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CULTURA COSTARRICENSE,HISTORIA COSTARRICENSE

La Educación en Costa Rica desde la Era


Precolombina hasta la independencia.
24 octubre, 2018 maritzac.artin Deja un comentario

La Educación antes de la Conquista:

La educación en las sociedades autóctonas costarricenses respondía, como se observó, a la


vivencia del hombre como individuo y como grupo social, que de manera espontánea
buscaba mejores formas para vivir en armonía con la Madre Tierra, en un intento por
sobrevivir y dar sentido a lo que los seres humanos llamamos Vida. Por eso, qué mejor
forma de concluir que, afirmando con Jorge Luis Acevedo, lo siguiente:

“A ti hermano costarricense a quien todos llaman ‘indio’… en ti he aprendido a


ser valiente en el silencio. En ti he aprendido que para vivir se necesita solamente
respirar el aire y sembrar la tierra”. (Acevedo, p. 11).

La educación en el Siglo XVI (1500 a 1600)

1502. El 18 de Septiembre de este año, llegó Cristóbal Colón al territorio que más adelante
se conocerá como Costa Rica. En su Cuarto y último Viaje, el Almirante de origen italiano
(Cristóforo Colombo) arribó a la costa atlántica, más concretamente a Cariay o Cariarí, más

tarde Limón. A partir de ese momento, y una vez que dieran inicio las primeras
expediciones a lo interno de la región recién descubierta, da comienzo el proceso de
conquista. No podemos hablar en estos primeros años de educación, pero sí cabe señalar
que los primeros educadores fueron los clérigos europeos que acompañaban a los
conquistadores. La catequesis se convirtió al mismo tiempo en adoctrinamiento e
instrucción, y los religiosos los primeros maestros. Desde el descubrimiento y la
conquista, la instrucción y la evangelización caminarían de la mano en ese proceso de
sometimiento que experimentaron los aborígenes por parte de “los visitantes” europeos. La
espada y la cruz fueron sin duda amalgama perfecta de la conquista.

1522. Descubierta buena parte de nuestro territorio, Gil González Dávila, haciéndose
acompañar por el presbítero Diego de Agüero, emprende una primera campaña de
catequización de los indígenas a lo largo del litoral del Océano Pacífico (o Mar del Sur),
descubierto por Vasco Núñez de Balboa en 1513. Esta puede considerarse ya una primera
forma de instrucción a los aborígenes, por cuanto mediaba alguna forma de comunicación
entre los doctrineros y los naturales para hacerse entender. Al padre de Agüero, se le tiene
como el primero en bautizar en Nicoya. A partir de entonces, no puede comprenderse la
educación si no es referida a las distintas expediciones y sus consecuentes campañas
propias de la conquista.

1544. El padre Francisco Bajo se convierte en el primer clérigo en adentrarse al interior del
territorio costarricense. De él se dice que catequizó en los alrededores de Tucurrique,
acompañando a Diego Gutiérrez en una malograda expedición por aquellas entonces
agrestes e inhóspitas tierras (González, L.; 1978, en Dengo, M.; 1996, p. 70).

1561. Después de una pausa en el proceso de conquista, Juan de Cavallón reinicia dicha
campaña. Él se hizo acompañar no sólo de soldados debidamente adiestrados para someter
a los indios, como es de suponer era el interés de la Corona española, sino que además lo
siguen Fray Lorenzo Gaytán, que se dice, catequizó en Nicoya, lo mismo que otros dos
sacerdotes, Juan Estrada Rávago y Pedro de Betanzos. Ellos fueron los dos primeros
misioneros que se internaron en el territorio del país, más allá de lo que lo hiciera el padre
Francisco Bajo en 1544.

1564. A partir de ese año, los franciscanos emprenden una campaña de catequesis en
Cartago, Bagaces, Abangares, Esparza y Pacaca. Más tarde, su presencia se extendería
incluso al territorio de Talamanca. Mucho tuvo que ver en la labor franciscana la fundación
de Cartago por parte del gran conquistador Juan Vásquez de Coronado, que por sus méritos,
fue homenajeado además por el Rey Felipe II en 1565.

1565. Se inicia lo que sería la primera gran campaña de instrucción a los indígenas de
nuestro territorio. Bajo la dirección de Fray Lorenzo de Bienvenida -tras la trágica muerte
de Vásquez de Coronado en alta mar debido al naufragio de su barco “San Josephe”, en
octubre- un grupo de trece religiosos emprenden la enseñanza de la aritmética, lecto
escritura, y, por supuesto, doctrina católica. Ya para esta época asomaba el inminente fin de
la conquista y se preparaba el territorio costarricense para ser colonizado por los españoles;
ahí alcanzaba su vértice el sometimiento.

1575. Este año se puede considerar como el final de la Conquista e inicio de la Colonia en
Costa Rica. Son tres los hechos que marcan esta división histórica: 1) La pacificación de los
indios en la mayor parte del territorio nacional; 2) La afirmación del dominio territorial por
los conquistadores españoles y, 3) El asentamiento de Cartago como capital de la provincia
en el lugar que ocupa hasta hoy. A partir de allí, la educación ya no sería sólo una
preocupación de la Iglesia, sino, un urgente asunto del Reino.

1594. El siglo XVI cierra -en materia educativa- con un hecho verdaderamente relevante.
Este mismo año, don Diego de Aguilar, sacerdote y sacristán mayor de Cartago, funda allí
lo que sería la primera escuela del país. Al padre de Aguilar se le considera por tal cosa
como el primer maestro que existió en Costa Rica. La escuela, que era elemental y
conocida con el nombre de Escuela Comunal de Costa Rica, afrontó múltiples retos, entre
ellos, el hecho de que sus educadores no tenían la formación necesaria para formar a
indígenas e hijos de los colonos. Otro de los problemas era la limitación de recursos
didácticos -tan rudimentarios entonces- y las pocas posibilidades de implementar o ejercitar
lo aprendido, dadas las precarias condiciones de la vida en la América colonial del siglo
XVI.

La escuela de don Diego de Aguilar funcionó por espacio de casi treinta años, estuvo
ubicada según se cree en las cercanías de lo que fue hasta 1910 la Iglesia de la Soledad; hoy
se ubican allí las oficinas de los Tribunales de Justicia. Se clausuró por falta de recursos en
1623, de modo que nuestras sabidas carencias en materia educativa, no son solo cosa del
tiempo presente, sino que las arrastramos ya desde la época colonial.

La educación en el Siglo XVII (1600 a 1700)

A finales del siglo XVI y en los primeros años del siglo XVII, la Corona española dispone
la creación de distintas escuelas en las provincias del Istmo. Nuestro país no se ve del todo
favorecido en los primeros años del siglo XVII, como sí ocurrió en Guatemala, donde
incluso se abrió una universidad casi al final de la centuria.

1623. Se cierra la primera escuela comunal que existió en nuestro país, fundada por el
padre Diego de Aguilar en 1594, que además de clérigo, desempeñó una gran labor
educativa desde el siglo XVI y en buena parte del siglo XVII, aparte del cargo que
desempeñó en el curato de Cartago.

1675. Una instrucción por parte del obispado de León, a cuya jurisdicción estaba adscrita la
Iglesia costarricense, prohíbe a los misioneros y civiles castigar o maltratar a los indios; lo
anterior debido a frecuentes quejas por parte de algunos habitantes de las distintas regiones;
esta medida se extendía a aquellas actividades ligadas con alguna forma de instrucción.

1676. Se crea en Guatemala el primer centro superior de estudios de Centroamérica, la


Universidad de San Carlos Borromeo, que se inaugura en 1681 y empiezan a impartirse allí
sus primeros cursos hasta dos años después. Ya desde 1559, con la creación del Obispado
de Guatemala, surgió la primera idea de una universidad; la idea nació del primer obispo,
Francisco Marroquín. En 1617, se emite una real cédula de creación de la universidad,
pero no fue posible debido a la oposición de algunas órdenes religiosas. La Universidad de
San Carlos
Universidad de San Carlos en Antigua, Guatemala tuvo en sus comienzos muy poca
incidencia en las provincias centroamericanas, pero, llegado el siglo XVIII, tuvo un auge en
realidad impactante, tanto que llegó a convertirse en el centro de las ideas ilustradas de la
región, especialmente en las primeras décadas del siglo XIX, de ahí que jugara un lugar
protagónico en los acontecimientos propios que culminaron con la declaración de
Independencia en Septiembre de 1821. Durante todo el siglo XIX, la Universidad fue un
destacado foro del liberalismo en América Central.Seminario Conciliar

1680. Se fundó el 15 de diciembre de ese año en León, Nicaragua, el Seminario Conciliar,


llamado también, Colegio de San Ramón.

La educación en el siglo XVIII (1700-1800)

1719. El 15 de marzo de ese año, don Diego de la Haya y Fernández, Gobernador de la


Provincia, manifiesta en un comunicado su preocupación por el estado de la educación
durante casi toda la Colonia. Escribe literalmente don Diego: “la falta de instrucción en ese
tiempo, era un gran inconveniente para la Administración” (Soto-Bernardini; p. 327).

Fray José Antonio de Liendo y Goicoechea

1735. Nace en Ujarrás, Cartago, el que es considerado el primer filósofo de Costa Rica,
Fray José Antonio De Liendo y Goicoechea. Realizó una importante labor pedagógica
educativa, pues, según se dice, él introdujo el método experimental en la enseñanza de las
Ciencias Naturales en el país. De Liendo y Goicoechea ejerció la docencia también en León
y Guatemala; escribió no menos de 15 libros, publicados fuera del país a falta de imprenta
en el país. Falleció en Guatemala a los 79 años de edad en 1814.

1738. Ante la falta de escuelas en el país, la gobernación de la provincia de Costa Rica


contrata a don José Sánchez, un maestro debidamente preparado para enseñar lectura,
escritura y aritmética elemental. La medida fue tomada gracias a los estudios revelados por
el señor Gobernador de entonces, Garrandi y Menón, sobre la falta de instrucción.

Monseñor Pedro Morel de Santa Cruz


1751. Se crea en Cubujuquí de Heredia, una escuela a instancias del obispo de Nicaragua y
Costa Rica, Mons. Pedro Morel de Santa Cruz, quien nombra, además, un maestro para
que imparta lecciones en Nicoya, un asentamiento colonial importante desde el siglo XVII.
Curiosamente, un informe del 8 de setiembre de 1752 revela que no existe aún una escuela
en San José, cosa que empieza a inquietar a las autoridades competentes.

1769. Fray José Antonio De Liendo y Goicoechea imparte algunos cursos de Filosofía en
su natal Cartago. Con dichos cursos, se conoce por primera vez el saber filosófico en
nuestro país y teniendo como responsable nada menos que a un maestro nativo de esta
tierra. Lo anterior resulta algo totalmente novedoso, pues hasta la fecha, lo único posible en
materia educativa eran lecciones elementales de lecto escritura, aritmética básica y doctrina
católica. No se tiene certeza del sitio en el cual el padre Goicoechea, como también suele
ser llamado, dictaba sus lecciones, pero debemos suponer que debió ser en Cartago o bien
en la misma población de Ujarrás, la cuna que vio nacer al filósofo.

Florencio del Castillo

1778. Nace en Ujarrás, Cartago, el padre Florencio Castillo, mejor conocido como
Florencio del Castillo, que con el tiempo llegaría a ser el representante por Costa Rica ante
las Cortes de Cádiz, convocadas por el Consejo de Regencia, ante la crisis de autoridad que
se vivía entonces en España ante la imposición de un rey no español. Era hijo de Cecilia del
Castillo, y hasta hace muy poco se creía que su padre era el sacerdote franciscano Fray Luis
de Soto, pero una reciente investigación del historiador y clérigo Manuel Benavides (2010),
desmiente esa versión. Sin embargo, el mismo historiador apunta que al no contarse de
momento con un documento que demuestre la paternidad de Soto en Florencio Castillo,
como él suele llamarlo, no puede negarse ni afirmarse tal cosa. El padre del Castillo vivió
56 años; falleció en Oaxaca, México, en 1834, víctima de un ataque de apoplejía o derrame
cerebral. A él se debe gran parte de las concesiones que  las Cortes de Cádiz otorgó a la
provincia de Costa Rica.

1782. El gobernador español de entonces, don Juan Flores, crea en Cartago una cátedra de
Latín. Esto se logra gracias al aporte del obispo Esteban Lorenzo de Tristán, que se hallaba
de visita pastoral y como invitado a las fiestas propias de la Virgen de los Ángeles, para la
época Patrona de Cartago. Por cierto, Monseñor Tristán aprovechó para hacer algunas
modificaciones a dichas fiestas ante numerosas quejas de clérigos y feligreses; esto dio
origen a la celebración de La Pasada de la Virgen de los Ángeles, actividad que se mantiene
aún hoy.

1792. Se ordena -por primera vez- la enseñanza obligatoria en Cartago. Se establecen como
medidas compulsivas, penas a los padres de los hijos que no asistieren a recibir lecciones.
En las mismas escuelas, se practican severos castigos por indisciplina, aun con el
consentimiento del Gobernador español Vásquez y Téllez, autoridad que ordenó la
obligatoriedad de la educación por primera vez. La instrucción, como era de esperarse, es
muy rudimentaria: se ejercita la memoria, la enseñanza es colectiva y repetitiva, antesala
del método lancasteriano.
1797. Algunos vecinos de San José, preocupados por la ausencia de un centro educativo en
su localidad, contrataron ellos mismos mediante escritura pública, una escuela el 1º de
Junio de ese año. Lo anterior pone de manifiesto el abandono, que en materia educativa,
tenía la Gobernación a la que llegaría a convertirse en la capital de nuestro país.

La educación en el siglo XIX (1800-1900)


Parte I: de finales de la colonia a la fundación de la República

1801. Siendo don Tomás de Acosta Gobernador de la Provincia de Costa Rica, el padre
Baltasar de la Fuente, imparte lecciones de Filosofía y Humanidades en Cartago. Ya para
esta época, se requiere de funcionarios en la gobernación que al menos sepan leer y
escribir, de allí la preocupación de don Tomás por dotar a los ciudadanos de alguna
instrucción elemental. Acosta gobernó Costa Rica de 1797 a 1810.

1812. Instaladas la Cortes en Cádiz, España, estas hacen emanar las primeras disposiciones
vinculantes para las Colonias americanas dependientes de la Corona. Por iniciativa del
representante por Costa Rica, el Presbítero Florencio del Castillo, las Cortes emiten un
decreto según el cual, entre otras cosas, se otorgan becas a los indígenas de este territorio
que quisieran estudiar. Se ordena la enseñanza a los naturales e hijos de colonos de
escritura, lectura, lo mismo que aritmética y doctrina católica.

1813. El 17 de agosto de ese año, los diputados de las Cortes dan por abolidos los castigos
que se tenían por norma en las escuelas coloniales de la época. Algunos de estos severos
castigos -en nombre de la disciplina-eran los azotes, la palmeta, el tormento, la coyunda,
hacer caminar a los niños descalzos sobre granos de maíz puntiagudo y de grano grande.
Estas medidas quedan ratificadas el 8 de septiembre de 1813, aunque, clausuradas las
Cortes de Cádiz en 1814, algunas de las disposiciones emanadas de dicha asamblea
quedarían sin efecto.

1814. Se crea en el mes de abril en San José, la Casa de Enseñanza de Santo Tomás, la
gran escuela de primeras letras de finales de la Colonia, que desempeñó un rol determinante
en el curso de los acontecimientos propios, a las puertas de la vida independiente de las
colonias americanas, en especial las centroamericanas, pues, se convirtió en un foro de
discusión con clara vocación ilustrada en aras de la búsqueda de la libertad tan anhelada por
los habitantes de esta región.

La Casa de Enseñanza se creó a instancias del Ayuntamiento de San José. Fue el padre
Manuel Alvarado quien se encargó de organizar el plan de estudios y, para dirigir
convenientemente dicho centro de estudios hace venir desde Nicaragua al Bachiller Rafael
Francisco Osejo,

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