Untitled

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 239

ACEPTE MI PROPUESTA

¿Tan fácil es casarse?


Disfruten de nuestros locos y posesivos Salvatore.
Prologo

Una foto.
Un malentendido.
Una cláusula de un testamento.
Una empresa que iba a caer en manos equivocadas.
Muchas mentiras y un solo culpable del caos.
¿Qué sucedería si un día de la nada tu jefe te dice que debes seguir con todas
sus mentiras?
¿Aceptarías su loca propuesta?
Tenía una vida muy tranquila hasta que una foto y las infinidades de mentiras de
Nicholas Salvatore nos enredó en un caótico caos.
Nada volverá a ser igual.
CAPITULO 1

Un día como hoy, se cumplen cuatro años que estoy en esta magnífica ciudad,
Chicago conocida como la ciudad de los vientos es mi hogar desde que hui con
mi mejor amiga así impidiendo un asqueroso matrimonio arreglado al cual
querían condenar mi vida. No me arrepiento de mis decisiones y está fue una de
las mejores porque al fin soy libre de las ordenes de mi padre, acá empezamos
de nuevo, una carrera universitaria y un estable trabajo ayudaban a qué tuvieran
una vida tranquila lejos de mi agobiante familia.
En esta ciudad podía ser quién realmente quería ser.
Cómo todas mis mañanas ingresaba a Salvatore Construcciones, mi trabajo hace
exactamente tres años. Cuando entré a trabajar como secretaria, mi jefe en ese
momento era Alfonso Salvatore, un hombre simpático, noble, apasionado por su
trabajo que me trataba como si fuera su hija, pero lamentablemente decidió
retirarse para disfrutar más tiempo con su esposa dejando en su lugar al
mismísimo Nicholas Salvatore, su hijo. Todavía recuerdo ese día en que nos
presentaron una torpeza de mi parte me llevó a terminar entre sus brazos antes
de caer al suelo, sus ojos azules me cautivaron, pero toda esa magia se fue en el
preciso momento en que sus padres nos dejaron solos para empezar a trabajar
juntos. Lo que tiene de lindo lo tiene de Idiota, soberbio y egoísta, es totalmente
estresante trabajar con el señor freezer. Para mi mala suerte soportaba su
carácter porque necesitaba el trabajo.
Pobre de la mujer que aguante a este jodido hombre.
-Señorita Clayton, mi agenda - su mandona voz inunda la tranquilidad de mi
sector mientras lo veo pasar por delante de mí como el amo y supremo del
mundo.
¡Maldito Idiota!
Buscando la agenda dónde llevó todo lo relacionado a sus horarios, lo sigo hasta
su oficina mientras observo su espalda y me pierdo en su trasero enfundado en
ese carísimo pantalón azul que llevaba hacer que pierda un poco el juicio. Es
imposible negar la belleza de este hombre, pero con tan solo abrir la boca jode
todo por completo.
Definitivamente nadie es perfecto.
-Señor Salvatore, tenemos una reunión a las doce del mediodía con Jacob Park,
le dejaré los papeles del balance que pidió sobre el stock para el nuevo edificio
y tengo un mensaje del abogado de su abuelo, necesita hablar con urgencia con
usted - hablo profesionalmente.
- ¿El abogado de mi abuelo? - pregunto confundido.
-El señor César Vitalli abogado de Alonso Salvatore, solicitó que se comunique
con él - repito leyendo exactamente como me lo había dicho cuando tomé la
llamada.
- ¿Le dijo algo? - cuestiona con su ceño fruncido.
-Solo que se comunique con él - vuelvo a repetirlo al mirarlo.
Muerdo mi labio inferior mirando como esa camisa que llevaba dejaba a mi
vista un poco de su musculatura oculta siempre detrás de esas finísimas prendas.
Aclaro mi garganta tratando de dejar de imaginarlo desnudo y justo al levantar
mis ojos se encuentran con los suyos que me miran para luego gruñir.
- Retírese - ordena fríamente. Sin perder mi seguridad salgo de la cueva del
hombre hielo para poder resguardarme en la calidez detrás de mi escritorio.
Normalmente mis mañanas se basan en coordinar y responder a cada uno de sus
órdenes, al ser uno de los mejores arquitectos de la ciudad su demanda de
trabajo cada día era mayor. No sé puede ocultar que él es muy bueno en lo que
hace y siempre te quedas impresionada ante sus maravillosos trabajos.
Media hora antes de la reunión que tenía pactada lo estaba esperando lista para
irnos porque es costumbre acompañarlo para apuntalar todo lo que se habla.
Cómo era de esperar sale de su oficina sin decir absolutamente nada así que
suspirando lo sigo hasta su auto. Es una tortura compartir un vehículo con una
persona que no te habla y solo demuestra indiferencia.
-Apúrese, llegamos tarde - me regaña mientras le entrega la llave al chico del
aparcamiento.
-Idiota - mascullo cuando la puerta del restaurante se cierra en mi cara ¿Dónde
están sus modales?
Se que puedo abrir la puerta sola, pero un poco de caballerosidad no vendría
mal, soy una persona no un objeto.
Comiendo mis palabras llegó a la mesa donde ya se encuentra mi jefe
estrechando su mano con el idiota de Jacob Park que al verme sentí su mirada
cargada de lujuria recorriendo mi cuerpo y encima para mí mala suerte me
abraza generando un gran asco de mí misma, pensando internamente que
cuando llegue a casa tendré que desinfectarme con cloro.
-Tan bella como siempre, Izzy - me saluda volviendo a recorrer mi cuerpo con
su mirada.
-Señor Park, un placer verlo - miento acompañada de una sonrisa falsa.
-Deje de coquetear con mi secretaria y hablemos de lo que nos incumbe - soltó
mi jefe enojado.
En verdad no podía estar más agradecida a su intervención y sobre todo al
cuidarme de esa forma que lo hizo al sentarse entre el asqueroso Jacob Park y
yo. La reunión fue demasiada tensa, mi jefe no llegó a ningún acuerdo que lo
beneficie porque no le cerraba algunas cuestiones y terminó cualquier charla
con Park dejando en claro que no quería nada que lo involucrara a él. Para mi
suerte ya estábamos afuera esperando que nos traigan su auto cuando una
corriente de aire frio pasó haciendo que me auto abrace y maldiga internamente
por no haber traído mi abrigo, pero ver a mi jefe sacarse el suyo para colocarlo
sobre mis hombros provoca una gran sorpresa.
¿Esto es real?
-Tiene frio acota encogiendo sus hombros. No quiero que se enferme y me
quede sin secretaria - agrega mostrando su lado egoísta.
Cuando trajeron su auto nos subimos en sumo silencio, estaba cansada y quería
llegar a la comodidad de mi departamento para solo tirarme en el sillón a
descansar.
- ¿De dónde se conocen? - lo miro confundida. - ¿De dónde conoce a Jacob
Park? - pregunta.
-Es el novio de mi mejor amiga - contesto suspirando
-No me gustó para nada la forma en que la miró - comenta.
-Ese un idiota, no me cae bien y quiere que sea una de sus tantas amantes -
contesto chasqueando la lengua, con solo nombrarlo me da asco y no entiendo
como mi amiga está con alguien como él.
-Hijo de puta - lo escucho maldecir.
Después de una intensa semana laboral al fin era viernes y eso significaba que
luego me iría de fiesta con mis amigos para olvidar todo por unas simples horas.
Cuando ingresé a la constructora sentí la mirada de todos sobre mí, algunos
hablaban entre ellos y otros me dedicaban miradas re probativas. Juli digo al
acercarme a la recepción donde estaba mi amiga trabajando. - ¿Tengo algo en la
cara? - consulto confundida. -¿Izzy no viste los periódicos de hoy? - pregunta.
- No, ¿qué sucede? -inquiero frunciendo el ceño.
Mi amiga me acerca el periódico y quedó completamente helada abre ese
tremendo titular acompañado de esa maldita foto fuera de contexto.
- Nicholas Salvatore enamorado exclamo alterada. -murmuro en shock. - ¡Es
mentira! -
Debes hablar con él-me aconseja Juliana marcando que justo nuestro jefe
entraba muy concentrado con su teléfono ignorando los murmullos de su
alrededor. Espero que no me despida murmuro tomando el periódico para
interceptarlo en el ascensor. - Señor Salvatore-lo detengo ganando una mala
mirada de su parte.
- ¿Qué sucede? pregunta.
- ¿No vio los periódicos? -consulto al entregarle el maldito papel.
- ¡Mierda! -exclama cuando lee el titular-Ahora lo entiendo-agrega al mirarme a
los ojos - Hablemos arriba-me ordena mientras subimos al piso donde
trabajamos.
Como una tonta lo sigo hasta su oficina mientras él sigue leyendo las calumnias
de ese periódico de como tenemos una relación secreta hace más de dos años y
que nos amamos profundamente.
- ¿Qué haremos? -
-Deje que me ocupe de esto señorita Clayton, retírese de mi oficina -pide de
mala manera provocando que mi nivel de ansiedad crezca notablemente.
Tenía la sensación de que iba a despedirme.
Para una persona que no sabe manejar la ansiedad como es mi caso se me estaba
haciendo demasiado complicado concentrarme en el trabajo, estoy a nada de
desmayarme o de un ataque de pánico, sé que exagero en mis reacciones, pero
mi cuerpo es una montaña rusa de emociones en este momento.
-Venga conmigo, señorita Clayton-su voz me sobresalta. - ¿A dónde vamos? -
consulto tomando mis cosas.
-Sígame y no hable-ordena tecleando en su celular.
Siguiendo sus órdenes lo sigo, bajo mi cabeza mirando mis pies cuando salimos
por la recepción de la constructora, todos nos observan, pero no entendía como
los sacaríamos del error que entre nosotros no pasaba absolutamente nada solo
una relación laboral.
Mientas íbamos en su auto ninguno es capaz de decir algo, mi jefe está enojado
mientras que mi estado de nerviosismo reflejaba que estoy a nada de colapsar,
encima ver qué nos alejábamos de la ciudad no ayudaba mucho.
¿A caso me está secuestrando?
¿Dónde dominios estamos?
Sin decir absolutamente nada se detiene en los portones de una gran mansión
que se abrieron ante nosotros y el señor Salvatore se detuvo cerca de la entrada
principal de la casa.
- Sígame la corriente- dice nervioso.
- ¿Qué debo hacer? -consulto desconcertada.
Sígame la corriente y solo confirmé cada palabra que diga agrega bajando de su
auto.
Completamente confundida y con miles de preguntas bajo de su auto para
seguirlo mientras las grandes puertas se abren y un hombre mayor nos recibe
con una gran sonrisa.
-Bienvenido Nick- me mira. - Señorita. Sus padres están en el salón principal le
cuenta mientas nos va guiando por el interior de este majestuoso lugar.
-Gracias Peter -responde y no puedo evitar mirarlo anonadada porque era una de
las primeras veces que lo observaba siendo cortés con alguien.
Sin quitar mis ojos de su paso lo sigo incómoda hasta que nos debemos en un
gran salón donde hay una pareja riendo con mucha complicidad.
Mamá, papá capta su atención haciendo que dos pares de ojos que conocía hace
años me observen con una gran sonrisa. - Como pidieron, les presento a Isabel
Clayton, mi novia - declara muy seguro de sus palabras.
¿Su novia?
¿Qué demonios le sucedía a este hombre?
CAPITULO 2
Me sentía en una especie de trance espiritual, mi mirada estaba enfocada en los
rostros de los señores Salvatore que tenían una gran sonrisa por la absurda
mentira que su hijo está diciendo. Si esto es su manera de resolver los
problemas está absolutamente equivocado porque ahora me sentía más nerviosa
por esta situación.
¡Esperen un momento!
¿Dónde están las cámaras?
Empezaba a pensar que todo esto es una especie de broma porque no le
encuentro lógica a todo, parece irreal.
¿Su novia? ¿Sus padres?
¿Dónde demonios me estoy metiendo?
- Bienvenida a nuestra casa, Isabel - me saluda mi exjefe.
No, definitivamente esto no es una broma porque el sutil codazo que me acaba
de dar mi jefe hizo darme cuenta de que todo es absolutamente real.
-Hola -digo avergonzada.
- ¡Sabía que algo pasaría entre ustedes! -chilla su madre feliz.
Estoy a nada del colapso nervioso y todo por culpa de su maldito hijo.
-Mamá-sisea mi jefe
-Desde el primer momento en que los vi juntos tuve la esperanza que esto se
haga realidad, mírense — nos dice, él me mira a mí y yo a él. - son tan para
cual. ¡Mis nietos serán preciosos! -agrega eufórica.
-Tranquila cariño-interviene su esposo divertido.
-Estás superando los límites, mamá -acota su hijo mirándola mal.
-No me mires de esa forma Nicholas, sigo muy enojada porque tengo que
enterarme de su relación por un periódico-acota indignada.
-Nos estás incomodando, sobre todo a Isabel-habla y lo miro extrañada, ya que
es la primera vez que me llamaba por mi nombre.
- ¿Te estoy incomodando? -me consulta la señora Giulia apenada.
- ¡No! -afirmo mintiendo. - Eh... estoy un poco sorprendida, Nicholas nunca
dijo que vendríamos a visitarlos contesto.
Estaba entrando a esta gran mentira y todo para salvar a mi jefe que en verdad
no valía la pena ayudarlo, pero acá estoy jodida y debía actuar lo mejor posible.
- ¿Por qué no le dijiste, hijo? - quiere saber su padre.
-Está mujer es difícil de sacarla de la oficina - pasa su mano apoyándola en mi
cintura. - si le decía la verdad no iba a querer venir, es muy tímida mi chica -
agrega dejando un beso en mi mejilla que nos hace pensar a ambos.
Sus padres se miran con complicidad y nos hace señas para que tomemos
asiento en los cómodos sillones frente suyo, generando más incomodidad entre
nosotros y mucho más cuando mi jefe apoya su mano en mi rodilla provocando
una gran descarga de electricidad que nos obliga nuevamente a los ojos.
¿Por qué estamos haciendo esto?
- ¿Hacen cuánto salen? - nos pregunta su madre directa.
-Casi un año - responde él
¿Casi un año? ¿A caso este hombre se escucha lo que dice?
- ¡Juro que te mato! - exclama Giulia mirando mal a su hijo.
-Giulia - la detiene su esposo. - Cada pareja tiene sus tiempos - comenta de
forma comprensiva.
- Si esa foto no salía a la luz, estoy segura de que no iba a ser capaz de
contarnos que salían - declara molesta.
-Es mi intimidad, mis decisiones - afirma mi jefe.
-Te mereces un buen golpe - asegura ella provocando que suelte una risa
divertida y sus ojos me observen intrigantes. - ¿Cuéntame algo de ti, Izzy? -
pide.
- ¿Algo de mí? - murmuro nerviosa.
-Si Izzy, hace dos años nos sabemos nada de ti- comenta Alfonso. - ¿Sigues
estudiando abogacía? - me pregunta tratando de distender el momento.
-Si, señor Salvatore muerdo mi labio inferior. - En algunas semanas si todo sale
bien termino mi carrera - les cuento entusiasmada.
-Te felicito, serás una gran abogada - sentencia con seguridad. -— Más te vale
que nos avises que con Giulia queremos estar presentes en tu graduación-
comenta sonriendo.
- ¡Si claro, iremos! -afirma su esposa.
- Le diré a Nicholas que les avise, será un gran placer tenerlos conmigo ese día-
digo sonriendo.
-Le diré a Fran que organice una fiesta-sugiere su mamá.
-Detente mamá-la frena mi jefe tenso.
- Te callas — contraataca Giulia. — haremos una fiesta y podremos conocer a
tus padres -propone.
Un nudo se forma en mi garganta ante esas palabras, la relación que tengo con
mis progenitores es nula, más después de huir como lo hice. Ellos no tienen idea
de donde estoy y eso es lo que más me aliviaba, no los quiero cerca.
-No tengo una buena relación con mis padres - reconozco impidiendo que se
hagan ilusiones con algo que nunca sucedería.
La cara de la señora Salvatore cambia de expresión, se sentía culpable y no
dudo en levantarse para llegar a dónde estaba sentada para sus brazos me
estrecharon con fuerza.
-Nosotros somos tu familia de ahora en adelante - sentencia haciendo que me
sienta más culpable por estar mintiendo.
-Ya debemos irnos interviene su hijo. Tenemos una reunión -se excusa
mirándome para que lo siga.
-La reunión - afirmo.
Nos despedimos de sus padres con la promesa de volver lo antes posible para
una gran cena familiar así conocía a toda la familia Salvatore.
Siguiendo los pasos de mi jefe subirlos a su auto y ambos suspiramos cuando
salimos de la gran casa.
- ¿No dirás nada? -lo encaro ofendida.
- ¿Tendría que hacerlo? -contesta arrogante.
-Me trae a la casa de sus padres, dice que soy su novia hace casi un año ¿Y
usted cree que no merezco una explicación? -digo llena de sarcasmo.
Lo veo apretar fuerte el volante de su auto y gruñe molesto. — Como se - habrá
dado cuenta mis padres vieron la nota al periódico-suspira. — mi madre no dejó
que los saques del malentendido y no tuvo otra opción que arrastrarla conmigo-
culmina bufando.
Este hombre no entendí la dimensión de los problemas que se nos avecina.
-Su madre no merece que le hagamos esto -
-Lo sé-vuelve a suspirar. -Solo será unas semanas más, luego diré que
terminamos-asegura. La verdad no me sorprendía su respuesta si él es un frío
calculador sin sentimientos.
_Cómo usted diga. - mascullo cabreada. -La próxima podría preguntar-
- ¿Por qué lo haría? ¿Tiene novio? - consulta dándome una mirada que no sé
qué expresaba.
-No me gusta mezclar mi vida personal con el trabajo y lo de hoy superó los
límites - es imposible ocultar mi descontento ante esta situación.
- ¿Esto es por su novio?
- No tengo novio, señor Salvatore. No me gusta para nada mentir y mucho
menos a sus padres que en verdad les tengo mucho aprecio declaro molesta.
Estoy a nada de matarlo.
-Ellos la aprecian señorita Clayton- reconoce. -Es nuestro pequeño secreto,
nadie sabrá que estamos mintiendo-afirma confiado.
-No quiero que está farsa dure mucho tiempo-
-Soy uno de los mayores interesados a qué todo esto termine lo más rápido
posible asegura mientras mira su reloj. - su horario laboral - terminó permítame
llevarla a su casa- agrega siendo supuestamente servicial.
Aunque me negaba lamentablemente tuve que darle mi dirección de mi casa,
mientras él conducía en un absoluto silencio reviso mi celular viendo los
mensajes de Juli y Jack confirmando nuestra salida, definitivamente necesito
una gran borrachera para superar este día.
-Cuide lo que hace y dónde está. Desde hoy es mi novia ante todo el mundo-
sentencia cuando aparcamos en la acera de mi departamento.
- ¿Perdón? - ese maldito comentario estuvo de más.
-Digo que se comporte, evite ser el centro de atención y sobre todo involucrarse
con otros hombres. No quiero ser titular mañana - dice con firmeza
-No quiero que hieran su gran ego-acoto con ironía.
-No quiero que hablen mal de usted- gruñe. - Salga de mi auto -me ordena.
-Gracias-digo sarcástica.
-Ahora es mi novia, no lo olvide-repite arrancando su auto dejándome
desconcertada en el medio de la calle.
Siento que estoy metida en un problema por culpa de una mentira innecesaria y
ahora debía cuidar cada uno de mis movimientos para no dañar el ego del gran
arquitecto de Chicago.
¡Maldito Idiota, infeliz!
¡Te odio Nicholas Salvatore!
CAPÍTULO 3
Nicholas
Una maldita foto me metió en un gran problema con mi madre, no dejó que le
expliqué absolutamente nada y ahora estaba metido en demasiadas mentiras que
incluía a mi secretaria en todo esto. Ella no estaba contenta fingiendo ser mi
novia, soy el hombre que toda mujer desea no sé porque no le gusto, es una
afortunada y no se da cuenta, pero volviendo al gran caos que hay en mi vida no
tenía idea de cómo salir de todo sin que mi mamá me odié en el intento.
¿Cómo saldría de este problema?
Para una persona que tiene toda controlado esto que se estaba saliendo de mis
manos me estaba volviendo loco.
-Nicholas Salvatore enamorado- escucho la voz de mi hermana mientras entra a
mi departamento con una jodida llave que ella sola se mandó hacer.
-Cierra la boca -gruño.
-Ni el amor lo vuelve más educado-dice Julián, mi mejor amigo.
Maldigo estos momentos donde invaden mi espacio personal.
- ¿Cómo es eso que estás enamorado, hermanito? -inquiere Francesca al
sentarse a mi lado con una sonrisa divertida.
-No te importa- contesto molesto.
- ¡Oh, mierda! - exclama mi mejor amigo. - Ella es tu sexy secretaria - agrega
anonadado mientas ve la foto que estaba en el periódico.
-No le digas sexy - digo cabreado. Juro que si volvía a escuchar algo así de su
boca le rompería la cara.
-Celos, interesante-acota Fran enarcando una de sus cejas.
- ¡Váyanse de mi departamento! -grito furioso.
- Me voy porque debo seguir organizando el aniversario de nuestros padres-
manifiesta mi hermana tomando su casa para irse de una buena vez de mi
departamento.
Uno menos ahora debía deshacerme del otro.
-No me iré Nick-asegura Julián al ver mis intenciones.
- ¿No tienes una vida? - inquiero recibiendo un vaso de whisky que me sirve.
-Lo tengo, pero ahora quiero saber ciertas cosas que no me cierran- habla
clavando su mirada inquisidora. - ¿Por qué le mentiste de esa forma a tus
padres? Ellos no se merecen esto -agrega con seriedad.
-Esa maldita foto arruinó todo- mascullo irritado.
- Podrías haberles dicho la verdad y no subirte al tren de las mentiras-acota
rodando sus ojos.
- ¿Sabes quién es mi madre? - Julián asiente-Giulia Salvatore no me dio chances
de sacaría de su error-agrego bufando
Mi madre es muy peculiar y cuando algo tenía en la cabeza era imposible
sacarla de su error.
-Tu secretaria es bellísima, la verdad que podrías intentar algo-sugiere
-No quiero nada con ella, solo poder acabar rápido con toda esta farsa-aseguro
mientras le doy un sorbo a mi vaso de whisky
-Ella es una buena chica.
-Te dije que no, no me interesan las relaciones serias-digo molesto.
-Cierto, había olvidado que mi mejor amigo nació sin corazón - comenta
divertido
-Tanto dices de relaciones, pero no veo que tu tengas algo serio - contraataco
mirándolo
-Todavía no llegó la indicada - se encoge de hombros. - Así que hasta que
aparezca la indicada seguiré follando con la equivocada - se justifica
racionalmente.
La verdad que su lógica es irrefutable tenía buenos puntos.
Mi amigo me arrastró a salir esa noche, no quería, pero el muy bastardo me
amenazó diciendo que si no iba le dirá a mi madre que le estoy mintiendo y
nadie quiere ver a esa mujer enojada porque estoy seguro de que mi vida
correría peligro con ella en ese estado.
-Odio este lugar - me quejo cuando entramos al Soul Night.
-Está moda y es sumamente exclusivo con la privacidad-me recuerda mientras
subimos al acceso VIP No quiero estar acá y mi cara lo refleja.
-Un Whisky doble - pido justo recorriendo con mi mirada el lugar. Había un
grupo de tres personas que hacían más barullo de lo normal y observo como la
rubia enfundada en un sexy vestido rojo que estaba de espaldas se sube a la
pequeña mesa donde estaban y empezó a bailar mientras los que la
acompañaban alentaban a qué siga dándonos ese espectáculo.
-Ella es mía - sentencia Julián.
-Tuya - digo sin importancia.
Mis ojos se negaban a dejarla de observarla, ese color de vestido, el movimiento
de sus caderas, su trasero y su cabello ondulado rubio la hacia un imán de
miradas hasta que se giró dejando a mi vista quién era.
- ¿Esa no es...-
-Mi novia - mascullo enojado.
-Iba a decir tu secretaria y mierda Nick que ella es caliente - comenta sin dejar
de mirarla.
- ¡No mires a mi novia! - siseo mirándolo de la peor forma.
Estoy que explota del enojo, le había advertido que debía comportarse porque
de mis los malditos periodistas podían decir cualquier cosa, pero no dejaría
jamás que digan de ella cosas que no son ciertas.
- ¡Espera Nick! - trata de detenerme.
-Creo que teníamos un acuerdo-digo levantando la voz sobre la música y
provocando que ella se gire, trastabille y caiga a mis brazos para que nuestras
miradas se encuentren.
-Señor Salvatore - dice sorprendida
-Lugar público, no me llames de esa forma - gruño ayudándola a ponerse de pie.
- ¿Y tú eres? - consulta el hombre que se encontraba a lado de la mujer de pelo
negro que me miraba asustada.
-Nicholas Salvatore, su novio - digo con firmeza.
-Espera - me detiene abriendo bien gran sus ojos.
- ¿No vas a presentarnos, cariño? - pregunto con ironía.
-No me hagas esto - suplica
-Tarde - acoto sonriendo falsamente.
-Nicholas - aparece Julián llegando a donde estábamos.
-Amigo, ella es Isabel, mi novia - declaro de manera posesiva.
¿Desde cuándo era posesivo?
-Señor De Luca - dice Isabel mirando a mi amigo,
-Nicholas Salvatore-me presento a sus amigos - Esto si es una sorpresa - habla
el hombre que las acompaña. - Jackson Soul, amigo de Izzy – agrega
estrechando su mano con la mía.
-¿Soul? - pregunta Julián.
Sonríe - Soy el dueño de este lugar - afirma.
- ¿Podemos hablar un minuto? - me pide mi secretaria.
Asiento a su pedido, nos alejamos por el largo pasillo hasta que entramos a una
oficina donde se podía ver casi todo el lugar y cuando la miro nuevamente su
mano impacta en mi mejilla tomándome por sorpresa.
-Cada vez mete a más personas en su mentira - dice molesta.
-Le recuerdo que los dos estamos en vueltos en esto - digo sobando mi mejilla,
-No tuve opción enfrente de sus padres y no quería que mis amigos estén
involucrados, pero como usted siempre hace lo que quiere ahora vea lo que
causó - exclama ofendida.
- Demasiado tarde, le dije que debía comportarse y vea cómo está - comento
marcando su vestido extremadamente sexy que evitó mirar porque estaba
ocasionando un efecto que no quería.
Isabel me mira indignada. - Escuche bien señor cavernícola, mi vida, mi cuerpo
y me visto como se me da la puta gana - declara con una fulminante mirada.
-No me hable de esa forma - siseo encabronado con esta mujer.
-Le hablo como quiero porque aquí no es nada - me desafía.
La señorita Clayton me empuja saliendo de la oficina para volver con sus
amigos, Julián me observa intrigado y juro que estoy sumamente furioso con
ella. Está claro que no dejaré que ningún hombre se acerque y muchos menos
que cometa una locura, voy a impedir cualquier cosa, si me tengo que pegar a
ella como un chicle no iba a dudar en hacerlo.
CAPÍTULO 4
Una fuerte luz filtraba por la ventana, el jodido sol no dejaba que siga
durmiendo y el maldito dolor de cabeza también tienta mis planes de solo
dormir hasta desaparecer mi resaca. Había superado todos mis limites
notablemente mis limites, pero ver a mi jodido jefe en el Soul involucrando a
mis amigos también en sus absurdas mentiras. A ese hombre no le bastaba con
hacer mi vida completamente miserable que ahora teníamos a más personas
involucradas en el caos.
Aunque me negaba a levantarme empecé abrir mis ojos, suspiré mirando el
techo tratando de acostumbrando mis ojos a la luz que filtraba a través de la
ventana cuando caigo en la cuenta de que está habitación definitivamente no es
la mía.
¡Oh, Dios mío!
¿Qué pasó anoche?
Lo único que espero que sí me acosté con alguien no llegue a oídos de mi jefe
porque estaría en problemas, ya que supuestamente soy su novia ante toda la
sociedad de mierda.
¿Cómo mis amigos me dejaron ir con un extraño?
En un sumo cuidado, sin casi hacer ruido salgo de la cama y maldigo al ver que
llevo una enorme remera cubriendo mi cuerpo, no hay rastro de mi vestido por
ningún lado. Necesito saber con quién estoy porque verdaderamente estaba
aterrada, es la primera vez que me ponía a un peligro de esta forma Salgo de la
habitación, encuentro mi zapato de tacón que llevaba anoche tirado en el pasillo
y lo tomo por cualquier cosa, si estoy secuestrada por lo menos tendría algo con
que defenderme. Una silueta masculina es lo primero que diviso, se encuentra
hablando por su celular, mis ojos recorren su espalda y vaya que se veía bueno
este hombre, pero no sé qué me llevó a tirarle el zapato que impacta en su nuca
haciendo que se queje.
- ¿Está loca? - dice al girarse.
Trágame tierra!
-Señor Salvatore - murmuro horrorizada.
¿Qué hago en su casa?
- ¿Qué demonios le sucede? - pregunta irritada.
-Señor Salvatore, lo siento - digo con un suave hilo de voz sumamente
avergonzada.
- ¿Lo siente? - se ríe falsamente.
-Lo siento-miro al piso - No sabía dónde estaba, estoy asustada y esa fue mi
reacción - exclamo alterada.
-No sabe dónde está porque es una maldita inconsciente que bebió todo lo que
encontró - dice cabreado.
Está claro que no puedo decirle que la culpa de mi comportamiento se debía a
su maldita presencia y lo mal que me hace estar involucrada en tantas de sus
mentiras.
- ¿Por qué estoy en su casa? - pregunto.
-Pensé que fui claro, pero al parecer no - sus ojos azules me observan con furia.
-Es mi novia y debe comportarse como tal - culmina.
- ¡Váyase a la mierda! - exploto completamente irritada.
- Cuide su vocabulario señorita Clayton - este jodido idiota no va a
amenazarme.
-O qué? ¿Me va a despedir? - contraataco. - Le recuerdo que es sábado señor
Salvatore, no estamos en su empresa y no es nadie para mandarme - agrego
desafiante.
- ¡No me haga enojar más de lo que ya estoy! - grito histérico.
- ¿Por qué estoy en su casa? - repito mi pregunta.
Ambos estamos enojados el uno con el otro y parecemos unos locos al gritarnos
como lo estamos haciendo.
Suspira frustrado. - Se pasó de copas, bailó como una desquiciada y al final de
la noche tenía una borrachera que se quedó dormida en mis brazos. No iba a
dejar sola a mi novia en brazos de cualquiera - me cuenta con su quijada tensa.
- ¡No soy su novia! - chillo.
-Si lo es hasta que diga lo contrario - asegura con una sonrisa arrogante.
-Termine con esta mentira, no quiero ser su novia - digo mirándolo con furia.
-Es mi novia, le guste o no - sentencia quitando mi atención de su rostro al ver
sus brazos dejándome obnubilada por su torso desnudo.
¡Maldito y sexy condenado!
- ¡No quiero ser su novia! - espeto.
- ¡Acepte mi propuesta! - grita desesperado. - La voy a despedir si no acepta -
agrega usando el chantaje.
Lo miro de la peor forma, estoy a nada de asesinarlo, pero justo escuchamos que
la puerta se abre y el ruido de unos tacones resuenan por el lugar dejando a
nuestra vista a una mujer que tendría la misma edad mía que nos observa
sorprendida para luego en su rostro iluminarse con una gran sonrisa.
-Lamento interrumpir su apasionada mañana - acota divertida subiendo y
bajando sus cejas claramente insinuando que algo sucedía más al encontramos
con poca ropa a ambos. Mi jefe estaba solo en bóxer dejando que aprecie su
escultural cuerpo que por primera vez veía sin ropa mientras que de mi parte
solo tenía una gran remera que tapaba lo justo de mi cuerpo.
- ¿Qué te dije de mis llaves? - gruñe el señor cubito de hielo enojado.
- ¿No vas a presentarnos? - ambos se desafían con la mirada, pero ella gana y se
cerca tendiendo su mano. - Francesca Salvatore, la hermana del idiota - se
presenta tan natural que me hace sonreír por como lo llamo.
-Francesca - la regaña ofendido.
-Hola, un gusto soy …-
-Isabel - asegura contenta. - Eres toda una celebridad en mi casa, mis padres te
aman más que a Nick - bromea divertida.
Se me hace casi imposible de creer que ella fuera su hermana porque parecía tan
cálida que contrastaba con el frío témpano de hielo que es.
- ¿Qué demonios haces acá? - pregunta mi jefe.
- Cálmate viejo gruñón - se burla. - Mamá me mandó a dejarte las invitaciones
para la fiesta de aniversario, uno tuyo y el otro de Isabel - responde
entregándome un sobre color plata.
- No sé si podrá ir - masculla él.
-Un minuto, alguien pidió opinión al grandísimo Nicholas Salvatore - me mira-
¿Vendrás Isabel? - consulta dejándome en una encrucijada.
No sé qué contestar, la mirada que me dedica mi jefe lo decía todo, pero me
negaba a quedar mal ante su hermana por su culpa, hasta el cuello estábamos
metidos de mentiras.
-Iré, será un placer - digo sonriendo.
- ¡Si! - festeja. - Debemos hacer compras, buscar un vestido, zapatos, pensar en
el peinado... - comienza a enumerar todo abrumándome.
- ¡Ya basta! - interviene mi jefe. - Si es todo puedes irte en otro momento
hablamos - directamente la corre de una manera muy descortés.
-Entendí la indirecta - nos guiña uno de sus ojos. - ¡Quiero muchos sobrinos! -
grita mientras literalmente Nicholas la saca de su departamento.
¿Sobrino?
Esto definitivamente es mucho para una simple mañana.
-Querías terminar con la mentira y ahora nos involucraste en la fiesta de
aniversario de mis padres dentro de un mes - dice cabreado cuando vuelve a
dónde estaba.
- ¿Qué querías que haga? - inquiero bufando, no lo aguanto más.
-Felicitaciones señorita Clayton, vamos a fingir un mes más - ironiza.
-No lo soporto más, necesito irme a mi casa - sentencio cansada.
- ¡Tampoco la soporto! -
- ¡Qué bien! - uso la misma ironía.
- ¡Bien! - exclama.
-Me iré, déjeme pasar - le pido
-No, la llevaré a su casa - contraataca impidiendo mi paso.
-Me iré sola aseguro. -
-Es mi novia y la llevaré - afirma bufando.
- ¡No soy su novia! - repite por milésima vez.
-Lo es, lamento desilusionarla, pero usted solita alargó nuestra mentira - afirma
saliendo de la sala dejándome sola y con miles de cosas en la boca que
lamentablemente me las tuve que tragar porqué el dolor de mi cabeza me haría
decir locura y después para mi mala suerte debería verlo en la empresa.
¡Maldito Idiota!
Ahora entendía porque debía seguir sus mentiras y no tenía una novia real,
nadie podría soportar la personalidad de este desesperante hombre, pobre de mí
mala suerte.
CAPÍTULO 5
Saber que era lunes y debía volver a trabajar conlleva tener que enfrentar a mi
odioso jefe nuevamente, después del caótico finde semana que solamente quería
borrar de la cabeza me hacía recapacitar para tratar de comportarme de la mejor
manera profesional ante él y contener todo mi odio ante ese hombre. No sé si
era producto de mi ansiedad, pero hoy particularmente me sentía observaba,
algo paranoica, por mi bien debía sacar esas ideas de mi cabeza para
concentrarme puramente en el trabajo ni el café que llevaba en la mano me
ayudaría con esto.
- ¿Por qué me abandonaron? - enfrente a mi traicionera amiga que ya se
encontraba en su puesto de trabajo.
-Es tu novio y el jefe-murmura con una sonrisa pícara.
-Jackson y tú están en mi lista negra- declaro molesta.
-Exagerada- se ríe.
-No queremos que nadie sepa esto-miento.
-Si, el señor Salvatore dejo eso en claro. Es su historia y no quiere cosas
malintencionadas- acota provocando que ruede los ojos, otra más que creía en
las mentiras de ese mentiroso.
-Gracias por abandonarme
- ¿Qué querías que haga? - cuestiona.
Bufe frustrada dejando ahí nuestra conversación para subir al piso donde
trabajo, suspiro buscando tranquilidad y disfrutando de mi paz al darme cuenta
de que el mal de mis males no estaba cerca.
Cómo todos los lunes comenzaba con mis quehaceres, me extrañaba que mi
amado jefe, noten el claro sarcasmo no haya llegado, eso sí era bastante raro
más viendo de él que es un obsesivo de la puntualidad. Al tener todo controlado
y sin señales del señor Salvatore decidí matar mi aburrimiento reparando para
mi examen final que sería en un par semanas.
-Oficina del señor Salvatore ¿en qué puedo ayudarlo? - atiendo el teléfono.
-Señorita Clayton - me sorprendo al reconocer su voz. - No iré a la empresa,
cancele todo lo de hoy - me ordena.
-Como diga, señor - contesto.
-Nos vemos mañana, señorita Clayton - se despide cortando la llamada.
Eso sí que era raro, pero favorecía mi día al no tener que aguantar su amargura
y lo que significaba que podría seguir estudiando mientras tanto, nunca imaginé
que este hombre me alegraría con algo tan mínimo que faltando al trabajo. Perdí
la noción del tiempo, solo cuando mi estómago gruñó me obligué a dejar todo
para bajar a comprar algo. Salí de mi asiento, acomodé mi falda y sin levantar
mi vista caminé para chocar con alguien, un jadeo salió de mi boca al verlo.
¿Cómo demonios me encontraron?
-Antonio - susurro. Esto era imposible y me negaba a creer que tenía este
malnacido enfrente mío nuevamente.
-Así que aquí es donde te escondes - comenta mirándome de la peor forma.
Sus ojos negros estaban más oscuros de lo normal, está despeinado y el olor a
alcohol que salía de su boca era repugnante.
- ¿Qué haces aquí? - pregunto a la defensiva. Sabía que no debía dejar que sepa
que le tengo miedo o todo iría peor.
-Siempre haciendo preguntas tontas - se lleva un mechón de mi cabello a la
nariz. -Vine a buscarte, mejor dicho, a llevarte conmigo - declara con una
sonrisa maliciosa.
- ¡No! - exclamo al empujarlo. - No pienso volver, dejé todo en claro cuando me
fui - agrego firmemente.
-Tu papá pensaba que solo era un acto de rebeldía, al pasar los meses
comenzamos a buscarte, pero la perra de tu amiga ocultó bien sus pasos dice -
con odio.
-No metas a Catalina en esto, lo mejor que hice fue salir de esa casa - declaro
con seguridad.
- Mi prometida me dejó como un idiota ante todos - sisea cabreado y a mí eso
me importaba una mierda, cuando vivía en Los Ángeles era la cornuda de la
ciudad y nadie me decía nada.
-Era tu prometida, ya no soy esa niña que puedes manipular a tu antojo para
ganar poder a costa de mi apellido - digo furiosa.
-Tu locura de niña caprichosa nos costó el prestigio tanto a mí como a tu padre -
gruñe.
-Me importa un carajo - sonrío con arrogancia. -Te dejaré algo en claro y
puedes repetirle esto a mi padre, se pueden ir bien al mismísimo infierno, no
necesito su dinero - declaro con autosuficiencia.
-Lo he viste con mis propios ojos, no pensé que eras de ese tipo de personas - se
mofa divertido.
- ¿Qué demonios estás insinuando? -
-Las zorritas que se acuestan con su jefe para buscar su salvación - responde
sonriendo.
- ¡Hijo de puta! - estampo mi mano en su mejilla.
Sus ojos negros me miran cargados de furia, usa su fuerza para estampar mi
cuerpo contra la pared golpeando mi cabeza, me acorrala entre su cuerpo y
sentía asco de tenerlo tan cerca mío.
-Si no eres mía no serás de ese idiota - afirma apoyando su nariz en mi cuello
oliendo y generando ganas de vomitar.
-Idiota - mascullo forcejeando para tratar de quitarlo de encima mío, pero
vuelve hacer más fuerza juntando mucho más nuestras caras.
-No dejaré que ese imbécil se quede con lo mío - comenta elevando su tono de
voz.
- ¡No soy tuya, hijo de puta! - grito llena de furia.
Se empieza a reír. - Estás mucho más fiera, eso me excita - pega entrepierna
sobre mi pierna para que lo sienta. - Te diré algo, tarde o temprano serás mía,
nos casaremos y te cobraré con intereses tu impertinencia, mi amor - declara
levantando sus manos para meterlas debajo de mi falda.
- ¡Déjame! - me quejo entre lágrimas al sentir como sus asquerosas manos tocan
mi trasero.
-En esto ganan los fuertes, no dejarás de ser mía antes muerta que dejarte en
manos de ese bastardo - sentencia con odio y sus manos suben a mi cuello para
cerrarse en mi garganta impidiendo que, entre aire, forcejeo con él es inútil
cuando lentamente todo a mi alrededor se vuelve negro.
CAPÍTULO 6
Nicholas.
Cada día estoy metido en más problemas por culpa de esta estúpida mentira, mis
padres y ahora Francesca adoran demasiado a Isabel y no entendía como esa
mujer se los ganó tan rápido, empezaba a molestar que mi madre pregunte
constantemente por ella a cada momento. Por suerte, mi hermano no opinaba
sobre el tema a diferencia de mi mejor amigo Julián, que solo repetía que todo
se iría al carajo si seguía con las mentiras y encima para completar el jodido
abogado de mi difunto abuelo no dejaba de buscarme así que no tenía otra
opción que ir a verlo.
Odio las impuntualidades.
-Bienvenido Nicholas - me saluda estrechando su mano con la mía.
-Aquí me tienes César, ¿A qué se debe su ferviente insistencia? - digo luego de
saludarlo.
- Tengo noticias - lo miro desentendido - Cuándo tu abuelo murió dejó una
cláusula en su testamento que debía ser leído en el momento de que uno de sus
cuatro nietos decida casarse -no comprendía a dónde quería ir. -Tu primo
Adriano - hago una mueca de desagrado, se me es imposible ocultar lo mal que
me cae al tan solo escuchar su nombre, todo lo que venga de él o lo involucrara
siempre traía consecuencias. - Se va a casar -agrega mirándome con seriedad.
- ¿Y en qué me afecta eso? - inquiero sin entender su punto.
-Tu abuelo dejó una cláusula que la totalidad del control de la empresa se la
quedaría su primer nieto que se casará, si Adriano es el primero en casarse
como dice perderás la empresa - declara tomándome por sorpresa.
- ¡No! -exclamo. - Es mi empresa hace dos años, mi padre la puso en lo alto
mientras ese viejo decrépito solo buscaba denigrar a mi madre y el otro idiota se
la pasaba jugando con la mafia. Nadie va a quitarme lo que me pertenece
porque todo lo que es hoy Salvatore Construcciones es gracias a mi padre y a mí
- digo completamente cabreado.
-Por eso te estoy comunicando primero, sé que la empresa tiene el renombre que
tiene gracias a Alfonso y ahora por ti. Se que no tuviste la suerte de conocer a tu
abuela, pero ella hubiera estado muy orgullosa de los logros que hicieron
comandando el legado del apellido con mucha dedicación - asegura sonriendo.
- ¿Entonces que debo hacer? - pregunto encabronado por esta mala jugada que
hizo mi abuelo, sé que nunca fui de su agrado porque supuestamente piensa que
no soy hijo de mi padre, hasta el más tonto se daría cuenta que si lo soy, somos
parecidos hasta en el carácter, pero ese viejo nunca me aceptó tampoco me
importaba hasta ahora que quiere joderme la vida con esa maldita cláusula.
- La única opción factible es algo complicado...-
-Dime - exijo saber.
-Creo que deberías casarte - responde sin titubear.
Al escucharlo quedó completamente estático, ¿casarme? Siento que estoy a
nada de desmayarme, esto tiene que ser broma o un mal sueño.
-No... debe haber otra opción - murmuro en shock.
-Trato de buscarla, tu padre tiene la totalidad de las acciones, pero el directorio
de la empresa solo lo ocupará el primer nieto que se case así lo dejó estipulado
antes de morir tu abuelo - me lee ese jodido documento.
Ni muerto ese viejo deja de jodernos la vida.
-Lo dices tan fácil - me río sin una pizca de gracia. - ¿Cómo si fuera tan fácil
casarse? - reclamo irónicamente.
-Es eso o pierdes todo - acota sin un poco de compasión.
- ¿Es consciente de lo que me pide? -
-Lo estoy y también vi en los periódicos que sales hace meses con una hermosa
mujer ¿qué hay de ella? Nunca la viste como tú esposa, la madre de tus hijos...-
¡Mierda!
Este hombre me estaba hablando de mi secretaria, está maldita mentira cada día
se complicaba más y más
-César - lo detengo abrumado.
- Piénsalo Nicholas, creo que la empresa vale el sacrificio - asegura sonriendo.
¿Este hombre entendía lo que me estaba pidiendo?
Disculpándome me retiro porque en verdad comenzaba a faltarme el aire, es
demasiado para mi día.
Cuando desperté está mañana no imaginaba que ahora supuestamente debía
buscar una esposa para salvar la empresa que tanto sacrificio hizo mi padre. No
tenía opciones, si esa es la solución lo iba hacer, ahora debía buscar una esposa
y creo que en mente ya sabía quién es perfecta para ese papel, Isabel es la única
mujer en la que confío ciegamente, nunca me engañaría, pero como carajos voy
y le digo que nos vamos a casar.
¿Cómo si fuera tan fácil?
Se que me mandará a la mierda y conociendo ese carácter que carga no tomaría
para nada bien mi idea del casamiento.
Estaba tan abrumado que por primera vez había desistido de ir a trabajar,
necesitaba tiempo a solas y sobre todo pensar con calma cada uno de mis pasos
antes que Adriano seme adelante en la jugada, está vez no dejaría que se quede
con lo que me pertenece.
Traté de alejarme de la empresa, pero por inercia me encontraba estacionando
mi auto en la constructora y suspirando frustrado mientras subía a mi oficina
pensando como demonios saldría de todo esto.
Todo en mi vida es un caos.
Volví a suspirar cansado cuando llegué a mi piso de trabajo y me detuve
involuntariamente al verla tirada en el suelo que no dudé en correr para
socorrerla, respiraba tan lentamente, en su cuello tenía unas marcas.
¡La estrangularon!
¿Quién carajos la tocó?
Al no ver signos de respuestas de su parte, la cargué en mis brazos y sin
importar nada salí con ella entre mis brazos porque debía llevarla a qué la
atiendan.
-Nicholas, no estoy de humor... contesta - mi hermano al responder mi llamada.
-Giovanni, necesito tu ayuda voy de camino al central - le informo mientras me
metía en las calles de Chicago desesperado.
- ¿Qué sucede Nick? - consulta preocupado.
-Es Isabel, mi novia. Creo que alguien trató de matarla - digo apretando con
fuerza mi quijada y el volante del auto. Tenía mucho enojo por no cuidarla,
saber que podría haberla perdido me afectaba bastante y mataría al malnacido
que le hizo esto.
- Ya te estoy esperando con un equipo - dice mi hermano del medio.
Solo en siete minutos me encontraba aparcando en la entrada del hospital
central de Chicago dónde ya Giovanni me esperaba junto a cuatro personas más
y ante mis ojos la sacaron del auto, la pusieron en una camilla para ingresarla
dejándome solo detrás de esas puertas que decían cuidados intensivos.
¿Quién demonios le hizo esto?
***
Llevaba casi dos horas esperando que me informen algo, nadie decía nada y
literalmente caminaba por las paredes debido a mis jodidos nervios hasta que
divisé a mi hermano acercándose a dónde estaba, su cara no me gustaba para
nada.
- ¿Cómo está? - pregunto impaciente.
-Nicholas por suerte llegaste a tiempo porque pudimos estabilizarla, los
medicamentos que le suministraron la harán descansar por unas horas para que
las cuerdas vocales se desinflamen y podamos evaluar alguna secuela. No
presenta ningún signo de un ataque sexual de igual forma la policía fue
informada - suspiro. - Necesito explicaciones - agrega cruzando sus brazos.
-Cuando llegué a la constructora la encontré así - le cuento furioso conmigo
mismo.
- Intentaron matarla Nick, las marcas son obvias, ¿tienes idea de quién pudo
ser? niego frustrado. - Es tu novia algo debes saber de ella - comenta frunciendo
su ceño.
-Ojalá tuviera respuestas, estoy a nada de romper la pared, quiero que despierte
y me diga todo porque meteré preso al hijo de puta que se atrevió a lastimarla -
sentencia.
Mi hermano esboza una sonrisa. - Así que ella - hace una pausa mirándome - la
que descongeló tu frío corazón, la famosa Isabel y déjame decirte que es muy
hermosa - acota divertido.
-No estoy para tus estupideces - mascullo.
-Lo siento no es el momento, pero te recomiendo que hables con sus padres por
ahí tienen las respuestas que a ti te faltan-sugiere.
-No se habla con sus padres- comento recordando lo que le había dicho a mi
madre esa tarde.
-Algún amigo o algo parecido, necesitamos respuestas.
-Gracias Giovanni - digo abrazándolo cosa que nos toma por sorpresa a ambos.
-Ella estará bien - afirma palmeando mi hombro.
Mi hermano se retira porque debía ver a otros pacientes y me siento en la sala
de espera sin saber a quién llamar porque no tenía idea de nada sobre la vida de
Isabel hasta que en mi cabeza se me vino la cara de su amiga, la que conocí esa
noche y que casualmente también trabajaba en mi empresa.
Todavía no me dejaban verla, caminaba por el pasillo como animal enjaulado
hasta que la voz de una mujer de pelo rojizo apareció por el pasillo y al verme
caminó directo a mi encuentro.
- ¿Eres Nicholas Salvatore? - asiento extrañado. - ¿jefe de Isabel? - agrega
achinando sus ojos.
- Soy un novio - respondo de manera posesiva.
Empezaba a creer que me estaba creyendo mis propias mentiras.
La mujer me mira sorprendido. - No sabía de eso, soy Catalina Durán, su mejor
amiga - se presenta estrechando su mano. - Juliana me comentó algo, pero
quiero saber lo que sucedió - agrega.
- No lo sé - suspiro. -Trataron de matarla mientras no estaba está mañana en la
constructora - le cuento apretando nuevamente la quijada.
- ¡Qué! - chilla. - ¿Sabe quién fue? - niego. -Dígame que su empresa tiene
cámaras -
- Si- respondo confundido.
-Por favor necesito ver las grabaciones tengo una intuición de quién es el
responsable - dice con odio.
- ¡Cómo! - grito. - Quiero saber- exijo encabronado.
-Creo que el ex novio de Izzy - declara.
Mi sangre hierve de la furia y tengo ganas de matar a ese hijo de puta.
-Señorita Durán, mi amigo vendrá para acompañarla y si sus sospechas son
ciertas hoy mismo pondré a ese bastardo tras las rejas - sentencio con firmeza.
Si ese tipo es el responsable pagaría por todo, soy capaz de matarlo con mis
propias manos y sé que suena loca mi reacción, pero dentro mío tenía la
necesidad de cuidarla de ahora en adelante. No pienso dejarla sola, la voy a
proteger de todo y todos, mientras esté a mi lado nadie volverá a lastimarla, es
una promesa y cumplo siempre lo que digo.
CAPÍTULO 7
El intenso ruido en mi oído me hizo abrir con miedo mis ojos, recordaba todo lo
sucedido y temía que Antonio haya cumplido su cometido viviendo en Los
Ángeles ese calvario del que había huido, todo se esfumó al darme cuenta de
que estaba en la habitación de un hospital y a mi lado se encontraba mi jefe
durmiendo muy incómodo en una silla.
No quería despertarlo, se notaba el cansancio en su rostro.
Me costaba creer que el bastardo de mi ex me haya encontrado, sabía que esto
solo era una amenaza, no se quedaría así las cosas y tenía demasiado miedo de
que cumpliera con cada una de sus palabras, prefiero mil veces la muerte antes
de ser su esposa. No iba a poner a nadie más en peligro y si eso significaba que
debía agarrar mis cosas para huir al Congo, no lo dudaría.
-Despertaste - dice la voz del doctor al entrar y acercarse.
Lo mire y me fue inevitable dejar de hacerlo, debía de haber más médicos así
porque me enfermaría más seguido con tal de alegrar mis ojos con hombres así.
-Hola - murmuro sintiendo el dolor en mi garganta.
-Tranquila, de a poco volverá a la normalidad - toca mi cuello y me quejo. -
dolerá unos días más, estarán muy sensibles tus cuerdas vocales por algunas
semanas más - comenta.
- ¿Cuándo podré irme? -
-Si todo sigue bien mañana te darán el alta, te dejaré indicaciones de bebidas
frías, nada de comida sólida y el helado te ayudará a que las cuerdas vocales se
desinflamen - agrega sin borrar su sonrisa.
-Gracias doctor- digo haciendo un amago de una sonrisa, pero se me es
imposible.
-¡Izzy! - chilla Catalina al abrir la puerta sobresaltando a mi jefe que cae al piso
provocando que el doctor comience a reírse mientras mi amiga me tiene
estrechada entre sus brazos.
-Isabel - dice el señor Salvatore al recomponerse de la caída.
Desvío mi mirada para centrarme en mi mejor amiga y al ver sus ojos
cristalizados me derrumbo en sus brazos llorando desconsoladamente.
- Cata... - trato de hablar, no puedo.
- Shh cariño - ella acaricia mi cabello tratando de consolarme. - no hables, ya lo
sé todo y prometo que nunca más volverá a tocarte - sentencia mi mejor amiga.
-Tengo miedo - reconozco entre sus brazos.
- ¿Podrían dejarnos a solas? - le pide a mi jefe y al sexy doctor.
- No - dice él.
-Solo unos minutos, Nicholas - agrega dedicándole una mirada intimidante.
En contra de su voluntad y porque el doctor lo saca a la fuerza se retira de la
habitación dejándonos a solas, Cata seguía consolándome mientras descargaba
todo lo que sentía en sus brazos. Somos mejores amigas desde los dos años,
nuestras familias eran muy unidas, crecimos juntas, ella no dudo en dejar todo
atrás para obligarme a huir de mi maldita condena. Me cuenta todo lo que
sucedió mientras estaba inconsciente, que le pidió a Nicholas ver las cámaras de
seguridad donde comprobó sus sospechas y así pusieron a toda la policía de
Chicago en alerta para capturar a Antonio, solo faltaba mi declaración, pero
como dicen una imagen vale más que mil palabras. Ahora sabíamos que esto
desataría una guerra porque mi padre hará hasta lo imposible para sacar a mi ex
de la cárcel, tenía influencias sé y que solo pasara horas encerrado. Ellos ya
sabían dónde estoy y les tengo miedo a lo que puedan hacer juntos.
-Señorita Durán - la voz de mi jefe nos sobresalta - perdón no quería asustarlas -
agrega apenado.
-Está bien, Nicholas –lo miro confundida por esa confianza. ¿celos? ¡Claro que
no! -Tengo que volver a mi atelier - me abraza por última vez. - Eres el primer
novio de Izzy que me cae bastante bien - comenta con una sonrisa cómplice.
¡Genial!
Otra persona más que se unía a la farsa del noviazgo.
- Adiós Cata - digo irritada. Esa maldita mentira comenzaba a odiarla sobre todo
por mentirle a mi mejor amiga de esa forma.
¿Cuánto más durará todo esto?
Despidiéndose de nosotros nuevamente, nos deja a solas y siento la intensa
mirada de mi jefe, no me animaba a enfrentarlo, sabia por Cata que fue él quien
me trajo hasta el hospital además que puso a toda la policía a que busque al
bastardo de Antonio.
- ¿Cómo está? - pregunta sentándose en el borde la cama.
- Bien - susurro avergonzada. Aunque la mayoría del tiempo se comporte como
un idiota estaba infinitamente agradecida por lo que hizo.
-Puse a ese hombre tras las rejas - suspira generando que lo miré a la cara para
darme cuenta de que lo tenía más cerca de lo que imaginaba.
-Lo sé, Catalina me lo conto - respondo mirándolo a los ojos.
-No voy a mentirle hace una pausa. su ex tiene conocidos muy importantes que
están moviendo los hilos justos para que salga, pero no sabe que tengo contactos
más poderosos que van a impedir que lo haga - nuevamente se queda en
silencio. - ¿Quién es Octavio Clayton? - pregunta clavando sus penetrantes ojos
azules en mi rostro.
Al escuchar ese nombre todo mi cuerpo se tensa, eso solo significaba que ya se
encontraba en la ciudad, esto no es nada bueno y tampoco estoy lista para
enfrentar todo lo que se avecina.
-Es mi padre - reconozco siendo sincera con él.
- ¡Que! - grita al levantarse de la cama. - Tu padre está defendiendo al
desgraciado que casi te mata, tengo que hablar con el - dice cabreado.
- ¡NO! - grite histérica. - Esto es una historia larga Nicholas, te agradezco lo que
hiciste conmigo, ahora me toca hacerme cargo de todo lo que viene - agrego
tratando de sonar confiada.
- Mira Isabel me importa un carajo todo, te aseguro que ese bastardo no va a
salir de ese lugar tan fácilmente. No voy a permitirlo y si eso significa enfrentar
a tu padre lo hare, te prometo que nadie volverá a lastimarte - sentencia con
seguridad.
Lo miro sorprendida, no sabía que contestar, pero si de algo estaba segura es
que sus palabras son sinceras y que podía confiar ciegamente en Nicholas
porque él me protegería.
- Isabel, Nick - el doctor sexy entra a la habitación. - Debo decirte que me
encanta el color azul de tus ojos - me halaga con una coqueta sonrisa.
-Giovanni - sisea mi jefe dándole una fulminante mirada de su parte.
-Tranquilo hermano, entendí perfecto que es tu chica - comenta divertido.
- ¿Hermano? - pregunto al verlos a los dos juntos con detalle.
-Que falta de respeto de mi parte, Giovanni Salvatore - se presenta tomando mi
mano para dejar un beso su dorso. - un placer conocerte sexy cuñada, lastima el
contexto agrega mirando divertido a su hermano.
¡Dios!
Son hermanos, ahora que los observaba con atención veía su notable parecido,
ambos me miraban. Mi jefe estaba que le salía humo por las orejas mientras que
el doctor sonreía casi desafiando con la mirada a su hermano mayor.
-Si no quieres que rompa tu cara en este preciso momento suelta la mano de mi
novia - gruñe Nicholas cabreado con un tono súper posesivo que hace a
Giovanni empiece a reírse haciendo más encabronar a mi jefe y así lo saque de
la habitación provocando que por primera vez en el día una sonrisa aparezca en
mi rostro.
Involuntariamente cada día me sentía más y más metida en la familia Salvatore.
CAPÍTULO 8
Casi un mes me llevó mi recuperación, estar al cuidado de mis mejores amigos
fue una tortura porque no dejaban que salga de la cama todas estas semanas,
pero al fin era momento de volver a trabajar y debía reconocer que había
extrañado a mi jefe, aunque me llamaba cada noche preguntando cómo estaba
no era lo mismo que tenerlo enfrente mío soportando su odioso humor.
Nuevamente entraba a Salvatore Construcciones con una gran sonrisa, puede
sonar raro, amo mi trabajo, cada día falta menos para que termine mis estudios y
eso significaba que iba a renunciar para dedicarme exclusivamente a mi
profesión. Trabajar en este lugar solo dejará algunos buenos recuerdos por eso
me había planteado disfrutar lo que queda antes de cerrar este ciclo por
completo.
-Buenos días, señorita Clayton- su voz me asusta cuando chocamos en el
ascensor.
-Buenos días, señor -lo saludo sonriendo.
- ¿Cómo está? - pregunta mientras marca el piso donde trabajábamos.
-Muy bien, con ganas de trabajar - digo mirándolo a los ojos. Se veía muy lindo
está mañana, se había cortado un poco el cabello y emparejado su barba, lo que
lo dejaba tan sexy ante mis ojos
-Me alegro suspira. - La verdad me hizo mucha falta, nunca encontré una mujer
tan eficiente y eficaz como lo es usted - agrega provocando que me sonrojé con
su halago.
Algo había cambiado ente nosotros, pero no sabía cómo explicarlo con palabras.
El ascensor se detiene en nuestro piso, hace señas para que salga primero
tomándome por sorpresa, definitivamente no era la única que había cambiado
este tiempo sin vernos. Volver a la rutina fue más fácil de lo que imaginaba,
pensé que me costaría y todo sería un caos, la verdad me equivoqué porque en
menos de lo que pensaba tenía todo organizado como me gustaba.
-Necesito que venga señorita Clayton - me llama por el intercomunicador.
-Ahí voy señor - contento levantando mi agenda mientras acomodo mi ropa
antes de ingresar a su oficina. Él caminaba de un lado a otro, parecía
preocupado, pero al verme caminó directo a dónde estaba provocando que
quede presionada ente la puerta y su cuerpo.
-Isabel-dice mi nombre.
- ¿Necesita algo? -le pregunto extrañada.
Si - susurra mirándome a los ojos. - Tengo que salir y uno de los hombres de
seguridad te cuidará mientras no esté - me informa, sus ojos se van de los míos
a mis labios y me estremece tenerlo tan cerca.
- ¿Estás bien? -consulto preocupada.
- Isabel - repite mi nombre y su mano se apoya en mi mejilla que
involuntariamente hace que cierre mis ojos, suspiro cuando su dedo pulgar
deliña mi labio inferior. - ¡Al carajo con todo! - declara para luego estampar sus
labios sobre los míos, tardó en reaccionar porque esto me había tomado por
sorpresa, la poca cordura que tengo hace acoplarme a su beso que me están
dejando sin aire, pero me negaba a dejarlo.
¡Mi jefe me está besando!
¡Oh, por Dios!
Me separo bruscamente para mirarlo a los ojos, ambos estamos agitados, no que
me llevó hacerlo, nada importó y tire de su corbata para atraerlo más a mi así
volverlo a besar. Jadeo cuando su mano en mi cintura baja hasta mi trasero
dando un suave apretón y me obliga que mis piernas de enreden en su cadera.
- Nicholas- jadeo al sentir que me apoya sobre su escritorio.
- -Isabel-dice mordiendo mi labio inferior y baja hasta mi cuello dejando suaves
besos.
Tiro de su cabello para atraerlo a mi boca, jamás imaginé esto, sin dudas es
fascinante. Su lengua se vuelve a encontrar con la mía, sus manos están en mi
cintura de forma posesiva y ambos se nos escapa un gemido al sentir nuestras
entrepiernas rozarse. Ambos nos separamos por falta de aire y abro los ojos para
mirarlo a la cara.
-Tengo que irme - murmura alejándose, mejor dicho, huyendo de su oficina
dejando confundida sobre su escritorio tratando de recuperarme del intenso y
caliente momento.
De lo perturbada que estaba no bajé a almorzar, me sentía como una estúpida
porque está claro que esto fue un error que recordarlo me ponía de mal humor.
Neal el señor que seguridad que me cuidaba me observaba interrogante ante mi
actitud y más al verme hablar sola, no podía disimular mis ganas de asesinar a
mi jefe.
¡Lo odio!
El ruido del ascensor me hizo alertar, había regresado y debía poner mi mejor
cara de acá ni paso nada, pero al levantar mi vista mis ojos se encontraron con
unos muy familiares.
-Jayden-susurro tapando mi boca sorprendida.
-Te extrañé demasiado - dice al recibirme entre sus brazos.
- ¿Qué haces aquí? - le consulto volviendo abrazar a mi hermano. Hace años
que no nos veíamos y no me imaginaba que estaba acá, esto si es una sorpresa.
- ¿A caso debo pedir cita para ver a mi hermanita? - comenta sarcástico.
Tonto -lo golpeó. - Te hacía en España - acoto sin poder creerlo. Mi hermano se
fue de casa hace más de seis años después de una fuerte pelea con mi padre,
recuerdo verlo tomar todas sus cosas y sin mirar atrás salir. Sabía que estaba en
España, que había finalizado su carrera como abogado y que contrajo
matrimonio con una española, tenía una vida hecha que prefería no molestarlo
con mis problemas.
-Estoy de vuelta y para quedarme-sentencia sonriendo.
- ¿Te quedarás? - pregunta sin poder creerlo.
- Si Paul y yo, decidimos mudar el bufete a Chicago - me tenso a escuchar ese
nombre, hace años tampoco lo veo.
- ¿Y tú esposa?
-Después te contaré todo-sus ojos azules me observan y su mano acaricia mi
mejilla. - ¿Por qué no me llamaste? Eres mi hermanita, hubiera dado la vida por
ti, me siento horrible por ser tan egoísta y dejarte con ellos - dice apenado.
-Jay-musito con mis ojos cristalizados.
-Cuando tú quieras me gustaría saber la verdad, Izzy-me pide luego de volver a
abrazarme.
Había pasado tanto tiempo desde la última vez nos vimos que en verdad no
sabía por dónde empezar, no quiero más problemas solo los abrazos de mi
hermano que tanto añoraba.
- Saca las manos de mi novia - la voz de mi jefe nos hace separarnos y
observarlo, notando su enojo.
Mi hermano enarca una de sus cejas y sonríe cínicamente.
- Con que novia - dice al acercarse a él.
-Jay-trato de detenerlo.
-Deja princesa, quiero hablar con tu novio - comenta para luego ambos
desafiarse con la mirada.
- ¿Princesa? - gruñe con su mandíbula tensa. - ¿Quién demonios eres? - exige
saber.
-Jayden Clayton, el hombre que romperé cada uno de tus huesos si lastimas a mi
hermana- declara de forma amenazante.
-Espera- me interpongo entre ambos. - Este es mi trabajo y al que estás
amenazando es mi jefe, Nicholas Salvatore-los presento algo incómoda por la
situación.
-Soy tu novio - agrega como si me hubiera olvidado ese detalle.
- ¿Con que jefe? - murmura mi hermano llevando su mano al mentón. - ¿Qué
intenciones tiene con mi hermana? - inquiere.
-Jay, por favor - le pido suspirando.
-Mis intenciones con ella son las mejores – contesta mi jefe con seguridad.
- En otro momento hablaremos como lo hacen los hombres, Salvatore-lo
amenaza. - Nos vemos luego, princesa - se despide con un fuerte abrazo para
luego marcharse.
- Lo siento -me disculpo avergonzada por la situación.
-Está bien - responde cortante para luego entrar a su oficina.
Gruño cabreada por su actitud y observo a Neal que solo le faltaba unas
palomitas ante tremendo espectáculo que acabamos de dar, quería que mi día
laboral termine pronto, mi cabeza no daba para más. Después de todo el
incidente, ni salió de su despacho hasta la hora que debía irme, quise ignorarlo
mientras acomodaba mis cosas cuando apoya una cajita de terciopelo azul con
un anillo de diamante sobre mi escritorio haciendo que levante mi vista
frunciendo mi ceño.
-Cásate conmigo - dice en forma de orden.
Lo miro sorprendida y empiezo a reírme como una tonta, esto definitivamente
es una buena broma, no sabía que podía ser así de gracioso cuando quería, pero
cuando lo miro de nuevo, su cara de mala leche confiaba que esto no era una
broma.
- ¿Es una broma? - pregunto asustada.
- ¿Alguna vez bromeé con usted, señorita Clayton? -pregunto serio.
¡¡Mierda!!
Quedo en shock mirando como si fuera que dos cabezas le salieron en su
cuerpo, este hombre no está nada bien y tiene una clara demencia. Una cosa es
fingir ser su novia y otra muy diferente es seguirlo en esta absurda locura.
¿Casarnos?
¡Ni loca!
CAPÍTULO 9

Nicholas.
Todas estas semanas no verla, me había hecho sentir su falta más con lo
eficiente que es cuando se trata de manejar mi vida laboral de la mejor manera
que ella solo sabe hacerlo.
Nadie tenía comparación con Isabel.
Tenerla nuevamente cerca mío tuve ganas de abrazarla porque en verdad la
extrañaba y contuve todo eso porque sabía que no era correcto.
Saber que la tendría de nuevo a unos pasos mío, por unas horas solo para mí y
sin tener que compartirla con nadie me perturba bastante. Ella es mi salvación y
sé que no es justo lo que haría, pero no tengo opción, será mi esposa como de a
lugar. Ese beso que nos dimos solo terminó de confirmar que teníamos una
buena química que no podía desaprovechar.
Isabel Clayton será mi esposa.
Después de besarla hui como un cobarde, no sabía que decirle y necesitaba aire
puro porque debía aclarar mis ideas antes de mi lado primitivo me consuma por
completo queriendo volver a esa oficina para terminar de una vez toda esa
tensión sexual que hace años nos acompaña.
Me vi entrando a una joyería, buscando el primer anillo que me gustaba porque
hoy mismo le propondría matrimonio. Estoy loco, pero este sacrificio lo haría
antes de dejar la constructora en manos del idiota de mi primo, no iba a dejar
que él arruine el trabajo de mi padre en estos años.
Tenía el anillo, la mujer a la que le pediré, solo me faltaba la valentía para
pararme enfrente de ella y hacerle esa maldita pregunta que definirá nuestra
vida para siempre.
Si algo tenía en claro es que nadie me detiene, lo repito Isabel Clayton será mi
esposa.
CAPÍTULO 10

No
No
No
Esto no puede ser real, me pellizco pensando que solo era un sueño, para mí
mala suerte no lo era y por eso volví a mirar a mi jefe que tenía su ceño fruncido
esperando una respuesta de mi parte
Nunca me casaría con él.
- ¡Está loco! - exclamo alterada tomando todas mis cosas para huir en ese
preciso momento.
-No grite-me detiene. -No estoy loco señorita Clayton, se casará conmigo le
gusta o no - ordena.
Lo miro anonadada. - ¿Casarnos? - río sin una pizca de gracia. - Es un demente,
no puedo obligar a una persona a casarse si no quiere-digo cabreada.
Bufo molesto. - No tiene nada malo que nos casemos, tenemos demasiada
química ente nosotros y ese beso lo dejó todo claro. Te deseo y tú a mí ¿Qué
hay de malo? - se cruza de brazos y sonríe de medio lado. -Pasarías a ser una de
las mujeres más ricas de esta ciudad a mi lado, está propuesta te beneficia -
asegura con arrogancia.
Cada persona tiene su límite y el mío había llegado a su nivel más alto que no
dudé en acercarme para tenerlo frente a frente y sin importar un carajo estampé
mi mano en su rostro.
-Escuche bien, no soy una interesada para que me trate de esa forma, no me
interesa su dinero y mucho menos ser su esposa - declaro sumamente
encabronada con este hombre.
-No dije que fuera una interesa, es solo una propuesta para que tenga una mejor
vida y podré cuidar de usted - acota a la defensiva.
-No necesito su dinero y mucho menos que me cuide - digo cansada de todo.
- Isabel-trata de detenerme.
-Tiene treinta días para buscar un reemplazo porque el próximo mes no volveré
a trabajar en esta empresa, tengo un límite y lo superó a todos-sentencio furiosa
-Isabel-vuelve a llamarme.
-Isabel nada, salga de mi camino y vete al carajo Nicholas -grito cuando las
puertas del ascensor se cierran dejándolo completamente anonadado.
Subí el primer taxi que encontré, necesitaba llegar a mi casa y olvidar en
absoluto todo, el beso también estaba incluido. Pensé que volver a trabajar sería
diferente, quería tragarme todos mis pensamientos de esta mañana y en
definitiva empezar a buscar un nuevo trabajo porque no me quedaría ni un
minuto más en ese lugar.
¡Estoy harta de los hombres!
Suspiré aliviada cuando bajé del taxi rumbo a mi departamento, necesito agarrar
la botella de vino de mi refrigerador y darle fondo blanco para olvidar este
nefasto día.
-Isabel- dice una voz masculina.
- ¡Solo quiero paz! - exclamo mirando el cielo al encontrarme con Paul Durán,
el hermano de mi mejor amiga y mi primer novio, el cuál es uno de los mayores
errores de mi vida.
Parecía que hoy era el día de joder mi paciencia.
-Izzy- me llama y lo fulmino con la mirada. - Quiero que hablemos, sé que es
tarde para solucionar los problemas del pasado, pero nos debamos una charla -
dice tratando de convencerme.
No puede pedirme eso después de todo lo que hizo, rompió mi corazón y todo lo
que le dijo a mi mejor amiga, que era una perra por no compartir la herencia de
sus difuntos padres, esas cosas no se olvidan y el idiota de Paul, está en mi lista
negra.
Inspiro y exhalo tratando de tranquilizarme. - No tuve un buen día, vete y no
quiero volver a verte - le pido tratando de no sonar enojada.

-Por favor, Izzy -ruega tomando mi muñeca para detenerme. -Solo serán unos
minutos-asegura.
Lo miro para que me suelte. - Solo tienes cinco minutos - gruño cruzando mis
brazos, lista para escuchar sus absurdas mentiras.
- ¿No vas a dejarme pasar?
Los minutos pasan, Paul-digo suspirando cansada.
Aprieta su mandíbula y sé que está molesto, pero no voy a dejar que invada mi
vida con sus mierdas.
-Se que no terminamos en buenos términos - ruedo los ojos porque han pasado
siete años de todo eso. - solo quiero pedirte perdón, lo reconozco que fui un
maldito y me arrepiento todos los días de mi vida haberte dejado, no luchar por
nuestro amor - termina de hablar provocando que empiece a reírme.
- ¿Nuestro amor? -vuelvo a reír falsamente. - Ya escuché todo, acepto tus
disculpas ya puedes irte-digo fríamente.
- Isabel, estoy tratando de ser sincero y tu respondes de esa forma tan irritante-
exclama molesto.
-Baja el tono de voz, no estoy de humor para reclamos y más estupideces -
sentencio tratando de contener mi nivel de enojo, pero a esta altura ya se me es
imposible.
- ¡Quiero volver contigo! -grita desesperado.
Literal me agarra un ataque de risa. - ¡Que buen chiste! aseguro limpiando mis
falsas lágrimas de risa. - Querido Paul, no soy estúpida, nunca volvería contigo
porque no se comete dos veces el mismo error - agrego sonando engreída, pero
debía deshacerme de él y lastimar su ego era la mejor opción.
- ¿Quién eres y que hiciste con Izzy? - pregunta anonadado.
- Solo crecí y dejé de ser una tonta que creía en todo - respondo encogiendo mis
hombros.
-Solo dame una oportunidad para mostrarte que cambie-me pide.
Definitivamente este hombre no tiene dignidad.
- Isabel- dice esa voz que también me vuelve loca.
- ¡Nick, amor! - chillo tomando por sorpresa a mi jefe, nunca estuve tan feliz de
verlo como ahora. Al fin su maldita mentira me serviría y así sacarme al pesado
de Paul de una buena vez.
- ¿Amor? -pregunta mi ex confundido.
Nicholas se acerca a mi lado sin dejar de mirar de la peor forma a Paul, ambos
se desafían con la mirada y aprovecho para dejar un casto beso en los labios de
Nicholas.
-Te estaba esperando, cariño- digo de forma melosa y reprimo mis ganas de reír
al ver su cara de confusión porque hace un rato nos estábamos gritando en
cambio ahora lo usaba para un fin en común. -Amor te presento a Paul Durán,
hermano de Cata y mi exnovio - agrego generando que él rodeé sus brazos en
mi cintura de forma posesiva.
¡Hombres!
Tan básicos.
-Nicholas Salvatore, su prometido-se presenta haciendo que ahora lo mire
sorprendida.
- ¿Te vas a casar? - - murmura Paul.
-Claro que sí, nos casaremos - responde mi jefe mirándome con maldad. Bien
jugado Nicholas. - Está mujer no es de las que se olvidan, sino las que uno se
imagina como esposa y madre de sus hijos - Agrega dejando un beso en mi
mejilla.
-¿Izzy, te vas a casar? - repite mi ex, pero buscando mi respuesta.
Tomo aire y busco valor para unirme a esta loca mentira que esperaba que no
llegue a oídos de mi hermano porque estaríamos en problemas.
-Si Paul, me casaré con Nicholas-miento.
Sin decir nada agacha su cabeza derrotado y vemos como se retira, siento un
poco de pena por él, pero debía deshacerme de mi ex antes de generar más
problemas a los que ya tengo.
-Suéltame-digo tratando de salir de su agarre.
-No- me atrae más a su cuerpo casi rozando nuestros labios. - hablaremos quiera
o no, querida prometida - sentencia con seguridad para luego juntar su boca con
la mía afectando mi cordura.
Jodido y magnífico besador.
CAPÍTULO 11

Aunque no quería, no tuve opción que dejarlo pasar a mi departamento, ninguno


dijo nada mientras subíamos por el ascensor, de hecho, lo notaba molesto y ya
de verdad estaba cansada de él.
¿Cuántos años de condenan me darían por matarlo?
Mi lado más sensato era el que impedía que todo eso suceda.
Nicholas Salvatore saca lo peor de mí.
¿Hasta cuánto más tendría que soportar a este loco hombre?
Suspiré frustrada dejando que ingrese a mi dulce hogar, mientas él observaba
todo aprovecho a quitarme los tacones porque mis pies pedían a gritos que lo
haga.
- ¿Cuántos novios más aparecerán? - pregunta de repente.
Lo miro mal mientas el idiota tiene su ceño fruncido esperando mi respuesta,
estaba tan cabreada que no dudé en lanzarle el tacón que sostenía en mi mano
justo en es ese momento y para mí mala suerte él lo esquivo.
- ¡Está loca! -grita.
- No juegue con mi paciencia porque terminará hospitalizado y baje el tono de
su voz que no es nadie para gritarme de esa forma - sentencio molesta.
-Hablemos de forma civilizada - pide plantando una imaginaria bandera blanca
entre ambos.
Tomo asiento enfrente suyo con varios muebles de por medio porque si lo tenía
cerca dudaba de mi juicio y lo terminaría matando por ser un grandísimo idiota.
- Dirá algo-mascullo irritada.
Lo veo tensar su mandíbula. - Debemos casarnos - dice siendo directo y
conciso.
-Si es todo, puede irse-declaro.
- Escucha Isabel, este casamiento nos beneficia ambos - agrega tratando de que
entre en razón.
Lo fulmino con la mirada y contengo mis ganas de golpearlo. No me interesa su
maldito dinero, mucho menos casarme contigo - repito lo que ya le había dicho.
-Necesito una esposa o perderé la empresa - me cuenta desesperado pasando sus
manos por su cabello.
¿Perder la empresa?
- ¿Como?
-Mi jodido abuelo puso una cláusula dónde el primer nieto que contraiga
matrimonio tendría el control absoluto de Salvatore Construcciones, mi primo
va a hacerlo y no voy a permitirlo por eso debemos casarnos antes que él —
comenta suspirando.
-Eso es ilógico-murmuro.
-Lo es, pero no hay nada legal que me impida anular esa cláusula. Contraigo
matrimonio o perderé todo - dice melancólico.
Era la primera vez que lo veía de esta forma, su desesperación lo estaba
llevando al borde la locura y que se case conmigo que soy su secretaria no tenía
lógica en lo absoluto.
- ¿Por qué a mí? ¿Por qué quiere que sea su esposa? — le pregunto porque no
entendía su empeño de obligarme hacer algo sabiendo que hay mejores mujeres
que amarían ser su esposa.
Sus ojos azules se fijan en mi rostro. - Confío en ti, Isabel -toma aire. - Las
mujeres que me rodean solo les importa el dinero y el estatus social que les dará
mi apellido, pero a la primera que pueden te traicionan por eso te elegí, eres
diferente, única, leal, tienes valores, aguantas mi carácter y sé que seremos
explosivos en la cama - agrega dejándome sorprendida.
- No sé qué decirte, Nicholas-balbuceo.
-Solo te pido un sí, no te vas a arrepentir-suplica.
- ¿Cuánto durará la farsa del matrimonio?
-Toda a la vida-responde con seguridad. - Vengo de una familia que cree que
casarse debe ser para toda la vida - acota dejándome en shock.
- Toda la vida- murmuro tratando de procesar la información. - ¿No te importa
unir tu vida a una persona que recién conoces y vivir en una completa
infelicidad? -consulto.
- No mientras salve a mi empresa - declara sacando a la luz su egoísmo
absoluto, prefiere ser infeliz toda su vida, pero tendrá su amaba empresa
siempre.
- Déjame pensarlo, necesito unos días para procesar todo porque ahora no puedo
darte la respuesta que quieres digo mordiendo mi labio inferior nerviosa.
-Si aceptas prometo hacerte la mujer más feliz del mundo además te encantará
ser mi esposa - declara sacando a relucir su ego.
-La cagaste, vete- le pido negando mi cabeza mientas lo saco fuera del
departamento.
Necesito tiempo a solas, pensar en todo.
¿Casarme?
Esa palabra no estaba en mi vida.
Me tiró en el sillón exhausta, mi jefe perdió el poco juicio que tenía para pedir
lo que pedía, pero estaba segura de que por su amada empresa hasta vendería su
alma al diablo.
*****
Pasaron varios días desde la propuesta de matrimonio, Nicholas no volvió
hablar más sobre el tema porque intuía que me estaba dando mi espacio para
que lo pensara, en verdad ya tenía la respuesta solo debía buscar el momento
justo para decirle que no cuente conmigo porque no podía hacer lo que me
pedía. Ese viernes me había quedado a organizar una presentación que debía
hacerse el lunes a primera hora, literalmente estaba tan cansada que no lograba
concentrarme, mi horario laboral ya acabó, pero como buena secretaria todavía
estaba ahí esperando que él salga de su oficina.
-Me voy, señor Salvatore-digo ya no dando más.
- Como quiera- contesta cortante sin hacer contacto visual conmigo.
No iba a caer en esto, él tenía problemas, yo también los tenía.
Cuando salía de la empresa una mano tomó mi brazo provocando que grite
asustada, quedó estática al ver quién era.
-Papa- murmuro con miedo.
- Veo que todavía recuerdas a tu padre, hija - dice sarcástico.
- ¿Qué haces aquí? -pregunto temerosa.
- Primero vine a decirte que saques esa absurda denuncia contra Antonio y
segundo tomarás todas tus cosas, hoy mismo te vienes conmigo a Los Ángeles
para organizar tu boda-ordena.
-No voy a casarme y mucho menos a retirar esa denuncia-lo enfrento.
-No juegues con mi paciencia, Isabel. Estos años que desapareciste trajo miles
de problemas y ahora que te encontré vamos a solucionar el desastre que
ocasionaste - afirma dándome una fulminante mirada.
- ¡No lo voy a hacer! -grite furiosa saliendo de su agarre.
-Respeta lo que digo, niña malcriada - dice levantando su mano para golpearme,
por inercia cierro los ojos esperando el impacto...
-Respete a las mujeres - la voz de Nicholas me hace abrir los ojos para ver cómo
sostenía la mano de mi padre.
- No se meta dónde no lo llaman - gruñe mi progenitor forcejeando con mi jefe.
-Me voy a meter todo lo que se me da la gana porque ella es mi prometida y
nadie nunca más va a lastimarla. - sentencia con seguridad.
- ¿Prometida? -mi padre se ríe. -Ella es mi hija y ya tiene un prometido - agrega
divertido.
-Ex prometido querrá decir porque seré su futuro esposo, el único que cuidará
de ella de todos aquellos que quieran lastimarla - sentencia tomando mi mano.
-Nunca será su esposa - sisea.
-Claro que lo será-lo desafía.
Mi padre me mira con odio. -Eso ya lo veremos-masculla con rabia generando
un escalofrío en todo mi cuerpo.
Temía por mi vida.
Unos fuertes beso me envuelven sintiendo esa protección que necesitaba, él
hombre que dice ser mi padre, el cual debería cuidarme no le importo, solo soy
unas de sus tantas fichas que debe acomodar a su antojo.
Se me es inevitable retener mis lágrimas mientras me envolvía a Nicholas
mucho más sintiendo esa calidez y protección propia de él.
-No llores - me pide acariciando mi espalda tratando de tranquilizarme.
-Si - murmuro entre lágrimas.
- ¿Si qué? - consulta confundido levantando mi rostro para mirarme a los ojos.
Se que no había vuelta atrás, está decisión la tomaba siendo consiente que todo
cambiaría en vida, pero prefería mil veces pasar mi vida con Nicholas que tener
que sufrir a lado de Antonio y mi padre.
-Acepto ser su esposa-digo titubeante.
Sonríe y me atrae más a sus brazos. - Prometo cuidarte siempre Isabel - dice con
esa seguridad que tanto necesitaba.
Confío ciegamente en Nicholas para entregarme a él para el resto de nuestras
vidas, esto era un intercambio de favores, el necesitaba una esposa para salvar
su empresa y yo alguien que trate de mantener a mi familia lo más lejos posible.
Todo sacrificio tiene su consecuencia y la mía es casarme con mi jefe.
CAPITULO 12

Nicholas.
Lo reconozco, soy el peor ser humano de este mundo por aprovecharme de la
vulnerabilidad de una mujer, pero la necesitaba y ella a mí. Esto es un gran
intercambio de favores, Isabel será mi esposa, ambos nos ayudaríamos, lo que
significaba que mantendría mi empresa y la protegería de su nefasta familia
porque no iba a permitir que su padre vuelva a intentar a ponerle una mano
encima. Recordar eso generaba una furia incontrolable en todo mi cuerpo
porque no quiero imaginar que hubiera sucedido si no la seguía, por eso quería
matarlo por haberla asustado como lo hizo, ese hombre no me conocía y no
tiene idea de lo que soy capaz de hacer cuando se meten con uno de los míos.
Luego del incidente, trate de convencerla de que venga a mi departamento, es
más seguro que el suyo, es tan testaruda que se negó a hacerlo. Ver su forma de
desafiarme me daba mucha gracia y sobre todo esa intensa necesidad de querer
probar esos exquisitos labios hasta que nos quedemos sin aire, no sé porque
sentía que mis días a su lado serán toda una aventura de la cual estaba preparo
para descubrir.
Debía reunirme con mis hermanos y mi mejor amigo, por primera vez iba
atrasado, pero hasta que Phil y Frank, desde hoy sus guardaespaldas no
estuvieron postados en la puerta de su departamento no la deje sola, le prometí
cuidarla y eso haría por el resto de mi vida.
- ¡Llego el rey de Inglaterra! - exclama mi hermana al llegar a la mesa donde
están cenando.
-Buenas noches, tuve un percance sentarme a su lado. -me disculpo al sentarme
a su lado
-Ya todos sabemos que tu percance es una linda rubia de ojos azules-acota
Giovanni enarcando una de sus cejas.
-Juro que voy a golpearte si escucho que digas linda en referencia a mi novia -
sentencio dedicándole una fulminante mirada.
No entendía mi lado posesivo cuando se trataba de ella.
-Celoso - se burla Julián dando un sorbo a su copa de vino
-Siguen jodiendo mi paciencia y me iré - digo irritado. Ellos me conocen, tengo
un carácter bastante complicado y soy de explotar muy fácil ante sus
estupideces.
-Nick, no les hagas caso- habla Fran siendo mediadora. - Ellos están celosos
porque están celosos - agrega divertida. -
-Tengo cinco mujeres esperándome para una orgia - declara nuestro hermano.
- ¡Asqueroso! -exclama Fran arrugando su nariz.
- ¿Por qué no vino Isabel contigo? -pregunta mi amigo cambiando de tema.
-Debe ir a clases mañana, tiene que descansar-contesto sonriendo. No tenía idea
que estudiaba, lo supe ese día que le conto a mis padres y me parecía
maravilloso como podía dividir sus tiempos entre el trabajo y sus estudios.
Veo a Giovanni limpiarse sus ojos como si fueran lágrimas. - Nunca imagine
ver esto - frunzo mi ceño. - El gran tempano de hielo de Chicago con novia y
enamorado - agrega empezando a reírse y Julián se une a ellos.
¡Idiotas!
¡No estoy enamorado!
-Inmaduros - murmura mi hermana suspirando. - Ustedes no tuvieron la suerte
de encontrar al amor de su vida como lo hizo Nick, cuando dejen de ser tan
idiotas encontraran el amor - declara ella con seguridad.
- ¿Francesca Salvatore, quieres ser el amor de mi vida? - le pregunta Julián
seductoramente.

-No te pases de listo con mi hermanita - gruño enojado. No quiero ver a


Francesca con un idiota como lo es mi amigo, lo quiero mucho, pero que no se
pase de la raya con estos comentarios más sabiendo lo sobreprotectores que
somos con ella.
- ¡Con mi hermana, no! - lo regaña Gio dándole un golpe en la nuca a nuestro
amigo.
Me traen mi plato de comida, mientras Francesca no paraba de hablar contando
como serían los últimos detalles de los preparativos de la fiesta de aniversario
de nuestros padres. Ella es organizadora de eventos, una loca de la perfección y
el control.
-Me voy a casar- digo sin un poco de sutiliza. Tiro la noticia con tranquilidad,
Gio escupe su vino, Julián se ahoga con su postre y Fran pega un grito,
provocando que toda la atención este en nosotros.
-Lo siento- - se disculpa avergonzada. - ¡Mi hermano se va a casar! - grita para
luego lanzarse a abrazarme. Si ella reacciono así no quiero imaginar cual será la
de mi madre cuando le contemos la noticia.
- ¿Está embarazada? - cuestiona Giovanni.
- ¡No, claro que no! -respondí rápidamente.
- ¿Por qué vas a casarte? -inquiere sorprendido.
-Cállate Giovanni - lo regaña Fran. - Nuestro hermano mayor decidió dar ese
gran paso en su vida y debes felicitarlo no cuestionar sus decisiones-agrega
dándole una fulminante mirada.
-Mis felicitaciones Nick, es una verdadera sorpresa - dice levantándose para
darme un abrazo, sigue muy confundido por la noticia. Al parecer nunca
imagino que esto sucedería y para ser sinceros tampoco pensé que lo haría, pero
por salvar la empresa hare cualquier cosa, esto lo deja claro.
- ¿Cómo se lo pediste? ¿Fue romántico? ¿Cómo reacciono? -cuestiona mi
hermana eufórica.
Me rasco la nuca recordando forma en que le pedí matrimonio, fui un cretino
con todas letras porque le ordené que se debía casar conmigo. - De hecho...-
-No se diga más - me detiene y se levanta de la silla tomando su celular. -Deja
todo en mis manos, organizare una digna propuesta porque debe ser única e
inigualable - agrega con contundencia.
-No hace falta, ella dijo que sí y eso es lo más importante - declaro tratando de
detenerla.
Me mira de la peor forma. - Cierra la boca, te casaras una sola vez en tu vida
con una gran mujer y ella se merece el mejor recuerdo de ese día - sentencia
para luego salir del restaurante.
Nadie la haría entrar en razón por eso dejo que haga lo que quiera, capaz no era
mala idea otra propuesta de matrimonio para Isabel.
Giovanni aprovecha el momento para irse a su supuesta orgia y me deja con mi
mejor amigo que me observa con su ceño fruncido, se lo que dirá después de
todo es el único que sabe la verdad detrás de esta repentina propuesta de
matrimonio.
- ¿Qué? -digo suspirando.
-Sin dudas no tienes escrúpulos, te fuiste al carajo y lo sabes muy bien Nicholas
- se ríe. - ¿Casamiento? Todo por la empresa y ni un minuto pensaste en ella-
agrega molesto.
-Ella acepto-justifico encogiendo mis hombros.
-Te conozco bien y sé que habrás usado uno de tus chantajes. No puedo estar
feliz por esto porque sé que puedes condenarte a una vida de pura infelicidad. -
acota preocupado
Bufo molesto. - Eres el único que sabe la verdad. Isabel acepto casarse conmigo
para que la proteja de su asquerosa familia que solo quiere lastimarla-le cuento
tensando mi mandíbula, con solo recordar el sucedo de esta noche tengo ganas
de romperle la cara a su padre por ser un hijo de puta con todas las letras, sobre
todo al defender al bastardo que trato de matar a su hija.
-Usaste su miedo y vulnerabilidad, ¡brillante idea! - exclama aplaudiendo
falsamente.
-Es mi vida y no necesito que nadie me diga lo que está bien o no - -gruño
molesto.
-Es tu vida, pero sabes muy bien que esa chica no merece todo esto. La estas
condenando a tu lado. ¿Tienes ideas de lo que significa la palabra casamiento? -
me pregunta enarcando una de sus cejas.
-Se lo que significa, Julián - digo poniendo mis ojos en blanco.
-Dudo que la sepas - chasquea la lengua. - Es la unión civil o religioso entre dos
personas ante una autoridad, donde hay obligaciones y la fidelidad, el respeto, la
comprensión entran en juego. Puede que en un fututo haya hijos,
definitivamente no se merece Isabel una vida miserable a tu lado - sentencia con
su mirada seria.
- ¿Piensas que soy un idiota? — inquiero indignando.
- Lo eres, Nicholas - afirma mi mejor amigo.
- Le prometí que la hare la mujer más feliz del mundo y si en un futuro tenemos
hijos seré un gran padre para ellos - sentencio seguro de mis palabras.
Esperen un momento ¿hijos?
¿Por qué pensaba en hijos?
En mis planes nunca estuvo la idea de hijos, esto de formar una familia, ¿ella
querrá hijos?
-Eres un mujeriego, egoísta, un enfermo del trabajo, tu corazón es un bloque de
hielo. Lo repito ella no se merece esto, Nicholas-dice preocupado.
-Puedo cambiar - aseguro sintiendo que podría revertir todo lo malo que tengo,
sé que no soy el hombre ideal, pero lo intentaré después de todo estaremos
casados para toda la vida.
- Espero que lo hagas, Isabel vale mucho porque necesita un amor puro y leal.
Piensa bien, no quiero que sean de esos matrimonios que no se respetan para
nada y se odian mutuamente - comenta sin dejar de mostrar su preocupación.
Julián tenía razón, ella es muy especial. La estoy atando a mí que soy una de las
personas más frías del mundo, no sé de amor, pero voy a hacer todo lo posible
para que Isabel sea feliz toda nuestra vida juntos.
No hay vuelta atrás a nuestras decisiones.
Ella será mi esposa.
Nuestro destino ya está escrito.
CAPÍTULO 13

¿En qué momento dejé que mi vida cambie de forma tan drástica? Como no
recordar ese momento, si todo se volvió un caos el día que precisamente seguí
cada una de las malditas mentiras de mi amado jefe, noten el sarcasmo. A partir
de ahí todo cambió, ahora debía andar por la vida con dos roperos, Phil y Frank,
mi guardaespaldas sumamente innecesario, pero la terquedad de Nicholas había
ganado anoche. Luego del reencuentro con mi padre estaba vulnerable, era muy
consciente que se avecinaban miles de problemas, Octavio Clayton no se
quedaría con los brazos cruzados, lo conocía tan bien que temía por mi vida y
esto me hizo subirme a la locura del casamiento. Oficialmente me casare con
Nicholas Salvatore y no estaba preparada para todo lo que eso significaba, los
comentarios malintencionados no los sabría sobrellevar, más cuando toda le
empresa se entere que seré la esposa de nuestro jefe.
¡Mi vida esta patas para arriba! He pensado en huir, esconderme el país más
insignificante que exista, pero recuerdo que después de todo soy una mujer de
palabra y le había dado la mía a Nicholas, no podía dar marcha atrás más
cuando tengo a mi padre pisando mis talones, listo para encontrar una falla que
me obligue a ser arrastrada a esa miserable vida que quiera que tenga.
-Bell - grita una voz masculina mientras caminaba fuera del campus de la
Universidad. Acababa de rendir mi último examen solo quería llegar a mi casa y
tirarme en la cama a dormir, han sido días demasiados estresantes y merecía
unas buenas horas de sueño que me hagan olvidar de todo. Automáticamente
Phil y Frank impiden el acercamiento de mi compañero de clases.
-Lo conozco-suspire, no quiero seguir siendo el centro de toda esta Universidad.
-Hola Simón- lo saludo cuando mis guardaespaldas lo permitieron.
-Bell-me saluda con un beso en la mejilla. Odio que me llamé de esa forma,
somos compañeros desde que comencé a estudiar, se lo puede definir como un
completo idiota, el típico hijo de papi que hace las cosas con el apañamiento de
su padre, un corrupto fiscal de la cuidad. - ¿Y estos dos? - cuestiona mirando a
los hombres de negro que tengo a mi alrededor.
Chasqueo la lengua no tenía muchas ganas de hablar-Regalo de mi novio-
declaro.
Abre sus ojos sorprendidos. —No sabía que tenías novio, antes se regalaban
flores y chocolates-bromes, Phil y Frank lo miran mal.
-Bueno digo algo incomoda. -Me dirás que quieres? - pregunto de manera
brusca, pero en verdad estoy cansada.
Se rasca la nuca. - Tenemos pensado ir al Soul a festejar nuestro último
examen-cuenta sonriendo
- ¿Al Soul? -asiente con una sonrisa coqueta. - El dueño es mi mejor amigo, veo
si puedo ir-me justifico tratando de impedir que insista porque en verdad no
tenía muchas ganas de moverme de mi casa esta noche, solo quiero descansar.
- ¿Ya tienes planes? -cuestiona con su ceño fruncido
-Isabel-dice una voz masculina que reconozco al instante.
¿Ni un sábado puedo estar tranquila? ¿Qué demonios hace acá?
-Nicholas - me muestro sorprendida tratando de ocultar lo molesta que estoy por
invadir mis espacios.
-Hola cariño-pasa su brazo por mi cintura de manera posesiva ¿No entiendo por
qué se comporta de esa forma? Sin importarle la presencia de los tres hombres
que están a nuestro lado junta sus labios con los míos, en un beso suave que me
deja boba.
-Hola-susurro al mirarlo a los ojos, el muy desgraciado comenzaba a darse
cuenta de que sus besos causaban efecto en mi cuerpo. Odio ver esa sonrisa
arrogante en su perfecto rostro. - ¿Qué haces aquí? - consulto al aclararme la
garganta.
- Vine por ti, así pasamos un rato juntos-mira de forma amenazan a mi
compañero - Nicholas Salvatore, su novio - se presenta, ya ni me molesta que
diga que somos "novios" eso es lo de menos si tarde o temprano todo el mundo
sabrá lo del compromiso.
-Simón Cox, un gusto de conocerlo - ambos se desafían con la mirada. Los
hombres son tan básicos.
-Bueno Simón, veo si voy al Soul esta noche-agarro la mano de mi jefe. - no
prometo nada - sonríe y tiro de la mano de Nicholas para sacarlo del campus
seguido por mis nuevas sombras.
-No irás a ese lugar con el idiota-sentencia con firmeza a penas salimos del
campus.
- ¿Quién lo impedirá? - lo desafío molesta. Odio que trate de imponerse a cada
rato, está muy equivocado
-No me desafíes, te recuerdo que soy tu futuro esposo - contesta con su sutil
sonrisa arrogante, estoy a nada de golpearlo delante de todos.
-Me vale una mierda eso-respondo irritada. - ¿A qué debo tu presencia? -
inquiero cruzando mis brazos.
Suspira y pasa sus manos por su cabello de forma sexy, desvió mi mirada para
no caer en sus encantos. - Se que hoy rendiste tu último examen-achine mis
ojos. - También sé que estás peleada con tu hermano y tu mejor amiga por mi
culpa-Como carajo sabe todo, igual tenía razón, ellos están enojados conmigo
porque Paul se fue de boca contando de mi supuesto compromiso, cosa que los
hizo ofender sobre todo a mi mejor amiga. -Quiero invitarte a comer, lo que tú
quieras prometo no quejarme-asegura sonriendo
¿Alguna vez dije algo que tiene una linda sonrisa?
Lo miro anonadada ¿dónde está mi odioso jefe? No voy a mentir, pero esta
faceta me gusta. -Solo acepto tu propuesta porque tengo hambre, quiero
hamburguesas-digo seria.
- ¿Hamburguesas? - pregunta frunciendo su ceño.
-Prometiste no quejarte, así que mueve ese lindo cuerpo que tienes-enarca una
de sus cejas con media sonrisa, mis mejillas se tiñen de rojo al darme cuenta de
lo que dije- ¡Quiero mis hamburguesas hombre! -golpeo su hombro tratando
que se mueva.
Sonríe nuevamente y me observa de una manera rara que no sabría cómo
explicar, debo repetir que me fascina cuando sonríe. ¡¡NO!! Debía sacar esos
pensamientos ya de mi cabeza antes de que me arrepienta de todo.
Compramos tres hamburguesas, una para él y dos para mí, su cara de sorpresa al
verme elegir me dio mucha gracia, no soy la típica mujer que está a base de
verduras todo el tiempo, me encanta comer estas cosas, son esos pequeños
placeres que uno da de vez en cuando.
No quería estar en la calle y me vi obligada a invitarlo a mi departamento donde
comimos tranquilos, comenzaba a sentirme más cómoda a su lado porque
hablábamos de cosas tribales nada relacionado con el trabajo y se reía de mis
absurdos comentarios. Es la primera vez que lo veía de esta forma y no podía
evitar decir que me gusta este lado suyo.
- ¿Quieres ver una película? -le consulto un poco tímida no quería que se vaya.
-Si, pero ninguna romántica, las odio - contesta provocando que ponga los ojos
en blanco, era de imaginar que al señor sin corazón no le gustara ese tipo de
trama.
Nos acomodados en el sillón con una bandeja de palomitas y una manta después
de debatir un gran tiempo, al fin pudimos llegar a un acuerdo eligiendo El
Capitán América y el soldado del invierno, no soy muy fan de las películas de
superhéroes, pero acepté porque no iba desperdiciar de ver al guapo de Chris
Evans enfundado en ese perfecto traje que usa. ¿Quién puede resistirse a ese
espectacular hombre?
Empezamos a ver la película, todo iba tan bien hasta que mis ojos comenzaron a
pesar, trate con todas mis fuerzas de mantenerlos abiertos, pero Morfeo ganó
esta batalla. Sentía pequeñas caricias que me trasmitían mucha tranquilidad, abrí
lentamente mis ojos para encontrarme con el rostro de Nicholas muy atento a la
película mientras acaricia mi cabello
¿En qué momento me quedé dormida?
¿Cuándo apoye mi cabeza en las piernas de mi jefe?
¿Por qué mierda se sentía tan bien estar de esta forma?
-Te levantaste justo para el final-dice al mirarme mientras sonríe. Con cuidado
me acomode un poco avergonzada, él tranquilamente pasó su brazo por mis
hombros y me atrajo más a su lado, llegue a pensar que todo era producto de un
sueño porque me sentía en shock mientras terminábamos de ver la película
- ¿Ya te vas? - pregunto al ver como se levanta del sillón al finalizar la película.
- Debo irme – responde - Gracias por esta hermosa tarde, es la primera vez en
años que estuve tranquilo sin pensar en trabajo-agrega y no quería mirarlo a los
ojos me sentía rara. - Buenas noches, Izzy-se agacha para dejar un tierno beso
en mis labios.
¿Me acaba de decir Izzy?
-Buenas noches, Nick-murmuro tímida.
Él sonríe, vuelve a dejar un suave beso en mis labios y se marcha de mi
departamento como si nada. Soy la única que sintió todo muy raro, parecíamos
simples novios en vez de jefe y secretaria, no quería reconocerlo, me negaba
hacerlo después de todo lo que había sucedido en simples segundos.
¿Por qué él?
De todos los hombres que hay en este mundo ¿por qué él?
¿Qué estás haciendo conmigo Nicholas?
CAPITULO 14

¿Mis días nunca volverán a ser normales?


¿Solo ruego un lunes tranquilo?
¿Es mucho pedir?
Todos los problemas de mi vida tienen un solo culpable, Nicholas Salvatore.
Gracias a mi amado jefe, noten el sarcasmo, soy el chisme de toda la empresa y
todo porque tuvo la brillante idea de venir juntos al trabajo, en vez de entrar por
separado como todos los días, entrelazo su mano con la mía siendo el centro de
atención. La mayoría de los empleados nos miraban sorprendidos otros, mejor
dicho, el plantel femenino me miraba con rabia, todas ellas querían estar en mi
lugar o pasar por la cama del jefe, pero él siempre las rechazaba he sido testigo
de esas escenas muy incómodas. Ahora soy "la zorra del jefe, lindo apodo me
pusieron las muy perras que desde muy temprano habían divulgado miles de
barbaridades sobre mí y la relación que tengo con Nicholas. Si todos supieran la
verdad detrás de todo esto, no estarían hablando estupideces, ya me había
resignado que de acá en adelante seria así, no me quiero imaginar lo que será de
mi cuando se enteren del casamiento.
-Isabel-me llama. Desde el sábado había notado un cambio de hecho ya no
gritaba ni gruñía a cada rato, se lo veía un poco más sonriente y en verdad me
gustaba esa faceta.
-Señor Salvatore, ¿Qué necesita? -digo siendo profesional. Dentro del trabajo lo
seguiré tratando con ese respeto, porque después de todo el sigue siendo mi jefe.
- Por favor, podrías ir a buscar el presupuesto del nuevo edificio a contabilidad
y elimina todas las citas que tenga entre las doce y las dos de la tarde-habla
dejando su plano para enfocar sus ojos sobre mí.
- ¿Algo más?
-Si-lo miro atenta. - Quiero que estés preparada para esa hora-abro mis ojos
sorprendida. -No sé, porque te sorprendes todo el mundo tiene que
acostumbrarse a vernos juntos- con ese comentario volvió el idiota que tiene en
su ser.
-Ahora vuelvo-contesto de forma cortante. Ya estaba molesta por lo que
divulgaban las perras de mis compañeras y ahora sumen la idiotez de Nicholas
es mucho para un simple lunes.
-Isabel-volvió a llamarme. Busque un poco de paz interna porque estaba a nada
de lanzarle la lapicera que tenía justo en las manos. - ¿Estás enojada? -consulta
confundido.
Se merece el premio al más idiota del mundo.
-No- respondí seria.
-No parece- contesta chasqueando su lengua. -Se que te molestan los
comentarios - frunzo mi ceño -No soy idiota - quise reírme ante su cometario,
pero me contuve no era el momento - estoy consciente de todo lo que están
diciendo, recuerda que solo nosotros sabemos la verdad-se levanta de su sillón
acortando la distancia que nos separaba - Pronto serás una Salvatore, nosotros
nunca rendimos cuenta a nadie, solo ignora las palabras necias de personas
malintencionadas ¿entendiste?-lo miro a los ojos atentamente ¿por qué se
preocupaba por mí? Moví mi cabeza afirmando sin saber que decir-Muy bien,
cariño - besa mi mejilla dejándome shock.
¿Qué le pasa a este hombre?
Solo quería salir de esta oficina, pero el destino estaba en contra mío al
trastabillar provocando que el me sostenga antes de terminar en el piso, muestra
una sonrisa de diversión en su rostro y junta nuestros labios en un pequeño.
-Iré por los papeles - -musito volviendo a juntar nuestros labios. Siento que sus
besos son un poco adictivos y eso me asusta a grandes medidas. A penas salí de
su oficina, corrí al baño necesitaba refrescarme un poco, me sentía acalorada,
cada vez todo se volvía más complicado me mire al espejo contemplado lo
patética que soy, ese hombre está por cambiar completamente mi vida

¿Es tarde para dar marcha atrás?

Si lo era, porque ambos nos necesitamos para seguir con todo lo que se
avecinaba.

Continúe con mi trabajo tratando de ignorar el alrededor, solo faltaban media


hora para salir a almorzar con Nicholas, aunque no quería debía ir, no tenía
ganas de ponerlo de malhumor, no estoy para soportarlo, el sonido de mi celular
me saco del pequeño trance en el que estaba.
- ¿Sí? -consulto confundida al no reconocer el número.
-Señorita Isabel Clayton, nos comunicamos de la Universidad de Chicago para
informar su nota final - mi corazón se detiene en este preciso instante, esto es un
antes y después en mi vida. - La felicitamos Licenciada en Leyes su promedio
es nueve puntos sesenta y seis, la nota más alta-me comunica, ¡oh por Dios!
Quería gritar como una loca. - Pronto recibirá un e-mail con la fecha de
graduación-agregan.
-Muchas gracias -dije con un nudo en mi garganta. Me despido cordialmente de
la persona que acaba de llamar, apoye mi celular sobre mi escritorio sin poder
procesar la información que acababan de darme. Todo sacrificio tiene su
recompensa, era inevitable contener las lágrimas estoy super feliz, salte de la
silla y chille con mucha felicidad, en eso veo como Nicholas sale de su oficina
algo asustado que no me importo nada y corrí a sus brazos, necesitaba compartir
mi felicidad con alguien, esto lo tomó por sorpresa, pero me devolvió el abrazo
con la misma intensidad.
- ¿Qué sucede? - consulta limpiando mis lágrimas con delicadeza mientras no
apartaba sus ojos de los míos.
-Recibí una noticia super buena- ahora está más confundido que antes. - acaban
de comunicarme la nota final de mi examen, ¡Me recibí! -grité eufórica.
Me tona por la cintura y comienza a girarnos. - ¡¡Felicitaciones, cariño!!-grita
conmigo haciendo que ría como una tonta cuando nos detenemos sus labios
están sobre los míos en un intenso beso.
Sus besos son la jodida gloria.
- ¡Cuanto amor! - exclama una voz femenina con diversión. Nos separamos para
encontramos con su madre y hermana que nos miran con una gran sonrisa, estoy
roja de la vergüenza por la situación en que nos encontraron.
- ¿Qué hacen acá? -pregunta de forma brusca.
-Hola mamá ¿cómo estás? sería lo más apropiado no hijo? - le reprocha su
madre haciéndose la ofendida.
Lo golpeo sutilmente para que se retracte, suele ser bastante especial, suspira-
Lo siento, hola, mama, Fran- se acerca a darles un abrazo y beso, vamos
mejorando. - ¿Que hacen por acá? -agrega frunciendo su ceño.
-Vaya con tu sutileza Nick, ya nos dimos cuenta de que interrumpimos – acota
su hermana con diversión. - Hola Izzy - me saluda con un abrazo y su madre
hace lo mismo.
Seguía un poco avergonzada sin saber que decir. - Hola señora Salvatore y
señorita Francesca - las saludo incomoda.
-Ya te dije que sólo dime Giulia, la próxima me enojare sino me tuteas corazón-
me regaña su madre.
-Si cuñada estamos en familias - me guiña el ojo. - ¿Ahora cuenten a que
debemos tanta felicidad? - inquiere curiosa.
Nicholas me abraza por la cintura para acercarme y besa mi mejilla. - A esta
hermosa mujer, acaban de comunicarle que aprobó su examen y ahora tenemos
otra abogada en la familia - les cuenta mirándome con ¿orgullo? Ellas pegan un
grito y empujan a mi jefe para abrazarme y felicitarme me sentía querida por
estas dos mujeres que estaban super felices por mi nuevo logro, capas que ya
debía empezar a considerarme parte de la familia, después de todo seré parte de
ellos para toda la vida.
-Nick, vamos a llevar a Izzy de compras informa su madre enganchando su
brazo al mío.
-Imposible tenemos planes - contraataca.
-No me importa tus planes, ella irá con nosotras-lo desafía su hermana - Isabel
necesita un hermoso vestido para la fiesta - comenta dándole una mirada de
complicidad a su hermano.
Suspira derrotado-Esta bien, tiene la tarde libre, pero-rodé los ojos porque ya
sabía que iba pedir - Phil y Frank irán con ustedes, no quiero quejas-fulmina
con la mirada a su hermana para que no lo contradiga.
- ¿Estás seguro? ¿no vas a necesitarme? -consulto un poco preocupada, no
quiero dejarlo solo y que no tenga a nadie a quien recurrir si necesita algo de
forma urgente.
Me sonríe tan jodidamente sexy que hacen que mis piernas flaqueen. - No
cariño, puedo solo ve y disfruta de tu tarde libre necesitas un vestido para la
fiesta del aniversario de mis padres-acota haciendo que recuerde la fiesta.
-Ya escuchaste a mi hermano, hora de irnos - tiran de mi - corramos antes de
que se arrepienta - susurra provocando una mala mirada por parte de Nicholas.
Mi suegra y cuñada no paraban de hablar de la fiesta, al parecer iba a ser un
evento multitudinario, me hicieron probar miles de vestidos hasta que apareció
el indicado, tampoco dejaron que lo pagará porque según ellas era un regalo por
mi graduación, la terquedad venia de familia ahora que la notaba. Cuando cada
una encontró su vestido nos sentamos a tomar un café, todavía me sentía un
poco cohibida a su lado, son la mamá y hermana de mi jefe después de todo,
tengo un poco de miedo de cómo podrían tomar la noticia de nuestro
compromiso, menos mal que Nicholas no me obligaba a usar ese anillo, porque
no estaba lista para enfrentar todo lo que conlleva organizar una boda
-Bueno Izzy ¿cuándo tendré nietos? - pregunta con diversión provocando que
me ahogue con mi café, Francesca golpea mi espalda riéndose por el momento.
- ¡Mamá! - la regaña divertida. - Mira cómo se puso, pobre Izzy- agrega
negando su cabeza.
-Lo siento, pero digo la verdad quiero nietos - sentencia.
Estoy roja como un tomate, primero un noviazgo falso, después un casamiento
arreglado y ahora quieren nietos ¿dónde está Nicholas cuando se lo necesita?
No puedo con todo esto, sola.
-Por ahora no creo Giulia-le regalo una sonrisa – Quiero dedicarme a mi carrera,
pero más adelante tal vez - contesto un poco incomoda.
-¡Siii! -aplaude feliz. - Quiero varios mini Nick e Izzy corriendo por mi casa -
agrega con una sonrisa sincera.
Estoy un poco avergonzada por su comentario, no había pensado en tener hijos
y menos hablamos con Nicholas sobre el tema, pero tarde o temprano seguro va
a querer un heredero para su imperio. Una tonta sonrisa se formó en mi rostro al
imaginar un pequeño parecido a el
¡¡Oh por Dios!!
¿Qué carajo me está pasando?
Estoy empezando a creer las mentiras, cada soy más consciente que nuestra vida
va a cambiar radicalmente y ya no se puede hacer nada para impedirlo, cada vez
estoy más y más atada a Nicholas.
CAPITULO 15

Nicholas.

Sentía que mi vida estaba cambiando, no sabía si ese cambio se debía a Isabel,
pero debía reconocer que empezaba a acostumbrarme a pasar más tiempo a su
lado, descubriendo y conociendo un poco más de ella. Puedo afirmar que es
hermosa tanto física como internamente, a su lado sonreía más y aprendía
apreciar un poco los pequeños momentos de la vida. Me veía haciendo cosas
que jamás imagine, como ser así de celoso y posesivo, pensando en ella a cada
instante, yendo al cine e infinidades de cosas más que están fuera de mi
estructurada vida. Había olvidado que mi hermana me había pedido que le deje
la tarde libre con Isabel para llevarla de compras, quería que tenga un lindo
vestido para la fiesta de aniversario de mis padres y sobre todo que este hermosa
cuando haga lo que hare. Fran me convenció que ese es el momento perfecto
para volver a proponerle matrimonio, algo más romántico y que siempre
recordaríamos. Esperemos que todo salga mejor de lo esperado.
Mi mamá me manda una foto de Isabel riendo con mi hermana, ella no se daba
cuenta, ya era parte de mi loca familia, ellos la aman y eso suma muchos puntos
a favor. Volví a sonreír al leer un mensaje de Fran que decía que nuestra madre
incomodo a mi novia con la insistente pregunta de cuando vendrán sus nietos.
- Mejor de lo que recordaba-esa detestable voz me hace salir de mis
pensamientos.
- Adriano - gruño al verlo parada en la puerta de mi oficina.
- ¿No te alegra verme de nuevo, primito? - inquiere irónico.
-Sabes que no eres de mi agrado-contesto cruzando mis brazos.
La relación con mi primo no es la mejor, por el simple hecho que nunca voy a
perdonar que hay puesto en riesgo la vida de mi hermana, ella casi murió en ese
accidente, pero como siempre a él no le importo eso, después tenemos esa
competencia absurda que muestro abuelo genero entre nosotros, siempre quería
ganarme y por último teníamos el gran problema de esta empresa familia, la
cual no dejaría que tome posesión.
-A mi si me agrada verte-acota con media sonrisa.
- ¿A qué vienes? -pregunto cabreado.
-Hablar de negocios - declara al sentarse enfrente mío.
Sus negocios nunca eran legales y siempre se quebraba más de una ley
-Dime, no tengo mucho tiempo para perder -mascullo. Quería escucharlo y que
se retire, porque tenía cosas que hacer como sorprender a mi novia con una
sorpresa que ni ella se lo imaginaba.
-Necesito lavar dinero de la mafia - pide siendo directo.
-No usaras mi empresa para las estupideces de la mafia, no somos parte de ello
y me quiero mantener al margen de toda esa mierda-digo dándole una
fulminante mirada.
- Esta empresa el veinte por ciento es mío, tengo derecho a intervenir en cosas
como estas, además será lavado de dinero prometo darte buena plata a cambio-
sugiere.
Sonrío. - Tú tienes el veinte y yo el ochenta, el que toma las decisiones no hace
falta decir quien es, primito, Vete de mi empresa y si es posible nunca más
vuelva - comento.
-Prepárate para caer, Nicholas-trata de amenazarme.
-No te tengo miedo, ya deberías saberlo-acoto sonriendo arrogante.
-Veremos quien ríe ultimo-dice de forma amenazante saliendo de mi oficina.
Bufo cabreado con mi primo, no es la primera vez que viene con estas
estupideces, no iba a meter a mi familia en peligro y a todo lo que conlleva ese
mundo. Estoy seguro de que Adriano pronto sería el heredero de una de las
mafias de Italia, solo espero que ese momento llegue rápido así de una vez
dejaba de joder mi paciencia con eso de querer quedarse con esta constructora
que es el sacrificio puro de mi padre y ahora es mía.
Él no se quedaría con nada mas que es mío.
CAPITULO 16

Cuando salimos del centro comercial luego de una tarde llena compras,
Nicholas nos esperaba con una jodida sonrisa en su rostro ¿por qué sonreía
tanto? Igual prefiero mil veces verlo sonriendo que con su típica cara de mala
leche, a penas nos acercamos me tomo desprevenida besándome delante de su
madre y hermana sin importarle nada, cuando nos separamos tenía mucha
vergüenza ante el tremendo espectáculo en cambio de ellas y los guardaespaldas
sonreían felices ¿Por qué carajo estaban felices? Me despedí de las chicas
Salvatore, subimos al auto de mi jefe, Phil y Frank iban adelante mientras que
nosotros atrás, él había entrelazado nuestras manos y con su pulgar acariciaba
lentamente el dorso de mi mano mientras hablaba tranquilamente por su celular,
yo en cambio me encontraba en shock mirándolo.
¿Qué le sucedía a mi jefe?
Comenzaba a dudar que el hombre a mi lado fuera él
Llegamos señor - informa Phil aparcando en la entrada de mi edificio, bajé del
auto y automáticamente Frank me impidió cargar mis bolsas de compras,
Nicholas llegó a mi lado y volvió a entrelazar nuestras manos para guiarnos
hasta mi departamento. Estaba conteniendo mis ganas de preguntar ¿quién te
invito a subir? pero los reprimía por mi propia salud mental no tenía ganas de
pelear y menos hoy que es un día muy especial.
-Espero que te guste- dice al mirarme fijamente a los ojos, lo observé
confundida porque no entendía nada y del bolsillo de su saco saca una llave
abriendo mi puerta. ¿Quién le dio una llave?
-¡¡¡SORPRESA!!!-gritan cuando entramos, dándome un tremendo susto, pero
cuando reconocí quienes eran no lo podía creer. Lo miré atónita y volví a mirar
a las personas que se encontraban adentro con un inmenso cartel "Felicidades
Abogada" sostenido por Jayden, Catalina, Juliana y Jackson, no me dieron
tiempo a reaccionar que tenía a mi hermano y a Cata abrazándome eufórica.
-¡¡Muchas felicidades, amiga!!- chilla luego de empujar bruscamente a mi
hermano para ser ella la que me abraza ahora.
- ¡No puedo creerlo! -exclamo emocionada.
- ¿Puedo abrazar a mi hermana? -habla un molesto Jayden que mira mal a Cata,
pero ella le saca la lengua y le dio lugar para que me estrechara contra su pecho
besando varias veces mi cabeza. -Estoy muy orgulloso de ti princesa, no sabía
que seriamos colegas-agrega secando mis lágrimas.
- Nuestro turno - exclaman Juli y Jack empujando a Jay así mis dos locos
amigos me abrazaron - ¡¡Felicidades Izzy!! gritaron efusivos. Me alegraba
inmensamente tenerlos a todos conmigo compartiendo este día maravilloso.
-Chicos- digo aguantando mis ganas de llorar. - no sé qué decir - sus brazos me
rodearon mis hombros acercándome a él y aproveche para abrazarlo por la
cintura- No sé cómo se enteraron, pero gracias por estar acá - deposita un beso
en mi mejilla.
-Lo importante es que están acá - me dice mirándome a los ojos. ¿Qué está
haciendo este hombre conmigo?
-La verdadera fiesta nos espera en el Soul - exclama mi amigo Jack, el rey de la
noche en Chicago - Prepare todo así festejamos como se debe-nos guiña su ojo
con complicidad.
-Nicholas te robaremos a tu novia-informa Catalina sonriendo.
El asiente y deja un pequeño beso en mis labios. - Nos vemos en el Soul, cariño
- moví mi cabeza como una tonta para verlo marcharse de mi departamento
como si fuera el hombre más sexy del mundo, me corrijo ese hombre es sexy.
Las locas de mis amigas me arrastran hasta la habitación para cambiarnos
mientras nos reíamos de nuestras caras en las fotos que nos sacábamos. Cuando
estuvimos lista salimos para encontramos con Jayden y Jack sentados en el
sillón tomando una cerveza mientras observaban a mis guardaespaldas.
-Señorita Clayton -me hable Phil. - Deje sus bolsas en la entrada - informa de
forma seria.
-El señor dejó la orden que la escoltemos hasta el lugar-acota Frank
-Está bien chicos-les sonrió. - En unos minutos salimos todos ellos asienten y
salen del departamento.
- ¿Y esto? ¿señorita? ¿el señor? Me suena a novia de mafioso-habla mi hermano
con su ceño fruncido.
Bufo- Larga historia luego te contare, hoy no es el momento - digo para cortar
el tema no quería alterarlo con la verdad. -Ahora tengo una duda ¿cómo se
enteraron? pregunto curiosa.
-Nicholas-dicen en simultaneo provocando que abra la boca sorprendida.
-Él se los dijo? -inquiero anonadada.
-Tienes un gran novio Izzy, me sorprendió su llamado, pero luego agradecí que
lo haya hecho, no podía perderme este día a tu lado-comenta Cata dejando más
desconcertada de lo que estaba.
-Conmigo fue diferente, vino al bufete a decirme lo que tenía pensado hacer-
acota Jayden medio molesto.
- Necesito un trago-pido sin poder procesar lo que dijeron.
Salimos de casa, Phil y Jack nos llevaron hasta el Soul, pero seguía sumamente
perdida en mis pensamientos no entendía ¿por qué tuvo ese gesto tan tierno
conmigo? de toda manera debía agradecerle porque gracias a mi jefe tenía a
todos mis amigos reunidos. Como era de esperar Jack tenía un VIP para
nosotros, nos acomodamos mientras tomábamos una copa y reíamos del obseso
del control que es mi amigo hasta que mi mirada se encontró con la suya
haciendo que salte del sillón para caminar a donde se encontraba el hombre que
ocupa todos mis pensamientos, quería golpearlo y besarlo a la misma vez muy
loco ¿no? pero genera miles de sensaciones en mi cuerpo que son difíciles de
explicar.
-Estas hermosa-dice dejando un beso en mis labios.
¿De verdad que me está haciendo este hombre?
-Mucho amor - se queja una voz masculina, al verlo empuja a su hermano para
abrazarme. - ¡Felicitaciones bella y sexy cuñada! - exclama de forma burlona,
-Giovanni -sisea Nick fulminando con su mirada a su hermano, alias el sexy
doctor.
-Deja de molestar- Fran aparece golpeando su nuca, lo empuja para ser ella
quien me abrace. - No sé cuántas veces te lo dije, ¡felicidades cuñada! -acota y
ambas reíamos con complicidad, tenía un leve presentimiento que seriamos
grandes amigas.
-Pueden devolverme a mi novia-exclama irritado.
-Aun no, amigo- Julián su mejor amigo parece palmeando su hombro. - Falta mi
abrazo - me estrecha en sus brazos, pero sabía que solo lo hacían para enojar a
mi celoso jefe. - Muchas felicidades Isabel, somos colegas - lo miro confundida.
- Soy abogado, rubia y uno de los mejores, serás muy bienvenida en mi bufete -
agrega con seriedad.
Nicholas me separa de su amigo. - Ella no trabajara contigo imbécil-gruñe
- ¿Tienes miedo? Sabes que soy mucho mejor que tú y temes que te cambie por
mi - su comentario solo era para hacerlo enojar un poco más, todos sabemos que
Nicholas tiene muy poca paciencia y carece de humor.
-Ustedes dos-Fran marca a Giovanni y Julián- dejen de molestar y tú. -ahora
marca a Nicholas - deja de ser tan celoso - exclama mirándolos de la peor forma
a los tres. - ¡¡Ahora Izzy a divertimos!! - me libera del agarre de su hermano
mayor y entonces la guio hasta donde se encuentran mis amigos.
Por suerte la velada era fantástica ambos grupos de amigos se llevan
estupendamente bien, las chicas decidieron bajar a bailar mientras los chicos
seguían conversando.
Comenzamos a movernos de manera sensual mientras escuchábamos la música,
sentía su intensa mirada y por eso empecé a moverme más sensual hasta que
unas fuertes manos se aferraron a mis caderas y giré para mirarlo a los ojos, no
entendía que me pasaba, pero ambos nos movíamos dejando que nuestros
cuerpos estén cada vez más juntos sin despegar nuestro contacto visual.
-Me estás volviendo loco-susurra en mi oído erizando todas mis terminaciones
nerviosas.
Terminó la canción y salimos de la pista para volver al VIP, pero ni siquiera
llegamos a subir las escaleras que me arrincono contra una pared y junta
nuestras bocas en un desesperado y apasionado beso, lo seguía con la misma
intensidad sin querer separarme, pero la falta de aire nos obligó hacerlo.
-Nick-jadeo sobre sus labios.
- ¿Qué me estás haciendo? - dice juntando nuestras frentes y manteniendo sus
ojos cerrados. Tenía esa misma pregunta en mi cabeza, ambos sabíamos que
todo estaba cambiando y ya se volvía inevitable estar separados uno del otro.
¿Qué carajo nos está pasando?
CAPITULO 17

Esta noche es la fiesta del aniversario de los señores Salvatore, estoy un poco
nerviosa no dejaba de mirarme en el espejo una y otra vez, Nicholas había
llegado hace media hora a mi departamento, pero todavía no estaba lista. Volví
a mirar por última vez mi reflejo, Francesca no se equivocó al elegir este
precioso vestido que tengo, es perfecto para mí, me sentía muy hermosa esta
noche y también quería que a él le gustara.
Tome aire y un poco de valor para salir del cuarto, ya se nos estaba haciendo
tarde y conociendo su fanatismo por la puntualidad, caminé nerviosa hasta que
nuestras miradas se encontraron, se veía tan sexy con ese perfecto e impecable
esmoquin negro que llevaba con mucha elegancia, su sonrisa era contagiosa, me
encanta verlo sonreír que se me es inevitable no corresponderle.
-Estas hermosa, cariño - murmura mirándome sin un poco de sutiliza.
-Tú no te quedas atrás-acoto al tenerlo en frente mío y de paso aprovecho para
acomodar su moño, se queda paralizado parecía sorprendido, lo había dejado sin
palabras.
Aclara su garganta sin dejar de mirarme a los ojos. - Es hora de irnos-toma mi
mano con delicadeza guiándonos afuera donde Phil y Frank nos esperaban, pero
al verme sus ojos se abrieron exageradamente.
-Está muy hermosa señorita Clayton- dijeron al unisonó como dos tontos.
-No la miren - sisea mi jefe furioso, ellos automáticamente dejaron su mirada
avergonzados.
Subimos al auto rumbo a la mansión de sus padres, ninguno decía nada, el
ambiente estaba muy tenso, no entendía el porqué de su enojo así que decidí
ignorarlo mientras observaba la estrellada noche por la ventanilla. Sentía su
intensa mirada, pero me negaba a mirarlo, sus cambios tan repentinos de humor
me jadían bastante a veces se merecía que le lanzará objetos por la cabeza por
comportarse como un verdadero idiota.
-Isabel - pronuncia mi nombre y sigo ignorándolo. - Siento ser tan imbécil, pero
no puedo controlar lo que me pasa cuando los hombres te observan solo quiero
ser el único que aprecie tu belleza - giro mi cara para mirarlo a los ojos sé que le
cuesta horrores tratar de disculparse - Lo siento - agrega y ya había ganado, por
eso corte el poco espacio que nos separaba para besarlo - ¿Qué me estás
haciendo? - pregunta acariciando mi mejilla.
- ¿Tu qué haces conmigo? - digo sin dejar de mirarnos a los ojos. No entendía
que nos estaba pasando, Nicholas se convirtió en una de las personas más
importantes en mi vida, a ambos nos costaba estar separados uno del otro.
Cuando llegamos apenas aparcamos una muchedumbre de periodistas se
abalanzaron sobre el auto, Phil y Frank trataron de alejarlos así podríamos bajar,
Nicholas fue el primero y después me ayudó, al salir miles de flash de cámaras
se centraron en nosotros casi dejándonos ciegos, entrelazo nuestras manos y
caminamos por la alfombra roja que nos llevaba hasta la inmensa carpa donde
se llevaría el evento.
-No te alejes de mi - pide antes de entrar. Me sentía sumamente nerviosa
además miles de ojos se posaron en nosotros cuando ingresamos ¿cómo este
hombre podía estar tan tranquilo? Yo estaba a nada de un colapso nervioso, no
quería soltarlo porque me sentía muy segura a su lado.
-Padres-el saluda de manera formal.
-¡¡Izzy!! - exclama su madre al verme y me abraza ignorando a su hijo. - ¡Estás
hermosa querida! -agrega sonriendo.
-Gracias Giulia - respondí un poco avergonzada -Es un placer compartir esta
noche con ustedes.
-Eres parte de la familia Izzy - habla Alfonso al darme un cálido abrazo. -Espero
que lo disfrutes, nos vemos en la mesa. Debemos seguir saludando - comenta
tomando la mano de su esposa para alejarse de nosotros
- ¿Cuántos años de casados cumplen? - le pregunto a Nick
-Veintinueve años de casados, ellos se casaron unos meses después que nací -
responde tomando dos copas de champagne que nos ofrece un mozo.
-Eso son muchos años-murmuro sorprendida.
-Creo que eso sucede cuando las personas se aman- comenta encogiendo sus
hombros, mientras comenzamos a caminar por el salón sin soltarnos de las
manos, varias personas lo pararon para saludar y me presentaba como su novia,
más de uno se sorprende, al parecer no se imaginaban que uno de los solteros
más codiciados podía sentar cabeza.
-Cuñada!! - chilla Fran al vemos. - Estas sumamente preciosa, no es cierto
¿Nick? - consulta buscando la complicidad de su hermano.
-Es la mujer más hermosa de este lugar-declara depositando un beso en mi
mejilla.
-Esto te lo debo a ti-digo un poco tímida.
- ¡Oh por dios!, pero que sexy esta mi cuñada - Giovanni empuja a su hermano
para abrazarme atrás suyo estaba Julián, ambos se veían muy guapos esta noche
-Sigo sin comprender ¿por qué estas con este idiota? - bromea.
-Giovanni-sisea mi jefe molesto
- No sé porque te enojas Nick, si esta mujer está que mata-comenta Julián
mientras toma un sorbo de su copa como si nada.
-Juro que voy a matarlos, ¡dejen de mirarla! -dice cabreado.
- ¡Auch! -se quejan cuando Fran les pega a los tres juntos.
- ¿No se cansan eh? - los riñe - ¡Son tonto, re tonto y super tonto... me tienen
cansada! - la pequeña Salvatore estaba enojada con los tres y vaya que estos
grandes hombres les tenían miedo.
- ¿Fran podrías acompañarme al tocador? -le pido porque está a nada de volver
a golpearlos - A ver si a estos tres se les baja la testosterona un poco-digo
graciosamente.
-¡¡La amo más que antes!! - exclama mi cuñado riendo.
- ¡Te voy a romper todos los huesos! -lo amenaza Nicholas mientras nos
alejamos con Francesca.
Cuando salimos del baño una chica solicita la presencia de mi cuñada y
aprovecho para pasear tranquila, camino entre los invitados buscando al hombre
que me vuelve loca, lo diviso riendo con su hermano y amigo tan relajado que
debía decirlo nuevamente me encanta verlo de esa forma.
¿Por qué tiene que ser tan lindo?
- ¿Por tan sola, bella dama? - pregunta una desconocida voz masculina, Miro al
hombre que está al costado mío, su mirada genero un escalofrió en todo mi
cuerpo, su actitud era rara.
-No estoy sola, mi novio me espera - contesto con indiferencia tratando de
seguir mi camino, pero me detiene.
- ¿No veo a ningún hombre? - sonríe con arrogancia ¿Y este de donde salió?
Observo a Nicholas que justo está mirando a esta dirección y lo veo venir
molesto hasta donde estamos con el desconocido.
-Te quiero lejos de ella - ataca cuando me libera del agarre del otro hombre.
-Primo- dice con desprecio ¿primo? - Tienes miedo de que se dé cuenta que soy
mucho mejor que tú - lo desafía.
¿Qué diablos está pasando?
-Adriano-intervine Giovanni molesto - Ahórrate los problemas-este solo levanta
sus manos como forma de rendición y me mira fijamente
-Nos vemos, bella-sentencia muy seguro.
- ¿Estás bien? - Inquiere Nicholas preocupado, su hermano y amigo nos dejan a
solas, solo muevo mi cabeza afirmando - ¿Qué te dijo? - pregunta.
-Nada - contesto muy perdida en todo lo que acaba de pasar.
- Por favor prométeme que no volverás hablar con él - me pide.
Fruncí mi ceño más confundida de lo que ya estaba. - Te lo prometo - afirmo
para dejarlo más tranquilo y me estrecha en su cuerpo aliviado.
Por suerte la velada fue tranquila, la familia Salvatore me hizo sentir muy parte
de ella, creo que me quieren más a mí que a su hijo, pero algo me tenía
preocupada porque notaba a mi jefe muy tenso ¿algo raro había atrás de esto?
- ¿Me concede un baile? - su inconfundible voz me saca de mis pensamientos.
-Claro caballero - le tiendo mi mano y caminamos hasta en centro de la pista de
baile donde varias parejas bailaban cada uno en su mundo, abraza mi cintura
con sus brazos y yo envuelvo los míos en su cuello, nos dejamos llevar por la
tranquila melodía que sonaba.
-Eres muy hermosa, Isabel - acota mirándome fijamente a los ojos a veces
odiaba que lo haga porque sentía que podía ver más allá de todo.
-Gracias-musito apoyando mi cabeza en su pecho, era todo tan raro, pero a la
vez muy lindo estar así.
-Izzy- me habla, pero no quiero mirarlo estoy muy cómoda - Estuve pensado lo
de nuestra boda- mi cuerpo se tensa. - Esa vez hice todo mal y quiero
remediarlo - ahora si lo miro a la cara porque estoy sumamente confundida - Te
conozco hace dos años, hemos pasado tantas cosas, te he tratado infinidades de
veces muy mal, soportas mis cambios de humor, pero a pesar de todo eso nunca
me dejaste, siempre permanecías a mi lado, eres leal, trabajadora, tienes un
corazón tan grande, eres hermosa tanto por fuera como por dentro, te convertiste
en la mujer en quien confió ciegamente, hace unas semanas vine y te obligue a
aceptar mi propuesta - se separa de mí y apoya una rodilla en el suelo, oh por
dios esto debe ser un sueño. - Nunca voy a arrepentirme de esto, nos conocemos
poco, pero a la vez mucho - mis lágrimas son incontrolables - Quiero que seas
mi amiga, compañera, mi esposa, la madre de mis hijos, quiero que seas todo en
mi vida - saca una cajita roja de su bolsillo dejando ver un hermoso anillo de
oro blanco con un delicado zafiro - ¿Isabel Clayton me harías el honor de
casarte conmigo? - estoy paralizada ante su mirada, mis lágrimas no paran.
Nunca nadie tuvo tan linda palabras hacia mí, observo el alrededor que nos
miran sorprendidos a excepción de Giulia y Fran que están llorando vuelvo a
mirarlo, ya no tenía dudas a lo que rondaba en mi cabeza hace varios días.
-Si-musito sin parar de llorar ¿Qué me hizo este hombre? Sonríe feliz y se
levanta para juntar nuestras bocas en un intenso beso, cuando nos separamos
coloco el anillo depositando un beso en mi mano, el salón estalló en aplauso y
vitoreo.
Debía de dejar de darle vueltas a todo lo que mi corazón quería gritar, mi vida
estaba cambiando, pero todo se debe a que me estaba enamorando de Nicholas
Salvatore.
CAPITULO 18

Nicholas.
Todavía recuerdo ese momento donde nos conocimos, llegaba a la constructora,
mis padres me esperaban y de la nada vi como ella se levantaba, trastabilla y la
tomo en mis brazos impidiendo que caiga al piso. Mis ojos se encontraron con
los suyos, esa mirada avergonzada que tenía hizo perderme en ella, me
encantaba el precioso ángel que tenía enfrente mío, Sentí un cosquilleo cuando
nuestras manos se estrecharon me asusto y en vez de acercarme o por lo menos
conocerla mejor hacia todo lo contrario, la trataba mal y miles de veces la
humille, ahora me arrepiento de todo eso. Seguía sin comprender porque me
aguanto tanto tiempo y ahora dos años después todo era muy diferente, ella está
delante mío con lágrimas en sus ojos luego de haber sacado a la luz mi lado
romántico, con delicadeza limpie esas lágrimas.
¿Qué hizo conmigo?
-¡¡¡Mi hijo se casa!!! - grita mamá sumamente emocionada, se abalanzó a
nosotros para abrazarnos.
-No... puedo... creer... mi bebe - dice sollozando, acariciando mi mejilla con
ternura, estoy muy avergonzado.
-Mamá - me quejo, todos los invitados nos están mirando más de uno
sorprendido.
Veo como papá se acerca abrazado a Fran que seca sus lágrimas. -¡¡Muchas
Felicidades!!- me abraza. - Bienvenida a la familia Izzy - exclama al estrecharla
en sus brazos.
-Lo hiciste bien tonto -susurra mi hermana golpeando mi pecho. -Mira su cara,
esto lo recordara siempre - miro a Isabel que está abrumada con los intensos
abrazos de mis padres, debo darle la razón la noto feliz nada que ver a la otra
vez, voy al rescate de mi prometida, vaya suena muy raro decirlo, luego la
mayoría de los invitados nos felicitan y nos desean una completa felicidad.
- ¡Se viene la despedida de soltero más épica, hermano! - Giovanni aparece con
una gran sonrisa diabólica al lado de mi mejor amigo que está igual, estos dos
juntos son un peligro para la sociedad.
- Strippers, alcohol y una noche sin filtro - acota mi amigo con complicidad.
- ¿Strippers? -cuestiona una inconfundible voz femenina, entro en pánico ante
su pregunta, miro a los chicos tratando de que me ayuden a salir de esto, pero
sus sonrisas decían todo lo contrario.
- ¡Cuñada, hermosa! - trata de abrazarla, pero se lo impido. - Antes de la boda
tenemos pensado organizar la despedida de soltero de Nick - juro que voy a
matar a mi hermano. - ¿Te molesta que haya mujeres con poca ropa divirtiendo
el ambiente? - lo mato dudo que llegue a salir vivo de esta casa.
-No - dice dejándonos sorprendidos a los tres, esta mujer es una caja de
sorpresa. - Pero con la condición de que en la mía también van a haber hombres
musculosos - abro los ojos los bien grande... eso es imposible, ningún hombre
musculoso le va a estar bailando a mi prometida.
- ¡No! - sentencio cabreado. - Fiesta sin strippers o mejor la hacemos juntos -
los tres sueltan una carcajada como si estuviera loco.
- No amigo, Izzy nos dio el visto bueno, prepárate para lo épico-exclama con
mucha maldad.
-No quiero despedida-les hablo a los idiotas que considero amigos. - Tu no
tendrás una y menos con miles de hombres que te bailen sin ropa- digo
fulminándola con la mirada.
Ella entorna sus ojos para desafiarme-Voy a tener una despedida - asegura.
Oh linda eso no entra en discusión, voy a impedir esa fiesta como sea
- ¡La amo! creo que es la mujer de mi vida- suspira mi hermano embobado
mirando a mi futura esposa.
-La mía también - comenta el idiota de mi mejor amigo.
-NO LA MIREN!! - gruño tapando a lzzy para que dejen de mirarla. - ¿Ven
esto? - levanto su mano para mostrarle donde se encuentra el anillo que recién le
di para sellar nuestro compromiso. - Ella es mi prometida, solo mía - los miro a
los ojos para que entiendan. - Un comentario más y voy a golpearlos - los
amenazo a ambos, ellos comienzan a reírse y no estoy bromeando, les daré una
buena paliza por ser tan imbéciles.
- ¿Mira eso? - se codean ambos mirando a dos mujeres que se los comen con la
mirada, ponen sus poses de galanes. - Sabes Izzy lo nuestro nunca iba a
funcionar-sin más los dos se van por sus nuevas conquistas.
¡¡idiotas!!
Ahora que estamos solos la mira mal, estoy molesto y ella me muestra una
sonrisa que hace olvidarme de todo, la atraigo a mi para abrazarla haciendo que
ella apoye su cabeza en mi pecho ¿qué diablos hizo esta mujer conmigo?
-No abra despedida - sentencio en su oído, la escucho reír.
-No lo arruines - murmura escondiendo su cara en mi pecho. - Nunca olvidaré
esto - levanta su cabeza para mirarme, me cautivan sus ojos azules - Gracias por
hacerlo especial Nicholas - agrega acariciando mi mejilla.
-Por lo menos esta vez no me lanzaste nada ni tampoco me golpeaste - bromeo
haciendo a ambos reír, me encanta verla sonreír, corté la distancia y la besé sin
importar nada, nuestros labios se movían en una perfecta sincronía, me estaba
volviendo adicto a sus besos. Soy un completo adicto a Isabel Clayton, pero un
maldito carraspeo nos obliga a separarnos y miro a oportuno de Adriano. -
Piérdete - siseo enojado.
-Vine a felicitar a la feliz pareja - dice sarcásticamente.
-No quiero tus felicitaciones, vete...- a la Izzy aprieta con delicadeza mi brazo
para que la mire y al hacerlo se me olvida el odio a mi primo, es la primera vez
que alguien me tranquiliza.
-Muchas gracias, Adriano - le agradece con gentileza, este se la come con la
mirada de depravado que tiene y estoy a nada de lanzarme a golpearlo,
-Si es eso ya puedes irte-intervengo bruscamente, lo quiero muy lejos nuestro.
- No seas así primo, el pasado tendría que quedar en el olvido - lo fulmino con
la mirada no quiero que Isabel se entere porque nos llevamos mal - Ahora te vas
a casar y yo también lo haré, sin rencores - acota falsamente.
- ¿Te vas a casar? - pregunta mi prometida sorprendida.
-Si, bella - aprieto mi mandíbula porque quiero golpearlo. - Mi prometida quiere
una boda en verano - rueda sus ojos. - nos casaremos en agosto - le cuenta.
Entonces lo que significa que debo contraer matrimonio antes que él, así la
constructora seguiría en mis manos.
-Muchas felicidades, espero que sean muy felices - siempre siendo tan linda con
las personas.
- Gracias Isabel - me mira. - Aprende de tu novia, Nick - acota riendo.
-Felicidades Adriano, que sean muy felices - digo sarcástico, me importa una
mierda la vida de mi primo. - Ahora si nos disculpas debemos irnos - entrelazo
mis manos a la de ella para arrastrarla lejos de este maldito.
- ¡¡Chicos!! - nos intercepta mi madre, bufo molesto quiero irme lejos de esta
fiesta en preferencia donde no haya ningún hombre que mire a mi futura esposa.
- ¿Quería preguntarles si les parece quedarse esta noche? Me gustaría hablar
mañana con los dos, en familia - nos sonríe y maldigo internamente esta mujer
no va a dejarnos salir de esta casa, no sé porque pregunta.
-Está bien mamá-contesto buscando un poco de paz interna.
-Bien - aplaude feliz mi madre, cada día está más loca - Ahora voy a robarte a
mi nuera quiero presumirla con mis amigas.
-Ella se queda conmigo-gruño
-Está bien cariño, ahora vuelvo-deposita un tierno beso en mi mejilla dejándome
en una especie de transe.
¿Me llamo cariño?
Lo que queda de fiesta me la paso hablando con algunos conocidos, ya que mi
prometida fue secuestrada primero por mi madre y luego por Francesca al
parecer tengo razón cuando digo que la quieren mucho más a ella que a mí.
Empiezo a buscarla ya que todos se fueron, estaba solo en el salón de la casa de
mis padres terminado mi vaso de whisky, subo las escaleras caminado rumbo a
mi habitación, tenía el presentimiento que estaba ahí y no me equivocaba ella se
encontraba observando una pizarra llena de fotos cuando era más joven.
- ¿No pensé que era curiosa señorita Clayton? - digo apoyado en el marco de la
puerta.
-Nicholas - susurra llevando sus manos a su pecho, la había asustado un poco. -
Lo siento - disculpa avergonzada, es tan linda,
Cierro la puerta y tiro el saco en el sillón lateral de la habitación, comienzo a
desabrochar mi camisa estoy cansado cuando veo que tiene sus ojos muy
abiertos. - ¿Qué? - cuestiono.
- ¿Tú vas a dormir acá? - tartamudea ruborizada no quiere mirarme.
Reprimo mi risa. - Claro, es mi cuarto - termino de sacarme la camisa dejando
mi torso desnudo, por un momento me observa sin descaro, pero luego voltea su
cabeza con sus mejillas colorada, se ve tan adorable.
-No vamos a dormir juntos— sentencia desafiándome.
Suelto una carcajada - Lamento informarte que si, además serás mi esposa
dormiremos juntos en la misma cada hasta que la muerte nos separe - acoto
enarcando una de mis cejas.
-No voy a dormir contigo -
-Como digas-me tiro en la cama. - El sillón no es muy cómodo - pongo los
brazos atrás de mi cabeza y cierro los ojos mostrando que no me afecta.
-Idiota - masculla, tengo que reconocer que me encanta verla enojada.
Por un momento no la escucho entonces abro los ojos preocupado, nuestras
miradas se encuentran está sentada en el maldito sillón con sus brazos cruzados
y me atrevo a confirmar que estaba planeando como va a matarme.
- ¿Qué haces ahí? - le pregunto frunciendo el ceño, está a nada de sacarme de
quicio.
-No tengo ropa y me niego a dormir en la misma cama - responde esquivando
mi mirada, parece una nena caprichosa.
Suspiro frustrado y me levanto de la cama para tomar una remera de mi ropero
y se la lanzo provocando que golpee su rostro me mira indigna. - Ahí tienes
ponte eso, quiero dormir - apago la luz para que se saque un poco esa timidez,
de mala manera entra al baño y aprovecho para sacarme el pantalón y volver a
la cama, un ruido hace que fije mi vista, luz deja verla, casi me da un infarto se
ve extremadamente sexy con mi remera estoy a nada de darme un buen baño
frio, la sigo con la mirada y como era de esperar esta terca mujer no se acuesta a
mi lado, sino que vuelve al jodido sillón ¿cómo le gusta hacerme enojar? la
escucho quejarse y es la señal para intervenir sin hacer ruido me levanto a
buscarla por suerte tenía sus ojos cerrados así que no se dio cuenta de mis
intenciones y la cargue como si fuera una bolsa de papa en mi hombro,
haciendo que pegue un pequeño chillido que casi me deja sordo y sin más la tiré
en la cama para que entienda que ese es su lugar, a mi lado.
- ¿Qué haces imbécil? -
-No es obvio cariño - acoto con sarcasmo - Ahora quédate ahí y deja de
comportarte como una nena caprichosa -le pido suspirando.
-Idiota - masculla acomodándose más lejos de mí. Reprimo una risa y me
acuesto a su lado como está dándome la espalda aprovecho a rodearla con mi
brazo y la traigo más, no se queja, sino que se estremece mi contacto, es la
primera vez que dormimos juntos, es muy raro para ambos.
-Buenas noches Izzy-susurro provocando un bufido de su parte.
No sé en qué momento esta mujer se volvió la persona más importante en mi
vida, tampoco puedo expresar lo que siento por ella porque nunca experimente
algo parecido y sobre todo que siempre me cuesta demostrar un poco mis
sentimientos.
Estoy muy confundido.
CAPITULO 19

Mientras dormía en sus brazos, supe que ese era mi lugar en el mundo y tenía
miedo de como las cosas podrían cambiar mucho más de lo que ya lo estaba
haciendo. Nunca pensé en lo rápido que podía tener estos sentimientos por mi
jefe, lo veía tan lejano como que la vida nos haría conocernos y tenernos algo de
cariño, pero lo que siento es mucho más fuerte, un zoológico habitaba en mi
estómago que se revolucionaba cada vez que el hacía algo que derrumbaba la
muralla que resguardaba mi tonto corazón, es inevitable negarlo, solo me
gustaría que él sintiera algo parecido y no solo me vea como la mujer que
necesita para salvar su empresa, suspire como una boba al sentir sus pequeñas
caricias
-Hola - susurra con voz ronca. Se veía tan lindo con su pelo alborotado que no
parecía un tirano como lo es en la oficina.
Le mostré una pequeña sonrisa. - Hola ¿cómo amaneciste? -
-Bien - acaricia mi brazo sin corta nuestro contacto visual - ¿Tu? -
-Dormí muy bien-sonríe logrando que me derrita por eso.
-No quiero que tengas una despedida - suelta como si nada, luego de estar unos
segundos en silencio.
- ¿Otra vez con lo mismo? - digo molesta porque pensé que le había quedado
bien en claro que me importaba una mierda lo que diga, no va a prohibirme
nada, con más razón quiero esa maldita despedida de solteros con miles de
strippers en lo posible parecidos a los actores que trabajan en Magic Mike.
-No me hables con ese tono - nos separamos ambos molestos, este hombre le
gusta hacerme enojar juro que quiero lanzarle algo por la cabeza.
- ¡Te hablo como quiero, idiota! - lo desafío con la mirada sumamente enojada.
- ¡No me digas idiota! -sisea cabreado. Quiero romper el florero que justo tengo
a mi lado en su jodida cabeza.
- ¡IDIOTA! - suelto mirándolo de la peor forma. Me fulmina con la mirada,
pero antes que pueda refutar algo la puerta de la habitación se abre dejando ver
a su madre con una gran sonrisa.
- ¡Buenos días, chicos! -saluda muy alegremente.
- ¿Acaso no sabes golpear, madre? -gruñe molesto. Este hombre es todo un
dolor de cabeza.
- ¡Buenos días, Giulia! - el saludo de forma educada, ya que su hijo fue muy
descortés. - ¿Cómo amaneciste? - pregunto sonriendo.
- Oh querida muy bien ¿Tu? - consulta sentándose en la cama de mi lado
ignorando a su insoportable hijo.
-Muy bien, todavía no caigo con todo lo que sucedió anoche - digo mirando mi
anillo. En verdad seguía bastante sorprendida por la propuesta de casamiento y
más con las lindas palabras que dijo anoche, me encanta ese lado de Nicholas
no esté el que tengo a mi lado que solo dan ganas de matarlo lentamente para
que sufra por ser un completo idiota.
-Todavía lo recuerdo y dan ganas de llorar, mi bebé se va a casar-dice
conteniendo sus lágrimas, ella es todo un amor.
- ¡Mamá! - gruñe el señor malhumorado
- Cállate Nicholas - lo regaña haciendo que se me escape una risa. - Mira Izzy,
te traje esto - recién presto atención en la ropa que tenía en sus manos. - Nos
imaginamos que no tendrías nada para ponerte y Fran te mando esto - agrega
dejando la ropa en la cama.
-Muchas gracias - le agradezco contenta, me habían salvado porque no tenía
nada de nada para ponerme.
-No es nada cariño, ahora a cambiarse que ya va a estar listo el desayuno -
ambos asentimos como dos niños pequeños y se marcha dejándonos
nuevamente solos.
-Tenemos una conversación pendiente-sentencia levantándose de manera brusca
de la cama dejando a la vista su espalda y su espectacular trasero mientras sale
de la habitación molesto, suspiro frustrada y voy a darme un buen baño antes de
que cometa un crimen.
Cuando estuve preparada baje porque el idiota no había aparecido, unas de las
chicas que trabaja en la casa me guíe hasta el comedor donde la familia
Salvatore me esperaba, tome asiento al lado de mi jefe luego de saludar a cada
uno.
-Bueno chicos ¿cuándo será la boda? - consulta una ansiosa Francesca logrando
que mi cuerpo se tense por completo.
Todos nos miraban esperando una jodida respuesta. - En dos meses antes de que
finalice la primavera - contesta provocado que me ahogue con mi propia saliva
¿dos meses? Está loco eso es muy pronto. - ¿Te parece bien ese tiempo? -
pregunta a su hermana, era obvio que ella será la organizadora del evento, ese es
su trabajo y ama hacerlo.
-Esa pregunta ofende, hermano - hace un silencio-¡¡Es perfecto!! - chilla
contenta. - Mañana mi equipo empieza a trabajar - afirma tecleando en su
celular.
- ¿Qué opinas Izzy? - inquiere un despreocupado Alfonso leyendo su periódico.
- Conociendo a mi impulsivo hijo no te consulto-asegura con seguridad.
-Tiene razón Alfonso, pero me parece bien - les trato de mostrar una sonrisa
verdadera. - Con la ayuda de Fran, Giulia y mis amigas podremos con todo -
trato de mostrar que el tiempo no importaba, pero sí importa son sesenta días.
Dos meses, eso sí asustaba.
-Claro que sí, tienes mi completo apoyo - chilla mi suegra emocionada.
- ¿La despedida de solteros cuándo será? - consulta Giovanni tranquilamente
tomando su taza café.
¿Por qué tuvo que traer a colación el maldito problema?
- No habrá despedida Giovanni, tema cerrado - sisea Nicholas molesto, este
hombre cada vez está más loco. No puede reaccionar así cada vez que se hable
del tema.
-No le hables así a tu hermano-interviene su padre mirando mal a su hijo mayor.
-Lo siento, papá - se disculpa suspirando ¿Qué carajo le pasa hoy? - Necesito un
poco de aire - levanta de la mesa dejándonos a todos sumamente confundidos.
Definitivamente se volvió loco.
-Si me disculpan voy a ver que tiene - digo un poco tímida.
- Déjalo solo, ahora que se fue podemos huir juntos cuñada-bromea Giovanni
guiñando su ojo con complicidad.
-Menos mal que eso no escucho Nick porque hoy si te hubiera golpeado-acota
Fran de forma graciosa, pero tenía razón con el malhumor que tiene era seguro
que se lanzaba a golpear a su hermano.
-Anda Izzy ve a buscar a mi hijo - solo asiento
No sabía dónde podría estar y digamos que no conozco muy bien la casa, pero
algo me decía que salga al patio. Ahí se encontraba recostado en una pared
mirando a un punto fijo, despacio me acerco a su lado copiando su pose, lo
escucho suspirar y fijo mi mirada en el para entender un poco su
comportamiento no podía explotar tanto por solo una jodida fiesta de solteros.
-Lo siento - dice pasando sus manos por su cabello. Le costaba demasiado decir
esas palabras. - Juro que no sé lo que me pasa - entrelazo mis manos con las
suyas dándole un poco de apoyo para que siga. - Nunca fui una persona celosa,
pero solo en pensar que algún hombre bailé desnudo a tu alrededor me enferma.
- aprieta su mandíbula, tenso, es un poco exagerado.
- ¿Confías en mí? - le pregunto.
-Confió en ti, en ellos no- responde dejando en claro que la desconfianza viene
del lado de nuestros amigos.
-Podemos hacer un trato- me mira con curiosidad. - Ambos podemos hacer
nuestras fiestas con la condición de que en ninguna haya strippers - sugiero,
buscando tratar de mediar este problema.
- Acepto - responde de inmediato. - Tengo que hablar seriamente con los
imbéciles de Julián y Giovanni - sonrió al escucharlo más tranquilo.
-Nicholas - lo llamo para que me mire. - Deja de comportarte de esa forma, eres
un dolor de cabeza, mira esto - le muestro mi mano donde llevo el hermoso
anillo de zafiro que me dio anoche. - Cumplo mis promesas, ningún hombre me
interesa desde esa noche en que me prometiste cuidarme impidiendo que nada
malo me pasara, mi vida está en tus manos, serás mi esposo, yo tu esposa. Seré
completamente tuya hasta que la muerte nos separe - termino de hablar segura
de cada una de mis palabras.
Con un ágil movimiento me arrincona contra la pared pegando nuestros
cuerpos, su mano acomoda un mechón rebelde de mi cabello para luego
acariciar mi mejilla, ambos mirándonos fijamente a los ojos. - Mia - susurra
rozando nuestros labios. - ¿Qué diablos haces conmigo, Isabel? - pega con
intensidad su boca con la mía para se muevan en una completa sincronía como
si la vida dependiera de ese beso Me encantan sus jodidos besos, me declaro
adicta a ellos.
CAPITULO 20

Mi hermano, Jayden, es el nuevo problema que debemos enfrentar, tenemos que


contarle lo del compromiso a él y a mis amigos antes que la prensa se nos
adelante, estoy preocupada mejor dicho sumamente nerviosa por la reacción que
puede tener lo conozco muy bien, es un loco de los celos y tenía miedo de
quedarme viuda antes del casamiento.
Debía estar preparada para todo.
Unos golpes en la puerta de mi departamento me sacaron de mis pensamientos,
tomé un poco de aire antes de abrir ahí se encontraba el vistiendo muy informal,
lo reconozco con traje, sin él o sin ropa este hombre se veía siempre muy sexy.
Nicholas Salvatore es sexy por naturaleza, pero no se lo diré no hay que
agrandar ese ego que carga.
-Buenas noches, cariño-saluda con una linda sonrisa, me encanta verlo sonreír.
-Hola Nick - digo dejando que entre a mi departamento.
-Traje vino - comenta mostrando la botella de vino en su mano.
-Vamos a la cocina así lo guardamos - acoto, pero antes de movernos, tomó mi
mano y me atrajo a su cuerpo nos miramos perdiéndonos en los ojos del otro
para luego juntar su boca con la mía en un beso suave, enrede mis brazos
alrededor de su cuello para intensificarlo, olvidándonos de todo. Estar en sus
brazos, sus besos, despertar a su lado y pelear con el son las mejores cosas que
adoro de nuestra rara relación, algunas veces me gustaba besarlo hasta no poder
más y otras quería romper cualquier cosa por su cabeza por ser tan idiota, pero
de algo estaba segura cada día me enamoraba más y más de mi jefe.
-Ahora si son buenas noches - murmura sobre mis labios. - Eres hermosa, amor
- quedo mirándolo como una tonta ¿amor? mi corazón palpitaba a mil, ante esa
estúpida palabra.
-Gracias - mis mejillas estaban un poco coloradas, no sabía si eran producto del
beso o por su halago. - Ven vamos a la cocina - agarro su mano para traerlo
conmigo.
-No sabía que cocinabas - acota sorprendido mientras terminaba de controlar mi
carne con papas.
Preparé el plato favorito de mi hermano, por ahí con su estómago contento hacia
menos pesado comunicar la gran noticia.
-Creo que no sabes muchas cosas de mí, cariño - bromeo.
-No me desafíes cariño, puedo investigar cada uno de tus oscuros secretos - me
desafía con superioridad.
-Más vale que no se te ocurra - lo amenazo con el cuchillo que tengo en mis
manos, este me mira sorprendido y comencé a reírme por su cara.
-Muy graciosa señorita Clayton - exclama sarcástico para que no siga
enojándose me tiro en sus brazos provocando que se ría - ¿Cuándo estemos
casados cocinaras para mí? - pregunta pensativo.
Me hago la pensativa - Puede ser, pero para ello tendría que saber cuál es tu
comida favorita - hablo curiosa.
Nuestra relación es rara, eso ya lo sabemos, pero pereciera que supiéramos todo
del otro cuando eso no es cierto, seguimos siendo unos desconocidos
-Soy de descendencia italiana cariño, adoro las...
-Las pastas - lo interrumpo con obviedad, los italianos y su amor por las pastas.
Con su ayuda terminamos de organizar la mesa cuando golpearon la puerta,
dejando en claro quienes están del otro lado.
- ¿Listo? - consulto nerviosa le había contado como es mi hermano y que
tenemos que estar preparados para todo.
-Listo - asegura dejando un beso en la mano donde llevo el anillo de
compromiso.
-Hola chicos... -trato de saludar cuando abrimos la puerta.
- ¿Qué hace este acá? -ataca mi hermano fulminando con su mirada a mi
prometido, si así empezamos ¿cómo terminará la noche?
- ¡Amiga! - exclama Cata empujando a un celoso Jayden para saludar. - Hola
Nick - lo saluda alegremente.
Mi hermano entra, primero me saluda a mí con un fuerte abrazo y luego bufa
para tender su mano a Nicholas. - Salvatore - gruñe molesto.
-Clayton - saluda con un tono de voz neutra.
- ¿Por qué esta aquí? - pregunta de mala manera.
Ruedo los ojos. - Nicholas es mi novio, así como pasamos tiempo con sus
amigos él está en su total derecho de querer conocerlos también - pongo ojos de
cachorro para que deje de comportarse tan insoportable, suspira y sé que gané
está primera partida.
Luego de la pequeña escena pude saludar a mis otros dos locos amigos, Jack y
Juli, que está un poquito cohibida con la presencia de nuestro jefe, pero gracias
a desinhibición de mi mejor amiga el ambiente comenzó a tornarse más
agradable y pudimos tener una linda velada riéndonos de cosas tribales.
-Princesa-me llamo mi hermano. - Quiero que trabajes conmigo y Paul en
nuestro bufete - sentencia.
Siento a Nicholas tensarse y tomo su mano por debajo de la mesa para que se
tranquilice, su lado celoso, el que le cuesta controlar quiere salir a flote y más
con la absurda idea de que trabaje con mi ex, ni yo quería eso.
-Ella no dejara mi empresa - contraataca bruscamente desafiando a mi hermano.
- ¿Tu quién diablos eres para decir que tiene o no que hacer mi hermana? - esto
se está poniendo feo.
-Chicos no es para tanto - intenta intervenir Jack para calmarlos.
-Soy su … - lo detengo antes de que suelte la noticia. Creo que este no es
momento preciso para soltar lo de boda además ¿por qué diablos, mi hermano
se comporta de ese modo?
-Jay - le hablo a mi hermano - Gracias por tu propuesta, pero no es la única que
tengo, Julián De Luca, su mejor amigo también me ofreció un puesto en su
bufete además todavía no puedo dejar solo a este hombre sin mí no puede hacer
nada - miro a Nick con cariño y este sonríe para atraerme más a su lado mirando
con superioridad a mi hermano.
- ¡Son tan tiernos! -acota Juliana, pero sus ojos van a mi mano izquierda y codea
a mi otra amiga para que la mire lo que marca.
¡¡Oh me olvide ese pequeño detalle, el anillo!!
- ¿Ese anillo es lo que me imagino? - inquiere Catalina emocionada.
Miro a mi hermano sus ojos azules están puestos en mi anillo y para sumar Nick
toma mi mano para dejar un beso sin borrar su hermosa sonrisa.
-Es oficial - confirma sonriendo. - Esta vez hice la propuesta correcta y bueno
esta hermosa mujer acepto - mis amigos gritaron felices mientras que Jay estaba
perdido en su mundo.
- ¿Cuándo es la boda? - pregunta Jack
-En dos meses - aclaro mi garganta para contestar, las chicas me miran como si
estuviera loca
- ¡SESENTA DÍAS! - chilla Cata. - ¿Estas embarazada? - inquiere mirándome a
los ojos.
- ¡NO! - contestamos al unísono con caras de asustados.
- ¿Por qué tan pronto? Son dos meses, sabes lo que lleva preparar una boda -
indaga mi mejor amiga indignada.
Suelto una risa, estoy segura de que con su ayuda y la de las chicas Salvatore
ese tiempo alcanza y sobra para organizar. - Queremos una boda antes que
termine la primavera y tengo una excelente organizadora que si te llega a
escuchar se ofendería - aclaro recordando a Fran y su obsesión por organizar la
mejor boda del año.
-Tengo que hablar con ella porque el vestido lo hará la mejor - sentencia
eufórica, solo asiento con una gran sonrisa ¿quién mejor que ella?, se levanta de
su silla para abrazarme y luego vinieron Juli y Jack que están super feliz por la
noticia.
-Más te vale que hagas feliz a mi amiga Salvatore, no queras que te mate - lo
amenaza mi amigo antes de abrazarlo.
-Será la mujer más feliz del mundo - dice Nicholas abrazándome. Adoro a este
hombre en eso veo a mi hermano reaccionar y levantarse de su silla para
acercarse a donde estamos me separo de mi jefe
- ¿Mi hermanita se casa? - solo asiento y me abraza fuerte. - ¿Cuándo creciste
tanto princesa? -veo sus ojos cristalizarse y ya quiero llorar, deposita un beso
en mi frente y se acerca a Nick, pero antes que reaccione le da un fuerte golpe
en su cara provocando que se caiga.
-¡¡JAYDEN!! - gritamos horrorizados.
¡Mi hermano está loco!
Lo empujo para tirarme al piso al lado de mi jefe preocupada por su golpe, un
gran moretón se le formará en la mejilla, dentro de todo está bien, la abrazo
fuerte y lloro asustada en su pecho.
-Estoy bien, amor - murmura secando mis lágrimas con delicadeza.
-Eso es solo un adelanto de lo que te pasará si lastimas a mi hermana - el idiota
de Jayden lo amenaza.
- ¡Cállate! - gruño ayudando a Nick a levantarse. Sabía muy bien que si él
reaccionaba mal esto terminaba horrible, agradezco que tuvo un momento de
sensatez y no devolvió el golpe.
-Aguanto mi golpe como los mejores así que bienvenido a la familia - bufa mi
hermano. - Perdón - acota con una sonrisa burlona, claro que no se arrepentía
del golpe de hecho disfruto hacerlo.
-Eres un idiota! - exclamo irritada, quiero golpear a mi hermano.
-Está todo bien, cuñado - dice Nicholas estrechando su mano para un apretón y
terminar el drama de una vez. - Ella es la persona más importante en mi vida, no
magino una vida sin Isabel - agrega mirándome a los ojos.
¿Soy la persona más importante en su vida?
Estoy en shock, mi corazón quiere salir de mi pecho de la emoción, es
inevitable no estar enamorada de este hombre. Cada día me vuelve más y más
loca, tanto con su lado tierno o idiota que tiene y debo reconocer que tampoco
imagino una vida sin él.
CAPITULO 21

Nicholas.
Definitivamente mi vida estaba cambiando, creo que para mejor y todo se debe
a esa mujer a la cual pronto llamare esposa. Siempre fui una persona
independiente, un poco solitario, pero desde que ella está a mi lado tengo la
terrible necesidad de estar a cada rato mirándola, escuchándola reír y robándole
besos a cada segundo. Me volví la clase de persona que odiaba y siempre
critiqué. Mi hermana es la que organiza nuestra boda, es un gran dolor de
cabeza que está detrás nuestro buscando constante la aprobación de nosotros,
cuando le dimos vía libre para que haga lo que le parece, sin tener que
preocuparse por el dinero, iba a costear todos los gastos porque quería que todo
se maravilloso para Isabel.
Nos íbamos a casar una sola vez y quería que se sienta como una princesa, no
era un príncipe encantador sino más un ogro en proceso de convertirse en un
caballero,
-Por favor, huyamos - murmura desesperada. Estábamos en una tonta prueba de
pasteles que Francesca nos obligó a asistir con la idea que elijamos le sabor para
nuestro perfecto pastel de bodas, palabras suyas no mías.
-Con gusto - declaro tomando su mano para levantarnos de la mesa.
- ¿Qué hacen? -inquiere mi hermana con una fulminante mirada.
-Iremos a ver las muestras de pasteles, no nos decidimos por la forma ideal que
queremos - miente mi prometida.
-La de forma de pene no, esa es para la de tu despedida de soltera - nos grita
Fran
¿Tortas en forma de pene? ¿Eso existe?
Isabel toma mi mano y tira de allá para que nos alejemos de la mesa donde mi
hermana sigue hablando con la dueña del local. Para nuestra suerte la sección de
pasteles de bodas está en la entrada lo que nos deja más fácil nuestra huida.
-Es buena mentirosa, señorita Clayton - comento mientras nos hacemos los que
observamos los pasteles.
-Aprendí del mejor, señor Salvatore - contesta mirándome a los ojos.
-Ahora entiendo por qué somos la pareja perfecta - acoto con diversión.
-La pareja perfecta de perfectos mentirosos - asegura riendo.
¿Alguna vez dije que me encanta su sonrisa?
Mentiría si digo que solo me gusta una sola cosa de ella.
Escuchamos la voz de Francesca acercándose a donde estábamos, es nuestro
momento.
-Las mujeres y sus tacones-bufo al ver los zapatos altos que tiene.
-No subestimes a las mujeres en tacones - contrataca desafiándome.
-Dudo que puedas correr con eso - afirmo enarcando una de mis cejas.
-Puedo sorprenderte, Nick - sentencia achinando sus ojos. - Nos vemos en tu
auto - agrega antes de abrir la puerta de la pastelería y salir corriendo,
dejándome anonadado.
- ¿Nick? - escucho a mi hermana, no dudo y salgo corriendo. - ¡Son los peores
novios del mundo! - grita desde la puerta.
Se que va a querer matarnos, pero últimamente nos está abrumando demasiado
con todo lo de la boda.
-Corres muy lento, Salvatore - dice Izzy apoyada en mi auto con una sonrisa
triunfante.
-No debí subestimarte- reconozco acercándome a ella para dejarla presionada
entre mi cuerpo y la puerta del auto. - Gano señorita Clayton - digo rozando mis
labios.
- ¿Qué es lo que gane? —pregunta pasando sus manos por mi mejilla hasta
dejarlas en mi nuca, acariciando mi cabello.
-Besar a un apuesto hombre - contesto afirmando mi agarre en su cintura para
atraerla más a mi cuerpo.
- ¿Dónde está el apuesto hombre? - gruño ante su pregunta y sin dudarlo juntos
nuestros labios, su boca se mueve sobre la mía de forma demandante, amo sus
besos.
¡Mierda!
Me declaro adicto a los besos de esta mujer.
CAPITULO 22

Quiero mucho a mi cuñada, pero últimamente esta chica se volvió un completo


dolor de cabeza, perfeccionista, obsesionada con el orden y control. Su intenso
comportamiento comenzaba a abrumar incluso a Nicholas, el señor poca
paciencia solo quería matar a su dulce hermana cuando irrumpía en horarios de
trabajo. Sin embargo, agradecía tenerla conmigo organizando cada mínimo
detalle de la boda, le dimos la completa libertad de que haga lo que quiera, mi
único trabajo seria diseñar con Cata mi vestido de novia y el de las damas, tarea
bastante sencilla, aunque todavía no tuve el valor de reunirme con mi mejor
amiga. Solo faltaban cincuenta días para la boda y eso me ponía sumamente
nerviosa necesitaba despejar mi mente, tenía pensado visitar a una pequeña
personita que solo saca alegría al verlo. Hace tres años lo conocí cuando con
seis meses Demian, llegó al orfanato donde hago un voluntariado, ayudé a
Aurora la directora del lugar a cuidarlo desde ese momento en que lo tuve en
mis brazos, se volvió muy importante, con el tema de Nicholas y sus locuras
hace bastante que no lo veía y la culpa me carcomía. Le hice una promesa y no
la estaba cumpliendo por eso había pedido el día libre en el trabajo, pero el loco
de los celos no quería dármelo lo que provocó que ahora lo tenga a mi lado
conduciendo con un humor del carajo.
Odio que este de esa forma.
- ¿Qué carajo es este lugar? - gruñe cuando aparca en la entrada de la vieja
estructura. Si estaba un poco descuidado, le faltaría pintura, pero no iba permitir
que hable de esa forma
-Mejor cállate, estoy a nada de matarte - digo fulminándolo con la mirada.
Estaba tan cabreada que solo quería golpearlo, este hombre saca un lado muy
violento que no sabía que tenía.
Suspira y sé que trata de controlar su odioso carácter para no explotar. - ¿Qué
hacemos en este lugar? - vuelve a formular la pregunta con un intento de
sonrisa.
Tomo aire y juro que no quiero matarte, aún - Baja y ahora lo verán - contesto
bajando del auto.
Un minuto más en el mismo espacio no iba a poder a controlar mi instinto
asesino, lo escucho bufar apareciendo a mi lado, tomé su mano, pero antes de
entrar les hago señas a Phil y Frank que se queden afuera, es demasiado entrar
con ellos.
Arrastre a Nicholas por los pasillos sin decir nada a estas alturas ya debía saber
que es este lugar, Aurora venía caminando distraída cuando se fijó en mí y una
gran sonrisa apareció en su rostro. No tarde nada en llegar hasta donde se
encontraba para abrazarla, esta mujer era como una madre, estaría siempre
agradecía de todo lo que hizo por nosotras apenas llegamos a Chicago.
-¡Auro! -chillo con felicidad, hace bastante que no la veía.
- ¡Mi niña! - dice sin dejar de mirarme con ternura, pero un momento mira
detrás nuestro y luego volvió a mi sonriendo con picardía. - ¿Quién es él? -
pregunta curiosa.
Aclaro mi garganta. - Auro, te presento a mi prometido, Nicholas Salvatore -
digo por primera vez, aceptando en público que ese hombre será próximamente
mi esposo.
- ¿Tu jefe? -murmura sorprendida. -es mucho más lindo de lo que dijiste-cometa
enarcando una de sus cejas.
¡Oh por Dios!
Quería que la tierra me tragara en este preciso momento, estaba ruborizada hasta
las orejas por su jodido comentario. Ella ha sido mi confidente en esos días
malos donde me quejaba de mi jefe, siempre me preguntaba cómo era y mis
contestaciones siempre eran las mismas, un sexy hombre con un humor del
carajo.
-Un gusto conocerla señora - saluda cordial estrechando su mano, pero ella lo
abraza tomándolo por sorpresa.
-El gusto es mío muchacho, hacen una linda pareja - chilla emocionada. - No
tenía idea del casamiento - me reprocha.
Me encojo de hombros despreocupada o tratando de demostrar eso. - Fue hace
poco
- Les deseo toda la felicidad del mundo - nos dice mirándonos con mucha
ternura.
-Gracias señora - contesta rápido Nicholas estrechándome en sus brazos.
-Auro ¿cómo va todo? - inquiero separándome un poco de él.
Ella suspira con tristeza, pero antes que pueda contestar, una pequeña y dulce
voz me llama. - ¡¡Mizzy!! - grita ese pequeño niño de tres años al que tanto
amo. Corre hasta nosotros y me agacho para esperarlo con los brazos bien
abiertos y abrazarlo, lo había extrañado mucho.
- ¡Demian! -lo abrazo fuerte para llenarlo de besos haciendo que sería a
carcajadas.
-Te estañé Mizzy - susurra y juro que quiero comerlo a besos. Es una pequeña
dulzura, desde bebé vive en este lugar y le es muy difícil que alguna familia lo
adopte porque lo ven "defectuoso" ¡¡gente idiota!! Demian tiene una extraña
condición llamada heterocromia, sus ojos son de dos colores distintos, en su
caso tiene un ojo color celeste y el otro mitad verde y azul. Para mí es el niño
más hermoso del planeta.
-Yo más mi pequeño - lo alce para que conozca a Nicholas. - Te quiero
presentar a alguien a asiente y le dejo un pequeño beso en su nariz. - Demian él
es Nicholas, mi prometido - frunce su ceño adorablemente y lo mira mal, es una
ternura.
-Hola pequeño - lo saluda Nicholas mirándolo con mucha ternura.
-No sod pequeno - contesta con sus brazos cruzados y le da la espalda para solo
mirarme a mí - Es feo, Mizzy - musita en mi oído despacio para que nadie lo
escuche
- ¿No te gusta? - niega enojado. - A mí me gusta - acoto acariciando su castaño
cabello
- ¡FEO! -dice mirando a mi jefe, este sonríe por la cara del niño.
- ¡DEMIAN! - lo regaña Aurora. - No seas descortés con Nicholas - le pide.
-Lo siento Nitolas - se disculpa provocando que la sonrisa se le agrande mucho
más.
-Todo bien campeón - le despeina su cabello. Es la primera vez que lo veía
interactuar con un niño y es jodidamente adorable.
Insistí tanto que logré que Aurora nos de la autorización para llevarlo y que se
quede a dormir en mi departamento con la condición de que mañana a primera
hora lo traigamos de vuelta al orfanato. Con una gran sonrisa salimos felices de
ahí, solo quería sacarlo un poco de este lugar y que se divierta conociendo la
ciudad, por eso decidimos llevarlo a un parque de diversiones, al ver su carita de
felicidad no tenía precio. Se subió a todos los juegos acorde a su edad, me
encanta verlo así disfrutando hasta Nicholas se encontraba relajado, varias veces
lo pesque sacando fotos de nosotros. Cuando tuvieron hambre, nos sentamos a
comer unas ricas hamburguesas, adoraba pasar el tiempo con ellos, miraba
como los dos se encontraban en una pequeña conversación de "hombres", sin
presionar sólitos tomaron confianza y ahora me tenían excluida de su charla por
ser una chica.
- ¿Podemos ir a casa? -interrumpo para que me miren.
-Claro, amor - contesta Nicholas con una sonrisa, me encanta que utilice esa
palabra. - Vamos campeón - ayuda a Demian a bajar de la silla así nos íbamos.
El pequeño se aferró de su mano y de la mía, parecíamos una familia, miré a mi
jefe y por primera vez aprecie un brillo en sus preciosos ojos haciendo que mi
corazón latiera a mil por segundo, cada día me enamoraba mucho más de este
hombre.
Cuando llegamos al departamento fui directo a la cocina a preparar palomitas
mientras ellos elegían la película, volví y ya se encontraban muy cómodos en mi
sillón, tome lugar a su lado para comenzar a ver Cars, no llevábamos ni media
hora que Demian ya se había quedado dormido en mis piernas, Nicholas lo
cargó y lo llevamos a mi cama para que duerma mucho más cómodo.
- ¿Vino? - pregunté cuando lo vi tirarse en el sillón cansado había sido un día
bastante largo.
- Por favor - susurra con uno de sus brazos tapando en sus ojos, algo lo
abrumaba. Suspiré con pesadez para ir a buscar dos copas de vino, cuando
regresé al salón estaba con su celular y su ceño fruncido, muy pensativo.
- ¿Todo bien? - pregunto al sentarme a su lado, asiente sin mirarme y toma un
sorbo de su copa. - ¿Algo del trabajo? - consulto algo preocupada, de la nada
había cambiado su actitud y no sabía que hice o hicimos para que este de esa
forma.
-Todo bien Izzy - dice mirándome fijamente y acomoda un mechón de mi pelo
detrás de la oreja. -Fue un día lindo, hace bastante tiempo que no pisaba un
parque de diversiones. Ese niño es un ángel, muy especial y no merece estar en
un lugar así - agrega algo molesto.
Tomo aire. - Lo sé, pero nadie quiere adoptarlo por el tema de sus ojos - digo
melancólica. No podía entender porque las personas son una porquería.
- ¿Qué? - gruñe molesto.
-Demian nació con heterocromia, una condición rara en sus ojos y lo ven así, no
lo quieren adoptar por eso. A veces los adultos somos horribles solo ven lo
estético y ni siquiera lo conocen - le cuento mientras se acerca más a mí y me
estrecha en sus brazos.
-No lo puedo creer, es un niño tan pequeño, dulce solo busca un poco de amor y
cariño ¿Hace mucho que lo conoces? - inquiere dejando una suave caricia en mi
mejilla.
Muevo mi cabeza en su pecho afirmando, se sentía tan bien estar de esa forma. -
Hago un voluntariado en el orfanato hace varios años, cuando con apenas tenía
seis meses llegó con nosotros, sus padres murieron en un accidente de tránsito,
solo sobrevivió él. Era tan pequeño, indefenso que prometí cuidarlo, todos los
días rezo para que una buena familia llegue y lo adopte así puedan darle una
excelente vida - ahogo un sollozo. - Lo vi creer todos estos años lo quiero tanto-
pestañeo varias veces para impedir que caigan mis lágrimas.
- ¿Por qué te dice Mizzy? - cuestiona acariciando con delicadeza mi espalda.
-Es una mezcla entre mami e Izzy, no quiero que me diga mamá, no tengo los
medios para criarlo, ojalá pudiera hacerlo. Es así cuando comenzó a decir sus
primeras palabras decidió llamarme de esa forma - suspiro un poco triste.
-Ahora puedes - me separo para mirarlo confundida. - Digo podemos adoptarlo,
que sea nuestro hijo - lo miro buscando algo raro en sus palabras, pero solo veía
su completa sinceridad.
- Nicholas, no es un juguete, es un niño inocente que necesita amor, una familia
- hablo tratando que entienda cual es la magnitud de lo que pide.
-Lo se Isabel - chasquea su lengua. - No puedo explicarlo, pero Demian saca un
lado que no tenía idea que existía, tengo una necesidad de protegerlo como a ti,
ya te estoy informando que no pienso llevarlo a ese lugar de nuevo - declara
convencido.
-Nick - hablo con un nudo en mi garganta. - ¿Estás seguro? No quiero
ilusionarme y que no puedas sobrellevarlo, te conozco tienes un carácter de los
mil demonios, no tienes paciencia y eres un enfermo del trabajo ¿podrás con un
niño de tres años? No todo es dinero también necesita mucho amor - digo
mirándolo a los ojos.
- Al parecer tengo varios defectos - afirma con una gran sonrisa. - Tú me
ayudarás, ambos nos ayudaremos en este camino, quiero asumir esto contigo,
vamos a casarnos, tenemos los medios necesarios para ser nosotros la familia
que necesita, sé que parece raro que te diga esto tan loco, pero juro que soy
sincero en cada una de mis palabras ese pequeño niño abrió una puerta, nunca
pensé en ser padre, eres joven sé que quieres dedicarte a lleno a tu profesión, no
puedo mejor dicho no voy a dejar que vuelva a ese lugar ¿qué dices Izzy?
¿estamos juntos en esto? - entrelaza nuestras manos y nos miramos fijamente,
fue imposible contener mis lágrimas.
-Sabes que es un gran reto, todo cambiara en nuestras vidas. Estoy preparada y
estamos juntos en esto - contesto muy segura de cada una de mis palabras.
Sonríe. - Este es el comienzo de nuestra familia-asegura sin apartar esos ojos
azules de mi rosto.
Se sentía tan raro, pero hermoso escucharlo decir nuestra familia.
De ser jefe y secretaria pasamos a ser supuestos novios, luego comprometernos
y ahora juntos, así de locos íbamos a adoptar a ese niño que nos necesita. Nunca
me arrepentiría de haber seguido las locas mentiras de Nicholas porque me
estaba dando algo hermoso, mi familia.
CAPITULO 23

Se que era una locura, algo impulsivo de ambos y no estábamos preparados para
lo que conlleva tener hijo, pero no nos importaba porque sabíamos que teníamos
mucho amor para que Demian sea feliz a nuestro lado. Esa misma noche Jayden
y Julián fueron los primeros en enterarse de la adopción, ellos serán nuestros
representantes en este proceso, conocieron a Demian y quedaron enamorados de
su sobrino. Sin dudarlo automáticamente se pusieron en contacto con la
asistente social del orfanato que les explicó cada uno de los protocolos a seguir,
aunque el único problema era que el pequeño debía volver a ese lugar hasta que
nos entrevisten, Nicholas estaba negado hacerlo hasta que con un par de besos
lo hice entrar en razón, sino cumplíamos con lo pedido todos nos veríamos
afectados.
La única pauta que nos imponía era vivir juntos, eso nos tomó de sorpresa
porque ambos teníamos decidido que después de la boda nos mudaríamos a la
misma casa, pero con una simple mirada nos entendimos y por Demian
haríamos todo y mucho más para que sea feliz, así que acá estoy terminando de
empacar para instalarme en el departamento de Nicholas. Suspiro melancólico
mirando por última vez este lugar donde viví estos años, miles de sensaciones
pasaban por mi cuerpo, bajé un poco triste y me llevé una gran sorpresa, ahí se
encontraba él tan lindo vestido con un impecable traje negro, la imaginaba en la
oficina, él siempre me sorprende, se acerca y me da un beso dejándome
obnubilada.
- ¿Qué haces acá? -pregunto perdiéndome en sus ojos.
- Vine por ti, amor - susurra acomodando un mechón de pelo atrás de mi oreja,
vuelve a juntar nuestras bocas en un intenso beso que es interrumpido par un
carraspeo, ambos miramos mal al inoportuno, Phil tenía su mirada en el piso,
pobre hombre lo que deben pasar con nosotros dos, últimamente estábamos muy
cariñosos.
-Señor ya está todo listo - dice sin hacer contacto visual.
-Lleven todo a nuestra casa, dentro de un rato estaremos allí - mueve su cabeza
y se va con Frank.
Nick me guía hasta su auto para partir rumbo al orfanato teníamos que ir buscar
a Demian, todo el camino fuimos callados en un ambiente muy relajado así
llegamos donde la señora Tanner nos esperaba para la última entrevista. Hemos
pasado por miles de pruebas, la adopción estaba a prueba y lo que significa que
estarán viendo cada uno de nuestros movimientos, además de estar atentos a las
visitas sorpresa de la asistente social controlando que somos buenos padres.
-Señorita Clayton, señor Salvatore - nos saluda estrechando nuestras manos -
Vamos a la oficina para conversar - la seguimos, no podemos negar que estamos
nerviosos - Bueno he revisado sus ingresos, el entorno que lo rodean, sus
abogados tuvieron excelentes palabras hacia ustedes, viven juntos, haremos una
pequeña excepción porque dentro de cuarenta días se casan - hace un
interminable silencio. - Están aptos para adoptar al niño - apreté la mano de
Nicholas emocionada. - Oficialmente les doy la adopción transitoria del menor,
será definitiva el día de su boda - nos sonríe. - Espero que sean muy felices -
manteniendo nuestra emoción asentimos a sus palabras.
- ¿Eso significa que Demian ya puede venir con nosotros? - indaga Nick ansioso
-Si firman los papeles hoy mismo Demian Salvatore podrá vivir con ustedes -
ya no pudimos contener nuestra emoción y nos abrazamos felices, de ahora en
adelante tendrá una familia que lo amaría con todo su corazón, limpiando mis
lágrimas firmé los papeles. - Nos volveremos a ver el día de la boda, ahora voy
a buscar al niño así le cuentan la noticia - ella nos deja procesando la
información ambos nos miramos a los ojos expresando todo lo que nos pasa.
-Lo hicimos, cariño - murmura mi prometido secando mis lagrimas con sus
pulgares.
-Somos padres - digo emocionada.
-Somos padres - repite mis palabras sonriendo.
- ¡Mizzy! ¡Nit! - grita Demian al vernos y se tira sobre nosotros contento. - Los
estañe - agrega mientras me abraza con esa efusividad que tanto lo caracteriza.
-Nosotros a ti, campeón - Nicholas lo sienta en sus piernas. - Con Mizzy
queremos contarte algo - nos mira confundido, acaricio su cabello y me regala
una hermosa sonrisa.
- ¿Qué te parece vivir con nosotros? - pregunto tratando de contener mis
lágrimas.
-¿Siempe? - consulta al mirarnos a ambos.
- Claro campeón, lo que intenta decirte Mizzy es que de ahora en adelante
vivirás con nosotros, seremos tu familia - finaliza mi jefe mirando al pequeño.
- ¿Serán mi mami y papi? - pregunta con lágrimas en sus ojitos.
-Si, mi amor- -digo limpiando sus lágrimas. - Ahora serás nuestro hijo y vamos
a cuidarte siempre, ¿tú quieres que seamos tus padres? - mueve su cabeza
diciendo si y esconde su carita en el pecho de Nicholas llorando de felicidad, los
abrazo a ambos emocionada.
Era un hermoso momento donde al fin dábamos comienzo a nuestra familia de
tres.
Luego de guardar sus cosas y saludar a Aurora que se encontraba super
emocionada por la adopción era el momento de ir a nuestro departamento, él
conducía tan relajado por la ciudad, a veces es difícil saber que piensa o como
se siente, pero hoy se notaba su felicidad, atrás de toda esa mascara de frialdad
tiene un lado tierno que es el que más me encanta y que soy una de las pocas
afortunadas que puede apreciar esos momentos. Aparca en el estacionamiento
subterráneo de su departamento y nos hizo señas para que bajemos del auto,
cargo a Demian en mis brazos y toma mi mano para guiarnos hasta el último
piso, la puerta se abrió dejando ver una inmensa sala con grandes ventanales
donde se podía observar toda la ciudad.
-Bienvenidos a casa - dice con una gran sonrisa. Eufórico nos empieza a mostrar
cada uno de los rincones del lugar, tenía vagos recuerdos, conocemos a Gretel,
una señora de cincuenta años que se encarga de la cocina y limpieza del
departamento, por último, nos guía hasta un pasillo donde se encuentran los
cuartos, nos detenemos en la puerta que tiene un hermoso cartel con el nombre
de DEMIAN.
- ¿Qué dice ahí, Mizzy? me pregunta nuestro hijo.
-Lo que dice ahí es tu nombre - miro a Nick para que hable
-Esta será tu habitación, hijo - abre y ahogo mi jadeo al ver el cuarto, Demian
pega un grito impresionado. El cuarto era una mini pista de carrera, todo en
rojo, una cama que se parecía al rayo McQueen y la temática de la habitación
era sobre la película de CARS, la favorita de nuestro hijo.
- ¿Cuándo hiciste todo esto? - le pregunto mientras vemos como Demian entra
al cuarto sin poder creer que ese será su nuevo lugar.
- ¿Te gusta? - consulta sonriendo.
Abrazo su cintura, este hombre es una caja de sorpresa, cada día me sorprende
con cada gesto que tiene. -Es precioso, Nick - declaro sin poder dejar de
observar al pequeño que no deja de recorrer su habitación con mucho asombro.
- ¿Qué dices Dem, te gusta el cuarto que diseño papá para ti? - le hablo, pero el
sigue en su mundo.
-Lo mejor para nuestro hijo, Izzy - exclama abrazándome. - Creo que lo
perdimos - bromea cuando el pequeño comienza a jugar con sus nuevos autos
ignorándonos
-Está feliz - acoto conteniendo mis ganas de llorar,
Nick me mira y limpia con cuidado una lágrima traicionera. - No llores, mi
amor - me abraza más fuerte para que apoye mi cabeza en su pecho mientras
acaricia mi espalda despacio y así contemplamos cada uno de los movimientos
de nuestro hijo, es tan lindo decirlo.
-Señores - la dulce voz de Gretel obliga a que separarnos - Sus padres juntos a
sus hermanos acaban de llegar - nos informa mientras que sonríe al ver como
Demian jugaba.
- Gracias Gret ahora bajamos, mira a Demian unos minutos - dice mi prometido,
ella asiente y entra a la habitación. - No sé qué hacen aquí, pero es el momento
justo para contarles la noticia – agrega pensativo.
-Creo que si - acoto un poco nerviosa. Tengo miedo de que no lo acepten y eso
me partiría el corazón.
-Tranquila amor, estamos juntos en esto - toma mi mano y deposita un beso
dándome esa seguridad que tanto me ofrece.
Bajamos a la sala, donde podíamos escuchar las voces de su familia, en verdad
no sabíamos qué hacía aquí porque nadie a excepción de Julián y Jayden sabían
que nos mudábamos juntos. Cuatro pares de ojos nos observan con indignación
sobre todo la mirada de Francesca, ella seguía super enojada con nosotros por
ser los peores novios del mundo, no nos perdona que hayamos huido de la
elección del pastel de boda, pero en nuestra defensa todo era demasiado
aburrido y cansador estar probando porciones de pasteles.
- ¿Cuándo pensaban contarnos que se mudaron juntos? - nos ataca Fran apenas
llegamos.
-Primero no tengo que divulgar lo que hacemos a cada rato y segundo no me
gusta que se metan en mis asuntos - suelta de manera brusca, este hombre
cambia su actitud en dos segundos.
-Esa fue una clara indirecta que interrumpimos la inauguración de su
convivencia - dice Giovanni levantando y bajando sus cejas de forma sugestiva.
-Cierra la boca - gruñe pelando con su hermano menor, pongo los ojos en
blanco, Giovanni como siempre siendo tan Giovanni.
-Lo siento - interrumpo frenando la falta de educación de su hijo mayor, cuando
se lo propone es un verdadero cavernícola. - Bienvenidos a nuestro
departamento - digo al separarme del señor celoso y me acerco a saludar a cada
uno de los miembros de su familia. Ellos no tienen la culpa de la idiotez de su
hijo, estos son los momentos exactos donde se merece un buen golpe en la
cabeza.
- ¡Por lo menos alguien se alegra de vernos! - exclama Giulia con una gran
sonrisa.
- Por favor pónganse cómodos que con Nicholas queremos contarles algo - digo
con una sonrisa. Nos miran ansiosos mientras se acomodan en eso aparece
Frank con una bandeja de cafés, seguro Gretel lo mando mientras ella sigue al
cuidado de Demian.
-Oh no me digan que es lo que estoy pensando - lleva sus manos a la boca. -
¿seré abuela? - interrumpe su madre emocionada.
-Por favor, mamá - suspira frustrado. - Les quiero informar una decisión que
tómanos con Isabel - entrelaza nuestras manos y lo miro para que siga. -Hace un
par de semanas conocimos bueno, mejor dicho, conocí a alguien que hizo
cambiar mis expectativas - comienza a hablar sonriendo mientras me mira a los
ojos.
-Eres gay, era momento de que salgas del closet - habla Giovanni irrumpiendo y
ambos lo fulminamos con la mirada no era el momento para sus chistes. - Lo
siento - susurra apenado luego que su madre le haya dado un suave golpe en su
nuca.
- Voy a resumir porque no quiero que vuelvan a interrumpir - hace un silencio. -
Adoptamos a un niño pequeño, se llama Demian. Legalmente es un Salvatore y
nuestro hijo - finaliza dejándolos a todos em silencio.
-¿Mizzy? - se escucha una dulce voz, todos miramos al pequeño que estaba
medio oculto entre el marco de la puerta y la pared.
-Ven cariño - lo llamo para que se acerque. - Quiero presentarte a unas
personas- termina de entra en la sala y corre hasta nosotros, Nick lo sienta en
sus piernas y besa su cabeza, observo como sus padres lo miran anonadados.
-Hola peque, soy Giovanni hermano de Nicholas y eso me convierte en tu tío-
dice al acercarse y le da la mano como saludo. - Seré tu mejor tío el más lindo y
gracioso, ya lo verás - asegura convencido de sus palabras.
-Mi tío Julián es mejor - contraataca el pequeño con su ceño fruncido, se veía
tan adorable mirando a su tío. El tema es que el mejor amigo de Nicholas tenía
por ahora el puesto del mejor tío, estos días se habían llevado mucho mejor con
él, hasta mi hermano estaba ofendido por no ser el favorito.
- ¡Qué! -exclama indignado mi cuñado - Eso es porque no me conoces, ya verás
que seré tu tío favorito - inca su costilla provocando que ría. No sé si será su tío
favorito, pero estoy seguro de que será el que lo lleve a hacer locuras.
-Oh somos abuelos - solloza Giulia en los brazos de su esposo. - Chicos nos han
dado una hermosa noticia - se limpia las lágrimas. - Ven cariño - llama a
Demian para que se acerca, ella lo espero con los brazos abiertos, él nos mira
esperando una respuesta y le hago señas para que se acerque y mi suegra lo
abraza fuertemente. - Soy la mamá y él es el papá de Nicholas eso significa que
somos tus abuelos ahora - se presenta con dulzura - ¿cómo te llamas corazón? -
le pregunta mientras mira embobada a su primer nieto.
-Mi nombre es Demian, ¿abuelos? - le responde y luego pregunta confundido.
-Si Demian, somos tus abuelos - intervine Alfonso con su voz quebrada, está
conteniendo sus lágrimas ahora entiendo a quién salió su hijo, - Bienvenido a la
familia - lo toma en sus brazos. - Es una hermosa sorpresa, ahora Salvatore
Construcciones tiene un nuevo futuro arquitecto - anuncia con una inmensa
sonrisa.
- ¡Tengo un sobrino! - chilla Francesca emocionada y acaricia la carita de mi
pequeño.
Se me es inevitable no poder contener mis lágrimas, Demian no solo nos tenía a
nosotros, sino que unos maravillosos abuelos y unos grandiosos tíos que lo van
a consentir mucho, sobre todo somos una familia que lo va a amar demasiado.
Todo el día se quedaron con nosotros mimando y consintiendo al pequeño
Salvatore, era muy gracioso ver como Giovanni hacía de todo con tal de ganarse
el puesto de tío favorito, luego de la cena se marcharon haciéndonos prometer
que tanto Giulia como Alfonso serán los que cuiden de nuestro hijo cuando
estemos trabajando.
Después de un baño de por medio y leerle un cuento a nuestro hijo se quedó
dormido al instante, salimos de su cuarto sin hacer ruido rumbo al nuestro, tomé
un poco de aire todavía tengo vergüenza de compartir la cama con él, sé que
será mi esposo y en algún momento la tensión sexual que sabemos que hay
mutuamente se terminara, cuando suceda eso no se si nos beneficiara o hundirá
nuestro intento de pareja. Deja que me bañara primero y cuando estuve lista fue
su turno al rato salió solo en bóxer dejando a la vista su espectacular cuerpo
mientras se secaba de manera sexy su pelo fue inevitable escanearlo sin sutileza.
-Siento que estas abusando de mi con tu mirada - dice con una sonrisa pícara.
Pensé que no se daba cuenta que lo miraba y es automático como mis mejillas
se vuelven rojas de la vergüenza
- ¡Oh por dios! -murmuro sumamente avergonzada tapando mi cara.
- Tranquila amor, sé que soy irresistible para tus ojos - acotó acostándose a mi
lado sin dejar de observarme.
- ¡Idiota! - mascullo ahora molesta por ser un maldito ególatra.
-Me parecía raro que no usaras esa palabra en todo el día, como que la
extrañaba - bromea provocando que sonría un poco.
-Te lo digo con cariño - miento pasando mi mano por su mejilla.
-Algunas veces no es con cariño - comenta tomando mi mano que lo acariciaba
para dejar un suave beso. - Ven cariño -me atrae a su cuerpo, aprovecho para
abrazarlo y suspiro mientras acaricia mi espalda lentamente ambos en silencio.
Fue un día de muchas emociones para los dos y necesitamos estos momentos en
donde las palabras sobran.
La puerta de la habitación se abre dejando ver la carita de Demian algo
preocupado y nos hace un mohín super tierno. - Mizzy, Nit - se acerca a nuestra
cama. - ¿Puedo dormir con los dos? - nos pregunta mientras se refriega sus
ojitos.
Miro a Nicholas que está con una gran sonrisa - Claro que sí, campeón - palmea
la cama para que suba y toma lugar en el medio de nosotros, deposito un beso
en su frente.
Amo a este niño, mi hijo, nuestro hijo.
-Es hora de dormir - digo observando a estos dos hombres que tengo a mi lado-
Buenas noches, chicos - abrazo a Demian y Nick pasa sus brazos para
abrazarnos a ambos, se sentía tan bien estar de esta forma, no cambiaría nada
con tal de que todos los días de mi vida estemos disfrutando estos pequeños
momentos en familia.
Ellos dos son mis chicos, lo más importante que tengo, mi familia.
CAPITULO 24

Nicholas.
Dia de chicos, esas fueron las palabras que uso Isabel antes de salir de casa,
tenía una prueba de no sé qué cosa, por eso las chicas la sacaron arrastrando
porque llegaban tarde, solo faltaban veinticinco días para la boda y la loca de mi
hermana estaba insufrible Me dejaron solo con Demian, era la primera vez que
tenía que cuidarlo sin la ayuda de mi bella prometida, no voy a negarlo estoy un
poco nervioso por eso recurrí a llamar a los chicos, pero ahora que lo pensaba
mejor había cometido un gran error Giovanni, Julián y Jayden, no tenían ni idea
de cómo cuidar a un niño de tres años. Suspiro frustrado mirando los planos que
estaban sobre la mesa, tenía que hacer muchos arreglos antes de mostrarle a
Izzy la sorpresa que llevo organizando hace varias semanas, una nueva casa a
las afuera de cuidad, un lugar muy tranquilo para criar a nuestro hijo y a los que
vendrán, había diseñado una gran estructura para mi familia y quería tener todo
listo antes de la boda.
- ¿Mami? -escucho la voz del pequeño desde las escaleras, recién despertaba y
se vela tan adorable con su pijama del rayo McQueen.
-Buenos días, campeón, mamá salió y estamos solos por un par de horas - digo
sonriendo. Es hermoso escucharlo decir "mami", Izzy se emociona con solo
escuchar esa palabra a mí todavía me seguía llamando "Nit", pero le daría su
tiempo para cuando el desee le salga natural decirme papá, espero que sea
pronto porque muero por escuchar de su boca esa palabra.
-Tengo hambre Nit - se queja bajando.
Sonrío, este niño se ganó mi corazón desde la primera vez que lo conocí. -
Mami por suerte dejo algo para que desayunemos - me sonríe y llega para
abrazarme como lo hace todas las mañanas cuando se levanta. Primero lo llevo
a que se lave los dientes y se cambie la ropa para luego ir a la cocina donde
Isabel nos había dejado un gran desayuno preparado, como es sábado Gretel
tiene su día libre así que me tocaría a mi limpiar todo antes de que ella vuelva,
nos sentamos a desayunar, él me contaba todo lo que hizo ayer con sus abuelos,
mis padres están super contento y lo miman demasiado. Al parecer les fascina
mucho ser abuelos porque habían aplazado todos sus viajes para pasar su tiempo
con su tan deseado nieto,
Escuchamos que golpeaban la puerta, lo bajo de la silla para que me acompañe
a abrir, ante nosotros estaban mi hermano, mi mejor amigo y mi adorado
cuñado, noten el sarcasmo.
- ¡Llego el tío más sexy! - entra Giovanni gritando, Muchas veces pienso que
cuando era bebé, mis padres lo dejaron caer accidentalmente es la única
explicación que encuentro a su completa idiotez, debí haberlo regalado cuando
tuve la oportunidad.
- ¡Tío Julián! -grita mi hijo para correr a los brazos de este que mira con
superioridad a los otros dos.
-No puedo creer que siga eligiendo a este idiota antes que a mí - comenta mi
hermano indignado, llevaba varias semanas haciendo de todo para ser el tío
favorito, pero tenía una sensación de que Demian solo le gusta hacerlo enojar.
-Idiota es una mala palabra, mami odia que digan eso - declara mi hijo en los
brazos de su tío Julián mirando mal a Giovanni.
-Amigo estás en problemas - habla mi cuñado chocando la mano con Demian. -
¿Cómo va la paternidad, Nicholas? - me pregunta, sabía muy bien que su
hermana le había prohibido que vuelva a generar una pelea o me golpee. Esa
vez se la deje pasar la próxima no, sé que la vida me dará la oportunidad de
devolverle esa piña que me dio hace semanas atrás.
-Voy aprendiendo día a día - respondo mirando como mi hijo sigue pelando con
Gio. - Pasen, estábamos desayunando con Dem e Izzy nos cocinó como si
fuéramos diez - comento guiándolos hasta la cocina.
- ¿Mi hermana cocinando? - consulta Jayden de forma graciosa. - Soy muy
joven para morir intoxicado - agrega de forma exagerada. Si su hermana lo
escuchara estaría en problemas, para mi lzzy es una brillante cocinera, no puedo
quejarme de ella en ese aspecto.
- ¡Esto esta genial! - acota Giovanni con la boca llena de hotcakes.
-No se habla con la boca llena - lo reta mi hijo y todos empezamos a reírnos.
-Por favor este niño es igualito a ti, Nicholas - se queja sacando la lengua al
niño. Muy maduro de su parte, pero es Giovanni no puedo esperar más de él, es
como un niño pequeño cuando esta con Demian.
- ¿Cuántos años tienes, nene? - se burla Julián. - el pequeño es mucho más
maduro que tú, Gio - asegura divertido.
Giovanni nos mira indignado. - Al parecer todos están en contra mío, pero para
tu corrección este cuerpo tiene solo veintisiete años, siempre son celosos de mi
belleza - afirma.
- Por favor, eso es mentira desde que salgo con ustedes soy el más guapo del
grupo - se auto halaga Jayden.
- Chicos lamento informarles que el único galán del grupo está enfrente suyo-
ahora Julián se unía a la guerra par quien tiene el ego más grande.
- ¿Qué les pasa? - susurra Demian despacito mirando confundidos a sus tres
tíos.
-Son así campeón, los únicos guapos del grupo somos nosotros - acoto
chocando los cinco, él se ríe y afirma con complicidad.
-Aparte de ser hermosa, también cocina es la mujer perfecta ¡quiero casarme
con Isabel! - exclama mi mejor amigo probando uno de sus panes caseros que
ella hace.
- Julián - siseo molesto. Sabe muy bien que odio que digan un halago para mi
prometida, sé que es perfecta no quiero que nadie más aprecie todos sus talentos
ocultos, ella es mía me corrijo ella es mía y de Demian.
-Mi mami nunca se va a casar contigo - dice mi hijo cruzando sus brazos. - Ella
quiere a mi papi no a ti - afirma seguro. Mi corazón se detiene unos segundos al
escucharlo, me acaba de llamar "papi", ¡por dios! soy extremadamente feliz,
nunca pensé que una simple palabra generaría una revolución en todo mi cuerpo
estaba a nada de ponerme a llorar.
¡Me dijo papá!
-Otro mini Nick en potencial - bufa mi hermano. - Este niño es tan parecido a ti
- asegura negando su cabeza divertido.
-Nosotros protegemos a quien más queremos, ¿no es cierto eso hijo? - le hablo
al sentarlo en mis piernas.
-Si mami es nuestra - contraataca Demian, juro que cada día lo amo más.
-Sin dudas es un Salvatore - acota Julián riéndose.
-Ya no eres mi tío favorito - sentencia y le saca la lengua. Este niño tiene mi
lado posesivo y celoso, ambos vamos a proteger a Isabel de cualquiera.
Giovanni suelta una carcajada y se burla de nuestro amigo. - ¿Soy tu tío
favorito, ahora? -
Mi hijo niega. -No, es el tío Jayden - anuncia con maldad, sabía que solo le
gusta pelear con mi hermano.
-Claro que si campeón, la próxima tu tío favorito te traerá una gran torta de
chocolate - le promete mi cuñado.
- ¡Que? -exclama indignado. - Nicholas, este niño no me quiere, prefiere que
este - marca a Jayden. - sea su tío favorito, todos sabemos que soy mucho más
gracioso que el -se queja. Estoy a nada de echarlo de mi casa si sigue con esa
actitud de niño caprichoso,
Ruedo los ojos. -Eres insoportable, Giovanni - mascullo irritado por su
presencia.
-No te preocupes cuando sea grande va a recurrir a mi ¿quién le va a
proporcionar los condones? - se hace el gracioso y solo quiero golpearlo.
Los tres lo fulminamos con la mirada. - Mejor cállate antes de que te golpee - lo
amenazo, está colapsando mi poca paciencia.
-Golpéalo papi - alienta mi pequeño.
-Este niño no me quiere, tampoco te quiero - le saca la lengua. Puede tener
veintisiete, ser el mejor residente de cirugía, pero seguía siendo tan inmaduro
que solo sorprendida.
- ¡No te quiero tonto! -pelea Demian con su tío idiota.
-Dijiste tonto, cuando venga tu mami se lo voy a contar - se burla.
Demian se esconde en mi pecho y comienza a llorar, los tres lo miramos mal a
Giovanni, es un completo idiota por provocar esto.
- ¿Mira lo que hiciste? - gruño molesto, odio ver llorar a mi hijo. - Ya campeón
acaricio su espalda - para que se calme. - Ahora con tus otros dos tíos iremos al
cine, mientras Giovanni lava los platos por potarse mal - asiente y se limpia
solito sus lágrimas para sonreír con maldad, la cara de mi hermano es épica
- ¡Ese niño es el demonio! -bufa con indignación
Mi hijo lo mira mal, y nos reímos mientras ambos se siguen desafiando con la
mirada.
La tarde de chicos termino dejando a Giovanni encerrado en el departamento
como castigo por ser tan idiota y nosotros yendo al cine para ver una película
infantil rodeados de niños y madres que nos observaban con lasciva, al parecer
nunca habían visto a tres hombres con un niño solo disfrutando de una tarde de
sábado.
CAPITULO 25
Celosa, esa palabra quedaba chica ante los sentimientos que tengo cuando esa
maldita mujer Antonella Bauer, está cerca de Nicholas. Hace una semana que
trabajan juntos en un proyecto, mi sexto sentido decía que entre ellos hubo algo
y mis sospechas fueron confirmadas esa misma noche cuando sin ser invitada
apareció en nuestro departamento vistiendo ropa muy corta y ajustada con la
intensión de "discutir” unos problemas que tenía con los planos, su cara fue
épica al verme y peor cuando lo vio con nuestro hijo en sus brazos, pero para mí
la suerte eso no quedó ahí, porque la muy perra comenzó hacerme la vida
imposible dentro de la oficina y se le insinuaba constantemente al idiota de mi
prometido, que encima para completar no se daba cuenta de lo que pasaba, esa
mujer estaba logrando cabrearme más de lo ya estoy y solo quería arrancarle la
cabeza por ser una ofrecida ante un hombre que estaba comprometido. Nunca
había experimentado esa sensación de posesión, me judía bastante no poder
controlar todo lo que sentía, eran inevitables mis celos porque ese hombre es
mío y no dejaría que cualquier mujer dañe a nuestra familia, pero todo se fue al
carajo al ver como ella se lanzó a besarlo y él no lo impidió. Con mi alma
destrozada salí de su oficina sin hacer ruido, necesitaba huir de este lugar me
negaba a llorar, odiaba ser tan estúpida por estar tan enamorada de ese hombre
mientras a él no le importaba nada, por eso con la poca dignidad que tenía bajé
por las escaleras de emergencias para salir sin que mis guardaespaldas se dieran
cuenta. Necesitaba estar sola así que logre salir de la constructora sin que nadie
se diera cuenta.
Caminaba sin rumbo pensando en esto no podía tirar todo porque el único
perjudicado es Demian, pero tampoco quería ser la típica esposa que es
consciente que su marido la engaña, solo faltan quince días para la boda y tenía
miedo del futuro En mi mente venían los recuerdos de mi madre, todavía sigue
sufriendo de las constantes infidelidades de mi padre y ella canaliza todo ese
dolor en el alcohol, siempre estaba borracha y no quería terminar igual, soy tan
ilusa por pensar que mi matrimonio sería diferente pensé que Nicholas era
diferente, pero veo que me equivoque.
¡Me odio!
-Perdón - susurro al chocar con un cuerpo por no prestar atención.
- ¿Isabel? - pregunta una voz masculina, automáticamente giré para mirarlo.
-Julián - digo con un intento de sonrisa.
- ¿Todo bien? - consulta algo preocupado, observo que busca algo detrás mío. -
¿Tus guardaespaldas? ¿estás con Nicholas? - pregunta frunciendo su ceño.
Bufo. - ¡Tu amigo es un idiota! - suelto molesta, ahora tenía ganas de golpear al
maldito de Nicholas si llegaba a aparecer en este momento lo mataría.
Suelta una carcajada. - Eso ya lo sabíamos ¿qué haces solas? -
-Encontré al idiota de tu amigo a los besos con otra - gruño al recordar ese
momento.
- ¡Que! - grita sin poder creerlo varias personas nos miran raro. - Es un
completo idiota - masculla molesto. - ¿Quieres venir conmigo al bufete? - lo
miro desconcertada. - Se que Nicholas me matará, pero hay que hacerlo sufrir -
sonríe con maldad. - que se vuelva loco además podrías ayudarme con algunos
casos - sugiere provocando que ceda, porque no quería volver a la constructora
y mucho menos al departamento no quiero verlo, Julián tiene razón dejemos que
se vuelva loco se lo merece por idiota. Pase gran parte de la mañana con él, lo
ayude analizar algunos casos que eran muy buenos, me ofreció participar en los
procesos, no me negué porque había estudiado varios años y ya era hora que
empiece a trabajar de lo que me gusta. Entrando la tarde la persona que menos
esperada ver apareció con una radiante sonrisa.
- Un pajarito me contó que hay problemas en el paraíso - dice al saludarme con
su sutil alegría apoyando enfrente mío una caja de chocolates.
Lo mire super feliz necesitaba una dosis de chocolates para matar mis penas
amorosas - Gracias Giovanni - digo mirando a mi cuñado.
- Lo sé, soy encantador - ruedo los ojos. - Ahora estoy dispuesto a golpear a mi
hermano - asegura mostrando sus puños.
-No eres el único, pero lo más divertido es que esta como loco buscándola - se
burla. Hace más de tres horas Nicholas había llamado a su amigo desesperado,
que le den, que sufra como lo hice cuando presencié ese espantoso espectáculo.
-Se lo merece - mi cuñado me guiña el ojo con complicidad. - ¿Como está el
demonio? - pregunta.
-No le digas así - lo golpeo despacio - Es el niño más amoroso del mundo -
defiendo a mi hijo, Demian y el pelean a cada rato, cuando están juntos es como
tener unos dos niños de tres años.
-Adoro a mi sobrino, pero se le está pegando lo odioso de Nick - bufa tomando
un vaso de Whisky que le alcanza Julián.
-Es muy temprano para que beban esa cosa - los regaño, eran tan solo las cuatro
de la tarde para que estén tomando alcohol.
Julián suelta una carcajada y Giovanni chasque su lengua. - Cuñada, tuve un día
muy largo, amo mi trabajo, pero a veces lo detesto además esa chica... - se calla
solo dándose cuenta de que hablo de más.
- ¿Una chica te tiene así tan miserable? - se burla su amigo.
-Cállate idiota porque tu estas igual de miserable por Catalina - contraataca mi
cuñado molesto, los observo en silencio.
- ¿Catalina, mi mejor amiga? - inquiero y Julián se rasca la nuca incómodo -
¿Eres el que le manda las flores? -pregunto con media sonrisa.
- ¡No lo puedo creer, le envías flores! -se burla Giovanni riéndose como un
loco. -
-Estúpido- gruñe enojado. - Por lo menos no soy tan cavernícola que piensa que
arrinconar a una mujer y besarla de prepo está bien ¿qué te hizo Juliana? -
inquiere con maldad.
- ¿Tú eres el idiota que acosa a mi amiga? - cuestiono confundida. Juli esta
super enfadada con un hombre que la vuelve loca para que acepte salir con él,
nunca imagine que esa persona era ni más y menos que mi cuñado.
-Primero preciosa no soy un idiota, segundo ella me encanta, pero no quiere
nada, una simple cena le pedí ¿sabes lo que contesto? no soy una más de tu lista
odio a los mujeriegos como tu - suspira frustrado y reprimo mi risa - tercero
puedo llamar a mi hermano para decirle donde esta cierta fugitiva - agrega
enarcando una de sus cejas.
-No serias capas - siseo, me mira como diciendo "sabes que si” - Les daré un
simple consejo, si solo buscan que mis amigas sean un más de sus conquistas de
una sola noche, vayan olvidándose porque ya tuvieron que lidiar con muchos
igualitos a ustedes dos, así que si me llegó a enterar que hicieron algo mal les
juro por mi hijo que se quedan sin descendencia - los amenazo. Ellos no iban a
rendirse y dejarlas en paz, pero ya tenían una idea de lo que les pasaría si tan
solo veo una lágrima en los ojos de mis amigas.
-Lo repito, ¿qué haces con Nicholas? Es el momento justo para escapar y vivir
nuestro apasionado romance por el mundo - acota sugiere Gio divertido.
- Nicholas es un bastando con suerte-agrega Julián. - Creo que es hora de hablar
con él - muevo mi cabeza dándole la razón, ya no podía seguir huyendo de los
problemas.
Los dos me llevaron al departamento contando absurdas historias tratando de
que no piense mucho y esté más tranquila, a la hora de acompañarme al piso
que comparto con Nicholas ellos se negaron porque supuestamente son muy
jóvenes por ser cómplices de mi huida momentánea. Debía estar agradecida por
su compañía esta tarde.
-Te adoro cuñada, pero hasta acá llego, mi hermano está loco - sonrío ante sus
caras de pánico, si Nicholas se entera que estuve con ellos y no le dijeron, los
iba a matar.
-Será nuestro pequeño secreto - afirmo, me hicieron sentir muy bien con su
compañía.
- ¡Mucha suerte, Isabel! - grita Julián cuando suben al auto y veo como se
marchan.
Tome aire, es hora de enfrentar la realidad al llegar a la puerta Phil y Frank me
ven y noto como sus cuerpos se relajan, pobres le habré hecho pasar un día de
mierda.
-Señorita Clayton - susurran al unísono.
- ¿Está adentro? - pregunto suspirando.
-El señor está furioso - dice Phil abriendo la puerta para que pase, ya se podían
escuchaban los gritos de idiota.
-Gracias y siento mucho todo esto - ellos asienten y entro para enfrentarlo, a
penas cierro la puerta nuestros ojos se encuentran y noto la furia de los suyos, su
mirada provoca un escalofrió en todo mi cuerpo.
- ¿Dónde diablos estabas metida? - grita al acercarse.
-No te interesa - respondo con indiferencia. - ¿Demian está en su cuarto? - le
pregunto, quería ver a mi hijo.
Bufa super molesto - Está con mis padres - trato de salir para ir a la habitación,
pero me lo impide - ¿Dónde estabas, Isabel? Estuve preocupado todo el jodido
día buscándote, estaba preocupado - agrega clavando su fría mirada en mi
rostro.
Suelte una risa falsa no creía en ninguna de sus palabras. - ¡¡Mentiroso!! - trato
de irme, pero vuelve a impedirlo sujetando mi brazo.
- ¿Qué carajos te pasa? ¿dónde estabas? - repite generando que suelte todo.
-Sabes que me pasa, te vi, los vi cómo se besaban - su cara palidece al saber que
era consciente de que me engaña con esa maldita mujer.
-Isabel-susurra y trata de tocarme, pero lo empujo.
-No me toques porque voy a golpearte. Si tú tienes una amante, también lo
tendré porque no pienso ser la estúpida esposa engañada que le tienen lástima -
digo con furia tratando de liberarme de su agarre.
Su cara se desfigura y me sujeta fuerte para que me quede quieta. - ¡Tú eres
mía! -espeta en mi cara.
-No soy de nadie y menos tuya - contraataco sumamente cabreada.
-Claro que sí, cariño, eres mi novia, mi prometida, la madre de mi hijo y mi
futura esposa. eres mía y no voy a dejar que ningún hombre se acerque a ti
porque lo matare. Escúchame-me pide suspirando. - Ella me besó no voy a
mentirte, pero no viste lo que pasó después, terminé todo, no pienso trabajar
nunca más con la señorita Bauer, otro arquitecto de la empresa se hará cargo del
proyecto y ¿sabes por qué? - niego - No pienso arruinar nuestra familia, Demian
y tú son lo más importante en mi vida, sin ustedes no sé qué sería de mi
persona, quiero dejarte algo bien en claro - junta mucho más muestras caras y
mis labios rozan los suyos - la única mujer que ocupa todos mis pensamientos
eres tú Isabel, te... - se queda en silencio. - eres todo - lo miro a los ojos y noto
su completa sinceridad y sin más junto mis labios con los suyos en un intenso
beso.
Estoy super enamorada de él, lo amo tanto que no puedo expresarlo mejor, pero
nuestra reconciliación se ve interrumpida cuando abren la puerta dejando ver a
nuestro hijo que corre a abrazarnos, Nicholas lo toma entre sus brazos y me
acerco para depositar besos en sus mejillas.
-Los estañe mami y papi - dice con tanta dulzura que mi corazón late a mil por
segundo al escucharlo. Que nos llame de esa forma siempre es una emoción
para nosotros dos.
-Los quiero mucho-murmuro al abrazarlos.
El enojo se fue solo al sentir como ellos me abrazan más fuerte, nada más me
importaba sólo ellos y de ahora en adelante no dejaría que nadie vuelva
interferir en nuestra felicidad porque estaba dispuesta a pelear con uñas y
dientes por las dos personas que más me importan en la vida.
CAPITULO 26

Solo una semana falta para la boda, Francesca nos está volviendo
completamente locos a todos, perdí la cuenta de cuantas veces Nicholas la saco
de nuestro departamento por colmar su poca paciencia, encima en la oficina
estábamos saturados de trabajo y para completar tengo que encontrar a la nueva
secretaria que va a reemplazarme, porque después de la luna de miel empezaría
a trabajar en el bufete de Julián, me estaba dando la oportunidad de formarme
en la práctica con uno de los mejores abogados penalistas que tenemos en el
distrito de Illinois. Gran parte de la semana me pase entrevistando a muchas
chicas que solicitaban el puesto, pero no me agradaba para nada cuando
quedaban embelesadas al mirarlo, no las culpo mi futuro esposo es un verdadero
dios griego lo que provoca mi lado celoso y posesivo. No quiero que ninguna
otra mujer aprecie su belleza, nunca fui una persona tan celosa, pero al lado de
Nicholas sale solo, más de una vez quise gritarles que es mío y no pienso
compartirlo.
- ¿Qué te sucede? - su voz me sobresalta.
-No encuentro secretaria - digo al volver a releer otro curriculum.
-Puedes quedarte, la única secretaria que quiero eres tú - dice con una sexy
sonrisa tratando de persuadirme.
-Hablamos de ese tema, Nicholas-ruedo los ojos, aunque trate de hacer hasta lo
imposible ya tenía una decisión tomada y no había vuelta atrás.
Bufa conteniendo su explosivo carácter - Observe a muchas mujeres pasar por
este piso alguna de cumplir con los requisitos -
Gruño molesta. - Muchas, la mayoría quiere terminar en tu cama -
- ¿Celosa? - inquiere con una sonrisa burlona. Le parece divertido, estos son los
momentos en donde se merece un buen golpe por ser tan idiota.
Lo fulmino con la mirada, se lo estaba por negarlo, pero no podía. -Lo estoy-
afirmo cruzando mis brazos. - Así como no quieres que ningún hombre me
mire, tampoco quiero que ninguna mujer te mire como si fueras un caramelo -
agrego molesta mientras observo su cara de sorprendido, me encanta, no puedo
controlar mi lado posesivo.
Lo veo caminar hasta mi silla, se pone en cuclillas y toma mis manos, ambos
nos miramos fijamente. - No importa cómo me miren otras mujeres, la única
que me importa eres tú, amor -con esas simples palabras derribo todas mis
malditas inseguridades y sin darle tiempo a reaccionar me tiro en sus brazos
generando que ambos caigamos al piso como dos tontos, nuestras risas
retumban en la oficina, sí que habíamos cambiado en estos meses.
- ¿Por qué no nos vamos? - pregunta ayudando a levantarme y me arrincona
entre su cuerpo y el escritorio.
Lo miro y acaricio su mandíbula. - ¿Quién eres y que hiciste con mi jefe? -
consulto divertida.
-Tú tienes la culpa - comenta. - ¿Qué dices nos vamos? - vuelve a preguntar
mordiendo mi labio inferior, un jadeo sale de mi boca y lo atraigo para que su
boca se junte con la mía. Amo sus besos.
Sin decir nada partimos rumbo a algún lugar no quería preguntar porque me
encanta ver a Nicholas relajado disfrutando los pequeños momentos; entramos
en un finolis restaurante de la ciudad, odio estos lugares tan ostentosos, aunque
me crie en estos ámbitos los detesto soy mucho más simple, pero a él le encanta
este lugar es su favorito. Una chica nos guía hasta nuestra mesa, no paraba de
comérselo con la mirada y mi chip de novia celosa se prendió automáticamente.
- ¿Ya saben que ordenar? - pregunta sin dejar de mirar a mi prometido, el cómo
siempre no es consciente de la situación está tan concentrado en el menú que no
le presta ni el mínimo de atención. - Amor - lo llamo con voz melosa. -El bebé
tiene hambre - agrego acariciando mi panza, ella me mira sorprendida mientras
que Nicholas primero me observa como si estuviera loca, pero luego sonríe
entendiendo mi jugada.
- Por favor, señorita traigamos un buen plato de pasta, mi bella esposa tiene que
alimentar a nuestro hijo ¿no es cierto cariño? - solo asiento haciendo un mohín.
La chica tensa su mandíbula y se marcha enojada es inevitable reprimir mi risa
ante tremenda escena.
- ¿Qué? - le pregunto cuando termino de reírme, él está recostado en su silla con
una gran sonrisa podría jurar que se divierte con todo esto.
- No sabía que era tan celosa señorita Clayton - dice con una sonrisa burlona.
Copio su misma pose. - En mi defensa señor Salvatore esa mujer indiscreta
estaba por tener un orgasmo por solo mirarlo - le cuento.
Enarca una ceja sin borrar su sonrisa de diversión que tiene. - Soy muy
irresistible para muchas mujeres - declara de forma ególatra.
- ¡Idiota! - mascullo molesta.
-Quiero recordarte que al finalizar la semana este idiota será su esposo - declara
sin borrar su sonrisa.
-Todavía estoy a tiempo de arrepentirme - contraataco para solo hacerlo enojar
un rato.
Su cara cambia de inmediato y suelto una carcajada. -Muy gracioso, Isabel-
contesta un poco cabreado. Por suerte logro sacar su malhumor con un intenso
beso que es interrumpido por la chica que nos atiende, comemos tranquilo con
muchos besos y caricias de por medio, me fascina con locura cuando es tan
cariñoso detrás de toda esa máscara de frialdad hay un hombre bastante
romántico
- ¿Qué te pasa? - pregunto al verlo que me mira fijamente mientras deleito un
exquisito tiramisú.
-Solo admiro tu belleza - dice tomando muy tranquilo su copa de vino. - Nunca
tuvimos una cita - acota provocando que lo mire muy desentendida, no entendía
a donde quiere llegar con todo esto.
- ¿No te parece medio tarde para pedirme una cita? - le muestro mi mano
izquierda donde llevo el precioso anillo de compromiso.
Muestra una sonrisa y niega divertido. -Todo pasó tan rápido, un falso
noviazgo, compromiso, un hermoso hijo y ahora nuestra boda - hace un silencio
mientras acaricia mi mano. - Lo nuestro es tan raro, pero no cambiaría nada,
Demian y tú son lo más importante de mi vida - declara sin apartar su intensa
mirada de la mía.
¿Cómo no amar a este hombre?
-Tampoco cambiaria nada, gracias, Nicholas - murmuro.
- ¿Gracias por qué, Izzy? - limpia mis tontas lágrimas que derramo de completa
felicidad.
- Por cumplir tu promesa, cuidarme, por hacer que todos los días sea la mujer
más feliz del mundo a tu lado junto nuestro hijo. Gracias porque es la primera
vez que tengo una verdadera familia - reconozco sin dejar de mirar al hombre
que amo.
-Eres mi todo Izzy, no sé cómo explicar mis sentimientos es algo tan grande y
muy fuerte que solo te hace ser la completa dueña de mi corazón - cada una de
sus palabras es una declaración que me dejaron sin aire. No sé cómo responder,
él también es el dueño de mi corazón nunca pensé que terminaría tan enamorada
de mi jefe y sin saber que responder junte nuestras bocas en un beso lleno de
mucho amor, no imagino una vida sin él.
-Basta de llorar de cariño - termina de secar mis lágrimas. -Sabes tengo una
sorpresa para ti - agrega mostrándose misterioso.
- ¿Qué es? - cuestiono con mi ceño fruncido.
Rueda los ojos. -Amor, es sorpresa si te lo digo dejará de serlo-
Me cruzo los brazos como una niña caprichosa. - Odio las sorpresas, Nicholas -
digo mientras veo como paga la cuenta.
-Eso es mentira, amas las sorpresas - me hace señas para que lo siga.
En un completo silencio nos subimos en su auto, no decía nada y eso aumentaba
mis niveles de ansiedad. Me gustan las sorpresas, pero esto me ponía nerviosa,
más cuando el camino que tomábamos era el que usábamos para llegar a la casa
de sus padres. ¿La sorpresa es ir a ver a sus padres? Mi mirada se encuentra por
unos segundos con la de Nicholas, verlo sonreír solo me hace fruncir el ceño,
¿Qué está tramando este hombre?
-Dime donde vamos - le pido desesperada.
-Espera, cariño - acota al estacionarse en la entrada de unos portones negros.
- ¿Dónde estamos? - pregunto desconcertada al ver como desde su auto abre el
portón ante nosotros, dejando a mi vista una gran casa color blanca, con
enormes ventanales, un esplendoroso jardín y en verdad no entendía donde
estábamos, los que viven aquí en verdad tienen una casa de en sueño.
-Cambia esa cara - dice Nicholas sonriendo. - Estuve pensando que nuestro hijo
necesita un lugar donde pueda correr al aire libre, esta casa es perfecta para
nosotros para vivir relajados si tanto caos de la ciudad y por eso quiero que
conozcas nuestra nueva casa - agrega mirando mi reacción.
- ¿Estás loco? - lo interrumpo anonadada observando la inmensa casa. Esto le
habrá costado una fortuna en el departamento estamos bien, no era necesario
meterse en estos gastos.
-Creo que eso ya lo sabias - me abraza para que me calme. - Se que estás
pensando en el dinero, eso es lo de menos por ahora solo veras la parte de
afuera porque dentro se están haciendo las modificaciones que diseñe - cuenta
contento.
-Es mucho Nicholas, estamos bien en el departamento - murmuro sin poder salir
del asombro.
-Lo sé, amor - acaricia mi espalda. - Ese departamento está bien para un hombre
soltero, esta casa la diseñe para mi familia y es para nuestra familia, Izzy -
sentencia orgulloso
-Nick eres impredecible! - susurro al despegarme de su pecho y lo miro a los
ojos, el me muestra una gran sonrisa, adoro verlo sonreír de esa forma tan
sincera. Mis labios se juntan con los suyos en donde trato de mostrarle cuanto lo
amo, no puedo creer que hizo todo esto por nosotros para nuestra pequeña
familia, seguía sin saber que hizo este hombre al cual odiaba meses atrás para
ganarse por completo mi corazón, mientras Nicholas y Demian estén en mi vida
lo demás no importa soy completamente feliz a su lado.
CAPITULO 27

Nicholas.
Mi papa siempre decía que el trabajo que más orgullo le dio fue cuando se puso
a diseñar la casa donde nos criamos, la hizo pensando en mi mama y en
nosotros. Nunca entendí eso hasta que me toco a mi sentarme a imaginar como
seria ese lugar que llamaría hogar, el cual compartiría con mi esposa y mis
hijos, porque si de algo estaba seguro quería más niños corriendo por nuestro
jardín mientras me sentaba con Isabel a observarlos. Quería la casa perfecta para
mi familia y estaba a nada de cumplir ese sueño.
-Maravilloso-escucho que dice mi padre.
-Estará habitable después de que volvamos de la luna de miel - le cuento
mientras le entrego un casco de protección para entrar al interior de la casa para
corroborar que los cambios que pedí estén como tanto me gustan, perfectos.
-Vaya - dice sorprendido.
-Isabel no lo sabe, pero quiero muchos hijos - reconozco sonriendo.
-Sera lindo ver a mis nietos crecer - comenta.
Nos quedamos en un agradable silencio mientras observamos a los hombres
trabajar en la seguridad del patio, sobre todo donde está la piscina.
-Lo sé todo, Nicholas - declara haciendo que frunza mi ceño.
-No se dé que hablas, papá - acota sin entender.
-La cláusula del testamento de mi padre, el primer nieto que se case tendrá el
control absoluto de la constructora - sus ojos azules me miran. - Dudaba un
poco de tu relación con Isabel, pero no imaginaba que fuera posible que armes
este teatro con tal de quedarte con la empresa que ya es tuya por el número de
acciones que tenemos - agrega molesto.
-No es lo que parece - me justifico.
-Quiero la verdad Nicholas, así que habla - dice mientras salimos al patio donde
nadie podría escucharnos.
-No sé por dónde empezar - rasco mi nuca nervioso.
-Por el principio - pide.
- La foto en el periódico fue el detonante, sabes que Isabel siempre me pareció
linda, pero no intente nada con ella por esa absurda promesa que me hiciste
hacer, la cumplí hasta que la foto llevo a mi madre a malinterpretar todo,
conoces a mamá y sabes lo difícil que fue hacer que me escuche que termine
diciéndole que éramos novios - suspiro. - una mentira llevo a otra, luego llego el
testamento y no dude en hacer lo que hice...-
-Seguir mintiendo - asegura dándome una fulminante mirada.
-Seguimos mintiendo, ella necesita que la proteja de su familia y bueno necesito
una esposa para no perder la constructora. Ambos nos necesitábamos - agrego
tratando de que comprenda mi punto.
- ¿Protegerla de su familia? - me pregunta confundido.
-Su padre la quiere casar con ese hombre que la hirió - contesto tensando mi
mandíbula. No quiero recordar ese momento.
- ¿Por qué no me contaste todo eso? Somos familia y hubiera puesto más de mi
para ayudarte. No lo olvides, la familia es lo más importante - agrega indignado
El lema de nuestra familia es ese, es algo que nos enseñó mi bisabuelo Giovanni
Cirilo dejando en claro que siempre debíamos mantenernos unidos y sobre todo
confiar en los nuestros, porque si había desconfianza entre nosotros eran más
fáciles de ser puntos débiles para nuestros enemigos, mis padres nos inculcaron
eso a mis hermanos y a mí.
-Lo estoy manejando solo, Isabel no quiere que muchos sepan de su pasado. En
verdad su padre y ese tal Antonio Marconi la lastimaron mucho cuando vivía en
Los Ángeles. Ella huyo de esa ciudad gracias a Catalina, su mejor amiga sino
fuera por esa mujer no quien imaginar que hubiera sido de su vida - declaro.
- ¿Entonces se casan porque se necesitan? - inquiere achinando sus ojos.
-En primera instancia era eso, luego llego Demian, pero ahora lo hago porque
quiero. Se que Isabel es la mujer de mi vida, no imagino un futuro sin ella y esta
vez estoy siendo sincero contigo papá - digo con seguridad y convicción.
-Te enamoraste de ella, Nicholas - afirma mi padre sonriendo
-Si, lo hice papá - reconozco por primera vez.
-Tenía la esperanza que eso suceda, me enoje tanto contigo al enterarme de la
cláusula que me culpe por no ver las cosas como lo eran, necesitaba escucharte
y darme cuenta de que crie un buen hombre después de todo - dice con orgullo.
Mi padre no es de esas personas que demuestran sus sentimientos, no quiero
decir que no es cariñoso porque mentiría, sino que es de aquellos que suponen
que ya sabes lo que sienten por ti, definitivamente me parecía mucho a él en ese
tema. Todavía no me animaba a decirle a Isabel que me había enamorado de ella
sin esperarlo y que es la mejor locura que hice en mi vida.
CAPITULO 28

Era mi última noche como una mujer soltera y estoy literalmente encerrada en
el departamento, porque él muy desgraciado no me deja ir a la despedida que
mis amigas me habían organizado. El señor anoche había disfrutado de la suya
rodeado de miles de mujeres y sabía todo eso, gracias a Giovanni que se
encargó de contarme cada uno de los detalles de la fiesta, no me molesta está
bien que disfrute, pero no podía impedir que sea mi turno de divertirme. Debía
ser un poco más razonable, esa palabra no iba bien con Nicholas al estar
comportándose como un idiota. Necesitaba buscar un medio de escape, las
chicas ya esperaban abajo y seguía sin encontrar una jodida salida, porque hasta
las malditas llaves escondió, este hombre está realmente loco.
Una descabellada idea tenía en la cabeza, es jugar con fuego, no había otra
alternativa que usar un poco de mi seducción. Los hombres son tan básicos en
esos aspectos del sexo, por eso contemple mi atuendo por última vez en el
espejo, este vestido negro que Juliana había traído para que use esta noche
sumaba, él se encontraba recostado en nuestra habitación muy tranquilo
pensando que ganó y era momento de demostrar quien haría la mejor jugada de
esta noche. Tome aire, puse música, salí del baño y comencé a moverme al
ritmo de la melodía sensual que sonaba mientras lo miraba atentamente, no
podía creer que esté haciendo esto de a poco fui acercándome y me senté sobre
sus piernas dejándolo anonadado.
¿Quieres jugar, Nicholas?
Prepárate para la que te espera, querido futuro esposo
- ¿Qué haces? - pregunta mirándome con sus ojos oscurecidos.
Pase la lengua por el lóbulo de su oreja provocando que se estremeciera. - Ya
que no me dejas salir vamos a divertirnos - susurro de manera sensual, el seguía
sin poder creerlo saque la corbata que tenía escondida, até sus manos y luego
sin que tenga tiempo a reaccionar lo amarre a la cabecera de la cama - Esta
noche soy la que mando - solo asintió con su boca seca, sé que estoy jugando
con fuego, lentamente comencé a acariciar su cuerpo sin perderme ninguno de
sus gestos, lo está disfrutando, lástima que esto termina ahora que encontré lo
que necesito... ¡¡¡Las llaves!!! sonreí con maldad y se las saqué con un ágil
movimiento.
- ¡Isabell-sisea molesto, al darse cuenta lo que hice.
-Nicholas - contesto con una gran sonrisa.
-Desátame ahora - gruñe.
-Lo siento cariño, pero te quedaras así hasta que vuelva - digo victoriosa
mientras le tiro besos saliendo de la habitación, sus maldiciones hasta el vecino
las escuchara.
Lo siento Nicholas, no puedo perderme mi despedida de soltera.
Lo más rápido que pude salí del departamento, en la acera me esperan las
chicas, corrí hasta el Audi blanco de Francesca y entre una loca.
-¡¡Vamos!! - les grito para que arranque y huyamos lo más rápido posible.
- ¿Qué le hiciste al loco de mi hermano? - inquiere Fran divertida.
- ¿La verdad? - consulto recuperando un poco el aliento, ellas asienten
intrigadas. - Lo deje amarrado a la cama - les cuento y me miran como si
estuviera loca, para luego las cuatro empezarnos a reírnos, después de todo Nick
se lo merecía.
- ¿Decime que le sacaste una foto? - pregunta mi cuñada limpiando sus lágrimas
de tanto reírse.
-Lo siento Fran no tuve tiempo - contesto.
-Eso te traerá problemas - asegura Cata negando su cabeza.
-Aguafiestas - se burla Juliana. -No sé cómo voy a mirarlo a la cara en la oficina
es mi jefe y solo se me viene su imagen del atado a la cama - agrega tapando su
cara.
- ¡Que se joda! - exclama Fran subiendo la música. - ¡Es nuestra noche cuñada!
- solo asiento y como locas comenzamos a cantar cada una de las canciones,
nuestro único propósito es divertirnos y eso haremos. Llegamos al hotel donde
las chicas reservaron un pequeño salón, apenas entre los colores rojos y negros
llamaron mi atención parece que entramos al mismísimo infierno sin olvidar
que había más de treinta hombres semi desnudos y con máscaras en sus rostros
animaban a algunas conocidas mías, si Nicholas se entera de esto moriría de un
ataque al corazón.
- ¡Llego la novia! - grita mi adorada cuñada. Todos los que estaban distraídos
nos miraron y automáticamente tres hombres se acercaron y Cata con una
sonrisa divertida me empujo para que ellos bailaran a mi alrededor.
- ¡Vamos toca Isabel que Nicholas no se está! - me alienta Juliana eufórica. En
eso uno de los hombres tomó mi mano y lo apoyo en su abdominales.
¡Que abdominales!
Perdí la cuenta de cuantos tragos tomé y de la cantidad de abdominales que
toqué esta noche, mientras reíamos con las chicas, pero de la nada aparecen
cuatro hombres vestidos de policías y con ¿máscaras? llamando la atención de
todas las mujeres que estábamos en el salón. Ellos se subieron al escenario,
creyéndose los reyes del mundo y una sensual música empezó a escucharse
haciendo que empiecen a moverse al ritmo de la canción. Uno en especial
llamaba demasiada mi atención, esa intensa mirada generaba un escalofrió en
todo mi cuerpo, algo se me hacía muy conocido en su cuerpo, empecé a aplaudir
acompañando a las chicas que alentaban el baile. Solo tres se movían sin
control, el que no dejaba de mirarme parecía el más tímido, algo de ese
misterioso hombre me cautivaba sino fuera porque mañana es mi boda no sé
qué hubiera pasado, creo que estoy babeando y quiero conocer al que se
esconde detrás de esa máscara.
- ¡Oh por dios! -susurra Fran llevándose sus manos a la boca.
La miro preocupada de estar alegre y contenta pasó a molestarse, su cara lo
decía todo. - ¿Qué sucede? -le pregunto preocupada.
-No puede ser - frunce su cerio ¿qué demonios pasa? - Son ellos –sisea
apretando su mandíbula.
- ¿Quiénes ellos? - consulto confundida.
-Los malnacidos de mis hermanos, Julián y tu hermano - me cuenta apretando
sus puños, se quiere levantar, pero la detengo antes de que haga una locura
- ¿Estás segura? - observo a los cuatro hombres que empezaron a sacarse la
camisa, me detengo en los ojos azules y ese pelo rubio.
¿Cómo mi hermano se prestó a esta locura de Nicholas?
-Él que baila como un loco sin filtro es Giovanni - miro a donde dice mi cuñada,
analizo atentamente y comienzo a reírme, como no me di cuenta. - El otro es
Julián, ese tatuaje lo tiene hace años - lo observo, también disfruta de la atenta
atención de la platea femenina. - Y ese es...-
-Nicholas - la interrumpo. Ahora entendía porque me atraía tanto el supuesto
"stripper" de la intensa mirada, hasta donde llegan sus locos celos. Lo acabo de
confirmar, está loco y no voy a negar que se ve super sexy bailando de esa
forma
¡Esperen un momento!
Mi lado de novia celosa está saliendo al darme cuenta de que todas las mujeres
lo están observando y eso no me gustaba para nada, ese hombre es mío,
-Los voy a matar - masculla mi cuñada, pero la detengo de nuevo antes de que
se levante y ellos sospechen que lo descubrimos.
-Espera Fran, quiero darle su merecido a Nicholas - sentencio con una sonrisa
malvada.
Primero debía sacarlo del salón antes de que ataque a esas mujeres que no dejan
de mirarlo y segundo voy a darle un poco de su propia medicina, veamos hasta
dónde llega con todo este cinco que el mismo armo por sus incontrolables celos.
Antes de salir le doy una mirada muy insinuadora y salgo rumbo al patio del
hotel con la clara intención de que me siga, solo espero unos segundos hasta que
siento su presencia y su perfume inunda mis fosas nasales.
¿Cómo no me di cuenta de que era él?
-Te estaba esperando - digo de manera sensual quería cabrearlo.
-Soy todo tuyo - contesto con una voz más grave.
Giro para mirarlo y muerdo mi labio de forma sexy, mientras escaneo su cuerpo
sin sutiliza, tenía el torso desnudo no puede contenerme y pase mi mano
acariciando su abdomen se estremeció ante mi pequeño contacto.
-Isabel - sisea molesto
- ¿Qué Nicholas? - contraataco cruzando mis brazos.
-No soy Nicholas-responde automáticamente.
- ¡Serás Idiota! - exclamo al fulminarlo con la mirada, a veces supera su nivel de
idiotez.
-No me digas idiota - masculla cabreado. Listo señares y señoras cayo en la
trampa, se quita la máscara y ahora me fulmina con su maldita mirada. - Te ibas
a acostar con uno de esos tipos - gruñe super enojado.
Ruedo los ojos. - Primero ¿qué haces en mi jodida despedida? y segundo ¿cómo
carajos hiciste para desatarte? - le pregunto porque quería salir de esa duda.
Aprieta su puño, está aguantando su mal genio porque está a nada de explotar -
Rompí la cama, nunca más vuelvas a dejarme atado porque no vas a querer
verme enojado -
Pongo los ojos en blanco. - Siempre estas enojado -
-Isabel - repite mi nombre.
Para terminar con todo este drama, ya está no quería seguir peleando es nuestra
última noche como solteros, porque a partir de mañana seriamos marido y
mujer, por eso me tiré en sus brazos para abrazarlo. - No te enojes más cariño,
buscas que haga estas cosas con ese mal carácter que cargas y tus locos celos,
deja de arruinar los buenos momentos - le pido haciendo un tierno mohín.
Él se aferra a mi cuerpo y suspira un poco más tranquilo. - No estoy enojado,
furioso es la palabra correcta, más al ver que había cien hombres en esta maldita
fiesta, odio que te miren, ¡tu solo eres mía! - declara de forma posesiva.
Acaricio su espalda ninguno quiere separarse del otro. - Cada día estas más loco
- aseguro sonriendo.
-Tu eres el que me vuelve loco, Isabel - dice y me separo para mirarlo a los
ojos. Junta nuestras bocas en un apasionado e intenso beso, este hombre sí que
es impredecible, aunque arruino un poco mi despedida de soltera, me tiene
completamente muerta de amor, cada día me enamoro más y más de él, tanto
con sus locuras, esos celos incontrolables que tiene, su malhumor y ese lado
romántico que trata de ocultar. Solo él es el único dueño de mi corazón, creo
que nunca me arrepentiría de las cosas, mañana es nuestra boda y en vez de
estar nerviosa estoy ansiosa por convertirme en su esposa.
CAPITULO 29

Es mi boda, uno de los días más importantes y felices de mi vida, oficialmente


seria su esposa, del único hombre que a pesar de tener miles de defectos es el
completo dueño de mi corazón. Si meses atrás alguien venía a contarme que
esto iba a suceder lo más seguro era que me hubiera reído como una loca, todo
lo que vivimos en este corto tiempo es difícil de explicar, una locura, muestra
locura, eso fue lo que llevó a que este super enamorada de mi jefe. Se me es
imposible no imaginar una vida a su lado y sin nuestro pequeño hijo.
Una sonrisa tenía en mi cara mientras observaba como Catalina, mi mejor
amiga y diseñadora del mundo, terminaba de acomodar mi soñado vestido de
novia. No me había equivocado al dejar que ella cree lo mejor para mi día, esto
es mucho más hermoso de lo que pude imaginarlo. Es un vestido cerrado sin
mangas, ajustado hasta mi cintura y luego suelto, dejando una hermosa caída
hasta el piso donde sale una cola y todo acompañado de un largo velo que
completaba perfecto la imagen. Parecía una princesa y me sentía tan a gusto que
amaba en su totalidad el diseño de la gran Catalina Duran.
-Estas hermosa dicen al unisonó Cata, Juli y la mamá de Nicholas. - Ellas tres
me acompañaban en la habitación mientras nos arreglábamos para la boda.
-Gracias - murmuro, volviendo a mirarme en ese gran espejo.
-No puedo creer que mi hijo se esté por casar - solloza la señora Giulia y me
acerco a abrazarla. Adoro demasiado a esta mujer que desde el primer día en
que nos conocimos me hizo sentir muy parte de la familia.
La puerta se abre dejando ver a Francesca metida en su celular acompañada de
mi hijo que vestía un adorable esmoquin negro de tres piezas con un moño color
borgoña, al verme sonríe y se suelta de la mano de su tía para correr a
abrazarme - Estas hermosa mami - dice sin dejar de mirarme atentamente.
-Tu estas más hermoso, mi amor - aseguro acomodando su adorable moño. Está
tan lindo que quiero comérmelo a besos.
-Lo rescate de esa habitación - suspira Fran arreglando su cabello. - Nick esta
como loco acaba de correr a Julián y Giovanni - ruedo los ojos, no me sorprende
con la poca paciencia que carga ese hombre, es capaz de cualquier cosa.
-El tío Giovanni se está portando mal y papi se enojó - nos cuenta Demian con
una sonrisa malvada. Solo dijo eso para que Giulia lo escuchara y vaya a
regañar a su tío.
-Tendré que hablar con ese chico, ni un día se puede comportar - exclama mi
suegra haciéndose la enojada.
-Por favor, mamá, calma al neandertal de Nick y dile al idiota de Jayden que
venga que ya se acerca la hora - ordena mi cuñada revisando de nuevo su
teléfono. Mi pobre suegra suspira y sale de la habitación, seguía sin entender
porque se llevan tan mal con mi hermano, de la noche a la mañana cambiaron,
algo me ocultaban, ya me encargaría de saber que se traen estos dos.
-Mami eres una princesa - todas soltamos una risa por el comentario de mi
pequeño.
- ¿Tu eres mi príncipe? - le pregunto dándole un beso en su regordeta mejilla.
-Papi es el príncipe y tu su princesa - sentencia haciéndonos sonreír por su
tierno comentario.
- ¡Mi sobrino es un amor! -exclama Cata apretando sus mejillas. Todas caímos
rendidas a este pequeño angelito.
-Nuestro sobrino Catalina - gruñe Juli fulminado con la mirada nuestra amiga.
Acá también tenemos una pequeña competencia por quien es la mejor tía.
- ¡Cuñada estas preciosa! - interrumpe Fran, al parecer recién me observa, esta
tan alterada con que todo salga perfecto en la boda que está en su mundo.
-Gracias, ustedes no se quedan atrás - las halago a las tres. Ellas son mis damas
de honor, cada una tenía un precioso vestido color borgoña, pero con pequeños
detalles que marcaban su personalidad.
- ¡Las quiero chicas! - digo con un nudo en la garganta. Esto no hubiera sido
posible sin su ayuda, organizaron toda la boda.
-Nosotras a ti, Izzy - contestan y nos fundimos en un gran abrazo dejando al
pobre de Demian en el medio que se queja, no queremos separarnos. Cada una
había entrado en mi vida de maneras distintas y ahora son las mejores amigas
que se puede tener.
- ¡Oh por dios, esto es el puto paraíso! -exclama mi adorado cuñado. No nos
habíamos dado cuenta de que tanto Julián como el entraron en la habitación y
nos observaban con atención.
- ¡No miren a mami! - grita Demian poniéndose adelante mío y abre sus brazos
tratando de taparme, los dos idiotas comienzan a reírse y los fulmino con la
mirada para que se comporten.
-Este niño es igual a Nick - acota Julián acomodando su saco. Ellos dos junto
con mi hermano son los padrinos para este día y se veían extremadamente
guapos con sus esmoquin de tres piezas y su moño color borgoña.
- ¿Estás segura de esto? - pregunta Giovanni con una sonrisa divertida. -
¿Podemos huir los tres juntos? - abraza de manera cómplice a su amigo y ambos
ahora me miran de forma picara.
-Idiotas - se escucha un pequeño susurro que proviene de la boca de Juliana. Mi
amiga supuestamente odia demasiado a mi cuñado, todos sabemos que eso es
mentira, la atracción de ellos se siente a kilómetros de distancia.
Niego mientras acaricio el cabello de mi hijo para que se tranquilice, es igual de
celoso que su padre. - Estoy muy segura de esto, chicos - declaro segura.
-Mira que es para toda la vida, lo pensaría de nuevo porque soportar a Nicholas
es la peor tortura del mundo - sigue bromeando, si su hermano lo escuchara esto
de seguro es que ya lo hubiera golpeado.
- Le voy a contar a mi papi lo que dices - contraataca mi celoso hijo, Giovanni
como muy maduro que es le saca la lengua y no miento cuando digo que
tenemos dos niños de tres años.
-Giovanni deja de molestar - lo regaña Fran irritada, mientras mira su teléfono. -
¡¡Es la hora!! - grita y todos la miramos. - Lleven a Nicholas al altar - les habla
a su hermano y amigo, ellos asienten haciendo un saludo militar y salen de la
habitación antes que la pequeña Salvatore los golpee - Chicas es el momento -
agita sus manos desesperada, cada una se despide con un beso y un abrazo por
último saludo a mi hijo que es el encargado de llevar los anillos.
No estaba nerviosa mientras tenía a miles de personas alrededor, pero ahora que
estaba sola esperando a que vengan a buscarme mis nervios aparecieron y no
solo eso sino también las dudas ¿seré una buena esposa? ¿en algún momento me
amará tanto como lo hago? ¿seremos felices? ¿por qué acepte su propuesta?
-Izzy - la voz de mi hermano me saca de mis pensamientos, lo miro y veo como
se cristalizan sus ojos. Venia aguantando mis ganas de llorar, se acerca y me
estrecha en sus brazos tan fuertes que al parecer no tiene la intención de
soltarme - Mi pequeña hermanita, estas hermosa. No puedo creer todo lo que
has crecido y ahora te vas a casar - besa mi frente. - Quiero que seas muy feliz y
ya sabes que tienes que recurrir a tu hermano para matar al cretino de Nicholas
si te lastima - solo muevo mi cabeza emocionada, él es que va a llevarme al
altar, mi única familia.
-Jay, te quiero mucho - susurro ahogando un sollozo.
-Llegó la hora - me informa con una sonrisa sincera, pone sus brazos para que
me aferre y salimos de la habitación.
Llegamos a la entrada del jardín de la casa de los padres de Nicholas, ahora era
el lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia y luego la fiesta. Quedé alucinada
con las decoraciones del lugar Fran se había lucido en todo y más, porque todo
era perfecto por donde lo mires. Nos posicionamos al lado de las columnas
llenas de flores en el largo pasillo con alfombra blanca, todos los ojos de los
invitados se pasaron en nosotros, apenas empezó a sonar la música me aferre
mucho más fuerte al brazo de mi hermano porque mis piernas temblaban
demasiado, mire al frente y ahí estaba parado mirándome tan intensamente
como siempre lo hacía, cada fragmento de mis nervios se fueron cuando conecte
mis ojos a los suyos está tan lindo, el mundo completo desapareció en ese
momento solo nosotros éramos nosotros dos.
-Cuídala - le pide Jayden cuando une nuestras manos.
- Siempre lo hare - responde sin aparta la mirada de la mía. - Estas bellísima,
amor - sonrió como una tonta enamorada y nos acomodamos en el lugar para
que el sacerdote comience con la ceremonia.
-Estamos reunidos esta tarde para celebrar la unión de este amor entre Isabel y
Nicholas - empieza hablar el sacerdote. En verdad no lo escuche mucho porque
mis ojos no se aparataban a los de mi futuro esposo, los dos nos mirábamos
como tratando de decir aquello que no nos animamos. - Si alguien se opone a
esta unión que hablé ahora o calle para siempre - automáticamente todos
miramos a Giovanni para que no haga alguna de las suyas que pueda arruinar la
boda, él levanta sus manos en forma de rendición, al parecer se iba a comportar
este día. - Isabel Mia Clayton, ¿aceptas por esposo a Nicholas Dante Salvatore y
promete serle fiel tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud y
en la enfermedad, en las buenas y en las malas, hasta que la muerte los separe? -
vuelvo a mirarlo a los ojos, su típica mirada fría no estaba algo había cambiado.
¿En algún momento me amara tanto como yo lo hago?
Definitivamente, era demasiado tarde para huir. - Si, acepto - contesto con un
nudo en la garganta.
-Nicholas Dante Salvatore ¿aceptas por esposa a Isabel Mía Clayton y promete
serle fiel tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud y
enfermedad, en las buenas y en las malas, hasta que la muerte los separe? - le
pregunta.
-Si, acepto - responde sin dudarlo.
-Los anillos - pide el sacerdote. Nuestro hijo se acerca con una tierna sonrisa a
nosotros y le entrega primero el anillo a su padre.
Nicholas me mira y levanta mi mano. - Con este anillo te entrego mi completo
corazón y vida, eres mi todo Izzy - dice deslizando el anillo en mi dedo anular
acompañando al de compromiso.
Demian ahora me pasa el anillo. -Con este anillo te entrego mi vida, el corazón
y alma para solo vivir a tu lado - le digo emocionada coloco el anillo en su
mano izquierda.
-Lo que Dios unió que el hombre no los separe, puede besar a la novia - nos
habla el sacerdote dando su última bendición, Nicholas sonríe y sin darme
tiempo a reaccionar toma mi cintura, juntado mi cuerpo al suyo, uniendo su
boca con la mía. Este es un beso lleno de muchas promesas, escucho los
aplausos y silbidos, pero no importa estamos en nuestro pequeño mundo
-Mi esposa - susurra en mis labios y lo miro a los ojos, sigo sin poder creer todo
lo que cambio en estos meses.
-Mi esposo-musito y volvemos a besarnos.
No había marcha atrás, oficialmente estábamos casados con muchas promesas,
un pequeño hijo que está en nuestra vida y jamás me arrepentiría de todo lo que
pasamos para llegar a este día. Todo empezó con una absurda y loca propuesta
del lunático de mi jefe, pero ahora solo es mi completo amor, el único dueño de
mi corazón, eso es Nicholas Salvatore, mi esposo.
CAPITULO 30

Nicholas.
Ella es mi ángel, cada fibra de mi cuerpo se olvidó de los nervios que sentía con
solo ver su sonrisa, ella es perfecta, la mejor y loca decisión que tomé, sé que
todo comenzó como una absurda propuesta para salvar la constructora de las
manos de mi primo, nunca pensé que podría salir enamorado porque esa es la
palabra correcta estoy sumamente enamorado de esa mujer terca, obstinada, que
le encanta hacerme enojar, que me vuelve loco y que tiene un inmenso corazón,
Isabel Clayton me corrijo ahora es Isabel Salvatore, mi esposa, la única que
descongelo mi frío corazón. No puedo imaginar una vida sin ella y nuestro
pequeño hijo, feliz es poco porque las palabras quedan corta a esta sensación
que estoy experimentando este maravilloso día.
-Tenía mis dudas - Julián aparece de la nada sacándome de mis pensamientos,
lo miro frunciendo mi ceño. - Nunca pensé que podrías cambiar tanto, amigo -
palmea mi hombro y mira hacia donde mi esposa baila con Demian y Giovanni,
que como siempre busca ser el centro de atención.
-Ella es especial - digo embobado. No podía sacar los ojos de esa mujer que
sonríe observando como nuestro hijo se divierte.
-Estas tan enamorado que dan ganas de vomitar - bromea mi mejor amigo.
Suelto una carcajada. - Para que negarlo, lo estoy - afirmo muy seguro era la
segunda persona a la que le reconocía mis verdaderos sentimientos por Isabel. -
Nunca imaginé que todo esto pasaría en mi vida - agrego sin evitar sonreír.
-Nosotros tampoco con Giovanni pensamos que te quedarías solo, pero desde
que Isabel y Demian están es tu vida cambiaste, los amas tanto que estoy muy
feliz por ti amigo, te mereces esto y mucho más - comenta orgulloso de mis
logros.
- Ellos son todo - contesto sin dejar de mirar a esas dos personas que cambiaron
por completo mi monótona vida.
-Creo que es momento de que ella sepa lo que sientes - me sugiere, pero se
queda en silencio y lo miro para ver qué le pasa, esta tenso observando a donde
está Catalina, la mejor amiga de mi esposa conversando con el socio de
Francesca, es la primera vez que veo a mi amigo de esa forma y más
reaccionando a si por una mujer.
- ¿Así que es ella? -cuestiono divertido, Julián gruñe al ver como Catalina no
para de reine con Kevin.
- Ella tiene nombre, Catalina - ruedo los ojos se cómo se llama. - Es la primera
vez que me interesa una mujer para algo serio y me rechaza. Hablamos después
Nicholas - culmina saliendo como un loco a donde está su chica, si soy un loco
posesivo no conocen a Julián, él me supera.
Siento unos brazos rodear mi cintura y sonrío como un estúpido ¿qué hizo esta
mujer conmigo? - Baile conmigo, señor Salvatore - dice provocando que mi
sonrisa se agrande mucho más. Debo reconocer que soy un cretino con suerte y
debía agradecer esa maldita cláusula que me obliga a tener que casarme con esta
maravillosa mujer.
Giro para mirarla a los ojos, esos preciosos ojos azules me tienen tan
cautivados, sería más feliz si tenemos una hija parecida a ella. - Con gusto,
señora Salvatore - contesto guiándola a la pista de baile
-Todavía no me acostumbro a lo de señora - acaricia mi mandíbula sin dejar de
mirarme y planta un pequeño beso en mi boca, como la amo.
- Espero cariño, que te acostumbres rápido porque ahora eres mi esposa -
declaro rozando nuestros labios mientras nos movemos lentamente en la pista
de baile y sin importar nada, la beso de una manera pasional, soy un adicto a
ella.
- ¡Vayan a un cuarto! - gritan provocando que nos separemos, Isabel esconde su
rostro en mi pecho avergonzada y fulmino con la mirada al idiota de mi
hermano acaba de arruinar un perfecto momento. Decido ignorar a Giovanni
porque estaba a nada de ir a golpearlo, hoy había colmado la poca paciencia que
tengo y sigo bailando con mi mujer. Me encanta tenerla en mis brazos, no
quería que termine esta noche, mi hermana se pasó con la organización de la
boda todo está más que perfecto.
-Nick escucho su dulce voz, no quiero separarme de su cuerpo.
-Mmm - contesto acariciando su espalda, mientras seguíamos bailando nada
importaba solo somos nosotros dos.
- ¿A dónde iremos de luna de miel? - consulta mordiendo su labio inferior.
Me separo para mirarla a los ojos ¿cómo demonios se enteraron? Si todo era un
secreto. - ¿Cómo lo sabes? -
-Giovanni - contesta con una sonrisa divertida. Quería ir y buscar al boca suelta
de hermano que tengo para darle un buen golpe, había arruinado la sorpresa que
vengo organizando hace semanas.
-Voy a matar a ese idiota - mascullo molesto. Trato de separarnos, pero me lo
impide abrazándome más fuerte.
-Tranquilo cariño - dice tan dulcemente tratando de que me calme un poco y
juro que si Giovanni aparece en este momento lo golpearía. - Todavía sigue
siendo una sorpresa, porque no sé dónde iremos - agrega acariciando mi mejilla.
La abrazo, ella es una de mis debilidades. - Algo es algo pequeña curiosa, por lo
menos el infeliz de mi hermano no dijo nada más, así que te quedaras con las
dudas - deposito un beso en su mejilla.
Hace un tierno mohín que solo me enamora mucho más. - Malo - se hace la
enojada y comienzo a repartir besos en toda su cara.
- Creo que es momento de irnos- sugiero porque comenzaba a molestarme tanta
gente a nuestro alrededor, la quería solo para mí.
-No quiero irme -
-Lo haremos, amor-afirmo serio. - Vamos a despedirnos de Demian, no lo
veremos por tres semanas - digo llevándola donde están mis padres con nuestro
hijo.
- ¡Chicos! - chilla mamá al vernos sigue eufórica porque su hijo mayor se casó y
al parecer nunca imaginó que en algún momento de mi vida eso sucedería.
-Mamá ya nos vamos - papá se acerca con Demian en brazos y me lo alcanza, el
automáticamente envuelve sus brazos por mi cuello está muerto de sueño.
- Claro necesitan estar a solas - dice con complicidad. ¡Oh por dios miro a
Isabel que esta roja de la vergüenza por la insinuadora frase de mi madre!
- Giulia, por favor-la reta papá, menos mal que en esta familia hay una persona
sensata. - Les deseo un feliz viaje y no se preocupen que todo estará bien -
asegura al saludarnos.
Solo asiento confiado, el tomaría lugar en la constructora de nuevo mientras me
ausento y cuidaran de Demian estas semanas. - Gracias papá cualquier cosa nos
llaman -
-Todo estará bien, Nick - acota mamá, abrazándome y luego hace lo mismo con
mi esposa.
-Pórtate bien campeón - le digo a mi hijo, lo vamos a extrañar estas semanas.
-Si papi, me porto bien - contesta medio adormilado.
-Solo serán unos días, sabes que mami te ama mucho - ella acaricia su cabello y
le deja un largo beso. La conozco bastante bien, sé que está un poco triste por
tener que dejarlo.
-Te amo mucho más mami-se abrazan y me uno a ellos. Solo serán tres
semanas, pero de igual manera lo vamos a extrañar demasiado porque será la
primera vez que estemos separados bastante tiempo.
Luego despedirnos de nuestros amigos salimos rumbo al hotel donde hice una
reservación por unas horas, porque apenas amaneciera tomaríamos el vuelo a
Grecia, Isabel iba en silencio mirando por la ventanilla del auto, no quería
interrumpir sus pensamientos la notaba nerviosa, también lo estoy. Por eso tome
su mano y la entrelace con las mías, soy muy consciente de lo que le pasa y sin
decir ninguna palabra bajamos en la entrada del lujoso hotel, pedí las llaves y
subimos hasta la suite una vez en la puerta no dejé que entrara caminando, sino
que la alce en mis brazos como lo hacen los recién casados.
- ¡Estás loco! -se reía mientras la volvía a poner en el piso, ella se acerca a los
grandes ventanales para observar la estrellada noche. El abrazo por detrás y
deposito en beso en su cuello. - Izzy - susurro tratando de tomar el valor que
necesito para confesar la verdad. - Te amo - ella se separa bruscamente y me
enfrenta entrecerrando sus ojos, por su clara reacción no cree en mis palabras.
- No digas cosas que no sientes de verdad - contraataca molesta. Sus ojos
comienzan a cristalizarse y me sentía culpable de que este así.
-Amor - susurro y la atraigo a mi cuerpo, aunque trata de separarse. - Es lo que
siento, nunca supe que era estar enamorado, sentir esas cosas raras por alguien
hasta que una loca rubia se apodero por completo de mi corazón, no miento -
levanto su rostro para mirarla a los ojos para que vea que estoy siendo
completamente sincero -Te amo, cada fibra de mi cuerpo te ama con locura, eres
todo en mi vida - limpio sus lágrimas con delicadeza.
- Nick - solloza y mi cuerpo se tensa, ella no siente lo mismo.
- No digas nada - junto nuestras frentes cerrando los ojos. - Si no me amas,
todos los días de nuestra vida buscaré la forma de enamorarte - sentencio
poniendo ese propósito.
- Te amo - susurra y abro mis ojos para encontrarme con su mirada azulada muy
iluminada. - Hace mucho me di cuenta de que te amo, eres el amor de mi vida
Nicholas - afirma.
¡Ella me ama!
Soy un hombre muy afortunado.
-Tu eres el amor de mi vida, Isabel - digo en sus labios para luego sellar mis
palabras en un beso donde trato de demostrarle todo lo que la amo, de lo
importante que es y será siempre en mi vida para que no tenga dudas que soy
suyo en cuerpo y alma.
Isabel, es mi amor, mi único y maravilloso amor.
CAPITULO 31

Nicholas cambio por completa mi vida desde ese día que acepté seguir sus locas
mentiras, habíamos pasado por tanto estos meses, que terminé profundamente
enamorada de este hombre y ahora venía a confesarme que también me ama.
Era la primera vez, en mis veinticuatros años que me sentía verdaderamente
amada, lo amo tanto que es imposible explicar, este idiota es una de las personas
más importantes de mi vida, no podría vivir sin él y nuestro pequeño hijo. Sus
besos no dejaban dudas de ese sentimiento, mi lengua se enreda con la suya y
jadeo al sentir como su cuerpo se acerca mucho más al mío. Nos separamos por
falta de aire, sus ojos destellaban la lujuria y los míos hacían lo mismo, que
tome la iniciativa comenzando a desabrochar cada botón de su camisa sin quitar
mi mirada, la quite dejando su cuerpo desnudo y mis manos empezaron a
recorrer su pecho hasta bajar a su cinturón, pero me detiene.
-Déjame desvestirte - me pide. Me giro para que baje el cierre de mi vestido, lo
siento detrás mío, sus labios se apoyan en la curvatura de mi cuello, dejando
suaves besos que me hacen jadear y lentamente desliza el cierre haciendo que
mi vestido caiga, dejándome solo en esa fina braga blanca que llevaba. - Isabel -
gruñe mirándome tan intensamente que siento como mi entrepierna empieza a
humedecerse solo por esa jodida mirada que tiene.
-Vamos a la habitación - hablo cuando toma de mi cintura y juntando mi cuerpo
al suyo. Sentíamos que ambos ardíamos.
Me levanta, haciendo que mis piernas se enrollen en su cadera y nuestras bocas
se encuentren de forma desesperada, sin intenciones de separarme mientras
camina hasta la habitación. Con cuidado me recuesta en la cama, mis piernas lo
atraen más a mí, generando que su entrepierna choque con la mía y jadeemos al
sentir esa maravillosa fricción. Sus labios dejan mi boca, bajan lentamente por
mi mejilla, pasan por mi cuello hasta que llegan a mis pechos, se cierran en mis
pezones haciéndome gemir al sentir como su lengua tortura esa zona con sus
lamidas y succiones mientras con su mano masajea mi otro pezón, se toma su
tiempo haciendo que me empiece a mover generando más fuerte la fricción.
-Isabel - gruñe cuando mis manos llegan a la hebilla de su cinturón y
desabrocho el botón de su pantalón para que el mismo lo baje con su bóxer
incluido, dejando a mi vista su enorme pene erguido listo para complacerme en
todo lo que necesito.
- Nick, follame - le pido escuchando sus gemidos mientras mi mano sube y baja
recorriendo su inmensa longitud. Desesperado rompe mis bragas provocando un
grito de sorpresa que luego se vuelve en un gemido de placer cuando su pene se
apoya en mis labios vaginales y empieza a deslizarse sin penetrarme, solo se
encarga de rozarnos alargando la necesidad que tengo de él.
- Mírame - me ordena. Abro los ojos para encontrarme con su mirada
oscurecida y aúllo cuando la cabeza de su pene se alinea en mi agujero para
luego empezar a entrar lentamente en mi interior.
-Nick-digo su nombre al tenerlo bien adentro, estirando mis paredes.
- Mírame, Isabel - exige obligando que abra los ojos cuando empieza a moverse
despacio solo haciendo que en esa gran habitación se escuchen nuestros jadeos,
gemidos y se sienta todo ese amor acumulado que sentimos. Dejamos que la
noche y esa cama sean testigos de nuestra completa entrega de amor, cada fibra
de mi cuerpo se dejó llevar con sus toques, sus caricias, su intensa manera de
hacerme el amor, que me llevaron a la cúspide más alta del placer, Nicholas es
el único dueño de mi corazón, cuerpo y alma.
-Te amo - susurra, ambos estamos abrazados, cansados de la intensa y lujuriosa
noche, porque había perdido la noción de la cantidad de orgasmos que me
regalo este hombre.
-Te amo mucho más - respondo en su pecho. Este hombre cambio por completo
mis expectativas, antes solo importaba mis estudios y tratar de ser la mejor
abogada del distrito, pero ahora todo es diferente solo intento ser la mejor
esposa y madre para los dos únicos hombres de mi vida.
-Eres mi todo - dice acariciando la curvatura de mi espalda desnuda, lo miro a
los ojos para perderme a los suyos, no puedo creer lo enamorada que estoy de
él.
Sonreí como una tonta-Te necesito, amor - comento mordiendo mi labio
mientras mi mano baja llegando a su pene y gruñe al sentir mis toques.
Este hombre me está haciendo una ninfómana y adicta a él.
-Eres insaciable, cariño - comenta entre jadeos. Mi mano masajeaba su pene,
tres de sus dedos entraban y salían de mi vagina, ambos nos mirábamos
mientras nos masturbamos hasta que la nebulosa de placer se vio interrumpida
por la constante insistencia del teléfono de la habitación, sus dedos se volvieron
más frenéticos en mi interior generando que llegue a mi orgasmo y molesto
atienda el teléfono. Como sabía que no se corrió baje hasta su entrepierna,
dejando cerca de mi boca su duro pene que pedía mi atención, ante su atenta
mirada beso su glande. - Si, que suba - contesta entrecortado mientras mi boca
chupa, lame y succiona su exquisito miembro, que me tiene como una
ninfómana. Lo tomo con más fuerza generando que se corra, amo escucharlo
jadear y decir mi nombre al llegar a su cúspide. - Carajo, me dejaras seco - acota
recuperando el aliento.
- ¿Quién era? - le pregunto mientras limpio mis labios.
-Julián - responde y se levante bruscamente dejándome apreciar su perfecto
cuerpo desnudo, involuntariamente mordí mi labio inferior ante esa caliente
imagen de mi sexy esposo. - Cariño, no me mires de esa forma -bromea con una
gran sonrisa en su rostro.
-Eres irresistible amor - acoto de forma insinuadora, tenía ganas de follar de
nuevo.
-Lo sé - ruedo los ojos, acabo de despertar su gran ego. - Aunque quiero follar
esa jodida y estrecha vagina, no podemos Julián esta acá y debemos firmar los
papeles definitivos de la adopción - me cuenta provocando que salte de la cama
como una loca eso era muy importante.
Comencé a buscar algo para ponerme, Nicholas había entrado a darse un baño
rápido, pero solo tenía mi vestido de novia, veo a mi amado esposo salir solo
envuelvo con una toalla en su cintura, sonríe e indica el ropero que tengo atrás
mío, fui hasta ahí para encontré dos maletas y las abrí para buscar algo decente
que ponerme. Se escucharon unos golpes en la puerta y entre a bañarme y al
estar lista salí al salón de la suite, ahí me esperaban, ambos miraban
detalladamente los papeles, él los firmo y justo su mejor amigo fijo su vista en
mi persona.
-Oh, pero que radiante está la señora Salvatore, al parecer hubo una buena
noche - dice enarcando sus cejas de manera divertida.
-Julián- gruñe mi esposo fulminando con su mirada a su amigo,
- ¿Qué? - se encoge de hombros como si nada. - No soy tonto y sus caras lo
dicen todo - agrega riendo. Por favor quería matarlo por no tener un poco de
filtro, mi esposo la mira con su peor mirada, pero ni se inmute, ya está
acostumbrado a su carácter.
- Deja de hacer esos comentarios inoportunos o te golpeare - lo amenaza
cabreado este levanta sus manos en forma de rendición.
-Isabel, solo falta tu firma y ya está - me informa volviendo su lado profesional.
Con unos nervios firmo estos papeles que son muy importantes. -Oficialmente
son los padres de Demian - los tres sonreímos felices. - está todo en orden ahora
iré al juzgado y listo - sentencia.
-Gracias amigo - le agradece Nicholas abrazando a su mejor amigo que está
sorprendido.
-Vaya que esta mujer te cambio, estas muy amoroso - acota sin salir de su
asombro.
Sin querer se me escapa una risa, él me fulmina con la mirada. - ¡Vete a la
mierda! - sentencia echando a su amigo.
-Que tengan una fogosa luna de miel - exclama con diversión, Nick le marca la
puerta gruñendo.
-Nick, recién me acuerdo, tenemos un problema - agrega antes de irse
Lo detiene bruscamente. - ¿Qué sucede? - quiere saber mi esposo.
-Francesca - contesta. - Tenemos un problema, pero no te preocupes que con
Giovanni nos haremos cargo - asegura serio.
-Espero que hagan bien las cosas, nadie se mete con ella - parecen dos mafiosos
¿qué mierda pasa? - Cuando vuelva quiero saber todo con detalle - pide con
seriedad.
Julián asiente. - Te sorprenderás, déjalo en nuestras manos- se dan una mirada
de maldad ¿que están tramando? Se vuelven a despedir, pero se susurran algo
que no logro escuchar.
-Cariño, es hora de irnos el avión nos espera - dice estrechándome entre sus
brazos.
- ¿Qué pasa con Fran? consulto con preocupación.
-Nada - acaricia mi espalda buscando que me tranquilice - Al parecer tiene un
nuevo pretendiente - acota con su cuerpo tenso.
Me separo para mirarlo a la cara, no podía creer hasta de su hermana es celoso. -
Espera, ustedes tres - achino mis ojos. - ¿Qué harán? Espero que no sea lo que
me imagino-
-No sé qué te imaginaras - sonríe divertido. - Solo hacemos nuestro trabajo,
debemos cuidar a nuestra pequeña de cualquier idiota - declara sin borrar su
sonrisa.
-Pobre - susurro pensando que estos tres lunáticos son tan impredecibles que
tengo miedo por el pobre hombre que está detrás de mi cuñada.
-No te preocupes los chicos solucionaran el problema - comenta como si nada.
Al parecer no es la primera vez que lo hacen, pobre de mi cuñada por tener a
tres lunáticos que se creen sus protectores, solo espero que el hombre en
cuestión no salga muy lastimado
*****
Haciéndose el misterioso subimos a un avión privado con rumbo desconocido,
estaba sumamente ansiosa y a él solo lo divierte verme así, cuando bajamos
quede impresionada, no lo podía creer lo mire anonadada por la sorpresa.
- ¿Cómo lo sabias? - pregunto al tirarme en sus brazos.
-Puede que un pajarito me comento que uno de tus sueños era conocer esta parte
de Grecia - dice robándome un beso.
-¡¡Santorini!! - chille besando toda su cara. Hace años que quería venir a Grecia
en especial a este lugar, me encanta su arquitectura, las esplendidas playas es
hermoso estar acá acompañada del amor de mi vida.
-Vamos - toma mis manos para guiarme al hotel.
La vista es preciosa no esperamos nada y ambos nos pusimos nuestros trajes de
baños, tuvimos un pequeño altercado porque no quería que salga de la
habitación en bikini, pero estamos en un lugar paradisiaco ¿cómo demonio
quiere que vaya a la playa? tapada hasta la cabeza, está claro que no lo haría,
ignore su malhumor, pero ya no importaba quería tomar un poco de sol
apreciando su grandioso mar.
Esta sumamente molesto solo lo escuchaba gruñir y maldecir a cada hombre que
según él me observaba, lo seguía ignorando olímpicamente, en verdad no quería
que este de esa forma, aunque se merece que lo trate así, es nuestra luna de miel
y lo extrañaba, con la intención de hacerle pasar su maldito enojo caminé de
forma sensual contorneando demasiado mis caderas para persuadirlo, sonreía
victoriosa porque sentía su intensa mirada en todo mi cuerpo, solo busco
provocarlo y que venga por mí.
- ¡Que buen trasero! -escucho que dicen atrás mío, me giro para mirarlo de la
peor manera posible.
-No molestes - digo de manera despectiva.
El moreno suelta una carcajada. - Bebé, tienes un hermoso trasero - asegura
cruzando sus brazos, tratando que me pierda mi mirada en sus músculos.
-Deja de molestar o sino...-
- ¿Sino que bebé? - cuestiona divertido.
- Vuelves a decirle bebe a mi esposa y no respondo de mis actos - sentencia una
voz que conozco de memoria. Está super enojado, fijo mi mirada en Nicholas,
todo su cuerpo tenso y a nada de lanzarse a golpear al musculoso que tenemos
enfrente.
-Lo siento amigo, no sabía que es tu chica - se disculpa.
-Primero no soy tu amigo ni nada por el estilo y segundo no es mi chica, es mi
esposa - dice de manera gélida, ni siquiera deja que el morenazo conteste y nos
mete al agua, no hace falta decir que está muy cabreado conmigo.
-Te amo - digo con un tierno mohín quería que deje de estar enojado
-Con eso no vas a solucionar nada - gruñe con sus brazos cruzados se marcan
sus músculos y creo que babeo, mi esposo es un total dios italiano.
-Perdón - me cuelgo de él haciendo sus manos se aferren a mi trasero de forma
posesiva y comience a restregar mi entrepierna sobre la suya, al estar casi todo
el cuerpo tapado por el agua y con nadie a nuestro alrededor, no se notaba que
estaba usando un poco de mi seducción para que mi esposo deje de estar
enojado conmigo.
-Isabel - gruñe tratando de detenerme.
-Esposo, te necesito - le suplico tomando su labio inferior entre mis dientes sin
dejar de moverme, ya sintiendo como su pene esta duro y listo para
complacerme. Me aferre a él, mientras sentía como bajaba su short de baño,
corría mi maya y se adentró en mi interior de una sola estocada. Comencé a
subir y bajar sobre el con lentitud, arrancando graves gruñidos, una de sus
manos se puso entre medio nuestro y su pulgar se apoyó en mi clítoris,
otorgando rápidas y duras caricias que sacaban suaves gemidos que eran
callados por su boca. Rodee mis brazos mejor a sus hombros, buscando mejor
estabilidad porque me sentía a punto de desfallecer antes las fuertes
penetraciones que me brindaba mi esposo No podía dejar de balancearme con
fuerza mientras no dejaba de incrustarme más profundamente. Esto es una
locura, estar follando en el medio del mar con algunas personas a nuestro
alrededor que para nuestra suerte no se daban cuenta de lo que hacíamos y eso
aumentaba ese morbo mientras dejaba que Nick me siga jodiendo como lo
estaba haciendo. Tomo posesión de mi boca con desenfreno haciendo que
ahogue mi gemido de placer al sentir como las paredes mi vagina se cerraban
sobre su miembro mientras se vaciaba en mi interior.
Sin dudarlo, puedo decir que me saque la lotería con este hombre.
Catalina & Julián
Julián.
Para un hombre que siempre tiene y quiere todo lo que desea es un golpe al ego
que una mujer te rechace como lo hace ella constantemente, me tiene tan
colgado de las pelotas que no puedo explicar cómo Catalina Duran me vuelve
loco. Desde ese día en que la conocí, cuando Isabel fue atacada por su ex quedé
impresionado, primero pensé que era como las típicas modelos frías con las que
acostumbro a acostarme,
pero me equivoque, verla tan preocupada y vulnerable por su mejor amiga sólo
daban ganas de estrecharla en mis brazos, la segunda vez que coincidimos fue
esa noche que festejamos los logros de la novia de mi mejor amigo, ese vestido
blanco que acentuaban sus curvas y ese pelo rojizo la dejaban echa una diosa, sé
que el alcohol nos llevó a terminar en la misma cama y no me arrepentía por
nada del mundo de eso. Ella fue la primera mujer que piso mi departamento, a
ninguna otra deje que lo haga para no crear falsas esperanzas
Esa noche fui consciente que siempre quería despertar al lado de una mujer,
pero no de cualquiera sólo al lado de Catalina para desayunar o hacer esas
tonterías que hacen las parejas. Mis deseos se fueron al carajo cuando desperté
sólo en mi cama, estaba furioso porque me habían pagado con la misma
moneda, eso es lo que les hacía a todas mis conquistas solo eran un simple
polvo y luego salía de sus departamentos sin dejar un número o nombres, ahí
fue cuando me di cuenta de la mierda que fui con todas ellas porque si algún día
tengo una hija no me gustaría para nada que un hijo de puta la tratará de esa
forma. Desde lo sucedido me ignora, ha colmado casi toda mi paciencia y miren
que tenga una muy grande, ya que al tener de amigos a los hermanos Salvatore
hizo que creé una inmensa paciencia no es nada fácil soportar el constante
malhumor de Nick, el sacarnos y las bromas de Gio ni hablar de los retos de
Francesca, lo tengo que reconocer me he ganado el cielo, pero volviendo al
tema ahora estoy sumamente celoso y cabreado observando como mi chica
habla con el idiota del socio de Fran, quiero golpearlo ¿por qué demonios le
sonríe tanto? recién entendía ese comportamiento de Nicholas de celar tanto a
su amada esposa, quiera encerrarla en un cuarto donde ningún otro hombre
observé su belleza.
-Catalina - digo tratando de calmarme.
Ella me mira despectivamente. - ¿Qué quieres? -
-Tenemos que hablar - sentencio mirándola mal, comienza a cabrearme que sea
tan así conmigo.
-Estoy ocupada - responde cortante.
Me acerco más para intimidar al idiota. - Kevin, piérdete - gruño para que se
largue en este preciso momento, sino lo entendía lo golpearía y sabe que soy
capaz de hacerlo, con la cola entre las patas se va dejándome a solas con esa
hermosa pelirroja que me tiene en sus manos sin saberlo.
- ¡Estúpido! - masculla molesta.
- ¿Qué haces hablando con el idiota de Kevin? - indago cruzando mis brazos, no
puedo ocultar que estoy celoso, ella es mía y tiene que entenderlo.
-Mira soy una mujer independiente y puedo hablar con cualquier hombre que se
me cruce - me desafía.
Suspiro buscando un poco de paz. - Necesitamos hablar, Catalina - ella achina
sus ojos está a la defensiva sigo sin entender porque me trata de esa forma, no le
hice nada si es el caso, soy el único que debería estar molesto por haberme
dejado solo esa mañana en mi cama.
-No tenemos nada de qué hablar - afirma.
- Nena, claro que tenemos - le muestro una de mis típicas sonrisas que dejan a
más de una sin aire, a las que ella al parecer es inmune. - Te lo digo bien, sales
conmigo o te llevo en mis brazos. Tú decides - sentencio al desafiarla.
Su cara es épica, duda que lo haga así que hago un amago para cargarla. - ¡Esta
bien, iré! - sonrió con arrogancia esta vez va a tener que escucharme.
La guio para que salgamos de la carpa donde se lleva a cabo la boda de nuestros
amigos, observo un poco el alrededor y diviso a Giovanni haciendo bailar
contra su voluntad a Juliana, reprimo una risa mi amigo está completamente
loco, también me quedo viendo como Isabel y Nicholas abrazan a Demian se
ven tan adorables son una hermosa familia.
-Ellos serán felices - acota Catalina que al parecer está mirando la misma
escena.
-Lo serán - sentencio muy seguro. Mi mejor amigo está enamorado de su mujer
y miren que todo empezó como una propuesta loca de él, pero es obvio todo lo
que aman este par de desquiciados.
-Izzy se merece los mejor en esta vida - suspira mirando como su amiga está
feliz con su esposo y su hijo.
-Espero que mi amigo no la cague o le cortare las pelotas-
-Es la primera y última vez que coincidiremos en algo, te ayudare a cortárselas
si lástima a mi amiga - dice con una sonrisa malvada que genera que ría, esta
mujer es adorable.
- ¿Entonces hablamos? -propongo más relajado, asiente y salimos a la oscura
noche, necesito estar a solas con ella.
-Tu dirás - inquiere cruzando a la defensiva.
-Seré conciso ¿por qué me ignoras? - le pregunto siendo directo.
-No te ignoro sigo sin entender ¿por qué te empeñas en buscarme? Creo que
dejamos en claro las cosas, solo fue sexo - sentencia.
Aprieto mis puños, enojado. - ¡Para mí no lo fue! -siseo molesto.
Comienza a reírse como si le hubiera contado un chiste, estoy furioso. - No
puedo creer lo que estoy escuchando - se pone sería para enfrentarme de nuevo.
- Conozco a los tipos de tu calaña, solo ven a las mujeres como un simple objeto
donde meter y sacar su pene - espeta mirándome de la peor forma.
Para un abogado que está acostumbrado a dejar sin palabras a los demás esta
pelirroja me dejo completamente mudo. - No todos los hombres somos iguales y
para mí no solo fue un simple polvo de una noche - me defiendo.
-No voy a caer de nuevo todos son iguales, nunca cambian - trata de golpear mi
pecho, pero se lo impido abrazándola
-Déjame mostrarte que todos somos iguales - susurro en su oído. Tan difícil es
creerme, no me no interesa otra mujer que no sea ella, trata de liberarse, pero no
la dejo, quiero que se tranquilice un poco.
Una voz femenina que reconozco de memoria capta mi total atención así que,
aunque no quiera me separo de Catalina para ver con quien está hablando, sigo
la voz se escucha que discute con un hombre nos escondemos para ver a
Francesca peleando con...
- ¿Jayden? - interviene mi compañía tan confundía como lo estoy en ese
momento. El hermano de Isabel toma a Fran y la besa, ella se separa
bruscamente pegándole una sonora cachetada, que seguro tuvo que dolerle y sin
más se tira a besarlo de nuevo.
- ¿Qué demonios? - gruño molesto. - ¡Voy a matarlo! - exclamo.
Catalina me detiene. - No lo harás - sentencia con firmeza, la miro como
diciendo claro que lo haré cariño.
- Ella es como una hermana y prometí cuidarla - tenía que cumplir la promesa
que les hice a sus hermanos.
-No harás nada, porque ellos son grandes -
-Claro que lo haré - la desafío. Tengo que golpear a ese cretino menos mal que
fui el primero de verlos porque si hubiese sido Nicholas o Giovanni lo más
seguro es que armaran la tercera guerra mundial, son super sobreprotectores con
su hermanita.
-No, no lo harás - me agarra del saco impidiendo que vaya a interrumpir el
intercambio de salivas entre Francesca y el traidor de Jayden Clayton, que desde
ese preciso momento está en mi lista negra. Catalina me sorprende cuando
estampa su boca con la mía haciendo que olvide lo que estaba por hacer, a la
mierda con todo sus labios son una maldita adicción, no me importa nada solo
disfrutar este maravilloso instante, en algo tenía que darle la razón al loco de
Giovanni, Isabel no solo cambiaria la vida de Nick sino también la nuestra
cuando conocimos a sus amigas, ya no hay vuelta atrás aunque cueste esta
mujer será mía, Catalina Duran va ser mi completa perdición pero no me
importa la quiero en mi vida para siempre
CAPITULO 32

La segunda parada de nuestra luna de miel era Paris, la ciudad del amor,
Nicholas cada día me sorprendía más y más. Ahora estamos en esta hermosa
ciudad y lo mejor es recorrer este lugar con el amor de mi vida, es
impresionante todo lo que habíamos cambiado en este tiempo, el amor que nos
tenemos crece día a día, así como mis ganas de tener sexo en cada lugar
recóndito que se nos aparece. Llevaba años sin sexo, pero a lado de este hombre
estoy recuperando de esos días donde era una casta monja, mi esposo es la
jodida tentación en persona, no estamos encerrados en la habitación del hotel
porque él no nos deja, la finalidad también de este viaje es conocer un poco los
lugares donde estamos. Lo bueno de esto que a la noche compensa con largas y
largas horas de puro sexa.
- ¿En qué piensas, cariño? - me pregunta enarcando una de sus cejas.
Envuelvo los brazos en su cuello y él se aferra a mi cintura de manera posesivo
estamos muy cerca el uno del otro nuestros labios estaban a nada de rozarse. -
En todo lo que te amo y en las ganas que tengo de que me folles - contesto sin
descaro para besarlo disfrutando ese beso enfrente de la magnífica Torre Eiffel.
-Eres insaciable, cariño - exclama mirándome a los ojos.
-Lo sé, todo es tu culpa y de que seas tan irresistible - declaro suspirando.
Suelta una carcajada y niega. - No es mi culpa que mi genética me haya hecho
de esa forma -
-Sabes hasta de tu ego estoy enamorada - acoto divertido.
-La amo, señora Salvatore - dice con una gran sonrisa
Después de intercambiar muchos besos, mi estomago gruño indicando que tenía
hambre y mi amado esposo no dudo en llevarme al primer restaurante que
teníamos cerca, mientras hablábamos de que nuestras próximas vacaciones
serán junto a nuestro hijo, las primeras siendo una familia, por eso me había
pedido que busque es lugar para llevar a Demian así se divertía y le quedaban
hermosos recuerdos,
-¡¡Nick!! - se escucha un grito femenino automáticamente ambos miramos a la
mujer que llamaba a mi esposo. Lo veo como se tensa ante la voluptuosa
morena que se acerca a nuestra mesa, mi alerta de esposa celosa se activó en el
momento en que ella lo saludó con mucha confianza.
-Lara - gruñe Nicholas. Al parecer no soy la única que le molesta la presencia
de esta mujer, ella en cambio lo desnuda con la mirada estoy a nada de
arrancarle los ojos con el tenedor.
- ¿Cómo estas, Nick? Hace mucho que no se nada de ti - dice de manera
insinuadora, por su acento podría asegurar que era italiana.
Mi esposo tensa su mandíbula y la mira mal. - Lara, te presento a mi esposa,
Isabel - habla al presentarnos. Ella por primera vez nota mi presencia y la
sorpresa en su cara lo indica todo.
-No sabía que te casaste - acota mirándome de manera despectiva.
Nicholas sonríe sólo mirándome a mí, me encanta esa forma en la me mira. - De
hecho, estamos en nuestra luna de miel, hace una semana que uní mi vida a esta
maravillosa mujer - declara entrelazando nuestras manos, dejando en claro
quién es la única a quien ama y desea.
-Nunca pensé que te ibas a casar - susurra sin poder creerlo.
-Las vueltas de la vida Lara, ahora estoy casado, tengo una hermosa esposa y un
pequeño hijo que son lo más importante. Adriano dijo que ustedes se casaban
pronto - acota mi esposo tomando su copa de vino.
-Si en un par de meses, estoy en Paris buscando mi vestido de novia - le cuenta
con una falsa sonrisa.
Así que esta mujer es la prometida de su primo, sabia por la boca de Fran que
ellos habían terminado de cortar su relación cuando supuestamente esta mujer
se interpuso en el camino de ambos, me alegra que se haya quedado con el otro
Salvatore, porque este es mío y no lo comparto con nadie. Se despide apoyando
casi todos sus pechos sobre Nick mientras lo abraza, cosa que me molesta
bastante por ser tan irrespetuosa.
- ¿Todo bien, Izzy? - pregunta un poco nervioso, seguro mi enojo se nota a
kilómetros.
- Cuando lleguemos al hotel tengo que desinfectarte, cariño - sentencio
arrugando mi nariz.
Comienza a reírse como si estuviera loca y cruzo los brazos para hacerle creer
que estoy enojada. - Amor, cada día me sorprendes más -
-Soy la única que se sorprende cada día más ¿cuántas mujeres aparecerán? -
inquiero ofendida. Hace unos meses atrás me había hecho esa misma pregunta,
la cual termino cuando le rebolee mi tacón.
- ¿Estas enojada conmigo?, vamos Isabel tengo un pasado tú también lo tienes-
se defiende.
-Tengo un pasado, pero no es tan largo como debe ser el tuyo
Bufa molesto. - Mi pasado es mi pasado, tú eres mi presente y mi futuro, la
única mujer que logró llegar a mi corazón, mi esposa y a la única que amare por
el resto de mi vida - con esas simples palabras mi falso enojo se fue al
escucharlo, sin dudas cada vez amo mucho más a este hombre, mi loco esposo.
-Te amo - digo besándolo.
-Cariño, debemos irnos. Necesito mostrarte cuanto es lo que te amo - comenta
insinuando.
-Paga la cuenta mientras voy al tocador - le pido mientras me roba otro beso.
Contemplaba mi reflejo en el espejo mientras arreglaba un poco mi cabello y
retocaba el labial, cuando escucho que alguien entra al tocador de damas y
observo de mala manera a la perra que tengo detrás mío, ella trata de
intimidarme con su mirada.
- ¿Te debo algo? - pregunto molesta.
-No creas que Nick te será fiel y seguirá con el circo ese de familia que armo -
declara sonriendo con maldad.
Tenso la mandíbula, quiero golpearla, pero mi lado de sensatez pide que me
calme, no vale romper una de mis uñas por culpa de esta arpía. - Me importa
una mierda tus comentarios, debería dejar de mirar a mi esposo y seguir
organizando tu boda, después de todo Adriano es tu prometido - comento
irónicamente.
La morena chilla histérica. - Te doy un consejo no te encariñes mucho con tu
nueva vida -
Ahora si estoy furiosa, giro para enfrentarla y me acerco provocando que
retroceda con miedo. - Te doy un consejo no te acerques a él, ni a mi familia
porque no tienes una idea de lo que soy capaz de hacer, perdiste linda porque
Nicholas es mi esposo - no dejo que contesto y salgo del tocador con una gran
sonrisa de ganadora tenía que sacarlo de este lugar, no quiero que otra víbora se
le acerque
- ¿Lista? - consulta cuando llego a la salida del prestigioso restaurante.
-Lista - contesto sin borrar mi sonrisa. Observo como la arpía nos mira muerta
de la envidia, así que para dejarle bien en claro las cosas tomo Nicholas para
plantarle un fogoso beso que él me lo sigue con gusto. Amo demasiado a este
hombre, cuando nos separamos por falta de aire es inevitable no sonreír porque
sé que gane, él es mío. Sé que no va ser la única mujer que tenga que ponerle en
su lugar, siempre aparecen esas simples arpías que buscan arruinar la felicidad
ajena, pero no lo voy a permitir, estoy dispuesta a todo con tal de cuidar lo me
pertenece, Nicholas es mío y no se comparte, voy a pelear ante cualquier
persona con tal de cuidar a mi hermosa familia, nadie va a separarme de mi
esposo y de Demian, ellos son lo más importante en esta vida.
FRANCESCA & JAYDEN
Francesca.
¿Se puede odiar tanto a una persona?
Puede que exagero un poco, pero a mis cortos veinticinco años estoy
acostumbrada a tratar con idiotas, lidiar con sus altos niveles de estupideces y
eso es gracias a que crecí al lado de tres idiotas. Toda mi vida me la pase con
ellos soy la única chica del grupo, son mis locos protectores, me han salvado
más de una vez golpeando o intimidando a cualquiera que quiera lastimarme,
también los ayudo sacando a las locas que se obsesionaban con los tres hombres
más mujeriegos de Chicago. Todo eso cambió cuando Isabel apareció en la vida
de Nicholas, se modificaron tantas cosas además con ella llegaron sus dos
mejores amigas, que volvían locos tanto a mi hermano como a mi amigo con su
indiferencia, es muy graciosos ver lo indignados que están porque Catalina ni
Juliana, no caen rendidas en los falsos encantos de Julián y Giovanni. Cuando
conocí al hermano mayor de mi cuñada quede sumamente impresionado, ante
ese rubio de intensos ojos azules, pero su imbecilidad es tan alta que saca las
peores cosas en mi además que odio los hombres mentirosos y él es un vil
mentiroso.
¿Cuándo pensaba decirme que está casado?
Si, el muy bastardo tiene una esposa y no fue capaz de decirme ese simple
detalle, no soy una santa, pero los hombres casados o comprometido están fuera
de mi lista y no iba hacer la excepción, todavía seguía molesta conmigo misma
por habernos besado esa noche en la boda de nuestros hermanos; a quien
demonios miento había quedado coladita por este mentiroso, por mi propio
bienestar decidí alejarlo de mi vida, no necesitaba más problemas y Jayden
Clayton es un gran problema
El sonido de mi teléfono me saco de mis tontos pensamientos sonreí al ver
quien llamaba, esta mujer no puede vivir sin mí.
- ¡Mami! - contesto automáticamente sonriendo no sé qué sería de mi vida sin
esta gran mujer que tengo como madre.
-Cariño ¿todo bien? -pregunta de forma amorosa.
-Todo bien ma, ahora estoy trabajando dime que necesitas? -
Ríe divertida. - Necesito un favor -ruedo los ojos. Ella y sus locos favores. -
Demian está en la casa de Jayden ¿podrías pasar a buscarlo? - tuve que
sostener bien mi celular porque todo mi estúpido cuerpo vibró al solo escuchar
ese nombre.
Tomo aire tratando de que mi mamá no note la incomodidad. - No puedo mamá,
tengo trabajo - miento, aunque odio las mentiras hoy tenía que usarlas, no
quiero cruzarme con él.
-¡¡Por favor, hija!!- chilla buscando convencerme. - Con tu padre tenemos un
evento que comienza en minutos no puedo ir a buscarlo, hable con tu hermano
y Julián, pero ambos están ocupados - de nuevo ruedo los ojos, esos dos nunca
están disponible cuando uno se los necesita de verdad.
-Está bien mamá iré - gruño molesta. Ella feliz se despide y solo busco un poco
de tranquilidad, no estoy preparada para volver a cruzarme con Jayden no
después que lo golpee dos veces y nos besamos como si esa noche dependiera
de ello.
Al final de la tarde y con un nerviosismo que me tenía super histérica, fui rumbo
hasta el departamento del hombre que últimamente ocupas todos mis
pensamientos; perdí la cuenta de cuantas veces inspire y exhale buscando un
poco de tranquilidad y tomando valor golpee su puerta. Cuando abrió su cara
fue épica, no esperaba verme y tampoco esperé verlo con su torso desnudo, solo
lleva puesto unos pantalones deportivos y su pelo todo alborotado, si antes solo
vestido con carísimos trajes a medidas lo veía extremadamente sexy, así medio
desnudo las palabras quedan cortas ante tremendo dios griego.
- Francesca - susurra sin dejar de mirarme a los ojos, odio que haga eso.
- Vine a buscar a Demian - contesto cortante. Tenía que mostrar que no me pasa
nada, aunque sé que son puras mentiras.
Frunce su ceño. - Pensé que vendrían tus padres - hace lugar para que pase a su
departamento, doy una mirada panorámica de todo, nada mal todo típico de
hombre soltero acá debe traer a sus conquistas engañando a su esposa, maldito
cretino.
-Ellos tuvieron un percance por eso estoy acá, vine por mi sobrino - digo
cruzando mis brazos.
-El pequeño está durmiendo - ahora él se cruza de brazos haciendo que se
marquen sus músculos, por favor, Francesca contrólate en lo importante.
-Podrías levantarlo, tengo que llevarlo a la casa de mis padres - pido sin hacer
contacto visual, no podía mirarlo a la cara porque me arrepentiría de hacer lo
que verdaderamente mi cuerpo desea hacer.
Suspira frustrado. - ¿En algún momento volverás a hablarme? -
Le dedico mi peor mirada - No tengo nada de qué hablar contigo, así que por
favor despierta a Demian, nos tenemos ir - solo asiente molesto y se va.
Mi cuerpo se relaja un poco, decido sentarme en el sillón buscando un poco de
paz, pero unos papeles sobre la mesa captaron mi atención, de curiosa los miro
y me quedo helada a ver esas dos firmas en ese documento legal
-Nunca dejaste que te explique - dice provocando que los papeles caigan al piso
nerviosa, me agacho para juntar y él se une para ayudarme, nuestras miradas
quedaron fijas uno en el otro.
-Jayden - susurro mirando sus labios, solo quería besarlo
-Fran - dice mirando mis ojos. - Si viste esos papeles, sabes que me estoy
divorciando, nunca dejaste que te cuente mi verdad, linda - agrega con una
suave sonrisa.
-Jayden - vuelvo a susurrar su nombre. No importa nada y lo beso dejándonos
llevar por el momento, no quería separar nuestros labios, pero ambos
necesitábamos aire, nos volvimos a mirar a los ojos con una sonrisa no faltaban
palabras.
- ¿Son novios? - pregunta una pequeña voz, ambos miramos a nuestro pequeño
sobrino que está con sus brazos cruzados esperando una respuesta.
-No, cariño - contesto con rapidez acercándome a estrecharlo en mis brazos.
-Papi, tío Julián y tío Gio no les va a gustar esto - dice muy seguro mirando mal
a su otro tío, este niño es todo un amor.
Reprimo mi risa. -Ellos no tienen por qué enterarse -
-Si, les voy a decir tenemos que cuidarte tía - responde serio abrazándome sin
dejar de mirar mal a Jayden.
-Diles que vengan no me importa, ellos no van a impedir que este con esta
hermosa mujer - dice el hombre que me vuelve loca.
-Te van a golpear - responde con maldad sacándole la lengua. Este pequeño es
digno hijo de mi hermano mayor, quiero llenarlo de besos se ve tan tierno
tratando de protegerme – Vamos tía - toma mi mano y su mochila para irnos de
este departamento, le di la última mirada al rubio que seguía anonadado par
nuestro sobrino sin dudas es todo un Salvatore.
Lleve al pequeño a la casa de mis padres, en todo el viaje seguía molesto ni
siquiera se despidió de mi cuando se bajó del auto, no se puede negar que es un
claro calco de Nicholas, salude a mamá y papá para volver a la ciudad
necesitaba llegar a mi departamento y tomar una buena copa de vino mientras
medito todo lo que sucedió esta tarde.
-Fran - dice una voz haciendo que me gire para encontrarme con el único
hombre que roba todos y cada uno de mis pensamientos.
¿Qué hace, aquí?
-Jay - digo impresionada. Se acerca acortando la distancia que nos separaba y
sin darme tiempo a reaccionar me besa como mejor sabe perdiéndonos en la
boca del otro sin importar absolutamente nada, solo nosotros dos.
- ¡Así queríamos encontrarlos! - sentencia una voz que conozco a la perfección,
me separo para enfrentar las miradas asesinas de Giovanni y Julián, esto sin
dudas se pondrá feo, sino pongo un límite, ellos avanzan con la clara intención
de golpearlo, por eso me interpongo no lo harán enfrente mío, no lo voy a
permitirlo, pero Jayden con delicadeza me corre para que quede detrás suyo
para el solo enfrentar a este par de locos.
-Tiene pelotas el rubio - acota Julián mirando con complicidad a mi hermano.
-Cuídate las espaldas Jayden, la mafia italiana estará siguiendo tus pasos - lo
amenaza el idiota de Giovanni.
¿La mafia italiana?
Estos dos, sumado con Nicholas estaban más que locos.
-No me importa nada, aguantare los golpes - nos miramos a los ojos para
perderme en los suyos, me fascinan sus intensos ojos azules. - Estoy dispuesto a
todo con tal de conocerte y que me conozcas, No pienso dejar escaparte de
nuevo Francesca Salvatore - junta nuestros labios en un beso muy romántico
sellando su promesa, es la primera vez que caigo rendida ante un hombre algo
me decía que Jayden Clayton cambiaría por completo mi vida.
CAPITULO 33
Nicholas.
Nápoles era el tercer destino de nuestra luna de miel, había elegido esta ciudad
para mostrarle a Isabel un poco de la historia de la familia Salvatore, Mis
abuelos eran italianos, mi abuela a la cual no conocí era la hija del jefe de
Camorra, Giovanni Cirilo, mi bisabuelo fue uno de los lideres importantes de
esa organización criminal. Mi hermano no mentía cuando bromeaba que somos
descendencia de mafiosos, lo somos solo que nuestro padre nos prohibió
pertenecer a ese mundo y nosotros por más adulto que seamos respetamos su
palabra, por algo es el jefe de la familia. Esta ciudad describía lo que fue
algunos años de mi vida viviendo y estudiando, tenía buenos recuerdos sobre
todos los últimos que disfrute con mi bisabuelo aprendiendo que no hay nada
más importante que la familia y así lo era, ese es el lema que tenemos, nuestra
unidad sagrada que nos hace invencibles.
- ¿A dónde vas? - me pregunta mi esposa adormilada.
-Debo resolver unos asuntos - respondo dejando un beso en su frente.
-Cuídate - murmura antes de volver a cerrar los ojos. Estaba cansada, anoche y
esta madrugada no habíamos podido dormir mucho y todo se debía que cada
vez el sexo se hacía más intenso a su lado, mi esposa es puro fuego en la cama.
Buscando los papeles que le pedí a Julián que haga, bajo al lobby del hotel para
encontrarme con mi primo, que me esperaba acompañado de sus
guardaespaldas, él es el fututo líder de la mafia ya que uno de mis tíos abuelos
no tuvo hijos, por eso lo dejaba como el próximo a tomar el poder. A mí esto no
me importaba, mientras se mantenga lejos de mi familia con su vida podía hacer
lo que quisiera.
-Nicholas - saluda estrechando su mano
- Adriano - contesto con indiferencia.
-Me la jugaste bien sucio, querido primo - habla cuando nos sentamos en el
restaurante del hotel.
- ¿Por qué? -me hago el desentendido.
-La cláusula del abuelo Alonso, lo sabias y te casaste antes. Muy buena jugada -
ironiza.
-Lamento eso - miento sonriendo de lado.
-Vamos a los negocios - redondea siendo directos.
- ¿Por qué estás haciendo esto? - pregunto curioso, siempre peleaba por ese
mínimo porcentaje de acciones que tenía en la constructora y ahora de la nada
quería venderlas, me resultaba bastante raro.
-Necesito el dinero - se encoje de hombros. - Me compras mi veinte por ciento
de la constructora y te deshaces de mi como siempre quisiste - agrega pasando
un papel por arriba de la mesa.
-Es una locura - gruño cuando veo la cifra que me pide.
-Es mi única, oferta - sonríe victorioso.
-Esta es mi contra oferta - digo anotando la cifra que era lo más lógico
-Pensé que eras más idiotas, me sorprendes Nicholas - comenta con media
sonrisa.
-Es eso o nada –declaro.
- ¿Dónde firmo? - inquiere. Saco los papeles que le había pedido a Julián y se
los muestro, sin leerlos los firma y me los entrega.
-El dinero ya está transferido a tu cuenta - le informo, el contador de la
constructora había acatado mis órdenes.
-Un placer hacer negocios, contigo - dice de manera mordaz.
-Buena vida y no aparezcas por Chicago - sentencio fulminándolo con la
mirada.
- No sigo tus ordenes, querido primo - contraataca con una sonrisa cínica.
-Vete al carajo, Adriano - mascullo al levantarme de la mesa.
-Igualmente - responde riendo.
Me retiro del restaurante con una gran sonrisa victoriosa en mi rostro, no
debería estar usando mi tiempo de luna de miel para estos temas, pero lo
ameritaba, ahora si Salvatore Construcciones estaba bajo mi completo dominio
y era momento de festejar con mi esposa como mejor lo sabemos hacer, nos
espera un gran día lleno de mucho sexo.
Juliana & Giovanni
Giovanni.
Soy irresistible
Todas las mujeres caen rendidas a mis pies con una simple sonrisa
¿Por qué ella es la excepción?
Juliana Anderson, llego a mi vida como si nada, nos conocimos de una mala
manera digamos que me encontró en un inoportuno momento con una
enfermera, ella tuvo la culpa por no haber golpeado la puerta antes de entrar.
Nunca imaginé que esa morena de intensos ojos cafés sería una de las mejores
amigas de mi adorada cuñada, desde esa tarde en que nos presentaron ella se
comporta de manera indiferente, me maltrata, es una completa perra conmigo,
lo peor que cuanto más lo hace más loco me vuelve, no pienso rendirme hasta
que no consiga una jodida cita con esa bella mujer, tengo que mostrarle que
todo lo que piensa de mi es absolutamente mentira. A quien miento, soy el peor
hombre para una mujer, mentiroso, mujeriego, promiscuo, un total maldito que
les rompe sus frágiles corazones, pero por ella pienso cambiar por completo mi
estilo de vida, tengo el presentimiento que es la mujer indicada, aunque ella no
lo acepte todavía, soy su príncipe azul.
-Tío - dice una dulce voz. Hoy había decidido pasar mi tarde en el parque con el
pequeño demonio que tengo como sobrino, ahora que soy su tío favorito es mi
deber consentirlo
- ¿Qué sucede, demonio? - consulto porque de repente al detenernos.
- ¿Esa no es la tía Juli? - automáticamente miro donde el niño marcaba y tenía
toda la razón del mundo. Esperen un momento ¿quién diablos es ese? Era la
primera vez que sentía esta sensación de celos por una mujer aleja a mi familia,
ahora entendía los sentimientos de posesividad que tiene mi hermano mayor por
Isabel.
-Si, es la ti Juli - digo con mi cuerpo tenso, quería golpear a ese hombre por
robarles sonrisas a mi chica.
- ¿Ese quién es? - pregunta Demian con su ceño fruncido. Este niño es tan
adorable, Nick lo tiene bien criado, sabe que debemos cuidar a todas las mujeres
de la familia.
-No sé, demonio - respondo mirando a donde esta Juliana con ese idiota.
-Ella no puede tener novio - acota sin dejar de mirar mal al hombre que esta
entrenado con Juliana.
-Tienes razón, ella es mi novia - declaro con una sonrisa, me mira y sonríe
contento.
-Tu eres mejor que ese - dice, sin dudas tengo al mejor sobrino del mundo.
-Escucha Demian, tengo una idea - este asiente con una sonrisa de maldad. - Lo
que vamos a hacer queda entre nosotros ninguna palabra a tus abuelos y mucho
menos a tu padre - agrego mirándolo con complicidad.
-Lo prometo, tío - me muestra su dedo meñique para que hagamos el juramento.
Comienzo por susurrarle al niño lo que tiene que hacer, encontré a la persona
perfecta para hacer maldades, solo espero que Nicholas no se entere de todo
esto porque lo más seguro es que va a querer matarme y por las dudas tendría
que llamar a Julián, a veces es muy bueno que tu mejor amigo sea abogado, más
en estos momentos de locura que tengo.
- ¿Listo? - consulto ambos ya estamos en nuestras posiciones, mueve su cabeza
afirmando. - ¡¡Ahora!! - grito como un loco
Comenzamos a correr hasta donde Juliana, ella está conversando con ese
hombre y sin percatarse tacleo al musculoso tirándolo al piso, Demian le da un
buen golpe en su entrepierna, cargo a esta loca mujer sobre mi hombro y toma
la mano del pequeño para salir corriendo como unos desquiciados, una de las
mejores locuras del este año, cuando estamos lo suficientemente lejos casi al
otro extremo del parque bajo a Juli, no falta decir que no está muy contenta de
verme.
- ¡ESTAS LOCO! - grita empujándome super molesta conmigo.
-Muñeca, estoy loco por ti - digo con una gran sonrisa, me encanta verla
enojada.
-No lo puedo creer Giovanni metiste al niño en tus locuras - espeta y se acerca
para abrazar a Demian, quisiera tener la suerte del niño en estos momentos.
-Lo siento tía -se disculpa con tristeza.
-Todo bien cariño, sé que todo esto es culpa de tu tonto e irresponsable tío -
asegura esta mujer que no se da cuenta que estoy enfrente suyo recibiendo sus
preciosos halagos.
- ¿Quién era ese, Juliana? - inquiero cruzando mis brazos, necesitaba saber
quién era ese bastardo que estaba muy cerca de mi chica.
-Si tía, ¿Quién es ese? -ahora Demian también copia mí misma pose, ambos
miramos con curiosidad a la perfecta morena que no deja de fulminarme con su
mirada.
-No lo puedo creer - maldice despacio tratando que nuestro sobrino no la
escuche. - Esto que hicieron se lo contaré a Isabel - reprimo una risa que le
cuente todo lo que quiera, lo voy a negar hasta la muerte.
-Nosotros no hicimos nada tía - acota mi adorado sobrino con carita de ángel.
-El niño tiene razón muñeca, no hicimos nada - lo apoyo con complicidad,
ambos nos tenemos que proteger, sus padres no pueden enterarse.
- ¡No lo puedo creer! chilla histérica. - Unas horas contigo y el pobre niño copia
todas tus mañas, eres una mala influencia - gruñe señalándome cabreada.
Ruedo los ojos, siempre tengo la culpa de todas las cosas. - Primero el pequeño
ya es así y segundo Nicholas es su padre, la culpa la tiene el - contraataco, si el
niño es así es mera culpa de mi hermano mayor.
-Todo es tu culpa -dice furiosa acercándose.
-No es mi culpa-acoto con una sonrisa burlona.
-Si, lo es -
-No, lo es - ambos nos desafiamos con la mirada.
- ¡Quiero mi helado! - exclama Demian mirándonos mal - Son dos niños, tontos
-ambos observamos a nuestro sobrino y comenzamos a reírnos, Los sobrinos
son el mejor regalo que puede darte un hermano, voy a tener pedir a Nicholas
que se ponga en campaña, así tengo más sobrinos, seré el tío más feliz del
mundo con muchos demonios dispuestos a hacer maldades conmigo.
-Bueno, pequeño demonio vamos por tu helado - sonríe feliz. Agarra mi mano y
la de Juliana para que lo llevemos a la heladería, ella suspira sin decir nada y
nos acompaña, Demian me guiña su ojo, ahí vuelvo a confirmar que tengo al
mejor sobrino de este jodido mundo.
Pasamos una agradable tarde acompañados de la mujer que me vuelve
completamente loco, ella reía ante cada cosa que el demonio contaba, era
hermosa verla así tan relajada, no entiendo ¿por qué me la hace tan difícil? No
quería terminar este momento de paz, pero debía llevar a Demian a la casa de
mis padres, Juliana nos acompañó en contra de su voluntad porque la subí de
prepo al auto, mamá al verme con ella sonrió feliz y por su cara al parecer por
su loca cabeza ya estaba organizando mi boda.
En un completo silencio volvimos a la ciudad, tenía que entrar de guardia al
hospital esta noche de sábado, me esperaba una larga jornada laboral, por eso la
lleve a su departamento, la notaba rara y no entendía el porqué de su actitud.
-Gracias - se limita a decir tratando de bajar sin hacer contacto visual conmigo.
-Juliana - la detengo antes que se baje.
Suspira y me mira con esos intensos ojos cafés que me vuelven loco. - Por
favor, Giovanni, no lo hagas más complicado -
-Solo quiero que salgamos, una simple cita te pido - tomo aire. - Se que no soy
el mejor hombre de este mundo, pero quiero que me conozcas estoy cambiando
algo me hace necesitarte en mi vida - declaro con mucha sinceridad.
Ella achina sus ojos buscando indicios de mentiras en mis palabras, pero soy
totalmente sincero - Esta bien Giovanni, cuando me conozcas bien veras que no
soy la mujer que necesitas - su respuesta me deja en shock. - Me acaba de decir
que, si y no lo puedo creer, la veo bajarse del auto entonces la sigo, no la pienso
dejar que se escape y la detengo bruscamente al juntar a mi cuerpo contra el
suyo, dejando nuestros labios están a nada de rosarse.
-Eres la mujer que necesito - sentencio muy seguro de mis palabras. Sin darle
tiempo a refutar la beso, como extrañaba sus carnosos labios, hace más de tres
semanas anhelaba esto de nuevo, desde ese momento cuando la bese hace meses
atrás me volvió un adicto a sus jodidos besos, ella se acoplaba a cada
movimiento de nuestras bocas ninguno quería terminar este momento, lo
disfrutamos como si fuera el último.
¿Quién lo diría?
Giovanni Salvatore, ha quedado cautivado por una mujer no cualquier mujer, es
la única que abrió un interés de por primera vez tener a alguien en mi loca vida,
Juliana Anderson es la indicada solo falta que ella sé de cuenta que somos
prefecto el uno para el otro y que estamos destinados a estar juntos.
CAPITULO 34
Chicago, hogar dulce hogar. Luego de tres hermosas semanas recorriendo
Grecia, Francia e Italia era momento de volver a casa, a la ciudad en donde vivo
hace casi cinco años acompañada de mi precioso esposo, volver significaba
enfrentar la realidad, el trabajo, la rutina diaria, pero también significa ver a
nuestro hijo lo habíamos extrañado demasiado solo quería llegar a la casa de
mis suegros para llenarlo de muchos besos. Al bajar del avión, un auto ya nos
esperaba acompañado de Phil y Frank, ellos sonrieron al vernos, había
extrañado a mis dos sombras.
-Señor, señora Salvatore - saludaron de manera cortés y profesional.
-Chicos - los regaño, saben que odio que me traten de esa forma. Ellos me
miraron como haciendo entender que esta el jefe enfrente suyo y deben
comportarse solo rodé los ojos, Nicholas siempre intimidando a las personas
con una simple mirada.
Cargaron nuestras maletas para partir rumbo a la casa de los padres de mi
esposo, este ya se encontraba en su mundo hablando por teléfono poniéndose al
día con el trabajo, un total obseso del control de igual manera disfrutaba de su
perfecto perfil y las raras caras que hacía, lo reconozco es muy sexy este
hombre, apoye mi cabeza en su hombro disfrutando de la calidez de su cuerpo,
-Cariño, llegamos - escucho su voz y acaricia mi cabello. - Izzy, mi amor -
sonrío como una tonta al abrir mis ojos para encontrarme con los suyos, me
miraba de una forma que es tan difícil de explicar. - Vamos amor, alguien
quiere vernos - deposita un beso en mis labios para ayudarme a bajar del auto.
- ¡¡Mami!!- grita Demian al verme, me agacho para esperarlo con los brazos
abierto, no tardo nada en llegar y abrazarnos muy fuerte. - Te extrañe mami -
dice dándome muchos besos.
-Te extrañe mucho más, mi amor - digo acariciando su rostro, Nicholas
carraspea y nos mira un poco celoso, que se joda ahora solo es un momento
madre-hijo, los nenes siempre son de la mamá.
-¡¡Papi!!- chilla para tirarse en sus brazos, lo toma y hace girarlo por el aire
provocando sus carcajadas.
- ¿Cómo te portaste campeón? - consulta dándole un beso en su regordeta
mejilla, me acerca para abrazarnos a ambos, los dos miramos con mucho amor a
nuestro pequeño hijo.
-Me porte muy bien, papi-afirma con una sonrisa pícara. - ¿Me trajeron un
hermanito? -abrimos los ojos grande ¿de dónde sacó eso? miro a Nicholas para
que conteste, esta mudo, obvio que quiero más hijos con él, pero ahora no es el
momento ambos queremos disfrutar de Demian.
-Cariño - acaricio su cabello. - ¿quién te dijo eso? - le pregunto creo que ya
sabiendo de quien fue ese comentario.
-El tío Gio dijo que me traerían un hermanito - maldita sea Giovanni y su boca
sin filtro.
-Mamá te trajo muchos regalos - exclamo con una sonrisa no sabía que
contestar, no estoy embarazada, pero no encontraba las palabras justas para un
niño de tres años, Demian chilla feliz y sale corriendo para la casa de sus
abuelos.
-Voy a matar a mi hermano - gruñe molesto, tampoco es para tanto.
-Ya está amor, recién llegamos no pelees con tu hermano - pido, sonríe y me da
un dulce beso para luego entrar donde toda la familia nos esperaba, la primera
en saludar y llenarnos de besos es Giulia.
- ¡Los extrañe chicos! - decía aferrada a su hijo mayor, este solo se quejaba de
lo efusiva que estaba su madre.
-Nosotros a ti, Giulia- -digo con una gran sonrisa.
-Menos mal que ahora tengo una nuera que por lo menos me extraña porque
este desagradecido al que tuve nueve meses en mi panza y lo cuido hace
veintinueve años solo se molesta por mis abrazos - se queja mi adorada suegra.
Suspira y abraza a su madre. -Lo siento mamá, también te extrañe -
-Suelta a mi madre, bastardo - la inconfundible voz de Giovanni se hace
presente, venía acompañado de su padre y Julián.
-¿Tú? -lo marco haciéndome la enojada.
Mi cuñado me mira asustado. - No hice nada Isabel, lo juro - se justifica de la
nada.
-Nosotros no hicimos nada mami - acota Demian con una tierna sonrisa, se
miran con complicidad y estos dos algo se traen, tarde o temprano voy a
averiguar que ocultan.
-Bienvenidos a casa - Alfonso se une a saludarnos contento - ¿Cómo la
pasaron? - nos pregunta.
-Excelente papá, necesitaba vacaciones y más al lado de mi bella esposa -
responde su hijo al estrecharme entre sus brazos.
-Tus demostraciones de amor me darán un coma diabético - se queja Julián
saludándonos. - Señora Salvatore se la ve super radiante- nos guiña el ojo con
complicidad.
-Julián -gruñe Nick abrazándome de manera posesiva.
-Oh amigo extrañaba tu gruñido de perro - acota divertido, todos comenzamos a
reírnos mientras que él se enojaba, Nicholas y su poco sentido del humor.
Se separa de mí y se acerca a donde están su hermano y su mejor amigo. - Los
extrañe par de idiotas - reconoce para luego abrazarlos, la cara de sorpresa de
los chicos es muy graciosa.
- Mamá, creo que Isabel cambio a Nicholas en Europa - grita Giovanni tratando
de separarse de su hermano mayor
-Siempre el mismo idiota - lo fulmina con la mirada.
-No papi, el tío Gio es el mejor - acota Demian.
- ¿Qué han hecho con mi hijo estas semanas? -inquiere mi amado esposo con
sarcasmo.
-Para tu información, el niño se dio cuenta quien es el mejor del grupo ¿quién es
tu tío favorito demonio? - lo miro mal, no me gusta que le diga así a mi hijo,
-Mi tío favorito eres tú - declara para correr a sus brazos, Giovanni mira con
superioridad a Julián que está ofendido.
- ¡En tu cara querido amigo! - festeja bailando con mi hijo en sus brazos que
aprovecha y le saca la lengua a su otro tío.
-Ya veremos Giovanni, esto recién empieza - lo desafía. Otra vez van a volver
con sus absurdas competencias para ver quién es el mejor tío juro que a veces
dan ganas de golpearlos.
Pasamos casi todo el día en la casa de mis suegros contando un poco de nuestro
viaje, aguantando los comentarios en doble sentido de mi adorado cuñado, en
varios momentos Nicholas estuvo a nada de golpearlo menos mal que ya
Alfonso sabe manejar el nivel de estupidez de sus hijos; por la tarde llegó
Francesca siempre tan alegre que nos llenó de miles de preguntas.
Luego de cenar los hombres se fueron hablar al despacho mientras las mujeres
nos quedamos en el salón principal conversando de los fascinantes lugares que
conocí hasta terminé contando de la arpía esa que quería ligar con mi esposo
adelante mío.
- ¡Esa es mi cuñada! - exclama orgullosa.
-Cada día hay más mujeres desvergonzadas - acota mi suegra indignada.
-Lo se chicas, por eso tengo que cuidar lo que es mío -
- Claro que si Izzy, pero viendo lo locamente enamorado que esta mi hermano
dudo que tenga ojos para otras mujeres que no seas tú y si los llega a tener te
prometo que lo castraremos - asegura Fran seria.
-Eso es verdad, cuando un Salvatore se enamora no hay otra mujer en su vida
que la que eligió - dice Giulia muy segura de sus palabras
Veo como los hombres salen del despacho, sus caras no me gustan para nada,
algo anda mal, con un completo hermetismo nos despedimos de todos para ir a
nuestra nueva casa, antes de la boda nos habíamos mudado a esa gran mansión a
pocas cuadras de la casa de mis suegros. En un completo silencio nos fuimos,
Demian iba dormido en mis brazos mientras Nicholas, estaba tenso y molesto,
eso me causaba preocupación, a penas llegamos lleve al pequeño a su
habitación, luego de arroparlo y darle el beso de las buenas noches, era
momento de enfrentar a mi esposo, él estaba en su despacho muy pensativo,
entre despacio y cuando se dio cuenta fui a sentarme en sus piernas
automáticamente me abrazo, amo demasiado a este hombre
- ¿Qué sucede? - inquiero pasando mi mano por su cabello.
Suspira. -Me conoces tan bien, no puedo mentirte -
Lo miro preocupada. -Nicholas no me asustes ¿qué sucede? -
-Izzy amor, no quiero que te alteres - como va a decirme eso, más nerviosa
estoy - Antonio, tu ex - mi cuerpo se tensa al escuchar ese nombre y me aferro a
su cuerpo asustada. - Se escapo, toda la policía lo está buscando, pero todavía
nadie sabe nada - me cuenta alarmándome.
-Tengo miedo - susurro con mis ojos cristalizados, ese tipo es capaz de
cualquier cosa con tal de dañarme, solo busca venganza y buscará mis puntos
débiles.
- Nada sucederá Isabel - levanta mi cara para que lo mire a los ojos. - Te voy a
cuidar, los voy a cuidar, tanto a ti como a Demian nadie se mete con mi familia
-promete con seguridad. Me atrae mucho más a su cuerpo para tratar de
tranquilizarme, pero conocía muy bien al maldito de Antonio hasta no verme
destruida no va a parar por eso cuando llegue el momento de enfrentarnos estoy
dispuesta a dar mi vida con tal de cuidar a las dos personas que más me
importan en el mundo.
CAPITULO 35
Era mi primer día oficialmente como abogada, me recibieron muy bien en el
grupo de trabajo y soy la única mujer del bufete, Julián se encargó de informar
quien es mi esposo y lo que puede llegar a hacer si alguno se pasa de la raya con
comentarios inoportunos hacia mi persona, lo peor es que él también los
amenazó porque nadie se mete con una Salvatore, estos hombres cada días estas
más locos, Mi propósito es aprender, sobre todo ganar experiencia, porque para
ser una buena abogada penalista se necesita mucho trabajo, es un mundo muy
machista, pero pondría lo mejor de mi para ser la mejor y dejen de subestimar a
las mujeres. Empezar a trabajar en este lugar era tan raro, porque sentía que me
faltaba algo, Nicholas y su malhumor me hacían falta, solo debla
acostumbrarme a este nuevo desafío de mi vida, el cual me hará tener ese
prestigio ante todos.
- ¿Cuál es su opinión, señora Salvatore? - consulta Michel, uno de los abogados
penalistas que conforman el grupo de trabajo del mejor amigo de mi esposo.
En primera instancia estaba sólo escuchando las opiniones de todos estos
hombres que tienen muchas más experiencias en el área que una simple abogada
recién graduada.
- Solo Isabel - digo tratando de que empiecen a tutearme, es muy formal lo de
señora. - Podemos demandar directamente al estado, ellos son los principales
responsables de esta confusión tan grave, nuestro cliente fue encerrado en la
cárcel siete años, cumpliendo una condena que no le correspondía - hablo
tratando de sonar algo segura.
Julián me mira orgulloso y sonríe. - Se necesitaba la mirada de una mujer en
este grupo, ya escucharon muchachos momento de ponerse a trabajar - todos
asientes y comienzan a salir de la sala de reuniones, sólo nos quedamos con el
amigo de mi esposo que estaba muy atento a su celular.
- ¿Todavía no lograste que caiga a tus pies? - pregunto divertida, Cata lo está
volviendo loco con su bipolaridad emocional constante.
-Voy a enamorar a esa mujer no me pienso rendirme nunca - sentencia con
convicción.
-Suerte entonces - acoto un poco insegura la verdad tiene que trabajar mucho
para hacerle entrar en la cabeza a mi amiga que está enamorado de ella.
-Tranquila rubia - me guiña un ojo confiado. - ella está muerta de amor solo le
cuesta reconocerlo - agrega negando su cabeza. Mi mejor amiga solo no quiere
que le rompan el corazón, sufrió demasiado por culpa de Jacob Park y ahora se
merecía un amor de cuentos de hadas, creo de después de todo Julián es ese
hombre que ella necesita.
Suelto una carcajada. - Si tú lo dices, te creo - digo riéndome mientras él se va
desesperado diciendo que está llegando tarde, el amor nos cambia demasiado.
Había decidido quedarme mientras la mayoría se iba a almorzar, necesitaba
ponerme al día con algunas cosas, pero mi idea fue interrumpida cuando mi
esposo, el amor de mi vida, entro al lugar con mucha elegancia.
- ¿Por qué esa cara, señora Salvatore? - consulta envolviendo sus brazos en mi
cintura para acercarme a su cuerpo.
- ¿Qué hace en mi trabajo, señor Salvatore? - pregunto divertida mirándolo a los
ojos.
Sonríe divertido - Sabes que odio que me respondan con otra pregunta -
Ruedo los ojos. - Deberías agradeces que te amo, cariño - acoto para depositar
un pequeño beso en sus labios.
-Es tan raro no tenerte en la oficina, extraño a mi sexy secretaria - dice
acariciando mi espalda, bajando su mano hasta mi trasero.
-Extraño a mi sexy y gruñón, jefe - comento.
-Puedes volver conmigo - este hombre sin dudas no entiende.
-Nick - lo regaño. - Ya hablamos de eso - gruñe sabiendo que no va a poder
persuadirme.
-Tenía que volver a intentarlo - me da un casto beso. - Vamos a almorzar, tu jefe
me dio autorización - acota con diversión. Sin quejarme y decir nada, deje que
me lleve a cualquier restaurante, quería estar un ratito con Nicholas, es nuestro
primer día sin trabajar juntos y resultaba un poco extraño para ambos, después
de todo veníamos de casi tres años trabajando juntos todos los días de la
semana, para ambos esto fue un gran cambio.
-Tengo que contar algo - rompo nuestro agradable silencio.
Frunce su ceño confundido. - ¿Qué sucede? - pregunta alarmando. Desde que
sabíamos que Antonio había escapado, la familia estaba en constante alerta,
sabíamos que vendría por mí, soy su blanco por eso Nicholas había reforzado
nuestra seguridad.
-Saca esa cara no es nada malo - hago un pequeño silencio - Giovanni acaba de
regalarle un cachorro a Demian - le cuento. Mi cuñado me había llamado esta
mañana para decirme que le compro un pequeño cachorro labrador para que le
haga compañía a su sobrino,
-Ese idiota no entiende que primero debe hablar conmigo antes de hacer lo que
se dé la gana - gruñe
-No te enojes, cariño - acaricio su mano para tratar de tranquilizarlo, suele ser
demasiado exagerado. - Solo es un pequeño perro que será la compañía de
nuestro hijo - agrego para que se dé cuenta que después de todo no fue mala la
idea de su hermano.
Pero... - hago un mohín para ablandarlo. - Ganaron, pero de igual manera voy a
golpear a mi hermano - pongo los ojos en blanco. - ¿Pusiste los ojos en blanco,
Isabel? - abrí mis ojos grandes al escuchar esa frase, por un momento sentí la
presencia del mismísimo Christian Grey, no pude aguantar mi locura y comencé
a reírme por mis locas ideas mientras Nicholas me miraba confundido
-Te amo, Nick - exclamo
-Te amo, cariño - dice dejando un pequeño beso en mi mano,
Almorzamos tranquilos, hablando un poco del trabajo, me encanta ver cómo
prestaba mucha atención a cada cosa que le cuento sobre el bufete, sin dudas
tengo al mejor esposo del mundo, pero en un momento todo el cuerpo de
Nicholas se tensó al mirar detrás de mí, provocando que me giré para observar
que le llamaba la atención y cuando vi esa mi boca se abrió desmesuradamente,
no lo podía creer, ello dos ¿juntos? Eso traería muchos problemas, más sabiendo
lo sobreprotectores que es la familia Salvatore.
- ¿Qué carajos hace tu hermano con mi hermana? -inquiere molesto.
Lo miro a la cara tampoco es tanto. - Son amigos, deben venir a comer -
contesto de manera despreocupada.
¿Cómo no me había dado cuenta de esto?
Estuvo enfrente de mis ojos todo este tiempo y no había notado la atracción de
mi hermano hacia mi cuñada. Solo espero que Jayden haya resuelto los
problemas con su divorcio porque si ellos lo saben, temo por la vida de mi
hermano.
- ¿Por qué carajo tu hermano acaba de besar a mi hermanita? - gruñe y trata de
levantarse y lo impido al sujetar su brazo, no iba a permitir que haga uno de sus
dramas en este lugar.
-Te quedas en tu lugar - sentencio con firmeza.
-Tengo que hablar con los chicos, debemos atacar - declara mirando con rabia a
Jayden.
Lo fulmino con la mirada, no voy a permitir que lo golpeen - Te lo digo una vez
Nicholas, le ponen una mano a mi hermano y atente a las consecuencias. No
pueden ir por el mundo golpeando a cualquier persona que este con Francesca -
trato de hacerlo entrar en razón.
-Ella es mi hermanita y tengo la obligación de cuidarla - contraataca con sus
brazos cruzados.
-Fran es grande y puede defenderse sola - mi pobre cuñada tiene veinticinco y
es lo suficientemente adulta para tomar las decisiones que quiera, no necesita el
respaldo de estos tres cavernícolas. No voy a dejar que ninguno se meta en la
relación, aunque si debo tener una seria charla con mi hermano.
-Eso no impide que golpee al traidor de tu hermano - asegura gruñendo.
-Golpeas a Jayden y dormirás en el sillón por tiempo indeterminado - lo
amenazo sumamente molesta. No puedo creer que arme tanto drama por la
relación de Jay con Fran, si en verdad se quieren tendrían que estar feliz por su
hermana, pero mi esposo solo piensa en las peores torturas que le hará a mi
pobre hermano.
- No serías capaz - me desafía con la mirada.
-Solo atente a las consecuencias - digo muy segura agarrando mis cosas para
salir del restaurante, si me quedo un minuto más estaba a nada de asesinarlo.
Estoy sumamente enojada, no quiero ver a Nicholas. Voy caminando por la
calle maldiciendo como si estuviera loca, más de uno habrá pensado que estoy
loca, de repente una mano me detiene haciendo que gire para chocar con su
pecho, su espectacular perfume inunda mis fosas nasales.
-Perdón amor - susurra al abrazarme fuerte. - Me cuesta controlar un poco mi
impulsiva forma de ser -
Suspiro, sentía sinceras sus palabras - Promete que no harás nada - le pido al
mirarlo a los ojos.
-Prometo intentarlo - dice dejando un suave beso en mis labios.
Lo conocía tan bien que sabía que ese prometo intentarlo quedaría ahí, porque
en momento que se junte con los otros dos lunáticos de hermano y amigo que
tiene, sabía que no iban a dudar en hacer algo a mi hermano, después de todo
Jayden también se buscó un poco esto. Solo espero que no se pasen de la raya
con sus locuras.
CAPITULO 36
Nicholas.
Toda esta locura va a traerme serios problemas, pero no podía dejar que Jayden
se salga con las suya, porque nadie se mete con mi hermanita y sale ileso. Si es
tan bueno como dicen se tiene que enfrentar a nosotros tres, bueno ahora somos
tres y medios, debe ser capaz de soportar la tortura que tenemos preparado para
él, además es mi momento de vengarme por esa vez que me golpeó y no puede
defenderme porque su hermana estaba presente. Julián, Giovanni, Demian y yo,
íbamos rumbo a la casa de campo de la familia de mi mejor amigo a las afuera
de la ciudad donde tenemos secuestrado a Jayden, un gran plan habíamos
organizado para solo asustarlo, esta vez mi hermano se había lucido con sus
locuras, espero que mi esposa no se entere de esto porque al único que culparía
de todo sería Giovanni.
-Me encanta esto, parecemos la jodida mafia - exclama mi hermano eufórico.
-Somos una mafia amigo, nadie se mete con la pequeña Salvatore - acota Julián
con maldad tiene mucha razón. Todo se nos fue de la mano en el momento que
le conté a mi padre lo que había visto, el me comento un suceso hace semanas
atrás, cuando mi hermana llego a su casa llorando y pidiendo que solo lo abrace.
En ese momento no sabíamos quién era el responsable, pero ahora que lo
sabemos y no íbamos a dudar de cobrar venganza por hacer llorar mi hermana.
- Nadie se mete con la tía Fran - dice mi amado hijo, cada día estoy más
orgulloso de este niño, lo estamos educando bien porque cuando tenga una hija,
Demian va a ser el que se encargue de golpear a cualquiera que se quiera
acercar a mi princesa.
-Nicholas, quiero más sobrinos parecidos a este niño - grita mi hermano
divertido. Todos los días me jode con ese tema, si por mi fuera tendría diez
hijos más, pero dudo que Izzy tenga la misma idea de igual forma me encantaría
verla embarazada y que tengamos una niña parecida a ella.
-Campeón - le hablo a mi hijo para que me preste atención. - Esto no podemos
contarle a mami porque va a castigarnos - digo tratando que no cuente nada de
lo que hicimos.
-Voy a guardar el secreto - contesta con una sonrisa pícara.
Bajamos del auto listos para atacar, Jayden se encontraba en el medio del salón
atado a una silla y con una venda en sus ojos al cuidado de Frank, sí que
disfrutaba este momento. Le dejaríamos en claro quiénes somos.
- ¿Quién está ahí? - pregunta mi cuñado moviéndose, tratando de liberarse,
Demian tapa su boca para contener su risa.
-Te metiste con las personas equivocadas - digo fuerte tratando de intimidarlo,
pero el rubio ni se estremece.
- ¿Qué demonios quieren? - espeta molesto.
-Somos tu peor pesadilla - dice mi hermano acercándose para darle el primer
golpe, a Giovanni le encanta comportarse como si fuera un mafioso. No lo
somos en sí, pero él le gusta decir que en su sangre esta ese lado de la famosa
mafia italiana.
Julián me alcanza una silla para sentarme enfrente de Jayden - Sácale esa venda
- le ordeno a Frank, él hace lo que le pido y mi cuñado primero nos mira
sorprendidos, pero después toda su cara cambia, está enojado mientras gozamos
tenerlo así.
-¡¡Ustedes!! - gruñe furioso. - Pensé que éramos amigos - agrega moviéndose
para zafarse de las ataduras de sus manos.
-Éramos amigos hasta que te metiste con Francesca - responde Julián con su
peor mirada.
- ¿Qué? - grita indignado. - ¡Esto es porque estoy con ella! - gruñe.
-Nadie se mete con la tía Fran - dice mi hijo con cara de mala.
-No lo puedo creer metieron al niño en esto - masculla viendo a mi hijo
participar en el plan de este secuestro.
-Es un Salvatore y nosotros debemos cuidar a todas las chicas de la familia -
comenta Giovanni tratando de intimidarlo.
- Querido Jayden - digo mirándolo con superioridad, él me fulmina con la
mirada. - Pensaste que saldrías con mi hermana sin nuestro consentimiento estás
muy equivocado, Clayton – sentencio.
-Voy a matarte Salvatore, mejor se lo contaré a mi hermana todo lo que hicieron
- me amenaza.
- Dile lo que quieras a Isabel, estoy dispuesto a aguantar su enojo conmigo, pero
valdrá la pena - le respondo con indiferencia, si ella se entera voy a tener que
enfrentar las consecuencias y dormiré en el sillón.
-Somos cuatro contra uno - dice Julián divertido. - Pienso negar todo - se
encoge de hombros despreocupado.
- ¡Voy a demandarlos! - gruñe tratando de liberarse nuevamente.
- ¿A quién vas a demandar? - inquiere mi mejor amigo con una sonrisa
socarrona. - Nadie sabe que estamos en este lugar, supongo que no tienes
testigos que confirmen esto, no molestes a la justicia con tonterías - culmina
muy seguro, a veces me dan ganas de besarlo cuando se pone en pose del
abogado del diablo.
- Francesca me importa y si tengo que aguantar todo esto para estar a su lado lo
haré - sentencia muy seguro de sus palabras, debía reconocer que tiene agallas.
- ¿Cuáles son tus intenciones con mi hermana? - pregunto de manera fría. Mi
mamá, mi hermana e Isabel son las mujeres más importantes de mi vida por
ellas soy capaz de todo y más.
-Me importa demasiado Fran, ella es la mujer de mi vida y daría todo lo que
tengo con tal de que sea sumamente feliz - dice con mucha sinceridad, era la
primera vez que alguien nos dejaba sin palabras.
- ¿Te imaginas un futuro a su lado? - inquiere Giovanni, creo que Jayden nos
cerró la boca a los tres con su sinceridad.
Suspira. - La quiero y si ella me deja, quiero un futuro juntos - lo miro buscando
algo de mentira en su cara, pero veo un hombre enamorado. Intercambio
miradas con los chicos, los tres seguimos sorprendidos por su confesión, se
merece una oportunidad.
-Jayden - lo llamo para que me mire a la cara. - Los Salvatore solo damos una
sola oportunidad en esta vida, no me hagas arrepentirme de esto – tomo aire. -
Si mi hermana sufre o solo observo una lágrima en sus ojos por tu culpa
prepárate para morir - agrego con contundencia.
-Ya escuchaste a Nick rubio, si lastimas a mi hermanita romperé todos y cada
uno de tus huesos - amenaza Gio tratando de mostrar su cara de malo.
- Nosotros cumplimos con nuestra palabra - acota Julián con malicia.
-Desátalo Frank - le ordeno a mi guardaespaldas. Este hace lo que le pido, mi
cuñado sorprendido por muestras palabras se levanta de su silla, imito su
postura. - Bienvenido a la familia Jayden - digo con sarcasmo y sin darle tiempo
a reaccionar mi puño estampa contra su rostro provocando que caiga al piso y
los chicos lo levantan muertos de risa.
Mi cuñado me tiende la mano. - Prometo no defraudarte, ella es parte de mi vida
- con eso tomo su mano para estrecharla en un buen apretón mientras Julián y
Giovanni palmean su hombro felicitándolo,
Es el primer hombre que aguantaba todo esto que armamos, muchos han salido
huyendo luego de una simple amenaza, espero no equivocarme y que Jayden
haga muy feliz a Francesca.
Mi celular comienza a sonar, cuando observo quien llama un poco de miedo me
da atender, les hago señas a los chicos para que se callen.
-Amor ¿todo bien? - digo al atender.
- ¡Nicholas Dante Salvatore! - grita mi esposa, acaba de llamarme por mi
nombre completo eso significa que estoy en graves problemas. - Rompiste tu
promesa los quiero a todos en casa - sentencia cabreada.
- ¿Por qué gritas, cariño? - me hago el desentendido.
- Voy a matarte Nicholas, los quiero a los cinco en casa y espero que mi
hermano no tenga ningún rasguño porque estarás un mes sin sexo y durmiendo
en el sillón de la sala - asegura.
- ¿Un mes sin sexo? - cuestiono molesto. No pude dejarme un mes sin sexo y
todo porque secuestramos a su hermano.
-Te quiero en diez minutos en casa - chilla furiosa cortando la llamada.
¡Carajo!
Mi esposa va a matarme cuando vea el golpe que le di a su hermano
-Mi cuñada tiene carácter - acota Giovanni divertido.
- ¿Qué es el seso? - cuestiona la voz de mi dulce hijo y me quedo helado ante su
pregunta, sólo tiene tres años no sé qué demonios contestar.
-Voy a contestar eso, porque me siento el más capacitado de la sala para
responder su pregunta - dice mi hermano. - Mira demonio el sexo es algo que
hacen tu mami y papi para que tengas hermanitos, cuando seas grande lo
experimentaras - le responde como si nada y juro que quiero matarlo.
-Giovanni - gruñimos los tres en forma de regaño, es un completo imbécil
cuando se lo propone.
Buscando una sensata explicación para Isabel el viaje rumbo a casa se hizo
demasiado corto, lo peor de todo esto es que tanto Julián como Giovanni
huyeron por miedo a enfrentar su furia, son unos malditos bastardos me dejaron
sólo con el problema. Entramos a casa, ahí se encontraba mi amada esposa con
sus brazos cruzados y sumamente molesta, saludo a su hermano y a nuestro
hijo, luego de corroborar que estuvieran bien los mandó a jugar al jardín, estaba
sudando ella me miraba de la peor forma.
-Lo siento - susurro mirándolo a los ojos.
-Eso no sirve Nicholas, rompiste tu promesa - dice cabreada.
-Traté de cumplirla, pero no pude, Isabel - suspiro. - Tenía que hacerlo, pero me
equivoqué tu hermano se ganó mi confianza, está enamorado de mi hermana -
afirmo tratando de persuadirla.
-Lo sé - afirma - Los he visto con mis propios ojos, ellos dos se aman, aunque
todavía les cuesta reconocerlo - afirma con media sonrisa.
- ¿Estás enojada conmigo? - inquiero un poco nervioso.
- ¿Qué te parece? - refuta con su ceño fruncido.
- Tengo que responder a esa pregunta Izzy - acoto.
- ¿Qué te parece Nicholas? ¿Tengo motivos para estar enojada? - dice con
sarcasmo.
-En verdad lo siento Isabel, sé que hicimos mal en secuestrar a tu hermano, pero
necesitábamos saber si era bueno para Fran - le cuento para que entienda porque
hicimos esas cosas.
-Escúchame bien esto, nunca más en tu vida metas a mi hijo en tus locuras - ella
se acerca y me pega una sonora cachetada dejándome sorprendido, lo tengo que
reconocer me lo merezco. - Se que no me case con el hombre perfecto, sin
embargo, tienes la suerte de que te ame demasiado - la miro a los ojos.
- ¿Me perdonas? - le pregunto.
-Dormirás en el sillón por una semana y nada de sexo - declara dejándome solo
en el medio de la sala de nuestra casa. Esto había salido peor de lo que
imaginaba, ahora tenía un castigo y uno de los peores.
CAPITULO 37
Han pasado seis meses desde el día en que nos casamos con Nicholas, no somos
la pareja perfecta, tenemos nuestros días donde nos peleamos como cualquier
persona con la diferencia que nuestros enojos sólo duran minutos porque
ninguno de los dos puede estar separado del otro por mucho tiempo, como dicen
nuestros amigos somos perfectos el uno para el otro. Mi vida no sería igual sin
ese loco y posesivo hombre al que llamo esposo.
Se aproxima el cumple número cuatro de Demian, el primero con nosotros,
estoy sumamente emocionada preparando todo para que ese día sea perfecto. La
familia y sus amigos del orfanato vendrán para compartir con él ese día tan
especial, muero de ansiedad solo quiero que mi hijo sea feliz. Soy una completa
obsesiva con el detalle eso últimamente me tiene demasiado cansada, además
que no tuve días muy buenos ya que la mayoría del tiempo estoy mareada y los
olores revuelven por completo mi estómago, esto no se lo he contado a Nicholas
porque me tendría encerrada en casa como si fuera un cristal, muchas veces ese
hombre es muy exagerado.
-Creo que deberías ir a casa - la voz de Julián me saca de mis pensamientos ni
siquiera escuché que entro.
Observo al novio de mi mejor amiga y le muestro una gran sonrisa. - Deja de
preocuparte, estoy bien - miento plantando la mejor sonrisa posible.
-Rubia no me mientas, pareces un fantasma y tu rostro está más blanco que el
papel - acota con su ceño fruncido
-Estoy bien, Julián - aseguro.
Achina sus ojos. - Si cuando vuelva del juzgado te veo igual, llamaré a mi
artillería más pesada - fue inevitable no reírme, solo asentí porque si empeoraba
llamaría al paranoico de esposo que tengo.
Tendría que haber salido a almorzar, el solo hecho de pensar en comida todo mi
estómago se estremecía, si llego a poner un trozo de comida en mi boca correría
la baño a vomitar es tremendo estar así. Debería ir al médico capaz tengo virus
estomacal que me genera todos estos síntomas. Estaba tranquila en mi oficina
revisando un caso bastante complicado que tenemos que representar en unos
días, cuando la puerta se abrió fuertemente provocándome un gran susto, ahí
enfrente mío estaba Nicholas con su ceño fruncido.
- ¿Qué haces aquí? - pregunto sorprendida.
-Cuando pensabas decirme que te sentías mal. Soy tu esposo y tengo que
enterarme por mi mejor amigo que mi esposa no se siente bien- reclama
ofendido.
Pongo los ojos en blanco, maldito de Julián por ser tan chismoso. - Estoy bien
Nick, eres un poco exagerado - aunque estaba mareada me levanto para llegar
donde esta y abrazarlo, no tarda nada en envolver sus brazos en mi cuerpo de
manera protectora. - Estoy un poquito cansada - reconozco bostezando.
Suspira - Estaba preocupado por ti - acaricia mi espalda con ternura.
-Eres tan exagerado, amor - coto divertida.
-No soy exagerado, solo me preocupo por una de las personas más importantes
en mi vida - como no amarlo si es todo un romántico cuando se lo propone.
-Gracias por cuidar de mí, siempre - digo aferrada a su cuerpo.
-Siempre cuidare de ti, cariño - hace un silencio. - Ahora vamos a casa después
me arreglo con el idiota de tu jefe - sin negarme camino para tomar mis cosas.
Si volvía a casa tendré más tiempo de seguir preparando las cosas para el
cumple de Demian, cuando tuve todo listo, giré para encaminarme donde se
encontraba Nicholas, pero todo comenzó a verse borroso y oscuro.
****
Un insoportable ruido me molestaba, lentamente abrí mis ojos, este lugar no es
ni mi casa ni la oficina ¿dónde estoy? despacio observo y al notar un suero en
unos de mis brazos deduzco donde me encuentro, miro a mi costado donde mi
amado esposo duerme aferrado a mi mano, estas últimas semanas él también
estaba muy cansado, se lo ve tan lindo que me da pena levantarlo.
-Nick - lo llamo de forma suave y solo gruñe molesto. - Nick - repito su nombre
un poco más fuerte provocando que abra sus preciosos ojos asustado al verme
todo su cuerpo se relaja y me abrazarme.
-Nunca más en tu vida vuelvas a asustarme de esa forma - luego de haberme
besado de manera desesperada.
- ¿Qué sucedió? - pregunto confundida, solo recuerdo estar en el bufete con él
hablando.
Toma aire y se acomoda el pelo. - Te desmayaste justo en mis brazos, casi
muero de un ataque al corazón - agrega demasiado dramático.
Suelto una risa. - Eres un exagerado - comento y Nicholas estaba por contestar
cuando una mujer vestida con la típica bata de médico entra a la habitación con
una gran sonrisa.
-Señora Salvatore ¿cómo se siente? - inquiere mirando los papeles que tiene en
su mano.
-Estoy bien doctora ...- no tengo ni idea de cómo se llama esta mujer.
-Katherine Bank - se presenta amablemente, tiene una sonrisa muy contagiosa.
- ¿Qué tiene mi esposa doctora Bank? - pregunta mi esposo preocupado.
-Nada malo señor Salvatore, tengo muy buenas noticias para ustedes - ambos la
miramos expectantes. - Felicidades serán padres, Isabel estas embarazada - me
informa tomándome por sorpresa.
¿Embarazada?
No escucho nada más mi completo mundo se detiene en este preciso momento,
miles de sensaciones pasaban por mi cuerpo, un hijo fruto del amor con
Nicholas está creciendo dentro mío, nuestro segundo hijo, otro Salvatore.
-Embarazada - murmuro como terminando de procesar la información.
-Dentro de unos minutos volveré, así hacemos una ecografía para que conozcan
a su bebe. Los dejos solos, felicidades señores Salvatore - finaliza con una
inmensa sonrisa y se retira de la habitación.
Mis ojos se conectan a los de Nicholas, esta pálido y anonadado mientras estoy
llorando de felicidad. Sin esperarlo se levanta, pienso que es para abrazarme,
pero hace todo lo contrario sale de la habitación corriendo, dejándome con una
fuerte opresión en el pecho. No quiere a este bebe. Rampo en llanto, porque nos
acaba de abandonar, llevo mis manos a mi vientre que todavía se encuentre un
poco plano y lo acaricio con mucho amor, tengo ganas de matar a ese hombre,
porque juntos creamos a este pequeño ser, no puede dejarme y más en este
momento que más lo necesito, la puerta de la habitación se vuelve abrir
dejándolo ver con un gran ramo de flores y una caja de chocolates, miro su cara
notando sus ojos cristalizados.
-Idiota - mascullo llorando como una magdalena.
Él muestra una sonrisa y se sienta en la cama. - Hace mucho que no me
llamabas de esa forma - dice de manera divertida.
-Pensé que nos habías abandonado - sollozo entre sus brazos, mientras trata de
tranquilizarme.
-Nunca lo haría, Isabel. Reconozco que no fue la mejor reacción, pero fui a
comprar esto - marca las rosas y los chocolates que están apoyados en la cama.
- Pensé que estabas molesto porque estoy embrazada, sé que no hablamos sobre
el hecho de tener más hijos, pero estos meses ninguno se cuidaba... -
Me detiene mientras con cuidado limpia mis estúpidas lágrimas. - Deja de
pensar tonterías cariño - suspira - ¡Seré padre! - grita eufórico provocando que
comience a reírme por su emoción.
-Seremos padres - afirmo emocionada y tomo su mano para apoyarla en mi
vientre.
-Demian, amara la noticia - comenta acariciando mi panza con mucha ternura.
- ¿Están listos para conocer a su bebé? - la doctora Bank entra acompañada de
otra chica, los dos movemos la cabeza felices. No puedo creer que este
embarazada, esa noticia, sin dudas no la esperábamos.
Ella se acomoda, coloca un gel frío en mi vientre y comienza a moverlo
automáticamente una mancha con forma rara aparece en la pantalla, Nick
aprieta mi mano fuerte.
- ¿Ese es...? - no puede terminar la frase de lo alucinado que está mirando.
-Si señor Salvatore ese es su bebé - confirma deteniendo la imagen para que
observemos, mis lágrimas de felicidad invaden mi cara al ver por primera vez a
mi hijo. - Doce semanas de embarazo - nos informa dejándome en completo
shock. Tengo tres meses de embarazo y recién me entero, ahora cada síntoma
que sufría tenía su lógica, no era un virus estomacal, sino que mi pequeño bebé
comenzaba a manifestarse. La doctora nos da muchas indicaciones para el
cuidado y vuelve a dejarnos solos asegurando que unas horas podre irme a casa.
Muero por contarle la noticia a Demian que en seis meses se convertirá en
hermano mayor.
Mi mirada se cruza con la de mi esposo su felicidad es tan grande que desborda
por todo su cuerpo - Izzy tendremos otro hijo - toma aire. - Será la niña, la más
hermosa del mundo - dice pasando su mano nuevamente por mi vientre.
Frunzo mi ceño todavía no sabes que es. - Puede ser un niño - declaro seria.
-Será una niña, Olivia Salvatore. Una perfecta niña parecida a su madre que se
convertirá en mi princesa - declara muy confiado, me fue inevitable no sonreír
ante su comentario, hasta nombre ya tenía pensado.
-Puede ser un niño, Dante Salvatore - él me mira sorprendido, siempre le dije
que su segundo nombre era hermoso, es una buena oportunidad de llamar al
bebe de esa forma si llega ser un niño - como será igualito a ti quiero que lleve
tu segundo nombre - acoto sonriendo.
Deposita un beso en mis labios. - Mientras sea sano me da igual si es niño o
niña, seré el hombre más feliz del mundo con mis dos hijos - sentencia sin
borrar la sonrisa de su rostro.
Acaricio su rostro con mucho amor. - Nunca me arrepentiré de haber aceptado
tu loca propuesta - digo mirándolo a los ojos.
Suelta una carcajada - Nunca me arrepentiré de haberte obligado aceptar mi loca
propuesta - comenta pasando su mano por mi mejilla.
Todo el amor que nos tenemos se expresa ahí, en este embarazo que es el
broche de oro a nuestra loca historia de amor. Ahora nuestra pequeña familia de
tres integrantes pronto cambiaría radicalmente porque seremos cuatro,
esperábamos ansiosos la llegada del nuevo o la nueva Salvatore.
CAPITULO 38
Exagerado, es la única palabra que describe a Nicholas en estos momentos.
Hace exactamente dos días nos enteramos lo del embarazo y a él sólo le falta
ponerme a dentro de una cajita de cristal para asegurar que estemos bien, dan
ganas de matarlo y besarlo a la misma vez ¿muy loco no? pero sin dudas me
encanta que sea así, cuidándonos a Demian, al bebé y a mí, él es nuestro mundo.
Esa misma noche que volvimos a casa le contamos a nuestro hijo la noticia, el
esta eufórico con la llegada de su supuesta hermana, porque ellos dos aseguran
que será una fuerte y hermosa niña.
-Buenos días Izzy ¿cómo amanecieron? - saluda Gretel, la señora que nos ayuda
en la casa.
-Hola Gret, estamos bien respondo - acariciando mi vientre. Solo ella y Demian
saben de la noticia, hoy pensábamos comunicarle a la familia sobre la llegada
del nuevo Salvatore.
Ella sonríe contenta. - Me alegro - pone delante mío un gran tazón de frutas, lo
único que soporta mi estómago - Nick salió a correr y la señorita Francesca ya
está en el patio trabajando con su equipo - suspiro aliviada menos mal que
cuanto con la ayuda de mi cuñada para organizar el cumpleaños de mi pequeño
hijo, hoy Demian cumple cuatro años y estoy super emocionada por ver su
carita cuando vea todo lo que estamos armando.
- ¿Demian sigue durmiendo? - consulto comiendo mis frutas y ella asiente.
-Nunca pensé que Nick sentaría cabeza - comenta sonriendo.
-Tampoco pensé que lo haría - acoto divertida.
-Me alegra que hayas aparecido en su vida y más ser parte de como la familia se
agranda -acota dándome una mirada maternal.
-Ohh Gret no seas mala, el embarazo me tiene muy sensible - digo abrazando a
esta mujer.
-Vamos Izzy, no queremos que tu niña salga una llorona - me regaña secando
mis lágrimas. Ellos aseguraban que sería una niña.
Después de secar mis lágrimas y agarrar el desayuno que habíamos preparado
junto a Gretel para llevarle a Demian a su cama. Ese niño que conocí cuando
solo era un bebito de seis meses ahora cumplía cuatro años, mierda debía
controlar mis emociones o me pasaré el día llorando. Mi pequeño crece muy
rápido. Al entrar al cuarto lo diviso durmiendo acompañado de Coco, su
labrador color chocolate que le regalo su tío favorito, son tan tiernos juntos, me
siento en su cama y despacio acaricio su cabello para levantarlo
-Hola mami - susurra medio adormilado.
-Hola, mi amor - deposito un beso en su frente. - ¡Feliz cumple! - digo para
comenzar a llenarlo besos, él sonríe y se levanta para abrazarme mientras Coco
salta alrededor nuestro.
-Gracias mami - dice sin dejar de abrazarme es su primer cumpleaños con
nosotros, su familia.
-Se olvidaron de mi - exclama una voz que conocemos a la perfección, un
Nicholas con ropa deportiva nos observa desde el umbral de la puerta. - ¡Feliz
cumpleaños campeón! -se acerca para estrecharlo en sus brazos mientras
Demian muere de risa.
-Los amo mucho, mami y papi - grita saltando en su cama eufórico. Nosotros
nos reímos por su alegría. -También amo mucho a Oli - pango los ojos en
blanco, es igual a su padre los dos están empecinados que sea una niña.
Dejamos a Demian desayunando tranquilo acompañado de Coco su perro, era
momento de unirme a Fran para terminar con los preparativos, todo tenía que
salir más que perfecto.
- ¿Dónde está mi beso de los buenos días? -inquiere mi amado esposo de
manera juguetona.
Trata de acercarse para besarme y se lo impido tapando mi nariz - Hasta que no
te des un baño no habrá beso - sentencio con cara mala - tu olor me dan ganas
de vomitar - su cara cambia y sale corriendo a nuestro cuarto para bañarse, es
mentira lo que le dije, me gusta más el Nicholas perfumado y bañado.
A penas salí al jardín de casa los gritos de Fran retumbaban por el lugar dando
muchas órdenes a su equipo de trabajo, todo era un revuelo.
-Hola Fran - la saludo, no puedo creer todo lo que grita y no se queda sin voz.
-Hola cuñada- sonríe. - ¡Kevin apúrate o mi pie terminará en tu trasero! -
exclama retando al chico que es su socio.
Suelto una carcajada. - Te adoro Fran - digo para abrazarla - ¿Cómo va todo con
mi hermano? -le pregunto curiosa, me encanta verlos juntos son perfectos el uno
para el otro, sin dudas mi hermano tiene una gran chica a su lado.
Bufa molesta. - Es un idiota -
Reprimo mi risa - Lo sé, crecí a su lado - acoto divertida.
- Puedes creer que esta celoso de Kevin o de cualquier hombre que se acerque
para hablar - declara ofendida.
-Te creo - La entendía, conozco muy bien a mi hermano.
-Izzy, ve a controlar la cocina - me lo dice de manera dulce, aunque suena más
como una orden.
Al ingresar a casa me encontré con mi esplendido esposo, vestido muy sexy y
tenía ganas de llevarlo a nuestra habitación, estos últimos días mis hormones
estaban demasiado locas, sobre todo referido al sexo.
- ¿Por qué me miras como si fuera un postre? - inquiere divertido.
-Eres mi postre favorito - le contesto de manera seductora, mientras me atrae a
sus brazos.
-Esto del embarazo tiene sus beneficios - me da un buen beso y acaricia mi
vientre para luego agacharse y depositar un beso ahí también, como no amarlo
si es perfecto - ¿Cómo está mi princesa? - consulta con una gran sonrisa y
escuchamos un fuerte grito que nos hace mirar a asustados a la persona, ella
tenía sus ojos muy abiertos y su mandíbula desencajada.
- ¿Es estas embarazada? - pregunta acercándose a donde estábamos.
-Por favor, Francesca deja de gritar nos dejaras sordos - se queja Nicholas
molesto.
- ¿Voy a ser tía? - consulta ilusionada.
-Si Fran, estoy embarazada - le confirmo.
-¡¡Oh por dios!! - se acerca a mí y empuja a su hermano para abrazarme –
córrete que estorbas - escuchamos su gruñido ofendido.
-No cuentes nada, hoy le diremos a la familia - habla Nick dándole una mirada.
-Tengo que empezar a organizar el baby shower de mi sobrina - mira su
hermano de manera amenazante. - Seré la madrina - sentencia sin darnos
tiempos a responder sale nuevamente al patio de nuestra casa.
- ¿Por qué todos dicen que será una niña? - digo confundida.
Nicholas me atrae a su cuerpo y deposita un beso en mis labios antes de
contestar - Es que será una niña, nuestra princesa - asegura convencido.
La sonrisa de un hijo no tiene precio y la de Demian nos causa mucha felicidad,
me encanta verlo así de feliz disfrutando de su cumpleaños rodeado de sus
amigos y la familia. La temática de la fiesta es superhéroes, mi pequeño va
disfrazado como el Capitán América, se lo ve tan adorable que sus tías lo están
volviendo loco con tantas fotos, pero no es el único disfrazado si no que
Giovanni apareció vestido de Thor, todavía lo veo y muero de risa sin dudas mi
cuñado no tiene vergüenza alguna Pasada la noche solo quedábamos la familia,
todos disfrutando la tarde de primavera, estaba sentada en las piernas de Nick
mientras el inconscientemente acaricia mi vientre, ambos observamos como
Demian conversa con sus abuelos.
-Queremos contarles algo - empieza llamando la atención de todos. Al parecer
nuestro hijo se da cuenta de lo que vamos a decir porque automáticamente corre
a mi lado con una gran sonrisa.
- ¡Estoy embarazada! - suelto la noticia dejando a mudos a la gran mayoría.
- ¡Voy a ser tío! - grita Giovanni saltando de su asiento, todos comenzamos a
reírnos por cómo está de eufórico.
No tardan en abrazarnos y felicitarnos por el nuevo integrante de la familia, mi
adorada suegra estaba muy emocionada al igual que mis amigas.
-Sera un niño, otro demonio para mi séquito - sentencia mi cuñado contento,
tanto Julián, mi hermano y Alfonso, lo apoyan.
- ¡Infeliz, será una niña! - contraataca Juliana, del lado de afrente apoyada por
las mujeres.
Giovanni y Juliana no tardaron en organizar una apuesta de las grande entre
ellos, estos sí que son perfecto el uno para el otro todavía, no entiendo porque
no están juntos. De un lado quedaron las chicas con Nicholas y Demian que
aseguraban que será una niña mientras que por otro lado estamos los demás
diciendo lo contrario, una rara y loca familia tenemos, pero sin dudas son las
mejores personas que la vida me hizo conocer. Cuanto todos se fueron
necesitaba dormir, estaba un poco cansada por el largo día que pasamos, nuestro
pequeño quería dormir en el medio de la cama con nosotros y no podíamos
negarlo porque nos encanta dormir los tres juntos abrazados
- ¿Me van a seguir queriendo cuando nazca la bebé? - consulta Demian medio
triste. Acaricio su cabello con mucho amor ¿cómo puede pensar eso?
-Claro que te vamos a seguir amando, eres nuestro hijo igual que el bebé que
tengo dentro de mi panza - digo dejando un beso en su frente.
- Siempre vamos a amarte, campeón - dice Nicholas despeinando el cabello de
nuestro hijo
-Siempre voy a amarlos - acota con una gran sonrisa. Él nos cambió mucho la
vida a ambos.
Observa a mi amado esposo luego que muestro pequeño se durmió. - Gracias a
ti, hoy todo es diferente - declara mirándome con mucho amor, solo sonrió
enamorada de este hombre que cambió por completo mi monótona vida. Gracias
a él también hoy es todo diferente, tengo una hermosa familia que es lo más
importante de este mundo. Todo esto lo debemos a esa jodida cláusula que en
vez de haber sido una desgracia termino siendo una gran bendición.
CAPITULO 39.
Nicholas
Después de todo debía agradecer a la mala jugada que había hecho mi abuelo
con esa cláusula en su testamento, que me llevo a tomar decisiones sin antes
pensarlas bien y terminando casado con una maravillosa mujer, que no solo
cambio mi vida por completo, sino que me enseño algo que no sabía y eso era
amar. Isabel es la mejor de todo esto, con ella tengo una hermosa familia que
pronto se agrandara con la llegada del nuevo bebe. Algo dentro mío decía que
seriamos bendecidos por una hermosa niña y no veía la hora de por fin cargarla
en mis brazos.
-¿Rosa o Lila? - le consulto mientras miro el mostrario de pinturas que
podríamos usar para el cuarto del bebe.
-Diría que esperemos la próxima ecografía, no sabemos que es - acota
suspirando y me pierdo mirando como ella acaricia su vientre de cinco meses.
No haya nada mas lindo que vivir este proceso a lado de la mujer que uno amo
Definitivamente soy un hombre con mucha suerte.
- ¿Qué sucede? - le pregunto al ver como frunce su ceño y apoya de nuevo su
mano en su vientre abultado.
-Nick, ven - dice sonriendo
- ¿Qué sucede? - repito preocupado
-Cállate y dame tu mano - pide. Sin entenderla hago lo que me dijo y dejo que
mi mano se apoye en su vientre, jadeo sale de mi boca al sentir el pequeño
movimiento.
-Ella - murmuro sorprendido.
-Es la primera vez que siento esto, sus primeras pataditas - comenta sin dejar
sonreír
Me agacho para quedar a la altura de su panza. - Hola bebita, soy papá y estoy
ansioso de conocer, princesa - le hablo dejando un beso.
-Deja de decir que una niña, todavía no sabemos su sexo - comenta mi esposa
-Es una niña - afirmo y siento una de sus pataditas.
-Creo que no es una niña - bromea divertida.
-No cariño, ella nos acaba de confirmar que es una niña - acoto con media
sonrisa.
-Espero que se deje ver en la próxima ecografía, la familia necesita saber que
será. No soporto más las peleas de Giovanni y Juliana con su apuesta-dice
Isabel suspirando.
La ansiedad no va con los Salvatore, no olvidemos del hecho que la paciencia
tampoco fue algo que tenemos, por eso se nos hacía bastante difícil controlar
todo, pero si de algo estaba seguro y podía firmarlo en este preciso momento es
que dentro de mi esposa había una niña, mi princesa.
CAPITULO 40
Los meses pasaban más rápido de lo que imaginaba, mi vientre estaba
creciendo, dejando notar que el pequeño Salvatore iba creciendo como se debía.
Tengo seis meses de embarazo y todavía no sabemos el sexo del bebé, lo que
tiene a nuestra familia un poco ansiosos por saber que será y de quienes son los
ganadores de la maldita apuesta, Juliana y Giovanni son los más intensos con
este tema, muchas veces Nicholas literalmente los echó de casa por colmar su
poca paciencia, por eso rogaba que en esta ecografía se deje saber así
terminábamos con la incertidumbre.
Estaba en la cama, no amanecía y no podía seguir durmiendo porque el bebé no
paraba de moverse, sus pequeñas pataditas eran intensas. Mi amado esposo
dormía con sus brazos rodeados a mi vientre de manera posesiva, se ve tan
lindo, pero lamentablemente debía levantarlo, teníamos hambre y quien es
mejor que él para cumplir con mi capricho.
-Nick-susurro para despertarlo despacio, no reacciona. - ¡Nicholas! - grito
molesta, este hombre tiene el sueño muy profundo.
Se levanta sobresaltado. - ¿Qué pasa? ¿están bien? - pregunta con preocupación.
Lo miro con ternura, amo a este hombre. - Estamos bien cariño - acaricio mi
vientre - Solo tenemos hambre - le digo haciendo un mohín.
Suspira y acomoda su cabello. - ¿Otra vez? - cuestiona con una sonrisa
divertida.
- El bebé siempre tiene hambre - me justifico. No tenía la culpa de mis antojos,
él bebe es el que habla con ellos.
Observa la hora. - Son las cuatro de la mañana ¿qué quieren ahora? -
Sonrío. - Fresas con chocolate - niega divertido y sale de nuestra habitación
rumbo a la cocina. No tarda nada en volver con mis preciadas fresas, se acuesta
a mi lado mientras me mira, estoy famélica siempre tengo hambre.
-Quiero saber que es - dice pensativo acariciando mi vientre con mucha
adoración.
-Espero que se deje ver-acoto sin dejar de comer mis amadas fresa con
chocolates.
-Tengo miedo... - susurra
Lo miro desentendida. - ¿Miedo a que amor? -
-A no ser un buen padre para mis hijos - me cuenta al mirarme a los ojos.
Dejo las fresas para acurrucarme en su pecho, no me gusta para nada este
Nicholas inseguro. - Eres el mejor padre, Demian te ama, te amo y nuestro bebé
también va a amarte, Nicholas Salvatore eres nuestro amor, no lo olvides nunca
- digo pasando mi mano por su mejilla.
-Te amo, esposa - murmura sobre mis labios y lo atraigo para besarnos.
****
Estábamos rumbo al hospital central de Chicago, hoy me haría otra ecografía,
no quisimos avisarle a la familia porque la última vez aparecieron todos, la
doctora les tuvo que pedir que se retiren del consultorio, así que esta vez solo
traíamos a Demian con nosotros porque moría por conocer según él a su
hermanita.
-Buenos días - nos saluda la doctora Bank cuando entramos a su consultorio.
-Doctora - contesta mi amado esposo por ambos,
-Y este niño, ¿quién es? -nos pregunta mirando a nuestro hijo.
-Demian Salvatore - se presenta de manera formal tendiendo su mano, la
doctora sonríe ante su gesto. - Vine a conocer a mi hermanita - agrega
sonriendo,
Ella me hace señas para que vaya a la camilla mientras comenzaba a preparar
las cosas, Nicholas toma lugar a mi lado con Demian en sus piernas, ambos se
aferraron a mi mano ansiosos, Unos golpes en la puerta interrumpieron el
momento, la doctora se disculpa mientras va a abrir a puerta, no se escucha nada
hasta que varios pasos resuenan en el consultorio, ¡¡oh no ellos, otra vez!!
-Traidores - sisean ambos molestos. Momentos así solo me dan ganas de
matarlos tanto a Giovanni como a Juliana, son insoportables,
-No los pude detener - dice la pobre doctora sobrepasada por la situación.
-Giovanni --gruñe Nick mirando mal a su hermano.
- ¿Cómo puedes hacerme esto Nicholas? somos hermanos - espeta con sus
brazos cruzados, siempre tan dramático.
- ¿Cómo pudiste hacerme esto Isabel? somos amigas - dice Juliana indignada.
Los fulmino con la mirada para que dé una buena vez cierren sus malditas
bocas. - Por favor, doctora Bank continúe - ella asiente y toma lugar para
comenzar a pasar el aparato en mi abultado vientre, ante nosotros aparece la
imagen de mi bebé, es tan lindo que mis lágrimas no tardan mucho en aparecer.
- ¿Esa es mi hermanita? mami - pregunta Demian frunciendo su ceño y
Nicholas le dice que sí. - Es muy fea - comenzamos a reímos por su comentario.
- ¿Quieren saber qué es? - nos pregunta y todos asentimos con mucha ansiedad.
Ella está haciendo un interminable silencio para generar más incertidumbre.
-Bueno será... -
- ¡Dígalo que moriré de un infarto! - interrumpe Giovanni de manera exagerada.
La doctora ríe divertida. - Es niña, felicitaciones - declara.
¡Una niña, seré mamá de una niña!
- ¡Gane! - chilla Juliana burlándose de mi cuñado, este la mira divertido y sin
darle tiempo a reaccionar toma a mi amiga y la besa.
-Creo que gane también - dice de manera arrogante - Voy a tener a una pequeña
demonio para mi séquito, ¡felicidades, chicos! - nos sonríe y sin decir nada más
sale del consultorio como si fuera el rey del mundo, Juliana va detrás suyo
molesta. Esto dos están locos el uno por el otro ¿cuándo lo entenderán?
Centro la mirada en Nicholas, tiene sus ojos cristalizados, Demian sonreía feliz.
- Una niña - susurra asimilando la noticia.
-Olivia - afirmó con una inmensa sonrisa. El mundo se prepare porque dentro de
poco llegará Olivia Salvatore.
-Cuidare mucho a mi hermanita - asegura nuestro hijo ganándose toda la
atención. Él es una ternura, pero no tenía dudas que Demian protegería
demasiado a Olivia, pobre de mi hija con el padre, hermano y tíos que tiene
nadie va a poder acercarse a ella.
Salimos del hospital rumbo al centro comercial, Jayden y Francesca querían
llevar a nuestro hijo al cine y él contento con la idea, así que lo dejamos al
cuidado de sus tíos, le contamos antes sobre la llegada de la pequeña Salvatore,
mi cuñada estaba eufórica porque después de veinticinco años otra niña llegara
a la familia. Otra vez nos subimos al auto para llegar a nuestra casa, al entrar me
recosté en el sillón, estaba cansada y mi amado esposo se acomodó a mi lado
pasando sus brazos para que pueda acurrucarme en su pecho mientras acariciaba
mi vientre donde está creciendo nuestra hija.
- ¿En qué piensas? - le consulto cortando el agradable silencio.
-Creo que Giovanni tiene razón - responde suspirando.
Lo miro confundida. - ¿En qué? -
-Me dio la idea de que me compre una pistola, Olivia será tan hermosa que
debemos mantener alejados a todos los mocosos en un futuro - dice con
preocupación.
-Todavía no nació y estás pensando esas cosas, estás loco – digo riendo.
-No te rías Isabel, no es gracioso - gruñe ofendido.
-Estás loco, cariño - acaricio su rostro con ternura.
-Es la realidad amor - se agacha y deposita un beso en mi vientre. - Escucha
bien Olivia, no tendrás novio nunca, siempre serás la princesa de papá -
sentencia muy seguro generando que la bebé responda con una patadita. - Creo
que entendió - agrega sonriendo.
Quiero molestarle un poquito más -Para mí contestó que hará lo que quiera -
Nicholas me mira mal - Ella no tendrá novio nunca, con Demian vamos a
impedirlo - sentencia.
-Sin dudas, cada día pierdes más la poca cordura que tienes - afirmo mordiendo
mi labio inferior, tratando de aguantar mi risa.
-Así de loco, me sigues amando - afirma.
Para su suerte lo amaba así de loco, celoso y posesiva. Mi vida no sería igual sin
este hombre.
CAPITULO 41
Estábamos a solo un mes para la llegada de Olivia, toda la familia está ansiosa
en especial mi amado esposo y mi pequeño hijo, los dos trabajan en la
habitación de la princesa de la casa para que sea perfecta, me encanta verlos así
juntos, creo que Nicholas quiere que nuestro hijo siga sus pasos y sea el
próximo Salvatore que continúe con el legado de ser uno de los mejores
arquitectos del país. Estábamos con Nick acotados en la cama descansando un
poco, Demian salió con Jayden y Giovanni, según ellos una tarde de chicos así
que solo nos encontrábamos los dos en casa, él acariciaba mi vientre bastante
abultado mientras supuestamente hablaba con nuestra hija, se veía tan adorable
de esa forma que me enamora cada día más, este hombre es el completo dueño
de mi corazón.
-Siempre serás la princesa de papá, nada de novios - sentencia y solo reprimo
mi risa por sus locuras.
-Cuanto más le prohíbas las cosas más va a hacer lo que quiera - acoto divertida
acariciando su cabello.
-Soy consciente de eso por eso debemos tener más hijos, Demian solo no podrá
sumado la ayuda de Julián y Giovanni tendremos todos los frentes cubiertos -
suspira solo espero que no salga parecida a Fran, nos volvió locos, a más de un
bastardo tuvimos que golpear - me cuenta negando su cabeza.
-Están locos, su locura se potencia cuando están junto s-
- No tenemos la culpa que eso suceda - trata de justificar lo indefendible. - Así
de loco amas a este perfecto hombre - dice de manera egocéntrica.
Lo miro a los ojos. - Un perfecto - hago silencio mientras me mira atento. -
Idiota - agrego riendo.
- ¡Oye! -se queja ofendido - No digas esas palabras delante de nuestra hija -
pongo los ojos en blanco, que hombre más exagerado.
-Debo irme - digo mirando la hora.
-No quiero que salgas-musita preocupado.
-Voy a salir porque las chicas me esperan y tú debes ir a ayudar a Julián - le
recuerdo. No podía dejar de lado a su mejor amigo.
En menos de lo esperado estábamos aparcando en la entrada del restaurante
donde quede con las chicas, como siempre tan sobreprotector me acompaña
hasta la mesa donde Cata, Fran y Juli me esperaban, a las tres les notaba que
estaban rara.
-Hola chicas - saluda mi esposo.
-Hola Nick-responden al unísono.
- Cualquier cosa me llamas - dice mirándome atentamente. - Las amo - acaricia
mi vientre y deposita un tierno beso en mis labios.
-Mucho amor por hoy - acota Fran con cara de asco.
Tomo asiento y miro a las tres mujeres. - ¿Qué les pasa? -
- Nada - responden las tres juntas
Achino mis ojos, no soy tonta. - Hablen, las escucho -
Cata es la primera en suspirar con melancolía. - Creo que Julián va a dejarme -
reprimo mi sonrisa, está absolutamente equivocada porque él le estaba por pedir
matrimonio en un par de días.
Miro a mi cuñada. -Te odio Isabel - gruñe ofendida. - Estoy peleada con tu
hermano, él tiene el derecho de siempre estar celoso, pero se enoja cuando a mí
me pasa lo mismo - toma aire. - esa estúpida le coquetea todo el día y no se da
cuenta - pongo los ojos en blanco, exagerada igual que Nicholas. Ella se refiere
a la nueva secretaria del bufete de abogados, donde la mires tiene escrita la
palabra zorra, pero pongo las manos en el fuego por Jayden, solo tiene ojos para
Francesca, la ama tanto que hasta el más distraído lo nota.
Ahora observo a Juliana que me esquiva la mirada. - Es tu turno -
Maldice. - Mi maldito problema se llama Giovanni Salvatore - dice muy
molesta. Qué raro que siempre está enojada con mi pobre cuñado, a veces me
dan ganas de golpear su cabeza, así entiende de una buena vez que él es
completamente sincero con sus sentimientos.
-Solo les voy a decir una cosa - ellas me miran atentas. - Ellos serán unos
completos idiotas la mayoría del tiempo, pero si de algo estoy segura es que las
aman tanto que por eso se comportan de esa forma, es muy difícil para esos
hombres expresar sus sentimientos - como es de esperarse, estas obstinadas
niegan, entonces decido dar por finalizado el tema si no entienden que se jodan,
he sido testigo de cómo esos tres hombres son pondrían a bajar la luna si ellas se
lo pidieran. Comenzamos a almorzar tranquilas hablando un poco de todo en
especial de lo ansiosas que están por el nacimiento de mi hija, hasta peleaban
por quien sería su tía favorita, están tan locas y son mis mejores amigas;
entrando la tarde y sin ya temas por conversar decidimos irnos a casa, Cata y
Fran fueron a buscar el auto que estaba a un par de cuadras mientras que con
Juli las esperábamos, notaba a mi amiga muy distraída.
- ¿Estás bien? - consulto preocupada.
Ella reprime sus ganas de llorar y niega. - ¿Por qué mi vida siempre es un
desastre? - me pregunta.
La estrecho en mis brazos para consolarla, su vida no es simple hace un par de
meses perdió a su mamá y quedó a cargo de su hermano menor él cuál le está
dando bastante trabajo. - Todo estará bien, solo se paciente - digo acariciando su
espalda.
-Gracias Izzy - susurra al separarse y se seca sus lágrimas. - Olivia y Demian
tienen mucha suerte de tenerte, eres una gran madre - agrega mi amiga.
Sonrío. - No me hagas llorar tonta - le pido volviendo a abrazarla.
Seguíamos esperando a las chicas, mientras me cuenta la nueva locura de
Giovanni. Una camioneta a toda velocidad aparece y se estaciona enfrente
nuestro, tres hombres altos bajaron y me agarraran, Juli trata de ayudarme
cuando un ruido ensordecedor escucho, veo como mi amiga se desploma en el
piso y todo a mi alrededor se vuelve negro.
****
¿Dónde estoy?
Todo gira a mi alrededor, tengo un fuerte dolor en la cabeza, mi vientre y en
todo el cuerpo, comienzo a tener un poco de consciencia y me encuentro atada
en una silla dentro de un cuarto sucio y oscuro, puedo diferenciar a una persona
en un rincón, pero no distingo quien es. Mi pulso se acelera, además que Olivia
no deja de moverse dentro mío, estoy en peligro porque se quién está detrás de
todo esto. Reprimo mis ganas de llorar, tengo que ser fuerte y estar tranquila por
ella, sé que Nicholas hará hasta lo imposible por encontrarnos y salvarnos, lo
necesito más que a nada en el mundo. La puerta del cuarto se abre dejando ver
al peor hombre que se cruzó en mi camino, el que más me lastimó mientras
estábamos juntos, ahí estaba Antonio con una mirada que me hizo estremecer
todo mi cuerpo, lo peor es su sonrisa macabra, se cerca hasta donde estoy y trata
de tocar mi cara, impido que lo haga, es un maldito bastardo que me da mucho
asco.
-Hasta embarazada te ves hermosa- dice enredando un mechón de mi cabello en
su dedo
-Púdrete - siseo con odio.
Toma mi mandíbula fuerte generando mucho dolor - Cuida cada una de tus
palabras, Isabel - saca una pistola de su cintura y apunta directo a mi vientre
asustándome. - puedo terminar con tu vida y la de esa bastarda que esperas -
asegura con maldad.
- ¿Qué quieres? - le pregunto llorando, se me era imposible ocultar el miedo que
sentía.
Sonríe con maldad. - Lastimarte, dañar a toda esa familia que tienes, hacer su
vida miserable, así como has hecho la mía desde el momento en que huiste -
hace un silencio. - Te acuerdas de que te dije que te alejaras de ese tipo, pero no
me hiciste caso, te casaste, adoptaste a un huérfano y ahora estas embarazada, la
vida perfecta - sonrisa perversa se agranda más. - lástima que pronto voy a
arruinar ese cuento de hadas que vives - culmina subiendo la pistola hasta
colocarla en mi frente.
Cierro mis ojos para no mirarlo. - No me hagas nada - suplico sin poder parar de
llorar.
Comienza a reírse. - Demasiado tarde - estudia mi cuerpo con lasciva. - Ahora
voy a lastimarte de la peor forma, nunca podrás olvidarme - siento sus manos
que comienzan a tocar mi cuerpo.
- ¡NO! - grito con asco mientras trataba de sacarme la ropa.
-Basta Antonio - escucho una débil voz y algo se mueve en el rincón.
-Miren quien despertó - dice sarcástico por suerte se aleja para ir al lugar de
donde proviene esa voz, arrastra al hombre hasta donde estoy y quedo helada al
verlo todo golpeado, sucio y su mirada de sufrimiento.
-Papá - susurro - ¿qué le hiciste? - grito al ver el mal estado de mi padre.
-Así paga la gente que me traiciona - Antonio lo patea y escucho el débil
quejido. - Falta alguien más ahora vuelvo, quiero reunir a toda la familia
Clayton - vuelve a sonreír con maldad y se va dejándome a solas con mi
progenitor, sé que no fue el mejor padre del mundo, pero me parte el alma verlo
así con ese sufrimiento.
-Lo siento mucho, Izzy - susurra débilmente. - Todo esto es mi culpa, te sacaré
de este lugar cueste lo que cueste - no contesto solo busco tranquilizarme
porque entre los constante movimientos de mi hija, más el fuerte dolor que
siento en mi espalda no ayudaban y nada de todo esto es bueno para ella, no
dejaría que nazca en este lugar.
Luego de unos minutos la puerta se vuelve abrir y automáticamente todo mi
cuerpo se tensa, solo empujan a una persona y su quejido de dolor, no lograba
distinguir quien era.
-Clarisa -dice mi padre.
-Octavio - escucho el leve susurro de la voz de mi madre, ella también esta acá,
como puede se incorpora y tambaleándose se acerca a donde estábamos - Izzy -
su mirada, sus intensos ojos azules iguales a los míos están apagados, triste y
con dolor. - Hija, estas embarazada - termina de decir mirando mi prominente
vientre.
-Mamá - con un hilo de voz. le hablo, está completamente ebria y hasta creo que
drogada. Maldita seas Antonio, porque se mete con ellos si el problema es
conmigo. Ella se acerca para abrazarme, no logra hacerlo porque se cae al
costado mío, mi padre con la poca fuerza que tiene logra desatarme y con
cuidado me siento en el piso al lado de la mujer que me dio la vida, la cual no la
veo hace más de seis años.
-Lo siento tanto - suspira. - Todo esto es mi culpa, voy a dar mi vida para
salvarlas - nos mira a ambas - solo quiero que en algún momento de sus vidas
me perdonen por todo - ninguna de las dos es capaz de contestar, solo me aferro
a los brazos de mamá llorando mientras acaricio mi vientre, todo esto es una
mierda, solo ruego a Dios que Juliana este bien y que Nicholas nos salve, la
necesito, te necesitamos amor. Se que vendrás por nosotras.
CAPITULO 42
Nicholas.
Un maldito día, veinticuatro horas y no teníamos noticias, ese hijo de puta había
aprovechado un mínimo descuido para secuestrarla, solo quería romper todo lo
que se encontraba a mi pasa. Me sentía el peor esposo por no haber cumplido
con la promesa de cuidarla y eso me tenía a nada de perder el control, Isabel es
mi mundo y no podría vivir sin ella, la única mujer que cambió por completo mi
vida. No pudiendo contener más lo que sentía, pegué un grito lleno de cólera y
de un manotazo tiré todas las botellas de alcohol que tenía en un pequeño bar de
casa, sobresalte a todos, agradecía que mis padres hayan decidido llevar a mi
hijo a su casa para que no se dé cuenta de lo que pasaba.
- Nicholas - dice mi hermana molesta.
-Por favor cálmate - escucho la voz de mi amigo.
- ¡Váyanse todos a la mierda! - grito furioso - Estoy cansado de estar encerrado
en esta casa y no poder hacer nada, mi mujer y mi hija están en manos de un
maldito psicópata - exclamo alterado.
No sé qué paso, pero en un segundo terminé contra la pared con Jayden enfrente
mío mirándome enojado. - No eres el único preocupado idiota, mi hermana está
en peligro y mi amiga está luchando por su vida - gruñe en mi rostro. Aunque
me cueste reconocer, tenía razón, toda la familia estaba preocupada y era un
completo egoísta en no pensar en Giovanni, porque mi hermano también estaba
sufriendo. Empujé a mi cuñado, tomé las llaves del auto y mi teléfono, necesito
irme porque estaba a nada de destrozar toda la casa.
-No hagas una locura - me pide Fran antes de salir.
Sentía los pasos de Julián y Jayden detrás mío, los ignoraba mientras subía al
auto, para mi mala suerte ellos también se subieron, ninguno decía nada
respetaban mi silencio no tenía ganas de hablar con nadie, solo conducía por las
calles de Chicago rumbo al donde otra persona me necesitaba. Aparqué en el
estacionamiento del Hospital General de Chicago y caminé los más rápido
posible para encontrarme con mi hermano, él estaba recargado en la pared
agotado también se encontraba Catalina llorando abrazada a un chico.
-Gio - llamo su atención, no me importo nada y lo abrace tratando de darle mi
completo apoyo, me partía el alma ver a mi hermano menor de esa forma tan
destrozado.
-Ella está muy grave - dice con melancolía, ambos estábamos sufriendo por las
mujeres que más amábamos. - No puede hacerme esto, no ahora -
-Juliana es fuerte, saldrá de esta - acoto tratando de calmarlo.
-Me destruye ver a la mujer que amo así, mis malditos colegas dicen que hay
pocas esperanzas solo la mantendrán viva por... - hace un silencio y me mira a
los ojos - Está embarazada - todos los presentes abrimos los ojos sorprendidos. -
Espera un hijo mío, no puede dejarme solo ¿qué voy a hacer sin ella? no tengo
la más puta idea de cómo cuidar un bebé - grita golpeando la pared con rabia.
-Ella tiene que aferrarse a la vida - susurra Catalina en los brazos de mi mejor
amigo.
-Haz que vuelva Giovanni, que no se rinda. Sálvala - dice el chico que al
parecer es el hermano de Juliana
Mi hermano nos mira a todos y asiente entrando nuevamente a la habitación de
la mujer que ama, observo a Julián y Jayden que me miran con incertidumbre,
sé que están a mi lado porque tienen miedo de que cometa una locura. Lo peor
de todo es que tengo muchas ganas de descargar toda mi furia en sus caras, no
me perdonaría nunca en la vida si algo malo le llegará a pasar a Isabel o a
nuestra hija, la necesitaba a mi lado porque ella es mi completo equilibrio; el
sonido de mi celular me saco de mis pensamientos, un mensaje con número
desconocido captó nuestra atención.
“Si quieres verla de nuevo, te espero”
Todo mi cuerpo se eriza al releer ese mensaje, no me importa nada que corro a
mi auto como un loco tanto Jayden como Julián me seguían y se subieron, ellos
no iban a dejarme solo, pero debía recuperar a mi esposa.
-Lo repito, Nicholas, es una locura porque ambos estarán en peligro - dice mi
mejor amigo con preocupación, de reojo veo que teclea su teléfono. - La policía
está informada, vienen en camino - nos cuenta suspirando.
-Voy a entrar solo - sentencio con firmeza, no iba a dejar que ellos arriesguen su
vida.
- ¡Qué! - espeta mi cuñado. - Es mi hermana y también voy a entrar - agrega
mirándome de la peor forma
-Estás loco si piensas que voy a dejarte entrar solo - gruñe Julián molesto.
Suspiro. - Esto es entre ese bastardo y yo - tomo aire. - Si algo me pasa quiero
que los cuiden tanto a ella como a los niños - les pido. Existía esa posibilidad
que no salga con vida de esa casa y necesitaba estar seguro de que ellos
cuidarían de mi familia en el caso que algo me suceda.
-No digas esas cosas, Nick - mi amigo niega. - Por favor, no cometas una locura
- suplica.
-Solo quiero que prometan que cuidaran de ellos - repito al aparcar a una cuadra
antes.
- No te voy a prometer un carajo Salvatore, tú tienes la obligación de cuidarlos -
responde Jayden tajante.
Observo a mi amigo y este suspira. - Te lo prometo, Nick - me dice frustrado.
Los miro por última vez y bajo del auto, solo tenía un propósito, salvar a la
mujer que amo con locura y camine hasta la casa abandonada, uno hombres me
empujaron para que entre ante mis ojos apareció el maldito bastardo de Antonio
con una sonrisa de superioridad que solo daban ganas de romper su cara.
-Nicholas Salvatore - dice con odio al mirarme.
-El mismo - respondo arrogante.
-Sigo sin entender ¿qué vio Isabel en ti? - tenso mi mandíbula molesto. - Ella
huyo de Los Ángeles para no casarse conmigo, pero decidió contraer
matrimonio con un hombre que la uso para salvar su empresa y la verdad no
entiendo - agrega pensativo.
- No debería importarte mi relación con mi esposa - contesto con rabia.
- Cuando uno se enamora se vuelve estúpido, eso es lo que tienen. Son unos
estúpidos de primera - declara sonriendo de lado.
-Quiero ver a mi esposa - exijo.
-Ahora que te conozco me caes un poco mejor - habla con ironía. ¡Quiero
romperle la cara a este idiota! - Pero creo que es momento del reencuentro -
toma la parte de atrás del cuello de mi camisa y apunta su pistola en mi cabeza
haciendo que camine a su lado, solo seguía sus pasos hasta que nos detuvimos
en una puerta de madera, sonríe divertido y abre dejando que vea a la mujer que
amo sentada en una silla a su lado hay una mujer rubia que la abraza como
tratando de protegerla y en su otro costado se encuentra su despreciable padre,
todo lastimado el cual sostenía la mano de mi esposa.
-Isabel - susurre aliviado. Ellas dentro de todo están bien.
Levanta su vista para fijar sus intensos ojos azules en mí esperanzada. -
Nicholas - la escucho decir con su voz.
Intento soltarme, pero el infeliz me lo impide - Tranquilo amigo - acota
divertido.
Tenso mi mandíbula. - No soy tu amigo - gruño.
Suelta una carcajada que hace que me enfurece más. - Compartimos a la misma
mujer, nos convierte en casi amigos - se hace el pensativo. - Sabes que fui el
primer hombre en la vida de tu esposa - dice con una gran sonrisa. Ese
comentario es la gota que colma mi poca paciencia, que sin medir las
consecuencias estampo mi puño en su rostro, el bastardo cae tirando su pistola y
me abalanzo hacia él para romperle la cara. Ambos empezamos a golpearnos, de
lejos podía escuchar la voz de Isabel pidiendo que pare, mi ira era incontrolable,
estaba en un nivel muy alto y solo quería matarlo. Tomo ventaja para agarrar su
pistola, pero ambos forcejeamos hasta que un disparo resonó en toda la
habitación, me separo al notar como la sangre mancha mi camisa blanca,
Antonio sonreía con arrogancia, escuchaba los gritos de Izzy y desde lejos las
sirenas de la policía, lo que me hizo plantan una gran sonrisa en mi cara porque
estaba seguro de que ellas estarían bien.
No sé cómo lo hace, mi amada esposa corre hasta donde me encontraba tirado,
sus hermosos ojos estaban rojos y llenos de lágrimas - No, Nick - escuchaba
débil su voz.
-Te amo, Izzy - le digo antes de que la oscuridad consumiera todo mi alrededor.
***
Un horrible pitido generaba un fuerte dolor en mi cabeza, sentía todo mi cuerpo
adolorido, no quería abrir mis ojos porque quería seguir durmiendo, pero
escuchaba un sollozo y sentía que alguien acariciaba con delicadeza mi mano,
por eso lentamente comencé a abrir mis parpados acostumbrándome a la luz,
fruncí mi ceño confundido hasta que mis ojos se encontraron con una cabellera
rubia.
-Izzy - la llamo para que me mire.
Ella levanta su perfecto rostro, sus ojos azules estaban llenos de lágrimas, me
mira feliz y se tira generando un fuerte quejido de mi parte, me dolía el
abdomen de una jodida manera.
-Perdón, perdón - repite sin dejar de mirarme. - Nunca más en tu vida vuelvas
hacer algo como esto - dice sin parar de llorar. - Pensé que te perdía, Idiota -
agrega pasando su mano por mi rostro, como confirmando que en verdad estaba
bien y solo había sido un gran susto para ambos.
-No llores más, mi amor. Estoy bien y todo acabo - digo sonriendo, mientras
seco sus lágrimas.
-Estaba asustada, pensé que te perdía y no podría vivir sin ti - comenta
melancólica.
-Tampoco podría vivir sin ti y nuestros hijos, son lo más importante de mi vida -
afirmo haciendo que mi preciosa esposa se acurruca a mi lado y siento la
pequeña patadita de mi hija, que nos hace sonreír a ambos. Mi mano baja para
acariciar su vientre, no faltaba mucho para que ya naciera mi princesa.
No importaba nada, ni muchos menos recibir una bala o haber estado al borde
de la muerte, si ahora a mi lado tengo entre mis brazos a la mujer más especial
del mundo, mi fiel secretaria, la única que soporta mi mal genio, mi esposa, la
madre de mis hijos, Isabel la que cambió por completo todo y la que es mi
motor de vida.
CAPITULO 43
Por primera vez en esta semana, sentía esa paz que tanto nos merecíamos,
Antonio había muerto esa misma noche que nos rescataron al tratar de huir, los
oficiales de la policía no dudaron y le dispararon, aunque suene mal me
alegraba mucho esta noticia porque pago todo el daño que nos hizo con su con
su propia vida, cada uno tiene su castigo después de todo. Luego del tremendo
susto que nos dio Nicholas, donde una bala impacto en su abdomen y estuvo al
borde de la muerte por la cantidad de sangre que perdió, estuvo hospitalizado
una semana completa.
Dia a día, iba mejoraba con mi estricto cuidado, no lo dejaba hacer casi nada y
eso a mi esposo no le gustaba mucho, pero debía recuperarse en su totalidad.
Mis padres también fueron internados por deshidratación y por algunos golpes
que tenían en su cuerpo, todavía no pude hablar con ellos, por eso esta tarde
enfrentaría esa charla que nos debíamos hace muchos años. Por otra parte,
Juliana seguía luchando por su vida, mi amiga evolucionaba lentamente, ella es
fuerte y tenía que despertar para que dé una buena vez le den rienda suelta a su
amor con Giovanni, así juntos podrían cuidar a ese bebé que venía en camino, la
familia no perdía nunca las esperanzas.
Siento sus brazos que envuelven mi cuerpo y sus manos acariciar mi gran
vientre. - Cada vez falta menos - murmura dejando un beso en mi mejilla.
-Pronto conoceremos a nuestra hija - respondo sin poder borrar mi sonrisa,
ambos estamos ansiosos, no falta nada para el nacimiento de Olivia.
-Nick, Izzy, los señores Clayton acaban de llegar - nos informa Gretel.
-Ahora bajamos, Gret - dice Nick tomando mi mano. - ¿Lista? - pregunta
preocupado.
-No, pero debo enfrentarlos - acoto suspirando.
-Estamos juntos en esto, no lo olvides - me recuerda dejando un beso en mi
mano.
Salimos de nuestra habitación para enfrentar de una buena vez a las dos
personas que me dieron la vida, ellos nos esperaban en el salón principal de
nuestra casa, no voy a negarlo estaba nerviosa por este momento y mientras
íbamos bajando por las escaleras mi mirada se encontró con la de mis padres
después de muchos años los tenía a los enfrente mío mirándome con atención.
-Buenas tardes - los saluda. - Ese día no nos pudimos presentar, Nicholas
Salvatore, esposo de Isabel - estrecha su mano con mis padres.
-Clarisa y Octavio Clayton, sus padres - dice mi mamá con una gran sonrisa.
Ellos toman asiento enfrente nuestro, Nick aprieta mi mano dándome su
completo apoyo, no podía hablar porque no sabía por dónde empezar.
- ¿Hace cuánto están casados? - pregunta mi madre observándonos.
Miro al amor de mi vida antes de contestar. - Hace un poco más de un año -
contesto feliz.
- ¿Saben qué es? - cuestiona curiosa.
Nick muestra una gran sonrisa y apoya su mano en mi vientre. -Si, es una niña.
Olivia será su nombre - les cuenta contento.
Mamá se lleva sus manos a la boca ahogando su grito de emoción. - Ohh tendré
una nieta - todos comenzamos a reinos por su efusividad.
-Mi hija será tan hermosa como su madre - acota mi esposo provocando que me
ruborice.
- ¿Cómo se conocieron? - inquiere ella.
-Primero fui la secretaria de su padre hasta que él apareció para hacerse cargo
de la Constructora - no pude evitar sonreír, todo lo que pasamos nunca imaginé
que terminaría casada y amando con locura al hombre que una vez fue mi jefe.
- Lamentablemente ahora dejó de serlo, me abandonó para trabajar en un gran
bufete y es la mejor abogada de Chicago - comenta haciendo que me sonroje.
-No le crean mucho, le encanta halagarme de más - suelto avergonzada.
- ¿Eres abogada? - pregunta mi padre sorprendido. Era la primera vez que
hablaba desde que llegaron.
-Una de las mejores, señor Clayton - interfiere Nick, Por su parte había decidido
olvidar el pasado, según él las personas se merecen segundas oportunidades y
más si te demuestran que están cambiando para mejorar. Mi padre se aclara la
garganta nervioso, mi mamá aprieta su mano como dándole apoyo a pesar de
todo lo malo que le hizo, ella siempre lo seguía amando.
-Se que fui y soy el peor padre del mundo - toma aire. - no los cuide como se
merecían, me importo mucho más el dinero y la fama que olvidé por completo a
mi familia, siempre voy a lamentarme esto, porque no se puede volver el tiempo
atrás, solo quiero tu perdón que me perdones hija, que nos dejes ser parte de tu
vida y nuevamente quiero demostrarte que estoy cambiando, tu mamá, hermano
y tú son lo más importante que tengo lástima que me di cuenta tarde de eso -
culmina sintiéndose culpable.
Limpio mis lágrimas, estos años habíamos pasado por tanto y después de todo,
nos merecíamos una segunda oportunidad, porque los que estábamos en esa sala
habíamos cambiado a lo largo del tiempo. Mis hijos tenían derecho a conocer a
sus abuelos, de disfrutar de ellos, así como lo hacen con mis suegros.
-Si - digo con lágrimas. - Te perdono, papá - Nick me ayuda a levantarme del
sillón, lo único que quería en estos momentos era abrazarlos, al parecer ellos
intuyeron porque se acercaron para los tres fundirnos en un fuerte abrazo, esto
era mágico.
-Gracias, hija - susurra mi padre llorando. - Gracias a ti también Nicholas, mi
hija tiene un gran hombre a su lado - comenta sonriendo.
Él niega y me atrae a sus brazos. - Se equivoca señor Clayton, acá el afortunado
es uno al tener una gran mujer a mi lado - acota con una inmensa sonrisa que
me vuelve loca, como amo a este hombre.
La puerta de nuestra casa se abre dejando a primera vista a nuestro hijo que
directamente corre hasta nosotros, atrás suyo entraron mis suegros riendo por la
fuerte efusividad que manejaba Demian este día. - ¡Mami! - grita eufórico, Nick
lo levanta para que me deje un beso en mi mejilla. - ¿Por qué lloras, mami? -
pregunta preocupado y mira a mis padres.
-Ellos son mi mamá y mi papá, son tus abuelos. Él es Demian, nuestro hijo
mayor - los presento a los tres.
- ¿Mis abuelos? ¿cómo los papas de papi? - consulta confundido.
-Claro hijo, ellos también son tus abuelos - le confirma su padre sonriendo.
-Hola abuela y abuelo, mi nombre es Demian - se auto presenta provocando que
mis padres agranden sus sonrisas antes las pequeñas palabras de mi hombrecito.
Dejo que ellos se conozcan mientras saludo a mis suegros que observaban
contentos.
Había dejado a Demian al cuidado de sus cuatro abuelos, mientras que con mi
amado esposo íbamos al hospital central de Chicago para darle un poco de
apoyo a Giovanni. En estos momentos nos necesita a todos, por eso nos
turnábamos para nunca dejarlo solo, por suerte no tardamos nada en llegar, mi
cuñado estaba apoyado en la pared con su mirada perdida, no me gustaba nada
verlo así y menos que mi amiga este en ese estado.
-Gio - lo llama su hermano, este al mirarnos sus ojos estaban rojos de tanto
llorar que no tardé nada en abrazarlo.
-Gracias, Izzy - susurra sin soltarme.
Lo miro a los ojos y con cuidado seco sus lágrimas - Juliana es fuerte todo
estará bien, pronto todo esto quedará en un recuerdo que olvidaremos y tu
estarás con ella y su hijo en brazos siendo felices - aseguro dándole un poco de
fortaleza.
-Izzy tiene razón hermano, pronto...- Nicholas no termina de hablar cuando
Samuel el hermano menor de Juliana sale de la habitación gritando.
- ¡Despertó! - grita corriendo y abraza a Giovanni - Mi hermana, despertó - le
repite efusivo.
Mi cuñado no espera nada para entrar como un loco a la habitación de mi
amiga, no podía para de llorar de la emoción al fin buenas noticias, abrazo a
Nicholas super contenta y cuando siento que un líquido bajar por mis piernas
¡Oh, mierda!
- ¿Te hiciste pis? - consulta confundido.
-Rompí la fuente - musito asustada.
- ¡La bebe! - exclama abriendo sus ojos grande.
- ¡Mierda, duele! - digo al sentir la primera contracción.
Se arma un gran revuelo, Sam empieza a gritar que traigan una silla de ruedas,
Catalina y Julián piden un médico y Nicholas sostenía mi mano mientras me
recostaba en la pared porque otra contracción me hace gritar de dolor.
¿Por qué nadie me dijo que esta parte iba a doler de esta forma?
No, quiero más hijos,
-Todo estará bien, amor - dice el hombre que ahora solo quiero matar. Toma mi
mano y se la aprieto muy fuerte para que sienta un poco de mi dolor- ¡Duele
Isabel! - se queja adolorido.
-Eso es algo mínimo a lo que siento, idiota - otra contracción se hace presente,
duele demasiado y tengo mucho miedo, solo miro a mi esposo con la peor
mirada de odio. - No dejaré que vuelvas a tocarme nunca, todo esto es tu culpa -
tomo aire. - Te odio - le digo llorando muerta de dolor, él solo me abraza y deja
un beso en mi frente. Nos habían asignado una habitación, pero desde que entre
no puedo dejar de quejarme por el intenso dolor de cada contracción.
-Tranquila, pronto todo ese dolor se ira y tendremos a nuestra hija en brazos -
me habla tratando de que me calme.
-No te odio, es mentira - digo mirándolo a los ojos.
-Listo señores Salvatore, es el momento de hacer nacer a su hija - nos informa la
doctora Bank después de hacerme un tacto, había dilatado por completo.
Ella ordena que me lleven a la sala de parto, pero en ese momento pierdo a
Nicholas y me sentía muy sola hasta que el entra vestido con mameluco azul y
gorro en su cabeza parecía un médico así vestido, automáticamente volvió a
unir muestras mano para luego con delicadeza depositar un beso en ella.
-Estoy orgulloso de tu fortaleza - comenta dejando un beso en mi frente.
-Es hora - nos dice la doctora ubicándose en su lugar. Ella me da indicaciones y
en cada contracción comienzo a pujar con todas las fuerzas que tengo, me quise
dar por vencida, pero el apoyo de Nicholas hacía que no me dé por vencida,
hasta que hago mi último esfuerzo y un llanto retumba el lugar, haciendo que mi
corazón se detenga unos segundos y miro a Nicholas, ambos lloramos de
felicidad. Una enfermera nos trae a nuestra hija en vuelta en una manta rosa y la
coloca en mi pecho, para conocer así a la mujer de mi vida.
- Bienvenida a este mundo, Olivia - murmuro emocionada cuando esos faroles
azules me observan por primera vez.
-Es hermosa, princesa de papá - dice mi esposo dejando un beso en la frente de
nuestra hija.
Olivia, nuestra pequeña princesa tenía el pelo rubio, unos intensos ojos azules
que eran parecidos a los de su padre, ella nos observaba y juro que los dos
estábamos muertos de amor.
-Es perfecta - deposito un beso en su frente, estoy enamorada de mi hija.
Luego nos llevaron a la habitación, toda la familia estaba ansiosos por
conocerla, pero nosotros queríamos que el primero sea Demian, al entrar al
cuarto acompañado de su padre, traía un inmenso oso que era mucho más
grande que él, Nick lo sube a la cama para que conozca a su hermana.
Ver a mis dos hijos juntos es el mayor regalo que la vida pudo darme, ellos son
lo más perfecto de nuestro amor con Nicholas
-Es muy linda, mami - dice con una gran sonrisa. - Hola Oli, soy Demian tu
hermano mayor - toma su pequeña manito y ella aprieta su dedo.
Nicholas se coloca a lado de nuestro hijo. -Ahora hay otra niña en la familia a la
cual debemos...-
-Cuidarla y protegerla de cualquier niño que se le acerque - declara mostrando
sus puños, reprimo mi risa ante esa imagen y pobre hija mía, tiene un gran
séquito de Salvatore listo para romper huesos en un futuro.
-Te amo - miro a mi esposo. - Los amo - digo al mirarlos a los tres juntos.
Mi vida había cambiado de una forma única, no solo al aceptar ser la esposa de
Nicholas por esa cláusula, sino que me adentre en la mejor locura del mundo, la
cual repetiría una y mil veces, con tal de llegar a este día donde es uno de los
mejores, porque sentíamos que los cuatro juntos era la foto más linda de un
amor puro que nació sin esperarlo.
CAPITULO 44
Un año después...
Si años atrás alguien me preguntaba si me imaginaba esto en mi vida, mi
respuesta hubiera sido otra sin dudarlo. Antes solo me importaba estudiar,
trabajar y divertirme con mis amigos, hoy todo es diferente, soy madre de dos
preciosos niños que son la luz de mis ojos y estoy felizmente casada con el
hombre que una vez fue mi jefe, el cual odiaba porque se creía el centro del
mundo y era un completo idiota, bueno sigue siendo idiota en menor medida,
pero es el hombre al que más amo y que junto a nuestros hijos son lo más
importante de mi vida. Hoy nuestra pequeña princesa cumplía su primer añito y
estoy super emocionada ¿cómo pasa el tiempo? Esa pequeña rubia de ojos
azules cambió por completo todo, se parece mucho a mí, aunque heredó el mal
carácter de su padre, según mi adorada suegra tiene el mal genio de los
Salvatore cosa que es muy cierto, Olivia tiene un carácter bastante raro y eso
que tan solo es una beba todavía, sin dudas le dará mucho trabajo además de
volver loco a su padre y hermano. Observo a mi cuñada desde de la ventana de
la cocina, ella está gritando y dando órdenes a su equipo, como siempre
Francesca es la encargada de organizar el cumpleaños de Oli y desde temprano
está dejando todo de maravilla.
-Hola Fran-la saludo al acercarme.
Ella me mira mal. - ¡Te odio! - exclama molesta.
- ¿Qué dice ahora? - consulto divertida.
- ¿Por qué ni tú, Cata o Juli no me lo dijeron? ¿por qué no me advirtieron? -
hace un silencio. - Estar embarazada es un asco, tengo un alienígena dentro mío,
estoy a nada de convertirme en la nena del exorcista de tanto vomitar, no puedo
comer absolutamente nada y a cada rato quiero abusar sexualmente de tu
hermano - dice a nada de ponerse a llorar. La atraigo a mis brazos, mi adorada
cuñada está esperando su primer hijo, a pesar de estar de cinco meses el
embarazo la trata mal con el tema de los vómitos y las náuseas.
-Cuando lo tengas en tus brazos al pequeño alienígena todo esto quedará en el
olvido, muero por conocer a mi sobrino - acoto tratando de tranquilizarla.
-Todo esto es culpa de tu hermano - solloza - a cada rato lloro, mis hormonas
están alteradas y todo por haber acabado dentro de mi va…- le tapó la boca
antes de que termine la frase.
-Venía tan tranquilo de correr, pero tu desagradable frase me puso de mal
humor - espeta Nicholas detrás nuestro.
- ¡Claro! olvide que tu encargas a tus hijos con las cigüeñas - contraataca Fran
ofendida y mirando mal a su hermano mayor. - Todo sabemos que dejaste todo
tu sem...-
- ¡Ya está! - grita Nicholas corriendo horrorizado al interior de nuestra casa.
- ¿Por qué le haces eso? - inquiero riéndome por la situación.
Mi cuñada encoge sus hombros. - Él se lo busco - se justifica volviendo a
centrar su atención en la organización que se desplegaba en el patio de casa.
Entro nuevamente a la casa, era momento de levantar a los niños primero voy a
la habitación de mi pequeño niño que ahora tiene cinco años y se cree todo un
adulto.
- ¡Hola, mamá! - me saluda al verme en la puerta.
-Hola, mi amor - lo abrazos para llenarlo de besos.
-Basta, ma - se queja ofendido. - Soy un nene grande - agrega convencido.
- Aunque seas grande tu siempre serás mi pequeño - afirmo dejando un último
beso en su cachete.
-Cuando termines baja a desayunar - solo asiente sin dejar de mirarse en el
espejo
Ahora me tocaba levantar a la princesa de la casa cuando entro a su cuarto,
Nicholas ya estaba ahí con nuestra hija en brazos. - Hoy hace un año mamá te
traía al mundo - le cuenta mientras ella lo observa. - Tan pequeña y hermosa,
siempre serás la princesa de papá - gira y nuestras miradas se encuentran es
inevitable no sonreír, si es el mejor padre de mundo.
La vida me regalo un gran hombre.
Luego de cambiar a Olivia, bajamos a desayunar los cuatros juntos, Demian nos
contaba todo lo que hizo en el kínder y de su nuevo mejor amigo, el cual invitó
al cumpleaños de su hermanita. Entrando el mediodía, la familia no tardó en
llegar, los primeros fueron mis suegros con mis padres que se encargaron de
consentir a sus nietos con miles de regalos, al rato llegaron Giovanni, Juliana y
el pequeño Ethan, su hijo de seis meses.
-Por favor, Giovanni cuida al niño - dice mi amiga y próximamente cuñada al
entrar a casa.
-Lo cuido mucho mejor que tú, muñeca - contraataca mi cuñado después de
saludarnos.
- ¿No sé qué hago con él? - Juli niega divertida.
- ¡Soy irresistible amor! - escuchamos su grito mientras le pasa a Ethan a
Nicholas que está baboso por su primer sobrino.
-Tiene razón - susurra riéndose mientras sigue a su loco prometido.
-Eh, rubia no me cierres la puerta en la cara - exclama Julián entrando con la
carriola de su beba, ahí está la pequeña Jazmín de tan solo cinco meses.
-Hola, Julián - lo saludo riendo mientras veo a la loca de mi mejor amiga traer
miles de cosas en sus brazos. - ¿Se mudan? - consulto divertida besando las
regordetas mejillas de mi hermosa sobrina.
Él bufa y toma a la pequeña en sus brazos. - Algo así - se va donde se
encuentran sus amigos. En verdad se veían muy tiernos con sus hijos en brazos,
esos tres casanovas ahora eran padres de familia que vivían por sus hijos y sus
esposas.
- ¡Feliz cumple mami! - dice Cata al entrar. - Traje un regalo para Demian,
Ethan, uno para Fran, para que no se ponga celosa. - me guiña el ojo. - y el más
grande es para Oli - niego ante todo esto, Catalina no había cambiado nada,
bueno algo si cambio, es que ya no oculta ese amor que le tiene a su esposo.
El último en llegar fue Jayden con un inmenso regalo para su sobrina y rápido
corrió a los brazos de su esposa, me encanta verlos así.
¿Cómo habíamos cambiado?
Todos estábamos al lado de la persona que amamos juntos a nuestros hijos,
olvidando el pasado y solo pensando en el presente, me gusta estar acompañada
de mis padres, suegros, amigos, sobrinos, de mi amor y de mis pequeños hijos,
la familia se agrandaba cada vez más y me encanta tenerlos a todos en mi vida.
Somos una gran familia.
Miro al sector donde estaban todos los hombres reunidos, cada uno con sus
hijos en brazos excepto Jay que tenía a Demian a upa, algo se traían entre
manos por eso me acerque para averiguar que estaban tramando.
- ¿Qué hacen? - consulto achinando mis ojos, todo es muy sospechoso.
¡Cuñada! - exclama Giovanni. - Estamos pensando que necesitamos agrandar el
equipo porque Demian y Ethan no podrán solos cuidar a Oli y a Jaz, solo espero
que el hijo de Jay sea un niño - suspira pensativo.
-Están locos - digo riendo, en eso las chicas se nos acerca curiosas. - Estos están
pensando que deben tener más hijos para cuidar a las niñas - todas ponen los
ojos en blanco. Cada una conocía los celosos que son nuestros esposos, pero de
igual forma los amamos con locura.
El primer cumpleaños de nuestra hija fue hermoso, lo disfrutamos desde el
principio hasta el final, cansados primero llevé a la pequeña a su cuna y luego
me tocaba ir al cuarto de Demian que ya me esperaba para que le lea un cuento
como lo hago todas las noches, no tarda nada en dormirse así que me encamine
a mi cuarto para estar al lado de mi sexy esposo, él estaba sentado en la cama
mirando el piso y con una caja en sus manos.
¿Qué le sucede ahora?
-Nick - lo llamo preocupada.
El me mira. - ¿Qué es esto, Isabel? - inquiere mostrando la caja que sostenía,
abro mis ojos sorprendida, pensé que lo había escondido.
Suspiro. - Tengo un atraso, no pude hacerlo porque quería que estés a mi lado -
reconozco.
Siento sus brazos envolver mi cuerpo. - Salgamos de la duda - lo miro a los ojos
estoy a nada de ponerme a llorar. - Vamos cariño, te espero - muevo mi cabeza
y tomo la caja para entrar a nuestro baño.
Son los minutos más largos de mi vida, pero no me animaba a mirarlo sola lo
necesitaba a mi lado, agarre la prueba y salgo para buscarlo, Nicholas caminaba
por toda la habitación ansioso.
- ¿Qué salió? - pregunta rápido.
- Lo quiero ver contigo - susurro nerviosa.
-Todo estará bien, Izzy - toma mi mentón para que lo mire a los ojos. - No
tengas miedo, nada va a cambiar si estás embarazada. Amaremos nuestros tres
hijos con locura - limpia mis lágrimas con cuidado entonces todo aire y levanto
la prueba para que ambos a la misma vez veamos el resultado.
-Positivo - digo con un hilo de voz. - Estoy embarazada - murmuro con
felicidad, Nicholas me agarra y comienza a girarnos felices no podíamos parar
de reír.
- ¡Seremos padres, de nuevo! - grita eufórico sin dejar de abrazarme.
-Otro Salvatore - acoto riendo.
-Este será un niño - sentencia convencido.
-Te amo, Nicholas - susurro en sus labios, estoy muy feliz por la noticia, seré
madre de nuevo otro pequeño crecerá en mi vientre. Una parte de nuestro amor
se unirá a nuestro dos pequeños hijos, Olivia y Demian tendrán un nuevo
hermanito
-Soy el hombre más feliz del mundo y todo gracias a ti, cariño. Te amo, solo tu
eres la completa dueña de mi corazón, eres mi todo al igual que nuestros dos
hijos – se ríe - bueno ahora tres hijos - pone una mano en mi vientre que esta
plano y lo acaricia esa zona.
Nuevamente éramos bendecidos con otro bebe, que se sumaba a esta hermosa
familia que estamos formando juntos y con mucho amor, sin dudas era la mujer
con más suerte en el mundo
CAPITULO 45
Nicholas.
En nuestros planes no estaba planeado la llegada de un tercer hijo, la notica nos
sorprendió, pero eso no significaba que no estemos feliz por ello. Seré padre de
nuevo, mi corazón explotaba de alegría al ver a mi esposa embarazada, esa
maravillosa mujer que fue mi salvación, sé que suena loco e Isabel capas se
enoje con mi comentario, la verdad me encanta verla en ese estado, presenciar
como crece su vientre, sentir sus pataditas y bueno luego verlo nacer, es
fascinante como una mujer puede dar vida. La noticia del nuevo Salvatore trajo
mucha felicidad, mi hermano había generado esa absurda apuesta donde
nuevamente estamos todos enfrentados hasta que se sepa el sexo del bebe, hoy
esperaba que sea ese día.
Estaba convencido que era un niño.
-Bienvenidos, Isabel y Nicholas - nos recibe la doctora Bank sonriendo.
-Buenos días, doctora - saluda mi esposa.
- ¿Qué tal estas semanas? - consulta guiándonos a la camilla para que Izzy se
recueste, levante su blusa así podía hacer la ecografía.
- Fue la semana con mayores antojos que tuve - le cuenta.
-Debes mantener una dieta equilibrada - nos recuerda y observo como mi esposa
asiente a las palabras de doctora. Estoy seguro de que cuando salgamos de este
consultorio y lleguemos a casa, se olvidaría de llevar la dieta,
-Estamos tratando que la cumpla - comento mirando con complicidad a Isabel.
- ¿Listos para ver a su bebe? -nos consulta.
- Por supuesto, si se puede queremos saber su sexo - pide mi esposa suspirando.
Ella odia la apuesta familiar, sobre todo por la gran intensidad que maneja mi
hermano, por eso quería saber que será nuestro bebe así de una buena vez
terminábamos con esto y un equipo se proclamaba ganador.
- Semana veinticuatro de gestación, vamos bien, crecimiento cefálico normal -
empieza hablar moviendo el cabezal del ecógrafo sobre el vientre de Isabel,
mostrando la imagen de nuestro tercer hijo - desarrollo óseo normal, órganos
vitales normales, parece que no quiere que le vean la cara - bromea porque la
imagen mostraba como él bebe se tapaba la cara con una de sus manos.
- ¿Se deja ver qué es? - consulto ansioso.
-Están de suerte, no deja ver su cara, pero es todo un exhibicionista mostrando
sus partes íntimas - acota riendo. - ¿Esta vez que desean? - pregunta mirándonos
-Un niño - acertamos ambos al mirarnos con complicidad.
- Felicitaciones, esperan un niño - confirma.
Miro a mi esposa que tenía una gran sonrisa en su rostro y me acerco a dejarle
un suave beso en sus labios.
Otro Salvatore en la familia, ahora tendría dos hijos varones que me ayudarán a
cuidar a la princesa de la familia, sumado a los niños de mis hermanos y mi
mejor amigo, teníamos un pequeño sequito que serán nuestros herederos en un
futuro de la loca mafia que Giovanni asegura que somos.
CAPITULO 46
Se cumplía cinco años del día de mi casamiento con Nicholas, llenos de mucho
amor, no voy a negarlo a veces nos peleamos por su completa terquedad, pero
nuestras peleas solo duran unos minutos porque no tardamos nada en pedirnos
perdón, cada día que pasa nos amamos mucho más, somos completamente
felices con nuestros tres preciosos hijos. Mi esposo, solo me había dicho que
debía estar lista para las ocho de la noche porque nos iríamos a cenar o algo por
el estilo, el señor estaba muy misterioso, no quería decirme ningún dato para no
arruinar la sorpresa, él no entendía todo lo que ya nos cuesta a una mujer elegir
un atuendo para salir, imagínate cuando no tenemos idea a donde iremos.
Suspiro frustrada al verme nuevamente en el espejo, después de muchas vueltas
había escogido un vestido rojo, regalo de cumpleaños de mi esposo, terminé de
retocar mi maquillaje y paso por las habitaciones de mis hijos antes de irnos,
primero por la de Dante, mi pequeño de tres años el cual es un completo calco
de su padre ya dormía aferrado a su oso, se lo veía tan tierno que deposité un
beso en su frente para dejarlo seguir descansado, la habitación de al lado es la
de Demian al entrar estaba jugando con su mejor amigo Adam, estos niños eran
inseparables, crearon una hermosa amistad que algo me decía que durara
muchos años.
-Es hora de dormir, niños - digo con firmeza para que me hagan caso.
Mi hijo me mira. - Estás hermosa, mamá - acota con una sonrisa tratando de
persuadirme.
-Muy hermosa, señora Salvatore - acota Adam
-Gracias, mis niños - contesto. -Un ratito más y a dormir - los dos festejan
contentos, les doy un beso para caminar al cuarto de Olivia, la puerta estaba
entreabierta y podía verlos mientras Nick le leía un cuento de princesas para que
duerma.
- ¿Papi, tendré un príncipe como Aurora? - pregunta Oli con su dulce voz.
Veo como el cuerpo de mi esposo se tensa, padre celoso. - No, yo seré tu
príncipe siempre - reprimo mi risa.
-No puedes, tú eres el príncipe de mami - contraataca mi hija con sus brazos
cruzados.
-Olivia, no tendrás ningún príncipe porque lo vamos a impedir con tus
hermanos - sentencia convencido.
-Si, lo tendré y va a ser Adam - asegura desafiando a su padre. Esta niña será
todo un dolor de cabeza para el séquito Salvatore que la quiere cuidar de
cualquier chico.
- ¿Qué Adam? - cuestiona mi esposo molesto.
-El mejor amigo de Demian - responde con una sonrisa malvada, ella sabe muy
bien que a su padre no le gusta esas cosas.
- Voy a matar a ese niño - gruñe. Olivia comienza a llorar por las absurdas
palabras que dice su padre, entonces es mi momento de entrar y lo fulmino con
la mirada, tiene que medir sus palabras, ella es todavía chiquita, por eso la
abrazo tratando que se calme.
-Ya mi amor - susurro para calmarla. - Sabes que papá solo miente - intervengo
secando sus lágrimas.
-No estoy mintiendo, Isabel - dice y automáticamente cierra la boca antes que le
lance algo por la cabeza
-Vamos Oli, cuando seas grande, así como mamá podrás tener a tu príncipe
azul, primero debes crecer y estudiar - ella asiente y termino de limpiar sus
lágrimas - Es hora de dormir - la arropo bien y dejo un beso en su mejilla para
que duerma.
Salimos de la habitación de nuestra hija y todavía seguía molesto, a este hombre
lo celoso y posesivo no se le iba a ir nunca.
-Espero que nunca aparezca ese príncipe - murmura con los puños apretados.
Pongo los ojos en blanco. - Hagas lo que hagas, cuando sea el momento ella va
a enamorarse y no vas a poder impedirlo - digo mirando sus ojos, él suspira y
me atrae a sus brazos.
-No quiero pensar en eso - deja un corto besos en mis labios halaga. - Estás muy
hermosa, cariño - me halaga.
Sonrío como una tonta enamorada -Tu no te quedas atrás -
-Es hora de irnos - toma mi mano y nos despedimos de mi mamá que esta noche
cuidará a los niños. - Te pondré esto - me muestra una venda. - Quiero que sea
sorpresa, vamos no seas mala - suspiro y dejo que me vende los ojos, con un
completo silencio partimos rumbo al lugar misterioso, mis nervios y ansiedad
crecían a cada minuto. - Llegamos - sentí sus labios sobre los míos y escuché
como bajaba para abrir mi puerta. - No los necesitaras - dice quitando mis
altísimos tacones y me ayuda a bajar.
Cuando mis pies tocan la arena no fue muy complicado deducir donde estamos
así que quita la venda de mis ojos, para que observe la impecable mesa lista
para cenar todo decorado con luces que iluminaban la perfecta noche en la
playa.
-Nick - susurro ahogando mi llanto, todo se ve hermoso.
-¿Te gusta? - consulta con una gran sonrisa.
Me encanta demasiado, amor - digo al abrazarlo y llenarlo de besos. Con
cuidado me guía a la mesa y abra una botella de champagne.
-Por muchos años más - dice al chocar nuestras copas.
-Por miles de años más juntos - acoto sin poder borrar mi sonrisa.
Comemos tranquilo escuchando el ruido del mar, solo somos nosotros dos en
este mágico lugar disfrutando este perfecto momento y festejando nuestro
quinto aniversario. No existen palabras para explicar el inmenso amor que le
tengo a Nicholas, a su lado había encontrado un equilibro, es verdad cuando
dicen que los opuestos se atraen o que del odio al amor hay un solo paso, tienen
razón, porque mi vida cambio por completo a su lado.
- ¿Me concede esta pieza? - pregunta de forma galante.
-No hay música -
-No arruines el momento, Izzy - toma mi mano para guiarme a la orilla de playa
y ahí comenzamos a bailar sin decir nada solo mirándonos a los ojos.
-Esto es hermoso, Nick - acoto, trato de besarlo, pero me detiene y veo como
saca de su bolsillo algo, para luego mostrarme un precioso anillo con cinco
pequeños diamantes.
-Cásate conmigo - sentencia con media sonrisa.
Comienzo por reírme al recordar ese día. - Es una broma, ¿no? -
Él sonríe divertido y me atrae más a su cuerpo - ¿Alguna vez bromee con usted,
señorita Clayton? -
Hago un silencio- No pienso casarme con usted, señor Salvatore -
- ¡Acepte mi propuesta! -exclama riendo.
-Todos los días de mi vida volvería a aceptar tu propuesta. ¡Claro que me
casaría contigo de nuevo, amor! - afirmo sin poder borrar mi gran sonrisa.
-Nunca me arrepentiré de que ese loco abogado me haya obligado a tener que
casarme, porque conocí a la mujer de mi vida, mi único y real amor, la cual me
hizo padre de tres preciosos hijos. La dueña de mi corazón, la amo señora
Salvatore - declara tomando mi rostro entre sus manos.
-Tu eres mi complemento, mi otra mitad, el amor de mi vida y el que me regalo
esos tres niños que son fruto de este inmenso amor que nos tenemos. Lo amo
señor Salvatore - con eso ultimo junte nuestros labios para no solo demostrarle
con palabras sino con acciones cuando amo a este loco y maravilloso hombre.
Nunca podría arrepentirme de haber aceptado su loca propuesta, mi vida cambio
por completo ese mismo día y ahora soy la mujer más feliz del mundo a su lado
y con nuestros hermosos hijos, que son mi completo orgullo y felicidad, lo
mejor de la vida.
CAPITULO 47
Esa chica que una vez le encantaba salir de fiesta con amigos, sin importarle
nada había desaparecido cuando en mi vida apareció ese loco hombre que hoy
es mi total complemento y con él formé una hermosa familia a la cual amo
demasiado y no podría vivir sin ellos. Por eso mis tardes después de trabajar o
nuestros findes semanas me dedico a consentir a mis pequeños bebes mirando
películas infantiles o saliendo en familia, no podía quejarme si para mi es todo
perfecto, tenía un maravilloso trabajo, me consideraban una de las mejores
abogadas penalistas de la ciudad, tengo un gran esposo y tres preciosos hijos,
que son mi cable a tierra. Tenía todo eso que nunca imagine y la vida se encargó
de sorprenderme. Nicholas me había propuesto volver a renovar nuestros votos
matrimoniales, no pude negarme a esa idea, más al hacerlo enfrente de nuestros
tres hijos, cuando le contamos a Francesca no dude en sacar su lado profesional
para ser una íntima boda en Las Bahamas, lo que no tenía idea es lo que mi
cuñada había tramado detrás de todo, pero cuando una Salvatore tiene en su
cabeza idea no hay nadie ni nada que pueda frenarlo, este es el claro ejemplo de
ello porque la muy loca tuvo la brillante idea, palabras suyas no mías, de
mentirles a nuestros esposos diciendo que salíamos a cenar juntas mientras ellos
se quedaban en mi casa cuidando a todos los niños, todo eso era una completa
farsa porque supuestamente íbamos a festejar mi segunda despedida de soltera,
Fran todavía seguía muy molesta con los chicos por haber irrumpido mi
despedida hace cinco años atrás por eso hacia todos a sus espaldas tratando de
impedir que hagan algunas de las suyas.
- ¡Cambien esas caras! - nos reta mientras maneja
-Extraño a mis hijos y a Julián - dice Cata suspirando, mirando por la ventanilla.
-Extraño a Ethan y a Giovanni - acota Juli melancólica.
-También extraño a mis hijos y a Nicholas, me siento muy mal por mentir -
reconozco suspirando.
- ¿Ustedes creen que no me pasa lo mismo? - pregunta molesta. - Me dejan
como una insensible, es obvio que extraño a mi hijo - nos grita cuando aparca al
costado de la carretera mirándonos mal. - ¿Nunca le mintieron u ocultaron algo?
- inquiere lo cual ninguna responde. - Lo ven tengo razón - exclama indignada
poniendo en marcha de nuevo su camioneta.
En verdad nunca le había mentido a Nicholas, somos completamente sincero el
uno con el otro, pero hace una semana venía ocultando algo que sería una
sorpresa el día que renovemos nuestros votos matrimoniales, en mi defensa solo
estoy guardando un pequeño secreto que pronto se lo contaré.
Sin decir nada más volvimos emprender camino hasta el lugar misterioso donde
Fran nos llevaba, mi sonrisa se agrando cuando al pararnos en la puerta reconocí
ese club nocturno que hace mucho mejor dicho desde que Jack se había
marchado de viaje no fuimos capaces de volver.
- ¿El Soul? - inquiero divertida.
-Acá fue donde comenzó nuestra amistad - dice Fran encogiendo sus hombros.
- ¡Voy a llorar! - exclama Juliana con sus ojos cristalizados.
-También, lo hare - se une Catalina con ya lágrimas en sus ojos.
Miro a mis tres amigas y cuñadas. - Esto es hermoso - me uno a la emoción del
momento. Hace un poco más de cinco años había comenzado esta amistad y
desde entonces somos inseparables.
Fran frunce su ceño. - ¿Qué les pasa chicas? - pregunta confundida. - Están muy
sensibles - agrega.
Seque mis lágrimas, cambiando un poco la atención. - ¡Entremos a disfrutar! -
exclamo sonriendo. Ellas asienten felices y entramos al Club donde años atrás
era nuestro lugar para divertirnos, como siempre la pequeña Salvatore tenía ya
todo organizado así que nos guiaron directo al VIP.
- ¡Por nuestra amistad! - levanta una copa Cata.
- ¡Por tu segunda despedida de solteras, Izzy! - grita Fran riendo. Hacemos un
brindis y solo amago que voy a tomar, pero no lo hago sola también noto como
Juli y Cata hacen lo mismo mientras que mi cuñada hace fondo blanco.
-Lo veo y no lo creo - dice una voz masculina haciendo que las cuatro lo
miremos super sorprendidas.
- ¡Jackson! - chillamos como locas y literalmente nos tiramos en sus brazos para
abrazar a nuestro amigo que hace cinco años no lo vemos porque había decidido
viajar por el mundo para conocerse mejor y nos abandonó por completo.
- Las extrañe mucho, chicas - nos dice mirándonos a cada una. - Están mucho
más lindas – nos halaga.
-Tonto - golpeo su pecho. - ¿Hace cuánto volviste? - pregunto curiosa.
-Hace unos días era momento de volver a ocupar mi trono -nos guiña en ojo. -
¿Cómo andan señoras? - acota divertido, él sabía que nos habíamos casado
porque nosotras como muy buenas amigas le mandamos las invitaciones, pero él
no asistió a ninguna.
- Estoy muy enojada contigo, Jackson Soul - exclama Juli ofendida. - ¿Cómo
me dejaste cometer semejante locura al casarme? -
Comenzamos a reírnos por su locura. - Linda, tu aceptaste es tu culpa - responde
nuestro amigo.
-No voy a perdonar que faltaste a mi boda - le recrimina Catalina supuestamente
molesta.
-Y que no conozcas a nuestros hijos - agrega Fran divertida
Jack levanta su mano tratando de plantar paz. - Lo siento mis amores, pero
ahora que ya encontré mi lugar en el mundo voy a consentir a mis sobrinos
¿cuántos tengo? -nos consulta.
Sonrío feliz-Cata tiene dos, Juli y Fran uno y bueno tengo tres niños-le cuento
mirando su expresión
- ¡Carajo chicas, no perdieron el tiempo! -exclama sorprendido.
- ¿Qué hay de ti? ¿algún amor? - pregunta como siempre la curiosa de Fran
primero.
Nuestro amigo pone una sonrisa total de enamorado y levanta su mano
izquierda para mostrar con orgullo su anillo de casamiento, él maldito bastardo
se había casado y no fue capaz de decirnos nada.
Suspira como un tonto enamorado. - Me case chicas, sé que van a matarme,
pero bueno llegó esa mujer que tumbo todos mis ideales, Mila es el amor de mi
vida y nos convertiremos en padres en seis meses - nos cuenta orgulloso. Soy la
primera en chillar super emocionada y tirarme en los brazos de mi amigo para
felicitarlo, no podía creer que el señor tengo sexo con seis chicas por noche
había encontrado a esa mujer que siempre soñó, haciendo que cambie por
completo su vida, estoy super feliz por él.
Luego de hablar un poco más comenzamos a bailar riéndonos de nuestros raros
movimientos hasta que Cata volvió del baño totalmente pálida y con los ojos
agrandados.
¿Qué sucede ahora?
- ¿Qué pasa Catu? - pregunto preocupada por su cara.
Ella nos mira apenada. - Creo que metí la pata -
- ¿Qué carajo hiciste, Catalina? - indaga Juliana a punto de cabrearse.
-Sin querer atendí a Julián y escucho la música de fondo - nos cuenta.
¡Estábamos en serios problemas!
- ¿Hace cuánto fue eso? - consulta Fran con preocupación.
-Diez minutos - nos dice sumamente apenada.
- ¡Carajo! - grita mi cuñada entrando en pánico. - Apaguen sus teléfonos - nos
pide y la miramos confundidas. - Así no nos rastrean -
- ¿Qué? cuestiono - sin poder creerlo, espero que Nicholas no haya sido capaz
de tremenda locura.
¿Un rastreador?
Si es capaz de hacerlo,
-Por nuestra seguridad lo tenemos - nos informa, Nicholas Salvatore estas en
problemas.
-No lo puedo creer, me escucharas Giovanni - gruñe Juliana molesta.
En eso aparece Jack sonriendo, pero al ver nuestras caras de pánicos nos mira
preocupado - ¿Qué sucede? -
-Estamos en problemas - digo mirando desde arriba la entrada del Soul, estoy
segura de que los cuatro no tardan nada en llegar acá y armar tremendo
espectáculo. - Necesitamos salir nuestros esposos no pueden vernos acá -
-Vamos chicas, las sacare de acá - las cuatro asentimos siguiendo al moreno que
nos guiaba por los largos pasillos que dan a la puerta trasera del Club, ahí estaba
una camioneta negra. - ¿Dónde está su auto? - nos consulta.
- En la esquina - responde rápido Fran, nuestro amigo nos hace señas para que
nos subamos así nos deja donde está la camioneta.
Cuando pasamos por el frente de Soul, mis ojos se agrandan al verlos ahí
empujando a la gente tratando de entrar. Tenemos que llegar a casa antes que
ellos, menos mal que no nos vieron y todo gracias a Jackson, nos despedimos de
él diciendo que queremos conocer a su esposa pronto y nos subimos a la
camioneta de mi cuñada rumbo a mi casa donde están nuestros hijos en un
completo silencio, ninguna hablaba, creo que cada una iba pensando una
explicación sensata porque no falta decir que nuestros celosos y posesivos
esposos estarán furiosos cuando nos vean. Literalmente como unas lunáticas
bajamos al llegar a mi hogar y entramos rápido para encontrarnos con Samuel,
el hermano de Juliana que estaba tirado en un sillón con un libro en sus manos.
- ¿Qué haces aquí, Sam? - pregunto confundida.
Él suspira. - Demian me llamó diciendo que sus padres los habían dejado solos -
nos cuenta negando su cabeza divertido.
- ¿Qué hicieron qué? - chillamos super histéricas, a qué nivel llegaron sus locos
celos que dejaron a los niños solos.
¡Voy a matarte Nicholas!
¿Cómo fue capaz de dejar a nuestros hijos solos?
-Esta todo bien chicas, hice dormir a los niños, pero eso si no tengo idea de
donde pueden estar sus esposos - dice encogiendo sus hombros
-Mil gracias, Sam - lo abrazó aliviada, menos mal que vivimos cerca y llegó a
mirarlos - Nosotras nos ocupamos de los imbéciles - gruño, recordando que esos
hombres están en serios problemas.
Nos mira divertido - Hagan que duerman en el auto; por idiotas – da su idea
malvada que no está nada mal.
Primero subimos a ver a los niños, como nos dijo Sam ya estaban todos
durmiendo, todos los varones en una sola habitación entonces me acerqué a mis
dos pequeños para darle un beso y arroparlos.
- Mami - dice Demian medio dormido.
-Estoy en casa, mi amor - susurro acariciando su cabello.
-Papá nos dejó solos - dice bostezando.
-Lo sé, cariño - le doy un beso en su frente. - Ya estoy para cuidarlos - él asiente
ya con sus ojos cerrados y vuelve a dormirse.
¡Éstas en muy serios problemas, Nicholas Salvatore!
Luego voy a la habitación de Olivia donde duerme con Jazmín, su prima,
tranquilamente, junto con Cata entramos a arroparlas y le dejamos un suave
beso para no despertarlas.
Las cuatro nos sentamos en el sillón que deja ver la entrada de la casa para
esperarlos, escuchamos sus voces molestas y al mismo tiempo cruzamos los
brazos cuando abren la puerta dejando ver a los cuatro idiotas a los que
amamos.
- ¿Qué carajos? -exclama Giovanni sorprendido de vernos.
- ¿Dónde mierda estaban? - habla Catalina primero antes que ellos pidan
explicaciones, invertimos los roles a nuestro favor.
-Voy a matarte, Giovanni - sentencia Juliana cabreada con su esposo,
-Esperen un momento están enojadas con nosotros - mi esposo se ríe sin gracia-
Ustedes se van de fiesta y se enojan -
Me levanto del sillón super molesta. - ¿Cómo fueron capaces de dejar a los
niños solos? - les reclamo fulminándolos con la mirada.
-Los niños - jadean los muy bastardos con sus ojos sorprendidos y pálidos
recién se acordaron de ellos.
-Si idiotas, los niños quedaron solos - agrega Fran super molesta.
-Juli amor, muñeca - dice mi cuñado apenado. - Lo siento - se acerca a mi amiga
y ella le da una cachetada.
- Ve por nuestro hijo, en casa hablamos - sentencia con sus brazos cruzados,
este sólo asiente caminando rumbo a las escaleras.
-Haz lo mismo, Clayton - dice Fran a mi hermano y pobre de él que sin quejarse
se va detrás de Gio
-No lo puedo creer - susurra Julián indignado mirando a Nicholas.
- ¿Qué no puedes creer? - interviene mi mejor amiga. - Que fuiste capaz de
dejar a Jazmín y Alexander solos - espeta cabreada.
- Hablaremos en casa, Catalina - gruñe rumbo a las escaleras en busca de los
pequeños De Luca.
Mi amado esposo nos mira super mal, pero nosotras lo miramos de la igual
forma todas sabemos que el más difícil de engañar es a él.
-Hablaremos cuando estemos solos, Isabel - dice Nick caminando rumbo a los
cuartos de nuestros hijos.
Cuando vemos que estamos solas comenzamos a reírnos con complicidad, ellos
están enojados, pero no podían decirnos nada porque se habían pasado con lo
que hicieron y nosotras teníamos derecho a estar mucho más enojadas por dejar
a nuestros hijos solos. Esto sin dudas quedara para la historia, una linda y loca
segunda despedida de soltera
CAPITULO 48
Nicholas.
Estaba terminando de organizar mis proyectos, me iba a tomar dos semanas de
vacaciones para primero renovar mis votos con mi esposa en una linda playa en
Las Bahamas y luego nos iríamos luna de miel por el caribe para descansar un
poco de la rutina. Estas semanas solos, sin los niños serian la gloria porque
tendría a Isabel solo para mí, disfrutando mutuamente juntos. Mi padre y
Juliana, la esposa de mi hermano Giovanni, estarían al mando en mi ausencia,
dejaba la constructora en las mejores manos, eso es lo que me tranquilizaba,
más ahora que trataba de delegar un poco mi trabajo para disfrutar de esos
momentos en familia, no es nada fácil controlar a tres intensos Salvatore, que
cargaban un mal genio, heredado de mí y vaya que el mundo debía prepararse
para ellos, mis hijos serán los mejores en la disciplina que se propongan.
-Nicholas - ingresa Juliana a mi oficina - Necesito tomarme la tarde - pide un
poco cansada.
- ¿Estas embarazada? - le pregunto. Trabaja conmigo casi todos los días, estos
últimos he notado que no se sentía bien, muchas náuseas, vómitos y mareos,
solo indicaban un solo diagnóstico y es que mi hermano, seria padre en un par
de meses.
-Lo estoy, pero Gio no lo sabe. Pienso en darle la noticia el día de nuestro
aniversario - me cuenta suspirando.
-Mis felicitaciones por mi próximo sobrino, cuídate y tienes el día libre. Si
mañana tampoco te sientes bien quédate a descansar - digo mirando a mi cuñada
que al parecer estaba sorprendida por mis palabras.
-Giovanni, todavía no lo sabe...-
-No diré nada, de hecho, no me acuerdo de lo que hablábamos - comento
volviendo a centrar mi atención en mi notebook.
-Gracias, Nicholas - la escucho para luego cerrar la puerta de mi oficina.
Estos años la familia había crecido bastante, el sueño de mis padres de ver
correr a muchos nietos en su patio lo estamos cumpliendo muy bien y ellos
felices disfrutando de cada nuevo de ellos, después de todo no lo habíamos
hecho tan mal.
-Trabajando hasta tarde, señor Salvatore - dice la voz de la mujer de mi vida.
-Soy un enfermo del trabajo - respondo sonriendo mientras ella cierra la puerta
de mi oficina con el pestillo.
-Necesitas un poco de distracción - sugiere con una sonrisa divertida.
Estos momentos, cuando mi esposa me visitaba para distraerme eran lo mejor
de mi día, este escritorio era un peligro, mi tercer hijo fue concebido en este
lugar y todo por un arranque de pasión que tuvimos, muy intenso.
-Necesito una distracción - comento dejando que se siente entre mis piernas,
mis manos se escabullen subiendo su falda hasta llegar a su lindo trasero.
- ¿Su esposa, no se enojará? - consulta mordiendo su labio inferior, mientras
empieza a moverse sobre mí, generando esa fricción entre nuestras entrepiernas.
- Nadie lo sabrá, será nuestro secreto - aseguro atrayendo su boca sobre la mía.
¡Amo a mi esposa!
Sin dejar de besarnos, sus manos bajan a la hebilla de mi cinturón, lo quita y
baja el cierre, esta vez me levanto con ella en mis brazos para apoyarla sobre mi
escritorio, me gustaba tomarme mi tiempo, pero esta vez solo quería enterrar mi
pene en su vagina y follarla tan duro que la haría gritar mi nombre. Subo su
falda, mi boca baja por su cuello, la escucho jadear cuando dos de mis dedos
corren sus bragas y toco la humedad, siempre esta lista. Bajo mis pantalones, mi
pene estaba ansioso y mirando sus ojos me adentre de una sola estocada en su
interior, estaba poseído por la lujuria, mientras penetraba una y otra vez
escuchando sus gemidos que eran como música en mis oídos.
-Nick - jadea mi nombre enterrando sus uñas en mi cuello, demandando mi boca
con la suya. Sigo buscando llegar a nuestro limite hasta que las paredes de su
vagina se cierran sobre mi pene haciendo que lleguemos a ese ansiado orgasmo.
-Carajo, te amo - gruño vaciándome en su interior.
-Quiero más, señor Salvatore - pide mordiendo su labio inferior, su mano baja
hasta la unión nuestra y toma un poco de mi semen para llevárselo a la boca de
manera insinuadora. Con ese simple gesto estaba duro de nuevo y listo para una
segunda ronda.
Amo estos momentos con ella.
CAPITULO 49
Las Bahamas.
Este lugar paradisíaco es el que elegimos con Nick para renovar nuestros votos,
sólo va a hacer una pequeña ceremonia donde toda la familia tenía prohibido
faltar. Es raro volverme a casar, hace cinco años atrás me casaba muy
enamorada de él y pensando que todavía no me amaba, pero fue todo diferente,
ese día ambos nos juramos amor eterno y ahora lo volveremos hacer con la
presencia de nuestros tres hijos. No puedo quejarme de mi vida si me encanta,
tengo una familia hermosa y el trabajo que siempre soñé, sin olvidar que cada
día que pasa estoy mucho más enamorada de este hombre que con su absurda
propuesta logró ser el complemento dueño de mi corazón. Otra vez estaba
mirándome en el espejo con un perfecto vestido blanco de novia que había sido
diseñado exclusivo por mi mejor amiga, no podía compararlo con el otro, cada
uno que usé cinco años atrás era especial y los dos siempre serian mis favoritos.
- ¡Carajo! -escucho la voz de mi cuñada, hace varios minutos está en el baño.
Golpeo la puerta. - ¿Todo bien, Fran? - le pregunto con preocupación.
-Si, Izzy - hace un silencio. - Ahora salgo - aunque no me vea muevo la cabeza
afirmando y vuelvo a mirarme en el espejo, faltaba menos de media hora para
volver a ver a Nicholas en el altar.
Francesca sale del baño pálida, me preocupa verla de esa forma y me acerco, lo
único que hace mi cuñada es levantar la prueba de embarazo que sostenía en sus
manos. - Estoy embarazada - susurra asustada.
Seré tía de nuevo, un nuevo mini Clayton llegaría a la familia. - ¡Felicitaciones!
-grito eufórica.
- No, esto está mal- dice ella negando. - No puedo estarlo, Isabel - me mira con
lágrimas en sus ojos.
-Es una bendición para ustedes, mi hermano estará feliz y Owen será el mejor
hermano mayor - aseguro para que entre razón.
-Nadie piensa en mí -solloza. - ¡soy el peor ser humano de esta tierra
embarazada, lloro a cada hora, estoy llena de gases y no olvidemos que soy la
violadora serial de Jayden! - exclama sobrepasada.
-Sólo tú puedes decir esas cosas, Francesca Salvatore - me rio mientras la
abrazo, tratando de que se calme
-Soy lo peor - niega en mis brazos. - Debo ir a hablar con Jay - me da un fuerte
abrazo y sale de la habitación. Mi hermano amara ser padre de nuevo. Nuestra
loca familia, cada día se agranda un poquito más, observo mi perfil y sonrío esta
noche le contaré a Nicholas esto.
- ¡Estás hermosa! - Cata entra acompañada de Juli, ambas se velan hermosas.
-Ustedes están hermosas, son las mamis más sexys - digo mirando a mis
mejores amigas.
- Todavía no se nota - acota Juliana poniéndose de perfil para mostrar su
pequeña panza vientre, ella estaba de doce semanas de embarazo.
- A mí tampoco - se queja Catalina que tiene diez semanas de embarazo. Los
pequeños van a nacer con dos semanas de diferente.
-Mis pequeños sobrinos serán hermosos como sus hermanos - acoto
emocionada.
-Si los genes Salvatore los hacen irresistibles - dice mi amiga riendo,
- ¡Oye los De Luca también son irresistibles! - chilla mi mejor amiga indignada.
- ¡Pero que hermosas mujeres! - Giovanni entra a la habitación acompañado de
Julián.
-Estas hermosa, Isabel - dice Julián dándome un beso en la mejilla.
- ¿Estás segura de que quieres hacer esto de nuevo? - pregunta mi cuñado
divertido.
-Giovanni - lo regaña su esposa.
- ¿Qué? - se encoge de hombros despreocupado. - Le preguntó bien, por si
quiere huir y tenemos el plan de escape listo - comenta con seriedad.
Pongo los ojos en blanco. - No lo hice hace cinco años, menos lo hare ahora -
afirmo riendo.
-Sólo preguntaba, mi hermano suele ser insoportable y no entiendo como lo
soportas tanto - bromea.
-Giovanni - lo vuelve a regañar Juli mirándolo mal.
-Lo siento, muñeca - abraza a su esposa - ¿Cómo se está portando mi
muñequita? - inquiere y con dulzura se agacha para depositar un beso en el
vientre de mi amiga.
- ¿Ya saben qué es? - cuestiona Julián confundido.
-No lo sabemos, él supone que es una niña - contesta Juli riendo.
-Muñeca será una niña, nuestra preciosa muñequita - sentencia con seguridad
depositando un beso en sus labios.
No podía borrar mi sonrisa al verlos a los cuatro tan enamorados y felices, sin
dudas todas tuvimos la suerte de cruzarnos en sus caminos.
Los chicos se despiden y vuelven a dejarme sola esperando que mi papá venga a
buscarme para bajar a la playa, donde será la ceremonia. Desde mi ventana
podía mirar todo y en especial a Nicholas, Demian y Dante que ya estaban ahí,
se veían hermosos. No puedo negar que mis hijos son tan lindos como su padre.
- ¡Llegamos mami! - mi pequeña princesa, entra gritando de la mano de mi
padre.
-Que linda que estas, mi pequeña - la abrazo depositando muchos besos en su
mejilla.
-Lo sé, mami - dice riendo y niego porque ese ego sólo lo pudo heredar del lado
de los Salvatore
- ¿Lista, hija? - pregunta papá con una sonrisa
-Lista - contesto tomando mi ramo.
- -Gracias por dejarme ser parte de esto - me dice con sus ojos medios llorosos.
-No estuviste conmigo hace cinco años atrás, ahora te toca llevarme al altar -
acoto pasando mi mano su mejilla. Los años había limado las asperezas.
-Gracia cariño por perdonarme - susurra dejando un beso en mi frente.
-Solo miremos el presente y el hermosos futuro que nos espera, papá -
-Siempre tan sabia - acota mientras entrelazo mi brazo con el suyo.
Salimos del hotel, pasamos por la recepción donde varias personas nos
observaban y me felicitaban, solo sonreía mientras nos acercamos a la playa a
donde el amor de mi vida me espera con una inmensa sonrisa en su cara.
¿Qué hiciste conmigo Nicholas Salvatore?
-Sigue cuidándola, como los haces - habla mi padre cuando une nuestras manos.
-De eso no lo dude, señor Clayton - responde con mucha seguridad. - Estás
hermosa, cariño - susurra mirándome con esos ojos que tanto me encantan.
La ceremonia comienza acompañada de nuestros hijos, padres, hermanos
amigos y sobrinos, sólo la familia podía ser testigo de esto renovación de
nuestros votos matrimoniales.
-Yo Nicholas Salvatore, me uno a ti nuevamente para amarte más de lo que ya
lo hago - pone en mi dedo un hermoso anillo.
-Yo Isabel Clayton, me uno a ti nuevamente para amarte y amarnos más de los
que ya lo hacemos - coloco el anillo en su dedo sin poder borrar mi sonrisa.
- ¡Felicitaciones de nuevo al señor y señora Salvatore! - exclama el sacerdote. -
Pude besar a la novia - rápidamente Nick une nuestros labios en un intenso beso
mientras que todos aplauden y gritan por nosotros.
Como era de esperarse la fiesta era impresionante, como siempre mi adorada
cuñada se pasaba en sus eventos todos se divertían y bailaban.
-Que hermosa estas, esposa - susurra en mi odio mientras me abraza por detrás.
-Que hermoso y sexy esta, esposo mío - acoto acariciando sus brazos.
-Lo sé, cariño - dice forma egocéntrica
Mis hijos heredaron ese ego de su padre, no miento cuando lo digo.
-Caminamos por la playa - propongo para alejarnos un poco de la fiesta, este
asiente y lentamente bajamos cerca del mar para caminar tranquilos.
- ¿Te imaginaste esto, alguna vez? - lo miro confundida. - Que pasaría todo esto
en tan sólo cinco años - agrega sonriendo.
-Nunca - respondo sincera. - Pero me agrada que la vida nos siga sorprendiendo
todos los días - aseguro tomando su mano para entrelazarla con la mía.
-Eso es verdad, amor - desde donde estamos podemos observar cómo nuestros
tres hijos bailan juntos. - Crecen muy rápido - suspira. - Quisiera que se
quedarán así de pequeños - comenta con un tono de melancolía.
Lo abrazo. - Quiero que sean así de pequeños - hago un mohín viendo de nuevo
a mis tres hijos.
- Izzy, nos estamos volviendo viejos y melancólicos - comienzo a reírme por su
tonto comentario.
-Tengo que contarte algo - digo cortando nuestro agradable silencio, mientras
miramos el mar.
- ¿Qué sucede? No me asustes Isabel - ruedo los ojos sigue siendo el mismo
exagerado de siempre.
-No es nada malo - digo haciéndome la misteriosa.
-Dime que mi corazón no resiste la incertidumbre – exagera.
- ¿Que pensarías si en siete meses tenemos a un mini Salvatore en nuestros
brazos? - le pregunto divertida.
Su cara de confusión primero fue épica, pero cuando entendió lo que le dije su
sonrisa agranda inmensamente. - ¿Estás embarazada? - pregunta sin poder
creerlo.
-Si Nick, estoy embarazada de dos meses – confirmo.
- ¡Mierda, Izzy! - exclama, tomándome de la cintura y nos hace girar, festejando
felices.
Como lo dije, nunca imaginé que mi vida seria así y cinco años después me
sigue sorprendiendo de la mejor forma. Era una afortunada de la vida que tengo.
CAPITULO 50
Es el cumpleaños número treinta y cinco de mi amado esposo y estamos con
Fran organizando una pequeña fiesta, ambas tenemos unas super panzas. A mí
me queda una semana para dar a luz, mientras que a ella le faltan todavía cuatro
más. Hace una semana fuimos tías de la pequeña Helena Salvatore, la preciosa
muñequita de Juliana y Giovanni y justo ayer nos volvimos a convertir en tías
de nuevo porque al mundo llegó el pequeño Bautista De Luca, hijo de Catalina
y Julián. Se podía decir que somos unas tías super babosas, porque los pequeños
son preciosos y me dan ganas de tener a mi hija o hijo en mis brazos. Para este
embarazo con Nick decidimos que queríamos que sea sorpresa, además
dejábamos que la familia vuelva hacer las absurdas apuestas de siempre, los
hombres quieren que sea un niño para que se una al séquito de su supuesta
mafia que ellos mismos piensan que tienen, en cambio las mujeres dicen que
será una niña, la respuesta la tendremos cuando el mini Salvatore decida
conocer el mundo.
- ¿Ya pensaste el nombre? - inquiere Fran - Coloca bien eso Jayden, no me
hagas cabrear - le grita a mi hermano.
- ¡Mujer eres una pesada! - le contesta mi hermano divertido, mientras trata de
colocar un cartel que dice "Feliz cumple Nick”.
-Estoy así por tu culpa, estoy cargando a tu hijo - escucho a Jay suspirar y negar
mientras trata de colocar lo más centrado el cartel.
-Pobre de mi hermano - acoto riéndome,
-Nadie le mando a dejarme embarazada de nuevo - se justifica mi cuñada. -
¿Ahora meditaste los nombres que te mandé para mi sobrino? - vuelve a
preguntar.
Arrugo mi nariz. - No lo sé, es como muy obvio. Dudo que a Nick le guste -
-Son tus hijos Isabel, tú debes ser la única que le pongas los nombres, para mi
quedarían perfectos - afirma con una gran sonrisa.
-Es mi hijo y el de tu hermano, por eso no puedo elegir un nombre sin antes
consultarlo - digo suspirando, cuando quiere es bastante terca.
-Izzy, se verá re cool esos nombres, no tienes un poco de sentido mujer -
exclama indignada.
-Lo único que van a pensar, es esa loca estaba enamorada de los vampiros -
gruño molesta.
-No, pensarán que eres la mejor. Cuñada si es niño puedes elegir Damon o
Stefan y si es una niña le pones Katherine-pongo los ojos en blanco, esta mujer
está obsesionada con esa serie.
- ¿Por qué no le pones así a tus hijos? - inquiero divertida.
Chasquea la lengua indignada - Porque mis hijos llevan el apellido Clayton y no
les pega, digamos que no es muy cool como Salvatore - se encoge de hombros
restando importancia.
- ¡Te escuché, Francesca! - la regaña mi hermano, hoy está haciendo de todo
tratando que la mini fiesta de cumpleaños de Nick salga perfecta.
- ¡Es la verdad, Jayden! - exclama como si fuera una obviedad.
-Entonces vete con esos actores, si tanto te gustan - dice Jay ofendido.
-Cariño, si ellos me hubieran mirado, no estaría contigo - contraataca con una
sonrisa arrogante.
-Eres cruel - gruñe mi pobre hermano ofendido.
-Así y todo, me amas igual, Clayton - le grita. Me pide que la ayude a levantarse
y cuando está de pie camina tras de mi hermano. Niego divertida Francesca y
sus locuras.
Cuando vuelvo a sentarme en el sillón siento una puntada en mi cintura y como
el bebé no deja de moverse.
-Mamá ¿estás bien? - la voz de mi hijo mayor capta mi atención.
-Si cariño, estoy bien-le digo tratando de calmarlo.
- ¿Llamamos a tu papá, Dem? - consulta Adam, su mejor amigo preocupado.
-No niños, estoy bien sólo que el bebé se está moviendo mucho - les cuento.
- ¿Estás segura, mamá? - vuelve a preguntar preocupado.
-Si, mi amor - lo atraigo a mis brazos para besarlo mientras se queja, también
agarró a Adam para llenarlo de besos. - ¿Qué hacen tus hermanos? - le
preguntó, ya que los dos se quedaron a mi lado tratando de cuidarme.
-Dante durmiendo - sonrió mi pequeño es un dormilón con todas las letras. -
Olivia está jugando con Jazmín a las princesas-rueda los ojos.
-Si quisieron que seamos sus príncipes y con Demian salimos corriendo-
comienzo a reírme por sus caras de pánico. No era la primera vez que tanto mi
loca hija y mi sobrina les pedían eso a los chicos, hace varias semanas atrás los
habían atado a una silla para que tomen el té con ellas. Esas dos en un futuro
serán unas muy buenas amigas, así como nosotras lo somos con Catalina sin
dudas serán unas locas como lo fuimos nosotras en nuestros tiempos, pobres de
Nicky Julián.
Pase toda la tarde acompañada de mis tres hijos y de las súplicas de Francesca
para que le ponga al bebé si es un varón Damon o Stefan, mi cuñada no
entendía las indirectas y tampoco le pondría esos nombres a mi hijo, Nicholas
nunca los permitiría eso.
La fiesta sorpresa de mi esposo, estaba planeada para una hora antes de que
Nick vuelva de trabajar, los primeros en llegar a casa fueron mis suegros que
aparte de traer un regalo para su hijo mayor también trajeron regalos para todos
sus nietos. Ellos son unos fantásticos abuelos, estoy segura de que nunca
ninguno de los niños se olvidaría de su abuela Giulia y de su abuelo Alfonso.
- ¿Cómo esta esa panza, Izzy? -me pregunta mi suegra con su gran sonrisa.
-Muy bien Giulia, sólo que hoy se mueve mucho - digo tocando mi gran vientre
-¡¡Abuela!! - gritan los niños al verla. Su sonrisa se agranda demasiado no hay
abuela más consentidora que Giulia Salvatore, está loca por todos sus nietos.
Luego Giovanni, Juliana y sus hijos llegaron, el pequeño Ethan ni siquiera nos
saluda directamente sale corriendo para jugar con sus primos.
- ¡Que linda princesa! - dice Fran mirando a la pequeña Helena en los brazos de
su hermano.
-Es igual a Juliana, pero con mis ojos - comenta Giovanni mirando embobado a
su pequeña muñequita.
- ¿Por qué no eres como mi hermano, Isabel? - ambos la miramos confundido. -
Que le pusieron Helena a la niña porque se lo pedí - agrega super confiada.
Gio pone los ojos en blanco. -Le pusimos ese nombre en honor a la mamá de
Juli, no por tu tonta serie - responde molesto.
Mi cuñada lo mira indignada. - ¡No llames tonta a mi serie, Giovanni! - gruñe
ofendida.
- ¡Ahí viene papa! - grita Dante mirando por la ventana.
Todos nos ponemos en posición, Nicholas entra por la puerta y todos juntos
gritamos, su cara es impresionante, pero después sonríe cuando los niños corren
a sus brazos para abrazarlo. Justo en ese momento que todos están saludando
siento un líquido bajar por mis piernas y la primera contracción se hace
presente.
- ¡Mierda! - grito llamando la atención de todos.
Rompió bolsa - Giovanni es el primero en correr a donde estoy - Tu tranquila
Izzy - me pide mirando su reloj.
- ¡Córrete! - Nick lo empuja y rápidamente no sé cómo lo hace y me carga en
sus brazos para llevarme directo al auto, atrás observo a mi cuñado con el bolso
del bebé.
Como dos locos me llevaron al hospital y en menos de lo esperado ya estaba en
la cama esperando a sólo que me digan que tengo que pujar. Tenía la facilidad
que mi cuerpo haga un trabajo de parto bastante rápido y con los años había
adquirido experiencias sobre métodos de relación y aliviar el dolor.
-Todo estará bien, cariño - susurra Nick entrelazando muestras manos.
-Lista señora Salvatore, cuando sienta la contracción puje - me dice mi obstetra,
la doctora Bank.
Estaba agotada cuando escucho un fuerte llanto que hace que mi corazón latiera
fuertemente, el quinto amor de mi vida había llegado a nuestro mundo.
-Es un niño - informa y miró a Nick que tenía lágrimas en sus ojos.
Luego que ambos estuviéramos en condiciones nos llevaron a nuestra
habitación, moría por cargar a mi pequeño, la enfermera entra empujando un
cunero donde está el nuevo integrante de la familia.
-Es hermoso, Izzy - murmura al tomarlo en sus brazos y deposita un beso en su
frente para darlo traerlo así lo apoya en mi pecho. Al cargarlo mi felicidad fue
inmensa este pequeño bebito, es fruto de nuestro amor y era un calco de mi
amado esposo.
-Se parece a ti - digo mirando a mi pequeño que dormía como un ángel.
Nick sonríe. - ¿Cómo lo llamaremos? - me pregunta.
-Me gusta el nombre Sebastián - propongo.
- Bienvenido al mundo, Sebastián Salvatore - dice dándome un pequeño besa.
-Feliz cumpleaños, cariño - susurro en sus labios al acordarme que todavía no lo
había saludado y que nuestro pequeño había nacido el mismo día que él
-Lindo regalo de cumpleaños me diste, Izzy - se ríe negando divertido.
¿Quién lo iba a decir?
Una foto nos llevó a una mentira, una cláusula de un testamento lo dejo al borde
la locura y esa loca propuesta termino siendo la mejor de toda nuestra vida. No
me arrepiento de ninguna de mis decisiones, porque después de todo me regalo
lo más lindo que tengo y eso es mi hermosa familia
Fin.
EPILOGO
Años después...
Nicholas
Miro la foto que tengo sobre mi escritorio, esa donde esta ella y mis cuatro
hermosos hijos, soy padre de tres niños y una niña que es la princesa de la casa,
estoy casado con la mejor mujer que existe en este jodido mundo porque
soporta todo mí y eso ya es un trabajo bastante complicado. Sin dudas tengo
suerte, después de todo el destino me llevo a toparme con esa mala jugada de mi
difunto abuelo, en ese tiempo lo maldije muchas veces, pero gracias a su
clausula tengo a esa maravillosa esposa, Isabel es lo mejor que pudo pasarme.
No cambiaría nada de lo que hice para llegar a donde estoy ahora, nunca me
arrepentiría de haber empezado mi relación como empezó, si el tiempo volviera
atrás haría las mismas cosas porque después de todo el final sería el mismo. Esa
terca y hermosa mujer es todo en mi vida, en menos de lo esperado cambio por
completo todo y sin dudas no podría vivir sin ella. Soy muy feliz con la familia
que tengo, son lo más importante en todo el mundo.
- Nick, te llaman de la escuela de los niños - dice mi asistente.
-Comunícame con ellos, Sam - este chico, el hermano de Juliana es mi asistente
y no me puedo quejar es muy bueno en lo que hace.
Tomé la llama de la escuela de mis hijos con preocupación, rara vez me
llamaban y todo es porque Dante se metía en problemas, mi tercer hijo es un
gran dolor de cabeza, todo se debe que el pequeño tiene un alto IQ y lo hace
aburrirse muy rápido en el salón de clases, porque cuando sus compañeros
entendieron, él ya había resuelto todo.
- Nicholas Salvatore ¿con quién hablo? - digo al contestarme del otro lado de la
línea.
-Buenos días, señor Salvatore. Soy la directora Pierce y me comunico para
decirle que necesito que se presente en la Institución con urgencia - me pide.
- ¿Qué sucede, directora? - inquiero confundido,
-Sus cuatro hijos se metieron en una pelea - dice enojada.
¿Mis cuatro hijos?
Eso tiene que ser imposible si ellos son unos santos, a excepción de Dante.
¿Cómo puede ser que mi pequeño Sebastián, también este metido en una pelea
si tan sólo tiene 8 años?
Todo esto debe ser una exageración y debo ir a corroborar ahora mismo.
- En breve estaré por ahí - le informo para cortar la llamada. - ¡Samuel! -grito al
chico para que se apure.
-Si, Nicholas - entra agitado.
-Pásale mis citas a tu hermana cuando vuelva, debo irme - ordeno tomando mis
cosas para irme.
-Sabes que te va a odiar, pero tú eres el jefe - acota divertido.
-Exacto Sam, soy el jefe - sentencio buscando las jodidas llaves de mi auto.
- ¿Qué hizo Dante ahora? - inquiere con curiosidad.
Suspiro al encontrar las llaves. - No fue Dante, sino que los cuatro -
-Si que son un problema esos niños - se burla el chico.
-Mis hijos son unos ángeles, sólo que el mundo no los comprende - acoto
saliendo de mi oficina.
Sali rumbo al colegio de mis hijos antes le dejé un mensaje a Izzy contándole lo
sucedido, esto sé que lo vería cuando salga de su audiencia importante que tenía
hoy. Al estacionar mi auto, uno muy conocido de estaciono a mi lado y ambos
nos miramos confundidos.
- ¿Qué haces aquí, amigo? - me pregunta sonriendo
-Los niños se metieron en problemas-
-Los míos también, Nick - ambos reímos, porque nuestros hijos salieron muy
revoltosos en el colegio a excepción de las niñas
- ¿Ustedes? - una voz que conocemos de memoria nos hace mirarlo.
- ¿Tus hijos también se metieron en problemas? - le pregunto a mi hermano, es
imposible que justo nuestros hijos sean lo problemáticos
- ¿Dónde están mis bebés? - rápidamente nos volteamos a ver a mi hermana
histérica corriendo a donde estamos.
¿Esto es muy raro?
-Esperen un momento a todos nos llamaron, o sea que nuestros hijos armaron
una buena juerga - acota Gio divertido. - ¡Estoy muy orgullosos de ellos! -
asegura contento.
- ¡Giovanni! - gruñimos. En vez de estar preocupado, él estaba orgulloso del
desastre que los niños habían ocasionado.
Al entrar a la oficina un escalofrió recobró mi espalda, si hemos estado en este
lugar con Giovanni y Julián cuando fuimos chicos, en nuestra defensa sólo
protegíamos a Fran por eso terminamos castigados por esa maldita maestra.
Cuando se abrió la puerta las caras de los cuatro se convirtió en una completa
sorpresa, esto tiene que ser el jodido karma.
¿Justo esta mujer tiene que ser la directora de nuestros hijos?
Ella nos odia, no exagero porque puedo verlo en su cara.
-Me imaginé que esos niños eran sus hijos - espeto molesta.
Los cuatro tomamos lugar en cada silla que había en esa oficina mirándonos con
un poco de preocupación.
- ¿Perdón directora? - Fran es la primera en hablar y ya está enojada.
-Perdone señora Clayton - mira la hoja. - Señores Salvatore - nos mira mal a mí
y a Gio - señor De Luca - fija la mirada en mi amigo que traga en seco.
Todos sabemos que esta mujer es una bruja y más si ahora tiene poder.
-Paso a nombrar a sus hijos - se pone los lentes y observa la hoja. - Demian,
Olivia, Dante y Sebastián Salvatore, son sus hijos - me mira fijamente juro que
siento a la parca atrás mío.
-Si, los cuatro son mis hijos - afirmo mostrando seguridad, no me voy a dejar
intimidar por esta señora.
-Jazmín, Alexander y Bautista De Luca, son sus hijos - ahora mira a Julián
-Está en la correcto, directora Pierce - contesta con tranquilidad.
-Ethan y Helena Salvatore -
-Esos son mis hijos - interrumpe Giovanni orgulloso.
-El mismo impertinente de siempre - musita la vieja mirando mal a mi hermano
-Y por último Owen y Eric Clayton, son sus hijos - le habla a mi hermana.
- Exacto directora - contesta ella con seguridad. - Termine con esa
incertidumbre que tanto está generando, puede decirnos que sucedió con
nuestros hijos - le pide Fran conteniendo su mal genio.
La mujer nos mira mal a los cuatro. - Demian Salvatore, comenzó una pelea con
sus compañeros - la miro sin poder creerlo debe estar equivocada.
-Eso es imposible - sentencio defendiendo a mi hijo mayor.
- Déjeme continuar - me regaña. - Uno de sus compañeros le gritó algo a Olivia
y Jazmín cuando todos salían - ahora todo empezaba a tener sentido. - se generó
una pelea de manos y de la nada aparecieron los otros niños golpeando a los
chicos más grande - nos termina de contar, dejándonos sorprendidos.
-Entonces nuestros hijos actuaron bien, defendieron a sus primas y hermanas -
interviene Giovanni divertido.
- ¿Le parece correcto lo que pasó? - pregunta la directora.
Julián mira a mi hermano para que cierre la boca. - Sabemos que la violencia
está prohibida dentro y fuera del Instituto, pero en este caso mi sobrino sólo
defendió a su hermana y a mi hija, así como piensa amonestar a nuestros hijos
exijo que también castiguen a los otros adolescentes que les faltaron el respeto a
sólo unas niñas de doce años - ordena con seriedad. Por eso es el mejor
abogado.
-Pero ellos empezaron la pelea - contraataca la bruja.
-Al parecer no vamos a llegar a nada con esta reunión, porque si no se va a
castigar a ambas partes es innecesario seguir hablando con usted, directora
Pierce - agrega con tanta seguridad que la deja muda. - Voy a llevar esto al
Ministerio de Educación para asesorarme bien, porque las injusticias no me van
- sentencia mi mejor amigo.
-No es necesario, señor De Luca - dice la directora asustada.
Sin dudas Julián es el mejor tratando de dar vueltas las cosas. - Si es necesario y
lo haré, en la semana tendrá noticias mías - como si fuera que estuviéramos
sincronizados los cuatro nos levantamos de las sillas para salir de la oficina
ahora ofendidos.
Nadie se mete con nuestros hijos.
- ¡Eres un jodido embaucador! - dice Giovanni orgulloso.
-Nuestros hijos no pueden pagar la culpa de todo - acota Julián encogiendo sus
hombros.
- Sabes los niños me hicieron acordar a nosotros - comenta mi hermana
sonriendo. Cuando éramos chicos hicimos de las muestras.
-Creo que no somos malos padres, después de todo, saben cuidarse y ayudarse
entre ellos. Son familia y se protegen - digo con una gran sonrisa de orgullo.
-Es verdad, además nadie se mete con las niñas y sale ileso - agrega Gio sin
poder reprimir ese orgullo que sentía.
Al salir del Instituto ahí estaban ellos, cada uno apoyado en nuestros autos
acompañados de sus madres y de Jayden.
-Papá - Demian es el primero en hablar. No parecía haber estado metido en una
pelea, ningún rasguño tenía en su cara y no podía estar más orgulloso de mi
hijo.
-Lo se hijo, no estoy enojado - miro a mis otros hijos y a mis sobrinos. - Somos
una familia y debemos protegernos entre todos - declaro mirando a cada uno de
ellos.
- ¿Entonces todo bien? - pregunta mi amada esposa preocupada.
- Nada de qué preocuparse cuñada, el jodido de Julián solucionó el problema -
interviene mi hermano
- ¡Vamos por helado! - chilla mi hermana divertida y todos gritan felices.
Ellos empiezan a subir en los respectivos autos, sólo me quedo con Julián y
Giovanni mirando como se acomodan, ninguno de los tres podía reprimir del
orgullo que sentíamos por nuestros hijos y sobrinos.
-Estoy orgullosos de ellos - digo feliz de todos estos niños.
-Somos una familia Nick y sabemos que debemos cuidarnos - agrega Julián con
una gran sonrisa.
-Ellos son nuestros sucesores para la mafia italiana - acota el idiota de mi
hermano ilusionado.
Con Julián nos miramos y negamos divertidos, si solo tres pudimos cuidar a
Francesca estos niños podrán cuidar a las princesas de la familia, podemos estar
tranquilo Olivia, Jazmín y Helena tienen quien las cuide, de cualquier ingrato
que quiera acercarse
Seis Salvatore, tres De Luca y dos Clayton son un gran equipo, el mundo debía
prepararse para ellos, marcaran un fututo. Sin dudas tenemos una pequeña
mafia.

También podría gustarte