Materno Jenny

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 73

República Bolivariana de Venezuela

Instituto Universitario de Administración y Tecnología Industrial

Ampliación Jesuitas

Venezuela-Caracas

Carrera: Enfermería

Sección: 214ª2

TRABAJO MATERNO

Profesora: Miriam Rodriguez Estudiante: Vanessa Pinedo

Caracas, marzo de 2023


TÉCNICAS PARA REALIZAR EL EXÁMEN FISICO

Inspección: Técnica de exploración física que se efectúa por media de la vista


con el objetivo de detectar características físicas significativas. Observar y
discriminar en forma precisa los hallazgos anormales en relación con los
normales. Comienza en el primer contacto con la persona como la posición, facie,
fisionomía, gestos, color de la piel,

Palpación: Es el proceso de examinar el cuerpo utilizando el sentido del tacto.


Proporciona información sobre forma, tamaño, consistencia, superficie, humedad,
sensibilidad y movilidad. Superficial: con presión suave para obtener
discriminaciones táctiles finas (textura de piel, tamaño de ganglios linfáticos, entre
otras). Profunda: con presión interna para producir depresión y así percibir
órganos profundos. La palpación se realiza con la apoyando la palma de la mano y
presionando con los dedos medio y anular avanzando en las zonas a palpa

Auscultación: Es el procedimiento clínico de la exploración física que consiste en


escuchar de manera directa o por medio de instrumentos como el estetoscopio, el
área torácica o el abdomen, en busca de los sonidos normales o patológicos
producidos por el cuerpo humano.

Percusión:Técnica de exploración física que consiste en golpear con los dedos


una parte del cuerpo para observar los cambios en la sonoridad que se producen.
Produce vibraciones audibles que varían de acuerdo a la naturaleza de lo
percutido

Matidez: derrame pleural o masas musculares

Sonoridad: zonas que contienen aire

Timpanismo: vibraciones más altas.


Procedimiento

Examen físico general: Desde el primer contacto es importante observar el


aspecto general del niño, estado de conciencia, posición y grado de actividad,
facies, color de la piel, patrón respiratorio, voz y llanto, si está activo, hidratado y
atento. Una adecuada inspección, antes de tocar al niño, nos entregará valiosa
información acerca de su estado nutricional, severidad de la enfermedad,
comportamiento y respuesta social, nivel de higiene y cuidado. Dentro del examen
físico general es importante realizar la antropometría y el control de los signos
vitales.

Antropometría: Se realizan mediciones seriadas, objetivas y estandarizadas de


peso, talla y circunferencia craneana que permiten realizar una evaluación puntual
al momento de la consulta, pero además hacer seguimiento para comparar y
evaluar en el tiempo. Las medidas obtenidas se grafican en las curvas de
crecimiento OMS apropiadas para el sexo y la edad. Peso Se utiliza una balanza,
calibrada en cero. El niño se pesa sin ropa y sin pañal en una balanza para
lactantes, de preferencia análoga (hasta 16 kilos), que suele ser más exacta que
las digitales. Siempre asistido por su madre o padre, el recién nacido o lactante
menor se pesa en decúbito supino y el lactante mayor en posición sentada. Los
niños mayores se pesan en una balanza vertical con los pies en el centro de la
plataforma y con ropa interior.

Semiología pediátrica: características del examen físico en la supervisión de


salud del recién nacido hasta la etapa escolar Talla (Longitud y estatura) En los
lactantes se mide la longitud con el niño en decúbito supino mediante un
infantómetro. El vértice de la cabeza del niño debe estar apoyado en un extremo,
el tronco y extremidades inferiores extendidas y ambos pies en flexión de 90°
apoyados en el extremo inferior del infantómetro . Los niños mayores de 2 años se
miden de pie, descalzos, sobre un piso plano y horizontal, de espaldas a un
estatímetro de idealmente más de 23 cm de ancho. La cabeza erguida, pies
paralelos, con talones, nalgas, hombros y cabeza en contacto con el plano
posterior. El tope superior del estatímetro se baja en ángulo recto hasta tener
contacto con el vértice de la cabeza y se registra la talla en centímetros (. En caso
que un niño de 2 años no colabore para ser medido de pie, se mide en decúbito
supino mediante un infantómetro.

Incremento de peso según edad

Edad ganancia peso

0-3 meses 20-30 g/día

3-6 meses 17-18 g/día

6-9 meses 12-13 g/día

12-24 meses 7.5 g/día

Preescolar 2 kg/año niñas; 2.5 kg/año niños

Escolar < 3 kg/año

Edad incremento talla

1° año 25 cm/año

2 años 12.5 cm/año

2 - 3 años 7 cm/año

3 - 4 años 8 cm/año

4 - 5 años 4,5 a 7 cm/año

Escolar 5 a 6 cm/año

Circunferencia craneana Se mide hasta los 3 años con una huincha idealmente
inextensible que se apoya en la protuberancia occipital y pasa por encima del
reborde ciliar. Si su valor sobrepasa 2 desviaciones estándar, se denomina
macrocefalia, mientras que si se encuentra en menos de – 2 desviaciones
estándar, se denomina microcefalia.
Perímetro de cintura: Se utiliza principalmente para la evaluación del estado
nutricional desde los 6 años. Este indicador permite diferenciar aquellos niños con
malnutrición por exceso con mayor riesgo de eventos cardiovasculares en
población adulta. Se mide con el niño de pie, usando idealmente una huincha
inextensible que se coloca alrededor del tronco del paciente sobre el borde latero-
superior del ilion, al final de una espiración normal

Evaluación nutricional en los menores de 5 años y Índice Peso/Edad: se utiliza


para definir déficit ponderal hasta el año de vida. y Índice Peso/Talla: se utiliza
para definir déficit más allá del año de vida y exceso desde el mes de vida. Se
utiliza como referencia las curvas Estándar de OMS2006 para niños desde el
nacimiento hasta los 5 años, desarrollado a partir de un estudio multicéntrico, con
seguimiento de una población multiétnica, alimentada de manera óptima (lactancia
materna como norma e introducción de alimentos complementarios después de
los 5 meses) y con condiciones maternas y de crianza saludables.

Diagnóstico estatural: Con respecto al diagnóstico estatural, en todas las edades


se usa el índice T/E. Hasta los 2 años se mide longitud y sobre esta edad, estatura
de pie.

Signos vitales: La medición de los signos vitales es una herramienta muy


importante en la evaluación de un paciente. Para interpretar los resultados
obtenidos hay que considerar los valores de referencia descritos para cada edad.

Temperatura: La temperatura se puede controlar en distintas partes del cuerpo


dependiendo de la edad del niño y su colaboración. La medición en el recto es la
que se considera más fidedigna, pero se realiza principalmente en lactantes
porque resulta incómodo en niños mayores. La medición de la temperatura axilar
se puede realizar a cualquier edad cuidando que la axila esté limpia y seca antes
de colocar el termómetro. Además, hay que asegurar que el bulbo del termómetro
quede completamente dentro del hueco axilar y el brazo bien apegado al tórax
sosteniendo el termómetro en su lugar. En niños mayores de 6 años se puede
controlar la temperatura bucal. Los rangos normales
Temperatura valor min/máx

T° axilar 36°C – 37°C

T° rectal 36°C – 37,9°C

T° bucal 36°C – 37.3°C

Frecuencia respiratoria: La medición de la frecuencia respiratoria más fidedigna


es la que se obtiene mientras el niño está durmiendo y se obtiene contando el
número de respiraciones en un minuto. En lactantes menores, la respiración es
principalmente diafragmática y la frecuencia respiratoria puede ser determinada
contando los movimientos del abdomen. En niños mayores, se puede observar
directamente los movimientos del tórax o mediante la auscultación. La frecuencia
respiratoria va disminuyendo a medida que el niño va creciendo, acercándose a
los valores del adulto en la edad escolar Además, normalmente varía durante el
día y presenta fluctuaciones dependiendo de la actividad o condiciones como el
ejercicio y la fiebre.

Edad fr (resp/min)

RN – Lactante menor 30 - 60

Lactante mayor 24- 40

Preescolar 22 - 34

Escolar 18 - 30
Frecuencia cardíaca: Al igual que la frecuencia respiratoria, la frecuencia
cardíaca va disminuyendo con la edad Los recién nacidos tienen la frecuencia
cardíaca más alta, cerca de la pubertad se alcanza una frecuencia cardíaca similar
a la de los adultos. El aumento de la frecuencia cardíaca sobre el rango esperado
para la edad se llama taquicardia. Este es un signo muy importante que puede
deberse a condiciones fisiológicas o patológicas que hay que indagar. El ejercicio,
sentimiento de angustia, o algunos fármacos pueden aumentar la frecuencia
cardíaca por sobre el rango normal. Es importante también considerar si el niño
tiene fiebre. Por cada un grado Celcius °C de aumento de temperatura corporal, la
frecuencia cardíaca aumenta en 10-15 latidos/min. También es importante evaluar
los pulsos. En los lactantes se evalúan los pulsos femoral y braquial, mientras en
la edad escolar, se prefiere la palpación de los pulsos carotídeos y radial

Frecuencia cardíaca (lpm)

Edad Despierto Durmiendo

RN a 3 meses 85 – 205 80 – 160

3 meses a 2 años 100 – 190 75 – 160

2 -10 años 60 – 140 60 – 90

> 10 años 60 – 100 50 – 90

Presión arterial: Para medir la presión arterial se debe seleccionar un manguito


adecuado para la edad del niño y el tamaño de su brazo. Al momento de iniciar la
medición el manguito debe estar completamente desinflado, su ancho debe cubrir
dos tercios del largo de la parte superior del brazo y debe rodear completamente
la extremidad. Se palpa la arteria humeral, se infla 20-30 mm Hg más arriba del
momento que sentimos que desaparece el pulso y luego se desinfla lentamente
escuchar los sonidos que nos indicarán la presión sistólica y diastólica. La presión
sistólica es aquella que corresponde al punto de inicio de los latidos, y la presión
diastólica cuando los latidos desaparecen. En lactantes la medición de la presión
arterial se hace a través de la determinación de la presión palpatoria, dado que los
sonidos no son perceptibles a través de la auscultación. Los valores de presión
arterial sistólica y diastólica dependen de la edad, talla y sexo. A diferencia de la
frecuencia respiratoria y cardíaca, la presión arterial va aumentando con la edad
PERÍODO PAS PAD

Recién nacido término 50-55 25-30

Lactante menor 90 50

Lactante mayor 95 55

Cabeza, cara y cuello y el cráneo del recién nacido está formado por placas
óseas unidas por líneas de sutura. Estas líneas convergen en la fontanela anterior
o bregma y en la posterior o lambda. Las fontanelas se palpan con el niño sentado
y tranquilo. La fontanela anterior mide alrededor de 2,5 cm de diámetro mayor y se
cierra alrededor de los 18 meses de vida. La fontanela posterior es puntiforme,
mide alrededor de 1 cm de diámetro y cierra antes de los 3 meses. Es importante
examinar en forma minuciosa las fontanelas junto con revisar las mediciones
seriadas de la circunferencia craneana para pesquisar en forma oportuna un
eventual cierre prematuro de suturas

La cabeza normalmente es de forma redondeada y los huesos del cráneo se


deben palpar simétricos. Sin embargo, hay que estar atentos a la presencia de
una Plagiocefalia, que es una asimetría de los huesos del cráneo, con
aplanamiento de alguno de sus lados. La plagiocefalia se debe frecuentemente a
condiciones que favorecen una presión externa de alguno de los huesos del
cráneo por posición, pero también puede ser secundario a una craneosinostosis,
por cierre prematuro de una sutura. Es importante su detección precoz para
corregir la causa y evitar el avance de la deformación plástica de la cabeza. La
plagiocefalia por posición, se puede aminorar y prevenir recomendando a los
padres que estimulen al niño poniéndolo en prono varias veces al día mientras
está despierto y vigilado, y que coloquen móviles que llamen su atención a los dos
costados de la cuna para que el niño mire hacia ambos lados sin preferencia por
uno en especial.

Es importante examinar la expresión de la cara, las proporciones faciales y la


presencia de algún rasgo característico de una patología específica. En el recién
nacido es frecuente encontrar la mancha salmón, que se presenta como una
mácula eritematosa en la frente, o sobre los párpados, sobre el labio superior o en
la zona del occipucio. Esta mancha va desapareciendo en forma espontanea. y En
el examen visual se realiza en primer lugar la inspección de la estructura ocular
para descartar malformaciones u opacidades de la córnea. Se debe evaluar la
respuesta de las pupilas a la luz, fijación de la mirada y seguimiento con la mirada,
rojo pupilar, contacto visual con la madre, alineamiento y motilidad ocular y
descartar obstrucción del conducto lagrimal.

Pruebas de alineación ocular: Test de Hirschberg y Cover Test, se realizan para


detectar precozmente estrabismo o problemas de alineamiento de un ojo. El Test
de Hirschberg debe realizarse en todos los controles de salud y evalúa el
alineamiento ocular mediante la ubicación del reflejo que se produce en la córnea
al iluminar frontalmente y en forma simultánea ambas pupilas con una linterna,
oftalmoscopio u otoscopio, desde una distancia de 30 a 40 cm de la cara del niño.
Se espera que el reflejo de la luz (brillo de la luz) esté ubicado en el mismo lugar
en ambas pupilas y se describe como simétrico a cero grados. Si el reflejo de la
luz se encuentra desplazado en comparación al otro ojo es signo de un posible
estrabismo. La excentricidad del reflejo hacia temporal del centro de la pupila
indica endotropia y hacia nasal indica exotropia y se describe en grados según
donde cae el reflejo de la luz. El Cover test debe realizarse si el test de Hirschberg
está normal, pero la familia refiere percibir desviación. Mientras el niño fija la
mirada en un objeto pequeño, el examinador cubre un ojo y luego lo descubre,
observando si el ojo descubierto realiza o no un movimiento de refijación. En
condiciones normales al destapar los ojos ninguno de ellos se debe mover. Sin
embargo, si al descubrir uno de los ojos, este realiza un movimiento corrector,
significa que presenta una desviación. Según el sentido del movimiento se infiere
hacia dónde estaba desviado. Si el movimiento corrector es hacia fuera, significa
que el ojo estaba en endodesviación. El alineamiento ocular se logra entre el 4° y
6° mes, pero previamente pueden verse desviaciones intermitentes y variables.
Sin embargo, cualquier desviación constante antes de ese período debe derivarse
en forma urgente para ser evaluado por oftalmólogo.
Otoscopia: se recomienda elegir el conito de mayor diámetro para visualizar
adecuadamente el conducto auditivo externo y la membrana timpánica. En el
recién nacido el conducto auditivo está en posición perpendicular al hueso
temporal, por lo que el otoscopio se debe introducir en forma recta. En el período
de lactante menor, el conducto auditivo se dirige hacia arriba, por lo que, el
otoscopio se introduce traccionando suavemente el pabellón auricular hacia abajo
para enderezarlo. A partir del período preescolar el conducto auditivo se dirige
hacia adelante y abajo, por lo que para visualizar mejor el tímpano se recomienda
traccionar el borde superior del pabellón auricular suavemente hacia arriba y atrás
de modo que el conducto auditivo externo quede recto.

Más importante para evaluar la cavidad orofaringea y sus componentes. Se


necesita un buen campo visual, lo que representa un verdadero desafío al
momento de examinar a un niño en edad preescolar, que habitualmente tiene
temor y no colabora para abrir su boca. Por esto, principalmente en esta edad, se
recomienda diferir los procedimientos más molestos como éste, para el final. Al
realizar el examen de la cavidad orofaringea se requiere una buena fuente de luz.
Se recomienda comenzar con la inspección de los labios, evaluar si están secos o
agrietados. Se debe revisar la mucosa bucal y cara interna de las mejillas, evaluar
frenillo labial superior que puede encontrarse fibroso o hipertrofiado, y examinar
las encías buscando signos de inflamación, sangramiento o heridas. En la lengua
observar si presenta una capa blanquecina sobre su superficie, que aumenta con
una higiene deficiente o cuadros febriles, evaluar frenillo lingual, para descartar un
frenillo corto que puede determinar una limitación del movimiento de la lengua,
influyendo en el amamantamiento y en la fonación. Se debe evaluar los rebordes
dentarios y/o dientes, evaluar la higiene dental y la presencia de caries temprana
de la infancia. Además se debe evaluar si hay inflamación o heridas en pilares
palatinos anteriores y posteriores y las amígdalas. El examen de la faringe y
amígdalas es importante en muchas patologías infecciosas que afectan a los
niños, tanto virales como de origen bacteriano
Tórax: Se recomienda evaluar los movimientos respiratorios cuando el niño está
tranquilo, en la camilla o en brazos de sus padres. Se debe observar la simetría de
ambos hemitórax, tamaño, forma y capacidad para expandirse, además de
describir la forma del tórax y parrilla costal, consignando la presencia de pectus
excavatum o pectus carinatum. Es importante estar atentos a los signos de
dificultad respiratoria, como aleteo nasal, quejido y retracción intercostal. Es
habitual encontrar botón mamario en el recién nacido por efecto de las hormonas
maternas transplacentarias.

Examen pulmonar: Auscultar ambos campos pulmonares buscando la simetría o


asimetría del murmullo pulmonar y la presencia de ruidos anormales que pueden
orientar a alguna patología. Se deben auscultar todas las áreas de los campos
pulmonares, incluyendo axilas.

Se recomienda medir la frecuencia respiratoria en un minuto completo y no solo en


una fracción de éste. Se debe tener presente, que los recién nacidos y lactantes
menores de 4 meses pueden tener una respiración irregular que alterna
respiraciones rápidas y profundas con otras más superficiales y de menor
frecuencia.

Una respiración normal y tranquila no necesita uso de musculatura accesoria, de


manera que la presencia de esfuerzo respiratorio, manifestada por retracción
intercostal, es patológica.

Examen cardíaco: En el período de recién nacido y lactante el examen


cardiovascular tiene como objetivo descartar malformaciones congénitas o
alteraciones en los procesos fisiológicos adaptativos postnatales. Es importante
realizar un examen acucioso para detectar soplos orgánicos y diferenciarlos de los
funcionales o inocentes. Los soplos inocentes por definición, son aquellos que no
se asocian con ninguna anomalía cardíaca anatómica o fisiológica. Están descritos
en forma característica en ciertos períodos de la vida, por ejemplo, el soplo de la
estenosis fisiológica de la rama pulmonar aparece desde las 2 semanas de vida y
desaparece antes de los 6 meses.
Las características clínicas más frecuentes de un soplo inocente son que se
localizan al comienzo del sístole, generalmente son de corta duración, de baja
intensidad, grado I a II, máximo III/VI, van in crescendo-decrescendo, de
irradiación escasa y no se asocian a ninguna anomalía cardíaca.

En el período preescolar y escolar también se auscultan soplos inocentes. El más


frecuente es el soplo de Still, entre los 2 años de edad y la adolescencia. Se
describe típicamente como musical o vibratorio, se ausculta mejor en el ápex y en
el borde paraesternal izquierdo bajo, preferentemente en posición supina.
Semiología pediátrica: características del examen físico en la supervisión de salud
del recién nacido hasta la etapa escolar

Abdomen: Se recomienda realizar el examen abdominal con el niño en posición


supina, con las rodillas flectadas y brazos a los lados y En la inspección debemos
observar la forma del abdomen, la movilidad de la pared abdominal, la presencia
de hernias, y en los recién nacidos, el cordón umbilical. El abdomen excavado en
un recién nacido puede ser signo de hernia diafragmática. En los lactantes y
preescolares, el abdomen es habitualmente prominente debido a la falta de
desarrollo de la musculatura abdominal normal en esta etapa de la vida. Un
abdomen distendido, puede corresponder a obstrucción intestinal o ascitis. Se
debe observar la presencia de diástasis de los rectos, hernia umbilicales o
inguinales.

La respiración en los niños menores de 6 a 7 años es abdominal, por esto, la


pared abdominal se mueve en forma rítmica con la respiración. La ausencia de
movimiento de la pared abdominal en estos niños, puede corresponder a una
peritonitis, parálisis diafragmática, o aumento de aire o líquido en el abdomen.

En el examen del recién nacido es importante el examen del cordón umbilical.


Está formado por dos arterias y una vena umbilical, rodeadas por un tejido
gelatinoso llamado gelatina de Wharton. El cordón se desprende por sí solo entre
los 7 y los 21 días, y es normal que la zona del lecho umbilical exude levemente
por unos días. Hay que estar atentos ante la aparición de eritema en la piel que
rodea el cordón, de exudado de mal olor o sangramiento persistente, signos que
traducen alguna patología.

Se recomienda auscultar los ruidos hidroaéreos antes de la palpación para evitar


la alteración de los ruidos de la peristalsis intestinal. Normalmente, los ruidos
peristálticos son cortos y metálicos y se escuchan cada 10 a 30 segundos. Si los
ruidos son más frecuentes y de tono alto, puede corresponder a un cuadro precoz
de peritonitis, diarrea aguda u obstrucción intestinal. La ausencia de ruidos por
más de 3 minutos puede indicar un íleo paralítico o peritonitis. Es importante estar
atentos también a la presencia de soplos abdominales por obstrucción de vasos
como aorta o arterias renales.

Para palpar el abdomen se recomienda tener las manos tibias, ponerlas por un
momento sobre el abdomen sin moverlas antes de iniciar el examen para disminuir
la resistencia voluntaria en un niño asustado. También es útil distraer al niño
preguntándole por sus hermanos, amigos y cosas que le gustan. El abdomen
normal es blando y fácilmente depresible. Primero se palpa suavemente sobre el
cuadrante inferior izquierdo, luego cuadrante superior izquierdo, superior derecho,
inferior derecho y línea media. Si alguna área parece más sensible, se deja para el
final. Luego se palpa en forma más profunda las mismas áreas en búsqueda de la
presencia de masas, visceromegalia y puntos sensibles o dolorosos. En caso de
dolor abdominal es importante buscar el signo de Blumberg.

La percusión del abdomen es útil para evaluar la proyección hepática, identificar


ascitis, masas abdominales o aire en el tracto gastrointestinal.

Genitales: y En el período de recién nacido hay que estar atentos a hallazgos que
sugieran malformaciones congénitas. También el examen genital nos ayuda a
estimar la edad gestacional del recién nacido.

En las niñas se debe observar los labios mayores y menores. Ocasionalmente los
labios menores están fusionados en forma parcial o total (sinequias vulvares).
También es importante estar atentos a la presencia de eritema vulvovaginal o de
secreción vaginal. En las recién nacidas se puede observar una
pseudomenstruación, descarga vaginal sanguinolenta escasa causada por la
transferencia de hormonas maternas a través de la placenta.

En los varones, es importante constatar la presencia de ambos testículos en el


escroto. Si los testículos no han descendido dentro del primer año de vida, es
necesario derivar al niño para resolución quirúrgica. En ciertas ocasiones, es difícil
palpar los testículos por la presencia de un reflejo cremasteriano exagerado. En
este caso se recomienda examinar al niño de pie o sentado con las piernas
cruzadas, lo que aumenta la presión abdominal y facilita la palpación de los
testículos. Ante un aumento de volumen escrotal indoloro, la transiluminación es
útil. Puede ser causado por un hidrocele, una hernia inguinoescrotal o un quiste
del cordón. También es importante evaluar la ubicación del meato urinario y estar
atentos a anomalías en su posición, por ejemplo, hipospadia. La fimosis es un
hallazgo habitual hasta los 4 años.

El examen de los genitales permite evaluar el grado desarrollo puberal. Para ello
se utiliza la clasificación de Tanner, siendo Tanner I los genitales prepuberales
hasta Tanner grado V que corresponde al desarrollo del adulto. Las características
normales del desarrollo puberal y la clasificación de Tanner se puede revisar en el
capítulo de Trastornos del y desarrollo puberal.

Sistema Músculo-esquelético: En los recién nacidos y lactantes menores se


debe poner énfasis en el examen de los pies, caderas y columna para detectar
malformaciones. En lactantes mayores y preescolares son más frecuentes las
alteraciones de las extremidades inferiores y pies, mientras que en los escolares y
adolescentes, son más frecuentes las alteraciones de la columna. Se debe
descartar asimetrías corporales, inspeccionar las caderas, observar la marcha
cuando ya hayan comenzado a caminar y valorar los rangos de movilidad articular.

Caderas: se debe realizar el examen de caderas en todo recién nacido y


lactantes, para descartar la displasia del desarrollo de caderas. Con el niño en
posición supina, con las caderas y rodillas en flexión, se realiza la Maniobra de
Ortolani-Barlow.
Genu varo: se observa en los recién nacidos y lactantes en forma habitual. Lo
más frecuente es que sea transitorio hasta los 18 meses de edad. Corresponde a
una posición de los muslos y piernas donde las rodillas se encuentran separadas y
los pies juntos, lo que se conoce como posición de vaquero. Se considera
patológico si persiste después de los 2 años, si aumenta y la distancia
intercondilea (entre ambas rodillas) es más de 5 cm o si es asimétrico.

Genu valgo: se observa en forma fisiológica desde los 2 hasta los 10 años,
siendo más evidente en preescolares entre los 3 y 4 años de edad. Corresponde a
una posición de muslos y piernas donde las rodillas se encuentran juntas y los
pies separados. Se evalúa con el niño de pie con las rodillas juntas, y se mide la
distancia entre los maléolos internos de ambos pies. Se considera patológico si
persiste en la adolescencia, si es asimétrico o si la distancia intermaleolar es
mayor a 10 cm. y Pie plano: consulta y preocupación frecuente de los padres. El
pie plano se describe como un aumento del área de contacto plantar con un arco
longitudinal disminuido o ausente, cuyo diagnóstico se puede comenzar a hacer
después de los 3 años. El pie plano es normal en niños pequeños porque poseen
una almohadilla grasa en la planta de los pies que enmascara el arco, y porque
además el arco se desarrolla mayormente entre los 3 y 6 años.

Los pies planos se clasifican en pie plano flexible y pie plano rígido. El pie plano
flexible es el más frecuente, y generalmente no tiene significancia clínica. En
cambio, el pie plano rígido es la consecuencia de articulaciones plantares menos
móviles por alteraciones y fusiones de los huesos del pie, produce dolor y requiere
de tratamiento del especialista. Para distinguir entre pie plano flexible o pie plano
rígido, se examina al niño de pie y se le solicita que se coloque en punta de pies.
Si al hacerlo reaparece el arco, se trata de un pie plano flexible. En cambio, si la
planta del pie se mantiene lisa, se trata de un pie plano rígido. También se puede
examinar con el niño acostado en la camilla con los pies en ángulo recto. Luego se
extiende el ortejo mayor y se observa si se forma arco (pie plano flexible), o no se
forma arco (pie plano rígido).
Columna: el examen clínico pretende detectar si el niño presenta alguna
alteración postural o deformidad estructural de la columna. Se observa al niño de
pie, en forma frontal, de lado y por la espalda, para descartar asimetrías a nivel de
hombros y caderas. Para descartar escoliosis en el control de salud, se
recomienda realizar el Test de Adams desde los 5 a 6 años. El Test de Adams
consiste en que el niño con sus piernas juntas y rodillas extendidas inclina el
cuerpo hacia adelante intentado tocar sus pies. El examen consiste en observar su
espalda desde atrás, mientras el niño se encuentra inclinado, buscando asimetrías
o gibas dorsales o lumbares que se presentan en el caso que tenga una
escoliosis. Un examen normal mostrará ambos omóplatos a la misma altura, sin
presencia de gibas.

Desarrollo psicomotor y examen neurológico: Durante el examen físico en la


supervisión de salud, nos enfocamos principalmente a los logros que ha alcanzado
el niño respecto a los hitos del desarrollo psicomotor esperados para su rango de
edad. El desarrollo psicomotor se refiere a la adquisición de habilidades
funcionales desde el nacimiento hasta los 5 años de vida. Es un período de rápido
progreso en movilidad, lenguaje y comunicación e independencia, y durante la
atención de salud se deben evaluar las 4 grandes áreas de desarrollo: motor
grueso, motor fino, cognitivo y sociabilidad. En los recién nacidos, el examen físico
contempla la evaluación de los reflejos arcaicos, que deben estar presentes
durante los primeros meses de vida y van desapareciendo a medida que el
sistema nervioso central va madurando, dando paso a la aparición de reflejos de
protección.

Sistema nervioso central

El sistema nervioso central (SNC) es la parte del sistema nervioso que controla


todas nuestras funciones corporales. Está conformado por el encéfalo, ubicado
dentro de la cavidad craneal y la médula espinal, la cual se encuentra dentro del
conducto o canal vertebral.
El encéfalo está a su vez compuesto por cuatro partes principales: Cerebro
(telencéfalo), diencéfalo, cerebelo y tronco encefálico. En estas cuatro partes se
procesa la información proveniente del cuerpo y se generan comandos u órdenes
que indican a los tejidos de nuestro cuerpo cómo responder y funcionar frente a
los diferentes estímulos del medio externo e interno. Estas órdenes abarcan todo
el espectro de las funciones corporales, desde respirar hasta pensar.

La médula espinal es la continuación del tronco encefálico. Al igual que el


encéfalo, tiene la capacidad de generar órdenes, pero solo para procesos
involuntarios como los reflejos: si se percibe calor extremo en la mano, la médula
será la responsable de hacer que la mano se retire, incluso antes de que el
cerebro interprete el dolor. Sin embargo, su función principal es conducir
información entre el encéfalo y el resto del cuerpo.

Partes y funciones

El sistema nervioso central (SNC) es el centro de comando del organismo. Es


una parte del sistema nervioso cuya función es analizar e integrar información del
medio interno y externo, para así generar una respuesta coordinada a la
información recibida.

El SNC está conformado por dos estructuras continuas entre sí, el encéfalo y la
médula espinal. Ambas estructuras están envueltas y protegidas por tres capas de
meninges.

El encéfalo está formado por el cerebro (telencéfalo), diencéfalo, tronco


encefálico y cerebelo.

La médula espinal es la continuación caudal del tronco encefálico y se extiende


a lo largo del conducto vertebral.

Durante el proceso de análisis y preparación de respuestas a los estímulos


recibidos desde el medio externo e interno, las diferentes partes del encéfalo y
médula espinal se comunican entre sí mediante numerosas vías nerviosas. Por
otra parte, la comunicación entre el SNC y el resto del cuerpo se produce gracias
a los nervios del sistema nervioso periférico (SNP). Existen dos grupos de nervios
que emergen del SNC:

Del encéfalo se originan 12 pares craneales que inervan la cabeza, el cuello,


vísceras torácicas y abdominales.

Desde la médula emergen 31 pares de nervios espinales. Estos nervios


complementan la inervación de las vísceras e inervan las partes del cuerpo a las
cuales no llegan los nervios craneales, como las extremidades (miembros)
superiores e inferiores.

Neuronas, sustancia gris y sustancia blanca

Las principales células y unidad estructural del encéfalo y la médula espinal


son las neuronas, las cuales son capaces de recibir, generar y conducir impulsos
nerviosos. Cada neurona posee su centro de control, denominado cuerpo, el cual
al ser observados en conjunto uno con el otro macroscópicamente poseen un
color oscuro o

Grisáceo.

Las neuronas también poseen dos o más prolongaciones que se desprenden


del núcleo y se encargan de conducir la información. Estas prolongaciones pueden
ser cortas (dendritas) o largas (axones). La mayor parte de los axones están
envueltos con una sustancia llamada mielina, que les proporciona un color
blanquecino característico de la sustancia blanca.

Las diferentes partes constituyentes de una neurona conformarán lo que


llamamos sustancia gris y sustancia blanca. La sustancia gris está formada de
cuerpos neuronales, mientras que la sustancia blanca contiene los axones
mielinizados. Los axones no están dispuestos al azar en el tejido nervioso. Muy
por el contrario, se encuentran organizados en grupos que conectan ciertas partes
de la sustancia gris entre sí y conducen impulsos nerviosos entre ellas. En el
sistema nervioso central, estos grupos de axones se denominan tractos, mientras
que en el sistema nervioso periférico son llamados nervios.
La distribución de la sustancia gris y blanca es altamente específica a través del
encéfalo y la médula espinal:

 En el cerebro, la mayor parte de la sustancia gris se ubica superficialmente


conformando la corteza cerebral, mientras que la sustancia blanca se ubica
en el interior, constituyendo lo que se denomina el centro oval, en el interior
del cual podemos encontrar cúmulos más pequeños de sustancia gris
denominados estructuras subcorticales, como el diencéfalo y los núcleos de
la base. Las unidades de sustancia gris ubicadas en el interior del encéfalo
se denominan núcleos.
 El cerebelo posee una organización similar a la del cerebro, con sustancia
gris conformando la corteza y núcleos grises incluidos en una masa central
de sustancia blanca.
 El tronco encefálico carece de corteza, pero sí podemos encontrar
numerosos núcleos dentro de la sustancia blanca que lo conforma.
 En la médula espinal, la sustancia gris conforma su parte interna con un
patrón característico similar a una mariposa cuando se estudia en un corte
transversal. La sustancia blanca, en la cual encontramos los tractos
nerviosos medulares, se encuentra en la periferia rodeando a la sustancia
gris central.

Corteza y lóbulos cerebrales

El cerebro o telencéfalo, es la parte más prominente del encéfalo. Está


conformada por dos hemisferios cerebrales interconectados por el cuerpo calloso.
La superficie del cerebro es altamente irregular debido a la presencia de
depresiones llamadas surcos y elevaciones denominadas giros (circunvoluciones),
cuya presencia aumenta considerablemente el área superficial de la corteza de
modo tal que en esta región se concentra el mayor poder de procesamiento y
habilidad cognitiva de todo el sistema nervioso central. Cada hemisferio está
compuesto de seis regiones denominadas lóbulos (lobos): frontal,
parietal, temporal, occipital, ínsula y límbico.
Cada lóbulo cerebral lleva a cabo un grupo específico de funciones. Es por esto
que ha sido posible mapear la corteza cerebral en áreas funcionales como la
corteza motora y la corteza sensitiva. Estas áreas de la corteza están subdivididas
basadas en su nivel funcional en áreas primarias, secundarias y asociativas. Estas
divisiones jerárquicas están íntimamente comunicadas entre sí lo cual les permite
procesar estímulos sensitivos y generar respuestas corporales adecuadas al
estímulo. Cada lóbulo está delimitado por surcos específicos y se especializa en
funciones diferentes. El surco más prominente es el surco central (“de Rolando”),
el cual divide los giros precentral del lóbulo frontal y el giro postcentral del lóbulo
parietal. Estos giros albergan la corteza motora y la corteza somatosensitiva
primaria, respectivamente. Estas son las regiones donde son iniciadas las
funciones motoras y donde son recibidas las sensaciones generales. Como ya se
mencionó, la sustancia blanca cerebral (centro oval) yace en la profundidad de la
corteza, donde conforma gran parte de las estructuras cerebrales profundas.

Estructuras subcorticales

Se conoce con el nombre de estructuras subcorticales a un conjunto de


estructuras incluidas en la profundidad del cerebro. Están constituidas por el
diencéfalo, núcleos de la base, sistema límbico y glándula hipófisis (pituitaria).

Diencéfalo: El diencéfalo se ubica en la profundidad del telencéfalo, el cual lo


envuelve casi en su totalidad. Es un conjunto de cuatro estructuras nerviosas
ubicadas a ambos lados de la línea media, en contacto con el tercer ventrículo.
Estas cuatro estructuras son:

Tálamo: Una masa ovoidea de tejido nervioso conformado a su vez por cuatro
grupos de núcleos: anterior, medial, lateral e intralaminar. El tálamo es un centro
de relevo de información sensitiva y motora hacia y desde la corteza cerebral,
respectivamente.

Epitálamo: Representado por la parte más posterior del diencéfalo, está


conformado por el cuerpo (glándula) pineal, la estría medular y el trígono de la
habénula. El epitálamo está involucrado en el control del ciclo circadiano (sueño-
vigilia), y en el control e iniciación del movimiento.

Subtálamo: Ubicado hacia ventral del tálamo, está conformado por el núcleo
subtalámico, la zona incerta (de Forel) y el núcleo peduncular (peripeduncular). El
subtálamo está especializado en el control, integración y precisión de la actividad
motora.

Hipotálamo: Localizado en sentido anteroinferior al tálamo, se divide en tres


grupos de núcleos (anterior, medio y posterior) y en tres zonas (periventricular,
medial y lateral). Regula la respuesta al estrés, metabolismo y reproducción a
través de varios ejes hormonales hipotalámicos y el sistema porta hipofisario.

Núcleos de la base

Los núcleos de la base o núcleos basales son un grupo de masas de sustancia


gris distribuidas a través de la parte inferior del cerebro, diencéfalo y mesencéfalo.
Estos incluyen al núcleo caudado, putamen, globo pálido (globus pallidus),
sustancia negra y núcleos subtalámicos. El putamen y el globo pálido forman el
núcleo lenticular o lentiforme. A su vez, el núcleo caudado y el núcleo lenticular
reciben el nombre colectivo de cuerpo estriado.

Los núcleos basales son parte del sistema motor extrapiramidal. Se comunican
con el tálamo por intermedio de tractos indirectos, directos e hiperdirectos para
proporcionar precisión a las habilidades motoras del individuo.

Sistema límbico

El sistema límbico es un conjunto de estructuras distribuidas por el cerebro,


subcorteza y tronco encefálico. Puede ser subdividido en dos partes: Lóbulo
límbico y estructuras límbicas profundas. El lóbulo límbico está formado por varios
surcos y giros de la cara medial del telencéfalo y abarcan el territorio de los
lóbulos frontal, temporal y parietal. La parte profunda está conformada por
la formación del hipocampo, cuerpo amigdalino o amígdala cerebral, diencéfalo,
corteza olfatoria, núcleos de la base, parte basal del cerebro y tronco encefálico.
Las funciones generales del sistema límbico se relacionan con el control de las
emociones, olfato y homeostasis. Una estructura particular del sistema límbico es
la formación del hipocampo, involucrada en la memoria a largo plazo y navegación
espacial. Además, el cuerpo amigdalino está relacionado con el miedo.

Tronco encefálico

El tronco encefálico es la parte más caudal del encéfalo. Se ubica en la fosa


craneal posterior y consta de tres partes: Mesencéfalo, puente y bulbo (bulbo
raquídeo o médula oblongada). Internamente, se divide en área basal, tegmento
(tegmentum) y techo (tectum).

El tronco encefálico tiene tres importantes funciones:

 Contiene núcleos asociados a la mayoría de los nervios craneales.


 Da paso a vías nerviosas que se extienden entre la médula espinal y el
cerebro.
 Regula funciones vegetativas como el ritmo cardíaco, presión
sanguínea, respiración y funciones gastrointestinales.

Mesencéfalo

El mesencéfalo es la parte más craneal del tronco encefálico. Está ubicado


entre el tálamo por arriba y el puente por debajo. El mesencéfalo está asociado a
reflejos visuales y auditivos, estado de alerta y regulación térmica. Está irrigado
por las arterias mesencefálicas provenientes de la arteria basilar.

La cara anterior del mesencéfalo contiene numerosas estructuras importantes:


dos pedúnculos cerebrales, la fosa interpeduncular, el núcleo rojo y el nervio
oculomotor. La cara posterior presenta cuatro prominencias denominadas
colículos o tubérculos cuadrigéminos (dos superiores, dos inferiores), puntos de
relevo de la vía visual (c. superiores) y la vía auditiva (c. inferiores), que en
conjunto conforman la lámina tectal (cuadrigémina). Se puede observar también la
emergencia (origen aparente) de nervio troclear (par craneal IV) en esta cara.
Puente

Ubicado entre el mesencéfalo y el bulbo, el puente es el componente


intermedio del tronco encefálico. Está relacionado con varias funciones como el
sueño, audición, deglución, gusto, respiración, equilibrio y motricidad. Su irrigación
proviene de las ramas pontinas de la arteria basilar.

La cara anterior del puente presenta varias estructuras de importancia, los


surcos bulbopontino y pontomesencefálico o pontopeduncular (también llamados
póntico inferior y superior respectivamente), el surco basilar y las fibras
transversas del puente. Cuatro pares craneales emergen de la cara anterior del
puente: trigémino (par craneal V), abducens (par craneal VI), facial (par craneal
VII) y vestibulococlear (par craneal VIII). La cara posterior contiene la mitad
superior de la fosa romboidal (romboidea), la eminencia media, el surco mediano
(medio) posterior, colículo facial, estrías medulares, locus coerulus y el área
vestibular.

Bulbo raquídeo (médula oblongada)

El bulbo raquídeo es la parte más caudal del tronco encefálico.


Regula funciones autónomas como ritmo cardiaco, respiración, reflejos y actividad
vasomotora. Su irrigación proviene de las arterias cerebelosas inferiores (anterior
y posterior) y la arteria espinal anterior.

La cara anterior del bulbo contiene numerosas características anatómicas


como la fisura mediana ventral o anterior, pirámides y olivas. Además contiene
emergencias (orígenes aparentes) de los siguientes nervios craneales: hipogloso
(par craneal XII), glosofaríngeo (par craneal IX) y vago (par craneal X).
La cara posterior también está cubierta de muchos elementos anatómicos como el
surco mediano posterior, fascículo y tubérculo grácil, fascículo y tubérculo
cuneiforme, tubérculo trigeminal, funículo o cordón lateral, mitad inferior de la fosa
romboidal y el óbex (cerrojo).
El cerebelo está ubicado en la fosa craneal posterior, detrás del tronco
encefálico y del cuarto ventrículo. Está separado del cerebro mediante el tentorio
(tienda) del cerebelo. Se encuentra en comunicación con el tronco encefálico
mediante los pedúnculos cerebelosos superior, medio e inferior, los que además
sirven como medio de fijación del cerebelo.

Las funciones del cerebelo incluyen aprendizaje, control y precisión de la


actividad motora voluntaria. El cerebelo no inicia movimientos, pero es capaz de
modularlos. La irrigación del cerebelo deriva de las arterias cerebelosa:
posteroinferior (PICA), anteroinferior (AICA), y superior (SUCA).

El cerebelo consta de tres partes: dos hemisferios unidos en la línea mediana


por el vermis. La cara superior (tentorial) del cerebelo está orientada
superiormente y la cara inferior (occipital) enfrenta a las fosas cerebolosas
del hueso occipital. Está dividido en sentido anteroposterior en tres lóbulos y
subdividido en aproximadamente diez lobulillos, denominados con números
romanos del I al X.

Médula espinal

La médula espinal es la continuación caudal del bulbo raquídeo. Se extiende


desde el foramen magno hasta el nivel vertebral de L1/L2. La médula espinal está
compuesta de cinco segmentos (cervical, torácico, lumbar, sacro, coccígeo) de los
cuales emergen un total de 31 pares de nervios espinales.

La médula espinal posee cuatro caras, varios surcos y una fisura anterior que
la recorren en sentido longitudinal. La fisura es denominada así para diferenciarla
de los surcos que son considerablemente más estrechos. Está constituida por
sustancia gris central rodeada por sustancia blanca. La irrigación proviene de
arterias espinales (una anterior y dos posteriores) y de arterias segmentarias
medulares provenientes de diferentes fuentes según su altura.
La médula espinal cumple dos funciones principales: es el centro de la
actividad refleja de casi todo el cuerpo y además conduce información entre el
encéfalo y el resto del organismo.

En el segmento terminal de la médula espinal, las raíces anteriores y


posteriores de los nervios espinales que se formarán a nivel de los forámenes de
la columna tienen una longitud inusual. Esto les da una apariencia de cola de
caballo a lo cual la estructura debe su nombre (cauda equina, latín para cola de
caballo).

Meninges

Las meninges son tres membranas que envuelven el sistema nervioso central.
Se denominan meninges craneales cuando envuelven al encéfalo, mientras que al
atravesar el foramen magno y envolver la médula espinal pasan a denominarse
meninges espinales. Entre las funciones de las meninges están proteger el
sistema nervioso central, dar soporte a los vasos sanguíneos que nutren al SNC y
contener al líquido cefalorraquídeo (LCR). Las meninges incluyen una meninge
gruesa más externa (paquimeninge) llamada duramadre, y dos meninges internas
más delgadas (leptomeninges). Su orden de la más superficial a la más profunda
es el siguiente:

Duramadre: Es una envoltura gruesa que en su parte craneal consta de dos


hojas: perióstica y meníngea. La duramadre perióstica se adhiere al endocráneo y
la duramadre meníngea, más interna, se separa de ella en determinados sitios,
constituyendo espacios que alojan a vasos sanguíneos especiales llamados senos
venosos durales. A nivel del foramen magno, ambas hojas se fusionan en una sola
para conformar la duramadre espinal (antiguamente conocida como theca o teca).
Esta porción de la duramadre envuelve a la médula espinal y está separada del
conducto vertebral por el espacio epidural en el cual se puede encontrar tejido
adiposo y plexos venosos.

Aracnoides: La aracnoides es una membrana ubicada profunda a la duramadre y


en íntimo contacto con ella. Existe un delgado espacio potencial entre ambas
denominado espacio subdural en el cual en condiciones normales solo se
encuentra una fina película de líquido intersticial. La aracnoides carece de vasos
sanguíneos.

Piamadre: La piamadre es la más interna de las meninges y se adhiere


íntimamente a la superficie del tejido nervioso que conforma el SNC. La piamadre
está altamente vascularizada, y los vasos sanguíneos que esta contiene irrigan la
superficie del tejido nervioso. La piamadre espinal continúa caudalmente más allá
de la médula espinal como una estructura llamada filum terminal interno, que se
extiende hasta el nivel de la vértebra S2. El espacio ubicado entre la piamadre y la
aracnoides se denomina espacio subaracnoideo. Este espacio contiene el líquido
cefalorraquídeo y los vasos superficiales del encéfalo y la médula espinal. A nivel
craneal este espacio posee prolongaciones (granulaciones aracnoideas) que
desembocan en el sistema venoso y permiten el drenaje del líquido
cefalorraquídeol. A nivel espinal existen dilataciones de este espacio denominadas
cisternas.

Ventrículos del encéfalo y líquido cefalorraquídeo

El líquido cefalorraquídeo (LCR) o cerebroespinal es un fluido incoloro que


baña el cerebro y la médula espinal. Es producido casi en su totalidad por
estructuras especializadas llamadas plexos coroideos, que se encuentran en las
paredes de los ventrículos encefálicos. El líquido cefalorraquídeo circula por los
ventrículos y el espacio subaracnoideo para finalmente ser absorbido a nivel de
las granulaciones aracnoideas. La función del LCR es absorber los impactos,
proteger y proporcionar nutrientes al sistema nervioso central.

Los ventrículos del encéfalo son cavidades llenas de LCR ubicadas en la


profundidad del parénquima. Dentro del encéfalo existen cuatro ventrículos que se
corresponden anatómicamente con sus componentes:

Los dos ventrículos laterales son las cavidades del telencéfalo, el tercer


ventrículo ubicado en la línea mediana en relación con el diencéfalo y el cuarto
ventrículo en relación con el tronco encefálico.
Vías nerviosas y tractos de la médula espinal

Las vías nerviosas son secuencias de neuronas que conducen un tipo


específico de información en el sistema nervioso. Estas vías están representadas
dentro del SNC por grupos de axones denominados tractos.

El propósito de los tractos es compartir la información entre las diferentes


partes del sistema nervioso durante el proceso de análisis e integración de
estímulos. Los tractos a menudo son denominados según las estructuras que
conectan. Por ejemplo, el tracto que conecta la corteza cerebral con los núcleos
de los nervios craneales se denominará tracto corticonuclear.

Las vías nerviosas que conducen información sensitiva se denominan también


vías ascendentes, mientras que las vías motoras pueden del mismo modo ser
denominadas descendentes. Los tractos pueden ser descritos siguiendo la misma
lógica. Los tractos de la médula espinal recorren la sustancia blanca y pueden
clasificarse de la siguiente forma:

Tractos ascendentes: Fascículos o tractos grácil y cuneiforme (tacto fino,


vibración, propiocepción consciente), espinotalámicos anterior y lateral (tacto
grueso, presión, dolor, temperatura), espinorreticular (consciencia, permite
despertar frente a un estímulo), espinocerebeloso (propiocepción inconsciente,
coordinación, postura), espinotectal (reflejo espinovisual: orienta la vista hacia un
estímulo), espinoolivar (propiocepción inconsciente).

Tractos descendentes: Corticoespinal (movimientos voluntarios), corticobulbar


(información motora para algunos nervios craneales), reticuloespinal (tono
muscular), tectoespinal (reflejos auditivos y visuales) rubroespinal (movimientos
involuntarios finos) y vestibuloespinal (balance/equilibrio).

Alteraciones del sistema nervioso central en niños niñas y adolescentes

Es complejo encontrar las complicaciones primarias en el desarrollo del


sistema nervioso, lo que hace que en muchas ocasiones se trabaje sobre la
marcha, es decir, cuando ya se han establecido secuelas y patrones de funciones
patológicas. Por ello, al momento de reconocer señales inusuales en el niño, es
ideal que éste sea revisado y evaluado para determinar los controles necesarios. 

Dentro de las enfermedades más comunes en los niños a nivel neuronal, se


encuentran:

Traumatismo craneoencefálico

Se define el traumatismo craneoencefálico (TCE) como toda lesión traumática


que afecta al cuero cabelludo, la bóveda craneal o su contenido. Es la causa más
importante de morbimortalidad infantil, siendo el origen del 25 al 30% de las
muertes de origen traumático en la infancia. Es más frecuente en varones que en
mujeres.

La etiología del TCE varía según la edad del niño; en niños en edad escolar,
las causas más frecuentes son los accidentes de bicicleta, caídas o atropellos; en
niños mayores, los más prevalentes son los deportivos y los acontecidos con
ciclomotores; en los lactantes, aunque la causa más frecuente es la caída desde
alturas menores, no podemos olvidar la posibilidad del maltrato físico,
especialmente el "síndrome del niño sacudido", que constituye la causa más
frecuente de TCE grave en este grupo etario.

Diagnóstico

Las lesiones cerebrales traumáticas pueden ser emergencias. En el caso de


lesiones cerebrales traumáticas más graves, las consecuencias pueden empeorar
rápidamente si no se tratan. Los médicos o el personal de servicio de primeros
auxilios deben evaluar la situación con rapidez.

Escala de coma de Glasgow

Esta prueba de 15 puntos le permite al médico o a otros miembros del personal


médico de urgencia evaluar la gravedad inicial de una lesión cerebral al comprobar
la capacidad de la persona de seguir instrucciones, y de mover los ojos y las
extremidades. La coherencia del habla también brinda indicios importantes.
En la escala de coma de Glasgow, las capacidades se califican con un número
que va de 3 a 15. Las calificaciones altas significan lesiones menos graves.

Pruebas de diagnóstico por imágenes

Exploración por tomografía computarizada (TC). Esta prueba es generalmente


la primera que se realiza en una sala de emergencias ante la sospecha de una
lesión cerebral traumática. En una exploración por tomografía computarizada, se
usa una serie de radiografías para crear una vista detallada del cerebro. En una
exploración por tomografía computarizada, rápidamente se pueden visualizar
fracturas y descubrir indicios de sangrado en el cerebro (hemorragia), coágulos
sanguíneos (hematomas), tejido cerebral con hematomas (contusiones) e
hinchazón del tejido cerebral.

Imágenes por resonancia magnética. Una resonancia magnética usa potentes


ondas de radio e imanes para crear una vista detallada del cerebro. Esta prueba
se puede usar después de que la afección de la persona se ha estabilizado o
cuando los síntomas no mejoran poco después de la lesión.

Control de la presión intracraneal

La hinchazón del tejido por una lesión cerebral traumática puede aumentar la
presión dentro del cráneo y provocarle más daños al cerebro. Los médicos pueden
insertar una sonda a través del cráneo para controlar esta presión.

Tratamiento

El tratamiento depende de la gravedad de la lesión.

Lesión leve

A menudo, el único tratamiento que requieren las lesiones cerebrales traumáticas


leves es hacer reposo y tomar analgésicos de venta libre para tratar el dolor de
cabeza. Sin embargo, una persona con una lesión cerebral traumática leve, por lo
general, tiene que ser controlada detenidamente en el hogar para detectar
cualquier síntoma persistente, nuevo o que empeore. Es posible que también deba
asistir a citas de seguimiento con el médico.

Por lo general, el descanso relativo, que implica limitar las actividades físicas o
mentales (cognitivas) que pueden empeorar las cosas, se recomienda para los
primeros días o hasta que el médico indique que es seguro retomar las actividades
cotidianas. No se recomienda un descanso total de actividades físicas y mentales.
La mayoría de las personas vuelve a las rutinas normales progresivamente.

Atención de urgencia inmediata

La atención de urgencia para los traumatismos craneoencefálicos de


moderados a graves se centra en garantizar que la persona cuente con un
suministro suficiente de oxígeno y un suministro adecuado de sangre, mantener la
presión arterial y evitar cualquier lesión adicional en la cabeza o el cuello.

Las personas que presentan lesiones graves pueden tener otras lesiones que
deben abordarse. Los tratamientos adicionales en la sala de urgencias o en la
unidad de cuidados intensivos de un hospital se centrarán en minimizar el daño
secundario causado por la inflamación, el sangrado o el suministro reducido de
oxígeno al cerebro.

Medicamentos

Los medicamentos para limitar el daño secundario al cerebro inmediatamente


después de una lesión pueden comprender:

Medicamentos anticonvulsivos. Las personas que han sufrido una lesión cerebral
traumática de moderada a grave corren el riesgo de tener convulsiones durante la
primera semana luego de la lesión.

Es posible que se administre un medicamento anticonvulsivo durante la primera


semana a fin de evitar cualquier daño cerebral adicional que pueda ser causado
por una convulsión. Los tratamientos anticonvulsivos continuos se usan solo si se
producen convulsiones.
Medicamentos para inducir el coma. A veces los médicos usan medicamentos
para poner a las personas en un coma temporario debido a que el cerebro en
estado de coma necesita menos oxígeno para funcionar. Esto es especialmente
útil si los vasos sanguíneos, comprimidos por la mayor presión en el cerebro, no
pueden suministrar la cantidad usual de nutrientes y oxígeno a las neuronas
cerebrales.

Diuréticos. Estos medicamentos reducen la cantidad de líquido en los tejidos y


aumentan la producción de orina. Los diuréticos, administrados por vía
intravenosa a las personas que padecen una lesión cerebral traumática, ayudan a
reducir la presión dentro del cerebro.

Cirugía

Puede que sea necesario hacer una cirugía de emergencia para minimizar el
daño adicional en los tejidos del cerebro. La cirugía puede usarse para tratar los
siguientes problemas:

 Extraer la sangre coagulada (hematomas). El sangrado fuera o dentro del


cerebro puede resultar en una acumulación de sangre coagulada
(hematoma) que agrega presión al cerebro y daña el tejido cerebral.
 Reparación de las fracturas de cráneo. Puede ser necesaria una cirugía
para reparar las fracturas graves del cráneo o para retirar trozos de cráneo
del cerebro.
 Sangrado en el cerebro. Puede necesitarse cirugía para frenar el sangrado
en las lesiones en la cabeza con sangrado en el cerebro.
 Realizar una abertura en el cráneo. Es posible que se recurra a la cirugía
para aliviar la presión dentro del cráneo drenando el líquido cefalorraquídeo
acumulado o haciendo una abertura en el cráneo para proporcionar más
lugar a los tejidos hinchados.
Rehabilitación

Muchas de las personas que han tenido una lesión cerebral significativa tendrán
que hacer rehabilitación. Es posible que tengan que volver a aprender las
habilidades básicas, como caminar o hablar. El objetivo es mejorar las habilidades
para hacer las actividades diarias.

Por lo general, la terapia comienza en el hospital y continúa en la unidad de


rehabilitación para pacientes internados, en un centro de tratamiento residencial o
a través de los servicios para pacientes ambulatorios. El tipo y la duración de la
rehabilitación es diferente para cada persona, según la gravedad de la lesión
cerebral y qué parte del cerebro se dañó.

Los especialistas en rehabilitación pueden comprender:

Fisiatra, un médico especialista en medicina física y rehabilitación, que supervisa


el proceso completo de rehabilitación, controla los problemas médicos de la
rehabilitación y receta los medicamentos según sea necesario

Terapeuta ocupacional, que ayuda a que la persona aprenda, vuelva a aprender o


mejore las habilidades para realizar las actividades diarias

Fisioterapeuta, que ayuda con la movilidad y el nuevo aprendizaje de la caminata,


el equilibrio y los patrones de movimientos

Terapeuta del habla y el lenguaje, que ayuda a la persona a mejorar las


habilidades de comunicación y a usar dispositivos de asistencia para la
comunicación en caso de ser necesario

Neuropsicólogo, que evalúa el desempeño y el deterioro cognitivo, ayuda a que la


persona controle sus comportamientos o aprenda estrategias de afrontamiento y
proporciona psicoterapia según sea necesario para el bienestar psicológico y
emocional

Trabajador social o encargado del caso, que facilita el acceso a las oficinas de
servicios, asiste con las decisiones de atención y la planificación y facilita la
comunicación entre los múltiples profesionales, los proveedores de atención
médica y los miembros de la familia

Personal de enfermería de rehabilitación, que proporciona servicios y atención de


rehabilitación continúa y que ayuda con la planificación del alta del hospital o el
centro de rehabilitación

Hidrocefalia

La hidrocefalia es una acumulación de líquido cefalorraquídeo en los espacios


que hay dentro del cerebro. Estos espacios se llaman "ventrículos". Esta
acumulación de líquido cefalorraquídeo puede ejercer presión sobre el cerebro.
Cuando el líquido no se puede evacuar, se acumula en los ventrículos y/o el
espacio subaracnoideo, causando hidrocefalia (agua en el cerebro). A menudo, la
presión en los ventrículos y dentro del cerebro aumenta, comprimiendo el tejido
cerebral.

Muchos factores, como un defecto de nacimiento o una hemorragia cerebral (a


menudo asociada a la prematuridad) o tumores cerebrales obstruyen el drenaje y
causan hidrocefalia. La hidrocefalia también puede ser consecuencia de ciertos
defectos genéticos.

Los bebés pueden nacer con hidrocefalia o puede producirse durante o


después del nacimiento.

Diagnóstico

Generalmente, un diagnóstico de hidrocefalia está basado en lo siguiente:

 Tus respuestas a las preguntas del médico sobre signos y síntomas


 Un examen físico general
 Un examen neurológico
 Pruebas por imágenes del cerebro
Examen neurológico

El tipo de examen neurológico que se realizará dependerá de la edad de la


persona. El neurólogo puede hacer preguntas y realizar pruebas relativamente
simples en el consultorio para evaluar el estado de los músculos, el movimiento, el
bienestar y el funcionamiento de los sentidos.

Diagnóstico por imágenes del cerebro

Las pruebas por imágenes pueden ayudar a diagnosticar la hidrocefalia e


identificar las causas subyacentes de los síntomas que incluyen los siguientes:

Ecografía. Esta prueba a menudo se usa para una hacer evaluación inicial en el
caso de los bebés porque es un procedimiento relativamente simple y con bajo
riesgo. El dispositivo para ecografías se coloca sobre el punto blando (fontanela)
en la parte superior de la cabeza del bebé. La ecografía también puede detectar la
hidrocefalia antes del nacimiento durante los exámenes prenatales rutinarios.

Resonancia magnética. Esta prueba emplea ondas de radio y un campo


magnético para producir imágenes detalladas del cerebro. Esta prueba no produce
dolor, pero es ruidosa y requiere que el paciente permanezca quieto.

Las imágenes por resonancia magnética pueden mostrar ventrículos


agrandados causados por el exceso de líquido cefalorraquídeo. También sirven
para identificar las causas de la hidrocefalia u otras afecciones que contribuyan a
estos síntomas.

Los niños pueden necesitar sedación leve para algunas resonancias


magnéticas. Sin embargo, algunos hospitales usan una versión rápida de la
resonancia magnética que generalmente no requiere sedación.

Tomografía computarizada. Esta tecnología especializada de rayos X produce


vistas transversales del cerebro. La exploración es indolora y rápida. Pero esta
prueba también requiere que el niño se quede quieto, por lo que generalmente
recibe un sedante leve.
La tomografía computarizada produce imágenes menos detalladas que la
resonancia magnética y provoca la exposición a una pequeña cantidad de
radiación. Las tomografías computarizadas para detectar hidrocefalia suelen
utilizarse como exámenes de emergencia.

Tratamiento

Uno de estos dos tratamientos puede usarse para tratar la hidrocefalia.

Sistema de derivación

El tratamiento más frecuente para la hidrocefalia es la inserción quirúrgica de


un sistema de drenaje denominado derivación. Consiste en un catéter largo y
flexible con una válvula que mantiene el líquido cerebral fluyendo en la dirección
correcta y en la velocidad adecuada. Un extremo del catéter, generalmente, se
coloca en uno de los ventrículos del cerebro. Luego, el catéter se tuneliza bajo la
piel hacia otra parte del cuerpo, como el abdomen o una de las cavidades del
corazón, en la que el exceso de líquido pueda absorberse más fácilmente.

Por lo general, las personas que padecen hidrocefalia necesitan un sistema de


derivación de por vida. Requieren controles regulares.

Ventriculostomía endoscópica del tercer ventrículo

La ventriculostomía endoscópica del tercer ventrículo es un procedimiento


quirúrgico que puede realizarse en algunas personas. El cirujano usa una pequeña
cámara para ver el interior del cerebro. Tu cirujano hace un orificio en la parte
inferior de uno de los ventrículos o entre los ventrículos para permitir que el líquido
cefalorraquídeo salga del cerebro.

Otros tratamientos

Algunas personas con hidrocefalia, en especial los niños, podrían requerir


tratamiento adicional. Esto dependerá de la gravedad de las complicaciones a
largo plazo de la hidrocefalia.
Los equipos de atención médica en la infancia pueden incluir lo siguiente:

 Un pediatra o fisiatra, que supervisa el plan de tratamiento y la atención


médica
 Un neurólogo pediátrico, que se especializa en el diagnóstico y el
tratamiento de trastornos neurológicos en niños
 Un terapeuta ocupacional, que se especializa en la terapia para desarrollar
habilidades cotidianas
 Un terapeuta del desarrollo, que se especializa en la terapia para ayudar a
tu hijo a desarrollar conductas y habilidades sociales e interpersonales
adecuadas para su edad
 Un profesional de salud mental, como un psicólogo o un psiquiatra
 Un trabajador social, que asiste a la familia a acceder a los servicios y la
planificación de transiciones en la atención médica
 Los niños que están en la escuela probablemente necesitarán profesores
de educación especial, que se ocupan de los problemas de aprendizaje,
determinan las necesidades educativas e identifican los recursos
necesarios.

Parálisis cerebral

La parálisis cerebral es un grupo de trastornos que afectan el movimiento y el


tono muscular o la postura. Se produce por el daño en el cerebro inmaduro en
desarrollo, con mayor frecuencia antes del nacimiento.

Los signos y síntomas aparecen durante la infancia o los años preescolares. En


general, la parálisis cerebral causa un deterioro del movimiento asociado con
reflejos exagerados, distensión o espasticidad de las extremidades y el tronco,
postura inusual, movimientos involuntarios, marcha inestable o alguna
combinación de estos.

Las personas con parálisis cerebral pueden tener problemas para tragar y, por
lo general, tienen un desequilibrio muscular ocular, en el que los ojos no se
concentran en el mismo objeto. También pueden tener una amplitud de
movimiento reducida en varias articulaciones del cuerpos debido a la rigidez
muscular.

La causa de la parálisis cerebral y su efecto sobre la función varían


enormemente. Algunas personas con parálisis cerebral pueden caminar; otras
necesitan ayuda. Algunas personas tienen discapacidades intelectuales, pero
otras no. También pueden tener epilepsia, ceguera o sordera. La parálisis cerebral
es un trastorno de por vida. No existe cura, pero los tratamientos pueden ayudar a
mejorar la función.

Diagnostico

Estudios del cerebro

Las tecnologías de imágenes cerebrales pueden revelar áreas de daño o


desarrollo anormal en el cerebro. Estas pruebas pueden incluir las siguientes:

IRM. Las IRM utilizan ondas de radio y un campo magnético para producir
imágenes detalladas en 3D o transversales del cerebro. Mediante IRM, a menudo
se pueden identificar lesiones o anormalidades en el cerebro de tu hijo. Este
examen no produce dolor, pero es ruidoso y puede tardar hasta una hora en
completarse. Es probable que a tu hijo le den un sedante o anestesia general
suave con anticipación.

Ecografía craneal. Se puede realizar durante la infancia. Una ecografía craneal


utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para producir imágenes del cerebro. Una
ecografía no produce una imagen detallada, pero puede usarse porque
proporciona una evaluación preliminar valiosa del cerebro en forma rápida.

Electroencefalograma (EEG). Si se sospecha que tu hijo tiene convulsiones, se


puede evaluar la afección más a fondo con un EEG. Se pueden presentar
convulsiones en un niño con epilepsia. En una prueba de EEG, una serie de
electrodos se conectan al cuero cabelludo de tu hijo. El EEG registra la actividad
eléctrica del cerebro de tu hijo. Es común que haya cambios en los patrones
normales de ondas cerebrales en la epilepsia.
Análisis de laboratorio. Los análisis de sangre, orina o piel se pueden utilizar
para detectar problemas genéticos o metabólicos.

Pruebas adicionales. Se remiten a especialistas para que lo examinen en busca


de otras afecciones a menudo asociadas con el trastorno. Estas pruebas pueden
identificar problemas con lo siguiente:

 Visión
 Audición
 Habla
 Cognición
 Desarrollo
 Movimiento
 Otras enfermedades

El tipo de parálisis cerebral lo determina el principal trastorno del movimiento


sufrido, pero pueden producirse varios trastornos del movimiento al mismo tiempo.
El tipo más común de parálisis cerebral es la parálisis cerebral espástica, que
incluye rigidez muscular y reflejos exagerados. Otros tipos de parálisis cerebral
incluyen trastornos del movimiento con falta de equilibrio y coordinación (atáxicos)
y dificultad para controlar voluntariamente los músculos (discinéticos).

Tratamientos

Los niños y adultos con parálisis cerebral pueden requerir cuidados a largo
plazo con un equipo de atención médica. Además de un pediatra o especialista en
medicina física y rehabilitación (fisiatra) y posiblemente un neurólogo pediátrico
para supervisar la atención médica de tu hijo, el equipo puede incluir una variedad
de terapeutas y especialistas en salud mental. Estos expertos prestan especial
atención a las necesidades y a los problemas más frecuentes de las personas con
parálisis cerebral y pueden trabajar en colaboración con el proveedor de atención
médica primaria. Juntos pueden desarrollar un plan de tratamiento.
No existe una cura para la parálisis cerebral. Sin embargo, hay muchas
opciones de tratamientos que pueden ayudar a mejorar el desempeño diario de tu
hijo. La selección de la atención médica dependerá de sus síntomas y
necesidades específicas, y las necesidades pueden cambiar con el tiempo. La
intervención temprana puede mejorar los resultados.

Las opciones de tratamiento pueden incluir medicamentos, terapias,


procedimientos quirúrgicos y otros tratamientos según sea necesario.

Medicamentos. Los medicamentos que pueden disminuir la tensión muscular


pueden usarse para mejorar las capacidades funcionales, tratar el dolor y controlar
las complicaciones relacionadas con la espasticidad u otros síntomas de parálisis
cerebral.

Inyecciones musculares o nerviosas. Para tratar la tensión de un músculo


específico, el médico podría recomendar inyecciones de toxina botulinum tipo A
(Botox) u otro agente. Las inyecciones deberán repetirse cada tres meses
aproximadamente.

Los efectos secundarios pueden incluir dolor en el sitio de la inyección y síntomas


leves similares a los de la gripe. Otros efectos secundarios más graves incluyen
dificultad para respirar y tragar.

Relajantes musculares orales. Los medicamentos como el baclofeno, la tizanidina


(Zanaflex), el diazepam (Valium) o el dantroleno (Dantrium) se utilizan a menudo
para relajar los músculos.

En algunos casos, el baclofeno se bombea hacia la médula espinal con una sonda
(baclofeno intratecal). La bomba se coloca quirúrgicamente debajo de la piel del
abdomen.

Medicamentos para reducir el babeo. Una opción son las inyecciones de Botox en


las glándulas salivales.
Consulta con el médico sobre los beneficios, los riesgos y los posibles efectos
secundarios de las opciones de medicamentos recomendados.

Terapias

Una variedad de terapias juegan un papel importante en el tratamiento de la


parálisis cerebral:

Fisioterapia. El entrenamiento muscular y los ejercicios pueden contribuir a la


fuerza, la flexibilidad, el equilibrio, el desarrollo motor y la movilidad de tu hijo.
También aprenderás a cuidar con seguridad de las necesidades diarias de tu hijo
en casa, como bañarlo y alimentarlo.

Durante los primeros 1 o 2 años después del nacimiento, tanto los fisioterapeutas
como los terapeutas ocupacionales brindan apoyo en temas como controlar la
cabeza y el tronco, rodar y agarrarse. Más tarde, ambos tipos de terapeutas
participan en las evaluaciones para sillas de ruedas.

Se pueden recomendar dispositivos ortopédicos, como férulas u otros dispositivos


de apoyo, para ayudar a tu hijo con actividades como caminar mejor y estirar los
músculos rígidos.

Terapia ocupacional. Los terapeutas ocupacionales trabajan para ayudar a tu hijo


a adquirir independencia en las actividades y rutinas diarias en el hogar, la escuela
y la comunidad. El equipo de adaptación recomendado para tu hijo puede incluir
andadores, bastones con base de cuatro patas, sistemas para sentarse y para
ponerse de pie, o sillas de ruedas eléctricas.

Terapia del habla y del lenguaje. Los patólogos del habla y el lenguaje pueden
ayudar a mejorar la capacidad de tu hijo para hablar con claridad o para
comunicarse mediante el lenguaje de señas. También pueden enseñar el uso de
dispositivos de comunicación, como una computadora y un sintetizador de voz, si
la comunicación es difícil. Los terapeutas del habla también pueden tratar las
dificultades para comer y tragar.
Terapia recreativa. Algunos niños se benefician de hacer deportes recreativos o
competitivos regulares o de adaptación, como la equitación terapéutica o el esquí.
Este tipo de terapia puede ayudar a mejorar las habilidades motoras, el habla y el
bienestar emocional de tu hijo. El ejercicio y la actividad física regular pueden
promover la salud general y ayudar tanto a los adultos como a los niños a estar en
forma.

Meningitis

La meningitis bacteriana es la infección grave de las capas de tejido que


recubren el encéfalo y la médula espinal (meninges).

La meningitis bacteriana en lactantes de más edad y niños suele ser resultado


de bacterias que se transportan en el aparato respiratorio, y, en los recién nacidos,
la meningitis a menudo proviene de una infección bacteriana en el torrente
sanguíneo (septicemia).

Los niños mayores y los adolescentes presentan rigidez en la nuca, fiebre,


dolor de cabeza y confusión. Los recién nacidos y los lactantes de menor edad
suelen mostrarse irritables, dejan de comer, vomitan o tienen otros síntomas.

Diagnostico

Las pruebas frecuentes para diagnosticar meningitis incluyen:

Hemocultivos. Se coloca una muestra de sangre en un plato especial para ver si


se desarrollan microorganismos, como bacterias. Esto se llama hemocultivo.
También puede colocarse una muestra en un portaobjetos y teñirla. Luego se
estudiará con un microscopio para ver si hay bacterias presentes.

Pruebas por imágenes. La tomografía computarizada o las imágenes por


resonancia magnética de la cabeza pueden mostrar si hay hinchazón o
inflamación. Las radiografías o las tomografías computarizadas del tórax o los
senos paranasales pueden mostrar una infección que puede estar asociada a la
meningitis.
Punción lumbar. El diagnóstico definitivo de meningitis requiere que te hagas una
punción lumbar para recolectar líquido cefalorraquídeo. En las personas con
meningitis, el líquido suele mostrar un nivel bajo de azúcar junto con un aumento
del recuento de glóbulos blancos y de proteínas.

El análisis del líquido también puede ayudar a identificar la bacteria que causó la
meningitis. Si se sospecha de meningitis viral, es posible que debas hacerte una
prueba de ADN conocida como amplificación por reacción en cadena de la
polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés). O bien, pueden hacerte una prueba
para detectar anticuerpos contra determinados virus y determinar la causa
específica y el tratamiento adecuado.

Tratamiento

El tratamiento depende del tipo de meningitis que tengan.

Meningitis bacteriana

La meningitis bacteriana aguda debe tratarse de inmediato con antibióticos


intravenosos y, en ocasiones, con corticoides. Esto ayuda a asegurar la
recuperación y a reducir el riesgo de tener complicaciones, tales como hinchazón
del cerebro y convulsiones.

El antibiótico o la combinación de antibióticos dependerá del tipo de bacteria que


cause la infección. El proveedor de atención médica puede recomendar un
antibiótico de amplio espectro hasta que se determine la causa exacta de la
meningitis.

El médico puede drenar la infección de los senos paranasales o del hueso


mastoideo, que se encuentra detrás del oído externo y se conecta con el oído
medio.
Meningitis viral

Los antibióticos no pueden curar la meningitis viral, y la mayoría de los casos


mejoran por sí solos después de varias semanas. El tratamiento de los casos
leves de meningitis viral suele consistir en lo siguiente:

 Reposo en cama
 Mucho líquido
 Analgésicos para ayudar a reducir la fiebre y aliviar los dolores
 El proveedor de atención médica puede recetar corticoides para reducir la
hinchazón en el cerebro y un medicamento para controlar las convulsiones.
Si un virus del herpes causó la meningitis, existe un medicamento antiviral.

Otros tipos de meningitis

Si se desconoce la causa de la meningitis, puedes comenzar un tratamiento con


antivirales y antibióticos mientras se determina el origen.

El tratamiento de la meningitis crónica depende de la causa subyacente. Los


medicamentos antimicóticos tratan la meningitis micótica. Una combinación de
antibióticos específicos puede tratar la meningitis tuberculosa. Sin embargo, estos
medicamentos pueden tener efectos secundarios graves, por lo que puede el
tratamiento puede postergarse hasta que se confirma mediante análisis de
laboratorio que la causa es micótica.

La meningitis no infecciosa debido a una reacción alérgica o una enfermedad


autoinmunitaria puede tratarse con corticoides. En algunos casos, puede no
requerirse tratamiento porque la afección se resuelve por sí sola. La meningitis
relacionada con el cáncer requiere tratamiento para el cáncer específico.

Muerte cerebral

Muerte cerebral es la expresión popular más común relacionada a la muerte


encefálica o etapa final de la cascada isquémica, es decir, el proceso de la falla
energética celular, donde los leucotrienos y la extravasación de proteína sérica y
otras moléculas al espacio extracelular producen el edema vasogénico, la
disminución de ATP, fosfocreatina, oxidación fosforilativa que va con acidosis
tisular que inhibe la fosforilación mitocondrial, compromete la microcirculación,
desnatura las proteínas y el ácido nucleico, incrementa los radicales libres,
aumenta el ácido láctico, lactatos , que a su vez producen el edema citotóxico,
alterándose la homeostasis de los canales y disminuyendo el citosol del calcio que
es secuestrado en células del RES y mitocondrias; los edemas vasogénico y
citotóxico incrementan los osmoles idiogénicos que incrementan la osmolaridad
tisular, el agua intracelular, radicales libres y excitotoxicidad con falla de la barrera
hemato-encefálica (BBB) y severa disminución de neurotransmisores, el cerebro
sin oxígeno produce la euforia, risa y alucinaciones visuales seguidas de la
percepción de luz al final del túnel, debido a la concentración del campo visual
cortical, por liberación de sustancias dopaminérgicas y endorfina.

El requisito básico para determinar "muerte cerebral es la pérdida irreversible de


actividades corticales y del tronco cerebral, asociado con apnea y coma, con
demostración de irreversibilidad del cuadro, por parálisis bioquímica y autolisis
encefálica, es decir, muerte sin retorno.

Espina bífida

La espina bífida es una afección que afecta la columna vertebral y suele ser
evidente en el nacimiento. Es un tipo de defecto del tubo neural (DTN).

La espina bífida puede aparecer en cualquier lugar a lo largo de la columna si


el tubo neural no se cierra por completo. La columna vertebral que protege la
médula espinal no se forma y no se cierra como debería. Eso suele producir daño
de la médula espinal y los nervios.

La espina bífida puede provocar discapacidades físicas e intelectuales, que van


de leves a graves. La gravedad depende de lo siguiente:

 El tamaño y la localización de la abertura en la columna.


 Si parte de la médula espinal y los nervios están afectados.
Meningocele

El meningocele es uno de los tres tipos de espina bífida. (Los otros dos tipos
son el mielomeningocele y la espina bífida oculta). La espina bífida ocurre cuando
la columna vertebral de un bebé no se forma normalmente durante el embarazo.
El bebé nace con un hueco en los huesos de la columna vertebral.

Un meningocele es un saco (pequeña bolsa o quiste) que sobresale a través del


defecto (hueco) de la columna vertebral. Por lo general, está cubierto por una fina
capa de piel. El saco está formado por:

Meninges: las membranas que cubren el cerebro y la médula espinal

Líquido cefalorraquídeo

La médula espinal está en su lugar habitual dentro del canal medular. Es posible
ver un meningocele en la cabeza, el cuello o la espalda del bebé.

El problema se resuelve con una cirugía y la mayoría de los bebés con


meningocele llevan una vida sana y normal.

Mielomeningocele

Un mielomeningocele es una protuberancia o saco del líquido que rodea la


médula espinal. Por lo general, se observa en la parte baja de la espalda y es el
resultado de un defecto congénito en el cierre de la columna vertebral del bebé.

La espina bífida (mielodisplasia) se refiere al espacio específico en la columna


vertebral ósea que protege la médula espinal.

Diagnostico

Análisis de sangre

La espina bífida se puede detectar con análisis de sangre de la madre, pero


generalmente el diagnóstico se hace con ecografía.
Prueba de alfafetoproteína en suero materno (MSAFP, por sus siglas en
inglés). Para la prueba de alfafetoproteína en suero materno, se toma una muestra
de sangre de la madre y se analiza en busca de alfafetoproteína (AFP), una
proteína producida por el bebé. Es normal que una pequeña cantidad
de alfafetoproteína atraviese la placenta e ingrese en el torrente sanguíneo de la
madre. Pero los niveles inusualmente altos de alfafetoproteína sugieren que el
bebé tiene un defecto del tubo neural, como espina bífida, aunque no siempre
aparecen niveles altos de alfafetoproteína en la espina bífida.

Prueba para confirmar niveles altos de alfafetoproteína. Las variaciones en los


niveles de alfafetoproteína pueden ser causadas por otros factores, como un error
de cálculo en la edad fetal o en múltiples bebés, por lo que tu médico puede
indicar un análisis de sangre de seguimiento para confirmarlo. Si los resultados
siguen siendo altos, necesitarás una evaluación adicional, incluida una ecografía.

Otros análisis de sangre. El médico puede realizar la prueba de alfafetoproteína en


suero materno con otros dos o tres análisis de sangre. Estos análisis se realizan
comúnmente con la prueba de alfafetoproteína en suero materno, pero su objetivo
es detectar otras afecciones, como la trisomía 21 (síndrome de Down), no los
defectos del tubo neural.

Ecografía

La ecografía fetal es el método más preciso para diagnosticar la espina bífida


en él bebe antes del parto. La ecografía se puede realizar durante el primer
trimestre y el segundo trimestre. La espina bífida puede ser diagnosticada con
precisión durante la ecografía del segundo trimestre. Por lo tanto, este examen es
crucial para identificar y descartar anomalías congénitas como la espina bífida.

Una ecografía avanzada también puede detectar signos de espina bífida, como
una columna abierta o características particulares en el cerebro de tu bebé que
indican espina bífida. En manos expertas, la ecografía también es eficaz para
evaluar la gravedad.
Amniocentesis

Si el ultrasonido prenatal confirma el diagnóstico de espina bífida, tu médico


puede solicitar una amniocentesis. Durante la amniocentesis, el médico utiliza una
aguja para extraer una muestra de líquido del saco amniótico que rodea al bebé.

Este examen puede ser importante para descartar enfermedades genéticas, a


pesar del hecho de que la espina bífida rara vez se asocia con enfermedades
genéticas.

Tratamiento

El tratamiento de la espina bífida depende de la gravedad de la afección. La


espina bífida oculta a menudo no requiere ningún tratamiento, pero otros tipos de
espina bífida sí lo requieren.

Cirugía antes del nacimiento

La función nerviosa en los bebés con espina bífida puede empeorar después
del nacimiento si la espina bífida no se trata. La cirugía prenatal para la espina
bífida (cirugía fetal) se realiza antes de la semana 26 del embarazo. Los cirujanos
exponen quirúrgicamente el útero de la madre embarazada, lo abren y reparan la
médula espinal del bebé. En pacientes seleccionadas, este procedimiento puede
realizarse de manera menos invasiva con una herramienta quirúrgica especial
(fetoscopio) que se inserta en el útero.

Las investigaciones sugieren que es posible que los niños con espina bífida
que se sometieron a cirugía fetal tengan una reducción del nivel de discapacidad y
sean menos propensos a necesitar muletas u otros dispositivos para caminar. La
cirugía fetal también puede reducir el riesgo de hidrocefalia.

Es importante tener una evaluación completa para determinar si la cirugía fetal


es factible. Esta cirugía especializada solo debe realizarse en un centro de
cuidados médicos que cuente con expertos con pericia en cirugía fetal, un enfoque
de equipo multidisciplinario y cuidados intensivos neonatales. Normalmente, el
equipo incluye un cirujano fetal, un neurocirujano pediátrico, un especialista en
medicina maternofetal, un cardiólogo fetal y un neonatólogo.

Nacimiento por cesárea

Muchos bebés que padecen mielomeningocele están ubicados con los pies
adelante en el canal de parto (posición podálica). Si tu bebé se encuentra en esta
posición o si el médico detectó un quiste o un saco grande, el nacimiento por
cesárea puede ser la manera más segura de tener al bebé.

Cirugía después del nacimiento

El mielomeningocele requiere cirugía para cerrar el orificio en la espalda del


bebé dentro de las 72 horas posteriores al nacimiento. La cirugía a tiempo puede
minimizar el riesgo de infección asociado con los nervios expuestos. También
puede ayudar a proteger la médula espinal de más traumatismos.

Durante el procedimiento, un neurocirujano coloca la médula espinal y el tejido


expuesto dentro del cuerpo del bebé y lo cubre con músculo y piel. Al mismo
tiempo, el neurocirujano puede colocar una derivación en el cerebro para controlar
la hidrocefalia.

Síndrome de down

El síndrome de Down es un trastorno genético que se origina cuando la división


celular anormal produce una copia adicional total o parcial del cromosoma  21.
Este material genético adicional provoca los cambios en el desarrollo y en las
características físicas relacionados con el síndrome de Down.

El síndrome de Down varía en gravedad de un individuo a otro, y provoca


incapacidad intelectual y retrasos en el desarrollo de por vida. Es el trastorno
cromosómico genético y la causa más frecuente de las discapacidades de
aprendizaje en los niños. También suele ocasionar otras anomalías médicas,
como trastornos digestivos y cardíacos.
Una mejor comprensión del síndrome de Down e intervenciones tempranas
pueden incrementar mucho la calidad de vida de los niños y de los adultos que
padecen este trastorno, y los ayudan a tener vidas satisfactorias.

Diagnostico

Análisis para la detección durante el embarazo

Los análisis para la detección del síndrome de Down se ofrecen como parte de
la atención médica prenatal de rutina. Si bien con los análisis para la detección
solo se puede identificar el riesgo de tener un bebé con síndrome de Down, estos
pueden ayudar a tomar decisiones acerca de pruebas de diagnóstico más
específicas.

Algunos de los análisis para la detección son el análisis combinado del primer
trimestre y el análisis para detección integrado.

Análisis combinado del primer trimestre

El análisis combinado del primer trimestre, que se hace en dos pasos, consta de:

Análisis de sangre. Este análisis de sangre mide los niveles de proteína


plasmática A asociada al embarazo y de la hormona del embarazo conocida como
«coriogonadotropina humana». Los niveles anormales de proteína plasmática A
asociada al embarazo y de coriogonadotropina humana podrían indicar un
problema con el bebé.

Prueba de translucencia nucal. En esta prueba, se utiliza una ecografía para medir
una zona específica ubicada en la parte posterior de la nuca del bebé. Esto se
conoce como «examen de translucencia nucal». Cuando hay anormalidades,
suele acumularse más líquido del normal en ese tejido del cuello.

El médico o el asesor en genética pueden calcular tu riesgo de tener un bebé con


síndrome de Down basándose en tu edad y en los resultados del análisis de
sangre y de la ecografía.
Análisis para detección integrado

El análisis para detección integrado se lleva a cabo en dos partes durante el


primer y segundo trimestre del embarazo. Los resultados se combinan para
calcular el riesgo de que el bebé tenga síndrome de Down.

Primer trimestre. La primera parte consiste en un análisis de sangre para medir


la proteína plasmática A asociada al embarazo y en una ecografía para medir la
translucencia nucal.

Segundo trimestre. El examen cuádruple mide el nivel en sangre de cuatro


sustancias asociadas con el embarazo: alfafetoproteína, estriol,
coriogonadotropina humana e inhibina 

Pruebas de diagnóstico durante el embarazo

Si los resultados de los análisis para la detección son positivos o preocupantes,


o si es alto tu riesgo de tener un bebé con síndrome de Down, podrías considerar
otras pruebas para confirmar el diagnóstico.

Algunas de las pruebas de diagnóstico que pueden identificar el síndrome de


Down son:

Análisis de vellosidades coriónicas. En el análisis de vellosidades coriónicas,


se extraen células de la placenta y se utilizan para analizar los cromosomas del
feto. Esta prueba se suele realizar en el primer trimestre, entre las 10 y las
13 semanas de embarazo. El riesgo de perder el embarazo (aborto espontáneo) a
causa del análisis de vellosidades coriónicas es muy bajo.

Amniocentesis. Se extrae una muestra del líquido amniótico que rodea al feto
mediante una aguja que se introduce en el útero de la madre. Luego, esa muestra
se utiliza para analizar los cromosomas del feto. Los médicos generalmente
realizan esta prueba en el segundo trimestre, después de las 15 semanas de
gestación. Esta prueba también conlleva un riesgo muy bajo de aborto
espontáneo.
El diagnóstico genético preimplantacional es una opción para las parejas que se
someten a la fecundación in vitro y que tienen un mayor riesgo de transmitir ciertas
enfermedades genéticas. Se examina el embrión para detectar anomalías
genéticas antes de implantarlo en el útero.

Pruebas de diagnóstico para recién nacidos

Después del nacimiento, el diagnóstico inicial del síndrome de Down a menudo


se basa en el aspecto del bebé. Sin embargo, las características relacionadas con
el síndrome de Down pueden presentarse en bebés que no tienen ese síndrome,
por lo tanto, es probable que el profesional de salud solicite una prueba llamada
«cariotipo cromosómico» para confirmar un diagnóstico. Con una muestra de
sangre, esta prueba analiza los cromosomas de tu hijo. Si se detecta la presencia
de un cromosoma 21 adicional en todas o en algunas células, el diagnóstico es
síndrome de Down.

Tratamiento

La intervención temprana en los bebés y niños con síndrome de Down puede


hacer una gran diferencia en el mejoramiento de su calidad de vida. Dado que
cada niño con síndrome de Down es único, el tratamiento dependerá de sus
necesidades particulares. Además, las distintas etapas de la vida pueden requerir
distintos servicios.

Atención médica en equipo

En función de las necesidades particulares de tu hijo, el equipo puede constar de


algunos de los siguientes expertos:

 Pediatra de atención primaria para coordinar y brindar atención médica de


rutina durante la infancia
 Cardiólogo pediátrico
 Gastroenterólogo pediátrico
 Endocrinólogo pediátrico
 Pediatra del desarrollo
 Neurólogo pediátrico
 Especialista pediátrico en otorrinolaringología
 Oculista pediátrico (oftalmólogo)
 Audiólogo
 Patólogo del habla
 Fisioterapeuta
 Terapeuta ocupacional

Encefalitis

La encefalitis es la inflamación del cerebro. Existen varias causas, como una


infección vírica, una inflamación autoinmunitaria, una infección bacteriana y
picaduras de insectos, entre otras. Algunas veces no hay una causa conocida.

Es posible que la encefalitis solo provoque signos y síntomas parecidos a los de


la gripe, como fiebre o dolor de cabeza, o bien que no cause ningún síntoma. A
veces, los síntomas parecidos a los de la gripe son más graves. La encefalitis
también puede causar síntomas graves como confusión, convulsiones o
problemas sensoriales o motrices, como problemas de vista o de audición.

En algunos casos, la encefalitis puede poner en riesgo la vida. El diagnóstico y


el tratamiento inmediatos son importantes porque es difícil predecir cómo afectará
la encefalitis a cada individuo.

Diagnostico

Pruebas por imágenes del cerebro. Las imágenes de la resonancia magnética o


tomografía computarizada pueden revelar cualquier hinchazón del cerebro u otra
afección que pueda estar causando tus síntomas, como un tumor.

Punción lumbar. Se inserta una aguja en la región lumbar y se extrae una pequeña
cantidad de líquido cefalorraquídeo, el líquido protector que rodea el cerebro y la
columna vertebral. Los cambios en este líquido pueden indicar que hay infección e
inflamación del cerebro. A veces se pueden analizar muestras de líquido
cefalorraquídeo para identificar la causa. Esta puede incluir un virus, otra causa de
infección o un trastorno autoinmunitario.

Otros análisis de laboratorio. Se pueden analizar muestras de sangre, orina o


secreciones del fondo de la garganta para detectar virus u otros agentes
infecciosos.

Electroencefalograma. Los electrodos colocados en el cuero cabelludo registran la


actividad eléctrica del cerebro. Ciertos patrones anormales pueden indicar un
diagnóstico de encefalitis.

Biopsia cerebral. En muy pocas ocasiones, se puede extraer una pequeña


muestra de tejido cerebral para analizarlo. La biopsia cerebral suele realizarse solo
si los síntomas empeoran y los tratamientos no tienen ningún efecto.

Tratamiento

El tratamiento de la encefalitis leve suele consistir en lo siguiente:

 Reposo en cama
 Mucho líquido
 Medicamentos antiinflamatorios, como acetaminofén (Tylenol, otros),
ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) y naproxeno sódico (Aleve), para aliviar
los dolores de cabeza y la fiebre

Medicamentos antivirales

La encefalitis causada por determinados virus suele requerir un tratamiento


antiviral.

Los medicamentos antivirales que se utilizan comúnmente para tratar la encefalitis


incluyen los siguientes:

 Aciclovir (Zovirax)
 Ganciclovir (Valcyte, Zirgan, otros)
 Foscarnet (Foscavir)
Algunos virus, como los que trasmiten los insectos, no responden a estos
tratamientos. Pero, como es posible que el virus específico no logre ser
identificado de inmediato o en absoluto, los médicos suelen recomendar el
tratamiento inmediato con aciclovir. Este medicamento puede ser eficaz contra
el virus del herpes simple, que, si no se trata de inmediato, puede generar
complicaciones importantes.

Los medicamentos antivirales, por lo general, se toleran bien. En raras


ocasiones, los efectos secundarios pueden incluir daño renal.

Encefalitis autoinmunitaria

Si las pruebas muestran una causa autoinmunitaria de la encefalitis, se puede


comenzar un tratamiento con medicamentos inmunosupresores, como esteroides.

Atención complementaria

Las personas hospitalizadas por encefalitis grave pueden necesitar lo siguiente:

 Asistencia respiratoria, al igual que un cuidadoso control de las funciones


respiratoria y cardíaca
 Líquidos intravenosos para asegurar la hidratación y niveles adecuados de
minerales esenciales
 Medicamentos antiinflamatorios, como corticoesteroides, para reducir la
inflamación y la presión dentro del cráneo
 Medicamentos anticonvulsivos, como la fenitoína (Dilantin), para prevenir o
detener las convulsiones

Terapia de seguimiento

Si padeces complicaciones de la encefalitis, es posible que necesites tratamientos


adicionales, como los siguientes:

 Fisioterapia para mejorar la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio, la


coordinación motora y la movilidad
 Terapia ocupacional para perfeccionar las habilidades cotidianas y utilizar
productos de adaptación que facilitan las actividades diarias
 Terapia del habla para aprender nuevamente a controlar y coordinar los
músculos para hablar
 Psicoterapia para adquirir estrategias de afrontamiento y nuevas
habilidades de conducta para mejorar los trastornos del estado de ánimo o
enfrentar los cambios de personalidad

Tumores

Tumores sólidos más frecuentes en niños

La palabra tumor no siempre implica el diagnóstico de cáncer. Algunos tumores


son benignos y por tanto no cancerosos, mientras que, en otros, las células son
muy agresivas originando tumores sólidos malignos. Los más habituales en niños
son:

Tumores del sistema nervioso central

Los tumores cerebrales se clasifican y denominan por el tipo de tejido en el cual


se desarrollan. Constituyen el segundo tumor más frecuente en los niños. Pueden
aparecer en cualquier edad en la infancia y en la adolescencia, aunque son más
frecuentes entre los 5 y los 10 años de vida. Pueden producir convulsiones,
cefaleas, vómitos, irritabilidad, alteraciones de la conducta, somnolencia, etcétera.

Neuroblastoma

Es un tumor que se origina en las células nerviosas simpáticas desde el cuello


a la pelvis. La localización más frecuente es el abdomen. Es un tumor que sólo se
desarrolla en niños, generalmente por debajo de los cinco años. Uno de los
síntomas más característicos es la presencia de una masa y dolor abdominal, pero
además puede acompañarse de diarrea y dolor de huesos. 
Tumor de Wilms

Es un tumor maligno que afecta a las células de los riñones. Ocurre


generalmente en niños antes de los diez años. Los síntomas más frecuentes son
la presencia de una masa abdominal, fiebre, pérdida de apetito, presencia de
sangre en la orina o dolor abdominal.

Retinoblastoma

Es un tumor maligno de la retina. En casi la mitad de los pacientes es bilateral.


Lo más frecuente es que este tumor se desarrolle en niños menores de 5 años,
aunque puede aparecer a cualquier edad.

Rabdomiosarcoma

Es un tipo de sarcoma de partes blandas que afecta fundamentalmente a las


células de los músculos. Aunque puede ocurrir en cualquier área muscular, las
localizaciones más frecuentes son cabeza y cuello, pelvis y extremidades. Ocurre
más frecuentemente en varones y en edades comprendidas entre los 2 y 6 años.

Osteosarcoma

Es la forma de cáncer de hueso más frecuente en los niños. Generalmente


aparecen en los huesos largos del brazo (húmero) y de la pierna (fémur y tibia).
Ocurre entre los 10 y 25 años, y es más frecuente en varones.

Sarcoma de Ewing

Es otra forma de cáncer de hueso. Afecta a una parte diferente del hueso (la
diáfisis o parte central del hueso) y suele presentarse en huesos diferentes a los
huesos largos y huesos planos. Al igual que el osteosarcoma, generalmente se
presenta entre los 10 y los 25 años y afecta más a varones que a mujeres.

Tumores tiroideos: Los tumores malignos tiroideos son infrecuentes, un 10% de


los cánceres tiroideos ocurren en pacientes menores de 21 años de edad.
Representan un 3% de los tumores sólidos de la infancia, el peak de incidencia
ocurre entre los 10 y 18 años. Su incidencia aumenta en pacientes que han
recibido radioterapia previamente. Los tumores tiroideos bien diferenciados,
usualmente carcinoma papilar, son los más frecuentes. Los carcinomas
medulares, foliculares y mixtos son menos frecuentes. El diagnóstico incluye
cintigrafía tiroidea y ultra-sonografía. La aspiración con aguja fina para diagnóstico
puede ser utilizada como alternativa a la biopsia incisional. El tratamiento
quirúrgico comprende tiroidectomía total o parcial con ablación con I131 y
disección ganglionar cervical cuando es indicada. Aproximadamente el 5% de los
cánceres tiroideos son carcinomas medulares, los que se generan en las células
parafoliculares, la resección quirúrgica es el único tratamiento de este tumor. El
carcinoma medular puede ser esporádico o asociarse a tumores familiares
asociados a síndromes MEN 2A, MEN 2B o FMTC. En niños de familias con MEN
2, se realiza detección del proto-oncogen RET, responsable de la enfermedad, si
está presente, se sugiere realizar tiroidectomía total profiláctica a la edad de cinco
años.

Tórax. Los tumores torácicos se deben dividir en tumores de pared torácica,


pulmón y mediastino.

Tumores de pared torácica son infrecuentes, siendo mayoritariamente


rabdomiosarcoma y tumores de Ewing (también denominados PNET o Askin
tumor) derivados de la pared costal, así como sarcomas de partes blandas y
osteosarcomas, otros tumores que afectan la pared torácica son tumores benignos
como osteocondromas, quistes aneurismáticos  La resección quirúrgica es
fundamental en todas las histologías, requiriendo márgenes quirúrgicos extensos,
lo que lleva a importantes secuelas a largo plazo, especialmente escoliosis.

Tumores malignos pulmonares primarios en la infancia son muy infrecuentes,


siendo el adenoma bronquial el más frecuente; sigue en frecuencia el carcinoma
broncogénico, que se presenta mayoritariamente en pacientes con
malformaciones adenomatoideas quísticas (MAQ) o quistes broncogénicos; otra
neoplasia asociada a patología congénita del pulmón es el blastoma
pleuropulmonar, asociado a secuestros intralobares y MAQ La mayoría de los
tumores pulmonares en pediatría corresponden a metástasis. El tumor
metastásico más común es el tumor de Wilms. Otros tumores que presentan
diseminación pulmonar son los sarcomas óseos y de partes blandas,
especialmente rabdomiosarcoma, tumores tiroideos, hepáticos, melanoma y
teratocarcinoma. El manejo de las metástasis pulmonares depende de la
histología, prefiriendo resección en los tumores de Wilms, osteosarcoma,
hepatoblastoma y tumores mesenquimales 

Tumores mediastínicos: El 40% de las masas mediastínicas en la infancia


corresponden a tumores malignos, la mayoría son encontradas incidentalmente.
La localización anatómica de la masa sugiere el origen de la lesión, tumores de
mediastino posterior son frecuentemente de origen neurogénicos como
neuroblastomas o ganglioneuromas; tumores de mediastino anterior son
mayoritariamente linfomas y en niños pequeños tumores de células germinales
como teratomas. Dependiendo de las características en imágenes del tumor y la
presencia de otras lesiones sistémicas, se debe decidir si la resección primaria del
tumor es indicada (posible teratoma o tumores neurogénicos) o es apropiada una
biopsia. En tumores mediastínicos el acceso toracoscópico para biopsia o
resección es una de las alternativas a considerar. En artículos previamente
publicados este acceso tiene una efectividad del 93% en la determinación del
diagnóstico 

Abdomen. Los tumores abdominales más frecuentes en pediatría son el


neuroblastoma, tumor de Wilms, tumor de células germinales y hepatoblastoma.

Diagnostico

Examen neurológico. Este examen puede incluir, entre otras cosas, el control de


la visión, la audición, el equilibrio, la coordinación, la fuerza y los reflejos de tu hijo.
La dificultad en ciertas áreas puede proporcionar pistas sobre la parte del cerebro
que podría verse afectada por un tumor cerebral.

Pruebas de diagnóstico por imágenes. Las pruebas de diagnóstico por imágenes


ayudan a determinar la ubicación y el tamaño del tumor cerebral. Con frecuencia,
se realiza una resonancia magnética. Se puede utilizar junto con resonancia
magnética especializada, como la resonancia magnética funcional o la
espectroscopia por resonancia magnética. Otras pruebas de diagnóstico por
imágenes incluyen la tomografía computarizada y la tomografía por emisión de
positrones.

Biopsia. La extracción de una muestra de tejido para su análisis (biopsia) se


puede realizar como parte de una cirugía para extirpar el tumor cerebral. O bien, si
es difícil acceder al tumor cerebral o se encuentra en una zona sensible que
podría resultar dañada por una cirugía extensiva, se puede realizar una biopsia
estereotáctica con aguja. El neurocirujano pediátrico perfora un pequeño orificio en
el cráneo, inserta una aguja delgada a través del orificio y extrae tejido con la
aguja. La muestra de biopsia se analiza en un laboratorio para determinar los tipos
de células y su nivel de agresividad.

Diagnóstico de medicina de precisión. Además del análisis de biopsia


tradicional, también se puede examinar el tejido tumoral para detectar mutaciones
genéticas y la base molecular del tumor. La terapia con medicamentos con diana
específica puede entonces adaptarse a las necesidades del individuo.

Exámenes para ver si el cáncer se propagó. Si se sospecha que el tumor


cerebral de tu hijo puede ser el resultado de un cáncer que se ha propagado
desde otra parte del cuerpo, el médico puede recomendar pruebas y
procedimientos para determinar dónde comenzó el cáncer

Tratamientos

Extirpación tumoral: Los tumores que se benefician de la


extirpaciónDependiendo del estadío tumoral, la cirugía tiene un papel más o
menos relevante en diversas histologías, por ejemplo en el Neuroblastoma la
cirugía es curativa por sí sola en tumores localizados de histología favorable
(estadíos INSS 1 o 2), en estadíos más avanzados la cirugía resectiva mejora la
sobrevida cuando se asocia a terapia sistémica (En el tumor de Wilms la
extirpación completa del tumor es imprescindible para la curación de la
enfermedad en todos sus estadíos complementada con quimioterapia, y
radioterapia en casos específicos . En tumores de origen mesenquimático y RMS
localizados, la resección es suficiente en el anejo de la enfermedad, en todos los
demás estadíos y localizaciones, la quimioterapia asociada o no a radioterapia
deben ser utilizados, realizando extirpación quirúrgica cuando es posible. En
hepatoblastoma la resección también es imprescindible en el manejo, antecedido
por quimioterapia para reducción tumoral en la mayoría de los casos. En casos de
hepatoblastomas en los que la resección quirúrgica con márgenes oncológicos no
es posible, la extirpación tumoral completa se logra sustituyendo el órgano con un
trasplante hepático, lo que ha logrado aumentar la sobrevida de pacientes antes
considerados irresecables . En tumores óseos de extremidades y torácicos, la
resección quirúrgica con márgenes amplios es fundamental, pero el tratamiento
requiere la utilización de quimioterapia y en ocasiones radioterapia para mejorar la
sobrevida. La cirugía en suma es primordial para la curación de diversos tumores,
asociada o no terapia sistémica para lograr reducción tumoral.

Extirpación de las metástasis: En tumores en los cuales la terapia sistémica


tiene un rol limitado en el manejo de la enfermedad por mala respuesta a
quimioterapia, la resección de metástasis se transforma en un elemento primordial
en la mejora de la sobrevida del paciente, esto es claro en tumores de origen
mesenquimático, tumores óseos (osteosarcoma y Ewing), hepatoblastoma y tumor
de Wilms. El manejo quirúrgico asociado a quimioterapia y radioterapia, en
algunos casos puede ser curativo o prolongar sustancialmente la sobrevida.

Acceso vascular: El desarrollo de accesos vasculares permanentes ha facilitado


el manejo de pacientes oncológicos disminuyendo el riesgo de extravasaciones
del agente quimioterápico y el trauma de punciones venosas repetidas durante el
manejo de la enfermedad. Actualmente la mayoría de los pacientes oncológicos
recibe tratamiento quimioterápicos a través de un acceso vascular implantado al
diagnóstico de la enfermedad.

Manejo de complicaciones derivadas del tumor o su tratamiento: El cirujano


oncólogo pediatra juega un rol importante en el manejo de secuelas derivadas del
tumor o su tratamiento, es frecuente la necesidad de soporte nutricional a través
de gastrostomías, creación de traqueostomía en casos de compromiso de vía
aérea, creación de derivaciones urinarias en el manejo de tumores pélvicos,
manejo de escoliosis luego de resecciones masivas torácicas, manejo de
complicaciones infecciosas y prevención de secuelas como es la movilización de
los ovarios para preservar en lo posible las células germinales en los casos que se
requiere terapia pélvica como en el tratamiento del linfoma y sarcomas pélvicos.

Convulsiones

Una convulsión es una ola de actividad eléctrica repentina y anormal en el


cerebro. Las convulsiones empiezan de repente. Generalmente, se detienen por sí
mismas en pocos minutos.

Las convulsiones son comunes. Aproximadamente, una de cada 10 personas


experimentará una convulsión en la vida.

A menudo las personas asocian las crisis con síntomas dramáticos, como
pérdida del conocimiento o convulsiones (temblores sin control). Los signos y
síntomas pueden variar dependiendo del tipo de crisis y la región del cerebro
afectada. Algunas convulsiones no son evidentes. En lugar de sentir síntomas
físicos, el niño tiene un "sentimiento extraño" como de déjà vu (una sensación de
ya haber vivido una situación presente). Estos sentimientos extraños aparecen de
la nada. Generalmente empeoran mientras la persona continúa teniendo
convulsiones.

Las convulsiones se pueden tratar. Es posible que, para muchos niños, esta
tendencia desaparezca con la edad. Un diagnóstico preciso puede ayudar a los
médicos a encontrar el tratamiento más efectivo

Cuando un niño muestra una tendencia a tener convulsiones, se dice que


tiene epilepsia. Aproximadamente, una de cada 26 personas que han
experimentado convulsiones desarrollará epilepsia.
Diagnostico

 Electroencefalogramas (solo disponible en inglés) (EEG)


 Diagnóstico por imágenes mediante resonancias magnéticas (solo
disponible en inglés) (magnetic resonance imaging, MRI) del cerebro
 Pruebas genéticas

El objetivo es descubrir la causa subyacente de las convulsiones y proporcionar un


tratamiento. A veces, no es posible encontrar una causa subyacente.

Tratamiento

Si diagnostican a su hijo con epilepsia, el médico puede indicar un


medicamento anticonvulsivo. Estos medicamentos ayudan a controlar las
convulsiones. El médico elegirá el medicamento en función de la edad, el peso, el
tipo de crisis y el estado físico de su hijo.

El objetivo del tratamiento es lograr brindarle la mejor calidad de vida, sin


convulsiones ni efectos secundarios debido al medicamento. A veces es necesario
cambiar los medicamentos si hay efectos secundarios demasiado difíciles de
manejar, o si no controlan las crisis. Si el niño deja de tener convulsiones luego de
tomar los medicamentos por dos años, es posible que el médico intente retirar la
toma del medicamento anticonvulsivo.Si un niño aún padece convulsiones tras
tomar dos medicamentos para la epilepsia diferentes, la epilepsia se considera
"intratable".

Técnicas y procedimientos de la presión intracraneal, punsion lumbar,


enfalograma

Forma en que se realiza el examen

Existen tres formas de monitorear la PIC. La PIC es la presión en el cráneo.

Catéter intraventricular. El catéter intraventricular es el método de monitoreo


más preciso. Para introducir un catéter intraventricular, se perfora un orificio a
través del cráneo. El catéter se introduce a través del cerebro hasta el ventrículo
lateral. Esta zona cerebral contiene líquido cefalorraquídeo (LCR). El LCR es un
líquido que protege al cerebro y la médula espinal.

El catéter intraventricular también se puede utilizar para permitir la salida de


líquido (drenaje) por medio del catéter. Este catéter puede ser difícil de colocar
cuando la presión intracraneal es alta.

TORNILLO SUBDURAL (PERNO)

Este método se utiliza si es necesario hacer el monitoreo de inmediato. Un


tornillo hueco se introduce a través de un orificio hecho en el cráneo. El tornillo se
coloca a través de la membrana que protege el cerebro y la médula espinal
(duramadre). Esto le permite al sensor registrar desde el interior del espacio
subdural.

SENSOR EPIDURAL

El sensor epidural se introduce entre el cráneo y el tejido de la duramadre. El


sensor epidural se coloca a través de un agujero hecho en el cráneo. Este
procedimiento es menos invasivo que otros métodos, pero no puede eliminar el
exceso de LCR.

Se inyectará lidocaína u otro anestésico local en el sitio donde se hará el corte.


Usted muy probablemente recibirá un sedante para ayudarlo a relajarse.

Primero, se rasura la zona y se limpia con un antiséptico.

Después de que se seca, se hace una incisión quirúrgica. Se retrae la piel hasta
que el cráneo queda visible.

Se utiliza entonces un taladro para hacer el corte a través del hueso.

Equipos

 Catéter intraventricular
 Tornillo subdural (perno)
 Sensor epidural
Punción lumbar

Técnica

Preparar el campo operatorio

Preparación del campo operatorio para cirugía menor. En caso de necesidad


anestesiar localmente la piel y el tejido subcutáneo. Insertar lentamente la aguja
con estilete, direccionándola oblicuamente en dirección cefálica hacia el ombligo.
Direccionar el bisel de la aguja cortante hacia arriba (hacia un lado de la columna).
La perforación del ligamento amarillo y de la duramadre se percibe como
superación de la resistencia acompañada de un "crujido" (en adultos el espacio
subdural se encuentra a una profundidad de 4-7 cm). Después de superar la
resistencia de la duramadre, retirar el estilete. De la aguja deben empezar a salir
gotas del LCR. Si el paciente está consciente, recomendar que relaje un poco los
miembros inferiores (disminuya la flexión en la articulación de la cadera). Si el LCR
no fluye, colocar el estilete de nuevo e introducir la aguja ligeramente o girarla
sobre el eje de 90° y, a continuación, volver a retirar el estilete. No ejercer fuerza
para vencer la resistencia con la aguja. La causa de la falta de flujo del LCR puede
deberse a que la aguja haya traspasado el espacio subaracnoideo. Un líquido
sanguinolento significa que durante la punción se ha producido una lesión venosa
en el canal vertebral. En este caso el LCR frecuentemente se aclarará en poco
tiempo. Si esto no ocurre, repetir la punción en el espacio interapofisario superior.

Tras obtener el LCR introducir el estilete en la aguja, retirar la aguja y colocar un


apósito estéril sobre la piel.

PROCEDIMIENTO

Información paciente/familia Compruebe que es el paciente correcto verificando


en la pulsera de identificación los datos de filiación del registro del niño en el
servicio de admisión, y confirmando con los padres/cuidadores la identidad del
niño. Es importante preparar al paciente y a sus padres/cuidadores para el
procedimiento que se le va a realizar mediante explicaciones claras, apropiadas y
adaptadas a la edad y/o el estado cognitivo. La información que se les debe
proporcionar debe contener los objetivos del procedimiento y los resultados
esperados tras su realización. Para facilitar su compresión, se pueden utilizar
muñecos, dibujos o vídeos adaptados si se encuentran disponibles en su unidad.
Los objetivos son: comprobar que el niño comprende el procedimiento, disminuir el
miedo y la ansiedad. Siempre que la situación lo permita se debe obtener el
consentimiento informado (al menos verbal) antes de la realización del
procedimiento quedando claramente registrado en la hoja de cuidados de
enfermería.

Preparación del entorno Antes de realizar el procedimiento hay que asegurarse


de que la sala en la cual se va a realizar el procedimiento cuenta con fuente de
oxígeno, aspirador, material de aspiración y dispositivos para la monitorización. Si
el estado clínico del paciente lo permite, y está disponible en la unidad, lo ideal es
llevar al niño a una sala de procedimientos decorada con dibujos o colores
agradables para disminuir la ansiedad que puede generar un entorno lleno de
material y equipamiento técnico. Intente crear un ambiente tranquilo, con control
de la intensidad lumínica, del ruido y de la temperatura de la sala. Inicie medidas
de distracción apropiadas a la edad del niño y a su situación clínica si los padres
no son colaboradores. Los padres deben, salvo en caso excepcional, estar
presentes para ayudar a los niños a afrontar el procedimiento. Para ello
proporcione instrucciones claras sobre el papel que se espera que realicen
durante la realización del procedimiento. Estas instrucciones deben estar
enfocadas a tranquilizar al niño y disminuir el estrés durante la realización del
procedimiento, indíqueles que pueden continuar con las medidas de distracción
iniciadas por el profesional de enfermería (por ejemplo: ponerle un vídeo que le
guste, contar un cuento, cantarle una canción, etc.). Debe preservarse en todo
momento la intimidad del paciente.

Preparación de materiales Para tratar de disminuir la ansiedad anticipatoria al


observar elementos desconocidos, la prepara ción de los materiales se realizará,
en la medida de lo posible, fuera de la vista del niño. En un lugar limpio y accesible
debe colocarse todo el material a utilizar que debe ser:

 Guantes estériles.
 Bata.
 Paño estéril.

Mascarillas. Las mascarillas deben ser llevadas Por todo el personal presente en
la sala, tanto para evitar la contaminación de la muestra como para no constituir
una fuente de infección para el paciente.

En el caso de pacientes con riesgo infecto contagioso, se utilizará el resto del


equipo de protección personal más adecuado para el tipo de transmisión
infecciosa que presenten.

Gasas y apósitos estériles.

Solución antiséptica (clorhexidina alcohólica al 0,5%).

Agujas de punción lumbar con fiador (nunca huecas), ya que se asocia con
complicaciones como el tumor epidermoide intraespinal. Se dispone de las
siguientes agujas, todas biseladas.

– Neonatos pretérmino: 25 G 0,53x30 mm.

– Menores de 4 años: 22 G 0,7x38 mm.

– Entre 4 y 12 años: 22 G 0,7x63 mm.

– Mayores de 12 años: 22G 0,7x70 mm.

Tubos estériles para la recogida de LCR. Mínimo 3 tubos que deben estar
numerados en orden de recogida.

Fármacos de sedoanalgesia que se prevean puedan precisarse durante el


procedimiento.
Si la urgencia para la realización del procedimiento lo permite, se debe
analgesiar/anestesiar la piel del paciente previamente a la realización del
procedimiento siempre que no existan contraindicaciones. Los fármacos más
utilizados son: la mezcla eutéctica de lidocaína y prilocaína al 2,5% en crema, la
lidocaína 4% en crema y el espray de cloruro de etilo. De los tres, el más utilizado
es la combinación de lidocaína-prilocaína en crema al 2,5% ya que se puede
utilizar desde la etapa neonatal a diferencia de la lidocaína 4% en crema cuya
indicación es a partir de los 6 años. El cloruro de etilo no se recomienda tampoco
en los niños pequeños ya que la sensación que produce en la piel puede ser mal
tolerada y su efecto es de muy corta duración. El procedimiento de administración
de la mezcla eutéctica de lidocaína y prilocaína al 2,5% en crema se describe a
continuación:

Se localizan las espinas ilíacas posterosuperiores y se traza una línea imaginaria


perpendicular entre las dos. El lugar donde la línea se cruza con la columna
vertebral es el espacio de punción, el cual puede ser L3-L4 o L4-L5 según la edad
del paciente.

Posteriormente se cubre preferentemente con un apósito oclusivo adhesivo


transparente.

Lugar de la punción

Espacio intervertebral, preferiblemente entre las apófisis espinosas de L4 y L5


o L3 y L4, nunca más arriba del espacio L2-L3, en la línea media que une los
extremos de las apófisis espinosas de las vértebras o un poco lateral respecto
a ella. La línea que une los puntos de la parte superior de las crestas ilíacas cruza
la columna a la altura de la apófisis espinosa de la vértebra L4

Equipo

Equipo para preparar el campo operatorio →Preparación del campo operatorio


para cirugía menor y opcionalmente para la anestesia por infiltración →Anestesia
local por infiltración.
Aguja desechable estéril con estilete 22 G o 20 G usualmente de 8,75 cm de largo
(por el menor riesgo de cefalea pospunción se recomienda utilizar una más
moderna atraumática, p. ej. tipo Sprotte o Whitacre en vez de la tradicional
cortante, p. ej. tipo Quincke).

Encefalograma

Técnicas

La electroencefalografía (EEG) es una técnica no invasiva que sirve para


caracterizar la actividad eléctrica del cerebro. En la actualidad existe un creciente
interés en el desarrollo de técnicas digitales de procesamiento para interpretar
dichas señales, estas técnicas consisten en transformar la información contenida
en las señales de EEG en datos numéricos y/o gráficos que faciliten su análisis y
sistematización. El objetivo de la presente tesis es el estudio y la aplicación de
diferentes técnicas de procesamiento de EEG a casos típicos como la detección
no supervisada de ritmos cerebrales, de potenciales relacionados a la ejecución
de movimientos y crisis epilépticas.

Consiste en colocar alrededor de 20 electrodos al cuero cabelludo. Cada electrodo


envía una señal a una máquina llamada electroencefalógrafo, que muestra la
fluctuación rítmica de la actividad eléctrica del cerebro (ondas cerebrales)
visualmente como una línea ondulante. De esta manera, es posible que se
controle la actividad cerebral.

En un adulto normal y sano que se encuentre en estado de calma, relajado, el


EEG mostrará ondas oscilantes y regulares, también llamadas ondas alfa. En el
sueño, las ondas se vuelven muy lentas, mientras que, si el individuo se encuentra
despierto, alerta o se asusta, se pueden observar rápidas e irregulares.

Procedimiento

Los electroencefalogramas se pueden realizar en el consultorio del médico, en un


laboratorio o en un hospital. Se le pedirán que se acueste en una cama o que se
siente en una silla. Un técnico le colocará los electrodos en los distintos lugares
del cuero cabelludo con una pasta adhesiva. Cada electrodo se conecta a un
amplificador y una máquina que registra el electroencefalograma.

Las señales eléctricas del cerebro se convierten en líneas onduladas en la pantalla


de una computadora. Se le pedirán que se quede quieto porque el movimiento
puede modificar los resultados.

Si el objetivo del electroencefalograma es reproducir o causar el problema que


tiene su hijo (como convulsiones), es posible que le pidan que observe una luz
parpadeante y brillante o que respire de cierta forma.

Cuidados de enfermería en niños/as y adolescentes con alteraciones en el


sistema nervioso central

Los cuidados de enfermería en pacientes pediátricos con problemas neurológicos


incluyen:

 Mantener la TA dentro de valores normales mediante la administración de


expansores del plasma, vasopresores o antihipertensivos prescritos en el
tratamiento médico.
 Valorar los datos de aumento de la PIC y enclavamiento cerebral.
 Elevación de la cabecera de la cama entre 30-45 para facilitar el retorno
venoso  
 Mantener cabeza y cuello en posición neutra.        
 Evitar la flexión extrema de la cadera.
 Drenaje de LCR si existe una ventriculostomia.      
 Ayudar al paciente en su movilización en cama para evitar giros bruscos y
maniobras.
 Mantener las vías aéreas permeables y ventilación adecuada con apoyo de
oxígeno para prevenir hipoxemia e hipercapnia.
 Evitar las aspiraciones de secreciones más allá de 10 segundos,
hiperoxigenar e hiperventilar antes y después de aspirar.
 Planificar los cuidados y actividades en relación con la respuesta de la PIC
a las medidas instaladas, permitiendo que el paciente repose un tiempo
pertinente entre una actividad y otra.
 Mantener la normotermia con medidas de control físico de hipotermia e
hipertermia
 Vigilar y controlar las convulsiones en colaboración médica con medidas
profilácticas y anticonvulsivantes en caso necesario.
 Administrar los medicamentos sedantes, barbitúricos y relajantes
musculares para disminuir el metabolismo cerebral de acuerdo a las
indicaciones del médico.
 Asesorar al paciente si es posible por su estado de conciencia y a los
miembros de su familia.
 Mantener una atmósfera tranquila y evitar temas de            conversación
que generen estrés en ambos. 
 Vigilar el estado de los pulmones mediante la auscultación cuidadosa de
todos los campos.
 Mantener los parámetros de la ventilación mecánica, si la tiene, según las 
indicaciones del médico.
 Realizar la aspiración de secreciones por razón necesaria observando las
precauciones de protección y poca estimulación descritas anteriormente.
 Administrar los fármacos prescritos para mantener el soporte ventilatorio
adecuado.
 Valorar y registrar el estado neurológico en búsqueda de cambios y
deterioro.
 Vigilar permanentemente la temperatura corporal central.
 Vigilar la Circulación periférica.
 Implementar medidas físicas de calentamiento arropando al paciente y
utilizando sábana térmica. Mantener la habitación a temperatura adecuada
para el paciente.           
 Vigilar y evaluar los signos vitales, en especial la TA ante el riesgo
importante de datos de hipertensión.           
 Suprimir las medidas compresivas o vendajes abdominales para facilitar el
retorno venoso al resto del organismo
 Retención urinaria excesiva  
 La impactación fecal en el recto       .
 Reducir al mínimo los riesgos de infección.
 Utilizar técnicas asépticas para la instalación y manipulación de las vías
intravenosas, dispositivos de tratamiento y vigilancia, heridas quirúrgicas y
traumáticas del paciente.
 Realizar el cambio de líneas y sondas de acuerdo a las normas de control
de infecciones del hospital
 Mantener la vigilancia sobre los cultivos de secreciones, material drenado y
muestras de catéteres que se envían al laboratorio según indicaciones
sanitarias.
 En comunicación con el médico, retirar o cambiar de sitio de inserción las
sondas y catéteres en el tiempo estipulado para su permanencia.

Valoración neurológica

Consiste en la valoración del estado pupilar (tamaño, simetría y reacción) y del


nivel de consciencia mediante la escala de coma Glasgow o la escala de coma
Glasgow modificada para menores de 2 años. En esta escala el grado de
afectación del estado de consciencia y su evolución se valoran por las respuestas
oculares, verbales y motoras del niño a estímulos verbales táctiles y dolorosos. En
un principio la valoración se realiza de forma horaria y después se puede ir
alargando según la evolución del estado del niño.

Siempre se ha de estar atento a las actitudes y respuestas motoras espontáneas y


provocadas (decidir cuidadosamente el momento de estas evaluaciones). Atención
a su calidad, simetría y a las alteraciones observadas.

Control de temperatura
La hipertermia aumenta la presión intracraneal, el riesgo de convulsiones, el
consumo de oxígeno y también aumenta el metabolismo cerebral, con una mayor
producción de toxinas. Por todo ello es necesario un control de temperatura
continuo, mejor a nivel central, a través de termómetros esofágicos o de sensores
de temperatura vesical. Se administrarán antitérmicos pautados y aplicación de
medidas físicas si fuera necesario. Se ha de mantener una especial precaución en
los niños con problemas de coagulación y la toma de temperatura rectal o las
movilizaciones de termómetros en las que se pueden producir lesiones o
sangrados. Extremar las precauciones en las fijaciones y en la pérdida de
visibilidad de los dispositivos.

Monitorización neurointensiva pediátrica

La monitorización de la Presión intracraneal (PIC) se efectuará principalmente a


través de dos sistemas: los catéteres interventriculares que son fiables, exactos,
con posibilidades de recalibración y de extracción de muestras de líquido
cefalorraquídeo (LCR) pero con el inconveniente del alto riesgo de infección, los
problemas de obstrucciones o dificultades en su colocación. Y los dispositivos de
fibra óptica que pueden colocarse en caso de desplazamiento o colapso de
ventrículos, pero no se pueden recalibrar una vez colocados, perdiendo calidad la
medición con el paso de los días.

La determinación de la saturación Yugular de oxígeno permite estimar si el Flujo


sanguíneo cerebral (FSC) es el adecuado para el consumo de oxígeno (SjO2).
Este valor que puede monitorizarse de forma continua u obtenerse a través de un
catéter en el bulbo de la vena yugular de forma discontinua ha de encontrarse
entre el 55-75%.

La oximetría cerebral es un método espectrofotométrico de monitorización del


equilibrio entre consumo y demanda de oxígeno en el tejido cerebral. Muy
atractivo ya que no es invasivo, fácil de colocar y útil para la prevención e
identificación de la agresión cerebral. Una Oximetria con tendencia o valores por
debajo del 50%, pueden representar una disminución de la saturación de oxigeno
cerebral, factor que supondría un mayor riesgo de isquemia, con la probable lesión
neurológica asociada.

También podría gustarte