Bachillerato Con Interacción Comunitaria Notas de Curso
Bachillerato Con Interacción Comunitaria Notas de Curso
COMUNITARIA
NOTAS DE CURSO
Nombre: ____________________________________________________________________________
Curso 2012-2013
Unidad Académica-Bachillerato con Interacción Comunitaria
Recuérdese que los términos anteriores se refieren a relaciones de estructuras unas con otras cuando el
organismo está en la posición anatómica. Más adelante se apreciará que estos términos también son
útiles para describir la relación de las partes interiores del organismo. A continuación damos algunos
ejemplos de cómo se usan estos términos: el tórax es superior al abdomen, pero inferior al cuello. El
esternón (quilla del tórax) es medial a las costillas. La rodilla es proximal al tobillo, pero distal a la cadera.
1. Superior/craneal/cefálico
2. Inferior/caudal
3. Anterior
4. Posterior
5. Medial
6. Lateral
7. Proximal
8. Distal
e inferiores, obtendríamos una sección transversal u horizontal. Estos planos o secciones se aplican a
todas las estructuras dentro del cuerpo, así como al cuerpo en su totalidad (figura 1.3).
1.2.5. Extremidades.
Además de manos y pies, las otras partes de las extremidades tienen nombres específicos. En la
extremidad superior se llama brazo a la parte que se extiende entre hombro y codo, en tanto que el
antebrazo se extiende desde el codo hasta la muñeca. La extremidad inferior está compuesta por el
muslo, que se extiende desde la cadera hasta la rodilla, y la pierna, que se extiende desde ésta hasta el
tobillo. Se pondrá de manifiesto el uso adecuado de estos términos cuando se estudien músculos, vasos
y nervios, que suelen describirse como pertenecientes a brazo, antebrazo, muslo o pierna.
Siempre deben recordarse las superficies funcionales de las extremidades para comprender la acción de
los músculos de las mismas. En la posición anatómica, la superficie flexora de la extremidad superior es
su superficie anterior, en tanto que la superficie extensora es la superficie posterior. La situación se
invierte en la extremidad inferior; esto es, la superficie flexora es posterior y la superficie extensora es
anterior.
La más pequeña de las dos cavidades se llama cavidad dorsal. Como indica su nombre, contiene los
órganos que se encuentran en la parte más posterior del organismo. La cavidad superior o craneal
contiene el cerebro. La parte vertebral contiene la médula espinal (Figura 1.4).
1.3.1. LA CÉLULA
Si bien la existencia de células se conoce desde hace muchos años, sólo en años recientes los hombres
de ciencia han sido capaces de descubrir la complejidad y organización complicada de la célula humana.
Así pues, si excluimos los virus, se considera a la célula como la unidad más pequeña de substancia viva
que puede vivir independientemente y reproducirse.
Las células del organismo varían en tamaño desde las que únicamente se pueden ver a través de un
microscopio potente, hasta el ovum (huevo), que apenas es visible a simple vista. Si bien la mayoría de
los diagramas muestran la célula típica como redonda, en realidad las células orgánicas tienen una
variedad de tamaños: alargadas, cuadradas, en forma de estrella u oval, etc. La estructura y función
básica de todas las células humanas son similares, pero ciertos tipos de células desempeñan funciones
adicionales especiales que se señalarán más adelante.
Como todas las actividades corporales son resultado de reacciones que se efectúan a nivel celular, se
puede considerar a la célula como una "fábrica molecular" muy organizada. Las células contienen
proteínas, carbohidratos, grasas, ácidos nucleicos y materiales inorgánicos, y las proteínas constituyen el
elemento estructural principal.
El contenido celular se encuentra encerrado dentro de una cubierta delgada que se denomina
membrana celular, o plasmalema. Según se ve en el microscopio electrónico, esta membrana tiene tres
capas que miden colectivamente entre 70 y 100 angstrorns de espesor. Las capas interiores y exteriores
están constituidas por proteínas, y entre ellas se encuentra una capa molecular doble de lípidos (grasa).
Esta membrana es selectivamente permeable; esto es, permite que ciertas substancias pasen por ella en
tanto que excluye a otras.
Las dos partes principales del contenido celular son núcleo y citoplasma. El núcleo es el "centro de
control" de la célula: controla crecimiento, reparación y reproducción. Al codificar la información
necesaria para la síntesis de proteínas, el núcleo dirige la formación de estructuras y substancias
específicas que permiten a la célula madurar y especializarse. Ciertas células totalmente desarrolladas
que carecen de núcleo, como los eritrocitos y las plaquetas, son incapaces de sintetizar proteínas; por
tanto, son limitadas sus actividades metabólicas.
El ácido desoxirribonucleico (DNA) es el material gen ético (genes) que se encuentran en el núcleo y que
se encarga de esta codificación. Como el DNA se puede duplicar a sí mismo, elabora copias exactas del
código genético a las células hijas durante la división celular. Cuando una célula en reposo se expone a
colorantes básicos, en su núcleo se pueden ver acúmulos irregulares de material que se llama cromatina.
Esta representa al complejo de DNA y proteínas de los cromosomas celulares, que llevan los genes. La
especie de un organismo (hombre, perro, vaca) depende del número de cromosomas que hay en el
núcleo. Cada célula humana contiene normalmente 46 cromosomas.
La información codificada en el DNA nuclear contiene instrucciones para la síntesis de proteínas, que se
transfieren al RNA mensajero (ácido ribonucleico) en el núcleo. Este RNA mensajero pasa hacia el
citoplasma celular, desde donde envía su mensaje a los ribosornas (ver adelante). El núcleo contiene uno
o más nucléolos, corpúsculos redondos que se tiñen intensamente compuestos por RNA y proteínas.
Sintetizan los componentes principales de los ribosomas que se encuentran en el citoplasma.
El citoplasma constituye la gran masa celular, salvo el núcleo. Contiene muchas estructuras diferentes
denominadas organelos (órganos minúsculos). Un organelo citoplásmico importantísimo es la
mitocondria, que puede encontrarse en forma de bastoncillo, de gránulo o de filamento. Las
mitocondrias son corpúsculos rodeados por membrana, tienen una estructura interna compleja, y se
encuentran en todas las células verdaderas. Con frecuencia se les conoce como "fábricas de energía" de
la célula, puesto que dan a ésta casi toda su energía utilizable. Cuanto más metabólicamente activa es la
célula, mayor número de mitocondrias contendrá; una célula hepática puede contener hasta 1 500 de
estos organelos.
Otro organelos es el aparato de Golgi. Se trata de un complejo variable de túbulos y vesículas que
parecen relacionarse con la actividad secretoria de la célula. Hay pruebas de que los primeros gránulos
secretorios pequeños que aparecen en la célula se encuentran cerca del Aparato de Golgi. El citoplasma
celular contiene además en muchas ocasiones diversas inclusiones, constituidas por substancias que son
o bien materiales alimenticios sin digerir, corno glucógeno y lípidos, o productos del metabolismo
celular. Ejemplos de estos últimos son los gránulos de pigmento o los gránulos secretorios. El retículo
endoplásmico (ER) consiste en una redecilla de túbulos, vesículas o sacos limitados por membranas. El ER
rugoso se llama así porque sus membranas tienen estructuras a manera de cuentas que contienen RNA,
llamadas ribosomas, relacionados con ellas. Los ribosomas incorporan aminoácidos en cadenas
polipeptídicas, según las instrucciones recibidas del RNA mensajero, de modo que pueden formar
proteínas. Las membranas que constituyen el ER liso no cuentan con ribosomas. El centrosoma, o
corpúsculo central, es una estructura burdamente esférica más prominente en la célula que experimenta
división. Contiene uno o dos gránulos definidos denominados centríolos. Otros organelos son las fibrillas,
que se encuentran en las células nerviosas y musculares, y las partículas limitadas por membranas
denominadas lisosomas, que contienen enzimas capaces de desdoblar las moléculas complejas.
El proceso de división celular que experimentan las células somáticas cuando se reproducen se
denomina mitosis. Consiste en una serie de etapas o fases en las que tanto el núcleo como el citoplasma
de la célula progenitora experimentan división precisa, de modo que se forman dos células hija. La
capacidad para experimentar mitosis varía según el tipo de célula. En las partes del cuerpo en las que las
células tienen una vida ordinariamente breve, como la capa más exterior de la piel y la mucosa del tubo
digestivo, se encuentran en división constante para restituir a las células que mueren. Por otra parte,
rara vez se produce mitosis, si es que sucede así, en el músculo o el cerebro normales del adulto. Una
característica de las neoplasias malignas cánceres) es la división celular salvaje o incontrolada.
Las células gonadales, o gametos, se dividen de una manera distinta a las células somáticas. En vez de
duplicar el número de cromosomas, como sucede en la mitosis, el número de cromosomas de oocitos y
espermatocitos se reduce a la mitad (número haploide). Así pues, cuando el espermatozoide fecunda al
óvulo, se restablece en el nuevo individuo el número original (diploide) de crornosomas. El gran
incremento en nuestros conocimientos relacionados con la estructura y el funcionamiento de los
elementos celulares que se ha producido durante los últimos años se ha originado principalmente en
técnicas mejoradas de estudio, como desarrollo del microscopio electrónico y procedimientos
bioquímicos muy perfeccionados. Estos conocimientos adicionales, además, han permitido que
comprendamos más a fondo al cuerpo tanto en el estado de salud como en los estados patológicos.
1.3.2. TEJIDOS
El huevo fecundado se desarrolla y forma una masa de células por mitosis continuas. Un grupo de estas
células desarrolla ciertas características que lo diferencian del resto de los grupos celulares. Este grupo
de células similares, además del material que se encuentra entre las células y que las une, se llama
tejido. Existen cuatro tejidos básicos: epitelial, conectivo, muscular y nervioso. Algunos especialistas
incluyen el tejido vascular, o sangre, como un quinto tipo; aquí será incluido como una clase especial de
tejido conectivo. En este capítulo hablaremos únicamente de los dos primeros tipos, epitelial y
conectivo, puesto que se encuentran en muchas partes del organismo.
La superficie basal de la célula epitelial se encuentra siempre sobre la membrana basal de sostén. La
superficie libre puede tener una o más características estructurales definidas, una de ellas la presencia
de cilios. Se trata de proyecciones móviles minúsculas que se agitan con un movimiento ondulado, de
manera muy semejante a lo que se observa en un trigal cuando lo agita el viento. Un ejemplo es el
epitelio ciliado que recubre las vías respiratorias, y que funciona barriendo partículas extrañas hacia
arriba, conduciéndolas hacia la faringe. Las microvellosidades son formaciones redondeadas y estrechas,
más pequeñas que los cilios, y que también son proyecciones del citoplasma en la superficie libre de la
célula. Bajo el microscopio de luz forman el borde de cepillo que se observa en las células del túbulo
renal. Fomentan grandemente la capacidad de absorción de la célula. Una célula puede tener hasta 2
000 microvellosidades.
Clasificación. El epitelio constituido por una capa de células se denomina epitelio simple, en tanto que el
compuesto por dos o más capas constituye el epitelio estratificado. Los diversos tipos de epitelios, tanto
simple como estratificado, reciben su nombre según las formas de las células que constituyen la capa
superficial; por ejemplo, las células escamosas son planas (escamas) y hexagonales, en tanto que las
células cilíndricas son más largas que anchas y las células cuboideas tienen forma de cubo. A continua ión
se ofrece una lista de diferentes tipos de epitelio y ejemplos de los sitios en que se encuentra cada uno
de ellos.
Epitelio glandular. Este epitelio se encuentra en tejidos que producen secreciones. Las glándulas se
clasifican como exocrinas o endocrinas.
Las glándulas exocrinas producen secreciones que se excretan hacia sistemas de conductos que
transportan las substancias hacia su destino. Por ejemplo, las glándulas de las paredes intestinales
vierten sus enzimas digestivas en la luz del tubo intestinal, y los conductos de las glándulas salivales
conducen a la saliva hacia la boca. Hay dos tipos principales de glándulas exocrinas clasificadas por la
forma de sus unidades secretorias. Las células de las glándulas tubulares están distribuidas en forma de
tubo, en tanto que las de las glándulas alveolares forman estructuras redondeadas en forma de sacos
denominados acinos. Más aún, cada uno de estos tipos se puede clasificar también como simple o
compuesto, lo que depende de que el sistema de conductos sea ramificado o no.
Las glándulas endocrinas producen substancias químicas denominadas hormonas, que se secretan
directamente hacia los vasos sanguíneos de la glándula y, por tanto, son transportados a su destino por
la sangre. El epitelio que reviste a los órganos huecos o cubre las superficies expuestas está sometido a
mucho desgaste. Por fortuna, este tejido muy celular tiene gran capacidad de renovación, o
regeneración, lo que logra mediante mitosis continuas.
Cubierta de los tejidos epiteliales. Con excepción de la córnea, todas las superficies epiteliales del
cuerpo expuestas al aire son superficies secas. Están protegidas por una cubierta de material córneo
denominado queratina, cuyo espesor varía sobre las distintas partes del cuerpo. Constituida por las
propias células, la queratina es más gruesa en las plantas de los pies y las palmas de las manos y más
delgada en los párpados. El pelo y las uñas están constituidos también por queratina, aunque estas
estructuras son más duras y burdas por las diferencias ligeras de composición química que las
caracterizan.
Células. Las células madre del tejido conectivo tienen potencial para desarrollarse por varias líneas
diferentes. Los tipos más generalizados de células de tejido conectivo son fibroblastos, mastocitos,
células adiposas o grasas, macrófagos (histiocitos) y células plasmáticas.
Los fjibroblastos son células "formadoras de fibras"; producen fibras colágenas, retculares y elásticas,
que son estructuras importantes de la substancia básica; contribuyen a la resistencia o la elasticidad, o a
ambas cosas, en los tejidos. Además, un aspecto importante de la cicatrización de las heridas es la
formación de nuevas fibras por estas células. Los mastocitos son grandes células provistas de movilidad
que contienen abundancia de gránulos de coloración intensa. Estos gránulos contienen heparina, un
anticoagulante, e histamina, substancia que se libera cuando el cuerpo se ve sometido a lesiones
mecánicas o químicas. Un ejemplo de trauma químico es la introducción en el cuerpo de una substancia
extraña, o alergeno. Las células adiposas, o células grasas, pueden encontrarse aisladas o en las zonas de
almacenamiento de grasa como el tejido subcutáneo. La célula grasa está constituida por una gotilla o
vacuola de grasa almacenada que la llena casi por completo. Esto reduce el citoplasma a una zona muy
delgada que rodea a la gotilla y desplaza al núcleo hacia la periferia, lo que da a la célula el aspecto de un
"anillo de sello". Su número varía según el estado de nutrición del individuo. Los macrófagos, o
histiocitos, son "células fijas" cuya función principal es proteger al organismo contra los agentes
invasores. En presencia de inflamación se vuelven "células libres", y por lo tanto son capaces de
desplazarse hacia la región afectada, en la que ingieren partículas extrañas, bacterias y células muertas.
Este proceso se denomina fagocitosis,y constituye una de las defensas corporales principales contra la
invasión bacteriana. La función más importante de las células plasmáticas es la producción de
anticuerpos. Estas células son numerosas en la pared intestinal y en el tejido linfoide de todo el cuerpo.
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Tienen una gran cantidad de citoplasma que toma coloración intensa y un núcleo de colocación
excéntrica. Los anticuerpos producidos por las células plasmáticas desempeñan también una función
muy importante en los mecanismos de defensa del cuerpo contra las bacterias.
Tipos de tejido conectivo. Cantidad y tipo de material intercelular presente son las bases principales
para clasificar a los tipos distintos de tejido conectivo. Estos tipos son:
1. Tejido conectivo laxo o areolar.
2. Tejido adiposo o graso.
3. Tejido conectivo denso: regular e irregular.
4. Tejido conectivo elástico.
5. Cartílago: hialino, elástico y fibrocartílago.
6. Hueso o tejido óseo
7. Sangre o tejido vascular
1) El tejido conectivo laxo o areolar, está constituido por un material intercelular blando y delicado que
contiene fibras reticulares finas. Sus tipos celulares principales son fibroblastos y mastocitos, aunque
se encuentran otras células en números variables en las regiones distintas del cuerpo en las que
existe tejido areolar. Como siempre se encuentra por debajo del epitelio, el tejido laxo está
distribuido por amplitud por todo el organismo. Cuando está localizado bajo la piel, contiene
cantidades variables de grasa y se conoce como hipodermis. En regiones, como cuero cabelludo,
palmas de las manos y plantas de los pies, contiene fibras colágenas que sostienen a la piel
firmemente unidas a las estructuras más profundas. Forma también el tejido que está por debajo de
las capas de revestimiento del tubo gastrointestinal, las vías respiratorias y las cavidades corporales.
En todas estas regiones abundan los vasos sanguíneos, tanto para alimentar al propio tejido conectivo
como para hacerlo con el epitelio avascular suprayacente.
2) Las células grasas son la característica predominante del tejido adiposo, que contiene fibras
colágenas y reticulares. La grasa se encuentra en todo el tejido areolar, aunque es más común en el
tejido subcutáneo, en donde forma una capa de aislamiento. El tejido adiposo es también importante
para almacenar y metabolizar grasas
3) El tejido conectivo denso contiene más fibras y menos elementos celulares que el tejido conectivo
laxo. Si las fibras están distribuidas en un patrón ordenado y constante, el tejido se conoce como
tejido conectivo denso regular. Un ejemplo es el tendón, que no sólo debe ser flexible sino también
debe resistir a la tensión o tracción. En éste los fibroblastos se encuentran en áreas entre los haces
paralelos de fibras colágenas. Los ligamentos son semejantes a los tendones, y los haces colágenos
están distribuidos de una manera un poco diferente en ellos. Otras estructuras compuestas por tejido
conectivo denso regular son fascias profundas, que cubren músculos, vasos sanguíneos y nervios, y
aponeurosis, que son tendones anchos laminados.
En los sitios en los que los haces de fibras tienen orientación especial, se considera que el tejido es
tejido conectivo denso irregular. Este tipo de tejido constituye la dermis y las cápsulas que rodean a
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órganos como hígado, bazo y riñones. Las fibras colágenas y elásticas de entrelazamiento están
entretejidas en una redecilla densa compacta.
4) El tejido conectivo elástico es una clase especial de tejido conectivo denso con color amarillo definido
y que contiene gran número de fibras elásticas. Forma el ligamento de la nuca, que está en el dorso
del cuello, y los ligamentos amarillos, que conectan entre sí las láminas de las vértebras adyacentes.
5) El cartílago es muy parecido al tejido conectivo denso, salvo que soportará cierto peso antes de
doblarse o romperse, y por lo tanto proporciona sostén a las estructuras en las que se encuentra. Su
substancia intercelular tiene la consistencia de un gel firme en el que están embebidas las fibras
extracelulares. Las células, denominadas condrocitos, se encuentran en espacios pequeños de la
matriz. Estos espacios se denominan lagunas, cada uno puede contener uno o más condrocitos.
Como el cartílago, a diferencia de otros tejidos conectivos no contiene vasos sanguíneos, debe recibir
su nutrición por difusión de substancias nutritivas a través de su substancia intercelular desde los
vasos cercanos. Sin embargo, el material nutritivo puede viajar nada más a cierta distancia por
difusión a través de este tejido, lo que limita el espesor del cartílago.
a) El cartílago hialino se caracteriza por una substancia básica homogénea sernitransparente. Tiene
menos resistencia que los otros dos tipos y, por tanto, se rompe más fácilmente bajo tensión. El
cartílago hialino reviste las superficies articulares de los huesos, une a las costillas con el
esternón, forma el armazón de la parte exterior de la nariz y se encuentra en las paredes de
laringe y faringe. Durante la vida fetal casi todo el esqueleto se forma primero a partir de
cartílago hialino.
b) La matriz el cartílago elástico contiene una redecilla densa de fibras elásticas finas; esto lo hace
más flexible que el tipo hialino. Forma la estructura de la oreja, la epiglotis y trompa auditiva (de
Eustaquio) y del conducto auditivo externo.
1.3.3. MEMBRANAS
Las membranas son hojas de tejidos epitelial y conectivo que se encuentran en ciertas zonas del
organismo. La membrana cutánea es en realidad la piel que cubre la totalidad del cuerpo. La capa
exterior, o epidermis, es epitelio estratificado escamoso, mientras que la capa subyacente, o dermis, es
tejido conectivo.
La membrana mucosa cubre todas las vías del organismo que se abren hacia el exterior, como el aparato
digestivo y el sistema urinario. Tiene una capa epitelial exterior que descansa sobre una capa de tejido
conectivo y secreta una substancia pegajosa que se llama moco.
La membrana serosa reviste a las cavidades cerradas del cuerpo. Los órganos dentro de la cavidad se
invaginan por esta túnica y, por tanto, quedan cubiertos por la misma membrana. La parte de la
membrana que cubre a la cavidad se denomina capa parietal, en tanto que la parte interior que cubre a
los órganos es la capa visceral. Las tres grandes membranas serosas son pleuras (pulmones), pericardio
(corazón) y peritoneo (órganos abdominales). Las membranas serosas secretan un líquido seroso acuoso
que lubrica y sirve para impedir la fricción entre las capas parietal y visceral.
Algunas membranas están compuestas en su totalidad de tejido fibroso. Estas son las membranas
sinoviales que revisten las cavidades de las articulaciones y los tendones, el pericondrio, que cubre la
superficie exterior del cartílago, y el periostio, que cubre la superficie exterior de los huesos.
Las aponeurosis son un tipo especial de membrana de tejido conectivo. Las aponeurosis superficiales se
encuentran en una capa continua de tejido conectivo laxo que se encuentra debajo de la piel. Une la
dermis con las estructuras subyacentes y contiene cantidades variables de grasa. Las aponeurosis
profundas son tejido fibroso resistente que cubre músculos, vasos sanguíneos y nervios. No contiene
grasa.
1.3.4. ÓRGANOS
Ya hemos explicado que aquellas masas de células que se especializan para ciertas funciones forman los
tejidos básicos del organismo. Cuando dos o más de estos tejidos combinan sus funciones, forman una
estructura en el organismo que se llama órgano. Corazón, estómago, glándula tiroides, hígado y cerebro
son ejemplos de órganos. Cada uno de ellos se compone de ciertos tipos de tejido epitelial, conectivo,
muscular, nervioso y vascular que se encuentran ordenados y coordinados de modo que funcionan como
una unidad.
2. SISTEMA ESQUELÉTICO
Osteología es la rama de la anatomía que estudia los huesos, que son los órganos blanquecinos y duros
que forman el esqueleto. Los huesos están constituidos por materia inorgánica y materia orgánica. La
materia inorgánica (aproximadamente el 67%) está compuesta básicamente por fosfato, carbonato y
fluoruro de calcio, fosfato de magnesia y cloruro de sodio. La materia orgánica (aproximadamente el 33
%) está compuesta por células, vasos sanguíneos y una sustancia intercelular, principalmente colágena,
que a diferencia de la del cartílago puede impregnarse por completo de sales de calcio sin que las células
mueran al endurecerse dicha sustancia.
El hueso puede ser de dos tipos: compacto o esponjoso; está cubierto por una membrana, el periostio
(exceptuando los extremos que están cubiertos por cartílago) y algunos (los huesos largos) tienen otra
membrana llamada endostio; tienen muchos vasos sanguíneos y contienen también vasos linfáticos y
nervios.
Si se observa al microscopio el hueso compacto presenta una disposición concéntrica de sus elementos;
esto no se observa en el tejido hueso esponjoso. Los vasos y nervios entran perpendicularmente desde el
periostio a través de unos túneles que los llevan hacia el interior y a los que se les llama canales
perforantes o conductos de Volkmann y que se comunican con los vasos y nervios que hay en la cavidad
medular y con los llamados canales de la osteona o sistema de Havers. La osteona o sistema de Havers
corre a lo largo del hueso, y en su interior tiene un conducto central, llamado canal de la osteona o
Havers, alrededor del cual se encuentran laminillas óseas dispuestas en capas concéntricas. Entre las
laminillas hay unos espacios llamados lagunas óseas donde se encuentran los osteocitos, que se originan
de unas células llamadas osteoblastos, las lagunas a su vez se comunican entre sí por medio de pequeños
canales llamados canalículos.
El tejido esponjoso no tiene osteona o sistema de Havers; está formado por placas de hueso llamadas
trabéculas y dispuestas según el sentido de las fuerzas mecánicas que se ejercen sobre el hueso para
darle más resistencia; entre las trabéculas hay médula ósea en las que hay lagunas con osteocitos.
Según su forma, los huesos se clasifican en largos, planos y cortos. Otras clasificaciones incluyen otro
grupo, el de los huesos irregulares.
Los huesos largos se caracterizan porque en ellos predomina su eje longitudinal, es decir son más largos
que anchos; por ejemplo, el fémur, el húmero, la tibia, la fíbula o peroné, el radio, el ulna o cúbito,
etcétera. Tienen una parte media o diáfisis y dos extremidades o epífisis. La diáfisis está formada por
tejido óseo compacto y en su interior se encuentra el conducto o cavidad medular, tapizado por una
membrana llamada endostio que contiene osteoblastos. Dentro de la cavidad medular se encuentra la
médula ósea, formada por células precursoras de la sangre. Las epífisis están constituidas por tejido
esponjoso, que tiene aspecto poroso; entre sus trabéculas también hay médula ósea y están cubiertas
por cartílago articular.
El hueso viviente, excepto donde está cubierto por cartílago articular, está cubierto por el periostio, que
es una membrana formada por dos capas; una exterior que contiene vasos sanguíneos, linfáticos y
nervios, y otra interna que contiene fibras elásticas, vasos sanguíneos y osteoblastos; estas últimas son
las células capaces de formar nuevo tejido óseo, razón por la cual el periostio es indispensable para el
crecimiento del hueso, su reparación y su nutrición (Figura 2.1).
En los huesos planos predominan los ejes longitudinal y transversal; son más largos y anchos que
gruesos; por ejemplo, los parietales que se encuentran en el cráneo. Están constituidos por dos láminas
o tablas de tejido compacto, una interna y otra externa, entre las cuales hay tejido esponjoso llamado
diploe. Los huesos cortos miden aproximadamente lo mismo de largo, ancho y grosor; por ejemplo, los
huesos del carpo y del tarso, formados por tejido compacto en la periferia y tejido esponjoso en el
interior.
2.1. OSIFICACIÓN
Es el proceso mediante el cual se forma el hueso; el tejido óseo puede originarse en las membranas
fibrosas (osificación intramembranosa), tal como sucede con los huesos e la bóveda del cráneo, o bien
en los cartílagos (osificación endocondral) como sucede con os huesos largos. En el proceso de
osificación intramembranosa se van depositando sales de calcio en las membranas. El proceso de
osificación endocondral comienza con la aparición de los centres de osificación, primero en la diáfisis y
después en las epífisis; allí las células cartilaginosas dan origen a prolongaciones y forman una red donde
se inicia el depósito de las sales de calcio, posteriormente el condroblasto muere y desaparece y su lugar
es ocupado por el osteob1asto. En los huesos de una persona en crecimiento, entre la diáfisis y la epífisis
hay una zona donde no hay calcificación: es el cartílago de crecimiento o disco epifisiario.
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Una vez formado, el tejido óseo está sometido a una constante destrucción y formación, es el proceso de
remode1ación que depende de muchos factores; las células que lo destruyen se llaman osteoclastocitos
u osteoclastos y las que lo forman osteoblastocitos u osteob1astos y osteocitos. En los niños y jóvenes
predomina la formación y en los ancianos la destrucción, razón por la cual en estos últimos sus huesos se
vuelven frágiles. El esqueleto está constituido por 206 huesos. El esqueleto axial (alrededor del eje o
centro del cuerpo) está constituido por los siguientes huesos (Figura 2.2):
Coxal o Iliaco 2
Fémur 2
Tibia 2
Fíbula (Peroné) 2
EXTREMIDAD INFERIOR
Rótula (Patela) 2
Huesos del tarso 14
Huesos del metatarso 10
Falanges 28
62
84 + 64 + 62 = 206
2.2. FUNCIONES DE LOS HUESOS
Sirven para sostener al organismo, darle forma y para proteger órganos importantes; así vemos que la
cavidad craneana y la columna vertebral protegen al encéfalo y a la médula espinal respectivamente,
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que la caja torácica protege al corazón y los pulmones y que la caja pélvica protege a los órganos de la
reproducción. Sirven como sitios de inserción a los músculos para que se pueda llevar a cabo el
movimiento. Almacenan calcio y la médula ósea produce eritrocitos.
Entre las enfermedades más frecuentes de los huesos tenemos: raquitismo (deformación en los huesos
por falta de vitamina D, necesaria para fijar o absorber el calcio), fracturas, infecciones (tuberculosis,
osteomielitis), tumores, etcétera.
Figura 2.2. SISTEMA ESQUELÉTICO. El esqueleto de la cabeza, cuello y tronco forman el esqueleto axial;
el esqueleto de los miembros constituye el esqueleto apendicular.
Los parietales son dos huesos planos de forma cuadrilátera que forman la mayor parte techo y los lados
del cráneo; se articulan entre sí en el plano sagital, adelante con el frontal, atrás con el occipital y abajo
con el temporal.
Los temporales forman la parte baja de los lados del cráneo y parte del piso; están constituidos por tres
partes principales: escama, porción mastoidea y porción petrosa. La escama forma la parte anterior y
superior de la sien y está limitada por abajo por una saliente llamada proceso cigomático (apófisis
cigomática) que se une hacia adelante con otra saliente del hueso cigomático (malar o pómulo) para
formar una especie de asa llamada arco cigomático. La porción mastoidea se localiza atrás de meato
acústico externo (conducto auditivo externo) y en el adulto se llena de cavidades. La porción petrosa
tiene forma de pirámide, forma parte de la base del cráneo y contiene a: oído interno; en su cara inferior
presenta una saliente llamada proceso estiloideo (apófisis estiloides). Este hueso se articula con el
cigomático (rnalar), el parietal, el esfenoidal (esfenoides) y el occipital.
El occipital forma la parte media posterior de la bóveda y de la base del cráneo; está constituido por una
escama vertical y una porción horizontal llamada porción basilar. En su parte inferior presenta un
agujero por donde pasa la médula espinal, el agujero magno (agujero occipital) y a ambos lados del
agujero magno dos salientes ovaladas llamadas cóndilos occipitales que se articulan con la primera
vértebra de la columna vertebral. Se articula con los parietales, los temporales y con el esfenoidal
(esferioides).
El hueso etmoidal (etmoides) está colocado en la incisura etmoidal (escotadura etmoidal) del frontal y
forma parte de las órbitas, la porción superior del tabique de la nariz y parte de las fosas nasal es; está
constituido por una lámina horizontal llamada lámina cribosa porque tiene orificios por donde pasan los
nervios olfatorios, una lamina vertical, cuya parte superior está arriba de la lámina cribosa y se llama
proceso crista galli (apófisis crista galli), y una porción inferior o lámina perpendicular que forma parte
del tabique nasal. Abajo y a los lados de la lámina cribosa hay dos masas laterales, llamadas laberintos,
que tienen cavidades llenas de aire o senos etmoida1es. Cada laberinto (masa lateral) forma la pared
lateral de las fosas nasales y tiene en su cara interna dos laminitas delgadas llamadas concha nasal
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superior (cornete superior) y concha nasal media (cornete medio). Este hueso se articula con el frontal,
la maxila (maxilar superior), el palatino, lagrimal (unguis), y con el esfenoidal (esfenoides).
El hueso esfenoidal (esfenoides) está colocado en la base del cráneo, entre los temporales que están a su
lado, el etmoidal (etmoides) y el frontal hacia adelante y el occipital hacia atrás. Tiene forma parecida a
la de un murciélago con las alas extendidas y está constituido por un cuerpo y tres prolongaciones a cada
lado: alas menores, alas mayores y procesos pterigoideos (apófisis pterigoides). El cuerpo es forma
cúbica, voluminoso y también tiene en su interior cavidades, los senos esfenoidal la parte superior del
cuerpo presenta una presión llamada silla turca. Las alas mayor una a cada lado forman parte del piso del
cráneo, las alas menores forman parte de las órbitas oculares y los procesos pterigoideos (apófisis
pterigoides) que salen de la parte inferiores del cuerpo forman parte de las cavidades (fosas) nasa1es.
Este hueso se articula con el vómer, los temporales, el frontal, los parietales, los palatinos e incluso
forma parte de la sien.
Los huesos nasales (propios de la nariz) son: planos, pequeños y forman la parte superior del puente de
la nariz y de las cavidades (fosas); nasales. Se articulan con el frontal, la lámina perpendicular del
etmoidal (etmoides), la maxila (maxilar superior) y entre sí.
Las maxilas (maxilares superiores) forman parte de las órbitas, del techo de la boca y de las paredes
laterales y del piso de la nariz. En su cara interna presentan una saliente horizontal llamada proceso
palatino (apófisis palatina) que se articula con el del lado opuesto para formar la bóveda del paladar y
otra saliente llamada proceso a1veolar que contienen orificios o alveolos dentales donde se alojan las
piezas dentarias. Estos huesos se articulan entre sí y con el vómer, el cigomático (malar o pómulo) y el
palatino. En su interior tienen una cavidad, el seno maxilar.
Los lagrimales (unguis) son dos láminas delgadas que tienen el aspecto de una uña; forman la pared
medial (interna) de la órbita, ayudan a formar la pared lateral (externa) de las: fosas nasales y se
articulan con el frontal, el etmoidal (etmoides) y, la maxila (maxilar superior), con este último hueso
forman la parte superior del canal que lleva las lágrimas hacia la nariz (canal nasal).
Los cigomáticos (malares o pómulos), forman los pómulos y parte de las órbitas y presentan una saliente
o proceso cigomático que se une hacia atrás con el proceso cigomático del hueso temporal. Se articulan
con el temporal, la maxila (maxilar superior) y el esfenoidal (esfenoides).
Los palatinos tienen forma de L, cuyas porciones horizontales se unen entre sí formando la parte
posterior del paladar y del piso de las cavidades (fosas) nasales; sus porciones verticales forman parte de
las paredes laterales de las cavidades (fosas) nasales y de las órbitas. Se articulan entre sí y con la maxila
(maxilar superior), el vómer, el esfenoidal (esfenoides) y el etmoidal (etmoides).
Las conchas inferiores (cornetes inferiores) tienen el aspecto de láminas enrolladas y se encuentran en la
cavidad nasal, debajo de las conchas nasales medias (cornetes medios) del etmoidal (etmoides). Se
articulan con la maxila (maxilar superior), el palatino, y ayudan a formar parte del canal nasal.
El vómer es plano y sus caras forman parte de las fosas nasales. Se encuentra entre los palatinos y las
maxilas (maxilares superiores) por abajo, el esfenoidal (esfenoides) por arriba, su borde posterior forma
el borde posterior del tabique y su borde anterior se articula con la lámina perpendicular del etmoidal
(etmoides) y con un cartílago para formar el tabique nasal.
La mandíbula (maxilar inferior) se encuentra en la parte inferior de la cara y presenta una porción
horizontal llamada cuerpo y dos porciones verticales o ramas, cada una de las cuales tiene dos salientes:
el proceso condilar (cóndilo), que se articula con el hueso temporal y el proceso coronoideo (apófisis
coronoides). En el borde superior del cuerpo tiene alveolos dentales.
raquídeo) donde se aloja la médula espinal y, entre un pedículo y otro, se forma el agujero intervertebral
por donde pasan los nervios raquídeos.
c) siete salientes llamadas procesos (apófisis): entre el pedículo y la lámina hay un proceso
transverso (apófisis transversa); en la parte posterior hay un proceso espinoso (apófisis espinosa) y
cuatro procesos articulares (apófisis articulares), de los cuales dos son superiores y se articulan con los
procesos articulares inferiores de la vértebra de arriba, y dos son inferiores y se articulan con los
procesos articulares superiores de la vértebra que está abajo.
Las vértebras torácicas (dorsales) son un poco más grandes que las cervicales y tienen su proceso
espinoso (apófisis espinosa) largo e inclinado hacia abajo y sus procesos transversos (apófisis
transversas) presentan superficies articulares para las costillas.
Las vértebras dorsales son un poco grandes que las cervicales y tienen su proceso espinoso (apófisis
espinosa) largo e inclinado hacia abajo y sus procesos transversos (apófisis transversas) presentan
superficies articulares, para las costillas.
Las vértebras lumbares tienen su cuerpo más grande y su proceso espinoso (apófisis espinosa) de forma
cuadrangular.
Las vértebras sacras del adulto se sueldan para formar el hueso sacro que tiene la forma de una pirámide
rectangular con el vértice invertido, convexa hacia atrás y cóncava hacia adelante.
Las vértebras coccígeas se unen para formar un hueso triangular llamado coxis.
a)
b)
Figura 2.7. a) Columna vertebral (vista izquierda). Las flechas indican las curvaturas cervical, torácica
(dorsal), lumbar y sacra. b) Corte mediano anteroposterior de la columna vertebral. A, Límite las
regiones cervical y torácica. B, Límite las regiones torácica y lumbar. C, Límites de la región lumbar y
sacra. D, límites de la región sacra y coccígea.
Figura 2.8. a) Vértebra torácica, vista superior. 1. Cuerpo; 2. Fóvea (hemifaceta) articular costal superior; 3.
Pedículo; 4 y 4’ proceso transverso con la fóvea articular para la tuberosidad costal; 5. Proceso articular
superior; 6. Proceso espinoso; 7. Lámina; 8. Foramen vertebral; 9. Saliente de la fóvea costal inferior
b) Vértebra cervical, vista superior. 1. Apófisis; 2. Procesos (apófisis) semilunares; 3 y 4. Tubérculos anterior y
posterior, respectivamente, del proceso transverso; 5. Pedículo; 6. Proceso articular superior; 7. Proceso
articular inferior; 8. Lámina; 9. Proceso espinoso; 10. Foramen Transverso; 11. Foramen vertebral.
c) Vértebra lumbar, vista superior. 1. Cuerpo; 2. Pedículo; 3. Foramen vertebral; 4. Proceso transverso o
costiforme; 5. Proceso articular superior; 5’ Tubérculo accesorio; 6. Proceso espinoso; 7. Lámina; 8. Proceso
articular inferior; 9. Tubérculo mamilar
La primera vértebra cervical, el atlas, tiene aspecto de anillo y está formada por dos masas laterales
donde apoyan los cóndilos del occipital, un arco anterior y uno posterior.
La segunda vértebra cervical, el axis, tiene una prolongación vertical llamada diente (apófisis
odontoides) que se aloja en el anillo del atlas.
La séptima vértebra cervical tiene su proceso espinoso (apófisis espinosa) más grande que las otras y sin
bifurcar, por lo cual se le llama también, vértebra prominente. Forman la caja torácica las vértebras
dorsales, articuladas con el esternón y las costillas. El esternón es un hueso aplanado que se encuentra
en la parte anterior del tórax y está constituido por tres partes: una superior llamada manubrio, que se
articula con las clavículas; una media o cuerpo que se une a las costillas por medio de los cartílagos
costales y una porción inferior llamada proceso xifoideo (apéndice xifoides).
Las costillas son huesos planos, en forma de arco, que están dispuestas por pares. Están constituidas por
un cuerpo, dos bordes y dos extremos; anterior y posterior. El cuerpo tiene un surco en su borde inferior
por donde pasan los vasos sanguíneos y un nervio; su extremo anterior presenta una superficie cóncava
donde se une al cartílago costal; su extremo posterior presenta una saliente llamada cabeza, un
estrechamiento o cuello y un tubérculo, que se encuentra debajo del cuello. La cabeza se articula con los
cuerpos vertebrales y el tubérculo con el proceso transverso (apófisis transversa) de cada vértebra dorsal
con excepción de la decimoprimera y decimosegunda costillas. Los espacios que quedan entre las
costillas se llaman espacios intercostales.
Los primeros siete pares (se cuentan de arriba hacia abajo) se llaman costillas verdaderas porque cada
una de ellas se une directamente al esternón por medio de un cartílago costal; las costillas octava,
novena y décima se llaman falsas porque se unen al esternón indirectamente por medio de un cartílago
común unido al cartílago de la séptima costilla; por último, las costillas decimoprimera y decimosegunda
se llaman flotantes, son muy cortas y se encuentran libres por su parte anterior en las paredes del tórax.
Figura 2.11. Esqueleto torácico. La caja torácica osteo-cartilaginosa contiene el esternón, 12 pares de
costillas y cartílagos costales, y 12 vertebras torácicas y discos intervertebrales (IV). Las clavículas y la
escápula forman la cintura pectoral (escapular).
Las clavículas (Figura 2.12) son dos huesos largos en forma de S itálica unidos al esternón por medio de
sus extremidades esternales que son voluminosas y a la escápula (omóplato) por medio de sus
extremidades acromiales que son aplanadas de arriba a abajo.
Las escápulas (omóplatos) son huesos planos, delgados, de forma triangular, colocados en la parte
posterior del tórax; en su cara posterior presentan una saliente, la espina, que se continúa hacia afuera
en una prolongación llamada acromion. Debajo del acromion hay una cavidad, de la cavidad glenoidea,
donde se articula el húmero. En la parte lateral de su borde superior presenta una saliente llamada
proceso coracoide (apófisis coracoides).
El húmero constituye el esqueleto del brazo, es un hueso largo redondeado por arriba y triangular por
abajo; está formado por una porción media llamada cuerpo y dos extremidades. En su extremidad
proximal o superior presenta una porción redondeada llamada cabeza que se articula con la cavidad
glenoidea de la escápula (omóplato) que se une a la diáfisis o cuerpo por medio de una porción más
estrecha llamada cuello anatómico, dos salientes, los tubérculos mayor y menor (troquín y troquíter) y
abajo de estos el cuello quirúrgico, llamado así porque se fractura con frecuencia. Su extremidad distal o
inferior está constituida por dos salientes anteriores, llamadas tróclea y cabecita (cóndilo),
respectivamente y una depresión posterior llamada fosa olecraneana donde se aloja el ulna (cúbito)
cuando se extiende el antebrazo. Por medio de la cabecita (cóndilo) se articula con el radio y de la
tróclea con el ulna (cúbito).
Los huesos del antebrazo son el ulna (cúbito) y el radio. El ulna (cúbito) es un hueso largo que se
encuentra en la parte medial (interna) del antebrazo y está formado por un cuerpo y dos extremidades.
Su extremidad proximal o superior es voluminosa y está constituida por una saliente superior llamada
olécranon que es la prominencia del codo y una saliente anterior, el proceso corono ideo (apófisis
coronoides); entre estas dos salientes queda una depresión donde se articula la tróclea del húmero; el
proceso coronoideo (apófisis coronoides) tiene una pequeña depresión donde se articula con e radio. Su
extremidad distal o inferior está constituida por una cabeza y una saliente llamada proceso estiloideo
(apófisis estiloides). Se articula con el radio por afuera y con el piramidal por abajo.
Los huesos del antebrazo son el ulna (cúbito) y el radio. El ulna (cúbito) es un hueso largo que se
encuentra en la parte medial (interna) del antebrazo y está formado por un cuerpo y dos extremidades.
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Su extremidad proximal o superior es voluminosa y está constituida por una saliente superior llamada
olécranon que es la prominencia del codo y una saliente anterior, el proceso corono ideo (apófisis
coronoides); entre estas dos salientes queda una depresión donde se articula la tróclea del húmero; el
proceso coronoideo (apófisis coronoides) tiene una pequeña depresión donde se articula con e radio. Su
extremidad distal o inferior está constituida por una cabeza y una saliente llamada proceso estiloideo
(apófisis estiloides). Se articula con el radio por afuera y con el piramidal por abajo.
El radio es un hueso largo que se encuentra en la parte lateral (externa) del antebrazo y está formado
por un cuerpo y dos extremidades. Su extremidad proximal o superior está constituida por una cabeza
de forma cilíndrica que se articula con la cabecita (cóndilo) de: húmero y se une al cuerpo por medio de
un cuello; por medio de la cabeza se articula también con el proceso coronoideo (apófisis coronoides)
del ulna (cúbito). En su extremidad distal o inferior presenta una superficie articular con la que se
articula con el escafoideo (escafoides) y el semilunar del carpa y una saliente llamada proceso estiloideo
(apófisis estiloides).
El esqueleto de la mano (figura 2.14) tiene tres partes: el carpo o muñeca, el metacarpo y las falanges.
El carpo está formado por ocho huesos cortos dispuestos en dos hileras: la hilera proximal o superior
formada por los huesos: escafoideo (escafoides), semilunar, triquetro (piramidal) y pisciforme; y la hilera
distal o inferior formada por el trapecio, trapezoideo (trapezoide), el hueso grande y el hueso ganchoso.
Se articulan con los huesos del antebrazo, con los metacarpianos y entre sí.
El metacarpo está formado por cinco huesos largos llamados metacarpianos, que se numeran del uno al
cinco de afuera a adentro. Se articulan con los huesos del carpa y con las falanges proximales.
Las falanges de los dedos son catorce: tres para cada dedo, con excepción del pulgar que tiene dos. La
falange que se articula con el metacarpiano se llama falange proximal, la que está en medio, falange
media o falangina y la que está más alejada, falange distal o falangeta.
Figura 2.14. Vista anterior esquemática de los huesos de la mano y de los dedos. Carpo: 1. Trapecio; 2.
Trapezoide; 3. Escafoides; 4. Capitatum (hueso grande); 5. Hamatum (hueso ganchoso); 6. Lunatum
(semilunar); 7. Triquetrum (piramidal); 8. Pisiforme. Metacarpo: M, 1,2,3,4,5; los cinco metacarpianos
El hueso coxal (iliaco) es un hueso grande, parece una hélice torcida sobre su eje y en el recién nacido
tiene tres partes: el ilion en la parte superior, el pubis hacia adelante y el isquion abajo y atrás; estas tres
partes se unen posteriormente en el acetábulo o cavidad cotiloidea donde se articula el fémur. El ilion
está en la parte superior, es ancho y forma la prominencia de la cadera; el isquion contribuye a formar la
parte baja y posterior del acetábulo (cavidad cotiloidea), presenta una prolongación hacia abajo limitada
por una tuberosidad, la tuberosidad isquiática, en donde el cuerpo descansa cuando el individuo se
sienta; el pubis forma la porción inferior y anterior y presenta una prolongación que se une con el
isquion y otra que contribuye a formar el resto del acetábulo (cavidad cotiloidea), se articula con el pubis
del lado opuesto. Los huesos coxales se articulan con las caras laterales del sacro.
El fémur es el hueso del muslo, el más largo pesado del cuerpo y está formado por un cuerpo y dos
extremidades. En su extremidad proximal o superior presenta una porción redondeada llamada cabeza,
una zona angosta o cuello y dos salientes llamadas trocánter mayor y trocánter menor; por medio de la
cabeza se articula con el coxal (iliaco). Su extremidad distal o inferior está constituida por dos salientes
redondeadas, los cóndilos que se articulan con la tibia. La patela (rótula) es un hueso triangular con su
base superior y su vértice inferior situado en la parte anterior de la rodilla, en su cara posterior presenta
dos depresiones en las cuales se articulan los cóndilos del fémur.
El esqueleto de la pierna está constituido por la tibia y la fíbula (peroné). La tibia es un hueso largo que
se encuentra en la parte medial (interna) de la pierna. Está constituida por un cuerpo y dos
extremidades; su extremidad proximal o superior presenta dos superficies articulares cóncavas que se
articulan con los cóndilos del fémur y otra pequeña para la fíbula (peroné); su extremidad distal o
inferior tiene una saliente, el maléolo medial (maleolo interno) y dos superficies articulares, una para la
fíbula (peroné) y otra para el talus (astrágalo).
tibia; su extremidad distal o inferior presenta una saliente, el maléolo lateral (maléolo externo) y
superficies articulares para el talus (astrágalo) y la tibia.
Los huesos del pie se dividen en tres partes: tarso, metatarso y falanges. La parte posterior del tarso está
formada por dos huesos: el talus (astrágalo) y el calcáneo que forma el talón del pie; la parte anterior por
los huesos cuboideo (cuboides), navicular (escafoides) y los tres huesos cuneiformes: medial (primera
cuña), intermedio (segunda cuña) y lateral (tercera cuña). El metatarso está constituido por cinco huesos
largos llamados metatarsianos numerados del uno al cinco, empezando por el medial y acabando con el
lateral. Las falanges de los dedos son 14 para cada pie y su distribución es semejante a la de la mano. El
dedo gordo tiene dos falanges y los demás dedos tienen tres (falange proximal, falange media y falange
distal).
2.4 ARTICULACIONES
Los huesos son demasiados rígidos para doblarse sin sufrir daño. Por fortuna, el sistema esquelético está
formado por muchos huesos independientes, la mayor parte de los cuales se mantienen unidos en las
articulaciones por medio del tejido conectivo flexible. Todos los movimientos que cambian las posiciones
de las partes óseas del cuerpo se presentan en las articulaciones. El lector puede entender la importancia
de las articulaciones si se imagina que un yeso en la articulación de la rodilla impide el flexionar la pierna
o una férula en un dedo que limita la capacidad para manejar objetos pequeños.
Una articulación es un punto de contacto entre huesos, entre cartílago y huesos o entre dientes y
huesos. El estudio científico sobre las articulaciones se llama artrología (arthra = articulación; lagos =
estudio de).
2.4.1. CLASIFICACIÓN
2.4.1.1. Funcional
La clasificación funcional de las articulaciones toma en cuenta el grado de movimiento que éstas
permiten. Desde el punto de vista funcional, las articulaciones se clasifican como sinartrosis, que son
articulaciones inmóviles; anfiartrosis que son articulaciones con un ligero movimiento; y diartrosis, que
son articulaciones de movimiento libre.
2.4.1.2. Estructural
La clasificación estructural de las articulaciones se basa en la presencia o ausencia de una cavidad (un
espacio entre los huesos que se articulan) sinovial (articulación) y el tipo de tejido conectivo que une a
los huesos. Desde el punto de vista estructural, las articulaciones se clasifican como fibrosas, en las
cuales no ha cavidad sinovial y los huesos se mantienen juntos por medio de tejido conectivo fibroso;
cartilaginosas, en las cuales no hay cavidad sinovial y huesos están juntos por medio de cartílagos; y
sinovial, en la cual hay una cavidad sinovial y los huesos que forman la articulación se unen por medio de
la cápsula articular que las rodea y es muy frecuente que también rodee a los ligamentos accesorios.
2.4.2.1. Sutura
Las suturas se encuentran entre los huesos del cráneo. En una sutura, los huesos se unen por medio de
una delgada capa de tejido conectivo fibroso denso. La estructura irregular (interdigitada) de las suturas
les proporciona fuerza adicional y disminuye la posibilidad de que se fracturen. Como las suturas son
inmóviles, se clasifican desde el punto de vista funcional como sinartrosis. Algunas suturas, presentes
durante el crecimiento, se reemplazan por hueso en el adulto. En este caso; se llaman sinostosis, o
articulaciones óseas, que son articulaciones en las que hay una fusión completa de los huesos través de
la línea de sutura. Un ejemplo es la sutura frontal entre los lados derecho e izquierdo del hueso frontal
que empieza a fusionarse durante la niñez. La sinostosis también se clasifica desde el punto de vista
funcional como sinartrosis.
2.4.2.2. Gonfosis
Una gonfosis es un tipo de articulación fibrosa en la cual una espiga en forma de cono se fija dentro de
una cavidad receptora. La sustancia que interviene en esta articulación es el ligamento periodontal. Una
gonfosis se encuentra en la clasificación funcional como una sinartrosis. Ejemplos son las articulaciones
de las raíces de los dientes con el alveolo (cavidad receptora) del maxilar y la mandíbula.
2.4.3.1. Sínfisis
Una sínfisis es una articulación cartilaginosa en la cual el rnaterial de conexión es un disco ancho y plano
de fibrocartílago. Esta articulación se encuentra entre los cuerpos de las vértebras. Una porción del disco
intervertebral es material cartilaginoso. Otro ejemplo es la sínfisis del pubis entre las superficies
anteriores de los huesos iliacos. Estas articulaciones son ligeramente móviles o anfiartróticas.
Las articulaciones sinoviales también se caracterizan por la presencia de cartílago articular. El cartílago
auricular cubre las superficies de los huesos de la articulación pero no une o mantiene juntos a los
huesos. El cartílago articular de las articulaciones sinoviales es cartílago hialino.
Las articulaciones sinoviales están rodeadas por una cápsula articular en forma de manguito que encierra
a la cavidad sinovial y une a los huesos de la articulación. La cápsula articular se compone de dos capas.
La capa más externa, la cápsula fibrosa, consta de tejido conectivo denso (colágena). Se une al periostio
de los huesos de la articulación a una distancia variable del extremo del cartílago articular. La flexibilidad
de la cápsula fibrosa permite el movimiento en la articulación, mientras su gran fuerza resiste la
dislocación. Las fibras de algunas cápsulas fibrosas están dispuestas en haces paralelos y por lo tanto se
adaptan bastante para resistir la distensión recurrente. Dichas fibras se llaman ligamentos y tienen
nombres especiales. La fuerza de los ligamentos es uno de los principales factores en la unión hueso a
hueso.
La capa interna de la cápsula articular se forma por medio de la membrana sinovial. La membrana
sinovial está compuesta de tejido conectivo laxo con fibras elásticas y una cantidad variable de tejido
adiposo. Secreta líquido sinovial, el cual lubrica la articulación y proporciona nutrición al cartílago
articular. El líquido sinovial también contiene células fagocíticas que eliminan microbios y restos que se
originan del uso y desgaste de la articulación.
El líquido sinovial está formado de ácido hialurónico y un líquido intersticial que se forma a partir del
plasma sanguíneo y es similar en apariencia y consistencia a la clara del huevo no cocida. Cuando no hay
movimiento articular, el líquido es muy viscoso, pero conforme se incrementa el movimiento, el líquido
se hace menos viscoso. La cantidad de líquido sinovial varía en las diferentes articulaciones del cuerpo,
con un rango que va desde una capa viscosa delgada hasta una capa de casi 3.5 mili-litros de líquido libre
en una larga articulación como el caso de la rodilla. La cantidad presente en cada articulación es
suficiente sólo para formar una delgada película sobre la superficie dentro de la cápsula articular donde
reduce la fricción y aporta nutrientes eliminando los deshechos metabólicos de las células cartilaginosas
del cartílago articular.
Muchas articulaciones sinoviales también contienen ligamentos accesorios (ligare = unir), los cuales se
llaman ligamentos extracapsulares y ligamentos intracapsulares. Los ligamentos extracapsulares se
encuentran por fuera de la cápsula articular. Un ejemplo es el ligamento peroneo colateral de la
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A un lado de algunas de las articulaciones sinoviales, hay cojinetes de fibra cartílago que se encuentran
entre las superficies articulares de los huesos y que se unen en sus márgenes a la cápsula fibrosa. Estos
cojinetes se llaman discos articulares (meniscos). Los discos por lo general subdividen la cavidad sinovial
en dos espacios separados. Los discos articulares permiten que dos huesos de forma diferente se unan
de manera estrecha; modifica la forma de las superficies articulares de los huesos de la articulación. Los
discos articulares también ayudan a mantener la estabilidad de la articulación y dirigen el flujo de el
líquido sinovial hacia áreas de mayor fricción.
Los diversos movimientos del cuerpo crean fricción entre las partes que se movilizan. Para reducir esta
fricción, estructuras con forma de saco que se llama bursa (bolsas) se pueden encontrar en los tejidos
corporales. Estos sacos recuerdan a las cápsulas articulares ya que sus paredes están formadas de tejido
conectivo recubierto por una membrana sinovial. También están llenos con un líquido similar al líquido
sino vial. Las bursas están localizadas entre la piel y el hueso en lugares donde la piel roza sobre un
hueso. También se encuentran entre los tendones y huesos, músculos y huesos y ligamentos y huesos.
Como sacos llenos de líquido, amortiguan el movimiento de una parte del cuerpo sobre otra. Una
inflamación de una bursa se llama bursitis.
Las superficies articulares de las articulaciones sinoviales se mantienen en contacto una con otra por
medio de varios factores. Un factor es la unión de los huesos de la articulación. Esta interlocación es muy
obvia en la articulación de la cadera, donde la cabeza del fémur se articula con el acetábulo del hueso
iliaco (cadera). Otro factor es la fuerza y la tensión de los ligamentos de la articulación. Esto es en
especial importante en la articulación de los huesos iliacos (cadera). Un tercer factor es la disposición y
tensión de los músculos alrededor de la articulación. Por ejemplo, la cápsula fibrosa de la articulación de
la rodilla se forma principalmente de expansiones tendinosas por la acción de músculos en la
articulación.
2.4.3.4. Movimientos
Los movimientos están limitados en una articulación sinovial por varios factores. El más importante es la
estructura (forma) de los huesos de la articulación, esto es, la forma precisa en la que los huesos de la
articulación se unen uno con respecto a otro. Un segundo factor es la tensión de los ligamentos. Los
diferentes componentes de una cápsula fibrosa se tensan sólo cuando la articulación adquiere ciertas
posiciones. Los ligamentos tensos no sólo restringen la amplitud de movimiento sino que también
dirigen el movimiento de los huesos de la articulación de uno con respecto a otro. En la articulación de la
rodilla, por ejemplo, los principales ligamentos se laxan cuando la rodilla está doblada pero se tensan
cuando la rodilla está estirada. También, cuando la rodilla se encuentra estirada, la superficie de los
huesos de la articulación están en estrecho contacto unos con otros. Un tercer factor que limita el
movimiento en una articulación sinovial es la exposición y tensión muscular, que refuerza la restricción
provocada por los ligamentos de la articulación.
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2.4.3.5. Deslizamiento
Un movimiento de deslizamiento es el tipo más simple que se puede presentar en una articulación. Una
superficie se mueve hacia adelante y atrás y de un lado a otro sobre una superficie sin movimiento
angular
o rotatorio. Algunas articulaciones que se deslizan son las que se encuentran entre los carpianos y entre
los tarsianos. Las cabezas y tubérculos de las costillas se deslizan en los cuerpos y procesos transversos
de las vértebras.
2.4.3.6. Angular
Los movimientos angulares aumentan o disminuyen el ángulo entre los huesos. Entré los movimientos
angulares se encuentran la flexión, la extensión, la abducción y aducción. La flexión comprende una
disminución en el ángulo entre la superficie de los huesos de la articulación. Ejemplos de flexión incluyen
el doblar la cabeza hacia adelante (la articulación se encuentra entre el hueso occipital y el atlas), doblar
el codo y doblar la rodilla
La extensión comprende un aumento en el ángulo entre las superficies de los huesos de la articulación.
La extensión regresa una parte del cuerpo hacia su posición anatómica después de que fue flexionada.
Los ejemplos de extensión incluyen el regresar la cabeza a la posición anatómica después de la flexión, el
estirar el brazo después de flexión y el estirar la pierna después de flexión. El continuar la flexión
después de alcanzar la posición anatómica, como el doblar la cabeza hacia se llama hiperextensión.
La abducción por lo general significa movimiento del hueso lejos de la línea media del cuerpo. Un
ejemplo de abducción es el movimiento del brazo hacia arriba y lejos del cuerpo hasta que se encuentra
estirado en ángulo recto con respecto al tórax. Sin embargo, con los dedos de las manos y los pies, la
línea media del cuerpo no se usa como la línea de referencia. La abducción de los huesos (no del pulgar)
es un movimiento que se aleja de la línea imaginaria que nosotros suponemos en el dedo medio; en
otros términos es separar o abrir los dedos. La abducción del dedo pulgar mueve el dedo lejos del plano
de la palma en un ángulo recto con respecto a la palma. La abducción de los pies es relativa a la línea
imaginaria que suponemos a través del segundo artejo. La aducción es por lo general un movimiento de
una parte del cuerpo hacia la línea media de éste. Un ejemplo de aducción es regresar hacia el sitio en
que se encontraba antes de la abducción. Como en la abducción, la aducción de los dedos de las manos
(no del pulgar) está en relación con el dedo medio, y la aducción de los dedos de los pies es relativa con
el segundo artejo. En la aducción del dedo pulgar, el dedo pulgar se mueve hacia el plano de la palma de
la mano en ángulo recto con respecto a la palma.
2.4.3.7. Rotación
La rotación es el movimiento de un hueso alrededor de su propio eje longitudinal. Durante la rotación,
no se permite otro movimiento. En la rotación interna, la superficie anterior de un hueso o extremidad
se mueve hacia la línea media. En la rotación externa o lateral, la superficie anterior se mueve lejos de
la línea media. Nosotros rotamos el atlas alrededor del eje central cuando volteamos la cabeza de un
lado a otro. La rotación del húmero gira la superficie anterior del húmero para colocarla en posición
interna o lateral.
2.4.3.8. Circunducción
La circunducción es un movimiento en el cual el extremo distal de un hueso se mueve en círculo
mientras que el extremo proximal permanece estable. El hueso describe un cono en el aire. Es típico
que la circunducción comprenda la flexión, abducción, aducción, extensión y rotación. Comprende una
rotación de 360 grados. Un ejemplo es mover el brazo estirado en un círculo para lanzar una pelota.
Los movimientos especiales son los que se encuentran en determinadas articulaciones. La inversión es el
movimiento de la planta del pie hacia adentro (hacia la parte interna) de tal manera que las plantas de
los pies quedan una enfrente de otra. La eversión es el movimiento de la planta del pie hacia afuera
(lateral) de tal manera que las plantas de los pies quedan lejos una de la otra. La dorsiflexión es el hecho
de doblar el pie en la dirección del dorso (superficie superior). La flexión plantar es el fenómeno de
doblar el pie en la dirección de la superficie plantar (planta del pie).
La protracción es el movimiento de la mandíbula o del anillo torácico hacia adelante en un plano paralelo
al piso. Empujar la mandíbula hacia afuera es pro tracción de la mandíbula. Llevar los brazos hacia
adelante antes de tocar los codos requiere la protracción de la clavícula o del cinturón torácico. La
retracción es el movimiento de una parte protraccionada del cuerpo hacia atrás en un plano paralelo al
piso. Jalar al maxilar inferior hacia atrás en línea con el maxilar superior se llama retracción de la
mandíbula.
La supinación es el movimiento del antebrazo en el cual la palma de la mano se gira de manera anterior
o superior. Para demostrar la supinación, se flexiona el antebrazo en el codo para prevenir la rotación
del húmero en la articulación del hombro. La pronación es un movimiento del antebrazo en el cual la
palma de la mano se gira hacia una posición posterior o inferior.
La elevación es un movimiento hacia arriba de una parte del cuerpo; por ejemplo, al elevar la mandíbula
cuando se cierra la boca. La depresión es un movimiento hacia debajo de una parte del cuerpo: ejemplo,
al bajar la mandíbula cuando se abre la boca. Los hombros también pueden ser elevados y deprimidos.
2.4.3.9. Tipos
Aunque todas las articulaciones sinoviales son similares en estructura, existen variaciones en la forma de
las superficies articulares. De acuerdo con esto, las articulaciones se dividen en seis subtipos:
articulaciones deslizantes, articulaciones en bisagra, articulaciones de pivote, articulaciones elipsoidales,
articulaciones de encaje recíproco y articulaciones de pelota y receptor.
2.4.3.10. Deslizamiento
Las superficies articulares de los huesos en las articulaciones de deslizamiento o artrodia por lo general
son planas. Sólo permiten movimientos de lado a lado y de atrás a adelante. El torcimiento y rotación se
inhiben en las articulaciones por deslizamiento, por lo general debido a que los ligamentos y huesos
adyacentes restringen el margen de movimiento. Como las articulaciones por deslizamiento no se
mueven alrededor de un eje, se llaman no axiales. Los ejemplos son las articulaciones entre los huesos
del carpo, huesos del tarso, el esternón y la clavícula y la escápula y la clavícula.
2.4.3.10.1. En bisagra
Una articulación en bisagra es aquella en la que la superficie convexa de un hueso entra en la superficie
cóncava de otro hueso. El movimiento se da en su forma primaria en un plano simple, en la articulación
por lo tanto, se conoce como monoaxial o uniaxial. El movimiento es similar al de una puerta con
bisagras. El movimiento es la extensión y la flexión. Los ejemplos de articulaciones de bisagra son el
codo, tobillo y articulaciones interfalángicas. El movimiento que realiza una articulación en bisagra se
ilustra por la flexión y extensión en el codo.
2.4.3.10.2. De pivote
En una articulación de pivote o trocoide, una superficie cónica redondeada o en punta de un hueso se
articula dentro de un anillo formado en una parte por un hueso y en otra parte por un ligamento. El
movimiento primario que realiza es la rotación y la articulación por lo tanto es monoaxial. Los ejemplos
incluyen la articulación entre el atlas y el axis (atlantoaxial) y entre los extremos proximales del radio y el
cúbito. El movimiento de una articulación de pivote se ilustra por medio de la supinación pronación de
las palmas de las manos la rotación de la cabeza de un lado a otro.
2.4.3.10.3. Elipsoidal
En una articulación elipsoidal o condílea, un cóndilo de forma oval de un hueso se encuentra dentro de
una cavidad elíptica de otro hueso. Como la articulación permite el movimiento lado a lado y de atrás
hacia adelante, la articulación es biaxial. La articulación en la muñeca entre el radio y los huesos
carpianos es elipsoidal. El movimiento que permite dicha articulación se ilustra cuando se flexiona y
extiende y abduce, aduce y circunduce la muñeca.
adelante. De esta manera, la articulación es biaxial. La articulación entre el trapecio y el metacarpo del
pulgar es un ejemplo de una articulación por encaje recíproco.
Figura 1.19 Tipos de articulación sinovial. Las articulaciones sinoviales se clasifican según la forma de las
superficies que se articulan o el tipo de movimiento que permiten. En este tipo de articulación los huesos
se mueven libremente, uno sobre otro.
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Figura 2.20. Términos de movimiento. Estos términos describen los movimientos de los miembros y de
otras regiones del cuerpo, los movimientos se originan en las articulaciones donde se unen dos o más
huesos entre sí.
3. SISTEMA MUSCULAR
Las contracciones del músculo liso son más lentas y menos poderosas que las del músculo esquelético,
pero son más duraderas. Puesto que su acción no se encuentra bajo el control directo de la voluntad, se
dice que el músculo liso es involuntario.
Hay estriaciones transversales poco notables y los núcleos se encuentran en el centro de las fibras. El
músculo cardiaco es también involuntario, pero puesto que muestra contracciones rítmicas automáticas,
está claro que su inervación modifica la contracción, mas no la inicia.
En la distribución más simple, el músculo puede estar compuesto por fibras arregladas de manera
paralela. Estos músculos suelen tener forma de cinta, como el sartorio Algunos músculos de fibras
paralelas disminuyen por ambos extremos para adoptar una forma fusiforme, como el bíceps braquial.
Tipo más poderoso es el músculo semipenniforme, en el cual las fibras están dispuestas en forma
paralela y oblicua al punto de inserción. La disposición de las fibras en el músculo penniforme puede
compararse con la inserción de las barbas de una pluma en la porción central. El bíceps crural es un
ejemplo de músculo bipenniforme. En un músculo circumpenniforme, las fibras se aproximan a una
inserción central desde todas las direcciones; el diafragma es un músculo de este tipo.
3.2.2. Inserciones
Los músculos pueden estar unidos a otros músculos o a la piel por tejido conectivo. Ejemplos de estos
músculos son algunos de los que controlan la expresión facial. Muchos músculos se insertan en los
huesos que mueven por una delgada cinta de tejido conectivo denso llamada tendón. Otros se unen
entre sí o al hueso por un pedazo amplio, en forma de sábana, de tejido conectivo denso llamado
aponeurosis. Hay todavía otros que se unen a cartílago, como los del aparato de fonación, en la garganta.
En cada caso epimisio, perimisio y endomisio se continúan con las estructuras de tejido conectivo en las
que está insertado el músculo.
3.2.3. Partes
Es importante recordar que un músculo puede producir movimiento únicamente al tirar de parte del
cuerpo, nunca al empujar. El extremo de un músculo que permanece más estático al tirar se llama
origen. El extremo opuesto, donde se lleva a cabo el movimiento corporal, es la inserción. Si bien los
músculos únicamente pueden tirar, algunos pueden mover uno u otro de sus extremos y de este modo
ambos extremos pueden ser inserción u origen.
3.2.4. Acciones
Los músculos suelen mover una parte del cuerpo al tirar a través de una articulación, como al doblar la
rodilla o el codo. Los músculos por lo general no actúan aislados, sino en grupos para efectuar
determinado movimiento. Ciertos músculos del grupo son los principales encargados de la acción: se les
llama músculos motores primarios. Otros músculos, llamados sinérgicos, ayudan a los músculos
principales, a menudo al estabilizar la articulación interesada. Cuando un grupo de músculos se contrae
para realizar determinada acción (como la flexión del codo), los músculos que se oponen a esta acción
(en este caso, los extensores del codo) se llaman antagonistas y deben estar relajados. La interacción de
varios músculos permite los movimientos suaves y coordinados de las partes del cuerpo. Podemos
ilustrar el resultado de acción integrada por el ejemplo de extender los dedos. El músculo motor
primario es un extensor de los dedos que se encuentra en el antebrazo y se une a las caras dorsales de
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los huesos de los dedos por tendones. Hay pequeños músculos en las manos que son sinérgico, que
contribuyen a enderezar por completo los extremos de los dedos. Además, al contribuir a mantener
inmóvil la muñeca, tres músculos flexores impiden que e doble hacia atrás por efecto de los extensores.
Los antagonistas principales son los músculos flexores de los dedos, situados en el antebrazo,
que deben estar relajados.
Como los músculos se pueden acortar sólo 57 por 100 de su longitud en reposo, cuanto más largas las
fibras musculares que componen el músculo mayores sus límites de movilidad. Por tanto, los límites, o
amplitud de contracción, igualan al grado de acortamiento real y dependen de la longitud de las fibras
musculares. La potencia o fuerza de la contracción, por otra parte, es función de la masa. Por tanto,
cuanto mayor el diámetro del músculo, más poderosa la contracción. Así pues, la distribución de las
fibras musculares en paralelo permite los límites mayores de movilidad, en tanto que los músculos
multipenniformes (como el deltoides) tienen el mayor poder de contracción.
3.2.5. Nomenclatura
El nombre del músculo a menudo da la clave de su acción. Por ejemplo, el flexor común de los dedos
flexiona estas partes del cuerpo. En otros casos, el nombre indica el sitio del músculo, como en el caso
del tibial anterior, músculo que se encuentra en la parte anterior de la tibia. Algunos nombres de
músculos dan ambos tipos de información: el músculo cubital anterior (flexor carpi ulnaris) es un
músculo que flexiona el carpo y que se encuentra en la porción cubital del antebrazo.
Los músculos pueden nombrarse según el número de vientres de origen. Ejemplos de ello son el bíceps,
músculo con dos vientres de origen, y el tríceps, que tiene tres. Puede indicarse la forma de un músculo
por el nombre de una figura geométrica. Un ejemplo es el trapecio, que tiene forma trapezoidal. Tal vez
sean más informativos los nombres de músculos que indican los lugares de inserción en-el organismo.
Uno de estos músculos es el esternocleidomastoideo, que se inserta en el esternón, en la clavícula y en
la apófisis mastoides del hueso temporal.
El punto en que la fibra nerviosa motora penetra en la fibra muscular (la unión rnioneural) se llama placa
terminal. El impulso nervioso, o potencial de acción, se desplaza en forma de onda de excitación por la
fibra nerviosa, se transmite al músculo y se extiende por encima de las fibras, lo que las hace contraerse.
Gran parte de la energía almacenada en el ATP se utiliza en la contracción muscular y es liberada por una
enzima (proteína del músculo llamada miosina. En este proceso, se separa un fosfato del ATP y se forma
otro compuesto llamado difosfato de adenosina (ADP). A medida que se utiliza el ATP, puede ser
producido muy rápidamente por la fosfocreatina, que proporciona de nuevo un fosfato al ADP. Por
tanto, si bien la energía para la contracción muscular se deriva en última instancia de la descomposición
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del glucógeno, se acepta que la fuente inmediata de energía es el ATP. El papel que desempeña el
glucógeno es liberar energía durante su descomposición (llamada glucólisis), que se usa para formar
fosfocreatina. No es posible exagerar la importancia del ATP: es el almacén principal de energía del
organismo. Además de la contracción muscular, su energía se usa para absorber carbohidratos en el
intestino, formar amoniaco en el riñón, formar urea en el hígado y calcificar los tejidos duros.
Esta deuda de oxígeno se devuelve durante el periodo de descanso o recuperación después del ejercicio.
Mientras se recupera, el corredor respirará rápida y profundamente. El oxígeno así absorbido se usa para
extraer una substancia llamada ácido láctico, que se acumula en el músculo durante la contracción
anaerobia.
A medida que se acumula el ácido láctico y se agotan las reservas de substancias productoras de energía
disminuye gradualmente la irritabilidad del músculo. Esta pérdida de irritabilidad produce un estado
llamado fatiga, durante el cual las contracciones musculares se hacen cada vez más débiles. El oxígeno
absorbido durante el periodo de recuperación es necesario para extraer el ácido láctico, que en parte se
descompone en di óxido de carbono yagua. Se libera energía durante esta descomposición y se la usa
para cambiar el resto del ácido láctico en glucógeno, formando así de nuevo compuestos productores de
energía necesarios para la contracción.
3.5.2. Atrofia.
Lo opuesto a hipertrofia muscular es atrofia muscular. Esta disminución de tamaño de las fibras y de la
cantidad de nutrientes existentes ocurre en varios trastornos. Cuando un músculo no se utiliza en forma
alguna, como es el caso cuando se inmoviliza durante cierto tiempo una parte del cuerpo, sufre atrofia
por desuso.
4. SISTEMA CIRCULATORIO
Todas las células corporales deben recibir constantemente oxígeno y substancias nutritivas, y el sistema
circulatorio es el encargado de efectuar esta labor. Además este sistema transporta hormonas, que
ayudan a regular los procesos corporales, y anticuerpos, que lo protegen contra las infecciones. Entre
otras funciones están transportar productos celulares de desecho hacia los sitios adecuados de
eliminación y ayudar a controlar la temperatura corporal. El sistema circulatorio está constituido por
corazón (Figura 4.1), que bombea la sangre por un sistema de vasos sanguíneos cerrados, y vasos
linfáticos, que devuelven la linfa hacia la sangre y, por tanto, son parte auxiliar del sistema.
4.1. CORAZÓN
El corazón es un órgano musculoso formado por 4 cavidades. Su tamaño es parecido al de un puño
cerrado y tiene un peso aproximado de 250 y 300 g, en mujeres y varones adultos, respectivamente. Está
situado en el interior del tórax, por encima del diafragma, en la región denominada mediastino, que es la
parte media de la cavidad torácica localizada entre las dos cavidades pleurales (pulmones). Casi dos
terceras partes del corazón se sitúan en el hemitorax izquierdo. El corazón tiene forma de cono apoyado
sobre su lado, con un extremo puntiagudo, el vértice, de dirección anteroinferior izquierda y la porción
más ancha, la base, dirigida en sentido posterosuperior.
4.1.1. Cavidades
El corazón está formato por 4 cavidades: dos superiores, las aurículas y dos inferiores, los ventrículos. En
la superficie anterior de cada aurícula se observa una estructura arrugada a manera de bolsa, la orejuela,
la cual incrementa levemente la capacidad de la aurícula.
a) Aurícula derecha: Es una cavidad estrecha, de paredes delgadas, que forma el borde derecho del
corazón y está separada de la aurícula izquierda por el tabique interauricular. Recibe sangre de
tres vasos, la vena cava superior e inferior, y el seno coronario. La sangre fluye de la aurícula
derecha al ventrículo derecho por el orificio aurículo-ventricular derecho, donde se sitúa la
válvula tricúspide, que recibe este nombre porque tiene tres cúspides.
b) Ventrículo derecho: Es una cavidad alargada de paredes gruesas, que forma la cara anterior del
corazón. El tabique interventricular lo separa del ventrículo izquierdo. El interior del ventrículo
derecha presenta unas elevaciones musculares denominadas trabéculas carnosas. Las cúspides
de la válvula tricúspide están conectadas entre sí por las cuerdas tendinosas que se unen a los
músculos papilares. Las cuerdas tendinosas impiden que las valvas sean arrastradas al interior de
la aurícula cuando aumenta la presión ventricular. La sangre fluye del ventrículo derecho a través
de la válvula semilunar pulmonar hacia el tronco de la arteria pulmonar. El tronco pulmonar se
divide en arteria pulmonar derecha y arteria pulmonar izquierda.
c) Aurícula izquierda: Es una cavidad rectangular de paredes delgadas, que se sitúa por detrás de la
aurícula derecha y forma la mayor parte de la base del corazón. Recibe sangre de los pulmones a
través de las cuatro venas pulmonares, que se sitúan a la cara posterior, dos a cada lado. La cara
anterior y posterior de la pared de la aurícula izquierda es lisa debido a que los músculos
pectíneos se sitúan exclusivamente en la orejuela. La sangre pasa de esta cavidad al ventrículo
izquierdo a través del orificio aurículo-ventricular izquierdo, recubierto por una válvula que tiene
dos cúspides válvula mitral (obicúspide).
d) Ventrículo izquierdo: Esta cavidad constituye el vértice del corazón, casi toda su cara y borde
izquierdo y la cara diafragmática. Su pared es gruesa y presenta trabéculas carnosas y cuerdas
tendinosas, que fijan las cúspides de la válvula a los músculos papilares. La sangre fluye del
ventrículo izquierdo a través de la válvula semilunar aórtica hacia la arteria aorta.
Las paredes de los grandes vasos, arterias y venas, están constituidos por tres capas:
1. La capa interna está constituida por un endotelio (epitelio escamoso simple), su membrana basal y
una capa de fibras elásticas.
2. La capa media está compuesta por tejido muscular liso y fibras elásticas. Esta capa es la que difiere
más, en cuanto a la proporción de fibras musculares y elásticas y su grosor entre venas y arterias.
3. La capa externa o adventicia se compone principalmente tejido conjuntivo.
4.2.1. ARTERIAS
Las arterias son vasos cuyas paredes están formadas por tres capas (capa interna o endotelio, capa
media y capa externa o adventicia), con un predominio de fibras musculares y fibras elásticas en la capa
media. Ello explica las principales características de las arterias: la elasticidad y la contractilidad. Según la
proporción de fibras elásticas y musculares de esta capa se pueden diferenciar dos tipos de arterias:
arterias elásticas y arterias musculares.
Las arterias elásticas son las de mayor calibre, la aorta y sus ramas, tienen una mayor proporción
de fibras elásticas en su capa media y sus paredes son relativamente delgadas en relación con su
diámetro. La principal función de estas arterias es la conducción de la sangre del corazón a las arterias de
mediano calibre.
Las arterias musculares son las de calibre intermedio y su capa media contiene más músculo liso
y menos fibras elásticas. Gracias a la contracción (vasoconstricción) o dilatación (vasodilatación) de las
fibras musculares se regula el flujo sanguíneo en las distintas partes del cuerpo.
4.2.2. ARTERIOLAS
Las arteriolas son arterias de pequeño calibre cuya función es regular el flujo a los capilares. La pared de
las arteriolas tiene una gran cantidad de fibras musculares que permiten variar su calibre y, por tanto, el
aporte sanguíneo al lecho capilar.
4.2.3. CAPILARES
Los capilares son vasos microscópicos que comunican las arteriolas con las vénulas. Se situan entre las
células del organismo en el espacio intersticial para poder facilitar el intercambio de sustancias entre la
sangre y las células. Las paredes de los capilares son muy finas para permitir este intercambio. Están
formadas por un endotelio y una membrana basal. Los capilares forman redes extensas y ramificadas,
que incrementan el área de superficie para el intercambio rápido de materiales. Los capilares nacen de
las arteriolas terminales y en el sitio de origen presentan un anillo de fibras de músculo liso llamado
esfinter precapilar, cuya función es regular el flujo sanguíneo hacia los capilares.
presentan válvulas en su pared, que es una proyección interna del endotelio. La función de estas válvulas
es impedir el reflujo de sangre y ayudar a dirigir la sangre hacia el corazón.
a) b)
Figura 4.3. Principales arterias (a) y venas (b) del sistema circulatorio
4.3. SANGRE
La sangre es un tipo muy especializado de tejido conectivo. Se compone de elementos figurados
(hematíes, células blancas y plaquetas) y una substancia intercelular líquida, el plasma. Obtiene su color
rojo de un pigmento que contiene hierro, que se llama hemoglobina, y que transporta el oxígeno en la
sangre.
La sangre es un líquido ligeramente pegajoso, o viscoso, por los eritrocitos y las proteínas del plasma. La
cantidad promedio de sangre en un adulto normal es de cuatro a cinco litros, según el tamaño del sujeto.
4.3.1. HEMATIES
El eritrocito, o hematíe, es el único "verdadero" elemento figurado de la sangre por que es el único que
realiza sus funciones mientras se encuentra en los vasos íntegros. Algunos investigadores autorizados no
consideran que el eritrocito sea una célula, puesto que carece de núcleo. En realidad, es una célula que
se encuentra en la última fase de su ciclo vital. Durante la maduración en la médula ósea roja, que
requiere aproximadamente una semana, aumenta gradualmente su contenido de hemoglobina hasta
que ya no queda espacio para el núcleo, que a continuación es expulsado de la célula. Por tanto, la
presencia de hematíes nucleados en la sangre circulante se considera como signo de formación anormal
de eritrocitos. Los autores estadounidenses creen que debe preferirse el término "corpúsculo" al
término "célula". Los eritrocitos constituyen alrededor de 45 por 100 del volumen sanguíneo total; este
porcentaje de volumen se llama hematocrito.
Los eritrocitos son redondos, con ambas superficies cóncavas, o indentados. Como deben adaptarse a la
forma de los vasos sanguíneos más minúsculos, los capilares, para pasar por ellos, cada célula tiene un
diámetro de 8 u aproximadamente y cuenta con membrana celular elástica.
El varón adulto normal tiene aproximadamente 4.5 a 5 millones de eritrocitos por mm 3 de sangre, o
aproximadamente 30 billones de eritrocitos en total. La cantidad de eritrocitos en la mujer adulta es
'ligeramente menor, de 4 a 4.5 millones por mm 3. El exceso de eritrocito s se denomina policitemia; se
observa una cuenta anormalmente baja en algunas clases de anemia.
El objeto primordial de los eritrocitos es transportar oxígeno que toman al pasar por los capilares
pulmonares. El oxígeno se combina con la hemoglobina (oxihemoglobina) y es transportado a las células
corporales. En las células corporales la hemoglobina libera su carga de oxígeno y la sangre regresa a los
pulmones a través de las venas. A causa de su mayor contenido de oxígeno, la sangre arterial es de un
rojo más intenso que la sangre venosa.
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En condiciones normales, los granulocitos se forman en la médula ósea por diferenciación de las células
primitivas, los mieloblastos. Los linfocitos se producen en los ganglios linfáticos, el bazo, las amígdalas y
las membranas mucosas de los aparatos digestivo, genitourinario y respiratorio: Existen diferencias de
opinión en cuanto al origen de los monocitos; fuentes posibles son los ganglios linfáticos, bazo y los
linfocitos mismos. Como en el caso de los glóbulos rojos, la presencia de glóbulos blancos inmaduros en
la sangre circulante es anormal y puede indicar leucemia, enfermedad de los órganos formadores de
sangre.
El número normal de glóbulos blancos en la sangre en el adulto varía de 5 000 a 10 000 por mm 3 de
sangre. Además del número total de glóbulos blancos, es importante conocer el número de cada uno de
los cinco tipos de células. Esta cuenta se llama cuenta leucocitaria diferencial.
4.3.2.1. Neutrófilos.
A menudo, se les conoce como leucocitos polimorfonucleares o polis, porque el núcleo tiene de tres a
cinco lóbulos. Cuando se estudia el citoplasma se ve que tiene numerosos gránulos específicos de color
lila claro. Los neutrófilos son los más numerosos de los glóbulos blancos y componen de 50 a 80 por 100
de la cuenta total.
4.3.2.2. Eosinófilos.
Normalmente, los eosinófilos constituyen de 1 a 3 por 100 del número total de glóbulos blancos. El
núcleo tiene dos lóbulos y el citoplasma contiene grandes gránulos específicos redondos que se tiñen de
un color rosado-anaranjado intenso.
4.3.2.3. Basofitos.
Son los menos numerosos de los leucocitos y constituyen únicamente 1 por 100 como máximo del
número total de glóbulos blancos. En efecto, se puede ver una gota de sangre normal bajo el
microscopio sin descubrir un solo basófilo. El núcleo es grande, de color morado obscuro y mal
delimitado; puede tener la forma de S o puede tener una muesca en uno de sus lados. Existen gránulos
característicos de los basófilos que son grandes y de un morado. Con frecuencia, se extienden encima del
núcleo de la célula.
4.3.2.4. Linfocitos.
Son el segundo grupo más numeroso de glóbulos blancos y componen de 20 a 50 por 100 del total. Los
linfocitos varían mucho en tamaño. El núcleo es grande y suele ser redondo, pero suele tener una ligera
muesca. El citoplasma es de un azul pálido y puede contener unos pocos gránulos muy finos.
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4.3.2.5. Monocitos.
Después de los basófilos, los monocitos son las células que se descubren en menor número y componen
de 2 a 10 por roo de la cuenta total. Son células grandes y, en relación con el núcleo, tienen una cantidad
relativamente importante de citoplasma de un color gris azuloso mate. Los gránulos suelen ser finos,
pero a veces conspicuos. El núcleo tiene forma arriñonada o con muesca, y a menudo tiene pliegues o
surcos que ayudan a identificar la célula.
Funciones de los leucocitos. Los polimorfonucleares constituyen parte muy importante de las defensas
corporales contra infecciones. Suelen ser las primeras células en llegar al sitio de la infección en casos de
inflamación aguda, por su capacidad de abandonar rápidamente los capilares hacia los tejidos. Este
proceso se llama diapédesis. Una vez en los espacios tisulares las células manifiestan movimiento
amiboideo; esto es, imitan a las amibas al emitir porciones de su citoplasma, y las células se mueven, por
tanto, por un proceso de "arrastre". Mientras están en los tejidos, capturan y destruyen bacterias,
proceso llamado fagocitosis.
Los eosinófilos también toman parte en la lucha contra infecciones, aunque ocupan un lugar secundario
en relación con los neutrófilos en este aspecto. Hacen su aparición en el foco de infección después de la
fase aguda. Se encargan de "limpiar" las células de bacterias y neutrófilos muertos. Los eosinófilos
entran en la sangre periférica en gran número después de la inyección de proteína extraña, o alergenos;
es posible que sean capaces de destoxicar dichas substancias. La función de los basófilos no se
comprende con claridad. Muchas personas consideran que son productores vasculares de heparina, que
es un anticoagulante, y de histamina, que e un dilatador capilar. Los basófilos aumentan en número
durante la fase de curación de la inflamación.
Puesto que los linfocitos poseen capacidades limitadas de fagocitosis, su papel en las defensas
corporales se basa en gran parte en su capacidad de transformarse en otras células, como células
plasmáticas macrófagos, que ayudan a los eosinófilos en el proceso de limpieza después de la infección.
Los linfocitos entran en juego también en la formación de anticuerpos.
Los monocitos, como lo eosinófilos y neutrófilos, son activos en la fagocitosis. Son especialmente
importantes en las infecciones crónicas como tuberculosis. Aunque algunos creen que los monocitos
producen anticuerpos, los datos muestran que ésta probablemente es una función indirecta.
Leucocitosis significa a aumento a cifras superiores a lo normal del número de leucocitos en sangre
circulante. Este aumento puede producirse como respuesta fisiológica en ciertos estados. El ejercicio
intenso, el comienzo del trabajo de parto en la embarazada y estados de emoción pueden a empañarse
de leucocitosis. Además, se aprecia aumento del número de leucocitos en ciertas enfermedades.
pequeños platos o láminas, y por eso se les llama plaquetas. El número normal de plaquetas es de 250
000 a 500000 por mm3 de sangre. Permanecen en la circulación alrededor de cuatro días. Desempeñan
un papel principal en la coagulación sanguínea, en la cual tienen funciones mecánicas y químicas. Más
adelante describiremos la coagulación de la sangre.
El suero es la parte líquida de la sangre que permanece después de la coagulación. En otras palabras, es
plasma sin el coágulo de fibrina.
En esencia, puede considerarse que en la hemostasia participan tres mecanismos, que son:
conglomeración (aglutinación) de plaquetas, constricción de vasos sanguíneos y formación del coágulo.
En forma normal, la sangre no se coagula dentro de los vasos intactos, pero cuando se lesiona un vaso,
se desencadena el proceso hemostático.
La aglutinación de plaquetas puede taponar en forma mecánica los vasos lesionados, si son
suficientemente pequeños. Además, estas masas de plaquetas son el punto donde el coágulo comienza a
formarse. Inmediatamente después del traumatismo de un vaso sanguíneo, su pared se contrae en la
región traumatizada. Este espasmo es probablemente una reacción nerviosa refleja al dolor y va seguida
por espasmo local del músculo liso de la pared vascular. Esta constricción ayuda a reducir la pérdida de
sangre y puede durar hasta 30 minutos, tiempo durante el que se inicia la coagulación sanguínea.
Posiblemente, este proceso sea importante únicamente en los vasos grandes, pues los capilares no
tienen capa muscular.
La formación del coágulo ocurre en tres fases y en cada una de ellas se produce una substancia química
específica. Haremos únicamente un bosquejo del proceso. En la primera fase la interacción de varios
factores de la coagulación que se encuentran en la sangre y líquidos tisulares fuera del vaso roto tiene
por consecuencia la formación de una substancia llamada tromboplastina. Las plaquetas y el calcio en
sangre son muy importantes en este proceso. En la segunda fase la protrombina se transforma en
trombina. Este cambio se efectúa en presencia de tromboplastina y calcio. La protrombina es una
substancia que se forma en el hígado y es necesario que haya vitamina K para que se produzca. La
tercera fase es la transformación de fibrinógeno en fibrina en presencia de trombina. El fibrinógeno es
una proteína plasmática que se elabora también en el hígado.
En total, hay 11 factores de la coagulación. Uno de ellos, el calcio, es necesario en las tres fases. La
ausencia o deficiencia de cualquiera de estos factores produce un defecto en el mecanismo de
coagulación, y en consecuencia, prolongación del tiempo de coagulación. Por ejemplo, la hemofilia es un
trastorno sanguíneo hereditario que afecta predominantemente a la primera fase de la coagulación. Se
produce por deficiencia del factor VIII, que también se llama factor antihemofílico (AHF). Pueden
practicarse ciertas pruebas de laboratorio en una muestra de sangre para saber qué factor está ausente.
El plasma sanguíneo normal posee varias defensas que contribuyen a mantener líquida la sangre dentro
de los vasos intactos e impedir de este modo una coagulación anormal. La sangre contiene una pequeña
cantidad de tromboplastina, porque las plaquetas y otros tejidos que contienen esta substancia son
destruidos continuamente. Esto significa que también hay constantemente cierta cantidad de trombina.
Sin embargo, en tanto el nivel de trombina no exceda del nivel crítico, el fibrinógeno plasmático no se
transformará en coágulo de fibrina. Además, cualquier cantidad de trombina formada de este modo es
destruida por la acción de antitrombina y heparina en el plasma. La heparina es un anticoagulante que se
encuentra en todas las células cebadas y en los leucocitos basófilos. Las células cebadas se encuentran
en gran número por todo el tejido conectivo del organismo y liberan heparina hacia los líquidos
corporales, y por lo tanto, hacia los vasos sanguíneos. Además, hay enzimas fibrinolíticas en la sangre
que destruirán cualquier coágulo de fibrina que pudiera formarse. Tal vez la protección más importante
contra la coagulación intravascular sea de tipo estructural: el endotelio liso de los vasos que tiende a
impedir que los elementos de la sangre se adhieran a las paredes.
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La presión arterial se genera con la contracción de los ventrículos. Durante la sístole ventricular la
presión arterial adquiere su valor máximo (presión sistólica) y sus valores son aproximadamente de 120
mmHg. La presión mínima coincide con la diástole ventricular (presión diastòlica) y su valor (60-80
mmHg) está en relación con la elasticidad de las arterias que transmiten la energía desde sus paredes a
la sangre durante la diástole. La presión sistólica refleja la contractilidad ventricular izquierda, mientras
que la presión diastólica indica el estado de la resistencia vascular periférica.
El valor de la presión arterial esta directamente relacionado con la volemia y el gasto cardiaco e
inversamente proporcional a la resistencia vascular.
4.5.3. PULSO
En las arterias se produce un alternancia entre la expansión de la pared (durante la sístole ventricular) y
el retorno elástico (durante la diástole ventricular) que ocasionan unas ondas de presión migratorias
denominadas pulso. Hay dos factores responsables del pulso que son el volumen sistólico y la elasticidad
de las paredes arteriales. El pulso es más fuerte en las arterias cercanas al corazón, se va debilitando de
forma progresiva hasta desaparecer por completo en los capilares. El pulso es palpable en todas las
arterias cercanas a la superficie corporal sobre una estructura dura (hueso) o firme.
5. SISTEMA NERVIOSO
Hemos dicho que si bien el cuerpo humano se compone de un gran número de unidades individuales,
estas unidades deben funcionar como un todo. El sistema nervioso es uno de los factores más
importantes en la integración o funcionamiento ordenado de las varias partes individuales del
organismo. Lleva a cabo su cometido haciendo las veces del sistema de "comunicación" del organismo;
esto es, recibe información de los estímulos exteriores al cuerpo (medio externo) y de los estímulos
dentro del cuerpo (medio interno), y envía órdenes a los varios órganos y de este modo gobierna sus
funciones. Esta recepción de información y las respuestas subsiguientes pueden ser voluntarias,
involuntarias o combinadas.
Además de coordinar en forma general las actividades corporales, el sistema nervioso construye un
fondo de experiencias (memoria) al registrar y relacionar ciertos estímulos y respuestas. En realidad, lo
que llamamos aprender es este proceso. Un sencillo ejemplo: se aprende por medio de la vista, el tacto y
el gusto de un fruto redondo de cáscara gruesa y cierto color y sabor es una naranja. Esta información se
almacena en el banco de memoria para usarla en la identificación de ese objeto en ocasiones
posteriores.
Los componentes del sistema nervioso se pueden clasificar: 1) según su localización o 2) según las partes
del cuerpo que inervan. En la primera clasificación, el sistema nervioso central, o SNC, está compuesto
por cerebro y médula espinal, en tanto que el sistema nervioso periférico, o SNP, está formado por los
nervios craneales y raquídeos, y los ganglios y nervios autónomos. En el caso de las partes corporales
inervadas, los componentes somáticos del sistema son los que inervan la pared corporal (soma), esto es,
los músculos esqueléticos y la piel. Los órganos internos (vísceras) como corazón, pulmones, estómago y
otros son inervados por los componentes viscerales.
Es conveniente comparar al sistema nervioso humano con una computadora electrónica, porque ambos
comparten ciertas características básicas. Los circuitos de entrada de la computadora se pueden
comparar con la parte sensitiva del sistema nervioso, en tanto que los circuitos de salida se pueden
comparar con las reacciones motoras. Entre ambos tipos efectúan computaciones la computadora por
un lado y las vías del sistema nervioso por el otro. Así podemos ver que el cerebro, centro de
procesamiento del sistema nervioso central, es una computadora que recibe constantemente
mensajes de información sensitiva. Usa esta información sensitiva, junto con la información almacenada,
para efectuar los muchos cálculos necesarios para programar las actividades del cuerpo minuto a
minuto. Estas actividades abarcan todos los aspectos desde ciertas acciones manifiestas, como andar y
hablar, hasta las menos visibles, como conservar la temperatura corporal, la presión arterial y la
respiración.
5.1. NEURONAS
Estructura y función. La unidad estructural y funcional básica del sistema nervioso es la neurona o célula
nerviosa. Si bien hay diferencias en tamaño y forma, todas las neuronas funcionan básicamente del
mismo modo; esto es, cada una de ellas hace las veces de unidad irritable y conductora del sistema
nervioso.
Las células nerviosas pueden clasificarse en: 1) neuronas aferentes o sensitivas, que transmiten los
impulsos hacia el sistema nervioso central, 2) neuronas eferentes o motoras, que transmiten los impulsos
en dirección centrífuga al SNC y 3) neuronas conectaras, que conducen los impulsos entre las dos
primeras.
Como no hay diferenciación de las neuronas después del nacimiento, en ese momento existe ya la
población neuronal total de 14000 millones de células aproximadamente. Así pues, aunque se puede
considerar que el tejido nervioso es una forma altamente especializada de epitelio, las neuronas no
experimentan mitosis y, por tanto, son incapaces de restituirse. Cuando las células nerviosas mueren,
simplemente la reserva total se reduce endicho número. Entre otros cambios, el proceso del
envejecimiento abarca pérdida de neuronas después de los 20 años de edad. Se ha calculado que entre
esa edad y los 70 años la pérdida diaria promedio es de 100 000 neuronas aproximadamente. Además,
en las neuronas que envejecen se producen ciertos cambios celulares. La disminución en las proteínas de
ácido ribonucleico (RNA) después de los 60 años de edad da por resultado disminución de la substancia
de Nissl (ribosomas). Otro cambio es la acumulación de cierto pigmento denominado lipofuscina dentro
de las neuronas. No se ha podido aclarar aún el significado funcional de este "pigmento del
envejecimiento".
La célula nerviosa puede tener una o más dendritas, que suelen ser prolongaciones gruesas, ramificadas
y en forma de árbol. Junto con el soma proporcionan la mayor parte de la superficie receptora a la
célula. Aunque en general de menor longitud que el axón, cuando se considera la longitud total de todas
las ramas dendríticas la dendrita tiene una longitud global mucho mayor. Esta ramificación considerable
permite a la dendrita hacer numerosos contactos con otras células; por ejemplo, las dendritas de cierto
tipo de neurona del cerebelo efectúan cientos a miles de contactos de este tipo.
La neurona que sólo tiene una prolongación se clasifica como unipolar. Estas células se encuentran en los
ganglios de la raíz dorsal de los nervios raquídeos. Durante el desarrollo estas neuronas poseyeron dos
prolongaciones que se fusionaron por último; por tanto, a veces se conocen como neuronas
seudounipolares. Las neuronas bipolares, que tienen un axón y una dendrita, se encuentran funcionando
en los sentidos especiales de visión, olfato y audición. Casi todas las neuronas del sistema nervioso
humano, sin embargo, son multipolares; esto es, tienen un axón y dos o más dendritas.
La vaina de Schwann desempeña una función importante en el proceso de regeneración de las fibras
nerviosas periféricas mielínicas que se han lesionado. Después de la sección transversa de un nervio la
porción desconectada, lo mismo que su cubierta de mielina, degeneran y experimentan fagocitosis. Las
propias células de Schwann, sin embargo, se conservan intactas e incluso experimentan mitosis para
formar tubos continuos. Cuando empiezan a regenerarse los extremos cortados de los axones, las
nuevas terminaciones, o retoños, sobresalen y entran en contacto con estos tubos, que los guían por su
camino original. Este proceso se detendrá si el espacio entre las porciones intacta y seccionada del
nervio es tan grande que los retoños son incapaces de "encontrar" a los tubos guías de células de
Schwann.
Existen también fibras mielínicas dentro de cerebro y médula espínal. Sin embargo, como las fibras del
SNC no tienen vainas de Schwann, la mielina tiene un origen diferente. Las células no neuronales
denominadas oligoaendrocitos emiten prolongaciones largas en lengüeta, y cada una de ellas se
envuelve alrededor de un axón vecino. Así, un oligodendrocito proporciona la vaina de mielina a varios
axones, en contraste con los axones periféricos, de los que cada uno tiene sus propias células de
Schwann. La vaina de mielina del SNC está también interrumpida a nivel de los nódulos de Ranvier.
Algunas fibras del SNC son amielínicas porque no hay prolongaciones de oligodendrocitos alrededor de
ellas.
Además de la vaina de Schwann y de mielina, las fibras nerviosas contienen también vainas de tejido
conectivo. La cubierta más exterior de una fibra nerviosa es una cubierta delicada de tejido conectivo
que se denomina endoneurio. Las fibras nerviosas se encuentran reunidas en haces denominados
fascículos, cada uno de ellos encerrado dentro de otra capa de tejido conectivo que se denomina
perineurio. Por último, el nervio periférico está formado por varios fascículos nerviosos que se conservan
juntos por medio de una cubierta de tejido conectivo que se denomina epineurio
5.1.4. Sinapsis.
Como debe conservarse la continuidad de un potencial de acción con objeto de que se transmitan los
informes desde una neurona hacia la siguiente, las células nerviosas individuales deben estar muy
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relacionadas entre sí. El área en la que las neuronas forman estas relaciones funcionales se denomina
sinapsis. Cualquier parte de la neurona puede participar en la formación de una sinapsis. A continuación
aparece una lista de los tipos diferentes de sinapsis anatómicas:
Las estructuras que forman las sinapsis no se unen o funcionan en realidad entre sí. Las imágenes de
microscopio electrónico demuestran una brecha muy pequeña (150 a 200 angstroms) entre las
membranas presináptica y postsináptica. Esta es la hendidura sináptiea, a través de la que debe pasar el
potencial de acción.
5.1.5. Neurotransmisores.
Las pruebas demuestran que participan neurotransmisores químicos en la transmisión del potencial de
acción a través de la sinapsis. Estas substancias químicas se encuentran acumuladas en vesículas
presinápticas que se concentran en la parte terminal de la estructura presináptica, como el montículo de
un axón. Cuando el potencial de accion alcanza esta área, produce liberación de la substancia química
desde estas vesículas. La difusión del neurotransmisor liberado a través del surco sináptico requiere sólo
unos cuantos milisegundos (mseg). Se cree que esta substancia química hace que la membrana
postsináptica se vuelva más permeable a ciertos iones, de modo que se propaga el potencial de acción
hacia la siguiente neurona.
El tipo de neurotransmisor varía, según que la sinapsis sea excitatoria, esto es, haga que se active la
siguiente neurona, o inhibitoria, en cuyo caso se impide que la siguiente neuro na se active. Entre los
transmisores excitatorios están acetilcolina y adrenalina, en tanto que el ácido gammaaminobutírico
(GABA) es un neurotransmisor inhibitorio. Debe observarse que probablemente hay otros varios
neurotransmisores no identificados hasta ahora que participan en la transmisión sináptica en diversas
regiones del sistema nervioso.
La unión entre una terminación nerviosa motora y la fibra de músculo esquelético que inerva se
denomina placa motriz terminal, que se puede considerar como un tipo de sinapsis. En este caso las
vesículas presinápticas contienen acetilcolina. La membrana de la fibra muscular a nivel de la placa
terminal reacciona a esta substancia química, de manera que se propaga la excitación a lo largo de la
fibra muscular y ésta se contrae.
Los impulsos nerviosos se transmiten a través de la sinapsis en una sola dirección, esto es, del axón de
una célula a las dendritas o cuerpo celular de otra. Este principio se llama ley de polarización dinámica.
La sinapsis es también el punto donde puede bloquearse el impulso nervioso, como por ejemplo al usar
anestésicos. Receptores y efectores. En varias zonas del cuerpo, como en la piel, hay terminaciones
nerviosas especializadas para recibir ciertos estímulos; se llaman receptores. Suelen dividirse en tres
tipos; a saber:
a) Exteroceptores, que reciben sensaciones como tacto, dolor, temperatura, visión y audición a
partir de fuentes exteriores al cuerpo. Estos son receptores somáticos.
b) Interoceptores, que reciben sensaciones viscerales como hambre, sed y dolor visceral a partir de
fuentes interiores al cuerpo. Estos son receptores viscerales.
c) Propioceptores, que se encuentran en músculos, tendones y articulaciones, y que reciben
sensaciones de posición, movimiento, presión profunda y equilibrio.
Los efectores son estructuras que realizan las actividades motoras del organismo. Pueden ser efectores
somáticos, que se encuentran en los músculos esqueléticos, o efectores viscerales, que se encuentran en
músculo liso, músculo cardiaco (corazón) o glándulas secretorias.
palabras, la célula misma hace las veces de un pequeño generador que produce energía al quemar
(oxidar) la glucosa y retener esta energía. La energía generada se mide en milivoltios (milésimas de
voltio). Los cambios en la diferencia de potencial de un lado y otro de la membrana celular se producen
principalmente por las diferencias de concentración de dos iones químicos, sodio y potasio, separados
por la membrana.
Potencial de reposo. La diferencia eléctrica o potencial eléctrico es tal que el interior de la fibra es
negativo en comparación con el líquido fuera de ella. Los iones sodio se encuentran a concentración más
alta en el exterior de la célula, y los iones potasio a concentración mayor en el interior. A causa de estas
diferencias de concentración, los iones sodio tienden a difundirse hacia el interior de la neurona y los
iones potasio tienden a escapar hacia el líquido intersticial. Sin embargo, la célula devuelve sodio al
líquido intersticial por medio de una “bomba” metabólica y recupera potasio por un mecanismo similar.
Estos mecanismos contribuyen a mantener diferencias de concentración que producen una membrana
polarizada, es decir, una membrana que es negativa por dentro y positiva por fuera. Esta diferencia de
carga eléctrica de un lado y otro de la membrana celular se llama potencial de reposo, que depende
principalmente de la diferencia de concentración en iones potasio entre el interior y el exterior de la
célula.
La energía para la propagación del potencial de acción no proviene del estímulo, sino de diferencias de
concentración de iones entre sodio y potasio. La despolarización de la membrana, y por lo tanto, el
potencial de acción, depende de la permeabilidad de la membrana celular a los iones sodio. Después de
haber pasado el potencial de acción, se restauran las concentraciones de iones originales a ambos lados
de la membrana y el nervio sume su potencial de reposo. Se cree que después de la invasión inicial de
iones sodio, las puertas que se abrieron para permitir la entrada se cierran e impiden que penetre más
sodio. Para recuperar su potencial de acción, la fibra nerviosa debe restablecer de nuevo
concentraciones originales de sodio y potasio, lo que hace entren potenciales de acción.
La capa más externa, que se compone de dos partes e llama duramadre. La parte más superficial es la
hoja externa, que en realidad es el periostio o cubierta interna de los huesos craneales. Debajo de ella se
encuentra la hoja interna, que se halla situada directamente sobre el encéfalo. Ambas capas están
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compuestas de tejido conectivo fibroso resistente y de color blanco, y se confunden una con otra,
excepto en ciertas partes, donde se separan para encerrar espacios sanguíneos llamados senos venosos.
Debajo de la duramadre se encuentra una capa muy delicada, la aracnoides, así llamada porque semeja
una telaraña. Como la duramadre, de la cual está separada por el espacio subdural, no se introduce en lo
surcos de la superficie encefálica. Unas proyecciones digitiformes de las aracnoides, llamadas
vellosidades, se extienden en los senos venosos. El espacio debajo de la aracnoides se llama espacio
subaracnoideo, y contiene un líquido acuoso y transparente que describiremos posteriormente.
Las meninges forman una cubierta continua protectora sobre el encéfalo y la médula espinal. Sin
embargo, la duramadre raquídea, está formada por una sola capa, la capa interna, que está separada del
periostio de las vértebras.
5.5.2. Ventrículos
Hay cuatro espacios, llamados ventrículos, dentro del encéfalo. Es de esperar que existan estos espacios,
pues el encéfalo en el embrión se desarrolla a partir de un tubo.
Cada uno de los dos ventrículos laterales ocupa una de las mitades del cerebro, la parte superior mayor
del encéfalo. Están en conexión uno con otro por un agujero interventricular (de Momo) que a su vez se
dirige al tercer ventrículo. El tercer ventrículo en seguida se abre hacia el acueducto de Silvio. Este
estrecho espacio se abre en el cuarto ventrículo, espacio poco mayor que tiene tres orificios, uno medio
y dos laterales.
Estos espacios están llenos de líquido cefalorraquídeo (LCR), que circula a través de ellos y, después de
escapar por los tres orificios en el cuarto ventrículo, se extiende al espacio subaracnoideo alrededor del
encéfalo y la médula. Este líquido es formado por los plexos coroideos, que son ramilletes de pequeños
capilares sanguíneos que se encuentran en las paredes de los ventrículos. La porción acuosa de la sangre,
además de ciertas sales, azúcares y un poco de proteína, se filtra a través de las paredes de estos
capilares hacia los espacios.
Puesto que constantemente se forma líquido cefalorraquídeo por filtración de la sangre, también debe
ser constantemente resorbido hacia la sangre. Esta resorción ocurre a través de las paredes de las
vellosidades aracnoides que se extienden hacia los senos venosos. De este modo, el líquido retorna a la
sangre de la que se originó.
El líquido cefalorraquídeo amortigua los golpes al neuroeje, puesto que en el espacio subaracnoideo
sirve para mantener en suspensión el encéfalo y la médula en sus cavidades respectivas. En forma
normal, el volumen, la presión y la composición del líquido cefaloraquídeo permanecen constantes, pero
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en muchas enfermedades del sistema nervioso (meningitis, por ejemplo) algunos de estos factores se
alteran. Así, el análisis del líquido cefalorraquídeo puede ser importante instrumento diagnóstico.
Cada nervio raquídeo pasa, al salir la médula, por el orificio entre dos vértebras, el agujero
intervertebral. Puesto que la médula no ocupa la parte inferior del conducto vertebral, los nervios
lumbares y sacros deben extenderse, hacia abajo por el conducto vertebral, hasta llegar a su agujero de
salida correspondiente. De este modo, se forma un gran haz que se compone de las raíces de todos los
nervios raquídeos que se encuentran debajo del primer par lumbar. A causa de su aspecto, se le llama
cola de caballo.
El nervio raquídeo característico tiene dos raíces, una anterior y una posterior. Cada raíz posterior tiene
un engrosamiento, el ganglio de la raíz posterior. Estos ganglios contienen cuerpos celulares aferentes.
Las raíces anteriores están compuestas de fibras eferentes a partir de cuerpos celulares de la médula.
Obsérvese que si bien todas las raíces posteriores son únicamente aferentes y todas las anteriores
eferentes, los nervios raquídeos contienen fibras tanto aferentes como eferentes, y por eso se les llama
nervios mixtos. Cada nervio raquídeo forma dos ramas, una anterior y otra posterior. Los ramos dorsales
inervan a los músculos y a la piel del dorso; los ramos ventral es inervan a las extremidades y a la parte
ventral del tronco.
La substancia gris forma la porción central y su forma general recuerda la de la letra H. Las dos
proyecciones posteriores se conocen como cuernos o astas posteriores, y las dos proyecciones anteriores
como cuernos o astas anteriores. Los cuerpos celulares en los cuernos posteriores son células conectoras
para las fibras aferentes que penetran en la médula a partir de los cuerpos celulares de los ganglios de la
raíz posterior. La mayor parte de las células de los cuernos anteriores producen fibras eferentes que
salen de la médula por las raíces anteriores.
La pequeña porción horizontal de la H, que se llama comisura gris, rodea el pequeño conducto central
que corre a todo lo largo de la médula. En las regiones dorsal y lumbar la substancia gris se proyecta a
ambos lados de la porción horizontal para formar los cuernos laterales. En las regiones torácica y lumbar
estas columnas contienen cuerpos celulares preganglionares para la división simpática del sistema
nervioso autónomo, en tanto que las de la región sacra pertenecen a la división parasimpática.
La substancia blanca, formada por fibras nerviosas mielinizadas ordenadas en haces ascendentes y
descendentes, rodea la substancia gris. Los cordones posteriores se encuentran entre las dos
proyecciones posteriores de la substancia gris, y los cordones anteriores entre las dos proyecciones
anteriores grises. Por último, los cordones laterales se encuentran colocados a un lado y otro de la
substancia gris en forma de H.
En el hombre, los reflejos raquídeos involuntarios sirven como indicador sensitivo del estado de esta
parte del neuroeje. Aquí nos limitaremos a describir el reflejo de estiramiento o miotático, que es el
reflejo raquídeo más sencillo que se ve en el hombre.
El número más pequeño de componentes por medio de los cuales puede realizarse este tipo de reflejo es
de dos: una neurona aferente y una eferente. Ejemplo de esta respuesta en el hombre es el reflejo
rotuliano. Cuando se golpea fuertemente el tendón del músculo cuadríceps debajo de la rodilla, la pierna
se extiende en forma involuntaria o refleja.
La vía que siguen los impulsos nerviosos se llama arco reflejo. El golpe estimula los receptores
propioceptivos que se encuentran en el tendón al estirarse este último. Los impulsos sensitivos así
iniciados van por las fibras aferentes hacia los cuerpos celulares aferentes en los ganglios de las raíces
posteriores de los segmentos lumbares superiores de la médula espinal. Los axones de estos cuerpos
celulares penetran en la médula espinal y hacen sinapsis con los cuerpos celulares eferentes en los
cuernos anteriores. Los axones de estas células motoras pasan por las raíces anteriores de los nervios
raquídeos y llevan impulsos eferentes a las placas terminales motoras del músculo cuadríceps, que lo
hacen contraerse y extender la pierna.
Si cualquiera de los componentes del reflejo no es funcional, se interrumpe el arco y no habrá respuesta.
Por ejemplo, si los cuerpos celulares motores en los cuernos anteriores de los segmentos de la médula
interesados son destruidos por una enfermedad como la poliomielitis, no habrá reflejo. .
Sistemas ascendentes de médula espinal. Aunque hay varias vías que participan en la transmisión de la
información sensitiva, sólo describiremos aquí dos sistemas principales. Estos son el sistema de la
columna dorsal o lemnisco y el sistema de las columnas anterolaterales, que tienen ciertas características
anatómicas en común:
a) En la piel hay terminaciones receptoras somáticas para tacto, dolor, temperatura y presión, y en
las cápsulas articulares y en los husos musculares las hay para la propiocepción (sentido de la
posición articular). En las glándulas y en los músculos de las paredes de los órganos internos se
encuentran receptores viscerales.
b) Esta información suele experimentar relevo hacia el cerebro por una cadena de tres neuronas: a)
los primeros cuerpos celulares de las neuronas aferentes están localizados en los ganglios de la
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raíz dorsal de los nervios raquídeos. Las prolongaciones centrales que salen de estas células
pasan hacia la médula por las raíces raquídeas dorsales; estos axones harán sinapsis con b)
segundos cuerpos celulares de las neuronas aferentes, que están localizados en la substancia gris
de la médula o en el tallo del encéfalo. Los axones que salen desde estos cuerpos celulares
ascienden hacia el tálamo y, en algunos casos, hacia la formación reticular del tallo del encéfalo;
en este sitio hacen sinapsis con (e) los terceros cuerpos celulares de las neuronas aferentes a
nivel del tálamo (o la formación reticular); los axones que salen de estas células se proyectan
principalmente hacia el área sensitiva general de la corteza cerebral.
c) En la corteza cerebral hay representación colateral. Esto es, en algún sitio a lo largo de su
trayectoria las fibras de casi todas las vías sensitivas se entrecruzan desde el sitio de entrada en
la médula (lado ipsolateral) hacia el lado opuesto (lado contralateral) antes de que la vía llegue al
tálamo.
Sistema de la columna dorsal o dellemnisco. Como su nombre lo implica, las fibras que componen este
sistema forman las columnas dorsales blancas en la médula espinal. Transmiten la propiocepción
consciente (sensación cinestésica), las sensaciones vibratorias, la presión fina y el tacto localizado, o
estereognosis. Esta última es la capacidad para identificar un objeto familiar tocándolo simplemente.
Las fibras son largas, muy mielínicas, y conducen con rapidez a un ritmo de 35 a 70 m por seg. Este
sistema tiene un grado elevado de especificidad, puesto que puede percibir grados muy finos de
intensidad de los estímulos que recibe. Más aún, tiene organización sornatotópica, esto es, transmite
sensaciones discretas desde puntos corporales exactos. Nótese que los segundos cuerpos neuronales
están localizados en el bulbo raquídeo, perteneciente al tallo del encéfalo; los axones de estos cuerpos
celulares se entrecruzan a continuación y suben por el lado opuesto del tallo del encéfalo en una banda
ancha que se denomina lemnisco medio.
Sistemas de las columnas anterolaterales. Las vías de conducción que transportan las sensaciones de
tacto, presión burda, dolor, temperatura, pinchazos y prurito viajan por los funículos anterior y lateral de
la médula. Las fibras son pequeñas, mal mielinadas y transmiten a velocidades relativamente lentas,
aproximadamente la quinta parte del ritmo de conducción de las fibras de la columna dorsal. En
contraste con el sistema de la columna dorsal, este sistema tiene un grado bajo de especificidad con
orientación espacial pobre, y en general transmite sensaciones mal localizadas.
Se describirán con brevedad tres vías nerviosas:
a) Dolor. Muchos trastornos patológicos del cuerpo se acompañan de grados y tipos variables de
dolor. En realidad, el dolor suele ser el primer signo de que existe un trastorno de este tipo. Se trata de
una experiencia muy compleja y subjetiva; es difícil cuantificarlo, y a menudo lo es localizarlo
anatómicamente. Hay por lo menos dos tipos de dolor: intenso, súbito o "rápido," y dolor sordo, redolor
o dolor "lento." Se administran muchos analgésicos a los pacientes con objeto de aliviar el dolor, pero es
particularmente difícil controlar' el dolor crónico o resistente al tratamiento. Se han empleado diversos
métodos quirúrgicos para aliviar el dolor resistente, incluso cordotomía, o sección de las vías nerviosas
de la médula; sin embargo, ninguno de estos procedimientos ha dado por resultado alivio permanente
de este síntoma.
Los factores psicológicos, culturales y sociales pueden influir intensamente en las reacciones y la
tolerancia al dolor en diferentes individuos. El sufrimiento es un aspecto de la experiencia del dolor que
parece estar bajo control de la porción frontal de la corteza cerebral, y quizá también por una región del
tálamo.
b) Pérdidas sensitivas. La lesión de cualquier parte del sistema sensitivo se manifestará como
grados variables de pérdida de la sensibilidad. Si la lesión abarca a un nervio periférico, la pérdida
incluirá todas las modalidades sensitivas de la parte del cuerpo inervada por el mismo. Sin embargo, si se
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lesiona cierta parte de la substancia blanca de la médula espinal, la pérdida se restringirá a las
modalidades conducidas por las vías de dicha región medular. Por ejemplo, si se secciona en sentido
transverso la mitad derecha del sistema de la columna dorsal a nivel del primer segmento de la médula
lumbar, se producirá pérdida de sensación vibratoria, tacto fino y propiocepción sobre todas las áreas
del lado derecho del cuerno por debajo del nivel de lesión.
La sección sagital del cerebro mostrará el sitio de estas partes y su relación unas con otras.
La porción anterior del bulbo contiene el cruce de las fibras de los fascículos corticospinales; esto se
llama la decusación de las pirámides. Las vías de fibras ascendentes a partir de la médula se encuentran
en la parte posterior. En la substancia del bulbo existen grupos de núcleos que se I1aman centros vitales.
Estas células nerviosas controlan funciones tan importantes como la respiración, la frecuencia cardiaca y
la constricción de los vasos sanguíneos. Además, las células origen de los últimos cuatro pares craneales
(9, 10, 11 Y 12) se encuentran en el bulbo.
5.7.1.3. Cerebelo.
El cerebelo es la parte posterior del metencéfalo y es la segunda parte del encéfalo en tamaño. Se
encuentra debajo de la parte posterior del cerebro y está separada de ella por un pliegue de la
duramadre en forma de cúpula, que se I1ama tienda del cerebelo. El cerebelo se compone en su interior
de substancia blanca y en el exterior de substancia gris, y tiene surcos poco profundos sobre su
superficie. Además, el cerebelo tiene dos masas laterales o hemisferios, y una parte central I1amada
vermis.
Hay tres pares de anchas cintas de fibras o pedúnculos que unen el cerebelo con otras partes del
encéfalo. Los pedúnculos cerebelosos inferiores se unen al bulbo y la médula, los pedúnculos
cerebelosos medios con la protuberancia, y los pedúnculos cerebelosos superiores con el mesencéfalo.
Las funciones principales del cerebelo se relacionan con la sinergia muscular, esto es, la coordinación
precisa de los músculos motores primarios, sinérgicos y antagonistas en la actividad del músculo
esquelético. Obviamente, es necesaria la coordinación para realizar suavemente los movimientos
musculares. Además, puesto que recibe impulsos aferentes del oído interno, el cerebelo juega papel
importante para mantener el equilibrio. Muchas enfermedades que afectan al cerebelo se caracterizan
por temblores incontrolables y trastornos de la marcha.
Es interesante mencionar que en el hombre lo hemisferios cerebelosos son mucho mayores en relación
con el ver mis que en los animales inferiores. Esta diferencia permite al hombre controlar en forma más
precisa los movimientos independientes de las extremidades; es decir, puede mover voluntariamente
uno de sus brazos o piernas independientemente del otro.
5.7.1.4. Mesencéfalo.
Esta parte del cerebro, que a menudo se llama cerebro medio, se encuentra arriba de la protuberancia y
debajo del cerebro. El acueducto de Silvio que une el tercer ventrículo con el cuarto, pasa a todo lo largo
de esta estructura. La parte anterior está formada por dos masas en formas de cordón, los pedúnculos
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cerebrales. Estas grandes vías están compuestas de fibras mielinizadas que pasan por el cerebro medio y
llevan impulsos hacia o a partir del cerebro.
La porción posterior del cerebro medio se compone de cuatro protuberancias redondeadas y pequeñas
que se llaman tubérculos cuadrigéminos ("de los cuatro gemelos"). Los dos anteriores, tubérculos
cuadrigéminos anteriores, retransmiten los impulsos visuales, y los dos posteriores, tubérculos
cuadrigéminos posteriores, retransmiten los reflejos auditivos. Las células de origen de los pares
craneales 3 y 4 se encuentran en el cerebro medio.
5.7.1.5. Diencéfalo
El diencéfalo, llamado cerebro intermedio, se encuentra entre el cerebro y el cerebro medio. El tálamo
está compuesto de dos masas laterales de substancia gris unidas por una pequeña masa intermedia gris.
Forma las paredes laterales del tercer ventrículo. Todos los impulsos aferentes que van al cerebro
(excepto los del olfato) se retransmiten por cuerpos celulares del tálamo.
El hipotálamo forma el piso y parte de las paredes laterales del tercer ventrículo. El quiasma óptico
(cruce de las fibras nerviosas ópticas) forma la parte anterior de esta zona. Se ha demostrado que el
hipotálamo se encarga de controlar muchas de las funciones corporales y contienen centros para
hambre, sed, sueño y vigilia. Esta parte del diencéfalo también regula la producción de secreciones u
hormonas de la hipófisis, una de las glándulas endocrinas. Se controla la temperatura al temblar o sudar
para producir calor o disiparlo, y estos dos mecanismos son influidos por el hipotálamo.
El hipotálamo desempeña una función muy importante en la regulación del sistema nervioso autónomo
o de las actividades viscerales (pág. 114). La estimulación de diferentes regiones del hipo tálamo da por
resultado aumento de las reacciones simpáticas o parasimpáticas de los órganos inervados. De este
modo, las células del hipotálamo se proyectan hacia centros autónomos de cerebro y médula e influyen
en su actividad. Al parecer hay, además, un mecanismo de retroalimentación entre corteza cerebral e
hipotálamo; esto explicaría que los procesos mentales emocionales den por resultado expresión física,
como elevación de la presión arterial y de la frecuencia cardiaca, boca seca, sudación y otros cambios.
5.7.1.6. Telencéfalo.
La parte mayor del encéfalo humano es el cerebro, que contiene los centros más elevados del sistema
nervioso. Una profunda hendidura, la cisura interhemisjérica, lo divide en dos hemisferios. Lo hemisferios
están unidos en su cara interna por una ancha cinta de fibras transversales que se llama cuerpo cal/oso.
La superficie externa, o corteza, se compone de una capa de substancia gris ordenada en dobleces
llamados circunvoluciones. Las circunvoluciones están separadas por cisuras o surcos.
A causa de los dobleces de la substancia gris sólo un tercio de la corteza es visible en la superficie. La
substancia gris varía en grosor de cuatro a uno y medio milímetros en diferentes zonas de la corteza. Los
cuerpo celulares que componen la corteza están en número de alrededor de siete mil rnillones.
La parte interna del cerebro se compone en su mayoría de substancia blanca formada por fibras de
proyección, que conectan el cerebro con partes más bajas del sistema nervioso, fibras de asociación, que
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conectan neuronas de una parte de la corteza con otras de otra parte del mismo hemisferio y fibras
comisurales, que van de un hemisferio al otro (el conjunto mayor de fibras comisurales es el cuerpo
calloso.) Hay zonas dispersas de substancia gris, llamadas ganglios basales, en la masa de la substancia
blanca.
Hay cinco regiones o lóbulos que forman cada uno de los hemisferios. Cuatro de ellos llevan el nombre
del hueso debajo del cual se encuentran; estos son los lóbulos frontal, parietal, temporal y occipital. El
quinto, el lóbulo de la ínsula, se encuentra debajo de las partes inferiores de las zonas frontal y parietal, y
por lo tanto, no es visible en la superficie del cerebro.
Además de la cisura longitudinal, hay otros dos surcos profundos en la superficie del cerebro. La cisura
de Rolando separa los lóbulos frontal y parietal, y la cisura de Silvio se encuentra entre los lóbulos frontal
y temporal.
Cada uno de los sentidos especiales (audición, visión, olfato, gusto) tiene su propia zona de recepción. El
centro auditivo se encuentra en la masa del lóbulo temporal, en el piso de la cisura de Silvio. El centro
visual se encuentra en la porción posterior del lóbulo occipital, precisamente en la substancia gris que
forma las paredes de la cisura calcarina. Nuestros conocimientos sobre el centro olfatorio en el que
están en estrecha relación el olfato y el gusto, son bastante deficientes. Se cree que se encuentra en la
superficie media de la corteza del lóbulo temporal.
cantidad de músculo esquelético inervado, sino más bien al grado de precisión y finura del control
logrado. Así pues, labios, lengua y manos (particularmente pulgares) tienen representaciones
relativamente mayores que tronco, brazos y piernas. Además del área primaria, casi todas las células
cuyas fibras forman la vía motora voluntaria principal, o sistema piramidal, están localizadas en otras dos
áreas motoras. El sistema toma su nombre de las grandes células piramidales motoras que se
encuentran en la circunvolución precentral, consideradas antes fuente única de las fibras que forman
este haz. Todas las fibras, sin tomar en cuenta sus células de origen, convergen para formar el sistema de
fibras descienden e mayor y más importante en el hombre; se encuentra solamente en los mamíferos.
Estas fibras son las últimas en iniciar la mielinización durante el desarrollo, proceso que principia al
nacer y que no es completo hasta que el sistema es totalmente funcional; esto se produce hacia el final
del segundo año de la vida. El sistema debe estar intacto para que se ejecuten los movimientos
voluntarios; su lesión da por resultado paresias, esto es, debilidad muscular o parálisis.
Las características de este sistema se pueden comparar con las del sistema de la columna dorsal o del
lemnisco de las vías ascendentes; esto es, el sistema está organizado de manera somatotópica, con cada
parte del cuerpo representada en un área específica de la corteza motora. Además, tiene pocas sinapsis
y se dedica primordialmente a movimientos finos y delicados de gran habilidad.
La vía tomada por el sistema piramidal desde la corteza motora hacia los músculo esqueléticos abarca
dos elementos: 1) neuronas motoras superiores en la corteza, que originan las fibras piramidales y .2)
neuronas motoras inferiores en tallo del encéfalo y médula espinal, que contribuyen con fibras para los
nervios craneales y periféricos que inervan a los músculos. Las fibras de las neuronas motoras superiores
forman dos haces, la vía corticospinal y la vía corticobulbar
Aproximadamente la mitad del millón de fibras de cada haz corticospinal terminan en las regiones
cervicales de la médula. De las restantes, la mitad terminan en la médula torácica y el resto viajan hasta
las regiones lumbosacras. Esto implica que el sistema ejerce mayor control sobre las extremidades
superiores que sobre las inferiores.
Aproximadamente 8 por 100 de las fibras descendentes hacen sinapsis directamente sobre las neuronas
motoras inferiores en las columnas grises ventrales de la médula. Las demás lo hacen en interneuronas
que, a su vez, establecen conexiones con las neuronas motoras inferiores. Los axones de estas neuronas
dejan la médula por las raíces ventrales que se unen con las raíces dorsales para formar los nervios
raquídeos. Cada axón de neurona motora inferior que se encuentra en los nervios periféricos sin
interrupción ulterior se ramificará después de llegar al músculo que inerva; un axón puede inervar de 12
a más de 200 fibras individuales dentro de un músculo.
b) Parálisis. Aunque hay otros sistemas descendentes que desempeñan una función en la actividad
motora, el sistema piramidal debe estar intacto para que se ejecuten movimientos voluntarios con un
objetivo. El tipo de pérdida motora manifestado dependerá de la parte lesionada del sistema.
La parálisis fláccida, en la que los músculos están laxos y son blandos, se produce cuando ocurre lesión
de: 1) fibras motoras de los nervios periféricos que inervan al músculo, 2) raíces ventrales de estos
nervios o, por último, 3) neuronas motoras inferiores de la médula cuyas fibras forman esas raíces
ventrales. Están abolidas también las reacciones reflejas, de modo que no hay reflejos tendinosos.
Después de unas cuantas semanas el músculo privado de su inervación empieza a atrofiarse o disminuir
de tamaño. La lesión de las raíces dorsales (sensitivas) de los nervios raquídeos o de sus cuerpos
celulares en el ganglio de la raíz dorsal, aunque no causante de parálisis, interrumpirá la vía del reflejo de
estiramiento. Y por tanto dará por resultado pérdida de los reflejos tendinosos. Se produce parálisis
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espástica como resultado de lesión de la neurona motora superior; esto es, las lesiones de las áreas
motoras de la corteza o de las fibras del haz piramidal que viajan hacia médula espinal producen pérdida
de la actividad motora voluntaria. En contraste con la lesión de la neurona motora inferior, no sólo
existen los reflejos de estiramiento y tendinosos sino que suelen ser hiperactivos. También se observa
aumento o intensificación del tono muscular.
No se conocen a fondo las causas de esta espasticidad. Se cree que los reflejos musculares son influidos
por otras vías descendentes además del sistema piramidal, que tienen acción inhibitoria sobre los
reflejos cuando se activan. Por ejemplo, se puede impedir que se desencadene un reflejo de
estiramiento o tendinoso al contraer voluntariamente el músculo que se somete a prueba. Por otra
parte, algunas fibras del sistema extrapiramidal tienen efectos facilitatorios sobre los reflejos; de este
modo, cuando se elimina la inhibición piramidal después de lesión del sistema estas fibras conservan sus
funciones y ejercen su influencia sin alteraciones.
Las lesiones de la neurona motora superior abarcan sectores completos del cuerpo, más que músculos
individuales. Si la vía de un lado está interrumpida por debajo del entrecruzamiento en bulbo raquídeo,
se producirá parálisis del mismo lado del cuerpo. Cuando se produce lesión por encima de este nivel,
como en las regiones motoras de la corteza, la parálisis es contralateral. La parálisis de las extremidades
superiores e inferiores del mismo lado del cuerpo se denomina hemiplejía. La parálisis de ambas
extremidades superiores o de ambas extremidades inferiores se denomina paraplejía.
Las neuronas que se originan en el sistema extrapiramidal están localizadas en áreas diseminadas del
cerebro, incluso ciertas partes de la corteza cerebral. Una de estas zonas importantes se encuentra en
los ganglios basa/es, masas pares de substancia gris profundamente embebidas en la substancia blanca
de los hemisferios cerebrales. La alimentación de este sistema viene también de otras partes de
cerebelo, mesencéfalo, formación reticular y núcleos vestibulares. Aunque todas estas vías terminan por
último en las mismas neuronas motoras inferiores de médula espinal, al igual que lo hacen las fibras
piramidales, hay muchas interneuronas intercaladas a lo largo de la vía. Por tanto, se trata de un sistema
motor multisináptico y multineuronal, menos específico en su actividad que el sistema piramidal.
Quizá la función global más importante del sistema sea su efecto inhibitorio previamente mencionado en
el flujo constante de la vía motora principal, o directa, de mensajes excitatorios que llegan a las neuronas
inferiores. Los efectos de este control doble consisten en actividades motoras suaves, controladas,
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precisas y coordinadas. Las mejores pruebas de que sucede así se encuentran en los síntomas que
ocurren cuando se lesionan partes del sistema extrapiramidal. Las lesiones de partes de los ganglios
basales o de mesencéfalo, o de ambos tipos, dan por resultado enfermedad de Parkinson. Algunos de los
signos de este trastorno son rigidez muscular, sobre todo de las extremidades superiores, la llamada
plasticidad de los músculos faciales, y el temblor, más prominente cuando se relaja la extremidad. Esto
último se denomina "temblor en reposo". Otras enfermedades que afectan al sistema piramidal son: 1)
corea, que se manifiesta por movimientos musculares súbitos, a sacudidas e involuntarios que no tienen
un objetivo preciso; 2) atetosis, que se caracteriza por movimientos involuntarios de contorsión, como
los de los gusanos; 3) balismo, en el que hay movimientos de balanceo desordenados e incontrolables de
las extremidades.
En resumen, por tanto, aunque la lesión del sistema extrapiramidal no da por resultado parálisis
muscular, como en caso de lesión del sistema piramidal, produce trastornos de los movimientos. Estos
abarcan grados variables de incapacidad para controlar voluntariamente la acción muscular lo que, a su
vez, impide gravemente los movimientos corporales bien coordinados que persiguen un objetivo.
El sistema FR recibe impulsos de las vías ascendentes de la médula espinal, los pares craneales, el
cerebro, los ganglios basales, el cerebelo y el hipotálamo. Además, la FR envía fibras a muchas de estas
zonas.
5.3.2. FUNCIÓN
En la actualidad, se cree que la FR juega dos papeles principales, uno de naturaleza sensitiva y el otro de
tipo motor. A través de sus conexiones ascendentes, la FR causa la "reacción del despertar". Esto se
demuestra por el hecho que al destruir la FR de un animal se produce inconsciencia, de la cual no se
puede despertar al animal. Por otra parte, la estimulación eléctrica de la FR produce actividad
generalizada de la corteza cerebral. De este modo, al parecer la FR sirve para poner en estado de alerta o
activar la corteza en general de una manera no específica.
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Las conexiones descendentes de la FR son de naturaleza motora, e influyen en las neuronas motoras de
la médula espinal. Al estimular sus partes medias se produce una inhibición de los reflejos de la médula
espinal, mientras que la estimulación de las partes laterales de la FR facilita o exagera estos reflejos.
Desde el punto de vista de la evolución, la forma ión reticular es una parte muy antigua del SNC; en
formas inferiores como los peces, la FR y la médula espinal se encargan de controlar toda la conducta. La
formación reticular es muy sensible a los anestésicos generales. En efecto, es muy posible que una de las
acciones de los anestésicos generales sea inhibir ciertas respuestas en la FR y producir así una depresión
general de la corteza cerebral.
Hay dos partes o divisiones de este sistema: el simpático y el parasimpático. Con unas cuantas
excepciones, todos los órganos que reciben fibras nerviosas autónomas están inervados por ambas
divisiones. Las dos divisiones son antagonistas una de la otra: si, por ejemplo, la estimulación simpática
de un órgano acelera su actividad, entonces la estimulación parasimpática de ese mismo órgano
producirá un retardo de su actividad. En estado normal, los órganos blanco de este sistema son
estimulados constantemente en forma igual por ambas divisiones. Sin embargo, al ocurrir ciertos
cambios, como una situación de tensión, algunos órganos recibirán más impulsos de una división que de
la otra.
El sistema de la vida vegetativa es un sistema motor que inerva las vísceras, u órganos internos; por ello,
a menudo se le conoce como sistema motor visceral, para distinguirlo del sistema motor voluntario, que
inerva los músculos esqueléticos. Sus órganos blanco son: 1) glándulas que forman secreciones, como el
hígado, glándulas salivales y glándulas sudoríparas; 2) aquellos órganos que contienen músculo liso,
como el estómago, intestino, útero, vejiga urinaria, vasos sanguíneos y el iris del ojo, y 3) el músculo
cardiaco del corazón.
Hay dos diferencias anatómicas principales entre el sistema nervioso autónomo y el sistema motor
voluntario: en primer lugar, el sistema autónomo emplea una cadena de dos neuronas para transmitir
impulsos del neuro-eje a sus órganos blanco. En segundo lugar, las fibras de estas dos neuronas hacen
sinapsis en los ganglios autónomos que se encuentran fuera del encéfalo y la médula. Se recordará que
todas las sinapsis del sistema motor voluntario se efectúan dentro del sistema nervioso central.
Debe observarse que si bien la cadena ganglionar simpática se extiende más allá de las regiones torácica
y lumbar de la médula en ambas direcciones, en las regiones cervical y sacra, cada ganglio se encuentra
unido al nervio raquídeo por una sola rama comunicante.
Puesto que no hay cuerpos celulares preganglionares simpáticos en estos segmentos de la médula,
obviamente no hay fibras preganglionares para formar las ramas comunicantes blancas. Sin embargo, las
ramas grises se encuentran presentes porque constan de axones de los cuerpos celulares
posganglionares que se encuentran en la cadena ganglionar.
Las fibras preganglionares a las glándulas sudoríparas, folículos pilosos, vasos sanguíneos de la piel y
órganos de la cabeza, cuello y tórax hacen sinapsis en uno de los ganglios de la cadena. Las fibras que
van a los órganos abdominales y pélvicos hacen sinapsis en los ganglios periféricos del abdomen. Es
necesario hacer constar que, puesto que no hay células preganglionares en los segmentos cervicales de
la médula, las fibras que se dirigen a los órganos de la cabeza y el cuello deben originarse en los
segmentos dorsales de la médula y luego dirigirse 'hacia arriba por la cadena, haciendo sinapsis con los
ganglios cervicales antes de emerger.
Las neuronas posganglionares superan en número a las preganglionares. Una fibra preganglionar puede
hacer sinapsis con 25 o más cuerpos celulares posganglionares localizados en ganglios diferentes. Por
tanto, la división simpática ejerce una influencia generalizada en el cuerpo. Puesto que se ocupa en gran
parte del gasto de energía, se la ha relacionado con el mecanismo de urgencia del cuerpo. Por ejemplo,
en un estado de urgencia, como estado de tensión, una de las respuestas corporales será un aumento de
la presión arterial. Esta respuesta ocurre en parte por la estimulación simpática del corazón, que
aumenta su frecuencia, y en parte por estimulación de los pequeños vasos sanguíneos internos, que los
hace constreñirse. Además, se elevará el azúcar en sangre, porque la estimulación simpática del hígado
hace que derrame glucosa en la sangre. Además, los tubos que van a los pulmones se dilatarán para
permitir un aumento de la inhalación de aire. Las arterias que irrigan músculos esqueléticos están en
contracción, se dilatarán y llevarán más sangre a estos órganos. Todas estas respuestas preparan al
organismo para "pelear o huir" y todas son resultado de un aumento de la actividad de la división
simpática.
dirigen hacia ganglios periféricos, donde hacen sinapsis con los cuerpos celulares posganglionares. Estos
ganglios se encuentran cerca o dentro de las paredes de los órganos inervados. Cuatro de estos ganglios
se encuentran cerca del órgano blanco en la cabeza. Las fibras posganglionares de estos cuerpos
celulares inervan el músculo liso dentro del globo ocular, las glándulas lagrimales (que producen
lágrimas), las glándulas nasales y las glándulas salivales.
Todas las demás fibras preganglionares hacen sinapsis en los ganglios intramurales que se encuentran en
las paredes del corazón, bronquios, 'estómago, intestino, vejiga urinaria, etc. Unas fibras
posganglionares cortas de estos cuerpos celulares inervan el músculo liso, el músculo cardiaco y las
glándulas de estos órganos.
Cuando el organismo se encuentra en estado de reposo, se puede demostrar con más facilidad el efecto
de la división parasimpática que el de la división simpática. La primera de estas divisiones produce
respuestas del estómago e intestino necesarias para digerir los alimentos, para formar glucógeno en el
hígado, para producir enzimas digestivas en el páncreas y para disminuir la frecuencia cardiaca. Estas y
otras respuestas parasimpáticas se ocupan de los procesos de conservación del organismo como
digestión y acumulación de substancias necesarias para el bienestar orgánico.
La médula suprarrenal es inervada por fibras simpáticas preganglionares nada más. Esta médula sirve
como un ganglio en sí misma, pues se ha desarrollado a partir de la misma fuente embriológica que los
ganglios autónomos.
Además, en el caso de la inervación propia de los músculos liso y cardiaco por el sistema nervioso
autónomo, no parece haber una distribución motora morfológica precisa de placa terminal equivalente a
la que se observa en las uniones neuromusculares del músculo esquelético.
bloquea también otras terminaciones colinérgicas, se observarán efectos colaterales como sequedad de
boca, visión borrosa y disminución de la producción de sudor y de la secreción gastrointestinal.
Otro ejemplo es la administración de atropina por el oftalmólogo con objeto de examinar la retina,
puesto que la aplicación tópica de este fármaco dilata las pupilas. Al bloquear la acción de las fibras
musculares constrictoras parasimpáticas del iris, inervadas por la división parasimpática, quedan libres
para contraerse sin oposición.