Descansos Del Viaje Sobre Los Eclipses

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Pues esto supuesto, dije yo:


     -Eclipse no es otra cosa que una ocultación o privación de la lumbre
del Sol, y porque entre el Sol y la tierra se interpuso la Luna, o porque entre la
Luna y el Sol se interpuso la tierra.
Porque, sabido es, en la perspectiva, que cuando el cuerpo luminoso es
mayor que el opaco, siempre éste es alumbrado por más de la mitad, y su
sombra piramidalmente va en disminución, hasta fenecer en un punto opuesto
al centro del luminoso.
Pues como el Sol luminar mayor anda a vista de la tierra, que es cuerpo
opaco, y el Sol sea mayor que la tierra cuasi doscientas veces, necesariamente
la sombra de la tierra se ha de disminuir en pirámide, hasta fenecer en punto
opuesto de él. Así como el Sol camina en la superficie de la eclíptica, así el
diámetro de la sombra de la tierra se moverá por la misma superficie de la
eclíptica o la parte opuesta del Sol.
Empezando por los eclipses de la Luna, digo que la causa de eclipsarse
es que ésta no tiene más luz que la que recibe del Sol.
Todas las veces que en las oposiciones o Lunas llenas se hallare en una
de las secciones, que dijimos llamarse Caput o Cauda draconis, de necesidad ha
de estar el Sol en el opuesto punto; y entonces queda la tierra interpuesta entre
el Sol y la Luna, y la sombra de la tierra coincide en el cuerpo lunar; y como
la luz del Sol no puede coger lo cóncavo de la Luna, quédase sin luz y padece
el eclipse; y viene a ser general en todas las regiones de aquel hemisferio.
El eclipse del Sol no es privación de luz (porque nunca la pierde), es
sólo una ocultación de sus rayos, causada del cuerpo de la Luna interpuesto
entre el Sol y nuestros ojos; y así, todas las veces que en conjunciones, o
Lunas Nuevas, que tiene el Sol con la Luna, se hallaren en una de las dos
secciones, o modos del Caput o Cauda draconis, o en sus términos, queda la
Luna interpuesta entre el Sol y la tierra, y padece el Sol eclipse y ocultación de
sus luces, por la parte opuesta al diámetro de la sombra.
Y como causan diferentes aspectos en diferentes regiones, hay variedad
en la duración y tiempo; porque el eclipse del Sol no pueda ser general, como
el de la Luna, porque la Luna es menor que el Sol, y nunca puede quitarle
todas sus luces; pero como la tierra es mayor que la Luna, de aquí es que ésta
puede padecer eclipse total y general, el Sol no.
Para demostrar la grandeza y duración de los eclipses, se consideran los
cuerpos del Sol y de la Luna como planos y superficiales; y en esta
consideración dividieron a los diámetros de los luminares en doce partes
iguales, a quienes llamaron dígitos; y cada dígito lo dividieron en sesenta
segundos; y por esta división nos han dado a conocer los astrólogos antiguos
la cuantidad y duración de los eclipses de tal suerte, que en diciendo que el
eclipse es de doce dígitos, ya entiende eclipse total; si de seis, se entiende que
fue oscurecido la mitad del luminar.
Los eclipses de la Luna son más fáciles de calcular; porque, cuando en
la oposición, o Luna llena, se hallan en el Caput o Cauda, o cerca, como me
diste por más que doce grados, es regla general que habrá eclipse; y tanto será
mayor el eclipse cuanto menor fuere la distancia; y así, en doce grados de
distancia no habrá eclipse; pero en diez, en ocho, en nueve, etc., lo habrá.
Pero en los eclipses del Sol, además de conocido el novilunio, es
necesario saber la noticia de los paralajes; y éste es punto más dificultoso de la
Astronomía. Baste esto por general noticia, y vamos sabiendo ahora la
naturaleza de los doce signos, en que pueden eclipsar los luminares, para que
de cada signo hagan vuestras mercedes el juicio y conjetura del influjo, que
este es nuestro fin.
     »Aries es figurado por un carnero; es cálido y seco templadamente;
su naturaleza es de fuego; es signo movible y masculino; es casa de Marte,
exaltación del Sol, caída de Saturno y detrimento de Venus. El día que entra el
Sol en este signo, hace el primer equinoccio; domina en las provincias de
Francia, Alemania, Inglaterra, Polonia; y en las ciudades de Florencia,
Patavia, Nápoles, Cracovia, Zaragoza, Valladolid y Tortosa.
     »Tauro es figurado por un toro; es térreo, frío y seco; es signo
nocturno y femenino; influye frialdad moderada, y con ésta va empezando a
crecer y aumentarse lo vegetable; es casa de Venus, y su gesto exaltación de la
Luna, y tristeza y detrimento de Marte. Domina en las provincias de Irlanda,
Egipto, Armenia, Persia, Media y Asia Menor; y en las ciudades de Capua,
Salerno, Bolonia, Sena, Verona, Parma, Mantua, Palermo, Gerona, Huesca,
Toro, Badajoz, Astorga y Jaén.
     »Géminis es figurado por dos niños abrazados, denotando lo
amigable del tiempo; su naturaleza es cálida y húmeda; engendra un
temperamento muy templado, para todo lo vegetable y animal. En este signo
se fraguó el eclipse del día 22 de Mayo, que es el que a vuestras mercedes, al
Norte y a Francia tiene alborotados. Y es cierto, que a no estar tan infecto e
impresionado el aire de porciones sulfúreas, que por causa de la gran seca que
ha habido en lo más de nuestra España diez años ha, no fueran tan malos los
efectos; y con todo eso, lo benigno y afable del signo le destruye muchas
cualidades pestilentes. Es este signo casa diurna de Mercurio; y este planeta
también es Almutén o significador y dispositor del eclipse. Las condiciones de
este planeta indiferentes; conque junto a un signo tan bueno, no puede ser
dañosa su influencia. Es detrimento y tristeza de Marte, es masculino y diurno;
domina en las provincias de Hircania, Marmárica, Armenia y Margiana; y en
las ciudades de Trento, Ceste, Viravo, Norimberga, Brujas, León de Francia,
Sigüenza, Córdoba y Talavera.
     »Cáncer es figurado por un pescado. Su naturaleza es acuática, fría y
húmeda, femenina y nocturna, influye templadamente. Este signo es casa
diurna y nocturna de la Luna, exaltación de Júpiter, detrimento de Saturno y
caída de Marte. Domina en las provincias de Numidia, Holanda, Nuremberga,
Zelandia, Betania, Etiopía, África y Frigia; y en las ciudades de
Constantinopla, Milán, Pisa, Luca, Venecia, Túnez y Génova, Lisboa,
Granada y Barcelona.
     »Leo es de naturaleza de fuego, cálido y seco en demasía, masculino
y diurno. En este signo, cuando el Sol está en él, seca y aniquila lo vegetable.
Es casa diurna y nocturna del Sol, tristeza de Saturno. Domina las provincias
de Bohemia, costa del mar Bermejo, la Caldea, Italia, Suecia, Turquía,
Proponto, Alpes y la Macedonia; y en las ciudades de Roma, Rávena,
Cremona, Urna, Crotón, Damasco, Praga, Murcia y León.
     »Virgo es signo térreo, frío y seco; se figura en una doncella; y éste
significa lo estéril de la tierra. Es femenino, nocturno y melancólico; es casa,
gozo y exaltación de Mercurio, caída de Venus y detrimento nocturno de
Júpiter. Domina las provincias de Grecia, Babilonia, Asiria, Mesopotamia,
Sicilia, Rodas y las islas de Candía; y en las ciudades de Pavía, París, Ferrara,
Tolosa, Parencio, Lérida, Toledo, Ávila y Algecira.
     »Libra se figura por un peso de balanzas, significando la igualdad de
los días y noches. Es signo masculino, diurno, cálido, húmedo y aéreo. Es casa
diurna de Venus, caída del Sol, exaltación de Saturno y diurno detrimento de
Marte. Domina las provincias de Asturias, Cesperia, Bactriana, Regio y
Tuscia; y las ciudades de Palencia, Lodi, Gaeta, Parma, Viana, Burgos,
Almería y Salamanca.
     »Escorpio se figura en un animal terrestre, llamado así. Es frío,
húmedo y nocturno. Es casa nocturna y gozo de Marte, caída de la Luna,
detrimento y tristeza de Venus. Domina en Escocia, Siria, Mauritania, Getulia,
Capadocia y Judea; y en las ciudades de Mesina, Padua, Aquileya, Crema,
Bujía, Valencia, Játiva, Segovia, Tudela, Braga y Málaga.
     »Sagitario es figurado por un centauro tirando saetas. Es cálido y
seco, y de naturaleza ígnea, masculino y diurno. Es casa diurna y gozo de
Júpiter y detrimento diurno de Mercurio. Domina en las provincias de España,
Arabia Feliz, Esclavonia, Dalmacia y Etruria; y en las ciudades de Malta,
Aviñón, Jerusalén, Milán, Jaén y Calahorra.
     »Capricornio es figurado por una cabra. Es térreo, frío y seco,
femenino y nocturno. Es casa nocturna de Saturno y exaltación de Marte,
caída de Júpiter y detrimento de la Luna. Domina sobre Macedonia, Barbaria,
Portugal, Albania, Moscovia, Gredosia, Tracia, la India y Esclavonia; y en las
ciudades de Verona, Forlinio, Saboya, Tortosa, Soria y Carmona.
     »Acuario es figurado por un hombre vertiendo un cántaro de agua.
Es caliente, húmedo y ácueo; corrompe los vegetables y plantas. Es casa
diurna y gozo de Saturno, y detrimento nocturno y diurno del Sol. Domina
sobre Aragón, Bohemia, Sajonia, Etiopía, Dalmacia, Arabia, Sodiana y
Piamonte, y en las ciudades de Constancia, Jerusalén, Urbino, Pavía,
Monferrato, Zamora, Medina, Palencia y Sevilla.
     »Piscis es figurado por dos peces. Es femenino, nocturno, acuático,
frío y húmedo; casa nocturna y diurna de Júpiter, exaltación de Venus, caída y
detrimento nocturno de Mercurio, y su tristeza. Domina en Persia, Irlanda,
Normandía, Lidia y Sicilia; y en las ciudades de Orense y Santiago, y parte de
Sevilla.
     -Estos signos ya los registramos en la octava y décima esfera -dijo un
compañero-; lo que no hemos visto allá es la equinocial, coluro y otra
greguería de cosas, que acá les oímos a vuestras mercedes, y nos ponen en sus
Pronósticos.

     -Ya entiendo a vuestra merced lo que dice -respondí yo-, y porque no


se me vayan de mi cuarto sin saber todos los principios, así accidentales como
sustanciales de una y otra esfera, en breve la he de instruir con la general
doctrina y principal división; pues a ella se debe el conocimiento del cielo y el
haber hallado franco comercio del de la tierra a los superiores orbes: Plurinum
debemus antiquis ob tontum inventionem, cum coelum palpemus manibus ictuque
inventionem, cum coelum palpemus manibus ictuque oculi distantias locorum, ac si in
Coelis degeremus.

Para la inteligencia de los movimientos celestes y situación de sus


cuerpos, imaginaron los astrólogos, además de la general división en los doce
pedazos o casas, diez líneas en el cielo estrellado, por este orden.
Los signos, que hemos visto, están en un círculo de esta esfera que
divide al cielo en dos partes iguales; y a este círculo dieron los astrólogos
latitud de doce grados; pero en los demás círculos no tiene latitud, éste es un
círculo oblicuo, por ser tan ladeado como consta de las declinaciones que el
Sol hace cuando se encamina al Septentrión: llámase también signífero,
porque lleva consigo todos los signos. En medio de su latitud imaginan una
línea, a quien llaman eclíptica, donde el sol no se aparta ni declina jamás; y
llámase así, por hacerse en esta línea los eclipses.
La equinoccial es también círculo máximo y divide la esfera en dos
partes iguales, pasando por los dos signos de Aries y Libra; y en llegando el
Sol a estos puntos o signos, hace los equinoccios e igualdad del día y la noche
en toda la tierra.
El horizonte es otro círculo mayor, terminador y determinador de
nuestra vista, por aquella parte por donde, y nuestro parecer, se corta el cielo
con la tierra; o por mejor decir, es un círculo que termina y remata la vista,
tendida por la redondez de cualquier parte donde el hombre la tiende.
Meridiano en el círculo de mediodía, y en éste toca el Sol en cualquier tiempo
del año al punto del mediodía; está siempre sobre nuestras cabezas atravesado
del uno al otro polo del mundo; la una mitad está siempre sobre nuestro
hemisferio, y la otra debajo; y en éste toca el Sol al punto de la medianoche; y
según la habitación de cada uno se considera el meridiano; y así son diversos
los meridianos, como lo son los horizontes; porque no todos tienen un mismo
horizonte y un meridiano.
Los dos círculos coluros son unos círculos que dividen también la
esfera en dos mitades iguales, y son diferenciadores de los puntos de los
equinoccios y solsticios; y sirven de regla y mensura para muchas
observaciones de los astrónomos. Además dio estos seis círculos máximos,
que dividen al cielo en dos partes iguales, hay otros cuatro círculos. Los dos
primeros de los menores, y que no dividen la esfera en porciones iguales, son
los círculos de los trópicos, el de Cáncer y el de Capricornio; el círculo que
causa el Sol cuando está en el principio de cancro y el que describe o causa
cuando está en el principio de Capricornio llámanse solsticios, como si el Sol,
para volver atrás, hubiese de volver a parar en ellos.
Estos signos terminan las máximas declinaciones del Sol, y diferencian
a la zona templada de la tórrida. Los otros dos círculos menores son el Ártico
y Antártico: son definidores de las zonas heladas o frígidas. El diámetro de
estos círculos es cuarenta y siete grados; y en el medio de cada uno de estos
círculos están los polos del mundo, puntos o remates del eje que atraviesa la
esfera de arriba abajo.
El punto nuestro es llamado polo septentrional, por las siete estrellas
que están junto a él; que así llaman los ciegos a lo que nosotros llamamos
Bocina y Norte. La estrella Polar no es el Norte ni el polo; antes dista de él
más de dos grados. El polo contrario al nuestro se llama antártico, porque es
opuesto al polo ártico y meridional, por ser del lado del mediodía, según
nuestro respecto. Todo cuanto hemos dicho de la esfera celeste se debe
entender de la terráquea, porque de los mismos círculos consta una que otra,
pues los cosmógrafos, para la descripción del orbe terráqueo, se valen de ella
y es precisa esta misma división; y para entender mejor la ciencia de estos
círculos, puede cualquier curioso dividir un globo material y formar en él las
diez líneas, del modo que dice el Padre Tosca(5) en su Compendio matemático; y
comprendidas en el globo material, tiene sabidas las del cielo, que imaginan
los astrónomos, y las que en la tierra, para su descripción consideran los
cosmógrafos, que son todas unas mismas.
     Al mismo tiempo que yo a mi parecer estaba explicando estas
noticias, me persuadía en la fantasía que entraba en mi cuarto un mozo (y no
era mi criado, porque a mi nadie me sirve, como yo me sirvo) con un garrafón
de agua y un canasto de azucarillos, y que iba llenando los vasos de una
salvilla (que tampoco la había, ni la he tenido jamás) y fue sirviendo a mis
amigos la bebida. Yo les dije:
     -Caballeros, ya habrán vuestras mercedes recuperándose de la fatiga
y cansancio del dilatado camino, refresquen y descansemos, que ya nos falta
poco que dictar acerca de los influjos y efectos de los eclipses, y podrán
vuestras mercedes volverse a sus casas.
     En ninguna de las pasadas fantasías me persuadía yo que podía
soñar, si no es en ésta del refresco, mozo, azucarillos, salvilla y vasos; porque
todo esto es contrabando en mi posada; porque como están los ojos enseñados
a ver sólo una cama, como Dios me la ha dado, una silla, que la suenan los
trebejos como bolsa de damas, una lía, que forma un ángulo en los dos
remates de las esquinas del cuarto, donde están ahorcados, y no por buenos,
mis vestidos; extrañaba que ni por sueño pudiera haber llegado tanto bien a
mis puertas; en fin, bebimos e hicimos por un rato parar el discurso.
 
 
Descansos del viaje
De la facultad de las causas superiores, y cómo se aviene con las inferiores; de
las casas einflujos particular y general, así como del eclipse del día 22 de mayo de
1724, como de los que pueden suceder hasta la fin del mundo, y otras curiosidades.

     Aunque los cuerpos celestes, por la inmensa distancia que hay de


ellos a la tierra, parecen exiguos, ya han visto vuestras mercedes su
desmesurada magnitud, y aún son mayores que los que nosotros discurrimos.
Estos cuerpos celestes hacen su impresión en los inferiores por su movimiento
y por su luz, y por su influencia. Por el movimiento, porque éste es la vida de
todo lo criado, porque cesando el movimiento, cesan las generaciones y
corrupciones, y todo natural movimiento; por la luz, porque la lumbre de los
cielos imprime en el aire las primeras cualidades; y del temperamento de las
primeras se engendran las segundas, de donde se sigue que los cuerpos
celestiales hacen con su luz todas las alteraciones y mutaciones del aire y otros
cuerpos inferiores: por la influencia, porque con maravilloso modo labra en las
entrañas de la tierra los metales, piedras, etc., y en la superficie de ella
fomenta las producciones de mieses y plantas; y según la varia influencia, y
según el diverso sitio del lugar hace producir y engendrar sustancias diversas;
porque no todo lugar es bueno para producir aromas, ni en todos los terrazos
se engendra el vino dulce. Del mismo modo varían estas influencias en las
inclinaciones del hombre (dejándole siempre libre su voluntad, que a ésta
nadie la manda, si no es el mismo hombre); y así, según la buena o la perversa
constelación, a unos hace afortunados, a otros infelices, a unos borrachos, a
otros lujuriosos, a unos ladrones, y a otros soberbios; pero aunque al hombre
le inclinen las estrellas, le queda libertad para elegir a su voluntad; que en ella,
ni el cielo ni el influjo hacen impresión. La parte de la Astrología que trata del
concurso de las causas agentes con las pacientes, del temperamento y
mudanzas del aire, y de los tiempos, era necesaria, ya que vamos a explicar en
general los eclipses; pero bastará que vuestras mercedes, con prudencia, hagan
juicio de que no todas las regiones padecerán estos efectos, sino solamente
aquellas tierras que concuerdan con la triplicidad en el signo en que se fraguó
el eclipse, y más si el eclipse fragua sobre sus horizontes. Es importante
también hacer un juicio de la impresión del aire por los años antecedentes; y
así, por cuanto este año han sido más copiosas las lluvias, daremos más humor
ácueo y sulfúreo en el aire. Esto no lo enseña la Astrología, es menester aquí
el buen juicio de vuestras mercedes haga estas prudentes conjeturas. Es
necesario, también, que vuestras mercedes tengan noticia de las doce casas del
cielo; porque es de esencia de este asunto juntar la naturaleza de aquel pedazo
de cielo o casa con el signo en que se fragua la conjunción eclíptica, para ir
juntando, así los influjos de la casas como los del signo y del planeta señor del
eclipse, y de la impresión que prudencialmente tendría el aire al principio,
medio y fin del eclipse; y así, tratando de las casas, digo que dividen los
astrólogos y todo el cielo formal en doce casas. A la primera llaman Ángulo
del Oriente, Casa de las vidas y constitución del cuerpo; a la segunda, Casa de
facultades y bienes; la tercera, casa de los viajes; la cuarta, de los bienes
estables y fin de cosas; la quinta, Casa del contento; la sexta, de las
enfermedades; la séptima, de los enemigos y mujeres; la octava, es de la
muerte y herencias; la novena, de los viajes y de religión; la décima, de los
honores y dignidades; la oncena, es Casa de la Fortuna y la duodécima es de
los enemigos ocultos y cárceles.
     »Oigan vuestras mercedes la explicación de cada casa, así de sus
influjos especiales en el hombre, como de su cualidad y naturaleza, y de los
planetas que son consignificadores de ellas.

Casa primera
     La primera casa, llamada Ángulo del Oriente, Horóscopo
ascendente, y Casa de la vida; en ella estuvo aquella parte del cielo que en el
punto de la Natividad asciende, y que hizo la primera impresión. Es
significación del cuerpo y su forma, de la salud, vida, ingenio, complexión y
costumbres, de la propia industria; y es de donde se toman los principios de
las cosas. En ella tiene gozo Mercurio, por significador de los espíritus
animales. Joviano Pontano(6) lo excluye de esta dignidad por versátil. Julio
Firmico(7) dice que Saturno, fortunado en esta casa, y no leso de Marte, ni
combusto del Sol, y con rayos felices de Júpiter y Venus, indica vida larga y
buena salud. Es casa feliz, femenina, su color blanco, su cualidad fría,
húmeda, flemática, y es con ella consignificador Saturno, por el primero y
supremo de los planetas.

Casa segunda
     La segunda casa, sucede a la primera debajo de tierra. Significa la
hacienda, las ganancias, riquezas movibles, los censos y los bienes, que con
industria y trabajo se adquieren; los ministros fautores, personas, facultades, y
medios necesarios para la adquisición, y el tiempo de su duración y de
decaecimiento hasta el fin de la vida. Es casa en quien ningún planeta tiene
gaudio; es consignificador Júpiter, porque naturalmente significa sustancia de
bienes; y hallándose en ella por cuerpo o buen aspecto, no impedido, da
grandes riquezas, siendo señor de ella, las promete por oficios, y dignidades
eclesiásticas, por mercedes, dones de buenas personas. Si el significador fuere
Marte, bien afectado por la milicia; si Venus por mujeres y favores de amigos.
Si Saturno, por labranza y cultura de la tierra; y si Mercurio, por ciencias y
mercaderías. Grande impedimento es, cuando en esta casa se hallan
corporalmente, o el Sol, o Saturno, o Marte: el Sol, porque destruye los
planetas que con él se juntan, y les quita la lumbre; Saturno, porque es la
misma vanidad, pobreza y necesidad; y Marte, porque significa impedimento,
trabajo, y defecto de sustancia; fuera de esto, es casa feliz, femenina; su color
verde, su complexión fría, y húmeda flemática.

Casa tercera
     La tercera casa se llama la de los hermanos y parientes, aunque
Ptolomeo no hace mención de ellos en sus Apotelesmas. Joviano Pontano(8) dice
que el hombre es animal sociable naturalmente, ninguno tanto; y que esta
comunicación es primero con sus hermanos y allegados; y que la tercera casa
es la primera, que se junta por aspecto sutil amigable con el ascendiente; por
lo cual tiene con propiedad el significado de los hermanos; y parientas de la
hospitalidad, la Fe, Religión, Piedad la correspondencia y amar de los
hermanos; las controversias y pleitos en juicio, los viajes breves y legaciones:
de aquí se toma la denominación de los buenos y felices acontecimientos.
Tiene gaudio en esta casa la Luna: el color es azafranado, su naturaleza
femenina, su vigor mediano, su complexión fría, y húmeda flemática, y es
Marte su consignificador.

Casa cuarta
     La cuarta casa significa a los padres, el patrimonio, heredades y
bienes raíces, los campos, cultura de la tierra, labores, minas y fundiciones de
metales, cimientos, edificios, tesoros, y cosas escondidas, las presas, despojos,
y el fin de las cosas; y tómanse también las herencias, cuando el señor de la
cuarta se halla en segunda o primer casa, o el señor de la primera o segunda en
la cuarta, y la fama y opinión después de la vida. Ningún planeta tiene gaudio
esta casa; antes de opinión de Hermes, es sepultura de los planetas: es
medianamente feliz, y masculina: su color rubio, su complexión fría y seca,
melancólica, su consignificador el Sol. Dice Hermes(9) Res paterna transit in
filium, dum Saturnus fuerit fortunatus, et ex dilectione aspexerit Dominum
ascendentis, magis, ac amplius, se fuerit Dominus quarti loci.

Casa quinta
     La quinta casa se llama de los hijos, que como a la tercera se le dio el
significado de los hermanos, por el sextil que tiene con el ascendiente; a la
quinta por el trino, se le da el de los hijos, su estado, número y otros
ascendientes, las donaciones, y aquello que es del gesto, amor, deleites,
convites, músicas, conversaciones familiares, nuncios y dones. Tiene Venus
gaudio en esta Casa: su color es melancólico, mediana su felicidad, es
masculina, de cualidad fría y seca, melancólica, su consignificador Venus.

Casa sexta
     La sexta casa significa las enfermedades: es lugar desierto, y como
fuera de la frecuencia de los hombres, y frecuentado de animales venenosos y
hierbas nocivas; y regularmente cuantos planetas se hallan en esta casa, tantos
géneros de enfermedades predicen, especialmente en la vejez. Y los planetas
que se hallan en la duodécima, mayormente estando infortunados, indican
enfermedades en la puericia, significa también esta casa los criados, siervos,
esclavos, los animales domésticos, y el ganado menor, y toda cosa doméstica
y de servicio, el sustento y protección que el señor debe al criado, y la
obediencia que el criado al señor. Tiene Marte gaudio en esta casa, y la
consignificación Mercurio: su color es negro, su naturaleza infeliz; es
masculina, aunque débil, de cualidad fría y seca, melancólica. Planeta si non
fuerit in locorum aliquo suae potestatis, et ipse fuerit in sexta, vel duodecima domo,
tunc fortunabitur. Ibi:Abent. y Ptolomeo(10), dice: Exercet saepevires stellae, quo in
loco nullas habet vires lucrum inexpectatum afferens.

Casa séptima
     La séptima casa se llama de las bodas y casamiento; significa la
inclinación a la continencia o al matrimonio, y al número de las mujeres y la
cualidad; significa también las ventas y compras, los enemigos declarados y
sus operaciones, los ladrones desterrados, fugitivos y las contiendas: ningún
planeta tiene gaudio en esta casa, consignificadora la Luna, su color blanco,
feliz, femenina, de complexión cálida y seca, colérica.

Casa octava
     La casa octava llaman los astrólogos lugar interficiente y casa de la
muerte natural o violenta, por cualquiera causa externa o interna: es lugar
flaco y ocioso, que no tiene vista con el ascendiente y es nocivo: significa las
herencias de los muertos, los tesoros escondidos, la tristeza y los venenos
letales. Dice Ptolomeo, que se mire el estado del grado interficiente, cuál de
los planetas se halla en él, o tiene con el aspecto, y según su naturaleza,
insinúa la muerte. Si fuere Saturno, la muerte será por largas enfermedades,
flemas, reumas y defectos de la naturaleza. Si Júpiter, por apostemas en el
tragadero y pulmón; si Marte, por fiebres continuas agudas; si Venus, por
mala afección del estómago, del corazón y del hígado, por flujo de sangre,
apostema derramada por el cuerpo y fístulas; si Mercurio, por morbo caduco,
gota coral, falta de juicio y pérdida de sentido. En esta casa no tiene gaudio
planeta alguno, si bien la llaman templo de la Luna; y según Fírmico(11), y
Pontano(12): La Luna en nacimientos nocturnos en esta casa bien colocada,
aumentada en luz, y con felices rayos de fortuna, libre de infortunio, promete
gran felicidad: es consignificador Saturno: su color negro, su naturaleza infeliz
y mala, femenina; y su complexión caliente y seca, colérica. En esta casa se
fragua el eclipse del 22 de Mayo.

Casa nona
     La casa nona es semejante y más eficaz que la tercera, así por estar
en la parte superior del círculo, como por el aspecto trino con el ascendente
que es de perfecta amistad: significa la Religión, y cosas tocantes al culto
divino, las dignidades eclesiásticas, la Piedad, la Fe, las Facultades, las Artes,
la Filosofía, la Ciencia, la aptitud y la inclinación a la Religión, las buenas
costumbres y recta institución: tiene también la significación de las sectas y es
casa de los viajes largos y los juicios de legaciones, y los piadosos, los sueños
y las adivinaciones: tiene el Sol gaudio en esta casa, y es consignificador
Júpiter; su color es melado; su naturaleza mediana y femenina, su cualidad
caliente y seca, colérica.

Casa décima
     La casa décima se llama medio cielo, el culmen, o lo sumo del ciclo,
corazón del cielo, casa regia, Cuspis Real, y de los honores: significa los
imperios, dignidades, oficios, magisterios y honores; es término y primacía de
los bienes civiles que aspiran los hombres; y también significa el género de
vida, las eminencias y superioridades es las Artes, y el favor, y mercedes de
los príncipes y magnates, y las privanzas; tiene significación de la madre, su
estado y condición después de nacido el infante. En esta casa no tiene gaudio
planeta alguno; es consignificador Marte; el color es melado; su naturaleza
feliz, masculina, su cualidad es caliente y húmeda, sanguínea.

Casa undécima
     La undécima casa es de fortuna, de las esperanzas, de los favores,
benignidades, buenos sucesos, felices, de los amigos fieles y falsos, con quien
se tratan familiarmente: significa los consejeros y ministros del rey y de los
príncipes. Tiene en esta casa gaudio Júpiter, el cual, hallándose en ella bien
afecto con dignidad y libre de infortunio, es felicísimo, y da favor en todas las
cosas; y así como la décima es casa del rey, la undécima es de los que hacen
su causa, y los auxilios de la hacienda real, y de las esperanzas; y
consiguientemente la primera casa del pueblo, y la segunda de su hacienda y
sustancia: e impedida cualquiera de ellas, impide todo lo tocante a su
participación: es consignificador el sol; su color azafranado, su naturaleza
mediana, masculina, su complexión cálida y húmeda, sanguínea.

Casa duodécima
     La duodécima casa significa los enemigos ocultos, las cárceles,
tristeza, adversidades, insidias, y turbaciones, trabajos, envidias y dificultad;
significa también los animales mayores, y el daño que de ellos puede resultar;
la fidelidad de los criados y su hacienda, algunas enfermedades,
especialmente, en la puericia.
     Conjetúranse de aquí los sucesos que las mujeres tienen en los
partos, los susurros y malas sospechas; y da aptitud para penetrar la distinción
de las cosas. Tiene en esta casa gaudio Saturno; su consignificador es Venus;
un color verde, su naturaleza infanta y maligna, masculina; su complexión
caliente y húmeda, sanguínea. Si el señor del ascendiente se hallare en esta
casa, insinúa muchos enemigos, con distinción, que si estuviere fuerte y
fortunado, los supeditará; y si estuviera débil, será supeditado de ellos.
     Para los eclipses, sólo harán vuestras mercedes juicio del general
influjo, porque los demás sólo sirven para los juicios gentilíacos de los
nacimientos. Ya que vuestras mercedes pueden ir juntando circunstancias del
signo, de la casa del planeta, y de la disposición anterior del aire, vamos
sabiendo en uno y otro luminar las observaciones particulares que tienen
hechas los astrólogos en cada mansión del cielo, así de los eclipses del Sol
como de la
 
 
Predicciones de los eclipses de sol y luna
     En sus Apotelesmas(13), dice el príncipe de los astrólogos, Ptolomeo,
que de los eclipses de los luminares, nunca se puede pronosticar nada bueno; y
que si sucede en el ascendente, pronostica muertos, graves enfermedades y
peligrosas pestes. El tiempo en que sucederán los eclipses, es desde el
ascendente a la casa décima, y desde la décima a la séptima, contando por
quince grados de equinoccial una hora, y por cada hora un mes; de suerte, que
si el eclipse sucede desde el ascendente a la décima, a treinta grados de
equinoccial, serán dos horas, y por las dos horas se entiende que comenzarán
los efectos de los eclipses, desde el principio del mismo eclipse en dos meses;
y así contando hasta la décima casa, que hay noventa grados, los seis meses.
Si sucediere desde la décima a la séptima, que hay noventa grados, se han de
ir contando hasta seis horas, desde el fin del eclipse, seis meses; dando
siempre a quince grados de equinoccial una hora, y a cada hora un mes. Los
eclipses del Sol tendrán tantos años de duración cuantas horas tuviera el
eclipse, y los de la Luna, durarán sus efectos tantos meses cuantas horas
durare el eclipse. Los eclipses de los luminares en las anuas revoluciones, son
sumamente nocivos, si suceden en la distancia desde el grado ascendente al
lugar del tal eclipse; y todos los accidentes de los eclipses del Sol no pueden
tener más duración que doce años, y los de la Luna doce meses.
     »Se deben considerar los planetas dominantes y el signo; porque los
efectos no son del eclipse, sino de los significadores. Los eclipses del Sol son
poderosos; y si se fraguan cuando florecen los frutos y mieses, es destruición
suya, y significa esterilidad.
     »Los eclipses de la Luna pronostican lluvias, y algunos sequedad,
terremotos, esterilidad e incendios. Los eclipses de uno y otro luminar hacen
más su impresión en lo general de ciudades y reinos, que en lo particular de
las personas. Un eclipse no puede de todo punto pronosticar en toda la tierra
penurias, carestías y pestilenciasi ni la peste puede durar más de cuatro años.
Si el eclipse sucediere en signo humano, sus efectos e influjos serán en cosas
humanas, como este eclipse que sucedió en Géminis, signo humano.
     »En Aries, el eclipse daña los frutos. Los eclipses de libra corrompen
y pudren las hierbas y mueven rencores y cismas entre los eclesiásticos. En
Capricornio influye copia de langostas y gusanos, amenaza perdición de
naves, sumersiones en la mar, y mudanza de costumbres y leyes en las
regiones de su dominio. En Géminis y Sagitario denota muerte de las aves, y
con especial las que sirven para el sustento del hombre. En Virgo y Piscis
destruye todo lo vegetable, animales acuáticos, y corrompe el agua de las
fuentes. En Tauro, Leo, Escorpio y Acuario influye ruina de edificios,
simulaciones y traiciones. Si el eclipse se fragua la undécima o duodécima
casa, amenaza ruina de edificios y muerte de gente joven y adolescentes. Si en
la décima o nona, amenaza a los reyes, príncipes y eclesiásticos con muerte o
grave enfermedad. Si en la casa octava o séptima, indica mudanza de leyes,
institutos y sectas, y con muerte o casos notables a los viejos.
     »Saturno, si fuere señor o dispositor del eclipse, es causa de fríos
grandes, heladas, nieves y granizos, y en especial en los signos ácueos y
aéreos, tempestades, vientos recios, inundaciones de ríos, peligrosas
embarcaciones, terremotos, penurias en los frutos por corrupción y por
gusanos, oruga y langosta. Mueve las enfermedades crónicas, fiebres,
cuartanas pestilentes, epidemias, causa destierros, muertes, cárceles y llantos.
     »Júpiter, señor del eclipse, da buena disposición a las cosas, salud,
paz, acrecentamientos, ganancias, trato con los poseedores; favores a los
reyes, copia de animales necesarios al hombre y destruye lo que le es
contrario; copia de trigo, templadas lluvias; templa el aire y lo limpia, da
fortuna en los viajes de Indias y toda navegación, y finalmente, es planeta
autor de bienes y felicidades.
     »Marte, especialmente en signo ígneo, influye sequedad en las
fuentes, corrompe las aguas, mueve vientos cálidos, tempestades, truenos,
rayos, centellas, repentinos naufragios, pérdida de naves, destruye los
animales que sirven al hombre, arruina las mieses y las plantas y árboles por
langostas, gusanos, moscas, orugas y todos los animalejos que se engendran
del putre de la tierra, y en las mismas trojes podrece las semillas. En signos
humanos comúnmente engendra tabardillos, morbos estuosos, corrompe la
sangre, arruina edificios, causa incendios, hurtos, crueles estragos, muertes
violentas, guerras, tumultos en las plebes por iras y violencias de príncipes;
causa destierros y prisiones; causa desestimación en los virtuosos y estimación
en los crueles y facinerosos, y mueve el apetito a cosas ilícitas.
     »Venus bien afecta, y señora del eclipse, influye generalmente lo que
Júpiter; pero más alegría, porque causa fiestas, música, holguras, el cielo
apacible, buenos frutos y opulentas cosechas.
     »Mercurio (éste fue dispositor de este eclipse, cuya influencia vienen
vuestras mercedes a averiguar) es impetuosísimo, veloz: es planeta
indiferente, pero en todo camina sin reflexión; y así causa vientos turbulentos,
rayos, truenos; pero poco estable en todo: hace dificultosas las navegaciones
con derrotamientos, naufragios, invasión de piratas; es autor de hurtos y
rapiñas, mueve borrascas y huracanes, inclina a mentiras, y es usurpador de
las cosas ajenas; mueve pleitos, inclina a mudar religión, costumbres y leyes;
causa repentinas enfermedades, toses, corrupciones, vómitos, fiebres agudas;
en todo es pronto, veloz e instable este planeta; pero dice Ptolomeo, en sus
Apotelesmas(14) que bien afecto de otros planetas, indica lo contrario. Con que
de lo dicho se infiere, que si Júpiter o Venus, bien afectos y con amigables
aspectos, son denominadores, no pronostican mal de los eclipses; porque la
significación es del signo en que sucede y de los planetas que dominan en el
eclipse, en que el Sol y la Luna, como causas universales, concurren con los
influjos de las estrellas fijas y erráticas para que consigan sus efectos.
Generalmente el eclipse en Tauro, Virgo y Capricornio significa penuria de
frutos, mayormente en las semillas; en Géminis, Libra y Acuario, hambre,
peste y enfermedades; en Cáncer, Escorpio y Piscis, muertes repentinas,
sediciones, guerras y perdición de naves.
     »Ahora trataremos de los influjos del eclipse de Sol, por los decanos
de los signos.
     »Cada signo tiene treinta grados, y cada signo tiene tres decanos,
contados de diez en diez los grados. Pues si el eclipse de Sol sucediere en el
primer decano de Aries, significa grandes movimientos de armas, ejércitos,
controversias, sediciones; el segundo decano, opresión y muerte de reyes,
corrupción de frutos; en el tercero, tristezas, llantos y abortos en las preñadas.
Si el eclipse de Sol sucediera en el primer decano de Tauro, destruye los
negociantes y comerciantes, y daña a las mieses; en el segundo ofende a las
mujeres en los partos y a los caminantes; y en el tercero predice hambre y
peste. En el primer decano de Géminis, mueve entre los eclesiásticos
pendencias y lides, odios, desprecio de las leyes, e irrita los ánimos,
olvidándolos de toda piedad. En este primer decano se fraguó el eclipse del 22
de Mayo de 1724. Algunas disensiones hemos visto en estos días entre
personas eclesiásticas (quiera Dios que cesen). En el segundo causa robos en
la mar y muertes; en el último indica muerte de rey, detrimento en el estado
político, e irrita los negocios civiles. En Cáncer, en su primer decano, perturba
el aire con notable variedad; en el segundo, deseca fuentes y ríos; en el último,
pronostica en Armania y África, y en todas las regiones sujetas a este signo,
enfermedades, pestes y pleitos. En los primeros grados de Leo, pronostica
muerte de príncipe; en el segundo causa ansias, agonías y enfermedades
ocultas; en el último, pronostica cautelas, atrevimiento y profanación de cosas
sagradas. En el primer decano de Virgo, predice desastrado fin de algún rey;
en el segundo, hambre y peste; en el tercero, amenaza con infortunios a las
personas de ingenio, poetas, pintores, matemáticos, y los conduce a cárceles y
a destierros. En el primer decano de Libra, corrompe el aire y mueve la peste,
truenos y tormentas; en el segundo, muerte de rey, y odios entre soberanos; en
el tercero, pérdida de haciendas en la mar. En el primer decano de Escorpio
causa bélicos tumultos, muertes, odios, traiciones; en el segundo, cautiverios,
y daños en los príncipes, y falso ánimo de sus capitanes; en el último, amenaza
venida de príncipe tirano. En el primer decano de Sagitario, predice sediciones
en el segundo, muerte de cuadrúpedos; en el último, causa aflicción en los
ejércitos. En el primer decano de Capricornio, denota infortunios a varones
grandes, mudanzas de rey, rebelión de la plebe; en el segundo, sucesos
desastrados en los soberanos por conmoción de sus ejércitos; en el tercero,
tumultos. En el primer decano de Acuario, influye hambres y temores,
tristezas; en el segundo, robos, terremotos y hambre; en el tercero, muerte de
ganados y brutos. En el primer decano de Piscis, deseca los ríos e infortuna los
lugares marítimos; en el segundo, muerte de personas principales, y en las
regiones marítimas mortandad de peces y terremotos; y en el último,
crueldades e inhumanidad en los soldados.
     »Cuando los eclipses de Luna se forjan en el primer decano de Aries,
señalan fiebres, incendios de templos, sequedad en el aire; en el segundo,
pestes; en el tercero, abortos en las mujeres. En el primer decano de Tauro,
indica enfermedades y muertes, y robos en el ganado; en el segundo, muerte
de reina, en el último, muerte de animales ponzoñosos. En el primer decano de
Géminis, amenaza acometimientos de enemigos; en el segundo, con ejércitos
repentinos; en el último, señala fama por muerte de varón sapiente. En el
primer decano de Cáncer, indica guerra; en el segundo, impone pensiones y
tributos intolerables; en el último, enfermedades en las mujeres, súbitas
miserias y muertes. En el primer decano de Leo, predice acelerada enfermedad
en algún rey, en el segundo, indica viaje en el rey y mudanza en su estado; en
el último, mueve los pueblos a novedades de guerras. En el primer decano de
Virgo, incluye discordias y sediciones; en el segundo, amenaza daño a los
consejeros, letrados, hombres de negocios y comerciantes; en el último, letales
morbos. En el primer decano de Libra, mueve torbellinos y tempestades
dañosas, granizos y heladas; en el segundo, pleitos perniciosos; y en el último,
pronostica muerte de varón grande. En el primer decano de Escorpio, conduce
horrorosos truenos, terremotos y rayos; en el segundo, destrucción de lo
vegetable y enfermedades en los racionales; en el último, lo mismo. En el
primer decano de Sagitario, mueve hurtos y rapiñas; en el segundo, daña los
animales cuadrúpedos; en el último, influye pestilencia. En el primer decano
de Capricornio, causa tumores, golpes y cardenales, y muerte perniciosa de
varón insigne; en el segundo, excita fuertes acometimientos e insultos, de
soldados, cautiverios y hurtos; en el último, pleitos y muerte de rey. En el
primer decano de Acuario, indica enfermedad peligrosa de príncipe; en el
segundo, daño general en las semillas; en el último, mudanza insigne en todas,
las cosas. En el primer decano de Piscis causa tristeza en prelados
eclesiásticos y daño en sus bienes; en el segundo, amenaza muerte de varón
insigne; en el último, latrocinios por mar y tierra.
     -Pues ya -dijo el viejo- no tiene vuestra merced que quebrarse la
cabeza en explicarnos, porque a mi parecer lo tenemos entendido; porque
sabiendo la naturaleza del signo, donde se fraguó, quien fue el dispositor
planeta, la casa, y hacer un prudente juicio de la templanza del aire, digo yo,
que sabremos así los influjos de éste, como de cuantos eclipses sucedan; pues
es forzoso que se fragüen en uno de los doce signos, y casa; y que uno de los
siete planetas sea el dispositor, después, averiguada su duración por nuestra
vista, a cada hora en los eclipses del Sol, hemos de dar un año de influencia, y
en los de la Luna por cada hora un mes.
     -Empezó este eclipse (como vuestras mercedes vieron) -dije yo- a las
cinco y media y algo más; su medio fue a las seis y cuarenta minutos, y a este
tiempo vimos eclipsados nueve dígitos y cuarenta minutos del cuerpo solar; el
Sol se puso a las siete y diez y seis minutos; con que la duración de este
eclipse fue en nuestro horizonte una hora y diez y seis minutos; de que se
infiere que sus influjos durarán por más de año y medio. En Londres y en
París le observarían sus astrólogos. Para saber a qué hora se empezó a hacer
visible en toda la Europa este eclipse, es muy fácil, porque en cualquiera libro
viejo de la Facultad hallarán vuestras mercedes la longitud y latitud del lugar;
y sabiendo a qué hora se celebra el eclipse en nuestro horizonte, se sabe en
todas las demás regiones de este modo. Si el lugar para que quisieres computar
el eclipse es más occidental que tu región, has de añadir los grados de longitud
de tu región de los grados del lugar donde quieres saber, y los grados
convertidos en horas y minutos, y esta será la diferencia del meridiano; por
cada quince grados se ha de tomar una hora, y por cada quince minutos de
grados un minuto de hora; y si el lugar fuere más oriental, has de quitar los
grados de él de tu lugar, y quedará hecha la observación. En el primer decano
de Géminis, en un grado y cuarenta minutos, se vio el eclipse de la cabeza del
dragón en veintisiete grados de Tauro; en el ascendente estaba Escorpión, en
la octava casa, casa de la muerte; el Sol y la Luna en el dicho signo de
Géminis, Saturno en veintinueve grados de Sagitario retrogrado, Júpiter en
veintiséis de Capricornio, Marte en ocho de Virgo, y Venus en veinticinco de
Aries. Mercurio, Almutén y general dispositor, indica esta figura.
     -No se fatigue vuestra merced -volvió a decir otro-, que ya sabemos
lo que pronostica, pues recurriendo con este particular de Géminis, signo en
Casa octava, ascendente Escorpio, Mercurio, Almutén; y conociendo nosotros
las malignas cualidades de que el fuego, sulfur y betún subterráneo, con la
doctrina general que vuestra merced nos ha dicho, pronosticaremos ya cuanto
sea posible en las conjeturas.
     Yo no sé si fue la campana de los Padres basilios, que tocaba ya a la
oración, o la piedad de un amigo que pasando por la calle daba gritos a la reja;
en fin, yo ignoro a qué piedad debí el volver a ser dueño de mis potencias; y
recobrado, no me pesó del sueño, pues las memorias generales perdidas ya en
la memoria, me las sacó a plaza la fantasía, y quise copiar con la pluma lo que
en la imaginación creí dibujado. Y así, lector, si te gusta el sueño, dame las
gracias, y si no, haz lo que quisieres; que yo, en ofreciendo y sujetando cuanto
soñé y cuanto he escrito a la santa Iglesia católica romana, a ti se me da muy
poco no haberte dado todo el gusto que esperabas.
Dios sobre todo
 
Notas:
1. En la época del autor se denominaba de este modo lo que nosotros
llamamos bibliotecas. -N. de los E.
2. Cap. XX.
3. Cap. I.
4. Así el texto que reproducimos. -N de los E.
5. Tomás Vicente Tosca, sabio filósofo y matemático valenciano (1652-
1723). -N. De los E.
6. Lib. II, cap. 5.
7. Lib. II, cap. 22.
8. Cap. IV, libro II, Rebus coelestibus.
9. Aph. 56.
10. Aph. 78.
11. Lib. II, cap. XXII.
12. Lib. II, cap. IV.
13. Lib. I, cap. VII.
14. Cap. VIII
VIAJE FANTÁSTICO DEL GRAN PISCATOR DE SALAMANCA
Autor: Diego Torres de Villarroel
Editorial: Sin datos de imprenta. Salamanca
Año de Edición: 1724

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