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TUTELA

El documento presenta una acción de tutela interpuesta por José Cebedeo Mosquera a nombre de su hermano Alexander Mosquera Mestizo en contra de la EPS COMFENALCO VALLE. Alexander fue diagnosticado con VIH/SIDA en 2012 y requiere tratamiento continuo e insumos médicos. Sin embargo, la EPS no ha garantizado la cobertura integral del tratamiento ni ha entregado los insumos necesarios como pañales y pañitos, vulnerando sus derechos a la salud y vida digna. La acción de tutela busca que un juez ordene
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El documento presenta una acción de tutela interpuesta por José Cebedeo Mosquera a nombre de su hermano Alexander Mosquera Mestizo en contra de la EPS COMFENALCO VALLE. Alexander fue diagnosticado con VIH/SIDA en 2012 y requiere tratamiento continuo e insumos médicos. Sin embargo, la EPS no ha garantizado la cobertura integral del tratamiento ni ha entregado los insumos necesarios como pañales y pañitos, vulnerando sus derechos a la salud y vida digna. La acción de tutela busca que un juez ordene
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Señor

JUEZ DE TUTELA (Reparto)


Ciudad

REFERENCIA: ACCIÓN DE TUTELA


ACCIONANTE: JOSÉ CEBEDEO MOSQUERA agente oficioso de ALEXANDER
MOSQUERA MESTIZO
ACCIONADO: COMFENALCO VALLE EPS

JOSE CEBEDEO MOSQUERA, mayor de edad y vecino de esta ciudad, identificado con
la CC 76.046.318 expedida en el municipio de Puerto Tejada (Cauca), residente en la
carrera Carrera 2 C Nro. 75-27 Barrio Petecuy I Etapa en la ciudad de Cali, actuando como
agente oficioso del señor ALEXANDER MOSQUERA MESTIZO, identificado con Cedula
16.893.186, quien se encuentra con Diagnostico: ENFERMEDAD POR VIH; lo cual
requiere manejo integral del diagnóstico, por lo que procedo a impetrar ACCIÓN DE
TUTELA, en contra de la entidad, COMFENALCO VALLE EPS, a fin de solicitarle se sirva
ordenar mediante fallo de tutela, proteger el derecho fundamental a su SALUD, y
consecuentemente con ello el derecho a la vida y vida digna que le asiste, los cuales
gozan del amparo constitucional, conforme a lo estipulado en los Artículos 11, 46, 48 y 86
de nuestra Carta Magna, basándome para ello en los siguientes:

HECHOS

PRIMERO: El señor Alexander Mosquera Mestizo, fue diagnosticado con enfermedad VIH
SIDA desde el año 2012.

SEGUNDO: El señor Mosquera Mestizo, hace parte de la población afiliada a la EPS


COMFENALCO VALLE, en el régimen Subsidiado.

TERCERO: Que, en la actualidad, la EPS COMFENALCO VALLE no ha garantizado la


cobertura integral del tratamiento requerido por su hermano, a raíz de la enfermedad que
padece. Disminuyendo la cantidad de insumos requeridos para su tratamiento, como es el
caso de pañales, pañitos, y demás insumos.

CUARTO: Este tratamiento de acuerdo con su patología, es prioritario, pero la EPS no lo


está realizando, y hasta la fecha no le han sido entregados los insumos médicos
requeridos. Es decir, la EPS COMFENALCO VALLE no ha cumplido con su deber legal y va
en contravía de los preceptos Constitucionales, que cobijan a una persona diagnosticada
con VIH-SIDA.

QUINTO: Que, el señor Alexander Mosquera, se encuentra bajo el cuidado de sus padres,
ambos adultos mayores, quienes debido a su edad se dificulta su cuidado. Por lo que se
requiere de la asistencia de Auxiliar de Enfermería o cuidado primario en salud, que
permita este apoyo en el cuidado permanente del paciente.

SEXTO: Considero respetuosamente señor Juez, que, con la conducta asumida por la EPS,
al no cumplir estrictamente con la entrega necesaria de insumos y procedimientos, es
decir, para que se realicen, y de cuya ejecución depende la mejoría en la salud de mi
hermano Alexander Mosquera Mestizo.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

Señor Juez de Tutela, recurro a esta vía por el restablecimiento del derecho vulnerado
referente a la salud, por la gravedad del diagnóstico de mi hermano Alexander
Mosquera, , y por su estado de salud. Pido sea reconocido y determinado, que su salud
depende de la celeridad con la que se sirva obrar la EPS COMFENALCO VALLE.

Al respecto es importante, necesario, oportuno y pertinente tener en cuenta los


postulados de la Honorable Corte Constitucional a través de los siguientes
pronunciamientos jurisprudenciales:

El derecho a la vida es el primero y más importante de los derechos consagrados en la


Constitución. Sin su protección y preeminencia ninguna razón tendrían las normas que
garantizan los demás.
 
Dado su carácter, el derecho a la vida impone a las autoridades públicas la obligación
permanente de velar por su intangibilidad no sólo mediante la actividad tendiente a
impedir las conductas que lo ponen en peligro sino a través de una función activa que
busque preservarla usando todos los medios institucionales y legales a su alcance.
 
El concepto de vida que la Constitución consagra no corresponde simplemente al
aspecto biológico, que supondría apenas la conservación de los signos vitales, sino que
implica una cualificación necesaria: la vida que el Estado debe preservar exige
condiciones dignas. De poco o nada sirve a la persona mantener la subsistencia si ella
no responde al mínimo que configura a un ser humano como tal.
(...)
La vida del ser humano, entonces, es mucho más que el hálito mediante el cual se
manifiesta su supervivencia material. No puede equipararse a otras formas de vida,
pues agrega al mero concepto físico elementos espirituales que resultan
esenciales". (Sentencia T-248 de 1998, MP José Gregorio Hernández)

De otra parte, ha sostenido múltiples veces esta Corte que los tratamientos
médicos, las intervenciones quirúrgicas y la entrega de medicamentos por parte de
los agentes prestadores del servicio público de la seguridad social en salud, puede
ordenarse por vía de tutela cuando se tiende a proteger la salud como un derecho
fundamental por conexidad fundado en el respeto a la vida y la dignidad humana.
La salud es un concepto que guarda íntima relación con el bienestar del ser humano
y que dentro del marco del Estado social, al convertirse en derecho, se constituye
en un postulado fundamental del bienestar ciudadano.

Esta Corte ha insistido reiteradamente4 que el derecho a la salud comprende la


facultad que tiene todo ser humano de mantener tanto la normalidad orgánica como
la funcional, tanto física como psíquica y psicosomática, de restablecerse cuando se
presente una perturbación en la estabilidad orgánica y funcional de la persona, lo
cual implica una acción de conservación y de restablecimiento por parte del poder
público como de la sociedad, la familia y del mismo individuo. En este sentido, ha
señalado además, esta Corporación que "la salud es un estado variable, susceptible
de afectaciones múltiples, que inciden en mayor o menor medida en la vida del
individuo".

Finalmente la Sala debe reiterar que el derecho a la vida aumenta su radio de


acción y obra como fuerza expansiva que lo conecta con otros derechos que sin
perder su autonomía le son consustanciales. En este sentido, a juicio de la Corte, la
salud y la integridad física son objetos jurídicos identificables, tal como lo ha
expuesto múltiples veces esta Corporación. En efecto, en la sentencia T-494 de
1993, M.P. Dr. Vladimiro Naranjo Mesa, dijo la Corte lo siguiente:

"El derecho a la integridad física comprende el respeto a la corporeidad del hombre


de forma plena y total, de suerte que conserve su estructura natural como ser
humano. Muy vinculado con este derecho -porque también es una extensión directa
del derecho a la vida- está el derecho a la salud, entendiendo por tal la facultad que
tiene todo ser humano de mantener la normalidad orgánica funcional, tanto física
como en el plano de la operatividad mental, y de restablecerse cuando se presente
una perturbación en la estabilidad orgánica o funcional de su ser. Implica, por tanto,
una acción de conservación y otra de restablecimiento" (Sentencia Sentencia T-
204/00, MP FABIO MORON DIAZ).

Actualmente, la Corte Constitucional ha establecido que a la salud se le ha reconocido un


contenido de derecho fundamental.

En igual sentido la Corte Constitucional en la Sentencia T-039 del 28 de enero de 2013


hace referencia a varios pronunciamientos que ha hecho respecto del tratamiento que se
les debe brindar a los accionantes por las Empresas Prestadoras de Salud:

“En la sentencia T-858 de 2013 la Corte Constitucional precisó las dimensiones de amparo
de este derecho, para lo cual sostuvo lo siguiente: “En abundante jurisprudencia esta
Corporación ha señalado que la protección ofrecida por el texto constitucional a la salud,
como bien jurídico que goza de especial protección, tal como lo enseña el tramado de
disposiciones que componen el articulado superior y el bloque de constitucionalidad, se da
en dos sentidos: (i) en primer lugar, de acuerdo al artículo 49 de la Constitución, la salud
es un servicio público cuya organización, dirección y reglamentación corresponde al
Estado. La prestación de este servicio debe ser realizado bajo el impostergable
compromiso de satisfacer los principios de universalidad, solidaridad y eficiencia que,
según dispone el artículo 49 superior, orientan dicho servicio. “En el mismo sentido, como
fue precisado por esta Sala de revisión en sentencia T-016 de 2007, el diseño de las
políticas encaminadas a la efectiva prestación del servicio público de salud debe estar, en
todo caso, fielmente orientado a la consecución de los altos fines a los cuales se
compromete el Estado, según lo establece el artículo 2° del texto constitucional”.

“(ii) La segunda dimensión en la cual es protegido este bien jurídico es su estructuración


como derecho. Sobre el particular, la jurisprudencia de esta Corporación ha señalado que
el derecho a la salud no es de aquellos cuya protección puede ser solicitada prima facie
por vía de tutela. No obstante, en una decantada línea que ha hecho carrera en los
pronunciamientos de la Corte Constitucional, se ha considerado que una vez se ha
superado la indeterminación de su contenido –que es el obstáculo principal a su
estructuración como derecho fundamental- por medio de la regulación ofrecida por el
Congreso de la República y por las autoridades que participan en el Sistema de Seguridad
Social, las prestaciones a las cuales se encuentran obligadas las instituciones del Sistema
adquieren el carácter de derechos subjetivos(…)”.

“Desde entonces, la Corte ha reconocido que el derecho a la salud posee una doble
connotación: (i) como un derecho fundamental y (ii) como un servicio público. En tal
razón ha considerado que: en materia de amparo del derecho fundamental a la salud por
vía de tutela una vez adoptadas las medidas de orden legislativo y reglamentario
orientadas a determinar cuáles son las prestaciones obligatorias en salud y a trazar las
vías de acceso a la seguridad social, si se cumplen los requisitos previstos en estos
escenarios, todas las personas sin excepción pueden acudir a la acción de tutela para
lograr la efectiva protección de su derecho constitucional fundamental a la salud cuando
quiera que este derecho se encuentre amenazado de vulneración o haya sido conculcado”.

“Por tal motivo, la jurisprudencia de la Corte Constitucional ha sido constante y enfática en


afirmar que tratándose de la negación de un servicio, medicamento o procedimiento
incluido en el Plan Obligatorio de Salud (P.O.S.), en el Plan Obligatorio de Salud
Subsidiado (POSS), en el Plan de Atención Básica (PAB), en el Plan de Atención
Complementaria (PAC) así como ante la no prestación de servicios relacionados con la
obligaciones básicas definidas en la Observación No. 14 del Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, puede acudirse directamente a la tutela para lograr su
protección”.

“Ello quiere decir que procede el amparo en sede de tutela cuando resulta imperioso velar
por los intereses de cualquier persona que así lo requiera. En tal sentido, la salud como
servicio público esencial a cargo del Estado, además de regirse por los principios de
eficiencia, universalidad y solidaridad, que consagra expresamente el artículo 49 de la
Constitución Política, debe dar cumplimiento al principio de continuidad, que conlleva su
prestación de forma ininterrumpida, constante y permanente, sin que sea admisible su
paralización sin la debida justificación constitucional”.

“Lo anterior, por cuanto la materialización del derecho fundamental a la salud exige que
todas las entidades que prestan dicho servicio se obliguen a la óptima prestación del
mismo, en la búsqueda del goce efectivo de los derechos de sus afiliados conforme al
marco normativo señalado, comoquiera que la salud compromete el ejercicio de distintas
garantías, como es el caso del derecho a la vida y a la dignidad humana” -M.P. Dr. Jorge
Iván Palacio Palacio-.

Igualmente, la sentencia de la Corte Constitucional hace énfasis en que: se ha inaplicado


la normatividad que excluye los servicios médicos, para impedir de ese modo que un
precepto legal o una decisión administrativa dificulten el goce efectivo de garantías
constitucionales como la vida, la integridad y la salud. Al efecto, para que resulte
procedente la aplicación de esta disposición, la Corte ha establecido la obligación de
comprobar los siguientes requisitos: (i) Que el servicio haya sido ordenado por el médico
tratante, quien deberá presentar la solicitud ante el Comité Técnico Científico; (ii) Que la
falta del servicio, tratamiento o medicamento, vulnere o amenace los derechos a la salud,
a la vida y a la integridad personal; (iii) Que el servicio no pueda ser sustituido por otro
que sí se encuentre incluido o que pudiendo estarlo, el sustituto no tenga el mismo grado
de efectividad que el excluido del plan; (iv) Que el actor o su familia no tengan capacidad
económica para costearlo.

En cuanto a los servicios incluidos o no en el POS, la Corte en sentencia No. T-171 de


2016 sostiene: “El Plan Obligatorio de Salud (POS) está regulado por lo dispuesto en la
Resolución 5261 de 1994, expedida por el Ministerio de Salud, que fue actualizada
mediante la Resolución 5521 de 2013 del Ministerio de Salud y Protección Social. Dicha
regulación establece la reglamentación con base en la que las Entidades Promotoras de
Salud (EPS) deben prestar a sus afiliados el goce efectivo de su derecho fundamental a la
salud. De manera que, la exigibilidad de medicamentos, elementos y servicios médicos
está supeditada, en principio, a que forme parte del POS”. “Sin embargo, la jurisprudencia
de la Corte Constitucional ha sido consistente y uniforme al establecer que le corresponde
al juez de tutela determinar si la aplicación exegética de la normatividad que regula el POS
en cuanto a aquellos servicios, medicamentos y elementos no incluidos conlleva a una
amenaza o vulneración de los derechos fundamentales a la vida digna, a la salud y a la
seguridad social. En ese escenario, el juez de tutela debe inaplicar en el caso concreto
dicha reglamentación con el fin de garantizar el goce efectivo de los derechos
fundamentales que podrían verse vulnerados. Es decir que en esos casos tiene lugar la
aplicación directa de la Constitución y, en consecuencia, debe concederse el suministro del
medicamento o el elemento solicitado, o llevar a cabo el procedimiento o servicio
requerido por el paciente”.

De igual forma y conforme al Diagnostico que padece mi hermano Alexander Mosquera, es


imperativo traer como referencia el pronunciamiento que la misma Corte en Sentencia T-
426/17, elevó respecto de la protección de las garantías constitucionales de quienes
padecen VIH. Al respecto y teniendo en cuenta las características específicas de esta
enfermedad y sus nefastas consecuencias, esa Corporación señaló: “(i) que el portador
de VIH requiere una atención reforzada por parte del Estado, (ii) que no solo tiene los
mismos derechos de las demás personas, sino que las autoridades están en la obligación
de ofrecerle una protección especial con el propósito de defender su dignidad y evitar que
sean objeto de discriminación, y (iii) que su situación particular representa unas
condiciones de debilidad manifiesta que lo hacen merecedor de una protección
constitucional reforzada. Por lo anterior, la jurisprudencia de esta Corporación ha
reconocido el especial tratamiento que se debe tener con estas personas, en ámbitos
como la salud, el trabajo y la seguridad social, entre otros”.

El anterior pronunciamiento de la Corte, sigue la misma teórica que años atrás había
esbozado ese mismo alto tribunal, cuando en sentencia T-676/12, sostuvo que las
personas que padecen enfermedades ruinosas, catastróficas o de alto costo, como el virus
de inmunodeficiencia humana, VIH, o el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, SIDA,
son sujetos de especial protección constitucional. En particular, ha destacado la
Corporación que las personas que sufren de VIH/SIDA, requieren cuidados en salud
continuos, que por lo regular son de alto costo, y que los pacientes o sus familias, en
muchas oportunidades, no tienen los recursos económicos para sufragarlos; aunado a lo
anterior, es decir, al delicado estado de salud y a la falta de recursos económicos, se suma
el hecho de que las personas que padecen de VIH o SIDA son discriminadas, pues
erróneamente se ha considerado que por tratarse de enfermedades contagiosas, quienes
las padecen son un riesgo para la sociedad.

Con la finalidad (i) de ofrecer un mejor servicio de salud a las personas que padecen
VIH/SIDA, (ii) desarrollar campañas de prevención contra la propagación de dichas
enfermedades y (iii) reducir los actos de discriminación contra la población que las padece,
el presidente de la república expidió el Decreto 1543 de 1997 “por el cual se reglamenta el
manejo de la infección por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), Síndrome de la
Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) y las otras Enfermedades de Transmisión Sexual
(ETS);” y a su turno, el legislador expidió la Ley 972 de 2005 “por la cual se adoptan
normas para mejorar la atención por parte del Estado colombiano de la población que
padece de enfermedades ruinosas o catastróficas, especialmente el VIH/Sida.”

Del contenido de las normas señaladas es relevante resaltar que las personas contagiadas
con VIH, o quienes han desarrollado los síntomas del virus, es decir, que sufren de SIDA,
por disposición legal, tienen derecho a recibir por parte del Estado y de las entidades de
salud pública o privada, la atención integral de su enfermedad. El legislador ha
considerado los pacientes contagiados de VIH, deben recibir un trato en salud que les
permita acceder a medicamentos, reactivos, y demás dispositivos médicos autorizados
para el diagnostico y tratamiento de la enfermedad, y que les garantice mantener el mejor
nivel de salud posible, y el desarrollo de la vida en condiciones dignas. Igualmente la ley
señala que las disposiciones allí contenidas se deben interpretar y ejecutar evitando que
se produzca cualquier efecto de marginación o segregación, que se lesionen los derechos
fundamentales a la intimidad y privacidad del paciente, al trabajo, a la familia, etc.

Tal y como se observa, el Diagnositico que presenta el señor Alexander Mosquera Mestizo,
es considerada una enfermada de largo plazo y de especial protección por parte del
Estado, esto es, que su tratamiento no tiene un tiempo de curación definido, debido a su
camaleónico proceso. De allí que su atención integral debe ser garantizado por la EPS a la
cual se encuentra afiliado, quien la padece.

PRETENSIÓN

Con fundamento en los hechos relacionados, la Ley y la Jurisprudencia expuesta, solicito


al señor Juez, disponer y ordenar a favor de mi hermando Alexander Mosquera Mestizo, lo
siguiente:

PRIMERO: Tutelar el derecho fundamental a la salud por conexidad con el derecho


fundamental a la vida en contra de COMFENALCO VALLE EPS.

SEGUNDO: Ordenar a COMFENALCO VALLE EPS y/o quien corresponda, que en un


termino no mayor a 48 horas, disponga a cumplir con la cobertura integral del diagnóstico
a mi hermando, esto es VIH-SIDA, así como la entrega de los insumos médicos ordenados
por el medico tratante.
TERCERO: Para evitar presentar tutela por cada evento, solicito ordenar la atención en
forma integral, es decir, todo lo que se requiera en forma permanente y oportuna (T-557
de 2003 y T-830 de 2006 de la Honorable Corte Constitucional)

ANEXOS

Copia de la tutela para el archivo del Juzgado


Copia cedula de ciudadanía
Copia de Historia Clínica
Copia de Formulaciones Medicas

JURAMENTO

De conformidad con el Decreto 2591 de 1991, manifiesto bajo la gravedad de juramento


que no he presentado ninguna otra acción de tutela por estos mismos hechos.

NOTIFICACIONES

La entidad accionada COMFENALCO VALLE EPS, en la Carrera 5 Nro. 66-63 Torre B - Cali.
Teléfono: (602) 8862727

El suscrito las recibiré en la Carrera 2 C Nro. 75-27 Barrio Petecuy I Etapa en la ciudad de
Cali Teléfono: 3222666654

Del señor Juez, Atentamente,

JOSE CEBEDEO MOSQUERA


CC 76.046.318 de Puerto Tejada (Cauca)

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