Pirámide de Organización Del Aprendizaje de Williams y Shellemberger T1

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Diplomado en integración sensorial

Módulo 1. Fundamentos teóricos de la integración sensorial

Tarea 1.- Pirámide organizacional W&S

Alumna: Aìda Avila Martínez

24 de octubre de 2021.
Pirámide de Organización del Aprendizaje de Williams y Shellemberger.

Como resultado y efecto de la creciente influencia e invasión de las tecnologías de la comunicación


en general, pero específicamente en los infantes, estamos viviendo una crisis y déficit de
estimulación sensorial en periodos indispensables para la maduración cerebral. Centrare mi
análisis en niños menores de 6 años, primero porque son mi motivo de consulta con mayor
afluencia, dos por ser el periodo primordial e indispensable al hablar de estimulación temprana
(posnatal) y tres, por el momento histórico de pandemia que estamos viviendo y su innegable
efecto de privacidad de estímulos sensoriales en general.

El punto de partida básico al hablar de desarrollo infantil, es desde mi punto de vista, el deseo
consciente de los padres de querer criar y tener al bebe; esto da la pauta del tipo de apego y
disponibilidad que tendrán como cuidadores primarios para la identificación y comprensión de las
necesidades del bebe y por ende, el desarrollo y construcción del apego.

El bebe siente desde antes de nacer y esta estructurando su cableado neuronal acorde a los
estímulos externos. Al nacer busca de manera innata y por filogenética el olor materno, así como
el sonido de su voz, el ritmo de los latidos del corazón, su intensidad, sonido etc. Posteriormente
tiene acceso por fin, a la calidez del tacto de mamá, y comienzan sus conexiones
somatosensoriales que permitirán el inicio de la construcción de su comprensión corporal. El bebe
siente las caricias de mamá y al mismo tiempo reconoce y va asimilando su espacio corporal.
Progresivamente va adquiriendo tonicidad postural y motriz, lo que le permite moverse, auto
explorarse, conocer sus manos y pies por medio de la vista, del tacto, del gusto, del olfato etc. La
cantidad y calidad de estímulos y oportunidades que les brindemos en este primer nivel, influirá
de manera relevante en el desarrollo y adquisición del siguiente nivel.

Ubiquemos y contextualicemos la realidad de muchos niños durante el periodo pandémico;


partamos del supuesto positivo de que son bebes deseados y esperados, a los cuales se les brindo
todo lo abordado en el párrafo anterior, pero que por cuestiones ajenas a las decisiones de los
padres, no pueden tener acceso a un área natural, ni relacionarse con más niños, en un espacio
pequeño y solo conviviendo con adultos que tienen que trabajar al mismo tiempo de “estar en
casa”. El ambiente entonces se convierte en un espacio cerrado, sin iguales, privado de
estimulantes sensoriales y motrices, que tratan de ser suplidos con Tablet, tv, celular, juguetes
“didácticos-musicales” etc. El niño y niña en cuestión, no tiene la oportunidad de correr, de
practicar y calcular si su cuerpo (espacio corporal) cabe o no en ciertos espacios, no se puede subir
a columpios, ni resbaladillas, ni balancearse lo que le impide estimular su sistema vestibular. Sin
embargo, este panorama no tan positivo, puede cambiar de manera drástica con movimientos
simples. Primero, concientizar a los padres de la importancia de brindar oportunidades sensoriales
y ofertando ideas simples y practicas: columpios sensoriales, hamacas, jugar en familia a las
escondidas, caminar hacia atrás, experimentar y realizar diferentes tipos de masas táctiles,
incluyendo olores, aromas sabores etc; siendo creativos y armar tapetes sensoriales caseros,
adaptando una caja de cartón grande como resbaladilla en las escaleras, en fin.

Sin embargo, esto que suena “obvio y fácil” no lo es para un grosor de adultos, y consideran que la
Tablet y la tele le están dando ese estimulo y acompañamiento a los niños. Comienzan a
preocuparse cuando a los tres años o a veces un poco antes, identifican que el niño o la niña “no
produce lenguaje hablado”, “no han surgido las primeras palabras”, en general, “no sabe jugar con
sus juguetes”, “ es torpe en sus movimientos , por ejemplo al correr” etc. No es difícil comprender
desde este panorama, que la edad escolar estaremos vivenciando un alto porcentaje de
“disgrafias, dislexias, y toda la serie de dis que podemos encontrar en la literatura clínica y
neurológica.

Tenemos que repensar la situación y visualizar desde ya, la intervención y estimulación de tareas y
habilidades motrices finas, de coordinación y flexibilidad cognitiva para la planificación y
ejecución de tareas motrices bi laterales, ejercicios visuales de rastreo tipo sacádico, juegos de
implicación y relación social que estimulen la comprensión de mi espacio corporal con la del otro y
el espacio físico; por ejemplo “stop”, actividades visuales de búsqueda y cancelación de figuras
iguales, etc. Es decir, planificar y estructurar de manera lúdica este déficit de estimulación y
desarrollo, que va a dejar la hambruna del nivel 2 “pandémico”.

Haciendo un poco de relación con la teoría de los 3 cerebros, tenemos que alimentar y estimular
los niveles básico de percepción de los sentidos lo mas que podamos, entre mas lo logremos
mayores conexiones y madurez cerebral se tendrán, para poder acceder ( de manera temprana o
no) a la cognición, a ese nivel de lenguaje que permita estructurar y desarrollar no solo lo que
quiero decir, si no lo que pienso, lo que analizo de eso que pienso o planeo.

Es muy interesante que se estén detectando casos de niños pequeños que están adquiriendo un
idioma que no es el materno y el “hablado en casa”, si no que hace referencia al idioma en el que
el niño “elige” sus videos, caricaturas etc, es decir, explica con “quienes” o más bien, con que
artefacto está teniendo mayor “interacción”, sin mencionar la gran desventaja en la que nos
estamos infiltrando con los procesos atencionales de nivel superior.

Para ir concluyendo este análisis inicial de la organización del aprendizaje, identifico la necesidad
indispensable de repensar y mirar desde otra perspectiva las necesidades sensoriales de nuestros
niños y adolescentes, hacer una pausa y acompañarlos en la concientización de esto, no solo a
ellos y a sus padres, sino y en especial, a los sistemas educativos, pues es ahí en donde
eventualmente, y en muchos casos ya, se evidenciaran estas deficiencias y necesidades. No
podemos exigir a estas generaciones acceder al aprendizaje académico, si hemos de manera
involuntaria, generado tantas carencias sensoriales. Somos seres vivos y sociales, que
necesitamos el contacto físico, visual, olfativo, gustativo, táctil, vestibular que sólo el medio
ambiente y la convivencia con los demás nos puede brindar. Es urgente y emergente visualizar y
dar atención y solución a realidad de nuestros niños y con mucha certeza también a adultos.

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