Bonus Guia Azucar
Bonus Guia Azucar
Bonus Guia Azucar
tu nuevo hábito 40
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ADVERTENCIA DE USO:
El autor ha creado esta guía para facilitar a cualquier persona el cambio
hacia una alimentación 100% saludable. El material descrito en este Ebook re-
presenta la opinión del autor basada en sus conocimientos personales y pro-
fesionales. El autor no se responsabiliza del uso del material descrito en este
documento.
La información contenida en este documento no sustituye en ningún caso
a una consulta médica ni a ningún tratamiento prescrito por un médico. Ante
cualquier duda, se ruega consultar a un profesional médico antes de iniciar
cualquier cambio dietético.
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y fotografías) están sujetos a derechos de propiedad por las leyes de Derechos
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previa por escrito de Venu Sanz Chef.
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Hoy en día podemos leer numerosos artículos en periódicos y revistas que
nos hablan de lo perjudicial que es el azúcar. Podemos escuchar a muchos
expertos, médicos y nutricionistas decirnos que no hay que consumir azúcar,
pero para realmente conseguirlo es necesario que seamos muy conscientes
de su efecto en nuestro organismo y a lo que nos enfrentamos realmente si no
hacemos un cambio en nuestra alimentación.
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TIPOS DE AZÚCARES
Es preciso entender la diferencia entre lo que son los azúcares libres y los azú-
cares intrínsecos:
- Por un lado, tenemos los azúcares intrínsecos, que son aquellos que
forman parte de forma natural de la composición de un alimento que
no ha sido manipulado. Es el caso de la fruta o verdura entera. Aquí, los
azúcares se encuentran dentro de una matriz nutricional compuesta por
muchos elementos: fibra, vitaminas, enzimas, minerales…
- Por otro lado, están los azúcares libres, que son aquellos que se añaden
de forma explícita a un producto como ingrediente (azúcares añadidos),
o que, formando parte de él de forma natural, se convierten en libres al
procesar el alimento y separarlo de su matriz, como por ejemplo zumos o
jarabes.
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Esto cobra especial importancia cuando se explica que la OMS determina
que el consumo máximo de azúcar debería ser menor al 10% de la ingesta ca-
lórica total (25g al día en una dieta estándar de 2000 kcal, que equivale a 6
terrones de azúcar). El azúcar al que la OMS hace referencia es al azúcar libre,
no al que forma parte de los alimentos enteros. Hay que dejar claro que eso no
quiere decir que haya que consumir esa cantidad: la cantidad recomendada
de azúcares libres es 0, lo que se determina es el máximo que se recomienda no
sobrepasar, la cantidad máxima a partir de la cual estamos poniendo en grave
riesgo nuestra salud.
Una vez dejada la terminología técnica clara, pasemos a observar qué suce-
de en nuestro organismo al consumir azúcares:
LA IMPORTANCIA DE LA INSULINA
Esto sería catastrófico para la salud, por un lado, porque nuestra células no
dispondrían de energía para funcionar y por otro, porque si la glucosa se que-
da en el torrente sanguíneo sin ser gestionada y aumenta en exceso puede
provocar una hiperglucemia y, con ello, enfermedades cardíacas, renales, ce-
rebrovasculares, neurológicas, pérdida del conocimiento y pérdida de la vi-
sión. Por eso es tan importante que el sistema regulador de la insulina funcione
a la perfección.
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na en los adipocitos, para que la trasformen en grasa y quede de esta forma
almacenada la energía.
Como el azúcar está compuesta por sólo dos moléculas, su digestión es prác-
ticamente instantánea, y toda la glucosa producida pasará muy rápidamente
a la sangre.
La velocidad con la que esto sucede se llama índice glucémico: cuanto más
rápido llegue esta glucosa desde que se ingiere hasta que pasa a la sangre,
más alto será este índice.
Cuanta más glucosa haya en sangre, más insulina será necesaria para lidiar
con ella. En el caso del azúcar, además, esta glucosa llega de golpe, al contra-
rio que sucede con los carbohidratos complejos, que se van absorbiendo poco
a poco creando un flujo lento de glucosa en sangre.
Esto pone mucha presión en el páncreas, que debe producir mucha insulina
de forma muy rápida.
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bolizarla. Éste, sobrecargado por el exceso de grasa que está siendo obligado
a producir, corre el riesgo de convertirse en hígado graso. Suben entonces el
colesterol, los triglicéridos y el ácido úrico.
Toda esta situación provoca que nuestro cuerpo esté inflamado, pudiendo
desarrollar multitud de enfermedades relacionadas con la inflamación, provo-
car obesidad, así como enfermedades cardiovasculares, digestivas, cáncer,
hormonales, neuronales: muchos estudios han demostrado ya la relación entre
el exceso de azúcar y problemas intestinales, problemas odontológicos, cáncer
de colon, placas ateroescleróticas, diabetes tipo II, Alzheimer…
Dicho todo esto, se hace evidente que el azúcar no le hace ningún bien a
nuestro organismo. Con el paso de los años, desde que se descubrió el proce-
so de extracción del azúcar, se ha ido multiplicando de forma exponencial su
consumo: lo que era un lujo eventual ahora supone el día a día. A principios del
siglo XIX el consumo de azúcar de una persona en un año era de unos 800g; en
los años 80, de unos 2-3kg; en la actualidad, la cifra ronda los 35 kilos de azúcar
al año. Y paralelamente, el aumento de enfermedades crónicas también ha
aumentado de forma exponencial.
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ENTONCES…¿NO HAY QUE TOMAR AZÚCAR NUNCA?
No se debe tomar azúcar libre de forma habitual. Esto no quiere decir que
nunca más nos vayamos a comer un pastel, el problema reside en qué es lo
que conforma nuestra alimentación habitual (lo que comemos el 80-90% del
tiempo). Eso es lo que determinará si estamos abocando a nuestro organismo
a una futura patología o si por el contrario lo estamos cuidando y protegiendo.
Uno de los grandes problemas reside en que muchas veces ni siquiera so-
mos conscientes de que estamos consumiendo azúcar.
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Para ser más conscientes de lo que consumimos hay que educarse y apren-
der a leer las etiquetas:
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el resto de azúcares ingeridos a lo largo del día por el resto de alimentos y
bebidas, es fácil hacerse una idea del peligroso exceso de azúcares que se
consume hoy en día.
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Muchos productos pueden comprarse en un formato sin azúcares, simple-
mente leyendo la etiqueta y optando por la marca o presentación que no
tenga azúcares añadidos en sus ingredientes (por ejemplo, la mantequilla de
cacahuete, o la leche de almendras), o bien comprando el producto sin pro-
cesar y cocinándolo en casa (por ejemplo, para hacer una salsa de tomate).
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Nuestro cerebro está feliz porque sabe que no se morirá de hambre
y nos recompensa por ello con un chute de dopamina.
Sin embargo, cada vez hará falta más y más azúcar para sentir la misma sa-
tisfacción, ya que, por el uso, nuestro receptores van poco a poco perdiendo
tolerancia, y cada vez necesitan más estímulo para producir la misma respues-
ta. Se entra así en un ciclo de adicción: nuestro cerebro quiere más de esa
energía rápida, quiere seguir sintiendo ese bienestar, así que sentimos necesi-
dad por consumir algo dulce. Cada vez necesitaremos más dulce para produ-
cir la misma sensación de placer inicial.
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energía que no va a ser capaz de quemar mientras estamos sentados en el
sofá viendo una serie, después de haber pasado 8 horas trabajando sentados
en una oficina.
Es por ello por lo que, para lograr romper con ese círculo vicioso, primero
habrá que luchar contra nuestra propia naturaleza: será necesario desintoxicar
al cuerpo del azúcar, para que podamos dejar de sentir ganas o ansiedad por
comerla.
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un efecto placentero inmediato al consumirlos: queremos sentirnos bien, y ese
chocolate dulce y cremoso hace que nos sintamos bien.
Puede parecer que es imposible salir de ese círculo, pero lo cierto es que,
una vez eliminamos todos esos productos de nuestra alimentación diaria, el an-
sia por comerlos prácticamente desaparece. Una vez el organismo deja de ser
sometido a esos chutes, logra un equilibro y deja de ‘pedirnos’ que comamos
más azúcar. De hecho, lo normal es incluso rechazarla, ya que hemos logrado
una estabilidad glucémica y nuestro cuerpo está satisfecho y en calma.
Si sentimos que esto está por encima de nuestras posibilidades, sería reco-
mendable acudir a un especialista en psiconutrición que pueda ayudarnos y
guiarnos en el proceso.
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¿QUÉ PASA CUANDO DEJA DE CONSUMIRSE AZÚCAR?
Sin embargo, esto sólo son los efectos a corto plazo, mientras pasamos por
lo que se conoce como desintoxicación. Si se deja el azúcar de forma radical,
suelen durar un par de semanas. Si se deja de forma gradual, se sienten de for-
ma más suave, pero puede durar un poco más de tiempo.
Un poco más complejas pueden ser las consecuencias sociales, que requeri-
rán de planificación, paciencia y perseverancia.
• olor de cabeza
d
• malestar
• náuseas
• mareos
• estreñimiento
• dolores musculares
• dolores articulares
En esta guía se sigue un proceso muy progresivo que hará que es-
tos síntomas, si se sufren, sea de manera leve.
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Como recomendación, aprovecha si puedes para que te hagan un masaje
drenante, para ir a la sauna. Practica un poco de natación o da un paseo por
la montaña o la orilla del mar. También puedes tomar un baño con sales de
magnesio para mejorar el malestar físico.
Más difícil que el propio hecho de dejar de consumir azúcar es, muchas
veces, la resistencia que sentimos por parte de nuestro entorno para realizar
dicho cambio.
Muchas personas proyectan sobre nosotros sus temores, y alegan que es algo
innecesario, que qué exageración, que para qué hay que hacer algo así… En
realidad, son sus miedos hablando, justificando el hecho de que ellos sigan
consumiendo azúcar, pese a estar ya más que demostrado lo perjudicial que
es.
Habrá momentos muy retadores, como por ejemplo cuando estés en grupo y
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pueda haber personas a tu alrededor que te presionen de alguna manera para
que consumas algo que contiene azúcares. Será difícil porque seguro que, por
un lado, es algo que te gusta mucho y desearías comerlo y por otro, porque es
complicado hacer que dejen de presionarte.
- Si te sientes con ánimo, puedes intentar explicar que te has dado cuenta de
que comías una barbaridad de azúcar y que estás dejándolo. Por ello, durante
un tiempo vas a tener que ser más estricto con ello, hasta que estés seguro de
que lo tienes bajo control.
Busca nuevas maneras de relacionarte con los que te rodean. Queda para
dar un paseo, para hacer una ruta el fin de semana, para jugar a un juego
de mesa, visitar un museo o ir al cine. A parte de disfrutar de actividades dife-
rentes, se cambiará la asociación de relación social + comida, creando otros
vínculos muy saludables.
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de las recetas del módulo de tartas, y ofrecerla como alternativa para tener
una versión más saludable disponible. Si no, siempre puedes acudir al evento
y disfrutar de la compañía de tus seres queridos, que es lo que al final importa.
Pasar por el difícil proceso de dejar el azúcar (navegar contra marea nunca
es fácil) tiene, sin embargo, unas increíbles recompensas que repercutirán en
nuestra vida en todos los niveles.
Al estar más sanos, también estamos con más ganas de hacer cosas y con
más energía, y esto se transmite en gran medida en la forma que tenemos de
relacionarnos con los demás, en los proyectos que abarquemos, en los planes
de futuro.
Estas son algunos de los beneficios más ‘físicos’ que pueden apreciarse una
vez se ha eliminado el exceso de azúcar de nuestro día a día:
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- Disminución del riesgo de padecer diabetes
- Disminución del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares
- Disminución del riesgo de padecer enfermedades crónicas, entre
ellas Alzheimer
- Mejora en la microbiota intestinal
- Disminución de infecciones de orina, hongos, cándidas, etc.
- Mejora en el aspecto de la piel
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Ahora que ya ha quedado bien claro lo que es el azúcar, lo que hace en
nuestro cuerpo y podemos entender el vínculo creado con los dulces, es cuan-
do podemos empezar a definir nuestro propósito.
Al igual que sucede con otras adicciones, como el tabaco, siempre está la op-
ción de dejar de tomar azúcar de la noche a la mañana sin más, pasar un par de
semanas difíciles y luego, si somos capaces, no volver a incorporarla a nuestras
vidas. Esto les funciona a algunas personas, pero para otras puede ser demasiado
radical y traumático y, aunque estén muy motivadas, supone un cambio dema-
siado drástico en su vida, haciendo que al final vuelvan a sus antiguos hábitos.
Siguiendo estos pasos estarás construyendo unos fuertes cimientos para que,
cuando lleguen los momentos en los que se haga más cuesta arriba, no te tam-
baleen las piernas.
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pasar a la siguiente. Lo ideal sería estar entre 1 y 2 semanas en la fase 0, 1 y 2, pero
cada persona puede hacerlo a su propio ritmo.
Podrían ser mil razones: quiero estar vivo muchos años para ver crecer a mis
hijos y mis nietos; quiero que no me falte el aliento cuando juego con mis sobrinos;
quiero poder viajar por todo el mundo cuando me jubile sin padecer enfermeda-
des que hubiera podido prevenir y que me obliguen a seguir tratamientos; quiero
sentirme ágil y con energía durante todo el día, sin tener bajones o mareos; quiero
vivir una vida lo más plena posible y sentirme al 100% de mis capacidades…
Mucha gente se preocupa por tener un plan de pensiones para el futuro, para
asegurarse unos ingresos cuando llegue el momento de dejar de trabajar, pero
¿cuánta gente se preocupa de cómo será su salud entonces? ¿De qué sirve te-
ner más tiempo libre, después de haber trabajado y ahorrado toda una vida, si no
tenemos la salud para disfrutarlo?
Hay enfermedades que llegan sin que se pueda hacer nada por evitarlo, pero
hoy en día hay una cantidad escandalosa de personas afectadas por enferme-
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dades que podrían haber sido evitadas en gran medida con unos buenos hábitos
de salud. Esa salud hay que cuidarla desde ya, no esperar a ya estar enfermos
para entonces hacer algo.
Ejercicio a realizar:
Busca tus razones, escríbelas en un papel. Recuérdalas y tenlas presentes en
todo el proceso, y verás como es mucho más fácil lograrlo de lo que pensabas.
Si te ayuda, cuélgalas en tu nevera o en algún lugar de tu cocina. También
puedes optar por escribir o imprimir alguna frase que te motive y que asocies a tu
decisión de dejar el azúcar.
Aquí te dejamos un ejemplo por si te sirve de inspiración:
También se puede seguir con alguna amigo/a, alguien con quien compartir
la experiencia y poder hablar sobre las sensaciones que experimentamos, las di-
ficultades, los trucos, recetas… A parte de ser más llevadero, también es mucho
más divertido. Podemos acabar siendo la influencia positiva que muchas persona
necesitan para atreverse a dar el paso y comenzar a cuidar más su salud.
Y en el caso de que vayas a pasar solo/a por este proceso, ¡no te preocupes!
Dentro de nuestras redes sociales encontrarás un montón de personas pasando
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por lo mismo que tú y compartiendo su experiencia, y siempre tendrás nuestro
apoyo para lo que necesites.
Crear un entorno favorable y tener claras nuestras razones serán los pilares de
nuestro éxito. La fuerza de voluntad es algo intermitente, vendrá y nos llenará de
impulso, pero también se irá si estamos cansados, tristes, preocupados…
¡PÓNTELO FÁCIL!
- Intenta no pasar por los pasillos del supermercado que venden dulces,
helados o chucherías que sean nuestra debilidad.
- Evita quedar en esa pastelería con vitrinas llenas de pasteles deliciosos y
opta por una cafetería sencilla sin tentaciones.
- En tu tiempo libre, intenta hacer actividades que tengan tu mente y tus
manos ocupadas: practica dibujo o pintura, cerámica, punto, bricolaje, ori-
gami o cualquier otra cosa que te motive. Evita actividades pasivas que
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puedan favorecer la tentación de comer snacks o dulces.
- Practica deporte, te hará sentir mucho mejor gracias a las endorfinas que
se liberan al hacer ejercicio. Haz algo que te guste: natación, pesas, clases
de baile, tenis, yoga, pilates… Lo que mejor te haga sentir.
- Intenta caminar todos los días al menos durante 30 minutos, y si puede ser
en una zona tranquila, mejor. Activará tu cuerpo y relajará tu mente.
- Busca momentos en los que tener contacto con la naturaleza, dentro de
tus posibilidades. Desde un parque que haya cerca de tu casa, hasta la
playa o la montaña. Te ayudará a desconectar del estrés diario y está de-
mostrado que ayuda a calmar la ansiedad.
Tómate tu tiempo para interiorizar bien tus motivaciones, saber si vas a realizar
este proceso solo/a o acompañado, tener a mano el material necesario para ha-
cer trabajos manuales y controlar la ansiedad, organiza tu agenda para realizar
actividad física, paseos, etc.
No te tomes esta fase como una serie de recomendaciones generales sin más,
sino como una fase preparatoria donde conseguir las armas que te ayudarán a
llegar al final del camino.
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FASE 1 - ENTENDER EL AZÚCAR
LO QUE BEBES
Coge cada uno de esos productos y analiza las etiquetas: ¿cuánto azúcar
tienen? También puede pasar que indique 0 y sea un producto ‘sin azúca-
res’: en su lugar llevarán edulcorantes artificiales, no muy recomendables y
con efectos secundarios al consumirse en exceso.
Muchos de ellos aún están en estudios para averiguar si pueden ser perjudi-
ciales para la salud.
Si lo necesitas, puedes pasar de la versión azucarada de estos refrescos a la
versión sin azúcares, pero solo durante esta fase. Se trata de cambiar nues-
tros hábitos por otros más saludables, y estos edulcorantes artificiales no lo
son.
• En su lugar, siempre opta por agua (con gas, sin gas, aromatizada de
forma natural…). Si quieres ideas para bebidas saludables, pásate por aquí
y verás que hay muchas más opciones de las que piensas.
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• Evita el alcohol: el vino es la bebida alcohólica que más azúcares tie-
ne. Cuanto más destilada sea una bebida, menos tendrá, aunque la mane-
ra habitual de consumir estas bebidas (combinadas con refrescos, tónica, o
bebidas energéticas) provoca que se acabe ingiriendo mucha más azúcar.
Sin embargo, el problema del alcohol no es su contenido en azúcares, sino
en lo que provoca su metabolización en nuestro organismo:
Opta siempre mejor por bebidas sin alcohol o, si lo consumes, que sea de
forma muy esporádica y sin excesos.
LO QUE COMES
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Te sugerimos que dones los paquetes sin abrir y que regales los que ya estén
empezados. Quédate con lo mínimo necesario para pasar esta primera fase
si lo precisas y, una vez la pases, deshazte de todo lo que pueda quedarte.
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Te sugerimos varias opciones como snacks, para tomar en lugar de cosas
dulces procesadas:
LO QUE VENDEN
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A veces, las comidas generales son correctas, pero perdemos el control con
los postres o los almuerzos y meriendas.
Evita comprar todas las cosas que estás retirando de la despensa (estamos
intentando acabarlas, ¿recuerdas?), pero revisa bien cada producto que
adquieras porque vas a descubrir que hay azúcar en muchos más sitios de
los que imaginas.
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FASE 2 – LAS ALTERNATIVAS
En esta fase vamos a tomar acción. Lo primero que has de hacer es revisar la
lección de endulzantes del curso, para conocer a fondo las diferentes alternati-
vas que tenemos a la hora de consumir dulce.
Preparar uno mismo los postres ayuda no sólo a saber los ingredientes que se
están usando, sino también a adoptar el endulzante más apropiado según el ni-
vel en el que estemos.
Como este nivel resulta un cambio demasiado grande para muchas personas
(el sabor es intenso) se pueden utilizar otras opciones en un comienzo: azúcar de
coco, azúcar de abedul, eritritol, o, en caso de ser principiantes en esto de dejar
el azúcar, sirope de arce, de arroz integral o de agave.
Estos últimos tienen un contenido de glucosa o de fructosa más elevado, y
recomendamos que se utilicen sólo en las fases 1 y 2. Nos ayudarán a dejar el
azúcar puro y duro, bajar el umbral de dulzor de nuestro paladar y serán la vía de
entrada de otros endulzantes más saludables.
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LO QUE DESAYUNAS
Si revisaste bien las etiquetas ya te habrás dado cuenta de esto. Incluso los
cereales que venden como ‘de dieta’, llenos de fibra y bajos en grasa, es-
tán llenos de azúcar también.
También son muy prácticas para desayunos las recetas de yogures y mer-
melada del módulo 2. Todas estas recetas, están preparadas con endulzan-
tes más saludables que el azúcar, y te ofrecemos también otras opciones
en caso de que quieras avanzar de nivel y reducir aún más la cantidad de
dulzor.
Además, están realizadas con ingredientes integrales y grasas saludables,
con lo que evitamos las grasas saturadas y los millones de aditivos y conser-
vantes que llevan los productos comerciales.
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• Introduce desayunos salados.
Atrévete a explorar otras opciones que no solo te darán una energía más
estable a lo largo de la mañana, sino que también ayudarán a reducir sig-
nificativamente tu ansia por los dulces.
En realidad, podrías comer cualquier cosa que comas a lo largo del día (¡in-
cluso un plato de lentejas!), lo único que importa es que te apetezca y que
sean alimentos lo más saludables posible.
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Tomar la fruta entera, con toda su fibra es absolutamente recomen-
dable, Sus azúcares son intrínsecos, se absorben de forma controla-
da. Consumimos todas las vitaminas y mineras que contienen.
Sin embargo, cuando esa fruta se convierte en zumo (ya sea comercial o
realizado en casa), esos azúcares se convierten en libres. Al quitarle la fibra,
se pierden gran parte de los beneficios que la fruta aporta, y sería equiva-
lente a consumir una bebida azucarada.
Opta siempre por consumir la fruta entera y deja los batidos como algo
ocasional.
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LO QUE COMPRAS
Casi la mitad de tu plato debería estar compuesto por verduras, como indi-
can las recomendaciones del plato de Harvard, que determina la propor-
ción adecuada de alimentos para una alimentación saludable.
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Plato de Harvard
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FASE 3 – DEJAR EL AZÚCAR
Llegados a este punto vamos a dar un paso más y desprendernos de los azú-
cares en un sentido más amplio.
Puede parecer que se trata de eliminar sólo el dulce, pero como hemos ido
explicando a lo largo de la guía, el consumo de harinas refinadas (tanto dulces
como saladas) tiene el mismo efecto en el cuerpo. Si dejamos el azúcar, pero
seguimos consumiendo este tipo de productos refinados, nuestro organismo se-
guirá siendo dependiente de toda esa glucosa y nos será muy difícil controlar
los antojos por el dulce.
Si has realizado todos los pasos indicados en la anterior fase, no te será difícil
continuar con las nuevas propuestas.
LO QUE MEJORAS
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• También te sugerimos que añadas pseudocereales a tu alimentación,
para beneficiarte de su fibra y nutrientes: quinoa, trigo sarraceno, amaran-
to… Son todos carbohidratos complejos que te ayudarán a tener una ali-
mentación equilibrada y completa.
Para tomar una bebida chocolateada, utiliza cacao en polvo 100%. Si lo ne-
cesitas, puedes endulzarla con Stevia o triturando un trocito de dátil con la
leche vegetal, pero recuerda que no se trata de lograr un sabor muy dulce
como el que tienen los productos comerciales, sino de rebajar lo máximo
posible la cantidad de dulzor de nuestras preparaciones.
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• Consume tus cafés, tés e infusiones sin endulzante. Llegados a esta
fase te recomendamos que consumas tus bebidas sin disfrazarlas de sabor.
Hay muchas bebidas que son dulces de por sí, como la infusión de camomi-
la o el té chai. Descubrirás cómo, al eliminar los endulzantes, sentirás el sabor
de las diferentes especias y hierbas, y no solo ‘agua endulzada’.
• Una vez tengas interiorizados todos los cambios de esta última fase,
puedes reducir de nuevo tus ingestas a 2, 3, 4 o las que sean necesarias
para ti.
En principio ya no deberías de sentir ansiedad o hambre entre comidas, así
que incluye tus snacks simplemente cuando los necesites.
LO QUE PERMANECE
Sigue en esta fase por lo menos dos o tres meses, o más, si lo sintieras necesario,
antes de empezar a hacer concesiones.
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FASE 4: EXTRA – SÉ CONSECUENTE (Y AMABLE) CON TU NUEVO HÁBITO
LO QUE SIENTES
Esta guía se ha elaborado para dejar de ser adictos al azúcar, para liberar a
nuestro cuerpo de años de malos hábitos, muchas veces incluso sin ser conscien-
tes, y salir de la rueda de hámster en la que nos vemos inmersos en la actualidad.
Una vez hayas logrado recuperar tu paladar, sentirás de nuevo el sabor de los
alimentos, el dulzor de las frutas. Cuando tus comidas estén llenas de alimentos
nutritivos y saciantes, con sabor, recuperarás la energía, ya no te sentirás desva-
necer después de cada comida, ni tendrás la necesidad de acabarte un paque-
te entero de galletas de chocolate.
Pero la comida es mucho más que algo que alimenta nuestro cuerpo.
También puede alimentar nuestra alma.
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poder consumirla cuando lo sientas necesario.
Cuando ya no eres una marioneta controlada por las hormonas y los picos de
glucemia, puedes discernir cuando el consumir un producto es algo que eliges
con consciencia plena, o si estás siendo llevado a él desde la ansiedad.
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Lo importante es conectar con uno mismo y tratarse con amor y respeto, no
castigarse por comer uno u otro alimento, o por sentir un día la necesidad de
comerse un postre. Somo seres humanos, complejos y con necesidades subcons-
cientes que van mucho más allá de la lógica de ‘esto es sano y lo puedo hacer, y
aquello no lo es y no lo puedo hacer’.
De la misma forma que por hacer ejercicio un día y el resto de la semana pa-
sarlo en el sofá no vas a lograr que tu cuerpo aproveche los beneficios que pro-
porciona el deporte, por comerte un dulce un día no vas a echar por tierra los
beneficios que te da el tener una buena alimentación de forma general.
Así que dejemos las culpas y las auto torturas a un lado, lo estás haciendo muy
bien si has llegado hasta aquí, así que sé amable contigo mismo y toma tus deci-
siones siempre, como decíamos al comienzo de la guía, desde el amor y el auto-
cuidado.
LO QUE VIVES
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Sería absurdo pensar que ya nunca más vamos a consumir nada que no tenga
azúcar, porque el azúcar forma parte de nuestra vida, de nuestras experiencias,
de nuestros recuerdos.
También es normal que, si estás de viaje y tienes muchas ganas de probar algu-
na cosa, por ejemplo, los helados en Italia, pues que lo hagas sin más. No tienes
porqué tomarte medio litro de helado. Puedes perfectamente degustar una ra-
ción pequeña y seguir disfrutando de tu viaje sin darle ninguna importancia.
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Como puedes ver, situaciones en las que poder consumir de nuevo azúcar
puede haber muchas, y es importante que tomes consciencia de ello y no se
convierta tu día a día en un mar de concesiones que volverían a colocarte de
nuevo en la casilla de salida.
No es lo mismo que tu abuela te haga la tarta una vez cada 3 meses a que
cada fin de semana te la prepare, o que tengas un cumpleaños cada dos sema-
nas y, entre medias, hagas un viaje gastronómico y te pongas hasta arriba de los
dulces de la zona.
¡Buen viaje!
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Guía para dejar el azúcar de una vez por todas y sin traumas
© Venu Sanz, 2020
Texto: Carmen Reig (Dietista y chef en Venu Sanz Chef)
Maquetación: Equipo Venu Sanz Chef
www.venusanzchef.com
Fotografías: Venu Sanz & shutterstock
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