Delitos de La Cpi
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Además, fue condenado por reclutar a niños menores de 15 años y utilizarlos para luchar en las
vastas regiones orientales del país, fronterizas con Rwanda y Uganda, ricas en recursos.
Por último, también fue declarado culpable de la violación de algunos de estos jóvenes y de
explotar a otros como esclavos sexuales.
Entre la larga lista de crímenes que figuran en la sentencia, la Corte indica que el asesinato del
clérigo Abba Bwanalonga, en la aldea de Mongbwalu, rica en oro, causó un impacto devastador en
aquellos que lo conocieron.
Los testigos declararon que su asesinato fue "relevante entre el clero y la población", mientras que
las tres monjas que fueron secuestradas con él todavía se niegan a hablar de lo que presenciaron.
Aunque la pena por estos crímenes oscila entre los ocho y 30 años de detención por cada uno de
ellos, su sentencia de 30 años es la máxima permitida por el Estatuto de Roma.
Tras dos órdenes de detención emitidas por la Corte los años 2006 y 2012, Ntaganda se entregó
voluntariamente el 22 de marzo de 2013.
El juicio comenzó el 2 de septiembre de 2015 y las observaciones finales del caso tuvieron lugar del
28 al 30 de agosto de 2018.
Durante las 248 audiencias, la Sala escuchó a 80 testigos y peritos citados por la Fiscal de la Corte
Penal Internacional, Fatou Bensouda; la defensa de Ntaganda llamó a declarar 19 testigos; los
representantes legales de las de las víctimas aportaron a tres testigos y 5 de los perjudicados
expusieron sus opiniones y preocupaciones.
El 8 de julio de 2019, la Sala de Primera Instancia VI declaró Bosco Ntaganda culpable, más allá de
toda duda razonable, de 18 cargos de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, cometidos
en la localidad de Ituri, República Democrática del Congo, en 2002 y 2003.
el crimen de lesa humanidad se define como aquel “de especial gravedad, como el asesinato, el exterminio, la
esclavitud, la deportación o el traslado forzoso de población, la privación grave de libertad o la tortura, que se
comete como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de
dicho ataque”. que violen los derechos fundamentales fijados en el Derecho Internacional
A finales de 2002, por invitación del entonces Presidente de la República Centroafricana Ange-
Félix Patassé, el Presidente y Comandante en Jefe del MLC, Jean-Pierre Bemba, formó una
coalición con la RCA para oponerse a un golpe liderado por el ex-jefe de personal de las fuerzas
armadas centroafricanas. Durante la operación de cinco meses de duración sin éxito en la RCA, las
fuerzas del MLC asesinaron, violaron y saquearon a civiles en toda la RCA. Antes de su arresto y
entrega a la CPI en 2008, Bemba fue vicepresidente de la República Democrática del Congo.
En un juicio que comenzó el 22 de noviembre de 2010, Bemba fue el primer acusado de la CPI
procesado por responsabilidad penal como comandante militar. El Fiscal alegó que él sabía o debía
haber sabido que las tropas efectivamente bajo su mando estaban cometiendo crímenes y que él no
respondió adecuadamente. Las visitas de Bemba a la RCA durante la operación del MLC, las
órdenes por radio, los discursos a sus tropas sobre los crímenes de guerra, la correlación con
informes oficiales de esos crímenes y el entrenamiento inadecuado de las tropas del MLC o la falta
de recursos para contar con tribunales disponibles en el MLC se presentaron como evidencia del
control efectivo de Bemba, de su conocimiento sobre los crímenes que estaban siendo cometidos y
de su fracaso para actuar responsablemente.
Veredicto
El 21 de marzo de 2016, la Sala de Primera Instancia III condenó a Bemba por crímenes de lesa
humanidad y crímenes de guerra. Los jueces determinaron que la evidencia demostraba, más allá de
una duda razonable, que se había cometido asesinato, violación y saqueo, tal como los define el
Estatuto de Roma y que Bemba tenía autoridad y control efectivos sobre los perpetradores directos
del MLC. Los jueces también determinaron que Bemba había mostrado indiferencia por el derecho
humanitario internacional (DHI) durante su control operacional y falló a la hora de responder
adecuadamente a los reportes de violaciones del DHI. El juicio resultó en la primera condena por
responsabilidad de mando de la CPI y la primera condena por crímenes sexuales y basados en el
género.
Sentencia
El 21 de junio de 2016, Bemba fue sentenciado a 18 años de prisión. Su sentencia fue la siguiente:
16 años por cada acusación de asesinato, 18 años por cada acusación de violación y 16 años por
saqueo como crimen de guerra. Los jueces determinaron que las sentencias serían cumplidas
concurrentemente, esto dio como resultado una sentencia general de 18 años en total. Los 8 años
que pasó bajo custodia desde su arresto fueron descontados. Durante la sentencia, los jueces
destacaron que los actos de violación fueron perpetrados en circunstancias agravantes, ya que
fueron practicados con marcada crueldad y contra víctimas especialmente vulnerables.
El 8 de junio de 2018, la Cámara de Apelaciones de la CPI estableció, por mayoría, que la Sala de
Primera Instancia III de la Corte había “errado en dos cuestiones importantes”, una de ellas, la
condena del Sr. Bemba “por actos penales específicos que estaban fuera del alcance de los cargos
tal y como fueron confirmados” y decidió absolver a Bemba de los cargos de crímenes de guerra y
crímenes de lesa humanidad.
Victimas:
Antes de asesinarlos, los paramilitares acusaron a las personas de tener nexos con la guerrilla de las
Farc. Sin embargo, tiempo después la Fiscalía estableció que se trataba de campesinos. Diez años
después, el Estado colombiano fue condenado por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) por violación del derecho a la vida, al haber incurrido en omisión por no evitar
los hechos y colaboración por parte de algunos miembros de la Fuera Pública de Ituango. El Estado
colombiano fue condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos por violación del
derecho a la vida.
Masacre de El Aro
El 22 de octubre de 1997, un grupo de aproximadamente 150 paramilitares de las Autodefensas
Unidas de Colombia (Auc) incursionaron en el corregimiento de El Aro, Ituango y asesinaron a 16
personas.
Los ‘paras’ permanecieron en el lugar durante diez días durante los cuales quemaron 42 de
las 60 casas, robaron ganado, torturaron personas y obligaron a 700 personas a desplazarse.
Durante el tiempo que duró la incursión, no hubo presencia de la Fuerza Pública. Según versiones
de los exparamilitares Salvatore Mancuso y Francisco Enrique Villalba, un helicóptero de la
Gobernación de Antioquia sobrevoló Ituango durante la masacre.
CRIMENES DE GENOCIDIO
La masacre de las bananeras fue una masacre de los trabajadores de la empresa estadounidense de
banano United Fruit Company a manos del ejército de Colombia, que se produjo entre el 5 y el 6 de
diciembre de 1928 en el municipio de Ciénaga, Magdalena.
Un número indefinido (diversas fuentes indican números entre 13 y 2000) de trabajadores murieron
después de que el gobierno del conservador Miguel Abadía Méndez decidió poner fin a una huelga
de un mes organizada por el sindicato de los trabajadores que buscaban garantizar mejores
condiciones de trabajo.3 El 28 de noviembre de ese año había estallado la huelga más grande de la
historia colombiana. Más de 25 000 trabajadores de las plantaciones se negaron a cortar los bananos
producidos por la United Fruit Company y por productores nacionales bajo contrato con la
compañía.45 A pesar de tal presión, la United Fruit Company y los huelguistas no lograron llegar a
un acuerdo, y el ejército intervino, acribillando a varios obreros e hiriendo a otros más, quienes
estaban protestando pacíficamente.
La Masacre de San José de Apartadó fue un asesinato masivo ocurrido el 21 de febrero de 2005 en
la vereda Mulatos Medios, corregimiento de San José de Apartadó (Antioquia), y en la vereda La
Resbalosa, municipio de Tierralta (Córdoba), en Colombia, donde fueron asesinados 3 niños y 5
adultos entre hombres y mujeres.1 La masacre se realizó por miembros del Ejército Nacional de
Colombia en compañía de paramilitares del Bloque Héroes de Tolová de las AUC. El Ejército
Nacional insistió por largo tiempo que los autores habían sido de las FARC-EP; esa versión falsa se
sustentó en el testimonio de campesinos obligados a declarar bajo amenazas y torturas de militares
de la Brigada XVII, en la comandancia de Iván Duque López.
El día 21 de febrero de 2005, hombres armados, entre militares y paramilitares, ingresaron a la zona
donde confluyen los departamentos de Antioquia y Córdoba, más exactamente en las veredas La
Resbalosa (Córdoba) y San José de Apartadó (Antioquia); allí masacraron a dos grupos de
campesinos de la región. En la vereda Mulatos Medios fueron asesinados Luis Eduardo Guerra
Guerra, destacado líder comunal, su compañera Beyanira Areiza, y su hijo Deyner Andrés Guerra
Tuberquia de 11 años; mientras que en La Resbalosa las víctimas fueron Alfonso Bolívar Tuberquia
Graciano, su esposa Sandra Milena Muños Pozo, y sus hijos Natalia Tuberquia de 5 años, Santiago
Tuberquia de 21 meses, y el señor Alejandro Pérez.1
El testimonio de Jorge Luis Salgado, quien perteneció al grupo paramilitar, fue el que dio elementos
a la justicia para tomar acciones en el caso. El paramilitar relató a las autoridades el suceso y la
forma como fueron asesinados los niños:
"Los niños estaban debajo de la cama. La niña era muy simpática, de unos 5 ó 6 años y el peladito
también era curiosito (...) Propusimos a los comandantes dejarlos en una casa vecina, pero dijeron
que eran una amenaza, que se volverían guerrilleros en el futuro (...) 'Cobra' tomó a la niña del
cabello y le pasó el machete por la garganta".5
El exparamilitar relató cómo el padre de los niños suplicaba de rodillas que no los asesinaran, y
contó que la niña creía que irían a un paseo.
CRIMEN DE AGRESIÓN
El crimen de agresión constituye uno de los actos más graves cometidos por un Estado contra otro,
en tanto afecta, en primer lugar, el derecho a la autodeterminación y soberanía del respectivo
Estado; en segundo término, al hacer uso de la fuerza se comete una de las mayores infracciones
contra el derecho internacional
Ejemplos de situaciones y casos de crímenes de lesa humanidad: República Democrática del Congo,
RDC (El Fiscal vs. Germain Katanga)
Crímenes de guerra
Art. 8 del Estatuto de Roma
Los crímenes de guerra incluyen infracciones graves de los Convenios de Ginebra y otras
violaciones graves de las leyes y usos aplicables en los conflictos armados internacionales y no-
internacionales, cuando se cometan como parte de un plan o política o como parte de la comisión en
gran escala de tales crímenes.
La Corte tendrá competencia respecto de los crímenes de guerra cuando se cometan como parte de
la comisión en gran escala de tales crímenes
Los crímenes de guerra incluyen, entre otros:
Homicidio
Mutilación
Toma de rehenes
Dirigir intencionalmente ataques contra la población civil
Cometer actos de violación, esclavitud sexual, embarazo forzado
Reclutar o alistar a niños menores de 15 años en las fuerzas armadas nacionales o utilizarlos para
participar activamente en las hostilidades
Para el propósito de juzgar crímenes de guerra, es importante diferenciar entre conflictos armados
internacionales (violencia entre Estados) y conflictos armados no-internacionales (violencia entre
grupos armados). Esto es clave para determinar qué disposición del Artículo 8 se deberá aplicar - n2
b) ó n2 c) ó e). La lista de los últimos es mucho más corta.
Ejemplos de situaciones y casos de crímenes de guerra: República Democrática del Congo, RDC -
(El Fiscal vs. Thomas Lubanga Dylio).
Crimen de agresión
Artículo 8 bis del Estatuto de Roma
En 2010, la primera Conferencia de Revisión del Estatuto de Roma realizada en Kampala, Uganda,
adoptó enmiendas al Estatuto por consenso, entre las que se incluye una definición del crimen de
agresión y un régimen que establece cómo la Corte deberá ejercer su competencia a la hora de
investigar y juzgar individuos por este crimen.
El crimen de agresión implica la planificación, la preparación, el inicio o la ejecución del uso de la
fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política
de otro Estado.
Incluye, entre otras cosas, la invasión, ocupación militar y toda anexión mediante el uso de la
fuerza, el bloqueo de los puertos o de las costas que por sus características, gravedad y escala
constituya una violación manifiesta de la Carta de las Naciones Unidas.
Este crimen aplica solo a líderes políticos o militares, no incluye a combatientes o soldados: el
responsable debe ser una persona que ocupe una posición en la cual se ejercite efectivamente el
control o que dirija el accionar político o militar de un Estado. La Corte también debe demostrar
que el responsable estuvo implicado en la planificación, preparación, el inicio o la ejecución del
acto de agresión de un Estado.
El artículo también contiene un requisito: el acto de agresión debe constituir una violación
manifiesta de la Carta de las Naciones Unidas.
Este crimen posee un régimen jurisdiccional único, que no puede ser activado de la misma forma
que los otros crímenes del Estatuto. La Corte puede ejercer su competencia sobre el crimen a través
de una remisión estatal (proprio motu) o de una remisión del Consejo de Seguridad de la ONU. Para
que la Corte pueda ejercer activamente su competencia sobre el crimen de agresión, deben
cumplirse dos condiciones:
Las enmiendas deben haber entrado en vigor en al menos treinta Estados Partes.
Los Estados Partes deben activar la jurisdicción a través de una decisión adicional posterior al 1º de
enero de 2017 por una mayoría de 2/3.