Módulo 3 - Tema 3 (Parte I)

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MÓDULO 3: RESISTENCIA Y ASIENTOS FRENTE A ESFUERZOS DE COMPRESIÓN

Índice de contenidos

TEMA 3. CÁLCULO DE LA RESISTENCIA A COMPRESIÓN EN PILOTES AISLADOS: MÉTODOS


ANALÍTICOS Y EMPÍRICOS EN SUELOS....................................................................... 3
3.1. Introducción ......................................................................................................................... 3
3.1.1. Alteración del terreno debido a pilotes de hinca en suelos granulares ...................................................... 3
3.1.2. Alteración del terreno debido a pilotes de hinca en suelos cohesivos ....................................................... 5
3.1.3. Problemáticas específicas de los pilotes de pequeño desplazamiento ....................................................... 7
3.1.4. Alteración del terreno en pilotes perforados .............................................................................................. 8
3.2. Resistencia por punta ............................................................................................................ 9
3.2.1. Introducción ................................................................................................................................................ 9
3.2.2. La problemática de la obtención del ángulo de rozamiento interno en suelos granulares ..................... 11
3.2.3. Suelos granulares ...................................................................................................................................... 21
Método de Meyerhof (pilotes de desplazamiento) .............................................................................................. 21
Método de Vesic (pilotes de desplazamiento) ...................................................................................................... 24
Método de Das (pilotes perforados) ..................................................................................................................... 26
Método de Berezantzev et al. (pilotes perforados)............................................................................................... 27
Correlaciones basadas en el SPT o el CPT (pilotes de desplazamiento) ................................................................ 27
Correlaciones basadas en el CPT (pilotes barrenados CFA) .................................................................................. 28
Método empírico de Reese y O’Neill (pilotes perforados y barrenados CFA) ....................................................... 28
3.2.4. Suelos cohesivos ........................................................................................................................................ 29
Método de Meyerhof (pilotes de desplazamiento) .............................................................................................. 29
Método de Vesic (pilotes de desplazamiento) ...................................................................................................... 29
Método de Das (pilotes perforados) ..................................................................................................................... 30
Método de Reese y O’Neill (pilotes perforados) ................................................................................................... 31
Correlaciones basadas en el CPT (pilotes barrenados CFA) .................................................................................. 31
3.3. Resistencia por fuste ............................................................................................................32
3.3.1. Suelos granulares ...................................................................................................................................... 32
Métodos analíticos ................................................................................................................................................ 32
Método de Coleman y Arcement para pilotes perforados mediante barrena continua (CFA) ............................. 33
Correlaciones con el SPT o el CPT .......................................................................................................................... 34
Método empírico de Reese y O’Neill (pilotes perforados y barrenados CFA) ....................................................... 35
3.3.2. Suelos cohesivos ........................................................................................................................................ 35
Método l (pilotes de desplazamiento) ................................................................................................................ 36

1
Método a (pilotes de desplazamiento y perforados) ........................................................................................... 37

Método b (pilotes de desplazamiento) ................................................................................................................ 39

Correlaciones basadas en el CPT (pilotes de desplazamiento).............................................................................. 40


Método de Coleman y Arcement para pilotes perforados mediante barrena continua (CFA) ............................. 41

2
TEMA 3. CÁLCULO DE LA RESISTENCIA A COMPRESIÓN EN PILOTES
AISLADOS: MÉTODOS ANALÍTICOS Y EMPÍRICOS EN SUELOS

3.1. Introducción
Como describimos en el apartado 1.1. del presente módulo, para determinar la resistencia a
compresión en un pilote, debemos determinar sus resistencias unitarias por punta y por
fuste, e integrarlas en sus superficies de aplicación para obtener sus valores resultantes.

Las resistencias unitarias no dependen tan solo de la naturaleza del terreno y de sus
características mecánicas, sino también de la forma de puesta en obra del pilote, de su
geometría y, en el caso específico de los pilotes de desplazamiento, del tiempo transcurrido
desde su construcción. Además, para determinar el valor de estas resistencias podemos
utilizar fórmulas analíticas en función de los parámetros de corte del terreno (cohesión y
ángulo de rozamiento, obtenidos directamente a partir de ensayos de laboratorio o
derivados de correlaciones con otros parámetros del terreno), expresiones empíricas en
función de los resultados de ensayos in situ (como el SPT, CPT, presiómetro, etc.) o métodos
basados en el comportamiento real de los pilotes durante pruebas de carga.

De este primer análisis de las metodologías disponibles para el diseño geotécnico de un


pilote se desprende su complejidad y multidependencia. Además, existe una fuerte adicional
de incertidumbre, que puede resultar muy difícil de acotar: los propios medios de ejecución
de los pilotes producen, en mayor o menor medida, perturbaciones en el terreno alrededor
del cimiento, de forma que sus características resistentes pueden variar respecto a las del
terreno inalterado.

Antes de adentrarnos en la descripción de los métodos de cálculo específicos para cada


tipología de pilote, naturaleza del terreno, etc., describiremos algunas de las incertidumbres
ligadas a la influencia del método de ejecución en la medida de la resistencia.

3.1.1. Alteración del terreno debido a pilotes de hinca en suelos granulares

En el caso de pilotes de gran desplazamiento por hinca en suelos arenosos flojos a


semidensos, autores como Broms (1966) señalaron que el terreno podría sufrir alteraciones
en un espesor de hasta 3-5.5 veces el diámetro alrededor del fuste y de hasta 3-5 veces el
diámetro bajo la sección de apoyo en punta.

3
Figura 3.1. Volumen de suelo granular alterado tras la hinca de un pilote de gran desplazamiento (Fuente:
Broms, 1966, en Hannigan et al., 2016)

La alteración, en este caso, tiene un efecto de densificación, por lo que suele ser esperable
apreciar un cierto asentamiento en entorno de la cabeza del pilote. Esto producirá un
incremento de la resistencia a compresión del pilote respecto a lo que se podría calcular
según modelos teóricos basados en las características inalteradas del suelo.

El grado de densificación estará relacionado con el tipo de pilote (los pilotes de punta ciega
generarán mayores grados de mejora en el terreno que los de punta abierta, como los
perfiles tubulares o los perfiles en doble T). Si, además, la hinca se produce por vibración, el
nivel de densificación y el radio de mejora alrededor del pilote pueden incrementarse
notablemente.

Por otra parte, en el caso de limos no plásticos y arenas flojas a semidensas de grano fino en
estado saturado, el proceso de hinca puede inducir sobrepresiones intersticiales
instantáneas de cierta importancia, lo que puede reducir notablemente la resistencia al
corte del terreno inicialmente. A medida que las sobrepresiones intersticiales vayan
disipándose, no que sucederá de forma bastante rápida –especialmente en suelos arenosos-
el progresivo aumento de las presiones efectivas se traducirá en una paulatina densificación.

En cambio, en suelos granulares densos el efecto puede ser el contrario si se ejecutan pilotes
de hinca: al producirse fenómenos de dilatancia durante la puesta en obra pueden
producirse succiones intersticiales (presiones de poro negativas) de forma temporal, lo que
aumentará inicialmente la resistencia al corte. Sin embargo, al disiparse estas succiones por
drenaje, el suelo presentará un comportamiento de relajación, en el que el suelo podrá ver
reducida su densidad relativa.

4
3.1.2. Alteración del terreno debido a pilotes de hinca en suelos cohesivos

En el caso de arcillas normalmente consolidadas o de consistencia blanda en estado


saturado, el pilote produce durante la hinca una alteración importante en un espesor de
hasta aproximadamente un diámetro alrededor del pilote: se genera un desplazamiento con
componentes lateral y ascendente, por lo que en estos casos se pueden producir fenómenos
de levantamiento en la superficie y de separación inicial entre el fuste y el terreno. Es
precisamente en esta zona (Tomlinson y Woodward, 2014) donde se producirá un mayor
proceso de remoldeo y pérdida de la estructura original en las arcillas.

El desplazamiento provocará, además, un elevado incremento de la presión intersticial que,


debido a la baja permeabilidad del suelo, puede tardar varias semanas o, incluso, meses, en
disiparse (algunos estudios revelan que en suelos arcillosos parcialmente saturados no se
producirán sobrepresiones intersticiales de importancia –Hannigan et al., 2016-). Así,
inicialmente, el suelo verá reducida su resistencia al corte respecto a lo esperado en
condiciones inalteradas (lo que facilita el proceso de hinca). Dado que la resistencia por fuste
y por punta del pilote están directamente relacionados con la presión efectiva de
confinamiento, esto implica que el desarrollo de la capacidad resistente total a compresión
no se producirá de forma instantánea, sino que deberá pasar un tiempo desde la hinca del
pilote, hasta que se hayan disipado todas las sobrepresiones intersticiales inducidas durante
su instalación. Además, durante este proceso se producirá un drenaje desde el terreno
alrededor del fuste hacia el suelo que lo rodea, alejándose el flujo hidráulico del pilote
radialmente. Esto producirá una cierta consolidación de la arcilla en contacto con el fuste,
que verá aumentada su resistencia al corte y una cierta desecación.

El espesor más afectado por la sobrepresión intersticial de desplazamiento fue estimado por
Broms (1966) con un valor de un diámetro bajo la punta del pilote y de tres diámetros
alrededor de su fuste:

Figura 3.2. Volumen de suelo cohesivo más afectado por la sobrepresión intersticial inducida por la hinca de
un pilote de gran desplazamiento (Fuente: Broms, 1966, en Hannigan et al., 2016)

5
A lo largo del proceso de post-consolidación tras la hinca, el terreno volverá
progresivamente a entrar en contacto con el fuste del pilote, y en la zona superficial que
haya sufrido levantamiento se recuperará una buena parte de la geometría original.

El comportamiento en suelos cohesivos firmes será algo diferente al de los blandos o de


consistencia media. En estos terrenos, no solamente se producirán los fenómenos de
desplazamiento lateral y levantamiento superficial, sino que, además, será esperable un
agrietamiento intenso en la dirección radial ortogonal al eje longitudinal del pilote. En la
zona más superficial se puede producir una separación entre el terreno y la cabeza del pilote
que no sea recuperable:

Figura 3.3. Esquema de transferencia de cargas hacia un pilote de hinca. Se aprecia un cierto despegue entre
el fuste y el terreno en cabeza del pilote, así como en un cierto hueco generado por tracciones parásitas en su
punta (Fuente: Tomlinson y Woodward, 2014)

Si el suelo arcilloso se encontraba, además, algo agrietado, la hinca provocará que las grietas
radiales evolucionen en profundidad a través del sistema de fisuras naturales del terreno.

Observando la punta del pilote, se apreciará que la arcilla bajo ella se encontrará
fuertemente remoldeada, perdiéndose su estructura original.

En lo referente a las sobrepresiones intersticiales que habrá generado la hinca, en la zona


más superficial del terreno, donde la fisuración habrá sido más intensa, su disipación por
drenaje a través de las grietas será más rápida que en profundidad. Este fenómeno se
encontrará acoplado a la generación de un cierto nivel de succiones, debidas al aumento de
volumen por levantamiento en la superficie. Luego en esa zona serán esperables procesos
de relajación con el tiempo.

6
3.1.3. Problemáticas específicas de los pilotes de pequeño desplazamiento

En este punto es importante mencionar que se pueden producir diferencias notales en el


comportamiento de pilotes prefabricados con base abierta o cerrada. Tomlinson y
Woodward (2014) describen alguna experiencia en la que se han medido pérdidas de hasta
el 20% de resistencia por fuste en pilotes de base abierta respecto a los valores medidos en
los de punta ciega.

En los pilotes tubulares de base abierta (utilizados cuando los de base cerrada no presentan
una buena aptitud para la hinca debido a la competencia del terreno o a la presencia de
intercalaciones duras) se puede producir el arrastre de un tapón de arcilla. Sin embargo, el
efecto de desplazamiento de este tapón interior no es suficiente para proporcionar un
desplazamiento suficiente en el terreno, por lo que la resistencia por fuste será inferior a la
del mismo pilote con base ciega. Adicionalmente, para calcular la resistencia por punta se
considerará exclusivamente el contacto de la sección neta anular del pilote, sin tener en
cuenta el efecto portante del tapón.

En el caso de los perfiles en doble T se puede producir también un tapón de arrastre, que
puede producir huecos de importancia en el espacio comprendido entre el alma y la
superficie interior de las alas. Por eso, en estos pilotes se recomienda utilizar el fuste del
pilote y el terreno, que harán disminuir su resistencia a compresión (Tomlinson y Woodward,
2014, señalan que en perfiles en doble T se debería considerar que el área de fuste que
realmente trabaja es exclusivamente el de la cara exterior de las dos alas). Además, los
mismos autores admiten que el cálculo de la resistencia por punta incluya el área bruta de la
sección (es decir, su envolvente externa, incluyendo el efecto del tapón), lo que parece una
indicación general algo discutible, ya que la eficiencia del tapón depende de la naturaleza del
terreno y de las dimensiones del perfil.

Figura 3.4. (a) Tapón de arrastre formado durante la hinca de un perfil de sección abierta; (b) formación de
huecos entre el terreno y el alma y la superficie interior de las alas de un perfil en doble T (Fuente:
Tomlinson y Woodward, 2014)
7
3.1.4. Alteración del terreno en pilotes perforados

Las perturbaciones que produce la perforación resultan más sutiles que las producidas
durante procesos de hinca, pero pueden tener una gran importancia, tanto para las
condiciones de resistencia por fuste como de capacidad mecánica por punta.

El efecto más evidente es la disminución de los empujes laterales en la cavidad excavada, lo


que es especialmente significativo en aquellos pilotes perforados sin sistemas de
contención: se producirá una progresiva evolución del estado en reposo a un estado activo,
disminuyendo así las tensiones normales que se generarán sobre el fuste del pilote.

En el caso concreto de los suelos cohesivos se producirá, además, una cierta expansión en el
entorno de la perforación, lo que inducirá un drenaje de agua hacia el interior de dicha
perforación (este fenómeno es impedido cuando se utilizan lodos de sostenimiento). Esto
producirá una pérdida de resistencia del material perforado. Además, tras el hormigonado,
la superficie interior de la excavación se verá expuesta a una nueva fuente de drenaje –la
masa fresca de hormigón- lo que producirá un aumento adicional de la arcilla alrededor del
fuste y, por ende, una mayor pérdida de consistencia en la misma.

Teóricamente, la resistencia por punta no se debería ver reducida respecto a la que se


obtendría por métodos analíticos a partir de los parámetros resistentes inalterados del
terreno. Sin embargo, si se emplean lodos de perforación y el entorno de la punta se
encuentra fisurado, la penetración de bentonita a través de esas grietas puede provocar una
pérdida de resistencia. Solamente cuando se empleen métodos de perforación con barrena
continua y hormigonado desde la base sería recomendable emplear los parámetros
resistentes del suelo sin alteración.

Esta reducción resistente se manifiesta en los suelos granulares en forma de una relajación
del terreno alrededor de la base de la perforación. Además, si no se realiza un correcto
saneado del interior de dicha perforación y un adecuado hormigonado, pueden quedar
detritus flojos en la zona de punta, que debilitarán el apoyo. Por ello, algunos manuales,
como el de la FHWA, proponen que en pilotes perforados con apoyo en punta sobre suelos
granulares resulta preferible el empleo de formulaciones empíricas (basadas en el SPT, por
ejemplo) que el uso de fórmulas analíticas, en las que la resistencia al corte del terreno se
cuantifica mediante el ángulo de rozamiento interno (que se pueden considerar como una
cota superior de su valor).

Sin embargo, con el objeto de presentar una visión lo más completa posible de los métodos
más habituales recogidos en diferentes manuales y normativas, también revisaremos
algunas fórmulas analíticas con una cierta componente empírica, que se pueden emplear en
el cálculo de la resistencia a compresión en rotura.

8
3.2. Resistencia por punta
3.2.1. Introducción

A lo largo de este apartado veremos algunos de los enfoques de cálculo más utilizados para
determinar de la resistencia unitaria por punta en diferentes escenarios, dependiendo del
tipo de pilote y del terreno existente, principalmente. Sin embargo, antes de comenzar el
análisis de cada propuesta, debemos primero matizar el significado mecánico del término
“resistencia unitaria por punta” en relación a la forma de rotura previsible en estado límite
último.

Como detalla Jiménez Salas et al. (1980), en los Países Bajos se dedicaron esfuerzos muy
tempranos al desarrollo del ensayo CPT como herramienta de predicción de la resistencia
por punta en pilotes. Mediante múltiples experiencias, se determinó que la resistencia por
punta de un pilote no dependía exclusivamente del terreno que se encontraba físicamente
bajo la punta del pilote hasta una cierta profundidad crítica, sino que también tendría una
gran importancia la capacidad resistente de un cierto espesor del terreno por encima de la
base. Estas observaciones eran consistentes con las superficies de plastificación en forma de
espiral ascendente hacia el fuste, inducida por una cuña activa triangular bajo la punta
(como la que vimos en la figura 1.9). Así, se determinó que la resistencia por punta global del
pilote se podía calcular como la media aritmética entre la resistencia unitaria por punta en
un cierto espesor bajo la base, denominado zona activa, y la resistencia unitaria por punta
en un determinado espesor sobre el apoyo, denominado zona pasiva:

Figura 3.5. Superficie de plastificación alrededor de la punta del pilote. Se aprecia la acotación de las zonas
activa y pasiva (Fuente: ROM 0.5)

9
El espesor de estas zonas depende de la naturaleza del terreno, teniendo los suelos
granulares mayor capacidad de desarrollo espacial de la superficie de plastificación que los
cohesivos. Estos valores pueden variar entre diferentes autores o normativas.

Debido al desarrollo de este método en el Laboratorio de Mecánica de Suelos de Delft,


Jiménez Salas II et al. (1980) denominarían a este cálculo como “Método de Delft”. En lengua
inglesa se denomina, en ocasiones, “4D/8D Method”, debido a la acotación tradicional de la
zona pasiva en arcillas y arenas, respectivamente (como veremos a continuación).

En las antiguas normas NTE de “Pilotes in situ” (1977) y “Pilotes Prefabricados” (1978), se
añadió una nueva zona de comparación, justo por debajo de la zona activa: sería
denominada zona de seguridad. Su objetivo es contemplar la repercusión que puede tener
sobre la superficie de rotura si bajo la misma existe un terreno menos competente o, incluso,
una cavidad. El planteamiento en suelos granulares y cohesivos que plantearon estas normas
tecnológicas fueron los representados en el siguiente esquema:

Figura 3.6. Acotación de zonas activa, pasiva y de seguridad en función de la anchura de la sección del pilote
para terrenos cohesivos o granulares

Podemos utilizar estos índices para indicar cada zona, por mayor comodidad en los cálculos:
10
• Zona pasiva (1)
• Zona activa  (2)
• Zona de seguridad  (3)

En función de esta división, si el material en la zona de seguridad tiene igual o mayor


resistencia que el de la zona activa, supondremos que la rotura estará controlada tan solo
por las zonas pasiva y activa. Sin embargo, si el terreno en la zona de seguridad resulta
menos resistente que el de la zona activa, realizaremos el siguiente cálculo: consideraremos
que la resistencia unitaria por punta bajo la base de apoyo del pilote será igual a la media
aritmética entre las correspondientes a las zonas activa y de seguridad. Analíticamente,
estas dos condiciones se pueden representar así:
qf ` a + q ` a
f
f
bf
f
fff
1f
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
bf
f
ff
f
2f
f
ff
ff
Si qb ` 3a ≥ qb ` 2a Q qb =
2
f
f
f
bf
f
f
qf
f
ff
2f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
bf
f
ff
f
ff
3f
+qf
ff
f
f
` a ` a
qf ` a +
f
f
bf
f
fff
1f
f
ff
ff
f
ff
ff
f
ff
ff
f
ff
f f
f
ff
ff
ff
f
ff
ff
ff
ff
f
2ff
ff
ff
Si qb ` 3a < qb ` 2a Q qb =
2

Otras normativas actuales no incluyen el recurso de la zona de seguridad. Repasamos aquí


los valores propuestos en algunas de ellas para los espesores activo y pasivo:

Tabla 1. Espesores de las zonas activa y pasiva según diferentes normativas

TIPO DE TERRENO ZONA ROM 0.5 GCOC y CTE


PASIVA 6B 6B
GRANULAR Y ROCA
ACTIVA 3B 3B
PASIVA 4B 6B
COHESIVO
ACTIVA 2B 3B

3.2.2. La problemática de la obtención del ángulo de rozamiento interno en suelos


granulares

Para obtener directamente el valor del ángulo de rozamiento interno de las arenas en las
zonas afectadas por la punta del pilote se podrían realizar ensayos triaxiales o de corte
directo. Sin embargo, habitualmente resulta complicado obtener muestras inalteradas en
arenas, especialmente si no tienen algo de cementación o de plasticidad. En estos casos, la
obtención de muestras inalteradas puede tener un coste elevado, y los equipos para llevarlo
a cabo no son demasiado habituales.

Una de las alternativas para obtener muestras inalteradas en arenas es utilizar


tomamuestras con zapatas equipadas con sistemas de congelación (las zapatas son los
elementos tubulares de punta troncocónica que se roscan al final del tubo tomamuestras).

11
Figura 3.7. Tomamuestras con sistema de congelación: se observa que la zapata está unida a un tubo
(superior, izquierda), que estará conectado en superficie a un tanque de CO2 dispuesto en la superficie (ver
esquema de montaje en la imagen derecha). En la imagen inferior izquierda se observa el hielo acumulado en
la zapata junto a una muestra congelada, que se encuentra dentro de un tubo de PVC (Fuente: Murphy y
Herkelrath, 1996)

Otra alternativa es la congelación de un bloque de terreno, para proceder a continuación a


excavar a su alrededor y tallar un bloque del que más tarde se obtendrán muestras
inalteradas par su ensayo:

Figura 3.8. Tallado de un bloque de arena congelada (izquierda), junto a un detalle del montaje de tuberías
de congelación (derecha) (Fuente: Stringer et al., 2015)

12
Además del elevado coste de este método, no resulta factible para el estudio de los
materiales en punta de un pilote dado que implicaría excavar hasta una elevada profundidad.

En los últimos años está teniendo un cierto auge un sistema de obtención de muestras
mediante un sistema de cubrición con gel durante la hinca o rotación de un tomamuestras,
denominados genéricamente sistemas GP (Gel-Push Sampling). Este gel se utiliza no
solamente para envolver la muestra de terreno durante la penetración del tomamuestras,
sino para conseguir también un efecto lubricante que evite alteraciones en el mismo.

Figura 3.9. Gel lubricante polimérico cubriendo una muestra (Fuente: Stringer et al., 2015)

Figura 3.10. Fundamento operativo del tomamuestras GP-TR –sistema de triple tubo con rotación- (Fuente:
Stringer et al., 2015)
13
Figura 3.11. Testigos recubiertos con gel polimérico tras su extracción (superior) y tallado (inferior)
(Fuente: Stringer et al., 2015)

Debido a la escasa disponibilidad y elevado coste de estas técnicas, en la mayoría de los


casos será habitual obtener el valor del ángulo de rozamiento interno a partir de
determinaciones en ensayos realizados in situ, como el SPT o el CPT. De forma ilustrativa,
Tomlinson y Woodward (2014) recogen algunos ábacos de correlación clásicos:

Figura 3.12. Relación entre el SPT y el ángulo de rozamiento interno (Fuente: Peck et al, 1974, en Tomlinson
y Woodward, 2014)

14
Figura 3.13. Relación entre el CPT, la presión efectiva vertical y el ángulo de rozamiento interno (Fuente:
Durgunoglu y Mitchell, 1975, en Tomlinson y Woodward, 2014)

En otras publicaciones aparecen recopilaciones más amplias de estas correlaciones.


Centrándonos en el uso del SPT en arenas, se pueden proponer estas fórmulas adicionales:

Tabla 2. Relaciones empíricas entre el SPT y el ángulo de rozamiento interno en arenas (Recopilados en
Hettiarachchi y Brown, 2009, y en Hatanaka y Uchida, 1996)

Fórmula Autor(es)
Wolff (1989) [es una
aproximación parabólica al
φ . = 27.1 + 0.3 N 60 @ 0.00054 N 60
2
ábaco de Peck et al., 1974,
que aparece en la figura 2.16]
H I0.34
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
f
Nf
f
ff
f
ff
f
fff
f
ff
f
ff
f
fffff
f
f f
ff
f
φ . = arctanL 60
σ.f
M Schmertmann (1979)
J fff
f
fvf
f
ff
f
K
12.2 + 20.3
w
w
ww
w
w
w
ww
w
w
ww
w
w
ww
w
w
ww
w
w
ww
w
w
ww
w
pa
φ . = q20 N 60 + 15 Kitazawa et al. (1959)
w
w
www
w
ww
w
w
w
ww
w
w
w
ww
w
ww
w
w
ww
w
ww
w b c
φ . = q15 N 60 + 15 ≤ 45 Para N 60 >5 Japan Road Association (1990)
ww
w
w
w
ww
w
w
w
ww
w
w
w
ww
w
w
ww
ww
w
ww
w
w
w
φ . = q12 N 60 + 25 Q Arenas angulosas bien graduadas
ww
w
w
w
ww
w
w
w
ww
w
w
w
ww
w
w
w
ww
w
w
ww
ww
w
φ . = q12 N 60 + 20 Q Arenas redondeadas bien graduadas
Dunham (1954)
ww
w
w
w
ww
w
w
w
ww
w
w
w
ww
w
w
w
ww
w
w
w
ww
w
w
o angulosas y uniformes
φ . = q12 N 60 + 15 Q Arenas redondeadas uniformes

En el caso de las gravas, los ensayos in situ mediante métodos dinámicos tradicionales (SPT,
DPSH, Borros, etc.) suelen tener altos grados de incertidumbre. En Ortiz-Palacio (2017) se

15
detallan algunos aspectos de la problemática de la ejecución del SPT en suelos con gravas o
bolos. En concreto, se pueden destacar las siguientes dificultades:

• Falsos rechazos: cuando se atraviesan terrenos con bolos aislados de tamaño


sensiblemente superior al del tomamuestras estándar, se pueden llegar a registrar
rechazos (más de 50 golpes en avances de hinca iguales o inferiores a 15 cm) que no
dan información real sobre la densidad global del estrato, sino que reflejan
únicamente la elevada resistencia de la matriz pétrea de la que está constituido el
bolo o bloque.
• Daños en la zapata de hinca: como se aprecia gráficamente en la figura 2.18, se
pueden producir aumentos de espesor en borde de zapata y pérdida de sección
abierta en el SPT, lo que puede provocar amplias desviaciones en los resultados
medidos con ese tomamuestra dañado (como reflejó Das, 2014).
• Atasco de la boca de la zapata de hinca: cuando se encajan gravillas en la boca de la
zapata, el tomamuestras comienza a comportarse como un elemento ciego durante
la hinca, por lo que la resistencia en algunos suelos -como en arenas flojas, como
señalan Aggour y Radding (2001) puede ser sobreestimada. La figura 2.19 describe
gráficamente este fenómeno.
Para evitar atascos o dañar excesivamente las zapatas de hinca, y teniendo en cuenta que la
recuperación de suelo en gravas con la zapata abierta es en muchos casos nula, se suelen
utilizar puntazas sólidas, macizas, de diámetro exterior igual al estándar (algunas normativas,
como la ROM 0.5, lo indican expresamente). En ese caso, tienen la forma de puntaza cónica,
con un ángulo de 60º (ver la comparación en la figura 2.19).

Figura 3.14. Atasco por gravas o fragmentos de roca en zapatas abiertas (Fuente: Rogers, 2006)
16
Figura 3.15: Punta cónica maciza y zapata abierta en un sondeo en el sur de Argentina (Fuente: S. Ortiz-
Palacio)
En el caso de utilizar una puntaza cónica, el ensayo se suele denominar SPT(C) o,
alternativamente, C-SPT y, a pesar de lo extendido de su uso, no existe demasiada
información publicada sobre su equivalencia con el SPT realizado con zapata hueca estándar
(Daniel, 2000). Por ejemplo, de entre los estudios disponibles, se puede destacar el de Hartel
et al. (2015), que realizaron una recopilación de algunos de los estudios existentes, que se
resumen en la siguiente figura:

Figura 3.16: Correlaciones entre el C-SPT (con cono sólido), en ordenadas, y el SPT convencional (con
zapata de hinca abierta), en abscisas, para diversos tipos de suelos (Fuente: recopilado por Hartel et al., 2015,
a partir de Shahien y Farouk, 2012)

De acuerdo con Hartel et al. (2015), al observar estas curvas de correlación se puede inferir
que la desviación entre el resultado del SPT con cono macizo y el SPT con zapata abierta
varía entre aproximadamente el 50% y el 200%.

17
Lacrois y Horn (1973) realizaron un estudio energético de correlación entre diferentes
tomamuestras no estándar, incluido el de cono macizo, con el resultado equivalente de un
tomamuestras SPT. Consideraron que la energía necesaria para una hinca de longitud L en el
terreno era directamente proporcional al cuadrado del diámetro externo del tomamuestras
(De) y a dicha longitud L, e inversamente proporcional a la energía proporcionada por cada
impacto del martillo (que tendría una masa W y una altura de caída libre H), llegando a la
siguiente expresión:
2f
ff
f
f
Nf
f
ff
f
1f
f
ff
f
f
Wf
f
ff
f
1f
ff
f
f
Hf
f
ff
f
1f
f
f
N= 2
175 De L1
Donde:

• N: Resultado de golpeo SPT equivalente


• N 1: Resultado de golpeo de un sistema de penetración dinámica que se
quiere correlacionar con el SPT
• W1: Masa del martillo [lb]
• H1: Altura de caída del martillo [pulgadas]
• L1: longitud del tomamuestras [pulgadas]
• De: Diámetro externo del tomamuestras [pulgadas]

Según Rogers (2006), el análisis de esta correlación revela que suele ser bastante ajustada a
la realidad cuando a una profundidad de entre 5 a 10 veces el diámetro del tomamuestras o
del cono de penetración no existe ninguna capa rígida, ya que entonces estas capas influyen
notablemente sobre el resultado, incrementando la el registro de resistencia a la
penetración por encima del que realmente tiene el tramo de terreno atravesado (es decir,
en esos casos, se sobrevalora la resistencia de suelo ensayado). De forma esquemática, este
fenómeno se muestra en la siguiente figura:

Figura 3.17. Influencia de capas rígidas sobre el registro del SPT en materiales menos competentes (Fuente:
Rogers, 2006)
18
Sin embargo, puesto que la expresión energética de Lacroix y Horn (1973) solo depende del
diámetro externo del elemento no estándar de penetración, teóricamente existiría una
igualdad entre el SPT con zapata abierta y el realizado con puntaza cónica maciza mientras la
masa del martillo, su altura de caída y el diámetro de punta fueran idénticos a los del ensayo
estándar. Esto entra en contradicción con las fuertes desviaciones recopiladas por Hartel et
al. (2015) entre ambos sistemas de penetración, por lo que no se puede considerar
demasiado adecuada esta formulación.

Como alternativa, se pueden utilizar ensayos alternativos como los LPT (Large Penetration
Test), que minimizan la influencia del tamaño de partículas sobre la zapata de hinca estándar
introduciendo un tomamuestras con una relación diámetro/tamaño de partícula semejante
a la que existe entre el tomamuestras estándar y las arenas (Daniel et al., 2004), por lo que
se suele utilizar solamente en el caso de gravas de grano fino, ya que el tomamuestras y el
sistema de hinca resultaría prohibitivo para gravas de tamaño medio a bolos.

Sin embargo, hoy en día estas alternativas no tienen una única forma universal, sino que han
sido desarrolladas con dimensiones de tomamuestras y energías de hincado muy diferentes
dependiendo del país. Por ejemplo, en la siguiente tabla, recopilada por Daniel et al. (2003),
se muestra un resumen de algunos de los sistemas SPT desarrollados en diferentes países,
comparando sus características físicas con las del SPT (según la especificación ASTM D1586-
11):

Tabla 3. Comparación entre las características geométricas y mecánicas del SPT y de algunos sistemas
LPT (Fuente: Daniel et al., 2003)

JLPT
ILPT NALPT LPT de
Característica SPT (Japó
(Italia) (EEUU) Burmister
n)

Diámetro exterior del tomamuestras (mm) 50.8 73.0 140.0 76.2 92.1

Diámetro interior del tomamuestras (mm)

Zapata 34.9 50.0 100.0 61.0 74.4

Tubo 38.1 54.0 110.0 64.0 -

Peso del martillo (N) 623 981 5592 1335 1112

Altura de caída del martillo (cm) 76.2 150.0 50.0 76.2 50.8

Energía potencial del martillo respecto al


100 311 119 591 214
SPT (%)

Relaciones empíricas de NSPT/NLPT

Arenas - 1.5 1.14 - 0.42

Gravas - 2.0 0.89-1.02 - -

19
Es esperable que en el futuro estos sistemas vayan teniendo mayor aceptación, aunque hoy
en día, en la práctica habitual, se sigue optando por el cono macizo de 60º como sustituto
del SPT de zapata abierta. Ésto, como hemos visto, da lugar a una gran incertidumbre sobre
la equivalencia con el SPT convencional, por lo que las correlaciones con otros parámetros
geotécnicos basadas en el SPT obtenido con cono macizo deben ser tratadas teniendo en
cuenta esta incertidumbre.

Otra alternativa de caracterización de gravas la constituye el Ensayo de Penetración Becker,


que Harder y Seed (1986) trataron de estandarizar a partir del concepto original desarrollado
por Becker Drills Ltd. en Canada a finales de los años 50 (ver figura 2.22), desarrollando las
primeras correlaciones entre los resultados de este ensayo y el SPT.

Figura 3.18. Sistema BPT con registro de golpeos y extracción de muestras granulares mediante sistema de
vacío (Fuente: Harder y Seed, 1986)

Consiste en un sistema de tubo de hinca (de 140 mm o más, por lo que es menos susceptible
a registrar falsos rechazos), introducido en el terreno ensayado por golpeo de un martillo en
cabeza. Así, el resultado BPT es el número de golpes necesarios para que penetre el tubo 30
cm en el terreno ensayado. Como diferencia con sistemas de penetración convencionales, el
tubo BPT se encuentra sellado en cabeza, y contiene dos tuberías concéntricas en su interior
por las que circula aire a presión en un movimiento descendente-ascendente. De esta forma,
parte de la energía de penetración es suministrada por la compresión del aire, por lo que
midiendo su presión en la zona superior (denominada presión de cámara de rebote –bounce
chamber pressure-) se puede estimar al relación existente entre la energía potencial del
martillo de hinca y dicha presión. Esto permite, en última instancia, realizar un balance
energético entre este método y el SPT, por lo que supone la base de las correlaciones

20
basadas en este método para conversión a golpeos estándar. Algunas de las correlaciones
más conocidas fueron desarrolladas por Harder y Seed (1986) o, unos años después, por Sy
(1993), que propuso un sistema más racional de medida de la energía, instrumentando la
cabeza del tubo de penetración BPT mediante acelerómetros y galgas extensiométricas que
permitían medir energías transmitidas reales (Ghafghazi et al., 2014).

Como conclusión, se puede destacar que el SPT dista mucho en la actualidad de ser un
ensayo verdaderamente estándar y universal, puesto que tanto las geometrías de los
elementos de penetración como lo sistemas de hinca mediante golpeo pueden diferir
sustancialmente. Por ello, es muy recomendable proceder a la calibración de los equipos
para que las correlaciones entre el SPT y otros parámetros geotécnicos obtenidos
localmente puedan ser extrapolados a otros emplazamientos que, aun teniendo unas
características geológicas y geotécnicas semejantes, puedan ser prospeccionados mediante
alguna variante del SPT diferente a la del estudio original.

3.2.3. Suelos granulares

Método de Meyerhof (pilotes de desplazamiento)

Meyerhof (1976) propuso una adaptación la teoría de rotura por corte generalizado en
cimentaciones superficiales, con la forma:

1f
ff
qb = c. N c + σ. v N q + γ. D N γ
* * *

Donde:

• qb: Presión de hundimiento (igual a la resistencia última por unidad de


área de apoyo en punta)
• c’: Cohesión efectiva del terreno
• s’v: Presión vertical efectiva a la cota de apoyo en punta
• g’: Peso específico efectivo del terreno bajo la punta del pilote
• D: Anchura del pilote
* * *
• Nc , Nq , Ng : Factores de capacidad de carga (adaptados para pilotes)

Esta formulación, como indicamos anteriormente, puede resultar adecuada para pilotes de
desplazamiento, en los que el proceso de hinca produce una densificación del terreno –de
forma que la resistencia al corte entorno a la base habrá mejorado, lo que introduciría un
grado de seguridad adicional-. Sin embargo, en pilotes perforados su uso debería estar
supeditado a una correcta estimación de la reducción previsible en el ángulo de rozamiento
interno del terreno en la zona de influencia en punta, dado que, en caso contrario, su
empleo podría resultar inseguro. La correcta estimación de los parámetros reducidos
depende de múltiples factores, y resulta muy complicada de estimar. Por ello, en muchas

21
puede ser preferible utilizar el método analítico de Das (2016) adaptado para pilotes
perforados, el semiempírico de Berezantzev et al. (1961) o formulaciones empíricas basadas
en el SPT.

Continuando con el método de Meyerhof, en el caso de arenas limpias, sería c’=0. Además,
el término de 1/2g’D suele resultar despreciable frente al resto de términos, por lo que se
suele despreciar su influencia. Así, de forma simplificada, resultaría:

qb = σ. v N q
*

En el caso de las arenas, dentro de un estrato uniforme, la resistencia unitaria por punta
aumenta con la profundidad, hasta alcanzar un cierto valor máximo a una cierta profundidad
crítica. Por debajo de ella, el valor de la resistencia unitaria por punta será constante.

Si denominamos Lb a la longitud de empotramiento del pilote en un determinado estrato


arenoso, para un cierto valor (Lb/D)cr se comenzará a observar un valor de qb máximo, como
muestra este ábaco:

Figura 3.19. Relación entre la resistencia unitaria por punta (qb) que se puede desarrollar en rotura en
función de la profundidad de empotramiento del pilote (Lb) en un estrato de arenas. A partir de una cierta
profundidad crítica, qb toma un valor máximo constante (adaptado de Das, 2016)

Este valor máximo será:

qb,max = 0.5 · pa ·N q ·tanφ .


*

Siendo F’ el ángulo de rozamiento interno y pa la presión atmosférica (pa=100 kPa).

Así, la expresión de la resistencia unitaria por punta se puede modificar así, adaptándola a
esta limitación:
qb = q. N q ≤ qb,max
*

Los valores del factor de capacidad de carga modificado Nq* se pueden determinar a partir
de este ábaco o, alternativamente, de la tabla que junto a él mostramos:

22
Figura 3.20. Valores de Nq* en función del ángulo de rozamiento interno F’ según Meyerhof (en Das, 2016)

Otros autores han propuesto otros ábacos de relación entre el ángulo de rozamiento interno
y el factor Nc*. Por ejemplo, Berezantzev et al. (1961) presentan este ábaco alternativo, que
es uno de los más utilizados para el diseño de pilotes de sección circular:

Figura 3.21. Valores de Nq* (aunque aquí aparece con la nomenclatura Nq) en función del ángulo de
rozamiento interno F’ según Berezantzev et al. (1961) (en Fleming et al., 2008)

Esta limitación de la resistencia unitaria por punta con la profundidad fue verificada
empíricamente por Vesic (1970) durante las mediciones realizadas en un pilote
instrumentado:

23
Figura 3.22. Resultados de ensayos en un pilote de prueba instrumentado. Se observa cómo se alcanza un
valor de resistencia unitaria por punta constante cuando el pilote se empotra profundidades iguales o
superiores a unos 9 m (Vesic, 1970, en Das, 2016)

Según estos ensayos, determinó un ratio crítico (Lb/D)cr=16-18.

Método de Vesic (pilotes de desplazamiento)


f
f
ff
Como σ. o alternativa a la propuesta de Meyerhof, Vesic (1977) desarrolló una formulación
analítica basada en la teoría de la cavidad expandida, que se puede escribir así:
f
f
ff
qb = σ. o N σ
*

f
f
ff 1f
σ. o = fff
ff
f
ff
f
ff
ff
ff
f
ff
f
ff
f
fof
f
f
+ 2·K
σ. v
3

Donde:
f
f
ff
• σ. o : Media aritmética de las presiones efectivas principales del terreno en la base
del pilote.
• Ko: Coeficiente de empuje en reposo
• Ns*: Factor de capacidad de carga

El valor de la capacidad de carga estará relacionado con el valor de un índice reducido de


rigidez (Irr), que a su vez depende del índice de rigidez del terreno (Ir):

24
f
f
ff
f
ff
f
If
f
frf
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
I rr =
1 + Ir ∆
ff
f
ff
ff
ff
f
Gff
f
ff
sf
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
f
Ir =
σ. v tanφ .

En esta última expresión, Gs es el módulo elástico transversal del terreno en la zona de punta
del pilote. Para obtenerlo se deben realizar ensayos geofísicos (downhole o crosshole en el
interior de sondeos, o geofísica superficial, según métodos como SASW, MASW o ReMi) o
ensayos in situ (dilatómetro, presiómetro, etc.). En el caso de no disponer de estos ensayos,
se puede acudir a formulaciones empíricas a partir de otros parámetros (como el SPT), pero
suelen presentar importantes variabilidades, por lo que solo se recomienda su uso en
estudios de prediseño.

Por otro lado, D representa la deformación volumétrica media en la zona plastificada en


torno a la punta del pilote. Su valor se puede obtener mediante esta expresión (Chen y
Kulhawy, 1994):
f g
∆ = 0.005 1 @ f
φf
f.f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff σ.
· f
f
ff
ff
f
vf
f
f
@ 25
20 pa

Siendo pa la presión atmosférica (cuyo valor se puede redondear a 100 kPa).

En esta tabla se presentan los valores del factor de carga Ns* para diferentes confinaciones
de índice de rigidez reducida y de ángulo de rozamiento interno del terreno:
*
Tabla 4. Valores de Ns en función de Irr y F’ (Fuente: Das, 2016)

25
Debido a la dependencia del método con el valor del ángulo de rozamiento interno del
terreno en el entorno de punta, no resulta recomendable utilizarlo en el caso de los pilotes
perforados.

Método de Das (pilotes perforados)

En este caso se planteará que la resistencia unitaria por punta es:


f
f
ffb c
qb = σ. v N q @ 1 s q ·d q ·cq
1f
f
ff
f
f
+f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
f
senφf
fff
f
f.f
f
ff
f π · tanφ.
Nq= ·e
1 @ senφ .
s q = 1 + tanφ .
f g
d q = 1 + C·arctan f
Lf
f
ff
f
D
b c2
C = 2 tanφ . 1 @ senφ .

Donde los valores de cada factor y coeficiente son análogos a los utilizados en la fórmula
polinómica de la presión de hundimiento en cimentaciones superficiales:

• Nq: Factor de capacidad de carga del término de la presión vertical


• sq: Coeficiente de influencia de la forma del apoyo
• dq: Coeficiente de influencia de la profundidad
• cq: Coeficiente de forma de la compresibilidad
• L: Longitud del pilote
• D: Diámetro del pilote en punta

El valor del coeficiente de compresibilidad se puede obtener mediante Chen y Kulhawy


(1994), siguiendo estos pasos descritos en Das (2016):

1. Determinar un cierto índice de rigidez crítica, Icr:


ff
f
f
fff
f
f
f g
φ.
2.85 cotan 45 @
I cr = 0.5 e 2

2. Calcular el índice de rigidez reducida, Irr, según la formulación de Vesic, que


vimos en el epígrafe anterior.

3. Comparar los índices de rigidez crítica y reducida:


• Si Irr≥Icr, entonces: cq = 1
b cb c
f
f
f
ff
f
ff
f
f
ff
f
ff
f
f
ff
f
ff
f
f
ff
f
ff
f
f
ff
f
ff
f
f
ff
f
ff
f
f
ff
f
ff
f
f
ff
f
ff
f
f
ff
f
ff
f
f
ff
f
fff
1f
f
f0f
f
f
ff
f
ff
f
f
ff
f
ff
f
f
ff
f
ff
ff
f
f
ff
f
3.07 senφ. Log 2Irr
@ 3.8 tanφ. +
• Si Irr<Icr, entonces: cq = e 1 + senφ.

26
Método de Berezantzev et al. (pilotes perforados)

En este caso se propone una versión modificada de la fórmula analítica, con la forma:
f
f
ffb c
qb = σ. v ωN q @ 1
*

b c
N q = 0.21e 0.17φ. con φ . en grados sexagesimales
*

f g
Lf
f
ff
f
f
ω=f
D

En la que w es función de la longitud del pilote y de su anchura en punta, que aparece


tabulada de la forma siguiente:

Tabla 5. Valores de w en función de F’ y del cociente L/Db (en la tabla, se denomina Db a la anchura del
pilote en la sección de apoyo en punta) (Fuente: Das, 2016)

Correlaciones basadas en el SPT o el CPT (pilotes de desplazamiento)

Meyerhof (1976) sugirió esta expresión empírica en función del SPT para un estrato de
arenas uniformes:

qb = 0.4 pa N 60 f
Lf
f
ff
f
≤ 4 pa N 60
D

Donde:

• pa: Presión atmosférica (100 kPa)


• N60: Valor corregido del SPT para una eficiencia energética del 60%, que se
obtendrá como el valor medio en un espesor comprendido entre 10 D por
encima de la punta y 4 D por debajo.
• L: Profundidad de apoyo del pilote
• D: Anchura de la sección

27
Otra variación de este enfoque empírico fue el propuesto por Briaud et al. (1985), que
propusieron esta expresión en función, también, del SPT corregido:
b c0.36
qb = 19.7 pa N 60

En el caso de disponer de ensayos CPT, Meyerhof propuso que sería qb=qc para pilotes
hincados.

Correlaciones basadas en el CPT (pilotes barrenados CFA)

En el caso de pilotes perforados mediante barrena continua, la FHWA propone esta


expresión basada en el valor medio de qc (obtenido en un espesor comprendido de entre
dos a tres veces el diámetro por debajo de la punta):

qb = 0.375 qc

Método empírico de Reese y O’Neill (pilotes perforados y barrenados CFA)

En el caso de los pilotes perforados y hormigonados in situ, Reese y O’Neill (1989) sugirieron
un método empírico de determinación de la capacidad resistente basado no en modelos de
rotura sino en la determinación de cargas correspondientes a asientos excesivos en pilotes
reales ensayados a compresión. Como señala Das (2016), el uso de este método se debe
limitar a estas condiciones:

• Diámetro de fuste comprendido entre 0.52 y 1.2 m


• Apoyo en punta de entre 4.7 y 30.5 m
• Terrenos con valores de N60 en el rango 5-60
• Hormigones con consistencias correspondientes a asientos en el cono de Abrams
entre 10 y 22.5 cm

Según su estudio, la resistencia unitaria por punta sería (en función del diámetro en punta,
Db, que puede ser mayor que el del fuste sin la base se encuentra ensanchada):
@ A
• Si Db <1.27 m Q qb kPa = 57.5 N 60 ≤ 4310 kPa
f g
Si Db ≥ 1.27 m Q qb kPa = 57.5 N 60 f
ff
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
@ A 1.27
• @ A ≤ 4310 kPa
Db m

En el caso de pilotes perforados con barrena continua (CFA) la FHWA propone estas
expresiones en función del valor medio de N60 (en un espesor comprendido entre un
diámetro por encima de la punta y dos a tres diámetros por debajo de ella):
@ A
• Si N 60 ≤ 75 m Q qb kPa = 57.5 N 60
@ A
• Si N 60 >75 m Q qb kPa = 4300

28
3.2.4. Suelos cohesivos

Método de Meyerhof (pilotes de desplazamiento)

Empleando de nuevo la teoría de la rotura por corte generalizado en cimentaciones


superficiales, Meyerhof (1976) propuso una adaptación de la presión de hundimiento en
condiciones de corto plazo indicando que la resistencia unitaria por punta sería:

qb = N c ·cu = 9 cu
*

En donde Nc* es un factor de capacidad de carga modificado para las condiciones de


plastificación bajo la punta de un pilote (recordemos que tomaba un valor de 5.14 en
cimentaciones superficiales en las que F=0º), que incluye la influencia de la forma de la
sección del pilote y de su profundidad.

Al igual que en suelos granulares, esta formulación implica determinar adecuadamente el


valor de la resistencia al corte sin drenaje en las condiciones reales tras la puesta en servicio
del pilote, por lo que su valor puede verse alterado respecto a lo previsto según ensayos de
muestras inalteradas. Por ello, veremos algo más adelante algunos métodos como el de Das
(2016) para contemplar el cálculo de la resistencia unitaria por punta en pilotes perforados.

Método de Vesic (pilotes de desplazamiento)

Adaptando su formulación a condiciones no drenadas, al ser F=0, Vesic propuso esta


expresión (que resulta formalmente idéntica a la de Meyerhof, pero con una importante
diferencia en el valor del factor de capacidad de carga de la cohesión):

qb = N c ·cu
*

Nc=1+ f
4ff
f
Ln I rr + 1 + ff
ff
f
b c π
*

3 2

En este caso, al producirse la deformación sin cambios de volumen (condición de carga sin
drenaje) la deformación volumétrica media será D=0, por lo que resultará:

I r = I rr

La relación entre Nc* en función de Irr se puede obtener, alternativamente, mediante esta
tabla:

29
*
Tabla 6. Valores de Nc en función de Irr (Fuente: Das, 2016)

A su vez, Ir se podrá calcular según la teoría de cavidad cilíndrica expansiva mediante::

Ef
f
ff
f
f f
f
sff
f
Ir =
3 cu

Siendo cu la resistencia al corte sin drenaje y Es el módulo elástico longitudinal del terreno en
el entorno de la punta del pilote. Según O’Neill y Reese (1999) en Das (2016), su valor se
puede aproximar mediante la expresión:
f g
cf
f
fuf
f
ff
f
I r = 347 @ 33 ≤ 300
pa

Método de Das (pilotes perforados)

En el caso de aquellos pilotes en los que L≥3D, Das (2016) propone una versión condensada
de la fórmula polinómica del hundimiento en condiciones no drenadas en suelos cohesivos,
con la forma:

qb = N c cu
*

B C
N c = 1.33 Ln I r + 1
*

Siendo una vez más:

Ir = f
Ef
f
ff
f
sf
f
ff
f
3 cu

En general, cuando el valor de cu es superior al de la presión atmosférica (pa=100 kPa), se


puede tomar un valor de Nc*=9.

30
Por otro lado, en pilotes cortos en los que L/D<3, O’Neill y Reese (1999) planteron un valor
modificado de la resistencia unitaria por punta:
H I
f g
qb = N cuJ f
2ff
1+ f
* 1f
fL
ff
f
ff
fK
c
3 6D
B C
N c = 1.33 Ln I r + 1
*

Método de Reese y O’Neill (pilotes perforados)

Según la metodología alternativa propuesta por Reese y O’Neill (1989), se puede determinar
la resistencia por punta para pilotes en los que D≤1.91 m mediante la expresión:
f g
Lf
f
ff
f
f
qb = 6 cu 1 + 0.2 ≤ 9 cu ≤ 4000 kPa
D

Donde cu se obtiene como el valor medio de la resistencia al corte sin drenaje en una
profundidad de 2 veces la anchura de la punta bajo la base del pilote.

Para pilotes de mayor diámetro, el asiento controlará las condiciones de rotura según las
observaciones de Reese y O’Neill (1989), por lo que se deberá utilizar un valor modificado de
la resistencia unitaria por punta, qbr:

qbr = F r qb
f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
f
2.5f
ff
f
fff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
Fr = @ A ≤1
ψ 1 D mm + ψ 2

Los valores de las funciones Y1 y Y2 serán:


f g
Lf
f
ff
f
f
ψ 1 = 2.78·10 + 8.26·10 ≤ 5.9·10
@4 @5 @4

D
w
w
w
w
ww
w
w
w
ww
w
w
w
w@w
w
w
w
ww
w
w
w
ww
w
w
w
ww
w
w
w
w
ψ 2 = 0.065 q cu kPa
A
siendo 0.5 ≤ ψ 2 ≤ 1.5

Veremos la propuesta de Reese y O’Neill para el cálculo de resistencias unitarias por fuste en
suelos cohesivos en el subapartado correspondiente del apartado 3.3.2.

Correlaciones basadas en el CPT (pilotes barrenados CFA)

La FHWA propone esta fórmula basada, al igual que en suelos granulares, en el valor de qc
(obtenido en un espesor comprendido de entre dos a tres veces el diámetro por debajo de la
punta):

qb = 0.15 qc

31
3.3. Resistencia por fuste
3.3.1. Suelos granulares

Métodos analíticos

Según diversos estudios, dentro de un estrato homogéneo, la resistencia unitaria por fuste
suele variar linealmente (aproximadamente) hasta alcanzar una cierta profundidad crítica L’,
que se puede estimar con este valor:

L. = 15 D

Así, se puede acotar la ley de resistencias unitarias por fuste según estas expresiones:
` a
• 0 ≤ z ≤ L’: qs = K·σ. v z · tanδ .
` a
• z > L’: qs = K·σ. v z = L. · tanδ .

Donde:

• z: Profundidad a la que se estudia la resistencia unitaria


• s’v(z): Presión efectiva vertical a cada profundidad z
• K: Coeficiente de empuje del terreno
• d': Ángulo de rozamiento fuste-terreno

El valor del coeficiente de empuje del terreno también variará con la profundidad, desde
valores correspondientes al coeficiente de empuje pasivo según Rankine en la cabeza del
pilote hasta disminuir a valores inferior al de reposo en el entorno de la punta del pilote.
Sobre su valor, existen diferentes propuestas. Por ejemplo, Das (2016) y Tomlinson y
Woodward (2014) propone estos rangos de variación para cada tipo de pilote, tomando
Ko=1-senF’:

Tabla 7. Diferentes rangos propuestos para obtener el valor de K (Fuente: recopilado a partir de Das,
2016y Tomlinson y Woodward, 2014)
K/Ko
Tomlinson y
Tipo de pilote
Das (2016) Woodward
(2014)
Perforado 1 0.7 – 1
Hincado de gran desplazamiento 1 – 1.4 1–2
Hincado de pequeño desplazamiento 1 – 1.8 0.75 – 1.25
Desplazamiento por rotación - 0.7 – 1.2
De barrena continua (CFA) - 0.5 – 0.9

32
En el caso concreto de los pilotes prefabricados, Mansur y Hunter (1970) propusieron estos
valores como mediciones medias en función de diversas experiencias:

• Pilotes metálicos
o Sección en doble T: K=1.65
o Sección tubular: K=1.26
• Pilotes prefabricados de hormigón: K=1.50

Por otra parte, los valores del ángulo de rozamiento fuste-terreno se encuentran muy
influenciados por el tipo de material del pilote y por su forma de puesta en obra. Así, para
arenas, Das (2016) reflejó que variarían entre 0.5F’ y 0.8F’. De forma más precisa,
Tomlinson y Woodward (2014) propusieron estos rangos de variación:

Tabla 8. Diferentes rangos propuestos para el cociente F’/d’ en suelos arenosos (Fuente: Adaptado de
Tomlinson y Woodward, 2014)

Tipo de pilote / características del fuste F’/d’


Hincado metálico / superficie suave 0.5 – 0.7
Hincado metálico / superficie corrugada 0.7 – 0.9
Prefabricado de hormigón 0.8 – 1.0
Hormigonado in situ 1.0
Hincado de madera 0.8 – 0.9

Dentro del grupo de los pilotes perforados, la utilización puede tener una gran influencia,
pudiéndose adoptar valores de d’=F’ para pilotes perforados en seco o con camisa
recuperable, y reduciendo su valor a d’/F’=0.7-0.8 cuando se utilizan lodos de perforación y
no se asegura una correcta limpieza del terreno en el fuste.

Método de Coleman y Arcement para pilotes perforados mediante barrena continua (CFA)

Según las experiencias de Coleman y Arcement (2002), se puede utilizar un valor de


resistencia unitaria por fuste en un estrato determinado calculado mediante esta fórmula:

qs = βσ. v,m ≤ 200 kPa

En este caso, s’v,m es la presión vertical efectiva en el punto medio de cada estrato en el que
se calcula la resistencia por fuste (es decir, se realizar una aproximación según una ley
constante de la resistencia unitaria en cada tramo de terreno granular).

Por otra parte, b es un coeficiente experimental (0.2 ≤ b ≤ 2.5), que los autores acotaron
entre estos valores:

33
• Suelo limoso Q β = 2.27 z@m 0.67
• Suelo arenoso Q β = 10.72 z@m 1.3

Siendo zm la profundidad del punto medio de cada estrato en el que se está calculando la
resistencia unitaria por fuste (la misma profundidad a la que se calcula s’v,m).

Correlaciones con el SPT o el CPT


f
f
ff
f
f
Si se obtiene el valor medio del SPT corregido en el fuste en contacto con las arenas ( N 60 ),
se pueden proponer estas formulaciones empíricas basadas en este ensayo –que considera
un valor medio constante de la resistencia unitaria por fuste de una determinada capa
granular, en vez de una ley lineal-:
f
f
ff
f
f
• Pilotes de gran desplazamiento (Meyerhof, 1976): qs = 0.02 pa N 60
bf
f
ff
f
fc0.29
• Pilotes de gran desplazamiento (Briaud et al., 1985): qs = 0.224 pa N 60
f
f
ff
f
f
• Pilotes de pequeño desplazamiento (Meyerhof, 1976): qs = 0.01 pa N 60

Análogamente, en Nottingham y Schmertmann (1975) y en Schmertmann (1978) se puede


encontrar esta relación entre el resultado del ensayo CPT y la resistencia unitaria por fuste a
cada profundidad:

qs = α . f c

Siendo fc la resistencia por fricción medida en el ensayo a cada profundidad y a’ un


coeficiente que depende de L/D, y que se puede obtener a partir de estos ábacos para
diferentes tipos de pilotes prefabricados en función del tipo de CPT (piezoeléctrico o
mecánico):

Figura 3.23. Valores de a’ para resultados de CPT piezoeléctrico (Fuente: Das, 2016)
34
Figura 3.24. Valores de a’ para resultados de CPT mecánico (Fuente: Das, 2016)

Método empírico de Reese y O’Neill (pilotes perforados y barrenados CFA)

Además de permitir el cálculo de la resistencia unitaria por punta (como vimos en su


correspondiente subapartado en el punto 3.2.3), Reese y O’Neill (1989) ofrecen un método
de cálculo de la resistencia unitaria por fuste considerando una condición de rotura
controlada por un asentamiento excesivo. Para ello, dividen el terreno en N capas que
tengan características mecánicas uniformes, indicando que en cada una será:

qs,i = βσ. v,i <192 kPa


w
w
ww
w
w
w
ww
w
β = 1.5 @ 0.244 p z i siendo 0.25 ≤ β ≤ 1.2

En estas expresiones, s’v,i representa la presión efectiva medida en el centro de cada capa
i-ésima, que se encuentra a una profundidad zi de la superficie.

Esta formulación ha sido adaptada por Rollins et al. (2005) para suelos arenosos con gravas,
con estas expresiones:

• Arenas con un 25 a 50 % de gravas:

β = 2.0 @ 0.15·z 0.75


i siendo 0.25 ≤ β ≤ 1.8

• Gravas en un porcentaje superior al 50%:

β = 3.4·e@ 0.085·z i siendo 0.25 ≤ β ≤ 3.0

3.3.2. Suelos cohesivos

35
Método l (pilotes de desplazamiento)

Este primer método, desarrollado por Focht y Vijayvergiya (1972) plantea la hipótesis de que
durante la hinca el terreno es obligado a desarrollar su empuje pasivo, por lo que en cada
tramo uniforme cohesivo en el que se puede dividir el terreno, la resistencia unitaria por
fuste será:
bf
f
ff f
f
fc
qs = λ σ. v + 2 c u
f
f
ff f
f
f
Siendo σ. v la presión efectiva vertical media y c u la resistencia al corte sin drenaje media en
la longitud en contacto con las arcillas. El valor l depende de la longitud total del pilote
dentro de las arcillas, L:

Tabla 9. Variación de l con L (Fuente: Das, 2016)

En el caso de terrenos con varias capas, el procedimiento de cálculo consistirá en asignar un


valor medio de cu en cada capa, y operar de la forma siguiente (proponemos un ejemplo de
tres capas):
ff
f
f Af
σ. v = f
ff
fff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
fff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
fff
1 + A 2 + A 3
L

f
f
f cf
f
uf
f
f
` a L + c ` a L + c ` a L
ff
1f
f
ff
ff
f
ff
f
1f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
uf
f
f2f
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
2f
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
uf
f
ff
f
3f
f
ff
f
ff
f
ff
3f
f
ff
cu =
L

Siendo A1, A2 y A3 las áreas de las leyes de presión-profundidad en cada tramo, según se
representa en esta figura:

36
Figura 3.25. Terreno formado por tres capas (a), en el que se determina en cada una el valor característico
de la resistencia al corte sin drenaje (b), junto a la ley de presión-profundidad (c) (Fuente: Das, 2016)

Método a (pilotes de desplazamiento y perforados)

Este método es el más extendido, tradicionalmente, para el cálculo de la resistencia unitaria


por fuste en condiciones de corto plazo. Según esta propuesta, en cada capa uniforme de
arcilla la respuesta unitaria por fuste será:

qs = αcu

Siendo a un coeficiente empírico que mide la adhesión arcilla-fuste. Su determinación ha


sido tratada por diferentes autores. Algunas de sus fórmulas más conocidas (en función de la
presión efectiva vertical media en el estrato) son:

f f
f
f f g0.45
σf
f
f.f
f
ff
vf
f
f
• Sladen (1992): α =C
cu
o Pilotes perforados: C=0.4-0.5
o Pilotes de desplazamiento: C ≥ 0.5

f f
f
f f g@ 0.5
σf
f
ff
.f
f
fvf
f
f
siendo ff
f
fuf
f
ff
ff
cf
f
ff
• Randolph y Murphy (1987): α = 0.5 ≤1
cu σ. v
f g@ 0.25
ff
f
fuf
f
ff
f
f
siendo ff
f
fuf
f
ff
ff
cf
f
ff cf
f
ff
α = 0.5 >1
σ. v σ. v
` a0.3 ff
f
f
cf
f
fuf
ff
ff
ff
• Karlsrud et al. (2005): α = 0.32 IP @ 10 siendo 1 ≥ α ≥ 0.2 y ≤ 0.25
σ. v
ff
f
f
cf
f
fuf
ff
ff
f
f
α = 0.5 siendo =1
σ. v

37
f g@ 0.3
ff
f
f
cf
f
ff
ff
ff
f
f f
cf
f
fuf
f
ff
ff
α = C·0.5 u
siendo ff
f
f ≥1
σ. v σ. v
(el valor de IP es el índice de plasticidad del suelo; para valores de
resistencia al corte sin drenaje/presión efectiva vertical media entre
0.25 y 1, se interpolará linealmente el valor de a)

La expresión de Karlsrud et al. (2005) se puede también resolver según el siguiente ábaco
para valores del cociente de la resistencia al corte sin drenaje/presión efectiva vertical media
inferiores a 1:

Figura 3.26. Ábaco de determinación de a según la propuesta de Karlsrud et al., 2005 (Fuente: Das, 2016)

Alternativamente, Das (2016) presenta estos valores simplificados de a, en los que


solamente se determinan en función de cu, despreciando la influencia del grado de
confinamiento:

38
Tabla 10. Tabla simplificada para la obtención de a –pa=100 kPa- (Fuente: Das, 2016)

De forma específica para pilotes perforados, Kulhawy y Jackson (1989) realizaron diferentes
mediciones en campo a partir de pilotes reales, y llegaron a desarrollar esta correlación
empírica:
f g
α = 0.21 + 0.25 f
pf
f
f
af
ff
f
≤1 siendo pa = 100 kPa
cu

Método b (pilotes de desplazamiento)

Este enfoque tiene en cuenta que, durante la hinca, los pilotes generan una sobrepresión
intersticial en el terreno circundante. En el caso de arcillas normalmente consolidadas, el
aumento de presión intersticial puede ser de hasta 4 a 6 veces la resistencia al corte sin
drenaje (Das, 2016).

Pasado un tiempo desde la hinca (que puede ser del orden de un mes en arcillas
normalmente consolidadas), esta sobrepresión intersticial se habrá disipado, por lo que el
comportamiento del suelo cohesivo puede considerarse como remoldeado y, al ser
normalmente consolidado, su cohesión efectiva será nula: c’=0.

Así, este método contempla el cálculo de la resistencia unitaria por fuste en condiciones de
largo plazo para un fuste alterado, según esta fórmula (que determina una ley de variación
lineal con la profundidad, al depender s’v de la profundidad):

qs = βσ. v
β = K tanφ R

39
Donde K es el coeficiente de empuje del terreno y FR es el ángulo de rozamiento interno
remoldeado de la arcilla.

Para una arcilla normalmente consolidada, se puede tomar –del lado de la seguridad- el
valor del coeficiente de empuje en reposo como representativo de K:

K = 1 @ senφ. R

Alternativamente, para arcillas sobreconsolidadas, se puede utilizar un coeficiente de


empuje en reposo en función de la razón de sobreconsolidación de la arcilla en su estado
remoldeado, de valor:
b ww
w
w
w
ww
w
w
w
w
cw
w
w
w
ww
w
w
w
w
K = 1 @ senφ. R pOCR

En este caso, se podría añadir el efecto de la adherencia, sumando a la resistencia unitaria


por fuste el valor de c’ correspondiente al terreno remoldeado.

Correlaciones basadas en el CPT (pilotes de desplazamiento)

Según Nottingham y Schmertmann (1975) y Schmertmann (1978), se puede proponer esta


resistencia unitaria por fuste en función de la resistencia friccional medida en el CPT:

qs = α . f c

El valor de a’ se puede obtener de este ábaco:

Figura 3.27. Ábaco de determinación de a’ para diferentes tipos de pilotes prefabricados puestos en obra por
hinca (Fuente: Das, 2016)

40
Método de Coleman y Arcement para pilotes perforados mediante barrena continua (CFA)

Según su estudio experimental, estos autores propusieron esta expresión alternativa del
método a:

qs = αcu
α= f f
ff
f
ff
ff
f
ff
f
ff
f
ff
f
ff
ff
f
56.2
@ A siendo 25 kPa ≤ cu ≤ 150 kPa
cu kPa

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