Hart Crane

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UNIVERSIDAD DE LA SALLE

Centro de Lectura Escritura y Oralidad – CLEO / Club de


escritura
Profesor: Henry Alexander Gómez
Correo: [email protected][email protected]

“Preguntas de viaje”
“Un perfil de la poesía norteamericana”

Hart Crane(Garretsville, Ohio, 1899 –1932) de los ágiles cordajes de sus cuerpos a caricias
demasiado fieles a los líquenes de un pecho demasiado amplio.
El fondo del mar es cruel.
LAS TRAVESÍAS (los viajes traducción de Albert Salas, para
comparar)
II
I
― Y todavía este gran parpadeo de la eternidad,
Sobre los frescos rugidos de la rompiente
de inundaciones sin borde, sotaventos desatados,
los erizos de bandas brillantes se despellejan con la arena. 
samita laminada y peregrinada donde
Han tramado una conquista de cáscaras de concha,
su vasta barriga ondinal se inclina hacia la luna,
y sus dedos desmenuzan fragmentos de alga horneada
riéndose de las envueltas inflexiones de nuestro amor;
cavando y esparciendo alegremente.

Y en respuesta a sus agudas interjecciones toma este mar, cuyo diapasón se doblega
el sol da un toque de rayos sobre las olas, en volutas de frases de un plateado níveo
las olas inclinan el trueno sobre la arena; el terror imperial de cuyas reuniones se desgarra
y si pudieran oírme yo les diría: según se comporte bien o mal,
todo menos las devociones de las manos de los amantes.
Oh, lúcidos niños, jueguen con su perro,
acaricien sus conchas y palos, desteñidos Y hacia delante, mientras las campanas frente a San Salvador
por el tiempo y los elementos; pero hay una línea saludan los azafranados brillos de estrellas,
que no debes cruzar ni jamás confiarte más allá de ella, en estas praderas de poinsetias[i] de sus mareas, ―
adagios de islas, oh, mi Pródiga,

1
completan las confesiones oscuras que sus venas pronuncian.
En firma de la palabra encarnada
Nota cómo sus hombros que giran envuelven las horas, los hombros de la bahía resignándose a mezclar
y se apuran mientras sus míseras palmas ricas la sangre mutua, transpirando como ha previsto
pasan sobrescrito de espuma y ola inclinada, ―  y ampliando el medio día dentro de tu pecho para juntar
se apuran, mientras son verdaderas, ― sueño, muerte, deseo, todas las insinuaciones brillantes que mis años han cogido
se cierran un instante en una flor flotante. por islas donde debe llevar inviolablemente
latitudes y niveles azules de tus ojos, ―
Únenos a tiempo, oh, Estaciones claras, y teme.
Oh, galeones trovadores del fuego del Caribe, en esto expectante, todavía exclamo recibir
no nos legues a una orilla terrenal hasta que el remo secreto y pétalos de todo amor.
halle respuesta en la vorágine de nuestra tumba
la amplia mirada de espuma de la foca hacia el paraíso. V
Meticuloso, pasada la medianoche en rima clara,
III inquebrantable y solitario, suave como 
Arrastra una infinita consanguineidad ―  fundido en una despiadada hoja blanca ―
este tierno tema tuyo que la luz los estuarios de la bahía salpican los duros límites del cielo.
recupera de las llanuras del mar donde el cielo
abandona un pecho que cada ola entroniza; ― ¡Como si fuera demasiado frágil o claro para tocarlo!
mientras los encintados pasillos de agua por los que serpenteo Los cables de nuestro sueño tan rápidamente alineados,
son bañados y salpicados sin ningún golpe ya cuelgan, extremos despedazados de recordadas estrellas.
lejos de ti, donde a esta hora Una sonrisa helada sin huella… ¿Qué palabras
el mar levanta, también, manos relicarias. pueden estrangular esta sorda luz de luna? Porque nosotros

Y así, admitidos a través de turgentes portones negros estamos sobrepasados. Ahora no hay grito, ni espada
que de otro modo deben detener toda distancia, ― que puedan apretar o soltar esta cuña de marea,
pasando pilares arremolinados y frontones ágiles, lenta tiranía de la luz de la luna, luz de luna amada
luchando la luz allá incesantemente con la luz, y cambiada … «Nada hay
¡estrella besando estrella de ola en ola
sobre tu cuerpo oscilante! como esto en el mundo», dices tú,
                                     Y donde la muerte, si se derrama, sabiendo que no puedo tocar tu mano y mirar
no presume matanza, sino este único cambio, ― también, en esa impía hendidura del cielo
sobre el empinado piso lanzado de alba a alba donde nada torna sino brillantes arenas muertas.
latransmembrada sedosa habilidad de la canción;
«― ¡Y nunca para comprender cabalmente!» No,
permíteme travesía, amar, en tus manos … no soñé en toda la nave de tu brillante pelo 
nada tan sin bandera como esta piratería.
IV
Cuya sonrisa contada de horas y días, supongo                                             Pero ahora
que la conozco como el espectro del mar y prometo retira tu cabeza, solo y demasiado alto aquí.
vastamente ahora despidiendo golfo sobre golfo de alas Tus ojos ya en el sesgo de la flotante espuma;
cuyo puente de círculos, lo sé, (desde las palmas a la severa  tu hálito sellado por los fantasmas que no conozco:
y helada inmutabilidad blanca de los albatros) retira tu cabeza y duerme el largo camino a casa.
no hay corriente de mayor amor avanzando ahora,
cantando, que esta mortalidad única VI
fluyendo en la arcilla inmortalmente hacia ti. Donde se alzan helados y brillantes calabozos
de nadadores sus perdidos ojos matutinos
Toda la fragancia irrefragablemente, y claman y los ríos oceánicos, agitados, desvían
locamente encontrarse lógicamente en esta hora los bordes verdes bajo cielos extraños,
y la región que es nuestra para entrelazar de nuevo,
ojos y labios que presagian y haciendo contar constante como una concha secreta
el puerto del presbiterio y la porción de nuestro junio ― sus azotadas leguas de monotonía,
o tantas aguas abaten la roja contraquilla
¿No se detendrán y cocerán en nuestros propios pasos del sol pasada la piedra húmeda del cabo;
brillantes estrofas de flores y plumas hoy día como yo
debo primero perderme en mareas fatales para contarlo? oh, ríos mezclándose hacia el cielo
y bahía del pecho de Fénix ―

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mis ojos ennegrecidos contra la proa, de lo que la muerte conserva, aún en vida,
― tu negligente y enceguecido huésped y todas esas valoraciones del alma.
Reposado en la antesala del crematorio,
esperando, ardiendo, qué nombre, tácito, el insistente reloj y sus comentarios,
no puedo reclamar: deja que tus olas se encabriten tocando así sobre nuestra alabanza
más salvaje que la muerte de los reyes las propias glorias de la época.
alguna despedazada guirnalda para el vidente. Aun así, teniendo en mente el cabello dorado,
no puedo ver esa destrozada cima
Más allá de la cosecha del siroco y extrañar el zumbido seco de las abejas,
los truenos del solsticio, arrastrándose extendiéndose por un lúcido espacio.
como un acantilado balanceándose o una vela Dispersa estos modismos afortunados
lanzada en el día más recóndito de abril ―  en la humosa primavera que llena
a los suburbios, donde se perderán.
la palabra alegre, apetalada, de la creación No son trofeos para dejar al sol.
a la diosa holgazana cuando se levantó
concediendo diálogo con ojos EN LA TUMBA DE MELVILLE
que sonríen al reposo que no puede buscarse ― Lejos de este arrecife, a veces, bajo la ola
Los dados de los huesos de los muertos
todavía un pacto ferviente, Bella Isla, Vio llegar un mensaje, al contemplarlos
― desdobló los tablados flotantes ante Batir la orilla, en polvo oscurecidos.
los cuales los arco iris ondulan un cabello continuo ― Sin campanas cruzaban barcos náufragos.
Bella Isla, ¡blanco eco del remo! El cáliz de la muerte generosa
Devolvía un disperso, lívido jeroglífico,
La Palabra imaginada es la que sostiene Envuelto en espiral de caracolas.
los callados sauces anclados en su brillo. Luego en la calma de una vasta espira,
Es la respuesta que no puede traicionarse amarras hechizadas, y en paz ya la malicia,
cuyo acento ningún adiós puede conocer. Había escarchados ojos que elevaron altares;
Por los astros reptaban las calladas respuestas.
Ni cuadrante ni brújula imaginan
Más distantes mareas… Y por la azul altura
El canto no despierta al marinero.
Que su mítica sombra sólo el mar la conserva.

OLVIDO
El olvido es como una canción
que, liberada del ritmo y el compás, deambula.
El olvido es como un pájaro cuyas alas se resignan,
desplegadas e inmóviles,
un pájaro que planea en el viento incansablemente.
El olvido es lluvia a la noche,
o una casa vieja en el bosque, o un niño.
El olvido es blanco, blanco como un árbol maldito,
y puede aturdir a la sibila en la profecía
o enterrar a los Dioses.
Puedo recordar mucho olvido.
ALABANZA A UNA URNA
Era un amable rostro del norte INTERIOR
en el que se mezclaban disfrazados de exilio Esta lámpara dejó caer una tímida
los ojos eternos de Pierrot Solemnidad en nuestro pobre cuarto.
y la carcajada de Gargantúa. ¡Oh dorada y gris amenidad
Sus pensamientos, a mí entregados Tristeza intensa y gentil!
desde la colcha blanca y la almohada, A lo largo y ancho del mundo
ahora lo veo, fueron legados — Reclamamos las horas robadas ya que ninguno puede saber
delicados jinetes en la tormenta. Cuanto le agrada al amor florecer como una flor tardía
La pendiente luna en la colina inclinada En los días posteriores a la incandescencia.
una vez nos acercó hacia los presentimientos Y aunque el mundo deba despedazarse
Con celos y engaños

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Al menos podrá  reverenciar y conquistar STANZA XXXVIII
Nuestra piedad con una sonrisa. Lo que quiero decir es esto
No hay principio ni fin
Pero hay un principio y un final
AL NORTE DEL LABRADOR Para un principio.
Una tierra de hielo inclinada Por qué sí por supuesto-
Abrazada por el yeso de los grises arcos del cielo Cualquiera puede aprender que el norte por supuesto
Se arroja silenciosamente hacia la eternidad. No es solamente norte sino norte como norte.
Por qué estaban preocupados.
“¿Ninguno vino hasta aquí a conquistarte Lo que quiero decir es esto.
O a dejarte tímidamente sonrojada Sí, por supuesto.
Sobre tus resplandecientes pechos?
Oh  brillante oscuridad ¿ no tenés memoria ?”

El frío silencio es solo el momento cambiante


En ése viaje hacia la no Primavera –
Ni nacimiento, ni muerte, ni tiempo ni sol
En la respuesta.

UN NOMBRE PARA TODO


Mariposa y langosta que huyen de nuestra página
y aún aletean, no empañadas por el nombre
que sujetamos a sus cuerpos para aplacar
nuestra envidia de su libertad -̶ debemos mutilar
porque somos usurpadores afligidos-̶ ,
tomamos el ala y la marcamos sobre la mano.
Nombres que tenemos, incluso, para aplaudir en el viento;
pero debemos morir, como ustedes, para entender.
Soñé que todos los hombres abandonaban sus nombres y cantaban
como solo pueden alabar quienes construyen sus días
con aleta y pezuña, con ala y colmillo endulzado
descubiertos, libres y sagrados, en un solo Nombre siempre.

GertrudeStein (Allegheny, Pensilvania, 1874 – 1946)

STANZA II
Pienso muy bien de Susan, pero no sé su nombre
Pienso muy bien de Ellen, pero no es lo mismo
Pienso muy bien de Paul le dije no lo hagas
Pienso muy bien de Francis Charles pero lo hago
Pienso muy bien de Thomas pero no no lo hago
Pienso muy bien de no muy bien de William
Pienso muy bien de cualquier muy bien de él
Pienso muy bien de él.
Es notable lo rápido que aprenden
Pero si aprenden y es muy notable lo rápido que aprenden
Supongo no sólo sino por y por
Y no sólo pueden no estar aquí
Sino no ahí
Que al fin y al cabo es lo mismo
Que al fin y al cabo es lo mismo es lo mismo
Añado añadido a eso.
Preferiría estar preferiría estar aquí.

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