Resumen: Meditaciones Metafísicas Primera y Segunda de Descartes

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Epistemologia

Profesor Diego A. Rodríguez Téllez


Natalia Sánchez Quintero
Pontificia Universidad Javeriana

Resumen: Meditaciones Metafísicas Primera y Segunda de Descartes

Descartes creía que no se puede dudar de lo que es evidente y claro. Su método de razonamiento
se basa en la idea de que el espíritu humano está en el centro de todas las consideraciones, y esto
es solo un pequeño paso para probar la existencia de Dios. A través de su lógica racionalista,
Descarte hizo dudar de la existencia del conocimiento.

Meditación primera: De la necesidad de la duda


Buscando adquirir una certeza que hasta el momento no se había obtenido, el supuesto
fundamental es el siguiente: el objeto del conocimiento es la idea y no la cosa existente. Pero al
no ser suficientes ciertos tipos de ideas se requiere que estas sean claras y distintivas -que su
contenido no sea oscuridad- para ello el método por el cual debe edificarse esas ideas
fundamentales es reemplazando todo lo que no satisface las exigencias científicas. Por ejemplo,
en el caso de la lógica formal, se desarrollan las consecuencias de verdades ya encontradas pero
no ayuda a descubrir nuevas.

Empleando un método más riguroso, siendo las matemáticas o el álgebra para Descartes, puede
hacerse un progreso en el conocimiento y descubrir más verdades. Naturalmente para que pueda
ser aplicado a la filosofía se requiere depurarlo, tomando del mismo solo lo que es esencial para
que sea posible su aplicación. estas ideas al ser indudables, están por encima de la multiplicidad
sensorial y de los juegos de la imaginación.

En el pensamiento cartesiano se creía que debemos construir nuestros pensamientos sobre unos
nuevos cimientos, ya que se basan en varios errores. Tenemos muchas certezas en las que
podemos confiar a través de la mediación de nuestros sentidos, pero también pueden ser
engañosas. Una forma de evitar ser influenciado por estos sentidos es mediante la duda.

Las cosas más simples de la vida ofrecen certezas indudables, y las ciencias son conocidas por su
capacidad para hacerlo. Un ejemplo sería el creer que un cuadrado tiene no menos de cuatro
lados. Sin embargo, se pueden cuestionar otros juicios y se pueden cometer errores. La ficción es
útil cuando se intenta dar sentido al mundo, ya que todas las afirmaciones anteriores son
erróneas o puras especulaciones.
Incluso si nuestra lógica no conduce a un conocimiento firme, todavía se puede dudar de todo.
Es posible que un espíritu maligno o un Dios -poderoso pero sin bondad- haga todo lo que esté
a su alcance para engañarnos. Todo lo que existe sería considerado como un sueño, y todas las
cosas materiales se convertirían en espejismos.

Nada de lo que los sentidos puedan recibir sería por tanto evidente, en su lugar se evita la
precipitación y se deja a un lado aquellos prejuicios que caen en el error. La certeza siendo
puesta a prueba por medio de la duda nos permite recudir la mayor parte de las ideas
compuestas por unas más simples, la descomposición de elementos complejos nos permitirá
pasar de lo desconocido a lo conocido y así cerciorarnos de que nada se omite. Así mismo el
criterio de verdad no está fuera de las ideas mismas ¿que se entendería por verdad? Esta es una
propiedad, algo que se inspecciona en el seno de la misma idea, para obtener aquella claridad
necesaria y en ello se fundamenta el ejemplo del sueño.

A la manera de una revelación divina, Descartes piensa en un camino hacia la unidad y la


certeza. Mientras la filosofía a su pensar gira explícitamente en torno a la disparidad de
opiniones en las cuales se pierde el pensamiento. Si en cambio se logra fundar la filosofía en la
ciencia, la claridad meridiana de las ciencias matemáticas haría desaparecer las disputas vistas en
filosofía.

El apoyo en el modelo matemático como único dominio de certeza y evidencia es una


característica de la filosofía cartesiana y del método racionalista, donde la duda metódica ocupa
un lugar principal. el ser humano se tendría que despojar de sus prejuicios y someterse a pruebas
más radicales, aquí se trata de encontrar la verdad. siendo un medio ajeno al escepticismo donde
se duda de todo pero no como un instrumento.

el error según los distintos aspectos, se basa en que los sentidos engañan aún en los raciocinios
más simples. la imaginación, los sueños, la locura… pueden inducir al error y al no poderse fiar
de algo que lo lleva al error, como por ejemplo los objetos vistos a la distancia no tiene la misma
dimensiones, figura y tamaño que cuando se observa de cerca, una estatua de cerca en redonda y
de cerca cuadrada. Es en la primera meditación de Descartes que se enumeran las razones para
dudar.

Meditación segunda: Del cuerpo y el espíritu


Si asumimos que no todo es real y que nada existe, entonces debe haber alguien que haya sido
engañado. La idea de que soy, existo es una realidad clara y presente. Este es el primer paso para
establecer una certeza verdaderamente inquebrantable. El cuerpo mismo es un objeto limitado
que se puede mover y percibir, pero las percepciones de este Ser también son un sueño. Sólo el
pensamiento puede separar el Sí mismo de la realidad.

El yo es una cosa pensada que consta del alma, la razón y el espíritu. La imaginación no puede
ayudar al conocimiento del Yo porque sólo se refiere a su naturaleza corpórea. El espíritu debe
partir de la imaginación para poder comprender su propia naturaleza.

La imaginación es un componente de la conciencia, y las cosas corporales que siente se perciben


más claramente que el sí mismo. Por ejemplo, las diversas formas de cera que se pueden
encontrar en un trozo de cera no pueden haber sido creadas únicamente por la imaginación,
sino únicamente por la interpretación de los sentidos. La percepción de los objetos por los
sentidos es una prueba de la propia existencia, como si hubiera visto la cera, hubiera sabido que
existía. Sin embargo, aunque todo lo que percibimos no sea real, el sujeto que lo ve sigue
existiendo.

El cogito - el yo pienso - no deja posibilidad a la duda si esta se usa como evidencia y certeza de la
razón. al decir: pienso luego existo no se deduce silogisticamente - existe- de - pienso- sino más
bien lo percibe intuitivamente, no es por tanto, una conclusión de racionamiento. Al no ser un
entimema es entonces la evidencia simultánea del pensamiento y de su existencia.

siendo una especie de intuición o un acto de visión mental y como tal debe ser válido, el cogito -
yo pienso- es una actividad de conciencia, de entender, querer, imaginar, sentir, afirmar, negar…
Se trata de una sustancia pensante o res cogitans. Este es el primer principio, la primera verdad
de existencia que se apoya en lo real.

Las Meditaciones cartesianas son la obra central del racionalismo, y muestran que la existencia
del hombre es sólo prueba de su pensamiento. Dado que las facultades del espíritu humano no
pueden haber sido creadas por nada, debe ser Dios.

En su filosofía, Descartes cuestiona la idea fundamental de la filosofía, que es que todos deben
aceptar la verdad tal como está probada. Le resultó difícil hacerlo debido a las sensaciones que
pueden engañarlo. También argumenta que Dios existe solo como una necesidad práctica, no
como una cuestión de fe.

Descartes, R., Meditaciones metafísicas, introducción, traducción y notas de V. Peña, Madrid:


Alfaguara, 1977.

Preguntas aclaratorias
¿“Pienso luego existo” es solo inferencia o también una performancia?
¿Cómo se encuentran las ideas innatas?

Pregunta Problematizadora
¿Cual es la posición del Yo en relación con las ideas que no son claras pero son íntimas del
pensamiento?

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