Los Limites de Los Derechos Fundamentales Cianciardo
Los Limites de Los Derechos Fundamentales Cianciardo
Los Limites de Los Derechos Fundamentales Cianciardo
LOS LÍMITES DE
LOS DERECHOS
FUNDAMENTALES
RESUMEN
En este trabajo se abordan algunos aspectos sobre los límites de los derechos.
Se verán, sucesivamente, su conceptualización en la jurisprudencia y en la
doctrina, y su papel en el Derecho Constitucional y -a grandes rasgos- en la
Teoría del Derecho. No serán tocados aquí los límites de los límites, a saber, el
contenido esencial y el principio de razonabilidad. Tras la exposición de la
jurisprudencia y la doctrina, se propone una teoría de alternativa acerca de los
límites, procurando conciliar las exigencias dimanantes del carácter inviolable
de los derechos, con la necesidad de su regulación.
2
1. INTRODUCCIÓN
Lo anterior deja claro que el legislador puede y debe intervenir en las normas
iusfundamentales. Esto hace renacer el problema de la sujeción. Una sujeción
en sentido fuerte requiere de la formulación de límites a las facultades de
regulación del legislador ordinario. En otras palabras, las regulaciones que el
legislador establece a las normas iusfundamentales necesitan, a su vez, de
límites que aseguren la sujeción de aquél a la Constitución. La doctrina y la
4
Cfr... al respecto. GARCÍA DE ENTERRÍA, E., La Constitución como norma y el Tribunal
Constitucional, Madrid. Civitas. 1981, pp. 49-61, 95-103 Y 121-135; y del mismo autor. La
posición jurídica del Tribunal Constitucional en el sistema español: posibilidades y perspectivas,
Revista Española de Derecho Constitucional l. 1981, pp. 35-131. esp. pp. 36-46.
5
Cfr. MEDINA GUERRERO, M., La vinculación negativa del legislador a Ios derechos
fundamentales. Madrid, McGraw-Hill, 1996. pp. 1-8. Cfr., asimismo. DE LA QUADRA, T., «La
Constitución como norma suprema y la seguridad jurídica», en LÓPEZ PINA, A. (ed.), División
de poderes e interpretación. Hacia la teoría de la praxis constitucional, Madrid, Tecnos, 1987.
pp. 132-145.
6
J. BENTHAM, quien, como es sabido, rechaza la teoría de los derechos humanos, plantea el
siguiente dilema: «una de dos: o esos derechos que declaráis los enunciáis con excepciones, o
sin excepción, es decir, con la reserva de poder modificarlos por leyes subsiguientes, o como
una declaración pura y simple,». En el primer caso, «la declaración no significa nada, no tiene
ningún efecto para limitar el poder legislativo; en el segundo, es imposible observar esa
declaración absoluta; cada ley concreta será una violación manifiesta. Suponiendo que se haya
enunciado en la declaración que la libertad de cada individuo se conservará entera y sin
quebranto alguno, cualquier ley subsiguiente entrará en contradicción directa con esa
extravagante proposición. Pero en el supuesto de que se haya dicho que todo individuo
conservará integra y sin quebranto su libertad, excepto en los casos en que la ley ordene otra
cosa, es evidente que no ha dicho nada y que el poder legislativo queda igual de ilimitado que
si no hubiera habido ninguna declaración. (BENTHAM, J., «Sophismes anarchiques», en
DUMONT, E. (ed.). Essays on Bentham, Oxford, Clarendon Press, 1982, p. 510, n. 20). Las
ideas que se exponen en este trabajo quizá constituyan una vía de superación de la aporía
benthamiana.
7
La doctrina del doble carácter de los derechos fundamentales ha sido explícitamente
aceptada por el Tribunal Constitucional. Cfr. STC 25/1981, Repertorio Aranzadi del Tribunal
Constitucional (en adelante, R.T.C.) 1981-354, FJ 5°.
4
jurisprudencia recientes han hablado, por ello, de la existencia de «límites de
los límites».
8
. Un estudio completo de ambos temas en CIANCIARDO. J., El conflictivismo en los derechos
fundamentales. Pamplona. Eunsa. 2000. Cáp. 3. epígrafe 5. y Cáp. 4.
9
. Cfr. CRUZ VILLALÓN. P., «La recepción de la Ley Fundamental de la RFA», Anuario de
Derecho Constitucional y Parlamentario 1 (1989). passim.
10
Hay que dejar constancia de que la nomenclatura de los distintos tipos de límites es confusa.
Sobre esto. cfr. la opinión de F. Velasco Caballero, en BACIGALUPO SAGGESE, M. Y
VELASCO CABALLERO F., «Límites inmanentes» de los derechos fundamentales y reserva de
ley», en: Revista Española de Derecho Administrativo 85, 1995, enero-marzo 1995. pp. 115-
131, p. 125, índice 17. Las dificultades del concepto de límites han llevado a M. Medina
Guerrero a afirmar que su estudio «supone adentrarse en el ámbito tal vez más resbaladizo de
la dogmática de los derechos fundamentales» [MEDINA GUERRERO. M., La vinculación
negativa (...J, op. cit. p. 45).
5
de los derechos, es decir, de su “interior" 11. Definidos negativamente, los límites
internos no son
11
. «Son aquellos que sirven para determinar el contenido del derecho» [GAVARA DE CARA,
J.C., Derechos fundamentales y desarrollo legislativo. La garantía del contenido esencial de los
derechos fundamentales en la Ley Fundamental de Bonn. Madrid. Centro de Estudios
Constitucionales, 1994, p. 159].
12
. RODRÍGUEZ-TOUBES MUÑIZ. J., La razón de los derechos. Perspectivas actuales sobre
lajimdamentaci6n de los derechos humanos, Madrid, Tecnos, 1995, pp. 69-70. índice 96.
13
No nos parece acertada, por restrictiva, la definición de J. C. GAVARA DE CARA, para
quien: «(1)os límites externos o intervenciones en un sentido estricto son normas de rango
infraconstitucional que modifican alguno de los elementos configuradores del derecho
fundamental (titular, destinatario y objeto) y que suponen la inaplicación a dichas
modificaciones del sentido prescriptivo o cualificatorio de un derecho fundamental corno
consecuencia de la utilización por parte del Poder Legislativo de una norma de competencia.
[GAVARA DE CARA, J.C., Derechos fundamentales y desarrollo legislativo (...), op. cit., p. 159,
pp. 159-1601. El desacierto radica, a nuestro juicio, en excluir de la definición a las límitaciones
que el propio constituyente puede imponer. y de hecho impone, a algunos derechos
fundamentales, con base en sus eventuales conflictos con otros derechos fundamentales o con
bienes públicos.
14
Cfr. BVerfGE 28.234; 30, 173; 35, 202; 47, 46; 59, 231; 67, 213. También han sido llamados
límites implícitos. Cfr. GAVARA DE CARA, J.C., Derechos fundamentales y desarrollo
legislativo (...), op. cit. p. 160.
15
El cual, en palabras del Tribunal Constitucional español, no «toleraría que una de sus
disposiciones se desvirtuara integralmente por lo establecido en otra» (SSTC 137/1986, R.T.C.
1986-III-215, FJ 3°; 26/1987, R.T.C. 1987-I-264, FJ 5°). Del principio de unidad debe derivarse
la necesidad de una interpretación sistemática (cfr. MARTÍNEZ-PUJALTE, A.L., La garantía del
contenido esencial (...), op. cit., pp. 67-68).
6
Es opinión prácticamente unánime, con alguna excepción en la
jurisprudencia16, que el establecimiento de límites inmanentes sólo puede
hacerse mediante ley17. Esta última afirmación se vincula parcialmente a una
cuestión que ha dado lugar a polémica. Se trata de la naturaleza de los límites
inmanentes: ¿Son límites internos o externos? La respuesta es, por dos
razones, de considerable importancia: a) de aceptarse que son delimitaciones
del derecho fundamental, y no propiamente límites, no operaría respecto de
ellos la reserva genérica de ley establecida para toda intervención «en la
libertad y en la propiedad», de conformidad con el principio de Estado de
Derecho del artículo 20.3 LF. Actualmente este problema está superado,
porque el Tribunal Constitucional desvinculó la reserva genérica de ley de
aquella fórmula tradicional de la libertad y la propiedad, y la extendió, tomando
como base a la llamada teoría de la esencialidad (Wesentlichkeitstheorie), al
conjunto de decisiones que considera esenciales, entendiendo por tales
aquellas que lo son «para la realización de los derechos fundamentales» 18; b) si
los límites inmanentes no son verdaderos límites, sino delimitaciones del
contenido del derecho fundamental, explicitación de algo que ya se encuentra
«dentro» de él, les serian inaplicables los controles establecidos en el artículo
19.1 Y 2 LF, sobre el que volveremos más adelante:
Las dos respuestas posibles del interrogante inicial -es decir, sostener que los
límites inmanentes son internos a los derechos o afirmar, por el contrarío, que
son externos a ellos- han tenido defensores y detractores, tanto en Alemania
como en España. El asunto recibirá un tratamiento conjunto a continuación del
estudio del sistema constitucional español, central para nuestro examen de los
límites iusfundamentales según se avisó en la introducción.
Antes de pasar al siguiente punto, corresponde hacer una precisión: si tanto los
límites inmanentes como los que el legislador crea haciendo uso de una
reserva de limitación requieren una ley, la diferencia entre unos y otros
estribará en una sola cosa: en que los primeros deben tener por justificativo la
16
La excepción es alguna sentencia del Tribunal Administrativo Federal. Cfr. Neue Juristische
Wochenscluift 1991, 1766. Un comentario critico de esta sentencia en BACIGALUPO
SAGGESE, M., «La aplicación de la doctrina de los “imites inmanentes” a los derechos
fundamentales sometidos a reserva de limitación legal (a propósito de la Sentencia del Tribunal
Administrativo Federal alemán del 18 de octubre de 1990)», en Revista Española de Derecho
Constitucional 38, 1983, mayo-agosto 1983, 297-315. Asimismo, MEDINA GUERRERO, M., La
vinculación negativa (...), op. cit. p. 49, Y sus citas.
17
Cfr. BACIGALUPO SAGGESE, M., «La aplicación de la doctrina de los “límites
inmanentes”», artículo cit. passim, y la jurisprudencia allí citada; asimismo, BACIGALUPO
SAGGESE, M. Y F. VELASCO CABALLERO, “Límites inmanentes” de los derechos
fundamentales y reserva de ley», artículo cit., passim.
18
Cfr. BACIGALUPO SAGGESE, M., «La aplicación de la doctrina de los “límites inmanentes”»
artículo cit., p. 307, con cita y remisión a: BVerfGE 47, 46, 79 et seq.
7
necesidad de proteger otros derechos fundamentales o bienes de naturaleza
constitucional, mientras que los segundos admitirían, al menos
hipotéticamente, su establecimiento en tutela de derechos y bienes
infraconstitucionales19. En palabras del propio Tribunal Constitucional:
Cabe reiterar, por último, que existe unanimidad de criterios al afirmar que
todos los límites creados por el legislador para aquellos derechos sometidos a
reserva, esto es, tanto los internos como los externos, tienen como límite, a su
vez, el respeto de la máxima de proporcionalidad y del contenido esencial de
los derechos fundamentales (artículo 19.2 LF)21.
“Artículo 81.1. Son leyes orgánicas las relativas al desarrollo de los derechos
fundamentales y de las libertades públicas, las que aprueben los Estatutos de
Autonomía y el régimen electoral general y las demás previstas en la
Constitución”.
9
sindicarse libremente o el derecho a la huelga 23. En esto, por tanto, no hay
diferencias entre la LF y la CE;
c. Los dos puntos anteriores, leídos a la luz de los desarrollos del Derecho
constitucional germano, abren inevitablemente algunas preguntas importantes.
El primer problema a resolver es, indudablemente, el significado de la frase
«regular el ejercicio». Hay que averiguar si equivale a limitar los derechos
fundamentales. Tanto una respuesta afirmativa como una negativa nos
enfrenta a objeciones de cierto calado. Si regular el ejercicio equivaliera a
limitarlos podría cuestionarse el sentido de las reservas especificas de
limitación, como por ejemplo la del transcrito artículo 20.4 CE, o, dicho con
otras palabras, cabria preguntar qué puede haber llevado al constituyente a
concretar en unos casos los límites y a la vez admitir la posibilidad de que
éstos sean fijados por el legislador. Pero si regular el ejercicio no fuese
limitarlos, si se tratase de algo diferente -v. gr., explicitar el contenido de los
derechos- entonces quizá algunos pretendieran extrapolar del Derecho alemán
la doctrina de los límites inmanentes, con todas las dificultades que ella trae
consigo.
10
«respetando siempre (...) [el) contenido esencial. 24 Poco más tarde la cuestión
seria nuevamente abordada. La ocasión fue la conocida STC 11/1981. Se
sostuvo allí, en lo que aquí interesa, lo siguiente:
24
STC 5/1981. RT.C. 1981-67. FJ 7°.
25
STC 11/1981. RT.C. 1981-173. FJ 7°.
26
Se ha dicho de la libertad de expresión y del derecho de información. por ejemplo, que «no
tienen carácter absoluto aun cuando ofrezcan una cierta vocación expansiva. (SSTC 76/1995.
RT.C. 1995-11-117. FJ 3° Y 176/1995. RT.C. 1995-IIl-405. FJ 2°). Cfr. asimismo. STC 5/1981.
RT.C. 1981-67. FFJJ 7° Y 8°. La terminología que emplea el Tribunal Constitucional esconde.
desde el punto de vista que aquí se sostendrá. una confusión conceptual. Que los derechos
tengan límites significa que no son «ilimitados», lo cual no impide que puedan ser calificados
como «absolutos», «Limitado», se opone a «ilimitado», pero no a «absoluto», Cfr. inf. el
epígrafe 5.2. .Hacía un replanteamiento de la cuestión de los límites».
27
Aunque, en ocasiones, los límites directos de la libertad de expresión mencionados en el
artículo 20.4 de la CE han sido llamado «inmanentes», Cfr. SSTC 76/1995. cit. FJ 3°; 176/1995.
cit. FJ 2°.
28
Cfr. otros Ej. supra. n. 23.
29
Cfr. 11/1981. cit. FJ 7°. Cfr. además. entre otras. SSTC 22/1981. RT.C. 1981-312. FJ 9°;
3/1983. R.T.C. 1983-25. FJ 4°; 46/1983. RT.C. 1983-406. FJ 7°; 66/1991. RT.C. 1991-1-734. FJ
2°.
11
Alemania llevó a la distinción entre límites indirectos e inmanentes- se
encuentra bastante consolidada, hay algunos casos en los que el Tribunal
Constitucional ha aceptado la constitucionalidad de límites de naturaleza
infraconstitucional. En un trabajo reciente, se ha dicho que las excepciones son
dos: el abuso del derecho y los límites implícitos 30. Respecto de la primera, se
ha sostenido que es una excepción aparente:
Los límites implícitos, por otro lado, serian aquellos que se encuentran, en
palabras del Tribunal Constitucional “previstos en el ámbito internacional en el
que se inserta nuestra Constitución” 32, aunque no se deriven autónomamente
de ella. El Tribunal fundamenta esa interpretación, fuertemente criticada 33, en el
artículo 10.2 CE34. Han sido derivados del orden internacional límites tales
como la moralidad y el orden público35;
38
Aunque con algunas diferencias, podrían suscribir las dos afirmaciones: L. PRIETO
SANCHlS, M. MEDINA GUERRERO, G. PECES-BARBA MARTÍNEZ, L. AGULAR DE LUQUE,
y M. BACIGALUPO SAGGESE y F. VELASCO CABALLERO, en sus trabajos, ya citados:
PECES-BARBA MARTÍNEZ, G., Curso de derechos fundamentales (...), op. cit.. pp. 587-616;
MEDINA GUERRERO, M.. La vinculación negativa (...), op. cit. passim; PRIETO SANCHÍS, L.,
Estudios sobre derechos fundamentales, op. cit., pp. 153-166; AGULAR DE LUQUE, L., «Los
límites de los derechos fundamentales», artículo cit., pp. 9-34; AGUILAR DE LUQUE, L., «El
Tribunal constitucional español y el legislador de los derechos fundamentales., artículo cit..
BACIGALUPO, M., »«La aplicación de la doctrina de los “límites inmanentes” (...)», artículo cit..
pp. 297-315; BAClGALUPO SAGGESE, M. Y F. VEUSCO CABALLERO, «”Límites inmanentes”
de los derechos fundamentales y reserva de ley», artículo cit., pp. 115-131.
39
Nos referimos a DE OTTO y PARDO. l., «La regulación del ejercicio de los derechos y
libertades (...)», op. cit., obra que, según M. MEDINA GUERRERO, «sigue siendo el punto de
partida insustituible para introducirse en los nebulosos conceptos de la dogmática de los
derechos fundamentales. [MEDINA GUERRERO. M., La vinculación negativa (...), op. cit., p.
66).
14
del derecho, habría que determinar cuáles son sus límites externos, tanto
directos como indirectos. El establecimiento de los límites inmanentes, en el
caso alemán, y la regulación de su ejercicio, en el caso español, son
verdaderamente implantaciones de límites externos a los derechos, y están por
tanto sujetos a las garantías previstas por la Constitución para esas actividades
-el respeto del principio de proporcionalidad y del contenido esencial de los
derechos. artículos 19.2 LF Y 53.1 CE-o Para la teoría externa. en realidad,
todos los límites de los derechos fundamentales son límites externos. Se ha
dicho, en este sentido, que «la distinción entre "límites inmanentes" y "límites
intrínsecos" (...) es cultural. no dogmática», puesto que
“el primer elemento para la determinación del contenido del derecho es (...) la
identificación del ámbito de la realidad aludida (...). El segundo paso en la
delimitación de los contornos es lo que podemos llamar el tratamiento jurídico
contenido en el precepto que reconoce el derecho, la fijación del contenido y
alcance de la protección constitucional que con él se quiere dispensar” 41.
40
DE OTTO Y PARDO, l., .La regulación del ejercicio de los derechos y libertades (...)" op. cit..
pp. 141
41
Ibíd.. pp. 141-142.
42
Cfr. Ibíd.. p. 152.
43
Cfr. ibíd.. p. 150.
44
Cfr. MARTINEZ-PUJALTE, A.-L., La garantía del contenido esencial (...). op. cit., pp. 48-54.
quien expone una serie de casos del Tribunal Constitucional en los que, según su criterio,
fueron presentados como límites externos a los derechos fundamentales «lo que no son sino
límites Internos» (op. cit.. pp. 49-50).
15
La ventaja de esta concepción radica, para De Otto, en que permite eludir las
dificultades a que conducen la jerarquización y la ponderación de los derechos
fundamentales, metodologías inevitables cuando se reconoce al legislador una
reserva genérica de limitación. Según sus propias palabras:
45
DE OTTO Y PARDO. l., «La regulación del ejercicio de los derechos y libertades (...)»., op.
cit., pp. 143.144.
46
F. Velasco Caballero en BACIGALUPO SAGGESE. M. y VEUSCO CABAlLERO, F.,
«"Límites inmanentes" de los derechos fundamentales y reserva de ley», artículo cit., pp. 125-
126.
16
fundamentales, encuentra entre los tres términos relaciones internas 47. Según I.
de Otto, la tarea inicial que debe llevarse
47
El principal exponente de la teoría Interna en Alemania es F. Müller. Cfr. MÚlLER, F., Die
Positivitát der Grundrechte. Fragen einer praktischen Grundrechtsdogmatik, Berlln. Dunker &
Humblot, 2a ed., 1990. pp. 40 et seq. Sobre las tesis de Müller, cfr. GAVARA DE CARA. J.C..
Derechos jundamentales y desarrollo legislativo (...). op. di., pp. 107-110. y Theorie der
Grundrechte, 2a ed., Frankfurt am MaIn. Suhrkamp, 1994. Ed. en castellano: Teoría de los
derechos fundamentales, trad. de Ernesto Garzón Valdés, la reimpresión, Madrid. Centro de
Estudios Constitucionales, 1997. pp. 300-306. En España, como ya se ha señalado, el teórico
más destacado ha sido I. de Otto. Cfr. «La regulación del ejercicio de los derechos y libertades
(...)». op. cit., passim. Una defensa reciente de esta postura, aunque con matices no poco
importantes, en MARTÍNEZ-PUJALTE, A,-L., La garantía del contenido esencial de los
derechos fundamentales, Madrid, C. E. C., 1997, pp. 48-54. Cfr., también, del mismo autor,
«Posición constitucional de los derechos fundamentales y garantía del contenido esencial»,
Anuario de Derecho de la Universidad Austral (Buenos Aires) 4, 1998. pp. 13-36, esp. pp. 21-
28.
17
Como contrapartida, y como dificultades insoslayables. desde estas premisas -
en particular, desde una conceptualización de los derechos como libertades
ilimitadas-o de un lado, la garantía del contenido esencial y el principio de
proporcionalidad resultan inaplicables48, y, de otro, no puede eludirse una visión
de los derechos fundamentales que los concibe disyuntivamente, en constante
choque o conflictos de unos derechos con otros, con una serie inevitable de
consecuencias negativas: incontrolabilidad de las decisiones judiciales,
anulación de los derechos fundamentales entre sí, inseguridad jurídica, etc. 49.
48
Esta afirmación será matizada y justificada más adelante, cuando se examinen los
presupuestos conceptuales de una y otra noción. Cfr. el epígrafe 5 de este capítulo y los
epígrafes 4 y 5 del capítulo 4.
49
En efecto, si los derechos son facultades ilimitadas el choque de unos con otros deviene
inevitable: el derecho a la honor se alzará contra la intimidad, el derecho a la vida del feto
contra la integridad física o psíquica de la madre, el derecho a la libertad religiosa contra la
libertad de cátedra, etc. Sobre esta visión «conflictivista» de los derechos, sus consecuencias,
presupuestos y alternativas, cfr. CIANCIARDO. J., El conflictivismo en los derechos
fundamentales. op. cit.. passim.
50
MULLER. F., Die Positivität der Grundrechte (...), op. cit., pp. 64. 73. Una crítica a esta
posición en ALEXY, R.. Teoría de los derechos fundamentales. op. cit.. pp. 300-306.
51
Sobre este peligro, cfr. HESSE. K., Derecho Constitucional y Derecho Privado. Madrid,
Civitas, 1995, p. 61.
18
Las dificultades que presenta la teoría interna, con ser distintas, no son
menores que las de la teoría externa. En efecto, de un lado, la amplitud
semántica de las normas constitucionales parece desmentir categóricamente
toda posibilidad de determinar apodícticamente, aun haciendo un gran esfuerzo
hermenéutico, los perfiles de cada uno de los derechos en ellas reconocidos.
Pero, dejando de lado esta crítica, resta otra de importancia decisiva como
objeción a esta postura: el razonamiento de la teoría interna se asienta sobre
un dogma probadamente falso, el de la autosuficiencia del texto constitucional y
de las disposiciones iusfundamentales. Los criterios contextuales para la
resolución de casos constitucionales no dan satisfacción a todos los problemas
que ellos plantean. Por último, la teoría interna priva al litigante de las garantías
del principio de proporcionalidad y del contenido esencial en aquellos casos en
que pueda considerarse que el legislador no ha limitado un derecho
fundamental, sino que ha explicitado su contenido, es decir, en todos los casos
de delimitación y no de limitación de los derechos fundamentales, por fuerza
más numerosos para esta teoría que para la teoría externa, puesto que las
limitaciones se reducirían en este caso a las expresamente contenidas en el
texto de la Constitución.
Desde nuestro punto de vista, resulta decisivo -como ocurrió y ocurrirá con
otros temas tratados en este trabajo- distinguir con toda claridad entre norma
iusfundamental y derecho fundamental. Esta perspectiva nos permitirá, según
se verá, una superación de las aporías a que conducen tanto la teoría externa
como la teoría interna. Nos permitirá, por lo pronto, sostener las dos
afirmaciones que concluirán esta argumentación:
53
No resulta posible fundamentar la distinción aludida. que aquí es tomada como punto de
partida de la argumentación. Cfr. al respecto. CIANCIARDO. J. El conflictivismo en los
derechos fundamentales, op. cit., cap. 3, esp. los epígrafes 2 y 3.
54
Es lo que ocurre en Alemania, país en donde una interpretación literal de la Constitución
llevaría a pensar que únicamente las leyes ordinarias limitadoras de normas iusfundamentales
estarían sujetas a las garantías del principio de proporcionalidad y del contenido esencial.
Distinto es el caso de España, puesto que la amplitud con que está formulado el artículo 53.1
CE permite afirmar que toda intervención directa en los derechos fundamentales puede ser
realizada sólo por el legislador, y que éste se encuentra obligado al respeto de las garantías
mencionadas. Sobre esto último, cfr. la polémica suscitada en torno a un curioso caso fallado
por el TS en BACIGALUPO SAGGESE. M. y F. VEUSCO CABALLERO, «Límites inmanentes»
de los derechos fundamentales y reserva de ley., artículo cit... passim. En esta sentencia se
discutió la constitucionalidad de una norma de rango infralegal que prohibía la circulación postal
de revistas pornográficas. El TS sostuvo que tal medida estaba justificada por la necesidad de
conciliar el ejercicio de la libertad de expresión con los derechos y bienes a que se refiere el
artículo 20.4 CE.
20
Aceptar las insuficiencias de la teoría interna no exige una asunción acrítica de
la teoría externa que, como ya hemos señalado, conduce inevitablemente al
conflictivismo. La primera de las teorías fue refutada afirmando que las normas
iusfundamentales son limitables. La segunda será corregida partiendo de que
los derechos fundamentales no son limitables: protegen aquello que protegen y
nada más. Es verdad que tienen un contenido limitado; pero, dentro de su
limitación, dicho contenido es ilimitable. Y es un contenido que recibe de su
fundamento un carácter coexistencial determinante, e inicial si se lo considera
genéticamente. No resulta posible un derecho fundamental no-relacional. La
búsqueda del respeto de los principios hermenéuticos de unidad de la
Constitución y de concordancia práctica imponen la necesidad de aceptar esta
realidad. Es que -y entiéndase, una vez más, la circularidad el substrato último
de esa necesidad de búsqueda, más que en el respeto de la Constitución, se
encuentra en el carácter relacional del fenómeno jurídico y en la unidad interna
de los bienes humanos y de la naturaleza humana 55.
55
Cfr. SERNA, P., «Derechos fundamentales: el mito de los conflictos (...)», artículo cit., pp.
230-234.
21