TUTELA
TUTELA
JOSE CEBEDEO MOSQUERA, mayor de edad y vecino de esta ciudad, identificado con
la CC 76.046.318 expedida en el municipio de Puerto Tejada (Cauca), residente en la
carrera Carrera 2 C Nro. 75-27 Barrio Petecuy I Etapa en la ciudad de Cali, actuando como
agente oficioso del señor ALEXANDER MOSQUERA MESTIZO, identificado con Cedula
16.893.186, quien se encuentra con Diagnostico: ENFERMEDAD POR VIH; lo cual
requiere manejo integral del diagnóstico, por lo que procedo a impetrar ACCIÓN DE
TUTELA, en contra de la entidad, COMFENALCO VALLE EPS, a fin de solicitarle se sirva
ordenar mediante fallo de tutela, proteger el derecho fundamental a su SALUD, y
consecuentemente con ello el derecho a la vida y vida digna que le asiste, los cuales
gozan del amparo constitucional, conforme a lo estipulado en los Artículos 11, 46, 48 y 86
de nuestra Carta Magna, basándome para ello en los siguientes:
HECHOS
PRIMERO: El señor Alexander Mosquera Mestizo, fue diagnosticado con enfermedad VIH
SIDA desde el año 2012.
QUINTO: Que, el señor Alexander Mosquera, se encuentra bajo el cuidado de sus padres,
ambos adultos mayores, quienes debido a su edad se dificulta su cuidado. Por lo que se
requiere de la asistencia de Auxiliar de Enfermería o cuidado primario en salud, que
permita este apoyo en el cuidado permanente del paciente.
SEXTO: Considero respetuosamente señor Juez, que, con la conducta asumida por la EPS,
al no cumplir estrictamente con la entrega necesaria de insumos y procedimientos, es
decir, para que se realicen, y de cuya ejecución depende la mejoría en la salud de mi
hermano Alexander Mosquera Mestizo.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Señor Juez de Tutela, recurro a esta vía por el restablecimiento del derecho vulnerado
referente a la salud, por la gravedad del diagnóstico de mi hermano Alexander
Mosquera, , y por su estado de salud. Pido sea reconocido y determinado, que su salud
depende de la celeridad con la que se sirva obrar la EPS COMFENALCO VALLE.
De otra parte, ha sostenido múltiples veces esta Corte que los tratamientos
médicos, las intervenciones quirúrgicas y la entrega de medicamentos por parte de
los agentes prestadores del servicio público de la seguridad social en salud, puede
ordenarse por vía de tutela cuando se tiende a proteger la salud como un derecho
fundamental por conexidad fundado en el respeto a la vida y la dignidad humana.
La salud es un concepto que guarda íntima relación con el bienestar del ser humano
y que dentro del marco del Estado social, al convertirse en derecho, se constituye
en un postulado fundamental del bienestar ciudadano.
“En la sentencia T-858 de 2013 la Corte Constitucional precisó las dimensiones de amparo
de este derecho, para lo cual sostuvo lo siguiente: “En abundante jurisprudencia esta
Corporación ha señalado que la protección ofrecida por el texto constitucional a la salud,
como bien jurídico que goza de especial protección, tal como lo enseña el tramado de
disposiciones que componen el articulado superior y el bloque de constitucionalidad, se da
en dos sentidos: (i) en primer lugar, de acuerdo al artículo 49 de la Constitución, la salud
es un servicio público cuya organización, dirección y reglamentación corresponde al
Estado. La prestación de este servicio debe ser realizado bajo el impostergable
compromiso de satisfacer los principios de universalidad, solidaridad y eficiencia que,
según dispone el artículo 49 superior, orientan dicho servicio. “En el mismo sentido, como
fue precisado por esta Sala de revisión en sentencia T-016 de 2007, el diseño de las
políticas encaminadas a la efectiva prestación del servicio público de salud debe estar, en
todo caso, fielmente orientado a la consecución de los altos fines a los cuales se
compromete el Estado, según lo establece el artículo 2° del texto constitucional”.
“Desde entonces, la Corte ha reconocido que el derecho a la salud posee una doble
connotación: (i) como un derecho fundamental y (ii) como un servicio público. En tal
razón ha considerado que: en materia de amparo del derecho fundamental a la salud por
vía de tutela una vez adoptadas las medidas de orden legislativo y reglamentario
orientadas a determinar cuáles son las prestaciones obligatorias en salud y a trazar las
vías de acceso a la seguridad social, si se cumplen los requisitos previstos en estos
escenarios, todas las personas sin excepción pueden acudir a la acción de tutela para
lograr la efectiva protección de su derecho constitucional fundamental a la salud cuando
quiera que este derecho se encuentre amenazado de vulneración o haya sido conculcado”.
“Ello quiere decir que procede el amparo en sede de tutela cuando resulta imperioso velar
por los intereses de cualquier persona que así lo requiera. En tal sentido, la salud como
servicio público esencial a cargo del Estado, además de regirse por los principios de
eficiencia, universalidad y solidaridad, que consagra expresamente el artículo 49 de la
Constitución Política, debe dar cumplimiento al principio de continuidad, que conlleva su
prestación de forma ininterrumpida, constante y permanente, sin que sea admisible su
paralización sin la debida justificación constitucional”.
“Lo anterior, por cuanto la materialización del derecho fundamental a la salud exige que
todas las entidades que prestan dicho servicio se obliguen a la óptima prestación del
mismo, en la búsqueda del goce efectivo de los derechos de sus afiliados conforme al
marco normativo señalado, comoquiera que la salud compromete el ejercicio de distintas
garantías, como es el caso del derecho a la vida y a la dignidad humana” -M.P. Dr. Jorge
Iván Palacio Palacio-.
El anterior pronunciamiento de la Corte, sigue la misma teórica que años atrás había
esbozado ese mismo alto tribunal, cuando en sentencia T-676/12, sostuvo que las
personas que padecen enfermedades ruinosas, catastróficas o de alto costo, como el virus
de inmunodeficiencia humana, VIH, o el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, SIDA,
son sujetos de especial protección constitucional. En particular, ha destacado la
Corporación que las personas que sufren de VIH/SIDA, requieren cuidados en salud
continuos, que por lo regular son de alto costo, y que los pacientes o sus familias, en
muchas oportunidades, no tienen los recursos económicos para sufragarlos; aunado a lo
anterior, es decir, al delicado estado de salud y a la falta de recursos económicos, se suma
el hecho de que las personas que padecen de VIH o SIDA son discriminadas, pues
erróneamente se ha considerado que por tratarse de enfermedades contagiosas, quienes
las padecen son un riesgo para la sociedad.
Con la finalidad (i) de ofrecer un mejor servicio de salud a las personas que padecen
VIH/SIDA, (ii) desarrollar campañas de prevención contra la propagación de dichas
enfermedades y (iii) reducir los actos de discriminación contra la población que las padece,
el presidente de la república expidió el Decreto 1543 de 1997 “por el cual se reglamenta el
manejo de la infección por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), Síndrome de la
Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) y las otras Enfermedades de Transmisión Sexual
(ETS);” y a su turno, el legislador expidió la Ley 972 de 2005 “por la cual se adoptan
normas para mejorar la atención por parte del Estado colombiano de la población que
padece de enfermedades ruinosas o catastróficas, especialmente el VIH/Sida.”
Del contenido de las normas señaladas es relevante resaltar que las personas contagiadas
con VIH, o quienes han desarrollado los síntomas del virus, es decir, que sufren de SIDA,
por disposición legal, tienen derecho a recibir por parte del Estado y de las entidades de
salud pública o privada, la atención integral de su enfermedad. El legislador ha
considerado los pacientes contagiados de VIH, deben recibir un trato en salud que les
permita acceder a medicamentos, reactivos, y demás dispositivos médicos autorizados
para el diagnostico y tratamiento de la enfermedad, y que les garantice mantener el mejor
nivel de salud posible, y el desarrollo de la vida en condiciones dignas. Igualmente la ley
señala que las disposiciones allí contenidas se deben interpretar y ejecutar evitando que
se produzca cualquier efecto de marginación o segregación, que se lesionen los derechos
fundamentales a la intimidad y privacidad del paciente, al trabajo, a la familia, etc.
Tal y como se observa, el Diagnositico que presenta el señor Alexander Mosquera Mestizo,
es considerada una enfermada de largo plazo y de especial protección por parte del
Estado, esto es, que su tratamiento no tiene un tiempo de curación definido, debido a su
camaleónico proceso. De allí que su atención integral debe ser garantizado por la EPS a la
cual se encuentra afiliado, quien la padece.
PRETENSIÓN
ANEXOS
JURAMENTO
NOTIFICACIONES
La entidad accionada COMFENALCO VALLE EPS, en la Carrera 5 Nro. 66-63 Torre B - Cali.
Teléfono: (602) 8862727
El suscrito las recibiré en la Carrera 2 C Nro. 75-27 Barrio Petecuy I Etapa en la ciudad de
Cali Teléfono: 3222666654