Apuntes Tendencias Historiográficas Ii

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Tendencias
historiográficas II
GRADO EN HISTORIA
AARÓN PONCE MUÑOZ
Tema 1. Historia Social.
La historia social nos interesa porque reflexionamos desde nuestra experiencia lo
que va a terminar llamándose historia social que tiene caminos diversos pero que quedo
en la historiografía como la gran revolución historiográfica del siglo XX. Este fue el
paradigma dominante. Muchas veces cuando hablamos de historia social hablamos de la
historia de los pobres o movimientos sociales. Todo el mundo no hace la misma historia.
Poco a poco dejó de ser la historia de los pobres y pasó a ser una manera de hacer historia,
eso es la historia social. Lo que marca la transformación no es el tema que investigamos,
si no como lo hacemos. Lo que importa es como la historia social es una manera de hacer
historia.
La historia social es una tendencia historiográfica gestada a partir de la idea
seminal de la primacía de la determinación social de los fenómenos.
Esta conversión a lo social fue un instrumento poderoso de globalización y de
conquista de una posición dominante en toda la historiografía occidental hasta el punto
de que, en 1943, Lucien Febvre pudo escribir que el adjetivo social, no tenía sentido ya
que, por definición, la historia era social, o no era añadiría yo.
La historia siempre ha tenido esta dimensión, pero la historia de los héroes ha ido
por otro camino. Esta cuestión no aparece solo en lo que llamamos historia social si no
que está presente en otras prácticas historiográficas. Los fenómenos tienen una
determinación social.
Tuñón de Lara: la historia social es el estudio de los grupos humanos captados en
su devenir temporal: que estudia grandes conjuntos clases, grupos; que la historia es una
y total; y citando a Pierre Vilar que la historia es totalidad, es una y total, global, y
dinámica. Y abundando en estas citas de autoridad, nos recordaba como Soboul había
afirmado que todo el dominio de la historia incluso la más tradicional, pertenece a la
historia social.
Al hablar de historia social: a) historia social como conocimiento sectorial
específico que emerge de la base económica y atraviesa el todo social; b) historia social
como metodología en cuya base está la teoría de los modos de producción.
Hablamos de fenómenos globales vinculados a la multitud. Hay que averiguar
cómo funcionan las sociedades para obtener los recursos. Para reproducir el sistema las
sociedades se dotan de una estructura política.
La historia social no constituye una unidad completa, monolítica, un modelo que es
evidente en si mismo. Hay dos bases de definición de la historia social y no sus relaciones
son pacíficas
HS: ANNALES
Anales o escuela francesa de historia aparece ligada a 3 fenómenos
3 fenómenos ligados entre sí, una revista científica de gran reputación fundada por Marc
Bloch, Lucien Febvre, y que aún existe, una escuela o más exactamente una red de
historiadores franceses o francófonos, un movimiento amplio y heterogéneo que, bajo el
impulso de la revista, ha renovado profundamente, sobre todo después de la SGM, nuestra
manera de pensar y escribir la historia. Es por ello que Annales es considerada, junto al
marxismo, como la gran renovadora de la historia den la segunda mitad del siglo XX.
La historia de annales no está unificada. La historia es siempre historia en construcción,
pensamos y repensamos como hacemos nuestro trabajo.
Una de las cuestiones que se ha empleado es si annales había constituido o no una escuela.
La escuela lo que permitió de unir e incursar desde planteamientos no perfectamente
unificados la necesidad de reconocer las necesidades de cambio de nuevas demandas
sociales que había en Europa y que va a permitir dar un impulso fortísimo a la historia y
al estudio de la economía o historia socialeconómica. Annales será un fenómeno mundial,
construcción local.
A annales lo definen sus rasgos definitorios, cual es el objeto de estudio de la historia, la
historia es lo que pasa, lo que estudiamos. La historia estudia a los seres humanos en
sociedad, muy importante, es decir, no nos interesa la biología. Nada humano le es ajeno
a la historia, como dice Lucien Fevbre, frente a una historia que habla de instituciones
políticas y hechos políticos, lo que annales dice es que nada humano es ajeno, es
importante estudiar las instituciones y como por ejemplo se produce un botón porque es
un producto humano, o como en un lugar determinado se estudia el cortejo, eso dice
annales. Esto ocasiona la ampliación del territorio de la historia. La sustitución de la
historia de los acontecimientos (evenementielle) por una historia analítica orientada hacia
el problema. La historia tiene que construirse a partir de problemas, las demandas que
tenemos como individuos y como sociedad. En el periodo de entreguerras se estaba dando
respuesta a unas demandas sociales, la historia juega un papel para comprender el mundo.
Annales reflexiona sobre cual es la misión de la historia en la sociedad. La colaboración
constante de annales con otras disciplinas (geografía) plantea la caída de las fronteras
disciplinarias, annales ha tenido una fuerte formación geográfica. En este sentido las
instituciones francesas tienen unos espacios y cultura académica donde es posible estos
intercambios disciplinarios. Annales asume como propia la herencia de la tradición
diplomática, filológica y un trabajo precioso de conocimiento, uso y crítica de las fuentes.
Al ampliar el territorio del historiador ampliamos las fuentes posibles, y no bastan las
fuentes escritas. Si todo lo humano es estudiable todo lo que producen los humanos
pueden ser fuentes, pero hay que tener crítica, el documento habla si tú haces las preguntas
pertinentes. Para el estudio de fenómenos de multitud acumula mucha información
prefiere las fuentes que le permiten hacer series. Braudel introduce el tiempo, es el gran
constructor del tiempo, largo, medio y corto, es decir, el tiempo tiene unos ritmos que se
corresponden con los fenómenos. Annales plantea el problema de la libertad de los seres
humanos, que pueden tomar decisiones y moldean los cuerpos y las acciones. Introduce
la idea de civilización, un elemento fundamental.
Se critica la inexistencia de un marco teórico unificado, no hubo un intento de elaborar
una teoría historiográfica sino que bebió de muchas fuentes aunque indudablemente tuvo
unos rasgos comunes también con el materialismo histórico y que es lo que le identifica
como historia social (importancia de la estructura concretamente la económica, se
preocupa mucho del mercado y muy poco de la producción, aspiración fuerte de
cientificidad llevada al extremo por autores como Pierre Chomin¿?.). Los annales deben
mucho al materialismo histórico, la geografía o sociología.
Desde la década de los veinte del siglo XX se ha dividido en generaciones, la primera
generación (1920-1945), la de los fundadores, March Bloch y Lucien Febvre. Se
caracteriza por una oposición a la historia oficial, la historia historizante (es decir, un tipo
de historia excesivamente empírica en muchos sentidos, muy poco social, muy centrada
en los héroes, en las batallas, en lo político). Se lleva a cabo una reivindicación de lo
social y el planteamiento de la historia como problema. La segunda generación (1946-
1967), liderada sin duda por Ferdinand Braudel. Se habla ya de escuela con sus elementos
distintivos como los conceptos de estructura y coyuntura, o el método serial. El planteaba
una cuestión que ha desaparecido actualmente de la esfera pública, si lo mediterraneo
tiene una entidad, qué papel juega esta realidad física, el mediterraneo y su entorno, en
cómo se configura las sociedades que viven en torno a él. La tercera generación, 1968-
1985, aproximadamente, dominantes en el establishment académico, George Duby y
Michelle Perrot son dos claros representantes de esta generación. Jacques Le Goff y Pierre
Nora: La Nouvelle Histoire. Hay un esfuerzo por dar respuestas a nuevas demandas.
Importancia creciente en los aspectos culturales. La cuarta generación, de los discípulos
de los anteriores, muchos de los cuales han reaccionado frente a las críticas de
economicismo que la escuela recogió en los últimos años para promover principalmente
la historia cultural y política. Jacques Revel, Alette Farges ...Ellos serían aquellos
historiadores e historiadoras de los que Francois Dosse habla como lo de la disolución de
la Escuela. Carentes de un estudio sistemático como las generaciones precedentes, son,
más que sus predecesores, una escuela francesa y han tenido que hacer historia en un
mundo post. El manifiesto de annales 1989, reconocimiento por parte de la revista de
annales de los problemas que está teniendo la historia como disciplina, de la necesidad de
repensar prácticas historiográficas, cambiar lo que es imprescindible cambiar si se quiere
continuar haciendo historia útil para su sociedad, es una contestación a las obras de Dosse
que plantea unas críticas muy fuertes.

Historia Social: Marxismo, materialismo histórico.


- Elaboraciones primeras. Textos de Marx y Engels. Marx fue el teórico más
influyente para la historia en todo el siglo XX.
- Materialismo dialéctico y materialismo histórico.
- Textos de la acción política.
- La lucha de clases.
- Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía política.
- El capital.
- El Estado capitalista. Gramsci.
Marx construye una teoría que es materialista desde el punto de vista
epistemológico. En los términos de que el ser es antes que la conciencia. Además,
tomando de la filosofía de Hegel la dialéctica, como un método para la elaboración de la
teoría. También con un método de investigación, en el sentido de que el conocimiento se
crea, expandiendo lo concreto y volviendo a lo material. Esa praxis es la que plantea el
materialismo histórico. Todo es un sistema.
Introduce una serie de categorías esenciales para el análisis histórico. Lo que más
se quiere conocer el es funcionamiento del capitalismo. Marx y Engels son intelectuales
y hacen un trabajo de carácter político (las Internacionales, por ejemplo). Otorgan teoría
y método de análisis de la realidad. Hablan de estructura, lo que ha llevado varias veces
a plantear este dogmatismo. Lo cierto es que, fundamentalmente Engels, no escribía una
doctrina, sino que producían una teoría y un método que se podría poner en cuestión en
otro momento en que ya no fuese útil. Los dogmatismos que aparecen en todo qué hacer
ya es otra cosa. El Capital es un análisis completo del capitalismo, pero no explica lo que
será posteriormente el materialismo histórico.
Con cuestiones básicas, nos plantean la importancia de la vida material. Esto sí
que es un choque, ya que el contexto político es idealista. Se plantea ahora el hecho de
que las condiciones materiales de vida condicionan en última instancia todos los otros
aspectos de la vida social. La imagen que usaron para explicar esto
Los cimientos suponen la economía, la infraestructura. El resto de la construcción
sería el conjunto social, con la política y la cultura o ideología. Esto último formaría la
supraestructura. Todo parece estático y superpuesto, y además coincide con la idea
estructurada de la sociedad. Es una idea que también aparece en esa época, la categoría
clase, que ahora adquiere historicidad. La supraestructura también se compone de capas
superpuestas. Supone todo esto un planteamiento muy economicista, ya que no establece
las relaciones y los flujos. Ha habido en este sentido un uso dogmático que ha generado
muchos problemas. Esta idea de Marx, inicialmente rechazada, luego obtiene una amplia
penetración incluso en el pensamiento burgués. Ya desde comienzos del siglo XX la
historia económica nos habla de la importancia de estudiar la economía.
Aunque la historia como disciplina aún se resiste, sigue habiendo un espacio para
la necesidad de estudiar la materialidad. En ese sentido, cuando el materialismo histórico
llega a las academias, no lo hace como algo absolutamente novedoso.
Se produjeron categorías importantes: modos de producción, clase social, división
social del trabajo, etc. Lo que se dio a la ciencia era un sistema, una teoría y un método
que leyesen la realidad. El objetivo primero fue el de comprender las estructuras y
mecanismos capitalistas, sin embargo, Marx y Engels reflexionaron sobre otras instancias
como la ideología o el Estado, pero el camino andado por ahí fue limitado. El
materialismo histórico no sólo va a beber de sus padres fundadores, sino que, a partir de
otras obras de acción política, irá desarrollando una teoría del Estado, donde nos
encontramos a Gramsci y de Lenin.
Marx hizo algunos trabajos como análisis concretos sobre el Estado. en ellos
encontramos una aspiración a la sistemática, aunque no fuese de las cosas más elaboradas.
El Estado es una gran preocupación, pero quizás tengamos que esperar a la obra de Lenin
y Gramsci para tener elaboraciones un poco más sistemáticas.
- La renovación historiográfica de postguerra.
- Francia: Labrousse, Pierre Vilar… vínculo con Annales.
- Italia: Delio Cantimori, Emilio Sereni, Studi Storici.
- La escuela británica. Past & Present, History Workshop.
- España: Fontana.
Básicamente el materialismo histórico, aunque haya intelectuales que lo trabajan,
es una obra que llega tardía a la universidad. Hay marxistas trabajando en casi todas las
universidades, a veces compaginados con la represión y censura.
En Francia, alguien como Labrousse o Pierre Vilar son marxistas sobre los que
hay esta impronta de la que hablamos. En Italia tenemos a Delio Cantimori o Emilio
Sereni, y una obra como Studi Storici, productores de la historiografía producida desde el
marxismo. Pierre Vilar estudia a España, pero Sereni hace estudios de historia agraria en
España. Las condiciones de Italia son muy parecidas a las de España. Probablemente el
grupo con mayor influencia será el de los marxistas de la escuela británica, quienes
tendrán unos medios de difusión como la revista Past & Present y History Workshop. En
España, por supuesto, podemos hablar de Fontana.
Escuela británica.
La mayoría de autores los metemos en el paraguas de la historia social, aunque los
marxistas quizás lo fueron más que los de Annales. La escuela británica, de la que nos
vamos a ocupar, nos habló de la impresa campesina, la medida, los instrumentos de
medida, la teoría y práctica de la historia, etc.
Hay que tener en cuenta que hay una presencia importante en el ámbito británico
de una historia económica que tradicionalmente ha habido desde la escuela escocesa.
Luego, con instituciones muy potentes como el London School of Economics. Cuando se
constituye y hasta los años 1930 es una institución muy dinámica. Un poco fuera del
establecimiento de Oxford-Cambridge, introduciendo cosas nuevas, con autores y autoras
sin los que no podríamos hacer una carrera académica en otro lugar. Serán los
responsables de la historiografía de la segunda mitad del siglo XX. Algunos de ellos
tendrán influencia durante mucho más tiempo.
Hablamos, por ejemplo, de Maurice Dobb, Rodney Hilton, Cristopher Hill, Eric
Hobsbawn, E. P. Thompson, Gordon Childe, Raymond Williams, etc. Estos autores
aportaron a grandes debates históricos. Hay interés en la política sobre cómo se cambia
de un modo de producción a otro. Cómo se pasa del mundo feudal al mundo capitalista,
por ejemplo. Los debates suponen temas de gran alcance: las transiciones (Perry o Dobb),
la clase, etc. También debates que llegan a los países que, en la segunda mitad del XX,
muchas veces liderados por vanguardias revolucionarias que beben del materialismo
histórico o las teorías de la revolución bolchevique, están pensando en cómo construir
esos Restados que salgan de los procesos revolucionarios. El debate de las transiciones
fue transcendental y fundamental.
Son cuestiones que hablan de cómo es la revolución y los procesos de cambio
social. En el caso de Cristopher Hill, cómo se elabora también el universo político que
lleva a la gente a incorporarse a las transformaciones. El trabajo de R. Hilton nos habla
del campesinado y las revueltas campesinas. Atiende también a la cuestión de clase que
elabora el materialismo. Sin embargo, autores como Thompson en los años 1980,
relativizan una concepción de la clase que tenía el materialismo histórico, introduciendo
el elemento social de la conciencia. No es que esto no existiera antes, Marx y Engels
hablaban de “la clase en sí y para sí”. “La clase en sí” habla de la relación en el proceso
productivo, mientras que “la clase para sí” nos hablaría de la conciencia de clase. Lo que
Thompson hace es no sólo estudiar a la clase obrera concretamente, sino que aporta
instrumentos que ayuden a saber por qué hay personas en una sociedad que,
objetivamente, pertenecen a una clase, pero no acaban votando a lo que deberían votar.
Se comprende que hay elementos más allá de la infraestructura a los que se debe atender.
Uno de los rasgos que más va a definir a la mayoría de historiadores marxistas es
el antidogmatismo. La teoría está para que sirva para el análisis, no para que sea un molde
que nos de la realidad que queremos tener. El molde puede no ser útil, por lo que hay que
volver a pensar sobre los instrumentos (que son la teoría y el método) y los conceptos que
nos sirven para seguir con esa investigación. Las preguntas hechas son o pueden ser
diferentes, por lo que no vemos una tarea acabada, redonda y que sirva para siempre.
Existe una elaboración constante. Esto ocurre a los autores pertenecientes al proceso de
renovación historiográfica de finales del siglo XX. Viene a decirse que la clase existe
junto con la consciencia, de manera inseparable. No se puede ver un desarrollo capitalista
sin atender a la formación de la cultura que refleja cómo las personas se ven en una
sociedad y cómo la sociedad las ve. Siempre es pluridireccional, más complicado y
dinámico.
Family Fortunes habla precisamente de cómo se constituye no la clase obrera,
sino la burguesía, y qué hubo en esa constitución de esa clase en la que no importan sólo
los mercaderes y el mundo de las finanzas, sino que se atiende al ámbito familiar y la
piedad de cómo se configuran los espacios materiales y simbólicos. Hablamos de la
burguesía, no de la clase obrera. Es un libro de Catelyn Holdt e Hida Bidoof.
1956, ¿giro cultural o político? En los años 1950 sí que aparecen ya las primeras
preocupaciones de manera clara de algunos autores de los aspectos culturales
especialmente.
Eric Hobsbawn:
- 1917-2012.
- Historia de la clase obrera, de la lucha de clases.
- Movimientos sociales, rebeldes primitivos.
- Historia mundial.
Habla de cómo son los movimientos sociales, los rebeldes primitivos, la lucha de
clases, etc. Él crece en una época en que los movimientos de masa inundan la política.
Su libro En torno a los orígenes de la revolución industrial como ejemplo. Hoy no se le
considera una obra muy redonda, pero sí que se enseña en el texto la necesidad de cambiar
la mirada para estudiar algo que se daba por muy conocido y que, sin embargo, como lo
leemos hoy no es exactamente a cómo se hacía hace medios siglo.
E. P. Thompson.
- 1924-1993. una historia comprometida, pero también antidogmática.
- La clase: como proceso activo y relación histórica. Reivindica a la clase frente
a los científicos sociales e historiadores que niegan su existencia.
Tiene un fuerte impacto no sólo en la academia, sino que fue un activista político
con presencia por todas partes. En ese sentido, fue más allá de su propia obra. Su historia
es comprometida, aunque también antidogmática. Es lo contrario al dogmatismo
soviético.
En España.
- Manuel Sancristán, 1925-1985. Fue uno de los teóricos marxistas más
influyentes de España. Hizo también importantes traducciones de Marx.
- Josep Fontana, 1931-2018.
- Manuel Tuñón de Lara, quien no estaba en una universidad española, pero sí
aportó en el estudio.
- Marcelo Vigil, 1931-1990.
La crisis.
- 60-70. Historia: concepciones fuertes de la causalidad, la determinación y la
totalidad social.
- La terea de quien hace historia era identificar las estructuras y las relaciones
que operaban independientemente de las percepciones o intenciones de los
individuos, para gobernar los mecanismos económicos, organizar relaciones
sociales, y engendrar formas de discurso.
- Esto permitía una inteligibilidad global de lo social.
La historia social coge fuerza en los años 70, junto con acontecimientos como la
Primavera de Praga de 1968 y los movimientos pacifistas y climatistas de los 70. Una
historia fundamentada ahora en concepciones fuertes de la causalidad (importancia a la
estructura) y de la totalidad social. En los años 60-70 la libertad se convierte en un
elemento fundamental. Ahora no hay posicionamiento contra un status quo, sino que se
dice a los sindicatos que no dan respuesta y la resistencia no basta, sino que se debe aspirar
a otras cosas. Es decir, las mujeres y los movimientos feministas, algunos más
relacionados con el día a día y otros más políticos frente al Estado, también plantea que
las disciplinas que explican el mundo las ha dejado fuera.
Lo que se produce es también la emergencia de otros aspectos de la vida que no
son tan económicos y a través de los cuales se intenta explicar qué hacemos aquí y cuáles
son las causas y consecuencias de lo que hacemos. En España ha habido un empeño en
negar que ha habido crisis, como no reconocer que la adolescencia existe. Entre otras
razones, la crisis se produce porque hay un contexto específico desde el punto de vista
epistemológico y social. La crisis de la que hablaremos más en detalle más adelante,
producirá abandono de la investigación, cuya prueba es que se deja de financiar e
investigar la aparición de nuevas problemáticas fuertes e importantes, hasta ahora sin gran
presencia. El impacto del giro lingüístico también.
- Antes de 1989.
- Susan Buck Mors: “la teoría marxista no pudo resistir al escrutinio de la teoría
feminista, la teoría poscolonial, la teoría crítica de la raza y otras teorías, que
ampliaron el concepto de opresión y explotación más allá de lo que ocurría en
las naves de las fábricas. En lo tocante a su definición de la universalidad
humana, las miras del marxismo eran, como mínimo, estrechas. Y su lógica, a
menudo determinista, estaba fuertemente anclada en una teoría de los estadios
históricos que se ha demostrado sencillamente inexacta.
- Gómez Alén, J. (2018). Historiografía, marxismo y compromiso político en
España: del franquismo a la actualidad. Madrid, Siglo XXI de España
Editores, S.A.
¿Revival de la Historia social?
Beatriz Moreyra habla de la primera década del siglo XXI. Se puede detectar que
hay un nuevo impulso de la historia social, pero que no es ya la historia social de los años
70. Ella habla de lo que denomina un giro práctico. Estamos desde los 1990 girando
constantemente. Lo de giro práctico se refiere a cómo esta nueva historia social, que
algunos denominan “nueva historia social”, que no es sólo economicista, sino que ha
aprendido ya la importancia d ellos aspectos culturales. La cultura ahora no existe fuera
del contexto económico y político. las prácticas ahora constituyen un papel
importantísimo, frente a lo que había sido una historia social basada en la estructura.
Ciertamente, esos cambios se pueden ver claramente en una producción
importante de la historiografía. Permite salir de cierto atolladero, ya que hay veces en que
el giro cultural ha tenido efectos perversos, en términos de economía de la cultura,
posiciones acríticas respecto al patrimonio, etc. El patrimonio es un invento, es lo que
decimos que es el patrimonio. Los sentimientos también como fenómeno social. Estos
cambios, que se ven muy bien en el texto de Moreyra, permite colocarse en lo que supone
propuestas actuales y una línea posible. Esta nueva historia social también es
antideterminista, en el sentido de lo que existe en una sociedad es un grupo de
posibilidades donde intervienen los actores sociales, tomando unos u otros caminos.
Hay que pensar en qué historia estamos construyendo.
La crisis de la Historia: Postmodernidad y giros antropológico y lingüístico.
Ahora empezamos con la historia tras esa gran crisis del siglo XX.
Fundamentalmente afectada por la postmodernidad y toda una serie de giros y cambios,
algunos muy significativos y otros sin apenas repercusión. Ahora se habla constantemente
de giros. El giro antropológico y el lingüístico, en términos amplios, nos va a llevar a
otros giros, como el cultural. Podemos hablar también, en algunos ámbitos, del giro
espacial, etc. Es decir, la aparición, en teoría, de cualquier cambio temático, entendido
como giro. Es de carácter epistemológico, de cómo escribimos la historia, y no sólo de
carácter temático.
En este sentido, recordar que el sistema plantea siempre la compartimentación.
Sin embargo, la vida no entiende tanto de fronteras. Cómo producimos la historia está
siendo relacionada con las demandas sociales, es decir, qué necesita esa sociedad para
conocerse a sí misma. Tiene que ver con conflictos sociales, preocupaciones, regímenes
dictatoriales, la búsqueda incesante de la libertad y felicidad, etc., las demandas pueden
ser muy variopintas. También puede tener que ver con el momento en que se encuentre
la ciencia. Esos principios están en la física y en la historia. En tercer lugar, debemos
tener en cuenta que, nuestra disciplina, necesita de planteamientos y transiciones, o
necesita de la atención de otros factores. Empezaremos a hablar, primeramente, de la
crisis finisecular (de fin de siglo).
Las preguntas del fin de siglo.
- Repensar el estatuto de la historia.
- Relativismo.
- Democracia. Las voces de la Historia.
- Multipolar.
- El presente.
- Caída de las barreras disciplinarias.
Lo que hay a final de siglo es una gran pregunta: ¿cuál es el estatuto de la historia?
¿Qué sentido tiene el trabajo del historiador en una sociedad determinada? No lo
pensamos la mayoría de las veces, pero se debe saber desde un compromiso intelectual.
Además, es un momento de la historia del siglo XX en que se ponen en duda varios
procesos e ideas motores del funcionamiento de las sociedades occidentales, aunque
también se afectará a otros territorios. Hay todo un debate sobre qué es la democracia,
qué es la ciudadanía, surgido en mayo de 1968. El movimiento feminista plantea que la
democracia y la ciudadanía excluye a las mujeres de sus ámbitos. Se están viviendo
situaciones críticas desde el punto de vista de una gran crisis, como la de los años 1970,
la crisis energética, que también afectó a los años 1980. Se afectó al bienestar de
determinados sectores que, desde la postguerra, estaban integrados en el Estado de
bienestar. Se busca la democracia y la ciudadanía porque, en Occidente hay mujeres que
se encuentran en una diferencia de consideración en los mismos términos.
¿Qué tenemos además? Una crisis también de los modelos de la Guerra Fría, y la
aparición de polos de un mundo que ya es multipolar. Los modelos de la geopolítica
mundial parecen ser cuestionados. Hay algunos fracasos significativos de los dos grandes
bloques en sus proyectos imperiales, aunque también la demanda de lo que se llamaba en
los 1970 el Tercer Mundo, pero ahora podríamos denominar como “sociedades
periféricas”, las cuales deben solucionar problemas que las independencias no han podido
solucionar. Hay concepciones que a veces vienen del imperio sobre qué es la ciudadanía,
cuando esos modelos pueden no ajustarse a las formas tradicionales de cada país.
Aparece, por ejemplo, el relativismo, que lleva a veces a planteamientos de que
se puede criticar, pero no se pueden hacer propuestas meramente generales. Hay
muchísimos elementos políticos y de necesidades sociales finiseculares. La historia que
se hace se hace desde la perspectiva de la metrópolis, no desde la perspectiva del
colonizado. Además, tras las independencias, sigue existiendo una colonización
económica. Que se cuente la historia “universal” desde la perspectiva occidental implica
que, el camino de la humanidad, es el camino que Occidente ha estado llevando a cabo,
con fenómenos que son absolutamente europeos y no de toda la humanidad. La búsqueda
es siempre de cómo caminan hacia el capitalismo todas las sociedades. Se plantea la
sumisión al Banco Mundial y ciertas políticas. Esto implica mucho debate y discusiones,
no en el aspecto de tener que tomar partido.
Desde el punto de vista disciplinar, ha caído totalmente las barreras
interdisciplinares. Hay ahora un intercambio fuerte entre las disciplinas sociales y la
ciencia como la conocemos. La ciencia ha cambiado mucho en las últimas décadas. Se
cambia en los planteamientos de la propia ciencia, en la certeza sobre el conocimiento y
en cómo el proceso de observar cambia el objeto observado. Por lo tanto, hay muchas
cosas en el Universo de final de siglo que plantean la desaparición de las certezas,
fundamentalmente. Se pone en cuestión todo: sistemas políticos, principios culturales, la
economía, el progreso, etc. El progreso siempre ha sido y es el “mantra” del que siempre
se habla. Términos que no son neutrales y no siempre significan lo que parecen decir. La
modernización no tiene por qué ser siempre buena. ¿Qué es el progreso?
Como metáfora, puede verse como un caldo de distintos cultivos hirviendo, lo que
lleva a la necesidad de buscar alternativas y replantearse qué se ha hecho. Hay coyunturas
o momentos en que hay más tensiones y problemas, o que al menos son más palpables.
Fundamentalmente, desde la perspectiva de la historia, podríamos simplificarlo
mucho. Por una parte, unas concepciones historiográficas que van a plantear desde finales
del XX una teoría que niega a la historia todo derecho a considerarse a sí misma como
cierta. Esto plan tea que la historia no es más que un relato. Para algunos, sólo es
ideología. Continúa habiendo un amplio número de historiadores e historiadoras que,
reconociendo las posibilidades de ese conocimiento histórico, conocen su límite. Una
historiografía que es plenamente consciente de la complejidad del conocimiento histórico,
pero que consideran que existieron sociedades que son susceptibles de ser estudiadas y
analizadas.
Por supuesto, esto tiene consecuencias políticas. Ha llegado el momento en que,
determinados grupos, están adquiriendo un fuerte estatuto en la historia. Ha cambiado la
manera de hacer el relato colonial. Hoy no podemos hablar de una sociedad sin tener en
cuenta los marcadores de clase o de género. Recordemos siempre que la historia como
disciplina nace en la Modernidad. Por lo tanto, si hay una crisis de la Modernidad, puede
haber una crisis de la historia.
Quizás lo que no podemos expresar siempre en los textos, aunque hay quienes
niegan una crisis finisecular, es el impacto que tuvo entre quienes hacían historia esta
situación crítica. Se ve muchas veces al leer documentos y ver situaciones de lectura en
que no se termina de comprender. Representa eso el momento álgido de la confusión.
¿Cuál es el papel que cumple X profesión? Se tome o no conciencia, estaban pasando
cosas.
Vamos a ver cómo esos momentos de crisis van cambiando cosas dentro de la
propia historia. Son propuestas que van apareciendo para intentar enfrentar algunos de
los síntomas producidos en la crisis, o la crisis en sentido estricto.
Desde 1970.
Enrique Moradiellos, hace un texto fundamental entre los que hacen historia. Se
hace muy responsable a E. P. Thompson con su modificación de la categoría clase social.
Por otra parte, también se culpa a la tercera generación de Annales, porque se hace eco
del texto y se hace la historia migajas. Los historiadores han atomizado y trivializado la
producción historiográfica, es decir, que se ocupan de cosas insignificantes, estudiando
cosas que no explican grandes fenómenos ni son globales. Por lo tanto, de ha abandonado
los principios fundamentales de la historia social.
Una manifestación histórica muy empírica, muy de volver a las fuentes. A veces,
cuando se habla de trivialización, ¿quién decide lo que es o no es importante estudiar? La
gente que hace historia, constituimos un grupo donde se llega a consensos (como en
física) de qué es lo paradigmático en ese momento. Se indica qué es pertinente estudiar,
con qué reglas interpretativas y, en consecuencia, cuál es la ciencia que se quiere hacer.
Decidir lo que es o no importante estudiar es un ejercicio de poder. ¿Es trivial estudiar un
botón? Puede parecerlo, pero Lucien Fiebvre decía que un “modesto botón” podría
explicar a toda la sociedad. Esto quiere decir que los temas no son nada, sino que lo
importante es el cómo se estudia. Los lobbis disciplinarios (todas las disciplinas sufren
de desigualdad de poder) son los que deciden.
Lo que está apareciendo son teorías sobre la sociedad con cambios significativos.
Es decir, se plantean críticas y cuestionamientos de la manera en que se ha concebido a
las sociedades. No afecta sólo a la historia, sino que, en general, a todas las disciplinas.
Lo que se termina llamando “nueva historia cultural” es la desembocadura. Además, en
1989, Annales crea un manifiesto sobre estos cambios que ha sufrido la disciplina. A
finales de los 1980 hay cuestiones claras que ponen de manifiesto los cambios que se
están produciendo.
Annales / marxistas británicos.
- Mentalidades (la historia de la vida privada).
- Historia social de las prácticas culturales: la historia cultual: R. Charter, A.
Farge.
¿Qué empieza a pasar en la historia social? En razón de esta confusión empiezan
a aparecer nuevas propuestas, algunas totalmente insertadas en tradiciones
historiográficas. Por ejemplo, desde la Escuela francesa aparece lo que se llamó en su día
“historia de las mentalidades”, con propuestas que necesitan de abandonar un poco el
economicismo y acercar su estudio a los imaginarios. Escribe un montón de páginas
diciendo por qué se debe estudiar la sociología de las sociedades. Había quedado como
un conjunto bajo las prácticas de la historia económico-social.
Tenemos ese tipo de alternativas. De hecho, la siguiente generación, donde estarán
Robert Chartier o A. Farge, tenemos un cambio que va más con la historia social de las
prácticas culturales, no sólo las mentalidades. En realidad, es un giro que puede parecer
insignificante, pero que llevará a otros caminos influenciado por la antropología. En
cuanto a la historiografía marxista, sobre todo en sus autores británicos, es muy crítica,
sobre todo con el academicismo. Fue muy receptiva a todas las demandas que tenían hacia
los historiadores de grupos que estaban fuera del mainstream académico, de la corriente
principal académica. El movimiento ecologista empieza a coger fuerza. History
Workshop introdujo desde esos años un artículo mínimo sobre historia de las mujeres.
Para evaluar un trabajo debe tener integrada la Teoría de género. Son muy críticos con la
narrativa historiográfica claramente imperialista.
Una de esas alternativas que se da, como en el caso de Annales con la teoría de
las prácticas culturales, es lo que promueve E. P. Thompson, la “historia desde abajo”.
Tuvo un peso muy importante entre finales de los 1980 y los 1990. Plantea una historia
muy crítica, hecha desde la perspectiva de quienes están abajo, no desde el poder. Aquí
enlazamos con el final de la crisis de la historia social.
La historia social es la historia en estos años todavía. Estamos hablando y viendo
que hay problemas, los cuales llegan muy tarde a España.
Microhistoria italiana.
- Cambio de escala como recurso de renovación.
- Crítica de los modelos macro-históricos, pero no renuncia a lo general.
Dialéctica general/particular.
- Vínculos con la escuela de Frankfurt o el instituto Warburg, y Annales, la
descripción densa de C. Geertz, etc.
- Carlo Ginzburg, Giovanni Levi, etc.
¿Qué otras alternativas hay a la historia cultural y la historia desde abajo? Aparece
una práctica historiográfica que, todavía, a veces se reivindica. Ha tenido algunos
problemas importantes con el tiempo. Es el caso de la microhistoria italiana, muy
vinculada, por otra parte, a ala Escuela de Annales. Va a tener también muy presente las
aportaciones antropológicas, especialmente las de C. Geertz.
Generalmente, la microhistoria cambia la escala de estudio. No se coge a la
religiosidad, sino al molinero, a la beata, a la procesada por la inquisición, etc. Se atiende
a casos concretos, desde los que se eleva y se piensa lo general. La mayoría de historias
son interesantísimas. Pierre Francastel, historiador del arte, tiene un texto maravilloso
explicando Versalles. Es uno de los textos donde uno mejor aprende. Ha tomado Versalles
como el locus a partir del cual habla del Absolutismo. Lo publica en los 1970.
¿Qué validez hay? Se puede discutir largo y tendido. En los 1970 se hicieron
trabajos estructurales que siguen la norma, pero con muchos ejemplos particulares. Esto
muestra que existen relatos de la historia que pueden escindirse en numerosos ejemplos,
en numerosos individuos y situaciones que viven, en resumen, lo mismo, pero de manera
distinta. Existen posibilidades de cambio de acción cuyas consecuencias, quizás, no
pueden verse hasta dos generaciones más tarde. La microhistoria relaciona historias
parecidas. La situación del individuo también es importante, no sólo la del colectivo.
El grupo Sistema Mundo.
- Fernand Braudel Center en SUNY Binghamton.
- Immanuel Wallerstein: método análisis del sistema mundo. Review, no sólo
historia, ccss.
Otro de los grandes grupos que introduce cambios, sobre todo desde una
perspectiva antiimperial, es el grupo llamado Sistema Mundo. El centro donde concurren
estos historiadores es el Fernand Braudel Center, del SUNY (sistema estatal de
universidades de Nueva York) Binghamton.
No sólo incluye este centro la historia, sino que también a numerosas ciencias
sociales. Ha hecho un trabajo fundamental de formación de historiadores y de
investigación sobre el sistema mundo, desde que empieza a funcionar en los 1980. Europa
no es la protagonista, sino que hay un desplazamiento de la centralidad del análisis. El
análisis es de larga duración, en gran medida de un tiempo lento, con lo cual las
estructuras también son muy importantes. Una formación crítica, considerándolos
herederos de marxistas y Annales. Es muy crítico, como lo es E. P Thompson, con las
estructuras académicas del saber.
Este grupo va a ser un referente, a parte de que a Wallerstein lo publicaron desde
el principio, va a ser de una gran influencia, sobre todo, en los países latinoamericanos,
asiáticos o africanos. Va a ser un punto de referencia para los estudios de la globalización
y la crítica al imperialismo en la historia. Sin embargo, inicialmente se les puede vincular
con marxistas y Annales, pero el contacto que tienen con la mayoría de historiografías
periféricas les ha dado también una percepción diferente y una amplitud de vida que
quizás no se habría encontrado en otro lugar.
El debate del imperialismo.
Otra de las cosas que aparecen, generalmente, en todas las disciplinas, es el debate
sobre el imperialismo. Sobre todo, por el reconocimiento de que hay una acción imperial,
aunque no haya colonización directa d ellos territorios. Esto no se discute hoy en historia
o geografía. Son, sobre todo, las teorías sobre la dependencia, cómo los países dependen
fuertemente de las e3structuras coloniales o imperiales. Hay autores de los países
colonizados que plantean alternativas críticas de las ciencias sociales, la economía y la
política, aunque también de la historia.
André Gunder Frank es uno de los grandes teóricos que hablan sobre la
colonización y colonialidad, aunque no haya un imperio sobre el territorio. Esto quiere
decir que sigue habiendo colonización cultural o economía, por ejemplo. Tenemos
contribuciones como la de Samir Amin, desde el campo marxista, que desde los 1970 nos
habla del desarrollo desigual de las formaciones sociales. Esto pone en cuestión que todo
el mundo deba seguir el mismo camino para alcanzar la felicidad en su sentido fuerte, en
su plenitud. Lo segundo, es una crítica feroz y buenísima al estalinismo, aunque también
a las políticas desarrollistas de los años 1960-1970. Samir Amin es egipcio.
Las críticas al colonialismo de América quedan prejuzgadas por la sociedad
española, como si el nivel académico fuera menor. Conocemos a Edmundo O’Gorman,
Darcy Ribeiro y la filosofía de la liberación, con Enrique Dussel a la cabeza. La filosofía
de la lie ración tiene mucho impacto en la América de la época y en España, ya que aporta
alternativas políticas muy interesantes.
El empuje de otros polos historiográficos.
Empieza a tener una presencia significativa otros polos historiográficos. Es decir,
empezamos a recibir historiografía que jamás habíamos conocido. Hay una política, un
control de determinados sectores, sobre qué es lo que se traduce y lo que se publica. Ahora
mismo es más fácil saber todo lo que se publica en ingles que lo publicado en español en
LATAM. Las estructuras de poder en el conopcimiento nos hacen llegar la información
en inglés.
Una de las recepciones en los 1980 es una historiografía rusa no estalinista, que a
veces tiene pocos vínculos con el materialismo histórico. Es, sobre todo, una
historiografía que recupera a un teórico de la cultura, Mijail Bajtin, y era completamente
marginal hasta los 1980 en Rusia. tenía poca difusión en el exterior de igual manera. Sin
embargo, tenía una revista interesante, la revista Odysseus, donde se conoce mucho al
autor Aaron Gurevich.
En España, por ejemplo, donde el alemán había dejado de ser la segunda lengua
de los intelectuales, ahora no siempre se traduce. Alemania tenía una fuerte historia social
centrada en la escuela de Bielefeld, con una historia conceptial muy importante. Es, sobre
todo, una historia social, tal y como se concibe en Annales y en el marxismo. Tiene mucha
influencia de la sociología de Max Weber, etc. Habla de prçacticas de investigación a
través de un método hermenéutico. En contraposición a esa escuela social, aparece una
práctica historiográfica muy condenada en su nacimiento. La Alltagsgeschichte, la
historia de la vida cotidiana. La historia de la vida cotidiana emana de diversas prácticas.
Este grupo alemán aporta mucho. Se parte de autores como Jürgen Kocka o Hnas Ulrich
Wehler.
El gran teórico es Alf Lüdtke. Se parte del hecho de que esta historiografía quiere
saber lo que es la vida de las gentes, la microhistoria, las pautas sociales y las costumbres
que permanecen dentro de la dinámica social. Los alemanes tienen una tradición
hermenéutica junto a un fuerte análisis empírico, es decir, documentos e interpretaciones.
Ha tenido una gran difusión y se ha convertido en una forma de hacer historia muy
reconocida en el mundo.
Tema 2. La crisis de la Modernidad. La postmodernidad.
La Historia como disciplina nace vinculada a la Modernidad. Lo que acontece a
final del siglo XX es una crisis de la Modernidad. En tanto que la Historia es producto de
la Modernidad, también tiene su crisis. La Historia tiene historicidad. No podemos
concebir la historia como disciplina sin una contextualización en la matriz moderna,
especialmente la nacida desde la Ilustración, con el triunfo político e ideológico de la
burguesía. Hay momentos en que parece que esa historicidad no existe. Esos cambios son
los que ahora vemos muy evidentes, pero no se veían tanto durante la crisis finisecular.
La crítica a la Modernidad aparece en el 2/3 del siglo XX, pero no siempre tiene
los mismos efectos. ¿Qué síntomas tienen esos cambios finiseculares? la II Guerra
Mundial tuvo un gran impacto, sobre todo en Occidente, en la estimación de los
problemas que hay. La postguerra introduce filosofías muy pesimistas sobre el ser
humano y su futuro. Por ejemplo, el existencialismo. En los años 1960 aparece también
numerosos desafíos como la revolución contracultural del 1968. Hablamos de 1968
porque es una fecha que sirve de anclaje para esa contracultura de los 1960.
Los procesos de descolonización, o mejor, independencias, pero, sobre todo, los
desafíos políticos que se plantean en los países independizados respecto al orden mundial,
que sufre de contradicciones. La emergencia en los años 1960-1970 de movimientos
sociales que cuestionan multitud de aspectos del orden establecido. Con las mujeres, el
feminismo, con los negros, el black power, reivindicaciones indigenistas en LATAM, etc.
Finalmente, lo que termina de plantear el contexto crítico, es el final de la Guerra Fría,
con la clara derrota soviética. Además, con una gran ofensiva del capitalismo liderado
desde EEUU y unos proyectos sociales que hablan del “fin de la historia”, porque, según
estos proyectos políticos, se ha conseguido la felicidad gracias al triunfo del capitalismo.
Es cuando empieza a hablarse de “fin de la historia”.
Crisis de la Modernidad:
- desde la filosofía.
- crítica a la noción de progreso y contra el supuesto teleológico de la historia
humana.
- crítica al metarrelato moderno.
¿Cómo se manifiesta fundamentalmente la crisis? A través de la visión de
progreso de la Modernidad. ¿Qué es el progreso? El progreso no conduce necesariamente
a la felicidad. En segundo lugar, desde un punto de vista más filosófico, lo que se critica
fuertemente son las concepciones teleológicas de la historia de la humanidad. Es decir,
aquella concepción por la cual la humanidad tiene un destino y va hacia esa meta en esa
línea ascendente de progreso teleológico, en el sentido de ese objetivo. Este devenir de la
humanidad va a la meta donde se alcanzará su plenitud. Se estaba hablando del fin de la
historia, pero porque el capitalismo iba a dar la felicidad a todo el mundo. No el
capitalismo del XIX, sino el monopolístico y fuerte del siglo XXI. Estas ideas son las que
realmente cuestionan por completo la tradición moderna. Además, se empieza a hablar
de la historia o la filosofía de estas visiones sobre el mundo, fundamentalmente como
metarrelatos, es decir, que no son la verdad en sí misma, sino una construcción discursiva
sobre la verdad. En cierto modo,
metarrelato es una filosofía de la historia entendida como un armazón conceptual
mediante el cual se ordena, da coherencia, se jerarquiza, se otorga significado y
se confiere inteligibilidad (hace posible el entendimiento) al conjunto de
acontecimientos y fenómenos que constituyen la historia de la humanidad.
Se trata de una crisis sobre cómo se entiende lo que construye la historia. Se habla
de que la historia se fundamenta en una filosofía de la historia, en cuyo sentido nunca ha
dejado de estar ligada a la filosofía. Esa filosofía de la historia hace todo esto. Brinda un
armazón conceptual que da coherencia a los fenómenos de la historia de la humanidad.
La historia nos habla siempre de que, en teoría, hay algo que ha pasado y una disciplina
que se ocupa de ello. Lo que se cuestiona son los instrumentos como la historia que sirven
para explicar el mundo y tomar decisiones. La historia parecía muy evidente en sí misma,
pero entra en esta crisis.
Dos funciones del metarrelato:
- es un elemento de mediación en el proceso de conocimiento, en la relación
epistemológica entre historiadoras y realidad social… y por tanto contribuye
activamente a configurar los objetos de observación.
- función legitimadora de determinadas prácticas sociales y políticas, es decir,
es un instrumento de dominación.
De ahí que para su eficacia el metarrelato deba ocultar su naturaleza metafórica,
es decir, su condición de entidad histórica. Siempre un conocimiento donde el observador
interviene de manera activa.
Las críticas desde otras posiciones filosóficas (postmodernas) plantean también
que estos metarrelatos, como son la historia, la religión o la filosofía, también entran a
funcionar en la manera en que se produce el conocimiento historiográfico, que no es algo
“fuera de”, sino que en el proceso de conocer opera y media estos metarrelatos. Nuestras
visiones del mundo están en la manera de hacer historia. La filosofía de la historia está
presente en la epistemología, en el modo de hacer historia.
Hay inclusos recursos retóricos. La historia se cuenta a sí misma como si fuera un
personaje, como si fuera la verdad, pero la verdad no es la humanidad. Todo relato en
tercera persona que oculta que ese hecho histórico parte de un proceso, que a su vez parte
de unos métodos y líneas interpretativas. La academia Anglo suele dejar claro que este
conocimiento es resultado de un proceso. En España, algunos textos hablan como si la
historia se explicara a sí misma. En eso hay una cultura muy diferente. Esta ocultación
indica que el relato es verdadero e incontestable. En realidad, la historia que se produce
lo hace en un contexto y condiciones sociales y epistemológicas determinadas. La
cuestión es cómo se hace lo que se está haciendo.
El metarrelato es punto de partida de la crítica postmoderna, la constatación de
que existe una franca discrepancia entre el desarrollo real de la historia y la imagen que
de ésta da el metarrelato moderno o ilustrado. Por tanto, sólo cabe abandonar dicha
metanarrativa y afirmar su condición de mistificación metafísica de la realidad y de
discurso legitimador. Empieza a haber un cuestionamiento de estas maneras de hacer
historia, cuyas raíces están hundidas en la Modernidad. La historia social hunde sus raíces
en la Modernidad, por eso va a sufrir tanto en la crisis finisecular.
Uno de los grandes críticos es Jean François Lyotard. Lyotard va a criticar,
según él, lo que considera todos estos metarrelatos modernos. Le da igual que provengan
del liberalismo como del materialismo histórico. Critica en la línea del progreso, el
carácter metafórico del metarrelato, etc. También critica el carácter teleológico de la
mayoría de estos metarrelatos. A veces no nos damos cuenta de que pensamos en términos
absolutamente teleológicos. Él sostiene que todos los metarrelatos son iguales. Discute
que unas y otras se construyen desde la Modernidad, y que plantean problemas muy
parecidos, aunque vayan por distintos caminos.
El sujeto: liberalismo. El sujeto es la naturaleza humana universal que pugna por
realizarse en la historia. La historia proceso de maduración del sujeto, el movimiento
mediante el cual el sujeto toma conciencia de su propia condición y se dispone a ejercerla,
se dispone a contar exclusivamente con su razón.
La historia: socialismo. Se niega la existencia de un sujeto natural inmutable y
afirma la diversidad histórica. Clase, cultura, nación, son las categorías que protagonizan
la historia e identidad de individuos. Relación con la anterior en la jerarquización y
teleología. Por tanto, la historia sería la sucesión temporal de modalidades de
organización social que culminaría en la universalización de la modalidad superior,
aunque no esté inscrita de antemano en la naturaleza del sujeto. El estalinismo estableció
claramente una sucesión ligada a los proyectos de cómo debía ser el socialismo. Esto es
lo que critica Lyotard.
Más allá de las discrepancias, ambas tesis comparten el mismo universo lógico.
Comparten en teleología y escala evolutiva. Además, fundamento último de proyectos
políticos que pugnan por realizarse. Son portadores de una idea de sociedad que aspira a
realizarse en la Historia. De ahí el lenguaje emancipador de ambos discursos, en el sentido
de que todas las sociedades que participan en estas ideas llegarían a un mundo mejor, más
libre. Esta crítica no es muy fácil de plantear.
Corolario.
Todas estas críticas hacia los metarrelatos modernos plantean muchos problemas.
Para nosotros, básicamente la postmodernidad va a exigir, el reconocimiento de la
diversidad, la historicidad y las discontinuidades, saltos de fenómenos que no responden
a un camino claramente percibido hacia una meta claramente definida. Donde esto se ve
más claramente es en la práctica historiográfica que ha estado orientada a buscar los
rasgos que conducen a la Modernidad. Ha abandonado todo lo que no tiene que ver con
eso. Cómo nos hacemos modernos, cómo vamos hacia el capitalismo. Ha costado mucho
incluir en el análisis histórico caminos que no llevan a ningún sitio.
De ahí que la crítica postmoderna llame a prescindir del ser y reconocer
únicamente la existencia del evento. Por ello, el pensamiento postmoderno es una llamada
a asumir y vivir de forma radical la historicidad, la transitoriedad de lo existente
(Cabrera). Una nueva filosofía de la historia cuyo concepto medular es la variación,
vinculado a otro también esencial, la discontinuidad.
Esto plantea que la historia no es un curso unitario y ascendente universal, sino un
caleidoscopio de situaciones sociales que no mantienen entre sí una relación jerárquica ni
están sometido a un mecanismo inexorable de confluencia y homogeneización. Según el
planteamiento postmoderno, es la variación y la diferencia, y no la unidad e identidad las
que caracterizan el funcionamiento real de la historia humana. Es la discontinuidad, y no
la continuidad, la que gobierna su desenvolvimiento a través del tiempo.
Conocimiento histórico.
Con lo dicho, también se inicia la crítica sobre la naturaleza del conocimiento
histórico. Se critica la concepción objetivista y representacionista del conocimiento
histórico y hasta qué punto dicho conocimiento constituye una representación de la
realidad social.
¿Por qué importa que estudiemos historiografía? Debemos saber qué tipo de
disciplina es la historia y cómo se produce nuestro conocimiento. No solemos
preguntárnoslo, pero es la primera que nos debemos hacer: quién escribe, desde dónde,
etc. Hablamos historiográficamente desde dónde se está escribiendo. Hay una
proliferación últimamente de textos que quieren ser historiográficos. Desde la hoja
semanal de GranadaHoy hasta las hojas de El País, con ínfulas de literatura elevada.
También a lo que se echa por televisión, como el Canal Historia.
Giro antropológico.
En ese contexto de crisis, dentro de la misma historia, se intenta dar alternativas.
Aparecen y se buscan interesadamente lo que aportan o pueden aportar otras disciplinas.
Quizás lo más importante es el giro antropológico y cultural.
Desde los años 1970, la Historia mira a la Antropología de manera clara. Burke
distingue una antropología teórica y una inductiva. En términos generales, hablamos de
una gran influencia. En los años 1970 la influencia sobre la historia de autores como
Cassirer y su antropología filosófica, o Lévi-Strauss presente desde los 1970 en la escuela
francesa. Posteriormente, otros autores como Geertz, Beauvier, etc.
La antropología Histórica.
Recordar lo visto en preocupación en la cultura en los 1970. El creciente uso del
término cultura, su ampliación y pluralización (culturas). Ofrecer explicaciones culturales
para los hechos económicos o políticos… y un acercamiento a las concepciones culturales
de la antropología.
¿Quiénes se estudian?
Lévi-Strauss (1908-2009). Su teoría de la cultura que conecta con lingüistas al
estudiar las relaciones entre los elementos de un sistema cultural o social, oposiciones
binarias: cultura se lee como un texto.
Marcel Mauss (1872-1950). Con su estudio del don. La entrega de regalos en las
sociedades tradicionales, sobre todo la obligación de recibir y de devolver, ya en forma
de otro regalo (mediante un discreto intervalo), ya en lealtad y servicios al donante.
Escandinavos: la generosidad no sólo deber moral y proveedor de status, sino que granjea
paz y buenas cosechas.
"La reciprocidad es el principio fundador de la humanidad… genera
abundancia material y espiritual, aporta al mundo el secreto de la producción
social."
Dominique Temple.
Mauss puede ser central porque, sólo en la economía del don, podemos entender
cómo operan algunos aspectos de la vida social. No pasa por ser de carácter económico,
social ni político en un contexto de Estado específico, sino que están ahí también y
contribuyen a uno y a otro. Nadie entiende qué es una dote, la cual tiene influencia en la
“economía del don”. Este “dar reteniendo” está muy presente en el Sureste asiático.
Mary Douglas. Aborda, por ejemplo, todo lo relativo a lo limpio o sucio, a la
pureza. Ella, sobre todo, intenta explicar el papel que cumplen esas profesiones
consideradas sucias, generalmente al margen del sistema. Da igual que hablemos de las
castas en las Indias que de la sociedad contemporánea.
Natalie Z. Davis. Ejemplo claro de la integración de estas teorías. Ella utiliza a
Mary Douglas para explicar la violencia de las guerras de religión en Francia,
tremendamente violentas. Muy vinculado a rituales de purificación y exterminio de lo
sucio.
Clifford Geertz (1926-2006). Su teoría interpretativa de la cultura en las
antípodas de Lévi-Strauss o E. Taylor. Él hace hincapié en lo que denomina descripción
densa. Cultura es un “patrón históricamente transmitido de significados encarnados en
símbolos, un sistema de concepciones heredadas, expresadas de forma simbólica,
mediante los cuales, los hombres comunican, perpetúan y desarrollan su conocimiento de
la vida y sus actitudes hacia ella”. Los seres humanos de nuestro alrededor y nuestra
cultura nos entienden. Se tienen choques culturales al viajar, por ejemplo.
Los encuentros entre disciplinas, como entre culturas, se rigen con frecuencia por
los principios de congruencia y convergencia. Aquí la teoría y la práctica de la descripción
densa ayudó a un grupo de historiadores a avanzar en una dirección en la que ya viajaban.
Stephen Greenblatt dice que Geertz “dotó de sentido a algo que yo ya estaba haciendo”.
El dilatado concepto de cultura de la Antropología era y sigue siendo atractivo.
Conecta el estudio de los símbolos que habían abandonado con las investigaciones en
vida cotidiana iniciada por los historiadores sociales. El potencial de la analogía
dramatúrgica sirve a ello. O la comprensión de las reglas o protocolos culturales.
La Nueva Historia Cultural (NHC).
NHC empezó a usarse en la década de los 1980. Título de una obra de Lynn Hunt
(ed.): The New Cultural History (1989). Ésta es la forma actual dominante practicada en
la actualidad. ¿Un nuevo paradigma? En el sentido de Kuhn, es decir, un modelo para la
práctica normal de la que dimana una tradición de investigación.
El giro antropológico, aunque la Antropología ha ido de la mano con la Historia,
hace que muchos autores empiecen a hablar de la Nueva Historia Cultural. De hecho,
tenemos una literatura relativamente amplia, más tardía, no tan temprana como 1989,
donde de lo que se habla es de la historia cultural. Como bibliografía obligada se tiene
aquí a Anaclet Pons, por ejemplo. Esta denominación de NHC, con más eco en la historia
que se hace en inglés, toma el nombre del libro de Lynn Hunt. Abandonada, en cierto
modo, la historia social. El proceso es lento, puesto que el nuevo paradigma debe ser
estudiado, debatido e investigado.
En gran medida, una parte importante de la producción historiográfica de los
primeros 15-20 años, desde mediados de los 1990 hasta el final de la segunda década del
XXI, ha estado muy mediatizada por este tipo de investigación histórica. El debate ha
sido, estos años, de si esta historia era realmente un nuevo paradigma historiográfico, un
nuevo sistema. Es decir, un modelo que va a servir a la práctica habitual de la acción
investigadora de la historiografía. Si vemos los títulos de la producción historiográfica,
vemos que la historia ha tenido un gran giro cultural. De títulos mayoritariamente sobre
estructuras agrarias, estructuras de la propiedad y el trabajo, etc., a nuevos títulos que
suponen representaciones de la cultura material. Se habla, a final de siglo, de la historia
cultural de las instituciones. En esa estela, se incluye una parte importante de los cambios
que se producen en el marco institucional de finales del XX y principio del XXI.
El adjetivo “Nueva” es en el sentido que tenía la Nouvelle Histoire. El adjetivo
“cultural” la distingue de la historia intelectual, sugiriendo el acento en los significados,
los rituales, los sentimientos. Burke dice que la diferencia entre ambos enfoques podría
concebirse en términos del famoso libro de Austen Sentido y Sensibilidad. La hermana
mayor, la historia intelectual, es más seria y precisa, mientras que la menor es más vaga,
pero también más imaginativa.
La NHC debe verse como propuestas de salida a la crisis, elaboradas a finales de
los 1980. Un rasgo que va a distinguir estas propuestas es, fundamentalmente, la inclusión
en el aparato de las personas que hacen historia de las aportaciones de todas las
disciplinas: filósofos, sociólogos, antropólogos, historiadores del arte, etc. Ese es quizás
uno de los rasgos distintivos de esta práctica.
La historia cultural, ¿es intelectual? Siempre ha habido historia de las ideas:
política, intelectual sin más (como los alemanes), etc. ¿Hace referencia a los discursos
fundamentalmente o hablamos de otra cosa? Aunque Burke plantea esta distinción en su
libro, haciendo de la historia intelectual una rama. Es una comparación que carece de
sentido. La historia de las ideas, la historia intelectual siempre se ha ocupado de eso, de
un tipo de producción del que emana el conjunto de la sociedad. Se habla de historia
cultural en el sentido antropológico de la cultura, abarcando múltiples aspectos del vivir.
Uno de los rasgos que va a distinguir a esta práctica historiográfica es una preocupación
por la teoría. Esta preocupación por la teoría es lógica, puesto que la nueva práctica
historiográfica tiene que explicar al conjunto de la profesión, porque ese es el camino a
seguir ahora. Algo que caracterizará en general a todas las disciplinas, al menos las
sociales, en el fin de siglo, es la caída total de las fronteras disciplinares. Hay sociólogos,
antropólogos y filósofos en muchas investigaciones históricas. Esto da intercambios de
marcos teóricos y de trabajo. Si bien la gente que hacemos historia muchas veces
afirmamos que no hay preocupación por la teoría, ya que digamos que no es explícita, lo
cierto es que algunas prácticas historiográficas siempre han tenido preocupación por la
teoría. Eso lo ha hecho mucho la historia social, cuyo origen está en el materialismo
histórico. También en Annales hay autores con esta preocupación. La teoría, por lo tanto,
no aparece de la nada, sino que ya estaba ahí.
¿Cuáles son estos nuevos “compañeros de viaje”? Mijail Bajtin (1895-1975). Sus
conceptos básicos de carnavalización, subversión, realismo grotesco, son parte de nuestro
lenguaje. Aunque en ocasiones usos mitificadores de las mismas. Pero menos atención en
la Historia, sus conceptos de las diferentes voces del texto, su poliglosia o heteroglosia.
Y es una pena, pues precisamente es más esclarecedor estudiar el carnaval como
expresión de diversas voces que reducirlo a una simple expresión de subversión popular.
No todas las voces de una sociedad se oyen igual y tiene la misma difusión, pero es un
error garrafal pensar que todo el mundo está hecho respecto al molde de lo hegemónico.
Es fácil escuchar a un escritor de una gran influencia, y muy difícil a una campesina.
En Francia, y por extensión, en gran parte de Europa, se traduce un texto muy
antiguo, el de El proceso de civilización, 1939, de Norbert Elías (1897-1990). Es un
sociólogo estudioso de la historia. Se centra en un término: cómo se llevan a cabo los
procesos culturales en una sociedad. De esto mismo trabaja mucho también Foucault.
Recuperado a partir de los 1960, con gran influencia. Término de civilidad como parte de
nuestro lenguaje. La obra de Elías aparece como una propuesta superadora de las
contradicciones entre estructuras y agencia al definir la relación entre poder,
comportamiento, emoción y conocimiento, la relación individuo-sociedad.
Todo lo que aprendemos, a veces sin ser conscientes, en realidad nos inserta en la
cultura, sea lo que sea. Desde qué pienso por la mañana siendo X individuo hasta si
comemos de una manera u otra, o qué es lo limpio y lo sucio. Son parte estas cuestiones
de lo que se considera adecuado o inadecuado. Esto permitió entrar de manera rigurosa,
aunque también con perspectiva de aprender mucho, en campos en los que la historia no
había entrado, como es el paso de los elementos cotidianos de una sociedad cortesana a
una sociedad burguesa. Empezó a haber multitud de trabajos en varias casillas. En gran
medida, se habla del paso de una sociedad como lo es la del Antiguo Régimen hacia la
del mundo capitalista burgués. Tuvo una gran influencia en Francia. Van apareciendo
algunos textos que conocemos bien, como La historia de la vida privada ó Historia de la
familia. La primera se ocupa mucho de estos procesos civilizatorios. También nos permite
aprender cosas como que una joven entrara en la Corte de Luis XIV adquiriera una pátina
de refinamiento podía ser más importante que un patrimonio material. Eso es porque esta
institución, la Corte, donde las buenas maneras y el refinamiento son importantes,
adquiere tal sentido.
Pierre Bourdieu (1930-2002). Campo (literario, lingüístico, artístico, etc.) se
refiere a un ámbito autónomo, que adquiere independencia en un momento concreto en
una determinada cultura y genera sus propias convenciones culturales. Reproducción
cultural, el proceso mediante el cual un grupo mantiene su posición social mediante el
control de un espacio/acción cultural: la burguesía y la educación superior en Francia. Ha
trabajado con historiadores, antropólogos y otros sociólogos, trazando caminos de
confiabilidad. Plantea el cómo se produce y se reproduce la cultura, es decir, ese hecho
de estar en la medida en que hacemos, no sólo ejecutando algo, sino también
reproduciendo el sistema. Se ocupa también del poder. Hacía una crítica a la escuela
superior francesa.
Teoría de la práctica: habitus. Práctica cotidiana como una improvisación
continuada dentro de un armazón de esquemas inculcados por la cultura, lo mismo en la
mente como en el cuerpo. El habitus es la subjetividad socializada, es la generación de
prácticas que están limitadas por las condiciones ¡sociales que las soporta, es la forma en
que las estructuras sociales se graban en nuestro cuerpo y nuestra mente, y forman las
estructuras de nuestra subjetividad (Socialización). Aparentemente, el habitus parece algo
innato, aunque se forma de esquemas de percepción y valoración de una estructura social.
Hace referencia a aquello que se ha adquirido y se incorpora en el cuerpo de forma
duradera. Los humanos tenemos nuestra propia idea de cómo somos. Él habla de esta
encarnación de la cultura, la cual pesa mucho.
Hay un cambio importante en todas estas cosas. No sólo se abren caminos, si no
que se pasa del ser al hacer. Esta idea es fundamental.
NHC: representaciones.
“Empobrecida idea de lo real”. Representaciones mentales se entienden como
aquella forma material o simbólica de dar cuenta de algo real en su ausencia, están
organizadas en estructuras que permiten darle sentido al entorno. Sin embargo, no es
posible construir representaciones puras y aisladas, sino que se construyen a partir de un
contexto representacional delimitado por la actuación cognitiva, constituida por una serie
de interacciones aprendidas del ordenamiento de la realidad, que la tradición cultural de
cada grupo social ha llevado a que también privilegie el contexto en el que el sujeto se
desarrolle.
Lo que se intenta, sobre todo, es intentar entender cómo operan esas
repre3sentacioones. Desde Duby a Said, pasando por Le Goff o Keith Thomas:
imaginario, orientalismo. La historia de la memoria cultural o social: en los últimos años
la memoria del sufrimiento del dolor. Pierre Nora y sus lugares de memoria. Andrea Peto
y el dolor en la fotografía húngara de los 1930-1940. En Centroeuropa se han hecho
trabajos muy importantes referidos a la ocupación nazi y la ocupación soviética. Hay
museos de la memoria histórica que juegan con tus emociones, sin ser museos a la manera
ilustrada de lo que es un museo, sino que suponen un recorrido que dispara tus emociones
respecto a ciertas cosas. ¿Debe un museo ser eso? ¿Cómo gestionamos la memoria?
Surgen muchas preguntas. En cualquier caso, son caminos, porque siempre hay políticas
del olvido en la mayoría de la sociedad. No tienen por qué ser conscientes estas políticas.
Representación no sólo es reflejo. El reflejo es deformante en cierto modo. La
pintura o la película no son simplemente una copia de la realidad en un medio diferente,
es la mirada del autor sobre la realidad, que nos la devuelve con un lenguaje, unas
imágenes o una música, entre otras cosas, que lo percibimos y sentimos como queremos.
No nos damos cuenta de cuántas cosas de estas aprendemos, y casi nunca somos
conscientes de ello. Ahora constamos con una gran cultura visual cinematográfica. De ahí
que se hable de construcción o producción de la realidad por medio de representaciones:
el constructivismo. Michel de Certau, L’invention du Quotidien (1980, en español 1999).
Construcción de las categorías: clase y género; Jean Scott.
NHC: la cultura material.
Los objetos son la dimensión material de la cultura. A través de ellos, y
especialmente en la manera en que son puestos en práctica se hacen visibles las normas,
los valores y actitudes de la sociedad. La cultura y los objetos están estrechamente
relacionadas y una de las maneras en las que las categorías culturales pueden ser
comprobadas, es a través de los objetos materiales de una cultura. El concepto de cultura
material define un conjunto de objetos en los que se materializan los hábitos
(comportamientos, actividades, saberes, recursos, significados y formas de valoración) de
un grupo social. Son finalmente los objetos que, llevados a la práctica, materializan lo
que las personas son, hacen, creen y piensan.
En los ámbitos arqueológico y antropológico ha habido siempre una investigación
de los restos materiales dejados por las culturas. Se pueden ver en relación con elementos
escritos. La cultura material y sus posibilidades de investigación tienen una gran
importancia en la historia desde finales del siglo XX. Esto se relaciona con lo
anteriormente explicado, para que veamos que todo queda relacionado. Pese Z, desde la
Nouvelle Histoire, investigará la cultura material. El concepto de cultura material define
a un conjunto de objetos en los que se materializan los hábitos y los comportamientos,
además de las actividades, los saberes, los recursos, los significados y las formas de
validación de un grupo social. A través de ellos se materializa el pensamiento y las
creencias de las culturas. Dando legitimidad a una investigación sobre estos artefactos
que antes estaban sólo en el ámbito arqueológico y en los periodos históricos que carecen
de restos escritos, se abre un gran abanico de posibilidades de investigación. La
Arqueología moderna es aún muy limitada, igual que la industrial.
Aunque había una tradición de historia tecnológica desde el materialismo
histórico, se vuelve a recuperar ese hilo de investigación sobre la tecnología. Los molinos
recobran importancia, por ejemplo. Otro de los campos que se abre bastante a la
investigación y que se conectará con la historia de la vida privada o cotidiana es el estudiar
la casa, es decir, las arquitecturas en general y las domésticas en particular, las cuales no
habían sido tan estudiadas. No sólo las arquitecturas. Tanto si estudiamos un molino como
una casa, en la segunda debemos estudiar todo lo que la conforma, como sus cerámicas,
sus muebles, su cubertería, etc.
¿Qué más se estudia? Comida, ropa y cobijo, como un trío temático. Se centra con
frecuencia en la historia del consumo y en el lugar de la imaginación. Sidney Mintz,
Sweetness and Power: The Place of Sugar in Modern Society (1985). Es un texto que
estudia el azúcar en principio, pero lo mezcla con el papel que juega en las metrópolis,
cómo las costumbres inglesas de tomar el té están muy ligadas al azúcar, o a las
costumbres de su consumición en las fábricas. Todo el imaginario que hay alrededor del
azúcar, en cuestión. El azúcar es más eficiente que la miel para el endulzamiento. Daniel
Roche, Culture des apparences (1989). Esta obra se hace a partir del cómo nos vestimos
y por qué lo hacemos así.
¿Nuevo paradigma? El giro cultural ha sido claro y determinante en el final del
siglo XX para salir de la confusión que generó la crisis de la historia social. Sucede que,
quizás, no tenemos tan elaborados los códigos que nos permitan saber que realmente
estamos haciendo historia alternativa, una historia diferente.
Giro lingüístico.
El otro aspecto fundamental finisecular es lo que conocemos como giro
lingüístico. Anaclet Pons y Justo Serna (La Historia cultural, 2005), se preguntan por qué
Lawrence Stone en 1991 se puso en pie de guerra cuando parecía que entre el giro cultural
(en el que participa el propio Stone) y la crítica posmoderna, la historia estaba abocada al
giro lingüístico para contestarse que: llevadas a sus últimas consecuencias cuestionaban
el estatuto de la Historia, su crisis. No es metarrelato, sino una narrativa, y es aquí donde
empiezan las discusiones mayores. ¿Es el lenguaje producto de la realidad o productora
de la realidad?
Conocimiento. Concepción moderna: resultado de la investigación que hace
representación de la realidad (el conocimiento). El conocimiento es imperfecto, pero es
acumulable. La mediación es evitable mediante el rigor, la crítica y la aplicación de un
método. Luego, la realidad histórica es una entidad objetiva. Concepto, teorías e
interpretaciones son simples medios de expresión de las propiedades y el funcionamiento
de la realidad. La realidad es criterio supremo de verdad. Esa es la concepción a partir de
esta idea científica.
Desde 1980 hay una crítica al objetivismo científico. La relación entre el
historiador y la realidad social está siempre mediada por algún tipo de estructura
lingüística que opera como un factor activo en el proceso de conocimiento histórico.
Proceso de conocimiento: conceptos y teorías no son meros derivados de la realidad, sino
diapositivas lingüísticas de naturaleza específica que opera como variables
independientes. Giro Lingüístico. Por lo tanto, se plantea que, en el proceso de conocer,
los conceptos y teorías no son simples derivados de la realidad, sino dispositivos
lingüísticos de naturaleza científica y que operan como variables independientes. La
lengua crea realidad. Esto quiere decir que, aunque las cosas existan, no son reconocibles
por una comunidad hasta que se les pone un nombre.
La lengua está y bajo ningún concepto podemos desembarazarnos de ella. ¿Qué
se plantea? Implicación: si toda percepción, interpretación o explicación de la realidad
sociales se realiza siempre desde dentro de un determinado patrón lingüístico, entonces
ello implica que el conocimiento resultante no es simplemente una representación de
ducha realidad, sino también una construcción significativa de la misma. Y, por tanto,
que la investigación histórica no es simplemente una operación de descubrimiento, sino
también de organización lingüística de los hechos sociales. En el proceso de elaborar un
texto historiográfico hacemos eso, organizar lingüísticamente los procesos sociales.
Utilizamos un soporte como es la lengua, que debe ser usada adecuadamente.
¿Qué significa una u otra cosa? La primera cuestión es que, con el giro lingüístico,
de nuevo, porque ya lo había hecho antes el materialismo histórico, se vuelve a poner
sobre la mesa la mediación. La mediación expresada en otros términos dice que la historia
la escriben los vencedores. Aquí va más allá. Nos está diciendo, además, que cuando
producimos el conocimiento, en ese proceso, se otorga sentido. Es decir, no es
simplemente conocer, es hacer inteligible ese pasado a la sociedad. Por tanto, otorga
sentido significado. Esta es una diferencia sustancial a través de la cual debemos
comprender qué hacemos. Se trata de comprender qué se dice. La manera en que
narramos, en que construimos nuestras narrativas, son muy importantes.
Aunque los hechos existan, la forma en que el/la historiadora los selecciona, los
jerarquiza, los conceptualiza y los pone en relación de causa/efecto está determinada no
por la naturaleza de los hechos mismos, sino por el marco lingüístico, conceptual o
imaginario social empleado en cada caso. Todo invento de trascender meramente factual
deviene una operación de construcción cuya correspondencia con la realidad no es
transparente. Los hechos son reales, pero no objetivos.
Si investigación histórica no es simplemente descubrimiento, sino también
construcción significativa, entonces la realidad estudiada ni es una entidad objetiva ni
puede ser el único árbitro para dirimir las discrepancias entre diversas explicaciones
históricas. Ya que no dependen de la realidad sino de la forma históricamente concreta,
en que ésta es lingüísticamente aprehendida y hecha inteligible (H. White).
¿Cómo medimos si una investigación es correcta o no? White dice que no hay
posibilidad, porque no es la realidad lo que se dirime a ella, sino la manera en que hemos
construido esas narrativas históricas. ¿No hay posibilidad de decir si un conocimiento es
correcto o no? Nada de eso. Desde un punto de vista estrictamente disciplinario, sí que
podemos plantear qué es lo que es posible realizar en el marco de la disciplina y lo que
no es adecuado. ¿Qué es lo verdadero o lo que no es verdadero? White dice que todos
pueden usar las mismas fuentes, pero hay dos narrativas diferentes de esas mismas
fuentes. Luego, no son esas fuentes las que deciden esa corrección o no. En teoría, lo
serían las narrativas, las formas de narrar, a lo que White dice que no hay posibilidad.
Hay una posibilidad de conocimiento que tiene que ver con los métodos y marcos
teóricos. Hay una mediación lingüística, y no objetivar eso produce errores significativos.
Texto sobre una aplicación práctica de cómo el giro lingüístico ha permitido un
mejor conocimiento historiográfico sin abandonar el trabajo histórico previo. Artículo de
La prosa de la contrainsurgencia de Ranajit Guha.
Llevada a sus últimas consecuencias, cuestiona no que tú elabores una narrativa
histórica, sino que se intente legitimar una narrativa en una realidad que no es contrastable
en muchos sentidos. En un momento de crisis de la modernidad en el fin del XX, la
historia, si quiere continuar siendo una disciplina con interés social, debe repensar su
propio estatuto. Estos “ataques” plantean algunas de las líneas de reflexión que la
historiografía tiene que asumir. Tenemos tensiones constantemente entre estos aspectos
lingüísticos de nuestro trabajo y la posibilidad del conocimiento empírico.
Crisis epistemológica.
Así, al modificar la naturaleza del vínculo entre realidad e historia, significante y
significado, el giro lingüístico ha creado crisis epistemológica (Joyce Appleby). La
erosión de la noción de representación hace que se hable del retorno a lo literario.
Lo que va a erosionar el giro lingüístico es esta idea moderna de que quien hace
historia coge la realidad del pasado y nos la devuelve nítida, transparente, cuando no es
así. Lo que sucede es que, en ese proceso de elaboración historiográfica de matriz
moderna, uno de los elementos fundamentales de esa narrativa es la constitución de la
propia historia como un sujeto, es decir, lo que cuenta el historiador no es algo que él ha
producido en conocimiento, sino algo que se relata en sí mismo y la historiadora sólo ha
puesto negro sobre blanco.
Es como tener una fuente, una laguna, de la que en percepciones vulgares nadie
entiende que sólo cogemos fragmentos, la mayoría de las veces mal relacionados, del
pasado. La mediación es muy fuerte, como todo conocimiento construido.
Reformulaciones.
El verdadero problema que plantea el giro lingüístico en la historiografía y que no
produce tanto el giro cultural, es que tensiona nuestro quehacer como historiadores. La
postmodernidad ha reformulado las nociones convencionales de lenguaje, realidad y
conocimiento. La insistencia en que las estructuras lingüísticas que mediatizan toda
percepción y que proyectan en los textos, históricos, cuestiona la historiografía y nos lleva
a preguntarnos por el estatuto científico de la historia.
Debemos preguntarnos qué historia hacemos y para qué sociedad la hacemos.
NHC: Cuadros teóricos.
El giro antropológico del que hemos hablado y el lingüístico, van a abrir un campo
nuevo, el de la historia cultural.
Michael Foucault (1926-1984) y el control sobre los cuerpos de la autoridad.
1) Crítico perspicaz de las interpretaciones teleológicas de la Historia. Su
enfoque en términos de genealogías resaltaba os efectos de los accidentes más
que rastrear la evolución de las ideas. Subraya las discontinuidades y rupturas,
por ejemplo, el cambio de relación entre las palabras y las cosas, la invención
de la locura en el siglo XVII o de la sexualidad en el XIX.
Habla de cómo hemos construido el conocimiento desde la Edad Moderna en
adelante; de cómo el saber es poder, por ejemplo, y se encuentra en multitud de aspectos
del día a día. Él es un crítico feroz de cualquier concepción teleológica de la Historia.
Además, en este sentido, nos plantea que tendríamos que construir, que hacer verdaderas
arqueologías, del saber. La etimología puede ser un instrumento interesante en el trabajo,
pero a veces se nos olvida que las palabras tienen historia también, por lo que pueden no
significar lo mismo según el momento en que se habla. Los trabajos de Foucault, que son
muy historiográficos e históricos, además nos hablan de cómo hemos inventado ciertas
cosas. Hablar de sexualidad es “marciano” para alguien de la Edad Media o moderna, ya
que es algo contemporáneo.
2) Foucault concebía los sistemas clasificatorios como epistemes o regímenes de
verdad, de realidad, como expresión de una determinada cultura y, al mismo
tiempo, fuerzas que conforman dicha cultura. En El orden del discurso (1971)
definió su objetivo de estudio como el control del pensamiento, incluyendo las
formas de excluir en un sistema intelectual ciertas ideas o temas: locos,
criminales y pervertidos sexuales.
Este autor nos ha permitido conocer muy bien cómo operan los discursos, es decir,
cómo se construyen aquellos sistemas a través de los cuales se justifica todo, el orden
social, las creencias, etc., en una determinada cultura. Los discursos no sólo son textos.
Un museo consta con la autoridad de que lo que posee es verdad.
En Las palabras y las cosas (1966) trata de las categorías y principios que
subyacen y organizan cualquier cosa que pueda pensarse, decirse o escribirse en un
determinado periodo histórico, es decir, los discursos. Él plantea que son los discursos
colectivos el verdadero objeto de estudio.
3) Escribió una historia intelectual que incluía las prácticas al igual que las
teorías, y los cuerpos lo mismo que las mentalidades. Su concepción de las
prácticas ligadas a la microfísica del poder, el nivel micro de las políticas.
Roland Barthes (1915-1980). La historia comienza cuando se trasciende los
eventos individuales y se los integra en un sistema de relaciones. Barthes pone de
manifiesto que “en el discurso histórico de nuestra civilización, el proceso de
significación intenta siempre llenar de sentido la historia: el historiador recopila menos
hechos que significantes y los relaciona, es decir, los organiza con el fin de establecer un
sentido positivo y llenar así el vacío de la pura serie”. Lo que implicaría que la historia es
ideología o imaginario.
El discurso histórico es paradójico, porque, aunque el hecho sólo tiene existencia
lingüística, es sin embargo un discurso que afirma la existencia de un referente externo.
Se oculta la dotación de sentido. Los discursos realistas: el efecto realidad.
Hayden White (1928-2018). Es el gran crítico de la historia sin ningún género de
dudas. Metahistoria. La imaginación histórica del siglo XIX europeo [1973], 1992; El
contenido de la forma. Narrativa. Discurso y representación histórica [1987], 1992.
La teoría literaria.
La teoría literaria tiene hoy un lugar destacado en el actual debate epistemológico
sobre la historia. Si el conocimiento histórico es una construcción significativa, es
imprescindible prestar atención a los procedimientos retóricos que intervienen en su
elaboración.
Conclusión.
El giro lingüístico ha introducido una nueva noción de mediación que no es ya la
de la subjetividad dele historiador, ni sus condicionamientos sociales, sino los códigos
lingüísticos con que opera (cabrera).
Nuevas coordenadas en debate epistemológico. La investigación histórica se
enfrenta hoy al dilema no de la objetividad y el relativismo, sino a la situación de compleja
tensión entre la naturaleza cognoscitiva y la naturaleza retórica del conocimiento
histórico.
Tema 3. Historiografía feminista.
Los cambios en historiografía culminan las demandas de la propia sociedad, el
contexto general de este momento y la propia dinámica de la disciplina. No hay un solo
factor, pero está claro que, determinados cambios habidos en la historiografía a finales
del XX, algunos, han tenido que ver con lo que ha significado la irrupción de movimientos
sociales potentes, en este caso el movimiento feminista.
En realidad, cualquier historia de lo que hemos llamado historia de las mujeres,
de género o feminista tiene mucho componente de la militancia inicial. No siempre,
aunque parezca de otra manera, ha habido historiadoras. Con frecuencia tuvieron
dificultad para acceder a la academia o la investigación y los espacios de investigación.
En sus inicios, hay un movimiento feminista fuerte, una irrupción masiva de las clases
populares y aparece lo llamado “universidad de masas”. Además, hay un número muy
alto de mujeres que acceden a la academia, a los puestos altos de profesorado. Aun así,
ni en la actualidad tenemos situación de equilibrio.
En este sentido, debemos tener eso en cuenta para comprender que hubo demanda
social en general, pero, además, las instituciones estatales pusieron en marcha las críticas
para poder introducir determinados cambios. Hubo instituciones que, durante mucho
tiempo, limitaron la posibilidad de que las mujeres pudieran si quiera investigar en
algunos archivos. Además, hubo también otro tipo de problemas derivados del hecho de
que no sólo existen leyes que prohíben llegar a determinados lugares, sino la posibilidad
de participar en espacios académicos y tener acceso a los mismos recursos que disfrutaban
los varones. Hasta bastante entrado el XX, la moral imperante también ponía algunos
límites.
Qué historia.
1) Acceso a las fuentes.
2) Capacidad de movimiento para ir a archivos o excavaciones.
3) Familiarizada con los géneros historiográficos y con las reglas de clasificación
y expresión de datos históricos.
Grever añade que en contacto con la esfera pública y que haya una audiencia.
Clío y primer feminismo.
Junto a eso, ¿qué estaba pasando? Cambios donde la historia de las mujeres será
creadora y se verá afectada por esta propia situación. Es cierto que podríamos retrotraer
algunas cosas hacia atrás, pero ese no es el planteamiento. La primera vez que, de manera
seria, hay un ensayo de preguntas de investigación orientadas al saber cuál era el tipo de
actividad, qué participación política o qué aconteció con las mujeres en el pasado, estuvo
ligado fundamentalmente a lo conocido como primera ola del feminismo, es decir, las
primeras investigadoras. Estas estuvieron ligadas a los movimientos por el voto, por la
reivindicación política de la segunda mitad del XIX y el primer tercio del XX.
En este sentido, la historiografía feminista propiamente dicha nace en los años
1960-1970, pero hubo historias sobre mujeres, historiadoras, e incluso, obras que
consideramos predecesoras. Como consideraciones previas, reformulación de la
dominación, no toda historia de mujeres es historia de las mujeres, androcentrismo.
Hablamos ya casi siempre de académicas. Este periodo productivo se centra entre
1900-1948, porque algunas obras se publican después de la IIGM. Esta es una historia
por a ver, porque hasta ahora ha sido hecha sólo por anglos (Reino Unido y EEUU).
Genealogías sesgadas.
La historia de las mujeres, en gran medida, puede ser el paraguas a veces en el que
se reconoce todo tipo de historiadora, pero, en realidad, sólo habla de que a veces no se
comprende los mecanismos que construyen los procesos de desigualdad, fundamentados
en la diferencia sexual. Esas son las diferencias. Existen muchos feminismos, no hay
unidad monolítica de pensamiento en el movimiento.
Clío era la musa de la Historia.
Las predecesoras de las que hablaremos son miembros de universidades o escuelas
superiores, o están en ámbitos académicos, aunque no estén empleadas. Hay otro tipo de
autoras que a veces se incluye en esta historiografía, pero su inclusión causa discusión.
El periodo más productivo de estas autoras es la primera mitad del XX, aunque alguna
obra pudo ser publicada tras la IIGM. Esta es una tarea por hacer, el construir la historia
de la historiografía feminista. Sobre todo, en el mundo anglo, encontramos el sesgo de
que sólo tienen referencias en sí mismos (hablamos de los anglos). Toda esa
historiografía, aunque ahora esté cambiando, desconoce gran parte de lo que se hace. Por
un lado, lo que no esté escrito en inglés. En segundo lugar, las instituciones se centran en
las academias de EEUU, británica y francesa, aunque la última en menor medida.
Feministas fabianas. London School of Economics. Eileen Power escribió
Mujeres medievales un libro muy pequeño que lleva reeditándose numerosas décadas.
Hablamos de un grupo de mujeres inglesas que han ido a la universidad (vista como un
espacio elitista). La mayoría de las autoras de las que hablaremos estuvieron muy
vinculadas al movimiento feminista del periodo. Son más de orientación socialista, con
matices en todo. Hay que tener en cuenta que gran parte de ellas desarrolló su actividad
en el London School of Economics. Este centro, que hoy día es el referente del
conservadurismo económico, era un centro recién creado, muy dinámico e innovador, es
decir, la vanguardia. Permitió mucha innovación académica e investigativa, acogiendo en
doctorados a algunas de estas mujeres. Eileen Power acabó siendo profesora.
Entre las autoras, sólo recordaremos a algunas. Alice Clark e Ivy Pinchbeck. Alice
Clark nos habla del trabajo de las mujeres en Working life of women in the seventeenth
century, 1919. Tal y como se planteaba era como si la participación femenina en la
producción económica hubiera sido algo del momento y que siempre había sido
secundario. Ambas abordan el trabajo de las mujeres. Ivy Pinchbeck escribe Women
Workers and the Industrial Revolution, 1750-1850, de 1930. Estas mujeres no
consiguieron llegar a ser profesoras, y gran parte de su trabajo quedó prácticamente
desconocido hasta que, en los años 1970, precisamente desde los centros de estudios de
las mujeres, recuperan los trabajos y reeditan los libros.
Eileen Power tuvo un caso muy diferente. Llegó a ser catedrática y tuvo un
rpedicamiento a nivel mundial. Además, fue una mujer cuyo trabajo de difusión fue
fundamental, tanto de la historia como de la smuejres en la historia. Ocn su hermana,
tenía un programa de difusión histórica en la BBC, pero se procuraba que el protagonismo
entre mujeres y varones estuviera equilibrado. Esta mujer tuvo mucha influencia en la
sociedad británica y aun hoy sigue siendo una autoridad académica.
Otra de estas mujeres es Mary Ritter Beard, que escribió Woman as Force in
History: A Study of Traditions and Realties, 1948. Señala claramente el androcentrismo
historiográfico. Es una historiadora inmersa en la academia, puesto que su esposo era un
catedrático muy conocido. Sin embargo, ella nunca estuvo contratada. Han tardado
muchos años en reconocer su coautoría en algunas obras. El interés queda en que, a parte
de sus obras de historia más generales, planteó una reflexión historiográfica importante.
En el caso de Francia, desde el cambio del XIX al XX una tradición incursada
desde el movimiento socialista de historiadores de movimientos obreros y socialismo.
Muy pronto hubo ya obras que se consideran hoy parte predecesora de la historia de las
mujeres. Curiosamente sí que hay esta dimensión política, con mucha investigación sobre
las concepciones sobre el movimiento feminista.
- León Abensour tiene su obra Histoire Générale du feminisme des origins à
nos jours, 1921. Historiador general socialista.
- Jules & Marie Louise Puech escribe Biografía de Flora Tristán, 1925.
- Marguerite Thibert con Le féminisme dans le socialismo français de 1830 à
1850, 1926.
- Edith Thomas con Les femmes aux XIXeme siècle, 1956.
Esto es, entre otras cosas, para ir reivindicando una historia que se conoce
relativamente poco.
En Holanda hay toda una serie de autoras del siglo XIX que son reivindicadas por
la hsitoriografía holandesa feminista de finales del XX, y que, sin embargo, en realidad
algunas de estas obras no son obras de historia propiamente dicha. Esto plantó bastantes
problemas y fuertes debates, porque son obras de novela histórica, aunque muy bien
documentadas. El relato que hace Grever
- María Grever y sus retratos de Anna Louisa Geertruida Bosboom-Toussaint
(1812-1886), Johanna Naber (1859-1941) y Sini Greup-Roldanus (1893-
1984).
- Johanna Naber: Biografías.
o Kracht in Swalkheid… Angelique Arnaul,. Abdis van Port Royal
(1890).
En Japón hay también una corriente de elaboración de obras históricas de las
mujeres. Responde a, por un lado, las influencias llegadas a Japón desde el socialismo y
la obra de Engels, que llevará a intentar encontrar explicaciones históricas para lo que son
las relaciones hombre-mujer. Son discursos muy nacionalistas de Japón.
- Sakai Toshihiki: Danjo Kankei no shinka [La evolución de las relaciones
hombre-mujer], 1908. Reelaborado en 1920. Influencia de Engels. Primera
obra.
- Takamure Itsue’s, estudios matrilinealidad, nacionalismo nipón.
- Inoue Kiyoshi: Nihon joseishi [Historia de las mujeres de Japón], 1948. Best
seller.
Clío reivindicada. El feminismo en la academia, 1960-1990.
La razón de no haber hablado de españolas es que, hasta el presente no contamos
con una historiadora entre las poquísimas que hubo en los años 1930 y posteriores que
podamos decir que realmente hace historia de las mujeres. No sabemos si es por
desconocimiento por falta de investigación o que sencillamente no había, otra realidad
posible.
Damos un gran salto en el tiempo a los años 1960-1990.
Una precisión cronológica. Punto de partida del feminismo en los 1960, pero
publicaciones no aparecen hasta finales de los 1970. La final de esta fase coincide con
finales de los 1980 y algunas publicaciones que son el cierre del periodo como la obra de
Scott (1986), la de Davidoff & Hall (1987), Mohanty (1988).
El año 1990 tiene lugar en Madrid el Congreso Nacional de Historia. Ese año es
la primera vez que el Congreso Internacional de Historia tiene una sección de historia de
las mujeres, creada en el seno de la Organización Internacional desde ese año una rama
específica, con una cierta autonomía durante unos años, aunque en la actualidad no sea
así.
En los años 1960 se d aun cuestionamiento de la modernidad, las crisis
disciplinarias y el post-estructuralismo. La presencia masiva de las mujeres en el mercado
de trabajo y la universidad. Movimiento feminista poderosísimo.
La línea conductora. Carol Smith-Rosenberg en un texto de 1983 llamado The
Feminist Reconstruction of History. En él dice que “sin duda alguna nuestra primera
inspiración fue política”. Los comienzos del arranque del estudio de las mujeres tuvieron
una dimensión política indudable.
Una idea central… y su consecuencia. La aportación más revolucionaria fue el
rachazo de que los roles sexuales fueran naturales. Por el contrario, se insistió en que eran
construidos, históricos, cambiables. El androcentrismo científico. Rossana Rossanda, una
feminista y comunista italiana, decía que lo mismo que el materialismo histórico habla de
una historia marcada por la clase, también lo está por el género.
La historia, de lo que venimos hablando estos días, debe contribuir a explicar el
mundo y ayudar a la gente a navegar por el mundo. Lógicamente explica el mundo, cómo
funciona y cuáles son sus mecanismos, además de las posibilidades del propio Universo.
La historia confirma un orden en que unos mandan y otros no, y que plantea que la
diferencia sexual te coloca en un lugar u otro, o que tu actividad no es importante. Ese
planteamiento lo hacen otros autores también en esa época, incluso desde otras corrientes
historiográficas. El materialismo histórico ha planteado siempre una crítica al poder.
Women’s studies. Estrategia institucional. Democracia institucional. Debate de la
institucionalización hasta hoy, Italia y la no institucionalización. El primer Programa de
Estudios de las Mujeres fue creado en 1973 en San José State University. Tras esta fecha,
pasa a Reino Unido y Japón. En España el proceso comienza en los 1980, pero ya algunas
tesis se hacen en los 1970. Doctorado en 1991 en la UGR.
Prácticamente en todos los centros académicos actuales hay estudios sobre las
mujeres. Esto nace como una estrategia en el seno de las instituciones académicas
principalmente. Muchas de las autoras que hacen una crítica al androcentrismo científico,
y que coinciden políticamente muchas veces en reuniones, hablan de la formación de un
grupo que pueda tener un poder en la institución. Esa es una decisión para poder adquirir
más poder a partir de esas reuniones. Tiene otra dimensión, la de reunir para hablar y
compartir las dudas, los problemas y los ensayos, siendo esto reflexionado en comunidad.
EEUU tiene un sistema universitario muy flexible.
Otro de los rasgos que tuvo en sus inicios es que estos grupos de estudios de las
mujeres eran muy democráticos en su funcionamiento. El proceso de institucionalización
ha mermado la dinámica democrática. Es esto uno de los problemas habidos en el
movimiento feminista.
En el año 1984 los centros habidos en España eran Madrid, Barcelona y el País
Vasco. Los dos últimos fracasaron. El de Málaga tuvo sus más y sus menos. En Granada
se hizo en el 1986 la primera intentona. Las primeras tesis de estudio de las mujeres son
del año 1973-1974, y el primer doctorado específicamente de estudios de las mujeres es
del 1991 de la Universidad de Granada.
Primera tarea: denunciar los silencios. Visibilizar.
Hay una crítica al androcentrismo académico. Los primeros trabajos tienen un
objetivo fundamental: visibilizar a las mujeres en la historia.
- Sheila Rowbotham, La mujer ignorada por la historia.
- Renate Bridenthal and Claudia Koonz (eds.): Becoming Visible: Women in
European History. Boston: Houghton Mifflin, 1977. Este manual nunca se ha
traducido al español.
En los años 1970 no hay conocimiento. Todavía hoy hay mucha información no
disponible porque nadie las propaga. Estos primeros trabajos lo único que hacen es incluir
a las mujeres.
En Italia encontramos un fuerte movimiento feminista. Historia de gran prestigio
social.
- Serena Castaldi, Liliana Caruso: L’altra faccia della storia (quella
femminile”, Messina, 1975.
- Ginevra Conti Odorisio, Donna e societá nel seicento: Lucrezia Marinelli e
Arcangela Tarabotti. Roma, 1979.
En Francia, también un fuerte movimiento feminista. Un referente de la filosofía
y la historia en el mundo.
- Michelle Perrot (ed.): Une histoire des femmes est-elle posible? [1982], 1984.
Reflexiona sobre lo que, por un lado, es una demanda social política y, por
otro, qué camino tomar para ello.
“Añadir mujeres a la mezcla”, que es como lo expresan con ironía algunas
historiadoras estadounidenses al referirse a este periodo, era un enfoque incómodo y
frustrante. Y lo era tanto porque esta práctica no daba respuesta a los anhelos del
movimiento feminista de encontrar una explicación de la opresión de las mujeres a lo
largo de la historia, cuanto porque el simple hecho de incluir a las mujeres en la
investigación histórica dislocaba el marco teórico y metodológico en que nos movíamos
forzándonos a repensar la manera en que se habían organizado y estructurado los
paradigmas historiográficos. Éste es el momento en que empieza a construirse la historia
de las mujeres.
Introducir nuevas líneas de investigación y redefinir qué es pertinente investigar;
al plantear nuevas preguntas y problemáticas sobre las que trabajar; y al elaborar nuevas
reglas interpretativas para dar respuesta a las preguntas formuladas. Paola Di Cori.
Historia feminista, historia en construcción. Di Cori plantea que es una historia en
construcción y nunca dejará de estarlo. Sobre todo, nos recordaba que el proceso era largo
y duro. La historia de las mujeres no había nacido hecha, sino que debe construirse.
Primeros resultados. Datos, algunos sorprendentes, que cuestionaban tópicos
reiterados. Cronologías; Joan Kelly: Did women have a Renaissance? La naturaleza del
poder. Incluso la categoría de clase adquiere una dinámica y configuración diferente
cuando las actividades femeninas y la posición de clase de las mujeres se trae a colación.
Reescribir la historia de la producción misma.
Problemas de investigación.
Hay cuatro problemáticas imperantes:
- Trabajo: acceso a los recursos. Es problemática porque una parte importante
de estas historiadoras que empiezan a criticar el androcentrismo científico
vienen de la historia social, reconocidas en el materialismo histórico.
- Familia: recursos, autoridad, afectos, público vs. privado. Es problemática por
la imperante relación de las mujeres con el núcleo familiar. Esto debe verse
desde diversas perspectivas. Si lo doméstico y la familia son el ámbito de las
mujeres, debemos entender cómo operan esas instituciones. Se impulsan
estudios sobre la familia que a veces discutirán y a veces estarán de acorde
con la historia de las mujeres. Cómo se regulan las herencias, cómo funciona
el matrimonio, si ambos sexos van como iguales al matrimonio, etc. Algunas
de las ideas que han perdurado mucho tiempo como la de Lawrence Stone
sobre la familia inglesa fue muy pronto criticada por las historiadoras
feministas.
- Ciudadanía: poder, agencia, Estado del Bienestar, leyes. Plantea qué es
ciudadanía. La crítica desde la revolución es que las mujeres nunca han sido
ciudadanas de pleno derecho. Se estudia cómo el feminismo ha planteado la
lucha por la ciudadanía, o bien estudiar cómo se organizan las leyes y el poder
en ese sentido.
- Cuerpos: sexualidad. Desde los 1980. No sólo están las feministas, sino que
también entran otros grupos. Foucault aparece siempre en las investigaciones
feministas.
Algunos logros teóricos: patriarcado y género.
Ya en esta fecha la historiografía feminista hace aportaciones fundamentales a la
historia, la sociología, el pensamiento político, etc. Dos de esas categorías importantes
son las de patriarcado y género.
MUJER/MUJERES. Carga ideológica. Singular femenino presupone que la
existencia de una posición simbólica común, mujer, hace idénticas entre sí a las mujeres
de una determinada sociedad, y que esas mujeres la viven/experimentan de las mismas
maneras, indiferente su posición en las estructuras de poder. El uso del singular coloca a
todas las mujeres en el mismo lugar. Esto, históricamente, es muy importante, porque
debemos saber distinguir entre los discursos que plantean unos determinados modelos
sociales, y por tanto hay un ideal social, la mujer, aunque se oculta a veces. Sin embargo,
las mujeres concretas de una determinada sociedad, porque, además, si no lo hacemos así,
colocaremos en el mismo lugar a la duquesa de Alba del siglo XVIII con la lavandera de
Madrid. La distancia social entre una y otra es enorme. La esclava negra y la mujer dueña
de los esclavos tampoco son iguales. En toda sociedad hay ideales sociales, unos discursos
que definen, a veces, la mentalidad hegemónica, imperante o generalizada.
Tema 4. De postcolonial a decolonial.
Crítica postcolonial y estudios subalternos.
La centralidad de los estudios culturales.
Laura Lee Dawns y la crítica a la amnesia culturalista. Ella quiere recordar las
profundas raíces de los estudios coloniales y postcoloniales tienen en las historias
sociales/marxistas tan importantes en India (mejor Asia), África y, ella se olvida, América
Latina (controvertido).
Historia social y económica.
Abordaron problemáticas clásicas sobre la migración de producción agrarios o
formas de protestas campesinas. Una historia que ya desde los 1950 (en los contextos
descolonizadores) critica las relaciones imperiales, e incluso, podemos decir que las voces
de los “otros” no estaban ausentes al aspirarse a una historia desde abajo.
El problema de si el campesinado puede ser o no sujeto revolucionario fue una de
las cuestiones que atravesaron muchas de las preguntas políticas e historiográficas. Por
tanto, estos son los estudios sobre los imperios que, en los años 1950-1960 estaba muy
presente. otro aspecto abordado por los estudios es el cómo podemos hacer una historia
que no sólo tenga en cuenta las voces del colonizador. Quizá este aspecto no fue el más
exitoso, pero la pregunta estaba en las investigaciones.
Más aún un interés mayor en el refinamiento de los instrumentos de análisis:
pensemos en Samir Amin (con su desarrollo desigual de las formaciones sociales), la
reivindicación de Gramsci, la economía mundo de Wallerstein, las teorías de la
dependencia (Ándre Gunder Frank) (1960-1970>). Una genealogía revindicada por uno
de los autores de los estudios subalternos. Saurabh Dube (Sujetos subalternos) con la
crítica de los límites de la historia social, dice que los estudios subalternos son la historia
desde abajo “genuina”, la “genuina historia desde abajo”, formulación que aparece desde
E. P. Thompson buscando caminos nuevos en un mundo cambiante ya.
¿Qué elementos hay nuevos? La irrupción del giro cultural y lingüístico y la
consecuente inclusión de algunos autores, que no habían estado antes en un marco teórico
desde el que se trabaja. Muy importante es la influencia de Foucault y Derrida.
La narrativa de la ruptura.
- Los límites de la historia.
- El postestructuralismo: Foucault y Derrida.
- El grupo Indio de Estudios Subalternos: Guha y Chakrabarty.
- Estudios Postcoloniales: Edward Said, Homi Bubba y Chakraborty Spivak.
- Es anglo, pero anglo matizado. Los olvidos del resto de Asia, África y
LATAM y por su puesto Oceanía, excepto Australia, más relacionado con los
británicos. Y si me apuráis lo excéntrico de Europa.
Existen otros problemas objetivos como el control de las políticas nacionales
sobre la cultura.
África: represión, pobreza y desconocimiento.
El exterminio de la historia. Ajustes del FMI que eliminan cualquier inversión. La
sistemática represión de Mobutu en Zaire. Escuelas historiográficas: Ibadán (Nigeria) o
Dar el Salaam (Tanzania) destruidas por los conflictos. OYERANMI, Olusoyi Samuel.
África ha tenido el problema de que el conocimiento circula a través de dos
circuitos distintos: el área francófona y el área anglófona. Eso ha supuesto muchas veces
los no intercambios, aunque es uno de los grandes esfuerzos que actualmente lleva a cabo
la academia africana. Hace ya 10 años que vemos procesos de cambios, con algunas
universidades que empiezan a ser potentes a través de muchos problemas. Mucho de lo
que nos llega de África nos llega desde la academia estadounidense.
Las especificidades del Mediterráneo: el islam.
El Norte de África es más o menos conocido, pero también a veces no nos llegan
algunas producciones. En Granada tenemos una larga y fructífera escuela de estudios
semíticos, con una rama de estudios árabes e islámicos potente que nos trae mucha
información. Hay núcleos muy buenos como la Universidad de El Cairo. Hay
intelectuales en Marruecos, Argelia, Túnez y Egipto.
El grupo indio de estudios subalternos.
India 1947-1990: ¿Una historia nacional? ¿Una historia de los pobres? este grupo
empieza a tener un impulso en los años 1970, pero las preguntas planteadas se producen
en la propia India como resultado de la independencia.
¿Qué es la nación india? La historia, desde la perspectiva de la disciplina moderna
tiene que ver con la creación de los Estados-nación. La gran tarea que el país debe
enfrentar es la gran diversidad cultural existente dentro de la misma nación.
En los años 1970-1980 en la India hay una fuerte represión de los intelectuales
disidentes, sobre todo los marxistas. Es una fuerte represión de todo lo que sonaba a
marxismo.
Ranajit Guha. Las discusiones de Sussex: marxismo contracultura, maoísmo
Naxalbari, el contexto represivo de la India. Una nueva agenda historiográfica: que
reconociera la centralidad de los grupos subordinados en la hechura del pasado, y corregir
el equilibrio elitista. Ranajit Guha es un represaliado historiador que se encuentra
perteneciente a toda esta corriente maoísta del grupo Naxalbari de la India. Debe huir por
la represión y termina enseñando en la Universidad de Sussex en Inglaterra. ¿Qué
plantean estos grupos? Contracultura, una visión del papel revolucionario del
campesinado.
Ranajit, con otros, se reúne en las discusiones de Sussex con otros intelectuales
para discutir sobre Asia, sobre la India y, sobre todo, saldrá una nueva agenda
historiográfica. Como elemento fundamental esta nueva agenda reconoce la centralidad
de los grupos subordinados en la hechura del pasado, corrigiendo así el desequilibrio
elitista que suele tener la historia de la India. Estamos hablando de una sociedad donde el
campesinado es una población inmensa. Por tanto, se debe pensar en su papel en la
historia.
Otro de los elementos planteados es que no basta sólo con la categoría clase,
aunque no se deba perder de vista. Prefieren la utilización de la categoría “subalterno”.
Aunque habla de aquellos que están por debajo, desborda la categoría clase. Toma esta
idea d ellos escritos de Gramsci, como una metáfora para los atributos generales de la
subordinación en la sociedad del Sur de Asia. ¿Problemático?
Los bloques no son unitarios. No se habla del subalterno, sino de los subalternos,
en plural, distribuidos de manera horizontal y vertical. Por ejemplo, la mujer sería
subalterna a priori, pero también lo serian las castas malditas, los más bajos, los obreros
y campesinos. No se habla sólo de la clase horizontal, sino también de aquellos que
pueden ser subalternos atravesando clases y aquellos que no pueden ser definidos
concretamente. Se puede ser subalterno por muchas razones. La diferencia entre oprimido
y subalterno es que el primero consta de una dimensión económica, mientras que el
segundo consta de una dimensión política. Debemos agradecerles que nos abran estas vías
de investigación iniciadas por Gramsci.
¿A qué se enfrentan estos intelectuales, historiadores, sociólogos y antropólogos
al pensar en la India? Por un lado, la imposibilidad de la nación. La India ha sido una
sociedad eminentemente campesina donde ha habido procesos revolucionarios, o
rebeliones profundas, fundamentales en la producción, pero que no aparecen ni para los
marxistas como sujetos revolucionarios y constructores del futuro, ni para las élites indias,
cuyo interés de construir la nación está relacionado con no perder su poder. La India ha
construido un grupo hegemónico, una dimensión política de cómo se entiende el futuro
de la India y, lo que se encuentra, es el término subalterno, el de “debajo de”, el que en el
ámbito y la arena política no tiene voz ni posibilidades de intervenir en ningún aspecto de
la transformación social. Lo que está claro es que los subalternos carecen de poder, por
lo que desbordan la categoría clase.
Los subalternos pueden tener agencia, lo que será la otra parte del debate que
seguirá a este. Tienen capacidad de respuesta o negociación de sus propias realidades.
¿Dónde el género? Una Historia de las Mujeres. KumKum SANGARI y Sudeh
VAID: Recasting Indian Women (Nueva Delhi, 1989). Gayatri Spivak, Deconstructing
Colonial History (1985).
Algunas sociólogas e historiadoras que estaban trabajando ya que se unen al grupo
van a plantear algunas críticas no sólo a lo que era la historia tradicional, sino para definir
el papel que el género tiene en la construcción de la subalternidad. Gayatri Spivak
planteaba ya en el año 1985 no sólo lo que aportaban los estudios subalternos, sino la
importancia de tener en cuenta el género también.
Edward Said: Orientalismo (1978; 1990 en español). Punto de partida de los
estudios postcoloniales en la crítica literaria. Colonización no sólo económica, sino
también cultural.
Edward Said era palestino y vivió el exilio de su pueblo. Acabó enseñando en
Estados Unidos, en las universidades de los centros potentes, que constantemente
absorben a gentes de otras partes. Es el punto de partida de lo llamado estudios
postcoloniales y en la crítica literaria ha tenido su primer camino de penetración general
en las universidades y las ciencias sociales. La cuestión fundamental que plantea es que
la colonización económica va acompañada siempre de una colonización cultural. Por
tanto, es fundamental conocer y comprender cuáles son esas políticas para poder estudiar
adecuadamente la acción de los imperios.
Esta colonialidad del poder, aunque Said no termina de definir esto, es más
compleja. Es un proceso a través de la ciencia y las disciplinas sociales y humanas de
definir el mundo y a aquellos sometidos a los imperios. Said, en Orientalismo, plantea
hablar de algo concreto, los estudios orientales.
Construcción del Otro como objeto de conocimiento. Relación genética entre el
nacimiento de las ciencias humanas y el nacimiento del colonialismo moderno. El vínculo
ineludible entre conocimiento y poder. Las críticas: la más importante, la crítica de la
colonialidad ha olvidado el colonialismo (Grüner). El orientalismo también plantea que
el colonialismo moderno ha tenido como instrumento fundamental para su acción estas
disciplinas académicas que colocan a ese Otro y al Uno en un lugar determinado del
Universo.
Plantea, lógicamente, como también hace Foucault, el nexo entre conocimiento y
poder. Esto también lo sabían los Austrias españoles y Maquiavelo: hay que conocer para
dominar.
Las críticas al orientalismo son bastante. Autores como Grüner plantean que el
énfasis que Said puso en los aspectos culturales había hecho a muchos olvidarse del
colonialismo en sí. Es la crítica más directa, a veces un poco fácil e irreal, puesto que Said
no dejó de hablar de colonialismo. Años después, de hecho, publica Cultura e imperio,
donde recoge lo sucedido en los 30 años que han pasado desde que escribió su obra.
América Latina.
Taxonomía de John Beverly (2001).
1) Los estudios sobre prácticas y políticas culturales: Néstor García Canclini y
otros.
2) La crítica cultural deconstructivista: Alberto Moreiras, Nelly Richard o
Beatriz Sarlo.
3) Los estudios subalternos: Beverly e Ileana Rodríguez. LatinAmerican
Subaltern Group. Ileana Rodríguez ha publicado mucho en los últimos años
en España.
4) Estudios postcoloniales (o modernidad colonialidad): Mignolo, Dussel,
Quijano, etc.
A veces no es fácil colocar a estos autores.
Destrucción del mito de la Modernidad.
Dussel: la destrucción del eurocentrismo, de la ontología que hizo posible la
conquista. 1999, el mito de la modernidad, la falacia desarrollista. La modernidad
construyó universos de desigualdad, explotación, etc. Propone que el paradigma
planetario modernidad es la cultura del centro del sistema mundo y surgió como resultado
de la administración de esa centralidad. Modernidad sobre materialidad del colonialismo.
Las dos modernidades.
Este es siempre un debate fuerte en LATAM, el camino para salir del
subdesarrollo y alcanzar la modernidad, el bienestar social. Las políticas económicas y
culturales han impuesto una dinámica muy concreta que no ha mejorado la situación de
las poblaciones. Estos grupos tienen relación con el grupo de la economía mundo de
Wallerstein.
También se debe hablar de lo que supusieron los imperios portugués y español
para conocer cómo se construye la colonialidad, a veces olvidando las independencias.
Hay algunos textos que critican fácilmente lo sucedido en el XVI, pero poco hablan sobre
el XIX cuando quieren explicar la realidad actual de LATAM.
Walter Mignolo. Historias locales/proyectos globales. Conquista de América
nueva economía mundo y también la formación del primer gran discurso moderno
(aunque no burgués). La limpieza de sangre. Una apropiación que hace occidental a
América. La colonialidad del poder. Provincializar Europa es que hagamos de Europa lo
que es: la península de Eurasia. Las historias locales (Europa) se convierten en proyectos
globales con esto.
¿Cómo estudian este aspecto? Leyendo de nuevo un aspecto contenido en los
discursos tanto de portugueses como de españoles, que es todo lo que tiene que ver con
la limpieza de sangre, el cómo se construye al otro. Por otra parte, eso ha contribuido tras
las independencias incluso a legitimar a través de la historia las desigualdades.
Colonialidad del poder.
1. Hace referencia a la estructura de control de la subjetividad.
2. Centralidad de la dimensión racial de la bio-política en América.
3. Proyección del conflicto a una dimensión epistémica. El dominio y su
reproducción pasa por la occidentalización del imaginario. Es decir, existencia
de una violencia epistémica, en tanto que el dominio pasa por la
occidentalización del imaginario de la totalidad de la población.
Colonialidad.
Quijano: los medios de dominio no son sólo coercitivos. Se trata de conseguir que
naturalizaran el imaginario cultural europeo. Se trata de la violencia epistémica. Mignolo
y Quijano: el imaginario de la blancura, el whiteness. En España el campo de trabajo ha
indagado el cómo se han construidos los discursos de lo blanco.
La segunda modernidad.
Adquiere sentido, porque no sólo excluye a América excepto EEUU-Canadá, sino
también a España-Portugal. La lengua como exclusión. La crítica a Imperio de Hardt y
Negri. La reorganización postmoderna de la colonialidad: la materialidad de la
producción de conocimientos y la diversidad. Es cierto que muchos pueblos originarios
han conservado sus lenguas, pero esas lenguas son excluidas. El problema de la lengua
no es una tontería. En España lo vivimos con el conflicto nacionalista catalán, pero esto
sí que es un conflicto, porque la lengua es una parte fundamental del existir.
El giro decolonial.
La especificidad americana o latinoamericana. Sería una crítica a la colonialidad
partiendo de Quijano:
“Uno de los elementos constitutivos y específicos del patrón mundial de poder
capitalista se funda en la imposición de una clasificación racial/étnica de la
población del mundo […] y opera en cada uno de los planos, ámbitos y
dimensiones, materiales y subjetivas, de la existencia cotidiana y a escala social.
Se origina y mundializa a partir de América” (Colonialidad del poder y
clasificación social, Journal of World Systems Research, I (2), 2000.
Se lee desde las primeras décadas del siglo XXI. Algunos problemas, ¿límites
teóricos? Epistemologías del sur es una reivindicación de quienes están en el Sur, en las
periferias del poder y de las academias, donde elaboran unas teorías alternativas que
llegan a muchos sitios. Castro Gómez y Grosfogre, El giro decolonial.
¿Mujeres, género y feminismo?
El impacto de la obra de Said, y del postestructuralismo en general, significó que
género se convirtiera en un eje fundamental de la investigación de la colonialidad. No era
sólo que las mujeres fueran importantísimas en la lucha, sino que precisamente se hizo
evidente que la relación …
Orientalismo ciego al género.
Billie Melman. Tanto el trabajo de Said, como la de otros críticos del orientalismo,
fueron también aportaciones …
¿Le importa el sexo/género al imperio? En la UAM hay un grupo de
investigadoras en el tema. Posiciones críticas al eurocentrismo (Mohanty).
Mrinali Sinha. Colonial Masculinity: The ‘manly Englishman’ and ‘affeminate
Bengali’ in the Late 19th Century (New Delhi, 1997).
Lora Wildenthal. Out of Africa: German Women and the Imperial Enterprise,
1884-1945 (Durham, NC, 2001).
Prevalencia ejemplo India y el colonialismo británico. Extensión a otros
colonialismos, pero aún mucho desde metrópolis. LATAM postcolonialidad mucho del
análisis textual: Rolena Adorno (Guaman Poma de Ayala), los estudios sobre la Malinche
y Sor Juana, el debate de la nación …
Resistencia lobby disciplinar. Hª de América: M. Ángeles Gálvez, Alejandra
Palafox, Grupo Barcelon, Grupo Salamanca, Margarita E. Rodríguez.
Minorías (judías, mudéjares, moriscas): Birriel Salcedo, Carmen Caballero,
Zaameño, Ana Echevarría.
Guinea: Medina Domenech.

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