Alaadín - Una Lámpara Encantada

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Alaadín

Una Lámpara Encantada

1
Alaadín:
Una Lámpara Encantada
(Canción Noches de Arabia)

MONÓLOGO.
VENDEDOR: ¡Ah, Salam y que Alá los llene de alegría mis
queridos amigos! acérquense, acérquense por favor,
no, no tanto, ¡dije que no tanto! Perfecto ¿me
oyen? pues voy a platicarles algo, esto que
verán es Ágrabah, ciudad de misterios, de encanto
y de la mejor mercancía de este lado del Jordán.
yo vendo esto, miren combinación de pipa turca
con cafetera que hace papas fritas, además miren
esto, conserva los aromas naturales del Mar
Muerto, escuchen voy a mostrarles algo
excepcionalmente bello, con una gran historia y
un objeto de mucho poder, eh que les parece, que
no los engañe su apariencia común, como las
personas lo de adentro es lo que cuenta hace mucho
tiempo cambio la vida de un joven humilde pero de
buenos sentimientos, guarden mucho silencio y
pongan atención para que puedan entenderlo.
(Baile)

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(Escenografía del palacio. Llega un pretendiente de la princesa.
Al fondo, el sultán y su esposa observan la escena).

Abad: Soy el príncipe Abad


Jazmín: ¿Y a mí qué?
Sultán: Hija, por favor, compórtate
Abad: Heredaré a mi padre y seré muy rico, además cuento
con mis tierras y te traigo un cofre repleto de
joyas.
Sultana: Príncipe, es un placer tenerlo con nosotros, ¿verdad?
Sultán: Por supuesto, sabemos que eres rico y mi hija está
encantada contigo y…
Jazmín: Nada de eso, no pienso casarme en muchos años.
Abad: ¿No te gusto?
Jazmín: Para nada.
Abad: Nunca me habían insultado así, pobre del que se case
con ella.
Sultana: Era un buen partido para ti.
Sultán: Tienes que escoger esposo, queremos verte casada en
tu próximo cumpleaños.
Sultana Ya tienes 15 años, ya pronto 16 y la ley dice...
Jazmín ¡¿Qué sabe la ley de mis sentimientos?! Yo sólo me
casaré por amor.
Sultán La ley dice…
Sultana: Mira, hija, tu padre ya está viejo y quiere tener
nietos y, aunque soy joven aun…
Sultán: ¡Ah, sí! ¡El viejo soy yo!
Jazmín: Voy al jardín.
Sultana: Te acompaño, mi niña.
Sultán: ¡Qué terca! Salió igual que la madre, Jazmín ¡eres
una princesa!
Jazmín: Tal vez no quiero serla, quiero vivir el mundo, tener
amigos, salir del palacio aunque sea sólo una vez,
debe ser maravilloso allá afuera. Vamos, mamá, a mi
habitación.
Sultán: ¡Yafar, Yafar! (entra Yafar). Mi gran consejero,
necesito tu ayuda.
Yafar: Sus deseos son órdenes para mí.
Sultán: Han llegado muchos pretendientes, con grandes
riquezas y Jazmín no quiere casarse, ninguno le
gusta, ¿qué haré?
Yago: ¿Qué haré? ¿Qué haré? ¡Arrr!
Sultán: Lorito simpático. ¿No quieres una galleta?
Yago: No me gustan las galletas.
Sultán: Yafar, mi gran consejero, necesito tu ayuda.
Yafar : Sus deseos son órdenes, mi señor.
Sultán: Tantos pretendientes ¡y Jazmín no quiere casarse! ¿Qué
haré?
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Yago: ¿Qué haré? ¡Qué problema! ¡Arrr!

Sultán: Come lorito, una galleta.

Yago: ¿No tendrá mejor un dulce?


Sultán: No. Los dulces son malos para los dientes. Mejor una
galleta. Tómala y cométela. (Se la mete a la fuerza en
el pico).
Yafar: Tal vez pueda encontrar la solución a su problema. Yo
soy el mejor, soy el mejor. (Lo hipnotiza).
Sultán: Sí, y me darás todo lo que yo te pida.
Yafar: No, todo lo que yo te pida a ti.
Sultán: Sí, todo lo que pidas.
Yafar: ¡Eso! Pronto te pediré grandes cosas, ahora vete.
Sultán: Me voy. ¿Y a dónde me voy?
Yago: A donde quieras, y cómete tus odiosas galletas.
Sultán: ¿No gusta una?
Yafar: ¡No! ¡Vete! (Sale) Yago, pronto todo esto será
nuestro. Ven, seguiremos buscando a alguien tonto,
inocente, que pueda entrar a la cueva de las
maravillas y me dé lo que más anhelo.
Yago: ¿Qué cosa?
Yafar: Una lámpara que me hará amo y señor del mundo.
Escenografía Mercado
Niñas: Ahí está Alaadín. ¡Alaadín!
Alaadín: ¡Niñas! ¿cómo están? ¿Ya desayunaron?
Niña 1: No. Estamos trabajando.
Niñas: 2 Ayudando en los puestos.
Alaadín: Lástima que no les paguen lo justo.
Niña:3 Es mejor eso que robar.
Alaadín: ¡Pero si es tan sencillo! ¡Fíjense! Abú, ve por fruta
a la izquierda, yo me voy a los de la derecha (roban
fruta).
Señora: ¡Guardias, detengan al ladrón!
Guardia: ¡Detengan a esa rata callejera!
Alaadín: ¡Todo por una pizca de comida! ¡Córrele, Abú!

(Canción “Un Paso Adelante”).


Guardia: ¡Síganlo!
Guardia: ¡Se fueron!
Señora: ¡Canijos, se llevaron mi fruta!
Niña:4 Él es bueno, sólo esta desorientado.
Niña:1 Tiene que mantener a su mamá.
Señora 2: Y a mí ¿qué me importa?
Señora 1: ¡Váyanse!
Señora 3: ¡Sí! ¡Largo! En lugar de ayudar ¡Estorban!
Niña 4: ¿No nos darán algo? (triste).
Señora 4: Confórmense con que no las acusamos de cómplices.
Niña 5: Todo por hablar. No nos pagaron.
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Niña 1: Pues ni trabajamos de todos modos. ¡Hey, miren! (Entra
Jazmín).
Niña 4: Se ve que es rica.
Niña2: ¿Quién será?
Vendedora: ¡Pescado fresco, Fruta!
Jazmín: Gracias, señora.
Alaadín: ¡Wow!
Niñas: Una moneda. Por favor, una moneda.
Jazmín: ¿Tienen hambre?
Niña1: No hemos comido nada.
Niña2: No tenemos trabajo, y yo tengo que llevar dinero a
casa.
Jazmín: Pobrecitas tan chicas y ya trabajando, cuando son sus
padres los que deben hacerlo, tengan coman.
Vendedora Espero que tengas con que pagar.
Jazmín: Yo nunca pago nada.
Vendedora ¡Ladrona! ¡Nadie roba fruta de mi puesto!
Jazmín: Lo siento, no tengo dinero, pero si va al palacio el
sultán le pagará.
Vendedora: ¿Crees que soy tonta?
Jazmín: ¡Sí! Digo ¡No!
Vendedoras: ¡Castíguenla, a la cárcel!
Alaadín: ¡Hermana, qué bueno que te encontré! No le hagan caso,
está loca.
Jazmín: ¡Que! Yo no estoy loca
Alaadín: Tú sígueme el juego.
Jazmín: ¡Váyanse, déjenme sola! Los pretendientes vienen por
mí! ¡El palacio! ¡El sultán! ¡Soy una mona muy mona!
(Imita a un chango) ¡La favorita del sultán!
Alaadín: Vamos alejándonos, confía en mí.
Vendedora: ¡Hey! ¡Páguenme lo que robaron!
Alaadín: Vámonos! (Huyen)
(Escenografía de noche).
Jazmín: ¡Gracias por ayudarme!
Alaadín: De nada. Oye, tú no eres de por aquí.
Jazmín: No, soy de aquí cerca, cerquitas.
Alaadín: ¿Desciendes de la nobleza?
Jazmín: ¿Por qué lo dices?
Alaadín: Por tu manera de vestir.
Jazmín: Escapé de casa, mis padres son ricos.
Alaadín: Yo también me fui de la mía; dejé a mi padre y a mis
hermanos para trabajar aquí. Soy pobre.
Jazmín: La pobreza no es un delito
Alaadín: El Sultán debería salir del palacio para que vea como
vive su pueblo.
Jazmín: Tienes razón. No es justo que unos tengan todo y otros

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nada.
Alaadín: Algún día tendremos un mejor gobernante. ¿Regresarás
con tu familia?
Jazmín: ¡No! Mi padre me obliga a que me case y yo no quiero.
Alaadín: Si no lo amas no lo hagas. Eres una mujer muy bonita,
te será más fácil casarte con alguien.
Jazmín: ¿Qué me quiera?
Alaadín: Sí.
Jazmín: No me casaré pronto ¿y tú?
Alaadín: Soy muy joven. Necesito ganar dinero para mi familia.
Jazmín: No importa tanto el dinero, sino los buenos
sentimientos.
Alaadín: La belleza, la bondad y… ¡Abú! ¡Quítate!
Jazmín: Tengo que irme.
Alaadín: Tú sola corres peligro.
Jazmín: No. Vivo con una tía, aquí cerca.
Alaadín: Te acompaño.
Jazmín: No quiero que nos vean juntos. ¿Cómo te llamas?
Alaadín: Alaadín ¿Y tú?
Jazmín: La próxima vez que nos veamos, te lo diré. Gracias y
adiós.
Guardias ¡Al fin te encontramos, rata callejera! ¡No lo
: suelten! (Lo atrapan, entra Yafar)
Yafar: ¿Por qué raptaste a la princesa?
Alaadín: ¿La princesa? ¡Ella es la princesa Jazmín!
Guardia: Sí. Eres un delincuente, irás al calabozo.
Alaadín: ¡Yo no hice nada!
Yafar: ¿Cómo te llamas?
Alaadín: Alaadín
Yafar: ¿Alaadín? ¡no puede ser! Eres mi sobrino
Alaadín: ¡¿Yo?!
Yafar: ¿Cómo se llama tu madre?
Alaadín: Budulbudura
Yafar: Sí, es mi hermana y tú mi sobrino. ¡Qué grande estás!
Te daré dinero para que se lo lleves; pero antes me
ayudarás. Verás, hay una cueva con muchas riquezas,
pero no todos pueden entrar. Probaré contigo ¿Me
ayudas?
Alaadín: Sí, tío. Oye ¿Cómo te llamas?
Yafar: Susanito
Alaadín: ¿No hay peligro?
Yafar: ¡No, como crees! Si lo hubiera, no te diría.
Alaadín: Y ¿por qué no las sacas tú?
Yafar: Debe ser alguien elegido por el dios Tigre. ¡Que sea
bueno, inocente cómo tú!
¡Ay, Alaadín! ¡Después de tantos años encontré a mi
familia! ¡Increíble!
Alaadín: ¡Quién lo hubiera dicho, tengo un tío!
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(Cambia escenografía a cueva).
Yafar: ¡Al fin! ¡Después de tantos años! ¡La cueva de las
maravillas!
Yago: ¡Maravillas!
Yafar: La lámpara está ahí. Me la darás y el tesoro será
tuyo.
Yago: ¡La lámpara, la lámpara! ¡Otro tonto más!
Alaadín: ¿Qué dices?
Yago: Que ya no aguanto más, queremos ver la lámpara.
Yafar: ¡Calla sha! En cuanto me des la lámpara recoges el
tesoro.
Cueva: ¿Quién habla? ¿Quién osa perturbar mi sueño?
Alaadín: Yo soy Alaadín.
Cueva: Alaadín… un ser inocente y de buenos sentimientos.
Puedes entrar, pero no puedes tocar más que la
lámpara.
Yafar: Tráela. Yo te daré tu recompensa (entra Alaadín).
Alaadín: ¡Mira! ¡Con sólo un puñado me haría rico! ¡Abú, no
toques nada!
¡Mira, una alfombra! ¡Ven, no te haré daño! ¡No huyas,
cobarde!
Buscamos una lámpara.
Alaadín: ¡Ahí está! ¡Esta es la lámpara!
Habiendo tanto dinero y joyas ¿para qué querrá la
lámpara? Eso está raro. ¡Hey, Abú, no toques nada!
Cueva: ¡Han tocado el tesoro prohibido! ¡Ya nunca podrán
salir de aquí!
Alaadín: ¡Corre! ¡Vámonos!
¡Ayúdame, tío!
Yafar: ¡Pásame la lámpara!
Alaadín: Primero ayúdame a salir.
Yafar: ¡La lámpara!
Alaadín: ¡No te la daré si no me sacas! (Se cierra la puerta)
Yafar: ¡No! ¡Mi lámpara! ¡Al fin tenía a la persona indicada!
Yago: ¡No lo puedo creer! ¡Cuándo ya la teníamos!
Yafar: ¡Me va dar un infarto!
Yago: ¡Problema! ¡Problema!
Yafar: ¡Habíamos encontrado a la persona! ¡Un diamante en
bruto!
Yago: ¡Más bruto que diamante!
Yafar: ¡Qué desdichado soy! (Llora. Salen)
Alaadín: ¡Ay, mi cabeza! Creo que tengo un chichón. ¡Cuánta
riqueza! Pero no puedo sacarla. ¡Qué desgraciado soy,
Abú! Jamás veré a mi madre, ni a mis hermanos. No
podré sacarlos de pobres. (Llora).
Mira, Abú, ya mojé la lámpara. (La seca y sale un
Genio).

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Genio: ¡Gracias por sacarme! Estoy torcido del cuello,
imagínate 1000 años dormido, ¡ah! ¡Qué bien se siente
estar afuera! Me alegra estar de nuevo con ustedes
niños y usted, señor ¿Cómo se llama?
Alaadín: Alaadín.
Genio: Alaadín es un feo nombre. ¿Podría decirte Ala o
Dino?
¡Mira, una changuita! ¿Cómo te llamas? Fifí, ven,
bonita. ¡Quis,Quis!
Alaadín: Creo que está loco o yo lo estoy.
Genio: Oye, ¿Te molesta si fumo? Perdón, Chita, no quería
chamuscarte o asustarte.
¡Alfombra! Tenía años que no te veía, pero venga esa
mano, eso es, oye eres más flaco que mi último amo,
pero te vez más bravo. Tantos años durmiendo hacen
que este engordando, véanme de perfil, soy único.
Alaadín: ¡Ya entiendo el valor de la lámpara! ¿Así que yo soy
tu amo?
Genio: Si no eres tan tonto. ¿Qué deseas de mí? Soy el genio
de la lámpara, tu atento y seguro servidor; estoy aquí
para cumplir tus deseos. ¡Gracias público!
Alaadín: ¿Cuántos deseos me vas a cumplir?
Genio: Tres para ser exactos 1, 2,3, ni uno más, no valen
cupones, ni tarjetas de puntos, ni intercambios ni
devoluciones.
Alaadín: ¡Estás bien loco!
Genio: Nada de eso: Soy un artista, así que siéntate mientras
yo inundo el escenario con mi personalidad y talento.
Canción “Un Amigo Fiel”

Genio: ¡Gracias, público, gracias! ¿Qué tal, Calcetino?


Alaadín: Me llamo Alaadín. Oye ¿Tú vas a concederme tres
deseos? Los que quiera ¿no?
Genio: Bueno, casi. Hay cosas que tengo prohibidas: primero
no puedo matar a nadie, sólo de risa. Segundo no
puedo hacer que alguien se enamore de otro alguien,
¡Ay sí! ¡Tienes un no sé qué, que qué sé yo!
Alaadín: ¡Vaya genio más poderoso! No puede resucitar muertos,
mejor voy a buscar la salida.
Genio: ¡Ah, no! ¡Tú frotaste mi lámpara! ¡Tú fuiste el que
me despertó y ahora quieres abandonarme! (llora
) ¡Ay, cómo sufro con este amo! Pues fíjate que no
lo acepto. Te daré tus tres deseos. ¡Alfombra,
sácanos de aquí!
Alfombra: Ni soñarlo, tres son muchos. ¡Soy una alfombra no un
avión!
Genio: ¡No te vayas! Síganme, agárrenla (Bajan al público).
(Cambio de escenografía).
Genio: Aerolíneas Árabes desea que hayan disfrutado su
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vuelo.
Alfombra: ¿Cuál vuelo?
Alaadín: ¡Qué carrera! Me cansé, pero nos sacaste de la cueva.
Genio: Sí. Ya sólo te quedan dos deseos.
Alaadín: ¡Yo no te pedí salir de la cueva!
Genio: ¡Qué! ya me fregaste. Nada más por esta vez te la
paso.
Alaadín: Si tuvieras tres deseos… ¿Qué pedirías? Porque yo no
sé qué pedir.
Genio: Yo… no sé. Nunca me lo habían preguntado. Bueno, en
mi caso… no, olvídalo.
Alaadín: ¿Por qué?
Genio: No, ¿para qué? Me da pena.
Alaadín: Sí. Dímelo.
Genio: Pediría mi libertad.
Sabes, yo antes era un malvado; utilizaba mis poderes
para hacer el mal y, como castigo, fui condenado a
vivir en la lámpara, a tener amos y cumplir sus
deseos.
Alfombra: ¡Pobrecito! Yo creo que ya es justo que lo perdonen.
Genio: ¿Verdad que sí? Quiero ser libre. La libertad es uno
de los valores más grandes que hay en el mundo.
Alaadín: Yo te voy a liberar.
Genio: ¡Sí, cómo no!
Alaadín: Después de que me otorgues dos deseos, el tercero
será para liberarte.
Genio: Trato hecho, ahora dime ¿qué es lo que deseas?
Alaadín: Conocí a una muchacha…
Genio: Error, no puedo hacer que te amen.
Alaadín: Es que ella es inteligente, graciosa bonita y tiene
uno ojos que te obligan a… y un cabello que es… y su
sonrisa…
Genio: ¡Eso es amor!
Alaadín: Pero ella es rica y yo pobre.
Genio: Para el amor, no hay imposibles. Te convertiré en
príncipe.
Alaadín: Sí.
Genio: Primer deseo. ¡Ay! Tu traje no me gusta nada, parece
del siglo pasado y esos parches… ¡Ay, no! ¡A
trabajar! Seré tu modisto, te convertiré en una
estrella. Bueno, tampoco hago milagros.
Alfombra: ¡Qué se bañe y use desodorante! ¡Uff!
Alaadín: ¡Ayudare a mi familia! ¡Tendré dinero! ¡Seré un
príncipe!
INTERMEDIO
Jazmín: Yafar.

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Yafar: ¿Sí, princesa?

Jazmín: Supe que los guardias aprehendieron al muchacho que


conocí en el bazar.

Yafar: Yo sólo cumplí la ley. Nadie puede ver a la


princesa, sólo los del palacio y los nobles como
usted.

Jazmín: Suéltalo inmediatamente.

Jazar: No puedo hacerlo.

Jazmín: Te lo estoy ordenando.

Yafar: Lo siento, pero la ley ordena que quien vea a la


princesa deber morir, y fue decapitado.

Jazmín: ¡Cómo pudiste! ¡Ay, no! ¡Pobre!

Yafar: Lo siento es la ley.

Jazmín: Algún día anularé esas leyes, son atentarías para el


ser humano.

Yafar: Mientras el rey viva, no podrás. ¡Qué pena!

Jazmín: Antes de matarlo, había que juzgarlo. Eres un asesino


(sale).
Yago: Oí como te dijo. Qué gacha, es un insulto.
Yafar: Es un halago Yago, no me molesta.
Yago: ¡¿No?!
Yafar: Algún día yo gobernaré y las cosas cambiarán, será
peor. ¡Ja, ja, já!
Yago: ¡Pensar que tendremos que seguir humillándonos ante
ese viejo galletero y su odiosa hija, y luego
encontrará esposo y cuando el padre muera o abdique,
ellos gobernarán y será el fin para nosotros! Nos
liquidará… ¡espera, Yafar…! ¿Y si tú fueras su
esposo?
Yafar: ¡¿Qué dices?!
Yago: Tendrás que hacer que el rey reforme la ley, tú te
casas con la princesa y, entonces, ¡te vuelves
sultán!
Yafar: Es buena idea. Me caso con ella y seré sultán.
Yago: Sí, y entonces tratamos al galletero suegro con la
punta del pie, ¡no, mejor los envenenamos o los
tiramos al río! ¡Ah, qué feliz soy! ¡Qué feliz soy!

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Yafar: ¡Qué inteligencia! ¡Y sólo eres un perico!
Yago: Y soy más listo que tú.
Yafar. ¿Qué dijiste?
Yago: Que no hay nadie más listo que tú.
Yafar: Eso. Buena idea se me ocurrió. Tengo que hacer un
plan. (Salen)
Yago: Se me ocurrió esa es idea. Es la desventaja de ser
un perico, no puedo hacer nada; pero el no comer
galletas tan malas, ya es ventaja, (se va).
Sultán: (Entran el Sultán y Jazmín) Ya me dio la queja Jazmín,
estoy muy disgustado contigo.
Yafar: Ya me disculpe con la princesa, no volverá a suceder.

Jazmín: Claro que no. ¿Cuándo volveré a conocer a alguien


como él?
Sultana: Como él no, conocerás mejores y peores, pobres
y ricos. Definitivamente los ricos son más
guapos, así que yo te ayudare a escoger.
Jazmín: ¿Cuándo entenderás mamá que en esta vida lo que más
importa es la riqueza?
Sultana: Es lo que te estoy diciendo.
Jazmín: Pero la riqueza del espíritu: el valor del amor, del
cariño, la comprensión, el formar una familia, nunca
lo entenderás.
Sultán: ¡Hurra por mi hija!
Sultana: ¡Tú, cállate!
Jazmín: Adiós.
Sultán: No te vuelvas a salir.
Jazmín: No. ¿Ya para qué? (Salen Jazmín y la Sultana).
Yafar: No se preocupe más, su alteza, ya tengo la solución a
su problema.
Sultán: ¿De veras?

Yafar: Según la ley, si la princesa no se ha casado con un


príncipe antes del plazo indicado, el sultán elegirá
por ella y si no llega a un acuerdo, se casara con…
¡Vaya! ¡Qué casualidad! Con el gran visir ¡Qué soy
yo!
Sultán: Pero la ley dice que se casará…
Yafar: Conmigo.
Sultán: La princesa se casara contigo… Se me hace
que la ley no menciona eso.
Yafar: Ordenarás a la princesa que se case
conmigo.
Sultán: Ordenaré a la princesa que se case… ¡Hey! ¿Qué es
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eso? ¡Qué música! ¡Es un desfile! ¡Jazmín! ¡Zulema!
¡Vengan!

(Canción «Príncipe Alí»)


Alaadín: Alteza, soy el príncipe Alí Abábua, y he venido
desde muy lejos a pedir la mano de su hija.
Sultán: Príncipe Alí Guau Guau es un gusto conocerte, ¡Jijí!
Alaadín: ¡Gracias, señor!
Sultán: También el gran visir está encantado.
Yafar: ¡Uy, una barbaridad! Pero me temo, príncipe Abúbu…
Sultán: Aguau,Guau.
Yafar: Que yo recuerde, usted no ha sido invitado.
Sultán: No importa. Espero que a mi hija le caigas bien. Oye,
y este artefacto… ¿no sería mucha molestia si me
dejas dar una vuelta? Porque es una alfombra voladora
¿verdad?
Alaadín: Sí. ¡Y claro que puede dar una vuelta en ella!
Alfombra: ¡No! ¿Por qué me tocan pesos completos?
Yafar: ¡Señor, Compostura!
Sultán: ¡Bah! No seas amargado, ya cásate.
Yafar. ¿De dónde viene?
Alaadín: De un lugar muy lejano.
Yafar: Y ¿qué le hace pensar que es digno de la princesa?
Alaadín: Soy el príncipe Alí Abábua.
Sultán: ¡Fue un viaje maravilloso, príncipe Guau-Guau!
¡Jazmín se casará contigo!
Jazmín: ¡Ves, mamá! ¡Ya están arreglando mi vida!
Sultán: Tranquila, puede ser un buen esposo.
Jazmín: ¡¿Cómo se atreven a hablar así de mí?! ¡Yo escogeré a
mi esposo, y no será un tipo presumido como tú!
Sultán: ¡Por Alá! No le hagas caso, ya aceptará (Salen)
Alfombra: Parece que no sirvió de nada todo lo que hicimos.
(Entrando en parejas)
Genio: Tú eres diferente a Jazmín ¿verdad?
Soliman Sí. Bueno, sigamos jugando.
Libia: ¡Ay, sí! Te apuesto mi velo contra tu alfombra.
Alfombra: No, porque me quedaría sin ropa.
Alaadín: Genio, quiero hablar contigo.
Genio: Ya sé, ya sé. Te daré un consejo: sólo se tú mismo.
Alaadín: ¡Pero soy una rata callejera!
Genio: ¡No lo eres!
Alaadín: ¡Tengo que ser yo mismo! ¿Cómo me veo?
Genio: ¡Cómo un príncipe!
(Alaadín va con la princesa)

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Alaadín: Princesa, soy yo, el príncipe Alí Abábua.
Jazmín: ¡No quiero verte!
Alaadín: ¡Por favor!
Jazmín: Oye… ¿no te conozco?
Alaadín: No, no creo. Eres muy bonita, me acordaría.
Jazmín: Te pareces a alguien que conocí en el bazar.
Alaadín: ¿Y qué haría yo en un bazar? Eres bella.
Jazmín: Y rica también. ¡El premio ideal para alguien
presumido como tú!
Alaadín: No, no eres un premio. Tienes derecho a tomar tus
propias decisiones, lo siento, me voy.
Jazmín: Oye, espera.
Alaadín: ¿Qué?
Jazmín: ¿Tienes una alfombra?
Alaadín: ¿No te gustaría dar una vuelta?
Jazmín: Bueno, yo…
Alaadín: ¡Confía en mí!

Jazmín: Esas palabras… ¡sí, confío en ti!

(Canción «Un Mundo Ideal»)

Jazmín: ¡Jamás me había sentido tan feliz! ¡Tan ligera, tan


libre! ¡Desearía que esta noche no terminara nunca!
Alaadín: Yo también lo quisiera.
Jazmín: ¡Lástima que Abú se esté perdiendo de este paseo!

Alaadín: ¡Oh, no te preocupes! Él se está divirtiendo. Además,


lo que pasa es que…
Jazmín: Te conocí en el bazar. ¿Por qué no me lo dijiste
antes? ¿Pensaste que no te reconocería? ¿Crees que
soy tonta?

Alaadín: ¡No!

Jazmín: ¿Quién eres en realidad? ¿Un vagabundo o un príncipe?


¿Me ocultas algo? Te burlaste de mí.

Alaadín: ¡No! A veces me gusta vestirme como uno de mis


súbditos, ¡pero sí soy un príncipe!

Jazmín: ¡Un príncipe mentiroso!

Alaadín: ¡Pero príncipe!


Jazmín: Me lo hubieras dicho.
ALAADÍN: Pensé que no me ibas a creer, suena un poco raro.
Jazmín: No es tan raro, yo también lo hice cuando me
conociste. Adiós, príncipe.

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Alaadín: ¡Qué duermas bien princesa! (Alaadín camina enamorado
y recibe un golpe en la cabeza, entra Yafar con los
guardias).
Yafar: Es hora de deshacernos del príncipe Abúbu.
¡Llévenselo! ¡Fuera de aquí! ¡Desterrado!
Guardia 1: ¡Vamos! ¡Sáquenlo! (Salen)
Sultán: Yafar, que bueno que te encuentro. Quiero una
alfombra que…
Yafar: (Utilizando su bastón hipnotiza al sultán). ¡La princesa
se casara conmigo!
Sultán: Sí. La princesa se casará contigo.
Jazmín: (Entrando). Papá, ya elegí a mi furo esposo. Quiero
casarme con el príncipe Alí.
Sultán: No puede ser. Te casarás con Yafar.
Jazmín: ¿Qué te pasa, papá?
Alaadín: ¡Yo sé que le pasa! (Entra Alaadín con su mamá).
Jazmín: ¡Príncipe Alí!
Alaadín: ¡Yafar ha estado controlándolo con sus trucos! (Le
quita su bastón). ¡Diles la verdad, que me sacaste de
aquí!
Mamá: ¡Nada más que no contaban conmigo!
Sultán: ¡Guardias, arréstenlo! (Yafar escapa). ¡Síganlo! ¡No
dejen que huya! (Salen).
Sultán: ¿Y usted quién es?
Mamá: Soy mamá de…
Alaadín: ¡Del Príncipe Alí Abábua!
Mamá: Y ése, ¿quién es?
Alaadín: ¡Ay, mamá! ¡Sigues igual de bromista!
Sultán: Mucho gusto, señora. Pasen por, aquí quiero que
conozca a mi esposa.
Alaadín: Mamá, ella es la princesa Jazmín.
Mamá: Mucho gusto (Hace una reverencia).
Jazmín: Igualmente. (Salen platicando. Entra Yafar, que ríe como
loco).
Yago: ¿De que te ríes, Yafar, estamos acabados. Te has
vuelto loco.
Yafar: Al contrario, mi impaciente cotorro, antes de huir
vi que el príncipe traía la lámpara maravillosa. El
tal principito no es otro que el harapiento de
Alaadín. Logró sacarla, pero pronto se la quitaré.
Me las pagará todas juntas.
Yago: Nos iremos de aquí.
Yafar: Nada de eso, tú le quitaras la lámpara.
Yago: ¡¿Yo?!
Yafar: Sí, tú. Escóndete, ahí vienen (Salen).
Alaadín: No soy un príncipe, jamás podre serlo.
Genio: ¿Qué tienes? Te noto preocupado.

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Alaadín: No es nada.
Genio: El caso es que ya pediste dos deseos; el tercero me
lo habías prometido a mí, así que te toca decir:
«Genio, deseo que seas libre».
Alaadín: Discúlpame, pero no puedo liberarte. Te necesito.
Genio: ¡Ah, jajá! Conque rompes tus promesas. Bueno, debí
de haberlo supuesto; le has mentido a todo el mundo,
así que, con tu permiso, me retiro.
Alaadín: ¡Perdóname! ¡Lo siento! ¡De veras! Pero, si soy algo,
es por ti… sólo por ti.
Sultán: Alí, ven conmigo. Es hora de anunciar que tú serás
el futuro sultán. ¡Pueblo de Agrabah! ¡La princesa
al fin ha escogido novio: el príncipe Alí Abábua! Me
da gusto que el pueblo este de acuerdo; porque están
de acuerdo ¡¿verdad?! ¡Mi hija se casara con el
príncipe Alí!
Yafar: ¡Jamás se casara con nadie! ¡Mira lo que traigo aquí!

Alaadín. ¡La lámpara!


Yafar: ¡Así es! Tu mamá se cansó de cargarla, y Yago
aprovecho para quitársela.
Genio: Lo siento, ahora es mi amo.
Yafar: ¡Y ahora, escuchen todos ustedes! ¡Yo, seré el
sultán! ¡Deseo ser el sultán!
Alaadín: ¡Genio! ¡Por favor!
GENIO: Lo siento, Al, debo obedecerlo. Él es mi nuevo amo.
Jazmín: ¡Nunca nos inclinaremos ante ti, tonto Yafar!
Yago: ¡Pero que terca!
Yafar : Ah, pues si no se inclinan ante mí, ahorita lo harán.
¡Genio, deseo ser un hechicero!
Genio: Enseguida. ¡Cuácatelas!
Yafar: ¿Qué no sabes que fuiste engañada princesa? Él sólo
es un raterillo callejero.
Mamá: ¡Mi hijo es muy honrado! ¡Perdóname, Alaadín! Yo tuve
la culpa. Estaba descansando y él se aprovechó para
quitarme la lámpara.
Yafar: ¡Con mi magia poderosa te convertiré en un sapo! (Y
lo convierte).
Alaadín: ¡No!
Yafar: ¡Pobre Alaadín! Es una lástima que no te interese
compartir el trono conmigo, serías la esposa ideal.
Jazmín: Jamás
Sultana: Oiga, visir, permítame.
Yafar : ¡Usted se calla!
Sultana: ¿Ve usted, señora? ¡Y eso que voy ser su suegra!
Mamá: Sí. No hay nadie como mi hijo.
Sultana: Pues el color verde le queda bien.
Yafar: ¡A callar, viejas cotorras!

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Yago: ¡Oye, no insultes!
Yafar: ¡Deseo que Jazmín se enamore de mí!
Genio: Este… verás… yo no puedo hacer que alguien se enamore
de otro alguien.
Jazmín: Yafar, me casaré contigo si vuelves a convertir a
Alaadín en lo que era.
Yafar: ¿Crees que soy tan tonto?
Jazmín: Tú no eres tonto, eres Guapo, interesante. ¡Ay! ¿Por
qué no lo había notado antes? Conviértelo y en este
momento seré tu esposa.
Yafar: ¡Genio, convierte este renacuajo en Alaadín!
(desaparece el sapo y se convierte en Alaadín).
Jazmín: Bravo, caíste en la trampa. ¡Has perdido tu tercer
deseo!
Yafar: Y eso ¿qué tiene?
Genio: ¡Que soy libre por fin!
Alaadín: Todavía soy tu amo, pero esto todavía no se termina.
Te irás de aquí Yafar, ¡para siempre! (Pelean. Gana
Alaadín).
Sultán: ¡Hurra por Alaadín! ¡Al fin te casarás con mi hija!
Alaadín: No puedo hacerlo, no soy un príncipe y no puedo
casarme con la princesa
Genio: ¡Pero tienes un deseo!
Alaadín: Pero no puedo sacrificarte. Es mi felicidad pero
también es tu libertad, yo te la había prometido y
lo que uno promete debe de cumplirlo, perdón.
Sultán: ¡Un momento! Tu nobleza es muy grande y desde este
momento reformo la ley: la princesa se casará con
quien a ella le parezca. (Al público) ¿Están de
acuerdo?
Genio: Entonces yo, yo…
Alaadín: ¡Eres libre!
Genio: ¡Me voy! ¡Adiós! ¡Hasta luego!
Mamá: Alaadín, estoy orgullosa de ti; eres una persona
honesta.
Jazmín: Un buen muchacho.
Alaadín: Que te ama y quiere vivir en un mundo ideal.
(Canción «Un Mundo Ideal»)

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Fin.

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