spinoza es expulsado de la comunidad hebrea.
1658. Hobbes: De homine (Section JI de los Elementa philo:¡ophiae).
1660. Luis XIV ordena quemar Las Provinciales, de Pascal.
166L Ingresa en la Universidad de Leipzig. Estudia con el neoaristotélico
Thomasius.
1662. Amauld (con Nicole): Lógica de Port Royal.
1663. Se gradúa de Bachiller. Estudia en Jená matemáticas con Erhard
· Weigel (1625-99).
Diputatio methaphisica de principiá'individui.
1665. Glanvill, J.: Scepsis scientifica.
Geulincx: Etica.
1666. Grado de Dr. en Leyes en la Universidad de Altdorf.
Tesis: De casibus perplexis in jure.
De arte combinatoria.
_Bayle: Origin of fprms and qualities· according to the corpuscular
Philosophy.
De la Forge: Tratado del espíritu del hombre.
1667. Luis XIV conquista l9s Países Bajos.
1668. Glanvill, J.: Plus ultra or the Progress and Advancement of Know­
ledge.
· Con/essio naturae contra atheistas.
1669. Pascal: Pensamientos:
Conoce al elector de Maguncia Cristiano von Boyneburg.
Epístola ad 1acobum Thomasium.
Dissertatio de stilo philosophico Nizolli.
1670. Spinoza: Tratado teológico político.
1671. The.oria motus concreti.
Theoria motus abstracti.
Hypothesis physica nova.
Se inicia la publicación de Los escritos en. la aclaración de la casa
de ffrunswick. . · · . · . .
1672. Va a París en misión diploqiática. Allí tuvo contacto con Male­
branche y Arnault. También con Huygens.
XLIX
L CRONOLOGÍA- COMPARADA .

Puffendorf: De jure naturae et gentium.


Muere su protector el elector de Maguncia.
Cumberland: De legibus naturae disquisitio philosopJ/tca.
�673. Viaje a Inglaterra. Contacto con Bayle y con Oldenbourg.
La profesión de fe del filósofo.
1674. Bibliotecario en Hannover. Desde entonces_ activísima relación epis­
tolar.
Malebranche: Investigación dé la verdad.
1676. Inventa el cálculo diferencial.
1677. Spinoza: Ethica; De intellectus emendatione; Tratado político.
Viaja a Holanda en donde visita a Spinoza.
1678. Cudworth: System of th Universe.
1680. Malebranche: Tratado de la naturaleza y de la gracia.
1682. Se funda en Leipzig la publicación Acta Eruditorum.
1684. Meditation.es de cognitione, veritate et ideis.
1685. Revocación del Edicto de Nantes.
1686. Formación de la Liga de Augsburgo.
De Fontenelle: Entretien sur la pluralité- des mondes.
Discours de méthaphysique.
1687. Newton: Philosophiae naturalis principia mathematica.
Malebranche: Pláticas sobre la metafísica.
Ley de la continuidad.
1689. Locke: Epístola de tolerantia.
Huet: Censura philosophiae Cartesianae.
1690. Locke: Ensayo sobre el entendimiento humano.
Huygens: Tratado de la luz.
• 1691. Inicia su papado Inocencia XII..
1694.· De pimae Philosophiae emendatione et de notiones substantiae.
Primera edición del Diccionario de la Academia Francesa.
Bayle: Pensamientos sobre las cometas.
1695. Specimen dynamicum.
Systeme nauveau de ·la nature et de la comunication de substances.
De l'harmonie préétablie.-
1696. De rerum originatione radicali.
Bayle: Dictiannaire historique et critique.
1698. De ipsa natura sive de vi ínsita actianibusque creaturum.
1700. - Primer Presidente de la Sociedad de Ciencias, de Berlín, fundada
este año.
1701. Descartes: Regulae ad directionem ingenii. ·
1702. Cansiderations sur la doctrine d'un sprit universel.
1705. Considerations sur le príncipe de vie y sur les natures plastiques.
Cfarke, S.: Demostración de la existencia y atributos de Dios.
Mandeville: La fábula de las abejas.
1706. Impqrtante correspondencia con Des Bosses, S. l. sobre las móna-
das, la materia y la substancia corpórea.
' 1707. Newton: Aritmética universal.
1708. Berkeley: Teoría de la visión.
1710. Essais de Theadicée sur la bonté de Dieu, la liberté de l'hómme, et
l'origine du mal.
CRONOLOGÍA COMPARADA ü
Berkeley: Tratado sobre los principios del conocimiento humano..
Vico: De la antiquísima sabiduría de los italianos. ·
1711. Schafterbury: Características del hombre, de las costumbres de las
opiniones, de los tiempos.
1713. Paz de Utrecht.
Berkeley: Diálogo entre Hilas y Filonús.
1714. Monadologie.
Principes de la nature et de la grace.
1715. Muerte de Luis XIV.
1716. Muere, 14 de noviembre.

L_________ ._ -·- - - --- -- ------'


BIBLIOGRAFlA

. Ediciones

Ya quedó dioho que en vida de Leibniz sólo· fueron publicados muy


pocos de sus trabajos: Essais de Théodicée sur_ la Bonté de Dieu, la Li­
berté de l'Homme et !'Origine du Mal (1710), algunos opúsculos latin�s
y muy importantes estudios en francés en dos revistas Acta Eruditorum y
]ournal des Savants).

R. E. Raspe: Oeuvres philosophiques latines et francoises, d� Leibniz,


1 vol. Amsterdam y Leipzig. 1765.
L. Dutens: G. W. Leibnitii opera omnia, 6 vols. Ginebra, 1768.
G. E. Guhrauer: Leibniz's deutsche Schriften, 2 vols. Berlín, 1838-40..
J. E. Erdmann:
1840. •
W. Leibnitii Opera philosophica t¡uae extant: Berlín,

M. A. Jacques: · Oeuvres de Leibniz. 2 vols. París, 1842.


G. H. Pertz: Leibniz's Schiften. Hannover, 184,3-47. Primera edición sobre
la base de los manuscritos de Hannover. Consta de tres series (histó­
rica, filosófica, matemática). En la serie filosófica se publica por vez
primera el Discurso de meta/ísica.
Foucher de Careil: Oeuvres de Leibniz. 7 vols. Incluye· nuevas obras• inédi-
tas. París, 1859-75. 1. ·
P. Janet: Oeuvres pl-,,ilosophiques de Leibniz. 7 vols. París, 1866.
. C.· I. Gerhardt: Die philosophischen Schriften von G. W. Leibniz. 7 vols.
Berlín, 1875-90.
H. Schmalenbach: G. W. Leibniz ausgewiihlte philos. Schriften in Origi-
nal-text. .2 vols. Leipzig, 1914. (
Schmeied-Kowarzik: G. W. Leibniz deutsche Schriften. 2· vols. Leipzig,
· 1916.
Patricio Azcá,rate: Obras de Leibniz. 5 vols: 1, Principios metafísicos;
II y III, Nue110 ensayo sobre el entendimiento húmano; IV, Cárres­
pondencia filosófica; V, Teodicea. Madrid, 1888.
A. Buchenau und E. Cassirer: G. W. Leibniz, Philosophische Werke,
5 vols. Leipzig,d. 1924.
1 Academia de Ciencias _de Berlín (bajo la dirección de P. Ritter, E. Hochs­
( teter,- W. Kabitz... ): G. W.. Leibniz, Siimtliche Schriften und Briefe.
Obra programa en 40 vols. de los cuales han aparecido 16. Se distri 0

huye- por series: I, Epistolario general; II, Epistolario filosófico; 111,


Epistolario matemático; IV, Escritos políticos; V, Escritos históricos;
. VI, Escritos filosóficos; VII, Escritos científicos. y técnicos.

Lll
BIBLIOGRAFÍA LIII

2. Sobre Leibniz
G. E. Guhrauer: G. W. Freiherr von Leibniz. Biografía. Breslau, 1846.
K. Fischer: G. W. Leibniz. Heidelberg, 1902.
B. Russe_Il: Una exposici6n critica de lá filosofía de Leibniz. Cambridge,
1900.
E. Cassirer: Leibniz'· System in seinen voissenschhaftlichen Grundlagen,
Marburgo, 1902.
L. Couturat: La 16gica de Leibniz. París, 1901.
H. Heimsoeth: Los métodos del conocimiento en Descartes y Leibniz. Gie-
sen, 1914.
J. Ortega y Gasset: La idea de principio en Leibniz. Bs. As. 1958.
W. Dilthey: Leibniz y su tiempo. Berlín, 1911.
F. Olgiati: El significado hist6rico de Leibniz. Milán, 1930.
G. Carlotti: El sistema de Leibniz. Messina, 1923.
.W. Kábitz: G. W. Leibniz. Vida, Obras, Doctrina. Heidelberg, 1909.
W. Conze: Leibniz como historiador. Berlín, 19·51,
K. Hildebrandt: Leibniz y el reino de· la gracia. La Haya, 1953.
G. Stamniler: Leibniz. Munich, 1930.
J. Pape: El tema de la verdad en Leibniz. Berlíri, 1943.
E. Ravier, Bibliographie des ouevres de Leibniz. París, 1937 ..

1 -
• 1
DISCURSO DE METAFÍSICA. SISTEMA DE LA
NATURALEZA. NUEVO TRATADO SOBRE EL
ENTENDIMIENTO HUMANO. MONADOLOG1A.
PRINCIPIOS SOBRE LA NATURALEZA
Y LA GRACIA

-- - . - - - ·- -·- - ----- -'


DISCURSO DE METAF1SICA *
1686


0
Versión española de D. Patricio de Azcárate, revisada y anotada por
Fmricisco Larroyo.
,,
! .
L. .1..=.....,___-:'---__:______________,________.
ANÁLISIS

· Como ya quedó dicho, el Discours de métaphysique (1686) inau•


gura la segunda y postrera etapa de la filosofía de Leibniz. En este ·

breve tratado desarrolla el autor, por vez primera, su s.is.tema con
rasgos definitivos. Al hacerlo, claro está, se ve llevado_. a considerar
ciertos principios. metodológicos, entre los cuales destacan las nocio­
nes de posibilidad y de innatismo, raíz misma esta última, de la
doctrina racionalista._ También figuran aquí y allá ideas. que difieren
de las de Descartes y sus · inmediatos discípulos; todo lo cual con-
. firma la originalidad e independencia de su doctrina,· por lo que cabe
llamarla· postracionalismo.
El Discurso acomete los tres grandes temas de la metafísica clá- i
sica: Dios, Mundo y . Alma humana, bien que de manera original, t¡\
sobre todo en las relaciones constitutivas de· estas tres realidades. l
Siempre ocupa Dio-S el centro de la meditación. · ··· . 1
Cabe dividir la obra en siete partes enteramente conexas y bajo ·
el signo de un propósito en gran medida conciliador. Las referencias


históricas son oportunas y exactas; lo que da al· trabajo un aire de
circunspección y prudenciá, que mucho contribuye a sus e:l!,'.celencias.
Escrita en breves parágrafos, procedi!11iento reiterado del autor, la ·1 J11"'

�r .
obra consta ·de 37 apartados que se disponen de este modo: a) 1-7: 6
1}'
, Dios como ser perfecto y real· por exc�lencia; b) 8-16: Las sustan-
¡. ·-cias. Su concepto, origen y especies; c) 17-22: El universo y la fina-
��-
· udad cósmica; d)..._ 23-29: El entendimiento humano y sus formas de ¡�­
conocer; e) 30-32: Voluntad y libertad humana; f) 33-35: Alma, / •
cuerpo e inmortalidad. La concordancia universal; g) · 36-37: Confir�
mación cristiana de la doctrina. f
Dios es la esencia ;Perfecta én su ser y en su obrar. En el intelecto (si-(
divino habitan: las eternas verdades metafísicas (y matemáticas) y las l_r1 tr
reglas de lo bueno, lo justo y lo perfecto (§ 1). Los dos siguientes '\. ·
parágrafos són. de carácter polémico: contra quienes suponen que no \'\J ü
son buenas las acciones divinas (2) y contra quienes imaginan que ; \ri
Dios hubiera podido obrar m�jor (3). Resultado de tal debate ha de ' l
lleyar al amor de Dios y a una aceptación inexcusable de cuanto
hace (4) .lif:l autor insiste en esta aquiescencia, y da, a continuación, 1J
· las normas, por así decirlo, de la' perfección· divina (5). Ep. dicha
elucidación aparece la idea de orden, punto clave de la filosofía ·
' 3
4 LEIBNIZ

leibniziana. Dios no. háce nada fuera del orden (6). Incluso los
hechos milagrosos son hechos dentro del orden universal .¡__7).
La noci6n de sustancia individual es, como la de orden, un ele­
mento medular 'y {undante de toda lá doctrina. Basta decir que, entre
otros problemas, permite distinguir las acciones de Dios y de las cria.:.
turas: una sustancia individual consiste en tener una noción tan
amplia que sea suficiente para comprender y · hacer deducir de ella
todos los predicados del sujeto a que esta noción se atribuye \8).
Siendo una realidad singular, cada una de ellas expresa a su manera
_ una imagen del universo, y, con ello, posee en .su noción los acaeci­
mientos todos comprendidos en su desarrollo (9). Hablando de los
. hechos particulares, viene a cuento decir que las · formas metafísicas
de los escolásticos sólo valen para lo. general, no para interpretar los
fenómenos. concretos .. (10). Pero este carácter de aplicación general
de las formas escolástícas no debe inducir a despreciar a los filósofos
y teólogos de tal doctrina . ( 11) . Aclarada su posición respecto a la
filosofía tradicional, prosigue en su tarea: la naturaleza del cuerpo no
consiste sólo en la extensión (12). Para descubrir la real naturaleza
¡, de las sustanch¡s, diserta en tomo de las verdades a priori, necesa- . 1
rías, y de las verdades a posteriori, contingentes (13). Por esta vía, ll
se llega · al concepto de posibilidad · (lógica o real) , otro ingrediente
sustancial del �istema, del cual se obtiene. la teoría de virtualismo: ·
la sustancia individual encierra virtualmente cuanto ha de ocu- ·
rrirle. Dios produce las sustancias a tenor de las diferentes nocio•
nes que tiene del universo. Hay más: existe una' correspondencia

1:
- entre ellas, a pesar de no influirse de manera directa (14). Esta su
· correspondencia tiene lugar de manera refleja a través de Dios, en
J
virtud del nexo de dependencia de ellas respecto de :e.I (15). ¿Cómo
es esto posible? La radical respuesta reside en la doctrina ontológica,
defendida poi Leibniz, de que la esencia comprende dentro de sí . a
la existencia (16) .
· Leibniz llama máximas subalte111as a las leyes de la naturaleza.
Partiendo de aquí, se opone a Descartes nuevamente. Ya. mostró que
ninguna sustancia se explica por la mera extensión. Esencial carácter
de ella es una fuerza concebida como algo inextenso. Ahora lo con­
firma haciendo ver que no la cantidad de movimiento, como aceptara
Descartes, sino la fuerza viva es lo invariable en las leyes natura-
,1
�I
les (17). La tesis, empero, tiene trascendencia mayor. La fuerza viva
como realidad· inextensa es imprescindible para explicar el mundo de
los cuerpos. Quedan vinculadas así física y metafísica (18). De todas l¡
estas condiciones re�urge otro clásico problema cosmológico: el de la
finalidad de la naturaleza. Si píos se propone siempre lo mejor, como
ya fue señalado en el parágrafo primero, es inconc.ebible que no rija
el principio de la finalidad en el universo (19). Una confirmación

¡
j
DISCURSO ·DE METAFÍSICA 5

de su juicio, lo encuentra en el diálogo platónico del "Fedón", en -


donde Sócrates· declara que muere por el deber, no precisamente por
estar atado, ya que ha podido escapar de la cárcel (20). Hay más:
los principios geométricos no -explican por sí solos las leyes ·físicas.
Se requiere del recurso de las causas eficientes y de las causas fi­
nales (21); todo. lo cual lleva a la búsqueda de una conciliación entre
los mecanicistas y quienes admiten el principio incorpóreo de · la fi-
nalidad (22) .
Esta concepción cosmológica lo empuja a disertar sobre el enten­
dimiento humano. La idea más importante que concibe la razón hu­
mana es la idea de Dios, guía de toda existencia y luz de todo saber.
La prue_b a de que existe, está en que, siendo por excelencia la per­
fección suma, sería contradictorio que careciera de existencia (23) . Al
hilo de este pensamiento pasa el autor del Discurso a precisar las clases
y grados de. conocimiento (claro, obscuro, adecuado, intuitivo ... ) afi­
nando algunos y rectificando otros pensamientos de Descartes. También
aquí (24) habla de las especies de definiciones (reales, causales, esen­
ciales) . Por lo que toca a los grados del conocimiento, se inclina a
la idea de qtie éste logra lo mejor . cuando es claro en las nociones
confusas o intuitivo en las.. distintas (25) ; Ahora bien, la fuente del
saber yace en el entendimiento mismo: las ideas están contenidas
virtualmente en él (26). Según Leibniz, · el entendimiento forma los
conceptos del saber. La experiencia es sólo tina ocasión para empren­
der la tarea cognoscitiva (27) . La tesis se conoce con el nombre de
virtualismo epistemológico. No hay factor externo como fuente del co­
nocimiento (empirismo). Sólo Dios es fuente inmediata de saber en el
entendimiento humano (28).. Pero esto no significa que Dios piense
por nosotros. Dios es únicamente la luz en el ca�no (29) .
En el tema de la voluntad humana, hace ver que Dios inclina al
hombre · a decidir. y hacer, pero no le obliga. Puede saberse lo que
ocurrirá (omnisapiencia divina) sin haber provocado la acción li­
bre (30).. El fundamento teológico del problema reside en la llamada
ciencia media (31). Al considerar las alternativas de la voluntad hu­
mana en materia de fe, se bosqueja aquí una' doctrina de la gracia
y sus gra_dos. Dentro de esta parte, ofrece el autor finalmente las
ventajas que reportan al hombre estas consideraciones teológicas para
su vida piadosa (32) .
. La correspondencia y concordancia entre alma y cuerpo ha pare-­ .,
ciclo hasta ahora a muchos inexplicable o milagrosa. Motivo de tal
actitud es el hecho de que el alma es inextensa y el cuerpo no. En ·
efecto, lo.,inextenso no puede obrar sobre lo extenso; y viceversa.
Leibniz ofrece una nueva solución. Se . da tal correspondencia y con­ '
cordancia,· no sólo entre cuerpo y alma de cada sujeto, sino también
entre todos los seres del universo. Al crear las sustancias, · Dios las

r
6 LEIBNIZ

dota de los _recursos adecuadós para tal consecuencia (33). Dicho


principio universal lo llamará Leibniz, más tarde, af'tn9nía pre­
establecida, · como llamará mónada a las sustancias individuales. La
. concordancia tiene lugar a pesar de que hay diferencias entre las sus­
tancias. Unas· (espíritus) gozan de características superiores a otras
(los demás seres). Pero la esencial diferencia es que aquéllas son coris-

;1
. cientes de cuanto hacen, �stas no. Justo: se ha dicho con razón que
tal carácter marca el nacimiento moderno de la noción de persona­
lidad, á título de conciencia permanente de s·í mismo (34). En esta
f

jerarquía de las sustancias, los espíritus ocupan lugar preferente, ya

f
que expresan a Dios más bien que al mundo, -� paso que las otras
1
I
· sus_tancias expresan al mundo más bien que a Dios (35). •
Dios, por esehcia, ocupa el vértice c�lmin�nte en la jerar��ía del ·J
.
umverso. _
Creador de cuanto existe, mantiene sm cesar su acc1on tute­
lar y bienaventurada sobre todos los seres · (providencialismo) . Su
meta es perfeccionar al Universo creando· y· recreando en está ciudad
divina. Sólo los espíritus son creados á. su semejanza y gracias al
amor, que es concordia, el camino por andar será el mejor de los
caminos (optimismo) (36). El Discurso de metafísica finaliza con una
profesión de fe cristiana, en un himno en que se canta la obra de
Jesucristo, quien se hace hombre para descubrir a todos, en su propia
naturaleza, el misterio y la vida perfecta del, reino de los cielos (37) .
*
El Discurso de la metafísica fue redactado, según testimonio del
propio autor, en el invierno 1685-1686, para honrar al hombre de
Estado Ernesto von Hesse.Rheinfels, e impreso por vez primera
en 1846. Aunque el manuscrito encontrado carecía, como otros, · de
nombre, el título con el que se le · conoce es pertinente. Una y otra·
v,ez, en cartas y opúsculos Leibniz lo denomina Discurso. En la de­
puración del texto han influido significativamente J. E. Erdmann y
C. l. Gerhardt en sus respectivas ediciones de las obras· de Leibniz.
Recientemente la edición de la Academia Prusiana de las Ciencias de 1.
Berlín, ha contribuido a depurar más el texto_ de ésta y otras obras.
Siimtliche Schriften und Briefe. Sexta .serie.
1:
. · En la traducción de D. Azcárate no figuran los títulos de Jos 11
parágrafos del Discurso. El autor de este análisis los incluye tradu-
cidos de la mencionada edición de Gerhardt.
1, De la perfecci6n divina, y que 2. Contra quienes sostienen que no
. -' Dios hace todo de la manera más hay bondad en las obras de Dios;
conveniente o bien, que las reglas de la bondad
, La noción de Dios más acogida
y de la belleza son arbitrarias
. y más significativa que tenemos, se Y así estoy muy distante de acep­
. expresa perfectamente en estos tér­ tar la opinión de aquellos que sos­
\ minos: Dios es un ser absoluta­
.. tienen que no existen reglas de
mente perfecto; pero no nos fija- bondad y de perfección en la natu­
mos lo bastante en todas sus con� raleza de las cosas o en las ideas
. secuencias; y para penetrarlas más, que Dios tiene de ellas; y que las ·
�s conveniente observar que hay en obras de Dios sólo son buenas por
\ la natura:leza muchas perfecciones, la razón formal de que Dios las ha
diferentes .unas de otras, y todas las hecho. Porque si esto fuera cierto,
que posee Dios, perteneciéndole ca- Dios, sabiendo qµe es autor de ellas, 1
da una en el más alto grado. Es
preciso reconocer también lo que pués y encontrarlas buenas, como .
no tuvo necesidad de mirarlas des­
es la perfección, de la cual tenemos qice . fa Sagrada Escritura, cuando
un signo muy seguro, a saber, que s6lo se sirvi6 .de esta antropología, J
las formas o naturalezas, que no
son susceptibles del último grado, lencia de las cosas se conoce con 1
para damos a entender que la exce­
no son perfecciones, como, por ejem­ s6lo mirarlas en si .mi�as, aunque'
plo, }a naturaleza del número o de no se fije la reflexión eri esta des­ ¡
la figura. Porqué el número mayor nuda denominación. que las refíere /
de todos (o bien el número de to­ a su causa; lo cual es tanto más
dos fos números), lo mismo que la cierto, cuanto que, fijándose en las !
mayor de todas las figuras. implican obras, es· como se puede descubrir ¡
l contradicción, Pero la . ciencia más el obrero. Por lo tanto, es preciso
l grande y Ia omnipotencia no encie­ qua_aquéllas tengan en sí mismas su
í rran impoi;;ibilidad; poi- consiguien-
te, .la potencia y ta ciencia son per­ propio carácter. Confieso que la opi­
1 fecciones, y, en cuanto pertenecen a nión ¡_;ontraria ine parece extrernadá- •

, Dios, no tienen límites. De donde se mente peligrosa y muy aproximada


\ sigue que. Dios, poseyendo la sabi­ a la de los últimos innovadores,
. duría suprema e infinita, obra de qu_ienes _piensan que la belleza del
1la manera más perfecta, no sólo en universo y la bondad que· atribui­
mos 'a las obras de Dios, no són
l :,1el sentido metafísico, sino también más que invenciones de fos hom­
,:- moralmente hablando; y se puede
decir también respectq a nosotro·s, bres que conciben a Dios a su ma­
1 que, cuanto más se informe y se in&­ nera. Además, al decir que las cosas
, truya el hombre de las obras de no son buenas, según regla al guna
Dios, ·estará más dispuesto a encon­ de bondad, y sí por la sola volun­
trarlas excelentes, y enteramente con­ tad de Dios, ·se destruye, a mi pare­
formes a c�anto pi.Jeda desell!'se.1 cer, sin pensar en ello, todo el amor
de Dios y toda su gloria. Pues, ¿có­
· 1 Se trata, en el fondo; dé' un con­ mo alabarlo por lo que ha hecho,
cepto tradicional,- racionalista, innato si hubiese de ser igualmente alabado
de Dios. a haber hecho todQ lo contrario? ¿A

L_ 7
...: 8 LEIBNIZ

dónde van a parar su justicia y su pero una cosa no es completamente


sabi_duría, si sólo queda en pie un loable, cuando sólo -lo p¡¿ede ser de
cierto poder despótico," si la volun­ esta manera. Creo, además, que se
i
1

tad ocupa el lugar de la razón, y encontrará una infinidad· de pasajes


si, según la definición de los tira­ en la Sagrada Escritura y en los 1
nos, fo que place al más poderoso Santos Padres que favorecerán mi II
es justo sólo por placerle? Además, opinión, pero no se halla, apenas, · 1.
toda voluntad supone alguna razón alguno que · apoye 1a de estos pensa­
para· querer, y esta razón es natural­
mente anterior a la voluntad. Por
dores modernos, que a mi parecer
fue desconocida a toda la antigüe­ \1'
este_ motivo, tengo muy extraño el dad, y que ·sólo se funda en el es­ \
dicho de algunos filósofos, que sien­ caso conocimiento que tenemos de L
(
a' tan que las verdades eternas de la la . armonía general del Universo y
\ metafísica y de 1a geometría, y, por de -las razones ocultas de la conduc-
consiguiente, las reglas de la bon­ ta de Dios, lo cual nos precipita
( dad, de la ;usticia y · de la perfec­ temerariamente a creer que muchas ·
ci6n, sólo son efecto de la voluntad cosas pudieran ser mejores. Además,
/ de Dios, cuando a mi parecer sólo los modernos insisten en algunas su­
¡ son resultado de su entendimiento, tilezas que carecen de .toda solidez;
y no dependen de su voluntad, co­ porque se imaginan que nada hay,
~ ¡' mo no depende su esencia.2 por perfecto que se_a, que no admita:
mayor grado de perfección, lo cual

3. Contra quienes opinan que Dios


hubiera podido obrar mejor._
es· un ·error. Creen también que con
esto dan más realce -a la libertad de
Dios, como si no fuera el mayor -,,·1
\
grado de libertad el_ obrar con per- \
Tampoco puedo aprobar la opi­ fección según la razón soberana. \
nión de algunos pensadores moder- Porque cr�r que Dios obra en al- ji
¡i·
, nos, quienes sostienen atrevidamen­ gún caso ·sm que su voluntad tenga
te, que ,lo que Dios hace no es ninguna razón para · ello, prescin­
acabadamente perfecto, y que pudo diendo de que es inconcebible, es
hacerlo mejor. Porque me parece una _opinión poco conforme con su
que los resultados de esta opinión gloria. Supongamos, por ejemplo,
son absolutamente contrarios a la que Dios escoja entre A y B y que
gloria de Dios. Uti minus malum prefiere a A sin que tenga ninguna
habet rátionem boni, ita minus bo- razón para posponer a B; digo, que
. num habet rationem mali. Es obrar esta acción de Dios, por lo menos,
imperfectamente, obrar con menos no puede alabarse; porque toda ala­
perfección que aquella con que pu­ banza debe fundarse en alguna ra-
do obrarse; al modo que se critica zón que ex hypothesi no se encuen-
la obra de un arquitecto, si sé le tra aquí; mientras que yo sostengo
demuestra que pudo hacerla mejor. que Dios no hace nada por lo que
Además esto va contra la Sagrada · no merezca ser glorificado.
Escritura, cuando nos asegura la
bondad de las obras de Dios; por­
que, como las imperfecciones des­ 4. Que el amor de Dios reclama una
cienden hasta lo infinito, de cual­ completa satis/acción y aquiescen­
quier manera que Dios hubiere he­ cia respecto de lo que hace, sin que
cho su obra, habría sido · siempre
buena en comparación con las me­
ello redunde en un quietismo
\
nos perfectas, si esto fuera bastante; . El conocimiento general de esta
gran verdad, que Dios obra siem­
2 Clara expresión de intelectualismo. pre de,, la manera más perfecta y que
DISCURSO DE METAFÍSICA 9

, · más es de. desear, es a mi parecer, / Jugar . propios para que se realicen


' el fundamento del amor que debe­ lJos buenos designios.
mos a Dios sobre todas fas cosas,
puesto que · el que ama, busca su
satisfacción en 1a felicidad o perfec­ 5. De lo que son las reglas de per­
ción del objeto limado y de sus ac­ fección de la conducta divina. y de
ciones. Idem velle et ídem nolle vera que los '/11edios más simples produz-
amicitia-esi. Creo. que es difícil amar can los _más de los efectos
bien a Dios, cuando no se está en
\ disposición de querer lo que él quie­ Basta, pues, tener esta confianza
re, cuando uno se atribuye el poder
_de cambiarlo. En efecto, Jos que no
en Dios, creyendo que s�empre obra
lo mejor, y que en mida puede da­
.
- se satisfacen con lo que Dios hace, ñar a los que le aman; · mas cono­
me parecen semejantes a aquellos cer en particular las razones que le
súbditos descontentadizos, cuya in:- · han podido mover a escoger este or­
tención no es muy diferente de la den del universo, a tolerar los peca­
de. los rebeldes. Así que sostengo, dos, a dispensar sus gracias saluda­
según estos principios, que para bles de una cierta manera, esto su­
obrar confonne al amor de Dios, no pera las fuerzas de · un espíritu·
basta tener paciencia a la fuerza, finito, sobre todo, cuando no ha lle­
sino que es preciso darse por satis­ gado al goce de la visión de Dios.•
fecho de cuanto nos suceda confor­ Sin embargo, pueden hacerse algu -·
me a su voluntad. Esta aquiescencia nas observaciones generales sobre la
se entiende en . cuanto _al pasado; conducta de la Providencia en el
porque, respecto del porvenir no hay gobierno de las cosas. Puede decirse
qúe ser quietista, hasta el punto de que el que obra perfectamente es.·
espi;;rar con los brazos cruzados- lo semejante a un buen geómetra, que
que .. Dios haorá de· hacer, _conforme sabe descubrir las mejores construc­
aquel· sofisma que fos antiguos lla­ ciones de un problema; a un buen
maban My?'II &epy?u que es la razón arquitecto, que busca el emplaza­
perezosa; si no que debe obrarse se- miento- y el área destinada para el
� º\gún la voluntad, presuntiva de Dios edificio de la manera más. ventajosa,
sin hacer nada que choque o que
en cuanto está a nuestro alcánce,8 desdiga de la belleza de que es sus­ f
!procurando con . todo el . poder de ceptible; a un buen padre de fami­
· que somos capaces contribuir al bien lia, que cultiva sus bienes sin dejar
general y· particulamiente al embelle- nada inculto y estéril; a un hábil
1 cimiento y perfección de lo que nos maquinista, que construye sus obras
afecta, o. de lo que tenemos próxi­ según el método menos embarazoso
1 mo, y que, por decirlo así, está a que se puede escoger; y a un autor
nuestro alcance. Porque cuando el sabio,, que en el menor volumen en•
resultado haya hecho ver que · Dios cierra mayor número de verdades. .
no ha querido en • aquel acto que Ahora bien, los más perfectos de
nuestra buena voluntad, produjera .su todos los seres y que ocupan menos
efecto; no se sigue dé aquí que no volumen, es decir, que menos se en° )
haya querido que hiciéramos aquello torpecen, son · fos espíritus, cuyas
que hemos hecho. Por fo contrario, perfecciones consisten en las . virtu-
como es el mejor de -todos Jos amos, des. Por esta razón no hay que du-
sólo quiere la recta intención, y a dar que la felicidad de los espíritus
\ él correspqpde conocer la hora y el es el fin principal de Dios, y que la
llevará a efecto en cuanto la armo­
3 Leibniz sostiene aquí una suerte de nía general lo permite; sobre cuyo
ética teológica; por tanto, heterónoma. punto muy -luego diremos
,,. algo más;

¡
10 LEIBNIZ

Por lo que hace a Ja sencillez de papel a la aventura, como hacen los


las vías de Dios, ella tiene propia­ que ejercen el arte ridículo de la
mel).te cabida con respecto a los me­ geomancia. Digo, que � posible ha­
dios; así como, por Jo contrario, en llar una línea geométrica cuya no­
. los fines o efectos tienen lugar la ción sea constante y uniforme, se­
variedad, la riqueza o abundancia. gún cierta regla, de manera que esta
Lo uno debe estar balanceado con línea _pase por todos .estos puntos,
lo ptro, como los gastos hechos en y en el mismo orden en que !!l mano
levantar un edificio lo están con la los· ha señah,do. Y si alguno trazase
grandeza y belleza que se Je quiera· de un ·golpe una línea, ya reota, ya
r
1
dar. Es cierto que esto a Dios nada
le cuesta, mucho menos que al filó­
sofo que lanza hipótesis para fabri­
circul;u, o · de otra naturaleza cual­
quiera, es posible hallar une noción,
regla o ecuación cómún a· todos los .
car un mundo. imaginario, puesto puntos de esta línea, en cuya virtud
que a Dios le basta dictar decretos estos mismos cambios deben tener �·
111 para que nazca un mundo real; pero lugar. No hay, por ejemplo, punto
en materia de sabiduría los decretos de· vista alguno, cuyo contorno no -,1_
1:: o hipótesis hacen las veces de gas­ forme parte de una Jínea geométri-
t to, a medida que son más indepen­ ca, y que no pueda trazarse de un -
i� dientes las unas de las otras; porque solo arranque mediante cierto movi­
1o '- la razón quiere que se evite la multi­ miento ordenado. Mes cuañdo una
plicidad en las hipótesis o principios, regla es muy compleja, lo que con­
a la manera que en astronomía se forma· con ella, pasa por irregular.
prefiere el sistema· más senci:llo.4 Y así puede decirse, que de cual­
quiera modo que Dios hubiera crea-
do el mundo, habría sido �iempre de
6. Dios no hace nada fuera del or- una manei-:a regular y con un cierto
den. No es posible siquiera imagi- orden general. Pero Dios ha escogi­
· de regula- ¡ do el más perfecto, es decir, el que
. ridad
nar sucesos que carezcan
· es· al mismo tiempo más sencillo
. ) en hipótesis y más rico en fenóme-
Las voliciones o acciones de Dios nos, como podría ser.lo una línea de
se dividen _comunmente en ·ordina-
1 rias y extraordinarias. Pero es bue- geometría, cuya construcción fuese
fácil y sus propiedades y efectos ad­
·¡ no considerar que Dios no hace na- mirables y de una gran ex-tensión.
da sin orden.º Y así, lo que pasa Me sirvo de estas c omparaciones pa­
por extraordinario, sólo 1o es respec- ra delinear un -símil imperfecto de
1 to a algún orden particular estable- fa sabiduría divina, y para decir lo
cido entre las criaturas; porque, en que puede por fo menos elevar nues­
1, cuanto ·al orden universal, todo se tro espíritu hasta concebir de algún
¡ conforma oon él. Lo cull'l es tan módo fo que no admite una expli-
1 cierto, que no sólo nada sucede en cación directa . Pero no por esto in- 1i
el mundo que sea absolutamente tento explicar el gran misterio de- 'I
./ irregular, sino que ni se puede su- que· depende todo el universo.
- poner nada que sea tal. Porque,
supongamos, por ejemplo, que al­
guno ponga muchos puntos en un dan 7. Inclusive los milagros se amol­
•al orden general, aunque sean -0i
· 4 Recuérdese el principio de la mo•
contrarios a las reglas subalternas · ·
', dema vía escolástica (la navaja de de lo que Dios quiere o permite por
Occam) : pluritas non est ponenda sine una voluntad general o particular
5 Acaso la metafísica leibniziana pue­ Y puesto que nada_ cabe hacer
necesitate.
,_ da ser llamada una doctrina del orden. que no esté en el orden, se puede

f
DISCURSO DE METAFÍSICA 11
decir que los milagros están tan permite y no que Jo quiere, aunque
dentro de él como las . operaciones concurra a ello, a causa de ,las leyes.
naturales,º que se llaman así porque de la naturaleza que ha establecido,
. ·son conformes a ciertas máximas · y porque de esto mismo sac,a Dios
subalternas, que Uamamos la natu­ un bien, mayor.
raleza de las cosas. Porque es posi­
ble decir que esta naturaleza no es
8. Con. t �¡;�-�� :d;s�;n����- ;a::cl
u
más que una costumbre de Dios, de
la .que puede dispensarse en virtud ciones de Dios y de las criaturas, se \(
de una razón más fuerte que fa que explica en qué reside la noción de
le ha movido ·a servirse de estas una sustancia individual
máximas. En cuanto· a las volicio­
\ nes generales o particulares; según Es bastante difícil distinguir las
se quiera entender, puede decirse acciones de Dios de las de las cria•
1 que Dios hace todo según su volun- turas; porque, si hay quienes creen
1 tad más general, la cual es conforme que Dios lo hace todo, otros se.
con el orden más perfecto que ha imaginan que· no hace más que con­
escogido; pero puede decirse. tam­ servar la fuerza que ha dado -a las
bién, que tiene voliciones particu­ criaturas; más adelante haremos ver
lares, que son excepciones de estas cómo puede decirse lo uno o lo
antedichas máximas subalternas, por­ otro.7 Y, puesto que la acción y
que la más general de las leyes · de la pasión pertenecen propiamente
Dios, ·que arregla todas las series a las sust!!ncias individuales (actio-
que constituyen el universo, carece nes -sunt suppositorum), será nece­
de exce¡x:i6n. También cabe decir sario explicar lo que es tal sustan- ·
que Dios· quiere· todó lo que es ob­ · cia. · Es cierto que, cuando muchos­
jeto de <SU voluntad particular; mas predicados se atribuyen á un mismo
en cuanto a los objetos· de su vo­ sujeto, y este sujeto no se atribuye
luntad general, tales -como fas ac­ a ningún otro, se fo llama sustancia
ciones de las_ criaturas, particular­ individual; pero esto no es bastante,
mente de fas que son racionales, y y semejante explicación es, tan sólo,
a las cuales Dios· quiere concurrir, nominal. Es preciso, por tanto, con­
es preciso distinguir; porque si . la siderar lo que significa ser atribuido
acción es buena eri sí misma, puede verdaderamente a cierto sujeto. Es, ·
decirse que Dios fa quiere y Ja or­ de· cierto, que toda predicación ver­
dena algunas veces, hasta cuando no dadera, tiene algún fundamento en
se. realiza; pero si es mala en sí la naturaleza de las cosas, y cuando
misma, y sólo se .hace buena por una proposición no es idéntica, es_
accidente, porque la serie· de las co­ decir, cuando el predicado no está
sas, y particularmente, fa pena y la comprendido expresamente en el su- ' )
satisfacción, corrigen. su malignidad, jeto, es preciso que fo esté virtual­
recompensando el mal con usura, de mente, y esto es a lo que los filó­
suerte que, al fin,� se encuentre más sofos llaman in-esse, al decir que el
perfección en todo su desarrollo que predicado está en el �ujeto '. Y así
la que se habría producido, si sé es necesario que el término del su­
hubiese realizado todo el mal, es jeto encierre siempre el del predi­
· . preciso decir· entonces que Dios fo cado, de suerte que el que com­
prenda perfectamente la noción �el
o Véase la · radical diferencia entre
Spinoza y Leibniz respecto de los he­ 7 Desde este . parágrafo se inicia · el
chos milag�sos. Para este último el mi­ estudio sobre la sustancia. También
lagro pertenece al orden, bien que so- aquí la tesis defendida se aproxima
- brenatural. más a Duns Scoto que a Santo Tomás.
12 LEIBNIZ

sujeto, juzgaría también que el pre­ tre otras, la de que no es cierto que
dicado le pertenece. Siendo esto así, dos sustancias se parezcan entera­
· podemos decir que la naturaleza de mente, y sean diferenteStiÓlo en nú­ s
una sustanciá individual o de. un ser mero, y que lo que asegura Santo
_ completo, consiste en tener una no­
'
Tomás sobre este punto de los án­
ción tan acabada de él, que baste geles o inteligencias (quod ibi omne
para comprender y para deducir de individuum sit species ínfima) es
1 ella todos los predicados. del sujeto exacto con relación ·a todas las sus­
a quien se atribuye esta noción. En tancias, con tal que se tome fa dife­
vez de que el accidente es un ser rencia .específica, como. fo hacen los
cuya noción no encierra todo lo que geómetras respecto de sus figuras;
puede atribuirse al sujeto a quien que una sustancia sólo puede comen­
se atribuya esta noción. Y · a-sí, 1a · zar por creación, y perecer por· ani­

l.
cualidad de rey, que pertenece a quilación; que no se divide una sus­
Alejandro Magno, haciendo abstrac­ tancia en dos, ni .-de dos se forma
ción del suj eto, no es bastante para una, y que, por lo tanto, e� número .
determinar a un individuo, y no en­ de las sustancias ni aumenta, ni dis-
cierra las demá.s cualidades del mis­ minuye naturalmente,. aunque con
mo sujeto, ni todo fo que Ia noción frecuencia se transformen. Además,\
de· este príncipe comprende; mien­ toda sustancia es. como un mundo ¡
tras que Dios, viendo la noción in­ entero y como un espeje;_> de Dios
dividual o hecceidad de Alejandro, o biim de todo el Universo, el cual
ve al mismo tiempo en ella el fun­ expresa cada una a su manera, al
damento Y· la razón de todos los modo que una misma ciudad se re­
predicados que puede decirse que le . presenta diversamente ,según las di­
pertecen verdaderamente, como, por ferentes situaciones del que ,la mira.
ejemplo, que había de vencer a Así el Universo aparece en cierta "
Darío y a Poro; hasta conocer a manera multiplicado tantas veces
priori (y no por experiencia) , si . cuantas son las sustancias, y se re­
había de morir de muerte natural -dobla fa gloria de Dios mediante
· o envenenado, 1o cual sólo pode- otras tantas representaciones, todas
1110s saber nosotros por Ia historia.­ diferentes, de su obra.8 También pue- ·.
Además, cuando se reflexiona sobre de decirse, que toda sustáncia tiene 'j
la conexión de fas cosas, puede de­ impreso en · cierto modo el sello de JI
cirse, que ha habido en todo tiempo, la sabiduría infinita y de ,la omni- J
en el alma de A,Iejaridro, nistros potencia de Dios, y le imitan en
de todo fo que fo sucedió; y signos cuanito es posible. Porque toda sus­
de todo lo · que le sucederá, y hasta tancia expresa, aunque confusamen-
rastros de todo lo que ·pasa en el te, todo fo que · sucede en el uni­
universo, aunque sólo Dios es el que verso, pasado, presente o futuro, lo
puede conocerlos todos. cual tiene ·alguna semejanza eón una
percepción o conocimiento infinito;
y como todas las demás sustancias
9. Que cada sustancia singular ex­ expresan ésta a •su vez y se acomo­
presa el universo entero a su ma­ dan con eHa, puede decirse que ex­
nera, y que en su noción todos los tiende -su poder sobre todas las de-
acontecimientos quedan comprendi­ más a semejanza de la omnipotencia
dos con todas sus circunstancias y del Creador.
con toda la serie de las cosas exte-
riores
B El conce pto de microcosmos le per­
De aquí se siguen muchas para­ mite al autor redoblar la noción de
dojas de consideración; como, en- sustancia como individualidad.

�------------�------------------·-----------'----.....J----'
!
1 DISCURSO DE METAFÍSICA 13

no tiene necesidad de embarazar su


10. Que la nocion de las formas espíritu con el famoso laberinto de
sustanciales es un tanto sólida, pero la composición de fo continuo, y
que las dichas formas nada cam­ como ningún filósofo morailista, y
bian en los fenómenos y que no han menos un jurisconsulto o político,
de emplearse para explicar los efec- tienen necesidad de molestarse en
tos particulares penetrar las grandes dificultades· que
se hallan en· la conciliación del Jibre
Al parecer, los antiguos, así co­ albedrío con la Providencia de Dios;
mo muchos hombres entendidos, puesto que el geómetra puede con­
acostumbrados a meditaciones pro­ cluir todas sus demostraciones, y
fund!l's, que han enseñado la teolo­ el político determinar todas sus de­
gía y la filosofía hace siglos, algunos liberaciones sin entrar en - estas po­
de los cuales son recomendables por lémicas, que no dejan de ser nece­
su •santidad, han tenido cierto cono­ sarias e importantes en 1a filosofía _
cimiento de Jo que acabamos de y en la teología; así un físico puede
decir; y esto es precisamente lo que dar razón de las experiencias sir­
les obligó a introducir y mantener viéndose ya de otras más sencil�as
\1

)
' las formas sustanciales - tan desacre­ hechas anteriormente, ya de demos­
' ditadas en la actualidad. Pero estos traciones geométricas y mecánicas,
'
hombres no están - tan distantes de sin tener tampoco necesidad de con-
la: verdad, ni son tan ridículos como - sideraciones generales que correspon­
el común de nuestros filósofos mo- den a otra ésfera; y si apela al con­
demos se imagina. Bstoy conforme curso de Dios o bien a aJguna alma,.
en que la consideración de estas arqueo o cualquiera otra cosa de
formas de nada sirve en el pormenor esta natura:leza, desbarra como lo
de Ja física, y en que no deben em­ - haría el oue, en una deliberación
plearse en la explicación de los fe­ importante de práctica, entrara en
nóm�nos en particular. Este -ha sido grandes razonamientos sobre la na­
el error de nuestros escolásticos, así turaleza del destino y de nuestra "li­
como de los médicos de pasados bertad; y así, en efecto, lo hacen
tiempos, ¡tl creer que daban razón con frecuencia los hombres, sin pen­
de las propiedades de los cuerpos, sar en fa falta que cometen, · como
con hacer mención de las formas_ y cuando entorpecen su espíritu con la
de las cualidades de ellos sin to- cuestión de la fatalidad, sucediendo
. márse el trabajo de examinar el mo­ que· en ocasiones se separan por es­
do de obrar, lo cual es como si uno te medio de alguna resolución buena
se contentara con decir que un re­ o de algún cuidado necesario!
loj tiene fa cantidad horodíctica pro­
C\:dente de su forma, sin considerar
en qué consiste todo e1lo. Podrá bas­ 11. Que las meditaciones de los teó­
tar esto para el que lo coinpra, con logos y de los filósofos llamados es­
tal que -abandone el reloj al cuidado colásticos, no son despreciables del
de otro. Pero esta omisión y este todo
abuso de las formas no es razón
para desechar una cosa, cuyo cono- Sé -bien que enuncio una gran pa­
cimiento es tan necesario en meta­ radoja al pretender restablecer en
\ física, que sin él, sostengo que no cierta manera la antigua filosofía,. y
se puedfm conocer bien los primeros conceder el derecho de , postliminio
l\principios ni elevar el espíritu al co- a las formas sustanciales casi des­
nqcimienm de las naturalezas incor­ terradas; pero quizás no se me con­
póreas y de las maravillas de Dios. denará ligeramente, cuando se sepa
Sin embargo, así cooio un geómetra que he meditado mucho sobre la ·
/
......
14 LEIBNIZ • l.
1
filosofía moderna, que he consagra­ figura y del movimiento, .no es tan
do largo espacio a las experiencias distinta como se cree; porque hay
físicas y a las demostraciones geo. en ella algo de imagiaario y de re­
métricas, _ y que por mucho tiempo lativo a nuestras percepciones, como
desprecié taies formas sustanciales, sucede, aunque en mayor grado, con
hasta que me vi obligado a repo­ el calor, el color y otras cualidades .
nerlas, a pesar mío y como por semejantes de_ las que se_ duda si se
fuerza, después de haber hecho yo encuentran verdaderamente en la na­
mismo indagaciones que me han turaleza de' las cosas fuera de noso.
obligado a reconocer,. que nuestros tros. Por· esta ·razón, esta clase de
filósofos modernos no . hacen justi­ cualidades no· pueden constituir nin­
cia a Santo Tomás ni a otros hom� guna sustancia.1° Y si no hay otro _
bres grandes de ·aquella época, y principio de identidad en el cuerpo,
que en las opiniones de los filósofos que el qué acabamos de decir, ja­
escolásticos y teólogos hay más so­ más un cuerpo subsistirá más de un
lidez que fa que ellos imaginan, con momento. Sin embargo, las almas. y
tal que se sepan utilizar oportuna­ las formas sustanciales de los d1>
mente y en el lugar que corresponde. más cuerpos, son muy diferentes· de
Estoy también persuadido de que si las almas inteligentes, las cuales son
un espíritu circunspecto y reflexivo las ÚÍlic'as que conocen sus· acciones,
se tomase el trabajo de aclarar y y no sólo no perecen naturalmente,
de digerir sus pensamientos a la ma­ sino que guardan siempre el funda­
nera de los geómetras analíticos, en­ mento del conocimiento de lo que
contrarían en ellos un tesoro de ver­ son ellas mismas; lo cual ·1as hace
dades numerosas, muy importantes y susceptibles de castigo y de recom­
completamente demostrativas.9 pensa, y las convierte en ciudadanos
de fa república del universo, cuyo
- . monarca es Dios; de donde se sigue, ·
12. Q!'e las f?Ociones bas�das _en �a que todas las demás criaturas deben
extensz6n encierran. a{go imaginar�º-- servirles; punto de que hablaremos -
y no pueden constituir la sustancia después con más amplitud.
del cuerpo
Volviendo ahora a nuestras re­ 13. Merced a que la noci6n · indi­
flexiones, creo que el que medite vidual de cada persona encierra de
sobre la naturaleza de la sustancia, una vez por todas c_uanto le ocurri­
qu� he explicado antes, hallará que rá siempre, se ven en ella las prue­
toda -la naturaleza del cuerpo, no ba� a priori de la verdad de cada
/consiste s61<,> en la extensión, es de­ acontecimiento, ' o por qué ha ocu­
cir, en la magnitud, Ja figura y el rrido uno más bien que otro. Pero
/ movimiento, sino - que es necesario estas verdades, aunque seguras, no
/¡ reconocer en ell,a algo que tenga re- deian de ser contingentes, pues se
1 !ación con las almas, y · que comun- fundan en el libre albedrío de Dios
1¡ mente se llama forma sustan�ial, si y de las criaturas, cuya elecci6n tie­
, bien no cambia nada en fos fenó­ ne ·sus razones que inclinan pero no
menos, lo mismo que no cambia el de modo necesario
alma de las bestias, si es cosa que
la tienen. Hasta se puede demostrar, Pero antes · de pasar adelante, es
que la noción de la magnitud, de la preciso resolver una dificultad muy
_ti Aquí como en el parágrafo prece­ 10 . Contra Descartes, quien ve en la
dente ve Leibniz dé conciliar en 1ó po­ extensión la esencia del mundo físico,
sible la filosofía escolástic'a con la subraya Leibniz aquí a la fuerza como
moderna. fundamental carácter de la substancia._
i
DISCURSO DB METAFÍSICA 15

�grave que nace de los fundamentos · las cosas en el universo. Pongamos


r
1-
que acabamos de exponer.• Hemos un ejemplo: habiendo de ser Julio
dicho que la noción de una sus- César dictador perpetuo y dueño de
:> tancia individual encierra de una vez la república y de destruir fa liber­
l para siempre todo lo que puede tad de los romanos, esta acción está
s suceder a ésta, y que,-ateridiendo a comprendida en su noción, · porque
esta noción, püede verse en ella to- suponemos que es propio de 1-a na­
do ,}o que es posible enunciar con turaleza de la noción perfecta de un
verdad de aquélla, al modo que po- sujeto el comprendenlo todo, para
demos ver en 1a naturale2la del círcu- que de este modo el predicado esté
,. lo todas las propiedades que de eYa incluido en ella ut possit inesse sub­
pueden deducirse. Pero al parecer, iecto._ Podría decirse que el sujeto
con esta doctrina, fa diferencia en- no debe ejecutar �a acción en vir­
tre las verdades contingentes y las tud de esta noción o idea, puesto
necesarias se destruye, la libertad hu- que sólo le cuadra por la única ra-
- mana no tendrá ya luga r, y una . zón de que Dios lo sabe todo. Pero
·· fatalidad absoluta reinará ··sobre to- se insistiría diciendo, que •su natura-
das .nuestras acciones, lo mismo que___ leza o forma responde a esa noción;_
sobre todos los demás sucesos del y puesto que Dios fo ha impuesto .. ·
J( mundo. A lo cual respondo que es este papel, es necesario. que lo
preciso distinguir entre lo que es desempeñe. Yo podr ía responder, ,.
cierto y lo que es necesario: top.o acudiendo a los futuros contingen­ 1
el mundo conviene en que los futu- tes, que sólo tienen realidad en el
ros contingentes son tieguros, puesto entendimientoy voluntad de Dio_s, y \
que Dios los prevé, pero no por �sto puesto que pios :les ha ?ado e�ta
se reconoce que sean necesanos. forma de antemano, sería 1mprescm­ /
Pero, se dirá, si se puede deducir dible que también elfos·respondieran
inf.ailiblemente una conclusión · de a ella. Pero prefiero resolver las di­
una �efini�ión o noció�, iaquéHa se- ficultades a ,excusarlas, valiéndome
rá necesaria. Ahora· bien, nosotros del ejemplo de otras semejantes, 'y­
sostenemos que todo fo -9-ue debe lo que voy a decir servirá para acla­
suced�. a �na persona. esta ya com-
prendido virtualmente en su natura- rar lo mismo la una que 4a otra de
leza O noción, como lo están J,as las dos propue�tas. E� te es el _c�so
propiedades' en la definición del e�1, que es preciso. ,aplicar 1� d1st)Il·
círculo, y, por ·tanto, la dificultad c ion de las conexiones, y <ligo,que
queda en ·pie. lo que sucede conforme a tales ante-
� ara respon�er a esta · objec!�n ced entes s seguro, �e;o no es nece­
/
. sólidru:g.ente, digo, que l_a conexion sano, _ y s1� alguno hiciese fo contra-
¡ o consecuencia es de dos cla-ses; la rio, no haría una cosa que fuese
una es absolutamente necesaria, im- imposible de suyo, aunque sea im-
1 plicando contradicción la contraria, posible (ex hypothesi) que esto se
Í' deducción que tiene lugar en las realice. Porque si alguno fuera capaz
¡ verdadés eternas, como son- fas de de -acabar tod·a la demostración, en
f la-geometr ía; la otra, sólo es nece- cuya virtud pudiera probar esta-co­
. saria ex· hypothesi, y, por decirlo nexión del ,sujeto, que es César, y
así, por accidente, siendo cont ingen- del predicado, que es su feliz em-
. te en sí misma, siempre que ,la con- presa, haría ver, en efecto, que la
traria rio Ímplique contradicción. Y dictadura futura de César itiene su
esta conexión se funda, no en las fundamento en su noción o natura­
ideas pul.11S, ni en el puro entendi- leza, y que en . ella se encuentra la
miento de Dios, sino en sus -decre-. razón por qué prefirió César pasar
tos libres, y en el curso y enlace de el Rubicón -a dete�erse, y por qué

¡-
/
16 .
Ll!IBNIZ )
/
ganó y no perdió la batalla de Far- en la naturaleza de /ambos; pero.
salia, y que era muy racional, y por que no tienen demostraciones de ne­
consiguiente seguro, que esto suce- cesidad, puesto que e•s razones.
diera; pero de ningún modo que sea sólo se fundan en el principio de
necesario en sí mismo, ni que lo la contingencia o de }a existencia
contrario implique contradicción. A de las cosas, es decir, sobre lo que
la· manera que es racional y seguro es o parece ser lo mejor entre mu­
que Dios obrará siempre fo mejor, . chas cosas igualmente posibles, en'
y sin embargo, -lo que es menos per- . vez de que J.as verdades necesarias
fecto no implica contradicción. Por- se fundan en el principio de con­
que se encontraría que la demos- tradicción y. en la posibilidad o im­
tración de este predicado de César posibilidad de bs esencias mismas,
no es tan absoluta como la de los sin que tenga esto que ver con la
números o la de la geometría, como voluntad libre de Dios o de las cria­
que aquélla supone la serie de las · turas. 11
cosas que Dios ha escogido libre-
mente, y que está fundado en el
primer decreto libre de Dios, que 14. Dios produce diversas sustan­
exige hacer siempre· -lo más perfecto, cias a tenor de las diferentes visio­
. y en el decreto que Dios ha dictado nes que iiene del universo, · y, por
(después del primero) respecto de la intervención de Dios, la natura­
la naturaleza humana, según el cual, leza propia de cada sustancia hace
el hombre hará siempre (aunque -li­ que lo ocurrido a una responda a
bremente) lo que parezca mejor. lo que sucede a todas las demq.s sin
Ahora bien; toda verdad que se fun­ que .actúen inmediatamente unas so-
da en esta ciase de decretos, es con- · bre otras
tingente, aunque sea cierta; porque
estos decretos no cambian la posi­ Después de haber conocido en
bilidad de las cosas, y, como queda cierta manera, en qué consiste la
naturaleza de las sustancias, es pre­
dicho, aunque Dios escoge siempre ciso explicar· la dependencia en que
seguramente lo mejor, _esto no im­ están las unas respecto de las otras,
pide que Jo que es menos perfecto, así como sus acciones y pasiones.
sea y subsista posible en sí mismo, Porque, en · primer lugar, es cosa
aunque no se Tealice, porque· no es clara que las sustancias creadas de- .
su imposibilidad, sino su imperfec­ penden de Dios, quien las conser­
ción, }a que obliga ·a desecharlo. va _ y hasta . las produce continua­
Ahora -bien,. no es necesario -aquello mente por una especie de ema­
cuyo opuesto sea posible. Por con­ nación, como nosotros producimos
aiguiente, podremos resolver estas nuestros pensamiento&. Porque Dios,
clificuJtades, por graves que parez­ haciendo girar, por decirlo así, e!!
can (y, en efecto, lo son mucho pa­ todos rumbos y �e todas las mane­
ra todos los que han tratado en rás el sistema general de los fenó­
alguná ocasión esta materia), con menos, que cree conveniente produ­
tal que se tenga muy en cuenta que· cir para manifestar su gloria, y mi­
todas las proposiciones contingen­ rando a todas ·las fases del mundo
tes tienen razones para ser así y no
de otra manera, o lo . que es lo mis­ 11 Esta gravísima cuestión: predica-·
mo, que tienen pruebas a priori de tum inest subjecto, de tanta trascenden­
su verdad que las hacen ciertas, y cia para la libertad del hombre, apa­
recerá más desenvuelta en el tomo 3<>,
que muestran que la conexión del en la · correspondencia que sobre ella
sujeto con el predicado, en estas sostuvo Leibniz con Arnauld. (Nota del
proposiciones, tiene su fundamento traductor.)

------------�-----------�-�=-L..--'
..,,
Í·

DISCURSO DE METAFÍSICA . 17
de todas las maneras posibles, pues­ presiones sean perfectamente seme­
to que no hay relación que se oculte jantes, sino que basta que sean pro­
a su omnisciencia, el resultado de porcionales; a la manera que mu­
cada mirada del universo, como di­ chos espectadores creen ver la mis- .
rigida desde cierto punto, es una ma cosa y se entienden en efecto
sustancia que expresa el universo entre sí, aunque cada uno vea y
conforme a esta mirada, siempre hable, según la medida en que la
que Dios estima oportuno hacer su ha visto. S6lo Dios (de quien todos
pensamiento. efectivo y producir ·es­ los individuos emanan continuamen­
ta sustancia. Y como la miradia de te, . y que ve el universo no sólo
Dios es siempre verdadera, nuestras como aque1los le ven, sino- también
percepciones lo so� igualmente; de una manera muy distinta que to­
nuestros juicios, que .son -los que es- · dos eHos) porque sólo Dios, repito,
tán en nosotros, son los que nos es causa de esta correspondencia en­
engañan. Ahora• bien, ya hemos di­ tre los fen6menos de ellos, y hace
cho más arriba, y se sigue también que lo que es particular al uno sea
de lo que acabamos de ..decir, que común a todos: de otra .manera no
cada sustancia es como un mundo habría enlace. Podría decirse en cier­
aparte, independiente de toda otra to modo, y en buen sentido, aunque
cosa ·fuera de Dios; y así, como to­ distante del que se acostumbra, que
. dos nuestros fenómenos, es decir, una ·sustancia particular jamás obra
todo 1o que nos puede suceder al­ sobre otra sustancia particular, ni
gún día, son resultado sólo de nues­ tampoco la padece, si se considera
tro ser, y como estos fenómenos que 1o que se realiza en cada una
guardan 9ierto orden _conforme a es sola y únicamente resultado de
nuestra naturalem, o, por decirlo su idea o noción completa, y pues-'
así, al mundo que está en nosotros, to que esta idea encierra ya todos
que nos fachlita hacer, para arreglar los predicados o suces'!s y expresa
nuestra conducta, observaciones úti­ todo el universo. En efecto,' sólo
les· que están justificadas por. la rea­ pueden tener lugar en nosotros pen­
lización de los fenómenos futuros, samientos y percepciones, y todos
nuestros pensamientos y . nuestras
por fo cuaJ podemos muchas veces - percepciones futuras no son sino re­
juzgar del porvenir por , lo pasado sultado, aunque contingente, de nues­
sin erigañanios,. bastaría todo esto tros pensamientos y percepciones
para decir, que estos fenómenos son precedentes, de 1:al manera, que si '
verdaderos, sin tomamos el trabajo yo fuese capaz de considerar distin­
de averiguar si están· fuera de noso­ tamente todo lo que me sucede. u
tros, y si otros·· los perciben tam­ ocurre · en esta hora, podría saber
bién. Sin embargo, es muy cierto todo lo que me· sucederá u ocurrirá·
que las percepciones · o expresiones siempre; lo cual no dejaría de rea­
de ,todas: las sustancias se corres­ lizarse, aunque todo fo que está fue­
ponden mutuamente, de suerte que ra de mí se destruyer.a, con tal que
cada cual, siguiendo · con cuidado quedáramos Dios y yo. Pero como
ciertas razones o 1eyes que ha ob­ atribuimos a otras cosas, a modo
servado, se encuentra con otro que de causas que obran sobre nosotros,
ha hecho otro tanto; al modo que lo que percibimos de cierta manera,
cuando convienen muchos en reunir­ es preciso _considerar el .fundamento
se en un paraje dado y en día fijo, de este juicio y fo que tiene de ver­
lo pueden hacer efectivamente, si dadero.12
quieren. Jlas aunque todas expre­
san ,los mismos fenómenos, no por 12 Los problemas aquí suscitados pro­
esto hay precisión de ·que sus ex- vienen de_ la idea de que las �ustan-
/ -r�,,.

18 LEIBNIZ
)
envuelve algún dolor, f sin embar­
15. La acción de una sustancia fi­ go, puede· suceder, P,Or la inversa,
nita sobre otra consiste en el incre• que una ventaja pres51te sea des­
niento del grado de su expresión, truida por un mal posterjoi mayor.
paralelo a la disminución del de De donde resulta, que se puede pe­
_; otra, toda vez que Dios las ha hecho car, obrando o ejercitando su poder
de modo que se adapten entre sí y encontrando placer en ello.
Mas sin entrar en una larga dis­
cusión, para conciliar el lenguaje 16. El concurso extraordinario d_e
metafísico con la práctica, basta por Dios está _comprendido en· lo que
ahora observar, que nos atribuimos manifiesta nuestra esencia, ya que
con preferencia y con razón los esta expresión se extiende a todo,
fenóm_enos que más perfectamente bien·· que sobrepasando las. fuerzas
expresamos, y que atribuimos· a las de nuestra naturaleza o de . nuestra
demás sustancias lo que cada una distintiva manifestación, que es fi�
1r � expresa también con más perfec­
ción. Y así una sustancia, que es
nita y sigue
. ciertas máximas
alternas ·
· sub-

l•Jr.
de una extensión infinita, en tan­
to· que lo expresa todo, se hace li­ Sólo queda yá por explicar cómo
mitada por la-manera de su expre­ es posible que Dios tenga a veces,
ll!l sión más o menos perfecta. Así se· influencia sobre los hombres y so­
puede concebir cómo aas sustancias bre las demás sustancias, median­
se entorpecen o se limitan, y en este te un concurso extraordinario y mi­

i
_sentido cabe decir que ellas obran lagroso, puesto que, al parecér, nada
1 las unas· sobre las otras, y se ven de extraordinario ni de sobrenatú­
obligadas, por decirlo así, a concor­ ral les puede suceder, dado que to­
dar entre sí. Porque puede ·.suceder dos. sus fenómenos no son sino re­
que un cambio, que aumenta la ex­ sultado de su naturaleza. Pero es
presión de la una, disminuya la de preciso recordar que, según hemos
.,-: .,.._ la otra. Y fa virtud de una sustan­ dicho más arriba respecto a los mi­
cia particular, consiste en expresar lagros en el ·universo, siempre son
bien la gloria de Dios, y por esto éstos conformes a fa ley universal
es menos limitada. Cada cosa, cuan­ del orden general, si bien· están por
do ejerce su virtud o potencia, es encima de las máximas subalternas.
.decir, cúando obra, cambia mejo­ Y en cu_anto toda persona o sustan­
rando, y se extiende en tanto que cia es como un pequeño mundo, que
obra; y cuando tieñ'e lugar un cam­ expresa . al mundo grande, puede
bio que afecta a muchas sustancias decirse .también que esta acción ex­
(y, en efecto, todo cambio las afec­ traordinaria de Dios, robre esta~ sus­
ta a todas), creo que puede decirse. tancia, no deja de ,ser milagrosa,
_ lj que 4a que por este medio alcanza -aunque esté comprendida en el or­
. inmediatamente u.n grado mayor de den general del universo, en tanto
perfección o uná·expresión más per­ que· se ve expresada por ,la esencia
¡¡¡ fecta, ejercita su poder y obra; y la o noción individual de esta sustan­
1,1 que pasa a un grado menor da a cia. Por esta razón, si comprende­
¡; conocer su · debilidad, y padece. Y mos en nuestra · naturaleza todo lo


así sostengo que toda·,acción de una que ella expresa, nada es sobrena­
� sustancia, que tiene percepción, en­ tural respecto de ella, porque se
vuelve algún placer, y tóda pasión extiende a todo; como que un efecto
l siempre expresa su causa, y Dios es
la verdadera causa de las sustancias.
1
cías no tienen relación directa entre sí;
están cerradas en sí mismas. Pero comci lo que nuestra. naturale-

_tu
.,
DISCURSO DE METAFÍSICA 19
za expresa más perfectamente, Je rece que será conveniente presen­
pertenece de una manera particular, tar un ejemplo. Los filósofos. mo­
pues que en esto consiste su potecy­ dernos. se sirven con frecuencia de
cia, y es -limitada, como acabo de esta famosa regla: que Dios conser.a
explicar, hay muchas cosas que su­ va siempre la misma cantidad •de
peran las fuerzas · de nuestra natu- movimiento en el mundo. En efecto,
- raleza y las de todas las naturalezas es muy plausible, y hubo un tiempo
limitadas. Por consiguiente, para ha­ en que yo la tuve por indudable._
blar con más claridad, digo, que fos Mas después he visto en qué con­
milagros y el concurso e:lctraordi­ siste el error. Descartes y otros há­
nario de Dios tienen esto de par­ biles matemáticos creían que fa can­
ticular; que no pueden ser previstos tidad de movimiento, es decir, ia
por el razonamiento de ningún espí­ · velocidad multiplicada por la masa
ritu creado, por perspicaz que sea, del móvil, conviene enteramente con
porque la comprensión distinta del la fuerza motriz, o hablando en tér­
orden general está fuera del alcance minos geométricos, que las fuerzas.
' de todos estos espíritus; mientras están en razón compuesta de -las ve­
que todo lo · que se llama natural, locidades y de los cuerpos, y por lo
depende de •máximas menos genera­ tanto, que es muy racional que la
,les, que ·las criaturas p�n com- misma fuerza se conserve siempre
- prender. A fin, pues, de que :las en el universo. Y así cuando Mega
palabras, sean tan irreprensibles co­ el caso de fijarse en los fenómenos,
mo su sentido, será conveniente -Ji. se ve claramente, que el movimiento
gar ciertos modos de· hablar con perpetuo mecánico no tiene lugar;
· ·ciertos pensamientos, y podría lla­ porque entonces :la fuerza de . una
marse nuestra esencia, aquello que máquina, que es siempre algo dis­
comprende todo lo que expresamos, minuida por -la fricción, y debe con­
y como nuestra e�enci3; expresa n�es­ cluir bien pronto, -se repararía, y
tra unión con Dios mismo, no tiene por consiguiente se aumentaría de
_ límites,. y nada hay por _encima de
eMa. Pero lo que es . limitado en suyo sin ningún nu�vo iÍnpu,lso ex­
nosotros, podrá llamarse nuestra ·na­ terior: y se observa también que la
turaleza p nuestra potencia; y en · fuerza de un cuerpo no se dismi­
este concepto, lo-que supera fas na­ nuye sino a medida que tropieza con
turalezas de todas las sustancias algunos cuerpos contiguos o con sus:
creadas, es sobrenaturál18 ·propias partes en tanto que tengan
un movim_iento -irídependiente. Y asf
han creído que lo que se puede­
. 17. - Eiemplo de una máxima subal­ decir de la fuerza, se podía tam-­
terna o ley -de la náturaleza donde bién afinnar de la cantidad de mo­
se muestra que Dios conserva siem­ vimiento. Mas para hacer ver la di­
pre la misma fuerza, pero no la ferencia, supongamos que un cuerpo,
misma· cantidad de movimiento con- que cae desde cierta altura, adquie-­
tra los cartesianos y otros autores re fuerza para remontar aI mismo,
! punto, si. su dirección ,le ·,Meva allí, .
Muchas veces he hecho mención a no ser que tropiece con algún obs­
de las máximas subalternas o de táculo; por ejemplo, un péndulo -su­
las leyes de la naturaleza, y me pa- biría perfectamente · hasta· la altu�a:
de donde ha descendido, si -la r�
ia En la.base de ia disertación está sistencia del aire y algunos· peque-
la aporín cfásica de si le esencia invo­ - ños obstáculos no disminuyeran un
lucra le existencia (Suárez) o no (Santo tanto fa fuerza que había adquirido ..
Tomás): Supongamos _ también, que sé nece-'
7
( )

20 . LEIBNIZ J
!
sita, para levantar un cuerpo A, de cómo 2; el producto o la cantidad 1
1
una ,libra, a la altura C D, de cua­ de movimiento será como 2; y, de
tro toesas, tanta fuerza como para otro lado, multipliqueltK>s el cuer­
levantar un cuerpo B, de cuatro li­ po B, que es como 4, por su velo­
.bras, a la altura E F, de una toesa. cidad, que es como 1; el producto
·Todo esto lo conceden nuestros mo­ o 1a cantidad de · movimiento sería
dernos filósofos. Es evidente que, a<l como 4; luego la cantidad de mo­
caer el cuerpo A de la altura C D, vimiento del cuerpo (A) en el pun­
ha adquirido precisamente tanta to D, es la mitad de la cantidad de
fuerza como el cuerpo B al caer movimiento del cuerpo (B) en el
de la altura E F; porque el cuer- punto F, y, sin embargo, sus fuerzas
son iguales;· 1uego hay mucha dife­
-f rencia entre la cantidad de movi­
A e miento y la · fuerza motriz que era
lo que nos proponíamos demostrar.
Según se ve, por tanto,· debe esti­
marse la fuerza por la cantidad del
efecto que puede producir; por ejem­
plo, por Ja altura a que un cuerpo
14 . 4 pesado de cierta magnitud y especie
puede ascender, lo cual es muy dife­
B@E
1 ¡ rente de· la velocidad que se. Je
puede comunicar; para comunicarle
(A}C!JD
el doble de la velocidad, es preciso
· más que el doble de la fuerza.14
(B)@F No puede darse una prueba más sen­
ci-lla de esta verdad, y si Descartes
po (B), al &legar al punto F y te­ incurrió en error en este punto, fue
niendo allí la fuerza para subir has­ porque -se fiaba demasiado de sus
ta el punto E (según la primera propios pensamientos, que no eran
suposición), tiene fuerza para llevar a la sazón bastante maduros. Pero
un cuerpo de cuatro libras, es decir, me sorprende que sus partidarios no
su propio cuerpo, a la altura E F hayan notado esta falta, y témome
de ·una · toesa; y en igmrl forma el que comiencen poco a poco a imi­
cuerpo (A), al llegar al punto D y tar a algunos peripatéticos, de quien
teniendo -la fuerza de subir hasta C, sin embargo se burlan y que, como
u. tiene fuerza para llevar un cuerpo
de una libra, es "decir, sü ·propio
ellos, se acostumbren a_ consultar
más bien · los libros de su maestro
cuerpo, a la altura C D de cuatro que la razón y la naturaleza.
toesas. Luego -(,conforme a la segun­
da suposición) la fuerza dé estos
dos cuerpos es igual. Veamos si la 18. La distinción entre fuerza y can- r
cantidad de movimiento es también tidad de movimiento es importante,
la misma en ambos casos, y aquí es entre otras cosas, para mostrar que
donde, con sorpresa, nos encontra­ precisa recurrir a ideas meta/ísicas,
remos con una diferencia grandísi­ ajenas a la extensión, para explicar ·
ma. Porque Galileo ha demostrado, los fenómenos de los cuerpos .
que la velocidad adquirida por la
caída C D es doble que fa velocidad Esta · consideración de la fuerza,
/
adquirida por la caída E F, aunque distinguida de la cantidad de mo-
la altura sea cuádruple. Multiplique:.
mos, pues, el cuerpo A, que es co-. 14 Se trata, en suma, de lo que ·se
mo 1, por su velocidad, que es llama la fuerza viva ( ½ M V2) • ·
DISCURSO DE METAFÍSICA 21

vim iento, es muy importante, no só­ nos con la circunspección de algu­


lo en física y en mecánica para en- nas personas inteligentes y bien in­
. contrar las verdaderas leyes de Já tencionadas, que temen con alguna
naturaleza y reglas del movimiento, razón que nos .alejemos demasiado
y aun para corregir muchos errores de los .seres inmateriales con perjui­
de carácter práctico que se han des­ cio de la piedad.
lizado en los escritos de algunos
hábiles matemáticos, sino también
en la metafísica, para comprender 19. Utilidad de las causas finales en
mejor los principios; porque el mo­ la física
vimiento, si sólo nos fijamos en lo
que le constituye de un modo pre­ Como no me gusta juzgar mal a
ciso y formal, es decir, en un ca�bio nadie, •no acuso a aquellos filóso­
de Jugar, no es una cosa entera­ fos modernos que pretenden deste­
mente real, y cuando muchos cuer- · rrar las causas finales de ,la física,
pos cambian de situación entre sí, pero no puedo menos de declarar
no es posible determinar, sólo por la · que fas consecuencias de esta opi-
. consideración de · estos cambios, a nión me parecen peligrosas, sobre
cuál de entre ellos debe atribuirse todo cuando ligo ésta con la que
el movimiento o el reposo, como refuté al principio de este discurso,
podría · yo hacerfo ver geométrica­ que tiende a suprimir las causas fi­
mente, si en este acto me propusiera nales, absolutamente, como si Dios,
hacerlo. Mas la fuerza o causa próxi­ al obrar, no se propusiese ningún
ma de éstos cambios es .una cosa más fin ni ningún bien.; o como si el bien
real, y hay fundamento para atribuir• no fuese objeto de su voluntad. Pre­
la a un cuerpo más bien que a cisamente, yo sostengo, por el con­
otro; y sólo por este medio se pue- trario, que en las causas finales ·es
- de conocer a cuál de ellos pertenece donde debe buscarse el principio de
el movimiento. Pero esta fuerza es todas las existencias y de las leyes
una cosa diferente de la magnitud, de la naturaleza, porque Dios se
de la figura y del movimiento, y propone siempre . lo mejor y lo más
debe creerse por fo mismo, que to­ perfecto. Confieso, sin embargo, que
do lo que se concibe en los cuerpos estamos expuestos a equivocarnos,
no consiste únicamente en ,la exten­ cuando queremos determinar los fi­
sión y en sus modificaciones, como nes o consejos de Dios, pero esto
nuestros filósofos modernos creen. no se verifica sino cuando quere­
Así nos hemos visto precisados a mos limitarlos a algún designio par­
restablecer algunos seres o formas, ticular, creyendo que Dios no ha
que ellos han desterrado de la filo­ tenido en cuenta más que una sola
sofía. Y se ve claramente,. que aun­ cosa, siendo así que se fija, al mis­
que todos los fenómenos particula­ mo tiempo, en el conjunto; y en
1
res se puedan explicar matemática semejante ·error· incurrimos, cuando
o meCi\ni�amente . por los hombres . creemos que Dios ha hecho el mun­
entendidos, sin· embargo, ,los princi­ do sólo para nosotros, aunque sea
pios generales de la naturaleza cor­ muy cierto que lo ha hecho todo
pórea y . de fa mecánica son antes para nosotros, y que no hay · nada
metafísicos que geométricos, y per­ en el universo que no nos interese
tenecen. más bien a algunas formas y que no se acomode también a las
o naturalezas indivisibles como cau­ · miras que se ha I propuesto respecto
sas de las apariencias, que no a la de nosotros, según los principios que
masa cor"5rea o extensa. E. sta re­ dejamos sentados más arriba. Y así,
flexión hace posible el reconciliar cuando vemos algún buen efecto, o
la filosofía mecánica de los moder- que tiene lugar alguna perfección,

[.
--/
j'

22 LEIBNIZ

que es resultado de las obras de dor, que se debía a que los peque­
¡e Dios, podemos .decir con seguridad . ñ.os cuerpos. de .Ja pólvora, al quedar
que es obra del designio de Dios; libres mediante la ap:Qiximaéión de
porque no-hace nada al azar,.ni es la mecha, han salido con una velo­
semejante a nosotros, que a veces cidad capaz de arrojar un objeto du­
· dejamos de obrar. bien, Por esta ra­ ro pesado contra las murallas de la
zón, lejos de caber engaño en este plaza, mientras que ,los pequeños
punto, como sucede a los políticos cuerpos metálicos de que están for­
exagerados que suponen én los prín­ mados los-cañones, estaban bastante
cipes un refinamientq excesivo en unidos y enlazados para no reven­
sus designios, o a los comentaristas, tar a consecuencia de la fuerza del
que suponen un refinamiento de eru­ tiro; en vez de hacer ver como es
dición en el autor que comentan, no debida la conquista a la previsión
es posible atribuir demasiada re­ -del príncipe, que supo escoger el
flexión a la sabiduría infinita, sin tiempo y los· medios .convenientes,
que deba temerse el errar. mientras y a que con su poder ha .vencido
no se haga más que afirmar, y nos todos Jos obstáculos . .__
guardaremos de admitir proposicio­
nes negativas que limiten sus divi­
nos designios. Todos los . que obser­ 20. Pasaje memorable de_ · Sócrates �
van la admirable estructura de los en Platón, contra los filósofos dema­
animales, se ven precisados a reco­ siado materiales
nocer la sabiduría del autor de to­
das fas cosas, y aconsejo a los que Esto me recuerda un precioso pa-,
¡ tienen ·algún sentimiento. de· piedad saje de Sócrates que se encuentra
'
lJ
., y aun de verdadera -•filosofía, no es­ en el Fedón de Platón, el cual es
cuchen las frases de algunos espí­ perlectamente conforme a mis opi­
ritus, que se dicen fuertes, quienes niones en este punto, y parece como .
sostienen que se ve, porque se tie­ escrito expresamente contra estos fi­
nen ojos, sin que hayan sido hechos lósofos nuestros que son demasia­
los ojos para ver. Cuand� se tro- · do materiales. Esta circunstancia me
pieza con estas opiniones que lo muev� .a traducirlo, aunque es bas­
atribuyen todo a la· necesidad de fa tante · extenso; quizá esta .narración
materia o a cierto azar · (aunque o ejemplar dé pábulo a que alguno
una y otra cosa deban parecer ·ri­ haga suyos muchos bellos y sólidos
dículas a los que comprendan lo pensamientos, que se encuentran en
que hemos explicado antes), es . di­ los escritos de aquel famoso autor.111
fícil que Jos que así piensan, pue­
¡1·v dan reconocer un autor inteligente
de 1a naturaleza. Porque el efecto 21. · Si las reglas mecánicas depen­
debe corresponder a su causa, y es diesen sólo de la geometría sin la
claro que se le conocerá mejor por metafisica,
· los fenómenos serian muy
el conocimiento de fo causa, siendo diferentes ·
irracional introducir una inteligen­
cia soberana ordenadora de las co- Puesto que se ha reconocido siem­
- sas, y después, en vez de apelar á pre la sabiduría de Dios en el por­
su sabiduría, servirse, para explicar menor de la formación mecánica
los fenómenos, de las propiedades de . algunos cuerpos particulares, es
de la materia. Esto · es lo mismo
qu�- si, para dar razón df: Una con- 1G En el texto de l as Obras
qmsta, que un gran príncipe ha he- tas, de Gerhardt, se resume porcomple­Leib­
cho, tomando una plaza fuerte de_ niz, a continuación, la narración men­
importancia, nos dijera un historia- cionada. · ·
,

DISCURSO DE METAFÍSICA 23
irremediable que esta misma sabi­ del animal y de toda la máquina ·
duría aparezca también en la eco­ constituida por sus partes, con los
nomía general del mundo y en la que dan razón de esta misma estruc­
constitución de las •leyes de la na­ tura por las causas finales. Una y
turaleza. Lo cual es tan cierto, que otra cosa son buenas, una y otra
se observan los consejos de esta sa- ' pueden ser útiles, no sólo para ad­
biduría en fas leyes del movimiento mirar el arte del gran obrero, sino
-en general. Porque si sólo hubiere también para descubrir algo útil en
en los cuerpos una masa extensa, Y. la física y en la medicina. Los au­
si en el movimiento · sólo hubiese tores, que sigueQ. estos caminos tan
el cambio ae lugar, y si todo se de­ diferentes, no · deberían maltratarse.
biese y pudiese deducir de todas Porque veo que los que se propo­
estas definiciones por una necesi­ nen explicar 1a belleza de la divina
dad geométrica, se seguiría, como ya anatomía, se burlan de los otros que
lo he demostrado en otra parte, que se imaginan que ·un· movimiento de
el cuerpo pequeño daría al mayor ciertos licores, al parecer fortuito,
que estuviera en reposo, a:l chocar ha podido formar tan preciosa va­
con él, la misma velocidad que él riedad de miembros, y los 11.aman
mismo tuviera, sin perder nada de temerarios y profanos, Y éstos, a su
la suya; y sería preciso admitir otras vez, llaman a lds primeros simples
muchas reglas iguales a éstas, que' . y 6Upersticiosos, y los consideran·
son absolutamente contrarias a la semejantes a los antiguos que tenían
formación de un sistema. Pero el a los físicos por impíos, cuando _!!OS-
decreto de la sabiduría divina, al · tenían que no .era Júpiter el que
conservar• siempre la misma fuerza tronaba, sino cierta materia que se
y la misma dirección en suma, ha encuentra en las nubes. Lo mejor
prov;sto de remedio. Veo también será tener en cuenta lo uno y lo
que muchos efectos de la naturaleza otro, porque si es permitido valernos
se pueden demoi¡trar doblemente: a de una comparación humilde, yo re- .
saber, por la causa eficiente, y tam­ con_ozco y ·apruebo la destréza de un
bién por la causa final, sirviéndose,
por ejemplo, del decreto o voluntad operario, no sólo mostrando el plan
de Dios · de producir siempre sus que ha presidido a la construcción
obras por las vías más fáciles y más de las piezas de su máquina, sino
determinadas, como lte hecho ver también explicando los instrumen­
en otra parte, al dar razón de las tos de que se ha servido para hacer
reglas de la catóptrica y de la dióp­ cada pieza, sobre todo, cuandq_ es­
trica, y de lo cual me ocupa· ré un tos instrumentos son sencillos y han
poco más adelante. sido ingeniosamente inventados: Y
Dios es un operario bastante hábil
·para producir una máquina mil ve-
22. Conciliaci6n de las dos vías: la ces más ingeniosa que la de nuestro
de ias causas finales y ·1a de las cau- cuerpo, con sólo servirse de algu­
sas eficientes, con la mira de satis� • nos licores bastante simples forma­
facer tanto a quienes explican la dos expresamente para este objeto,
naturaleza mecánicamente como a de' suerte que són suficientes las
quienes recurren a existencias in- leyes ordinarias de la naturaleza,.
corp6reas· �--. para ,separarlos como es preciso a fin.
de que produzcan un efecto tan ad-
Es bue�o hacer esta observaciQn, mirable; pero también es cierto, que
para poner de acuerdo a los que esto no se realizaría, si Dios no fue­
creen explicar mecánicamente la for- se el autor de la naturaleza. Sin em­
mación de la primera contextura bargo, veo que la vía de las causas
1, . _
'f \
24 LEIBNIZ

eficientes, que es más profunda y nunca la habría descultierto, si no


en cierta manera más inmediata y hubiese llegado a su noticia, cuando
a priori, es en cambio bastante di-· estaba en Holanda, el gescubrimien­
•fícil cti�do se Hega al pormenor, to de Snellius.
y creo que nuestros filósofos están
las más veces muy distantes de al­
canzar buen éxito en este punto. 23. Volviendo a las sustancias in­
Pero la vía de las causas finales materiales, se explica cómo obra
es más fácil, y· sirve con frecuencia Dios en el entendimiento de los es­
para adivinar verdades importantes píritus, y si se tiene siempre la idea
y útiles, mientras que se necesitaría de lo- que se piensa
mucho tiempo para descubrirlas por
la de las causas eficientes, que es He creído conveniente insistir un
más física; y la anatomía nos ofrece poco en estas consideraciones so­
ejemplos patentes de esta verdad. Y bre las causas finales, sobre la natu­
así sostengo que Snellio, inve�tor raleza incorpórea y sobre una causa
de las reglas de la refracción, 'ha­ inteligente, con relación a fos cuer­
bría gastado mucho tiempo para ha­ pos, para dar a conocer su apli­
llarlas, si hubiese querido averiguar cación en la física y en las mate­
primero cómo se forma la luz; pero· máticas, _ a fin de purgar, por una
siguió el método de que se han va­ parte, la filosofía mecánica del· ca­
lido los antiguos filósofos en la· ca­ rácter profano que se le imputa, y
tóptrica, que es el de. fas causas fi. para elevar, por otra, el espíritu
nales. Porque buscando la vía más de nuestros filósofos, desde las me- .
fácil para conducir un rayo de un ras consideraciones materiales a me­
punto dado a otro punto- dado me­ ditaciones más nobles y elevadas.
diante la reflexión sobre un plano Ahora será muy oportuno pasar de
dado (suponiendo que tal es el de­ los cuerpos a las naturalezas inma­
signio de la naturaleza), encontraron teriales, y, particularmente, a los es­
la igualdad de los ángulos de inci­ píritus, y decir algo sobre el medio
dencia· y de reflexión, como puede de que Dios se sirve para ilustrar­
los y para obrar sobre ellos; y, no
vers� en un pequeño tratado de He- _ hay que dudar, que hay también en
liodoro de Larisa y en otras obras. esto ciertas leyes de la .naturaleza,
Lo cual es .lo que Snellio, según de que podré hablar• más -amplia­
creo, y después de él (aunque igno­ mente en otra Qcasión. Por ahora,
rando el trabajo de éste) Fermat, bastará -tocar el punto de las ideas,
han sabido aplicar más ingeniosa­ y examinar si vemos· todas las cosas
mente a ·la ,refracción. Porque cuan­ en Dios, y de qué manera Dios es
do los rayos guardan en lós mismos nuestra luz. Es preciso tener pre­
medios la misma proporción de los sente que el mal uso de las ideas
senos, que es también la de las re­ da ocasión a muchos errores; porque
sistencias de -los medios, resulta que cuando se razona sobre alguna cosa,
es aquélla fa vía más_ fácil, o por se imagina · tener una idea de esta
lo menos la más determinada, para cosa, y, apoyándose en este funda­
pasar de un punto dado en un me- mento, algunos filósofos antiguos y
. dio a otro punto dado en otro modernos han presentado una de­
medio. Y dista mucho de ser tan mostración de la existencia de Dios,
buena la demostración que Descar­ que es muy imperfecta '. Es indispen- ·
tes ha querido dar de este mismo _ sable, dicen, que tenga yo una idea
teorema por ,la vía de las causas de Dios o de un ser perfecto, pues­
eficientes. Por lo menos, hay motivo to·· que pienso en él y no podría
para sospechar que por est� c�mino pensar en él sin · idea; es así que ·
1
l ·2
!
DISCURSO DE METAFÍSICA 5

la idea de este· ser encierra todas las dio de ciertas pruebas o signos que
perfecciones, una de las cuales es constituyen la definición del oro.
la existencia; luego Dios existe. Mas Pero el conocimiento distinto tiene
como muchas veces pensamos en · grados, porque, ordinariamente, las
quimeras· imposibles, por ejemplo, nociones que entran en la defini­
en el último grado de la veloci- ción, tendrán, a su vez, necesidad
dad, en el número más grande, en de definición, y sólo se Oas conoce
el encuentro de la concoide con la confusamente. Mas cuando todo ló
base, es claro que semejante razo- que entra en una definición ·o co-
- namiento no basta. En este sentido, nacimiento distinto se conoce dis­

.
pues, puede decirse que hay ideas tintamente, hasta -las nociones pri�
verdaderas y falsas, según que la mitivas, yo llamo a este conocimien­
cosa de que se trate sea o no posi- to adecuado. Y cuando mi espíritu
ble. Puede uno creer que tiene una comprende, a la vez y distintamen­
idea de la cosa, cuando está seguro te, todos los elementos primitivos
de su posibilidad. Así, el argumento de una noción, entonces tiene lugar
11 expuesto prueba, _por lo menos, que un cono�imiento intuitivo, ·e l cual
Dios existe necesariamente. si Dios es muy_ raro, porque lo!?_ conocimien-
es posible. Es, efectivamente, un tos humanos, en su mayor parte,
magnífico privilegio de la natura- son confusos, o bien hipotéticos.
leza divina el no necesitar más que. También es bueno discernir las de­
de su posibilidad o esencia, para finiciones nominales y las reales.
existir actualmente, y esto es, justa- · Tiene lugar la definición nominal,
mente, lo que se llama ENS A SE. · cuando se duda si la noción defi-
nida es posible, como, por ejemplo,
si digo que un tornilio sin fin es una
24. Lo que es un conocimiento cla­ línea sólida, cúyas partes son con­
ro u oscuro, distinto o confuso, ade­ gruentes o pueden incidir la una
cuado o inadecuado, intuitivo o su­ sobre la otra; el que rio conoce, por
positivo. Definición nominal, real, otra parte,, lo que es un tornillo
causal, esencial sin fin, podrá · dudar si semejante
.línea es posible, aunque en efecto
Para conocer mejor la naturale- sea esta una propiedad recíproca del
za de -las ideas·; es preciso decir al- tornillo sin fin, porque las demás
go sobre la variedad de los conocí- líneas, cuyas partes son congruentes
mientos.16. Cuarido reconozco una (cas� en. que sólo están la cfrcun­
co¡;a entre otras, sin poder decir en ferencia del círculo y la línea recta),
qué consisten sus diferencias. o pro- son planas,. es decir,. se pueden des­
piedades, el conocimiento es con- cribir . in plano. Esto muestra qué
fuso. Así, a veces, conocemos clara- toda propiedad recíproca puede ser­
mente, sin tener la menor duda, si vir · para una definición nominal;
- un poema o un cuadro están bien mas cuando la propiedad da a - cono­
o mal hechos, porque hay un no sé cer la -posibilidad de la cosa, cons­
qué, que nos satisface o que nos . tituye una definición real; y mien­
choca. Mas cuando puedo explicar tras que es sólo. una definición no­
los signos que tengo, el conocí- minal, no es posible estar seguro
miento se llama distinto; como su- de las consecuencias que de ell.a .
cede cuando un ensayador discierne pueda1;1 sacarse, porque si oculta al­
el oro verdadero del falso por me- guna contradicción o posibilidad, po-
• drían deducirse conclusiones opues-
rn En este parágrafo retoma el autor tas, Por esto, las verdades no de­
la doctrina de Descartes, pero la afina penden de los nombres, y no son
BmIX�
y rectifica a su manera. como algunos filósofos
. •
ElUUl•

PBRO: ·DAVID ARANGO B
'---'-----�-"'-------sRMINAlUO MA'YOB
_.,..

26 LEIBNIZ

modernos han creído. Por ilo demás, engañe, esta manera supositiva de
también hay diferencia entre las va• concebir subsiste siend'6. fa misma.
rias especies de definiciones reales; Cuando nuestro conocuniento es
porque, cuando 1a posibilidad se· claro en las nociones confusas, o
prueba sólo por la experiencia, co­ cuando es intuitivo en fas nociones
mo sucede · en la definición del distintas, sólo entonces tenemos la
azogue, cuya pos. ibilidad se conoce idea completa.
porque se sabe que semejante cuer­
po es un fluido extremadamente pe­
sado, y, sin embargo, bastante vo­ 26. Que tenemos en nosotros todas
látii, la definición es sólo real y las ideas, y ·ae la reminiscencia, se­
nada más: mas cuando la prueba gún Plat6n
de la posibilidad se hace a priori,
1 la definición es· también real y cau­ Para concebir bieri qué es la -idea,
sal, como si contiene la generación es preciso prevenir una equivoca- . -
posible de la cos_a; y cuando Neva ción, - porque muchos toman la idea
el-análisis a su último término, has­ por la forma o diferencia de nues­
ta las nociones p�tivas, sin supo­ tros pensamientos, ·y de esta suerte
ner cosa alguna cuya posibilidad no tenemos la idea en el· espíritu,
tenga necesi�ad de prueba a priori, ' sino en tanto· que pensamos en ella,
la definición es perfecta o esencial. y siempre que pensamos de nuevo
en ella, tenemos otras ideas de la
misma cosa, aunque semejantes a
25. En qué caso nuestro conoci­ las precedentes. Pero otros, . ál pa­
miento está unido a la contempla- recer, toman la idea por un obje­
ción de la idea · to inmediato del pensamiento o por
cierta forma permanente que sub­
Es claro que no tenemos ningu­ siste en el alma después que de­
na idea de una noción cuando es jamos de contemplarla. En efecto,
imposible. Y si· el conocimiento · es nuestra alma tiene siempre en sí
sólo hipotético o· supositivo, aunque misma Ia cualidad de representarse
·- tengamos la idea, no la contempla­ cualquiera . naturaleza o forma, sea
mos, porque semejante noción sólo la que quier1,t, cuando se presenta Ja
se conoce al modo que se conocen ocasión de pensar en ella. Y yo creo
las nociones ocultamente imposibles, que esta cualidad de nuestfá alma,
y si es posible, no se la conoce por en cuanto expresa ·alguna natura­
esta manera de conocer: por ejem­ leza, "iorma o esencia, es propia­
plo, cuando pienso en mil o en un mente la idea de la cosa, que está
guiliógono, .Jo hago :rp.uchas veces en nosotros, y que está siempre en,
sin contemplar Ia idea de él, como nosotros, ya pensemos en ella, ya no
· cuando digo que mil es diez veces pensemos. Porque nuestra alma ex­
ciento, sin tomarme el trabajo de presa a Dios y el universo, y todas
pensar ·en lo que son el 10 ni el las esencias lo misn;io que las exis­
100, porque supongo que 1o sé ya, tencias. Esto concuerda con mis
y creo no tener necesidad de parar­ principios, porque naturalmente na­
me a concebirlo. Así que podrá su­ da nos entra en el espíritu viniendo
ceder, como sucede con frecuencia, del exterior y es una mala costum-
que me engañe respecto a una no­ . bre la de pensar como si · nuestra
ción que yo supongo o creo que la alma recibiese mensajeros de fuera,
entiendo, aunque en realidad sea y como si tuviera puertas y venta­
imposible, o por 1o !llenos, incompa­ nas. Tenemos en el espíritu todas
tible con las demás nociones a · que . estas formas, y las tenemos siempre,
-, la uno, y ya me engañe, _o no me pqrque el espíritu expresa siempre

,-
r
/

DISCURSO DE . METAFÍSICA 27
todos sus pensamientos_ futuros, y ra, y ha sostenido que nada entra
piensa, aunque confusamente, sobre en el entendimiento que . no haya
lo que pensará algún día con toda pasado por los sentidos. Esto se aco­
distinción. Y no se nos puede en­ moda más con las nociones popula:
señar cosa alguna de que no tenga• res, lo cual es propio del modo de
mos ya en el espíritu Ia idea, fa Aristóteles, mientras que Platón va
cuail es como la materia de que se más al fondo de las cosas. Sin em­
· forma este pensamiento. Esto lo co- bargo, esta clase de doxologías o
noció perfectamente Platón, cuando practicologías pueden pasar en el
colocó en primer término su doctri­ uso ordinario del lenguaje, a fa ma­
na de la reminiscencia, que_ tiene nera que vemos que los copemicanos
mucha solidez, con tal que se la no dejan de decir que el sol saile y
tome en buen sentido, purgándola se pone. Aun encuentro que mu­
del error de la preexistencia, y que . chas veces se las puede· dar un buen
no se imagine que el alma ha sa­ sentido, conforme al cual no ten­
bido y pensado ya· distintamente en drán nada de falso, como he obser­
otro tiempo lo que sabe y -piensa vado ya, al exponer de qué manera
al presente. Y Platón comprobó esta puede decirse con ·verdad qll'e las
opinión por medio de una preciosa sustancias · particulares obran las
experiencia, valiéndose de un joven unas sobre las otras, y en este mis­
a quien lleva como por la mano al mo sentido cabe decir también, que
descubrimiento de verdades muy di­ recibimos de fuera conocimientos por
fíciles de la geometría sobre lo in; el ministerio de fos sentidos, porque
conmensurable, sin enseñarle nada, _ algunas cosas exteriores contienen o
empleando tan sólo preguntas he­ expresan más particularmente las
chas con orden y oportunidad.17 Lo razones que determinan nuestra al­
cual hace ver, que nuestra a1ma lo ma a ciertos . pensamientos. Más
sabe . todo virtualmente, y que sólo • cuando se trata de la exactitud de
necesita dirección y advertenciq_s pa­ las verdadés metafísicas, es impor­
ra conocer �as verdades, y·por con­ tante conocer el alcance y la inde­
siguiente, que por. lo menos tiene pendet)cia de nuestra alma, la cual
lns ideas de que .dependen estas ver­ camina infinitamente más lejos de
dades. Y hasta puede d,ecirse que lo que el vulgo se imagina, aunque
posee ya estas verdades, cuando se en el uso ordinario de la vida sólo
las toma como las relaciones de las se le atribuya lo que más material­
ideas.18 mente se percibe, y fo que nos afec­
ta de una manera particular, porque
27. ·Cómo· nuestra alma puede ser en tal caso no se necesita caminar.
comparada con tablillas vacias, y más adelante. Bueno sería, sin em­
cómo . nuestras nociones vienen de bargo, escoger términos propios pa­
los sentidos ra uno y otro sentido, a fin de evi­
tar equivocaciones. Y así a estas ex­
Aristóteles prefirió comparar nues­ presiones que están en el alma, ya
tra alma a tablillas sin usar, en las se las conciba ó no, se las puede
que se puede escribir lo que se quie- llamar ideas; mas las que· se conci-
11 Clara confinnaci6n de la influen­
. ben o forman, se. las puede llamar
nociones, conceptus. Pero de cual­
cia platónica. Adviértase cómo se va quiera· manera que se tome, siempre
gestando el virtualismo epistemológico. es falso que todas nuestras nocio­
1e Aquí�e ve el gennen del pensa•
miento que deserivolvi6 despuéi¡ Kant nes procedan de los sentidos que se
en su Teoría de la razón pura. (Nota llaman exteriores, porque la que yo
del traductor.) tengo de mí mismo. y de mis pen-
28 LEIBNIZ

samientos, y por consiguiente del que algunos escolásticos creían que


ser, de la sustancia, de la acción, Dios es la luz del ailma, 1f según su
de la identidad, y de muchas otras, modo de hablar, intellectus agens
. proceden de una experiencia in­ animm rationalis. Los discípulos de
terna. Averroes lo entendieron mal, mas
otros, entre ellos Guillermo de S.
Amour y muchos teólogos místicos,
28. Sólo Dios es el objeto inmedia­ lo han entendido de un modo digno
to de nuestras percepcione§, quien de Dios y capaz de elevar el alma al
existe fuera de nosotros, y sólo El conocimiento de su propio bien.
- es nuestra luz · /
En el rigor de la verdad metafí­ 29. Con todo, pensamos de manera
sica, no hay causa externa que obre inmediata con nuestras propias ideas
sobre nosotros, excepto Dios, y só­ y no con las de Dios
. lo Dios se comunica con nosotros
inmediatamente en virtud de nues- . Sin embargo, yo no soy de la· opi­
tra dependencia continua. De donde nión de �lgunos entendidos. filóso­
se �igue, que no hay. ningún otro fos, que sostienen que nuestras ideas
objeto externo que toque a nues­ mismas estáµ· en Dios, y de ningu­
tra alma y que excite inmediata­ na manera en nosotros. 10 Esto na­
mente nuestra percepción. Y así no ce, a mi ver, de que no han consi­
tenemos en nuestra alma las ideas derado bastante Io que acabamos de
de todas las cosas sino en virtud de explicar tocante a las sustancias, ni .
la acción continua de Dios sobre han tenido en cuenta la extensión
nosotros, es decir, porque todo efec­ e independencia de nuestra alma,
to expresa su causa, y por lo tanto lo cual hace que encierre en sí mis­
la esencia de nuestra alma es cierta ma lo que ·Ie sucede, y que exprese
expresión, imitación o imagen de la · a Dios, y con Dios a todos los seres
esencia, pensamiento y voluntad di­ posibles y actuales, al modo q4e un
vinas y de todas las ideas compren­ efecto expresa su causa. Porque es
didas en ellas .. Puede, ·por- tanto, inconcebible que yo piense por las
decirse, que sólo Dios es nuestro ideas de· otro. También es necesario
objeto inmediato fuera de nosotros, que el alma sea positivamente afee-.
y que por él vemos todas las cosas;· tada de cierta manera, cuando pien­
por ejemplo; cuando vemos el sol y sa en alguna cosa, así como tam­
los astros, Dios es el que nos ha bién qúe haya en ella, con anterio­
· dado, •-Y conserva en nosotros, las ridad, no sólo la potencia pasiva de
ideas de estos objetos y el que nos poder ser afectada de este modo,
precisa a . pensar efectivamente en la · cual está ya por completo deter­
ellas, mediante su concurso· ordina­ minada, sino también una potencia
rio, a la vez que nuestros, sentidos activa, en cuya. virtud ha habido en
están preparados de cierta manera su naturaleza signos de la produc­
según las foyes que el mismo Dios ción futura de este pensamiento y
· ha establecido. Dios es el sol y la • disposiciones para producirlo opor­
luz de las almas, lumem iluminans tunamente. Todo esto envuelve ya
omnem· hominem venientem in hunc la idea comprendida en este pen­
mundum, y esta opinión no es de samiento.
ahora. Siguiendo fa Sagrada Escri­
tura y _los padres que siempre se
han inclinado más del lado de Pla­ 10 Alude a Malebranche, y, ensegui­
tón que del de Aristóteles, me acuer� da, toma partido respecto al. ontolo­
do haber observado en otra ocasión, gismo de éste.
_,
1
1
DISCURSO DE. METAFÍSICA 29

Depende, pues, del altlia, el preéa-


3O. Cómo Dios inclina a nuestra verse_ contra las sorpresas que pue-
- alma sin constreñirla; que no se tie- dan -causar las apariencias, emplean-.
ne derecho a quejarse; que no 'hay do una voluntad firme y reflexiva,
que preguntar por qué peca Judas, y no obrando ni juzgando en· ciertas
dado que esta acción libre está com- ocasiones, sino después de haber ma­
prendida en su noción, sino única- duramente _deliberado. Es cierto, sin
mente por qué se admite a la exis- embargo, y hasta es sabido de toda
tencia a Judas el pecador prefirién- eternidad, que. alguna alma .no se
dolo a algunas otras personas posi- servirá de este poder en una situa­
bles. De la imperfección original ción dada. ¿ Y a quién puede culpar
· pecado y de los grados de
·antes del de esto, más que a sí misma? Por-·
la gracia que todas estas quejas después del
hecho son injustas, y lo hubieran
Respecto a la acción de Dios· so- sido antes del hecl10. ¿Esta alma,
bre la voluntad humana, se presen- poco antes de pecar, pudo tener mo­
tan reflexiones bastante difíciles, que tivo para quejarse de Dios cómo si
son demasiado extensas para tratar la. determinase al pecado? Siendo
de ellas en este momento. 'sin em- las determimiciones de Dios, en es­ '
bargó, he aquí lo que puede de- tas materias, cosas que no se pueden
cirse. así en general.20 Al concurrir prever,. ¿cómo puede saber que es­
Dios a nuestras acciones ordinaria- · tá determinada a pecar, cuando sólo
mente, no hace más que seguir las . llega a saberlo cuando ha pecado
leyes que ha establecido, es decir, ya efectivamente? Aquí sólo se tra­
conserva y produce continuamente ta de no querer, y Dios no puede
nuestI:O ser, de suerte que los pen- exigir una condición más fácil ni
samientos nos llegan espontánea o más justa; así como los jueces, sin
libremente en el orden que la no- indagar las razones que han dis­
ción de nuestra sustancia individual puesto a un hombre a tener una
permite, Y en·· el que se les podría mala voluntad, sólo se paran a con­
prever de toda eternidad. Además, siderar hasta qué--punto ha sido ma­
en virtud · del decreto que hace que la esta misma voluntad. Pero, ¿es
la voluntad tienda siempre al bien que quizá se sabe de toda eternidad,
aparente, expresando o imitando la que yo pecaré? Respondeos
vofontad de Dios bajo· ciertos coi:l• a vos
ceptos particulares, · con relación a mismo: quizá no; Y sin pensar en
los cuales este· bien aparente tiene lo que no podéis ·
conocer, lo cual
'
siempre algo de verdadero, Dios de- no habría de daros ninguna luz,
termina nuestra voluntad a la elec- obrad según vuestro deber que co­
ción de lo que parece ser fo mejor nocéis bien. Pero dirá alguno: ¿de
sin cohibirla, sin embargo. Porque, . dónde nace que este hom bre ha de
absolutamente hablando, el alma es- cometer seguramente tal pecado? La
tá en -la indiferencia en cuanto se la respuesta es fácil, Y es que de otra.
opone · a . la necesidad, y tiene el manera no existiría este �hombre.
poder de obrar de otra manera o Porque Dios ve en todo tiempo, que .
de suspender por completo su ac- habrá un cierto Judas, cuya noción
ción, siendo y permaneciendo posi- o idea,, que está en Dios, contiene
ble el seguir uno u otro camino. esta acción futura libre. No queda
ya más que hacer esta preguntq:
20 En effe parágrafo se ventila el ¿por qué un tal Judas, el traidor,
delicado y difícil problema de conci• que sólo es posible en 1a idea de .
liar la omnisciencia divina con la li­ Dios, existe actualmente? Mas, pa­
bertad del hombre. ra. esta pregunta no hay respuesta

-
.30 LEIBNIZ

en este mundo, y sólo puede decir­ ciente para sobreponerse a las in­
se, en general, que puesto que Dios clinaciones del hombre• porque. de
ha querido que exista, no obstante otra manera no tendría objeto, y
-el pecado que preveía, es preciso esto está reservado sólo a la gracia
.que este mal quede compensado con absoluta, eficaz, la cual siempre es
·usura en el universo, y que Dios victoriosa, ya lo sea por sí misma,
sacara de él uri bien mucho mayor, ya por la coincidencia de las cir­
resultando, en suma, que esta serie cunstancias.
de cosas, en qué está comprendida
' 1a existencia de este pecador, es la
más perfecta entre toda� las demás 31. De los motivos de la elección,
maneras pos�bles. Mas el �xplicar de la fe prevista, de la ciencia me-.
.siempre la admirable economía de dia, del decreto absoluto, y que todo
esta elección, no nos es posible ha­ se reduce a la raz6n por la que Dios
cerlo mientras seamos viajeros en · ha escogido para existir a una tal.
. este Il!undo; y bastante es el saber­ persona posible cuya noci6n encie­
. lo,. aunque sin comprenderlo. , Y ya rra una tal serie de. gracias y de
es tiempo de reconocer altitudinem acciones libres; todo lo cual supri-
divitiarum, lo profundo e insonda­ me de un golpe las dificultades
ble de la divina sabiduría, sin des­
-cender a un pormenor que envuelve Por último, las gracias de Dios
-consideraciones infinitas. Sin em- son gracias • completamente puras,
bargo, se .ve claramente que Dios­ que las criaturas no pueden pre­
no es la causa del mal. Porque, no tender; y, )'or fo •tanto, como no
sólo después de la pérdida de la basta, para dar razón de ·la elección
inocencia de los hombres a causa que Dios hace al otorgar estas gra­
del pecado original, sino que ya an­ cias, recurrir a la previsión absoluta
tes había una limitaci6n 'o Ímper­ o condicional de las acciones futu­
fecci6n original, connatural a todas ras de los hombres, no hay que ima­
_ las criaturas,· que las hace· pecables ginarse tampoco decri;:tos absolutos,
_ o capaces de delinquir. Y así no que no tengan ningún motivo ra­
presentan en este punto dificultades cional.21 Por lo que hace a la fe o
a ias buenas obras previstas, es muy
mayores los supraiapsarios que to­ cierto que Dios ha elegido sólo aque­
dos los demás. A esto es a lo. que llos cuya fe y caridad prevé, quos
.debe reducirse, en mi sentir, la opi- . se -fide donaturum prmscivit; pero
nión de San Agustfn y de otro� aquí -se presenta la misma cuestión;
autores que dicen, que la raíz del ¿por qué Dios da a unos y no a
mal ·está en la nada, es decir, en la. _otros la gracia de la fe o· de las
privación · o limitación de las cria- buenas obras? En.cuanto a esta cien­
turas, la · cual remedia Dios gracio­ cia de Dios, que es la previsión, no
samente por el grado de perfección de ,la fe y de las buenas obras, sino
que le place conceder. Esta gracia de su materia y predisposición, o de
· · , de Dios, ya sea ordinaria, ya extra­ aquello en que elhombre puede con­
ordinaria, tiene sus grados y su me­ tribuir por su parte (puesto que
•dida, siéndo siempre eficaz por sí ciertamente hay diversidad del lado
misma para producir cierto . efecto
proporcionado; y es además siem­ 21 La idea filosófica, de Luis de Mo­
pre suficiente, no sólo para librar­ lina, que ·permite discernir la .tesis de
nos del pecado, si.no también para Leibniz, es la de la .ciencia media, se-·
producir la salvación, suponiendo gún la cual Dios no ignora cuanto ha­
que el hombre ha de ayudarse por ría el hombre en caso de concederle
su· p�te; pero no siempre es sufi- la gracia.
DISCURSO DE . METAFÍSICA 31
de los hombres allí donde la hay zones generales que hemos expuesto,
del lado de la gracia·, y en efecto y cuyo pormenor supera a nuestras
es, preciso que el hombre, aunque fuerzas. Y así, en vez de recurrir
tenga necesidad de q1,te se le excite · a un decreto absoluto, que care­
al bien y . se le convierta, obre tam­ ciendo de razón es inadmisible, o
bién después por su ·parte), creen a razones que no pueden resolver
. muchos que podría decirse que, al la dificultad, y que precisan a acu­
ver Dios lo que el · hombre haría dir a otras, lo mejor será decir con
sin la gracia o asistencia extraordi­ San Pablo, que en este punto hay ·.
naria, o por lo menos, lo que hará .razones muy poderosas de sabidu­
por su parte, abstracción hecha de ría y. de congruencia desconocidas
la gracia, podría resolver� a darla a los mortales y fundadas en el
a aquellos cuyas . disposiciones na­ orden general, cuyo fin es la mayor
turales fuesen fas mejores, o, por lo perfección del universo, y a las que
menos, las menos imperfectas o me­ Dios se ha atenido. En esto se mani­
nos malas. Pero aun cuando esto fiestan los motivos de la gloria de
fuera así, puede decirse que I estas Dios y · de la manifestación de su .
disposiciones naturales,. en cuanto justicia, así como de su misericor­
tienen de buenas, son también efec­ dia y en general de sus perfecciones;
to de una gracia, �unque ordinaria, y por último, esa profundidad inmen­
por haber dado Dios esta ventaja sa de sus riquezas en que estaba ab­
a unos más que a otros; y puesto sorbida el alma de San Pablo.
que sabe que estas ventajas natu­
rales que da, servirán de motivo ·
para conceder la gracia o asistencia 32. Utilidad de estos principios en
extraordinaria, según esta_ doctrina: materia de piedad y religión
¿no es claro que al fin todo viene
a reducirse enteramente a su miseri­ Por lo demás, los pensamientos
·
cordia? Creo; piles (puesto que no que acabamos de explicar, y parti­
cularmente el · gran principio de la
sabemos· ni cómo ni en cuánto atien­ perfección de las operaciones, de
de Dios a las disposiciones natura� Dios y el' d_e fa noción de la sus­
les en fa · dispensación de la gracia) - tancia, que enciena en sí todos sus
que lo más e�acto y lo más seguro, fenómenos con ,todas sus circuns­
es decir, según · nuestros principios tancias, lejos qe dañar, sirven para
y lo que queda dicho, que es pre­ confirmar .Ja religión, disipar difi­
ciso que haya eritre los seres posi­ cultades muy graves, y para inflamar
bles, la persona de Pedro o de Juan, las almas con un amor divino,, y ele­
cuya noción o idea contiene toda var los espíritus hasta el conoci­
esta serie de gracias ordinarias y ex­ miento de las sustancias incorpóreas, _
traordinarias y ,todo el . enlace de mucho más que las hipótesis · que .
estos sucesos con todas sus circuns�­ hemos examinado hasta aquí. Por­
tancias, ·y que ha querido Dios esco-· que se ve muy claramente, que to­
gerla para la existencia. actual entre das las dem_ás sustancias depender,
· una infinidad de otras personas tam- de Dios, , como· -los · pensamientos
bién posibles; y dicho esto, nada emanan de nuestra susjancia, que
. más hay que pedir y. todas las _difi­ Dios está todo �l i1n todas ellas, y
cultades desaparecen. Porque en que está unido íntimamente a todas
cuanto a fa gran cuestión de, por las criaturas, a medida, sin embar­
qué Dios-1.a escogido esta persona go, de su · perfección, que él es el
entre tantas otras posibles, es pre­ único que las determina en lo exte­
ciso ser bien poco razonable para rior por su influencia, y si obrar es
no darse por satisfecho con las ,ra- determinar inmediatamente, puede
J
,{

32 LEIBNIZ

decirse en tal sentido, en lenguaje


metafísico, que sólo Dios obra so­ 33. Explicaci6n de la wiión de al­
bre mí, y sólo . él me puede hacer ma y cuerpo, que ha ]1«sado por
bien o mal, contribuyendo las de­ inexplicable o por milagrosa, y del
más sustancias sólo en razón de es­ origen de las representaciones con-
tas determinaciones, a causa de que, _ fusas
atendiendo Dios a todas, reparte sus se ve también cómo se acla­
. bondades y las obliga a concordar­ ra Aquí de · la unión del
se entre sí. Y así sólo Dios forma alma y el misterio
el gran-
cuerpo, es decir, cómo
el lazo o la comunicación entre las las pasiones y las acciones del uno ·
sustancias, y sólo mediante él los van acompañadas de ]as acciones
fenómenos de fas unas se encuen­ y pasiones o bien de los fenómenos
tran y concuerdan con los fenóme­ de la otra. Porque
nos de las otras, habiendo, por con­ correspondientes
no hay medio de · concebir que el
siguiente, realidad en ·nuestras per­ uno ejerza influencia
ceociones. Mas en la práctica se y no es racional rei;:.sobre el otro,
urrir simple­
atribuye la acción a las razones par­ a la . operación extraordina­
ticulares en el sentido que he expli­ mente
ria de la causa universal en una
cado antes, porque no es necesario cosa ordinaria y particular. H· e aquí
hacer siempre mención de la causa la verdadera razón de esto. Hemos
universal en los casos particulares. dicho que todo Jo que suceda al
Se ve también, que toda sustancia alma y a cada sustancia, es un resul­
tiene una perfecta . espontaneidad tado de su noción, luego fa . idea
(la .cual se convierte en libertad en - o esencia del alma exige
las sustancias inteligentes), que to­ misma
que todas . sus percepciones nazcan
do lo que Je sucede es un resultadp ·(sponte) de su propia naturaleza y
de su idea o de su ser, y que nada ele modo que _correspondan de suyo
la determina, como no sea Dios. Por a Jo que se realiza en todo el uni­
esta razón, cierta persona de gran verso, y más particular y perfecta­
elevación de espíritu · y de recono­ mente, a lo que ·se realiza en el
-cida santidad, acostumbraba a de­ cuerpo a que está afecta, porque el
cir, que el alma debe con frecuen­ alma expresa en cierta manera y
cia pensar como si sólo existieran por un tiempo dado, y según la re­
en el mundo Dios y ella. Y no hay1 lación dé. los demás cuerpos con el
cosa alguna que obligue más a com­ suyo, el estado del universo. Esto
prender la inmortalidad, que esta · nos hace ver, c6mo nuestro cuerpo _
_independencia y esta extensi6n del nos pertenece sin estar. sin· embargo
afma, que · la pone absolutamente a unido a nuestra esencia. Creo que
cubierto de todas las cosas exterio­ las personas reflexivas juzgarán fa­
res, puesto que· ella sola constituye vorablemente de nuestros principios,
todo su mundo y se basta con porque verán con .claridad en qué
Dios: y es tan imposible que perez­ consiste la conexión que hay entre el
ca ella · sin aniquila�ión, como es alma y· el cuerpo, la cual parece inex­
imposible que el mundo, del cual plicable22 siguiendo cualquiera otro
es aquélla una expresión vhra y_per­ . camino. Se ve también que las
petua, se destruya a· sí mismo; y
22 Todo el parágrafo está consagra­
por lo tanto, no es posible que los
do a exponer la idea de concordancia
· cambios de esta masa extensa· que universal
se l.Jama nuestro cuerpo, influyan tarde, en de1696, todas las substancias. Más
le dará el expresivo
nada sobre el alma, ni que la disi­ nombre de armonia preestablecida, al
pación de este cuerpo d_estruya lo defender contra M. Foucher su Nuevo (

que es indivisible. sistema de la naturaleza (1695).


DISCURSO DE METAFÍSICA 33
percepciones de nuestros sentidos, hacen,. y por consiguiente, no. pu­
hasta cuando son claras, deben con- diendo reflexionar, no pueden des­
tener necesariamente algún senti- cubrir las verdades necesarias y uni­
miento confuso, porque· como todos versales. Careciendo, pues, de re­
los cuerpos del universo simpatizan, flexión carecen por tanto de la cua-
- el nuestro recibe la impresión de . lidad moral, de donde resulta que, ·
todos los demás, y aunque nuestros pasando por mil transformaciones,
sentidos se refieren a todo, no es. al modo que la oruga se convierte
en mariposa, respecto a · 1a. moral o
posible que nuestra alma pueda aten- .
der a todo en particular; y por estaa la práctica es lo mismo que si
1
razón nuestros sentimientos confusos pereciesen, y hasta puede decirse
son resultado -de una variedad de · físicamente, como es costumbre de­
percepciones, que es absolutamente ·cir que Jos cuerpos perecen por su
infinita. Es, sobre poco más o me- corrupción. Pero el alma inteligente,
· nos, como el murmullo confuso que al conocerse a· sí propia, y al poder
oyen los que se aproximan a. la ori-decir este yo, que significa mucho,
Ua del mar, y que nace de la reuniónno · sólo subsiste y permanece meta­
de repercusiones de olas innumera� físicamente mejor que las otras· sus­
bles. Porque si entre muchas per- tandas, sino que subsiste Ia misma
cepciones (que no concuerdan para moralmente y constituye la misma
formar una) no ·hay ninguna que personalidad. Porque el recuerdo, el
sobresalga por ·encima-de las otras,conocimiento. de este yo �s lo que
y si todas ellas causan impresiones la hace capaz de castigo y de re­
igualmente · fuertes · ó igualmente ca-
compensa.23 • Y así la inmortalidad
paces de determinar la atención del que exigen la moral y la religión,
alma, la percepción en este caso no·no consiste sólo en esta subsistencia
puede menos de ser confusa. perpetua, que es común _.a todas las
·
1
sustancias, puesto que sin este re-
cuerdo de ,lo que se ha sido, no ten­
- 34. De la diferencia de los espíritus dría aquélla nada de deseable. Su­
y de las otras sustancias, almas o pongamos que un particular se. en­
formas sustanciales, y · de que la cuentra de repente rey de la China,
inmortalidad
. pedida supone · el re- pero a condición de olvidar lo que
·cuerdo ha · sido, quedándose como si na­
ciera de nuevo; en la práctica, o en
. Suponiendo que lo� cuerpos que cuanto a los efectos que es posible
constituyen unum per se, como el percibir, ¿no es esto lo mismo que
hombre, son sustancias y tienen for­ si se le hubiera aniquilado, y que
mas sustanciales, y que las bestias en su lugar y en el mismo instante ·
tienen alma, es preciso reconocer se · creara un rey para Je China?
qu_e estas almas y estas formas sus­ Ahora bien, este particular no ten­
tanciales no pueden perecer entera� dría razón alguna para desear seme­
mente, como no pueden perecer los jante cosa.
átomos o las más ínfimas partes :...
de la materia en opinión de otros
filósofos; . porque ninguna sustan�
cia perece, · por. más que pueda
transformarse. Tales sustancias ex­
presan también el universo, aunque
más imperf¡ctamente que fos espí­ 23 Es indudable. La noción de subs­
ritus. Mas la· principal diferencia. tancia individual humana en Leibniz,
· consiste, en que tales sustancias no . ha sido un hito en el desarrolo del yo
conocen 1o que ellas son, ni lo que como personalidad.
34
-e -'
,.
LEIBNIZ
l
entre un espejo y el que se mira en
. 35. Excelencia de los espíritus, , y éL Y cómo Dios mismo es el. más
que Dios los �onsidera de·· manera grande •Y el más sabio � los espí�­
preferente respecto a las otras cria­ ritus, es llano pensar que fos .seres
turas. Que. los espíritus · expresan con quienes puede, por decirlo así,
más bien a Dios que al mundo� y . ·entrar en conversación y, si se quie­
que -las otras sus.tancias expresan· re; en sociedad, comunicándoles sus
más bien al mundo que a Dios sentimientos y sus voliciones de una
. manera particular, y en términos ·
Mas si hemos de juzgar por ra­ que pueden conocer y amar a su
zones naturales, el hecho de que bienhechor, deben tales seres intere.
Dios conservará siempre, no sólo sarle infinitamente más que. todas las
nuestras sustancias; sino también deniás éosas;que sólo pueden pasar
nuestra persona, es decir, el recuer­ por instrumentos .de lc,s espíritus:2,.
do y el conocimiento de. lo que so­ E-sto es lo que vemos practicar á
mos (aunque el conocimiento dis­ todas las personas sensatas, . puesto·
tinto tenga algunas veces intermi­ · que · :hacen • infinitamente más caso ,
tencias, como . en el sueño y en los de un hombre que de cualquiera
accidentes), es imprescindible unir otra cosa,-· por -preciosa que· sea; y
la moral a la . metafísica; es · d�ir. parece que la mayor satisfacción que ·
que no basta considerar a Dios co­ puede tener un alma, que esté con­
mo principio y -causa de todas las tenta de sí misma, es la · de verse,
sustancias y de todos los seres, . sino amada por todas las demás; · si bien,
también como jefe de todas las per� respecto de . Dios, hay la diferencia
sanas o sustam,ias ·inteligentes, y co­ de que su gloria y nuestro culto no
mo • el monarca absoluto de -la más añaden nada a su satisfacción, como
perfecta dudad o república;· · tal co­ que el conocimiento de las criatu­
mo .lo es el. universo, compuesio del ras no es más que un resultado de
conjunto de todos fos espíritus; sien­ su sobera1_1a y perfecta felicidad,
do : Dios mismo el más completo de. bien distante; por tanto, de éontri­
todos ilos espíritus,. así_ como es.. el b�ir:· a · ella• o de ser, en parte, su
más, grande de todos los seres .. Por� causa: Sin embargo, lo que es bue;.'
que, indudablemente, los espíritus no y racional en los espíritus - fini­
s01:1 los - seres más perfectos, y los tos, se encuentrátf eminentemente
. - que mejor. expresan la divin�dad. Y en él, y así como nosotros .alabaría- -
como toda la naturaleza, el fin, la inos a un rey que prefiriera conser­
. virtud y• la función- de las sustan­ var lit vida de un hoinbre que · 1a.
cias, expresan a Dios y al universo, del más precioso y raro de los' ani­
según: queda suficientemente. expli� males, no debemos dudar que el niás'
cado, es indudable, qu� las · sustan­ sabio y justo de todós fos· monarcas· -
cias que expres�n tales objetos con se inspire en estos . mismos senfi�
concien�ia de l_o que b.acen, y que ·mientós.
sop capaces de conocer grandes ver­
dades respecto a Dios y _al universo,
tienen · que expresarlos mejor, sin
comparación, que todas esas otras
sustancias o naturalezas que son
brutas o incapaces de conocer ver­
dades, .o que están absolutamente
destituidas de sentimiento y de ra­ 24 Tras stl c·oncepción ro'etafísi�a.,dei'
zón; y [a diferencia entre las SUS· hombre, sustenta ·· Leibniz un teísmo
tancias inteligentes •Y ·las que no lo. · providencialista de acento cristiano. Los
1
son, es tan grande como la que. hay siguientes · parágrafos lo· subrayan. ' '

------ --- -- --
DISCURSO DE METAFÍSICA 35
· · ' · mente más gloria que de todos los
36. Dios··es el monarca. de,Ja más otros seres, como que todos .Jos des
�perfecta república, formad� por to- más sólo prestan materia a los es-.
dos los espiritu�. La•. felicidad. iie píritus para glorificarle. Por esta
...esta. ciudad .di! Dios· es su designio razón compete, por· decirlo así,. per­
supremo sonalmente y de una · manera espe-
ciál a Dios esta cualidad moral, que
,. :En, efecto, los espíritus son las le constituye en señor y, monarca
·�ustanc,ias más perfectibles, y -SUS de los espíritus. En este sentido Dios
perfecciones tienen - de parti�ula� el se humaniza, consiente. antropolo­
que se estorban.menos, o mas'.b1en, gías y entra en tiociedad con noso­
se auxilian entre sí; porque.sólo los tras, al modo · que un príncipe con
más -virtuosos podrán ser los más sus ·súbditos; y le es tan querida
.perfectos amigos; de donde se sigue esta· consideración, que el dichoso
claramente que .Dios, que . siempre y floreciente: estado de su imperio,
tiene .en cuenta la mayor perfec- que consiste en la mayor felicidad
ción en general, atenderá ce>n prefe- posible de sus habitantes, constitu-
-. rencia a . los espíritus, y les dará, ye la ley suprema y primera de to­
no sólo · en general, sino también !l das stis leyes; porque la felicidad
cada :uno en particular, el mayor es respecto de las personas, lo que
grado de perfección cí.?e IA armonía . es la perfección respecto. de los se­
. universal permita. Tamb1en puede res. Y si el . primer principio de la
decirs.e, que Dios, en cuanto �s _un· existencia del mundo físico es· el
espíritu, es el origen de las exi�ten- decreto por el cual se le·.da· la ma­
cias; porque de otra manera, s1 ca- yor perfección posible, el primer de�
reciese de voluntad para escoger lo signio del mundo moral, o de. la
mejor, ntngtlna razón · habría para ciudad de Dios, que es la párte más
·que existiera un·ser posible con pre- noble del universo, debe-.ser derra-
ferei_icia a otro_s posfüles .. Y así;_ �sta mar en él la mayor felicidad posi­
cualidad de Dios; la de ser. espmtu, · ble. ·Es indudable -que Dios ha or­
está- por. encima de' todas l�s demás denado todo de manera que los es­
consideraciones que pueda tener res- píritus no sólo puedan vivir !,Íem­
pecto de º las criaturas; COJ'.!lO que pre, lo cual es infalible, sino que ·
:sólo k1s· espíritus están hechos a su conserven siempre su cualidad mo­
imagen, y casi son de su raza o co-. ral, para que su ciudad no pierda
mo hi_jos die su casa, puesto que sólo ninguna persona, así como el mundo
ellos le pueden servir libremente y no _pierde ninguna sustancia. Por
obrar éon conocimiento imitando la consiguiente, los espíritus sabrán
naturaleza divina; como que un solo siempre lo que son; . de otra ma­
espíritu vale todo u� mundo, puesto nera no serían susceptibles . de pre- . -
que no sólo lo expresa, sino que lo mio o de castigo, lo cual es esencial
éonoce, y· se gobierna en él a la ma- en una república, y más en la inás
nera de Dios. Y aunque toda sus- perfecta, como lo es esta, en la que
tancia expresa to.do el universo, hay nada puede quedar en olvido. Por
. la diferencia de que fas otras sus- último, siendo Dios al mismo tiem­
tancias expresan más bien al mundo po el más justo y el más bondadoso
que a Dios, mientras que los espí- de los mo;narcas, y exigiendo sólo
ritus expresan .más bien a Dios que una buena voluntad, con tal que sea
al mundo. Esta · naturaleza tan no- seria y sincera,· sus súbditos no pue­
ble de los espíritus, que los aproxi- den desear ni aspirar a una condi­
ma a la alvinidad, en cuanto esto ción más ventajosa, puesto que, pa­
es posible a simples criaturas, hace ra hacedos perfectamente dichosos,
que Dios saque de elfos infinita- exige tan ,sólo que le amen.

'---'-------�"--------� -- --- ____,__ -----------'


.
36 LEIBNIZ . �-
lo que pertenece al orden de nues­
37. /esucristo descubrió a los hom­ tra salvación; que Dios atiende más
,\ bres el misterio y las leyes admira­ a la menor de las alm16 inteligen­
. bles del Reino de los Cielos y la tes, .que a la máquina entera del
' grandeza de. la suprema beatitud que mundo; que· no debemos temer a
Dios prepara a quienes le aman los que pueden destruir los cuer­
pos, pero no dañar a nuestras al­
Los filósofos antiguos conocieron · mas, puesto que Dios las puede ha­
muy poco estas verdades. Sólo Jesu­ cer dichosas o desgraciadas, y que
cristo las ha expresado de . un mo­ ]as de los justos están en su mano
do divino, y en una forma tan clara a cubierto de todas las revolucio­
y tan sencilla, que los espíritus más nes del universo, como que só· lo
groseros las han comprendido; y Dios obra sobre ellas; que ninguna
así su Evangelio ha cambiado en­ de nuestras acciones quedará ocul­
teramente la faz de las. cosas hu­ ta; que todo se ·tendrá en cuenta,
manas; y nos ha dado a conocer hasta las palabras ociosas y hasta·
el reino de los cielos o esa repú­ la cucharada de agua mal empleada;
blica perfecta de los espíritus, que por último, que todo _debe redundar
merece el título de ciudad de Dios, en bien para los buenos; que los
descubriéndonos sus admirables le­ justos serán como soles, y que ni
yes. Sólo . él nos ha hecho ver lo . nuestros sentidos ni nuestros espí­
mucho que Dios nos· ama y la exac­ ritus han gustado nunca, ni aproxi­
titud con que ha provisto a todo madamente, la felicidad que Dios
lo que nos interesa, al decimos prepara a _los que le aman.25.
que si tiene · �\lidado de los gorrio- .
nes, no ha de olvidar las criaturas 26 De las referencias del Nuevo Tes­
racionales que le son infinitamente
tamento
más queridas; que están contados del Evangelio· aquí mencionadas, destacan les
según San Mateo y de la
todos nuestros cabellos;. que pere­ Epístola de San Pablo a los Romanos.
cerán el cielo y la tierra,, primero Este parágrafo y el anterior suenan clac
que cambiar la palabra de Dios y · ramente a. apologética cristiana.
NUEVO SISTEMA DE LA NATURALEZA Y DE LA
COMUNICACIÓN DE LAS. SUSTANCIAS, ASÍ
COMO DE LA UNióN QUE EXISTE
ENTRE EL ALMA Y EL CUERPO *
(Journal des Savants, 21 de junio de 1695)


• Versión española y notas de Manuel García Morente.

L _._____
- --- --------


. 1

ANALISIS

. El Nuevo sistema · de la naturaleza y de la comunicación de las


sustancias, así como el de la unión que existe entre aima y cuerpo,
consta de 18 parágrafos. Puede dividirse en tres partes. En la pri­
mera ( 1-4) se ofrece . al planteó general del problema y ' algunos · e
importantes antecedentes· históricos acerca. de la tarea emprendida.
Una vez diseñada la cuestión; se niericionan las opiniones deL janse­
nista Arnault, a quien se efogiá por su actitud· reconciliadora· (§ 1):
Tras ·de· aludir· a la dócfrina éscólástica; se dice cómo el autor se
vio llevado . á los filósofos•modernos," quienes, por ciertó, no pudieron
satisfacerlo del todo (2) . Por ello, ietorna a la escolástica, bien que
rectificándola en mucha párte. Propone como resultado la tesis de que la
- naturaleza se· explica por fuerzas, ho por fornías; Si Aristóteles llama
· entelequias a estos principios, er autor los designa fuerzas primitivas (3F.
Estas fuerzas, por otra: parte, han sido creadas con el· mundo, y sub­
sistirán siempre. Aquí- -se. menciónan antecedentes sobre el particular
debidos a Santo Tomás, Alberto·-'el ·Grande y Rogerio Bacon (4);
Los parágraf�s (5-11) forman' la seg�rida parte del opúsculo.' En
ésta-· expone el autor su própia. doctrina de las · sustancias. El mundo
no puede explicarse por· principios materiales; para· ello se requiere
-algo incorpóreo; Habla después de' diversas· clases de sustancias'. Stib­
raya a_ continuación la cliferencia entre las füerzas o sllstancias cons­
cientes y las inconscientes ·(5): Por· ello, "reéhazá la teoría de que·
las formas.. materiales 'pasan de· un cuerpo a·· dtro (mete11,1psiccisis),
haciéndose. eco .de los resultados de la: ciencia nátu:ral de su época (6);
Dentro de ·estas,-�flexiones ·-se suscit� la cuestlori· de la inmortalidad
de las especies animales. Aquf. se'adhiei-e a la idea de que las fuerzas
inmanentes en e. stcis organismos no transmigran . de unos cuerpos 'a
otros, sirio . - que: se . opera , en· ellos una mera transformilci6n · de los. ·
órganos (7)"; Las· almas .razonables '(humanas) tienen otro destino.
. Siempr� 'formarán parte· á título· de ciudáda_nos de la sociedad de
los espíritus (8) . En apoyo de su tesis de la inmortalidad de las
fuerzas que obran sobre los organismos animales, cita a Hip6crates,
a Parménides y Meliso. De los dos· últimos saca la información de una.
fuente, ,arl�totélic;a�. '(\'.,:;•.-: ·:. ' . : .•. _.
' · Peró m naturaleza" iincluyendo al hombre, :sólo puede explicarse
gracias·, a .las' urtidades·.-deAuerza; :no. sensibles:-; Por· ello,·. el .autor las
denomina· también puntos metafísicos (11). ' \ ' ·
39

L ....L.........,_____ _
..._ r

40 LEIBNIZ

La tercera parte (parágrafos 12-�8) aborda el palpitante tema


de la comunicación de las sustancias, ·dentro del cual OCJ.lijf señalado ·
lugar el de la unión entre almá y cuerpo. ¿Cómo una sustancia puede
comunicarse con otra? ¿Cómo se comunican alma y · cuerpo en el
hombre? Descartes, dice Leibniz, deja en la estacada el problema.
Sus discípulos inmediatos, no.· Malebranche crea al respecto el sistema
de las causas ocasionales. Dios, coµ ocasión del movimiento de un
cuerpo, da actividad a otro cuerpo (12). Otros discípulos, partiendo
de parecida idea, sucumben a una concepción milagrosa, coino la
teoría del Deus ex machina (13). Frente a las respuestas á la vista,
que el autor con�idera deficientes, lanza la doctrina de la armonía
preestablecida. "Dios. ha creado originariamente et' alma o cualquier .
otra unidad a fuerza, de tal suerte que todo nazca en ella, de su .
, propio fondo, y, sin embargo; con perfecta conformidad con las cosas
de fuera." En el propio parágrafo (14) se acepta asimismo la noción de
microcosmos: cada una de ·las sustancias representa· a su manera el uni­
verso entero. Todo ello constituye una suerte de virtualismo: el alma
potencialmente d�sde que fue · creada, es apta para la vida de rela­
ción, y así es por obra de la omnipotencia de Dios (15). La inde­
pendencia de cada sustancia razonable, viene a probar -también la
libertad humana. No sólo en apariencia el hombre es libre, sirio de
radical manera. La hipótesis-de la concordaricia universal constituye
, al propio tiempo una prueba de la existencia de Dios (16). En suma, la
doctrina de la concordancia universal fundada en la' rioción de sustan-
cia a manera de unidad de fuerza,· viene a dar un nuevo y congruente
sistema de universo (17). Mas, por añadidura, tiene· tal sistema un
uso maravilloso. para establecer las leyes del movimiento y, en gene- · t,
ral, las leyes de la física expresadas matemáticl:lffiente (18).
_... En contra de la· doctrina del Nuevo Sistema de. la Naturaleza,
formuló Simón Foucher; canónigo de Dijón, ciertas objeciones, a las
cuales contestó Leibniz con dos fundamentales Aclaraciones, al año ··1
siguiente. Es en ellas donde apare.ce explícitamente el término ar­
moñíá preestablecida (harmonie préétablie) . En la segunda de estas
Aclaraciones figura ·la famosa metáfora de los relojes para hacer com-
prensible la tesis metafísica de la armonía universal. En cambio, ni en
l
el texto del Nuevo Sistema de la Naturaleza, ni en las Aclaraciones figu­
ra todavía el nombre de mónada a manera de sustancia individual. l
e
E
• F
e
f
El texto regulativo del opúsculo Nuevo Sistema de la Naturaleza
y de la Comunicación de las Sustancias. . . sigue siendo el de C. l.
Gerhardt, Die Philosophischen Schriften von G. W. Leibniz. Aparece
en el tomo IV, págs. 477-487. j
\.
\

1.

1. Hace varios años que he for- trabajado mucho en matemáticas, no -


inado el concepto de este sistema y . por eso he dejado de meditar, desde
Jo he comunicado con algunos varo- la juventud, sobre filosofía; pues
nes doctos, sobre todo con uno de siempre me ha parecido que había
los ínás grandes teólogos y filósofos medio, en filosoffa:, de establecer
de nuestro tiempo,1 el cual, habien- algo sólido por demostraciones cia­
do tenido conocimiento de mis opi- ras. Habíame internado ya bastante
niones, por mediación de cierta per- · en la teoría de los escolásticos,
sona de la más• esclarecida posición, cuando las matemáticas y los auto-_
las encontró sumamente paradójicas. res modernos me hicieron salir, muy
Pero luego llegaron a sus manos mis joven aún, de esa · comarca. Encan­
explicaciones, y se retractó de 'la ma- táronme sus maneras. tan :hermosas
_ nera m�s · generosa y edificante del de explicar · mecánicamente la riatu­
mundo; habiendo aprobado una par- raleza; y despreciaba con razón ·el
te de mis proposiciones, detuvo su método de los que sólo usan las for­
censura respecto de las otras,· con mas o facultades, que nada enseñan.
las que no estaba de acuerdo toda- Pero · después, habiendo procurado
vía .. Desde entonces he continuado profundizar los principios mismos
meditando, según las ocasiones, para de la mecánica, para dar razón de
no dar al público más que opiniones las leyes de la naturale:¡:a, que la ex­
bien examinadas, y he tratado asi- periencia daba a conocer, advertí- ·
mismo de aar satisfacción a las ob- que lá consideración de una masa
jecionl;")s que .se han hecho contra extensa 2 no bastaba por sí sola, y
mis ensayos de dinámica, que tienen · que era preciso. emplear también la
cierta relación con esto. Por último, noción de fuer za, la cual, aunque­
habiendo deseado ciertas personas .. perteneciente a la_ metafísica, es muy
importantes ver mis opin iones más inteligible. Parecíame también que
claramente expuestas; me : atrevo a la opinión de los que transforman
publicar estas meditaciones, aunque o degradan los animales en puras
no son populares ni pueden ser gus- máquinas)1 aunque parece posible,
_tadas por todas fas especies . de in- no es, sin embargo, fácil de apro­
genios. · Me he decidido a ello prin- bar, y hasta .choca contra el orden
cipalmente para sacar provecho de de las cosas.
los juicios que formulep. los. campe- 3. Al principio, recién lif?ertado
tentes en estas materias; que sería del aristotélico yugo, di en el vacío
muy. dfficultoso buscar. •Y requerir y en los átomos, que es to· que más.
uno por-uno a los particulares, dis- llena la imaginación; pero, tras reí­
puestos a darme instrucciones, las teradas meditaciones, desechada esa
cuales recibiré siempre con sumo opinión, comprendí que era impo­
gusto, con tal de que en ellas res- sible hal-lar los principios de una
plandezca más el amor a la verdaq unidad verdadera en la materia sola
qµe la pasión por opiniones · · ya o elemento pasivo, puesto que todo
formadas. · en ella es mera colección o amonto•
2. Aunq� soy de los que han namiento de partes, hasta el infinito.

1 Alude a su correspondencia con 2 Alusión a Descartes.


Arnauld, el jansenista. a Alusión a Descartes.·
41

L _.__---_ --- - _,.,


_,,

4i- LEIBNIZ

Ahora bien, fa muchedumbre no - puede tener su comienzo ni su fin


puede tener su realidad, como no sino por un milagro, se s�ue que no
sea tomándola de las unidades ver- puede comenzar, a no ser por crea­
daderas, las cuales provienen de ción, ni acabar, a no ser por aniqui­
ótro origen y son muy otra cosa que - !amiento. Así, pues, exceptuando las
\.__ los puntos, de Jos cuales es patente almas que Dios quiera crear expre­
qtie lo . continuo ria puede comp� sámerite, veíame precisado a recono­
m;rse; · para hallar, pues, . esas uni- cer que las formas ccmstitut�vas . de
dades reales, • vime obligado· a recu- las. sustancias tienen que haber sido
rrir a un átomo formal, ya que un cr,adas con el mundo y que . sub-
-ser material no puede ser, a un sisten siempre; Por eso algunos ·esca:­
tiempó mismo, material y perfecta- fásticos cqmo Alberto el G,,;ande 4 - -
mente :indivisible o :provisto de ver- y Juan Bacon 5 había'n vislumbrado
dadera uriidad. Tuve, pues, que. Ila- una parte de la verdad acerca de·
mar.· de nuev9, y, por decirlo · así; sti origen. Y la cosa no debe parecer -
rehabilitar las · forní.as sustancial�s, extraordinaria, ya que a las formas ·
tán mal tr�tadas hoy; pero de una. se les concede sólo la._duración,_ que
manera ·que lás hiciese. inteligibles, los gassend1stas O dan a sus átomos._ .
}: _separando el uso que debe hacerse _ 5.. Pensaba; sin _ embargo, que con
de ellas del abuso que· se ha hecho. las formas no. deben mezclarse indi­
Hallé, pues, que su naturaleza . con-• · fereritemente los espíritus y el alma
siste. , en )a fuerza, ! que de esto r�oriable, que son de orden superior
se sigue algo analógico con el sen� y. poseen, sin·. comparación, mucha
timien�o y _ el _· apetito,_ Y que, : por m·ás · perfección que · esas formas,
tanto, había .que concebirlas a imi- hundidas .en la materia, y son, com­
taGión de 111. noción que tenemos de paradas . éon ellas, como . pequeños
las. almas. · Mas. así como el rullJª. dioses, hechos a . semejanza de la
no _debe • emplearse para_ dar razon Divinidad, poseedores de . un rayo
qJ:l detalle _de la , ec?nomía: del cuer; de las luces que . Dios tiene. Por
po . del ammal, as1 también pense . eso Dios regenta los espíritus como
que no debían .emplearse esas . for- un príncipe a sus súbditos o un pa­
riJas para . explicar los prob!ell_lªJI dre a sus hijos; mientras qu� de lás
particulares de la n!l_turaleza,, s1 b1e!1 otras sustancias dispone como un
son . necesarias par� · . el. �st.ablec1- ingeniero manc;ja sus · máquinas. Así
miento de verdaderos p nncip 1os _ ge--- los espíritt1s tienen leyes especiales
nerales. Aristóteles las Hama . ente- que los encumbran por encima de
lequias primas. Yo las llamo, q�iz�- las revoluciones de la, materia; y ·
mis inteligiblemente; �erzas pr1 mi- puede decirse que todo Jo demás
tivas, que, no sólo contiene� �l. acto está he_cho para ellos, y esas mis­
ó complemento de .Ja posib1hdad, mas _revoluciones están acomodadas
sino también una · actividad · orí-- a la felicidad de los buenos y al
ginal. castigo de los· inalos.
4. , Veí� yo que. es�s. �ormas O al- 6. Sin. embargo, para_volver a las
mas deb1an ser md1vistbles, como form as ordina
- nuestro espíritu, · y recordaba - que, · rias ·o almas materia-··
eh · efecto, esta era la opinión de
Santo Tomás respecto a las ·almas 4 · El Doctor Universaiis; nació en
de los animales. Pero esta· novedad en Launingen (Suebia) . en 1196, y murió
voivía a planteifr las grandes difi­ 1280.
5_ -Debe de, referirse a Roger_ Bacon
cultades acerca del origen Y·, de la (1214-1294); · . . ·
duración de las almas y de las for­ a Gassendi, filósofo francés, i:enova- --1
mas. Pues toda sustancia .que posee dor del: atomismo , epicúreo. Nació en ~
una unidad verdadera, como que no 1592; murió en -1655.
SISTEMA DE LA. NATURALEZA 43
les, esa duración que hay!:.que .. atri• bién �elanimal. mismo y ·su máquina
huirles. en- lugar '.de· la: ·. que Jue org�mca; aunque la destrucción . de
atribuida a los· átomos. podría pro- las partes· más . groseras Jo reduce
vacar fa duda de :si no .. pasarán de a un· tamaño pequeñísimo que es­
uno a otro cuerpo; lo· cual sería la_ capa a nuestros sentidos; como. asi­
-- .

metempsicosis; poco .más ó menos mismo · escapaba a ellos el tamaño
como ciertos filósofos han-creído en: que tenfa.:antes de nacer. No hay,
la transmisión del . movimie¡:ito . y en pues, nadie: . capaz · de señalar . bien
la de las e species. Mas e sta imagi- el. v.erdadero momento de fa muerte
nación está bien lejos de la natura• la c_ual · puede por mucho tiemp�
leza ·. de las: cosas. No hay tal· trán-. c�nsiderarse co�o una mera suspen­
sito; y aquí- acude n en·; mi auxiHo s16n' de las acciones. notables y, en
·las . transformaciones de Swammer9- el fondo; nunca es .otra. cosa en Jos
dam,7 : Malpighi ·8 • y · Lrewenhoek, • . simples animales; atestíguanlo las,
excel entes observadores contemporá- resurr_ecciones · .de las moscas ahoga­
neos, cj_ue me han ayudado- a admi- das. y]uego enterradas en creta· pul­
tir fácilmente que el animal y �al- ver�:z:ada Y otros varios ejemplos se.­
quier sustancia . organizada no co-· meJantes, que dan--a entender . bas-­
·mienza cuando nosotros creemos, y tante. · bie n que habría lugar a · •mu�
que 'su generación aparente· no ·es - ma ch�s- otras resurrecciones: y mucho
sino. un desenvolvimiento, una suer- vieran s . remot11s, si. los · hombre
· s estu•
. ta - en· condiciones·· de · remenda�,
te de aumento. Así he notado m
bién qué el autor de la Indagación la· máquina. · Y . pue<ie conjeturarse
de la · v.erdad,1º Regis,11 Hástsreker 12 gran que. a ·· cosa_- parecida se refería el­
Depiócrito, aunque atomtsta, .si
y otros :sabios, no se apartan mucho' h�en: Plinio
de esa misnia opinión. se burla 'de él.. Es natu-
. r?l; pues, que el animal; puesto qu,e·
7. -Pero quedaba aún la cuestión
más grande de qtié · se hacen -·esas
siempre. ha _sido ·vivo Y ·-organizado
almas ó -:fuerzas· después• de ·la muer� -,.como 'empiez.im a reconocerlo así
te del animál o de la destrucción p.ersonas .. de mucha penetración.--=-,
del individuo d e la· sustancia orga- siga siéndolo por siempre. Y puesto.
nizada.: y· es la. más . embarazosa, que no hay .en el animal nacimiento'
porque. parece· · P'?co razona�le � �l. ni" generación enteramente nueva,
que . las almas permanezcan . m util- síguese que nó habrá extinción fi.
mente en un caos de.,mate:r;ia .con, · 1?ª1 n i.muerte. completa, en el rigór
fusa_. Por todo lo c u.al; h�. Juzgado nieta_físi_co de la )>¡¡labra; y que, por1
a l fJ.? que no quedaba , mai, �ue un
.
cons1gu1ente, én lug ar de la trans­
té�:no _razonable, que es. l� conser migración :de
0
Ia:s almas) lo ue ha
vac1on:. no· sólo .del alma, .smo.- tam- es transfcirriuición· de·-un misfuo anf-
.: ni�l, ��egi1n'. qü:e los·.'óiganos· están
7 ·Anatórnito h�fandé�; ·que:hiz� m:uy' gispuestos de tin mo'do ·u otro O más
interesantés · · observacióries , mícroscópi o-niéi:íos 'desarroll.ados.
0" •

éas (1637-1680)'. · · · ··-· · ·- · · · . · .8. · Siri. •enib'argo, fas· almas 'razó-


é c Y. biólogo i�aliiino (1628; n�hle,s·'obeqe�en . alás leyes más· eb
16�4f tl.i q v_a da� Y eStán'lihres de todo · 1° ·qué
,. 9 Natúralista · holandés �-(.1632�1723).· pudiera privarlas de la cualidad . di::
que descubrió los' espermatozoarios. .. ciudadanos ·en lá sociedád de los es•.
1 e li
!)_Ó: píritus;' Dioi.-ha provisto tan ácefüi�·
la ��r:,:��h��� taºt1,�;?��-¡�;:
l1 Cartetlano, a_utor de Cours �nt_fer da�e!}te, su . cons�rv�ción,_ . que _ los
de.12la philoYophié · (1690) :·
· ·. • ... ·. :' · · cambios· de. m atena no pueden ha->
'Físi o{mic:rógrafo y, í:nédico''ho-. ceflés pérder· las · dualidades mora-·
c
laridés (1656é1725); 'descubridor'dé' los ' les . de su personalidad. Y puede
animales espefI\láticos. · . decirse que todo tiénde a fa . perfec- ·

L

44 LEIBNIZ

ción, no sólo del universo en gene­ canismo de la divina sapiencia y las


ral, sino de esas criaturas , en par­ mayores obras del ·arte de :-un espí-
ticular, destinádas a tan alto grado . ritu limitado; y esa d�rencia no
de felicidad, . que el universo está consiste sólo en· el grado, sino en el
interesado en ella, por virtud de la género. Sépase, pues,. que . las má­
divina bondad, que se comunica a quinas · de la naturaleza poseen un ·
cada cual, en _la medida que puede número verdaderamente infinito de
permitirlo fa suprema sabiduría. órganos · y están tan bien provistas
9. Por lo que toca -al ordinario y probadas coptra todos los . acci-
curso de los animales y otras sus­ dentes, que no ·es posible de_sttuir­
tancias corpóre�s, cuya extinción en­ las. Una máquina natural sigue sien-
tera ha sido admitida hasta ahora do máquina hasta en sus mínimas
y cuyos cambios más dependen de partes, y, más at1n, sigue siendo
reglas mecánicas que de leyes ma. siempre · 1a misma máquina que ha·
rales, advertí con satisfacción que sido, transformándose tan sólo por
el autor del libro de la Dieta, atri­ los diversos repliegues que adopta, ·
btddo a Hipócrates, vislumbró algo unas veces extendida, otras veces re­
de la verdad, cuando, dice en tér­ cogida y como concentrada, cuando
minos expresos que los animales . ni la creemos perdida. . .
nacen ni mueren, y que las cosas,. 11. Además, mediante el alma o
que creemos comienzan y luego pe­ la forma, hay una verdadéra unidad
recen, no hacen más sino aparecer que responde a lo que llamamos ·
y desaparecer. Esta opinión era tam­ en nosotros el yo; lo cual no podría
bién la de. Parménides y Melisa, se- · acóntece·r ni en las máquinas que el
gt1n Aristóteles; _que aquellos anti- • arte construyé, ni en la simple .ma-
guos eran más sólidos de lo que sa de materia, por muy organizada
se _cree. . que sea, la cual sólo puede ser con­
,10. Estoy dispuestísimo a hacer siderada como un ejército, o un re­
_ justicia a los modernos; pero creo baño, o como un estanque lleno de
que han llevado la refoi:ma dema­ peces; o como un reloj compuesto
siado lejris; entre otras cosas, con­ de ruedas y resortes. Sin embargo,
fundiendo lo natural con lo artifi­ si no hubiera vérdaderas unidades
ciat por no haber tenido ideas bas­ sustanciales, no habría· nada sustan­
' tante grandes de 1a majestad de la cial ni real en la colección. Esto
I¡ natur11leza. Tienen la concepción de obligó a Cordemoy 14 a dejar a Des­
qué · la diferencia que existe t:ntre . cartes 'y pasarse a la doctrina de los
sus . máquinas y las nuestras es la átomos de Demócrito, para· hallar
que hay entre lo grande y lo pe­ una unidad verdadera. Pero los áta.
queño, Lo cual ha movido a . un mos de materia son contrarios a la
hombre habilísimo, autor de los Co­ razón, sin contar con que están, ade­
loquios sobre la pluralidad de los más, compuestos de. partes, puesto .
mundos,13 a decir, poco ha, que si que la adhesión invencible de una
· se mira de cerca la naturaleza, se· parte a otra -si pudiera concebirse
encuentra que es menos admirable o sup_onerse con _razón- no sería
de lo que. se creía, y que se reduce bastante a destruir su diversidad.
al ,taller de un artesano. Paréceme Sólo los átomos de sustancia, esto
que esto no d!l una idea · bastante es, las unidades reales y absoluta­
digna de ella, y sólo nuestro sistema mente desprovistas de partes, son las
da · a conocer, al fin, la verdadera
·e inmensa distancia que media en- ' 14 Cartesiano, que se separó del sen­
. tre las mínµnas producciones y me- tir de su maestro en ·su Discernimiento·
del alma y el ·cuerpo, en seis discursos
1a Fontenelle (1686). (1666).
SISTEMA DE LA NATURALEZA 45
fuentes de las acciones y los pri­ miento de otro cuerpo. A esto llaman
meros principios absolutos de la "Sistema de las causas ocasionales",
composición de las cosas y como que ha sido propagado por el autor
los últimos elementos del análisis · de la Indagación de la verdad.is
de las sustancias. Pudieran llamar­ 13. Hay que confesar que esos
se puntos meta/ísicos; tienen algo discípulos de . .Descartes han pene­
vital y poseen una especie de per­ trado en la dificultad al indicar lo
cepción, y los puntos matemáticos 15 que hay en ella ·de imposible; pero
son - su punto . de vista para expre­ no parece que la hayan resuelto al
sar el universo. Pero cuando las explicar lo que, según ellos, sucede
sustancias corpóreas se hallan apre­ efectivamente. Es muy cierto que no
tadas, todos -sus órganos ·conjuntos hay infujo real de una sustancia
forman para · nosotros un punto fí. creada sobre otra, en rigor metafí-._
sico. Así, pues, los puntos físicos 1º sico, y que. todas las cosas, con to­
son indivisibes sólo en. apariencia: das sus realidades, son de continuo
los puntos matemáticos 17 son exac­ producidas por la virtud de Dios;
tos pero son solamente modalida­ pero para resolver problemas; no
de�: sólo ilos puntos metafísicos o de basta hacer uso de la causa . gene­
sustancia --constituidos por las for­ ral e •introducir el llamado Deus ex
mas o almas-- son exactos y además machina. Pues si se hace esto, sin
reales; y sin éstos no habría nad!l otra explkacióñ sacada de las cau­
real, puesto que, sin verdaderas um-, sas segundas, es propiamente recu­
darles, no habría muchedumbre. rrir al milagro. En filosofía hay que
12. Habiendo establecido todo · procurar dar razón, exponiendo la
esto, creía arribar al puerto; pero ¡ manera como las · cosas · se ejecutan
. cuando empecé a meditar sobr� la por la divina sapiencia, conforme a
unión del alma con el cuerpo, vime la noción del sujeto de que se trata.
como repelido en alta mar. .Pues no · 14. Obligado, pues, a aceptar que
encontraba . ningún medio para ex­ no es posible· que el -alma ni ningu­
plicar cómo· el cuerpo transmite al­ na otra sustancia verdadera pueda ;
go al . alma, o viceversa; ni cómo recibir .algq_ de fuera, a no. ser me­
una sustancia puede comunicar con diante la divina omnipotencia, fui
otra sustancia creada. Descartes, al poco a poco inclinándome a una
llegar ·a este punto, abandonó la par� opinión que me sorprendió, pero que
tida; a lo menos, así .se . infiere d� parece inevitable, y que en realidad·
sus. escritos; pero sus discípulos, tiene muchas . ventajas y muy con­
viendo que la opinión común es in­ siderables bellezas. Y es que deberá
concebible, juzgaron que sentimos decirse. que Dios ha creaqo origi- ·
las cualidades de los cuerpos, por- nariamente el alma o cualquier otra
- que Dios hace que en el alma naz. unídad real, de tal suerte, que todo
can pensamientos. con ocasión de nazca en ella de su propio fondo,
los movimientos de la materia, y por perfecta espontaneidad, y,· sin
cuando; a su vez, el alma quiere embargo, con perfecta conformidad
mover el cuerpo, juzgaron que Dios a las· cosas de fuera. Y que así, no
es quien lo mueve por ella; Y como ·siendo nuestros sentimientos inte:. .­
la comunicación de los movimien­ riores -es decir, los que están en
tos· les parec;:ía también inconcebible, el alma, misma, y no en el cerebro
creyeron que Dios da movimiento a ni en las part�s sutiles del cuerpo-=­
un . cuerpo, con ocasión del movi- sino fenómenos consecutivos sobre
� los seres exteriores, o· bien aparien­
ia De que habla Descartes. cias verdaderas y como sueños bien
10 Atomismo.
17 Cartesianismo. 1s Malebranche.

-- -------'
46, .LEIBNIZ

arreglados, precis� que .esas percep- · · l5.• .Esta hipótesis e� 'muy posible:
ciones internas en el alma misma le ¿Por· qué . no ha de poder Dios dar
vengan-. por su: propia original cons- · a la sustancia, ante todce· una natu­
titución; es decir, por· la naturaleza raleza o fuerza-inteqia que próduzca
representativa · "'""'i:apaz·. de 'expresar en ella, por· orden -como en· un
los seres :de fuera, con · relación • a autqmata espiritual- -o formal, aun­
sus órganos- que le ha' sido . con- que libre · en aquella sustancia que
ferida desde la creación· y consti-. participe .de la razón,-, todo cuan,
tuye · su carácter_ individual. Y por to le suceda; es decir, todas las apa­
eso sucede que, representando ca- · rienciás o expresiones que tenga, sin
da una de esas- sustancias. exacta, 1� ayuda de ninguna otra criatura?
niente el universo entero; a su ma- Tant o más,. cuanto que lá natura•
nera y según cierto :punto de . vista; leza · de· la sustancia · exige necesaria- ·
y llegando al alma -las percepciones merite e implica _esencialmente un
de · las ·cosas exteriores, en ·el. mo- progreso o cambio; sin el cual -ca­
mento preciso, por virtud de las recería de fuerza para obrar. Y puesc ·
ª.
propias leyes ciel .alm�, c_omo p�rte to que e·sa naturalez� del alma, es
. del_ .mDios
ll;Ildo y como s1 nada �stlera representativa del • universo, d� un
smo y ella --para - servirme del modo· muy exacto, aunque. ·mas o
modo de expresarse que usa cierta menos -distinto, resulta que· la serie
.Persona de grande elevación de · es- de las representaciones que produce ·
píritu : y .de muy celebrada ·santi- el alma para sí misma :responderá
dad..;..., habrá un acuerdo perfecto naturalmente a la · serie de fos cam­
entre todas esas sustancias, que pro- bias: del universo; como asimismo,
duce los mismos efectos que se· ad-. por otra "parte, el cuerpo ha sido
vertirían si comunic¡isen unas con tanibién acomodado al ·alma, para
otras por transmisión de las espe- las coyuntüras en que ésta se , con­
cies o cualidades, .que el vulgo de cible activa: 'hacia: afuera, ·10 .cual es
los filósofos inlagina. Además, la tanto más -razonable· cuanto que -los
- masa organizada, en donde• está el cuerpos están hechos para los -solos
punto de vista del- alma, queda ex- espíritus capaces de ·entrar en socie­
presada más de cerca y se halla re- dad con Dios y celebrar -su gloria.
cíprocamente dispuesta a obrar por A:sí, pues, cuandó se ve la posibi­
sí misma, · según las leyes de la má- Iidad de .está •hipótesis de · las• con,
quina corporal, en el momento en corda:ncia�, vese':también que es·:la
que el alma. quiere, sin que uno per• más ráionable y_ · que da una idea
turbe las leyes de-la otra, y los es- maravillosa de. la armonía del' -uni•
píritus y la sangre tienen entonces vérso :y de la perfección de las obras
justamente los ,movinlientos necesa- de Diós.: ·. . . · · . _. ·'
· rios para responder· a las pasiones 16. También hay en esa hipótesis
y .percepciones del alma; esta mu- la siguierite ventaja• grande: que en
tua relación, ?e antemano dispuesta lugar dé decir. que ·sólo en·'-áparien�
en· toda sustancia . del universo, .. -es cia ·. _sarrios libres y · por modo sufí­
la qu� produce lo que., llamamos co- ciente .para la· práctica,· como asf lo
municación dé :las sustancias, y cóns, han creído mtiy buenos ingenios, -ha­
tituye •únicarpente �a unión del alma brá qtie'decii más bien que sóle>. en
cori cl cuerpo. Y puede entenderse apariencia · somos amuitrados y ·que,
por esto '. cómo el alma tiene , su en todo rigor de los iénninos meta­
asiento en. el cuerpo; por presencia físicos, ·'estanios en perfecta inde­
inmediata, que no. puede- ser mayor, pendencia con respecto a la infl_uen­
puesto que está en ·,:él- como la uní• · cia de las demás c�aturas. Lo cual
dad está en el resultado de las unida- da una niaravillósa claridad a la in­
des, que es la much�dumbre,•: . :i.: mortalidad de nuestra alma· y 1t' la·
SISTEMA DE LA NATURALEZA 47
conservac1on siempre uniforme del mente concíberise muy bien en la
individuo, perfectamente dispuesta materia. emisiones y recepciones de
por su naturaleza. propia,. re�_guar­ las partes, por las cuales, con ra­
dada de todos accidentes extenores, zón, explícanse · mecánicamente los
aunque parezca lo contrario; Nunca fenómenos todos de -la física; pero
sistema algu no ha hecho tan paten­ como · la ·masa material no es una
té nuestra elevación. Siendo todo sustancia,· es bien claro que la ac­
espíritu como un mundo ·aparte, bas­ ción respecto de la . sustancia misma
tándose a sí mismo, independiente no puede ser otra que Ja ya dicha.
de cualquier· ot.ra criatura, envol­ • ·ts. Estas • consideraciones, por .
viendo el infinito, expresando el me·tafísicas que parezcan, tienen­
universo, es tan duradero, . tan sub-. además . un uso maravilloso en · fí.
sistente· y absoluto como el universo sica para establecer las leyes del
mismo de las criaturas. Hay que juz­ movimiento, como nuestra dinámica
gar; pue_s, que debe figurar siempre podrá darlo a conocer. Pued� decir­
en él, de la ·manera má_s propia para se, efectivamente, que en el· choque
contribuir a la perfección de -la so­ de los cuerpos cada uno sufre· por
ciedad de todos los espíritus, que sola su propia virtud, causa del mo­
constituye su unión moral en la Ciu­ vimiento que hay ya en él. · Y· en
dad de Dios. Hállase en mi hipótesis cuanto. a1 movimiento absoluto, na­
también una prueba nueva.de la exis­ da puede determinarlo m1:1temática­
tencia de Dios, de sorprendente clari­ mente, · puesto qué todo acaba . en
dad: Pues esa perfecta concordancia relaciones, por fo cual hay siempre
de tantas sustancias que no tienen una equivalencia · perfecta de 11\s hi­
comunicación unas con otras no pue­ pótesis, como en la. astronomía; de
de proceder sino de la causa. común. suerte· que, sea .cual fuere. el núme­
17. · Además de estas ventajas que ro de cuerpos que se. t9me, es.. arbi­
recomiendan mi hipótesis, puede de­ trario asignar el reposo o ciet;to gra-
cirse que es algo más que una hi­ . do de·· velocidad al Cl:lerpo __ que ·se
pótesis, puesto que. no parece posi­ quiera : elegir., sin que .los fenóme-
ble explicar las cosas por otro modo . nos: del movimiento recto, circular o
inteligible, y muchas dificultades, compuesto puedan refutarlo. Sin
que -hasta hoy han preocupado a los embargo, es justo 'atribuir a los
mejores ingenios, parecen .desvane­ cuerpos verdaderos movimientos, se.,
cerse por sí mismas si se la com­ · gún 1a suposición que- da razón 4e
prende bien: Los· términos comunes los fenómenos,. de la mane;:ra más in­
del lenguaje. se salvan asimismo muy '. teligible', siendo esta denominación
bien. Pues puede decirse -qtie la sus-. conforme con el concepto · de la. ac­
táncia, cuya disposición da razón ción _ que acabamos de establecer.
del cambio, por modo inteligib1e
-de manera que puede : juzgarse
que a ella han sido las demás aco­ Aclaración del "Nuevo Sistema de
moµadas en este punto desde el prin• la .C011Junicaci6n de las sustancias",
cipio; según el orden de los· decretos para servir de respuesta a la· memo-
divinos-, es la que hay· que con­ ria de. M. Foucher.19 .
cebir, en esto, como activa y obran­ (Publicado en el /olirnal des
do luego .sobre · las demás. AsÍ' la Sáv_ants. · Abril, 1696)
acción de una sustancia · sobre otra
no es una emisión- ni una- trasplan� Recuerdo� !!eñor, que creí :cor�es- .
tación d1.,. tina entidad, como la con­ ponder a. vuestro deseo comuilicán-
cibe el vulgq, Y· no puede ·conside­
rarse, razonablemente,. sino·. por · el 19 "Sitpón · Foucher, · canónigo de Di.
modo que acabo , de· decii:. Cierta� jón, defendió el escepticismo de la Aca-

.. --- - -------------'
T.

-;--
-- ,_
4 8, · .LEIBNIZ

daos mi hipótesis de filosofía, hace la masa corporal. Parece, pues, que


ya varios años, aun cuando os de- confirmáis mi opinión, que consiste
. claraba al mismo tiempo que toda­ en pedir unidades verdallleras, por
vía no estaba resuelto a· confesarme lo cuál rehabilito las formas sustan.
s4 autor. Al comunicaros mi hipó­ . ciales. Pero' cuando parecéis decir
tesis, solicitaba vuestra opinión; mas que el alma de· los animales debe
no recuerdo haber recibido de vues­ tener algo de razón, si se le con­
tra parte ningunas objeciones; que cede sentimiento, es ésta una. con­
siendo, como soy, dócil, no os hu­ secuencia cuya fuerza_ no veo,
biera dado motivo a dirigirme dos .Reconocéis, con . plausible since­
veces las mismas_. Sin embargo, lle­ ridad, que mi hipótesis de la armo­
gan todavía a tiempo después de la nía o de la concomitancia es posi­
publicación, que no soy yo · de los ble; --sin duda por haberla creído
_que, por haberse comprometido en puramente arbitraria, a causa de no
· pública defensa de una opinión, . estar bastante informado de que es
creen ya por· siempre que ello es consecuencia de mi opinión sobre
razón bastante para no alterarla, y las unidades, pues todo está traba- ·
podréis comprobar esto tan pronto do. ·y preguntáis, señor mío, para
como alegueis contra mis opiniones qué puede �ervir ese artificio que yo
alguna razón precisa y apremiante, atribuyo al autor de fa naturaleza.
· cosa que; a lo que parece, no ha ¡Como si fuese posible atribuirle
sido vuestro propósito en esta oca­ demasiado! ¡Como. si esa exacta co- ·
sión. Habéis querido hablar como rrespondencia que tienen entre sí las
hábil · académico, dando así coyun­ . sustancias, por las leyes propias. que
tura a profundizar las cosas. originariamente ha recibido cada
No · fue mi deseo explicar aquí . una, no fuera . cosa admirablemente
los principios de la extensión, sino bella en sí . misma y digna de su
los · principios de lo efectivamente autor! Tambi�n preguntáis qué ven- .
extenso o masa _corporal; .y esos taja encuentro en ese sistema. Po­
principios, según yo creo, son las dría referirme a lo que he dicho;
unidades -:-reales, es decir, fas sus­ sin embargo, contesto en primer tér­
tancias dotadas de verdadera uni­ mino que, cuando una cosa no :pue­
dad. La unidad de un reloj que de dej"ar de ser, no es necesario para
mencionáis es muy distinta, para mí, admitirla inquirir su utilidad. ¿Para
de la de uri animal; éste' puede ser qué sirve la inconmensurabilidad
una sustancia dotada de verdadera del lado con la diagonal? En se­
unidad, como lo que en nosotros se gundo término, contesto que esa co­
' llama el yo, mientras que el · reloj rrespondencia sirve para explicar la
no es sino un conjunto. No en la comunicación de las sustancias y la
disposición de los órganos pongo yo unión de alma con el cuerpo, por ·
el principio sensitivo de los· anima­ las leyes de la naturaleza preesta­
les, y. estoy muy de acuerdo en, que blecidas, sin tener que recurrir ni a
esa di�posición refiérese tan sólo a una transmisión de las especies, que
es inconcebible, ni a un nuevo soco­
demia en su Historia de los académicos rro o ayuda divina, que parece poco �::
(1690) y en su Critica de la indaga­ conveniente. Pues hay que saber
ción de la verdad (1675); este último que, así como hay leyes de 1� natu­
libro contra Malebranche. El canónigo raleza en la materia, las hay tam­
Foucher publicó en· . el Journal . des bién en las almas o formas, y esas
Savants de septiembre de 1695 un ·ale­ leyes dicen lo que he referido.
gato crítico contra el" Nuevo sistema de
la naturaleza, de Leibniz. A ese alega­ Se me preguntará as;aso por qué
to contesta_ Leibniz con la . presente Dios no se. contenta con producir
aclaración. todos los pensamientos y las madi-

�------------- ------
SISTEMA DE LA NATURALEZA 49
ficaciones del alma, sin esos cuer- cías; mas no veo .cuáles son los
pos inútiles que el alma no puede, principios de que se dice que estoy
según se dice, ni mover ni conocer. imbuido y quiero salvar. Si esto sig­ /
La respuesta es fácil. Dios ha queri- nifica que me impelen a adoptar esas
do que haya más bien más que menos hipótesis razones a priori Q ciertos
,¡¡ustancias, y ha decidido que esas .principios, como es verdad, esto más
modificaciones de alma respondan es alabanza de la hipótesis que ob-
- a algo exterior. No hay sustancia jeción contra ella. Basta, común­
inútil. Todas concurren a los desig- menté, que una hipótesis se halle a
nios de Dios. No tengo dificultad posteriori, porque satisfaga a -los fe­
alguna de admitir que el alma cono- nómenos; pero si además la abonan
ce los cuerpos, aunque este conocí- otras _razones, y a priori, mejor que
iniento se hace sin influencia de uno mejor. Mas acaso queréis decir qué
sobre otra, ni tampoco de decir que habiendo forjado _una opinión nue�
· el_ alma mueve �J_ cuerpo; Y así co- va me complazco en emplearla más
1
mo un copernicano habla verdade- por dármelas de innovador que por
· ramente de la salida del sol, un pla- haber reconocido su utilidad. No sé�
1- tónico de 1a realidad de la materia, senor, - st tenéis de mí tan mala
opi-
un cartesiano de la de las cualida- nión que- queráis atribuirme esqs
des sensibles, con tal de que se le
entienda rectamente, así también- pensam ientos. Que ya sabéis cuánto
creo yo que es muy verdadero que amo la verdad, Y que, si me - diera.
· las · sustancias actúan unas sobre por lucir novedades, me apresuraría
otras, con tal de que esto se coro- ª presentarlas, aun aquellas cuya so­
prenda en el sentido de que una-es lidez es conocida. Pero con el fin
causa de los cambios de la otra, de que los que ·me conocen meiib.s
por virtud_ de las ·leyes de lá armo- no den a_ vuestras palabras un sen:
nía. Lo que se objeta acerca de la tido contrario a mis intenciones, bas-·
1 letargia _de los cuerpos, los cuales tará decir que, · en mi opinión, es
estarían inactivos mientras el alma imposible explicar de otra manera
creería que están en movimiento, no. la acción emanente conforme a -las
1 puede ser, por causa de esa misma leyes de la naturaleza, y que he creí­
correspondencia infalible establecí- do que el uso de mi hipótesis se re­
da por la divina sapiencia. No co- · conocería por la p.ificultad que fos
nozco esas masas . vanas inútiles -e más hábiles filósofos de mucho tiem­
inactivas de que se habla. Donde po .han hallado en la comunicación
quiera, hay acción; ., y esto lo . esta- . . de los espíritus y de _los cuerpos, y
blezco yo mejor que la filosofía tra- aun de las sustancias corpóreas en­
dicional, pues que sostengo que no tre sí; e ignoro si vos mismo no ha­
hay ·cuerpo sin movimiento ni sus- béis tropezado con esas dificulta­
tancia sin esfuerzo. des. Ciertamente hay, según yo creo,
No entiendo en . qué· consista la esfuerzos en todas las sustancias; pe- _.,,.
objeción expresada en es�as pa!a- ro esos esfuerzos residen propiamen­
bras: "Verdaderamente, senor mio, te sólo en la sustancia misma; y lo
¿no se ·advierte que esas opiniones que en las otras sustancias se sigue
están expresamente hechas, y que es por virtud· de la armonía prees­
esos sistemas, que acuden tras el ca- tablecida -si se me - permite e!Th
so, han sido fabricados para salvar plear esta frase- y d� ningún modo
ciertos pri�ipios?" Todas las hipó- por virtud de influjo real · o por
·tesis se hacen expresamente, y todos transmisión de cierta especie o cua-
Ios sistemas acuderi tras el caso pa- lid.ad. Como ya he explicado lo que
ra salvar los fenómenos o · aparien- es acción y pasión, puede inferirse

L ....
--'---�- -··
50 . .: · LEIBNIZ ..

también lo que es esfuerzo y resis� leza, descubierta y. demostrada: '-por


tencia; mí, y que Descartes desconocía;··y
·
Deds que sabéis que hay muchas és que se conserva_ no �lo la· mis­
·
otras cuestiones que plantear antes ma cantidad de fuerza motriz,· sino,
de · decidir. las 'que · acabamos de in­ además, la· misma · cantidad de·· di­
quirir; pero acaso·, encontraréis que rección, cualquiera que sea el lado .
yo fas he planteado ya. · Ignoro si . que se tome eii. el mundo. Es decir,
esos académicos han practicado eón llevando una línea recta cualquiera
· más ·_rigor y efecto que yo lo' que y tom_ando cuerpos cualesqúiera y
hay de bueno en su método. Aprue­ cuantos · quiera, hallaréis, consid�
bo con toda mi alma que se quiera _ rando todos · esos cuerpos juntamen­
demóstrar la verdad, ,partiendo de te, sin omitir ninguno . de los que
los ·primeros principios; esto . es más . actúm. sobre uno de los que · hayáis
útil de lo que se cree, y he · prac­ elegido, que habrá. si�mpre' la ·mis­
ticado el- tal 'precepto; Aplaudo, _ma cantidad· de progreso del mismo
pues, todo cuanto decís•sobre el par� lado éti todas las paralelas a la rec� ·
·ticular, y desearía que el ejemplo -ta elegida, teniendo ·en cuenta 'qüe·
que dais : sirviese de ocasión .a los -hay que · valuar la suma. del pro-
filósofos para pensar en ello como greso, sustrayendo el de-los cuerpos
es debido. •Añadiré una . reflexión que. van en· sentido contrifrio al qµe
que me parece converíiente· para.dar llevan los cuerpos que van en e]
mejor a entender . la -realidad y el sentido elegido. Esta ley, que es tao
uso de mi sistema. .Ya sabéis gue hermosa Y' tan general como fa otra,
· Descartes ha · creído que · sé. conser� no merecía tampoco ser violada, y
va, en los cuerpos la misma cantidad ello se evita por mi sistema, qué con-
de· movimiento .. Se ha demostrado . serva la . fuerza y fa dirección, y, en
su error; pero yo he explicado · que una palabra, toda� las leyes natura­
es cierto _que se . conserva siempre les de los. cuerpos, ,no obstante los
la misma fuerza motriz, que él ha- cambios que se hacen en ellos a con-
.. bía confundido· con la cantidad de· secuencia de los del· alma.
movimiento: Sin ·embargo, los cam¡
-1:>ios._que se verifican en el cuerpo,_ . .
coinó consecuencia de las modifica- Otra aclaración de la hipótesis de la.
ciones del a:lma, le desazonaron, por: · · armonía preestablecida.
que parecían violar esa ley. Creyó (Carta de Leibniz publicada
salir del paso ingeniosamente dicien- en el /ournal des Savants, No-
do· que hay que · distinguir entre el viembre de 1696)
móvimiento y la dirección, ·y que el
alma no puede aumentar ni· dismi- Algunos amigos míos sabios· y pe-
nuir la fuerza motriz; pero sí cam� netrantes, han considerado mi nueva
biar la dirección o · determinación hipótesis sobre la gran cuestión de
del curso· de· los espíritus animales, la unión del alma y __g.el cuerpo; y
y que así suceden fos movimientos habiéndola encontrado importante,
voluntarios. Cierto que no se metió me han rogado que dé algunas acta�
en explkar cómo el alma se las arre- raciones sobre las dificultades que
gla para·. cambiar el curso de los le han sido objetadas y que prove­
cuerpos,. siendo ·este: .cambio tan in- nían · de que no ha alcanzado una
concebible · como la afirmación de comprensión satisfactoria: He creído
que les da movimiento,' a menos que, que '1a cuestión se hace inteligible,
conmigo; no . se. recurra a . la· armo-· · a· toda . suerte de · ingenios, por me-;
nía preestablecida; pero hay que sa• dio de la comparación siguiente:. ·,
her que existe otra ley- de la natura-· · 'Imagínense dos relojes que mar-·

SISTEMA DE _LA NATURALEZA 51
chen perfectamente acordes. Esto Póngase ahora el alma y el cuerpo
puede ·conseguirse de tres maneras. en el lugar · de los dos relojes. Su
La primera consiste en la influen­ · acuerdo o simpatía sucederá por una ·
cia mutua de un· reloj sobre otro; de _esas tres maneras. La vía de in­
la. segunda, en el cuidado d e un fluencia es la de la filosofía vulgar;
hombre que atienda de continuo a mas no pudiendo_ concebirse partícu­
ambos relojes; la tercera, en la exac• las materiales ni · especies o cuali­
titud con que· los dos marchan. La dad es inmateriales que puedan pasar
primera manera, la de la influencia, de una a otra de las dos sustancias,
ha sido experimentada por el· difun­ es fuerza · abandonar esta opinión.
to Huygens,20 con grandísíma extra-_ La vía de asistencia es la del sis­
. ñeza , por s4 parte. Tenía dos gran­ tema de las causas ocasionales; pero
des relojes de péndulo, colgados de sostengo que es acudir a un Deus
, una misma viga de madera; los con­ ex machina en cosa natural y ordi-
tinuos movimientos ·de esos péndu­ . naria, en la cual, según la razón, no
los habían comunica do . iguales vi­ debe Dios intervenir sino de la mis­
braciones a las partículas de la ma- · ·ma manera como concurre a las de­
dera; pero esas vibraciones · no pe>- más cosas de la naturaleza. · Sólo
-' dían subsistir en· su orden sin resta, pues, mi hipótesis, es decir,'
entrechocar unas · con otras, a me­ la vía de la armonia preestablecida
nos que los péndulos no marchasen por artificio divino previsor, : el cual_ - ·
'de acuerdo; sucedía, pues, por una desde un principio ha formado cada
aparente maravilla, que si se desa- una de ambas sustancias . de manera
., cardaban expresamente los moví­ tan perfecta y tan b�en dispuesta,
. mientes de ambos péndulos, pronto . con exactitud, que, sin seguir otras .
volvían a convenir, como dos cuer•
d as que están al unísono.
leyes que las que ha . recibido con
La . segunda manera de _conseguir el ser, concuerda siempre ·-.con la
que do� relojes marchen _siempre de otra, como si hubiera influjo mutuo,
acuerdo, aunque sean malos, podrá · o cómo si Dios pusiera de continuo
ser la de encargar a un hábil obrero su mano, Iademás de su concurso .
que cuide de los dos a cada -mo­ general.
mento -Y los· ponga de acuerdo sin Después de esto, no creo . tener _,
cesar; a esto llamo yo _la vía de la necesidad de probar nada, a no ser
asistencia. . · que se quier¡i que d emuestre que
Por último, la tercera mqnera se­ Dios tiene todo lo necesario para
rá hacer desde luego los dos relojes hacer uso de este artificio ·previsor,
con tanto arte y· exactitud, que po• del que vemos ejemplos entre los:
damos estar seguros de que han de hombres, si son hábiles artífices. �.
marchar acordes en adelante; y es- - supuesto que Dios pueda hacerlo,
ta es la vía del consen,timieritó pre­ bien se ve que es la vía más her•
establecido. mosa y más digna de él. Es cierto
que tengo otras pruebas; pero sien-
20 Físico, astrónomo y . matemático . do más profundas, no es necesario
holandés muy famoso (1629-1695). alegarlas. aquí.

'--'-------C.....--------------------
·,

NUEVO TRATADO SOBRE EL


ENJ'ENDIMIENTO HUMANO *

Libro 1, DE LAS IDEAS INNATAS


· Libro 2. DE ·LAs IDEAS
Libro 3. DE LAS PALABRAS

' Libro 4. DEL CONOCIMIENTO

1703-1705

• Versi6n española de Eduard9 Ovejero y Maury.

L __.___�
ANÁLISIS

El Nuevo tratado sobrf! el-entendimiento humanó (Ñouveaux essais


sur l'entendement humain) es la. tercera de las obras Jmportan,tes de
Leibniz en su etapa constructiva, la última. La. primera de estas obras
pós!!eras es el Discurso de m·etafisica (1686) y la segunda el Nuevo
sistema de la naturaleza (1695). El Nuevo tratado sobre el entendi­
miento humano (1704) ,. como librement� se traduce el título, repre­
senta en la filosofía de Leibniz tma amplia· exposición de 'su teoría
-Y psicología- del conocimierito,. poco importa que háya sido · un
trabajo ocasional encaminado a tomar partido resj,�to de la · doc­
trina de Locke en su. obra, clásica, An essay, concernini human únder­
standing (1690). El de Leibniz':es· otro Eiisayo; pero�renovador;· ·nuevo,
según su .propósito. · . .
Ya Leibniz había defendido ·SU ·'doctrina tanto del cartesianismo
como del spinozisino. Ah�i,:a,..:era oportiuio hacér fo ·propio tociinte.
del empirismo, que con Locke (1632-1704)' cobraba importancia cre­
ciente en los círculos cultivados de Europa. En 1704, se da Leibniz
a la tarea. Su obra, redactada en francés, es una minuciosa ·contro­
versia. concebida· en fornia dé: un diálogo, cuyos interlocutores Filatetes
y-Teófilo · son respectivamente Loc:ke y Leibniz. Está dividida en 68
capítulos distribuidos en ·cuatro libros,' �n sinóptica y exacta corres.:
pondencia con el Ensayo de Locke'. Incluso . los capítulos de cad_a
libro de las dos obras se corresppnd�n en . detalle. El Tratado . · de
Leibnh, émperó; no fue publicado de inmediato. La muerte de Locke, .
acaecida én 1704, determinó la cortés . . · suspensión. Aparecerá ei . tra-_.,,.
bajo mucho después, en 1765. . · · . ' · .
· En carta (de· 19, XI, 1707) dirigid� a· Bierling expresa Leibniz
sú posteión. Locke; .dice, tuvo ·aciértos 'en 'la disposición del trabajo,
pero lo ·que le aparta· dé la· verdad; · �s. por desgracia, su equivocada �
idea . de la naturaleza del espíritu humano;· Este, · sin duda,: llega a,t
conocer mediante observaciones empíricas, pero 'también capta ver- '
.. dades· raciónales, íniis acá de . toda experiencia• empírica. Locke pasa
. .
por alto _esta capacidad del espíritu humano. Nociones como las del .1.
ser; sustancia,· identidád, · verdad y bondad, se obtienen directamente
<lel intelecto, porque nos son innatas, -ello es, porque constituyen la /!
función misma deL espfritu. Nempe nihil ·est .in intellectu, quod non
juerit. in""sensu, - nisi ipse intellectus. . ,. · ·: · • ··
En1 el Prefácio'delNuevo·tratado que correspÓnde ·a la Epístola al
lector, ..del Ensayo de _Lócke, · m�nciona. Leibniz la respeé!iva ascen-
ss
L�------· • I
56 LEIBNIZ

. dencia filosófica de ambos sistemas. El suyo ( de Locke) , dice, tiene


\ más afinidad con el de Aristóteles, y el mío con el de Plat<¡p, si bien-
• Uno y otro se alejan en muchos puntos de los dos pensadores griegos.
S.u tesis platónica de las Ideas, increadas, alguna vez contempladas
por el hombre, y traídas a la mente de éste más tarde, gracias al re­
cuerdo, se convierte en Leibniz en la doctrina de las verdades nece­
sarias que existen virtualmente en ..el entendimiento. La objeción contra
el racionalismo de Locke, de que el espíritu no. siempre piensa (por
ejemplo; durante el sueño), e_s contestada por _Leibniz echando mano
de la categoría de continuidad. Toda sustancia es activa de manera
permanente. · Sin actividad, es inconcebible.' Pero esté atributo posee ·
grados. La percepción y la reflexión, actividades inseparables del in­
telecto, pueden ser (como es el caso en el sueño) tan pequeñas que
no se tornen causa qe movimiento visible. Las petites perceptions, por
_otra parte, · permiten articular al hombre dentro de muchos fenóme- ·
nos del universo; Las mismas percepciones, asimismo, explican la doc­
trina de ·tos· indiscernibles, según la cual sólo en apariencia dos o
más seres son iguales. ··
A mayor abundamiento: en el reit�rado Prefacio señala el autor
otras importantes ideas que lo separan de Locke. Así en el tema de
las ideas complejas, que llevan al de relación de alma y cuerpo; así
el del uso y abuso del lenguaje; así el del alcance del conocimiento
y el de los nexos entre fe y saber ...
En el libro primero (Des notions inn.ées) muestra Leibniz en contra
de Locke, que hay ideas innatas y verdades necesarias de razón (vérit�s
nécessaires ou de raison) al lado de verdades de hecho, qué provie­
. nen de la experiencia (vérités de fait). Las primeras, por tanto, son
elaboradas · por el espíritu sin el concurso de observación empírica,
como es el caso de las verdades de la aritmética y la geometría.
· Estos conocimientos innatos no son, por. tanto, conocimientos de
permanente actualidad. No están impresos en la mente para se:f to­
mados. Existen en ella sólo virtualmente, a título de disposiciones, vale
decir de preformaciories. El intelecto tiene que bregar y esforzarse por
_ obtenerlos. La experiencia ayuda, sí, a provocarlos y confirmarlos, pert>
no es la fuente misma de su validez.
' \ '

Tampoco el que muchos hom,bres acepten las ideas innatas es ·signo


de p11,1eba objetiva. La certeza de los · conocimientos · innatos, dice
Leibniz por sobre todo subjetivismo, no se funda en la generalizada
opinión. El fundamento de ellos reside en el principio lógico de la
no contradicción.
Las nociones innatas no sólo pertenecen al saber de las ciencias
puras.· Existen también- nociones prácticas de . plena validez. Sobre
tal carácter se funda la ética como saber. demostraoo de la conducta
humana. ,;La ciencia moral no es de · otro modo innata que ·ta· arit-
NUEVO·
. TRATADO .SOBRE EL ENTENDIMIENTO· HUMANO 57 •
1

mética, pues también ella depende de pruebas que nos proporciona la


luz interior. Y como quiera que las pruebas no saltan a los ojos, no
. es maravilla que los hómbres no sean conscientes de todo aquello
· que en sí poseen y no siempre lean con suficiente celeridad los trazos
de la ley natural, que Dios, . según San Pablo, ha escrito en el ·
· corazón".
En el segundo libro (Des idées) se ocupa el autor de la natura­
leza de las ideas; de sus especies y de sus principios. La idea es un
objeto inmediato del pensamiento, no una forma de los objetos, pues ·
si así fuere, nacerían y morirían con sus objetos actuales;· lo que no
es ef caso. Los objetos sensibles · exteriores, en cambio, son mediatos,
ya que no pueden . obrar de manera inmediata sobre el alma. Sólo
Dios es objeto exterior inmediato.
El alma es un petite monde en dond� · las ideas claras son una
representación de Dios y · 1as. confusas una representación del. uni­
verso. La imagen de la tabula rasa es una ficción. Toda sustancia,
sea cuerpo ·o alma, ·posee .intrínsecos ·caracteres que las distinguen de
las otras. ''Lo absolutamente uniforme que no encierra en sí diferen­
cia alguna' es una pura abstracción". El -alma es una sustancia satu-
. rada de manera permanente de pequeñas percepciones;·
Tocante a la . clasificación de las ideas, Leibniz diserta amplia­
mente. Locke habla de ideas simples y complejas, de ideas que pro-
. ceden de · s�nsación y de las que vienen de reflexión, etc. Al hiló de
estos. pensamientos, introduce el filósofo alemán las decisivas nociones .
de percepción y apercepción. Esta última como el darse cuenta de

I aquélla, clarificándola. La apercepción · es rasgo característico del ser


del hombre. Gracias a tal facultad · se explica la retentiva, otra facul­
I
tad del espíritu, la cual, procede de dos modos: conservando la idea
presente (cont_!::mplación) o reproduciéndola más tarde (memoria).
Continuando la crítica, Leibniz se opone al filósofo inglés soste­
niendo que espacio (extensión) y tiempo- (duración), son meras leyes ·
de ordenación, · formas de relación innatas, que se aplican tanto a · '
lo posible como a lo existente, y, que, como verdades eternas, tienen
su radical fundamento en Dios.· El tiempo es el orden de· la sucesión;
el espacio, el. de la coexistencia. Espacio y tiempo tampoco pueden
fu�dar, �dado su· carácter relacionante, el principio de individuación;
más bien constituyen la clave del principio de la identidad de lo in�
discernible, según el cual no existen dos cosas. completamente iguales.
Otra idea por demás importante en este libro segundo es la de
número. Se muestra que el número tradicional en sus modalidades·
de sordo, roto y ·trascendente (ello es, inconmensurable, fraccionario
y trascen,lente, en la moderna terminología) no es suficiente para
ponderar la existencia. A fin de lograr esto, precisa elevarse a las
ideas de mínimos y máximos y, con ello, recurrir a las ideas de infinito

l�
1 58
,'

- '\
- LEIBNIZ

y continuidad, esenciales conceptos no sólo de la matemática, sino de ·


toda lá filosofía. · . - -. ..
Finaliza el texto de este libro- con la nocióu de lo posiht en nexo
con · la de verdad, tras de haber disertado acerca de la relación en
· general, de la causa y efécto; de la identidad y diversidad, de las idea:s
_ claras y oscuras, distintas y confusas. La tesis es ei posibilismo, base
� reiterada _ de su concepciól). epistemológica. Las iqeas posibles son ver­
daderas, y las imposibles, f�sas.
En el libro tercero (bes mots) se bosqueja una filosofía del len­
guaje eli general y la significación - de éste en particular respecto a
temas de lógica y teoría del .conocimiento. En un consecuente cambio
de pareceres los interlocutores del diálogo, discurren sobrtf origen, sen­
tido, función, estructura y utilidad del idioma en la vida humana. Hay.
un doble factor que hace posible el habla: uno orgánicó, otro social; ·
Sin - el propósito de fo1.cernos entender, dice Leibniz, jamás · se habría
formado el lenguaje. Pero una vez: - constituido, bien que - siempre eri
vías d�.- perfeccionamiento, pone alas a la civili�ación'. · · · ·
La estructura de -las: palabras es compleja. En la disertación se
considera· cómo se . ha ido gestando la significación- de las palabras,
qué función y alcance poseen. los términos generales y particulares
(abstractos y concretps). Ipgica,mente consider�dos los géneros -y las
especies, se refieren a clases de objetos. Al - lado de_ los sustantivos y
verbos; figura1.J las partículas (pero, entonces, por· tanto) cuyo come­
tido_ es unir las id�as: ;Esto y. otros pensamientos llevan a una do_c­
trina de los signos, cara. a Leibniz desde -sus iniciales trabajos.
. De la reflexión sobre los signos·. surge el tema filosófico -inedúlar.
L6cke se inclina, al nominalismo, 'según el cual las palabras · (los
nombres, nomina) .no·repre.sentan la realidad delos objetos mentados.
Lo que se llama general y universal,. declara, no pertenece a la, exis-:
tencia real-de las cosas, sino que es obra del entendimiento, que .éste
cc:uistruye para su propio uso y se refiere_ únicamente a los signos,
dentro de los cuales _est� las palabras.. Leibni,z, en cambio, tras de
_recalcar� el uso -,-y: abuso--:- de las palabrti�, se pronuncia en °fav<;>r
de un -realismo ontológico: las ideas. son eternas en •Dios, no un pro.­
dueto del entendimiento humano. - - . - ,:
f· ,
1 En é l
libro cuarto (Dela con',wissanc.e)i. avanza el - a�tor más det�­
"'. ! nidamerite. a la esencia, formas ,y principios . del conocimiento. Distingue
-.;/ entre verdades intuitivas (vérités primitives) ,y verdades discursivas
'
�-
(vérités dérivatives). Unas y o.tras, a su vez, se subdividen en verda­
d�s de necesidad racional,Jvérités ,Je rái�on). y verdade1 de.:hec;}:l.9s
contingentes (vérités de fllit). . _ , -, . :
_ Las verd�des primitivas de razón' son conocimiento _de. lo idéntic�j
porque repiten la .misma cosa; Si son afirmativas se· apoyan en;._el
pri:r:icipio Jógico de identidad· (cada cosa_ es do ·que es) ; si negativas;
t '

NUEVO TRATADO SOBRE .EL ENTENDIMIENTO HUMANO 59

/ en el principio de contradicción ( úna proposición es verdadera o-


falsa). Un ejemplo de las primeras: "un rectángulo es un rectángulo".
Uno de las segundas: ."el rectángulo regular no es no rectángulo".
Las. verdades primitivas (de razón y de hecho) son· insuperables; i:io
se les puede probar por otras ·de·mayor- certidúmbré.
- Las verdades derivadas requieren -de·prueba di�cursivá:, lo que se
logra ya por · síntesis, o_ra por análisis. · Suele llegarse por un · proce·$o
sintético· a importantes· verdades, yendo · de lo simple · a lo cOmplejó.
Pero si se trata de encontrar· un- medio para descubrir un objetivo,
' · no basta la deducción sintética. -Entonces se· echa · mario del análisis.-
Las matemáticas_ y la lógica son ciencias demostrativas; También Jo
es la ciencia del derecho. Las demostraciones niateniáticas son casi
siémpre diáfanas, toda vez que su proceso· ofrece un· pariileli�mo entre·
_la· prueba y los objetos por estudiiµ-. Esto no ocurre eÍi la metafísica
y en la moral; tampoco e'if· 1a··física.. . . . -. __ . - ..
. En. la teoría del conoc�iento �s obligado el estudio . de la idea .
de probabilidad. Leibniz lo destaca después de considerar las diversas
acepciones del· vocablo juicio. No todo saber ofrece la misma vero­
similitud; de ahí que existan niveles de asentimiento, qut} se origina
de la propia materia C>bjet� de conocimiento. �n lá ciencia natural,
· en· la histori�, en la jurisprudencia� incluso en la téología, · el grado.de
verÓsimilitqd reclama peculiares condiciones. · ·
. . . _. _·_
· · E� los temas d� límite .de conocimiento, de su contenido, de ·la
significación y función de los axiom�s én las ciencias, Leibniz formula
sus puntos de _vista en reiterada polémica con Locke. Al propio tiempo
· establece :diversas cla_ses de• conocimientoi,. Particular énfasis pone en
el - conodmiento ·matemático, haciendo ver la . fe�undidad de los mé­
todos:_ de este saber, el: cual- puede considerarse como un modelo· de
racionalidad. · Las - llamadas verdades frívolas (o nugatorias) no son
inútiles: ayudan a probar mediante la reducción al absurdo. ·
· El conocimiento que tenemos dé nuestra propia existencia y esen- '
cia� es un · saber -a posteriori, no a priori como suponía Descartes.
También considera Leibniz insuficiente la prueba cartesiana de la
existencia de Dios. Como se sabe, tal prueba, ontológica, parte de
la noción de Dios. Ahora bien, dice Leibniz, ante t0do hay que demos�
trar la posibilidad de· tal noción; lo que no se omite en los ontologistas.
En su lugar stibrl!Yª la prueba teleológica de la existencia de Dios,
fundada en la doctrina de la armonía preestablecida.
· El conocimiento de las cosas se�sibles externas, se genera y jus­
tifica por su relación con verdades de razón. Muchas verdades empíri­
cas son �e carácter general, es cierto, pero se han obtenido por
inducción. La validez de ellas ha de ser justificada pór la propia
razón, que posee sus princi_pios intrínsecos. La razón es, por ello,
jj
60 LEIBNIZ

módulo de saber. Las causas de los errores asumsmo quedan acla-


radas a la luz de ella. _ ,,, . · • . -,
Los temas de los últimos capítulos no quedan tan bien articulados
- -como los anteriores. Así, en el tema de los medios para aumentar el
1 conochniento· (XII� se invocan argumentos lógicos (como el uso de
las llamadas. en Leibniz verdades máximas) y la ayuda de recursos
psicológicos; Pero se vuelve a la idea del incremento del saber· en el
capítulo donde se habla del entusiasmo (XIX) : Est Deus in nobfs,
como fuente sobrenatural; lo que lleva, por cierto, al· problema tra­
dicional de las. relaciones y límites de la fe y la razón (XVIII).
Verdades de revelación. Verdades de razón. En el Nuevo tratado se
cierra el diálogo con el tema de la división de las . ciencias (XXI) .
Aquí señálase que hay diversos criterios para clasificar el saber: las .
materias de estudio, lqs caminos (métodos) del conocer, las faculta­
des· (o profesiones) como están organizadas las universidades. Leibniz
intenta, una vez más, de conciliar las diversas· opiniones frente a tal
cuestión. ·

La primera ediéióñ del Nuevo ensayo sobre el entendimiento hu-
. mano, 1765, -figura en Oeuvres philosophiques latines y fran9aises
de feu Mr. Leibniz, de R. E. Raspe. Desde entonces, su texto se
ha ido depurando, en cuyo trabajo hay ,que mencionar las ediciones
d.e J. E. Erdmani1, C. H. Pertz y, sobre todo, la de Gerhardt. En esta
ultima la obra aparece en el vol. V B. En la edición de la Academia
de Ciencias. de Berlin, tiene su sitio. en la VI Serie. ·

�·
En. la explicitación del texto; los estudios de E. Cassirer, -redac­
tados al hilo dé su versión. alemana del texto francés, en que fue
originariamente escrito, son de reconocido mérito. De ellos no sólo
precisa ponderar cuanto dice en la· Introducción sino también en· el
contenido de Jas muy pertinentes notas. al texto.
PREFACIO

Trato de hacer en estas páginas algunas consideraciones sobre la obra


. de un célebre escritor inglés,1 que, por cierto, estimo como una de las
más ,bellas y valiosas de nuestra. época. Pues habiendo yo meditado largo
tiempo sobre el mismo asunto y sobre la mayor parte de los problemas
q1;1e con él se relacionan, me ha parecido ocasión oportuna publicar bajo
el título de Nuevo tratado sobre el entendimiento mis opiniones acerca
de este tema por creer . que encontrarían la atención de los estudiosos
yendo en ·tan buena compañía. Al mismo tiempo pensé poder aprovechar
así el trabajo de otro, no sólo para aliviar mi propio trabajo (porque,
en efecto, es más fácil seguir el método de un buen escritor que hacerlo
todo por cuenta propia), sino también para añadir algo de mi cosecha
· a su obra, que siempre es más hacedero que no empezar desde el prin-­
cipió. Y es que creo haber z¡mjado algunas de las dificultades que él
• dejó en pie. De esta manera su fama redundará en provechó mío, mayor­
mente estando yo dispuesto a tributar al autor el aplauso que merece, y
en vez de tratar de rebajar su mérito, encarecerte,· si es que mi elogio
· ·
ha de contribuir a ello.
No he de ocultar que mis opiniones difieren de las suyas a menudo;
pero esta divergencia, cuando .es razonada, no ha de considerarse como
una -negación del mérito del célebre escritor, sino más bien como un
reconocimiento del mismo, porque nos hemos de- guardar mucho de que
su prestigio pueda contribuir a oscurecer la verdad en algunos puntos.
Ha de pensarse también que .si tributamos reverencia a los hombres
\ eminentes, es sólo porque contribuyeron al enaltecimiento de la verdad,
en honor de la cuai su 'trabajo fue aceptado principalmente. Y aunque
es lo cierto que el autor del tratado .produjo mucho bueno, con lo cual
yó estoy conforme, sin embargo nuestros dos sistemas, el suyo y el mío,
discrepan en algunos puntos importantes. El suyo tiene más afinidad con
el de Aristóteles;· ·y el mío con el de Platón, si bien ambos se alejan en
algunos extremos· tanto del uno como del otro. El suyo es, generalmente,
fácil de comprender, mientras que yo me .he visto obligado muchas veces
a ser algo más acroamátiéo y abstracto, . lo cual· no es por cierto una
ventaja- para mí, que escribo en una lengua' viva. No obstante, creo que
al.exponer yo mi pensamiento en forma de diálogo, en _el cual ·uno de
los interlocutores mantiene las opiniones del autor en cuestión, mientras
que el otro presenta mis objeciones, he hecho más accesible al lector el
paralelo, que lo sería por una exposición seca, cuya lectura tendría que
estar constantemente interrumpida por referencias al libro comentado. Será

conveniente, sin embargo, comparar los dos libros y juzgar de sus opi-
1 Se refiere a· la obra de Locke titulada Essay· conc:erning liuman u,1der­
Btanding, que se publicó en Londres en 1690.

61
- 62 LEIBNIZ

niones (las de Locke) por su propia obra, si bien yo, por lo general,
}}e. conservado sus mismas expresiones. Indudablemente, el verme forzado

1
en mis _observaciones a seguir el hilo -de una obra ajena ha ttontribuido
a disminuir el atractivo ·del diálogo; mas confío que el contenido coin- ·
pensará las deficiencias de la -�onna. . · . .: ' .
1
Las diferencias que _ nos separan no son, · en verdad, de p9ca monta.
Se trata de,averig?ªr si, éoI?o pien_san Aristóteles y el autor· del tr�tado, .
el alma· esta en· s1. -y· por s1 absolutamente vacía como un papel en el .
cual no se. ha escrito nada (tabula rasµ), y de .si todo . lo que en ella
· _ se graba procede de los sentidos . y de la experiencia, o si, por el contrario.,
el alma contiene originariamente las. razones iniciales de diferentes con-
ceptos y doctrinas, que sólo con ocasión de los objetos exteriores se des­
-➔ piertan en ella, - como• yo lo creo, con Platón y con los escolásticos y con
todos_ aquellos que interpretan el pasaje de San Pablo. (Rom.,. c. 2; V: 15)
de. que la ley 4e Dios está escrita en los. corazones, en este sentido� Los:
estoicos llamaban a estos principios 1Cpo">-:i¡q¡eil;; es decir, opiniones· fun­
damentales, o sea lo que en toda discusión se dá por supu<:sto.. Los ·mate­
máticos :1os llaman• notiones · communes (xoiv!t� ewQlas). Los . filósofos
- modernos. les dan otros bellos. nomlires, y • Julio Escalígera los llamaba ·
semina_ aeternitátis (semillas de la eternidad),. o también Zopyra, -que-
riendo decir: fuego vivo, trazos luminosos ocultos ·en nuestro interior que

1/
brotan al contacto de la experiencia, al igual que las cllispas que _saltan
al disparar, ·el fusil. No sin· razón se cree vislúmbrar en· esta fulguración
las· huellas de algo divino y eterno que se manifiesta· ante tódo, en el asen-
timiento a las . verdades necesarias.· . , . . ,
.· • • . De aquí n ace otra cuestión; a saber: -la de.· si todas las verdades· depen-
. ¡ .den . .
de la :experiencia, - es decir, de la inducción y de los ejemplos, o si
.
! entre ellas hay':algunas :tar de naturaleza que es ·necesario señalarles otro
\I. o�igen. Pue� !!! es· cierto que· pdde�os prever�. algunos - acontecimientos sin
1 dtS'goner de prueba alguna;-'es eVIdente que algo ponemos nosotros - en

'-<I · este caso. Es indudable que los sentidos nos son necesarios en todo'cono- ,
cimiento 'feál;-- pero�o son: suficíéntes, porque -sólo nos :proporcionan
es
--!) ejemplos·; decir;-verdadés indlviduales o particulares: Ahora bien; todos
. · los ejemplos; ·por numerósos que-sean, que · confirman _ una .verdad gene-
ral, no bastan · ¡:,ara .fundamentar la ·géneralidád y universalidad de esta
verdad pues de que· tina cosa haya sucedido_ . no se sigue que haya· de
suceder siempre; Griegos y romanos y todqs los demás pueblos habían
'observado desde la más· re'motá ·· antigüedad que en· el curso de veinti­
cuatro horas el día. se convertía ·en noche y la noche · en día.. Pero .hubiera
sido error· creer que esta regla--:era universal;. y, en .efecto, cua11do se
visitó Nova Zembla· se vio que .allf sucedía lo contrario. Y hubiera sido ,..
ún.: error creer asimisrrto .. que esto, por ·lo·• menos . en nuestra zona; era
una -verdad . 'universal y eterna,. porque hay que suponer que .la tierra· y
el · sol no existen . necesariamente, y: quizá ·llegué · un tiempo· -en que este
espléndido astro, con todo ,el :-sistema que preside, no existirá, por lo
'menos en su. forma :actual.·. De ·-aquí-se ·sigue que, las verdá:des ,necesarias,
como las .que encontramos en las matemáticas puras, especialmente en
la aritméticá y, en la geometría;: deben . apoya rse en principios cuya c;le­
: mostración no depende de los ejemplos;· ni por consiguiente · del · testi-
NUEVO TRATADO SOBRE .EL ENTENDIMIENTO HUMANO 63

monio de los sentidos, si: bien es .. verdad que sin los sentidos _nunca llega-
,,. riamos al conocimiento de estas verdades. Esto se debe discernir muy �
cuidadosamente, y bien lo comprendió. Euclides · al demostrar por medio
del razonamiento verdades suficientemente- conocidas· por · · la · experiencia
y por . la percepci6n sensible.
También la lógica, juntamente con ]a metafísica y la moral,- la pri­
mera de la� cuales es base d� · la, teología natura}; así como las otras lo
son del derecho natural, están repletas de tales verdades, y · por consi­
guiente -sus demostraciones se sustentan · de principios interiores, o éomo
se les suele llamar, innatos. Claro es que no debemos ima_ginarnos que
estas leyes· eternas de: la razón se puedan leer en el alma como en un libro
abierto, como se ·podría leer el edicto .del pretor de su album, sin fatiga
ni investigación, sino que basta que las podamos _descubrir en ella por
medio de una atenta observación. Los sentidos .sólo nos ofrecen la · oca­
sió.n para ello, y el :buen resultado de · los ensayos · empíricos le sirve a
la razón de confirmación ulterior, al modo como las pruebas nos sirven
en las matemáticas para no cometer errores• de cálculo. Precisamente en
esto se ·distinguen también los conocimientos del · hombre de los del
animal. Los animales se atienen· únicamente a. la experiencia y se go­
biernan exclusivamente por -los. ejemplos; pues en tanto pódemos nosotros
� . juzgar, nunca· pueden llegar a proposiciones necesarias mientras que los
hombres son capaces · de formar · ciencias . demostrativas.· La facultad del
-animal, de· sacar consecuencias, es por .consiguiente algo distinto de· .la
razón humana. Las consecuencias que sacan los animales son del mismo
género· que las de los meros empíricos, que áfirman que lo que -una yez.
ha-·sucedido sucederá también en otros casos.. aparentemente análogos; sin
que ·sepán. discernir si se dan·. las mismas causas. De aquí procede que
les sea tan fácil a· los hombres hacer cautivos a los animales y que los
simples empíricos : cometan tántos errores. Aun aquelli�s gentes que por
·1a edad ·y la experiencia han :contraído . ciertos hábitos rutinarios, no
están libres 'de: estos errores -.cuando se abandonan a l_a experiencia, como
lo pod�mos · comprobar tantp en lós negocios civiles corno en los m.ili�
tares. No .-se torna bastante· eri consideración · que el mundo cambia y
· los hombres se hacen más, -hábiles inventando-nuevos ·expedientes, mien­
tras que · 1ós·. ciervos y - las liebres · de los tiempos actuales no son- más
astutos que · los de la antigüedad'. Las consecuencias · de - los animaleij son -
sólo una sombra de razonamientos, es decir, · un encadenamiento de imá­
genes' en la . fantasía y el. tránsito de tina :imagen a otra; · en cuanto en
un-caso üuevo··que parece semejante' al anterior,: .esperan lo mismo que
•/ antes ,hallaron,-- como-si las cosas estuvieran relacionadas entre ·sí
/ realidad_;· como lo · están ·]as imágenes en · su , memoria. - Ciertam�nte que
es· razonable pensar que lo que conviene . a una larga. experiencia · del
pasado habrá de volver a encontrarse en lo. futuro; pero esto no · es una
verdad· necesaria infalible, y·,puede fallar cuando menos lo esperemo�;
es decir, en el caso en que las causas que han producido el hecho cambian.
Por estas razones; los prudentes no se confían- demasiado, y· tratan, ·antes
l?ien, de l,enetrar las· razones del hecho- (si es posible) .- para estar en
situación- de cóhocer las excepciones. Pues sólo· la razón puede· estable­
cer 'reglas segurás y completar las lagunas,. añadiendo. las excepciones, así

1
L_._______ '--··--- -
'\

64 LEIBNIZ

como encontrar ciertas relaciones. conceptuales que poseen la fuerza de


- consecuencias necesarias, con lo que se llega a poder predecir ciertos
¡;, hechos sin necesidad ·de la experiencia y de las imágenes !l!nsibles a
_que los animales se ven reducidos. Por eso aquello que justifica los prin­cipios
interiores de las verdades necesarias es también lo que sirve para
distinguir al hombre de las bestias. .
Quizá nuestro sabiq autor no esté tan alejado de mi manera de pensar.
Pues después de haber dedicado todo su primer libro a combatir los ..
conocimiento!, innatos én un cierto sentido, confiesa al principio del / segundo y
_más adelante, que aquellas ideas que no tienen su origen en
la impresión sensible, proceden de la reflexión. Pero la reflexión no es
otra cosa que el examen atento de lo que en nosotros sucede; y los sen­
tidos no nos . dan lo que ya tenemos en nosotros mismo_s. Si esto es así,
¿se podrá negar luego que hay en nuestro espíritu mucho innato; puesto
que nosotros, por decirlo así,. somos innatos a nosotros mismos, y que · el . ser, la
unidad, la sustancia, la duración, el cambio, la . actividad, la
representación, el gusto y otros mil objetos de nuestro intelecto son en
- cierto modo innatos? Como .quiera que estos 'objetos los · encontramos
inmediatamente-. en· nuestro entendimiento y están· siempre presentes en
él (si bien a causa de otros varios cuidados que nos desvían de ellos,
no siempre somos conscientes de su presencia), no .es inexacto decir
que estas ideas .y todo lo que de, ellas depende es innato en nosotros.
Por eso empleo yo con preferencia la comparación con el trozo de mármol
veteado, y no la de un trozo de márniol homogéneo o de una tabla rasa,
empleada por los filósofos bajo la frase de tabula rasa. 1Pués si el alma
se asemejase a esta tabla rasa, las verdades estarían contenidas en nosotros
como la figura del Hércules en el márniol, cuando al mármol le es in­
diferente ostentar esa figura u otra cualquiera. Pero si en la piedra hay
vetas que dibuján la figµra del Hércules antes que otra cualquiera, aquélla · sería
más apropiada para el objeto y Hércules sería en cierto modo como
innato, aun cuando se requiriese cierto esfuerzo para descubrir estas· vetas
y destacarlas por medio del pulime_ nto, separando todo lo que empaña
su claridad. En este sentido, ·1as ideas y las verdades són i�atas en
nosotros como inclinaciones, disposiciones, capacidades o facultades na­
turales; pero no como actividades o funciones, si bien dichas facultades
van siempre acompañadas de ciertas correspondientes · actividades
im­ perceptibles.
·
Nuestro sabio autor parece afirmar que en nosotros rio hay na�a po­
tencial, ni nada de que no tengamos siempre conciencia efectiva. Pero . no puede
tomar esto en todo su rigor, porque en ese . caso sus opiniones
serían paradójicas. Pues los mismos hábitos adquiridos y todo el caudal
de conocimientos que. hemos incorporado a· nuestra memoria, no siempre
está presente en nuestro recuerdo;. y hasta suele suceder que cuando lo
necesitamos que cualquier circunstancia que los recuerda fácilmente l9s
evoca en . el espíritu, como cuando el comienzo de una canción nos re­
cuerda la canción entera. Sin · embargo, el mismo Locke limita su afir�
mación en otro lugar diciendo que no hay en nosotros _nada de que por
lo menos anteriormente no hayamos tenido conciencia. Pero, aparte de
que nadie puede ·determinar por la mera razón los límites de··nuestros
_
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO · 65

actos de conciencia anteriores, que podemos haber olvidado (sobre todo


si se sigue la teoría platónica de la reminiscencia, que por fabulosa que
parezca en su totalidad no deja de comprender puntos que de ninguna
manera contradicen a la pura razón) ; aparte de esto, repito, ¿por qúé
hemos de adquirir todos nuestros conocimientos por la percepción de
las cosas exteriores y no hemos de descubrir nada en nuestro interior?
¿Está nuestra alma, considerada en sí misma, tan vacía que no contenga
nada, a no ser las imágenes tomadas del exterior? Es ésta una opinión
q ue nuestro perspicaz autor seguramente no suscribirá. ¿Y dónde encon­
traríamos una tabla que nos mostrase naturalmente alguna diversidad,
ya · que no hay ninguna superficie que sea perfectamente homogénea y
uniforme? ¿Por qué, pues, no podríamos proporcionamos a nosotros
mismos algún objeto . de pensamiento de nuestro propio fondo; si quisié­
ramos ahondar en él? En el fondo, me inclino a creer que su opinión
scibre este punto no difiere de la mía, . o mejor dicho, de la opinión ge­
neral, sobre todo admitiendo como admite dos puntos de éonocimientos:
los sentidos y la reflexión. ·
Menos fáéil nos sería conciliar la opinión del autor con la nuestra
y con la de los cartesianos, cuando afirma que el espíritu no siempre
.piensa, y particularmente que carece de conciencia cuando duerme sin
ensueños. Dice que, puesto que. los · cuerpos pueden estar en reposo, las
almas pueden .estar sin pensamiento. Pero 'a esto contesto· yo de otro .,
modo que se suele contestar. Yo creo que no existe en la naturaleza
ninguna sustancia sin actividad propia y que tampoco existe cuerpo al-
- guno sin movimiento: Ya la experiencia la corrobora, y basta recordar
el libro del célebre Boyle contra el reposo absoluto para convencerse
de ello.2 Pero creo también que la razón está allí, y ésta es una de las
razones . que tengo para impugnar la existencia del · átomo.
Por lo demás, hay muchos indicios de los cuales podemos colegir que
en todo momento existe en nuestro interior una multitud de percep­
ciones que no .van acompañadas de apercepción ni reflexión, sino que
. representan simplemente 'variaciones en el alma, de las cuales no somos
conscientes, porque sus impresiones son, o demasiado débiles y nume­
rosas, o demasiado uniformes, hasta tal punto que no presentan ninguna
nota diferencial suficiente. No obstante, unidas unas con otras producen
su efecto y se hacen· sentir, por lo menos de una manera confusa, en
la totalidad de la impresión. Del mismo modo, cuando nos habituamos
al movimiento de un · molino o de una cascada, acabamos por no per­
cibirlo. Y no es que dicho movimiento no siga obrando sobre nuestros .
sentidos y produciendo, dada la armonía entre el cuerpo y el alma, la·
correspondiente alteración en nuestro espíritu, sino que la correspondiente
impresión producida sobre el cuerpo y el alma, cuando pierde su nove­
dad, no es lo bastante fuerte para encadenar nuestra atención y nuestra
memoria, distraídas por otros objetos. Pues toda atención implica la me­
moria, y cuando no estamos, por decirlo así, avisados y prevenidos sufí�
cientemente para un determinado acto de conciencia, no ponemos re-

2 , Roberto Boyle, Dissertatio de intestinis motibus particularum 1,olidorum
quiescentium, in qua absoluta corporum quies i11 disquisitionen vocatur (Genovae,
1680), V. K. Lasswitz, Geschichte der Atomistik, 11, 284.

L
66 LEIBNIZ

flexión en él,· y pasa inadvertido para nosotros. Pero si alguien nos llama
la atención sobre un determinado ruido. que se deja oír en un momento
dado, recordamos y adquirimos la conciencia· de haberle oído� Por con­
s!guiente, hay estados de concienci� que. no son percibidos · al punto por
nosotros, sino que la apercepción se efectúa después de cierto tiempo,
por pequeño que éste pueda ser. Para hacer más patente la existencia
de estas pequeñas percepciones· que no podemos discernir en conjunto,
me. sirvo yo· generalmente del ejemplo del estruendo de las · olas que
· escuchamos desde la playa. Es claro que para· percibir efectivamente el
ruido de las olas debemos percibir el que produce • cada una de las gotas
de agua de que están compuestas, siendo así que este imperceptible ruido,
sólo en unión con todos los demás, es decir, en el estrépito de la ola,
es perceptible, y . no lo serla si la gota en cuestión fuese única. Lo· que
indica que el ruido de cada gota debe de hacer alguna impresión sobre
nosotros, por pequeña· que ésta sea, y ser percibido en algún modo, pues
de lo contrario la suma _de cien mil ·gotas no produciría cantidad alguna.
como no la produce la ·suma de cien mil ·ceros. Aun én el más profundo
, sueño siempre se tienen algunas sensaciones débiles y confusas, y jamás
seríamos despertados por el estrépito más formidable si no tuviéramos en
ese estado algún rudimento de percepción y de . conciencia, como no po­
dríamos romper una cuerda, aunque empleásemos el más poderoso esfuer­
zo, si ésta no fuese ·distendida y alargada en cierta medida por peq!leños
esfuerzos, aunque tal distensión y alargamiento sean casi imperceptibles.
Estas pequeñas percepciones son, por lo tanto, de mayor eficacia de
lo que se cree. Sobre ellas se basan nuestras vagas impresiones y nuestro
gusto, nuestra percepción de las cualidades sensibles, que en su cpnjunto
son claras, pero en sus par.tes confusas; sobre ellas se basan las afec­
ciones que los cuerpos que nbs rode_a!_l producen en nosotros, afecciones
infinitas en sus modalidades,. y por tanto la relación en qué cada ser está
con el resto del universo. Y hasta puede decirse que en · fuerza de estas
pequeñas percepciones el presente está preñado del porvenir y repleto
del pasado, que todo se relaciona (crúµ1t vou11tCL'll-cCL, como dijo Hipó­
crates) ,· y que una mirada tan penetrante como la Dios podría leer en )a
más humilde sustancia la historia entera del universo.
Quae sint, quae Juerint,
quae mox futura trahantur.

Dichas pequeñas percepciones son · ,también las que constituyen y cir­


cunscriben aquello que llamamos uno y · el mismo individuo, pues en
virtud de ellas se conservan en el individuo huellas de sus estados ante­
riores por las cuales se es_tableée el nexo con su estado actual. Un gran
espíritu podría reconocer estas huellas aun cuando no fuesen percepti­
bles para el individuo mismo; es decir, aunque éste no poseyese ningún
recuerdo. Es· más; estas percepciones nos proporcionan el medio, en _caso
de necesidad, de despertar este recuerdo., en virtud de desarrollos perió­
dicos que nacen repentinamente. enas nos hacen comprender que la
muerte no es más que un sueño y que no puede ser definitiva. Pues
la muerte es un estado de apagamiento de la conciencia que en los
"
NUEVO TRATADO SOBRE EL �1':fTENDIMIENTO HUMANO 67

animales cae en un estado ·de confusión en el cual la apercepción es


suprimida: un estado que no puede durar; y no hay que decir del hombre,
el cual en este punto goza de determinados privilegios que garantizan
la conservación de su personalidad.
Por las percepciones imperceptibles explico yo también aquella ar­
monía preestablecida entre el cuerpo y el alma, y aun de todas las mó­
nadas o sustancias simples que debe admitirse en vez del insostenible
influjo recíproco, y que, en opinión del autor del más excelente diccio­
nario ª que se ha escrito, eleva la grandeza qel poder divino sobre toda
medida. Después de lo cual poco es decir que estas pequeñas percep­
ciones son las que, sin notarlo nosotros, nos determinan en muchos casos
y la que producen ésas acciones, indiferentes . en la apariencia, como
c uando creemos que nos es igual ir hacia la derecha que hacia la iz­
quierda. Tampoco tengo que decir aquí, puesto que el lector lo encontrará
- en el curso de la obra, que ellas son la causa de aquella inquietud, que,
como, demuestro, sólo difiere del dolor en grado y que sin embargo cons­
tituyen a menudo nuestro bienestar o nuestro malestar en · cuanto són su
raíz y su condimento. Además, en virtud de las partes imperceptibles de
nuestras percepciones sensibles, se establece una relación entre estas per­
cepciones, es decir, entre las sensaciones de. color, de temperatura y demás
cualidades físicas, y los correspondientes moyimientos corporales -mien­
tras que los cartesianos, con los cuales, por otra parte, coincide nuestro
perspicaz autor en este punto, consideran las sens_aciones que nosotros
tenemos de estas cualidades, como propiedades arbitrarias, como si Dios
las hubiera concedido al alma por capricho, y sin que existiese ninguna
relación necesaria entre ellas y sus correspondientes objetos--; extraña
opinión- que no me parece que honra mucho al Supremo Hacedor de
todas las cosas, que nunca obra sin razones.
Las percepciones imperceptibles son, en .una palabra, tan impor_tantes
en la pneumática (ciencia del alma) como los cuerpos imperceptibles en
la física, y es igualmente absurdo en ambos casos desdeñarlas bajo el
pretexto de que _caen fuera del· balance de nuestros · sentidos. Nada se
produce repentinamente, y uno . de mis más importantes y constantes apo,
tegmas es que la naturaleza no procede por saltos. He llamado a esta
proposición la ley de continuidad al tratar de ella en el primer cuaderno
de mis Nouvelles de la république des lettres. La utilidad de esta ley
. en fa física es grande; implica que de lo pequeño a lo grande se pasa
siempre por un estado medio, y a la inversa, tanto respecto del grado
como. de la cantidad, que nunca el _movimiento nace inmediatamente del
. repo�o ni vuelve a él sino por:: pequeños grados, como tampoco se puede
recorrer una distancia sin recorrer sus partes o porciones.
Indudablemente, los que han- estudiado y formulado las leyes del mo­
vimiento no han echado de ver esta ley, pues creyeron que un cuerpo
p9día pasar de un estado de movimiento a otro· estado contrario en un
instante y sin gradación. Todo ello justifica la . conclusión de que las
percepcio�s perceptibles proceden gradualmente de otras demasiado dé-

3 Bayle, Dictionnaire philosophique et critique,

1
L ...:.L..___
68 LEIBNIZ

bites para ser notadas. El pensar de otra manera acusa un escaso conoci­
miento de la sutileza infinita de las cosas, que siempre y· por todas partes
.encierra en sí un verdadero infinito. •
. Además, tengo observado que en virtud de las indiscemibles diferen­
cias de dos individuos éstos no son nunca enteramente iguales, y siempre
ostentan alguna düerencia más que la simple diferencia numérica, afir-•
mación que destruye la concepción del alma como una tabla rasa, así
.como la admisión de un alma sin pensamiento, de una sustancia sin acti­
vidad, de un espacio vacío, de los átomos, de la indivisibilidad de las
últimas partículas de la materia, de la completa uniformidad de las partes
del tiempo, del lugar y de la materia, de las perfectas esferillas del se­
gundo elemento nacidas de cubos también originariamente perfectos, y
otras mil fantasías de los filósofos, que proceden de conceptos erróneos.
La naturaleza de las cosas no nos dice nada de esto, y sólo nuestra ig-
. norancia y nuestra falta de observación de lo imperceptible permite tales·
opiniones, que de ninguna manera son tolerables ni aun consideradas
como meras abstracciones del espíritu, pues éste declara expresamente
innegable aquello que tiene por necesario. Tomar, por el contrario; dichas
ficciones como moneda corriente, es decir, considerai: como no existente
todo aquello que no percibimos en el alma o en el cuerpo, e-s en filosofía
una falta comparable a la que se cometiera. en polítiéa si se prescindiese
en ella de -.6 µLkpov; es decir, del progreso imperceptible mientras. en la
mera abstracción por sí misma no hay error, siempre que no perdamos
de vista que aquello de que se parte no existe en la realidad. Esto su­
cede con el procedimiento de los matemáticos que hablan de líneas per­
Jectas, de movimientos uniformes y de otros efectos de precisión rigurosa.
siendo así que la materia ,(es decir, la mezcla de las infinitas acciones
que nos rodean) siempre ofrece una �xcepción a la regla. Semejante
procedimiento es útil para discernir los problemas, y parece, en .cuanto
es posible, referir fos efectos a sus causas y poder inferir futuras con­
secuencias, pues cuanto más escrupulosamente nos guardamos de ·no omi- �
tir nada en la observación metódicamente dirigida, tanto mejor corres­
ponde la teoría a la práctica. Pero sólo a una razón suprema, a la · cual
nada escapa, le está reservado penetrar en el universal enlace de las cosas
' Y percibir de una ojeada todas las causas y todos los efectos. En cambio.
lo más que nosotros podemos alcanzar sobre el universo infinito es un
conocimiento confuso que al menos nos da la prueba de su existencia;
de lo contrario,. formaríamos juicios muy erróneos sobre la belleza y la
grandeza del �undo, y no podríamos · construir una buena física que nos
revelase la naturaleza de las cosas en general, ni tampoco una buena
teoría del espíritu que encerrase en sí a la vez el conocimiento de Dios,
del alma y de las s�stancias simples.
Este conocimiento de las percepciones imperceptibles ·sirve además
para explicar- por qué y cómo dos almas de hombre, o en general dos
almas del mismo género, no salieron nunca completamente idénticas de
manos del Creador; antes bien, cada una de ellas contiene en sf cierta
relación originaria con el lugar y la condición que ha de ocupar en el
mundo. Esto es consecuencia de lo que ya dije• en dos individuos en ge-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 69 ·

neral; a saber: que su diferencia es siempre más que una diferencia mera-
mente numérica. ·
También en otro punto me veo obligado a separarme' no sólo de la
opinión. de nuestro autor, sino de la mayor parte de los autores modernos.
Es a saber: que yo creo, con la mayor parte de los antiguos, que todos
los espíritus, todas las almas, todas las sustancias simples están siempre
unidas a un cuerpo, y que almas_ completamente separadas de los cuerpos
no las hay. Para creer esto tengo ya raz.Ones a priori; pero aparte de
ellas, esta doctrina tiene también la ventaja de que resuelve todas las
dificultades sobre el estado de las almas, sobre su conservación, inmorta­
lidad y acción. La diferencia. entre dos estados de alma com;iste y ha
consistido siempre· sólo en el mayor o menor grado de claridad y pre­
cisión én las representaciones, lo cual hace sti estado pasado y futuro tan
e;cplicable.. como su estado presente. Aun en: grado tan escaso de supe­
rioridad se muestra. suficienteménte que ésta es razonable y que un salto
de un estado a otro radicalmente distinto no puede ser natural. Me causa
asombro ver que la filosofía de las escuelas ha abandonado sin razón
el punto de. vista natural, para enredarse voluntariamente en graves difi­
cultades y dar. ocasión a los librepensadores a triunfos aparentes. Pero
todas sus argumentaciones caen _por tierra de un� vez para siempre con
esta explicación de las c_osas; pues desde este punto. de vista ya no hay
más dificultad para cómprender la conservación . de las almas (o mejor
dicho, según mi sistema: del ser vivo) que la trailsformadón de gusano
en mariposa o la continuación del pensamiento en el sueño, con el cuál
Jesucristo comparó ya a la muerte. También tengo dicho que ningún
sueñq puede durar eternamente; y para· el alma, dotada de razón, dura
lo menos posible o nada, pues está destinada a conservar la personali­
dad que se les confirió en el reino de Dios y por · consiguiente el recuer­
do, y esto para ser susceptible de penas y recompensas. Añadiré que
ninguna perturbación de los órganos corporales es capaz dé provocar una
confusión total en el ser' vivo, ni de destruir ni dé arrebatar . el alma a
su cuerpo _ orgánico ni · lás inextinguibles huellas de · todas stis impresio­
nes pasadas. Sin embargo, a lo que veo, se ha abandotiádo este caminó
tan natural de explicación de la inmortalidad del alma, porque se ha
renunciado . demasiadó fácilmente a la antigua doctrina: de que también
las -almas de los ángeles están vinculadas en un cuerpo sutil, por haberla
confundido con la doctrina · de 1a corporeidad de los ángeles; y además,
por la introducción en. el rriuiido finito . de supuestas inteligencias puras,
_según los modelos de aquellas que, según Aristóteles, pueblan las esferas
terrestres y,' finalmente, porque se profesó la opinion equivócada de que
no se puede afirmar la inmortalidad de las alnias de los animales ·sin
caer en la doctrina de la transmigración y hacer pasar las almas de
cuerpo a cuerpo; verdadera perplejidad de la qué no se hallaba camino
para salir. Graves perjuicios se han irrogado con esto a la religión na­
tural; pues muchos· hari sido conducidos a la creencia de que nuestra ,
inmortalid:li es sólo un prodigio realizado por la gracia divina, inmorta­
lidad dé que también nuestro autor, como ya veremos más adelante,
habla con !In gesto de duda. Sería, sin embargo, de desear que todos los
70 -LEIBNIZ

que profesan esta opinión se expresasen con tanta ·sinceridad y prudencia


como él, pues es de temer que algunos de los que así hablan) de la inmorta•
lidad por la gracia, sólo lo· hacen para salvar las apariencias, 4'cercándose
en el fondo a la opinión de _aquellos averroístas y a los errores de deter- .
minados quietistas que se imaginan que las almas se anegan en el océano
de la Divinidad, idea cuya imposibilidad sólo hace ver claramente, quizá,
mi sistema. ·
También, por lo que se refiere a la materia, parece que somos de
distinta opinión, en cuanto el ·autor cree que el espacio vacío es nece­
sario para el movimiento, porque considera como · inflexibles las últimas
partículas de materia. Yo concedo que si la materia estuviera compuesta .
- de tales partes, el movimiento en un espacio lleno sería imposible, como
si- se llenase una estancia con una inmensa -cantidad de pequeños gui­
jarros entre los_ que no quedase _el menor espacio vacío. Pero precisa­
mente esta suposición para la que no queda margen en mi teoría, es lo
que se discute, aun cuando nuestro sabio autor considera como dogma
de fe que la._ inflexibilidad o la cohesión de los átomos· · constittiye la
esencia de- los cuerpos.
Debemos pensar, por. el contrario, que el espacio está lleno de una
materia . originalmente fluida y que cada · una de. sus partes es capaz de
ser dividida hasta el infinito, con la sola diferencia de que esta divisibili­
dad y efectiva división es diversa en los distintos lugares, según - que los
movimientos de la materia concuerdan entre sí más o menos. Pe aquí
que la materia presente siempre un cierto grado de inflexibilidad así
como de fluidez y no haya ningún cuerpo que no pueda ser susceptible
de la mayor solidez y de la mayor fluidez; poi: consiguiente, no debe­
mos concebir ni un átomo de inflexible dureza ni una masa completa­
mente refractaria a la división. El orden de la naturaleza, así como la ley
y la continuidad se rebelan de igual modo contra cada una de estas dos
hipótesis. '
He probado, además, que una cohesión que no fuera el efecto del
/ choque o del movimiento en rigor debería ocasionar la atracción de las
partes de la materia� -Pues si hubiera un- cuerpo natur11lmente inflexible,
a la manera del átomo de Epicuro, que tuviera una parte saliente a
manera de gancho (pues se puede imaginar átomos de todas formas),
este ·gancho, si sufriese un choque, arrastraría tras sí el resto del átomo,
a saber, aquella parte del átomo que no fuese impulsada ni cayese en
la línea del choque. Sin embargo, nuestro perspicaz escritor se declara
contra estas atracciones admitidas por los filósofos, y aunque por otra
parte participe del terror por el espacio vacío, se acoge al proceso del
choque en cuanto cree con los modernos que una parte de la materia
sólo obra sobre la otra parte por el contacto inmediato. Yo estoy con­
forme con él, porque de lo contrario no se comprendería su acción.
Tampoco puedo ocultar que en nuestro admirado autor encuentro una
especie de retractación en lo tocante. a este punto, y debo elogiar su
modesta sinceridad tanto como he ponderado en otras ocasiones la pe­
netrac_ión de su espíritu.
En la contestación a la segunda· carta del difunto obispo de Worces ter,
impresa en julio de 1699, para defender la tesis que él propugnaba contra
í
1

�UEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 71

. este sabio prela"do, a--saber," qu e la materia puede pensar, dice (p. 408), ,
entre otras cosas, lo -siguiente: "Confieso haber afirmado (Libro II del
Tratado sobre . el entendimiento, c. 8, párr. 11) que los cuerpos no pued en
· obrar más que por el choque. Esta era mi opinión cuando -yo escribía,
y aún hoy no puedo imaginar otra c lase · de actividad. Pero después ine
convencí por la lectura de la obra inco�parable del. ingenioso· Newton
de qu e sería harta presunción querer medir el poder de Dios por la
estrechez de nuestros pobres conceptos. La gravitación de la materia
sobre la materia, para mí incomprensible, es no sólo una prueba de que
Dios, cuando bueno le parece, puede dotar a los cuerpos de fuerza y
de modos de acción que excedan de aquello que puede ser exp licable
por nuestra idea de los cuerpos o por nuestro conocimiento de la ma­
teria, sino que constituye también un ejemplo de que así lo hace. Por
eso, en la próxima edición .de mi libro, corregiré este pasaje".
Veo también que en la traducción francesa de. este libro, hecha in­
dudablemente en la última edición, se ha introducido la siguiente va­
riante en el párrafo 11: "Es evidente, por lo menos en cuanto a nosotros
se nos alcanza, que los cuerpos sólo pueden obrar unos sobre otros
por el choque y no de otra manera, pues nos es imposible comprender
que un cuerpo pueda óbrar sobre otro sin tener contacto con él, pues
esto equivaldría a sostener que puede obrar allí donde no está".
No puedo menos que alabar la modesta piedad de nuestro célebre es­
critor, cuando reconoce que el poder de Dios excede con mucho a todo
lo que nosotros podemos concebir y que, por consiguiente, en los ar­
tículos d e la fe se dan incomprensibles misterios; pero no quisiera que
en la explicación de la naturaleza nos refugiásemos en el milagro, de- .
jandó así en la oscuridad las_ causas y los efectos. Pues esto equivaldría
a escuchar con el nombre de Dios las teorías de los malos filósofos. Si
se admitiesen sin comprenderlas estas· fuerzas centrípetas o esta _atracción
inmediata· a_ distancia no veo yo cómo negaríamos a los escolásticos sus
"facultades" ·y sus sj,ecies intentionalis, que llegan hasta nosotros de los
objetos y encuentran medio de penetrar en nuestra alma. Pues omnia jam
fient, fieri quae pos se negabam. Así me parece que nuestro autor. a pesar
. de su perspicacia, huyendo d e un extremo cae en otro. En las acciones del
alma, opone difi9ultades al lí donde no se trata más que de aspectos no
sensibles y en cambio atribuye a los cuerpos algo que no es ni siquiera
concebible . en cuanto les asigna fuerza y activ.idades que . en mi opinión ·
rebasan todo lo que un espíritu creado puede hacer- y pensar. Pues les
concede fuerza de atracción aun .a gr_ andes distancias, ·sin limitarla a una
cierta_ esfera de la actividad y pot cierto para sostene r su extraña opinión
de que la materia, dentro de l _orden natural de las cosas, puede pensar ..
La disputa que sostuvo con el célebre prelado que le había atacado,
versó sobre si la materia puede o no puede pensar; y como se trata de
un punto importante de- la presente obra, .me veo forzado a inmiscuir­
me un tanto en esta disputa y dar de ella cuenta al lector. Expondré
lo _esencia�del tema y me tomaré la libertad de manifestar _mi propia
opinión sobre el asunto. El difunto obispo de Worcester, ante el temor '
de que la doctrina de nuestro autor infiriese daños · a la fe cristiana \-
-temor infundado, en mi opinión-, contrastó algunos puntos de esta

/
1
L _._____
72 LEIBNIZ

.doctrina con el dogma de la Santísima Trinidad. Hace justicia al autor


al confesar que tiene la existencia del espíritu por tan segura como la
del cuerpo, aun cuando ambas sustancias sean tan poco c&ocidas de
nosotros una como otra; pero luego pregunta cómo nos puede persuadir
la reflexión, de la existencia del espíritu, si Dios, según piensa nuestro
autor (libro IV, c. 3), ha dotado a la materia de la facultad de pensar.
Pues admitiendo este supuesto, los argumentos- que sirven para discer­
nir las diferentes cualidades del alma y ciel cuerpo perderían toda su
utilidad. En el segundo libro del tratado sobre el entendimiento, �ap. · 23,
§ 15, 27, 28, había dicho el autor, en efecto, que las actividades del
�lma nos proporcionan la idea del espíritu ·y que nosotros comprende­
mos esta idea por el entendimiento y la voluntad, como comprendemos
la naturaleza del cuerpo por las fuerzas de resistencia y de choque.
A esto con.testa nuestro autor en su primera carta de la siguiente ma­
nera: "Creo ·haber demostrado que en nosotros hay una sustancia espi­
ritual, que nosotros sentimos en nuestro interior el pensamiento; pero
esta actividad o modalid�d no puede ser expresada por la idea de una
cosa subsistente por sí misma, y necesita, por ·consiguiente,. de una base
o sujeto . de inherencia. Y como la idea de tal sujeto es lo que consti­
tuye aquello que llamamos sustancia, se sigue de aquí que cuando_ se le
añade aquella modificación, expresada con las palabras "pensamiento" o
"facultad de pensar", esto es ló que constituye un espíritu, sin que sea
necesario añadirle alguna modificación; es decir, sin que sea necesario
preguntar si el espíritu pcisee fuerza de resistencia o no. Por otra parte,
la sustancia a la que conviene aqueUa propiedad que llamamos fuerza
de resistencia, será la materia, independientemente de si posee o no posee
el pensamiento. Pero si bajo el nombre de sustancia espiritual compren­
demos una sustancia inmaterial, entonces confieso que no he d_emostrado
que tal sustancia se halle en nosotros y que, según mis principios,· no se
puede demostrar de un modo concluyente, si bien lo que he dicho sobre
los sistemas de la materia al establecer la inmaterialidad de Dios (libro IV,
c. 10, § 16) da un alto grado de verosimilitud a la opinión de que la
sustancia que en nosotros piens_a es inmaterial . . . Sin embargo, yo he
demostrado (añade el autor en la página 68) . que los grandes fines de
la religión y de la moral est�n asegurados por, la inmortalidad del alma,
sin que sea necesario postular_ su inmaterialidad".
Para demostrar que el autor pensaba de distinto modo cuando es-­
_cribía el segundo libro de su tratado, el célebre obispo, en su contes­
tación a esta carta, cita un pasaje (del llamado libro K, 23, § 15), donde
se dice: - "que nosotros, por las ideas simples que engendra la actividad
de nuestro espíritu, podemos formar la idea compleja de un espíritu, y
combinando las ideas de pensamiento, conciencia, liber�ad y capacidad
de mover nuestro cuerpo, ·podemos formar el concepto claro, tanto de
- una sustancia inmaterial como de una sustancia material". Cita aún otros
·pasajes para demostrar que el autor opone el espíritu al cuerpo, y dice
que los fines de la religión y de la moral estarán mejor garantizados
cuando se demuestre que el alma es por su naturaleza inmortal, esto es,
inmaterial. También · cita el pasaje (pág. 70), según el cual todas las
ideas que nosotros tenemos de los distintos géneros de sustancia no son
NUEVO TRATADO SOBRE EL EN.TENDI�IENTO HUMANO 73

- más que diferentes combinaciones de ideas simples y que nuestro autor,


por consiguiente, cree que las ideas de pensar y querer implican una sus­
tancia especial diferente de aquélla, compuesta de las ideas de resistencia
y de choque. En el párrafo · 17 hace notar también que estas últimas
ideas constituyen al cuerpo en oposición con el espíritu.
El obispo de Worcester hubiera podido añadir aún· que la idea gene­
ral de sustancia está en el cuerpo y en el espíritu, y no se sigue que sus
diferencias sean modiffoáciories de una misma cosa, como nuestro autor
añade en el pasaje de la primera carta, citado por mí. Hay que distinguir
entre modificaciones y atributos. Las facultades de la conciencia y de la
acción, la extensión, la resistencia, son- atributos o predicados esenciales
y constantes; peró el pens·amiento, la vivacidad, las formas y movimientos
particulares son modificaciones de esos atributos. Pero . además debemos
distinguir entre géneros físicos, o mejor, reales, y lógicos o ideales. Las
cosas que pertenecen a un mismo género físico, o que son homogéneas,
son por decirlo así, de la misma materia, y pueden a menudo ser trans­
formadas unas en otras por la variación de las modificaciones, como el
círculo y el cuadrado. Pero también puede suceder que dos cosas hetero­
géneas tengan el mismo· género lógico, y' en este caso sus diferencias no
son meras modificaciones del mismo sujeto o de la misma materia meta­
física o física. Así, el tieinpo y el espacio son cosas muy ·heterogéneas, y
/ sería falso pensar un sujeto real común que sólo · poseyese la dimensión
continua, y de cuyas modificaciones proviniesen el tiempo y el espacio.
Quizá haya alguien que se · burle de esta distinción filosófica de dos
géneros, de los cuales ilil.o sería puramente 'lógico y· el otro real, y de
dos materias de las cuales una es la materia física que forma los cuerpos,
y la · otra, por ·el con_trario, la materia metafísica · o materia en general,
como si alguien dijese que dos partes del espacio son de la i:nisma mate­
ria, o que dos horas son. entre sí de la misma materia. Sin embargo,
estas distinciones no tienen un valor puramente terminológico, sino que
están fundadas en las cosas, y aqtií, donde su confusión nos llevaría a
falsas consecuencias, son muy oportunas. Ambos géneros, el género lógico
y el real, encajan en un concepto superior común, mientras que el gé- .
nero real se desdobla a su vez en dos géneros materiales, de modo que
su árbol genealógico se puede representar de la siguiente manera: ..
.
Meramente ·16gico, cuyas distinciones sólo 'índican diferencias
simples. ·
. Meramente metafísica, don-
GÉNERO Real,. cuyas diferencias son �e se da la horriogenei•
· modificaciones; a saber: - { dad. ·.
Materia. . Física, que .constituye una
. masa homogénea sólida.
Yo no he leído la segunda carta del autor al · obispo. La ·contestación
del · prelado no roza siquiera el asunto del pensamiento de la materia.
Pero · la ré_¡ica de nuestro autor a esta segunda contestación vuelve sobre
dicho punto. "Dios (dice en la· pág. 397, poco más o · menos con estas
palabras) concede · a la materia las· propiedades y perfecciones que le
placen; a algunas partes -de ella sólo les concede .movimiento; pero a

__
, __ __.._
74 LEIBNIZ

las plantas las · ha dotado de propiedades vegetativas, y a lós· · animales


de c�alidades sensitivas. Muchos de_ los que piensan con nosotros retro­
ceden cuando. se q1:1iere dar un paso más y se les dice que t>ios puede
�aber dotado a la · materia de p�nsamiento, razón· y voluntad, como si
de este inodo fuese negada la esencia· de la materia. Para probarlo alegan
que el pensamiento •·Y la razón · no están · comprendidos en la esencia
de 1a materia, lo que no quiere decir nada, porque tampoco el movi­
miento y la vida entran en su concepto. Además· dicen que no se com­
prende cómo ]a materia• puede pensar. Pero nuestra. comprensión· no es
la medida del poder de Dios". A este propósito aduce (pág. 99) el
ejemplo de la · fuerza de atracción de la materia, y especialmente en la
pág. 408, en donde habla de· la recíproca • gravitación ·de las masas des­
cubiertas por Newton .én la forma··antes indicada por mí, éonfesando
que nunca sabremos el po_rqué. Esto equivale en el fondo· a volver a
las llamadas cualidades ocultas, o mejor dicho inexplicables. Añade·
en la pág. 401 que nada es más a propósito para robust_ecer los argu­
mentos de 'los· escépticos que el negar lo que no se comprende, y en
la pág. 402, qt.ie ni siquiera se comprende cóino piensa el 11lma; ·En la
pág. 403· afirma que, como quiera que las dos ·sustancias; la material ·
y la inmaterial; pueden ser concedidas en su esencia pura· sin ningún
género de· actividad, de Dios depende el conceder tanto a la una como
a la otra la fact.iltad de pensar, con lo cual aprovecha la -conces!ón de
su contrincante de . qui;: los animales poseen sensaciones, pero no poseen
ninguna sustancia inmaterial', ti afirma que· la libertad, la conciencia
(pág. 408) y la fact.iltad de distraer (pág. 409) pueden serles conce­
didas a Ja materia, no a la materia en cuanto tal; sino concebida como
dotada y enriquecida por el poder divino. Finalmente, aduce en la pág. 434 ·
la observación de un viajero· tan prestigioso · y perspicaz como M. de la .
Loubere, según el cual los paganos en Oriente creen en la inmortalidad
del alma sin creer en su inmaterialidad.
Antes de exponer yo mi opinión sobre este punto quiero decir que,
como nuestro autor confiesa, tan difícil · es explicar la sensación en la
materia por inedias mecánicos como la razón. Reconozco, efectivamente,
que no porque no comprendamos una cosa heinos de negarla; pero aña-
do que tenemos .el derecho de negar · aquello que (por lo menos en el
orden natural de las cosas) es absolutamente incomprensible e inexplica- ,
ble. También sostengo la afirmación de -que las sustancias (materiales
. o inmateriales) nq pueden ser comprendidas en toda su esencia sin acti­
vidad, porque ]. a actividad corresponde . en general a la esencia de ]a
sustancia, y que, finalmente, los. conceptos .·de ,1as. criaturas no pueden
ser la medida. del poder de Dios; pero que sus facultades intelectuales
y su poder de concepción constituyen, sin embargo, la medida del poder
de la naturaleza ·eri cuanto todo lo que es conforme al orden natural puede
ser comprendido y erttendido por las criaturas..
El- que conozca mi sistema echará· de ver que · yo· no puedo· suscribir
todas: las afirmaciones de los dos excelentes ,autores, ·cuya · di'scusión es
tan rica en enseñanzas: ·Para·· comprenderme· claramente debe ante · todó
terierse-·en cuenta- que las ·modificaciones· que ·convienen naturalmente ··y
✓,,;

sin· prodigios,"al ·sujeto, deben· constitufr limitacionés ··o· desviaéiones de


NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 75

un género real; es decir, de una esencia originariamente constante y


absoluta, Pues los filósofos distinguen en este , punfo la¡¡ cualidades de
una esencia absoluta, y esta esencia misma, así como se sabe que tamaño,
figura y movimiento son evidentemente determinaciones • limitativas de
los cuerpos. Es evidente que una limitación de la extensión da por
resultado una determinada figura, y qtie la variación de esta figura no
es otra cosa que movimiento. Y siempre que encontramos una .cualidad
en un sujeto podemos admitir que si se conociera la naturaleza de dicho
sujeto y de dicha cualidad. se comprendería cómo de la naturaleza del su-
. jeto se deduce la cualidad. Por ,eso, en el orden natural de las cosas
(milagros aparte), no es arbitrario en Dios que las sustancias · tengan
esta o aquella cualidad, y sólo s� les dará aquellas que les sean natu­
rales; es decir, que se puedan .deducir de su naturaleza. Así debemos
admitir que la materia no posee por sí la meñcionada fuerza de atracción
ni se puede mover en línea curva, porque no es posible comprender cómo
puede suceder esto, es decir, explicarlo mecánicamente, mientras que
aquello que es natural •se debe poder comprender . fácilmente cuando se
penetra en los secretos de las. cosas. Esta distinción ent_re lo que es natu­
ral y comprensible y lo ·que es inexplicable y prodigioso resuelve todas
las dificultades. Si se prescinde de ella; caeremos en algo peor que las
cualidades ocultas, pues renegaremos de la filosofía y de. la razón· abrien­
do, por medio de un oscuro sistema, un portillo • a la pereza y la igno­
rancia, y admitiendo, no sólo cualidades .que nos son desconocidas (pues
de éstas hay muchas), sino propiedades que el más poderoso espíritu,
aun asistido por todo el poder · divino,. no conseguiría entender, pues
serían o milagrosas o absf..lrdas. Y también sería absurdo que Dios hiciese
milagros todos los días, que esta ociosa hipótesis destruiría tanto nuestro
saber, que siempre busca ,razones, y la sabiduría divina que las suministra.
Por lo que se refiere ahora al pensamiento, es indudable, y el autor
lo reconoce más de una vez, que no puede ser una modificación com­
prensible de· la materia, ,la cual permanece encettada en su esencia, . y
sólo por ésta puede explicarse; · es decir, que el ser que piensa y que
siente no puede ser una máquina como un reloj o un molino, y que no
podemos .creer· que el tamaño: la figura y el movimiento, por sí' solos,
produzcan un' mecanismo pensante, ni siquiera meramente sensible que
cesase de fupcionar tan pronto como la máquina se descompusiese; Por
consiguiente, el pensar y el sentir. no convietietJ a la naturaleza de la
materia, y sólo por dos caminos puede suceder esto: o bien, porque Dios
reúna. a Ja • materia una sustancia en cuya esencia entre el · pensamiento,
o bien porque Dios conceda el pensamiento . a la materi_a por medio de
un milagro. En este punto yo soy ent�ramente de- la opinión de los cart�
sianos, con la diferencia de que la extiendo a los .animales, de los cuales·
creo igualmente que poseen sensación y (en sentido estricto) alma in­
material, tan indestructible e imperecedera .como los átomos. de Epicur0
y de Gassendi. Los . cartesianos, por el contrario, a causa de sus perple­
jidades soJ.re el alma dé los animales y de su ignorancia acerca · del
destino de estas almas en caso de perduración, (pues no habían obser­
vado que el animal entero se conserva en proporc\ones ·reducidas), se
vieron forzados a negar la sensación a aquéllos • contra toda verosimilitud

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76 LEIBNIZ

y contra la opinión de- los hombres. Pero si alguien sostuviese que


I>ios podía con�eder la facultad de pensar a una máquina disp1esta para
este fin de antemano, contestaría yo que si esto sucediese y JJios conce­
diese a 1a n;táquina esta facultad, sin dotarla a la v·ez de una sustancia,
que fuese sujeto y soporte de esta facultad (en el sentitlo en que yo
comprendo esta expresión) --es decir, sin �ñadirle un alma inmaterial-,
la materia por este hecho sería exaltada de su propia naturaleza para
recibir una facultad de que por sí misma no es susceptible; lo cual sería
algo semejante a lo que algunos escolásticos afirman de que Dios . enal­
tece al fuego a tal punto, que le hace capaz de . abrasar espíritus divor­
ciados de la materia, lo ·que, efectivamente, sería un milagro. En suma:
que la afirmaciqn de que la materia piensa, sólo puede sostenerse sin­
ceramente o atribuyéndole un alma imperecedera, o admitiendo un mi­
lagro por el que la. inmortalidad de alma se deduzca del orden natural
de las cosas, en cuanto su destrucción sólo en virtud de un prodigio, ya
sea el enaltecimiento de la D,1ateria, ya sea el aniquilamiento de las almas,
pueda afirmarse. Pues, en efecto, sabemos que el· poder de Dios puede
hacer que nuestras almas mueran, aun siendo inmateriales, es decir, áún ·
_ siendo inmortales por naturaleza, ya que puede destruirlas.
Ahora bien; esta verdad de la inmaterialidad del alma es, sin duda,
de gran importancia. Pues, sobre todo en los tiempos en que vivimos,
en que la revelación y el milagro no son aceptados . por '.todos, es mucho
más útil para la religión y la moral demostrar que las almas son por su
naturaleza inmortales, que afirmar que son mortales por naturaleza, pero
que no mueren en virtud de un maravilloso acaso fundado en la mise­
ricordia de Dios. Desde hace mucho tiempo pasan por sospechosos (y no
sin razón) aquellos que niegan la religión natural y lo quieren . referir
todo a la revelación, como si la razón no nos enseñase nada sobre estas
cosas. Pero nuestro autor no pertenece a ellos, pues él tiene por legítima
la prueba de la existencia de· Dios y reconoce como muy verosímil la
inmaterialidad de las almas, que debe poseer para nosotros una certi­
dumbre en el orden moral; de aquí que yo espere tanto de su sinceridad
como de su sagaz ingenio, que suscribirá la doctrina expuesta por mí
tan fundamental en una filosofía racionalista. De lo contrario, no .veo
. yo cómo podríamos evitar los errores de los visionarios -como, por
ejemplo, la "filosofía mosaica de Fludd"-, que explican todos los fenó­
menos sencillamente por un milagro de Dios, o de· la bárbara filosofía
de ciertos filósofos y médicos del pasado, que en el ambiente de su siglo
·estaba justificada, pero que hoy es despreciada justamente. En ella se
intentaba explicar los fenómenos· por medio de ciertas cualidades o fa­
éultades oscuras semejantes a ciertos demonios o duendes capaces de
hacer todo lo que se les mandara. Esto es absolutamente como si los
relojes de bolsillo tuviesen _la facultad de marcar las horas sin necesidad
de ruedas, o como si los molinos moliesen el grano por una "facultad de ✓,.
moler", sin nada que se pareciese a una piedra de molino. Por lo que
se refiere a la dificultad de algunos pueblos para concebir una sustan-
cia inmaterial, esta dificultad cesaría,' por lo menos en gran parte, si no
se exigiese sustancias separadas completamente de la materia, que creo
que jamás han existido entre los seres creados.
-,

LIBRO PRIMERO

DE LAS IDEAS INNATAS

CAPÍTULO f

De si hay principios innatos eti el ·espíritu humano .

FILALETES.-A la terminación de Inglaterra. En poco tiempo se han


mis asuntos en Inglaterra, y a mi. hecho ediciones en latín y en fran­
regreso de aquella nación pensé en cés, lo que contribuye mayormente
visitaros, señor, para reanudar nues­ a · la difusión de • tan provechoso !i­
tra antigua amistad y hablar con ·vos bro. Yo, por mi parte, debo confe­
de cosas que nos son a ambos muy sar que su. lectura y las conversa­
gratas, y sobre las · cuales creo haber ciones con su autor me han sido de
obtenido· durante mi estancia en gran utilidad. Con éste hablé en Lon­
Londres nuevas conclusiones. Cuan­ dres y alguna vez en Oates, en casa
do en Amsterdam vivíamos vecinos, de Milady Masham, la distinguida
gustábamos de · platicar sobre los hija del célebre Cudworth, el gran
principios y los medios ·de penetrar filósofo y teólogo inglés; y que ha
en la esencia de las cosas. Aunque heredado del autor del Systeme
nuestras opiniones fuesen··a menudo . intellectuel su espíritu . especulativo
divergentes,· esta misma discrepancia y su afición a las altas investigacio-.
hacía crecer el · interés de nuestros nes, como· es prueba de ello la amis­
diálogos, . sin que lo opuesto de tad que sostiene con el autor del
nuestros pareceres nos causara desa­ tratado · referido.
zón alguna. Vos estabais por Des­ También he leído con placer. la
cartes y por lás doctrinas del céle­ defensa que del autor hace una da­
bre autor de la Recherche de la ma muy erudita y espiritual 1 con­
vérite, mientras que . por mi parte tra al gunos de los sabios que le han
- encontraba más verosímiles y natu­ impugnado. En general, el autor se
rales· las doctrinas de Gassendi ex­ inclina preferentemente al sistema
puestas y explicadas por Bemier. de Gassendi, que en el fondo es
Ahora me siento considerablemente el de Demócrito. Cree en el espacio
fortalecido en esta mi manera de vacío y en los átomos, así como que
pensar por la lectura de la exce­ la materia es susceptible de pensa- ¡
lente obra de mi ilustre escritor in­ miento; que no hay ideas innatas;
glés a quien he tenido el honor .de que nuestro espíritu es una tabula
conocer �ersonalmente. Esta obra,
publicada con el modesto título ·de 1 CaÍ:herine Cak.buru, A De/ense o/
Tratado sobre el entendimiento hu­ Mr. Locke's Essay o/ Human Under­
mano, ha obtenido gran boga en standing, 1702.
77

L. -
78 LEIBNIZ

rasa, y que no piensa constante• parte por las revistas científicas· de


mente. También parece inclinado a París, Leipzig y Holanda y por el
suscribir en parte las objeciones que admirable diccionario de !ayle (art.
Gassendi hace a Descartes.2 Ha en­ Rorarius). Gracias a él creo ver aho­
riquecido y robustecido este sistema ra la esencia de las cosas a una
con numerosas y excelentes observa- · nueva luz. Dicho sistema parece
ci�nes, y no dudo ya que de ahora conciliar a Platón con Demócríto,,
en adelante nuestro autor haya alcan­ a Aristóteles con Descartes, a los
zado una victoria definitiva sobre sus escolásticos con los modernos, y so­
adversarios los·peripatéticos y los car­ bre todo, la teología y la moral con
tesianos. Por estas razones, os acon­ la razón. Toma lo mejor de. todos
sejo que leáis este libro, eri caso de ellos y paree.e avanzar más que
que no lo hayáis hecho ya, y si lo ha­ otro sistema alguno. En él he en­
béis hecho, os ruego que me manifes­ contrado una comprensible explica­
téis vuestra opinión sobre el mismo. ción· de la unión del alma con el
TE.ÓFILo.-Granéle es mi regocijo cuerpo, cosa que para mí era bas­
por veros ya de vuelta tras de tan tante oscura.. Yo encuentro ahora
larga ausencia, después de haber re­ los verdadf1rOs principios de las co­
suelto felizmente vuestros importan­ sas en las unidades de sustancia que
tes ·negocios, gozando de plena, sa­ encierra este sistema y en la armo­
lud, recordando siempre nuestra nía establecida de · antemano · entre
· antigua amistad y dedicando siempre ellas.-Veo en esto una asombrosa
el mismo celo a la investigación de sencillez · y uniformidad; así . que
las más importantes verdades. A mí puede decirse que todo es lo mis­
me sucede lo mismo, y creo (si no mo según los diferentes- grados de
me ciega el amor propio) haber he­ perfección. Ahora comprendo lo que
cho grandes progresos en este ¡,un­ Platón entendía · cuando consideraba
to, y aún quizá mayores que los la materia como un ser incompleto
vuestros. Es verdad que yo lo nece­ y transitorio; y lo que qiuere decir
sitaba más que .vos, pues ibais de­ aquella promesa de otra vida que;.
lante de mí. Vos estabais más fami­ según Plinio, el ,mismo Demócrito
liarizado con los filósofos especu­ hizo; 3 cuánta razón tenían los es­
lativos, mientras que yo mostraba cépticos cuando se decláraban con- ·
más inclinación por la moral. Pero tra los sentidos, y en ,qué sentido
cada vez me voy convenciendo más puede decirse realmente, conforme
. de la fuerza que recibe la moral de a la opinión de Descartes, que los
los principios asentados por los gran­ animales son a�tómatas, y cómo, sin
des filósofos. El estudio de éstos me embargo, tienen alma y sentimiento
ha conducido a nuevas ,conclusio­ según la opinión del género huma­
nes.· Así, pues, ha de ser gran placer no. Veo también que se debe con­
para nosotros cambiar impresiones ceder un sentido racional a la doc-
sobre nuestras opiniones a'ctuales. . trina de aquellos que atribuyen a
Y ante todo debo confesaros que todas las · cosas vida y percepción,
ya no soy cartesiano y que me hallo como lo hacen Cardan,4 Campa-
más distanciado que nunca de vues­
tro Gassendi, cuyo saber y mereci­ a V. Plinio, Historia natura/is, VII,
mientos . no dejo de r�conocer por 53, 189; para más detalles Teíler, Philo­
esto. He encontrado un nuevo sis­ sop/zie der Griechen, 1, 905.
tema,. del cual me he informado en 4 V. Cardanus, De subtitule (1552);
Campaneíla, De. serrse rerum et magia
libri IV, Francof, _ 1620. Los Opusculci
2 V. Descartes, Meditationes ·de pri­ philosophica de la condesa: Connaway
ma philosophiae: Objetiones quintae. aparecieron en 1690.
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 79

nella, y mejor que ellos, la difunta da la idea de un espacio vacío y de


condesa de Connaway, adepta de los átomos; pero no· a causa del so­
Platón, y nuestro llorado . amigo fisma cartesiano, fundado en la su-·
Franz Mercurius van Helmont (aun- puesta .identidad de la idea de cuer­
que lleno de ininteligibles parado- po con la idea de extensión. Creo
jas) al igual que su también difunto. que existen un orden y una armo­
aniigo Enrique _Moro. Veo que las nía universal que excedan a todo lo
leyes de la naturaleza, que antes de que se ha imaginado hasta hoy; la
la aparición de este ¡¡istema . eran en materia se encuentra constantemen­
gran .parte desconocidas, tienen prin- . te en vías de organización; nada
cipios y orígenes que trascienden de _ existe en .vano, nada ·es. estéril ni
lo material, si bien todo se realiza indiferente, nada uniforme, todo va-
- según leyes mecánicas.· En este úl- rio, pero en orden, y. aunque la ima­
timo punto los escritores espiritua- ginación se rebele a concebirlo,
listas citados, y aun los cartesianos, . existe una compenetración de -todas .
:se han equivocado con sus "ÁP)Cl'l", y cada una de las partes del . uni­
al creer que las sustancias inmate- verso, cada una de las cuales cons­
riales son las que imprimen, si. no tituye una unidad sustancial que
la fuerza, por lo menos la dirección representa la - unidad del universo
o destino de los movimientos carpo- desde un punto de vista diferente.
rales� Según el nuevo sistema, por el · Además de este nuevo análisis de
· contt:ario, las almas y los cuerpos las cosas he cÓmprendido mejor no­
siguen sus propias leyes, _lo que no- ciones, ideas y verdades. Comprendo
impide que en lo necesario se pbe- ahora bien lo que significa una idea
dezcan mutuamente. Por último, me- verdadera, clara y distinta, y si es
· <litando este sistema he· visto que el necesario emplear esta palabrá, ade-,
hecho de que los animales tengan cuada. Comprendo lo qÚe son las
también alma e impresiones sensibles verdades primarias y los axiomas
no se opone en manera alguna a la verdaderos, la distinc:ión · entre las
inmortalidad del alma humana, y aun verdades necesarias y las coritingen­
puede decirse que nada hay más a1>ro- tes o de hecho, el é_mpleo de la
piado a demostrar nuestra inmorta- razón en los hombres y la inferencia
_ Jidad que la idea de qu'e todas las __ de l9s animales, que sólo son una
almas son - imperecederas . - (morte sombra de aquélla. En una palabra,
carent animae), sin_ que por, esto os maravillaréis cuando oig�is todo
hayamos de caer en la ._transmigra- ló que tengo qu,e deciros, con lo que
· ción de las almas, pues . no sólo _ se realza el conocimiento de la gran-
éstas, sino también _ los animales, · deza y la sabiduría de Dios. Pues .:.
viven, sienten. y obran. Esto sucede no puedo ·ocultaros, ya que no tengo
siempre y en todás partes como en- : ningún secreto para· vos, c;u�n pen�-
tre nosotros, conforme a lo que lle- :trado estoy de admiración y (si
vo dicho, sino que los estados de puédo • emplear esta palabra) de
los animales son más o.- menos per- amor p,or la suprema. fuente de _to- _
;- feotas y desarrollados, sin que . nece- -das las cosas y. J,ell�zas, despué� de _
sitemos · a,dmit;ir nunca ,almas sepa- haber visto que la perfección que
radas. de los - cuerpos, siendo., noso- . este sistema descubre sobrepuja . a
tras, · en -.cuanto esto· es .posible, . todo lo q\le hasta aho_i:a_ se ha con-·
espíritu -P.uro, a_- pesar · de. , nuestros,: cebidó: .Recorda.réi$ . que -a�tes. anda­
órganos, �ue por su influjo:.nµttca ba yo_.muy im;linado a ac.eptar. cier­
pueden-perturbar, -las -leyes .de- nues.- "tos, aspectos deL'.spinozismO;·-_que
tra espontaneidad. Considero absur- sólo atribuye a Dios un poder infi- .-

L .......____ ·-----
1
'
·so LEIBNIZ

nito sin perfección ni sabiduría, : y en contadas ocasiones tendremos que


que menospreciando la investigación - echar mano del texto. Hablal'emos
de las causas finales lo derivaba to­ primero del origen de laa, ideas o
do de una ciega necesidad. Pero conceptos (libro primero); luego�
los nuevos puntos de vista que he de las diferentes clases de ideas (li­
alcanzado han curado mi mente de bro segundo); de las palabras de
estos errores, y hoy me complazco que nos servimos para su expresión
en tomar el nombre de Teófilo.5 (libro tercero), y· finalmente, de los
He leído el libro de aquel célebre conocimientos y verdades de . que
faglés de que os he hablado. Le es­ aquí se siguen (libro cuarto). que
timo mucho porque he hallado en por cierto será esta última parte la
él mucho bueno; pero no creo que que más nos detenga.
debemos ir más adelante y sepa­ En lo que se réfiere al origen de
ramos de sus ideas cuando · éstas nuestras ideas, creo con este escri"'
aparecen demasiado estrechas, y re­ tor y con otros muchos sabios que
bajan no sólo la. condición del hom­ no hay ni ideas ni principios inna­
bre, sino incluso la del universo. tos. Para refutar seme;ante error
FIL.-Ya me ponéis en curiosi­ basta, como luego veremos, demos­
dad por conocer todas esas cosas trar que no se necesitan y que los
admirables; pero me parece eso de­ hombres pueden adquirir todos sus
masiado bueno para que yo pueda conocimientos sin necesidad del con­
creerlo fácilmente. Sin embargo, es­ curso de ninguna impresión innata.
pero que de tantas cosas nuevas con , TEo.-Bien sabéis, Filaletes, .<iue
que pensáis obsequiarme, algunas
de largo tiempo soy yo de otra ·opi­
de ellas serán realidades. En este
casó, contad conmigo. Sab.éis que nión, que siempre he creído y creo
· soy naturalmente inclinado a ren­ en la · idea innata de Dios, afirmada
dirme a la razón y que me complaz­ · por Descartes, y que lo sigo siendo,
co en llamarme Filaletes. 0 Sirvámo­ y por consiguiente, que creo tam­
nos, si os parece, de estos nombres, bién en otras ideas innatas que no .
que tan emparentados están. Pode­ pueden provenir de los sentidos. Al
mos hacer una prueba, pues ya que presente, merced al nuevo sistema
vos habéis leído el libro del célebre voy yo más allá, y hasta creo . que
inglés . que a mí tanto me gusta, y todos los pensamientos y actividades
puesto que él trata en :ese libro de de nuestra alma · provienen de su
los asuritos que a nosotros · nos inte­ propio fondo y no de las impresio­
resan, y sobre todo del análisis de nes sensibles, como ya veréis. Mas, ·
nuestras ideas . y de nuestros conoci­ por el momento, dejemos a un lado
mientos, Jo· más corto será seguir el esta· cuestión y aceptemos que en
hilo ·de ese libro y ver lo que vos cierto modo los sentidos exteriores
tenéis que advertir sobre él. son, en parte, la causa de todos
Teo.-Acepto vuestra proposición. nuestros pensamientos. Examinamos
Aquí está el libro. en qué medida, aun dentro del nue­
§ 1. FrL.-Le he 'leído tan aten­ vo sistema (en cuanto se habla de
tamente, que hasta conservo en la la impresión del cuerpo sobre el al­
memoria expresiones que puedo re­ ma, como los_secuaces de Copérnico
petir literalmente. Por fo· tanto, sólo hablan, y con f11ndamento, cuando
se dirigen a los demás hombres, del
¡¡ De dos palabras griegas que s1gm­
movimiento del sol) , se debe afir­
fican "amante .de Dios". (N. del T.) mar~ que· hay ideas y principios que
º· De dos palabras griegas que signi­ no procedan de los sentidos, y que
fican "amigo de la verdad", (N.. del T.) encontramos en nosotros, si bien los o·

- -
( ,/ .

NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 81

sentidos nos proporcionan ocasión que la de que existen ciertos prin­


para adquirir ·conciencia de ellos. cipios sobre los cuales todos los
Tiene razón nuestro autor para de• hombres están de acuerdo, por Jo
cir que lo que llamamos principios cual son · llamados conceptos comu•
innatos , son muchas veces nuestros nes (xova,l tuuo�a,u) ; de aquí infie­
mismos prejuicios y que recurrimos ren que estos principios son impre­
a aquella expresión para ahorrar� siones que nacen con nuestra alma.
nos la fatiga de analizarlos; y este § 3.-Pero aun cuando el hecho
abuso es el que ha despertado su fuera cierto, ,es decir, aun cuando .•
I
- celo contra dicha sµposición. Ha fuese verdad que estos principios
querido combatir fa pereza y super­ son aceptados por todo el mundo, ·
ficialidad de aquellos que, bajo el esta unanimidad no demostraría que
pretexto de las ideas innatas y de · son innatos, en cuanto se puede de•
las verdades impres1¡1s por la natu• mostrar que los hombres han lle­
raleza en nuestro espíritu, y ,a las ·gado a esta unanimidad por otro · ca-
cuales concedemos gratuitamente mino. ·
nuestro asentimiento, no se quieren § 4.-Pero es más; tal unanimi­
tomar el trabajo de analizar y de­ dad no existe, ni siqlliera en lo que
purar las fuentes, la coherencia y se refiere a aquel célebre principio
1a certeza de estos conocimientos. especulativo (pues de los prácticos
1 En esto soy de su opinión y voy aún no hay que hablar) de que todo lo
más lejos. ,Yo desearía que no se que es, es,· y qtie es imposible que
· pusiera límite alguno a nuestro aná­ algo sea y no sea a la vez, pues
lisis, que se diese razón . de' todos estos principios no son ni siquiera
los términos, siempre que se pueda, conocidos de una gran parte del gé­
nero humano, que al conocerlos los
y que todos los .axiomas que no son tenía sin duda por verdades necesa­
fundamentales fuesen demostrados o· rias y, entre vosotros, por axiomas.
se abriese camino a su demostra• TEO.-Yo fundo la certeza de los
ción sin tener en· cuenta la opinión principios innatos, no en la unani­
de los hombres a ..su asentimiento. midad general con que son acepta­
Esto sería . más provechoso de lo dos, pues ya os he dicho, Filalet�s.
que se cree. Mas creo que el autor que en mi opinión se debe tratar de
se ha dejado ·uevar de su 'celo, muy demostrar todos los axiomas que
lamentable por cierto, y ha ido más no son fundamentales.7 Reconozco.
allá de lo que debía. A mi juicio, también, que algunas veces la ge­
no ha distinguido el origen de las neral. unanimidad, que no siempre
verdades necesarias, cuya fuente es• es constante, puede proceder de tra­
tá en el entendimiento, del de las diciones muy extendidas sobre el gé­
verdades de hecho, que provienen nero humano, como el uso del ta­
de las experiencias de los sentidos baco, que en menos de un siglo se
e incluso_ de las percepciones confu• propagó por casi todas las naciones.
sas que hay_ en nosotros. Yo niego, si. bien algunos insulares, que no
pues, lo que vos presentáis como conocen el fuego, no lo han podido
hecho cierto; a saber: que todos adoptar. Así también algunos sabios.
nuestros conocimientos puedan ser por ejemplo los teólogos de la sec­
alcanzados sin necesidad de ideas ta de Anninio, , han creído que el
innatas, y ya veremos quién de noso• conocimiento de la Divinidad pro�
tros dos está en lo cierto. • ·
7 Sobre este punto véase Animadver­
§ 2. FIL.!....Ya lo veremos. Os con­ siones· in partem generalem Principio­
cedo, querido Teófilo, que no hay rum Cartesianorum, t. I, p. 284 y si­
opinión más generalmente admitida guiente.
82 LEIBNIZ

cede de una tradición muy antigua peculación, que tan firmemente esta­
y muy extendida, y yo me inclino a blecidos están, os. diré que, aun
creer, efectivamente, que la ense- cuando no fueran conociaos, sin em­
ñanza puede explicar y justifioar tal bargo serían innatos, porque los re­
conocimiento.· También parece ser conocemos y acatamos en cuanto
'que la naturaleza� por sí misma, nos los formulamos. Pero he de añadir
inclina, aun sin haber recibido ins- que en el fondo todos los conoce­
trucción alguna, a este conocimien- mas, y que, por ejemplo, en cada
to, pues las maravillas· del u.niverso momento nos .servimos del princi­
nos hacen pensar en un poder su- pio de contrádicción sin darnos
premo. Se sabe de un niño, sordo- cuenta de e�lo. Ningún hombre es
mudo de nacimiento, que adoraba tan lerdo que no perciba, en .un ne­
' 1 a la luna, y hay pueblos que temen gocio serio, la contradicción en que
a ciertos poderes invisibles sin que incurre un embustero que quiere
lo hayan imitado, que se sepa, de engañamos. Así, pues, aplicamos es­
otros pueblos. Confieso, querido p¡.: te principio, sin considerarle expre­
laletes, que esto no es aún la idea . sament� . al modo que en los. enti­
de Dios tal como ·hoy la poseemos; mem�·s poseemos �n potencia la
mas no por eso se puede negar que premisa que se �upnme, de la c�al
esta idea está en el fondo de nues- n? sól� se prescmde en !ª enuncia­
tra alma, sin que, ccimo ya veremos, ción, .smo en el pensamiento.
proceda del exterior, y que las leyes d cis §, 5. F1L.-Me so�pr_ende lo que
divinas están en parte impresas en � de esos conocimi_enJos p�ten- ''
nuestra alma en forma de disposi r r pu - c! ales Y de �u encubnmiento. mte­
ciones naturales o como una .espe- alma m• �s afmnar que . en nuestra
existen verdades impresas de
· fm_tO, p erO é stos son ·prin- fas cuales no nos damos cuenta pa-
· d e ms,
c�e.
c1pios pr_ acticos de que ya teodre- rece . contradictorio. ·
mos ocasión de hablar. Entre tan!o · •
TEo.-Si tenéis . ese prejuicio, no
debemos reconocer que la creencia me asombro de que no admitáis las
en un ser supremo es natural · en ideas innatas. Pero sí me maravilla
el hombre. X en verdad q�e,. aun que no hayáis parado mientes en
cu:indo hubieramos ?e atnb mr �l que · poseemos muchos conocimien­
1?
P!11!1-er germen de 1� i dea de la_ 1• · tos de_ que no tenemos conciencia
vm1dad a las ens:nanz�s tradic1o� ·clara, aun cuando los aplicamos. La
nales de la revelación, sm embargo memoria los conserva y el recuerdo
la facilidad con que los hombres debe reproducirlos, aun cuando· a
aceptan estas enseñanzas depende veces no lo hace. E sto se expresá en
de una disposkión natural. Pero ya . francés con la palabra souvenir (del
veremos a continuación q\le las en� latín subvenire, acudir en ayuda),
señanzas exteriores no hacen sino. ·
despertar lo _9ue ya. está latente ep. 8 Del ' iego E\JV UµT)µIX, reflexión,
nosotros, CohJo de aqm que la op1: sentencia. grPara Aristóteles lo que ca­
nión 'unánime de los hombres· es un racteriza al entimema no es sólo la cir­
indicio, pero no una · demostr_ación. . cunstancia de suprimirse una de las
de un principio innato, y que la · premisas; sino el carácter probable de
prueba concl11yente de estos princi� · la conclusión. �ien_d? ,los principios de
pios consiste en la demostración de · donde ésta den:va Jut�os es confusos, est7
que 1 su· ·certeza procede simple m ente su caráct�r. problemático lo que.9blt•
· h· · •· estro· • - ga a omitirlos para no descubrir .la
· · · nu
de. 9 · que al. lllll1.0_s en . m .. debilidad de la argumentación. Así, de ·
tenor. Y:para contestar a �.O que_ 4e-:. . fine: "urr silogismo· sacado de eiertas- ·
cís contra la general aceptación . de . verosimilitudes . ·o conjeturas"·· (Anal:,
los �os grandes principios de la es- pr. 11, 27). (N. del T.)
NUEVO T.ilATADO SOBtu! BL :E:N'tSNDlMlENTO HUMANO 83
pues la recordacióri pide siempre cier- economía cie la naturaleza, no tene­
to esfuerzo o asistencia. En realidad, mos ningún pensamiento abstracto,
dada la multitud de nuestros cono- qi.te no se apoye en algo sensible,
cimientos, necesitamos una ocasión aunque sea en signos cOmci letras y·
para que ap·arezcan unos en vez de sonidos; pero siendo de advertir que
otros, pues es imposible recordar de entre los signos, que son arbitrarios,.
pronto todo lo que sabemos. y las ideas no existe ninguna rela-•
· FIL.-En eso creo que tenéis ra- ción necesaria.10 Si las huellas sen­
zón, y he de confesar que la afir- sibles no fueran imprescindibles no­
mación demasiado general de que se produciría la armonía preestable-
- siempre tenemos presentes todas las cicla entre el cuerpo y el alma, de
verdades que están impresas - en la cual ya llegará la ocasión de ha­
nuestra alma ha sido impremeditada blar detalladamente. Pero esto no
por mi · parte. Pero más difícil os obsta en modo aguno a que el es­
será contestar a la siguiente obje- píritu saque de sí mismo las verda­
ción. Si de alguna proposición se · des riecesarias. Y así se ve también
puede decir que es innata, con el cuán lejos puede llegar sin ayuda
mismo derecho se podría decir que de ninguna especie y sólo por· vir­
lo son todas las proposiciones · ra- tud de una lógica y una aritmética
cionales. naturales; como lo demuestra aquel
-TEo.-Os lo concedo respecto de niño sueco que, por. medio de una
todas aquellas ideas que yo opongo educación· adecuada, llegó a hacer
a· las impresiones pasajeras fugiti- . cálculos prodigiosos de memoria, sin
vas, así como respecto de las ver- haber aprendido la manera vulgar de
dades necesarias o racionales que contar y sin saber leer ni escribir,
contrapongo a las· verdades de he- si no recuerdo mal lo que me refi­
cho. En este sentido debemos decir rieron. Realmente no pudo llegar a
que toda la aritmética y toda la la extracción de raíces; pero nada
geométría existen de una manera in- impide creer que hubiera llegado a
nata y virtual en nuestra alma, has-· realizar estas operaciones por virtud
ta el punto de que si ponemos aten- de un nuevo método. Esto demues­
ción a lo que ya está en el espíritu tra que la dificultad de adquirir con-
V lo ordenamos, podemos actuarlo ciencia de lo que en nuestro espí­
sin necesidad de ninguna noción ad- ritu· llevamos tiene diversos grados.
quirida por la experiencia o por la Hay principios innatos conocidos de
tradición. Y esto lo demostró ya todos y muy fáciles de concebir;
Platón en un diálogo en el cual su- hay proposiciones cuya verdad s�
pone que Sócrates, valiéndose de descubre en el primer momento y
meras preguntas y sin ninguna en_. merced a las cuales formamos una
señanza, le conduce a verdades abs-· ciencia natural más vasta en unos
trusas.º Por consiguiente, podremos que en otros. Y finalmente, en un
reconstrui_r o formar estas ciencias · sentido más amplio, cuya aplica­
encerrados en una habitación y aun . ción se recomienda para poseer con- -
con los ojos tapados, sin que las ver- ceptos más vastos y determinados,
dades que para ello se necesitan podemos considerar como innatas
las adquiramos por los sentidos ( si todas aquellas verdades susceptiblés
bien es verdad que nunca llegaría- de ser derivadas de conocimientos
mos a: la consideración de las. ideas originariamente innatos, porque el
de que aquí se trata si no hubiéra- espíritu . las saca de su mismo fon­
mos visto ._, palpado nada · antes.
Pues en virtud de una. admirable· 10 La respuesta de Leibniz a las ob�
jeciones de Bayle y el diálogo, sobre la
0 V. Menan. relación. entre las cosas y las palabras..

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do, aunque, a menudo, no resulte por lo menos con-creados. Y se ten­


cosa fácil.. Si alguien diese otro sen­ dría que retroceder al infinito y ad­
tido a estas expresiones, no estoy mitir la eternidad del alJta, en cuyo
dispuesto a disputar sobre meras caso dichos conocimientos serían in­
palabras .. natos, en .efecto, porque nunca ha­
FIL.-He convenido en que puede brían tenido comienzo en el alma.
haber I!!tichas cosas en el alma que Pero si se quiere afirmar que cada
no se perciben, pues no siempre re­ estado anterior contiene algo de un
cordamos en un momento dado to- estado precedente, que no transmi­
- do lo que sabemos; pero fas tene­ te a los siguientes, se podría obje­
mos que haber aprendido antes, co­ tar que manifiestamente ciertas ver­
nociéndoles previamente de un modo dades evidentes tendrían que ser co-·
expreso. Si, pues, podemos · decir munes a todos estos estados. Sea de
que hay algo que el alma lleva en . ello lo que quiera, de todas las
sí misma, si bien aún no hemos lle­ fases del alma se puede decir que
�ado a su conocimiento, esto sólo todas las verdades necesarias son ·
significa que el alma posee la facul­ innatas y. se pueden demostrar con
tad de conocer dichas cosas, elementos qtie llevamos en nosotros
TEo.-¿ Y por qtié no había de mismos, ya que. no se. pueden fun­
tener esto otra causa, por ejemplo dar en la experiencia ·como las ver­
que el alma puede contener en sí dades de hecho. ¿Por qué no po­
algo, sin tener conciencia de que lo dría haber en el alma algo de que
contiene? Pues desde el momento nunca se hubiese hecho uso? ¿No
que concedéis que un· conocimiento es una misma cosa poseer algo sin
adquirido puede estar oculto en el utilizarlo ·que tener solamente la fa­
alma por medio de la memoria, ¿por cultad de adquirirlo? Si así fuera,
sólo poseeríamos aquello de que ha­
qué no ha de poseer la naturaleza

f
cemos uso, ·mientras que, como es
un conocimiento originario de una · sabido, además de .]a mera capaci­
. manera oculta? Todo lo que en una dad y de su objeto correspondiente,
sustancia que se conoce a sí misma es necesario a menudo alguna dis­
es natural, ¿debe ser también cono­ posición en la facultad o en el ob­
ddo desde el primer momento? O jeto o en ambos a la vez, para que
por el contrario, ¿no será la ver­ la facultad se ejerza sobre el ob­
dad que una · sustancia de este gé­ jeto.
nero (como nuestra alma) puede F1L.-Por ese estilo podría llegar­
poseer propiedades y disposiciones se a decir que en el alma hay im­
que le sea imposible conocer de una presas ciertas verdades que ella no
vez? Los . platónicos creían que to­ conoce ni conocerá nunca, lo cual
dos nuestros conocimientos son re­ me parece algo extrañó.
cuerdos y que por consiguiente las TI!o.-No veo en ello nada absur­
- verdades que aporta el alma al na­ do, si· bien no pueda afirmarse que
cer el hombre y que se denominan tales verdades existan. Pues pudie­
innatas de un conocimiento expreso ran desarrollarse en el espíritu, en
anterior. Pero esta creencia carece un estado futuro, cosas que en. la
de · justificación, y fácil es advertir vida presente no podemos conocer.
que las almas (admitiendo su pre­ FIL.-Mas, supuesto que haya ver­
existencia), ya en sus anteriores es­ dades que puedan estar impresas en
tados, por remot.os que fueren, po­ el entendimiento, -sin que éste las -
seían estos conocimientos de una perciba, no veo cómo, con relación
manera innata, por· lo cual tendrían a su origen, pueden diferir de las
que referirlos a otra existencia an­ verdades. que es _¡;apaz de conocer.
terior, en la cual serían innatos o TEo.-El espíritu no sólo es ca•
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 85
1- paz de conocer estas verdades, sino TEo.-Para nosotros significan
1- de descubrirlas dentro de sí mismo. otra cosa; para que algo esté en
o Si sólo tuviera la facultad o la ca­ el entendimiento, basta que en él
1- pacidad simplemente pasiva de reci­ pueda ser hallado , y que . las fuen­
1- bir en sí los conocimientos, tan in­ tes, es decir, las pruebas originarias
l. determinados como la capacidad de de las verdade� de que se trata só­
a la cera de adquirir formas y del pa­ lo estén en el entendimiento;. los
n pel de escribir en él palabras, no sentidos pueden insinuar es.tas verda­
i- sería la fuente de verdades necesa­ des, justificarlas y confirmarlas, pe­
rias, incontrovertibles, que los sen­ ro no demostrar su certeza infali­
tidos no bastan para comprender ble y eterna.
... Iá necesidad de dichas verdades, y . F1L.-No obstante, todo el que
e que por lo tanto el espjritu tiene se . tome la molestia de . observar con
S· 'facultades no sólo pasivas, sino ac­ · alguna atención el proceder del en­
e· tivas, para sacar de su seno dichas tendimiento, verá que el asentimien­
11 verdades, si. bien los sentidos se re­ to que el espíritu concede desde
11 quieran para dar la ocasión y para luego · a estas verdades depende de
s suministrar· la atención 'necesaria y la facultad del espíritu humano.
l· para llevarle mas a unas que a TEo.....,,...Exactamente; pero precisa­
.. otras. Por esto veréis que los que
piensan de otra manera, si bien son
_mente la relación especial .én que
el espíritu humano está éon . estas
sabios respetables, no parece que verdades hace que el · ejer�icio de
han reflexionado lo suficiente so­ su facultad· con respecto de ellas sea
bre las consecuencias de la distin­ fácil y natural, y en este sentido se
ción, que, como ya indiqué ante­ llaman innatas. No se trata, pues;
riormente · y como toda nuestra in­ de una mera facultad, de la mera
vestigación demuestra, · existe entre posibilidad de comprenqerlas, sino
las verdades necesarias o eternas y de Ull? disposición, de una aptitud,
las verdades de experiencia.11 La de una · preformación que determi­
prueba fundamental de las verda­ na nuestra alma y . hace · que ésta
des necesarias no puede provenir pueda extraerlas. Y esta diferencia
más• que. del entendimiento, mien­ es igual a la que . existiría entre las
tras que las . verdades de otra clase figuras que se da a la piedra o al
proceden de la experiencia o de las mármol y entre las que ya señalan
observaciones de los sentidos. Nues­ sus vetas o pueden señalar si el obre­
tro espíritu es . capaz de reconocer ro las aprovecha.
tanto fas unas como las otras; es FIL.---Pero, ¿no es cierto que_ las
la fuente de las pr_imeras, y por verdades son· posteriores a las ideas
muy numerosas que sean las expe­ de que nacen? Ahor·a bien; las ideas
riencias particulares que de, una ver­ proceden de los sentidos.
dad universal se p�eda tener, no TEo.-Las ideas intelectuales, que
podremos asegurarnos • de ella · por son la fuente de las verdades nece0
1a indücción sin conocer su nece- serias, no proceden de los sentidos,
sidad por la razón. y vos mismo habéis reconocido que
FIL.-Pero si las palabras "estar hay ideas que se deben a la re­
en el entendimiento" quieren expre­ flexión del espíritu cuando éste vuel­
sar algo positivo, ¿no deben signi­ ve sobre sí mismo. Por lo demás, es
ficar tanto como ser comprendidas cierto que el claro conocimiento de
por el entendimiento? las verdades (tempora vel natura)
· 111)) es posterior al de las ideas, porque
11 La diferencia entre estas dos cla­ la naturaleza de las • verdades de­
ses de verdades la expone Leibniz en pende de. la de las ideas, aun antes
su tratado Sobre la libertad. . que unas y otras hayan llegado ex-

,_ ----'-----
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presamente a la · conciencia, y . las arrancan nuestro asentimiento. Las


verdades en. que entran las ideas . hay también en la física i en todas
procedentes de · los· sentidos depen­ las demás ciencias, y aun. los mis­
den, por lo menos en párte, de los mos sentidos nos las proporcionan.
sentidos. Pero las ideas que proce­ De . esta clase es, por ejemplo, la
den de los sentidos son confusas', y proposición: dos cuerpos no pueden
lo mismo . puede. decirse, por lo me­ estar a la vez en un mismo lugar,
nos en parte, de las verdades que verdad· de la cual estamos conven­
de ellas depepden; mientras que. las cidos, del mismo modo que de las
ideas intelectuales y las verdades· de siguientes:. es imposible que una
ellas dependientes son precisas y misma cosa sea y no sea al mismo
claras, y ni unas ni otras deben su tiempo; lo blanco. no es lo rojo; un •
origen a los sentidQs, aunque és cier­ cuadrado :po es un círculo; lo ama­
to que sin los sentidos no· pensa- rillo no es lo· dulce.
ríamos nunca en ellas. . TEo.�in embargo, estas propo­
F1L.-Pero en vuestra opinión, los siciones contienen diferencias. .· La
, nµmeros son ideas intelectuales, y primera, , que expresa la imposibili­
sin embargo las dificultac!.es . del dad de que fos cuerpos se penetren
cálculo dependen de la dificultad · unos a otros, necesita una prueba.
de representarse las ideas. Un adul­ De hecho la rechazan todos aque­
_ to, por ejemplo, sabe que 18 y 19 llos que, como los peripatéticos y
suman 37 con la misma evidencia el difunto caballero Digley, creen
con que sabe que 1 y 2 hacen 3; y en la condensación y la rarefacción,
sin embargo un niño no comprende aparte de lo_s cristianos, que en su
la primera proposición con la mis­ mayor parte profesan la opinión con­
ma facilidad que la segunda, por­ traria, pues creen que para Dios es
. que no consigue formar tan. pronto posible la. penetración de -los cuer­
las ideas que significan las palabras pos. .Pero las otras proposiciones
dieciocho, diecinueve y treinta y sie­ son idénticas o casi idénticas, y las
te, como las expresadas con las pa-. proposiciones . idénticas · o inmedia-
labras uno, dos y tres. tas 12 no necesitan pruebas. En
TEo.-Debo concederos que . la canibio, las proposiciones que pr-0- -'
dificultad de representarse las ver­ vienen de los sentidos -como el ·
dades se relaciona a veces con la juicio� el amarillo y lo dulce no son
dificultad de la formación expresa una misma cosa- son simplemente
de las ideas. Sin embargo, creo que la aplicación del principio general
en su ejemplo se trata de aplicar de identidad a casos particulares.
ideas ya formadas, pues aquellos que FIL.-Toda proposición compues­
han aprendido a contar hasta 10 y ta de dos ideas, una de las cuales
-á seguir contando por una repetí- · es incompatible con la otra, como
ción de las decenas, comprenden sin por ejemplo: el cuadrado no es un
dificultad lo que significan 18, 19 círculo,. lo amarillo no es lo dulce,
v 37 (a saber, uno dos o tres veces merece nuestro ·asentimiento no bien
diez, con 8, 9 ó 7) ; mas para sacar es enunciada tan segura e indiscu­
la consecuencia- de que 18. más 19 tiblemente como aquella proposición
hacen 37 se necesita -más atención general: "es imposible que una co­
que para saber que 1 más 2 ha­ sa sea y no sea al mismo tiempo".
cen 3, que en ·el fondo. es la defi- TEo,-Esto proviene de que una
n1ción de 3. de ellas (la proposición general)
§ 18. F1L.-No es privilegio de los
números o de las· ideas que vos lla- · 12 Leibniz .]lama aquí propos1c10nes
máis "intelectuales" suministrar pro­ idénticas a las que luego llamó Kant
posiciones de esas que una vez oídas juicios analíticos.
NUEVO TRATADO SOBRE EL ·ENTENDIMIENTO HUMANO 87

constituye el principio, y la otra nos damos cuenta de que estas dos


(en la cual expresamos la · incom� ideas innatas contienen conceptos
patibilidad de una idea con la idea incompatibles. · · ·
opuesta) constituye la aplicación del § 19. FIL.-Si afirmáis que las
principio. proposiciones part.iculares y eviden-
FIL.-Más bien ine parece que el. tes por sí. mismas, cuya verdad se
principio general supone la nega- reconoce. en cuanto son enunciadas,
1 ción particular y que está última . por ejemplo ·que el verde no es el
constituye el fundamentó de aquél. rojo, deben ser consideradas como
Pues· la proposición:. "lo que es °lo consecuencias de . otras proposicio­
mismo no· es diferente" es aún más nes. más generales que pueden con- .
fácil de comprender que el principio ceptuarse como otras tantas verda­
general de contradicción. Por este des innatas, parece que no tenéis en
estilo debemos considerar una mul- cuenta que estas proposiciones es­
titud de proposiciones de _este gérie- . peciales no pueden ser aceptadas co­
.ro que ·expresan la incompatibilidad mo verdades incontrovertibles por
de una idea con otra, como innatas, aquellos qtie. no conocen .los princi­
sin hablar de las demás verdades. pios . generales mencionados.
De aquí se ·deduce que . como nin- TEo.-A •eso ya he contestado an­
guna proposición puede ser innata tes: nos apoyarnos en esos princi­
sin �que lo . sean .las ideas que la píos generales de igual modo que
forman, se debe sentar que todas en el entimema nos -apoyamos en
las representaciones que tenemos de una premisa que se omite, pues si ,
los colores, sonidos, gustos, figu- bien frecuentemente al inferir no
ras, etc., son innatas. pensamos con toda claridad en lo
TEo.-No comprendo cómo la que hacemos, como tampoco al an- ·
proposición: "lo mismo es lo dife- ·dar o al saltar nos fijamos en lo
rente�• haya de ser el origen · del .. que hacemos, la -fuerza de la con­
principio de contradicción y más clusión consiste en _parte, en aquello
comprensible que él, pues a ¡ní me que se omite y que no puede ser
parece que . obramos más libremente encontrado· en otra parte, como lo
al decir que A no 'e s B que el decir comprendemos cuando queremos jus­
que A no es no-A, Y la razón de tificarla.
que A no sea B estriba en que B § 20. F1L.-Sin embargo, parece ·
contiene en sí• la nota no-A. Por lo que las ideas abstractas y . genera-
. demás, con · arreglo al sentido que les son más extrañas a nuestro es­
hemos dado a la ·expresión "verdad píritu ·que los conceptos y verdades
innata", la proposición: "1o dulce especiales; por· tanto, éstos deben
no es lo amargo" no es -innata. Pues ser más familiares al espíritu que
. las sensaciones de 10· dulce y _de lo el principio de contradicción, del
amargo proceden de los sentidos cual, según vos mismo decís� no son
exteriores: Por consiguiente, · · hay más · que ·aplicacipnes. ·
aquí un· razonámiento mixto (hibri- . TEO.--'-Efectivamente, . empezamos
da conclusio) por la cual el axioma por adquirir conciericiá �-e la�. v_er�
es aplicado 'a una· verdad sensible, dades · particulares, como también
Mas por lo . que se refiere a la pro- · · por las . �deas más conipleta� y gro­
posición: "El rectángulo no �s ttn · seras; perb no. es meilps ver�ad· que
círculo", se puede decir- que es _in- · la naturaleza _emph:z,a por _1o· más
nata,.· pu� ·al concebida. hacemos . sencillo y qtie Iii .f�mdament�éión
una subversión ·'·o · áplicaciól)._ d�l de. las verdad;es, �speci:des depende
principio de contradicción a' tin con- · df fás rilás,. g�nefál�s; de Jas:., que
tenido del entendimiento�· en' étianfo · solo son ejemplos. Por cons1gu1ente,

L_ _.._______
·,.

88 LEI�NIZ
si queremos seguir . el orden natu­ el exterior. Así, pues, yo llamo ver­
ral de las cosas, debemos ,empezar dades innatas a aquellas que para
por lo más sencillo. Pues los prin­ ser reconocidas .sólo necetitan de tal
cipios generales penetran en nuess consideración. A la objeción del pá­
tro · pensamiento, y forman, por de­ rrafo 22, de que decir que las ideas
cirlo así, su constitución. Son, pues, innatas están implícitas en el espí­
necesarios, como lo son los múscu­ ritu no es sino decir que el espíritu
los y los tendones, aunque- no nos posee la facultad de conocerlas, ya
damos cuenta de ello. El espíritu se he contestado en el párrafo 5. Allí
apoya en cada momento en estos he manifestado que el espíritu po­
principios; pero no /siempre con­ see además · la facultad de descu­
sigue representárselos claramente, brirlas en sí mismo y la disposición
porque ello implica una gran aten­ natural de reconocer su verdad cuan­
ción sobre sus actos que· no poseen do piensa rectamente.
la mayoría de los hombres, poco ha­ § 23. FIL.-A ki que parece, pen­
bituados a la reflexión. ¿No tienen sáis que aquellos a quienes por pri­
los chinos. sonidos articulados, co­ mera vez se les enuncia dichos
mo nosotros? Y sin embargo, ·a cau­ principios generales no aprenden
sa de su manera de escribir no han nada . nuevo con ellos. Pero claro
llegado a hacer de esos sonidos un está que por lo menos aprenden los
alfabeto. Así poseemqs otras mu­ nombres, y luego las verdades y aun
chas cosas sin saberlo. las ideas . de que tales verdades de­
§ 21. FIL.-Y si el espíritu sus­ penden.
cribe tan prontamente ciertas verda­ TEo.-No se trata aquí de . nom­
des, ¿no pudiera provenir esto de la bres, qu¡; en cierto modo son · arbi­
consideración de la naturaleza de trarios, mientras que las ideas y las
-,. las cosas que no le permite juzgar verdades son naturales. Pero por lo
de otro modo y. no de que dichas que se refiere a las ideas y a 1as
proposiciones e.stén impresas natural­ verdades, me atribuís una doctrbía
mente en nuestro ·espíritu? de la cual estoy muy distante, pues
- TEo.-Tan cierto es lo uno como .yo concedo que ·nosotros podemos
lo otro. La naturaleza de las cosas conocer las ideas y. verdades inna­
· y la del espíritu concurren a ello. tas, ya poniendo atención a su ori­
Cuando oponéis la consideración de gen, ya por confirmación de la ex­
las cosas a la conciencia de lo que periencia. Por consiguiente, yo . no
en nuestro espíritu está impreso, es­ hago la suposició� a que os referís,
tá impreso, esta objeción da a en- · como si en el caso de que habláis
tender que aquellos cuya opinión no aprendiésemos nada nuevo. Pues
seguís éntienden. por verbales inna­ yo no puedo suscribir la proposición
tas solamente aquellas proposiciones "todo lo que se aprende, no es in­
que aceptamos por una especie de nato". Las verdades de los números
instinto natural, aun en los casos están én nosotros, y sin embargo se
_ en que las reconocemos de un mo- · aprenden, en cuanto o se derivan
do confuso. 'Hay · verdades de este de sus fuentes por el procedimiento
género, y ya. tendremos ocasión de deµ¡Ostrativo (lo que demuestra su
hablar de ellas; sin embargo, lo que carácter innato), o se confirman por
se llama la luz natural supone un ejemplos, como lo hace el cálculo
conocimiento claro, y a menudo, la ordinario, que no conociendo el ori­
consideración de la naturaleza de gen de sus reglas las transmite por
las cosas no es más que la consi­ tradición, y. a lo sumo, antes de en­
deración de la naturaleza de nues­ señarlas las legitima por la experien-
tro espíritu y de aquellas ideas in­ . cia, llevándolas tan lejos cuanto pa­
natas que no se necesita buscar en recen adecuadas. Es más; un experto
NUEVO TRA,TADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 89

matemático que no conozca los des­ otras en el domiriio de las verdades


cubrimientos de otro anterior se ve necesarias.
obligado a contentarse con este mé­ § 25. F1L.-Esto parecerá singu­
todo inductivo para los mismos fi­ lar a muchas personas. ¿Es que pue­
nes de descubrir dicho origen. Así de clecirse que las ciencias más difí­
procedía un célebre escritor de Pa­ ciles y .más- profundas son innatas?
rís en tiempos de mi residencia en . TEo.-Su conocimiento actual no
esta ciudad, el cual analizaba. mi lo es; pero sí aquel que podríamos -
prueba de mi tetragonismo aritmé­ llamar su conocimiento posible, así
tic(,? por comparación con los núme­ como la figura que forman las ve­
ros de Ludolf, ·en la esperanza · de tas. de mármol está eri el mármol
encontrar algún defecto; y tenía ra­ antes de que el trabajo la- des-
zón para dudar mientras no se le cubra.
proporcionase la demostración- que FIL.-Pero, ¿es posible que los
nos dispensa a todos de tales prue, niños cuando adquieren representa­
has, las cuales se pueden continuar ciones procedentes del exterior, y a _
indefinidamente sin llegar nunca· a las cuales prestan su aquiescencia,
· una certeza absoluta.1ª Es más; la no tengan conciencia alguna de es­
experiencia smninistra en todo caso tas nociones que se . consideran in­
la prueba de esta última circunstan­ natas, y que forman, por decirlo
cia; pues hay progresiones en las así, una parte de su espíritu, et1 .. el
cuales se puede continuar indefini­ cual están impresas con trazos inde­
damente antes de notar la clase de lebles? Si así fuera, la naturaleza
variación y la ley a que están some­ se hubiera tomado un trabajo inú­
tidas. til ,- o hubiera impreso mal tales ca­
F1L.-Pero, ¿no sería posible que racteres puesto que dichos rasgos no
no sólo las expresiones o palabras pueden ser observados por ojos que
de las cuales nos servimos, . sino sin embargo ven bien otras cosas.
también las ideas, nos llegasen _de TEo.-La conciencia de aquello
fuera? que tenemos . dentro de nosotros de­
TEo.-Entonces habríamos de es­ pende de determinada atención y
tar también fuera de· nosotros mis­ de cierto orden. Ahora bien; no só­
mos, pues· las ideas intelectuales o lo es posible, sino conveniente, que
de reflexión proceden de nuestro es­ los niños presten mayor atención a
píritu, y yo quisiera saber cómo po­ las nociones de los sentidos, pues la
dríamos tener la idea del ser si no atención se rige por las necesidades.
fuéramos . seres nosotros mismos '1 · Además, la experiencia demuestra
hallásemos el "ser" en no_sotros. que no ha sido en balde el trabajo
F1L.-Pero, ¿qué diréis de este de la naturaleza al poner en noso­
reto de un· amigo mío? "Si alguien tros conocimientos innatos, pues sin
-dice- puede mostrarme una pro­ éste no habría posibilidad de lle­
posición en la , que las ideas sean gar a conocer las verdades necesa­
innatas,-que me la diga; no podría rias en las ciencias demostrativas ni
. prestarme mayor servicio". . . de averiguar las razones · de los he­
. TEo.-Yo le recordaría las pro­ chos, y no nos distinguiríamos de
posiciones de la aritmética y de la los animales.
geometría, todas las · cuales son de § 26. FIL.-Y si hay verdades in­
este género, _ y no se encontrarían natas, ¿no deberá haber también
pensamientos innatos?
13 Leibn� descubrió en París en 1674 .
TEo.-Nada de eso, pues los pen­
su cuadratura aritmética del círculo en samientos son acciones, mientras que
la fórmula -
4
= - -3
1t 1
+- 1
5
-+ . ·
... los conocimientos y las verdades, en
cuanto están en nosotros, aun cuan-
90 LEIBNIZ
do no. pensemos en ellos, son capa­ noble esfuerzo. Es cierto, en efec­
cidades y disposiciones y nosotros to, que el·. espíritu de los niños y
sabemos muchas cosas en las cuales de los salvajes está men� adultera­
no pensamos apenas. do por el hábito; pero también está
. FIL.-Es difícil imaginar . cómo menos perfeccionado por la doctrina
puede haber en él espíritu una ver­ que es la que da la atención. Sería
dad en la cual éste nunca ha pen­ injusto que la luz clara brillase en
sado. aquellos espíritus que menos lo me­
TEo.-Eso es lo mismo que si se recen y que están envueltos, en las
dijera que es düícil comprender có­ más espesas tinieblas. No se debe
mo puede haber vetas en el mármol rendir tantos honores a la ignoran­
antes de que las descubran. Esta ob­ cia y a _la barbarie cuando se es tan
jeción se parece mucho a una peti­ culto e ingenioso, como lo sois vos,
ción de principio, pues todos aque­ Filaletes, y vuestro excelente autor,
llos que admiten verdades innatas pues esp equivale ·a trabajar los do­
sin recurrir a la reminiscencia pla­ nes de Dios. Efectivamente, podría ·
tónica las admiten aun concediendo decirse que cuanto más ignorante es
que no iie haya ·pensado en ellas. una persona, más . se · acerca a los
Por lo demás, este razonamiento de­ rasgos de ,un trozo de _mármol o de
muestra demasiado, pues si todas las un pedazo de madera, los cuales no
verdades hubieran de ser pensamien­ tienen mácula ni pecado; pero, des­
to, no sólo escaparían a nosotros graciadamente, no es este punto en
todas las verdades en las cuales no que a ellos nos acercamos. Por con­
hubiéramos pensado nunca, sino . .siguiente, en cuanto somos capaces
también aquellas en las cuales se ha de conocimiento debemos esforzar­
pensado, sí, pero actualmente no se nos por adquirirlo, y nuestro pecado
piensa. Y si _las novedades no son es mayor cuanto menor es nuestra
pens�entos sino hábitos y aptitu­ cultura.
des, naturales o . adquiridas, nada
impide que haya en nosotros aque­
llas en que nunca se haya pensado CAPÍTULO II
ni se pensará jamás.
FIL.-Si los principios generales Que no hay principios prácticos
fueran innatos, aparecerían con gran innatos
claridad en el espíritu de muchos _
hombres, y es así que allí no encon- F1L.�La moral es u.na ciencia de-
tramos rastro de ellos (me refiero mostrativa, pero no hay en ella
a los niños, a los imbéciles y a los ningún principio innato. Es más;
salvajes), pues éstos soit los que difícilmente encontraríamos un pre­
tienen ·el espíritu merios falseado por cepto moral susceptible de tan uni•
el hábito y la impresióµ
· de opinio- versal y espontáneo asentimiento
nes ajenas. como la proposición: "lo que es,
TEo.-Yo creo que no es asf co- · es".
mo debemos juzgar en este punto. TEo.-Es absolutamente iniposi­
Los principios innatos sólo apare- ble que haya verdades de razón tan
cen cuando la atención se fija en evidentes como las idénticas- o inme­
ellos, atención de que aquellos hom- diatas. Si bien se puede decir en
bres no disponen o la aplican a otras · . verdad que la moral tiene princi­
cosas. Sólo piensan en las necesida- . pios indemostrables de los cuales
des corporales, mientras que los pen� es uno de. los primeros y práctica­
samientos puros y depurados de_ todo mente más importante el de que se
lo sensible, como corresponde a la debe buscar la alegría y huir de la
razón, sólo se adquieren a costa de tristeza, se debe sin embargo aña-

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NUEVO TRATADO SOBRE EL E!NTENDIMIENTO HUMANO 91

dir que ésta no es una verdad cono­ tor en su álbum? Yo dejo a un lado
y
cida simplemente pOr la razón, por­ el instinto que ·mueve a lós hombres ·
que se funda en la experiencia in• los unos hacia lós otros (pues den­
terior o en un conocimiento con• tro de poco trataré de él) ; ahora
fuso, pues de lo que . es la tristeza sólo hablo de verdades en cuanto
0 la alegría no hay propiamente pueden ser · reconocidas por la ra­
ciencia. zón.· También- reconozco que ciertas
F1L.-De las verdades prácticas reglas de justicia en toda s.u exten­
sólo nos podemos cerciorar por la sión . y perfección sólo pueden ser
reflexión racional, por la medita­ demostradas bajo el supuesto de la
ción y por un esfuerzo espiritual. • · existencia de Dios y de la inmortali-·
TEo.-Si así fuese, no por ello dad del alma; y aquellas que no se
serían menos innatas. Sin embargo, derivan de fos instintos humanos
la máxima que acaba de citar pa­ son: impresas en el alma como otras
rece ser de otro orden; no la cono­ verdades derivadas. · En · cambio,
cemos poi- la razón, sino, por decir­ aquellos que fundan únicamente la
lo así, por un instinto. Es un -prin­ justicia · en las necesidades de esta
cipio innato, pero no forma parte vida, en vez de fun,darla en el goce
. de la luz natural, pues no se la co• · interior que nos proporciona (goce
noce de una manera completamente que, como emanado de Dios, es uno,
clara. Pero una vez establecido este de los más grandes), pueden ser
principio, . podemos deducir de él comparados en cierto modo con las
consecuencias cientüicas, y yo estoy partidas ·de bandoleros.
de acuerdo en lo que habéis expues­
to de que la moral es una ciencia Sit- spes fallendi, miscebunt
demostrativa. En efecto, vemos que sacra pro/anis.
esta ciencia predica verdades tan evi­
dentes, que los mismos malhecho­ § 3 ..FIL...:.....0s concedo que la na�
res, piratas y bandidos se ven obli­ turaleza ha puesto en todos los hom­
gados a guardarlas entre ellos. bres el. deseo de ser felices y una
§ 2. FIL.-Pero los bandidos prac­ gran repulsión hacia, el dolor. Estos
tican entre . ellos las reglas de la­ son verdaderamente principios prác­
justicia sin considerarlas como in• tico innatos. Los . cuales, según la
natas.. . . . naturaleza de todo principio prácti­
TEo.-¿Y qué importa? ¿Acaso co, ejercep. un influjo constante so­
se preocupa el mundo por estas cues­ bre todos nuestros actos. Pero son,
tiones teóricas? no obstante, inclinaciones del alma
FtL.-Ellos observan las máximas al bien y no impresiones de una ver­
de la justicia sólo como reglas prác­ dad impresa en el entendimiento.
ticas cuya observación es absoluta­ TEo.-Me complace · en extremo
mente necesaria para· la conserva­ ver que de hecho reconocéis las ver­
ción de su comunidad. dades innatas, por lo que os expli­
TEo:-Exacto; Y4 lo mismo se pue­ caré. ·Este principio �encuerda con
de decir de todos los hombres en el que yo antes mencioné de que ·
general. Mas por eso puede decirse buscamos la alegría y rehuimos la
que estas· leyes están impresas en · tristeza. Pues la felicidad no es más
el alma como consecuencia necesa­ que una alegría constante. Sin em­
ria de . nuestro instinto de conserva­ bargo, nuestras inclinaciones no nas
ción y de nuestro bienestar. ¿Es que conducen propiamente a la felici­
se cree 411P nosotros pensamos que dad,· sino al· placer, es decir, a la
las verdades están en nuestro enten­ felicidad momentánea, mientras que
dtmierito independientes las unas de sólo la razón nos lleva al porvenir
las otras, . como los edictos del pre- y . a la persistencia. La inclinación

1
L _.____
l
1

92 LEIBNIZ
se traduce luego, en cuanto se ex­ les: no hagas con los demás lo que
presa de una manera adecuada, en no quieras que hagan contigo.
un precepto o verdad práctica, y si TEo.-Vos repetís sie�re la ob­
es innata, también lo será la verdad jeción ya refutada por nií. Os con­
de que en el alma no hay nada que cedo que hay leyes morales que no
no se exprese por el entendimiento, son principios innatos; pero con to­
aunque no sea de una manera clara­ do, pueden ser verdades innatas,
mente determinada, como ya he de­ pues una verdad derivada es innata
mostrado suficientemente. Tampoco cuando la sacamos de nuestro espí­
los instintos son siempre de índole ritu. Pero hay verdades innatas que
práctica; algunos contienen verda­ las encontramos en nuestro espíritu
des teóricas, y a esta clase pertene­ por dos vía�: por la razón y por el
cen los principios interiores de · las instinto. Las que ya he mencionado ·
ciencias y del uso del entendimien­ son demostradas por nuestras ideas,
to cuando los aplicamos sin conocer lo que es obra dé la luz natural que
su fundamento y sólo por instinto. son principios respecto al instinto.
En este sentido no os podéis · sus­ Así. podemos ser conducidos a las
traer al reconocimiento de princi­ obras humanitarias por el instinto
pios innatos, aun cuando quisierá en cuanto: nos es grato realizarlas,
negar que. las verdades derivadas· lo y por la razóri en cuanto nos parece
son. Pero esto, después de la expli­ justo'; Existen, pues, en vuestro · es�
cación hecha por mí de fo que en­ píritu verdades instintivas que son
tiendo por innato, sería una disputa principios innatos, que son recoho�
por palabras. Y si alguien quiere ciclos y sentidos, aunque no se dis-
dar · esta denominación · a aquellas . ponga de una pruelja para su de'..
verdades que se . reciben directa­ mostración; pero· que es posible que
mente por instinto, no le llevaré la sean demostrados aun prescindiendo
contraria. del instinto. Así nos servimos de las
FIL.-Con esto me basta. Pero si reglas de las consecuencias en vir­
en· nuestrá alma hubiera ciertos tra­ tud de un conocimiento confuso, y
zos impresos por la naturaleza como por decirlo así, instintivamente. &n
otros tantos . principios de conoci­ cambio, los lógicos las fundamentan,
miento, sólo podríamos percibirlos así como los matemáticos nos mues­
actuantes en· nosotros; del mismo tran la razón de aquello que hace­
modo que sentimos el influjo de mos al andar y saltar sin pensar en
aquellos dos principios que constan­ en lo que hacemos. Por lo que se
temente nos mueven; a saber: el refiere a Ja. regla de que no debe­
deseo de· ser felices y el temor de mos hacer con los demás lo que no
ser desgraciados. queremos que hagan con nosotros,
TEo.-Hay · principios cognosciti­ no sólo necesita · una prueba, sino \
vos que influyen tan constantemen­ una explicación. Si tuviéramos po-
te en el uso de nuestro entendi­ der para ello exigiríamos demasiado
miento como los principios prácticos de los demás, ¿deberíamos por esto
en el ejercicio de nuestra voluntad;. a los demás otro tanto? Se me ob- ·
así por ejemplo, cada uno de noso­ jetará que esta ley sólo es comprenº �
tros aplica _las reglas de las conse­ .dida por los hombres de buena vo:
cuencias por una lógica natural, sin !untad. Pero entonces dicha regla,
tener conciencia de ello. en vez de poder servir de medida,
FIL.-Las leyes morales necesitan la necesitaría ella misma. Su verda­
ser demostradas; por consiguiente, dero sentido es que el verdadero
no son innatas. Así por ejemplo su'­ punto de vista para juzgar bien es
cede con aquella ley que es el prin­ el de aquel que se coloca en el pun-
cipio de todas las virtudes socia- to de vista del prójimo.
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 93
§ 9. FIL.-A veces se cometen ma­ no sólo porque es necesario que co­
las .acciones sin el menor remordi­ mamos, sino también y muy princi­
miento de conciencia; por ejemplo: palmente porque el comer nos causa
cuando se entra por asalto en las placer. Pero estos instintos no nos
ciudades, los soldados cometen los impelen de una manera irr�sistible
peores actos sin escrúpulo alguno. ·a la acción; las pasiones les oponen
Muchos pueblos cultos abandonan obstáculos, los prejuicios los oscure­
a sus hijos; algunos pueblos caribes cen y los alteran por hábitos opues­
castran a los suyos para engordarlos tos. Mas, por lo gerieral, todos con­
y comérselos. Cuenta •Garcilaso de venimos en estas inclinaciones y las
la Vega que muchos pueblos del · seguimos si a ello no se oponen afev
Perú apresaban mujeres para hacer tos más poderosos. La parte mayor
de ellas concubinas, y que criaban a y más sana del género humano da
los niños hasta los trece años para testimonio de ello. Los orientales,
devorarlos después, haciendo lo mis­ así como los griegos o los roma­
mo con las madres cuando dejaban nos, la Biblia y el Corán, están en
de tener ·hijos.1 En los viajes de este punto de acuerdo; la policía de
Baumgarten se refiere que en Egipto los • mahometanos castiga general­
había un derviche tenido por santo mente los hechos que Baumgarten
eo quod non feaminarum unquam refiere, y sería preciso estar tan em­
esset ac puerorum, sed tantum asella­ brutecido como lo están los salvajes
rum concubitor atque mularum.2 de América para aprobar sus cos­
TEo.�La ciencia moral (si pres­ tumbres, que exceden en crueldad a
cindimos del instinto en virtud del las de los mismos animales. Sin em­
cual perseguimos la alegría y hui­ bargo, estos mismos salvajes sienten
mos del dolor) no es de otro modo muy bien en .otros casos lo que es
innata que la aritmética, pues tam­ la justicia, y aunque quizá no exista
bién ella depende de pruebas que acción alguna perversa que no ha­
nos proporciona la luz interior. Y ya encontrado aplauso en ·determi­
como quiera. que las pruebas no sal­ nados tiempos y lugar, sin eqibargo
tan a los ojos, no es maravilla que hay pocas que en la mayor parte de
los hombres no sean conscientes de los casos, y por la mayoría de la
todo aquello que en sí poseen y no humanidad, no. haya sido· condena­
siempre lean · con suficiente celeri­ da. Esto no sucede sin razón; pero
dad los trazos de la ley natural que como, por otro lado, no es la razón
Dios, según San Pablo; ha escrito únicamente su causa, debe ser atri­
en su corazón. Pero como la moral buido en parte al instinto natural.
es más importante que la aritmética, El uso, la tradición y la educación
Dios ha dado al· hombre instintos no _dejan de contribuir también a
que llevan, inmediatamente y sin ra­ ello; pero la causa de que las cos­
z_onamiento, a algo de lo que la ra­ tumbres se conformen generalmente
zón ordena. Así obedecemos y segui­ a estos deberes es el sentimiento na­
mos también las leyes de la mecá- tural. . Al sentimiento natural hay
. nica sin pensar en ellas y comemos que atribuir también el origen de la
creencia tradicional en la existencia
1 Historia general del Pera . (tradu­ de Dios. La naturaleza ha conce­
cida al alemán por G. E. Bóttger en dido a los hombres, y aun a la ma­
1787, Nordhamen, Groso). .· yor parte de los animales, amor y
!l V. Mart, a Baumgarten in Breiten­
dulzura hacia los individuos de su
bach, Peregrina/is in . Aegyptum, Ara­ misma. especie. El mismo tigre, "par­
biam, Pala�inam et Syriam (Norim­
burgae ex off Gerlachiana p. P. cit cognatis maculis".3 De aquí la
Kaufmanum), 1694, 4, L, 11, cap. 1,
p. 73. a Juvenal, Sat., 15, v.. 159.
94 LEIBNIZ

hermosa sentencia de un juriscon­ tiene poca . parte. · En efecto, estos


sulto romano: quia inter omnes auxiliares no bastarían, sin la ra­
homines natura cognationem consti­ zón, para comunicar a iti moral una
tuit, inde hominem homini insidiari completa . certidumbre. ¿Se negará,
.nefas esse.4 Casi únicamente las ara­ en fin, que el hombre posee un ins­
ñas constituyen una excepción a es­ tinto natural para rechazar, por
ta regla, al devorarse unas a otras, · ejemplo, las cosas sucias, bajo el ·'
hasta el punto de que l¡ts hembras · pretexto de que hay gentes que sólo
jóvenes devoran a sus machos des­ hablan con placer de cosas inmun­
pués de haber satisfecho su deseo. das y que hay pueblos en Bután
Al lado de este instinto sociable que consideran bien olientes los ex­
universal que se llama en los hom­ crementos del rey? Creo que. esta­
bres filantropía, hay otros más es­ réis . conforme conmigo, por tanto,
pecíficos, como el. del hombre a la en lo que · se refiere al instinto na­
mujer, el de los padres a sus hijos, tural en. asuntos .morales, si bien
a que llamaban los gi:.iegos CM"opy1¡v, diréis quizá, como decíais cuando
y otras inclinaciones semejantes que hablábamos del instinto de la ,ale­
constituyen el derecho natural, o gría y la felicidad, que semejantes
más bien aquella semblanza ·del de­ disposiciqnes no son verdad.es inna­
recho que, según los. jurisconsultos tas. Pero ya he contestado a eso que
romanos, ha enseñado la naturaleza cada sentimiento es la percepción
a los animales. Pero especialmente de una verdad; y el sentimiento na­
en los -hombres encontramos cierta tural lo es de una verdad innata, si
preocupación por la dignidad y la bien quizá de una manera vaga y
decencia que nos hace ocultar ·to confusa, como lo son las experien­
que nos rebaja y a avergonzamos cias de nuestros sentidos exteriores.
<le ciertas acciones, a sentir una gran Así, pues, podemos distinguir las
repugnancia contra el incesto, así co­ verdades innatas, de la luz natural
mo enterrar a los muertos, a no (que es la única que contiene cono­
comemos a los hombres ni a los cimientos claros), como el género
animales vivos. Esta misma inclina­ debe distinguirse de su especie, pues-
ción· es la que · nos lleva a cuidar to que las verdades innatas com-.
nuestra fama más que nuestras ne­ prenden tanto los instintos como la
cesidades y nuestra propia vida, · a luz natural.
sentir remordimiento de conciencia, § 11. FIL.-El que conociese los
y aquel laniatus et ictus, aquellos límites naturales de lo justo y de lo
martirios y . mortificaciones de que injusto, y no se guardase de •con­
hablan Platón y Tácito.5 Aparte del fundirlos, no podría menos de ser
temor , al futuro y a un poder su­ considerado como un enemigo· de­
µremo, que. también tienen un ori­ clarado de la paz y la felicidad de
�en natural. En todo esto hay algo la sociedad a que pertenece. Pero
I

de real; . pero en el fondo todos los como los hombres los confunden a
sentimientos naturales, cualesquiera cada paso, hay que suponer que no
que fueren, sólo son auxiliares para los conocen.
la razón y signos de la prudencia TEo.-Eso es tomar las cosas de­
que la naturaleza nos ha concedido. masiado teóricamente. Diariamente
El hábito, la tradición, la educación sucede que los hombres obran con­
y el razonamiento contribuyen mu­ tra sus propios conocimientos, y pa­
,cho; pero la naturaleza humana no ra satisfacer sus pasiones dan otra
dirección a su espíritu. Si así fuese,
4 Florentino, Digest., I. l. 3. no veríamos a menudo gentes que
n Tácito, .Annale11, PI, 6; Platón, comen y beben lo que no saben que
Gorgias; 524 E. puede causarles enfermedades e in-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 95

cfoso la muerte, y a otras que des- la moral; no la vulneraríamos me­


cuida n sus negocios, y, en suma, no nos _que a ésta, a pesar de todas las
veríamos hacer lo que hacen nacio- · demostraciones de Euclides y Arquí­
nes- enteras. El futuro y la razón, medes, las que consideraríamos co­
raras veces tienen tanto poder sobre mo sueños y lemas de falta" de lógi­
nosotros como el presente y los sen- ca; y José Escalígero, Hobbes y otros
tidos. Esto lo sabía muy bien aquel que escribieran co1:1tra Euclides y
italiano que al ser· conducido al tor- Arquímedes no hubieran tenido tan
mento se impuso tener constante- · escaso número de seguidores.º Sólo
mente ante sus ojos la imagen del la ambición de la gloria que espe- ·
patíbulo, y al cual se le oía decir a raban alcanzar estos escritores con
menudo: lo ti vedo, lo que él expli- · la cuadratura del círculo pudo des­
eaba luego, al verse libre. Sin el fir. lumbrar hasta tal punto a hombres
me propósito de tener siempre pre- · de tanto mérito. Y si otros hubie­
sente el verdadero bien y el verda- ran tenido 1os mismos intereses, hu­
dero mal para practicar el uno y bierán caído en los mismos errores.
evitar el otr o, somos arrastrados, y F1L.-Todo deber entraña la idea
ante las más apremiantes · necesida- de ley y el conocimiento o suposi­
des de la vida nos encontramos como ción de una ley no se puede ima­
aquellos que ·nenas de fe contempla- · ginar sin un legislaoor, así como sin
ban el paraíso y él infierno. · . un castigo y una recompensa.
TEo.-Puede haber recompensas y
· Cantantur haec, laudantur haec · penas naturales sin legislador; así
dicuntur, audiuntur; por ejemplo, la incontinencia es cas-
scribuntur haec, leguntur haec, tigada con las enfennedades. Pero
et lecta negliguntur. como estos castigos naturales no
siempre se dejan sentir con igual ri-
FIL.-Cada uno de los principios gor y genera_lidad, hay que suponer
que se suponen· innatos deberá ser que ningún precepto podría subsis­
reconocido poi' . todos como· justo y tir si no hubiese un Dios encargado
ventajoso. de no dejar sin castigo ninguna�a-
TEo.-Eso es volver siempre a la la acción, ni ninguna buena obra sin
hipótesis tantas veces refutada por recompensa.
mí de que cada verdad innata haya FIL.-Según esto, la idea de Dios
de ser conocida siempre y por todos. Y, la de una vida futura,. ¿son tam-
§ F1L.-Pero la posibilidad públi- bién · innatas?
ca de violar la ley demuestra que TEo.-Así lo creo en el sentido
esta ley no es innata; así por ejem- explicado ya por mí.
plo, el precepto que nos mandE! amar F1L.-Pero estas ideas están lejos
y mantener a los hijos _era quebran- de haber sido grabadas en el espí­
tado por los antiguos, puesto que ritu de todos los hombres, que ni
permitían la exposición de los niños. siquiera parecen verlas claras aqué-
TEo.;...:cLa misma conculcación de· llos sabios que han hecho de ellas
este precepto demuestra que si bien objetos especiales de sus investiga-
. este deber está grabado en nuestra ciones, prescindiendo de que debe•
alma, nuestras pasiones nos impiden ríán ser · conocidas de toda criatura
que sigamos a la letra. Además, pa- humana.
ra tener perfecta conciencia de la O Joseph Ju5t11s Scaliger (1540-1609).
necésidad de estos deberes, debemos Cyclometrica Elementa, Leiden, 1594
b 1
tener ante �s ojos sus· prue as, 0 (v. Cantor, Historia de las Matemdti•
que no hacemos ordinariamente. Si cas, 2 , 11, 596 y_ s1g. · ) Th. Hobbes, De
la geometría· se opusiera a nuestras principiis et ratiocinatione Geometra­
pasiones e intereses actuales, como rum (Opera, ed. Molesworth, 1668).

1
1
L_ __._____ �
96 . LEIBNIZ

TEo.-Eso es volver al supuesto, son verdades evidentes de· tal natu­


tantas veces refutado por mí, de que raleza que, si están bien explicadas,
lo que no es· conocido no es innato. de ellas no puede du8'ar ninguna
Lo innato no es, desde luego, cono­ criatura racional. Pero están muy le­
.cido clara y distintamente como tal, jos de ser principios innatos, según
y a veces su conocimiento requiere . la opinión de nuestros amigos. Y si.
grande y metódíca atención. Esta estas cinco proposiciones hubiesen
no siempre es aplicada convenien­ sido grabadas .por el dedo de Dios
temente por los sabios, y mucho en nuestra alma, habría otras mu­
menos por los demás hombres. chas que se deberían colocar en la
§ FIL.-Pero si. los hombres· pue­ misma categoría.
den ignorar lo que es innato o du­ TEo.:--En eso estoy conforme, pues
.dar de ello, carece de sentido hablar considero todas las verdades nece­
-de principios innatos y querer de­ sarias, así i:onio los instintos, inna­
mostrarnos su supuesta necesidad. tos. Pero os confiesp que aquellas
Pues en ·vez de servimos,. como su­ cinco proposiciones no son princia
ponéis, para cerc_iorarnos de la ver­ pies innatos, pues creo que _se pue­
.dad y la certidumbre de las cosas, den y se deben demostrar.
. nos �ncontraremos con respecto a § FIL.-Por lo que se refiere a la
ellos en el mismo estado de incerti­ tercera, que afirma que la virtud es ·
dumbre que si no los tuviéramos. el mejor servicio de Dios, queda por ·
Tl!o.-No podemos poner en du­ averiguar qué se -entiende por vir­
da todos los principios innatos. Esto tud. ¿Se entiende en el sentido más
1o habéis reconocido en lo que se corriente, es decir, ,se considera la
refiere al principio de identidad o virtud como aquello que, segun las
de contradicción, puesto que habéis distintas opiniones reinantes en los
confesado que hay principiqs indis-. diversos países, se considera loable?
cutibles que no queríais reconocer Entonces esta proposición está tan
entonces-como innatos; pero de aqui lejos de ser evidente, que ni siquiera J
no se sigue que todo lo que es in­ es verdad. Si, por el contrario, se l
nato y está necesariamente relacio­ llama virtud los actos conformes con (
nado con · estos principios innatos la voluntad de Dios, nos encontra­ e
haya de ser de una evidencia indis­ ríamos frente a un idem per idem, t
cutible. y la proposición nada nos enseña­ l
FIL.-Oue yo sepa, nadie ha in­ ría, pues significaría solamente que

'
tentado hasta hoy hacer una cata- a Dios 'le agrada aquello que está J
t
1ogación exacta de estos principios. conforme con su voluntad. Lo mis­
TEo.-¿Acaso la tenemos de los mo puede decirse del concepto de e
axiomas de la geometría? pecado en la cuarta proposición. E
§ 15. FIL.-Lord Herbert 7 ha que­ TEo.-Yo no recuerdo haber dicho r
Tido catalogar algunos de estos prin­ que la virtud dependa de la opinión; e
cipios; .a saber: primero, hay un por lo · menos los filósofos no pien­ l
Dios Supremo; segundo, le debemos san así. El hombre "virtud" depen­ I
servir; tercero, la virtud, juntamen'. de, en efecto, de la opinión de aque­ r
te con la pieiiad, es el mejor culto; llos que designan con él determina-­ t'.
cuarto, debemos arrepentirnos de dos hábitos o acciones, según que , e
nuestros pecados; quinto, hay re­ tienen éstos por buenos o malos, con­ e
compensas y castigos después de es­ forme a su razón; pero en el concep­ i
ta vida. Yo concedo que todas estas to de virtud, 'en general coinciden r
todos, aun cuando en su aplicación a
7 Herbert de Cherbury (1581-164_8), haya divergencia. Según Aristóteles r
De veritate, prout distinguitur a veri­ v otros· varios, la virtud es la capa­ d
simili, a possibili et a falso, París, 1624. cidad de dominar las pasiones por 11

4
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 97

medio de la razón, y más . sencilla­ siendo más difícil, por esto causa
mente, la capacidad de proceder cori dominarlos, pues -no vale el trabaj�
• arreglo a la razón. Pero· esto debe que supone la empresa. · La cultura
ser necesariamente grato a Aquel del espíritu es sin duda una exce­
que es la suprema y última razón lencia y si es permitido hablar con­
i. de todas las cosas, y al cual nada tra la civilización en favor del sal�
-Y mucho menos los actos de las · vajismo, t�mbién habría derecho pa- ·
criaturas racionales- es indiferente. ra hablar ·contra la razón en nombre
§ 20. FIL.-Se dice generalmente de los animples y tomar en serio las
que los usos, la educac�ón y las cos­ burlas de Des Preaux en una de
tumbres de aqúellos ccin quienes es­ sus sátiras, en donde· para discutir
tamos en relación pueden oscurecer la superioridad del hombre sobre
en nosotros estos principios de mo­ las bestias. pregunta:
ral que se �onsideran innatos. Pero
· si esto es verdad, cae por su base L'ours a peur du passant ou le
la· prueba que se quiere sacar del passant de l'ours?
consentimiento general. La conclu­ Et si par un édit des péJtres
sión que de aquí se saca general- de Lybie les lions videraient ·
. mente es la siguiente: Los princi­ les pares de Numidie, .etc.
pios que un hombre de sano enten­
dimiento profesa son innatos; noso­ Sin embargo, debemos coJÚesar
tros y los de nuestro partido somos que hay muchas cosas . importantes
hombres de sano sentido; luego en las que -ios pueblos incultos es­
nuestros principios son innatos. ¡Gra­ tán por encima de DOSOtrtJS, sobre
ciosa manera de sacar conclusiones, todo en lo que se refiere a la fuerza
que. lleva derechamente a la infali­ corporal; y aun en lo tocante al
bilidad! alma se puede asegurar que en ci�r,­
TEo.-Por lo que a mí se refiere, to modo su moral es mejor que la
yo no· me sirvo del consentimiento nuestra, porque _no conocen Iii la co­
universal como de una prueba prin­ dicia, ni la ambición, .de dominar.
cipal, sino como de una confirma­ Y aun se puede añádir que él co­
ción, pues las verdades innatas por­ mercio con los cristianos los ha
tan en sí, en . tanto son examinadas echado a perder en algunas cosas;
por la luz natural de la razón, su se les ha enseñado, suministrándo:
propio sello, como las de la geome­ les aguardiente, a emborracharse, a
tría, pues están encerradas en los jurar, a blasfemar y otros vicios que
principios inmediatos que vos mismo no conocían. Entre no�otros hay más
consideráis como . indiscutibles, Sin . bienes y males que entre ellos; un
embargo, yo quiero conceder que es malvado europeo. es _peor que un sal­
más . difícil. distinguir lcis instintos y vaje, pues refina el mal. Sin em­
otras disposiciones naturales, de los bargo, esto no impide a los hombres
hábitos; pero con todo, también pa­ sumar las, excelencias que la natu-·
rece ser que esto es posible en la raleza concedió a · aquellos püeblos
mayor parte de los casos. Por lo de­ a las que la razóri nos proporciona a
más, los pueblos civilizados tienen nosotros.
cierto derecho a atribuirse el uso F1L.-Pero yo quisiera saber có­
de la sana razón sobre los salvajes, mo nos conduciríais frente· a este di­
puesto que a éstos los pueden do­ lerna· de un amigo mío: "Yo desea-·
meñar tan · fácilmente como a los ría --dice:- que los defensores de
animales mtstrando así su superio-· los principios · innatos me dijesen si
ridad. Si no siempre sucede esto.­ estos principios pue,den ser desarrai­
depende de que ellos, como los ani­ __gados por la educación y por el há­
males, se refugian en los bosques, bito o no". Si no pueden serlo, los
4

-'-------"'----- ------ ---- - -------- ----------'


98 LEIBNIZ

deberemos encontrar en todos los ta doctrina del sentimiento natural


hombres y brillarán · cm el espíritu o de las verdades innatas. Quizá no
de cada uno ·de elfos; pero si pue­ quiera ir tan lejos con lis observa-�
den ser deformados por nociones ex­ cienes. Tan c�nvencido estoy yo
trañas, aparecerán más claros y· no­ como él de que muchas opiniones
torios allí donde estén más cerca de son tenidas por verdades sólo· por
su origen; es dl:cir, en los. niños y el efecto del hábito y de la credu­
en los ignorantes, en los cuales no lidad, como también hay muchas
han hecho aún . mella ajenas opinio­ que algunos fil�sofos quieren tachar
nes. - Cualquiera que sea el partido de prejuicios, a . pesar de · estar fun­
que aquí se tome, cl�i:¡imente s� ..ve­ dadas · en la· .sana razón y, en lll na­
rá que es desmentido por los hechos turaleza. También nos debemos guar­
constantes y por una continua ex­ dar, y aún ínás, de esos que. bajo
periencia. aires de innovar extienden, las más
TEo.-Me asombra que vuestro veces por ambici6n, la desconfianza
ingenioso amigo confunda oscure­ contra tódo lo antiguo: Reflexionan_.
cer con borrar, como también por do yo sol;>re lo nuevo y Jo viejo, he
vuestra parte. confundís el no ser visto que la· mayor parte de las doc­
con ·el no aparecer. Las ideas y ver­ trinas recibidas son• sµsceptibles de
dades innatas no pueden ·desapare­ una . recta interpretación. Desearía.
cer; pero en muchos . hombres (por por lo mismo, que los hombres de
su estado actual) están oscurecidas ingenio pusiesen· su afán en cons­
por sus necesidades corporales, y truir y mirar hacia adelant� y no
aún más a veces por los malos há­ en demoler ·y mirar hacia • atrás.
bitos contraídos. Siempre que las Antes debiéramos imitar· a los ro­
percepciones confusas de los senti- manos,. que tan bellos edificios pú­
' dos no se adueñen ·de nuestra aten­ blicos construyeron, que no a aquel
ción, esta. luz interior. iluminará el rey vándalo, al cual aconsejaba su
entendimiento y enardecerá la vo­ madre que los destruyese; ya que no
luntad. Esta es aquella colisión de podía contar con la gloria de le-
que hablan la¡¡ Sagrada¡¡ Escrituras, vantarlos.8
no menos que la filosofía antigua y F1L.-El objetivo de los sabios ·
moderna. que han combatido la existencia de
las verdades innatas es impedir que
Fu:..-Así pues, nosotros nos en­ bajo este honroso nombre pasasen
contramos en tan, densas tinieblas y los prejuicios que crea y mantiene
en tan grande ignorancia como si · nuestra pereza. ·
tal luz inferior nos faltase. TEo.--Sobre este punto estamos
TEo......;.¡Dios nos guarde de ello! de acuerdo, ·pues yo no sólo rechazo
Si. así fuera, no sería posible ·1a cien­ todos los principips dudosos, sino
cia, ni la ley, ni siquiera la razón. que quisiera extender también la
§§ 21-22. FIL._;..Por lo menos me prueba a los axiomas de Euclides,
concederéis qu� a veces los prejui­ como algunos antiguos lo hicieron.
cios pasan por ideas naturale.s, lo Y .si se me pregunta cuál es el me­
cual es consecuencia de las malas dio de conocer y analizar los prin-
enseñanzas de la niñez o de las ma­
las costumbres que la educación y 8 Esta anécdota se lee en la Crónica
el ambiente forman en nosotros. de Idacio (cap. 62). El rey citado se
TEo.�Cotúieso que el admirable llamaba Chrocus, que pasó el Rin por
autor a quien seguís ha dicho sobre Maguncia, con los suevos y alanos, y
que siguiendo el mal consejo de 'su
esto coses muy bellas, y bien enten­ madre devastó, Francia y Alemania
didas, utilísimas; pero yo no creo (v: Bouquet, Rerum Gail, et Transcrip­
que nada de ello contradiga la rec- tores. t. II, p. 464).
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 99

cipios innatos, ·contestaría, conforme el · conocimiento que poseemos de


· con lo ya dicho, que, con excepción nosotros mismos encierra en sí el
del instinto, cuyo origen es desco­ conocimien�o del ser. Algo semejan­
nocido, se los. debe buscar en los te sucede con otras nociones gene.:­
primeros principios; es decir, en los rales.
axiomas de identidad o inmediatos, § 4. F1L.-Si la idea de identidad
con ayuda de -las definiciones, que fues� tan natural y evidente y estu­
no son otra cosa que una clara ex­ viese ·tan presente en el espíritu que
posición de las ideas.9 Aun vuestros la conociésemos desde la cuna, yo
amigos, tan opuestos hasta aquí a preguntaría a un niño de siete años
las verdades innatas, aprobarán, y a un hombre de setenta si un hom­
creo, este método que parece con­ bre· que está compuesto de alma y
forme a su fin principal. cuerpo permanece el mismo cuando
su cuerpo experimenta una varia­
ción, o si, supuesta la- metempsico­
CAPÍTULO 111 sis; Euforbo es lo mismo que Pitá-
goras. · .
Otras observaciones sobre los prin­ Tso.-Ya expliqué. suficientemen­
cipios innatos, tanto los que per­ te que lo qtie a nosotros es natural
tenecen . a la teoría como los que no quiere decir que . sea conocido
conciernen a la práctica desde la- cuna, y que hasta puede
semos conocida una. idea sin que a_
§ 3. FIL.-Oueréis reducir las ver­ la vez estemos en condiciones de re­
d&des a los primeros principios,. y solver todos los problemas,. que con
os confieso que si hay un pri11cipio ella se relacionan. Esto equivaldría
' incontrovertible es el siguiente: Una a afirmar que un niño no puede
cosa no puede ser y no ser al mismo .saber lo que_ es el cuadrado y :su
tiempo. Y sin. embargo parece difí­ diagonal por la dificultad que tiene
cil poder afirmar que sea innato, de conocer que la diagonal es incon­
porque al mismo tiempo debemos mensurable con el lado del cuadra­
estar convencidos de que las ideas do. Por lo que se refiere a la: cues­
de identidad e imposibilidad lo son. tión misma, yo creo, por la doctrina
TEo.-:--En ·efecto, confieso que los de los mónadas expuesta en otro lu-
' que defienden las verdades · innatas . gar, haberla- resuelto: ya volveremos
deben afirtnar y estar · persuadidos sobre este punto más adelante.
de· que también lo son estas ideas F1L.-Ya veo que seria im1til ob­
y confieso que soy de su opinión. jetarse que: el todo es mayor que la
Las ideas de ser; de imposible, de parte no es innato, porque las ideas
idéntico son tan innatas que .entran de todo y parte son relativas y de­
en todos nuestros pensamientos y ra­ penden de las ideas de número y
ciocinios, y las considero como· esen� extensión, pues no dudo que me con­
ciales a.nuestro espíritu¡ pero ya he testaréis que hay ideas -innatas de
dicho que no siempre se les consa­ relación y que las ideas de número
gra la debida atención; y sólo apren­ y extensión son innatas, también.
demos a discernirlas andando el TEo.-Tenéis razón y además creo
tiempo. Ya he ·indicado que naso: . que la idea de extensión es poste-
tros · somos, por decirlo así, innatos rior a las de todo y parte.
a nosotros mismos, y- ·por el hecho § 8. FIL.-,-¿ Y qué creéis de la
de ser, el ser es innato en nosotros; verdad de que Dios debe ser reve­
� renciado? ;.Es innata?
0 La doctrina de Leibniz sobre la TEo.-El deber de reverenciar a
definición está comprendida en el ar­ Dios implica en mi opinión que ..
tículo "De Syntesi et Analisi". cuando la ocasión se presenta debe--

1
¡_ __._____
·100 LEIBNIZ

mos demostrar que honramos a Dios viento que se respira como una de
más que a todas las "otras cosas; las más sutiles materia¡ conocidas
idea que no es sino una consecuen­ por nuestros sentidos; y de las im­
qia necesaria de la idea y de la exis­ presiones de los sentidos se parte
Ir tencia de Dios; es decir, en mi len­ para elevarse poco a poco a los
guaje, una verdacl innata. conceptos s.uprasensibles. Sin em­
FIL.-Sin embargo, los ateos pa­ bargo, esta · dificultad _ de elevarse a
recen demostrar, con su ejemplo, los conocimientos abstractos no . de­
que la ideá de Dios no es innata.. muestra nada contra las ideas in�
Y para no hablar de aquellos que natas. Hay pueblos que .no - tienen
mencionan los antiguos, ¿no han si- la palabra correspondiente a "ser".
� - do descubiertos, pueblos enteros que ¿Puede creerse que no sepan lo que
no tienen idea alguna de Dios y ni es un "ser" porque no sepan conce­
siquiera poseen palabras con que bir separadamente la idea de ser?
traducir -las nuestras de Dios y al­ Por lo demás, encuentro tan bello
ma, como en el golfo de Soldan en y elocuente . lo que nuestr_o exce_.
Brasil, en las islas Caribes y en el lente autor dice sobre · ta idea de
Paraguay? · · Dios ("Tratado sobre el entendi­
TEo.-El bienaventurado Fabricio, miento humano", t. l, c. 3; § 9),
célebre teólogo de Heidelberg, es­ que no resisto a trasladarlo. Dice
cribió una- apología del género hu­ · así: "Los hombres han de tener
_mano para limpiarle de la acusa­ cierta idea de aquello de que ha­
ción de ateísmo.1 Era éste un pro­ blan unos con otros y tienen, a me­
fundo- escritor que estaba por enci­ nudo, que designar esas cosas con
ma de muchos prejuicios. Sin em­ ciertos nombres; y si esto de que
bargo, · no he de detenerme aquí a hablan encierra en sí la idea de gran-
discutir la cuestión de· los hechos. deza o de otra propiedad extraordi­
Puede ser . que muchos pueblos no · naria que despierta el interés de a1-
hayan pensado nunca en la sustan­ gún modo, y se presenta a] espíritu
.cia suprema ni en lo que es el alm!l. bajo ]a especie de un poder abso­
Yo recuerdo que cuando se trató, luto e irresistible que impone el te­
a mi ruego, recomendado por el mor (y yo añadiría: y bajo la idea
ilustre Witsen, de obtener en Ho­ . de una bondad infinita que forzosa­
landa una traducción del "Padre mente tenemos que amar) tal idea
nuestro" en el le9guaje de los Ba­ no puede menos de imponerse fuer­
rantola, al llegar al pasaje "santifi­ temente y propagarse_más que otra
cado sea el tu nombre", nos tuvimos alguna, mayormente si se concilia
podían comprender lo. que significa de la razón y se
· que detener porque los Barantola no con las más elementales verdades
deduce natural­
"santo". También recuerdo que en mente de cada uno de nuestros co­
el "Credo" traducido para los ho­ nocimientos. Ahora bien; tal es la
tentotes nos vimos forzados a expre­ idea de Dios. Pues en todas las
sar la idea del "Espíritu Santo" con cosas de la creación aparece de un
palabras que en el lenguaje de aque­ modo tan ostensible el signo asom­
llos indígenas expresaban la idea de broso de una· sabiduría y de un po­
un viento dulce y agradable. Y esto der infinitos, que toda criatura ra­
no era un desatino, puesto que 1a cional que medite sobre éste punto
palabra griega 'lt\lEUµcx, y las latinas no puede menos de descubrir al
anima y spiritus, designaban jgual­ autor de todas estas maravillas, y
mente en su origen el aire o el la impresión que el descubrimiento
de tal ser produce en el alma de
1 Juan ·Fabricio. El libro citado apa­ quien oye hablar- de él es tan grande
- reció en 1662. y sugiere ideas . altas· y de tal poder
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTQ HUMANO 101

de expansión, que me parece muy <!ecir, que puedan hallarse dentro


extraño que haya un pueblo sobre de nosotros.
la tierra tan estúpido que carezca § 18. F1¿.-También sería conve-.
de la idea de Dios. Esto, digo, me niente· tener ·una idea. innata de la
parece tan pasmoso como pensar en sustancia; pero está demostrado que
hombres que no tu.vieran idea algun·a no la tenemos ni innata ni adqui­
del número o del fuego". Yo qui­ rida, puesto que no la alcanzamos
·siera poder trasladar muchos de es­ ni por la sensibilidad ni' por la re-
tos párrafos del• ilustre autor. Ahora flexión. . -
añadiré que cuando habla de la co­
rrespondencia de la idea de Dios con 'I'Eo.-Yo opino que la reflexión
las más elementales ideas de la ra­ basta para hallar la idea de sustan-
zón y sus naturales consecuencias, cia en nosotros mismos, que somos
apenas pa);'ece alejarse de la teoría sustancias. Y esta noción es una de
de las ideas innatas tal como yo las más importantes. · Pero quizá ha•
la he desarrollado. Y acerca_ de que blemos de esta idea en el curso ulte­
le parezca tan . extraño que haya rior de nuestra conferencia.
hombres sin ninguna idea de Dios • § 20. FIL.-Si en el espíritu hay
como que se encu.entren quienes no representaciones innatas, sin que _aes
tengan idea de los números o del tualmente las piense, por lo menos
fuego, contestaré que los indígenas deberán estar en la memoria, de la
de las islas Marianas (a las que se cual las sacaríamos por medio de
dio el nombre de la reina de Es­ la reminiscencia, es decir, ser cono­
paña ·que envió allí misiones) cuan­ cidas cuando acude al recuerdo, co­
do fueron descubiertas no tenían co­ mo tantas percepciones tiue estuvie­
nocimiento �lguno del fuego, como ran antes en el alma; a menos .que
se deduce de la narración del P. Go-• la reminiscencia no pueda subsistir
bien;,jesuita fra11cés, a quien se con­ sin reminiscencia. Pues precisamen­
fió el cuidado ·de la misión, narra­ te esta persuasión interior de que
ción qtie él mismo me envió. tales y tales ideas han - existido en
§ 16. F1L.-Pero si hemos de con­ nuestra mente es .lo que distingue la
siderar innata la idea de Dios por­ reminiscencia, de cualquier otra vía
que todas las personas dotadas de del pen·samientó.
razón la tengan, · también debería­ TEo.-Para afirmar que en ·nues- ·
mos considerar innata la idea de tro espíritu existen determinadas
virtttd porque tales personas siempre . ideas o verdades, néL-es necesario
han tenido una verdadera idea de que nosotros hayamos pensado al­
ella. guna vez en ellos; son hábitos na-
TEo.-No la virtud, sino la idea . turales; esto es, disposiciones acti­
. de virtud es lo innato; y quizá esto vas y pasivas y estados que impli­
es lp que vos queréis decir. can más que una tabula rasa. Los
FIL,-Oue hay un· Dios es tan platónicos · creían efectivamente que
cierto como que cuando dos líneas aguello que encontramos en nosotros
r�ctas se cortan, los ángulos opues­ mismos ya lo hemos pensado ante­
tos son iguales. No habrá habido un rionnente, y para refutación no bas­
ser racional que examinando since­ ta decir que no lo recordamos; pues
ramente estas dos ·proposiciones no seguramente vuelven a nuestra· con­
haya asentido a ellas. Sin embargo, ciencia infinitos pensamientos, de los
no es me�s ·cierto que hay muchas cuales no tenemos memoria .. Muchas
personas qlie ignoran esas verdades veces ha sucedido a alguno creer
porque nunca· pensaron en ellas. que había inventado unos versos, re­
TEo.-Convengo con ello; pero sultando luego que los había leído en
esto no impide que sean innatas; es algúri poeta antiguo. También a ve•

l-__.____
102 LEIBNIZ

ces comprendemos fácilmente algu- guna de una representación, aun


- n�s cosas por haberlas aprendido cuando no sea bastante r.,erte para
anteriormente, sin que recordáramos recordar que ya se ha tenido.
e�ta circunstancia. Sucede también § 24. FIL.-Debo reconocer que
que un niño que se queda ciego ol­ respondéis con bastante naturalidad
vida haber visto la luz y los colo­ a las dificultades que oponemos a
res, como "Je sucedió, por viruelas a las verdades innatas. Quizá tampoco
los dos años y medio, al célebre Ul­ combaten nuestros partidarios estas
rico Schonberg, que nacido en Weide verdades eri el sentido en que vos
en el Oberpfalz, murió en Koenis­ las entendéis. Así, pues, en fo único
berg, Prusia,. en 1649, en donde ha­ que yo insisto en que muy· bien es
bía enseñado, con gran asombro de de temer que .Ja creencia en las ver­
todos, lil filosoffa y las matemáti­ dades innatas pueda dar pretexto a
cas. En tales cosas puede también la pereza para dispensarse dé inves­
suceder que los recuerdos de anti­ tigar muchas cuestiones, y dé a los
guas impresiones perduren vivos, sin doctores y a los maestros la como­
,, que nos acordemos de ellas; Yo creo didad de plantear, por · principios de
que en los sueños todos los pensa­ todos los principios, que los princi­
mientos vuelven en esta forma. Cuan­ pios no pueden ser puestos en tela
do Tulio Escalígero celebró en verso de juicio.
a los hombres· ilustres de Verona, TEo.-Ya he advertido que si
aparecióle· en sueños un hombre que vuestros amigos no piden otra · cosa
decía llamarse Brugnol -un bávaro sino que se demuestren todas 'las
de nacimiento, que después se asentó verdades que se pueden recibir, sin
én Verona-, y se lamentó de ha­ distinguir si son innatas o no, yo
ber sido olvidado. Julio Escalígero . estoy conforme con ellos. La opi­
no recordaba haber oído hablar de nión de que existen verdades inna-
él; pero a consecuencia de est.e sue­ tas, ,a la manera que yo las entien­
ño hizo su elogio en verso. Final­ do,. no puede dispensar de ello a
mente, su hijo Joseph Escalígero, en nadie, pues aparte de lo convenilm-
un . viaje por Italia, supo. que en te que es averiguar la causa de nues­
otro "ti.empo había habido en Vero­ tros instintos, para mí es máxima
na un célebre gramático· y crítico que se deben buscar pruebas aun
erudito de este nombre que había para los axiomas. Yo recuerdo que -
contribuido al renac¡imientci de las cuando en París se reían del buen
ciencias en Italia. Esta historia se Roberval, que entonces ya era vie- ·
encuentra juntamente con la elegía jo, porque, siguiendo_ el ejemplo de
en las poesías del viejo Escalígero Apoloilio y de Proclo, quería· de­
v en las cartas de su hijo. También mostrar los axiomas -de Euclides, yo
figura en �a Scaligerana, que pro­ demostré la utilidad de esta demos­
cede de las conversaciones con José tración. Por lo que se refiere al •
Escalígero. Probablemente Julio Es­ principio de que no se debe discutir 1
t
calígero tenía alguna noticia de con aquellos que niegan los princi­
Brugnol; pero no recordaba ya, y pios sólo vale respecto de aquellos l
su sueño fue en parte la renova­ principios que. no admiten ni duda � i
ción de · una. antigua idea, si bien ni prueba. Positivamente,. para evi- s
aquí no hubo verdadera reminiscen: tar agrias disputas, se deben dar re­
cia en la cual se adquiriese cop­ glas nara la discusión públiéa y
ciencia de que la idea había existido prohibir que ciertas verdades reco­ p
. en otro tiempo. Por lo menos no nocidas sean objetos de controver- 11
.veo yo ningt!na necesidad de ad­ . sia; pero esto es más un asunto de n
mi.tir que no debe quedar huella al- orden que de filosofía. e
, ·

LIBRO 'SEGUNDO

· DE LAS IDEAS

CAPÍTULO I

En donde se trata de las ideas en general y se e.r:amina


incidentalmente_si el alma del hombre piensa siempre

§ l. FIL.-Después de haber in­ las confusas una r_epresentación ·del·


vestigado si las idéas son innatas, universo.
vamos ahora a considerar .su natu­ § 2. FIL.-Esos señores que supo­
raleza y sus diferencias. ¿No es cier­ nen que, al comienzo, el alma es una '
to que la idea es el objeto del pen­ tabula rasa, vacía de caracteres y sin
samiento? ninguna idea, · preguntáh cómo es
TEo.-Convengo en ello, siempre que puede recibir las ideas y por
· que se añada que son un objeto in­ qué medio adquiere un tan crecido
mediato interior y que dicho objeto número de ellas. A esto cont�tai:t
es una expresión. de la naturaleza con una palabra: poi- la experiencia.·
o de las propiedades de las _cosas. TEo.-La tabula rasa de que tan­
Si las ideas fueran la forma del pen-­ to se ha hablado es en mi sentir
samie_nto, nacerían y morirían con una ficción; en la naturaleza no
sus objetos actuales correspondien­ aparece por ninguna parte; y sólo
tes; pero si la idea es el objeto del se basa en las deficientes nociones
_ pensamiento, supone necesariamente de algunos filósofos; lo mismo que
y sigue al pensamiento.1 Los objetos el espacio vacío y los átomo�, el
sensibles exteriores son objetos me- reposo absoluto o relativo de las ·
. diatos porque no. pueden obrar in­ partes de un todo entre ellas y · la
mediatamente sobre el -alma. Sólo primera �ateria pensada· sin forma
Dios es el objeto inmediato exterior. alguna. Lo absolutamente uniforme·
Podría decirse que el objeto inme­ q1,1e rio encierra en sí ninguna d!fe­
diato interno ·del · alma es el alma rencia es una mera abstracción co­
misma; pero lo es · en cuanto con­ mo el tiempo, el· espacio y las de­
tiene las ideas o lo que responde a más esencias de la matemática pura.
las cosas. Pues el -alma es un peque­ No 'hay cuerpo alguno cuyas partes
ño mundo en donde Iás ideas claras · estén en reposo, y no hay ninguna
, . son una representación de Dios y sustancia que no tenga algo carac­
terístico por lo cual se pueda dis�
- 1 Aquí se distingue la idea como
"objeto" del,.pensamiento, del acto tem­
tinguir . de otras. Las almas de los
poral del p�nsamiento; distinción que hombres no sólo difieren de las de·
Malebranche introdujo en la filosofía los otros seres, sino también entre
moderna, oponiendo la "idea" a la "per­ .sí, si bien esta diferencia no es de
cepción'\ ' . :. las llamadas específicas.- Según las
, IOJ·
1
L ......1......:......_
·7
104 LEIBNIZ
pruebas que yo creo haber aporta­ nociones que los sentidos no nos po-·
do, toda cosa sustancial, sea cuerpo drían suministrar. Y· esto está de
o alma, tiene una relacion caracte­ acuerdo con el autor d!I. tratado,
rística con todas las demás sustan-· que busca la fuente de buena parte
cias, y cada ser se distingue de los de las ideas en la reflexión del es­
demás por determinaciones intrín­ píritu SQbre su propia naturaleza.
secas. Pero los que. tanto hablan de FIL.-Yo espero, sin embargo, que
. aquella tabula rasa no pueden decir convendréis con dicho escritor en
lo que le queda después· de haberle que todas las ideas· provienen o· de
quitado las icleas; así como lo!! es­ la sensación o de la reflexión; es
colásticos no dejan nada en su _ma-· decir, de observaciones que hace­
teria prima. Quizá se me conteste mos, bien sobre los objetos sensibles
que esta tabula rasa de los · filóso­ exteriores, bien sobre las operacio­
fos quiere decir que las almas, ori­ nes interiores· de nuestra alma:
ginariamente y por naturaleza, sólo TEo.-Para evitar ilna discusión ·
tienen meras facultades. Pero las fa. que ya nos ha ocupado largo tiem- ·
cultades- sin actos, es decir, las me­ po os declaro desd\: luego que si vos
ras potenci_as de la escuela, son igual­ decís que las ideas provienen de una ...:.
mente ficciones de las cuales nada de estas dos causas, · entiendo esto
sabe la naturaleza, y que aólo se ob­ por lo que se refiere a su percep­
tienen por abstraéción. Pues, ¿adón­ ción actual, pues creo haber demos­
de encontraremos una facultad que trado que las ideas están en noso-
se limite . a la meta posibilidad sin tros antes de adquirir conciencia • de­
actuarse de algún modo? Siempre terminada de ellas.
hay una disposición especial a la § 9. FIL.-E.ntonces, ¿cuál es el
actividad, y hacia. una actividad más momento en que debemos atribuir
que hacia otras; es más, al· lado de al alma la percepción y , el pensa­
está disposición existe 'una tenden­ miento actual? No ignoro que se ha
cia ·a la actividad, y estas tenden­ dicho que el alma piensa siempre . y
cias (porque hay muchas en cada que el pensamiento actual es· tan
individuo) nunca quedan sin algún inseparable del alma como la exten­
efecto. Indudablemente, la experien­ sión actual del cuerpo (§ 10). _P¡¡ro ·
cia es necesaria para que el alma yo no puedo comprender que sea
se determine a este o a aquel pen­ más necesario para ·el alma pensar
samiento y ponga atención a las ideas siempre que para los cuerpos· estar
que en nosotros exi�ten; pero, ¿có­ siempre con movimiento, pues para
mo pueden dar ideas la experien­ el alma la percepción es lo que el
cia y la sensibilidad? ¿Tiene el alma movimiento para los cuerpos. Esto
ventanas? ¿Se parece a: una tablilla? me parece por lo menos muy ra­
¿Es como cera? Es muy sígnifica­ cional, y yo quisiera conocer vues­
tivo que todos aquellos que habla_!) tra opinión sobre este- punto.
así del alma la coñviertan en algo TE0:-Vos mismo lo habéis dicho
corporal. Se me opone el conocido hace poco. La actividad no está más
axioma de que no hay nada én el vinculada que el cuerpo, y un es­
alma, que no provenga de los sen­ tado sin pensamie_nto en el alma,
tidos. Pero hay que exceptuar el al­ · como un reposo absoluto en los cuer­
ma - misma y sus afecciones. Nihil pos, me parecen cosas contrarias a
est in intellectu quod . non fuerit la naturaleza y sin ejemplo en el
prius in sens�. excipe: nisi ipse mundo. Una sustancia, una vez pues­
intellectus. · Por consiguiente, el alma ta en _actividad, la conserva siempre,
contiene el sel_", la sustancia, lo mío, pues. todas las impresiones subsisten
la identidad, la ·causa, la percepción, y se mezclan con t;tras nuevas. Cuan­
razonamiento y una multitud de otras do se imprime un choque a un cuer-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO �UMANO 105

po .se produce (o mejor, se deter- TEo.-Y se resuelve, como se de­


mina) en él una infinidad de torbe- muestra que hay cuerpos impercep­
Ilinos como en un líquido, porque tibles y movimientos invisibles, si
en el fondo todo_ cuerpo sólido tiene bien muchas personas consideran es­
un cierto grado de fluidez, y todo to ridículo. Hay también muchas
. fluido un cierto grado de solidez, y•, percepcione� que no se destacan lo
estas vibraciones interiores no lle-. suficiente para ser notadas y can­
gan nunca a desaparecer completa- servadas en la memoria, pero que
mente.2 De aquí se colige que as í se hacen notar por sus consecaen­
como el cuerpo nunca está en ·repo- cias.
so, tampoco carece el alma nunca ·F1L.-Cierto escritor nos ha ob- -
de percepción. jetado que nosotros afirmamos que
F1i..-Quizá es un especial privi- - el alma deja de existir durante el
legio del-Autor· y Conservador de su�ño porque entonces no la senti-
- todas las cosas que m, que es in- mos; pero esta objeción sólo puede
finito en sus perfecciones, no duer- proceder de un prejuicio, · porque
ma ni descans.e nunca. ·Pero a ún ser nosotros no decimos que el hombre ·
finito, o .por lo menos .a un �er tal carezca de alma en ese momento,.·
como el alma no le conviene esta sino que únicamente afirmamos - que
propiedad. el hombre no puede pensar sin ie-
TEo......:Seguramente nosotros - dar- ner conciencia de que piens·a.
mimos y descansamos, y Dios está TEo.-No ·he leído 'el libro que
. t exento de tello; pero de aquí no se contiene esa objeción: pero se:: po­
sigue que nosotros carezcamos de dría objetar que del hecho de que
toda- percepción cuando dormimos. no tengamos conciencia de nuestro .
Quizá, si ponemos atención vere- pensamiento no se sigue que éste
mas que sucede lo contrario. cese en absoluto; de lo contrario, se
F1L.-En .nosotros hay una capa- podría decir con el mismo derecho
cidad de pensar; pero esto no quie- que no hay alma mi.entras· no tene­
re decir que · · estemos pensando mos concienciá de ella. Para recha­
siempre. zar esa objeción se debería demos-
.. ÍEo.-Las verdaderas potencias trar que es esencial al pensamiento
nunca son simples posibilidades. A que se le perciba.
r
ellas van siempre unidas. la -tenden- § 11. Fú...-No es fácil compren-
r
cia y la actividad. der cómo un ser puede pensar sin
!
F1L.-Pero· la proposición: el al- sentir qúe piensa.
1 _ma siempre piensa, no es evt_dente TEo.-Ahí está precisamente el nu-
¡:,
por sí mifflla. do de la cuestión y la dificultad que
1-
TEo.-No digo yo que lo sea. Pa- pone perplejas aun a personas muy
¡..
ra comprenderla es necesario alguna perspicaces. Para salir de esta per­
atención y reflexión. El hombre vul- plejida!i debe tenerse en cuenta que
D
gar es tan inconsciente de · sí mismo nosotros pensa mos a la vez una mul­
s
como. de la presión del aire o de la titud de cosas, peto sólo nos fija­
. redondez de la tierra. mos en aquellos pensamientos · que
;-
1,
FIL.-Yo dudo mucho de que píen- más nos :impresionan. Y no puede

se durante el curso de la noche: se ser de otra manera, pues si prestá-
a
trata aquí · d_e una simple cuestión semos atención a todo tendríamos
. de hecho que se debe decidir por que fijarnos en una porción de c�
:1
'
.,.
j;..
la experienci� sensible. .

sas que sentimos en conjunto y que
hacen impresión sobre nuestros sen­
D 2 Leibniz hace la crítica del concep- tidos. Y afirmo aún más: de todos •
1- to de átomo en su correspondencia nuestros pensamientos pasados, siem­
r- con Huyghens. pre queda algo, y ninguno de ellos

I_---"-__..,;_
7
-· 106 LEIBNIZ
puede extinguirse por completo .. Si, dos personas distintas; tan distintas
pues, dormimos sin soñar, o por una una de otra cqmo pudieran serlo
lesión, por .un · accidente o una· en- Castor y Hércules. · •
· fennedad estamos sordos, se produ- TEo.-Yo, por mi parte, quiero
éen en · nosotros una infinidad de partir de otro supuesto que · me pa­
, pequeñas sensaciones confusas. La rece más real. Pero, ¿debemos_ creer
- misma muerte no' produce en el al- . que tras de ún lapso - de tiempo o
ma de los seres vivos ningún otro después de un gran cambio experi­
. efecto, pues sin duda deben volver_ mentado caemos en un completo ol�
tarde o temprano a recobrar la cla- vido? Así· se cuerita que SJeidan 3
ridad de sus percepciones, ya que olvidó antes - de su muerte todo lo
todo en la naturaleza sucede con que sabía, y aun se han dado otros
arreglo a un orden. Sin embargo, numerosos ejemplos de tan triste ca­
concedo que en dicho estado de con, so. Supongamos. ahora que tal hom­
fusión el alma no sufrirá placer ni bre se rejuveneciese de nuevo y vol­
dolor alguno, pues éstas son percep- viese a aprender todo lo que sabía;
ciones notables. ¿sería por esto otro hombre? La me-
§ 12. FIL;-Aquellos con quienes nioria_ no es, pues, lo que constituye
tenemos· que habérnoslas ahora (a 1>ropiamen�e la identidad del hom­
�aber, los cartesianos, que creen que bre. Sin embargo, la ficción de un
el alma siempre piensa) conceden alma que alternativamente vivificase
vida a . todos los animales distintos diferentes cuerpos, sin que lo que
del hombre; sin atribuirles un alm_a en uno de ,ellos encuentra le inte­
qué conozca y piense, c�mo por otra-. resa en el otro, es uqa de aquellas
parte tampoco vacilan en afirmar ' imaginaciones ·- absurdas que _ proce­
que el alma pueda pensar sin estar den de conceptos filosóficos iqcom­
unida a· un cuerpo. · pletos, del mismo modo que lo son
TEO.-Yo, por mi parte, soy de un espacio sin cuerpos y un cuerpo
· otra opinión, pues si bien convengo sin movimiento; y que desaparece­
con los · cartesianos en que el alma rían si se pensase con un poco más
piensa siempre,· discrepo de ellos en de profundidad, pues es de· saber
los otros dos puntos-. Yo creo que -que -el alma conserva todas las im­
los animales tienen un alma impere- presiones pasadas y no se puede es­
cedera y que las almas de\ los hom- cindir de la manera que hemos di­
bres, al igual que todas las demás, cho. En cada sustancia, el pasado
nunca carecen en absoluto de cuer- - y el presente · están en un completo
po, y que sólo Dios, que es pura enlace, y precisamente esto es lo que
actividad (actus purus), está com- constituye la identidad del indivi­
pletamente exento de ello. · duo. Pero el recuerdo no es nece-
F1L.-Si fueseis de la opinión de sario, ni aun -siquiera es siempre
los cartesianos, yo hubiera deducido posible si atendemos a la multitud
de esas hipótesis vuestras que, pues- de impresiones presentes y pasadas
to que los _cuerpos de Castor y Po- que se enlazan en nuestros pensa­
lux tan pronto podían estar sin al� mientes actuales. Pero en mi opi­
ma como con ella, permaneciendo no nión, en el hombre no hay ningún
obstante siempre vivos, ya que ade-· 1>en�amiento que no tenga cierto in­
más pueden estar fuera y dentro de flujo. por lo menos· vago, sobre los
los cuerpos, Castor y Polux sólo po- siguientes y no imprima alguna bue- -
' seerían un alma que habitaría alter- lla en ellos. Se pueden olvidar mu­
nativamente en los dos cuerpos si a chas cosas; pero se pueden también
estas dos personas se les tuviese
siempre al uno en sueños y al otro s Johannes Sleidanus (1506-1556), cé-
en vigilia. En tal caso constituiría'n lebre historiador.
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 107
recordar, mucho después, si volve­ la percepción del alma, porque ya
mos a ellas en forma adecuada, he demostrado que ésta, aun dur-
§ 13. FIL.-El que duerme sin so­ miendo, posee cierta percepción de
ñar nunca se convencerá de que su lo que fuera de ella pasa.
pensamiento haya estado en -acti­ § 15. FIL.-A menudo, pensar sin
vidad. acordarse al momento siguiente de
TEo.-Pero también, aun sin so­ lo que se ha pensado se _considera
ñar, nunca dormimos sin que sinta• como pensar de manera· inútil.
mos algunas débiles sensaciones. Es­ TEO;-,-Todas las impresiones pro­
to lo demuestra el despertar mi.smo, ducen su efecto, _pero no todos los
y cuanto más cerca estamos del des­ efectos son siempre perceptibles;
pertar; tanta mayor conciencia tene­ cuando yo· me vuelvo más bien de.
mos de lo que sucede fuera de noso­ un lado que de otro, esto obedece
tros, si bien esta impresión no ·es frecuentemente a un encadenamiento
siempre lo bastante fuerte para des- de pequeñas percepciones, de las
pertarnos. cuales no tengo conciencia, pero que
§ 14. FIL-Parece muy difícil hacen un movimiento más fácil qu�
comprender que el alma en este mo­ · el otro. _Todos los actos que ejecuta­
mento piense en un hombre que mos sin reflexión son resultado de
duerme, y en el momento siguiente un C!)njunto de impresiones débiles,
en un hombre despierto, sin recor­ y aun nuestros hábitos y pasiones,
darlo. que tanto influjo tienen- sobre nues­
TEo.-Pues no sólo es muy fácil tras decisiones, provienen de, ahí,
de comprender, sino que . podemos pues los hábitos se · forman poco a
observar· diariamente algo semejante poco, y sin estas pequeñas percep­
en la vigilia, pues estamos continua- · ciones no llegaríamos nwtca a for­
mente rodeados de objetos que nues­ marlos. Ya hice notar. que si quisié­
tros ojos ven y que nuestros oídos ramos negar estos influjos en la mo­
oyen, y que influyen sobre nuestra ral nos igualaríamos a aquellas per­
alma; pero no .reparamos en ellos, sonas poco instruidas que njégan los
porque nuestra atención está embar­ corpúsculos · invisibles en física..
gada por otras cosas, hasta -que algu­ Igualmente hay entre aquellos que·
no · de aquéllos · obra demasiado po­ han _tratado el problema de la libér­
derosamente sobre nosotros para tad algunos que, no concediendo
atraer sobre sí nuestra atención. En bastante atención a estas impresio­
estos casos nos· conducimos con res­ nes imperceptibles, capaces de, incli­
pecto a determinados objetos como
si durmiéramos, y este _sueño se hará ·nar en un. sentiélo la balanza, llegan
más general si nuestra atención cesa a la concepción de una completa
para todos los objetos en su conjun­ indiferencia en las acciones morales,
to. Es también un medio para dor­ a semejanza de la del asno de Bu­
mir dividir la atención debilitándola. ridan, que estaba 4a igual distancia
FIL.-Oí contar a un hombre que de sus dos piensos. Ya hablaremos
en su. juventud se dedicaba al estu­ más adelante de esto mismo. Yo
dio y tenía tan buena · memoria que concedo, en efecto, que estas impre­
antes de enfermar de fiebre -de la siones hacen que nos· inclinemos,
cual ya se había curado a los vein­ sin necesitarlo.
ticinco o veintiséis años, cuando ha­ FrL.-Ouizá se . dirá _que cuando
bló conmig�. nunca había soñado.
TEo.-También a mí me contaron • 4 Sabido es que entre los escritos- de
Juan Buridan (hacia. 1350) no se há
de- un hombre de más avanzada . encontrado huella de esta anécdo�a: El
edad qui nunca había teniclo ensue­ argumento___ parece que s_e remonta a .
ños. Pero no podemos fundar sola­ Aristóteles, De coelo, I, 13, p. 295 b.,
mente en el sueño la continuidad en .32.

1
L
....
ce}

108 LEIBNIZ

un hombre vela comunica al cuerpo § F1L...:_Puesto que tan. seguro es­


algo de , sus pensamientos y se con­ táis de que -el alma piensa siempre,
servan las huellas en el _cerebro; pe­ quisiera yo escuchar de iºª cuáles
ro que cuando duerme, el alma guar­ son las ideas que hay en el alma de
da para sí sola sus pensamient_os. un niño antes de estar ligada al
·TEo.-Estoy muy muy lejos de cuerpo o precisamente en el momen­
afirmar nada de eso; antes bien, to de su unión, antes que haya re­
_ creo que siempre existe uná exacta cibido alguna idea mediante la sen­
correspondencia entre el, cuerpo y el sación.
_alma, y - me sirvo de las unpresiones TEo.-Fácil es complaceros con
del cuerpo, de las ·cuales no tene­ nuestros principios. Las percepcio­
mos conciencia ni durante el sueño nes del alma responden siempre, co­
ni durante la vigilia, para demos­ mo es natural, a la constitución del
trar _ que también el alma l,as tiene. cuerpo; 'cuando en el cerebro hay
Y hasta sostengo que hay en el al­ siempre una multitud de movimien­
ma algo que corresponde a la circu­ tos confusos y poco perceptibles, co­
1

lación de la sangré y a todos los mo sucede en aquellos que poseen


movimientos interiores de las vísce­ escasa experiencia, los. pensamien­
ras, pero de los cuales no tenemos tos del alma, según el orden d�_Jas
conciencia, de la misma manera que cosas, no . pueden ser claros.· Pero
los que viven al lado de un molino el alma nunca se ve privada del con­
de agua no oyen el ruido que éste curso de la sensación -porque siem- .
hace. , Si, en· efecto, hubiera, tanto ore expresa su cuerpo, y éste se ha­
en el sueño como en la vigilia, im­ lla siempre afectado por los ambien­
presiones en el cuerpo que no lle­ tes, de una infinidad · cle maneras,
�aran en absoluto hasta el alma, ten­ que, a menudo sólo dan una im-
dríamos que limitar la unión del al­ presión confusa.5
ma con el cuerpo· y decir, por ejem- - F1L.-Pero en este punto, el au­
plo,. que las impresiones corporales tor del "Tratado" suscita otra cues-.
necesitaban tener una determinada tión. Yo quisi_era -dice- que los·
forma y dimensión para que el alma que con _tanta seguridad afirman que
las notase; pero si el alma es incor- el alma del hombre, o lo que es lo
- poral, esto es insostenible, pues e,i­ mismo, que el hombre piensa siem­
tre una sustancia incorporal y esta pre, me dijeran cómo lo saben.
o aquella modificación de la mate­ TEo.-Quizá . implica mayor con­
ria no hay proporcic;Sn algúna. En fianza para negar que pasa algo en
una palabra, la creencia de que en el alma· de lo que no nos damos
el alma no hay más percepciones cuenta; pues todo lo perceptible de­
que aquellas de que tenemos concien­ be estar compuesto de partes que no
cia, es una gran fuente de errores. lo son, nada podría nacer de golpe, ·
- § FIL.-La mayor parte de los ni el pensamiento ni el movimiento.
sueños - que recordamos son absur-­ En fin: es corno si alguien pregun­
dos e incongruentes. Por tanto, debe­ tara hoy cómo conocemos los cor­
mos afirmar, o que el alma debe al­ púsculos insensibles.
cuerpo sus_ facultades racionales, o FIL.-Yo no recuerdo que quienes
que no retiene nada de sus solilo­ dicen que el alma piensa siempre,
1 '$ �
quios racionales.- hayan dicho nunca que .el hombre
TEo.-El cuerpo responde a todos siempre piensa.
- los pensamientos del- alma, ya · sean . · TEo.-Me imagino que lo entien­
racionales o no, y los ensue�os tie­ den así del alma separada; y .sin
nen -también- sus huellas en el cere­ embargo, admitirán gustosos que el
bro, como los pensamientos del que
vela. 6 V. Monadología, § 61-63.

�---------- -------- - ---· ·'�i


NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 109

hombre piensa siempre durante la no siempre se dan.. Sin embargo,


unión. Yo, que tengo razones para también puede suceder que se tenga
sostener que el alma no está nunca hambre sin pensar en que se ·tiene
separada de un cuerpc:>, creo que hambre; pero si se piensa én ello
cabe afirmar, en absoluto, que el se tendrá conciencia de ello, pues
hombre piensa y pensará siempre. se trata de un instinto múy percep-
FIL.-Decir que el cuerpo ·es ex- tibie. Los estímulos del estómago
te nso sin tener partes, y que una existen siempre; pero__ deben ser bas­
cosa piensa sin percatarse de que tánte fuertes para causar el hambre.
piensa, son dos asertos qtie parecen · Esta misma distinción debemos Da­
igualmente ininteligibles. cer siempre entre pensar en general
T1m.-Perdonadme si me veo for- y el pensar perceptible. Así, pues,
zado a deciros que cuando enun- ese mismo argumento que se emplea
ciáis que nada hay en el alma de para poner en ridí�ulo nuestra opi­
lo que no se percate, planteáis una nión sirve para confirmarla.
petición de principio, que dominó ya . § 23. F1L.-Se podría preguntar ·
durante toda nuestra primera confe- ahora cuándo empieza el hombre a
rencia, en la que se quiso utilizar tener ideas en su pensamiento. Y a
para destruir las ideas y las verda- mí me parece que se debe contes­
des-innatas. Si aceptáse01os ese prin- tar que esto sucede desde el mo­
cipio, además de creer ir contra la mento en que se tiene sensación.
· experiencia y la razón, renunciaría- TE0.- Soy de la misma opinión,
mas sin razón a nuestro sentimiento, y la baso en un principio un tanto_
que creo haber hecho bastante inte- · especial. Creo, en efecto,_ que nunca
ligible. Pero, aparte de que nuestros dejamos pensar ni carecemos en ab­
adversarios, a pesar de toda su pers- soluto de sensaciones. Pero distingo -
picacia, no dan prueba alguna de su entre ideas y pensamientos, pues po­
tan repetida y concreta afirmación, demos decir que las ideas, puras y
es fácil demostrarles lo contrario; a distintas son independientes de los
saber: que nós es imposible reflexio- sentidos mientras que los . pensa­
nar expresamente sobre todos nues- mientas 'corresponden siempre a al­
tros pensamientos; de lo contrario, guna sensación.
el espíritu, sobre .cada reflexión ten- § 25. FrL.-Pero el espíritu sólo
.dría que hacer otra refl�xión, y así es· pas�vo en. la percepción de las
hasta el infinito, sin poder pasar ideas simples que constituyen los ru­
nunca a·un nuevo pensamiento. Por dimentos o materiales del conoci­
ejemplo, al tener yo conciencia de miento, mientras que cu�ndo fom1a
una sensación presente, tendría siem-. ideas compuestas es activo.
pre que pensar -en que pensaba en TEo.-¿Cómo ha de ser pasivo en
ella, y luego pensar sobre este nue- la percepción de to�as las ideas sim­
vo pe!'}samiento, y así hasta el infi- p les si por confesión vuestra hay
· nito. Pero últimamente todo pensa - ideas 'simples cuya percepción pro-
miento sobre un pensamiento tiene viene de la reflexión, y puesto que
.que tener un fin y haber en mí un los pensamientos de la reflexión son ,.,
pensamiento sobr!l el que yo no pien- algo que el espíritu se proporciona
se; de lo contrario, no podríamos pa- a sí mismo? Pues él es el que te­
sar de una misma cosa. flexiona. Otra cosa es si se puede
FIL.-¿No sería entonces posible sustraerse a estos pensamientos. Sin
decir que el hombre siempre tiene duda no puede sin que haya u_na ra•.. ,,
hambre , si decimos que es posible zón que le · aparte de ellas ocasio- •
tener ha�bre sin saberlo? nalmente.
TEo.-Eso· es muy diferente: el FIL.-Hasta ahora hemos discuti-
hambre tiene causas especiales que do de conjunto, según parece, expro-

L__ __.______ ·- --
110 LEIBNIZ

feso. Oe ahora en adelante, que va­ Pues las percepciones de las ideas
mos a tratar en detalle de las ideas, aparentemente simples se componen ·
espero que estaremos más canfor- de las · percepciones de la• partes de
. mes y que sólo discreparemos en al­ estas ideas, sin que el espíritu tenga
gunas particularidades. conciencia de ello, · pues aquellas
· TEo.-Me encantará ver que hom­ ideas confusas-le parecen simples.
bres inteligent�s estén de ·acuerdo
én los sentimientos que estimo ver­
daderos, porque pueden hacerlos va­ CAPÍTULO 111
ler y esclarecerlos mucho.
De las ideas que adquirimos-por un
�entido especial
CAPÍTULO II
Ahora podemos ordenar las ideas
De las ideas simples simples según el medio por él cual
las adquirimos, que puede ser: 1 !.>,
FIL.-Espero, pues, que conven­ por medio de un solo sentido, o
dréis cónmigo en que hay ideas sim­ 29, por medio de más· de un sen­
ples y compuestas; así, eJ calor y la . tido, o 39, por la reflexión, o 49, por
blandura de la cera y el frío del todas estas vías de la sensación tan-·
hielo .son ideas .simples, pues el con­ to como por la reflexión. Por lo que
cepto que el alma posee de ellas es se refiere a las primeras, que en­
uniforme · y no se puede resolver en tran por un solo sentido, particular­
.distintas ideas. · mente dispuesto para r_ecibirlas,. per­
TEo.---Podemos decir, creo yo, que cibimos la luz y los colores por los
estas ideas sensibles son aparente­ ojos; toda ·clase de ruidos y sonidos,
mente simples, porque, siendo con­ por el oído; los -diferentes sabores,
fusas; no ofrecen medio al espíritu por el paladar, y los olores, por la
de dis.tinguir lo que contienen. Del nariz. Los órganos o nervios llevan
mismo modo, las cosas lejanas nos · estas impresiones al cerebro, y cuan­
parecen redondas porque. no• distin- do el uno o el otro de estos órganos
-guimos sus ángulos, si bien recibi­ está lésiónado esas sensaciones no
mos de éstos una idea confusa. Es, pueden ser admitidas por una puer­
por ejemplo, evidente que el verde ta · falsa. Las más importantes cua­
nace de la mezcla del azul con el lidades del tacto son frío, calor y
amarillo; así puede creerse también solidez; todas las demás consisten,
que la idea del verde está compues­ o bien en la ordenación . de las. par­
ta de estas dos ideas. Y sin embar­ tes sensibles, como Jo su¡ive y lo
go, la idea del verde nos parece tan áspero, o en su combinación, como
sencilla como la del amarillo o la lo compacto, lo blando, lo duro, lo
d.el calor; de donde debemo's colegir frágil.
que tampoco la idea del azul ni del TEo.-Estoy perfectamente de
calor son ideas simples más que en acuerdo con todo lo que acabáis
apariencia. Sin embargo; no · me de decir, si bien_ pudiera poner el
opongo a que· se consideren simples reparo de que, según las experien­
estas ideas, porque nuestra concien­ cias del difunto Mariotte sobre .el
cia al menos no las divide;· pero de­ punto ciego que se encuentra en la
bemos continuar su análisis por me­ entrada del nervio óptico, parece ser
dio de la experiencia· y por procedi­ que las membranas reciben más que
mientos racionales, en la medida en los nervios la sensación, ,así como
que conseguimos hacerlas más ilite­ que para ei oído y para el gusto
ligibfes. Así se echa de ver que hay . hay una puerta falsa, puesto que
percepciones que . no percibimos. los dientes_ y el vertex contribuyen

-----�- --- __,,_ 1


NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 111
a hacer · perceptibles los sonidos, y se disputa con otro ,un sitio que los
que además los sabores se perciben dos quieren ocupar; en cuyo caso
también, en cierto modo, por la na- puede suceder, si ninguno cede, que
riz en virtud de la relación de los . los dos permanezcan en reposo o que
órganos. Pero todo esto no- altera en ambos se repelan. La resi¡¡tencia se
nada, en . el fondo, la explicación •hace ·perceptible en la variación de
de ]_as ideas. Por lo que se refiere . aquello que se resiste; ya sea que
a las cualidades táctiles, se puede esto pierda fuerza o q1.1e cambie de
decir · que Jo suave y lo 4spero, la dirección o que sucedan las d9s cp­
dureza o la blandura, son sólo mo- sas a la vez. Ahora bien; puede dé­
dificaciones de la sensación de re- cirse en general que esta resistencia
sistencia o de solidez. proviene de la repugnancia· de dos
cuerpos a ocupar el mismo lugar,
y esto puede ser llamado impenetra­
CAPÍTULO IV bilidad; Por 'tanto, si un cuerpo se
esfuerza por ocupar un lugar, se es­
De la solidez fuerza asimismo por echar de este
lugar a otro cuerpo o por impedir­
FIL-Me concederéis también, sin le que entre en él. Pero aun supues­
dificultad, que la sensación de soli­ ta esta clase de . impenetrabilidad me­
dez es causada por la resistencia que diante la cual el uno o el otro cuer­
encontramos en un cuerpo, hasta que po, o los dos, retroceden, existen
éste deja su sitio a otro cuerpo. Así, también otras muchas causas por las
pues, yo denomino solidez a lo que cuales un cuerpo ofrece resistencia
impide qué dos · cuerpos se penetren al que sobre él ejerce presión. Estas
cuando se mueven uno hacia otro: causas residen en él mismo o en los
Si alguien quie_re ··sustituir este nom­ cuerpos· vec�os. Aquellas· que resi­
bre por el de impenetrabilidad� na­ den en el cuerpo mismo son de dos
da tengo que oponer. Pero yo creo clases: la una, pasiva, y duradera; .
que la palabra solidez expresa un la otra, activa y variable. La prime­
concepto más positivo. Esta idea pa­ ra-es la que Keplero y Descartes
rece la más esencialmente unida a llamaron inercia, Y. ·es la que hace ·
los cuerpos, y sólb se la puede hallar que los cuerpos resistan al movi­
en la materia. miento y que para el arrastre o la
TEo.-Efectivamente, en el con­ · impulsión de un cuerpo se requiera
tacto de .un cuerpo encontramos re­ una. fuerza, aun cuando no obren la
sistencia en cuanto no deja sino con gravedad .ni la cohesión. De. aquí
dificultad sitio a nuestro cuerpo y que un cuerpo que ha� presión so­
los . cuerpos se oponen indudable­ bre otro encuentre la resisténcia de
mente a hallarse en un mismo lugar. éste. La causa . activa y variable con­
Sin embargo, hay muchos que du­ siste en la impetuosidad del cuerpo
dan de que esta resistencia sea in­ mismo, ·que no retrocede sin ofrecer
vencible;. también .se· debe tener en cierta resistencia, . conforme al im­
cuenta que l¡¡ resistencia que la pulso ·que le mueve hacia un deter- ·
materia opone puede ser de muy dis­ minado. lugar. Lo mismo puede de...
tintas clases y provenir . de diferen­ cirse· de los cuerpos próximos cuan­
tes causas. 1 Un cuerpo ofrece resis­ do el cuerpo resistente no · puede re­
tencia a otro o cuando defiende el troceder sin ocasionar también el re•
sitio en gue se encuentra o· cuando troceso de éstos .. Pero aquí hay· que
tener también en cuenta otra cir­
1 Leibtz de�arrolla .su teoría de la cunstancia; a saber: la solidez o
resistencia en su carta 5' a Clarke cohesión de los cuerpos. Esta cohe�
. (§ 34). sión hace que un cuerpo no pueda

L
Í12 LEIBNIZ /

moverse sin mover al mismo tiempo hay quienes dicen que la solidez sen­
a otros cuerpos que están en rela­ sible proviene de una resistencia de
ción con él, lo que ocasiona con la repugnancia de los cuerpos a en­
respecto de ellos una especie de contrarse en un- mismo lugar, pero
tracción. En virtud de esa cohesión que no sería invencible. Pues tanto
·a· menudo, hace que aun cuando la totalidad de los peripatéticos mo•
prescindamos de la inercia y de fa dernos como otros muchos creen que
impetuosidad manifiesta· la resisten­ una y la misma materia puede ocu­
cia se· produzca. Pues si nos imagi­ par más o -menos espacio a lo ,que
namos el espacio llenó· de una ma­ llaman condensación o enrarecimien­
teria completamente fluida, y en és­ to, y en verdad; no sólo ·aparente
ta un único cuerpo duro, éste (su­ (como cuando estrujamos. una es­
poniendo que el fluido no poseyese ponja y· sale el agua), sino real, co­
ni inercia ni impulsión) se movería mo la Escuela supone respecto del
. en el espacio sin encontrar resisten- aire. Yo no soy de esta opinión;
cia alguna. Pero si el espacio estu­ pero no creo que desde luego se de-
viera lleno de pequeños cubos; la ba aceptar la contraria, pues los sen­
resistencia que este cuerpo duro en­ tidos sin la razón no bastan para
contraría al mQverse entre estos pe- afirmar esta impenetrabilidad, que
- queños cubos provendría de que és­ yo, ciertamente, tengo por verdadera
tos, precisamente a causa de su du­ dentro del orden natural, pero que
reza o de la cohesión de sus partes, no se puede conocer meramente por
se disgregarían lentamente, forman- la sensación. También podría afir­
- do un movimiento circular para lle­ mar alguno que la resistencia de los
. nar el lugar vacío del cuerpo móvil cuerpos contra la présión procede
en el momento· en que· éste se des, de una tendencia de todas sus par­
plazase. Pero si suponemos que dos tes, que cuando disfrutan de toda.
cuerpos entran al mismo tiempo por su libertad tratan d6�extender&e. Por
los �os extremos de un tubo y lle­ lo demás, en la determinación de to­
nan .-su cavidad uniformemente, la das estas cualidades, el sentido de la
materia que estuviese dentro de este vista, ayudando al tacto, desempe­
tubo,. por fluida que nos la imagi­ ña un gran papel; pero en el fondo,
násemos, opondría resistencia a cau­ la solidez, en cuanto nos propor­
sa de su impenetrabilidad. Así, pues, ciona un determinado _concepto, se
en la resistencia de que aquí se tra_- . éoncibe por la pura razón, si bien
ta deben ser tomadas en cónsidera- los sentidos proporcionan a ésta la
· ción_ la impenetrabilidad de los ·cuer­ prueba de que está en la natura­
pos, su inercia, su fuerza de impul- . leza.
sión y su cohesión. En efecto, la § 4.. FJL.-Por lo menos estamos
cohesión misma, en mi opinión, pro. conformes en que la densidad de
viene de un movimiento más sutil los cuerpos significa que un cuerpo
,de los cuerpos unos hacia otros; pea llena el espacio que ocupa, que ex­
ro como este es un punto discutible, .cluye absolutamente a los demás
no deb_emos dejar sentado n_ada. Por cuerpos (cuando no puede encon­
la misma razón tampoco debemos trar otro espacio que antes no ocu­
- suponer de antemano que hay una paba) , mientras que la dureza, o
solidez originaria esencial que hace mejor dicho, la consistencia, que al­
siempre el lugar igual al cuerpo; es gunos llaman firmeza, es la íntima
decir, que incompatibilidad o, para unión de ciertas parfes de la ma­
-· · ser más exactos, la incoexistencia teria que se acumula en masas de
de los cuerpos en un mismo lugar es dimensiones apreciables, de modo
1 una perfecta impenetrabilidad que que la masa entera no pierde fácil­
no admite ni más ni menos, ya que mente su figura.
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO' HUMANO 113

TEo.-En semejante consistencia pues, yo opondría lo ·duro a lo blan­


debemos ver la causa, como ya he do y lo sólido a lo líquido, pues
1 notado, de que sea difícil mover la cera es blanda; pero ¡j no ser
una parte del cuerpo sin que se mue- cuando se funde por el calor, no se
· van las demás; de suerte ,de que hace fluida y conserva su figura; y
w:indo se empuja una parte, las los líquidos mismos· poseen ordina-
- demás que no han sido empujadas riamente cohesión, como lo prueban
y que no caen en la línea de cho- · las gotas de agua o de mercurio.
· _ , que siguen a aquélla como por una, Soy también de_ opinión de que to-
especie de tracción;· y cuando éstas dos los cuerpos tienen cierto grado
encuentran un obstáculo que les ha- de c9hesión, así como creo que no
ce detenerse o retroceder, se detiene hay cuerpo alguno que no tenga
o retrocede aquélla_ también, y esto cierta fluidez y cuya cohesión no sea
siempre de un modo· recíproco. Esto superable; así que en mi sentir, los
mismo ·sucede a veces en dos cuer- átomos de Epicuro, cuya dureza se -
pos que no se tocan, y que no for- supone inveqcible son tan absurdos
man un mismo cuerpo del cual· fue- como- la materia fina y constante­
ran partes constitutivas; a saber: mente fluida de los cartesianos. ·Pero
que en cuanto podemos juzgar por no es este el lugar de iustificar esta
la percepción sensible, el impulso mi opinión. o de explicar la causa de
ejercido sobre el _ uno pone en mo- la cohesión.ª
vimiento también al otro. Ejemplos FIL.-La perfecta solidez de los
de ello son el imán, la atracción _ cuerpos parece ser que se confirma
eléctrica y aquella atracción que an- por la experiencia. Así, el agua en­
tes se denominaba horror al vacío.2 cerrada en · una esfera hueca de oro
FIL.-A lo que parece, "dureza" y sometida a la presión en Floren-
Y "blandura" son nombres que da- cia, como no podía comprimirse se
mos a las cosas sólo en relación de salió por los poros de la esfera.
ciertas-_facultades especiales de nues- TEo.-Algo más podemos decir de
tro cuerpo. _ las consecuencias de ese experimen-
TEo._..:Pero entonces no atribuí- to y de lo ocurrido con el agua du­
rían · muchos filósofos dureza a los rante el mismo. También el aire es
átomos. El concepto de dureza no un cuerpo como el agua y _no le hu­
depende de los sentidos, y su posi- hiera sucedido eso, _porque el aire
bilidad se puede · comprender tam- es comprimible, por lo menos ad
bién por la razón, si bien por medio seusum. Los que admiten uná ver­
de los sentidos podemos cerciorar- dadera condensación y rarefacción
nos de que existe . efectivamente en dirán que el agua está ya demasiado
la naturaleza. Sin embargo, yo pre• comprimiaa para ceder a nuestras
feriría la palabra firmeza (si se me .máquinas, así como también un gas,
·permite emplearla en este sentido) cuando está ya muy comprimido
� a la palabra dureza, pues los cuer- . ofrece resistencia a una ulterior cam­
pos blandós poseen también un de- oresión. Sin embargo, por otra par­
terminado grado de firmeza. Y has- te, confieso que la pequeña· varia­
ta buscaría una palabra aún má__s ción de volumen que se notaría en
cómoda· y general, como por ejem- el agua podría atribuirse al aire en­
plo consistencia o cohesión. Así, ella contenido. Y sin meternos aho-
ra a dilucidar si el agua pura no·
2 Sobre la doctrina escolástica del
l1orror vacui�qué hasta_ la experiencia 3 Sobre la teoría de la cohesión de
de Torricelli (1649) no fue desterra­ Leibniz. v. sus Observaciones sobre los
da de la física. V.. Lasswitz, Gesch der principios cartesianos, y también su co­
atomistik, [, 201 y sig. rrespondencia con Huyghens.

L __._____ •-'---
114 LEIBNIZ
es también compresible, ·como es di-­ más que formas de orden, y en-este
latable en la evaporización, yo soy orden un lugar libre (que refirién­
en el fondo, de la opinión de quie­ dose al espacio se llam• -vacío), si
nes creen que los cuerpos son per� le hubiera, sólo designaría en su re­
fectamente impenetrables y que la lación !!On la realidad la posibilidad
condensación y la rarefacción son de lo que falta.
sólo aparentes. Sin embargo, experi­ FIL.-Me alegro que convengáis
mentos tales son ,tan poco capaces conmigo en el fondo en que el vo­
de probar como el tubo de Torri­ lumen de la materia no cambia. Pero
celli o la bomba de Guericke para me parece que vais demasiado lejos
demostrar la existencia de un vacío al no reconocer dos • extensiones y
absoluto.4 que os acercáis · a los cartesianos,
FIL.-Si los cuerpos fueran capa­ que no distinguen el espacio de la
ces de condensación y enrarecimien­ materia. Si hubiera gentes que no
to en el verdadero sentido de la pa­ tuviesen en este punto ideas ·distin­
labra, su volumen o - su extensión tas (es decir, que no· distinguiesen·
variaría; pero como quiera que esto entre el espacio y la solidez que lo
no sucede-serán siempre desiguales llena) , no sé éómo se entenderían
al mismo , espacio; sin embargo, su eón los demás. Serían como sería
extensión se puede distinguir siem- u-n ciego al que otro ·hombre le ha­
, pre de la del espacio. blase del escarlata: y el ciego cree­
TEo.-El cuerpo puede tener una ría que ese color se parece al so­
extensión que le sea propia, la cual nido de una -trompeta.
no ha de ser siempre determinada TEo.-Pero yo admito también que
e igual a un mismo espacio. Si· bien las ideas de extensión y de solidez
cuando se piensa el cuerpo se pien­ no consisten sólo en un algo indefi­
sa realmente algo más que el mero nible, como la del color escarlata.·
espac(o, no se sigue de aquí que ha­ En opqsición a los cartesianos, yo
ya dos extensiones: la del espacio distingo entre extensión y materia,G
y la del cuerpo. Pues aunque se pero no creo que haya dos extensio­
piensen varias cosas a· la vez, se nes. Pues ya que los. que disputan
piensa algo más que el número; a sobre la diferencia entre la exten­
saber;las cosas numeradas (res nu­ sión y la solidez están conformes so­
meratas), . y sin embargo no hay dos bre varias verdades que se refieren
pluralidades: una abstracta, o. sea el a esta cuestión, y poseen con res­
número, y otra concreta, o sea las pecto a este problema conceptos cla­
cosas numeradas. También se puede ros, pueden encontrar en ellos un
decir que no hay necesidad de re­ medio de salir de su· discrepancia.
presentar dos extensiones: una abs­ La supuesta diferencia de las ideas
tracta del espacio y una concreta no. les debe servir de pretexto para
del cuerpo, pues ·lo concreto es en prolongar ·eternamente sus disputas;
cuanto es, sólo en virtud dt'.I lo abs- si bien yo sé que muchos cartesia­
- tracto. Y así como los cuerpos pa­ nos, por lo demás preclaros, tienen
san de un lugar a otro del espacio, la costumbre de atrincherarse detrás
es decir, cambian su orden recípro­ de las ideas que creen poseer. Pero
co, también las cosas pasan de un si se sirvieran del medio preconiza­
lugar en el espacio o de un número do por mí para distinguir las ideas
a ·otro cuando, por ejemplo, el . pri­ verdaderas de las falsas o -medio .
mero pasa a ser segundo y el segun­
do se convierte en tercero, etc. En
efecto, el tiempo y el espacio' no son 5 V. las observaciones de Leibniz a
los princ_ipios · cartesianos y el "Speci-
. men dynumicum". r.
4 V. Co_rrespondencia con Clarke. 6 Este medio consiste en referir las 1
NUEVO TRATADO SOBRE X:L ENTENDIMIENTO HUMANO 115

Je que volveremos a hablar más· ade­ de la voluntad contiene en sí la del


lante--, abandonarían su insosteni­ entendimiento; y. la de movimient�,
ble punto de vista. la de figura. .

CAPÍTULO V CAPÍTULO VII

De las ideas simples que proceden De las ideas que proceden de {a


de distintos sentidos ·sensaci6n y de la reflexión

FIL.-Las ideas cuya percepción § 1. FIL,-:-Hay ideas simples que


procede de más de un sentido son llegan al espíritu por todas las vías
las de espacio, extensión, figura, mo­ de. la sensación y también por la
vimiento y reposo. reflexión;· a saber: las de placer, do­
lor, fuerza, existencia y unidad.
TEo.-Las ideas de las cµales se TEo.-AI parecer, los sentidos sin ,
dice que proceden de_ más. de un el auxilio de la razón no pueden
sentido, como las de espacio, mo­ cerciorarnos de la existencia de las
vimiento, figura, provienen más bien cosas sensibles. Por esto me inclino
·del sentido común, es �ecfr, del es­ a creer que la idea de existe11cia pro.­
píritu mismo, pues · son ideas_ del cede de la reflexión. Las de fuerza
entendimiento puro que se refieren v unidad, de la misma fuente; y per­
sin embargo al exterior, y de Ia� que tenecen a otra clase que las percep­
adquirimos noticia por_ los sentidos_; ciones dé alegría y dolor.
así, pues, son susceptibles de defi­
niciones y demostraciones.1 _
CAPÍTULO VIII

CAPÍTULO VI Nuevas consideraciones sobre las


'ideas simples
De las ideas simples que proceden
de la reflexi6n § 2. F1L.-¿Y qué diremos de las
l
ideas de las cualidades privativas?
· A mí me parece que las ideas de re­
'
F1L.....:...Las ideas simples' que pro­
ceden de la reflexión son .Jas ideas poso, tiniebla y frialdad son tan· po­
,. del entendimiento y de la voluntad, sitivas como las de movimiento, luz:
l
pues nacen en nosot� os reflexionan­ y calor. Pero sigo la opinión gene­
l.
do sobre nosotros. mismos. ral que hace de estas ·ideas privati­
s vas causas de ideas positivas. En. el
a TEo.-Se ·.puede dudar de que to­ fondo, sin embargo, será difícil dl'­
·, das estas ideas sean simples, pues terminar si hay realmente una idea
l• es claro, por eje�plo, que la idea que provenga de una causa · priva­ ( ...
n tiva hasta que se haya concretado
:s "ideas" a su "definición causal", por si el reposo debe considerar como
D -la cual únicamente se demuestra su privación, mejor que el movimiento.
1· posibilidad real;. v. las A_1e1itaciones de TEo.-No hubiera yo creído que
tS c:og1111itione,. veritate et 1de1s, 1 �8�. hubiera ocasión para dudar de la ·
D 1 Las ideas de reposo y mov1m1ento, naturaleza privativa del reposo. Le­
de figura, tamaño y ·númer'? son refe­
ridas por Aristóteles (De am!"ª• 111, I, basta con que se le niegue el movi­
a y mejor, ILit 6} al sensorio comun _ mie�to al cuerpo. Para el movimien­
i- (a.tu8.nar.s xow,i). En su oríg_en siste­ to,· por el contrario, n.o basta que
mático� esta idea se remonta a Platon, . se suprima el reposo, smo que hace
lB Thaetetes (184). falta algo mas que determine el gra-
/"

116 LEIBNIZ

do del movimiento. Pues al movi- · qQe los cuerpos sólo obran por im­ r
m!ento le ·es esencial la gradación, pulsión. Sin embargo, en la prueba
mientras· que todos los · reposos son antes propuesta hay un�dificultad, �
r
iguales. Otra cosa sería si se tratase pues no en toda atracción se ex­
de la causa del reposo, pues ésta, cluye el contacto; antes bien, puede e
en la segunda materia o masa, de- suceder, como ya demostré al ha­ B
be ser algo positivo.1 Yo llegaría blar de la dureza, que sin impulsión l
a creer q�e la misma idea de repo- visible se produzca un contacto y I
so es privativa, es ,decir, que no es un movimiento en el cuerpo. Si e�is­
más que una neg�ción; el acto mis- tiesen los átomos de Epicuro, una
1!1º de la negación es algo posi- , porción de. éstos al ser impulsada r
t1vo. arrastraría a los otros, poniéndolos s
§ 9. FIL.-Puesto que las cualida- por consiguiente, en movimie�to sin f
des de las cosas son las -capacidades impulsión. En esta atracción, entre e
de despertar en nosotros la percep- cosas que no son contiguas· en el e
ción de las ideas, es conveniente espacio, no se puede, sin embargo, f
distinguirlas unas de otras. Hay cua- decir que aquello que atrae a otra 11
lidades primarias y secundarias. La cosa obra donde no está. Esto sólo o
extensión, la solidez, la figura, el iría contra· la atracción a distancia; f
número, la movilidad son cualida- por ejemplo, de las llamadas vires s
des originales e inseparables de -los centripetae (fuerzas centrípetas) de d
cuerpos, y yo las llamo primarias. que hablan muchos eminentes sa- V
§ 10.-En cambio designo con el bios.2·
nombre de secundarias las faculta- § FIL.-Algunas partículas, afee­ le
des o fuenas de los cuerpos de pro- . tanda a nuestro fµerpo de cierta ma­ c
vocar en nosotros ciertas impresio- nera, causan en nosotro$ determina­ s,
nes sensibles o ciertos efectos en das sensaciones de color o de sabor d
otros cuerpos, como el que produce · u otras cualidades secundarias que l;
el fuego en la cera al fundirla. • tienen el poder de producir estas d
TEo.-Podría decirse, creo yo, que ·sensaciones. No es más difícil de é
la fuerza, si _se entiende por fuerza comprender que Dios pueda relacio­
algo inteligible y claramente expli- nar tales ideas (como la de calor)
cable, debe ser clasificada entre las con movimientos con !os que no tie­ �
fi
cualidades primarias; pero si sólo nen semejanza alguna, que compren- . �
es sensible y da únicamente una der que la idea de dolor vaya unida E
idea confusa, se . debe incluir entre al movimiento de un pedazo de hie­ p
las propiedades secundarias. rro que desgarra nuestra piel; mo-. a
§ 11. FIL.-,-Estas cualidades pri- vimiento que no se parece en modo· n
marias nos hacen comprender cómo alguno al dolor. b
obran los cuerpos unos sobre otros. TEo.-No nos debemos imaginar rr
Ahora bien; los cuerpos, en cuanto que ideas como la de color o de h
nosotros sabemos, sólo obran· unos dolor sean arbitrarias y carezcan de le
sobre otros por· impulsión, pues no una relación natural con sus causas; p
se comprende que un cuerpo pueda k
actuar sobre . otro con el cual no • 2 La·teoría de le atracción y la ide a �
tiene contacto, puesto· que tanto val­ de lns fuerzas ·centrípetas fue conce­ k
dría esto como sup·oner que puede bida antes de Newton, especialmente
obrar allí donde ·no está. por Geplero (Astronomfa nova (1609):
"
ci
TEo.-También so'/ yo de opinión ópera, ed. Frisch, III, 150), y desarro­ �
llada Juego por Roberval en su obra
Aristarcl1i Samii de mundi Systemate �
1 Para la distinción entre primera y (1644). V. además Rosenberger, lsaak h
segunda materia (que se identifica con Newton y sus principios físicos, Leip­ �
la mase), v. el "Speéimen dynamicum". zig, 1895, p. 135. �
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 11-7

� no es costumbre en Dios obrar tan o unión llegan a serlo y se repre- -


poco orp.enada y racionalmente. Más sentan en la idea de la luz.
me inclinaría a decir que también § FIL.-Pero si .entre el objeto y
,aquí hay una . clase �e semej8!1Za . la impresión sensible existiere una
que no � s- c'?mpleta_-�1, �or decirlo relación natural,. ¿cómo· podría su­
así, cons1s�e m termm1�, smo que es ceder que la misma agua parezca
una seme1anza expresiva o una re- caliente a una mano y fría a otra?
' }ación de orden: en el sentido .en Esto mismo demuestra que el calor
· que una elipse, una parábola o una no está en el agua, como el dolor
hipérbole son semejantes a• ciertas .no está en la aguja.
relaciones al círculo de ·las cuales . TEo.-Eso demuestra a lo sumo
son proyecciones, porque - entre la que el calor no es una cualidad
. figura ·proyectada y su proyección sensible · o fuerza independiente, si­
existe una relación natural y exa_cta,. no relativa al órgano u órganos a
en cuanto que cada punto de una que corresponde: aquí' puede produ-.
figura corresponde a una deteruii­ cirse y mezclarse en el efecto algún
nada relación a otro punto de la movimiento propio de la mano.
otra figura. Esto no lo tuvieron su­ También sucede que los ojos de ma­
ficientemente en cuenta los carte­ la conformación no perciben la luz,
sianos, y esta vez les habéis conce-. y que cuando están llenos de una
dido más de lo que soléis, sin moti- luz muy fuerte no perciben _otra
vo para hacerlo. - · . más débil. Aquellas mismas cuali­
§ 15. F1L.-Creo, y los fenómenos dades que vos llamáis primarias,
lo confirman, que las ideas de las como por ejemplo la unidad y el .
cualidades primarias dé los cuerpos número, no siempre son bien com­
se asemejan a estas mismas- cuali­ prendi_das, pues, como ya ·Descartes
dades, mientras que -las ideas que afirmó, una esfera nos parece doble
las cualidades secundarias engen- cuando la tocamos con los dedos de
,dran en Ílosoti:os no se parecen a cierta manera, y los espejos bisela­
éstas" en manera alguna. dos o los vidrios tallados con face­
TEo.-He observado que la seme­ tas multiplican los objetos. De aquí
janza y la relación se dan tanto con que el razonamiento según el cual
respecto a las cualidades secundarias : lo. que no siempre aparece de la
como respecto de las secundarias. misma manera no puede ser una
Es lo razonable que el efecto corres- cualidad del objeto, y que su ima­
. ponda a su causa; y, ¿cómo podría gen no es semejante a éste,-no es
afirmarse lo contrario si no se co­ válido. Por lo que se refiere al ca­
noce exactamente, por ejemplo, ni lor, sucede que cuando nuestra ma­
la sensación del azul ni los movi-_ no está muy caliente, el escaso calor
r · mientos que la. producen? Induda­ del agua no .se hace perceptible;
.c blemente, el · dolor no se asemeja a antes al contrario, modera el calor ·
e: los movimientos de la aguja, pero de la mano hasta el punto de que
puede ser.semejante a los movimien­ el agua nos parece fría; del mismo
tos que esta aguja causa en nuestro modo, el agua salada del mar Bál­
¡¡. cuerpo y expresar estos movimien­ tico cuando se mezcla con la del
:­ tos en el alma, como creo que en mar de Portugal aminora salinidad
e realidad sucede. Por esto mismo de­ de ésta, si bien la· primera es sala- ·

cimos que el dolor está en nuestro da. Así que en cierto modo se puede.
a
cuerpo y no en la aguja, mientras decir que el calor pertenece al agua_
·e que decimos que la luz está en el de un baño, aunque puede haber
k fuego porq� el fuego contiene mO: alguno a quien le parezca fría, co­
>- vimientos. que aislados no _son per­ mo también la miel es dulce en sí
ceptibles, pero que por su mezcla y la plata es blanca en sí, aunque

1
L ...::.a.::c.....____ --- - - --------'
118 LEIBNIZ

algunos enfermos encuentran amar­ el sol también se parecerían a· éste),


ga la primera y amarilla la segunda, sino porque en la .cera se producen
pues nuestras domjnaciones se rigen movimientos que corres}llii)nden a los
por el caso más frecuente. Sin em­ que los causan del sol. El blanco
bargo, dada la normalidad del ór­ podría ser producido por otra cau­
gano y del medio, los movimientos sa, pero no los movimientos que
interiores y las ideas por las cuales ella ha tenido al recibirlo del sol.
éstos son representados en el alma,
se asemejan a los movimientos del
objeto por los cuales son causados CAPÍTULO IX
los colores, él calor, el dolor, etc.,
o, lo que para el caso _es lo mismo, De la percepción
se expresan en una relación bastan­
te exacta, si bien esta. relación no § t. F1L.-Pasemos ahora a las
-es percibida por nosotros con sufi - ideas de reflexión en particular. La
ciente ·claridad, porque no podemos percepción es la primera facultad
?iscer1!ir la multitud de pequ�ñas del alma que se ocupa . en nuestras
1mpres1ones en n�estra alma m el? . ideas; por ·consiguiente es también
nuestro cuerpo m en lo que esta la idea primera y más _sencilla que
fuera _de nosotros. recibimos por reflexión. El pensa-
. § 24. FIL.-Consideramos las cua- · miento significa con frecuencia la
hdades . del sol para blanquear y operación del· espíritu sobre sus pro­
ablandar la cer� .o. para end_urec�r pías ideas en cuanto actúa considera
el barro, como simples potencias sm · una cosa con cierto. grado de aten-.
concebir en el sol nad, que se pa- ción voluntaria; pero en lo que lla­
rezca a. esa blancura m a _es.a blan- roamos percepción el espíritu es ha­
dura, sm embargo, la opinión ge- bitualmente completamente pasivo,
neral reconoce el calor y la luz como . • en cuanto no puede evitar percibir
propiedades reales del soL Pero si aquello que realmente percibe.
consideramos bien la cosa veremos TEo.-Quizá pudiera añadirse que
que. las propiedades de luz y calor, los animales poseen percepción, pe­
las cuales son en m í percepciones, . ro no poseen necesariamente pensa­
no están en el sol como están en la miento; es decir, reflexión, y aque­
•cera sus variaciones cuando es blan- llo que ·puede constituir el objeto de
queada o derretida. la reflexión. Así tat11bién nosotros
TEo.-Algunos han llevado esa tenemos percepciones débiles de que
doctrina tan. lejos, que nos han que- en nuestro estado actual no tene­
rido persuadir que si alguien pudie- mas conciencia. Claro qUe podría­
se tocar el sol no exp�rimentaría mas tener conciencia de ellas y re­
calar alguno. El sol imitado en el flexionar sobre ellas si no fuésemos
foco de un espejo o de una lente distraídos por su multitud o si no
puede desvanecer este error. Pero fueran oscurecidas o borradas por
por lo que· se refiere a la campa- otras percepciones más fuertes.
\ ' racjón entre la propiedad de calen- § 4. FIL.-Yo confieso que cuan­
tar y de derretir, me atrevo a afir- do el espíritu se sume profundamen­
mar que la cera blanqueada o te en la consideración de determi­
derrerida, si 'tuviera sensibilidad, nadas objetos acaba por sustraerse
sentiría algo parecido a lo que noso- a la impresión _que ciertos cuerpos
tras sentimos cuando recibimos el ejercen scibr� el órgano del oído.
calor del sol, y ·si pudiera hablar Por fuerte .que sea esta impresión,
diría que el sol calienta no porque no produce percepción alguna si el
su blancura igualase la del sol (pues .alma no tiene noticia de ella.
en ese caso los rostros tostados por TEo.-Yo preferiría distinguir en·
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 119
tre "percepción" y "apercepción". entre ellos ·existe una gran diferen­
La percepción de la luz o del calor, cia que debe sel'. expresada. Des Ar­
-por ejemplo, de que tenemos con­ gues ha dado por esto al gunas re­
ciencia, está compuesta de una mul­ glas sobre la fuerza de los tonos de
titud de pequeñas percepciones de color. y de las sombras.1 Por consi­
. que no-nos enteramos, y un ruido guiente, si un cuadro ,nos engaña
que nosotros _percibimos,- pero en el nos equivocamos de una doble ma­
cual no ponemos atención, es adver­ _ nera al· juzgar. En efecto, en pri­
tido en cuanto aumenta un poco. mer lugar ponemos. la causa en lu­
Pues si el ruido precedente no hu­ gar del efecto, y creemos ver directa­
biera producido ningún efecto en el mente lo · que es la causa de la
alma, claro está que este pequ�ño imagen, con lo que nos parecemos
' aumento, y por tanto también la bastante-a un perro que ladrase an­
s -totalidad, no produciría tampoco te un espejo. Pues realmente no ve­
a ninguno. Ya traté esta cuestión en mos más que la imagen. y sentimos
:1 los párrafos 11, 12 y 15 del segundo simplemente un efecto . de ltiz. Pero
s capítulo de este libro. como los rayos necesitan algún tiem­
1 § 8. FIL.-Este es el Jugar de ad­ po, por poco que sea, para llegar
e . vertir que las ideas que proceden hasta nosotros, es posible que con
de la sensibilidad son a menudo al- el tiempo el objeto sea destruido; y
- teradas por el juicio del espíritu de · en el momento en que los rayos lle­
,.
!l
las personas, sin c¡ue éstas se perca­ gan al ojo ya no exista; pero lo que
a ten de ello. La idea de una esfera · no existe no puede ser objeto p�e­
1-. de color uniforme se nos presenta sente de la visión. En segundo lu­
1- como un círculo plano diversamente .· gar, también nos engañamos al po­
1• sombreada e iluminada. Pero· como ner en lugar de una causa: otra . y
t, estamos habituados a relacionar las creer por ejemplo que aquello que
r imágenes de los cuerpos y las varia­ procede meramente de una superfi­
ciones de la luz reflejada sobre ellos cie plana procede de un cuerpo; . d�
e ' según la configuración de su super­ modo que en· este caso nuestro 1u1-
ficie, sustituimos al fenómeno lo que cio contiene una metonimia y una
1- consideramos como su causa y con­ metáfora, pues también las_ figuras
fundimos el juicio con la visión. retóricas se convierten en sofismas
e T1m>-=-Eso · es verdad exacta, y. la cuando nos dejamos engañar sobre
s pintura utiliza esta circ1,mstancia pa­ ellas. La confusión de -los efectos
e ra engañamos mediante el artificio con las causas verdaderas o supues­
de la perspectiva. Cuando los cuer­ tas< se produce también muy a me­
l· pos tienen extremidades planas, pue­ nudo en nuestros juicios.. Así, por
den . ser representados sin necesidad ejemplo, cuando sentimos nuestro
,s de sombras, sirviéndonos simplemen­ cuerpo o los objetos exteriores que
o te del contorno, pintando a la ma­ le tocan, o cuando .movemos nues­
,r nera de los chinos, pei;-o c�m mejo­ tros brazos, creemos sufrir un influ­
res proporciones. Por este procedi­ jo físico, que en nuestra opinión
1- miento se pueden hacer medallones constituye la unión entre el cuerpo
1· -en los que el dibujante se aleja po­
i­ co de los rasgos propios de los an­ 1 Des Argues (1593-1662), uno de los
e tiguos modelos. Pero el interior de fundadores de la geometría descriptiva;
,s un círculo no se puede distinguir v. su obra: "Brouillon- proyect d'exem­
). exactamente del interior de. una su, ple d'una maniere universelle ... touch­
1, perficie e_84érica limitada por dicho· ant la practique du trait a preuves
:1 círculo sin ayuda del sombreado, tecture,pour la coupe des pienes en l'archi­
pues ninguno de ellos posee puntos sobre la etc." (1640); su grán obra
perspectiva fue publicada en
salientes ni rasgos distintivos, si bien 1648 por Abraham Bosa.
·120 LEIBNIZ

y el alma; mientras que en realidad ·nas de ellas le habían contestado


lo que nose>tros sentimos y las varia­ acertadamente, si bien advirtieron
ciones que experimentamos· están - su error cuando meditllron sobre
simplemente en nosotros mismos. ello. La respuesta de este perspicaz -­
· -F1L.-A este propósito 'quiero y profundo pensador . es negativa,
- plantearos un problema que el sa­ pues -añade-- aunque el ciego hu­
bio Molyneux,!! que tan provecho­ biera aprendido por la experiencia
samente consagra su ingenio al pro.; de qué manera afectaba a su sen­
greso de las ciencias, planteó al cé­ tido del tacto la esfera y el cubo,
lebre Locke. , Sus palabras son poco no sabría de qué manera afectarían
más o menos -las siguientes: Imagi­ al sentido de la vista. El autor del
nemos un. ciego de nacimiento, ya "ensayo" declara que es de la mis- ,
adulto, al cual se le ha enseñado a ma opinión.·
distinguir por el tacto un cubo de TEo.-Quizá M_olyneux y -el autor
una esfera del mismo metal y de del "ensayo" no están tan alejados
igual tamaño, de -modo que cuando como parece de mi criterio; las ra­
los toca puede decir cuál es el cubo zones por las cuales Molyneux per­
y cuál· es la esfera. Supongamos que suadió a las gentes de su error de­
el cubo y la esfera están colocados bían, a lo que parece, estar conte- .
en una mesa y que el ciego recobra nidas en la ·carta a Locke; pero éste
repentinamente la vista. Se pregunta las suprimió evidentemente para ha-
si de este modo, viéndolos pero sin . cer pensar al lector por cuenta pro­
. tocarlos, podría decir cuál de los pia. Si vos meditaseis mi contesta­
dos objetos es él cubo y cuál la es­ ción, veríais que yo agrego una con- ...,_
fera. Yo le suplico me diga su opi­ dición . que puede con�iderarse im-
nión sobre este punto. · plícita en la pregunta; a saber: que
,r
TEo.-Tendría que reflexionar al-· el tema· consiste simplemente en dis­
gún tiempo sobre la cuestión, que tinguir ambos cuerpos, y que el cie-.
me -parece muy interesante; pero ya go sabe que tiene ante sí los cuer­
que me pedís con premura la con­ pos que debe distinguir, y que de
testación; quiero deciros confiden­ las dos imágenes · visibles que se le·
cialmente, a la ventura, que mi opi­ ofrecen, la una es una esfera y la
nión es que si el ciego sabe que las otra es un cubo. En tal caso, me pa­
dos figuras que ve ante . sí son un rece indudable que el ciego curado
cubo y una esfera, las diferenciará de repente de su ceguera, en virtud
y podrá decir sin tocarlas: este es del principio de· razón unido a la
el cubo y esta la esfera. experiencia que el tacto le ha pro­
F1L.-Temo que pertenezcáis al porcionado, podría distinguir los dos
gran número de los que . contestan cuerpos. Pero yo.no hablo de lo_ que
-falsamente a la pregunta de Moly­ en realidad, haría en el primer mo­
neux. Pues en el escrito en que se mento, deslumbrado aún y confun­
plantea el problema cuenta el mis­ dido por la novedad de los hechos,
mo Molyneux que, con ocasión de o quizá poco habituado a sacar con­
la obra de Locke sobre el" entendi- secuencias. Mi opinión se funda eri·
. miento humano, había hecho esta que la ·esfera no tiene puntos sa­
pregunta a diferentes personas de lientes ya que su superficie es segui­
esclarecido ingenio, y apenas algu- da y sin ángulos; mientras que el
cubo tiene ocho puntos salientes que
2 William Molyneux (1656-1698); el se distinguen de todos los demás.
• - problema de que se trata constituye Si no existiese este medio de distin­
un punto ·de partida de la ·psicología
moderna de la percepción ·del espacio. guir las figuras, un-ciego ·n o podría ·
Berkeley le estudia en su New history aprender los principios de la geo­
o/ visio11 (1709) . . metría por · r.iedio del tacto. Y sin

'
NUEVO TRATADO-SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 121

embargo ·sabemos que los ·ciegos de hablar en francés (pues la corte


� nacimiento están én condiciones pa­ francesa le ha acogido en su seno).
ra estudiar _la geometría y, es más, Este hombre hubiera podido con­
que poseen. ciertos elementos de ·una tamos cosas muy curiosas sobre los
geometría natural, mientras que por conceptos que poseía en su estado
otra parte se puede aprender geo­ precedente y sobre el cambio de
metría sin hacer uso del tacto y sólo ideas que en él ·se operó con- la
co' n la vista, como sucedería con un progresiva adquisición · del sentido
paralítico, o a quien puede decirse del oído. Estos sordomudos de na­
que le falta el tacto. Estas dos es­ cimiento pueden ir más allá de lo
pecies de geometría, la del ciego y que se cree. En Oldemburgo, y en
la del paralítico, se completan y tiempos del último -conde, hubo un
coordinan y conducen a las mismas sordomudo que llegó a ser un buen
ideas, si bien no poseen imágenes pintor y en las demás cosas demos­
comunes. También se ve de este mo­ traQa mucha inteligencia. Un gran
do la gran diferencia que hay entre sabio nacido en Bretaña me contó
las imágenes y las ideas -exactas que que en . 1690, en Blain, ciudad a
se basan en las definiciones. Sería, diez leguas de Nantes, perteneciente
en efecto, muy interesante y útil co­ al duque de Roban, había un pobre
nocer. bien las ideas de un ciego de hombre, sordomudo de nacimiento,
nacimiento y las descripciones que que vi.vía en una cabaña en las afuee.
hace -de las figuras; Pues puede lle­ ras, se ocupaba en llevar cartas y
gar a tanto, y hasta puede . compren­ otros efectos a las casas de la ciu­
der la teoría de la óptica en cuanto dad, guiándose por las señas que las
ésta depende c;Je ideas precisas y �entes solían utilizarle le daban.
matemáticas, si bien no ·pµeda lle­ últimamente quedó ciego, pero no
gar a percibir el claroscuro_, es de: dejó de prestar sus servicios guián­
cir, 1n imagen de la luz y de los dose por el tacto. Tenía a la puerta
colores. De aquí que un ciego de de su cabaña una tabla que llega­
nacimiento,· después de haber reci­ ba -hasta donde· ponía los pies, y por
bido lecciones de óptica que pare­ el ·movimiento que pr9ducía le qaba
cía comprende_r bien, a la pregunta a conocer si alguien entraba. Es gran
que se le hizo de cómo se imagina­ negligencia no procurarse un exacto
) ba la luz, contestara que debí_!i de· conocimiento de la manera como ta•
1 ser algo agradable como el azúcar._ les hombres piensan. Si es que ya
l De igual modo sería muy importan- ha· muerto, alguien habrá probable­
. te examinar las ideas que un· sordo- . m!mte que nos pudiera dar noticias
mudo de . nacimiento se puede for­ de cómo se. le instruía para reaJizar
mar de las cosas sin figura, que su oficio. Mas volviendo a la cues-
describimos generalm�nte con pala­ . tión del juicio que puede formar un
bras, y que él se imagina de otra ciego de nacimiento que recobra la
manera aunque pueda. ser equiva­ vista, sobre el_ cubo y la esfera; sin
lente a· ]a nuestra: al modo· como tocarlos, contestaré que fos distin­
l· la escritura de los chinos es de efec­ guirá si alguien le indica que una
l-
to equivalente al de nuestro ajfa­ u otra percepción · corresponde a la
i­ betó difiere de ella sin embargo in­ esfera. o al cubo. Pero sin esta in­
:l finitamente, hasta el . punto que Sé dicación previa ·confieso que rio se :
e podría pensar que ha sido inventada Je ocurrirá desde luego pensar que
i.
por un sordo. Gracias a la bondad esas especies de pinturas que se for­
1-
de un gran· príncipe tuve ocasión man en el fondo de sus ojos, y que
B
de conocer en París a un sordomu­ podrían provenir .de una -figura pla­

do de nacimiento que acabó por· cu­ na dibujada sobre fa mesa, repre­
n
rarse de su sordera, y ahora sabe sentan cuerpos hasta ·que el tacto le

iL-
I

122 LEIBNIZ
hafa convencido de eilo, o que en TEo.-Muy bien y creo que se
fµerza de razonar sobre los rayos puede decir otro tanto de las plan­
según . la óptica, haya comprendido tas; pero en cuanto al . lflmbre, sus
por la luz y la sombra, que hay percepciones van acompañadas de ·
. una cosa que detiene estos rayos y la facultad de reflexión, que pasa
que debe ser justamente lo que le al acto cuando· tien� objeto. Pero
queda en el tacto; a lo que llegará -cuando se encuentra.- reducido a un­
por fin cuando vea dar vueltas el estado en que está ccimo ·sumido en
cubo y la esfera y cambiar de som­ un letargo, y casi sin sentido, la. re­
bras y de apariencia,- según el mo. flexión y la ápercepción cesan, y
vimienfo, o bien cuando, estando los entonces no piensa en. las verdades
· dos cuerpos · en reposo, la luz que univer,sales. Sin embargo, las facul­
los ilumine cambie de lugar, o sus tades y disposiciones innatas y ad­
ojos cambien de posición. Pues és­ quiridas, y aun. las impresiones re­
. tos son, poco más o menos, los me­ cibidas en este estado de confusión,
, dios que tenemos para discernir no por eso éesan - y no se borran,
desde lejos un cuadro o una pers- aunque se las olvide; contribuirán
pectiva que representa un cuerpo, algún día a· algún efecto notable,
del cuerpo verdadero. pues nada, es inútil en_ la paturale� ·
§ 11. FIL.-Volvamos a la percep­ za, toda confusión se aclara y los .
ción en general. esta distingue a los mismos animales, llegados a un es­
animales de los seres inferiores. tado de estupidez, han de volver un
TEo.-Me inclino a creer que tam­ · día a tener percepciones más dis­
bién en las. plantas hay alguna per­ tintas, y como quiera- que las sus-
c_epción y apetición, y esto por la tancias simples duran siempre, no
gran analogía que hay entre-las plan­ se debe juzgar de la eternidad por
tas y ·Ios animales; y si hay .un alma algunos años.
vegetativa, como es opinión gene­
ral, esta alma tiene que tener per-
cepción. Sin embargo, yQ no dejo de
atribuir . al mecanismo todo lo · que CAPÍTULO X
sucede en el cuerpo de las plantas
y de los animales, excepto su pri­ De la r,etentiva
mera formación. Así, yo estoy de
acuerdo en que el movimiento de · § 1, 2. F1L.-La otra facultad por
la planta que llamamos sensitiva la cual _el __.espíritu avanza más en
proviene del mecanismo, y no aprue- el conoc1m1ento de las cosas que por
ha el que se recurra al alma cuando la simple percepción es lo que de­
se trata de explicar el detalle de los nomino retentiva, facultad que con­
fenómenos de las plantas· y de los serva los conocimientos recibidos
animales. - por los sentidos o por la reflexión. '
, . § · 14, FIL....:._Es verdad que yo mis- La retentiva procede de dos modos:
mo no podría dejar oe creer que conservando en acto la idea presen°
aun-en esa clase de animales, como - te, lo que yo llamo contemplac_ión,
. las ostras y los mejillones, hay al- Y, guardando el poder de reprodu­
guria percepción, por pequeña que c1rla, que es lo que se llama me­
¡,- sen· pues', las sensaciones vivas no moría.
harían más que perturbar' a un ani- _ TEo.-Retenemos también, y con­
mal condenado a estar siempre en templamos, los conocimientos inna- ·
el sitio en que el azar le colocó, tos, y con frecuencia no podríamos
y bañado én agua fría o caliente, distinguir lo innato de lo adquirido.
limpia o sucia_: según llegue has- Hay también.una percepción de imá- .
ta el. · genes que, � existen ya desde hace

- --- ',""t¡,....>L 1
NUEVO TRATADO SOBRE EL BNTENDIMiENTO HUMANO 123
algún tiempo, o se forman de nue- en estas verdades innatas y para ana­
vo en nosotros . lizarlas es preciso discernimiento;
§ 2. FIL..,.-Pero entre nosotros se, mas no por· eso dejan de ser in­
cree que esas imágenes o ideas de- natas.
jan de ser algo desde el momento § 2. FIL.-Ahota bien; la vivaci- -
en que no son actualmente aperci- dad del espírjtu consiste en recordar
birlas, y qu'e décir que hay ideas de prontamente las .icleas; pero es fun­
reserva en la memoria no significa ción del juicio representárselas cla­
otra cosa en ._el fondo, sino que el ramente y distinguirlas con '?xacti-.
alma en muchas ocasiones tiene el tud.
poder de evocar las percepciones que TEo.-Quizá ambas funciones no
ya ha tenido, con un sentimiento sean más qu é vivacidad de la ima­
que la persuade a la vez de que ya ginación y el juicio consista en el
tuvo antes esa clase de percepcio- examen de las proposiciones según
nes. la razón.
TEo.-Si las ideas no fueran más F1L.-No estoy yo muy distante
que las formas o maneras de los de esta distinción entre el espíritu ·
. pensamientos, cesarían con éstos; y el juicio, y a veces el juicio con­
pero vos mismo habéis reconocido siste en no· emplearle demasiado. Por
que son los objetos internos, y sien- ejempJo, sería ir en cierta manera
do así, pueden subsistir. Y me asom- contra' algunos pensamientos espiri­
bro de que os paguéis de esas !lle - . tuales, examinarlos por .las reglas
ras potencias o facultades que r e'fu- severas de la verdad y de la sana
taríais en los filósofos escolásticos. raz ón.
Sería preciso explicar un poco. más TEÓ.�Esa observación es oportu•
distintamente en q�é cónsiste esta na. Es preciso que los pensamientos
facultad y cómo se e1erce; Y esto nos espirituales .tengan algún fundamen­
h�ría _compren�er que hay. dispo_si- to, por lo menos aparente, en la
c10nes que son restos de unpres10- razón; pero no tiay que desmenuzar­
. nes pasadas, tanto en el alma como · 1os con demasiada minuciosidad, co-
en el- tuerpo, pero de las que no mo no hay que mirar un cuadro
nos ·damos cuenta hasta· que 1a me- desde .muy cerca. En este punto
moría . encuentra ocasión. Y si no creo que el P. Bouhours 1 peca al•
quedase nada de los pensamientos . guna vez en su - obra sobre el .arte
pasados,- en c!1an'to . ya no l�s pen-. de pensar en las obra� del . espírit�,
samos, no seria posible explicar có- como cuando desprecia esta máx1-
·mo podemos conservarlos en la me• .ma de. Lucano:
moria; y recurrir. par.a i;xpliéarlo a
una mera facultad es no decir nada Victrix causa diis- placult,
inteligible. sed victa Cat oni.
§ 4. FIL.-Otra operación del es­
CAPÍTULO XI píritu con respecto a sus ideas . es
la comparación que hace de una
De la facuita(! de discernir idea con otra acerca de su exten­
~1as ideas sión, de sus grados, del tiempo, del
lugar o de cttalquier otra circuns­
§ l. Fa.-De la facultad de dis, tancia; de ahí proviene ese gran nú- ·
cernir ]as ideas depende· la eviden•
c_!a y la esteza de muchas propo_si• - 1 Bouhours D m u
( o iniq e) (16 22-1702).
c1ones que pasan por verdades ID· su obra se titula: De la maniere de
natas. bien penser dans les ouvrages· d'esprít
TEo.-C onfieso que para pensar (1687).

1
1
'--
.!.· -
·-
124 LEIBNIZ
mero de ideas comprendidas bajo el pero esto no es todavía la abstrac­ de·
nombre de · relación. ción, pties . ésta exige una ttonside­ vir
T.EQ.-En mi sentir, la relación es ración · de las notas comunes sepa­ tul
más general que la comparación, radas de lo particular, y por con­ va
pues las relaciones son o de compa­ siguiente entra en ella .el · conoci­ pa
ración o -de. concurrencia. Las pri­ miento de las verdades universales,
meras se refieren a la conveniencia cosa que no es dada a las bestias.
do
f�
o disconveniencia (tomo estas pala­ Se ha observado también que las
bras en su sentido menos amplio) bestias que habla!} no sé sirven de to1
que ·comprende la . semejanza, la palabras para expresar las ideas ge­ de
igualdad, la desigualdad, etc.. Las nerales y que los hombres privados . na
segundas implican algún - nexo, co­ del uso de la palabra y de los nom- Ci]
mo el de causa y efecto, el de todo . bres no dejan de servirse de otros ce
y parte, de situación· y orden, etc. signos generales. Y Irie gusta ver que pe
§ 6. F1L....:...La composición de las comprendéis en este punto y en otros se
ideas simples, para hacer de ellas las excelencias de la naturaleza hu­ su
ideas complejas, es también una ope­ mana.
ración de nuestro espíritu. A esto § 11. Fm.-Si las bestias tienen la
se puede referir \a facultad de ex­ al�nas ideas y no son· puras · má­ tú
tender las ideas, uniendo las que quinas, como algunos pretenden, no q,
son de una misma especie, como podemos negar que tienen cierto gra­ ta
cuando formamos una docena de va­ do de razón; y eri cuanto a mí me ci
rias unidades. parece tan evidente ·que razonan co­ ec
, -TEo.-Tap.to una cosa como otra mo que tienen sentimientos. Pero d,
es componer; pero la composición razonan· únicamente sobre ideas par­ a
de las id�s semejantes es más sim- . ticulares, conforme .se las van pre­ d,
ple que la de las ideas diferentes . sentando sus sentidos. h
§ 7. FIL.-Una perra podrá criar TEo.-Las bestias pasan de una ri
cachorros de zorro, jugará con ellos imagen a_ otra por la relación que y,
. y tendrá por ellos la misma pasión entre ellas han percibido en otras c:
que por sus pequeñuelos, si se pue­ ocasioqes; por ejemplo: vUando el u
de conseguir que las crías_ se ama­ amo coge un palo, el perro sabe que l'l
manten de ella lo bastante para que le van a pegar. Y en muchas oca- · s:
la l.eche se difunda por todo su siones, los niños, al igual que los i1
cuerpo. Y no parece que los • ani- demás hombres, no tienen otro pro­ b
. males que tienen muchos hijos a la cedimiento para pasar de una idea f
vez reparen en su· número. a otra. Esto, en un sentido muy am- ,.. J:
. TEO._:_El amor. de los animales · plio, se puede llamar_ consecuencia [
procede de un sentimiento que se y razonamiento. Pero yo prefiero e
acrece por el hábito. Pero en cuan­ · conformarme al uso establecido, con­ e
to a la multitud precisa, los hom­ sagrando estas palabras al homQre y }
bres mismos no podrían conocer el circunscribiéndolas al conocimiento
número de las cosas sino por algún · de alguna razón del nexo de las per­
medio auxiliar, como por ejemplo cepciones que las sensaciones por sí
sirv-iéndose de los - numerales para solas no nos podrían dar,.. pues su
contar o �e las disposiciones en fi­ afecto se limita, naturalmente, s ha­
gura que nos hacen conocer si falta cer que esperemos otra vez la mis­
algo sin necesidad de contar. ma relación que se percibió ante­
§ 10, F1L.-Las bestias no hacen riormente, aunque tal vez las razones
abstracciones. no sean las mismas, que es lo que
TEo.-Creo lo mismo. Conocen, engaña frecuentemente a los que no ..
al parecer, la blancura y la notan se rigen más que por los sentidos.
en el yeso, así como en la nieve; § 1�. F1L.-Los imbéciles carecen
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 125

de vivacidad, de actividad y de· mo­ se ha tenido con sus opiniones. A


vimiento en las facultades intelec­ hablar con algún soberano -toma to­
tuales, por lo que se encuentran pri­ das las medidas necesarias para no
vados del uso de la. razón. Los locos rebajar su dignidad. Por último,
parecen éstar en el extre�o opuesto, . cuando se razona con él se· defiende ·
pues no creo que éstos pierdan la tan bien, que más de una vez he du­
facultad de razonar, sino que unien­ dado si su locura no· será· fingida,
do inoportunamente varias ideas, las pues· no ·Je va mal con ella. Sin em­
toman por ve,rdades, y se equivocan bargo, todos los que le conocen ín­
del mismo modo que los que razo- timamente me aseguran que va de
. nan lógicamente partiendo de· prin­ buena fe..
cipios falsos. Así vemos que un lo­
co, creyendo. ser un rey, pretende, CAPÍTULO XII
por una legítima consecuencia, ser .,.
servido, honrado ·y obedecido. según · De las ideas. complejas.
su dignidad.
TEo.-Los imbéciles no ejercitan · F1L.,-Podría compararse el enten-
la razón, y se diferencian-algunos es- dimiento a una cámara oscura· que
túpidos que tienen buen juicio, pero no tuviera más que algunas estre­
gue no teniendo la concepción pron- chai, aberturas que dejasen entrar
ta, se haceri molestos y son despre- las fmágenes exteriores y visibles, de
ciados, como lo sería quien quisiera suerte que si estas imágenes pudie­
echárselas de _hombre con personas sén permanecer allí dentro puestas
de prestigio y ·pensase mucho y muy en orden, de tal modo que se pus
a menudo sobre el partido que había diese echar mano de ellas cuando
de tomar. Recuerdo que un hombre conviniese, habría una gran seme­
hábil que · había perdido la memo- janza entre esta cámara y el enten-
ria por el uso de ciertas drogas ca- dimiento humano.
yó en ·este estado,·.pero su buen jui- TEo.-Para, hacer más exacta la
cio se echaba de ver siempre. Mas comparación habría que suponer que
un hombre completamente loco ca- en la cámara oscura hubiese un Iien­
rece de juicio en casi todas las oca- zo para recibir las imágenes, lienzo
siones. Sin embargo, la vh:eza de su que no estuviera liso, sino diversi-·
imaginación le puede hacer agrada- ficado por los pliegu es que · repre­
ble. Pero hay locos parciales que se sentasen . los conocimientos innatos,
forman una falsa idea sobre algún y que, además, una vez extendido
punto importante de su vida y razo- este lienzo o membrana, hubiese
nan: con _lógica sobre el punto en una especie de resorte o fuerza, y
cuestión, como muy bien habéis ob- hasta una acción o reacción, aco- . ,
servado. A esta clase pertenece un modadl,l tanto a los pliegues pasados
hombre .bastante conocido en cierta como a los nuevos formados por las
corte, que se cree destinado a ende- impresiones de las especies. Y esta
rezar los asuntos de los protestantes acción consistiría en ciertas . vibra•
y a meter en cintura a Francia, y dones u oscilaciones como las que
que por esto Dios ha hecho que las· observamos en una cuerda tensa -
más altas personalidades pasen por cuando se'la toca, de suerte que lan-
su cuerpo para ennoblecerle; preten- za un sonido musical. Pues no so-
de casarse con todas las princesas lamente recibimos imágenes o hue'­
solteras, perq después de haberlas llas en el cerebro, sino que nosotros
santificado,,ara tener una santa des- formamos otras nuevas cuando con­
cendencia -que debe gobernar la tie- sideramos las ideas complejas. Así
rra; atribuye todas las desgracias de es preciso que la tela que representa 1 '
la guerra a _la poca deferencia tití�º cerebro sea activa y elástica .
. BIB
ERIUO
PBRO·. ·DAVID. A.RANGO B
. _ ...,.T&MllO.MA�QR _____ r
-1J
126 LEIBNIZ

Esta _comparación explicaría de un sin conocerla, sea lo que sea en sí


· .modo aceptable lo que sucede , en el misma.
cerebro; pero en cuanto al alma, que TEo.-La idea de sustfthcia no es
es ,una sustancia simple 'o mónada, tan oscura como se piensa. De ella
representa, sin extensión, estas mis, podemos tener el -conocimiento que
mas variedades de masas. extensas_ y se debe tener y se tiene de les de­
tiene percepción. más cosas, y el conocimiento mismo
§ 3. F1L.-Las ideas complejas son, de las cosas concretas es siempre
o modos, o sustancias, o relaciones. anterior al de las abstractas; se -co­
TEo.-Esta división de los· objetos noce mejor lc:i caliente que el-calor.
/ 1
-de nuestro pensamiento en sustan- § 7; FIL._;;,Respecto de las sustan­
-cias, modos o relaciones me parece cias, hay también dos clases de
bastante bien. Yo creo que las cua­ ideas. Una, de las sustancias parti­
lidades no son más q1,1e modificacio.: culares, como la de un hombre o de
nés · de las sustancias, y el entendi-' · una oveja; otra, de varias sustancias
miento añade las relaciones. De aquí unidas conjuntamente, como la de
se deduce más de lo qu� parece. un ejército de hombres o :la de un
rebaño de ovejas, pues también ta­
FJL.-Los modos son o simples les colecciones forman una sola idea.
(como una docena, una veintena), TEo.-Esta unidad de la idea de
. ,que están formados de ideas sim­ los agregados es muy verdadera; pe­
ples· de una misma especie, es de­ ro en el fondo es Rreciso confesar
cir; de unidades; o mixtos (como qúe esta unidad de colección no es
· la belleza), en .donde entran ideas más que una. reláción o un · nexo
simples de distintas especies. cuyo fundamento está en lo que se
TEo.-Quizá la docena o la vein­ encuentra en cada una de las sus­
tena no . sean sino relaciones, y no tancias aparte. Así, pues, esos seres .
estén constituidas más que por la por agregación no tienen otra uni­
relación con el entendimiento. Las dad cumplida que la mental; por
unidades son aparte, y el entendi­ . consiguiente, su entidad· es también
miento las toma cónjuntamente, por en cierto modo mental o �e fenó­
dispersas que estén. Sin embargo, meno, como la .del arco iris. 1
aunque las relaciones sean del en­
tendimiento, no carecen de base y
realidad, ·pues el primer entendi­ CAPÍTULO XIII .
miento es· el origen de todas les co­ /
sas, y aun la realidad de todas las De las modos simples y, en primer
cosas, excepto · las sustancies, sim­ lugar, los del espacio
ples, no consiste más que en el fun­
damento de les percepciones de los § 3. F1L.-El espacio, por lo que
fenómenos de las sustanc�as simples. se refiere a la longitud que separa .
Lo mislJlo suele suceder respecto de dos cuerpos,· se llama distancia; con
· 1os modos mixtos; es decir, que se­ respecto a la longitud, a la anchura
ría preciso incluirlos entre les re­ y a la profundidad, se le puede lla­
laciones. mar · capacidad.
§ 6. FIL.-Las ideas de les sustan­ TEo.-Para hablar con más exac- ·
cias son combinaciones de ideas titud, la dl.stancia entre dos cosas
simples que suponemos representan · distintamente situadas . (ya sean pun­
cosas particulares y distintas, que tos o cosas extensas) es la longitud
subsisten por. sí mismas, entre las de la línea más corta que se puede
cuales se considera siempre le no­ trazar de la una a la otra. Esta
ción oscura de sustancia como pri­
mera y principal, que se la supol).e. . 1 _V. le correspondencia con Arnauld: ·.
.. .... � � ,_) r_ ��:
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NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 127

distancia se pu_ede considerar abso­ más, para conservar nuestras medí•


lutamente, o en una cierta figura que das, mostrando a la posteridad las
compre�da las dos cosas distantes; proporciom:s que tienen con refe.
por ejemplo: la línea recta es abso­ rencia a ciertas longitudes dibujadas
lutamente la distancia entre dos co­ en una de estas pirámides. Es ver•
sas. Pero cuando estos dos puntos dad que hace · poco se ha descubierto
están en una superficie esférica, su que los péndulos sirven . para per•
distancia en esta superficie es la petuar las medidas (mensuris rerum
longitud del arco de círculo más pe­ ad posteros transmittendis), como
quefio que se puede ttazar de un Huigens, Mouton 2 y Buiatini, maes­
punto a otro. Por esto es bueno no­ tro en otro tiempo de moneda· en
tar que la distancia no se da sólo Polonia, han mostrado, marcando la
entre· cuerpos; sino también . entre propor-ción de nuestras longitudes
superficies, líneas y puntos. I;' uede con las de un péndulo,. que marca
decirse que la capacidad, o mejor . precisamente un segundo, por ejem­
el intervalo entre dos cuerpos o en­ plo; es decir, las 86,400 partes de
tre otras dos extensiones, o entre una revolución de las estrellas fijas o
una extensión y un punto, es el es­ de un día astronómico, y Buratini ha
pacio constituido por todas .las lí­ consagrado a esta cuestión un · tra•
neas más cortas que se pueden tra­ tado cuyo manuscrito he visto yo.
zar entre d9s_ puntos de la una y Pe10 en esta medida de los péndu­
de la otra. Este intervalo es sólido, los hay todavía una imperfección;
excepto cuando las do!l cosas están · a saber: que es preciso limitarse a
. situadas en una misma superficie, y ciertos países,. pues los péndulos, pa•
las líneas más cortas entre los pun­ ra marcar en un mismo tiempo, tie- ·
tos de las cosas situaáas· deben tam­ nen necesidad de una longitud míni•
bié_n caer en esta _misma superficie ma bajo la línea. Y ·es preciso su­
o deben ser tomados en ella expre- poner también la constancia de. la
samente. . medida real fundamental, es decir,
§ 4. FIL.-Además de las natura­ de la duración .de un día o de una
les, los hombres han establecido en revolución del globo de la tierra al­
su espíritu fas ideas de ciertas lon­ rededor de su eje, y aun de la causa
gitµdes determinadas, como las de de la gravedad, para no hablar de
pulgada y pie. otras circunstancias.
TEo.-No podrían hacerlo, pues § 5. FIL.-Observando luego cómo
es imposible. tener la idea de· una se terminan las extremidades, o por
longitud determinada precisa. No se líneas rectas que forman: ángulos
podría decir ni ¡;emprender por el distintos, o por líneas curvas en las
espíritu to que es una pulgada· o que no se puede notar un ángulo,.
un pie, y no se podría conservar la nos formamos la idea de la figura.
significación de estos nombres sino TEo.-Una figura superficial está
por medidas reales, que se suponen terminada por µna línea o por lí­
inalterables, por las cuales se las po­ neas; per. o la figura de un cuerpo
dría determinar sie1c11pre. Por esto puede ser limitada sin líneas deter­
Greaves,1 matemático inglés, ha que, minadas, como por ejemplo la de
rido servirse de las pirámides de una esfera. Una sola línea ·recta o
Egipto, que han durado bastante y superficie plana nó puede· ·compren•
durarán al parecer algún tiempo der ningún espacio ni formar una fi.
1 Orientáista y matemático inglés na­
2 Mouton (Gabriel) (1618-1619), ma­
cido en Colmore, 1602; fallecido en temático y astrónomo francés, conocido
Londres en 1652. Tal vez se refiere a por sus Observaciones diametrorum so­
su obra P;yramidograpliia. lis et lunae (1670) .

L
7
128 LEIBNIZ
gura. Pero una sola . línea puede tras definiciones demasiado a la le­
comprender una figura superficial; tra. Pero pasemos de la figura al
por ejemplo; el círculo, el óvalo, lugar. Cuando encontraiftos la mis­
como del mismo modo una sola su­ mas piezas · sobre las mismas .casi­
perficie curva puede formar una fi. llas del tablero en que las habíamos
gura sólida,. como la esfera o el es­ dejado, decimos que están todas en
feroide. Sin embargo, no solamente el mismo sitio,· aunque quizá el ta­
varias líneas rectas o superficies pla­ blero haya cambiado de l_ugar. De­
nas, sirio también muchas líneas cur� cimos también que el tablero está en
vas o varias superficies curvas pue­ el mismo sitio si sigue en el mismo
' den concurrir a f ormar ángulos I en­ sitio de la cámara del ·barco, aun-
tre ellas cuando la una no es la que el . barco se haya hecho a la
tangente de la otra. No es fácil dar • vela. Se dice·. también que el barco
la definición de la figura en gene­ está_ en el mismo :sitio siempre que
/" ral, según el uso de los geómetras. guarde _la misma distancia con las
Decir que es una extensión limitada · partes vecinas, aunque la tierra haya ·
sería demasiado general, pues una dado la vuelta.
línea recta, por ejemplo, aunque ter­ TEo.-El lugar .es, · o particular,
minada por los dos extremos, no es el cual es, considerado'. con respecto
una figura, y ni aun dos rectas po­ a ciertos cuerpos, o universal, que
drían constituirla. Decir que es una se refiere a todo y respe:cto del cual
extensión limitada por una exten­ todos los cambios, cualquiera que
sión no es bastante general, pues la sea su relación con otro cuerpo, son
superficie · esférica entera es una fi. tenidos en cuenta. Y aunque no hu­
gura, y sin embargo no ·está limitada biera nada fijo en el universo, el
por .extensión alguna. También se lugar de cada cosa no dejará de es­
puede decir que la figura es una ex­ tar determinado por el razonamien­
tensión limitada en la cual hay una to si· hubiere un medio de llevar un
infinidad oe caminos de un punto a registro de. t�dos los cambios, o si
otro. Esto comprende las superficies bastase la memoria de un· hombre,
limitadas sin líneas terminantes, que · como sucede con los árabes, que se
la definiéión anterior no compren­ dice que juegan al ajedrez 'de me­
día, y excluye las ·líneas porque, e1 moria y a caballo. Sin embargo, lo
una línea, de un punto a · otro, ne . que nosotros no podemos compren­
hay más que un camino o un nú­ der no deja de estar determinadq en
mero determinado de caminos. Pero . la verdad de las cosas.
aún sería mejor decir que la figura · '§ 15. FIL..:....Si alguien me pregun­
es una exten&ión limitada que puede ta lo que es el espacio, le contestaré
recibir una· sección extensa, o bien que estoy dispuesto a decirlo cuan­
que tiene anchura, término ctiya de­ do él me diga lo que es extensión.
finición no se ha dado todavía. TEo.-Yo quisiera poder decir tam­
§· 6. FrL.-Por lo menos, todas las bién lo_ que es la fiebre o cualquier
figuras no son otra cosa que los mo­ · otra enfermedad, como creo que po­
dos simples del espacio. dría explicar la naturaleza del es­
TEo.-Los modos simples, según pacio. •La extensión es la abstracción
· vos, repiten una misma idea; pero de lo extenso. Ahora- bien; la exten­
en las figuras no siempre se_ trata sión es un continuo cuyas partes son
de la repetición de una misma. cosa. coexistentes o existen a la vez.
Las curvas son muy diferentes entre § 17. FrL.-Si me preguntasen si
sí y de las lín�as rectas. Así que yo· el espacio sin cuerpo es sustancia o
no sé cómo daríamos aquí la defi­ accidente, tendría que responder sin
nición del modo simple. vacilar que no lo sé.
§ 7. FIL.-NO hay eme tomar :nUP.S• · TEo.-Tengo motivos para temer
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 129

que se me acuse de vanidoso al ql!�· tos y los cuerpos participantes en


rer determinar lo que vos confesa1s común de una misma naturaleza de
no saber. Pero hay que pensar que ser, no diferirían más que por la dife­
sabéis más de lo que decís o creéis. rente modificación de este ser.
Algunos han creído que Dios es el § FIL.-Los primeros que pensa.
lugar de las cosas. Lessius 3· y M. ron en considerar los accidentes co­
Guerike,4 si no recuerdo mal, eran mo una especie de seres reales· que
de este modo de sentir; pero enton­ necesit!/.Il alguna cosa a la que estén
ces el lugar · contiene algo más de vinculadi;,s se vieron obligados a in­
lo que atribuimos al espacio, al cual ventar la palabra sustancia para ser­
despojamos de toda acción; y en es­ vir de sostén a los accidentes.
te sentido· no es . más sus.tancia que TEo.-¿Creéis vos, acaso, que los
el tiempo, y si tuviese partes, no ac.cidentes pueden subsistir fuera de
podría !,er Diqs, Es una relación, la sustancia? ¿ O imagináis que no
un orden, no sólo entre .los existen­ son. seres reales? Parece que opo­
tes, sino entre los posibles, como si néis dificultades sin objeto, y ya he
existiesen. Pero su realidad y su ver­ advertido anteriormente que las sus­
dad están · fundadas en Dios, como tancias o los concretos son concebi­
� todas las verdades eternas. dos con más facilidad que los acci­
F1L.-No disto yo mucho \fe vues­ dentes o los abstractos.
tra manera de pensar, y ya conocéis FIL.-Las palabras "sustancia" y
el pasaje · de San Pablo, . que dice . "accidente" son, a mi ver, de poco
que nosotros existimos, vivimos y uso en filosofía.
nos movemos en Dios. Así, según TEo.-Yo soy de otra opinión, y
. las diferentes· maneras de considerar creo que la consideración de, la sus­
el asunto, se puede decir que el tancia es uno de los puntos más im­
espacio es Dios; y se puede decir portantes y más fecundos en filo- ·
también que no es más• que un or­ sofía.
den y· una relación. § 21. FIL.-No hemos hablado
TEo.-Lo mejor será de.cir .que el ahora de la sustancia . más que oca­
espacio es un orden y que este orden sionalmente, ·al preguntarnos.· si el
dimana de Dios. ·
espacio es una sustancia. Pero nos
§ 19. FIL,-Sin embargo, para sa­ basta por ahora reconocer que no
ber si el espacio es una , sustani;:ia, es un cuerpo. Así nadie se atreverá
sería -preciso saber en qué consiste a hacer el cuerpo infinito como el
la naturaleza de la sustancia en ge­ espacio.
:neral. · Pero aquí se presenta una di­ TEo.-Descartes y sus seguidores
ficultad. Si Dios, los espíritus fini­ han q.icho, sin embargo, que la ma­
tos y los cuerpos participan en co­ teria no tiene Hmites, haciendo el
mún de una misma naturaleza de mundo indefinido,5 de suerte que no
sustancia, . ¿no se seguirá de aquí nos sea posible concebir en él extre­
que no difieren sino por la diferente midades. Y han cambiado el tér­
modificación de esta sustancia? mino de infinito en indefinido con
TEo.-Si así fuera, de aquí se cierta razón, pues no ha habido ja­
seguiría que Dios, los espíritus fin\• más un todo infinito en el mundo,
aunque haya siempre todos más
· s Lessius, nacido en Brechtaes, en eÍ · grandes los unos que los otros has­
Brnbantt en 1555, y muerto en Lovai­ ta lo infinito. El universo mismo no
na en fo24, célebre cuasuista citado podría pasar por un todo, como ya

.
en· las Provj¡ciales de Pascal. he demostrado en otra parte.
4 Otto de Guerike, célebre físico de
Magdeburgo, muerto en 1686. A él se
debe la primera idea de la máquina 5 V. Descartes, Principes de la philo•.
neumática. sophie,. 11, pasta, p. 21.
li
i
L
·1
130. LEIBNIZ

FrL.-Aquellos que toman la ma- noción popular como la que el vulgo


teria y la extensión por una misma tiene· del punto. Pues, i¡t rigor, el
cosa pretenden que las . paredes in- punto y el instante no son partes
t�riores de un cuerpo hueco vacío del tiempo y del esyacio, ni tam­
se tocarían. Pero el espacio qu� hay poco tienen partes. Soñ extremos so-
. entre dos cuerpos basta para unpe- lamente. ·
dir el contacto mutuo;·· § 16. Lo que nos da idea de la
TEo.--Soy . de vuestra ·opinión, duración no es el movimiento, sino
pues aunque yo no •admito el va- una serie constante de ideas.
cío, distingo la materia de la exten- TEo.-Una serie de percepciones
sión, y confieso que si en una esfera despierta en nosotros la idea de du­
hubiese el vacío, los polos opuestos ración, pero .no la engendra. Nues­
en la concavidad no se tocarían. tras percepciones ·no forman nunca
Pero no creo que ese caso le admita una serie bastante. constante y regu­
la perfección divina. · · lar que ·corresponda a la de tiempo,
§ 23. FrL.--Sin embargo, parece que es un continuo uniforme y sim•
que el movimiento prueba el vacío. p!e, coino �a lín�a recta. El �aro-·
Cuando la menor parte del cuerpo b10 de las percepciones nos da oca­
dividido es tan gruesa como un gra- sión de pensar en el- tiempo •y lo
no de semilla de mostaza, es preciso medimos por cambios unüormes;·pe­
que tenga un espacio vacío igual al · ro aun · cuando no hubiera ·nada uni­
grueso. de· un grano de mostaza :para forine en la naturaleza, el tiempo no
hacer que las partes de este cuerpo dejaría. de poder. ser determinado,
tengan sitio para moverse iibremen- .como no dejaría de ·serlo el ·Jugar,
te. Lo mismo · sucedería cuando las aun cuando no hubiese ningún cuet­
partes de la materia fuesen cien mi- po fijo ó inmóvil. Y es que cono­
Uones de veces más pequeñas. cien.do las reglas de los- movimientos
TEo.-Es verdad que si el mundo no unüormes, éstos pueden .ser sie.q1-
estúviese lleno de- corpúsculos duros, · pre referidos a. los movimientos uní­
que no pudi�ran ceder ni dividirse,. formes inteligibles y prever por este
tal como se describen los · átomos, medio lo que sucedería por düeren­
sería imposible · que hubiese moví- tes movimientos unidos juntamente.
miento. Pero en realidad no hay du, Y en este sentido el tiempo es l¡i
·reza original; por el contrario, la medid_a del movimiento, no· _uni-
fluidez es original y los cuerpos se forme. ·
dividen según hace. falta, porque · § 21.-No podemos conocer, cier­
nada hay que lo impida. Esto es lo tamente, que dos partes de duración
que quita toda-,su fuerza· al argu- sean iguales; es preciso confesar
mento sacado del · movimiento · por que las observaciones sólo serían
el vacío. aproximadas. D_espués de una exac­
ta investigación se ha llegado a des­
CAPÍTULO XIV · cubrir que, en efecto, hay desigual­
dad en las revoluciones diurnas del
De la duración y de sus modos sol, y no sabemos si en las revolu­
simples ciones anuales la hay también.
: TEo.-El péndulo ha hecho sensi­
§ 10. F1L.-A la extensión corres­ ble y visible la desigualdad de lo_s
ponde la dµración. Y llamamos ins­ días desde un mediodía a otro: So- ·
tante a una parte de la dur_ación lem dicere falsum audet. Es verda d
en la cual no observamos ninguna· que esa desigualdad ya se conocía,
sucesión de ideas. ,y que tiene SU!i reglas. En cuanto
· · · TEo:-Esta definición del instan­ a la revolución anual que _compensa
te se debe, creo yo, entender de · la las desigualdades de los días sola•
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO .131
res, podría c¡¡mbiar en la serie de · el tiempo es el número y no la me­
los tiempos. La: rotación de la tie­ , dida del movimiento.:1 Y, en efecto,
rra alrededor . de su . eje, atribuidá se puede decir que la duración se
vulgarmente al primer móvil,1 es conoce por el número de movimien­
nuestra mejor medida hasta aquí, tos periódicos iguales, de los · cua­
y los relojes nos sirven para dividir les el uno comienza· cuando el otro
esta medida en partes. Sin embargo, acaba, por ·ejemplo, por tantas ,re­
esta misma revolución_ diaria de la voluciones de la tierra o de los as­
tierra puede cambiar también con tros.
el tiempo; y _si alguna pirámide pu­ § 24. FIL.�in embargo, nos an-
diese durar lo bastante o si se hicie­ . ticipamos a esas revoluciones, y de­
sen pirámides_ nuevas, podríamos cir que Abraham _nació el año ·2112
notarlo graduando sobre ellas la lon­ del período juliano, es hablar tan
gitud de los péndulos, el número ininteligiblemente como si se con­
de cuyas oscilaciones se conoce y se tase desde el principio del mundo,
produce durante esa revolución; tam­ aunque se suponga que el.período
bién reconoceríamos en cierto modo juliano comenzó muchos cientos .de
los cambios, comparando esta revo• años antes de que hubiese días, no­
lución con otras, cómo con las_ de ches y años designados por ninguna
los satélites de Júpiter, pues no es revolución del sol.3
verosímil que si hay cambio en las
unas y en las· otras, sea sieinpre pro- TEo.-Ese vacíci, que podemos con­
porcional. cebir en el tiempo, marca como el
FIL.-Nuestra medida del tiempo del espacio, que el tiempo y el e�­
sería más justa si pudiéramos con­ . pacio se refieren tanto a los pos1-
serv¡¡r un dí_a· pasado para compa­ bles como a los existentes. Por lo
rarlo con otro verdadero como con­ demás, de todos los métodos cronos
servamos las medidas de los espa­ lógicos, el de contar los años a par­
cios. - tir del comienzo del mundo es. el
TEo.-Pero · en vez · de esto esta­ menos c'onveniente, aunque no fue­
mos reducidos t!- guardar y obse!'Var ra más que por la gran diferencia
los cuerpos que se mueven en tiem­ entre los setenta intérpretes y el
pos iguales apro�adamente_. Por texto hebreo, sin hablar _ de_ o.tras
esto, tampoco podnamos, dec1:r que razones:
una medicla de espacio, como por § 26. FIL,-Podemos concebij- el
ejemplo una vara, hecha de madera comienzo del movimiento, aunque
o.metal, permanezca exactamente la no se _puede comprender el de 1a
misma. . .. _ duración tomada en toda su exten­
§ 22. FIL.-Ahora bien: como toe sión. Del mismo modo podemos ásig­
dos los hombres miden visiblemen­ nar límites a un cuerpo, pero no al
te el tiempo por el movimiento de espacio.
los cuerpos celéstes, es muy extraño TEo.-Eso ,consiste, como . acabo
que se siga definiendo el tiempo co­ de decir, en que el tiempo y el es­
mo la medida del movimiento. pacio designan posibilidades más
· TEo.-Acabo de decir (§ 16)· có­ allá de la suposición de las existen­
mo debe - entenderse esa -definición. cias. El tiempo y el espacio parti­
Lo cierto es que Aristóteles dice que cipan de la naturaleza de las ver-
1 El Primum mobile es, según la con• 2 Aristóteles, Fisica, IV, XI.
cepción aristotélica del mundo, la esfe­ s Por . "período juliano", expresión
ra más exwior del cielo, la que está introducida por Joseph Escalígero co­
más cerca - aeI "Primer Motor", o sea . mo medida del tiempo, se entendía un
de . Dios, y la que . comunica su movi­ espacio de 7480 . años (contados según
miento. a_ las_ esferas - inferiores.· los años del calendario juliano) .

1
L __.____
132 LBIBNIZ

dades eternas, que se refieren tanto asigna partes más que a sus opera­
a lo existente como a lo posible. ciones. Sin embargo, con relación al
§_ 28. · FIL....:_En efecto, la idea del espacio es preciso · attjbwrle la in­
tiempo y la de lá eternidad vienen mensidad, que confiere también par­
de una misma fuente, pues podemos tes y orden a las operaciones inme­
añadir en nuestro espíritu ciertas diatas de Dios. Es la fuente tanto
longitudes de duración las unas a de las posibilidades como de las
las otras, siempre que queramos. existe�cias; de las· primeras, por su
TEo.-Mas para lograr la noción esencia; de las segundas, p·or su vo­
de eternidad debemos añadir la idea luntad. Así, el espacio y el : tiempo
de que la misina razón existe siem� traen de :e1 su realidad y :e1 puede
pre para ir más lejos. Esta conside­ llenar el vacío cuando le acomode.
ración es la que completa la noción En este sentido se puede decir que
de lo infinito o de lo indefinido en está en todas partes.
los progresos posibles. Así, los sen­ § 11. FIL.-No sabemos qué rela­
tidos, por sí solos, no bastarían ciones tien·en los espíritus con el es- ·
para formar estas nociones; Y en el pacio, ni cómo participan de éL Pero
fondo se puede decir que la idea de sabemos que participan 'de la dura-
lo absoluto es anterior en la natura­ ción. ·
leza de las cosás a la de los límites TEo.-Todos los espíritus · finitos
qué se añade después. Pero· noso­ están siempre unidos a algún· cuerpo
tros no notamos la primera sino. co­ orgánico, y se representan los :clt>­
menzando por lo que tiene límites rnás cuerpos con . relación al· suyo.
y afecta a nuestros sentidos. Así, su relación con· el espacio es
tan manifiesta como la de los cuer­
pos. Por lo demás, antes de dejar
CAPÍTULO XV esta materia añadiré una compara­
ción del tiempo y del lugar a las
De la duración y de la expans!ón que vos habéis dado; y es que si
consideradas con;untamente · hubiese un vacío en el espacio (co­
mo por ejemplo si una esfera estu­
§ 4. F1L.-Se admite más fácil­ viese . vacía por dentro) se podría
mente una duración in.finita .del determinar sus dimensiones; pero si
tiempo que una extensión infinita hubiese un vacío en el tiempo, es
del espacio, porque concebimos una decir, una duradón sin cambios, st>­
quración infinita en Dios y no atri­ ría imposible determinada longitud.
buimos la extensión más que a la ¿De dónde procede que se puede rt>­
materia, que es finita, y llamamos futar al que dijera que · los cuerpos
imaginarios a los espacios más allá entre los cualés hay vacío se tocan?
,del· universo. Pero (§ 2) Salomón Pues los dos polos opuestos de una
parece haber pensado de otra ma­ esfera vacía no podrían tocarse; la
riera al decir, refiriéndose a Dios: geometría se opone a éllo. Pero no
los cielos, y los cielos de los cielos se podría refutar a aquel que dijese
no pueden contenerle; y en cuanto que dos mundos de lqs cuales uno
a fuí, ·yo creo que aquel que se fi. sigue al otro se tocan en cuanto á ·
gura poder extender su pensamiento la duración, de suerte que el :uno
más allá del lugar en el que Dios comienza necesariamente cuando el
existe, se forma una idea exagerada otro termina, sin que pueda haber
de la capacidad de su propio pen­ intervalo. No se le podría· refutar,
samiento. digo, porque este intervalo es inde­
TEo.-Si Dios fuese extenso ten­ terminable. Si el espacio no fuer a
dría partes:· Pero la duración no más que una línea ·y si el cuer)?o
NUEVO TRATADO ·SOBRE EL ENTENDIMIENTO. HUMANO 133
estuviese inmóvil, también sería im­ Así, las modificaéiones de la exten­
posible determinar la longitud del sión, cuando no nos servimos de nú­
vacío entre dos cuerpos. _ meros, no pueden ser distinguidas
más que por la figura, tomando es­
ta palabra de un modo tan general
CAPÍTULO XVI que signifique todo lo que hace que
·dos cosas extensas nó sean ·semejan­
Del número tes la una a la otra.,
1 •
§ 5. F1L.-Repitiendo la idea de
§ 4. FIL.-En los números, las unidad y uniéndola á otra unidad;
ideas son más precisas y más pro- formamos una idea colectiva que lla­
. pias para ser distinguidas unas de mamos "dos". Y cualquiera puede
otras que en la extensión, en la que hacer esto y añadir siempre una uni-·
no se puede observar o medir cada dad más a la última idea colectiva,
igualdad y cada exceso de-tamaño a la cual daremos un nombre parti•
tan fácilmente como en los núme­ cular, con lo que podremos contar
ros, por la razón de que en· el es� mientras haya una serie de nombres
pacio no podríamos llegar por el y bastante memoria para retenerlos.
pensamiento a una cierta pequeñez TEo.-Por este solo medio no po­ f

determinada más allá de .la cual no dríamos ir muy lejos, pues la me­
pudiéramos ir; como es la unidad moria sufriría una sobrecarga si fue­
en el número. se preciso retener un nombre siem­
Tim.-Eso se debe entender del pre nuevo para cada adición de una
número entero, pues de lo con'tra­ nueva unidad. Por esto hace falta
rio, tomado en toda su latitud, es cierto orden , y cierta reduplicación .
decir, comprendiendo los números en los nombres, recomenzando se­
scirdos,. rotos y trascendentes,1 y to­ gún cierta progresión.
do lo que se puede tomar entre dos FIL,-,-Los diferentes modos de los
números· enteros,- es proporcional a números no son capaces de ninguna
la línea, y hay allí tan poco míni­ · otra diferencia que el más o el me­
mum como en el continuo..Así, pues,_ nos; por· esto son modos simples
esta definición,'según la cual el nú­ como los de . la extensión.
mero es una . multitud de unidades, TEo.-Esto se puede decir del
no es aplicable más que á los ente­ tiempo y de, la línea recta, pero
ros. La distinción precisa de las ideas nunoa de las • figuras, y aún menos.
en la extensión no . consiste en la de los números, que son, no sola-.
magnitud, · pues para reconocer dis­ mente diferentes en magnitud, sino.
tintamente la magnitud es · preciso también desemejantes. U� número
recurrir a los números enteros o a par puede ser diviqido en dos igu�-, ·
los otros números concicidos por me­ les,. pero un impar, no. Tres y seis
dio de los enteros; así, de la can­ son números triangulares; cuatro y ·
tidad continua es preciso recurrir· a nueve son cuadrados; ocho es cu•
la cantidad discreta para tener un bo, etc:, y esto tiene lugar en los.
conocimiento preciso de la magnitud. numeras aún más que en las figu­
ras, pues dos figuras desiguales pue-.
1 Expresiones de la matemática esco­ den ser perfectamente semejantes la,
lástica, rara vez empleada ya. El sordo una a la otra; pero dos números,
era el · incorimensureble; por ejemplo nunca. No me extraña, sin embargo·,
v 2 El roto es le fracción; por ejem­ ·
plo ½; el tr..11.scen_dente es el que no pue­ que la gente se equivoque en este
de ser calculll.do por un número limitado punto, porgue comúnmente no s�
de operaciones aritméticas; por ejemplo tiene una idea precisa de lo seme­
log. 3. Estos tres términos están com­ jante .y lo desemejante. Ved, pues;
prendidos entre dos números enteros. cómo vuestra idea o vuestra expli-.
134 LEIBNIZ .

cación de las modificaciones simples no un infinito categoremático. En


o mixtas necesita ser· rectificada. rigor, .el verdadero infinito no está
§ 6. FIL.-Tenéis razón de adver­ más que en lo absoluto, �ue e� an­
tir que es conveniente dar a los b.ú• terior a ·toda composicion y no está
meros nombres propios para ser re­ formado por la adición de partes.
tenidos. Así, yo creo que sería con­ FIL.-Cuando aplicamos nuestra
veniente que al contar en lugar de idea del infinito al Primer Ser, lo
un millón de millones se dijese bi­ hacemos originariamente por rela­
llón, para abreviar; en lugar de un ción a su duración y a su ubicuidad,
millón de millones de millones, se y más figuradamente por re�pecto a
dijese trillón, y así 'hasta nonillón, su poder, a su sabiduría, a su bon­
pues . no hay necesidad de· ir más dad y d_emás atributos.
allá en el uso de fos nombres. · TEo.-No ya más figuradamente.­
TEo.-Esas denominaciones son sino. menos inmediatamente, porque
bastante buenas. Sea x igual a · 10. los demás atributo's nos hacen · co­
Sentado esto, un millón será x6; un nocer su grandeza por la ·relación
bµlón, x12; un trillón, x18, etc. y con aquellos en que entra la consi­
un nonillón, x04• deración de las partes.'
§ 2. ·F1L:-Yo pensaba que ya es-
. · tabs fuera de duda que el espíritu
CAP(TULO_ XVII considera lo finito y lo infinito co­
De la infinitud mo modificaciones de la extensión
y de la duración.
§ l. FIL.-Uno de los conceptos TEo.-No creo que· eso esté esta­
más importantes es el de . infinito, blecido; la consideración de lo fi-
así como. el de finito, y pueden ser . nito y lo infinito tiene lugar _siem­
considerados como modos de la cim- pre donde hay magnitud. o multitud.
tidad. Y el infinito verdadero no es una
Tro.-Hablancio propiamente es modificación, es lo absoluto; por ·el
verdad que hay una infinidad . de contrario, desde que se introduce una
cosas; es decir,' que siempre hay más modificación, se limita, se forma un
cosas . de las que se puede designar. finito.
Pero. no hay número infinito, ni lí­ § l. FIL.-Hemos creído que el
nea, ni otra cualidad alguna infini­ poder que -tiene el espíritu de exten­
ta, si las tomamos como verdaderos der sin fin su idea del espacio por
todos, según es fácil demostrar. Las nuevas adiciones, es siempre. la mis­
escuelas esto han querido o debido ma, · y de ahí saca la idea de un
espacio infinito.
decir al admitir un infinito sincate­
goremático,1 según su , expresión, y TEo.-Bueno será añadir que es
pqrque · se ve que la misma razón
1 De CN'II-Xri't'r)yopEt'II: en lógica se subsiste siempre. Tomemos una lí­
llaman términos sinéategoremáticos a nea recta y· p.rolonguémosla de suer­
los que no tienen significación propia te que sea doble que la primera.
completa (artícµlo, proµombre, adver­ Ah.ora bien; es claro que la segun­
bio,. preposición, conjunción),. a dife ­ da, como quiera que es perfecta­
rencia de los categoremáticos, que la mente semejante a la primera, puede
tienen propia y completa, como los ser doblada para formar una ter­
nombres y los verbos. El infinito sin­ cera semejante a las dos anteriores;
categoremático • es el infirúto en poten­
cia o indefinido;· el categoremático es y como siempre se puede hacer lo
el infinito actual. Esta distinción pro­ mismo, · no hay razóµ para detener·
viene de Aristóteles, que no admitía el se; así, la· línea puede ser prolon•
infinito más que en potencia. (N. del T.) gada basta el infinitQ; · de suerte que
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 135
)a consideración del infinito procede tidos no nos proporcionan de ella
de la consideración de la similitud más que un conocimiento confuso,
o de la misma razón, . y su origen y aun · cuando tuviéramos un cono­
es el mismo que el de las verdades cimiento preciso de la misma, vería­
universales y necesarias. Esto nos ha­ mos que procede de la estructura
ce ver que lo que da su perfección del órgano · dé la· vista y se deter­
a estas ideas, está en nosotros mis­ mina por él. Pero respecto de las
mos y no podría proceder de _la ex­ cualidades originarias o cognoscibles·
perienciá de los sentidos, as{ comó distintamente, se ve que hay a veces
tampoco las verdades necesarias ne­ medios de llegar hasta ··el infinito
cesitan ser probadas por la _induc­ no solamente· allí donde hay exten­
ción ni pOr los sentidos. La · idea sión, o si queréis, difusión, o lo que
de absoluto, como la del ser, está la escuela llama partes extra par­
dentro de nosotros. Estos absolutos tes, como en el tiempo y en el lu�
no son . otra cosa que· los atributos gar, sino ta_mbié� allí donde hay in­
de Dios, y se puede . decir que son tensidad o grados; por ejemplo, en
la fuente de nuestras ideas� en la . lo que se refiere a. la velocidad.
misma medida que Dios es el prin­ § 8. FIL.-Nosotros no tenemos
cipio de los seres. La idea de abso­ la idea de un espaéio infinito, y na-
luto con relación ál espacio no es .. da más evidente que el absurdo de
otra que la de la inmensidad de una idea actual de un número in­
Dios, y así de las demás. Pero se finito.
engañaría quien imaginase un espa� TEo.-Soy de . la misma opinión.
cio absoluto que fuera un todo· in­ Pero no porque no se pudiera tener
finito compuesto de partes: No hay la idea de infinito, sino porque · ún
tal espacio. Es un concepto contra­ infinito no podría ser un verdadero
dictorio, y esos todos infinitos y sus todo.
opues_tos, infiajtamente pequeños, no § H5. Fri..---Por la misma. razón,
existen más que en el cálculo de· los no tenemos idea positiva de una· du­
geómetras, lo mismo que las raíces ración infinita o de la eternidad,· co­
imaginarias del álgebra. mo tampoco de la inmensidad.
§ 6. FIL.�También se concibe una TEo.-Yo creo qué tenemos una
magnitud sin· sobreentender en ella idea positiva de ambas cosas, y es­
partes exteriores .unas ·a otras; Si a ta idea será verdadera siempre que
la más .acabada idea que yo pueda no se conciba como un todo infi­
tener del· blanco más· brillante añado nito, sino cómo un· absoluto o atri­
otra de un blanco igual o menos buto siri límites, que se encuentra
vivo (pues no podía añadir la de respecto de la eternidad en la nece­
un blanco más vivo, dado que he sidad de la existencia de Dios, sin
supuesto el más brillante que actual­ depender de partes y sin que su no­
mente concibo), ello no aumenta ni ción se forme por una adición de
· extiende .mi idea en manera alguna; tiempo. Así se comprende también
por esto se llaman grados las dife� que el origen de la noción de infi­
rentes ideas de blancura. nito procede- de la misma fuente que
TEo.-No comprendo bien el al­ el de las verdades necesarias.
cance de· ese razonamiento, pues na­
da impide que podamos percibir un
blanco ;nás brillante que el que per­ CAPÍTULO XVIII
cibimos ac!!Jalmente. La verdadera
razón_ por l1 que se ·puede creer que Algunos- otros modos simples
la blancura no podría ser aumen­
tada al infinito es que no se' ·trata FIL,--:-Hay también. otros muchos
de. una t;ualidad originaria; los sen- modos simples formados por ideas

1
L_ _._____
136 LEIBNIZ

simples. Tales son (§ 2) los modos fija en una idea con gran aplica•
del movimiento, como resbalar, ro­ ción, la considera bajo todos sus
dar; los de los sonidos (§ 3), que aspectos y no quiere quir&r la a(en•
e�tán modificados por las notas y los ción de ella, a pesar de las· otras
aires como los colores por los gra­ ideas qqe vienen ·a solicitarle, tene•
dos; sin hablar de los sabores y los mos lo que se llama estudio· o· con­
olores (§ 6)'. Tampoco aquí, como tención de espíritu. El sueño, cuan­
en los modos complejos, hay nunca do no va acompañado de ensueños,
medidas determinadas . ni nombres es una cesación de todas estas co­
distintos (§ 7), porque nos regimos sas, y soñar �s tener ideas en el es­
por el uso, y ya hablaremos de esto. píritu mientras los sentidos exterio­
más detenidamerite cuando llegue- res están cerr¡ldos, de suerte que no
mos a las palabras. reciben la impresión de los objetos
TEo.-La mayor parte de los mo­ exteriores con la vivacidad acostum­
dos no son bastante simples, y po­ brada. Es, digo, tener fdeas sin- que
drían ser- clasificados entre los mo­ nos sean sugeridas por ningún ob- ·
dos · complejos; por ejemplo, para ex• jeto exterior. o po_r ninguna ocasión
plicar lo que es resbalar o rodar, conocida, y sin ser· escogidos ni de­
además del· movimiento, hay que terminados de modo alguno ·por el
considerar la resistencia de · la su- entendimiento. En cuanto a lo que
perficie. llamamos éxtasis, dejo a la consi­
deración de los demás si no es soñar
CAPÍTULO XIX con los ojos abiertos. ·
TEo.-Serfa conveniente aclarar
De los · modos que se refieren al esas nociones, y haré todo . lo posi­
pensamiento ble pará . ello. Diré en consecuencia
que llamamos sensación al acto por
§ 1. .FIL.-De los modos que pro- el que percibimos un objeto exte­
ceden de los sentidos pasemos a los· rior, que la reminiscencia es la re­
que nos proporcionan la. reflexión. • petición de este acto sin el concurso
La sensación es, por decirlo así, · la del objeto; pero cuando sabemos que
entrada actual de las ideas en el este objeto ha existido hablamos de
entendimiento por ·medio de los sen- recuerdo. Ordinariamente, la pala­
tidos. Cuando la misma idea vuelve bra recogimiento se toma en otro
al espíritu sin que el objeto exterior sentido diferente del vuestro; . a sa­
que antes la hizo nacer obre sobre ber cdmo un estado en el que nos
nosotros, este acto del espíritu se olvidamos de los negocios, a fin de
llama reminiscencia; si el espíritu sumirnos en la meditación. Pero co­
trata de recordarla, y después de al- Iilo, que yo sepa, no hay palabra
gunos esfuerzos la encuentra Y. la que convenga a vuestra nocicSn, se
hace presente, este acto se llaII_la re- podría aplicar la misma que vos em­
cogimiento. Si el espíritu la consi- pleáis. Dirigimos nuestra atención a
dera durante largo tiempo con aten- los objetos que distinguimos y pre•
ci6n, se llama contemplación. Cuan- · ferimos a otros. La atención conti­
do la idea que tenemos . en el_ es�í- nuada, ya sea que el objeto exterior
ritu flota en él, por decirlo así, sm continúe o no, y aunque éste no
que el entendimiento ponga en ella exista, es la consideración, que cuan­
atención alguna, se llama ensaña- do tiende al conocimiento sin rela·
ci6n. Cuando reflexionamos sobre ción a la acción se llama contem·
las ideas que se representan por sí . placi6n. La atención cuyo fin es
mismas y las registramos, por de- aprender (es decir, adquirir conoci•
cirio así, en la memoria, se llama mientos para conservarlos) es estu·
atención; y cuando el espíritu se dio. Considerar para formar algún
.f
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 137

plan es meditar; pero ensoñar par7" y hemos ignorado hasta aquí lo que
ce que no es otra cosa que seguir hay más bello en las almas. Esto
ciertos pensamientos por el placer es lo que hace también que pros­
· que nos proporciona sin otro fin de­ pere tanto ese error según el cual
terminado, por lo que la ensoña­ las almas son 'ele naturaleza pere­
ción puede conducir a la locura: nos cedera.
olvidamos de la realidad, olvidamos
el die cur hic, nos entregamos a los CAPÍTULO XX
ensueños y a las quimeras y cons­
truido castillos en el aire. No sabría­ De los modos del placer y del
mos distinguir los ensueños de las dolor
sensaciones; y de esta manera el éx­
tasis es un sueño muy profundo del § 1. F1L;-Como las sensaciones
que cuesta trabajo despertar, que del cuerpo, del mismo modo que
procede de una causa interna pasa­ los pensamientos del espíritu son, o
jera, lo · que añado para excluir el - indiferentes o seguidas · de placer o
sueño profundo que próviene de un de dolor, no se pueden describir es­
narcótico o de alguna lesión dura­ tas ideas, como no se pueden _des­
dera de las funciones, como en la cribir las demás ideas simples, ni
Ietargia. Los éxtasis van acompaña­ dar ninguna definición de las pala­
dos algunas veces de visiones; pero bras de que nos servimos para de­
· las hay también sin éxtasis, y la vi-. signarlas.
sión no parece ser otra cosa que un TEo.-Yo creo que no hay per­
ensueño que pasa por sensación, co­ cepciones que nos sean completa­
mo si nos enseñase la verdad de los mente indiferentes; pero basta cpn
objetos. Y cuando estas visiones son que su efecto ·no sea notable para
divinas hay verdad en ellas efectiva­ . que se las pueda llamar así, pues
mente; lo que se puede conocer, por el placer o el dolor parecen consis. (
ejemplo, cuando contienen profecías tir en una ayuda o en un obstáculo
particularizadas que los aconteci­ notables. Confies_o que esta defini­
mientos justifican. · . · ción no es nominal ·y que no se
§ 4. FIL.-De los diferentes gra­ puede dar tal definición.
dos de contención o de relajación § 2. FIL.-El bien es lo que sirve
del espíritu se sigue que• el pens �- · para producir y aumentar el placer
miento es la _acción y no la esencia en nosotros o en disminuir y abre­
del alma. viar algún dolor. El mal es propio
TEo.-Sin duda, el pensamiento para aumentar el dolor en nosotros
es una acción y _no podría ser una o para disminuir algún placer.
esencia; pero es una acción esen­ TEo.-Soy de la misma opinión.
cial, y todas las sustancias tienen El bien se -divide en honesto, agra­
acciones esenciales. Ya he · demos­ dable y útil; pero en el fondo creo
trado más arriba que nosotros tene­ que es preciso que sea o agradable
mos siempre una infinidad de pe­ en sí mismo, o que sirva para pro­
queñas percepciones sin notarlo. Ja­ porcionarnos algún otro bien que
más estamos sin percepciones; pero nos pueda prop·orcionar un senti­
es preciso que estemos frecuente­ miento agradable; es decir, que el
mente sin apercepciones; a saber, bien es agradable o útil, y el hones­
cuando no hay percepciones preci­ to consiste en un placer del espí­ · ·
sas. Por no haber considerado este ritu. ·
importante.ptlnto es por lo que una §§ 4, 5. FIL.-Del placer y del
filosofía relajada, tan .poco noble dolor proceden las pasiones. Ama­
como falta de solidez, ha prevale­ mos aquello que nos puede. propor­
cido en tantos espíritus excelentes, cionar placer y el pensamiento de
138 LEmNIZ

la tristeza o del dolor, que una cau­ constituyendo el nuestro, pues si no


sa presenté o ausente puede produ­ se proyectas·e en nqsotros cierto mo­
cir, es el odio. Pero el odio o el do, no podríamos_ intere!¡¡lrnos por
amor, que se refieren a seres capa­ él, porque es imposible, dígase lo
ces de felicidad o desgracia, es con que se diga, desentenderse del bien
frecuencia un disgusto o por un con­ propio. Y he aquí cómo es preciso
tento que sentigios que se produce· entender el amor desinteresado y no
en nosotros por la consideración de mercenario para concebir bien su no­
su existencia o de la felicidad de que ble;za y pará no caer, sin embargo,
gozan. . en_ lo quimé1:ico.
TEÓ.-Esta misma definición del § 6. FIL.-La inquietµd (uneasi­
amor . la di yo también al explicar ness en inglés). que un hombre sien­
los principios de la justicia en el te en sí" mismo por la ausencia de
prefacio de mi Codex juris gentium una cosa que le propórcionaría pla­
diplomaticus; a saber, que amar es cer si estuviese presente, es lo que
sentirse inclinado a complacerse en se llama deseo. La inquietud es el
la perfección, en el bien o en la fe­ principal, por no decir _ el único,
licidad del objeto amado. Y por aguijón que excita la industria y la
esto no se considera_ ni s_e exige otro actividad _de los hombres, pues sea
placer propio que aquel mismo que cualquiera el bien que se proponga
se encuentra en el bien o placer de a un hombre, si la ausencia de este
aqll;el a quien se ama; pero en este bien no va seguida de disgusto ni
sentido no amamos propiamente lo de dolor, y el_ que se ve privado de
·que es incapaz de placer o de la él puede estar contento y a su gustQ
felicidad, y gozamos de las cosas de sin poseerlo, no se · preocupa de
esta naturaleza sin amarlas por eS-: desearlo, y menos aún de. hacer es­
to, si no es por una especie de fuerzos por procurárselo. No siente
prós9popeya como si nos · imaginá­ por esta especie de bien más que_
semos que gozan ellas mismas de su una mera veleidad,2 término que se
perfección. No se trata propiamente ha empleado para significar. el gra­
del amor cuandó decimos que nos do más bajo de deseo, que se aproxi•
gusta un bell_o cuadro por el placer ma mucho a ese estado · en que se
que sentimos en percibir sus exce­ encuentra el alma respecto de una
lencias .. Pero es lícito extender el cosa que le es en absoluto indife­
sentido de los términos, y el uso rente, cuando el disgusto que causa
varía en este punto. Los filósofos y la ausencia de una cosa es tan poco
los mismos teólogos distinguen· dos considerable que no nos . lleva más
especies de amor; a saber: el amor que a. débiles esfuerzos sin impul­
que llaman concupiscencia,1 que no sarnos a servimos de los medios de
es otra cosa que el deseo o el sen­ obtenerlo. El deseo es también ex­
timiento que experimentamos por lo tinguido ·o aminorado por la creen­
que nos proporciona un placer, sin cia en que se esté de que el bien
que nos interese si el objeto lo ex­ deseado no puede ser obtenido en
perimenta, y eJ amor de benevolen­ la proporción en que _la inquietud
cia, que es el sentimiento que tene­ del alma es suprimida o disminuicja
mos por aquellos seres u objetos
que nos hacen partícipes de su pla­ 2 Velleitas se usaba en fa Edad Media
c�r o de su felicidad. El primero nos en diferente sentido, mientras ·que aquí
hace considerar nuestro propio pla- se toma como imperfecta volitio; es de­
. cer, y el segundo, el placer de otro, cir, aquel estado de alma en el cual
pero como . causando º. más bien para la voluntad no tiene aún bastante fuerza
pasar al acto, pero. en que c;l alma
no es completamente indiferente .. (N.
-� Gehrard; con_quiescenc�. del,T.)

�------- - -- - -·- -� ,:t".


NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 139
por esta consideración. Por lo . de­ nas veces no difiere de la que hay
más, esto mismo · que os digo de la en el dolor sino en el más · o el
inquietud lo he · encontrado en ese menos; pero es que el grado es. esen-·
célebre · autor inglés a cuyos senti­ cial en él dolor, pues es una per­
mientos nie refiero frecuentemente.· cepción notable. También se ve es­
Estoy un poco indeciso sobré la sig­ to por la diferencia que hay entre
nificación de la palabra inglesa un­ el apetito y el hambre, pues cuando
easiness. Pero el traductor francés, la irritación del estómago se . hace
cuya habilidad no pue_de ser puesta muy fuerte, molesta, de suerte que
en duda, hace notar al pie de la es preciso aplicar aquí también nues­
página (cap. XX, § 6) que por esta tra doctrina de las percepciones de­
palabra inglesa el autor entiende el masiado · pequeñas para ser perci­
estado de un hombre que no está a bjdas, pues si lo que en ·nosotros
su gusto, es ·decir, la falta de sosi�­ ·pasa, cuando tenemos· apetito y de­
go y de tranquilidad de alma, que seo, fuese bastante intenso, nos cau-·
en este respecto es puramente pasi­ saría . dolor. Por esto es por lo que
va y que· ha sido preciso dar esta el Autor infinitamente Sabio de
palabra por la de inquietud, que no nuestro ser ha proveído á nuestro·
expresa precisamente la misma idea, bien. al permitirnos que permanezca­
pero qtíe es la que más se le aproxi­ mos frecuentemente en la ignoran­
ma. Esta opinión (añade) es sobre cia. y, en esas ·percepciones confusas,
todo necesaria coti relación al capí- · para que óbre · más prontamente en
tulo siguiente de la potencia, eri que nosotros el instinto y no · nos vea­
el autor razona mucho sobre esta es­ mos molestados por sensaciones de:
pecie de inquietud, pues si no se masiado distintas y por uria multi�
uniese a esta palabra la · idea que tud de objetos que no nos importan··
acabamos de indicar, no sería posi­ absolutamente y de los que la natu­
ble comprender f?Xactamente las ma­ raleza no puede prescindir para ob­
terias de que· se trata en este capí­ tener sus fines. ¿Cuántos insectos
tulo, y que son de las !lláS impor­ no nos tragamos sin darnos cuenta·
tantes y delicad11s de toda la obra. de ello? ¿Cuántas personas_ no ve­
TEo.-El traductor tiene r¡¡zón, y mos que,· por tener el olfato dema­
la lectura de su excelente autor ip.e siado fino, sufren molestias sin cuen­
ha hecho ver _ que esta:' consider_á­ to·, y cuántos objetos. desagradables
ción de la inquietud ·es un punto no veríamos si nuestra vista fuera
capital en· el que este autor muestra -· lo suficient�mente penetrante? Por
particularmente su espíritu penetr�n­ medio de esta industria, la natura�·
te y profu,ndo. Por eso yo he pres­ leza nos ha . dadq los aguijones ciel
tado cierta atención, . y después de deseo, como rudimentos o elemen-··
haber considerado bien las cosas me tos de · dolor, .· o, por decirlo así, del
parece que la palabra inquietud, sí semidolor o (si queréis hablar abu­
no, e�presa basta,nte el sentido· de! sivamente para que la expresión ad•
autor, conviene sm embargo, en m1· quiera mayor fuerza) de pequeños·
sentir, a la naturaleza de la cosa ·y dolores imperceptibles, para que go­
el de uneasiness, si denotase un dis­ cemos de la ventaja del mal'sin no�
gusto, un pesar, tina incomodidad, tar sus molestias; pues de lo con­
o, eñ una palabra, algún dolor efec- trario, si . esta percepción fuese de­
. tivo, no convendría; pues yo prefe­ masiado distint¡¡, nos encontraría­
riría decir que en el deseo por· s( mos siempre· en .un estado miserable
mismo h� más bien · una disposi­ esperando el bien, mientras . que es- · ·
ción y preparación para el dolor ta pequeña victori¡¡ sobre esos semi­
que un dolor propiamente hablando. dolores qtie sentimos al seguir nues­
Es verdad que esta percepción algu: tros deseos y al satisfacer en cierto
140 · LEIBNIZ

modo ese apetito o aquella desazón cepciones confusas entran · también


nos proporciona una multitud de en su manera de obrar, y las mis­
semiplaceres cuya continuación · y. mas pasiones causan um1bién esta
acumulación (como en la continua­ inquietud o desazón. Estas impulsio­
_ción del impulso) se convierte por nes son como otros tantos . pequeños
fin en un placer completo y verda­ resortes que tratan de desarrollarse
dero. Y en el fondo, sin estos semi­ y ·que mueven nuestra máquina. Y
dolores· no habría placer ni tendría-· ya noté anteriormente que por · esto
mos medio de advertir que alguna es por lo que nunca estamos indi•
cosa nos ayuda y nos · alivia, supri­ ferentes aun cuando parece que más
miendo ciertos obstáculos que nos lo estamos, por ejemplo: cuando nos
impiden estar a nuestro gusto. En dirigimos más bien a la derecha que
esto es también en lo que se conoce a la izquierda· al terminar una ala- .
la afinidad del placer y del dolor meda, pues el partido que tomamos
que Sócrates notaba en el Fedon de procede de estas deierminaciones in­
Platón, al sentir prurito o picazón sensibles, mezcladas a las acciones
en los pies. ·Esta consideración de de los objetos y del interior del
los pequeños socorros o las peque­ cuerpo que hacen que nos enconµ-e­
ñas liberaciones ·y desfogues ·imper­ mos más a gusto moviéndonos de
ceptibles de la tendencia cohibida una manera que de otra. En alemán,
que engendran un placer notable, al ·péndulo de un reloj se le llama
sirve también para damos a cono­ unruhe, es decir, inquietud. Se pue­
cer más distintamente la idea con- de decir que lo . mismo sucede en
. fusa que tenemos y debemos tener nuestro cuerpo, qué nunca sabe es­
del placer y del dolor, así como la tar completamente a su gusto, ·por- ·
sensación del calor y de la luz re­ que aun ·cuando lo estuviese,. una
sulta de una gran cantidad de pe­ nueva impresión de los objetos, un
queños movimientos que expresan pequeño cambio en los órganos, en
los de ]os · objetos, conforme a lo los vasos y en - las vísceras, cam­
que dije anteriormente (cap. IX, biaría desde luego la ·balanza y los
1, § 13), y no difieren de ellos sino e:i obligaría a hacer algún pequeño es­
apariencia, y porque no nos damos fuerzo para adoptar otra posición
cuenta de este análisis, mientras que mejor, lo que produce un combate
muchos creen hoy en día que nues­ perpetuo que constituye, por decir­
tras - ideas de las cualidades sens;.­ lo así, la u;iquietud de nuestro re­
bles düieren toto genere de los mo­ loj, por lo que esta denominación
vimientos y de lo que pasa en los me agrada bastant�. .
objetos, y son algo primitivo e inex­ § 6. FIL.-La alegría es un pla­
plicable y aun . arbitrario, como si cer que el alma siente cuando con•
Dios ·hiciese ·sentir al alma aquello sidera la posesión de un bien pre­
que le parece, en lugar de _l_o que sente o futuro <:orno asegurados; y
pasa en el -<:uerpo, lo que está muy estamos · en posesión· de un bien
alejado del análisis verdadero · de cuando lo -tenemos de tal suerte eh
nuestras ideas. nuestro poder que podemos servir­
Mas, volviendo a la inquietud, es nos dé "él a nuestra guisa.
decir, a las pequeñas excitaciones TEo.-Los idiomas carecen algu­
imperceptibles, que nos tienen siem­ nas veces de palabras lo bastante
pre. en anhelo, son determinaciones propias para distinguir nociones cer­
confusas, hasta. tal punto, que con canas. Quizá la palabra latiµa gau­
frecuencia no sabemos lo que nos dium se aproxime más a . esta defi­
falta, mientras que en las· inclina­ nición de la alegría qué laetitia, . la
ciones y pasiones sabemos por lo me- que se traduce también . por la pa•
- nos lo que pedimos, aunque las per- labra alegría; pero entonces.me .pare- --'
NUEVO TRATADO· SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 141

ce significar un estado en que el que las pasiones no son ni conten­


placer predomina en nosotros, �pues t�miento, ni disgusto, ni opiniones,
durante la más profunda tristeza y smo tendencias, o más bien modifi­
en medio de los más crueles pesares caciones de la tendencia que proce­
se puede gozar de algún solaz, co­ den de la ·opinión o del sentimiento
mo beber · u oír música; pero el y que van acompañados de placer
desplacer· predomina. Igualmente, en o de desplacer. ·
medio de los más agudos dolores, § 11. F1L.-La desesperación es
el espíritu puede tener alguna ale­ el pensami�nto de que existe un_ bien
gría, como les suce�ía a los már­ que no puede ser alcanzado, lo que
tires. puede causar aflicc�ón, y algunas ve-
§ 8. F1L.-La tristeza es una in­ ces el reposo. ·
quietud del alma cuando piensa en TEo.-La desesperación entendi- ·
un bien perdido, del cual habría da como pasjón será una forma de
podido gozar más largo tiempo, o tendencia fuerte que se· encuentra
cuando está atormentada por un mal de repente cohibida, lo que ocasio­
presente. na un violento combate y mucho .
TEo.-No solamente la presencia disgusto. Pero citando la desespera­
actual, sino también el temor de un ción va acompañada de reposo y de
mal por venir, puede ponernos tris­ indolencia, se tratará de una opi­
tes, de suerte que yo creo que las nión más que de una pasión.
definiciones . -de la alegría y de la TEo.-La cólera es esa inquietud,
tristeza que acabo de dar convienen e'se desorden que sentimos después
mejor con el uso· del lenguaje. En de haber recibido alguna injuria, y
cuanto a la inquietud, hay en el que va acompañada de un deseo
dolor, y por consecuencia en la tris­ actual de vengarnos.
teza, alguna cosa más, y la inquie­ TEO.-Parece que la cólera es al­
tud la hay también en la alegría, go más sencillo y más general, por­
pues· ésta hace al hombre despierto, . que las . bestias son susceptibles de
activo, lleno de esperanza de ir más sentirla, y a· las bestias no se las
lejos. La alegría puede llegar hasta injuria. Hay en la cólera un esfuer­
hacer morir por exceso de emoción, zo violento qu� tiende a deshacerse
y entonces hay en ella más que la del mal. El deseo de la ve11ganza
inquietud. ·puede subsistir cuando recobramos
§ 9. F1L.-La esperanza es el con­ nuestra sangre fría, y entonces sen­
tento del alma que piensa en el goce timos más odio que cólera.
que debe tener probablemente en § 13. F1L.-La envidia es la in­
una cosa que puede proporcionarle quietud (desplacer) del alma, que
un placer (§ 10), y el temor es una . viene de la consideración de un bien
inquietud del alma cuando piensa que deseamos, pero que otro posee,
en un mal futuro que le puede y que en nuestra opinión no hu­
acontecer. biera debido poseerlo mejor que
TEo.-Si la inquietud representa nosotros.
un desplacer hay que confesar que TEo.-Según esa noción, la . envi­
acompaña siempre al temor; pero si dia sería siempre una pasión loable
la tomamos por ese aguijón insen- · y siempre fundada en la justicia,
sible que nos. empuja, puede apli­ por fo menos según nuestra opinión,
carse también a la esperanza. Los Pero yo no sé si no nos sentimos
estoicos ·tom,aban las pasiones · por inclinados a envidiar el mérito reco­
opiniones�Así, la esperanza era pa­ nocido, como nos sentiríamos a mal­
ra ellos la opinión de un bien futu­ tratar si tuviéramos poder para ello.
ro, y el temor, la opinión de un A · veces . envidiamos un bien qqe
mal futuro. P.ero yo prefiero decir nµnca nos hemos preocupado de po-
142 LEIBNIZ

seer. Nos contentaríamos con ver que es el acto o quizá la actuación


privado de él a la persona que lo de lo que está en potencia.1 Por
posee, sin pensar en aprovechamos consiguiente, se . puede• cfficir en · ge­
de este despojo y aun sin poder es- neral • que 1a potencia es la posibili­
perarlo. Pues algunos bienes son co- dad del · cambio. Ahora · bien: el
mo cuadros pintados in fresco, • que cambio o el acto de esta posibilidad
se pueden destruir, pero que no se es acción en un sujeto y pasión en
pueden borrar. otro, por lo que siempre habrá dos
§ 17. FIL.-La mayor parte de las potencias: activa y pasiva. La acti-
.. pasiones hacen en muchas personas va podrá ser llamada facultad, y la
impresiones en su cuerpo, produ- pasiva quizá ·podría ser· denominada
ciendo en éste diversas alteraciones; ·. capacidad o receptividad. Es verdad
pero estos cambios no siempre son que la potencia activa se toma al­
sensibles. Por ejemplo: la vergüenza, guna vez en un .sentido más per­
que -es una inquietud del alma que fecto,. cuando además de · la - simple
/ se siente cuando·· pensamos haber facultad hay tendencia; así es como ·
hecho algo indecoroso o que puede yo la tomo en mis consideraciones
disminuir la estimación que los de- dinámicas. Se la · podría expresar
más hacen de nosotros, · no va siem- particularmente con la .palabra fuer­
pre _acompañada de rubor; za, pues la éntelequia (atµique Aris-
TEo.-Si · 1os hombres · observasen tóteles la toma tan· generalmente que
mejor los movimientos exteriores comprende también toda acción y to­
que acompáñan a· las pasiones, se- dó· esfuerzo) me ·parece más bien
ría difícil disimularlos. En cuanto a convenir a las fuerzas que. obr_an
la vergüenza, es digno de tenerse en origin1,1riamente, y el esfuerzo, a las
cuenta que personas modestas sien- derivaciones. Hay también una es­
ten a veces movimientos semejantes ' pecie de potencia pasiva más partí­
a los de esta pasión con · sólo pre· cular y más cargada de realidad; es
senciar un acto indecoroso. la ·que ·existe en la .materia, donde
no sólo hay la movilidad, que es la
·capacidad o receptividad del· movi­
CAPÍTULO XXI miento, sino también la resistencia,
que • comprende la impenetrabilidad
De_ la potencia y de la libertad y la inercia. Las entelequias, es de­
cir, las tendencias primitivas o sus­
§ 1. FIL.-El espíritu; al observar tanciales, · cuando van acompañadas
cómo una cosa deja de ser y. cómo · de percepción, · son las almas.
otra que· no era antes llega a existir, § 3, FIL.-La idea de potencia ex­
y al deducir de ello que en el porve­ presa algo de relativo. Pero, ¿qué
nir sucedería algo parecido, produci­ idea tenemos, de cualquiera clase,
do por la misma causa, llega a consi­ que no encierre alguna relación?
derar en una cosa la posibilidad que Nuestras ideas de extensión, de du­
existe de que una de sus ideas sim­ ración, . de número; ¿no contienen
ples sea cambiada y en otra la posi­ una secreta relación de parte? Lo
bilidad de producir este cambio, y mismo se observa de una manera
de este modo' se forma la idea de aún más visible en la figura y en
potencia. el movimiento. Las cualidades sensi­
TEo.-Si la potencia es la traduc-· bles, ¿qué son sino .potencias de los ·
ción . de la palabra latina potentia, diferentes . cuerJilOS con relación a
se opone al acto, y el paso de lQ. nuestra percepción, y no dependen
potencia al acto es el cambio. Esto en sí mismas del grosor, de la fi-
es lo que Aristóteles entendía , por
la palabra movimiento· cuando dice 1 Aristóteles, Metafísica, r, XI, 9.
NUEVO TRATADO_ SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 143,
gura, de la contextura y del movi- bola de billar cede al golpe del taco
miento de las partes? Esto consti- no se trata de una acción de la bola,
tuye entre ellas una _especie de. re- sino de una simple pasión.
lación. Así, nuestra idea de la po- TEo,-Algo habría que. decir . so­
tencia puede muy bien ser colocada . bre eso, pues los cuerpos no .reci­
a mi juicio entre las demás ideas birían el movimiento en el choque, .
simples. . · . según las leyes que en ellos _estudia-
TEo.-En el fondo, las ideas que mos, si no tuvieran ya el movimiento
acabamos de enumerar son com- en ellos. Pero ·pasemos sobre este
puestas. Las de las cualidades sen- punto. . .- .
sibles no las catalogamos entre las F1L.-Del mismo modo cuando
· ideas simples, sino a causa de nues- viene a impulsar a otra bola que se
· tra ignorancia, y las otras, que co- encuentra en su camino y la pone en
nocemos distintamente, no se inclu- movimiento, no hace más que comu­
yen a1Ií sino por la indulgencia que nicarle el movimiento que ella ha­
más valdría no tener. Sucede casi bía recibido, y pierde otro tanto.
lo mismo que con los axiomas vu.1- TEo.-,-Veo que esta opinión erró­
gares, que podrían ser y que debe- nea que los cartesianos pusieron en
rían ser demostrados entre los teo- boga, como si los cuerpos perdiesen
re111as y que sin embargo se deja tanto movimiento como el que dan,
oasar por axiomas como si fueran destruida· hoy por las experiencias y
-verdades primitivas. Esta indtilgen- por las. razones, y abandonada has­
cia es más perjudicial de lo que se ta por el ilustre autor_ de. la Recher­
piensa. Es verdad que no siempre che de la verité, que ha )lecho im­
se está en situación. de prescindir primir un pequeño discurso escrito
de ella. expresamente para refutarla, no de-
§ 4. FIL.-Es de observar que los · ja de dar aún ocasión a personas
cuerpos· no nos suministran por me- - competentes para equivocarse cons­
dio. qe los se�tidos una idea tan cla- truyendo razonamientos sobre . tan
ra y tan distinta de la potencia ac- ruinosa base.
tiva que la que de ésta _alcanzamos FIL.-La transmisión del movi­
por las reflexiones que ha¡;emos so- miento ·no nos da más que una idea
bre lás operaciones de nuestro espí- muy oscura de una potencia activa
ritu. No hay, creo, má� que dos de mover, que está en el cuerpo,
clases de acciones de que tengamos mientras que nosotros no vemos. otra .
idea; a saber: el pensar y el mo- cosa· sino que el cuerpo transfiere
ver. Por lo que se refiere al pensar, el movimiento sin producirlo en ma­
el cuerpo no nos proporciona nin- nera alguna.
guna idea de este acto, y sólo por TEO,----'Yo no sé si aquí se pre­
la reflexión la alcanzamos. Tampoco tende que el movimiento pasa de
por medio del cuerpo tenemos nin- sujeto en sujeto y que el mismo movi"
guna idea del comienzo 'del . movi- miento (idem numero) se transfiere.
miento.__ . Sé que algunos han afirmado esto;
Too.-Estas consideraciones son entre otros, el padre Casati, jesuita,
muy buenas, y aunque aquí tome- a despecho de toda la escuela. Pero·
mos al pensamiento de una manera dudo que sea esa vuestra opinión
tan general que comprende toda per- o la de vuestros hábiles amigos, muy
cepqión, no quiero impúgnar el uso alejados ordinariamente de tales im_a­
de las palabras. �inaciones. Sin embargo, si el mis-
F1L.-Cuando el cuerpo mismo es- mo movimiento no . es transportado,
tá en m�imiento, este movimiento · hay que admitir que se produce un
es en el cuerpo una acción más . bien movimiento nuevo en él cuerpo que .
que 1 1,1_na pasión. Pero. cuando.· una lo recibe;_ así,- el que da obrará ver-
,� '.
144. LEIBNIZ
daderamente aunque sufra al mismo seguida de la acción cuando aqué­
tiempo. perdiendo fuerza. Pues aun• lla no encuentra obstáculo. Así, no
que no sea verdad que él cuerpo solamente los actos interic¡¡-es volun­
pierde tanto movimiento como ,da, tarios de nuestro espírilu se siguen
si�mpre será verdad que pierde, y de ese conatus, sino también los ex­
que pierde tanta fuerza como da, teriores, · es decir, los movimientos
según ya lo expliqué en otro lugar, voluntarios de nuestro cuerpo, en ·
de suerte que siempre hay que ad­ virtud de la unión del alma y del
mitir en él fuerza o potencia activa. cuerpo, de lo que yo he dado ante•
Yo entiendo . la potencia en el sen• riormente la razón. Hay también es­
tido más noble ya explicado un poco fuerzos que resultan de las percep­
antes, y en el que la tendencia va ciones insensibles, de las cuales no
unida a la facultad. Sin embargo, nos enteramos, a los cuales yo lla­
sigo estando de. acuerdo con vos en maría ·apeticiones, : mejor que voli­
que la más clara idea de la poten­ ciones (aunque haya también ap�
cia activa nos viene del espíritu. Así ticiones aperceptibles), pues no· se
no está más que en las cosas que llama acciones voluntarias más que
tienen analogía con el espíritu, es a aquellas de las que nos podemos
decir, en las entelequias, pues la· enterar y sobre las cuales nuestra
materia no marca propiamente más reflexión puede recaer cuándo pro­
que la potencia pasiva. ceden de la consideración del bien
§ 5. FIL.-Eil nosotros mismos en• o del mal.
contramos la potencia de . comenzar FIL._:__La potencia de apercibir es
o no comenzar, de continuar o de lo que llamamos entendimiento:. hay
terminar varias acciones de nuestra la percepción de las ideas, la per­
alma y muchos movimientos de cepción de la significación de los
·- nuestro cuerpo, y esto simplemente signos y, por último, la percepción
por un pensamiento o una elécci�n de la conveniencia o disconvenien­
de nuestro espíritu, que• determina, · cia que hay entre algunas de nues­
por decirlo así, que tal acción par• tras ideas:
ticular se realice o no se realice.· TEo.-Nosotros nos damos cuen­
Esta potencia es lo que llamamos ta de muchas cosas, en nosotros y
voluntad. El ,uso actual de esta po­ fuera de nosotros, que no entende­
tencia se llama volición; la cesación mos; y las entendemos cuando te­
o producción de la acción, que si­ nemos de ellas ideas claras, con el
gue de tal mandato del alma, se poder de reflexionar y de sacar de
llama voluntaria, y toda acción he­ ellas verdades nécesarias. Por eso ·
cha sin tal dirección del alma se las bestias no tienen entendimiento,
llama involuntaria. por lo ·menos en este sentido, aun­
TEo.-Todo eso me parece muy que tengan la · facultad de percibir
bueno y muy cierto. Sin embargo, impresiones más notables . y distin­
para hablar más rotundamente y pa­ tas, como el jabalí percibe a una
ra avanzar un poco más, diré que persona que le grita, · y va derecho
la volición es el esfuerzo o la ten­ a esta persona, de la cual no había
dencia (conatus) de ir hacia aquello tenido antes más que una mera per•
que se considera bueno y lejos de cepción confusa, como de todos los
lo que se cree malo, de suerte que demás objetos que · caen bajo sus
esta tendencia resulta inmediatamen­ ojos y cuyos rayos hieren su crista­
te de la : idea que tenemos de las lino. Así� en mi sentir, el entendi­
cosas; y el corolario de esta defi• miento responde a lo qué los latinos
nición .es ése axioma célebre: que llamaban intellectus, y el ejercicio
del querer y el poder juntos· se sigue de ésta facultad se llama intelec­
la acción, porque toda tendencia es ción; que es una percepción distin-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 145

ta, unida a la facultad de reflexio- opinión no se podría sostener la li­


nar, que no hay en las bestias. Toda bertad del hombre si las facultades
percepción unida a esta facultad es del alma' fueran seres reales. Sin
un pensamiento que yo estoy tan embargo, aun cuando fueran seres
lejos de conceder a las bestias co- reales y distintos, no podrían pasar
mo el entendimiento, de suerte que por agentes reales, so pena . de ha­
se puede decir que la intelección tie-- blar abusivamente. No son las cua­ . r
ne lugar cuando el pensamiento es lidades o facultades las que obran�
,claro. Por lo demás, la percepción sino las sustancias por las facul-
de la significación de los signos no tades. ·
merece ser distinguida aquí de la per- § 8. FIL.-Mientras un hombre
cepción de las ideas significadas. tiene el poder de pensar o de no
§ 6. FIL.---Se dice comúnmente pensar, de moverse o de no mover- .
que el entendimiento y la voluntad se, conforme a la preferencia o a la.
son dos facultades del alma, tér- elección de su propio espíritu, es li­
mino bastante cómodo si nos sirvié- bre en esa medida. ·
ramos de él como nos debemos ser- TEo.-El término de libertad es
vir · de todas las palabras, teniendo muy ambiguo. Hay libertad de dere­
cuidado de que no den origen a al- cho y libertad de hecho. Según la
guna confusión en los pensamientos de derecho, un esclavo no es libre.
de los hombres, como sospecho que y un súbdito no es enteramente li­
ha sucedido aquí en el alma. Y cuan- bre; · pero un pobre es tan libre co­
do se nos dice que la voluntad es · mo un rico. La libertad de hecho­
esa facultad superior del alma, que consiste o en la potencia de hacer
regula y ordena todas las cosas, que . lo que se quiere, o en la potencia.
eso no es libre, que determina las · de ·querer como se debe querer. Nos.
facultades inferiores, que sigue el habláis de la libertad de hacer, y
dictamen del entendimiento (aun- ésta tiene sus grados y sus varieda­
q_ue estas expr.esiones puedan ser en- des. Generalmente, el que tiene más
tendidas en un sentido claro y dis- medios es más libre de hacer lo que
tinto), temo, sin embargo, que hagan quiere; pero se entiende la libertad
nacer en ·muchas personas la idea particularmente del uso de las -co­
confusa de otros tantos agentes que sas_ que suelen estar en nuestro po­
obran .distintamente en nosotros. · der, y sobre todo del uso libre de
TEo.--Cuestión es que agita a las nuestro cuerpo. Así, la prisión y las
escuelas desde hace tiempo la de enfermedades, que nos impiden dar
saber si hay una distinción real en- a nuestro cuerpo y a nuestros miem-
. tre el alma y sus facultades, y si una bros el movimiento que queremos
facultad ·es distinta realmente de la v que podemos darle ordinariamen- .
otra. Los realistas dicen que sí, y te, cohiben nuestra libertad; por eso
los nominalistas, que · no. Y esta· · un prisionero no es libre y un para-·
misma cuestión se ha suscitado so- lítico no tiene el uso de sus miem­
bre la realidad de otros muchos se-- bros. La libertad de querer es tam­
res abstractos que deben seguir el bién tomada en dos sentidos diferen­
mismo destino. Pero no creo que tes. Por uno de ellos la oponemos
sea . preciso decidir aquí I esta cues- · a la imperfección o a la - esclavitud
tión tan espinosa, aunque yo re- del . espíritu, que · es una coacción,
cuerdo que Episcopio 2 la conside- pero interna, como la que proced�
raba de tal importancia, que en su de las pasiones. El otro sentido - se·

2 Teólogo· holandés, nacido en Ams-
da cuando oponemos la libertad a

terdam en 1583 y muerto en esta villa lado:· A.n philosophiae studium neces-
en_ 1643. Se cita de 'él un tratado titu-· sariuni sit theologo.

r
146 LEIBNIZ

la necesidad. En el primer sentido, FIL.-Por eso nosotros considera­


los estoicos decían que únicame11,te mos el movimient9 o . el · reposo de
el prudente es libre, y, en efecto, una bola con la idea de ,asa nece-
no es libre el espíritu cuando está saria. . .
m:;upado por una gran pasión, por- Tro.-La denominación dé nece­
que entonces no podemos que:rer saria exige tanta circunspección ca­
como es debido, es decir, con la de- mo la de libre. Esta verdad condi­
liberación precisa. Así es como sólo cional, a saber: "suponiendo que
Dios es perfectamente libre y los una bola esté en movimiento en un
espíritus creados no lo son sino en horizonte seguido y sin encontrar
la medida en que se elevan por en- obstáculo, continuará el mismo mo­
cima de las pasiones; e:sta -libertad vimiento", puede pasar por necesa­
se refiere propiamente a nuestro en- ria, en cierto . modo,. aunque en el
tendimiento. Pero la libertad de es- fondo esta consecuencia no sea -en­
píritu, opuesta a la necesida_d, con- teramente geométrica, pues no es
sidera la voluntad como mera facul- más que presuntiva, por decirlo así, .
tad y en cuanto es distinguida del y fundada en la sabiduría de Dios,
entendimiento. Es lo que se .llama. que no cambia su influencia sin al-,
--liBre albedrío, y consiste en que se guna razón que se presume que no
. quiere que las más fuertes razones se puede encontrar al presente. Pero
o impresion·es ·que el entendimiento esta proposición absoluta: •"La bola
presenta a la voluntad .no impidan que aquí vemos está ahora en movi-·
que el acto de la v9luntad sea con- miento en este plano" , no es una
tingente, y no le presten una nece- verda. d contingente más que en el
sidad absoluta, y por. decirlo así, sentido de que la bola· es un agente
metafísica. Y en este sentido es en . contingente no libre.
el que tenio. costumbre de decir _que § 10. FIL,-Supongamos que,
el entend1m1ento puede • determmar mientras está sumido · en un pro­
la voluntad según el predominio de fundo sueño, trasladamos a un hom­
las percepciones y razones, de una bre a una habitación en que hay
!Ilan�ra q�e, �un c�ando es_ cierta e una persona a la cual tiene mucho
infalible, mc)ma sm necesitar. interés en ver y hablar, y que se
.§ 9. FIL.-Bueno· es también te- le cierra la puerta; este hombre des­
ner en cuenta que a nadie se le ha pierta y se encuentra complacidí­
ocurrido aún tomar una pelota por simo de encontrarse con dicha per­
u� · agente libre, ya esté e!1 movi- sona, · permaneciendo muy a su gus­
Jmento . después de haber sido lan- to en la habitación. No creo que
,;ada por una raqueta, Yª. esté en nadie dude de que .permanece alli
reposo. Por eso no concebimos que voluntariamente. Y sin embargo no
una pelota piense ni que tenga una está en libertad de salir cuando
v�li�ión que le haga preferir el mo- · quiera. Por consiguiente, la liber­
v1m1ento al_ �eposo. tad no es una idea que pertenezca
TE0.-S1 libre fuese lo que obra a Ia volición.
sin obstáculos, la pelota, una vez TEo.-Encuentro este ejemplo muy
en movimiento en un ho :izonte se- bien elegido para denotar que, en
guido, sería un agente hbre. Pero cierto sentido, una acción o un es­
·ya Aristóteles observó que para Ila- tado pueden .ser voluntarios sin ser
mar libres las acciones es preciso no libres. Sin embargo, cuando los fi­
sólo Que sean espontáneas, sino que lósofos ·Y los teólogos disputan so­
sean deliberadas.11 bre· el libre arbitrio, se colocan en
un punto de vista completamente
s Aristóteles, 2tica a Nic6maco, I, distinto. . .
III, c. m. § 11. FIL.-Lá libertad falta cuan•
NUEVO TRATADO SOBRE BL ENTENDIMIENTO HUMANO 147
do la · parálisis impide que las pier­ d_ependencia _no es más que metafí­
nas obedezcan a la determinación sica, y consiste en los planes que
del espíritu, aunque en el paralítico Dios tiene para el uno regulando el
mismo pue_da ser _ una cosa volunta­ otro, o más _por el uno que por el
ria permanecer sentado; mientras otro, a medida de las perfecciones
que prefiere estarlo a cambiar de originales de cada uno, mientras,que
sitio. Voluntario no es, pues, opues­ _la dependencia física consistiría en
to a necesario, sino a involuntario. una influencia inmediata que el .uno
-TEo.-Esta justeza de expresión sufriría del. otro del que depende.
me agradaría mucho si el uso no se Por lo demás, tenemos pensamien­
alejase de ella; y los que oponen tos involuntarios que proceden, en
la libertad a la necesidad creen ha­ parte del exterior ,- por los objetos
blar, no de las a'cciones exteriores, que hieren nuestros sentidos, y en
sino del acto mismo de querer. parte del interior, de las_ impresio­
§ 12. FIL.-Un hombre despierto nes (muchas veces insensibles) que
no es más libre de pensar. o no pen­ restan de las percepciones anterio­
sar que está en libertad de impedir res, que continúan su acción y que
o no impedir que su cuerpo toque se mezcla con- lo que viene de nue­
a cualquier otro cuerpo. Pero pasar­ vo. En este respecto somos pasivos.
sus pensamientos de una idea a otra, y aun durante - la ·vigilia hay imá­
está frecuente1;11ente a su disposición. genes (bajo las cuales comprendo
Y en este caso tiene tanta libertad no - sólo la representación de las fi.
respecto a sus ideas como con rela­ guras, · sino también las de los soni­
ción a los cuerpos en que se apo­ dos y otras cualid¡ides sensibles)
ya, pudiendo trasladarse de uno a que acuden a nosotros como en los
otro a su capricho. ·sin embargo, ensueños, sin · ser llamadas. La len­
tiene ideas que, como ciertos movi­ gua alemana las llama fliegende ge­
mientos, están de tal manera fijas danken,-i como- si dijéramos pensa-
en su espíritú, que en ciertas cir­ . mientas volantes que no están en
cunstancias i;io ,se las puede aleíar nuestro poder, · y en los que se dan
por más esfuerzo que se haga. Un muchas veces grandes y absurdos
hombre en el tormento no está en que ponen·· escrúpulos en los hom­
libertad de no tener la idea de do­ bres de bien· y ·sirven de ejercicio
lor, y algunas veces una violenta pa­ a los casuistas y diréctores de con­
sión obra sobre nuestro espíritu co­ ciencia. Sucede como en una lin­
mo el viento más furioso obra sobre terna mágica, que hace que se. pin­
nuestros cuerpos. ten las figuras sobre la pared a me­
TEo.-Como en nuestros movi-. dida que se da vueltas a algo que
mientos, en , nuestras ideas hay un hay en su interior. Pero al advertir­
orden y· una relación,- pues la una nuestro espíritu alguna de estas imá­
responde perfectamente a la otra, genes, puede decir: "¡Alto ahí!", y
aunque la determinación en los mo­ detenerla, por decirlo así. Además.
vimientos sea bruta y libre, o con el espíritu entra como bien le pa­
elección 'en el ser que piensa que rece en ciertas series de pensamien­
los bienes y los males no hacen tos que le - llevan a otras. Pero esto
más que inclinar, sin forzarla. Pues se entiende cuando las impresiones
el alma, al representar los cuerpos, internas o externas no prevalecen.
�arda sus perfecciones, y aunque Es verdad que en esto los hombres
dependa, del ,cuerpo (tomando · esta difieren mucho, tanto por su tem­
afirmació�n su verdadero sentido) peramento como por el ejercicio que
en los actos in.voluntarios, es inde­
penaiente del cuerpo, y le hace de,. 4 Pensamientos volanderos. (N. del
pender de ella en los otros. Pero_ tal T.)

L ___.___
148 LEIBNIZ

han hecho de su imperio, de suerte verdades contingentes no son necesa­


que. unos pueden dominar impresio­ rias, sino que tampoco sus relacio­
nes que dominan a otros. nes son de una· necesida! absoluta,
§ 13.-La necesidad se da siem• pues es preciso confesar que hay
pre allí . donde el pensamiento no· diferencia en la manera de determi­
toma parte alguna. Y cuando esta nar entre las consecuencias que. se
necesidad se encuentra en un agen­ dan en materia· necesaria y las que
te capaz de volición y el comienzo se dan en materia contingente. Las
o la continuación de alguna acción consecuencias geométricas y metafí­
es contrario a _la preferencia de su sicas necesitan; .pero las consecuen­
espíritu, la llamo coacción; y cuan­ cias físicas y morales inclinan sin
do el impedimento o la cesación de necesitar; lo físico mismo tiene algo
una· acción es contrario a la voli­ de moral y de voluntario con rela-
ción. de este agente, pennítaseme lla� . ción a Dios, .porque las leyes del
marla cohibición. En cuanto a los movimiento no tienen otra necesidad
agentes que no tienen en absoluto que la de lo mejor. Ahora bien; ·
ni pensamiento ni volición, son Dios escoge libremente, aunque esté
agentes necesarios bajo todos res- determinado · a escoger lo mejor; y
pectos. como los· cuerpos mismos 09 esco­
TEo.-A mí me parece que; pro­ gen (Dios· escoge por ellos), el uso
piamente hablando, aunque las vo­ ha querido que se los llame agentes
liciones sean contingentes, la nece­ necesarios, a lo que yo no me opon­
sidad no debe ser opuesta a la voli­ go, siempre que no se confunda lo
ción, como ya indiqué en el § 9, y necesario con lo determinado •Y no
que la necesidad no debe ser con­ se imagine que los seres libres obran
fundida con la determinación, pues de una manera indeterminada, error
_ no hay menor conexión o determi- que ha prevalecido en ciertos espí­
nación en los pensamientos que en ritus y que destruye las más impor­
los movimientos (pues. ser determi­ tantes verdades y aun este axioma
nado es otra cosa que ser oblig!!do· fundamental: que nada sucede sin
o forzado con coacción). Y si no razón; · sin el cual ni la existencia
siempre notamos la razón que nos de Dios ni otras verdades podrían
determina, o más bien por la cual ser bien demostradas. En cuanto a
nosotros· nos determinamos, es que la coacción, conviene distinguir dos
somos tan poco capaces de darnos especies. La una, física, como cuan­
cuenta de todo el juego de nuestro do se conduce a un hombre a la
·espíritu y de sus pensamientos, las fuerza a la cárcel o se le arroja en
más veces imperceptibles y confu­ un precipicio; la otra, moral, como,
sos, como de deslindar todos los me­ por ejemplo, la coacción de un mal
canismos que la naturaleza pone en mayor, pues la acción, aunque for­
función en nuestro cuerpo. Así, si . zada en cierto modo, no deja de
por necesidad se entendiese la _de­ ser voluntaria. Podemos ser ,forza­
terminación cierta del hombre, que dos asimismo por la consideración.
un perfecto conocimiento de todo de un bien mayor, como cuando. se
lo que pasa dentro y fuera de éste, tienta a un hombre proponiéndole un
podría · hacer prever a un espíritu gran negocio, aunque no se acos­
perfecto, es seguro que estando los tumbra llamar a esto coacción.
pensamientos tan -determinados co­ § 14. FIL.-Veamos ahora si no
mo los movimientos que ellos re­ podríamos terminar la cuestión plan­
presentan, todo ªcto libre sería nece­ teada desde hace tiempo, pero que
sario. Pero es preciso distinguir lo en mi sentir es muy poco razona­
necesario de lo . contiI1gente, aunque ble, porque es ininteligible, de si la
sea determinado; y no solamente las voluntad del homl:,re es libre o no.
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 149

TEo.-Hay.mucha razón para pro- tan propia e inteligible como quien


testar de la extraña manera de con- dijera, según la. costumbre, que la
<lucirse los hombres, que se . atar� voluntad dirige el entendimiento y
mentan resucitando cuestiones . mal que el entendimiento obedece o . no
concebidas. Buscan lo que saben Y • obedece a la voluntad (§ 18). Sin •
no saben lo que buscan. · . . embargo, esta manera de hablar ha
F1L.-La libertad, que no es más prevalecido y ha causado, si no me
que una potencia, pertenece única- engaño, muchas perturbaciones, aun­
mente a los sujetos agentes, y no que el poder de- pensar no obra más
puede ser un atributo o una madi- sobre el poder de elegir, que el po­
ficación de la voluntad, que no es der de cantar sobre .el de bailar
ella misma otra cosa que una 'po- (§· 19). Yo convengo en que tal
tencia. o cual pensamiento puede suminis-
T1m.---,Tenéis razón, si nos· atene- trar al hombre la ocasión• de ejer­
mos a la propiedad del lenguaje. Sin . cer .el poder que tiene de elegir, y
embargo, podemos dispensarnos, en que la elección del espíritu puede
cierto modo, del uso aceptado. Así ser causa de que piense actualmente
es como se acostumbra atribuir po- en tal o cual cosa, del mismo modo
tencia al calor o a otras cualidades, que cantar actualmente tal o cual
.es decir, al cuerpo, en cuanto tiene canción puede dar ocasión a que se
esta cualidad; y del mismo modo baile esta o la otra danza.
aquí la intención es preguntar si el . TEo.-Hay algo más que suminis-
hombre. es libre al querer. trar ocasiones, pues hay cierta de-
§ 15. FIL.-La libertad es el po- · pendencia; pues no podríamos que­
der que un hombre tiene ·de hacer rer más que lo que creemos bueno,
o de no hacer alguna acción con- y según el progreso de la facultad
forme a lo que él quiere. . de entender, la elección de la vo-
. TEo.�Si los hombres no entendie- _!untad es mejor, como, por otro la;
sen más que eso por libertad, cuan- do, según el vigor de la· voluntad
do preguntan si la voluntad o el del hombre, determina los pensa-·
arbitrio es libre, su pregunta sería mientas según su elección, en lugar
verdaderamente absurda. Pero aho- de ser determinado y arrastrado por
ra veremos lo que preguntan, y aun percepciones involuntarias ..
puede decirse que ya_ he tocado esta F1L.-Las potencias son relaciones
cuestión. Es verdad, pero en virtud y no agentes.
de otro ·principio, que no dejan de TEo.-Si las facultades esenciales
. preguntar aquí (por lo m�nos, _mu- no son niás que relaciones y no
chas) lo absurdo Y lo 1mpos1ble, añaden nada a la esencia las cua­
q�eriendo una. vol�ntad_ de_ eq�ili- lidades y las facultades adcidentales
brto ?bsolutame nte rmagmana. e, tm: o sujetas al cambio son otra cosa,
practtcabl� y que no les. servma s1 y se puede decir de estas últimas
fuera posible qu� la pudt�sen tener; que las unas -dependen con frecuen­
es dec1r;-·que tuvieran la _l�bert�d de cia de las otras en el ejercicio de
querer, contra todas las· 1mpres10nes sus funciones.
que pueden venir del entendimien- § 21 . FIL.-La cuestión no debe
t?, lo . que destrui�ía la verdade_ra ser, a mi juicio, si• la voluntad es
h,bertad co!1. la razon, y ?JOS. rebaJa- libre, porque esto es hablar de una

�J
na por ba10 de las bestias. manera muy impropia, sino si él
§ · 17. FIL.-Quien dijese qúe �1 hombre es libre. Sentado esto, digo
poder de . ital:ilar dirige el poder de que en tanto. alguno puede, por la
cantar, y que el poder de cantar obe- dirección o .Ja elección de su espí­
dece o desobedece. el. poder de ha- · ritu, pref�rir la existencia de. una
bla,, ,o expre,o,ía do una mano,a acción a ía no oxlstoncla do "U

__
__.
._--

150 LEIBNIZ
ción, y al contrario, es decir, puede su · voluntad, no puede menos de
hacer que esta acción exista . o no querer la existencia o la no existen-
exista como él quiere, es libre. Y cia de esta acción. • •
· apenas podríamos· decir cómo sería TEo..:...Yo ere.ería que podemos
posible concebir un ser más libre · suspender. la elección, y que esto
sino en cuanto es capaz de hacer lo sucede muy frecuentemente,· sobre
que quiere; de suerte que · el hom­ todo cuándo otro$ pensamientos in­
bre parece ser tan libre con· rela­ terrumpen la deliberación; así, aun­
ción a las acciones . que . dependen que es preciso que la acción sobre
de este poder que encuentra en sí . la cual se delibera exista o no exista,
mismo, cua·nto es posible a la li­ no se sigue· de aquí que se deba .
bertad hacerle libre, · si puedo ex- necesariamente resolver sobre su
presarme asL · existencia o · no existencia, pues su
TEo.-Cuando se razona sobre la no . existencia puede darse cuando·
libertad de la voluntad o sobre el falta la resolución. Así, los jueces
libre arbitrio, no se pregunta .si el del Aerópago absolvían, en efecto,·
hombre puede hacer lo que quiere, a un hombre cuyo . proceso habían
sino si su voluntad tiene bastante encontrado niuy difícil de juzgar, y
independencia. No se pregunta si le relegaban il un· ,término muy le­
· tiene las piernas o. los codos libres, jano, y se tomaban cien años para
sino si tiene el espíritu libre y en pensar sobre el asunto.
qué consiste esta libertad. Bajo este FIL.-Haciendci al · hombre libre
aspecto, una inteligencia podría ser de ese modo, es decir, haciendo que
más libre qué la otra, y la suprema la acción de querer dependa ·de su
inteligencia poseerá una_ perfecta l,i­ voluntad, es preciso que haya una
bertad, de la que no son capaces las voluntad o facultad de querer ante­
criaturas. rior para determinar los actos d�
§ 23. FrL.-Los hombres natural­ esta voluntad y . otra para d_etermi­
mente curiosos y que tratan de ale­ nar a ésta; y así indefinidamente;
jar en cuanto pueden de su espíritu . pues allí dc:mde nos detengamos, las
el pensamiento de que son culpa­ acciones de la última voluntad · no·
bles, aunque sea reduciéndose a un podrán ser · libres.
estado peor que el de una. fatal ne­ TEo.-Es verdad que se .habla con
cesiciad, no están sin embargo satis­ poca propiedad cuando hablamos
fechos con esto. A menos que la como si quisiéramos querer. No que­
libertad no se extienda aún más le­ remos querer, . sino hacer, y s_i -qui­
jos, no ies _satisface; y esto es, a su siéramos querer,. querríamos querer
juicio, una buena prueba de que el querer, y así hasta el infinito; sin
hombre no es del todo libre si no· embargo, no puede ocultársenos que
tiene tanto la libertad de querer co­ por medio de las acciones volunta­
mo 113 de hacer lo que quiere ( § 23) ; rias contribuimos muchas veces · in­
Respecto de lo cual, yo creó que el directamente a otras acciones volun­
hombre no podría ser libre en rela­ tarias, y aunque no se pueda querer
ción a este acto particular · de . que­ lo que se quiere, como no se puede
rer una acción que está en su poder, juzgar lo que se quiere, se puede sin
una vez que esta acción ha sido pro­ embargo hacer de manera, de ante­
puesta a . su ·espíritu. · y la razón es mano, que se juzgµe o se quiera con
obvia, pues dependiendo la· acción· el tiempo lo que se desea poder que­
de su voluntad, es absofotamente ne­ rer o juzgar hoy. Nos inclinamos a
cesario que exista o que no exista, las personas, a las lecturas y a las
y no pudiendo su existencia o su no consideraciones favorables a cierto
. existencia dejar de seguir ·exactamen­ oartido; no prestamos atención. a 10·
te la determinación y la elección de que procede _del partido contrario, y
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 151
por estos medios y otros muchos rezca el espíritu en esta materia, que
que se emplean frecuentemente sin tiene muchos repliegues ocultos.
propó sito formal y sin pensar en § 29. F1L.-Ctiando se pregunta
ello, llegamos . a engañarn,os, o por qué es lo que determina la volun­
Jo menos a cambiarnos y a conver­ tad, la verdadera respuesta consiste
tirnos o pervertirnos, según las cir- . en decir que lo que determina la
cunstancias. voluntad es el espíritu. Si esta res­
§ 25. FIL.-Puesto que es evidente puesta. no ·satisface, es obvio que el
que. el hombre no está en Hbertad sentido de la cuestión se reduce a
de· querer querer o no, lo primero esto: . ¿qué es lo qúe impulsa al es­
que se · preguntá después de esto es píritu en cada ocasión particular a
si el hombre está en libertad de que-: · determinar a tal movimiento o a
rer entre dos cosas la que le gusta; tal repciso particular al poder gene-
por ejemplo, el movimiento o el re­ . ral qm; tiene de dirigir sus . faculta­ \
poso. Pero esta pregunta es tan no­ des hacia el movimiento .Y hacia el
toriamente absurda en sí misma, que reposo? A lo que yo respondo que
puede ser suficiente para cpnvencer lo que nos lleva a permanecer en
a cualquiera · que .reflexione. que la el mismo estadci o a continuar la
libertad no concierne en ningún ca­ misma acción es únicamente 1a sa- .
so a la voluntad, pues· preguntar si tisfaccióri presente que en ello se
un hombre está en libertad de que­ encuentra. Por el contrario, el mo­
rer lo que le gusta, el movimiento tivo que incita a cambiar es siempre
o el reposo, hablar o callar, es. pre­ alguna inquietud.
guntar si un hombre puede querer TEo.-Esta inquietud, como ya
lo que quiere o complacerse en lo demostré .en el capítulo anterior, no
que le complace, pregunta que, a es siempre un desplegar, como el
mi juicio, no tiene necesidad de gusto que sentimos no ·es siempre
respuesta. una satisfacción o un placer. Fre­
TEo.-Con todo, la verdad es que cuentemente es una . percepción in- .
los hombres encuentran aquí una sensible que no podríamos discernir
dificultad que merece resolverse. Di­ ni discriminar · y que nos hace in­
cen que · después de haberlo cono­ clinarnos mejor hacia un lado que
cido y considerado�todo, todavía tie­ hacia otro, sin que podamos dar la.
nen el poder de querer, . no sola­ razón de ello.
mente lo que . más les . .place, �ino § 30�_:La voluntad y el deseo no·
también todo lo contrario, para de­ deben ser confundidos. Un hombre
mostrar su libertad. Pero hay que desea ser curado de la gota; pero
tener en cuenta que aun este capri­ comprendiendo que la supresión de
cho o esta terquedad, o. por lo me-· este dolor podría causarle la trans­
nos esta razón que les impide seguir misión de este peligroso humor a
las otras razones, entra en la balan. una parte más vital, su voluntad no
za y les · hace que les agrade lo que podría ser determinada a alguna ac­
no les agradaría sin ello; de suerte ción que pueda · ·servir ·para disipar
que la elección está siempre deter­ este dolor.
minada por la percepción. No se TEo.-Ese deseo es una especie
quiere lo que se querría, sino lo que de veleidad con relación a una vo­
le place, aunque la voluntad pueda luntad completa; lo querríamos, por
contribuir indirectamente, y como de ejemplo, si no fuese de temer algún
lejos, a hacer que alguna cosa . agra­ mal mayor si obtuviésemos lo· que
de o no, c1;2.mo ya he indic�do. Y-no · quéremos, o , quizá un bien mayor
deslindando los hombres siempre to­ en caso de que, a . etlo renunciára-.
das estas distintas consideraciones, mos.. Sin émbargQ, pue�e decirse
no. es maravilla que tanto �e oscu- que el hombre quiere ser librad9 de

1
1
L -L...o--
152 · LEIBNIZ
l.'
la gota por cierto grado de volun­ nos (§ 35). Es verdad que hay úna
tad, pero que no llega nunca al úl­ máxima sólidamente establecida: que /,
timo esfuerzo. Esta voluntad se lla­ lo que determina la voletad es el
ma veleidad cuando encierra alguna bien, y el mayor bien, hasta el .punto
imperfección o impotencia. que no me sorprende haber supues­
§ 3L FIL.-Bueno es pensar, sin to esto en otro tiempo como indu­
embargo, que lo que determina · la dable. Sin embargo, después de una
voluntad a obrar .no es el mayor exacta investigación, me veo obliga­
bien, como suponemos con frecuen­ do a concluir que el bien, y el
cia, sino más bien alguna· inquietud mayor bien, aunque juzgado y reco­
a.ctual y de ordinario la más apre­ nocido como· tal, no determina nun­
niiante. Se le puede dar el nombre ca la voluntad, a menos que, llegan­
) de deseo, que es, efectivamente, una
inquietud del espíritu, causada por
do a desearle de una manera pro­
porcionada a su excelencia, este de­
la privación de algún bien ausente, seo nos suma en· la inquietud de
además del deseó de verse libre del aquello de que nos vemos privados. ·
dolor. Todo bien ausente no pró­ Supongamos que un hombre está
_duce un dolor proporcionado al gra• convencido de la qtilidad de la vir­
do de excelencia que hay en él, o tud hasta, ver que es .necesaria a
que reconocemos en él, mientras que quien se propone algo grande en
todo dolor causa un deseo igual al este mundo, o espera ser feliz en el
dolor mismo, porque la ausencia del otro; sin embargo, hasta que este
bien no es siempre un mal como lo hombre se sienta hambrJento y se­
es la presencia del dolor. Por esto diento de la justicia, su voluntad
se puede considerar un bien ausen­ no se verá nunca determinada a
te sin dolor; pero en la proporción ninguna acción que · le conduzca a
en que hay deseo en alguna parte, la persecución de este excelente bien,
hay inquietud (§ 32). ¿Quién no y cualquier otra inquietud que se
habrá sentido en el deseo lo que el atraviese en su camino arrastrará su
sabio dice de ,la esperanza (Pro­ voluntad • a otras cosas. Por lo de­
verb., XII, 12); que cuando se di­ más, supongamos que un hombre
fiere hace que languidezca el cora­ aficionado al vino considera que lle-
zón? Raquel_ excalama (Génesis, . vando la vida que lleva quebranta
XXX; 1) : "Dadme hijos, o mori­ su salud y disipa sus bienes, que -�e
ré" (§ 34). Cuando el hombre está deshonra ante el mundo, que se atrae
perfectamente satisfecho del estado enférmedades y que caerá en la in­
en que se encuentra, o cuando vive digencia hasta el punto de no tener
absolutamente libre de toda inquie­ ya é:on qué satisfacer esta pasión
tud, ¿qué voluntad le puede quedar de beber que le domina tan pode­
sino la de continuar en tal estado? rosamente; sin embargo, los accesos
Así, el sabio Autor de nuestro ser de inquietud que experimenta por
ha puesto en los hombres el tor­ estar ausente de sus compañeros de
mento del hambre y de la sed y otros . libertinaje, le arrastran a la taberna
deseos naturales para ·excitar y de­ a las horas que tiene costumbre de
terminar su voluntad a su propia visitarla, aunque se le represente la
conservación y a la propagación de pérdida de su salud y de su hacien­
su especie. "Vale más -dice San da, y quizá hasta de,la felicidad en
Pablo- casarse que quemarse" (1 la otra vida, felicidad que no puede
Cor., VII, 9). Tan 'verdad es que estimar con un bien poco conside­
el · sentimiento presente de una pe­ rable en s( mismo, puesto que con­
queña · quemadura tiene más poder fiesa . que es más excelente que �l
sobre nosotros que los. atractivos placer de beber o que la necia cha­
de los más· grandes placeres leja- chara de un hato .de libertinos. No
1 -

NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 153

es por falta de considerar el sobe­ cíos de percepción y de sentimiento


rano bien por lo que persiste en sus y consisten en el mero empleo de
desórdenes, pues lo tiene presente los caracte!es, como sucede con los
y reconoce su excelencia, hasta el que calculan en álgebra sin consi­
punto que durante todo -el tiempo derar más que de tiempo en tiempo
que transcurre durante las horas que las figuras geométricas de que se tra­
emplea en beber resuelve aplicarse ta. Y las palabras, hacen. ordinaria.
a buscar este soberano bien; pero mente el mismo efecto en este punto
cuando la inquietud de verse pri­ que los caracteres aritméticos o al­
vado del placer a que está acostum­ gebraicos. Frecuentemente razona­
brado, viene a atormentarle, ese bien mos en palabras sin casi · tener en
que él reconoce más excel�nte que el espíritu los objetos del razoria­
el de beber, no tiene ya fuerza en miento. Ahora bien; este conoci­
su espíritu; y esta inquietud actual miento no podría convencer; es pre­
es · Jo que determina su voluntad a ciso algo vivo para conmovernos.
la acción, a la · cual está acostum­ Sin- embargo, por lo general, así es
brado, y que de éste, haciendo más como los hombres piensan en Dios,
grande impresión en él, prevalece en .. en la virtud; hablan y razonan sin
la primera ocasión, aunque al mis­ ideas expresas. No es que no pue­
mo tiempo se obligue, por decirlo dan tenerlas, puesto que están en su
así, a sí mismo, por secretas prome­ espíritu, sino que no se toman la
sas, a no seguir haciendo lo mismo; molestia de acabar de analizarlas.
y se figura que aquella va a ser la Algunas veces tienen la idea de un
última vez que obre contra su bien o de un mal ausente, pero muy
más grande interés. Así, se encuen­ débil. No es maravilla que no les
tra reducido a decir, de cuando en impresione. Así, si nosotros prefe­
cuando: rimo_s lo peor, es porque percibimos
el bien que encierra, sin sentir ni el
Video meliora proboque, mal que contiene ni el bien que
Deteriora sequor. hay en la parte contraria. Suponga­
mos y creemos, o más ·bien, repeti­
-. Veo el µiejor .partido y lo· aprue. mos bajo la fe de otros, o a lo sumo
bo, y tomo el peor. Esta sentencia, por el recuerdo de nuestros razona­
reconocida como verdadera, y que mientos pasados, que el mayor bien
está confirmada por una- . constante está en el .mejor partido o el 'mayor
experiencia, es fácil de comprender mal en el partido. contrario. Pero
. por este camino, y no lo será quizá cuando no los consideramos, nues­
si se toma en otro sentido. tros pensamientos y razonamientos,
TEO.--,-Hay algo bello y sólido en contrarios al sentimiento, son una
esas consideraciones. Sin embargo, especie de psitacismo que no provee
no 'quisiera yo que se creyese por de nada al espíritu por el momen­
esto que es preciso abandonar . ese to; y· si no tomamos nuestras medi­
antiguo ·axioma según el cual la vo­ das para remediarlo, se lleva el vien­
luntad sigue el mayor bien o huye to los mejores propósitos, como ya
del mayor mal. La fuente · de su lo he hecho notar más arriba (ca­
poca aplicación en los verdaderos pítulo 2, § , 11), y los más bellos
bienes procede, en gran parte, de preceptos de moral, con las mejores
que en las materias y en las oca­ reglas de la prudencia, no hacen
siones en que los sentidos no obran mella más que en un alma que _a
apenas la .i1áyor parte de nuestros ello sea sensible (o directamente, o,
pensamientos son, por decirlo así, si esto no se puede siempre, por lo.
sordos (yo los llamo cogitationes menos indirectamente, como ya de­
caecas, en latín) ; es decir, están va- mostraré luego), y que no es ya sen-
154 LEIBNIZ

sible a lo que hay de contrari·o. bre tiene buenos propósitos debe


Cicerón dice bien en · cierto pasaje trazarse .leyes y reglame¡tos para el
que si nuestros ojos pudiesen ver la porvenir y ejecutarlos con rigor, sus­
belleza de la .virtud, la amaríamos traerse a las causas de corrupción,
con ardor; pero como esto no suce­ bruscamente o poco a poco, según
de, ni nada que se le parezca, no la naturaleza de la cosa. Un viaje
· hay que asombrarse si en el . com­ emprendido oportunamente curará
bate entre la carrie y el espíritu éste a un enamorado; una retirada nos
sucumbe tantas veces porque no se apartará de las compañías que nos
sirve bien de sus armas. Es.te com­ . llevan por _un mal camino. Fran­
bate no es otra cosa que la oposi­ cisco de Borja, general de los jesui­
ción de las diferentes tendencias tas, que ha _"sido luego canonizado,
que nacen de los pensamientos. con­ tenía la costumbre de beber copio­
fusos y de los distintos. Los pensa­ samente cuando . era hombre . de
mientos confusos se hacen sentir mundo, y se constriñó poco a poco .
claramente con frecuencia; pero a una vida modesta cuando pensó
nuestros pensamientos distintos - no retirarse, haciendo caer c_ada día una
son claros de ordinario, sino en po­ gota de cera en la copa qtie vaciaba
tencia; podrían serlo si nos tomáse­ ordinariamente.- A las- aficiones pe­
mos el trabajo _ de penetrar el sen­ ligrosas opondremos alguna otra afi­
tido de las · palabras o de los carac­ ción inocente, como la agricultura o
teres; pero no haciéndolo, o por ne­ la jardinería; rehuiremos la ociosi­
gligencia o por falta ·de tiempo, dad; coleccionaremos curiosidades
oponemos meras palabras, o lo más, de la :naturaleza o ael arte:· hare­
imágenes harto débiles a sentimien­ mos . experiencias o investigaciones;
tos vivos. · He conocido a un hom­ nos impondremos alguna ocupación
bre, considerable en la Iglesia y en indispensable, o si no la hallamos,
el · Estado, a quien sus enfermeda­ nos ocuparemos en .alguna lectura
des habían obligado a guardar die­ útil y agradable. En una palabra:
tas; pero cónfesó que no había po� . es preciso aprovechar las buenas
dido resistir · al olor de las viandas disposiciones, considerándolas como
que se servía a -los demás al pasar la voz ·de Dios, que nos ordena que
por su habitación. Es esta en ver­ tomemos resoluciones eficaces. Y co-.
dad una debilidad vergonzosa; pero mo Iio siempre· se puede hacer el ·
tal es el carácter de los hombres. análisis de las nociones de los ver­
Sin embargo; si el espíritu·usara bien daderos bienes y de los verdaderos
de sus ventajas, triunfaría completa­ males hasta percibir el placer y el
mente. Habría que comenzar . por la do\or qu� encierran, para que és­
educación, que debe ser regulada de tos nos impresionen es preciso tra•
suerte que se hagan aun sensibles zarse · de una vez para siempre la
como se pueda los verdaderos bie­ norma de seguir las _conclusiones de
nes · y los verdaderos males, revis­ la razón comprendidas un día, pero
tiendo sus nociones de la manera no percibidas luego, y ordinariamen­
· que mejor conduzca a este fin; y te, más que por pensamientos sor­
un hombre maduro a quien falta dos y desprovistos de atractivo sen­
esta excelente educación, debe co­ sible, y esto con el fin de ponernos
menzar más bien tarde que · nunca en posesión del imperio sobre las
a buscar los placeres luminosos y pasiones tanto como sobre las incli·
razonables para oponerlos a los de naciones sensibles o inquietudes, ad­
los sentidos, que son confusos, pero quh:iendo este hábito de obrar según
seductore·s,. Y, en efecto, la misma la razón que nos hará la virtud
gracia divina es un placer que pro­ agradable y como natural. Pero no
porciona luz. Así, cuando un hom- se trata aquí de dar y enseñar pre-
NUEVO TRATADO SOBRE. EL ENTENDIMIENTO HUMANO )55

, ceptos morales o direcciones y me­ Y no podríamos partirnos exactamen­


dios espirituales para el .ejercicio de te entre dos casos. Ahora bien; si
la verdadera piedad;, basta q1,1e con­ estos elementos . del d_olor _ ( que dege­
siderando el procedimiento de nues- neran en dolor o despla_ cer algunas
- tra alma se vea la fuente de nues­ veces, cuando crecen demasiado)
tras debilidades, cuyo conocimiento fuesen verdaderos dolores, seríamos
proporciona a la vez _la de los re­ siempre miserables al perseguir el
medios. bien que buscamos con inquietud y
· § 36. FIL.-Lil inquietud presen­ ardor. Pero sucede lo contrario, y
te, que nos apremia, opera única­ como ya dije antes (§ 6 del capítulo
mente sobre la· voluntad y la deter­ precedente), el conjunto de estos pe­
mina naturalmente en vista de esa queños éxitos continuos de la natu­
felicidad a que tendemos en todos raleza, · que se coloca cada vez más ·
nuestros actos, porque cada. uno de a su gusto, tendiendo al bien y go­
nosotros considera el dolor y la un­ zando de sil imagen, o disminuyendo
easiness (es decir, la inquietud,. o el sentimiénto del dolor, es ya un
más bien la incomodidad, que hace placer cor¡.s_iderable, y vale muchas
que no estemos a nuestro gusto) veces más que el goce mismo del
· como cosas incompatibles con la fe­ bien; y muy lejos de deberse consi­
licidad. Un pequeño dolor basta para derar esta inquietud como una cosa
corromper todos los placeres de. que incompatible con la felicidad, creo
gozamos. Por consiguiente, lo que que la inquietud es esencial a la fe­
determina incesantemente la elección · licidad. de las. criaturas, que no con­
de nuestra voluntad a la acción si­ siste en una perfecta posesión que
guiente será siempre el alejamiento : les ha�ía insensibles · y como estópi­
del dolor, mientras sintamos éste, dos, smo en un progreso continuo
siendo tal alejamiento el primer gra­ y no· interrumpido a más grandes
do hacia la felicidad. bienes, que no puede .menos de ir
TEo.-Si tomáis vuestra uneasi­ acompañado de un deseo o por lo
ness o inquietud por un. verdadero · menos de una inquietud continua,
desplacer, entonces yo no concedo pero tal como la. acabo de explicar;
que éste sea el único aguijón. Lo que no .llega ·a molestar, sino que se
más frecuentemente se trata de pe­ limita a estos elementos o rudimeii,
queñas percépciones insensibles que tos de dolor imperceptibles �n sf,
podríamos llamar dolores impercep- . que no dejan de ser suficientes para
tibies, si la noción de dolor no en­ servir de aguijón y para excitar la
cerrase ya la de percepción. Esos voluntad; como hace el apetito en
pequeños impulsos nos liberan con­ un. hombre que está bien de salud,
tinuamente de los pequeños obstácu­ cuando no llega hasta esa incomo­
los, para lo cual trabaja nuestra na­ didad que nos impacienta y ator­
turaleza sin que nos percatemos. En menta por ún gran apego a la idea
eso consiste verdaderamente esa in­ de lo que nos • falta. Estas apetencias
quietud que se siente ·sin conocerla pequeñas o grandes son lo que en
y que nos hace actuar, tanto en la escuela se llama motus primo pri­
las pasiones como cuando parece­ mi, y son en realidad los primeros
mos más tranquilos, ·pues nunca es­ pasos que la naturaleza nos hace
tamos sin acción ni movimiento, ya dar, no tanto hacia la felicidad co­
que la naturaleza trabaja siempre mo hacia la alegría, pues no se mi:ra
para estar a su gusto. Y esto es lo en ellos más que el presente; pero
que nos �ermina también, antes de la experiencia y la . razón enseñan a
toda consulta en los casos que nos regular estos apetitos y a modelar­
parecen más indiferentes, porque los para que puedan conducirnos a
nunca estamos en perfecto equilibrio la felicidad. Ya he dicho algo de

L
156 . LEIBNIZ

esto (lib. I, cap. 11, § 3) ; los ape­ determinan sus voluntades a perse­
titos son como la tendencia de la guirlos; y durante este tiempo son
piedra, que sigue el camino más cor­ completamente insensibl� a los bie­
to, pero no siempre el mejor camino, nes de la otra vida.
hacia · el centro de la tierra, no pu- . TEo.-Esto · prócede en parte de
. diendo prever que encontrará rocas que muchas veces los hombres no
en que se ha de romper, mientras están convencidos, y aunque digan
que 'se hubiera aproximado más a otra cosa, , una incredulidad oculta
·su objeto si hubiera tenido espíritu reina en el fondo de su alma, pues
y" niedios para desviarse. Por eso, no han comprendido nunca.las bue­
yendo directamente hacia el placer nas razones que comprueban esta
del momento, caemos algunas veces inmortalidad de las almas, digna de
en el precipicio de la miseria .. Por la justicia de Dios, fundamento de la
esto la razón nos, opone las imáge­ verdadera religión, o bien no se
nes de los mayores bienes o males acuerdan ya de haberlas compren­
futuros y una firme resolución y dido, y para estar convencidos ne-·
un firme hábito de pensar antes de cesitamos de la una o de la otra.
obrar y luego de tomar el partido Pocas personas conciben que la vi­
considerado como ·mejor, aun cuan­ da futura; tal como la describen la
do las razones sensibles de nuestras verdadera religión y la . vérdadera
conclusiones no estén presentes en razón, sea posible, y están muy le­
el espíritu y no consistan más que jos de concebir su probabilidad, por
en imágenes débiles o también en no decir la certidumbre. Todo lo
pensamientos sordos� que dan las que piensan no es' más que psitacis­
palabras o signos destituidos de una mo o imágenes groseras y vanas a
explicación actual, de suerte que to0 la mahometana, en las que ellos
do consiste en el pensad bien esto mismos ven poca verosimilitud, pues
y en el memento; el primero, para están muy distantes de sentirse im­
trazar reglas, y el segundo, para, se­ presionados por ellas, como se sen­
guirlas, aun cuando no pensemos en tían (según se dice) los soldados
la razón que las hizo nacer. Bueno · del príncipe de los assassinos, señor
es, por tanto, pensar en esto lo más . de la Montaña, a· quienes se trans­
· que se pueda paraUenar el alma· de portaba cuando estaban profunda­
una alegría razonable y de· un pla­ mente dormidos a un lugar lleno
cer· acompañado de luz. de delicias; en donde creyéndose
§ 37. FIL.-Estas precauciones, sin en el paraíso de Mahoma eran im0
· duda, son tanto más necesarias cuan­ huidos por supuestos ángeles o san­
to que la idea de un bien ausente tos, de · opiniones · al · gusto de este
no podría contrabalancear el senti­ príncipe, y desde donde, después de
miento de alguna· inquietud o ·de haber sido aletargados de nuevo, ,
algún placer de que actualmente nos eran vueltos al lugar primitivo; lo
vemos atormentados, hasta que este que luego les enardecía para acome­
bien excite algún deseo en nosotros. ter toda clase de empresas, incluso
¡Cuántas personas háy a quienes se matar a los príncipes enemigos de
les · representan los goces indecibles su señor.5 Yo no sé si se· le ha
del paraíso con vivas · imágenes que hecho injusticia a este señor o senior
ellas reconocen posibles o probables,
y que sin embargo se aferran volun­
0 Esta historia se refiere al asesinato
·tariamente a la felicidad de que .go­
zan én este mundo! Y es que las del Margráve Conrado, un valiente ene­
inquietudes de sus deseos presentes, migo de Saladirio. (V. G. Weil, Ges•
chichte des Chalifen, t. III, p. 423;
al sobreponerse y lanzarlos . rápida­ Wilken, Geschichte der Kreuzzüge, V,
mente hacia los placeres de la vida, 485).
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 157
(viejo) de la Montaña, pues no . se bres de la persecución de lo� ver­
dice los grandes príncipes a quien d aderos bienes por la sola . exposi­
hizo asesinar, aunque en los histo­ ción_ de nuestras debilidades.
riadores ingleses encontramos la car­ § 39. FIL.-Todo consiste casi en
ta que se le atribuye, para disculpar hacer desear constantemente los ver­
al rey Ricardo I del asesinato de daderos· bienes. Y rara vez sucede
un conde o príncipe de Palestina, que alguna acción volúntaria se pro­
que este señor confiesa haber hecho duzca en nosotros sin que algún de­
matar por haber recibido ofensa de seo la acompañe; por esto, la volun­
él. Sea de ello lo que quiera quizá tad y el deseo se confunden tantas
fuera llevado de un gran celo por veces· una con otro. Sin embargo,
su religión por lo que este príncipe no hay. que considerar la inquietud,.
de asesinos quiso dar a las gentes que forma parte o que por lo me­
una idea ventajosa del paraíso que nos es una secuencia de la mayor
no se le borr�ra y les impidiese es­ parte de las demás pasiones, como
tar sordos; sin pretender por esto enteramente excluida de este artícu­
hacerles creer que habían estado en lo;· pues el odio, el temor, la cólera,
el paraíso mismo. Pero suponiendo la envidia, tienen cada una sus in­
que lo hubiese pretendido, no habría quietudes, y de esta manera operan
que asombrarse de que estos fraudes sobre la voluntad. Yo dudo que nin­
_ piadosos hiciesen más efecto que la guna de estas pasiones exista por
verdad· mal administrada. Sin· em­ sí sola, y .aun creo que sería muy
bargo, nada más fuerte que la ver­ difícil encontrar una pasión que no
dad si se supiese· enseñar y hacerla fuese acompañada de deseo. Por lo
valer; y habrá medios· indudable� demás; estoy seguro que siempre que
mente de hacerla accesible a los hay inquietud .hay deseo. Y como
hombres. Cuando considero cuánto nuestra eternidad _no depende del
pu_ede la ambición y la avaricia en momento presente, dirigimos nuestra
todos. aquellos que se_ lanzan una mirada más allá, cualesquiera que
vez a esta clase de vida, casi des­ sean los placeres de que gozamos
tituida de atractivos sensibles y pre­ actualmente, y el deseo que acom- ·
sentes, no desespero de nada y afir­ · tJaña a estos placeres anticipados so­
mo que la virtud haría infinitamente bre el porvenir arrastra siempre a
mucho. más efecto, acompañada C(}o la ·voluntad a la secuencia; de. suer­
mo lo está de tantos bienes sólidos, te que, aun en medio de la alegría,
si' alguna felii revolución del género lo que sostiene la acción de donde
. humano la pusiese un día en boga depende el placer presente es el de­
y como de moda. Es muy seguro seo de que continúe este placer y el
que se podría acostumbrar a los temor de verse privado de él, y siem­
jóvenes a que su mayor placer fue­ pre que una mayor inquietud que
ra el ejercicio de la vfrtµd. Y hasta. ésta se apodera de nuestro espíritu
los . mismos hombres maduros . po­ determina a éste a una nueva acción
drían imponerse leyes "y un hábito y el placer presente es despreciado.
de adquirir las que les condujeran TEo.-Muchas percepciones e in­
a este fin tan rápidamente e inspi� clinaciones· concurren a la• volición
rándoles tanta inquietud ante los ex­ perfecta, que· es el resultado de su
travíos como la que sentiría un bo­ conflicto. Hay aparte percepciones
rracho cuando se ve imposibilitado imperceptibles, cuyo conjunto proa
de ir a la taberna. Me es grato aña­ duce una inquietud que obra : sobre
dir estas ,¡¡onsideraciones sobre la nosotros sin que conozcamos Ía caú­
posibilidad-y· aun sobre la facilidad sa; hay muchas juntas que nos lle­
. de remediar nuestros males para no van a algún objeto o que nos ale-
contribuir a descorazonar a los hom- . jan de él, y entonces es deseo o
158 LEIBNIZ
temor acompañado también de una puede también valerse de las dico•
inquietud, pero que no siempre lle• tomías para hacer prevalecer unas
ga hasta el placer o el desplacer. veces las unas ·y otras v*s las otras,
Por último, hay impulsiones acom• cfJmo en una asamblea se puede ha•
pañadas efectivamente de placer y cer prevalecer algún partido por la
de dolor, y todas estas percepcio• pluralidad de votos, según como se
nes son o sensaciones nuevas, o ima­ formule el orden de las cuestiones.
ginaciones que restan de alguna sen­ Es verdad que el espíritu debe pro.
sación .pasada (acompañadas o no veer de antemano, pues en el mo.
de recuerdo) que renovando los mento del combate ya no es tiempo
~atractivos que estas mis.mas . imáge­ para usar de estos artificios. Enton•
. nes tenían en estas sensaciones pre• ces todo lo que nos impresiona pesa
cedentes renuevan también los im• sobre .la bµlanza y contribuye a for•
pulsos antiguos a proporción de la mar una dirección compuesta casi
vivacidad de la imaginación. Y de · como en la mecánica, . y sin alguna
todas estas impulsiones resulta · por pronta desviación no se le podría
fin el esfuerzo predominante . que detener.
constituye la voluntad plena. Sin
embargo, los deseos y las tendencias .Fertur equis aúriga nec audit
de que nos damos cuenta son lla• currtls habenas.o ·
mados también frecuentemente voli•
ciones; aunque menos enteras, ya . § 41. FIL.-Si se nos pregunta
sea ·que prevalezcan y arrastren o luego qué es lo que excita el deseo,
no. Así es fácil juzgar que la vofi. responderemos que la felicidad, y
ción no podría apenas subsistir. sin nada más. La felicidad y la miseria
deseo y sin desvío; pues así es co. son nombres de dos extremos cuyos
mo creo que podría llamarse lo con• últimos límites nos . son desconoci•
trario del deseo. La inquietud no se dos. Estos límites son lo que los
da solamente en las pasiones incó­ ·ojos del hombre no han visto nun.
modas, como en el odio, el temor, ca, lo que .sus oídos no han escu­
la cólera, la envidia, la vergüenza, chado y lo que· su corazón no ha
sino también en las opuestas, como comprendido jamás. Pero en noso.
el amor, la esperanza, el apacigua­ tr�s _ se · producen vivas impresiones
miento, el favor y la gloria. Se pue­ de lo uno y de lo otro por diferen•
de decir que siempre que hay deseo tes especies de satisfacción y de ale­
habrá inquietud; pero lo contrario gría, de tormento y de pesar, que
no es siempre verdad, porque mu­ designaré para abreviar con los nom•
chas veces sentimos inquietud si11 bres de placer y dolor, que com­
saber por qué, y entonces no hay prenden tanto al espíritu como al
deseo formado. cuerpo, o que, para hablar más exac·
§ 40. F1L.-Ordinariamente la más tamente, no pertenecen más que al
apremiante de las inquietudes de espíritu, aunque unas veces traigan
que creemos poder librarnos deter• su origen del espíritu, con ocasión
mina Ja voluntad a la acción. dé ciertas modificaciones del movi­
· TEo.-Como el resultado de la miento (§ 42) . Así la felicidad, to­
· balanza .constituye la determinación mada en toda su · extensión, es el
final, yo creo que puede suceder mayor placer de que somos capaces,
que la' más apremiante de las in• como la miseria, tomada del mismo
quietudes no prevalezca, pues aun• modo, es el más grande dolor que
que ella prevaleciere a cada una podemos sentir. Y el grado- ínfimo
de las tendencias opuestas, tomadas de lo que_ se puede llamar felicidad
aparte, puede suceder que las otras, . .

uni�as, · la sobrepujen. El espíritu o Virgilio, Georgica, 1, 514.


NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 159
es ese estado en que, libre de todo pre que sea bastante grande para
dolor, se goza de una tal medida de que se le pueda sentir, pues las
placer presente, que no nos conten­ pequeñas percepciones insensib'les
taríamos con menos. Llamamos bien · de alguna perfección o · imperfec­
n lo que es propio para producir en ción, · que son como los elementos
nosotros placer, y mal a lo que es del placer o del dolor, y de que ya
propio para producir en nosotros do­ he hablado tantas veces, forman in­
lor. Sin embargo, sucede con fre­ clinaciones y tendencias, pero no
cuencia que no los· llamamos así verdaderas pasiones. Así, pues, hay
cuando el uno o. el otro de estos inclinaciones insensibles de las . cua­
bienes o males se encuentran en les no nos percatamos; las hay
concurrencia con otro bien mayor u también sensibles, cuya existencia y
otro mal mayor. cuyó objeto se conocen, pero cuya
T.eo.-Yo · no sé si el mayor pla­ formación no se siente, y son incli­
cer es posible. Yo creería más bien naciones confusas que atribuimos al
que puede crecer · hasta lo infinito, cuerpo aunque haya siempre ·en ellas
pues no sabernos hasta dónde pue­ alguna cosa que corresponde al es­
den llegar nuestros conocimientos y píritu; por último, hay inclinaciones
nuestros órganos en toda esa eterni­ distintas que la razón nos da, y cu­
dad que nos aguarda. Yo creería, ya fuerza y formación sentimos; y
pues, que la felicidad es un placer l�s placeres de · esta naturaleza que
duradero, lo que no podría ser sin se encuentran en el conocimiento y
una · progresión continua 'a núevos la producción del orden y de la ar­
placeres. Así, · de dos, uno de los monía son los más estimables. Te­
cuales· vaya inconmensurablemeilte. nemos razón para decir que general­
más· de prisa y por mayores place­ mente ·todas estas inclinaciones, es­
res que el otro, cada uno de ellos tas pasiones, estos placeres y · estos
·será feliz en sf mismo aunque su fe­ dolores no pertenecen más que al
licidad sea muy desigual. La feli­ espíritu· o al alma; y yo añadiría
cidad es, por decirlo ásí, un cami­ que su origen está en el alma misma
no sembrado de placeres, y el pla­ si tomamos las cosas con cierto ri­
cer no es más que un paso y un gor metafísico; pero hay razón pa­
avance hacia la felicida�, paso el ra decir ·que los pensamientos con­
más corto que se puede dar, según fusos vienen del cuerpo, porque la
dije hacia _e l final del § 36. Se pue­ consideración del cuerpo y no la del
de equivocar el verdadero camino al alma· suministra en este punto algo
querer seguir el más corto, como _ la distinto y explicable. El bien es lo
piedra que va recta puede encontrar que sirve o contribuye al plaéer,
demasiado pronto obstáculos que le como el mal lo que contribuye al
. impidan avanzar hacia el centro de dolor. Pero en la colisión con un
la tierra. Esto nos hace conocer que bien mayor, el bien _ que nos privase
la razón y la voluntad son las que de éste podría convertirse en un ver­
nos conducen hacia la felicidad, pe­ dadero mal, en cúimto contribuiría
ro que · el sentimiento y el apetito al dolor consiguiente.
no nos llevan más que al placer. · § 47. F1L•......:El alma tiene el poder
Ahora bieri; aunque el placer no de suspender el cumplimiento. de al­
pueda recibir una definición nomi­ gunos de sus deseos, y está por co�­
nal, como tampoco la luz y el color, siguiente en libertad de considerar­
puede sin embargo recibir una defi­ los uno después de otro y de com- .
nición cad!lal como éstos, y creo que pararlos. En esto es en lo que con­
en el fondo el placer es un sentí­ siste la libertad del hombre y lo que
. miento de perfección, y el dolor, un llamamos, aunque impropiamente a
· sentimiento de imperfección; siem- mi juicio, libre arbitrio; y del mal

'
I_ -L----
I;

160 LEIBNIZ

uso que de ella hacemos es. de donde azar (es decir, las impresiones in­
procede toda esa serie de extravíos, sensibles y casuales) .. Y para esto .
de errores o de faltas en que nos bueno es acostumbrarse� recogerse
precipitamos cuando determinamos de tiempo en tiempo y a elevarse
nuestra voluntad demasiado pronto por encima del tumulto presente de
o demasiado tarde; las impresiones; a salir, por decirlo
TEo.-La ejecución de nuestro de­ así, del i;itio en que se está; a de-
seó está suspendida o detenida cuan­ . cirse: die cur hic? respice finem;
do este déseo no es bastante -fuerte ¿dónde estamos? Sí, vengamos al ca­
para conmovernos y para sobrellevar so, vengamos al hecho. Los hombres
la pena o incomodidad que: engen­ .tendrían necesidad muchas veces de
dra su satisfacción, y esta pena no .alguien encl;lrgado (como tenía Fi­
. consiste algunas veces más que en lipo, el padre de Alejandro el Gran­
una pereza o lasitud insensible 9ue de) de interrumpirles y de llamarles
nos invade sin que· lo notemos y que a su deber. Pero a falta de este cen-
es mayor en personas· criadas en la . sor es fuerza que nos veamos obli-·
molicie y de temperamento flemáti­ gados a hacer este oficio nosotros
co y en las que están debilitadas por mismos. Ahora bien; una vez que
la ·edad o por el fracaso. Pero cuan­ estemos en estado · de contener los
do el deseo es . bastante fuerte en sí efectos de nuestros deseos y de nues­
mismo para. conmovernos si nada se tras pasiones, es decir, de suspender
lo impide, puede ser cohibido por la acción, podemos encontrar los
inclinaciones contrarias, ya · consis­ medios de combatirlas, ya por deseos
tan en una simple tendencia, que o inclinaciones contrarias, ya .por
es como el elemento o el comienzo . distracciones; es decir, por ocupa­
del deseo, ya lleguen hasta el deseo ciones .de otro orderi, Por estos -mé­
mismo. Sin embargo, como .esas in- . todos y artificios es como llegamos .
clinaciones, esas tendencias y esos a ser dueños de nosotros mismos, y
deseos contrarios se deben encon­ podremos· con el tiempo pensar y
trar ya en el alma, ésta no los tiene . hacer ·10 que querríamos querer y
en su poder, y por consiguiente no .lo que la razón ordena. Sin embar­
podría resistir de una manera libre go, siempre es por vías determina­
y voluntaria en que la razón pudie- das, y nunca sin razón .o en virtud
. ra tener parte si no tuviera aún otro del principio imaginario de una in­
·medio, que es el de desviar el espí­ diferencia perfecta o de .equilibrio,
ritu a otro objeto. Pero, ¿cómo sa­ en la cual querrían hacer consistir
bríamos hacerlo en caso de nece­ algunos la esencia de lQ libertad, co-
sidad, pues este es el problema, so­ , mo si nos pudiéramos determinar
bre todo cuando está poseído por sin fundamento y aun contra toda
una gran pasión? Es preciso, pues, razón e ir directamente contra todo
que el espíritu esté preparado de .el predominio de las · fmpresiones y
antemano y se encuentre ya en dis­ de las inclinaciones. Sin fundamen­
posición de pasar de un· pensamien­ to digo, es decir, sin la oposición de
to a otro para no detenerse dema­ las demás inclinaciones y sin que es­
siado en un paso resbaladizo .y peli­ temos de antemano en situación de
itroso. Para esto es bueno acostum­ desviar el espíritu o sin otro medio
brarse a no pensar en ciertas cosas semejante explicable; lo contrario es
sino como de pasada, para mejor recurrir a lo quimérico, como en las
conservar la libertad de .espíritu. meras facultades o cualidades ocul­
Pero lo mejor es acostumbrarse a tas escolásticas, en las que no hay
proceder metódicamente y a atener0 ni sentido ni razón,
se a un plan de pensamiento cuyo § 48. FIL.-Yo también creo que
nexo le constituye la razón y no el . la voluntad es determinada de una
/..

NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO . 161


manera inteligible por el contenido o el izquierdo. Pues hacemos lo uno
de la percepción y del entendimien­ º. lo otro sin pensarlo, y esto es un
to. Querer y obrar conforme al úl­ S!�º de . que. un concurso de dispo­
timo resultado-de un sincero examen s1c1ones mter10res y exteriores (aun­
es más bien una perfección que un que insensibles todas) nos determi­
defecto de nuestra naturaleza. Y tan na el p�rtido que tomamos. Sin em­
lejos está -esto de ahogar o de acor­ �argo, el,p�edominio es muy peque-­
tar- nuestra voluntad, que, por el no, y pract1camente. es como si fué­
contrario, es lo que tiene de más semos indiferentes en este punto,
perfecto y ventajoso. Y cuando más puesto que el menor motivo sensi­
lejos estamos de determinarnos de ble que se presenta · a nosotros es
esta manera, más cerca nos vemos capaz de determinarnos sin difiéul­
de la miseria y de la esclavitud. En tad a un partido mejor que a otro,
efecto, si suponemos en el espíritu y aunque haya. cierto trabajo en
una perfecta y absoluta indiferen­ levantar el brazo para llevarse la
cia, que no pueda ser determinada mano a la' cabeza, es tan pequeño,
por el último juicio acerca del bien que le arrostramos sin dificultad; de
y del -mal, lo colocaremos en un es­ lo contrario, confieso que sería una
tado muy imperfecto. gran imperfección que el hombre
TEo.-Todo eso es muy conforme fuera en este punto menos indife­
con mi sentir, y hace ver ·que el es­ rente, y si le faltase el poder de
píritu no tiene un poder entero y · determinarse fácilmente a levantar o
directo de contener siempre sus de­ no levantar el brazo.
seos; de lo contrario, jamás se vería F1L.-Y · no sería menor· imper­
determinado, cualquiera que fuera fección si tuviese la misma indife­
el examen que hiciese y por buenas renciá en todas· las ocasiones, comó
razones o sentimientos eficaces que cuando quisiera defender su cabeza
tuviera, permanecería siempre · irre­ o sus ojos de un golpe que le ame­
soluto y flotaría · eternamente entre nazase; es decir, si le fuese tan fá.
el temor y la esperanza. Es preciso, cil detener este movimiento como
pues, que sea determinado y que de· los otros de que ·acabamos de ha­
este modo no pueda oponerse más blar, y respecto de los cuales es casi
que indirectamente a sus deseos, indiferente; pues eso. haría .que no
proveyéndose de antemano de las se mostrase lo suficiente ágil y fuer-
armas que los combaten cuándo es· te· en la ocasión debida. Así, la de­
necesario, como acabo de explicar. terminación nos es útil y necesaria
FJL.-Sin embargo, un hombre es­ · con mucha frecuencia, y si fuésemos
tá en libertad de. llevar su mano a poco determinados en toda clase de
la cabeza o de dejarla en reposo. ocasiones, y como insensibles a las
Es perfectamente indiferente respec­ ideas sacadas de la percepción del
to de cada una de estas dos cosas, bien y del mal, careceríamos de ver•
/
y sería una imperfección en él que dadera elección. Y si fuésemos de­
este poder le faltase. terminados por otra cosa que por
TEo.-Hablando exactament�. ja­ el último resultado que hemos for­
más se es indiferente respecto de mado en nuestro propio espíritu, se­
los dos partidos que· nos podemos gún hayamos juzgado del bien o del
proponer; por ejemplo, de girar a mal de cierta acción, no seríamos
la izquierda o a la derecha, de ade­ libres.
lantar primero el pie derecho (como 'I'Eo.-Nada más verdadero; y los
era precis�n casa de Trinalción) 7 que buscan otra libertad no saben
lo que quieren.
7 En la "Cena Trimalchionis", epi- § 49.-Los seres. superiores, que
sodio de El Satiricón de Petronio. . · gozan de ·una perfecta felicidad, son.'
162 . LEIBNIZ ..
detenninados a la elección del bien al gunos opúsculos que tratan de na­
más fuertemente que nosotros, y derías . y se dan mucha· importancia
sin embargo no tenemos razón para con ellas, y aun algunbswversos har­
figurarnos que sean menos .libres que to bellos para ser dedicad.os á tan
nosotros. falsos pensamientos. En efecto, si los
TEo.-Por eso dicén' los teólogos que se · burlan de la razón hablasen
que esas sustancias· bienaventuradas en serio, sería ésta 'una extravagan�
son confinnadas en .el bien y exen- cia desconocida en los tiempos pa�
tas de todo peligro de caída. . sadcis. Hablar contra la razón es ha-
FIL.-Yo creo también ·que si a blar contrá la verdad, pues la razón
nosotros, pobres criaturas finitas co- es un encadenamiento de verdades:
mo somos, nos fuese dado juzgar lo Es hablar contra sí mismo, contra
que podría hacer una sábiduría· y su bien, porque el punto .principal
una bondad infinita, podríamos de- de la razón · consiste en· conocerla y
cir que Dios mismo_ no podría ele- seguirla. · •
gir lo que no es bueno y que la li- § 51. FIL.-Ahora bien; como la·
bertad . de ese ser todopoderoso . no más alta perfección de un ser inte-.
le impide ser det�rminado por lo ligente consiste en aplicarse cuida­
que es. mejor. . dosa y constantemente a la perse-
TEo.-Tan persuadido estoy de cución de la verdaderá felicidad, deI
esa verdad, que creo que la pode- mismo modo, el cuidado que debe-.
mos afirmar audazmente, aun sien- -. mos tener de no tomar _por una fe­
do, como somos, pobres criaturas. licidad real la que no lo es más que
finitas, y que haríamos mal en du- imaginaria, debe ser . el fundamento
dar de ella; pues por· este. hecho de nuestra libertad. Cuanto más, ti­
negaríamos su sabiduría, su bondad gados estamos a la persecución inva­
Y · sus demás perfecciones infinitas. riable de la felicidad en general, que
$in embargo, la elección, por deter- no cesa nunca de ser el objeto de
minada que la voluntad esté en ella, nuestros deseos, más. Hbre se encuen­
no debe ser llamada .necesaria, ab- tra nuestra libertad de la necesidad
· solutamente y en rigor; la preva- de ser determinada poi- el deseo que
lencia de los bienes percibidos in- nos lleva hacia· algún bien particu­
clino sin necesitar, aunque conside-· . lar, .hasta que hayamos examinado
radas bien las cosas, · est¡¡. inclina- · si se concilia o. se opone con · nues­
ción sea detenninante y no deje tra verdadera felicidad.
nunca de producir su efecto. TEo.-La verdadera felicidad de-
§. 50.. · FJL.-Ser determinado por hería siempre ser el objeto de nues­
la razón a lo me_jor es ser el más tras deseos; pero hay motivo para
lif::/re. ¿Querría alguien ser imbécil -dudar que lo sea, pues muchas ve­
por la razón de que un imbécil se ces no pensamos casi en ella, y más
ve menos determinado por sabias de una vez he notado que� a menos
reflexiones que un hombre de buen que el apetito sea guiado por la
sentido? Si la libertad consistiera razón, tiende al placer presente y no
en sacudir el yugo de la razón, los a la felicidad, es decir, al placer du­
locos y los insensatos serían los úni- radero, aunque tienda a hacerle
cos seres libres; pero yo no creo d1,1rar; véase § 36 y § 41.
que por amor a tal libertad quisiera § 53. F1t.-Si alguna perturbación
alguien ser loco, a no ser el que ya excesiva llega a producirse en nues­
lo está. ira alma, como sería el dolor de una•
TEo.-Hay gentes hoy en día, que cruel tortura, y� no somos .bastante
creen que es una prueba de ingenio dueños de nuestro espíritu; sin em-.
declamar contra la razón y tratarla bargo, para moderar nuestras pasio­
como a · pedante molesto. He leído nes en lo posible, debemos habituar
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO
163

a nuestro espí#tu" al gusto del bien de la vida futura. Es verdad que


y del mal reales y efectivos, y no. 1� ,consideración de la verdadera Je­
permitir que un bien excelente y hc1dad, aun de esta . vida, ,.bastaría
conside,rable nos escape del espíritu para hacem�s _la virtud preferible a
sin de_jar en él algún gu sto, . hasta la voluptuosidad, que· nos aleja de
que hayamos excitado en nosotros _ella, aunque la obligación· no sería
deseos proporcionados a su excelen- entonces tan fuerte ni tan decisiva.
· cia; . de suerte que su ausencia nos Es verdad· también que los gustos
suma en la inquiett!d, tanto como de los hombres son diferentes, y se
"el · temor de perderlo cuandq leí dis- ha dicho que sobre gustos no hay
· frutamos: · · · nada escrito. Pero cómo éstos no
TEo.-Esto conviene con las oh- · son inás que percepciones confusas,
servaciones que acabo de hacer en no hay que · aferrarse . a ellos más.
los párrafos 31 y 35 y con lo que que en los objetos considerados co­
he dicho más de una vez de los pla- mo indiferentes e incapaces de per­
ceres luminosos, en lo que se com- ·_judicar; de •lo: contrario, si alguno
prende . cómo nos perfeccionan sin encontrase gusto en los venenos que
· ponernos eli peligro de alguna im- le matarían o le harían miserable,
perfección mayor; como hacen los · sería ridículo decir que no se le de­
placeres confusos· de los . sentidos, be contrariar en sus gustos.
ele los que debemos guardamos, so- § 55; F1L._:si nada hay que·espe­
·bre. todo cuando no hemos apren- rar más allá del sepulcro, la canse­
. dido por . la experiencia que nos cuencia es sin duda· muy justa: co-
podemos servir ¡je ellos con liegu- · mamas y bebamos, gocemos de to­
ridad. · -· do lo que nos agrade, pues mañana
· F1i..:.....Y que , nadie · diga. que no hemos de morir. · ·
podría dominar sus· pasiones ni- im- TÉo.-A mi juicio, algo hay que
pedir que se desencadenen y le fuer- oponer · a esa · consecuencia. Aristó­
cen a obrar, pues lo que puede ha- teles y· lc;is estoicos y otros muchos
cer delante de un príncipe o delante filósofos antiguos eran de otro sen­
·de algún grande hombre, lo. puede tir;. y, en efecto� yo creo que tenían
·hacer, si quiere, cuando está solo razón; Aun cuando no hubiera un
o en la presencia de Dios. ·más allá después· de esta vida, la
TEo.-Esta obse�ación es muy tranquilidad del alma y la salud del
buena. y digna óe que se reflexione · cuerpo no dejarían de ser preferi­
sobre ella frecuentemente. bles_ a los placeres que fuesen eón-
§ 54. FIL.-Sin embargo, las dife- trarios a ellas. Además, no es razón
rentes elecciones que . fos hombres para· despreciar un bien . la de que ·
hacen en este ·mundo prueban que no ha de durar siempre. Pero yo
una misma cosa no· .es igualmente confieso que hay casos en los que
·bueria · para cada uno. Y si los in- no ·habría medio de demostrar que
tereses del hombre no se extendiesen lo más honesto sería también lo · más
más allá de esta vida, la razón de útil. Por eso la sola consideración
esa diversidad, que hace, por ejem- dé Dios y de la inmortalidad es lo
plo, _que aquéllos se lancen al lujo que hace que los deberes de la vir- ·
y a la disipación, y que éstos pre, tud y de la justicia 8sean absoluta­
fieran la moderación a la voluptuo- mente indispensables.
sidad, vendría solamente de que ci- . FIL-Me parece que el juicio ac­
frarían su felicidad en cosas. dife- tual que �acemos del bien y del mal
rentes. •
TEo....:...y esa es la verdadera cau­ s Véase sobre �to la Introducción
sa, aunque todos tengan o deban al Codex .juris gentium . diplomaticus,
tener ante sus ojos el objeto común :?(III, Dutens;. IV; P. 3, p. 298.

1
L __._____ ·--- - - ________J
164 LEIBNIZ

· es siempre rectq. Y por lo que se a una gran herencia que le corres­


refiere a la felicidad o la miseria pondiera indefectiblemente. Cada
presentes, cuando la reflexión no va uno de nosotros debe re�nocer este
más lejos y todas las consecuencias falso razonamiento, pues el porvenir
son puestas a un lado, el hombre no se convertirá en presente y tendrá
escoge nunca mal. entonces la misma ventaja de la
TEo.-Eso es decir que· si tpdo se proximidad. Si en el momento en
limitase al momento presente, no que el hombre toma la copa en su
habría razón para rehusar los pla­ mano, el placer de beber fuese acom­
ceres del momento. Én efecto, ·ya hi­ pañado de los dolores de cabeza y
ce notar que todo placer es un sen­ de los trastornos gástricos que habrá
timiento de perfección. Pero hay de sufrir al cabo de algunas horas,
ciertas perfeccio?es que acarrean im­ no tocaría con sus labios el borde
perfecciones mayores. Como_ si al­ de su copa. Si .una pequeña diferen­
guien dedicase toda su vida a arro­ cia de tiempo produce tanta ilusión,
jar guisantes contra alfileres para con mucha más razón hará el mis-.
perfeccionarse en la puntería, como mo efecto una mayor di�tancia.
. aquel a quien Alejandro Magno hizo Too.-Hay gran congruencia en
dar por recompéns.a una fanega de este punto entre la distancia de lu­
guisantes, ·tal hombre alcanzaría una ' gar y la de tiempo. Pero hay tam­
gran perfección, pero muy baladí e bién esta diferencia: que los obje­
inqjgna de entrar· en comparación tos visibles disminuyen· su acción so­
con otras perfeccici11es muy necesa­ bre la vista en proporción de la dis­
rias que habría descuidado. Así es tancia, y no sucede .lo mismo con
cómo la perfección que encontramos los objetos venideros que obr� so­
en ciertos placeres presentes debe bre la imaginación y sobre el espí­
ceder, sobr� todo, al cuidado de las ritu. Los rayos visibles son . líneas
perfecciones necesarias, para no caer rectas que se alejan proporcional­
en ._la· mis•eria, que es el estado en mente; pero hay líneas curvas que
que se. camina de perfeqción en im­ más allá de cierta . distancia parecen
perfección- o de dolor en dolor. Pero caer en la recta y no se alejan ya
si no hubiera •más que el presente sensiblemente; esto es lo que sucede
habría que contentarse con la per­ ·con las asíntotas, cuyo intervalo
fección que éste nos ofrece; es de­ aparente de la línea recta desapa­
cir, con el placer presente. rece, aunque en la realidad de las
'§ 62. F1L.-Nadie se haría volun­ cosas permanecen separadas de aqué­
tariamente desgraciado si , no fuese lla eternamente. También vemos, por
arrastrado por falsos razonamientos. último, que la apariencia de los
No hablo de que las equivocaciones, objetos no disminuye a proporción
que son consecuencia de un error del acrecentamiento de la distancia,
invencible y que apenas merecerían pues la apariencia desaparece ente­
el nombre· de falsos juicios, sino de ramente bien pronto, aunque el ale­
este falso juicio que es tal por la jamiento no sea infinito. De este
confesión propia que cada hombre modo, una pequeña distancia de
debe hacerse a sí mismo, § 63, En tiempo nos oculta enteramente el
primer lugar, pues, el alma se equi­ porvenir, _como si el objeto hubiese
voca cuando comparamos el placer desaparecido. Con frecuencia no que­
o el· dolor presentes con un placer o da más que un nombre en el espí­
un dolor futtiro, midiéndolos por la ritu; y esa especie de pensamientos
diferente. distancia a que se encuen­ de que ya he hablado, que son sor­
tran de nosotros; semeja_ntes a un dos e incapaces de afectarnos, si no
heredero pródigo, que poda posesión lo hemos conseguido por el método
al presente de poca cosa, renunciase v por el hábito.
�UEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 165

FIL.-No me refiero aquí a esa


1 momento presente es siempre el más
especie de falaz juicio por el cual rudo de todos, y exclamamos: ¡ Cual­
lo que está ausente no sólo aparece quier dolor menos este!
disminuido, sino que desaparece. por TEo.-Todo esto varía según el
. completo del espíritu de los hom- . temperamento de los hombres, se­
bres, cuando gozan . de todo lo que gún la intensidad de lo que sentí­
pueden obtener por el presente y de mos y los hábitos adquiridos. Un
ello concluyen que no les sucederá hombre que padeciese de gota podrá
mal alguno. sentir júbilo al saber que le llega
TEo.-Otra especie de falso juicio una gran fortuna, y un hombre que
es aquel que hacemos cuando perde- nada en la abundancia y que podría­
mos la esperanza de un bien o de vivir muy a gusto en sus tierras se
un mal futuro, porque negamos o ve sumido en la tristeza a causa de
ponemos en duda la consecuencia h:iber caído en desgracia · en la cor-
'que sacamos del presente; pei-o fue- te. Y es que la alegría o la tristeza
ra de este caso, ·.el error, que ani- provienen del resultado o del pre­
quila el sentimiento del porvenir,· es dominio de los placeres o de los
una misma cosa con ese falso jui- dolores, cuando hay mezcla de és­
cio, ya mencionado, que nace de tos. Leandro despreciaba la moles­
una representación demasiado débil tia de pasar la mar a nado por la
del porvenir, el cual es poco cansí- noche, atraído por los encantos. de
derado o no es considerado de. mo- la bella Hero. Hay personas que no
do alguno. Por lo demás, podría- podi-ían beber, ni comer, ni satisfa­
mós distinguir aquí entre mal gusto cer otros apetitos sin grandes dolo­
V falso juicio, pues muchas veces no res, a causa de algún padecimiento
ponemos en tela de juicio si el bien o molestia; y sin embargo satisfacen
por venir debe ser preferido, y no esos apetitos en medida mayor que
obramos más que por impresión, sin la necesaria y más allá de los jus-.
preocupamos. de examinar el caso. tos límites. Otros son tan muelles
Pero cuando pensamos en ello, su- o delicados, cjue rechazan los pla­
cede una de dos cosas: o que no ceres que van mezclados con alguna
pensarnos lo suficiente y pasamos a incomodidad, fastidio o dolor. Hay
otra cosa:, sin resolver la cuestión, personas que se colocan · muy' por
o que proseguimos el examen y far- encima de los dolores o de los pla­
mamos la conclusión. Y algunas ve- ceres presentes y mediocres y que
1, ces, en uno y otro caso, nos queda no obran casi más que por el temor
un remordimiento más o menos gran- o por la esperanza. Otros son tan
. de; otras veces no hay forrnido oppo- afeminados oue se quejari de la me­
sito o. escrúpulo,· ya porque el espí- · · no;· incomodidad o corren tras el
ritu se desvíe completamente de la menor placer sensible y presente, se­
cuestión, o porque se¡¡ engañado por mejantes casi a niños. Son personas
pre_juicios. . a quienes el dolor o la voluptuosi-
§ 29. FIL.-La · estrecha capaci- dad presentes les parecen siempre
dad de nuestro espíritu es· la causa los más grandes; son como predica-
de los falsos juicios que hacemos dores o panegiristas poco prudentes, ,
ál comparar los bienes con los ma- rue. según el proverbio, el santo del
les. No podríamos gozar bien de dos día es siemn.re el santo más. gran­
placeres a la vez, y menos aún de de del paraíso. Sin embargo, por
un placer, en el momento en que mucha variedad que haya entre los
estamos �seídos por un dolor. Un hombres, siempre será verdad que ria
poco de amargura, mezclada en la obran sino en virtud de las perceps
copa, nos impide gozar de su dul- cienes presentes; y cuando el porve­
zura. El mal que sentimos en el nir les afecta, es o por la imagen
166 ·LEIBNIZ·
qu� de é\ se foi:man, o por la · reso- ment e; o - cuando juzgamos que au n­
lución )'. el há�ito que han tomado que la consecuencia · s�a importante
de �egmr un. sim_Pl e I?ombre u. otro no está tan asegurada qu�la cosa no
�aracter �rbitra!io, sm pos eer una pueda ser -de · otra manera, o por lo
image� m un �igno J?atur�l, P?rque menos que no se pueda e vitar por
no deJaría de producirles. �qmetud, otros ·medios, comó por la industria,
Y algunas veces un sen�umento de por la astucia, por un cambio de
P�Jar, opone rse a una. fmne - resolu- c onducta o por el -arrepentimiento.
_c10n !ª. adoptada, y sobre todo a TBo.-Me parece que si por la ini-
un habito. . ·· ·
· . por tancia · de. 1a conse - c' u encia· se · en-
§ 65. _F1�.-!--os..hombres. su�nt�n tiende la del consecuente es decir'
. una gran . mchnación a dismmmr de 1a _c· ua�ti•a . de1 bi'en· o· de · '¡ mal que
el pl acer- por venir y a pensar que pued� seguirse, . s e debe ca�r. �n la
cuando -llegue la prueba no respon� esp ecie p ecedente de falso JU cio e
derá quizá a. la esperanza que en él ue el bien � � 13
9 - o mal_ por vemr esta .
. o ó
ponen ni a: la pini n que de él esentado. Así: no queda ��s
se tiene generalmente; por hab er ex- .qmale .repr especie de falso .Jll1·
perimentado muchas . veces que · no !-'-o la sqegunda e se trata al pres�nte;. a
solamente los placeres que otros ha n c i de U;
e�altado_ l es han parecido muy insí -. s �b er : . a qu e a
ll_ en que la consecuen­
pidos, smo que aquello que a ellos <:ta es puesta en- duda. __
mismos --les. causó mucho placer en FIL.-S,ería fácil demostrar en de­
un tiempo les h a .repugnado y les ha talle que las escapatorias que acabo
desagraciado en otro. . d e m en_cionar son otros tantos jui-
TBo,---:Esos son principalmente los · tceios . �o razonables; pero me con­
razonamientos de los voluptuosos· ntare con_ hacer notar, en general,
pero. <?rdinariamente sucede que lo� que arriesgar _un bien mayor por_
ambiciosos y los avaros juzguen de otro - m enor (o exponerse a la rm­
,otro modo respecto . de los hom- seria por adquirir un pequeño bien
bres y, las riquezas; aunque no go- Y por evita� un p�qu_eño mal), y
cen mas qu e medianamente y a ve- esto po r conJ eturas mc1ertas y antes
ces muy poco de esos mismos bienes , de haber entrado - en un justo exa­
� cuando los pos�en,. por . estar siem- men, es proceder abi ertamente con­
preocupados en ir más lejos. yO . tra. la razón,
1,

cr eo· que el haber h echo - a los horn- . TEo.-;:-'Como se trata de dos con­
bres tan sensibles a Jo que tan poco siderac1o_nes heterogéneas (o que no
afecta a los sentidos es una b ella se.. podrian comparar), a saber, la
invención de la naturaleza cr eado- de , la . magnitud _de .la consecuencia0
ra, y si no_ pudiesen hacerse ambi- Y de la magµitud del C01'Secu ente,
ciosos o av�ros, sería difícil, en el ·los moralistas, a l querer compararla,
estado·pr esente de l a ' na turaleza hu- se han embrollado basta nte, como,
mana, que pudiesen llegar a ser vir- al parecer, l os que han tratado d e
tuosos-y razonables para trabajar en la probabHidad. La verdad es qu e
su perfección, a pesar de · los place- aquí, _como . en otra s estimac iones
res pr esentes que nos . distraen de más o menos ·heterogéneas y dis­
este trabajo. ,: . pare s, y por decirlo así, de m ás de
§ 66. FIL.-Por lo que se refiere
a las c,osas, · buenas o malas , en sus .. · o La magnitud el -m ayor
de la.. consecuencia,
o menor número qe
es decir,
consecuenc ias y por la aptitud que probabilidades de que el bien o el mál
tienen par a proporcionamos el bien previsto llegue;. la magnitud del con·
y el mal, juzgamos que no son ca­ secriente; · es decir, la m·ayor o meno_r
paces de hacemos r ealmente tanto cantidad de bien o de mal que el he-
mal comó el qu e nos hacen efe ctiva- cho puede traer. ·
�UEVO. TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 167

una dimensión, la magnitµd de que • . TEo.,-En efecto,: son precisas mu­


se trata está en razón compuesta. de chas cosas para conducirse como ha­
una y otra estimación, y como ,tin ce. falta cuando se. trata del balance
rectángulo, donde hay d9.s conside- de las razones; y st1cede casi io qu .e
raciones, .a saber, la de la longitud en los libros de los comerciantes.
y la de la ap.chura; y respecto a la Pues no hay que despreciar ningún
cuantía de la consecuencia y los gra- sumando; es ,preciso valorar cad11 -
dos de probabilidad, carecemos aún sumando aparte, colocándolos bien,
de esa parte de la lógia encargada y se precisa, en fin, hacer de ellos
de valorarlos, y la mayor parte de los un cómputo exacto. Pero se descui­
casuistas que han,esc:rrito sobre la pro- dan. muchos puntos, ya sea porque
habilidad ni siquiera han comprendi- no se piensa en ellos, ya porque se
, do su naturaleza, . fundándola . con los consid era ligeramente, y no se
Aristóteles en la autoridad, en lugar da a cada uno su justo valor, como
de.fundarla en la verosimilitud, como aque l · tene·
debl·eran, no s1'endo la autorid.ad sino cuidado dedor de .·l"b
calcular
1 ros · que tenía
bien las colum­
una parte de las. razones que cons- nas de cada página, pero que éalcu-
tituyen 1a verosimilitud. ]aba muy mal las • sumas partícula�
§ 67. FIL.-Ved aquí algunas de res de cada línea o casilla antes de
las causas ordinarias de este falso ponerlas en columna, lo que hacía
juicio. La primera es la ignorancia; para engañar a los inspectores, que
la segunda, la inadverte�cia, cuan- miraban principalmente lo qtie había. _.,
do un hombre no reflexiona sobre en las columnas. Por último, •des­
aquello mismo qlle sabe. �s una ig- pués de haberlo . tomado todo en
norancia afectada Y presente, que cuenta, nqs podemos engañar en la
seduce el Juicio tahto · · como la vo- colocación de las sumas de las co.:
luntad. lumnas, y aun en la colocación final,
F1L.-Siempre está presente, pero donde hay suma de sumas. Nos· fal- ·
no s.iempre es · afectada, . pues · no . taría · aún el arte de hallar y estimar
siempre nós preocupamos de pen- las probabilidades, y además, el ca­
sar cuando hace falta en lo que sa- nacimiento del valor de los bienes
hemos y debiéramos recordar si fué- y de los males; para emplear el arte
ramos dueños de nuestra memoria. �e •las consecuencias;, y, finalmente,
La ignorancia afectada va �iempre necesitaríamos atención y paciencia
aliada con alguna adve_rtencia en .el para llegar a la. conclusión. En• fin;
tiempo en. qi.te se afecta; . pero es es preciso una firme y constante re­
verdad que Juego puede haber inad� solución para ejercitar lo que se _ha
vertencia ordinariamente. El arte de resuelto, y expedientes, métodos, le­
recordar a tiempo lo. que se sabe yes particulares y _hábitos formados
sería .uno de los más importantes si para mantenerlo en lo futuro, cuan­
estuviese inventado; •pero no veo que do las consideraciones• que nos han
hasta aquí hayan. pensado los hom- hecho · tomar un partido no están ya
bres en constituir sus elementos, pues presentes en el ánimo. Es verdad
el arte de la memoria, del que tantos que gracias a Dios, en lo· que im­
autores han escrito,. es otra cosa. · porta más y se ref!ere summam re-
F1L.-Si, púes, recogemos confusa rum, la felicidad Y la miseria:, no
y apresuradamente las razones de hay nece�idad de tantos conocimien­
uno de los dos partídos, y dejamos · tos, ayudas ni expedientes como se
escapar por negligencia muchos . su- · 'necesitaría par� juzgar conve1}iente­
mandos q� deben formar parte. de mente en un consejo de estado o de
la cuenta, esta precipitación. produ- guerra, en un tribunal de justicia,
ce tantos juicios falsos como µna en una consulta de médicos, en cual.
completa ignoranci�. quier controversia de teología o de

1
L__,· --
7

168 LEIBNIZ

historia, o e� algún ·punto de ma• paña a alguna acción -particular.


temática y de mecánica; pero, en I Puede hacerlo en muchJs ocasiones.
compensación, hace falta mayor fir- L_os hombres pueden y de�en corre­
meza y costumbre en lo que se re- g1r su paladar y hacerle· adquirir
. fiere a ese gran punto de la feli- buen _gusto. Podemos también �ace, r
ciclad y de la virtud para tomar cambiar el gus�o �el alma. U:n J1!sto
siempre buenas resoluciones y para examen, la practica, -Ifi , aphcac1�n,
se�uirlas. En una palabra: para la la , costumbre, conseguiran este fm.
verdadera felicidad bastan menos Asi es como nos acostumbramos al
conocimientos con más· dosis dé bue� tabaco, que el uso o el hábito nos
hace encontrar ag�adable. Lo mi�010
- na voluntad; de suerte que el más 5!-lcede con la virtud. Los hábitos
grande idiota ·puede lograrla· tan fá- tienen grande encanto_'./ no n?s d:s-
cilmente· como el más docto y el más prendemos de ellos sm una mqme-
hábil. tud. Quizá debamos considerar co-
. F�L.-Se . ve,. pues, que el � nten- mo . una paradoja· que los hombres
d�miento s1_n_ libertad no se.na de p uedan lograr que ciertas cosas o
�mguna u�•h�ad Y que . la. �ibertad acciones sean más o menos agrada­
sm entendimiento no s1 gmfica na- bles. Tanto se descuida este deber
dri. Si un hombre pudiese_ ver lo TEo.-Eso es lo que yo he hecho
que le_ han de acarrear el bien o el notar más arriba, § 37, hacia el fi­
"-- mal, sm ser_ cap� de d�r un paso nal, y § 47, también hacia el final.
par_a avanzar hacia el b1en Y P�� a Podemos llegar: a querer ciertas co­
aleJarse del mal, ¿de que_ Je servma sas y formamos un gusto.
el sentido de la vista? Sería i11cluso, § 70. FIL.-La moral, establécida
más miserable, pues languidecería sobre verdaderos fundamentos, no
inúµlmente después del bien y te- puede menos de determinar a la vir­
mería el mal, que consideraría inevi- tud; basta que sean posibles des­
table; y el que está eii libertad de pués de esta vida una felicidad o
correr aquí y allá, en una .completa . una desgracia infinitas. Es preciso
oscuridad, ¿está mej?r que si fuera confesar que una buena vida, uni­
traqueteado por el viento? · da a la esperanza de una eterna
TEo.-,-Podría satisfacer un poco felicidad posible, es preferible á. una
mejor . sus caprichos, pero n:o por mala vida acompañada del temor de
ello estaría en mejor situación para una espantosa miseria, o. por lo me-·
alcanzar el bien ni para evitar el nos de la espantosa e incierta espe­
mal. . . rnpza de ser aniquilado. Todo esto
.§ 68. Frt.-Otra fuente de juicios es de la mayor evidencia, aun cu�li­
falsos. Complacidos en el primer do las personas honradas no tuv1e­
placer que nos depara la suerte · o ran más que males en este mundo
que la costumbre nos hace agrada- y los malos no experimentasen más
¡- ble, no miramos más allá. Y esto que dicha, lo que generalmente es
ya da ocasión a los hombrés para todo lo contrario, pues consideran­
juzgar mal cuando no con�ideran do bien las cosas llevan, creo yo,
como necesario para su felicidad la peor parte, aun en esta vida.
aquello que lo es efectivamente. TEo.-Así, aun cuando no hubie-
TEo,-:-Me parece que ese falso ra un más allá de la tumba uná
juicio está comprendido en la espe- vida epicúrea no sería la más razo­
cie anterior,- cuando nos engañamos nable. Y estoy seguro que vos· rec­
respecto a las apariencias. tificaréis lo que parece que habéis
§ 69. FrL.-Queda por ver si está dicho en contrario un poco más ·
al alcance de un hombre cambiar arriba (§ 55) .
el agrado o el desagrado que acom- FIL.-¿Quién podría ser bastante
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 169

loco para resolverse (si pierisa bien) siendo la libertad más que una de _
a exponerse a un peligro posible, el sus especies, si bien de las más con­
de ser infinitamente desgraciado, de siderables. Para tener ideas más dis­
suerte que no le espere más que una tintas de la potencia, no estará fue­
pura nada, en lugar de ponerse en ra de lugar ni será inútil adquirir
l a situación de un hombre de bien, un más exacto conocimiento de lo
que no tiene que temer más que la que se llama acción. Ya he dicho
nada y que puede esperar una feli­ al comiedzo de nuestro discurso so­
cidad eterna? He rehuido hablar de bre la potencia que no hay más que
la certidumbre o de la probabilidad dos clases de acción de que poda­
del estado por venir p"orque no ten­ mos tener alguna idea; a saber: el
go otro propósito aquí, que mostrar . movimiento y el pensamiento.
el falso juicio de que cada uno se TEo.-Yo creo que nos podríamos
debe reconocer culpable segú_n sus servir de una palabra más general
propios principios. qu� la de pensamiento; es decir: la
de percepción, no atribuyendo el
. �Eo.-Los malos están muy prD'­ pensamiento más que a los espíritus
p1c1os a creer que la ótra vida es
imposible. Pero no tienen otro ar­ mientras que la percepción pertene­
gumento que el de que nos tenemos ce a todas las entelequias.10 Pero
que limitar a lo que se sabe por no quiero, sin embargo, negar a na­
los sentidos, y que no conocen a die la libertad de, tomar el término
nadie que haya vuelto del otro mun­ "pensamiento" en la misma genera­
do. Hubo un tiempo en que por lidad. Y yo mismo lo habré hecho,
esta misma razón se rechazaba la alguna vez; sin reparar en ello.
existencia de los antípodas, cuando FIL ..:..._Aunque demos a ·esas dos
no se. quería adaptar· 1as matemáti­ cosas el nombre de acción, veremos,
cas a las nociones populares, que s�n embargo, que no siempre les con­
es lo que sucede hoy cuando se nie­ viene exactamente y que hay casos
ga la otra vida porque no se quiere en que les conviene mejor el de
unir la verdadera métafísicá a las pasiones. Pues en estos casos la· sus­
nociones - de la imaginación. Pues hay tancia en que se encuentra el movi­
tres grados de ·nociones o ideas; a miento o el pensamiento recibe pu­
saber: nociones populares, matemá­ ramente de fuera la impresión por
tipas y metafísicas• .Las primeras no la cual la acción le es comunicada,
bastan para hacer creer en los antí­ v no· obra más que por la mera
podas;. las primeras y las segundas cr.pacidad que tiene de recibir esta
no -bastan tampoco para hacer creer impresión, lo cual no es más que
en otro mundo. _ Es verdad que su­ una potencia pasiva. Algunas veces
ministran ya conjeturas favorables; la sustancia o el agente se pone en
pero si las segundas. estableciesen acción por su- propio poder, y ahí
ciertamente los antípodas antes de hay propiamente · una potencia ac-
la experiencia que ahora tenemos tiva. _
(no hablo de los habitantes, sino TEo.-Ya he dicho que en rigor
del sitio, por lo menos, que el cono-' metafísico, si tomamos la ac\:ión por
cimiento de la redondez de la tie­ lo que le sucede a la sustancia es­
rra les asignaba entre los geóg,afos pontáneamente y de su propio fon­
y los· astrónomos), fas últimas no do, todo lo . que realmente es una
dan menos certidumbre sobre otra sustancia no hace sinq obrar, pues
vida desde el presente y antes de no es posible que una sustancia crea-
poder ha�rlo visto. 10 Las entelequias para Leibniz son
§ 72. FIL.::....Volvamcis ahora a la las sustancias activas o mónadas; no les
potencia, que es propiamente el da el sentido que les da Arist6teles.
asunto general de este . capítulo, no P. J.
170 LEIBNIZ
da tenga influjo· sobre otra.· -Pero to­ tracción de las· reflexiones y de los
mando la acción por un _ ejercicio cambios .internos. que. acompañan
de la perfección, y la pasión por lo siempre a la imagen reci!Jida, · pues
contrario, no habrá acción en . las la expresión que hay en el alma es
verdaderas sustancias sino cuando su como la de un espejo vivo; pero el
percepción (pues yo la concedo a pode_r que tenemos de recordar ideas
todas) :se desarrolla y se hace más ausentes a nuestro capricho y de
confusa; de suerte que en las- sus­ comparar las que creemos oportuno,
tancias capaces de placer o de do­ es verdaderamente un poder ac-
lor, toda acción es un encaminarse tivo.
al placer y toda pasión un encami­ TEo.-Esto· está de ·acuerdo con
narse al dolor. En cuanto· al movi­ las nociones que yo acabo de dar,
miento, no es más que un fenómeno pues hay en esto _un paso a un es­
real, porque la materia y la masa tado más perfecto. _Sin embargo, yo
. a la cual perténece el movimiento creería que hay también acción en
no es propiamente una sustancia. Sin las sensaciones en cuanto éstas nos
embargo, en el movimiento hay una. proporcionan .percepciones más dis­
imagen de acción, como hay una ima­ tintas,· y la ocasión; por consiguien­
gen de_ la sustancia en la masa; y en te, de hacer observaciones y, por
e ste respecto sé puede decir que el decirlo así, de desarrollarn,os.
cuerpo obra cuando hay espontanei­ § 73. FIL-Entonces creo que las
dad en· su cambio y que· sufre cuan­ ideas primitivas· y. originales se . po­
do es impulsado o · detenido pcir drán reducir a -este pequeño núme­
otro; como en la verdadera acción ro: la extensión, la solidez y la mo­
o pasión d� una verdadera sustan­ vilidad (es· decir, potencia pasiva, o
cia se puede tomar por su acción, . bien capacidad de ser, movido), que -
y atribuírsele a ella misma, el cam­ nos llegan por los sentidos; y lue­
bio ·por el que tiende a su perfec­ go, la . perceptividad y la motividad
ción. Y del mismo modo se puede (potencia activa o facultad de mo­
tomar pór pasión, y atribuirlo a una· ver) que llegan al espíritu por la
causa extraña, el cambio por el cual vía de la reflexión, y, en fin, la exis­
le sucede lo contrario, aunque esta tencia, la duración y el número, que
causa no sea inmediata; porque, en nos llegan por las dos vías de sen-.
el primer caso, la sustancia misma, . sación y reflexión; pues con· estas
y en "el segundo las· cosas extrañas, ideas podríamos explicar, si no me
sirven para explicar este cambio de engaño, · la • naturaleza de los colo­
una manera inteligible. Yo rio doy res, de los sonidos, de los gustos
ál_ cuerpo más que una imagen de y de todas las demás - ideas qüe te­
l_a sustancia y de la acción, porque nemos, si nuestras facultades fuesen
lo qtie está compuesto de partes no bastante sutiles, para percibir los di­
podría pasar, µablando exactamente, ferentes . movimientos de los peque­
por una sustancia no más que un: ños cuerpos que producen esas sen°
rebaño; _sin embargo, se puede decir saciones..
que hay algo de sustancial, cuya TEo.-A decir verdad, . creo que
unidad, que lo constituye como un esas ideas que aquí llamamos origi­
ser 'viene del pensamiento. nales y primitivas no lo son entera­
F1L.-Yo había creído que la po­ mente la mayor parte de ellas,· sien4o
tencia _de r�cibir idea� o pensamien­ susceptibles, a mi juicio, de una re­
tos por la operación de alguna sus­ solución ulterior; sjn embargo, no
t1,1ncia extraña se llamaba potencia os censuro · que os hayáis limitado
de pensar, . aunque. en · el forido no a ellas y no haber llevado el aná­
sea más que una potencia pasiva o lisis más lejos. Por lo demás, creo
una simple capacidad, haciendo abs- que si ·es. verdad que. su número po�
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 171

dría ser- reducido por este medio, que se' las distingue de las ideas
podría también ser aumentado aña-· complejas de . las sustancias. .
diendo otras ideas más ,originales o TEo.-Para entender bien esto es
tl\llto. Por lo que se refiere a su or­ preciso recordar vuestras divisiones
den ación, creería, según el orden del anteriores. Para vos, las ideas son
análisis, la existencia anterior a las �imples o com_plejas;, Las comple­
otras, el número a la-: extensión,• la .1as son sustancias, modos .o relacio­
duración a la motilidad o movili­ nes. Los modos son o simples (com­
dad; aunque este orden analítico no puestos de ideas simples de la misma
sea ordinariamente el de las ocasio­ especie) o mixtos. Así, según vos,
nes que nos hacen pensar en ellas'. hay ideas simples, ideas de modos,
Los sentidos nos suministran la ma­ tanto simples como mixtos, ideas de
teria de las reflexiones, y no pensa­ sustancias e ideas de relaciones. Qui­
ríamos tampoco en los pénsamientos­ zá pudiéramos dividir los términos
si no pensásemos en. otra cosa;. es O, los objetos de las ideas en .abs­
decir,· en las particularidades que tractos· y concretos;_ los abstractos, en
los sentidos nos suministran. Y .estoy absolutos y en_ los que expresan re�
convencido ·..de que . las almas y los Iaciones; los. absolutos, en atr:ibutos
espíritus creados no. están· ntll)ca. sin y. en modificaciones; los unos y los
órganos .ni· sensaciones, como de que otros, en simples y compuestos;. los
no. podrían razonar· sin caracteres. concretos, en s1,1stancias y en cosas
Los .que· han querido mantener una sustanciales, compuestas o resultan­
entera séparación y maneras . de pen-. tes I de, las sustancias verdaderas y
sar · en.. el alma separada,· inexplica­ rdmples. . ·. . .
bles para todo lo que conocemos, y § 2. FIL ..:....El espíritu es pu�a�
alejadas no · solamente de nuestras mente. pasivo respecto . de sus ideas
experiencias presentes, sino lo · qu� simples, las .cuales recibe según'. la
es más, del .orden general de las co-­ sensación y la reflexión se las pre­
sas, -.han dado . demasiado. prenda a sentan. Pero con frecuencia obra
los pretendidos espíritus fuertes . y por sí mismÓ respecto :de los modos
han hecho sospechosas a muchos las . mixtos, pues puede combinar las
más hermosas y más grandes verda­ ideas -simples formando ideas com-_
des, llegando hasta privarse por este plejas, sin consider� si. existen. así
camino de algunos medios pr9barlas reunidas en la . naturaleza. Por eso
que ese orden nos suministra. se da a esta clase de ideas el nom­
bre de noción.
· TEo.-Pero la reflexión, que hace
- ' CAPÍTULO XXII pensar en las ideas simples, es tam•
bién muchas veces·voluntaria, y ade­
.... • .. .

De los modos. mixtos más, las combinaciones que la natu,,


raleza no ha hecho .se pueden for7-
§ 1. FIL..:....Pasemos. a los modos mar el) . nosotros,- cuma por sí mis­
mixtos. Yo los distingo ·de los m�. mas en los sueños y las fantasías,
dos más. simples, que no están com­ sólo-.por la memoria, sin que el es-
puestos más que de ideas simples . píritu tome m¡1yor parte que en las
de la mismá especie; Por otra parte, ideas simples. Por lo que se refiere
los modos mixtos son combinacio­ a la palabra noción, mµchos lá apli­
nes de ideas simples que no son can a tod¡i clase .de ideas o con_cep­
considerados como notas caracterís­ tos, a los.originales tanto como a los
ticas de -�ingún ser real que· tenga derivados. .
una éxistencia fija, sino como ideas § 4. F1L.-La nota de varias ideas
separadas .e independientes que el combinadas en • una sola es el nom­
espíritu une, y por• esto es por lo bre.
172 LEIBNIZ
Tl!o.-Eso ha de entenderse, cuan­ minos afectos a fas . acciones que
do puedan ser combinadas, lo que nunca hemos visto.
muchas veces ilo sucede'. TEo.-También 1as adqftirimos so­
FIL.-El acto de matar a un an• ñando o fantaseando, sin que la com­
dano no tiene nombre propio como binación sea voluntaria; por ejem­
el parricidio, por Jo que no pode­ plo, cuando vemos en. sueño pala­
mos considerarle como una idea cios de oro sin haber antes pensado
con1pleja. en ellos.
TEo.-La razón de por qué mntar § 10. FIL.-Las ideas simples que
a . un anciano no tiene nombre es han sido más modificadas son las
que las leyes no le aplican una san­ de pensamiento, movimiento y po­
ción particular, por lo que tal nom­ tencia, de donde pensamos que las
bre tendría poca utilidad. Sin em­ acciones emanan; pues la gran ocu­
bargo, las ideas no dependen de los pación del género humano es la ac­
nombres. Un autor moralista que in­ ción. Todas -1as acciones son o pen­
ventase un nombre para dicho cri­ samientos o movimientos. El poder
men y tratase de él en un capítulo o aptitud de un hombre para hacer
expreso de la gerontofonía, ·demos-· una cosa constituye la idea, que lla­
trando nuestros deberes para con mamos hábito cuando lo hemos ad­
los ancianos y la barbarie que supo­ quirido ,a fuerza de realizarla; y
ne el no perdonarlos, no nos daría cuando se puede reducirla a acto en
con ello una idea nueva. cualquier ocasiqn ,que se presen�e.
§ 6. F1L.-Siempre .es verdad que la llamamos disposición. Así, la ter­
las costumbres y los usos . de una nura es una disposición para la amis-
acción, al hacer combinaciones que tad o el amor. .
le son familiares, crea en cada len­ TEo.-Por ternura entenderéis, a
gua términos particulares que nun­ lo que yo creo, el corazón tierno;
ca podríamos traducir literalmente: O(:ro me parece que se considera la
. Así, el ostracismo entre los griegos ternura como una cualidad que se
y la proscripción entre los romanos muestt·a amando, que hace al amante
son palabras que las demás lenguas mtiy sensible a los bienes y males
no pueden expresar por palabras del objeto amado; a esto es a lo
equivalentes. Por esto, el cambio d� que me parece tender la "Carie du
costumbres crea también palabras Tendre" en la excelente novela "Cle­
nuevas. lia".1 Y como las personas caritati­
Tr,o.-El acaso tiene también aquí vas aman. a su prójimo con un cier­
su parte, pues los franceses se sir­ to grado de ternura, son sensibles
ven de los caballos tanto como otros a los bienes y a los males ajenos,
nueblos vecinos; sin embargo, ha­ v generalmente los que tienen el co­
biendo abandonado su antiguo pala­ razón tierno tienen cierta disposi­
bra que ¡;orrespondía al cava/car de ción a amar con- ternura.
los italianos, se limitan a emplear FIL.-La audacia es el poder ha­
la perífrasis al/er a cheval. cer o decir, delante de los demás,
§ 9. FiL.-Nosotros adquirimos lo, que. se quiere, sin /iesconcertarse;
las idel!s de los modos mixtos por confianza por lo que en. relación con
la observación, como cuando vemcs esta última parte, que se refiere al
luchar a dos hombres; las adquiri­ discurso, tenía un nombre entre los
mos también por invc'lción ro reu­ griegos.
nión· voluntaria de ideas simples) ; TEo.-Haríamos bien aplicando
así, el que inventó la inmrent11 t�nía una palabra a esta noción que aquí
su idea antes de que este arte exis­ denominamos audacia, pero que se
tiese. Las· adquirimos también, por
úlimo, por la explicación de los tér- 1 Novela de Mme. de Scudéry.
• 1 /

NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 173

expresa generalmente de otro mo­ las escuel¡is. Yo no sé si se puede


do, como cuando se decía Carlos decir que el mismo ser es llamado
el Temerario. No desconcertarse · es acción en el agente, y · pasión en el
una virtud del espíritu, de que los paciente, encontrándose así en -dos
malvados abusan cuando llegan a sujetos a la vez como relación, o si
la imprudencia; como la vergüenza no es preferible· decir que son dos·
es una debilidad, pero que es excu­ seres, uno 'en el agente y otro en
sable y hasta loable en ciertas oca­ el paciente.
siones. En cuanto a la parrhesia, qúe FIL.-Varias palabras que pare­
quizá es la palabra griega a que cen expresar alguna acción no sig­
hacíais alusión, se atribuye también nifican más que la causa y el efec­
a los escritores que dicen la verdad to, como la creación y la aniquila­
sin temor, aunque entonces, al no ción no encierran ninguna idea de
hablar delante de gentes, no tengan la acción o de la manera, sino sim­
motivo para desconcertarse. · plemente de la causa y de la cosa
§ 11. FIL.--Como la potencia es que es producida.
la fuente de donde proceden todas TEo.-Confieso que al pensar en
las acciones, se da el nombre de la creación no se concibe una ma­
causa a las sustancias en que estas nera de obrar capaz .de algún deta­
potencias residen cuando reducen lle que ni siquiera podría tener lu­
. su potencia a acto, y se llama efec­ gar; pero puesto que se expresa algo
tos a las sustancias producidas por más que Dios y el mundo (pues se
este medio, · o más bien a las ideas piensa que Dios es la causa y el
simples (es decir, a los objetos_ de · mundo el efecto, o bien que Dios
las ideas simples), que, por él ejer­ ha producido el mundo), es claro
cicio de la potencia, soil introduci­ que se piensa también en la acción.
das en un sujeto. Así, la eficacia por
la cual una nueva sustancia. o idea
(cualidad) es producida se llama CAPÍTULO XXIII
acción en el sujeto que ejerce este ·
poder, y pasión en el sujeto en que De nuestras ideas complejas de
algu na idea (cualidad) simple es al­ las sustancias
terada o producida.
TEo:-Si la potencia 'es tomada § 1. FIL.-El espíritu advierte que
. por fuente de acción, · expresa algo cierto número de ideas simples vaQ
más que una aptitud o facilidad, constantemente juntas, y siendo con­
· que es cqmo hemos explicado la po­ s�deradas como pertenecientes a una ·
tencia en el capítulo precedente, pues sola cosa, son designadas con un·
comprende también la tendencia, co­ solo nombre cuando están reunidas
nio ya lo he hecho notar . más de en un solo objeto. De aquí proviene
una vez. Por ello, en este sentido, que, aunque se trate de un verda­
tengo. costumbre de aplicarle el n?JI!· dero conjunto de varias ideas, lue­
bre de entelequia, que, o es pnnu­ . go nos sentimos inclinados por inad­
tiva y responde al alma tomada· por vertencia a hablar de ellas como si
una cosa abstracta, o derivativa, tal fueran una sola idea simple.
como se concibe en el conatus y en · TEo._:_Yo no veo nada, en las ex-·
el vigor o impetuosidad. El término presiones admitidas, que merezca ser
de causa no es entendido aquí más tachado de inadvertencia, y aunque
que de la· causa eficiente; pero se se reconozca· un sólo sujeto y una
entiende ftlmbién de la final o del sola idea; ·no se reconoce una sola
·motivo, para no hablar aquí de la idea simple.
materia y de la forma, que también FIL....:...No pudiendo imaginar có­
se llam!lll causas, en el lenguaje de mo esas ideas simples pueden sub-
7 .r
J -

174 LEIBNIZ
si�tir por sí . mismas, nos acostum- gunta qué es una_ cosa que les es
bramas a suponer algun1;1 cosa que desconocida, responden a capricho, ·
las sostiene (substratum) en donde y · se queclan tan satisfech8s. Dicen:
ellas subsisten y de donde_ ellas re- que es una cosa; peró que emplea­
sul.tan, y a lo que para est� •efecto da de tal modo, significa que no:
damos el nombre de sustancia. . • . saben lo que es. ·
TEo.-Creó que hay razón para T.llo.-Al distinguir dos cosas· en .
pensar así, y no tenemos que hacer la sustancia, los atributos o predi­
más que acostumbramos a· ello o su- cados y el sujeto común de estos
ponerlo, porque al principio conce- predica,µos, no es maravilla que nó
bimos · muchos predicados de un · se pueda concebir nada de particu- ·
mismo sujeto, y esas palabras meta- lar en este sujeto.. Y así tiene ·qué.
fórié:as dé sostén o_ substratum_ no ser,. p�esto que se han i¡eparado to- ·
significan más que eso; de suerte dos los atribµtos en los que se po­
que no veo por qué se suscitan difi- dría concebir algún detalle. Así, pe­
cultades. Por el contrario, n�ás b�e!1 dir alguna cosa más en ese puro . -

es. �l concretum,. como sabio, cali- sujeto en general de. lo que hace :
do, luminoso, }o_que acude a !1ues- falta para pensar que es la misma
1

tro . espíritu; y ..no las abstracciones cosa (por �jemplo, ;quien :.entjende
o · cualidades (pues ellos son el ob- y quiere, quien imagina y razona),
jeto sustancial y no las _ideas), como . es pedir lo imposible e ir contra el
saber, calor, luz, ·etc., que son mu� · propjo supuesto que ·hemos hecho.
ch o más difíciles de comprender_. · al abstraer y al concebir separada­
Hasta se puede dudar si est9s acci- . mente--el sujeto y sus �ualidades o
dentes so_n seres verdaderos, como . · accidentes. La misma supuesta difh
en efecto no lo son, sino relaciones . culta� podríamos aplicarla a 1a no-.
frecuentemente; Se sabe también que · ción. del ser y a todo lo que hay más
las abstracciones son las. que crean claro y más primitivo, pues. se po­
más dificultades cuando �e las quie- dría pregunt_ar a los filósofos qué
re concretar, como saben aquellos es lo que entienden: por 'el puro ser
que conocen las sutilezas de los es- en general, pues _al excluir todo. de­
colásticos, en las cuales . aquello que talle por �ste procedimiento ·ten­
hay más espinoso cáe de golpe si se · drían tan poco que· . decir · como
quiere desterrar a los seres abstrae- cuando se les pregunta qué es · la
tos; y nos resolvemos a no hablar pura. sustancia en general. Así, yo
ordinariamente más que-por concre:. creo que· los fil6-sofos no merecen
tos y ·a no admitir otros términos eri ser ridiculizados, como se hace con .
las demostraciones de las ciencias · este mqthro, comparándolos
l
a un ·
que, aquellos que representan suje- filósofo. indió, a que le preguntaban .
tos sustanciales. Así, pues, tomar las qué era lo que sostenía .a la tierra,
cuálidades . u otros términos abstrae- a lo que · él respondía que un gran ·
tos pOr lo más fácil y los concretos . elefante; y luege>, cuando se le pre­
por alguna cosa más difícil, es no- guntab? · quién sostenía al .elefante,
dum quarere in scirpo, si se me per- respondía que· una gran tortuga, y,
mite hablar· así, y tomar el rábano en fin, cuando se le apremiaba a
- por las hojas. · ·· · que dijese en dónde se apoyaba la
§ 2. FIL.-'-Generalmente,. de la pu- tortuga, s_e veía. en la necesidad de
ra sustancia no se tiene otra noción contestar que en una cósa que no
que la de yo no sé qué sujeto que sabía lo que era. Sin embargo, está
nos es completamente· desconocido,
l consideración de · la sustancia, por
y que suponemos ser e · sostén de insignifican'te que parezca; no es tan
las cualidades. Habllllllos · como ni- vacía- y estéril como se piensa. De
ños a quiene_s no bien . se les. pre- ella nacen muchas consecuencias de
NUEVO TRATADO SOBRE EL EN'fENDIMIEN'fO HUMANO 175

las más importantes en filosofía, y estado muy superior al estado ac- ·


que son capaces de darla_ una nue- tual, y aun podríamos llegar al es­
va faz. · · ta�o infinito, pues no hay elemen-
§ 4. FÍ L.-No tenemos ninguna tos en la naturaleza corporal. Si
idea clara de la sustancia en gene- hubiese átomos, como · el autor pa­
ra!, y (§ 5) tenemos 11na idea· tan rece creerlo en otro lugar, el cono­
clara del espíritu como del cuerpo, · cimiento perfecto del _cuerpo no po­
pues la idea de una sustancia cor- dría estar fuera del alcance de todo
poral en la materia está tan alejada ser finito. Por lo demás, si algunos
de núestras concepciones como la colores o cualidades desapareciesen -
de una sustancia espiritual. Poco a nuestros ojos mejor dispuestos o
más o menos es com() aquel doctor más penetrantes, nacerían aparente-·
en derecho a · quien el promotor le mente otras, y sería preciso un acre­
gritaba en· e. l solemne acto que di- centamiento nuevo de ·nuestra pers­
jera utriusque: "Tenéis razón, caba- ¡:,icacia para hacerlas desaparecer
llera, pues sabéis tanto del uno co- también, lo que podría llegar hasta
mo del· otro." · el infiµito, como la división actual
TEo.-Por mi parte, yo creo que de la materia llega efectivamente.
esta Opinión de nuestra ignorancia § 13. FIL.-Yo no sé si una de las
viene de que se pide un.a fonna de grandes ventajas que algunos espJri­
conocimiento que él sujeto no to- tus tienen sobre nosotros no consis­
lera. La verdadera nota de una no- · te en que puederi formarse por sí
ci9n clara y · distinta de· ún objeto mismos órganos · de sensación qué
es· el medio que tenemós de cono- convengan justamente ·a• su designio
cer muchás verdades acerca de él actual. \
por pruebas a priori; como ya de� TEo.--Ásí lo hacemos· construyen�
mostré en un discurso sobre las ver� clo microscopios; pero otras criatu�
dades y las ideas, que consta en las ras podrán ir más lejos. Y si pudié­
Actás de Leipzig del año 1684. . semos transformar nuestros mismos
§ 12. FI L.;.,....si nuestros sentidos · ojos, 10· que hacemos en cierta ma�
fuesen bastante penetrantes, las cua- nera cuando queremos ver de cerca
lidades sensibles, por ejemplo, el co- o de lejos, ·sería preciso · que tuvié­
Ior amarillo del oro,. desaparecedan, semos algo más propio para . noso­
y en su lugar veríamos· cierta admi- tras que ellos para formarlos por
rable. contextura de las partes. Esto f!U medio, pues es preciso que todo
aparece evidente por los microsco- se hagá mecánicamente, porque · el
pios.. Este conocimiento presente espíritu no podría ·operar inmediata�
conviene al estado en que nos en- mente sobre los cuerpos, Por lo - de­
contramos. Un conocimiento perfec- más, soy de parecer que los genios
to de las cosas qué •. nos rodean está perciben las cosas de una manera
quizá por encima · del alcance de que· tiene alguna relación · _con la
todo ser finito. Nuestras facultades nuestra, aun cuando tuvieran la di­
bastan -para hacemos conocer al chosa ventaja que el imaginativo
Creador y para instruirnos en nues- · Cyrano atribuye a algunas· natura­
tros · deberes. Si nuestros sentidos. se lezas _animadas· en el sol, compue�
hiciesen múcho· más finos, tal cam� tas de una infinidad de pequeños
bio. se haría incomp"átible con nues- volátiles que, tran,sformándose se­
tra naturaleza. . . . . gún el mandato del alma dominante,
-TEo.-Todo eso: es verdad, y .ya forman toda cláse de cuerpos. No
he dicho .il�o ·de esto; Sin embargo, hay 'nada, por JDaravilloso qu� seá,
el c?lor amarillo 110 dej� �e ser una que el_ mecanismo de �!1 . natµraleza
· realidad como el· arco ms; y apa- no sea cap¡¡.z _d� 1>roduc1r, y yo creo
rentemente estamos destinados a un que los sabios Padres· de · la Iglesia
/

176 - LEIBNIZ
han tenido razón para atribuir cuer­ separación se efectuaría sin movi­
pos a los ángeles. miento. Pero yo creo que piensa y
§ 51. FIL.-:Las ideas de pensar siente siempre, que va •s�pre uni­
y de mover los cuerpos que encon­ da a algún cuerpo y aun que no
ti;amos ·en la edad del espíritu pue­ abandona nunca 'ni enteramente el 1
l
den ser concebidas tan clara y dis­ cuerpo al que está unida. ,
tintamente como las de la extensión, § · 21. FIL....:.y si alguno dijere
la solidez y la movilidad que en­ que los espíritus no están in.., loco
contramos en la materia. sed in aliquo ubi, no creo que hoy
TEo.-Por lo que t,e refiere a la tenga gran _ imporfancia esta manera
idea del pensamiento, estoy confor­ de hablar. Pero si alguien cree que
me; pero no respecto de la idea del puede recibir un sentido razonable,
movimiento de los cuerpos, pues, le rogaría que se 'expresase en ·un
según · .- nii sistema de la ar�onía lenguaje inteligible y que sacase de
preestablecida, los cuerpos están he­ él, luego, una razón - que mostrase
chos de manera _que una vez en mo- que los espíritus no son capaces de
-· vimiento continúan- por 'SÍ mismos, movimiento.
según lo exigen los. actos del espí- TEO.-Las .escuelas reconocen tres
- rit_u. Esta hipótesis es inteligible; la clases de ubiedad o de maneras de
otra, no. - · , existir en alguna parte.· La primera
FIL.�ada acto de sensación nos se llama. circunscriptiva, y se atri­
hace igualmente considerar las cosas buye a los cuerpos que están en el
corporales y espirituales, pues en ·el espacio, los cuales están allí puncta­
tiempo en que fa vista y el oído me tim, de suerte que. son medidos se­
hacen conocer que hay algún ser gún se pueden asignár puntos en
corporal fuera de mí, sé de una ma­ Ia cosa situada, correspondientes a
ne.ta aún más cierta que hay dentro los puntos· del espacio. La segunda
de mí algún ser espiritual que ve es la definitiva, en la que. se puede
y oye., · ·__ definir, es decir, determinar que la
TEo.-Eso está · muy bien dicho, cosa· situada está · en tal o cual es­
y es mucha verdad que la existenciá pacio, sin poder asignar puntos pre­
del esp_íritu . es_ más cierta que la de cisos o lugares propios· exclusiva­
lós objetos sensibles. mente a lo que allí está; así es como
§ 19. _FIL.-Los espíritus, como se ha juzgado que el alma · está en
los cuerpos;· no podrían obrar. más el cuerpo; no creyendo que sea po­
que allí .donde están en diversos sible asignar un punto preciso en
tiempos y lugares; así, pues, no ten­ donde esté el alma o algo del alma,
go más remedio que atribuir el cam­ sin estar en otro punto. Todavía
bio de lugar a todos los espíritus hay muchas personas de saber que
finitos. - . _ · juzgan de este modo. Es verdad que
TEo.-Y creo que con razón, pues Descartes ha querido asignar lími­
el lugar no es más que un orden de tes más estrechos al alma, aloján­
coexistencias. dola precisamente en la glándula
FIL.-Basta con reflexionar sÓbre pineal.1 Sin embargo, no se atrevió
la separación del alma y el cuerpo a· decir que esté particularmente en
por la muerte para estar convencido cierto punto de esta g\ándula, con
del movimiento del alma. lo cilal no· salimos- ganando nada,
TEo.-El alma podría dejar de pues es lo mismo que cuando se le
operar en .este cuerpo visible; y si asignaba todo el cuerpo por prisión
pudiese dejar de pensar completa­ o lugar. Yo creo que lo que se dice
mente, como el autor sostiene, po­
dría ser separada de un cuerpo para l Traité des passions, primera parte,
- unirse a otro, y de este modo su § 31.
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO' 177

de las almas se debe decir también la cual procede de los movimientos


de los ángeles, que el gran Doctor en cuanto Son conspirantes y deben
nacido en Aquino 2 creyó que no ser perturbadas por la separación,
estaban en algún . lugar sino por lo que no se puede hacer sin algu­
operación, la cual, a mi juicio, no na violencia y resistencia. Por lo
es inmediata y se reduce a· la armo­ demás, la naturaleza de la percep­
nía preestablecida.· La tercera ubie­ ción, y luego del pensamiento, sumi­
dad es la repletiva que se .atribuye nistra una noción de las más origi­
a Dios, que llena todo el universo .nales. Sin embargo, creo que la doc­
aún más eminentemente que los es­ trina de las unidades sustanciales o
píritus llenan· 10s cuerpos, pues obra mónadas lo esclarecería mucho.
inmediatamente sobre todas las cria­ FJL.-Por fo que se refiere a la
turas, produciéndolas continuamen­ cohesión, muchos la explican por las
te, mientras que los espíritus finitos superficies, por las cuales dos cuer­
no pueden ejercer ninguna influen­ pos se tocan, y que un ambiente (por
cia u operación inmediata. Yo no ejemplo, el aire) oprime una contra
sé si esta doctrina de las escuelas otra. Es verdad que la presión (§ 24)
merece que se la ponga en ridículo, . de un ambiente puede impedir que
como hay muchos que tratan de ha­ dos superficies pulimentadas se ale­
cerlo. Sin embargo, siempre podría­ jen la una de la otra en línea per­
mos atribuir una especie de movi­ pendicular a ellas; pero no podría
miento . a las almas, por 1o menos impedir que fueran separadas por
con reláción a los cuerpos con los un movimiento paralelo a estas su­
cuales están unidos o con · relación perficies. Por esto, si no hubiese
a su clase de percepción. otra causa de la cohesión de los
§ 23. FIL.-Si alguno dijese que cuerpos, fácil sería separar todas sus
no sabe cómo , piensa; replicar!a yo· partes, haciéndolas resbalar lateral­
que tampoco sabe cómo las partes mente, tomando. el plano que se
sólid1;1s del cuerpo están unidas pa­ quisiese que cortase alguna masa de
ra formar un todo extenso. materia.
TEo.-Es bastante difícil explicar · Tno.-Sí; sin duda, si todas las
· la cohesión; pero esta cohesión de partes lisas, aplicadas la •una a - la
. otra, estuvieran en un mismo plano
las 'partes· no parece neces1;1ria para
constituir un todo extenso, puesto o en planos paralelos; pero no· pu­
que se puede decir que la materia diendo ser esto así, es evidente que
perfectamene · sutil y. fluida compone al 'tratar de hacer resbalar los unos
una extensión, sin que h1s partes es- se actuaría, por el contrario, sobre
. tén ligadas las unas _a las otras. Mas, otros en número infinito, cuyo pla-. \

para decir la verdad, creo que la no formara ángulo con el primero,


fluidez perfecta no conviene más que pues es preciso no olvidar que cues­
a la materia primitiva; es decir, en ta trabajo separar las dos superfi­
abstracción y como una cualidad cies coincidentes, no sólo cuando la
original, lo mismo. qüe el reposo; dirección del movimiento de sepa­
pero no a la ·materia segunda, tal ración es perpendicular sino tam­
como se encuentra efectivamente, re­ bién cuando es oblicuo a las super­
vestida de sus cualidades derivati­ ficies. De esta manera se puede ad­
vas, pues yo creo que no hay masa mitir que los cuerpos · poliédricos
que posea la última sutileza y que · que la naturaleza forma en las mi­
hay más o menos ligazón en todo,
••
nas y en otras partes consisten en·
capas foliáceas, aplicadas las unas
2 Santo Tomás, S�mma theologiae, a las otras en todos sentidos. Sin
I quaest 76, y De unitate intellectus embargo, confieso que la presión
contra Averroistas. del ambiente sobre superficies pla-

-- , '
/

178 LEIBNIZ

nas, aplicadas las unas a las otras, de los accidentes sin sujeto, de los
. no basta para explicar el funda­ escolásticos, que· sin embargo tienen
mento de la cohesión, pues se supo­ cuidado de no atribtiir•sino · a la
ne tácitamente que estas tablas,· apli­ acción milagrosa · de la omnipoten­
cadas las una,s a las otras, poseen cia divina, mientras que - aquí ese
ya la cohesión. · paso sería ordinario. · Ya he dicho
§ 27. FIL.-Yo · creía que la ex­ más arriba· (cap. XXI, § 4) algo so�
iensión del cuerpo no era otra cosa· bre esto, y allí hice también notar
que la cohesión de las partes SÓ· que no es verdad que el cuerpo
lidas. pierda tanto movimiento como co­

f
TEO.-Eso ·nci me parece convenir munica a otro; esto se piensa como
con vuestras ·· explicaciones anterio­ si el movimiento fuera algo sustan­
res. Creo que un cuerpo en el cual cial y pareciese sal disuelta en el '·
hay movimientos internos, o cuyas agua, comparación.13 Añadiré aquí
partes están en disposición de sepa­ que este no es el caso más frecueri­
rarse las unas de las otras (como te, pues -he demostrado en otra par-•
creo que se hace siempre) , no deja te que la misma cantidad de movi­
de ser extenso. Así, la noción de la miento se conserva solamente cuan­
extensión me parece completamente do los doii cuerpos que chocan van
distinta de la de la cohesión. en la misma dirección antes y des­
§ 28: F1L.-Otra · idea· que tenC-: pués del choque. Es cierto que las
mos del cuerpo_ es el poder comu­ verdaderas leyes del movimiento pro­
nicar el movimiento . por impulsión; vienen de una · causa superior a la .
materia. En cuanto ·a _la potencia de

-
y otra, que tenemos 'del alma, es
el poder dé producir movimiento producir un -movimiento por el pen­
por el· pensamiento. La experiencia ·samiento, no creo que tengamos nin­
nos suministra todos los días estas guna idea de ella; como tampoco te­
·dos ideas de· una manera evidente; nemos ninguna experiencia. Los mis­
pero si queremos "investigar más · a mos cartesianos confiesan que_ las
fondo cómo sucede esto, nos encon­ almas no podrían dar una fuerza
tramos igualmente en· las tinieblas, nueva a la materia; pero pretenden
pues respecto· de · la comunicación que le dan una nueva determina­
del movimiento por el ·cual un cuer­ ción o dirección de · la fuerza que
po pierde tanto movimiento · como ya tenía. Por mi parte, yo sostengo
recibe otro, que es el caso ordina­ que las almas no cambian nada. en
rio, no concebimos ·en ello otra. cosa la fuerza inconcebible como lo otro,
que un movimiento que pasa de un v que hay que servirs_e de la armo­
cuerpo a.otro cuerpo; lo que es, creo, ·nía preestablecida para explicar la
tan oscuro e inconcebible como la unión del alma y el cuerpo.
forma en que nuestro espíritu pone F1L.-¿No es cosa indigna de nues­
en movimiento o detiene nuestro tra investigación ver si _la potencia
cuerpo con el _ pensamiento. Aún es activa es el atributo propio de los
más difícil explicar el aumento de espíritus y la potencia pasiva la de
un movimiento por vía de impul­ los cuerpos? De donde se pQdría
sión, que se observa o que se . cree conjeturar que siendo los espíritus \..,..
ocurre en ciertas ocasiones. éreados activos y pasivos, no están
TEo ...:....No me extraña que· surjan totalmente separados _de la materia,
dificultades insuperables allí donde
parece suponer.se una- cosa tan in­ a Rohaut (1620-1675), célebre físico
de la escuela de Descartes. Su Traité
concebible como el paso de un ac­ de Phsique contiene una exposición po­
cidente de un sujeto a otro; pero pular de la física · cartesiana, que con'.
no veo nada que nos obligue a una tribuyó más- que ninguna otra a su di-
suposición· no menos extraña que· la vulgación. ·
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 179-
pues siendo el espíritu _puro, es _ de­ adquirir conciencia . de ellas, .y que
cir. Dios, solaniente activo, y la pu­ la del infinito no se forma por -una
ra materia simplemente pasiva, se extensión de las ideas finitas.
puede creer que. esos otros seres § 57; FIL.-La mayor parte de.
que son activos y pasivos a la vez las ideas · simples que componen
participen de lo uno. y de lo otro. nuestras. ideas complejas de las sus­
TEo.-Estos pensamientos con­ tancias no. son, bien mirado, más
cuerdan perfectamente con los míos que potencias, por inclinados que ·
y expresan mi opinión, siempre que estemos a tomarlas por cualidades
se emplee la palabra espíritu en un positivas. • · . .
sentido tan general qúe comprenda TI!o:-Yo creo . que las potencias
todas las almas, o mejor (para ha­ que. ·no son esenciales a las sustan-.
blar aún más generahpente) todas . cias, y que implican no sólo una
las entelequias o unidades sustan­ aptitucl; · sino cierta . tendencia, son
ciales que tienen analogía . con los justamente lo que. se entiencle o. se
espíritus. . · · · d"be entencler por cualida�es reales.
§ 31. F1L.-Yo desearía que se
me indicase,· en la noción que tene­
mos del espíritu, · alguna cosa más.. CAPfTuí.o XXIV
complicada o qué se acercase más
a la contradicción qué lo que con­ . De las ideas colectivas de· las ·
tiene la noción misma del cuerpo; . sustancias
me refiero a la divisibilidad · hasta·
el infinito. § 1. FIL.�Después d� las sus­
TEo.-Lo que aquí para hacer ver tancias simples, pasemos a los . agre­
que nosotros entendemos la natura­ gados; . ¿No es verdad .que la idea
leza del espíritu tanto o· mejor que del conjunto- <Je hombres que come.
la del cuerpo, es muy verdadero, y ponen un·. ejército . es una soJa i�ea
Frofuondas,4 que ha escrito un libro co�oJa de un hombre? .... ··
expresamente de· 'compositione con­ , TEo,�Hay razón para. decir que
tinui, · tuyo razón para· titularle La� este agregado (ens per aggregatio-,
\,. 1 byrinthus. Pero esto ·procede de una ·. nem, ·para hablar como Ja escuela) .
falta de idea qué sé suele tener de forma una sola idea,. aunque, pro..
la naturaleza. corporal, tanto como píamente hablando, . ese coniunto de
del espacio. · · ' ·· sustancias no forma verdaderamente: .
§ 33. La idea misma de Dios· una sustancia; Es un -. resultado .. al
nace en nósótros como las· demás, que . el alma,- por su percepción y
porque la idea compleja que tene­ pensamiento, da su última mano de,
mos de DiQs esgi. compuesta de las unidad. Sin embargo, en cierto mO:.-­
ideas simples que recibimos de la do ·se puede decir que es algo sus-­
reflexión y que entendemos por la . tancial: es decir ,- algo que.comprende.,
que·tenemos del· infinito. sustancias.
TEo.-Sobre este punto me refie­
ro a lo que ya he dicho en muchos
pasajes para hacer ver que todas es­ CAPÍTULO XXV
tas ideas, y particularmente la de
Dios. están en nosotros originaria­ De la r�lación
mente, y que no hacemos más que
4 Te61ogo de Lieja . (1587-1653). El li­
§ l. F1t.�uedan por enumerar­
bro se tituI,.Labyrinthus sive de com­ las idea:s de las relaciones que son·. /
positione cont?nui, Amberes (1631). las menores en .realidad. Cuando el
Publicó también un Tratad.o de Anima, espíritu considera una cosa· después.:
en tres libros. (N. del T.) de otra, se trata de una: !elaqión_ o,

¡___,e_______ -· -- - -
,-,

180 LEIBNIZ

referencia; y las denominaciones o partes claras y oscuras, la relación


términos relatiyos que de aquí na­ podrá estar fundada fln las claras.
cen son otros tantos signos que sir­ Pero si el elemento fo�al mismo
v�n para conducir nuestro pensa­ de la refaéión implicase el conoci­
miento más allá del objeto hacia miento de lo que hay de oscuro en
algo distinto de él, y estos dos tér­ el sujeto, participaría de esta oscu­
minos son llamados sujetos de la ridad.
relación (relata) .1 · § 10. F1L.-Los términos que con­
TEo.-Las relaciones y los órde­ ducen necesariamente el espíritu a

I
nes tienen algo del ente de razón, otras ideas que las que · se supone
aunque encuentren su fundamento existir realmente a la cosa a la cual
en las· cosas, pues puede decirse que el térniino o la palabra es aplica­
su realidad, como las de las verda­ ble, son relativos y los otros . son
des eternas y de las posibilidades, absolutos.
viene de la suprema razón. TEo.-Está bien añadido ese "ne­
§ ·S. FIL.-Sin embargo, puede cesariamente", y se podría agregar ·
haber un cambio de relación sin "expresamente" o "desde luego",
que . se opere ningún cambio en el pues se puede pensar en el negro,
sujeto. Ticio, a quien yo considero - por ejemplo, sin pensar en su cau­
hoy como padre, deja de serlo ma­ sa; pero es penilaneciendo en los
ñana, sin que se opere ningún cam­ límites· de un conocimiento que se
bio en él, y por sólo el hecho de presenta a primera vista y que es
· morir su hijo. confuso o bien distinto, pero . in­
TEo.-Eso se puede decir muy completo; el uno, cuando no- hay
bien respecto de las cosas que per­ resolución de la idea, y el otro,
cibimos, aunque en rigor metafísico cuando se la limita. En otras pala­
sea verdad que no hay denomina­ bras, no hay término _ tan absoluto
ción completamente exterior (deno­ v tan independiente que no impli­
minatio pure extrinseca), a causa que relaciones, y cuyo análisis no
de la conexión real de todas las conduzca a otras cosas y aun a to­
-cosas. das; de modo que se puede decir
§ 6. · F1L.-Sin embargo, hay ejem­ que los términos relativos marcan
plos de una relación entre ,varias · expresamente la relación que con­
cosas á la vez, como la del orden tienen. Yo opongo aquí lo absoluto
o la · de un árbol genealógico, que a lo relativo, •Y en otro sentido lo
expresan el rango y la conexión de he opuesto antes a lo limitado.
todos los ·términos o miembros; y
_ una figura, como la de un polígo­
no, implica la relación de todos sus CAPÍTULO XXVI
1ados.
§ 8. FIL.-También es bueno con­ De la causa y el e/ecto y de algrinás
siderar que las ideas de relaciones otras relaciones
son muchas veces más claras que
1as de las cosas que son sujeto de
1a relación. Así, la relación del pa­ § I, 2. FIL.-Causa. es lo que pro­
dre es más clara que la de hombre. duce alguna idea simple o comple­
TEo.-Pero es porque tal relación ja; y efecto es lo producido.
es tan general que puede convenir TEo.-Veo, señor, que entendéis
también a otras sustancias. Por lo frecuentemente por idea la realidad
demás, como un sujeto puede tener objetiva de la idea o la cualidad que
representa. No definís más que la
1 La palabra sujet se empleaba en­ cau$a eficiente, como ya indiqué más
tonces en la significación qué hoy arriba. Es preciso confesar que al
damos a objet. (N. del T.) decir que causa eficiente es lo que
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 181
produce y efecto, lo que es produ­
cido, n� nos servimos más ·que , de CAPÍTULO XXVII
sinónimos. Es verdad que os he 01do
decir, un poco más distintamente, Qué es identidad y diversidad
que causa es lo que hace que una
cosa comience a existir, aunque es­ § · 1. FIL.--:-Una idea relativa de
ta palabra "hace'.' deja intacta la las más importantes es la de iden­
principal dificultad. Pero esto lo ex­ tidad o diversidad. No encontramos
plicaremos m�jor en otra pa�te. jamás, ni podemos concebir que sea
F1L.-Refiriéndonos también a posible que dos cosas de la misma
otras relaciones, haré notar que hay especie existan en un mismo tiempo

j
ténninos. que se emplean para de­ y lugar. Por esto, cuando :pregun­
signar el tiempo y a los que se con­ tamos si una cosa es la misma o
sidera ·de ordinario como si no sig­ no, nos referimos siempre a una
nificaran más que ideas positivas, cosa que en un cierto tiempo exis­
que sin embargo son relativas, como te en un determinado lugar; de don­
1 - · amarillo, viejo, etc., pues implican
1 de -se sigue que una cosa no puede
1 una relación a la duración ordina­ tener dos comienzos de existencia,
ria de la sustancia a la cual se les ni dos cosas un solo comienzo con
atribuye. Así, un hol!lbre es llamado rela�ión al tiempo y al lugar.
joven a la edad de veinte , años, y . T1m.-Hace falta siempre que,
muy joven, a la de siete. Sin em­ además de la diferencia de tiempo
bargo, llamamos viejo a· un caballo y de lugar, haya un principio in-­
de veinte años y a un perro de terno de distinción, y aunque haya
siete. Pero no decimos que el sol muchas cosas de la misma· especie,
y , las estrellas. un rubí o un dia­ es; sin embargo, ·cierto que. no las.
mante sean viejos o jóvenes, porque hay nunca . perfectamente iguales;
no conocemos · los períoaos ordina­
rios de su duración (§ 5). Respecto así, aunque el tiempo Y. el lugar (�s
del lugar o de la extensión, es lo decir1 la relación exterior) nos sir­
mismo, como cuando se dice que ven para distingu ir las cosa� que
una cosa es alta o baja, grande o no distinguimos bien en sí rmsmas,
pequeña: Así, un caballo que sea las cosas no dejan de ser discuti­
grande .para un gato, pueqe parecer bles en sí. Por lo tanto, el tiempo
pequeño a un flamenco: cada uno y el lugar no �onstituyen 1!1 ese!lcia
piensa en los ·caballos que se crían propiamente �1cha de la identi�ad
en su país. y de la diversidad, aunque sea cier­
TEo.-Esas observaciones so� muy to que la diversidad de las cosas
va acompañada de_ la del tiempo "! ....
buenas. Es verdad que algunas ve­
ces nos alejamos un poco de este del lugar, porque estos traen consi­
sentido, como cuando ·decimos que go impresiones diferentes sobre la
una cosa es vieja al compararla, no cosa; por no decir que son más
con otra de su especie, sino con bien las cosas las que nos hacen
otras de especie diferente. Por ejem­ distinguir un lugar y un tiempo de
plo, decimos que elmundo o el sol otros, pues en sí mismos son perfec­
son muy viejos. Alguien preguntó tamente idénticos, y ni siquiera son
a Galileo si creía que el sol era sustancias o realidades completas.
eterno, y respondió: Eterno, no; ma La manera de distinguir que aquí
- ben antico. parecéis proponerme, como. única

•• en las cosas de· la -misma especie, ·


está fundada sobre el supuesto de
que la penetración es contraria a . la
naturaleza. Este supuesto es racio­
nal; pero la experiencia misma me

---- ----�
182 LEIBNIZ

hace ver que no es pertinente cuan­ creyó que sería fácil encontrarlas:
do se trata .de. distinción. Vemos, pero, por ·mucho .que buscó, se con­
por ejemplq, dos sombras o dos venció por sus propios dfos de que
rayos de luz . que se penetran, y siempre se encontraban diferencias.
podemos formarnos un mundo ima­ Por estas consideraciones, descuida.,
ginado en que los cuerpos obrasen das hasta aquí, se ve cuánt. o se ha­
de este modo. Sin embargo, no por alejado la filosofía de las nociones,
esto dejamos de · distinguir un· rayo más naturales y cuánto se . ha ale­
del otro por el distinto· modo co.mo. jado de los grandes principios de-
se entrecruzan. · · la metafísica, · · .

f
.
FIL,-Lo que se llallla . principio § 4. FlL,.;,_Lo ·que -constituye- la
dé "individualización en las escuelas, unidad . (identidad) de una misma.
en las · que se preocupan tanto por planta es tener una organización de, !
saber lo q11e es este principio, con­ partes en un · solo _ ·cuerpo, que · par­
siste en la existeñcia misma; que ticipa de. una vida común; lo que
vincula _ cada ser a un tiempo par­ dura mientras : la planta subsisté,. ·
ticular y a un lugar . incomunicable aunque cambie de partes. · · ··
a dos seres de la misma__especie. TEo.-La · organización o · transfi�

r��
TEo.-El principio de individua­ gúración sin · un - principio .de · vida.
ción se reduce en los- individuos al subsistente, que yo - llamo mónada;:
principio de distinción de que acabo no bastaría hace� s�b�istir idem:
de hablar. Si dos individuos fuesen numero o e m1slllo mdrvxduo, pues;
perfectamente · semejantes - e iguales, la éonfiguraéión- puede .subsistir es-·
y en una .palabra, indistinguibles pecíficamente !lin . subsistir indivi- .
en sí mismos; no habría principio - dualmente. Cuando· una herradura
de individuación, o diferentes_ .indi­ se ·cambia ·en cobre en uri agua mi-­
viduos, en. tal condición. Por esto, neral de Hungría, subsiste la •mi_sma,.
la noción de los átomos es quimé­ figura. en especie, pero no en indi­
rica y no procede más. que • de las vidµo, pues el hierro se · disuelve; · y
concepciones imperfectas del hom­ el cobre. de que el. agua está .ün­
bre. Pues si hubiese átomos, es de- · pregnada se percipita y se coloca in­
cir,- cuerpos perfectamente duros .y sensiblemente · en su lµgar; _· Ahora.
perfectamente . inalterables, o inca­ bien; la . figurl! · es un accidente que
paces de cambio. interno, y que no no pasa ·de _un sujeto a otro (de·
pudieran diferir entre sí· más que sitbjecto - in subjectum). Así, és. pi:e­
por el tamaño y la figura, es "claro ciso "decir · que los · cuerpos organi­
que siendo posible que tuvieran la zados, así como los restantes; no,
misma ·figura y el mismo tamaño, subsisten :kis'_ mismos inás que en,
los habría - indistinguibles en sí, y - apariencia, y no en el rigor . de· llÍ
no podrían· ser distinguidos sino por palabra. Es lo mismo casi que un.·
denominaciones exteriores sin fun­ río que cambia sieínpre'·de agua, a:.
damento interno, lo que iría contra . como · el navío de Teseo, que los
los más grandes principios de la ra­ atenienses reparaban constantemen­
zón. Pero la verdad es .que todo te,· Perci en · cuanto a las sustancias,
cuerpo es alterable,. y aun que siem­ · que poseen _ en sí mismas una . uni­
pre se está alterando, ,de suerte que dad sustal).cial real y verdadera, a
düiere en .sí de todos los demás .. las que pµeden pertenecer las ac­
Recuerdo que una gran princesa, de ciones vitales o propiamente dichas.
espíritu sublline, dijo un día, pa­ y en cuanto a los seres sustanciales,
seando por- su jardín, que_ no creía quae uno spiritu continentur, como
que. hubiese dos hojas perfectamente dice un antiguo jurisconsulto, es
iguale�; Un gentilhombre de inge­ decir, a quienes anima cierto espí­
nio, que particip_aba en - el paseo, ritu indivisible, hay razón para de-

----- _______ _..__,


NUEVO TRATADO SOBRE 'EL ENTENDIMIENTO HUMANO 183
cir que siguen siendo completamente consistiese en - decir que este puer­
el mismo individuo, por esa alma co era un hombre, y el mismo hom-
o ese espíritu que constituye algo bre que Heliogábalo.
-en las que piensan. · _ TEo.:_Hay aquí una cuestión de
§ 4. FIL.-El caso no es muy di­ palabras y una cuestión de cosa. En
ferente en· los brutos y en las cuanto a la cosa, la· identidad de una
plantas. · misma sustancia individual no pue-
TEo.-Si los vegetales y los bru­ de ser mantenida sino por la con­
tos no tienen alma, - su identidad no servación de una misma alma, pues

¡
es más que aparente; pero si · la el cuerpo está en un flujo continuo
tienen, la · identidad individual es y el ahna, no habita en ciertos áta­
-en ellos cierta, en rigor; aunque sus mos afectos a ella; ni en un huese­
-cuerpos organizados no la tengan. cillo · irreductible, tal como · el luz de
§ 6. FIL.-Esto demuestra tam­ los rabinos. Sin embargo; no h ay
bién en qué consiste la identidad · transmigr?ción por la cuál el alma
-de un mismo hombre; a saber: en deje entérámente su cuerpo y pase
qué disfruta de la misma vida con­ a otro. Conserva siempre, aun en
tinuada por partículas de materia la muerte, un cuerpo organizado,
,que están en .un flújo perpetuo� pero· · parte del· anterior, aunque el que
que· en esta sucesión van vitalmente ella conserva esté siempre sujeto a
·upidas · al mismo c�erpo organi- disiparse insensible1J]ente y a repa­
zado. - - -- rarse, y aun· a· sufrir en cierto tiem- ·
po · un gran cambio. Así, · en lugar
- TEo.-Eso se puede comprender de una transmigración· del alma hay
-en mi sentido. En efecto, el cuerpo ·
,organizado no es el mismo, pasado transformación, involución y evolu­
un moIIiento; . nó es más que equi­ ción� y por fin, fluxión del clierpó
valente. Y si: no nos . referimos al de· esta alma. Van Helmout, hijo, · -
alma; no habrá la·_- misma· vida, ni creía que las almas pasaban de cuer­
tampoc_o uni6n: yital. Así, dicha iden­ po en- .cuerpo, pero: siempre dentro
tidad no será más que. aparente. de su especie; de suerte que habría
• F1L.-El que refiera la identidad siempre el mismo número de ·almas
del hombre a alguna otra cosa que de una misma especie, y por consi­
a un cuerpo bien· organizado en un guiente el t_nishio número de hom­
cierto instante, y que luego conti­ bres y de_ lobos, y que los lobos, si
núa en esta organización vital por. bien han sido disminuidos :y hasta
una sucesión de · diversas partículas extirpados en Inglaterra, debían au­
. de materia que Ie están unidas, en­ mentar en la misma medida en otra
contrará difícil que un embrión y parte. Si la transmigración no es
un _ hombre adulto, un loco y un toniada en todo su rigor, - es decir,
sabio sean el mismo. hombre sin si alguno creyese que las almas, per­
que se siga de esta suposidón' que maneciendo en el mismo ·cuerpo su-·
sea posible que Seth, Ismael, Sócra­ til, cambian solamente de cuerpo
tes, _ Pilato y San Agustín sean, un grosero, ésta sería posible, aun con­
solo y. mismo hombre ... , lo que · se sistiendo erí · el paso de la. misma
arp10mzaría peor aún con las riocia­ alma a · un cúetpo de diferente es­
nes de esos filósofos, que reconocían pecie, como creen los brahmanes y
1,a qapsmigración y creían que - las creían los pi¡agóricos. Pero todo - lo
almas de los hombres pueden .ser. que es posible no por ·eso está con­
enviadas, .en castigo de sus desórde­ forme al orden de las cosas. Sin
nes, a la. querpos de las bestias; embargo,· la cuestión de si .en caso
pues no creo que una pers.ona . que de que tal transmigrasión 'fuese ver­
estuviese segura de que el alma de dadera, ·Caín, Cam e Ismael, supo,
Heliogábalo existía en un puerco niendo que tuviesen la misma . alma,

<-....L.--------�--
184 .LEIBNIZ
según los rabinos, mereciesen ser si le cogiésemos de pequeño en el
llamados el mismo hombre, no es bosque; y algún sacerdote de, la
más que de palabras; y yo he visto . Iglesia Romana diría· g'lftizá cond_i­
que el célebre autor cuyas opiniones cionalmente: "Si tú eres un hombre,
defendéis lo reconoce y lo . explica yo te bautizo; pues nunca se sabría
. muy de sustancia se daría allí, pero si pertenecía a la raza humana y ba­
en el caso de que no hubiese co­ bi.taba en él un alma . racional, y
nexión de recuerdos entre las mis­ quizás pudiera . ser un orangután,
mas personas que el alma hiciera no mono muy semejante al exterior del
habría bastante identidad moral pa­ hombre, tal como le describe Tul­
ra decir que se trataba de .una mis­ pius,1 por haberle visto, y conforme ·:,
ma persona; y si Dios quisiese que a aquel cuya anatomía ha publicado
el alma humana se trasladase a .u n un sabio médico. Es cierto, y yo lo
cuerpo de cerdo, olvidando al hom- confieso, que el hombre 'puede lle­
. bre y no ejerciendo actós razona­ gar a ser tan estúpido como . un
bles, no constituiría un hombre. Pero orangután; pero el interior del al- •
si el cuerpo de la bestia tuviese los ma racional subsistirá en él siem­
pensamientos de un hombre, y pre­ pre, a pesar de estar suspenso el
cisamente del hombre que ella ani­ ejercicio 4e la razón, como. ya lo
maba antes del cambio, como el he explicado más arriba; es este,
asno de oro de Apuleyo, puede ser pues, un punto en el que no se
que alguno no tuviese dificultad en podría juzgar por las apariencias.
decir que el mismo Lucio, llegado En cuanto al segundo caso, nada
a Tesalia para ver · a sus amigos, impide que haya an4tlales raciona­
permaneci!S bajo la piel de un asno les de una especie diferente · a la
en donde Fotis le había puesto a nuestra, como esos habitantes del
su pesar, y se paseó de. un dueño a reino poético de los pájaros en el
otro, hasta que las rosas que comió sol, en que un loro venido de aquel
le devolvieron su forma. natural. mundo, después de su muerte salvó
§ 9. FIL.-Creo poder adelantar la vida al viajero que le había he­
atrevidamente .que -quien quiera de cho bien aquí abajo. Sin embargo, ,.,J
nosotros que viese una criatura he­ si sucediese, como sucede en el país ·
cha y formada coino 'él mismo, aun­ de las hadas o de la Madre Oca,
que nunca hubiera demostrado más que un loro fuese una hija de rey
razón que un gato o un lo1'9, no transformada, y se hiciese conocer
dejaría de llamarle hombre, · o que como tal al hablar, sin duda el .Pa­
si. oyese a un loro discurrir razo- · dre y la madre le acariciarían como
nablemente y como filósofo, no le a su hija, a la cual creerían tener,
llamaría ni le creería más que loro, aunque disfrazada bajo esta forma
y diría del primero de estos ani­ extraña. Por tanto, yo ·me opondría
males que era un hombre grosero,· a aquel que dijese que en el asno
torpe y destituido de razón, y del de oro ha subsistido tanto el yo
último, que era un loro lleno de. in­ o el individuo, a causa del mismo
genio y de buen sentido. espíritu inmaterial, como Lucio o la
persona, a causa de la apercepción
TEo.-Yo sería de la misma opi­ de este yo; pero que no es ya un .
nión más sobre el segundo punto hombre, como} en efecto, parece que
que sobre el primero, aunque algo es preciso añadir algo de la figura
se pueda decir todavía sobre esta y constitución · del cuerpo a la defi­
cuestión. Pocos teólogos serían bas­ nición del hombre, cuando se dice
tante atrevidos para convenir desde
luego. y absolutamente en el bau­ 1 Médico de Amsterdem (1583-1674).
tismo de un animal de figura hu­ Publicó unas Observationes medicae, en
mana,. pero sin apariencia de razón, cuatro libros. ·
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 185
que es un animal racional; de lo como tal, y de donde nace la iden­
contrario, los genios serían también tidad de_ la misma persona, capaz,
hombres. .
I!ºr cons1gu1ente, de sentir los cas­
§ 9. FIL.-La palabra persona im­ tigos y las, _recompens8:s. Parece que
plica un ser pensante e inteligente, vos sostene1s que esta identidad apa­
capaz de razón y de reflexión, que rente se podría conservar aun cuan- ·
se puede considerar a sí mismo co­ do en ella nci hubiera nada de real
mo idéntico, como una misma· cosa Yo �e inclino a creer que ésto está
que piensa en diferentes tiempos y ef �ct1vamente en la omnipotencia de
lugares; y esto, por el sentimiento D10s; • pero según el orden natural
que tiene de sus propios actos. Y es­ de las cosas, la identidad aparente
te conocimiento acompaña siempre a de la persona que se siente la Inis­
nuestras se_nsaciones y a nuestras ma, supone la identidad real a cada
percepciones presentes, cuando son pasaje próximo, acompañado de re­
suficientemente distinguidas, como flexión o del sentimiento del yo
he dicho más de una vez anterior­ porque una percepción íntima e in�
mente, y por esto cada uno de noso­ mediata no µos puede engañar. Si
tros es para él lo que el llama él el hombre pudiesé no ser más que
mismo. No se considera en esta oca­ una.máquina y tener al Inismo tiem­
sión si el Inismo yo está continuado po conciosidad, habría que ser de
en la Inisma sustancia o en diver­ vuestra opinión, señor; pero yo creo
sas sustancias, pues el conocimiento que eso no es posible, al menos na­
(co'nsciousness o consciosité) acom­ tura,l!mente. No quisiera yo decir·
paña siempre al pensamiento, y esto tampoco que la identidad person·al
es lo que hace que cada uno sea lo y aun el yo no están en nosotros, y
que él llama "él Inismo", y por
lo que se distingue_ de cualquieN. que la
yo no sea aquel yo que fui en
cuna, bajo pretexto de que yo
otra cosa pensante; y en esto tam­
bién �s en lo _que consiste la iden_. no me acuerdo de lo que hice en­
tidad personal, · o· lo que hace que tonces. Para encontrar la identidad
. un ser racional sea siempre el mis­ · moral por sí misino, basta que haya ·
mo; y tan lejos como pueda exten­ una · relación media de consciosidad
derse esta . conciencia sobre las ac­ de un estado a otro. Así, si una
ciones o sobre los pensamientos ya enfermedad hub_iera producido una
pasados, se extiende la identidad de interrupción en la continuidad de la
esta persona, y el yo es. actualmente' ·relación de consciosidad de suerte
el mismo qµe era antes. que yo no supiese cómo habría lle­
TEo.-También soy yo de esta gado al estado presente, aunque me
opinión de que . la consiciosidad acordase de las cosas más • lejanas,
(consciosité)- 2 o el sentimiento del el testimonio de los demás podría
yo prueba mía identidad moral o llenar el vacío de mi reminiscencia.
personal. Y en esto es en lo que Hasta se me podría castigar sobre
· para l!].Í__se distingue la incesabili­ este testimonio si yo llegase a ha­
dad del alma de tina bestia de la cer algún mal deliberadamente en
inmortalidad del alma del hombre: un intervalo que hubiese olvidado,
una y otra mantienen identidad lí­ poco después, por esta enfermedad.·
sica y real; pero, en cuanto al hom­ Y si llegase a olvidar todas· las cosas
bre, es conforme a las leyes de la pasadas y me viese obligado a apren­
divina providencia que el alma con­ der de nuevo hasta mi nombre, y
serve también la identidad moral, hasta leer y escribir, podría siem­
que a _nosc,tras mismos nos aparece pre saber por los demás mi 'vida
pasada en mi estado anterior, como
2 Lo que los alemanes llaman ac­ he conservado mis· derechos, sin que
tualmente Bewustheit. (N. del T.) fuese · necesario dividirme en dos
1�6 : LE{BNIZ

·personas y hacerme heredero de mí . §. 11. FIL.�Se diría guelos mi�m­


mismo. Y todo..esto basta para map­ bros del cuerpo de cada b.ombre f!On
tener la identidad moral que cons­ una parte de él mism� y que es­
tituye la misma persona. Es. verdad tando .el cuerpo en un flujo-perpe­
gue ·si los otros conspiran para en­ tuo, el hombre no puede ser siem- ·
gañarme (como yo podría engañar- .pre el - mismo;
' me a mí mísmo, por cualquier vi­ -TEo.-Yo preferiría decir que el
sión, ensueño o enfermedad a l creer "yo" y el ."él" carecen de partes,
. que lo soñado me había sucedido porque se dice, y coil razón, que f>e
realmente), la apariencia sería falsa; conserva realmente la misma sustan­
pero hay casos en que - se puede es­ cia. o el mismo - yo físico; pero no
tar moralmente cierto de la verdad se puede decir, hablando con arre­
por el relato de otro, y en Dios, cu­ glo a la exacta verdad de las cosas,
ya . comunidad - con nosotros consti­ que el mismo todo se conserve cuan­
tuye el eje de la moralidad, el error do .una parte se · pierde; y lo que
no podría darse. Por lo que se re­ tiene partes corporales no puede me­
fiere al yo, bueno sería distinguirse nos de perder algunas en cualquier
de la apariencia del yo y de la cons­ momento.
ciosidad. El yo constituye la iden­ § 13. FIL.-La conciencia que te�:
tidad real y física, y la apariencia nemas de nuestras acciones pasadas
del yo, acompañada ele la verdad, no podría ser transferida de · t.!na
une a esto la identidad personal. sustancia permánente a otra, y sería
Así, no queriendo decir que la iden­ cierto que la misma sustancia sub­
�idad personal no se extienda. más siste,· porque nosotros nos sentimos
lejos que el recuerdo, mucho me­ los mismos, si esta conciencia fuera
nos diré que el yo o la identidad una sola y misma acción individual;
personal dependa de éste. La iden­ es deéir, si la acción de reflexionar
tidad real y personal se prueba del fuese la · misma que la acción sobre
modo más cierto, - en materia de he­ la· cual se reflexiona, percatándose
cho, por la reflexión presente e in­ de ella. Pero como esto no es más
mediata; de ordinario, se prueba su­ que una representación .actual de una
ficientemente la identid11d real, sub-· acción pasada, queda por probar có- -
sistiría la personal, siempre que el mo · no _ es posible . que lo que no
hombre conservase _ las apariencia:\.. ha sido realment� pueda ser repre­
de identidad, tanto las internas (es sentado en.el espíritu como habiendo
decir, de -la conciencia) como las sido en verdad.
externas, y las. que consiste -en lo TEo.-El -recuerdo de un determi­
que parece a los demás. Así, la con­ nado intervalo puede engañarnos;
ciencia no es el único medio de esto sucede_ ¡;on frecuencia y es fá­
constituir la identidad personal, y cil concebir una - causa natural de
el relato ajeno, y aun otras marcas, este error. · :Pero el recuerdo pre�
pueden sustituir a aquélla. Pero ha­ sente ci inmediato, o el recuerdo de
brá dificultades si existe contradic­ lo · que pai:;aba inmediatamente an­
ción entre estas diversas apariencias. tes, es decir, la conciencia o la r�
La conciencia puede enmudecer, co­ flexión que . acompaña a la acción
mo sucede en el olvido; pero si ella interna, no podría engañar natural­
dijese muy claramente lo que fuese mente; de lo contrario, no estarra­
contrario a_ las otras apariencias, nos mos siquiera seguros de que se pien­
veríamos embarazados en la decisión sa en tal o cual cosa, pues se dice
y como - suspensos alguna vez entre esto fateriormente sólo de la acción
dos posibilidades; la del error de pasada, y no de la realización de la
nuestro recuerdo y la de_ algu na de­ misma. Ahora bien: si las experien­
cepción en las apariencias _externas._ cias internas . inmediatas . no fuesen
NUEVO TRATADO SOBRE EL -ENTENDIMIENTO HUMANO 187

-ciertas, no habría verdad de hecho la misma persona con uno de ellos


dé que pudiéramos estar ciertos. Y como si el alma que actualmente
ya he dicho que el error sobre algo está eri él hubiese sido creada cuan­
que se refiera a las percepciones do. comenzó a animar el cuerpo que
mediatas y externas puede tener una ocupa al presente. Ello no contri­
razón inteligible; pero en las inme- huirá más a · hacerle la misma per­
diatas· internas no podría encontrar- sona que Néstor que si algunas par­
·se tal causa, á menos de recurrir a' tículas de materia que eñ otro tiem­
la omnipotencia de Dios.· po formaron parte de Néstor fueran
§ 14. F1i.-En cuanto a la cues- al presente una parte de este hom­
tión de si subsistiendo la misina sus- · bre.. Pues la misma sustancia inma­
tancia 1nmateri11l puede haber dos · terial sin la misma conciencia no
personas - distiptas, he aquí sobre qué · · constituye tampoco la misma. per­
se funda. Se trata de si el mismo ser sona, por estar unida a tal o cual
irima�erial puede ser. despojado de cuerpo ni las mismas partículas de
todo , sentimiento de su existencia materia unidas a cualquier cuerpo
pasada y perderle enteramente sin sin una conciencia común podrían
poder volver. a recobrarle nunca; de constituir una misma persona,
suerte que, comenzando, por decir- TEo.-Un ser inmaterial o un es­
lo así, una nueva cuenta. después de píritu no puede ser despojado de
un nuevo periodo, tenga una con- toda percepción de su existencia pa­
ciencia que• no pueda extenderse más · sada. Siempre le quedan· impresio­
allá de este nuevo estado. Todos nes de todo lo . que_ le ha sucedido,
los que creen en la preexistencia de y · aun tiene presentimientos de lo
las almas profesan'evidentemente es- que le sucederá; pero estos senti­
'.ta. opinión. Conocí• a un hombre que . mientos · son las más veces dema-
. estaba persuadido de que su alma siado pequeños para ser. discernibles
había . sido el alma de Sócrates, y y para que nos demos cuenta de
puedo· asegurar que en el cargo que ellos, aunque podrían quizá desarro�
de·sempeñaba, que no erá. de poca llarse algún día. Esta continuidad y
importancia, pasó por un hombre ligazón de percepciones constituye
· muy razonable y; como · demostró al mismo individuo en realidad; pe,.
por las ·obras que ha dejado publi- ro las apercepciones (es decir, cuan­
cadas, que no e_staba desprovisto ni do nos percatamos de sentimientos .
de ingenio ni de ciencia.. Siendo las pasados) prueban también una iden­
almas indiferentes respecto de toda tidad� real; La ·preexistencia de las
porción de materia, cualquiera que almas no se muestra en nuestras per­
ésta sea, en tanto podemos saberlo ·cepciones; pero• si fuese verdadera
por su naturalez·a, esta suposición podría darse a · conocer algún día;
(de una misma alma que pasa por Así, no es razonable que la repro­
diferentes cuerpos) no encierra �in- ducción del recuerdo sea imposible
gún absurdo aparente. Sin embargo, para siempre, porque las- percepcio­
aquel que al presente no tiene-:la nes insensibles (cúyo uso he puesto·
menor idea de lo que Néstor o Só- de relieve en tantas ocasiones im-
. crates , hicieron o pensaron alguna portantes) sirven también aquí para
vez,: ¿creerá o podrá creer que · es conservar los gérmenes. El difunto
la misma persona que Néstor o Só- Henri Monis, teólogo de la Iglesia
crates? ¿Pudo tomar parte en los anglicana, estaba persuadido de -1a
.actos de estos dos antiguos griegos? preexistencia, y escribió para soste-­
¿Podrá at,¡ib.!,lírselos . o pensar que nerla. El difunto Van Helmont, hi­
fueron sus propios actos y no. los · jo, fue ·más' lejos, pero siempre en
de algún otro hombre · que existió cuerpos 'de una misma especie; de
en el pasado? Tan lejos está de ser modo que, según él, el alma humana

-- - ------'
-

188 LEIBNIZ

animaba siempre a un hombre. el cap. de la Identidad, § 27) que una


creía, con algunos rabinos, en el paso parte de sus suposiciones o ficciones
del alma de Adán al Mesías, como de paso de las almas, .tenidas por
nuevo -Adán. Y yo no sé si creía posibles, está fundada en que co­
también que él mismo había sido múnmente se consid_era el espíritu
algún antiguo, a pesar de ser up no sólo como independiente de la
hombre inteligente. Ahora bien; si materia, sino también como indife­
- este paso de las almas fuese verda­ rente a toda clase de materia.3 Mas
dero, por lo menos de la manera yo espero que lo que os he dicho
posible que he explicado más arriba sobre este particular servirá para
(pero que no parece verosímil) , es aclarar esa duda y para conocer me­
decir, que las almas, conservando jor lo que naturalmente se puede.
- cuerpos sutiles, pasasen de repente Por aquí se ve cómo las acciones de
a otros cuerpos groseros, el mismo un antiguo pertenecerían a un mo­
individuo, subsistiría siempre en Nés­ derno que tuviese la misma alma,
tor, en Sócrates y en algún moder­ aunque él no se diese cuenta de ello.
no, y hasta podría hacer ·conocer su Pero si se llegase a conocerla,. de
identidad al que penetrase bastante aquí se deduciría además una iden­
en su naturaleza, a causa de las im­ tidad pei;sonal. Por lo demás, una
presiones o caracteres que allí que­ porción de materia que pasa de un
daran de todo lo que Néstor o Só­ cuerpo a otro no constituye el mis­
crates hicieron, y que algún genio mo individuo humano, ni lo que se
bastante penetrante allí pudiera leer. llama yo, sino que es el alma Jo ·
Sin embargo, si el hombre moderno que le constituye. . '
no tuviese medio interior o exterior § 16. F1L.-Es, sin embargo, ver­
para conocer lo que ha sido, sería, dad que yo estoy tan interesado y
en cuanto a la moral, lo mismo que · soy tan justamente responsable por
si -no hubiera sido. Pero la aparien­ una acción realizada hace mil años,
cia es que nada se pierde en el y que actualmente. se me adjudica
mundo, aun en lo que respecta a por esta conciencia que de ella ten­
la moral, porque Dios es el monar­ go (sel/ consciousness) como reali­
ca, cuyo gobierno es perfecto. Las zada por mí, como lo estoy, por el
almas, según mi hipótesis, no son acto que acabo_ de realizar en el
indiferentes a cualquier porción de momento que acaba de transcurrir.
materia, sea la. que sea, como vos TEo.-Esta creencia de haber he­
creéis; por el contrario, expresan cho alguna cosa puede engañarnos·
originariamente aquellas a que están respecto a las acciones remotas. Mu­
y deben estar unidas en virtud del chas personas forman por realida­
orden de las cosas. Así que si ,pasa­ des sus ensueños o sus imaginacio­
-/ sen a un nuevo cuerpo grosero o ne a fuerza de repetirlas; esta falsa
sensible, guardarían siempre la ex­ oninión puede embarazarnos, pero
presión de todo aquello de que tu­ nó puede hacer · que. seamos puni­
vieron percepción en los antiguos, bles si otros no convienen en ella.
. y hasta sería necesario que -el nuevo Por otra parte, podemos ser respo11-
cuerpo se resintiese de ello, de su¡;r- . sables de lo que hemos hecho, aun
te que la continuación individual cuando lo hayamos olvidado, siem-
tendrá siempre sus marcas reales.
Pero cualquiera que haya sido nues­
tro estado anterior, el efecto que mas Aristóteles creía también que el al­
no es indiferente a toda clase de
deja no siempre nos sei:á percepti­ materia, y de esta creencia se servía
ble. El hábil autor del Ensayo sobre para combatir )a doctrina de la metem­
el entendimiento, • de cuyas ideas psicosis. V. Tratado del alma, l, I, ca­
participáis, había notado (libro 11, pítulo V.
NU�VO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 189

pre que la acción se haya verifi­ § 20. F1L.-Las leyes humanas


ca do. no castigan al hombre loco por los
§ 17. FIL.-Cada uno de nosotros actos que cometió cuando estaba en
sabe, por su experiencia diaria, que plena razón, ni al hombre de sana
su dedo. meñique, comprendido ba­ razón por los que realizara cuando
jo esta conciencia, forma tanta par­ estaba loco·; por tanto, distinguen
te de sí mismo como cualquier otra dos personas en él. Por eso se dice:
parte de su cuerpo. está fuera de sí.
TEo.-Ya he dicho (§ 11) por TEo.-Todas las leyes amenazan
qué no quería yo afirmar que mi con castigo y prometen recompensas
dedo es una parte de mí; pero es para impedir las malas acciones y
_ verdad que me pertenece y que for­ alentar las buenas. Ahora bien: un
ma parte de mi cuerpo. . loco puede ser tal, que las amena­
FrL.-Los que piensan de otra zas y promesas no influyan lo sufi­
manera dirán que este dedo meñi­ ciente sobre su razón porque ya no
que, una vez separado del resto del es dueño de ella; así, a medida de
cuerpo, si la conciencia acompañase la debilidad, el rigor de la pena
al dedo meñique y abandonase al debe cesar. Por otra parte, · se quie­
resto del cuerpo, es evidente que re q�e el criminal sientá el efecto
el dedo meñique sería la persona, del mal que ha hecho para que se
la misma persona, y que entonces tema cometer crímenes; pero no
el yo ilo tendría ya nada que ver siendo el loco bastante sensible a
con el resto del cuerpo. estos temores, se. espera un inter­
TEo.-La naturaleza no admite ta­ valo lúcido para ejecutar la senten­
les ficciones, que son destruidas por cia que le ha de castigar por lo que
el sistema de la armonía o de la hizo en estado de razón. Por lo
perfecta correspondencia del alma tanto, lo que. hacen, las leyes o los
y el cuerpo. jueces en estas ocasiones no pro­
§ 18. FIL.--Sin embargo, parece cede .de que se consideren dos per­
que si el cuerpo continuase viviendo sonas.
y poseyendo su conciencia particu­ § 22. F1L.-En efecto, aquellos
lar, en la cual el dedo meñique no cuya opinión represento aquí, pre­
tuviese ninguna parte, el dedo no sentan la objeción de que si un
podría confesar ninguna de las ac­ hombre que está ebrio, y que luego
ciones del resto del cuerpo, ni tam­ · deja de estarlo, no es la misma per­
poco podrían serle imputadas. sona, no se le debe castigar por lo
TEo.-Así, el alma que estuviera que hizo estando ebrio, porque ya
, en el dedo no pertenecería ya a no se acuerda. Pero a esto se res­
. ese cuerpo. Confieso que si Dios hi­ ponde que es lo mismo que un hom­
ciese que las conciencias fuesen bre que durante su sueño marcha y
transferidas a otras almas, sería pre­ hace otras muchas cosas, y que es
ciso tratarlas, según las nociones • tesponsable de todo el mal que hizo
morales, como si fuesen las mismas; en ese estado.
pero esto sería turbar el orden de TEo.-Hay mucha diferencia en­
las cosas ·sin motivo y establecer un tre los actos de un hombre ebrio y
divorcio entre lo aperceptible y la los del verdadero y reconocido so­
verdad, que se conserva por las per� námbulo. Se castiga a los borrachos
cepciones insensibles, lo cual no se­ porque pueden evitar la borrachera.
ría razonable, porque las percepcio­ y hasta pueden tener algún recuer­
nes insensibles para el presente pue, do de la pena durante la embria­
den desarro'Tla'l'se un día, pues no guez. Pero no está igualmente en el
hay nada inútil, y la eternidad ofre� poder de los sonámbulos abstenerse
ce un gran campo a los cambios. de su paseo nocturno ni de lo que
.!'90 LEIBNIZ

hacen. · Sin embárgo, si es verdad rían de este modo contrariamente


que por medio del látigo se les pq­ . a la verdad. ¿Podría decirse qti� el
dría retener en. el lecho, habría de­ · supremo y justo juei, tlinico que sa­
recho a hacerlo, .y · no dejaría de bría lo contrario, condenase a esa
. hacerse, aunque esto más sería un persona contra lo que sabe? Sin
remedio que un castigo. En efecto, embargo, parece que esto es lo que
se cuenta que este remedio es efi­ se sigue de la noción que tenéis de
caz. la personalidad moral. Quizá se di­
FIL;-Las leyes humanas castigan ga que si Dios juzga contra·Jas apa­
al· uno y al otro por una justicia riencias no será bastante glorificado
conforme á la manera · como · los y hará sufrir a los otros; se podrá
hombres conocen las cosas, porque responder que él es la única y SU•
,en· estos · casos no se podría distin­ premá ley y · que lós otros deben
guir ciertamente lo que _es real de creer en este ..caso que están enga-
lo que es fingido; así, la ignorancia ñados. · ·. ·
no sirve de excusa de lo ·que se hace § 23. Fii..�i . pudiésemos supo­
estando ebrio o dormido. El hecho ner dos conciencias distintas e in­
-es probado contra su autor, y nci se comunicables que · obrasen sucesiva­
podría alegar . en su favor la falta mente en el mismo • cuerpo,· la una
·de • conciencia. · constantemente durante el día, y
TEo.-No 'se trata tanto de esto otra durante la· nóche, · y de otto
como de lo que habría . qlle . hacer lado· la inisma conciencia obrando
cuando estuviese · . bien acreditado a intervalos en dos cuerpos difé­
que el _borracho o el sonálµbulo es­ rentes; yo pregunto • si en el· primer
taban fuera de sí,' lo que puede ha­ caso él hombre de día y el hombre
eerse. En · este ·caso, el sonámbulo de noche, si _puedo hablar así, no
n9. podría. ser considerado como un serían dos personas tan distintas
inaniático; pero como ·fa embijaguez como Sócrates y Platón, y si en el
es voluntaria y la enfermedad ·no lo segundo caso no sería una persona
-es, se castiga aquélla y no ésta. · en dos cuerpos distintos. Y no vale
FIL.-Pero el grande y temible día decir qtie·-esta misma conciencia,'
del juicio, en que los secretos de que afecta dos cuerpos düerentes,
todós los corazones serán descubier­ y esas conciencias, que afectan el
tos, hay derecho a creer qtie nadie mismo cuerpo, pertenecen la una a
tendrá que responder de lo · que· le lá misma sustancia inmaterial y las
es enteramente desconocido, y que otras dos a dos distintas sustancias
,cada uno recibirá lo que-ie es debi­ inmateriales; que introducen estas
do, estando acusado o excusado por diversas conciencias en dichos cuer­
su propia conciencia. pos, porque· la · identidad personal
TEo.-Yo no sé si será necesario sería igualmente determinada por la
que el día deljuició la memoria del -conciencia, ya esta· conciencia estu­
hombre sea · exaltada para · que re­ viese unida a alguna . sustancia indi- -,
cuerde todo lo que había olvidado, vidual inmaterial o no. Además, una
y si el conocimiento de los démás, cosa inmaterial que piensa debe al­
y sobre todo del juez justo, que no guna vez perder de vista su concien-
ptiede engañarse, no bastará. Se po­ cia pasada y recobrarla . de nuevo.
dría sentar una hipótesis, poco con­ Ahó.r;a bien; suponed que esos inter­
veniente a la verdad, pero posible valos de memoria y de olvido vuel�
por lo menos, - que . sería· la de que ven siempre de día y de noche; en­
un hombre en elqía dél juicio cre­ tonces tendréis dos personas con el .
yese .haber . sido malo, y que esto mismo espíritu inmaterial. De dondf
mismo pareciese verdad a . todos los se sigue ·que el yo no está determi­
demás espíritus creados; que juzga- nado por la identidad o · diversidad
NUEVO TRATADO SOBRE EL E�·TENDIMIENTO HUMANO 191

·de la sustancia, de las cuales n:o po­ pers�nas _-o la misma, puesto que la
demos. cerciorarnos,· sino solamente conciencia y las apariencias inter­
por la identidad de la conciencia. nas y externas de los hombres de
TEo.-Confieso que . si todas las esos globos no podrían proporcio­
apariencias fueran cambiadas y trans­ nar distinción alguna? Es · verdad
feridas de un espíritu a otro, o si que : Dios y · los espíritus capaces
Dios ,hiciese un cambio entre dos de · c�>nsiderar los intervalos y las
. espíritus, dándo el cuerpo visible y relaciones externas de los tiempos y
las apariencias y conciencias. del uno de los lugares, y aun las. constitu­
al otro, la identidad personal, en ciQnes internas, insensible a los hom­
lugar de estar ligada a la de la sus­ bre de los dos globos, podríán dis­
tancia, seguiría las apariencias cons- . cer!ill'los; pero, según vuestras hipó­
tantes que la moral humana debe tesis, puesto que la conciencia dis­
tener presentes; pero estas aparien­ cierne por sí sola las personas, sin
cias no consistirán únicamente en que haya necesidad de ocuparse de
las conciencias, y será preciso que la identidad o diversidad real de la
Dios haga el cambio no sólo de las sustancia, _ni siquiera de lo que pa­
apercepciones o conciencias de los rece a los demás, ¿cómo podríamos
individuos en cuestión, sino tam­ impedir que se dijese que estas dos
bién de las apariencias que se ofre- peronas que están al mismo tiempo
. cen a los demás respecto de estas en _esos dos globos · semejantes, perQ
personas; de lo contrario, habría · aleJados uno de otro por una dis­
contradicción entre las conciencias ta!lcia incalculable, ·son una sola y
y el orden de las cosas morales. Sin misma persona, lo . cual sería, sin
embargo, es preciso que me confe­ embargo, un _absurdo manifiesto?
séis también que el divorcio entre Por lo demás, hablando solamente
el mundo insensible y el sensible, de lo naturalmente posible, los dos
es decir, entre las percepciones in­ �undos semejantes y las dos almas
sensibles, que -conservarán las mis­ semejantes de los dos mundos no lo
mas· sustancias,. y las apercepciones serían más que por cierto tiempo.
cambiadas,. sería un milagro, como Pues habiendo una diversidad indi­
cuando se supone que Dios hace el vidual es · preciso que esta diferen­
vacío, porque ya he dicho -antes por cia consista por lo menos en las
qué esto_ no está confonne con el constituciones insensibles,
.
que se de­
orden natural. He aquí otra hipó­ ben des·arrollar en la serie de los
tesis más verosímil. Puede suceder tiempos. · ·
_que en otro lugar del universo o § 2·6. FIL.-Supongamos un hom­
en otro tiempo haya un globo · que bre castigado actualmente por lo que
no difiera sensiblemente de este en hizo en otra vida y de lo que no
que habitamos, y que cada uno de se le pueda comprobar conciencia
los hombres que le habiten · no di­ alguna; ¿qué diferencia . habrá entre ·
fiera sensiblemente de cada uno de · semejante tratamiento y. el que sé
nosotros. De este modo· habría cien le aplicaría_ creyéndole miserable?
millones de pares_ de personas se­ . TEO.-'-Los platónicos, los orige
0

mejantes; es decir, de personas con mstas, algunos · hebreos y otros de­


la mismas apariencias y concien­ fensores de la preexistencia de las
cia, y Dios podría transferir los esa almas, creían que las almas de este·
. píritus solos o con -su . cuerpo de mundo eran puestas en cuerpos im.�
un globo al_ otro sin que nadie lo perfectos, a fin de sufrir por los crí­
advirtiese; �ero ya sea que se les menes cometidos en un mundo ante­
· transfiera o qtie se les deje allí, ¿qué ,ior. Pero . lo• cierto es que si no se
se diría de su persona o de su yo, sabe . ni se sabrá nunca la verdad,
según vuestros autores? ¿Son dos. ni por· el recuerdo, ni por ciertas
192 LEIBNIZ

huellas, ni por el conocimiento de estado fueron hombres en un mundo


alguien, no se podrá llamar a esto pasado. Pero nosotros nos ceñimos
castigo, según las nociones ordina­ en esta conferencia · � discusiones
rias. Hay, sin embargo, motivos pa­ más importantes que las de la sig­
.ra dudar, al hablar de los castigos nificación de las palabras. Yo os se­
en general, si es absolutamente ne­ ñalo la fuente de la verdadera iden­
cesario que los que sufren _ sepan al­ tidad física; .os he hecho ver que a
gún día la razón de sus sufrimien­ ello ho se oponen ni la .moral ni el
tos y si con frecuencia no bastaría recuerdo; que éstas no podrían siem­
que otros espíritus más · informados pre determinar la identidad física de
encontrasen aquí materia para glo- la persona - de que se trata; ni de
aquellas que están en comercio con

11
- rificar la - justicia divina. Sin embar­
go, es más verosímil que los que ella; y que, sin embargo, rio contra­
sufren sabrán por qué, por_ lo me­ dicen nunca la identidad física y no
nos en general. entran nunca en activo divorcio con
§ FIL.-Quizá, en fin de cuentas, ella: que siempre hay espíritus crea­
podréis poneros de acuerdo con mi dos que_conocen o pueden conocer
_ autor, que concluye su capítulo de· lo que hay en es.to, pero que cabe
la identidad diciendo que la cues­ pensar q1,1e lo que hay de indiferen­
tión de si el mismo hombre subsis­ te respecto de· las personas mismas
te, es una cuestión de palabras, no puede serlo más que por cierto
según se.entiende por hombre, o sólo tiempo.
el espíritu racional, o sólo el cuer­
po de esta forma que se llama hu­
CAPÍTULO XXVIII

r
mana, o, en fin, el espíritu unido a
un determinado cuerpo. En el pri­
mer c�so, el espíritu separado (por De algunas· otras relaciones, y sobre
lo menos del cuerpo grosero) sería todo de las morales
todavía el hombre; en el segundo,
un orangután, perfectamente seme­ § 1. FIL.-Además de las rela­
jante a nosotros, excepto la razón, ciones fundadas en el tiempo, el
sería un hombre; y si el hombre es­ lugar y la__ causalidad, hay otras mu­
tuviese privado de su alina racional chas de las cuales quiero estudiar
y recibiese un. alma de bestia, se­ algunas. Toda idea simple, capaz de
guiría siendo el mismo hombre. En partes y de grados, suministra tina
el tercer caso es preciso que uno y ocasión de comparar los objetos en
otro siguiesen con la misma unión, que se encuentra, por ejemplo, Ja
el mismo espíritu y el cuerpo tam­ idéa de más (o menos o igualmente)
bién aun en ·parte, o por lo menos blanco. Esta relación puede ser lla­
el equivalente, en cuanto a la forma m�da proporcional.
corporal sensible. Así podría 'sub­ TEo.-Hay sin embargo un exceso
sistir el mismo ser física o moral� sin proporción; y me refiero a la -\
mente, es decir, la misma sustancia de una dimensión que yo llamo im-
y la misma persona, sin permanecer perfecta, como cuando se dice que
hombre, en caso en que se conside­ el ángulo que el radio forma con el
rase esta figura· como esencial al arco de su círculo es menor que un
hombre en este último sentido. ángulo recto, pues no es posible que
TEo�-Confieso que en esto hay exista una proporción entre estos dos
una cuestión de palabras; y en el ángulos. Tendré uno de ellos y su
¡/ e

tercer sentido, el mismo animal es diferencia, que es el ángulo de con­


unas veces larva, otras gusano de tingencia.
seda y otras mariposa, y, como al­ § 2. FIL.-Otra ocasión de com­
gunos piensan, los ángele_s de este parár nos la suministran las éircuns-
.,
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO '
· 193
tancias del origen, que fundamen- nombres de tribus que son como
tan las relaciones entre padres e hi- grandes familias amplificadas por
jos, hermanos, primos y compatrio- el curso de los tiempos. Y estos
tas. Entre nosotros a nadie se le nombres son tomados o del proge­
ocune decir: este toro es el abuelo nitor, como en tiempos de Moisés,
de tal ·vaca, o: estos dos pichones · o del lugar donde habitaban o de
son primos hermanos, pues las len- alguna otra circunstancia. Worsley,
guas son proporcionales al uso. Pero viajero ·observador que se ha infor­
hay países en que los hombres, me- mado del estado actual de la Ara­
nos curiosos de su propia genealo- bia Desierta, donde estuvo algún
gía que. la de sus caballos, no sólo tiempo, asegura que en todo el país
tienen · nombres para cada caballo entre Egipto y Palestina, donde Moi­
en particular, sino también para sus sés pasó,· no hay hoy día más que
diferentes grados de parentesco. tres tribus que constituyen en total
TEo.-Podemos añadir también la· unos 5,000 hombres, y que una de
idea y los nombres de familia a los estas tribus se llama Sali, del proge­
de parentesco. Es ·verdad que no se nitor (a lo que creo) : cuyo sepul­
advíerte que bajo el imperio de Car- · e ro honra la posteridad como el de
lotQ.agno, y mucho tiempo añte� .Y un santo, tomando de él polvo que
después, hubo nombres de familia los árabes ponen sobre sus cabezas
en Alemania, Francia y Lombardía. y la de sus camellos. Por lo demás,
No hace aún mucho tiempo que hu- consanguinidad existe cuando hay un
bo familias · (aun las nobles-), en el origen común _entre todos aquellos
Septentrión, que no tenían nombre, cuya relación se considera; pero pO:.
y que no se conocía tin hombre, en dría decirse que hay alianza 9 afi­
su país natal, sino diciendo su nom- nidad · entre dos personas cuando
bre y el de su padre, Y además pueden tener consanguinidad con
(cuande> viajaba) agregando a su una misma persona sin que la haya
nombre el del : lugar de donde pro- por esto entre . ellos, pues ésta se
cedía. Los árabes · y los turcomanos . forma por los matrimonios. Pero co­
tienen· también, según creo, esta cos- mo no hay costumbre de decir que
tumbre; no. tienen :nombres particu- entre marido y mujer existe afini-
1ares de familia y se contentan con dad, aunque su matrimonio sea cau­
nombr8:r 8:1 _padre Y al abuelo, .etc., sa de la afinidad con relación a otras
de un md1v1duo, Y hacen _ el mismo_ personas, quizá sería mejor decir que
, honor a sus caballos favoritos, ª los hay afinidad entre aquellos entre los
que conocen_ por su nombre Y el cuales exista consanguinidad, si ma•
de su padre, Y aun el de su abue-
lo, etcétera. As1, es como se habl�ba rido y mujer son tomados por una
de los caballos que el. Gran Senor misma persona. . -·
de los turcos envió al emperador § �: FIL.�El fundamento éJe ·una
después de la tJªZ de Carlowitz, y relac1on es a vece_s, un derecho mo­
el difunto conde de Oldenburg, úl- ral, ��m� la relac1on �e un general
timo de su rama, cuyas caballerizas de eJerc!to o de un cmdadano. Es­
eran famosas, y que vivió mucho . tas relaciones dependen de los ac�er­ ,1
tiempo, tenía . árboles genealógicos dos que los hombres han e�tablec�do
de sus caballos: de suerte que po- entre ellos, son voluntarios o de ·
dían proba¡:- su nobleza, y llegaba institución, y pueden ser distinguí- ·
· hasta guardar retratos de los antepa- das de las· naturales. Algunas veces,
sados (intq¡if!_es mejorum), lo que los dos correlativos tienen cad� uno
tan codiciado era por los romanos. su nombre, como patron , y cliente,
Pero, volviendo · a los hombres, en- general y soldado. -Pero no siempre
tre los árabes y los tártaros hay sucede esto, como por ejemplo no.
'1
11

194· . LEIBNIZ

hay nombre para aquellos que tie- verdad que, según esta noción, una
nen relación con el canciller. misma acción sería moralmente ma­
TEo.-Hay a veces relaciones na- la y moralmente bue!IB al mismo
turales que los hombres han conver- tiempo bajo diferentes legisladores,

r
. tido y enriquecido con algunas rela- así como nuestro hábil autor toma­
ciones · morales, como por ejemplo, · ba la virtud, más arriba, por lo que
·10s hijos tienen derecho a pretender es alabado;. y, por consiguiente, una
la porción· legítima de la sucesión misma acción sería virtuosa o no,
1
! de ·sus padres; los jóvenes tienen según las opiniones de los hombres.
ciertos deberes, y los viejos; ciertas Ahora bien; no siendo éste el sen­
exenciones. Sin embargo, sucede tido ordinario que se. da a las ac­
también que se toma por relacio- ciones moralmente buenas o virtuo­
nes naturales las que no lo son, co-- sas yo preferiría tomar por medida
mo cuando las leyes dicen que el · del bien moral y de la virtud la
padre. es el que ha celebrado bodas regla invariable · de la razón, que
con la madre• en él tiempo que hace Dios se encarga de mantener. Así
que un hijo. pueda serle .atribuido; poden;ios estar seguros de que por
y esta sustitución de lo instituido, en su medio, todo bien moral se con­
vez de lo natural, no es a veces más vierte en físico, o, como decían los
que uña presunción; .es· decir, un antiguos, toda honradez es útil;
juicio que hace pasar por. verdadero · mientras que para expresar la no­
lo que puede no serlo, mientras no · ción del autor sería preciso decir
se pruebe su · falsedad . Y la máxi- que el bien o el mal moral es un
ma: Pater est quem nuptiae de- bien o uri mal de �posición o iós­
monstrant es tomada en este sentido titutivo que el que tiene el poder
en el derecho romano y en los pue- en su mano trata de hacer seguir
· blos por los que ha sido aceptada. o evitar por medio de penas o re­
Pero me han dicho que en Ingla- compensas. Lo bueno es que lo que
terra no sirve de nada probar su hay en la institución general de Dios
alibi, siempre que se haya estado está en forma con la naturaleza. y
en uno de los tres reinos; de suer- · con la razón.
te que la pr�s'-!llción se convierte . · § 7. FIL.-Hay tres clases de le­
entonces en ficción o en lo que �1- yes: la ley divina, la ley civil y la
gunos. d�ctores ll_aman praesumptw0 ley de ppinión o de reputación. La
nem ¡uris et de ¡ure. •primera es la regla de los pecados
§ 4. · F1L;-Relación moral es la o de los deberes; la segunda, la de
conveniencia o disconveniencia . que las acciones criminales o inocentes;
existe entre las acciones voluntarias la tercera, la de las virtudes o de
de los hombres y una regla qúe ha- los vicios.
ce que se juzgue si son mo�almente TEo.-Según el ·sentido ordinario
buenas o malas, § 5; y el.bien o el de los términos, las virtudes y los
mal .�oral es la. conformidad o _ la vicios no difieren de los deberes y
oposición qu� existe en�e las acc10- de los pecados sino como los hábi­
nes .voluntanas y. una cierta ley, l? tos difieren de las acciones, y no. se
que nos reputa bienes o males (f1- toma la virtud ni el vicio por algo
s1c�s) . por la voluntad Y poder del · que dependa de la opinión. Un gran
legislador (o de aquel que hace guar- pecado es llamado crimen, y no se
dar la ley) , y es _lo que llamamos opone el inocente al criminal, sino
recompensa Y castigo. . el culpable. La ley divina es de dos
TEo.-Es lícito, señor,• a autores clases: .natural y positiva. La ley
tan- doctos como los que represen- civil es positiva. La ley de repu­
táis emplear los términos como juz- tación no .merece el nombre de ley
guen a propósito, Pero también es más que impropiamente, o es com-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 195

prendida bajo la ley natural, como de · la vida y de ·la conversación,


si yo dijese la ley de la salud, la como este autor parece reconocer en
ley del hogar, cuando las acciones el prefacio. Pero esto es ir demasiado
atraen· naturalmente algún bien o lejos en este punto, y aunque con­
algún mal, como la aprobación de feséis que los hombres pretenden
otro, la salud, la ganan�ia. hablar de lo que es naturalmente
§ _ 10. FIL.-En �fecto, se preten­ virtuoso o vicioso, según las leyes
de por todo el mundo que las pala­ . inmutables, pretendéis que,-.en ·efec­
bras de virtud y vicio significan to, no entienden referirse más _que
acciones buenas o malas por su na­ a lo que depende de la opinión.
turaleza, y al ser aplicadas en este Pero yo creo que por la misma ra-·
sentido, la virtud conviene perfecta­ zón se . podría sostener que . también
mente . con la ley .divina (natural) . la verdad y la razón, y todo lo que
Pero cualesquiera que sean las pre­ se podría citar de más real, depen­
tensiones de lós hombres, es eviden­ den de la opinión porque los hom­
te que estos nombres, considerados . bres se· equivocan cuando juzgan de
en las aplicaciones particulares, son ello. ¿No valdría más, bajo todos
_ constante y únicamente atribuidos los respectos� decir que .los hom-_
· a tales o cuales acciones, que en bres entienden por virtud, como por
. cada país o sociedad son . conside- verdad, lo que está conforme con la -
radas como ·honrosas o vergonzosas; naturaleza, pero que se equivocan
de lo contrario, los hombres se con­ frecuentemente en la aplicación?
denarían a sí mismos. Así, la medi­ Además de que se engañan menos
da de la que se llama virtud o vi­ de lo que se cree, pues lo que ala­
cio es esta aprobación o . ese menos­ ban lo merece ordinariamente -en
precio, esa.estimación o menospre­ ciertos aspectos. La virtud de beber,
cio que se forma . por un secreto es decir, de soportar el vino, es una
o tácito consentimiento. Pues aun­ ventaja que servía . a Bonosus para
que los hombte·s reunidos en socie­ atraerse la voluntad de los bárba- ',
dades políticas hayan resignado entre tos y para sacarles sus secretos. Las
las manos del público la depotlición fuerzas nocturnas de Hércules, eii'las
de todas sus fuerzas, de suerte que cuales el mismo Bonosus pretendía
se ·puedan emplearlas contra sus parecérsele,. no eran una perfección .
conciudadanos más allá de lo pre­ nes era alabada entre de
menor. La sag�cidild los ladro- ·
los lacedemo­
tend�o por la ley, conservan, sin
embargo, siempre el poder de pen­ mal nios, y no es • la destreza, sino el
uso qué de ella se hace, lo que
sar bien o mal, de aprobar o de es vituperable,
desaprobar. . -· ' . . y aquellos a quienes
. se cuelga en plena paz podrían ser-
TEo.-Si el. hábil autor que se ex� yir de excelentes guerreros en tiem­
l)lica así por vuestra · boca, señor, pos de guerra. Así, todo ello de­
declarase que le ha gustado asigµar pende de la. aplicación o del mal
esta presente · definición arbitraria . uso de las cualidades que se posee.
nominal· a. los nombres de virtud y Es verdad también, con frecuencia,
de vicio, se podría decir solamente - y no debe ser tenido como cosa ex­
que esto le es permitido en teoría traña, que los hombres se condenan
para la comodidad de la expresión, a sí mismos, como cuando hacen lo
a falta quizá de otros términos; pero que censuran en los_demás, y mu7
nos veríamos obligados a añadir que chas veces hay una contradicción en­
esta · significación no está conforme tre las acciones y las palabras, que
con el uso,-ni es útil para la edifi­ escandaliza al público, cuando lo
cación, y que sonaría mal en los que '-hace y lo que prohíbe un ma­
oídos de muchas personas si · alguno· gistrado o un predicador salta a los
la quisiese introducir en la práctica ojos de todo el mundo.

¡.
196 LEIBNIZ

§ 1_2. F1L.-En todas partes lo . nes más inferiores se olvidan, y con


que pasa por virtud es aquello mis­ frecuencia basta ser atrevido y des­
mo que se juzga digno de alabanza. vergonzado, como· el ilormión de
La virtud y la alabanza son muchas Terencia para que todo pase. Si la !
:veces designadas con el mismo nom­ excomunión fuese causa de un ver­
bre: Sunt hic etiam sua praemia dadero menosprecio constante y ge­ )
laudi, dice Virgilio . (libro 1, Aeneid., neral, tendría la fuerza de esa ley
vers. 464), y Cicerón: Nihil habet de que habla nuestro autor, y tenía, ¡
natura praestantius quam honesta­ en efecto, esta fuerza entre los pri­
tem, quan laudem, quam dignitatem, meros cristianos y hacia la juris­
quam decµs (Quaest, Tuscul., lib. 11, dicción, de - la que carecían, para
c. 20), y un poco más adelante aña­ castigar . a ·10s cl!lpables; poco más
de: Hisce ego pluribus nominibus o menos como conservan · los arte­
unam rem declarari volo. . sanos ciertas costumbres entre ellos.
- TEo.-�s verdad que los antiguos a pesar de las leyes, por el menos­
designaron la virtud . con el nombre precio q�e testimonia a _ los que no'
de honestidad, como cuando loaban · las observan. Esto es también lo que_
incoctum generoso pectus -honesto. ha mantenido el duelo contra las
Y es verdad también que el . hom­ ordenanz�s. Sería. de desear. que el
bre honesto trae su calificativo del público se nusiese de· acuerdo con­
honor o de la alabanza. Pero esto sigo mismo y con la razón de las
no quiere decir que . la_ virtud sea alabanzas y . en las censuras, y que
lo que se alaba, si.Qo que es digna _los grandes, sobre todo, no prote­
de alabanza y lo que depende de giesen a los malos ri_endo sus_ malas
la verdad y no de la _opinión. acciones, por lo que parece en ge­
FIL.-Hay . muchos que no pien­ rietal que no . el que los ha come­
san seriamente en la l ey de Dios o tido, sino el que las sufre, es_ el que
1 esperan que un día se reconciliarán es castigado con el · menosprecio y
con su autor, y respecto· de la ley cae en el .ridículo. También vere­
del Estado, se jactan de la impuni- mos generalmente que los hombres
. dad. Pero no se piensa que el que desprecian no tanto el vicio como .
1 hace alguna cosa contraria a las opi- la debilidad y la desgracia. Por lo
- niones de aquellos que él frecuenta tanto, la ley de la reputación deb�
y a quienes quiere hacerse recomen­ ría ser reformada, y al mismo tiempo
dable, pueda evitar la pena de su mejor observada.
censura y de ·su desdén. Nadie que § 19. FiL.-Antes de terminar el
conserve algún sentimiento de su estudio de las relaciones haré notar
propia naturaleza puede vivir en so� que generalmente . tenemos una no­
ciedad constantemente menosprecia­ ción tan clara_ . o más clara de la
do; esta es la fuerza de la ley de relación que de su fund!Ullento. Si
la reputación. '· yo creyese que Sempronia encontró
TEo.-Ya he· dicho que no es tan­ a Tito debajo de una col, como se
to la pena legal como una pena acostumbra decir a los niños, y que
natural lo que la acción acarrea. Es luego tuvo a Cayo de la misma ma­
verdad, sin embargo, que muchas nera, tendría una noción tan clara
personas no se preocupan apenas de de la relación fraternal entre Tito
ello, pues ordinariamente, si son des­ y Cayo como si poseyese toda la
preciados de los unos a causa de ciencia de las comadronas.
1 alguna acción vituperable, encuen­ TEo.-Sin embargo, al decirle un
tran cómplices, o por lo menos par­ día a un niño que su hermanito,
tidarios, que no los desprecian si por acabado de nacer, había sid,o sa-
otros conceptos son, aun en oscura cado de un pozo (respuesta que s_e
medida, recomendables. Las accio- usa en Alemania para satisfacer la

1,
---•·� -
•1:..
NUEVO TRATADO SOBRE EL l!NTENDIMIENTO HUMANO 197
curiosidad de los niños sobre este ra de - un color, en cuyo caso no
punto), el niño replicó que por qué !amaré éste por otros, y si tengo una
no le volvían a echar al pozo, ya 1d �a clara de una planta la distin­
que chillaba tanto e incomodaba a guiré e!1tre otras semejantes; sin es­
su madre. Y es porque esta razón to, la idea es oscura. Yo creo que
no le daba a conocer la razón del nosotros no tenemos siempre ideas
amor que la madre .demostraba por perfectamente claras sobre las cosas
el niño. Puede decirse, pues, que sensibles. Hay colores que se pare­
aquellos que ignoran el fundamento cen de tal manera, que no podría­
de las relaciones no tienen de ellas mos discernirlos por la memoria, y
· más que lo que yo llamo pensa­ sin_ embargo los discerniríamos algu­
mientos sordos en parte e insuficien­ na vez poniéndolos uno al lado de
tes, aunque estos pensamientos pue­ otro. Y cuando creemos haber des­
dan bastar bajo ciertos aspectos y crito una planta perfectamente, po­
· ·en determinadas ocasiones. dremos traer de las Indias una que
reúna todo lo que se incluye en nues­
tra descripción, y que no dejará de
CAPÍTULO XXIX distinguirse como .especie diferente;
así, no podremos nunca determinar
De las ideas claras y oscuras, las species infimas o últimas.
. distintas Y. confusas § 4. F1L.-Así como una idea cla­
ra es ·,quella de la cual tiene el
§ 2. F1L.-Pasemos ahora a con­ espíritu yna clara y - evidente per­
siderar algunas diferencias entre las cepción, tal cual ella es, cuando la
ideas. Nuestras ideas simples son recibe de uh objeto exterior que
claras cuando son tales como los opera debidamente sobre un ·órgano
objetos mismos de donde se las to-. bien dispuesto, una idea distinta es
ma, o que la�. representan o pueden aquella en que el espíritu percibe
representarlas con todas las éircuns­ una diferencia· que la distingue de
tancias requeridas para uná sensa­ toda otra idea, _y una idea confusa
ción o percepción bien · ordenada. es -aquella que no podemos distin­
Cuando la memoria las conserva de guir suficientemente de otra de la
esta manera,- son ideas ·claras, y en cual debe diferenciarse.
cuanto· les fálta . esta exactitud ori­ TEo.-Según esta definición: que
ginal, o han perdido,· por decirlo habéis dado de la idea distinta, no
asf, su primera frescura, y están veo el medio de distinguirla de la
· como marchitadas por el tiempo, son idea clara. Por eso tengo la costum­
oscuras. Las ideas.- complejas son cla­ bre de seguir en esto el lenguaje
ras· cuando las simples que las com­ de Descartes, según el cual una idea­
ponen son claras y el número y or­ podrá ser clara y confusa al mismo
den de estas ideas es fijo. tiempo, y tales son las ideas de las
TEo.-En un breve•discurso sobre cualidades sensibles, dependientes
las. ideas, verdaderas o falsas, cla­ · de los órganos, como la de un color
ras u oscuras, distintas o confusas, a la del calor. Son claras, pues !ie
inserto en las actas de Leipzig del las reconoce y se las discierne fácil­
año 1684, he expuesto una defini­ mente las unas de las otras: .pero
ción . de las ideas claras, común a no son distintas, porque no se dis­
las simples y a las compuestai¡, y tingue lo que contienen. Así, no po.,
que explica lo que aquí estoy di­ drfamos dar su definición. No las
ciendo. YrJ- digo que una idea es podemos conocer más que por ejem­
clara cuando basta para reconocer plos; y por lo demás hay que decir
la cosa y para distinguirla; como que es un no sé .qué, hasta descifrar
cuando yo tengo una idea bien cla-· su contextura. Así,. aunque, según

---· -----
198 LEIBNIZ

nosotros, las ideas' distintas nos sir- nido idea suficiente para reconocerla
.. ven para diferenciar un objeto de y le hubiera hecho falt¡¡. un Daniel
otro, sin embargo, como las ideas como Nabucodonosor para. interpre­
claras, pero confusas en sí mismas, tar su sueño, es evidente que su idea
·sirven para esto mismo, llamamos hubiera sido oscura e imperfecta
distintas no . a todas aquellas que . (pues yo preferiría denominarla así
distinguen los objetos, sino a las a llamarla confusa), no por falta
que son bien distinguipas; es decir, de · aplicación justa a · algún nom-
que son di!!tintas en sí mismas y dis­ . bre, pues no lo tenía, sino por la
tinguen en los objetos las notas que falta de aplicación a la cosa;· es de­
sirven para conocerlos, lo que cons­ cir, a -la planta que debía curar. En
tituye •SU análisis o definiciqn; en ese casó, Alejandro se habría acor­
otro caso, las llamamos confusas. dado de ciertas circunstancias, pero
· Y en este sentido, la confusión qúe habría dudado respecto de otras;· y
reina en las ideas podrá estar exen­ sirviendo un nombre para designar
ta de censura, por ser uria imper­ una cosa, cuando se incurre en de­
fección de nuestra naturaleza; pues fecto en la. aplicaciói;i de los mim­
no podrianfos discernir las· causas, bres, se incurre en defecto respecto
por ejemplo, ·de los olores o sabo,. de la cosa que se designa · con el
res, ni lo que encierran estas • cua- nombre.- ·
- lidades. Esta confusión, sin embar­ § 7. FIL.--Como las ideas com­
go, podría �er censurable cuando puestas son las más sujetas a esta
importa y está en mi poder tener imperfección, ésta puede proceder
ideas distintas, como por ejemplo, de que la idea compuesta lo está
si yo tomase oro falsificado por oro de · un · corto número de ideas sim­
.verdadero, a causa · de no haber he­ ples, como por ejeniplo la· idea de
cho las .pruebas necesarias que con­ una ·bestia que tiene la piel pintada,
tienen· los caracteres del oro legí­ que es demasiado general y que no
timo. basta para distiµguir al · lince del
· § 5. F1L.-Pero ;e dirá que no leopardo o de,la pástora, a los que
hay idea confusa (o más bien os- sin embargo se . distingue con nom­
. · cura, según vuestra teoría), pues no bres particulares.
puede ser sino t�l como es percibida TEo.-Si estuviéramos en el esta­
por el espíritu,· y éste la distingue do · en que estuvo Adán antes de
suficientemente· de todas las demás, haber dado nombres a los· animales,
§ 6. Y para orillar esta dificultad es este defecto no dejaría de produ-·
precíso saber que el defecto · de las cirse. Pues suponiendo · que se su­
ideas se refiere a los nombres, y piese que entre las bestias de piel
que lo que la hace ficticia es que con m·anchas hay una que no se ·su­
_puede ser designada por otro nom­ piese si es un tigre o un lince u otra
bre que .aquel con que se la de" especie, es una imperfección no po­
signa. derla distinguir. Así, no se trata tan- .
TEo.-Yo creo que esto no debe to del nombre como de lo que pue­
hacerse depender de los nombres. de dar ocasión a éste, y que hace
Alejandro Magno había visto, dicen, al animal digno de · una denomina­
en sueños una planta que servía pa­ ción particular. Parece también, se­
ra curar a Lisímaco, y que fue lue­ gÚn esto, que la idea de una bestia
go llamada Lisimaquia, porque curó de piel con manchas· es buena en
efectivamente a este amigo del rey. sí misma, y sin confusión ni oscu­
Cuando Alejandro niandó traer gran ridad, cuanqo no ha de servir qiás
cantidad de plantas; entre las c_uales que de género; pero cuando, unida
reconoció la que había visto en sue­ a algur,.a otra · idea de la cual no
ños, si por desgracia no hubiera te- nos acordamos suficientemente, de-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 199
be designar la especie, la idea que figura de mil lados, no tendremos de
así se éompone es oscura e 1mper- ella más que una idea confusa has­
fecta. ta que sepamos el número de lados,
§ 8. FIL.-Hay un defecto opues- . que es el cubo. de· diez. No se trata,
to cuando -las ideas simples que for- pues, de nombres, sino de propie­
man la idea compuesta existen en dades distintas, que se deben encon­
número suficiente, pero están dema- trar en la idea cuando se aclare su
siado confundidas y embrolladas, confusic;5n. Es diffcil algunas veces
como hay cuadros que parecen tan .encontrar la clave o la manera de
confusos como si no debiesen ser mirar el objeto, que haga conocer
más que la representación del cielo propiedades inteligibles de él, como
cubierto de nubes, en el cual caso por ejemplo, las hacen conocer esos
no se dirá que hay confusión, no cuadros cuyo artificio enseña el P.
más que si hubiera otro cuadro he- Niceron, y que es preciso mirar des­
cho para imitar a éste; pero cuando de cierto punto, o por la intromi­
se dice que_ este cuadro quiere ser sión de un espejo o vidrio, para ver
· un retrato, habrá razón para decir el fin de quien hizo la cosa.1
que es confuso,· porque .no se podría § 9. F1L.-No se puede negar, sin
saber si es el retrato de un hombre embargo, que haya un tercer defec­
o de un mono o de un pez; sin em- to en las. ideas, que depende verda­
bargo, es posible que mirándole en deramente del mal uso de los nom­
un espejo cilíndrico la confusión . bres. Este defecto existe cuando
desa'.párezca· y se vea que· es Julio nuestras -ideas son inciertas o inde­
César, Así, ninguna de las pinturas terminadas. Así, todos· los días po­
mentales (si puedo expresarme así) · demos ver personas que, no tenien­
puede ser llamada confusa, cualquie- do inconveniente en usar de las. pa- ·
ra que sea la manera en que sus labras de su lengua nativa, antes-de
partes estén unidas, pues cualesquie- conocer su significación precisa, ai­
ra que sean . éstas imágenes pueden teran la idea que quieren expresar
ser distinguidas evidentemente de con la palabra, casi tantas veces co­
cualquier otra hasta que �stén colo- mo emplean ésta en su discurso, § 10.
cadas bajo algún nombre ordinario, De este modo se ve cuánto contri­
al cual no se sabría· apreciar· qúe huyen los nombres a esta denomina­
pertenecen mejor que a cualquier ción de ideas distintas y confusas,
otro nombre. de significación
· dife- y que sin la consideración de los .
rente.. nombres distintos, tomados por sig-
TEo.-Este cuadro, cuyas partes nos de cosas distintas, sería muy
se ven distintamente, sin conocer su aventurado decir qué es una idea
resultado, sino mirándolas de una confusa.
manera determinada, se parece a 1a TEo.-Sin embargo, acabo de_ ex-
idea de un montón de piedras, que ·plicarlo sin considerar los nombres, -
es verdaderamente confuso 1;10 sola- ya en el caso en que la confusión
· mente én vuestro sentido, sino tam- es tomada, como vos la tomáis, por
bién en el mío, hasta que se cono- lo que yo llamo oscuridad, ya en
cen precisamente su· número y de·- el caso en que es tomada en mi sen­
más propiedades. Si hubiera treinta tido, sea por la falta de análisis de
y seis (por ejemplo) , no se sabría, la noción de que se trata. Y he d�­
al verlos amontonados y sin orde, mostrado también que toda idea os­
nar, que pueden formar un triángulo cura es, en efecto, indeterminada e
· o un cualirado, porque 36 es un - incierta, como en , el ejemplo de la
maria, en efecto, porque. 36 es un
número cuadrado y también triangu- 1_ J. F. N1cERON: La perspectiva cu-
lar. Así es como, considerando una riense, 1638, libr. 2-4.
200 LEIBNIZ·
bestia de piel manchada, que _se ha quieren resolver muchas veces por
visto, y en el que se sabe que es medio de distinciones, 12.ero que a
preciso añadir aún alguna cosa a menudo no sirven más qt'le para au­
esta noción general, sin acordarse mentar la confusión, sustituyendo
concretamente de lo que es· ese algo; un término vago y oscuro por otros ·
de modo que el primero y el tercer más vagos aún, como lo son· aque­
defecto que vos habéis especificado llos que los. filósofos emplean en sus .
son una misma e.osa. Sin embargo, distinciones sin haber hecho antes
es muy cierto que el abuso de las · buenas definiciones.
palabras es una gran fuente de J;:rro­ § 12. FIL,-Si hay alguna otra
res, pues da origen a cierta clase de confusión · e·n las ideas además de
errores de cálculo, como si al calcu­ aquella que . mantiene · una secreta
lar no se marcase bien el lugar del relación con 'los nombres; ésta por
tanto, o si se escribiesen tan mal lo. menos siembra. más que otra al­
las notas numéricas que no púdié­ guna el desorden en los pensamien­
semos discernir un 2 de un 7, o si tos y en los discursos de los ·hom­ ·
se lo omi_tiese o cambiase por equi­ · bres. .
vocación. Este abuso de las palabras TEo.-Estoy de acuerdo; pero al­
consiste, en no hacerlas. correspon-_ gunas veces se añade. también algu­
der con "ideas, o de atribuirles una na noción de la cosa y del fin que
idea imperfecta en parte vacía y, por. perseguimos al servimos del hom­
decirlo así, en blanco; en estos dos bre, , como por ejemplo cuando se
casos hay algo de vacío y sordo en habla de la Iglesia muchos piensan
el pensamiento que no es cubierto en un gobierno, mientras · que otros
. por el nombre; o, por último, el piensan en la verdad de una doc­
defecto consiste en atribuir a la pa­ trina.
labra ideas diferentes, ya porque es­ FIL.-El medio de prevenir esta
temos inseguros de · cuál debemos confusión· es aplicar constantemente
escoger, lo que hace la idea oscura, el mismo nombre a un conjunto_ de
tanto como en el caso en que una ideas simples, unidas ·en número fi­
parte. es sorda; ya sea que las esco­ jo en un orden· determinado. Pero
jamos sucesivamente y que nos sir­ como esto no se acomoda a la pe­
.vamos, unas veces de una y otras reza ni a la vanidad _de los hombres,
de otra,,· por el sentido de una mis­ ;_
y no puede servir más que a la de­
ma palabra en un mismo razona­ fensa y al descubrimiento de la ver­
miento, de manera capaz de causar dad, que no es siempre el fin que
el error, sin considerar que tales . persiguen, tal exactitud es una de
ideas no concuerdan. Así, el pensa­ esas cosas que más bien se debe de­
miento incierto es o vacío, o sin sear que esperar. La aplicación va- ,,
idea,. o fluctuante entre varias ideas; ga de. los nombres a ideas indeter­
lo. cual constituye un perjuicio, tan­ minadas, variables y que son casi
to cuando. se quiera designar alguna puras _naderías (en los pensamien­
cosa determinada, como cuando se tos sordos) sirve, de un lado, para
quiera dar a la palabra cierto sen­ cubrir nuestra ignorancia, y de otro
tido que responda o a aquel de que para confundir y embarazar a los
nosotros nos hemos ya servido, o demás, lo que pasa por verdadero
a aquel de que se sirven los demás, saber -y por señal de superioridad
sobre todo en el lenguaje ordina­ en los hechos de conocimiento.
rio, común a todos o común a las TEo.-También ha contribuido
personas . del oficio. Y de aquí na­ mucho a esa confusión del lengua­
cen una . infinidad de disputas va­ je la afectación · de elegancia y de
gas y vanas en _la conversación, en buen estilo, pues para· expresar los
los auditorios y en los -libros, que se pensamientos . de una manera bella
,-

.,,
,,.

NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 201

y agradable no se privan algunos embargo, que las ideas compuestas


de dar a las palabras� por una es­ pueden. ser muy claras y muy dis­
pecie de tropo, un sentido un poco tintas por un lado, y muy oscuras
diferente del ordinario, unas veces y confusas por otro.
más general o más limitado, lo que TEo.-No hay motivo de duda;
se llama sinecdoque, y · otras trans­ por ejemplo, tenemos ideas muy pre­
ferido según la relación de las co­ cisas de un gran número de las par­
sas cuyos nombres se cambian, que, tes sólidas visibles del cuerpo hu­
es, o de concurso en las metoni­ mano, pero no. de los líquidos que
mias, o de comparación �m l,as me­ en ellas existen.
táforas sin hablar de la iroma, que. F1L.-Si un hombre habla de una
se srrv'e del término contrario. Así figura de mil lados, la idea de esta
es como se llaman estos cambios figura puede ser muy oscura en su
cuando son reconocidos; pero rara espíritu, aunque la del número sea
vez se reconocen. Y en esta inde­ muy clara.
terminación del lenguaje, en la que TEo.-Ese ejemplo no es oportu­
se carece de una especie de ley que no; un polígono regular de mil la­
regule la significación de las pala­ dos es conocido tan precisamente
bras, como la que existe en . cierto como el número milenario, porque
modo en el título de los digestos se puede descubrir y demostrar en
de derecho romano, de verborum él toda. clase de verdades.
significationibus, las personas más FIL.-Pero no hay idea precisa de
juiciosas, cuando escriben para lec­ una figura de mil lados, de suerte
tores ordinarios, se privarían de lo que se la pueda distinguir de. otra
que presta encanto y fuerza a sus ex- · que no tenga más que novecientos
•presiones, si quisieran sujetarse a noventa y nueve.
las I significaciones fijas de. los tér- · TEo.-Ese ejemplo demuestra que·
minos. Basta que tengan cwdado de se confunde aquí lá idea con la ima­
que su variación.no dé origen a nin­ gen. Si alguno me propone un polí­
gún error ni razonamiento falso. La gono regular, la vista y la imagina­
distinción de los antiguos entre la ción no me podría hacer compren­
manera de • escribir esotérica, es de­ der . los mil ángulos; yo no tengo
cir, popular, y la acroamática, re­ sino una idea confusa de su figura­
servada para los que se 'ocupan en y de su número, hasta que logro
. descubrir la. verdad, tiene aquí su precisar · el número contando. Pero
. lugar. Y si alguno quisiera es�ribir una vez habiéndolo encontrado co­
matemáticamente en la metafísica o nozco muy bien la naturaleza y las
en la moral, nada le impediría ha­ propiedades del polígono propuesto,
cerlo con rigor. Algunos han hecho en cuanto son las del quiliágono, y
profesión de ello y nos han prome­ sería preciso que tuviésemos la ma­
tido demostraciones fuera de las ma­ yor finura de sensibilidad y de ima­
temáticas; pero rara vez lo han con­ ginación para distinguirlo por este
, seguido. Y es, yo ·creo, que se han medio de un polígono que tuviese
cansado del trabajo que había que un lado menos. Pero el conocimien­
tomarse para un pequeñr;i nfímero to de la.s figuras, como tampoco el
de lectores, en lo qtie se podia pre­ uso de los números, no depende de
guñtar, como en Persis, quis Jeget la imaginación, aunqu� ésta sea un
haéc, y responder: vel duo _vel n_emo. auxiliar; y un matemá,tico puede co­
Creo, sin embargo, que s1 lo mter­ nocer exactamente la naturaleza de
pretárama. como es debido, no ha­ un eneágono y de un decágono por­
bría motivo para arrepentirse. Y .he que posee los medios de fabricarl?s
estado tentado de ensayarlo. y examinarlos, aunque no pueda dis­
§ 13. FIL.-Me concederéis, sin cernirlos a simple vista. En verdad
202 LEIBI'gZ
que un obrero y wi ingeniero que reina la misma confusión de la ima­
quizá no conozca suficientemente la· gen con la idea. Nosotros tenemos
naturaleza· de estas figuras podrá te­ una idea completa o ·,Usta de- la
ner sobre un geómetra la · ventaja eternidad porque poseemos su de­
pe que podrá discernirlos viéndolos finición, aunque no tengamos su
simplemente y sin medirlos,· así co­ imagen; pero no se forma la idea de
mo hay mensajeros o CL!!'gadores que los infinitos por la composición de
calculan el peso del fardo que tie­ las partes, y los errores que se come­
nen que llevar sin equivocarse en ten razonando sobre el infinito no
una libra, en lo que sobrepujan al proceden del defecto de la imagen.
· más hábil físico del mundo. Es ver­ § 18. FIL.-Pero, · ¿no es verdad
dad que este conocinúento empírico, que cuando hablamos dé la divisi­
adquirido por un largo ejercicio, bilidad de la materia hasta el infini­
puede tener gran utilidad para obrar to, aunque tengamos ideas claras. de
1·ápidamente, como un ingeniero tie­ la división, no las· tenemos sino muy
ne necesidad 'de .hacerlo muchas ve­ oscuras y ml,!y confusas de las par-·
ces a causa del peligro a que se tículas? Pues yo pregunto: si un
expone demorándolo, Sin embargo,
r esta hombre coge el más pequeño átomo
imagen clara, o ese sentimiento de polvo que pueda ver, ¿tendrá ·al­
preciso que se - puede tener de un guna idea distinta entre la 100.000,ma
decágono regular o de un peso de y la l.000.00Q.mn partícula de este
99 libras, no constituye· más que átomo?
una idea confusa, p,orque no sirve Too.C...:..Es el núsmo quid pro quo
para descubrir la naturaleza y las de la imagen por la _idea que. tanto
propiedades de ese peso o de un de­ me asombra ver confundidas; no se
cágono regular, lo que exige una trata en modo alguno . de tener una
idea clara. Y este ejemplo sirve para imagen de un objeto tan pequeño.
entender mejor la diferencia de las Es imposible, conforme a la presen­
ideas, o más bien la de la idea y te cpnstitución de nuestro cuerpo,
la imagen. tener e�a imagen, y si la pudiésemos
- · § 25. FIL.-Otro ejemplo: nos in- :tener sería casi como la de las cosas
clinamos a creer que tenemos una que nos aparecen hoy aperceptibles;
idea ositiva y completa de la eter­ pero en recompensa, lo que es ac­
nida¡, lo que equivale a decir que · tualmente objeto de nuestra imagi­
no hay ninguna parte de esta dura­ nación· nos escaparía, y sería demas
ción de que no tengamos un conoci­ siado grande para ser imaginado. La
miento claro; pero, por grande que magnitud en sí misma· no tiene imá­
-�- sea la duración que nos representa­ genes, y las que de ella se tienen
mos, como se trata de una extensión no dependen sino de la compara­
sin límites, hay siempre una parte ción con los órganos o con �os ·de­
. de la idea más allá de nuestra repre­ más objetos, y es inútil en este punto
sentación que permanece oscura e in­ emplear la imaginación.. Así parece,
determinada; y de aquí proviene que por todo lo que vos me habéis di­
en las disputas y los razonamientos cho aquí, que nos complacemos en
que recaen sobre la eternidad o cual­ crear dificultades. sin motivo, pidien­
quier otro infinito; estamos sujetos do más de lo que hace falta.
a enredamos en absurdos . .mani-
,
fiestos. CAPÍTULO XXX
TEo.----Este ejemplo no me parece
cuadrar tampoco a vuestro designio, De las ideas reales y qUiméricas
pero es muy. apropiado· para el mío,
que es desengañaros de vuestras § 1. F1L.-Las ideas, con rela­
ideas sobre este punto. Pues en ellas ción· a las cosas, s?n o reales o qui-
NUEVO TRATADO· SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 203

méricas, o completas o µ1completas, les están comprendidas varias sim­


o verdaderas o falsas. Por ideas rea- ples bajo un mismo nombre tienen
les entiendo aquellas que tienen un algo de volutario, pues uno' admite
fundamento- en la naturaleza y que en la idea compleja que tiene del
son conformes a un ser real, a la oro o de la justicia, ideas simples
existencia de Jás cosas o a los arque­ que otro no admite.
tipos; dé lo contrario, son fantásti- TEo.-El espíritu es también ac­
cas o quiméricas. . tivo respecto de las ídeas simples
T1!0.-Hay un poco de oscuridad cuando las separa unas de otras para
en esta explicación. La idea puede considerarlas aisladamente, lo · que
tener un. fundamento en la natura­ es un acto de voluntad, tanto como
leza sin ser conforme a este funda­ -la combinación de varias ideas, ya
mento, como cuando se pretende que lo haga para prestar atención a una
los sentimientos que tenemos del idea compuesta que de ellas resulte,
color y del calor_no se parecen a ya para comprenderlas bajo el nom­
ningún original o arquetipo. Una bre dado a la combinación, Y el
idea será también real cuando sea espíritu no podría · aquí engañarse,
posible, aunque no corresponda a siempre que no uniese ideas incom­
ningún ser existente; de lo contra­
rio, si todos los individuos de una patibles y siempre. que este nombre
serie se perdiesen, la idea de la es­ no sea aún virgen, por decirlo. así;
pecie se convertiría en quimérica. es decir., que no se le haya atribuido
§ . 2. F1L.-Las · ideas simples to­ ya alguna noción que podría causar
das son reales, pues aunque, según una mezcla con 1a que . se le atri­
muchos, la blancura y lá friáldad no buye luego, y dar lugar o a nocio­
están én la nieve, como no está en nes imposibles, uµiendo lo que ·no
ella el dolor,· sin embargo sus ideas puede ir unido, o a nociones. super­
son en nosotros efectos · de poten­ fluas y que contengan alguna obrep­
ciiis . afectas a las cosas exteriores, y ción,: uniendo ideas, una de las cua­
estos efectos contantes no sirven pa­ les puede y clebe ser derivada de la
ra distinguir las cosas como si fue­ otra por demostración.
ran · imágenes exacta_s de lo que exis­ § 4. FJL.-No teniendo los mo­
te en las cosas rnis�?S, dos mixtos y las relaciones otra rea- •
TEo.-Ya· he examinado este pun­ lidad que la que tienen en el espí­
to más arriba; pero parece por e;sto ritu· de los hombres, lo úriico que
que no se pide siempre . una confor­ se requiere para hacer que estas cla­
midad con un arquetipo, y, según ses de ideas sean reales es la posi­
la opinión (que yo no comparto, sin bilidad de existir o de · coexistir
embargo) de los que conciben ·que unidas.
. Dios nos ha asignado arbitrariamen­ TEo.-Las relaciones tienen una
te ideas destinadas a significar la realidad dependiente del espíritu,
cualidad de los objetos, sin que ha­ como las verdades; pero no del es­
ya semejanza ·ni aun relación natu­ píritu de los hombres, ya que hay
ral, habríá tan poca conformidad en una suprema inteligenqia que las dé­
esto de nuestras -ideas con los arque­ termiqa todas siempre. Los modos
tipos como la hay en las palabras mixtos, que son distintos de las re­
de que nos servimos en las lenguas laciones, pueden ser accidentes rea­
con· las ideas o con las cosas mis­ les. Pero, dependan o no dependan
mas. del espíritu, · basta para la realidad
· § 3. ElL.-El espíritu es pasivo de sus ideas que esos modos sean
respecto ae sus ideas simples; pero posibles o, lo que es lo mismo, in­
las combinaciones que hace para . teligibles distintamente. Y para ese
formar ideas compuestas, en las cua- efecto, es preciso que· los ingredien:
204 LEIBNIZ

tes sean componibles, es decir que cia efectiva, como hacen los que
puedan estar juntos. sueñan con la piedra filosofal, o co­
§ 5. FIL.-Pero las ideas com­ mo harían los que creyeeen que hay
¡�- puestas de las sustancias, estando una nación de centauros. De lo con­
como están todas ellas formadas con trario, no rigiéndonos más que por
relación a · las cosas que están fuera la existencia, nos apartaríamos sin
de nosotros, y para representar las necesidad del lenguaje corriente, que
sustancias tal como existen real­ no permite que se diga que el que
mente, no son reales sino• en cuanto habla en invierno de rosas o de cla­
son combinaciones de ideas simples veles habla de una. quimera, a me­
realmente, unida!! y coexistentes. en nos que no .crea poder hal�arlos en
las .cosas que coexisten fuera·. de su· jardín, como se contaba de .t\J­
nosotros. Por el contrario, son qui­ berto Magno o de algú,1 otro su­
méricas las que están compuestas ·puesto mago.
de tales colecciones de ídeas sim­
ples que no· han estado nunca real­
mente unidas y gue · jamas se halla­ CAPÍTULO XXXI
" ron juntas en 'ninguna sustancia,
como son las que forman un · cen­ De las ideffs completas e incompletas
tauro, un cuerpo que se parece al
oso, excepto .el peso, y más ligero § 1. FIL.-Las ideas reales son
que. el agua; un cuerpo similar con completas cuando representan per­
relación a los sentidos, pero dotado fectamente los originales de donde
de percepción y movilidad volun­ supone el espíritu • qu_e · proceden, y
taria, etc. a los cuales se refierc:n. Las ideas
TBo.-De esta . manera, tomando incompletas, por el contrario, repre­
el término de real y de quimérico sentan sólo una parte de estos ori­
en otro sentido con relación a las ginales. § 2. Nuestras ideas simples
ideas de los modos que con relación son todas completas. Lás ideas de
. a las que forman un.a cosa sustan­ blanco o de · dulce que se refieren
cial, no ven qué noción común a al azúcar son completas, pues basta
ambos casos dáis 'a las ideas reales que correspondan exactamente a las
o quiméricas, pues los modos os · potencias que Dios ha puesto en este
parecen reales cuando son posibles, cuerpo para provocar estas sensa­
y las . cosas sustanciales no os pare­ ciones.
ce que tienen ideas reales más que TEo.�mo veo, vos llamáis ideas
cuando existen. Pero si . queremos completas o incompletas a _aquellas
referimos a la existencia, no podría­ ideas que vuestro autor favorito lla­
mos apenas determinar si unf:!. idea ma adecuadas o inadecuadas; se las
es quimérica o no, porque lo que es podría lla�ar acabadas o no aca­
posible, aurique no. se encuentre en badas. Anteriormente definí yo la
el tiempo o en el lugar en que esta­ idea acabada (ideam adequatam),
mos, puede haber existido en otro aquella que es tan clara que todas
tiempo, o existirá quizá un día, _o sus partes constitutivas se distinguen
podrá existir actualmente en otro claramente, como podemos decir
mundo o aun en el nuestro, sin que más concretamente de la idea de
· sepamos, como la idea que Demó­ número. Por el contrario, una idea,
crito -tenía de . la vía láctea y que aun cuando sea clara· y encierre en
los telescopios han comprobado; de sí la definición, o sea los caracteres
suerte que parece lo mejor decir necesarios y suficientes del objeto,
que - las ideas · posibles son quimé­ puede ser inadecuada o inacabada
ricas sólo cuando se les atribuye sin si aquellas notas o partes constitu­
fundamento la idea de la existen- tivas no todas son conocidas de una

L.__________ ____ _.,


j
,, ....
1
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 205

manera clara. Así por ejemplo, el § 3. FIL.-Pasemos ahora de las


oro es un metal que resiste a la · ideas simples a las ideas complejas,
,copela o agua fuerte; esta es una que se refieren a los modos o a las
idea clara, pues contiene la nota del sustancias. Las ideas de los modos
oro o su definición; pero no acaba­ son combinaciones voluntarias de
ba, porque la naturaleza del proceso . ideas simples que el espíritu reúne
que se realiza en la copela y la sin pensar en ciertos · arquetipos o
acción del agua fuerte no nos son modelos reales actualmente existen­
suficientemente conocidos. De aquí tes. Son completas y han de • serlo,
que cuando sólo poseemos una idea pues· no son copias de cosas, sino
no acabada, unos y el mismo objeto arquetipos que el espíritu se forma
l)Uede ser capas de varias definicio­ · para agrupar, por medio de ellas,
nes independientes, hasta el pµnto los objetos bajo · ciertas denomina­
de que no se puedan derivar una de ciones. Por lo mismo, nada les falla,
otras ni saberse de 11t1temano que pues cada una de ellas representa i
convienen a un mismo objeto; y en una combinación de ideas tal como
este caso sólo la experiencia nos en­ el espíritu· ·quería figurársela, y po­
seña que le pertenecen todas a la see con esto aquel grado de per-.
vez. Así, el oro puede también ser fección - que el espíritu quería alcan­
definido como el cuerpo más pesa­ zar; y no se concibe que el enten­
do o maleable que conocemos, sin­ dimiento pueda poseer una idea más
contar otras definiciones que tam­ perfecta o acabada de un triángulo.
bién podemos imaginar. Pero sólo que la de una figura de tres lados
cuando el hombre penetra profun­ ' y tres ángulos. El que a las ideas
damente en la naturaleza de las co­ del peligro, de la realización de un
sas, porque el metal más pesado pue­ acto, de la confusión en que el te-
de resistir aquellas dos pruebas de mor nos pone y de la reflexión · se­
los experimentadores, mientras que rena, añade la de - una rápida deci­
en la geometría, de la que poseemos sión� sin dejarse iptpresionar por el
ideas acabadas, sucede otra cosa, temor, ese ha •formado la idea del
pues en ella podemos demostrar que valor y encuentra en ella todo lo
los cortes hechos en un cono y en . que buscaba; a saber; una idea com­
un cilindro son figuras iguales, es pleta conforme a su voluntad. Otra
decir, elipses, lo cual ,no se nos · cosa sucede con las ideas de las
puede ocultar, si bien. lo considera­ sustancias, en las cuales nos referi.'
mos, porque en este punto posee­ mas a algo que realmente existe.
mos conceptos adecuados. Para . mí, TEo.-Las ideas del triángulo 'o
la división de las ideas en acabadas del valor, tienen su realidad en la
.
y no acabadas es una subdivisión posibilidad de las cosas tanto como ·
de las ideas claras, mientras que las la idea del oro. Pues por lo que
ideas confusas de que vos habláis, se refiere a la naturaleza de la idea,
como las que tenemos de lo dulce, es indiferente si se han formado
no merecen en mi· opinión ese nom­ antes de la experiencia o después
bre, púes si bien expresan la facul­ de la . percepción de una combina­
tad por la cual es producida la im­ ción que la natura había hecho. Del
presión sensible, no la expresan de mismo modo, la relación en virtud
una manera adecuada, o por lo me­ de la cual engendramos los modos
nos no podemos saber si la expre­ no es ta�poco arbitraria o capri­
san; pues si comprendiéramos el con- chosa, pues se podría combinar ideas r
. tenido de4,sta nuestra idea de lo dul­ inconciliables, como lo hacen, por
ce, podríamos juzgar si bastaba o no ejemplo, los que quieren inventar
para damos cuenta de todo lo que la una máquina de movimiento perpe­
experiencia nos hace apreciar. tuo: mientras que se pueden inven-
206 LBtnNIZ
tar otrás máquinas buenas y útiles falsedad de las ideas; pero como es­
que en nuestro mundo no tienen tás distintas sigñificaciones no coin�
otro arquetipo que la idea del in­ ciden ni pueden ser rellucidas có­
ventor, que a su vez tiene por ar­ modamente a un concepto común.
quetipo la posibilidad de las cosas yo preferiría llamar verdaderas o fal­
o la· idea divina. Y sin embargo, es­ sas ·a las ideas refiriéndolas a otra
tas máquinas son algo sustancial. tácita -afirmación qÚe todas encie­
,Podemos t11mbién imaginar modos rran: la posibilidad del objeto. En
-,imposibles, como si nos representá• este sentido las ideas posibles serán
semos el paralelismo de las parábo­ verdaderas, y las imposibles, falsas.
las, pensando en dos parábolas, pa­
ralela la una a la otra, como hay
dos rectas o dqs -círculos paralelos. CAPÍTULO XXXIII
Por. consiguiente, una idea, ya sea
� la de un modo o la de una cosa De la asociación de ideas
sustancial, puede · ser completa o in­
completa, según se entiendaq. bien § 1. FIL.-Frecuentemente nota­
o mal la� ideas parciales que inte­ mos en los razonam.ientos de las
gran la idea total, y el signo .carac- personas algo singular, y todo el
- terístico de una idea acabada es mundo está sujeto a ello. § 2. Y es­
que nos haga .conocer perfectamente 'to no proviene únicamente de ter­
la posibilidad del objeto. quedad o amor propio, pues muchas
veces personas dotadas de un buen
CAPÍTULO XXXII corazón son culpables ' de· este de­
fecto. Tampoco basta apelar para
su explicación a la educación o a
De las ideas verdaderas y las falsas los prejuicios. § 4. Es más bien una
especie de locura, y estaríamos lo­
§ l. La verdad o falsedad son cos si obrásemos siempre así. §. 5.
cosas que sólo convienen · a los jui­ Este defecto proviene de una· rela­
cios, ,de lo que se sigue que cuando ción no natural de las ideas que
se habla de ideas verdaderas o fal­ trae su origen del azar o del hábi­
sas comprendemos en ellas un jui­ to. § 6. Las inclinaciones ·y los in­
cio a una afirmación tácita. § 3. Sé tereses influyen también. . Ciertas
supone entonces q_ue dichas ideas huellas del curso frecuente de los
coinciden con algo· (§ 5), sobre to­ espíritus animales se convierten en
do con aquello que otros designan caminos frecuentados; cuando repe­
con su correspondiente nombre (poi: timos una canción encontramos - es­
ejemplo, los que hablan de la jus-. tas huellas desde el principio. § 7.
ticia), o también con lo que existe . De aquí provienen las simpatías o
realmente (como sucede respecto antipatías, que no nacen con noso­
del hombre y no respec;to del cen• tros. Un niño come demasiada miel'
tauro), o finalmente con la esencia y le hace daño, y •luego, cuando ya
de que dep�ndan las cualidades de es un hombre hecho, no puede oír
las cosas; y en este sentido, las ideas la palabra miel sin sentir náuseas.
, que generalmente nos formamos de § 8. Los niños son muy accesibles
las sustancias serán falsas si bajo a estas impresiones, y es preciso te­
ellas comprendemos ciertas formas nerlo en cuenta, § �- Esta asociación
sustanciales. Por lo demás, mejor irregular de las ideas ejerce una gran
sería llamar a las .ideas legítimas o influencia en todas nuestras acciones
· ilegítimas que verdaderas o falsas. y pasiones naturales y morales. § 10.
TEo.-):'o creo que podría enten­ Las tinieblas despiertan en los niñós
derse en ese sentido la verdad o la idea de los espectros, a causa de
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 207

los cuentos que han oído. § 11. No nas instruidas y de muy· buen sen­
pensamos el) · un hombre a quien tido, y que están muy por encima
odiamos sin pensar en el mal que de las supersticiones, no podrían re­
nos ha hecho o que puede hacer- solverse a hacer el número trece en
. nos. § 12. Evitemos la alcoba en la mesa sin desconcertarse· en · ex­
que hemos visto morir a un amigo. tremo por háber sido herida ant.año
§ 13. Una madre que ha perdido su imaginación por 1a idea de que
a un hijo querido pierde algunas uno ha de morir dentro del año.
veces con él toda su alegría, hasta Hubo un gentilhombre que habien­
que el · tiempo borra la impresión de do recibido en su infancia un pin­
esta idea, lo que algunas veces no· chazo de un alfiler mal prendido,
se consigue. § 14. Un hombre cu­ no podía jamás ver un alfiler nial
rado radicalmente de la rabia por prendido sin estar a punto de des­
una operación extremadamente do­ mayarse. Un primer ministro que
lorosa se reconoció obligado duran­ ostentaba en 1a· Corte de su señor
te toda su vida al que le hizo esta el nombre de Presidente, se sintió
operación, pero no podía · soportar ofendido por el título del libro de
su presencia. § 15. Algunos odian · Oc�avio Pi�3!1i, llamado · "Licurgo'?
los libros toda su vida a causa de e hizo escnbrr contra este libro, por­
los malos tratos que recibieron en que el ·autor, al hablar de los fun­
las escuelas. El que ha alcanzado cionarios judiciales, que creía super­
en alguna ocasión cierto ascendiente fluos, había enumerado también a
· sobre otro le conserva· siempre, § 16. los presidentes, y aunque este voca­
Hubo un hombre que aprendió a blo, en la persona de este ministro,
bailar perfectamente, pero· que no significaba otra cosa, se había iden- ·
podía hacerlo cuando no había en tificado de tal modo coñ la palabra
la habitación un cofre semej�nte al que se sentía vejado. Y uno de los
· que veía en la que aprendió a hal­ casos más ordinarios de las asocia­
lar. § 17. Esta misma relación no ciones no naturales, capaces de en­
natural la encontramos en los hábi-. gañar, es el de las palabras de las
_ tos intelectuales: Relacionamos la cosas, aun cuando hay. equívoco. Pa­
materia con el 15er, como si en ello ra comprender mejor la fuente 'de
no hubiera nada inmaterial. § 18: la relación no natural de las ideas,
Nuestras opiniones están condicio­ es preciso considerar lo que ya he
nadas con el partido o secta a que observado anterioimenté (cap. XI,
pertenecemos en la filosofía, en la § 1) al hablar de los razonamientos
religión y en la política. de· las bestias: que el hombre, tanto
como la bestia, está sujeto· a unir
TEo.-Esta observación es impor­ por su memoria y por su imagina.:
tante y de mi conformidad, y la po­ ción lo que ha impresionado a un
dríamos corroborar· por una infini­ mismo tienipo sus · percepciones y
dad de ejemplos. Descartes tuvo en sus experiencias. En esto consiste .
su juventud un amigo . muy querido
todo el razonamiento de 'las bestias,
que era bizco, y durante toda su vi­ si así podemos llamarle, y algunas
da no pudo corregirse de cierta in­ veces los de los hombres, en cuanto
clinación por aquellos que tenían son razonamientos empíricos y no
este defecto. Hobbes, otro gran fi. se rigen más que por los sentidos
lósofo, no podía, según cuentan, per­ y por fos ejemplos, sin examinar si ·
manecer en un lugar oscuro flin sen­ se da la misma razón. Y como fre­
tir atormentado su espíritu por la cuentemente las razones nos son des-
imagen di. los espectros, aunque no
creía en ellos, conservando esta im­
• l PIZANI
presión de los cuentos que le habían ·liana,
(Octavio), jurisconsulto ita,
autor del Lycurgus seu Leges
contado en su niñez.· Muchas perso- promptam justitiam p_roin_oventes.
208 LEIBNIZ

conocidas, es preciso tener en cuen­ encontraron allí juntas en aquel mo­


ta los ejemplos en la medida que mento tan fuerte y duraderamente,
son frecuentes, pues . entonces la es­ y nos confiere la misma tinclinación
pera o la reminiscencia de otra per­ a ligarlas y a esperarlas la una tras
cepción, que _con ella está ordinaria­ la otra, como si una larga costum­
mente ligada, es· razonable, sobre bre hubiera confirmado la conexión;
todo cuando. se trata de precaverse. así encontramos aquí el mismo efec­
Pero como la vehemencia de una to de la asociación, aunque no en­
impresión muy fuerte hace muchas contremos la misma razón. La auto­
veces tanto efecto como la frecuen­ . ridad, el sectarismo, la costumbre,
cia y la repetición de-varias impre­ producen también el mismo efecto
siones mediocres podría hacer a la que la _experiencia y -la razón, y no
larga, sucede • que esta vehemencia . es fácil · librarse de estas inclinacio­
graba en la fantasía una imagen tan nes. Pero no sería difícil precaverse
profunda y viva como una larga ex­ del error en lós juicios si los hom­
periencia. De aquí n.roviene que al­ bres se aplicasen seriamente a la .
guna impresión fortuita pero violen­ búsqued¡¡ de la verdad o procedie­
ta une en nuestra imaginación y en sen con método cuando reconocen
nuestra memoria dos ideas que se que les es ,import�nte encontrarla.

'1
1
LIBRO TERCERO
1'
DE LAS PALABRAS
1
CAPÍTULO I

De las palabras o del lenguaje en general

§ 1. FIL.-Habiendo hecho Dios FIL.-Muy bien; y para cultivar


al hombre , para vivir en sociedad, mejor esta socieda� • es para lo que
no sólo le ha inspirado ·el deseo y el hombre tiene sus órganos dispues- ·
le ha hecho sentir la necesidad de tos de manera que son propios para
vivir con sus semejantes, sino · que formar sonidos articulados que Ha­
le ha dotado de la facultad de ha- mamas palabras.
blar, que debía ser el gran instru- TEo.-Por lo que se refiere a los
merito y el lazo común de esta so- órganos, los monos los poseen apa­
ciedad. De aquí provienen fas pala- · · renteniente tan adecuados como
bras que sirven para re_P.resentar Y nosotros para formar las palabras,
aun para explicar las ideas. ·
y sin embargo no vemos que ha-
Tlio.-Mucho . me agrada veros gan ninguna tentativa para ello. Por
muy distante del sentir de Hobbes, Jo tanto, es de· suponer que les falte
que no concede que e! ?ombre, �a- alguna cosa invisible. Hay que te­
ya sido hecho para vivir en soc�e- ner en cuenta también · que se podría ·
. dad, afirmando que. a .ello se ha vis- · hablar, es decir, hacerse entender­
to obligado por Ia· necesidad Y por por los sonidos de la boca sin for­
la perversión de su especie. Pero no mar sonidos articulados, si nos sir­
pensó que los hombres mejores, viéramos de los tonos de música
exentos · de toda maldad, se habían para este fin; pero haría falta más
· de unir para lograr mejor su fin, arte para inventar un lenguaje de
como los .. pájaros. se agrupan para tonos, mientras que el de las pala­
viajar mejor en compañía, Y como bras ha podido ser formado y per­
las castores se unen por .centenares feccionado, poco a poco, por_ per­
para hacer grandes diques, lo q1:e senas que se encontraban en el es­
no podrían conseguir en menor nu- tado natural. Hay sin embargo pue­
mero; y estos diques les son nec�- bles, como el chino, que por medio
sarios para hacer por este medio de modulaciones y acentos varían
depósitos de agua o pequeños estan- sus palabras, que poseen e:n corto
ques, en los cuales construyen sus-· número. Este era el pensamiento de
cabañas y pescan peces, de los coa- Golius,1 célebre matemático y gran
les se· nutren. Este es el fundamento conocedor· de las lenguas, que creía
de las soc�dades de animales, aptos r
para consfituirlas, y de ningún mo� 1 Goll o Golius . (1596-1667-), natu­
· do el temor a sus semejantes, que ralista y matemático célebre, profesor
- casi no existe en -las bestias. de la Universidad de Leyden.
209

'--'-'------.....:.------ - --- --- ---·- ------------'


210 LEIBNIZ
que su. idioma era artificial;. es de­ sible hablar si no hubiese más que
cir, que fue inventando de una vez nombres propios y no apelativos; es
por algún hombre hábil para esta- . decir, si no· hubiese pattlbras más
. blecer un-intercambio de palabras que para los individuos, pues en to­
entre muchas naciones diferentes do momento aparecen individuos
que habitaban ese gran país que nuevos, accidentes y particularmente
Mamamos China, aunque esta len­ acciones, que son lo que más se de­
gua pudiese estar alterada actual­ signa; pero si por. cosas particulares
mente por un largo uso. se entiende las más bajas especies
§ 2. FIL.-Así como los orangu­ (species infimas), además de ser di­
tanes y otros monos tienen los ór­ fícil muchas ·veces determinarlas, es
ganos sin formar palabras, se. puede evidente que son ya universales fun­
decir que los loros y algunos otros dados en la • semejanza. Por consi­
pájaros tieneff las palabras sin po­ guiente, como no se trata más que
seer el lenguaje, pues se puede en­ de la semejanza m�s o menos exten­
señar a estos pájaros y a. otros· inu­ dida, según se hable de géneros o
chos a formar sonidos bastante dis­ especies, es natural señalar toda cla­
tintos; sin embargo, en manera al­ se de semejanzas. o . conv�niencias, y
guna son capaces de lenguaje. úni­ por consiguiente emplear tépninos
camente el hombre está en situación generales de tpdos los grados, y aun

de servirse de estos sonidos como de los más gnerales, como están menos
signos de concepciones interiores, cargados respecto de las ideas o esen­
para de este modo poder transmi- . cias que ·encierran, aunque sean más
tírselas a los demás. · comprensivos con respecto a l9s in­
TEo....:...Creo que, en efecto, sin el dividuos a que convienen, han sido
deseo de hacernos entender jamás muchas veces los más fáciles de. for­
habríamos formado él l!lnguaje; pe­ mar y son los más útiles. Así vemos
ro una véz formado, el hombre se que los niños y los que conocen es­
sirve >de él para razonar a solas, casamente la lengua que quieren ha­
tanto por el medio que las palabras blar,. o la ·materia de que tratan, se.
le proporcionan para acordarse de ·sirven de términos generales, co�o
los pensamientos abstractos como cosa, planta; animal; en vez d.e em­
por la utilidad que encuentra, al ra- plear los términos propios, de que
. zonar, · al servirse de los caracteres carecen. Y es seguro que todos los
y de · los pensamientos sordos, pues ,nombres propios o individuales han
si hubiese que explicarlo todo y sus­ sido . originariamente apelativos o
tituir siempre las definiciones a los generales.
términos, se necesitaría · demasiado § 4. FIL.-Hay también palabras
tiempo. que los hombres emplean no para
§ 3. FIL.-Perq como la multipli­ · significar alguna idea,· sino la falta
cación de las palabras confundiría o ausencia de cierta idea, como na•
su uso .§i hubiera sido preciso un da, ignorancia, esterilidad.
nombre distinto para designar cada TEo.--'-No veo por qué no se ha
cosa particular, el lenguaje ha sido. de poder decir. que hay ideas priva­
aún perfeccionado por el uso de tér- · tivas, como hay verdades negativas,
minos generales, cuando significan pues el acto de negar es positivo.
ideas generales. Ya he dicho algo sobre esto.
TEo.-Los términos generales no· § S. FIL.-Sin metemos en dispu­
sólo sirven para la perfección de las tas sobre este punto, sería más útil,
lenguas, sino que son también nece� para !lCercarnos un poco más al· ori­
·sarios para su constitución esencial . gen de todas nuestras nq_ciones y
Pues si por cosas particulares se en­ . conocimientos, observar . cómo las
tienden las· individuales, sería impo- · palabras· que se emplean para for;
f NUEVO TRATADO SOJIRB EL ENTENDIMIENTO HUMANO 211

mar acciones y nociones completa­ dés poco afecto a la religión abusó


.mente alejadas dé los sentidos, traen de esta verdad (que los términos de
su origen de -las ideas sensibles, de· teología, de moral y de metafísica ·
donde son transferidas a significa­ están tomados, en su origen, de co­
ciones más abstl"!!_Sas. sas groseras) para poner en ridículo
TEo.-Es que nuestras necesida­ la teología y la fe cristiana en un
des nos han obligado a dejar el pequeño diccionario flamenco, en el
orden natural de las ideas, pues este que daba, de los términos definicio­
orden sería común a fos ángeles y nes o explicaciones, no como el uso,
a los. hombres y .a todas las inteli­ las pide, sino tales como parecen
gencias en general, y debería ser se­ darles la virtud originaria de las. pa­
guido por nosotros, si no atendié­ labras, y cambiándolas maliciosa­
semos a nuestros intereses; por tan­ mente; como, por otra parte, hubie­
to, ha sido preciso atenerse a aquel ra dado muestras de impiedad, se
que las ocasiones y los ,accidentes dijo que fue castigado en el Raspel­
a que nuestra especie está sujeta nos huys. Bueno. sería, sin embargo, con-
ha suministrado; y este orden no da . siderar esta analogía de las cosas:
el origen de las nociones,· sino, por sensibles e insensibles que ha sér­
decirlo así, .Ja historia de nuestros vido · de fundamento a los tropos; y·
descubrimientos. esto se extenderá mejor consideran­
F1L.-Muy bien; y el análisis de do un ejemplo muy extendido, como
las palabras es lo que nos puede· es el que suministra él uso de las.
enseñar, por los nombres mismos, preposiciones, como: a, con, de, en.
este encadenamiento, que el análisis ante, fuera, por, para, sobre, hacia,.
de los cónceptos no nos podría ré­ tomadas todas del lugar de la dis­
velar por la razón que vos mismo tancia y del movimiento, y transfe­
habéis · expuesto. Así, las palabras ridas después a toda clase de- cam­
siguientes: · imaginar, comprender, bios, órdenes, consecuencias, dife- -
referirse, concebir, insinuar, hastiar, rencias, conveniencias. A denota
inquietud, tranquilidad, etc., son to­ aproximacjón, · como cuando deci­
das tomadas de las operaciones de mos: "Yo voy a Roma"; mas como
las cosas sensibles y aplicadas ·a cier- , para relacionar una cosa. la aproxi­
tos modos de pensar. La palabra mamos a aquellas a que queremos
"espíritu" eri su primitiva significa­ unirla, decimos que una cosa está
ción equivale a · "sopló", y la de próxima a otra. Y además, como·
"ángel" significaba "mensajero". De hay una agregac!ón inmaterial, por­
donde podemos conjeturar qué clase decirlo así, cuando una cosa sigue
de nociones tenían los que prime­ a o_tra por sus razones morales,. de­
ramente hablaron estas lenguas, . y cimos que lo que sigue a los movi­
cómo-la naturaleza sugirió inopina­ mientos y voliciones de un inclividuo
damente a los hombres el origen y . pertenece a esta persona o a ella se
el principio de todos su_s conocimien- . refiere, como si mirase a esta per­
. tos por los nombres mismos. sona para ir junto a ella o con · ella.
TEo;-Ya os. he hecho notar que Un cuerpo está con otro cuando eg;..
en el credo de los hotentotes se tán en un mismo lugar; pero se
designa al Espíritu Santo por una dice también que una cosa está con
palabra que entre ellos significa un aquella que se encuentra en el mis,._­
soplo de viento benigno y suave. Lo mo tiempo, en un mismo orden, •O
mismo sucede respecto de la mayo­ parte de orden o concurre a una·
ría de las�emás palabras, y no siem­ . misma acción. Cuando se viene de
pre se ha reconocido esto, porque algún lugar, el lugar ha sido objeto
la mayor parte de las verdaderas eti­ de nuestra percepcion por las cosas,
mologías se han perdido. Un halan- sensibles que no3; ha, suministrado,.
212 LEIBNIZ

y lo es todavía en nuestra memo­ r!tl; pero no dejan de serlo por ra­


ria, que está llena de él; y de aquí zones unas veces naturales, en que
procede que _ ·e l objeto sea signifi� el - azar tiene parte, y ot�s morales,
cado .por la preposición de, como en las que interviene la elección.
<;:uando decimos: "Se trata de esto, Hay quizá algunas lenguas artifi­
·:se habla de esto"; es decir, como ciales que son todas de elección y
si de ella se viniese. Y como lo que enteramente arbitrarias, como se cree
e_stá encerrado en algún sitio o en que lo fue la de China, o como fo
algún todo se apoya en él y de él son las de Georgius Dalgarnus y del
es arrojado con él, los accidentes son - fallecido M. Wilkins, obispo de
considerados igualmente como en el Chester.1 Pero aquellas de las que
sujeto, sunt in subjecto, inhaerent se sabe que proceden de otras len­
�ubjecto. La palabra sobre se aplfca gu as yá conocidas, son de elección
también al objeto; se dice que se mezclada con lo que hay de natural
piensa sobre un problema, poco más y casual en las lenguas que ellas su­
o menos como se diría que un obre­ ponen. Lo mismo sucede con las.
ro está sobre la madera o sobre la que inventan- los ladrones para no
. piedra que trabaja . o · a la que da ser entendidos más qu.e por los _ de
forma; y como estas analogías son su banda,, que los · alemanes _llaman
en extremo viables y no .dependen Rotthwelsch;. los italianos, Lingua
de algunas nociones determinadas, zerga; los franceses, Narquois, pero
las lenguas varían mucho en el uso que están formadas generalmente
de estas · partícuJas y casos que rigen. sobre las lenguas · ordinarias que
las proposiciones, o bien en· los cua­ ellos conocen, ya ca�biando la sig­
les se encuentran sobreentendidas nificación de las palabras por me­
y encerradas virtualmente. táforas, ya creando nuevas pala­
bras por una composición o deri­
vación a su manera. También se
. CAPÍTULO II forman lenguas por el comercio de
los diferentes pueblos, ya mezclando
De la significación de las palabr_as indiferentemente lenguas emparenta•
das, ya, como es más frecuente, to,,
§ 1. FIL.-Como las palabras so� mando una de ellas por fundamento,
empleadas por los hombres para . estropeándola y alterándola, mez­
ser signos de sus ideas, se puede clándola y corrómpiéndola, despr!'­
preguntar, desde luego, cómo estas ciando y cambiando sus leyes, e in­
palabru han conseguido tal determi­ troduciendo en ellas nuevas pala­
nación, y todos están conformes en bras. La Lingua - Franca, que sirve
decir que ésto no sucede por nin­ para el comercio del Mediterráneo,
guna co�exión natural que existe está hecha del ititliano, y en ella
entr� ciertos sonidos articulados y · · no se observan las reglas de la gra-
ciertas ideas (pues en tal caso no
habría más que una sola lengua en­ 1 Dalgamus (Georges), nacido en
tre los hombres), sino por una. insti­ Aberdeen. Su obra (1661): Ars sig­
tución arbitraria en virtud de la cuál . norum vulgo character universalis et
tal palabra ha sido voluntariamente lingua philosophia es rarísima. Wilkins,
el signo de una determinada idea. obispo de Chester, nacido en 1614, cer­
TEo.-Ya sé que en -las escuelas ca de Daventry; muerto en 1672, es
y en todas partes se acostumbra a autor de una obra sobre el Descubri­
decir que ·las -significaciones de las _ miento del Nuevo Mundo, donde sos­
tiene la hipótesis de astros habitados.
palabras son arbitrarias (ex - insti­ Tiene un Ensayo sobre la lengua filo­
tuto); _ y es cierto que no están de­ sófica, con un diccionario conforme a
terminadas por una necesidád natu- este ensayo. Londres, 1668. Muy rara.

,,,
NUEVO TRATADO SOJIRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 213

mática. Un domiriico armenio con nemas alguna versión o paráfrasis


quien yo hablé en• París, había apren­ del comienzo del Génesis y de al­
dido de los suyos una especie de gunas otras· partes de la Historia
Lingua Franca, hecha del latín, que Sagrada, hecha por cierto Caedmon,
a mí me parecía bastante inteligi­ mencionada ya por Beda. ·Pero el
ble, aunque no tenía ni casos, ni libro más antiguo no sólo de las len­
tiempos, ni otras flexiones; y la ha­ guas ge�ánicas, sino de todas las
blaba con facilidad en virtud del lenguas de Europa, excepto la grie­
hábito. El padre Labbé,2 jesuita fran­ ga y la latina, es el Evangelio de
cés, muy sabio, conocido por otras los godos del Ponto Euxino, cono­
· obras, hizo una lengua • cuya base cido con el nombre de Codex Ar- ·
era el latín, más fácil y con -menos genteus, escrito en caracteres espe­
trabas que nuestro latín, pero que ciales, encontrado en el antiguo mo­
es más regular que la Liñgua Fran­ nasterio de benedictinos de Werden,
ca. Escribió un libro expresamente en Westfalia, y tra1,ladado a Suecia,
sobre ella. Por lo que se refiere a donde se le conserva con tanto celo
las lenguas · ya hechas desde hace como el original de las Pandectas en
tiempo, las hay que casi no han Florencia, aunque esta versión ha­
sido alteradas hasta el día. Esto se ya sido hecha para los godos orien­
comprueba comparándolas con los tales f¡ en un dialecto muy alejado
antiguos libros y con los monu_men­ del germánico escandinavo; pero es
tos que conservamos. Los antiguos 'porque se cree con alguna probabi­
franceses se inclinaban más al pro­ Hdad que los godos del Ponto Euxi­
venzal y al italiano; y en las fórmu­ no procedían originariamente de la
las de los juramentos·· del hijo del Escandinavia, o por lo menos del
emperador Ludovico Pío, que Nit- mar Báltico. Ahora bien; la lengua
. hard, su pariente, nos ha transmiti­ o el dialecto de estos antiguos go­
do, vemos el alemán juntamente con dos es muy diferente del germánico
el francés, o más :bien con el romá­ moderno áunque haya un mismo
nico (llamado en otro tiempo Lingua fondo idiomático. El· antiguo galo
Romana rústica), tal como estaban era aún más diferente, a juzgar por
formados en el siglo IX de J. C. Por la lengua más próxima . del verda­
lo demás,· en ninguna. parte encon­ dero galo, que es la del país de
tramos un francés, italiano o espa­ Gales; de Cornualles, y el bapo bre­
ñol tan antiguos. Mas para el teutó­ tón; · pero el hibernés difiere aún·
nico o alemári antiguo, hay el Evan-, más y nos descubre las huellas de
gelio _ de Otfried, monje de Weis$em­ un lenguaje británico, galo y ger­
burgo de aquel mismo tiempo, que mánico aún más antiguo. Sin em­
Facius publicó y que Schilter 3 quiso bargo, estas lenguas vienen todas de
dar de nuevo. Y. los sajones que pa­ una fuente común y pueden ser con-.
saron a la Gran Bretaña nos han sideradas como alteraciones de una
dejado libros aún más antiguos. Te- misma lengua que podríamos llamar
céltica. También los antiguos llama­
2 Labbé (el Padre), jesuita francés ban celtas tanto a los germanos co­
(1607-1667), de prodigiosa erudición: mo a los galos, y remontándonos
Aristotelis et Platonis graecorum -inter­ más para encontrar los orígenes tan­
pretum brevis conspecti¡s. París, 1657. to del celta como del latín y dél
Era el preámbulo de una gran obra griego, que tienen muchas raíces co­
que meditaba con este título: Athe­ munes con las lenguas germánicas o
naeum philosophicum.
a _Schilte!.9 (John), jurisconsulto y ar­ célticas, se puede conjeturar que es­
queólogo alemán, profesor de Derecho to proviene del origen común de
en Estrasburgo y autor del Thesaurus todos estos pueblos descendientes de
antiquitatum Teutonicarum. los escitas, llegados del mar Negro,_

'---L------�------- --
214 LEIBNIZ

y que pasaron el Danubio y el Vís­ el árabe son los que más se le aproxi­
tula, una de cuyas ramas pasaría a man, deben estar. sin embargo muy
Grecia y la otra ocuparía la Ger­ alterados, y parece que-el teutón es
mania y las Galias; lo que es con­ el que conserva más del natural y
.sec:,uencia de fa hipótesis que hace (para emplear el lenguaje de Jacabo
proceder de Asia a los europeos. Boehm) del andámico,6 pues si co­
El sármata (suponiendo que éste nociéramos la lengua primitiva en
sea el esclavón:) procede por lo me­ toda su pureza, o bastante bien con­
nos en su mitad, de un origen ger­ servada · para ser cognoscible, vería­
mánico o común con el germánico. mos en ella las. conexiones ya físi- ·
Algo semejante aparece en el len­ ces o arbitrarias, sabias y dignas de
guaje finés, que es el de· los más su primer autor.- Pero suponiendo
antiguos escandinavos, antes que los que nuestras lenguas sean derivadas,
'"'· pueblos germánicos, es decir,Ios da­ . en cuanto al fondo, tienen. sin em­
neses, suecos y noruegos, ocupasen bargo ·alguna cosa de primitivo en
lá parte mejor y más próxima al sí mismas que les ha . sobrevenido
mar, y el lenguaje de los fineses o por ,la relación a · ciertas radicales
del nordeste de nuestro éontinente, nuevas, formadas luego por -ª,Zar,
que es aún el de los ·¡apones, se pero resppndiendo a razones físicas.
extiende desde el _océaqo germánico; . Aquellas que significan los sonidos
o noruego más bien, hasta el mar de los animales o de ellos provie­
Caspio (aunque interrumpido por· nen, nos suministran ejemplós. Tal
los pueblos esclavones, que se han por ejemplo el latín . coaxare; atri�
metido entre ellos),· y tiene relación buido a las ranas, que se relaciona
con el húngaro, originario de los con el couaquen o quaken alemán.
países que aún están en parte bajo Ahora bien; parece ser que el ruido
los moscovitas. Pero el lenguaje tár­ de estos animales es la raíz primor­
taro, que ha invadido el nordeste de dial de otras palabras de la -lengua
_¡·
Asia, con sus ··variaciones, parece · germánica. Pues como estos anima­
haber sido el de los hunos y éuma­ les hacen mucho ruido, se compara
nos, como lo es de Ios usbecos o a éste los discursos vacíos de los
turcos, de los calmucos y de los mu­ charlatanes, a los que se denomina
�ales. Ahora bien; todas estas len­ quakeler en diminutivo;- pero al pa­
guas de la Escitia tienen · muchas recer esta-misma palabra quake,i _ era
raíces comunes entre sí y · con las tomada antiguamente en serio, y sig­
- nuestras, y aun el árabe (bajo el nificaba toda clase de sonidos he­
cual deben ·ser comprendidos el he­ chos con la boca con inclusión de
breo, el antiguo púnico, el caldeo, la palabra misma:·y como estos so­
el siríaco y el etiópico de los abisi­ nidos o ruidos de los animales . son
nios) tiene· un número tan grande un testimonio de la vida, y por ellos
de ellas y de una similitud tan ma­ se conoce · de antemano que hay al­
nifiesta con_ las nuestras, que no los go vivo, d_e. aquí que quek en el an­
nodríamos atribuir al mero azar, ni tiguo alemán significase vivo o vi-
siquiera al comercio, sino más bieri
a las migraciones de los pueblos. De su tiempo. m fue también el que par­ -
suerte que, nada encontr�mos en i;s- tiendo de este punto de vista fomentó
to que este contra el ongen comun _ la filología. comparada (Sch.).
de todas las naciones y de una len- li Sobre la ·1engua adámica véase la
gua radical y primitiva; antes bien, "Característica universal", dé Leibniz,
parece favorecerlo.4 Si el hebreo o y además el fragmento: Leibnitins de
conexione. inter et seu potius de lin­
guarum origine. (Opuscules et frag-
4 En estas conjeturas, Leibniz, como · mentes inédits de Leibniz, ed. Louis
en otras muchas cosas, se adelantó a Couturat. París, 1903, p. 151.)
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 215

viente, como se puede comprobar ga, y particularmente un gigante, y


en los libros más antiguos, y aún luego un· hombre poderoso · y rico,
hay vestigios de ello en el lenguaje como en el reich de los alemanes
moderno, pues quecksilber 6 es plata y en el ricco o rico ¡le los semi­
viva,. y erquicken es confortar y co- latinos. En español, ricos· hombres
- mo vivificar o recrear después de significa los. nobles o principales;
algún desfallecimiento o �gún gran lo que nos hace comprender al mis-­
trabajo. Se llama también quiiken mo tiempo cómo las metáforas, las
en bajo alemán a cierta mala hier- sinécdoques y · tas metonimias han
ba, viva, por decirlo así, y corriente, ,hecho .pasar los nombres de una sig­
como. se dice en alemán, que se ex- nificacióh a otra, sin que, no siem­
tiende y se propaga en los campos pre, se pueda encontrar la pista.
en perjuicio del grano; y en inglés También hallamos este ruido o mo­
quickly, que quiere decir prontamen- vimiento violento en riss (ruptura), .
te y de una manera ·viva. Podemos, con el cual tienen conexión el latín
· pues, creer que respecto de estas pa- rumpo, el griego pi'ryvuµ�, el fran­
labras la, lengua germánica puede cés arracher, el italiano straccio, etc.
pasar por primitiva, porque los an- Ahora bien; así corno la letra R sig­
tiguos no tenían necesidad de bus- nifica naturalmente un movimiento
car en otra parte un sonido que es . violento, la L significa un inovimien­
la imitación del de las ranas. Hay to más dulce. Así vemos que los
. otras mismas de ·las cuales se. puede niños y otras personas, para quie-
. decir lo mismo. Pues parece que, por nes la R es demasiado dura y difícil
un instinto natural, los antiguos ger- de pronunciar, la sustituyen por la
manos, los celtas y · otros pueblos L, como cuando· dicen: mon lévélent
emparentados con éstos, han em- péle (nÍi- reverendo padre) . Este mo­
pleado la letra· R para significar un vimiento dulce aparece· en leben (vi�
movimiento violento y un ruido pa- vir), !aben (confortar, hacer vivir)
recido al de esta letra. Esto, sucede lined (lenis), lentus. (lento), lieben
con la palabra pÉw, fluo, rinnen, (amar)·,. lauffen (resbalar rápida­
rüren (flueve), duhr (fluxión); el mente como el agua que corre). !a­
Rin, el Ródano, el Rur (Rhenus, bi (resbalar, labitur úncta vadis
Rhodanus, Evidanus, Ruva), rauben abies), legen (poner suavemente),
(rapere, arrebatar). radt (vota), ra- de donde viene liegen (estar -echa­
deve (arrasar), ·rauschen (palabra do), Iage o ·1aye (un lecho, como
difícil de traducir, que signüica un un lecho de piedras), ley-stein (pie­
ruido parecido al de las hoja� de · dra· de capas, pizarras), lego, ic.h ....
los árboles agitadas por. el viento lesse, recojo lo que se ha dejadó
o por un animal ·que pasa,·º al que esparcido (lo contrario de poner), y

1,. bace un vestido que arrastra)• reck- también yo leo, y por último, entre
ken (extender con violencia), de los griegos, yo hablo, laub (hoja,
donde · viene que reichen es alean- · cosa fácil de mover, al cual se re- ·
zar; que der rick significa un palo fieren también lap, lid, lenken), luo,
largo o pértiga que sirve para su� Mw (salvo), leien (en bajo sajón,
pender alguna cosa; en esa especie · disolverse, fundirse como la nieve),
de plat-düisch o bajo sajón que es- de donde -Leine, río de Hannover,
. tá cerca de Brunswick; que rige; que · bajando de las comarcas iµon-
reihe, regula, regere se refieren 8 tañosas, crece notablemente por la
una longitud o carrera en dirección fusión de las nieves. Sin hablar de
· recta, y q� reck ha significado una otra infinidad de nombres que prue­
cosa o persona muy extensa Y· lar- han que hay algo natural en él ori­
gen de las palabras, que denota Qna
e Mercurio. relación entre las cosas y los soni-
216 LEIBNIZ

dos . y movimientos de los órganos servan algo del anti guo teutonismo
de la voz; y por esto es por lo que escandinavo,· han disminuido la as­
la letra L, unida a otros nombres, piración, diciendo aa;. o�ós que di­
forma el diminutivo entre_ los lati­ cen aken (entendiendo Aix, Aquas
nos, los semilatinos y los alto-alema­ grani) 1a han- aumentado, como ha­
nes. Sin embargo, no vayamos a pre­ cían también los latinos .en su aqua,
tender encontrar esta razón en todos y los alemanes en ciertos sitios, que
-los casos, pues el león, el lince, el dicen ach • en las composiciones pa­
lobo no tienen nada de dulces. Pero ra significar el agua, como cuando
esto puede obedecer a un accidente, schwartzach significa agua negra, Bi­
que es la velocidad (lauf), que les berach el agua de los castores. Y en
hace temibles y que obliga a correr lugar de Wiser o Weser se decía
como si el que viese . a alguno de Wiseraha en los antiguos títulos,
estos animales gritase a los demás y Wisurach entre los antiguos ha­
• lauf (¡huid!), además· de que, en bitantes, de donde los latinos hicie­
virtud de muchos accidentes y cam-, ron Visurgis, como de Iler, Ilerach .,,
bios, la mayor parte de Ias palabras hicieron Ilargus. De aqua, aigues,
están extraordinariamente alteradas · auue, los franceses. hicieron eau, que
y distantes de. su pronunciación · y pronuncian oo, y no queda. ya nada
de su significación originaria. del origen. .Auwe. Auge entre los
FIL...:.._Un ejemplo nos . lo hará germanos es hoy un lugar que el
; comprender mejor .. agua inunda frecuentemente, propio
TEo.-Ved aquí uno bastante cla­ para pastos, locus irriguus, pascuus;
ro y que encierra en . sí otros mu­ pero más particularmente significa·
chos. La palabra oéil (ojo) y sus una isla, como en el nombre del
afines nos puede servir; Para hacer­ monasterio de Reichenau (Augia di­
lo ver comenzaré desde más lejos. ves) y otros muchos. Y esto debió
A (primera letra) , seguida de una suceder en varios pueblos teutónicos
pequeña aspiración, hace ah, y co­ y célticos, pues de aquí procede que .
mo esto es una emisión de aire que todo lo que está aislado en una es­
hace un ruido bastante claro en su pecie de planicie haya sido denomi­
comienzo y luego se desvanece, este nado auge o ooge, oculus. Así es co­
ruido significa, naturalmente, un pe­ mo se llama a las manchas de acei­
queño soplo, spiritum lenem, cuan­ te sobre el agua eritre lÓs alemanes,
do A y H no son muy fuertes. De y entre los españoles ojo es un agu­
aquí traen su origen lí.w, aura, haugh jero. Pero Auge, ooge, oculus, oc.
halare, hdbito, lí.-.µo�, athem, odem chio, etc.., ha sido aplicado. más. par­
(alemán) . Pero como el agua es un ticularmente al ojo por antonoma­
fluido también y hace ruido, ha su­ sia, que constituye ese agujero ais­
cedido (a lo que parece) que ah, lado y llamativo en el rostro, y sin
hecho más fuerte por la duplica­ duda el francés oeil · viene de ahí,
ción, es decir ahq o ahha, ha· sido aunque el . origen no sea todo lo
tomado por el agua. Los teutones claro que se desearía, a meno� que
y otros celtas, para denotar mejor se siga el encadenamiento que aca­
el movimiento, han antepuesto su bo de hacer; y parece ser que el
W a la una y a la otra palabra; por liµµa, y el chjii� de los griegos viene
esto, wehen, wind, viento, denotan de la misma fuente. Oe o Oeland
el movimiento del aire, y waten, es una isla de los . septentrionales,
vadum, water, el movimiento del y de. esta palabra hay alguna huella
, agua o en el agua. Mas para volver en el hebreo. Bochart 7 creyó que
a aha, parece ser (como ya se ha 7 Ílochart, célebre erudito protestan•
dicho) una especie de raíz que sig­ te, nacido en Rennés en 1579 y muerto
nifi_ca agua. Los irlandeses, que con- en Caen en 1666. P. J.
/

NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 217


los fenicios habían sacado de aquí tantos o más caracteres de lengua
su nombre y le habían puesto el Mar primitiva que el mismo hebreo. Yo
Egeo, lleno de islas. Augere, ·aumen­ recuerdo qu� el difunto Claubergius,º
to, viene también de auue o auge, excelente filósofo, publicó un pe­
es decir, de la efusión de las aguas, queño ensayo sobre el origen de la
como también ooken, auken en el lengua germánica que nos hace la­
antiguo sajón era aumentar. y Au­ mentar la pérdida de .Jo que él pro­
gustus, hablando del emperador, se metió sobre este tema. Yo mismo he
traducía por ooker. El río de Bruns­ aportado algunas ideas a este escri­
wick, que viene de las montañas del tor, además de haber .excitado al
Hartz, y por lo mismo está muy ex­ . difunto Gerardus Meierus,10 teólogo
puesto a las crecidas súbitas, ·se lla­ de Brema, a trabajar en este asunto,
ma Oocker, y en otre> tiempo . se como lo hizo, aunque la muerte le
llámaba Ouacra. Diré de pasada que ipterrumpió. Espero, sin embargo,
los nombres· de los ríos procediendó que el público se aprovechará algún
como proceden de la mayqr anti­ día, tanto de estos trabajos como de
güedad conocida, delatan mejor que los de este mismo género de Schil�
otros el antiguo lenguaje Y. los _an­ ter, jurisconsulto célebre de Estras­
tiguos habitantes, por lo que merecen burgo, pero que acaba de morir
una investigación particular. Y las también. Podo menos es seguro que
lenguas, en general, como quiera que la lengua y las antigüedades teutó­
son los más antiguos movimientos nicas entran en la mayor parte de
de los pueblos, antes de la escri­ las investigaciones de los orígenes,
tura y de las artes, marcan mejor su. costumbres y antigüedades europeas.
origen, sus cognaciones y sus emi­ Y · celebraría -que algunos hombres
graciones. Por esto, las· etimologías sabios hiciesen otro tanto en las len­
bien entendidas serían curiosas y de. guas valona, vizcaína, eslavónica, fi.
trascendencia; pero es preciso com­ nesa, turca, persa, armenia, georgia­
parar. las lenguas de varios pueblos na, etc., para descubrir mejor la
y no dar muchos saltos de una na­ armonía que serviría particularmen­
ción a otra muy._ distante sin tener te, como acabo de decir, para �scla­
·buenas pruebas, para lo cual sirve recer el origen de. las naciones.
sobre todo tener la garantía de dos § 2. F1L.-Ese designio es impor­
pueblos entre sí. Y en general no tante; pero al presente ya es tiempo
se puede dar mucho crédito a las de dejar la parte material de las
etimologías sino cuando hay gran palabras y ·pasar a la formal, es de­
cantidad de indicios concomitantes; cir, a la significación, que es. común
lo contrario sería goropizar. a las diversas lenguas. Ahora bien;
FIL.-¿Goropiiar?. ¿Qué es goro­ me concederéis, ante todo, que cuan-
. pizar?
TEo.-Es que las etimologías ex­ o Clauberg, célebre cartesiano, naci­
do. en Sollingen · en 1622, muerto en
trañas y. a veces ridículas de Goro­ 1665. De conjuntione animae et cor­
pius Becannus,8 sabio médico del si­ poris humani scriptum. Logica vetus et
glo xv1, se han· hecho proverbiales, nova, 1'656; Ontosophia. Initiatio phi­
por más que no era muy desacerta- losophi seu. Dubitatio cartesiana, 1687.
. do pretender que la lengua germá­ Sus obres completes, editadas en Ams­
nica, que él llamaba cimbia, tiene terdam en 1611.
10 Meier (Gererd), Bruna 1646-160_8.
Compendium Iogictie divinae. Aranca­
B Becanus Goropius .o Jean Bécau rum telas divinae existentiae testes. De
(Van Go"'), 1518-1572, médico más dubitatione sceptica et cartesiana. En
conocido por su gusto por las bellas manuscrito un Glossarium lingua saxo­
letras y las lenguas. Pretendía que la nicae. Esta es le obra de que hable
lengua �e Adán fue �l flamenco. P. J. Leibniz. P. J.

L______.........:,_
218 LEIBNIZ

do un hombre habla con otro, lo las • cosas, y como hemos aprendido


que quiere comunicar por medio de la mayor parte de estas.,palabras an­
la palabra son sus ideas, pue1.1 las tes de conocer las ideas que ·signüi­
palabras no pueden ser aplicadas a can, hay no solamente niños, sino
· cosas que él no conoce. Y hasta que hombres· maduros, que hablan como
un hombre. no tenga ideas propias loros, Sin embargo, los hombres pre­
no podrá suponer que son confor- tenden de ordinario dar a entender
mes a las cualidades . de las cosas· o · sus pensamientos, y además atribu­
a las concepciones de otro.- _ · yen a las palabras una secreta re-
TEo.-No obstante, es lo. cierto }ación con las ideas de otros y con
que muy frecuentemente se pretende . las cosas mismas: Pues si los soni-.
expresai: más bien lo que otros píen- dos fuesen atribuidos a otra idea
san que. lo que piensa el .que habla, por aquel con qµien hablamos, ha­
como sucede sobre todo con los lai- blaríamos dos idiomas. Es verdad
cos, cuya fe es implícita. Sin em- que no · nos deienemos · demasiado
.bargo, concedo· que ·siempre se en- · a examinar cuáles son las ideas de
tiende hablar de algo general por los demás, y suponemos que las nués­
sordo y vacío de inteligencia que tras son las mismas que -las personas
sea el pensamiento; y, por lo me- instruidas de nuestro _país, así como
nos, se tiene cuidado de colocar las el vulgo, atribuyen a - las palabras.
palabras según- la costumbre de los § 6. Esto sucede más particularmen­
demás, contentándose con creer que te con respecto a las ideas simples
podríamos aprender su sentido cuan- y a los modos; pero en cuanto a
dó fuera necesario. Así, pues, algu- las sustancias, se ·cree que expresan,
nas veces no somos más que los tru- ante todo, la realidad de las cosas.
jimanes. de los pensamient�s o los TEo.-Las sustancias y los modos
portadores de la palabra a1ena, co- están igualmente representados por
mo lo sería una carta,.y es!o muchas las ideas; y las cosas,· tanto como
más veces de fo que se piensa. las ideas en uno y otro caso, son
§ 4. - F1�.;....Tenéis razón para aña- significadas por las palabras; así,
dir que se entiende siempre alguna pues, yo no veo aquí otra diferen­
cosa de general, por idiota que sea. . cía sino que las ideas de las cosas
Un niño que· no ha entendido por sustanciales· y de las cualidades sen­
la palabra oro ·más que un color sibles son más fijas. Por lo demás,
amarillo brillante, da el nombre de sucede algunas veces que nuestras
oro a este mismo color visto en la ideas y nuestros pensamientos son
cola de un pavo_; otros añadirán su _ la materia de nuestros discursos y
�an pesantez, la fusibilidad, la ma- . constituyen la cosa misma que se
leabilidad. quiere significar, y las nociones re-
TEo.-Lo admito, pero, con fre- flexivas entran más de Jo que se
cuencia, la idea que se tiene del cree en el concepto de las. cosas.
objeto de que se habla· es aún más Algunas veces también hablamos de
general que la de ese niño, y no las palabras tomadas materialmente,
dudo que un ciego pueda hablar sin que entonces se pueda sustituir
acertadamente de los colores y ha- la palab!_!l por s� _significado, o por
· cer un discurso en loor de la luz, la relac10n a las ideas, o a las co­
que no conoce, porque ha apreri- sas; lo que sucede no solamente
dido cuáles son sus efectos y las cir- cuando hablamos como gramáticos,
cunstancias en que se produce. sino también cuando hacemos las
§ 4. FIL.-Lo que hacéis notar veces de diccionario, dando la ex­
es muy cierto. Sucede muchas veces plioación de la palabra,
que los hombres aplican más sus
pensamientos a las palabras que a
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 219
Pero he de añadir, conforme a lo
CA'i>ÍTULO . 111 que yo he observado, que los nom­
bres propios han sido originaria- ·
De los términos generales niente apelativos, es· decir, genera­
les, en su origen, como Bruto, César,
§ l. FIL,-Aunque no existen más Augusto, Capitón, Léntulo, Pisón,
que cosas particulares, la mayoría Cicerón, Elba, Rin, Rur, Bucéfalo,
de .las palabras -no dejan de ser tér­ Alpes, Pirineos, pues se sabe que el
minos generales, porque· es imposi� primer Bruto tuvo este nombre por
ble (§ 2) que· cada cosa particular ·su aparenie estupidez; que César era
pueda tener un nombre· particular el nombre de un niño sacado por
y distinto, además de que haría fal­ incisión del vientre de su madre;
ta una memoria prodigiosa para el.J.o, que Augusto era un nombre de ve­
al lado de la cual la de algunos neración; que· Capitón es cabeza
generales que podían llamar a todos gruesa, como también Bucéfalo; que
sus soldados por sus nombres no Léntulo, Pisón y Cicerón fueron
sería nada, La cosa llegaría al in­ nombres dados al principio a . los
finito si . cada bestia, cada planta y que cultivaban particularmente . cier­
hasta elida· hoja de planta, cada- gra­ tas olases de legumbres. Ya he dicho
no, y por último cada grano de are­ lo que significan los nombres de es­
na que tuviéramos . necesidad de tos ríos. Rin, Rhur, �ena .y Ocker.
nombrar, debiera tener su nombre. Y es sabido qt,te todos los ríos se
¿ Y cómo nombrar la's partés de las llaman aún Elba en Escandinavia ..
cosas sensiblemente uniformes,· co­ Por último, Alpes son· monta.ñas cu­
mo el agua o el hierro? (§ 3). Ade-. biertas de nieve (de álbum, blanco),
más de que esos nombres particu­ y Brenner o Piri,neos significan una
lares serían inútiles, porque el fin gran altura, pues bren quería decir
principil'l del lenguaje es excitar en alto o jefe (como Breno) en celta,
el espíritu del' que me escucha una como también brinck entre los bajo
idea semejante a la mía.' Así, pues, sajones es altura . .Y hay un Brenner
basta con la semejanza que impli­ entre Alema]lia e Italia, . como hay ·
can los términos generales (§ 4), y unos }?irineos entre las Galias y Es­
las palabras particulares no servirían paña. Así, me · atrevería a decir que
para extender nuestros c;onocimien­ casi todas l�s palabras fueron origi­
tos; ni para hacer juzgar del por- · mu:i,amente té�inos generale�, por­
venir por el pasado, o de un indi- que muy rara vez sucederá que se
. viduo por otro (§ 5). Sin embarg�, invente un nombre expi;eso sin razón
como muchas veces tenemos necesi­ para designar a un determinado in­
dad de hacer mención de ciertos dividuo. Se pu�e, por consiguiente,
individuos, particularmente de nues­ decir que los nombres de los indi­
tra especie, nos servimos de nom­ viduos eran nombres de especies
bres propios, con los cuales designa­ que se aplicaban por excelencia o
mos también los 'países, las ciudades, por otra razón a cada individuo, co­
las montaña!! y otras referencias de mo el nombre "cabeia gorda" a
lugares. Y los tratantes en caballos aquel de todo el. pueblo que tenía
dan nombres · propios a sus caba�­ la cabeza más grande o que era el
llos, como Alejandro a su "Bucéfa­ más calificado �e todos los cabezo­
lo", a fin de poder distinguir a tal tas conocidos. Del mismo modo se·
o cual caballo partic_ular cuando está da los nombres de los géneros a las
lejos de • vista•: especies; es decir, que nos conterita­
TEo.,;,__Esas observaciones son bue­ nios con un término más general o
. nas, y entre ellas las hay que con­ más vago para designar especies más
vienen con las que acabo d� hacer. particulares, cuando no nos cuida-
¡)
- 1 220 LEIBNIZ
mos de las diferencias. Como, por existiesen los átomos de Demócrito;
ejemplo, nos contentamos con el pero entonces tampoco habría dife­
nombre general de "absintio" aun­ rencia entre dos individtios diferen­
que haya tantas especies que uno tes de la misma figura y del mismo
.de los Bauhin 1 ha llenado. un 'librotamaño.
con ellas. § 7. FIL.-Vemos, sin embargo,
§ 6. FIL.-Vuestras observacio­ que las ideas que los niños se for­
nes sobre los nombres propios me man de las personas con quienes
parecen muy exactas; pero respecto conversan (para detenernos en este
de los nombres apelativos o de los ejemplo) SQn semejantes a fas per­
términos generales convendréis, sin sonas mismas y no son sino particu­
duda; en que las palabras se hacen lares. Las ideas que tienen de su
' generailés cuando sop signos de ideasnodriza y de su madre están muy des­
generales, y las ideas son generales tacadas en su espíritu, y los nom�
,cuando por abstracción se sepára bres de ama o de ·mamá de que se
de ella� el tiempo, el lugar o cual- .
sirven los niños se refieren única­
quier otra ciréunstancia, que puede mente a estas personas. Cuando des- -
determinarlas a tal-o ·cual existencia
pués el tiempo ,les · hace observar. que
particular, hay otros muchos. seres que se pa­
TEo.-No discrepo yo de este uso recen a su padre o a su madre, for- .
de las abstracciones; pero es más man una idea en la cual ven ellos
· bien subiendo de las especies a los · que todos esos seres particulares par­
géneros que de los individuos ·a las ticipan igualmente y· 1e dan como los
especies._ Porque . (aunque 'esto pa­demás el nombre ·de· hombre ·(§ 8).
rezca paradoja) nos es imposible te­ Por - la misma. vía adquieren nom­
ner conocimiento de los individuos bres y n9ciones más generales; por
y encontrar el medio· de determinar ejemplo, la nueva· idea del animal
exactamente ·la individualidad de al- .
no se forma por adición, sino sola­
guna cosa, a menos de conservarla mente separando la figura o las pro­
ella misma, pues tódas las circuns­ piedades particulares del hombre y
tancias pueden reproducirse; fas di� dejando un cuerpo acompañado ·de
ferencias más pequeñas son para vida, de sentimiento y de movimien­
nosotros insensibles; el lugar y el to espontáneo.
tiempo, lejos de determinar por sí TEo.-Muy ·bien: pero eso no ex­
mismos, tienen necesidad�de ser de­ plica lo.que yo acabo de decir, pues
terminados por las cosas que contie­ como el niño .va por abstracción de
nen. Lo que hay más considerable fa observación de la idea de hom­
en esto es que la individ�alidad . en-bre a la de la idea del animal,� ha
. cierra el infinito, y sólo el que es partido de la idea más específica
capaz de comprender el irifinito pue­ que observaba en su madre o en su
de tener conocimientq del principio padre y en tantas otras personas pa­
de individuación de tal o tal cosa; ra llegar a la de la naturaleza hu­
esto procede de la influencia (en­ mana.-. Pues para juzgar que no •te-
tendida sanamente) de todas las co­ . nía idea precisa del individuo · basta
sas del universo unas sobre otras.
Es verdad que esto no sería así si considerar que una semejanza me­
diocre le engañarían 'fácilmente y le
haría tomar por su madre a otra
· 1 Jean Bauhin, célebre naturalista
mujer que no fo es. Ya sabéis la
suizo, dedicado · sobre todo al estudio historia
de la botánica. La obra a la que aquí del falso Martín Guerre, que
se hace alusión se titula: De ·plantis engañó a la mujer misma del verda­
absinthii habentibus. Hay otro Bauhin, dero y a sus .próximos parientes por
hermano del precedente, · también na­ la semejanza, al mismo tiempo que
turalista. por · su habilidad, y llenó de con-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 221
fusión a los jueces, aun después de en lugar de la palabra animal se
aparecer el verdadero. podría poner su definición. Lo ·que
§r9. FIL.-Asf, todo ese misterio demuestra la poca necesidad de la
del género y de las especies, que regla que quiere que una defini­
tanto ruido ha hecho en las escue: ción deba estar compuesta del gé­
· las, pero que fuera de ellas es con­ nero y la diferencia, y !la poca ven- -
siderado justamente con tanto des- · taja que hay en observarla estricta­
dén; todo ese misterio, digo, se mente. Además, las lenguas no están
reduce únicamente a la forynación siempre formadas según las reglas
de ideas abstractas más o menos ex­ de la lógica, de suerte que la defi­
tensas, . a las cueles se da ciertos nición de cada término pueda ser
nombres. . . exacta y claramente expresada por
TEo.-El arte de distribuir todas otros dos términos. Y a los que han
las cosas en géneros y especies no hecho esta regla se les puede repro­
es de poca · importancia, y es muy char que nos hayan dado tan pocas
útil tanto para el juicio como para definiciones conformes con ella.
ia memoria. Ya sabéis qué conse­ TEo.-Convengo en lo que decís;
cuencias tiene esto para la botánica, sin embargo, sería ventajose> por mu­
sin hablar de los animales y de otras chas razones que las definiciones
sustancias, y sin hablar tampoco de puedan ser de dos términos: esto,
los demás · seres morales . y nociona­ sin duda, abreviaría -mucho, y todas
les, como algunos los llaman. Una las· _divisiones podrían reducirse a
· buena parte del orden depende de dicotomías, que son su mejor espe­
esto, y muchos buenos autores es­ cie y. muy útiles para la invención,
. criben de modo que todos sus dis­ el juicio y la memoria. Sin embar­
cursos pueden ser reducidos a divi­ go, yo no creo que los lógicos exi­
siones o subdivisiones, según un mé­ jan siempre que el género o la dife­
todo que hace relación a los géne­ rencia sean expresados por una mis­
ros :y .especies,. y sirve, no solament� ma palabra; por ejemplo, el término
para recordar las cosas, sino tam­ polígono regular puede pasar por el
bién para buscarlas. Y los· que han género del cuadrado, y en la figura
dispuesto toda clase de nociones ba­ del. círculo el género podría ser una
jo · ciyrtos títulos o predicamentos figura plana curvilínea, y la dife­
subdivididos han prestado un sem­_ rencia sería aquella figura en la cual
cio muy útiL los puntos de la línea ambiente es­
§ 10. FIL.�Al definir las pala­ tén · igualmente distantes de un cier­
bras nos servimos del género, o sea to · punto · como centro.
del término general más próximo, y Por lo demás, bueno será señalar
esto para evitarnos el trabajo de · que, muy a menudo, el género puede
enumerar las diferentes ideas sim­ cambiarse en diferencia y fa diferen­
ples ·que este género significa, o al­ cia en género; por ejemplo: el cua­
gunas veces quizá para. evitamos la drado es una figura regular cuadri­
vergüenza de no poder hacer esta lateral, o bien un cuadrilátero re�
enumeración. Pero aunque la vía · gular, de suerte que pare¡:e que el
más corta para definir sea el em­ género o la diferencia no difieren
pleo del género y la diferencia, co­ más que como el sustantivo y el
mo dicen los lógicos, se puede dudar, adjetivo, como si en lugar de decir
a mi parecer, que sea la mejor; por que el hombre es un animal racio­
lo menos, no es la única. En la de­ nal permitiese el idioma decir que
finición cid . hombre como animal el hombre es un racional animable,
racional (�finición que quizá no es es decir, una sustancia racional do­
la más exacta, pero que sirve bas­ tada de naturaleza· animal, mientras
tante bien para este fin concreto), . que los genios son sustancias racio-

'---'------'--�-'-- ----'-· -- - -- -----' - -- - ---


222 LEIBNIZ
naJes cuya naturaleza no es animal cía a que pertenece el nombre de
o común con fas bestias. Y este hombre fuera obra de la natutaleza
camb.io de généros y diferencias de­ y no tina diversa e incie!'la é:olecdón
-pende de la variación del orden de de ideas simples que el entendi­
Jas subdivisiones. miento reúne y a la que aplica un
§ 11. F1L.-De aquí se sigue lo nombre, después de haberla conver­
que yo acabo de decir: que ,Jo que tido en general mediante la abs­
se llama general y universal no per­ tracción. De suerte que en el fondo,
tenece a la existencia de las cosas, cada idea distinta, formada por abs­
sino que es obra del entendimiento, tracción, es una esencia distinta.
§ 12, y las esencias de cada especie TEo.-Perdonadme que · os diga,
no son más que ideas abstractas. señor, que vuestro lenguaje me em­
TEo.-No veo bien la .consecuen­ baraza, pues fo encuentro ·inconexo.
cia. Pues la generalidad consiste en Si no podemos s.iempre juzgar por
la semejanza de las cosas singulares . el exterior de las semejanzas del in­
entre sí, y .esta semejanza es una terior, ¿es que por eso están menos
realidad. en la naturaleza? Cuando se duda
§ 13. FIL....:.....Yo mismo iba a de­ de si un monstruo. es hombre, es
ciros que estas especies están . fun­ que se duda de que tenga razón. Si
dadas en las semejanzas. sabemos que la tiene, los teólogos
TEo.-¿Por qué no buscar aquí ordenarán que se le bautice y los ·
la esencia de los géneros y· las es­ jurisconsultos que se le alimente. Es
pecies?. verdad que se puede disputar sobre
§ 14. FIL.-Menos sorpresa cau­ las más ínfimas especies, lógicamen­
saría oírme decir que estas esencias te tomadas, que varían por acciden­
son la obra del · entendimiento, si tes en una misma. especie física o
se considera que hay por lo menos tribu de generación; pero no hay
ideas complejas que en el espíritu · necesidad de determinarlas; hasta
de diferentes personas · son a me­ pueden ser variadas al infinito, c0e
nudo diferentes colecciones de ideas mó vemos en la gran variedad de
simples, y así, lo que es- avaricia las naranjas y de. los limones, que
·en el espíritu de un· hombre no lo los expertos · saben nombrar y dis­
,es en el de otro. tinguir. Lo mismo veíamos en lo�
TEo.-Confiesci, señor, que pocos tulip!lnes · y eil fos claveles· cuando
-pasajes hay en donde menos haya estas flores estaban de moda. Por
-comprendido fa fuerza de vuestras lo demás, · que los hombres junten
consecuencias, y esto me disgusta. tales o cuales ideas o no, y aun que
· 'Si los hombres difieren én el nom­ la naturaleza las uná actualmente
bre, ¿cambian por esto las cosas o o n"o, no quiere decir nada respecto
·sus semejam;as? Si uno. aplica el de las esencias, géneros o especies,
nombre de avaricia a una semejan­ porque no se trata más que de po­
:za y el otro a otra, esas serán dos sibilidades que son independientes
diferentes especies designadas por de nues�ro. pensamiento.
el mismo. nombre. § 15. FiL.-Supónese. ordinaria­
F1L.-En fa . especie de las sus­ mente· una constitución· real de la
tancias, que nos es más familiar y especie de - cada cosa, y· está fuera
,qUe conocemos de la manera más de duda que debe haberla y de ella
íntima, se ha dudado muchas veces debe depender cada uno de los con­
:si el fruto que una mujer ha dado juntos de ideas simples o cualida­
:a luz era hombre, hasta llegar a des coexistentes. Pero _como es evi­
discutirse si sé le debía alimentar dente que las cosas no están colo­
y bautizar; lo que no podría suce­ cadas en clases o especies bajo cier­
der si la idea ·abstracta o la esen- tos nombres, sino en cuanto convie-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 223

nen con ciertas ideas abstractas, a _ distinguir mejor la esencia y la de- '
las cuales hemos dado un determi- finición, es prec;iso considerar que
nado nombre, la esencia de cada no hay más que una esencia de la
género o esp·ecie viene, de este mo- cosa, P,ero. que hay muchas defini­
do, a nó ser otra cosa que la idea ciones que expresan una misma esen­
abstracta significada por el _nombre cia, como una misma estructura o
general o específico; y veremos que una misma ciudad puede ser_ repre­
en esto consiste _ la palabra esencia, sentada por diferentes escenografías,
según el uso más ordinario que de según los diférentes puntos de vista -
ella hacemos. No estaría mal, en mi desde los cuales se 1a mire.
opinión; designar estas dos clases de § 18. FIL.-Me concederéis, creo, -
esencias por dos nombres diferen- que lo real y lo nominal es siem­
tes, y llamar a 1a primera esencia pre lo mismo en las ideas simples
real y a la otra esencia nominal. y en las ideas de los modos; pero
· TEo.-Me parece que vuestro len- en las ideas de · las sustancias son
guaje innova extremadamente en las siempre completamente distintos.
maneras de · expresarse. Es verdad Una figura que termina un espacio -
que se ha hablado hasta aquí de por tres líneas es la esencia del
definiciones nominales y causales o triángulo, tanto real como nominal,
reales; pero no; que yo sepa, de pues no es solamente la idea abs-_
otras esencias que las reales, a me- tracta - a la cual el nombre general
nos que por esencias nominales se es referido, sino la esencia o el ser
haya entendido esencias falsas e im-. propio de la cosa,- y al ·cual son
posibles, que parecen ser esencias, referidas. Pero respecto_ al oro, es
pero que no lo son; como s'ería, muy distinta. La constitución· real
por ejemplo, la de un decaedro re- de sus partes, de la cual dependen
guiar, es decir, la de un cuerpo _ el color, 1a pesantez, la fusibilidad,
· regular comprendido bajo diez pla- fa _fijeza, etc.; nos es desconocida,
nos o hedros. • La. esencia, .en su fon- y no teniendo idea de ella no tene-
do, no es otra cosa que la posibi- mos un nombre que _sea su signo.
lidad de lo que se propone. Lo que Sin embargo, estas cualidades son
se supone posible se expresa por la las que hacen que esta materia sea
definición; pero esta .definición no llamada oro, y son su· esencia no-
es más que nominal, cuando no ex- minal; es decir, las que l_e dan dere-
presa al misrp.o · tiempo la posibili- _ cho al nombre. _
dad, pues entonces se puede dudar TEo.-Yo preferiría decir, siguien­
si esta definición expresa �guna co- ·do el uso corriente, que la. esencia
sa real, ·es decir,_ posible, hasta que del oro es fo que le constituye y le
la experiencia viene en ·nuestra ayu- da esas cualidades sensibles que nos
da para hacemos con_ocer esta rea- le hacen reconocer y_ que forman
Iidad .a posteriori, cuando la cosa su definición nominal, mientras que
se encuentra efectivamente en el tendríamos su definición real y cau- -
mundo;--lo que basta en defecto de sal si pudiésemos explicar esta con­
la razón que nos haría conocer la t�xtura- o constitución interior. Sin
realidad a priori, expopiendo su cau- embargo, la definición nominal es
sa o la generación posible de la aquí -también fa real, no por sí mis­
cosa definida. No depende, pues, de roa (pues no nos hace conocer a
. nosotros unir las ideas a capricho, priori la posibilidad o generación
a. menos que esta combinación no del cuerpo), sino por _la experien­
esté justifi¡¡ada o por la razón, que cia, porqué nosotros experimenta­
la muestra posible, o por la expe, mos que hay un cuerpo en que estas
riencia, que la muestra actual, y por cualidades se encuentran reunidas;
consiguiente posible también. Para sin lo cual _se podría dudar si tanta .
224 LEIBNIZ

pesantez · es compatible con tanta cribe la paralela, permanezca siem�


maleabilidad, como se puede dudar pre igualmente distante de la recta
hasta el presente si un vidrio malea­ dada, se ve, al mismo 'tiempo, que
ble en frío es posible en la natura­ la cosa es posible y por qué tienen
leza. Por lo demás, yo no soy ,de esta propiedad de no tocarse nunca
vuestra opinión, señor, de que hay que constituye la definición nomi­
diferencia entre las idéas de las sus­ nal, pero que no es la marca del
tancias y las ideas 'de los predica­ paralelismo sino cuando las dos lí­
dos, como si l<as defiriiciones de los neas son rectas, mientras que si una
predicados (es decir, de los modos de ellas, por 'lo menos, fuese cur­
y de los objetos de ias ideas sim­ va� podrían ser de tal naturaleza
ples) fueran siempre reales y no­ que no se encontrasen, y, sin em�
minales a un tiempo, y las de las . bargo, no sería paralelas.2 ·
sustancias no fuesen más que nomi­ § 19. FIL,:..._Si la eséncia fuese
.. ,. ·nales. Estoy de acuerdo en que es otra cosa que la ·idea abstracta, no
',
más difícil tener definiciones reales sería ingenerable e incorruptible. Un
de los cuerpos, que son se_res sustan­ unicornio, una sirena, . un círculo
-ciales, porque · su contextura es me­ exacto no se dan quizá en el mundo.
nos sensible. Pero no sucede lo mis­ T1m.-Ya os dije, señor, que las
mo con todas las sustancias; pues esencias son. perpetuas porque en
tenemos un · verdadero conocimiento ellas no se trata más que de lo,
de las verdaderas sustancias o de las ·posible.
unidades (como Dios y el alma),
tan íntimo como el que tenemos de
lll,,mayor parte de los modos. Por CAPÍTULO IV
otra parte, hay predicados tan poco
.conocidos como la contextura de los De los nombres de las ideas
· simples
¡,
cuerpos, pues lo amarillo o lo amar­
go, por ejemplo,. son los objetos de
las ideas o fantasías simples, y sin § 2. FIL.-Üs confieso que siem­
embargo, no tenemos de ellos más pre he creído que era arbitrario
que un conocimiento confuso, atµt formar los modos; pero en cuanto
en las matemáticas,. en donde un a las ideas simples y las de las sus­
mismo modo puede tener una defi­ tancias; estoy persuadido de que ade­
nición nominal tanto como una real. más de la posibilidad, estas ideas
Pocas personas han explicado bien deben significar una existencia real.
en qué consiste la diferencia de es­ TEo.-No veo ninguna necesidad.
tas dos definiciones, lo que debe Dios tiene Jas ideas de las cosas an­
discernir también . la esencia y la tes de crearlas, y nada impide que
propiedad_. A mi juicio, esta dife­ pueda comunicar también estas ideas
tencia es la que la real _ hace ver la a las criaturas inteligentes; tampoco
posibilidad del definido, y la .nomi­ hay demostración exacta · que prue:
nal, no; la . definición de las rectas be que -los objetos de nuestros sen­
paralelas, que dice que·_ están en un tidos y de las ideas· simples que los
mismo plano y no se tocan nunca, sentidos nos presentan estén fuera
aunque se -las prolongue hasta · lo de nosotros. Lo que suele sueceder,
infinitp, no es más que nominal, sobre todo respecto de aquellos que
pues se puede dudar de si esto es creen con los cartesianos y con vues­
posible.- Pero CU!indo se ha compren­ tro célebre autor, que nuestras ideas
dido que se puede traz�r una recta siinples de las cualidades _ sensibles
paralela en un plano a otra recta

I!-
dada, siempre que se - tenga cuidado 2 Esto es lo- que se llama las asín-
de· que la punta del lápiz, que des- totas·. . , :.

·,
'.

NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 225


no tienen semejanza con :lo que es­ puede ser definido y lo que no. Y
tá fuera de nosotros en los objetos; me inclino a creer que muchas ve­
no habría, pues, nada que obligase ces se originan grandes disputas y
a estas ideas a estar fundadas en se introducen muchos galimatías en
.
alguna existencia real. los discursos por no meditar sobre
§ 4, 5, 6, 7. FlL.-Me concede­ esto. Esas célebres fruslerías que
réis, por lo menos, esta otra dife­ tanto ruido meten en las escuelas,
rencia entre las ideas simples y las nroceden de que no se ha meditado
complejas: que los nombres de las en esta diferencia de las ideas. Los
ideas simples no pueden ser defini­ más grandes maestros en· el arte se
dos, mientras que los de Jas ideas han visto obligados a dejar sin de­
complejas, sí. Pues las definicioni;:s finición la mayor parte de fas ideas
deben contener más de un término, simples, y cuando han querido ha­
cada uno de los cuales significa una cerlo no lo han conseguido. ¿Se
idea. Así se ve lo que puede o no puede, por ejemplo, inventar más
puede ser definido, y por qué las sutil galimatías que el que contie- ¡.
definiciones no pueden llegar hasta . ne esta definición de Aristóteles: el
el infinito, fo que hasta aquí nadie, movimiento es el acto de un ser en
que yo sepa, ha observado. potencia en cuanto está en· po­
TEo.-Yo también he señalado tencia?
en el pequeño ensayo sobre Jas ideas,
'
§ 9. Y los modernos, que definen
inserto en las Actas de Leipzig, hace el movimiento diciendo que,.. es el
veinte años, que los términos sim­ paso de un . lugar a otro, no hacen
ples no· podrían tener . definicio�es más que sustituir una palabra sin6-
nominales; pero añadí, al mismo . nima en lugar de ótra.
tiempo, que los términos, cuando TEo.-Ya hice notar én una de
no son simples más que con res­ nuestras conferencias pasadas que
pecto a nosotros (porque �arecemos �ntre 1:osotros se hace pasar por
de medios para analizarlos con el ideas simples las que no lo son.· El ..
fin de llegar a fas percepciones ele­ movimiento es una de estas ideas
·mentales de que se componen), co­ que:.yo creo definibles, y la defia
mo caliente, frío, amarillo, verde, nición, que dice que es un cambio
son susceptibles de una definición de lugar, no es digna de menos­
real que explique su causa. Así es precio. La definición de Aristóteles
como fa definición real. de lo verde no es tan absurda como se cree, por­
es la de estar compuesto. de azul y que no se · sabe que la palabra
amarillo convenientemente mezcla­ xlvr¡<n� no significa en este escritor
dos, aunque el verde nq sea más lo que nosotros -llamamos movimien­
susceptible de definición nominal to, sino lo que expresamos por la
que le haga reconocer que el azul palabra cambio, de donde procede
y el amarillo. Mientras que los tér­ que le dé una definición tan abs­
minos que son simples en sí mis­ tracta y metafísica, mientras- que lo
mos, es decir, cuya concepción es que nosotros llamamos movimiento
clara y distinta, no podrían recibir fo llamaba el tj)opá, latio, y se en­
ninguna definición, ni nominal ni cuentr a entre fas . especies del cam­
real.. En ese pequeño ensayo, inclui­ bio (�í'í� xw-ijcre.w�).
do en las Actas de Leipzig, enco11,­ § 10. FrL:-Pero no defenderéis,
traréis lós fundamentos de una bue­ creo, la definición que de la luz .,
·
na parte de la doctrina que 1:1e re­ da el mismo autor, que dii;:e que es
fiere al e�ndimiento, explicada en el acto de lo transparente.
compendio, TEo.-La encuentro, como vos la
§ 7,. 8. FIL.-:--Sería conveniente encontráis, bastante inútil; él se sir­
explicar este punto y ,-walar lo que ve con mucha frecuencia de su acto, ,,
8 . lUBLrOT.fflCA
,PBRO: V�vm -�� BERRic'
226 LEIBNIZ

que no nos dice · gran cosa, Diá­ que nos servimos en aritmética y en
fano es para él un medio al través geometría.
ª
del ·cual se· puede ver, y la luz es, § 16. FIL.�Las ideas simples tie­
según él, lo que consiste en el -tra­ nen también la particularidad de
yecto actual. Sea en buena· hora. que presentan poca subordinación
§ 11. FIL,--:-Convenimos, pues, en en lo. que los '1ógicos llaman la línea
que nuestras · ideas· simples no po­ predicamental, desde Ia última es­
drían tener definiciones nominales, · pecie hasta el género supremo. Y es
como tampoco podríamos· conocer que, no siendo la última especie más
el ,gusto del ·ananás por la relación que una sola ·idea simple, · no se
de los viajeros, a menos de poder puede quitar nada de ella; por ejem­
gustar las . cosas por los oídos, como plo: no se puede quitar . nada de
Sancho Panza, que tenía la facultad · las ideas de blanco y rojo para que­
de ver a Dulcinea de oídas, o como damos con una . apariencia común
aquel ciego que habiendo oído ha­ en la cual convienen; por esto se
blar del brillo de la escar-lata creía ies comprende con el amarillo y
que había de parecerse al sonido de otros bajo el género. o el nombre
la trompeta. -de color. Y cuando se quiere for�
TEo.-Tenéis razón, y todos los mar un ·término aún más general,
viajeros del mundo no nos podrían que comprerlda también los sonidos,
dar por sus relaciones lo que debe­ los sabores y las cualidades táctiles,
mos a un gentilhombre de este país nos servimos del término general de
que cultiva con éxito los ananás a cualidad, en el sentido que se le
tres leguas de Hannover, casi sobre da ordinariamente para distinguir
el borde del Weser, -y ha encontra­ estas cualidades y . del dolor, que
do el medio de multiplicarlos, de obran sobre el -espíritu e introducen
suerte que los podremos tener un en él sus ideas .por más de un sen­
día, de nuestra cosecha, tan abun­ tido.
dantes como fas naranjas de Portu­ TEo.-:-Tengo todavía algo que de­
-- gal, · aunque por las trazas no ten-· cir sobre. este punto. Espero que
gan el mismo gusto que los ame­ aquí, tanto como en otras ocasio­
ricanos. nes, ine haréis fa justicia de creer
§ .12, 13. F1L.-No sucede lo mis-. que yo no discuto por espíritu de
mo . con las ideas complejas. Un cie­ contradicción y que la materia pa­
go puede saber lo que es una esta­ rece pedirlo. ·Pues no es una ven­
tua, y un hombre que no hubiera taja que las ideas de las cualidades
visto jamás el arco iris podría com­ sensibles tengan tan poca subordi­
prender lo que es, siempre que hu­ nación y sean susceptibles de tan po­
biese visto los colores que lo com­ cas subdivisiones, pues esto procede
ponen. § 15. Sin embargó, aunque de que las conocemos escasamente.
las ideas simples sean inexplicables, Sin embargo, el hecho mismo de que
no de_jan de ser las menos dudosas. todos los colores tengan de común
Pues la experiencia vale más que la el ser vistos por los ojos, · de pasar
definición. todos a través de Ios cuerpos por
TEo.-Hay, sin embargo, alguna donde pasa la apariencia de algu•
dificultad respecto de las ideas que nos de ellos, y de ser reflejados· por
no son simples más que para noso­ las superficies· pulimentadas de los
tros. Por ejemplo, sería difícil mar­ cuerpos que no les dejan pasar, nos
car con :precisión Jos límites del da a entender que podemos separar
azul y del verde,. y en general lo algo de las ideas que de ellos tene­
es distinguir los colores muy próxi­ mos. Se puede, incluso, dividir los
mos, mientras que podemos tener colores, con mucha más razón, en
nociones precisas de los términos de extremos (de los. cuales el uno es

-·:�. {./
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 227
positivo, el blanco; y el oti:o priva­ color puede ser engendrado por la
tivo, el negro) y en medios, que se sola reflexión sin refracción, y que
les llama colores, en un sentido par­ :los colores que hemos notado hasta
ticular, y que nacen de la luz por aquí en 1�. concayida_d del ángulo
la refracción; y se pueden también de refracc1on ordmana se encuen­
subdividir en los que pertenecen al t�an en la convexidad de una espe- ·
lado convexo y los que pertenecen c1e de refracción desconocida hasta
al lado cóncavo del rayo quebrado. aquí y viceversa. Así, la idea simple
Y estas divisiones y subdivisiones del azul estaría despojada del géne­
no son de escasa consecuencia. ro que le hemos asignado por nues­
FIL.-Pero, ¿cómo podemos en­ _tras experiencias. Pero bueno es- que
contrar géneros- en esas ideas sim­ nos detengamos en el azul; que co­
ples? nocemos, y en las circunstancias que
TEo.-Como no son simples más · le acompañan. Y ya es algo que nos
que en apariencia, van acompaña­ suministren de· qué hacer géneros y
das de circunstancias que tienen re­ especies.
lación con ellas, aunque esta rela­ § 17. FIL.-Pero, ¿qué decir de
ción no sea comprendida por noso­ la observación que se ha hecho de
tros y estas circunstancias suminis­ que, como las · ideas simples están
tren algo de ex;plicable y de sus­ tomadas de la existencia de las ~co­
ceptible de análisis, que da también sas, no son en modo alguno arbi­
alguna esperanza de poder . encon­ trarias, mientras que las de los mo­
trar un día las razones de estos dos mixtos lo son completamente y
fenómenos. Así sucede que hay una las de sustancias en cierto modo?
especie de pleonasmo en las percep­ TEo.-Creo que la · arbitrariedad
ciones que tenemos de las cualida­ se encuentra únicamente en las pa­
des sensibles tanto como de las ma­ labras y de ,ningún modo- en las
sas sensibles; y este pleonasmo es ideas. Pues no expresan más que ,po­
que t�nemos más de una noción del sibilidades; así, aun cuando no hu­
mismo sujeto. El oro puede ser de­ biera habido nunca parricidio, y
finido nominalmente de varias mane­ cuando todos los legisladores se hu­
ras; se puede decir que es el más . biesen olvidado de hablar de él co­
maleabl�, que es un Ct]erpo fusible, mo Solón, el · parricidio sería un cri­
que resiste a fa copela y al agua men posible, y su idea sería reat
fuerte. Cada una. de estas notas es Pues las ideas están en Dios por
. buena y basta para reconocer el oro, la eternidad, y aun están en noso­
por lo menos provisionalmente, y tros antes· de que pensemos en ellas
en el estado actual de fos cuerpos, actualmente, como ya demostré en
hasta que se encuentre un cuerpo nuestras . primeras •conversaciones.
más pesado, como algunos químicos Si alguien los quiere tomar por pen­
lo pretenden de su piedra filosofal, samientos actuales . de los hombres,
o hasta que se descubra esa luna puede hacerlo; pero se opondrá sin
fija, que es un metal · del que se razón al lenguaje corriente.
dice que tiene el color de la plata
y casi todas fas demás cualidades
del oro, y que el caballero Boyle CAPÍTULO V
asegura haber hecho. Así puede de­
cirse que en las materias . que no De los nombres de los modos mixtos
conoc¡emos más que empíricamente, · y de las relaciones
todas nuestras definiciones son me­
ramente prffvisionales, como ya creo · §§ 2, 3 y sig. F1L.-Pero, el espí­
haber adve.r,tido. Es cierto que no ritu, ¿no forma fas ideas mixtas
sabemos ·ctemostrativamente si un reuniendo las ideas simples· como le

_.____...e__ -
-::-

228 LEIBNIZ

parece, sin necesidad de modelo real, modos .mixtos, lo que hace que en
mientras qtie -las ideas simples le algunas lenguas se encuentren pala­ �..
i llegan sin elección por la existencia bras que no tienen tllltuivalente en
real de las cosás? ¿No ve con fre­ otras. No hay palabras en otras
cuencia la idea. mixta antes de que lenguas que corresponda·n a la voz
la cosa exista? · versura, usada entre -los romanos,
. TEo.-Si tomáis las ideas por pen­ ni a la de corban, de los judíos.
samientos actuales, tenéis razón, Pe­ Se traducen atrevidamente las pala­
ro yo no veo que haya necesidad bras latinas ·hora, pies y libra, por
hora, pie y libra; pero las ideas de
1
de aplicar vuestra distinción a lo
que se refiere a la forma misma o los romanos eran muy distintas de
a la posibilidad de esos pensamien­ las nuestras.
tos; y de esto es, sin embargo; de lo TEo.-Veo que muchas cosas que
que se trata en el mundo ideal que hemos discutido cuando se trataba
distinguimos del mundo existente. de las ideas mismas y de sus · espe­
La existencia de los seres, que no cies, vuelven ahora en favor de los
son necesarios es un punto de he­ nombres de estas ideas. La observa­
cho o histórico; pero el conocimien­ ción es buena en cuanto a los nom­
bres y :las costumbres de _ los hom­
·,
to de las posibilidades y de las ne­
cesidades (pues necésario es aquello bres; pero. no altera en nada las
cuyo contrario es imposible) consti­ ciencias ni la naturaleza de las co­
tuye las ciencias demostrativas. sas; es verdad que el que escribiese
FIL.-Pero, ¿hay más relación en­ una gramática universal haría bien
tre las ideas de niatar y de hombre en pasar de la esen�ia de la� lenguas
que entre las ideas de matar y de a su existencia y en comparar las
oveja? El parricidio, ¿está compues­ gramáticas de varias lenguas; del
to de nociones más estrechamente mismo modo que un autor que qui­
ligadas que el infanticidio? Y 1o· que .siera escribir una jurisprudencia uni­
los ingleses llaman sttabing, es de­ versal· sacada de la razón haría bien
cir, un homicidio por estocada o hun­ en ilustrarla con un paralelo de las
diendo la punta de la espada, que leyes y costumbres de los pueblos,
es más delictivo entre ellos que lo que serviría, no sólo para la prác­
cuando se mata hiriendo con el fi. tica, sino también para la contem­
Jo, ¿es más natural por haber mere• plación, y daría ocasión al autor
cido un nombre y una idea que no mismo para hacer muchas - conside­
se ha concedido por ejemplo al acto raciones que de otro modo se le ha­
de matar una oveja o de matar a brían- escapado. Sin embargo, en la
1, un hombre con el filo?
TEo.-Si no se trata más que de
ciencia misma, · separada de su his­
toria o existencia, no importa el que
posibilidades, todas esas ideas son los pueblos se hayan conformado o
igualmente naturales. Los que han no a lo que la razón ordena.
visto matar ovejas han tenido Úna § 9. F1L:--La dudosa significa­
idea de este acto en su pensamien­ ción de la palabr.a especie hace que
to, aunque no le hayan dado nom­ ciertas personas se extrañen de oír
bre y no se hayan dignado honrarle decir que las especies de las pala­
con su atención. ¿Por. qué, pues, lis bras mixtas - están formadas por el
;¡ 1 mitarsé a los nombres cuando se entendimiento. Pero yo dejo a otro
trata de las ideas mismas, y por que decida quién es el que fija los
qué referirse a la dignidad de las límites de cada clase o especie, pues
ideas de los modos mixtos cuando estas .dos palabras son para mí sinó­
se trata de estas ideas en general? nimas.
§ .9; FIL.-Los hombres forman TEo.-La naturaleza de fas cosas
arbitrariamente diversas especies de es quien fija ordinariamente estos

'�
. ;itJIIL.
NUEVO TRATADO SOBRE :EL ENTENDIMIENTO HUMANO 229
límites de las especies; por ejemplo, triunfo no tendríamos idea de lo que
del hombre y de la bestia, de herir pasaba entre los romanos en · esa
con la punta o con el filo. Confieso, ocasión.
sin embargo, que hay nociones ver­ TEo.-Concedo que el nombre sir­
daderamente arbitrarias; por ejem­ ve para atraer lá atención sobre las
plo, cuando se ttata de determinar cosas y para conservar su memoria
un pie, pues siendo la línea recta y su conocimiento actual¡ pero esto
uniforme e indefinida, la naturaleza no afecta al punto de que se trata,
no marca límites en este punto. Hay ni hace a las esencias nominales; y
también esencias vagas e imperfec- no comprendo por qué razón esos
. tas en que entra la opinión, como señores quieren a todo trance que
cuando se pregunta cuántos pelos las esencias mismas dependan de 1a
necesita tener un ,hombre para no elección de los nombres. Habrá si- ·
ser calvo; éste era uno de los .sofü,. do de desear que vuestro célebre
, mas de los antiguos: autor, en lugar de insistir sobre este
Dum cadat . elusus ratione Punto, hubiera. juzgado mejor entrar
ruentis acervi. en un más detallado estudio de las
ideas y de los modos, ordenando y
Pero la verdadera respuesta es que desarrollando ·sus variedades. Yo Je
la naturaleza no ha determinado es­ habría seguido por este camino con
ta noción y que la opinión tiene gusto y provecho. Pues sin duda nos
aquí su· parte; que hay personas de habría . esclarecido muchas cuestio­
las cuales se puede dudar si son o nes.
no son calvos, y que hay quien pa­ - § 12. FIL.-Cuando hablamos ·de
sará por calvo ante algunos y por un rcaballo o del hierro, los consi­
no calvo ante otros, · como ya he­ deramos como cosas que nos sumi­
mos visto que un caballo que en nistran · los patrones originales de
Holanda pasará por pequeño, en el nuestras ideas; pero cuando habla­
país de Gales pasará por grande. mos de los modos mixtos, o por lo
Algo de esto sucede en las ideas menos de los más considerables de
simples, pues acabo de hacer notar estos modos, que s_on los seres mo­
que los límites últimos de fos colo­ rales, como la justicia y la gratitud,
res son dudosos; hay t-ambién esen­ consideramos los modelos originales
cias verdaderamente nominales a como existentes en el espíritu. Por
medias, en las que el nombre entra esto hablamos de la noción de J·us­
en la definición de la cosa; por ticia, de templanza; pero no se ice
ejemplo, el grado o la cualidad del la noción de · un caballo o de una
doctor, de caballe_ro, de. embajador, piedra.
de rey, se conoce cuando una per­ TEo.-Los patrones 'de las ideas de
sona ha adquirido el derecho reco­ Ios unos son tan· reales comó · los
nocido de usar tales nombres. Y un de las ideas de los otros. Las cuali­
ministro extranjero, por mucho poder dades del espíritu no son menos rea­
y pompa.. de que goce, no pasará por les que las del cuerpo. Es verdad
embajador si sus credenciales no le que no se ve la justicia como se ve ·
acreditan de tal. Pero estas esencias un caballo; pero no por eso la CO·
e ideas son vagas, dudosas, arbitra­ nocemos menos sino más bien me­
rias, nominales en un sentido un jor; no está menos en las acciones
poco diferente del qué que vos decís. que en la rectitud o la oblicuidad·
§ 10. FIL.-Pero,. a lo que pare­ en los· movimientos, ya se la consi­
ce, el nom\lre conserva muchas ve­ dere o no. Y para haceros ver que
ces las esencias de los modos mix­ los hombres son de mi opinión, aun
tos, que vos creéis que· no son arbi­ los más capaces ·y expertos en los
trarias; por ejemplo, sin el- nombre negocios humanos, no tengo más
230 LE_IBNIZ.

que acudir a la aµtoridad de los reconocer . por un sol a · una per­


.jurisconsultos romanos, seguidos p or sona que estuviese situada a una
todos los· demás, que llaman a estos iusta distaJJ.cia. § Ahora.bien; lo que
modos mixt os o seres de moral, co- limita cada clase es s:u esencia. Es
. sas, y más particularmente cosas in­ conocida, o por el interior de la es­
corporales. Pues las servidumbres, tructura, o por señales exteriores
p or ejemplo (como la de . paso p o r que nos la hacen co no cer y nombrar
el fundo del vecino), son para ellos p or cierto nombre; y por esto, el
res incorporales, susceptibles de pr o­ rel oj de Estrasburgo se puede c ono­
piedad,, que se pueden adquirir por cer, o como el relojero que lo hizo,
un largo uso, poseer y reivindicar. o como · un · espectador que. ve sus ·
Por lo que se refiere a la palabra efectos.
noción, personas - muy expertas han. Teo.-Si así os expresáis, no ten­
tomado esta palabra en un sentido . go -nada que oponer.

1,¡
tan amplio como el de idea; el uso FIL.-Me expres o de una manera
del latín n o se opone a ello, y yo apropiada para no renovar nuestras
no sé st el de los ingleses y fran- discusiones. Ahora añado que la
ceses · le . es contrario. esencia no· se refiere más que a las
§ 15. F1L.-Hay que advertir tam­ clases. y : que nada es esencial en
l bién que los hombres aprenden los
nombres antes que las ideas de los
los individuos. Un accidente o una.
enfei:medad puede cambiar mi" sem­
1
1-1
1
modo s mixtos; el nombre hace co­ blante o mi talla; una fiebre o una
nocer que tal idea_ merece ser con­ caída :me pueden arrebatar la razón
siderada.. o la memo ria; una apopfojía me
TEo.-Esa observación · es justa, puede reducir a un estado sin sensa­
aunque sea verdad que hoy los ni­ ciones, ni entendimiento, ni vida. Si
i1 ños, con ayuda de fos nomencla­

l
se me pregunta si es esencial en mí
tors, .. aprenden ordinariamente los tener razón, responderé que no.
nombres no sólo de los mod os, sino TEo,-Yo creo que hay algo de·
' de las sustancias, antes que las . co­ esencial a l o s individuo s y más de
sas·; aun mejor, ,]o s nombres de fas Jo que se piensa. Es esencial en las
sustancias que los de los modos; sustancias, obrar; en las sustancias
� pues un defecto de estos mismos nos creadas, sufrir en los espíritus, pen­
inenclators es que en ellos se con­ sar; en los· cuerpos, tener extensión
signan únicamente los nombres y no y mo vimiento. Es decir, que hay
los verbos; sin pensar que lo s ver­ clases y especies a las cuales un indi­
bo s, aunque signifiquen modos, son viduo no podrá (naturalmente p or
más necesarios en la conversación lo-menos) dejar de pertenecer, una
que la mayor parte de los nombres vez ha ,pertenecido, p or muchas r�
que denotan sustancias particulares. . volucíones que puedan acontecer en
la naturaleza. Pero hay clases o es­
pecies, accidentales (lo confieso) a
CAPÍTULO .VI los individuos que a ellas pertene-
·cen, y que pueden dejar de ser de
De los nombres de sustancias esta clase. Así se puede dejar de ser
sacio, bello, sabio, y hasta de ser
§ 1 .. FIL.-Los géneros y las es­ visible y palpable; pero no se dej a
pecies de las sustancias, como de de tener vida y · órganos y percep­
los demás seres, no son más que ción. Ya ·he dich o bastante más arri­
clases. Por ejemplo, los soles son ba por qué les parece a lo� hombres .
una clase de estrellas, es decir, son que la .vida y el pensamiento cesan
estrellas fijas, pues no sin razón se algunas veces, aunque no dejan de
cree. que cada estrella fija se haría durar y de producir efectos.
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 231

§ 8. FIL.--,Muchos individuos, co­ ciego que quisiera ordenar los cuer­


locados bajo un nombre común, con­ pos según los colores. § 11. Ni •si­
siderados como de una sola especie, quiera conocemos la esencia de los
tienen, sin embargo, cualidades muy espíritus; no sabríamos formar dife­
diferentes que dependen de sus cons­ rentes ideas específicas de los ánge­
tituciones reales (particulares). Esto ,les; aunque sepamos que es preciso
lo observan sin dificultad todos los que haya varias especies de espíri­
que examinan los cuerpos natura­ tus. ·Así es que parece que en nues­
les, y con frecuencia los químicos tras ideas no ponemos mucha dife­
son convencidos de ello por enojo­ rencia entre Dios y los espíritus por
sas experiencias, buscando en vano ningún número de ideas simples, ex­
en un trozo de antimonio, de azu­ ceptuando que atribuimos a Dios la
fre o de vitriolo las cualidades que infinidad.
han· encontrado en otras partes de TEo.-Hay también otra diferen­
estos minerales. cia en mi sistema· entre Dios y los
TEo.-Nada m.ás exacto, y yo po­ espíritus creados y es que, en mi
dría añadir algunos ejemplos de mi opinión, todos los espíritus creados
cosecha. Por ejemplo, se han hecho deben tener cuerpo, así como nues­
libros expresos de infido experimen­ tra alma lo tiene.
. torum chymicorum successu. Pero es · § 12. FIL.--'Por lo menos. yo
que nos equtvocamos tomando estos creo que entre los cuerpos y los es­
cuerpos por similares o· uniformes, píptus hay esta analogía: del mismo
siendo así que están mezclados más modo que no hay vacío en las varie­
de ,Jo que se piensa, pues en los dades del mundo corporal, no habrá
cuerpos disimilares no nos sorpren­ menos variedad en las criaturas in­
demos de notar diferencias entre · los teligentes. Cpmenzando por.,nosotros,
�dividuos, y harto saben los médi­ y yendo hasta las cosas más ínfimas,
cos c�ánto varían los temperamentos se produce un descenso que se hace
v las características del cuerpo hu­ en muy pequeños grados y por una
mano. En una palabra; no encontra­ serie continua de cosas, que en cada ·
ríamos nunca las últimas especies grado difieren- muy .poco unas de·
lógicas, como ya he liecho notar m:ís otras. Hay peces que ,tienen alas y
arriba, y· nuo.ca . dos -individuos rea­ a los que -el aire no es .extraño, .. y
les o completos de una misma espe­ hay pájaros que habitan en el agua,
cie son semejantes perfec;t�ente. que tienen la sangre fría como los
FIL.--Nosotros no notamos todas peces, y cuya carne se parece tanto
estas diferencias porque no conoce­ a la de éstos por el gusto; que a
mos Ias partículas, ni, por consi­ los escrupulosos se ,les permite co­
guiente, la estructura interna de las merla durante los días de abstinen­
cosas. Por eso no nos servimos de cia. Hay animales que se aproximan
ellas para determinar las clases o tanto a la especie de los pájaros y
especies de las cosas, y _si lo quisié­ a la de las bestias, que constituyen
ramos hacer por esas �ncias o por .un punto medio ·eritre ellos. Los an­
· to que las escuelas llaman formas fibios participan igualmente de las
sustanciales,1 obraríamos cómo un bestias terrestres y acuáticas. Las va­
cas marinas viven en tierra y en mar,
1 Forma sustancial, forma súbstan­ y ,los marsupiales (nombre que sig­
tialis o essentialis, llamada también por nüica puercos de mar) tienen la san-·
los escolásticos quidditas, quid erat esse
(-.p -.t -ñ\l E!Vtx.L) , es el ptjncipio que ca doctrinae peripateticae de Duval en
constituye, �n Aristóteles, la forma su edición de Aristóteles, 4 vol. inc. 8,
·o la esencia de las cosas;' es el principio París, 1639, t. IV, pp. 23-31, y Diction­
constitutivo de la especie y el objeto de naire des sciences philosophiques (Pa­
la definición. Véase el Synopsis analyti- rís, 1845), t. II.

1
L ........__
, .

232 LEIBNIZ

�re caíiente y entrañas de cerdo. cosas que coéxisten en el mismo


Para no hablar de lo que refieren tiempo, sino con relación a toda la
los hombres marinos, hay bestias qué serie de cosas. Es dec�que yo creo
parecen tener tanto conocimiento y que necesariamente hay especies que
· razón como algunos animales a los nunca han sido ni serán, por no ser
que se llama hombres; y hay tan compatibles con la serie de criatu­
gran proximidad entre los animales ras que Dios ha· creado. Pero creo
y los .vegetales, que si tomamos el que todas las . c9sas que fa perfecta
más imperfecto de aquéllos y el más armonía clel un_iverso podía recibir,
perfecto de- éstos, apenas notaréis están en él. Que haya seres inter­
ninguna diferencia considerable en­ medios entre los extremos, es algo
tre ellos. De este modo, si llegamos conforme a esta armonía, aunque no
a las partes más ínfimas y menos sea siempre en un mismo globo o
organizadas de la materia, encontra­ sistema, y .lo que está en el punto
mos . por doquiera que las especies intermedio entre dos especies lo es­
están •ligadas y no difieren sino en tá algunas · veces con relación a cier­
grados apenas sensibles. Y cuando tas circunstancias, y no· con relación
consideramos la sabiduría y el po­ a otras. Los pájaros; por · diferentes
der infinito del autor de todas las que sean de los hombres . en algu­
cosas, . tenemos razón para pensar nas cosas, se acercan a él por la pa­
que conviene a la suntuosa armonía labra; pero si los monos supieran
del universq y al gran propósito, así hablar como los lqros, irían más le­
como a la bondad .infinita de ese jos que éstos. La ley de continui­
soberano arquitecto, que las diferen­ dad implica que la naturaleza no
tes especies de criaturas se eleven deja vacío en el orden que sigue;
poco a poco desde nosotros ,basta pero toda forma o especie no es de
su infinita perfección. Así, tenemos todo orden. En cuanto a los espí­
n;iotivo para estar. persuadidos de ritus o genios, como yo · creo que
que hay muchas más especies de todas las inteligencias creadas, ti�
criaturas por encima de nosotros de nen cuerpos organizados, cuya per­
las que hay por debajo, porque es­ fección responde a la de la inteli­
tamos mucho más alejados en gra­ �encia o el espíritu que está en este
dos de perfección del ser infinito de cuerpo en virtud de la armonía pre­
Dios que de aquello que más se establecida, yo pienso que para con­
aproxima a la nada. Sin embargo, no cebir algo de las perfecciones de los
tenemos una idea clara y distinta de espíritus por encima de nosotros,
todas esas diferentes especies. valdrá mucho figurarse perfecciones
TEo.-Yo tenía el propósito, en también en los órganos de los· cuer­
otro lugar, de decir algo semejante pos que sobrepujan a los nuestros.
a lo que acabáis de exponer, señor; Por ejemplo: la imaginación más
oero me alegro . de estar advertido viva y más rica, y para servirme
-
de que, como veo, se pueden decir de un término italiano que no po­
; las cosas mejor que yo Jo haría. dría expresar de otro modo, la in­
1
Hábiles filósofos han tratado la cues­ venzione la piu vaga, será la más
tión utrum · detur vacauum forma­ apropiada para elevamos por encima
rum; es decir, si -hay especies posi­ de nosotros. Y lo que he dicho pa­
bles que sin embargo no existen y ra justificar mi sistema de la armo­
que podría parecer que la natura­ nía, que exalta las perfecciones di­
leza las ha olvidado. Tengo razo­ vinas por encima de lo que general­
nes para· creer que tpdas las especies mente pensamos, servirá también
• posibles no son co-posibles en· el para tener ideas de las criaturas, in·
universo, por grande que sea, y es­ comparablemente más grandes que
to, no solamente cori relación a las las que hemos tenido hasta aquí.
NUEVO TRATADO ·soBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 233

. § _ 14. FIL.-Volviendo a la poca de �as cimas, son de una misma es.


reahda� de las especies, aun en las p�c1e; I?ero como las razones de estas
sustan�ias, yo , pregunto si el agua d1st��cras no_ varían más que por el
y el hielo son de diferente especie. tamano, se sigue que todas especies
TEo.-Yo os pregunto a mi vez si infinitas de elipses no forman más
el, oro fu�dido en el crisol y el oro que un . solo ·género que no tiene
fno en lmgotes son de una misma subdivisiones; mientras que un óva­
especie. !º _d� tres foc�s comprendería una
FIL.-Eso no responde a la. pre- mfimdad de generas 'y un número
gunta, que a su vez encierra otra: de especies infinitamente infinito, al
tener cada género un número sim­
· · Qui litem lite resolvit. plemente infinito. De esta manera
dos individuos físicos no serán nun�
Sin embargo, reconoceréis por es­ ca completamente iguales, y, lo que
to que la reducción de las cosas . es más, el mismo individuo pasaría
a especies se refiere únicamente a de especie en especie, pues no es
las ideas que de ellas tenemos, lo jamás semejante en todo . a sí' mismo
que basta para distinguirlas por nom­ más que un momento. Pero los hom­
bres; pero si suponemos que esta bres, al establecer especies físicas
distinción está fundada en la cons­ no se atienen a este rigor, y de ello�
titución real e interior, y que la depende decir que una masa a ta
na�raleza distingue las cosas que que pueden �ac�r . volver a su pri­
existen en_ otras tantas especies por mera forma sigue siendo de una mis­
sus esencias reales, de la misma ma especie a su juicio. Así decimos
manera que nosotros las distingui­ que el agua, el oro, el mercurio, la
mos en especies por tales o cuales s�l común, lo son, y sólo aparecen
denominaciones, estaríamos sujetos · disfrazados en dos cambios ordina­
a muchi�s .decepciones. rios; pero .en los · cuerpos orgánicos,
TEo�-Hay alguna ambigüedad en o en . las especies de las plantas y
el término especie o en fa frase ser d� los animales, de�inimos la espe­
de diferente especie, que causa to­ cie por la generac1ón,2 de suerte
das estas dificultades, y cuando la que aquel semejante· que procede o
hayamos disipado, ya nb habrá cues­ podría proceder de un mismo origen
tión, sino si acaso sobre el nombre. o simiente sería de una misma espe-·
La especie puede· ser tomada en un cie. E_n el hombre, además de la ge­
sentido matemático y físico.. En su neración humana, nos referimos a
rigor matemático, la menor diferen­ lá cualidad de animal racional; y
cia, que hace que .dos cosas no sean aunque haya hombres que perma­
semejantes en un todo, hace que di­ necen semejantes- a las bestias toda
fieran de especie. Así • es como en su vida, se· presume que· noes por
geometría todos los círculos son de falta de la cualidad o del principio,
una misma especie; pero no sucede sino por obstáculos que detienen es­
lo. mishío con las elipses y por la ta facultad. Pero aún no nos hemos
misma razón todas las parábolas son puesto de . acuerdo respecto de to­
también de una misma especie; pero das las condiciones externas que se
no sucede lo mismo con las elipses quieren tomar por suficientes para
y las hipérboles, pues hay · entre seguir esta presunción. Sin einbar­
ellas una infinidad de claves o es­ _ go, algunos de los. reglamentos que
pecies, aunque haya también una 2 Esta definición de la especie es
infinidad cil ellas de cada especie. hoy día la más extendida entre los
Todas las innumerables elipses, en naturalistas. En cuanto a las especies
las que la distancia 'de los focos · minerales, consúltense los trabajos de·
tiene la misma razón a la distancia M. Cnevreul sobre este tema.
234 LEIBNIZ

los hombres hacen por sus denomi­ más apropiado hasta aquí para con­
nacion�s y por los derechos atri­ feccionar un sistema • tolerable y có­
buidos a los nombres, siempre que modo para la enseñana, sino tam­
su regulación sea seguida o conti- bién según los otros . fundamentos
. nua e inteligible, será fundada en de las otras partes y circunstancills
realidad y no podrán figurarse es­ de las plantas; 3 cada fundamento
pecies que la naturaleza, que com­ de comparación merece tablas apar­
prende hasta las posibilidades, no te,_ sin lo cual dejaríamos escapar
haya he.cho o. distinguido antes que muchos géneros subalternos, y mu­
ellos. En cuanto al interior, aunque _chas comparaciones, dis_tinc_iones y
no hay apariencia externa que no observaciones útiles.· Pero cuanto
esté fundada en la co'nstitución in­ más profundizamos en la generación
terna, lo cierto es que . una misma de las espedes y más séguimos, en
apariencia podría resultar algunas las clasificaciones, las condiciones
veces de dos diferentes constitucio­ que allí se requieren, más nos acer­
nes; sin embargo, habrá alguna cosa camos al orden natural. Por eso, si
de común, y eso es lo que nuestros las conjeturas de algunas personas
filósofos llaman la causa. próxima peritas fuesen verdaderas y que nos
formal. Pero cuando esto no suce­ dicen qu� en la planta, además del
cµera, como si, según Mariotte, el grano y la. simiente· conocida que
azul del. arco iris tuviese un origen corresponde al · huevo del animal,
distinto del �I de una turquesa, 1:iay otra simiente que merecería el
sin que hubiese una causa formal co­ nombre de masculina, es decir, un
mún (en lo que no estoy conforme), polvo (polen) visible mucha!! veces,
v aun cuando se concediese que cier­ aunque quizá invisible otras · (como
tas naturalezas · aparentes, que nos lo es el grano mismo en ciertas plan­
hacen darles nombres, no tienen tas),' que el viento u otros acciden­
nada interior común, nuestras defi­ tes ordinarios esparcen para unirle
niciones no dejarían de estar funda­ al grano, que proviene algunas· ve­
das en las especies reales, pues los ces de una misma planta y otras,
fenómenos mismos son realidades. como en el cáñamo, de otra vecina
Podemos, pues, decir que todo lo de la misma especie, planta que,
.Que distinguimos o comparamos con por consiguiente, tendrá analogía
verdad, la naturaleza lo distingue o con el macho, aunque quizá la hem­
lo ·hace convenir también, aunque bra no está siempre desprovista en­
haya distinciones· y comparaciones teramente de • ese mismo polen; si
que no conocemos y que pueden ser esto, digo, fuese verdad, y si la far- .
me.iores que las nuestras. También ma de la generación de ·las plantas
será necesaria mucha ·· experiencia fuese más conocida, yo no dudo que
y mucho cuidado para designar los
las variedades que se observasen nos
géneros ·y las especies de una ma­ oroporcionarían un fundamento pa­
nera que convenga a la naturaleza. ra divisiones muy naturales. Y si
Los botánicos modémos creen que . tuviésemos .Ja penetración de algu­
las distinciones tomadas· de las for­ nos genios superiores y conociése­
mas de las flores son · las que más mos bastante· las cosas, quizá encon­
· se aproximan al orden natural; pe­ traríamos atributos fijos· para cada
especie, comunes pár¡i todos sus in­
ro encuentran, sin embargo, ·muchas dividuos y_ siempre subsistentes 'en
dificultades en · ese punto, y seria
oportuno hacer comparaciones y or­ a Este es el principio de la subordi­
denamientos, no sólo siguiendo un nación de los caracteres, aplicado por
mismo fundamento, como sería el primera vez por Jússieu, y que ha lle­
que acabo de indicar, .tornado de. j:lado a ser el fundamento de las clasi•
las flores, y que qu�á ha sido el ficaciones naturales.

lf
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO -HUMANO 235
.
el mismo ser orgánico viviente, cua­ viene también (como el nacimiento
lesquiera que fuesef f las alteracio­ hace presumir) a esos individuos,
nes y transformaciones que pudiera o falta Una parte de las notas exte­
sufrir; como en la más conocida de riores que se encuentran ordinaria­
las especies físicas, que es la huma­ mente en esa especie. Pero nuestra
na,• la razón es uno de estos atri­ incertidumbre no afecta en nada a
butos fijos, que_ conviene a cada uno la ·naturaleza de las cosas, y si hay
de los individuos, y siempre inadmi­ tal naturaleza interior común, se en­
siblemente, aunque no siempre le contrará o . no se encontrará en él
podamos adver,tir. Pero, a falta de mi:mstruo, sepámoslo o no lo. sepa­
estos conocimientos, nos servimos mos. Y si la naturaleza interior de
de los atributos que nos · parecen ninguna especie se encuentra allí,
más cómodos para distinguir y com­ el monstruo podrá ser de su pro­
oarar las cosas, y, en una pálabra, pia especie. Pero si no hubiese tal
para reconocer las especies o clases, naturaleza interior en las especies
v estos atributos tienen siempre sus de que se trata:, y si no nos atuvié_­
fundamentos reales. seinos al nacimiento, entonces sólo
§ 14.' FIL.-Para distinguir los se­ las notas · exteriores deierminaríari
res. sustanciales, según la. hipótesis la especie, ·y los monstruos . no per­
ordinaria, que quiere que haya cier­ tenecerían a la · especie de• que se
tas esencias o formas precisas de apartan, a menos de tomarla de una
las cosas, por las cuales s� distin­ manera un poco vaga y con cierta
guen naturalmente en. especies todos latitud;· y en este caso, también,
los individuos que existen, d�bería­ nuestro trabajo por querer adivi­
mos aseguramos primeramente (§ 5) nar la especie sería vano. Esto es
de que la naturaleza se propone qúizá lo que queríais decir con vues­
siempre en la producción de las co­ tras objeciones tomadas a las esen­
sas hacerlas· participar:. de ciertas cias reales internas. Por consiguien­
esencias regladas y establecidas, co­ te, deberíais probar que no hay
mo modelos, y en segundo lugar interior específico común, cuando el
(§ 16), que la naturaleza consigue exterior no lo es. Pero en la especie
siempre este propósito. · Pero los humana sucede· lo contrarió, pues
monstruos nos dan motivo para· du­ algunos niños que tienen algo de
dar de Jo uno y de lo otro (§ 17) . monstruosos llegan. a .. una. edad en
Habría que . determinar, en tercer la que dan muestras de razón. ¿Por
lugar, si estos monstruos no· son reiµ­ qué no podría haber algo parecidó
mei:lte una especie distinta y· nueva, en otras especies? Es verdad que,
pues vemos que · algunos de esos no conociéndolas, ·no nos podremos
monstruos tienen pocas o ninguna servir de· ellas para definirlas; pero
de las cualidades que. se supone re­ el ·exterior basta, aunque reconozca­
sultantes ·de la esencia de esta: espe­ mos· que no es suficiente para · una
cie; de donde traen su origen, y a definición exacta, y que las mismas
la cual parece que pertenecen en definiciones nominales, en estas oca­
virtud de su nacimiento. siones no son más que conjeturales;
TEo.,-Cuando se , trata de deter­ y ya he dicho antes que algunas ve­
minar si los monstruos son de una · ces no son más que provisionales.
cierta especie, nos vemos reducidos Por ejemplo; se podría encontrar el
frecuentemente a conjeturas� Lo cual medio de falsificar el oro, de suerte
hace ver que no nos limitamos al que respondiese a todas las pruebas
exterior, l"les querríamos saber si la que se han hecho basta aquí; pei:o
naturaleza interior (como por ejem­ también se podría descubrir eD:to.n­
plo la razón en el hombre), común ces una nueva manera de ensayar
a los individuos de tal especie, con- que diese el medio de distinguir el
236 LEIBNIZ

oro natural de ese otro or<;> hecho ta manera no podremos jamás cono.
artificialmente. Antiguos documentos cer precisamente el número de pro­
atribuyen tanto lo uno como lo otro piedades que dependen arle la esen­
a Augusto, elector de Sajonia; pero cía real del oro, a menos de cono­
yo no puedo garantizar este hecho. cer la esencia misma del oro. § 21.
Sin embargo, si fuera verdad, po• Sin embargo, si nos limitamos pre­
dríamos obtener una definición más cisamente a ciertas propiedades, esto
perfecta del oro de la que tenemos nos bastará para tener definiciones
al presente; y si el oro artificial ·se nominales exactas que nos sirvan
pudiese producir en grandes canti- actualmente, salvo que queramos
dades, como pretenden los alquimis- cambiar la significación de los nom­
tas, esta nueva prueba sería de im- bres, si se descubriese alguna nueva
portantes consecuencias; pues por su distinción útil. Pero es preciso, por
. medio se conservaría al género hu- lo menos, que esta definición res­
mano la ventaja que el oro natural penda al uso· del nombre y pueda
nos proporciona el comercio, por su sustituirle. Y esto sirve para refutar.
rareza, suministrándonos una mate- a los que pretenden que la exteli­
ria duradera y uniforme, fácil de sión constituye la esencia de los
dividir y reconocer y preciosa en cuerpos, pues cuando se dice. que qn
su pequeño volumen. cuerpo inipu\sa a otro sería un ab­
. Qúiero aprovechar esta ocasión SQrdo manifiesto entender que una
para disipar una dificultad (V. § 50 extensión pone en movimiento a otra
del cap. de los nombres de las sus- extensión mediante el impulso, pues
tancias en el autor del Ensayo sobre falta. la_ solidez. D_e �gual modo no
el entendimiento). Se pone el si- se dtra que la razon, o lo que hace
guiente reparo: que al decir, todo al- ho1!1bre razonable, entabla co�­
oro es fijo si se entiende por la idea versac1ón, pu�s la razón no consti­
del oro el . conjunto de ciertas cua- tuye la es�nc1a entei:a del hombre;
lidades, entre las cuales está com- son los animales rac10nales los que
prendida la fijeza, se formula una hablan unos con otros.
proposición idéntica y vana, como · TEO.�reo que tenéis razón, pues
si se dijese: lo fijo es lo fijo; pero • los objetos de las ideas abstractas e
si se entiende decir un ser sustan- incompletas no bastan para dar ra­
cial, dotado de cierta esencia ínter- zón de todas las acciones de las
na, de la cual la fijeza es una con- · cosas. Sin embargo, yo creo que la
secuencia, no se hablará de un modo conversación conviene a todos los
inteligible, pues esa esencia real es espíritus� que pueden comunicar en­
completamente desconocida. A esto tre sí sus pensamientos .. Los esco­
respondo que el. cuerpo dotado de lásticos se preocupan mucho de có­
esta constitución interna es designa- mo lo pueden hacer los ángeles;
do por otras notas exteriores, entre pero si les concediesen cuerpos suti­
las cuales no está comprendida la les, como yo lo hago siguiendo a
fijeza, como si alguno dijese: el más los antiguos, no habría dificultad
pesado de todos los cuerpos es a la en este punto.
· vez uno de los más fijos. Pero todo § 22. F1L.-Hay criaturas que
esto no es más que provisional, pues tienen una forma semejante a . la
se podría en1,:óntrar algún día un nuestra, pero que están cubiertas de
cuerpo volátil, como por ejemplo pelo y no disfrutan del uso de la
un mercurio nuevo, que fuese. más palabra ni de la razón. Entre noso­
pésado que el oro, y en el cual el tros hay imbéciles que tienen exac­
oro sobrenadase como el plomo so- tamente l!i misma forma que noso- ·
brenada en nuestro mercurio. tras, pero que están privados de la
§ 19. FIL.-Es verdad que de es- razón, y algunos de ellos ni siquie-
\
\
\

NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 237

ra tienen el uso de la palabra. Hay pos, son imperfectas y provisiona­


seres, según se dice, que con el uso l�s. Si alguno se dijese ángel y su­
de la palabra y de la razón, y una piese hacer <;.osas que nosotros no
forma semejante en todo a la· nues­ podemos hacer, se le creería. Si al-
tra, tienen cola provista de pelo; por . guno viniese de la luna por medio
lo menos no hay imposibilidad de de alguna máquina extraordinaria,
que existan estas criaturas. Hay otras como González,4 y nos contase co­
entre las cuales los machos no tie­ sas creíbles de su país nataI, pasaría
nen_ barba, 'y otras cuyas hembras por un hombre de la luna, y sin
la tienen. Cuando se pregunta si to­ embargo se le podría conceder el
das estas criaturas son · hombres o indigenato y los derechos de ciu da­
no, si pertenecen· a la especie hu­ dano con el título de hombre, por ·
mana, es claro que la cuestión · se extraño que fuese a -nuestro globo.
refiere únicamente a la definición Pero si pidiese el bautismo y qui­
nominal o a la idea compleja que siera ser . considerado como proséli­
nos formamos de ellas para desig­ to de nuestra ley, creo que se ele­
narlas con este nombre, pues su varan grandes disputas entre los
esencia interior nos es absolutamen­ teólogos. Y si el comercio con esos
te desconocida, aunque podamos hombres planetarios, bastante próxi­
pensar que · allí en donde las facul­ mos a los nuestros, según Hugens,
tades, o bien la figura exterior, son estuviese establecido, la cuestión me­
tan diferentes, la constitución inte­ recería un concilio universal, para
rior no es la misma. saber si habríamos de extender el
TEo.--Creo que. en el caso del cuidado de la propagación de la fe
hombre tenemos una definición que fuera de nuestro globo. Muchos sos­
es real y nominal al mismo tiempo. tendrían, sin duda, que los animales
Pues nada podría ser más interior al racionales de este país, no siendo
hombre que la razón, ·y ordinaria­ de la raza de Adán, no participan de
mente se da a conocer perfectamen­ la .redención de Jesucristo; pero otros
te. Por eso es . por lo que la barba dirían quizá. que no sabemos con
y la cola no serán consideradas jun­ certeza ni dónde estuvo Adán, ni
to a ella. Un hombre salvaje, aun­ la suerte que ha cabido a toda su
que velludo, _se _hará ,conocer, y el .posteridad, puesto que hasta ha habi­
pelo de un inono no es lo que nos do teólogos que han creído que el
le hace excluir. Los imbéciles care­ luear del paraíso fue la luna, y qui­
cen del uso de la razón; pero como zá la mayoría opinase que lo más
sabemos por experiencia que fre­ seguro . sería bautizar a esos hom­
cuentemente está. atada y no puede bres dudosos, bajo condición, si es
aparecer, y que esto les sucede a los que fueran susceptibles de ello; pe­
· hombres que la han mostrado y la ro dudo que se quisiera nunca ha­
mostraran, hacemos verosímilmente cerlos sacerdotes de la Iglesia roma­
el mismo juicio de estos imbéciles na, porque sus consagraciones serian
por otros indicios, es decir, por la · fassiempre dudosas, y se expondría a
figura corporal.· Sólo por estos in­ tría gentes al peligro de una idola­
material en la hipótesis de esta
dicios, unidos al nacimiento, presu­
mimos que los niños son hombres, Iglesia. Por fortuna; la naturaleza
y que mostrarán razón, yl-no nos
equivc;>camos. Pero si hubiese anima- · 4 Véase L'Hornme dans la !une, et
les racionales de una forma exterior le voyage chirnérique fait au monde de
la lune, actuellement decouvert par
un poco diferente de la nuestra, nos Dominique Gonzales, aventurier espag­
v"eríamos perplejos. Lo que hace ver nol, outrement dit le Courrier volant,
que nuestras definiciones, cuando ecrit en notre Tangue parJ. B. P. (Jean
dependen del exterior de los cuer- Baudoin) ...París, 1648 ..
238 LEIBNIZ

de las cosas nos exime de esta per- provisional) , y ya he dicho que con
. plejidad; sin embargo, estas extra­ mucha frecuencia nuest.Ps caracte­
.ñas ficciones tienen su uso en la es­ res no son más que conjeturales. La
peculación para conocer bien la na­ raza es desmentida muchas veces
turaleza de nuestras ideas. por la figura cuando el niño,es dese­
§ 23. Fri..-No solamente en las mejante al padre y a la• madre, y la
cuestiones teológicas, sino también mezcla de las figuras no es siempre
en o�as ocasiones, algunos quisie­ una señal de la mezcla de ]as ra­
ran quizá regirse por la raza y de­ zas, pues puede suceder que una
cir que en los animales la propa­ hembra eche al · mundo animal que
gación por el ayuntamiento del ma­ parezca pertenecer a otra especie, y
cho y la hembra, y en las plantas que la sola imaginación de Ia ma­
por medio de simientes, conserva dre haya causado esta perturbación;
las especies supuestamente reales, y no digamos nada de lo ·que se
distintas y en su totalidad. Pero es­ llama mola. 0 Pero así como se juz­
to no serviría más que para fijar las ga, sin embargo, provisionalmente,
especies de los animales y de los de 1�,especie por la ritta, se juzga
vegetales. ¿Qué hacer de _lo demás? tambien de la raza por la . especie.
Y aún esto no basta aun respecto Pues cuando a Juan .Casimiro, rey
de aquéllos, pues si hemos de creer de Polonia, te presentaron un niño
la historia, ha habido mujeres pre­ salvaje, cogido de entre los osos, y
ñadas por monos. Y aquí surge un que tenía mucho parecido con· éstos,
nuevo problema. ¿De qué especie pero que se dio a conocer como ani­
deben ser tales productos? Con fre­ mal racional, nadie tuvo dificultad
cuencia vemos mulas y onotauros en creerle de la raza de Adán y bau­
(véase el Dictionnaire etymologique tizarle con el nombré de José, aun­
de Ménage) ,5 las primeras engen­ que quizá bajo la_ condición si bap­
dradas por un asno y una yegua, _tizatus non es, según el uso de la
y. los últimos, por . un toro y una Iglesia. romana,. porque podía haber·
burra. Yo he visto un animal en­ sido · cogido por un oso después del
gendrado por un gato y una rata bautismo. No tenemos aún bastan­
· que tenía los caracteres visibles de tes conocimientos .sobre los efectos
estas dos bestias. Quien a esto aña­ de las mezclas de los animales, y
da _ las producciones monstruosas, con frecuencia destruimos los mons­
verá que es muy difícil determinar truos, en lugar de criarlos, aparte
la especie por la generación; y si de que no son de larga vida. Se
no pudiéramos hacerlo más que por cree que los' híbridos no se repro­
este medio, ¿tendríamos que ir a la ducen; sin embargo, Estrabon atri­
India para conocer al padre y a la buye la propagación a las mulas de
madre de un tigre, y la simie_nte de Capadocia, y me escriben de la. Chi-·
' 1 la planta del té, sin tener otro me­ na que en la Tartana vecina hay
dio para juzgar si los individuos que mulas de raza; así vemos que las
de allí proceden son de estas espe­ plantas mezcladas son capaces de
cies? conservar la nueva especie. Nunca
TEo.-La generación o raza pro­ se sabe con exactitud en los ani­
porciona por lo menos una fuerte males si quien determina preferente­
presunción· (es decir, una prueba mente la especie es el macho o la
hembra, o ambos, o ninguno de ellos.
5 Menage, 1613-1692, nacido en An­ · La doctrina de los huevos de las
gers ·y muerto· en París. Entre sus nu­ mujeres, · que el düunto Kerkring 7
merosas obras, la única- que interesa
a la filosofía es su erudita edición de · o Masa informe en el útero.
Diógenes Laercio (Londres, 1660, in­ 7 Kerkring (Teodoro), 1640.1693; ;;::,
fol., y Amsterdnni, 1692, in-1�). anatómico célebre nacido en Amster- ·
NUEVO TRATADO\ SOBRE EL ENTENDIMlENTO HUMANO 239

hizo famosa, parecía reducir · a los uno del mismo modo que . vemos
machos a la condición del aire llu­ que el _gusano de seda es una espe­
vioso para las plantas, que hace que cie de animal doble y encierra un
las semillas crezcan, según los ver­ insecto volador bajo la forma de
sos de_ Virgilio, ·que los priscilianis­ oruga; tan a oscuras estamos aún
tas ·repetían: sobre punto tan importante.
Cwn pater omnipotens faecundis . La analogía de las plantas nos
imbribus aether. dará luz algún día, pero al presen­
Conjugis in laetae gremium te no estamos apenas , informados
descendit et omnes. sobre la generación misma de los
Magnus alit magno commissus vegetales; la sospecha del polvo que
corpore foetus. se deja notar, como respondiendo
a la semilla masculina, no es punto
En una palabra, según esta hipó­ aún bien esclarecido. Por lo demás,
tesis, el macho no haría más que lo una brizna de la planta es muchas
que hace la lluvia. Pero Leewen­ veces capaz de . dar una planta nue:.
hoeck 8 ha rehabilitado el género va y completa, de lo que no se des­
m1tsculino, y el otro sexo ha sido cubre aún analogía entre los anima­
degradado a su vez, como si su fun­ les; así no puede decirse que el pie
ción no fuese más que la de la tie­ de un animal sea un animal, como
rra respecto de las simientes, sumi­ parece que cada rama del árbol es
nistrándole el lugar y la nutrición; una planta .capaz de fructificar apar­
lo que podría su�eder lo mismo te. Aun las mezclas de las especies,
conservando los huevos. Pero esto . y aun los cambios · en una misma
no impide que la imaginación de la especie se logran con frecuencia y
mujer ejerza un gran poder sobre la tienen mucho éxito en las plantas.
forma del feto, aun cuando se su­ Quizá en algún tiempo o en algún
piese que el animal ha sido ya pro­ lugar del universo, las especies de
duci�o por el macho. Pues el feto los animales, sean o hayan sido o
es · un estado destinado a un gran estén más sujetas a cambiar de lo
cambio ordinario y tanto más sus­ que lo están al presente entre noso­
ceptible de cambios extraordinarios. tros y muchos 11nimales que tienen
Se asegura que la iµiaginación de algo del gato, como el león, el tigre
una dama muy , princip¡il, afectada y el lince, podían haber sido de
por el espectáculo de un hombre una misma raza y ahora podrían
mutilado, seccionó la mano del feto ser como subdivisiones nuevas de la
. muy próximo a su terminación, y antigua especie del gato. Por esto J
que la inane se encontró después repito lo · que ya he dicho más de ,•

en las secundinas; pero esto nece­ una vez: que nuestras determina­
sita confirmación. Quizá alguien ciones de las especies físicas son
pretenda, attnque el alma no pueda provisionales y están en relación con
proceder más que de un sexo, qu� nuestros conocimientos.
ambos .sexos producen algo . orgam­ § 24. F1L.-Por lo menos los hom­
za�o, y que de dos cuerpos se hace bres, al hacer sus divisiones de las
especies, no pensaron jamás en las
dam, condiscípulo de Spinoz� c?n formas sustanciales, a no ser aque­
. Francis Van Ende, su maestro comun. llos que, en este único lugar del
{Opera omnia anatomica, La Haya, · mundo en que nos encontramos,
1717.) aprendieron el lenguaje de nuestras
8 Naturalista nacido en Delft en
1638, ml19t'to en 1723. Sus memorias
escuelas.
han sido publicadas en latín con el tí­ ·TEo.-Parece ser que desde hace
tulo: Arcana naturae detecta, 1705� poco tiempo . el nombre de formas_
1709, Delft, sustanciales ha llegado a perder su

--'---·- -- - �
240 LEIBNIZ

crédito entre 'ciertas gentes, y que pos de los unos y de los otros, es
se avergüenzan de pronunciarle. Sin decir, los cuerpos animados tanto
embargo, esto obedece más bien a como las contexturas sinaridá, serán
la moda que a la razón. Los esco­ específicos por la estructura inte­
hísticos . empleaban inoportunamente rior, porque en aquellos mismos que
una noción general, cuando trata­ son animados, el alma y la máqui­
ban de explicar fenómenos particu­ na, cada una tomada aparte, bastan
lares; pero este abuso no destruye para la determinación; pues se con­
la cosa. El alma del hombre des­ ciertan perfectamente, y aunque no
concierta un poco la cónfianzl de tengan influencia inmediata_ la una
algunos de nuestros modernos. Los sobre la otra, se expresan mutua­
' hay que confiesan que es la fonna mente, concentrando ,una de ellas,
del hombre; pero también quieren en una perfecta u nidad, todo lo que
que sea la única forma sustancial la · otra ha dispersado en la multi­
de la naturaleza, conocida. Descar­ tud. Así, cuando S'e trata de la cla­
tes se expresaba así, y corrigió a sificación de las especies,· es inútil
Regius,0 que negaba esta cualidad disputar de las formas sustanciales,
de forma sustancial al alma y ne­ aunque por otras razones sea con­
gaba que el hombre fuese imum per veniente c9nocer si las hay y. cómo;
se, es decir, un ser dotado de ver• pues sin estQ seríamos extranjeros
dadera unidad. Algunos creen que en el mundo intelectual. Por· lo de­
este excelente hombre fo hizo . por más, los griegos y los árabes,. han
razones políticas. Yo lo dudo, por. hablado de estas . formas tanto co­
que creo que tenía razón en este mo los· europeos, y s� el vulgo no
punto. Pero no la hay para otorgar habla de ellas, tampoco habla de
este privilegio al ho�bre únicamen­ álgebra ni de inconmensurables.
te, como si la naturaleza estuviese §25. FIL.-Las lenguas han sido
hecha a intervalos. Es de creer que formadas antes que )as ciencias, y
hay una infinidad de almas, o, para el pueblo ignorante y sin letras ha
hablar con mayor generalidad, entt'­ reducido las cosas a ·ciertas especies.
lequias primeras, que tienen algo TEO.-Es verdad, pero las perso­
de analógico con '1a . percepción y nas que estudian las materias recti­
el apetito, y que son todas y per­ fican las nociones populares. Los
manecen siempre formas sustancia­ ensayistas han encontrado medios
"Ies de los cuerpos. Es verdad que exactos para discernir y separar los
hay aparentemente especies- que no metales; los botánicos han enrique­
son verdaderamente unum per se (es cido maravillosamente la doctrina·
decir, cuerpos dotados de una ver­ de las plantas, y las experiencias que ·
dadera unidad, o de mi ser indivM­ se han hecho sobre los insectos nos
ble que constituya el principio total han proporcionado nuevos avances
activo), no más que podrían serlo en el conocimiento del mundo ani­
un molino o un reloj. Las sales, los mal. Sin embargo, estamos aún muy
minerales y los metales podrían ser lejos de la mitad de nuestro' ca-
de esta naturaleza, es decir, sim­ mino.
ples contexturas o masas en las que § 26. FIL.-Si las especies fueran
hay cierta regularidad. Pero los cuer- obra de la naturaleza • no podrían
ser concebidas tan diferentemente
o Nombre. latino de Leroy, un dis­ en diferentes personas: el hombre
cípulo de Descartes que rompió con él parece al uno un bípedo sin plu­
por sostener que el hombre es un ser mas, con uñas largas; y otro, des­
por accidente; es decir, que el cuerpo pués de . un profundo examen, le
y el alma no forman una unidad sus­ añade la razón. Sin embargo, mu­
tancial. chos determinan las especies de los


NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 2.41
animales por su forma exterior, más boca más hendida rio habrían podi­
bien que por el nacimiento, porque do coexistir, así como el resto de
se ha puesto en tela de juicio más la figura · irregular, con un alma y
de una vez, si ciertos fetos huma­ con cualidades que la hicieran ca­
nos deben ser admitidos al bautis­ paz, a pesar de su deformidqd de
mo o no, por .la sola razón de que desempeñar un cargo en la Iglesia.
su configuración exterior difería de TEo.-Hasta hoy no se ha en�on-
la forma ordinaria de los niños, sin . trado un animal racional de unú
que se supiera si eran tan capaces figura exterior muy distinta de la 1
de razón como niños lanzados en nuestra; por. esto, cuando se trata
otro molde, · entre los cuales se en° de· bautizar a un niño,. la raza y
cuentran algunos que, aunque de una la figura no han sido nunca con­
forma aprobada, no son nunca capá­ sideradas más que como indicios ,
ces de mostrar durante toda su vida para juzgar si era un animal ra- ·
. tanta razón como la que aparece en cional o no. Así los teólogos y los
un mono o un elefante, y no dan , jurisconsultos no han · tenido nece­
nunca prueba alguna de ser · guia­ sidad de renunciar por esto a su
dos por un alma racional; · por lo definición consagrada.
que parece evidente que la forma ex­ § 27. FIL.-Pero si ese monstruo
terior, y no la facultad de razonar, de que habla Licetus 10· (l. I, capí­
de la cual nadie puede saber si fal­ tulo III) , que tenía cabeza de hom­

.1
tará a su debido tiempo, es lo qu·e bre y cuerpo de cerdo, u otros mons­
ha sido señalado como esencial a la truos que, con cuerpo de hombre,
especie humana. Menage (Menagia­ tenían cabeza de perros o de caba­
na, t. I, p. 278 de la edición de llos, hubiesen conservadó la vida, y
Holl, 1649) · nos suministraba el hubiesen podido hablar, la dificul­
ejemplo de cierto abate de Saint tad hubiera sido mayor.
Martín qUe merece ser referido: TEO.-Lo confieso, y- si· esto su­
Cuando este abate de Saint Martin, cediese y - alguno estuviese confor­
dice, vino al mundo, tenía una fi­ mado como uil cierto escritor, mon­
gura tan poco . humana que parecía je antiguo llamado Hans Kalb (Juan
un monstruo. Se dudó bastante tiem­ el Ternero), que. se pintó con una
po si . baut.izarle. Sin. embargo, fue cabeza de ternero, con la pluma en
bautizado, . y se le declaró hombre la mano, en un libro que escribió,
provisionalmente, es decir, hasta que . lo que hizo creer ridículamente a­
el tiempo hiciera conocer lo que era; algunos que este escritor había te-·
Tenía tan poco que agradecer a la nido efectivamente cabeza de terne­
naturaleza que se llamó toda su vi-· ro, si esto sucediera, digo, habría
da Malotru.. Era· de Caen. He aquí que tener más cuidado en punto a
. un niño que estuvo a punto d� ser los monstruos, Pues es de creer que
excluido de la especie humana, sim­ la razón sería. preferida por los teó­
plemente por su foi'm�. Escapó por logos y jurisconsultos a la figura,
milagro, y es lo cierto que una fi­ que v que, a pesar de las diferencias
gura un poco más contrahecha : le a losla médicos,
anatomía pudiera suministrar
y no se opondrían
habría hecho parecer como un ser más a la cualidad de hombre que_
que no debía pasar por hombre. Sin
embargo, no podríamos dar razón aquel desorden visceral de cierto in-
/

alguna de por qué un alma racio­ 10 M édico italiano del siglo XVI, qÚe
nal no habría podido residir en él,
si los rasa.is de su fisonomía hubie­ escribió un libro sobre la Nobleza de
las partes principales · del cuerpo hu­
sen estado un poco más alterados; mano; es decir, de los 6rganos de la
por qué un rostro un poco más lar­ generaci6n, publicado en Bolonia en
go o una nariz más chata, o un!l 1599.

\
242 LEIBNIZ.

dividuo cuya disección presenciaron cías reales independientes del e·nten­


algunos amigos míos en París, y que dimiento, ni a nosotros conocerlas;
metió ruido, en donde la naturaleza es verdad que los noabres y los
límites de las especies serían algu­
• Poco sabía, y sin duda en orgía nas veces como los de las medidas
colocó el hígado a la izquierda y los pesos, en los. que es preciso
y el corazón a la derecha. escoger para tener límites fijos. Sin
si no recue�do mal· algunos de los embargo, de ordinario no hay que
· versos que el · difunto . Alliot padre temer tal cosa, ya . que las especies
(médico famoso porque pasaba por muy próximas no se encuentran
· curar muy bien el cáncer) me mos­ juntas.·
tró, ·hechos por él, sobre este pro- § 28. FIL.-Parece que aquí con­
, digio. Esto se entiende siempre que venimos en el fondo, aunque dis­
la variedad de conformación no va­ crepemos un tanto en los términos.
ya demasiado lejos en los animales Os confieso también que hay menos
.racionales, y que no volvamos a los arbitrariedad en la denominación de
;tiempos en que las bestias hablaban, las sustancias que en , los nombres
l)Ues entonces perderíamos nuestro de los modos cmnpuestos. Pues a
-privilegio de la razón y estaríamos nadie se le ocurre asociar el balido
más atentos al nacimiento y al ex­ de una oveja ·con. la "figura de un
terior, a fin de poder discernir los caballo, ni el color del plomo con
.de 1a raza de Adán de los que pu­ la pesantez, ni la fijeza del oro, ·y
.dieran descender de un rey o pa­ se prefiere sacar copias, según la
triarca de algún cantón de Ios mo­ naturaleza.
nos de África; y nuestro hábil autor TEo.-Esto no es tanto porque se
tuvo razón para notar. (§ 29) que atiende en las sustancias a lo que
.si la burra de Balaam hubiese dis­ existe efectivamente, como porque
,currido toda su vida tan razonable­ no estamos seguros, en las ideas fí­
mente como lo hizo en aquella ·oéa- sicas (que no conocemos a fondo)
. .sión con su amo (suponiendo que si su asociación es posible y útil,
no se tratara de una visión profé­ cuando no tenemos la existencia ac­
tica), le hubiese costado siemp.ry;: tual para garantizarla. Pero esto su­
;trabajo obtener rango y asiento en- cede también con los modos, no
tre las mujeres. sólo cuando su oscuridad es impe- ·
FIL.-A lo que veo rers, y quizá. netrable, como sucede a veces en la
también ría el autor; ·mas, h�blando físi_ca, sino también cuando no es
.en serio, convendréis en ,.que no. fácil penetrarla, como sucede mu­
:Siempre se pueden asignar límites chas veces en geometría, Pues en
fijos a las especies. una y otra de estas ciencias no po­
TEo.-Ya he convenido en ello; demos hacer combinaciones a · ca­
-pues cuando .se trata de ficciones y pricho, porque en tal caso podría­
.de la posibilidad de las cosas, los mos hablar de decaedros regulares,
,pasos de especie en especie pueden y buscaríamos en el semicírculo un
,ser insensibles y para discernirlos centro .dimensional como encontra­
se · caería en la misma incertidum­ mos en él · un centro de gravedad.
bre que cuando se trata de decidir Pues es sorprendente que el primero
cuántos pelos ha de tener un ·hom­ se dé y el. segundo no. Ahora bien,
bre para no ser calvo. Esta indeter­ así como en . los modos las combi­
minación seria verdadera aun cuan­ naciones no son siempre arbitrarias,
do conociésemos perfectamente el in­ vemos por el contrario que lo son
terior de las criaturas' de que se tra­ algunas veces en las sustancias; y
ta. Pero no· :vec., yo que pueda im­ de nosotros depende, a menudo, ha­
pedir a las. cosas que tengan esen- cer combinaciones de cualidades pa-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 243

ra definir también seres sustanciales cífico. Nada hay en esto que se


antes de la experiencia, cuando co­ oponga a la escuela, y no veo por
nocemos esas cualidades para juz­ qué volvéis aquí a la carga contra
gar de la posibilidad de la combi­ los géneros, las especies y las for­
nación. Así es como algunos jardi­ mas, puesto que es preciso que vos
neros expertos en 'el cultivo de la mismo reconozcáis géneros, especies
naranja podrían proponerse con ra­ y aun esencias internas o formas.
zón y con éxito alguna nueva espe­ que no se pretenden emplear para
cie y darle nombre de antema_no. conocer la naturaleza específica de
§ 29. FIL.-Me confesaréis, no la cosa, cuando se confiesa ignorar-
obstante, que cuando se trata de las todavía.
definir las especies, el nµmero · de § 30. F1i.-Por lo menos, es · evi­
las ideas que se combina depende dente que los límites que asignamos.
de la diferente aplicación, industria a las especies no son . exactamente
o fantasía de que hace la combina­ conformes a los establecidos por la
ción; ccimo generalmente nos basa­ · naturaleza. Pues en la necesidad que
mos en la figura para determinar la tenemos de los nombres generales
especie de los_ vegetales y animales, _ para el uso presente, no nos preocu­
del mismo modo, respecto de la ma­ pamos· de descubrir las cualidades
yor parte de los cuerpos naturales de ellos, .que nos harían conocer
que no son producidos por simien­ mejor sus diferencia!> y sus confor­
tes, nos basamos preferentemente en midades más esenciales, y nosotros
. el color. § 30. En verdad, muchas mismos los distinguimos en especies,
veces no se trata más que de concep­ en virtud de ciertas apariencias que
ciones confusas, groseras e inexactas, saltan a Ia vista de todos, a fin
y los hombres distan mucho de es­ de poder comunicamos más fácil­
tar de acuerdo sobre el número pre-. mente con.los demás.
ciso de ideas simples o de cuali­ TBo.-Si combinamos ideas com­
dadés que p·ertenecen a tal especie patibles, los Umites que asignamos
o a tal nombre, pues son precisos a las especies · son siempre exacta­
trabajo . y habilidad y tiempo para mente conformes a la naturaleza, y
encontrar las ideas simples que van si tenemos el . cuidado de combinar
constantemente ·unidas. Sin embar­ las ideas :que se encuentrllJ?- actual­
go, en la conversación nos conten- mente unidas, nuestras nociones se­
1 tamos . con algunas, pocas, de las rán también conformes con la expe­
cualidades que componen estas de­ riencia; y si las consideramos como
finiciones inexactas; pero, a pesar provisionales solamente para cuer­
del ruido que han hecho los géne­ pos efectivos, salvo ulteriores expe­
ros y , especies, las formas de que riencias, y si recurrimos a los exper­
tanto se ha hablado. en las. escuelas tos, cuando se trata de alguna cosa
no son más que quimeras que no precisa, respecto de lo que se en­
sirven para nada en· fo tocante a tiende públicamente por el nombre,
proporcionarnos el conocimiento de no nos engañamos. Así, la natura­
las nat\lralezas específicas. ·leza puede suministrar • ideas más
TEo.-El que ha hecho una com• perfectas y más cómodas; pero no

r
binación posible no se engaña en · dará nunca un mentís a aquellas
ello, ni aun dándole un nombre; que tenemos, que son buenas y na­
perci se engaña cuando cree qtie lo �ales, aunque no sean quizá las
que él concibe es todo lo que afros mejores y más naturales;
más exp!ftos conciben bajo el mis­ § 32. F1L.-Nuestras ideas gené­
mo nombre, o en el mismo cuerpo. ricas de sustancias, como la de me­
ibe quizá un género demasiado tal; por ejemplo, no siguen exacta• .
un en lugar de otro más espe- mente los modelos que les son pro-

' . ·-- -
244 LEIBNIZ

ouestos por la naturaleza:, puesto que patibles en prevalencia se encuen­


no encontraríamos ningún cuerpo tran realizadas en· el gran teatro de
que encierre simplemente la malea­ sus representaciones. En �o tiempo
bilidad y la fusibilidad, sin otras reinaban dos axiomas entre los filó:
•éualidades. sofos; el de los 'realistas parecía ha­
TEo.-No se pide tales modelos, cer a la naturaleza pródiga, ,y el , de
ni habría razón para· exigirlos, ni los nominalistas, cicatera. El uno
se encuentran en las ideas más dis­ dice que · 1a naturaleza tiene horror
tintas. Jamás encontramos un núme­ al vacío, y el otro que la natura­
ro cuando no se trata más que de leza no hace nada . en vano. Estos
fa multitud en general; una exten­ dos axiomas son buenos, siempre
sión en dond� no hay más que ex­ que los entendamos debidamente,
tensión, un cuerpo en que no hay pues la naturaleza es como un buen
más que solidez y ninguna otra administrador, que •ahorra cuando es
cualidad; y cuando las diferencias preciso, para ser magnánima cuan­
específicas son positivas y opuestas, do llega la ocasión. Es liberal en
es preciso que el género- tome par- los efectos y económica en las cau­
tido entre ellas. sas que emplea.
FIL.-Si, pues, alguno se imagina § 34. F1L.-Sin entretenemos de­
que un hombre, un animal, una masiado' en esta disputa sobre las
ulanta, etc., son distinguidas como esencias reales, bastante es que al­
esencias reales, formadas por la na­ cancemos el fin del lenguaje y el
turaleza, debe creer a la naturaleza · uso de las palabras, que es expresar
muy pródiga de estas esencias rea­ nuestros pensamientos con breve­
les, . cuando produce una para el . dad. Si yo quiero hablar con alguno
cuerpo, otra para el animal y otra de una especie de pájaro de tres o
luego para el caballo, y comunica cuatro pies de alto, cuya piel está
liberalmente todas estas esencias a cubierta de algo entre pluma y pelo,
Bucéfalo; no siendo, en realidad, los de un moreno oscuro, sin alas, pero
géneros y las especies más que sig­ que en vez de éstas tiene dos o tres
nos de mayor o menor extensión. pequeñas ramas, semejantes a las
TEo.-Si tomáis las esencias rea­ de la retama .que le cuelgan hasta
les por esos. modelos sustanciales, abajo, y que tienen patas largas y
que fueran un _ cuerpo y nada más, gordas, y pies provistos solamente
un animal y nada más específico, un de tres garras, y sin cola, me veré
caballo sin cualidades individuales, obligado a hacer esta descripcióv
tenéis razón para considerarlas co­ para hacerme entender de los demás.
mo quimeras. Y nadie ha pretendi­ Pero si me dicen que el nombre
do, creo yo, ni los más realistas de de este animal es cassiowaris 11 pue­
antaño, que haya tantas sustancias do . servirme de esta palabra para
meramente genéricas como géneros designar en el discurso toda esta idea
hay. Pero de aquí no se sigue que compuesta.
si las esencias generales no son esto TEo.-Qtiizá una idea bien exac­
no sean más que signos, pues ya os ta de la sustancia que recubre su
· he hecho notar varias veces que son piel, o de alguna otra parte, basta­
-posibilidades de semejanza. Como ría por sí sola para discernir este
de que los colores no sean sustan­ animal, como Hércules se hacía co­
cias o tinturas separables, no se nocer por sus huellas, o como se co­
-sigue que sean imaginarios. Por lo noce al león por la uña, según el
-demás, nunca nos figuraríamos a la
naturaleza demasiado liberal; lo es 11 Casuario, ave correqora, que vive
mucho más de lo que podamos pen­ eri Australia y las islas del mar del
:sar, y todas las posibilidades com- Sur. (N. del T.)
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 245

proverbio latino. Pero cuantas más o inmutable, como ia razón lo es


circunstancias reúna, menos provi­ en el hombre. Se presume, pues, que
sional es la definición. lo que no difiere más que por cam­
§ 35. F1L.-En este caso pode­ bios accidentales, como el agua y el
mos limitar la .idea sin perjuicio de hielo, el mercurio en su forma co­
la cosa; pero cuando la naturaleza rriente y en la sublimada, es de una
es la que limita, si · se puede pre­ misma especie; y en los cuerpos or­
guntar si la especie subsiste. Por gánicos se pone generalmente la mar­
ejemplo: ·si hubiese un cuerpo que ca provisional de la mism·a especie
tuviese todas las cualidades del oro, en la generación o raza, como en
excepto 1a maleabilidad, ¿sería oro? los más similares se pone en la re­
Los hombres son los que deben de­ producción. Es verdad que no po­
cidir. Pues ellos son los que determi­ dríamos juzgar con precisión, por
nan las especies de las ccisas. falta de un conocimiento interior
TEo.-Nada de eso; ellos no de­ de las cosas. Pero, como ya hé dicho
terminan más que el nombre. Pero más de una vez, se juzga provisio­
esta experiencia ,nos enseñaría que nalmente, y muchas veces conjetu­
la maleabilidad · no tiene conexión ralmente. Sin embargo, cuando no
necesaria con las demás cualidades se quiere hablar más que de lo ex­
del oro tomadas en conjunto. Nos terior, para no afirmar nada que no
enseñaría una nueva posibilidad, y sea seguro, hay cierta latitud; y
por consecuencia, una nueva espe­ disputar entonces si una diferencia
cie. Por lo que se refiere al oro es específica o no, es disputar por
áspero y quebradizo, sus caracteres palabras; y en este sentido hay tan.
no proceden más que de las adi­ grandes diferencias entre los perros,
ciones, y no pueden resisHr a las que bien podemos decir que los do­
olras pruebas del oro, pues la co­ gos de Inglaterra y los perros de
pela y el antimonio le quitan esta Bolonia son de diferentes especies.
aspereza, Sin embargo, no es imposible que
§ 36. FIL.-D� aquí se sigue algo sean de una misma o semejante raza
que parecerá muy extraño en nues­ remota, que . encontraríamos si pu­
tra doctrina. ·y es que cada idea diésemos remontarnos muy atrás, y
abstracta que tiene un ,cierto nombre que sus antepasados hubieran sido
forma · una especie distinta. Pero, semejantes o los mismos; pero que
¿qué remedio, si la verdad así lo después de • grandes cambios, algu,
quiere? Querría yo saber por qué nos de los posteriores se hayan he­
un perro faldero y un lebrel no son cho muy grandes y otros muy pe­
especies tan distintas como un per­ queños. Hasta se puede creer, sin
diguero y un elefante. ir contra la razón, que tengan en
TEo.-Ya he distinguido antes las común· una naturaleza interior, cons­
diferentes acepciones de la · palabra tante; específica, que no esté ya sub­
especie. Desde el punto de· vista ló­ dividida así, o que no se encuentre
gico y--matemático, la menor dife­ aquí en otras varias naturalezas, y
rencia nos puede bastar. Así, cada por consecuencia, no -tenga más que
idea diferente puede darnos una es- variaciones accidentales; y aunque
. pecie, tenga o no tenga nombre. no haya nada que nos haga creer
Pero hablando físicamente, no nos que esto deba ser así necesariamen­
detenemos en todas las variedades, te, en todo lo que llamamos la más
i se habla, o netamente cuando no baja especie (speciem in fimam).
se trata :Qiás que de apariencias, o Pero no parece que un perdiguero ·
conjeturalmente cuando se trata de y un elefante sean de la · misma ra­
la verdad interior de las cosas, pre­ za, ni que tengan una tal natura­
sumiendo alguna naturaleza esencial leza específica común. Así� en las
246 · LEIBNIZ

diferentes clases de perros, hablando tituye una nueva especie; de· lo con­
de las apariencias, se pueden dis­ trario, habría demasiadas especies.
tinguir las especies, y hablando de Hay relojes de cuatro ru�as, y otros
la esencia interior se puede dudar; de cinco; algunos tienen -cuerdas y
pero comparando el perro y el ele­ poleas; y otros no; algunos tienen
fante, no hay motivo para atribui­ el escape libre, y otros movido por
les exteriormente esos caracteres co­ un resorte de espiral, y otros por
munes que les haría creer de una cerdas de puerco; ¿es alguna de es­
misma especie. Así no hay ningún tas cosas bastante para constituir una
motivo para dudar de la presunción. diferencia específica? Yo afirmo que
-En el hombre se podría también dis­ no, en cuanto estos relojes convie-
tinguir las especies, lógicamente ha­ nen en. el nombre.
blando, y si nos detuviéramos en TEo.-Y río afirmo que sí, pues
lo exterior, encontraríamos, también sin detenerme en . los . nombres, me
hablando físicamente� diferencias complazco en considerar las dife­
que podrían pasar por ·específicas. rencias de estructura; pues desde
Así, hubo un viajero que creyó que que se aplica una péndola que go­
los negros, los chinos y por último oierna las vibraciones del reloj por
-los americanos no tenían ningún pa­ las suyas, 'Y las hace, por consiguien-.
rentesco de raza, ni entre sí, ni con te, más igua1es, los relojes de · bol­
los pueblos que se parecen a noso­ sillo han cambiado . de aspecto y se
tros: Pero, como conocemos el inte- · han hecho incomparablemente más
rior esencial del hombre, es decir, justos. Yo mismo he puesto de ma­
la razón, que subsiste en el mismo nifiesto .en o,tra ocasión otro-. prin­
hombre y se encuentra · también en cipio de igualdad que se podría apli-
todos los demás hombres, y no se car a los relojes.
nota nada fijo y de interno en noso­ F1L.-Si algwio quisiera hacer di­
tros que forme una subdivisión, no visiones fundadas en las diferencias
tenemos base para creer que entre que conoce en -la configuración in­
los hombres, haya, en lo que res­ terior, puede hacerlo; sin embargo,
pecta a la verdad de lo interior, una no serían especies distintas para per­
diferencia específica esencial, como sonas que ignoran esta construcción..
la que encontramos entre el hombre TEo.-Yo no sé por qué· queréis:
y la bestia, suponiendo que las bes­ siempre hacer depender de nuestra
tias · no sean sino empíricas, según opinión o conocimiento las virtudes,
lo que ya expliqué más arriba, co­ las .verdades y las especies. Todas
mo, en efecto, la experiencia no p.os ellas existen en la naturaleza, ya
da lugar a juzgar de otro modo. sea que las conozcamos y , aprobe­
§ 39. FIL.-Pongamos, por ejem­ mos, o no. Hablar de otro ·modo
plo, una cosa artificial cuya estruc­ es cambiar los nombres de las co­
tura nos sea conocida. Un reloj que sas, y el lenguaje usado; sin razón
no hace más que marcar· las horas algwia. Los hombres, hasta · aquí,
y un reloj que da campanadas, son habrán creído que hay muchas espe­
de una misma especie respecto de cies de relojes de pared .o de bol­
aquellos que no disponen más que sillo, sin enterarse de en qué consis­
de un solo nombre para designar­ ten, o cómo los podríamos deno­
los; pero respecto de aquellos que minar.
llaman al primero montre 12 y al FIL.--Sin embargo, habéis· reco­
segundo horloge, son dos especies nocido no ha mucho que cuando se·
diferentes. Es, pues, el nombre, y no quiere distinguir las especies físicas
la disposición interior, lo que cons-- por las apariencias, nos limitamos
·de una manera arbitraria, según lo
i2 Los franceses. encontramos oportuno; es decir, se-

�-------·
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 247

gún encontramos una diferencia más hombres proceder, en las subdivisio­


o menos considerable y según el fin nes, yendo tan lejos como lo creen
que perseguimos. Y vos mismo os- · oportuno, y haciendo abstracción de
habéis servido de la comparación de las diferencias ulteriores, sin que
. los pesos y de las medidas que se haya necesidad de negarlas, y que
rigen y se denominan según el ca• así depende de ellos escoger lo cier-
pricho de los hombres. to por lo incierto, para . fijar algu-
TEo.-Eso lo hago desde que he nas nociones y medidas, dándoles
comenzado a escucharos. Entre las nombres.•
diferencias específicas puramente ló­ FIL.-Me alegro de ver que ya no
gicas, en que la menor variante de vamos estando �en alejados como
definición asignable basta, por 11cci­ parecía. § 41. Me concederéis tam­
dental que sea, y las diferencias es­ bién, señor, a lo que veo, que las
pecíficas que son puramente físicas, cosas artificiales tienen especies tan•
fundadas sobre lo esencial e inmu­ to como las náturales, contra lo que
table, se puede poner un término opinan algunos filósofos. § 42. Pero
·niedio, pero que no se pµede deter­ antes de dejar los nombres de las
minar precisamente; nos regimos en­ sustancias, añadiré que de todas las
tonces por las apariencias más con­ diversas ideas que tenemos; las de
siderables, que no son completa­ sustancias son las únicas que tie­
mente inmutables, pero que no cam­ nen nombres propios o individuales;
bian fácilmente, estando unas · más pues rara vez sucede que los hom­
próximas a· la esencia que -otras; y bres. tengan necesidad de hacer men­
como también un perito puede sa­ ción frecuente de alguna cualidad
ber más que otro, la cosa parece individual o de algún otro indivi- .
arbitraria y decir relación a los hom­ duo o accidente; además de que las
bres, y parece cómod? reglar t�m­ acciones individuales desaparecen en
bién los nombres segun estas d1fe- seguida, y la combinación de circum,:
. rencias principales. Por consiguien­ tancias que en ellas se produce no
te, se podría también deci�. que so!1 subsiste como en las sustancias.
diferencias civiles y especies nom1•. Tiio.-Hay, sin embargo, casos en
nales que no hay que confundir que es preciso acordarse de un acci­
con Ío que yo he llamado defini­ dente individual y · se fo ha dado un
ciones nominales, y que se dan en nombre; así vuestra regla es buena
las diferencias específicas y lógicas para los casos ordinarios, pero tiene
tanto como en las físicas. Por lo de­ excepciones. La religión nos las su­
más; aparte el uso �lgar, las_ le:ye_s ministra; así como nosotros celebra­
mismas pueden . autonzar las s1gmf1- mos todos los años la fecha· del na-
caciones de las palabras, y entonces . cimiento de Jesucristo, los griegos
las especies se hacen legales, � om? llamaban a este acontecimiento Teo­
en los contratos llainados nomznat1; gonía, y al de la adoración de los
es decir, designados por un nombre magos, Epifanía; y los hebreos lla­
particular. Y como la ley romana maban Passah por excelencia el pa­
hace comenzar la pubertad a los ca­ so • del ángel que hizo morir a los
torce años cumplidos. Todas estas primogénitos de los egipcios sin · to­
consideraciones no son de desdeñar. car· a los de los hebreos; y esta fe.
Sin embargo, no veo que sean de cha deben solemnizada todos los
una gran aplicación aquí, pues ade­ años;· Por lo que se refiere ·a las
más de que me . ha parecido . que especies de las cosas -artificiales, los
las habéit. aplicado algunas veces allí filósofos · escolásticos han mostrado
donde no tenían ninguna aplicación, cierta· resistencia a dejarlas entrar
conseguiríamos casi el mtsmo efecto, en sus predicamentos; pero sus es­
si pensamos que depende de los crúpulos eran muy poco necesarios,

!
L __._______,___
248 LEIBNIZ

porque sus tablas predicamentaJes jes, 1 porque el artificio de la natu­


estaban destinadas a hacer una revi­ raleza es mucho más sutil. Todo es­
sión general de nuestras ideas. Bue­ to nos hace ver que los fftósofos no
no es, sin embargo, reconocer la di­ se han equivocado del todo en po­
ferencia que hay entre las sustancias ner tanta diferencia entre las cosas
perfectas . y los agregados de sustan­ artificiales y los cuerpos naturales
cias (aggregata); que son seres sus­ dotados de una verdadera unidad.
tanciales compuestos, o por la natu­ Pero sólo a _nuestro tiempo le esta­
raleza, o por el arte de los hombres. ba reservado desarrollar este miste-
. Pues la naturaleza tiene también es­ . rio y hacer .comprender su '. impor­
tas agregaciones, como son los cuer­ tancia y sus consecuencias para · esta­
pos, cuya mezcla es imperfecta, para blecer bien la teología natural y lo
hablar el lenguaje de nuestros filó­ que se llama la pneumática, · de una
sofos (imperfecte mixta), que no son manera verdaderamente natural y
unum per se y no tienen en sí una conforme a lo q"ue· podemos experi•
perfecta unidad. Creo, sin embargo, mentar y entender; ·que no nos haga
que los cuatro cuerpos que ellos lla­ perder nada ·de las importantes con­
man elementos, y que creen simples, sideraciones que deben suministrar,
y .las sales, los metales y otros cuer­ o más bien · que las pongan más de
pos,. que creen estar mezclados per­ manifiesto, como hace él sistema de
fectamente, y a los cuales . conceden la armonía preestablecida. Y yo creo
sus temperamentos, no son unum que no podemos terminar de mejor
per se tampoco, tap.to más cuanto manera esta larga discusión sobre
que se debe juzgar que no son uni­ los nombres de las su¡¡tancias..
formes. y. similares más que en apa­
riencia, y que tampoco ·un cuerpo .
. similar dejaría de ser un conjunto.. CAPÍTULO VII
En una palabra, la unidad perfecta
. debe ser reservada a los cuerpos ani­ De las partículas
mados, o dotados de entelequias pri­ ..,
mitivas, pues estas entelequias tienen· § 1. F1L.-Además de las pala,
analogía con las almas, y son tan bras que sirven para designar las
indivisibles e imperecederas como ideas, tenemos necesidad de aque­
ellas; y ya he dicho en otra parte llas que denotan la conexión de las ·
que sus cuerpos orgánicos son, en · ideas o proposiciones. Esto es, esto
efecto, máquinas, pero que s_obre­ no es, son los signos generales de-.
pujan tanto, a las artificiales de la afirmación y la negación. Pero el
nuestra invención, como un inven­ espíritu, además de las partés de las
tor a nosotros. Pues estas _máquinas . proposiciones, liga ·también senten­
de la naturaleza son tan imperecede­ cias o proposiciones 1;:ntres, § 2, sir­
ras como las almas mismas, y el ani­ viéndose 'de palabras que expresan
mal con el alma subsiste 1 siempre; esta relación de las diferentes afir- ·
sucede con ellas (para explicárme maciones. o negaciones, y que son
mejor por medio de un ejemplo, por lo que se llama partículas; y en su
ridículo que sea) como con Arle­ acertado· uso consiste principalmente
quín, a quien se quería desnudar el arte de bien hablar. A fin de que
en el teatro, pero que no se pudo los razonamientos sean seguidos y
porque tenía yo no sé cuántos trajes, metódicos, es preciso que haya tér­
.unos sobre · otros; aunque estas re­ minos que muestren la conexión, la
duplicaciones al infinito, de cuerpos restricción, la distinción, la oposi­
orgánicos, que hay en el animal, no ción, el énfasis, etc .. Y cuando · se
sean tan s�mejantes ni tan aplicadas emplean equivocadamente, confun­
las unas a las otras, como los tra- dimos al que escucha.
/
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO . 249

TEo.-Confieso que las partículas partículas son otras tantas marcas


son de un gran uso; pero no sé si de la acción del espíritu.
el arte de bien hablar consiste prin- . TEo.-Es. verdad que la doctrina
cipalmente en eso. Si alg uno po de las partículas es importante, y
dijese más que aforismos o. tesis ais- yo des·earía que se tratara con más
ladas, como se hace frecuentemente detalle, pues nada sería más apro­
en las universidades o como en lo · piado para hacernos conocer las di­
que se . llama libelo articulado entre versas formas del entendimiento.
los jurisconsultos,· 0 como en· los ar- Los géneros no significan nada en la
. tículos que se propone a los testi- gramática filosófica; pero fos casos
gos, entonces siempre que se dispu- responden a las preposiciones, y a
siese bien estas proposiciones, se menundo la preposición está encerra­
lograría el mismo efecto para hacer- da y como ,absorbida en el nombre,
se entender que si se hubiese emplea- y otras par�1culas están como ocultas
do ligazón 'y partículas, pues el lec-, en las flexiones de los verbos.
·
tor pone el resto. Pero confieso que § 4. FIL.-Para explicar bien las
se vería perplejo si se empleasen mal partículas no basta (como se hace
las partículas, y mucho más_ si se ordinariamente en los diccionarios)
omitiesen. Creo también que las par- explicarlas por las palabras que a
tículas ligan, no sólo las partes del ellas corresponden más aproximada­
discurso compuesto de proposicio- mente en otras lenguas, poi-que . tari
nes, y las partes de la ·proposición, difícil es comprender su sentido en
compuesta de ideas, sino también una lengua como en otra; además
las partes de la idea compuesta de , de ·que los significados de las pala­
muchas maneras por medio de . la bras vecinas de las dos lenguas no
combinación de otras ideas. y esta . son siempre exactamente los mis­
última relación es la que es signi- . mas, y varían también en una mis­
recuerdo que en la.
ficada pór l!is proposiciones, mien- ma lengua. Yo
lengua hebrea hay_ una partícula de
t1·as · que los adverbios influyen so- _una sola letra que tiene más de cin•
bre la afirmación Y la negación que cuenta significaciones.
hay en los. verbos; y las co�j?ncio-
nes influyen sobre la relacton de han TEo.-Ha habido sabios que se
diferentes afirmaciones O negado- aplicado a hacer tratados expre-
nes. Pero no dudo que' vos m ismo sos sobre las partículas del latín,
del
hayáis reparado en todo esto, aun- chius, célebregriego y del hebreo, y Strau­
que de vuestras palabras parezca de- cho un libro sobre jurisconsulto, ha be­
ducirse otra cosa. el uso. de. las
partículas en la jurisprudencia, . en
§ 3: FIL.-La parte de la gramá- que Ia significación no es de poca
tica que trata de las partículas - ha consecuencia. Sin embargo, vemos
sido menos cultivada que la que que ordinariamente se tiende a ha-
representa por orden . los casos, los cer estas explicaciones ante todo por .
géneros, los modos, los tiempos, los ejemplos y por sinónimos, más bien
gerundios y· los supinos. Es verdad que por nociones distintas. Así, no
que en algunas lenguas han sido siempre se puede encontrar una sig­
clasificadas las partículas por me- · nificación general o formal, como
dio de divisiones y subdivisiones la llamaba el difunto Bohlius, que
distintas con una gran apariencia pueda satisfacer a todos .los ejem­
de exactitud. Pero no basta recorrer plos; pero, no obstante esto, siem­
estos cat¿logos. Es preciso reflexio- pre podríamos reducir todos los
nar sobre nuestro propio pensamien- usos de una palabra a un número
to para observar las formas que_ el determinado de· significaciones. Y es­
espíritu afecta al discurrir, pues las to es lo que se debería hacer.
\

250 LEJ.BNIZ

, § 5. FIL,.:._En efecto, el número cer aquí; es preciso llegar· a una


de las significaciones excede en mu­ perífrasis que pueda ser sustituida
cho al de· las partículas. En inglés, a su vez, como la definic!ón puede
la partícula but tiene significacio­ ser puesta en lugar de. lo definido.
nes muy diferentes; cuando yo digo Cuando nos apliquemos a buscar y
but to say no more, quiero decir determinar estas perífrasis sustituti­
"pero para no decir más", como ·si vas en todas las partículas, en cuan­
esta partícula indicase que · el- espí­ to éstas son susceptibles de ello, ha­
ritu se detiene en su curso antes de bremos regulado las significaciones.
haber recorrido su camino; Pero al Tratamos de aproximamos a ello en
decir: / saw but two planets, quie­ nuestros cuatro ejemplos. En el pri- ·
ro decir: "he visto solamente dos mero se. quiere decir: hasta aquí so­
planetas". El espíritu limita el sen­ lamente se ha hablado de esto y no
tido de lo que quiere decir a lo más (nom piu); en el segundo: he
que ha expresado, con exclusión visto solamente dos planetas y no
ele toda otr11 cosa. Y cuando yo di­ más; en el tercero: vos rogáis a
go: "You pray, but it is no{ that Dios, y esto solamente para ser con­
God would bri11g you to the true firmado en vuestra religión, y no
religion, but that he would confirm para· otra cosa, etc.; en Ja cuarta es
you in your own", es decir: "Rogáis como si dijésemos: todos los 11ni­
a Dios; pero esto no es que él quie- males sienten; basta considerar esto
- ra conduciros a la verdadera reli­ solamente_ y .no hace falta más. El
perro es un animal, luego tiene sen­
gión, sino que os confirma en la timiento. Así, todos estos ejemplos
vuestra"; el primero de estos but o
peros designa una suposición en el · señalan límites y un non plus ultra,
ya en las cosas, ya en el disc1,1rso.
espíritu que es otra de la que debe­ Así but es un fin, un término de la
ría- ser, y el segundo hace ver que carrera; como si dijér· amos: deten­
el espíritu pone una oposición indi­ gámonos, · ya hemos llegado al fin
recta entre lo que sigue y lo que de nuestro camino. But, bute, es una
precede. "Al.l animals have sense antigua palabra teutónica, que signi­
but a dog is an animal", es decir: fica algo de fijo, una morada. Bau­
"Todos los animales sienten, pero ten · (palabra anticuada · que encon­
el perro es un animal". Aquí la par­ tramos aún en algunos cantos reli­
tícula significa la _ conexión de la giosos) es permanecer. El mais trae
segunda proposición con la pri­ su origen de magis, conio si alguien \.
mera. dijese: en cuanto al resto, hay que
TEo.-El francés mais ha podido dejarlo; lo que equivale a decir:
ser sustituido en -todos estos pasa­ no hace falta más, es bastante, pa­
jes, · excepto en el segundo; pero el semos a otra cosa, o es otra cosa.
alemán. allein, tomado por partícu- Pero como el uso de las lenguas
. la, que significa una cierta combi­ varía de tan extraña manera, sería
nación del mais y del seulement, preciso penetrar muy adentro en los
pueden sin duda sustituir al but en detalles de los ejemplos para regu­
todos los e_jemplos, excepto en el lar - suficientemente la significación
último, en el que es un poco dudoso. 'de las partículas. En francés se evi;
Mais se traduce también en alemán ta el doble mais por medio de un
unas veces por aber; otras, por son­ cependant, y se dice: "vouz. priez,
der, que denota una separación o cer:,endant ·ce n'est pas pour obtenir
segregación y se aproxima a la par­ la verité", mais pour otve confirmé
tícula allein. Para explicar las partí­ dans votre opinion. El sed latino era
culas, no basta una explicación abs­ expresado en otro tiempo por ains,
tracta- como .la que acabamos de ha- que es el anzi de los italianos, y

' ·------
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 251
los franceses, al reformarlo, han pri�la düere�ci� que hay entre ellas, y
. vado a su lengua de ' una expresión por cons1gu1ente dos de estas ideas
ventajosa. no pueden nunca ser afirmadas la
§ 6. FIL.-Mi propósito no ha una de. la otra. Cada uno de noso­
sido sino tocar esta materia ligera­ tros advierte al punto la . falsedad
mente. Añadiré que muchas. veces de estas proposiciones: "la humani­
las partículas encierran, o constante­dad es la animalidad o racionali­
mente o en una cierta construcción, dad"; esto es de tan grande eviden­
el sentido de una proposición en­ cia como cualquiera de las máximas
tera. más generalmente admitidas.
TEo.-Pero cuando éste es un sen­ TEo....:....Debemos, sin embargo, de­
tido completo, creo que se logra por cir una cosa. Se conviene en que la
una especie de elipsis; por lo de­ justicia es una virtud, un hábito (ha­
más, sólo las interjecciones, a mi bitus), una cualidad, un accidente,
juicio, pueden subsistir por sí mis­ etcétera. Así, dos términos abstrac­
mas, y dicen todo en una· palabra, tos pueden ser enunciados el uno del
como ¡ay! ¡oh! Pues cuando se dice otro. Yo tengo también costumbre
mais, sin añadir otra cosa, se em­ de distinguir dos clases de abstrac­
plea una elipse, como para decir: tos. Hay términos abstractos lógi­
pero esperemos y no nos engañe­ cos, y hay términos abstractos rea­
mos con falsas esperanzas. Algo se­ les. Los abstractos reales, o conce­
mejante encontramos en el nisi la­ bidos por lo menos como reales, son,
tino, si nisi non esset, si lio hubiese
o esencias, o partes de la esencia, o
pero. Por lo demás no me disgusta­ accidentes; es decir, seres añadidos
ría, · señor, que hubieseis penetrado a la sustancia. Los términos abstrac­
un poco más en el detalle de los tos lógicos son las predicaciones re­
giros del espíritu que se revelan a ducidas a términos; como si yo di-•
maravilla en el · uso de las partícu­ jese: ser hombre, ser animal; y en
las. Mas como· tenemos motivos para este sentido se les puede enunciar
no perder tiempo, y acabando esta el uno del afro diciendo: ser. hom­
investigación sobre las palabras vol­ bre es ser animal. Pero en las ·rea­
ver· a las · cosas, no quiero detene­ lidades no sucede esto, pues no se
ros más, aunque creo .verdaderamen- puede decir que la humanidad o la
. te que · las lenguas son el mejor es� homoidad (si queréis), que es la
pejo del espíritu humano, y que un esencia del hombre entero, sea la
análisis exacto de la significaci�n deanimalidad, que no es más que una
las palabras sería mejor medio que parte de esta esencia; sin embargo,
otro alguno para conocer las op� estos seres abstractos e incompletos,
raciones del entendimiento. significados por términos abstractos
reales, tienen también sus géneros
y especies, que a la vez son expre­
CAPÍTULO VIII sados por términos abstractos rea­
les; así hay pre;:dicación entre ellos,
De los términos abstractos y - como ya lo he demostrado con el
concretos. ejemplo de la justicia, de la virtud.
§ 22. F1u-Podemos decir ·siem­
§ 1. FIL.-Hay también que ad­ pre que las sustancias tienen pocos
vertir que los términos son abstrac­ nombres abstractos; apenas se ha
tos o concretos; Cada idea abstracta hablado en las escuelas de huma­
es distint¡¡. de-suerte que de dos de· nidad, animalidad, corporalidad. Pe­
ellas la una no puede ser nunca la ro esto no ha adquirido autoridad
otra'. El espíritu debe percibir, por en el mundo.
medio del conocimiento intuitivo, TEo.-Es que no ha habido nece-
252 LEIBNIZ

sidad sino de muy pocos de estos tiene lugar tanto cuando se trata
nombres para servir de ejemplos y de aplicar los preceptos generales
para . esclarecer su noción general, al uso de la vida o a lostio.dividuos,
que era conveniente no descuidar como cuando se trata de encontrar
P.Or completo. Si los antiguos ni se o verificar estos preceptos; el pri­
servían de la palabra humanidad en mer uso de los signos es civil; y el
el sentido de las escuelas, decían segundo, filosófico.
la naturaleza humana, lo que es lo § 5. FIL.-Ahora · bien; es difícil,
mismo. Es seguro también que de­ .sobre todo en los casos siguientes,
cían divinidad, o bien naturaleza aprender y retener la idea que ca­
divina; y habiendo tenido los teó­ da palabra significa: primero, cuan­
logos necesidad de hablar de estas do estas ideas son muy complejas;
dos naturalezas y dP. los accidentes segundo, cuando est.as ideas, que a
reales, se aferraron a estas entidades su vez componen una nueva, no
abstractas en. las escuelas filosóficas · tienen relación natural con ellas, de
y teológicas, quizá más de fo que ·suerte que no hay en la naturaleza
convenía. ninguna · medida fija ni modelo al­
guno para rectificadas y para regu0
!arlas; tercero, cuando el modelo no
CAPÍTULO IX es fácil de conocer; ctiarto, .cuando
la signüicación de la palábra y la
De la imperfección de las palabras esencia real no son exactamente las
mismas. Las denominaciones de los
§ l. FIL.-Ya hemos hablado del modos están más sujetas a la . duda
doble uso de las palabras. Uno de y a la imperfección por las dos
éstos es registrar nuestros propios primeras ·razones, y las de las suso
pensamientos para ayudar a nuestra tancias, por las dos segundas. § 6.
memoria, que nos hace posible el Cuando la idea de los modos' es muy
lenguaje; el otro es comunicar nues­ compleja, como la de la mayor par­
tro§ pensamientos a los demás, por te de los términos de la moral, rara
medio de las palabras. Estos dos vez tienen la misma significación
usos nos hacen conocer la perfec­ precisa en los cerebros de dos per­
ción o la imperfección · de las pala- sonas distintas. § 7. También la fal­
- bras. § 2. Cu'ando no hablamos más ta de modelo hace a estas palabras
que con nosotros mismos, es indi­ equívocas. El que inventó la pala­
ferente las palabras que se emplean, bra brusquer 1 entendió por ella lo
siempre que nos acordemos de su que le pareció más a propósito, sin
sentido y no lo cambiemos. § 3. Pe­ que los que luego se sirvieron de
ro la comunicación con los demás ella se informasen de lo que él que­
puede ser de dos clases, civil y filo­ ría . decir. precisamente,. y sin que
sófica. El civil consiste en la con­ él les señalase un modelo constante.
versación · y en el uso de la vida § 8. El uso común regula bastante
civil. El uso filosófico es el que se bien el sentido de las palabras pa- ·
debe hacer de las palabras para for­ ra la conversación ordinaria; pero
mar nociones precisas y para formar no hay nada de preciso, y todos
verdades ciertas en proposiciones ge­ los días hay discusiones respecto de
nerales. la significación más conforme a la
TEo.-Muy bien; las palabras son propiedad dél lenguaje. Muchos ha­
marcas (notae) para nosotros (co­ blan de la gloria, y pocos la entien­
mo podrían serlo los caracteres de den igual. § 9. No son más que
los números o del álgebra) y · sig­
nos para los demás; y el uso de 1 Sobre la noción de término equí•
las palabras, como al de los signos, vaco, Aristóteles, Categorías�
NUEVO TRATADO SOBRE EL· ENTENDIMIENTO HUMANO 253

simples sonidos en la · boca de las sentido que Reinesius,2 excelente en


gentes, o por lci menos, las signifi­ amboi¡ géneros, se haya aplicado
caciones son· muy indeterminadas. preferentemente a esclarecer los ri­
Y en un discurso en que se habla tos y las historias de los antiguos,
de· fe, de honor, de gracia, de reli­ en lugar de restaurar una parte del
gión, de iglesia, y sobre todo en la conocimiento que ellos tenían de la
controversia, se notará desde luego naturaleza, en lo que, como ha de- .
/ que los hombres tienen · diferentes mostrado, hubiera podido hacer ma­
nociones que aplican a los mismos ravillas. Cuando los latinos, los grie­
términos. Y si es difícil entender gos, los hebreos y los árabes estén
el sentido de los términos de la agotados, los chinos que poseen aún
gente de nuestro tiempo, mayor di­ libros antiguos, pasarán a primer
ficultad hay para entender los libros término y suministrarán materia a
antiguos. Gracias que podemos pres­ la curiosidad de nuestros críticos.
cindir de ellos, salvo cuando contie­ Sin hablar de algunos libros · anti­
nen lo que debemos creer o hacer. guos de los persas, de los armenios,
de los coptos y de los brahamanes.
TEo.-Esas observaciones son bue­ que serán desenterrados con el tiem­
nas; pero en cuanto a los antiguos po, para· no desperdiciar nin na
libros, como nosotros tenemos nece­ luz que la antigüedad pudieragudar
sidad de entender las Sagradas Es­ por la tradición de las doctrinas y
crituras, sobre todo, y las leyes ro­ por la historia de los hechos. Y
manas son de gran aplicación toda­ cuando no hubiera ya libros anti­
vía en una gran parte de Europa, guos que examinar, las lenguas ocu­
nos vemos precisados a consultar parán el lugar lle los libros, pues
una gran cantidad de . libros anti­ son los más antiguos monumentos
guos, a Jos rabinos, a los padres de del género humano. Con el tiempo,
la Iglesia y aun a los historiadores se registrará y pondrá en dicciona­
profanos. Por lo demás, los antiguos rios y en gramáticas . todas las len­
médicos merecen también ser con­ guas del universo, y se las compa­
sultados. La práctica de la medici­ rará entre sí; esto será muy útil,
na de los griegos ha pasado hasta tanto para el conocimiento de las
nosotros por el intermedio de los cosas, porque los nombres con fre­
árabes; el a gua de. esta fuente ha cuencia responden a sus propieda­
sido enturbiada. en los ' arroyuelos des (como se ve por la denomina-
árabes y rectificada en ·muchos pun­ . ción de las plantas entre los diferen­
tos, cuando se ha comenzado a re- tes pueblos), como para el conoci­
. curtir a originales griegos. Sin em­ miento de nuestro espíritu y de la
bargo, estos árabes · no dejan de ha­ maravillosa variedad de sus• opera­
bernos sido útiles; y se asegura, por ciones. Sin hablar del origen de los
ejemplo� que Ebenbitar, que en sus pueblos, que conoceremos por me­
libros sobre los simples copió a dio de etimologías sólidas, que la
Dioscórides, sirve,. a menudo, para comparación de las lenguas facili-_
esclarecerle. Creo también que des­ tará enormemente. Pero de ello ya
pués de ·1a religión y la . historia, he ·hablado. Y todo esto nos1 hace
es en la medicina, en ·cuanto ésta es comprender la utilidad y la exten­
empírica, donde la tradición de los sión de la crítica, poco considerada
antiguos, conservada por la escritu­ por algunos filósofos, muy hábiles,.
ra, y en general las observaciones por otra parte, que se permiten ha-
de otros ¡ueden sernos útiles. Por
esto yo he estimado siempre a los 2 Reinesius Thomas, célebre médico
médicos versados en el conocimien­ nacido en Gotha, 1547; muerto en
to de . la antigüedad, y mucho he Leipzig en 1647.

L
254 LEIBNIZ
blar · con menosprecio del zabinis- · poral. Este defecto hace también
mo, y, en general, de la filosofía. que no sepamos si es lícito combi­
, Así se ve también que los críticos
,encontrarán aún durante largo tiem-
nar las cualidades sensiWes que la
naturaleza no ha combinado, por­
po materia para ejercitarse con fru- que no se les comprende a fondo.
to, .Y que harán bien · en no dete- Ahora. bien; si la significación de las
. nerse en minucias, puesto que tienen palabras que sirven para los modos
tantos objetos interesantes que tra- compuestos es dudosa, por falta de
tar;. aunque yo sé que también las modelos que hagan ver. la misma
minucias · son necesarias muchas ve- composición, la de los nombres de·
-ces en la. crítica para descubrir co- los seres ·sustanciales lo es· por una
nocimientos más importantes. Y co- razón completamente opuesta, por­
mo la crítica gira en gran parte que deben significar lo que es su­
:Sobre la signüicación de las pala- puesto conforme a la realidad de
bras y sobre la interpretación de las cosas, y se refiere a modelos for-
los autores, antiguos sobre todo, es- mados por la naturaleza.
ta discusión de las palabras, unida TEo.-Ya he hecho notar más de
.a la mención que- habéis hecho de una vez eti el curso de nuestras. con­
los antiguos, me ha hecho tocar es- versaciones que esto no es esencial
te punto, que es de importancia. a las idea s de las sustancias; pero
Pero volviendo a los cuatro defec- confieso que 1as ideas formadas se­
tos de la denominación, os diré que gún la naturaleza son las más ·segu­
.se. puede poner temedio a todos ras y las más útiles.
,ellos, sobre todo i:lesde que se in• § 12. FIL.-Pues cuando se si­
ventó la escritura, y que no sub- guen los modelos formados según la
:sisten más · que por nuestra negli- naturaleza, sin que la imaginación
gencia. Pues de nosotros depende tenga necesidad más que de retener
fijar la significación, por lo menos las representaciones, los nombres de
en ciertas lenguas sabias, y conve- los seres sustanciales tienen en el
nir en ella para destruir• esta torre uso ordinarió una doble relación,
de Babel. Pero hay dos defectos que como ya he demostrado. En primer
son más difíciles de remediar, y que término significan la constitución in­
-consisten, el uno en Ja duda en que terna y real de las cosas; pero este
se está de si las ideas son compati- modelo no podría ser conocido, ni
bles cuando la experiencia no nos servir por consiguiente para .regular
las presente combinadas en un solo las significaciones. · ·
sujeto; la otra, en la necesidad que TEo.-No se trata de esto aquí
hay de hacer· definiciones provisio- porque nosotros hablamos de la;
nales de las cosas sensibles, cuando ideas de las cuales tenemos modelos;
- no se tiene bastante experiencia pa- la esencia interior está en la cosa;
ra hacerlas más completas; pero ya - pero hay que convenir en que no
-· he hablado más de una vez de cada
uno de estos dos defectos.
podría . servir de patrón.
FIL.-La segunda relación es la
FIL.-Y yo voy a deciros cosas que los nombres de los seres sus­
que servirán para esclarecer aún más tanciales tienen inmediatamente con
en cierto mpdo los defectos que aca- las ideas simples que existen a la
báis de señalar, y el tercero de ellos, vez en la sustancia. Pero como el
ya indicado por mí, hace, • a lo que número de estas ideas unidas en un
parece, que estas definiciones sean mismo objeto es grande, los hom­
provisionales; esto sucede cuando bres, al hablar de este ,mismo oh­
nosotros no conocemos bastante los jeto se forman de 'él ideas muy
modelos sensibles; es decir, los se- diferentes, tanto por la diferente
res sustanciales de naturaleza cor- combinación de las ideas simples
-'

NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 255

que ellos hacen, como porque la se notará más bien en el uso de los
mayor parte· de las cualidades .de los términos más generales. .
cuerpos son las virtudes que tienen § 18. Los nombres de las ideas
de producir cambios en los otros sim_ples están menos sujetos a equí­
cuerpos y en sufrirlos de ellos: prue­ vocos, y rara vez nos equivocamos
ba de ello, lós cambios que uno de ' sobre los nombres de blanco,· amar-
·
los más bajos metales es capaz de go, etcétera.
sufrir por la operación del fuego, TEo.-Sin embargo, es lo cierto
y aún recibe otros muchos_ entre las que estos términos no están com­
manos de un químico por· aplica­ pletamente exentos de incertidum­
ción de otros cuerpos. Por lo de­ bre, y ya he hecho notar el ejemplo
más, uno se contenta con el peso ,d e los colores limítrofes que están
y el color para conocer el oro, mien­ en los confines de ,dos géneros, y
tras que otro hace entrar también cuyo género es dudoso.
la ductllidad, la fijeza: y un tercero § 19. FIL.-Después de los nom­
quiere tomar en consideración el bres de las ideas simples, los de los
que sea soluble en el agua regia. modos simples son los menos dudo­
§ 14. Como también las cosas pre­ sos, como · por ejemplo los de las
sentan con frecuencia sem�janzas figuras y los de los números. § 20.
entre .sí, es difícil a veces designar Pero los modos compuestos y las
las _diferenciás precisas. sustancias causan toda la complica­
TEo.-En efecto,· como los cuer­ ción. § 21.· Se dirá que en lugar de
pos están sujetos a ser . alterados, · imputar estas imperfecciones a los -
falsificados y contrahechos, es un nombres es preciso atribuirlas - a
nuestro entendimiento: pero
gran problema poderlos distinguir y pondería que las palabras se inter­yo res­
reconocer.. El oro está oculto en la ponen
solución, pero se le puede separar, espíritu de tal modo entre_ nuestro
y la verdad de las cosas,
ya sea precipi�ándolo, ya destilando que las palabras pueden ser com­
el agúa; y el oro falsificado es re­ paradas con el medio a travé¡¡ del
conocido o purificado. por el arte cual pasan los rayos de los óbjetos
de los ensayadores; y como tal ar­ visibles, que esparce muchas veces
te no es conocido por. todo el mun­ . nubes ante nuestros ojos, y estoy
do, no. es extraño que no, todos los tentado de creer que si examináse­
hombres tengan la misma idea del . mos más a .fondo las imperfecciones
oro. De ordinario, sólo· 1os expertos · del lenguaje, la mavor parte de las
tienen ideas bastante justas sobre disputas terminarían por sí mismas
estas materias. y el camino del conocimiento y. qui­
§ 15. FIL.-'-Esta variedad no cau­ ·zá de la paz estaría más franco a
. sa, sin embargo, tanto desorden en los hombres.
el comercio- civil como· en las inves- · TEo.--Creo que ese fin se podría
tigaciones filosóficas. conseguir desde ahora discutiendo
TEo.-=-Sería más soportable si no por escrito, si los. hombres quisie­
ejerciese · influencia en la práctic1:1; ran convenir en ciertas reglas y ob- ·
donde muchas veces importa no ser servadas puntualmente. Pero para·
víctima de un equívoco, y por con­ proceder exactamente de viva voz:
·siguiente conocer las marcas de las y en el momento, sería preciso in­
cosas o tener a mano personas que troducir cambios en el lenguaje. En
las_ conozcan. Y esto es más impor­ otra parte he estudiado esta cues�
tante por.a . que se refiere a las tión.
drogas y materiales de precio, y de § 22. FIL-Mientras llega la re­
que se puede necesitar en ocasiones forma, que aún se hará esperar un
importantes. El desorden filosófico póco, esta incertidumbre de las pa- .

1
!___._______ .....__ -
256 LEIBNIZ

labras nos. deberla enseñar a ser La . mayor parte de las sectas de


moderados, sobre todo cuando se filosfía y de religión las han intro­
.trata de imponer a los demás el sen­ ducido para sostener t!fla opinión
tido que atribuimos a los antiguos extraña o para ocultar algún lado
autores, porque vemos en los auto­ débil de su sistema. Sin embargo,
res griegos que cada uno. de ellos en la boca de las gentes de partido
habla un lenguaje diferente. son caracteres distintivos, § 3. Hay
Tno.-Mucha sorpresa me ha cau­ otras palabras , que en su uso pri-
sado el ver que autores griegos tan . mero y común implican alguna idea
,, distantes los unos de los 'otros en clara, pero que. han sido aplicadas
tiempo y lugar, como Homero, He­ después a materias muy importan­
rodoto, Estrabón, Plutarco, Lucia­ tes sin atribuirles alguna idea cier­
no� Eusebio, Procopio y Focio, se ta. De este modo es como se repi­
aproximen tanto; mientras que entre ten muy _a menudo por los hombres
los latinos se encuentran tantas di­ las palabras de sabiduría, gloria o
ferencias, y entre los alemanes, in­ gracia.
gleses y franceses, muchas más. Pero T1:m.--Creo que no hay tantas
es que los griegos tuvieron, desde palabras insignificantes como . se
tiempos de Homero, y más aún cuan­ piensa, y, que con un poco. de cui­
do la ciudad de Atenas estaba en dado y de bl!ena voluntad se podría
estado floreciente, buenos autores llenar el vacío o fijar sti indetermi- ·
que la posteridad ha tomado por nación. La sabiduría no parece ser
modelo, por lo menos al escribir. otra cosa que la ciencia de la fe­
Pues sin duda la lengua vulgar de licidad. La gracia es un bien que
los griegos debía haber cambiado se hace · a aquellos que no lo han
ya mucho bajo la dominación de merecidp, y que se encuentran ne­
los romanos, y esta . misma razón cesitados de él. Y. la gloria es el
bilce que el italiano no haya cam­ renombre de la . excelencia de al­
biado tanto como el francés, porque guno.
,habiendo tenido los italianos escri­ § 4. FIL.-No quiero dilucidar
tores de una reputación duradera, ahora si hay -algo que decir sobre
han imitado y estiman aún a Dante, esas definiciones, para hacer notar
Petrarca, Bocaccio y a otros autores más bien las causas de los abusos
de un tiempo en que· los franceses de las palabrl!,S. En primer lugar,
no estaban ya de modá. se aprenden las palabras antes de
. aprender las ideas que les corres-
ponden, y los niños, acostumbrados
CAPÍTULO X a esto desde la cuna, las usan del
mismo modo durante toda la vida;
Del abuso de las . palabras tanto más cuanto que no dejan de
hacerse oír en 'la conversación sin
§ 1. F1L.-Además de las imper­ haber fi.iado sus ideas, sirviéndose
fecciones naturales del lenguaje, las de diferentes expresiones para hacer
hay voluntarias y que proceden de comprender a los demás lo que quie­
· negligencia, porque servirse mal de ren decir. Sin embargo, esto llena
las palabras es abusar de ellas. El a menudo sus discursos de una mul­
primero y más visible abuso es, § 2, titud de sonidos vanos, sobre todo
que no se une a ellas una idea cla­ en materia ·d e moral. L.os hombres
ra. Por lo que respecta a estas pa­ recogen las palabras que encuentran
labras, las hay de dos clases: unas, en uso en sus vecinos para que no .
a las cuales no ha correspondido parezca que ignoran lo que signifi­
nunca una idea determinada, ni en can, Y. las emplean con confianza,
su origen ni en su uso ordinario. sin darles sentido cierto; y com en 1
- 1

•, I; !
.NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 257
esta clase de discursos rara vez les significaciones de una misma pala­
acontece tener razón, rara vez tam­ bra tienen cierta afinidad; esto hace
bién se convencen de que ·se equivo­ que se usen unas por otras, y no
can; y querer sacarlos del error es nos tomemos el tiempo necesario
• querer despojar a un vagabundo. para considerar lo que decimos con
TEo.-En efecto, rara vez nos to• toda la exactitud que fuera de
mamos el trabajo que sería preciso desear. Estamos demasiado acostuni•
para entender los términos o pala­ brados a h1s figuras y a ·10s tropos,
bras, tanto que yo más de una vez y cierta elegancia o un falso brillo
me he asombrado de que los · niños nos imponen fácilmente. Pues la ma­
puedan aprender tan pronto los idio­ yor parte de "las veces se busca el
mas y de que los hombres hablen a placer, la diversión o las aparien­
veces tan apropiadamente, ya que cias más que la verdad; a más de
vemos que tan poco nos ocupamos que la vanidad interviene en ello.
de instruir a los niños en su lengua _ § 6. FIL-El tercer abuso es una
materna y que los adultos se preocu­ oscuridad afectada, ya por dar a los
pan ta�_poco en adquirir definicio­ términos corrientes significaciones
nes claras, porque las que se apren­ inusitadas, ya por introducir térmi­
den en las escuelas no se refieren nos nuevps sin explicarlos. Los an­
ordinariamente a las palabras de tiguos sofistas, a quienes Luciano
uso corriente. Por lo demás, yo con­ pone tan justamente en ridículo, pre­
fieso que se ve a los hombres equi­ tendían habiar de todo y encubrían
vocarse, aun cuando disputan seria­ su ignorancia bajo el velo de la os­
mente, y hablan según sus enten­ curidad de las palabras. Entre las
dederas; sin embargo, he notado, sectas de los filósofos, los peripaté- .
bastante frecuentemente, que en sus ticos se hicieron notar por • este de­
disputas de especulación sobre ma­ fecto; pero las otras sectas, aun en­
terias que son de la competencia de tre las modernas, no están totalmen­
sus facultades, todos tienen razón te exentas. Hay, por ejemplo, per­
por su parte, excepto en las oposi­ sonas que abusan del término "e�­
ciones que se hacen los unos a los tensión", que creen necesario con­
otros, en las cuales interpretan mal fundir con el de cuerpo. § 4. La
el sentir del contrario,. lo que pro­ lógica o arte de disputar, q.ue tanto
cede del ma l uso de los. términos se ha estimado, ha servido para
y algunas veces también de cierto mantener ,la oscuridad .. § 8. Los
espíritu de . contradicción y de un que se han entregado a ella han
prurito de superioridad. sido inútiles para la república, o
§ 5. FIL.-En �gundo lugar, el más bien perjudiciales. § 9. Mien­
uso de las palabras es algunas veces tras que los hombres mecánicos, tan
inconstante; y esto sucede con harta despreciados por los doctos, han si­
frecuencia entre los sabios. Sin em­ do útiles a la vida humana. Sin em­
bargo, es un engaño manifiesto; y bargo, estos .doctores oscuros han
si es voluntario, constituye locura sido admirados de los ignorantes, y
o malicia. Si. alguno hiciera eso en se les ha creído invencibles porque
sus cuentas (por ejemplo tomar una · estaban provistos de abrojos y de
X por una V), ¿quién querría tra- espinas, en donde no daba. gusto
tar con- él? meterse, porque sólo la oscuridad_
TEo.-Siendo este abuso tan co­ podía servir de defensa a! absurdo.
mún, no solamente entre los sabios, § 12. El mal· está en que ese arte
sino tambiéa en el resto de las per­ de oscurecer las palabras ha embro­
sonas, creo que se debe más a mala llado las dos grandes reglas de las
costumbre e inadvertencia que a ma­ acciones de los hombres, la religión
licia. Ordinariamente las diversas y la justicia.
11
258 LEIBNIZ , · ·

TEo.-Son justas, en gran parte, creer verdadero lo que no lo es.


vuestras· quejas; es verdad, sin em­ Error demasiado común a todos los
bargo, que hay, aunque rara vez, hombres,. pero que no ckpende sólo
oscuridades perdonables, y aun loa­ del abuso de las palabras, y con­
bles, como cuando se hace profe­ siste en otra cosa. El propósito que
sión de ser enigmático y el· enigma guió, al establecer lo.s predicamen­
está de moda. Pitágoras lo usó, y tos, es JllUY útil, y más se debe pen;­
también es ese el estilo de los orien­ sar en rectificarlos que en recha­
tales. Los alquimistas, que se llaman zarlos. Las sustancias, cantidades,
adeptos, declaran no querer ser oí­ cualidades, acciones o pasiones y re­
dos más que por los hijos del arte. laciones, es decir, cinco títulos ge­
Pero esto, sería bueno si esos hijos nerales de los seres, podían bastar
del arte tuviesen la clave de la ci­ con aquellos que se forman de su
fra. Cierta oscuridad puede ser ad­ combináció!l, y vos mismo, al orde­
mitida; sin embargo, es preciso que nar las ideas, ¿no habéis querido
oculte alguna cosa y que el enigma darlos como predicamentos? Ya he
sea descifrable. Pero la religión y hablado más arriba de las formas
la justicia piden ideas claras. Pare­ sustanciales. Y yo no sé si hay bas­
ce que el poc;o orden que se observa tante fu:qdamento para rechazar las
al enseñarlas ha embrollado la doc­ almas veget;itivas, 'porque personas
trina, y la indeterminación de los muy experimentadas y juiciosas re­
términos es quizá aquí más nociva conocen una gran analogía entre las
que la oscuridad. Ahora bien; co­ plantas y los animales, y vos mis­
mo la lógica es el arte que enseña mo parece que habéis admitido el
el orden y el nexo entre los pensa­ alma de las bestias. El ho·rror al
·1 mientos, no veo por qué se. la ha vacío se puéde entender sanamente;
_de motejar. A� contrario, por lo que es decir, se puede suponer que la
los hombres se equivocan es por fal­ naturaleza haya llenado una vez -los.
ta de lógica. espacios, y que los cuerpos sean im­
§ 14. FIL.-El cuarto abuso es penetrables e incondensables, y en­
- que se toma� las palabras por c;o­ tonces no se podría admitir el va­
sas; es decir, que se cree que los cío; y yo encuentro estas· tres supo­
términos responden a la esencia real siciones bien fundadas. Pero las es­
de las sustancias. ¿Quién es el que, pecies intencionales, que deben esta­
habiendo sido educado en la filoso­ blecer el comercio del alma con el
fía peripatética, no se figura que los cuerpo, no lo están� aunque se pueda.
diez nombres que denotan los pre­ hablar quizá · de las especies sensi­
dicamentos son exactamente confor­ bles que van del objeto al órgano
mes a· la naturaleza de las cosas; alejado, entendiendo por ellas la
que las formas sustanciales, las al­ propagación de los movimientos.
mas vegetativas, el horror al vacío Confieso que el alma del mundo
y las. especies intencionales, no son de Platón no existe, pues Dios está
algo real? Los platónicos tienen su por encima del mundo, extra mun­
alma del mundo, y los epicuros, la dana intelligentia, o más bien, supra­
tendencia de sus átomos hacia el mundana. Yo no sé si por la tenden­
movimiento durante el tiempo que cia al movimiento de los átomos de
están en reposo. Si los vehículos los epicúreos entenderéis la pesan­
aéreos o etéreos del doctor Moro tez que él les atribuía, y que sin
hubiesen prevalecido. en alguna par­ duda carecía de fundamento, pues
te del mundo, no se les habría creí­ que pretendían que los cuerpos van
do menos reales. todos en· una misma dirección por
TEo.-Eso- no es propiamente to­ sí mismos. El difunto Henri Moro,
mar las palabras por las cosas, sino teólogo de la Iglesia anglicana • a
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 259

pesar de ser un hombre tan hábil materia primera y de determinar su


como era, se mostraba harto fácil naturaleza para saber si es uniforme
para forjar hipótesis que no eran siempre, si tiene alguna otra propie­
inteligibles ni verosímiles; prueba de dad además de la impenetrabilidad
ello es su principio hilárquico de (como, en efecto, yo-he demostra­
la materia, causa de la pesantez, del do, después de Kepler, que tiene lo
resorte y de otras maravillas que que se puede llamar inercia), etcé­
allí se encuentran. Nada os--he de tera... , aunque no se encuentre
- decir de sus vehículos etéreos, cuya nun9a completamente desnuda;. co­
' naturaleza no he examinado. mo sería lícito razonar de la plata
· § 15. FIL.-Un ejemplo sobre la pura, aun · cuando no la hubiese
palabra materia os hará compren­ entre nosotros, y no tuviésemos el
der mejor mi pensamiento. Se toma medio de purificarla. No me parece
la materia por un ser . realmente mal, pues, que_ Aristóteles hablase
existente en la naturaleza, distinto de· la materia• primera; pero no se
del cuerpo; lo que, en efecto, es de puede menos de censurar a los que
la más perfecta evidencia; de lo con­ se han aferrado demasiado a su fi­
trario, estas dos ideas podrían ser losofía y han forjado quimeras sobre
tomadas indiferentes la una por la palabras mal entendidas- de este fi.
otra. Pues se puede decir que una lósofo, que quizá han dado ocasión
sola . materia compone · todos los a estas equivocaciones y a este ga.. ..:....
cuerpos, y no que ·un .. solo cuerpo limatías. Pero no se debe exagerar
compone todas las materias. No se tanto los defectos de este autor cé­
dirá tampoco,'. creo yo, que una ma­ lebre; porque se sabe que muchas
teria es más grande que otra. La de estas obras no han sido acabadas
· materia expresa la sustancia y la ni publicadas por él mismo.
solidez ·del cuerpo; por eso no con­ § 17. FIL.-El quinto abuso . es
cebimos más las diferentes materias poner las palabras en lugar de las
que las diferentes . solideces. Sin em­ cosas que no significan, ni pueden
bargo, cuando .se toma la materia significar en modo alguno. Esto es
• por el nombre de alguna cosa que lo que sucede cuando con los nom­
existe bajo �sta precisión, este pen­ bres de las sustancias querríamos dar
samiento produce discursos ,ininteli­ a entender algo más que esto: lo
gibles y discusiones. embrolladas so­ que yo llamo oro es maleable ·(aun­
bre la materia primera.. que, en el fondo, el oro entonces
TEo.-Me parece que ese ejemplo no significa otra cosa que lo que es
sirve más Eara -excusar que para · maleable), pretendiendo hacer en­
censurar la filosófía peripatética. Si tender que la maleabilidad depende
toda la plata fuese configurada, o de la esencia real del oro. Así deci­
más bien, porque toda la plata es mos que Aristóteles definió• bien al
configurada por la naturaleza o por hombre cuando le llamó . animal ra­
el arte, ¿será menos lícito decir que cional, y que Platón le definió mal
la plata es un ser realmente existen­ al decir que es un bípedo sin plu-_
te en la naturaleza, distinto (tomán­ mas y con uñas largas. § 18. Ape­
dole en su precisión) de la vajilla nas se encuentra una persona que
o de la moneda? Y aunque la plata no . suponga que estas palabras sig­
expresa el peso, el s.onido, el ·color, nifican una cosa que tiene esencia
la posibilidad y algunas otras cua, real, de la cual dependen estas pro�
lidades de la moneda, no se dirá por piedades; sin embargo, es un abuso
esto que 1� plata no es otra cosa visible, por no estar esto significado
que algunas cualidades de la mo­ en la idea compleja significada por
neda. Así, no es inútil que se pien­ esta palabra.
se razonar en la física general de la TEo.-Y yo creía que está mal
,

1
L ....-'-----�'---
260 LEIBNIZ
censurar este uso común, porque es . minal y esencia real) · es lo mismo.
verdad que en la idea compleja del Pero no sucede así con los nombres
oro está comprendido que es una de las sustancias, pues.si se pone
cosa que tiene una esencia real cuya en la idea de oro lo que otro omite
.constitución no nos es conocida al en ella, por ejemplo la fijeza y la
detalle más que en que de ella de- capacidad de ser disuelto en el agua
penden cualidades tales como la ma- regia, los hombres no creen por es­
leabilidad. Pero para enunciar la to :haber cambiado la 'especie, sino
.maleabilidad sin identidad y sin el solamente que uno de ellos tiene una
defecto· de coccysmo o de repetición idea más perfecta que. el otro de lo
(v. cap. VII, § 18), se debe recono- que constituye la esencia real ocul­
cer esta cosa por otras cualidades, ta, a la cual refieren el nombre de
como si se dijese que ciertó cuerpo oro, aunque-esta secreta relación sea
fusible, amarillo y muy pesado, que inútil y no sirva más que para con­
se llama oro, tiene una naturaleza fundimos.
'!ue le proporciona también la. c:ia - _ TEo.-Ya creo haberlo dicho; pe­
ltdad de ser muy blan�o al �ar!illo ro voy a mostraros más claramente

r-
y de poder ser reducido a lammas aquí que Jo que acabáis de decir
mur !i!las. Por lo que se refiere ª 1� se encuentra en lÓs modos, como en
defimc1ón del hombre que se . atn- los seres sustanciales, y que no hay
huye a Pla!ón, Y que este_ no par�ce
h!'�er fabncado ";lás que por �J�r- motivo para censurar ·esa referen­
cia a la esencia interna. He aquí
c1c1?, Y que vos mismo �o quernais, un ejemplo. Se puede definir una
segun creo comparar seriamente con parábola, en el sentido de los geó­
la que todo el mundo acepta, es �la- metras, diciendo que es una figura
r� que es !-1!1 poco . exte1!1a Y dema- en la cual · todos los radios paralé­
s!ado prov1S1onal, PUl:5 5! �se casua- los a una determinada recta están
r10, de que hablábai� ult1ID�mente reunidos por' reflexión en cierto pun­
C:ap. VI, § 34)1 hubiese tem�o las to o foco. Pero lo que expresa esta
unas lar �as, sena. un homb�e, pues idea o definición es . más· bien lo
no hubiera ' habido ne_cesidad de exterior. o el efecto, y no la esencia
arrancarle las plumas como a aquel interna de esta figura o lo que nos
gal_lo que Diógenes, según se die�, pueda hacer conocer desde luego su
q�uso que fuese el hombre plato- origen. Hasta se puede dudar, al
meo. principio, si tal figura, que se desea
§ · 19. FIL.-En los modos com- y que debe producir este efecto, es
puestos, desde el momento que una una cosa posible; y esto es lo que
idea que en ellos entra e� cambiada , en mi doctrina nos da a conocer
se reconoce al punto que es otra si una definición es puramente no­
cosa, como aparece evidentemel!te minal y contiene· estas propiedades,
· en estas· palabras: murther, que sig- o si es también real. Sm embargo,
nifica en inglé�, como mord en ale- el que habla de fa parábola, y no
mán, homicidio premeditado; mans- la conoce más que por la definición
laughter, palabra que responde en que acabo de dar, no deja, cuando

l
su origen a la de homicidio, y que habla de ella, de concebir· una fi.
significa un homicidio voluntario, gura que tiene una cierta _construc­
pero no premeditado; chancemedly, ción o constitución que ignora, pero
pelea ocasionada por azar, según la que trata de conocer para poderla
fuerza de la palabra, homicidio ca- trazar. Otro que tuviere de ella una
metido sin propósito; pues aquello idea más completa añadiría alguna
que se expresa por los nombres,. y otra propiedad, y descubriría, por
lo que yo creo que está en la cosa ejemplo, que en la figura de que
(lo que yo llamé antes esencia no- se trata, la porción del eje intercep-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 261

tada entre la ordenada y la perpen- tuciones internas, bajo prete�to de


dicular, trazadas al mismo punto de que sería hacer de nuestras palabras
la curva, es siempre constante y que signos de una nada o de una cosa
es igual a la distancia de la cima desconocida. Pues lo que se deseo­
y el foco. Así tendrá una idea más noce bajo ciertos aspectos se puede
perfecta que el primero y llegará hacer conocer de otra manera, y el
más fácilmente a trazar la figura, interior se hace conocer en parte
aunque no lo haya hecho todavía. por los fenómenos que nacen de él.
Y sin embargo, se convendrá en que Y por lo que se refiere a la pre­
es la misma figura, pero que su cons- gunta de si un feto monstruoso es
titución está todavía oculta. Veis, hombre o no, veo que si no se puede
pues, señor, que todo lo que ·notáis decidir, desde luego, esto no ,impide
y censuráis en parte, en el uso de que la especie no esté bien fijada
las palabras que significan cosas sus- en sí misma, puesto que nuestra ig­
tanciales, se nota aún y se encuen- norancia no cambia nada en la na­
tra justificado en el uso de las pa- turaleza de las cosas.
labras que significan modos com- · TEo.-En efecto, a algunos geó­
puestos. Pero lo que os ha hecho metras muy hábiles les ha sucedido
creer que había diferencia entre las no saber cuáles eran las figuras de
. sustancias y los modos es que no las cuales conocían varias propieda­
habéis consultado aquí los modos des que parecían agotar su conte­
inteligibles de difícil discusión que nido. Por ejemplo, había líneas que
en todos estos puntos equivalen al se llaman perlas, de las cuales hasta
cuerpo, y que son aún más difíciles se daba la cuadratura y ]a medida
de conocer. superficial y sólidos hechos por su
§ 20. FIL.-Entonces veo que no . revolución, antes de que se supiese
debo callar lo que os quería decir, que todo ello no era más que un.
de la causa de lo que yo había creí- compuesto de ciertos paraboloid�s
do u� abuso.. Ello podría estribar cúbicos. Así, al considerar. de ante­
en la falsa creencia de que la natu-. · mano estas perlas como una especie
raleza obra siempre regularmente y particular, no se tenía de ellas más
fija límites a cada una de las espe- que conocimientos provisionales. Si
cies, por ·esa esencia. específica o esto puede suceder en geometría,
constitución -interior que nosotros ¿nos maravillaremos de qué sea difí­
sobreentendemos . en los cuerpos, y cil determinar las especies de la na­
que sigue s_iempre al mismo nombre turaleza corporal, que son incompa-
. específico. rablemente más complejas?
TEo.-Bien veis, por · el ejemplo § 22. FIL.-Pasemos, para conti-
de los modos geométricos, que no nuar la enumeración comenzada, al
hay gran error en referirse a las · sexto abuso, aunque bien veo que
esencias internas y específicas, aun- sería preciso hacer �gunas reservas.
que haya mucha diferen�ia entre las Este abuso general, pero poco nota- -
cosas sensibles, ya . sean sustancias, do, es que, habiendo los hombres
ya sean modos, de las cuales no es- referido ciertas ideas a determinadas ·
peramos tener fácilmente definido- palabras, por efecto de un largo há­
nes reales, y entre los modos inte- bito, se imaginan que esta . relación
ligibles de difícil discusión, puesto es manifiesta y que todo el mundo
que 'podemos llegar, por fin, a la convíene en ella. De ahí que encuen•
constitución i�terior de las figuras tran tan extraño cuando se les pre­
geométricas. i gunta la significación de las pala-
§ 21. pft;,-Veo, al fn, que hu- bras que emplean, aun en los casos
hiera incurrido en error al censurar en que esto es absolutamente nec�­
esta relación a las esencias y consti- sario. Pocas personas hay que si se

, __ _.____
1
"' -
· 262 LEIBNIZ
les pregunta lo que• entienden por nombres distintos; esto es culpa mu­
la palabra vida, no lo tomen por una . chas veces de las lenguas mismas
afre�ta. Sin embargo, la vaga idea que carecen de palabras,-, otras ve­
que puedan tener no basta cuando ces también del hombre, que no las
se trata de saber si una .planta que conoce; entonces son necesarias
está ya formada en la simiente tie- grandes perífrasis. § 24. Pero cuan­
ne vida, o si el pollo que está en do las ideas significadas por las
el huevo, y no ha ·sido aún incu- palabras no están de acuerdo con
hado, o bien un hombre desmayado, la realidad, se falta al tercer punto.
sin sentido ni movimi�nto,. tienen' § 26. l 9 El que. no tiene más que -
vida. Y aunque los hombres no quie- los términos sin ideas es coino el .
.ran parecer tan poco inteligentes ni que no tuviera más que un catálogo
• tan importunos· que tengan necesi- de libros. § 27. 29 El que tuviere
dad de pedir la explicación de_ los ideas muy complejas sería como un
términos de que se sirven, ni crí- hombre que tuviese una gran can­
ticos tan molestos que reprendan sin tidad de libros en hojas sueltas, sin
cesar a los demás por el uso que títulos, y no pudiera dar el libro
hacen de las palabras, sin embargo, sino dando las hojas · unas después
cuando .se trata de una.investigación de otras, § 28. 39 El que no fuese
exacta, es preciso llegar a una ex•. constante en el uso de· los signos se­
plicación. C{)n frecuencia, los sabios ría como un mercader que vendiese
de los diferentes partidos, en los di,ferentes cosas bajo un mismo nom­
razonamientos que dirigen los unos bre. § 29. 411 El que refiriese ideas
contra los otros, no hacen más 9ue particulares a las palabras de uso
hablar diferentes lenguajes, y p1�n- corriente no podría explicar a los ·
san una misma cosa, . aunque qwzá demás los conocimientos que posee.
· sus intereses sean diferentes. § 30. �9 El que tuviere en su cabeza
,TEo.--Creo . haberme explicado ideas de sustancias que no han exis­
bastante sobre la noción de la vida, tido jamás, no podría avanzar en los
que debe ir siempre acompañada de conocimientos reales. § 33. El pri­
percepción en el alma; de otro mo- · mero hablará vanamente · de la ta­
do, no seda más que una aparien- rántula o de la caridad. El segundo
cia, como la vida que los salvajes ,.. verá animales nuevos sin poder ha­
de América atribuyen a los relojes cérselos conocer a los demás. El ter­
de bolsillo y a los de pared, o que cero tomará el cuerpo unas veces
atribuían a las marionetas aquellos por el sólido, y otras únicamente
magistrados que las creían animadas por lo que es extenso; y por fruga­
\ oor demonios cuando quisieron cas- lidad designará, unas veces la- vir­
tigar como brujo a aquel que por tud, otras el vicio inmediato. El cyar­
orimera vez dio este espectáculo en to llamará caballo a una mula, y
su ciudad. aquel · a quien todo el mundo con-
§ 23. FIL,-Para concluir, las. pa- sidera como pró�igo, será i;ara él
labras sirven: primero, para dar a· ¡;(enero.so; y. el qumto .buscara en la
entender nuestros pensamientos; se- Tartana, baJo, la autondad de Hero­
gundo, para hacerlo fácilmente, y doto, una nac!ón compuesta de ho�­
tercero, para hacernos llegar al co- bres que no tienen más qt;ie un OJO,
nacimiento de las cosas. Se falta Observo que los cuatro pnmeros de-
. contra el primer fin cuando no se fectos son comunes a los nombres
,
tiene la idea determinada y cons- de sustanc1as y a los de modos, pero
tante de las palabras, ni rec�bida o que el _último es propio de las sus­
entendida por los demás. § 23. Se tancias.
falta a la · facilidad cuando se tie- TEo.-Vuestras observaciones son
nen ideas muy complejas sin tener muy instructivas. Solamente añadiré

\
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 263
que me parece que hay mucho de señor, que combatís la elocuencia
fantástico en las ideas que solemos con sus propias armas, y hasta qué
tener de los accidentes o maneras . tenéis una �e otra especie, superiot
de :ser, y de este modo el quinto á esta e!}ganadora, como había una
defecto es común también a las sus­ Venus urarua, madre del divino
tancias y a los accidentes. Le Ber­ amor, ante la cual la otra Venus
ger extravagant 1 no le era solamen­ bastarda, madre de un-amor ciego,
te porque creyese que había ninfas no se atrevía a comparecer con su
escondidas en los árboles, sino por­ hijo, el de los ojos vendados. Pero .
que estaba esperando siempre aven­ esto prueba que vuestra tesis tiene
turas romancescas. necesidad de alguna moderación, y
§ 34. F1L.-Había 'pensado con­ que ciertos ornamentos de . la elo­
cluir; pero me acuerdo del séptimo. cuencia son como los vasos egip­
y último abuso, que es el de los tér­ cios, con los que se podía servir al
minos figurados o de las alusiones. culto · del verdadero Dios. Sucede
Sin embargo, costará trabajo consi­ como 'con Ja pintura y la mus1ca,
derarle como un abuso, porque lo de que se abusa, y de las cuales
que se llama ingenio o imaginación la una representa muchas veces iina­
es mejor recibido que la verdad des­ ginaciones grotescas y hasta noci­
nuda. Eso está bien en los discur­ vas, y la otra ablanda el corazón, y
sos en los que no se trata más que · ambas divierten vanamente; pero.ser
de agradar; pero en el fondo, excep­ empleadas con utilidad: la una, pa•.
to el orden y la claridad; todo el ra hacer· clara la verdad; la otra,
arte de la retórica, todas -esas apli­ para hacerla conmovedora; y éste
caciones artificiales y figuradas de. último efecto debe ser también .el
las palabras, no sirven más que pa­ de· la poesía, que participa de. la re­
ra insinuar ideas falsas, para exci­ tórica y de la música.
tar las pasiones y para extraviar el
juicio; de suerte que JJO son más
que puras supercherías. Sin embar­ CAPÍTULO XI
go, a ese . arte falaz es al que se
concede el primer rango y las re­ De (os remedios. que se pueden apli­
compensas. Y es qua los hombres car a las . imperfecciones y a los
no se curan mucho de' la verdad abusos de que acabamos de hacer
y les gusta engañarse .. y ser enga­ mención
ñados. Esto es tan verdad, que no
dudo de que lo que acabo de decir § l. FIL.-No es este el lugar de
contra este arte, será considerado engolfarse en la discusión del uso
como extraordinaria audacia. Pues .de una verdadera elocuencia, y aún
la elocuencia, semejante al bello menos de responder a nuestro ama­
sexo, tiene encantos demasiado po­ ble cumplimiento, porque hemos de
derosos para que se admita que se pensar · en poner fin a esta materia
le rechace. de las palabras, buscando los reme­
TEo.-LeJos , de censurar vuestro dios a las imperfecciones que hemos
celo por la verdad,. le encuentro notado. § 2. Ridículo sería intentar
justo.· Y sería deseable que llegase la reforma de las lenguas y querer
a impresionar:. Yo no desespero en• obligar a los hombres a no hablar
teramente de ello, porque parece, hasta que van adquiriendo conoci­
miento. §. Pero no es mucho pre­
1 "El pif!tor .extravagante": protago­ tender que los filósofos hablen exac­
nista de una obra burlesca, en 5 actos, tamente cuando · se trata de una se­
original de Tomás Comeille, compues­ ria investigación de la verdad: sin
., ta, con ese título, en 1653. (N. · del T.) esto, todo estaría plagaµo de erro-

L ......._____�'------------ -------· --------------'


264 LEIBNIZ ·

tell, de pertinacias y de vanas dispu­ bras nuevas, ya cuando se empleen


tas. § 8. El primer remedio es no las antiguas en un sentido nuevo,
servirse de ninguna palabra sin en­ ya cuando se note que eftuso no hª
l�zar con ella alguna idea, siendo fijado suficientemente su significa­
así que se emplean comúnmente al­ ción. § 13. Pero hay una diferencia.
gunas paJabras, como instinto, sim­ § 14. Las palabras de las ideas sim­
patía, antipatía, ¡¡in unir a ellas sen- . ples, que no podrían ser definidas�
tido alguno. son explicadas por palabras sinóni­
TEO.-La regla es buena; pero yo mas cuando son más conocidas o
no sé si los ejemplos son convenien- nos muestran la· cosa. Por este me­
. tes. Parece que todo el mundo en­ dio es como se puede hacer com­
tiende por instinto una inclinación prender a un campesino lo que es
del animal a aquello que le con­ el color de hoja caída, diciéndole
viene; sin que conciba la razón de que es el de las hojas secas que caen
ello; y los mismos hombres deberían en otoño. § 15. Los nombres de los
descuidar menos esos instintos que modos compuestos. deben ser expli­
aún se descubre en ellos, aunque su cados por l_a definición, pues esto
manera de vivir artificial casi los puede hacerse. § 16. Así es como la
haya extinguido en la mayor parte. moral es ' susceptible de demostra­
El médico de sí mismo 1o ha obser­ ción. En este punto se considerará
vado bien. La simpatía o antipatía al hombre como un ser corporal y
significan lo que, en los cuerpos des­ racional,. sin cuidarse de la figura
provistos de sentimiento, responde exterior. § 17. Pues por medio de
al instinto de unirse o separarse que definiciones es como 'las materias de
encontramos en los animales; y aun­ moral pueden ser trqtadas clara­
que no tengamos el conocimiento mente. Será mejor definir la justicia
_ de la causa de esas inclinaciones o según la idea que de ella tenemos
tendencias, lo que· seria de desear, en la mente, que buscar un modelo
.tenemos sin embargo una noción fuera .de nosotros, como Arístides,
lo suficientemente clara• para discu­ v formarla sobre él. § 18. Y como
rrir sobre el asunto de una manera la mayoría de los modos compuestos
inteligible. no existen en ninguna parte juntos,
§ 6. F1L.-El segundo remedio es no se los puede fijar más que defi­
que las ideás de los nombres_ de niéndolos por la enumeración de lo
-los modo� sean, por lo menos, deter­ que se encuentra disperso. § 19. En
minadas, y § 10, que las ideas de las sustancias hay ordinariamente al­
los nombres de las sústancias sean gunas- cualidades directrices o carac­
-además conformes con lo que exis­ terísticas que consideramos como la
te. Si alguno dice que la justicia es idea más distintiva de la especie, a·
una conducta conforme a la ley, res­ las cuales suponemos que las demás
pecto del bien ajeno, esta idea no es ideas que forman la idea compleja
bastante determinada cuando no se de -la especie v,an anejas. Es la fi.
tiene una idea clara de lo que se gura en los vegetales y animales, y
entiende por ley. el color en los cuerpos inanimados,
TEo.-Podría decirse que la. ley v en algunos, el color y la figura ·
es un precepto de la sabiduría o de juntamente. Por esto es por lo que,
la ciencia de la felicidad. § 20, la definición del hombre dada
11 •
§ 11. F1L.-El fercer remedio es por Platón es más característica .que
emplear términos · conformes con el la de Aristóteles, o bien no se debe­
uso corriente, en cuanto esto sea
;
, ría hacer morir los productos mons­
11
-posible. § 12. El cuarto es declarar truosos. § 21. · y con frecuencia la
en qué sentido se toman las pala­ vista 'sirve tanto como cualquier otro
bras, ya cuando se empleen pala- examen, pues personas acostumbra-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 265,
das.a examinar el oro distinguen con constitución h¡.terior, la significación
frecuencia con la vista el verdadero de la palabra oro podría determi­
oro del falso, el puro del falsifi­ narse tan fácilmente como la del
cado. triángulo.
,J'Eo.-Todo se reduce, sin duda, TEo.-Quedaría tan determinada
a las definiciones que pueden lle­ que no habría en ella · nada de pro­
gar hasta las ideas· primitivas. Un visional; pero no sería tan fácilmen­
mismo objeto puede tener muchas te determinada. Pues yo creo que
definiciones; pero para saber que haría falta una distinción un poco
convienen a ese objeto es preciso prolija para explicar la contextura
aprenderlo por la razón, demostran­ del oro, como hay también en geo­
do una definición por otra, o por metría figuras cuya definición es
la experiencia, comprobando que van larga.
siempre unidas. Por lo que se re­ § 23. FIL.-Los espíritus separa­
fiere a la moral, una parte de ella dos de los cuerpos tienen sin duda
está completamente fundada en la conocimientos más perfectos que ·
razón; pero hay otra que depende nosotros, aunque no tengamos qirt­
de las experiencias y se refiere a .guna noción de cómo los pue¡ien
los temperamentos. Para conocer las adquirir. Sin embargo,' podrán· te­
sustancias, la figura y el color, es ner ideas tan claras de la constl.tu-
decir, lo visible, nos dan las prime­ . ción radical de los cuerpos como la
ras ideas, porque por ellos se cono­ que nosotros tenemos del triángulo.
cen las cosas de lejos; pero son de TEo.-Ya os he hecho notar, se,,;
ordinario muy provisionales, y en ñor, que tengo razones para juzgar
las cosas que nos importan se trata que no hay espíritus creados ente­
de conocer la sustancia desde más ramente sepárados de los cuerpos;
cerca. Por lo demás, me asombro de sin embargo, los hay sin duda cuyos
que volváis otra vez a la definición órganos y entendimiento son incom­
del hombre atribuida a Platón, des­ parablemente más perfectos que los
pués de decir vos mismo (§ 16), nuestros y que· nos aventajan en to,
que en moral se debe tomar al hom­ da clase de concepciones tanto o
bre por un ser · corporal y racional más que Frenicle, aquel joven sueco
sin preocuparse de la figura exte­ de que ya os he hablado,· aventaja ·
rior. Por lo· demás, es verdad que al común de los hombres en el cálcu­
,una gran práctica hace. mucho para lo de los números hecho por la ima-
discernir a · simple vista lo que otro ginación.
quizá no pueda saber sino después § 24. FIL.-Ya hemos observado
de pruebas muy difíciles. Y algunos que las definiciones de las susta�­
médicos de grari experiencia, que cias que pueden servir ·para explicar
tienen muy buena vista y muy bue­ los nombres son imperfectas con re­
na memoria, conocen a menudo, por lación al conocimiento de las cosas.
- el primer aspecto del . enfermo, lo Pues ordinariamente pon!!mos el
que· otro apenas podrá averiguar a . nombre en lugar de la cosa; luego
fuerza de preguntas y de tomar el el nombre dice más que las defi­
pulso. Pero bueno es reunir todos niciones; así, pára. definir bien· las
los indicios de que se pueda dis­ sustancias, es preciso estudiar la his­
poner. toria natural.
§ 22. FIL.-Confieso que aquel a TEo.-Veis, pues, señor, que el
quien un buen ensayador haga co- nombre del oro, por ejemplo, sig­
. nacer tod• las cualidades del oro, nifica, no solamente lo que el que
tendrá de éste un conocimiento me­ lo pronuncia conoce del oro (por
ior del que le podría proporcionar ejemplo, una cosa amarilla muy pe­
la vista. Pero si pudiese conocer su sada), sino también lo que él no

L _.___
266 LEIBNIZ

conoce y otra persona puede cono­ do, ropaje, capa, que no nos"·lo ha­
cer, es decir, un cuerpo dotado de cen conocer. Por· lo demás no me
una constitución interna de la cual detendré sobre el sépti� remedio
· se derivan el color y la pesantez y de los abusos de las palabras, que
n·acen también otras propiedades que es emplear constantemente el mismo
él confiesa que conocen mejor los térmfuo en el mismo sentido, o ad­
expertos. vertir cuando se le cambia. Pues· ya
§ 25. FIL.--Sería ahora de desear hemos hablado bastante de esto.
que aquellos que se han ejercitado TEo.-El R. P. Grimaldi, presi­
en las investigaciones físicas quisie­ dente del Tribunal de matemáticas
sen proponer las ideas simples en de Pekín, .me ha dicho que los chi­
las cuales observan que los indivi­ nos tienen · diccionarios acompaña­
duos de cada especie convienen dos de figuras. Hay un pequeño no­
constantemente. Pero para componer menclator, impreso en Nuremberg,
un diccionario de esta especie, que donde hay figuras para cada pala­
contuviese, por decirlo así, la his­ bra, que son bastante buenas, Un
toria natural, serían necesarias mu­ dicciona_rio universal ilustrado, de
chas personas, mucho tiempo y esta clase, sería de.desear y no muy
mucho trabajo y sagacidad, por lo difícil de hacer. En cuanto a .la des­
cual es düícil esperar que se logre cripción de las especies, esto es lo
una obra ele este género. Bueno se­ que precisamente constituye la his­
ría, sin embargo, acompañar las pa­ toria natural; y en ella se trabaja
labras de pequ�ños. grabados para poco· a poco. Sin las guerras (que
las cosas que conocemos por su fi. han perturbado Europa desde las
gura exterior. Tal diccionario seda primeras fundaciones de las socie­
muy útil a la posteridad y ahorraría dades o academias reales)', se habría
: mucho trabajo a los críticos futuros. ido muy lejos y estaríamos en estado
Pequeñas figuras como la del · apio de aprovechar nuestros trabajos; pe­
(apium), de un ibex (especie de ro los grandes, en su mayoría, no
cabra salvaje), valdrían .más que to­ conocen su. importancia, ni de qué
das },as descripciones de esta plan­ bienes se privan descuidando el pro­
ta y de este animal. Y para conocer greso de los conocimientos sólidos;­
lo que los latinos llamaban strigiles además de que están ordinariamen­
y sistrum, tunica y .palium, valdría te asaz ocupados en los placeres de
incomparablemente más poner figu­ la paz o en los cuidados de la gue­
ras al margen qué los pretendidos rra para meditar sobre cosas que no
sinónimos, almohaza, címbalo, vestí- les preocupan�

'

-
LIBRO CUARTO

DEL CONOCIMIENTO

CAPÍTULO I

Del conocimiento en general

§ l. FIL.-Hasta aquí hemos ha­ o narrado; pues la costumbre que


blado de las ideas y de las palabras tiene de representarse en la mente
que las representan. Pasemos ahora muchas concepciones o ideas expre­
a los conocimientos que las ideas sas y actuales, le hace más · apto
nos suministran, pues los conoci­ para concebir lo -que se le presenta,
1 mientos no tienen otro objeto · que y de seguro será más instruido y
,J nuestras ideas. § · �- Y el conocimien-· más capaz que otro que no haya
to no es otra cosa que la percep- visto, ni leído, ni oído nada, siem- ,·
ción de la relación y éonveniencia pre que en esas historias y repre-�1,
u oposición .y disconveniencia que sentaciones no tome por verdadero
- existe entre dos de nuestras ideas. lo que no lo es, y que dichas impre- !"
Ya se imagine, conjeture o crea, · siones no le impidan discernir lo real �
siempre es esto. Por ese medio no­ de lo imaginario, o lo existente . de
tamos, por ejemplo, .que lo blanco lo posible. Por esto; ciertos lógicos 1
no es· lo negro y que los ángulos d.e del siglo de la reforma que · tenían
un triángulo y su igualdad con dos algo de rami�taii,1 no se equivoca-
rectos tienen· una relación nece­ . han al decir que los tópicos o los
saria. lugares de invénción (argumenta,
TEo.-El conocimiento se · toma como los llamaban) servían tanto
aún más generalmente, de suerte que para la explicación o descripción
se encuentra también en ·1as· ideas o bien circunstanciada de un tema no
términos antes de llegar a las pro­ · complejo, es decir, · de una cosa o
idea, como para la prueba de un
posiciones o verdades. Y se puede tema complejo, es decir, de una te­
decir que el que haya visto atenta­ sis, proposición o verdad. Y aun una
mente más imágenes de plantas o tesis puede ser explicada, para ha­
animales, más. figuras de máquinas, cer conocer bien el sentido y la fuer­
más descripciones o representacio­ za,. sin que se trate de su verdad o
nes de casas o de fortalezas, el que prueba, como vemos en los sermo�es
haya leído más novelas ingeniosas y u homilías que explican ciertos pa-
escuchado más narraciones ingenio­
sas, ese, �igo, tendrá más conoci­ 1 Seguidores del humanista y filósofo
mientos que · otro cualquiera,· aun Pierre Ramus o Ramée, francés y adhe­
cuando no haya ·una palabra de ver­ rido a la Reforma (1515-1572). (N.
dad en lo que se le haya descrito del T.)

267
L -'---'--_........;_____-'-----
268 LEIBNIZ

sajes de la s·agrada escritura, o en lo que hemos experimentado, no· te­


. las lecciones o lecturas de algunos nemos la percepción de.,esta conve­
textos de derecho civil o canónico, niencia o disconveniencia, si no es
¡, cuya verdad es supuesta. Hasta se
puede decir que hay temas que son
que se entiende como 'la sensación
confusa que de ella tenemos sin
a medias una idea y una proposi­ darnos cuenta. Pero vuestros ejem­
ción. Me refiero a las cuestiones, plos indican, a lo que parece, que
algunas de las cuales no exigen más pedís siempre un conocimiento en
que el sí y el no; y estas son las el que nos demos cuenta de la co­
más próximas a las proposiciones. nexión o de la oposición; y en eso
Pero las hay también que piden el es en. lo que no puedo estar de
cómo y ]as circunstancias, etc., don­ acuerdo. Además, se puede tratar un
de hay más que suplir para hacer de tema complejo, no solamente bus- .
ellas propos,iciones. Es verdad que cando las pruebas de la yerdad,
se puede decir que en las descrip­ sino también explicándolo y escla­
ciones· -(aun de las cosas puramente reciéndolo de otro modo, según los
ideales) hay una afirmación tácita lugares tópicos, como ya lo he hecho
de la posibilidad. Pero es verdad notar. Por último, tengo también que
también que, del mismo modo . que hacer una observación sobre vues- ·
se puede intentar la . explicación y tra definiciórt: y e_s que parece que
1a prueba de una falsedad, lo que sólo se acomoda a las verdades ca­
sirve algunas veces para refutarla tegóricas, en las que hay dos ideas:
mejor, el arte de las descripciones el · sujeto_ y el predicado; pero hay
puede recaer sobre.lo imposible. Con también un conocimiento de. ver­
esto sucede como con lo que encon­ dades hipotéticas o que se pueden
tramos en las ficciones del conde de reducir a éstas (como las disyunti­
Scandiano, seguido por· el Ariosto, vas y otras), en las cuales . hay re­
y en el' Amadís de Gaula y otras lación entre 111 proposición antece­
novelas antiguas, en los cuentos de dente ·y la proposición consecuente;
hadas, que habían vuelto a estar de así pueden entrar más de dos ideas.
moda hace algunos años, en las ver­ § 3. FIL-Limitémonos aquí al
daderas historias de Luciano y en conocimiento de la verdad y apli­
los viajes de Cyrano de Bergetac, quemos también al nexo de las pro­
para no hablar de los grotescos de posiciones lo que diremos del nexo
los pintores. Así, se sabe que entre de Jas ideas, para aplicarlo a las
los :retóricos, las fábulas pe�tenecen categóricas y a las , hipotéticas jun­
al número de· tos progymnasmata, a tamente. Ahora bien, yo creo que
los e,iercicios prelim�nares. Pero to­ se puede reducir esta conveniencia
mando el conocimiento en un sen­ o disconveniencia a cuatro especies,
tido más estrecho, es decir, como el que son: primero, identidad o di­
conocimiento de · la verdad, como versidad; segundo, relación; terce­
vos hacéis aquí, señor, digo que ro, coexistencia o conexión necesa­
es muy cierto que la verdad está ria; cuarto, existencia real; § 4,
siempre fundada en la conveniencia pues el espíritu pe_rcibe inmediata­
o disconveniencia. de dos ideas, pe­ mente que una idea no es otra, que
ro que no . es cierto generalmente lo blanco no es negro. § 5. Porque
que nuestro conocimientó de la ver­ advierte su rela'ción comparándolas,
dad sea una percepción de esta con- por ejemplo, que dos triángulos cu­
. veniencia o disconveniencia. Pues yas bases son i guales y que .se en­
cuando no conocemos la verdad más cuentran entre dos paralelas, son
que empíricamente, por ·haberla ex­ iguales. § 6. Después de esto hay
perimentado, sin saber la conexión coexistencia (o más bien conexión),
de las cosas ni la razón que hay en como la fijeza que acompaña siem-

-·---
\ .

1 - NUEVO TRATADO SOBRE EL· ENTENDIMIENTO HUMANO. 269


pre a las otras ideas. del oro. § 7. conociese no conocería másque una
Por último, hay existencia real fue- sola verdad.
ra del espíritu, como cuando se di- TEo.-Es verdad que nuestra cien-
ce: Dios existe. cia, aun la más demostrativa, se de-
TEo.-Yo creo que se puede de- be adquirir la mayor parte de las
cir que el nexo no es otra cosa que veces por una larga cadena de con�
la relación tomada en general. Y secuencias, por lo que debe encerrar
yo he hecho notar, antes, que to-.. el· recuerdo de una demostración an­
da relación es, o de comparación o terior, que ·se considera más distin­
de concurrencia. La de comparación tamente cuando la conclusión ha si� ,
nos da la diversidad y la identidad, do hecha; de otro modo se repetiría ·
en todo • o en algo; lo que produce siempre esta demostración. Y aún,
lo mismo o lo diverso, lo semejante mientras dura, no se la podría com­
o lo desemejante. La concurrencia prender toda entera a la vez; pues
contiene lo que vos llamáis coexis;- todas sus Pl!_rtes · no podrían· estar
tencia, es decir, conexión de existen- presentes en el espíritu al mismo
cia. Pero, cuando ·se dice que una tiempo; así, reponiendo siempre de­
cosa existe o que tiene existencia lante de los ojos la parte que pre-
. real, esta existencia misma es el pre- cede, no se llegaría nunca _a la últi�
dicado, es decir, tiene una noción maque completa la conclusión. Esto
ligada con la idea . de que se trata es también lo que hace que sin la
y hay conexión entre estas dos no- escritura sería- difícil organizar bien
ciones. Se puede · también concebir las ciencias, porque la memoria no
la existencia del objeto de una idea, es bastante segura. Pero habiendo
como la concurrencia de este oh- puesto por escrito una larga demos­
jeto conmigo. Así creo que se puede tración, como por ejemplo la de
decir que no hay más que compara- Apolonio, y habiendo repasado to­
ción o concurso; pero que- la com- das sus partes como si se- exami­
paraéión que marca la identidad o nase, eslabón por eslabón, una cade­
diversidad, y el concurso de la cosa •. na; los hombres se pueden cerciorar
conmigo, son las relaciones que me- de sus razonamientos, para lo cual
recen ser distinguidas entre las de- sirven también las pruebas, y el éxi­
más. Se podría, quizá, h:acer inves- to lo justifica al fin todo. Sin em-
. tigaciones más profundas y exactas. bargo, se ve por esto que, consis­
Pero yo me contento aquí con estas tiendo toda creencia en la memoria -
observaciones. de la vista, que prescinde de prue-
§ 8. FIL.-Hay un ·conocimiento has o razones, .no está en .nuestro
actual que es la percepción presente poder ni en nuestro libre arbitrio
de· la relación de las ideas, y·hay creer o no creer, porque la memo­
otro habitual cuando el espíritu ad- ria no es cosaque dependa de nues­
vierte tan evidentemente la conve- tra voluntad.
niencia .o disconveniencia de las § 9. Es verdad que nuestro cono­ I
ideas, y la fija de tal manera en su cimiento habitual es de dos géneros
memoria, que siempre que reflexio- o grados. Algunas veces las verda­
na sobre la proposición está seguro, des guardadas como en reserva en la
desde luego, de la verdad que con- memoria tan pronto como se repre­
tiene, sin albergar la más ligera du- sentan al .espíritu, éste ve la rela­
da. Pues no síendo capaz de pensar ción que hay entre las ideas qite las
clara y distintamente más que una componen; pero otras, el espíritu se
sola cosa� la vez, . si los hombres contenta con acordarse de la con­
no conociesen más que el objeto ac- vicción, ·· sin retener las pruebas, y
tual de sus pensamientos; serían to- aun muchas veces sin poder reco1-
dos muy ignorantes; y el que más darlas cuandoquiere. Se podría ima-

1
L
270 LEIBNIZ

ginar que aquí se trata más bien de tal manera ·que no da un paso inú-·
creer a nuestra memoria que de co­ tilmente. Siempre puede revisar y
nocer realmente la verdad en cues­ corregir las últimas .falta?, sin - que
tión, y otras veces me ha parecido influyan sobre las primeras: de es­
que se trata de un medio entre la ta manera, la r�visión que quiera
opinión y el conocimiento, y que es hacer otro, tampoco cuesta trabajo,
una seguridad que sobrepasa la sim­ porque puede examinar las mismas
ple creencia fundada sobre él testi­ huellas a simple vista; • además de
monio. ajeno. Sin embargo, después los medios de verificar también· las
de haber reflexionado mucho, en­ cuentas de cada artículo, por una
cuentro que este conocimiento encie-· clase de prueba muy cómoda, sin
rra una perfecta certidumbre. Me que estas observaciones aumenten
acuerdo, es decir, conozco (porque considerablemente el trabajo d!'= la
-- el recuerdo no es más que· la reno­ contabilidad. Y todo esto hace com­
vación de una cosa pasada) que he prender que los · hombres podemos
estado seguro de la verdad de esta tener demostraciones rigurosas · so­
proposición: que los tres ángulos bre el papel, . y sin · duda tenemos
de , un triángulo son iguales a dos una infinidad de ellas. , Pero sin re­
_¡ectos. Ahora bien; la irunutabili­ cordar que se ha usado de un per,
dad de las mismas relaciones entre fecto rigor nd se puede tener esta
las mismas co·sas inmutables es ac­ certidumbre · en la mente. Y este ri­
tualmente .Ja idea mediata que me gor consiste . en una reglamentación
hace .ver, que si una vez han sido por la cual la observación sobre ca­
iguales, lo serán siempre. Este ·fun­ da parte sea una seguridad respecto
damento es el que hace posible que del todo; en el examen de la cadena
en matemáticas las demostraciones por eslabones, inspeccionando cada
particulares · suministren conocimien­ uno para ver si está cerrado, y to­
tos generales; de otro modo, eil mando medidas con la mano, para
conocimiento· de un geómetra no se no saltar ninguno, se está seguro de
extendería más allá de la figura par­ la bondad de la cadena. Y, por ese
.ticular que él ha trazado para hacer medio, se tiene toda la certidumbre
la demostración. de qué son capace·s las cosas huma­
TEo.-La idea mediata de que ha­ nas. · Pero no estoy de acuerdo en
bláis; supone la fidelidad de nues­ que, en matemáticas, las demostra­
tro recuerdo; pero sucede muchas ciones particulares sobre las figuras
veces que éste nos engaña y que no que se hacen nos proporcionen esa
_hemos . hecho todas las diligencias certidumbre general que pretendéis.
necesarias, aunque así lo creamos. Porque hace falta saber que no son
Esto se ve claramente en la revisión las figuras las que dan la prueba
de cuentas. A veces; como sucede a los geómetras, .aunque· el estilo
en nuestras minas del Harz, y para estético lo haga creer. ,La fuerza de
- que los receptores de minas estén la demostración es independiente de
más atentos, se han impuesto mul­ la figura trazada, . que no se traza
tas para cada error de cálculo, y más que para facilitar la inteligen­
a •pesar de ello se cometen errores. cia de lo que se quiere decir,_ y fi­
Sin embargo, cuanto más cuidado jar la atención; las proposiciones
se pone, más nos podemos fiar en universales, es decir, las definicio­
los razonamientos pasados. Yo he nes, los axiomas y los teoremas ya
proyectado una manera de escribir demostrados, son los que constitu­
las cuentas, de suerte que el que yen el razonamiento y le sostienen
reúne las sumas · de las columnas cuando la figura haya desaparecido.
deja sobre el papel las huellas del . Por eso un sabio geómetra, Scheu­
progreso de sus razonamientos, de belius,. ha dado las figuras de Eucli-

\
NUEVO TRATADO SOBRE. EL
\
\ ENTENDIMIENTO HUMANO
des sin sus letras que las puedan rectángulo equilátero; y . con dismi­
ligar con la demostración que pone nución. El rectángulo equilátero es
adjunta; y otro, Herlinus, ha redu- · un rectángulo. El animal racional es
'cido estas mismas demostraciones a siempre un anil)lal. Y en las hipoté­
silogismos y prosilogismos. ticas: si la figura regular· de cuatro
lados es un rectángulo equilátero,
esta figura es un rectángulo. Las co­
CAPÍTULO 11 pi.Ilativas, las disyuntivas y otras pro­
posiciones son también susceptibles
De los grados de nuestro de este identicismo, y yo considero
conocimiento también como afirmativas: no-A es
no-A. Y esta hipotética: si A es
§ 1. F1i.-El conocimiento es, no-B, de aquí se sigue que A es no-B.
pues, intuitivo cuando el espíritu Itera, si no-A es BC, se sigue que
percibe la conveniencia o disconve- no-A. es B. Si uria figura que no
niencia de dos ideas inmediatamente tiene ángulo obtuso puede ser un
por sí mismas, sin Ía intervención triángulo regular, una figura que no
de ninguna otra. En este caso, el tiene ángulo obtuso puede ser· regu­
espíritu no se toma ningún trabajo lar. Vamos ahora a los idénticos ne­
para probar o examinar J.a verdad. gativos que son, o del principio · de - /
Es como el ojo que ve la· luz; el contradicción, o de los contrarios.
espíritu ve que lo blanco no es lo El principio de contradicción es en
negro, que un círculo no es un trián- general: una_ proposición es, o ver-
gulo, que tres son dos y uno. Este dadera, o falsa; lo que encierra dos
conocimiento es el más claro y evi� enunciaciones; la una, que lo verda-
dente que puede poseer la débil na- · dero y lo falso no son compatibles
tural.eza -humana; obra .de una ma- en una ·misma proposición, o que ..
nera irresistible, sin permitir · a ,la una proposición no podría ser ver-
mente dudar. Es conocer que l_a idea dadera y falsa a la vez; la otra, que
está en la mente tal éomo la mente lo contrario, o sea la negación de lo.
- la percibe. El que pida . una certeza verdadero y de lo falso no son com-
mayor, no sabe lo que pide. patibles, o que no hay término me-
TEo,-Las :verdade_s p�itivas que dio entre lo verdadero y lo falso,
se saben por intuición, son de dos o bien que no pµede ser que . una
clases, -como las derivadas. Forman · proposición no sea ni verdadera,.ni
parte del ·número de las verdades falsa. Ahora bien; todo esto es ver-.
de tazón o del de las verdades de dad en todas las proposiciones ima­
hecho. Las verdades de .razón son ginables, en particular, como: lo que
necesarias, y las de hecho,. contin7 es A no podría ser no-A. Item, AB
gentes. Las verdades primitivas de no puede ser .no-A. Un rectángulo
razón son las que yo llamo con un regular no podría ser no-rectángulo. -
nombre___ general idéntic¡:¡s, porque Item, es verdad que todo hombre es
· me parece que no hacen más que un animal; luego es falso que haya
repetir la misma cosa, _sin enseñar- algún hombre que no lo sea. Se pue­
nos nada. Son afirmativas o negati- den · variar · estas enunciaciones de
vas; las afirmativas son como las · muchas maneras, y aplicarlas a las
siguientes: lo que es, es;. cada cosa hipotéticas, copulativas, disyuntivas,
es lo que es. Y en tantos ejemplos etcétera. En cuanto a las dispares,
como se quiera A , es A, B - es B. son . proposicione que dicen que el
Yo seré lt, que seré. Yo he escrito objeto de una idea no es el objeto
lo que he. e�crito. Y nada, en verso de_ otra idea, como que el calor .no
como en· prosa, es ser nada o poca es la misma cosa que el color; ítem
_cosa. El rectángulo equilátero es un que el. hombre y el animal no son

1
¡_ ........______ .__ _
'

272 LEIBNIZ

una misma cosa, aunque todo hom­


bre sea animal. Todo esto se puede
asegurar independienit:ernente de nin-
guna prueba o de la reducción a la
Todo B es C
Todo A es B
Luego todo A es C.
-
oposición, ·o al principio de contra- Supongamos que la conclusión sea
dicción, cuando estas ideas son bas- falsa (o que sea verdad que algún
tante extensas para no tener n�esi- A no es C), entonces alguna de las
dad aquí de l!nálisis;- de lo contra- premisas será falsa también. Supon­
rio, estamos expuestos a equivocar- gamos que la segunda es verdadera;
nos, pues al decir: el triángulo Y la primera tendrá que ser falsa, la
el trilátero no son lo mismo, nos que pretende que todo B es C. Lue-
. equivocaríamos; pues co�siderándo- go su contradictoria será verdadera;
los bien, venimos en conocimiento es decir, algún B no será C. Y ésta
de que los ues lados . y los tres án- será la conclusión de un argumento
gulas van siempre juntos. Al decir: ·nuevo, sacado de "la falsedad de la

f'
·- el rectángulo cuadrilátero y el rec-
tángulo no son lo mismo, nos equi-
conclusión y de la verdad de una de
· las premisas del antecedente. He
1,: vacaríamos también; pues vemos que aquí este nuevo ar.gumento:
' la figura de cuatro lados es la úni­
ca que puede tener todos los ángu­ Algún A no es C
. los rectos. Sin embargo, siempre se
puede· decir, en abstracto, que .}a Lo cual es opuesto a la conclusión
triangularidad no- es la trilaterali- precedente," que suponíamos falsa,
· dad, o que .las razones formales del
triángulo y del trilátero no son las Todo A es B
mismas, como dicen los filósofos.
Son diferentes . relaciones de una Esta es la premisa considerada
misma cosa. verdadera.
· Algunos, después de haber escu­ Luego algún B no ·es C.
chado con paciencia lo que acaba­ Esta es la conclusión presente ver­
mos de decir aquí, la perderá, y dirá dadera, opuesta a la premisa prece-
que nos divertimos en hacer enun­ dente· falsa.
ciaciones frívolas, , y que _todas las · Este argumento está en el modo
verdades idénticas no �irven para Disamis de la tercera figura, que se
nada. Pero este razonamiento sólo demuestra también evidentemente y
le podrá hacer el que no haya me­ de una ojeada del modo Bárbara de
ditado suficientemente . sobre estas la primera figura, sin emplear- más
' materias. Las consecuencias de la
lógica (por ejemplo) se demuestran
que el principio de contradicción.
Y en mi juventud, cuando yo estu­
' por los principios idénticos, · y los diaba esas cosas, noté que todos los
geómetras tienen necesidad del prin­ modos de la segunda y de la ter­
cipio de contradicción en sus de­ cera figura se pueden sacar de la
mostraciones que reducen a -lo -im- primera por_ este mismo método, su­
. posible. Contentémonos aquí con ha­ poniendo que el modo de la primera
cer ver el uso de los idénticos en las es bueno, y por consiguiente que
demostraciones de las consecuencias siendo la conclusión falsa, o siendo
del razonamiento. Digo, pues, que su contradictoria tomada por verda­
el principio de contradicción, por dera, y una de las premisas por ver­
sí solo, basta para demostrar la se­ dadera también, es preciso que la
gunda y la tercera figura de los si­ contradictoria de. la otra premisa sea
logismos por la primera. Por ejem­
plo, se puede concluir en la prime­
verdadera. Es verdad que en las eS-: I
cuelas lógicas se prefiere servirse de
ra figura, en Bárbara: las conversiones para sacar las figu-
\
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTllNDIMIENTO HUMANO 273
\
ras menos principales de la prime• el hysteron proteron o la inversión,
ra, que es la principal, porque esto porque las conversiones merecían
parece más cómodo para los esco­ más bien ser demostradas por esas
lares, Pero para los que buscan las figuras que estas figuras por las
razones demostrativas, donde hay convérsiones .. Pero como esta de­
que emplear el menor número de mostración de las conversiones hace
suposiciones que se pueda; no se aún ver el uso de las ·idénticas afir­
demostrará por la suposición de la mativas -que muchos toman por com­
conversión lo que se puede demos­ pletamente frívolas, será tanto más , .
trar con el -solo principio primitivo, oportuno ponerla aquí. No quiero
que es el de la contradicción y que · hablar más que de las conversio­
no supone nada. Yo mismo he hecho nes sin contraposición, que me bas­
esta observación, que parece nota­ tan aquí, y que son denominadas
ble, y es que las solas figuras me­ simples o por accidente. Las conver­
nos principales, a las que se llama siones simples son de dos clases: la
directas� a , sab�; la segunda y la de la universal negativa, como nin­
tercera, se pueden demostrar sim­ . gún cuadrado es obtusángulo ; por
plemente por el principio de con-. consiguiente, ningún obtusángulo es
tradicción; pero la figura menos cuadrado; y la de la particular afir­
principal indirecta, que es la cuarta, mativa, como: algún triángulo es
cuya invención atribuyen los árabes obtusángulo, luego algún obtusán•
a Galeno i aunque no hayamos en­ gulo es un triángulo. Pero la con­
contrado nada en fas obras que nos versión por accidente, como se la
restan de él, ni en los autores grie­ llama, se refiere a la universal afir­
gos; la cuarta, digo, tiene la des­ mativa, como: todo cuadrado es rec­
ventaja de que no puede ser sacada tángulo, luego algún rectángulo es
de la primera o principal por este cuadrado. Se entiende siempre auí
solo_ método, y que es preciso tam­
bién· emplear· otra· suposición, a sa­ por rectángulo una figura cuyos án­
ber, las conversiones; de modo que gulos todos son rectos, y por el cua­
está pn grado más alejada que la drado, un cuadrilátero regular. Aho­
segunda y la tercera, que están a ra se trata de demostrar estas tres
un mismo nivel, ·e igualmente ale­ clases de conversiones, que son:
jadas de la primera ; mientras que , 19) Ningún A - es B; luego nin­
la cuarta tiene· necesidad -· también gún B es A.
de la segunda y de la tercera para 2t>) Algún A es B; luego algún
ser demostrada. Pues parece muy B es A.
oportuno que las conversiones mis­ J9 Todo A es B; luego algún B
mas de que tiene necesidad se de­ es A.
muestren por la figura segunda y Demostración de la primera con­
· tercera, demostrables independiente- versión en Cesare, que es de la se­
mente de las conversiones, como gunda figura:
ab1bo de hacerlo ver. Pierre de la
Ramée fue quien hizo ya esta ob­ Ningún A es B.
servación de la conversión por es­ Todo Bes B.
tas figuras, y (si no me engaño)
reprochó a los lógicos el círculo que Luego ningún B es A.
cometían sirviéndose de la conver­ Demostración de la segunda con- .
sión para demostrar estas figuras, versión en Datisi, que es de la ter­
aunque 1• que debió reprocharles cera figura:
no era tanto el círculo . (pues no se
servían de estas figuras a su vez pa­ Todo A es A.
ra justificar las conversiones), -sino Todo A es B.

1
¡__,______ -- - - -----'
274 LEIBNIZ

Luego algún B es A. decir, yo soy una cosa que piensa·.


Pero .hay que saber que del mismo
Todo A es A. modo que las idénticas s9h genera­
Algún A es B. les o particulares, y que las unas
_son tan claras como las otras (por­
Luego algún B es A. que tan claro es decir que A es A,
Demostración de la tercera con­ como decir que una cosa es lo que
) versión en Darapti, que es de la ter­ es), lo mismo sucede también con
cera figura: las primeras verdades de hecho. Pues
no sólo me es claro inmediatamente
Todo l!,. es A. que yo pienso, sino que me es del
Todo A es B. mismo modo . claro que tengo pen­
samientos diferentes; que tan pron­
Luego algún B .es A. to pienso en A como en B, etc. Así,
. Lo que nos hace ver que las pro­ el principio cartesiano es bueno, pe- .
posiciones . idénticas más puras, y _ro no es el único de su especie. De
que parecen las más inútiles, son de este modo se ve que todas las ver:
_ un uso considerable en lo abstracto dades primitivas de razón o de he­
y general; y esto nos puede enseñar ·cho tienen· de común que no se las
que no se debe menospreciar nin­ . podrá probar. por wgo de' más
guna verdad. · cierto
Por lo que se refiere a la pr<,>po­ § 2. FIL.-Mucho me complace,
sición de que tres es dos más uno, ·señor, que llevéis más lejos lo que
que aducíais también, señor, ·como yo no había hecho más que tocar
un ejemplo de los . conocimientos -in­ sobre los conocimientos intuitivos.
tuitivos, os diré que no es más que· · Ahora bien; el conocimiento demos­
la· definición del término tres, pues trativo no es más que un encadena­
las definiciones más simples de los miento de conocimientos ·intuitivos
números se forman de esta manera: en todas las conexiones de las ideas
dos ·es uno .y uno, tres es dos y uno, mediatas. Pues muchas veces el es­
cuatro es tres y uno, y así sucesiva­ píritu no puede unir, comparar o
mente. Es verdad que dentro hay aplicar inmediatamente las ideas,
una enunciación oculta que ya he una a otra, lo que le obliga a ser­
hecho notar;· a saber: que estas ideas virse de otras ideas medias (una o
son posibles; y esto se conoce aquí varias) para descubrir la convenien­
intuitivamente; de manera que se cia o disconv.eniencia que se busca;
puede decir que en las· definiciones y esto es Io que se llama razonar.
hay comprendido un conocimiento Como demostrando qµe los tres án­
intuitivo cuando su posibilidad apa­ gulos de un triángulo son iguales a
rece en seguida. Y de ésta manera dos rectos, se. encuentra algunos
todas las definiciones adecuadas con­ otros. ángulos que se compruel?a que
tienen verdades primitivas de razón, son iguales tanto a los tres ángulos
y por consecuencia, conocimientos como a dos rectos.
intuitivos. En fin; se puede ·decir, § 3. Estas ideas que se hace in­
en general, que todas las verdades tervenir se llaman pruebas, y la dis­
p1imitivas de razón son inmediatas posición de espíritu para encontrar­
de una inmediación de ideas. las es la sagacidad. § 4. Y cuando
Por lo que se refiere a las verda­ se han encontrado· no ha sido sin
des primitivas de hecho, son las ex­ trabajo<'y sin atención, ni por una .
'periencias inmediatas internas de sola visión pasajera. Pues es preci­
una inmediación de sentimiento. Y so seguir. una progresión de ideas
aquí es donde se verifica la prime­ hechas poco a poco y por grados.
raI verdad de los cartesianos o de § 5. Y hay duda antes de la demos­
San Agustín: pienso, luego soy; es tración. § .6. Es menos clara que
. /'
\'
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 275
la intuitiva, como la imagen reíle- - encontrar esa demostración. Por con­
jada por varios espejos, del uno al siguiente, también . en esto hay in•
· otro se debilita cada vez más a ca­ · vención, .y entre los geómetras la
da reflexión, y no es ya tan fácil había mucho más que ahora. Pues
- l de reconocer, ·sobre todo para ojos cuando el análisis era menos prac­
débiles. Lo mismo sucede con - un ticado, hacía falta más sagacidad
conocimiento producido por una lar­ para alcanzarlo, y por esto, algunos
g� serie de pruebas: § 7. Y aunque • geómetras de la viej!;\ cepa, y otros
cada paso que la razón da al demos­ que no tienen bastante práctica en
trar, ya sea• un conocimiento intui­ el nuevo método, creen haber hecho
tivo o de simple vista, como en una maravilla cuando encuentran la
esta larga serie de pruebas · la me­ demostración de cualquier , teorema
moria no - conserva tan exactamente que otros han inventado. Pero los
esta relación de las ideas, los hom­ versados en el arte de inventar sa:.
bres toman con frecuencia las false­ ben cuándo ·ello es estimable o no;
dades por demostraciones. por ejemplo, si al guno publica la
TEo.-Además de la sagacidad na­ cuadratura de un espacio compren­
tural o adquirida por el ejercicio, dido por una línea curva y una rec­
hay un arte de encontrar las ideas ta, que se logra en todos sus seg­
medias (el medium), y este arte es mentos, y que yo llamo general..
el análisis. · Ahora bien; bueno es siempre está en nuestra :!llano, si- •
considerar aquí que se trata unas guiendo nuestros métodos, encontrar
· veces de encontrar la · verdad o la la demostracjón, si nos tomamos el
falsedad de una proposición dada, trabajo de buscarla. Pero hay cua­
lo que no es otra: cosa-que respon­ draturas particul�res de ciert_as por­
der a la cuestión; es decir, si .esto· ciones en que la cosa podría estar­
es o no es. Otras veces se trata de tan encubierta que no siempre ha
responder a una cuestión más,· difí­ estado in potestate hasta aquí el
cil (cateris paribus), en que se pre­ desentrañarla. Sucede también que:
gunta, por ejemplo,· por quién, có­ la inducción nos presenta verdades:
mo y dónde hay más a suplir; Y es­ en los números y en las figuras, cu­
tas cuestiones, que dejan una parte ya razón general no se ha descu­
de la proposición en planco, son lo bierto todavía. Pues estamos muy le­
que llaman -los mátemáticos proble­ jos de haber llegado a la perfección
mas. Como cuando se pide que se del análisis en · geometría y _ en nú­
encuentre . un espejo que reúna to­ meros, como muchos han creído por
dos los rayos del sol en un punto, fas fanfarronadas de algunos hom­
es decir, se pide la forma o cómo bres, excelentes por otros conceptos,.
ha de estar hecha. En cuanto a las pero un poco precipitados o dema­
primeras cuestiones, en las que se siado ambiciosos. · Pero . es mucho
trata solamente de lo verdadero y más difícil encontrar verdades im­
-de lo falso, y en donde no hay na­ portantes, y aún más encontrar los:
da que suplir en_ el sujeto o predi­ medios de hacer lo que se busca,.
cado, hay menos invención, pero la aun cuando se procura encontrarlo,.
hay; y el juicio por sí solo no bas­ · que hallar la demostración de ver::".
ta. Es verdad que un hombre de dades que otro ha descubierto. Mu­
juicio, es decir, que - sea capaz de chas veces obtenemos preciosas ver-­
atención y de reserva, y que tenga dades, por medio de la síntesis, yen-­
el vagar,· la paciencia y la libertad do de· lo simple a lo compuesto;
de espíritu necesarios, p_uede enten­ pero cuando se trata .de encontrar·
der la nms difícil demostración si · justamente el medio de conseguir }o.
se le propone como es debido. Pero que se persigue, la síntesis no basta.
el hombre más juicioso de la tierra de ordinario, y muchas veces equi-­
no sería capaz, sin otra ayuda, de valdría a beberse el mar querer ha--

/
,
,.
276 LEIBNIZ
-cer todas las combinaciones nece­ vos. Y si se hubiera espetado a ello,
sarias, aunque muchas veces nos po­ quizá no tendríamos aúl)..geometría. ¡
damos ayudar por el métodó de las Pero de esto ya hemos •ñablado . en
exclusiones, que separa una buena nuestras primeras conversaciones, y
, -parte de las combinaciones inútiles, aún tendremos ocasión de volver a
y muchas veces la naturaleza no ad­ hablar.
mite. otro método. Pero no siempre § 9. FIL.-Ya volveremos pron-.
disponemos de los medios de seguir to sobre esto; ahora diré también
este método; El análisis, pues, es el que ya he notado ser común opi­
que nos ha de dar un hilo en este nión que sólo las ciencias matemá­
laberinto cuando se puede, hay ca­ ticas son capaces de una certidum­
sos en que la naturaleza misma de bre demostrativa; pero como la con­
la cuestión exige que se deba tan­ veniencia o disconveniencia que se
tear por todas partes, por no ser puede conocer intuitivamente no · es
-posible siempre los métodos abre­ un privilegio concedido únicamente
viados. a los números y las figuras, quizá
§ 8. FIL.-Ahora bien, como al provenga de f�lta de aplicación por
demostrar, se dan siempre por su­ nuestra parte el que lcis matemáticos
puestos 1ps conocimientos intuiti­ sean los únicos que han llegado a
vos, esto, creo yo, ha dado ocasión esta clase de• demostraciones. § 10.
al siguiente axioma: "que todo ra­ Varias razones han concurrido. Las
'.¡

zonamientq_ viene de cosas ya co­ ciencias matemáticas son de ·üna uti­


nocidas y ya concedidas" (ex práe­ lidad muy general: la menor dife­
cognitis et praeconcessis). Pero . ya rencia es fácil de reconocer en. ellas.
tendremos ocasión de hablar de lo § 11. Esas otras ideas simples; que
falso qui; ·hay en este axioma cuan­ son apariencias o s¡.tuaciones produ-
do tratemos de las máximas que se -cidas en nosotros, no tienen ninguna
toman indebidamente como funda­ medida exacta de sus diferentes grao
\ mento de nuestros razonamientos. dos. § 12. Pero cuando la diferencia
I
TEo.-Me alegraré mucho de sa­ de estas cualidades visibles, por
ber qué es lo que encontráis de fal­ ejemplo, es bastante grande para ex­
so en un axioma que parece ~tan citar en la mente ideas claramente
razonable. Si hubiera necesidad siem­ distintas, como las del azul y del
pre de reducirlo todo a los ·conoci­ rojo,- son_ tan capaces de demostra­
mientos intuitivos, las demostracio­ ciones como las del número y -Ja ex­
nes serían a veces de una pr-olijidad tensión.
insoportable. Por eso los matemáti­ TEo.-Hay ejemplos bastante con­
cos han tenido la habilidad de di­ siderables de demostraciones fuera
vidir las dificultades y de demos­ de las matemáticas, y se puede decir
trar aparte - las proposiciones inci­ que Aristóteles las ha dado ya en
dentales. Y en esto también demues­ sus Analíticos. En efecto, la lógica
tran arte, pues como las verdades es tan susceptible de demostracio­
medias (que llaman lemas, cuand c;> nes como la geometría, y se puede
parecen estar fuera de propósito) decir que .Ja lógica de los geómetras,
se pueden asignar de muchas ma­ o las maneras de ·argumentar que
neras, es bueno, para ayudar la com­ Euclides ha explicado y establecido
prensión y la . memoria, escogerlas al hablar de las proporciones, son
de modo que abrevien mucho y que una extensión o uria promoción par­
parezcan memorables, y dignas por ticular de la lógica general. Arquí- -
sí mismas de ser demostradas. Pero medes fue el primero, de aquellos
hay otra . dificultad, y es que no es cuyas obras pos_eemos, que haya
tácil demostrar todos los axiomas y ejercitado el arte de demostrar, en
reducir enteramente las demostra­ una ocasión en que trata de físipa,
ciones a los conocimientos intuiti- como vemos en su libro del equi-

'
�-------·--
NUEVO TRATA':)O SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 277

librio. Además, se puede decir que yan -decaído tanto: Pues es extraño
los jurisconsultos poseen muchas ex­ que no se vea sombra de demostra­
celentes demostraciones, sobre todo ción en Platón y en Aristóteles (ex­
los antiguos jurisconsultos romanos, cepto sus primeros analíticos) y en
cuyos fragmentos nos han sido con­ todos los otros filósofos antiguos.
servados en las Pandectas. Proclo era un buen geómetra; pero
Estoy completamente de . acuerdo parece otro · hombre cuando habla
con la opinión de Lorenzo Valla, de filosofía. Lo que ha hecho ·que
que nunca cree haber alabado bas­ haya sido más fácil razonar demos-
tante a estos autorés, entre otras trativamente en matemáticas ha sido
cosas porque hablan todos de una en mucha parte que la experiencia
manera tan justa y precisa, que ra­ puede en ellas garantir el· razona-
zonan, en efecto, de un modo que
se . aproxima bastante a la demostra•
· tiva, y muchas veces lo e� completa-.
:�:J� q e
:a°mb�;� !� ía1!1r:��!�·d::�·
silogismos, Pero, en la metafísica y
- .. ,, .
mente. Tampoco sé de ninguna cien- en la moral, no encontramos este
- cia, fuera de la del derecho y de la paralelismo de las razones y de las
de las armas, en la que los roma­ experiencias; y en la física, las ex­
nos hayan añadido alguna cosa de periencias exigen -trabajo y dispen-
consideración a lo que habían reci­ dios. Ahora bien; los hombres· ·han
bido de los · griegos. relajado desde luego su atención, y
se han extraviado, por consiguiente,
Tu regere imperio populos cuando se han visto desamparados .
Romane memento: de este guía fiel· de ,la experiencia
Hae tibi erunt artes pacique que les ayudaba y sostenía en su ·
imponere morem, camino, como esa pequeña máquina
. parcere subjectis, et debellare
superbos. con ruedas que impide que los niños
se caigan al a.ndar. Había algún
Esta manera· precisa de. explicarse succedaneum, pero de esto no· se
ha hecho· que todos esos juriscon­ habían percatado, ni nos hemos per­
sultos de las Pandectas, aunque bas­ c�tado bastante. Y ya hablaré de
tante distantes a veces, en el tiem­ ello a su debido tiempo. Por lo de­
po, Jos. unos de los otros, parezcan más, el azul y el rojo no son capa-
ser todos un · mismo autor, y costa­ ces de suministrar materia a estas
ría trabajo distinguirlos, si los nom­ demostraciones por las ideas que de
bres de -los• escri-tores no estuvieran ellos ten�mos, porque estas ideas
a la cabeza de los extractos, como son confusas. Y estos colores no su­
· costaría trabajo distinguir a Eucli­ ministran materia al razonamiento -
des, Arquímedes y Apolonio leyen­ sino en tanto que en la experiencia 1
do sus demostraciones sobre mate­ van acompañados de ciertas ideas
rias que tan bien han trazado los distintas; pero en las que la conexión_
· unos como los otros, Es. preciso con­ con sus propias ideas no aparece;
fesar que los griegos han 1 razonado § 14. FIL.-Aparte · de la intui­
con toda la justeza posible en las ción y la demostración, que son los
matemáticas, y que han dejado al dos grados de nuestro conocimiento,
género humanó los modelos del ar- todo lo demás es fe y opinión, y no
._Je de demostrar, pues si los babilo­ conocimiento, por lo menos respecto
nios y los egipcios han teriido una de todas las verdades generales. Pe­
geometría un poco más gue empíri­ ro el espíritu tiene aún otra percep­
.ca, por lo menos · no queda nada de ción, que se refiere a la existencia
ella; pero•es asombroso que los particular de los seres finitos fuera
griegos mismos, tan pronto como se de nosotros, y es el conocimiento
alejaron de los números y de las fi- sensitivo.
' guras para Uegar a la filosofía, ha- ·TEo.-También · acaso merece el
278 LEIBNIZ

nombre de conocimiento la opinión como si no ·se quisiera razonar más


fundada en lo verosímil; tje lo con- que por cuodlibetos o _proverbios.
trario, casi todos. los conocimientos Pero lo probable o lo Verosímil es
históricos y otros muchos caerían más extenso; es preciso sacarlo de
por su base.2 Pero sin disputar por la naturaleza· de las cosas, y la opi­
palabras, creo que la investigación nión de las personas cuya autoridad
de los · grados de probabilidad sería tiene peso es una de fas cosas que
muy importante, y nos falta aún, y pueden contribuir a hacer una opi­
1-. es un · gran defecto de nuestros lógi- nión verosímil, pero no es lo que
cos. Pues aun cuando no se pudie- constituye toda la verosimilitud. Y
.. ra decidir absolutamente la cuestión, cuando Copérnico estaba casi solo
siempre se podría determinar el gra- en su opinión, ésta era· siempre in­
do de verosimilitud ex datis, y por comp,arablemente más verosímil que
. lo tanto se puede juzgar racional- todas las del resto del género hu­
mente cuál es el partido más . pro- mano. Ahora bien; yo no sé si la·
bable. Y cuando nuestros moralis- fundación del arte de estimar las
tas (me refiero a los más sabios; verosimilitudes no sería más útil
tales como el general moderno de que· una buena parte . de nuestras
los jesuitas) unen lo más se�ro a_ ciencias demostrativas,_ y yo he pen­
lo más probable, y hasta prefieren sado más da una vez en ello.
lo seguro a lo probable, no se ale- FIL.-El conocimiento sensitivo, o
. jan en realid�� de lo más pr_obable, que establece. la · existencia de los
pues la cuestion de _ la se�1dad es seres particulares fuera de nosotros,
aquí la de la poca probabilidad de va más allá de la simple probabili-
·. un mal temido. El defecto de los dad; pero no _tiene toda la certidum­
moralistas relajados 3 sobre este pun- bre de los dos grados de conocí­
to ha sido, en gran parte, haber te- . miento de que acabamos de hablar.
nido una noción demasiado limitada Que la idea que nosotros recibimos
y demasiado insuficiente. de lo pro- de un objeto exterior esté en nues­
bable, que han confund1d_o_ con lo tro espíritu, nada más cierto, y es
endoxo u opinable de An�tóteles, un conocimiento intuitivo; pero sa­
pues Aristóteles, en sus Tópico�, '.só, - ber si de aquí podemos inferir cier­
lo quiso acomodarse a la opmion tamente la · existencia-de alguna cosa
\..
de los demás,. como hacían los ora• - fuera de nosotros que · corresponda
dores y los sofistas. Endoxo es para a esta idea, es lo que ciertas persa­
él lo que es aceptadq por el . mayor nas creen que se puede poner en
númer� o !'ºr los -m!1s _autonzados_; tela · de juicio, pbrque los hombres
_ se eqmvoco al restr1_ngir sus TÓJ?1: pueden tener tales ideas en el espí­
cos a esto, lo cual· hlz� que se cir- ritu cuando nada semejante existe
cunscribiera a las máxtmas acepta• en la actualidad. Por ·Jo que a mí
das, la mayor· parte de ellas vagas, se refiere, creo sin embargo que hay
un grado de evidencia que nos ele:
_2 En la teología moral· se distinguen va por eµcima de toda duda. Esta­
varias opiniones: 1 � El probabilismo, mos convencidos invenciblemente de
que autoriza a obrar según · una opi­ que hay una gran diferencia entre
nión probable, aunque lo sea menos nuestras percepciones cuando vemos
que otra. 2�) El probabiliorisrno, que el sol por el día, y cuando por la_
aconseja no ·obrar sino según la opinión noche pensamos en ese astro; y fa
más probable. 3Q) El tutiorismo, que idea que es renovada con ayuda de
aconseja escoger el partido más seguro;
por ejemplo: es siempre más seguro el la memoria . es muy diferente de la
partido más severo. Véase una diserta­ qµe recibimos �or medio de los sen­
ción de Niéole extraída de la traduc­ tidos. Alguno dtrá que un sueño pue­
ción latina de las Provinciales, de producir el mismo efecto; yo res­
3 Los casuistas- refutados por Pascal. ponderé, en primer lugar, que no

------· ·.:.;a, 1
NUEVO TRATADO' SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 279

importa mucho que levante esta du­ es preciso guardarse de los prejui­
da, porque si toí:lo no es más que cios y aportar una gran exactitud;
sueño, los razonamientos son inúti­ _pero, además de que no siempre
les, no siendo nada absolutamente practicaba lo que él mismo aconse­
la verdad y el conocimiento. En se­ jaba, lo cual era de excusar, me pa­
gundo lugar, reconocerá, a mi jui­ rece que no se preocupaba de si
cio, la diferencia que hay entre so­ otro lo hacía, creyendo sin duda que
ñar que se está en un fuego y estarlo nadie lo haría nunca. Ahora bien;
realmente. Y si persiste en parecer yo le hice ver que la verdad de fas
escéptico, le diré que basta que en­ cosas sensibles no consiste más que
contramos ciertamente que el placer en el nexo de los fenómenos, que
o el dolor siguen � la aplicación debe tener su razón, y que es lo que
de ciertos objetos sobre nosotros, les distingue de los sueños; pero que
verdaderos o soñados, y que esta cer­ la verdad de nuestra existencia y de
tidumbre es tan grande como nuestra la causa de los fenómenos es de
felicidad o núestra desgracia; dos · otra naturaléza, porque estaJ?lece
cosas, más allá de las cuales no te­ sustancias; y que Ios escépticos es­
nemos ningún interés. Así, pues, tropean, lo que dicen de bueno, lle­
creo que podemos enumerar tres cla­ vándolo demasiado lejos, y aun que­
ses de conocimientos: el intu_itivo, riendo extender sus dudas a las ex­
el demostrativo y el sensitivo. · periencias inmediatas, y hasta a las
TEo.-Creo · que tenéis razón, se­ verdades geométricas (lo que Fou­
ñor, y hasta pienso que a esas espe­ cher, sin embargo, no hacíá) y a las
cies de certidumbre, o al conoci­ demás verdades de razón, lo que ha­
miento cierto, podríais añJldir el cía con un poco de exceso. Mas
conocimiento de lo verosímil; así para volver a lo que vos decíais,
habría dos clases de conocimiento, señor, tenéis razón en decir que hay•
como hay dos clases de pruebas: diferencia de ordinario entre los sen­
unas . que producen certidumbre, y timientos y las imaginaciones; pero
otras que se . detienen en la proba­ los escépticos . dirán que el más o
bilidad. Pero pasemos a esa disputa 'el menos no varían la especie. Por
de los escépticos con los dogmáti­ lo demás, aunque los sentimientos
cos sobre- la existencia de las cosas sean de ordinario más vivos que las
fuera de nosotros. Ya la, hemos ro­ imaginaciones, se sabe, sin embar­
zado; pero es preciso volver �obre gQ, que hay casos en que personas
ella. En otra ocasión disputé mu­ imaginativas se sienten impresiona­
cho sobre esto· de viva voz y por das por. sus imaginaciones tanto . o
escrito con el difunto abate Fou­ más quizá que otros por la verdad
cher, canónigo de Dijon, hombre de las cosas; de suerte que yo .creo
sabio y sutil, pero un poco aferrado que el verdadero criterwn en ma­
a sus académicos, cuya secta hubie­ teria de objetos de los. sentidos es
ra querido resucitar, _como Gassendi el nexo. de los fenómenos, es decir,
había :resucitado la . de Epicuro. Su la conexión de· lo que pasa en dife­
. Critique de la rei:herche de la vé­ rentes tiempos o lugares,· y en la
rité y los otros · opúsculos que hizo experiencia de diferentes hombres,
imprimir despu�s le han dado a co­ que elfos mismos son los unos para
nocer ventajosamente. En el Journal los - otros fenómenos muy importan­
des Savants ha expuesto también oh- tes sobre este punto. Y la relación
jeciones contra mi sistema de la. ar­ de los fenómenos que garantiza las
monía preestablecida, cuando yo la verdades -de hecho - respecto de las _
di al pú91.ico, después de haberla cosas sensibles fuera de nosotros, se
incubado durante varios años. Pero verifica por medio - de las verdades
la muerte le impidió replicar . a mi de razón; como las experiencias de
-respuesta. Proclamaba siempre que óptica se esclarecen por la geome-
.--
,_ �

280 LEIBNIZ

.
tría. Sin embargo, es preciso con­
fesar que no toda certidumbre es CAPÍTULO III
de un grado supremp, como vos mis­ ,
mo lo habéis reconocido perfecta­ De la extensión del conocimiento
mente. Pues no es imposible, meta­ humano
físicamente hablando, _ que haya un
sueño tan seguido y duradero como § 1. FIL.-Nuestro conocimiento
la vida de un hombre; pero esto es no va más allá de nuestras ideas,
tan contra.río. !1 la razón �orno podría § 2, ni más allá de la percepción -
serlo la _f1cc1on de un hbro que se de su conveniencia o disconvenien­
formara arrojando al azar los carac- cía. § 3. Nuestro conocimiento no
teres de imp�enta. Po� lo demás, es puede ser siempre intuitivo, porque
verdad también q�e siempre _que los no siempre podemos comparar las
fenómenos_estén bgad�s. no importa _ cosas inmediatamente; por ejemplo,
que se les -1.lam� sueno o no, por- las dimensiones de dos triángulos
que la experiencrn demuestr� que no sobre uriii misma base, iguales, pero
nos enganamos en las iped1das que - muy diferentes. § 4. Nuestro conocí­
tomamos sobre los �enomeno cuan- miento tampoco podrá ser demostra­
do· son to?1adas segun las verdades tivo siempre, pues no siempre pode-
de la razon. mos encontrar las ideas medias. § 5.
§ 15. F1L - . Por lo demás, el co- Por último, nuestro conocimiento
nacimiento no es siempre cla_ro, aun- sensitivo no se refiere más que - a
que las ideas lo sean. Un hombre la existencia de las cosas que hie-
-- que tuviera ideas tan claras de los ren actualmente nuestros sentidos.
ángulos · de un triángulo y de su § 6. Así, no solamenté nuestras ideas
igualdad -a dos rectos, como el me- son muy limitadas, sin,o que nuestro
jor matemático del mundo, podría, conocimiento es más limitado quy
sin embargo, tener una percepción nuestras - ideas. Yo no dudo, sin em­
bastante oscura de su conveniencia. bargo, que el éonocimiento humano
TEo.-Ordinariainente, cuando las pueda ser llevado mucho más lejos;
ideas son entendidas a fondo, - sil si los hombres quisieran atenerse
conveniencia o disconveniencia apa- sinceramente a -'encontrar los medios
.,- rece. Sin embargo, confieso que las de perfecctonar la verdad con una
¡ hay a veces tan complejas, que es entera lil?értad de espíritu y con to­
precjso mucho esmero pára desen- da l_a aplicación y toda la industria
trañar lo que hay oculto en ellas; que emplean en colorear y sostener
bajo este respecto, ciertas convenien- - la falsedad, en defender un siste?la
cías o disconveniencias pueden que- · por el cual se han declarado, o bien
dar oscurecidas. En cuanto a vues- cierto partido y ciertos intereses en
tro ejemplo, convengo en que tener los cuales se encuentran envueltos.
en la imaginación los ángulos de un Pero con todo, nuestro conocimien­
triángulo no basta para formar ideas to no podrá abrazar_ nunca todo fo
claras sobre el mismo. La imagina- que deseamos conocer respecto de
ción no nos puede suministrar. una las ideas que tenemos. Por ejemplo,
imagen común a los triángulos acu- nunca quizá seremos capaces de en­
\· tángulos y obtusángulos, y sin em- contrar un círculo igual a un cua­
bargo, ,la idea de triángulo les es drado, ni de saber. ciertamente si tal
- común; esta idea, pues, n� consiste círculo existe .
en las im�genes, y no es · tan fácil TEo.-Hay ideas confusas respec­
como pudiera pensarse, c_onocer a to de las cuales no podemos nunca
fondo los ángulos de un triángulo. prometemos un entero conocimien-
J to, como son- las de las cualidades
sensibles. Pero cuando son distintas,
hay que esperarlq todo. Por lo que

/
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 281

se refiere al cuadrado igual al círcu­ a ese trabajo. Pero excluir todas las
lo, Arquúnedes demostró ya .que' expresiones finitas no es posible,
existe. Pues aquel ,cuyo lado es la pues yo lo sé por experiencia; y de­
media proporcional entre el semi­ terminar precisamente la mejor, es
diámetro y la semicircunferencia. demasiada empresa. Y todo esto nos
Y hasta determinó una recta igual hace ver que el espíritu humano se
a la circunferencia del · círculo por propone cuestiones tan extrañas, so­
medio de una recta tangente de la bre todo cuando el infinito entra en
espiral, como otros. por la iangente cuenta, que no nos debemos asom­
de fa cuadratriz, especie de cuadra­ brar de que cueste trabajo resol­
tura de que Clavius se mostraba verlas; tanto más cuanto que todo
contento; sin hablar de un hilo apli­ depende muchas veces de una abre­
cado a la circunferencia, y luego ex­ viación en estas materias geométri­
tendido, o de la circunferencia que cas, que no siempre· nos podeinos
rueda para describir Ia cicloide, y prometer, como no siempre pode­
se cambia· en recta. Algunos piden mos reducir '1as fracciones a términos
que la construcción se haga sin em­ menores, o encontrar los divisores
plear más que la regla y el compás; de un número. Es verdad que siem­
pero fa mayor parte de los proble­ pre se pueden tener esos divisores,
mas de geometría no pueden ser porque su enumeración es finita; pe­
resueltos por este medio. Por_ lo tan­ ro cuando lo que se debe examinar
to, de lo que se trata más bien es de es variable al infinito y sube de
encontr�r la proporción · entre el cua­ grado en grado, no está en nuestro
drado y el círculo. Pero no pudiendo poder siempre que queremos, y es
ser expresada esta ·proporción en demasiado penoso hacer todo lo que
números racionales finitos, ha sido hay que hacer para intentar met6di­
preciso, para no emplear- más que camente llegar a la abreviación o a
números racionales, expresar esta la regla de progresión, que nos dis­
misma proporción por una serie ·in­ pense de la necesidad de ir más
finita de estos números, que yo he allá; y como la utilidad no responde
designado ·de una manera bastante siempre al trabajo, se deja el pro­
sencilla: Ahora se querría saber si blema a la posteridad, que podrá
hay alguna cantida� finita, · aunque disfrutar del resultado cuando seme­
fuera sorda, o más que sorda, que jante prolijidad se I
vea disminuida
pueda expresar esta serie infinita; es por preparaciones y ·salidas nuevas -
decir, si · se puede encontrar justa­ que el tiempo pmtda suministrar.
mente una abreviación para todo No es esto decir que si las personas
esto. Pero las expresiones finitas, can que- de cuando en cuando se dedi­
a estos estudios quisieran hac_er
irracionales sobre · todo, si van más justamente
. allá que las sordas, pueden variar avanzar, nolo que es necesario para-­
se pudiese adelantar mu­
de hartas maneras para que poda­ cho; y no debemos imaginamos que
mos hacer una enumeración de ellas todo está hecho, porque aun en la
y determinar fácilmente todo lo que geometría ordinaria no hay todavía
se puede. Habría quizá un medio de método para determinar las m�jores
hacerlo, si esta sordera ha de ser ex­ construcciones, cuando los problemas
plicable por una ecuación ordinaria, son un poco complejos. Cierta pro­
v aun extraordinaria, que haga en­ gresión de ,síntesis debería it mezcla­
trar lo irracional y hasta lo desco­ da con nuestro análisis para el mejor
nocido en el exponente, aunque se­ éxito. Y yo me acuerdo de haber oído
ría preciso para darlo por termi­ decir que el pensionistá de Witt 4
nado, un gt!n cálculo al cual no nos había meditado sobre este asunto.
resolveríamos fácilmente, a no ser
que encontremos·· algún día un pro­ 4 De Witt (Juan); nació en Dord­
cedimiento abreviado para dar cima recht en 1625 y murió en 1672. Más
• l

282 LEIBNIZ
FIL.�Otra dificultad ·es saber si cuestiones. Sucede lo mismo, como
- un ser puramente_ material piensa o ya dije antes, que cuando una per­
no; y quizá no· seamos nunca capa­ sona no · tiene más ide• de los án­
ces de saberlo, aunque tengamos las gulos de un triángulo que 1a habida
ideas de la materia y del pensamien­ generalmente: · jamás se le ocurrirá
to, porque nos es imposible descu­ pensar que son siempre iguales a dos
brir por la contemplación de nues­ rectos. Hay que reflexionar que la
tras propias ideas, sin la revelación,­ materia, tomada como un ser com- :'
si Dios no - ha dado a algunos con­ pleto (es decir; la materia segunda,
juntos de materia, dispuestos como opuesta a la primera, qu� es algo
lo ha. juzgado conveniente, el poder puramente pasivo, y por consiguien­
de percibir y - de pensar, o ·si ha te incompleto), no es más que· un
unido a la materia · así dispuesta, conjunto, o - lo que de éste resulta,
. una sustancia inmaterial que pien­ f que todo conjunto real supone sus­
sa. · Pues coñ relación a nuestras no­ tancias simples o· unidades reales; y
ciones, no nos es más difícil ,con­ cuando se considera también lo que
cebir que Dios puede, si le place, constituye la esencia de . estas unida­
añadir a nuestra idea de la materia des reales, es decir, la percepción y
la facultad de pensar, que compren­ sus efectos, nos sentimos transpor­
der que una a ella otra sustancia tados, por d�cirlo así, a otro mundo,
con la facultad de pensar, porque o sea, al mundo inteligible de las sus-:
ignoramos en qué consiste el pensa­ tancias, mientras que antes no salía-
miento y a qué especie de sustan­ mos de los fenómenos de los sen­
cia ese ser omnipotente k ha pare­ tidos. Y este conocimiento del inte-
cido oportuno conceder esta poten­ rior de la materia nos hace ·ver de '
cia, que -no podría subsistir en nin­ lo que ella es capaz naturalmente,
.gún ser creado sino en virtud de la y que siempre que Dios le dé órga-
voluntad y de la Qondad del Creador. nos propios para expresar el razo­
TEO.-Esta -cuestión es, sin duda, namiento, la sustancia inmaterial que
incomparablemente más importante razona no dejará de serle dada tam­
• que la ant�rior; pero me atreveré a bién, en virtud de esta armonía, que
deciros, señor, que yo desearía· que es una consecuencia natural de las
fuese tan fácil tocar las almas para sustancias. La materia no podría
inclinarlas a su bien, y curar los cuer­ subsistir sin sustancias inmateriales,
'- pos de sus enfermedades, como creo es decir, •sin las unidades; después
que · está en nuestro poder resolver­ de lo cual no se debe ya preguntar
la. Yo espero que me concederéis• si Dios es libre o no de dárselas.
que yo puedo adelantar esta conclu­ Y si estas sustancias no tuviesen en
sión sin pecar de inmodestia y sin sí la correspondencia o fa armonía
echármelas de maestro en defecto d,e de que ·acabo de hablar, Dios no
buenas razones; pues, además de pbraría según el orden natural. Cuan-
que no hablo sino conforme a los do se habla simplemente de dar o
sentimientos de todo el mundo, me de conceder potencias, volvemos · a
precio de haber dedicado a este las meras facultades de las escuelas
asunto:.una atención nada común. y a imaginarnos pequeños seres sub­
Primeramente sólo os confieso, se­ sistentes que pueden entrar, y salir
ñor, que cuando tenemos ideas con­ como las palomas en un palomar.
fusas del pensamiento y de la mate- Esto es hacer sustancias sin dárse
- ria, como sucede de ordinario, . no cuenta de ello. Las potencias primi­
hay que extrañarse de que. no se tivas constituyen las sustancias mis­
vea claro el medio de resolver estas mas, y las potencias derivativas, o
si queréis las facultades, no son más
célebre cqmo hombre de Estado que que ·maneras de ser que hay que
como geómetra. derivar -de las sustancias, y no· se
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 283

las deriva de la materia en cuanto aquí se puede inferir que la nece­


ésta no es más que una máquina, sidad de decidirse en la cuestión de
es decir, en cuanto no se considera la inmaterialidad del alma no es tan·
por abstracción más que el ser in­ grande éomo algunos, demasiado
completo de la materia primera o el a�asionados por sus . propios _senti­
pasivo puramente. Por esto creo que mientos,· han pretendido. Yo iba a
estaréis de acuerdo conmigo, señor, deciros esto, y· aún más en el mis-.
en que no está en el poder de una mo sentido; pero ahora veo cuán
máquina por sí sola el hacer que naz­ diferente es decir que somos sen­
can la: percepción, la sensación y la sibles, pensantes e inmortales natu­
razón. Es preciso, pues, que nazcan ralmente, y que no lo somos sino
de al guna otra cosa sustancial. Que­ por milagro. Un milagro sería, en·
rer que Dios obre de otra manera efecto, el cual reconozco:que habría
y dé a las cosas accidentes que no · que admitir si el alma. no. fuese in­
son maneras de ser o modificacio- material; pero esta. opinión del mi­
. nes derivadas de las. sustancias, es lagro, además de que carece de fun­
recurrir al milagro y a lo que las es­ damento, no producirá muy buen
cuelas llamaban la potencia obedien­ efecto en el espíritu de algunas
cia!, por una manera de exaltación personas.
natural, como cuando ciertos teólo­ · Veo perfectamente también que,
gos pretenden que el fuego del in­ de la manera que vos tomáis la co­
fierno quema las almas separadas; sa, es posible determinarse razona­
en el cual caso se podría dudar si blemente sobre la cuestión de que
es el fuego �l que pbra, o si no se trata, sin tener necesidad del dis­
será Dios mismo el que produzca frute del estado de visión ni dé en­
el .efecto, obrando en · lugar del contrarse en la compañía de esos
fuego. genios superiores, que penetran bien
FIL.-Algo me sorprenden vues­ adentro en la constitución interior
tras aclaraciones, y os adelantáis a de las cosas, y cuya vista viva y pe­
muchás cosas · que pensaba deciros netrante y vasto campo de conoci­
sobre fos límites de nuestros · cono­ mientos nos puede indicar, por con­
cimientos. Yo os diría que nosotros ieturas, cuál es la dicha de que dis­
no estamos en un estado de visión, frutan. Yo había creído que estaba
como dicen los teólogos; que la fe por encima de nuestro conocimiento
y la probabilidad nos deben bastar "alfar la sensación con una materia
sobre muchas cosas, y particular­ extensa, y la existencia con una cosa
mente respecto de la inmaterialidad que no tiene absolutamente exten•
· del alma; que todos los grandes fi. sión". Por esto, yo estaba persua­
nes de la moral. y de la religión dido de que aquellos que toman aquí
están establecidos sobre fundamen­ un partido según el método poco ra­
tos bastante buenos, sin la ayuda zonable de ciertas personas que,
de las pruebas de esta irunateriali­ viendo que las cosas, consideradas
dad, sacadas de la filosofía; y que por uno de sus aspectos, son incom­
es evidente que quien ha comenzado prep.sibles; se arrojan ciegamente en
a hacernos subsistir aquí como se• el partido opuesto, aunque éste no
res sensibles é inteligentes, y nos ha . sea menos ininteligible; lo que pro­
conservado muchos años en este· es- venía, a mi juicio, de que teniendo
. tado, puede y quiere hacernos gozar los · unos el espíritu demasiado su­
aún de semejante estado de sensi­ mergido, por decirlo así, en la _ma­
bilidad en otra vida y . ponernos en teria, no pueden conceder ninguna
condicione. de recibir la retribu­ existencia que no sea material; y
ción que ér ha destinado a los hom­ pensando fos otros que el pensa�
bres según se ·han conducido en miento no cabe en las posibilidades
esta vida; y, · por último, que de naturales de la materia, deducen que
284 LEIBNIZ

Dios mismo no podía dar la vida y razón tendr(�mos, pues, para cona
la. percepción a una sustancia sólida cluir que no suceda· 10 mismo con
�in po�er en. ella alguna sustancia la percepción en la mati.ia? Ya veo,
u_:ima!enal,. �1entras que yo veo que poco más o menos, lo que se podría
st. Dios hiciese esto, . sería por un contestar, y aunque vos hayáis di­
·�llagro, y que. ,esta mcomprensibi- cho algo ya más de una vez, os
hdad de la umon _del alma con el entiendo nfejor ahora, señor, que
cue_rpo o de la ah�za de la sen- antes. Sin embargo, mucho me agra­
sac1on con la �!!.ten.a, parece cesar. dará escuchar lo que vos responde­
por vuestra h1potesis del acuerdo ríais en tan importante ocasión.
preestablecido enwe sustancias di- TEo.-Pensáis bien, señor. 1 al creer
ferentes. ·
que yo d'1re, que 1· a materia no. po-
. �
. _TEO:----;-En efecto, no hay �ada �e dría producir placer, dolor o senti­
mmtehgib_le en esta nueva hipótesis, miento en nosotros. Es el alma la
porque no atribuye �1. al�a ni los que se los produce ella misma, con
,
cuerpos mas q�e modificaciones que arreglo a lo que pasa en la materia .
!""...
sotros exper1m enta!°°?s en noso- y algunos modernos ingeniosos co�
��

s Y en ellos, Y umco que ha<;e .
mienzan a declarar que ellos no en­
es establecerlas mas reglada� Y mas tienden las causas ocasionales sino
conexaJ de lo. 9-ue se ha cre1do has- como yo' las· entiendo· .. Ahora bien·
ta aqm. La dificultad que queda no · · · '
se refiere .más que a aquellos que estf. sentado/ no h�y nada d e mmc
tehg1ble,,_!_..1no ser �mo que nosotros
quieren imaginar lo que no es más no podr1amos deslmdar to.do lo que
que inteligible, como si quisieran
entra en nuestras pe!cepc10f!�S. c?n­
ver los sonidos O escuchar los co-
fusas, y que �lega hasta 1'! mfimto, ,,
lores; y éstos son· los que niegan
la existencia a todo lo que no es Y que constituye expresiones de
extenso, lo que les obligaría' a ne- detalle de lo que sucede en. el cuer7 .
gársela al m ismo Dios, es decir, a po ; y en cuanto al. capricho, del
renunciar a las causas y a las razo- Creador, hay_ que _ decir que esta re­
nes de los cambios y de tales cam- glado sobre la naturaleza de las co�
bios, porque estas razones no pue- sas, de mo�o que no produce m
den venir de la extensión y de las c?nserva mas que lo que _les con­
naturalezas puramente pasivas, y viene, y que se puede explicar por
tampoco enteramente de las natura- • su naturaleza, por lo menos en ge­
lezas activas y particulares e infe- · neral; -pues. el detalle lo ignoramos
riores sin el acto puro y univ.ersal con frecuencia, tanto como el cui­
de la suprema sustancia. dado y el poder de ordenar los gra-
F1L.-Me queda una objeción res- nos de una monta�a de arena segun
� ecto de las cosas de que la mate- .el orden d� las figuras, ª.!1nq1;1�- en
ria es susceptible naturalmente El esta operación no haya mas d1ficul­
cuerpo, en cuanto nosotros le p�de- tad que la multitud. De lo centra­
mos concebir, no es capaz más que rio, si este conocimiento . se nos pa­
rle impresionar y afectar a otro cuer- sara, y si no pudiésemos ni conce­
po, y el movimiento no puede pro- bir la razón <;le las relaciones del
<lucir otra cosa que movimiento; de alma y el cuerpo en· general, y, por
suerte que cuando convenimos . en último, si Dios diese a las cosas po­
que el cuerpo produce placer o do- tencias accidentales separadas de su
Ior, o ·bien 1a idea de un color o de naturaleza, y por consiguiente aleja­
un sonido, parece que nos vemos das de la razón en general, sería
obligados á abandonar nuestra ra- una puerta · secreta para introducir
zón' y a ir más allá de nuestras pro- de nuevo las cualidades demasiado
'· · pias ide_as, atribuyendo esta opera- ocultas, que ninguna inteligencia
ción al capricho del Creador. ¿Qué puede comprender, y esos pequeños
.,:
P'

NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 285

d�monios familiares · de facultades las acompañen, como se ha hecho,


' ' incapaces de razón, por ejemplo, respecto de los colores.
del arco iris y de los prismas. Y es­
Et quicquid schola finxit otiosa; te método · da algún principio de
análisis, el cual es de gran aplica-
demonios de socorro, que aparecen - ción en la física; y siguiéndole, yo
como fos dioses del teatro, o como no dudo que la medicina no �vanee
las hadas de Amadís, y que harán considerablemente con el tiempo, so­
de buen grado todo lo que necesita bre todo si el público se interesa
un filósofo, sin medios ni instru­ por ella un poco más que hasta
mentos. Pero lo que no parece muy aquí.
conveniente es atribuir su origen al § 18. FIL.-Por lo que se refiere
capricho de Dios, porque Dios es la al conocimiento de las relaciones,
suprema razón 'en la cual todo está este es el más vasto campo de nues­
explicado y relacionado. Este buen tros -conocimientos, y es difícil de - '

placer no sería bueno, ni placer, si determinar hasta qué punto se ex­


no hubiese un paralelismo perpetuo tiende. Los progresos dependen de la
' ' entre el poder y la sabiduría de
Dios.
sagacidad para encontrar las ideas
medias. Los que ignoran el álgebra
§ 8. FIL,-Nuestro conocimiento no pueden figurarse las cosas asom­
de la identidad y de la diversidad brosas que pueden hacerse en este
va más allá que nuestras ideas; pe­ género por medio de . esta ciencia.
ro el de la relación de nuestras ideas Y no veo que sea fácil de determi­
(§§ 9, 10) respecto de su coexisten­ nar qué nuevos medios de perfec­
cia en· un mismo sujeto es muy im­ cionar las otras partes de nuestro
perfecto _y casi nulo (§ 11), sobre conocimiento pueden ser inventados
todo respecto de las cualid �es se­ por un espíritu penetrante. Por lo
gundas, como colores, sonido5-J✓sa­ menos, las ideas que se refieren a
bores (§ 12), porque no conocemos la cantidad, no son las únicas capa­
su conexión con las cualidades pri­ ces de demostración; hay otras que
meras; es decir. (§ 13), cómo depen­ son, quizá, la parte más importante
den del tamaño� de la figura o del de nuestras contemplaciones, de la
movimiento (§ 15). Sabemos un po­ cual se podrían deducir conocimien­
co más de la incompatibilidad . de tos ciertos, si los vicios, las pasio­
· estas cualidades · segundas, pues un nes y los intereses · dominantes no
objeto no puede · tener .dos colores, ·se opusieran directamente a la eje-
por ejemplo, · al mismo tiempo; y cución de tal empresa.
cuando parece que se ven en un TEo.-Nada más verdadero que lo
ópalo o en una infusión de Bgnum · que decís en este momento, señor.
nephiriticum, es en diferentes partes ¿Qué podrá 1 haber más importante,
del objeto (§ 16). Lo mismo sucede suponiendo que sea verdad, que lo
con las potencias activas y pasivas que yo creo que hemos determinado
de los cuerpos. Nuestras investiga­ sobre la naturaleza de las sustan­
ciones, en esta ocasión deben depen­ cias, sobre las unidades y las mul­
der de la exEeriencia. titudes, sobre la identidad y la diver­
TEo.-Las ideas de las cualidades sidad, sobre la constitución de los
sensibles son confusas, y Jas poten­ individuos, sobre la imposibilidad
cia que · las deben producir no su­ del vacío y de los átomos, sobre
ministran, por consiguiente, tampo­ el origen de fa cohesión, sobre la
co, más que ideas confusas; por lo ley de la continuidad y sobre las
tanto, no ¡odríamos conocer. las re­ otras leyes de la naturaleza; pero
laciones de estas ideas de otro modo principalmente sobre la armonía de
que por la experiencia sino en cuan­ las cosas, sobre la inmaterialidad de
to se · la reduce a ideas· distintas que las almas, la unión del alma y el
1
286 LEIBNIZ

cuerpo, la conservación de las al­ Es preciso también que en la defi­


mas, y hasta del animal, más allá nición de la propiedad, por cosa en­
de la muerte? Y no hay nada en tendáis también acción,.,pues de lo .
todo esto que yo no crea demostra­ contrario sería siempre una injusti­
do o demostrable. cia impedir a los hombres que eje­
· · FIL.-Es verdad que vuestra hipó­ cutaran actos que les fueran preci­
tesis parece extremamente ligada y sos. Pero, según esta explicación, es
de gran sencillez: un hombre hábil imposible que no haya propiedad.
que la quiso refutar en ·Francia con­ Por . lo que se refiere a la proposi­
fiesa públicamente· haberse sentido ción de la incompatibilidad del go­
impresionado por ella. Y se trata de bierno con la libertad absoluta, per­
una sencillez extraordinariamente fe­ tenece al número de los corolarios,
cunda, a lo que yo veo. Bueno será es decir, de las proposiciones que
esclarecer esta doctrina cada vez más. basta hacer notar. En jurispruden­
Pero hablando de las cosas que más cia las ·hay que son más complejas,
nos importan, he pensado en la mo­ como por ejemplo en lo que se re­
ral, de la cual confieso que vuestra fiere al jus accrescendi, a las con- ·
metafísica nos da fundamentos ma­ diciones y a otras varias materias; .
ravillosos; pero, sin ahondar tanto, y yo lo hice ver al publicar en mi
los tiene bastante firmes, !!Unque no juventud tesis sobre las condiciones,
se extiendan q1,1izá tan lejos (como algunas de las cuales demostré; Y si
recuerdo que lo habéis hecho no­ yo tuviera tiempo volvería sobre este "1
tar), 'cuando una teología natural, asunto.
como la vuestra, no es la base. Sin F1L.-Eso sería dar gusto a los
embargo, la simpl� consideración de curiosos y serviría para prevenir a
los bienes de esta vida sirve ya para alguno que podría :hacerlas reimpri-
establecer consecuencias importan­ mir sin retocarlas. ·
tes para reglar las sociedades huma- TEo._;__Eso es lo que sucedió con
- nas. Se puede juzgar de lo justo y mi Arte combinatoria, de lo cual ya
de lo injusto tan incontestablemente me he quejado. Fue un fruto de mi
como en las matemáticas; por ejem- primera· adolescencia, y sin embar­
. plo, esta proposición: no podrá ha­ go, la reimprimieron mucho tiempo
ber injusticia donde_ no hay propie­ después sin_ consultarme y sin ad-
dad, es tan cierta como cualquiera ---vert�r siquiera que se trataba de una
proposición de Euclides, porque nueva edición, lo que hizo creer a
Hiendo la propiedad el derecho a algunos, con perjuicio para mí, que
una cosa,· la· injusticia es la viola- · yo era capaz. de publicar tal obra
- ' ción de un derecho. Lo mismo su- en una edad avanzada, pues aunque
1,ede con esta proposición: Ningún haya pensamientos de alguna con­
gobierno concede una libertad abso­ secuencia, que yo apruebo todavía,
luta. Porque el gobierno es un esta- los hay también propios solamente
blecimiento de ciertas leyes cuya eje­ de un estudiante joven_.
cución se exige. Y la libertad abso­ § 19. FIL.-Creo que las figuras
, Juta es el poder que cada uno tiene son un gran remedio para la incer­
d� hacer lo que le plazca. tidumbre de las palabras, y esto es
TEo.-La palabra propiedad se lo que no puede tener lugar en las
·emplea de ordinario en otro sentido ideas morales. Además, las ideas mo­
un poco diferente, pues por ella se rales son más complejas que las fi­
-entiende el derecho de una persona guras · que se estudian ·ordinariamen­
sobre una cosa, con exclusión de· te . en las matemáticas; y por esto
todo derecho de otra persona. Así, al espíritu le cuesta trabajo retener
·si no hubiese propiedad, como en el las combinaciones precisas de lo que
•caso de que todo fuera común, po­ entra en las ideas morales de una
dría, sin embargo, haber injusticia. manera tan perfecta como sería ne-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 287

cesario . cuando hacen falta largas sido, hasta aquí, casi los mismos
deducciones. Y si en la aritmética que los del territorio de las. matemá­
no se designase las diferentes ·posi­ ticas. Espero, si Dios me da tiempo
ciones por signos cuyo sentido pre- para ello, publicar algún ensayo un.
-- ciso es ya conocido, y que nunca día, poniendo estos medios en prác­
se pierden de vista, sena casi impo­ tica efectivamente, sin limitarme a
sible hacer grandes cálculos (§ 20) . los preceptos.
Las definiciones nos proporcionan F1L.-Si realizáis ese propósito,
algún remedio, siempre que se las señor, y lo realizáis como es debido.
emplee constantemente en la moral. nos obligaréis infinitamente a los
Y, por lo demás, no es fácil prever Filaletes como yo, es decir, a los que
qué métodos pueden ser sugeridos desean sinceramente conocer la ver- . ·
por el álgebra o por cualquier otro dad. Y ésta es agradable natural­
medio de esta naturaleza, para sal­ mente a los espíritus, y no hay na­
var las otras dificultades. da tan c!.eforme ni tan incompatible
TEo.-El difunto Erhard Weigel, con el entendimiento como la men­
matemático de Jena, en Turingia, tira. Sin embargo, no hay que espe­
inventó ingeniosamente figuras que rar que las gentes se· apliquen con
representaban cosas morales, Y cuans ardor a estos descubrimientos, mien­
do el difunto Samuel de Puffen­ tras el deseo y la estimación de las
dorf, que era diséípulo suyo, publi­ riquezas o del poder lleve a los hom­
có sus Eleme_ntos de la juri�pruden­ bres a aceptar las opiniones autori­
cia universal, bastante conformes a zadas por la moda y a buscar lue­
los . pensamientos de Weigelius, se go argumentos, o para hacerlas pa­
añadió en la edición de Jena la-Es­ sar por buenas, o para aliñarlas y
/era moral, de este matemáticq( Pero cubrir su deformidad. Y mientras
estas figuras son una especie de ale­ que l9s diferentes partidos hacen
goría casi como las tablas de Cebes,6 compartir sus opiniones a. todos
aunque menos popular, y que sirve aquellos que pueden tener en su
más bien a la ·memoria para retener poder, sin examinar si son falsas o
y ordenar las ideas, que al juicio verdaderas, ¿qtié nueva luz pueden
para adquirir conocimientos demo_s­ esperar en las ciencias que pertene­
.trativos. No dejan de tener su uso cen a la moral? Esta parte del gé­
para despertar el espícitu. Las figu­ nero humano, que está bajo el yugo,
ras geométricas parecen más senci­ 'debería esperar, en vez de esto, en
llas que las cosas morales; pero no ta· mayor parte de los lugares del
lo son, porque el continuo encierra · mundo, tinieblas tan espesas como
el infinito, en el que hay que ele­ las del Egipto, si la luz del �eñor
gir. Por ejemplo, cortar un triángulo no se encontrase presente en el espí­
en .cuatro partes iguales por dos rec­ ritu de los hombres, luz sagrada que
tas perpendiculares entre sí es una todo el poder humano no podrá ex­
cuestión que parece sencilla y que tinguir totalmente. \
es bastante difícil. No sucede lo TEo.-Yo no desespero de que en
mismo . en las cuestiones de moral, un tiempo o en un país más tranl
cuando-son determinables por la so­ quilos, los hombres se ajusten a la
la razón. Por lo demás, no es este razón más de lo .que hoy lo hacen.
el lugar de hablar de progerendis Pues, en efecto, no hay que deses­

. .
scientiae demostrandi pomoeriis, y perar de nada; y yo creo que al gé- '
de proponer· los verdaderos medios nero humano le están reservados 11.lll'­
de extender el arte de demostrar más chos acontecimientos en bien o en
allá de sus antiguos límites, que han mal, pero más en bien que en mal.
Supongamos que un día vemos un
5 Cebes, discípulo de Sócrates. Véase gran príncipe qui;:, como los anti­
el Fed6n de Platón.· guos reyes de .A.siria o de Egipto,

----- ------------'
-,

w 288 LEIBNIZ

¡
o. como otro Salomón, reina fargo § 21. FIL.-Por lo que s.e refiere
tiempo en una paz profunda, y que al conocimiento de la existencia i:eal
este príncipe, amante de la virtud y (que es la cuarta clasea_le los cono­
de la verdad, y dotado de un espí- cimientos), hay que decu- que tene­
ritu amplio y sólido, se propone ha- mos un conocimiento intuitivo de
· -cer a los hombres más felices y más nuestra existencia, una demostra­
,1 .arm6nicos entre sí y más dueños de ción de la de Dios y un conocimien-
1a naturaleza; ¿qué maravillas no se to sensible de las del!lás cosa_s. Y de
verían en pocos años? Pues segura- ello hablar�mos mas ampliamente
mente en este caso se háría más en después.
diez años que en ciento o quizá que TEo.-No podría decirse nada más
en mil, siguiendo las cosas su mar- justo.
cha ordinaria. Pero sin esto, si el FIL.'-Ahora, habiendo hablado
camino fuese abierto de una vez, del conocimiento, parece oportuno
muchos como los geómetras entra- que, para descubrir mejor el estado
rían por él, aunque no .fuera más presente de nuestro espíritu, consi­
que por gusto y por adquirir gloria. · deremos un tapto el lado oscuro de
El público bien educado se daría al, la cuestión y lleguemos al conoci­
fin, más que hasta aquí, al estudio miento de nuestra ignorancia; pues
'I de la. medicina; se· harían, para to- ésta es 'infinitamente más· grande
dos los países historias naturales co- que nuestro' conocimiento. He aquí
mo hoy se hacen almanaques o mer- las causas· de esta ignorancia: La
curios galantes; 11 no se dejaría sin primera es que carecemos de ideas;
registrar ninguna buena observación; la segunda, que no podríamos des­
se ayudaría a los que se dedicaran cubrir la conexión ·entre las ideas
.a _esta ciencia; se perfeccionaría el que tenemos; la tercera, que descui­
arte de. hacer estas observaciones y damos seguirlas y examinarlas exac­
el de emplearlas para establecer afo- tamente. § 23. En cuanto a la falta
rismos. Habría un tiempo, en que, de ideas no tenemos más ideas sim­
ha�iendo llegado a ser .!11:Ucho más ples qu� l as que pr�ceden de lo s,
numerosos .Jos buenos medicas, y ha- sentidos externos e mternos. Asi,
biendci disminuido en proporción el respecto de una infinidad de criatu­
número de gentes de ciertas profe- ra,s del universo y de sus cualidades,
siones, el público estaría en estado-sómos como los ciegos con relación
\ .
de fomentar la investigación de la a los colores, que no tienen ni si­
naturaleza, y, soJ:>r� todo, el ade- quiera las facultades necesarias pa­
lanto de la med1cma; y entonces ra conocerlos; y, -según todas las
esta ciencia importante• · avanzaría apariencias el hombre ocupa el ran­
mucho más allá de . su presente es- go inferior' entre todos los seres in­
tado y crecería a ojos vistas. C�e<?, telectuales.
�n e��cto, que_ esta parte _de la c1vi-
bz:1c10� deberia. ser el obJeto de los 'l'Eo.-Yo no sé 5¡ los hay por
mas asiduo� cUidados p�r parte ?e encima de nosotros. ¿Por qué ha­
los que gobiernan, despues de la vir- bríamos de degradarnos sin nece­
tud, y que uno de los may?res frl!tos sidad? Quizá ocupemos un rango
honorable entre los animales ra-
. de la bue�a moral o poht_ica sera_ t:l cionales;
de conducirnos a una me1or. med1ci- pues pudiera haber genios
¡ na, c�ando _los hombres comiencen a superiores que tuvieran cuerpos de
ser mas sabios de fo que son, Y _cuan- otra forma, de suerte que pudie­
do los gran?es hayan_ aprendido ª rá no convenirles el nombre de
animal. No podríamos decir si nues­
emplear me1or sus . rigue_z�s Y su fro sol, entre los demás innumera­
poder para su propia ·felicidad.
bles, tendrá otros por encima o por
debajo de él, y nosotros estamos bien
o Diario fundado por Visé en 1672. colocados en su sistema; pues la
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO .289

Tierra ocupa él · centro de los pla­ ficientes, de modo que no falte más
netas y· su distancia parece bien ele­ que el arte de empleados; y no
gida para el animal contemplativo desespero de que se . impulsen sus.
que la debía habitar. Por lo demás, comienzos, cuando el análisis infi­
tenemos incomparablemente más mo­ nitesimal nos haya proporcionado el
tivos para alegrarnos que para que­ medio de aliar la geometría a la
jarnos de nuestra suerte, debiendo física, y la dinámica nos haya reve­
ser imputados la mayor parte de lado las leyes generales de la natu­
nuestros males a nuestra culpa. Y, raleza.
sobre todo, haríamos muy mal en . § 27. · Los espíritus están todavía
quejarnos de los defectos de nues­ más alejados de nuestro conocimien­
tro conocimiento, porque nos servi­ to; no podríamos formarnos_idea al­
mos muy poco de los que la carita­ guna de sus diferentes órdenes; y,
tiva naturaleza nos ofrece. sin embargo, el mundo intelectual es
§ 24. FIL.-Es verdad, sin em­ ciertamente más grande y más bello
bargo, que la extraordinaria/disi;n� que el material.
cia de casi todas las partes del mun­ TEo.-Esos mundos son siempre
do que se ofrecen a nuestra vista perfectamente · paralelos en cuanto
las oculta a nuestro conocimiento, a las causas eficientes, pero no ·e n
y aparentemente el mundo visible cuanto a las finales.. Pues a medi­
no es más que una parte de este da que los espíritus dominan en la
inmenso universo. Estamos encerra­ materia, producen ordenamientos
dos en un pequeño rincón del es­ marávillosos. Esto · se desprende de -
pacio, es decir, en el · sistemll de los cambios que los hombres han in- _
nuestro Sol, y no sabemos lo que traducido para embellecer la super­
pasa en los otros planetas que gi­ ficie de la tierra, como pequeños
ran · en torno a él lo mismo que dioses que imitan al gran Arquitecto
nuestra esfera. § 25. Estos conoci� . del universo, aunque no sea más
mientes nos escapan a causa de las que por el empleo de_ los cuerpos
dimensiones y de la distancia, pero y de sus leyes. ¿Que no se puede
otros cuerpos se nos ocultan a cau­ conjeturar de esa inmensa multitud '
sa de su pequeñez, y estos son los de espíritus que n:os sobrepasan? Y
qu� más nos import_aría conocer; como los espíritus forman todos jun�
pues de su contextura pocfríamos in­ tos una espeéie de Estado bajo Dios,
. ferir los usos y . operaciones de los_ cuyo gobierno es perfecto, estamos
que nos son_ visibles, ·y saber por muy lejos de comprender· el sistema
qué el ruibarbo purga, la cicuta de este mundo inteligible y de con­
mata y el opio hace dormir. Así, cebir las penas y recompensas -que
§ 26, por lejos que la filosofía ex­ esperan a los que las merecen, se­
perimental pueda conducfr a la _in­ gún la más exacta razón, y de figu­
dustria humana en el terreno de la rarnos lo que ningunos ojos han
física, estoy tentado a creer que no · visto, ni ningún oído ha escuchado,
podrem�s nunca -Ileg·ar; sobre estas· ·ni ha entrado jamás en el corazón
materias, a un conocimiento cien­ del hombre. Sin embargó, todo esto
tífico. hace conocer. que tenemos todas las
TEo.-Creo también que nunca ideas distintas que hac_en falta· pa­
llegaremos tan lejos como quisiéra­ ra conocer a los espíritus, pero, no
mos; sin embargo, me parece que el detalle suficiente de hechos, ni
se · harán algunos progresos consi­ sentidos bastante · penetrantes para
derables con el tiempo,· en la expli­ · desembrollar las ideas confusas, o � L

cación · de �lgunos fenómenos, por­ bastante extensos para percibirlas


que• el gran número de experiencias ·todas.
que somos · capaces de realizar nos § 28. F1L.-En cuanto a la co­
puede suministrar data · más que su- ·nexión, cuyo conocimiento nos falta

L
l. 290 LEIBNIZ

en las ideas que tenemos, iba a de- · nidos, han evitado de este modo
ciros que las afecciones mecánicas una gran parte de las dificultades.­
de los cuerpos no tienen ninguna Si los hombres hubiese�procedido
relación con las ideas de los colo- · en sus descubrimientos del mundo
res, de· lcis sonidos, de los olores y material como lo han hecho respec­
de los sabores, de placer y de dolor, to -a los del mundo intelectual, y si:
y que sil conexión no depende más · hubiesen confundido todo en un caos
que de la buena voluntad y del ca- . de términos de significación incierta,
pricho de Dios. Pero recuerdo que _-habrían disputado sin fin respecto
vos pensáis que hay una perfecta de las zonas, de las mareas,. de la
correspondencia, aunque no sea siem- construcción· de las embarcacionei¡
pre un!\ semejanza completa. Sin v de las- rutas; jamás hubiéramos
embargo, reconocéis que el gran nú- podido pasar más aUá de la línea,
mero de detalles de cosas pequeñas V los antípodas nos serían aún tan
que aquí entran nos impide desen- desconocidos como lo eran cuando
trañar lo que está oculto, aunque. se pensaba· que el sostener su exis­
esperéis que nos aproximemos mu- tencia era U!}a herejía.
cho; y q!)e, por consiguiente, no TEo.-Esta ·tercera causa de nues­
auerréis que se diga con nuestro tra ignora.p.cia és la única censura­
ilm,tre autor, § 29, que es trabajo ble. Y como .veis, 1Señor, la desespe­
vano engolfarse en esta investiga- ración de ir más lejos ya va aquí
ción, por miedo de que nuestra .comprendida. Este desaliento perju•
creencia no perjudique el progreso dica mucho; y · personas hábiles y
de la ciencia. Os habría hablado principales han estorbado el progre­
también de la -dificultad que ha so ae la medicina por la falsa per•
habido hasta aquí · para explicar la suasión de que es trabajo perdido
conexión ·que hay entre el alma y el trabajar en ello. Cuando vemos a
cuerpo; porque :no se podría conce- los filósofos aristotélicos del tiempo
bir qu� ·· un pensamiento produzca pasado hablar de los meteoros, co­
un movimiento en el cuerpo,-ni que mo el arco iris, por; ejemplo, obser•
un movimiento produzca un pénsa- varéis que opinaban que no sólo se
miento en el espíritu. Pero, desde debía explicar distintamente este fe­
·que conozco vuestra hipótesis de la nómeno; y las empresas de Maµro-
- armonía preestablecida, esta dificul- lycus y después de Marco Antonio
tad que parecía insuperable ·me pa- de Dominis, les .parecían como un
rece orillada como por encanto. vuelo de !caro. Sin embargo, el.
§ 30. Resta, pues, la tercera causa tiempo ha desengañado· al mundo.
de nuestra ignorimcia, y es que no Es verdad que el mal uso de los
seguimos las ideas · que tenemos o términos ha causado una gran parte
que podemos tener, y no nos apli- de_l desorden. que reina en nuestros
camos a encontrar las ideas medias; conocimientos, no sólo en la moral
así es como se ignoran las verdades y en la metafísica, o en lo que vos
matemáticas, aunque no baya nin- llamáis el mundo intelectual, sino -,
guna imperfección en nuestras facul- también. en la medicina, en donde
tades, ni ninguna incertidumbre en este abuso de los términos aumenta
las ·cosas mismas·. El mal uso de las'----cada vez más.· No podemos siempre
palabras es lo que más ha contri- ayudarnos- por las figuras como en
buido a impedirnos encontrar la c;on- la geometría; pero . el· álgebra hace
venienéia o disconveniencia de las ver que se pueden hacer grandes
ideas; y los matemáticos, que for- descubrimientos sin recurrir siem­
man su pensamiento independiente- pre a las ideas mismas de las cosas.
mente de los nombres y se acostum-. Respecto de la preteñdida herejía de
bran a representarse en su espíritu los antípodas, diré de pasada que es
las ideas mismas en lugar de los tiO· verdad que Bonifacio, arzobispo de
�UEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 291

Maguncia, acusó a Virgilio de Salz­ son arquetipo¡i que el espíritu se


burgo, en una carta que escribió al forja por sí mismo, no son copias
Papa contra él sobre este asunto, y de nada, ni se refieren a la existen­
que el Papa respondió de una ma­ cia de ninguna cosa como su ori­
nerá que daba a entender que abun­ ginal, por lo que no pueden dejar
daba en el sentir de Bonifacio; pero de tener toda la. conformidad . con
no se encuentran trazas de que la - las cosas necesarias pata un conoci­
acusación tuviese consecuencias; Vir­ miento real.
gilio siguió incólume. Los dos. anta­ TEO.-;::-,-Nuestra certi_dumbre sería
gonistas pasan por santos, y los sa­ escasa o más bien nula si no hu­
bios de Baviera, que consideran a biera otro fundamento de las ideas
Virgilio como un · apóstol de la Ca­ simples que el procedente de los
rintia, han justificado su memoria. sentidos. Habéis olvidado, señor, có­
mo he demostrado que las ideas es­
tán originariamente en nuestro espí­
CAPÍTULO IV ritu y que aun nuestros pensamien­
tos proceden de nuestro propio fon- ·
De la realidad de nuestro do, sin que las demás criaturas pue- .
conocimiento dan tener una influencia inmediata
sobre el alma. Por lo démás, el fun­
§ 2. FIL.-Alguno que no hubie­ damento. de nuestra certidumbre res­
re comprendido la importancia que pecto de las verdades universales- ·y
hay en tener buenas ideas_ y enten­ eternas, _está en las ideas mismas,
der la conveniencia, y la disconve­ independientemente de los sentidos;
niencia entre éstas, creerá-que al ra­ como tampoco dependen de los sen­
zonar sobre este asunto tan minu, tidos las ideas puras e inteligibles,·
·ciosamente construimos castillos en ·por ejemplo; la del ser, de lo uno o
el aíre y que no habrá en todo nues­ de lo mismo, etc. Pero las ideas de
tro s�stema más que cosas ideales e las cualidades sensibles como el co- · ·
imaginarias. Un · extravagante cuya · lor, el olor _y el sabor, etc." (que,
imaginación esté acalorada, tendrá en efecto, no son ·más que fantas­
la ventaja de poseer ideas más vi­ mas), proceden de los sentidos, es
vas y en -mayor número, y así ten­ decir, de las percepciones confusas.
dría más conocimientós. Habrá tan­ Y el fundamento de la verdad . de
ta exactitud en las visiones de un las cosas contingentes y singulares
entusiasta como ·en los· razonamien­ está en el hecho de que los fenó­
tos de un hombre de buen sentido, menos de los sentidos estén ligados
siempre que este entusiasta hable exactamente como las verdades inte­
consecuentemente-; y tan verdad será ligibles lo exigen. He aquí la dife-
decir que una arpía no es un cen­ . rencia q11e se debe hacer, mientras
tauro, como que un cuadrado no es que la que vos hacéis en�re las ideas
un círculo. § 2. Yo responderé que simples y complejas pertenecientes
nuestras ideas están de · acuérdo con a las sustancias y a los accidentes
las cosás.. § 3. Pero no es el criterio no me parece fundada, porque todas
lo que se pedirá. § 4. Responderé las ideas inteligibles tienen sus ar­
también, en primer lugar, que este quetipos en la posibilidad eterna de
acuerdo es manifiesto respecto d€; las cosas.
las ideas simples de nuestro espíri- . § 5. FIL.-Es verdad que nu�­
tu, porque, no pudiendo formárselas tras ideas compuest_as no tienen ne­
él mismo, es preciso que sean pro­ cesidad de arquetipos fuera del espí­
ducidas p<J11 las cosas que obran so­ ritu, sino cuando se trata de una
bre el espíritu; y en segundo lugar, sustancia existente que debe unir
§ 5, que todas nuestras ideas com-. ·efectivamente, fuera de nosotros,
plejas (excepto las de sustancias) esas ideas complejas y las ideas

1
L __.____
l
292 LEIBNIZ
11 . simples de que se componen. El co­ respecto de las sustancias existentes,
nocimiento de las verdades matemá­ que no nos limitemos a los nombres
ticas es real, aunque no gire más o a las especies que sufJOnemos es­
que ,.;obre nuestras ideas ni se en­ tablecidas por los nombres. Esto me
cuentren en ninguna parte círculos hace recordar nuestras frecuentes
exactos. Sin embargo, estamos se­ discusiones sobre la definición del
guros de que las cooas existentes · hombre. Pues hablando de un ino­
vendrán con nuestros -arquetipos, a cente que ha vivido cuarenta áños
· medida que lo que · se suponga en sin dar el menor signo de raz_ón, .
ellos se encuentre en la existencia. ¿no podría decirse •que es_ 1,m tér­
§ 7. Lo que sirve también para jus­ mino .medio entre el hombre y la .
tificar la realidad de las causas mo­ bestia? Esto quizá pasara por una
rales. § 8. Y los officis de Cicerón paradoja muy atrevida, o bien por
1 no son menos conformes a la verdad una falsedad de muy peligrosas con­
porque no haya nadie en el mundo . secuencias. Sin embargo, en otro
que rija ..iu vida exactamente sobre tiempo me parecía, y le sigue pare­
el modeló de un hombre c;le bien, ciendo -a algunos -amigos míos, a: '
tal como Cicerón nos lo describe. quienes no podría aún desengañar,
§ 9; Pero, se dirá, si las ideas mo­ que es t.U?- prejuicio fundado sobre
rales son de nuestra invención, ¿qué esta . falsa S\lpOsición . el pretender.
extraña noción tenemos de la justi­ que estos dos nombres, hombre y
cia y de la templanza? § 10. Yo res­ bestia, significan dos especies dis­
pondo que la incertidumbre no_ exis­ tintas, tan bien marcadas por esen­
tirá más que en el lenguaje, porque cias reales en la naturaleza,. q4e nin­
·n o siempre se entiende lo que se guna otra especie puede mediar en­
dice, ni se entiende siempre del mis­ tre ella:s; como si todas las cosas I·

mo modo. estuvieran ajustadas al molde según


'.,
1
;
TEo.-'-Podr,éis responder también, el número preciso de estas esencias.
. seíí.or, y mucho mejor en mi opinión, § 14. Cuando se pregurita a esos
·que las ideas de justicia y. templan­ amigos qué especies de animales son
za no son de nuestra .invención, co­ esos inocentes, ni · son ni hombres
mo no lo son las del círculo y la ni bestias, responden que son inocen­
de cuadrado. Creo haberlo mostrado tes y que esto basta. Cuando se les
suficientemente. pregunta también lo que llegarán· a
§ 11. F1L.-Po1 lo que se refiere . ser en el otro mundo, nuestros ami­
a las ideas de sustancias que existen gos responden que no les importa
fuera . de nosotros, ·. nuestro conoci­ saberlo ni tratan de investigarlo. Que
tniento es real, en cuanto está c·on­ caigan o que se sostengan, es cosa
forme con esos arquetipos; y a este aue sólo importa a su dueño (Rom.
respecto, el espíritu no debe combi­ XIV, 4), que es ·bueno y fiel _y no
nar las ideas arbitrariamente, tanto dispone de . sus criaturas, según los
1, más cuanto que hay muy pocas ideas límites estrechos de nuestro ·pensa­
simples de las que podemos estar miento o de nuestras opiniones par­
seguros que existen o. no existen jun­ ticulares, y no los distingue confor­
tas en la naturaleza más allá de lo me a los nombres y especies que
que parece por las observaciones nosotros inventamos; que nos basta '---
sensibles. que los que són capaces de instruc­
TEo.-Como ya he dicho más ·de ción sean llamados a rendir cuenta
una vez, es pórque estas ideas, cuan­ de sus. actos, y que recibirán su sa­
do la razón no puede juzgar de su lario según lo que hayan hecho en
compatibilidad o conexión, son con- • sus cuerpos (11 Corint. V, 10). § 15.
fusas, como las de las cualidades Yo os representaré también el resto
1· particulares de los ;sentidos. de sus razonamientos. La cuestión,
§ n� F1L.-También es bueno,. dicen, de si hay · que privar a ·10s

_"1111
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 293

imbéciles dé un estado futuro gira tiende un alma racional. Hay fetos


sobre dos · suposiciones igualmente humanos, mitad bestias, mitad hom­
falsas; la primera, que todo ser que bres, y otros cuyas tres terceras par­
tiene la forma y apariencia exterior tes participan del uno y la otra del
de un hombre, está. destinado a un otro. ¿Cómo determinar con preci­
estado de inmortalidad después de . sión los lineamientos que marcan la _
esta vida; y la segunda, que todo razón? Además, ese monstruo,· ¿no
lo que tiene un nacimiento hum!UlO será una especie media entre el hom­
debe gozar de ese privilegio. Supri• bre y el bruto? Y tal es ·el inocente
mid estas invenciones, y veréis que de que se trata.
esos problemas son ridículos ·Y ca• TEo.-No me asombra que vol­
recen de· fundamento. Y, en efecto, váis a esta cuestión, que ya hemos
· creo que ¡¡e desechará la primera examinado bastante y más de una
suposición, y que no tendremos el . vez, y que no hayáis podido cate­
espíritu tan encenagado en la mate- · quizar a vuestros amigos. Si distin­
ria para creer que la vida eterna es guimos al hombre de la bestia por
debida a alguna figura de una masa · la facultad de razonar, no hay tér­
material, de Diodo que .la masa deba mino medio: es preciso que el ani­
. tener eternamente sentimiento. por­ mal de que se trata la tenga o no
que haya estado moldeada sobre tal la tenga; pero como esta facultad
figura. § 16. Pero la segunda supo­ no a arece algunas veces, .se juzga
p
sición viene en nuestra ayuda. Se por indicios, que no son demostra­
dirá que ese inocente procede de tivos de la verdad, hasta que esta
padres racionales, y que, por consi­ razón se muestra; pues se sabe por
guiente, debe tener un alma racio­ · experiencia de aquellos que la han
nal. Yo no sé por qué regla de ló­ perdido o que por fin han obtenido
gica se puede establecer tal , conse­ su ejercicio, que su fµnción puede
cuencia; y cómo después .. de esto ser suspendida. El nacimiento y la
osaríamos destruir producciones mal figura proporcionan presunciones de
conformadas o contrahechas. Se di­ lo que está oculto. Pero la presun­
rá: ¡son monstruos! Pues bien, sea. ción del nacimiento se desvanece
. Pero, ¿será por esto ese inocente (eliditur) por una figura extrema­
siempre intratable? VI}. defecto drl damente distinta de la humana, tal
cuerpo, ¿constituirá un monstruo, y como la del animal que nació de
no lo constituirá. un defecto del es­ una mujer de Zelanda, según Levi­
píritu? Esto es volver a la primera nus Lemnius (libro I, cap. VIII),
suposición, ya . refutada, de que el que tenía un pico retorcido, un cue­
exterior basta: Un inecente bien for­ llo largo y redondo, ojos brillantes,
mado es un hombre, según se cree; cola puntiaguda y una gran agilidad.
tiene· un alma racional, aunque no para correr desde el primer momento
lo parezca. Pero hagámosle las ore­ por la habitación. Pero se dirá que
jas un poco más puntiagudas y la hay monstruos o hermanos de los
nariz un poco más chata que de lombardos '(como los llamaban los
ordinario, y entonces come�éis a médicos en otro tiempo, porque se
dudar. Hagámosle la cara más es­ decía que las mujeres· lombardas es•
trecha, más plana y más larga: he taban expuestas a esta clase de alum­
aquí todo · resuelto. Y si la cabeza bramientos) que se aproximan más
es perfectamente la de. algún animal, a la figura humana. Pues bien, sea.
será un monstruo sin duda, y ·esto ¡,Cómo, diréis, puede determinarse
os parecerá demostración de que..!!º fos justos límites de la figura qu�
· hay alma !hcional y que debe ·ser debe pasar por humana? Yo respon­
destruido.. Yo os pregunto ahora do que de una manera conjetural,
dónde encontraremos la justa medi­ pues no hay nada de preciso. Y de
da y los últimos límites a que se ex- ordinario, aquí termina el asunto.
ll
'.
294 LEIBNIZ
Se .. objeta que el inocente · nQ da nera de convenir o disconvenir par•
muestras de razón, y sin embargo, ticular. Así es que yo cr� que esta
pasa por hombre; pero si tuviese definición no explica er punto de
una figura monstruosa, no lo sería, que se trata. Pero lo que me parece
dándose así mayor importancia a la menos propio en, vuestra definición
figura que a la razón. Pero este de la verdad es que en ella se busca
monstruo, ¿d�á muestras de razón? la verdad en las palabras. Enton•
No, sin duda. Veis, pues, que le fal­ ces, una misma idea expresada en
ta más que al inocente. La falta del latín, alemán, inglés o en francés,
ejercicio de la razón es muchas ve­ no será la misma verdad, -Y habría
ces temporal; pero no cesa ni aun que decir con Hobbes que la verdad
en aquellos que tienen cabeza ele depende del capricho de los hom•
perro. Por lo demás, si este animal bres, lo que es hablar de una · ma­
de figura humaná no es un hombre, nera bien extraña. También se atri­
no ·. hay mal en guardarle mientras buye la verdad -a· Dios, y confesa­
dure la incertidumbre de su . suerte. réis que Dios no tiene necesidad de
Y ya tenga un alma racional, ya ten� signos. Por último, me he asombrado
ga un alma que no lo sea, Dios no más de una ·vez del humor de vues•
le habrá hecho en vano, y de aque- tros amigos, · que se complacen en
. llos hombres que permanécen siem­ hacer las. esencias, especies, verda-
pre en un estado semejante al de su des nominales. -
primera infancia, se dirá que su suer­ -FIL.-No vayáis tan de prisa. Ba­
te podrá ser la misma que la de las jo los signos comprenden las ideas.
almas ·de los niños que mueren en Así, las verdades · serán o mentales
la cuna. o nominales, según las especies de
los signos.
TEo.-Entonces tendremos tam•
CAPÍTULO V bién verdades . literales que se po­
drán dividir· en. verdades de papel
De la verdar!, en general o de perga�ino, <le· negro de tinta

'
ordinaria o de tinta de imprenta,
§ 1. F1L.-Hace muchos siglos si hay que distinguir fas verdades
que se pregunta lo que es la ver� por los signos. Vale más, por consi­
dad. § 2. Nuestros amigos creen que guiente, colocar las verdades . en la
es la conjunción o la separación de relación entre los objetos de las
los signos, según que las cosas mis• ideas, relación que hace que la una
) mas convienen o disconvienen entre esté comprendida o no compren�
. sí. Por la con_junción o la separa­ . dida · en la otra. Esto no depende
ción de los signos hay que enten­ de las lenguas, y nos es común con
der lo que se súele llamar una pro­ Dios y con los ángeles; y cuando
posiéión. Dios nos manifiesta una verdad, ad­
TEo.-Pero un epíteto no consti­ quirimos la que está· en su entendi­
tuye una proposición; por ejemplo, miento, pues aunque haya una dife­
el hombre sabio. 'Y sin embargo, rencia infinita entre sus ideas y las
hay urla conjunción de dos térmi­ nuestras, en cuanto a su perfección
nos. También negación es otra cosa y extensión, es siempre verdadero
que separación, pues decir hombre, . que se conviene en la misma rela•
y después de un intervalo pronun­ ción. En esta relación es, pués, don­
ciar sabio, no es riegar. Tampoco de se debe colocar la verdad, y po­
la conveniencia o la disconvenien­ demos distinguir entre las verdades
cia ·es propiamente lo que se expresa que son independientes· de nuestro
por la proposición. Dos huevos con­ ar&itrio y ·entre· las expresiones que·
vienen entre sí, y dos enemigos dis• · inventamos según nos parece.
convienen; Se trata aquí de una ma- § 3. Fxi.'.'-Harta verdad es que

_:.,__._._ -
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 295

los hombres, aun en su espíritu, po­ que afirma su existencia actual o


Íleri las palabras en lugar de las co­ por lo menos posible.
sas, sobre todo cuando las ideas son
complejas e indeterminadas. Pero
tambiéri es verdad, como ya lo ha­ CAPÍTULO VI
béis observado, que entonces el es­
píritu se contenta _ con marcar sola­ De las proposiciones universales, de
mente la verdad sin entenderla por su verdad y de su certidumbre
el presente, en la persuasión en que
está de que de él. depende enten­ - § 2. FIL.-Todo nuestro conoci­
derla cuando quiera. - Por lo demás, miento es de verdades generales o
la acción que se ejerce afirmando o particulares. Jamás podríamos hacer
negando . es más fácil de concebir entender bien las primeras, que son
reflexionando sobre lo que pasa en las más considerables, ni compren­
nosotros, que no es fácil explicarlo derlas · sino muy rara vez nosotros
por palabras. Por esto no encon­ mismos, sino en cuanto son conce- _
tráis mal que, · a falta de otra cosa bidas y expresadas -por palabras. · -
mejor, se hable de unir o separar. TEo.-Yo · creo que támbién otras
§ 8. Me concederéis también que marcas podrían su_rtir este efecto,
las proposiciones, por lo menos, pue, como se ve por las caracteres de
den ser llamadas verbales, y que los chinos. Y se podría introducir un
cuando son verdaderas son_ verbales carácter universal muy popular, y
y también - reales, pues · (§ 9) la fal­ mejor que el suyo, si se empleasen
sedad consiste en unir los nombres pequeñas figuras en vez de palabras,
de otro modo que sus ideas _convie­ que representasen las cosas visibles
nen o disconvienen. Por lo · menos p::ir sus trazos, ·y las invisibles ·por
(§ 10), las palabras son grandes otras visibles que les acompañaran,
vehículos de verdad.. § 11. Hay tam­ añadiendo ciertas marcas adiciona­
bién una verdad moral, que consiste les, convenientes para h�cer enten­
en hablar de éosas según la persua­ der las flexiones· y las partículas.
sión de nuestro espíritu; hay, en fin, Esto nos serviría ante todo para co­
una verdad metafísica, que es la municarnos fácilmente con las - na-
esencia• real de las cosas conforme - ciones alejadas; pero si se ·intro­
a las idea qu_e nosotros tenemos de dujese también ante nosotros, sin re­
ellas. nW1ciar, _sin embargo, a la .escritura
TEo.-La verdad moral es llama­ ordinaria, el uso de esta- manera de .
da - veracidad por algunos, y la v,er­ escribir sería de una gran utilidad
dad metafísica es tomada comun­ para estimular la imagiriación y pa- -
mente por los metafísicos como u� ra dar pensamientos .menos sordos
atributo del ser; _ pero es un atri­ - y menos verbales de los que tene­
buto bien inútil y casi vacío _de sen­ mos hoy. Es verdad que el arte de
tido. Contentémonos buscando la dibujar no es conocido por todos, d!!
verdad en la córrespondencia de las donde se sigue que, excepto los h­
proposiciones que están en el espj­ bros impresos, de esta manera (que
ritu con las cosas de que se trata. todo el mundo aprendería" bien pron­
Es cierto que yo he atribuido tam­ to a leer), nadie podría servirse de
bién verdad a las ideas, diciendo ellos más que por una especie de
· · que las ideas son verdaderas o fal- impresi9n, es decir, teniend� di �:
- sas; pero yo lo entendía de la ver­ puestas figuras graliadas para 1mpn- _
dad de las proposiciones que afir­ · mirlas sobre el papel, y añadiendo
man la poabilidad .del objeto de la después con la pluma las marcas de
idea. Y en este mismo sentido se las flexiones y de las partículas.
puede decir también que un ser es Pero con el tiempo todo el mun­
verdadero, es, decir, la proposición do -aprendería el dibujo en su ju-

1
L
1

296 LEIBNIZ
ventud, para no verse privado de · sería necesario que conociésemos la
la comodidad de este carácter figu­ esencia de cada especie, lo que no
. rado que hablaría visiblemente a los es difícil respecto de 11111 ideas sim­
ojos, y que sería muy del agrado ples y de los modos. Pero en las sus­
.del pueblo, como, en efecto, los cam- tancias, en las que una esencia real,
- pesinos tienen ya ciertos almanaques distinta de la nominal, se supone
que les dicen sin palabras una bue­ que determina las i::species, la_ exten­
na parte de lo que quieren saber. sión del término general es muy in­
Y me acuerdo de haber visto impre­ cierta, porque· nosotros no conoce­
sos satíricos en talla dulce, que te­ mos esa esencia real, y por consi­
nían un poco de enigmáticos, en los guiente, en · este sentido,· no podría­
que había figuras con ·significación mos estár segu·ros de ninguna pro­
propia, mezcladas con palabras, posición general hecha sobre · estas
mientras que nuestras letras y los · sustancias. Mas cuando se supone
caracteres chinos no son significa­ que las especies de fas sustancias no
tivos sino por el arbitrio del hom­ son otra cosa que la reducción de
bre (ex instituto). · . . . los individuos. sustanciales a ciertas
§ t F1L.-Creo que vuestro pen- clases colocadas bajo diyersos nom­
- samiento se realizará algún día, tan bres generalei¡, según que convienen
agradable y natural encuentro esta · a las difereqtes ideas · abstractas que
escritura;. y parece que no será de designamos con estos nombres; no
poca consecuencia para aumentar la se podría dudar si una proposición
perfección · de nuestro espíritu y pa­ bien conocida es verdadera o no.
ra . hacer nuestras concepciones más TEo.-Yo no sé por qué volvéis.
reales. Pero para volver a los cqno­ sobre un punto suficientemente de- ·
cimientos generales y a su certidum­ batido entre nosotros, y que yo creo .
bre, será oportuno _no hacer notar agotado. Pero, en-· fin, me . alegro,
que hay también certidumbre de co- porque me dais ocasión muy opor­
, nacimiento. Cuando las palabras· van tuna, según .creo, p¡tra desengañaros
unidas de tal manera en proposi­ de nuevo. Os diré, pues, que no
ciones que· expresan la conveniencia podemos estar seguros, por ejemplo, ·
o· la disconveniencia, tal cual es de mil verdades que se refieren al
realmente, tenemos una certjdumbre. oro, o sea a ese cuerpo que se da
de verdad; y Ia- certidumbre ·ae co­ a conocer por la más grande pesan­
nocimiento consiste en percibir, la tez conocida aquí en la Tierra, o
conveniencia o la disconveniencia por su mayor ductilidad, o por otros
de las ideas, en tanto que es expre­ caracteres. Pues nosotros podemos
sada en proposiciones. Esto .es lo que decir que el cµerpo conocid� por
llamamos ordinariamente estar ciers lá más grande ductilidad es tam-
to de una proposición. · - bién el más pesado de los cuerpos
TEo.-En efecto, esta última cla­ conocidos. Es · verdad qu_e no sería
se de certidumbre bastará aun sin imposible que lo que · se ha notado
el .uso de las palabras, y no es otra hasta aquí en el. oro se encuentre un
cosa que un perfecto conocimiento día en otros cuerpos caracterizados
de la verdad; mientras que la pri­ por .otras nuevas cualidades, y que
mera especie de certidumbre no pa­ entonces ya no fuese la más ínfi­
rece ser otra cosa que la verdad ma especie, como le consideramos
misma. ahora provisionalmente. Podría ·taro-·
§ 4. FIL.-Ahora bien; como no­ bién suceder que siendo rara una
sotros no podríamos estar seguros de especie y siendo común la otra, se

L
la verdad de ninguna proposición creyese oportuno reservar el nom·
general, a menos de conocer los Ií- bre de verdadero oro a la especie
, mites precisos de la significación de rara, para conservarla en uso· como
témúnos · de que " compone, moneda · por medio de nuevos ensa-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO. 297
yos que le fueran propios. Después intrínseca y uri medio constante\ de
de lo cual ya no se dudaría -tarri- discernir nuestra raza de las demás.
poco que la esencia interna de estas . Todas éstas no son más que ficcio­
dos especies era diferente; y, aun . nes, pues no tenemos necesidad de
cuando la definición de una sustan- recurrir a tales distinciones, siendo r

cia actualmente existente, no estu- los· únicos animales racionales del


-. viera bien determinada en todos sus globo. Sin embargo, estas ficciones
aspectos (como, en efecto, la. del sirven para conocer la naturaleza
hombre no lo está respecto de la de las ideas de las sustancias y de
figura externa), no dejaría de ha- las verdades generales sobre éstas.
her una infinidad de proposiciones Pero si el hombre no fuera conside-- · '
generales sobre este punto, que se rado como la ,más baja especie ni
deducirían de la razón ·y de las de- por . la de los animales racionales
más cualidades que se reconoce en de la raza de Adán, y si en lugar
él. Todo lo que se puede· decir so- de esto significase un género común
bre estas proposiciones •generales es a varias especies, que pertenecen hoy
que en caso de que se tome el hom- a una sola raza conocida, pero que
bre por la especie más baja y se le podría también pertenecer a otras
circunscriba a la raza de Adán, no discernibles, o por el nacimiento, o
habrá propiedades del hombre de también por otras marcas - natura­
las que se llama in quarto modo, o les, como por ejemplo á los supues-·
que se puedan enunciar. de él por tos australianos, entonces, digo, este . \
. una proposición recíproca o simple-- género tendría proposiciones recípfo­
mente convertible, sí rio es provisio- cas, y la definición presente del
nalmente, como diciendo, el hombre· .. hombre no sería provisional. Lo
es el único animal racional. Y to- mismo .sucede con el oro, pues su­
mando al hombre por los de nues- poniendp ¡'.)Ue hubiese un día dos
tra raza, lo provisional consiste -e n clases discernibles, la una rara· y
sobreentender .que es el único , ani- 'conocida p.asta aquí, y la otra co­
ma} racional de los que conocemos, mún y quizá artificial, encontrada en .
pues podría ser que hubiese un día la · serie del tiempo, entonces, admi­
otros animales que tuviesen de co- tiendo que el nombre de oro debie­
mún con la posteridacl de los hom- se perpetuarse en la especie actual,
bres tódo lo· que nosotrQs recono- es decir, · en el oro natural y raro,
cernos en ellos hasta aquí, pero que . para conservar pqr su medio la co­ '
fuesen de otro origen. ·Es como' si modidad de la moneda de oro, fun- '
. los australianos imaginarios, vinie- dada en la rareza de esta materia,
ran a inundar nuestras·. comarcas, su definición,· ·conocida· hasta aquí
pues es de presumir que entonces por denominaciones · intrínsecas, no
encontrásemos algún medio para dis- . habría sido más que provisional,
. tinguirlos de nosotros. Pero en caso debería ser aumentada por las nue­
·contrario, · y suponiendo que Dios vas marcas que se descubrieran, pa­
.
hubiese prohibido la mezcla de es- . ra distinguir el oro raro o
tas razas· y que Jesucristo no hubie-- especie antigua del oro nuevo arti-
- se rescatado más que la nuestra; se- ficial. Pero si el nombre de oro hu­
ría preciso hacer marcas artif iciales biese de conservarse como común
para �istinguirlas entre . sí. Habría, a las dos especi'es; es decir, si por
sin duda, tina · diferencia interna; oro -se entendiese un género del qu�
pero como· no se manifestaría bien, hasta aquí no· .conocíamos subdivi­
nos veríamos reducidos a la sola de- sión, y que ahora tomamos por la
nominaciónaextrínseca del nacimien- especie ínfima (pero sólo provisio­
to, que se trataría de acompañar con nalmente, hasta que la subdivisión
una marca artificial duradera, la sea conocida), y· si se encontrase
cual nos daría. una denominación algún día una nueva especie, es de-

1 -, '
)-¡

t.. 298 LEIBNIZ

cir, un oro artificial, fácil de fabri­ la incertidumbre respecto de otras


car, y que pudiese llegar a ser co­ muchas afecciones que· pueda tener,
mún, yo digo que en este sentido hasta. que encontremos et él lo que
la definición de este género no pue­ responde a la constitución .interna
de ser . considerada como provisio­ de las sustancias, es decir, la ·cons­
nal, sino como perpetua. Y aun sin trucción de esta figura de espejo,
preocuparnos por los nombres del que será como la clave del conoci­
hombre o del oro, cualquier nom­ miento ulterior.
bre que se dé a los géneros o a la FIL.-Pero ·cuando hayamos cono­
más baja especie conocida, y aunque cido la constitución interior de este ·
no se les diese ninguno, lo que cuerpo, no · encontraremos allí más
acabo de decir será siempre - verdad que fa dependencia que las cuali­
de los géneros y de las especies, y dades primeras, o que vos llamáis
las especies no serán definidas sino manifiestas, pueden tener; es decir,
provisionalmente algunas veces · por · conoceremos qué · dimensiones, figu­
las definiciones de los géneros. Sin­ ras y fuerzas movientes dependen
embargo, siempre será lícito y ra­ de ella; pero jamás conoceremos la
cional ent_ender que hay- una esencia conexión que pueden tener con la�
real interna perteneciente, por una cualidades segundas o confusas; es
definición recíproca, ya al género, decir, con las cualidades -sensibles,
ya a las especies, la cual se hace _como los colores, el sabor, etc.
conocer de ordinario por las marcas TEo.....:....Es que vos suponéis aún
externas. Yo he supuesto hasta aquí que estas cualidades sensibles, o más
que la raza .no degenera ni cambia; bien las ideas que 'de ellas tenemos,
pero si la- misma raza pasase a otra no dependen :de las fi ras y· movi­
especie,. estaríamos tanto más obli­ mientos naturalmente,gusino· sólo de
gados a recurrir a otras marcas y la buena voluntad de Dios, que nos.
denominaciones intrínsecas o . extrín­ proporciona esas id�as. Parece con
secas, · sin atenemos a la raza. esto ·que habéis olvidado,· señor, lo
§ 7. FIL.-Las . ideas complejas que os he dicho más de una vez con­
que los nombres que damos a las· tra · esa opinión para haceros com­
especies de las �ustancias justifican, prender más bien que esas ideas
son colecciones de ideas de ciertas sensitivas, dependen del 'detalle de
cualidades que hemos visto coexis- las figuras y movimientos, y los ex­
. tir en un sostén desconocido que presan exactamente, aunque no · po­
llamamos sustancia. Pero no sabría­ damos desentrañar este detalle en
mos· conocer ciertamente qué otras la c�mfusióii de tan gran multitud y
cualidades coexisten necesariamente pequeñez de ac�iones mecánicas que
con· tales combinaciones, a menos· impresionan nuestros sentidos. Sin
que. podamos . descubrir su depen­ embargo, si hubiéramos penetrado
dencia respecto de sus primeras cua- . en la constitución interna de algún
lidades. . cuerpo, veríamos . también cuándo
TEo.-Ya he hecho notar en' otra deberían tener estas cualidades, que
parte que lo mismo sucede en las serían reducidas a sus razones inte-
ideas de los accidentes cuya natu� . ligibles; aun cuando jamás estaría
raleza es un poco abstrusa, con,o en nuestro poder reconocerlas sensi­
son, por ejemplo, las ide�s de la blemente en esas ideas •sensitivas que
geometría; pues cuando se trata, son un resultado confuso de las ac­
por ejemplo, de la · figura de un es­ ciones de los cuerpos sobre nosotros,
pejo que reúne todos los rayos pa­ como ahora tenemos el perfecto aná­
rálelos en un punto como foco, se lisis del verde en azul y amarillo,
pueden encontrar muchas cualida­ y no tenemos casi nada más que pe­
des de· este espejo antes de conocer dir respecto de esta mezcla, que con
su construcción; pero estaremos en relación a esos ingredientes, no so-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 299
mos, ·sin embargo, capaces de desen­ fusas subsistan, y que sin embargo
trañar las ideas del azul y del ama­ distingamos sus ingredientes por la
rillo en nuestra idea sensitiva del fantasía misma, es contradecirse, es
-verde, por.lo mismo que es una idea pretender el placer de engañarnos
confusa. Es lo mismo. casi que cuan­ por una perspectiva agradable y que
do no sabemos desentrañar la idea al mismo tiempo - el ojo vea el en­
de los dientes de la rueda, es decir, gaño, lo que sería disiparlo. �s este
de la causa, en la percepción de un un caso, en fin, ·en el que
transp¡uente artificial que _yo he ob­
servado · en los relojeros, hecho por Nihil plus agas
la rápida rotación de una rueda den­ Quam si des operam, ut cum
tada, lo que hace desaparecer los -­ ratione insanias.
dientes·_ y apai:ecer en su- lugar un
transparente - continuo imaginario, Pero sucede a veces que los hom­
compuesto de apariciones sucesivas bres· buscan nodum. in scirpo, y se
de los dientes y de sus intervialos, c.:omplacen en ver dificultades donde
pero en .que fa sucesión es tan rá­ ·no las hay, pidiendo lo que no se
pida, que nuestra fantasía no Ja sa­ puéde conceder y lamentándose des- ·
be distinguir� Encontramos, sí, estos pués de su impotencia y de los lími­
dientes en la noción de esa trans­ tes de sus conocimientos. -
parencia, pero no· en la percepción § 8. FIL.-"Todo oro es fijo" es
sensitiva confusa, cuya naturaleza tina proposición cuya verdad no po-
consiste en ser y permanecer confu- - demos conocer ciertamente. Pues si
- sa; de lo contrario; si la confusión el oro significa una especie de -co­
·cesara (como en el caso en que el sas, que se distinguen por una esen�
movimiento fuera tan lento _que se cia real que la naturaleza - les ha
pudiesen observar las partes y su dado, ignoramos qué sustancias par­
sucesión), ya no sería ella, es decir, ticulares son de esta especie, p'or lo
ya no sería este fantasma de trans­ que no podríamos afirmar · con esta .
parencia. Y cómo no hay necesidad certidumbre cualquier cualidad del
de figurarse que Dios, por capricho, oro. Y si ·tomamos el oro por un·
·nos da este fantasma, y que es inde­ cuerpo domdo de_ cierto color ama­
pendiente del movimiento de los rillo, maleable, fusible y más pesa­
dientes de la rueda y de sus inter­ do que cualquier otro cuerpo cono­
valos, y como, _por el contrario, se cido, no es difícil conocer lo que
concibe que no es más que una ex� es o no es oro; pero, con todo; nin­
presión confusa de lo que sucede en guna . otra cualidad puede ser afir-_
este movimiento, expresión, digo, mada o negada con certeza del oro
que consiste en .qué cosas sucesivas que la que tenga con esta idea una
· son confundidas en una simultanei­ conexión o una incompatibilidad
dad aparente, así es fácil creer que , que se pueda descubrir. Ahora bien;
sucederá lo mismo respecto de los no teniendo la fijeza ninguna co­
demás fantasmas sensitivos, de los nexión necesaria conocida con el·
cuales no hemos alcanzado todavía color, la pesantez y las demás ideas
un análisis tan perfecto como de simples que yo- he supuesto que ha­
los colores, de los sabores, etc.; pues, cen la idea compleja •que tenemos
a decir verdad, merecen este nom­ del oro, es imposible que podamos
bre de fantasmas más que el de conocer ciertamente la verdad de
cualidades .o de ideas, y éri todos esta proposición: que todo_ oro -es
·conceptos nos bastará entenderlos fijo. -
tan bien .:orno - dicha -transparencia TEo.-Sabemos que el más pesado
artificial, sin que sea _razonable ni de·-· todos - los cuerpos de la Tierra
posible querer entenderlos mejor, es fijo, casi .tan ciertamente como ,
pues querer que estos fantasmas con- que mañ'a �a saldrá el_ sol. Y porque

________" -- --
__,_
¡­ 300 LEIBNIZ
\
1 lo hemos experimentado cien mil ve­
ces, se trata de una certidumbre
otro cuerpo, perderá al punto su co­
lor amarillo y su pesantez, y quizá
1:.
1
experi_mental y de hecho, aunque no
conocemos l¡¡. relación de la fijeza
también se haga friable t' pierda su_
maleabilidad. Sabido es cómo los
con las demás cualidades de este animales y los vegetales dependen
cuerpo. Por lo demás, no hay que de la tierra, del aire y del sol; ¿quién
contraponer dos ·cosas que están de sabe si Jas estrellas fijas muy leja­
acuerdo y que vienen a ·ser lo mis­ nas no ejercen todavía alg4na in­
mo. Cuando yo pienso en . un cuerpo fluencia sobre nosotros?
que es. al mismo tiempo amarillo, TEo.-Esa observación es muy
fusible y resistente a la copela, ,pien­ buena, y . cuando la contextura de
so en un . cuerpo cuya esencia espe­ ciertos cuerpos nos fuera conocida,
cífica, aunque desconocida en su in­ no podríamos juzgar suficientemen­
terior, hace emanar estas cualida­ te de sus efectos sin conocer el in­
des de su fondo y se da a conocer, terior de los que. les tocan y les
confusamente al menos, por ellas. atraviesan.
No veo nada en esto de censura­ · § 13. FIL.-Sin embargo, nuestro
ble, ni que merezca volver tanto a juicio puede ir más lejos que nues­
la carga para refutarlo., tro conocimiento. Pues las personas
§ 10. FIL.-Basta para mí, aho­ aplicadas ,a la observación pueden
ra, que este conocimiento de la fi. penetrar más · adentro, y por medio
jeza del más pesadci de todos los de algunas probabilidades de una
cuerpos no nos sea conocida por la observación exacta, y · de . algunas
conveniencia o disconveniencia de apariencias reunidas oportunamente,
las ideas. Y creo q1,te entre las se­ hacer a veces justas conjeturas -sobre
gundás cualidades de los cuerpos y lo que la experiencia no les ha re­
las potencias que a ellas se refieren velado todavía; pero esto no es más
no .. se podrán citar dos de las que que conjeturar.
pueda ser conocida ciertamente la TEO,-'-Pero si la experiencia jus­
coexistencia necesaria o la incompa: tifica estas consecuencias de una
tibilidad, fuera de las cualidades manera const·ante, ¿no. creéis que
que pertenecen al mismo sentido y se puedan adquirir proposiciones
se .excluyen necesariamente una a ciertas por· este medio? Ciertas, di­
otra, como criando se puede decir go; por lo menos . en cuanto que
que lo que es blanco n9 es negro. aseguran, por ejemplo, que el más
TEo.-Creo, sin embargo, que se · pesado de nuestros cuerpos es fi­
encontrarían quizá; l'ºr ejemplo, to­ jo, y· que el que le sigue después
do cuerpo palpable (o que se p1,_1ede como más pesado �s volátil; pues
sentir. por el tacto) es visible. Todo me parece que la certidumbre (mo­
cuerpo duro hace ruido cuando se ral se entiende, o física), pero no
le golpea en el aire. Los tonos de la· necesidad (o certidumbre meta­
las cuerdas o de los hilos están en: física) de estas proposiciones, que
razón subdoble de los pesos que cau­ hemos adquirido simplemente por
san su tensión. Es verdad que lo l_a experiencia y no· por el análisis
que · vos pedís no se puede obtener y el nexo de las ideas, está estable­
sino en tanto que se conciben ideas cidá entre nosotros, y .con razón.
distintas, unidas a ideas sensitivas
confusas. CAPÍTULO VII
§ 11. FIL.-No siempre hay que
imaginarse que los cuerpos tienen I)e las proposiciones denominadas
sus cualidades_ por sí mismos, inde­ máximas o axiomas
pendientemente de otra cosa. Una
pieza de oro, separada -de la impre­ § 1. .. FIL.-Hay una especie · de
sión y de la influencia de c�alquier proposiciones que, bajo el nombre

'
'.NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMJÉNTO HUMANO 301

de máximas o axiom¡:¡s, pasan por cia: que "si a cantidades iguales se


los principios de las ciencias, y co­ les quita cantidades iguales, el re­
:mo son evidentes por sí mismas, nos sultado será cantidades iguales". Se
-contentamos con llamarlas innatas, decía que se debían suponer los dos
sin · que nadie haya tratado, que yo o demostrarlos Jos dos. Pero yo no
Sepa, de poner de manifies�o la era de esta opinión; creía que ya
razón y el ·fundamento de su ·extre- . era una ventaja haber · disminuido
ma claridad, que nos obliga, por de- el número de axiomas. Y la adi­
. cirlo así, a prestarles nuestro asen­ ción, sin duda, es anterior a la sus­
timiento. No es inútil, sin embargo, tracción y más simple, por lo que
entrar en esta investigación y ver si los dos términos, en la• adición se
. esta gran evidencia es particular a emplean el uno como el otro, lo que
estas solas proposiciones, como tam­ · no· sucede en la sustracción. Arnauld
bién examinar hasta dónde contri­ hacía lo contrario de Roberval. Su­
buyen a nuestros . otros conocimien­ ponía aún más que Euclides, Esto
tos. podría valer para los principiantes,
TEo.�Esta investigación es muy a quienes la escrupulosidad detie­
útil y hasta importante. Pero no va­ ne; pero cuando se trata de la for­
yáis a figuraros, señor, que ha sido mación de la· ciencia, ya es otra
enteramente descuidada. Cien veces cosa. Así uno y otro podían tener
habréis oído decir que los filósofos razón. Por lo que respecta a las
de la escuela decían que estas pro­ máximas, algunas veces se las toma
posiciones son evidentes ex terminis, · por proposiciones !establecidas, ya
es decir, desde el momento en que sean evidentes o no. Así es cómo
. :se entienden los términos; de suer­ se les toman frecuentemente en la
te que estaban persuadidos de que moral y aun entre los lógicos en sus
1a fuerza · de convicción · estaba fun­ tópicos, en donde encontramos una
dada_ en la inteligencia de los térmi­ buen.a provisión, :Pero en donde una
nos,_. es decir, en la relación· de sus parte contiene bastantes vaguedades
ideas. Pero los geómetras han hecho y oscuridades; Por lo demás, ha tiem­
más; han tratado de _demostrarlas po que dije públicamente y en par­
muchas veces. Proclo atribuye a Ta-· ticular que sería importante · demos­
les de Milete, uno de los más anti­ trar todos nuestros axiomas tiecun­
guos geómetras que ·conocemos, el darios de que · nos ·servimos ordina­
haber querido demostrar · proposicio­ riamente, reduciéndolos a axiomas
nes que Euclides consideró después primitivos o inmediatos e indemos- ·
como evidentes. Se cuenta que Apo­ trables, que· son los que yo llama­
lonio demostró otros .axiomas, y que ba últimamente y en otro tiempo_
Proclo lo hizo también. El difunto los idénticos.
Roberval, cuando ya tenía unos § 2. FIL.-El conocimiento es evi- 1
ochenta años, formó él propósito de dente por sí mismo cuando la con­
-publicar unos nuevos Elementos de veniencia ó disconveniencia de las
geometría, de que ya creo haber ha­ ideas es percibida l_nmediatamente.
blado. · Quizá ,los nuevos elementos § 3. · Pero hay verdades que no se
de Amauld, q�e hacían ruido en­ consideran como axiomas, y que no
tonces, -contribuyeron a ello. De és­ son menos eyidentes por sí mismas.
tos mostró algunas partes a la Aca­ Veamos si las cuatro especies de
demia Real de Ciencias, y algunos conveniencia de que hemos habla­
· consideraron que, suponiendo · este do no hace tiempo (cap: I, § 3, ·y·
axioma que "si a dos cantidades cap. III, § 7), a saber: la identidad,
iguales s�es añade cantidades igua­ la conexión, la relación y la exis­
les, el resultado será cantidades tencia real, nos suministran verda­
iguales", éste. demostraba este otro, des de esta clase. § 4. En cuanto a
que se juzgaba de la misma eviden- la identidad y a la diversidad, te-
302 LEIBNIZ

nemos tanta. s prop_os!ciones eviden- do no se las ha profundizado debi-


tes como ideas distintas, pues no daniente. - - -
podemos negar la un·a de la otra, § · 5, FIL.-Por lo qu• se refiere
como si decimos que el hombre no a la conexión o coexistencia, pocas
� un caballo, que el rojo no es proposiciones poseemos evidentes
azul. Además, tan evidente es de- por sí mismas; las hay, sin embargo
cir: lo que es, es, como decir: un y parece que. lo es la de que do;
hombre �s ·un hombre. cuerpos no podrían estar· en un mis-
TEo.-Es verdad, y ya lo he ad- rno lugar.
vertido; que es también evidente· TEo.-Muchos cristianos os la ne­
decir ectéticamente ert . particular: garán, como ya he dicho, y el mis­
A es A, como decir en general: lo rno Aristóteles y los que después
que es, es . Pero no es siempre se- de él admitieron condensaciones rea­
guro, como ya he dicho también, les y exactas, q½e reducen un mismo
y.'. negar los objetos de las ideas dif� cuerpo · entero a un lugar más pe­
rentes el uno del otro; como si al- queño que el que ocupaba antes, y
· guien dijese: el trilátero (o lo que que, como el difunto Commenius en
tiene tres lados) no es triángulo, , un opúsculo, pretendía echar abajo
porque, en efecto, la trilateralidad 1� filosofí�- moderna por la experien­
no es la triangularidad; ítem, si al- c1a del arcabuz de viento, no deben
guno d_ijese que fas perlas de Slusius convenir en ello. �¡ tomamos el cuer­
(de que ya os he. hablado no hace po por una masa rmpenetrable, vues­
mucho tiempo) no son líneas de la tro enunciado ·será verdadero, ppr­
pai'ábola cúbica, se ·habría engaña- que 1ierá ·idéntico_ o casi idéntico;
do, .Y sin embargo, esto parece evi- pero se bs negará que·el cuerpo real
dente a muchas personas. El difun- sea tal. Por lo menos se dirá que ·
to Hardy, consejero del Chatelet de· Dios lo podría hacer de otro modo,
París, excelente geómetra y orlen- de suerte que se admitirá -solamente
. taliste, y muy versado en los anti- esta . impenetrabilidad como confor­
guos geómetras, que ha publicado me al orden natural de las · cosas
el comentario de Márinus sobre los que Dios ha establecido y que la
Data de Euclides, estaba de tal mo- · experiencia nos muestra, aunque por
· do prevenido de que . la sección lo demás sea preciso confesar que
oblicua del cono, que se llama elip- es también muy conforme con la
se, es diferente de la sección oblicua razón.
del cilindro, que la demostración de § 6. F1L.__;En cuanto a las rela-
Serenus le parecía paralogfstica, y ciones, de_ los modos, los matemáti- ·
no pude conseguir nada de él por cos han formado muchos axiomas
mis reflexiones; además, cuando yo sobre la única relación de la igual­
le visité era poco más o menos de dad, como el de que "si de dos cosas
la edad de Roberval, y yo era muy iguales se quitan cosas iguales, el
joven, diferencia que no me podía resto es igual". Pero no es menos
dar mucha fu�rza de persuasión so- evidente, creo, que uno y uno son
bre él, aunque, por lo demás, yo iguales a dos, y que si· de _cinco
estuviese con él en muy buenas re� dedos de una mano quitáis dos y
laciones. Este ejemplo nos hará ver . luego otros dos de los cinco de la
de pasada 'lo que puede la preven- otra mano, el número de dedos que
ción aun . en personas inteligentes, quedará será igual.
pues lo era verdaderal?ent7! y se ha- TEo.-Oue uno y úno son dos, no
bla de Hardy con estimac1on en las es una verdad propiamente, sino la
c�tas de ·nescai:tes. Pero yo he. adu- definición del número dos, aunque
c1do todo esto sunplemente para de- . haya de· verdadero y ·de evidente en
mostrar cuánto nos podemos enga- ella que es la definición de una co­
ñar al negar una idea de· otra, cuans sa posible. Por lo que se refiere al
_
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 303

axioma de Euclides aplicado a los do se pide dos números, cuya suma


dedos de la mano, quiero conceder y diferencia sean dadas, no hay más
que es tan fácil conceder lo que de­ que tomar, para el mayor de los
cís de los dedos · como. verlo de números pedidos, la mitad de la su-
A y ·B; pero para no repetir varias ma formada por la suma y fa dife­
veces la misma cosa, se le marca rencia dadas, y para el menor de los
generalmente, y después de ello, bas­ números pedidos, la mitad de la di­
ta con hacer -subsunciones. De lo ferencia entre la suma y la diferen-
contrario, sería como ·si se prefiriese cia dadas". De este modo se ve que
el cálculo en números particulares . yo hubiera podido prescindir de las
a las reglas universales; lo que se­ letras si hubiese trabado los núme-
ría contentarse con menos de lo que ros como letras, es decir, si en lu-
se puede. Pues vale más resolver es-­ gar de poner 2a = 16, y.2b = 4, hu-
te problema general, "encontrar dos biese escrito 2a = 10 + 6, y 2b =
números cuya suma forme un núme- 10 - 6, lo que .me habría dado ·
. ro dado, y cuya diferencia· sea tam­ =
1t = 1/2, 10 + 6 y B 1/2, 10 - 6.
bién un número dado", que buscar Así, en el cálculo particular mismo
-solamente dos. números cuya suma hubiera tenido el cálculo· general,
dé diez y cuya diferencí,a dé seis. tomando estos caracteres 10 y 6 por
Pues si yo procedo en este segundo números generales, como si fueran 1
p¡:-oblema al modo del álgebra nu­ letras x y v; a fin de tener una
mérico, que tiene mucho de espe­ verdad o un método más general, y
cioso, el cálculo sería éste: sea tomando estos mismos caracteres 10
a + b = 10, y a - b = 6; en donde y . 6 también por los números que
sumando el lado derecho con el dere­ significan ordinariamente, tendría un
·cho y el 1zquierdo con el izquierdo, eJemplo sensible y que p_odría ser-
tendremos a+ b + a -'b = 10 + 6; vir de prueba. Y así comó Viete ha
es decir (como +b y -.b se destru­ sustituido las letras a los números· 1 ·
yen), 2a = 16, o ,a= 8. Y sustrayen­ para obtener una mayor generali­
do ·el lado derecho del derecho y el dad, yo he querido reintroducir los .
izquierdo del izquierdo (como qui­ caracteres dé los números, porque
tar a - b es añadir - a+ b), resul­ son más propios que las letras, en
tará a + b - a.+ b = 10 - 16, es la especiosa misma. He� encontrado
decir, 2b-:- 4, o b = 2. De este mo­ esto de mucho más empleo en·. los··
do tendré ciertamente los a y los b grandes cálculos, para evitar los erro-
que. yo deseo; que son. 8 y 2, que res, y aun· para aplicar las pruebas;
resuelven el problema, es decir, los tales como la abyugación del nove­
números cuya suma es 10 y cuya di­ nario en medio de la cuenta, sin es­
ferencia es 6; . pero yo no sé por perar el resultado, cuando no hay­
esto el método general aplicable a más que números en lugar de le- ,.­
cualesquiera otros números que se . tras; -lo que puede sucedei, muchas
podrían poner en vez de' 10 o. 6; veces cuando nos servimos de habi­
método que, sin embargo, podría lidad en las · posiciones, de suerte
encontrar con la misma facilidad que las suposiciones aparecen ver­
que esos dos números 8 y 2, po­ daderas en lo particular, además
niendo x y v en lugar de fos núme­ del empleo que tiene de ver rela- . · · •
ros 10 y 6. Pues· procediendo del ciones y órdenes que las letras por
. mismo modo que antes, tendríamos sí solas no podrían presentar con
.a + b + a - b = x 4 v, es decir, tanta claridad al espíritu, como- ya_
· 2-a = x + v, o bien a= 1/2, x + v, y he demostrado en otra parte, ha­
también.a + b - a + b = x - v, es biendo observado que fa buena ca­
decir, 2b = x - v, o b = 1/2 x - v. racterística es uno de los grandes
·Y este cálculo nos proporciona- el auxiliares del espíritu humano. ·
teorema o canon general, que "cuan- § 7. FIL.--:-En cuanto a la exis-
......

L_________ -- - - ----- --- -- ----'----'


I

304 LEIBNIZ

tencia real, que yo había enumera­ señor, que os represente aún lo que
do como -la c;uarta especie de con­ yo tenía en mientes sobre este pun­
veniencia que se puede observar en to, pues· vuestros escla�imientos
las ideas, no nos puede suministrar podrán servir también para que
ningún axioma, pues no tenemos· si­ otros salgan de su error. § 8. Es una
quiera un conocimiento demostrati­ regla célebre en tas• escuelas, que
vo de fos ¡¡eres fuera de nosotros, todo razonamiento viene de cosas
excepto · de Dios. ya conocidas y. concedidas, ex prae­
TEo.-Siempre se podrá decir que cognitis et praeconcessis. Esta regla
·esta proposición: yo existo, es de la parece hacer considerar esas máxi­
última evidencia, por ser una propo­ mas como veidades conocidas por
sición que no podrla. ser probada el espíritu antes que fas otras, y las
por ninguna otra, o bien una ver­ demás partes de nuestro conocimien­
dad inmediata. Y decir: yo pienso, to como verdades dependientes de
_ luego soy, no es .probar propiamen­ los axiomas. · § 9.. Creía haber de­
te la existencia por el pensamiento, mostrado (lib. I, cap. 1) que estos
· porque pensar y ser pensante es una · axiomas no son las primeras verda­
misma cosa; y decir yo ·soy pensan­ des conocidas, porque el niño cono­
te es decir yo soy. Sin embargo, ce que la vara. que yo 1� muestro.
, .podéis excluir esta proposición del no es el azúcar que le gusta, mucho
número de los axiomas con alguna antes que cualquier axioma· sea el
razón, pues es una proposición de que vos queráis. Pero vos habéis
hecho fundada sobre una experien­ distinguido entre los conocimientos
cia inmediata, y no es una propo­ singulares o experiencias de hechos
sicióri" necesaria, cuya necesidad se y fos principios de un conocimiento ·
desprenda de la conveniencia inme­ universal y necesario (y en los cua­
diata de .Jas ideas. Por el contrario, les yo reconozco que hay que- recu­
sólo Dios ve cómo estos dos térmi­ rrir a los ·axiomas), como · también
nos, yo y la existencia, están liga­ entre el orden accidental y el na-
dos; es decir, por qué· yo existo. tural. . . .
Pero si el axioma se toma. más ge­ TEo.-También he añadido que
neralmente por una verdad inme­ en el orden natural es anterior de­
diata o no susceptible de prueba, se cir que una cosa es lo que es, que
· puede decir que esta proposición: yo decir que no es otra cosa, pues .no
soy, es uti axioma, y en todo caso se trata aquí -de fa historia de nues­
se puede asegurar_ que es una ver- · tros descubdmientos, que es diferen­
dad primitiva o bien unum ex pri­ te en los diferentes hombres, sino
mis cognitis inter terminas com­ de la relación y del orden natural
plexos, es decir, que es una de las de las verdades, que es siempre el
enunciaciones. primeramente conoci­ mismo. Pero vu·estra observación de
das, lo que se entiende en el orden que lo que el niño ve no es más
natural · de los conocimientos, pues que un hecho, merece aún más re­
puede. suceder que un hombre no flexión, pues Ias experiencias de los .
· haya pensado jamás en formular ex­ sentidos no dan nunca verdades ab­
. presamente esta proposición, que sin ·solutamente ciertas (conio vos mis­
embargo le es innata. mo habéis observado, no ha mucho),
- § 8. FIL.-Siempre había creído ni que estén .exentas de todo peli­
que los axiomas tienen poca in­ gz-o de ilusión, Pues si es lícito ha-.
fluencia sobre fas demás partes de cer ficciones . metafísicamente posi­ .,'
nuestro conocimiento. Pero · me ha­ bles, el azúcar se podría trocar en
béis desengañado de ello, puesto que vara de una manei,a imperceptible
vos mismo habéis · demostrado un ,para castigar al niño que ha sido
uso importante de las proposiciones malo, como el agua ·se trueca en vino
idénticas. Perdonad, sih embargo, entre nosotros la víspera de Navi-
NUEVO TRATADO SOBRE E'L ENTENDIMIENTO HUMANO 305

dad, para recompensarle cuando ha do es mayor que su parte; pero cu­


. sido bueno. Pero siempre diréis: el. yos rasgos han sido objeto de colo-
dolor que produce la vara · no · se . ración o de adición. Del mismo mo­
confundirá con el placer que pro­ do, el que. dice AB dice A. Así,
porciona el azúcar. Yo responderé pues, no hay que oponer aquí el
que el niño tardará tanto en hacer axioma y el ejemplo como diferen- ·
. de esto una proposición expresa co­ tes verdades bajo este aspecto, sino
mo de notar esté axioma: "no se considerar el axioma como incorpo­
puede decir que una cosa -sea y no rado al ejemplo y confiriéndole ver­
sea al mismo tiempo", aunque pue­ dad. Otra cosa sucede cuando la
da muy bien enterarse de fa dife­ evidencia JtO se nota en el ejemplo •
rencia entre el placer y el dolor, mismo, es decir, cuando la afirma­
tanto como de la -diferencia entre ción del ejemplo es una consecuen­
percibir y no percibir. cia y no solamente una subsunción
§ 10. FIL.-.-He aquí, sin embar­ de la proposición universal,· Jo que
go, una gran cantidad de verdades puede suceder también respecto · de
que son tan evidentes por sí mismas . los axiomas. . ..
como estos -axiomas. Por ejemplo: FIL.-Nuestro. hábil autor dice
"uno y dos son igual a tres" es una aqul: "Yo preguntaría a esos seño­
. proposición tan evidente como este res que pretenden que todo conoci­
axioma que dice que "el todo_ es miento (que no es de hecho) de-­
igual a sus partes tomadas,.en su pende de los principios gerierales in-
conjunto". natos y evidente.s por sí mismos, de
TEo.-Parece que habéis olvidado, no qué principio tienen que echar ma­
•. señor, que ya os he dicho más de para probar que dos y dos son
una vez que decir una y dos son - cuatro. Pues la verdad de ·estas pro­
tres, no es más que dar la defini­ posiciones se ·sabe (según él) sin
ción del término ''tres"; de modo necesidad de ninguna prueba. ¿Qué .
que decir que '.'uno y dos es igual­ decís vos, señor?
__:Digo que me cogéis bien
a tres'', es tanto · como. decir que TEo,
"una cosa es igual a sí misma". Por preparado y que ya. os aguardaba.
lo que se refiere a este axioma que La verdad "dos y dos son cuatro,.
no es úna verdad completamente
"el todo ese igual a todas sus partes inmediata;.
juntas", Euclides no fo inencio:o.a ex­ significa tressuponiendo que cuatro
y uno. Por consiguien­
presamente. Además este axioma ne­
cesita limitación, - · pues ·es preciso te, puede ser demostrada y he aquí
añadir que · estas partes :q_o deben cómo:
tener parte común; pues siete y ocho Definiciones:
sorí · partes de doce, pero componen 1) Dos es uno y uno.
-más de doce. El busto y el tronco, 2). Tres es dos y uno.
tomados juntament�� son más que el 3) Cuatro es tres y uno.
hombre, . porque el _-tórax es común
a ambos. Pero Euclides dice que. el Axioma: Si ponemos igual en lu-
todo es más . grande que su parte,
lo que no está sujeto a caución. Y gar de igual, la igual subsiste.
decir· que el cuerpo es mayor que el Demostración:
2 es 2 y 1 y 1 (según la def. 1 i;i)
tronco no difiere del axioma de Eu­
clides sino en que este axioma se 2 y
limita expresamente a fo que es de­ · 2:+ 2
bido: pero al ejemplificarle y reve&- · 2 y 1 y 1 es 3 y 1 (según la def. 2�)
tirle de cuer¡¡o, lo inteligible se hace 2 +-1:+ 1
sensible, pues decir:' .. un tal todo 3 y 1· es 4 (según la def. 3"')
es mayor que su parte tal, es, en 3+1
efecto, la proposición de que un to• 4
"'-
306
/
LEIBNIZ

Por consiguiente (por el axioma), § 11. FIL.-Este juicioso escritor


2,Y 2 son 4. Que era lo que se.que­ que ha suministrado la ocasión a
na demostrar. nuestras · conferencias, concede que
Yo podía, en vez de decir que las máximas tienen su · uso; pero
.. 2 y 2 es" 2 y 1 y 1, decir que 2 y 2 cree que e� más bien el de cerrar la
es igual a 2 y 1 y 1, y así sucesiva­ boca a los obstinados que el de
mente. Pero se puede sobreentender establecer las ciencias. Mucho me
siempre para mayor brevedad; y en agradaría, .dice, que se mostrase al­
esto en vir.tud de otro axioma que di- guna· de esas cienci_as construidas
- ce que una cosa es igual a sí misma sobre estos axiomas generales, de la
� que lo que es lo mismo es igual. cual no se pueda demostrar 9ue se
Fn:.-:-Esa demostración, por poco sostiene perfectamente sin axiomas.
necesaria que . ·sea en relación con TEo.-La geo!]].etría es, sin duda,
su conclusión tan co11-ocida sirve pa­ una de esas ciencias. Euclides em- -
_ra enseñamos cómo -las verdades de­ plea expresamente lo� axiomas en
·penden de las definiciones y de los las demostraciones; y este · ·axioma
.axiomas. Así yo preveo lo que res­ "que dos dimensione.s. homogéneas
ponderéis a muchas objeciones de son iguales cuando la una -no es más
J,as que se hacen contra el uso de grande ni .más pequeña que la otra",
los axiomas. Se objeta que habrá es el fu'ndamento de las demostra­
una multitud innumerable de prin­ ciones de Euclides y de Arquíme-
.cipios; pei:o. esto es cuando se cuen• des sobre }a dimensión de las curvi­
ta entre los principi_os los corolarios líneas. Arquímedes empleó axiomas
.que se siguen de las definiciones con de qµe Euclides .no tuvo necesidad;
.ayuda de algún axioma. Y como las por ejemplQ: que de dos líneas ca-
definiciones o ideas son innumera­ da una de las cuales tiene su con­
bles, · los principios lo serán tam• cavidad siempre del mismo "lado, la
bién en este sentido, aun suponien­ que e�cierra a la otra es la mayor.
1

do con vos que los principios inde­ • ·No podrírunos pasamos ,sin los axio­
mostrables son los -axiomas idénti• mas idénticos en geometría, como
cos·. Llegan a ser innumerables tam­ por ejemplo del principio de con­
bién por la ejemplificación; pero en tradicción o de las demostraciones
el fondo A es A y B es B, se pueden por reducción a lo imposible. Y en
considerar como un· mismo princi• cuanto a los otros axiomas que son
pio con difetente vestidura. .. demostrables, . nos podríamos pasar
TEo.-Además, esta diferencia de sin ellos, absolutamente hablando, y
grados que hay en la evidencia. hace sacar las conclusiones inmediatamen­
que yo no conceda a vuestro célebre te de los idénticos y de las defini­
autor que todas esas verdades a que ciones; pero la prolijidad de las de­
se llama principios y qµe pasan por mostraciones y las repeticiones in­
evidentes por sí mismas, porque es­ . finitas en que caeríamos en tal ca­
tán tan próximas a los primeros so, ocasionaría una confusión horri­
axiomas indemostrables, son entera­ ble, si siempre . fuese preciso reco­
mente independientes e incapaces de menzar ab ovo; mientras que; su­
recibir las unas de las otras nin- · poniendo las proposiciones medias
guna foz o prueba. Pues se· les pue­ ya demostradas, se va fácilmente
de reducir, o a los ·axiomas _mismos, más lejos. Y esta suposición de las
o a- otras verdades más próximas a verdades ya_ conocidas es útil, sobre
Jos axiomas, como la verdad ·de que todo por lo que toca a los axiomas.­
dos y dos son cuatro os lo ha hecho pues se presentan tan constantemen­
ver. Y ya acabo de referiros cómo te que los geómetras se ven obli­
Roberval disminuía el . número de gados a· servirse· de ellos en todo
los axiomas de Euclides; reduciendo momento sin citarlos; de suerte que
algunos a otros. nos engañaríamos si creyésemo� que

- ---- - - -
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 307
-no están allí, porque no los vemos verdad- particular, no es inventor
quizá siempre citados ál margen. más que a medias. Si Pitágoras se
F1L.-Pero él objeta el ejemplo hubiese contentado con observa;r que
de la teología. De la- revelación es, el triángulo, cuyos fados son 3, 4
dice nuestro autor, de donde nos y 5; tiene la propiedad de fa igual­
llega el conocimiento de esta santa dad del cuadrado de la hipotenusa,
religión, y, sin esta ayuda, las máxi­ con los de los lados (es decir que·
mas no hubieran sido nunca capa­ 9 + 16. hacen 25), ¿habría sido por
ces de hacérnosla conocer. La luz esto el . inventor de e_sa gran verdad
nos viene, pues, de las_ cosas mis­ que comprende todos los triángulos
mas, o inmediatamente de la infali­ rectángulos y que :ha pasado a _la
ble veracidad de Dios.. categoría de máxima entre los geó­
TEo.-Es como si yo dijese: la metras? Es verdad que muchas ve-·
medicina está fundada sobre ia ex­ ces un ejemplo, encontrado por azar,
periencia, luego la razón no nos sir­ sirve de ocasión a un hombre inge­
ve en este punto ·para nada. La teo� nioso para tratar de alcanzar fa ver-
logía cristiana, que es la verdadera . dad general, pero muchas veces es
medicina de las almas, está funda­ todavía un problema· el encontrarla;
da sobre la revelación, que responde además de que esta vía de · inven­
a la experiencia; pero, para com­ ción no es la ·mejor ni ta· m�s ' em­
pletarla, hace falta la . teología na­ pleada entre aquellos que proceden
tural, que está sacada de los axiomas por orden y por- método, y .no se:
de la Razón eterna. Este principio sirven de •ella más que en las oca­
mismo de que la veracidad es un siones en que otros métodos mejo­
atributo de Dios, por el cual reco­ res -faltan. Así es como algunos ·creen
nocéis que la certidumbre de la re­ que Arquímedes encontró la cuadra­
velación está fundada, ¿no es una tura de la parábola, pesando un pe­
máxima tomada . de la teología na- . dazo de madeta tallada parabólica- ·
tural? meµte, y como esfa experiencia par- ·
FÍL,:_Nuestro autor quiere que se ticular le hizo': dar con la verdad
distinga entre el medio_ de adquirir general; pero los que conocen la
el conocimiento y el de enseñarlo, penetración de aquel hombre, saben
o bien entre enseñar y comunicar. perfectamente que no tenía necesi-·
Desde que se- erigieron fas escuelas dad de tal recurso. Sin embargo, aull!
y se establecieron profesores para cuando . esta vía empírica de las ver­
. enseñar las ciencias que otros • ha­ dades particulares hubiera sido la
bían inventado, estos profesores se ocasión de todos los descubrimien­
han servido de estas máximas para tos, no hubiera sido suficiente para
imprimir las ciencias en el espíritu alcanzados; y lps mismos .invento­
deo sus escolares y para convencer- . res han sentido gran contento al en­
-l s, por. medio de los · axiomas, de contrar las máximas y verdades ge­
algunas verdades parti<;ulares; mien­ nerales cuando han podido hallar­
tras que __ las verdades · particulares las; de lo contrario, sus invenciones:
sirvieron a los primeros inventores . hubieran sido muy imperfectas. To­
· para encontrar la verdad sin las do lo que se puede atribuir a las
máximas generales. escuelas y a los profesores, es haber
· TEo.-Yo quisiera que se nos hu­ recogido y ordenado las máximas y
biera justüicado este supuesto pro­ las demás verdades generales; y plu­
cedimiento con ejemplos de )lgu­ giese a Dios que lo hubiesen hechó·
nas verdades particulares. Pero con­ . con más cuidado y juicio, y enton-­
siderando 1'ien- las cosas, no le en­ ces las ciencias no se encontrarían
contraremos practicado en el esta­ tan disgregadas y tan embrollada5.
blecimiento de las ciencias. Y si el Por lo demás, · confieso que muchas
inventor no encuentra más que una vec!'ls hay diférencia entre el m:éto-

' 308 LEIBNIZ ""'

do que se emplea para enseñar la gentes, ad,iudicaban la victoria al.


ciencia y el que sirve para cons­ que quedaba dueño del campo de
truirla; pero no es de esto de lo batalla y hablaba el t.íttimo. Mas,
que se trata. Algunas veces, como para dar medios de convencer a los
ya lo he observado, el azar ha dado recalcitrantes, fue preciso establecer
ocasión a Ias invenciones. Si se hu­ las máximas.
bieran registrado estas ocasiones y TEo.-Las escuelias de filosofía
se hubiese transmitido su historia - habrían hecho mejor, sin duda, en
a la posteridad (lo que hubiera si­ unir la prácticá a la teoría, como
do muy útil), ·tal detalle constitui­ · hacen las escuelas de medicina, de
ría una parte muy considerable de química y de matemáticas; y dar el
la historia de las artes, pero no ha­ premio al que hubiera obrado . me­
bría sido propio para hacer los sis­ jor, sobre todo en me>ral, iantes que
temas. Algunas veces, también los al que hubiera hablado mejor. Sin
.inventores han procedido razonable­ embargo, como ha:y materias en que
mente, a la verdad, pero dando gran- el discurso mismo es un efecto, y a
<les rodeos. Yo creo que, en ocasio­ veces el único efecto y la. obra maes­
\ . nes . importantes, los autores hubie­ tra que puede hacer patente la ha­
11 1 -ran prestado un servicio al público bilidad de un· hombre, como en las
:si· hubiesen querido marcar sincera­ materi-as metafísicas, ha habido ra­
:mente en sus escritos las huellas de zón, en algunas ·ocasiones, para · juz..
sus ensayos; pero si ·el sistema de gar de la habilidad de ilas gentes por
1. ]a ciencia debía ser fabricado sobre el éxito que han tenido en las con­
,ese pie, sería como · si en una casa ferencias. Se sabe t�mbién que al
·terminada se quisiera· conservar todo ·comienzo_ de la Reforma, los protes­
•el andamiaje de que el arquitecto se tantes provocaron •a sus adversarios
-valiera para alzarla. Los buenos mé­ al terreno del diálogo y de las dispu­
todos de énseñanza son tales · que tas; y algunas veces, por el éxito
la .ciencia . hubier11 podido ser ela­ de estas disputas, el público se ha
·borada ciertamente por su camino; decidido por los refonnados·.. Tam­
-y entonces, si no ·son empíricos, es bién es sabi.do cuánto poder tiene
,decir, si las ·verdades son enseñadas el arte de hablar y dar claridad y
' ·por razones o por pruebas sácadas fuerza a las razones, y, si así puede
de las idea�. siempre será por axio­ decirse, de disputar, en conse_jo de
mas, . teoremas, cánones y otras pro­ Estado y de guerra, en un tribunal
-posiciones generales de esta · clase. de justicia, en una consulta de mé­
Otra cosa •sucede cuando las ver­ dicos y hasta en. una conversación.
,dades son aforismos, como los de Y estamos obligados a recurrir . a
Hipócrates,. es decir, verdades de i:ste medio y a contentarnos con pa­
becho o generales, o, por lo menos, labras, en lugar de hechos, en estas
·verdaderas las más de Jas veces, ocasiones, por la razón de que en­
aprendidas por la observ.ación o fun­ tonces se trata de un acontecimiento
,dadas · en e:x;periencias, y de las que o de un hecho futuro, en que será
·no se tienen razones completamente demasiado tarde conocer la verdad
,convincentes. Pero no es de· eso de por el efecto. Así el arte de disputar
Jo que aquí se trata, pues estas ver­ · o de combatir por medio de razo­
,dades no son conocidas por l¡¡ refa- nes (en el cual yo �omprendo aquí
•ción de las ideas. la alegación ·de las ,autoridades y los
1"'-·
FIL.-He aquí la manera como ejemplos) es muy grande y muy im­
·nuestro ingenioso autor concibe que . portante; pero por desgracia, est�
,se ha introducido la necesidad de muy mal regulado, y por esto tam­
las máximas. Habiendo establecido bién muchas veces no se concluye
]as escuelas. la disputa como piedra nada o se concluye maL Por eso he
uo do la habilidad do la, tenido más de una vez el propósito

L�
.


NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 309

· de hacer observaciones sobre los medidas generales de la verdad y


coloquios de los teólogos, de .que te- ocupar el lugar de principios (cuan­
nemos relatos, para poner de mimi- do los contendientes no habían pro-:
fiesta los defectos que allí se pue- puesto otros) más allá de -los cuales
den notar y los remedios que se po- no se pudiera ir y que se debiesen
drian aplicar. En las consultas sobre respetar por las. dós partes: Así, ha�
los n�gocios, si ,]os que tienen más hiendo recibido estas ·máximas el
I
1 poqer no tienen el espíritu muy só- nombre de principios que no podían
lido, la autoridad y la elocuencia negar en la disputa y que termina­
se impone ordinariamente cuando se ban. la cuestión, se los tomó errónea­
coligan contra la verdad. En una pa- mente (según nuestro autor) por la
labra: el arte de conferenciar y de fuente de los conocimientos y por
disputar, tendría que ser enterainen- los fundamentos de las ciencias. ·
te refundido. Por lo que se refiere TEo.-Plugiese a ·Dios que se hi­
a la ventaja del que habla el últi- ciese -lo mismo en las disput,as y no
mo, casi no tiene lugar más que en habría nada que redargüir; pues se
las conversaciones libres, pues en decidiría sobre alguna cosa. ¿Y qué
los consejos, los sufragios o votos podría hacerse mejor que reducir la
se emiten por orden, ya se comience controversia, es decir, las verdades
-0 se principie por el último �n cate- controvertidas a verdades evidentes
goría. Es verdad que el presidente e incontestables? ¿No sería eso esta­
es quien, por lo general, empieza y 1blecerlás de una manera demostra­
termina, tocándole. proponer y con- tiva? ¿Y quién puede dudar que es­
duir; pero concluye por pluralidad tos principios que terminarían las
de votos. Y en las disputas acadé- disputas estableciendo la verdad se­
micas, el proponente es el que ha- rían, al mismo tiempo, las fuentes
bla el ·último, y el campo de batalla de los conocimientos? Pues siempre
queda casi siempre por suyo por una que el razonamiento sea bueno, ¿qué
costumbre establecida. Se trata de importa que se le conciba en la so­
tantearle y no de confundirle; de fo' Jedad del gabinete o que se 17 esta­
contrario, sería obrar como enemigo. blezca públicamente en la tnbuna?
Y a decir verdad, casi 'no se .trata y aunque esos principios fueran más
de· Ia cuestión de la verdad en estas bien peticiones que axiomas, toman­
ocasiones; por eso vemos sostener do las peticiones no como Euclides,
tesis · contrarias en distihtás ocasio- sino como Aristóteles, es decir, co-·
.1

nes en· la misma· tribuna. Un día mo suposiciones que se quiere con­


que enseñaban a Cazaubon la sala ceder, esperando a que haya oca­
de la Sorbona, le decían: Ved aquí sión de probarlás, esos principios
el lugar en que se. ha disputado du- tendrían siempre 1-a utilidad de· que
rante tantos siglos. Y él respondió: por su medio todos los demás pro­
í
¿Y en qué han quedado? - blemas quedaran reducidos a un
. TEo.-Sin embargo, se ha querido . pequeño número de proposiciones.
impedir que las disputas. durasen in- Así estoy sumamente sorprendido
finitameñté, y hacer que hubiera me- de ver censurar una cosa loable, por
dio de decidir entre dos combatien- no sé qué prevención, en que por
tes igualmente expertos, a fin de que el ejemplo de vuestro autor se ve
no se enredasen en una cadena sin que los hombres más · ingeniosos
fin de silogismos. Y· este medio ha pueden caer fácilmente. Por desgra­
sido introducir ciertas proposiciones cia, sucede muy otra cosa en las·
generales, la mayor parte evidentes disputas académicas. En fogar de
por sí ·misiws, y que siendo· de í,n- establecer axiomas generales, se ha­
dale tal que todos los hombres las oé todo lo que se- puede por debi­
aceptasen con entero consentimien- litarlos con distinciones vagas y po­
to, deberían ser consideradas como co entendidas, y se complacen eQ.
/
)10 LEIBNIZ

empleat: ciertas reglas filosóficas de en su debida forma y de registrar-.


que hay tantos libros llenos, pero los para descubrir la verdad cuando
que son poco seguras y poco deter­ está sin recompensa; y•o se llega­
minadas, y hay el plac;er de eludir­ rá. a feliz término cuando se quiera,
.las, distinguiéndolas. Este no es el a menos .que las distinqiones sean
medio de poner fin a las disputas, excluidas o mejor reglamentadas.
sino de eternizarlas y de cansar, al FIL.�Es, sin embargo, verdad,
fin, al adversario. Y es como si se como nuestro autor observa, que
le llevase a un lugar oscuro y le pe­ habiéndose extendido el método de
gasen por detr4s· sin dejarle com­ las escuelas fuera de ést?S, a las
prender de dónde vienen los golpes. conversaciones, para cerrar la bo­
Esta invención es admirable para ca a los charlatanes, ha produci­
los que sostienen pot compromiso do malos efectos. Pues siempre que
ciertas tesis (respondentes). Es un se tengan las ideas medias se puede
escudo de Vulcano que les hace in­ ver la relación ·sin ayuda de las
vulnerables, es Orci galea, el yelmo máximas y antes de que hayan sido
de Plutón, que ,}es hace invisibles; producidas, y esto bastaría para gen­
forzoso es que s�an muy torpes o tes sinceras. y tratables. Pero _el mé­
desgraciados para que con- él se les todo de las escuelas, como quiera
puedª vencer. Es verdad que hay que autotiz� a los hombres a opo­
reglas· que tienen excepciones; sobre nerse lós unos a los otros· y a re-
todo en las cuestiones en que entran . sistir a· estas verdades evidentes,
muchas circunstancias; como en la hasta verse reducidos a contradecir­
_jurisprudencia. Mas· para hacer su se o a combatir . principios estable­
uso seguro, es. preciso que estas ex­ cidos, no hay que · extrañarse que
cepciones· sean determinadas en nú­ en· la conversación ordinaria hagan
mero y en significación cµanto sea aquello mismo que en las escuelas
posible, y entonces puede suceder es· glorificado y pasa por virtud. El
que la · excepción misma tenga sus autor añade . que personas razona-­
subexcepciones, es decir, · sus répli­ bles esparcidas por el resto del mun­
cas y que las réplicas tengan sus · do, que no han sido corrompidas
dúplicas, etc., pero, en fin de cuen­ por la educación, se resistirían mu­
tas, es - preciso que todas esas ex­ cho a creer que tal método haya sido
cepciones y . subexcepciones, bien nunca segu�do por personas· qué ha­
determinadas, unidas a -la regla, aca� . cen· su profesión del amor a la ver­
ben· la universalidad. De esto sumi­ dad y que consagran su vida a. es-­
nistra la jurisprudencia ejemplos muy tudiar la religión o la ·naturaleza.
'notables. Pero si esta clase de re-. No investigaré· aquí, dice, cuán ex­
glas, cargadas de excepciones y sub­ puesta es esta manera de discutir
excepciones; debieran entrar. en.- las a extraviar el espíritu de ilos jóve­
disputas académicas, sería preciso nes, desviándoles del amor y de la
siempre disputar con ·la pluma en la investigación sincera de la verdad,
mano, disponiendo · de una �specie o más bien a hacerles dudar de si
de protocolo ·de fo que se dice .por efectivamente existe alguna verdad
una y otra parte. Y además, esto en el múndo que merezca adhesión.
sería también necesario al disputar Pero yo creo firmemente, añade,
constantemente en forma de muchos que, excepto . los lugares que han
silogismos y prosilogismos y pro­ admitido la filosofía peripatética en
prosilogismos, mezclados de cuando sus escuelas, en las ·que reina desde··
en cuando de distinciones, · en que hace muchos siglos, sin enseñar otra
la mejor memoria del mundo· ha de cosa al mundo que el arte de dispu--
confundirse. Pero se guardan mucho tar, en ninguna parte han sido con-·_· -·­
_de tomarse este trabajo, de conti­ sideradas esas · máximas como los
nuar suficientemente los silogismos fundamentos· de las ciencias ni como

··---
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 311-
ayudas importantes para avaDZf!r en ocupan demasiado en ejercitarse, -Y
el conocimiento de las_ ciencias. demasiado poco en sacar los frutos
TEo.-Vuestro hábil autor preten- de este ejercicio, que son los cono­
de que sólo las escuelas son las que cimientos, se resisten un poco a pres­
fabrican máximas; y sin embargo, cindir de sus hábitos en el mundo.
es éste . un instinto generál y muy Y una de sus artimañas es no que­
racional del género humano. Podéis rer rendirse a la verdad. sino cuando ·
juzgar de · ello por los proverbios,' · ésta se les ha hecho palpable, aun-
. que están en Üso . en todas las na- que la sinceridad y aun .la cortesía
ciones, y que no son ordinariamente les obligase a no llegar a ciertas ex­
sino máximas de que el público es- treniosidades que les hacen molestos
tá convencido. •-sin embargo, ·cuan- .· Y dan mala idea de ellos. Hay que
do personas. de juicio• dicen algo confesar que es este · un vicio de
que nos parece contrario · a la ver- que las gentes de letras suelen estar
dad, es preciso hacerles la justicia atacados. �in embargo, el mal no es
de suponer que se equivocan más querer reducir las verdades a las
en _la expresión de su pensamiento máximas, sino querer· hacerlo !l des- r
que en sus ·sentimientos; y esto lo tiempo y sin necesidad; pues el es-­
vemos confirmado en. el caso de píritu humano tiene suficiente capa­
nuestro . autor, respecto del cual ya. ciclad ,para ver muchas cosas de un
comienzo a ver el motivo que · le solo_ golpe, y es molestarle quererle
anima contra las máximas; y es que; obligar_ a. detenerse a cada paso que
efectivamente, en los discursos ordi- da y a· expresar todo lo que piensa.
narios, en los que no se trata de . Es lo mismo que si- al ajustar las
ejercitarse cómo en las escuelas, es · cuentas con un . comerciante o con
broma pensar _en que queremos que. un hostelero se · le quisiese obligar
nos persuadan para rendimos; por a contar por los dedos para estar
otra parte, las ·más veces se supri� más seguro. Y para pedir esto, se­
men . las mayores, que se sobr� ría preciso ser estúpido o capricho­
entienden, y nos · coritentanios con so. En efecto, algunas veces vemos ......_
entimemas, y aun, sin formar premi- que Petronio tuvo razón para decir
.sas, basta muchas v eces sentar el adolescentes in scholis stultissimos
medius terminus, o id�a media, pa- fieri; 7 es decir, que los jóvenes se
ra · que el espíritu comprenda sufi- vuelven estúpidos y 'aun estropean
dentemente la relación, sin que ha- su cerebro a veces . en los lugares
ya necesidad · de expresarla. Y esto mism.os que deberían ser las escue-
me parece bien cuando esta rela- las de la sabiduría; corruptio optimi -­
•ción es incontestabl�; pero confesa- pe1'sjma. Pero .con preferencia se ha­
réis también, señor, que mil.chas ve- cen vanos, confusos y desvergonza­
-�es la suponemos preciipitadamente, dos, caprichosos, molestos, y esto ·
lo que da lugar a paralogismos, de · depende muchas veces del carácter
-suerte que en la mayoría de los ca- de sus maestros. Por fo _demás, creo
·sos valdría más buscar la seguridad, que hay altas mucho más grandes
,expresándola, que la brevedad y la en la conversación que la de pedir
elegancia, suprimiéndola. Sin em- un poco · de claridad. Pues ordina­
bargo� la prevención de vuestro au- - riamente se cae en el vicio opuesto,
tor contra las máximas le ha hecho· Y no se da o no se pide lo sufi­
rech azar completamente su · utilidad ciente. Si lo uno es incómodo, lo
-para el establecimiento de la ver- otro es perjudicial y peligroso.
dad, y llega -hasta hacerlas cómpli- § 12. FIL,-El uso de las máxi-· ·
, ces de los-t!esórdenes de la conver- mas lo es también algunas veces
·sación. ,Es verdad que los j óvenes, .cuando se las refiere a nociones fal­
•que estan acostumbrados a· los ejer- .
,cicios académicos, eri los cuales se 1 Satiricón, cap. l.

_._______ - 1 ,.:,__ •
,I

312 LEIBNIZ
sas, vagas e inciertas; pues entonces decir, que hay en ella una super­
las máximas sirven para confirmar� fluidad; como, en efecto, tomando
nos en nuestros errores, y hasta para la extensión· por algo su!tancial, to­
probar contradicciones. Por,ejemplo, da ext�nsjón ha de ser sólida, o bien
1.:l que con Descartes se forma una toda extensión· será corporal. Por
idea: de lo que él llama cuerpo, co­ lo que se refiere al vacío, un carte­
mo de una cosa que no es más que siano tendrá derecho a concluir de
extensa; puede de111ostt:ar fácilmente, su idea o apariencia de idea que
por esta máxima, "lo que es, e�", no lo hay, suponiendo que su idea
que no hay vacío; es decir, espacio sea buena; pero otro no te!).drá ra­
sin cuerpo. Pues conoce su propia zón para concluir desde ·1uego de
idea, conoce que ella es lo _ que es la suya que lo puede haber; como,
y no otra idea; por lo que siendo eri efecto, aunque yo no soy de la
para él extensión, cuerpo y espacio opinión de Descartes, creo, sin em­
tres pillabras que significan una mis­ bargo, que no hay-vacío, y creo que
ma cosa, deci¡:- el ·espacio es cue_rpo, en éste caso se hace peor uso de
es como decir que el cuerpo es cm:r­ las ideas que de las máximas.
po. § 13. Pero otro para quien . § 15.· FIL.-Por fo menos, parece
cuerpo significa una extensión sóli­ que, cualquiera que sea el uso que
da, dirá, con el mismo derecho, que se quiera hacer de las· máximas en
decir que el espacio no es. cuerpo, las proposiciones verbales, no nos
es tan seguro como cualquier otra podrían dar el menor conocimiento
proposición que se .pueda pr9bar por sobre las sustancias que existen fue-
esta máxima: es imposible que una ra de nosotros. _ ·
cosa sea y no sea al mismo tie1llpo. TÉ:o.-Soy completamente de otro
TEÓ.-El mal uso de las máximas parecer. Por ejemplo, esta máxima,
no debe ser causa de censura de su que la naturaleza obra por la - vía
uso en general;. todas las verdades más corta, o por fo menos por la
está� sujetas al inconveniente de· más determinada, basta por sí sola
que uniéndolas a falsedades se pue­ para dar razón de casi toda la óp­
de concluir falsamente o hasta con­ tica, catóptrica y dióptrica, es _ de­
tradictoriamente. Y en este ejemplo cir, de lo que sucede fuera de noso 0

no hay necesidad de esos axiomas tras en las acciones de la luz; como


idénticos a los que se imputa la ya lo he demostrado en otra oca-
causa_ del error y de fa contradic­ - sipn, y Molineux lci ha . probado en
ción. Esto se vería si el argumento su Dióptrica, que es muy buen
de los que concluyen de sus defi­ libro.
niciones que el espacio es cuerpo, FIL.-'-Se ·pretende, sin embargo,
o que el espacio 'no es cuerpo, es­ que cuando nos servimos de . !_o s
tuviese reducidó en forma. Hay en principios idénticos para probar pro­
verdad algo de excesivo en esta con­ posiciones en las qtie hay palabras
secuencia: el cuerpo es_ extenso y que significan ideas complejas, co­
sólido, luego la extensión, es decir, mo hombre o virtud, su uso es ex­
lo extenso, no es cuerpo, y la ex­ tremadamente peligroso, y obliga a.
tensión no es cosa corporal, pues ya considerar o a tomar la falsedad por
he hecho notar que hay expresiones una verdad manifiesta. Y esto por-
superfluas de. las ideas, que no mul­ - que los hombres creen que cuando
tiplican las cosas, como si alguno retienen los mismos términos� las
dijera: por triquetrum entiendo _yo proposiciones versan ·sobre las mis­
un triángulo trilátero, __ y concluye mas cosas, aunque las ideas que es­
de aqu¡ que todo trilátero no es tos términos significan sean diferen­
triángulo. Así, un cartesiano podría tes; de modo que los hombres, to­
decir que la idea de la extensión mando 'las palabras· por cosas, como
sólida es_ de la misma naturaleza, es lo hacen ordinariamente, se sirven
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 313
de las · máximas comúnmente· para ver fondo, ni orillas, ni estrellas; es
probar proposiciones contradictorias, marchar por vastas -landas, en donde
TEo.-¡Qué injusticia; censurar a no hay árboles, ni colinas, ni arro­
las pobres máximas de. lo qüe debe yuelos; es también' como una cade­
. imputarse al mal uso · de los térmi­ na de eslabones, destinada a medir
nos y a sus -equivocaciones! Por la longitudes semejantes entre sí segui­
misma razón, se censurará los silo­ damente, sin una distinción de ro­
gismos, porque se con'cluye mal sario, o de granos mayores, o de
cuando Ios términos són equívocos. anillos mayores, u otras divisiones
Pero el silogismo no tiene la culpa que podrían marcar los píes, las toe­
de esto, porque,. en efecto, en estos sas, etc. El espíritu que ama la uni•
casos hay cuatro términos contra las dad en la multitud une algunas de
reglas del ·silogismo. Por la misma las consecuencias para formar con..
razón se censurará también el cálcu­ clusiones medias, y este es el uso
lo de fos aritméticos o de los alge­ de fas máximas y de los ·teoremas.
. bristas, porque poniendo una X por Por este medio hay más placer, más
una V, o tomanclo a por q por equi­ luz, niás recuerdo, más aplicación
vocación, se deducen conclusiones - y menos repetición. Si algún ana­
falsas y contradictorias. lista no pudiera suponer al calcular
§ 19. FIL.-Yo creo, por lo me­ esas dos máximas geométricas que
nos, que las máximas son poco úti­ el cuadrado de la hipotenusa es
les cuando se tienen ideas claras y igual a los dos cuadrados de los
distintas; y otros pretenden además . lados del ángulo recto, y que los la- ..
que no son de ninguna utilidad, y dos correspondientes de los trián­
que aquel que en estas ocasiones gulos semejantes son proporcionales,
no puede discernir• la verdad de la imaginando que, al tener la demos­
falsedad sin esta clase de máximas, tración ;�e estos d'?s teoremas por· _
no . podrá hacerlo por su medio; y la r�lacton de las ideas que encie­
nuestro autor.(§ 16, .17) hace ver rran, podría prescindir de ellos, po­
que no · sirven para decidir si un niendo en su Jugar las ideas mis­
hombre es tal hombre o no i!o es. mas, se encontrará muy alejado. de
TEo.--Si las verdades son muy su fin. Mas para que no creáis, se­
sen�illas y evidentes, . y están muy . ñor, que· el buen uso de las máxi­
próximas a los idénticos y a las de­ mas está encerrado en los1 Hmites
finiciones, no. hay necesidad de em- de las ciencias matemáticas sola­
. plear expresamente las máximas pa- mente, veréis cómo no es menor en
.
rá sacar ele ellas estas· verdades, la jurisprudencia; y uno de los prin­
pues el espíritu las emplea virtual­ cipales medios de hacerla más fácil
mente y hace su· conclusión de un y 'de abarcar su vasto océano, come
golpe y sin intermediarios. Pero sin en un mapa geográfico, es reducir
los axiomas y los teoremas ya cono­ una gran cantidad de determinado-•
cidos, los matemáticos no podrían nes particulares a principios más ge­
.dar un paso, .pues en las largas con­ nerales. Por ejemplo, veremos cómo
secuencias es bueno detenerse de una gran cantidad . de las ·leyes de
tiempo en tiempo y formar como los digestos, de acciones o de excep­
columnas militares en medio del ca­ ciones, de las que se denominan in
mino, que servirán para marcarlo factum, dependen de esta máxima:
a los demás. Sin ello, esos largos ne quis alterius damno fiat locu­
caminos serían muy incómodos y· pletior, es decir, que un individuo
· hasta parecerían confusos y oscuros, no debe aprovecharse del daño que
sin que s•pueda en _ellos discernir sucede a otro, lo que habría que
más que el lugar en donde . se está. ex;presar un poco más precisamente.
Es lo mismo que ir por ·el mar sin Es · verdad que hay que hacer una
brújula, en tina noche oscura, sin gran distinción entre las reglas de
314 · :LElBNIZ

derecho. Hablo de las buenas y de uno· casu, leen sane non uno, y de
ciertos brocards,8 introducidos por un. ca�o se pueden hacer muchos
los doctores, que son: vagos y oscu­ algunas veces. Entre los eiédicos, el
ros, aunque estas reglas. también- po­ difunto· Bamer, que nos había hecho
drían a veces ser buenas y útiles si esperar.. un nuevo· Sennertus, o nue,
las reformaran, mientras que· con sus vo sistema de. medicina, acomodado
distinciones infinitas (cum suis fal­ a los nuevos descubrimientos u opi­
lentiis) no sirven más que para em­ niones, al darnos su Prodromus dice
brollar. Ahora bien; las buenas re­ que la manera que los médicos ob­
glas son aforismos o máximas, . y servan ordinariamente en sus siste­
bajo las máximas comprendo tanto mas de práctica es explicar el arte
los axiomas como los teoremas, .cuan­ de curar, tratando de una enferme­
do éstos son aforismos que se for­ dad · después de otra, según el orden
man- por inducción. y observación y de -las partés del cuerpo humano u
nó por razonamiento a priori, y que otro, sin haber dado preceptos de
las personas entendidas han fabri­ práctica universal, comunes a mu­
cado después de una revisión del chas enfermedades y síntomas, y que
derecho establecido, este texto del - esto les lleva a una porción de .re.
jurisconsulto (Paulo) en el título de peticiones; de suerte que se podría
los Digestos, que habla de · las re­ prescindir,' según él, de·las tres cuar­
glas del derecho, en el 1ugar: non tas .partes del Sennertus · y abreviar
ex regula ;us sumi, sed ex ;ure quod la. ciencia infinitamente por medio
est regulam fieri; es. decir, · que se de proposiciones generales, y sobre ·
saca de las reglas de un derecho todo por aquellas que convienen al
ya conocido, para .acordarse mejor, x�86,-.ou 1tpw,:0v de Aristótelés; es
pero que no · se establece el_ dere­ decir, que son recíprocas o que se
cho sobre estas reglas. · Pero hay aproximan a ello. Yo- creo que hay
máximas fundament8!les que consti­ razones para aconsejar este método,
tuyen el derecho mismo y forman sobre .todo respecto de los precep­
las acciones, excepciones, réplicas, tos, en los que la medicina es razo­
etcétera, y que cuando son enseña- nante. Pero ·en cuanto es empíric;a, .
. - das por la pura razón y no proce­ no es tan fácil . ni tan seguro for­
den del poder arbitrario del Estado, mar proposiciones universales. Y.
constituyen el Derecho natural; y tal además, hay oi,dinariamente com­
es la regla que acabo de citar y que plicaciones en las _enfermedades par­
prohíbe el provecho en perjuicio. de ticulares que farman como una imi­
otro. Hay también reglas cuyas �x­ tación de -las sustancias; de modo
cepciones son ·raras, y por consi-. que tina _enfermedad es como una
guiente que pasan por universales. planta o como un animal, que exi­
Tal es la regla de las Instituciones gen una historia aparte; es decir,
del emperador Justiniano en el § 2 son modos o maneras de ser a los
del título de las acciones, que dice que . conviene lo que hemos dicho
que cuando se trata de cosas corpo­ de los cuerpos o cosas sustanciales,
rales, el actor no posee, e]!:cepto en siendo uri.a fiebre cuartana tan di­
un solo caso, que el emperador dice fícil de analizar como el oro o el
que está consignado en los Digestos. mercurio .. Así, será bueno, a pesar
Pero · todavía se está buscando. Es de los preceptos universales, ,buscar,
verdad que algunos, en lugar de sane en las especie� de enfermedades, mé­
todos para curar y remedios que sa­
s El término brocardica designa sen• t_isfagan muchas indicaciones y _con­
tencias jurídicas· (aforismos). Parece cursos de causas juntamente, y sobre
"ser que proviene del nombre del obis­ todo recoger los que la experiencia
po Burkard (Brocard) de Worms (ha­ ha autorizado; lo que Seímertus no
cia 1000 d. C;); hizo suficientemente, pues muchas
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 315

personas expertas han· notado qué no enca,ian directamente· en el. razo­


las composiciones de las recetas que namiento, como tampoco adelantan
propone están niuchas veces forma­ nada, todo el mundo se contentaría
das. más' ex ingenio, por estimación, con razonar . así: un negro tierie el
que . autorizadas por la experiencia; alma racional; el que tiene el· alma •
como deberían serlo para estar más racional es un hombre, luego el ne­
seguros de su acción. Creo, pues, gro es un hombre. Y si alguno, con
que lo mejor será unir .Jos dos pro-. el prejuicio de que no hay alma ·
cedimientos y no quejarse de las re­ racional cuando no aparece·, dedu­
peticiones en una materia tan deli-· iese que los niños_ que acaban de
cada y tan importante como es la nacer y los imbéciles no son dé la
medicina, en la cual encuentro que especie humana (como, en efecto, el
nos falta lo que tenernos de sobra autor · refiere haber discurrido con
en la jurisprudencia; es decir, Ji. personas muy razonables que lo ne­
bros, casos particulares y reperto­ gaban) , yo no creo que el mal uso
rios de lo que ya ha sido observado; de la máxima "es imposible que .un.a
pues creo que la milésima parte de :Q!isma cosa sea y no sea a la vez"
los libros de los jurisconsultos nos les sedujera, ni que pensasen en ella
bastaría, pero que nunca tendríamos al hacer este razonamiento. La fuen­
bastante por lo que se refiere a la te de su . error será una extensión ·
medicina, aunque. hubiéramos hecho del principio de nuestro autor, que
mil veces más observaciones bien · niega que haya alguna cosa en el
circunstanciadas. Y es que la juris­ alma de la cual ella no se da cuen­
prudencia está toda basada en razón fa, mientras que estos señores llega­
a Jo- que no está expresamente in- rían a negar el alma misma cuando
. dicado en las leyes o en las costum0 otros no la perciben.
ores. Pues todo se puede sacar de
la ley o del · derecho natural; .. en
defecto de la. ley, . por medio de la
razón. Y las· leyes de cada país. son CAPÍTULO VIII
finitas y determinadas, o pueden
serlo, mientras que en .medicina· los De las proposiciones frivolas
principios de experiencia, es decir,
las observaciones, no serían nunca FtL.-Cr�- firmemente que las ·
demasiado multiplicadas para dar . personas razonables tienen cuidado ,
a la razón más ocasiones de desci­ de emplear los axiomas idénticos de
frar lo que Ja· naturaleza no nos da la manera que acabamos de decir.
a conocer sino a medias. Por. lo de­ § 2. Así parece que estas máximas
más, yo no sé de nadié que emplee puramente idénticas no son más que
los axiomas de la manera que el proposiciones frívolas o nugatoriae,
hábil autor de que li,ablamos les atri­ · como los escolásticos mismos las
buye (§ 16, 17), como si alguien, llaman. Y . no me contentaría con
para demostrar a un niño que un decir que lo son, si vuestro sor­
negro es un hombre, se sirviese del prendente ejemplo de la demostra­
. principio: lo que es, es; diciendo: ción de la conversión por el inter­
un negro tiene el alma racional; mediario de los idénticos no me
ahora bien, el alma racional y el . hiciese ir con cautela, en lo suce­
hombre son una misma cosa, y por sivo,. cuando se trata de . despreciar.
consiguiente, si teniendo el alma ra­ alguna cosa.. Sin embargo, os re-
cional no fuese hombre, sería falso feriré lo que se dice para declárar­
que es lo qft'e es, o bien, una misma· las enteramente frívol11s. Y es (§ 3)
cosa sería y no sería al mismo tiem­ que se · conoce a primera vista que
po. Pues sin emplear estas máxi-. no contienen ninguna instrucción, si
mas, que no son oportunas. aquí y no es la de hacer ver algu nas veces
.
316 LEIBNIZ

_a una persona el absurdo en que consecuencias y defirticiom,s, que


va a caer. otras verdades que se quieren esta- -
TEo.-¿ Y tenéis eso por poco, se­ blecer se reducen a elllls.
ñor, y no reconoc;éis· que reducir una § 4. FIL,-Lo reconozco, y veo
proposición al absurdo es demos­ perfectamente que esto se puede apli­
trar su contradictoria? Creo, en efec­ c��• con mayor razón, a )as propo­
to, que no instruimos mucho . a un s1c1ones que parecen •frívolas, y lo
hombre cuando le decimos que no son · en muchas ocasiones, en que
debe afirmar _y negar lo mismo y una parte de la idea compleja es
al mismo tiempo; pero se le instru­ afirmada del objeto de esta idea,
ye, enseñándole, por la fuerza de las como si dijéramos: el plomo es un
consecuencias, que lo hace sin dar­ metal; _ en el esJ?íritu de uri hombre ·
se cuenta. Es difícil, creo yo, pres­ que conoce - la significación de es­
cindir siempre de estas-. demostr¡¡_cio­ tas palabras y_ que sabe que el plo­
nes apagógicas, es decir, que- redu­ mo significa un cuerpo muy pesado,
cen la proposición al absurdo, y fusible y maleable, hay este solo
probarlo todo por Jas ostensivas, uso, que diciendo metal se le -asig­
cómo se las llama; y los geómetras, na, de golpe, muchas de las ideas
que son muy curiosos en esta mate­ simples, ep lugar de enumerarlas una
ria, lo saben suficientemente. Proclo por una. § . 5. Lo mismo sucede
' 1
"lÓ hace notar de vez en cuando, al cuando una parte. de la definición
ver que ciertos_ geómetras antiguos, es afirmada del .término definido,
posteriores a Euclides, han encon­ como al decir: todo oro es fusible,·
trado una demostración más directa suponiendo que se ha definjdo el
(como \Se cree) que la suya. Pero oro, como un ·cuerpo amaril-lo, fu­
el silencio de este antiguo comenta­ sible y maleable. Igualmente, decir
rista nos haoe ver que no se· ha · que el triángulo tiene tres lados;
hecho siempre. que un pala/roi (palabra francesa
§ 3. FIL.-Por lo menos, confe- . antigua) es un animal que relincha,
saréis que -se puede formar un mi- - lo cual sirve para definir fas pala­
llón de proposiciones a poca costa, bras y no para -saber alguna cosa
pero también muy poco útiles; ¿no fuera de la definición. Pero · sí se
es una frivolidad, por ejemplo, ha­ enseña alguna cosa diciendo que el
cer constar que la ostra es ostra, hombre tiene una noción· de Dios,
y que es falso negarlo, o decir• que y que el opio le· sumerge en el
la ostra no es ostra? Sobre lo cual sueño.
nuestro autor dice graciosamente que TEo.-Además de lo que he: di­
un hombre que hiciera de esta ostra, cho de los idénticos que lo son
unas veces el sujeto y otras el pre­ enteramente, veremos también_ que
dicado, o predicatum, se. parecería esos idénticos a medias tienen al­
_justamente a un mono que se divir­ guna utilidad. Por ejemplo: "un
tiera en lanzar una ostra · de una· hombre sabio es ,siempre un hom­
mano a la_ otra, lo que podría satis­ bre"; esto da a conocer que no es
facer el hambre del mono, tanto co­ infalible, que es mortal, etc. Supon­
mo esas proposiciones serían capa- . gamos que un individuo, en peligro,
ces de satisfacer el entendimiento tiene necesidad de una bala para
del hombre. su pistola, pero carece de plomo pa­
TEo.-Me parece que este autor, ra fundir.la; un amigo le dice: "Acor­
tan lleno de ingenio como dotado daos que la plata que lleváis en la
de juicio, · tiene razón que le sobra bolsa es fusible"; este amigo no le
pára hablar cpntra los que así pro­ enseña una cualidad- de la plata, pe­
cediesen. Pero ya sabéis cómo hay ro le hará pensar en el uso que
que emplear fas idénticas para que puede hacer de ella para . disponer
sean útiles: mostrando, a fuerza de de balas en aquel momento de pe-
¡
1

NUEVO TRATADO SOBRE EL E?IITENDIMIENTO HUMANO 317

ligro. Una buena parte de las verda­ como lados; así -tendría un lado más:
des morales y de las más bellas sen­ si no le supusiéramos cerrado.
tencias de los autores son de esta· § 5: FIL.-Parece que las propo­
naturaleza; No enseñan nada mu­ siciones generales que se forman
chas veces, pero hacen pensar en la sobre las sustancias son, en su ma­
utilidad que se puede sacar de lo yor parte, frívolas, si son ciertas.
que se sabe. Este yambo de fa tra­ Y el que sabe la signific$ción· de
gedia latina: las palabras sustancia, hombre, ani­
_mal, forma, alma, vegetativa, sensiti•
Cuivis potest accidere, quod va, racional, formará con ellas mu•-
cuiquam potest chas proposiciones indubitables, pe­
.ro inútiles, particularmente sobre_ el
(que se podría traducir asi, aunque alma, de la que se habla mucho sin
con menos belleza: lo que le pue­ saber fo que es realmente. _Cada
de suceder a uno le puede suceder cual puede ver una infinidad de pro­
a cualquiera) , no hace_ más que re­ ppsiciones, de razonamientos y de
cordarnos la condición humana: conclusiones de esta naturaleza .en
Quod nihil humani a nobis alienum · los libros de metafísica, de teología_
pútare debemus. Esa regla de los escolástica y de cierta especie de
jurisconsultos: qui jure suo utitur, física, cuya· lectura no le enseñará
nemini facit injuriam (el que usa nada nuevo de Dios, de los espí­
de su ·derecho no hace daño a na­ ritus y de los cuer:p95 que lo que ya
die) parece frívola. Sin embargo, sabía antes de recrorrer estos libros. ·
. tiene una buena aplicación en cier­ TEo.-Es verdad que los compen­
tas ocasiones y hace pensar justa­ dios - de metafísica y algunos otros
mente en lo que es debido. Como si libros de esa naturaleza, que vemos
alguno elevara ,su casa en !a medida comúnmente, ·no enseñan más que
que lo permiten los estatutos y usos, palabras. Decir, por ejemplo, que
y de este modo .quitase la vista a su la metafísica es la ciencia del ser
vecino, se le contentaría con esta en general, y que explica los prin­
regla de derecho si se quejara. Por cipios y las afecciones que de él
lo demás, las · proposiciones de he­ emanan; que los principios del ser
cho, o las experiencias, como la que son la esencia y la existencia; que
dice que el · opio es uñ r¡._arc6tico, · las -afecciones ,son o primitivas, · a
nos llevan más lejos que las· verda­ saber: lo uno, lo verdadero, lo bue- ··
des de la pura razón, que no nos no; o derivativas, a saber: lo mis­
pueden nunca conducir más allá de mo y lo diverso, lo simple y lo com,
lo que está ya comprendido en nues­ puesto, etc.; y al hablar de cada
tras ideas claras ·y- distintas. Por lo uno de estos términos, no dar más
que se refiere a esta proposición, que nociones vagas y distinciones
que todo . hombre tiene una noción verbales, es abusar del nombre de
de Dios, es de la razón, cuando no­ ciencia. Sin embargo, preciso es ren­
ción significa idea. Pues la idea de dir justicia a los escolásticos más
Dios, a mi juicio, es innata e� to- . profundos _ (como por ejemplo Suá­
·dos los hombres; pero si esta no­ rez, de que tanto caso hacía Gro­
ción significa una idea en la cual cio)·, reconociendo que presentan al­
se piensa actualmente, es una pro­ gunas· veces discusiones de impor-
posición de hecho, que depende de . tancia, como sobre el continuurn,
la historia del género humano. § 7. sobre el infinito, sobre la contingen- ·
- Por último, dedr. que un triángulo cia, •sobre la realidad de los abs­
tiene tres litios no es tan idéntico tractos, sobre el principio de indi­
como parece, pues es preciso un po­ vidüaci6n, sobre el origen de las
co de atención para ver que un formas, sobre el alma y sus facul­
polígono debe tener tantos ángulos tades, sobre er concurso de Dios _ a
· 1'
.,
318 LEIBNIZ.
las criaturas, etc.; y también en mo­ nacimiento de los espírirt:us, y parti­
ral, sobre la naturaleza de la volun­ cularmente de Dios y del alma, que
tad y sobre fos principios de la jus­ da . una justa extensión • la justicia
ticia; en una palabra, es preciso y a la virtud; pues como yo he ob­
.confesar que hay algunas veces oro servado en otra parte, si no hubiese
entre tantas escorias, pero sólo las providencia ni vida futura el sabio
personas ilustradas pueden aprove­ estada más limitado- en la pr4cHca
char estas enseñanzas; y cargar· a la de la virtud, pues lo · referiría todo
juventud de . un montón de inutili­ a su contento presente, y aun este
dades, porque, haya algo de bueno contento de que se habla ya en Só­
•aquí y allá, sería administrar mal crates, en el emperador Marco· Au­
la más preciada de todas fas cosas, relio, en Epicteto y en otros anti­
.que es el tiempo. Por lo demás, no guos, no �staría tan bien fundado
estamos totalmente desprovistos de siempre sin esos bellos y grandes
·proposiciones generales sobre las horizontes que el orden y la armo­
sustancias, que son ciertas y que nía del universo nos abren como
merecen ser sabidas. Hay grandes porvenir sm límites; de lo contra­
y bellas verdades sobre Dios y el rio, ,la tranquilidad . del alma no
alma, que nuestro hábil. autor ha sería niás que lo · que . se tlama pa­
enseñado, o de su cosecha, o en ciencia por fuerza; de modó que se
·uarte de otros. Nosotros hemos aña- puede decir ·que la teología natural,
dido quizá alguna cosa. Y. en cuan­ al comprender dos ·partes, la teórica
to a ·,]os conocimientos generales re­ y la práctica, ·contiene, ·a _la vez, la
ferentes a los cuerpos, se han aña- metafísica real y la moral/ más
. dido muchos, asaz considerables, a fecta. · per- •
:
los qtie Aristóteles nos legó, y de­ ·· § 12. FIL.-He ahí conocimientos,
bemos decir. que la física, aun la sin duda, que están muy fojas de
general, se ha hecho más real de ser frívolos q puramente verbales.
lo que era antes. Y en cuanto a la • Pero parece que estos últimos son
metafísica real, estamos casi comen­ aquellos en que dos abstractos son
zando a establecerla, y encontramos . afirmados el uno del otro; por ejem­
·verdades importantes. fundadas por plo, que el ahorro es frugalidad, que
la razón y confirmadas por .Ja ex­ la gratitud es justicia; y por espe­
l)eriencia pertenecientes a ,las sus­ ciosas que estas proposiciones y
tancias en general. Espero también otras parezcan algunas veces, a la
haber avanzado un poco en el co­ primera ojeada, sin embargo, si las
nocimiento general del alma y de exprimimos veremos que no contie­
los espíritus. Tal metafísica es la que. nen otra cosa que . la significación
Aristóteles pedía, es la ciencia que de los términos.
• él llama Z1¡'t'ouµÉ\Í T] , la deseada o TEo.-Pero la significación de los
que él buscaba, que debe ser, res­ términos, es decir; las definiciones
pecto · de ,l,as otras ciencias teoréti­ unidas a los axiomas idénticos, ex­
cas, lo que la ciencia de la felicidad presan fos principios de · tódas las
es a las artes que ésta necesita y . demostraciones; y como esas defini­
1o que el arquitect<;> es a los obreros. ciones pueden hacer conocer 'al mis-
Por eso Aristóteles decía que las mo tiempo las. ideas y su posibilidad,
otras ciencias dependen de la meta­ es evidente que lo que de ellas de­
física como la más general, . y de pende no es puramente- verbal. · Por-.
ella debían tomar sus principios de­ lo que se refiere al ejemplo que la - �
mostrados. También hay que saber gratitud es justicia, o más bien una
que· la verdadera morail es a la meta- parte de. la justicia, no es de desde­
, física lo que ,la práctica es a la ñar, pues es preciso conocer que lo
teoría, porque de la doctrina de las que se llama actio. ingrati o queja
sustanci-as en común depende el ·éo- contra fa ingratitud, debía estar me-
NUEVO TRATADO SOBRE 'EL ENTENDIMIENTO HUMANO 319

nos descuidada - en los tribunales. serán también accidentales qwza,


· -Los romanos aceptaban esta acción. porque nuestra experiencia es limi­
contra los libertos ·o emancipados, tada; como en los países eri donde
- y aun hoy día se · aplica a la revo­ el agua no se hiela, la proposición
cación de las donaciones. Por lo de­ que se formara de que el agua está
más, ya he dicho en otra parte que siempre en estado fluido no es esen­
también las ideas abstractas pueden cial, y su inesencialidad se conoce­
ser atribuidas unas a otras, el . gé­ ría viajando a los países más fríos.
nero a la especie, como. cuando se Sin embargo, se puede tomar lo ac- ·
dice: la duración es una continui­ cidental de una manera más estricta,
dad, la verdad es un hábito; pero la de suerte que haya un medio entre
justicia universal es, no solamente lo esencial · y lo inesenciai; ·y este ¿,..,,
una virtud, sino la virtud moral medio es lo natural; es decir, fo que'­
entera. no pertenece á Ja cosa necesaria­
mente, y sin embargo, le es propio
si nada se opone a ello. Así, alguno
CAPÍTULO IX · podría sostener que el estado de
fluidez no es . en realidad esencial
Del conocimiento que tenemos de al agua,. pero que le es natural.· Se
nuestra existencia podría sostener, digo; pero no es
una cosa demostrada, y quizá los
§ 1. · FIL.-Hasta aquí no hemos habitantes de la Luna, si los hubie,
considerado-más que las esencias de se, tendrían motivos para creer que
las cosas, y como nuestro espíritu no carecía de fundamento decir que
no las conoce más que por abstrac­ el estado natural del agua es estar
ción, separándolas de toda existen- helada. Sin embargo, hay otros casos
. cia particular que n:o 6ea la que en que lo natural es menos dudoso.
está en nuestro entendimiento, no Por ejemplo, un rayo de luz va
nos dan absolutamente conocimiento · siempre en línea recta en el mismo
de ninguna existencia real. Y las pro­ medio, a menos. que por accidente
posiciones universáles, de las que po­ en_cuentre una superficie que lo rec
demos tener un conocimiento cierto, fleje. Por lo 'demás, Aristóteles tiene
no ·se refieren a la existéncia. Por costumbre de referir a la materia
lo demái;,, · siempre que · se , atribuye - la fuente de las cosas accidentales:
· alguna cosa a un . individuo de un . pero en este caso es preciso enten•
género o de uná especie, por una der por materia la materia segunda,
proposición que no sería cierta, si o sea el conjunto o fa masa de los
lo mismo fuese. atribuido al género cuerpos.
o a la especie en general, la. propo­ § 2. FIL.-:Ya he hecho notar, si­
sición no pertenece más que a la guiendo el excelente autor inglés que
existencia, y sólo hace conocer una ha escrito el ensayo concerniente al
relación accidental en esas .cosas entendimiento, que nosotros conoce­
existentes en particular, como cuan­ mos nuestra existencia por intuición,
do se dice que tal hombre es docto. la -de Dios por demostración y la
TEo.-Muy bién; y en ese sentido de los demás por sensáción, y recuer­
es en el que los filósofos también, do que vos estuvisteis muy con-
al distinguir tan_ frecuentemente lo . forme. § 3. Ahora bien; esta int�i­
que pertenece a la esencia de lo que ción, que nos hace conocer nuestra
pertenece a la existencia, refieren existencia a nósotros mismos,· hace · -
a la existencia todo lo que es· acci­ que la conozcamos con una eviden­
dental o comingente. Con harta fre cia completa que . no es susceptible
cuencia no se sabe si las ·proposi­ de ser probada, ni lo necesita; de tal
ciones universales, que no conoce­ modo, que aun cuando yo tratase
mos m_á s que por experiencia� no de dudar de todas las cosas, esta
,7Tl
,,1
320 LEIBNIZ

duda no me pennite dudar · de . mi lo pronto, reflexionar sobre noso­


1 existencia. En una palabra: sobre tros mismos y sobre nuestra existen­
este punto tenemos el más alto gra­ cia indubitable. Así, y�supongo que
do de certidumbre que cabe ima- cada uno conoce que es alguna cosa
. ginar. que existe . actualmente, y que por
TEo.-Estoy ent�ramente de acuer­ consigu�ente hay un ser real. Si hay
do con todo eso. Y añado que la alguien que pueda dudar de �u pro­
.apercepción inmediata de· nuestra pia • existenda, yo declaro que no
existencia y· de nuestros pensamien­ es a él a quien hablo. § 3. Sabemos
tos nos ·-suministra las primeras ver­ también, por un· conocimiento de ·
dades a posteriori o de hecho, . es simple v1sta, . que la pura na�:la no
decir, las primeras experiencias, co, puede producir un ser real. De donde
mo las · proposiciones idénticas con­ · se sigue con evidencia - matemática
tienen las primeras verdades a priori que algo ha existido de toda eter�
o de razón, es decir, las primeras nidad, puesto que· todo lo que tiene
luces. Las unas y las otras son in­ un comienzo debe haber sido produ­
capaces de •ser probadas y pueden cido por ·alguna otra cosa. § 4. Aho­
ser llamadas inmediatas: aquéllas, ra bien; todo ser que trae su existen­
porque hay inmediación entre el en­ cia de otro, trae también de él todo
tendimiento y su objeto; éstas, por­ lo que posee y todas· sus facultades.
que hay �ediación entre 'el sujetó Luego la fuente. eterna de to4os los
y el predicado. · · seres es también el principio de
todas sus potencias; de suerte que
este ser · eterno - debe ser también
CAPÍTULO X omnipotente. § 5. Además, el hóm­
bre encuentra en sí el conocimiento.
Del conocimiento que tettemos de Luego hay un ser 'inteligente. Ahora
la existencia de Dios bien; es imposible que en una cosa
absolutamente · destituida de conoci­
§ l. . FIL.-Hal:iiendo Dios dado miento y de percepción produzca
a nuestra ahna las facultades de que . un ser inteligente, y es contrario a
está adornada, no nos ha dejado sin la idea de la materia; privada de
testimonio suyo, pues ·los sentidos, sentimiento, el producjrse ella · mis­
1: la inteligencia y la ra?:ón nos sumí- ma.-· Luego la. fuente de las · cosas es
. , nistran pruebas manifiestas de su inteligente, y ha habido un ser inte­
existencia. ligente de toda etemid_ad: § 6. Uil
TEo.-Dios, no sólo ha dado al set eterno-muy poderoso y muy in­ .
alma facultades propias para cono­ teligente es fo que llamamos· Dios.
cerle, sino que también le ha im• Y si hubiese alguien bastante irra-
preso caracteres que la marcan, aun• . cional para· suponer que el hombre
que el alma tenga necesidad de estas es el único ser que tiene_ conoci­
facultades para percibir esos carao­ miento y sabiduría, pero que, sin
teres. Pero no quiero repetir lo que embargo, ha sido formado por azar,
ya ha sido discutido entre nosotros y que ese mismo principio ciego y
. sobre fas ideas y las verdades inna­ sin conocimiento es lo que conduce
tas, entre las cuales cuento la idea todo el universo, le advertiré que
1 de Dios y la verdad dé su existen• examine detenidamente la censura
cia. �fos vengamos a ·1os hechos. perfectamente sólida y llena de énfa­
F1L.-Ahcira bien; aunque la· exis• sis de Cicerón (De legibus, lib. III).
tencia de Dios sea la verdad más Ciertamente, dice, no habrá nadie
fácil de probar, y su evidencia igual, tan neciamente orgulloso que se ima­
si no me engaño, a la de las demos• gine que hay dentro de él un enten­
traciones matemáticas, exige, sin em­ dimiento y una razón, y que, sin
bargo, alguna · •atención. Basta, por embargo, no haya inteligencia algu-
\
¡;j.-_--:-;-
I
,----:--,-------------------------,

NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 321

na que gobierne todo este vasto uni- . nal juzgar qué hay una y que el
verso. De lo que acabo de decir universo -está gÓbernado con sabi­
se sigue claramente que -nosotros duría. Pero cuándo se cree que la
tenemos un conocimiento más cierto materia es sus¿eptible de sentimien­
de Dios que de cualquier otra cosa to, se puede estar dispuesto a 'creer.
- que esté fuera de nosotros. · que puede producirlo. Por lo menos,
· TEo.-Os . aseguró, señor, con per­ será difícil apol'tar una prueba que
fecta sinceridad, que me causa mu­ no haga ver al mismo tiempo que
cho disgusto · tener qué decir · algo es incapaz de ello; y suponiendo
contra esta demostración; pero_ fo que nuestro pensamiento proceda de
hago solamente para daros ocasión un ser pensante, ¿se puede dar por
de llenar· tin vacío. Se trata pre­ concedido, sin perjuicio de la de­
cisamente del punto en que decís mostración, que ese ser deba ser
( § 3) que ha existido• algo de toda Dios? . . . .
eternidad. Yo encuentro en esto cier­ § 7. Yo no dudo que el hombre
ta ambigüedad. Si queréis decir que · superior de quien he· tomado esta
no ha habido nu11ca un tiempo • en demostración no sea capaz. de per�
que no existió nada, estoy de acuer- · feccionarla; y yo trataré de que lo
do;· y ello se sigue ·verdaderamente haga, porque no podría prestar· ma­
de las anteriores proposiciones, por · yor servicio al público. Vos mismo
una consecuencia completamente ma- lo desearéis. Esto ·me hace creer que
temática. Pues · si alguna· vez no hu­ no creéis que para cerrar . la boca
biera habido nada, nunca hubiera a los ateos se debe hacer girar todo
habido · nada, porque la nada no sobre la existencia de la idea de
puede producir el ser; luego nosotros. Dios en nosotros, como hacen algu­
mismos no existiríamos, lo que va nos, . que se aferran firmemente a
contra lia primera verdad de expe-· este descubrimiento favorito, hasta
riencia. Pero · la consecuencia nos rechazar todas las demás demostra­
hace ver, desde luego, que si deci- : ciones de 1a existencia de Óiós, o ·
mos que alguna cosa ha existido de por lo menos a tratar • de debilitar­
roda eternidad, queremos hablar 'de las y prohibir emplearlas, · como si
una cosa eterna. Sin embargo, de fueran débiles o falsas; aunque en
lo que habéis dicho hasta aquí no el fondo sean pruebas que nos hagan
se sigue que _si siempre ha habido ver tan • claramente y -de una ma­
alguna · cosa, siempre haya habido nera tan convincente la existencia
una cosa determinada; es decir, un de ese_ soberano ser por la conside- -
ser eterno. ·Pues ciertos adversarios ración de nuestra propia existencia
dirán que yo he sido producido por y de las partes sensibles del uni- .
otras cosas, y estas otras cosas por verso, que, yo no creo que un hombre
otras. Además, si algunos admiten prudente pueda resistir.
seres eternos (como los epicúreos sus "TEo.-Aunque yo estoy por. las
átomos) , no por· esto se creerán obli­ ideas innatas, y particularmente por
gados a • admitir un ser eterno que la de Dios, no creo que las demos­
fuese él ·solo la fuente de todos los traciones de los cartesianos, sacadas
demás. Pues aun cuando reconocie­ de la idea' de Dios, sean perfectas.
ran que lo que da la existencia da Yo he demostrado ampliamente en
también las demás cualidades y po­ otra parté (en las Actas de Leipzig
tencias de las cosas, negarán - que y en las Memorias de Trévoux) que
una sola cosa dé la existencia a las la de Descartes, tomada de Ansel­
demás;. y hasta dirán que para cada mo, arzobispo de Cantorbery, es
cosa debell.concurrir otras muchas. muy bella y muy ingeniosa en la
De este moao, no Ilegaremos nunca verdad, pero que tiene un vacío que
. a una sola fuente de todas las po­ llenar. Este célebre arzobispo, uno
tencias. Sin embargo, es muy racio- de los hombres más capaces de su
11
322 LEIBNIZ

tiempo, se felicita, no sin razón, de de ,nuestros conocimientos, es pre­


haber encontrado un ·medio de - pro­ ciso creer que Dios existe y obrar
bar la existencia de Dios a priori, con arreglo . a esta cre¡ncia. Sería,
por -su propia noción, sin. recurrir sin embargo, de· desear que personas
a sus efectos. Y he aquí, poco más expertas acabasen la demostración,
.o menos, la fuerza de su argumen­ dándole el rigor de la evidencia
to: Dios es el ser más grande, o matemática, y creo haber dicho algo
(como dice Descartes) el más per­ en otra par,te que podría coadyuvar
fecto de los seres, o bien es un ser a ello. El otro argumento de· Des­
de una grandeza y perfección supre­ cartes, que trata de probar la exis­
mas, y que encierra en él ,todos los tencia de Dios, porque su idea está
grados de perfección. Esta es la no­ en nuestra ·alma, y que es preciso
ción de Dios. He aquí ahora cómo que proceda de su .original, es aún
la existencia se sigue de esta noción. menos concluyente. Pues, en primer
Existir es más que no existir; es lugar, este argumento tiene de común
decir, la existencia añade un grado con el anterior el defecto de supo­
a la grandeza o a la perfección, y, ner que existe en nosotros tal ideª,
como dice Descartes, la existencia es decir, que Dios es posible. Pues
es por sí misma una perfección. lo que alel!;a Descartes de que al
Pues este grado de grandeza y de hablar ·de Dios sabemos lo que de­
perfección, o bien esta perfección, cimos, y que por consiguiel)te tene­
que consiste en la existencia,_ se da mos su idea,· es un indicio engaña­
en este ser supremo grande y per­ dor, porque al hablar del movimien-
fecto, pues de lo contrario le falta­ . to perpetuo mecánico, por ejemplo, ·
ría algún grado, lo que va . contra sabemos lo que decimos, y, sin em­
su definición. Y, por consiguiente, bargo, este movimiento es uria cosa
este ser supremo existe. Los esco­ imposible; luego no podremos tener
lásticos·, sin exceptuar al mismo idea de él sino en apariencia. Y en
Doctor· Angélico, despreciaban este segundo lugar, este mismo argumen­
argumen�o y lo consideraban como to no prueba suficientemente que la
un· paralogismo, _en lo cual se equi­ idea de Dios, si la tenemos, pro­
vocaban grandemente. Descartes, que venga del original. Pero no quiero
había e�tudiado durante targo tiem­ detenerme aquí por el momento. Me
po la filosofía escolás*a en el co­ diréis, señor; que al reconocer en
legio de jesuitas de la Fleche, tuvo nosotros la · idea innata de Dios yo
buena razón para rehabilitiarle. No rto debo decir que se pueda poner
es un paralogismo, sino una demos­ en duda que haya tal idea. Pero· yo·
tración imperfecta que supone algo ·no admito esta duda sino respecto
que es preciso probar primeramente a una demostración rigurosa I fun­
para hacerla de una evidencia ma­ dada, sobre la idea solamente. Pues, .
temática; es que se supone tácita­ por- lo demás, estamos bastante se­
mente que esta "idea del ser grande guros de la existencia de Dios. Y ya
y perfecto es posible y no implica recordaréis que yo he mostrado cómo
contradicción. Y ya es_ algo que por las ideas están en nosotros, no siem­
esta ·nota se pruebe que, suponien­ pre de modo que nos demos cuenta
do que Dios sea posible, existe, lo de ellas, sino siempre de modo que
que es privilegio -únicamente de la se las puede sacar de su propio
divinidad. Hay derecho a presumir fondo, y hacerlas perceptibles. Y lo
-- la posibilidad de todo -ser, y sobre mismo creo de la idea de Dios, cuya
todo la de Dios, hasta que alguien posibilidad y existencia he demostra­
pruebe lo contrario. De suerte que do de varias maneras. Y la misma
este argumento metafísico da ya una armonía preestablecida nos suminis­
conclusión moral demostrativa, que tra otro medio. incontestable. Por lo
dice que, según el estado presente demás, yo creo que "todos los medios

__,__ ·- -------
�"" JI 1
NUEVO TRATADO SOBRE -EL ·ENTENDIMIENTO HUMANO 32 3

que se han empleado para demos- • sentimiento, la__percepción y el cono­


trar la existencia de Dios son buenos cimiento, inmediatamente y sin má­
y podrían servir para ello, si se los quina, o sin el socorro de figuras y
· ·perfeccionase, y no soy de parecer movimientos, en tal caso estas cua­
que '.Se deba despreciar el que se lidades deberían ser una propiedad
saca del orden de las. cosas. inseparable de la materia y de todas
§ 9. F1L.-Quizá sea oportuno sus partes. A lo cual se podría aña­
insistir un poco sobre la cuestión dir que, aun cuando la idea general
de si un ser pensante . puede prove­ y específica que tenemos de la ma­
. nir de -un ser no pensante y privado teria nos lleva a hablar de ella· como
de todo sentir y de todo conoci­ si fuera una cosa única en número,
miento, tal como podría serlo la sin embargo, toda la materia no es
materia. § 10. -Y hasta-es bastante propiamente una cosa individual que
manifiesto que una parte de la ma­ exista como un ser material . o un
teria es incapaz de producir nada cuerpo singular que nosotros conoz­
por sí misma y de dotarse de movi­ camos, o que podamos concebir. De
miento. Es preciso, pues, o que su modo que si la materia fuese el ser
movimiento sea eterno, o que le sea eterno pensante, no habría un ser
·impreso por un ser más poderoso. único eterno, infinito y .pensante,
. Si este movimiento fuese eterno,. sino un número infinito de seres eter­
sería· siempre incapaz de producir nos, infinitos y .pensantes, indepen­
conocimiento. Aunque la dividáis en dientes los unos de los otros, cuyas
partes tan pequeñas como_ queráis, fuerzas estarían limitadas y cuyos
como· para espiritualizada; . aunque pensamientos serían distintos, y que,
le 'deis todas )as figuras y todos los oor . consiguiente, no podrían nunca
movimientos que se os antoje; aun­ paber producido· este orden; esa ar­
que hagáis de ella un globo, un monía y esa. hemiosura que se ad­
cubo, un prisma, un cilindro, . etc., vierte en la .naturaleza. De donde
cuyos diámetros no sean más eme s'e .sigue necesariamente que el primer
la 10.000� parte de ungry, que es ser eterno_ no-·puede ser la materia.
1/10 de una línea, que es 1/10 de Espero que estaréis• más satisfecho,
una pulgada, que es 1/10 de un pie señor, de este razonamiento tomado
filosófico, que es 1/3 de un. péndu- del autor célebre de . la demostra­
. lo, cada una de cuyas vibraciones ción anterior, de lo que parecíais
en J.¡i latitµd de 45 ° _es igual a un estarlo de su demostración.
segundo de tiempo. Esa partícula TEo.-Enéuentro ese razonamiento
de matei;ia, por pequeña que sea, · el más sólido del mundo, y no sola�
no obrará sobre otros cuerpos de un · mente· exacto, sino también profun­
groso! que le sea proporcionado, de do y digno de su autor. Estoy ab-.
otro modo que tomo los cuerpos. solutamente conforme con él en que
que tienen una pulgada o un pie no hay combinación ni modificación
de diámetro obran entre -sí. · Y con de las partes de la materia, por pe­
la misma razón se puede esperar pro­ queñas que éstas sean, que pueda -.
ducir sentimiento, pensamiento y co­ producir- la percepción; tanto más
nocimiento, uniendo grandes porcio­ cuanto que no podría haberla en las
nes de materia de cierta figura y partes grandes (como se ha recono­
de determinado. movimiento, que por cido manifiestamente), y que todo
medio de las más pequeñas partes es proporcional en las pequeñas par-
de materia que haya en el. mundo. . tes a lo que puede . pasar en las
Estas últimas chocan, se empujan . grandes. Es, además, una importan�
y resisten la una a la otra . justa­ te observación 5obre la materia la
mente conffl las grandes, y es _todo que el autor hace de que no se la
lo que pueden hacer. Pero si la · puede tomar por una cosa única en
materia pudiese sacar de su seno el · número. o (como yo tengo costum-

·- ·- - -------'
:1 324 .LEIBNIZ
�..j

bre de -decir) por una verdadera ría posible, diciendo que la de Dios
mónada o unidad, puesto que cons­ no le parecía demasiado grande para
tituye un· conjunto de un número tales efectos, y reconociendo por lo
infinito • de setes. Sólo falta aquí · menos que no se habf! dado bas­
que nuestro autor dé un paso para tante relieve a las débiles concep­
llegar a mi sistema. Pues, en efecto, ciones que podemos tener de la per­
· concedo percepción a todos estos fección· divina.
seres infinitos; ·cada uno de los cua­ § 12. F1L.-jCu¡into me regoi,ija'
les es como un animal dotado . de esa ·conformidad de vuestras ideas
alma (o dé algún · principio activo con las de mi autor! Espero que no
analógico que constituye su · verda­ os enojará, señor, que os exponga
·dera unidad); con lo que le es pre­ también el resto de su razonamiento
ciso para ser pasivo; y dotado dé sobre este tema. En primer lugar, él
un cuerpo orgánico.. · Ahora bien; examina si el ser pensante del cual
· estos seres · han recibido su natura• dependen todos los demás seres in­
Ieza, tanto activa como pasiva (es teligentes (y.con inayor razón todos
decir, lo que · tienen ,de· inmaterial los demás seres), es material o no.
y de material) , de una causa gene­ § 13. 1:.1 se responde que un ser pen­
ral y suprema, porque de . lo con- sante podría ser material. Pero pien­
. trario, como el autor hace notar muy sa tambi�n que; aun cuando así·
bien, siendo independientes los unos fuera, basta, que sea un ser eterno;
de los otros, no podrían nunca pro­ que tenga una ciencia y un ser infi­
ducir ese orden, esa armonía; esa nitos. Además. si el pensamiento y
belleza que notamos en • el mundo. la materia pueden ser separados, la
Pero este argumento, que no parece existencia eterna -de . la materia no
tener más que una certidumbre mo• será una consecuencia de la existen­
ral,. es llevado a una necesidad com­ cia eterna de un ·ser pensante·.
pletamenté metafísica por la nueva § 14. Se ptegunt�rá también· a
especie de ar-mgriía que yo he intro­ los que creen en un ,Dios material
ducido, que es la armonía preesta­ si creen que cada parte de la ma­
blecida. Pues expresando cada una teria piensa. Eh este caso se segui�
de .estas almas a ·su manera lo que ría que habría tantos dióses como · .(

p·asa fuera de ella, y . no pudiendq partículas -de materia. Pero si cada


tener ninguna influencia sobre los parte de la materia no piensa, he·
demás seres particulares, o más bien, aquí ya un ser pensante compuesto
debiendo sacar esta �xpresión del . de partes no pensantes, ya refutado.
fpndo· de su naturaleza, es preciso, § · 15. Y si algún átómo de materia
necesariamente, que cada uno haya piensa solamente, y las demás·· par­
recibido su naturaleza (o esa razón . tes, aunque igualmente eternas, no
interna de expresión de lo que piensan, es decir gratuitamente, que
existe fuera) de una causa universal, una parte de · la materia está infi­
de la cual dependan todos estos seres nitamente por ·encintá de la otra y
y que haga que estén perfectamente produce los seres pensantes no eter­
de acuerdo y . se correspondan los nos. § 16. Y si se quiere que el ser
unos con los otros; lo que no puede pensante-eterno y material sea cierto
hacerse sino con una sabiduría- y conjunto particular de la materia,
conocimiento infinitos y por un arti­ cuyas partes son no pensantes, cae­
ficio grande con rélación sobre todo mos en lo que ha sido refutado,
al consentimiento espontáneo de -la pues las partes de la materia pueden
máquiµa · con las acciones del ·alma muy bien estar juntas, pero no por
racional, que un 'ilustre autor, que eso pueden adquirir más que una
hizo objeciones con esta ocasión en nueva relación local que no podría
. su maravilloso diccionario, dudó comunicarle el conocimiento. § 17.
· casi . si no rebasaba toda la sabidu- No importa que este conjunto esté

1 . . '
L___ --�..J
NUEVO .�TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 325
. en reposo o en movimiento. Si está en la creación de· toda otra sustancia'
reposó, no será más que una masa excepto el Cr:eadór mismo.
sin accióri, que no tendrá ningún TEo.-Me habéi� porcionado
privilegio sofüe un· átomo;· si está un pla�er, · señor, al prorelatarme ese
eñ movimien to, este movimiento, pensamiento profundo de vuestro
que le distingue de las otras partes, autor, que_ su prudencia, dema siado
debe producir el pensamiento, por escrupulo�a. ha impedido .reproducir
lo .que todos estos pe s
� anii entos ·
entero. Seda una lástima que le
serán accidentales- y ·limitados, por• suprimiese y_ nos dejase con Ia miel
que cada parte carece de pensamien- en le>s Iafüos. Os aseguro que hay
to y no tiene nada que regule sus algo importante y bello oculto bajo
movimientos. Así no habrá ni Ji. esta especie de enigma. La SUSTAN·
bertad, ni elección, ni sabi9uría, cu, con mayúsculas, podría hacer
como en la simple materia· bruta. sospechar que concibe la producción
§ 18. Algunos creen que la materia de la materia como la de los acci­
es por lo menos coetema cori Dios. dentes,· los cuales no se tiene difi­
Pero no dicen por qué la ·produc- . cultad en sacarlos de la nada;. y
ción dé un ser pensante, que ellos · distinguiendo su pensamiento singu­
admiten; es mucho inás difícil que lar· "de la filosofía, que está preci­
la de la materia, que es menos per- samente fundada en el mundo, o
fecta. Y quizá (dice el autor) si qui- en. este lugar de la tierra", yo no
siéramos alejarnos un -poco de las. sé si ha tenido en la mente á los
ideas comunes, dar vuelo a nuestro platónicos, que tomaban la materia
espíritu e -internamos en el examen por- algo huidizo y pasajero, a la
más profundo que pudiéramos hacer manera de .los accidentes, y tenían
· de la naturaleza de fas cosas, "po- otra idea ·de los espíritus y de las
dríamos llegar hasta concebir, auri- almas.
que de una manera imperfecta, cómo § 19. FIL,.;_Por últinio, si algu­
la materia·puede haber-sido hecha al nos niegan •la éreación, por la cual
principio, y éóino ha podido comen� las cosas· sé hán hecho de la nada,
zar a existir por el poder de este porque no saben concebida, nuestro
primer ser eterno". Pero veríamos· autor, al escribir, -antes de conocer
al· mismo tiempo que dar sér a un vuestro descubriIIJ.iento sobre la ra­
espíritu es un efecto de este poder zón de la unión· del alma con el
eterno· e infinito, lo que· es mucho cúerpo, les .objeta qtie no compren­
más -difícil de comprender. Y como den cómo los inóvimientos volurita­
estq me separarla quizá mucho (aña- · ríos son produci�os en · el éuerpo
de) '"de 1-as nociones. sobre las cuales por la voluntad del alma, y no dejan'
la filosofía está al presenté fundadá de creerlo convencidos por la· expe­
en el mundo", nó se me-podría per� riencía;· .y replica, con razón, a los
donar que me alejase tanto) o ,in• que resporideri que el alma no po­
vestigase, en cuanto la gramática lo' dría· producir un nueyó movimiento,
pérmite, si en el fondo la opiiltón · y ·tos espíritus animales sólo tina
comúnmente admitida es contraria a nueva determinación, que lo uno es·
este sentimiento particular; haría tan inconcebible· como lo otro. Y
mal, digo·, en internarme en esta dis- nada mejor dicho· que lo que él
cusión, sobre todo eti este lugar de añade en esta . ocasión, que querer
la tierra; en· que la · doctrina admi- limitar lo que Dios puede hacer, a
tida es bastante buena para:. mi de- lo· que nosotros podemos comj>ren­
signio, puesto que sienta como indu- der, es dar una extensión infinita
dable que¡, una ·vez admitida la a .nuestra COI?�rensión, ·º hacer a
creación o el comienzo de alguna Dios mismo fllllt0.
sustancia sacada de la nada; se pue- TEO.'-Aunque ahora esté orillada
de suponer . . con la misma faéilidad la dificJ!ltJUL. de 1li unión · del alma
tJQTD,;a . .
BIB. . . GO BER!U<."'
PBRO: DAVID ARAN
_c2?J1TNAR10 MAJQ� ___...:_____�
326 LEIBNIZ

con' el cuerpo, a mi juicio, aún en un lugar donde el sol puede pe­


queda más. Ya he demostrado a pos­ netrar; mientras que puedo arrojar
tériori, por· la armonía preestable· las ideas que tengo en llti memoria.·
cida, que todas las mónadas hart Es preciso, pues, que . haya ·alguna
recibido su ser i;le Dios y que de causa exterior de esta impresión
él dependen. Sin embargo, no sa� viva, . cuya eficacia no puedo domi- \
bríamos comprender el cómo, en de­ nar. § 6. Algunas de esás percep-,
talle; y en el fondo, su conserva­ ciones se producen en nosotros acom-'
ción no es otra: cosa que una . crea• pañadas de dolor, aunque _ luego las
dón continua, como los escolásticos recordemos sin sentir la menor mo­
han reconocido perfectamente. lestia. Bien que tampoco las demos­
traciones matemáticas dependen de
los ·sentidos; sin embargo, el examen
CAPÍTULO . XI que en ellas se hace por medio de
las figuras, sirve . de mucho para
Del conocimiento que tenemos de la probar la evidencia de nuestra vi­
. exist_imcia de las demás cosas sión, y parece darle una. certidum­
bre que se. aproxima a la misma
§ L FIL.-Como la mera existen-· demostración. • § 7. 'También en mu­
-cia de Dios tiene Wla reladón · ne- e.hes casos· nuestros sentidos se sirven
cesaría - con la nuestra, las ideas que de testigos. los unos a .los otros. El
� podamos tener de cualquier co·sa no que ve el fuego puede sentirle, si
prueban la existencia de esta cosa, duda de él. Y al escribir esto, veo
como el retrato •de un: hombre no que ·puedo cambiar las apariencias
probaría su existencia en el mW1do. del • papel y decir de ·antemano qué ·
§ · 2. Sin embargo, la certidumbre nueva idea va a presentar al espí­
que yp tengo de lo blanco y de. lo ritu; pero cuando .- estos caracteres
negro sobre ·este papel, por la vía están trazados,. ya no puedo evitar el
de la sensación, es tan grande como verlos tales • como ellos son, además
la del movimiento de mis manos, de- que la vista de estos caracteres
que no · cede más que al conocí, · hará pronunciar a. otro hombre los
miento de nllestra existencia y al . mismos sonidos. § 8. Si alguno cre­
conocimiento de Dios. §.3. Esta cer­ yere que todo _ esto no es más que
tidumbre merece el- nomb _ re de cono­ un Ja_rgo sueño, podrá soñar, si le
cimiento. Pues np creo· que una per­ ·,place, que yo le- doy esta respuesta:
sona · púeqa . ser en verdad tan es­ que . nuestra certidumbre, fundada
céptica qüe dude de l_a existencia de sobre - el testimonio de nuestros sen­
estas cosas que· ve y que siente. Por tidos, es tan perfecta. como nuestra
'··• lo menos, el que lleve sus dudas naturaleza lo permite y nuestra con­
tan allá, nunca .podrá discutir con­ dición lo pide. El que ve arder una ·
migo, puesto _que jamás podrá estar candela y experimenta el calor .de .
seguro de que yo no digo algo contra la llama., que le produce qolor si :QO
sus sentimientos. Las percepciones de retira el dedo� no pedirá una mayor
la_s cosas sensibles (§ 4) son produ­ certidumbre . para regular su· acción';
cidas por causas exteriores que afec- y si ése durmiente o soñador no
1 tan a nuestros sentidos, pues noso­ lo hiciera, pronto despertaría de su
. tros no adquirimos estas percepcio­ sueño. Esta seguridad, que es tan
nes sin los órganos; y si los órganos cierta como el placer y el dolor, nos
bastasen, las producirían siempre. basta, pues; porque el placer y el
§ 5. Además, · yo siento al gunas dolor son dos cosas más allá de las
veces que no podría impedir que cuales no tenemos ningún interés
se produjesen en ·mi espíritu esas en el conocimiento o existencia de
percepciones, como por ejemplo, la las cosas. § 9, Pero más allá -de
luz cuando · tengo los ojos ab,ie_rtos· nuestra sensación actúal . no hay co-

• .• t ..
.�. ·., '
,_,_
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 327

nocimiento, y no tenemos más· que Ja certidumbre, estamos ciertos de


verosimilitud, como cuando yo creo que Constantinopla está en e] inun­
que hay hombres en el mundo, en do, de..cque Constantino y Alejandro
lo cual · hay uha externa probabili­ Magno y Julio César vivieron. Es
·dad, aunque ahora, solo en. mi gabi­ verdad que algún aldeano ·de las

f.
nete, no vea yo a ningún hombre. Ardenas podría· dudar de ello justa­
J § 10. Así, también sería locura es- mente, por falta de información;
perar una demostración sobre cada pero un hombre de letras y de mun­
cosa y no obrar según las verdades do no lo podría hacer, a no ser que
claras y evidentes cuando no . son su espíritu estuviera grandemente
demostrables. Y un ·hombre que ne- perturbado. · .
cesitase de ellas, no podría esperar § 11.. FIL.-Estamos seguros ver­
más que perecer en un corto plazo. daderamente, . por nuestra memoria,
TEo.-Ya he señalado, en nuestras de muchas . cosas que han pasado;
_.conferencias anteriores, que la ver­ · pero ·no podemos juzgar si subsisten
dad de las cosas sensibles se justi- aún. Ayer vi yo agua y cierto nú­
. fica por su reláción, que· depende de mero de burbujas de bellos colores
las verdades intelectuales, fundadas que se formaron sobre tal agua. Hoy
en la razón, y de las observaciones estoy cierto de que esas burl:!ujas
constantes en las/cosas sensibles . han existido; pero ya no sé la exis�
mismas, aún cuando los razonainien­ tencia presente del agua más cierta­
tos no aparezcan. Y como estas ra­ mente que la de las burbujas aun­
zones y observaciones ·nos propo_r­ que la primera . sea infinitamente
cionan el medio de juzgar del por- más probable, porque se ha obser­
. venir por lo que respecta a nuestro vado que el agua es duradera y las
interés y el éxito responde a nuestro burbujas desaparecen. § 12. En fin;
juicio razonable, no podemos pedir fuera de Dios y de nosotros, no co­
ni obtener una mayor cenidumbre nocemos otros espíritus sino por la
sobre_ estos objetos. Así podemos revelación, y no., tenemos de ellos
darnos cuenta .de los sueños mismos · más certidumbre que 1a de. la fe.
y de su falta . de relación con otros TEo.-Se ha observado ya que
fenómenos. Sin embargo, creo que nuestra memoria nos ·engaña algu­
se podría extender la apelación del • nas veces. Y le prestamos fe o no, ,
· conocimiento.·· y···de la .. c�rtidumbre según es más o menos viva y está
más allá de nuestras sensaciones ac­ más o menos lig�da · a las cosas que
tuales, porque la claridad y la evi­ sabemos. Y aun cuando estemos se­
dencia van más allá, y y� lás consi­ guros de lo principal, podemos mu­
dero como un.a especie de certidum­ chas veces dudar de las circunstan­
bre; y sería, sin duda, locura dudar cias. Yo me acuerdo de haber cono­
seriamente si hay hombres en el cido a cierto individuo, pues siento
mundo cuando no los vemos. Dudar que su imagen, como su voz, no es
seriamente es dudar con relación a nueva para mí; y este doble indicio
la práctica, y se podría tómar la cer­ . es para mí mayor garantía que urio
tidumbre por un conocimiento de la solo; pero no-podría acordanne de
verdad con la cual no se puede dudar dónde lé he visto. Sin embargo, su�
con relación a la práctica sin deli- . cede, aunque rara vez, que vemos_ a
rio; · y algunos la toman aún más una persona en sueños antes de
generalmente y la aplican a los casos verla en carne y hueso. Y me han
. en que no s� podría dudar sin me-· asegura(Jo q_úe tina señorita de cierta
recer gran censura. Pero la eviden­ corte conocida vio en sueños, y des­
cia sería uaa certidumbre luminosa, cribió a sus amigas, al que había de·
es decir; en la cual no se duda, a ser su esposo, así como la sala en
causa de la relación que se ve entre donde se habían de celebrar · las bo­
las ideas. Según esta definición de das; lo que hizo antes· de ver y co-
328 LEIBNIZ
n!Jcer ni al hombre 'ni el lugar. Esto las observaciones, y otras son pro­
se atribuyó a rio sé .qué presenti­ posiciones necesarias; -tales son una
miento secreto; pero él áza,r pué�e gran cantidad de propo!iciones geo­
producir este efecto, porque es· bas­ gráficas y astronómicas sobre el
tante raro que esto suéeda; áaémás globo terráqueo; y sobre ·el curso de
oe que las imágenes de lós sueñ,os, los astros,. que nacen por 11¡ combi­
j,or ser un poco oscurais, pueclen ser mición dé las observaciones' de los
relacionadas. con más libertad.. ·viajeros y d� los astrónomos con los
§· 13. FIL.-Co�cluirémos que hay teoremas dé geometría y de aritmé­
qós clases de proposiciones: fas unas, tica. J>ero corno, según el uso de los
particulares y sobre la existenci!l, lógicos,, {a'- 'c'cinclusión sigue a la
como que un elefante existe; las más ,debd .de. fas premisas, y no
otras, generales sobre la . dependen­ podría. teJ?.er '.más certidumbre que
cia de las ideás, como por 'ejemplo ellas, estas p,toposiciones mixtas no
que los hombres deben obedec·er a · tienen' más · c;ertidumbre y generaH­
Dios. § 14. La mayor parte de éstas d:a� que ·1a que · corresppnde a las
proposiciones geñer14e,s y ciertas lle� observaciones. Por lo que se refiere
ván él nombre de verdades eternas,· a. las verdades eternas, es preciso
y, en efecto, lo 110n Jodas:: No por­ observar que, en· el fondo, son todas
qu� •sean proposiciones · formadas condiciones' y 'dicen en' efeéto: SU·
actualmente en alguna parte.' dé toda puesta tal cosa, sucede tal otra. Por
una eternidad, ni que ,estén grab¡:¡­ ejemplo,' si de.cimos: toda figura que
t;las en el espíritu, según cierto J1lO• tiene tres lados tendrá también. tres
delo que existió .siempre, sino poi:­ ángulos, no diremos c;,tr{l cosa sino
qÚe estamos seguros· que· cu�do una que, suponiendo que· _'haya una fi,
criatura, 'provista suficientemente de gura ,d e tres 1¡idos,. esta. misma figu­
facultades y medios para. ello; apli­ ra tendrá tres ángulos. Digo esto
que sus pensamientos · a, la conside� mismo, .y' en esto es en -�o· que las
racióri de estas ideas, vérá la verdad propcisicióIJes categóricas; que pu�
de estas proposiciones. den ser enunciadas sin condición,
TEo,..:_Vuestra división parece re­ aunque sean . condicionales en '. el '
d,1,1cirse a la mía de proposiciones. de fondo; difieren de las. que se fü1man
hecho y proposiciones de· razón; Las hipotétic,as, cómo sería esta propo�i­
prop·osiciones de hecho 'J)Ue'deri tam- ción: si 'tina figu_ra tiene tres lados,
' en cierta stis árigl,llos sérán iguales á' dos rec-_
. bién llegar a· sér gerienilés.
manera,' pero ·es por la inducción ·u tos, don'cle se _ve que la proposición
· observación. De moé,lo _ que no es · ánfecedenté · (a saber, la figJ,!ra de
m_ás que una multitqd .de hechos tres lados) y [a consiguiente (a
s�mejantes, como cuando se observ.a saber, Jos ángulos de la· figura de
que todo mercurio .. 'se evapora por tres lados son iguales a dos rectos)
la. acción dél fuego, y esto no es no tienen el ·mismo sujeto,' como 1()
una generalización ·perfecta, pOrque tenían .en el caso anteri,or, en que el
no conocemcis su necesidad. Las pro­ antéceden�e era: esta figu,rá es de .
posici,;mes. generales de razón son tres lados,· y el consiguiente: dicha
necesarias, aunque la ra,zón las su� figura tiene tres áp.gulos; aunque
ministre también que no ·son absolu­ también fa hipotética muchas veces
tamente generales, y no. son más que pueda· ser transformada en categó-
verosímiles, como cuando presumí: . rica, pero cambiando un poco fos
mos que una idea es posible hasta términos, como · si en lugar de la
que se _descubre fo córitrario poi: hipotética anterior yo dijese: los án­
una investiga9ión más exacta. Hay, gulos dé toda figura de tres fados
por. último, proposiciones mixtas� sa� ·son iguales a dos rectos. Los esco­
cadas de premisas, .. algunas de las lásticos · discutían mucho · de constan-.
cuales proceden de . los ·hechos· y de tia' �ubjecti, cómo ellos decían;_ es
. ::,· ! .. '

1
/

NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO. 329

decir, de cómo la proposición hechaneralizada eritre los sabios que las


sobre un sujeto puede tener una máximas son los fundamentos de
verdad real si este sujeto no existe.
-todo conocimiento, y que cáaa cién­
y es que la verdad no es más que cfa e_n particular está fundada. en
condicional, y dice que en el caso ciertas cosas ya .conocidáS (prae­
de · que el sujeto exista tendrá tal_ ·
cognita). § 2. Confieso que· las ma�
atributo. Pero se preguntará· aún: temáJicas parec!ln favorecer este mé-_
¿en · qué estará fundada esta co- todo por su gran éxito, y bastante
nexión, puesto que ahí . dentro h�y habéis recalcado ya est9.. Pero �� .
reálidad que no engaña? La respues- duda aÚÍl si no serán más bien las
· ta será que está en la relación de ideas .las que han servido de base
las idéa,s. Pero- se· preguntará, · re�
a su relación� y no dos o tres �áxi-.
plicando: ¿en dónde estarfán es_ta� mas generales sentadas al principio.
. ideas si ningún espíritü existiese, y Un joven conoce que su cuerpo es
cuál sería entonces el fundamento mayor que su dedo meñique; pero
real de esta· certidumbre de las ver-
no en virtud de este axioma: que
dades eternas? - Esto nos Heva, Pº! el todo es mayor que la parte. El
último, al fundamento de las verda-conocimiento ha· comenzado por las
des; a saber, a ese espíritu supremo·
verdades particulares; pero después
y universal, que ·no puede dejar dese ha querido descargar la memo­
existir, y cuyo entenditriiento, a decir
ria, por medio de las nociones ge­
verdad, es la región de ]as verdades
nerales, para desembarazamos de la
eternas, como San Agustín lo rece- multitud de hechos particulares. Si
n:oció y lo expresó de una manera el lenguaje fuera tan imperrecto que·- ·
bastante viva. Y para que no. Se crea
no tuviera tér:ininos relativos, comer'
que no es rieé:esatio recurrir a él,el todo y '¡a pa�te, ¿sé' podría· sabér.
hay que considerar 9-ue ..e�tas verda�
que el cuerpo es mayor . que ��­
dedo? _Por lo ·menos, yo o� presento
des . necei¡arias contienen_ la razón
determinante y el princip10. regula"
las razones de mi autor; aunque _¡;reo
dar de las existencias mismas. Y, en ·
entrever lo que· vais a decir por ló
una palabra, las leyes del .timverso.
qu� ya habéis dicho. · .·
. Así, siendo estas ver_dades: necesa- TEo.-Yo no 1lé qué manía tienen
rías anteri?res a la existenci� de lo:;;
contra las · máximas para . atacarlas
seres contingentes, es preciso. que tan reiteradamente: si sirven para
estén fundadas. en 19: exist�mcia de,
descargar Ia memoria de una gran
una. sustancia rtecesar1a:-�llf es -don-_
cantidad de ideas particulares, como
�e. yo encuentro el or1gmal �e las se reconóce, · qeben ser muy útµes, ·
ideas•. y de las verdades grabadas aún cuando no tuviesen otro uso;
eri IlU�st_ras alni�s, nó en forma de
Pero yo añitilo que no nacen de.
propos1c1�nesl , smo como f�entes aquí, pues no se les encuentra por,
cuya aphcac1on · � !as . ocasiones;
la illducci6n de los ejemplos. E_l que
harán· nacer enunc1acmnes a_ctua:les.
conoce· que diez es . _más que nueve,
que el cuerpo es mayor que el dedo
y que la · casa es demasiado grande -'
CAPÍTULO XII para poder salirse • por la puerta,
conoce cada una de estas proposi­
De · los medios de aumentar nuestro· cienes particu_lares; por una- misma
conocimiento razón general que a ellas está in.cor-·
porada .y ejemplificada en ellas, as{
. §· 1. FIL.-Hemós hablado de las como vemos· trazos · cargados de co­
especies · de�conÓcimiento qué te�e-: lores eri los que · 1a proporción y la
mos. Ahora nablemós de los medios configuración consisten propiamente
de· aúmentar el conocimiento o de en· los rasgos, cualquiera que sea·
encontrar la verdad. Es opinión 'ge- el color. Ahora bien; esta razón co-

I
- ¡

3.30 LEIBNIZ

mún es el axioma mismo, que es gratuitos. Cuando se pide praecog­


conocido, por decirlo. así, implícita­ nita en las ciencias, o sea conoci­
mente, aunque no lo sea desde luego mientos anteriores, que �irvan para
de una manera abstracta y separada. fundar la ciencia, se piden principios
Los ejemplos sacan· ·su verdad del conocidos, y no posiciones arbitra­
áxioma incorporado, y el axioma no rias cuya verdad no es conocida; y
tiene fundamento en los ejemplos. el mismo Aristóteles lo entiende así: .
Y como esa razón comúñ de -esas que las cienéias inferiores. y subal­
verdades particulares está en el es­ ternas toman. sus principios de otras
píritu de todos los hombres, ya veis· superiores en las cuales han ·sido de­
bien que no tiene necesidad de que mostrados, excepto la primera· de las. ·
las palabras «todo" y "parte" se ciencias, que llamamos metafísica,
encuentren en el lenguaje del que de que, según él, no pide nada a las
ellas está penetrado. otras y les suministra los· principios
_§ 4. F1L.-Pero, ¿no_ es peligroso de que tienen necesidad; y cuando
autorizar. las suposiciones b_ajo pre­ dice 6E� 'ltO"'t'EÚEw 1:ov µcx.v 8á.vov1:r.t,
texto de los -axiomas? El uno su­ el aprendiz debe creer a su máestro,
pondrá, con algunos antiguos, que . su opinión es que no lo debe hacer
todo es materia; el otro, con Pole- más que esperando, cuando no está
mon,, que el mundo-es Dios; un ter-. aún instruido en las ciencias supe­
pero pondrá. sobre el tapete que el riores, de modo que no es sino por
Sol es la -principal divinidad. Juzgad previsión. Así, pues, estamos muy
qué religión tendríamos, si eso estu­ lejos de aceptar principios gratui�
viese permitido; Tan• verdad es que tos; a lo cual hay que añadir que,
resulta peligroso aceptar principios aun. aquellos principios cuya certeza
sin crítica, sobre todo cuando inte- no es completa, pueden tener· apli­
. resan. a la· moral, pues alguno espe- cación, si no se construye sobre ellos
./ rará otra vida semejante más bien · más -que por . demostración; pues
a la de Aristipo, que . cifraba la aunque todas las conclusiones en este
beatitud en los placeres del cuerpo, caso no serían más que condiciona­
\
que a la de Antístenes, que sostenía les, y valdrían solamente suponiendo
oue Ja virtud basta para · hacemos que el principio fuera verdadero, esta
felices. Y Arquelao, que pondrá por relación misma y esos enunciados
principio que lo justo y lo injusto, condicionales serían por lo menos de­
lo honesto y Io deshonesto son úni­ mostrados; de manera que sería muy
camente determinados por las leyes, de desear · que tuviésemos muchos
y no por la naturaleza, tendrá sin libros escritos de este modo, púes
duda otras medidas del bien y del en .ellos nci habría peligro de error,
mal moral qtie -los que reconocen estando advertido el discípulo de la
obligaciones anteriores a· las consti­ condición; Y no se reglará la .prác­
. tuciones humanas. § 5. Es preciso, tica sobre estas condiciones, sino a
oues, que -los ·principios sean cier­ medida que la .condición se encuen­
tos. § 6. Pero esta certidumbre no tre verificada en otra parte. · Este
viene más que de la comparación método sirve también, muchas ve0
de las ideas; así, nosotros no tene­ ces, para .verificar las suposiciones
mos necesidad de otros principios, o hipótesis, cuando de ellas nacen
y; según esta única regla, iremos muchas conclusiones, cuya verdad
· más lejos que sometiendo nuestro · es conocida por otra aparte, y algu­
espfritu a la discrecíón de otro. nas veces esto da una completa in­
. TEo.�Me asombro, señor, de que versión, súficiente para demostrar
volváis contra las máximas; es decir, la verc!ad de la hipótesis. Conririg,
contra los principios · evidentes, lo médico de profesión,: pero compe­
que ,se puede decir y se debe decir. tente en toda clase de erudición,
contra los . principios que se supone excepto quizá en las matemáticas,
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 3 31

escribió una · carta a su amigo, ocu­ darse. Y si alguno creyese que esta
pado en reimprimir en Helmstaedt imaginación. da · la relación de dos
el libro de Viottus; filósofo peripaté­ ideas distintas, no está bastante ins­
tico estimado, que- trata· de explicar _ truido sobre ia fuente de las · verda­
la demostración y los analíticos pos-· des; y muchas proposiciones, de-,
teriores de Aristóteles. · Esta carta mostrables por otras anteriores, _ pa­
fue unida al libro; y Conring cen­ sarán a sus ojos por inmediatas. Esto
suraba en ella a Cappus, cuanqo es · lo que no han considerado bas­
dice: el análisis se propone encon­ tante muchos de Jos que han criti­
trar lo desconocido, en cuanto lo cado a Euclides. Estas imágenes no
presupone; y de aquí, por consecuen• sori más- que ideas confusas, y el
cía, llega a verdades conocidas; lo que no conoce la línea· recta más
que va en contra de lógica (decía que por este medio, no sérá- capaz
él), qu·e enseña que,- de falsedades, de demostrar nada. Por· eso Eucli-.
. nada verdadero se puede deducir. des, a falta de una idea distinta­
Pero y� •le hice saber después_ que mente expresada, ·es decir, de una
· en el análisis se sirven definiciones definición de la línea - recta (pues
y· otras proposiciones recíprocas, qtie . la que él da provisionalmente es os­
dan - ocasiqn para dar la . vuelta y cura y no le sirve en las demostra­
encontrar demostraciones sintéticas. ciones) , ha tenido que recurrir a dos
Y aun cuando. esta vuelta no es de­ axiomas que le han servido de defi­
mostrativa, como. en la física, ·no nición y qqe emplea en sus demos­
deja muchas veces de tener una gran · traciones: el uno es que dos rectas
verosimilitud, cuando · la hipótesis_ no tienen parte común, el otro que
explica fácilmente muchos fenóme­ no J:ie.rran un espacio. Arquímedes
nos, di(íciles sin esto, y muy inde­ ha dado una- especie de definición- ·
pendientes los- unos de los otros. , ·de la recta, diciendo que es -la línea
Tengo por verdad, que el principio más corta entre dos puntos. Pero· su­
·de lo� principios es, en cierto modo, pone. tácitamenté,- empleando en sus
eJ buen uso de las · ideas y de las definiciones elementos tales como
experiencias; pero, · profundizando, . los de Euclides, fundados sobre los
encontraremos que respecto de las . dos axiomas de que -acabo de. hacer
ideas no se trata más que de ligar mención, q4e I11s afecciones, de que
las de_mostraciones por ,medio de . hablan ésos axiomas, convienen a la
- axiomas_ idénticos. Sin· embargo, no línea que él · define. Así, si creéis,
siempre es una cosa fácil· llegar a con vuestros amig�s, bajo pretexto
este último análisis, y por mucho de la conveniencia o disconvenien­
deseo que los geómetras, por los éia de las ideas, que era 1ícito, y lo
menos los antiguos; hayan mostrado es aún; aceptar en geometría lo que
de llegar a este fin; todavía no han las imágenes: nos dicen, sin procu­
podido conseguirlo. El célebre autor. rar por las definiciones y los axio-
del ensayo concerniente al · entendi­ mas ese rigor de demostración -que
miento humano . les_ haría un gran los antiguos han exigido en esta ·
favor · si acabase esta investigación, ciencia (que como yo creo, muchas
un poco niás difíéil de .lo que se personas juzgarán falta de informa­
cree. Euclides, por eje�plo, incluye ción), os confesaré, señ,or, que esto
entre los axiomas aquel que dice: basta para los que no sé preocu­
dos líneas rectas no ·se pueden paban más que de tal o cual geo­
encontrar más que una sola vez. La · metría práctica, pero no para los ·
imaginación, tomada de la experien­ que quieren poseer 1a ciencia que
cia de los.ientidos, no nos permite sirve también para perfeccionar - la
figurarnos más de un encuentro de . práctica. Y si los antiguos hubieran
dos • rectas; pero no . es sobre esto sido de · esta opinión y se hubiesen
sobre lo que la ciencia ha de fun- abandonado en este ¡:iunfo, creo que

L/
332 LEIBNIZ

no hubieran ido muy lejos y no nos Si os place contentaros con ver


hubieran dejado más que una geo­ confusament:
. esta relaciój, debilita�
metría empírica tal como era al pa­ ré1s la exactitud de las demostracio­
recer la de l_os egipcios, y tal com� nes, y Euclides ha hecho mucho me­
parece que. la de los chinos es aún; jor, sin comparación alguna, al re­
lo que nos habrá privado de los .ducirlo todo a fas definiciones y a
más bellos conocimientos físicos y un pequeño número de axiomas. Y
mecáni�os que la geometría nos ha _si quer�is que esta ·relación de .las
proporcionaclo y que son desconoci-­ ideas , sé vea y se exprese distinta­
dps en. todas parte� doI1de lo es mente, ós veréis forzado a recurrir
nuestra geometría. También se pue­ a las definiciones y a los axiomas
de creer que abapdonándonos a - los idénticos, como yo lo pido; y algu­
sentidos y a las imágenes, · habría: nas veces os veréis obligado a con­
mos caído en errores, como les su­ tentaros con algunos axiomas· menos
cede, por ejemplo, a -todos los que primitivos, corno hicieron Euclides y
no están instruidos en una geome­ Arquímedes, cuando os cueste traba­
tría exacta, que tienen por induda� jo·', llegar � un perfecto' análisis; y
ble, fiándose de su imaginación que haréis mejor en esto que en descui­
dos Hneas que se aproximan conti­ dar · o diferir algunos bellos _descu'.
nuamente se deben encontrar al fin; brimiénto_s que ya p·odr�aii, ·en_contrar
mientras que los geómetras presen­ por su · niedio, como; en efecto, ya
tan ejemplos contrarios en ciertas O!> he dicho otra vez, señor, que yo
líneas, que llaman asíntotas.. Pero creo que no . tendríamos géometría
además de .esto, nos veríamos pri• (y entieridó . por tal. UI,18. cienci� d��
vados de lo que yo estimo más en mostrativa) si los · antiguos no hu-.
la geometría · con relación a la con­ hieran qt1erido avanzar, ap.tes de ha­
templación: que es dejar entrever la ber . demostrado los axiomas · que se ··
verdadera · fuente de las verdades vieron obligados· á emplear.
eternas y del medio de comprender § 7. FIL.-Comienzo a compren­
la necesidad de éstas, que - las : ideas der lo que· es una relación de ideas:,
confusas de los ·sentidos no nos h1:1� distintamente . conocida, y bien veo
rían ver distintamente. Me. diréis que que de esta manera los axiomas son
Euclides se vio obligado, sin em­ necesarios. Veo -�ambién que es pre­
bargo, a limitarse a ciertos axiomas,. ciso· que · el método que sigamos en .
cuya evidencia no se ve más que .nuestras investigaciones, cuando se
confusamente por medio de las imá­ trata de examinar las ideas, esté ba­
genes; 0-.;_ confieso que, efectiva­ sado en el· ejemplo de las matemá­
mente, se limitó a estos axiomas; ticas, que después de ciertos prin­
pero valía más ·limitarse a un . pe­ cipios muy claros y fáciles (que no
queño número de verdades dé esta son..otra cosa que los axiomas y las
naturaleza que le parecían las más definiciones) suben, por · pequeños
sencillas, y deducir de ellas las otras, grados y por un encadenamiento
que otro menos exacto habría to­ continuo de razonamientos, al des­
mado también por ciertas, sin de­ cubrimiento y a la demostración de
mostración, que dejar indemostradas verdades que· parecen al principio
'muchas, y, lo que es peor, dejar a por encima de la capacidad huma­
las gentes en libertad -de hacer ex­ na. El arte. de encontrar pruebas -·
tensivo su abandono - al compás de y esos métodos admirables . que han
su humor. Veis, pues, señor, que lo inventado para deslindar y poner en
. que habéis _dicho con vuestros ami- orden las ideas medias, es lo que ha
gos sobre la relación de las ideas, producido descubrimientos tah asom-
dándolo por la verdadera fuente de . brosos y tan · inesperad9s. · Pero_ Jo
fas verdades, tiene necesidad de ex­ que yo no puedo puntúalizar es si,
plicación. con el tiempo, se podrán inventar

-- _, __
, I -

NUEVO TRATADO SOBRÉ EL ·ENTENDIMIENTO HUMANO 333

cihos métodos-semejantes, que sirvan mismo modo que se han contentado


para las . demás ideas tanto como con deducir un gran número de teo�
para lás que se refieren a la mag­ remas de un pequeño número de
rutud. Por lo menos, si las demás principios de la razón, bastante es
ideas fuesen examinadas según· el también que los físicos, · por medio
método ordinario de los matemáti­ de algunos principios . de experien­
cos, conducirían nuestros pensamien­ . cia, den razón de muchos fenóme-
tos más · lejos de lo que podemos nos y hasta puedan preverlos en la
figurarnos; § 8, y esto se podría práctica. . · ·
hacer particularmente en la moral, § 11. F1L.-Puesto que nuestras
. conio ya he dicho más de una vez. facultades'• no están dispuestas para
TEo ...:_Creo que tenéis razón, y hacernos discernir la fábrica interior
estoy dispuesto, desde. hace mucho del cuerpo, debemos. juzgar que es
tiempo, a ponerme en trance de rea­ bastante que nos descubran la exis­
lizar · vuestras pre_dicciones. tencia de Dios y un gran · conoci­
'§ 9. F1L,-Respecto del conoci­ miento de nosotros mismos para ins­
miento de los cuerpos, hay que se­ truµ-nos · en nuestros deberes . y en
guir un camino completamente con­ nuestros más p;reciados · intereses,·
trario; pues no teniendo ninguna con relación, sobre todo, a la eter­
idea de sus esencias reales, estamos nidad. Y creo estar en situación . de
obligados a recurrir a la experien­ inferir de aquí que ''la moral es· la
cia. § 10. Sin embargo, no niego propia ciencia y el gran negocio de·
que un · hombre. acostumbrado a los hombres en general, como, por
hacer experiencias racionales y re­ otra-parte, las- diferentes· artes, que
gulares sea capaz de formar conje­ s� refieren a diferentes partes -de la
turas más justas que otro sobre sus naturaleza, son el patrimonio de los
propiedades aún desconócidas. Pero particulares'\ Puede decirse, por
esto es juicio y opinión, y no cono­ · ejemplo, que la ignorancia del . uso
cimiento y certidumbre. Eso me hace del hierro es causa de que, en los ·
creer que la física no es capaz de países de América, en los que 1a
convertirse . en una ciencia en nues­ naturaleza ha derramado . pródiga­
tras manos. Sin embargo, las expe­ . mente toda clase de bienes, falte la
riencias y . las observaciones histó­ mayor . parte de las comodidades de ·
ricas pueden servirnos, con relación. la vida. Así, lejos de despreciar la
a la· salud de nuestros cuerpos y a ciencia de la naturaleza (§ 12), yo
las comodidades de la vida. creo que si este estudio es bien di­
TEo.-Estoy de acuerdo en que la rigido, puede ser de una utilidad al
física entera no será nunca una cien­ género humano mayor de todo lo
cia perfecta en nuestras manos; pero que se ha hecho hasta aquí; y el que
no dejaremos nunca de tener alguna inventó la imprenta, o el que des­
ciencia física, y ya tenemos algunos cubrió el uso de la brújula o hizo·
ejemplos de ello. La magnetología, conocer las virtudes de_ la· quinina,
sin · ir más lejos, puede pasar por· han contribuido a la propagación
tal ciencia, pues haciendo poca]I su- del conocimiento y al aumento de
. posiciones fundadas en la experien­ . las -comodidades útiles a la vida, y
cia, podemos demostrar, por una han salvado más gentes de la muer­
consecuencia cierta, gran cantidad te que los fundadores de los cole­
de fenómenos, que suceden efecti­ gios y de los hospitales y de otros.
vamente, como vemos. que _ la razón monumentos de la más insigne ca­
lo anuncia. No debemos esperar ridad, elevados con grandes gastos.
que daremo,, razón de todas las ex­ TEo.-Nada podíais decir, sefjor,
periencias, así como tampoco los que más fuera de mi· agrado. La
geómetras han .conseguido todavía verdadera moral o piedad, nos debe
, probar todos sus axiomas; pero del ·.llevar a cultivar las artes, lejos de·

L ---'-1....:.,..�
334 LEIBNIZ

favorecer la pereza de algunos quie­ rar por la sola razón y nurica por
tistas holgazanes. Y,. como ya dije, las eJperiencias, por mlljhas que se
no ha mucho tiempo, una mejor po­ hagan..
licía sería capaz de proporcionamos § 14. FIL.-Después de "haber. es­
Hn día una medicina mucho mejor' tablecido ideas claras y distintas con
que la presente. Jamás recomenda­ nombre� fi_jos, el gran medio de ex­
ríamos demasiado esto, después del tender nuestros conocimientos· es ·el .
cuidado de la virtud. arte de encontrar ideas medias que
§ 13. FIL;-Aunque yo recomien­ puedan hacemos ver la conexión ·O
do la experiencia, no desdeño las lá incompatibilidad de las ideas··ex­
hipótesis probables. Ellas pueden tremas. Por 1· o menos, las máximas
conducirnos a, nuevos descubrimien­ no sirven pata encontrarlas. Supon­
tos y 'son; por lo menos, de ·gran gamos que un hombre no tenga idea
ayuda para la memoria. Pero nues­ exacta de un ángulo recto: en vano.
tro espíritu es muy inclinado a ir se atormentará por demostrar algu­
demasiado' aprisa· y a fiarse · de al­ na propiedad del triángulo rectán- ·
gunas apariencias ligeras, por no to­ gulo; y · por muchas máximas que
marse el trabajo y el tiempo que son emplee, le será difícil · llegar con su
_precisos para aplicarlos a una gran concurso a probar que los cuadra­
can,tidad de fenómenos. dos de los lados que comprenden
TEo.-El arte de descubrir las el ángulo recto son iguales al cua­
,. . causas de Icis fenómenos, o las hi­ drado de la hipotenusa. Un hombre
pótesis verdaderas, es como el arte podrá rumiar ,largo tiempo estos
de descifrar, en el que a menudo .axiomas, sin .ver · nu11ca qon. 'clari­
una conjetura ingeniosa abrevia mu­ dad en las verdades ·matemáticas.
cho camino. Lord Bacon comenzó a TEo.-No sirve de nada rumiar
desarrollar, en preceptos, el arte .de los axiomas sin tener _dónde apli­
experimentar, Y. el caballero Boyle carlos. Los axiomas sirven muchas
demostró gran talento para pract_i­ veces para relacionar las ideas,
carlo. Pero si no se une a esto el como ·por ejemplo esa máxima de
/ arte de emplear las experiencias y que las extensiones semejantes de
de -sacar las consecúencias, no llega­ la segunda y de la tercera dimen­
remos, sino por medio de dispendios sión están en razón doble o triple
reales, a lo que · un hombre de gran de · las extensiones correspondientes
penetración podría . descubrir desde de la diinertsión primera, · es de un
luego. De�cartes, que lo era segura­ grandísimo uso; y la cuadratura, por
mente, ha hecho una observación ejemplo, de· la lúnula de Hipócra­
semejante en una de sus cartas con tes, n·ace de ahí desde luego, . en el
ocasión del método del canciller dé caso de los círculos, uniendo la apli­
Inglaterra; y Spinoza (que no tengo cación dé estas dos figuras la una
·\ inconveniente en citarle cuando dice a · la otra, cuando su posición dada
buenas cosas), en una de sus cartás nos proporciona esta comodidad,
. al difunto Oldenbourg, secretario como su comparación conocida nos
de la Sociedad. Real de Inglaterra; promete claridades.
impresas . entre las obras póstumas
de este judío sutil, hace una obser­
vación .. aproximada· sobre una obra CAPÍTULO XIII
de Boyle, que se detiene demasiado,
a decir vérdad, en no sacar de una Otras consideraciones sobre nuestro
infinidad de bellas experiencias otra conocimiento
conclusión• que la que podía tomar
por principio, · a saber: que todo se § l. FIL.-No deja de ser opor­
hace mecánicamente en la natura­ tuno añadir que nuestro conocimien­
leza; principio que se puede aseve� to tiene mucha relación con la vista,·
',,__ ·,
NUEVO TRATADO !,OBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 335
en esto como con otras muchas · como no debiendo ser tan incierto--­:
cosas, en que no es ni i;nteraniente Pero no quiero enjuiciar a nadie_
necesario, ni enteramente volunta­ sobre el uso de. las ,palabras, y po­
rio. Nó podemos menos de ver cuan­ . déis tomar el juicio por un senti­
do tenemos abiertos los ojos a la miento probable. En cuanto a la pre-
luz; pero se la puede dirigir hacia sunción, que es un término de los
ciertos objetos (§ 2) y considerar­ jurisconsultos, su buen uso, entre
los con más . o menos atención. Así, ellos, la distingue de 'la conjetura ..
una vez aplicada la facultad, ya no Es algo más y que debe pasar por
depende de la voluntad determinar verdad provisionalmente, hasta que
el conocimiento; lo mismo que un haya. una prueba en contrario, mien­
hombre ,no puede dejar de ver lo tras que un indicio o una conjetura
que ve. Pero · hay que emplear las debe ser pesada muchas veces con­
facultades corno es debido para ins­ tr_a · otra conjetura. ksí es como el
truirse. que confiesa. haber tomado dinero
TEo.-Ya hemos hablado en. otra prestado de otro, se presume que
cuestión de ese asunto, y hemos con: debe pagarlo, a menos que no haga ·
venido en que no depende del hom­ · ver que lo ha hecho ya, o que la
bre · tener tal o cual sentimiento en deuda ha cesado por alguna otra
el estado. actual, pero que ,depende causa. Presumir no es, pues, en este
de él prepararse para tenerlo y para sentido, tomar arites de · 1a prueba,
no tenerlo en lo futuro, y que así lo que rio es Jícito, sino tomar por
las Qpiniones sólo son voluntarias adelantado, pero con fundamento, en
de una ·manera indirec.ta. espera de una prueba en contrario.

CAPfr°ULO XIV . CAPÍTULO XV


f!el juicio De la probabilidad
§ 1. F1L.-Bl hombre se encon­ § l. F1L.-Si la demostración
traría indeciso en la mayor parte de hace ver- la relación de las ideas,
las acciones de su vida, si no tuvie­ . la probabilidad no es otra cosa que
ra nada para decidirse �n el mo­ la apariencia de esta relación, fun­
mento en que un · conocimiento le dada en pruebas en las que no se ve
falta. § 2, A veces hay que con­ conexión inmutable. § 2. Hay varios
tentarse con un simple . vislumbre grados de asentimiento, desde la se­
de probabilidad. § 3. Y la facultad guridad hasta la conjetura, la duda
- de servirse de ella es el juicio. Nos y la desconfianza, § 3. Cuando hay
contentamos muchas veces ·con esto; certeza, hay intuición en todas las
pero las más es falta de inteligencia, partes del razonamiento, las yuales
de paciencia y de habilidad. § 4. Se denotan su relación; pero lo que me
le llama asentimiento o disentimien­ hace creer es algo extraño. § 4.
to, y tiene lugai:. cuando se presume Ahora bien; la probabi-lidad está
. alguna cosa; es · decir, cµandp se la fundada en conformidades con lo
toma por verdadera antes de la prue­ que nosotros sabemos o en el tes­
ba. • Cuando_ esto s� ha_ce con arreglo timonio de los que lo saben. .
a 1a realidad de las cosas, tenemos TEo.-Preferiría sostener que est.á
un juicio recto. . · siempre fundada en la verosimilitud
. TEo..:......Otros Jlaman juzgar a la o en la conformidad con la verdad;
acción qua. se realiza siempre que y el testimonio de otro es también
se sentencia después de algún cono­ . una cosa que lo verdadero acostum­
cimiento de causa; y los habrá que bra tener de su parte respecto de los
distingan el juicio de la opinión, . hechos que están a nuestro alcance.
336 LEIBNIZ

Por consiguiente, se puede decir que ce. Los jueces, , también, difieren
la ·semejanza de lo probable con -lo' mucho á los sentimientos y opinio­
verdadero está tomada, o de· la cosa nes de los expertos en•cada pro­
misma, o de alguna cosa extraña. fesión; los particulares no están me­
�os retóricos hablan de dos clases nos obligados a hacerlo, a medida
de argumentos: los artificiales, que que no les conviene proceder al·
están sacados de las cosas por el propio· examen. Así, un niño u otro
razonamiento, y los inartificiales, hombre cuyo estado no vale más
que no se fundan más que en el · bajo este respecto, .· está obligado,
testimonio expreso, o del hombre, atJn cuando se encuentre en una de­
o quizá también de la cosa misma. terminada situación, a seguir la . re­
Pero Io_s hay también mixtos; pues ligión del país, en tanto no vea en
el testimonio puede suministrar tin ello un mal y en tanto que no esté
hecho· que sirva para formar un ara en situación de buscar si hay otra
gumento artificial. · mejor. Y un gobernador de pajes;
§ 5. F1L.-Cuando nosotros no cualquiera que sea el partido a que
creemos fácilmente lo que no se pertenezca, les. obligará a cada. uno
aproxima a lo que sabemos, es por a ir a la iglesia adonde van. los•
falta de semejanza con lo verdade­ de la creencia que este joven pro­
·ro. Así, cuando un embajador le fese. Podemos consultar las disputas
dijo al rey de Siam que el agua se entre Nicole y otros sobre el argu­
endurecía 'de tal manera en invierno mento del. gr:an· número en materia
entre nosotros, que un· elefante po­ de fe, en que · algunas veces los unos
día caminar por encima sin hun­ conceden demasiado y otros dema­
dirse, el rey le dijo: "Hasta hoy siado. poco. Hay otros· prejuicios se­
os había creído de buena fe; hoy ya mejantes por los éuales los hombres
sé que mentís". 1 § 6. Pero si el tes-· podrían prescindir de la discusión.
timonio de los demás puede hacer Esto. es lo que Tertuli:ano, en un
un hecho probable, la opinión de tratado expreso, llama· prescripcio­
los demás no· debe pasar en sí misma nes, ,sirviéndose de un término.. que
- por un verdadero fundamento de los antiguos jurisconsultos; cuyo len-
_ probabilidad. Pues hay más error . guaje no le , e ra desconocido, apli­
que conocimiento entre los hom- caban a niuchas clases de excepcio­
- bres; y si el crédito de los: que nes. o alegaciones extrañas y preve­
nosotros conocemos y estimamos • es nientes; ·· pero que· hoy día no se
un fundamento legítimo de asenti­ aplica más· que a la prescripción
miento, los hombres tendrían razón temporal; . cuando . se pret�nde recha­
para ser paganos en el Japón, mah.o-' zar· la demanda de otro porque no
metanos en Turquía, papistas en Es­ ha sido presentada en el tiempo que
paña, calvinistas en Holanda y lute- · marcan las leyes. Así-es como se han
· ranos en · Suecia. proclamado legitimas·preiuicios tánto
TEo.-El · testimonio de los hom- de parte de la' Iglesia romana como
·. bres es, sin duda·, de más ·peso que de parte de los protestantes. Se ha·
su opinión, y sobre él -se hace más visto que había medio de oponer la
reflexión con justicia. Sin embargo, novedad; por ejemplo, tanto a los
se sabe que a veces el juez hace unos como a los otros, en ciertos
prestar juramento de credulidad, respectos, como cuando los protes�
como ·se le llama; y en los interro­ tantes, eri su mayoría, · dejaron la
gatorios_ se pregunta muchas veces forma de las antiguas ordenaciones
a los· testigós, no solamente 1o que eclesiásticas, y los romanos cambia­
han visto, sino también lo que juz­ ron el · antiguo canon de los libros
gan, interrogándoles a la vez sobre de la Sagrada EscrituTa del Antiguo
las razones de sus -juicios, y se pone Testamento, como ya he demostrado
en ello la reflexión que esto mere- con bastante claridad· en una dispu-
..;
'
\

NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 337

ta que tuve por escrito, y repetidas Pero de ordinario, los que menos
veces, con Mgr. el Obispo de Meaux, han eX'llminado sus opiniones son
que acabamos de perder, segun las los más aferrados a ellas. Sin em­
noticias de estos últimos días; Así, bargo, la adhesión a lo que se ha
esos reproches eran recíprocos, por visto es loable; pero no siempre a
lo· que la novedad, aunque dé- lugar lo. que se ha creído, porque se puede
· a sospecha de e11r0r en estas mate­ haber esc-apado · alguna · considera­
rias, no es una pnieba segura. ción capaz de trastornarlo todo. Y
quizá no · haya una persona en el
mundo que tenga el v-agar, la pacien­
CAPÍTULO XVI cia y los medios de reunir- todas las
pruebas sobre 1as ci.iestiones en que
· De los gT'ados de asentimiento él opina, para comparar esas :prue­ 1
bas y para concluir, con seguridad,
§ 1. F1L.-Por lo que se -refiere que no queda más por saber merced
a los_ grados de -asentimiento, es pre­ a una más amplia instrÚcción. Sin
ciso tener cuidado de que los fun­ embargo, el cuidado de nuestra vida
damentos de probabilidad que tene­ y de nuestros más grandes intereses
mos no_ obren más allá del grado no podría sufrir demora, y es abso­
de la apariencia que en ellos se en­ lutl!]llente necesario que nuestro jui­
cuentra o que se ha encontrado al cio se determine sobre puntos en
examinarlos. Pues hay que confesar los cuales no somos capaces de lle­
que el asentimiento no podría estar gai: a un conocimiento cierto.
siempre fundado en una visión ac­ TEo.-Todo lo que decís me pa­
tual de las razones que han prev�-­ rece bueno y sólido, señor.. Sería de
lecido en el espíritu; y sería muy desear, sin embargo, que los hom­
difícil, aun para aquellos que tienen bres tuviesen, en algunas ocasiones�
una memoria admirable, retener compendios por escrito (en forma de
siempre todas. ·1as pruebas que les memorias) en los cuales 'constasen
ha:n encaminado hacia cierto sen­ las razones que les han inclinado
timiento y qtie podrían algunas ve­ a ciertas opiniones que están obli 0

ces llenar un volumen sobre una gados a justificar, ante sus propios.
sola cuestión. Basta con que una ojos o ante los. ajenos. Por lo demás,
vez hayan desflorad!) la iµateria sin­ aunque· en materia de justicia no sea
ceramente y con. cuidado y que ha­ de ordinario permitido retractarse
yan, por decirlo así,· tomado un de los juicios que se ha hecho, y de
partido. § ·2. Sin esto sería preciso voiver a cosas .pas·adas (de Id con­
que los hombres fuesen muy· escép­ trario siempre· estaríamos inquietos,
ticos o cambiasen de opinión a cada lo que sería más intolerable, que no
momento para rendirse a cualquiera se . supiera siempre guardar las no- .
que, habiendo examinado la cuestión ticias de las cosas pasadas), sin em� ·
poco tiempo· antes, les· presente · ar­ bargo, muchas· veces, y a consecuen-_
gumentos a los cuales no podrían cía de nuevos datos, se es admitido
contestar satisfactoriamente por el a ser oído en justicia y hasta a ob�
mqmentó, a fa lta de memoria o de tener lo que se llama restitución in ,·
tiempo'. § 3. Es preciso confesar que integrum contra lo que ha sido de­
esto hace much-as veces a los hom� cretado; del mismo modo, en nues- .
bres obstinados en el error; pero la tras propios asuntos,· sobre. todo eri
· falta es, no que hayan confiado- en las.materias muy importantes, donde
· su memoria, sino que hayan juzga­ todavía es lícito retroceder y don­
do mal an�riormente. Pues con fre- . de no hay perjuicio en · suspender la
cuenda los hombres sustituyen el ejecución y· en caminar con precau­
examen con· ta reflexión de que pun­ ción, las decisiones de nuestro espí­
ca · han pensado de otra manera. ritu fundadas en_ probabilidades, no
338 LEIBNIZ

deben nunca adquirir fa fuerza de debilidad humana. Es ·verdad que


cosa juzgada (in rem iudicatum), hay derecho a tomar 11recauciones
corno dicen los jurisco_nsultos;· de contra las malas doctrilfas, que tie­
tal- modo que no estemos dispues_tos nen influencia en fas costumbres y
siempre a la revisión del razona­ en la práctica de la piedad; pero no
miento cuando nuevas razones de . las debemos atribuir a las gentes,
importancia así lo aconsejan. Pero en perjuicio suyo sin buenas prue­
cuando ya no es tiempo de delibe­ bas. Si la equidad exige que se deje
rar, debemos seguir - el juicio que a un lado a las personas,· la piedad
hemos hecho, con tanta firmeza como ordena que se determine _ en qué

-
si fuese infalible, · aunque no siem­ consis.te el mal efecto de sus dog­
pre con· tanto rigor. mas, cuando son nocivos, como su­
§ 4. FIL.-Puesto que los hom- cede con los que van contra la pro­
. bres no podrían evitar exponerse al videncia de un Dios perfectamente
�rror al jtIZgar y tener diversas opi­ sabio, bueno y · justo, y contra esta '
niones, cuando no supiesen juzgar inmortalidad de las almas que las
las .· cosas por los . mismos lados, hace susce· ptibles de los efectos de
deben conservar la paz entre sí, y su justicia, .sin hablar de otras opi­
los · deberes de humanidad, en esta niones peligros1.1s� contra. la moral y
diversidad de opiniones, sin preten­ las costumbres. Yo sé que hombres
der que los demás cambien repen­ muy buenos _ y muy bien intenciona­
tinamente una opinión arraigada, por dos sostienen que· estas opiniones
.nuestras objeciones, sobre todo cuan­ teóricas tienen menos influencia en
do hay motivo _para pensar que el la práctica de lo que se cree, y_ sé
adversario obra por interés o- ambi­ también que h1.1y personas de un ·
ción, o por cualquier otro motivo excelente natural. a quienes fas opi­
-individual. .Y .las más veces, los que niones jamás harán caer en indigni­
querrían imponer a_ los demás ·la ne­ dad; como, por otra 'parte, que los
cesidad de rendirse a sus sentimien­ que han caído en esos errores por
') tos, no han examinado bien las la. especulación, es(an, por costum­
cosas. Pues los que han profundi-· bre, más alej1.1dos de los vicios de
zado suficientemente en la discusión . que son susceptibles la mayor parte
para salir de· la duda, son en tan de los hombres, además de que velen
pequeño número y encuentran tan por la: dignidad de la secta de que
pocos· motivos - para condenar a los son jefes; y se puede decir_ que Epi­
otros� que no se debe esperar nada curo y Spinoza, · por ejemplo, obser­
violento por su parte. varon una vida completamente ejem­
TEo.-Efectivamente, lo que hay plar. Pero estas razones cesan por
más motivo para censurar a los hom­ lo general en sus discípulos e imi­
bres no son sus. opiniones, sino sus tadores, ·que, creyéndose descargados
-juicios temerarios cuando censuran del importuno temor de una provi­
a los demás como si se fuera nece­ dencia vigilante· y de un porvenir
sariamente estúpido o malvado para amenazador, sueltan la brida a sus
juzgar diferentemente que ellos; lo pasiones brutales y dirigen su es­
· que, en los ·autores de estas · pasio­ píritu a seducir y a corromper a
nes Y· odios que se encargan de pro­ los demás; y si son ambiciosos y de
pagarlos entre las gentes, es el efecto un natural un poco duro, serán ca­
de tin espíritu altanero y poco justo paces,. por -su interés o su placer,
que gusta de dominar y no tolera de pegar fuego a la . tierra por los
.contradicción. 1-fo es que no h:.ya cuatro extremos; y yo he conocido
muy frecu¡mtemeñte motivo para a algunos de este temple a quienes
censurar la opinión de -los dem_ás; la muerte ha arrebatado. Llego .hasta
pero es · preciso hacerlo con espíritu creer que· algunas opiniones de este
de equidad y condescender �on la género se insinúan poco a poco en
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 339

el espíritu de los hombres del gran vías, aunque no sin el castigo de


mundo que dirigen a los demás, y los que han contribuido al bien con
de los cuales dependen los asuntos, sus mismas acciones malas. -2ero
. y deslizándose en los libros a. la dejo esta digresión a Ja que me ha
moda, disponen todas fas cosas a . llevado la consideración de las opi­
la revolución general de que Europa níones · nocivas y del derecho a cen- ·
está amenazada, y a�aban . de des- surarlas. A:hora · bien;· como en teo­
truir �o que que�a aún en el mundo logía las censuras van aún más lejos
de los sentimientos generosos de que en otra parte, y los que hacen
los antiguos griegos y romanos, que valer su ortodoxia condenan fre­
preferían el amor a la patria y al cuentemente a sus adversarios, a los
· bien público, y el cuidado de la pos- cuales se oponen eri s:u mismo par­
téridad, a la fortuna e incluso a la tido los que son llamados sincretis­
vida. Esos "'public spirits", como tas por sus adversarios, esta oposi-
. los llaman los ingleses, disminuyen ción ha hecho nacer guerras civiles
considerablemente y no están ya a entre los rígidos y los condescen­
la moda, y desaparecerán entera- dientes, en un mismo partido. Sin
mente cuando dejen de estar soste- embargo, como rehusar -1a ·salvación·
nidos por la buena moral y por 1a eterna-, a los que •son de otra opi­ '
verdadera religión, que la razón na- nión es decidir sobre los derechos· 1-
tura! misma nos enseña. Los mejores de Dios, los más prudentes de los
del carácter opuesto que c�mieilza que condenan no se· preocupan- más
a reinar no tienen otro principio que del peligro en que creen ver a
que lo que ellos Ilam�n honor. Pero las almas· extraviadas, y abandonan
la marca del honibre honrado Y de a 1a misericordia ·singular de Dios. a
un · hombre de honor es entre ellos aquellos cuya · maldad no Jes hace
· únicamente no hacer ninguna baje-. incapaces de aprovecharse de ella;
za, tal como ellos la entienden. Y si y, por su parte, se creen obligados
por �bición .o por capricho alguno a hacer todos los esfuerzos imagina­
derramase un diluvio de sangre; si bles -para retirarlos de tan peligroso
lo trastornase todo de arriba a aba- estado. Si estas personas que juzgan
jo, lo �onsideraría como una nonada, así del peligro de los demás han
y un Erostrato de los antiguos, o llegado a tal opinión después de
bien tln Don Juan en el ,Convidado . un examen conveniente, y si no hay
de piedra, pasaría por un héroe. Se medio de desengañarlos, no podría­
burlan desenfadadamente del amor - mos censurar su conducta mientras,
a la patria; .. ridiculizan a los ·que no einpleasen más, que medios de.
tienen cuidado del bien público; · Y dulzura. Pero en el · momento en que
cuando · un hombre bien intencio- van más lejos, es ya violar las leyes.
nado habla de lo que será ·Ia poste- de la equidad. Pues deben pensar
ridád, responden: "itan largo me lo que otros, tan persuadidos como
fiáis!". Pero podrá suceder que es- ellos, tienen el mismo derecho a
tas personas exp�rimenten ellas mis- mantener sus sentimientos; y aun
mas los males que· creen reservados hasta propagarlos, si los creen im-=-
á otros. Si se · corrigieran aun los portantes. Debemos exceptuar las
síntomas. de esta enfermedad epidé- opiniones que enseñ<an los crímenes, _
mica de espíritu, cuyos malos efectos . que no se deben tolerar y que hay
comienzan a ser visibles, estos males derecho a ahogar por medio del ri-·
· podrían aun sér prevenidos; pero gor, aun cuando sea verdad que el
si van creciendo, la Providencia co- mismo que las defiende no pueda
rregirá a ws hombres por la propia deshacerse de ellas, como hay dere­
revolución que debe sobrevenir de cho a . destruir una bestia venenosa.
aquí; pues suceda fo que suceda, por inocente que sea. Pero yo hablo
todo volverá al fin a las mejo"res de ahogaT la secta y no a los hom..:

- -- - -- ---- -------'
340 LEIBNIZ
bres, puesto que a éstos se les puede exactitud para formar un juicio rec­
imp�dir que hagan daño y que dog- to y proporcionar nuest,o asenti­
maticen. - miento a los grados de · probabi­
§ S. FIL.-Volviendo a� funda-. lidad.
m�nto y a los grados de asentimien­ TEo.-Los jurisconsultos,' ·al tratar
to, bueno es hacer notar que las · de las pruebas, presunciones, conje­
proposiciones son de_ dos clases: las turas e indicios, han dicho muchas
' unas son de hecho,-y, como depen­ cosas· buenas sobre esta materia· y­
den de la observación, pueden estar han llegado ha-sta detalJes intere­
fundadas sobre un testimonio hu­ santes. ·Comienzan por la notorie­
mano; lias otras son de especula- - dad, que no riecesita pruebas. Luego
ción, y se refieren a las cosas que pasan a .las_ pruebas enteras, o que
nuestros _ sentidos no- nos permiten _ pasan por tales, sobre las cuales se­
descubrir, por lo .que no son capa-. sentencia por lo m_enos en materia
ces de semejante testimonio. § 6. civil, pero que en ciertos sitios es­
Cuando un hecho particular está tán sujetas a mayor reserva en ma­
conforme con ·nuestras observacio­ teria criminal; y no se hace mal en
nes constantes y con los relatos uni­ pedir pruebas más. que. plenast Y;
formes de los demás,_ nos basamos sobre todo,, lo que se llama corpus
en él tan - finnemente comó si fuera delicti, según la naturaleza del he­
un conocimiento cierto, y c1,1ando cho. Hay, pues, ipruebas ·más que
está conforme con el testimonio de plenas, y hay . también pruebas ple­
· todos los - hombres, en todos los si- nas ordinarias. Luego, hay: presun­
- glos, en _cuanto pued�- tier conocido,� ciones que pasan por: pruebas en­
es el primero y más _alto grado de teras provisionalmente, es decir, en
probabilidad; por. ejemplo, que el tanto no se prueba lo córitrario. Hay
fuego ·calienta, que, el hierro cae' al pruebas más que seiniplenas (pro­
fondo del agua. Nuestra creencia, piamente hablando) en las que se
_ construida sobre tales ful}damentos, permite, a aquel que en ellas se fun­
se eleva hasta la seguridad. § 7. En da, el juramento para suplirlas; es
1 segundo 'lugar, todos los historiado­ el iuramentum suppletorium. Hay
-....... res · refieren que tal individuo ha otras menos que semiplenas, en las
preferido el interés particular al pú­ que, por e} contrario, se defiere el
blico; y como siempre hemo� obser� juramento al que niega el hecho
vado que tal · es la costumbre de la - para exculparse de él; este es el ju­
· mayoría de los hombres, el asenti­ ramentum progationis. Fuera de esto,
Iniento que yo doy a estas historias hay una gran cantidad de grados,
es una confianza. § B. En tercer lu­ de conjeturas y de indicios. Y, par­
gar; cuando la natt.traleza de las_ ticularmente en - materia criminal,
cosas no tiene nada que esté en hay indicios (ad · torturatn) para
pro o en contra, un hecho, atesti­ llegar a la 'cuestión (que tiene sus
guado por í el testimonio de perso­ grados marcados por la fórmula del
nas no i¡c spechosas, por ejemplo; decreto); hay indicios (ad terren­
que· Julio César ha existido, es ob­ dum) suficientes para mostrar los
jeto de una firme creencia. § 9. Pero instrumentos de la tortura y prepa­
cuando los testimonios . se encuen­ rar las cosas como si la tortura se
tran contrarioados en el curso oi,di­ fuese a imponer. Las hay (ad cap­
nario de la naturaleza, o entre sí, turam) para_ asegurarse contra un
los grados de probabilidad pueden hombre sospechoso, y (ad inquiren­
diversificarse hasta lo infinito, - de d¡¡m) para informarse por debajo
donde nacen esos grados que noso­ de cuerda y sin ruido. Y estas dife­
tros llamamos creencia, conjetura, rencias pueden también servir en
duda, incertidumbre, desconfianza; . otras. ocasiones semejantes; y tod·a
y en esto es en lo que hace falta la forma de- los procedimientos en
NUEVO TRATADO SOBRE EL-ENTENDIMIENTO HUMANO . 341

justicia no es otra cosa, en efecto, gamos, por ejemplo, que con ' dos
que una especie de . lógica aplicada dados, el uno debe ganar si · hace
a las cuestiones de derecho. Los mé­ siete puntos, y- el otro si hace nueve; ·
dicos también tienen muchos grados se pregunta qué proporción 1e en­
y diferencias en 1,us signos e indica­ contrará entre las probabilrdades de
ciones, l<?_s cuales podemos ver entre ganar. Yo digo que la probabilidad
ellos. Los matemáticos de nuestro para el último no vale más que dos
tiempo han comenzado a estimar. el terceras partes de �a del primero,·
azar en los juegos. El Cabálléro de_ pues.el primero puede hacer siete de
Meré, cuyos Agrements y demás tres maneras con dos dados; a saber:.
obras han sido impresas, hombre de 1 y 6, o 2 y 5, o .3 y 4; y el otro
un espíritu penetrante y que era ju­ no puede hacer nueve . más que . de
gador y filósofo, dio ocasión a .ello dos maneras, con 3 "y 6 o con 4 y 5.
proponiendo cuestiones sobre los Y tod_as esas maneras son igualmen- -¡
partidos,. para saber cuánto va.Jdría te posibles. Luego .las probabilida�
el juego si fuera interrumpido en des, que son como los números de
tal estado o en tal otro. · Por esta las posibilidades· iguales, serán como
manera indujo a Pascal a ocuparse 3 a 2 o como 1 a 2/3. Ya he dicho
un poco de estas cosas.. La cuestión más de una vez que sería necesaria
surgió y dio ocasión a . Huygens una nueva especie de lógica que .tra­
para escribir · su tratado de Alea.• tal'.a de ]os grados de probabilidad,
Otros hombres doctos . terciaron: Se porque Aristóteles en · sus Tópicos
establecieron .ciertos p"rincípios, que · nó ha hecho nada de esto, y se con­
utilizó el pensionario de Witt, en un ·tentó con poner en cierto orden al­
pequeño discurso impreso en holan­ guna� reglas populares, distribuidas
dés sobre las rentas vitalicias. El fun- según los lugares comunes; que pue•
. damento sobré el cual se constru­ den servir en alguna ocasión en que
yó, se· reduce a la prosthaphoeresis, se trate de amplificar el discurso. y
es decir; a tomar una media arit­ de darle apariencia; sin tomarse el
mética entre muchas suposiciones trabajo de damos un balance nece­
igualmente aceptables, y nuestros. _sario para pesar las apariencias y
campesinos se sirvieron de él du­ para formar sobre ellas un juicio
rante largo tiempo, según su mate­ sólido. Bueno sería que el que qui­
mática _natural. Por ejemplo, · cuan­ siese tratar esta materia prosiguiese
do alguna herencia o tierra lia dé el examen de los juegos de azar, y
ser vendid-á, forman tres bandos de generalmente yo . desearía . que un
estimadores; estos bandos son lla­ hábil matemático quisiera hacer una
mados . Schurzen, en bajo sajón, . y amplia obra bien circunstanciada- y
cada bando .hace una estimación de bien razonada sobre toda clase de
la tierra. Supongamos. que el uño juegos, lo que sería de gran utilidad
la estima en 1.000 escudos, el otro para perfeccionar el arte de inven,
en 1.400, el tercero en 1.500; se tar, porque el espíritu humano se
su.man estas tres cifras; que hacen inclina más a los juegos que a las
un. total de 3.900, y como hay tres materias más serias.
bandos, se saca la tercera parte, § 10 .. FIL.-La ley de Inglaterra _\.
que es 1.300, que .d a el valor medio­ observa la regla de que la copia de
buscado; o. bien, lo que es Jo mismo, un ·acta reconocida como· auténtica
se-toma la suma de las terceras par­ por testigos es una buena prueba;.
tes de cada estimación. Es el axio­ pero la copia de una copia, aun ase-
ma aequalibus aequalia, que dice verada por testigos los más acredi­
que para sw,uestos iguales hay que tados, no es nunca admitida por
hacer consider·aciones iguales. Pero prueba en juicio. Jamás he oído cen­
cuando . los supuest9s son desigua­ surar a nadie esta sabia precaución.
les, se los compara entre sí. Supon- Por lo menos se puede hacer .:sta
342 LEIBNIZ

observación: que un testimonio tie- porfía, aunque las negoc1ac1ones y


ne menos fuerza a medida que está las cartas de este gra�e hombre,
más alejado de la verdad orip;inal, hagan ver lo contrario. Hasta se
_ que está _ en la cosa misma. Mientras escriben novelas con motivo de la
que entre - ciertas gentes se usa de historia, y el ·que escribió la última
ellos d� una man�r� completa�ente vida ,de Cromwell creyó que para
contrana: las opu_).IOnes adquieren amemzar el asunto le era lícito, aun
fuerza al envejecer, y lo que no hu- -hablando de la vida privada de este
hiera parecido probable. hace mil hábil usurpador, hacerle viajar por
. años a un . hombre razo_n�b_le, co�- Francia; ado?de _ le si�e e� las po­
;
tempo,raneo del que certifico el pn- sadas de Pans, como s1 hubiera sido
me,ro, pasa al presente por cierto, . su tutor. Sin embargo, parece, por
porque varios los sostienen .con su la historia de Cromwell, escrita por
testimonio. Carrington, hombre informado, y de-
TEo.-Los . críticos en materia de dicada ·a Richard, su hijo, que Crom­
historia daii gran -valor a los testi- Vl:'.el_l no salió jámás de las islas bri�
gos contemporáneos de las cosas; tan1cas. · Sobre todo, el detalle es
sin embargo, aun un contemporáneo poco seguro.. Casi no hay buenos
no -merece· ser creído principalmen- relatos de las batallas. La. mayor
te más que sobre los acontecimientos parte_ de, los de Tito Livio parecen
.públicos; pero cuando habla de los 1mag�ar10s� así com _ o los de Quinto
motivos, de los secretos, de los re- Curc10. Sena preciso tener pór una
sórtes ocultos y de las cosas discutí- Y otra parte los relatos de gentes
¡,e,,-- bles,.como por ejemplo, de los enve- .exactas y capaces, que inclus,o tra­
namientos, de los asesinatos, gene- zasen planos, semejantes a los que ,_
ralmente dice lo que han creído los el conde de Dahlberg, que ya se
más. Procopio es muy creíble cuando había distinguido en el servicio del
habla de la guerra de Belisario con- �y de Suecia _Carlos Gustavo, y qtie
tra los- vándalos y los godos; pero siendo gobernador general de la Li­
cuanqo habla de las . maledicencias vonia defendió a Riga últimamente,
horribles contra. la emperatriz Teo� hizo grabar de- las· acciones y bata­
dora en sus Anécdotas, que las crea llas de este prfucipe. Sin ·embargo,
quien quierá; Generalmente hemos no hay que renegar de un buen bis­
de ser reservados en creer las sáti- toriador por una palabra de algún
ras; hemos leído muchas en nuestro ·príncipe o ministro, que se vuelve
· tiempo. contrarias a toda apariencia contra él en algúna ocasión, o sobre
que, sin embargó, han sido repetidas . algún punto que no es de su agrado;
por los ·ignorantes. Y quizá un día y en el que verdaderamente hay
se dirá: ·¿es posible que se permi- quizá _alguna falta. Se cuenta que
tiera· publicar esas cosas en aquellos Carlos V, queriendo que le leyeran
tiempos si no había ningún funda- . algo de Sleidan, decía: "Traedme
niento aparente? Pero· si se dice un m_ i mentiroso", y que Carlowitz,
día, se juzgará muy mal. El mundo, gentilhombre sajón muy principal de
·sin embargo, se inclina a la sátira: su tiempo, decía que la historia de
y para, poner algún ejemplo diré que Sleidan destruía en su espíritu toda
habiendo publicado Du Maurier, la buena opinión que había tenido
memorias, imf
hijo, yo no sé qué lance en .sus de las antiguas historias. Esto, digo,·
resa� hace algunos no tendría ni�guna fuerza en el es­
años, contra e incomparable Hugo píritu de personas iriformadas para
Grocio, embajador -de Sµecia en destruir la autoridad d� la historia
Francia, ofendido no sé por qué con- . de Sleidan, que en su mejor parte
tra la memoria de este ilustre amigo es tina reproducción de las actas pú-·
de su padre, he visto que gran can- blicas de las dietas y asambleas y
tidad de autores · 10 han repetido a de los escritos autorizados por los·

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,NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 343
príncipes. Y si nos quedase el menor No veo nada más digno de estima­
escrÜpulo sobre este punto, pronto ción que las memorias que nos que­
se disiparía por la excelente· historia dan de la antigüedad, y quisiera que
de mi ilustre amigo el difunto • tuviéramos un número-mayor y me- -
Seckendorf (en la cual yo no puedo nos corrompidas. Pero es lo cierto
menos de desaprobar el nombre del siempre que ninguna copia se eleva
luteranismo bajo el título, que una. por encima de la certeza ,de su pri­
mala. costumbre ha autoriza.do en mer original.
Sajonia), en que la mayor parte de TEo.-Es ¡¡eguro que cuando para
las cosas están justificadas por los la garantía de un hecho. no se_ tiene
extractos de una infinidad de pi�zas más que un solo autor de la anti­
de los archivos sajones, que. tenía güedad como garante de un hecho,
a su disposición, aunque De Meaux, todos los · que 1e han ·copiado no le
que ~se dedicó a ��te asunto, Y . � añaden ningún peso, o más bien de­
quien yo se la env1e, nre respondto ben ser tenidos . por nada. Y esto
solamente que ese libro era de una tanto más si lo que dicen· fuera del
horrible prolijidad;" pero yo desea- número 'tWV li1tcc.l; )..e:y�µÉvwv, de las.
ria que fuera dos veces más gran�e cosas que no han sido dichas · más
en ese aspecto. Cuanto · más ampho que una sola vez, con las cuales.
fuese, más vulnerable sería, porque quería hacer un libro Me�age. Y aún
no habría sino elegir los puntos de hoy, cuando cien mil pequeños es­
ataque; aparte de que hay obras his- critores repitiesen Ias maledicencias
tóricas estimadas que son mucho ma- del Bolsee ·
(por ejemplo), un hom­
yores. Por lo demás, no siempre se bre de juicio· no haría más caso de
desprecia a los autores de los tiem- ellas que del ruido de los gansos.
pos posterio�s a los que describen, . Los jurisconsultos han escrito de fide
cuando lo que cuentan es verosí� historica; pero la materia exigía una
mil. Y sucede muchas veces que investigación más exacta, y algunos
conservan trozos de ios más anti• de estos señores han sido demasia­ .
guos. · Por ejeinplo, s·e ha dudado do indulgentes. Por lo- que se refiere
de· qué familia era Suibert, obispo a la gran antigüedad, algunos de
de Bamberg, y luego Papa con el los hechos más brillantes· son dudo­
nombre de Clemente 11. Un autor sos. Personas de ingenio han duda­
anónimo de la historia de Brunswick, do si Rómu1o fue el primer funda­
que vivió en el siglo XIV, había cita- dor de la villa de Roma. Se discute
do a su familia, y personas erudit_as sobre la muerte de Ciro, y además,
que• en nuestra historia no habían la oposición entre Herodoto y Ctesias
querido tomarle en cpnsideración; ha despertado dudas sobre fa bis­
pero yo he tenido una crónica mucho toria de los asirios, babilonios y
más· antigua, no impresa aún, en que_ persas. La de NaJ:,ucodonosor, la de
se dice lo mismo más circunstancia- ·. Judit y hasta la de Asuero de Ester
<lamente, de donde pare. ce que era 1 tropieza con ·grandes dificultades.
de la familia de los antiguos seño- Los· romanos, al .hablar del oro de
res alodiales de Homburg (no lejos Toulouse, contradicen lo que cuen­
de Wolfenbtittel), cuyo país fue do- tan de la derrota de los galos · por
nadq por su últi1:110 poseedor a fa Camilo. Sobre todo, la historia pro­
iglesia catedral de Halberstadt. . pia· y privada de los pueblos carece
§ 11. F1L.-:-No. quiero .tampoco de crédito cuando no está sacada de
que se crea que he pretendido dis- originales muy antigups ni conforme
minuir la autoridad del uso de la a la historia pública. Por · eso, lo
historia poi_ mi obs�r vación. De esa que ..se nos cuenta de los antiguos
fuente es efe donde. recibimos, con reyes germanos, galos, británicos, es­
una evidencia convincente, una gran coceses, polacos y otros, pasa, . con
· parte de nuestras verdades útiles. razón, por fabuloso y forjado a
t
344 LEIBNIZ
IL
capricho. 'Ese Trebeta; hijo de Nino, que sostiene fos fundamentos · de la
fun.dador de ' Tréveris; e'sé'' Bruto revelación, y (dejando .a un lado las
autor de los britones · o britános. :-. genealogías y 'fos · dere�os de ·1os
son tan verdaderos como los · Ama:· príncipes y de los poderosos) en las
dís. Los· cuentos tomados de algu­ eilseñarizas útiles que los ejemplos
nos fabuladores, que Tritemio, Aven­ nos suministran. No me parece mal
tino e incluso Albino y Sifrid Petri que se. desempolve la antigüedad
se permiten la libertad de achacar· hasta eil"sus menores bagatelas, pues,
a . los antiguos príncipes francos, algunas· veces, el. conocimiento que
, boios, sajones y ,frisones; lo que los críticos sacan de ellas puede ser­
Sajón el · Gramático y el Edda nos vir para asuntos · más importantes.
cuentan de las remotas antigüeda0 Estoy conforme; por ejemplo, én que
des del Septentrión, no pueden tener se escriba la historia del traje y del
más autoridad que . lo alegremente arte de la sastrería desde las vesti­
' relatado por Kadlubko, primer his­ duras de los pontífices · hebreos o,
toriador polaco, acerca de uno de si se quiere, desde las pieles· que
sus reyes, yerno de Julio César; Pero Dios les diera a los primeros casa�
--._ cuando las historias de fos diferen­ dos al salir del Paraíso hasta los
tes pueblos coinciden en casos don­ tocados y. faralaes · de nuestro tiem­
de no hay apariencia de que una po, ilustrándola p9r niedio · de las
haya copiado a 1a otra, existe un antiguas est;ulturas y pinturas he­
gran indicio de· verdad. Tal es la . chas dé'sde hace siglos. Yo mismo,
concordancia de Herodoto con la si alguno lo desease; suministraría
historia del Antiguo . Testainentc, en las nieinoiias de . un hoI111bre de
muchas cosas·, por ejemplo, cuando Augsburgo d,el sigló pasado, que se
habla de la batalla de Megido entre retrató con todos los trajes que ha­
- el rey de. Egipto y los sirios de Pa­
bía usado desde· su infancia hasta
lestina, es decir, los. judíos, donde, la edad de sesenta y tres años. Y n,o
. según el relato de 1a historia santa sé quién . m·e dijo que el difunto
q1,1e tenemos de los hebreos, el· rey duque de Amnont,. gran conocédor
Josías fue herido mortalmente; Tam­ de las bellas antigüedades; tuvo una
bién la éoincidencia de los historia­ curiosidad de . este género. Esto po�
dores árabes, persas y turcos · con dría quizá servir para discernir los
los griegos, romanos y otros occi­ · monúmentos legítimos de los que
dentales, agrada a quienes · investi­ no Jo son, sin hablar de algunos
gan los hechos; así como los testi­ otros usos. Y puesto que se permite
moJ?,ios que las medallas y · las . ins­ a -los hombres •jugar, mucho más
cripciones conservadas de la . anti­ justo , será permitirles qué se divirs
güedad· aportan a fos libros que nos tieran con esta clase de· trabajos, si
han llegado de :los antiguos y que sus deberes principales no se resin�
son, en verdad, . copias · de copias. _tiesen por ello. Pero . desearía qtie ·
Hay que esperar lo que nos enseñe hubiese personas que· se· aplicasen
aún la historia de China cuando nos preferentemente a sacar· de la his­
h_allemos en mejor situación para toria lo .que hay de más útil en ella,
juzgarla, y hasta donde ·lleve la, ere: como serían los ejemplos extraordi­
dibilidad consigo. narios de virtud, observaciones so"
El uso de la historia corisiste prin, bre las comodidades de 1a vida y
cipalmente en el placer que propor- sóbre las estratagemas de la política
� , ciona conocer. ·los· orígenes�· en la y · de _ la guerra. Y quisiera que se
justicia que se hace a los · hombres hiciese expresamente tina especie de
que han merecido reconocimiento historia universal que no se octipasé
de los demás hombres; en el esta­ más que de · estas cosas y algurias
blecimiento de la críticá histórica y otras de más consecuencias, pues al­
sobre todo de la historia sagrada, gµnas veces se leerá un gran libro

..
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 345

de historia, sabia, bien esprito, ade­ una semejante :i'efr11cción; y viendo


cuado a los fines · del autor y exce­ que hay una conexión gradual entre ·
lente en su género, pero que no con­ todas las partes de la creación que
tenga ninguna clase de enseñan�as pueden .estar sujetas a la observa­
útiles, por las cµales no entiendo ción hµman'1, sin ningún vacío con­
aquí simples moralidades, · de que siderable entre dos de ellas, tene­
el Theatrum vitae humanae. y algu­ mos motivo para pensar que las
nos -otros . florilegios están llenos, cosas se elevan: así hacia la per­
sino guías y conocimientos d� que fección, poco a poco, y por grados
no todo el mundo estará al tanto. insensibles. Es difícil decir dónde .:.
Quisiera también que · se · sacase de comienza lo sensible y lo racional
los libros .de . viajes una .. _infinidad y cuál es el · grado más ínfimo de
.de cosas de est:a nat�aleza, que pu­ las co�as vivas; sucede aquí comci
dieran -ser aprovechadas, y .que se en el coJJo -regular, en donde fa can­
ordenaran por materias•... Perc;> es tidad aumenta o. disminuye. Hay ·una
asombroso· que habien.do tantas co­ 'diferencia excesiva entre ciertos hom- .
sas útiles . por hacei:, los. hompres bres y ciertos animales .brutos; pero
se diviertan casi, siempre con lo que si queremos comparar el ·enfendi­
ya está hecho, . o con puerilidades mien. to y la capacidad de ciertos
inútiles; o . por lo menos con lo que hombres y de .'Ciertas bestias, encon­
. no es más importante; y yo no veo tra¡:emcis tan poca diferencia, que
remedio hasta que el público se sería muy difícil asegurar que el en­
preocupe miís de estas cosas en tiem- tendimiento de· esos hombres· fuese
pos más tranquilos. . . · · más �eto y más extenso que el" de­
§ 12. FIL.-Vuestras digresiones tales bestias. Por consiguiente, cuan-
son gratas y provechosas. Pero de do observamos - tal gradación · insen­
las probabilidades de .hechos pasa­ sible entre las partes de la creación, ,.
mqs a las de las opiniones referen­ desde i::l hombre .hasta las cosas' más
tes a l!!S cosas que no afectan a los bajas por deba_jo de .él, la regla de
s¡;nti_dos. · :estas no son capace� de la analogía nos hace considerar como
ningún testimonio,,. como sobre la probable que en las cosas que exis­
existencia y . naturaleza de los espí­ ten por enciml!, de él y fuera del
ritus, ángeles, demonios, etc., sol;>re ámbito de nuestra observación, -exis-
las sustancias corporales, que están Fe una gradación semejante, y esta
en los planetas y . en otras mansio­ especie de probabilidad es gran _fun­
nes de este vasto universo; por úl­ damérito de las hipótesis racioriales;
timo, sobre la · manera <le operar de TEo.�Basándose en est11 analogía,
la . mayor parte de las obras de la Tuygens juzga en sus Cosmotheoros
naturaleza,. y .de todas esas cosas no que el estado de los otros princi­
podemos tener más que conjeturas, pales planetas es bastante aproxi- ·
en las cuales la analogía es la más mado · al nuestro, excepto las dife-
grande regla de la probabilidad. Pues, . rencias que debe causar su diferente
no pudiendo ser atestiguadas, no distancia del sol; y FonteneUe, que
- pueden parecer probables sino en ya había publicado sus diálogos lle­
tanto convienen más o menos con nos de _ingenio y de saber sobre la
las verdades establecidas. Un roce pluralidad de los mundos, ha dicho
violento de dos cuerpos produce lindas cosas sobre· estas materias,.
calor y hasta fuego; las refracciones encontrando el arte de amenizar una
de los cuerpos transparentes produ­ materia difícil. Se dirá que todo · ·
cen los colores, por lo que juzgamos · esto es pintar como querer, como
que el fuegQt consiste en una agita­ en · el imperio de·. la luna de Arle­
ción violenta de partes imp ercepti- quín. Es verdad que se juzga de
- bles, y que también los colores, cuyo otra manera de -las· 1unas (que son
origen no conocemos, proceden de satélites solamente) que de los pla-
�-
346 LEIBNIZ

netas principales. Kepler ha dejado nada se realiza por saltos; y esta


un librito que contiene una ficción · . regla respecto de los cambios es una
ingeniosa sobre el estado de Ia Luna; parte d!) mi ley de conti!fuidad. Pero
y un ·inglés, hombre de ingenio, nos la belleza de la naturaleza, que
ha hecho una divertida descripción quiere percepciones distintas, pide
de un español,. imaginado por él, a apariencia de saltos y, por decirlo
quien los pájaros emigrantes lleva­ así, de cadencias musicales en los
ron a la Luna, sin hablar de Cyrano, fenómenos, y encuentra placer en
que fue déspués a . encontrar a ese. mezclar las especies. Así, aunque en
· español. Algunos hombres de inge­ algún otro mundo pueda haber es�
nio, queriendo presentar un hermoso . pecies intermedias entre el hombre
cuadrq de la otra vida, pasean a las y la bestia (según el se:ntido que
almas bienaventuradas de mundo en se dé a estas palabras) y- que haya
mundo; y nuestra imaginación en­ aparentemente alguna porción de ani­
cuentra aquí una parte de fas bellas . males racionales por encima de noso- .
ocupacipnes que se puede asignar a tros, a la naturaleza le ha parecido
. los genios. Pero, por mucho esfuer­ bien alejarlos .d e nosotros; para con­
zo que haga, dudo que pueda encon­ cedernos. sin contradicción la supe­
trarlos; por el gran intervalo, entre rioridad que ejercemos en nuestro
nosotros y esos genios y la gran va­ globo. Hablo de especies interme­
riedad que aquí sé. da. Y hasta qtie dias y no quisiera reglarme aquí
encontráramos anteojos, tal como los sobre los individuos humanos que se
deseaba Descartes, para discernir las aproximan a los brutos,,porque apa-
partes del globo de la Luna, no . rentemente esto no es ya un defecto
mayores que nuestras casas, no po-. de la facultad, sino tin obstáculo de
d.ríamos determinar iJo que hay en• un su e_jercicio; de modo que creo que·
' globo diferente del nuestro. Nues­ el más estúpido de los hombres (que
tras conjeturas ser� más útiles y . no esté en un estado contrario a la
verdaderas · sobre -las partes interio­ naturaleza por alguna enfermedad
res de nuestro cuerpo. Yo espero o por otro defecto permam;nte que
que en muchas ocasiones iremos más produzca los mismos efectos de la
allá de las simples conjeturas, y ya enfermedad) -es incomparablemente
hoy creo que, por lo men'os la vio­ más · racional y más difícil· que la
lenta agitación de las partes del más espiritual de todas las bestias,
fuego, de que habéis hablado, no aunque algunas veces se diga lo con­
debé ser contada entre las cosas que. · trario por ún juego de ingenio. Por
sólo son probables. Es lástima que · lo demás, yo apruebo la busca de
la hipótesis de Descartes sobre la las analogías: las plantas, los insec­
-contextura de. las partes del univer­ tos y la· anatomía co1n¡parada de los
so visible haya sido tan poco · con­ animales, nos suministrarán cada vez
firmada por · las investigaciones y más, :sobre todo si continuamos sir­
descubrimientos hechos después, o viéndonos del microscopio aún más
que Descartes no haya vivido cin­ de lo que actualmente lo hacemos.
cuenta años. más· tarde, para darnos Y en las materias más generales
una hipótesis sobre los conocimien­ veremos que mis ideas sobre las
tos presentes, tan ingeniosa como la mónadas, sobre la conservación del
que da sobre los de su tiempo. Por animal con el alma; sobre las per•
lo que se refiere a la conexión gra­ cepciones poco distintas en · un cier-
dual de las especies, hemos dicho to estado, tal como la muerte de
a'lgo en una conferencia precedente, los simples animales, sobre los cuer­
donde yo hacía notar que ya los pos que es. razonable atribuir a los
filósofos habían razonado sobré el genios, sobre la armonía de las al­
vacío en las formas o especies. Todo mas y de los cuerpos, que hace que
va por grados en la naturaleza y cada uno siga perfectamente sus pro•

·--- --- - ....., .•. 1


NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 347

pias leyes sin ser perturbádo por el ellos lÓs llaman) , con el asentimien-·
otro y sin que deba distinguirse lo to natural que de ellos deben hacer
voluntario de lo involuntario; se y que no pueden tener mayor pro­
. verá, digo, que todos esos sentimien­ babilidad que estos motivos, y el
tos están completamente conformes asentimiento natural, que es un efec­
a 1a analogía de las cosas que ob­ to de la gracia divina. Se han es­
servamos y que yo extiendo - sola­ crito - libros expresamente sobre el
mente más allá de nuestras obser­ análisis de la fe, que no están com­
vaciones, sin limitarlas a ciertas por­ pletamente conformes entre sí; pero
ciones de 1a materia_ y a ciertas espe­ como ya hablaremos de ellos, no
cies de acciones, y que no hay más quiero aquí anticipar nada de lo que
diferencia que- de lo grande a lo hemos de decir en otra parte.
pequeño, de lo sensible a lo insen­
sible.
§ 13. F1L.-Sin embargo, hay un CAPÍTULO XVII .
caso en que . nosotros cedemos me­
nos a la analogía de las cosas natu­ De la_ razón
rales que -la ·-·experiencia nps hace
conocer, que al testimonio contra­ . § l. Antes de hablar especialnien:
_rio de un hecho extraño que se te de la fe, trataremos de la razón.
aleja de eHa. Pues cuando los acon­ �sta significa algunas veces princi­
tecimientos sobrenaturales son con­ pios claros y verdaderos; _ otras, con­
formes a los fines del que tiene clusiones deducidas - de estos princi­
poder para cambiar el curso de la pios; y algun a vez la causa, y par- ·
naturaleza, no tenemos motivo para ticularmente la. causa final. Aquí las
dejar de creerlos,- siempre que estén· consideramos como una -facultad, por
bien testimoniados, y este es el caso la· cual s� supone que el hombre se
de los milagros que nó encuentran distingue de ·la bestia, y en la que.
solamente crédito por ellos mismos, es evidente que la sobrepasa en mu­
sino que Jo comunican también a cho. § 2. Tenemos necesidad de ella,
otras verdades que tienen necesidad tanto para extender nuestros cono­
de tal confirmación. § 14. Por últi­ cimientos com9 para regir nuestras
mo, hay un testimonio que domina opiniones, ,y constituye, bien consi­
sobre cualquier otro asentimiento, y derada, dos facultades: son la .saga­
es la revelación, es _decir,· el .testi­ cidad para enconfrar las ideas me­
monio dé Dios que no puede engas dias, y la de sacar· conclusiones · o
ñarse ni engañamos; y este asenti­ de inferir. § 3. Y podemos. conside­
miento se llama fe, la cual excluye rar en '1a razón estos cuatro gradós:
toda duda tan pet:fectamente como 1 9) descubrir las- pruebas; 2\1) colo­
el conocimiento más cierto. Pero la carlas en orden que haga ver su
dificultad ·es cerciorarse de que 1a conexión; 3'1) notar la conexión en
revelación es divina,. y saber que cada parte de la deducción; 49) sacar
nosotros comprendemos su verdade­ la conclusión. Y, estos grados se pué;
ro •sentido; de lo contrario,· nos ex­ den_ observar en las demostraciones
ponemos al fanatismo y a errores de matemáticas.
una falsa interpretación: y cuando TEo.-La razón es ·la verdad co-·
la existencia y el· sentido de la reve­ nacida - cuya relación con otra me-·
lación no es más que probable, el nos conocida hace. que demos nues­
asentimiento no podrá tener una pro­ tro asentimiento a la última. Pero, ·
babilidad mayor que la que se en­ particularmente y por excelencia, se
cuentra en las pruebas. Pero ya vol­ la llama · razón, si es la causa, no
veremos sobi-g esto más adelante. · solamente de nuestro juicio, sino
TEo.-Los teólogos distinguen en­ también de la verdad misma, lo que :..-
tre los motivos de credibilidad (como· se llama . también razón a priori, y


·34g LEIBNIZ .
1
la causa de las cosas· responde a la ra, lo que se ha dado. Esto es lo
ra.;.ón en las verdades. Por esto la que • se llama uriá echtesis. · Después
causa misma es' llamada muchas ve­ de lo: cual;· pasan a fa-_preparación
ces razón, y particularmente la cau- · y trazan nuevas líneas . de las que
sa final. Por último, la facultad que tienen necesidad para el razonamien­
percibe esta relación de las verdades to;. y las más veces el arte supremo
o la facultad de razonar también es consiste en encontrar esta prepara­
llamada razón, y este es el sentido ción. Hecho esto, formulan el razo­
que vos empleáis aquí. Ahora bien, namiento mismo, .·sacando las· con­
esta facultad es solamente propia secuencias de los datos de la ecthe-
del hombre áquí bajo, y no aparece sis y de lo que se ha añadido por
. en los otros animales del planeta; la prepátación; y empleando a este
pues ya he hecho ver que la som­ efecto las verdades ya conocidas o
,- bra de razón que encontramos en las demostradas, llegan a la conclusión.
bestias no es más que la espera de P,ero hay casos en que se prescinde
un acontecimiento .semejante, en un de la ecthesis y de la preparación.
caso que parece semejante al pasas § 4.· FIL.....:...Generilhnente se cree
do, sin conocer si se -da la misma que el silogismo es el gran instru­
razón. Los hombres mismos no obran mento de fa razón; y el mejor medio
de otra manera en los casos en que de usar de esta facultad, Yo ló dudo;
son · empíricos solamente; Pero los pues no ,sirve más que para ver la
hombres se elevan por · encima de conexión de las pruebas en un solo
las bestias en cuanto ven las rela0 ejemplo y no va más allá; pero· el
· ciones entre las . verdades; las . re­ espíritu la ve fácilmente y quizá
laciones, digo, que constituyen tam­ mejor sin el silogismo. Y lós que
bién en sí mismas verdades necesa­ saben servirse de las figuras y de los
rias y universales. Estas relaciones modos, ,supon.en. muchas · veces su
son necesarias aunque no produzcan O.so por una fe implícita hacia sus
· más que una opinión, cuando, des­ ·maestros, -sin conocer fa razón, 'Si
pués de una exacta investigación, se el silogismo · fuera necesario, nadie
demuestra el predominio de la pro­ habría· podido razonar antes de su
babilidad, en cuanto se puede juz­ invención, y habría que decir que
gar ex datis; de suerte que enton­ Dios, hapiendo hecho del hombre ·
ces hay demostración, no de la · una criatlil'.a de dos piernas, dejó a
verdad de la cosa, sino del partido Aristóteles al cuidado de hacer de
que la prudencia quiere que se tome. él un animal racional; quiero decir,
Si tratásemos de dividir esta facul­ de ese pequeño· número de hombres
tad de la razón, yo creo que haría0 que se ocupan del silogismo, en el
mos bien en reconocer dos partes, que entran más .de sesenta maneras
según el sentir general que distingue de combinar las tres proposiciones;
la invención y el juicio. En cuanto y de las cuales no hay más que unas
a vuestros cuatro grados que adver­ catorce seguras. Pero Dios -fue mu­
tís en las ·demostraciones de los ma­ cho más· bondadoso con los hom0
temáticos, creo que ordinariamente bres; les dio. un espíritu capaz de
el . primero, que es descubrir las razcmar. Yo no digo esto para re0
. pruebas, no aparece aquí como seria bajar a Aristóteles, a quien consi­
de desear. Son síntesis que han sido dero como uno de los más grande_s
encontradas algunas veces sin el aná­ de la· antigüedad a quien pocos han
lisis, y algunas veces el análisis ha igualado en extensión, en sutileza,
sido suprimido. Los geómetras, en en penetración de espíritu y en la
sus demostraciones, ponen primera- fuerza del juicio, y que en su mismo
. mente la proposición • que debe ser invento de ese pequeño sistema de
probada, y para llegar a la demos­ las formas de la argumentación, ha
tración, . exponen, por alguna figu- hecho un gran servicio a los sabios
I•'

�----�-- - -
NUE�O TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 349

contra aquellos que no se. avergüen­ y el animal es viviente; luego el


· zan de negarlo todo. Sin embargo, hombre es viviente, que el ·del si­
esas formas no . son el único ni el logismo
mejor medio de razonar; y Aristó-
. teles no las encontró por medio de Animal-Viviente. Hombre-Animal.
las formas mismas, sino por la vía Hombre-Viviente
original de la conveniencia maní-_
fiesta de las ideas; y el conocimiento
es decir, el animal es viviente, el
que así se adquiere por el orden hombre es un animal; luego el hom­
natural en las demostraciones mate•
bre es viviente. Es verdad que los
máticas, parece mejor sin el auxiliq
silogismos pueden servir para des­
de ningún silogismo. Inferir es sacar
cubrir . una falsedad oculta .bajo el
una proposición como verdadera de.brillo de un ·ornamento tomado de
otra ya conocida por verdadera, su­
la retórica, l en otro tiempo creí
poniendo una cierta conexión ,de yo . que el silogismo era necesario,
ideas medias; por ejemplo, de .quepor lo menos para defenderse ·de
los hombres serán castigados· en el
fos sofismas disfrazados bajo los
otro mundo, se inferirá que se pue­discursos floridos; pero después de
den determinar ellos mismos. en éste.
. un más severo examen he compren­
He aquí la relación: "Los hombres dido ·que basta con deslindar lás
serán castigados y Dios es el que ideas de que depende la consecuen­
castiga"; luego el castigo es justo;
cia respecto de aquellas otras que
luego el castigado es culp11ble; lue­
son superfluas, y . colocarlas en un
go- habría · podido obrar · de otroorden natural para mostrar su in­
modo; luego tiene libertad; luego, coherencia. Yo conocí · a - un hom­
por último, tiene el poder de deter­
bre para quien las reglas del silo­
minarse. La relación se ve así mejor
gismo eran desconocidas, que nota­
que si hubiese aquí cinco o seis silo­
ba al momento la debilidad y la fal­
gismos embrollados, porque enton­ sedad de los argumentos �e uit largo
ces las ideas estarían traspuestas,
discurso artificioso. y plausible, por
· repetidas y encajonadas en las for­los cuales otras personas ejercitadas
mas artificiales. Se trata- de saber
en todas las · sutilezas de la lógica
-c¡ué conexión tiene uná idea media se dejaban atrapar; y yo creo que
con . los extremos . en el silogismo;
habrá pocos de mis lectores . que no
pero esto es lo que ningún, silo­ conozcan a algunas de estas perso­
gismo puede mostrar. El espíntu es
nas. Y si ésto no fuese así,· los
el que puede · percibir estas ideaspríncipes, en las materias que inte­
cólocadas así por . una especie de resan a su corona y a su dignidad,
yuxtaposición, y esto por su . visión
no dejarían de hacer entrar los silo­
propia. ¿De qué sirve, pues, el siló­
gisµios en las discusiones más im­
gismo? Es de uso en Jas escuelas, portantes, en las que, sin embargo. ··
en las que no se tiene la desver­ todo el mundo cree que sería ri�
güenza de negar la conveniencia de dículo servirse -de ellos. ·En Asia, en
las ideas que convienen visiblemen­Africa y en América, entre los pue­
te. De donde proviene que los hom­ blos independientes de los europeos,
bres no hagan nunca silogismos en .casi nadie ha oído hablar del silo­
sí mismos cuando buscan la verdad gismo. Por 1:1ltimo, vemos, en resu­
· o· cuando la enseñan a quienes , la mid!ls cuentas, que esas formas es- ·
desean conocer sinceramente. Es evi­
colásticas no están meno.s sujetas a ·
dente también que este orden .es ,el
engañar; y tampoco se reduc.e, a si­
más .natural: . lencio a las gentes por este metodo ,
Hombre.• Animal.-Vivieote escolástico, rii se las convence, ni se
las persuade. Todo lo más recono­
es decir, el hombre es un _animal, cerán . que su adversario es más
I

350 ·, LEIBNIZ

hábil; pero siguen · persuadidos de · de los infinitesimales, son para mí


la justicia de su causa. Y si en el otros tantos argumentos formales,
silogi!!mo se pueden deslizar argu- · porque su forma de raaonar ha sido
mentos falaces, es preciso que ,la fa­ demostrada de antemano, de suerte
lacia pueda ser descubierta por algún que estamos seguros de no enga­
lt -otro medio que no sea el silogismo.
No soy de opinión, sin embargo, de
que se rechace el silogismo; ni de
ñamos .. Y. los argumentos dé Eucli-
des casi son argúmentos formales
las más de las veces, pues cuando
que se prive al entendimiento de nin­ 'hacen entimemas e� · apariencia, 1�
gún auxiliar. Hay ojos que tienen proposición suprimida, y que pare--
necesidad de lentes; pero los que ce f¡¡ltar, está · suplida por · la cita­
de ellos se sirven no deben -. decir ción al margen, en donde se indica
que ·nadie puede ver bien sin lentes. · el medio de· encontrarla ya demos­
Sería rebajar demasiado -la natura- trada, lo que abrevia mucho , sin
º leza en favor del arte, al cual acaso suprimir nada. .Estas inversiones,
· son deudores. A no ser que les su­ composiciones y divisiones de los
ceda todo lo contrario de lo que r�onamientos, de que él se sirve,
les suele pasar a las personas que no son más que esp�cies de. formas
se sirven demasiado pronto ó dema­ de argumentar particulares y propias
siado tarde de las gafas: que han de los matemáticos y . de la · materia
ofuscado tanto su vista por medio de qué tratan, y demuestran dichas for­
ellas, que ya· no pueden prescindir mas con ayuda de las formas uni­
de su concurso. versales de la lógica común. Además,
TBo.-Vuestro razonamiento sobre es prec�o saber que hay consecuen­
.\ el poco uso de los silogismos está cias silogísticas buenss y que no se
.lleno de observaciones sólidas y be­ podrían demostrar en rigor por nin­
. llas. Es preciso confesar que la forma gún silogismo sin cambiar un poco
escolástica de los silogismos es poco los términos; y este cambio mismo
empleada en el mundo, y que sería de los términos es lá consecuencia
demasiado prolija y nos confundiría silogística. Hay varios de éstos, como,
si la quisiéramos emplear seriamen­ entre otros, a recto ad obliquun:i. Por
te. Y, sin embargo, ¿lo creeréis? Yo ejemplo, Je_sucristo es Dios; luego la
creo que· la invención de la forma madre de Jesucristo es -l a madre de
de los. silogismos es una de las más Dios; i(em, lo que hábiles lógicos
bellas del espíritu humano y aun de han denominado inversión de rela­
las más importantes, Es una espe­ ción, como, por ejemplo, esta con- - . ·
cie de matemática universal, cuya secuencia: si David es padre de
importancia no es bastante conocida; Salomón, sin duda Salomón es hijo
y se puede decir que contiene un de David. Y estas consecuencias no
arte de infalibilidad, siempre que de_jan de ser demostrables por -ver­
sepamos y que podamos servimos dades de las que los mismos silo­
bien de ella, lo que no siempre es gismos vulgarés dependen. µis silo­
posible. Ahora bien; es preciso saber gismos, además, no son solamente
qué, por argumentos en forma no categórjcos, sino también hipotéti-
entiendo solamente esa. manera esco­ cos, entre los cuales están compren­
lástica-- de argumentar de que se sir­ didos los disyuntivos. Y se puede
ven en los colegios, sino todo razo­ decir que los categóricos son siro­
namiento que ·concluye por la fuerza .ples o compuestos. Los categóricos
de la forma, y en el que no hay simples son los que 6e · cuentan ordi­
necesidad de suplir algún artículo; nariamente, es decir, según los mo­
de modo _ que un sorites, otro teji­ dos de las figuras; y yo he obser­
do de silogismos, que evita la repe­ vado que las cuatro figuras tienen
tición aun de una cuenta bien hecha, cada una seis modos, de suerte que
un cálculo de - álgebra; un análisis hay 24 modos en total. Los cuatro
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 351

modos vulgares de la · primera figura. : en donde se ve que fa proposición


no son más que la significación inútil todo A es C es despreciada,
de los signos: Todo, Ninguno, Al­ y la repetición inútil de esta misma
guno. Y los dos que yo añado, para propos\ción q.ue los dos silogismos
no omitir nada, no son más que las exigían es evitada, pues esta propo­
subaltemaciones de las prop9sicio­ sición es inútil en adelante, y la ca­
nes · universales..Pues de los dos mo• dena es un argumento perfecto y
dos ordinarios, todo B es C, todo A . bueno por su forma, ·sin que esta
es B, luego todo A es C; ítem nin­ misma proposición· sirva cuando la
gún B es C, todo A es B, luego continuidad de la cadena ha sido de­
.. ningún A es C, se pueden formar mostrada para siempre por medio
estos dos modos adicionales: todo de estos dos silogismos. Hay otra
B es e, todo A es· B, luego algún infinidad; de . · cadenas más comple­
A es C; item ningún B es C, todo A jas, no sólo porque entra en ellas
es B, luego algún A no es C. Pues . un mayor número de silogismos sim­
no es necesario . demostrar la sub­ pl�s. sino también porque los silo­
alternación ni probar sus consecuen­ gismos que las iritegran son más
cias: todo A es C, luego algún A es diferentes entre · sí. Puede hacerse
C·1 ítem ningún A es C, luego algún entrar en ellas; no sólo ·categóricos .
A no es C, aunque se ·puéda demos­ simples, sino también copulativos, y
trar por los idénticos, unidos a los no solamente categóricos, sino tam­
modos ya aceptados de la primera bién hipotéticos, y no solamente silo­
figura, de esta manera: todo A-es gismos plenos, sino también entime­
C, algún A es A, luego algún A es,C. mas en los que las proposiciones que
Jtem ningún A es C, algún A es A, se cree evidentes son suprimidas. Y
luego algún A no es �- . De, suerte todo esto unido a consecuencias asi­
que los dos modos ad1c1onales de logísticas, y con trasposiciones de
la primera .figura se demu�str� �or las proposiciones, y con una gran
los dos primeros modos ordmar1os cantidad de giros y frases que ocul­
de dicha_ figura con la intervención tan estas proposiciones por la incli­
de la · subaltemación, demostrable nación natural del espíritu . a abre­
ésta por los otros dos modos de la viar, y por las propiedades del len�
misma figura. Y de la misma ma­ guaje, que aparecen en parte en el
nera, la segunda figura tiene también . empleo de •las partículas, hará un
otros dos nuevos. Así, la primera y tejido de razonamiento, ,que repre- - .
la segunda tienen seis; . la tercera sentará toda argumentación, aun de
tuvo seis en todos los tiempos; a la · un orador, pero descamada y des­
cuarta se atribuían cinco; pero ve- pojada de sus ornamentos y redu-
. mos que tiene seis también, por el · cida a la forma lógica, no escolás­
mismo principio de .adición. Pero es ticamente, sino siempre suficiente­
preciso saber que la forma lógica mente para· conocer su fuerza, según
no nos. obliga .a este orden de pro­ las leyes de la lógica, que_ no son
posicione� de que ·se sirve_il común­ otras que las del buen s�ntido, pues­
mente, y soy de vuestra opinión que tas en orden y por -escrito, y que
este otro orden vale más: todo A es no difieren más que lo que difiere
B, todo B es C, luego todo A es C, la costumbre de una provincia· añtes
lo que se ve particularmente por de ser escrita y después. A no ser
los sorites, que son una cadena de que estando escrita y pudiendo ser
silogismos. Pues si hubiese aún· un: considerada más fácilmente en •su·
todo A es C, todo C es D, luego totalidad, - suministre más luz para ·
. todo A es D se pueden tejer estos . poder ser empleada y aplicada; pues
dos silogism� y evitar la repetición el • buen sentido natural,. sin ayuda
diciendo: todo A es C, todo-B es C, del arte, al hacer el análisis de algún
todo·C es-D, luego todo A es D, razonamiento, se vería un poco in- ·
352 LEIBNIZ

cierto sobre la fuerza de las conse­ resultarán verdaderos si la conse­


cuencias, encontrando, por ejemplo, cuencia no es buena. Yo· no creo
que encierran algún modo ·bueno, a que fuese 'permitido en -tas escuelas
la verdad, pero no usado ordina-· bien regidas negar, desenfadadamen­
:riamenté. te las consecuencias manifiestas de
Pero un lógico que quisiera que las ideas, y no ni.e parece que se
no se sirviera nadie de tales tejidos, · emplee el silogismo para mostrarlas.
o no quisiera servirse de ellos, pre­ Por lo menos este no es su princi­
tendiendo que siempre . se debe re­ pal o único uso. Muchas más veces
ducir todcis los argumentos a los si­ de lo que se piensa se verá (exami­
logismos simples, . de que dependen nando los paralogismos de·los auto­
en efecto, sería, como _ya ·os he dicho, res) que pecaron contra las reglas
semejante a un hombre que quisiera de la lógica; y ·yo mismo he expe­
obligar a los comerciantes, a los cua­ rimentado algunas veces, aun qiscu­
les compra alguna cosa, a contar los tiendo por escrito- con personas de
números uno a uno, como se cuenta buena fe, que no se han comenzado
por los dedos o como se cuentan · a entender sino cuando se ha argu­
las horas de un reloj de · torre; lo mentado en forma para desembrollar
. que nos descubriría su estupidez si un caos de · razonamientos.. Sería ri­
no pudiese contar. de otra manera dículo, sin .duda; querer argumentar
y si no pudiese saber, sino·· con a la escolástica . en las deliberaciones
ayuda de los dedos, que 5 •Y 3 son 8, importantes, a causa de las proliji­
o bien indicaría un capricho si su­ dades importunas y molestas de esta
piese esas abreviaciones y no quisie­ forma de razonar y porque es como
se servirse de ellas ni dejar qúe se contar por los dedos: Sin embargo,
sirviesen los demás. Sería también · no es menos verdad que· en las más
como un hombre que no quisiera · importantes deliberaciones que se re­
que se empleasen los axiomas y teo­ fieren a la vida, al Estado, a la sal­
remas ya dern:ostrados, so pretexto vación, los hombres se dejan deslum­
de que todo razonamiento se debe brar muchas veces por el peso de ·Ia
reduc.:ir siempre a los primeros. prin­ autoridad, por la luz de la elocuen­
cipios, en· los que se ve la relación cia,· por ejemplos mal aplicados, por
inmediata de las ideas · de que, en entimemas que suponen falsamente
efecto, estos teoremas medios de­· la evidencia de lo que suprimen, y
penden.· · · hasta por consecuencias fictitias; de
Después de haber explicado el uso suerte que una lógica severa, pero
de las formas lógicas de la manera de otro giro que la de la esc_uela,
que creo · que se· debe hacer, paso les sería muy necesaria, entre otras
a. vuestras consideraciones. Y yo no cosas, para determinar de qué lado
· ¡ veo, señor, como pertendéis, que el está la mayor apariencia; Por lo de-·
_. silogismo no sirva más que para más, que el vulgo ignore la lógica
ver la conexión de las pruebas en artificial, y no por eso deje· de ra­
un solo ejemplo. Decir que el espí­ zonar bien, y muchas· veces mejor
ritu ve siempre fácilmente . las con- que personas ejercitadas en .la lógi­
. secuettcias es lo que no podréis de­ ca, no prueba la inutilidad de ésta,
mostrar, pues hay muchas veces (por como no probaría la de la matemá­
lo menos en los razonamientos aje- · tica artificial el que algunas perso­
nos) en que hay motivos para dudar nas contasen bien en las ocasiones
mientras · no se ve la demostración, ordinarias sin haber aprendido a leer
Ordinariamertte nos servimos de los ni a escribir, y sin saber manejar
ejemplos para justificar las conse­ la pluma ni los tantos, hasta el
cuencias; pero esto no es siempre punto de corregir faltas que han co­
bastante seguro,· aunque haya un metido personas que han aprendido
arte de elegir los ejemplos que no a c_alcular pero que se pueden dis-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 353
traer o equivocar en los caracteres pues· no quiero considerar ahora su
' • o signos. Es verdad que también los materia, en dónde habría que hacer
·silogismos pueden ser sofísticos; pero observaciones y que pedir aclara­
sus propias leyes sirven para reco­ cion_es. Por ejemplo, cuando un hom­
nocerlos; ,Y los silogismos no con­ bre no puede obrar de otro modo,
vierten ni convencen siempre; pero hay casos en que podría ser culpa­
es porque .el abuso de las distincio­ ble ante Dios, como. si se alegrara
nes y de los términos mal entendidos de no poder socorrer al pró_jimo,
hace su empleo prolijo, hasta ser para tener una excusa. Por último,
insoportable, si fuese preciso llevar­ confieso que la forma escolástica de
lo hasta el final. Y no me queda argumentar es ordinariamente incó­
más que considerar y suplir vuestro moda, insuficiente, mal administra­
argumento aportado para servir de da; pero digo al mismo tiempo que
ejemplo de un razona'!li�n�o cl�ro no hay nada más -importante que el
sin la forma de los log1cos: Dios arte de argumentar en forma según
castiga al hombre (este es un hecho_ la verdadera lógica, es decir, plena­
supuesto), Dios castiga justamente mente en cuanto a fa ma!eria, y cla­
al que castiga (es una verdad de ramente en cuanto al orden y a la
razón que puede considerarse como forma de las consecuencias, ya evi­
demostrada) ; luego Dios castiga al dentes por sí mismas, ya demostra•
hombre justamente (esta es una con­ das con anterioridad.
secuencia silogística extendida por § -5. FIL.-Yo creía que el silo- .
la consecuencia ásilogística a recto gismo sería aún menos útil o, mejor,
ad obliquum); luego el hombre es absolutamente de ningún uso en las
castigado justamente (es una inver­ ' probabilidades, porqu� no sienta
sión de relación, pero que se supri­ más que uri solo argumento .tópico;
me por su evidencia); luego el !J.om­ pero veo ahora- que es preciso pro-·
bre es culpable- (es un entimema en _bar sólidamente lo que hay de se­
el que se suprime esta prpposición, guro en el argum�nto tópico mismo,
que, er¡: efecto, ho es más que una es depir, la apariencia que en él se
definición: aquel a quien se castiga encuentra, y _que la fuerza de la con­
justamente es culpable); luego el secuencia consiste en la forma. § 6 .
. hombre habría podido proceder de Sin embargo, si los silogismos sirven
otra manera , (se suprime esta pro­ para juzgar, dudo que puedan ser­
posición:· el que es culpable hubie­ vir -para inventar, es decir, para en•
ra podido proceder·de otra manera); centrar pruebas y para hacer nuevos
luego el hombre ha sido libre (se descubrimientos'. Por ejemplo, no
suprime también esta: quien ha po­ creo que • el desc.ubrimiento de la
dido proceder de otra manera ha sido 471! proposición del .primer libro de
libre); luego (por la definición de li­ Euclides sea debido a las reglas de
bre) ha tenido el poder de determi­ fa lógica ordinaria, pues primera­
narse. Que era lo que se quería pro­ mente se conoce, y luego se es capaz
bar. AqUf observo yo también que de probar en forma silogística.
este mismo luego encierra, ·en efec­ ' TEo.-Comprendiendo_ en los silo­
to, la proposición sobreentendida gismos también los tejidos de silogis-
(que aquel que es libre tiene el po­ . mos y todo lo que yo he llamado ·
der de determinarse) y sirve para · argumentación en forma, se puede
evitar la repetición de los términos. decir que el ·conocimiento, que no
Y en este sentido nada habría omi­ es evidente por sí mismo,. se adquie• ·
tido, y el argumento podría pasar re por consecuencias, las cuales no
por entero en este respecto. · son bµenas más que cuando tienen
Se ve quf este razonamiento es su debida forma. En la demostra-
un tejido de silogismos enteramente ción de la mencionada proposición,
confor�e con las leyes de la lógica, . según la cual el cuadrado de la hi-
12
354 LEIBNIZ

I! potenusa es igual a los dos cuadra­ ker, que ·en su libro intitulado "La
dos de los lados, se corta el cua� policía eclesiástica" (lib. I, § 6)
drado grande en piezas y los dos cree que si se pudie90 suministrar
pequeños también, y se ve que las los verdaderos auxilios del saber y
piezas de los dos cuadrados peque­ del arte de razonar, que en este· si­
. ñas caben todas en el grande y no glo, que pasa por esclarecido, no se
ocupan más ni menos. Esto es pro­ conocen mucho, y de que no se
bar la. igualdad en forma, y las igual­ preocupa nadie gran cosa, habría
dades de las piezas se prueban tam­ tanta diferencia, con relación .a · la
bién por argumentos en buena forma. solidez del juicio, entre los hombres
El análisis de los antiguos era, ,se­ cjue se sirvieran de él y -- lo que los
gún Pappus, tomar lo que se pide hombres son al presente, como entre
y sacar las consecuenci-as ha�ta que los hombres del presente y los im­
se llega a alguna cosa · dada o cono­ béciles. Deseo que nuestra conferen­
cida. He notado que para este efecto cia pueda dar ocasión a que algunos
es preciso qúe las proposiciones sean encuentren esos verdaderos auxilios
recíproca'&, a fin de que la demos­ del arte de que habla ese grande
tración sintética pueda pasar en di­ hombre, lque tan pe_netrante espíritu
rección contraria por las huellas del tenía. No ·serán ciertamente los imi­
análisis; pero esto es siempre sacar 'tadores, (imitatorum. servum pecus)
consecuencias. Es bueno, sin em­ que como el rebaño siguen el terre­
bargo, notar aquí que en las hipótesis no trillado. Sin embargo, yo me
astronómicas o físicas la vuelta no atrevo a decir que hay en este siglo
tiene lugar; pero tampoco el resul­ personas de tal fuerza de juicio, y
tado demuestra la· verdad· de la hi-. de tal amplitud de espíritu, ·que po­
pótesis. :Es verdad que la hace pro­ drían encontrar nuevos caminos para
bable; pero como esta probabilidad el avance del conocimiento, si se
parecía pecar contra la regla lógica, tomaran -el trabajo de dirigir su pen­
que enseña que lo verdadero puede samiento por este lado.
ser sacado de lo falso, se. dirá que TEo.-Habéis observado bien,· se­
las reglas lógicas no surten efecto . ñor, con el difunto Hooker, que el
enteramente en las cuestiones pro­ mundo no se preocupa de eso; de
bables. Respondo que es posible que lo contrario, yo creo que hay y ha
lo verdadero sea concluido de lo habido personas capaces de conse-
falso; pero no es siempre probable, guir grandes -resultados en este pun­
sobre todo cuando una simple hi­ to. Es preciso confesar, sin embargo,
pótesis da razón. de muchas verda­ que tenemos ahora grandes· ayudas,
des, lo que es raro y se encuentra t,anto por parte de las matemáticas
difícilmente. Se podrá decir con Car­ como de la filosofía, en ·la que los
dan que la lógica de los probables Ensayos concernientes al entendi­
tiene otras consecuencias que la ló­ miento humano de vuestro excelente
gica de las verdades necesarias. Pero amigo no son la menor. Veremos si
la probabilidad misma de estas con­ hay medio de aprovecharlos.
secuencias debe ser demostrada por · § 8. FIL.-Tengo que deciros-aún,
las consecuencias de la lógica de los señor, que hé creído que en eso
necesarios. había un menosprecio vi_sible de las
§ 7. FIL.-Parece que hacéis · la reglas del silogismo; pero desde que
apología de la lógica vulgar; pero conferenciamos me habéis hecho du­
· veo que lo que vos aportáis perte- dar. Siri embargo, os explicaré mi
. nece a una lógica más sublime, con dificultad. Se dice "que ningún razo­
respecto a 1a cual la vulgar no es namiento silogístico puede ser con­
sino lo que los rudimentos abece­ cluyente si no contiene por lo menos
darios a la erudición: lo que ·me una proposición universal". Pero me
recuerda un pasaje del juicioso Hoo- , parece que sólo las cosas particu-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 355

lares son el objeto inmediato de de decir A es B, tenía costumbre


nuestros razonamientos y de nt1es- de decir B está en A. Y "de esta ma­
tros conocimientos; versan sobre la nera de enunciar, la relación misma
conveniencia o fa disconveniencia de que vos pedís la obtendrá en la dis­
las ideas, cada una de las cuales no posición aceptada. Pues en lugar de
tiene más que una existencia partí- decir B es C, A es B, luego A es C,
cular y no representa sino una cosa enunciará así: C está en B, B está
singular. en A, luego C está en A. Por ejem-
TEo.-Al concebir la semejanza plo, en lug1,1r de decir: el rectángulo
de las cosas, concebís algo más, y es is6gono (o de ángulos iguales),
la universalidad no consiste más qu� el cuadrado es rectángulo, luego· el
en esto. Nunca propondréis distinta- cuadrado es isógono, Aristóteles, sin
mente ninguno de nuestros argumen- trasponer las proposiciones, dejará
tos sin emplear verdades universa- en el centro el término medio, por ·
les. Bueno es, sin embargo, ·notar esta manera de enunciar las propo­
que (en cuanto a la forma) las pro- siciones que invierte los términos, y
posiciones singulares. están compren- dirá: el isógono está en el rectán­
didas bajo las universales. Pues _aun- gulo, el rectángulo está en el cua­
que sea verdad que no hay más que · · drado, luego el isógono está en el
un San Pedro apóstol, se puede, sin cuadrado. Y esta manera de enun­
embargo, decir que el apóstol San ciar no es de desdeñar, porque, en
Pedro, fuese quien fuese, renegó de efecto, el predicado está en el suje-
su Maestro. Así, este silogismo: San to, o bien la idea del predicado está
Pedro renegó de su Maestro (aunque encerrada en la idea. del · sujeto. Por
en él no-haya más que dos proposi- ejemplo: el isógono está �n el rec­
ciones singulares), se considera como tángulo, pues el rectángulo es la fi.
compuesto de universales afinnati- gura en la cual· todos los ángulos
vas, y el modo será darapti, de la son ·rectos; y todos los ángulos rec- .
tercer!! figura.. tos son iguales entre sí: luego en la
F1L.-Ouería también deciros que idea del rectángulo está fa idea de
me parece nie_ior trasponer las pre- una figura cuyos ángulos todos son
misas de los silogismos y decir: todo iguales, lo que constituye la idea
A es B, todo B es C, luego todo A del isógono. La manera de enun­
es C; que decir: todo B t¡s C, todo ciar vulgar se réfiere mejor a los
A es B, luego todo A es C. Pero individuos; pero la de Aristóteles
parece, por lo que habéis dicho, que tiene más relación con las ideas o·
no hay diferencia y que ambos mo- universales. P,ues si decimos: "todo
dos se consideran como uno mismo: hombre es animal", queremos decir
Siempre será verdad, como habéis que todos los hombres están com­
notado, aue la disposición diferente prendidos en todos · fos animales;
de la . vulgar es más · propia para pero también queremos decir qtie la
hacer un tejido de varios silogismos. idea. del animal está comprendida
TEo.-Estoy en un todo conforme en la idea del hombre. El animal
con vos.· Sin embargo, parece que comprende más individuos que el
se ha creído que era más didácticl, hombre, pero el hombre comprende ·
comenzar por proposiciones univer- más ideas o más formalidades; el
sales, tales como lo son las mayores uno tiene más ejemplos, el otro más
en la primera y en la segunda figu- grados de realidad; la una más ex­
ra; hay aún oradores que tienen esa tens�ón, la otra más intención. Asi,
costumbre. Pero fa relación parece puede decirse con verdad que toda
me_jor COil)j vos· la proponéis. En la ,doctrina silogística podría ser de­
otro tiempo noté que Aristóteles mostrada por la de continente et
pudo .tener una razón particular para contento, del continente y del con­
la · disposición vulgar. Pues en lugar tenido, que es diferente de la del
356 LEIBNIZ
todo y la parte, pues el todo excede de muchas pequeñas ideas distintas
siempre a la parte; p'ero el conti­ en sí mismas, pero de las que no
nente y el contenido son algunas nos damos cuenta exa«amente, nos
veces iguales, como sucede en las faltan una infinidad que son -con­
proposiciones recíprocas. venientes a otras criaturas mejor que
§ 9. FIL.-Comienzo a formarme a nosotros. Pero también · estas im­
de la lógica una idea muy distinta presiones sirven más para furidar
de fa que he tenido en otra época. instintos y para suministrarnos ob­
Yo ,la tomaba por un juego de es­ servaciones de experiencia que -para
colares; y ahora veo que, entendida proporcionar materia a la razón, . a
como vos la entendéis, es una espe­ no ser que vayan acompañadas ele
cie de ,matemática universal. Ojalá percepciones distintas. Principalmen­
llegase · a ser algo más de lo que te, el ·defecto de conocimiento que
es todavía, a fin de que pudiéramos teri.emos de estas ideas distintas,
encontrar en ella esos verdaderos ocultas en las confusas, es lo que
auxilios de la razón de qtie nos ha­ nos detiene; y aun cuando todo esté
blaba Hooker, que elevarían a los claramente· expuesto a _nuestros sen­
hombres muy por encima de su pre­ tidos o a nuestro espíritu, la multi­
sente �tado. Y fa razón es · una fa. tud de cosas que hay que considerar
cultad que tiene tanta · más necesi­ nos embrolla muchas veces. Por
dad de ella cuanto que su extensión ejemplo, si colocamos · un montón
es bastante limitada y nos falta en de 1.000·bolas ante nuestros ojos,á es
muchas ocasiones. Y esto es: pri­ evidente que para concebir bie el
mero, porque con . frecuencia,· las número y las propiedades de esta
ideas·· mismas -nos faltan. § 10. Y m�ltitud sería mUy ·útil ordenarlas
luego, segundo; porque muchas . ve­ en figuras, como se ha�e en los al­
ces son oscuras e imperfectas; mien­ macenes, a fin' de tener de ellas ideas.­
tras que allí doride son claras y -dis­ distintas y de fijarlas de suerte que
tintas, como en los números, no no tengamos que contarlas más de
encontramos dificultades insupera­ una vez. La multitud· dé considera­
bles ni caemos en ninguna contra­ ciones es . también .lo que hace que
dicción. § 11. Tercero� Muchas veces en la ciencia de los ·números mis­
también la dificultad procede · de. mos, haya dificultades muy grandes,
que nos faltan las ideas a medias. pues en ella se buscan pro_cedimien­
Se sabe que antes que el álgebra, tos abreviados, y a ve�es no se sabe
ese gran instrumento y esa prueba si la naturaleza los tiene en sus ar­
insigne de la sagacidad del hombre, canos para el caso de . que se trata.
hubiese sido descubierta, los hom­ Por ejemplo, ¿qué hay más simple,
bres consideraban con asombro mu­ en apariencia, que la noción del nú•
chas demostraciones de los antiguos mero. primo, es decir, del número
· matemáticos. § 12. Sucede también, entero indivisible por· cualquier otro,
cuarto, que se construye· sobre prin­ excepto· por la unidad · y por sí mis­
cipios falsos lo que puede internar­ mo? Sin embargo, aún se busca .una
nos en dificultades, eri donde la ra­ marca positiva y fácil para recono­
zón, más que esclarecer, 'confunde. cerlos ciertamente sin probar todos
§ 13. Por último, quinto, los térmi­ los divisores primitivos, menores que
nos cuya significación es incierta, la raíz cuadrada del número primi­
embarazan a la razón. tivo dado. Hay una cantidad de sig­
TEO.-Yo no sé si nos faltan tan­ nos que nos hacen saber sin mucho
tas ideas como se cree, se entiende, cálculo que un determinado número
ideas distintas. En cuanto a las ideas no es primo; pero se pide una que
confusas o más bien imágenes, o si sea fácil y que haga conocer fácil­
queréis impresiones, como colores, mente que el número es· primo cuan­
sabores, etc., que son el resultado do· Io es. Esto es lo que hace tam-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO' ,357
bién que el álgebra sea aún tan im­ también pensar que el álgebra dista
perfecta, aunque no haya náda más mucho de ser el arte de inventar,·
conocido que las ideas. de que · se porque necesita· 1a ayuda· de un arte
sirve, puesto que no significan nada más general; es decir, el arte de los
más que números en general, pues caracteres es una ayuda. niaravillo­
el público no tiene aún medios para .sa, porque desc�rga la imaginación.
·sacar las raíces irracionales de nin­ No se dudará, viendo la aritmétiéa
guna ecuación más allá del cuarto . de Diofanto y los libros geométri­
grado (excepto en un caso muy li­ cos de Apolonio Y. de Pappt.is, que
mitado). Y los métodos de que se los antiguos no perdieron el ti�mpo.
sirvieron Diofanto, Escipión Du Fe_r Viete ha dado más extensión a todo ·
y Luis de· Ferrara para el segundo, esto, expresando no solamente lo que
tercero y cuarto grado, respectiva- se pide, sino también los números
. mente, a -fin de reducirlos al prim� dados por caracteres generales, , ha­
ro, o para reducir una ecuación afec­ ciendo al calcular fo que Euclides
tada a una pura, son completamente hacía ya al razonar; y Descartes ha
diferentes entre sí; es decir, el que extendido la aplicación de este cálcu­
sirve para un grado difiere un grado lo a la geometría, marcando las lí­
del que sirve para otro. Pues . el neas por las ecuaciones. Sin embar­
segundo. grado, . o la ecuación cua­ go, aun después del descubrimiento
drada, se reduce al primero, quitando de nuestra álgebra moderna, Bouil­
solamente el segundo témrlno. ·El ter­ laud · (Ismael Bullialdus), excelente
cer grado, o la ecuación cúbica, ha geómetra sin duda, a quien yo co­
sido resuelto porque dividiendo la nocí. todavía en .París, miraba con
incógnita en partes se forma ,feHz­ asombro las demostraciones de Ar- ·
mente una ecuación de segundo gra­ químedes sóbre la éspiral, y no podía
do. Y en el cuarto grado, o de los comprender cómo a este grande hom­
bicuadrados, se añade algo a los dos bre se le había ocurrido emplear la
lados .de la ecuación para poder ex­ tangente · de esta línea para la di­
traer la raíz de una parte y de otra; •mensión del círculo. El padre Gre­
y se ve también, felizmente, que gorio de . Saint-Vincent cree haber
para obtener este .resultado. no hace adivinado, juzgando que ha llegado
.falta más que una ecuación cúbica allí por -el paralelis/Jlo de 1a espiral
sdlamente. Pero e'Sto no es más qué con la. parábola. Pero esta vía es
una mezcla de feficidad · o de azar .meramente particular,· mientras que'
. con el carte. o método. Y tentándolo el nuevo cálculo de los infinitesima­
en estos dos. últimos grados, ho se les, que procede por ia vía de las
sabía si se lograría resultado. Así diferencias, que a mí -se me ha ocu­
hace falta también algún otro arti­ rrido y que he participado al públi­
ficio ,para conseguirlo en .el quinto co con éxito, proporciona una· vía
o sexto grados, que son supersóli­ ·general,. en la que . este descubri­
dos o bicubos. Y aunque Descartes miento por la espiral no es más que
creyera . que el -método de que .s.: un juego. y un ensayo de -los más
·servía en el cuarto grado, concibien­ fáciles, éomo casi todo lo que se
do la ecuación como producida por había hecho antes en materia de di­
otras dos ecuaciones cuadradas (pero mensiones de curvas. La razón de
que en el fondo n_o podría dar más la ventaja de este nuevo- cálculo es
que la de Luis de . Ferrara), resul­ también que descarga la imagina:
taría también e'n el sexto, esto no ción en los problemas que Descar­
se ha confirmado. Esta dificultad tes había excluido de su Geometría
bace ver q� aun las ideas· más cla­ bajo pretexto de que conducían al
ras y distintas no nos dan siempre mecanismo generalmente, . pero en
todo lo que se pide ni todo lo- que el fondo porque no convenían a su
de ellas se puede sacar. Y . esto. hace cálculo. Por · lo que se refiere a los
358 LEIBNIZ

errores que provienen de los tér­ cías o pÓr la demostración y a· veces


minos ambiguos y de los falsos por conjeturas. •
p�ncipios, depende de nosotros el FIL.-Luego esos ·genios no · son
evitarlos. . más que animales más perfectos que
· FIL.-Hay también un caso en el • nosotros, y es_ como si dijeseis, con
que la razón no puede ser aplicada, Arlequín, el emperador .de la Luna:
pero también en donde .no ha me­ "Todo sucede como aquí entre
nester, y en que la vista vale más nosotros".
que la razón. Es en el conocimiento TEo:-Y yo lo diría, no en abso­
it).tuitivo, en el que la relación de luto, pero sí . en cuanto -cal · fondo
las ideas y de las . verdades se ve de 1as cosas, pues. la manera y los
inmediatamente. Tal es el conoci­ · grados · de perfección varían hasta
miento de las máximas indubitables, lo infinito. Sin embargo, el fondo
y . estoy tentado de creer que este es es siempre el mismo en todas par­
el grado de evidencia que los ánge­ tes, lo que constituye una máxima·.
les tienen presentemente, y que los fundamental ·para mí, y ·reina en
espíritus de los hombres justos, lle­ toda mi filo_sofía. Yo no . concibo
gados a la perfección, teIJ.drán · en las · cosas desconocidas o confusa­
un estado futuro sobre mH cosas que mente conocidas sino de la manera
escapan al presente a nuestro cono­ de 1as que nos -son distintamente
cimiento. § 15. Pero la demostración éonocidas, lo que hace la filosofía
fundada sobre ideas medias da un bien fácil; y yo creo que así se debe
_ conocimiento razonado. Por eso es practicar. Pero si ésta filosofía es
por lo que la relación de la idea la más sencilla en el ·fondo, es tam­
media con los extremos es necesa­ bién la más rica en las maneras,
ria y se ve por una yuxtaposición porque la naturaleza puede variarlas
de evidencia semejante a la de una al infinito, como lo hace, con tanta
vara · de medir que se aplica a un abundpncia de orden y ornamentos
paño y a otro . para ver si son igua­ como sea posible figurarnos. ·Por
les. § 16. Pero si la relación no es eso creo que no hay genio; por' su­
niás que probable, el juicio sólo da blime que sea, que no tenga una
una opinión. infinidad por encima de· él. Sin em-­
· TEo.-Solamente Dios tiene la bargo, aunque nosotros seamos .muy
ventaja de no tener más que cono- . inferiores a tantos seres inteligentes,
cimientos intuitivos. Pero las almas tenemos la ventája de no estar- con­
bienaventuradas, aui:i separadas de trolados visiblemente. en este globo,
los cuerpos· gros.eros, y los genios · en el cual ocupamos, sin contradic­
mismos, -por sublimes que sean, aun­ ción, el primer rango; y a pesar
que tengan un conocimiento más in- de la ignorancia en que estamos su­
. tuitivo que nosotr9s, sin compara­ midos, tenemos siempre el placer de
ción, y vean muchas ·veces de una no ver nada que nos sobrepase. Y si
ojeada algo que nosotros no encon­ fuéramos vanos, podríamos pensar
. tramos sino a fuerza de consecuen­ como César, que prefería ser el pri­
cías, después de haber empleado mu­ mero en una aldea que el segundo
cho tiempo y trabajo, deben de en­ en -Roma. Por lo demás, yo no
contrar también dificultades en su .hablo aquí sino de los conocimien-
camino, sin lo cual no tendrían pla­ tos de esos espíritus, y no de la
cer en hacer descubrimientos, que visión beatífica, ni de las luces so­
es uno de los más grandes. Y hay brenaturales que Dios · 1es . quiere
•siempre que reconocer que habrá una conceder.
infinidad de verdades que les son · § 19. FrL.-Como cada uno de
ocultas, o completamente, o por cier­ nosotros se sirve de la ·razón, o para
to tiempo, ·a las cuales es necesario sí, o para los demás, no será inútil ·
que lleguen a fuerza de consecuen- hacer aquí algun.as observaciones
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 359

! sobre cuatro clases de argumentos dríamos llamar ad vertiginem, ·cuan- .


de que los hombres tienen costum­ do se razona de esta manera: si
bre de servirse para convencer a esta prueba no es aceptada, no tene­
sus semejantes, o por fo menos para mos medio alguno .de llegar a la cer­
_ tenerlos en una especie de respeto tidumj:>re sobre el punto de que se
que les impida. contradecir. El pri­ trata, lo que se toma por un absurdo.
mero se puede llamar argumentum Este argumento es bueno en ciertos
ad verecundiam, que es el que se casos, como si alguien · quisiera ne­
emplea cuanclo se cita la_ opinión gar las verdades primitivas e inme­
de aquellos q�e han adquirido auto­ diatas; por ejemplo, que nada puede
ridad por su saber, · rang�, poder, ser y no ser al mismo tiempo, pues
etcétera, pues cuando alguien no se si tuviese rázón no habría ningún
rinde a él en seguida, nos sentimos medio de conocer nada. Pero éuando
inclinados a censurarle como lleno hemos aceptado · ciertos principios y
de. vanidad y aun a tacharle de in- · queremos sostenerlos, porque de lo
solencia. § 20. Hay, segundo, el ar- . contrario cualquier sistema se de-
gumentum ad ignorantiam, que con­ rrumbaría, el argumento no es deci­
siste en exigir que el adversario ad­ sivo, ·pues es preciso distinguir entre
mita la prueba o que aduzca otra lo que es necesario para sos.tener
mejor. § 21. Hay, tercero, el argu­ nuestros -conocimientos y lo-que· sir­
mentum ad hominem, cuando se ve de fundamento a nuestras doc­
apremia a un hombre mediante aque­ trinas aceptadas o . a nuestras prác­
llo que él mismo ha dicho. § 22. Y ticas. Algunas veces, los jurisconsul­
por último hay, cuarto, el argumen­ tos se han servido de un razona­
tum ad judicium, que consiste en miento aproximado para justificar ia
emplear pruebas sacadas de aJguna condena o la tortura de los supues­
de las fuentes del conocimiento o de tos brujos sobre la deposición de
1a probabilidad; y este es el ú�ico los otros acusados del mismo cri­
que nos hace avanzar y que nos ms-: men, pues se decía: si- este argu,
truye; pues si '.por respeto yo no me mento cae, . ¿cómo lo convencere­
atrevo a contradecir, o si no tengo mos? Y algunas veces en -materia
nada mejor que aducir, o si me con­ criminal, ciertos autores pretenden
tradigo, de tod_o esto no se sigue que en kis hechos donde la convic­
que vos tengáis razón. Yo puedo; ser ción es más difícil; las pruebas niás
modesto, ignorante,. estar 'engañado, · ligeras pueden pasar por suficientes.
_y vos podéis · estar · equivocado Pero esta no es una razón. El hecho
. también. - prueba simplemente que hay que
TEo,_:__Pero es preciso distinguir ,poner más cuidado y no que haya
entre lo que se debe decir y lo que que creer· más ligeramente, excepto
se debe creer. ,Sin embargo, _como en los· crímenes extraordinariamente
la mayor parte de las verdades pue­ peligrosos, como por ejemplo, en ma­
den ser sostenidas abiertamente, hay teria de alta traición, ,en que esta
algún prejuicio contra la opinión que consideración es de peso,. no para
se ha de ocultar. El argumento ad condenar a un hombre, sino para ·
ignorantiam es bueno en el caso de impeélir que perjudiqué; de suerte
presunción, en el cual es · razonable que puede haber un medio, no en­
atenerse a una opinión hasta que la tre culpable y no culpable, sino
contraria. se pruebe. E-1 argumento ad entre la condenación y· la absolu­
hominem muestra que_ la una o· la ción; en los juicios en que la ley
otra aserción es falsa y que el adver­ y la costumbre le admiten, Desde
sario está Sllgañado cualquiera que hace algún tiempo nos venimos sir�
sea la opinión que de él se admita. viendo de un argumento semejante
También podríamos mencionar otros en Alemania p_ara disculpar las fá­
argumentos; por ejemplo, el ·que pe;>- bricas de moneda mala, · pues, se
360 ,• LEIBNIZ : · , ..

dice, si hubiera que atenerse a las cima de la razón; por ejemplo, que
reglas prescritas no se podría acuñar un�· estrella fija es más o menos
sin pérdida. Debe, pues, permitirse ·grande que el Sol; itJ, que el Ve­
alterar la aleación. Pero además de subio· arrojará fuego en tal o <;ual
gue lo que se debía hacer, era dis-. -año, ,que· son hechos, cuyo conoci­
ininuir el peso y no la ley o el tí- miento está por encima de nuestra
tulo, para mejor evitar los fraudes, . posibilidad, no porque e9tén por en­
se supone que es necesaria una prác- cil_Ila de la razón, sino porque están
tica que no lo es, pues ·no hay orden por encima de los sentidos; pues po­
de} cielo ni de la Ier humana que dríamos juzgar muy bien de esto si
obligue a acuñar moneda a aquellos tuviéramos órganos más perfectos y
que· no poseen mina ni ocasión d.e mejor información de las circunstan­
tener plata en barras, y hacer mo- cías,. Hay también dificultades que
neda de moneda es . un . mal princi- están por encima de nue9tra :pre­
pio, que conduce naturalmente al sente facultad, pero no por encuna
menoscabo. �ero, ¿cómo ejercere- · ·de.nuestra razón;·• por ejemplo, no
mos, dicen ellos, nuestra regalía · de hay astrónomo que pueda· calcular
hacer moneda? La respuesta es. fá- el detalle de un eclipse. en lo que
cil. Contentaos con batir algún poco se tarda en rezar · un · padrenuestro ·
de plata, aun cori una pequeña pér- y sin coger ,la pluma:· sin embargo,
dida, si creéis qúe os ..conviene fi. puede haber genios para quienes
gurar en el cuño, sin que tengáis esto . no · sea más que un juego. Así,
necesidad ni derecho a inundar el pues, todas estas cosas podrían ser
mundo de moneda mala. conocid81i o practicables con el con-
§ 23. -FIL.-Después de:haber di- curso de la razón si tuviéramos más
cho. algunas palabras sobre la rela-• información de · los -hechos, órganos
ción de nuestra razón con los demás más perfectos y espíritu más cul­
hombres, añadamos algo sobre su tivado.
relación con Dios, , que hace que F1L.-Esa objeción cesa, si yo apli­
distingamos entre lo que- es contra- co mi definición, no sólo a mi sen­
río a la razón y lo que está por en- sación o reflexión, sino también a
cima de la razón. De la primera l a de todo otro espíritu creado po-
dase es todo lo incompatible con sible. ,.
nuestras ideas· claras y distintas; de ·TEO.-Si la tomáis así,- tenéis ra-
1� segunda, todo sentimiento cuya zón. Pero siempre quedará otra di­
verdad o probabilidad no veamos ficultad, y es. que, según. vuestra de­
que pueda ser deducida de la ·sen- finición, nunca ·habría nada por en­
sación o de la reflexión por medio cima de·la razón,.porque Dios podrá
· de la razón. Así, la existencia • de siempre dar medios de conocer por
más de. un Dios . es contraria a la la sensación· y la reflexión cualquii>­
razón, y la resurrección de los muer- ra verdad, sea la que sea; como, en
tos está por encima de la razón. efecto; los más grandes misterios se
TEo.-Tengo que hacer algunas nos hacen conocidos por el testimo­
observaciones sobre vuestra definí- nio de Dios, que se reconoce por
ción de lo que está por encima de la los 1I1otivos de credibilidad, sobre
razón, por lo- menos. si la referís al los cuales está fundada nuestra re­
uso admitido de esa .frase, pues me ligión. Y estos motivos dependen,
parece que la forma en que ha sido sin duda, · de la sensación y de la
incubada esta definición va por un reflexión. Parece, pues, que la cues­
lado demasiado lejos, y por otro se tión es, no si la existencia de un
queda demasiado corta; y si la· seguí- hecho o la verdad de una proposi­
mos, todo lo que ignoramos y no ción puede ser deducida de fos prin­
estamos en situación de conocer en cipios de que se sirve la razón, es
nuestro estado actual estaría por en- decir, de la. sensación y de la re-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 361

flexión, o bien de los sentidos exter- en efecto, a menos que creer signi­
nos, sino si un espíritu . creado. es fique redtar o repetir y dejar pasar.
capaz de ccinocer. el cómo de .ese sin tomarse ninguna molestia, como
hecho; o la razón a priori de· esa hacen muchas personas y como está
verdad; de modo que se puede decir en el carácter de algunas naciones ·
que lo que está por encima de la más que ·en otras. Por esto, como
razón puede muy bien ser conoci- algunos filósofos aristotélicos de los
do, pero no puede _ser comprendido siglos xv y XVI, cuyas huellas han
por las vías y las fuerzas de Ia razón subsistido largo tiempo después (co­
creada, por grande y exaltada que mo podemos juzgar por las cartas
sea. A Dios solamente· está reser- del difunto Naude y los de Naudea­
vado entenderlo, como ·a él solo co- na), querían sostener dos verdades
rresponde -llevarlo a efecto. opuestas, la una filosófica y la otra
FIL.-Esa consideración me pare- teológica, el último Concilio de Le­
ce buena, y así es como yo quiero trán, bajo León X, tuvo razón dé
que se tome mi definición. Y esta oponerse a esta· teoría, como ya creo
misma me confirma también en la haber dicho. Una disputa de. esta
opinión de que aquellos que oponen clase surgió en Helmstadt, en . otro
Ja razón a la fe, aunque esté muy tiempo, ·entre Daniel Hoffmann, teó­
autorizilda no están en lo cierto,.pues logo, · y Comeille . Martin, filósofo;
por la razón es por fo que. determi- pero con Ja diferencia de que el
namos lo que debemos creer.. La fe filósofo conciliaba la filosofía con
es un finne asentimiento, y el asen. la revelación y el teólogo proscribía
timiento reglado como es preciso, no su uso. Pero el du'¡lue Jules, funda­
puede ser prestado- sino· por .-buenas dor de la Universidad, se pronun­
razones. Así, el que cree sin tener ció por el .filósofo. Es verdad que
ninguna razón para creer, podrá· es- . en nuestro tiempo, una persona de
tar enamorado de sus- fantasí¡.is, pero la más -alta distinción decía que en
no es cierto que busque la verdad materia de fe era preciso saltarse
ni que rinda una obediencia legí- los ojos para -ve r claro, y Tertu­
tima a su divino Maestro, que. -querría liano dice en cierto pasaje: "Esto ·
que us11se de ·tas facultades con· que es. verdad, porque es imposible; es
la ha dotado para preservarle del preciso creerlo, porque es absurdo".
error. De lo contrario, si está en el Pero si la intención de los que· se
buen camino será por azar� y si está explican de esta manera es buena, -
extraviado será por culpa suya, de , . .siempre las expresiones son exagera­
la que debe. dar cuenta a Dios. . das y pueden hacer daño. San Pablo
TEo.-Me parece bien, señor, que habla más acertadamente cuando.
exi_jáis que la fe esté fundada en la , dice que la sabiduría de Dios es. .
razón; sin ello, ¿cómo preferiríamos locura ante los hombres; porque,los
la Biblia al Corán o a los antiguos hombres no juzgan de las cosas sino
libros de los brahmanes? Así lo- han según su experiencia; que es extra­
reconocid9 nuestros· teólogos y otros ordinariamente limitada, y todo lo
· sabios, y a ello debemos· tan bellas que no · se ajusta a ella les parece
obras éomo se han escrito sobre -la absurdo. Pero este juicio. es muy te­
verdad de la religión cristiana y tan merario, pues hay una infinidad de
buenas pruebas contra_ -los paganos -cosas naturales que pasarían por ab­
y otros· incrédulos antiguos y mo- surdas si nos las contaran, como · el
demos. Así, los prudentes siempre hielo que cubría nuestros ríos y del
, h¡m tenido por sospechosos a los que se hablaba al rey de Siam. Pero
que . han p¡,:tendido que no había no siendo el orden de la natura­
que tomarse trabajo alguno para · leza misma de necesidad metafísica,
buscar razones y pruebas cuando no está fundado más . que en la vo­
se trata de · creer; cosa imposible, !untad. de Dios, de modo que se
1
362 LEIBNIZ

puede alejar- de él por razones su� que -la ha hecho conocer a· los hom­
periores de la gracia, aunque en t;sto bres. § 3. Pero un holllire inspira­
no se deba fr sino - con buenas prue- · do por Dios no puede comunicar· a
has, que no pueden proceder más los demás ninguna nueva idea sim­
que del testimonio mismo de Dios, ple, porque no se sirve más que de
al cual se debe deferir absolutame:r:i­ p�labras o de. otros signos que des­
-te cuando está debidamente acre­ piertan en nosotros ideas simples
ditado. que el hábito -les ha asignado,_ o de
su combinación; y de algunas ideas
n,uevas que San Pablo recibió cúan­
CAPÍTULO XVIII do fue llevado al séptimo cielo, todó
lo que pudo decir fue · "que eran
De la fe y de la razón y de sus cosas que los _ojos no habfan visto,
. lím!tes respectivos que el oído no había escuch¡¡do
y que no, habían erJtrado nunca en
§ 1. F1L.-Ácomodémonos, sin el corazón de los hombres'\ Supo­
embargo, al lenguaje · corriente, y niendo que. hubiese seres en el pla­
toleremos, que, en cierto sentido, se neta Júpiter.· provistos de seis sen­
- distinga la fe de la razón. �ei:o es tidos, y que Dios concediese. sobre­
_justo que se explique bien·· clara­ naturalmente a uno de nosotros las
mente en este sentido y que esta­ ideas - de este sexto sentido, no po­
blezcan los límites· que hay entre dría nunca hacerlas nacer en el es­
estas dos cosas,. pues la -incertidum­ píritu de los demás hombi:es por
bre de estos límites ha producido medio de palabras. Es_ preciso,. pues, ·
cjertamenté en el múndo grandes distinguir entre la revelación origi-
disputas, y quizá ha causado gran­ . ria! y la tradicional. La primera es
des desórdenes. Por lo menos es una impresión que Dios .<:amia in­
manifiesto que_ hasta que los haya­ mediatamente sobre el espíritu, a la
mos determinado son vanas todas cual no podemos fijar límites; la
las disputas, puesto que es preciso otra no llega más que por las vías
la razón para discutir sobre la fe. ordinarias de la comunicación, y no
§ 2- _M e parece ·que cada secta s·e nos podría dar nuevas ideas simples.
sirve con gusto de la -razón en cuan­ § 4. Es cierto que también las ver­
to cree poder obtener de ella algún dades que se pueden descubrir por
auxilio; sin embargo; en cuanto la la razón nos pueden ser comunica­
razón falta, se clama que se trata das por una revelación tradicional,
de un artículo de fe que está por como si Dios hubiese querido comu­
encima d� la razón. Pero el antago­ nicar a los hombres teoremas · geo­
nista habría podido servirse de esta métricos; pero esto no tendría la
misma falla cuando se ponía a ra­ misma certeza que si dispusiéramos
zonar con él, a menos que no se de la demostración sacada de la re­
demuestre por qué esto no le es lación de las ideas. Así es como
permitido en un caso análogo. Yo . Noé tuvo un conocimiento más cier­
supongo que la razón es aquí el des­ to del diluvio que el que nosotros
cubrimiento de la certidumbre o de tenemos de él por los libros de Moi­
la probabilidad de las proposicio- . sés, y cómo la seguridad que tenía
nes sacadas de los-conocimientos que el que .rio a Moisés escribirlo, y los
hemos adquirido por el uso de nues­ milagros que justificaron su inspira­
tras facultades naturales, _es decir, ción, era más grande que la nues­
por sensación y por reflexión; y que tra. § S. Esto es lo que hace que la
la fe es el asentimiento que damos revelación no pueda ir ·contra una
a una proposición · fundada en la 'clara evidencia- de la razón, porque,
revelación, ·es decir, ·sobre una co­ aun cuando la revelación es inme­
municación extraordinaria de · Dios, diata y original, es preciso saber con

/
NUEVO TRATADO SOBRE ÉL ENTENDIMIENTO HUMANO 363
\

eviden�ta que ·no nos engañamos al Espíritu Santo suple ahí inmediata­
atribuírsela a Dios y que compren­ mente de un modo sobrenatural, y
demos su sentido; y esta evidencia eso' es lo que los· teólogos llaman
no puede nunca ser mayor que la propiamente una · fe . divina. Es ver­
de nuestro conocimiento intuitivo. dad que Dios no la da siempre, sino
Y, por consiguiente, ninguna pro­ cuando lo que hace creer está fun­
posición podría ser aceptada como dado en la razón; de lo contrario,
revelación divina cuando es opuest� destruiría los medios de conocer la
contradictóriamente a ese conoci­ verdad y abriría la puerta al entu­
miento inmediato. De otro modo, siasmo; pero no es necesario que
no habría ninguna diferencia ·en el todos los que tienen esta fe divina
mundo entre la verdad y la false­ conozcan tales razones, y aún fue­
dad, ninguna medida de lo creíble . nos que las tengan siempre delante
y lo increíble. No es concébible que de -los ojos. De otro .modo, los sim-
de Dios,. el. bienhechor autor de ples y los idiotas, por lo ménos hoy
nuestro ser; venga alguna cosa que, en día, no tendrían nunca verdadera· ,
aceptada por nosotros como verda­ fe, y los más esclarecidos no la ten- ·
dera, derribe los fundamentos de drían cuando más la necesitaran,
nuestro conocimiento y haga inútiles pues _no siempre· pueden recordar
tódas nuestras facultades. ·§ 6. Y los las razones de creer. La cuestión del
que no han recibido la revelación uso de la razón en teología ha sido
sino mediatamente y por tradición, de las más agitadas, tanto entre los
de boca en boca, o por escrito, tie­ socinianos y los que se puede llamar
nen también más necesidad de la católicos en un.sentido gene!al, coino
razón para cerciorarse. § 7. Sin em• entre los reformados y los evangé­
bargo, . siempre es verdad que las licos, .como se llama preferentemente_
cosas que están más allá de lo que en Alemania a los que otros llaman
nuestras facultades naturales pue­ luteranos impropiamente. Yo recuer­
den descubrir, son las materias pro­ do haber leído. un día una meta;
pias de la fe, como la caída de los física de un tal Stegmannus; soci­
ángeles rebeldés o la resurrección niano (diferente de Josué Stegl!Jann,
de · los muertos. § 9. En esto es en que escribió contra ellos), y que no
lo que hay que escuchar únicamente ha sido aún impresa, que yo sepa;
la revelación. Y aun respecto dé las del otro lado, un tal Keslerus, teó­
-proposiciones . probables, una reve­ logo de Sajonia, ha escrito una ló­
lación evidente nos determinará con-. gica y algunas otras ciencias fi�osó- .
tra la probabilidad. ·· · ficas opuestas expresamente a los
. TEo.-Si no tomáis la fe más que socinianos. Se puede decir, en ge­
como lo que está fundado en los neral, que los socinianos se precipi­
motivos de credibilidad· (como se tan al rechazar todo lo que no está
· los llama), y la separáis de la gra­ conforme con el orden de la natu­
cia interna que determina el espí­ raleza, aun cuando no puedan pro­
ritu·· inmediatamente, todo ló que bar i;u absoluta imposibilidad. Pero
decís, señor, es incontestable. Por-. también sus adversarios van dema­
que es preciso confesar que hay jui­ siado lejos y llevan el misterio ha�ta
cios más evidentes de los que de­ los bo.rdes de la contradicción, en
penden _de esos motivos. Los unos · lo cual perjudican la verdad que
son más avanzados que los otros, pretenden defender; y a ·m_í me sor­
v hasta hay gran número de¡: . perso­ prendió ver un día en la Suma de
nas q'ue no los han conocido nunca, Teología del P.· Honoré Fabri, qué
y a� menos los han pesado, y·que, por lo demás ha sido uno de los
por corisigwente, no tienen lo que más ·hábiles de su orden, que ne­
podría pasar por un motivo de. pro­ gaba en las cosas divinas (como
babilidad. Pero la gracia intel'.lla del hacen aún algunos otros teólogos)
364 LEIBNIZ

· aquel gran principio que dice "que es decir, aquellos cuyos opt1estos im•
las cosas que son iguales a una ter­ plican contradicción, deben y pue­
cera son iguales entre sí". Esto es den. ser empleados segu�ente en
dar la causa ganada a los adversa- <teología;. pero había motivo para
- ríos, sin pensarlo, y quitar toda cer­ negar que lo que es solamente nece­
tidumbre a cualquier razonamiento. sario con necesidad física (es decir,
Es preciso, más bien, -decir que ese fundada sobre· la · inducción de ,lo
principio esté mal aplicado. El mis­ que· sucede en la naturaleza o sobre
mo. autor rechaza en su Filoso/ía las leyes naturales, que son, por
las distinciones virtuales que los es­ decirlo así, de institución divina)
cotistas hacen de las cosas creadas, basta para refutar la creencia en un
porque subvertirían; dice, el princi­ misterio o en un milagro, · puesto ·
pio · de contradicción; y cuando se que de Dios depende el alterar el
le objeta que es preciso admitir estas curso ordinario de las cosas. Así es
distinciones en Dios, responde que como, según el orden de la natura-,
la fe lo ordena. Pero, ¿cómo puede Ieza, se puede asegurar que una mis­
ordenar la fe algo que subvierta un ma persona no podría ser al mismo
principio sin el cual toda creencia,· •tiempo · madre y • virgen, o que un ·
afirmación o negación ·serían vanas? cuerpq hu�ano no .podría dejar de
Es preciso, pues, -necesariamente que caer bajo ,los 'Sentidos, aunque lo
dos proposiciones verdaderas al mis­ contrario de lo uno y de lo otro sea
mo tiempo, no sean contradictorias; posible para Dios. Pero se · discute
y si A y C no son una misma cosa, algunas veces sobre- ciertos princi­
es preciso que B, que .es lo mismo pios si son necesarios lógicamente
que A, sea 'tomada de otro modo o si no lo son más que físicamente.
·que B, que es lo mismo que C. · Taf es la . dispúta con los socinia­
Nicolaus Vedelius, profesor de Gi­ nos dé si la sustancia puede ser mul­
nebra y después de Deventer, pu­ tiplicada cuando la. esencia singular·
blicó ·en otro tiempo un libro titu­ no lo es, y la disputa con los zwin- ·
lado Rationale Theologicum, a quien glianos de si un cuerpo no puede
Jean Musaeus, profesor de Jena (que estar :niás que en un 11.!gar. Ahora
es una universidad evangélica en : bien; es preciso confesar qU'e siempre
Turingia)·, opuso otro libro sobre el que la necesidad lógica no está de­
mismo asunto; es decir, sobre el uso mostrada no. se puede presumir en
de 1� razón -en teología. Me acuer- · una. proposición más que una nece­
do. de haberlos examinado hace sidad física. Pero. creo que quéda
tiempo y de 'haber notado que la · una cuestión que los auto.res de que
controversia principal estaba embro­ acabo . de hablar no han meditado
llada por cuestiones incidentales, bastante, y hela aquí: suponiendo
como cuando se pregunta lo -que es que de un lado tengamos el _sentido
una conclusión' teológica,· y si es pre­ literal de, un texto de la , Sagrada
ciso juzgar por los términos que lá Escritura, y de otro una gran apa­
componen o por el medio que la riencia de ._imposibilidad lógica, o
prueba, y, por ·consiguiente, si Ock­ por lo menos una · imposibilidad fí­
ham tuvo razón o no al decir que sica reconocida, ¿qué es más razo­
la ciencia de una misma conclusión nable, renunciar ..al sentido literal o
es la misma cualquiera que sea el . al principio · filosófico? Es seguro
medio que se emplee para probarla. que hay pasajes en los que no hay
Y . se detiene en otras muchas minu­ dificultad en• renunciar a fa letra,
cias aún menos considerables y que como cuando la Escritura describe
sólo se refieren- a los términos. Sin a Dios con manos y -le atribuye la
embargo, Musaeus mismo convenía cólera, - la penitencia y otras afec­
en que los principios de la razón ciones humanas; de lo contrario ha-·.
necesarios de una necesidad. ló�ica, bría- que ponerse de parte de . los
\
de\
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO . 365
- '•

antropomorfitas o de ciertos faná­ todo corazón· a conformarnos con


ticos de Inglaterra, . que creyeron su voluntad y a imitar sus perfec-­
que Herodes había sido metamorfo­ c,iones para mejor unirnos con él, .
seado efectivámente en zorro, cuan­ pues\que parece justo que Dios no
do }esucristo le llamó de este modo. rehúse su _gracia a aquellos que
Aquí es donde las reglas de inter­ abundan en tales sentimientos. Y sin·
pretációri tienen efecto, y si no su­ hablar de Erasmo y de Luis Vives,
ministran· nada que combata el sen­ reproduzco los sentimientos de Jac- -
tido literal para favorecer la máxi­ ques Payva Andradius, doctor por­
ma filosófica, y si, por otra parte, tugués muy célebre en su tiempo,
el sentido literal ·no tiene nada que. que fue uno de los teólogos del Con­
atribuya a Dios alguna imperfección, cilio de Trento, ·y que decía que los
o entrañe algún peligro en la prác­ que no cónvenían en esto hacían
tica de la piedad, es más seguro y a Dios cruel en supremo grado (ne­
aún más racional seguirle. Estos dos que enim, inquit, ·imman#as deterior
autores que acabo de nombrar dis­ ulla esse. potest), Pelisson encontró
cuten aún sobre la empresa de Ker­ con : trabajo _este libro en París, lo
kermann, que quería dei;nostrar lá que demuestra que autores estima:.
Trinidad por. la razón, como había dos en su tiempo . son luego olvida­
tratado de hacerlo en otro tiempo dos. Esto es lo que hizo juzgar a
Raimundo Lulio. Pero Musaeus re­ Bay{e que muchos no citan a An­
conocía. con bastante equidad que dradius sino por el testimonio de
si la demostración del autor refor­ Chemnitius, su antagonista. Lo · que
mado había sido_ buena y justa, no puede ser muy bien cierto; pero en
habría hal.:iido nada que decir; y ha­ cuanto a mí, yo le había leído antes
bría habido razón para sostener de' citarle .. Y su _ disputa con Chem-
con relación a este punto que la luz . nitius le :ha hecho célebre en Ale­
del Espíritu Santo podría ser en­ mania, pues había escrito en pro de
cendida · por l� filosofía. También los jesuitas contra este autor, y en
agitaron la cuestión famosa· de si su libro. se encuentran algunos parti­
aquellos que, sin tener conocimiento culares relativos al origen de esta
de la revelación del Antiguo o del famosa compañía. Ya he.notado que
Nuevo Testamento, murieron en la algunos protestantes llam_aban inclu�
,piedad natural, pudieron �er salva­ sive andradienses· a aqu_ellos que
dos por este medip. y obtener. la re­ eran de su opinión sobre la materia
misión de sus . pecap.os.· Sabido es de que acabo de hablar. Ha habido
que Clemente de Alejandría, Justino autores que han escrito expresamen-.
mártir y San Juan Crisóstomo se te de la salvación de Aristóteles so­
inclinaron en cierto modo a· esta· bre estos mismos principios, . con
tesis, y yo mismo he hecho ver en aprobación de los ·censores. Los li­
otra ocasión á Pelisson que una gran bros . de Collins, _en latín, y de mon­
cantidad dé excelentes doctores de señor Lamothe le Vayer, en fráncés,
la Iglesia romana, .lejos de conde­ sobre la salvación de los paganos,
nar a ·1os protestantes no contuma­ son muy conocidos. Pero un cierto
ces, qu{siercin salvar incluso a los Francisco Puccius iba más lejos. San
paganos y sostener que las perso­ Agustín, a pesar de f;er-tán hábil y
nas de que acabo de hablar podían penetrante como era, cayó en el ex­
salvarse por ·un acto de contrición, tremo contrario, hasta condenar a
es decir, de penitencia fundada en los niños muertos sin bautismo, y·.
el amór de benevolencia, en virtud los escolásticos parece que tuvieron
del_ cual se ¡ma a Dios sobre toda!! r�zón para abandonarle en este pun­
las cosas, porque sus perfecciones to, aunque, por otra parte, personas
le hacen soberanamente amable. Lo muy hábiles, y alguna� de gran mé­
que ·hace que luego nos inclinemos rito, pero de un humor un poco mi-
366 -LEIBNIZ

· sántropo en ese respecto, hayan que­ to quizá por los discípulos de · Pa­
rido resucitar la doctrina de ¡este jon) , y se concede a los niños que
Padre y quizá la hayan exagerado. reciben el bautismo, .ot'bien la fe,
Y este . espíritu puede haber tenido o bien- algunos sentimientos aproxi­
mucha influencia entre varios1 doc­ mados a ésta, no es de extrañar que
tores demasiado animad·os, y1_Ios je­ se conceda todo esto también a las
suitas misioneros de la Chiná insi­ personas de buena voluntad, por lo
nuaron que los antiguos .chinos ha­ menos en el artículo de la muerte,
bían tenido la verdadera religión de ya que no han tenido la fortuna de
su tiempo y verdaderos santos, y que ser instruidos en las enseñanzas or­
la doctrina de Confucio no tenía dinarias del cristianismo. Pero el
· nada de idolátrica ni de atea, por partido más prudente es no deter­
lo que parece que tuvieron razón minar nada sobre estos puntos tan
. en Roma para no querer condenar poco conocidos, y contentarse con
· a una de las más grandes naciones juzgar en general que Dios no podrá
sin oírla. Afortunadamente, Dios es hacer nada que no esté conforme
inucho-más filántropo que los hom­ con la bondad y la justicia supre­
bres. Conozco personas que querien- mas: melius. est dubitare de occultis
. do demostrar su celo por sentimien­ · quiam litigare de incertis (Agustín,
tos duros, se imaginan · que no se lib. VI�I,' Génes., ad li�t.).
podría. creer en el pecado original
• se sin ser de su opinión; pero en eso
·engañan. Y no se debe creer que CAPÍTULO XIX
- los que salvan a los paganos y a
otros que carecen de los recursos Del entusiasmo
ori:linarios lo atribuyan a las solas
fuerzas de la naturaleza (aunque qui- § 1. FIL,-iPluguiese· al cielo que
zá algunos Padres . hayan sido de todos los teólogos y San Agust,ín
esta opinión)_, porque se puede sos• mismo hubiesen siempre practicado
tener que Dios, al coñcederles la la máxima expresada en ese pasaje!
gracia de . excitar en ellos la con• Pero los hombres creen que el espí- ·
trición, '1es da también, explícita o ritu dogmatizante es una prueba. de
virtualmente, pero siempre sobrena• su celo por la verdad; y es todo lo
. turalmente, antes de morir, aunque contrario. No se ama la verdad real­
no sea más que en_ los últimos mo­ mente, sino en fa proporción en que
mentos, toda la luz dii fa fe y todo - se ama examinar las pruebas . que la
el ardor de la · caridad qtie les es dan a conocer por lo que .ella es.
necesario para salvarse. Y• así es Y cuando se precipita el juicio siem­
como los reformados explican en pre es por motivos poco sinceros.
Vedelio el sentimiento de Zwinglio, § 2. El espíritu de dominación · no
que fue. bastante expreso sobre este es .uno de los que menos abundan,
punto de la salvación de los hom• y -otro sentimiento que hace nacer
bres virtuosos del paganismo, tanto el entusiasmo es cierta complacen­
como lo pudieron ser los doctores de cia por nuestras propias imaginacio­
la Iglesia romana. Así esa doctrina nes. § 3. Ese es el nombre -que se
no tiene nada de común por , ésto da al !!efecto de aquellos que se
con la doctrina particular . de los imaginan una revelación inmediata
pelagianos o de los semipelagianos cuando no está fundada en la razón.
de que Zwinglio estaba muy aleja• § 4. Y como se puede decir que fa
do, según sabemos. Y como se en­ razón es una revelación natural de
seña contra los pelagianos · una gra­ que Dios es el autor, como lo es
cia sobi:enatural en todos aquellos de la naturaleza, se puede decir tam�
que tienen fe (en lo cual convienen · bién que la revelación es una razón
las tres religiones aceptadas, excep- sobrenatural, es decir, una razón que
\-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 367 ,

recibe extensión por un nuevo fondo la �ela�ió�? Es p�ciso, pues, que


· de descubrimientos emanados inme- esté en el sentimiento de la revela:
diatamente de Dios. Pero estos des- ción. Pero, ¿cómo saben que es Dios
cubrimientos suponen que tenemos el que revela y que ·no son víctimas
el medio de discernirlos, el cual es de un fuego fat,uo que les pasea in-
la razón misma; y querer proscri- cesanteinente alrededor de un círcu­
birla para dejar lugar a la revela- lo? ¿Es una revelación porque yo
ción, sería como arrancamos los lo creo firmemente, y yo lo creo fir- ·
ojos para ver me_jor los sat�lites de mem_ente porque es una revelación?
Júpiter por un ·telescopio. § 5. La § 11. ¿Hay algo más apropiado _a
fuente del entusiasmo consiste en precipitarnos en el error que tomar
que una revelación inmediata es más la imaginación por guía?.§ 12. • San
cómoda y más breve que un razo- Pablo tenía _ un gran celo cuando
namiento largo y penoso,' y que no _ perseguía a los cristianos, y n9 por
va siempre ,seguida de un resultado eso dejaba de engañarse. § 13. Se
feliz. Hemos visto en. todos los si- sabe que el diablo ha tenido már­
�los hombres cuya melancolía, mez- tires, y si bastase con estar persua­
clada a la . devoción y a la buena didos, no podríamos distinguir . las
opinión que tenían de· sí mismós, ilusiones de Satán de las inspira­
les ha hecho �reer que tenían más ciones del Espíritu Santo.·§ 14. Es,
familiaridad con Dios que el resto pues, la razón la que nos hace co­
de los hombres. Suponen que la ha nocer - la verdad ·de la revelación.
prometido a los suyos,_ y creen ser § 15. Y si nuestra creencia la pro­
su pueblo con preferencia a los de- - base, incurriríamos en el círculo vi­
más. § 6. Su fantasía se convierte.. cioso de que acabo de hablar. Los
en una iluminación y autoridad di- santos que recibían revelaciones de .
vina, y consideran sus designios ·Dios tenían sigm_>s _ exteriores que
oe
como · dirección infalible del - cielo les persuadían la verda'd de la
que se_ ven obligados a seguir. § 7. luz interior. Moisés vio una zarza -
Esta opinión ha producido grandes ardiendo sin consumirse, y oyó una
efectos ·y ha causado muchos males,. voz que salía de dentro de· la zarza;
pues un hombre obra más vigorosa- y Dios, para asegurarle de _·su_ mi­
mente cuando sigue sus propios im- sión, cuando le envió a Egipto para
pulsos y_· cuando la opinión de una libertar a sus hermanos, empleó ·el
autoridad divina es sostenida por milagro de la vara transformada en_
nuestra inclinación. § s; Es difícil serpiente. Gedeón fue enviado por
sacarle de aquí, porque esa preten- un ángel para librar al pueblo de
dida certeza sin . prueba halaga- la Israel del , yugo de los madianitas.
vanidad y el amor. a lo extraordi- Sin embargo, pidió un signo para
-nario. Los fanáticos - comparan su estar convencido de que esta comi­
opinión a la vista y al sentimiento. - sión le había sido conferida por -
Ven la luz divina como nosotros Dios. § 16. No niego, sin embargo,
vemos la _del sol en pleno mediodía, que Dios ilumine algunas veces el
sin tener necesidad de que el ere- espíritu de los hombres para hacer­
púsculo de la razón se la muestre. les comprender ciertas verdades im-
§ 9. Están asegurádos porque están · portantes o para conducirlos a las
seguros, y su persuasión es recta por- buenas obras, por la influencia y .la
que es fuerte, pues a esto se reduce asistencia · inmediatas de� Espíritu .
su lenguaje figurado. § 10. Pero Santo sin ningún signo extraordi­
como hay dos _percepciones, .la de nario que acompañe a ,esta influen-
la proposici4P y la de la revelación, cía. Pero también en estos casos te-
se les puede preguntar dónde está nemas la razón y la Escritura, dos
la claridad. Si está en la compren- reglas infalibles para _juzgar de estas
sión de la 'proposición, ¿pára qué iluminaciones, pues si -se acuerdan -
. .
.

368 J.EIBNIZ

con dichas reglas, no correremos . el llamar luz lo que no hace ver nadar
menor riesgo al considerarlas como Yo sé que· hay personas con esa dis­
inspiraciones de · Dios, aunque 1 no posición 'de espíritu, qui!' ven chis­
sean quizá revelaciones inmediatas. pas y hasta algo más luminoso; pero .
. TEO.-El entusiasmo .era al. prin­ esa iinagen de luz corporal, excitada
cipio un buen nombre. Y como el en ellos cuando sUIS espíritus están
sofisma marca propiamente un ejet­ enardecidos, no da luz al espíritu.
CJCIO de la sabiduría, el entusiasmo Algunos idiotas,· que tienen la ima­
significa que en nosotros hay una ginación agitada, se forman concep­
divinidad. Est Deus in nobis. Y Só­ ciones que antes no tenían; llegan
crates .pretendía que ún dios o un hasta decir belias cosas, o· por lo
demonio le · inspiraba interiormente, menos muy animadas; admiran ellos
;-"' _I de suerte que . el. entusiasmo sería mismos · y hacen admirar a - los de­
un instinto divino. Pero com.o los más esta fertilidad que pasa por
inspiración. Esta ventaja procede,
:1
hombres han consagrado sus pasio­
nes y ·hecho pasar sus fantasías; sus en parte, de una gran imaginación
que la pasión· anima y de .una· me­
1

�nsueños y hasta su furor como algo


moria feliz que retiene las maneras
divino, el entusiasmo comenzó 1/, sig­
nificar uria pei;-turbación de espíritu de hablar de los libros proféticos . -,,¡1¡
atribuida a la fuerza de alguna divi­ que la lectura o los discursos ajenos
nidad que se suponía que habitaba les han hecho f-amHiares. Antoinette
en los· que le sentían, pues los adi­ de Bourignon se servía de· la faci­
vinos y las adivinadoras hacían el lidad que tenía para hablar y para
efecto de alienados cuando su dios escribir como una prueba de sil mi­
se apoderaba de ellos, como la Sibila sión divina. Y yo conozco un visio­
de Cumae de Virgilio. Después · se nario que funda la. sllya en el ta­
atribuyó a los' que creían sin funda­ lento que tiene de hablar y de rezar
en voz alta durante un día entero,

¡i
mento que sus movimientos proce­ -"-1
dían de Dios. Ni-sus, según el mismo sin cansarse y sin que se le seque
poeta, sintiéndose impulsado por yo la boca. }iay personas que después
no sé qué f uerza a una empresa de haber practicado austeridades, o

)
peligro�a, en .}a que pereció con su después de un estado de tristeza,
amigo, se la propone en estos tér­ disfrutan de una paz y consolación
minos llenos de una duda razonable: anímicas que les extasía, y encuen­
tran tanta dulzura, que creen· ·que
Dine huni: ardorem es un . efecto del Espíritu Santo.
mentibus addtint Mucha verdad es que el contento
Euryale, an sua cuique que se encuentra· en· la considera­
Deus fit dira cupido? ción de la grañdeza y de la bondad
de Dios, en el cumplimiento de su
No dejó. de ,seguir este instinto, voluntad, en la práctica de las vir-
que no sabía si venía de Dios o de tudes, es una gracia -de Dios y de
un fatal deseo de sobresalir. Pero las más grandes; pero no es siem­
si hubiera triunfado, no habría de­ pre una gracia que tenga necesidad
Jado de autorizarse con él en otro del auxilio 5obrenatural nuevo, como
caso y creerse impulsado por algu­ pretenden muchas de estas buenas
na potencia divina. Los entusiastas . gentes. No ha mucho tiempo se vio
de hoy día creen también recibir de una joven, muy sertsa.ta en todo lo
Dios los dogmas que les · iluminan. demás, que creía que hablaba con
Los tembladores están en esta per- . Jesucristo y que era su esposa de
suasión, y Barclay, .su primer. autor un modo particular. Su madre, a lo
metódico, pretende que encuentran que se refería, estaba también un
en ellos cierta luz que se hace co­ poco tocada de entusiasmo; pero
nocer por .sí níisma. Pero, ¿por qué la hija, que comenzó antes, fue mu-
>-
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 369
cho más lejos. Su satisfacción y su hacen falta otras marcas para jús­
gozo eran indecibles; su sabiduría se tificar1e. Los labadistas, por. ejemplo.
reflejaba en su conducta y su espíri­ no estaban de acuerdo con la seño­
tu en sus discursos. La cosa iba, rita Antoinette, y aunque William
,sin embargo, tan lejos, que recibía Pen . parece que en su viaje a Ale­
cartas dirigidas a Nuestro Señor y mania, del cual se publicó una re-
la� devolvía cerradas, cómo las· ha­ · lación, tuvo el designio de estable­
bía recibido, con la respuesta, que cer una especie de inteligencia entre
parecía muchas veces oportuna y. los que se fundan .en e�e testimonio,
siempre razonable. Pero, por fin, parece no haberlo conseguido. Sería .
dejó de recibirlas por miedo de ha­ de desear, en verdad, que las gen-
cer demasiado ruido. En España tes de bien estuviesen en inteligen-
habría sido otra Teresa de Jesús. cia y. obraran de acuerdo: nada más
Pero no todas las personas que tie­ capaz de hacer mejor y más, feliz
nen semejantes visiones observaban al género . humano; pero sería nece�
la misma conducta. Las hay que tra- sario .que fuesen realmente per�o­
. tan de crear secta y han de produ­ nas honradas, es decir, benefacto­
cir perturbaciones; e· Inglaterra ha ras, y además dóciles y razonables,
presenciado una extraña .prueba de mien�ras que con frecuencia se acusa
esto. Cuando esas personas obran. de a nuestros devotos de ser duros, im­
buena fe es difícil reducirlas; algu­ periosos y tercos: Sus · disensiones,
nas veces, el fracaso de todos sus por lo menos, hacen ver que su tes­
propósitos les . corrige, pero muchas timonio interno tiene necesidad de
_veces demasiado tarde. Hubo un vi- una verificación externa para ser
. • sionario,. muerto hace. poco, que ·se creído, y deberían hacer milagros
creía inmortal porque era muy viejo para tener derecho a pasar por pro­
y se sentía muy bien, y, sin haber fetas · e inspirados. Habría, sin em- .
leído el libro de un- inglés. publi­ · bargo, un caso en que estas· inspira­
cado recientemente (que nos quería ciones traerían· sus pruebas consigo.
hacer creer que .Jesucristo había ve­ Este caso sería cuando verdadera­
nido de nuevo para eximir de la mente esclarecieran el espíritu por
muerte a los verdader(?S creyentes), descubrimientos importantes de al­
abundaba en Jos mismos sentimien­ gún conocimiento extraordinario que
tos desdé hacía muchos años; pero estuviese por encima de las · fuerzas
cuando·· se sintió morir llegó hasta· de la persona y que· los hubieran
dudar de toda religión . porque no · adquirido sin ningúri• auxilio exte­
se realizaban sus quimeras. Quirin rior. Si Jacobo Boehme, famoso za­
Kuhlmann, silesiano, hombre de sa­ patero de Lusacia, cuyos escritos han
ber y de ingenio, pero que luego dio sido traducidos del alemán a otras
en dos clases de visiones igualmente lenguas bajo el nombre de filosofía
peligrosas: una la de los entusias­ teutónica, y tienen, en efecto, algo
tas, y la otra la de los alquimistas, de grande y bello para · una perso­
y que hizo . mucho ruido en lngla- · na de•su condición., hubiese sabido
.terra, en -Holanda y· hasta en Cons­ hacer oro,- como creen algunos, o
tantinopla, se le ocurrió. ir a Mos­ como lo hizo San Juan Evangelista;
covia y mezclarse allí en ciertas in­ si hemos de creer lo que dice un
trigas contra .el ministerio, en el · himno hecho en su honor: ·
tiempo en que reinaba la princesa Inexhaustem fert thesaurum
Sofía, y fue condenado al fuego y . Qui de virgis fecit aurum ,•
murió renegando de sus predicacio­ Gemmas de lapidibus,
nes. Las disensiones de estas gentes
entre sí le�deberían también con­ habríamos podido dar más crédito
vencer di; que su pretendido testi­ a aquel zapatero extraordinario. Y si
monio interno no .es divino, y que la señorita Antoinette Bouringnon
370' LEIBNIZ
11'
hubiese suministrado a Bertrand La un tiempo parecido al nuestro. Lo
Coste, ingeniero francés de Hambi.Jr­ que hace ver no sólo el poco fun­
go, la luz · en las creencias que él damento, sino también �l peligro
creía haber recibido de ella, coiuo de estas obcecaciones. Las historias
lo. manifiesta al dedicarle su libro están llenas del mal efecto de ·las
de la cuadratura del círculo (en ,el profecías falsas o mal entendidas,
que, haciendo alusión a Antoinette · como se puede ver- en una sabia y
y Bertrand, la llamaba Ja A en teo­ juiciosa disertación De . officio viri
:Iogía, como él se llamaba a sí mis­ boni circa futura contingentia que el
mo B en matemáticas) , no se habrfa. difunto Jacobus Thomasius, célebre
sabido qué decir.. Pero no . se ven profesor de Leipzig, dio eh· otro
ejemplos de un éxito considerable tiempo al público. Es verdad, sin
de esta naturaleza, ni predicciones embargo; que estas persuasiones ha­
que hayan resultado ciertas a tales cen a veces buen efecto y . sirven
perso,:ias. Las profecías de Poniato- · para grandes empresas, pues Dios
via, de Drabitius y de otros, i:}ue el se puede servir del error para esta­
'f hpnrado Commenius publicó en su blecer o mantener la verdad. Pero
Lux in tenebris, y que produ_jero11 yo no creo que nos .sea lícito a
agitaéiones en las tierras heredita­ nosotros servimos ·de los fraudes
rias ·del emperador, fueron falsas, piadosos aun con buen fin. ·y en
y los. -que en ellas creyeron, bien cuanto a los dogmas de la religión,
desgraciados. Ragozky, príncipe de no tenemos necesidad de nuevas re­
Transilvania; fue ·lanzado por Dra­ velaciones; basta que nos propongan
bitius a la empresa de Polonia, -::n reglas salvadoras, para que estemos
la que perdió su ejército, y luego obligados a seguirlas, aunque el. que
sus Estados y su vida; y el pobre las proponga no haga ningún mila­
Drabitius, mucho tiempo· después, a gro; y aunque Jesucristo estuviese.
.la edad de más de ochenta años, fue provisto de ellos, no deja de rehusar
decapitado, por orden del empera­ alguna vez de hacerlos para compla­
dor. Sin erriba�go, no dudo que haya cer a esta raza perversa, que pedía
personas que hagan revivir estas pre­ signos cuando no predicaba más que
dicciones "inopor�namente, con oca­ la virtud y lo que ya había sido en­

-
sión de los presentes desórdenes de señado por · la razón natural y los
Hungría, sin reflexionar que esos pre­ profetas.
tendidos profetas hablaban. de los
acontecimientos de su tiempo, en lo
cual hacen como aquel que, después CAPÍTULO XX
· del bombardeo de Bruselas, publicó
una hoja volandera en la que se in- · Del error
sertaba un pasaje tomado de un
libro de Mlle. Antoinette, que no § 1. FIL.-Después de haber ha­
quiso ir a dicha ciudad porque (si blado bastante de todos los medios
no recuerdo mal) había pensado que· nos hacen conocer o adivinar
vella en llamas; pero dicho bom- la verdad, digamos algo de nuestros
. bardeo no se efectuó hasta después errores y falsos juicios. Al ver que
de su muerte. Conocí un hombre hay tantas disension�s entre :los hom­
que fue a Francia durante la guerra bres, es preciso creer que se engañan
· que terminó por la paz de Nimega muchas ve·ces. Las causas de estos
• a importunar al señor de Montau­ errores se pueden ·reducir a cuatro:
sier y al señor de Pomponne sobre 1 ") la falta de pruebas; 2 9) la· poca
el fundamento de las profecías· pu­ habilidad para servirse de ellas;
blicadas por Commenius, y se ha� 39) la falta· de voluntad de emplear­
bría creído inspirado (creo "yo) si las; 4") las falsas reglas de probabi­
hubiese hecho sus proposiciones en lidad. § 2. Cuando hablo de falta .
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 371

de pruebas, comprendo entre ellas dad y su justicia demandan; aunque.


las que se podrían encontrar si tu­ quizá de una manera que nos es des­
viéramos los medios y la ocasión conocida. Se cuentan historias, apro­
para ello; pero esto es lo que falta badas por la Iglesia romaná, . de
las más de las veces. Tal" es el esta­ personas que fueron resucitadas ex­
do del hombre, cuya vida se pasa presamente para que no careciesen
-.!

en buscár fos medios de subsisten­ de 'los socorros de salvación. Pero


cia: tan poco instruidos están de lo Dios puede socorrer a las almas por
que· si1';ede en el mundo, que un ca­ la operación interna del Espíritu
ballo de carga que va siempre por Santo, sin necesidad de tan gran
el mismo camino puede llegar a ser milagro; y lo que hay de bueno y
más hábil que ellos en la geografía consolador para el género humano
de su país. Los hombres necesita­ es que para entrar en la gracia de.
rían los idiomas, la lectura, la con­ Dios no hace falta más que la bue­
versación, fas observaciones de la na voluntad, pero sincera y seria.
naturaleza y · las experiencias del Yo reconozco que esta misma buena
arte. ·§ 3. Ahora bien, como quiera . voluntad no se posee sin la gracia
que esto no conviene a su estado, de Dios, porque todo bien natural
¿diremos que la mayoría de los hom­ o sobrenatural procede de él; · pero
bres van conducidos a la felicidad ya es bastante que no haga falta más
y a la miseria por un ciego azar? · que la voluntad y que sea imposi­
¿Deben abandonarse a las opinio­ ble que Dios pueda pedir una con­
nes corrientes y a las guíoo autori­ dición más fácil y más razonable.
zadas en el país, �un con respecto § 4. FIL.-'-Hay hombres que es­
a la salvación o la condenación· tán en situación de poseer todas las
eterna? ¿Seremos desgraciados en comodidades propias a esclarecer sus
la . otra vida por haber nacido antes dudas; pero se ven desviados de este
en un país que en otro? Hay. que · camino por obstáculos artificiales.
confesar, sin embargo, que nadie que es fácil . imaginar sin que sea
está tan ocupado· por el cuidado de necesario enumerarlos aquí. § 5. Más
proveer a su subsistencia, que no me gusta hablár de los que carecen ·
tenga tiempo para pensar en su alma de habilidad para hacer valer las
I· y para instruirse de lo que se refie­ pruebas que tienen, por decirlo así,
re a la religión, si fuera tan asiduo en la mano, y que no podrían rete­
para esto como lo .es para las cosas ner una larga serie de consecuencias
menos importantes. ni pesar todas fas circunstancias. Hay
TEo.-Supongamos que· los hom­ hombres de un -solo silogismo, y los
bres no están siempre en situación . hay de dos solamente. No es_ este el
de instruirse y que, no permitiéndo­ lugar de determinar si esta imper�
les la prudencia abandonar los cui­ · fección proviene de una diferencia
dados de su subsistencia y la de su natural de las almas mismas o de los
familia para investigar las verdades órganos, o si depende de · la falta de
difíciles, se ven obligados a seguir ejercicio que afina las facultades na­
los sentimientos autorizados entre turales. Bástanos decir que es visi­
ellos; siempre será preciso creer súe ble, y que no hay más que· ir del
en aquellos que profesan · 1a verda­ Palacio o de la Bolsa a los hospita-
dera religión sin pruebas, ·1a gracia · 1es y a las chozas para notarlo.
interior suplirá a los motivos de. cre­ TEo.-Y no son solamente los po­
dibilidad, y la caridad nos hace juz­ bres quienes lo necesitan; a muchos
gar también, como ya os he hecho ricos les falta más que a ellos, por­
notar, que Dios hace por los hom­ que esos ricos piden demasiado y ·
bres de bu�a voluntad, educados en se colocan· voluntariamente . en una- _
las espesas tiniel>las de los errores especie de indigencia que les impide
más peligrosos, todo lo que su bon- atender a las consideraciones impor-
_
t
372 LEIBNIZ

tantes. El ejempló hace mucho.· Ge­ importa que su alma . esté cubierta
neralme_nte seguimos el de nuestros· de los harapos de· la pre_1ención y
igual�s, que nos vemos obligados a del error, y que la desnudéz, es de­
practicar sin manifestar espíritu de cir, la ignorancia, se· deje ver al tra­
co�trariedad, y esto hace que parez� vés de ellos. Sin hablar de los intere­
camos fácilmente semejantes a ellos. ses que deben tener por un estado
Es muy difícil contentar al mismo futuro, no por eso_ descuidan menos
tiempo la razón y 1a costumbre. En lo que tienen interés en conqcer en
cuanto a los que carecen de capa� la vida que llevan en este mundo.
cidaq, hay quizá menos de los que Y es algo extraño que muchas veces
se piensa; y yo creo que el .buen los que consideran el · poder . y la
sentido con la aplicación · pueden · autoridad como un patrimonio de
bastar · a todo aquello para lo que su nacimiento y de su fortuna, los
no se exige prontitud. Presupongo abandonan negligentemente a -per�
el buen senµdo'_ porque yo no creo sonas de una condición inferior a
que pretendáis· que investiguen la la suya, pero que les sobrepujan en
verdad los habitantes de los mani­ conocimiento; pues es precilm que
comios. Positivamente se encontra­ los ciegos sean éoriducidos por los
rían entre estos mismos muchos que que ven o que se caigan al preci­
podrían recobrar la razón fácilmente picio, y no hay peor esclavitud que
si poseyéramos fos medios para ello, la del entendimiel).to.
y cualquiera , que sea la diferencia TEo.-No hay prueba más eviden­
original que hay entre nuestras al­ te .. de fa negligencia de los hombres
mas (c·omo yo creo que, en efecto, con relación a sus . ve!daderos. in­
la hay), es siempre seguro que la · tereses que el . poco cmdado , que
una podría ir tan lejos como la citra tienen en conocer y practicar lo que
· (pero no _quizá tan de prisa) si fue­ conviene a la salud, que es uno de
ra conducida como es preciso. nuestros mayores bienes; y aunque
§ 6. FrL.-Hay otra clase de gens los grandes se resientén tanto o más
tes que no carecen más que de vo­ que los otros de los malos efectos
luntad. Un violento apego al placer, de esta negligencia, no escarmien­
una constante aplicación a lo refe- tan, Por fo que se refiere a la fe,
. rente a su fortuna, una pereza . o muchos consideran el pensamiento .
negligencia general, una aversión que les podría llevar a la discusión,
particular hacia el estudio y_ la me.:· como una tentación del demonio,
<litación, les impiden · pensar ·seria­ que no creen poder vencer de otra
mente en la· verdad. Los hay tam­ manera mejor que dirigiendo el es­
bién que . creen que una investiga- píritu · a cualquiera otra cosa .. Los
-· ción exenta de. toda parcialidad no hombres que sólo aman los placeres
sería favorable a las opiniones que o que • se aferran a cualquiera ocu­
más se acomodan con sus prejuicios pación, tienen costumbre de des­
y sus designios. Hay personas que cuidar los demás asuntos. Un juga­
no quieren leer una carta que pre­ dor, 'un cazador, un bebedor, los
sumen que trae. malas noticias, y mismos aficionados a bagatelas, per­
muchos evitan puntualizar sus cuen­ derían su fortuna y sus bienes por
tas o informarse del estado de sus no entablar un pleito o hablar a
bienes, por miedo de saber lo. que persónas de posición. Los hay como·
quisieran ignorar. Los hay también el emperador Honorio, que cuando
que poseen grandes rentas, y todas· le contaron la pérdida de Roma
las emplean en satisfacer el cuerpo, creyó que se referían a su gallina,
sin pensar en - los .medios de perfec­ que se .llamaba así, y esto le produ­
cionar el entendimi•ento. Tienen gran · jo mayor tristeza que :la verdad,
empeño en aparecer· siempre equipa­ cuando Já supo. Sería de desear que
dos lujosa y brillan1:emente, y no· les los hombres que tienen · poder tu-
NUEVO TRATADO SOBRE EL. ENTENDIMIENTO HUMANO 373

vieran · conoéimientos en '1a · misma en muchos hombres en creer firme­


proporción; pero · aun · cuando no· mente opiniones directamente opues­
poseyeran al detalle las ciencias, las tas como artículos de fe, aunque
artes, la· historia de las · lenguas, bas- sean igualmente absurdas. Tomad un
. taríales un juicio sólido y ejercitado 'hombre de buen sentido, pero per-
y un conocimiento de las cosas gran� suadido de que se debe creer lo qué
des y generales; en una palabra, ·· se creyó en su comunión, tal como
summa rerum. Y así como el empe- se enseña en Witemberg o en Suecia,
rador Augusto tenía un compendio y· estará· dispuesto a aceptar la doc:
de fas fuerzas y necesidades del Es• trina de la consus'tanciación y a
tado, _al que llamaba breviariuin im- creer que una misma cosa es carne
perii, se podría también hacer un y pan a la vez.
compendio de los intereses del hom� ' TEo.-Me' parece, señor, que no
b_re· que merecería ·ser llamado enchi- conocéis · suficientemente los senti­
ridion. sapientiae, si los hombres qui- · mientes de los evangélicos, qµe ad­
sieran ocuparse en 'lo que · más les miten la presencia real del cuerpo r
interesa. · · de Nu.estro Señor en la Eucaristía.
§ 7. ·· F1L.-Por último, la :mayor Mil veces han dicho que no admi­
parte · de nues�of! errores provienen ten la consustanciación del pan y del
de las falsas medidas de probabi- vino con· la carne y la sangre dé
lidad que se tcnp.a, ya suspendiendo Jesucristo, y aún menos que una
el juicio, a pesar de las razones misma cosa seá carne y pan jtinta­
manifiestas, ya emitiéndolo, a pesar mente. Lo que dicen es qu�, acep­
de . las probabilidades contrarias. tanda los símbolos visibles, se recibe
Estas falsas · medidas consisten: pri- de . una manera invisible y sobre­
méro, en proposiciones dudosas, . fo. natural el cuerpo del Salvador, · sin
madas· por ·principios; segundo, en que esté encerrado en el pan. Y la
las hipótesis admitidas; tercero, en · presencia de que hablan no es local
las pasiones· o. inclinaciones domi- o especial, por decirlo •así,. o sea,
nantes; · y cuartó, en: la · autoridad: determinada por las dimensiones . del
§. 8. Juzgamos ordinariamente de la cuerpo presente; de suerte que todo.
verdad por su conformidád ·con lo lo. que los sentidos pueden oponer
que '·consideramos como· principios a esto no lés interesa. Y para hacer
incontestables, y esto nos hace des- ver que los obstáculos que podría
preciar el testiinonio de los demás poner la razón a esta creencia no
y hasta el de nuestros sentidos· cuan- les afectan tampoco, declaran que
do· son o parecen contrarios;• pero lo .que· entienden ;por la sustancia
antes de fiamos con tanta seguridad del cuerpo· no consiste en la exten­
de · éstós, convendría examinamos sión o dimensión,. y no tienen difi­
con toda exactitud.· § 9. Los niños cultad en admitir que el cuerpo glo-
. aceptan proposi<;;iones que les son rioso de Jesucristo tiene cierta pr�
·
inculcadas· por su' padre y por · · su sencia ordinaria y local, pero conv�
madre, . por sus nodrizas, por sus niente a su estado en el -lugar _su­
preceptores y pcir las demás perso• blime en que se encuentra, compl� . 1
nas que les rodean, 'y echando raí- · tamente distinta de esta presencia
ces en ellos estas proposiciones; pa- sacramental de que se trata aquí o .!'

san· por sagradas como un J.Jrim y de su presencia milagrosa, con· la
Thuinim, que Dios hubiera puesto cual rige a la Iglesia, que hace .que
en. ·su alma. § 10. Cuesta trabajo esté no en todas partes, como Dios, · ·,'�
resistirse a estos oráculos internos, sirio allí donde quiere estar: lo que - f,
mientras que nos tragamos los ma- es el sentimiento de los más mode- ·f.,
yores absurd� cuando .están canfor- rados; .de modo que ·para mostrar · t,
mes con ellos. ·Esto parece por fa el absurdo de su doctrina sería pre:
extremada obstinación• que se nota ciso demostrar que la esencia de los
j¡·'.
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L.L____:___......:...___ :.....____________"'"'"
:.....__....1./:.....____:"

374 LEIBNIZ
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cuerpos c_onsiste solamente en la ex- blecidos, pasemos a las -hipótesis
tensión y en lo que por ésta es me- aceptadas. Los que reconocen que
·dido, lo que nadie ha conseguido no son más que hipóte�, no dejan
' todavía, que yo sepa. Así, toda esta muchas veces de mantenerlas con
dificultad no se refiere menos a los · calor, casi como principios demos­
reformados que siguen las confesio- trados, y de despreciar las probabi­
p.es - galicana y belga; la declaración lidades contrarias. Sería insoporta­
de la asamblea de Sendoinir; com- ble para· un sabio- profesor ver su
puesta de gentes de dos confesiones, autoridad echada por tierra en un
augustana y helvética, conforme a la instante- por un recién llegado que
confesión sajona, determinada por el rechazara sus hipótesis; su autori�
Concilio de Trento; la profesión de· .dad,. digo, que está· en boga desde
fe de los reformados del coloquio .· treinta . o cuarenta años, adquirida
de Thom, co_nvocado bajo la autori- tras muchas vigilias, sostenida por
dad de Wladislao, rey de Polonia, una gran cantidad de griego y de
y la doctrina constante de Calvino y latín, confirmada por una· tradición
-de Beza, que declararon del modo general y por tina barba venerable.
más terminante y firme que los sím- Todos los argumentos que se pue­
bolos suministran efectivamente lo dan emplear para convencerle de la
que representan, y que nosotros so- falsedad d�_ \SU hlpóte�is harán tan
mos partícipes de la sustancia mi6ma poca mella sobre su espíritu como
del cuerpo y de la sangre de Cristo. los esfuerzos que hizo Bóreas para
Y Calvino, después de haber . refu- obligar al viajero a quitarse la capa
· tadó a los que se contentan con una que éste sujetaba tanto más fuerte­
participación metafórica de pensa- mente cuanto más soplaba el viento.
miento y de uria unión de fe, añad _ e TEo.-En efecto, -los copernicanos
que estaría dispuesto a firmar todo · han experimentado en.· sus adversa­
lo .' que se pudiera . decir para- esta- rios que las hipótesis, reconocida�
blecer la re alidad, siemprl: que �e como táles, no dejan de ser soste­
evitase todo lo que se refiere a la . nidas con ardiente celo, Y los carte­
circunscripción de los lugares o a sianos no son menos celosos de sus
la difusión de las dimensiones; de partículas acanaladas y s_ UIS bolitas
·modo que parece que, en el fondo, del segundo elemento que si fueran
su doctri,ia era la de Melanchton, Y teoremas de· Euclides; . y parece que
aun la de Lutero (como lo presume el celo por nuestras hipótesis no es·
Calvino mismo en una de sus car- más que un efecto de la pasión que
tas), excepto que, ádemás de la con- mostramos por hacemos respetar
dición de la percepción de los sím- nosotros mismos. Es verdad que los
bolos con que Lutero se contenta, que condenaron a Galileo · creyeron
exige también la condición de la fe que el reposo de la tierra era más
par� excluir la p�rticipación de _los que · una hipótesis, pues l<;> conside-
10d1gnos. Y yo encuentro a Calvmo raban ajustado a la Escritura y a
tan positivo sobre esta comunión la razón. Pero después advirtier,on
real en cien lugar� �e. sus obras, que la razón, por lo menos, �o la
y aun en las cartas familiares, donde sostenía; y en cuanto a la Escntura,
no era necesario, quei no veo motivo el padre Fabry, penitenciario de San
para sospechar artificio. Pedro, excelente teólogo y filósofo,
§ 11. FIL.-Perdón os pido· por que publicó en Roma una Apología
haber hablado de esos hombres si- de -las Observaciones de Eustaquio
guiendo la opinión vulgar . Y recuer- el divino, famoso óptico, no se.aver­
do ahora haber notado que teólogos gonzó de declarar que el movimien­
. muy hábiles de la Iglesia anglicana to del Sol de que se habla en el
han optado por esta participación texto sagrado no, era más que un
• real. · Pero, de los principios esta- concepto provisional, y que si . la
' .
"

NUEVO T�TADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 375.

opinión de Copémico se comproba:· ·telig�nté ha conducido, que no- por


ha no habría dificultad de explicarle, un concurso fortuito de los átomos;
como el pasaje de Virgilio: como no habría nadie que creyese
que los caracteres de imprenta que
Terraeque urbesque recedunt. forman un discurso inteligible fue­
ron • reunidos por una niezcla con­
Sin embargo, .en Italia y. en Espafia, fusa y casual, y no por un hombre
y aun en los países hereditarios atento a �u oficio. Creo, pues, que
del· emperador, no dejó de pers·e­ no depende de nosotros suspenqer
guirse la doctrina de Copémico, con el ascenso en estas ocasiones; pero
gran perjuicio de estas naciones, cu­ lo podemos hacer cuando la proba­
yos espíritus podrían elevarse a más bilidad · es menos evidente, y hasta
bellos descubrimientos si gozasen de nos podemos contentar con ·pruebas- .
libertad razonable y filosófica. más débiles que c_onvengan mejor
§ 12. F1L.-Las pasiones domi­ con nuestras inclinaciones. § 16. Me
nantes parecen sér, en efecto, como . parece impracticable, en verdad, que
. vos decís, las fuentes del amor que un hombre se incline del lado donde
se tiene a las hipótesis; pe·ro van ve menos probabilidades: la percep­
aún más allá. La mayor probabili­ ción, el conocimiento y el asenti­
dad del mundo no serviría de . nada · mrento rio son arbitrarios, como• no
para hacer ver su injusticia a un depende de mí' el ·ver o no ver fa
avaro ni a un ambicioso, y un aman­ conveniencia de dos ideas, cuando·
te se dejará engañar muy fácilmente mi espíritu las contempla. Sin em­
-··por su querida, tan verdad es .que bargo, podemos detener el curso de
. creemos fácilmente lo que · quere­ nuestras investigaciones, sin lo cual
. mos, y según observa Virgilio: la ignorancia y el error no podrían
ser una falta· en ningún caso. En
Qui amant ipsi sibi somniá fingunt. · esto es en lo que ejercemos nuestra
libertad. ·Es verdad que en las oca­
Esto. es lo que hace qu� nos sirva­ siones en que no tenemos ningún in­
mos de dos medios de escapar a las terés, abra2Jamos la opinión común
probabilídades más aparentes cuan­ o la del primero que Uegaf pero eri
do contrarían nuestras pasiones y los puntos en que nuestra felicidad ·
nuestros prejuicios. § 13. Lo primero o nuestra desgracia están interesa­
.es pensar que en el argumento que das, el espíritu se aplica más seria­
se emplea con:tra no�otros hay al­ mente a pesar de las probabilidades;
guna sofisticación enmascarada. § 14. y creo que en estos casos, o 5ea,
Y lo segundo, suponer que podría­ cuando ponemos atención, no po­
mos emplear argumentos tan buenos demos determinamos en el sentido
o. mejores para .batir al adversario que queramos, si hay en los dos par­
si tuviéramos la comodidad; d la tidos diferencias completamente •vi­
habilidad, o la asistencia que nos sibles, y lo que determinará nuestro
hiciera falta para encontrarlos. § ·15. asentimiento será la mayor proba­
Estos modos de defenderse de la bilidad.
convicción son buenos algunas ve- - TEo.-En el fondo, soy de yuestra
ces; pero 'también son sofismas opinión, y ya hemos hablado de esto
cuando la materia es bastante clara bastante en nuestras conve11sacionés
y no se ha olvidado ningún detalle; anteriores, cuando tratábamos . de la
después de esto hay medio de cono­ libertad. Entonces indiqué que no·
cer, respecto del todo, de qué lado creemos · nunca lo que queremos
se encuentna la probabilidad. Por creer, sino lo que nos parece �ás
esto no hay que dudar que los ani­ probable, y que, sin embargo, , po­
males han · sido formados más bien demos hacemos cree1• indirectamente
por movimientos que un agente in- lo que queremos desviando ·1a aten-
J
376 LEIBNIZ
Jl
ci6n de un objeto desagradable para TEo.-Hay que_ confesar, sin em­
aplicarla a otro que nos placé; ,lo bargo, que en muchas O(jlsiones te­
que hace que, considerando .con pre­ nemos que entregamos ·a la autori­
ferencia las razones de wi partido · dad. San Agustín escribió sobre este
favorito, lleguemos a creerle el má_s asunto un libro, bastante lindo: De
verosímil. En Cllanto a las opiniones utilitate · credendi, que merece ser
en que apenas tenemos interés, y leído; y en cu·anto a las opiniones
que aceptamos por razoti�s de poca . admitidas, tienen en sú pro algo de
monta, las aceptamos porque, no ad­ lo que los jurisconsugos llaman pre,
virtiendo casi nada que a ello se sunción; y · aunque no · estemos obli­
oponga, vemos que la opinión. que gados a seguirlas siempre sin prue-'
nos hace considerarla favorablemen­ has, tampoco· estamos autorizados
te pesa tanto ·y más en nosotros que para destruirlas en el espíritu de los
el sentimiento contrario, hasta el demás sin pruebas .en contrarió. Y
punto de que no hay nadá para él es que no se puede cambi-ar nada -11
en nuestra percepción, como si hu­ sin razones. · Desde que Nicole pµ­
biera las mismas razones en pro y blicó su · libro sobre la Iglesia, se ha
en contra, pues la diferencia entre disputado_ mucho sobre el argumen­
O y 1 o entre 2 y 3 es tan grande to sacado cJel gran número de. apro­
como entre 9 y 10, y nos percatamos badores de una opinión.; pero todo
de esta· ventaja sin pensar en el exa_. lo que se_ puede sacar de esté argu­
men que sería necesario para juzgar, m ento, cuando· se trata de aprobar
pero al cual no -nos invita nada. una raz6n y no de aéreditar un hes
§ 17. F1L.-La última ·falsa me- cho, puede reducirse a_Io que a.cabo.
- dida de probabilidad, de que quisie­ de decir. Y como cien caballos no
ra hablar, es la autoridad mal enten' corren más velózmente que un solo
dida, que retiene a más. personas caballo, aunque puedan arrastrar más
en la ignorancia o en el error que peso, .Jo mismo sucede con cien hom­
todas las demás junms. ¿Cuántas bres comparados con uno solo: tra­
�entes no wmos que no tienen otro bajarán con más eficacia, pero no .
fundamento para su modo de pensar podrán caminar eón más rectitud;
qUe las opiniones admitidas· entre no podrán' juzgar mejor, aunque fue-.
sus amigos o entre las gentes de. su · ran capaces de sú.ministrar más en
, profesión, o de su partido, o de su la materi-a . en que pueda ejercitarse
país? Tal doctrina ha sido aprobada el juicio. Esto es lo que reza el pro-_
por 1a venerable autoridad; llega· a verbio plus vident oculi quam ocu­
mí bajo el pasaporte de -los siglos lis. Esto se observa - en las asam­
anteriores; otros hombres se ·.han bleas; en - que se · ponen sobre el ta­
rendido a ell�; por_lo tanto, yo estoy pete un gran número _ de conside­
al abrigo de todo error al aceptarla: raciones que. a una o dos personas
Sujetarse a tal regla sería lo· mismo . fácilmente se les hubieran escapado;
que decidir a · cara o cruz nuestr.as pero muchas veces .se corre el riesgo
opiniones. Y, además de que los de no abrazar el mejor partido, te­
hombres están sujetos al error, creo niendo en cuenta en la· conclusión
que _ si pudiésemos ver los ·secretos todas estas consideraciones, cuando
motivos que hacen obrar a los sa­ no hay personas hábiles encargadas
bios y a los jefes de partido, encon­ de examinarlas y pesarlas. Por eso,
traríamos otra cosa muy diferente algunos teólogos juiciosos del par­
que· e l puro amor a la verdad. Por tido de Roma,. viendo que la auto­
lo menos, es seguro que no hay opi­ ridad · de la . Iglesia, es decir, la de
¡1'
nión, por absurda que sea, que no los más elevados en dignidad y apo­
pueda ser abrazada con tal funda­ yados por la multitud, no podían
mento, pues no hay error que .no. estar seguros en materia de razona­
haya tenido sus partidarios. miento, le redujeron a -fa sola testi-
NUEVO TRATADO SOBRE ·EL ENTENDIMIENTO HUMANO. 377

ficación de ·tos hechos bajo el' nom­ tido es·una cosa extraña: yo· he visto
bre de tradición. Esta fue la opi­ personas que abrazaban ardiente­
nión de Henry Rolden:, inglés, doctor mente uria opinión por la única ra­
de la Sorbona, autor de un libro ti­ zón de que estaba ,aceptada en su
tulado Análisis de la fe, en donde, orden, o solamente porque era con­
según los principios del Commoni­ traria a la de · un hombre, _ de una
torium de Vincent · de · Lerins, sos­ religión o de un partido que no les
tiene . que no se podrían introducir agradaba, aunque el tema no tuviera
decisiones nuevas en la ·· Iglesia, y casi conexión con la religión o con
que todo - lo que los obispos . reuni­ los intereses de los - pueblos. Quizá
dos en concilio pueden hacer es tes­ ignoraban que esta era en _realidad
timoniar el hecho de fa doctrina la fuente de su celo; pero yo nota­
aceptada en su diócesis. El principio ba que a fa primera . noticia de
es especioso si permanecemos dentro que éste o aquél había escrito sobre
de las generalidades; pero cuando el asunto, revolvían las bibliotecas
se pasa a los hechos, vemos que di-­ y alambicaban sus espíritus anima­
ferentés países h-ari acepúado -opinio- - les para encontrar .elementos con que
nes diferentes desde hace mucho refutarle. Esto es lo que se practica·
tiempo, y aun en- los mismos países también con frecuencia por los que
se ha pasado de lo blaricp a lo negro, sostienen tesis en las universidades
a pesar de los arguritentos de Amaud y tratan de señalarse contra .sus ad­
contra los cambios insensibles; ade­ versarios. Pero, ¿qué diremos de las
más de · que, muchas veces, sin li­ doctrinas prescritas en los · Hbros
mitarse a atestiguar, se han metido simbólicos del partido incluso entre
a juzgar. Esta · es también, en él los protestantes, que frecuentemente
fondo, la opinión de Gretser, sabio se· ven obligados a abrazar bajo ju­
jesuita de Baviera, autor de otro ramento? Que algunos no creen sig­
Análisis de la ff!, aprobado por los nificar entre noostros más , que }a
teólogo� de su · orden, que dice que obligación de profesar lo qt1e estos
la Iglesia puede juzgar de las con- · libros o ronnularios contienen de
troversi-as creando nuevos artículos la Sagrada Escritura, en lo cual son
de fe, porque · le ha sido prometida contradichos_ por otros. Y en las
la asistencia del Espíritu Santo,· aun­ órdenes · religiosas del partido de
que se trat,a muehas veces de dis-­ Roma� sin contentarse con las doc­
frazar este sentimiento, sobre todo trinas establecidas por 1-a Iglesia, se
en Francia, como . si la ·. Iglesia no prescriben límites más . estrechos · a
hiciese más que esclarecer las doc­ los que enseñaµ; 'prueba de ello son
trinas ya establecidas. Pero el escla­ las proposiciones que el general de ·
recimiento es una- enunciación ya los jesuitas,- Claudio Aquaviva (si
aceptada o es otra nueva que se no me engaño), prohibió que se en­
cree sacar de la cloctrina ya reci­ señaran. en sus· escuelas. Bueno sería
bida. La práctica se opone la mayor (por decirlo de pasada) -hacer una
parte de las veces al primer sen­ compilación sistemátic� de las pro-
tido, y en el segundo; la nueva enun­ . posiciones decididas y censuradas
ciación que 5e establece, ¿qué puede por concilios, papas, obispos, supe­
ser más que un artículo nuevo? Sin riores, facultades, que serviría para
embargo, yo no soy de· opinión de la historia eclesiástica. Podemos dis­ ¡.
que se desprecie la antigüedad. en tinguir entre enseñar y profesar una .
materia religiosa; y aun · creo que se opinión. No hay en el, mundo ni
puede decir que Dios ha preservado _juramento · ni prohibición que pueda
a· los concilias verdaderamente ecu­ forzar, a un hombre. a seguir en la
ménicos, hasta aquí, de todo error misma' opinión, pues las ideas son
contrario a }a doctrina saludable. involuntarias en sí mismas; pero
Por lo demás, .Ja prevención de pár- puede y debe abstenerse <Je enseñar

1.
,__L______�:________:__ ___________-'--------------"
_378, LEIBNIZ

una· doctrina que pasa por perni­ a entender, pues sin ningún conoci­
ciosa, por lo menos cuando no se miento de causa pueden haber lle­
.. cree obligado a ello en conciencia. gado a una fe implícjt¡f, sometién­
Y en este caso es preciso declararse dose generalmente y a veces cíega­
sinceramente y dejar el puesto, cuan- mente, péro muchas veces de buena
. do se está encargado de enseñar; su­ fe, al juicio de los demás, cuya auto­
poniendo ·siempre que esto se pueda ridad han llegado a reconocer. Es
hacer sin exponerse a un peligro ex­ verclad oue. el interés que en ello
tremo, que podría obligamos a de­ tienen contribuye 'ª esta · sumisión;
jar. nuestro cargo silenciosamente. pero esto no impide, al fin, que la
Y casi no se ve otro medio de coor­ opiriión se forme. En la Iglesia ro­
dinar los derechos del público y de mana se contentan con esta fe im-
los _particulares: aquél, porque se . plícita casi, no habiendo quizá ar­
cree obligado a impedir lo que juz­ tículo, debido a la revelación, que
ga malo, y éstos, porque no pueden en ella se juzgue absolutamente 'fun­
prescindir · de los deberes exigidos damental, ni que pase por necesario,
por su conciencia. necessitate medii; es decir, • ·cuya
. § 18. F1L.-Esta · oposi�ión entre creencia sea .una condición absoluta­
el público y los particulares, y aun mente indispensable para la salva­
entre las opiniones públicas de los ción. Y .Io son todas necessitate
diferentes partidos, es un mal inevi­ praecepti por la necesidad que se
table. Pero muchas veces las mismas enseñ-a de obedecer ·a · la Iglesia,
oposiciones no son más que aparen­ como se la llama, y de prestar toda -
tes, y no.consisten sino en las fórmu­ la atención debida a Jo- que es pro­
las. Me veo obligado también a _de­ puesto, como proveniente de •oios,
cir, para hacer justicia al género hu­ todo . bajo pena de pecado mortal.
mano, que no hay tantas personas. Pero esta necesidad no exige más
sumidas en el error, como se supone que· una docilidad razonable, y no
ordinariamente; . no porque yo cr'ea obliga absolutamente al asentimien-
que abracen la verdad, sino porque, to, según los· más sabios doctores de
. en efecto, sobre las doctrinas, de que esta Iglesia. El cardenal Bellarmino
tanto se habla, no tienen absoluta­ -mismo c_reyó, sin embargo, que ño
mente opinión alguna positiva, y sin · había nada inejor que esta fe de .,
examinar ·nada y sin tener en el es- niño, que se somete a una autoridad
- píritu las más superficiales ideas so­ establecida, y cuenta con aproba­
bre el asunto en cuestión, están re­ ción la ocurrencia de un moribundo
sueltos a permanecer fieles a sü par• que eludió al diablo por medio de
tido, como soldados que no exami­ este círculo,. que se oye repetir fre-
nan la causa que defienden; y si la _cuentemente:
vida de un hombre nos hace ver que
. no tiene respeto alguno sincero a la Yo·creo todo lo que cree la Iglesia;
· religión, le basta con tener la mano la Iglesia ·cree lo que yo creo.
y la lengua dispuestas a sostener la .
opinión común para hacerse reco­
mendable a los que le pueden pro­ CAPÍTULO XXI
curar apoyo.
TEo.-Esta justicia que hacéis al De la división de las ciencias·
·género humano no es ciertamente
· una alabanza; y los hombres esta­ § 1. F1L.--=-Hemos llegado al fin
rían más disculpados al seguir sin­ de nuestro camino y todas las ope­
ceramente . sus opiniones que al di­ raciones del entendimiento están es­
simularlas interesadamente. Quizá, rudiadas. Nuestro propósito no es
sin embargo, haya más sinceridad i:ntrar en el detalle mismo de nues­

--
en sus actos de lo qu/f parecéis dar · tros conocimientos. Sin embargo,
NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO 379

quizá sea 'oportuno aquí, antes de de las lenguas, que es algo indefi­
terminar, hacer una revisión general nido y arbitrario. Además, al expli­
considerando la división de las cien- car las paliabras nos vemos obhga­
' cias. Todo lo que puede entrar en dos a hacer una incursión en • las
la esfera del entendimiento humano ciencias mismas, como sucede en los.
es, o la naturaleza de las· cosas en diccionarios, y por otro lado no po­
sí mismas, o, en segundo lugar, el dríamos tratar la ciencia -sin dar al
hombre en calidad de agente, ten­ mismo tiempo las definiciones de los
diendo a su fin particular y a su términos. Pero la principal dificul­
felicidad, y, en tercer. lugar, los me­ tad que encontramos en esta divi­
dios de adquirir y de comunicar el sión de fas ciencias es que cada
conocimiento. Y he aquí la ciencia parte parece devorar el todo; en pri-
dividida en tres· especies. § 2. La . mer lugar, la moral y la lógica cae- _
primera es la física o la filosofía rán dentro de la física, tomada en
natural, que comprende, no sola­ el -sentido general que acabamos de
mente el cuerpo y sus afecciones ver; pues al hablar de los espíritus,.
como número, · figura, sino también es decir, de las sustancias que tienen
los espíritus, Dios mismo · y los án­ entendimiento y voluntad, y al ex­
geles. § 3. La segunda es la filoso­ plicar este entendimiento a fondo,
fía práctica o moral, que enseña el haréis eritrar ahí toda la lógica; y al ·
modo de obtener cosas buenas y úti­ eicplicar en fa doctrina de los espí­
les, y se propone no solamente el ritus lo que pertenece a la voluntad,
conocimiento de la verdad, sino tam­ será preciso hablar del bien y del
bién la práctica de lo que es justo. mal, de la felicidad y de Ja· desgra­
§ 4. En fin; la tercera es la lógica cia, y sólo de vos dependerá llevar
o el conocimiento de los -signos, pues . más allá esta doctrina para hacer
Myo� significa palabra. Y -nosotros entrar en ella toda-la filosofía prác­
tenemos necesidad de los signos de tica. En cambio, todo podría entrar
nuestras ideas para poder comuni­ en la filosofía práctica, porque· todo
car nuestros pensamientos, tanto co­ sirve a nuestra felicidad. Sabéis que
mo par.a. registrarlos para nuestro . la teología es considerada, con ra­
propio uso. Y quizá, si se considera zón, como una ciencia práctica, y
distintamente y con el mayox: cui­ la juri-sprudencia e igualmente la me-
dado posible, que esta última espe­ . dicina, que no lo .son menos; de
cie de ciencia vet1Sa sobre las ideas modo que la doctrina de la felici­
y las palabras, · tendríamos una ló­ dad humana o de nuestro bien y
gica y una crítica diferente de la que nuestro mal absorberá todos estos
hemos visto hasta el día. Y estas conocimientos cuando se quiera ex­
tres especies: la física; la moral y plicar suficientemente todos los me-.
la lógica, son como tres grandes dios que sirven al . fin que la razón
provincias en el mundo intelectual, se propone. Así es como Zwingerus
enteramente · separadas y . distintas lo comprendió todo en su Teatro
una de otra. · · metódico de la vida humana, que
TEo.-Esta división era ya céle­ · Beyerling desorganizó poniéndolo en
bre entre los ,antiguos, pues bajo la orden alfabético. Y tratando todas1
lógica comprendían también, como las . materias por medio de diccio-
vos hacéis, todo lo que se refiere a narios por orden alfabético, loa doc­
las palabras y a la explicación de trina de las lenguas (que vos ponéis
. nuestro pensamiento, artes dicendi. en la lógica , con · los antiguos) , es
Sin embargo, hay aquí una difiéul- decir, en la discursiva, se apoderará
. - tad, pues la <!iencia de razonar, de a su vez del territorio de las demás.
_juzgar, de inventar, parece muy di­ He aquí, pues, vuestras tres grandes
ferente del conocimiento de las eti::. provincias de la enciclopediia, en
mologías de las palabras y del uso guerra continua, pues que una invade
380 LEIBNIZ

·continuamente el territorio de otra. las causas de esta enfermedad. Pero •I 1


Los nominalistas creían que había también se podría hab}¡r de esto en 1
tantas ciencias particulares ·, como la lógica médica, donde se �rata del
verdades, las cuales componían Iue­ arfe de encontrar los remedios,·· y
.go todos según sé fas ordenaba; y en la historia de la medicina, para
· otros comparan el cuerpo entero de hacer ver cómo han Uegado los re­
nuestros conocimientos al océano, medios al conocimiento de los hom­
que es todo de una pieza, pero que bres; muchas veces por el recurso de
se divide en caledoniano, atlántico, los simples empíricos y aun . de los
etiópít-9, índico . . . por medio de lí­ charlatanes. Beverovicius, en· un lin­
neas arbitrarias. Sucede oiidinaria­ do trabajo · sobre la medicina anti­
mente que Ull'a misma verdad puede gua, sacado todo él de autores • no
ser colocada en diferentes sitios, se­ médicos, habría hecho su obra aún
gún los términos que contenga, y más bella si hubiese llegado hasta
aun según los términos medios o los autores modernos. De este modo
causas· de que dependa, y según lall se ve que una misma verdad puede
· consecuencias y los efectos que pue­ .tener muchos lugares según las dife­
de tener. Una proposición· categó­ . rentes relaciones que· pueda presen-
rica simple no tiene más que dos tar. Y los que orden�n ·una biblio­
ténninos; pero una proposición hi­ teca no saben muchas veces dónde
potética puede tener cuatro, sin· ha­ colocar algunos libros, por estar in­
blar de -:tas enunciaciones compues­ decisos ·. entre dos o tres lugares
tas. Una historia. memorable puede igualm,ente . convenientes·. Pero -no
ser colocada en los anales de la his­ · habl�os ahora más .que de las doc­
toria µniversiu, y en la historia par­ trina¡¡ generales, y . dejemos aparte
ticular del país en que ha : aconte­ los hechos singulares, la historia y
cido, y en. la historia de la vida. de las lenguas. Yo concibo dos dispo­
un hombre en ella implicado. Y .su­ siciones principales de todas las ver­
poniendo que ,se trate de algún heUo dades doctrinales, cada una de -las
precepto de moral, ,de alguna es�ra­ c_uales tel)-dría su -mérito, y que sería
tágema de guerra, de alguI1a inven­ bien unir. La una sería sintética y
ción .útil _para las artes que sirven · teórica, colocando las verdades por
a la comodidad de la vida o a la orden -de pruebas, como hacen los
salud de los hombres, esta misma matemáticos, de suerte que cada pro­
historia será referida útilmente a la -posición vendría después de aquellas
ciencia o arte a que pertenece, . y de que depende. La otra -disposición
hasta se podrá hacer -mención de sería analítica y práctica, comen­
- ella en dos lugares de esta ciencia; zando por los fin.es de los hombres,
a saber: en Ia historia' de la disci­ es decir, por los bienes cuyo colmo·
plina, para dar cuenta de su pro­ es la felicidad, y buscando ordena­
greso efectivo, y también en los damente -los medios que sirven para
preceptos, para confirmarlos y escla­ adquirir estos bienes o evitar los
_recerlos por los ejemplos. Por ejem­ males contrarios. Y estos dos · mé­
plo, lo que se cuenta a propósito ·todos se dan en 1a· enciclopedia en
de la ·vida del cardenal Jiménez, de general, así como también algunos
que una mujer árabe le curó, .sólo . los . han practicado en las ciencias
por medio de fricciones, -de una particulares, pues la geometría mis­
hética casi desesperada, merece tam­ ma, tratada.sintéticamente por Eucli­
bién ocupar un ,lugar en un tiiste­ des como una ciencia, ha sido tra�
ma, -tanto en el capítulo de la fiebre tada por otros corno un arte, y
hética como cuando ,se trata ·de una podría también ser tratada demos­
dieta medicinal . comprendiendo en trativamente . en esta forma, la cual
ella los ejercicios; y esta observa­ daría ocasión a invenciones, como
ción servirá aún más para de'scubtj.r si alguno se propusiera medir . toda
\.
NUEVO TRATADO SOBRE EL .ENTENDIMIENTO' HUMANO 381

_clase de figuras planas y, comen­ Ahora bien; considerando estas tres·


zando por las rectilíneas, viese que oisposiciones, veo que se da· el caso
se 1ás. puede dividir en triángulos, curioso de responder· a la antigua
y que cada triángulo es la mitad división que vos habéis recordado,
de un paralelogramo, y que los pa­ y que divide ·1a ciencia o la filoso­
ralelográmos pueden ser reduc. idos a fía en teórica, práctica y discursiva,
rectángulos, cuya medida es fácil. o bien en física, moral y lógica. Pues
Pero al escribir la encicfopedi,a se­ la disposición sintética responde a la
gún todas estas col)ftideraciones, po­ teórica, la analítica á la práctica y
drfan tomarse medidas de referencia la del . repertorio según. los términos
para evitar las repeticiones. A estas a la lógica;· de modo que esta anti­
dos consideraciones se podría aña­ gua división va muy. bien, siempre
dir una tercera, la de los términos, que -se la entienda como yo acabo
que, ,en efecto, no sería más que de explicar estas disposiciones; es
una especie de repertorio, ya siste,­ decir, no como ciencias distintas,
mático, colocando los · -términos se­ sino como diversas ordenaciones de
gún ciertos predicamentos comunes las mismas verdades, siempre que .
a todas las nociones; ya . alfabética, . se juzgue a propósito repetirlas. Hay
según la lengua aceptada por los también una división civil de las
sabios: Ahora bien; este repertorio ciencias según fas facultades •Y las
sería necesario para encontrar todas · profesiones. De ella se sirven en
.las proposiciones en las que el �ér­ las universidades y en las clasifica­
mino entra de un modo bastante ciones de los libros en · las biblio­
signincativo; pues según los dos pro­ tecas, y Draudius, con su. continua­
cedimientos anteriores, en los que dor Lipenius, que nos han dej,ado el
las verdades están colocadas según más amplio, -aunque no el mejor,
su origen o según su uso, las ver­ catálogo de . libros, en lugar. de se­
dades que se refieren . a un mismo �ir el método de las Pandectas de
término no podrían encontrarse jun­ .Gessner, que es completamente sis­
tas. Po'r ejemplo, a Euclides no le temático, se han ·contentado con ser­
fué posible, cuando enseñaba a en­ virse _de la gran. <:livisión de mate­
contrar }a mitad de un ángulo, aña­ rias (poco más o menos como .Jos
dir el -medio de encontrar el tercio, libreros), según las cuatro faculta•
porque·. ha�ría . necesitado h_ablar de des (como se las U�a) de teolo­
secciones cónicas que aún no podían gía, de jurisprudencia, de medicina
conocerse en ese lugar. Pero el re• y de filosofía, y luego han clasifi- ✓

pertorio puede y debe indicar los cado los. títulos de cada facultad se­
sitios en que se encuentJ:tan las pro­ gún el orden alfabético de los tér­
posiciones importantes que se refie­ minos principales que entran en la
ren á. un mismo asunto. Y aún care­ inscripción de tos libros, lo que ali­
�emos · de tal repertorio· en geonie­ viaba a estos autores, porque no te­
trfa, que serra de una gran utilidad, nían necesidad de ver los libros ni
incluso pa,ra facilitar la invención y de enterarse de la materia de .que
hacer que progrese la ciencia, pues éstos trataban; pero que no es sufi­
aliviaría la memopa y nos �vitaría ciente para los demás, a menos que
muchas veces el trabajo de buscar se haga referencia de los títulos a
· .de µuevo 1o· que ya está descubierto. otros de semejante significación,
y con mayor- razón los repertorios pues, sin hablar de una gran canti­
servirían también en las otras cien­ da� de faltas cometidas poi: ellos,
cias en que el arte de razonar tiene se ve que muchas veces una misma
menos eficac¡i, y sería sobre todo cosa es designada con diferentes
de una extrema necesidad en 1a me­ nombres, como, por ejemplo, ob­
dicina. Pero el arte de hacer tales servationes juris, · miscellanea, con­
repertorios no sería de los menores. ;ectanea, electa, semestria, proba-
382 LEIBNIZ

b'ilia, benedicta y otra gran cantidad se quiere que la juventud estudie en


de inscripciones semejantes; tales li­ ella la historia del ,arte1de hablar
bros de los jurisconsultos no signi­ y ,algunos rudimentos ae fa teolo­
fican más que compilaciones de dere­ JlÍa y J.a jurisprudencia. natural, in­
cho romano. Por esto, la disposición dependientes de las leyes divinas y
sistemática de Jas materias es, sin humanas, bajo el tíitulo de metafí­
duda, la mejor, y en ella 6e pueden sica o neumática, de moral y de
hacer índices alfabéticos según los política, con algo de física también,
términos y los autores. La división para servir a -los jóv�es médicos.
civil y aceptada de cuatro faculta­ Es�a es la división civil de las cien­
des no es de despreciar.- La teología cias según ibis corpm:aciones y las
trata de la felicidad eterna y de todo �rofesiones de los sabios que las en­
lo que ·a ella se refiere, en cuanto señan, sin hablar de las prófesiones
depende del alma y de la concien­ de aquellos que trabajan para el pú­
cia. Es como una jurisprudencia que blico de otro modo que por sus dis­
i;e refiera a lo que se llama de foro cursos, y que deberían ser dirigidos : ,,.
interno, y versa sobre sustancias e por los verdaderos sabios, si la or­
inteligencias invisibles. La jurispru­ ganización del saber fuese buena. Y -
dencia tiene por objeto el gobierno aun en la11 artes manuales más no,
y Iias leyes, cuyo fin es la felicidad bles, el saber está muy bien unido
de los hombres en tanto se puede
contribuir a ella por ao exterior y
a la práctica, y ,podría estwl_p más.
Pues vemos cómo estaban Hgad05 en l
1
sensible; pero no se refiere princi­ la medicina, no solamente 1'Il la an­ 1
palmente más. que a lo que depende tigüedad (en que los. médico� eran ·:
de la naturalem del espíritu,· y no también cirujanos y boticarios); sino !
se interna en el detalle de las cosas también hoy en dfa, sobre todo entre
corporales, cuya naturaleza supone, los q�icos. Esta alianza de la prác­
para emplearlas como medios. A:sf tica con la teoría la vem05 también
se desentiende desde luego de un hoy en la guerra y en 105 que ense•
gran punto, el referente a la salud, ñan lo que se llama fos ejercicios,
al vigor y a la perfección del cuerpo .como también entre los pintores, es­
' humano, cuyo cuidado es conferido cultores y músicos y algunas otras
a la facultad de medicina. Algunos esPecies de virtuosi. Y si los prin­
han creíqo, no tSin razón, que á estas cipios de todas estas profesiones y
facultades se podría añadix la de eco­ artes, y aun oficios, fueran. enseña­
nomía, que comprendería -la11 artes dos prácticamente entre los filósofos,
matemáticas y mecánicas y todo lo o en alguna otra· facultad de sabios,
que -se refiere al detalle de la sub­ cualquiera que ésta fuese, estos sa­
sistencia de los hombres y a las co­ bios serían verdaderamente 105 pre­
modidades de la vida, y en la cual ceptores del . género humano. Pero
_estarían comprendidas la agricultu­ sería preciso cambiar· en muchos de
ra y la arquite(?tura. Pero se aban­ sus detalles el estado presente de· la
dona a la facultad de filosofía, todo literatura· y de la educación de la
lo que no está comprendido en las juventud, y por consiguiente de la
tre5 facultades !llamadas superiores; administración del Estado. Y cuando
y eso está mal hecho, pues lo hacen yo considero lo que han progresado
sin dar medios· a los. que pertenecen los hombres en conocimientos, .des­
a esta cuarta facultad, de perfeccio­ de hace un -siglo o dos, y cuán fácil
narse por la práctica, com� pueden les sería ir mucho , más lejos para
hacerlo los que enseñan las . otras
\
ser felices, no desespero de que se
facultades, Así, excepto quizá las llegue a un mejoramiento c·onside­
.matemáticas, no ·se considera la fa. rable, bajo el reinado de .algún gran
cultad de fil05ofía 6ino como una príncipe que Dios pudiera hacer sur­
· introducción a las demás. Por . esto Jlir oara bien del género humano.
IV
LA MONADOLOGlA *
1714

• Versión española y notas de. Manuel García Morente.


1 .
\

..
ANÁLISIS

Algunos historiadores han llamado al sistema de Leibniz moñadis­


mo metafísico. Si bien la· generalidad de la designación suele no hacer
patente ciertas piezas medulares de la doctrina, posee tal apelativo el
mérito de abarcar a ésta en · conjunto a la luz de una idea centra[
El término mónada, usado en acepción metafísica, por otra parte,
aunque no es originario de Leibniz, a este pensador
· se del:íe su actual
concepto y difusión.* .
Hay más: la propia nominación de_ Monadología no fue empleada
por el filósofo alemán. El texto que hoy se conoce con ·tal epígrafe _
co11stituyó u'n manuscrito de la Biblioteca Nacional de Viena, que
. un bibliotecario archivó bajo el nombre de Les principes de la philo­
sophie par M. Leibniz. Parece ser que en la inicial edición alemana
del opúsculo ( 1720) figura en la portada por vez primera el nombre
de Monadología. El título reza: Lerhrsiitze über die Monadologie. En
cambio, en la edición latina (1721) se conserva el giro del. manus­
crito encontrado: Principia Philosophiae, traducido y editado en latín
en · Acta Eruditorum (Leipzig) . Edición del texto original francés, en
1840.·
. El título de Monadología fue el definitivo. La· denominación pri­
mera, la francesa, y, después, la latina, empero, describen con acierto
el contenido del trabajo. En el opúsculo Leibniz presenta in nµce su
definitivo credo filosófico, y, á de9ir verdad, con precisión · y diáfan�- .
mente. Además, ·en el. desarrollo del ·trabajo, expuesto en noventa
· párrafos comprimidos, señala con acierto sus diferencias respecto de
otras doctrinas. Redactada en 1714, se advierten asimismo leves cambios
de su pensamiento en punto a doc�ina � terminología. En efecto:· hay
ligeras variaciones del Discurso de Meta/ísica, y de la Teodicea· a la
Monadología. Los Principios de la naturaleza y de la gracia, fundados
en la razón, también redactados eil 1714, son, en parte, una contra�
1
figura de la Monadología.
i. La Monadologí� puede dividirse, atendiendo a su temática, en. las
siguientes partes:
a) -Doctrina general de las sustancias. Concepto ·de mónada:
* Ya Bruno empleó el .término en sentido parecido, De monade, 1591. Según
Ludwig Stein (Leibniz und Spinoza. Ein Beitrag zur Entwicklung der Leib• .
nizschen Phffosophie, 1890), Leibniz usó el vócablo en 1696, por vez primera,
pero la articulación del término· eri su sistema tiene efecto· en los iniciales
años del siglo xvm.
385
386 LEIBNIZ
�--'á fís 1�"- ¿,

parágrafos 1-7. La mónada es una sustancia simple, indestructible,


inmaterial, sin comunicación externa (sin ventanas), dÜiamica (en
su unidad de fuerza). Los propios accidentes no pueden �epararse ni
salir de las mónadas, verdaderos átomos del universo. .
,
b)., Los indiscernibles. Lqs grados. Percepción y apetición: pará­
grafos 8-18. Las mónadas son diferentes ,entre sí (pluralismo meta­
físico). Sólo en apariencia hay seres indiscernibles. Unas de otras se
distinguen las mónadas por sus cualidades. La extensión es sólo -'la
manera de. que se sirve la mónada para representarse sustancias com­
puestas. Percibir y apetecer son funciones inseparables de las móna­
das, pero en distinto grado.
e) Especies de mónadas. Las mónadas creadas: parágr afos 19-30.
Hay una mónada increada· (Dios); .las otras s-on mónadas creadas.
De estas 6ltimas hay tres especies: mónadas inorgánicas, con percep­
ción, pero sin· conciencia; mónadas con percepción y conciencia (me­
moria); mónadas que resumen los caracteres ' de las otras, · más la
razón (espíritu).
d) Hacia la mónada increada (teología). Fundamentos epistemo­
lógicos: ·parágrafos 31-36. Por la vía racional precisa caracterizar a
Dios. Estudio de los principios de contradicción y de razón suficiente,
de Iás _verdades primitivas (definiciones, axiomas) y· las verdades
derivadas, de las verdades de razón y de las de hecho. En los hechos
contingentes rigen ya las causas eficientes, ya las causas finales.
e} El infinitismo. Esencia ·y existencia de Dios: parágrafos 37-48.
Del principio de la razón suficiente se eleva el· autor a la idea de
infinito y de continuidad. Si el mundo existe, tiene una razón sufi-
. ciente actual, a saber, una _sustancia: "No hay más que un Dios ·y
esté Dios basta". En :el la esencia implica la existencia; �s perfecto,
sitio de las verdades eternas, providencial (quiere lo ·mejor, opti-
mismo), omnipotente, omniscio...
f) La interrelación de las mónadas: parágrafos 49-72. Los tér­
minos , de acción y pasión, vías de comunicación, poseen un ingre­
diente racionalista. La mónada. actúa en tanto - tiene representaciones
distintas; padece, en tanto la sujetan representaciones confusas. Pero
en virtud de que las mónadas no , tienen ventanas, su interrelación
- ·tiene efecto Dios mediante.
g) El orden.. La armonía preestablecida. Mónadas, microcos.mos ..
El mejor de los mundos posibles: parágrafos 52-60. El universo es
una multiplicidad ordenada gracias a una interpermanente relación
de las mónadas. Cada mónada representa una perspectiva del· propio
. universo, cuyas infinitas caras sólo Dios conoce, en virtud de su
omnisapiencia. La concordancia có_smica y la elección de los mundos
pósibles, es resultado de la perfección divina.
h) La continuidad metafísica. Alma y cuerpo. Nacimiento y mor­
talidad: parágrafos 61-82. Nirigún hiato existe en el universo. Todas
.,
J
\
1
'1
LA MONADOLOGÍA

las criaturas están articuladas en el todo. Un caso importante es la


concordancia entre el alma y el cuerpo del hoµibre; El alma actúa
387

por causas finales; el cuerpo, por causas eficientes; pero el pre­


-establecido orden hace posible la existencia humana. Además, una vez
· eradas, las mónadas son inmortales.
i) Espíritu, imagen de Dios. La Ciudad Divina. Naturaleza y
gracia. Libertad. Amor: parágrafos 83-90. Dado que sólo los espíritus
son imagen de Dios, pueden formar parte de la Ciudad Div_ina, rec­
tora del Universo entero. En la Ciudad de Dios rige el principio de
la gracia, fundado en el amor, pero armonizado con el reino de la
naturaleza en donde -rige el principio de las causas eficientes. En
la Ciudad· dé Dios se sanciona con sabiduría lo, buenó y lo malo. ·
La maldad y la injusticia son únicamente un paso en la realización
de lo mejor. La ética, así, tiene ba,se metafísica y teológica.
*
1 '

Como ya se dijo, la inicial publicación del texto original en francés


data de ·1840, incluido en la edición de J. Erdmann, G. C. Leibnitti
opera philosophica quae extant, Berlín. Para los más, el texto regula­
tivo figura en la edición .de C. I: Gerhardt, págs. 607-23. Para las
correlaciones de la obra es importante la edición francesa de. Janet, y,
sobre todo, la de la Academia Prusiana de Ciencias, bajo la dirección
J de P. Ritter y K Hochsteter. .

'----"-'------_.e_____ - -- - -- - ---'--------'

-·I
·' i
Principia
· philosÓphiBJ
· sen theses in gratiqm principis �ugenii
conscriptBJ 1

· 19 La· mónada,2 de que vamos a han· de una vez, es decir, que·.sólo


hablar en este tratado, no es sino pueden ·comenzar por creación y
una sustancia simple, que entra a acabar por aniquilamientc,; en cam­
formar lós compuestos; simple. quie­ bio, lo compuesto comienza y acaba
re decir sin partes (Teod., § 10) .s por partes.
. 29 Tiene que haber sustancias sim­ . 711 Tampocó hay medio de expli­
ples, puesto que hay compuestas; car cómo una mónaqa pueda ser
pues lo compuesto no es más que _aher.ada o -cambiada en su interior
un montón o aggregatum de simples. por otra criatura, puesto , que· nada
39 Ahora bien; donde no-hay par­ puede ·trasponerse a ella,. ni· puede
tes, no puede haber· ni extensión, ni concebirse en ella ningún movimien­
figura, ni divisibilidad. Y . Ja.s tales . to interno, capaz de ser excitado,
mónadas son los verdaderos Á<tomos dirigido, aumentado o disminuido,
· de la Naturaleza y, en una pa,labra, como ello es posible en los com­
los Elementos de las cosas, puestos, en los cuales hay cambios
411 Tampoco .es de temer la diso­ entre las partes. Las mónadas .no
lución, y no es concebible manera tienen ventanas por dcmde algo pue­
alguna por . la cual pueda una sus­ da entrar- o salir. Los accidentes no
tancia simple · perecer naturalmente pueden desprenderse de las sustan­
(§ 89). . cias, ni andar fuera de ellas, como
511 Por la misma razón, no hay antiguamente hacían las especies .sen­
tampoco manera por. la cual una .sibles de Jos escolásticos.4 A·sí, pues,
sustancia -simp'le pueda comenzar na­ en una mónada no puede entrar de
turalmente, puesto que no puede for­ Juera Qi sustancia ni -accidente al-
marse por composición. . guno.
69 Puede decirse, por lo.- tanto, go Sin embargo, · es preciso que
. que las mónadas comienz11n y aca- las mónadas tengan algunas cuali­
dades, pues de lo contrario no· se­
1 Principios de "filosofía o tesis escri­
rían ni siquiera seres. Y •si las ·sus­
tas para el príncipe Eugenio. El prín­ tandas simples · no difieren por sus
cipe Eugenio de Saboyá fue gran polí­ cualidades, no habría medio" de ap·er-
tico y hombre de sobresaliente cultura.
La Monadología se· publicó por vez 4 Las especies sensibles no son eflu­
primera,. en traducción . latina, en las vios de los cuerpos que se trasladan
Acta eruditorum (1721). El original ·de éstos, al alma sino· seres inmateria­
francés se publicó por vez primera les, que representan las formas acciden­
en 1840. en- la edición de Erdmann de tales que están en los cuerpos; esto es,
las obras filosóficas de Leibniz. seres distintos. de. los cuerpos, pero que
2 Del griego µli'llá.1:: unidad. Conser­ contienen cierta conformidad con los
. vamos con mayúscula las voces que cuerpos. Esta teoría se propuso expli­
Leibniz escribió con mayúscula. car la relación de los cuerpos con la
a Refere,tcias a los párrafos de la inteligencia, sin desconocer la ley, se­
Teodicea, esc�tos por el -mismo Leib­ ·gún la· cual la inteligencia. no puéde
niz en las márgenes de la primera copia determinarse a conocer sino por un
de la Monadología. principio inherente a ella.
389
1

L.:_ ,....___
1
.390 LEIBNIZ (
. cibirse de ningún cambio en las co­ simple, no es otra cosa que la !Jama­
sas; puesto que lo que hay en lo da percepción, la cual _ilebe distin­
compuesto no puede proceder • sino guirse de la apercepcióit'o conscien­
de los 'ingredientes simples; y si Ias cia, como se verá más adelante. En
ni6nadas oareciesen de cualidades, esto es en lo que :los cartesianos han
serían. indistinguibles unas de otras,· fallado mucho, por no haber teqid9
ya que, en cantidad, no difieren; y en cuenta las percepciones de que
por-consiguiente, supuesto lo lleno, no .nos apercibimos. Y esto es -lo
un lugar cualquiera no recibiría que_ les ha inducido· a creer que
nunca, en el movimiento, sino lo sólo los espíritus eran mónadas, y
equivalente de lo que había tenido, que no había almas de fos animales
y un estado de las cosas -sería in­ ni otras· entelequias; y por eso han .
discernible de otro. confundido, como el vulgo, un largo
99 Y hasta es preciso que· cada desmayo con la muerte misma, en
mónada sea diferente de otra cual­ rigor, por lo cual han caído tam­
quiera. Porque no hay nunca en 1a bién · en el prejuicio escolástico de
naturaleza dos seres que sean perfec­ las -almas enteramente separadas, y
tamente el uno como el otro y en hasta han confirmado a los ingenios
los cuales no sea posible hallar una mal dispuestos en la opinión _de que
diferencia interna, o fundada en una las almas 'mueren. · .
denominación. intrínseca.6 15. La acción del principio inter­
10. Ta�bién .doy por concedido no, que verifica el cambio o trán­
que todo ser creado · está -sujeto .a sito. de. una. percepción a otra, puede
cambio, y, por consiguiente, también Ilam!lrse apetición; ciertamente, el
la mónada, que asimismo es creada, apetito no puede conseguir siempre
e incluso que el tal cambio es con­ enteramente toda la percepción a
tinuo en cada una. que tiende; pero siempre obtiene
1 L Síguese de lo que acabamos algo de ella y consigue percepciones
de decir que los cambios continuos nuevas ....
de las mónadas, vienen de un prin- · 16. Nosotros mismos experimenta­
cipio interno, pues.to que ninguna mos una muchedumbre en la sus­
. causa externa puecle •influir en su in­ tancia simple, cuando hallamos que
terior (§ 396 y 90) .. : el menor pensamien,to, de que nos
12. Pero también es preciso . que, apercibimos, envuelve una -variedad
además del . principio del cambio, en el objeto.Así, pues, todos .los que
!Jaya -un detalle de lo que cambia, reconocen que el alma es una sus­
que haga, por decirlo así, ' '1a espe­ tancia simpl�, deben reconocer esa
cificación y la variedad de las sus- muchedumbre en la mónada; y Bayle
tancias simples. no debiera haber hallado en esto
13. Ese detalle debe envolver una dificultad, como fo ha hecho, en su
muchedumbre ·en la unidad o en lo Diccionario, artículo. Rorarius. 0
simple. Pues en todo cambio natu­
ral, ya que se verifica por grados, o Bayle. Autor del famoso Dicciona­
háy algo que cambia y algo que rio histórico y r:rítico. Rorarius (Rora­
permanece; y, por consiguiente, es rio), legado de los .Papas Clemente VII
preciso que en la sustancia simple v Pablo III, escribió un tratadito sobre
haya una pluralidad de . afecciones la inteligencia de los animales. Beyle,
y relaciones, aunque en ella no haya al tratar en este artículo de su Diccio­
partes. · nario la cuestión de la inteligencia de
14. El estado -transitorio, que en- · los animales, habla de la unión del al­
welve y representa una muchedum­ ma y el cuerpo, se refiere a la hipó- ·
bre en la unidad o en la sustancia tesis de la armonía preestablecida y al
sistema de Leibniz, a quien critica. Véa•
se la Monadología, párrafo 59, pág. 71,
º. Principio de los indiscernibles. de la presente edición.
r
r-
\ LA MONADOLOGÍA 391

, 17. Es forzoso, además, confesar cmn es más distinta y va acompa.


qúe la percepción y lo que · de ella ñada de memoria.
depende, es inexplicable por razones 20. Pues · en nosotros mismos ex­
m.ecánicas, es decir, por las figuras perimentamos estados, en los que de
y. los movimientos. Si se finge una nada nos acordamos y no tenemos
·máquina cuya estructura haga pen- ninguna percepción· distinguida; co­
sar, ,sentir, tener percepción, podrá mo cuando desfaIJecemos .o nos que­
concebirse aumentada, conservando damos profundamente dormidos, sin .
las mismas proporciones, de suerte soñar. En este estado, el alma no -
que pueda entrara.e en ella, como en difiere sensiblemente de una simple
un molino. Supuesta tal máquina, mónada; pero como no es duradero
no hallaremos, si la visitamos por tal estado, y sale el alma de él, re­
dentro, más que piezas empuján-. sulta que ésta es algo rn:á,s (§ 64).
dose unas a otras; pero nunca nada 21. Y no ·se sigue que entonces la
que explique una percepción. Así, sustancia simple se ha1le desprovista
pues, habrá que buscar esa expli- de toda percepción. Esto· no puede
cación en la ,sustancia simple y no ser, por las razones ya dichas; pues
en lo compuesto o máquina. Por no ·podría perecer, no podría asi­
eso, en la sustancia¡ simple no puede mismo subsistir, sin alguna afección,
hallarse nada más que eso: - las per- In cual no es· otra cosa que su per­
cepciones y sus cambios. Y sólo en cepción; pero cuando hay gran mul­
eso pueden consistir también todas titud de pequeñas percepciones, en
las acciones internas de las sustan- las que nada es . distinguido, queda
cias simples. uno como aturdido; del mismo modo
18. Podría darse el nombre de que, cuando se dan· Iimchas vueltas
. entelequia 7 a todas.. las sustancias rápidamente en un mismo sentido,
simples o mónadas creadas, pues · sobreviene ·un vértigo, que puede
tienen en sí mi,smas cierta perfec- llegar al desvanecimiento, y que no
ción (l::xou(n ,;o tv-.e)..f�), y hay en nos permite distinguir nada. Y ia
ellas· una suficiencia (xir,rxpxe�x) muérte puede dar ese estado por
que las hace fuente de sus acciones algún tiempo · a los animales.
internas y, por decirlo así, autóma- 22. Todo e_stado presente de una
tas incorpóreos (§ • 87) . . . sustancia· simple es naituralmente una
19. Si queremos dar el nombre consecuencia de su estado anterior,
de alma a todo aquello· que posee de taJ suerte que el presente está pre:
percepciones y apetitos, en el s�nti- ñado del porvenir (§ 360).
do general, que acabo de explicar, 23; Por tanto, si una vez vuelto
todas Jas sustancias 'simples . o mó- del desvanecimiento, 1,e apercibe uno
nadas creadas podrían llamarse al: de 1as percepciones, es preciso que ·
. mas; pero como· el sentimiento. es inmediatamente antes las haya teni­
algo ínás que una simple percepción, do, aunque sin apercibirse de ellas;
concedo que el nombre gener,al de porque una percepción no puede pro-
. mónadas y entelequias baste para las ceder naturalmente sh10 de otra per­
sustancias simples que · sólo ca nten- cepción, como un movimiento no
gan eso; llámense entonces almas puede · proceder naturalmente · sino
solamente a aquellas cuya percep- de otro movimiento (§ 401-403).
24. De donde se ve que si no tu­
7 Término °inventado por Aristóteles. viésemos 'nada distinguido y, por de•.
Su sentido literal es:· lo que posee la cirio así, levantado y de más alto
perfección. Aristóteles entiende por en­ gusto en nuestras percepciones, esta­
telequia el estado de una. cosa .que po­
see actualaente la plenitud de perfec­ ríamos de continuo en desvaneci­
ción, de forma,· de determinación, sin miento. Y éste es el estado de las
que nada quede en ella de potencial mónadas desnudas.
o virtual. 25, Así vemos que .la naturaleza

L'----------"-'-
392 LEIBNIZ··

ha dado a los animales percepcio­ día, ló hacemos por empine, por- ·


nes elevadas, por et cuidado que ha que siempre ha ocurrido así. Sólo
tenido de proveerlos de órganos, que el astrónomo lo juzga pt,r razón.
reúnan varios rayos de 'luz o varias 29. Peró, el conocimiento de las
ondulaciones del aire,• para que co­ verdades eternas es lo que nos dis­
bren en esa unión una mayor efica­ tingue de los ,anímales y nos hace
cia. Algo parecido hay en el olor, poseedores de la razón y de las
en el gusto y en el tacto, y aun qui­ ciencias, elevándonos hasta el cono­
zá en muchos otros sentidos que cimiento de ,nosotros mismos y de
desconocemos. Y más ' adelante ex­ Dios. Y esto es lo que, en nosotros,
plicaré cómo lo que su�de en el se Hama alma razonable o espíritu.
alma representa lo que . se está ha­ 30. También por medio del cono­
ciendo en los órganos. cimiento• de las verdades necesarias
• 26. La memoria proporciona a las y sus . abstracciones, nos elev,amos
almas una suerte de consecuci6n, hasta fos actos· -rejlexivos, que nos
que· -imita la· razón, pero. que. debe hacen pensar en Jo que llamamos
distinguirse de ésta. Así . vemos que el yo y considerar que esto o aquello ·
. los. animales, cuando tienen. la per- se halla en nosotros; y así, al pen­
cepción de alguna cosa que les hiere sar en nosotros mismos, pensamos
fuertemente y de la cua\ ya • antes en el ser, en fa sustancia, en lo sim­
han tenido una percepción seme­ ple y en lo compuesto, en ,lo inma­
jante, aguardan, por una represen­ terial y en Dios mismo, concibiendo
tación de su memoria, que suceda que lo que en nosotros_ es l�tado,
otra cosa que· estuvo unida a la per­ carece, en Dios, de límites. Y los
cepción anterior y se.· sienten . impe­ tales actos reflexivos · nos dati los
lidos a experimentar los mismos sen­ principales objetos de nuestros razo­
timientos que experimentaron ante­ na:mientos (Teod. Prólogo).
riormente. Por ejemplo: si a un 31. Nuestros razonamientos se fun- ·
perro se le enseña .un palo, 5e acuer­ dan en dos grandes principios: el de
da del dolor que le ha causado, contradicción, en viJ;tud del ·cual·juz­
aúlla y sale .corriendo (Prelim.,8
§ 65). gamos falso lo que encierra ·contra­
dicción, y verdadero, lo opuesto o
27.-La imaginación fuerte, que les, contradictorio a lo falso (§'. 44 y
. hiere y conmueve, proviene. o de Ja 196).
magnitud o de la muchedumbre de
las . percepciones precedentes. Pues 32. Y el de · .razón suficiente, ,en
muchas veces una impresión fuerte virtud del · cual consideramos que
hace tiúbitamente el , efecto de una ningún hecho . puede ser verdadero
larga costumbre o de numerosas per­ o existente y �inguna enunciación
cepciones medianas, pero reiteradas. verdadera, 'sin que de ello haya una
28. Los hombres se conducen co­ razón bastante para que sea así y no
mo los animales en tanto· en cuanto de otro modo, Aunque las más veces
las consecuciones de ,sus percepcio­ esas razones no puedan ser cono­
nes obedecen sólo al principio de cidas por nosotros (§ 44 y 196).
la memoria; se parecen• a los médi­ 33. También hay dos suertes de
cos empíricos, que poseen la prác­ verdades: las de razonamiento y las
tica sin la teoría;_y en las tres cuar- • de hecho. Las verdades de razona­
tas. partes _de nuestros actos ,somos miento son necesarias. y su opuesto
empíricos. Por ejemplo: cuando es imposible; y fas de hecho son con•
aguardamos la . llegada del nuevo tingentes y su opuesto es posible.
Cuando _ una verdad es necesaria;
·s Es decir: Discurso de la confor­ puede hallarse su razón por medio
midad de la Fe con 'la ·Razón, que hace del análisis, resolviéndola en . ideas
de preliminar · a la Teodicea. y verdades más simples, hasta llegar
LÁ MONADOLOGÍA 393
a las primitivas (§ i 70, · 174, 189) cía necesaria, en la cual el detalle
280-282 y 367. Resumen: obiec. 3) .0 de los cambios esté sólo eminenté-·
34. Asf los matemáticos reducen niente,10 ·como• en su origen; y esto
· por :análisis los teoremas especulati 0 es fo que U.amamos Dios (§ 7).
vos y los cánones prácticos· a las -39. Y siendo esta sustancia una ra­
definiciones, axiomas y preguntas.- zón suficiente de todo aquel detalle,
35. Y hay, por último, ideas sim­ el cual por todas partes está enlaza•
ples, cuya definición no. puede dar­ do y trabado, resulta que sólo hay un
se; también_ hay. axiomas y pregun° Dios y este Dios basta a todo.
tas o, en una palabra, principios pri­ 40. Puede también - juzgarse que
mitivos, que no pueden ser demos• esa· •sustancia suprema, única, univer­
trados y no fo necesitan; son enun­ sal y necesaria,. fuéra de la cual
ciaqos idénticos, . cuya oposición en­ nada hay que. sea independiente de
cierra una · contradicción expresa ella, y _ que es una consecuencia sim­
(§ 36, 37, 44, 45, 49, 52, 121, 122, ple del. ser posible, debe ser incapaz
337, 340-344). de admitir límites y ,ha de contener
36. Pero la razón suficiente debe tanta rea,lidad cuanta sea posible.
encontrarse también en -las verdades 41. De donde· se sigue que Dios
contingentes o de hecho, es decir, en es absolutamente perfecto, no siendo
la serie de las cosas dispersas por la perfección sino la magnitud de la·
el univer.so de las criaturas; en el realidad positiva, tomada · precisa-
cual . la resolución en razones par­ - mente, poniendo apar�e los límites
ticulares podría llegar a un ilimitado o linderos en.las cosas que los tienen:
número de detalles, · a causa de_ la Y donde · no hay límites, es decir,
variedad inmensa de las cosas de en Dios; la perfección es absoluta­
la naturaleza y de la división de los mente infinita (§ 22 y Prólogo).
cuerpos hasta _lo infinito. Hay una 42. Síguese rtambién · que las cria­
infinidad de figuras y de movimien­ turas tienen sus perfecciones eri _ la -
tos presentes y pretéritos que entran influencia de Dios y sus imperfeci
en ,la causa eficiente de - mi· escritura cienes en su propia naturaleza, in'-'
presente; y hay una infinidad de pe­ capaz de carecer de límites; que en·
queñas inclinaciones y disposiciones esto es en lo que· se distinguen dé
de mi alma, presentes y pretéritas;
que entran en la causa final. 10 Eminentemente se · opone ·a for­
37. Y como todo ese complejo de malmente. Distinción escolástica, usada
detalles encierra a su vez más detalles también por Descartes en las demos­
contingentes anteriores, es decir, otros traciones · de la existencia de Dios, que·
más detallados, cada uno· de los cua­ expone en · sus Meditaciones' metafísi­
cas. La distinción significa lo siguiente:
les exige, si se quiere dar razón de él, · una cosa está • formalmente en otra
asimismo -un análisis_ semejante, re­ -v. g.: un objeto en la idea- cuando
sulta que no hemos .adelantado nada; la primera está en la segunda por en- ·
la razón suficiente o última deberá tero y por directa relación; en cam­
hallarse, pues, fuera de la secuencia bio, eminente es la relación, cuando la
o series del detalle de las contingen- . c.ausa y el efecto. no .son unívocos, esto
cías, por infinito que pudiera ser. es, de una misma clase, sino que aqué­
38. Y así la· razón última de las lla contiene al efecto, porque es ella
cosas debe hallarse en una sustan- de más excelente y suprema condición.
Así, por ejemplo, el hombre, que. en­
gendra otro hombre; contiene formar-·
0 La palabra · Resumen indica el Re­ mente cuanto hay en el engendrado.
sumen de la controversia reducida a Perci Dios, que es causa no sólo de los
·argumentot en forma. La palabra ob;ec. hombres, sino de toda realidad, con- ·
indica el número de la objeción cita­ tiene eminentemente cuantas perfeccio•
da. El Resumen - sirve de Apéndice a nes existen . en las criaturas. _ (Santo
la Teodicea. Tomás.)

i
L ..... --
394
. Dios. Esta ímperfección_ original de
LEl�NIZ

sólo tratándose de las verdades con­


l 1
las criaturas se advierte en ia inercia tingentes, cuyo principio 1s 1a· conve­ 1
natural de los cuerpos (§ 20, 27-30,· niencia o elección de lo mejor; las
. 153, 167, 377 y 95.). verdades necesarias, empero, depen­
43. También es v�rdad que en den únicamente del entendimiento di-
Dios está no sólo el origen de las . vino, cuyo objeto interno son (§ 180-
existencias, sino el de las esencias, 184, 185, 335, 351 y 380).
en cuanto que son reales, o sea de 47. Así, pues; Dios sólo es la uni­
lo que hay de real en la posibilidad. dad primitiva o sustancia simple ori­
Y es así, porque el entendimiento ginaria, y todas las mónadas creadas
de Dios es la región de lás verda­ o derivativas son producciones su­
des eternas o de las ideas, de que yas, . y nacen, por decirlo así, por
dependen, y sin él ninguna realidad fulguraciones · continuas de la divi­
habría en las posibilidades, y no nidad de .momento en momento, li­
sólo· no habría nada existente, sino mitadas por 1-a receptividad de la
aun nada posibJe (§ 20). criatura, a la cual pei:tenece esen­
44. Pues si hay realidad . en las cialmente el ser limitada (§ 382-391,
esencias o posibilidades o también 398 y 395)..
en las verdades eternas, es preciso 48. Hay .en Dios potencia, que es
que esa realidad esté fundada en como Ja fuente de todo; luego cono­
algo existente y actual; y, por consi­ cimiento, que encierra el detalle de
guiente, en l!;! existencia del ser nece­ las ideas, y, por último,· voluntad,
sario, en el cual Ia esencia
. contiene que efectúa fos cambios o produc­
. la existencia, o en el cual basta que ciones, según el principio de lo me- .
algo sea posible para que sea actual jor (§ 7, 149 y 150). Y esto respon­
(§ 184-189 y 335).
. 45. Así, pues,. Dios sólo (o el ser de a lo que, en las mónadas creadas
necesario) posee el privilegio de que constituye el' sujeto o base, la facul­
tad perceptiva y la facultad apeti­
basta que sea posible para que ten­ tiva. Pero a en Dios esos . atributos
ga que existir. Y como nada puede son absolutmentt: infinitos o ·per­
oponerse a la posibiHdad de lo que fectos; ·y en las ·mónadas creadas
no tiene límites, ni negación, ni, por o en las éntelequias (o ·perfectiha­
consigttjente, contradicción, esto es bies, que así traducía este vocablo
suficiente para que conozcamo.s a Hermólao Bárbaro) ,12 no <SOn sino
priori fa existencia de Dios. Tam­ imitaciones de Dios, según la per­
bién hemos · probado esa existencia· fección que tienen (§ 87).
por medio de la realidad de las ver­
dades eternas. Pero también· acaba­ 49·, De la criatura dícese que hace
mos de probarla a posteriori, puesto u obra exteriormente, en cuanto que
que existen seres contingentes, los posee perfección, y que padece, en
cuales no hallan· su razón última y cuanto que es imperfecta. Así se
suficiente sino en el ser necesario, atribuye acción a ia mónada, en
que tiene en sí mismo Ia razón . de cuanto.• qu� tiene percepciones dis­
su existencia.· · tintas, y pasió_n, en cuanto qué las
46. Sin embargo, no debe imagi­ tiene confusa� (§ 32, 66 y 386).
narse nadie, como lo hacen algunos,· 50. Y una criatura es más per­
cjue siendo Jas verdades eternas de­ fecta que· otra cuando en ella .se
pendientes de Dios, son -arbitrarias y encuentra lo que sirve para dar ra­
dependen de sti voluntad, como pa­ zón a ,priori de lo que sucede en
.
rece haber pensado Descartes y, tras
él, el señor Poiret.11 Esto es cierto 1Jl Filósofo italiano (1454-1493) . .In­
terpretó a Aristóteles para oponerlo a
11 Cartesiano (1646-1719). Al final de los escolásticos. Cuéntese que evocó al
su vida dióse a la mística, bajo la in­ diablo para. preguntarle el sentido de
fluencia de Jacobo Bohme. la voz entelequia.
,1
/
l sobre ella.
LA MONAI)OLOGfa

la otra, y por .esto se dice que actúa


51. · Pero en las sustancias sim­
exista· lo mejor; 11 la sabiduría de
Dios Io conoce,· su bondad Io elige
395
55. Y esta es· la causa de que .

ples, esa es influencia ideal· de tina y su poderl o produce (§ 8, 78, 80,


mónada sobre otra, lo cual no puede 84, 119, 204, 206 y 208. Resumen:
tener efecto a no ser por interven­ objec, 1).
ción· de Dios, en cuanto que, en las · 56. Este enlace, pues, o acomm;!o
ideas de Dios,una mónada solicita, de todas las cosas, creadas con una
con razón, que Dios, al regular las y de una con toda-s las demás, ·hace·
demás, desde el comienzo dé las co­ que cada sustancia simple tenga re­
sas, la tenga en cuenta. En efecto, laciones que expresan todas las d�
puesto que una mónada creada no · más, y sea,por consiguiente, un vi­
puede tener influencia física en el viente espejo perpetuo del universo
interior de otra, só'lo por'i1quel me­ (§ 130 y 360).
dio podrá haber dependencia de una · 57. Y así como una misma ciu­
a otra (§ 9,54, 65, 66 y 201. Resu- dad, vista por diferente.s partes, pa- ·
men: - objec. 3). rece otra y resulta como multipli­
52. Y. por esto, entre las, criatu­ cada: en perspectiva, así también
ras, las acciones y pasiones son mu­ sucede que, por la multitud infinita
tuas. Pues Dios, comparando las sus­ de sustancias simples, hay como
tancias simples, hailla en· cada una otros tantos universos diferentes, los
dé ellas razones que , le ·obligan · a cuales . no son, sin embargo, sino
acomodar la· otra a la primera; y, perspectivas de uno solo, según Ios
por · consiguiente, lo que en ciertos diferentes puntos de vista de cada
respectos es ·aotivo, es pasivo ·visto mónada.
desde otro punto de vista: l,ll activo, · 58. Y esta es la manera de con­
en cuanto que lo que se conoce dis­ seguir la mayor variedad posible con
tintamente en ello · sirve para • dar el ,mayor orden posible; es decir, es
razón de lo que sucede en,. otro, y la manera de obtener cuanta perfec­
pasivo, en cuanto que - la razón de ción es posible (§ 120, 124, 241 y ss.
lo que en ello sucede se encuentra · y 214; 243 y 275). . .
en lo que se conoce distintamente en 59. Así, sólo esta hipótesis -que
otro (§ 66). me atrevo a decir está demostra­
53. Ahora bien, habiendo una in­ da- -realza como es debido ia gran­
finidad de mundos posibles en las. deza· de Dios. Y esto lo reconoció
ideas de Dios,y no pudiendo existir Bayle al presentar objeciones contra
más que uno solo, precisa que haya ella en su diccionario -artículo Ro­
una •razón suficiente de la elección rarius 15-, en donde Megó casi , a
de Dios que le determine a esto me­ creer que yo concedía demasiado a
jor que a aquello (§ 8, 10, 44, 196 Dios y más aún de lo que es po­
y s., 225,414 y 416). ... ·•. · - sible. Pero no pudo adelantar razón
·, . 54.. Y esta razón no puede hallar­ alguna por la cual sea imposible
se sino en la conveniencia o:en los esa armonía universal, que hace que
grados de perfección que contengan toda sustancia exprese exactamente
esos mundos, puesto que cada posi­ a todas 'las demás, por las relacio- - ·
ble tiene derecho a pretender la exis­ nes. que· con ellas mantiene. .
tencia en proporción de la perfec­ 60. Además, en fo que acabo de
ción que encierre (§ 74, 167; 350, decir ·se ven las razones a priori de
201, 130, 352, 345 y s. y,354). por qué las cosas no pueden ser .de
otro modo. Porque Dios,al arreglar­
. 13 Dice 'el t�xto: "punto .de conside­ lo todo, ha tenido en cuenta cada
ración". P4tro Leibniz usa de . continuo
el término "punto .de vista", y parece
haber sido el · primero · que lo introd�jo H Teoría del optimismo.
en el vocabulario filosófico. · · lú Véase más arriba, pág. 59.

. ----------�---'
f
396 LEIBNIZ
1 }._

parte, y especialmente cada mónada, sus . repliegues, que llegan al infi­


cuya naturaleza, -siendo representa• ·nito.
tiva; no podría nada limitarla a re­ 62.: Así,· pues, aunquetrcada mó­
presentar sólo una · parte de las co­ nada creada representa el universo
sas, aunque es verdad que. esta re­ entero, sin· embargo, representa más
presentación es solamente confusa ·

j
distintamente el cuerpo que . parti­
en el detalle de todo el universo y cularmente le es -afectado y cuya
no puede ser distinta rsino en una entelequia constituye;· y ·como este
pequeña parte de las cosas, es, decir, . cuerpo expresa el universo todo, por
en aquellas que son las más próxi­ la conexión de toda la materia llena. ;¡¡,
",
mas o las más grandes, con respecto el alma representa también el uni­
a cada mónada; que si no, cada mó­ verso todo, al. representar el cuerpo
nada sería una divinidad. No en el que le pertenece de· modo ·particu­
objeto, sino en fa modificación del lar (§ 400).
· conocimiento del objeto son limita• 63. Bl cuerpo perteneciente a una
das las mónadas. Todas; confusa­ mónada,. que es su entelequia o su
mente, van al ipfinito, al todo; pero alma, constituye con -la entelequil! lo
son limitadas y distinguidas por los que puede llamarse un viviente, y
grados de -las percepciones distintas. con el alma, lo que puede llamarse
61. Y los - compuestos, en esto, un animal. 'Ahora bien, .este cuerpo
simbolizan o se conforman con fos de un viviente- o de un animal 'es
siempre orgánico, pues siendo toda
<l
simples. Pues como todo es lleno,
lo cual hace que la materia esté tra­ mónada un espejo del universo, a su
bada toda; y como, ,además, en -lo manera, y hallándose el universo
. lleno todo movimiento produce un arreglado en -perfecto orden, ,preci­
efecto en los· cuerpos distantes, se-· sa ·que haya también un orden en
gún la distancia, · de tal suerte que el representante, es · decir, en ]as
un cuerpo no solamente es afectado percepciones del alma, y, por con­
por los cuerpos que lo tocan y no siguiente, en el cuerpo, según el
· sólo se resiente en cierto modo de cual el universo está representado
lo que a ·éstos •sucede, sino que· tam­ (§ 403).
bién, por medio de ellos, recibe el 64. Así en cada cuerpo orgánico
influjo de los que tocan á ilos pria de un viviente hay una suerte de
meros, por los cuales es inmediata­ máquina divina o. un autómata na­
mente tocado, se sigue que esta co­ tural que sobrepuja infinitamente a
municación se transmite a cualquier todos los autómatas artificiales. ·Por­
distancia. Y, por consiguiente, todo. que una máquina hecha por el arte
cuerpo resiente los. efectos de cuan­ humano nó es máquina en todas sus
to pasa en el universo, de tal modo, partes. Por ejemplo: el diente de -
que aquel que . todo lo ve podría · una rueda ,de metal tiene partes o
leer ert uno -lo que en ·todos· sucede fragmentos que no son ya, para
y aun lo que ha sucedido y sucede­ nosotros, nada artificial ni poseen
rá, advirtiendo en el presente · Jo nada que tenga carácter de máquina.
lejano, tanto en l9s tiempos como con réspecto al us� a que la rueda
en los -lug�res: ciúµmioLx Tta.v-rx,16 está destinada. Pero· las máquinas
· que decía Hipócrates. Pero un alma de la natura'.leza, o sea los cuerpos
no puede leer en sí misma sino vivos, son máquinas hast-a en stis
aquello tan sólo que en ella está mínimas partes, hasta el infinito.
representado , distintamente, y no Esta es la diferencia entre la natu­
puede de un golp� desenvolver todos raleza y el arte; es decir; entre el
arte divino y el humano (§. 134,
. 10 Todo conspira. La cita griega está 146 y 194).
tal como Leibniz la escribió de su 65. Y el autor de la naturaleza ha
mano. podido hacer es'te· artificio divino e
l LA MONADOLOGÍA 397
,-
'
i
infinitamente maravilloso porque pretado mal- mi" pensamiento,· que·
cada parte de la materia no sólo cada a:lma tiene una masa o parte
es divisible al infinito, como fo· han · de materia propia, adscrita a ella
reconocido los antiguos, sino que para siempre y que posee, por· lo
está actualmente subdividida sin fin tanto; otros vivientes inferiores, des- ·
en otras· .partes, cada una de las tinados· siempre a su servicio. Pues
cuales !).ene un movimiento propio, todos los cuerpos están en perpetuo . \

que de otro · modo sería imposible flujo, como los tíos, y unas partes
que cada porción de la materia pu­ entran en ellos y otras salen de ellos
diera expresar el universo todo (Pre­ continuamente.
liminar. § 70; Theod. § 195). 72. Así el alma cambia de cuerpo
66. Por donde se ·ve que en la poco a poco y por grados, de suerte
más mínima parte de la materia . que no se ve despojada nunca de
hay un mundo de criaturas vivien­ un golpe de todos sus órganos; hay
tes, animales, entelequias, almas. a menudo metamorfosis en los ani­
67. Cada parte de la materia pue­ males, pero nunca ·metempsicosis ni ·
de ser concebida como un jardín transmigración de las almas; ni tam­
lleno · de plantas y como un estan­ poco hay almas totalmente · separa•
que lleno de peces. Pero cada rama das, ni genios ,sin cuerpo. Sólo· Dios
de la planta, cada miembro del está enteramente desprovisto de él
animal, cada gota de sus humores (§ 90 y 124) ..
es también como ese jardín o ese 73. Y esto es lo que hace que
estanque, nunca haya tampoco ni generación
68. Y aunque la tierra y el aire, entera ni perfecta muerte, en rigor,
que hay entre las 1 plant•as del jar­ consistente en �a separación del · ·
dín, o el agua, que hay entre los alma. Y lo que llamamos generacio­
peces del estanque, no son ni planta nes son desenvolvimientos y· acre­
ni pez, contienen, sin embargo, otras centamientos, y lo que· llamamos
plantas Y oti:os peces, tan sutiles, muertes son envolvimientos y dismi- ·
empero, , casi siempre, que no pode­ nuciones.
mos percibirlos.17 74. Los filósofos se han visto muy
69. Así, no hay nada inculto, es­ pez,plejos en la cuestión de lo� orí­
·téril y muerto en el universo; el genes de las formas,. � nteleqmas o
caos y · la confusión son sólo apa­ almas; pero hoy, hab1e!1d�e adver­ .
rentes; como si se mira un estanque tido por exactas invest1gac1ones he­
a cierta distancia; d�sde lia cual se cha; sobre las plantas, los insectos
vislumbra .tm movimiento confuso y, y dos animales, que los cuerpos or-
por decirlo así, un revoltijo de pe­ gánicos de la naturaleza no son nun­
0

ces, sin llegar a discernir los peces ca productos d: un . �aos o de un_a


mismos. putrefacción, smo •siempre de �1-
70. Se ve, pues, que todo. cuel1J>O mientes, en las cuales había, sm
vivo tiene una entelequia principal, duda, cierta prefórníación,18 se ha
que és el alma, en el animal; pero . juzgado que no sólo el cue¡,po orgá•
los mie'mbros de ese cuerpo vivo es­ nico estaba en .ellas antes de la
tán llenos de otros vivientes: plan­ concepción, sino también que había
tas, animales, oad,a uno de los cuales un alma en ese cuenpo y, en una
tiene a su vez su entelequia o su palabra, estaba el animal mis�o, y
alma principal.
71. Mas no debemos imaginamos, 1s Alusión a los descubrimientos de

como hacen algunos, que han inter- Swammerdam, Malpighi y Lenwen-·
ha:ck. A estos biólogos se ha referido

L
17 Ideas sugeridas sin ducl:a por los. y_a Leibniz en el Nuevo sistema de la
cubrimientos debidos al uso del mi­ naturaleza. Véase pág. 30 ·de la presen­
scopio. Véase más arriba, pág. 30. te traducción.
_

l , __ - ---------'
398 LEIBNIZ

que por medio. de fa concepción el la armonía preestablecida entre to­


animal quedó dispuesto para una das las. sustancias, puesto que todas
gran transformación y illegar a ser son las representaciones tlfe un mis­
un animal de otra especie. Algo se­ mo universo (§ 340, 352; 353 y
mejante a esto se ve, aparte de la 358).'
generación, cuando, v. g., .los gu­ 79, Las almas obran según Ias
sanos se tornan moscas y maripo- · 1eyes de Jas causas finales, por ape­
sas (§ 86, 89, 90, 187, 188, 403 ticiones, fines y ·medios. Los cuer­
y 397). pos obran según ilas leyes de las
75. Los animales, algunos de los causas eficientes o movimientos. Y ·
cuales se elevan· al grado de anima­ ambos reinos, el · de las causas efi­
les mayores por . medio de la con­ cientes y cl de las causas finales,
cepción, pueden llamarse espermáti­ son armónicos entre sí.
cos; pero los que permanecen en 80. Descartes ha reconocido que
·su especie, esto es, la mayor parte las almas no pueden dar fuerza a
de ellos, nacen, se multiplican y son los. cuerpos porque hay siempre en
destruidos como los grandes anima­ la materia 1a misma cantidad de
les, y sólo un pequeño número de fuerza. Sin embargq, ha .creído que
elegidos pasan a más amplio teatro. el alma pop.fa cambiar fa dirección
76. Mas todo esto era solamente de fos cllerpos. Pero es porque en .
media verdad; he juzgado, pues; que su tiempo no se conocía aún. lá ·ley
si el-animal no comienza nunca na­ de 1a naturaleza, según la cual se
turalmente, tampoco . acaba natural­ conserva la misma dirección· total
mente, y no sólo no ·habrá genera­ en i·a materia. Si Descartes · la. hu­
ción, sino tampoco destrucción com­ biese advertido, hubiera venido a
_pleta, ni muerte, eri rigor. Estos ra­ _ parar a mi Siste:Qia de la Armonía
zonamientos, hechos a posteriori y preestablecida (§ 32, 59, 60, 61; 62,
sacados de las experiencias, concuer� 66, 345, 346 y SS,, 354 y 355),
dan perfectamente con mis princi­ 81. Este sistema hace que los cuer­
pios . deducidos a priori en lo que pos obren como si -por imposible­
antecede 1º (§ 90) . no hubiese almas, y.. que las ailmas
77. Así puede decirse que no sólo obren como si no hubiese cuerpos,
el alma -espejo de un indestructi­ y que :ám�os -obren c(?mo si uno in­
ble universo-- es inde!!tructible, sino fluyese en el otro.
el animal mismo, aunque 6U máqui� . 82. En .cuanto a los espíritus 'o
na perezoa · a menudo en parte y almas racionales, aun cuando yo
reciba .o abandone orgánicos des­ creo que en el fondo !lo mismo hay
pojos. en todos los vivientes y animales, ·
78. Estos principios me . han pro­ como acabamos de decir -a saber:
porcionado la manera de explicar que el animal y el alma no comien­
naturalmente la unión o la confor­ zan sino con el· mundo, · ni tampoco
midad del alma y del cuerpo orgá­ acaban sino con el mundo-, sin
nico. Sigue el alma sus propias leyes embargo,. en los animales racionales
y el cuerpo también las suyas pro­ hay esto de particular, que sus ani•
pias, y se encuentran en virtud de son más espermáticos,
malitos mientras no
que eso, tienen sólo almas
10 Esta concordancia entre el razona­
ordinarias o sensitivas; pero cuan­
do 1os elegidos, por decirlo así, lle­
. miento a priori y la experiencia a pos­ gan, mediante concepción actual, a
teriori, o lo que es lo mismo, entre la
metafísica y la física, es una de las la humana naturaleza, sus almas .
formas dé la armonía- preestablecida. sensitivas se elevan a los grados de
Leibniz se complace mucho en tales la razón y a la prerrogativa de los·
concordancias. espíritus (§ 91 y 397).

[_j
t

l
LA MONADOLOGÍA 399
83. Entre otras diferencias que considerado como Arquitecto de la
hay entre las almas ordinarias y los máquina del universo y Dios · con­
espíritus, algunas de las cuales ya siderado como Monarca de la Ciu­ \.

he indicado, hay ésta además: que dad Divina de los espíritus (§ 62,
las almas en general son espejos vi­
vientes o imágenes del universo de · 74, 118, 248, 112, 130 y 247)'.
88. En virtud de esta armonía,
las criaturas; pero los espíritus son, las cosas conducen ,a ,la gracia por
además, imágeµes de la Divinidad las sendas mismas de la naturaleza,
misma o del · mismo Autor de la y este globo, por ejemplo, debe ser
naturaleza; son capaces de conocer destruido y reparado, por vía natu­
el sistema del universo y de imitar ral, en los momentos en que lo
algo de él en ciertas muestras ar­
quitectónicas, siendo cada espíritu requiera el gobierno de los espíri­
como una pequeña divinidad en su tus, para castigo de unos y recom­
departamento (§ 147). pensa de otros (§ 18 y ss., 110, 244,
245 y 340).
84. Y por esto son los. espíritus
capaces de entrar en una como so­ 89. Puede decirse también que
ciedad con Dios, el cual, con respec­ Dios, como Arquitecto, satisface en
. to de ellos, es no solamente lo que todo a Dios, como ilegislador; y así
un inventor con respecto a su má­ los pecados deben llevar consigo su
quina (que Dios fo es con respecto penitencia, por orden de naturaleza ¡¡
a sus criaturas), sino lo que un prín­ y en virtud de :la estructura mecá­
cipe con respecto a sus súbditos o nica de las cosas; y asimismo las
hasta un padre a sus hijos. hermosas acciones conseguirán sus
85. De donde fácilmente se con­ recompensas por conductos _mecáni­
cluye que la re@i,ón de todos los cos, con relación a los cuerpos, aun
espíritus · debe formar la Ciudad cuando esto no pueda ni deba su­
de Dios; es decir, el más perfec­ ceder- siempre en el acto.
to Estado posible bajo el más per­ 90. Por último, bajo ese gobierno
fecto de los Monarcas (§ 146. Re­ perfecto, no habría acción buena sin
sumen). recompensa, ni . acción mala sin cas­
86. Esta Ciudad de Dios, esta mo­ tigo; y todo debe parar en el bien
narquía verdaderamente universal, de los buenos, es decir, de los que
es urt mundo moral en el mundo en este gran Estado no se hallan
natural, y fo más elevado y sublime descontentos, de los que fían en la
· que hay · en las obras · de •· Dios, y Providencia, después de haber cum­
en ello consiste verdaderamente la plido con su deber, y aman e imi­
gloria de Dios,. ya que no habría tan como es debido al Autor de
tal gloria, si, su grandeza y bondad todo bien, comp:laciéndose en con­
no fueran conocidas y admiradas por siderar sus perfecciones �eg(in [a
los espíritus; y.--también lá bondad naturaleza del puro amor verdade­
la tiene propiamente . Dios con re• ro, que nos hace saborear .Ja felici­
Iáción a esta Ciudad Divina, en tan­ dad de lo amado. Por · eso los que
to que su sabiduría y su potencia son sabios y virtuosos trabajan en
se muestran por doquiera. todo .Jo que parece conforme con la
87� Y así como hemos estableci­ voluntad divina presunta o antece­
do anteriormente una armonía per­ dente, coformándose, sin embargo,.
fecta entre dos reinos naturales, el con fo que Dios ordena que suceda
de las causas eficientes y el de la� - efectivamente, por su voluntad se­
finales, d.J,emos notar aquí también creta, consiguiente y decisiva; reco­
otra armonía entre el reino físico nociendo que si pudiéramos enten­
de la naturaleza y el reino . moral der bien el orden del universo, ha­
de la gracia; es decir, entre Dios llaríamos que sobrepuja los más
7
400 LEIBNIZ

sabios anhelos y que es imposible tecto y causa eficiente de nuestro


tornarlo mejor de lo que es, no sólo ser, sino también como J,taestro y
para el todo en general, sino -aun causa final, que debe constituir el
para nosotros mismos en particular, objeto entero de· nuestra voluntad y
si. · adherimos como es . debido. al sólo puede cimentl!r nuestra ven­
Autor de todo, r_io sólo como Arqui- tura (Prólogo. § 278) .

J1
1
�---

:.l.
...

V
PRINCIPIOS DE LA.NATURALEZA Y DE LA
GRACIA, FUNDADOS EN RAZóN *
1714

(Publicado en L'Europe Savante, 1718)

1 I

• Versión españ�la· y notas de Manuel García Morente.


--
ANÁLISIS

Los Principios de la naturaleza y de la gracia, fundados en la


razón, se ocupan de temas que vienen, en parte, a confirmar y ·enri­
quecer el contenido de la Monadología. El autor se ve precisado,
dentro de la unidad qel opúsculo, a proporcionar los fundamentos
teoréticos, los más de lo� cuales ya quedaron desarrollados en la
propia Monadología. El enriquecido estudio relativo a la noción y
características de la gracia como tema teológico,' asimismo se adentra
más en reflexiones éticas, estéticas y· religiosas. El texto aparece divi­
dido en • 18 parágrafos.
En los parágrafos 1-6 se reiteran ideas acerca de la mónada. Se
dice que es un ser capaz de acción, indestructible, uno como punto
o centro." Tódo en la naturaleza· está lleno; su ley es la vida en
sus diversos grados a tenor de la clase de mónadas. Las mónadas su­
periores creadas son los espíritus. En las relaciones de los seres · com­
puestos, no hay metempsicosis, pero sí metamorfosis. ·Las mónadas,
una vez creadas, son· inmortales.
En los parágrafos 7-11 se desenvuelve el principio de razón sufi­
ciente (nada sucede sin que s�a posible), con vistas a encarar temas
metafísicos. ¿Por qué existe algo en lugat de nada? He aquí el punto
de· partida ontológico. Al penetrar en la serie de causas del universo,
se topa con la última razón de las cosas: Dios, sustancia simple pri­
mitiva, perfecta; omnipotente, omnisapiente. De las pruebas de la
existencia de Dios se menciona la que se funda en el principio• de
la mejor elección, o sea el principio de la conveniencia. La mejor
elección supone :la idea · de finalidad. Dios c;ipta por el mejor de los
mundos posibles.
En los parágrafos 12-14 se estudia el optimismo y temas conexos.
No sólo el mundo en su conjunto es el más perfecto posible; también
lo es cáda mónada; y esto, en virtud de la armonía preestablecida
que rige en el universo. En éste ocupan un sitio preferente ·las .almas
racional�s o espíritus, los cuales, además de espejos del universo
(microcosmos), son imágenes de la divinidad. Por ello; como Dios, .
son creadores en pequeño. El hombre, un Dios en . pequeño, crea;
entre otros dones de la vida, a las ciencias cuyos principios son: ponde­
re, mesura.numero.
En los parágrafos 15-18, figura el tema de la sociedad divina,
de la cual forma parte el hombre, merced a que es mónada racio-
403
404' LEIBNIZ

1 nal, capaz de elevarse a las verdades · eternas por obra dP. la aper­
cepción. Aquí arraiga el fundamento radical de la esencia y �xistencia
de los reinos de la naturaleza y. de la gracia y el de su constitutiva
a:rmonía. La naturaleza es el orden causal de los acontecimientos; la
gracia, el don voluntario de Dios, quien,· como autor de cuanto existe
y ocurre, establece este finB;l principio supremo del orden: "la na­
turaleza conduce a la gracia y la gracia perfecciona la naturaleza".
Bien que el hombre es limitado, al , ponderar las excelencias de la
vida, termina por creer en la sabiduría y bondad infinitas, que provi­
dencialmente lo impulsan al amor de. Dios, motivo permanente de
esperanza y beatitud en progreso continuo.
En esta serie de cuestiones, Leibniz. toca finalmente el tema
medular de la filosofía de la historia (bien que sin mencionar el
nombre ·de esta disciplina). Su pensamiento no se aparta de la esca­
tologí� cristiana: "El Estado más perfecto, formadq y regido por el
más grande y mejor de los monarcas. . . en donde hay tanta virtud y
. felicidad como es posible que haya. . . la Ciudad. de Dios".

Así como, entre otras, la Monadología, el Nuevo tratado del en-
tendimiento humano y e� Discurso de metaf�sica, los Pri,:u:ipios de la
naturaleza y de la gracia fue ·una obra·postuma. Escnta en 1714,
�1·
se publica por vez primera en 1718. Ya aparece en la edición Ú765) ·'
de las obras completas de Leibniz, de R. E. Raspe. En la edición de
C. L Gerhardt figura en el vol. VI, págs. 598-606. Para la exégesis
del texto el trabajo de I. Salabert, Le Dieu de Leibniz (P.U.F., 1960)·
es muy recomendable
I

•-... -
1 t" La sustancia es un ser capaz ciones propias, que a-Iteran de con­
de acción. Es simple o compuesta. tinuo sus relaciones; y cada sustan­
La · sustancia simple es la que no cia simple o mónada, que es el cen­
tiene partes. La .compuesta es el tro de una sustancia compuesta /
conjunto de las sustancias . simples -como, por ejemplo, de un ani­
o mónadas. Monas es voz griega, que mal-, y el principio de su unicidad
significa unidad o· lo que es uno. está rodeada de una masa compues­
Los compuestos o cuerpos son mu­ ta por una infinidad de_ otras mó­
chedumbres; y las sustancias sim­ nadas, que constituyen el cuerpo
ples, vidas, almas, espíritus, son propio de esa mónada central, y,.
unidades. Y tiene que haber en todo según las afecciones de ese cuerpo,
sustancias simples, porque sin sim-­ ésta representa, como en una mane­
ples_ no habría compuestas, y, por ra de centro, fas cosas que están .
consiguiente, la naturaleza entera es­ fuera de ella. Y el tal cuerpo es
tá llena de vida. orgánico cuando forma. una manera
20 Las · mónada-s, como que no de autómata o máquina de fa natu­
tienen partes, no pueden 'ni ser. raleza, que es máquina no solamente
hechas, ni ·ser deshechas. No , pue­ en el todo, sino en las mínimas par­
den ni empezar ni concluir natural- tes que se puedan notar. Y como

l
mente; duran, por consiguiente, tan­ quiera que, siendo el mundo lleno,
to como el universo, que será cam­ todo está en él trabado y cada cuer­
biado, mas no destruido. No pueden po obra sobre otro, más o menos,
1 tener figura; que si la tuvieran, ten­ según la distancia, y es afectado a
drían .partes. Por consiguiente, una ·
mónada, en sí misma y en el mo­ su vez -por reacción, síguese que. cada
mento, no puede ser discernida de mónada es un espejo viviente o pro­
otra sino sólo_ por las cualidades y visto de acción i.ntema, representa-.
acciones internas, la-s cuales no pue­ tivq del universo, según su ,punto
den ser otra cosa que su� percep­ de vista, y tan •arreglado como el
ciones -.:..es decir, _las !'epresentacio­ universo mismo. Y las perc_epciones,
nes de lo , compuesto o · de lo que en la mónada, nacen unas de otras
está fuera, en fo simple- y sus ape­ por las leyes de fos apetitos·, o de
ticiones --es decir, tendencias dt> las -causas fina-les del bien y del mal,
una · percepción a .otra-, que son que con-sisten en las percepciones
los principios del cambio. Porque notables, arregladas o desa· rregladas;
la simplicidad de �a sustancia no es como los cambios de. fos cuerpos y
obstáculo a 1la multip1icidad de las los fenómenos de fuera nacen unos
modificaciones, que deben hallarse de otros· por las 1eyes de fas causas
_juntas en la misma sustancia sim­ eficientes, es decir, de los movimien­
ple y deben consistir en la variedad tos. Así, entre ·las percepciones de
de fas relaciones con las cosas que la mónada y los movimientos de
están fuera. . los cuerpos, hay una perfecta armo­
Es como en un centro o· punto . nía preestableci\ia desde luego entre
que, •aunque simple, acoge una in­ . el sistema de las causas · efücientes ·
finidad de ángulos, formados por las y el de las causas finales. ·y en eso

L
líneas que e11 él concurren.· cónsiste la concordancia y unión fí­
39 Todo e!í fa naturaleza es lleno. sica del alma y el cuerpo, sin que
: Hay sustancias simples separadas uno pueda alterar las leyes del otro.
amente unas de otras por ac- 40 Toda mónada con un •cuerpo
· - 4.05
,

L
.--
406 LEIBNIZ

- particular es · una sustancia ·viva. Así, pos insensibles; Por esto mismo han
pues, no sólo hay vida en todo, ad­ cr�ído también los, 7artesianos que ·
junta a fos miembros y los órganos, únicamente los espmtus t'sozi móna­
sino que también hay, entre las mó­ das y que no tienen ahna los ani­
nadas, infinitos grados y unas domi­ males ni hay otros principios de
nan más· o menos sobre las demás. vida. Y así como ·han chocado con­
Pero cuando la mónada posee órga­ tra la opinión común de los hom­
nos tan ajustados que, por medio de bres, al negar el sentimiento a los
ellos, hay relieve y distinción en las animales, . hánse sometido; por el
impresiones que éstos reciben y, por contrario, a los prejuicios del vulgo,
CO!}siguiente; en [as percepciones que al confundir un largo desvanecimien­
las representan 1 --como, por ejem­ to con una muerte en rigor, en la
plo, cuando, mediante la figura de que cesase toda percepción; lo cual
los humores de los ojos, concéntran­ lia servido de confirmación a fa opi­
se los rayos luminosos y ,actúan con nión mal fundada de la destrucción
más fuerza- puede eso llegar hasta d_e algunas almas y a ila mala creen•
el sentimiento; es decir, hasta una cia _de ciertos supuestos ingenios lis
percepción acompañada de memo­ bres que combaten la- inmortalidad
ria; esto es, una percepción de la del alma humana. ·
cual perdura cierto eco para de- .
jarse oír en ocasiones; y el viviente
59 Hayen las percepciones· de los
animales cierto en1ace · que remeda
llámase entonces animal, y su mó­ la razón; pero sé funda· sólo en la
n{lda, alma. Y _cuando esta ahna se memoria de los hechos, y de ningún
levanta · hasta la razón, es entonces modo· en el conocimiento de las cáu•
algo más sublime y forma entre fos sas. Así,. el· perro huye del pafo con
espíritus, como luego explicaré. · que ha sido golpeado; porque su me­
· Es cierto que los animales están moria le representa el dolor que, el
a veces en el estado de •simples vi­ palo le causó. Y fos hombres, mien­
vientes, y sus almas e n el estado de tras son empíricos, esto es, .en las
simples mónadas; y esto sucede tres· cuartas partes de sus acciones;
cuando sus percepciones no son lo proceden como· los animales; por
bastante distintas para poder ser re­ ejemplo, se· espera que el sol saldrá
cordadas, como ocurre en un sueño mañana porque se ·ha experimentado
profundo sin ensueños o en un des­ de continuo. Sólo un astrónomo lo
vanecimiento; pero las percepciones prevé por razón; y aun esta predic­
que·se han tornado enteramente con­ ción fallará · al fin, cuando cese la
fusas deben desenvolverse de nuevo causa del día, que no es eterna. Pero
en los animales, por las razones que el verdadero .razonamiento depende
luego diré. Así, pues, conviene dis­ de las verdades necesarias o eternas,
tiriguir · la percepción, que es el es­ como son las de la lógica, los nú­
tado interno de la mónada cuando meros, la geometría, que constitu­
representa las cosas externas,· y la yen la conexión indubitable de las
apercepción, que es la conciencia o ideas y las consecuencias· infalibles;
conocimiento reflexivo de ese esta­ Los animailes, en· los cuales no se ad--
do interior; esta · concien�ia no · es vierten esas consecuencias, Uámanse
dada a todas las almas, ni tampoco bestias; perci los que conocen esas
es dada siempre a la misma alma. verdades necesarias son propiamente
Y por no. haber hecho esta �stin­ los · llamados animales racionales, y
ción, han fallado los cartesianos, los sus almas llevan el nombre de espí­
cuales consid_eraoan nulas las per­ ritus. Estas almas son capaces de
cepciones de que no se apercibe uno, actos reflexivos, y pueden conside­
como el puéblo ha_ce con fos cuer- rar eso que llamamos el· yo, sustan� _
. cia, mónada, alma, espíritu; en una
.1 Que representan las Ímpresiones. palabra, las cosas y las verdades in�
PRINCIPIOS DB LA NATURALEZA Y DB LA GRACIA 407
materiales. Y por eso somos suscep­ No hay; pues, meternpsicosis; pero
tibles de ciencia y de conocimientos hay metamorfosis; los an1ma1les cam­
demostrativos. bian, toman y dejan sólo partes; lo
6° Las investigaciones de. los mo­ cual ocurre poco a poco y en partí­
dernos nos han enseñado, y la razón cuJ.as insensibles en la nutrición, y
asiente a estas enseñanzas, que los de pronto, por modo notable, aunque
vivierites cuyos órganos conocemos, rara vez, en · 1a concepción o en la
esto es, ·fas plantas y los animales, muerte, que son adquisiciones o pér­
no proceden de putrefacción o caos, didas subitáneas de todo.
como creyeron fos ántiguos, sino de 70 · Hasta aquí hemos hablado sim­
simientes preformadas y, por tanto, plemente .como físicos; ahora.es pre­
de · transformación de otros vivien­ ciso elevarse a fa metafísica, hacien­
tes que preexistían. Hay animales do uso del grap. principio, poco em­
pequeños en 1-a -simiente de los gran­ pleado generalmente, que dice que
des, y, por meoio de la concepción, nada se hace sin razón- suficiente; _
esos pequeños animales toman un es decir, que nada sucede sin que
nuevo revestimiento, que· se apro­ sea posible, a quien conociera bas­
pian, y así cobran medio de nutrirse tante"s cosas, dar razón s�ficiente a
y engrandecerse, para hacer su en­ determinar por qué es asf. y no de
trada en una escena más amplia y otro modo. Asentado ese principio,
ser la propagación del animal . gr¡m­ la primer cuestión que fogítimamen­
_de. Es cierto que las almas de .Jos te se plantea es fa siguiente: ¿Por
animales espermáticos humanos no qué existe algo en lugar de -la nada?
son razonables, y no Megan a se1fo Pues la nada es más simple y fácil
hasta . que la concepción determina que el algo.. Además, supuesto que
en esos animales la -humana natu­ deb,a existir algo,_ hay· que poder dar
raleza. Y así como los animales no razón de -por qué debe . existir así
nacen estrictamente en la concep­ y no de otro modo. _ ·
ción o generación, tampoco perecen so Ahora bien, esa razón suficien-
estrictamente en lo que Mamamos ' te de la existencia del universo no
muerte; porque es razonable que fo puede encontrarse· en Ja serie de las
que no comienza naturalmente no cosas contingentes, es decir, de los
concluya· tampoco en el orden de la cuerpos y de sus representaciones
naturaleza. Así, despojándose de su en las almas; porque, siendo la ma­
máscara o de sus harapos, vuelven teria por sí misma indiferente al
tan sólo a una escena más sutil, en mqvimiento y ,a la quietud y a . este·
donde pueden, no obst�nte, ser tan o a aquel movimiento, no cabe ha­
sensibles y tan bien regufados como llar en ella la razón del .movimiento,
en la on,a más amplia_. Y lo que aca- y menos aún · de tal o cual movi­
. bamos de decir de los animales gran­ miento. Y aun cuando el movimien"
des, sucede también en ·la genera­ to presente; que está en .Ja materia,
ción y muerte de los. animales esper­ procede de otro movimiento ante­
máticos más pequeños, comparados rior, y éste, a su vez, de otro ante­
con los cuales aquéllos_ pueden con­ rior, no. se conseguirá nada por ese
siderarse como grandes, pues todo camino, por lejos que se Hegue en
en la naturaleza va al infinito. él; pues queda en pie la misma·
· Así, pues, nó sólo las almas, sino cuestión: Así, pues, precisa que la
también los animales, son inengen­ tazón suficiente, la que no necesita·
drables e "imperecederos; desenvuél­ otra razón, se halle fuera de esa
venst1, envuélvense, revístense, des- serie de las cosas contingentes y se
,núdanse, tral\sfórmanse; las almas no encuentre en una sustancia, que sea
abandonan nunca todo su cuerpo, y la causa de la serie o que sea un
n_o pasan de un cuer,po a otro en­ ser necesario, que Meve en sí mismo
teramente nuevo.- la razón de su existencia, pues de

I
408 LEIBNlZ

-otro modo no habríamos llegado a misma cantidad de fuerza directiva.


una razón suficiente que pudiera ser Además,· la acción es siiJÍ}pre igual
término de todo. Y esa última· razón. a la reacción, y el efecto es siempre ;
de fas cosas Uámase , Dios. equivalente a su causa plena. Y· es
· 99 Esta sustancia simple primiti­ sorprendente que de esas Ieyes dei
va debe contener eminentemente las movimiento; descubiertas en nuestro
perfecciones contenidas en las sus­ tiempo; y parte de las cuales ha sido
tancias derivativas, que son sus efec­ descubierta por mí mismo, no pue- ·
tos; tendrá, pues, potencia, con_oci­ da darse razón por la. sola conside­
miento y voluntad perfectos; es de­ ración de las causas eficientes o de
cir, que tendrá omnipotencia, omnis­ la materia. He hallado que hay que
ciencia y suma bondad. Y como fa recurrir a las causas finaies • y qu�
justicia, considerada en generai, no estas leyes nó dependen del princi­
es más sino la bondad conforme a pfo de la necesidad, como fas ver­
la sabiduría, es preciso que haya dades Iógicas, aritméticas y geomé­
también en Dios una justicia suma. tricas, sino del ,principio de la con­
La razón que ha hecho que las co­ veniencia; es decir, de la sabia elec­
sas existan por Dios, hace que de­ ción. Esta es· una de fas más eficaces
pendan de él al existir y operar, y y sensibles pruéfias dé ,Je existencia
de Dios reciben continuamente lo de Dios, para los que pueden pro�
que les proporciona alguna perfec- · fundizar esa:S cosas.
. .
ción; pero·fo que •les queda de im­ 12: Síguese también de la perfec­
perfección proviene de la limitación · ción del autor supremo que no sólo
esencial y originaria de la criatura. el orden del universa entero · es el
10. Síguese de fa suprema perfec­ más perl'ecto ,posible, sino también
ción de Dios· que, al producir el que cada espejo viviente que repre­
utúverso, ha elegido el mejor plan senta el universo, según su punto
posible, donde hay la mayor varie­ de vis.ta, es · decir, cada mónada,
dad con el ·mayor orden; donde es­ cada centro sustancial, ha de tener
tán el terreno, el Iugar, ·e l tiempo sus percepciones y apetitos dis'pues�
me_jor dispuestos; donde el efecto tos de la mejor manera que sea co�­
es mayor por los más simples con­ patible con el resto. De donde se
ductos; donde hay en fas criaturas sigue que fas almas, es decir, las
la mayor -potencia, el mayor conoci­ mónadas de mayor dominio, o más
miento y la máxima felicidad y bon­ bien los animales, Iio pueden dejar
dad que el universo. podía contener. de despertar del est,ado de adorme­
Pues como en él entendimiento di­ cimiento en que puede sumirlas fa

l
vino todos los posibles aspiran .a . muerte· o cualquier otro accidente.
la existencia, en proporción de sus 13. Pues todo ·en fas ·cosas está
perfecciones,. el resultado de todas dispuesto de una v«::z para siempre,
esas pretensiones ha de ser el mun­ con el mayor orden y la mayor po­
do actual más perfecto posible. Sin sible correspondencia; que la· sabi•
esto, no sería posible dar razón de duría y la bondad sumas no pueden
por qué las cosas son así y no de actuar sino en perfecta armonía. El
. otro modo.
presente Heva al porvenir en su seno;
11. La suprema sabiduría de. Dios el futuro podría leerse en el pasado;
ha hecho aue elija sobre todó las lo remoto está expreso . en lo próxi­
leyes del movimiento mejor ajusta­ mo. Podría conocerse fa b�lleza del
das y más convenientes a tlas razo­ universo en un alma cualquiera si
nes abstractas o. metafísicas. Consér­ nos fuera posible desenvolver sus
vase en elfos la misma cantidad de pliegues todos, que sólo en el tiempo·
la fuerza total y absoluta o acción, se desenvuelven por modo sensible.
la misma cantidad de fuerza respec­ Mas como cada percepción distinta
tiva o reacción, y, por último, la que el alma tiene comprende una

--------
PRINCIPIOS DE LA NATURALEZA Y DE LA GRACIA 409
infinidad de percepciones. confusas, su breve mundo, en el que fo es per­
que envuelven al universo entero, mitido ejercitarse, lo que Dios hace
resulta que el alma misma no cono­ en el grande.
ce las cosas de que tiene percep­ 15. Por todo lo cual los espíritus,
ción sino cuando esta percepción es ya de. los hombres o ya de los ge­
distinta y elevada, y el alma es tanto nios, entran, por virtud de la razón
más perfecta cuanto que posee más y de las verdades eternas, en una
p�rcepciones distintas. especie de sociedad con Dios y son
Cada alma conoce el infinito, ilo miembros de la Ciudad de Dios; es
conoce todo, í)ero confusamente. decir, del estado más ,perfecto, for­
Como cuando, paseándome por Ia mado y regido por el más grande
orilla del mar y escuchando el ru­ y el mejor .de los monarcas, en .
mor grande ·qué produce el agua, donde no hay crimen sin castigo, ni
oigo �aunque. sin discernirlos- los acciones buenas sin proporcionada
ruidos . particulares que · cada ola recompensa; en ese estado hay tanta
hace, de los cuales ·se compone el virtud y felicidad como es posible
' rumor grande total, asimismo son que· 'haya, y no por un desarreglo
nuestra·s percepciones confusas el re- · de · la naturale:l'Ja, como si lo• que
su:ltado de las impresiones que el Dios prepaisa a las almas descompu­
universo entero produce en nosotros. siera las leyes de los cuerpos, sino
Otro tanto octirre en cada mónada. por el órden mismo de las cosas na­
Sólo Dios tiene un conocimiento turales, _en virtud de la armonía pre­
distinto de todo; que Dios es fuen­ estalrlecida desde -siempre entre el
te y origen de todo; Hase·dicho muy reino de la naturaleza y. el reino de
biim que es como centro de todo la gracia, ·-entre Dios arquitecto y
en todas partes; pero que su circun­ Dios monarca; d e suerte que la na­
ferencia no está en lugar -algurio, turaleza conduce a •l-a gracia y la
pues que todo fo es inmediatamente gI'acia perfecciona la naturaleza,
presente, .sin ningún alejamiento de usando de ella.
ese centro. 16. Así, aunque la razón no pueda
14. Por lo que toca al alma razo- instruimos acerca de los detalles del
_nable o espíritu, •hay en ella algo gran porvenir reseivado á la .reve­
más que en las mónadas, o incluso lación, podemos estar seguros,· por
que en. las simples ·almas. El espí­ esa misma razón, de que las cosas
ritu no es solamente un es-pejo del . están hechas de una manera tal,- que
universo de :las criaturas, sino tam­ sobrepuja nuestros anhelos. Siendo
bién una imagen de la divinidad. Dios la más perfecta y la más ven·
El espíritu no tiene solamente una · turosa, y, por consiguiente, la inás
percepción de fas· obras de Dios, amable de fas sustancias, y consis­

(
sino que también es capaz de pro­ tiendo el puro amor verdadero en
ducir algo que se parece -a ellas, un estado en el cual iJas perfeccio­
1
aunque en .pequeño. Pues -sin re­ nes y la felicidad del objeto _amado
ferirnos a las maravillas de los sue­ nos producen pl_acer, ese amor debe
ños, en· Jós cuales suele acontecer proporcionarnos el máximo deleite
que inventamos, sin trabajo alguno de que somos - susceptibles cuando
y aun sin tener de ello ola voluntad, el objeto amado es Dios mismo.
cosas en las que, despiertos, necesi­ 17. Y es fáci:l arnarlé como es de­
taríamos pensar mucho tiempo para bido, si -le conocemos en la manera.
encontrarlas- nuestra alma es -ar­ que -acabo de explicar. Pues si bien -
quitectónica también en las acciones Dios no es sensible a nuestros sen­
voluntarias, Jí, al descubrir las cien- tidos exteriores, no deja de ser ama­
cias según -las cuales . ha dispuesto bilísimo y !ie proporcionar sumo de­
Dios las cosas -pondere, mensura, leite. Vemos a los hombres enamo­
ro--, imita, en su recinto y en rados de los honores y distinciones,

1 •

---
· 410 LEIBNIZ

aunque éstos no consisten en cuali­ da una confianza perfecta en la bon­


dades de los sentidos · exteriores. dad de nuestro autor :y., dueño, la

l
Los mártires y los fanáticos -aun­ cual produce una verctadera tran­
que el afecto de estos últimos sea quilidad del espíritu; no como la
desarreglado-- demuestran cuán po­ de los estoicos, rsueltos · a la pa­
e

deroso es el deleite del espíritu; y ciencia por fuerza, sino poi un con­
tnás aún, los placeres de los senti• tento actual que es la seguridad de
dos se reducen a placeres intelec­ una felicidad futura. Y, además del
tuales, confusamente conocidos. presente, nada podrá semos más
Encántanos fo música, aunque su útil en lo futuro; pues el amor de
belleza sólo consiste en conveniencia Dios llena nuestras esperanzas· y nos
de números y en fa cuenta que, sin conduce por el camino de la felici­
.apercibirse, lleva el alma de los la­ dad suprema; porque, en virtud del
tidos o vibraciones de los cuerpos orden perfecto establecido en el uni­
sonoros, que se encuentran y aúnan verso, todo está hecho lo mejor po­
en ciertos intervalos. De igual natu­ sible, no sólo para el bien generai,
raleza son los placeres que halla la sino para el mayor bien particular
V'ista en las pro·porciones, •Y los. que de aquellos· que �tán persuadidos
causan los demás sentidos se redu­ de esta verdad y satisfeohos. del ré­
cirán• también a •algo semejan�e, aun­ gimen divino, lo cual ·no puede fal­
que no podemos explicarlo tan dis­ tar a quienes saben amar la fuente
tintamente.2 de todo bien. Ciertamente, la feli- ·
18. Puede incluso- decirse que, en cidad suprema, aunque vaya acom­
el presente, el amor d,e Dios nos pro­ pañada de beatíficas . visiones. o co­
porciona un anticipado disfrute de nocimientos de Dios, no puede ser
la felicidad futura. Y, no obstante nunca plena, porque siendo Dios in­
ser desinteresado, constituye por· sí finito no puede ser conocido por
mismo nuestro mayor bien. e -interés, entero.
aunque no buscásemos el tal interés Así, pues, nuestra felicidad no
y no copsiderásemos sino sólo el consistirá nunca, y no debe consis­
placer que provoca, sin atender a tir, en un goce pleno, en el que
la utilidad ·que produce, pues nos nada quedara por desear y volviera
estúpido nuestro espíritu, sino en
2 Los discípulos de Leibniz · -Baug­ un progreso perpetuo hacia nuevos
marten, Meier- concibierc;m la Estéti­ · deleites y nuevas perfecciones.3
ca - como la ciencia del conocimiento
sensible, o teoría de lo que de intelec­ a Idea desarrollada en la famosa pa­
tual h�y en la sensibilidad. rábola de Lessing.
INDICE
DISCURSO DE METAF1SICA
Pág.
ANÁLISIS . . . . . . · ·. · . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1. De la perfección divina, y que Dios hace todo de la manera más con-
veniente ·.. .'...................................................... 7
2. Contra quienes sostienen que no hay bcindad en las obras de Dios; o
bien, que las reglas de la bondad y de la belleza son arbitrarias .... 7
3. Contra quienes opinan que Dios hubiera podido obrar mejor ....... 8
4. Que el amor de Dios reclama una completa satisfacción y aquiescencia
respecto de Jo que hace, sin que ello redunde en un quietis!Jlo ..... . 8
5. De lo que son las reglas de perfección de le conducta divina y de que
los medios más simples produzcan los más de los efectos ......... . 9.
6. Dios no hace nada fuera del orden. No es posible siquiera imaginar
sucesos que carezcan de regularidad .............................. 10
7. Inclusive los milagros se amoldan al orden general, aunque sean con­
trarios a las reglas subalternas de lo que Dios quiere o permite por.
una voluntad general o particular ........ : ....................... .
8. Con la mira dé distinguir las acciones de Dios y de las criaturas, se
explica en qué reside la noción- de une sustancia individual .........
9. Que cada sustancia singular expresa el universo entero ·a su manera, y.
que en su noción todos los acontecimientos quedan comprendidos con
todas sus circunstanc,as y con toda la_ serie de las cosas exteriores ... 12
10. Que la noción de las formas sustanciales es un tanto sólida, pero que
las dichas formes nada <,:ambian en l9s fenómenos y que no han de
emplearse para explicar los efectos particulares .................. . 13
11. Que lás meditaciones de los teólogos y de los filósofos llamados esco-
lásticos, ilo son despreciables del todo .................... : ....... 13
12. _Qt,te las nociones basadas ·en la extensión encierran algo imaginario
y no pueden constituir la ·sustancia del cuerpo ....'. ......... , ....·. 14
13. Merced a que la noción individual de. cada persona encierra de t;ine
vez por todas cuanto le ocurrirá siempre, se ven. en ella las pruebas
a priori de la verdad de cada acontecimiento, o por. qué ha ocurrido
uno más bien_ que otro. Pero estas verdades, aunque seguras, no dejan
de ser c�ntingentes, pues se fundan en el libre albedrío . de Dios y de
las criaturas, cuya elección tiene slis razones que inclinan pero no
de modo necesario .. : .......................................... . 14
14. Dios produce diversas sustancias a tenor de las· diferentes visiones que
tiene del universo,' y, por la intervención de Dios, la naturaleza propia
de cada sustancia hace que lo ocurrido a una responda · a Jo que su­
cede a todas las demás sin que actúen inmediatamente unas sobre · otras 16
15. La acciói¡.,de ·una sustancia finita sobre otra consiste en el incremento
del grado de su expresión, paralelo a la disminución del de otra, toda
vez _q ue Dios las ha hecho de modo que se adapten entre sí ........ 18
16. El concurso extraordinario de Dios está comprendido en lo que ma-

411

----------
412 LEIBNIZ

Pá11:.
nifiesta nuestra esencia, ya que esta e·xpresión se extiende a toi¡,, bien
que sobrepasando las fuerzas de nuestra naturaleza o de nuestra dis­
' tintiva manifestación, que es finita y sigue ciertas máximas subalternas 18
17. Ejemplo de una máxima subalterna o ley de la naturaleza donde se
muestra que Dios conserve siempre la misma fuerza, pero no la mis­
ma cantidad de movimiento contra los cartesianos y otros autores ... 19
18. La distinción entre fuerza y cantidad de movimiento es importante,
..
, entre otras coses, para mostrar que precisa recurrir a ideas metafísicas,
ajenas a la extensión, para explicar los fenómenos de los cuerpos .... 20
19. Utilidad de ias causas. finales en la física ..... ; .................. 21
20. Pasaje memorable de Sócrates en Platón, contra los filósofos dema-
siado materiales ............................... · ................. . 22
21. Si las reglas mecánicas dependiesen -sólo de la geometría sin la meta-
física, los fenómenos serían muy diferentes ..........·............ . 22
22. Conciliación de las dos vías: la de las causas finales y la de las causas
eficientes, con la mira de satisfacer, tanto a quienes explican la .natu­
raleza mecánicamente como a quienes recurren a existencias incorpóreas 23
23. Volviendo a las sustancias inm_eteriales, se explica cómo obra Dios .en
el entendimiento de los espíritus, y si se tiene siempre la idea de Jo
que se piensa ......................................, .......... , . '24
24. Lo· que es un conocimiento claro u . oscuro, distinto o confuso, ade­
cuado o inadecuado, intuitivo o supositivo. Definición nom_inal, real,
causal, esencial .........- .,....., ...............·.....· .............
· . 25
25." En qué caso nuestro conocimiento está unido a la contemplación de
la idee ...................................: ...................... 26
26. Que tenemos en nosotros todas las ideas, y de la reminiscencia, según
Platón ............. : ........� ..................................... 26
27. Cómo nuestra alma puede ser comparada con tablillas -vacías, y cómo
nuestras nociones vienen de los sentidos ....... : ................. . 27
28. Sólo Dios es el objeto inmeclietó de nuestras percepciones, quien exis-
te fuera de nosotros,. y sólo ti es nuestra luz ....... : , ........... . 28
29. Con todo, pensamos_ de manera inmediata . con nuestras propias ideas
y no con les de Dios ...-.......·.............._ .................... 28
30. · Cómo-Dios inclina a nuestra alma sin constreñirle; que no se tiene de­
recho a quejarse; que no hay que preguntar por qué peca Judas. dado
que esta acción libre está comprendida en su noción, sino únicamente
.por qué se admite a la existencia a Judas el pecador prefiriéndolo a
algunas otras. personas posibles. De le jmperfección original antes .del
pecado y de los grados de la gracia ...._..._................. ;..... 29
31. De los motivos áe la elección, de la fe prevista, de la ciencia medie •
del decreto absoluto, y que todo se reduce a _l a razón por la que Dios
. he escogido para existir a úna tal persone posible cuya noción _encierre
une tal serie de gracias y de acciones libres; todo lo cual suprime de
un golpe les dificultades ... ......... . .. ........ .................. 30
.. 32. Utilidad de. estos principios en materia de piedad y religión ... ..... 31
33. Explicación de le unión de alma y cuerpo, que ha pesado por inexpli-
cable o por milagrosa, y del origen _de las representaciones confusas .. 32
34. De le diferencia de los espíritus. y de las otras sustancias,. almas o. for-
mas sustancial�, y de que Je inmortalidad pedida supone el recuerdo 33
35. Excelencia de los espíritus, y que Dios los considera de manera· prefe­
rente respecto a les otras criaturas. Que los espíritus . expresan más bien
e Dios que al mundo, y que las otras sustancias expresan más bien el
mundo que e Dios ...· ......................-...., ................· . · 34
ÍNDICE 413

Pág.
36. Dios es el monarca de la más perfecta república, formada por todos los
espíritus. La felicid!ld .de esta ciudad de Dios es su designio supremo . 35
37. Jesucristo descubrió a los hombres el misterio y las leyes admirables
del Reino de los Cielos y la grandeza de la suprema beatitud que Dios
prepara a quienes le aman ...................................... . 36

NUEVO SISTEMA DE LA NATURALEZA Y DE LA COMUNICACióN


DE LAS SUSTANCIAS, ASl COMO DE. LA UNIÓN QUE EXISTE
ENTRE EL ALMA Y EL CUERPO.
ANÁLISIS . . • . • .• . . . • .. • • • ... • .. • ... • .. • . . • ... .. • • .. • • . • . ... • . • ... • • .. 39
Aclaración del "Nuevo Sistema de la comunicación de las sustancias", para
servir de respuesta a la memoria de M. Foucher . .... . . . . . . ..... ..... 47
Otra aclaración de la hipótesis de la armonía preestablecida ....... ; ... ; 50

NUEVO TRATADO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO


ANÁLISIS 55
PREFACIO 61

'LIBRO PRIMERO
DE LAS IDEAS INNATAS
Capítulo l. De si hay principios innatos en el espíritu humano . .. . . .... 77
Capitulo JI. Que no. hay principios prácticos ·innatos . ..... . . ......... 90
Capítulo lll. Otras observaciones sobre los principios innatos, tanto los
que pertenecen a la teoría como los que conciernen a la práctica 99

LIBRO SEGUNDO

DE LAS IDEAS
Capítulo I. En donde se trata de las ideas en general y se examina inciden-
talmente si el alma del hombre piensa siempre ...... .. .... . . . ...... 103
Capítulo JI. De las ideas simples ................_.... . .. . ... . . ....... 110
Capítulo III. De las ideas que adquirimos por·un sentido especial . .... 110
Capítulo IV. De la solidez ............... .. . ... ..... .. . ....... . ..... 111
Capitulo V. De las ideas simples que proceden de distintos sentidos .... 115
Capítulo VI. De las ideas simples que proceden de la reflexión . . . . . ... . 115
Capítulo VII. De las ideas· que proceden de la sensación y de la reflexión 115
· Capítulo VIII. Nuevas consideraciones sobre las ideas simples ....... . . 115
Capítulo IX. De la percepción ...... : ......·.. :..................... 118
Capitulo X. lite la retentiva ...... ..... .. . ....... . . . ..... . . . ..... . ... 122
Capítulo XI. De la facultad de discernir las ideas .......'... .. . ... . . . . . 123
Capítulo XII. De las ideas complejas . . .. .... ...... .. .... ......... . .. 125
Capítulo XIII. De los modos simples y, en primer lugar, los del espacio 126

1
L.12.......,;_____ _
414 LEIBN:IZ

Pá¡,

Capítulo XIV. De la d�ción y· de sus modos simples ......... ,....... 130


Capitulo XV. De la duración y de la exparision consideradas conjuntamente 132
Capitulo XVI. Del número ....... . . . .... ....... . . . ..... .... ....... .. 133
·capitulo XVJI. Pe la infinitud .......... : .. ........... .. ....... . . ... 134
Capítulo XVIII. Algunos otros ·modos simples ... : .... . ... . .......... . 135
Capítulo XIX. De los modos que se refieren al pensamiento ..... . ...... 136
Capitulo XX.. De los modos del placer y del dolor ........ ........... . 137
Capítulo XXI. De la potencia y de la libertad ....... ...... : . . ........ 142
Capítulo XXII. De los modos mixtos· .. '. ...........................·.. 171
Capítulo XXIII. De nuestras ideas complejas de l!ls sustancias ..... . .. . 173
Cap�tulO( XXN. De las ideas colectivas de las sustancias ............. . 179
_ _
Capitulo XXV. De la relación ..................................... , 179
Capitulo XXVI. De la causa y el efecto y de ·algunas otras relaciones ... . 180
Capítulo XXVII. Qué es· identidad y diversidad ........... ............ 181
Capítulo XXVIII. De algunas otras relaciones, y sobre todo de las morales 192
Capitulo .XXIX. De .las ideas claras y oscuras, distintas y confusas .. : .. 197
Capítulo XXX. De las ideas reales y quiméricas .. : ...........· ......... 202
C apítulo XXXI. De las ideas completas e incompletas .. . .... .. ........ .. 204
Cc¡pítulo XXXII. De las ideas verdaderas y las falsas .-............... ·.. 206
Capitulo XXXIII. De la asociación de ideas ................... ; ..... 206

LIBRO TERCERO
DE LAS PALABRAS
Capítulo. l. De las palabras o del lenguaje en general .... ·. .. . .......... 209
Capitulo 11. De la significación de las palabras ........ . ...... . ..... .. 212
· Capitulo 111. De los términos generales ..... . ..... . .. . ............... 219
Capitulo IV. De los nombres de las ideas simples ........ '. ..... ..... . 224
Capitulo V. De los nombres de los modos mixtos y de las relaciones .... 227
Capítulo VI. De los nombres de ·sustancias .. ............ ............ 230
Capitulo VII. De las partículas ......................... , ... : ........ 248
Capitulo VIII. De los términos abstractos y concretos .......... .. . .... 251
Capítulo IX. De la imperfección de las palabras ... ................... 252
Capítulo X. Del abuso de las palabras ..... .. ...... ......... ....... .. 256
Capítulo XI. De los remedios que se pueden aplicar a _las imperfecciones
y a los abusos de que acabamos de hacer mención ............... : . . 263

LIBRO CUARTO
DEL CONOCIMIENTO

Capítulo l. Del conocimiento en general .. .. ... .... . . . . .. .... ... .... . 267
Capítulo 11. De los grados de nuestro conocimiento ....... . . .... ... ... 271
Capítulo III. De la extensión del conocimiento humano ...- '. ........... 280
Capítulo IV. De la realidad de nuestro conocimiento ........ ; .... ..... 291
Capitulo V. De la verdad en general ...... .... .. .... ... . ............ 294
C a pitulo VI. De las proposiciones universales, de su verdad y de su certi-
dumbre ............................... ; ...... ........... ......... . -295
Capítulo VII. De las proposiciones denominadas máximas o axiomas .... · 300
Cap_ítulo VIII. De las proposiciones frívolas . ....... ...... . .... .. .. ... 315
ÍNDICE 415

P4fl.
Capítulo IX. Del conocimiento que tenemos de nuestra existencia 319
Capítulo X. Del conocimiento que tenemos de la existencia de Dios ..... 320
Capítulo XI. Del conocimiento que tenemos de la existencia de las demás-
cosas ....................... ......................•...........
· :. .. 326
Capitulo XiI. De los medios de aumentar nuestro conocimiento ... . .... 329
Capitulo XIII. Otras consideraciones sobre nuestro conocimiento ... . . ... 334
Capítulo XIV: Del juicio ........................................· ... . 335
Capítulo XV. De la probabilidad . .. . . .... . ... .. .. . . ...... . . ........ . . 335
Capitulo xvr: De los grados de asentimiento ....... . . ...... . ... . ..... 337
Capitulo XVII. De la razón .. . ... . . ....... . ...... • . . ...... . .. ...... . 347
Capitulo XVIII. De la fe y de la razón y de sus límites respectivos ...... 362
Capftulo XIX. Del entusiasmo ................... : .. . . . .. . ......... . 366
Capitulo XX. Del error . ............... . . .. .. . . .. . .. .. ..... . . . . ..... 370
Capitulo XXI. De la división de las ciencias ........ .. .... . . . . . . .... 378

LA MONADOLOGlA
ANÁLISIS ... .......................................................
,· 385
Principia philosophia, sen theses in gratiam principis Eugenii �onscripta, .. 389

PRINCIPIOS DE LA NATURALEZA Y DE LA GRACIA,


FUNDADOS EN RAZóN
ANÁLISIS . . . . . . � . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . �. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 403

1
I
·, .1
, 1


ESTE ,l..lllRO SE ACABO DE IMPRIMIR EL DIA
13 DE J\fAYO DE 1977, EN LOS TALLERES DE

¡
FUENTES IMPRESORES, S. A.
Centeno, 109, México 13, D. F.

LA EDICION CONSTA DE _5,000 EJEMPLARES


MAS SOBRANTES PARA REPOSICION
.r

t
11

,,
EN LA MISMA COLECCIÓN "SEPAN CUANTOS ... "•

128. ALARCON, Pedro A. de: El Escándalo. Prólogo de Juana de .Ontañón.


1!14. ALARCON, Pedro A. de: El niño de la bola. El sombrero de tres picos. El
capitdn 'lleneno. Notas preliminares de Juana de Ontafíón.
225; ALAS, "Clarín" Leopoldo: La Regenta. Introducción. de Jorge Ibargüen•
goitia.
126. ALCOTT, Louisa .M.: Mujercitas. Mds cosas de Mujercitas,
278. ALC:OTT, Louisa M.: Hombrecitos.
182. ALEMÁN, Mateo: Guzmdn de Alfarache. Introducción de Amando Bolaño
e Isla.
229. ALFONSO EL SABIO: Cantigas de Santa Maria. Cantigas profanas: Pri;,,era
cró11ica general. General e grand estoria. Espéculo.- Las siete partidas. El ,se- , ·
tenario. Los Ubros de astronom(a. El lapidario. Libros de ajedrez, dados )'
tablas. Una carta y dos testamentos. Antolog(a. Con un estudio preliminar
de Margarita Pefia y un vocabulario.
15 ALIGHJERI, Dante: La Di'llina Comedia. La 'llida nuwa. Introducción de
Francisco Montes de Oca.
61, · ALTAMnL\NO, Ignacio M.: El Zarco. La Na'lliJlad en /as Montañas. Intro­
ducción de María del Carmen Millán.
62, ALTAMIRANO, Ignacio M.: Clemencia. Cuentos de ln'lliemo.
275. ALTAMIRANO, Ignacio M.: Paisajes y Leyendas. Tradiciones y costumbres
de México. Introducción de Ja<XJUeline Covo.
43, ALVAR, Manuel:• Poes(a tradicional de los fudlos éspañoles,
122. ALVAR, Manuel: Cantares de Gesta medie'llales. Cantar de . Ronceroalles.
Cantar de los Siete Infantes de Lara. Cantar del Cerco de Zamora. Cantar
de Rodrigo y el rey Fernando. Cantar de la Campana de Huesca.
151 • .ALVAR, Manuel: Antigua poesla española Uricá y narrati'lla. ]archas. Libro
de infancia. y muerte de Jesús. Vida de Santa Maria Egipdaca. Disputa del
alma y el cuerpo. Razón de amor con los denuestos del agua y el 'llino. Elena
y Maria (disputa del clérigo y el ca�allero). El planto ¡ay Jerusalén! Historia
troyana en prosa y verso.
174. ALVAR, Manuel: El romancero viejo y tradicional.
244. ALVAREZ QUINTERO, Serafín y Joaquín: Malvaloca. Amores y Amorlos.
Puebla de las mújeres. Doña Clarines. El genio aiegre. Prólogo de Ofelia
Garza de Del Castillo.
181. -AMADIS DE GAU.LA. Introducción de Arturo Souto.
157. AMICIS, Edmundo: Corazón. Prólogo de María Elvira: Bermúdez.
· 88. ANDERSEN, Hans Christian: Cuentos. Prólogo de María Edmée Alvarez.
SOi. AQUINO, Tomás de: Tratado de la _Ley. Tratado de la Justicia. Opúsculo
sobre el gobierno de los principes. Traducción .y estudio introductivo de
Carlos Ignacio González, S.J. ·
76.. ARCIPRESTE DE HITA: Libro de Buen Amor. Versión antigua, con pró­
l
logo versión moderna de Amando Bolaño � Isfa..

• Los número• que aparecen· a la Izquierda a,rrcspondcn a la numeración de la Colección.

\.
l)

/A,, ARISTóFANES: Las once comedias. V1:r11ión directa del griego con· intro-
1/ -·

ducción de Angel Maria Garibay K.


" 70. ARISTóTEI'..ES: Ética Nicomaquea. Polftica. Versión espafíola e introducción
de Antonio Góni.ez Robledo.
,�-'� 120. ARISTÓTELES: Metafisica. Estudio introductivo, análisis de lo-libros y re­

il
visión del texto por Francisco Larroyo. )
124. ARISTOTELES: Tratados de Lógica (El Organon). Estudio introductivo,
preámbutos a los tratados' y notas al texto por Francisco Lárroyo. . --
82. ARRANGOIZ, Francisco de Paula de: México desde 1808 hasta 1867. Pró-.
·· { .
· logo de Martín Quirarte.

"i
!95. ARROY� Anita: Razón y pasión· de Sor Juana.
293. BACON, Francisco: Instauratio Magna. -Novum Organum. Nueva Atldntida.

¡
Estudio introductivo y análisis de las· obras por Francisco Larroyo.
200•. BALBUENA, Bernardo de: La gra1,1deza mexican_a· y Compendio apologético:

•,..i..r.
. _. en alabanza de la poésia. Prólogo de Luis Adollo Domínguez.
58. BALMES, Jaime L.: El Criterio. Estudio preliminar de Guillermo Dlaz-Plaja:
...;.241. BALMES, Jaime: Filosofía Elementál. Estudio preliminar de Raúl Cardiél. .
112. BALZAC, •Honorato de:' Eugenia Grandet. La Piel de Zapa. Prólogo de Car�
men Galindo. ·
814. BALZAC, Honoi;ato de: Papd Goriot. Prólogo de. Rafael Solana. Versión y
notas de F. Benach.
l7'. BECQUER, Gustavo Adolfo: Rimas, leyendas y narraciones. Prólogo de Jua-
na de Ontañón.
72. BEECHER STOWE, Harriet: La Cabaña dt:l tfo Tom. Introducción de Da­
niel Moreno.
85 BERCEO, Gonzalo de: Milagros de Nuestr� Señora. · Vida . de S�nto Domingo
de Silos. Vida de San Millán de la Cogolla: Vida de Santa Oria. Martirio de
San Lorenzo. Versión antigua y moderna. Prólogo y versión moderna de
· ·
Amando 'Bolafio e Isla.
278. BOTURINI BENADUCI, Lorenzo: Idea dti una Nueva Historia General
de la América Septentrional. Estudio. preliminar por· Miguel León-Portilla.
119. BRONTE, Emily:. Cumbres Borrascc¡sas. Prólogo de Sergio Pitol.
UH. CABALLERO, Femán: La Gaviota. La Jamilia de Alvareda. ·Prólogo de Sal.!
vador Reyes Nevares.
74. CALDERóN DE LA BARCA, Madame: La vida en México. Traducción y
prólogo de Felipe Teixidor.
41. cALDERóN DE LA BARCA, Pédro: La Vida es sue,io. El alcalde de Za­
'iamea. Prólogo de Guillermo Díaz.Plaja.
. -222, CALDERÓN, Fernando: A ninguna de las tres. El torneo. �nti Bolena; Her­
man o la vuelta del cmtado. Prólogo de María Edmée Álvarez.
252. CAMOENS, ·Luis de: Los Lusladas. Traducción, prólogos· y notas ,de Ilde�
fonso-Manuel Gil.
279. CANTAR DE ROLDÁN, EL. Versión de Felipe Teixidor..
285. CANTAR DE LO� NIBELUNGOS, EL. Traducción al español e intrciducción
de Marianne Oeste de Bopp. . . .
307. CARLYLE, Tomás:· Los, héroes. El culto de los héroes y_· 1o heroico en la
historia. Estudio preliminar· de Raúl Cardiel. ·
.
215. CARROLL, Lewis: Alicia en el pais de las maravillas. Al ot,:o _ lado_ del es•
pejo. Ilustrado con grabados de John. Terniel. Prólogo de _Sergio Pito].
57. CASAS, Fr. Bartolomé de las: Los Indios de México .Y Nueva España. Anto­
logía. Edición, prólogo, apéndices y notas de Edmundo' O'Gorm_an; con la
colaboración de Jorge Alberto Manrique. . · .
. 223, CASONA, Alejandro: Flor de leyendas. La sirena varada. La dama del alba.
La barca sin pescador. Prólogo de Antonio Magaña Esquivel.
21f9• CASONA, Alejandro: Otra vez el diablo. Nuestra Natacha. Prohibido suici-

�,-
. .
;� /
darse en primavera, Los drboles mueren de pie. Prólogo de' Antonio· Magas
. fia · Esquive}.' ·
268. CASTRO, Guillén de: Las mocedades del Cid. Prólogo• de Maria Edmée Al-
· varez. . - · . · .r
25, CERVANTES DE SALAZAR, Francisco: Mé.xico en 1551 )' Túmulo Imperial.
Edición, prólogo y notas de Edmundo O'Gorman.
6. CERVANTES SAAVEDRA, Miguel de: El ingenioso hidalgo Don Quijote de
. la Mancha. Prólogo y esquema biográfico por Américo Castro.
9, CERVANTES SAAVEDRA, Miguel de: Novelas ejemplares. Comentario de
Sergio Fernández. _ _ .
98. CERVANTES SAAVEDRA, Miguel de: Entremeses, Introducción de Arturo
Souto. _ _ .
20, asAR, Cayo Julio: Comentarios de la guerra de las Galias. Guerra civil.
Prólogo de Xavier Tavera.
230. CICERON: Los oficios' o los deberes. De la vejez. De la amistad. Prólogo de
Joaquín Antonio Peñalosa. _ _
234.. CICERON: Tra.t"ado de la Repú.�lica. Tratado de l(!S _ leyes· .. Catilinaria.
"CID: Véase Poema de M{o Cid. _ _
137, CIEN MEJORES POESlAS LlRICAS DE LA LENGUA CASTELLANA (LAS).
Selección y Advertencia Preliminar de Marcelino M.enéndez y Pelayo.
29, CLAVIJERO, Francisco Jayier: Historia antigua de México.. Edición y pró-
logo de Mariano Cuevas. ·.
143. CLAVIJERO, Francisco Javier: Historia de la Antigua o Baja California.
PALOU, Fr. Francisco: Vida de Fr._ Junlpero Serra y Misiones _de la Cali­
fornia Septentrional, Estudios preliminares por Miguel León-Portilla.
60. COLOMA, P: Luis: Boy. Prólogo de Joaquín· Antonio Peñalosa,
!JI. COLOMA, P. Luis: Pequeñeces " Jeromln. Prólogo de -Joaquín Antonio
Peñalosa. . _ . _ , ,
· 167. COMENIO, Juan Amós: Diddctica Magna. Prólogo de Gabriel de la Mora,
7. COR'I1i.S, Hernán: Cartas de relación. Nota preliminar de_ Manuel Alcalá,
Ilustraciones. Vn mapa· plegado.
313. CORTINA, Martín: U.n rosillo inmortal. Un tlacuache vagabund_o. Maravi-
llas de Alti:pepan. Prólogo de Andrés Henestro.sa.
181. COULANGES, Fuste! de: La . ciudad antigu a._ (Est-1Jdio sobre el culto, el de­
recho y las instituciones de Grecia_ y _Roma). Estudio preliminar de Daniel
· Moreno.
100. CRUZ, Sor Juana Inés · de la: Obras _· completas. Prólogo de Francisco. Mon• ·
terde·
256, CUYAS ARMENGOL, Arturo: Hace falta un muchacho;: Libro de orienta•
ción. en la vida, para los adolescentes. Ilustrada por Juez. - .
148, ·CHÁVEZ, ·Ezequiel A.: Sor Juana Inés de la Cruz. Ensayo -de Psicología y de
estimación del sentido de su vida para la historia de la cultura y de la far•
macíón de M�ico. · . . -
42. DARIO, Rubén: Azul. .. El Salmo de la pluma. Cantos de vida y esperanza.
Otros poemas. Edición 'de Antonio Oliver Belmás.
140. DEFOE, Daniel: Aventuras de Robinson Crusoe. · Prólogo de Salvador· Reyes
Nevares, ·
154; DELGADO, . Rafael: La Calandria, Prólogo de Salvador Cruz.
280, DEMóSTENES: Discu1,os. Estudio preliminar de Francisco Montes de Oca,
177, DESCARTES: Discurso del método, Meditaciones •metaflsicas. Reglas .para
la dirección del esplritu. Principios de la filoso/la. Estudio introductivo, aná­
lisis de las obras y notas al texto por· Francisco iarroyo.
5. Ddz DEL CASTll.LO,_ Berna]: Historia verdadera de la conquista de' la
Nueva España; Introducción y notas de Joaquín I;lamírez Cabañas. Con un
mapa.

BIBLIOTEcA
1

PBRO: DAVID A.RANGO ·_


__ ..,�.---------==:.:.:.
L--'---"-.:.._---�'------'-------..L.>.C-.0• - - BElffltr- -�---=
,,/ 127. DICKENS, Carlos: IJavid Copperfield. Introducción de Sergio PitoL
510. DICKENS, Carlos: Canción de_ Navidad. El grillo·del hogar. Historia de dos
Ciudades. Estudiq preliminar de Ma. Edmée Álvarez.
. 'j
28. DON JUAN ?t{ÁNUEL: El conde Lucanor. .Versión antigua ,# moderna e
'
'.
l•l, introducción de Amando Bolafio e �sla.

. ¡t
84. DOSTOIEVSKI, Fedor M.: El prlncipe idiota. El sepulcro _Ae los vivos. No •
tas preliminares de Rosa María Phillips.
.
I•
' 106. DOSTOIEVSKI, Fedor M.: LÓs hermanos Karamazov. Prólogo de Rosa Ma-
ría. ·Phillips. \
li 108. DOSTOIEVSKI, Fédor M.: Crimen y Castigo.· Introducción de Rosa Maria
Phillips.
1-1�

¡'
259. -DOSTOIEVSKI, Fedor M.: Las noches blancas. El· jugador. Un ladrón hon•
( rado. Prólogo de Rosa María Phillips. ·

,l
1 78: DUMAS, Alejandro: Los tres Mosqueteros. Prólogo de Salvador Reyes Ne•
vares.
75. • DUMAS, Alejandro: Veinte años despuds.
1:1 · 809. E�A: DE QUEIROZ: El misterio de la carretera de Cintra; LA ilustre Casa de
Ramfres. Prólogo de Monserrat Alfau.
I l.• 288, EPic;t'ETO: Manual y Máximas. MARCO �URELIO: · Soliloquios. Estudio
preliminar de Francisco Montes de Oca.
99. ERCll.LA, Alonso de: La Araucana. Prólogo de· Ofelia Garza de Del ·Castillo.
283. ESPINEL, Vicente: Vida de Marcos Obregón. Prólogo de Juan Pérez ··0de
Guzmán.
202. ESPROl\lCEDA, Jos� de: Obras podticas. El Pelayo. Poes{as líricas.· El estu•
d_iante de Salam�néa. El diablo mundo. Prólogo de Juana de Ontafión.

t ll. ESQUILO: Las siete tragedias. Versión dir�ta del griego, con una introduc-
ción de Ángel María Garibay K.
24 EURIPIDES: Las diecinueve tragedias. Versión directa del griego, con una
introducción de· Ángel María Garibay K.
16. FÁBULAS: .(Pensador Mexicano. Rosas Moreno. La Fontaine. Samaniego. ·
Iriarte. Esopo. Fedro, etc.). Selección y notas de Maria de Pina.
1, FERNANDEZ DE ·UZARDI, José Joaquín: El Periquillo Samiento, Prólogo
de J. Rea Spell.
71. FERNANDEZ DE LIZARDI, J0sé Joaquín: LA Q.uijotita y su prima. Intro­
ducción de María del Carmen Ruiz Castaiieda.
173, FERNANDEZ DE MORAT1N, Leandro: El si de las niñas. La comedia nue­
.. va· o el cafd. La derrota de los pedantes. Lección poética_. Prólogo de Manuel
de Ezcurdia. . .
211. FERRO GAY, Federico: Breve historia de la litt:1'atura italiana.
9'l. FRIAS, Heriberto: ·Tomochic. Prólogo y notas de James W. Brown.
811. GALVÁN, Manuel ·de J.:· Enriquillo. Leyenda Histórica Dominicana (150!!-
153!!) • Con un estudio de Concha Meléndez.
505. GALLEGOS, Rómulo: Doña Bdrbara. Prólogo de Ignacio Dfaz Ruiz.
251, GARCIA LORCA, Federico: Libro de Poemas. Poema del Cante Jondo,rRo-
. mancera Gitano. Poeta en Nueva York. Odas. Llanto por Sdnchez Me¡{as.
Bodas de Sangre. Yerma. Prólogo de Salvador Novo. ·
255. GARCIA LORCA, Federico: Mariana Pineda. La zapatera prodigiosa. Ad
que pasen cinco años. Doña Rosita la soltera. La casa de Bernarda Alba.·
Primeras canciones. Canciones. Prólogo de Salvador Novo.
164, GARCfA MORENTE, Manuel: Lecciones Preliminares de Filosof{a.
22. GARIBAY K. Angel María: Panorama literario de los pueblos nahuas.
81. GARIBAY K, Ángel María: Mitologia griega. Dioses y héroes.
21. · GOETHE, J. W.: Fausto, Werther. Introducción de Francisco Montes de Oca.
182, GOGOL, Nikola� V.: Las almas muertas. LA tercera orden de San J'ladimiro
(Fragmentos de comedia inconclusa). Prólogo de Rosa María Phillips,

. �.
. � :..��!·?
__________________
� .�
:---. -- ·-·-· _: :_, _.__,
262. GONGORA: Poeslas. Romances. Letrillas. Redondillas, 'Décimas. Sonetos.
Sonetos. atribuidos. Soledades, · Polifemo 'Y Galatea, Paneglrico.. Poes{as suel­
f tas. Prólogo de Anita Arroyo.
44. GONZALEZ PE�A, Carlos: · Historia de la literatura mexicana. (Desde los
f origen es hasta nuestros dlas).
_254. GORKI, Máximo: La madre. Mis confesirmes. Prólogo de Rosa María Phil,
lips.
ns. GOYTORTOA SANTOS, Jesús: Pensativa. Premio "Lanz Duret" 1944.
llU. GRIMM, CUENTOS DE. Prólogo y selección de _María Edmée Álvarez.
169• GOIRALDES, Ricardo: Don Segundo Sombra. Prólogo de María Edmée
. .Alvarez.
19. GU'IURREZ NÁJERA, Manuel: Cuentos 'Y Cuaresmas del Duque Job. Cuen�
tos frdgiles. Cuentos color de humo. Primeros cuentos. últimos cuentos. Pró­
logo y Capltulos de novelas. Edición e introducción de Francisco Monterde,
187. HEGEL: Enciclopedi4 ele las ciencias filosóficas. Estu_dio introductivo y ami­
lisis de la obra por Francisco Larroyo.
271. HEREDIA, José María: Poesias completas. Estudio preliminar de· Rai!llundo
Lazo. ·
'
216. HERNÁNDEZ, José: Martln Fierro. Ensayo p_reliminar por Raimundo Law.
i 176. HERODOTO: Los nueve libros de la historia, Introducción de Edmundo
1 O'Gorman.
1 ....._
206. HESlODO:· Teogon{a. Los trabajos y los d{as. El escudo de Heracles. Idílios
de Bión. Idilios de Mosco. Himnos órficos, Prólogo de José Manuel V_illalaz.
156, HOFFMANN, E. T. G.:· Cuentos. Prólogo de Rosa María Phillips.
2. HOMERO: La lliada. Traducción de Luis Segalá y Estalella. Prólogo de Al-
fonso Reyes. . . . .
4. HOMERO: La Odisea: Traducción de Luis Segalá y Estalella. .Prólogo ·· de
i.
l
Alfonso Reyés.
240. HORACIO: Odas 'Y :tpodos, Sdtiras. Eplstolas. Arte Poética. Estudio preli­
. · minar de Francisco Montes de Oca.
77. HUGO, Víctor: Los Miserabl�. Nota preliminar de Javier ·Peñalosa.
294. HUGO, Víctor: Nuestra Señora de Parls. Introducción de Arturo Souto.
89. HUMBOLDT, Alejandro ·de:. Ensayo polltico sobre el reino de la Nueva &,
paña. E�tudio preliminar, cotejos, notas y anexos de Juan A. Ortega y Mediña, '
78. IBARGOENGOITIA, 'Antonio: Filósof{a Mexicana. En sus hombres y en JW

1-
textos. · ·
·sos. IBSEN, Enrique: Peer Gynt. Casa de muñecas. Espectros. Un enemigo del
pueblo. El pato silvestre. Juan Gabriel Borkman. Versión y prólogo de Ana
Victoria Mondada. · ·· . ·
l
! 47. IGLESIAS, José María: Revistas Históricas sobre la Intervención Francesa
1· en México. Introducción . e Indice de Materias de Martfn Quirarte..
63. INCLÁN, Luis G.: Astucia. El jefe de los .Hermanos de la Hoja o Los Cha,·
rros Contrabandistas de la rama. Prólogo de Salvador Novo.
207. INDIA LITERARIA (LA): Mahabarata • Bagavad ·cita - Los Vedas • Leyes
de Manú - Poesla - Teatro • C,1entos • Apólogos 'Y leyendas. Antología, pró�
logo, introducciones históricas, notas y un vocabulario de hinduismo por
• , Teresa E. Rhode. ·
270. INGENIEROS, José: El hombre mediocre. Introducción de Raúl Carrancá

LL.i ·
y Rivas.
79. IRVING, Washington: Cuentos de· 1a Alhamabra. Introducción de Ofelia
Garll!i,.de Del Castillo.
46. ISAAt:, Jorge: Maria. Introducción de Daniel Moreno.
245. JENOFONTE: La expedición de los di111, mil. Recuerdos de Sócrates. El Ban-
quete. Apologia de Sócrates. Estudio preliminar de Francisco Montes de Oca.

. .'
- .· -------------- -------------------
l
� L...:::"M
11' - -"
(.� ,: .
23¡ JOYAS DE LA AMISTAD ENGARZADAS EN• UNA ANTOLOGIA; Sclección
. .
y nota preliminai"':de Salvados:: Novo ....•':
66. JIM:l!.NEZ, Juan Ramón: Platero 'I Yo. Tresci�ntos Poe·mas (190J,195J). t

-'.(
l·í 20!1, KANT, Manuel: Cr:itica. de', lti razdn pura. -�tudio introduc•o y:análisis

t,r.:,. de la obra por Francisco Larroyo.


212. KANT, Manuel: ,,Fundamentación de la metaflsica. de las' costumbres .. Crlíica
1 de la · razón prdctica. La paz perpetua. Estudio introductivo y análisis· de 1a;-- 1
obtas por Francisco Larroyo. ·

,¡(
246. KANT,. Manuel:· Prolegómenos a toda Metaf{sica del Porvenir..:Obséroacio­
. nes sobre el Sentimiento' ele lo Bello. y lo Sublime. Critica del Juicio•. Estudio
.. Introductivo y análisis de las obras por Francisco Larroyo.
.;.._. :;-,.,,, 30• KEMPIS, Tomás de: Imitación de . (:risto. Introducción di! Frani:isco Montes
� .. de _.()ca. ..:-.. ,· . ·.
204. KIPLING, Rudyard: EL libro de las tierras vlrgenes. Introducción _de Ar•
.turo Souto Alabarce.
1ss: .LAGERLOFF, Selma:· El. maravilloso. viaje de Nils Holgersson. Introducción
.. de. Palma -Guillén de Nicol11u.
272. . LAMARTINE; Aifonso. de: Graziellci. Rafael. Estudio preliminar de Daniel
�oreno_.. , . . . .. . . .
9!1. LARRA, Mariano José d�, "Fígaro'': Aft{°culos. · Prólogo de· . JuaJJa · de On-
· · · ·
tañóri.' '.
!14. LAZARILLO DE TORMES (EL) (Autor. desconocido). J'id�. del Buscón
· - Don Pablos, de. Francisco de Quevedo, _ Estudio . preliminar ·
de ambas obras
• ·por Guillermo Díaz-Plaja. · ·
38. LAZÓ,'--Raimimdo: ·Historia de la. littiratura hispanoamericana. · · El· periodo
·
· colonial ·(1492-1780).
65. LAZO, Raimundo: Historia de la literatura hispanoamericana; El s_iglo XI}{. ·

1f­ .· .
(1780�1914). . . . .

{,
179. LAZO, Raimimdo: La Novela Andina. (Pasado y futuro. Alcides Arguedas,
, César Vallejo, Ciro Alegria, Jorge Icáza, Jost! Mar{a Arguedas. Previsible mi-
sión de Vargas Llosa 'I los 'futuros tiarradores.) . �
·
;184. LAZO, 'Raimundo: El rninanticismo. (Lo romdntico en la lírica hispanoam·e•
ricanti, del sigló XVI a 1970).

').l·
l!26, LAZO,. Raimundo: Gertrudis Gómez de •Avellaneda. La mujer ,, .. ·la poetisa
lirica. :t
1.
103 ..L�CTURA EN VOZ · ALTA. La eligió Juan José Arreola.
145.· LEON, Fray Luis de: La Perfecta Casada. Cantar de los Canta,·es. Poeslas
· originales. Introducción y notas .de Joaquín Antonio· Peñalosa.
247. LE SAGE: Gil Bias de Santillana; Traduce��º y prólogo de Francisco José
de. Isla. Y un estudio de Sainte-Beuve.
, 48,. ,LIBRO DE LOS SALMOS, Versión directa del hebreo y comentarios de José
.,.. González Brown.

1
276;. LONDON, Jaclc.: El lobo de mar. El Mexicano. Introducción de Arturo SóU•
to Alabarce.
277. LONDON, Jaclc.: El llamado de la selva.. Colmiilo .blanco.
284. LOlllGO: Dafnis .Y Cloe. APULEYO: El Asno de, Oro. Estudio- preliminar
.de Francisco Montes de Oca.
12. LOPE DE VEGA Y CARPIO, Félix: Fttenteovejuna. Peribáñez 'J el Comen­
da.dor de Ocaña. El mejor ,alcalde, el Rey. El Caballero de· Olmedo. Biografía
y presentación de las obras por J. M. Lope Blanch.
218; LOPEZ Y FUENTES, Grego;rio: · El indio; No:vela mexicana. Prólogo de An•
tonio Magafia Esquive!.
298. LóPE7'PORTILLO· Y· ROJAS, José: Fuertes. 'I dt!biles. Prólogo de Ramiro .
Villaseñor. :,,.;-

,�
297., :LOTI, Pierre: Las. Desencantada�. Introducción de Rafael Solana.
l'.78� :. MANZ9NI, A�ejandro: . Los novios (Historia _milanesa .del- siglo XVII). Con
un estudio de Federico Baráibar·. ·
r 152, M'.AQ.UIAVELO, Nicolás:' El principe. Preced,ido de Nicolás Máquiavelo en
l
isu quinto centenario por Antonio Gómez Robledo.
1
J92.· M�MOL, José: Arnalia. Prólogo de Juan Carlos .Ghiano.
141. MART1, José: Hombre· apostólico y escritos. . Su Mejo_res Pdginas. Estudio,
-� notas y, sel_ección de textos por Raimundo Lazo.
!
236.. MARTI, José: Ismaelillo. La eda(l de oro. Versos sencillos. Prólogo de Rái­
mundo Lazo.
21,1. MART1NEZ smRRA, Gregorio: . Tú eres la paz. Canción de cuna. Prólogo
de María Edmée Álvarez.
l!r,I. MATEOS, Juan A.: _El Cerro de las campanas. (Memorias-de un· guerrillero.) ··
Prólogo de Clementina Díaz y · de Ovando. .
197. MATEOS, Juan A.: El sol de mayo. (Memorias de la Intervención.) Nota •

¡
preliminar. de Clementina Díaz y de Ovando.
136. MIL Y UNA NOCHES (LAS). Prólogo de Teresa E. Rhode.
18.. MIL· Y UN SONETOS MEXICANOS. Selección y nota preliminar de Sal­
vador Novo.
194.'. MILTON, John:. El para{so perdido. Prólogo da Joaquín Antonio Pefialosá.
1 109. MIRó, Gabriel: Figt1ras de la Pasión .'del :Señor. Nuestro Padre San Daniel.
t Prólogo de Juana de Ontañón.
. 6_8. MISTRAL, Gabriela: Lecturas. para Mujeres.-Gabriela
· · Mistral
· (1922-1924)
· ·
por Palma Guillén de Nicolau.
250, MISTRAL, Gabriela: Desolación. Ternura. Tala. Lagar'. Introducción de
Palma Guillén de Nicolau.
144. MO_!,12RE: Comedias. (Tartufo. El burgués gentilhombre. - El misdntrÓpo.
El enfermo imaginario.) Prólogo de Rafael Solana.
149. MOLmRE: Comedias. (El avaro. Las preciosas ridlculas. El médico a ·la
fuerza, La éscue,la, de las mujeres. Las mujeres sabias.) Prólogo · de RaftÍ.el
Solana.
!2,· · MOLINA, Tirso de: El vergonzoso en palacio. El condenado por d�sconfiado.
El burlador de StTTlilla. La prudencia en la -mu;er. ;Edición de Juana de On-
��
208. MONTALVO, Juan: Capitulas q11e se le olvidaron a [:Jervantes. Estudio in,
t troductivo de Gonzalo Zaldumbide. ·
191. MONTESQ.umU: Del · esplrit11 · de las leyes. Estudio preliminar de Daniel
·
Moreno..
282. ; -MORO,· Tomás: Utopla.. Prólogo de .Manuel Alcalá.
i29. MOTOLINIA, Fray Toribio: Historia de los indios de la Nueva España. Es-
tudio crítico, apéndices, notas e índice de Edmundo O'Gorman; :
286, 'NATORP, Pablo: .Propedéutica· Filosófica, Kant y la Escuela de Marburgo.
Curso de Pedagogla Social. Presentación Introductiva (el autor y su obra)
y preámbulos a los capítulos por Francisco Larroyo.
171. NERvo; Amado: Plenitud. Perlas Negras. Misticas. Los Jardines Interiores.
El Estanque de los lotos. Prólogo de Ernesto Mejía Sánchez.
175... NERVO,- Amado: La. amada inmóvil. Serenidad. Elevación. La última luna.
Prólogo de Ernesto Mejía Sánchez.
, 8. OCHO SIGLOS DE POESlA EN LENGUA ESPA:ÑOLA. - · Introducción y co�-
pilación de Francisco Montes .de Oca.
. 45; . O'GORMAN, Edmundo:.. Historia de .las Divisiones Territoriales de México.
213. PALACIO VALD:tS, Armando: La Hermana San Sulpicio. Introducción dé
Joaquín .Antonio Peñalosa. ·. · · · . ·
125, PAL.A, Ricardo: Tradiciones peruanas. Estudio y· selección por .Raimundo
.Lazo;
PALOU,. Fr. Francisco: .'fléase Clavijero, Francisco xa:vier,
·266. 1 .PARDO BAZAN, Emilia: Los pa.z:os de Ulloa. Introducción de Arturo Souto
· Alabarce.
.'�.Ii1l
8, PAYNO, Manuel: Los Bandidos de Rlo Frlo. Edición y prólogo de Antonio .
Castro Leal. •
!10, · PAYNO, Manuel: El fistol del Diablo. No11t:la de costumbres mexicanas. Tex•
to establecido y Estudio Preliminar de Antonio Castro Leal.
64. PEREDA, José María de: Peñas ATTiba. Sotileta•. Introducción de Soledad
Anaya Solórzano.
165. PEREYRA, Carlos: Hemdn Cortés. Prólogo de Martín Quirarte.
188. nREZ ESCRICH, Enrique: El Mártir del Gólgota. Prólogo de Joaquín An­
tonio Peñalosa.
69. · PtREZ GALDóS, Benito: Miau y Marianela; Prólogos de Teresa Silva Tena.
107. nREZ GALDóS, Benito: Doña Perfecta. Misericordia. Nota preliminar de
Teresa Silva Tena.
117. P��Z GALDOS, Benito: Episodios Nacionales: Trafalgar. La corte de Car­
, los .JV. Prólogo de Teresa Silva Tena.
1!10. PtREZ GALDOS, Benito: Episodios Nacionales: el 19 de Mar.z:o y el 2 de
Mayo. Bailén. Nota preliminar de Teresa Silva Tena.
158. PtREZ GALDóS, Benito: Episodios Nacionales: . Napoleón en Chamartln;
Zaragata. Prólogo. de Teresa Silva Tena.
166. P.tREZ GALDOS, Benito: Episodios Nacionales: G_erona. Cddi.z:. Nota preli­
. minar de Teresa Silva Tena.
289. P.tREZ GALDóS, Benito: Episodios Nacionales: Juan Mar.tln el Empecina•
/, do. La batalla de los Arapiles.
185. P.tREZ GALDóS, Benito: Fortunata y Jacinta. (Dos historias de casadas.)
Estudio preliminar de -Teresa Silva Tena.
-231. PtREZ LUGIN, Alejandro: La· Casa de la Troya. Estudiantina.
235. nREz LUGIN, Alejandro: CuTTito de la Cruz.
26!1. PERRAULT: Cuentos de. Griselda..Piel de asno. Los deseos ridlculos, La
bella durmiente del bosque. Caperucita roja. Barba A.z:ul. El gato con botas.
L(JS hadas. Cenicienta.· Riquete el del copete. Pulgarcito. Prólogo de Ma. Ed·
,,.,
mée Alvarez. .
!108. PESTALOZZI, Juan"Enrique: Có�o Gertrudis enseiía a sus hijos. Cartas sobre
la educai;_ión de los. ni1ios. Libros de educación elemental. Prólogos. Estudio
introductivo y preámbulos a las obras por Edmundo Escobar.
221. _ PEZA, Juan de Dios: Hogar y Patria. El Arpa del A.mor. Noticia preliminar
de Porfirio Martínez · Peñalosa.
224. PEZA, Juan de Dios: Recuerdos y esperanzas, Flores, del alma y versos fes­
tivos.
248. PINDARO: OUmpicas. P{ticas._ Nemeas. ístmicas y· fragmentos de otras obras
de Plndaro. Otros llricos griegos. A.rqu{loco. Tirteo. A.lceo. Safo. Sim6nides
de Ceos. Anacreonte. Baqutlides. Estudio preliminar de Francisco Montes
de Oca.
13. PLATÓN: Didlogós, Estudio preliminar de Francisco Larroyó. Edición CO· \¡
rregida y aumentada.
189. PLATÓN: Las Leyes. Epinomis. El PoUtico. Estudio introductivo y preám•
bulos a los diálogos por Francisco Larroyo.
258, PLAUTO: Comedias: Los melliios. El militar fanfaTTÓn. La olla. El gorgo;o.
Anfitrión. Los. cauti11os. Estudio preliminar de Francisco Montes de Oca.
26. PLUTARCO: Vidas paralelas. Introducción de Francisco Montes de Oca.
210,- PÓE, Edgar Allan: NaTTaciones extraordinarias. Aventuras de Arturo Gordon �1
Pym. El cuervo. Prólogo de Elvira Bermúdez.
85. POEMA DE MIO CID: Versión antigua, cori Prólogo y versión moderna de
Amando Bolaño e Isla, Seguido del Romancero del Cid. t.
102, POESIA MEXICANA. Selección de Francisco Montes de Oca.
56. POPOL VUH: Antiguas historias de los indios quichés de -Guatemala. Ilw•
-tradas con dibujos de los códices mayas. Advertencia, versión y vocabulario

f& de Albertina Saravia E. •


150. PRESCO'IT, 'wmiam H.: Historia de la Conquista de México. Anotada por
1 don Lucas Alamán. Con notas críticas y esclarecimientos de don José Fer•
nando Ramírez. Prólogo, notas y apéndices por Juan A. Ortega y Medina.
l
1
198. PRIETO, Guillermo: Musa calle;era. Prólogo de Francisco Monterde.
54. PROV�RBIOS DE SALOMóN Y SABIDURIA DE JESOS BEN SIRAK: Ver­
siones directas de los originales por Angel María Garibay K.
QUEVEDO, Francisco de: Véase Lazarillo de Termes.
rn. QUIROGA, Horado: Cuentos. Selección, estudio preliminar y notas o;lticas
e informativas por Raimundo Lazo.
f 219. RABINAL ACHI: El varón de Rabinal. Ballet-drama de los indios quicMs
de · Guatemala. Traducción y prólogo de Luis Cardoza y Aragón.
101. RIVA PALACIO, Vicente: Cuentos del General. Prólogo de Clementina Díaz
y de Ovando.
162. RIVAS, Duque de: Don A:lvaro o la Fuerza del Sino. Romances históricos• .
Prólogo de Antonio Magaña Esquive!.
• 172. RIVJµtA, José Eustasio: La Pordgine. Prólogo de Cristina Barros· Stivalet.
87. RODó, José Enrique: Ariel. Liberalismo 'Y Jacobinismo. Ensayos: Rubén
Darlo, Bollvar, Montalvo. Estudio preliminar, índice biográfico-cronológico
y resumen bibliográfico por Raimundo Lazo.
115. RODO, José Enrique: Motivos de Proteo 'Y Nuevos motivos de Próteo. Pró­
logo de Raimundo Lazo.
88. ROJAS, Fernando de: La Celestina. Prólogo de Mantiel de Ezcurdia. Con
una cronología y dos glosarios.
118. ROUSSEAU, Juan Jacobo: El Contrato Social o Principios de Derecho Po­
lltico. Discurso so,bre las Ciencias 'Y las Artes. Discurso sobre el Origen de la
Desigualdad. Estudio preliminar de Daniel Moreno.
159. · -ROUSSEAU, Juan Jacobo: Emilio o· de la Educación. Estudio preliminar de
Daniel Moreno,
265: RUEDA, Lope de: Teatro completo. Eufemia. Armelina. De los ·engañados.
Medora. Colloquio de Camila. Colloquio de T-ymbria. Didlogo sobre la in­
vención de las Calras. El deleitoso. Registro de representantes. Colloquio
llamado· prendas de amor. Colloquio en verso. Comedia llamada discordia
y questión de amor. Auto de Naval y Abigail. Auto de los desposorios de
Moisé;... ·Farsa del sordo. Introducción de Arturo· Souto Alabarce.
10. RUIZ DE ALARCóN: Juan: Ctiatro comedias: Tus paredes oyen. Los,pechos
privilegiados. La verdad sospechosa. Ganar amigos.· Estudio, texto y comen•
tarios de Antonio Castro Leal.
51. SABIDURtA DE ISRAEL: Tres obras de la cultura jud{a.: Traduccion� di-
rectas· de Ángel María .Garibay K. · ·
220. SALGARI, Emilio: _Sandokan. La mujer del pirata. Prólogo de María Elvira·
·Bermúdez.
289. SALGARI, Emilio: Los pif'atas de la Malasia. Los estranguladores. Nota pre•
liminar de María Elvira Bermúdez.
�42. SALGAR!, ·Emilio: Los dos rivales. Los tigres de la Malasia. Nota prelimi­
nar de María Elvira Bermúdez.
257. SALGARI, Emilio: El rey del mar. La reconquista· de Mompracem. . Nota
preliminar de María Elvira Bermúdez.
264. SALGARI, Emilio: El falso Bracmdn. La calda de un imperio. Nota preli•
mina'f de María Elvira Bermúdez. ·
267. SALGARI, Emilio: En los junglares de la India. El desquite de Ydñet. Nota
preliminar de María Elvira Bermúdez.

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1
292. SALGARJ, Emilio: El eyipitá�1 Tormenta. El León de Damasco. Nota preli•
minar de María Elvira Bermúdez.
296. SALGARI, Emilio: El hijo del León de Damasco. La galera del Bajd.
302. SALGARI, Emilio: Él Corsario Negro. La Venganza. Nota t11reliminar. de
María Elvira Bermúdez.
306. SALGARI, Emilio: La reina de los caribes. Honorata de Wan Guld..
• 812." SALGARI, Emilio:. Yolimda. Margan.
288. SALUSTIO: La. conjuración de Catilina. ·La guerra de Jugurta. Estudio pre­
liminar de Francisco Montes de Oca.
59. SAN AGUSTlN: La Ciudad de. Dios. Introducción de Fr�ncisco Montes
de Oca.
142•. SAN AGU�TfN: Confesiones." Versión, · introducdón. y notas de· FranciscÓ
. Montes de Oca. . . .. . . .. • . .
40. SAN FRANCISCO .DE ASfS. Florecillas. Introducción de Francisco _Montes
de Oca.
228, SAN JUAN .DE LA CRUZ: Subida del Monte Carmelo_. Noche _oscura. Cdn•
�ico espiritual. Llama de amor viva. Poes{as. Prólogo de Gabriel_ de la Mora.
199. SAN PEDRO, Diego ·de: Cárcel de amor. Aryialte e Lucenda. Sermón. Poe­
sías. Desprecio de la fortuna. Seguidas de Question
· de a,i:ior;. Introducción
·
de Arturo Souto Alabaré-e.
50. SANTA TERESA DE JESúS: Lá/" · moradas;
· I;ibro de su . Vida. Biografía de
Juana de·Ontañón.
49•. SARMIENTO, Domingo F.: Facundo; Civilización· y Barbarie. Vida de Juan
Facundo Quiroga. Ensayo preliminar e -índice cronológico por Raimundo
Lazo. ·
138. SCO'IT, Walter: lvanhoe o El Cruzado. Introduccióri de Arturo Souto.
281. SltNECA: Tratados Filosóficos. Cartas. Estudio preliminar de Francisco Mon­
tes de Oca. . ifflj

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86. SH:AKESPEARE: Hamlet. Penas por amor perdidas. Los dos hidalgos de Ve•
rana. Sueño de una noche de Verano. Romeo y Julieta. Con notas prelimi•
·nares y dos cronologías. .
94. SHAKESPEARE: Otelo. La fiérecilla domada. A vuestro gÚsto. El rey Lear.
Con notas preliminares y dos cronologías.
96. SHAKESPEARE: Mticbeth. El mercader de Venecia. Las alegres comadres
de Windsor. Julio César. La tempestad. Con notas preliminares ·y dos cro• 11,,
nologías.
160. smNKIEWICZ, Enrique: Qua Vadis1 Prólogó de José Manuel Villalaz.
146. SIERRA, Justo: Jud,-,:z: su, obra y su tiempo. Introducción de Agustín Yáñez.
81. SITIO DE QUEUTARO: Según protagonistas y testigos. Selección y notas
introductorias de Daniel Moreno.
14. SOFOCLES: Las siete tragedias. Versión directa del griego con una intro•
ducción de Ángel María Garibay K.
89. SOLfS Y RIVADENEIRA, Antonio de: Historia ·de la Conquista de México.
Prólogo y Apéndices de Edmundo O'Gorman. Notas de José Valero. ·
SOR JUANA IN� DE LA CRUZ: Véase Cruz, Sor Juana Inés de la.
105. STENDHAL:. La I Cartuja de Parma Introducción de_ Francisco Montes de
o� - . . . . .
UD. STEVENSON, R. L.: La isla del Tesoro .. Cuentos de los Mares del Sur. Pró­
logo de Sergio Pito!.
, il96. SWIIT, Jonathan: Viajes de Gulliver. Traducción, prólogo y notas de Mon­
serrat Alfau.
291., TÁCITO, Cornelio: Anales. Estudio preliminar de Francisco Montes de Oca.
!l!I .' TAGORE, Rabindranath: La luna nueva. El jardinero. El cartero del Rey.
Las piedras hambrientas y otros. cuentos. Estudio de Daniel Moreno.
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2!12, TARACENA, Alfonso: Francisco l. Madero.
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37; TEOCONlA E' HISTORIA DE LOS MEXICANOS, Tres opúsculos ·del si•
glo xv1. Edición de Angel María Garibay K.

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258, TERENCIO. Comedias: La andriana. El eunuco.· El atormenta'dor de si mis•

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mó. Los hermanos.. La suegra. Formión. Estudio · preliminar de Francisco .
�304, TITO LIVIO: Historia Rqmana. Primera década. Estudio· preliininar _de_
Frandsco Montes. de Oca.
201. TOLSTOI, León: La Guerra y· · la Paz. De "La Guerra y - la Paz" pór Eva
Alexandra Uchmany.
.20!S, · TOLSTOI, León: Ana Karenina. Prólogo de Fedro Guillén. ·
295. · TOLSTOI, León: Cuentos escogidos. Prólogo de Fedro Guillén.
290 '. TUCIDIDES: Historia de la Guerra del Peloponeso. I�µ-oducción de Ed·
·
1; mundo O'Gorman. ·
209. TWAIN, Mark; Las aventuras de Tom 'Sawyer. Introducción de Arturo Sou-
to Alabarce.
287. USIGLI, Rodolfo: Corona de Sombra. Corona de Fuego. Corona de Luz• .
52. · VALDM, Juan de: Diálogo de la· Lengua. Prólogo de Juan M. Lope Blanch. -
56. VALERA, Juan: Pepita Jimdnez y Juanita la Larga. Prólogo de Juana de
Ontañón: ·
190. V�MIKI: El Ramayana. Prólogo de· Teresa E. Rhode.
135. VALLE-INCLAN, Ramón de; Sonata de primavera. Sonata ·de estl.o. Sonata
de otoño. Sonata de invierno. (Memorias del marqués de Bradomin.) Estudio
preliminar de Allen W. Phillips.
287. VALLE-INCLAN, Ramón del: Tirano Banderas. Introducción de Arturo
Souto Alabarce.
55, VARGAS MAR'I1NEZ, Ubaldo: Morelos. Siervo de la Nación,
95. VARONA, Enrique José: Textos escogidos. Ensayo de .interpretación, acota•
clones y selección de Raimundo Lazo.
217. VELA, Arqueles: El Modernismo. SU filosofía. Su estética. Su técnica.
243. VELA, Arqueles: Análisis de la Expresión Literaria.. ·
111, VERNE, Julio: De la Tierra a la Luna. Alrededor de la Luna. Prólogo de
María Elvira Bermúdez.
114. VERNE, Julio: Veinte mil leguas de viaje submarino. Nota de María El-
vira Bermúdez,
116. VERNE, Julio: 'Viaje al centro de la Tierra. El. doctor Ox. Maese Zacar{as.
· Un drama en los aires: Nota de María Elvira Bennúdez.
123. VERNE, Julio: La is.la misteriosa. Nota de María Elvira• Bermúdez.
168. VERNE, Julio: La vuelta al mundo en 80 dias, Las tribulaciones de un chi­
no en China.'
180. VERNE, Julio: Miguel Strogotf. Con una ·biografía de Julio Vernc por Ma•
ría Elvira. Bermúdez,
188. VERNE, Julio: Cinco semanas e11 globo. Prólogo de '.María Elvira Bermúdez.
186. VERNE, Julio: Un capitán de quince años. Prólogo de María Elvira Ber-
múdez. ·
189. VERNE, Julio: Dos aiíos de vacaciones. Prólogo ·de María Elvira Bermúdez.
260. VERNE, Julio: Los hijos delcapitán Grant. Nota preliminar de María El-
vira Bermúdez.
163. VIDA., Y HECHOS DE ESTEBANILLO_GONZÁLEZ. Prólogo de Juana de
Ontañon.
227. VILLAVERDE, Cirilo: Cecilia Valdez o La loma del ángel. Estudio critico'
de. Raimundo Lazo.

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· c� de la guerra ..Con una introducción dé Antonio Gómez Robledo. Del
Colegio Nacional.
r,. VOCES DE _ORIENTE: Antologla de textos literarios del. cercano Oriente.
Traducciones, introducciones, compilación y notas. de Angel Mai:ía Gari-
bay K. . . •
170. WALLACE,.. Lcwis: Ben-Hur. �r6logo de Joaquín ·Antonio Péftalosa.
155. wn.DE, óscar: El retrato de Dorian Gray. El prlncipe· feliz. El ruiseñor 1
la rosa. El crimen de Lord Arthur Saville. El fantasma de Canterville. Tra­
ducción, prólogo y notas de Monserrat Alfau.
2511. wn.DE, Osear: La importancia de llamarse Ernesto. El abanico de Lady
Windermere. Una mujer sin importancia, Un marido ideal. Salomé. Traduc•
- ción y prólogo de Momerrat Alfau.
161. WISEMAN,. Cardenal: Fabiola o la Iglesia de las Cata.cumbas. Introducción
de Joaquín Antonio Pefialosa.
90. ZARCO, Francisco: Escritos literarios. Selección, prólogo y notas de. �ené
Avilés.
269, ZEA, Leopoldo: Conciencia y posibilidad del mexic1mo. El occidente y la
\l. concienciá de México. Dos ensayos: sobre México y lo mexicano.
:; '" \ 58. ZORRD..LA, José: Don Juan Tenorio y el Puñal del Godo. Prólogo de Sal"'
,,ador Novo.
155. ZOR.Rll.LA, J;>E SAN MARTIN, Juan: Tabard: Estudio crítico por Raimun­
do Lazo.

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