24-34 Sexualidad en La Adolescencia
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Sexualidad en la adolescencia
¿Y qué podemos hacer con los adolescentes
los diferentes agentes educativos?
F. López Sánchez
Catedrático de Psicología Sexual. Universidad de Salamanca.
Resumen
ADOLESCERE • Revista de Formación Continuada de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia • Volumen II • Enero-Febrero 2014 1
Temas de revisión
Sexualidad en la
Abstract
The problems associated with how teens and youngsters live their sexuality and ro-
mantic relationships nowadays are numerous and well known: unwanted
pregnancies, sexually transmitted diseases, sexual abuse, frustration in
relationships, etc.
The aim of this paper is to reflect on the possible causes and how they should be
ad- dressed, especially by the family, school and health professionals.
Introducción
In our view, some causes of these problems, among others, would be the folowing:
(a) the lack of information legitimized by family, school and health professionals, (b)
the contradictions of society in its approach to adolescent and youth sexuality, (c)
Los problemas asociados a la forma en que adolescentes y jóvenes viven la sexualidad y las
the new myths about sexuality, (d) the leisure scenarios associated with alcohol and
relaciones amorosas hoy día son muy numerosos y bien conocidos: embarazos no deseados, Los
other drugs, (e) the lack of suitable attachment figures who are relationship models,
enfermedades de transmisión sexual, abusos sexuales, frustración en las relaciones, etc. No se problemas
(f) the lack of real sex education in the school, and (g) the non-involvement of
trata de problemas generalizados, pero sí demasiado frecuentes, especialmente el primero de asociados a la
health profes- sionals in the prevention and assistance in this field.
los señalados. Afectan a los adolescentes y jóvenes y muy especialmente y de manera aguda a forma en que
los menores de edad. adolescentes y
Keywords: Adolescents, Sexuality, Sexual Education and Information.
jóvenes viven la
Por conocidos, no nos vamos a centrarnos en ellos, algo ya hecho en numerosas sexualidad y las
publicaciones como puede verse en la bibliografía citada (López, Fernández-Rouco, Carcedo, relaciones
Kilani, y Bláz- quez, 2010). Lo que pretendemos es hacer una reflexión sobre sus posibles amorosas hoy día
causas y la forma en que deberían ser afrontados, especialmente por la familia, la escuela y los son muy
profesionales de la salud. numerosos. Se
realiza una
A nuestro modo de ver, entre otras causas, merecen ser tenidas en cuenta especialmente las reflexión sobre
siguientes causas de estos problemas: (a) la falta de información legitimada por la familia, la sus posibles
es- cuela y los profesionales de la salud, (b) las contradicciones de la sociedad en los causas y la forma
planteamien- tos sobre la sexualidad de los adolescentes y jóvenes, (c) los nuevos mitos sobre en que
la sexualidad, deberían ser
(d) los escenarios de ocio asociados al alcohol y otras drogas, (e) la carencia de figuras de afrontados,
apego adecuadas, que sean modelo de relaciones amorosas, (f) la falta de una verdadera
educación sexual en la escuela y (g) la no implicación de los profesionales de la salud en la
prevención y asistencia en este campo.
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Y ¿cuáles son las causas de esta conducta tan irracional? Seguramente muchas y no tan fáciles
de precisar, aunque intentaremos hacerlo en este artículo.
Por lo que se refiere a los conocimientos, carecen de una información legitimada por la
Los jóvenes fami- lia, la escuela y los profesionales de la salud. Y como la información no está legitimada,
carecen de una no pue- den usarla abiertamente, con libertad. La información sexual que tienen se oculta a la
información familia, a los educadores y a los profesionales y la usan, por tanto, de manera furtiva o
legitimada por la simplemente no la tienen en cuenta. También la conducta sexual es furtiva: en lugares y
familia, la escuela tiempos que se ocultan, en formatos precipitados, con alguna frecuencia bajo los efectos de
y los profesionales alcohol, etc.
de la salud sobre
la sexualidad y por Si de la sexualidad y la actividad sexual no se puede hablar en familia y en la mayor parte de
ello no pueden las escuelas, los adolescentes y jóvenes tienen que ocultar lo que saben y lo que hacen. Esto
usarla no favorece la conducta responsable, especialmente en los más jóvenes, como indican todos
abiertamente con los estudios.
Si la familia no habla de estos temas abiertamente y con buena información, los hijos,
especial- mente en la primera adolescencia, no saben muy bien a qué atenerse.
La familia debe hablar abiertamente con los hijos de estos temas y ofrecerle una primera in-
formación sobre ellos, a la vez que colabora con la escuela. Naturalmente que la familia tiene
el derecho y el deber de transmitir los valores en que creen, salvo fundamentalismos, pero no
debe negarle informaciones básicas a los hijos; pueden y deben darle consejos, pero no
pueden olvidar que tienen que prepararlos para que sean responsables y autónomos.
La escuela debe ofrecer una información sistemática sobre todos los temas fundamentales de
sexualidad (anatomía, fisiología sexual y de la reproducción, afectos sexuales y sociales: deseo,
atracción, enamoramiento, apego, amistad y sistema de cuidados), anticoncepción, etc. En tér-
minos de valores la escuela puede y debe respetar los valores de la familia y cada alumno
(salvo fundamentalismos) y transmitir valores éticos universales (como, por ejemplo: la ética
del con- sentimiento, de la igualdad, del placer compartido, de la lealtad y de la salud),
propuesta ética que hemos desarrollado en otras publicaciones.
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Los profesionales de la salud, en lugar de hacer objeción práctica casi generalizada, deberían
incluir en sus entrevistas y en sus relación con los menores esta temática, en un clima de con- Los
fianza, sin la presencia de los padres, de forma que les permitiera hablar con libertad y pedir profesionales de
informaciones concretas y ayudas. la salud, en lugar
de hacer objeción
práctica casi
generalizada,
Las contradicciones de la sociedad y las deberían incluir
Por ello, podríamos decir, que vivimos en una sociedad en la que no son pocos los agentes
so- cializadores que renuncian de hecho a ayudar a los menores a vivir mejor la sexualidad.
Con ello no queremos decir que la mayoría de las familias y todas las escuelas y profesionales
lo estén haciendo mal y que la mayoría de los adolescentes asumen graves riesgos. La
mayoría, eso dicen los estudios, son responsables retrasando la actividad sexual o teniendo
actividades sexuales saludable. Pero sí afirmamos que son demasiados los que asumen
riesgos graves y muchos más los desorientados, de forma que afrontar estos problemas
debería ser un asunto prioritario.
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A principios del siglo XX, con los planteamientos de Freud y, sobre todo, desde mediados de
éste mismo siglo, los científicos empezaron a hacer estudios que cuestionaron con éxito esa
visión confesional de la sexualidad. Hoy tenemos conocimientos bastante amplios sobre la
sexualidad y, en general, se acepta que las personas pueden organizarse su vida sexual y amo-
rosa de formas bien diversas, aún dentro de los criterios de salud sexual.
Pero estos conocimientos científicos, incluso los más básicos, no se han generalizado entre la
población, no se enseñan en la escuela y muchos profesionales los desconocen o, si no es así,
se sienten incómodos y poco formados para usarlos en su práctica profesional. La actitud pre-
dominante sigue siendo de miedo e incomodidad, guardando por ello, casi siempre, silencio.
Mientras tanto, las nuevas libertades sociales, que en el mundo occidental empezaron
después de La Segunda Guerra Mundial y en España en los últimos años de la dictadura de
Franco y en la transición a la democracia, han creado las condiciones para que se
comercialice con todo tipo de productos sexuales. En esta sociedad de mercado en la que
el valor dominante es vender y consumir, la sexualidad se ha convertido en un producto más,
presentado de forma explícita o a través de Internet, programas de televisión, productos
culturales de todo tipo y publicaciones diversas. La publicidad recurre de forma generalizada y
muy explícita, también a contenidos sexuales para vender todo tipo de productos.
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Según ella, por ejemplo, se puede uno encontrar publicaciones (incluso apoyadas por
adminis- traciones públicas) en las que en relación con la masturbación se dicen cosas como:
“no te lo pierdas", “parece lógico que uno se conozca a sí mismo antes de conocer a otro",
etc. Hemos pasado de de un viejo mito (“la masturbación es una conducta desviada que causa
graves problemas") a un nuevo mito (“masturbarse es una condición para la salud general o
sexual").
Coitar, descargar la tensión sexual en orgasmos, fue visto como una condición para la salud
por W- Reich, discípulo que siguió al pié de la letra al primer Freud. Esta creencia está hoy
bastante extendida en revistas de divulgación y se usa en la publicidad. Incluso no es raro
escucharla de forma más o menos explícita en profesionales. De hecho es un mensaje que
llega a muchas personas. Un señor de 75 años me dijo durante una de mis intervenciones:
“No entiendo por qué tener relaciones sexuales, que antes estaba prohibido, era malo y pe-
cado, desgastaba, etc., hoy es obligatorio”.
La verdad es que la naturaleza de la sexualidad permite a los seres humanos organizar su vida
sexual de formas muy diferentes, con o sin actividad sexual explícita, como hemos explicado
tantas veces al exponer el modelo biográfico-profesional (López, 2005a). Nos ha costado des-
cubrir que en este campo podemos ser más libres de lo que pensábamos en el pasado, ¿tiene
sentido crear nuevas obligaciones?
b.- La segunda afecta especialmente a los adolescentes y jóvenes. Aparece, sobre todo, en
forma de práctica profesional en bastantes educadores sexuales. Consiste en intervenir bajo el
supuesto (aunque no suele explicitarse) de que “todos los adolescentes y jóvenes tienen o es
conveniente que tengan actividad sexual (implícitamente “coital")". Algo que no se
corresponde con la reali- dad, como puede verse en los estudios sobre las conductas sexuales
de adolescentes y jóvenes, y que contribuye de forma directa o indirecta a presionarlos para
que tengan actividad sexual.
De esta manera, hemos pasado de un modelo moral que hace de la abstinencia un deber para
todos los no casado heterosexualmente (legítimo discurso religioso, pero no modelo de
educa- ción sexual que pueda ser aceptado en la escuela pública de un país no confesional) a
un mo- delo prescriptivo, denominado así porque, de hecho, prescribe la actividad sexual para
todos. Este modelo es peligroso, sobre todo, entre los más jóvenes, especialmente si va
asociado el silencio y la permisividad familiar.
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La familia es el agente socializador más importante, también en todo lo que se refiere a las
relaciones sexuales y amorosas. Es fundamental que los padres se comuniquen abiertamente
con los hijos sobre estos temas, pero lo es más que la familia sea un lugar donde un grupo de
personas se protegen, se apoyan y se quieren. Y donde, específicamente, se vive la experiencia
de que los adultos emparejados se respetan, tratan con igualdad y se quieren.
Es así como en la familia se adquieren dos cosas fundamentales que solo las figuras de apego
pueden ofrecer: la confianza-certeza básica que los seres humanos saben tratarse bien y que-
rerse, por un lado, y el código de comunicación necesario a toda relación íntima (entre padres
e hijos o entre los miembros de una pareja sexual y amorosa).
En otro lugar hemos hecho una valoración crítica de las propuestas del gobierno y la realidad
de la educación sexual en España (López, 2005a). Los dos problemas mayores son que se han
limitado a proponer la educación sexual como un contenido transversal y que no han formado
a los educadores en este campo. Por ello, si la responsabilidad es de todos los profesores y de
ninguno en concreto y, además, no se les forma para ello, el resultado no podía ser otro que
un fracaso.
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un contenido transversal?), cayendo en una contradicción evidente, sino que al incluir en ella
la educación sexual reconocen el fracaso de la propuesta transversal general aun vigente. Por
cierto, esta propuesta de educación para la ciudadanía también la hemos criticado en otra pu-
blicación con más detalle (López, 2009b).
En segundo lugar, elaborar o adaptar programas de educación sexual para cada uno de los ciclos.
En tercer lugar, asignar tiempos específicos, recursos y dedicación de algunos profesores para
este trabajo. Crear un área de Calidad de Vida, de Salud o de Promoción del Bienestar, con
una hora de dedicación semanal para todo aquello que la escuela puede hacer explícitamente
con la educación formal para ayudar a los ciudadanos a vivir mejor, es lo que hemos
propuesto, siguiendo el modelo de algunos países. Desde este espacio se puede colaborar
con las familias, los sanitarios y conseguir influir transversalmente todo el currículo educativo
sobre contenidos como la salud, la sexualidad, el consumo, la ecología, la educación social,
etc.
En cuarto lugar, cuidar el currículo oculto escolar de forma que los valores asociados a la edu-
cación sexual impregnen, de ésta forma sí, transversalmente la vida escolar. La colaboración
de todo el equipo educativo sí es fundamental para cubrir este objetivo.
De esta forma, se conseguiría que la escuela cumpliera su función esencial en educación se-
xual: ofrecer conocimientos profesionales, programados y secuenciados, sobre la sexualidad.
Aquellos conocimientos que son esenciales para vivir bien la sexualidad y evitar los problemas Nuestra propuesta
asociados a las actividades sexuales de riesgo. Estos conocimientos deben incluir entre otros es aplicar
contenidos los siguientes: anatomía básica, fisiología de la respuesta sexual humana y de la un modelo
re- producción, identidad sexual y género, orientación del deseo, afectos sexuales (deseo, biográfico y
atracción y enamoramiento) y afectos sociales (apego, amistad y sistemas de cuidado), tipos profesional que
de parejas y familias, anticoncepción, etc. Una propuesta específica de estos contenidos, por respete el
ciclos, puede encontrarse en López (2005a). derecho de las
personas a
A estos contenidos hay que añadir la transmisión de una serie de valores éticos universales organizar su
(ética del consentimiento, ética de la igualdad entre sexos, ética del placer compartido, ética vida sexual y
de la lealtad, ética de la salud, etc.), compatibles con un sistema social democrático no amorosa y el
confesional y la diversidad sexual saludable. derecho de
las
Nuestra propuesta es aplicar un modelo biográfico y profesional que respete el derecho de familias a
las personas a organizar su vida sexual y amorosa y el derecho de las familias a transmitir las transmitir las
creen- cias y valores que consideren adecuados, a la vez que la educación sexual escolar creencias y
(basada en co- nocimientos profesionales y valores universales) se considera un derecho de los valores que
menores que no puede ser cercenado por la familia. A lo largo de los años hemos conseguido consideren
que ésta propuesta no resulte conflictiva a creyentes o no creyentes, a las personas adecuados, a
conservadoras o a las personas liberales. Nos alejamos así de forma muy clara de los modelos la vez que
religiosos que defiende la “la absti- nencia para toda persona que no éste casada la educación
heterosexualmente" (esto nos parece una propuesta religiosa muy respetable, que puede sexual escolar
hacerse desde la iglesia o la familia, pero no un modelo de educación sexual en la escuela (basada en
aceptable en un país no confesional) y de los modelos prescrip- tivos que de una forma conocimientos
explícita o implícita trabajan con la idea de que todos los adolescentes tienen o van a tener y profesionales y
es conveniente que tengan actividad sexual, sin excluir el coito. valores
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En definitiva, creemos que la naturaleza humana nos permite tomar decisiones sobre nuestra
Promocionar que vida sexual y amorosa, en eso nos distinguimos de la mayor parte de las especies, y que, por
las personas tanto, caben una gran diversidad de formas de vivir la sexualidad. Promocionar que las perso-
puedan ser lo más nas puedan ser lo más libres posibles, a la vez que responsables, es lo fundamental. Por ello
libres posibles, a concedemos gran importancia a los conocimientos y la ética de las relaciones amorosas. Los
la vez que conocimientos y éstos valores, antes solo citados, ayudan a fomentar el bienestar personal y
responsables, es social, a la vez que permiten una gran diversidad de biografías sexuales y amorosas.
lo fundamental.
Por ello Para ello, la escuela debe colaborar con la familia, respetando el rol de cada agente
concedemos gran socializador, siendo concientes de que finalmente se trata de preparar a cada niño y niña para
importancia a los que sepa tomar decisiones de forma responsable en el campo de la sexualidad,
conocimientos concediéndole, a medida que avance su edad, mayor autonomía. La educación finalmente
y la ética de las debe intentar que las personas acaben siendo autónomas, libres, éticas y responsables de sus
relaciones actos, entendiendo que de lo que se trata es de facilitarles aprendizajes para la vida que les
amorosas. eviten errores y las faciliten aciertos que les hagan más felices.
Los
conocimientos y
éstos valores,
ayudan a La falta de implicación de los profesionales de la salud
fomentar
el bienestar Los profesionales de la salud, especialmente los médicos de familia y todo el personal de los
centros de salud, así como los pediatras, ginecólogos, etc., salvo un grupo muy minoritario, no
se han involucrado nunca en la prevención y asistencia en relación con los riesgos asociados
a las prácticas sexuales de riesgo. Menos aún en la ayuda para que vivan mejor la sexualidad,
desde un enfoque positivo.
Los riesgos consumados los ha derivado el gobierno a clínicas privadas (caso del aborto) y la
anticoncepción de emergencia (píldora del día después) a las farmacias, llegando a legislar
que los menores puedan comprar sin receta anticonceptivos de emergencia e incluso abortar
Los programas sin conocimiento de la familia cuando la menor aduce problemas familiares. Tal manera de
comunitarios de proceder expresa muy bien como los gobernantes tiran por la calle del medio, sin afrontar los
prevención (con problemas, promoviendo que familiares y sanitarios se desentiendan de los temas
alternativas de relacionados con la sexualidad de los menores.
vida y ocio
saludables) en los Los sanitarios deberían colaborar con la familia y la escuela en la prevención de riesgos y el la
que, por barrios o transmisión de conocimientos sexuales profesionales, abrir consultas específicas para adoles-
distritos de salud, centes y jóvenes y tener entrevistas confidenciales (sin la presencia de los padres) en las que
los educadores, dentro de los temas de salud se ofrecieran informaciones y ayudas en este campo. En este
los profesionales caso, no se trata de alejar a los hijos de la familia, sino de crear un clima profesional de
de la salud y las confianza, que los propios padres aceptan muy bien cuando se les explica el sentido, en el
familias colaboran que los adolescentes y jóvenes tenga la oportunidad de hablar y ser ayudados por un
para prevenir los profesional de la salud.
riesgos que
amenazan la salud Los programas comunitarios de prevención (con alternativas de vida y ocio saludables) en los
sexual y la salud que, por barrios o distritos de salud, los educadores, los profesionales de la salud y las familias
en general, es la colaboran para prevenir los riesgos que amenazan la salud sexual y la salud en general (por
propuesta más ejemplo, el consumo de alcohol y tabaco u otras drogas, los accidentes de tráfico, etc.) es la
global y adecuada propuesta más global y adecuada que deberíamos hacer para conseguir que adolescentes y
que deberíamos jóvenes tengan un estilo de vida saludable en todos los campos.
hacer para
conseguir que Sabemos, por tanto, lo que hay que hacer y cómo llevarlo a cabo, falta una verdadera
adolescentes conciencia social de lo que nos jugamos con este tema y una respuesta adecuada de las
y jóvenes tengan familias, la escuela y los profesionales de la salud. Para ello es fundamental que los políticos
un estilo de vida se tomen en serio la salud de nuestros adolescentes y jóvenes, cosa que no ha hecho ningún
gobierno desde la transición.
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Respuestas en la página 63
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Bibliografía
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Género: de la igualdad y la diferencia., 5, 165-185.
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