Laurie Santos - Conferencia Wealth-Being TRANSCRIPCIÓN

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Un buen trabajo

"Vamos hacer una lluvia de ideas de las cosas que creemos que nos van a hacer felices,
algunas de las cosas que creemos que van a darnos una vida de éxito. ¿Cuáles son las
cosas que creéis que importan? Por ejemplo las cosas que queréis obtener este semestre.
¿Cuáles son algunas cosas que os vienen a la cabeza? A ver... >> Buenas calificaciones.
La cosa número uno que los estudiantes de Yale desean este semestre. ¿Y después de
esto, este verano? ¿Cuáles son las cosas que deseáis para el verano? >> Prácticas. Prác-
ticas. ¿Cualquier tipo de prácticas? ¿Voluntariado o queréis que se os paguen? Pagadas.
¿Y queréis un salario bajo o una remuneración alta? >> Una buena paga. Una buena
paga. Así que trabajos y una buena paga. ¿Y si pensáis en vuestra vida tras salir de aquí,
a cinco años vista? ¿Cuáles son algunas cosas que os gustaría tener, que contribuirían a
una vida de éxito? Un máster o un doctorado. Seguir estudiando e ir entrando en lo que
te interesa. >> Buenos amigos, relaciones familiares, >> Buenos amigos, buenas rela-
ciones familiares, tener relaciones cercanas con la gente. ¿Otras ideas? Llegaremos a
eso porque seguro que muchos de vosotros estáis solicitando prácticas. Apuesto a que
pocos de vosotros estáis dedicando el mismo tiempo a buscar trabajos de verano que a
cuidar de vuestras amistades el año que viene. Un momento.
Así que trabajos, un buen sueldo, seguir estudiando, buenas calificaciones... ¿otras
cosas? ¿Y qué pasa con estar en una relación o casarse? La gente quiere eso. Es impor-
tante. Muchos asentís, bien. Ya tenemos los objetivos en la mesa y lo que voy a hacer es
enseñaros que todas estas cosas, casi todo lo que habéis dicho, no os hará tan felices
como pensáis. Por lo tanto una advertencia: estás a punto de aprender que todo lo que
considerabas importante para ser feliz no lo es.
Y otra vez me detengo en caso de que alguien quiera seguir con sus intuiciones erróneas
e irse... Bien. Bien.
¿Cuáles son los objetivos que pensamos que van a hacernos felices pero son falsos?
Bueno, el primero es uno que ha salido, que es tener un buen trabajo. De hecho mu-
chos de los estudiantes del último año cuando hablo con ellos dicen: "Dios mío, ¿qué va
a suceder el año próximo? Necesito conseguir un trabajo y necesito algo que me impor-
te, y que esto me va a hacer muy feliz." Existen todos estos trabajos que los estudiantes
de Yale creen que son importantes, como trabajar en las tecnológicas, o en una consul-
toría que te da mucho dinero...
Muchos de vosotros asentís, porque vais a recibir emails sobre todo esto y pensaréis en
todo esto y lo haréis porque pensáis que tendréis una vida buena y seréis felices. Vea-
mos si es cierto.
Primero veamos si obtener un buen trabajo nos hace felices. Algunos pensáis en el ve-
rano, queréis unas prácticas este verano. ¿Te va a hacer de verdad feliz conseguir lo que
quieres a diferencia de no conseguirlo? Lo triste es que para bien o para mal vais a soli-
citar estas cosas y quizás no vaya bien, ¿no? ¿Te afectará negativamente tanto como
crees? Vamos a simularlo. Piensa en lo que más quieres hacer este verano. Digamos que
lo solicitas pero no lo consigues. ¿Cómo te vas a sentir? Bien.
Gilbert y sus colegas lo hicieron. Les consiguieron a los universitarios unos posibles tra-
bajos, trabajos pagados que para muchos estudiantes eran geniales y que querían conse-
guir, y luego descubrían que no conseguían el trabajo. Tenían que predecir cómo iban a
sentirse si esto sucediera. Y aquí está la escala, la escala que usan. 1. No estas feliz; 10.
Vas a estar muy feliz. Veamos. Primero dónde estás ahora. ¿Dónde te encuentras ahora
en la escala de 1 a 10? Decidme algún número. Más números... 6... 7, 6... Vale. Ahora te
llaman: "lo siento pero no conseguiste el trabajo". ¿Cómo te sientes ahora? ¿Cifras? 5...
4,5,3... Queríais el trabajo. Bien. Esto es lo que hacen; predicen y luego ven lo que pasa
en realidad. Y esto es lo que Gilbert y sus colegas descubrieron. ¿Qué pasa si descubres
que han mirado tus calificaciones y todo ha sido justo pero no te dieron el trabajo, no
cumplías los requisitos para el trabajo? ¿Crees que te sentirías menos feliz? Las cifras
de la felicidad bajan porque hemos visto que la gente empezó con números diferentes.
Eran 8, 6, lo que sea. Lo que queremos ver es cuánto baja. Y lo que descubren es que la
gente predice que su descenso en felicidad será de unos 2 puntos. ¿Pero cuánto baja en
realidad? Menos de un solo punto. Sí, se baja, pero no tanto como se esperaba. Es más
interesante lo que pasa cuando la gente creía que la decisión no había sido justa. Imagi-
nad que sucedió algo en la entrevista, que dijiste alguna tontería, que no miran tus califi-
caciones... todos los razonamientos que hacemos cuando no conseguimos un trabajo...
Si sucediera eso, ¿cómo te sentirías? La predicción es que bajará la felicidad y que este
descenso estará en torno a dos puntos. Pero en la práctica si lo miras el descenso es
cero. Podemos justificarlo diciendo que no saben de lo que hablan, que se pierden el
mejor candidato que han tenido jamás: si puedes hacer eso, no desciende tu felicidad.
Todas tus predicciones de cómo te ibas a sentir si no consigues un trabajo en la práctica
no se cumplen, ¿vale? Eso en cuanto a cualquier trabajo.
Pero habéis dicho que lo que queréis es un buen trabajo, no unas prácticas mal pagadas,
queréis trabajos bien remunerados. Por esa razón muchos solicitan trabajos de con-
sultorías, bancos de inversiones, etc, ganan mucho dinero. Y lo que vemos, no solo con
los alumnos de Yale sino en una encuesta que LinkedIn hizo recientemente: "¿Qué que-
réis? Conseguir un nuevo trabajo". Y esta es la información que ofrecieron: lo más alto
es la compensación. La gente quiere un salario alto, quieren sentirse bien pagados. Y la
pregunta es, "Bien, quieres un salario alto". ¿Pero qué es un salario alto? ¿Qué es sufi-
ciente? Y aquí es cuando vemos que lo que es suficiente es en realidad alguna de estas
ilusiones visuales... Es otro error.
Sonja Lyubomirsky en su maravilloso libro "El cómo de la felicidad", este libro aparece
varias veces en el curso, tiene datos sobre cuánto dinero cree la gente que va a necesitar
dependiendo del sueldo que tienen ahora. Imagínate que sales de aquí y ganas unos
30.000 dólares y te preguntan qué salario necesitas para ser realmente feliz, todo lo que
necesitas para sentir que tienes un buen trabajo y un buen sueldo. La gente que gana
30.000 dólares norteamericanos dice que necesitan 50.000. Bien. Preguntemos a la gen-
te que gana 100.000, ¿cuánto quieren? Claramente estarán bien, ¿no? "Estoy bien... solo
necesito 50.000 pero está bien tener dinero extra". Estarán bien, ¿no? Pues no. Dirán
que no, que no ganan lo suficiente. Dicen que deberían ganar 250.000. "¡Ese es el suel-
do con el que me sentiría satisfecho!" Y el caso es que no es simplemente una cifra ob-
jetiva. Lo que creemos necesitar sube cada vez que tenemos más. Y esto parece un pro-
blema a la hora de encontrar un buen trabajo con un buen sueldo.

Porque parece que cuando hablamos de obtener un buen trabajo, uno de los objetivos
que buscamos no es en realidad el buen trabajo, es ganar mucho dinero. Es tener un fajo
de billetes para poder ir a donde quieras y hacer lo que quieras. Sabemos esto no solo
por cómo solicita la gente sus trabajos. Lo sabemos en términos de cómo la gente gasta
dinero para tratar de obtener dinero. Os voy a dar una estadística rápida. Este es el gasto
en la Lotería de en EEUU en 2015. ¿Alguien quiere aventurarse a adivinar cuánto gasta
la gente en la lotería en general, en dólares americanos? ¿No hay estimaciones? >> "10
mil millones" >> En realidad es siete veces eso. 70 mil millones de dólares. Y solo para
daros una idea de lo que esto significa, esto es más de lo que la gente gasta en libros,
música, cine, equipos deportivos y videojuegos, todo junto. Y parece que la gente se
emociona con esto, y la gente está gastando más en billetes de lotería. ¿Por qué? Presu-
miblemente, no es porque los billetes de lotería sean divertidos. Presumiblemente es que
quieren, que están esperando obtener más dinero. Están esperando obtener mucho dine-
ro. Esa es solo gente loca que gasta su dinero en billetes de lotería. Pero, ¿podemos ver
este tipo de comportamiento en vosotros, estudiantes de Yale? Particularmente en estu-
diantes del primer año, podemos verlo al mirar esta encuesta que los investigadores han
hecho por un largo tiempo, y es la Encuesta de Estudiantes de Primer Año Americanos,
que analiza patrones nacionales cada dos años. Se ha estado haciendo durante mucho
tiempo. Ellos encuestan, han encuestado a estudiantes de primer año desde 1967 y se si-
gue haciendo. Los últimos datos publicados son de 2005 y es una gran muestra. Estos
son solo los números de 2005, y son más de 200.000 personas de casi 400 facultades di-
ferentes. Es una muestra real de lo que la gente quiere. Así que, podemos preguntar:
¿Cuánto importa el dinero a los estudiantes de primer año hoy en EEUU? Y si preguntas
no sobre el dinero en particular, sino qué es lo importante para ellos en la vida, lo que
encuentras es que para la mayoría de los estudiantes de primer año en 2005, lo que di-
cen que es importante en la vida es estar muy bien económicamente, esto es el 71 por
ciento. Podrías imaginar que quizás los alumnos de primera año dicen que todo es im-
portante. Si les preguntas si las relaciones son importantes, cómo son de importantes,
ellos dicen: "Es muy importante". Pensarías que creen que todo es importante. Pero no
es así. Si preguntas: ¿Cómo de importante es desarrollar una filosofía que le de sentido a
la vida? Solo cerca de la mitad cree que es cierto. Lo interesante para mí, pensando en
vosotros hoy, y algunos problemas que experimentáis hoy, es que si miramos las cifras
de 1967, se han invertido. Solo un 40 por ciento de las personas pensaban que necesita-
ban estar muy bien económicamene en los años 60. Pero muchos de ellos pensaban que
necesitaban desarrollar una filosofía de vida que les diera sentido. Así que, de nuevo
este cambio en la importancia de las finanzas. Y surge la pregunta de si el dinero en rea-
lidad nos va a hacer más felices, si tener un mayor ingreso en realidad va a ayudarnos.
Por suerte, hay muchos trabajos sobre esto.

¿Los grandes ingresos aumentan la satisfacción de vida? Mucho del trabajo ha sido
realizado por este gran psicólogo, Ed Diener. que tiene este gran libro sobre felicidad,
"Unlocking the Mysteries of Psychological Wealth". Hay una pista: es la riqueza psico-
lógica, no la financiera. Diener ha hecho todos estos increíbles estudios tratando de ob-
servar cuál es la correlación entre los ingresos y la satisfacción en la vida.
Ya que algunos de vosotros no sois científicos, una rápida definición de lo que significa
"correlación". Preguntamos a todos los que respondan nuestra encuesta cuáles son sus
ingresos y una medición de su satisfacción con la vida. Y lo que vemos es que cuando
suben los ingresos, sube la satisfacción en la vida. Y vamos a tener una correlación dife-
rente. Podríamos tener una correlación como esta, donde hay una correlación muy fuer-
te. Cada vez que sube el ingreso, sube la satisfacción en tu vida. Para la gente en la au-
diencia que sabe de estadística, esta es una correlación muy fuerte, 0.99. Podría ser un
poco más débil, así se ve una correlación de 0.75. Esta es una correlación de 0.50. Aquí
cómo se ve una correlación de 0.25. Y tú puedes ver que hay una correlación. Significa
que al subir el ingreso, sube la satisfacción de vida. Pero no podrías decir de alguien con
unos ciertos ingresos dónde está su satisfacción con la vida. Si tu ingreso está aquí arri-
ba, tal vez tu satisfacción está por aquí o tal vez está por allá. Intervienen muchos facto-
res. Esta es una correlación de 0.25.
Pero ¿cuál es la correlación real entre ingreso y satisfacción con la vida? Podemos ver
esto con dos muestras diferentes de todo el mundo. Una es esta llamada Encuesta Mun-
dial de Valores, que encuesta adultos en muchos países diferentes. La otra es una en-
cuesta universitaria, entre estudiantes universitarios, de muchos países diferentes. Y es-
tas son todas las diferentes correlaciones. Aquí está la más relevante, aquí abajo, que es
la media de todas ellas. Básicamente, la correlación es cercana a 0.10. Es la mitad de
fuerte que la correlación que vimos donde los puntos estaban por todos lados. Así que,
sí, hay una correlación, pero no es tan grande como pensaríamos. También se puede ob-
servar esto si analizas la correlación ahora entre los diferentes países de los que estamos
hablando.
Y si hacéis eso se observa un patrón interesante, que es que la correlación entre satisfac-
ción de vida e ingresos familiares ahora están como intercambiadas. Depende de si vi-
ves en un país pobre o en una nación rica. Si estás en una nación pobre, es cierto que
mientras aumentan tus ingresos sube la satisfacción en tu vida. Y eso es presumiblemen-
te porque si eres superpobre en realidad no estás logrando satisfacer tus necesidades
más básicas. Pero si tú vives en una nación rica, como la nuestra, de donde venís la ma-
yoría de vosotros, no ves en realidad ninguna correlación. Esta es la información básica.
El resultado es que efectivamente parece que los ingresos tienen un impacto, pero en
realidad no tienen tanto impacto. Y el impacto que tiene está principalmente impulsado
por las naciones pobres para quienes el aumento de ingresos significa que vas tener ac-
ceso a cosas como agua limpia, atención médica básica y esas cosas. En realidad, para la
mayoría de nosotros no importa y parece que una vez que tienes satisfechas tus necesi-
dades básicas, tener dinero extra no te va a ayudar demasiado.
Otra forma de verlo es mirar a lo largo de la historia, donde el tipo de necesidades que
hoy tenemos satisfechas son mucho mejores que lo que podíamos ver antes. ¿El nivel de
felicidad de la gente en la época moderna es diferente al que había antes? No tenemos
buenas encuestas de muy atrás en la historia, pero hay una comparación que es de cierta
forma relevante. ¿Cómo era la vida en 1940 frente a 2015? Los ingresos han aumentado
mucho desde la época de la posguerra en los años 40; también las cosas increíbles que
para nosotros son necesidades básicas han subido. Me dicen que tan solo dos tercios de
las casas en los 40 tenía cosas como duchas dentro de casa, tuberías, agua caliente y co-
sas así, dejando aparte cosas como lavavajillas, ipads, celulares y todas esas cosas que
tenemos. Supongo que sus necesidades básicas estaban satisfechas aún menos, así que
su felicidad debería ser más baja. ¿Qué vemos? Bueno, el promedio de felicidad como
fue reportado en 2005: la mayoría de las personas decían 7.2 puntos de 10. ¿Qué decir
de 1940? Es incluso un poco más alta. Así que tener acceso a cosas, si de pronto vuestro
dormitorio se quedara sin agua caliente o si hubiera que salir del edificio para ir al baño
en las mañanas, sería molesto y pensaríamos que reduciría nuestra felicidad, pero en
realidad no era así para la gente que estaba acostumbrada a esto por entonces.
Esa es la parte histórica, e hizo que personas como David Myers, quien escribió "La pa-
radoja americana", dijera que estamos viviendo en esta paradoja, que él articula muy
bien, diciendo: "Comparados con sus abuelos, los adultos jóvenes de hoy han crecido
con mucha mayor prosperidad, ligeramente menos felicidad y en realidad un riesgo mu-
cho mayor de depresión y de todo tipo de patologías sociales". Él dice que es una para-
doja porque mejorar mucho en las últimas cuatro décadas no ha estado acompañado ni
por un ápice de aumento subjetivo en el bienestar. Todas estas cosas extra que tenemos,
no nos están haciendo muy felices y esto debemos verlo como una paradoja.
La última información que os daré sobre esta conexión ingresos y la satisfacción en la
vida viene de un artículo científico muy reciente y muy famoso de DANNY KAHNEMAN
y ANGUS DEATON, ambos psicólogos y economistas que ganaron el Premio Nobel de
Economía. Así que son figuras a las que hay que escuchar. Ellos saben de lo que hablan.
Estaban interesados en esta correlación, no solo la correlación sino si hay algún tipo de
límite. ¿Existe un punto límite de ingresos en el que una vez alcanzado básicamente no
vas a tener más aumento en la felicidad? Vimos que hay en el nivel más bajo un aumen-
to pero ¿dónde se estabiliza? Para hacer esto, ellos encuestaron a estadounidenses por-
que querían que fuera aplicable para la mayoría de vosotros. Y lo que observaron fue un
par de medidas diferentes de satisfacción con la vida. Ellos observaron lo que ellos lla-
maron "afectos positivos": cuánto sonríes en tu vida diaria, Es un buen predictor de si
eres feliz. Si dices que no estás triste esto es el opuesto a decir que estás preocupado o
triste o ansioso durante el día. Y si reportas que estás libre de estrés. Por ejemplo te pre-
gunto ¿estuviste estresado ayer? y tú dices "no, no estuve estresado". ¿Qué pasa con los
ingresos? Y aquí están los resultados. Vemos el ingreso aquí, pero es como una escala
logarítmica. Estamos pasando a mayores ingresos aquí. Y vemos lo que reportan para
todas estas mediciones diferentes de estrés, no triste, afecto, etc. Y vemos dos cosas.
Una es en los niveles de menores ingresos. Sí, a medida que tienes más y más dinero es-
tas cosas van mejorando pero después simplemente se estabilizan. Y se estabilizan in-
cluso cuando el ingreso se vuelve sustancialmente mayor. ¿Cuál es el límite para esta
estabilización? Parece que hay uno y es en torno a los 75.000 dólares. Después de ese
punto, como estadounidense, simplemente no tienes más aumentos en ninguna de estas
cosas, lo que es de cierta forma bueno. Así que esto es básicamente lo que descubren.
Es el caso que, lo que llaman "bienestar emocional", con las las siglas EWB, aumenta
con tus ingresos pero se detiene después de 75.000 dólares. ¿Por qué 75.000? No está
muy claro pero ellos saben, en el papel, que ese es un número plausible en el que tú
piensas que el dinero no es un problema. Ese es el punto en el que tú tienes básicamente
todo cubierto en EE. UU. Destaco este documento en particular porque creo que es es-
pecialmente relevante para los estudiantes de Yale en este momento y fue muy oportuno
ver esto la semana pasada en el New York Times. Alguno de vosotros quizás lo vio. Se
habló de esto en Yale. La semana pasada, en el New York Times, hicieron todas estas
estadísticas y promedios sobre cuánto dinero gana la gente. Y una de las estadísticas en
particular era: ¿cuánto ganan los estudiantes cuando salen de Yale?, entre las diferentes
universidades de la Ivy League. Esta es la media de ingresos para un estudiante a la
edad de 34. Yale se ubica entre las universidades de la Ivy League como la sexta en tér -
minos de lo que puedes ganar cuando sales de aquí. Nada mal, pero el número relevante
es la media de ingresos: a los 34 años está sobre ya ese umbral de los 76.000 dólares.
Así que básicamente cuando tengáis 34, estaréis listos. No tendréis más aumentos de fe-
licidad por ingresos. Esa es básicamente la estadística. La mayoría de los estudiantes de
Yale, cuando salen de aquí, después de cumplir 34 ya están listos. 75.000 dólares parece
una cantidad muy alta pero probablemente la mayoría de vosotros ganaréis eso. Vais a
estar bien. Ese fue el descubrimiento de Kahneman y Deaton. Ellos hicieron una cosa
más interesante, que yo creo nos da una idea de dónde vienen nuestras malas intuicio-
nes. Porque además de medir todas estas cosas como si estás estresado, si estás triste,
etc., también midieron lo que llamaron "Evaluación de vida". Dicen, "imagina que pu-
dieras evaluar tu vida en una escala numerada del 0 al 10. Abajo es la peor vida posible
y arriba es la mejor". Así que vas subiendo esta escalera. ¿Dónde te sitúas en esta esca-
lera? ¿Cuál es tu perspectiva sobre tu propia vida? No si ahora estás feliz o triste o estre-
sado, sino tu visión sobre tu propia vida. Y luego observaron cómo se correspondía esto
con los ingresos. Estas son las mediciones que vimos antes. Pero esto es lo que pasa con
esta medición en escalera. Básicamente, esta continúa subiendo, aunque no es tan empi-
nada en los niveles más altos. La idea es que aun cuando el bienestar emocional no sube
tras los 75.000 dólares, nuestra propia evaluación de nuestra propia vida sí sube. Tene-
mos este desajuste entre cómo nos sentimos y cómo evaluamos nuestra vida real. Así
que esta es la idea de que altos ingresos no significan realmente la felicidad pero te ha-
cen pensar que tú debes tener una vida más feliz cuando dices, "gano 200.000 dólares".
Entonces tú dices "Debo tener una muy buena vida", aunque en realidad no se esté tra-
duciendo en eso. Así que, ¿el dinero en realidad nos hace felices? La respuesta es tal vez
un poquito, quizás si estás en EE. UU. y solo ganas 10.000 dólares al año más dinero
podría hacerte feliz. Pero para la mayoría de nosotros, no supondrá una gran diferencia e
influye mucho menos de lo que pensamos. Así que eso fue el dinero, si ese era vuestro
objetivo para el verano, mejor olvidarlo. No os ayudará a ser más felices.

Tercera
Esto no fue mencionado en nuestra charla y creo que aparece, es uno de los objetivos
que tenemos. Una forma de gastar nuestro dinero es comprando cosas extravagantes,
¿no? Estoy segura que podéis completar el espacio en blanco: si tuviera... X estaría muy
feliz. Y podemos completarlo con pequeñas cosas, si yo tuviera unas botas nuevas o si
tuviera una chaqueta nueva. Hoy pensaba que si tuviera una sartén sin rasguños... mien-
tras preparaba hoy pan de banana... O se puede pensar en términos mayores, como por
ejemplo al terminar aquí: si yo tuviera una casa con una piscina impresionante en un ba-
rrio lindo y soleado; si yo tuviera un Mercedes... Son las cosas que creemos que nos van
a hacer felices, de otra manera no compraríamos estas cosas tan caras, ¿no? Compramos
estas cosas pensando que nos van a hacer felices. (...)
Pero ¿nos hace esto realmente más felices? ¿Estos lujos nos hacen realmente más feli-
ces? Bueno, ya vimos datos de que esto no es así ¿cierto? Estas personas de la década de
los 40 no tenían la mitad de las cosas que compráis para estar más felices, como un
IPhone o un laptop nuevo o un nuevo tipo de ropa. No tenían este tipo de cosas, pero
eran igualmente felices. De hecho, como veremos, hay cantidad de indicadores que
demuestran que estas cosas no nos hacen tan felices como nosotros pensamos.
Otra cosa que la ciencia está aprendiendo es que pensar en estas cosas, el materialismo,
querer lujos y luchar por conseguirlos parece ser que nos hace sentir peor de lo que es-
taríamos antes de haberlos conseguido.
Sabemos esto por otro estudio de estudiantes de primer año que hicieron Nickerson y
colegas, esta vez están estudiando las actitudes de estudiantes de primer año. Es un poco
viejo pero creo que es aún más apropiado hoy en día. Actitudes materialistas del alum-
nado, ¿cuánto les importan las cosas caras? ¿Cuánto les interesa un ordenador, en qué
medida desean estas cosas bonitas? Y entonces, lo que hicieron, esto es en 1976, y pu-
dieron volver 20 años después y comprobar qué predicciones esas actitudes materialis-
tas tuvieron sobre la satisfacción con la vida mucho más tarde. Os preguntan ahora que
estáis estudiando aquí y vuelven en 20 años cuando tengáis mi edad y os preguntan có-
mo os va. Y preguntan si las actitudes materialistas predicen algo más adelante. Lo que
encuentran es que las personas que reportaron actitudes materialistas, que querían cosas,
tenían menor satisfacción con la vida que las no materialistas dos décadas más tarde. Es
como si os pasáis 20 años queriendo todas esas cosas y no necesariamente vais a ser
más felices. No solo no nos hace felices sino que nos hace infelices, y de hecho si ve-
mos los trastornos de la salud mental, la gente materialista los tiene en mayor medida.
Mejor deshacerse del materialismo ahora, después no nos va a ayudar. Entonces todas
esas cosas caras realmente no nos hacen más felices y pensándolo mejor, quizás nos ha-
gan más infelices de lo que podríamos estar. Bien, gastar dinero en cosas lujosas no trae
felicidad.
TRUE LOVE
Ahora vayamos a algunas de las otras cosas como el amor verdadero. Y mirad qué boni-
to, el amor verdadero. Muchos de vosotros creéis esto ¿no? Que conociendo a alguien,
que dejando atrás las relaciones pasajeras y comenzando una relación real o más aún,
casándose, esto os va a hacer más felices. Muchas de las creencias... podríamos hablar
de las creencias culturales que dicen que el verdadero amor nos va a hacer felices por
siempre, como en las películas de Disney con las que crecimos, ¿pero es realmente así?
¿Es enamorarse y particularmente casarse realmente lo que nos va a hacer felices? Bue-
no, podemos mirar los datos como hicieron Lucas y colegas. Estudiaron un grupo gran-
de de personas durante muchos años. ¿Y qué es lo que pasa si se encuesta a un grupo
grande de personas? Que cambiarán sus circunstancias de vida. Algunas de estas perso-
nas van a casarse cuando hacen el sondeo en la universidad, algunos menos. Una cierta
cantidad de gente se casó y les preguntaron Ajá! ¿las personas casadas son más felices
que las solteras? Y si son más felices, ¿cuánto tiempo dura? ¿Qué descubrieron? Bueno,
lo que descubren es que las personas casadas son más felices en el primero o segundo
año. Es el efecto luna de miel, cuando uno dice ser más feliz. Pero lamentablemente,
después de eso, vuelve a los valores iniciales. Las personas casadas son tan felices como
la gente no casada. Y si dices que tu matrimonio no es un matrimonio feliz, puede ser
incluso peor. Aquí hay otro conjunto de datos sobre esto de una población alemana estu-
diada por un otro grupo de investigadores. Esto muestra la felicidad relativa a un punto
cero, que es el momento en que te casas. Todas esas barras con estrellas, o los puntos
con estrellas, son donde tu felicidad es estadísticamente diferente del valor inicial. Justo
a los dos años de conocer a tu pareja, justo antes de casarse, tu felicidad es estadística-
mente superior a la inicial; sube. Y luego, en esa luna de miel, se mantiene, pero, bási-
camente después del segundo año estás en el nivel inicial de nuevo. Aquí tenemos un
caso donde, sí, quizás el amor nos haga felices un poco más. Tienes esa pequeña venta-
na de dos años, pero te hace volver al inicio. Este gran evento vital que crees que real-
mente va a cambiarlo todo. Finalmente dejamos el verdadero amor porque en parte llega
el nuevo año y estamos organizando todas estas actividades de bienestar, etc. Otra cosa
que no ha salido que podrías pensar que te hace feliz, o por lo menos la gente gasta di-
nero en esto para ser más feliz, es esta idea de tal vez tener el cuerpo o la cara perfecta,
etc. Y ya después de dos semanas en el nuevo año, estás en Facebook verás imágenes
como esta. En las revistas la gente habla de perder peso, crees que si pierdes unos kilos
vas a ser más feliz y así sucesivamente. ¿Realmente esto te hace feliz? Bueno, de nuevo,
podemos mirar los datos como Jackson y sus colegas. Hicieron una encuesta a unas
2.000 personas obesas, personas que, al menos en cuanto a la salud, tal vez deberían es-
tar perdiendo peso. Y siguen a estas personas unos cuatro años durante su dieta. Y lo
bueno es que escogieron seguir a estas personas que estaban haciendo el mismo progra-
ma. Y sucederán un par de cosas. Algunas personas en este programa van a bajar de
peso, que es a lo que estaba dirigido el programa. Algunas personas en este grupo van a
subir de peso, porque eso es lo que ocurre por casualidad. Y algunas personas del grupo
van a pesar lo mismo. Y la pregunta es, desde el principio a cuando iniciaron este pro-
grama, ¿van a ser felices? Todos comenzaron este programa porque creían que la pérdi-
da de peso iba a hacerlos felices. Así que aquí están los datos, represento cuántas perso-
nas tienen el ánimo deprimido. Las barras más altas son peores. Esto son los que perdie-
ron peso, los que tienen un peso estable y los que ganaron peso. Al inicio del estudio
son similares, pero cuatro años más tarde, de hecho, la gente que pierde peso está en la
peor categoría. Son los que decían tener un ánimo más deprimido. Y en todo caso, es
casi como el doble que en otras personas. Lo triste es que en un programa de pérdida de
peso, no importa cual sea el resultado, lo que parece es que te deprimes más, es algo
triste. Pero si aciertas con este programa de pérdida de peso, te deprimes más. Así que
parece que todas estas cosas acerca de perder peso, suponemos que van a hacernos feli-
ces. Pero es como una ilusión óptica, no va a hacernos tan felices como pensamos. ¿Qué
pasa con los cambios corporales más extremos como la cirugía estética, gente que está
realmente preocupada por su nariz, sus senos o algo? ¿Van a hacerte estos cambios real-
mente más feliz?
Reproduce el video desde :8:5 y sigue la transcripción8:05
Tenemos unos pocos datos sobre esto de Von Soest y colegas. Se fijaron en un grupo
particular de individuos que pueden someterse a cirugías estéticas, como los adolescen-
tes. Siguieron a unos adolescentes durante más de 13 años. Y otra vez, por casualidad,
algunos de estos, una parte de esta gente, se someterá a la cirugía estética. Y entonces la
pregunta es, ¿realmente les hacen más felices? Lo primero que les preocupó, ya que
existe un pequeño porcentaje, dijeron, bueno, tal vez los adolescentes que se sometían a
cirugía estética coincidirían con la gente más feliz, ¿no? Quizás hay algo que les hace ir
a la cirugía estética que les diferencia del otro grupo. Y eso es lo que vamos a mostrar
aquí, esto es antes de la cirugía: ¿Quién se hace una cirugía plástica? ¿Es el tipo de cosa
que te hace infeliz? Y la respuesta parece ser sí. Si analizamos estas medidas diferentes
de apariencia física, obviamente les gustaría menos su aspecto físico, pero también el
tipo de cosas como el suicidio, el consumo de alcohol, problemas de trastorno de con-
ducta. La gente que se somete a la cirugía estética, los que se la harán, ya estaban peor
que otras personas. Así que realmente quizás sea una mala señal, ¿pero qué sucede des-
pués de la cirugía? Bueno, la respuesta es que todas las medidas negativas en realidad
empeoran. Todos los negativos empeoran después de los hechos. Así que esto no te está
ayudando, es más, parece que emperora tu estado. Entonces, ¿la belleza realmente nos
hace felices? Al hacer estos cambios estéticos que creemos que van a hacernos felices,
como perder peso, o cambiar el cabello, ¿nos hacen felices? La respuesta parece ser que
no, de hecho, estos cambios extremos de apariencia o incluso tener todos estos objetivos
ligados a la apariencia reducen nuestro bienestar. Estas cosas en que la gente que gasta
todo ese dinero no les hacen felices. Finalmente bien, así que tachad tener un cuerpo
perfecto. Como sois de Yale lo primero que dijisteis, y que me hizo tan feliz, lo que más
deseáis en este semestre es conseguir las mejores calificaciones. Esto es lo que creo de
todas las ilusiones ópticas, la que creéis con más intensidad, ¿van a hacerte feliz? Esto
es de Yale, de hace un par de años. >> [Risas] Y todo el mundo estaba tan asustado,
Esto es mirar al sistema cuando vuestras calificaciones llegan probablemente estaréis
así. ¿Pero realmente va a hacerte feliz? Bueno, por suerte, hay datos sobre esto. Levine
y colegas hicieron un gran estudio, miles de estudiantes en el sistema de la UC. Así que
estos son los estudiantes lo que hace predecir cómo os sentiréis si conseguís calificacio-
nes mejores o peores de lo esperado. Aquí está la pregunta, si consigues una nota menor
o mayor de lo esperado, ¿cómo de feliz te sentirás? Esta es la escala, todas las escalas
van a variar en los diferentes estudios. Esta es una de 1 a 9, 9 es la mayor felicidad y 1
la menor. Juguemos. Elegid el primer curso que os venga a la cabeza, o una asignatura
que sigáis este semestre. ¿Cómo te sentirás si obtienes una calificación más alta de lo
esperado en la escala del 1 al 9? Dices voy a tener esta calificación, abres el sistema de
evaluación de Yale, y es mejor de lo que pensabas, ¿qué predices? >> [DIÁLOGO
CRUZADO, NO SE ENTIENDE NADA] >> Nueve, ocho, nueve, bien, muy alto. Bue-
no, ahora el mismo escenario para esa asignatura en la que pensáis; esperas obtener esta
calificación... vas al sistema y es peor de la que esperabas. ¿Cómo te vas a sentir del 1 al
9? [COMENTARIOS] Cuatro, cinco, uno, hay varios unos por allí. [Risa] Vale, sois ho-
nestos, eso es bueno, muy bien, esa es la predicción. De hecho, si nos fijamos en lo que
la gente predice en el estudio, tenéis unos resultados así. Aquí está su predicción, al con-
seguir más de lo esperado, la gente estará superfeliz, quizás un 8. Si consigues lo que
esperas, estás bastante contento por lo que esperas. Pero si obtienes menos de lo espera-
do, bajas hacia el 4, casi exactamente la media que acabáis de decir. Así que lo que real-
mente sucede, ¿qué cosas horribles suceden si obtienes menos nota de la esperada? ¿O
que cosas maravillosas suceden si obtienes más de lo esperado? Aquí están los datos
reales. Van y le dicen a la gente que se conecte al sistema. Cuando ven su calificación,
¿cómo se sienten? Descubren que cuando es más de lo que esperabas, es menos alto de
lo que esperabas. Sigue siendo bueno, sigues estando feliz, pero no tanto como espera-
bas. De hecho, no es muy diferente de conseguir lo que esperabas con calificaciones
mejores. Pero lo sorprendente es que si logras menos de los que esperas, un poco me-
nos, pero no estadísticamente menos y de hecho, es mucho mejor de lo que vosotros ha-
bíais predicho. Básicamente, no va a afectar vuestra felicidad mucho. Y esto es cuando
averiguas tu calificación, no meses después, cuando lo has procesado y lo aceptas como
vosotros estáis ahora, para el semestre de otoño. Cuando te enteras, no te importa tanto
como crees. Y las calificaciones altas te harán más feliz, pero no tanto como esperaría-
mos.

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