Alegatos de Conclusion 2
Alegatos de Conclusion 2
Alegatos de Conclusion 2
CONCLUSION MANIFESTANDO
Lamentablemente, estamos ante un hecho en el cual se
involucran a dos inocentes, el Señor BAIRON ALEXANDER
GOMEZ RIOS Y EL señor JULIAN ANDRES OCHOA
RAMIREZ, si bien es cierto Sr. Juez, se dieron unos hechos
los cuales obedecieron a tratar de recuperar el patrimonio del
señor BAIRON, el cual había sido vulnerado por un hurto, la
conducta punible de secuestro extorsivo no se configura.
El art. 169 del CP preceptúa los verbos rectores los cuales no
se adecuan a la conducta desplegada por mis prohijados, Su
Señoría dentro de esta situación fáctica estos verbos rectores
determinantes de esta conducta típica como son arrebatar,
sustraer, ocultar, no se ejecutaron.
Señoría, la sentencia del 21 de mayo del 2009 de la Corte
suprema de Justicia de la sala de casación penal, M.P
SIGIFREDO ESPINOSA PEREZ, sostuvo que:
“En el secuestro extorsivo la violencia ejercida sobre la
víctima mediante el arrebatamiento, la sustracción, la
retención o el ocultamiento, tiene un objetivo, un propósito, el
de exigir a cambio de la libertad un provecho o cualquier
utilidad o con fines publicitarios o de carácter político.”
Aquí el sujeto agente, que puede ser cualquier persona, como
forma de alcanzar su cometido avasalla de manera violenta la
libertad de la víctima así como ataca la voluntad de quienes
son receptores de las exigencias porque condiciona la
liberación al cumplimiento de sus exigencias. Y que el delito
de secuestro extorsivo agravado exige un comportamiento
doloso, es así que en este delito el dolo es directo, de lesión,
de propósito y de concomitante.
Señoría, las conductas que realizaron mis prohijados el día
28 de febrero del 2018 no se adecuan al tipo penal de
secuestro extorsivo agravado, tampoco lesionaron o
colocaron en peligro algún bien jurídico, y mucho menos
actuaron de manera dolosa, puesto que, en lo que se refiere
al dolo directo no hubo una correspondencia directa entre el
señor BAIRON y el señor JULIAN y el resultado de la
conducta, en segundo lugar, en lo que concierne a al de
lesión no encaja porque el señor BAIRON y el señor JULIAN
no pretendían vulnerar ni alterar el bien jurídico tutelado, en
tercer lugar, tampoco es de propósito porque sus acciones no
fueron predeterminadas, sino circunstanciales, es decir, que
no existió un cálculo pre ordenado de la acción y de sus
consecuencias; y en cuarto lugar, no es concomitante porque
no hubo una voluntad antijurídica que acompañara en el
proceso a los señores BAIRON GOMEZ y JULIAN OCHOA.